Un poco de maravilloso: Mis visitas de estudio en El Salvador

Por Liliana Bloch para YES Contemporáneo: octubre de 2017 En agosto pasado, visité el estudio de Simón Vega en su encantadora casa en la playa. Situada en Atami, a pocos minutos de la famosa playa de surf El Tunco, la casa de Vega está envuelta en una naturaleza exuberante y flores de colores llamativos. La residencia de Vega parece ser una extensión de sí mismo y de su trabajo. Tuvimos una conversación profunda sobre su experiencia de vida durante la guerra civil salvadoreña y cómo el contexto de su educación definió su visión de lo que el mundo debería o podría ser.

Vega se mudó a El Salvador desde Panamá en medio de una guerra civil espantosa. Esa decisión probaría ser fundamental en su vida y se siente en la mística que se ve en su trabajo: espacios cerrados donde la tecnología del tercer mundo debe calibrarse con precisión para evitar el fracaso, pero también requiere un esfuerzo colectivo consciente para trabajar juntos durante la misión, por lo que proyecto puede ser exitoso logrando su propósito tecnológico mientras permite que el grupo coexista en armonía, encerrado en un espacio bastante limitado. Vega ha traducido su último sueño para El Salvador y cualquier pequeña área geográfica o física en el mundo que lucha por encontrar la paz y la comprensión en la fragilidad de un equilibrio armónico. Paradójicamente a la discusión de una época sombría en la historia, Vega ha infundido sus piezas con referencias coloquiales humorísticas que saltan a los ojos del espectador usando altos contrastes de color: blanco contra azules y rojos sólidos. Vega constantemente nos recuerda que la era de la Guerra Fría selló el destino de millones de salvadoreños, a miles de millas de los Estados Unidos y Rusia, donde se jugaba el ajedrez de la vida y la muerte entre los dos gigantes.

El trabajo de Simón está programado para exhibir en mi galería en la Gran D (así como nosotros Dallasites, nos referimos a la ciudad de Dallas) que abre la temporada de otoño en 2018. La emoción que siento se recrudece con la tranquilidad de la accesibilidad de su trabajo y la importancia de su sueño visual utópico de que cualquier cosa es posible. El ingenio de su obra resuena con la capacidad de sobrellevar y prosperar en el caos, y redescubre que, en medio de la tragedia, la risa es un antídoto útil. Vega ha infundido su trabajo con el humor y la ironía que representa un sueño tan ambicioso. Pero no te dejes engañar por la falsa ingenuidad que impregna su proceso creativo; siempre hay algo verdadero detrás de cada ironía y cada broma que nos haga pensar sobre la posibilidad de lo que podría haber sido una sociedad mucho mejor, un lugar mucho mejor para vivir.

Visité a Mayra Barraza durante mis últimos días de mi estancia. Mayra vive en uno de los barrios más bellos del sudeste de la capital. Barraza comparte con su hogar la dificultad de tratar de etiquetar o señalar algo de naturaleza maleable: su casa está ubicada en un área que no es ni rural ni urbana. Mayra comparte la sensibilidad y el aprecio de Simón por todo lo que es bello y único en la naturaleza y arquitectura. Ella vive en una casa de estilo colonial construida en la década de 1940. Uno de los últimos remanentes de un período en el que El Salvador vio la promesa de un futuro brillante que terminó en 1979.

He hablado sobre el trabajo de Barraza como híper versátil; la artista usa todas las coronas como reina en todos los medios en los que experimenta y sale como una experta y una innovadora. Mayra es una ávida lectora, con una curiosidad infinita que ha traspasado las numerosas series que ha desarrollado durante su carrera como artista, desde pintura hiperrealista (Mendel’s Visit, Domesticate Me) hasta escultura (Sweet Dazzle) hasta abstracción (Beasts of Burden) a la tragedia histórica (Jaguar Monoliths). Su amplio y ecléctico rango de intereses muestra la profunda investigación del artista sobre la condición humana. Barraza nos señala las dolorosas contradicciones de ser animal y humano, salvaje y domesticado.

Durante nuestra conversación, veo un grupo de pequeñas pinturas, todos hombres, todos diferentes, todos extraños al azar. Ella entra al siglo XXI con la resolución de hacer una pintura al día con trazos sueltos y orgánicos, la riqueza de su paleta de colores enfatiza la individualidad física de los hombres y mujeres que ella está representando. Fascinada por el voyerismo de Instagram y atraída por su propia mirada, Mayra ve cómo los miembros masculinos del nuevo milenio se convierten voluntariamente en objetos de escrutinio para que el mundo los juzgue en su nueva serie Predicament of the Subject. Sus trabajos más recientes de Feral Females, exaltan la tosquedad y la obscenidad del cuerpo femenino con mujeres que posan con actitudes desafiantes. Barraza nos presenta el contemporáneo Nude Majas, ya que se ven a sí mismos en una confrontación insolente con el espectador expuesto por la eternidad del archivo. Siempre hay un sentimiento inquietante en su trabajo.

Dejé El Salvador teniendo el privilegio de estar en presencia de dos artistas multifacéticos e ingeniosos cuya capacidad de conectarse con el mundo nunca deja de llamar nuestra atención.

La exposición de Simón Vega en Liliana Bloch Gallery se inaugura en septiembre de 2018.

La exposición individual de Mayra Barraza, "History Lessons ", tuvo lugar en febrero de 2017. Su exposición fue presentada en Dallas Morning News por Michael Granberry, escritor de largometrajes y de arte.