Un paseo por - Transición Ecológica · Un paseo por el bosque de Valsaín Un pequeño paseo por...

39

Transcript of Un paseo por - Transición Ecológica · Un paseo por el bosque de Valsaín Un pequeño paseo por...

CoordinaciónEsther Bueno, Inatur Sierra Norte

IlustracionesMercedes RubioBernardo LaraCharo Higuera

FotografíasFototeca CENEAM - O.A. Parques NacionalesAntonio MorenoJosé Luis PereaJavier Ara CajalFON-3Antonio CamoyánVicente García CansecoMiguel A. Cruz AlemánFrancisco HerasCarlos de Miguel

Diseño y MaquetaciónAgenda Comunicación S.L.

EditaMinisterio de Agricultura, Alimentación y Medio AmbienteOrganismo Autónomo Parques Nacionales

2

Un paseo por

el bosque de

ValsaínUn pequeño paseo por los alrededoresdel CENEAM nos mostrará la gran rique-za y belleza que nos ofrece el bosque deValsaín.

Olores, imágenes, colores... nos evocaránmultitud de sensaciones. Sólo debemostener todos nuestros sentidos bien dis-puestos.

Nos encontramos a 1.200 m de altitud. Elclima nos puede jugar una mala pasada.Según la estación del año: equípese conbotas, abrigo, gorro...

No olvide:Respetar las actividades de los habitan-tes de la zona.Dejar todo tal y como se encuentra:puertas, plantas...Llevarse la basura que produzca.Ayudarnos a conservar este patrimonio,que es suyo y de todos.Intentar que su paso no se note.

Olvídese de las prisas y disfrute del paseo

3

NEl robledal

Nos acercamos a este bosque para contemplar a uno de sushabitantes: el roble. Si nos fijamos en su distribución, observare-mos que crecen formando "grupos familiares". ¿A qué puededeberse? Este árbol posee una prodigiosa capacidad de producirbrotes a partir de su propia raíz, formando rodales de numerososretoños.

No todos llegarán a ser grandes robles: el ganado, la compe-tencia entre ellos… se encargarán de dibujar

este paisaje.

A la altitud a la que nos hayamos(1200 m.), el roble melojo se en-cuentra en su ambiente per-fecto.

Los ejemplares jóvenes obien resguardados conser-van sus hojas secas inclusoen invierno. Aunque esténmarchitas, permanecerán enel árbol vistiéndolo y prote-giéndolo hasta que nazcan los

La leña del roble se ha aprovechado tradicionalmente para ali-mentar las chimeneas serranas o para producir carbón vegetal,en carboneras como la que describiremos más adelante.

Las agallas fueron muy usadas porlos niños para jugar a las canicas, opor las mujeres, para empezar a hacerun ovillo de lana.

Y, por supuesto, las bellotas fueronutilizadas como excelente forraje parael ganado.

Usos de antes

NEl robledal

Nos acercamos a este bosque para contemplar a unode sus habitantes: el roble. Si nos fijamos en su distri-bución, observaremos que crecen formando "gruposfamiliares". ¿A qué puede deberse? Este árbol poseeuna prodigiosa capacidad de producir brotes a partir desu propia raíz, formando rodales de numerosos retoños.No todos llegarán a ser grandes robles: el ganado, la

competencia entre ellos… se encargarán dedibujar este paisaje.

A la altitud a la que nos halla-mos (1.200 m), el roble melojose encuentra en su ambienteperfecto.Los ejemplares jóvenes obien resguardados conser-van sus hojas secas inclusoen invierno. Aunque esténmarchitas, permanecerán enel árbol, vistiéndolo y prote-

giéndolo hasta que nazcan losbrotes de las nuevas hojas.

La leña del roble se ha aprovechado tradicionalmen-te para alimentar las chimeneas serranas o para pro-ducir carbón vegetal, en carboneras como la que vere-mos más adelante.Las agallas fueron usadas por los niños para jugar alas canicas, o por las mujeres, para empezar a hacerun ovillo de lana.Y, por supuesto, las bellotas fueron utilizadas comoexcelente forraje para el ganado.

Esta bola de textura acartonada, con una característicacorona de 7-8 espinas, que podemos ver en el árbol ocaída en el suelo, no es el fruto del roble, es una agalla.Se trata de una especie de tumor que forma el árbolcomo defensa ante el ataque de una pequeña avispa.

Usos de antes

Tenemos agallas

1

6

PARADA 1

Entre la

Esta bola de textura acartonada, con

Quercus pyrennaica

Entre lafauna aso-ciada aeste árboldestaca elestridentearrendajo,ávido de

sus bellotas. Las esconde y entie-rra en sus despensas para elinvierno, pero algunas quedaránolvidadas y germinarán.

El insecto deposita sus huevos enlos brotes tiernos del roble, quereaccionan generando estos abul-tamientos. En su interior se va des-arrollando la larva hasta transfor-marse en adulto. Cuando ya escapaz de volar, hace un agujero enla agalla y abandona su encierro.Si encontramos alguna en el suelo,observaremos si tiene un pequeñoagujero. Si es así, esto indicará quela avispa ha salido ya, pudiendoencontrar en el interior algún otro"insecto okupa" que la aprovecharácomo nuevo hogar.

Hoja

Fruto

Flor

Corteza

Lobulada, aterciope-

lada

Amargo

Colgantes, amarillas

Rugosa, agrietada

Quercus pyrenaica

El pájaro

que plantaba árboles

7

L

El espinar: alimentos y refugio

Algunas especies vege-tales escasean en el bos-que de Valsaín debido a laacción del ganado domés-tico y los herbívoros sil-vestres, por lo que unadefensa espinosa les ofre-ce espacios donde vivir.

Refugio frente alos herbívoros

El entramado espinosoproporciona refugio ylugar para la nidificacióna aves, como el diminutochochín (Troglodites).

Viviendas protegidas

Las zarzas, los espinos, los rosales silvestres y losendrinos nunca han gozado de una excesiva simpatíaentre los excursionistas, sin duda debido a que formandensos entramados espinosos que dificultan el paso yproducen indeseables pinchazos y enganchones en laropa. Pero los espinares cumplen un importante papelcomo fuente de alimento y refugio para la vida silvestreque no debemos desdeñar.

2

PARADA 1

Identificación a travésde los frutosEl otoño es el momen-to ideal para recono-cer las distintas espe-cies que componen losespinares de Valsaín.

Zarzamora

Las moras, los escaramujos, lasendrinas, que maduran a finalesdel verano, constituyen una atrac-tiva fuente de alimento para mir-los, zorzales y currucas, que con-sumen estos frutos en grandescantidades a lo largo del otoño.

Aves y frutos

Rosal silvestre

Majuelo

Endrino

EUn rodal de estepas

Esta jara, que puede formar matorrales densos de casidos metros de altura, acompañando al roble, es conoci-da aquí como estepa. Aunque se parecen, no es la jarapringosa, de climas más cálidos y compañera de la encina.Al contrario, ella prefiere vivir en zonas más altas yfrías, entre los 600 - 1.700 m de altitud, ocupando cla-ros soleados en montes más o menos desarbolados.De hecho, si el bosque se cierra, no puede vivir bien ala sombra, languidece y acaba por morir.

Es una especie que arde muy bien. Su corteza, des-prendida en tiras, y sus ramas, impregnadas en esen-

cias, se encargan de ello. Después de unincendio, sus semillas germinan rápi-

damente y con profusión, incluso enlos suelos quemados y con ceni-zas, ayudando a formar con eltiempo un nuevo jaral.La resina que produce, elládano, parece inhibir el creci-miento de otras plantas, lo quele permite competir con ventajafrente a otras especies, con éxito

casi garantizado.Su apellido, laurifolius, hace referen-

cia a la forma de sus hojas, muy parecidasa las del laurel y con los bordes un poco rizados.

3

10

A principios de la primavera,comienza a escucharse en los jara-les el canto de un bonito pájaro, elpetirrojo, inconfundible por su lla-mativo pecho anaranjado.

Hoja

Fruto

Flor

Corteza

Perenne

Blanca. Florece en

mayo-junio

Estrellado, marrón

Corteza rojiza que

se desprende fácil-

mente en tiras

Antiguamente, el ládano se usabapara curar hernias y se recolectabacon un método muy curioso. Seempleaban rebaños de cabras a lasque se hacía pasar por el densojaral, peinándoles luego la pelam-brera para obtener el producto,imaginamos con un no muy agra-dable olor cabruno. Ahora sólo seusa como fijador en perfumería,suponemos que utilizando otrosmétodos de recolección..

El ládano

El pequeño cantor

El jaral puede servirnos de "hom-bre del tiempo". Se dice que, cuan-do la estepa blanquea o azulea, nosestá anunciando el buen tiempo.Sus hojas pilosas se secan, dandoesa tonalidad al jaral.

“El hombre del tiempo”

-

11

Cistus laurifolius

DUn monte productivo

4

12

Durante siglos, los pinos de Valsaín han sido tumba-dos por los hacheros para obtener maderas de calidad;las leñas de las matas de roble han alimentado las car-boneras o han sido recogidas por los gabarreros paraabastecer hornos y chimeneas; la fauna salvaje ha sidocazada por reyes y furtivos; los pastos han alimentadoa los rebaños trashumantes durante el verano; lasaguas de los arroyos han sido llevadas a través decaceras para regar los prados y los huertos serranos y,más recientemente, para abastecer las famosas fuen-tes de los Jardines de La Granja. Éste es, por tanto, unmonte productivo, en el que no dejaremos de descubrirnumerosas huellas de las actividades humanas. Quizásu valor más sobresaliente es, precisamente, que hasido aprovechado al tiempo que se conservaban susrecursos naturales.

.Tocones de pinos

.Tocones de robles

.Zonas con arboladode edad muy homo-génea.Árboles marcados.Huellas de anima-les domésticos.Vías de saca de lamadera.Caceras .Huellas de anti-guas extraccionesde piedra.Otras:

Para facilitar la gestión de losMontes de Valsaín, su superficieestá dividida en diferentes zonas ocuarteles, cada uno de los cualestiene definidas prioridades y limita-ciones en su explotación. Así, haycuarteles dedicados preferentemen-te al aprovechamiento de los pastos,a la producción de maderas o alrecreo y las actividades cinegéticas.

Huellas de los usos pro-ductivos descubiertas alo largo del paseo porla senda:

Los vecinos de la Comunidad deVilla y Tierra de Segovia poseenhistóricamente los derechos a lospastos de los Montes de Valsaín.Los aprovechan vacas, caballos yalgunas ovejas. La mayoría del ganado seencuentra en el Monte en régimenextensivo. La valla de alambre y lacancela situadas en el recorrido dela senda sirven precisamente paraimpedir que los animales bajen alpueblo de Valsaín o a la carretera.

En el pinar, las cortas se realizanpor aclareo. Mediante esta técnica,se van abriendo huecos en la masade arbolado maduro. Estos huecospermiten que la luz penetre en elsotobosque, favoreciendo la germi-nación de los piñones, lo que per-mite la regeneración del pinar.

Pastos, vallas y cancelas

La explotación forestal

Cuarteles sin soldados

13

Afloramientos rocosos

Nos encontramos ante unos imponentes bolos degranito, la roca que, junto con el gneis, da forma a laSierra de Guadarrama.Si nos acercamos, podemos distinguir los diferentescolores de los minerales que los integran: el cuarzo, elfeldespato y la mica. Si se disponen formando estratoso bandas, estamos ante un gneis; si por el contrarioobservamos puntitos, se trata del granito. Aunque son rocas muy duras, algunas están fractura-das. Esto se debe a la acción del agua acumulada enlas grietas, que durante las noches muy frías se conge-la, aumentando de volumen y rompiendo la roca.

Granito y gneis

5

PARADA 1

Sobre las rocas, conviviendo con el liquen, encontra-mos un nuevo habitante, el musgo. Se trata de unaplanta que necesita poco suelo para enraizar, aunquesí es muy exigente con la humedad. Por eso, siemprese sitúa en la cara más umbría de la roca, la que estáorientada hacia el norte.

En primavera, con los primeros calores, aparecentímidamente, entre las grietas de las rocas, las lagar-tijas roqueras y los lagartos verdinegros. Dos reptilesque disfrutan tomando el sol después de su largoreposo invernal.Ambos son muy huidizos y, si se ven amenazados,pueden incluso llegar a desprenderse de su cola parano ser apresados, regenerándola posteriormente.

Ese abrigo escamoso yoscuro que recubre algranito, está formadopor líquenes. Se trata deuna unión entre dosorganismos, un hongo yun alga, que viven enuna estrecha asociaciónbeneficiosa para ambos.Su presencia en elbosque indica que lacalidad del aire es bue-na. Podemos respirartranquilos y recargar lospulmones, aquí no haycontaminación.

Lagartijas y lagartos

Buenos aires

Una brújula en el bosque

15

AEl pinar de Valsaín

Aquí tenemos al otro gigante de este bosque: el pinosilvestre o de Valsaín, bautizado así por formar en estazona un espectacular conjunto. Es fácil reconocerlo: alto, de tronco muy recto, con uncaracterístico tono anaranjado en su parte superior;hojas verde oscuras, con forma de aguja.

La silueta de los pinos adultostambién es peculiar, ya que sólotienen ramas en la parte más altadel tronco. Más abajo podemosdescubrir numerosas cicatrices,que delatan los lugares que ocupa-ron las ramas.El pino silvestre sufre un llamativoproceso de “autopoda”: las ramasbajas reciben cada vez más sombrade las que van creciendo por enci-ma y se van debilitando hasta queacaban rompiéndose, con la colabo-ración del viento y la nieve.

El aprovechamiento del pino ha dado lugar a un buennúmero de oficios, algunos ya desaparecidos. Todavía esposible encontrar algún gabarrero, con sus caballerías,por esta senda. Su labor consistía en recoger las "leñasmuertas", ramas secas y restos delos árboles talados que servíanpara alimentar hornos y chi-meneas. Además de benefi-cios económicos, esta acti-vidad mantenía el bosquelimpio, con lo que se evita-ban las plagas y se reducíael riesgo de incendios.Actualmente, esas limpie-zas del pinar las realizancuadrillas profesionalescontratadas con ese fin.

Un oficio a extinguir

6

16

Hoja

Fruto

Flor

Corteza

Perenne, en forma

de agujas

Con alas, piñón

Masculina y

femenina

Anaranjada

En el bosque encontramos unanueva especie asociada al pino, elenebro rastrero. De hecho, ambasespecies, tienen parecidas adapta-ciones. Sus hojas verdes son estre-chas y muy punzantes. Florece enprimavera y los frutos, pequeñasbolitas, maduran en otoño. Se usapara darle a la ginebra su caracte-rístico aroma.

Del campo a la botella

En los primeros días de abrilcomienza a escucharse en el pinarel inconfundible canto del cuco,muy conocido porque marca elpaso de las horas en muchos relo-jes de pared.

Concierto en directo

En la época de la polinización(mayo, junio), se pueden ver verda-deras nubes de polen amarillo, queel aire mueve por el pinar, conoci-das con el nombre de “lluvia deazufre”. Por suerte, no se conside-ra alergénico. Es posible que en elsuelo, en algún charco, podamosdistinguir los cercos amarillos for-mados por el polen caído.

Lluvia de azufre

17

Pinus sylvestris

E

El nido del pico picapinos

Estamos situados ante un pino con un nido de pájarocarpintero. Su construcción es un trabajo más queconsiderable, así que, generalmente, un mismo nidoes empleado en varios años sucesivos y, desde luego,el lugar escogido suele ser, como en este caso, unárbol debilitado. ¿Le habrá caído un rayo?¿estaráenfermo?.

Mientras que la mayoría de las aves atrae a las hem-bras y señala su territorio mediante el canto, los picostienen su equivalente en el "tamborileo". Golpeanrepetidamente un tronco hueco, que funciona comocaja de resonancia y hace llegar a cada rincón del bos-que su sonoro martilleo. Es capaz de realizar hasta 14golpes en menos de un segundo, repitiendo la secuen-cia varias veces por minuto. A finales del invierno y aprincipios de la primavera, es fácil escuchar su carac-terístico picoteo durante nuestro paseo.

El “Tamborilero”

7

18

Si hubiera elegido unroble sano como hogar,podría tardar casi unmes en terminar sutrabajo. En un pinodañado, la tarea estáacabada en menos deuna semana, eso sí, detrabajo intensivo.

Los picapinos sonpoco sociables, así queno es probable quevarias parejas ocupennidos cercanos.

del carpintero es de lo más suculento:

- Un solo pájaro puede comer las semillas de 40piñas diarias. Es fácil encontrarlas en el suelo o enca-jadas en las hendiduras de la corteza.

- Puede dejar limpio de insectos un árbol en sólo 15minutos. Pero en otoño e invierno su dieta es casiexclusivamente vegetariana.

Soluciones para todo

Para poder vivir en los troncos de los árboles y ali-mentarse de los insectos escondidos en sus cortezas,el picapinos tiene sus recursos. Su fuerte pico, sus

patas y uñas como tenazas y la cola,con plumas endurecidas paraofrecerle otro punto de apoyo, lehan permitido adaptarse a lassuperficies verticales de losárboles que habita.

Su cerebro podría resentir-se de tanto picar contra eltronco pero, ya se sabe, lanaturaleza es sabia. Unasalmohadillas esponjosas enel cráneo le protegen de losfuertes impactos. Y una vezperforado… ¿Cómo saca laslarvas, escondidas a varioscentímetros de la superfi-cie? Para esto también tienesolución: una lengua muylarga y extensible, termina-

da en pequeños ganchitos, es introducida en los agu-jerillos hasta llegar a su alimento. Y un problemamás: ¿dónde guarda una lengua dos veces más largaque su cabeza? Pues la enrolla y esconde dentro deuna especie de estuche óseo. Así no se convierte enalgo incómodo y molesto para su propietario, cuandoéste no requiere sus servicios.

El “libro Guinness”...

19

EEn el arroyo Peñalara

Es un buen momento para hacer un alto en el caminoy sentarnos tranquilamente a escuchar y disfrutar delsonido del agua. Hemos llegado al arroyo Peñalara,que desciende desde el macizo de Peñalara, el másalto de la Sierra de Guadarrama (2.430 m). Al recorreruna superficie en pendiente, forma pequeños perosonoros saltos de agua. Éste, discurre a una velocidadsuficiente como para arrastrar piedras de gran tama-ño, granito y gneis fundamentalmente.

En las zonas donde el agua está más reposada, ysobre todo cuando el sol incide sobre el cauce delarroyo, observamos destellos brillantes en la arena,como si entre sus granitos hubiera oro. Es el “oro delos tontos” y, con él, ¡nadie se ha hecho rico todavía!Según el granito va rodando, los minerales que lo for-man se van desprendiendo. Uno de ellos, la mica, es laresponsable de ese aspecto de brillantina que presen-ta la arena del fondo del arroyo.

El oro de los “tontos”

-

8

20

En las orillas del arro-yo, la vegetación es másdensa y muchos anima-les que se acercan abeber pueden dejar enesta tierra reblandecidasus huellas. Si nos fija-mos, es posible que des-cubramos alguna.

Justo en este punto, el arroyo se bifurca formandodos brazos de agua. Uno de ellos es el cauce naturaly el otro es una cacera. Se trata de un canal artificialutilizado para conducir el agua del arroyo Peñalarahasta “Máquina Vieja”, un antiguo aserradero queaprovechaba la fuerza del agua para mover sus sie-rras. Sólo funcionó de 1829 a 1834 y se cerró por faltade rentabilidad.Podemos llegar a él siguiendo un desvío que sale ala izquierda de nuestro camino. Un cartel lo señaliza.

Usos del agua

Sigue el rastro

21

Señales para descifrar

Frente a nosotros un camino (que no debemos tomar)cruza el arroyo y se adentra en el pinar.

Se trata de un arrastradero, un camino abierto por laerosión que producen los troncos que se extraen delpinar, una vez cortados para su posterior tratamiento yventa.

Un cartel nos indica que estamos en un tramo “vedadode pesca”.El agua cristalina, fría y oxigenada del arroyo es elhábitat ideal para las truchas. Estospeces, que viven en las zonas altas delos ríos, son buenos nadado-res y saltadores, pudiendosalvar obstáculos de consi-derable altura. No es difícilverlas río abajo, en algúnremanso o en pozas másprofundas.

Vedado de pesca

Arrastradero

-

9

22

El pino que tenemosdelante tiene el tronco lige-ramente ahuecado. Si nosfijamos bien, veremos, enla parte inferior del tronco,muescas dejadas por unapequeña herramienta utili-zada para extraer teas delárbol.Se trata de trozos demadera impregnados deresina, que se utilizabanpara encender las lum-bres y también a modo deantorchas.

Los montoncitos de arena que se observan en estazona son indicios de la presencia de los topos. Habi-tan en lugares como éste, con humedad suficiente enla tierra como para permitirles escarbar fácilmentesus galerías. En verano, el grado de humedad dismi-nuye, y es en esta época, sobre todo, cuando se venobligados a acercarse más al arroyo.Las entradas a sus galerías suelen aparecer tapo-nadas con montones de tierra, que les sirven paradefenderse de visitas indeseadas y para protegersede la climatología adversa. Les ayuda a conservar lahumedad durante las fuertes sequías estivales y pro-tege la madriguera frente a lluvias torrencialesesporádicas.

Madrigueras

Teas

23

SMuérdago y zorzales

Si observamos las copas de los pinos, es muy probableque divisemos una extraña mata de forma redondeada ycolor verde amarillento. No es una parte del pino, es unhuésped que se ha instalado allí. Busquemos algunasramas y hojas caídas al pie del árbol para poder obser-varlas detenidamente. ¿Cómo habrá llegado hasta allí?El muérdago es una planta semiparásita, que aquí cre-ce en el pino a partir de una semilla traida por algún ani-mal del bosque. Se pega en su rama y allí mismo germi-na. Clava su raíz en la corteza y profundiza en ella hastaatravesarla, alimentándose de la savia del pino. Vivemuchos años, pudiendo llegar a formar arbustos ramo-sos de hasta un metro de diámetro. En condiciones nor-males, el desarrollo del muérdago apenas afecta a lavitalidad del pino pero, cuando éste se encuentra débil,puede llegar a convertirse en plaga. La rama afectadaestá muy impregnada en resina, que el pino fabrica paraafrontar la infección. Hay muérdagos machos y

hembras. Sólo éstos últi-mos dan frutos, que madu-ran en invierno y germina-rán sólo si pasan por el apa-rato digestivo de las avesque se alimentan de ellos.

Con el fruto viscoso del muérdago, se fabricaba laliga que usaban los cazadores para atrapar pajarillos.Las ramas eran también muy apreciadas en algunaszonas como forraje de invierno. Se tiraba con pértigasy se recolectaba en sacos para alimento de cabras yovejas.Actualmente, el muérdago es objeto de investigacionesfarmacológicas por sus aparentes virtudes antitumorales.

Usos de antes

10

24

Una de lasaves queabundan enel Monte deValsaín eninvierno es elzorzal charlo,que recorreen bandos elpinar emi-tiendo uncaracterístico"Chrrrrrr" (de ahí, su nombrecomún). Su nombre científico, viscivo-rus, significa "comedor de Viscum",es decir, "comedor de muérdago".Y es que, justo en pleno enero,cuando los invertebrados de los quese alimentan son más escasos y lasbayas que maduraron en otoño se

han agotado, los frutos delmuérdago proporcio-nan una providencial

fuente de alimentopara los zorzalescharlos. Las semillas de

estos frutos pasana formar parte de las

defecaciones del ave y, sicaen sobre una rama de

pino, quedarán bien pegadas sobreella, gracias a una capa pegajosa -lamuscina- que las envuelve, dispues-tas para germinar con la llegada dela primavera.El muérdago figura entre las gran-

des plantas mágicas de la antigüedad. Bien pensado, una planta que cre-ce y florece sin tener raíces en elsuelo ¿no podría tener algo desobrenatural…?

Hoja

Fruto

Flor

Corteza

Gruesa, verde o

amarilla

Viscoso, redondea-

do, carnoso y blan-

quecino

Menudo Pájaro

25

Viscum album

A

La vieja carbonera,recuerdo del pasado

Entre los oficios relacionados con el monte (hache-ros, gabarreros, carreteros, guardas...) destaca, por suimportancia pasada, el de los carboneros. En la ver-tiente segoviana de la Sierra recibían el nombre defabriqueros o montaraces. El oficio ha desaparecidopero aún podemos encontrar, en este bosque, vesti-gios de las antiguas explotaciones.

Ante nosotros, observamos una superficie, en formade repisa, desprovista de vegetación leñosa, que indicael emplazamiento de una antigua carbonera. Estosrellanos se abrían en el bosque mediante desbroce ynivelado con azadón.

11

26

La madera reacciona de dos maneras distintas alfuego: si se quema con suficiente aire, arde con llamaviva y se consume rápidamente; pero, en ausencia deaire, experimenta un proceso de carbonización, produ-ciendo carbón de leña o vegetal.

La Hornera

Para obtener el carbón de roble se construía una pilau hornera, apilando trozos de leña de medio metro,los chapodos, en varios pisos, hasta formar un cas-quete esférico alrededor de un tuero o estaca vertical.Ésta se retiraba después, dejando un orificio a modode chimenea central. Las horneras, que solían medirunos 27 m de circunferencia y 4 m de altura, se recu-brían con chasca, una capa de ramillas y musgos yotra, externa, de tierra.El aire necesario para la combustión entraba poragujeros hechos en la base de la carbonera. El car-bonero vigilaba continuamente el color del humo quesalía por la chimenea, que indicaba la marcha de lacombustión. El proceso completo podía suponer unmes de trabajo, con turnos de día y noche. Al final, elvolumen de leña quedaba reducido a un tercio del ini-cial y el peso a un quintal.

Grabado del siglo XVIIITala de árboles para el carboneo. H. L. Duhamel deMonceau. “ Tratado del cuidado y aprovechamiento delos montes y bosques”. 1773.

Una mirada hacia Valsaín

Valsaín es un claroejemplo de un pequeñonúcleo rural que, en losúltimos años, ha idotransformando su fisono-mía y creciendo con laconstrucción de nuevasviviendas y naves para elganado.En otoño e invierno,cuando los árboles pier-den sus hojas, podemosdistinguir una curiosaruina entre las casas. Esla torre que queda comoúnico testigo de lo quefue el palacio de Valsaín.Tenemos la posibilidadde comprobar el pasadoesplendor de este palacioen una maqueta en elinterior del CENEAM.

Pueblo

Dejamos atrás el pinar ynos situamos en el centrode una pradera desdedonde dominamos unaamplia panorámica deValsaín y su entorno.Detrás de Valsaín, sealza, con una altura de1.485 m, el Cerro Mata-bueyes, con su casetapara controlar los incen-dios junto a la cima. La zona es sobrevoladacon frecuencia por losbuitres, que planeanaprovechando las “térmi-cas” (corrientes ascen-dentes de aire caliente).Merodear por un cerrollamado Matabueyes, pue-de convertirse, desde lue-go, es un auténtico “bui-treo”, si pensamos queprecisamente una vacamuerta es, para estoscarroñeros, un exquisitomanjar.

Matabueyes

12

Para conocer una ampliavariedad de árboles yarbustos que, aunque noson de esta zona, sí sonrepresentativos de la granbiodiversidad de nuestrosbosques, nos podemosacercar al pequeño arbo-reto, enfrente de la facha-da principal del CENEAM.Un bonito olmo nosrecibe. Es una de laspocas posibilidades deencontrar un ejemplarsano. La grafiosis, unaenfermedad del olmotrasmitida por un peque-ño escarabajo, ha acaba-do con los majestuososindividuos que presidíanla mayoría de las plazasde nuestros pueblos. Elque ahora vemos esresultado de un progra-ma de investigación parala conservación y mejoragenética de esta especie.

El arboreto

“Máximo Laguna”

A nuestra derecha, segúnmiramos hacia Valsaín,divisamos una zona depinos muy densa. Todosde la misma altura, plan-tados en hileras ¿no esdemasiado homogéneapara ser un bosque natu-ral? Efectivamente, setrata de un pinar repobla-do, que ocupa un espacioque antaño fue de losrobles.

La Pinochera

Nuestra senda termina aquí,pero esperamos que no aca-be con ella lo que pretendía-mos conseguir, que se conoz-can mejor nuestros bosquespara aprender a respetarlos yquererlos y colaborar así ensu conservación.

Una senda es un camino ypodemos hacer tantos comoqueramos, en un parque, unpueblo, un valle, una ciudad...¡ánimo y a seguir observandoy caminando!

30

1Juego

El sonido aporta casi siempre informa-ción muy valiosa sobre el paisaje, aun-que a menudo no nos detengamos aescuchar. Durante la senda os invita-mos a unos momentos de relajación yproponemos una “parada sonora” enel lugar elegido del paseo. Se trata deintentar captar, con los ojos cerrados ylo más cómodamente posible, hastadiez sonidos diferentes. Según la esta-ción del año, el momento del día o ellugar donde nos situemos, escuchare-mos un concierto distinto.

Una oreja educada

32

2Juego

Aunque parezca incómodo, no es tandifícil. Intentar dibujar un paisaje sólocon la información que recibimos através del oído es un buen reto. Pode-mos ayudarnos con los demás sentidos,excluyendo la vista.

Dibuja con las orejas

33

34

3Juego

Esta lista de encargos no será muy difí-cil de cumplir si agudizamos nuestroingenio.

BUSCA ALGO . . .

Lista de encargos

hermoso

extraño

sinuoso

horroroso

suave

divertido

rojo

comestible

que no debe estar aquí

I n f o r m a c i ó n

Centro de Montes de ValsaínC/ Primera, s/n40109 Valsaín-San Ildefonso(Segovia)Tfnos.: 921 470 037 / 470 181

Fábrica de Maderas ValsaínC/ Primera, 1140109 Valsaín-San Ildefonso (Segovia)Tfno.: 921 472 275

Centro de Interpretación Boca del AsnoCtra. Pto. Navacerrada PK 128Tfno.: 921 120013

Centro de Iniciativas TurísticasAyuntamiento de San Ildefonso (Segovia)Plaza de los Dolores, 140100 San Ildefonso (Segovia)Tfnos.: 921 470 018 / 921 471 621

Patrimonio NacionalPalacios de La Granja y RiofríoPlaza de España, 1740100 San Ildefonso (Segovia)Tfnos.: 921 466720/21

Fundación Centro Nacional del VidrioPaseo del Pocillo, 140100 San Ildefonso (Segovia)Tfnos.: 921 010 700

Centro de recepción de visitantes (Turismo de Segovia)Azoguejo 140001 SegoviaTfnos: 921 466 070

Centro de Interpretación Valle de la FuenfríaAlbergue Peñalara-Fuenfría28470 Cercedilla (Madrid)Tfno.: 91 852 01 75

Centro de Interpretación Parque Natural Hoces del Río Duratón

Iglesia de SantiagoC/ Conde Sepúlveda, 3040300 Sepúlveda (Segovia)Tfno.: 921 540 586

Puerto de Navacerrada (Deporte y Montaña)Tfno.: 91 852 10 86

Direcciones de Interés

36

37

38

El CENEAM (Centro Nacional de EducaciónAmbiental), del que parte este itinerario,pertenece al Ministerio de Medio Ambien-te y Medio Rural y Marino. Se encuentrasituado en los Montes de Valsaín (Segovia),en la vertiente norte de la Sierra de Gua-darrama. El objetivo principal del Centroes informar, educar y concienciar a losciudadanos y ciudadanas en su relacióncon el Medio Ambiente, utilizando comoherramienta la Educación Ambiental.

Además:Facilita a las personas interesadas un amplioservicio de documentación ambiental.

Elabora materiales para la educación y ladivulgación.

Cuenta con un Centro de Interpretación conexposiciones permanentes y temporales.

Ofrece Sendas e Itinerarios en los que dis-frutar de nuestro patrimonio. Éste queahora iniciamos es uno de ellos.

PARA-

Hoja

Fruto

Flor

Corteza

Lobu-

Col-

El

39

Centro Nacional de Educación AmbientalPaseo José María Ruiz-Dana, s/n40109 Valsaín-San Ildefonso (Segovia)Tfnos.: 921 471 711 y 921 471 744Fax: 921 471 746http://www.magrama.es/es/ceneam/e-mail: [email protected]