TURISMO Y CIUDAD: EL CASO DE VALENCIA...playas vecinas de la Costa del Azahar, Be-nidorm y Costa...

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Estudios Turísticos, n.* 134 (1997), pp. 3-21 Instituto de Estudios Turísticos Secretaría de Estado de Comercio, Turismo y PYMES TURISMO Y CIUDAD: EL CASO DE VALENCIA Emilio M. Obiol Menero* Resumen: El presente estudio analiza, desde la perspectiva geográfica, la estructura y la coyuntura turística de la ciudad de Valencia des- de los componentes básicos de la oferta y la demanda. Además, trata de hacer una evaluación de la política turística tradicional centrada en las singulares fiestas de «les Falles» finalmente valora las nuevas estrategias turísticas emprendidas por esta ciudad mediterránea. Abstract: The present study analyzes, from the geographical perspective, the structure and the tourist conjuncture of the city of Valencia from the basic components of the offer and demand. Furthermore, it tries to malee an evaluation of the tradicional tourist policy centered in the singular holidays of «les Falles» and finally the new tourist strategies undertaken by this Mediterranean city. I. INTRODUCCIÓN El turismo en medio urbano, a pesar de ser una actividad económica y social im- portante en las grandes ciudades que se estima en torno al 4% del VAB y del empleo (Bote, 1995), es un segmento moti- vacional poco conocido en el País Valen- ciano, si salvamos el caso de la ciudad de Alicante en tanto que ciudad de servicios (Hernández, 1989). Su tratamiento como un mero apéndice de la oferta cultural ur- bana y el gran desarrollo que han adqui- rido los flujos heliotrópicos litorales, además de su alto grado de complejidad (PLA.D.E.T., 1995), explican que las preo- cupacionnes políticas e investigadoras no se hayan centrado en él. En la actualidad, cuando los grandes problemas estructurales del turismo de "sol y playa" en la región se ponen de manifies- to (Vera-Monfort, 1994), el turismo urbano está empezando a configurarse como una tipología turística destacada y en expan- sión(O.M.T., 1995). No sólo completa y equilibra los usos turísticos regionales, sino que sitúa a la ciudad como un produc- to turístico específico con grandes poten- cialidades, debido a la combinación en él de atractivos y variados recursos polimoti- vacionales distribuidos a su vez en un espa- cio relativamente pequeño, bien comunica- do y con alta frecuentación. En este contexto, nuestro estudio, de ob- jetivos sintéticos, se centrará en la ciudad de Valencia. Analizar las características fundamentales de su turismo y presentar y valorar las estrategias diseñadas en las últi- mas décadas para potenciar la actividad tu- rística, serán los objetivos generales de la investigación. Perfiles turísticos básicos, prácticas turísticas, dialéctica oferta/de- * Departamento de Geografía, Universidad de Valencia.

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Estudios Turísticos, n.* 134 (1997), pp. 3-21Instituto de Estudios Turísticos

Secretaría de Estado de Comercio, Turismo y PYMES

TURISMO Y CIUDAD: EL CASO DE VALENCIA

Emilio M. Obiol Menero*

Resumen: El presente estudio analiza, desde la perspectiva geográfica, la estructura y la coyuntura turística de la ciudad de Valencia des-de los componentes básicos de la oferta y la demanda. Además, trata de hacer una evaluación de la política turística tradicional centrada en lassingulares fiestas de «les Falles» finalmente valora las nuevas estrategias turísticas emprendidas por esta ciudad mediterránea.

Abstract: The present study analyzes, from the geographical perspective, the structure and the tourist conjuncture of the city of Valenciafrom the basic components of the offer and demand. Furthermore, it tries to malee an evaluation of the tradicional tourist policy centered in thesingular holidays of «les Falles» and finally the new tourist strategies undertaken by this Mediterranean city.

I. INTRODUCCIÓN

El turismo en medio urbano, a pesar deser una actividad económica y social im-portante en las grandes ciudades que seestima en torno al 4% del VAB y delempleo (Bote, 1995), es un segmento moti-vacional poco conocido en el País Valen-ciano, si salvamos el caso de la ciudad deAlicante en tanto que ciudad de servicios(Hernández, 1989). Su tratamiento comoun mero apéndice de la oferta cultural ur-bana y el gran desarrollo que han adqui-rido los flujos heliotrópicos litorales,además de su alto grado de complejidad(PLA.D.E.T., 1995), explican que las preo-cupacionnes políticas e investigadoras nose hayan centrado en él.

En la actualidad, cuando los grandesproblemas estructurales del turismo de "soly playa" en la región se ponen de manifies-

to (Vera-Monfort, 1994), el turismo urbanoestá empezando a configurarse como unatipología turística destacada y en expan-sión(O.M.T., 1995). No sólo completa yequilibra los usos turísticos regionales,sino que sitúa a la ciudad como un produc-to turístico específico con grandes poten-cialidades, debido a la combinación en élde atractivos y variados recursos polimoti-vacionales distribuidos a su vez en un espa-cio relativamente pequeño, bien comunica-do y con alta frecuentación.

En este contexto, nuestro estudio, de ob-jetivos sintéticos, se centrará en la ciudadde Valencia. Analizar las característicasfundamentales de su turismo y presentar yvalorar las estrategias diseñadas en las últi-mas décadas para potenciar la actividad tu-rística, serán los objetivos generales de lainvestigación. Perfiles turísticos básicos,prácticas turísticas, dialéctica oferta/de-

* Departamento de Geografía, Universidad de Valencia.

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manda en los alojamientos y la relación en-tre grandes proyectos urbanos y su relaciónturística, conformaran los principales apar-tados específicos.

II. EL TURISMO EN VALENCIA:INDICADORESFUNDAMENTALES

II.1. Recursos principales:una dotación de interés

Valencia es una ciudad litoral y "fluvial"más que marítima, que cuenta con un poli-paisajístico término municipal (1), y en estesentido debe entenderse el tópico de quevive de espaldas al mar. Ciudad mercantil ycapital administrativa, su actividad turísticase centra en el turismo de motivación co-mercial-profesional-negocios, siendo mi-noritario el turismo asentado en el patrimo-nio monumental, cultural y ambiental, delque se puede afirmar que está relativamentedesaprovechado. En este sentido, una pri-mera aproximación al inventario de recur-sos exclusivamente monumentales cifra en72 los elementos que tienen, como mínimo,atractivo regional.

La urbe presenta las características básicasque sustentan todo turismo urbano: ciudad bi-milenaria ("civitas" desde 138 años d. C) , pa-trimonio histórico y monumental diverso ysingular (destaca el período gótico civil y mi-litar, así como el renacimiento), capital políti-ca (del antiguo Reino medieval y hoy de laComunidad Autónoma), capital económica,ciudad de ferias (la primera de España, creadaen 1917), ciudad biuniversitaria (Estudi Ge-neral, creada en 1499), áreas verdes de interés

manifiesto (Primer Jardín Botánico de Espa-ña, en 1802), con equipamientos y dinámicacultural importante, ciudad portuaria con his-tórica vocación exportadora y, ciudad comer-cial y de servicios especializados de atracciónintra e interregional. Los atractivos naturalescomplementan la oferta, destacando entreellos el Pare Natural Comarcal de 1'Albufera(21.000 Ha.). El patrimonio museístico en-globa 13 centros, destacando el de Bellas Ar-tes St. Pius V (59.348 visitantes/1995), la pi-nacoteca más importante de España en cuantoa fondos después del Prado, y en el interna-cional, y de un modo sobresaliente, el recien-te Instituí Valencia d'Art Modern-IVAM(200.460 visitantes/1995) (D.G.M., Partes deVisitas).

Valencia se presenta como una metrópolieuropea situada en el eje Mediterráneo decrecimiento y desarrollo y que a su vez escapital política y centro geográfico de unaregión turística importante como es el PaísValenciano (Vera, 1992). No obstante, fren-te a la constatación objetiva de sus atracti-vos turísticos presenta importantes desequi-librios al ofrecer amplias debilidades, comomínimo, en los componentes referidos al ur-banismo, sky-line (línea de horizonte), en-torno inmediato y nuevos atractivos, es de-cir, en el bloque que podríamos denominarde motivación cultural-recreativa.

A pesar de esos fundamentos y del mediomillón de viajeros anuales (Cuadro 1) en es-tablecimientos turísticos (INE, 1995) queacuden a la ciudad atraídos por casuísticasdiversas, hoy Valencia no es un destino tu-rístico homogéneo quizá porque no ha habi-do políticas apropiadas de promoción. Laciudad no ha sabido configurarse como un

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Turismo y ciudad: El caso de Valencia

Cuadro 1VIAJEROS Y PERNOCTACIONES.

PUNTO TURÍSTICO DE VALENCIA

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

VIAJEROS

Españoles

322.422

349.043

340.424

333.064

307.712

274.703

265.392

315.813

354.773

Extranjeros

114.611

94.864

106.934

102.825

100.434

97.509

83.423

102.470

116.775

PERNOCTACIONES

Españoles

657.089

700.437

750.046

704.478

668.855

608.792

562.683

648.661

693.467

Extranjeros

207.241

181.835

210.585

196.774

191.577

197.083

169.956

195.243

211.513

ESTADÍA

1,97

1.98

2.15

2,06

2,10

2,17

2,10

2,02

1.91

G. OCUPACIÓN(%>

36.14

38.55

41.06

39,01

36,99

35,72

Fuente: Movimiento de viajeros en establecimientos turísticos. INE. Elaboración propia.

producto turístico integrado y atractivo, nitan siquiera para las grandes y numerosasoleadas de veraneantes, nacionales y ex-tranjeros, que periódicamente llegan a lasplayas vecinas de la Costa del Azahar, Be-nidorm y Costa Blanca, todas con una acce-sibilidad respecto de la ciudad en torno auna isócrona de una hora de automóvil.

Es cierto que en algunos casos puntualesatractivos singulares tradicionales como lasFallas han llegado a ser símbolos emblemá-ticos de la misma, pero no lo es menos queno han servido como catalizador para crearuna cartera de productos turísticos consis-tentes(De Delás, 1995) que la situase en elescenario de ciudades de visita obligadacomo destino final, etapa de viaje oforfaitde un día (day-tip).

La feria de julio o de St. Jaume, creadaen 1871, despertó interés turístico antes que

las Fallas, aunque éstas, desde los años1920 y, sobre todo, durante el franquismo(Fiestas de Arte de Interés Turístico Na-cional en 14 de marzo de 1946), tuvieronuna atención preferente en tanto en cuantose integraron en el discurso del régimen quelas promocionaba como una "fiesta sin par"y las entendía como "un imán y filón turísti-co" para "ofrendar, como siempre, nuevasglorias a España" (Hernández, 1993). Hoyla repercusión de las Fallas en la vida coti-diana de la ciudad, sigue estando en buenamedida mediatizada por el interés turístico.

Todo ello, en suma, ha conducido a una si-tuación global en la que el turismo de la ciu-dad de Valencia se caracteriza por tener unademanda cautiva y restringida por una ofertaescasa, mal articulada y poco competitivadesde el punto de vista comercial. Oferta queprácticamente descansa en su totalidad en trespilares fundamentales, por una parte, en el tu-

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rismo de ferias y en el turismo "fallero", quepresentan ambos una fase de madurez desdeel punto de vista del ciclo vital del producto,y, por otra, en el turismo recreativo-culturalcentrado en la base monumental y medioam-biental de la ciudad y su entorno, que se en-cuentra en una incipiente primera fase de de-sarrollo y que cabe potenciar.

II.2. Equipamientos: en procesode mejora

II.2.1. La oferta de alojamientos:deficiencias

Cinco han sido tradicionalmente sus ca-racterísticas: el escaso índice de FunciónTurística (2), la inexistencia de plazas dealta categoría en la misma ciudad, una ocu-pación medio-baja relativamente aceptableconstante a lo largo del año, la localizaciónde hoteles de lujo en su periferia metropoli-tana y una falta de diversificación y adecua-ción a segmentos de demanda clave.

La evolución del censo de establecimien-tos nos permite deducir tres etapas clara-mente diferenciadas. Hasta 1966 el númerode hoteles se sitúa en torno a la veintenasiendo su localización marcadamente hiper-céntrica en torno a la entonces plaza delCaudillo y su categorización media-baja. Noobstante, el turismo como "fenómeno sobre-venido" empieza a verse como negocio y en1962 el ayuntamiento cede en la Devesa delSaler, a 17 km. al sur de la ciudad, unos te-rrenos litorales para la construcción del Pa-rador Nacional "Lluís Vives". Valencia seconvertía así en la única provincia litoralque acogía en su término municipal un Para-

dor que más tarde acogería anejo un campode golf. Desde 1966 hasta 1975, globalmen-te, el censo se retrae en cantidad y apenasaumenta en calidad. En estos años, se cons-truye en Pucol, a 20 km al norte de la ciu-dad, el hotel de lujo Monte Picayo, que hoyalberga además un casino. Valencia, una vezfracasado el macroproyecto de la Devesa delSaler, "el mayor conjunto de instalaciones yedificaciones turísticas conocido", queda almargen del "turismo receptivo" (Almela,1965) y por tanto sin crecimiento turístico-inmobiliario de apartamentos, y por otra,con una oferta hotelera estancada, inadecua-da a la demanda y a su rango de ciudad y,por extensión, fuera de los circuitos del tu-rismo de "sol y playa" del mediterráneo es-pañol.

En 1970 existen en la capital 71 estable-cimientos, con 4.364 plazas, las mismasque Alicante pero con 14 establecimientosmenos, y ya se detectan inadecuacionesoferta-demanda basadas en déficit de aloja-mientos tanto para los hombres de negocioscomo para los turistas, que son calculadospara la ciudad en ese año en 314.255,13.651 menos que cuatro años antes. Otrodato de interés que se deduce es que mien-tras la clientela española se mantiene esta-ble, la extranjera, sobre todo la francesa,decrece para la ciudad de un modo impor-tante, hasta el punto que el aeropuerto deManises apenas recibe en 1970, 29.992 ex-tranjeros (O.N.S., 1974).

La modernización y el progreso socio-económico que hizo cambiar los estilos devida y la gran dinamicidad del tejido em-presarial valenciano agudizaron los déficithoteleros durante los años ochenta e hicie-

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Turismo y ciudad: El caso de Valencia

Cuadro 2VALENCIA. ZONA TURÍSTICA.

HOTELES. INDICADORES BÁSICOS DE OFERTAY DEMANDA. 1987-1995

AÑO

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

N. HOTEL

27

27

27

27

29

29

32

34

36

N° PLAZAS

4560

4554

4554

4554

5023

4906

5545

5691

6421

PERNOCTACIONES

Total

722923

664682

703373

649957

617467

700167

587059

681326

780360

Españoles

573526

546370

577979

546147

513555

562574

464034

534871

604652

Extranjeros

149397

118312

125394

103810

103912

137593

123025

146455

175.708

GRADO OCUPACIÓN

Año

44,3

40,8

43,2

39,9

35,7

38,5

32,2

34,0

37,0

Tem. baja

--

41,2

42,0

42,4

35,2

39,2

33,9

34,0

36,9

Tem. alta

--

40,4

44,3

37,3

36,3

37,8

33,9

33,9

37,2

Fuente: Generalitat Valenciana. Enquesta Turística. Elaboración propia.

ron aflorar, contradicciones como que laprimera ciudad en número de ferias de Es-paña no contase hasta 1993 con un hotel decinco estrellas o que durante períodos co-merciales de gran intensidad la oferta no cu-briese la demanda. En este contexto, en1995 (Cuadro 2) la ciudad cuenta con 36hoteles y 6.421 plazas, el 33% y 31% más,respectivamente, que en 1992. Crecimientoque, además, implica un aumento cualitati-vo de la oferta en tanto que los estableci-mientos hoteleros que crecen son los de cin-co, cuatro y tres estrellas oro, sobre todo losdos primeros. Una tendencia inversa siguenlos hoteles de dos y uno estrellas y la cate-goría de hostales, que decrecen en número yplazas.

En conjunto, en el cuatrienio 1992-1995la ciudad ha incrementado en 1.500 plazassu oferta de alojamiento, y por primera vez

en su historia hotelera, desde 1994 el núme-ro de hoteles supera al de hostales comosigno inequívoco de su apuesta por la cali-dad en la oferta. El modelo que se sigue, enun proceso de crecimiento que todavía con-tinúa, son hoteles urbanos muy funcionales,de nueva planta, integrados en cadenas na-cionales, de categoría alta y localizados enlas principales encrucijadas viarias que danpaso a las áreas urbanas con mayor proyec-ción de crecimiento socioeconómico. Eneste sentido, la tradicional concentraciónespacial hotelera en torno a los barrios deCiutat Vella y St. Francesc empieza a modi-ficarse. La función y la planta hotelera deValencia, tradicionalmente débil, poco di-námica e incapaz de estimular la demanda,está empezando a resarcirse de esa pesadacarga y empieza a convertirse en un activode la ciudad (Romero, 1989), a pesar de quese echa en falta alguna rehabilitación de al-

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gún edificio histórico para convertirlo enhotel.

Por otra parte, la ciudad sigue careciendode oferta dirigida a sectores clave como sonlos estudiantes, a pesar de ser uno de losdestinos más demandados por los universi-tarios europeos en sus intercambios. Sin re-sidencias de estudiantes y sin albergues ju-veniles de carácter institucional, Valenciamuestra aquí otro de sus déficit para incor-porarse en condiciones de competitividad algrupo de ciudades turísticas de su nivel, porejemplo Amsterdam, que han aprovechadosu casco antiguo para desarrollar estos seg-mentos de oferta.

Los pasos, tímidos que se están dando enel sentido de actualizar, renovar (Plan RIVA)y aumentar las dotaciones, equipamientos,infraestructuras y servicios harán ver pro-gresivamente que la actividad turística esun sector generador de rentas, empleo y deequilibrio territorial intra e interurbano.

H.2.2. La oferta complementaria:creciendo y cualificándose

Centralidad territorial de flujos relacio-nados con la producción de bienes y servi-cios, la ciudad es uno de los espacios demayor densidad de uso turístico y, por tanto,donde es difícil delimitar lo que entende-mos por oferta complementaria. Por eso, yporque son fundamentales en la ciudad,sólo nos detendremos en los equipamientosvinculados al turismo de negocio.

Fira de Valencia, con ochenta años deexistencia, es el mayor (215.000 m2 cubier-

tos, 20.000 m2 descubiertos) y mejor recintoferial de España, equiparable en superficie alde Colonia y Milán y doble que el de Lon-dres (Sarmiento, 1995). Esta realidad permi-te deducir que hoy es el primer motor turísti-co de la ciudad y, de todos los segmentosturísticos activados, el de mejor considera-ción y uno de los de mayor futuro. Los55.000 mill./ptas. generados por actividadinducida, los 0,7 mill./visitantes/año, tantoscomo habitantes tiene la ciudad, y los 40 cer-támenes celebrados en 1995-96, avalan suposición como generador turístico.(FMIV,Memoria, 95). No obstante, el complejo fe-rial, equidistante 5 km. de la ciudad y del ae-ropuerto, debe estrechar sus conexiones tu-rísticas con la ciudad, ya que son muchos losviajeros que prescinden de visitarla al no en-contrar ningún atractivo suficiente para elloo porque sus intercomunicaciones viariasson deficientes. El desarrollo del turismo fe-rial, que funciona dentro de un circuitoprácticamente paralelo al general de la ciu-dad, se ha demostrado como ineficaz paragenerar efectos de arrastre positivos sobreotros segmentos turísticos de la ciudad, porlo que cabe buscar pasarelas entre ambas di-námicas.

Por lo que respecta al turismo de reunio-nes, la posición de Valencia es igualmenteimportante, a pesar de la concurrencia deAlicante y Benidorm. En 1987 se construyóel polivalente Palau de la Música i Congres-sos, y en 1995, la ciudad era, después deBarcelona y Madrid, la que más reunionesprofesionales celebró (240, un 8% na-cional), participando en ellos un total de49.489 delegados, cuyo impacto económicoascendió a 5.344 mill./ptas. (V.C.B., Datosestadísticos, 1995). La creciente competen-

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cia por captar este segmento de mercado tu-rístico, dado su alto poder de gasto en rela-ción a su estadía, ha hecho proyectar un Pa-lacio de Congresos diseñado por N. Foster,y llamado a multiplicar a partir de 1998 elnúmero y la categoría de éste tipo de even-tos (3). La fundación publica-privada Va-lencia Convention Bureau (V.C.B.), creadaen 1992, tuvo como misión originaria el fo-mento de Valencia en este turismo de reu-niones, si bien hoy, y como señal inequívo-ca de cuál es la vocación turística de laciudad, es la que asume toda la promociónturística de Valencia.

Interesantes proyectos para aumentar laoferta complementaria en la línea de creci-miento, diversificación y cualificación sonla construcción de la Biblioteca Valencianaen el Monasterio de St. Miquel deis Reis,la creación del Museo de la Ilustración ola declaración de la Llotja deis Merca-ders (1483) como Patrimonio de la Huma-nidad.

Desde el punto de vista de los equipa-mientos, hay que señalar que las infraes-tructuras aeroportuarias y marítimo-portua-rias, por su alcance espacial muy limitado,sus bajas cadencias, su especialización enrutas de carácter de negocios y por su no fá-cil conexión viaria con la ciudad, no favore-cen el crecimiento de los flujos turísticos.Ambos, y sobre todo el aeropuerto, en fun-ción de sus potencialidades, apenas son su-mandos en la capacidad de atracción de laciudad que se resiente de la marginación delas grandes rutas y compañías aeroturísticasen beneficio de Alicante (Fuster-Pedreño,1993) que ha recibido 3.456.074 pasajerosen 1994, o incluso Reus, con 316.457 pasa-

jeros en 1994. Los equipamientos deporti-vos y de relación tampoco son los óptimospara una ciudad de su nivel que, progresiva-mente, va orientando su ocio hacia otrosmunicipios de su área metropolitana (Mi-randa, 1995), a pesar, lógicamente, de quesiguen manteniéndose importantes flujosinversos.

H.2.3. El lento despertar de la demanda:volumen, tipos y comportamientos

El número de pernoctaciones (Cuadro 2)en establecimientos hoteleros es el referenteestadístico básico para aproximarse al co-nocimiento de los heterogéneos flujos deviajeros que visitan una ciudad. En este sen-tido, a partir de 1987, la Generalitat Valen-ciana elabora una Encuesta Turística (Mo-ran t-Encinas, 1995) en la que se constataque el número de pernoctaciones totales en1995 para la ciudad asciende a 897.220(904.980 el INE) y que entre 1987-1995 és-tas han crecido un 2% y desde 1993, anuali-dad récord de bajas pernoctaciones, se hanincrementado en un 20%.

En 1995, de ellas, 0,78 millones (87%) seregistran en hoteles, alcanzando los de altacategoría (cinco y cuatro estrellas) más dela mitad (52%) del total de pernoctacionesciudadanas. Precisamente, estas categorías,junto con la de dos estrellas, son las quecrecen en número de pernoctaciones, aqué-llas por la construcción de nuevos hoteles,ésta por reclasificación. Así, desde 1987 loshoteles de cinco estrellas han visto incre-mentar las pernoctaciones en un 60%; losde cuatro, un 24%, y los de dos estrellas un21%. El resto de categorías mantienen una

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tendencia de estancamiento a la baja. Unejemplo de esta última dinámica ha sido elcierre del céntrico e histórico hotel Lauria-Romaen 1995.

Después del "resort" de Benidorm y dellitoral de Alicante y Castellón, Valencia esla zona turística (6%) con mayor número depernoctaciones del País Valenciano. En estesentido, un buen indicador de su importan-cia en cuanto a demanda turística es queacoge un 27% más de pernoctaciones quetodas las zonas de interior de la región e in-cluso supera en un 3% las pernoctacionesde su propio litoral provincial. Más aún, Va-lencia, de los viajes realizados por españo-les durante el primer semestre de 1994, des-pués de Madrid (4,6%), fue, como destino,la ciudad española más visitada (2%), (Es-teban, 1994).

El grado de ocupación media mensualhotelera (Cuadro 2) en el período 1987-1995 ha descendido del 44,3% al 37%, ex-plicable, sobre todo, por el aumento de alo-

jamientos y el tímido repunte de la deman-da. Sólo la alta categoría mantiene gradosde ocupación superiores a la media (cincoestrellas, 37,6%; cuatro estrellas, 46,5%),pero que aún así están lejos de la media re-gional (66,6%), monstrándose impropias deun destino urbano y litoral. Sin embargo,este grado medio de ocupación, en torno al37%, se caracteriza por mantenerse cons-tante (Cuadro 3) tanto en temporada alta(37,2%) como en la baja (36,9%), si bienagosto, junto con diciembre, son los mesescon menor grado de ocupación (25%), ymarzo (49%), unido a julio y septiembre,los de ocupación punta. De este modo, laciudad disminuye en ocupación en los me-ses tradicionalmente vacacionales hasta serla zona turística del País Valenciano conmenor grado de ocupación en agosto (26%),y aumenta en los meses más laborales en re-lación causa/efecto con el calendario de lasferias. El grado de ocupación por plazas enfin de semana, un tanto inapreciablementesuperior, alcanza características y cifras se-mejantes.

Cuadro 3VALENCIA. ZONA TURÍSTICA.

HOTELES. INDICADORES MENSUALES DE DEMANDA. 1995

1)

2)

3)

Enero

52580

80,5

30,6

Feb.

60353

85,3

38,4

Marzo

85860

74,9

49,2

Abril

65612

83,9

38,3

Mayo

55615

81,7

31,5

Junio

58983

80,9

33,9

Julio

82643

63,5

46,8

Agosto

46668

70,8

26,1

Sep.

80198

76,5

46,9

OcL

76859

76,2

40,8

Nov.

69027

78,8

37,9

Dic.

45962

82,9

24,7

TOTAL

780360

77,4

37,0

Notas:1) Pernoctaciones totales2) Pernoctaciones de españoles(%).3) Grado medio de ocupación.(%).

Fuente: Generalitat Valenciana. Enquesta Turística.Elaboración propia.

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Turismo y ciudad: El caso de Valencia

Esta dualidad en la ocupación, inversa alos destinos turísticos convencionales, tienetambién su correlación con las nacionalida-des. Los extranjeros, de un modo relativo,aumentan las pernoctaciones en la tempora-da alta, en tanto que las de los españoles au-mentan en la temporada baja. Lógicamente,marzo y julio, sobre todo el primero a resul-tas de las singulares fiestas de las Fallas, yen menor medida el segundo en torno a laFeria, son los meses de máximas pernocta-ciones apreciándose que las primeras sonun atractivo, sobre todo, para los españoles,y la segunda, para los extranjeros.

El origen de las pernoctaciones, segúnnacionalidad, indica que el gran protagonis-mo corresponde a los españoles con el 77%y que el porcentaje ha descendido un 1 %cada año desde 1989. La categoría de cuatroestrellas, por vez primera, es la más visitada(45%), siendo éste un rasgo distintivo, yaque en el resto de zonas turísticas de la re-gión lo es la de tres estrellas, que para laciudad alcanza el 37%. Por grado de ocupa-ción media anual, la categoría de cuatro es-trellas es, asimismo, la más importante(49,5%), a mucha distancia de la siguiente,cinco estrellas, 32%. Por otra parte, la ciu-dad es, después de Madrid, la que registraun mayor porcentaje (2,3%) de viajes decuatro y más noches (Esteban, 1994).

Entre los extranjeros pernoctantes, sólo23 de cada 100, destacan por orden de im-portancia los franceses e italianos (29.350;14%, respectivamente), británicos (12%) yalemanes (28.867; 11%), los dos últimoscon fuertes crecimientos relativos desde1990, quizá como otra manifestación másde su tendencia a configurarse como turis-

tas residentes en el litoral norte y, sobretodo, sur de la región (MUN. RES, 1996).Los extraeuropeos con más pernoctacio-nes son los estadounidenses, con 13.892, ylos japoneses, con 4.295, ambos paísesmuy fascinados tradicionalmente por lasFallas. En conjunto, los hoteles más de-mandados en este caso sí son los de tresestrellas (42%), seguidos por los de cuatro(35%) y cinco.

El personal ocupado en hoteles ascien-de como media anual a 1.270 personas,del que el 70% es fijo, lo que indica que elsector contribuye poco a la generación deempleo, sobre todo, teniendo en cuentasus potencialidades. En primavera, sobretodo, y otoño aumenta mayormente el nú-mero de eventuales y menos el de fijosdiscontinuos. Verano y Navidad son infle-xiones a la baja en ocupación.

Lo que se infiere de estos datos es quela demanda turística de la ciudad de Va-lencia muestra una tendencia de creci-miento moderado desde 1987 (2%), lejosdel fuerte crecimiento global de la región(12%). A la ciudad acuden, de una maneramayoritaria, profesionales y empresariosque la visitan por motivos de negocios,que ha sido y continúa siendo, si descon-tamos las Fallas, casi el único tipo deturismo que existe. Más que propiamen-te turistas, la ciudad recibe delegadoscomerciales, que, es cierto, tienen elevadacapacidad de gasto, pero, en cambio, sola-mente la perciben como un lugar más detrabajo y no como un destino turísticodonde podría ser posible la vacación en uncontexto de turismo urbano basado en losatractivos culturales y en el que no falta-

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Emilio M. Obiol Menero

sen los recursos naturales, incluidas lasplayas.

III. LAS ESTRATEGIASDE DESARROLLO TURÍSTICO

III.1. La promoción turísticade la ciudad:el peso del anacronismo

La preocupación turística por parte delas instituciones valencianas tiene sus pri-meras formulaciones con la creación de laReal Sociedad Económica de Amigos delPaís de Valencia (1776), que en los albo-res del s. xix publicó la Guía de foraste-ros y Valencia en la mano. Durante estesiglo el visitante no es un tourist, sino unforastero o viajero que necesitaba infor-mación oficial y utilidades.

El umbral del siglo xx puso de mani-fiesto que la celebración de grandes even-tos desencadenaba un conjunto de activi-dades beneficiosas para la ciudad, entrelas que el turismo se intuía como de espe-cial interés (Marchena, 1992). La III Ex-posición Regional (1909) quiso reflejar lacapacidad de modernización y de atrac-ción de la ciudad y ser instrumentos depromoción, renovación y transformaciónde la ciudad. Sin embargo, ésta sirviópoco para adecuar y mejorar los atractivostradicionales turísticos de la ciudad y paragenerar nuevas realizaciones potencial-mente turísticas. Es cierto que con ella seurbanizó (Teixidor, 1982) e incorporó par-te de la margen izquierda del río a la ciu-dad a través de la Alameda, pero tambiénlo es que la efeméride apenas contribuyó a

promocionar la imagen de Valencia comociudad burguesa, moderna y potencial-mente atractiva.

La inquietud turística siguió creciendo yen 1919 se creó la Sociedad de Atracción deForasteros (S.A.F.), pronto transformada enSociedad Valenciana de Fomento del Turis-mo (S.V.F.T.) y editora desde 1926 de la re-vista mensual Valencia Atracción. Revistade Turismo. Además, la ciudad contaba enesos años con una delegación de la S.A.F.de Barcelona y con la Comisaría Regia deTurismo, encargada de efectuar el inventa-rio artístico y monumental del País Valen-ciano.

Hacia 1930 la Guía del Turista en Valen-cia (Galiana, 1929), declarada oficial por elayuntamiento ese mismo año, denunciabala "incomprensible ignorancia de Valenciabajo el punto de vista turístico". Enten-día como causas principales de ello la con-tradicción turística alto potencial/nimioreconocimiento, la independencia de laeconomía valenciana y su excesivo y con-traproducente desapego del Estado y la in-significante influencia, cuando no discrimi-nación política, dentro del conjunto deciudades españolas. El anonimato comociudad turística era, y quizá en parte sigasiendo, una consecuencia más del "absurdoaislamiento" en que se encontraba la ciudaden el contexto de España.

Convertir la burguesa Feria de Julio enuna especie de Feria de Abril sevillana y lasFallas en un hito turístico de primer orden,fueron objetivos turísticos permanentes du-rante el período 1871-1936, en el que se en-tendía que ambas fiestas debían comple-

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Turismo y ciudad: El caso de Valencia

mentarse para convertir a Valencia en unaciudad turística. En 1927 sale el primerTren Fallero desde Madrid. Sin embargo,durante el franquismo, y sobre todo durantela década de 1960, las Fallas se convirtieronen el elemento primordial de la promociónturística de Valencia, por cuanto ya se ha-bían convertido en propaganda del régimeny tenían una gran repercusión económicamuy beneficiosa para la ciudad. En 1960 secontabilizan 0,5 millones de visitantes, 1,5millones se esperaban en 1965, se crea unaExposición de Actividades Turísticas y seestablecen lugares de residencia para foras-teros. Desde Latinoamérica llega en 1961 elprimer Barco Fallero, y en 1963, el primerAvión Fallero, ambos cargados de valencia-nos emigrantes y con fuerte presencia enArgentina. La estrategia era que las Fallasfuesen "como la naranja, un producto de ex-portación", y que se "convirtiesen en lapuerta que abriese el Año Turístico Espa-ñol" (Hernández, 1993). El "día del turista",la elección de "Miss Turismo" o los des-cuentos en los productos locales fueron al-gunas iniciativas más de esa década.

Autoidentificada complacientemente entorno a un quinteto de símbolos vacíos ydisplicentes (huerta-naranjas, barraca-albu-fera, paella-gastronomía, Fallas-fuego, jar-dín-belleza), la ciudad basó su perfil turísti-co durante el franquismo abundando en suproverbial carácter rural y festivo carentede personalidad diferenciada y de atractivosuficiente, hasta el punto de que algún autor(K. Tynan, 1973), insistiendo en una tópicacadena secular de imagen pésima, la cali-ficó como el "centro mundial del antitu-rismo".

Desde 1979, y con los primeros ayunta-mientos democráticos, la política turísticaconoció ciertas reformas que tuvieroncomo objetivos generales avanzar haciauna imagen integradora que aunase tradi-ción y modernidad, vendiendo el productoValencia con envoltorios de calidad, diseñoy carácter lúdico y con el común denomi-nador de la mediterraneidad. De este añoson la "Mostra de Cinema" o "la Trobadade Música", ambas de ámbito mediterrá-neo. De ser "almizcle y ramillete fragantede España" se pasó a estar "a la lluna deValencia, la mar de bé".

Sin embargo, la ciudad no ha sido capazde organizar o de acoger ningún tipo deevento extraordinario que hiciese realidaddicha política de renovación turística y quela empujase a salir del letargo. Aunque fuesede de la selección española, el Campeo-nato Mundial de Fútbol de 1982 apenasdespertó expectativas turísticas en la ciu-dad. Desde entonces, la lista de frustracio-nes es larga: Euro-Disney (París), Euro-News TV (Lyon), Juegos del Mediterráneo(Bari), Capital Europea de la Cultura Año2000 (Santiago de Compostela) y OficinaArmonización del Mercado Interior de laU.E. (Alicante). Para resarcirse, la ciudadha aceptado el ofrecimiento de una empre-sa particular, cargado de incógnitas, paraconvertirse en la capital del pensamientomundial en el Tercer Milenio (1996-2001),contando con el apoyo de la Unesco.

La ciudad no ha superado con suficien-cia importantes asignaturas pendientes ensu carrera hacia el título de ciudad turística.La imagen medianamente turística (Boira,1992) que tienen sus habitantes es, en reali-

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dad, una clara minusvaloración turísticadebido al poco espíritu urbano y funcionalde la ciudad. Valencia sigue envuelta en susesteriotipos agrícolas, mantiene una capa-cidad excepcional para descuidarse o inclu-so para no autoestimarse y le cuesta sobre-manera consensuar su personalidad paraofrecerse como destino turístico diferencia-do con pretensiones de futuro. La dualidadtópico + imagen, verdadero desencadenan-te de flujos, si es que antaño funcionó entorno a las Fallas, hoy y aquí se demuestradesfasada y, lo que es peor, enturbiada portrivialidades e indefiniciones que la convir-ten en una ciudad desaborida y desanimadadesde la perspectiva turística. La ciudadtiene los inconvenientes de una urbe no tu-rística y apenas conoce las ventajas queofrece una ciudad turística.

Desde 1992 la política turística de la ciu-dad, tradicionalmente en manos de un an-quilosado Patronato Municipal de Turismo,se ha centralizado en la fundación ValenciaConvention Bureau, creada por el Ayunta-miento; la Cámara de Comercio; la Confe-deración Empresarial Valenciana, y la Fira,en el contexto de la Red de Ciudades C-6(Barcelona, Montpellier, Palma de Mallor-ca, Toulouse, Valencia y Zaragoza). Quizáello ayude a la urgencia que tiene la ciudadde mejorar la imagen y de centrarla en unaactividad turística, dejando de lado repre-sentaciones obsoletas. Debe perseguirse unconcepto único, sugestivo y sostenible queidentifique instantáneamente la ciudad yque haga encajar el producto total ofrecidocon la imagen que tiene o aspira a tener laciudad (Van Den Berg, 1995).

III.2 El espacio turístico de la ciudad:en tránsito al policentrismo

Dentro de cualquier ciudad existen espe-cializaciones territoriales de tipo histórico yurbanístico y zonificaciones de caracterís-ticas funcionales. Ambas, con el precedentemetodológico del CBD (C-6, Libro Blancode Turismo, 1995), permiten formular elDistrito de Negocios Turísticos (TBD), esdecir, el área central y dinámica de densidadde uso y concentración de la oferta turística.Junto a él existen los Distritos Recreaciona-les (RBD), que son áreas turísticas especia-lizadas caracterizadas por usos no exclusi-vamente urbanos.

En Valencia el TBD se corresponde conel centro histórico "Ciutat Vella" y el pri-mer "Eixample", ambos cerca del viejo cau-ce del río Túria, ahora incorporado, en par-te, a este espacio turístico como área verde,deportiva y cultural (4). La tendencia decrecimiento del TBD hacia el litoral es unefecto tanto de los escasos usos turísticostipo "shoping" del casco antiguo de la ciu-dad como de la planificación futura de laciudad, que persigue el sueño de integrar laciudad en el mar a través del viejo cauce delrío. El proyecto de la controvertida "Ciutatde les Arts i de les Ciéncies", pegada almargen derecho del río y a la autopista delSaler, es teóricamente una obra emblemáti-ca y, por tanto, de altos usos turísticos, yuno de los instrumentos encargados de den-sificar y de dinamizar las relaciones ciudad-mar. Con 36.000 mill./ptas. de inversión,esta especie de parque temático, diseñadopor S. Calatrava, espera recibir, a partir de1999, dos millones de visitantes/año en loque constituye el mayor proyecto urbano de

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Turismo y ciudad: El caso de Valencia

difusión cultural, educativa y de ocio que seestá desarrollando en estos momentos enEuropa. Vecina a ella se construirá la pro-yectada "Ciutat de la Justicia".

Dentro del TBD propiamente dicho cabediferenciar algunas áreas. El círculo delimi-tado por la porta (p.) de Serrans-Xátiva-p.de la Mar-p. de Quart concentra, con eleva-das densidades, la mayor parte de los atrac-tivos monumentales y museísticos, asícomo un amplio abanico de establecimien-tos hoteleros y comerciales, pero con predo-minio de los de media y baja categorías. Elensanche alrededor de la calle Colón, ver-dadera "milla de oro" de la ciudad, y GranVía M. Túria concentra la principal ofertacomercial, de restauración y de ocio, que,no obstante, se presenta, asimismo, fuerte-mente dispersa por el conjunto urbano. Am-bas poseen usos intensos de turismo de ne-gocios y de ocio.

Además de este espacio central, la ciudadcuenta con subcentros por equipamientossingulares. El más importante se sitúa en lapista de Ademuz. Puerta de acceso al aero-puerto y a la Feria de Muestras (FMIV), a laTelevisió Valenciana y al campus universita-rio de Burjassot, este eje de crecimiento seconsolidará definitivamente con la construc-ción del Palacio de Congresos. La zona po-see instalaciones hoteleras de categoría me-dia y alta de reciente construcción, buenaaccesiblidad y excelentes equipamientos co-merciales y de oferta complementaria. ElPare de Capcalera, futuro enclave del zooló-gico y centro lúdico, reforzará todavía mássu papel. De menor importancia es el quetiene por centro el Palau de la Música y elPare Gulliver que también revalorizará sus

activos con la futura Ciudad de las Artes yde las Ciencias. Todas estas zonas, coinci-dentes en gran medida con las nuevas cen-tralidades de la ciudad, necesitan una puestaen valor más decidida para su vertebracióncomo auténtico TBD.

Por lo que hace referencia al RBD, éstetiene dos áreas, ambas litorales, pero concaracterísticas distintas. La primera, al nor-te, en torno a la playa de Les Arenes y de laMalva-rosa, cerca del puerto y con antece-dentes de balnearios, se dispone en ejes pa-ralelos al mar, encontrándose allí estableci-mientos hoteleros, de ocio y, sobre todo, derestauración, de baja categoría y con de-manda prácticamente local, aunque de per-sonalidad diferenciada. La proyectada cons-trucción de un hotel en la playa de laPatacona, con miras al nuevo campus uni-versitario de Tarongers, podría revalorizareste espacio. La segunda, a 15 km. de laciudad, en los alrededores de la Dehesa delSaler y de la Albufera, concentra oferta dealojamiento y lúdica de alta categoría (Para-dor Nacional, campo de golf). La "ruta delbakalao", un fenómeno juvenil pasajeroasociado a las discotecas y salas de fiesta,ha popularizado un poco más esta última.

El frente de playas de Valencia (Cua-dro 4), como activo turístico y ciudadano,mantiene en la actualidad ciertas anomalíasfuncionales que cabría rectificar para incor-porarlo definitivamente a la ciudad. Si Va-lencia desea contar con sus playas en laconformación de su producto turístico, debepasar de prescindir y de maltratarlas en suvida cotidiana a integrarlas, racionalizándo-las, como un elemento dinamizador de lamisma y potenciador de su turismo.

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Cuadro 4PLAYAS DEL TÉRMINO MUNICIPAL DE VALENCIA. 1995

PLAYA

LA DEVESA

EL SALER

EL RECATI

LES ARENES

TOTAL

DIMENSIÓN

4940X514900X423630X502450X15115920 x 74

ACCESOS

sB

S

B

-

AZUL

93/9486

NN-

USUARIOS

0,7 / 3,355/1253/10

100/200159/339

INSTAL

SBSB

-

RESIDENTES

-

0,7/80,9 / 25

-

1,6/33Dimensión: Se expresa en metros. El ancho tiene en cuenta una anchura de +/- 1 m. entre la pleamar y la bajamar.Calificativos: S = Suficientes B = Buenos N = No.Bandera Azul.=Año de concesión.Usuaríos= En temporada Alta. (Laborables/festivos). En Miles.Población Residente= En temporada Baja/Alta. En Miles.De norte a sur las playas de Valencia son: la Patacona, la Malva-rosa, Les Arenes o de Llevant, Natzaret, Pinedo, el Saler, Ferros, la Garrofe-ra, Brava, la Malladeta, l'Alcatí, la Punta, el Recatí i el Perelló.

Fuente: Ajuntament de Valencia. Delegado de Platges. 1995. Elaboración propia.

Valencia debería incorporar como un es-pacio de ocio destacado la playa de la Mal-va-rosa, al norte, sobre todo, y la de Pinedo-Natzaret, al sur. Las adecuaciones de ambasconllevarían, respectivamente, el trasladode la autopista A-7 por detrás del polígonoindustrial de Albuixech y la llegada al mardel corredor verde del viejo cauce del ríoTúria. De este modo, la saturación porsobrecarga de capacidad de acogida que ex-perimentan las playas de las Arenas y, enmenor medida, el Saler, se rebajaría, alcan-zándose unos usos menos intensivos. En de-finitiva, de lo que se trataría sería, por unaparte, de abrir e incorporar todo, y no parte,del frente litoral y, por otra parte, de fomen-tar diferentes maneras de disfrute de la pla-ya desde el excursionismo basado en la con-templación respetuosa del medio ambiente,que iría dirigido hacia el Saler y, sobre todo,la Devesa, uno de los ecosistemas psamófi-los más valiosos del país, hasta el recreoconvencional de baños de sol y mar en elresto. Lógicamente, todo ello en un contex-

to de regeneración, recuperación y sanea-miento que incluiría también las aguas conel objetivo de volver a incluirlas como Ban-dera Azul, un distintivo que hoy sólo recogeel puerto deportivo de la Dehesa.

En resumen, el turimo de negocios siguesiendo importante en el corazón de la ciu-dad, pero además tiene vocación expansio-nista hacia el NW, siguiendo la pista deAdemuz. Por su parte, el turismo de ocio,todavía muy atraído por la zona centro, apesar de su alto grado de dispersión de laoferta, muestra una tendencia de crecimien-to hacia el SE. Buscando el litoral, siguien-do la pista del Saler.

III.3. La política turística de laRed C-6. El Caso de Valencia

Valencia debe situarse, sin complejos deinferioridad, en el marco competitivo de lasgrandes ciudades del NW mediterráneo,

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Turismo y ciudad: El caso de Valencia

Cuadro 5CIUDAD DE VALENCIA. OFERTA TURÍSTICA.RED C-6. DIAGNÓSTICO Y ESTRATEGIA. 1995.

• 1 . D I A G N Ó S T I C O »

PUNTOS FUERTES.

• Dinámica de crecimiento turístico.en calidad y cantidad.

• Colaboración pública para desarrollar turismo urbano.

• Coincidencia de segmentos estratégicosxongresos y cultura.

• Fuerte personalidad de cada ciudad,pero interheterogeneidad.

• Calidad de vida vinculada a la mediterraneidad.

• Actividad económica en crecimiento y en expectativas.

• Oferta cultural reconocida intemacionalmente (vida e historia).

• Oferta complementaria destacada.

• Entorno turístico conocido y reconocido.

PUNTOS DÉBILES.

• Escaso conocimiento en Europa .

• Dificultad colaborar público-privado.

• Poca comercialización producto turístico

• Poco uso del producto en áreas de "sol y playa"

• Poca vertebración viaria y comunicativa

• Alta competencia en el Mediterráneo Occidental.

* Inadecuación a la demanda

• Entorno subutilizado como oferta de la ciudad

• 2 . E S T R A T E G I A »

EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA

• Servicios Básicos:Cultura •

• Arquitectura Histórica •

• Urbanismo s. XX •

• Genios de la Pintura •

• Azul y verde •

C U L T U R A

EXPERIENCIA VIVENCIAL.

• Servicio Complementario: Lúdico •

• Vivir la ciudad •

• Rondas •

• Escaparates •

• Buena Mesa •

• Espectáculo •

• Deporte •

V I V I R

ACCESIBILIDAD.

• Disposición de Recursos •

• Dimensión Ciudad •

• Clima •

RECORRER

C I U D A D C U L T U R A L . P A S E O S D E C O L O R .

respondiendo a su categorización de terceraciudad española. Para ello, después de añosde escasa innovación en la promoción desus recursos, deberá apostar fuerte por lossegmentos de turismo que tienen como pú-blico objetivo las actividades de negocio(ferias-congresos), reforzándolas con seg-mentos de motivación cultural que, a corto

plazo, deberían consolidarse con el fin deoptimizar recursos, generar per se flujos devisitantes y ofrecer una imagen combinadade negocio-ocio mucho más compensada yatractiva. Todo ello asentado en una baseestratégica de obtención de ventajas por lasdiferencias y no por las similitudes (Vera-Dávila, 1995), tónica ésta no siempre obser-

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Emilio M. Obiol Menero

vable en las acciones turísticas desarrolla-das por las distintas administraciones impli-cadas.

La metodología de la Red C-6 para con-ceptualizar y posicionar su producto turísti-co conjunto (Cuadro 5) ha consistido en in-dividualizar los recursos principales y losrecursos complementarios de cada una delas ciudades atendiendo al decálogo de acti-vidades turísticas básicas: visitar, pasear,comer, espectáculos/fiestas, bailar, com-prar, copas, naturaleza, recursos entorno,deportes. La posterior valoración cuantitati-va y cualitativa los ha agrupado, por unaparte, en experiencias contemplativas y, porotra, en experiencias vivenciales, ambas fa-cilitadas por una buena accesibilidad.

Esta identificación conjunta de la Red hacristalizado en la marca global "CiudadesCulturales. Paseos de Color". La posiciónde Valencia en este contexto se resume enque posee importantes recursos turísticoscontemplativos (73%) y vivenciales (27%).Por lo que respecta a los primeros, agrupa-dos bajo las activiades pasear y visitar, suposición con ser muy importante, es mejo-rable. Vivencial y lúdicamente, la posiciónde Valencia es la mejor situada de la Red.En resumen, la ciudad posee dentro de laRed un equilibrio entre ambos factores deatracción, muy semejante por otra parte aPalma de Mallorca, y que si a priori se con-sidera de interés, de cara a su potenciacióncomo zona turística debería modificarse enel sentido de hacer crecer y diferenciar susatractivos culturales tanto para alcanzar si-nergias turísticas dentro de la Red comofuera de la misma.

IV. CONCLUSIONES

La primera idea que cabe fijar al respectoes que la ciudad posee, desde el punto devisto turístico, importantes, decisivos y di-ferenciados recursos que están infrautiliza-dos. Durante el último medio siglo, el turis-mo en la ciudad de Valencia, en mayor omenor medida, ha sido sinónimo de Fallasy, por supuesto, ésta no es hoy una asevera-ción verosímil. La ciudad no puede ni debeconformarse con productos turísticos quetienen un ciclo vital ya muy avanzado y queno despiertan la atracción necesaria ni sufi-ciente en el mercado.

Los flujos y cargas turísticas de la ciudadde Valencia, en relación a sus altas potenciali-dades, son manifiestamente escasos y debenaumentarse tanto en canttidad como en cali-dad, así como en el espacio y en el tiempo. Labaja "turistificación" de la ciudad, observableen los distintos parámetros turísticos, y quepuede esquematizarse en bajos grados deocupación media hotelera, número reducidode hoteles de alta categoría y en la tendenciade que la oferta va por delante de la demandaturística, debe rectificarse.

La estrategia debe ser seguir trabajando enel amplio abanico de posibilidades del turis-mo de negocios como táctica principal yapostar decididamente y con fuerza por el tu-rismo urbano, cultural y de entornos, de ma-nera que, a medio plazo, ambos se muestrenconvergentes e identifiquen Valencia comodestino turístico. Sólo así, es decir, propo-niéndose, por una parte, mejorar la atmósferaturística de la ciudad y, por otra, configurarproductos turísticos consistentes, contrasta-bles y diferenciados, estaremos en condicio-

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Turismo y Ciudad: El Caso de Valencia

nes de competir en el mercado del turismourbano, que se presume uno de los más prós-peros del siglo xxi.

En la carrera hacia el título de ciudad turís-tica metropolitana (Marchena, 1995), objeti-vo perfectamente asumible por Valencia, éstadebe seguir progresando y aprobar los déficitexistentes en recursos, infraestructuras, equi-pamientos y accesiblidades, de modo que amedio plazo se pueda superar el ecuador detener simplemente turismo de ciudad basadoen el segmento de negocios y Fallas, a tenerun turismo urbano compensado entre la ver-tiente contemplativa y la vivencial, para, fi-nalmente, alcanzar el reto del turismo metro-politano.

En este contexto, a corto plazo, convieneuna doble política turística. Por un lado, fo-mento del turismo de estancias cortas durantetodo el año (fin de semana, puentes), destina-do al segmento del turista urbano, cultural ymedioambiental, combinado con actuacionesen el mismo sentido dirigidas hacia los nume-rosos turistas convencionales de "sol y playa"que acuden al litoral del País Valenciano.A éstos, se les debe persuadir de la intrínsecaasociación ciudad-región y, por tanto, de lanecesaria visita a Valencia, que, lógicamente,debería tener sus productos turísticos dis-puestos para pasar revista. Esta misma políti-ca de mejora, innovación y promoción deproductos turísticos serviría para aumentar lacalidad de vida, el empleo en el sector y paraincrementar las oportunidades de establecernegocios, lo que, sin duda, también ayudaríaa solventar los déficit de integración entre elactual e importante turismo de negocio y elturismo cultural emergente.

Por otro lado, y simultáneamente, un fo-mento decidido del turismo de grandes o me-dianos acontecimientos de carácter interna-cional que ayuden en ese tránsito desde elestadio de turismo de ciudad a metropolitano.Valencia, hoy, no es percibida como destinoturístico urbano ni a escala nacional ni inter-nacional, y de ahí que la promoción y gestiónturística de la ciudad debe integrar ambas es-trategias y ponerlas en valor mejorando laimagen y centrándola en esa dualidad comocentro de negocios y lugar de ocio.

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Emilio M. Obiol Menero

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NOTAS

(1) Del total de 13.465 ha. que ocupa su superficiemunicipal, en 1995 se cultivaban 4.385, prácticamen-te las mismas que ocupa la ciudad, 4.700, a las que de-ben añadirse 3.220 de litoral y Albufera y 850 foresta-les en torno a la Devesa del Saler. En 1994, la ciudadalcanzaba los 764.296 habitantes y seguía pivotandourbanísticamente en torno al viejo cauce del río Túria.La riada de 1957 y el posterior desvío del río a travésdel Plan Sur, convirtieron al viejo cauce en un espacioabierto a la utilidad ciudadana. Entendido como co-lumna vertebral del PGOU de 1988, el proyecto, apro-bado pero no realizado, pretendía convertir el viejocauce en un inmenso parque urbano (8 km de largo1,5 mill./m2). que diseñaría unitariamente el arquitec-to R. Bofill y que tenía como objetivo básico conver-tir el cauce en un elemento integrador y articulador dela ciudad y situar a ésta entre las ciudades europeascon parques emblemáticos. La peculiaridad que tieneValencia para perder el impulso de los grandes pro-yectos le hizo perder una ocasión histórica.

(2) Se consigue relacionando capacidad hotelera ypoblación y, por tanto, permite aproximar la impor-tancia relativa que para cada ciudad tiene el turismo.

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Turismo y ciudad: El caso de Valencia

Su índice para 1995 alcanza 0,011, de los más bajosde Europa para las categorías intermedias, lo que per-mite constatar que la ciudad genera múltiples activi-dades económicas, entre las cuales el turismo no espercibido como importante. .

(3) Es difícil perfilar los parámetros básicos delturismo de reuniones en Valencia, en primer lugar,por la variabilidad de los datos y después por la es-casa serie estadística al respecto. Con todo, la pano-rámica general es la siguiente: las jornadas encabe-zan las características de los eventos, seguidos de loscongresos y las convenciones. Tienen mayoritari-mente alcance nacional, aunque el ámbito interna-cional es más importante que el regional en cuanto anúmero de reuniones y, sobre todo, en participantesy, en general, la empresa privada y las asociacionesse reparten por igual la generación de actos. El sec-tor médico-sanitario es el principal impulsor de lasreuniones, seguido del económico-comercial y delcientífico-universitario, destacando los bajos regis-tros del sector público. Los lugares de celebraciónmás acudidos son las salas de los hoteles, utilizándo-se bastante las universidades y relativamente poco el

Palau. Los meses de mayo-junio y octubre-noviem-bre son los preferidos por las reuniones, que tienenmayoritariamente duración de tres días, asistenciaentre 50-150 delegados y alojamiento en hotelesde cuatro estrellas (V.C.B., Datos Estadísticos, 1993y 1994). El gasto global medio por delegado se cal-cula en torno a las 110.000 pesetas, por lo que estres-cuatro veces superior al de un viajero de otrostipos.

(4) Vistas y analizadas las series estadísticas de laS.G.T. a partir de su Anuario de Estadísticas de Turis-mo en España y del I.N.E. en su publicación Movi-miento de Viajeros en Establecimientos Turísticos, y apesar de que ésta última incorpora desde 1987 a Va-lencia como Punto Turístico o municipio de primor-dial importancia turística, hemos preferido para nues-tros análisis, por su mayor exhaustividad y por suconocimiento más cercano a la realidad, la publica-ción de la Generalitat Valenciana denominada En-questa Turística, que se publica desde 1987. En ellala Zona Turística de Valencia Ciutat se define comoel municipio de Valencia, excepto el Saler y el Pere-Uonet.

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