Un gran espectáculo planetario · 2019. 7. 22. · lunar demuestra cómo la llega-da del hombre a...

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A.J. GONZÁLEZ El verano en el que los cordobeses no dejaban de mirar hacia el cielo DOCUMENTOS CÓRDOBA 20 DE JULIO DEL 2019 Director: Rafael Romero Castillo EN LA MEMORIA Luna de Córdoba HOY SE CUMPLEN CINCUENTA AÑOS DEL PRIMER VIAJE A LA LUNA, UN HITO HISTÓRICO DEL QUE CÓRDOBA TUVO EL PRIVILEGIO DE SER PARTÍCIPE Y TESTIGO CON UN CIELO PATRIMONIO MUNDIAL Patrimonial. Córdoba mantiene una relación con el firmamento que ha sido admirado en el pasado, en el presente y proyecta hacia el futuro. CÓRDOBA, AQUEL JULIO DE 1969

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A.J. GONZÁLEZ

El verano en el que los cordobeses no dejaban de mirar hacia el cielo

DOCUMENTOSCÓRDOBA

20 DE JULIO DEL 2019

Director: Rafael Romero Castillo

EN LA MEMORIA

Luna de CórdobaHOY SE CUMPLEN CINCUENTA AÑOS DEL PRIMER VIAJE A LA LUNA, UN HITO HISTÓRICO DEL QUE CÓRDOBA TUVO EL PRIVILEGIO DE SER PARTÍCIPE Y TESTIGO CON UN CIELO PATRIMONIO MUNDIAL

Patrimonial. Córdoba mantiene una relación con el firmamento que ha sido admirado en el pasado, en el presente y proyecta hacia el futuro.

CÓRDOBA, AQUEL JULIO DE 1969

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La LLegada a La Luna coronó a La teLevisión como medio mundiaL. eL aLunizaje en vivo fue seguido por 600 miLLones de espectadores

Hace exactamente 50 años, el hombre lo-gró dejar su huella en la Luna. esta his-tórica hazaña espa-cial, que hoy con-

memora su aniversario, supuso un antes y un después en la his-toria de la humanidad. inclu-so ahora, que ya se empiezan a plantear futuros proyectos de exploración de marte, hay quie-nes sostienen que nada estará a la altura de la primera vez que el ser humano logró superar la barrera de la tierra. Y quizás sea por eso que este histórico even-

VALENTINA RAFFIO

Un gran espectáculo planetarioto ha quedado impreso en los recuerdos de todos aquellos que tuvieron la suerte de verlo en di-recto.

eran las 21.17, hora peninsular española, del 20 de julio de 1969 cuando el módulo lunar se posó con éxito sobre la superficie del satélite. tras un breve y obligado descanso, el comandante de la mi-sión, neil armstrong, se prepara-ba para aquel que definiría como «un gran paso para un hombre, pero un gran salto para la huma-nidad». mientras, en la tierra, el mundo entero permanecía expec-tante. el evento fue televisado en directo ante 600 millones de es-pectadores. en españa, eran las

3.56 de la madrugada cuando ar-mstrong asomó por la compuer-ta del Eagle. solo ante los televi-sores españoles, casi 20 millones de personas siguieron en directo la transmisión de jesús Hermida

aldrin sobre la Luna, aunque las hubo, y de la pluma de periodis-tas como oriana fallaci que vivie-ron el alunizaje desde el mismo centro de control de la nasa. Las imágenes hablaban por sí solas. La primera excursión lunar trajo de vuelta centenares de vídeos e instantáneas de aquel histórico hito que rápidamente inunda-ron todo el planeta. La gran ha-zaña lunar, de hecho, coincidió con la etapa dorada de los medios de comunicación audiovisuales. Y es gracias a su testimonio que ahora, 50 años después, podemos saber cómo se vivió y, sobre todo, cómo se contó la llegada del hom-bre a la Luna.

Y es que la misión apolo fue, bajo diferentes puntos de vista, como una gigantesca campaña de márketing. La agencia espacial es-tadounidense necesitaba vender la gran hazaña espacial como un logro científico y tecnológico sin precedentes y, a su vez, como un gran espectáculo planetario. para

EXPECTACIÓN. Una familia sigue por televisión la llegada del hombre a la Luna, en París, el 20 de julio de 1969.

en televisión española en el que relataba los primeros pasos sobre el suelo lunar.

Ya no hacían falta palabras para describir cómo fueron los primeros pasos de armstrong y

EL PRIMER PASO. La primera huella del astronauta Amstrong sobre la superficie lunar.

DESPEGUE. Salida del ‘Saturno V’ de Cabo Cañaveral, dentro de la misión ‘Apolo 11’.

FOTO ICÓNICA. Imagen tomada por el astronauta Buzz Aldrin de su compañero Neil Amstrong en la Luna.

02 SÁBADO 20 DE JULIO DEL 201950 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

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Un gran espectáculo planetario

NASA / AFP

En todo El mundo Se hAbilitAroN PANtAllAS PArA Seguir eN directo loS PriMeroS PASoS Sobre Suelo luNAr

ello, la NASA envió a los medios de comunicación de la época to-do el material necesario para cu-brir el evento. el kit de prensa, de unas 250 páginas, incluía infor-mación detallada sobre cada uno de los componentes, artilugios y recursos de la misión. también se proporcionaron diapositivas con todas las imágenes captadas du-rante la misión para dejar testigo visual de la hazaña espacial.

en el libro Marketing the moon, david Meerman Scott y richard

Jurek explican que el objetivo de todo aquel gran despliegue de recursos era «implantar espe-ranza y expectación y dar forma al espíritu de la gente sobre la carrera espacial». el parque dis-ney tomorrowland, por ejemplo, proyectó en directo el alunizaje. en prácticamente todo el mundo se encendieron pantallas gigan-tes y televisores en bares, aveni-das y demás zonas públicas para que todos pudieran aguardar la gran hazaña espacial. incluso se cuenta que aquel día en eeuu ba-jaron los índices de criminalidad porque el país entero permaneció pegado a una pantalla.

el entusiasmo internacional por seguir en directo la hazaña lunar demuestra cómo la llega-da del hombre a la luna se vivió como un gran éxito no solo para estados unidos, sino para toda la humanidad. de ahí que, 50 años más tarde, se siga celebrando aquel histórico hito con la misma emoción. H

BIENVENIDA. El presidente Nixon saluda a los astronautas, en el interior del módulo de cuarentena.

REGRESO. Una lancha rescata a los tres astronautas tras aterrizar con su módulo sobre el Pacífico, el día 24.

03SÁBADO 20 DE JULIO DEL 201950 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

el ProgrAMA APolo

La tecnología y la medicina se beneficiaron de la misión lunarPoner a seres humanos en la Luna requirió 25.000 millones de dólares y una década de trabajo enloquecido de miles de personas. ¿Mereció la pena aquel esfuerzo? Cincuenta años más tarde, «el balance es absolutamente positivo», declara Ignasi Casanova, director del Instituto de Técnicas Energéticas de la Universidad Politécnica de Cataluña. «Es cierto que hay temas más urgentes, pero enviar una misión a la Luna es más barato que construir aviones de combate, por ejemplo», argumenta. «¿Deberíamos dejar de gastar dinero en museos u obras de arte porque hay maneras mejores de gastarlo? Para mí, ir a la Luna forma parte de la misma categoría», afirma Haym Benaroya, profesor de ingeniería aeroespacial de la Universidad Rutgers. Lo cierto es que esa misión dejó una larga cola de aplicaciones tecnológicas. Del proyecto salieron productos tan comunes como los pañales empleados por los astronautas. Pero también materiales complejos, como el teflón para las coberturas térmicas y los materiales compuestos y las aleaciones de metales que podían

resistir a grandes fuerzas y altas temperaturas. «Esas invenciones se trasladaron a la aviación e impulsaron industrias como Boeing», afirma. Los astronautas llevaban sensores de sus constantes vitales que luego se trasladaron a la telemedicina. Y, sobre todo, el programa impulsó la fabricación y la programación de ordenadores. «La medicina, la energía y la alimentación no se habrían desarrollado igual sin Apolo». La NASA mantiene una base de datos de las innovaciones comerciales derivadas de su investigación. «Es difícil trazar una línea recta entre la inversión en el espacio y productos concretos, pero hay muchos casos en los cuales el impulso tecnológico de la primera empujó a los segundos», afirma Roger Launius, ex historiador jefe de la NASA. «Lo más importante que se derivó de esa misión fue el conocimiento científico. Las piedras lunares que se llevaron de vuelta siguen enseñándonos cosas sobre la Luna y el sistema solar», afirma Stuart Clark, autor de libros divulgativos de astronomía. «A medida que los instrumentos mejoran, se reanalizan esas muestras. Les debemos la mayoría de lo que

sabemos sobre la formación del sistema solar», añade. Pero el impacto fue más allá de la astrofísica. «El proyecto creó infraestructuras que han servido para estudiar la edad de la Tierra, su evolución, el cambio climático, etcétera», afirma Casanova. «Se ha comprobado que durante los años del programa Apolo, aumentaron los estudiantes en STEM [Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas] y Medicina», afirma Benaroya.Según Launius, sin embargo, la mayor compensación fue geoestratégica. «Aunque el efecto [del programa Apolo] fuera exclusivamente mover unos cuantos estados poscoloniales de la órbita soviética a la de EEUU, ese programa valdría cada penique que gastó», afirma. Casanova destaca el componente cooperativo. «En plena guerra fría, miles de científicos, incluso soviéticos, cooperaron y compartieron muestras y resultados», afirma. «El mayor impacto fue cultural», concuerda Clark. «La llegada a la Luna juntó delante de la televisión a mucha gente de muchos países distintos. Sigue siendo uno de los programas más vistos de la historia», explica.

NASA

SEGUIMIENTO. Sala de control de la misión ‘Apolo 11’, en el Centro Espacial Kennedy (EEUU).

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Armstrong y Aldrin caminaron durante

2h 30 miny recorrieron

1.005 metros

ASÍ ES LA LUNA LA FORMACIÓN

384.000 kmde distancia mediade la Tierra

24visitanteshumanos

12caminantes

3,7 vecesmás pequeña que la Tierra

Tierra Luna

3.475 km

de diámetro

Hace 4.400 millones de años, Theia, un planeta embrionario del tamaño de Marte, impactó con la prototierra

IMPACTO10 kmcia mediara

es

sueña erra

Luna

333.4.43.4.4443.3 4433.3.44443 433 77757575755 555557575757557575555777577 kkmkkmkkkkkkk

deddddedededeeeddede dde ddddiddididiádiááááááááádiád áádddiádiááddiád ámetmetetmemetetrrrrrrooooooo

1

NÚCLEO INTERNODe hierro. Diámetro: 480 kmMucho más pequeño en proporciónque el núcleo de un planeta

1

2

NÚCLEO EXTERNOHierro fundido. 1.400 gradosCapa de 90 km de ancho

2

3

LUNAMOTOS PROFUNDOS

La gravedad terrestre la muevecomo si fueran mareas. El resultado son seísmos

Capa a 700 km de profunidad 3

4

MANTO

Minerales densos, como el olivino y el piroxeno, que se hundieron cuando la Luna se formó y se enfrió

Grosor: 1.350 km4

5

CORTEZA

Minerales más ligeros, como el feldespato, que flotaron hacia la superficie y se cristalizaron

Grosor: 50 km5

CRÁTERES

La mayoría se formaron hace 4.000millones de años, cuando el sistemasolar sufrió una invasión de asteroides

Impactos de cometas y asteroides6

6

Prototierra

Theia

3

El impacto provocó que los planetas se mezclaran y lanzó al espacio una gran cantidad de escombros

2

Los escombros orbitaron alrededor de la Tierra y se acabaron compactando para formar la Luna

Fuente: Nasa

RICARD GRÀCIAFuente: NASA / Google Earth

CráterLittle West

Zona explorada

Cámaras de primeros planos Cámara panorámica

‘Excursión’ de Armstrong al cráter de Little West

0 5 m 10 m

Bandera de EEUU

Cámara de TV1.1

2

2.

3.

4

4.5.

6

76.

7.

5

3

Recolector de viento solar

láser

Sismógrafo

CAMPO DE VISIÓN DE LA CÁMARA DE TV

Bolsa de basura

Muestrade emergencia(por si tenían que abandonar el satélite precipitadamente)

Rocas

LA EXCURSIÓN EN LA LUNA DEL ‘APOLO 11’

Módulo lunar

4

5

arluunarnar

Mar de la Tranquilidad

Mar dela Serenidad

Mar de las Lluvias

LUNA

Aterrizajedel ‘Eagle’

Cráterdoble

CARLES COLS

La conquista de la Lu-na no forma parte, por razones obvias, de Momentos estelares de la humanidad, esos 14 episodios crucia-

les de la historia relatados casi de forma presencial y con mu-cha emoción por Stefan Zweig. Lógico. Murió en 1942. Se to-mó una pastilla de cianuro, al-go que, por si alguien se lo pre-gunta, no había a bordo del Apolo 11 por si la misión fraca-saba y aquel era un viaje solo de ida. ¿Habría obsequiado Zweig a Neil Armstrong unas líneas tan épicas como las que dedicó a Vasco Núñez de Balboa, «ufa-no y feliz, disfrutando que sus ojos son los primeros de un eu-ropeo en los que se refleja el in-finito azul de esas aguas», o sea, el Pacífico al que acaba de arri-bar?

La llegada a la Luna fue, efec-tivamente, un momento estelar, a pesar de que, ejem, erraron el tiro en el punto de aterrizaje, dejaron el lugar lleno de basura, Buzz Aldrin descendió del Eagle con los pantalones meados y, por puro despiste, estuvieron a pun-to de regresar a casa con la rama de olivo bañada en oro que la NA-SA quería que dejaran en el saté-lite como símbolo eterno de paz.

Tímida excursiónEl primer paseo lunar fue el cul-men de un desafío tecnológico de aúpa, que jamás se cuestione eso, pero una vez allí, todo hay que decirlo, como excursión fue muy tímida. Si el Eagle, pongamos por caso y examinemos el gráfico de la derecha, se hubiera posado en mitad de una plaza grande de una ciudad cualquiera, la zona explorada, según el programa de la NASA, no habría ido más allá del área en la que comen las pa-lomas. Armstrong se tomó la li-bertad de alejarse 50 metros del módulo para asomarse al cráter Little West. Ni siquiera así habría llegado a la calzada de la plaza.

Aquella escapada fuera de guion hasta el borde del cráter no fue el único ejemplo de que, a pesar de que todo estaba pau-tado, los astronautas tenían un cierto margen para tomar sus propias decisiones. La primera y más notable fue, claro, el lugar

Armstrong se alejó 50 metros del ‘Eagle’, Aldrin mojó sus pantalones y ambos dejaron basura por doquier en el satélite. Estas anécdotas forman parte del primer paseo del hombre por la Luna, de donde los astronautas recogieron 22 kilos de piedras antes de volver a la Tierra

La verdadera huella lunar

Pese a que todo estaba pautado, los astronautas tenían cierto margen para tomar decisiones

del alunizaje. El túnel que unía el módulo con la nave nodriza en la que se quedó Michael Collins contenía un poco de aire cuando se procedió a la maniobra de des-atraque. Aquello, imprevisto, dio un impulso extra al Eagle, que vo-ló un poco más allá de lo calcu-lado inicialmente. Armstrong se dio cuenta de que algo raro su-cedía cuando a través de la ven-tanilla vio el cráter Maskelyne, cuyo evocador nombre no debe inducir a error al lector. Está de-dicado a un astrónomo del siglo XVIII, no a aquel mago inglés que engañó a los alemanes en el-Ala-mein con tanques falsos y otros engaños y a la aviación nazi en Suez con espejos estroboscópi-cos. Lástima.

Épica cómicaEl alunizaje, a pesar de ese error de cálculo, fue delicadísimo por-que Armstrong era un extraor-dinario piloto. A partir de aquí, como si esto fuera un libro de la serie juvenil Elige tu propia aven-tura, la misión del Apolo 11 puede contarse con épica o con el espíri-tu con el que David Foster Walla-ce se embarcó en un crucero por el Caribe y que tan crudamente retrató en Algo supuestamente di-vertido que nunca volveré a hacer. Si eligen la opción A, busquen un texto con otra firma. En caso de optar por la B, pasen al siguiente párrafo.

Aquel crucero para dos per-sonas venía, en principio, mili-métricamente pautado. Iban a ser dos horas y media de visita a una Luna en cuarto creciente. Se aterrizaría con el Sol a 10 gra-dos por encima del horizonte y se despegaría cuando alcanzara los 15 grados. Así fue. Ni mucho frío (de noche la temperatura desciende en el satélite hasta los 100 grados negativos), ni mucho bochorno (de día sube a 150). Lo curioso es que la NASA previó que, justo después del aluniza-je, los astronautas repusieran fuerzas con un frugal desayuno, echaran una siesta de cuatro ho-ras y, tras un almuerzo comple-to, salieran de la nave. Qué poco conocía la agencia espacial norte-americana el espíritu impaciente del crucerista. Hechas las obliga-das revisiones técnicas y celebra-da la misa que Aldrin se trajo de casa, Armstrong pidió permiso para salir ya.

El túnel que unía el módulo con la nave tenía algo de aire, un impulso extra a la hora de alunizar

La Nasa previó que, tras posarse en la superficie, los viajeros se echaran una siesta. ¡Ja!

04 SÁBADO 20 DE JULIO DEL 201950 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

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Armstrong y Aldrin caminaron durante

2h 30 miny recorrieron

1.005 metros

ASÍ ES LA LUNA LA FORMACIÓN

384.000 kmde distancia mediade la Tierra

24visitanteshumanos

12caminantes

3,7 vecesmás pequeña que la Tierra

Tierra Luna

3.475 km

de diámetro

Hace 4.400 millones de años, Theia, un planeta embrionario del tamaño de Marte, impactó con la prototierra

IMPACTO10 kmcia mediara

es

sueña erra

Luna

333.4.43.4.4443.3 4433.3.44443 433 77757575755 555557575757557575555777577 kkmkkmkkkkkkk

deddddedededeeeddede dde ddddiddididiádiááááááááádiád áádddiádiááddiád ámetmetetmemetetrrrrrrooooooo

1

NÚCLEO INTERNODe hierro. Diámetro: 480 kmMucho más pequeño en proporciónque el núcleo de un planeta

1

2

NÚCLEO EXTERNOHierro fundido. 1.400 gradosCapa de 90 km de ancho

2

3

LUNAMOTOS PROFUNDOS

La gravedad terrestre la muevecomo si fueran mareas. El resultado son seísmos

Capa a 700 km de profunidad 3

4

MANTO

Minerales densos, como el olivino y el piroxeno, que se hundieron cuando la Luna se formó y se enfrió

Grosor: 1.350 km4

5

CORTEZA

Minerales más ligeros, como el feldespato, que flotaron hacia la superficie y se cristalizaron

Grosor: 50 km5

CRÁTERES

La mayoría se formaron hace 4.000millones de años, cuando el sistemasolar sufrió una invasión de asteroides

Impactos de cometas y asteroides6

6

Prototierra

Theia

3

El impacto provocó que los planetas se mezclaran y lanzó al espacio una gran cantidad de escombros

2

Los escombros orbitaron alrededor de la Tierra y se acabaron compactando para formar la Luna

Fuente: Nasa

RICARD GRÀCIAFuente: NASA / Google Earth

CráterLittle West

Zona explorada

Cámaras de primeros planos Cámara panorámica

‘Excursión’ de Armstrong al cráter de Little West

0 5 m 10 m

Bandera de EEUU

Cámara de TV1.1

2

2.

3.

4

4.5.

6

76.

7.

5

3

Recolector de viento solar

láser

Sismógrafo

CAMPO DE VISIÓN DE LA CÁMARA DE TV

Bolsa de basura

Muestrade emergencia(por si tenían que abandonar el satélite precipitadamente)

Rocas

LA EXCURSIÓN EN LA LUNA DEL ‘APOLO 11’

Módulo lunar

4

5

arluunarnar

Mar de la Tranquilidad

Mar dela Serenidad

Mar de las Lluvias

LUNA

Aterrizajedel ‘Eagle’

Cráterdoble

La película de su descenso por la escalerilla y sus primeras pa-labras forman parte del saber co-lectivo mundial. Menos se habla de los primeros pasos de Aldrin. Al situarse para salir del módulo se le rompió la bolsa de orina de la pernera del pantalón. Estaba medio llena. Medio vacía, si se prefiere. A su manera le hizo un homenaje a Alan Shepard, el se-gundo hombre en viajar al espa-cio tras el soviético Yuri Gagarin, el primero de Estados Unidos, aunque en verdad no pasó de ser un vuelo suborbital. Justo antes de partir a bordo del Mercury 3, pidió permiso para ir al baño, pero se lo denegaron. La biblio-grafía científica acredita que no solo parecía un san Sebastián asaeteado por electrodos, sino que llevaba incluso un termóme-tro introducido en el recto. No era el momento, le dijeron. No pudo contenerse y, como Aldrin en 1969, vivió su gran momento bañado en pipí.

Paseo de 1.000 metrosEn las dos horas que Armstrong y Aldrin permanecieron en la Luna caminaron unos 1.000 me-tros, peros siempre alrededor del Eagle. Desde la perspectiva terrestre, que solo se alejaran 50 metros del módulo parece una conquista de la Luna de Madel-man, pero hay que tener presen-te que su diámetro es una cuarta parte del de la Tierra. La línea del horizonte estaba a solo dos kiló-metros de donde ellos se encon-traban en ese momento. Los lu-naplanistas, que seguro que los hay, lo tendrían muy fácil allí pa-ra descubrir el error que defien-den con tanta vehemencia.

Una vez desembarcados, la pa-reja de astronautas hizo exacta-mente lo primero que suele ha-cer el turista prototípico. Antes incluso de descender al suelo, Armstrong dejó caer una bolsa con basura con toallitas de higie-ne personal, envoltorios de pro-ductos ya consumidos y un breve etcétera que todavía siguen ahí. Es, de hecho, la primera imagen del pase de diapositivas de aque-lla misión, el Eagle con una bolsa blanca entre sus patas. Lo segun-do que hicieron fue hacerse con un suvenir, es decir, recoger lo que se conocía como una mues-tra de contingencia, un par de piedras lunares por si un impre-visto, fuera el que fuera, obligaba a despegar antes de tiempo. Las metió en un bolsillo.

Las fotografías para el recuer-do de la breve estancia en la Lu-na ocuparon sus buenos minutos del viaje. Sobre ellas hay que su-brayar un detalle que a menudo pasa inadvertido. Armstrong fue el primero en hollar la Luna, es cierto, pero aparece en muy po-cas fotos. Monopolizó la cámara, así que en la práctica totalidad de las imágenes de aquel viaje aparece siempre Aldrin.

Desde el punto de vista cientí-fico, aquella expedición no fue muy ambiciosa. Sobre el suelo lu-nar quedó un reflector de haces láser (que todavía funciona hoy) y un sismómetro (que ni siquie-ra sobrevivió a la primera noche

lunar), con una pequeña batería de plutonio, o sea, más y peor ba-sura. Entonces pareció más im-portante lo simbólico, la bande-ra, comprada en unos almacenes Sears próximos a Cabo Cañaveral por cinco dólares y medio.

Momento donutsLas dos horas y media de visita a la Luna fueron, según se mire, la versión lunática de aquella come-dia de Mel Stuart, Si hoy es martes esto es Bélgica, en la que las prisas pueden propiciar fatales errores. Entre llamada de rigor a Richard Nixon, paseo hasta el cráter, fo-tos, bandera, recogida de 22 kilos de piedras y polvo, Armstrong y Aldrin a punto estuvieron de ol-vidarse de uno de los encargos, dejar en nuestro satélite una ra-ma de olivo de oro y un disquito con mensajes de paz grabados por jefes de Estado de la Tierra.

Se acordaron cuando Aldrin ya estaba en lo alto de la escalerilla y Armstrong esperaba abajo. Fue el momento donuts. Aldrin lleva-ba la bolsa con esos objetos en un bolsillo. Se la lanzó a Armstrong. No la cazó al vuelo. Cayó junto a sus pies. No podía agacharse a recogerla. No hincaron la rodilla en toda la expedición. La NASA temía que con el peso de las mo-chilas quedaran como tortugas panza arriba. Las piedras las co-gieron con un brazo extensible. No había tiempo. Le dio una pa-tada a la bolsa y así la apartó un poco del Eagle. Tocaba volver.

Con lo que sucedió justo en los instantes antes de despegar, Zweig, aún con lo cenizo que era, se lo habría pasado en gran-de. Desde el centro de control ametrallaban con preguntas a Armstrong para que describiera exactamente qué veía a través de la ventanilla. Vamos, las clásicas preguntas del cuñado geólogo. A Armstrong no se le engañaba fácilmente. Querían tener toda la información verbal posible por si la misión fracasaba justo en la operación retorno. Malos agüeros.

La tele se va a la LunaJesús Hermida ha pasado a la historia de la televisión como el periodista español que retrans-mitió en directo desde Houston la llegada del hombre a la Luna a toda la somnolienta España. Medio siglo después, la tele re-memora este hito, pero solo TVE y la de su corresponsal en Nue-va York: el Canal 24H emite esta madrugada (3.56 horas) cómo Ar-mstrong pisó la Luna, narrado de nuevo por Hermida. Además de este homenaje, Informe semanal (TVE-1, 21.30 horas) ofrece un es-pecial sobre el Apolo 11 y visita el Centro de Entrenamiento de As-tronautas Colonia. A continua-ción, TVE-1 emite el film Apolo 13 (23.40). En La 2, La noche temática (23.20) ofrece los documentales El viaje a la Luna y Nosotros fuimos la Misión Apolo. La tele de pago también viaja a la Luna. Canal #0 (Movistar+) emite hoy y mañana sendos maratones de temática es-pacial con películas como Alien: el octavo pasajero, Independence Day o Super 8. H

Como cualquier turista, tras pisar suelo se hicieron con unos suvenires, un par de piedrasCasi olvidan lo más simbólico: dejar una rama de olivo de oro y un disquito con mensajes de paz

El lunaplanismo tiene escasa prédica en ese satélite, pues el horizonte queda a solo dos kilómetros

05SÁBADO 20 DE JULIO DEL 201950 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

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En la Luna. La bandera de los Estados Unidos ondea en la Luna el 20 de julio de 1969. A la izquierda, el primer paseo lunar y los tres protagonistas de la misión.

agencias

El cincuentenario del inicio del primer viaje tripulado a la Luna fue conmemo-rado este martes en Estados Unidos con

distintas actividades y homena-jes a sus protagonistas, uno de los cuales, Michael Collins, ins-tó a no quedarse en el recuer-do y acometer la conquista de Marte. «No quiero volver a la Lu-na. Quiero ir a Marte. (John F.) Kennedy nos mostró el camino», subrayó Collins, de 88 años, el martes pasado.

Collins fue la estrella de las ce-lebraciones en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Flo-rida), desde donde el 16 de julio de 1969, a las 9.32 horas locales, despegó el cohete Saturno V que

transportaba la nave con los tres astronautas que llegaron a la Luna el 20 de julio. El astronau-ta retirado planteó hacia dónde dirigir ahora los esfuerzos espa-ciales y afirmó que sin dudarlo «propondría ir directamente a Marte», el planeta rojo, que ya está en los planes de la NASA, la agencia espacial de Estados Uni-dos.

Con ayuda de los cientos de miles de personas que trabaja-ron en el programa Apolo de la NASA, Neil Armstrong, Buzz Al-drin y Michael Collins hicieron realidad la llegada del hombre a la Luna antes de que finalizara la década de los años 60, una me-ta que el presidente John F. Ken-nedy había fijado en un famoso discurso en 1961. El nombre de Kennedy resonó esta semana tan-to en Cabo Cañaveral como en el

el 50 aniversario del primer viaje tripulado a la Luna ha vuelto a fijarcomo objetivo el ‘planeta rojo’

Museo Nacional del Aire y el Es-pacio, en Washington, donde el presidente Mike Pence asistió a un acto en el que se presentó el traje espacial de Armstrong, el comandante de la misión Apolo 11, que ha sido restaurado con motivo del cincuentenario.

Collins propuso usar el nom-bre de Kennedy en el primer via-je tripulado a Marte, mientras el republicano Pence citó la famosa frase del asesinado presidente so-bre la conquista de la Luna: «La aventura más azarosa, peligrosa y grande en la que la humanidad se haya embarcado».

LA MISIÓNLa misión espacial que llevó a que un hombre pisase por prime-ra vez la Luna comenzó el 16 de julio de 1969 y duró 195 horas, 18 minutos y 35 segundos.

El 16 de julio, a las 9.32 horas, siguiendo el horario previsto, despegó la nave espacial desde la plataforma de lanzamiento LC-39A del Centro Kennedy. A penas 3 minutos más tarde. el cohete se encontraba a una altura de 37 millas náuticas (68 533 metros) y viaja a 9300 pies por segundo o alrededor de 6340 millas por hora (10 203 km/h). Armstrong confirmó que los motores de la primera etapa del despegue y la torre de escape de emergencia se desprendían con éxito de la na-ve.

A las 9:44 horas de ese día, el Apolo 11 ingresó a una órbita te-rrestre de 103 millas náuticas de altura (190 781 metros). Los as-tronautas y el equipo del centro de control terrestre en Houston (Texas) revisaron la nave y la tra-yectoria. El motor de la tercera

La misión espacial que llevó a que un hombre pisase por primera vez la Luna comenzó el 16 de julio de 1969 y duró 195 horas, 18 minutos y 35 segundos. Tal día como hoy, la Tierra trasladó hasta el espacio sus fronteras. Esta es la historia de un acontecimiento que cambió la historia de la humanidad

ahora, a Marte

06 SÁBADO 20 DE JULIO DEL 201950 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

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CÓRDOBA

etapa impulsaba al Apolo 11 des-de su órbita a mitad de camino de su segundo giro alrededor de la Tierra hacia la Luna a una ve-locidad inicial de 24 200 millas por hora (38 946 km/h). Mien-tras avanzaban por el espacio, el módulo Eagle (Águila) surgió del interior de la nave después de que los astronautas separasen los cuatro paneles que conformaban el cohete y continuaron ya solos hacia la Luna.

Al día siguiente, segundo de la misión, desde la sala de control hicieron un resumen de las no-ticias, incluyendo las deportivas, a los astronautas, a los que infor-maron de que el vicepresidente de EEUU, Spiro Agnew, había puesto el objetivo de poner a un hombre en Marte en el año 2000. No se ha cumplido.

Sobre las 12.17, los astronautas hicieron una corrección de me-dio curso con la que además pro-baron el motor que debía ingre-sar y salir de la órbita lunar. So-bre las 19.31, Armstrong, Aldrin y Collins realizaron la primera transmisión en color desde una nave espacial, en la que mostra-ron la Tierra desde unas 128 000 millas náuticas (237 088 km) de distancia.

Dos días antes del alunizaje, el 18 de julio, la velocidad de la na-ve espacial se redujo a 2,990 pies por segundo (911,9 m/s) justo an-tes de ingresar a la esfera de in-fluencia de la Luna en un punto

a 33 823 millas náuticas (62 648 km) de distancia.

Veinticuatro horas antes del momento histórico, el día 19 de julio, la nave espacial pasó com-pletamente por detrás de la Luna y por primera vez dejó de estar en contacto con la Tierra por radio. El cohete principal de la nave se encendió para reducir su veloci-dad para que pudiese ser captu-rado por la gravedad lunar.

AQUEL 20 DE JULIOA las 9:27 horas del 20 julio, Al-drin entró al módulo lunar Eagle (Águila) y comenzó a ponerlo en marcha. Aproximadamente una hora después, Armstrong se unió a él y juntos revisaron los siste-mas y desplegaron el tren de ate-rrizaje. Sobre las 13:46, el Eagle se separó de la nave principal, en la que Collins continuaba orbi-tando la Luna. Un cuarto de hora después, Armstrong aceleró el motor para reducir la velocidad del modulo lunar antes de posar-se sobre la superficie lunar. El si-tio al que se acercaron estaba a cuatro millas del punto objetivo, en el borde suroeste del llamado Mar de la Tranquilidad. A 16:18, la nave se asentó sobre la super-ficie lunar.

Un momento histórico: a las 22:56 horas, Armstrong puso su pie izquierdo en la Luna. «Ese es un pequeño paso para un hom-bre, un gran salto para la huma-nidad», dijo por radio mientras

«Ese es un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad», dijo Armstrong al pisar la Luna

Aldrin toma fotografías desde el interior de la nave espacial.

Armstrong examinó el entorno y probó la fuerza de la gravedad en la Luna, una sexta parte de la existente en la Tierra. A las 23:11 horas, Aldrin salió del modulo y bajó por la escalerilla, mientras su compañero lo fotografiaba. Comenzaron a hacer los tres experimentos programados, in-cluido tomar partículas de viento solar. El momento de la foto icó-nica llegó a las 23.41 horas. Los astronautas tomaron una bande-ra de Estados Unidos y la planta-ron sobre la superficie lunar.

EL REGRESOEl día 21 de julio, a las 00:54 ho-ras, Aldrin comenzó a subir la escalera para regresar al Eagle y 15 minutos más tarde se le unió Armstrong. A media mañana, el motor de ascenso arrancó y el módulo lunar comenzó a as-cender y alcanzó una velocidad vertical de 80 pies por segundo (24 m/s) a 1000 pies (305 m) de altitud. Los astronautas dejaron detrás varios artículos para redu-cir el peso de la nave de 15 897 libras (7217 kilogramos) cuan-do aterrizó en la Luna a 10 821 (4912 kg). A las 17:35, el Eagle se acopló dentro de la nave princi-pal mientras estaba orbita por la parte posterior de la Luna.

El 22 de julio, a las 13:39, la nave espacial pasó el punto en el espacio, a 33 800 millas náuticas

(62 606 km) de la Luna y 174000 (322 291 km) de la Tierra, donde la gravedad terrestre comienza a atraer a los astronautas. Sobre las 16:02 horas se realizó una correc-ción de medio curso para reajus-tar la trayectoria de vuelo de la nave espacial.

El 23 de julio, a las 15:56 ho-ras, la nave espacial alcanzó la mitad del camino de regreso a la Tierra, a 101 000 millas náuticas (187 077 km). Fue el 24 de julio, a eso de las 12:35 horas, cuando el módulo entró en la atmósfera de la Tierra. A las 12:51, la nave espacial amerizó sin problemas a 825 millas náuticas (1528 km) al suroeste de Honolulu (EE.UU), en el océano Pacífico.

Todo el mundo cree que los as-tronautas van a la Luna. Sin em-bargo, en cincuenta años, solo doce han dejado sus huellas allí. Los hay que han estado cerca, mucho más cerca que cualquie-ra de nosotros, flotando en el espacio y sabiendo que estaban haciendo algo único.

Uno de esos privilegiados es el español Pedro Duque. «La nue-va aventura lunar será una eta-pa imprescindible para apuntar al próximo destino, Marte, pero antes de pensar en él habrá que tener sistemas fiables, todo un desarrollo tecnológico que ya se ha hecho parcialmente en la Es-tación Espacial», explica Duque. Palabra de ministro. H

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LADIS / RICARDO

EL CIELO FUE PROTAGONISTA DEL AÑO EN EL QUE EL HOMBRE DEJÓ SU HUELLA EN LA LUNA. EL 19 DE AGOSTO, UN MES DESPUÉS DEL HITO, UN RAYO DESTROZÓ EL SAGRADO CORAZÓN DE LAS ERMITAS

También una Luna junto a la estatua del Gran Capitán

PILOTO. El diestro Manuel Benítez ‘El Cordobés exhibe el título y la licencia de de piloto privado el 20 de agosto de 1969, justo un mes después del alunizaje.P

ara la Córdoba del 20 de julio de 1969, quizás era un hito más inalcanzable la oferta publicita-ria que aparecía en

las páginas de Diario CÓRDO-BA que el hecho de que el hom-bre pudiese dejar su huella en la Luna. «¿Un chalet junto al Gran Capitán?». Así anunciaba Construcciones AVA su promo-ción de viviendas El encinar del duende. Dicho así, parece como el chiste del niño aquel que le preguntaba al padre: «¿Qué es-tá más lejos, el pueblo de la omá o la Luna?»; y el padre le respon-día: «¿Tú ves el pueblo de la omá desde aquí?».

Porque la Luna se veía al al-cance del dedo índice cuando se señalaba hacia el cielo, y para acceder a El encinar del duende des-de la estatua del Gran Capitán al menos había que coger la línea 3 del autobús. Claro que, por ver caer barreras infranqueables... Si el día 20 Armstrong dijo des-de la Luna aquello de «esto es un pequeño paso...», el día 21 se produjo también el germen de otro proceso que habría de dar un vuelco a la historia, otro gran paso, al menos para los españo-les. Poco se habla estos días, pero el próximo lunes se cumplen 50 años de la designación de Juan Carlos de Borbón como príncipe de España. Francisco Franco des-ginó al que debía ser su sucesor a título de Rey. Que venían tiem-pos de cambio quizás también es-taba escrito en las estrellas.

En 1969, Córdoba estrenó el Hospital General Provincial, el Hospital Psiquiátrico, comenza-ron a circular los vehículos por el nuevo viaducto de La Letro y el Ayuntamiento trasladó sus dependencias a las nuevas casas consistoriales en la calle Pedro López. Abrió sus puertas un res-taurante que ya es pasado, pero que ha dejado su huella en for-ma de nostálgico sabor, Ciro’s, y el embalse de Iznájar empezó a dar abastecimiento a un impor-tante núcleo de población de la provincia. En la entrada a la ciudad desde el sur, un socavón frente al Palace anunciaba la in-minencia de una fuente en cuya agua se reflejan hasta hoy las no-ches de luna.

Pero el caso es que nada como el cielo y el espacio fue protago-nista en aquella Córdoba que

UN MES DESPUÉS DEL ALUNIZAJE, OTRO ‘PILOTO’ COBRÓ PROTAGONISMO: ‘EL CORDOBÉS’

RAFAEL ARANDA

EL ALCALDE. Antonio Guzmán Reina era el primer edil de Córdoba en 1969. En la fotografía, junto a la Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart.

tenía a Antonio Guzmán Reina como alcalde. Porque el 19 de agosto, un mes casi después de que la ciudad alzase la barbilla para no perder detalle de lo que estaba sucediendo en la Luna, el cielo se rebeló con una noticia que sentó como una sacudida. Un rayo destruyó el Sagrado Co-razón de Jesús en Las Ermitas. Tres años más tarde, en mayo del año 1972, cuando estaba a punto de inaugurarse la nueva escultu-ra, un nuevo rayo la decapitó y la afectó de nuevo seriamente.

Aquel verano, los cordobeses

se acostumbraron a tener el cielo en perspectiva. Primero fueron Armstrong, Aldrin y Collins, des-pués aquel mal rayo que partió el icónico monumento que luce en donde la Sierra traza una línea con el aire, pero habría más ra-zones por las que no perder la ór-bita. El 20 de agosto, Manuel Be-nítez El Cordobés recibió el título y la licencia de piloto privado. Por primera vez como comandante de la avioneta sobrevoló sus fin-cas de la provincia. La cartilla de vuelo le fue entregada por en que fue su profesor, Antonio Díaz Martín, del Real Aero Club de Córdoba. Desde entonces, ca-da vez que se escuchaba sobre el cielo de la ciudad el sonido de un motor, los cordobeses esperaban ver pasar la avioneta de El Cor-dobés, como si el cielo fuese una más de las parcelas del diestro de Palma del Río. Conocido el ímpetu de Manuel Benítez, más de uno no descartaría que era ca-paz de aterrizar esa avioneta en donde Armstrong había dejado su huella. H

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EFE

lA llEGADA A lA lUNA TUVO UN GRAN IMPACTO EN lA HISTORIA DE lA HUMANIDAD, TAMBIÉN EN CÓRDOBA. 50 AÑOS DESPUÉS, CORDOBESES RECUERDAN CÓMO VIVIERON lA ExPERIENCIA

Una madrugrada pararecordar en blanco y negro

FRENTE AL TELEVISOR.La vida se detuvo en la sociedad española para asistir a través del televisor al momento en el que Armstrong pisó el suelo de la Luna.U

n viaje a 400.000 kilómetros de dis-tancia. Sin mar-gen de error, un solo destino, la lu-na. Apolo xI, una

misión espacial que represen-tó uno de los acontecimientos más grandes de la humanidad. De la Tierra a la luna.

En la madrugada del 21 de ju-lio de 1969, millones de españo-les estaban expectantes por ver en sus pantallas de televisión en blanco y negro, un momento que parecía sacado de un cuento de ciencia y ficción, la llegada del hombre a la luna. Eran las 2:56 cuando Armstrong, fue el prime-ro en descender y poner un pie sobre la luna. El sueño no podía impedir que los españoles fueran testigo del gran momento que es-taban presenciando. El mundo se paralizó. Era como si de un sue-ño se tratara, como si no pudiese ser real. Estaba ocurriendo algo que marcaría el principio de una gran historia que contar.

Ahora, son muchas personas que, tras 50 años, aún recuerdan cómo se vivió este gran aconte-cimiento y en Córdoba, se sintió aún más.

MANUEL FERNÁNDEZ, EL HOMBRE DE LA POESÍACon insomnio tras vivir una de las noches más emocionantes de su vida, Manuel Fernández, pe-riodista y exredactor jefe de CÓR-DOBA, cuenta que aquel día no dudó en ponerse a escribir una poesía en la que plasmó la sensa-ción de un joven tras subirse a un cohete hacia la luna. Una poesía que aún guarda en su cajón y que conserva con admiración. «Mirar que la luna estaba cerca de los cielos y que esa noche la iban a conquistar los hombres era como si estuvieras en otro mundo, era como si ya tuviéramos la salva-ción». Y es que para el periodista, «los cielos eran la salvación del hombre».

‘LA FANTASÍA’ DE FRANCISCO ROJASTenía 20 años cuando su recuer-do quedó grabado al verlo en la televisión de casa de sus padres. «Una fantasía para todo el mun-do que se estaba haciendo reali-dad». Para Francisco Rojas, expre-sidente del Córdoba CF, ese viaje sirvió para «comprobar muchas cosas que fueron luego aplica-bles a la medicina», y que, en un

marta torralbo calero

futuro lejano «tendrán bastantes beneficios para la humanidad».

EL SALTO MÁS GRANDE «El salto más grande del ser hu-mano». En pocas palabras, Pedro lópez Castillejo, presidente del Real Círculo de la Amistad en Córdoba, resume lo que para él fue «uno de los acontecimientos más grandes de la humanidad». Una experiencia que vivió en primera persona en la ciudad de Málaga, sin separarse de la tele-visión, rodeado de su familia y «alucinando con aquella inolvi-dable aventura».

RAFAEL MIR, EL COLECCIONISTASiguiendo la misma línea de los anteriores, el abogado y escritor Rafael Mir también pudo disfru-tar de la llegada del hombre a la luna a través de la televisión. «Yo lo viví con el interés que to-

do el mundo lo vivió», pero, con especial atención. «Recorté todo lo que se publicó a mi alcance y algunas publicaciones que hicie-ron por fascículos». Un hombre curioso y un gran coleccionista que recopiló todo lo que estaba a su disposición. «Yo era conscien-te de que aquello era un suceso importante en la historia de la humanidad», por eso, decidió no dejar pasar lo más destacado de aquel acontecimiento. «Un suce-so antiguo pero no tan lejano» que, por supuesto, permanecerá en la historia».

«UNA MISIÓN INNECESARIA»«Me pareció una cosa importante pero no alcanzaba a ver mucho la trascendencia de la llegada a la luna». Para la poetisa Juana Cas-tro, esta misión fue totalmente innecesaria. «Hay más cosas que hacer aquí en la Tierra antes que

ir a la luna», recalca. Y matiza que «esta investigación supuso un gasto económico muy gran-de, aunque gracias al alunizaje, la ciencia y la tecnología ha dado pasos agigantados».

VERLO EN COLORESFue con 16 años cuando Fuensan-ta García de la Torre pudo ver «en un entorno idílico y divertido» la llegada de Armstrong. Tuvo la suerte de ver en color uno de los momentos más importantes, y es que, el dueño del bar El Ame-ricano, de Jimera de libar, tuvo la genial idea de poner papeles de celofán de distintos colores du-rante la retransmisión.

Para unos, llegar a la luna era algo fascinante pero para otros, su llegada no fue tan real como parecía ser. Una misión comple-ja pero precisa que, tras 50 años, aún sigue siendo recordada. H

Fuensanta García de lA TORRE lO VIO «EN COlORES» GRACIAS Al INGENIO

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La Luna es de todo el Universo, pero, como no podía ser de otro modo, mantiene una re-lación especial con una ciudad que es cuatro veces Patrimonio de la Humanidad y su entorno. De ahí que cada vez que la Luna se asoma la magia envuelve a un paisaje privilegiado.

POR FRANCISCO GONZÁLEZ / A.J. GONZÁLEZ / SÁNCHEZ MORENO/ CHENCHO MARtíNEZ / MORENAttI

La luna de Córdoba

Medina Azahara. La Luna se deja ver entre unos arcos de la ciudad califal.

Triunfo. Luz lunar para uno de los monumentos del casco histórico.

Puente Romano. Esplendorosa, la Luna llama la atención a los paseantes.

Montilla. El Castillo del Gran Capitán, en contacto con la Luna.

Espejo. El Castillo de Espejo y la Luna, una relación con milenios.

Almodóvar. La Luna gigantesca que conquistó a ‘Juego de Tronos’.

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11SÁBADO, 20 DE JULIO DEL 201950 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

RUTAS. Una turista fotografía el cielo durante uno de los observatorios que se encuentran repartidos por Sierra Morena, también reserva Starlight.

teresa muñiz

Las estrellas han guia-do al ser humano des-de tiempo inmemo-rial. Su ubicación e intensidad lumíni-ca han dibujando los

mapas en los que hemos confia-do, sin pestañear, siglo tras si-glo. Ellas han marcado el Nor-te y el Sur de nuestra historia, han llenado nuestras noches de misterio y de espectáculo y han despertado nuestra curiosidad de saber. Existen pocos lugares en el mundo en los que el cielo se revele en todo su esplendor y plenitud y la provincia de Cór-doba es uno de ellos.

La Fundación Starlight, avala-da por la Unesco y por la Orga-nización Mundial del Turismo y creada por el Instituto de As-trofísica de Canarias (IAC) y la Consultora Corporación 5, tiene trece zonas certificadas como re-servas startlight, trece zonas del planeta declaradas espacios na-turales protegidos por la calidad de su cielo nocturno. De ellas dos se encuentran en la provincia de Córdoba: una en Sierra Morena y la otra en el Valle de los Pedro-ches.

La Fundación Startlight tie-ne como fin principal la «pro-tección del cielo estrellado, la difusión de la astronomía y la promoción, coordinación y ges-tión del movimiento Starlight» de contemplación y estudio de la bóveda celeste. No es sencillo hacerse con una de sus certifica-ciones porque los requisitos para obtenerla son exigentes. Es nece-sario demostrar, por ejemplo, que se tienen las condiciones de oscuridad óptimas para la obser-vación y el estudio del universo. Y eso se logra en zonas con muy poca o nula contaminación lu-mínica, algo difícil de conseguir en los tiempos que corren, y que se dictamina después de realizar numerosas mediciones.

Estar en posesión de una cer-tificación de reserva startlight implica también, como señala la fundación, un compromiso de preservación de «la calidad del cielo nocturno y de los diferentes valores asociados, ya sean cultu-rales, científicos, astronómicos, paisajísticos o naturales», entre los que se incluye la «salvaguarda del hábitat de un gran número de especies que necesitan de la obscuridad de la noche para su pervivencia».

Pero este reconocimiento es también un motor de desarro-llo para las zonas certificadas ya

que favorece y refuerza activida-des turísticas sostenibles y respe-tuosas con el entorno natural de cada una de ellas.

Sierra MorenaSierra Morena logró su certifica-ción de en la primavera de 2014 y con esta distinción se convirtió

A.J. GONZÁLEZ/EFE

En el tramo que discurre por la provincia incluye ocho muni-cipios: Montoro, Obejo, Adamuz, Villaharta, Espiel, Villanueva del Rey, Villaviciosa de Córdoba y Hornachuelos, y dos parques Na-turales, el de Cardeña-Montoro y el de la Sierra de Hornachuelos, que es Reserva de la Biosfera por

su riqueza natural y diversidad biológica. Aquí conviven especies protegidas como el lobo o el lince ibérico, especies que comparten espacio con las aves rapaces noc-turna, las silenciosas guardianas de la noche que custodian el bos-que mediterráneo.

En esta zona startlight se han fijado algunos puntos recomen-dados para la observación astro-nómica. En Montoro se ubica en el paraje denominado Molino de la Nava, una zona tradicional de almazaras. En Adamuz el lugar escogido son los llamados Mon-tes Comunales y en Obejo en la Ermita de San Benito, a pocos kilómetros del pueblo. Mientras, en Villaharta el observatorio se sitúa en los merenderos de esta localidad, a escasos 1000 metros del pueblo. En Espiel se aconseja acudir al paraje de los Llanos; en Villanueva del Rey a la finca pú-blica Las Erillas y en Villaviciosa de Córdoba al Puerto del Aire.

Por su parte Hornachuelos cuenta con uno de los lugares más aislados y oscuros de Sierra Morena, a unos 30 kilómetros del núcleo urbano y en pleno Parque Natural.

Córdoba cuenta con dos de las trece reservas startlight del planeta, lugares de calidad certificada para la observación de la bóveda celeste y el estudio del firmamento. Son Sierra Morena y el Valle de los Pedroches, dos espacios privilegiados para fundirse con la inmensidad del universo.

tocar el cielo

tener la certificación de reserva startlight implica un compromiso para preservar la calidad del cielo nocturnoel Valle de loS PedrocheSEl Valle de los Pedroches se in-corporó a la reserva startlight en 2016, una certificación que fue promovida por el Centro de Iniciativas Empresariales y Tu-rísticas de Los Pedroches (CIET) y por la propia Mancomunidad de Municipios, que incluye a las 17 localidades de la comarca.

Los Pedroches cuentan con la mayor dehesa continua del mun-do y es una de las mejor conser-vadas del planeta. En sus valles y cerros hay enormes espacios abiertos con muy poca contami-nación lumínica en los que la contemplación, el estudio y el disfrute de la bóveda celeste son un verdadero privilegio.

En esta zona existen numero-sos lugares para la observación, entre ellas varias ermitas, como la de Virgen de Luna en Villanue-va de Córdoba; la de San Gregorio en Conquista; la de la Virgen de las Cruces, en El Guijo, o la de la Divina Pastora en Villaralto.

Todos ellos son lugares únicos para descubrir las estrellas, para acomodar la vista y la memoria a la dimensión celeste, para dejar que el pensamiento se funda, defi-nitivamente, con el universo. H

en la mayor Reserva Astronómica Starlight el mundo, con más de 320 kilómetros de longitud des-de la frontera con Portugal has-ta los límites de cordillera con las estribaciones de la sierra de Segura en Jaén, como recoge la Guía Astronómica publicada por la Diputación de Córdoba.

LOS PEDROCHES. Panorámica de la dehesa en los Pedroches cubierta por un cielo que se encuentra reconocido por la Unesco como único en el planeta.

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MANUELPIEDRAHITA

ALEMANIA LO VIVIÓ

CON ORGULLO POR EL

PROTAGONISMO DEL

INGENIERO ASTROfíSICO

VON BRAUN

Aquella madrugada en BerlínRecuerdo muy bien cuándo supe del inicio de la carrera espacial. Fue en octubre de 1957 y para más preci-sión recién finalizados los cursos en la Escuela Oficial de Periodismo. La Unión Soviética había colocado en órbita terrestre el satélite Sputnik. Aquella proeza suponía algo inau-dito en la España de entonces: el co-munismo había batido al capitalis-mo en la tecnología espacial. Desde entonces, ya en el periódico Pueblo como redactor, mi interés por la política internacional me empujo a seguir con meticulosidad todas las vicisitudes de aquella carrera entre Moscú y Washington. El segundo gran golpe al orgullo norteame-ricano no tardaría en llegar. El 12 de abril de 1961, la URSS puso en órbita terrestre al cosmonauta Yuri Gagarin. Los titulares de todos los periódicos del mundo eran desco-munales, aunque más descomunal fue la conmoción político estratégi-ca en la Casa Blanca y en el Pentá-gono. Había que hacer algo y muy importante para no quedarse atrás en esa carrera vital para el liderazgo mundial. Por fortuna, los Estados Unidos es-taban gobernados por un estadista, John Kennedy, que llamó a rebato. Convocó a los expertos, a los cientí-ficos y, por supuesto, a los políticos. Allí estaba el ingeniero aeroespacial alemán Wernher von Braun, recupe-rado inteligentemente de la debacle

El 20 de julio de 1969, el periodista baenense era jefe de información in-ternacional en el perió-dico de tirada nacional ’Nuevo Diario’

del nazismo, dispuesto a ofrecer su opinión como impulsor de los cohe-tes V-1 y V-2 que bombardearon Lon-dres durante la II Guerra Mundial. Su opinión fue muy importante. Es cierto que los soviéticos pudieron adelantarse en la carrera espacial ya que disponían de un cohete más potente que el de los norteamerica-nos. Pero von Braun argumentó que el cohete de la URSS no tenía la su-ficiente potencia para, por ejemplo, una misión espacial tripulada que llegase a la Luna. Había, pues, que construir un cohete nuevo. Y aquí von Braun dio en el clavo: Estados Unidos tenían más probabilidades de construir ese potente cohete an-tes que los soviéticos. El 25 de mayo de 1961, a poco más de un mes de la hazaña de Yu-ri Gagarin, el presidente Kennedy anunció ante el Congreso de los Es-tados Unidos que antes del final de la década de los años 60, «nuestra nación ha de comprometerse en en-viar a un hombre a la Luna y traerlo de vuelta a la Tierra sano y salvo». Y eso ocurrió el 20 de julio de 1969, fecha que no olvidaré nunca. Por aquella época ejercía yo en el periódico Nuevo Diario la jefatura de Información Internacional. El Go-bierno alemán me había invitado a una visita por toda la República Fe-deral y ese histórico día me encon-traba en Múnich hospedado en un hotel. Aquel 20 de julio era en Eu-

ropa la madrugada del 21. Los apa-ratos de televisión no estaban como ahora en las habitaciones. Bajé al sa-lón donde sí había un televisor y allí se arremolinaban bastantes huéspe-des a la espera de lo inimaginable por los que habíamos asistido en los cineclubs a la visión fantasiosa del cortometraje Viaje a la Luna (1902) del cineasta Georges Meliès. Cuando la retrasmisión avanzaba con mucho mas suspense que una pe-lícula dramática, lo que más se co-mentaba entre aquellos clientes del hotel, alemanes y extranjeros, era un fatídico interrogante: ¿Logrará

despegar el modulo lunar Eagle y engancharse al Apolo 11? Era un pensamiento general, promovido por similares palabras del comen-tarista alemán de la cadena pública ZDF. En ese momento me acordé de Jesús Hermida. Me lo imaginaba en TVE con su manera tan especial de hablar comentando el histórico y decisivo momento. Era buen amigo de otra lejana época cuando ambos trabajábamos para el periodismo impreso. No nos imaginábamos entonces como periodistas de tele-visión; y concretamente él como testigo de lo que dijo el historiador Arthur Schlesinger en 1999: «Si hay algo por lo que este siglo será recor-dado dentro de 500 años es porque fue el siglo en el que iniciamos la exploración del espacio con la mi-sión a la Luna del Apolo 11». La prensa alemana de la mañana de aquel histórico día, ya pueden imaginarse su despliegue y sus gigantescos titulares. Pero en los artículos de los editorialistas y co-lumnistas no faltó el elogio al in-geniero Wernher von Braun. Por unos momentos ni los periodistas siempre críticos con el secuestro del experto alemán por parte america-na, librándole quizá del proceso de Núremberg, pudieron contener su entusiasmo y orgullo por lo que correspondía a Alemania en este deslumbrante triunfo para la Hu-manidad. H

JULIOMERINO

«ALDRIN, POR LO QUE

PUDE VER MIENTRAS COMíA UN

COCIDO, NO ES UN HOMBRE

RENCOROSO»

El ‘primer’ hombre que pisó la LunaYa sé que no fue el primer hombre que pisó la Luna, pues todo el mun-do sabe que fue el comandante Ar-mstrong, el jefe del Apolo 11, el que lo hizo y el que quedó para la Histo-ria con su famosa frase: «Un peque-ño paso para un hombre y un gran salto para la humanidad»… pero es un honor que le concedo al hombre que, con enfado, nos confesó aquel día de 1988 que comimos con Et-mundo Alfaro, el empresario que lo había traído a Madrid para rodar un anuncio de su grupo de empre-sas. Se llamaba, y se sigue llaman-do, porque aún vive, Edwin Aldrin, aunque todo el mundo lo llamaba Buzz. El pobre hombre se quejaba, y según él con razón, de la putada que le habían hecho los directivos de la NASA a última hora y sin saber por qué. «No, no fue justo, porque durante todos los entrenamientos y según todos los cálculos yo debía ser el primer hombre que pisara la Luna. Naturalmente la decisión de última hora me amargó el viaje… y nunca pude quitármelo de encima, pues bien sabía yo que quien se lle-varía todos los honores sería el pri-mero que pisase lo desconocido». Antes de seguir quiero recordar, sin embargo, que no tuvo ni una palabra de crítica contra el coman-dante Armstrong. Aldrin, por lo que pude ver aquel día mientras se comía un cocido madrileño, eso

Aquel día, el periodista de Nueva Carteya era subdirector de ‘Pueblo’. Merino entrevistó a Ed-win Aldrin años después en Madrid

sí, bebiendo agua, ya que según él mismo no tuvo reparos en confesar, todavía estaba bajo un tratamiento muy fuerte anti-alcoholismo, no era un hombre rencoroso. «No se sorprendan porque sólo beba agua. Tengo totalmente pro-hibido tomar una copa de alcohol por mis médicos. Confieso que lo he pasado muy mal y todo por las con-secuencias de la gran depresión que viví a los pocos meses de regresar de la Luna… y es que aquello fue muy duro para los tres. Encontrarte de golpe con el Universo rompió mu-chas cosas dentro de mí y cuando volví, sentí que este mundo ya no era mi mundo, y yo, que antes de subir a la nave tenía las ideas muy claras, empecé a dudar». Entonces, mi amigo y empresa-rio Etmundo (porque acabábamos de fundar y poner en marcha El Pueblo de Madrid, el primer periódi-co de la Autonomía madrileña), le preguntó:

--¿Dios?--Pues, no lo sé querido amigo, pe-ro desde que contemplé y vi lo que era el Universo me convencí de que tiene que haber algo más grande que tú y que yo y que todos noso-tros. Tiene que haber un Creador de ese Universo, e incluso por en-cima de las religiones que nosotros mismos nos hemos creado para go-

bernar nuestras vidas. Es imposible que tanta grandeza, tanta belleza y tanto misterio pueda haber sido ni ideada por una mente humana… por eso no le debe extrañar a nadie que a nuestro regreso casi nos vol-viésemos locos. Era imposible no comparar las cosas de aquí con lo que habíamos visto allí. Al menos a mí todo se me quedó pequeño y po-bre… Tal vez por eso algunos de los que fueron después crearon sus pro-pias religiones. Ningún arquitecto puede crear algo tan maravilloso. Bien, podría seguir recordando todo lo que aquel día se habló en

el restaurante Rafa de la calle Nar-váez. Baste con decir que Buzz Al-drin me pareció un hombre sensato y muy inteligente, y además buen amigo de España. Tuvo palabras muy cariñosas para la estación de Fresnedillas de la sierra madrileña, por su gran trabajo de aquellos días de tanto impacto mundial (más de 600 millones de personas vieron en directo cómo aquellos dos hombres pisaban la Luna). Y como recuerdo imborrable se me viene a la cabeza cómo vi, como vimos la redacción de Pueblo aque-lla noche madrugada del 20-21 de julio de 1969 la llegada a la Luna. Porque allí, con Emilio Romero sen-tado frente al televisor, estábamos, al menos que yo recuerde ahora, Raúl del Pozo, José María García, Yale, Miguel Ors, Álvaro Ruiz, Artu-ro Pérez Reverte, Dámaso Santos, Julio Camarero, Julia Navarro, An-tonio Casado, Floro López Negrín, José Antonio Gurriarán, Calviño, Alfredo Marqueríe, Martínez Re-verte, Alejo García, Pilar Narvión, Amilibia, el páter Aradillas, Carlos Castro, Cercadillo, Carmen Rigalt, Aguirre Bellver, Tico Medina, Ver-dugo, Juana Biarnés, Raúl Cancio, Molés, Carvajal, César Palomino, Vasco Cardoso, Asensi, Luis Gon-zález, Gozalo, Martín Villacastín y muchos más que se me escapan de la memoria 50 años después. H

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Un periódico con vistas a la LunaPocos acontecimientos se pue-den encontrar en las hemerote-cas de los últimos 50 años que hayan tenido tal magnitud de

va frontera», tituló CÓRDOBA a cinco columnas en una portada que se encuentra entre las 25 de mayor peso histórico en los 77 años de vida del periódico, y así quedó puesto de manfiesto en la

exposición que este diario llevó a cabo en el centro de Córdoba con motivo de su 75 aniversario. Los lunes se paraban las rotativas por descanso del personal, de ahí que la información del «fabuloso éxi-

Histótica. Portada de Diario CÓRDOBA del martes 22 de julio de 1969 que informa del éxito de la misión Apolo XI. El lunes 21, como era habitual, no se publicó la edición.

RAFAEL ARANDA respuesta en los medios de co-municación como el primer alu-nizaje de un ser humano. Diario CÓRDOBA, como no podía ser de otro modo, también estuvo a la altura del evento. «La Luna, nue-

CÓRDOBA

to de la misión Apolo XI», como reflejó en primera plana, se hicie-ra esperar en los quioscos hasta el martes 22, con un despliegue sin precedentes que hace de ese ejemplar un incunable. H

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14 sábado, 20 de julio del 201950 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

CONEXIÓN LUNAR. Fotografía dedicada por los tripulantes del Apolo XI junto a la imagen de la Virgen de Luna en su santuario de las jaras, en Los Pedroches.

ANTONIO M. CABALLERO

Desde hace décadas, los pozoalbenses han vivido con la ilusión de que una estampita con la imagen de la Vir-

gen de Luna fue enviada a la NASA para que los astronautas Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins la llevaran a la luna a bordo del Apolo 11.

Ahora que se cumplen 50 años de aquel acontecimiento plane-tario, también se recuerda el in-terés de la cofradía de la Virgen de Luna de Pozoblanco, hace me-dio siglo, por que su virgen titu-lar llegara también a ese satélite natural de la tierra, que, como la Virgen, se llama Luna.

La historia se había ido olvi-dando con el paso del tiempo y ya apenas se recordaba en febrero cuando se celebra la romería de la Virgen de Lu-na, y al entrar a la casa de la cofradía, en el santuario de la jara, cualquier persona puede ver colgados en la pared los do-cumentos y las fotos de lo que fue un paso im-portante para la humanidad y, quién sabe, si para Pozoblan-co y su patro-na y alcaldesa perpetua, la ve-nerada Virgen de Luna. Pero la historia ha cobrado protagonismo en estos días.

La cofradía de la Virgen de Lu-na ha explicado que, con motivo del 50 aniversario de esta gesta, se siente orgullosa «de contar en su archivo con la carta de agra-decimiento de los astronautas americanos y otras enviadas por nosotros».

Nos situamos en 1969. El en-tonces secretario de la cofradía, Felipe Sánchez, oyó en el parte radiofónico que se confirmaba que los Estados Unidos de Amé-rica iban a lanzar un cohete para que el hombre llegara a la Luna.

Esa información le inspiró y fue cuándo se preguntó «¿por qué no unir la ciencia con la creencia?».

Su hijo, Rafael Sánchez, expli-ca que «pensando que no había nada perdido», escribió a la NASA y envió tres cartas, una para cada astronauta, meses antes del lan-zamiento. En cada una de ellas iba una estampita de la Virgen de Luna. No recibió respuesta.

A finales de septiembre de 1969 llegó a Pozoblanco una carta. El cartero la entregó en la sede de la cofradía, en el número 2 de la calle Vizcaíno. Era gruesa, coro-nada un membrete imponente.

Iba dirigida a Felipe, «Secreta-ry of Brotherhood of Lady ‘Virgen de Luna’, Patroness of Pozoblan-co, Córdoba, Spain».

¿El remitente? La National Ae-ronautics and Space Adminis-tration, en el 77058 de Houston, Texas. Sí, la mismísima NASA.

«Estimado se-ñor secretario: muchas gracias por su cálida y c o n s i d e r a d a carta. Aprecia-mos mucho sus esfuerzos en nuestro nom-bre y le desea-mos todo el éxi-to en su dedica-da actividad. Nos sentimos honrados por su atención»...

La carta, en inglés, iba ru-b r i c a d a p o r Armstrong, Al-drin y Collins.

Venía acom-pañada de la fotografía oficial, también firmada, y de una ima-gen del logotipo de la NASA, tam-bién rubricado por el trío.

Felipe se encargaría de tradu-cirla y escribirla a máquina, para orgullo de Pozoblanco. Aunque una copia de la imagen y de la carta están hoy expuestas en el santuario, los originales están buen recaudo.

Rafael Sánchez comenta que es «muy emocionante mirar a la luna desde Pozoblanco y pensar que hasta allí podría también haber llegado nuestra Virgen de Luna». H

Es una bonita historia que ahora ha recobrado protagonismo. Los lazos de unión, vía postal, que existieron entre el entonces secretario de la cofra-día, y Armstrong, Aldrin y Collins para que en su viaje llevaran una estampita de la patrona

La Virgen de Luna fue a la Luna

RAFA SÁNCHEZ

La NASA agradeció por carta el interés de la cofradía de enviar a los astronautas una imagenpara llevarla al satélite lunar

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15SÁBADO 20 DE JULIO DEL 201950 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

CÓRDOBA / MANUEL MURILLO

LA CONTEMPLACIÓN DE LA LUNA DESDE UN TELESCOPIO DEJA SIEMPRE BOQUIABIERTO. DE REPENTE NOS ENCONTRAMOS SOBREVOLANDO UN APASIONANTE MUNDO EXTRATERRESTRE

Los incansables paseos por el paisaje de la Luna

DESDE LA TIERRA. Pasear por la Luna desde la Tierra es posible gracias al uso de telescopios, aunque hay quien lo intenta hasta con la cámara del móvil.N

o importa cuán-tas veces hayas mi-rado por un tele-scopio, si éste era grande o peque-ño, si usabas tus

ojos, una cámara de fotos o un complicado instrumento insta-lado en un gran telescopio pro-fesional. No importa si eres jo-ven o mayor, si eres cristiano, judío, budista, musulmán o ateo, homosexual, heterosexual o bisexual, rico o pobre, o si es-tás triste o contento. La contem-plación de la luna a través de un telescopio, sea el que sea, deja siempre boquiabierto. La luna debe estar en el cielo durante cualquier observación astronó-mica dirigida a mostrar las de-licias del firmamento al públi-co en general. De repente nos encontramos sobrevolando un mundo extraterrestre, ligera-mente familiar por la cotidiani-dad de la luna en nuestro acer-vo cultural, pero tan desconoci-do y a la vez tan apasionante. No se trata de una galaxia distante, apenas visible por el ocular del telescopio, o un cúmulo estelar, o un esquivo planeta para el que necesitamos un telescopio de ca-lidad y muchos aumentos. Esta-mos mirando justo aquí al lado en las distancias del Cosmos, a es-casos 380 mil kilómetros de dis-tancia (la luz que vemos directa-mente con nuestra retina partió de la Luna hace 1.3 segundos). Pero esta visión nos abre la bo-ca, nos abre la imaginación, nos transporta a nuestras nostal-gias del pasado y a nuestras ilu-siones para el futuro. Los deta-lles que se pueden apreciar del satélite natural de la Tierra, las descripciones y las miles de pa-labras que se podrían usar, las magníficas imágenes que los medios astronómicos actuales permiten recoger, no quedan en nada cuando son nuestros pro-pios ojos los que tienen esa vi-sión tan espectacular.

La superficie de la luna vista a través de un pequeño telescopio muestra un mundo viejo repleto de cráteres de impacto, monta-ñas, cordilleras, tierras bajas, ba-rrancos, colinas, fracturas y otra gran variedad de accidentes. El color blanco-grisáseo lo domina todo. Las zonas más bajas, las «llanuras» o «mares», cuencas enormes de basalto fundido, apa-recen contrastadas en un fuerte

ÁNGEL R. LÓPEZ-SÁNCHEZ

color gris oscuro. Por otro lado, las zonas más viejas, también co-nocidas como regiones altas de la Luna, se muestran a rebosar de cráteres de impacto, muchas veces incluso encontrando va-rios superpuestos. No obstante, los mejores lugares para apreciar la estructura tridimensional del terreno se encuentran junto al

«terminador», la línea que sepa-ra el día y la noche en la Luna. Sobre estas regiones el sol está justo saliendo sobre el horizon-te o a punto de ponerse, los ra-yos de luz llegan muy oblicuos, haciendo que las sombras sean muy elongadas. A veces aparece un punto brillante de luz dentro de la sombra, muy cerca del ter-

minador. Se trata del pico de una montaña alta, donde ya está dan-do la luz del sol, aunque la ma-yoría de la montaña aún se en-cuentra sumergida en tinieblas. Observar este detalle siempre provoca asombro a todos aque-llos que miran la luna a través de un telescopio por primera vez.

Aunque conseguir imáge-

nes de esta calidad lleva cierto tiempo y experiencia, cada vez es más común durante las se-siones públicas de observación que el público se lleve como re-cuerdo extra una imagen chula de la luna a través del telescopio obtenida con su propio teléfono móvil. ¡Incluso existen ya adap-tadores de móviles a telescopios de aficionado! (en caso contrario también se necesita un poco de truco para conseguir una ima-gen más o menos decente, dado que la cámara del móvil debe es-tar perfectamente alineada con el camino óptico y la salida de la luz del telescopio para conseguir retratar la luna, algo que a veces es más complicado de lo que pa-rece cuando se hace a pulso). H

(Extracto del artículo publicado por el astrofísico cordobés Ángel R. López Sánchez el 25 de noviembre de 2018 dentro de su página semanal en el su-plemento Zoco, de Diario CÓRDOBA)

EL AUTOR

Un cordobés en AustraliaEl astrofísico cordobés Ángel R. López-Sánchez mantiene una puntual colaboración semanal en el suplemento Zoco, de Diario CÓRDOBA, desde hace años. Fue pionero en la divulgación por internet de la astrofísica a través de un blog, ‘El lobo rayado’,

referencia a nivel mundial. Se licenció en Física Teórica en la Universidad de Granada (2000) y es Doctor en Astrofísica en la Universidad de la Laguna y el Instituto de Astrofísica de Canarias (2006). Trabaja como astrofísico multifrecuencia en el Australian Astronomical Optics (AAO) y en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Macquarie (Sydney, Australia). H

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