Tu gato y tú “Entenderlo es amarlo”

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Doctora Valérie Dramard Tu gato y tú Entenderlo es amarlo

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Cómo interpretar el comportamiento del gato y pautas para identificar y resolver problemas eventuales

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Doctora Valérie Dramard

Valérie Dramard es veterinaria especializada en comportamiento animal (etología). Se dedica a tratar los problemas de comportamiento del perro y del gato, desde hace más de diez años. Apasionada por su profesión, fue una de las pioneras en Francia, al abrir una clínica veterinaria reservada exclusivamente a las consultas de problemas de comportamiento. También participa en la formación de los adiestradores de perros guía para ciegos.

Valérie Dramard

Doctora veterinaria, especialista en comportamiento animal, Valérie Dramard te da en este libro todas las claves para entender mejor las actitudes y las conductas de tu gato o gatito.

Partiendo de situaciones de la vida cotidiana (sueño, comidas, juegos, caricias…), la autora te explica fácilmente como interpretar el comportamiento de tu gato y te da pistas para que reflexiones y puedas identificar y resolver problemas eventuales.

Más sensible a la personalidad de tu gato, más capaces de responder correctamente, para que pueda desarrollar una relación de confianza y colaboración con tu gato.

Tu g

ato

y tú

www.servet.es

Tu gato y túEntenderlo es amarlo

Tu gato y túEntenderlo es amarlo

Colección dirigida por Laetitia Barlerin, doctora veterinaria, diplomada en la Escuela Nacional Veterinaria de Alfort. Además de ejercer como veterinaria, participa en un programa de radio dedicado a los animales y en un programa de televisión. Colabora con diversas publicaciones tanto profesionales como dirigidas al público en general y con revistas especializadas en animales.

Títulos en español de la misma colección:100 ideas falsas sobre el gato100 ideas falsas sobre el perroEduca a tu cachorroInterpreta el lenguaje de tu gato Interpreta el lenguaje de tu perro

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DónDe y cómo hacer sus necesiDaDes

Normalmente, a los 2 meses, el gatito es capaz de hacer sus necesidades en una

bandeja. Son animales muy limpios.

El gatito sigue a su madre e imita todos sus comportamientos, lo cual forma parte de su educación.

14

CAPÍTULO 1 • cómo entenDer mejor a tu gatito

15

La digestiónDurante los primeros días, exactamente después de mamar, la gata lame activamente al

gatito en la zona que rodea el ano, la llamada región perianal, para estimular el tránsito

digestivo de su pequeño. Al principio, el gatito emite una sustancia verdosa y pegajosa,

el meconio, y después, progresivamente, heces más bien líquidas, que la gata ingiere.

El gatito aprende muy rápidamente a ser limpio. A partir de las 3 semanas de edad, se dirige hacia el lugar previsto para orinar y defecar, gracias a la intervención de su madre que le enseña dónde y cómo hacer sus necesidades.

Dónde y cómo hacer sus necesidades

Si te haces cargo de un gatito que acaba de nacer, hay

que frotarle delicadamente el ano con un algodón húmedo,

después de darle el biberón. Este gesto permite que se

desencadene el reflejo perianal, es decir, provocar la emisión

de las heces, que sin esta estimulación, no tendría lugar. Si

no realizas este gesto, el gatito corre el riesgo de morir por

oclusión intestinal. Hacia las 2 semanas de edad empieza a

controlar la emisión de sus heces: entonces ya puedes dejar

de estimular su región perianal.

¿Dónde hacer sus necesidades?Hacia las 2 semanas de edad, el gatito se mueve con facilidad, por lo que ya puede hacer

sus necesidades lejos de su nido. Su madre le enseña donde está el “servicio”. Después

de mamar, la gata lo saca fuera del nido, aproximándolo al sitio apropiado (la bandeja o

una esquina con tierra) para que haga sus necesidades lejos del espacio donde duerme.

Así aprende a buscar un lugar alejado del lugar donde descansa para hacer sus necesida-

des. Su olfato le permite encontrar fácilmente este lugar, debido a que la orina desprende

un olor a amoníaco fácilmente identificable.

Lo entierra una vez hechoEl gatito imita a su madre, sobre todo en

la conducta de eliminación. Esta última,

utiliza sus patas delanteras para cubrir

sus orinas y sus heces con tierra o con las

piedras de la bandeja, de esta manera los

excrementos quedan enterrados. El gatito

busca preferiblemente el medio sobre el

cual su madre suele ir (tierra, arena o la

bandeja) y tras realizar sus necesidades

comienza a cubrir sus orinas o heces, al

principio torpemente, siendo cada vez

más eficaz. Si la madre no entierra sus

heces, su pequeño tampoco lo hará. Si

tiene la mala costumbre de orinar sobre la

alfombra de baño, el edredón o el sofá, su

gatito la imitará automáticamente.

¿Lo sabías?Buenas costumbres. Si crías una camada de gatitos, vela por que la bandeja esté limpia, si no la madre podría hacer sus necesidades fuera de la bandeja y sus gatitos la imitarán. Si la gata orina, por ejemplo, sobre la ropa, sus gatitos harán lo mismo y, al crecer, conservarán esta mala costumbre de orinar o defecar sobre los tejidos.

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DónDe y cómo hacer sus necesiDaDes

Normalmente, a los 2 meses, el gatito es capaz de hacer sus necesidades en una

bandeja. Son animales muy limpios.

El gatito sigue a su madre e imita todos sus comportamientos, lo cual forma parte de su educación.

14

CAPÍTULO 1 • cómo entenDer mejor a tu gatito

15

La digestiónDurante los primeros días, exactamente después de mamar, la gata lame activamente al

gatito en la zona que rodea el ano, la llamada región perianal, para estimular el tránsito

digestivo de su pequeño. Al principio, el gatito emite una sustancia verdosa y pegajosa,

el meconio, y después, progresivamente, heces más bien líquidas, que la gata ingiere.

El gatito aprende muy rápidamente a ser limpio. A partir de las 3 semanas de edad, se dirige hacia el lugar previsto para orinar y defecar, gracias a la intervención de su madre que le enseña dónde y cómo hacer sus necesidades.

Dónde y cómo hacer sus necesidades

Si te haces cargo de un gatito que acaba de nacer, hay

que frotarle delicadamente el ano con un algodón húmedo,

después de darle el biberón. Este gesto permite que se

desencadene el reflejo perianal, es decir, provocar la emisión

de las heces, que sin esta estimulación, no tendría lugar. Si

no realizas este gesto, el gatito corre el riesgo de morir por

oclusión intestinal. Hacia las 2 semanas de edad empieza a

controlar la emisión de sus heces: entonces ya puedes dejar

de estimular su región perianal.

¿Dónde hacer sus necesidades?Hacia las 2 semanas de edad, el gatito se mueve con facilidad, por lo que ya puede hacer

sus necesidades lejos de su nido. Su madre le enseña donde está el “servicio”. Después

de mamar, la gata lo saca fuera del nido, aproximándolo al sitio apropiado (la bandeja o

una esquina con tierra) para que haga sus necesidades lejos del espacio donde duerme.

Así aprende a buscar un lugar alejado del lugar donde descansa para hacer sus necesida-

des. Su olfato le permite encontrar fácilmente este lugar, debido a que la orina desprende

un olor a amoníaco fácilmente identificable.

Lo entierra una vez hechoEl gatito imita a su madre, sobre todo en

la conducta de eliminación. Esta última,

utiliza sus patas delanteras para cubrir

sus orinas y sus heces con tierra o con las

piedras de la bandeja, de esta manera los

excrementos quedan enterrados. El gatito

busca preferiblemente el medio sobre el

cual su madre suele ir (tierra, arena o la

bandeja) y tras realizar sus necesidades

comienza a cubrir sus orinas o heces, al

principio torpemente, siendo cada vez

más eficaz. Si la madre no entierra sus

heces, su pequeño tampoco lo hará. Si

tiene la mala costumbre de orinar sobre la

alfombra de baño, el edredón o el sofá, su

gatito la imitará automáticamente.

¿Lo sabías?Buenas costumbres. Si crías una camada de gatitos, vela por que la bandeja esté limpia, si no la madre podría hacer sus necesidades fuera de la bandeja y sus gatitos la imitarán. Si la gata orina, por ejemplo, sobre la ropa, sus gatitos harán lo mismo y, al crecer, conservarán esta mala costumbre de orinar o defecar sobre los tejidos.

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CAPÍTULO 4 • LA COMUNICACIÓN FELINA

80 81

La agresión,

El gato no ataca ni por maldad ni por dominancia. Las principales causas de agresividad son el miedo, la frustración, la irritación o la excitación. Cuanto más sociable es un gato, menor es el riesgo de agresión. No obstante, el estrés y la ansiedad son el origen de la mayoría de las agresiones.

¡cuidado! ¡peligro!...

Por norma general, a los gatos no les gusta que les acaricien el vientre.

El comportamiento de agresiónLa agresión se define como el comportamiento específico que

conlleva un ataque a la integridad física y/o psíquica, o a la liber-

tad de un individuo.

Este comportamiento se compone de tres fases bien diferen-

ciadas. La fase de amenaza previene al agredido de que va a ser

atacado si no cesa el contacto o se aleja. Durante la fase de ata-

que, el gato muerde y araña más o menos violentamente según

el tipo de agresión: agresión por irritación, agresión por miedo

o agresión territorial. La fase de detención se produce cuando la

víctima huye o queda inmóvil.

La agresión por irritaciónLa agresión por irritación es una agresión muy frecuente. Se ma-

nifiesta cuando el gato está en un estado de frustración, de estrés

o de dolor.

Algunos ejemplos permiten entender las razones por las cuales

un gato puede atacar. Cuando un gato tiene hambre y no lo deja-

mos comer, se trata de un contexto de frustración. Un gato poco

socializado con el hombre, se sentirá estresado si lo mantenemos

entre los brazos para acariciarlo. Finalmente, un gato que tiene

alguna dolencia (cólicos, artrosis) se vuelve fácilmente irritable y

soporta poco los contactos prolongados: puede incluso atacarnos

si tratamos de acercarnos.

Se pueden distinguir dos tipos de agresión por irritación: la

agresión de distanciamiento y la agresión de ruptura.

¿Lo sabías?No tiene una postura de sumisión. La postura de sumisión no existe en el gato, como es el caso del perro. Recuerda que el gato no tiene, por decirlo de alguna manera, rituales sociales. Cuando un gato se tumba sobre el dorso, se revuelca porque está a gusto bajo el sol, o si está en una secuencia agresiva, significa que va a atacar. No toques a un gato que amenaza y que se coloca sobre su dorso, corres el riesgo de que te muerda.

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CAPÍTULO 4 • LA COMUNICACIÓN FELINA

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La agresión,

El gato no ataca ni por maldad ni por dominancia. Las principales causas de agresividad son el miedo, la frustración, la irritación o la excitación. Cuanto más sociable es un gato, menor es el riesgo de agresión. No obstante, el estrés y la ansiedad son el origen de la mayoría de las agresiones.

¡cuidado! ¡peligro!...

Por norma general, a los gatos no les gusta que les acaricien el vientre.

El comportamiento de agresiónLa agresión se define como el comportamiento específico que

conlleva un ataque a la integridad física y/o psíquica, o a la liber-

tad de un individuo.

Este comportamiento se compone de tres fases bien diferen-

ciadas. La fase de amenaza previene al agredido de que va a ser

atacado si no cesa el contacto o se aleja. Durante la fase de ata-

que, el gato muerde y araña más o menos violentamente según

el tipo de agresión: agresión por irritación, agresión por miedo

o agresión territorial. La fase de detención se produce cuando la

víctima huye o queda inmóvil.

La agresión por irritaciónLa agresión por irritación es una agresión muy frecuente. Se ma-

nifiesta cuando el gato está en un estado de frustración, de estrés

o de dolor.

Algunos ejemplos permiten entender las razones por las cuales

un gato puede atacar. Cuando un gato tiene hambre y no lo deja-

mos comer, se trata de un contexto de frustración. Un gato poco

socializado con el hombre, se sentirá estresado si lo mantenemos

entre los brazos para acariciarlo. Finalmente, un gato que tiene

alguna dolencia (cólicos, artrosis) se vuelve fácilmente irritable y

soporta poco los contactos prolongados: puede incluso atacarnos

si tratamos de acercarnos.

Se pueden distinguir dos tipos de agresión por irritación: la

agresión de distanciamiento y la agresión de ruptura.

¿Lo sabías?No tiene una postura de sumisión. La postura de sumisión no existe en el gato, como es el caso del perro. Recuerda que el gato no tiene, por decirlo de alguna manera, rituales sociales. Cuando un gato se tumba sobre el dorso, se revuelca porque está a gusto bajo el sol, o si está en una secuencia agresiva, significa que va a atacar. No toques a un gato que amenaza y que se coloca sobre su dorso, corres el riesgo de que te muerda.

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CAPÍTULO 6 • La vida en famiLia Paciencia con Los niños

101

Paciencia con los niños

El gato tiene más paciencia con los pequeñosComo ocurre en muchos mamíferos, los

gatos son más dulces y más indulgentes

con los niños que con los adultos. Esto

significa que un gato puede acabar con

las caricias que le molestan, arañando o

mordiendo la mano de un adulto, mien-

tras que se abstendrá de atacar a un niño

que lo apretuja y preferirá huir.

Sin embargo, el gato se asusta fácil-

mente con las carreras y los gritos de los

niños cuando juegan. Molesto por este

trajín, el gato tiende a escapar y a escon-

derse esperando que el tornado acabe.

Si el gato dispone de un escondite se-

guro, no hay ningún problema: descansa-

rá y una vez el ambiente se haya calmado,

saldrá de su escondite. Sin embargo, si no

encuentra donde refugiarse, puede sen-

tirse acorralado y tener miedo si el niño

lo persigue. En este caso, puede volverse

agresivo para detener lo que siente como

un acoso. Si se trata del niño de la casa,

este acoso puede conducir a la aparición

de una ansiedad que llamamos síndrome

del gato juguete (ver página 33).

Para el gato, los niños son pequeños seres humanos que se mueven mucho y que no controlan todavía sus movimientos. Incluso un gato bien socializado tenderá a alejarse de los niños revoltosos. No obstante, será más indulgente con los niños que con los adultos.

Un gato será por lo general más cercano con un niño tranquilo que con uno revoltoso.

La pernera de un pantalón puede constituir un buen escondite si el gato es lo suficientemente pequeño para acurrucarse.

El gato se estresa con los lloros del bebéLos lloros de un bebé provocan inmedia-

tamente un sentimiento de inquietud en

los animales.

Un gato tenderá a estar alerta y a ale-

jarse del lugar donde llora un bebé. Es una

buena decisión, puesto que dejará más

sitio libre a la madre para que se ocupe

de su hijo.

El gato puede tener miedo de los niños desconocidosAlgunos gatos, que no han tenido con-

tacto con niños pequeños durante los 3

primeros meses de su vida, no están bien

socializados con los niños y se mostrarán

inquietos cuando éstos se lancen sobre

ellos para tocarlos. Aterrorizados, tratarán

de huir.

Si tu gato no soporta la presencia de los

niños, tranquilo, esto puede solucionarse

con el paso del tiempo… ¡y con golosinas!

De hecho, los niños que van de forma

regular a tu casa deben atrapar al gato

para conseguir acariciarlo. Pide a los ni-

ños que le echen croquetas en su come-

dero, que le den un trocito de jamón, de

queso o de croissant. Esto permite crear

pequeños lazos de unión positivos que,

progresivamente, permitirán que tu gato

reconozca a estos niños y que sin duda

se acabe vinculando a ellos. El niño debe

permanecer tranquilo cuando acaricia al

gato. Si se pone nervioso, se acabará toda

la confianza que comenzaba a instaurarse.

Para amansarlo hace falta paciencia, dul-

zura y persistencia, ¡pero los resultados

valen la pena!

TRAS EL EMBARAZOTu gato probablemente ha percibido tu embarazo desde hace

9 meses hasta ahora, puesto que tu olor era diferente, sobre todo debido a las hormonas.

Cuando regresas de la maternidad, has vuelto a cambiar de olor y llevas entre los brazos un pequeño ser que está impregnado

de tu olor, el cual el gato reconoce.Un bebé es muy frágil, es importante mantener las distancias con él sobre todo al principio. El gato no estará celoso (los

celos son un concepto propio del ser humano), puede estar un poco perturbado con la novedad (cambio de organización en el

territorio o en el horario).Si el gato está bien socializado y bien equilibrado, se adaptará,

sobre todo si continuas dedicándole tiempo para las caricias y el juego. Si tu gato se vuelve ansioso, consulta al veterinario.

La utilización de feromonas del apaciguamiento lo ayudará, pero, en algunos casos, puede ser necesaria la utilización

de ansiolíticos.

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CAPÍTULO 6 • La vida en famiLia Paciencia con Los niños

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Paciencia con los niños

El gato tiene más paciencia con los pequeñosComo ocurre en muchos mamíferos, los

gatos son más dulces y más indulgentes

con los niños que con los adultos. Esto

significa que un gato puede acabar con

las caricias que le molestan, arañando o

mordiendo la mano de un adulto, mien-

tras que se abstendrá de atacar a un niño

que lo apretuja y preferirá huir.

Sin embargo, el gato se asusta fácil-

mente con las carreras y los gritos de los

niños cuando juegan. Molesto por este

trajín, el gato tiende a escapar y a escon-

derse esperando que el tornado acabe.

Si el gato dispone de un escondite se-

guro, no hay ningún problema: descansa-

rá y una vez el ambiente se haya calmado,

saldrá de su escondite. Sin embargo, si no

encuentra donde refugiarse, puede sen-

tirse acorralado y tener miedo si el niño

lo persigue. En este caso, puede volverse

agresivo para detener lo que siente como

un acoso. Si se trata del niño de la casa,

este acoso puede conducir a la aparición

de una ansiedad que llamamos síndrome

del gato juguete (ver página 33).

Para el gato, los niños son pequeños seres humanos que se mueven mucho y que no controlan todavía sus movimientos. Incluso un gato bien socializado tenderá a alejarse de los niños revoltosos. No obstante, será más indulgente con los niños que con los adultos.

Un gato será por lo general más cercano con un niño tranquilo que con uno revoltoso.

La pernera de un pantalón puede constituir un buen escondite si el gato es lo suficientemente pequeño para acurrucarse.

El gato se estresa con los lloros del bebéLos lloros de un bebé provocan inmedia-

tamente un sentimiento de inquietud en

los animales.

Un gato tenderá a estar alerta y a ale-

jarse del lugar donde llora un bebé. Es una

buena decisión, puesto que dejará más

sitio libre a la madre para que se ocupe

de su hijo.

El gato puede tener miedo de los niños desconocidosAlgunos gatos, que no han tenido con-

tacto con niños pequeños durante los 3

primeros meses de su vida, no están bien

socializados con los niños y se mostrarán

inquietos cuando éstos se lancen sobre

ellos para tocarlos. Aterrorizados, tratarán

de huir.

Si tu gato no soporta la presencia de los

niños, tranquilo, esto puede solucionarse

con el paso del tiempo… ¡y con golosinas!

De hecho, los niños que van de forma

regular a tu casa deben atrapar al gato

para conseguir acariciarlo. Pide a los ni-

ños que le echen croquetas en su come-

dero, que le den un trocito de jamón, de

queso o de croissant. Esto permite crear

pequeños lazos de unión positivos que,

progresivamente, permitirán que tu gato

reconozca a estos niños y que sin duda

se acabe vinculando a ellos. El niño debe

permanecer tranquilo cuando acaricia al

gato. Si se pone nervioso, se acabará toda

la confianza que comenzaba a instaurarse.

Para amansarlo hace falta paciencia, dul-

zura y persistencia, ¡pero los resultados

valen la pena!

TRAS EL EMBARAZOTu gato probablemente ha percibido tu embarazo desde hace

9 meses hasta ahora, puesto que tu olor era diferente, sobre todo debido a las hormonas.

Cuando regresas de la maternidad, has vuelto a cambiar de olor y llevas entre los brazos un pequeño ser que está impregnado

de tu olor, el cual el gato reconoce.Un bebé es muy frágil, es importante mantener las distancias con él sobre todo al principio. El gato no estará celoso (los

celos son un concepto propio del ser humano), puede estar un poco perturbado con la novedad (cambio de organización en el

territorio o en el horario).Si el gato está bien socializado y bien equilibrado, se adaptará,

sobre todo si continuas dedicándole tiempo para las caricias y el juego. Si tu gato se vuelve ansioso, consulta al veterinario.

La utilización de feromonas del apaciguamiento lo ayudará, pero, en algunos casos, puede ser necesaria la utilización

de ansiolíticos.

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CAPÍTULO 7 • Las saLidas La visita aL veterinario

123

La visita al veterinario

El transportePara ir al veterinario, a menudo es necesario coger el coche, lo que ya representa un

estrés para muchos gatos. Incluso si va a pie, este cambio de territorio, incluso podría

decirse este destierro, crea una angustia en tu compañero.

Sin embargo, existen trucos que permiten mejorar su confort para que ese día no sea

demasiado negro. Primero, se recomienda meter a tu gato en un trasportín de plástico

o de mimbre suficientemente grande para que esté bien ventilado, pero no demasiado

grande para que no se golpee con el vaivén.

Algunos minutos antes de meter a tu gato, vaporiza un poco del aerosol de feromonas

del apaciguamiento para ayudar a relajarlo. Vale más actuar anticipadamente para no

actuar con prisas. Las prisas aumentan el estrés del propietario y del gato.

La consulta del veterinario constituye a menudo un estrés para el gato. Se encuentra en un territorio desconocido con multitud de olores extraños y debe soportar el fastidio del examen clínico.

En la sala de esperaEs mejor dejar a tu gato en un trasportín o en una bolsa de trans-

porte. Déjalo en el suelo junto a tu sitio, a tus pies, sin perros cerca.

Si hay mucha gente, pon el trasportín o la bolsa en alto, en un

asiento si es posible o sobre tu regazo. Esta medida permite evitar

y prevenir que se aproxime un perro y tranquilizar a tu gato que se

encuentra así cerca de ti.

Sujetarlo en la mesa de exploraciónPara que el veterinario pueda examinar y auscultar a tu gato, sá-

calo de su trasportín y sitúalo en la mesa de exploración. Cuidado,

algunos gatos tienen tanto miedo a salir que pueden intentar

atacar al sacarlos de su bolsa.

De todos modos, se debe evitar que se angustie, si lo hace

puede temblar (la auscultación sería entonces difícil), orinarse

encima o intentar atacar. Se desaconseja por completo gritarle

o golpearle. De hecho, si el gato es agresivo, ¡no es en absoluto

El trasportín constituye el medio de transporte más seguro y el más práctico para llevar a tu gato al veterinario.

Un gato se resiste aún menos que si se le forzase.

¿Lo sabías?El trasportín, un refugio. El trasportín constituye para un gato un miniterritorio donde encuentra refugio. Por otra parte, te darás cuenta que en el veterinario, después de la consulta, tu gato volverá lo antes posible a su trasportín en el que tanto te había costado antes meterlo.

No quiere entrar en su trasportín

Si tu gato extiende sus patas para no entrar en el trasportín, agárralo del abdomen con su cabeza mirándote, su trasero apuntando al trasportín y hazlo retroceder. Como no puede anticiparse a la puerta, será más fácil de introducirlo.

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CAPÍTULO 7 • Las saLidas La visita aL veterinario

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La visita al veterinario

El transportePara ir al veterinario, a menudo es necesario coger el coche, lo que ya representa un

estrés para muchos gatos. Incluso si va a pie, este cambio de territorio, incluso podría

decirse este destierro, crea una angustia en tu compañero.

Sin embargo, existen trucos que permiten mejorar su confort para que ese día no sea

demasiado negro. Primero, se recomienda meter a tu gato en un trasportín de plástico

o de mimbre suficientemente grande para que esté bien ventilado, pero no demasiado

grande para que no se golpee con el vaivén.

Algunos minutos antes de meter a tu gato, vaporiza un poco del aerosol de feromonas

del apaciguamiento para ayudar a relajarlo. Vale más actuar anticipadamente para no

actuar con prisas. Las prisas aumentan el estrés del propietario y del gato.

La consulta del veterinario constituye a menudo un estrés para el gato. Se encuentra en un territorio desconocido con multitud de olores extraños y debe soportar el fastidio del examen clínico.

En la sala de esperaEs mejor dejar a tu gato en un trasportín o en una bolsa de trans-

porte. Déjalo en el suelo junto a tu sitio, a tus pies, sin perros cerca.

Si hay mucha gente, pon el trasportín o la bolsa en alto, en un

asiento si es posible o sobre tu regazo. Esta medida permite evitar

y prevenir que se aproxime un perro y tranquilizar a tu gato que se

encuentra así cerca de ti.

Sujetarlo en la mesa de exploraciónPara que el veterinario pueda examinar y auscultar a tu gato, sá-

calo de su trasportín y sitúalo en la mesa de exploración. Cuidado,

algunos gatos tienen tanto miedo a salir que pueden intentar

atacar al sacarlos de su bolsa.

De todos modos, se debe evitar que se angustie, si lo hace

puede temblar (la auscultación sería entonces difícil), orinarse

encima o intentar atacar. Se desaconseja por completo gritarle

o golpearle. De hecho, si el gato es agresivo, ¡no es en absoluto

El trasportín constituye el medio de transporte más seguro y el más práctico para llevar a tu gato al veterinario.

Un gato se resiste aún menos que si se le forzase.

¿Lo sabías?El trasportín, un refugio. El trasportín constituye para un gato un miniterritorio donde encuentra refugio. Por otra parte, te darás cuenta que en el veterinario, después de la consulta, tu gato volverá lo antes posible a su trasportín en el que tanto te había costado antes meterlo.

No quiere entrar en su trasportín

Si tu gato extiende sus patas para no entrar en el trasportín, agárralo del abdomen con su cabeza mirándote, su trasero apuntando al trasportín y hazlo retroceder. Como no puede anticiparse a la puerta, será más fácil de introducirlo.