Tv informativa

Cuando alguien quiere aprender periodismo televisivo, tres cosas deben quedar en claro:

- Para hacer periodismo televisivo, hay que lograr pensar en imágenes.

- En esta rama del periodismo, se debe mantener el ego controlado.

- Para trabajar en equipo, hay que conocer y comprender la tarea de las "tres patas" de un buen informe televisivo: cronista, camarógrafo y productor periodístico.

Pensar en imágenes:

Suena fácil, claro. En un informe sobre contaminación, imágenes de fábricas, peces muertos, chimeneas, ríos oscuros. En uno sobre violencia en el fútbol, se puede recurrir al archivo para obtener los últimos incidentes en un estadio. Pero... ¿en uno sobre el Mercosur? ¿Y si la noticia es que el PBI subió un 1,3%? ¿Y si es un fallo sobre la inflación? ¿Con qué imágenes acompaño una nota sobre el cambio de estrategias en el ambiente de la publicidad? ¿Lleno el informe con carteles? ¿Les hago publicidad gratis a quienes les uso su imagen?

Suena fácil, claro. En un informe sobre contaminación, imágenes de fábricas, peces muertos, chimeneas, ríos oscuros. En uno sobre violencia en el fútbol, se puede recurrir al archivo para obtener los últimos incidentes en un estadio. Pero... ¿en uno sobre el Mercosur? ¿Y si la noticia es que el PBI subió un 1,3%? ¿Y si es un fallo sobre la inflación? ¿Con qué imágenes acompaño una nota sobre el cambio de estrategias en el ambiente de la publicidad? ¿Lleno el informe con carteles? ¿Les hago publicidad gratis a quienes les uso su imagen?

Mantener el Ego bajo control

A muchos les interesa el periodismo televisivo porque les interesa salir en la tele o ser famoso. Están equivocados.

Muchos colegas quedan encandilados con las luces de la cámara. Mueren por ponerse delante de ella cuando la noticia está ocurriendo detrás de ellos (y, por ende, no la dejan ver).

Detrás de cada conductor de noticiero o presentador de programas hay decenas de personas. Suena chocante decirlo, pero varios integrantes de ese equipo son más valorados en el ambiente e, incluso, ganan más dinero que la "cara conocida" que, dicho sea de paso, puede pasar de moda.

Dejó en claro el punto: nosotros (los periodistas) no debemos ser los protagonistas. La noticia debe serlo.

Trabajar en EquipoPero para trabajar en equipo se debe conocer muy bien las tareas de los demás. Siempre. Y el periodismo televisivo no es la excepción.

Vos sos el periodista. Te preparaste, sabes. Pero, en televisión, sin el trabajo del camarógrafo no sos nada. Tu trabajo depende del de él. No te complementa (como en el caso de un cronista y un fotógrafo en un diario). En televisión, lo necesitas. Para ello, deberás conocer al dedillo su tarea. Y convertir esa "dependencia" en un efecto multiplicador. Tu trabajo quedará infinitamente mejor si conoces, aparte de noticias, mucho de imágenes. Así como una mala relación puede arruinar un informe, una buena relación puede hacer que tu aporte al mismo parezca mucho mayor.

Las mejores notas salen cuando el camarógrafo respeta las instrucciones de un periodista. Pero de un periodista que sabe.

Las mejores imágenes las logra un camarógrafo que cuenta con el respaldo del periodista: a veces, un buen plano resume 30 segundos de explicaciones. Encontrarlo lleva tiempo. Un periodista que no entiende el trabajo del otro lo apuraría. Y, acá está la clave, un periodista que no entiende el trabajo del cámara no distingue entre uno que encuentra esas imágenes y uno que simplemente está perdiendo el tiempo.

NUEVAS TENDENCIAS DE LA TV NUEVAS TENDENCIAS DE LA TV INFORMATIVAINFORMATIVA

La instantaneidadLa instantaneidad (heredera de la rapidez que el (heredera de la rapidez que el periodismo audiovisual refuerza) abre una periodismo audiovisual refuerza) abre una perspectiva compleja en la actualidad, al fundir cada perspectiva compleja en la actualidad, al fundir cada vez más los tiempos de ocurrencia, elaboración y vez más los tiempos de ocurrencia, elaboración y transmisión de la noticia. Así la velocidad marca el transmisión de la noticia. Así la velocidad marca el contenido. Y ello puede condicionar su calidad sin contenido. Y ello puede condicionar su calidad sin una mediación profesional y ética elevadas.una mediación profesional y ética elevadas.

Inmersa en el festín de la velocidad y los recursos informáticos, la información audiovisual enfrenta el lance de la alta visualidad que conlleva al uso de todos los recursos tecnológicos disponibles y el despliegue de un atractivo visual sin precedentes para la construcción informativa. En su reverso, esta tendencia se podría denominar como sobrestimación visualsobrestimación visual, resumida por Ignacio Ramonet en la tan conocida como posesionada sentencia de “ver para comprender”, donde tiende a dejarse a las imágenes la comprensión de los hechos, subestimando la palabra y, por tanto, se invierte la lógica del juicio cabal del acontecimiento.

Representada en la cadena multinacional CNN a partir del discurso periodístico televisivo de la Guerra del Golfo (que marcó el inicio de una era de ostentación tecnológica incluidos todos los recursos infográficos para noticiar privilegiadamente el bando norteamericano), la tendencia preformativa de la información audiovisual está marcada por el despliegue tecnológico visible que construye una imagen anticipada del acontecimiento mismo. Subraya una construcción iconográfica, en la cual predomina “la seducción del ver-hacerse, en tiempo real, la imagen ante nuestros ojos” (Abril: 1991: 127), que se sirve de la experiencia tecnológica y entrenamiento del ciudadano de hoy en el videojuego, convierte al hecho en virtual y lo despoja de su verdadero sentido informativo, su impacto movilizador.

Representada en la cadena multinacional CNN a partir del discurso periodístico televisivo de la Guerra del Golfo (que marcó el inicio de una era de ostentación tecnológica incluidos todos los recursos infográficos para noticiar privilegiadamente el bando norteamericano), la tendencia preformativa de la información audiovisual está marcada por el despliegue tecnológico visible que construye una imagen anticipada del acontecimiento mismo. Subraya una construcción iconográfica, en la cual predomina “la seducción del ver-hacerse, en tiempo real, la imagen ante nuestros ojos” (Abril: 1991: 127), que se sirve de la experiencia tecnológica y entrenamiento del ciudadano de hoy en el videojuego, convierte al hecho en virtual y lo despoja de su verdadero sentido informativo, su impacto movilizador.

En la actualidad, existe una tendencia al dramatismo, a la espectacularidad. En la actualidad, existe una tendencia al dramatismo, a la espectacularidad, que convierte hechos informativos en espectaculares, a la búsqueda de lo extraordinario en todos los ámbitos de la vida humana, con acentos en la cotidianeidad y la intimidad. Ello puede generar sensacionalismo e informaciones sin relevancia como ciertamente afirman muchos autores y es evidente en la pantalla informativa televisiva. Pero vigoriza a su vez la potencialidad emancipadora si es esgrimida en bien público, desnuda de consumismo y se respeta la dignidad humana al convertir al público en hacedor y partícipe comprometido de la vida de todos, donde la emoción no ciegue la razón; y en cambio la movilice.

En la actualidad, existe una tendencia al dramatismo, a la espectacularidad. En la actualidad, existe una tendencia al dramatismo, a la espectacularidad, que convierte hechos informativos en espectaculares, a la búsqueda de lo extraordinario en todos los ámbitos de la vida humana, con acentos en la cotidianeidad y la intimidad. Ello puede generar sensacionalismo e informaciones sin relevancia como ciertamente afirman muchos autores y es evidente en la pantalla informativa televisiva. Pero vigoriza a su vez la potencialidad emancipadora si es esgrimida en bien público, desnuda de consumismo y se respeta la dignidad humana al convertir al público en hacedor y partícipe comprometido de la vida de todos, donde la emoción no ciegue la razón; y en cambio la movilice.

Relacionada con la influencia terminante del espectáculo en la información audiovisual, crece la cualidad local-global de ésta, condicionada por el renovado interés de saber de sí mismos y el entorno, así como de extenderse hacia los otros, en tanto similares y diferentes ante las antológicas interrogantes de la existencia humana y la vida común. Elemento que ha dado lugar a tanto rito de lo banal y lo vulgar, pero con potencialidades exactamente contrarias. culo en la información audiovisual, crece la cualidad local-global de ésta, condicionada por el renovado interés de saber de sí mismos y el entorno, así como de extenderse hacia los otros, en tanto similares y diferentes ante las antológicas interrogantes de la existencia humana y la vida común.

Igualmente puede suscribirse hoy una elevada capacidad dialógica, sellada por las posibilidades que las tecnologías dan al uso de entrevistas y a la participación en acontecimientos informativos -incluso simultánea- de públicos cada vez mayores, diversos y distantes.

ACTO PREFORMATIVO

El filósofo inglés John Langshaw Austín formula la teoría de los actos del habla como reacción contra lo que él denomino mentira descriptiva de lenguaje, según la cual la función del lenguaje es describir estados de cosas. Una consecuencia de dicha función es que lo que se dice puede ser evaluable en dos categorías: falso o verdadero, pues el lenguaje no se deja reducir solamente a esto.

Para Austín, con el lenguaje se pueden hacer cosas. Por ejemplo, cuando la acción consiste en decir o enunciar una promesa, hacer amenazas, o bien declarar el amor a alguien. En estos casos el lenguaje tiene un uso que va más allá de la mera descripción o constatación de estados de cosas. A este uso se denomina preformativo o realizativo, que significa que se hacen cosas al hablar, sobre las cuales no se puede decir que son falsas o verdaderas. Son actos del habla. Austín considera que la función más importante del lenguaje no es la descriptiva sino la preformativa.

Cuando se describe o se cuenta algo, realmente se está haciendo algo como cuando se emite un juramento. La teoría de los actos del habla implica que la función principal del lenguaje es preformativo, lo que equivale a decir que se hace cosas con palabras. Según Austín, los actos del habla están conformados por:· Acto locucionario (de locutio, el decir): el acto mismo de decir algo.· Acto ilocucionario (de in locutio, en el decir): el acto realizado al decir algo.· Acto perlocucionario (de per locutio, por el decir); el acto realizado por hacer dicho algo.

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