Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen...

12
Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección Planearte ADAM T. SELLEN Este estudio se centra en un famoso vaso de jade que pertenece al acervo del Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México. A pesar de que el objeto ha sido ampliamente publicado en catálogos y en libros de arte prehispánico, pocos trabajos han ido más allá del análisis inicial de Alfonso Caso publicado en 1927. El propósito es revisar de nue- vo dicho artículo j proporcionar algunas alternativas a las propuestas de Caso. Mediante un estudio comparativo con otros artefactos del mismo tipo, j con evidencia en diferentes soportes plásticos, fue posible concluir que la forma trian- gular que frecuentemente aparece sobre la pie^a, representa una bolsa de incienso. Esta interpretación conlleva varias implicaciones para las llamadas vasijas efigie de Tláloc. H/n 1927 Alfonso Caso escribió un breve ar- tículo sobre el vaso Planearte, objeto manufac- turado en jade que había adquirido el Museo Na- cional de Antropología, en la ciudad de México. En el estudio, Caso proporcionó datos para de- terminar la procedencia de la pieza y planteó ar- gumentos iconográficos para sostener que el vaso, obra de la cultura teotihuacana, también mos- traba influencias de la cultura zapoteca. Para el investigador, la efigie grabada sobre el vaso re- presentaba al dios de las aguas y las tormentas, conocido en lengua náhuatl como Tláloc, y que éste era equivalente al numen zapoteco, con quien comparte las mismas características, el cual se encuentra representado en las llamadas "urnas zapotecas".1 En dicho artículo no se hace explí- cito el nombre de este último dios, sino en un trabajo posterior donde lo designa en lengua zapoteca: "Cocijo", deidad asociada con los ra- yos solares y la lluvia.2 Desde entonces, Caso se refiere al artículo de 1927 como el inicio de esta concepción. Las ideas de Caso tienen como antecedente los trabajos de Eduard Seler, quien propuso en un par de artículos publicados a principios del siglo pa- sado que los dioses Tláloc y Cocijo tienen corres- pondencias en diversos aspectos, y por lo tanto deben considerarse equivalentes.3 En consecuen- cia, el trabajo de Caso sobre el vaso Planearte es importante porque, en primer lugar, inicia la idea de que algunas vasijas efigie provenientes de la cultura zapoteca representan al dios de la lluvia con base en argumentos iconográficos y, en se- gundo, porque proporciona otros lincamientos, basados en estudios anteriores, para vincular a esta deidad con la del Altiplano. El propósito del presente estudio consiste en reexaminar la conexión iconográfica y simbólica entre las vasijas que presentan las efigies de Tláloc de la cultura teotihuacana y las efigies de Cocijo de la cultura zapoteca. En particular, el análisis se enfoca sobre un elemento triangular que aparece en el vaso de Planearte y, mediante un estudio comparativo, fue posible concluir que representa Estudios Mesoamericanos Núm. 5, enero-diciembre, 2003

Transcript of Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen...

Page 1: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección Planearte

ADAM T. SELLEN

Este estudio se centra en un famoso vaso de jade que pertenece al acervo del Museo Nacional de Antropología de la

ciudad de México. A pesar de que el objeto ha sido ampliamente publicado en catálogos y en libros de arte prehispánico,

pocos trabajos han ido más allá del análisis inicial de Alfonso Caso publicado en 1927. El propósito es revisar de nue-

vo dicho artículo j proporcionar algunas alternativas a las propuestas de Caso. Mediante un estudio comparativo con

otros artefactos del mismo tipo, j con evidencia en diferentes soportes plásticos, fue posible concluir que la forma trian-

gular que frecuentemente aparece sobre la pie^a, representa una bolsa de incienso. Esta interpretación conlleva varias

implicaciones para las llamadas vasijas efigie de Tláloc.

H/n 1927 Alfonso Caso escribió un breve ar-tículo sobre el vaso Planearte, objeto manufac-turado en jade que había adquirido el Museo Na-cional de Antropología, en la ciudad de México.En el estudio, Caso proporcionó datos para de-terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener que el vaso,obra de la cultura teotihuacana, también mos-traba influencias de la cultura zapoteca. Para elinvestigador, la efigie grabada sobre el vaso re-presentaba al dios de las aguas y las tormentas,conocido en lengua náhuatl como Tláloc, y queéste era equivalente al numen zapoteco, con quiencomparte las mismas características, el cual seencuentra representado en las llamadas "urnaszapotecas".1 En dicho artículo no se hace explí-cito el nombre de este último dios, sino en untrabajo posterior donde lo designa en lenguazapoteca: "Cocijo", deidad asociada con los ra-yos solares y la lluvia.2 Desde entonces, Caso serefiere al artículo de 1927 como el inicio de estaconcepción.

Las ideas de Caso tienen como antecedente lostrabajos de Eduard Seler, quien propuso en un parde artículos publicados a principios del siglo pa-sado que los dioses Tláloc y Cocijo tienen corres-pondencias en diversos aspectos, y por lo tantodeben considerarse equivalentes.3 En consecuen-cia, el trabajo de Caso sobre el vaso Planearte esimportante porque, en primer lugar, inicia la ideade que algunas vasijas efigie provenientes de lacultura zapoteca representan al dios de la lluviacon base en argumentos iconográficos y, en se-gundo, porque proporciona otros lincamientos,basados en estudios anteriores, para vincular a estadeidad con la del Altiplano.

El propósito del presente estudio consiste enreexaminar la conexión iconográfica y simbólicaentre las vasijas que presentan las efigies de Tlálocde la cultura teotihuacana y las efigies de Cocijo dela cultura zapoteca. En particular, el análisis seenfoca sobre un elemento triangular que apareceen el vaso de Planearte y, mediante un estudiocomparativo, fue posible concluir que representa

Estudios Mesoamericanos Núm. 5, enero-diciembre, 2003

Page 2: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

ADAM T. SELLEN 55

Vista frontal Vista trasera Vista lateral A

Figura 1. Diversas vistas del vaso de la Colección Planearte.

Vista lateral B

una bolsa de incienso. Dicho elemento se encuen-tra en muchos ejemplares de los llamados vasosTláloc, y también aparece en algunas urnas zapo-tecas que representan al dios de la lluvia y las tor-mentas. Por lo tanto, con base en la informacióndisponible, se puede afirmar que ambas culturasfrecuentemente acudían a los mismos recursosiconográficos y simbólicos cuando fabricaban re-presentaciones de la deidad de la lluvia. En estesentido, concuerdo con la hipótesis de Seler yCaso respecto a que ambas deidades de la lluvia,teotihuacana y zapoteca, son "equivalentes", aun-que la palabra "contraparte" describe mejor estarelación porque no son idénticas sino que com-parten características en distintos contextos. Sinembargo, en mi opinión, no se percibe la fusiónde estas dos culturas en el estilo del vaso Planearte,como mantenía Caso. Para sustentar esta obser-vación presentaré evidencias distintas a las quemanejó este investigador e intentaré aclarar laiconicidad de ciertos elementos en el vaso. Parallevar a cabo el análisis he utilizado un métodoque se basa en la comparación de las formasiconográficas que provienen de ambas culturas,con el apoyo de las fuentes del siglo XVI.

El vaso Planearte

Conviene comenzar primero con una descripcióndel objeto. El vaso está elaborado en un solo blo-

que de jade y pesa 4.605 kg. Mide 25 centímetrospor el frente, 23 por la parte posterior, y la bocapresenta un diámetro de 13 centímetros (figuraI).4 El personaje grabado en el vaso porta dos gran-des orejas rectangulares con la figura de una 'S'dibujada en cada una. Su cara muestra los ojosrematados por círculos y una nariz bulbosa. Dela boca, debajo del labio superior, salen grandescolmillos que se encorvan hacia la pieza y formanuna especie de anillo. Encima de los ojos se apre-cia la representación de un nudo, probablementede tipo corredizo, e inmediatamente debajo de loscolmillos dicha forma se repite, pero a diferenciade la primera, ésta se encuentra ligada con seissemicírculos cóncavos que cuelgan en forma detriángulo. En la parte trasera de la pieza, se obser-va que las piernas del personaje se curvan haciaatrás y los pies se juntan revestidos por sandalias.A ambos lados de la figura las manos sostienenun par de objetos, el primero, del lado A, pareceun bulto de barras amarrado, y el segundo, dellado B, una especie de bastón (figura 1).

El objeto que acabo de describir perteneció alobispo de Cuernavaca, Francisco Planearte, un sa-cerdote coleccionista que realizaba sus propiasexcavaciones arqueológicas. Después de su muer-te el artefacto alcanzó cierta fama porque no esta-ba claro quién era su legítimo dueño; el subse-cuente pleito duró varios años antes de resolver-se. Como resultado, los directores del Museo Na-cional de Antropología, y en especial Alfonso

Page 3: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

56 UN NUEVO ACERCAMIENTO AL VASO DE JADE

Estado JeMéxico

/\ Distrito i~\ Í

VA y

Figura 2. Mapa de la ubicación del pueblo Nanchititla,estado de México.

Caso, emprendieron una vigorosa contienda parasalvar el objeto de las manos de los herederos dePlanearte que lo reclamaban. La historia llegó asu climax cuando Caso solicitó la intervencióndel secretario de Educación Pública, EduardoVasconcelos [í/V],5 argumentando que el vaso erademasiado importante para la nación como paradejarlo en manos de particulares.6 La petición deCaso fue escuchada y poco después los herederosdesistieron en la demanda, y finalmente optaronpor donar el vaso, que había estado depositadoen el museo desde 1926, al acervo de bienes de lanación.

En su artículo de 1927, Caso consideraba quela pieza provenía de una cueva cercana a Tlan-chititla, en el estado de México, con base en unainscripción en tinta china localizada en la partesuperior de la pieza. Sin embargo, el investigadordudó de la veracidad del dato porque no hay pue-blos con ese nombre en dicho estado, por lo cualadelantó una procedencia alternativa, Chinameca,Mótelos, a raíz del testimonio de un conocido delobispo. Sin embargo, en una publicación poste-rior, Caso volvió a presentar la pieza, pero estavez afirmó que provenía de Nanchititla, estadode México, y que el obispo Planearte lo había re-cibido como obsequio de la comunidad.7 Casono expuso sus argumentos para el cambio de opi-nión acerca de la procedencia, pero existe la posi-

bilidad que alguien le dio datos más específicos.

También es posible que en principio no se dieracuenta que la inscripción estaba mal escrita, o porotro lado, el problema radicó en la paleografía.8

El pueblo de Nanchititla se encuentra en lafrontera de los estados de México y Guerrero (fi-gura 2), dentro de los pasos naturales de la zonaformados por diversos ríos que se dirigen desdela planicie de la Meseta Central hasta las tierrasmás bajas y calientes del actual estado de Guerre-ro. Al sur, estos cauces se comunican con el ríoBalsas, un cuerpo de agua que cuenta con grannúmero de afluentes. En tiempos prehispánicos,estas vías naturales podían haber sido rutas decomercio y contacto entre las tierras bajas y elAltiplano, de tal suerte que no es sorprendenteencontrar a lo largo de estos caminos materialprocedente de Teotihuacan, o por lo menos arte-factos que reproducen el estilo de ese lugar.

El vaso Planearte ha sido ampliamente publi-cado en libros sobre arte prehispánico donde espresentado como una obra maestra de la antiguacivilización mesoamericana.9 De estos autores,Toscano10 lo atribuye a la cultura nahua y Kricke-berg,11 siguiendo a Caso, clasifica al objeto dentrodel estilo zapotero. Bernal,12 en cambio, presentala pieza como una obra teotihuacana de la faseTeotihuacan III (fase Xolalpan temprano 350-550d. C.). Los otros autores citados no comentan so-bre la posible procedencia y fecha de la pieza. Cabemencionar que en aquel momento el vaso estabaen exhibición en la sala teotihuacana, en el Mu-seo Nacional de Antropología. Actualmente seencuentra en la bodega de dicha institución.

Aunque el vaso Planearte está hecho de jade,tiene su contraparte en la forma cerámica deno-minada "vasija Tláloc" o "vaso Tláloc", que fre-cuentemente se encuentra en el sitio arqueológi-co de Teotihuacan u otros lugares que manteníanuna interacción colateral con esta urbe. En el con-texto arqueológico de entierros y ofrendas, losvasos Tláloc están asociados con otras formas ce-rámicas, como los llamados "floreros" o vasijastrípodes con aplicaciones de estuco y pintura.13

En general, los vasos forman parte integral de un

Page 4: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

ADAM T. SELLEN 57

ajuar cerámico en el contexto funerario, aunqueen ocasiones están asociados con las estructurasarquitectónicas correspondientes.

Pasztory14 comentó que la mayoría de los va-sos Tláloc no eran visualmente refinados ni obje-tos de la aristocracia. Esta opinión parece cierta,sin embargo, está claro que el vaso Planearte es laexcepción por ser una expresión plástica muchomás elaborada que los vasos Tláloc hechos en ba-rro. Las horas de trabajo necesarias para producirun objeto de jade de esta dimensión y talla refle-jan una considerable inversión de labor y el acce-so a un bien exótico y distante. Por lo tanto, elvaso Planearte debe haber sido un objeto usadopor la clase dominante.

Los vasos Tláloc están presentes en un ampliorango de épocas arqueológicas que comienzandesde las fases del Formativo, denominadasTzacualli y Miccaotli (0-200 d. C.). Un ejemplarmuy sencillo de la fase Tzacualli se encontró enTeotihuacan, en la unión de la pirámide del Sol yla Plataforma Adosada;15 otro ejemplar más ela-borado, perteneciente a esta misma fase, lo encon-tró Rattray en un entierro de la plaza 1 de Ozto-yahualco, Teotihuacan (véase la figura 6£).H Losvasos Tláloc parecen ser muy abundantes entrelas fases Miccaotli-Tlamimilolpa temprano (150-250 d. C.), y es interesante observar que fue laúnica forma cerámica rescatada de un entierrocolectivo localizado en el centro de la pirámidede Quetzalcóatl en Teotihuacan.17 Finalmente,Sempowski ha documentado estas formas para elClásico tardío (fase Xolalpan 400-650 d. C.).18 Se-gún Covarrubias19 y Von Winning20 una forma delos vasos Tláloc continúa hasta la Colonia. Aun-que es cierto que después de la caída de Teotihua-can se encuentra una tradición cerámica que re-produce vasijas con características de la deidad dela lluvia, se trata de productos pertenecientes aotras culturas y horizontes, por lo cual no serántratados en este estudio.

Los vasos Tláloc también aparecen en sitiosfuera de la urbe de Teotihuacan, y en el acervodel Museo Nacional de Antropología se encuen-tran varios que provienen de diversos lugares de

la República. Por ejemplo, del estado de Méxicohay piezas de Azcapotzalco, Culhuacán y Ecate-pec, y en el estado de Puebla se tienen objetosque proceden del valle de Tehuacán;21 otro lugardonde se han encontrado vasos Tláloc aún másremoto que los mencionados es en el estado deOaxaca. Caso y Bernal22 y Caso, Bernal y Acosta23

reportaron hallazgos de esta forma proveniente deexcavaciones en Monte Albán que se fechan a laépoca de Transición (200-350 d. C.). Estas fechascorresponden en general con los hallazgos demateriales zapotecos en Tlailotlacan, Teotihuacan(el llamado barrio zapoteco), que se remontandesde la época II hasta la época IIIA de MonteAlbán (0-450 d. C.).24 Estas evidencias demuestranque el uso e intercambio de las vasijas Tláloc tuvogran extensión en Mesoamérica.

La bolsa

Como ya se describió, la figura del vaso tiene unaespecie de adorno constituido por un nudo y seispequeños objetos cóncavos colocados en formatriangular. El primero en hablar sobre este ele-mento iconográfico del vaso fue, al parecer, Ra-món Mena, profesor de arqueología del MuseoNacional, encargado de hacer una descripción delobjeto antes que fuera traslado desde Cuernavacaa esta institución en 1926. En su descripción lla-ma al nudo del borde superior del vaso "la atadu-ra cíclica", y al que forma el nudo en la parte infe-rior y la forma triangular localizada más abajocomo "otra atadura cíclica y el signo de montes".25

En cambio, Caso26 pensó que este último signorepresentaba "conchas" y comparó el pectoral queporta con los encontrados en un gran número deurnas zapotecas que tienen nudos asociados conotros elementos. La identificación de este signoen efigies de ambas culturas constituye el eje cen-tral de su argumento para sostener que el estilodel vaso Planearte había sido influido por la cul-tura zapoteca. No obstante, demostraré que nin-guno de los autores identificó adecuadamente estaúltima forma y que la semejanza iconográfica que

Page 5: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

58 UN NUEVO ACERCAMIENTO AL VASO DE JADE

guarda con ciertos elementos en las efigies zapo-

tecas es meramente casual.El elemento triangular formado por las seis fi-

guras cóncavas del vaso Planearte es común en elcorpus iconográfico de Teotihuacan, y a mi jui-cio representa una bolsa de incienso. Este elemen-to aparece plasmado en diversos contextos, comoson las figuras cerámicas, las vasijas grabadas y pin-tadas y la pintura mural; también ha sido dibuja-do junto con otros glifos sobre un piso en laVentilla, Teotihuacan,27 por lo cual se puede con-siderar ésta como su forma glífica (figura 3).

Sin embargo, la mayoría de los investigadoresha sostenido que la iconicidad de este elementorepresenta una nube, un cerro invertido o el con-junto de estas dos ideas. Una de las interpretacio-nes más tempranas es la de Linné, quien ilustróun motivo semejante sobre una vasija que hallóen un entierro de Xolalpan, Teotihuacan (figura

3a). Al respecto, el investigador dijo: "Una de la

grandes figuras representa a Tláloc [...]. Lo querepresenta la segunda figura no se puede estable-cer con certeza. Tal vez la intención fue simboli-zar nubes de lluvia [,..]"28 Más adelante, Caso29

concordó con la especulación de Linné respectoa que la forma podría ser una representación muyantigua de una nube, y en este mismo trabajo re-pitió que el pectoral que frecuentemente se en-cuentra asociado con Tláloc está formado porconchas.30 Langley,jl en su estudio sobre los glifosteotihuacanos, mencionó la confusión que existeentre la identificación de las formas gráficas querepresentan nubes o montañas y las que represen-tan bolsas. Según él, la representación de una bolsahabía sido confundida con otros conjuntos pare-cidos que representan "elementos triples de con-chas o montañas invertidas". Sin embargo, aun-que el autor muestra la ilustración de una bolsa

(a)

(c)

Figura 3. Diversos contextos para la bolsa de incienso: a) Vasija y dibujo desplegado. Entierro i, cuarto vil,Xolalpan, Teotihuacan (según S. Linné, Archaeological Researches at Teotihuacan, México, p. 55). b) Bolsa deincienso al revés (presentada por J. Ángulo "Teotihuacán: aspectos de la cultura a través de su expresiónpictórica", vol. 74, fig, 2.2a). c) Fragmento de pintura mural, Teotihuacan, según la acuarela de Francisco Villa-señor (en D. Magaloni Kerpel, "El espacio pictórico teotihuacano: tradición y técnica", vol. i, 222, fig. 4-6).d) Fragmento de pintura mural, Teotihuacan (dibujo basado en fotografía. En K. Berrin, y E. Pasztory, eds.,Teotihuacan: Art from the City of the Gods, p. 199). e) Glifo de una bolsa pintado sobre un piso en la Ventilla(dibujo de Román Padilla y Arturo Reséndiz. En R. Cabrera Castro, "Caracteres glíficos teotihuacanos en un pisode la Ventilla", vol. i, p. 405, fig. 5).

Page 6: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

ADAM T. SELLEN 59

Figura 4. Bolsa de incienso como parte de una vírguladel habla. Detalle, pórtico 2, mural 3, Tepantitla, Teoti-huacan (redibujado de E. Pasztory, The Muráis of Tepan-titla, Teotihuacan, fig. 36).

en su catálogo, no explica cómo distinguir entrelas formas que representan bolsas y las que repre-sentan nubes o montañas. Quizás la falta de di-rección resultó en interpretaciones posteriores queconjuntaron varias ideas. Por ejemplo, Von Win-ning,32 en un estudio sobre la iconografía teoti-huacana, presentó varias de las mismas formastriangulares que habían tratado los autores ante-riores, pero propuso que eran "nubes, en formade cerros invertidos" pertenecientes al comple-jo de agua de Tláloc. Y más recientemente, Án-gulo,33 basado en Von Winning, sostuvo que estaforma es un "cúmulo de nubes o montañas carga-das de lluvia". Sin embargo, como muchos otros,el investigador presentó el dibujo de este elemen-to al revés, por lo tanto se facilitó la interpreta-ción de que se trataba de una montaña (figura 3b).

Esta última forma fue presentada aislada de sucontexto: la bolsa que ilustra Ángulo es partede una larga vírgula del habla que sale de la bo-ca de un personaje en el mural de Tepantitla, Teo-tihuacan (figura 4). Es común ver en las vírgulasdel habla, en el arte teotihuacano, que los elemen-tos asociados giran en la misma dirección que lavoluta; así, esta forma resultó en una posición in-vertida porque está en la parte inicial y posteriorde la vírgula. Si la bolsa estuviera pegada a la par-te final e inferior de la voluta entonces hubieraaparecido con su punta hacia abajo.

La comparación de diversos contextos para larepresentación de esta forma triangular hace evi-

dente que se trata de una bolsa, tal como propusoLangley. Por ejemplo, la forma glífica, represen-tada en la figura 3e, es el mismo tipo de bolsa quecargan las figuras teotihuacanas en la pintura mu-ral y que se observa en el personaje de la figura3d. Este tipo de bolsa se destaca por un nudo co-rredizo de cierre y un elemento que cuelga inme-diatamente abajo y pegado a la bolsa, mismo queha sido identificado como un crótalo de serpien-te.34 Aunque los otros ejemplos de bolsas no siem-pre tienen dicho elemento, todos cuentan con elcordón de cierre, por lo tanto es este último rasgoel que identifica la bolsa y lo distingue de otrasformas como el que podría representar montañas.Este tipo de nudo se puede observar claramenteen un tipo de efigie cerámica proveniente de losvalles centrales de Oaxaca que representa' una bol-sa (figura 5). El nudo que ata la bolsa es fácil de

(a)

(b)

(c)

Figura 5. Nudo corredizo de cierre en tres efigies decerámica que representan bolsas. Cultura zapoteca.a) Museo Nacional de Antropología, cat. 6-6100. Proce-dencia: Nazareno, Oaxaca. b) Museo Frissell, cat. 8898.S/P. c) Museo Frissell, Cat. 2540. Procedencia: SanLorenzo Cacaotepec, Oaxaca.

Page 7: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

60 UN NUEVO ACERCAMIENTO AL VASO DE JADE

(a) (b) (c)

(e) (f) (9)

(d)

(h)

Figura 6. Distintos tipos de vasos Tláloc (sin escala), a) El vaso Planearte, MNA 9-697, Nanchititla, estado deMéxico, b) Museo de San Antonio, cat. 417405G, S/P. c) Colección particular de Wally Zollman, S/P. d) MNA 9-2355, S/P. e) Museo für Vólkerkunde, Viena, cat. 4.829, S/P. f) Instituto de Investigaciones Antropológicas,UNAM, S/N. Plaza 1, Oztoyahualco, Teotihuacan (fase Tzacualli 0-150 d. C.). g) Museo de Sitio, Teotihuacan.h) Entierro 114, Tetitla, Teotihuacan (fase Xolalpan 400-650 d. C.).

reproducir con cuerda y tiene la característica deabrir y cerrar fácilmente.

La bolsa que describo no sólo aparece en elvaso Planearte, se trata de un elemento común entodo tipo de vasija Tláloc. Como se puede apre-ciar en la figura 6, estos objetos tienen muchasvariaciones, pero frecuentemente aparecen conla representación de una bolsa en la "panza" de lavasija. En algunos casos, la bolsa está bien deli-neada y detallada, y este rasgo facilita su identifi-cación; sin embargo, hay otros casos donde la re-presentación de la bolsa es esquematizada, a ve-ces reducida a una raya de barro que atraviesa elcuerpo de la olla. En estos casos la única he-rramienta que tenemos para poder deducir suiconicidad es la comparación con otras vasijas endonde el detalle se represente de manera realista.

Así, la ubicación de este elemento directamenteabajo de la cara de Tláloc indica que se trata deuna bolsa. Si se toman en cuenta los ejemplos pro-cedentes de excavaciones, parece que diversos gra-dos de esquematización de este elemento se die-ron no solamente a partir de las fases tempranassino hasta el final del periodo Clásico, hecho quehace pensar respecto a la relación significativaentre la bolsa de incienso y la efigie de Tláloc tanevidente que, en muchos casos, ya no era necesa-rio dibujar la bolsa de manera realista.

Algunos detalles iconográficos de los vasospresentados nos pueden ayudar a ubicar tempo-ralmente el vaso Planearte. Si éste se compara conla pieza que proviene de una excavación en Ozto-yahualco, Teotihuacan, encontramos que compar-ten varios detalles (figura 6f). En ambas piezas los

Page 8: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

ADAM T. SELLEN 61

grandes dientes que salen de la boca se vuelven ajuntar con el cuerpo y forman un anillo; en se-gundo lugar, ambos objetos tienen dibujado en elinterior de las orejeras rectangulares la figura deuna "S"; finalmente, la pieza de Oztoyahualcoparece sostener en cada mano un objeto de la mis-ma manera que la figura del vaso Planearte. Estastres observaciones indican la posibilidad de queel vaso de jade de Planearte y el vaso de cerámicade Teotihuacan sean contemporáneos. Por consi-guiente, nuestra pieza se ubicaría en la fase Tzacua-lli, alrededor de 1-150 d. C.

Caso estaba convencido de que el elementoidentificado en el presente estudio como una bol-sa estaba inspirado en los pectorales de las vasijasefigie de la cultura zapoteca.35 Sostuvo que losobjetos que colgaban abajo del nudo eran con-chas (en forma de una montaña o una nube), yeran las mismas que se pueden encontrar en lospectorales de las vasijas efigie zapotecas.36 Sinembargo, hay gran variación en estos últimospectorales entre sí y también respecto al tipo defigura en donde se encuentran (figura 7), pero escierto que algunos pueden semejar la forma de labolsa del vaso Planearte, mas, por la variación y

combinación de los elementos de cara-nudo-con-cha, es evidente que los pectorales se refieren aotra concepción y que no son bolsas. Además, esinteresante notar que los nudos presentes en estospectorales no son del tipo corredizo, como se ob-serva en las efigies de bolsas en las que simple-mente tienen la función de atar los objetos al ves-tido. Cabe mencionar que en ocasiones los zapo-tecos representaban bolsas en los delantales de lasefigies de cerámica, por ejemplo, en un tipo devasija efigie zapoteca que corresponde al glifo X37

(figura 8). Estas piezas son fácilmente identificablesporque varias bolsas en sus delantales cuentan conun nudo del tipo corredizo, pero este tipo de efi-gie no tiene una asociación obvia con la deidadde la lluvia.

Es interesante observar que en el corpus devasijas efigie zapotecas existen varios ejemplos quepresentan bolsas de incienso asociadas con repre-sentaciones de Tláloc y de Cocijo (figura 9a, b,c). La urna con máscara de Tláloc (figura 9a) fuecolectada por Howard Leigh en Oaxaca y proba-

blemente fue producida dentro los límites de estemismo estado.38 El artefacto tiene la forma de unatípica vasija efigie zapoteca pero su máscara es in-

(a) (b) (c) (d) (e)

(f) (9) (h) (i)

Figura 7. Variación en los pectorales de caras, nudos y conchas de las vasijas efigie zapotecas. a) Museo Gar-diner, cat. 83.1.179. b) Colección Morton D. May, cat. 67:163. c) Tumba 104, Monte Albán. d) Museo Nacionalde Antropología, cat. 6-6029. e) Museo Nacional de Antropología, cat. 6-6088. f) Museo Nacional de Antropología,cat. 6-6221. g) Smithsonian, cat. 273401. h) Museo Real de Ontario, cat. 1907. i) Museo del Indio America-no, cat. 16/3627. j) Museo Nacional de Antropología, cat. 6-6-825.

Page 9: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

62 UN NUEVO ACERCAMIENTO AL VASO DE JADE

(a) (b) (c) (d)

Figura 8. Bolsas en los delantales de un tipo de vasija efigie zapoteca que corresponde al glifo X. a) Sotheby'ssubasta, 1991, fig. 159. b) Museo Nacional de Antropología, cat. 6-33. c) Museo del Indio Americano, cat. 20/3454. d) Museo Frissell, cat. 12593.

dudablemente de Tláloc por los anillos alrededorde los ojos y los colmillos que salen de la boca.Además, esta efigie cuenta con una bolsa de in-cienso como pectoral. También hay una bolsa deincienso de cerámica con la cara de Tláloc inte-grada en la parte superior (figura 9b). Esta bolsaprobablemente fue sostenida en las manos por unafigura, rasgo que se puede apreciar en numerososejemplos de efigies zapotecas. Finalmente, hay unaefigie con máscara de Cocijo, pero el pe-toral quelleva es una bolsa de incienso (figura 9c). En estarepresentación es evidente que los zapotecos re-producen el concepto de Tláloc-bolsa, pero susti-tuyen al dios Tláloc por Cocijo.

Esta exposición evidencia que la bolsa de in-cienso está vinculada con el dios de la lluvia en lacultura teotihuacana de los tiempos clásicos, qui-zás iniciando alrededor de la época de transición(200 d. C.); por otro lado, también refiere que cier-tas efigies de la cultura zapoteca reproducían estarelación a través de sus propios recursos estéticos.La pregunta es: ¿cómo se logró esta relación? Lasbolsas que se encuentran ilustradas en las efigiespodían haber contenido una variedad de sustan-cias, como distintos tipos de inciensos y resinas,hasta semillas o granos de maíz, pues sabemos quetodos estos elementos fueron empleados en diver-sos rituales para rendir culto a los dioses.39 De las

(a) (b) (c)

Figura 9. Ejemplos de la bolsa de incienso relacionada con efigies zapotecas (sin escala), a) Vasija efigie zapoteca.Museo Frissell, cat. 2770. b) Bolsa de incienso, probablemente de una vasija efigie zapoteca. Museo Frissell, cat.2497. c) Vasija efigie zapoteca, Museo Frissell, cat. 249.

Page 10: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

ADAM T. SELLEN 63

Figura 10. Personificador del dios TIáloc. Placa de barroproveniente de Cacaxtla, Tlaxcala (redibujado de lareconstrucción de R. Jiménez Ovando, "Entierroshumanos prehispánicos de la zona arqueológica deCacaxtla, Tlaxcala", p. 132, fig. 7).

resinas, el copal es una de las más importantes enla gama de inciensos empleados en Mesoamérica.En este sentido, es importante mencionar queTIáloc fue considerado el dios regente sobre estasustancia. Por ejemplo, en la lengua náhuatl seutiliza el difrasismo "señor del copal, señor delincienso"40 para referirse a la deidad.41 Tambiénhay evidencia de efigies de los dioses del agua,TIáloc y Chalchiuhtlicue, moldeadas en copal yofrendadas en una cueva en las faldas del Iz-taccíhuatl.42 Recientemente, bajo el piso de estu-co de la Casa de las Águilas del Templo Mayor, seencontraron vasijas TIáloc en ofrendas asociadascon bolas de copal.43 Según el testimonio de Du-ran, la efigie de TIáloc en el templo de Tenoch-titlan "tenía en la mano izquierda una bolsa decuero llena siempre de copal [...]"44 Esta descrip-ción concuerda con la imagen en una ofrendade barro que proviene del sitio arqueológico deCacaxtla, Tlaxcala, y que data del Epiclásico. Elobjeto cerámico fue encontrado desplegado de

manera horizontal como sello en un entierrode varios cráneos, calotas, una tibia y una escul-tura de piedra.45 En la parte central del diseño seilustra un sujeto que personifica al dios TIáloc, elrostro del personaje se ve detrás de una máscarade esta deidad que está dividida en dos partes y seabre para mostrar al portador (figura 10). En lamano derecha, el personaje sostiene una serpien-te ondulante —una metáfora para el rayo— y enla izquierda sostiene una bolsa de incienso, talcomo en la descripción de Duran para la efigieazteca del Templo Mayor.

En conclusión, la imagen grabada sobre el vasoPlanearte representa al dios de la lluvia, y elpectoral que porta es una bolsa de incienso, evi-dente por el nudo corredizo que acompaña a laimagen. Este elemento ocurre con frecuencia enla gran mayoría de vasos con efigie de TIáloc,muchos de procedencia teotihuacana. En el vasoPlanearte el nudo corredizo se repite en la partesuperior de la pieza, justamente abajo del bordedel vaso. Quizás la razón para esta representaciónsea que todo el vaso era considerado como la efi-gie de una bolsa. Por lo tanto, dada la estrecharelación entre el dios de la lluvia y el copal, esposible que estos vasos fueran utilizados para con-tener una ofrenda de copal o posiblemente otraresina. Desafortunadamente, como el copal estáhecho de una sustancia que tiende a evaporarsecon el tiempo esta función sería difícil de com-probar arqueológicamente.

El vaso Planearte proviene de la cultura teo-tihuacana o de otro grupo que participaba en lamisma esfera de interacción, y no tiene un nexoestilístico con la cultura zapoteca, como mante-nía Caso. Sin embargo, hemos visto que los zapo-tecos a veces recurrían a los elementos simbólicosy visuales de los teotihuacanos para fabricar imá-genes de la deidad de la lluvia. A veces esto in-cluía manufacturar una representación del diosTIáloc en forma de urna zapoteca, o incluso com-binar los atributos, como reproducir una efigiede Cocijo que porta un pectoral con forma debolsa. Por lo tanto, los ejemplos ilustrados aquíson evidencia de que los zapotecos integraron al-

Page 11: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

66 UN NUEVO ACERCAMIENTO AL VASO DE JADE

Códice Florentino. Con un comentario y análisis deCharles E. Dibble y Arthur J. O. Anderson. SantaFe, Nuevo México, The School of AmericanResearch and the University of Utah, 1969. 13 vols.

Cowgill, George R., "Nuevos datos del Proyecto Tem-plo de Quetzalcóatl acerca de la cerámica Miccaotli-Tlamimilolpa", en Rosa Brambila y Rubén Cabre-ra, eds., Los ritmos de cambio en Teotihuacán: reflexio-nes y discusiones de su cronología. México, Institutode Antropología e Historia, Serie Arqueológico,1998, pp. 185-199.

Covarrubias, Miguel, Arte indígena de México yCeniroamérica. México, UNAM, 1957.

Díaz Oyarzábal, Clara Luz, Cerámica de sitios con in-fluencia teotihnacana. Catálogo de las colecciones ar-queológicas del Museo Nacional de Antropología.México, Instituto Nacional de Antropología e His-toria, 1991.

Duran, fray Diego, Historia de las Indias de Nueva Es-paña e islas de tierra firme. México, Conaculta, 1995.2 tt.

Heyden, Doris, "La sangre del árbol: el copal y las resi-nas en el ritual mexicano", en Salvador RuedaSmithers, Constanza Vega Sosa y Rodrigo MartínezBaracs, eds., Códices y documentos sobre México. Se-gundo Simposio, vol. II. México, INAH-Conaculta,.1997, pp. 243-270.

Jiménez Ovando, Roberto, "Entierros humanosprehispánicos de la zona arqueológica de Cacaxtla,Tlaxcala", en Ángel García Cook y Beatriz LeonorMerino Carrión, comps. y Lorena Mirambell Sil-va, coord., Antología de Cacaxtla, vol. II. México,INAH, 1995.

Kelemen, Pat, Medieval American Art: A survey in tivovolátiles. Nueva York, The Macmillan Company,1944.

Kowalewski, Stephen y Marcia Truell, "Tlaloc" in theValley of Oaxaca", en John Paddock, ed., Bo/etín deEstudios Oaxacjueños, núm. 31. México, MuseoFrissell de Arte Zapoteca, 1970.

Krickeberg, Walter, Las antiguas culturas mexicanas.México, FCE, 1961.

Langley, James C., Symbolic Notaiion of Teotihuacán.Elements of Writing in a Mesoamerican Culture of theClassic feriad. Tesis. Oxford, BAR InternationalSeries, núm. 313, 1986.

Linné, Sigvald, Archaeological Kesearches ai Teotihuacán,México, núm. 1. Suecia, The EthnographicalMuseum of Sweden, New Series, 1934.

López Lujan, "Las investigaciones en la Casa de lasÁguilas", en La Casa de las Águilas: reconstrucciónde un pasado. Catálogo sin paginación de la exposi-

ción temporal en el Museo del Templo Mayor. Méxi-co, Conaculta/INAH, 2000.

Magaloni Kerpel, Diana, "El espacio pictóricoteotihuacano: tradición y técnica", en Beatriz de laFuente, ed., La pintura muralprehispánica en Méxi-co, vol. I. México, UNAM, Instituto de Investigacio-nes Estéticas, 1996, pp. 187-225.

Millón, Rene y Bruce Drewitt, "Earlier Structureswithin the Pyramid of the Sun at Teotihuacán", enAmerican Antiqíiity, 26(3), 1961, pp. 371-380.

Paddock, John, "The Oaxaca Barrio at Teotihuacán",en Kent Flannery y Joyce Marcus, eds., The CloudPeople: Divergent Evolution of the Zapotee and MixteeCivili^ations. Nueva York, Academic Press, 1983,pp. 170-175.

Pasztory, Esther, The Muráis of Tepantitla, Teotihnacan[Outstanding dissertations in the fine arts]. NuevaYork, Garland Publishing, 1976.

Pasztory, Esther, "Abstraction and the Rise of aUtopian State", en Janet Catherine Berlo, ed., Art,Ideology, and the City of Teotihuacán. Washington,Dumbarton Oaks Research Library and Collection,1992, pp. 281-320.

Rattray, Evelyn, Entierro y ofrendas en Teotihuacán:excavaciones, inventario, patrones mortuorios. Méxi-co, UNAM, Instituto de Investigaciones Antropoló-gicas, 1997.

Rattray, Evelyn, "Resumen de las tendencias cronoló-gicas en la cerámica y panorama general de Teoti-huacán", en Rosa Brambila y Rubén Cabrera, eds.,Los ritmos de cambio en Teotihuacán: reflexiones ydiscusiones de su cronología. México, Instituto de An-tropología e Historia, 1998, pp. 255-281. (Serie Ar-queológica)

Séjourné, Laurette, Teotihuacán, métropole de l'amérique.París, Franfoise Maspero, 1969.

Seler, Eduard, "Unity of Mexican and Central AmericanCivilization", en Burean of American EthnologyBulktin, núm. 28. Washington, 1904, pp. 266-274.

Seler, Eduard, "Dieties and Religious Concepts of theZapotees", en Burean of American EthnologyBulletin, núm. 28. Washington, 1904, pp. 284-305.

Sellen, Adam, Las vasijas efigie ^apotecas: los ancestrospersonificadores de divinidades. Tesis. México, UNAM,Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Investi-gaciones Filológicas, Programa de Posgrado en Es-tudios Mesoamericanos, 2002.

Sempowski, Martha, "The potential role of HumanInterment in Household Ritual", en Manzanilla ySerrano, eds., Prácticas funerarias en la ciudad de losdioses. México, UNAM, Instituto de InvestigacionesAntropológicas, 1999, pp. 473-502.

Page 12: Un nuevo acercamiento al vaso de jade de la Colección ...ºmenes/Volumen 5/vasodejade_adam...terminar la procedencia de la pieza y planteó ar-gumentos iconográficos para sostener

ADAM T. SELLEN 67

Solís, Felipe, Tesoros artísticos del Museo Nacional deAntropología. México, Aguilar, 1991.

Toscano, Salvador, Arte precolombino de México y de laAmérica Central. México, UNAM, Instituto de In-vestigaciones Estéticas, 1944.

Urcid, Javier, "Zapotee Hieroglyphic Writing", enStiidies in Pre-Columbian Art and Archaeology, núm.34. Washington, Dumbarton Oaks, 2001.

Winning, Hasso von, La iconografía de Teotihuacan: los

dioses y los signos. México, Instituto de Investigacio-nes Estéticas, 1987. 2 vols.

Winter, Marcus, Cira Martínez López y Damon E.Peeler, "Monte Albán y Teotihuacán: cronología einterpretaciones", en Rosa Brambila y Rubén Ca-brera, eds., 'Los ritmos de cambio en Teotihuacán: re-flexiones y discusiones de su cronología. México, Ins-tituto de Antropología e Historia, 1998, pp. 461-475. (Serie Arqueológica)