Un Literatura Sin Atributos

download Un Literatura Sin Atributos

of 5

description

Un reflexión respecto al Rol de La Literatura según Saer.

Transcript of Un Literatura Sin Atributos

  • 1Una literatura sin atributosJuan Jos Saer*

    El trabajo de un escritor no puede definirse de antemano. Aun enel caso de que el escritor parezca perfectamente identificado yconforme con la sociedad de su tiempo, de que su proyecto sea elde ser ejemplar y bien pensante, si es un gran escritor su obra sermodificada, en primer lugar en la escritura y despus en las lecturassucesivas, por la intervencin de elementos especficamentepoticos que sobrepasan las intenciones ideolgicas.Se sabe que Sfocles fue descrito por uno de sus contemporneos

    como uno de los hombres ms felices de su tiempo; amigo personalde Pericles, soldado inteligente y victorioso, alcanz una vejezserena y sin sufrimientos. EL objetivo de sus versos trgicos serams bien el de mostrar los desastres que puede causar la desmesuraen los pobres humanos. Si observamos atentamente, esta intencines oficial y conservadora (al menos esa sera la opinin de cualquierintelectual contemporneo). Y sin embargo, por una va inesperada,no son los peligros del incesto, sino, en definitiva, su atraccin loque Sfocles nos revela y, al mismo tiempo, nos dice que el destinotrgico no est hecho slo de desmesura sino que es tambin laculminacin del peso irresistible de la objetividad.La obra de un escritor tampoco debe definirse por sus

    intenciones sino por sus resultados. Considero que actualmente,por razones econmicas, polticas y sociales, el lector estcondicionado de antemano y que los contenidos de tal o cualliteratura le son impuestos a travs de elementos extra-literarios. Enla cubierta de los libros, en los artculos de los peridicos, en lapublicidad, en el chantaje de la superioridad numrica de las obrasms vendidas, se escamotea la realidad material del texto, cuyo

  • 2valor objetivo pasa a segundo plano. El lector cree saber deantemano lo que debe encontrar en un libro y que lo encuentre ono, no tiene finalmente ninguna importancia. Se podra decir, meparece, que se trata de una maquinacin de carcter represivodestinada a abolir la experiencia esttica que es un modo radical delibertad.Se dice que cuando Sfocles present su obra en la Olimpada,

    fue un tal Filocles, sobrino de Esquilo, el premiado. Puede pensarseque lo que disgust en su triloga fue justamente la desmesura quepretenda criticar y que es en realidad el fundamento potico graciasal cual ha llegado hasta nosotros. Sfocles nos vuelve un poco msconsciente de nuestra animalidad. El vea el mundo con los ojos deun poeta trgico, a despecho de las reglas sociales que defendasinceramente y que sin duda haba perfectamente interiorizado. Lapoesa, especie de acto fallido, obedecera en cierta medida a losmecanismos del lapsus linguae, tal como Freud lo describe en El chistey su relacin con el inconsciente. Buscando la forma de un discurso socialinteligible, el poeta corre el riesgo de poner al desnudo,desnudndose a s mismo, aspectos insospechados de la condicinhumana y de la relacin del hombre con el mundo.Las reglas de conducta y de pensamiento en la sociedad

    contempornea se objetivan bajo la forma de instituciones. Elpoder poltico, la censura, el periodismo, los imperativos derentabilidad, el trabajo de promocin de las editoriales y los mediosaudiovisuales suministran las consignas que debe seguir el productoesttico para que no solamente el artista sino tambin elconsumidor se adecuen a ellas. Vivimos, como dice justamenteNathalie Sarraute, en la era del recelo. Todo debe ser definido deantemano para que nada, ni siquiera la experiencia esttica que estan personal, escape al control social.Es as como ciertas designaciones que deberan ser simplemente

    informativas y secundarias se convierten, por el solo hecho de

  • 3existir, en categoras estticas. Es lo que ocurre, por ejemplo, con laexpresin literatura latinoamericana. Esta expresin, corriente enlos medios de difusin y en la obediente crtica universitaria, no selimita a informar sobre el origen de los autores, sino que estcargada de intenciones estticas y adems es portadora de valores;su empleo presupone temas, estilos y una cierta relacin estticaentre autor y sociedad. Se le atribuyen a la literatura latinoamericanala fuerza, la inocencia esttica, el sano primitivismo, el compromisopoltico. La mayora de los autores .a sabiendas o no- cae en latrampa de esta sobredeterminacin, actuando y escribiendoconforme a las expectativas del pblico (por no decir, mscrudamente, del mercado). Como en la edad de oro de laexplotacin colonial, la mayora de los escritos latinoamericanosprocura al lector europeo ciertos productos que, como pretendenlos expertos, escasean en la metrpoli y recuerdan las materiasprimas y los frutos tropicales que el clima europeo no puedeproducir: exuberancia, frescura, fuerza, inocencia, retorno a lasfuentes.Adems, es necesario que todo producto tenga una apariencia

    decentemente latinoamericana y que las obras editadas conservencierto aire de familia. La literatura latinoamericana debe cumplir as,no una praxis iluminadora, sino una simple funcin ideolgica.Es intil decir que los grandes escritores latinoamericanos del

    siglo XX Rubn Daro, Csar Vallejo, Macedonio Fernndez,Vicente Huidobro, el Neruda de los aos treinta y cuarenta, JorgeLuis Borges, Juan L. Ortiz, Felisberto Hernndez, etc. son en sumayora casi desconocidos en Europa y mal ledos en su propiocontinente. Adems, cuando nos familiarizamos con sus obras,descubrimos que no slo tienen poco o nada en comn, sino quetambin se oponen violentamente los unos a los otros. Todos, sinembargo, poseen en sus escritor un elemento que no se encuentrams que en los textos mayores de la literatura moderna: la voluntad

  • 4de construir una obra personal, un discurso nico, retomado sincesar para ser enriquecido, afinado, individualizado en cuanto alestilo, hasta el punto de que el hombre que est detrs se convierteen su propio discurso y termina por identificarse con l. Todas lasfuerzas de su personalidad, conscientes o inconscientes, seencuentran en una imagen obstinada del mundo, en un emblemaque tiende a universalizar su experiencia personal. Que la sociedadmercantil se ilusione en seguida con la recuperacin de esas obrasmayores oficializndolas, es un fenmeno que merece ser estudiadoen detalle, pero podemos afirmar desde ya que estas obras siguensiendo de cierta manera secretas y escapan siempre al juego de laoferta y la demanda, y que slo el amor y la admiracin puedenpenetrar en su aura viviente y generosa.Por todas estas razones, creo que un escritor en nuestra sociedad,

    sea cual fuere su nacionalidad, debe negarse a representar, comoescritor, cualquier tipo de intereses ideolgicos y dogmas estticoso polticos, aun cuando eso lo condene a la marginalidad y a laoscuridad. Todo escritor debe fundar su propia esttica losdogmas y las determinaciones previas deben ser excluidas de suvisin del mundo. El escritor debe ser, segn las palabras de Musil,un hombre sin atributos, es decir un hombre que no se llenacomo un espantapjaros con un puado de certezas adquiridas odictadas por la presin social, sino que rechaza a priori todadeterminacin. Esto es vlido para cualquier escritor, cualquiera seasu nacionalidad. En un mundo gobernado por la planificacinparanoica, el escritor debe ser el guardin de lo posible.(1980)

  • 5Aclaracin

    Artculo publicado en El concepto de ficcin. Buenos Aires. Seix Barral.1997.

    *AutorJuan Jos Saer naci en Serodino (Provincia de Santa Fe) el 28 dejunio de 1937. Fue profesor de la Universidad Nacional del Litoral,donde ense Historia del Cine y Crtica y EstticaCinematogrfica. En 1968 se radic en Pars. Su vasta obranarrativa, considerada una de las mximas expresiones de laliteratura argentina contempornea, abarca cuatro libros de cuentosEn la zona (1960), Palo y hueso(1965), Unidad de lugar (1967), Lamayor (1976) y diez novelas: Responso (1964), La vuelta completa(1966), Cicatrices (1969), El limonero real (1974), Nadie nadanunca (1980), El entenado (1983), Glosa(1985), La ocasin (1986,Premio Nadal), Lo imborrable (1992) y La pesquisa (1994). En 1983public Narraciones, antologa en dos volmenes de sus relatos. En1986 apareci Juan Jos Saer por Juan Jos Saer, seleccin de textosseguida de un estudio de Mara Teresa Gramuglio, y en 1988, Parauna literatura sin atributos, conjunto de artculos y conferenciaspublicada en Francia. En 1991 public el ensayo El ro sin orillas,con gran repercusin en la crtica, y en 1997, El concepto de ficcin. Suproduccin potica est recogida en El arte de narrar (1977),paradjico ttulo que expresa, quizs, el intento constante de Saerpor segn sus propias palabras "combinar poesa y narracin".Ha sido traducido al francs, ingls, alemn, italiano y portugus.

    http://www.no-retornable.com.ar/v3/dossier/saer.html