Un comercio justo tambien para los agricultores belgas?

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He aquí pues que un tipo de comercio, bien conocido por el público belga pero confinado a los intercambios comer- ciales solidarios Norte-Sur, que se cuela en el debate de nuestra política agraria. En Bélgica, también se incita a los productores agrícolas a producir más por un precio unitario cada vez más bajo, so pena de desaparecer. Tanto en el Norte como en el Sur, una agricultura con superficies de tamaño razonable, en policultivo, respetuosa con el equilibrio medioambiental, está muy amenazada por un modelo dominante de mono- cultivo intensivo. La noción de justo podría pues aplicarse también a los productores europeos preocupados por unir saber ances- tral y técnicas modernas, con vistas a obtener un modelo agrícola sostenible y que favorezca el tejido social. Los productores que consideran su granja como un ecosiste- ma vivo proponen productos de calidad, sanos y nutritivos, que respetan la materia prima y al consumidor. * Como respuesta a la crisis del sector lechero en 2009, ciertos agricultores belgas lanzaron su propia marca soli- daria. Fairebel, que garantiza una remuneración correcta a los 500 miembros de la cooperativa Faircoop, cuyo 65 % está situado en Valonia y el 35 % en Flandes. Cada litro de leche aporta 10 céntimos adicionales al productor. Excep- to Delhaize y Aldi, la mayoría de los supermercados bel- gas venden actualmente la leche Fairebel. Tras la leche semidesnatada, la cooperativa produce hoy leche entera con chocolate y 3 tipos de helados. www.fairebel.be Pero Fairebel no es la única. En octubre de 2011, durante la Semana del Comercio Justo, el mayorista ecológico Biosano y la cooperativa Biomelk Vlaanderen lanzaban Bionido/Biodia, una leche ecológica y justa. Dos veces al año, excepto si los costes de producción lo exigen, el pre- cio de la leche se recalcula para permitir al agricultor no vender nunca su leche por debajo del precio de coste y recibir una remuneración justa por su trabajo. Wim de Middeleer, responsable comercial de Biomelk Vlaanderen, explica: “El modelo toma como referencia una granja lechera de 60 vacas y 1,5 trabajadores con dedica- ción exclusiva. El precio del litro de leche ecológica se basa en parámetros detallados como el precio del forraje, el precio medio de producción, la renta media de un agri- cultor y los gastos de salud.” El pliego de condiciones ha sido desarrollado en colaboración con la ONG Vredesei- landen. Procesos similares también se han llevado a cabo en otras partes de Europa. © Daniel Plazanet

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Flash-back: 2009, la crisis de la leche alcanza su punto culminante en Europa. Imágenes impactantes. En nuestro país, agricultores al borde de la quiebra vierten millones de litros de leche en los prados. ¿Y hoy? La situación no es mucho más halagüeña. Tras dos años de alza, los precios han vuelto a caer de nuevo este verano, rondando los 25 céntimos el litro. Los agricultores belgas también reclaman un precio y un comercio justos. Una demanda que no es unánime en los actores históricos del sector.

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Page 1: Un comercio justo tambien para los agricultores belgas?

He aquí pues que un tipo de comercio, bien conocido por

el público belga pero confinado a los intercambios comer-

ciales solidarios Norte-Sur, que se cuela en el debate de

nuestra política agraria.

En Bélgica, también se incita a los productores agrícolas a

producir más por un precio unitario cada vez más bajo, so

pena de desaparecer. Tanto en el Norte como en el Sur,

una agricultura con superficies de tamaño razonable, en

policultivo, respetuosa con el equilibrio medioambiental,

está muy amenazada por un modelo dominante de mono-

cultivo intensivo.

La noción de justo podría pues aplicarse también a los

productores europeos preocupados por unir saber ances-

tral y técnicas modernas, con vistas a obtener un modelo

agrícola sostenible y que favorezca el tejido social. Los

productores que consideran su granja como un ecosiste-

ma vivo proponen productos de calidad, sanos y nutritivos,

que respetan la materia prima y al consumidor. *

Como respuesta a la crisis del sector lechero en 2009,

ciertos agricultores belgas lanzaron su propia marca soli-

daria.

Fairebel, que garantiza una remuneración correcta a los

500 miembros de la cooperativa Faircoop, cuyo 65 % está

situado en Valonia y el 35 % en Flandes. Cada litro de

leche aporta 10 céntimos adicionales al productor. Excep-

to Delhaize y Aldi, la mayoría de los supermercados bel-

gas venden actualmente la leche Fairebel. Tras la leche

semidesnatada, la cooperativa produce hoy leche entera

con chocolate y 3 tipos de helados. www.fairebel.be

Pero Fairebel no es la única. En octubre de 2011, durante

la Semana del Comercio Justo, el mayorista ecológico

Biosano y la cooperativa Biomelk Vlaanderen lanzaban

Bionido/Biodia, una leche ecológica y justa. Dos veces al

año, excepto si los costes de producción lo exigen, el pre-

cio de la leche se recalcula para permitir al agricultor no

vender nunca su leche por debajo del precio de coste y

recibir una remuneración justa por su trabajo.

Wim de Middeleer, responsable comercial de Biomelk

Vlaanderen, explica: “El modelo toma como referencia una

granja lechera de 60 vacas y 1,5 trabajadores con dedica-

ción exclusiva. El precio del litro de leche ecológica se

basa en parámetros detallados como el precio del forraje,

el precio medio de producción, la renta media de un agri-

cultor y los gastos de salud.” El pliego de condiciones ha

sido desarrollado en colaboración con la ONG Vredesei-

landen. Procesos similares también se han llevado a cabo

en otras partes de Europa.

© Daniel Plazanet

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En 2010, Naturland, una conocida certificación

ecológica alemana, presentaba en el salón

BioFach - la mayor feria de agricultura

ecológica de Europa - una leche certificada

Naturland Fair procedente de las estribaciones

de los Alpes bávaros. En Inglaterra, varias per-

sonalidades, entre ellas el arzobispo de York,

se expresaron para que la certificación Fair-

trade pudiera atribuirse a los productores na-

cionales de leche para salvar una industria en

peligro.

Max Havelaar, la principal organización certifi-

cadora del sector, parece ser la más reticente

a la apertura del concepto de comercio justo a los produc-

tos europeos. Incluso si “Max Havelaar Bélgica apoya

todas las iniciativas que pretenden garantizar la existencia

de los agricultores locales”, la organización “prefiere ver el

término Fairtrade y su etiqueta reservados a los productos

fabricados por productores desfavorecidos del Sur. El co-

mercio justo es, desde sus inicios y hasta hoy, una visión

alternativa para reducir la pobreza que tiene su origen en

la filosofía del comercio, no de la ayuda. Fairtrade se

orienta a más de mil millones de personas pobres que

viven con menos de dos dólares al día. Fairtrade pretende

crear las condiciones para que estas personas adquieran

la posición y los medios para salir por sí mismas de la

espiral de la pobreza”.

En Flandes, Oxfam-Wereldwinkels comparte ampliamen-

te esta opinión: “La problemática de desarrollo y los obs-

táculos que tienen los agricultores del Sur son tales que

necesitan un enfoque específico. El comercio justo, que

engloba los tres pilares del desarrollo sostenible

(económico, ecológico y social), es el modelo más apro-

piado para ello. Es importante que se pro-

mueva y apoye la producción sostenible del

Norte. Queremos compartir nuestra expe-

riencia en materia de agricultura y de co-

mercio en el Sur y con el Sur, pero no con-

sideramos que esta sea la tarea primordial

del movimiento del comercio justo”.

Por su parte, Oxfam-Magasins du monde

es más positivo y trabaja desde hace varios

meses con diferentes cooperativas de agri-

cultores belgas para apoyarles y dar salida a su fruta y

verdura a través de su red de venta. La ONG desea “abrir

más resueltamente su proyecto a la dimensión Norte-

Norte y desarrollar sinergias con organizaciones belgas

activas para la promoción de un modelo agrícola campe-

sino, y ofrecer también nuevas perspectivas a los agricul-

tores del Norte en términos de distribución”. La estrategia

“comercio justo Norte” será validada en la organización a

principios de 2013.

En 2011, Alter Eco y Ethiquable, dos actores

franceses del comercio justo, lanzaron, cada uno

por su lado, un nuevo proceso de comercio jus-

to, ecológico y local para los pequeños agriculto-

res del país. En Ethiquable la gama Paysans

d’ici se basa en una declaración de 27 criterios

para mantener la agricultura campesina.

Desde abril de 2011 hay disponibles 16 produc-

tos desarrollados con 9 agrupaciones de produc-

tores franceses, de los que algunos ya se ven-

den en el mercado belga.

El comercio justo de proximidad toma su legitimi-

dad en la relocalización de la economía, los cir-

cuitos cortos y la lucha contra los excesos de la

globalización, que hacen viajar manzanas de Sudáfrica a

Europa o zumo de manzana justa de Chile a Bélgica.

Por otra parte, el comercio justo local también se desarrol-

la en el Sur. Numerosas iniciativas ven la luz en diferentes

países, particularmente en Ecuador, India, México, Brasil,

Sudáfrica o Kenia, apoyándose en el poder adquisitivo de

las clases medias y en el sector turístico en auge.

Samuel Poos

Coordinateur du Trade for Development Centre, 2ème édition,

juillet 2013.

*Alter Eco, dosier de prensa de presentación de la nueva gama, enero de

2011