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EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - VIERNES 23 DE DICIEMBRE DE 1938.

DISCURSO PRONUNCIADO POR FX DR. JOSÉ C. FERRER...

Bit» «i la exclamación dt todoi loj marides cuando i« tientan a la maia a saborear los ricos platos preparado» con la ayuda del nuaro • Interesante libro da cocina da Malsana Duryea. La Malsana Dur- yea as el iccrtto para preparar una grao variedad da platoa apetecí blti —el ayudanta de toda ama de casa y lo que todas las madres sugieren a su» hijas reden casadas.- lOsuroi^-Sj-s

Manilo d* Bcaeafu ou»»oi píate». t*n ubroioi como Isa» udabl ts, coa Mauaaa Dures,

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(Continuación de la página 22.) ga sufrió un estancamiento en su desarrollo y podemos decir que dur- mió toda la obra constituida por el gran maestro, hasta que resucitó, al crearse en Alejandría, la famo- sa universidad egipcia, en la cual representaron papeles de primera fila hombres de la talla de Eucil- des, Hero y Estrato. Fué en Ale* jandria en donde se hicieron las primeras disecciones por Herófilo y Erssistrato, y desde este momento en que se clasificó la anatomía re- gional comenzó el desarrollo de U cirugía. Siguieron universidades en Salerne. Psdua y París. Llegó l« época del Renacimiento, luego la asepsia, ls snestesia, Pasteur, Ra- yos X, Radium, hasta el momento actual, en que la ciencia médica ha podido conquistar casi todos los obstáculos jon que se ha confron- tado para el alivio de las dolencias* humanas, sobresaliendo entre nues- tro» problemas a resolver, la etio- logía y luego el tratamiento radi- cal de la terrible plaga del cáncer.

Toda eata evolución, toda eata cultura científica, ha llegado al re- finamiento de nuestros días, por la abnegación, por el sacrificio y por los desvelos de hombres que han preferido vivir por la humanidad que morir por ella. Sin embargo, la exposición de contagios con que es- tamos amenazados en la atención de nuestros enfermos y en las in- vestigaciones científicas ha traído por consecuencia la pérdida de mu- chas vidas de hombres como lo fueron John Hunter, Noguchl, Jeas W. Lszear y muchos otros que po- dríamos enumerar con facilidad. En Puerto Rico, como casos típi- cos de procesos graves adquirido* al servicio profesional, recordamos en estos últimos días una enferme- dad de la piel que contrajo el Dr. Arturo L. Cerrión y la gravedaa del Dr. Manuel Pavía Fernández.

La profesión médica se critica agriamente sin motivo para ello. Se nos acusa por los honorarios altos que cobramos a nuestroa clientes. Se nos ha tildado de mercenarios de la ciencia y ae nos trae a >a mente el recordatorio de que en la época antigua los médicos vivían por la humanidad y tan sólo por la humanidad. Sin embargo, en la época de Hipócrates, las ciudades de Grecia contrataban los servicios de los médicos, dejándoles libres al ejercicio de su profesión las horas necesarias que el profesional eli- giese, y por estos servicios presta- dos al pueblo se les pagaba una suma no menor de 2.000 pesos al ano, suma que está por encima del promedio de lo que ganan los mé- dicos en el presente. Hablan hom- bres que al dedicarse a la sangría! se aseguraban por esto nada más, una suma de 1,500 pesos al ano, sin contar con otras asignaciones por recetar purgantes y por consultas ligeras. El célebre Gabriel Batís- chua. un i'avorlto de Harum Al Rashid. además de recibir estos 1.500 pesos, tenia entradas colate- rales de 6,250 pesos al año del go- bierno. Se estima que su fortuna durante su vids, por concepto de ingresos por servicios profesiona- les, ascendió a la cifra de 10,000,000 de pesos, y cuando fueron requeri- dos su consejos por Al-Meiamum, recibió como recompensa el equiva- lente hoy en día de 1125,000, que de acuerdo con Withington, es !a suma mayor que se ha pagado por una consulta. Asi sucesivamente, tenemos a Abu Nasr, El Welld. Al Mansur, etc., que giraban alrede- dor de las mismas cifras en sus en- tradas.

Es cierto que en la Roma anti-

gua se repudió la práctica de que se recibiese remuneración por asis- tir enfermos, y hasta que no se so- brepuso Ascleplades, por au habili- dad en combatir teorías dogmáti- cas empíricas, no comenzó a consi- derarse en la Roma al médico co- mo un hombr* con tanto derecho a la vida como los demás. Y luego de la época de Cristo, en la fusión del Estado con el Clero, y aún mes tarde, con la separación del Estado y el Clero, el médico brillante re- cibía ayuda, recibía aliento y reci- bía todo el respaldo que un pais puede darle a aquel que trabaja al servicio de la humanidad. Pero en estos días de cultura moderna, ruando todo el mundo san* de to- do, y el más Ignorante sabe más que el más sabio, el médico se com- bate por sus procedimientos, por sus cobros y hasta por su morali- dad, por aquellos que menos dere- cho tienen a criticarlo, y desgra- ciadamente, para que la herida sea más dolorosa, entre estos críticos acérrimos, encontramos como nues- tros peores enemigos, algunos hom- bres de nuestra misma profesión.

Acaba de salir un articulo en la revista Ken. en la edición corres- pondiente al mes de diciembre, es- crito por el doctor Archlbald Simo- son, donde se nos recuerda las teo- rías de Hipócrates, y se representa al médico sosteniendo una balan- za en sus manos, y en uno de sus platos descansa el cuerpo de un hombre, representando la salud pú- blica, y como contrapeso mucho más grande, en el otro plato apa- rece un saco representando el oro pagado por nuestros servicios.

El hombre que estudia, el hom- bre que trabaja con honradez, el hombre que vive retirado de todos los atractivos y tentaciones del mundo, el hombre que se dedica n su profesión con seriedad, con des- prendimiento y con la abnegación, que requiere el ejercicio de la cien- cia médica, no puede estar pensan- do cuáles han de ser o no han de ser las recompensas que ha de re- cibir por su trabajo profesional. Nuestra práctica es un sacerdocio, y como un sacerdocio es que pres- tamos nuestres servicios, porque, salvo las enfermeras, las herma- nas de la caridad, y nosotros, no hay ningún ser humano que expon- ga su vida, que venga en contacto con las miserias más devastadoras de la tierra, que limpie una llaga, que atiende un canceroso y que re- ciba las pestilencias de -la podre- dumbre de la gangrena con la ab- negación y con el espíritu de mise- ricordia que lo hacen las enfer- meras, y los médicos, al servicio de nuestra ciencia, y como lo ha- cen laa hermanas de la caridad al servicio de Dios.

Indiscutiblemente, no p o d e m os negar que en nuestra profesión hay comerciantes, e indiscutible- mente, no podemos negar que el célebre autor de La Citadela. Dr. A. J. Cronin, ha descrito clásica- mente lo que conocemos como pa- rásitos de Park Avenue, hombrea que se dedican a la explotación de mujeres hipocondriacas: hom- bres que por lo regular comercian,

por su belleza física, a merced de los trastornos glandulares de muje- res adineradas. Y como tales se nos pinta en la famosa Citadela. Yo desafio al Dr. Cronin que ven- ga a Puerto Rico para que sepa lo que es trabajar sin escrúpulos.

1 que es abnegación profesional y lo que es ser un verdadero médico.

La clase médica portorriqueña no tiene que envidiarle nada a na- die. Con nuestros medios humildes, con nuestra escasez de recursos v con los obstáculos que a diarlo en- contramos, tenemos una base cul- tural en promedio muchísimo más alta que cualquier pala del mundo. Donde quiera que visitan nuestros hombres, donde quiera que se leen trabajos científicos escritos por mé-

•dicos portorriqueños, se reconoce nuestra sabiduría, se reconoce nuestra labor, nuestra preparación científica y nuestra agudeza de en- tendimiento. Yo quisiera ver mu- chos de esos sabios médicos de las grande urbes venir a demoatrar sus dotes de habilidad a este país. con los medios que tenemos, para ver si es cierto que pueden tra- bajar con la misma habilidad que lo harían en sitios en donde están rodeados por todo el confort v por todo lujo.

Y allá, en los Estados Unidos de América, se llegó a Intentar asa- lariar los médicos bajo el control del Gobierno; se trató de estable- cer principios radicales con nues- tra profesión: se nos trató de co- hibir los derechos y libertades que debe tener todo aquel que vive ba- jo un gobierno democrático; se pretendió usar las prédicas y las prácticas de países totalitarios, en donde un gobierno está dirigido por un hombre que tenga la creencia de que el hombre no es un ser abs- tracto, que es el hombre el mundo de los hombres, el estado, la socie- dad. Países que. so pretexto cultu- ral, destruyen huta los principios de Hegel iara sustituirlos por *•] ateísmo de Strauss; países en los cuales sus jefes creen que Dios ha sido destronado y que en sus tie- rras el jefe es Dios, y por encima de Dios el jefe.

Afortunadamente, el gobierno .del presidente Roosevelt no aceptó es- tas recomendaciones, y bajo la di- rección juiciosa de hombres de pen- samiento claro, se ha cambiado to- do el programa en baaes y princi- pios razonables.

Nosotros no nos oponemos, como no nos podemos oponer, a que se busquen todos los medios posibles para ayudar a loa enfermos po- bres; pero si nos oponemos a que el manejo de estos principios sea entregado a políticos desconocedo- res de los métodos adecuados que han de utilizarse para que sean efectivos sin menoscabo a los prin* clplos científicos de la clase mé- dica.

Toda evolución, todo cambio, to- do ensayo que se haga, debe ser dirigido por hombres de conoci- mientos sólidos en esta materia, para que se puedan apreciar los be- neficios derlvsdos de estos cam- bios, y los métodos y medios que se han de buscar para corregir las

faltas que se encuentren según es- tos programas vayan desenvolvién- dose.

Nosotros criticamos a ¡a Comi- sión Federal de Salud, porque co- mo norte del Gobierno nos ha cri- ticado a nosotros, al querernos ha- cer aparecer como despreocupados y como hombres faltos de corazón. El Gobierno no puede acusarnos it negligentes, si el Gobierno no nos da los medios para prestar nues- tros servicios.

Puerto Rico ha respondido a nuestro clamor; nuestros legislado- res han oído nuestra voz, y el pue- blo de Puerto Rico, siempre noble, siempre digno y siempre caritativo, ha emprendido una obra, una nue- va era de caridad lentlflca, cons- truyendo para fines caritativos cuatro hospitales de distrito, en donde, por lo menos en gran parte, nuestras clases sufridas han de re- cibir el beneficio de nuestra cien- cia.

Asi es como debemos trabajar en todos los países civilizados: un en- tendido absoluto entre el médico y el gobierno, una solidaridad fran- ca, sin prejuicios y sin antagonis- mos, para que el día de mañana, nuestros pobres y nuestra clase media, no tengan derecho a que- jarse por el abandono, no tengan derecho a quejarse de encontrarse huérfanos de med' is para defender sus vidas; puesto que si a nosotros nos toca la misión de tratar de sa- nar sus heridas, al gobierno le to- ca la misión de darnos los sitios adecuados donde poder practicar nuestra caridad."

Notas de Cabo Rojo

Partido Popular Demo- crático

Hasta el viernes 16 se han ins- crito MIL CINCUENTA Y SIETE (1.057) electores para el Partido Popular Democrático, excediéndose en una cantidad de 157 la cantldsd asignada a Cabo Rojo. La direc- ción se propone inscribir durante dos días más.

Simpática fiesta En la noche del viernes último

los miembros del Capitulo "Estela de Luz" número 7 de la Orden Es- trella de Oriente, obsequiaron a su Venerable Matrona Doña Va- lentina Ramírez con un asalto en ocasión de su cumpleaños. Hubo poesías, cantos y se estuvo bailan- i do hasta la 1:00 A. M.

Don Miguel Cario Ha regresado del Norte y se ha-

lla bastante mejor de la enferme- dad que le obligó recluirse en una clínica en Nueva York, Don Miguel Cario Pabón.

La Mu Phi Kappa La Sororidad Mu-Phi-Kappa ce-

lebró el domingo en la noche en la residencie de los esposos Rodrí- guez Pérez, un baile muy anima- do.

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Aplaude el nombramien- to del Sr. Sosa López Los habitantes de San Juan y sus

barrios no podemos permanecer si- lenciosos ante el merecido nombra- miento del señor Manuel Sosa Ló- pez, para miembro de la Junta de Comisionados de la Capital, porque nos consta que este caballero lle- nará dicho cometido con lealtad y eficiencia, toda vez que él goza de las cualidades necesarias en un hombre público, que ha de velar por los sagrados intereses de la co- munidad en que convive.

Por tales razones, aprovecho este momento, para felicitar al Gobier- no de la Capital por tal nombra- miento, seguro de que la labor del señor Sosa López, será efectiva y meritoria para esta municipalidad. que tanta necesidad tiene de que se haga una mejora administrativa con la mayor urgencia para benefi- cio general.

Francinco A. VillafaUe

Asamblea de trabajado- res agrícolas

La Unión de Trabajadores Agrí- colas de Canóvanas se reunió en asamblea general Entre los acuerdos de mayor importancia aprobados, figura el de la elección del Comité.

Los carneradas siguientes fue- ron nombrados para integrar el Comité: . Carmelo Delgado Caray, Presi- dente; Emilio Cruz. VIce Presiden- te; Fernando Quiñones. Secretarlo de Récord; Ernesto Ortlz, Tesore- ro; Bienvenido González. Secreta- rlo Financiero; Clemente Mújlca, Marshal; Vocales. Isidoro Pache- co, Clemente Cotto, Francisco Fa- lero, Aurelio Cerrión.

El agente del trabajo señor Ma- nuel Díaz Díaz pronunció una con- ferencia acerca de los fines que persigue lo organización.

Carmelo ENCARNACIÓN Pre»td>nf«.

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