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UN VAGABUNDODE DIOSBiografía del Sr. ObispoAlonso M. Escalante

Segunda parte

Por Ricardo Colín Negrete, M.G.

UN VAGABUNDODE DIOSSegunda parte

P. Raúl Ibarra Hernández, mgSuperior GeneralP. Eugenio Zacarías Romo Romo, mgVicario GeneralP. Ricardo Gómez Fregoso, mgSegundo ConsejeroP. Raúl Nava Trujillo, mgTercer ConsejeroP. Emilio Fortoul Ollivier, mgCuarto Consejero

Producción:Dirección de PromociónP. José Alberto Contreras Téllez, mgDirectorLic. Ma. de Lourdes Reyes EsquivelDiseño editorial

Misioneros de Guadalupe, arCantera 29, Col. Tlalpan,Del. Tlalpan, cp 14000,Ciudad de México.Tel. (0155) 5555 732500www.mg.org.mx

UN VAGABUNDODE DIOSBiografía del Sr. ObispoAlonso M. Escalante

Segunda parte

Por Ricardo Colín Negrete, M.G.

“Voy a enseñarles un camino mucho mejor”(1 Cor. 12,31)

“Tres cosas son importantes: la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor es el amor”(1 Cor. 13,13)

“El amor de Cristo me apremia” (2 Cor. 5,14)

“Me he hecho todo para todos con el fín de salvar, por todos los medios, a algunos” (1 Cor. 9,22)

ÍNDICE

PRESENTACIÓN

PRÓLOGO

1 EL COMIENZO: UN SEMINARIO MAYOR Una noticia La caridad de Cristo nos urge Clases en el Seminario Conciliar, en el Colegio Máximo, en el Instituto Teológico y en la Ibero Los conferencistas Educación de actitudes

2 REVISTA ALMAS Que el Seminario sea conocido y ayudado Imprentas Promoción y difusión de la revista Estímulo para la participación

3 DÍA DE LAS VOCACIONES MISIONERAS El Congreso de Puebla de 1947 Preparación y realización del día Mejor información y mayor interés

4 UN SEMINARIO MENOR Búsqueda de un lugar La Hacienda de “El Cuatro” Vicerrectores del Seminario Menor EdificionuevoparaelSeminarioMenor

5 OFICINA DE PROMOCIÓN Y DESARROLLO

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Lugares rentados Testimonio de Esther Varona Baranda Testimonio de Ma. de Lourdes Medina Domínguez Testimonio de Martha López Cuenca El ambiente que rodeaba Los primeros enviados a Estados Unidos Implementación de los nuevos métodos Las giras de promoción Los hermanos Cajiga El Plan de Cooperación Misional en E.U

6 SUS AMIGOS Y FAMILIARES Sus amigos Bodas de Plata Sacerdotales Más amigos Sus familiares

7 LA PRUEBA PARA UNA OBRA DE DIOS El acuerdo de 1946 El desacuerdo Lane-Escalante Decisión de la Congregación de Propaganda Fide De tejas abajo, realidades Testimoniosdelconflicto

8 LAS PRIMERAS CONSTITUCIONES Como el Ave Fénix Aprobación y nombramientos Primeros Juramentos El Obispo Escalante y sus Consejeros de 1953 a 1967 Informe al Episcopado en 1953 Informe al Episcopado en 1954

9 DIRECTOR NACIONAL DE LAS OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS Dos Obras a su cargo Reorganización Sus cartas hablan El informe a Roma en 1958 y en 1959 Cartas de 1959 y 1960

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Índice

Informe a Roma de 1961 Cartas de 1961 Informe a Roma de 1962 Cartas de 1962 a 1965 Cartas de 1966

10 LA LIGA MISIONAL DE ESTUDIANTES MEXICANOS

11 EN LA AVENIDA INSURGENTES SUR 4135 Compra de un terreno Construccióndeledificio Traslado del Seminario Un salón de actos La cocina del Seminario Un establo Sus cartas relativas al Seminario Los Rectores del Seminario Mayor Un año de probación para los seminaristas

12 SU RELACIÓN CON LOS OBISPOS Los más cercanos RelaciónoficialconelEpiscopadoMexicano

13 RECUERDOS DE ALGUNOS MISIONEROS DE GUADALUPE

14 LOS SACERDOTES Y SEMINARISTAS QUE ENVIÓ A ESTUDIAR EN EUROPA Sacerdotes Seminaristas

15 PADRE DEL CONCILIO VATICANO II

16 LAS TRES MISIONES QUE FUNDÓ La primera Misión en Japón Envío a Japón, despedida y viaje de los primeros Misioneros de Guadalupe Comienzo en la Diócesis de Sendai

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Índice

Contrato con el Obispo de Sendai Consejos y decisiones para Wakamatsu Toma posesión el párroco M.G. en Wakamatsu Cartas al P. Alejandro Ríos El P. Alejandro Ríos va a México y el P. Juvenal Garnica lo suple Cartas al P. Juvenal Garnica Cuatro cartas al P. Esteban Martínez Más cartas al P. Garnica El P. Esteban Martínez, Superior de la Misión Gobierno y Personal M.G. en Japón, 1955-1967 La segunda Misión en Corea Comienzo en Pusán Viaje de los dos primeros PlandedesarrollodelaregiónIōsu-Suntchōn Firma del contrato con Koangllu Aviso al Obispo de Pusán Nombramiento del segundo grupo Viaje y estudio de “Los Cinco” Segunda visita del Obispo Escalante Tercer Grupo Seis cartas al P. Rodolfo Navarro Cuarto Grupo Sigue la correspondencia Viaje a Filipinas Más cartas al P. Navarro Guerra PrimeraparroquiaMGenSuntchōn Primera parroquia MG en Seúl Tercera visita del Obispo Escalante Quinto envío Misioneras Mexicanas Gobierno y Personal M.G. en Corea, 1962-1967 La tercera Misión en Kenia Comienzo en la Diócesis de Kisumu Diario del P. Emerenciano Rodríguez Orientaciones al P. Emerenciano y noticias Llegada del segundo M.G. enviado a Kenia Párroco M.G. en Amukura Tres misioneros M.G. más para Kenia Monseñor Escalante visita la Misión de Kenia

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Índice

Misioneras canadienses laicas Retraso en la llegada de los recién nombrados Monseñor va al Capítulo de Maryknoll Ejercicios Espirituales Buen humor, noticias y felicitaciones El Hermano Torres va a Maryknoll Carta de Navidad Últimas cartas de Monseñor acerca de Kenia Gobierno y Personal M.G. en Kenia, 1965-1967

17 EL ÚLTIMO VIAJE Funeral en Hong Kong Esperanzas fallidas Funeral en Maryknoll, Nueva York Traslado de su cuerpo a México Funeral en la Catedral de México Exequias en el Seminario de Misiones Impresionante demostración de luto en el sepelio

BIBLIOGRAFÍA

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Índice

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PRESENTACIÓN

En esta segunda parte de la biografía del Señor Obispo Alonso M. Escalante, que con tanta dedicación y cariño ha escrito el P. Ricardo Colín Negrete, M.G. - uno de los 12 alumnos con que inició el Seminario de Misiones el día 7 de octubre de 1949 - nos encontramos con el obispo misionero, como líder, constructor, inspirador, promotor del proyecto Seminario de Misiones del Episcopado Mexicano. Desde su llegada a México en 1948 hasta su muerte en Hong Kong en 1967, con su generosidad, esfuerzo y visión nos hizo ver ese futuro que en 1948 estaba oculto a los ojos humanos, pero muy claro en la mente de Dios. Recibió de Dios y cultivó el maravilloso don de hacer realidad las grandes ideas misioneras del Episcopado Mexicano.

El proyecto sobre el Seminario Mexicano de Misiones, unánimemente aprobado por el Venerable Episcopado Mexicano en su Asamblea Plenaria de Octubre de 1945, tenía necesidad de un líder creativo, de amplia visión y miras, con un corazón profundamente enamorado de Cristo, el Enviado del Padre, de tal manera que en Él encontrara la fuerza y la inspiración para iniciar, fundamentar y construir una obra de tales dimensiones.

Y así, para una obra misionera del Episcopado Mexicano, Dios fue preparando un mexicano, sacerdote, misionero, con experiencia misionera en China y Bolivia y, por si fuera poco, consagrado obispo por el Sr. Arzobispo Luis María Martínez (arzobispo de México), en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Inició su experiencia episcopal en las misiones, en el Vicariato Apostólico de Pando, en Bolivia.

Para quien no tiene los ojos de la fe, esta historia se ve como un conjunto de casualidades sin ningún sentido; se ve, para los creyentes, como

Un VagabUndo de dios ii

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una serie de eventos providenciales que tienen sentido pues muestran el lugar y el tiempo en que Dios provee. Así fueron en este caso dos historias paralelas: la del proyecto del Seminario Mexicano de Misiones y la de Monseñor Escalante.

Espero que este libro, que nos revela la personalidad de Monseñor Escalante y que providencialmente sale a la luz en el cincuentenario de la aprobación de las Constituciones de Misioneros de Guadalupe, sea para todos los miembros de este Instituto, para el Venerable Episcopado Mexicano, para todos los sacerdotes y seminaristas mexicanos, y para todoslosfielesconespíritumisionero,unafuentedeinspiraciónydegenerosidad para seguir siendo líderes en la misión Ad Gentes, allí donde el Señor nos ha sembrado para dar abundantes frutos para Su mayor Gloria y salvación de la humanidad.

P. Juan José A. Luna Erreguerena, M.G.Superior General de los Misioneros de Guadalupe

México, D.F., 10 de julio de 2003

Presentación

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PRÓLOGO

En la parte primera de esta biografía recorrimos la vida del Obispo Alonso M. Escalante y Escalante, desde su nacimiento hasta la fundación del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras. La compilación de datos fue relativamente fácil por el excelente archivo de Maryknoll, la Sociedad de Estados Unidos para las Misiones Extranjeras a la que el Obispo perteneció. Esta Sociedad, bondadosamente nos proporcionó, a los Misioneros de Guadalupe, abundancia de documentos bien organizados, que dan a conocer la heroica labor misionera que el Obispo realizó en China y en Bolivia.

Lamentablemente, esta segunda parte de la biografía del Obispo, que corresponde a su vida desde la fundación de este Instituto de Misiones hastasumuerte,sedificultóysuelaboraciónsellevómástiempoquela primera, por la carencia y pérdida, no totalmente explicable, del archivo de los Misioneros de Guadalupe. Se dice que este archivo se perdió durante o después del terremoto de 1985 en que el edificio,dondeestabalaoficinacentraldeesteInstituto,sederrumbóensusdosterceras partes.

Sin embargo, alguna documentación fue recuperada acudiendo tanto al archivo del Consejo General como a los archivos de las casas regionales de Japón, Corea y Kenia, así como al de la Propagación de la Fe en la ciudad de México y en Roma. Mucho también se logró haciendo entrevistas a sacerdotes y laicos que conocieron al Obispo.

Después de publicado este libro, quedarán los documentos, que se usaron, en algunos volúmenes para el archivo de los Misioneros de Guadalupe.

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Si en la primera parte vimos a Monseñor Escalante como un auténtico misionero, en esta segunda parte lo vemos como el excelente realizador delosencargosqueelEpiscopadoMexicanoylaSantaSedeleconfiaron.

Establecióunaoficinacentral,pioneraenlaIglesiadeMéxicoenelusode los medios modernos (1948); compró la Quinta “Los Álamos” en Tlalpan, D.F. (1948); fue cofundador activo y primer rector del Seminario de Misiones (1949); Superior General vitalicio de los Misioneros de Guadalupe (1953-1967); Director Nacional de las Obras Misionales PontificiasdelaPropagacióndelaFeydeSanPedroApóstol(1953);dirigió la construcción del Seminario Mayor de Misiones en México (1953-1956) y del Seminario Menor en Guadalajara (1960-1964). Estableció el Noviciado o Año de Probación (1954); fue fundador de las primeras misiones de los Misioneros de Guadalupe en Japón (1957), Corea (1962) y Kenia (1965); fue miembro de la Comisión de Misiones del Concilio Vaticano II (1962); miembro de la Comisión Postconciliar de Misiones (1965); y Presidente de la Comisión de Misiones de la CEM (1966). Terminó el Telologado del Seminario de Misiones (1967).

En la realización de todas estas obras conservó el carácter de un vagabundo de Dios porque necesitó viajar mucho, siempre impulsado por su espíritu misionero, para colaborar en la salvación de los no-cristianos, es decir, la misión ad gentes.

En palabras del P. Rodolfo Navarro Guerra: “Dice la sabiduría oriental: ‘No te dejes infatuar, ve adonde vas y termina tu propósito’. Monseñor Escalante fue un hombre que sabía a qué vino a México y adónde debía llegar”.

Que sirva este volumen para que los Misioneros de Guadalupe vean en Monseñor Escalante sus raíces misioneras y logren llegar adonde él quiso llegar: vivir el sacerdocio misionero y morir aconsejándonos: “Sean buenos misioneros”.

El Autor

Prólogo

1Capítulo

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1EL COMIENZO:

UN SEMINARIO MAYOR

Una noticia

El 20 de febrero de 1950 apareció un artículo del periódico “Novedades”, en su versión de inglés llamada “The News”. La reportera Ruth Mulvey había entrevistado a Mons. Escalante y escribió:

“Por siglos, el pequeño pueblo de Tlalpan ha descansado tranquilamente dentro de un aislamiento iluminado por el sol, escondido detrás de las paredes de adobe que separan sus estrechas calles de la cercana capital del México moderno. En octubre de 1949, la quietud de Tlalpan se rompió. De la antigua casa de campo, construída siglos antes1, salían sonidos poco familiares de martillos y sierras, y las voces de hombres jóvenes gritaban. Estos hombres jóvenes, reportaron los curiosos, jugaban baloncesto sin importarles los largos hábitos negros que vestían. Eran ellos quienes martillaban y aserraban e incluso trabajaban con palas y azadones en los campos junto a la casa. Durante la larga ocupación de la vieja casona por la gente de razón, tales cosas nunca habían sucedido. Aquí había algo extraño, sin duda.

Más curioso aún, fue el nombre colocado en la reja de la casa –‘Los Álamos’–. ¿No era ése el lugar de los Estados Unidos, donde se hacían las bombas?. ¿Las bombas que sacudían al mundo?. Así era la especulación en las largas tardes somnolientas de Tlalpan.

1 Exageración periodística: la casa de estilo californiano había sido construida alrededor del año 1935, en la Colonia Toriello, a la que se le puso este nombre para recordar a Guillermo Toriello, abogado y político guatemalteco que fue embajador en México en 1944; la casa había pertenecido a un embajador inglés.

el comienzo: Un seminario mayor

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De hecho, la Quinta ‘Los Álamos’ era una moderna planta de energía… ‘para la producción de bombas espirituales, creadoras del bien’. La Quinta ‘Los Álamos’ era la sede del primer Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras.

La cristalización de un deseo prolongadamente acariciado en este país, el de esparcir hacia el extranjero nuestra fe católica, vino a convertirse en realidad, debido a un callado y amistoso obispo que había descubierto el secreto de usar las cosas de nuestro tiempo al servicio de la eternidad.

El Obispo Escalante es realmente el ‘obispo último modelo’. Su ordinario traje negro no lo hace ser diferente. Maneja su propio carro; juega golf con un buen score2 y come amigablemente con hombres de muy variadas profesiones y credos.

En lugar de un claustro de catedral, a este Obispo puede encontrársele, generalmente, en una modestísima oficina, del primer piso de un edificio bancario en la ajetreada calle de Juárez, que sólo tiene la sencilla identificación ‘A. Escalante’.

Las características modernas del Obispo Escalante han ganado muchos amigos a la Iglesia. Más importante aún, su modernismo ha dado nueva vitalidad a la misma Iglesia. No es sorprendente que él sepa distinguir un significado moral en el sobrecogedor poder del átomo. Siendo un joven cura en el Oriente, usaba libros de historietas para instruir a los niños de Manchuria acerca de los caminos del Señor. Navegaba en una pequeña lancha ultra moderna a través de los ríos de la selva del Pando Boliviano para llevar el Cristianismo y una nueva forma de vida a aquella gente aislada y sin esperanza.

‘Haz el bien, no sólo prediques’ es el lema de ‘Los Álamos’. Y a los once candidatos (doce con el P. José Álvarez que ya era sacerdote), que se encuentran actualmente estudiando ahí, se les está enseñando el ‘quehacer’, como carpintería, colocación de ladrillos, reparaciones eléctricas, primeros auxilios, enseñanza de cooperación, a través del baseball. El misionero, dice el Obispo Escalante, debe ser un hombre ‘hacelotodo’: ‘guía e instructor de guías, constructor, explorador, doctor; debe dar comida al 2 El Club de Golf México le dio la membresía por la que pagó 2,500 pesos pero recibió, en cambio, el regalo de un lote dentro del club sobre la avenida Buenaventura.

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hambriento y vestir al pobre; debe visitar al enfermo, dar abrigo al peregrino, enterrar a los muertos, visitar a los prisioneros, instruir al ignorante y consolar al que sufre’.

Porque para todos estos jóvenes sacerdotes también llegará alguien que toque la puerta con la súplica de ‘Padre, lo necesitamos…’.

Y, ya sea como Padre, doctor, juez, proveedor de comida o director de cosas en general, el misionero mexicano deberá estar listo para ir (adonde sea solicitado). Los misioneros son todo para todos en el servicio de Dios. Dar dignidad humana y esperanza divina es su meta. Trabajan en un nivel material para poder proveer a los hombres con una comprensión y un significado espirituales.

En 1942 cuando el Obispo Escalante, entonces un joven sacerdote, fue Superior de la Misión de Maryknoll en Bolivia, encontró ahí grandes sufrimientos. La civilización había pasado de largo y había olvidado el rincón de la selva más grande del mundo. Los 50,000 indios dentro del área estaban abatidos y sin esperanza. Siglos de pobreza, enfermedad, aislamiento debido a la falta de caminos habían dejado a la gente incubando un recelo animal. La tasa de mortandad era tal vez la más alta en el mundo. Más del 90% de la gente eran portadores de disentería amibiana; 100 % sufrían de una u otra forma de parasitosis; el 60% tenía malaria, el 30 % tenía tuberculosis. Enmedio de las grandes riquezas que ofrecía la selva, vivían en abyecta pobreza y depresión.

El Padre Escalante y sus asistentes montaban a caballo y cabalgaban a través de veredas agonizantes bajo el calor sofocante y los interminables bosques para encontrar tierras de hule nuevo donde contratar su compra. También se compraba caña de azúcar nueva y se cultivaba una nueva plantación para comenzar una industria. Se sembraba una semilla de pasto especial para alimentar ganado y comenzar un rancho. Se buscaban maderas comerciales; se plantaban hierbas medicinales y árboles frutales.

Se estableció un hospital, se construyeron escuelas para los niños y se instalaron una biblioteca y un cuarto de lectura para adultos. Enmedio de la jungla, se construyeron caminos, se abrió un aeropuerto, empezaron a florecer industrias nuevas. La fe en el hombre y en Dios vino gradualmente.


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Con gran visión, el Obispo Escalante fue invitado a encabezar este primer Seminario (de Misiones). Nacido en Mérida en 1906, de una familia que había estado ahí por siglos, él es de este país, sin importar el hecho de que es ciudadano americano. Educado en los Estados Unidos, conoció en su juventud la nueva Sociedad de clérigos que había sido fundada debido a un encuentro casual de dos sacerdotes americanos en un hotel de Montreal. En 1920, a la edad de 14 años ingresó al Seminario Menor de Maryknoll, cerca de Scranton, PA., y, once años más tarde, se graduó3 (sic) en el Seminario Mayor cerca de Ossining, N.Y. (Maryknoll).

Después de más de ocho años en China, regresó a los Estados Unidos en 1940 como Director Espiritual del Seminario Mayor y dos años más tarde fue enviado a Pando. En mayo de 1943, el Padre Escalante interrumpió su programa de la semana de siete días de trabajo, lo suficiente para volar a México y ser consagrado Obispo Titular de Sora y Vicario Apostólico de Pando, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Fue consagrado por Su Excelencia, Luis M. Martínez, Arzobispo de la ciudad de México (el día 9 de mayo). La mejor prueba del interés del Obispo Escalante en el trabajo, son los cientos de cartas que llegan a la pequeña oficina en la Avenida Juárez. Abogados, doctores, estudiantes, profesionales de toda clase, funcionarios de gobierno, todos escriben: ‘Deseo seguir una vida de abnegación y heroísmo…’ A pesar de que el trabajo que se lleva a cabo ahora en México ‘sólo es el principio’, se espera que el poder que se genera en ‘Los Álamos’ tenga efectos mucho mayores ahora y en el futuro. La lección que se está enseñando en México sobre el poder y la energía, y el uso apropiado de la ciencia es una lección para nuestro tiempo. Junto al nombre ‘Los Álamos’ cuelga una linterna que le fue obsequiada al Obispo Escalante como regalo de despedida de los convertidos en su Misión de Chiaotou (Manchuria). Escritas en caracteres chinos, se leen las palabras: ‘LA PAZ SEA CONTIGO’.”

La caridad de Cristo nos urge

En la primera parte de esta biografía, ya se dijeron las razones que tuvo Mons. Escalante para comenzar el Seminario de Misiones como Seminario Mayor, preparación al sacerdocio propiamente dicha en que se estudia Filosofía y Teología,4 es decir: oportunidad para las 3 Se ordenó sacerdote.4 “Un Vagabundo de Dios”, Primera Parte, pág. 289.

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vocaciones ya existentes, urgencia de tener en breve tiempo personal propio y la economía limitada.

Al día siguiente de la ceremonia de fundación, 7 de octubre de 1949, Mons. Escalante, sonriente a la hora del desayuno, dió a los seminaristas una idea general de las actividades que tendrían durante octubre y noviembre, pues el curso formal de estudios comenzaría en diciembre. Fue una combinación de horas de oración, de lectura, de trabajo manual, de aseo de la casa, de juego, de paseo, etc. y añadía: “No quiero que contraigan el reumatismo chino.” A esto los jóvenes le preguntaron: “¿Cómo es el reumatismo chino?.” Contestó: “Plomo en la sangre que se deposita en las asentaderas y no les deja trabajar.” Los alumnos comenzaban a conocer la chispa de su buen humor.

El Padre Francis Garvey era el ecónomo, y el Padre Gerald Carroll cuidaba el aspecto espiritual y dirigía el trabajo manual. El Padre Thomas O’Rourke era el Prefecto de Estudios. Los sábados eran dedicados a la catequesis en los alrededores de Tlalpan, en las faldas de la montaña llamada El Ajusco. En aquellos días, en el Seminario de Misiones, el trabajo manual tenía mucha importancia.

La Quinta “Los Álamos”, donde se fundó el Seminario de Misiones, era una mansión abandonada durante algunos años, que necesitaba algunas reparaciones y limpieza. Los alumnos hicieron este trabajo, muy especialmente el trabajo de renovar el sistema de drenaje. La Quinta tenía tres casas: la principal para la familia, la segunda para la servidumbre y la tercera para huéspedes. Una barda rodeaba las casas y jardines y marcaba la extensión de una manzana entera.

Como se ha dicho antes, en el primer volumen de esta biografía, los primeros alumnos fundadores fueron: José Álvarez Herrera, sacerdote de Zamora; Joaquín Sarmina Andrade, del Distrito Federal; Ricardo Colín Negrete, de Querétaro; Pablo Guadarrama Taboada, de Puebla; Esteban Martínez de la Serna, de Aguascalientes; Salvador Ramírez Villanueva, de Morelia; Rodolfo Navarro Guerra, de Zamora;


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Francisco Arriaga Méndez, de San Nicolás, Michoacán; Jesús M. Alba Jaime, de León; Alejandrino Torres Mata, de San Luis Potosí; Jorge L. PeñaflorObregón,deCelaya;MargaritoSoriaPadilla,deTepic.Losseminaristas Arriaga, Alba, Torres y Soria eran estudiantes de Filosofía, los demás eran estudiantes de Teología. Al año siguiente, ingresaron diecisiete alumnos más. Así comenzó el Seminario Mayor.

El Padre Álvarez, el diácono Sarmina y el Minorista Colín ya habían terminado sus estudios de Teología. Álvarez y Sarmina, desde enero de 1950, ya estaban en el ministerio de promoción vocacional. Los demás alumnos debían continuar sus estudios. El Minorista Colín hacía por primera vez lo que entonces se llamaba noviciado o año de probación (que después fue llamado curso de espiritualidad y pastoral, CESPA), mientras esperaba la Ordenación Sacerdotal.

Clases en el Seminario Conciliar, en el Colegio Máximo, en el Instituto Superior y en la Ibero

No teniendo personal suficiente para el profesorado propio, y porla diversidad de cursos y las limitaciones naturales de toda obra que comienza, Mons. Escalante arregló que los 9 alumnos que necesitaban continuar sus estudios, tomaran las clases de Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar de México, situado en la calle de Moneda 2, de Tlalpan. Tres clases por la mañana y dos en la tarde, más algunos cursillos de especialización misionera, completaban el programa cotidiano de los seminaristas misioneros. Fue un valioso tiempo en que ilustres profesores impartían clases acreditadas por sus largos años en la docencia, como fueron: el P. Jesús Castro Pallares, especialista en Dogma; el P. Jesús Pallares de Teología Dogmática; el P. Paquito Arriba, profesor de Teología Dogmática; el P. José González Brown, maestro de Sagrada Escritura; el P. Sergio Méndez Arceo, doctor en Historia, que después fue Obispo de Cuernavaca; el P. Antonio Brambila, de Ascética y Mística; el P. Alfonso Castro Pallares, de Filosofía y Teología; el P. Salvador Castro Pallares de Teología; el Sr. Canónigo Luna de Pastoral Parroquial y otros.

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El P. O’Rourke alternaba las clases que daba de inglés y de periodismo enTlalpanconel trabajodeoficinaenelcentrode laciudad.Añosdespués, los alumnos del Seminario Mayor recibieron clases de Filosofía y Teología en el Colegio Máximo de Cristo Rey, de los Padres Jesuitas, en Río Hondo, San Angel, D.F.; en el Instituto Superior de Estudios Eclesiásticos (ISSE) de la Arquidiócesis de México; y en la Universidad Iberoamericana hasta 1976. Los Padres de Maryknoll: Vincent Mallon y Leo MelanVon, que habían trabajado en Yucatán, vinieron a unirse al profesorado del Seminario de Misiones en agosto de 1951 y trabajaron allí durante 2 años, el primero como vicerrector y maestro, y el segundo como maestro de Filosofía y Teología. El P. Dominic Morrissette, que había trabajado en Perú y en Chile, llegó en abril de 1953 y fue prefecto y maestro de inglés hasta abril de 1955. Los Padres O’Rourke, Carroll y Garvey, que habían llegado en 1949 regresaron a sus misiones: el primero en enero de 1953 y los dos últimos en septiembre de 1954. Cuando salieron los Padres Mallon y MelanVon en 1953, el Padre Esteban Martínez fue nombrado Rector del Seminario Mayor; le sucedieron después, en este cargo, los Padres Rodolfo Navarro Guerra (1957-63), Alejandro Ríos Zalapa (1963-70) y Benjamín Bravo Pérez (1970-74).

Los conferencistas

Mons. Escalante tenía el cuidado de traer conferencistas connotados para ilustrar a los futuros misioneros. Por este tiempo, el Dr. José Luis Pérez Soto dió conferencias básicas de ciencia médica, salubridad, primeros auxilios, etc. Mons. Ligutti, presidente de Rural Life Conference de Estados Unidos, habló sobre el concepto de lo natural y sobrenatural en la vida del campesino. El P. Alfonso Plancarte, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, dió una charla acerca de Literatura. El P. Pedro Arrupe S.J., misionero en Japón, que posteriormente fue Prepósito General de los Jesuitas, dió una conferencia sobre la bomba atómica de Hiroshima y sobre el Japón de la posguerra. El P. Antonio Brambila, sacerdote de la Arquidiócesis de México, en jugosa plática puso de relieve la oculta, incuestionable y sorprendente actividad misionera


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del Espíritu Santo. Visitaron la Quinta “Los Álamos” y hablaron a los seminaristas: Mons. Luis Ogihara, Administrador Apostólico de Hiroshima, Japón; Mons. Pablo Yupin, Arzobispo de Nankin, China; Mons. Manríquez y Zárate; el P. Toribio Bracho, S.J. y el P. Miguel Pardinas, S.J. misioneros en China y, expulsados por los comunistas, volvían a Filipinas; los Hermanos Jesuitas Luis Aceves, enviado a Japón, y Mario Ortiz con Luis Soriano, que iban a Filipinas.

El 28 de febrero de 1950 murió, en la ciudad de Veracruz, el Excmo. Sr. Arzobispo de Puebla, Don Ignacio Márquez Toriz que, como presidente nacional de la Unión Misional del Clero, había promovido fervorosamente la fundación del Seminario de Misiones y, juntamente con el Obispo de Tulancingo, Mons. Miguel Darío Miranda, había formado la Comisión Episcopal para realizar el proyecto. Un mes antes de su muerte, había dado una plática espiritual a los alumnos en la Quinta “Los Álamos”. Posteriormente, su hermano, Don Octaviano Márquez Toriz, antes de suceder a Don Ignacio en el arzobispado, y en la presidencia de la U.M.C., predicó los ejercicios espirituales a la naciente comunidad misionera. Él continuó velando por el progreso del Seminario.

Monseñor Francisco Valencia Ayala dice: “Conocí a Mons. Escalante cuando vino a Zamora y conquistó al Pbro. José Álvarez para el Seminario de Misiones y dio una plática a los seminaristas en nuestro Seminario.

Di ejercicios espirituales a los seminaristas en la Quinta ‘Los Álamos’ cuando todavía estaban allí los Padres de Maryknoll.

Monseñor me llevó a conocer el terreno para la fundación, cuando lo andaban comprando. Me dijo que le dio trabajo convencer al Episcopado Mexicano para que le dejaran gastar, en la construcción, el dinero de becas que él repondría después.

Varias veces me invitó a su cuarto a tomar una copa antes de la comida. Me consultó algunas veces acerca de la disciplina en los Seminarios y me refería sus proyectos respecto del Seminario y las misiones. Le gustaba bromear conmigo.

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Era franco y sencillo en su conversación y siempre hacía alusión a temas religiosos o misionales.”

El Sr. Obispo Jesús Manríquez y Zárate, entonces obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, y antes Obispo de Huejutla, escribió una carta dirigida a Mons. Escalante: “Excelentísimo Señor: El establecimiento del Seminario Misional en nuestra nación ha sido motivo de grande alegría y confiada esperanza para los católicos mexicanos. De grande alegría, porque nada es tan grato para los corazones que de veras aman a Jesucristo como la propagación de su Reino por todo el mundo: Reino de verdad, de justicia y de paz.

La raíz de los males que sufre actualmente el mundo es la ignorancia o el desconocimiento de Jesucristo. Ya el Papa León XIII de feliz recordación, decía en una de sus Encíclicas: ‘Mientras los pueblos no reconozcan la soberanía de Jesucristo, vivirán en perpetuas contiendas y huirá de ellos la paz’. Palabras que están plenamente de acuerdo con aquellas de los Libros Santos: ’No hay ningún otro nombre debajo del cielo en el cual podamos ser salvos si no es el nombre de Jesucristo’.

Por consiguiente el conocimiento del Reinado de Jesucristo en el mundo ha sido en todos los tiempos la intención primera y la primera obra de la Santa Iglesia. Por eso no hay nada tan noble y tan digno de loa como ayudar a la Santa Iglesia en esta magna obra de redención; y todos debemos aplaudir los esfuerzos que se hagan para propagar en todas partes el conocimiento del Reino de Cristo.

La fundación del Seminario de Misiones en México es, además, motivo de confiada esperanza para nuestra patria, hoy tan necesitada de sacerdotes que la atiendan en sus necesidades espirituales. La Iglesia de México se desprende heroicamente de muchos de sus hijos para que vayan a tierras de infieles a llevar la luz del Evangelio. ¿No debemos creer que el Buen Dios, que premia un vaso de agua dado en su nombre, recompensará con crecido aumento de vocaciones sacerdotales ese rasgo heroico de la nación de Santa María de Guadalupe?.

Habiéndoos escogido, Excmo. Sr., la Divina Providencia para realizar esta nobilísima idea del Seminario de Misiones en México, no puedo menos que felicitaros de lo íntimo de mi alma por tan merecido honor, y felicitar también a mi patria, porque al


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frente del Seminario se encuentra un hombre como Vos, que sabe de Misiones porque las ha practicado en lejanas e ingratas tierras.

Que el Señor y Santa María de Guadalupe sigan derramando abundantes y regaladas gracias sobre el nuevo Seminario para bien de la Iglesia y de la patria. Fiat, Fiat.

Encomendándome muy de veras a vuestras santas oraciones y Santos Sacrificios quedo como siempre, Excmo. y Revmo. Sr., vuestro afmo. humilde Hermano en Cristo q.r.b.V.A.P. - J. de Jesús Manríquez y Zárate, Vicario General.” 5

Educación de actitudes

Mons. Escalante se preocupaba de que tanto los seminaristas como los sacerdotes tuvieran buenas maneras y se vistieran correctamente. En aquel tiempo, para salir a la calle y, más todavía, para ir a las parroquias, el traje debía ser negro, con zapatos negros, camisa blanca y corbata negra. Decía él: “No quiero tener farmer priests” (sacerdotes rancheros).

El Padre Esteban Martínez recuerda que: “En el primer año del Seminario, a Monseñor le gustaba llevar a los seminaristas a Tequesquitengo, porque decía que el lago estaba a mil metros sobre el nivel del mar y que esa era la altura ideal para vivir. Él se esmeraba en ser padre y maestro. Hacía bromas y gozaba, sin posturas, una vida fraterna con nosotros; estaba en la flor de su madurez. Quiso ser realmente el fundador de nuestro Instituto.”

Su acompañamiento a la comunidad, en sus actos diarios, era constante, desde el comienzo del día. Su puntualidad era ejemplar para la oración, meditación, Misa, desayuno, cena y oraciones de la noche. La comida del medio día tenía lugar en algún restorán céntrico, cercano a su oficinaenlacalledeBalderas,cuandonoteníaalgunainvitacióndesusfamiliares o amigos. Gustaba también de la compañía de los Padres que trabajabanenlaoficinay,devezencuando,losinvitabaaunrestorán.

5 Revista “Almas”, noviembre 1950, pág. 28.

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El6deenerode1950,fiestadelaEpifanía,manifestacióndelSeñora los gentiles, a las 6:30 de la mañana, en la Basílica de Guadalupe, el Obispo Escalante confirió la Ordenación Sacerdotal al DiáconoJoaquín Sarmina. Cada año fue ordenando más sacerdotes.

A fines de 1950 y principios de 1951, ingresaron al Seminario deMisiones los siguientes seminaristas que venían de diferentes ciudades y de diferentes Seminarios para estudiar Filosofía y Teología: Miguel Alonso Mora de Quiringuíndaro, Mich.; Angel Bonaparte Melgarejo de Charapan, Mich.; José Chávez Calderón de Indaparapeo, Mich.; Juvenal Garnica Martínez de Degollado, Jal.; Felipe González Zermeño de León, Gto.; José González Hernández de Estipac, Jal.; Luis Gracida Betancourt de Houston, Tx.; Miguel Llanos Hernández de Silao, Gto.; José Magaña Magaña de Tlazazalca, Mich.; Ismael Martínez Ruiz de San Luis Potosí, S.L.P.; Pedro Pulido Naranjo de Mazatlán, Sin.; Gonzalo Rincón Madrid de Colima, Col.; Alejandro Ríos Zalapa de Paracho, Mich.; Emerenciano Rodríguez Jobrail de Tampico, Tamps.; Osvaldo Salazar Salazar de Río Blanco, Ver.

Ingresaron también Ignacio Del Río Dueñas el 1° de febrero de 1951; y Erik Del Castillo Negrete en febrero de 1952; ambos no venían de otro Seminario sino de sus propios hogares.

Erik Del Castillo, ahora veterano y maestro en el arte teatral, artista afamado aún en el cine y la televisión, escribió su biografía en su libro “Por qué me hice actor”. Reproduzco aquí algunos párrafos de su capítulo “El Seminario”, pues describe hermosamente su encuentro con Monseñor Escalante y el ambiente del nacimiento del Seminario de Misiones. Fue seminarista, sólo un año en busca de su vocación, que es el llamado de Dios para un estado de vida.

“Nadie podía creer que quisiera entrar a un Seminario. Mi familia miraba aquella decisión mía con mucho recelo y desconfianza. Mi madre me preguntaba mil veces si sabía bien lo que yo estaba haciendo, e insistía en que al meterme en el Seminario perdería la beca, obtenida tan dolorosamente a través de la muerte de mi padre; pero


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yo necio contestaba que sí. Empecé a preguntar y a hacer los trámites. Me enteré de que apenas unos años antes se había fundado el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras. Fui a la Quinta ‘Los Álamos’, en Tlalpan, que fue su primera casa. Me entrevisté con Monseñor Alonso M. Escalante, cofundador y primer Superior General.

Había sido una decisión del Episcopado Mexicano que, siendo nuestro país un pueblo eminentemente católico, enviara misioneros a los países no-cristianos a predicar la Palabra de Cristo. Monseñor Escalante era originario de Mérida, Yucatán. Era un hombre sabio, de muchas virtudes y cualidades, bondadoso y práctico. Él pertenecía además, al prestigioso instituto norteamericano de Maryknoll que ya contaba con una larga experiencia en las misiones extranjeras en diferentes partes del mundo, sobre todo en China. Fue así como el Alonso M. Escalante fue elegido y el indicado para llevar a cabo dicha idea del Episcopado. Así fue el gran fundador activo del Instituto mexicano de los Misioneros de Guadalupe.

No fue fácil que me aceptara, entre otras razones por ser hijo natural. Tampoco sabían sus colaboradores dónde situarme: si en el Seminario Menor en Guadalajara, o ahí con ellos, en Tlalpan. Parece ser que yo era el primer caso de un solicitante que no procedía de otro Seminario como sucedía con la mayoría de los aspirantes. Afortunadamente intervino a mi favor Nacho Flores que, en ese entonces, no sólo era el chofer de Monseñor Escalante, sino empleado de todas sus confianzas y que además era originario de Celaya y conocía muy bien a mis dos familias: materna y paterna; es más, había sido admirador y amigo personal de mi padre. Creo que su intervención fue definitiva. Decidieron aceptarme en Tlalpan con los seminaristas ya muy adelantados en sus estudios. En cierta forma me convertí, por mi edad y por mis pocos estudios, en el Benjamín entre ellos.

Mi madre volvió a marcar mi nueva ropa, entre ella dos sotanas y un alzacuello. En el Pasaje Catedral me compró mi Biblia, un misal y un rosario. Por la tarde, viajamos con mi hermano Federico en el tranvía que nos dejó en la mera puerta del Seminario. Mi madre no sabía cómo hablar con Monseñor Escalante ni yo tampoco, mucho menos Federico. Monseñor consolaba a mi madre, pero insistía en que me pondrían a prueba.

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Mi primer día de trabajo consistió en ir a unos terrenos de roca volcánica que Monseñor Escalante había adquirido para establecer lo que es ahora la sede oficial del Instituto de los Misioneros de Guadalupe y la Universidad Intercontinental. Dichos terrenos estaban en la salida para la carretera de Cuernavaca en Tlalpan. Me tocó hacer los primeros hoyos en la dura roca para poner las mojoneras de los límites del predio. Fue un día muy caluroso; al poco rato de trabajar con el mazo y el cincel aparecieron las primeras ampollas.

Los días pasaban en meditación y silencio en el Seminario. Despertábamos muy temprano, hacíamos nuestras labores de aseo y luego pasábamos un buen rato en la capilla en plan de meditación. Oíamos misa y comulgábamos diariamente. Después pasábamos al comedor a desayunar en silencio. Orábamos antes de tomar los alimentos y alguno de nosotros leía el Martirologium Romanum: escuchábamos la vida ejemplar del o de los santos o santas de ese día. Teníamos un momento de reposo antes de pasar a las aulas: yo a aprender el latín y sus terribles conjugaciones de los verbos; me traía loco el rosa, rosae, rosas, rosarum. Seguían los deportes, las labores propias del Seminario; la redacción, la edición y el empaque de la revista ‘Almas’ que era nuestra arma de batalla para introducirnos en los hogares de los fieles católicos. Comíamos escuchando diferentes lecturas de las vidas ejemplares de los santos, seguía otro reposo y nuevamente las clases, las tareas, etc., etc.

Los domingos nos enviaban a veces a diferentes iglesias a recoger limosnas para el sostenimiento del Seminario y las futuras misiones que estaban ya por iniciarse.

En una de esas colectas que hice, tuve la oportunidad de conocer al estupendo actor Roberto Cañedo (q.e.p.d.).

Por esos meses llegó un nuevo seminarista a quien quise y quiero mucho: el famoso ‘Químico’ Ignacio Xavier del Río. Nos identificamos de inmediato en cuanto nos vimos, los dos éramos los novatos del Seminario.

Todos los demás compañeros ya estaban en grados intelectuales muy superiores, ya estudiaban filosofía y teología. Algunos de ellos ya poseían las órdenes menores, eran diáconos o subdiáconos; algunos de ellos usaban tonsura, ‘la pedrada santa’, como le decíamos en broma a la pequeña rapada en forma de círculo que se hacían en la


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cabeza. Había de todos los caracteres y templanzas: unos eran alegres, dicharacheros, incluso traviesos y haciendo bromas pesadas. Otros eran serios, solemnes, taciturnos y no reían mucho. Había de todo en la viña del Señor.

Tlalpan siempre ha sido un lugar muy hermoso. Si aún en nuestros días lo es, antes era mucho mejor. Nadie se imagina la cantidad de conventos, monasterios, Seminarios y asilos que existen o existían tras sus misteriosos y viejos muros. Cuando se trataba de visitar las Siete Casas en Semana Santa, era una verdadera delicia y sorpresa visitar esos conventos. Había monjas de todas las órdenes existentes. No las menciono por temor a equivocarme, pero eran muy dignas de admiración y alabanza. Recuerdo unas monjas contemplativas a quienes nadie, que yo sepa, de los mundanos, podía mirarles el rostro. Cuando mucho se les veía con sus velos blancos cubriéndoles la cara.

Hubo primero un perro de raza boxer que tenía por nombre Pichi y jugaba fútbol con los alumnos; llevaba el balón empujándolo con su hocico, daba los pases y metía el gol; fue víctima de la falta de puntería de los jóvenes que, en lugar de dar el puntapié a la pelota, golpeaban el costado de Pichi, pues éste era más rápido que ellos: esto le causó tumores en sus costillares, que se volvieron cancerosos y le causaron la muerte. Después Mons. Escalante recibió el regalo de una pareja de perros setter irlandeses, raza cazadora, de color café, hermosos pero inútiles, porque nadie en el Seminario tenía el tiempo ni los medios para ir de cacería. Monseñor, a su vez, también regaló esos perros. El último perro que hubo en la Quinta “Los Álamos” fue uno de raza collie, que los seminaristas llamaban simplemente coli; este animal, de raza pura, como los otros, fue muy dócil y vivió más tiempo en el Seminario.

Erik del Castillo continúa diciendo: “La Quinta ‘Los Álamos’, o sea, el Seminario, era una manzana completa. Tenía un amplio jardín y un perro con el que todos jugábamos. Una noche hubo un concierto gatuno. Esos animalitos maullaban tanto que volvían locos a todos los seminaristas y maestros. Un día en que estaba leyendo con mucha atención la Pasión de Cristo, los gatos no me dejaban concentrarme. Había gatos, gatas, gatitos y gatotes de todos colores. Fui por una jarra de agua grande, la llené hasta los topes, me dirigí a la ventana, y les aventé el agua. Aquello se convirtió en un aquelarre infernal: los pobres gatos reaccionaron de inmediato. Unos brincaban sin saber si para el cielo o para el infierno; otros, la gran mayoría,

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quisieron entrar todos al mismo tiempo a una ventanucha y sólo se hacían bolas en el intento. Viendo aquello me dio un ataque de risa. Todo estaba bien, pero de lo que no me había dado cuenta, es que otra persona me había estado observando sin yo saberlo y que también reía: se trataba del mero mero, del Titular de Sora, Don Alonso M. Escalante que había presenciado todo. Me quise morir del susto. En cuanto lo vi a los ojos, este santo varón no supo qué decirme; sólo movió la cabeza y riéndose siguió su camino.

Un domingo temprano salí con mi traje negro y alzacuello a dar una vuelta por Tlalpan. La gente, respetuosa de la imagen religiosa que seguramente veían en mí, me besaban la mano al igual que lo hacían cuando íbamos a recoger limosnas a las iglesias. Sin saber cómo y sin darme cuenta, se formó una bolita de personas besándome la mano, yo intenté explicarles en varias ocasiones que no lo hicieran, advirtiéndoles que sólo era un simple seminarista, no sacerdote. La noble gente no me hacía caso, salían sobrando las explicaciones y opté por dejar transcurrir las cosas. De pronto sentí que un carro negro se detuvo junto al grupo de personas que habíamos formado. Instintivamente volteé: era otra vez Don Alonso M. Escalante. Bajó el vidrio de su carro y me dijo con un dejo de tolerancia e ironía: “Señor cura, en cuanto termine su labor pastoral lo espero en cinco minutos en mi oficina” y arrancó. Se me bajó el alzacuello hasta los tobillos. No me regañó. Sólo me recomendó que no saliera a la calle con el alzacuello, porque esa prenda estaba reservada para los que eran realmente sacerdotes de órdenes mayores.

Desgraciadamente por aquellas fechas recrudeció una enfermedad muy molesta y terca que yo tenía en los ojos. Se trataba de una conjuntivitis tarsal (así me dijeron que se llamaba) muy aguda que me hacía sufrir mucho. Esto me llevó a que Monseñor Escalante me enviara con un oftalmólogo alemán de nombre Gustavo Peter para que me tratara y éste me dijo que tenía que suspender los estudios por unos meses, cinco o seis, no sabía cuántos exactamente.

Yo entendía que era feliz, así lo sentía y así lo era en realidad. En esos momentos de meditación, y a pesar de los mortales ataques del chamuco traidor, me soñaba siendo ya un misionero llegando al África, o a Oceanía con mi sotana blanca, mi sarakoff y el misal bajo el brazo.


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Vino el despertar de aquel sueño aletargado. Un buen día me llamó Monseñor Escalante y me dijo más o menos lo siguiente: “Eduardo, no es posible que permanezcas más tiempo aquí en el Seminario sin estudiar. Dios posiblemente te ha dado esta enfermedad en los ojos para probar tu vocación. Éste es un Seminario pobre, deja que tu lugar lo ocupe otro seminarista. Regresa al mundo y, mientras te alivias, pruebas una vez más tu vocación religiosa. Si insistes en ella y ya estás curado y quieres regresar, hazlo; aquí te esperamos con los brazos abiertos. Y en menos que canta un gallo ya estaba en la calle, en la esquina de la Quinta ‘Los ‘Álamos’ y con mi triste cargamento en el suelo, esperaba el tranvía que me llevaría de regreso a casa.

Ahora que escribo estas líneas y hace sólo unos días, (año 2000) tuve el honor de tener en mi casa, en compañía de mi esposa y mis hijas, a algunos de mis excompañeros, ahora ya convertidos en auténticos sacerdotes misioneros. Fue una velada con una alegría muy grande para mí: además estábamos de fiesta con motivo de la celebración del cincuentenario de la fundación del Seminario de los Misioneros de Guadalupe.”

Felipe González Zermeño, exseminarista, platica: “De Monseñor Escalante tengo dos recuerdos: Uno, su gran preocupación por las vocaciones misioneras; otro, su filial amor a Nuestra Madre Santísima de Guadalupe.

Allá en la Quinta ‘Los Álamos’, cuando salíamos todos los domingos a colecta a las 5:00 a.m., en cierta ocasión, me tocó estar en un templo de la Colonia Álamos y, al salir de Misa, una señora rica se me acercó y me dijo que quería ayudar a mi sostenimiento en el Seminario, pero con la condición de que yo, personalmente, fuera a recoger el donativo cada mes y que todo quedara entre los dos.

En el Seminario expuse el asunto a Mons. Escalante y me dijo que era muy extraño que esa persona pusiera tales condiciones. ‘Debes tomar todas las precauciones debidas, no importa la fuerte cantidad que ofrece. No debes correr riesgos innecesarios en tu vocación, lo principal es primero. Pídele al Señor que te ilumine y te acompañe… y me informas de todo’.

Fui varias veces a recoger el donativo. Era una mansión muy elegante, con varios carros en la cochera y una servidumbre numerosa. Al pasar el tiempo me manifestó todo el ‘secreto’. Ella apostaba fuertes sumas en el Frontón México y cuando más

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ganaba, más cooperaba, gracias a nuestras oraciones. Y de todo esto no quería que se diera cuenta su esposo pues, de lo contrario, le rebajaría el gasto.

Otra vez, en el mes de diciembre, como yo era el encargado de la capilla para la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, puse, al lado del altar, la imagen de Nuestra Madre, adornándola con la bandera nacional y flores.

Esto no fue bien visto por uno de los Padres de Maryknoll y lo comenté con Mons. Escalante. –‘No te fijes en lo que dijo el Padre’ me contestó. ‘Él no es mexicano y su cultura se va adaptando a la nuestra poco a poco. Tú sigue conservando esa bella tradición de culto a Nuestra Madre Santísima en todas nuestras iglesias y en los Seminarios de nuestra patria. Ella es nuestra tierna Madre y la celestial Patrona de nuestro Seminario de Misiones y por eso debemos propagar su culto por todo el mundo’.

Sin duda conservaba en lo más íntimo de su corazón la mirada tierna y amorosa de la ‘Primera Evangelizadora de México’ Nuestra Madre Santísima de Guadalupe, a cuyos pies fue consagrado Obispo en la Basílica del Tepeyac, en el mes florido de mayo y en la víspera del día de las Madres. A Ella, sin duda, encomendó y dedicó toda su vida de misionero mexicano, dinámico, ejemplar, sencillo, abierto para todos, hombre de fe y caridad; pero sobre todo, de una gran visión hacia el futuro. Creo que desde el cielo sigue vigilando a todos sus misioneros y está intercediendo para que todos sigan sus huellas y su ejemplo, dando siempre testimonio de fidelidad con la palabra y con los hechos, a esa gran vocación y misión que les ha sido confiada por El Misionero Enviado del Padre.

Con estos bellos recuerdos he vuelto a revivir aquellos inolvidables tiempos venturosos y felices que pasamos estudiando, orando, jugando y barriendo hojas de los álamos… soñando en llegar un día a ser misioneros en el extranjero.”

2Capítulo

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2REVISTA “ALMAS”

Que el Seminario sea conocido y ayudado

Siendo una obra nacional, y para Misiones en cualquier parte del mundo, era vital que el Seminario fuera muy conocido, para obtener más vocaciones y mayor ayuda, tanto espiritual como material, del pueblo mexicano. Mons. Escalante, que conocía los métodos modernos de Maryknoll, decidió que el 1° de enero de 1950 debía aparecer una revista mensual como medio de educación y difusión misionera. Los Padres O’Rourke y Álvarez trabajaron en el proyecto, tres meses antes, en la Quinta “Los Álamos”. Monseñor consultó a Padres y seminaristas sobre qué nombre se pondría a la revista y optó por llamarla “Almas”.

Mons. Escalante quería una revista de bolsillo, fácil de leer, amena y muy ilustrada con fotografías y dibujos a colores, una revista para todos. Él fue el editor responsable desde el principio hasta junio de 1967. Sus colaboradores en la revista, como redactores y directores técnicos fueron, sucesivamente, los Padres: Thomas O’Rourke, José Álvarez Herrera, Salvador Ramírez Villanueva, José Chávez Calderón, Arcadio Arteaga Cuevas, y José Serafín Anaya; a partir de julio de 1967 fueron directores de “Almas” los Padres: José Serafín Anaya, Gabriel Altamirano Ortega, Javier Chávez Urbina, José Chávez Calderón, Carlos Jiménez Fernández, Gerardo López Vela, José Chávez Calderón, y José Navarro González.Desdeenerode1950pusolaoficinade“Almas”enBalderas31-108.Afinesde1954latrasladóalacalledeArtes28,ahoraAntonioCaso,edificioquepertenecíaasuhermanaAlicia.LosdoslugaresenelcentrodelaciudaddeMéxico.ConfióestetrabajoalP.JoséChávezCalderón quien, después, por muchos años dirigió la revista.

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Monseñor Escalante visitaba esta oficina de la calle de Artes, alprincipio casi diariamente al mediodía y, a veces, comía el almuerzo en el “Café Latino” con el P. Chávez y algún seminarista o el personal delaoficina,queayudabaaensobrarlarevista.Elrestoráneradelasseñoritas Carmelita y Rosita Magaña, y situado en el Pasaje Latino que conectaba la calle de Artes con el Paseo de la Reforma, a sólo unos pasosdelaentradaalaoficinade“Almas”.

En marzo de 1950, el Obispo Escalante envió una carta al P. Albert Nevins, M.M., en la que le dijo: “Desde la última vez que te escribí, he estado muy ocupado con nuestra nueva revista ‘Almas’, de la cual te he enviado ya una copia de cada número (enero y febrero) tan luego como salieron de la imprenta. Espero que te guste.

‘Almas’ es una clase nueva de revista para México, y tengo muchas esperanzas de que tenga éxito, aunque por ahora ando en la búsqueda de más artículos, fotografías, dibujos que me ayuden a interesar a la gente en este proyecto misionero nacional que es tan importante para el bien de México y del mundo.

El 6 de enero ordené, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, al primer sacerdote del Seminario Mexicano para las Misiones Extranjeras. Este neosacerdote nos ha ayudado mucho. Dentro de pocos días él y yo estaremos hablando de las misiones en las escuelas de la ciudad de México. Esperamos mostrar a los estudiantes la versión en español de la película ‘El Milagro de Nube Azul’, que presenta un aspecto, casi desconocido, de la vida misionera.

En el Seminario, los jóvenes están ocupados preparándose para sus primeros exámenes y pronto sabremos si tenemos un grupo de genios entre nosotros. Cuando terminen sus exámenes y sus calificaciones sean suficientemente buenas, daremos las Órdenes Menores a algunos. Si Dios quiere, tendré ordenado un sacerdote más al final del año.

Cuando estuve en los Estados Unidos, aproveché la oportunidad para fundar un Mission Seminary Fund, legalmente reconocido por el estado de Nueva York y por el Departamento de la Tesorería de los Estados Unidos, de manera que todas las contribuciones dadas a este Fondo Misionero sean deducibles (en aquel país) del

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impuesto federal de la renta. Por supuesto, tú también puedes entregar a Maryknoll los donativos, para mi trabajo, que me son remitidos mensualmente.

Por cualquier medio que vengan tus donativos, puedes estar seguro de que agradeceremos mucho tus generosos sacrificios y que tus ofrendas de Cuaresma serán recordadas diariamente en mis oraciones y Misas.”

Imprentas

En 1959, Monseñor pasó la redacción de la revista al edificio delSeminario en Tlalpan, y la distribución y difusión a la oficina deBalderas 31-311. En 1960 ambas actividades pasaron a Balderas 32-6° piso; en 1969 a Córdoba 17, Colonia Roma; y, en 1994, a Insurgentes Sur 4120 en Tlalpan. El primer número, mes de enero de 1950, se publicó, según se había previsto, con un tiraje de 10,000 ejemplares. En los años de 1950 y 1951 tuvo un tamaño de 18.5 x 13.5 cms. Después, hasta el día de hoy, siempre ha tenido 16 x 10.5 cms. La revista “Almas” fue impresa sucesivamente: en 1950 y 1951 en una pequeña imprenta de los Hnos. González, situada en la Calzada de Tlalpan; de 1952 a 1955enlosTalleresGráficos“EditorialIntercontinental”,13Poniente262, Col. Santa María Insurgentes; de 1956 a 1958 en la imprenta “LOCIS” del Sr. José G. López; de 1958 a 1966 en la “Litografía Juventud”, también de los Hnos. González; de 1966 a mayo de 1968, en “Montauriol, S.A.”, Isabel La Católica 590, México, D.F.; desde junio de 1968 hasta junio de 1969 nuevamente en Litografía “Juventud”, 5 de Febrero 246, México, D.F.; desde julio de 1969, en Reproducciones Fotomecánicas, S.A., Iztaccíhuatl 48, México, D.F.; y de 1970 hasta la fecha, en la misma imprenta, con su nueva dirección en Democracias 116, Azcapotzalco, 02700 México, D.F.

Promoción y difusión de la revista

Mons. Escalante dispuso que los seminaristas fueran a los templos de la ciudad, domingo tras domingo, a ofrecer a los fieles tanto elnúmero suelto como la suscripción. Los párrocos o rectores de los

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templos permitían a los seminaristas dar un mensaje a la gente desde el presbiterio, al terminar cada Misa. Recuerda el P. Esteban Martínez que, siendo todavía seminarista, le tocó acompañar a Mons. Escalante para hacer la promoción y colecta en la parroquia de la Sagrada Familia, de la Colonia Roma. Antes de salir del Seminario, al subir Esteban al automóvil, Monseñor vió que aquél llevaba zapatos cafés y pantalón de color y le pidió regresar a cambiarse, pues el requerimiento era: traje negro y zapatos negros.

La revista llevaba un volante o cupón donde la gente podía escribir su dirección. Cada persona recibía un ejemplar de la revista al entrar al templo. Los seminaristas esperaban en las puertas a la salida de la Misa. La calidad de la revista y la generosidad de la gente dieron un buen resultado para el Seminario de Misiones.

Cuando se empezaron a atender las suscripciones, los seminaristas ensobraban la revista y hacían los paquetes para ser enviados al correo, bajo la dirección del P. Gerald Carroll. Cuando el número de suscripciones aumentó, las Hermanas Franciscanas Mínimas de San José, cuya fundadora y Superiora General era Sor María de los Angeles Vera, hicieron este trabajo en su convento de Ave. Revolución 431, de 1954 a 1959. Desde 1959 se contrataron empleados y el ensobrado de la revista ya se hacía en Balderas 31 y, desde 1960, en Balderas 32-6° piso. LucianoTrejo, incansable y fiel colaborador, con su equipode ensobradores, se encargaba de coordinar este trabajo y de llevar la revista al correo.

Su Eminencia, el Cardenal Jaime Carlos McGuigan, Arzobispo de Toronto,Canadá,vinoapontificarenlaBasílicadeGuadalupeeldía12 de octubre de 1950, Día de la Raza, y pocas horas después tuvo la gentileza de dirigir las siguientes palabras: “Felicito a la Jerarquía Mexicana por su celo apostólico, al establecer el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras. Bendigo de todo corazón a los Seminaristas que están preparándose para el Sagrado Ministerio y deseo todo éxito para su revista ‘Almas’. Siga Dios concediendo sus gracias de predilección a Monseñor A. Escalante y sus colaboradores.”

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Ya se dijo antes que Mons. Escalante había ordenado sacerdote a Joaquín Sarmina Andrade, el 6 de enero de 1950. Ordenó sacerdote al P. Ricardo Colín el 6 de enero de 1951, y al P. Esteban Martínez, el 10 de marzo del mismo año. Bromeaba con estos dos Padres acerca de la fecha de ordenación, porque habiendo recibido el Diaconado juntos, el P. Colín recibió el Presbiterado antes que el P. Esteban, y decía: “El P. Colín te ganó por una nariz” (como en las carreras de caballos). Ordenó al P. José Chávez el 8 de marzo de 1952. El P. Alejandro Ríos fue ordenado, por Mons. Guillermo Piani durante el III Congreso Nacional Misionero celebrado en Monterrey, N.L., el 15 de noviembre de ese mismo año.

En 1950, Mons. Escalante hizo personalmente el trabajo de promoción en muchos lugares, enseñando a los jóvenes sacerdotes la manera de hacerlo y envió al P. Álvarez y al P. Sarmina a Guadalajara y al poniente de México, apadrinados por el entusiasmo del Arzobispo Mons. Garibi.

En abril de 1951, el Cardenal Giovanni Battista Montini, que después fue Paulo VI, envió a Mons. Escalante una carta de felicitación, a nombre del Papa Pío XII, en los términos siguientes: “Con particular agrado ha acogido el augusto Pontífice la revista misional ilustrada ‘Almas’, correspondiente al año 1950. Su Santidad ha quedado vivamente complacido de este filial obsequio, exponente del celo con que ese Seminario de Misiones se propone propagar y favorecer la idea misionera entre los fieles de México. Que el Señor otorgue en abundancia sus dones a Vuestra Excelencia, así como también a todos sus colaboradores y a los lectores de la mencionada revista. Para que así sea, el Santo Padre benévolamente les otorga una especial Bendición Apostólica.”

Envió al P. Colín en 1951 a la Arquidiócesis de Puebla, cuando ya era arzobispo Mons. Octaviano Márquez; y luego lo envió a la diócesis de Jalapa, que entonces incluía la ciudad de Veracruz y cuyo arzobispo era Mons. Manuel Pío López. Envió al P. Esteban Martínez a Monterrey donde el arzobispo era Mons. Alfonso Espino; a Saltillo y Torreón, de las que era obispo Mons. Luis Guízar Barragán; su recorrido duró mes y medio. Los dos Padres encontraron excelente apoyo en todos los lugares y conservaron gratos recuerdos de sus pininos misionales.

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Algunos párrocos les recibieron con gran concentración de sus feligreses y organizaron programas de lo que ahora se llama animación misionera. Consistía en pláticas especiales para niños, jóvenes y adultos, de ambos sexos, que terminaban siempre con una Misa solemne.

El Padre Colín narra: “Después de mi Ordenación Sacerdotal el 6 de enero de 1951, al día siguiente celebré mi primera Misa en la capilla de la Quinta ‘Los Álamos’, y el 14 el cantamisa en el Templo de la Congregación, en la ciudad de Querétaro, con la asistencia de Mons. Escalante. Él me dió quince días de vacaciones para que volviera a Tlalpan el día último de enero. En esos quince días visité y celebré en algunas parroquias de la diócesis de Querétaro, especialmente en la de Amealco, tierra natal de mi padre, donde me esperaban tíos y primos. También en Colón, Qro., donde tenía muchos amigos.

Al regresar al Seminario de Misiones, Monseñor me envió a la ciudad de Puebla para que me pusiera a las órdenes del P. Luis Garcés, que ya había preparado un programa de tres meses para una promoción misionera en la arquidiócesis. El propósito era estar tres días en cada parroquia para predicar ejercicios espirituales, oír confesiones y, al terminar, hablar del Seminario de Misiones y conseguir suscripciones para la revista ‘Almas’.

Las parroquias foráneas fueron: Atlixco, Izúcar de Matamoros, Chietla, Chiautla, Amozoc, Santa Ana Chiautempan, Apizaco, Tetla, Tlaxco, Tepeaca, Huamantla, Huejotzingo, San Martín Texmelucan. En la ciudad de Puebla estuve hospedado en la casa anexa al templo de La Concordia de los Padres del Oratorio de San Felipe Neri, donde el P. Jesús Oropeza era el Superior y también secretario de la Unión Misional del Clero. No recuerdo todas las parroquias que visité, fueron muchas pero, entre todas, sobresalen: el templo de San Francisco, donde están las reliquias del beato Sebastián de Aparicio, y el templo del Carmen. Tal vez me impresionaron porque, en aquel tiempo, los templos de los religiosos tenían más sacerdotes y lograban mayor asistencia de fieles.

En una ocasión me acompañó el P. Garcés, en un salón de la Acción Católica, donde yo debía dar una conferencia sobre el Seminario de Misiones y la revista ‘Almas’. Al

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terminar dicha conferencia, el P. Garcés me comentó: ‘Muy bien, su plática ha sido la de un merolico y de muy buenos resultados’. Había recogido muchas suscripciones.

Terminé este viaje con la celebración del Día de las Vocaciones Misioneras, el 1er. domingo de mayo en la catedral de Puebla. Sobra decir que hacía el traslado de un lugar a otro en los camiones de entonces que llamábamos ‘polleros’, porque la gente viajaba en ellos llevando consigo sus animalitos y sus mercancías. Yo llevaba mis propios bultos que contenían la revista ‘Almas’ y los talonarios para dar recibo de las suscripciones.”

El Padre Esteban Martínez narra: “Desde el día de mi Ordenación Sacerdotal, mi trato con Monseñor fue continuo. Me dió dos semanas de vacaciones para que pudiera tener mi solemne cantamisa en Aguascalientes y en Calvillo, Ags.; al volver, me dijo Monseñor que me preparara para hacer un viaje de promoción por el norte de la república, empezando por la ciudad de Monterrey; en menos de un día arreglé lo necesario, que consistió en dos velíses de regular tamaño en los que acomodé la revista ‘Almas’. Fue mi primer trabajo como sacerdote, que me dejó gratos recuerdos para toda mi vida, por haber encontrado gente tan buena que esperaba que alguien les hablara de ‘misiones’.

Llegué a Monterrey y fui a presentarme al Sr. Don Antonio de P. Ríos, párroco de la catedral, quien amablemente me recibió y de inmediato me asignó una habitación en la casa parroquial.

Enterado el Señor Cura del objeto de mi visita a Monterrey, tomó con mucho entusiasmo ayudarme; lo primero que hizo fue poner a mi disposición una camioneta con chofer; la camioneta, por cierto, llevaba un letrero, que a la letra decía: La Misionera. Agradable presagio de éxito y de la bondad de que iba a disfrutar durante mi primera gira misional en la ciudad de Monterrey. No contento con eso, él personalmente, cada mañana, tomaba el teléfono y me arreglaba las citas en los colegios o parroquias, donde creía conveniente que yo fuera, recomendando que me trataran bien y que me ayudaran a difundir la revista ‘Almas’.

En menos de diez días acabé con la dotación de revistas que me había dado el Señor Obispo. Desde Monterrey lo llamé por teléfono para que hiciese llegar a Saltillo

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otro bulto de revistas. Me despedí del Sr. Don Antonio de P. Ríos con profundo agradecimiento.

En Saltillo, Coah. visité por las tardes a los grupos parroquiales de catedral, y de San Esteban de los Tlaxcaltecas. Había dado al Sr. Obispo Escalante el domicilio de este lugar y de San Juan Nepomuceno para que me hiciera llegar el paquete de revistas. El paquete llegó a la parroquia, pero allí no me dieron alojamiento, porque el Señor Cura, conocido mío, apenas tenía para él.

De Saltillo pasé a Parras, allí hablé del Seminario de Misiones en la escuela de unas Religiosas. Fue una estancia corta.

La siguiente ciudad de mi itinerario misional fue Torreón, Coah., que no conocía sino desde la estación del ferrocarril. Muy confiado y sin pensar en buscar otro lugar donde hospedarme, me dirigí a la Iglesia de El Carmen, a cargo de los jesuitas, pero con frialdad me dijeron que no tenían lugar para huéspedes, con lo que se me cayeron las entretelas del corazón al verme, si no despreciado, sí, no apreciado, yo que era un alumno de Montezuma con un alta estima de los hijos de San Ignacio. Pero donde todo falta, está Dios, Una dama me ofreció ayudarme mientras yo estuviera en esa ciudad; no tenía coche, pero tenía mucha voluntad; como era profesora conocía todos los colegios y escuelas de la ciudad y su recomendación me abría las puertas para promover la revista y dar a conocer al Seminario de Misiones. Por principio de cuentas me consiguió hospedaje en la casa de los Padres Redentoristas, quienes me integraron a su comunidad en todas sus prácticas espirituales, hasta en la de comer hincado en ciertos días de la semana. Les conservo un recuerdo agradecido. Entre Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, tres poblaciones conurbadas, me pasé unos diez días visitando todas las escuelas, iglesias y conventos que más pude.

Por esos días, entraba mayo con los calores del verano, que en aquellos rumbos son realmente rigurosos; se me ampollaron los pies, a tal grado que dejé los zapatos y me compré unos huaraches sencillos para andar con menos molestias.

Mi siguiente paso fue la ciudad de Durango. Aquí la Providencia me deparó un buen alojamiento en la casa de los Misioneros del Espíritu Santo, que tienen a su cargo el

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templo expiatorio de El Sagrado Corazón. Los Padres me permitieron presentar la revista un domingo que pasé en esa ciudad.

Me volví a México. Ya casi eran los últimos días de mayo de 1951. El recorrido por el norte, mi primera tarea misionera, había durado unas siete semanas. Monseñor me recibió con mucho gusto y, al rendirle cuentas, más gusto le dio. Ya me tenía lista mi segunda tarea, que fue la de estudiar Historia, en una institución docente, llamada Mexico City College, que pocos años después se convirtió en la Universidad de las Américas.

El Padre José Chávez Calderón narra: “Después de mi cantamisa, en 1952, el Sr. Obispo Alonso M. Escalante, cofundador del Seminario de Misiones Extranjeras y su primer rector, me envió a mi primer viaje misionero.

Mis maletas estaban repletas con revista ‘Almas’, nuestro medio de información con apenas dos años de vida. El Señor Obispo sabía que la revista era el mejor vehículo para dar a conocer esta obra mexicana todavía en pañales.

Me dirigí a mi Arquidiócesis de Morelia, Michoacán, que abarcaba entonces una buena porción del estado de Guanajuato. Fui muy bien recibido. Tenía muchos compañeros y contemporáneos del Seminario, y además la gente muy cristiana respondía generosamente ante el anuncio de la fundación de un Seminario para preparar jóvenes mexicanos que quisieran ir a trabajar en las misiones extranjeras, pues era una obra fundada por el Episcopado de México.

No recuerdo cuántas suscripciones conseguí, pero fueron bastantes. Un hecho muy sencillo me conmovió. En Morelia, por la calle de Zaragoza, una viejecita decidió vender macetas para ayudar a los Misioneros de Guadalupe; decía que eso le daba más vida, y lo cumplió hasta su muerte…

Mons. Escalante era un misionero dinámico, y quería despertar en sus nuevos sacerdotes y, a través de ellos, en el pueblo, el amor a la Iglesia Misionera.”

El 9 de julio de 1959, Monseñor Escalante escribió al P. Alejandro Ríos que estaba en la Misión de Japón: “Constantemente estamos necesitando

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artículos para la revista ‘Almas’, es muy necesario que, por lo menos una vez al mes, uno de ustedes escriba algo; más bien, prefiero un artículo al Diario, pero también el Diario debería seguirse haciendo con objeto de tener el récord de la Parroquia y enterarse aquí de ello. Favor de no fallarnos en este asunto tan importante para el Instituto.”

Estímulo para la participación

El 5 de febrero de 1964 y el 4 de marzo de 1966, Mons. Escalante, para alentar la participación de todos los seminaristas y Padres Misioneros de Guadalupe, con fotografías para la revista “Almas” y para recuperación de losgastosde losparticipantesenviódesdesuoficina lassiguientescomunicaciones:

“Febrero 5 de 1964.

Tarifa según la cual, la revista ‘Almas’ pagará las fotografías, que le sean entregadas y publicadas en dicha revista, a los Padres y seminaristas:

Si la revista ‘Almas’ acepta una fotografía en blanco y negro con su correspondiente negativo, pagará ....................................................... $ 5.00(cinco pesos, M.N.)

Si dicha fotografía es publicada en algún número de la revista, pagará otros ………………....................…... $ 5.00(cinco pesos, M.N.)

Si la revista ‘Almas’ acepta una fotografía en colores, ya sea una transparencia o un negativo, pagará …......................................................… US$ 1.00 (un dólar)

Si dicha fotografía es publicada en algún número de la revista, pagará otro ………………….......................… US$ 1.00

Marzo 4 de 1966.”

“Presupuesto de remuneración a los MG en Misiones que envíen fotos para ‘Almas’:

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Cada negativo aceptado se pagará a …………………………. $ 1.50 (M.N.)

Cada transparencia aceptada, o negativo a color, se pagará a …... $ 3.00 (M.N.)

Rara vez se recibirán positivos, pero éstos deberán tener 13 x 9, como medida mínima; por ellos se pagará:

Positivo blanco y negro .…........................................................ $ 1.00 (M.N.)Positivo color ………….......................................................... $ 3.00 (M.N.)

Los misioneros pueden enviar sus rollos a revelar a México, el revelado correrá a cargo de ‘Almas’, y les enviará una copia de contacto de cada una de las fotos que tomaron; si quieren copias de algún negativo que ‘Almas’ haya comprado, ‘Almas’ se las proporcionará gratuitamente, ya sea que las copias sean positivas, o sean copias de transparencias. Los negativos que ‘Almas’ no acepte, se guardarán en archivo especial, para que el misionero disponga de ellos en su primera venida a México.

NB.- La idea de presentar este presupuesto, es porque pensamos que muchas veces, aunque el misionero tiene deseos de cooperar, sus recursos económicos no se lo permiten; de este modo, la remuneración no hace más que pagar, hasta donde sea posible, el material que emplean, dejándoles siempre lugar para que muestren su generosidad en el interés que toman en cooperar con la revista.

Este presupuesto empezó a valer a partir del 1° de enero de 1966.”

3Capítulo

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3DÍA DE LAS VOCACIONES

MISIONERAS

El Congreso de Puebla

Mons. Escalante sabía que el contrato de Maryknoll con los Obispos Mexicanos era por diez años. Por eso quería dejar el Seminario de Misiones como una obra bien cimentada en todos los aspectos, para después regresar a su Vicariato de Pando. Diez años era un tiempo corto paratangranempresa.Lasmedidasprácticasparalograrestefineranmuyclarasensumente.Cuandovioquenohabíasuficientesvocacionesni bastante dinero para sostener el Seminario, recordó a los obispos la conclusión del Congreso Misionero de Puebla en 1947, para celebrar en toda la nación, el DIA DE LAS VOCACIONES MISIONERAS y este día fue aprobado por ellos para celebrarse cada año el Primer domingo de Mayo, a partir de 1950. He aquí el texto del documento:

“Nuestro Segundo Congreso Nacional de la Unión Misional del Clero (U.M.C.) y de las Obras Misionales Pontificias, por unanimidad, votó esta CONCLUSIÓN: ‘El Segundo Congreso Nacional de la U.M.C., sugiere encarecidamente al H. Consejo Nacional que, secundando los deseos del Santo Padre, expresados en la Encíclica ‘Saeculo Exeunte’ y con la debida licencia de los Excelentísimos Señores Arzobispos y Obispos, promueva la celebración anual de un día a favor de las vocaciones misioneras, con comuniones generales, horas santas, predicación y propaganda sobre las mismas vocaciones.

El H. Consejo Nacional de la U.M.C., en la circular núm. 3 dirigida a los Consejos diocesanos y que aparece en este número de ‘Misional’, comunica lo siguiente:

dÍa de las Vocaciones misioneras

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‘Después de hablar (el Excelentísimo Sr. presidente nacional), con el Ven. Episcopado, que benévolamente aceptó la idea, quedó fijado el domingo primero de mayo para celebrarse permanentemente en toda la república el DÍA PRO-VOCACIONES MISIONERAS’.”6

Su preparación y su realización

La celebración debía consistir en un anuncio anticipado por medio de una carta pastoral de cada obispo en sus respectivas diócesis y, el mero día, en la predicación sobre la vocación misionera y la colecta en favor delSeminariodeMisionesencadatemplo.LaoficinadelSeminarioseencargaría de enviar carteles motivadores, para exhibirlos en las puertas de los templos, y sobres especialmente impresos para hacer la colecta. La primera celebración de este DIA tuvo lugar el primer domingo de mayo de 1950. Esta promoción nacional trajo un aumento en el número de jóvenes que solicitaban ingresar al Seminario.

Un ejemplo de la carta que enviaba a todos los Obispos para preparar el Día de las Vocaciones Misioneras es el siguiente, pero hay que tener en cuenta que, cada año, la carta era diferente.

“9 de agosto de 1956.Excelentísimo y Reverendísimo Señor:

Desde hace como tres semanas estoy tratando de enviaros mis cordiales saludos, o sea desde mi regreso de un muy interesante viaje a Oriente.

Creo que ya había platicado a V.E.R. de mi propósito de ir a Japón para preparar allá la llegada de vuestros Misioneros de Guadalupe (los Padres Ríos, Sarmina y Garnica). Pues Nuestro Señor me lo concedió; con amplitud pude arreglar lo relativo a sus estudios del idioma en Tokio, y una misión al norte que tomarán una vez que sepan japonés.

6 Álbum del Segundo Congreso Nacional de la Unión Misional del Clero, Puebla, Pue. 1948, pág. 327, no. 8.

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Pude comprobar, durante mi estancia en aquellas tierras, un gran adelanto en todos los órdenes; mas, no dejó también de causarme profunda tristeza la imperiosa necesidad que de Dios y de la noticia evangélica tienen nuestros hermanos: como en mis tiempos de misionero en China, muy doloroso es reconocer el terrible abandono espiritual en que vive, y a millones se multiplica el pueblo oriental. ¿Si en la misma proporción surgieran los sacerdotes…? (sic)

Por lo pronto, sigamos luchando en las oficinas de vuestro Seminario para realizar sus ideales apostólicos.

Orgullosa se siente nuestra Patria Guadalupana con vuestro funcional y hermoso edificio; sin embargo, no se puede olvidar que restan aún muchos pesos por pagar. Esperamos que en este año, las cantidades que representen a las diferentes Arquidiócesis y Diócesis en el informe del ‘DÍA DE LAS VOCACIONES MISIONERAS’ aliviarán la urgente necesidad de vuestro Instituto. Así que nos permitimos suplicar a V.E.R. ordene lo conducente, al Srio. de vuestra Sagrada Mitra para que nos haga la remisión de dicha colecta.

Aprovecho la ocasión para proponer a V.E.R. que, de ser posible, apruebe también que uno de los días de la Junta Episcopal el próximo octubre, lo tengamos en este, vuestro Seminario de Misiones, con objeto de bendecir el nuevo local con todos los Señores Obispos presentes y, a la vez, concedernos el gusto de comer juntos en esta vuestra casa.

Seguro de vuestra benevolencia, soy de V.E.R. adicto y humilde servidor en Cristo q.b.v.A.P.

+Alonso M. Escalante, M.M.Obispo Titular de Sora

Superior General.

Mejor información y mayor interés

Andando los años, viendo Mons. Escalante que el interés de los párrocos, para celebrar el Día de las VocacionesMisioneras, era deficiente, y

dÍa de las Vocaciones misioneras

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que lamotivaciónhechaa losfielesporunMisionerodeGuadalupeobtenía mejores resultados, pidió a algunos obispos que la celebración de este día, en lugar del 1er. domingo de mayo, fuera, en algunas parroquias, en diferentes fechas. Así, poco a poco el provecho obtenido por los Padres y seminaristas misioneros, tanto en vocaciones como en ayuda económica, fue mayor que el obtenido por los párrocos en toda la nación. Posteriormente, habiéndose establecido en toda la Iglesia el Día de las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas (en general), en el 4° domingodePascua,dejódecelebrarseespecíficamenteelDíade lasVocaciones Misioneras.

Cuando el Obispo Escalante notó que había algunos Obispos nuevos que no sentían suyo el Seminario que había fundado todo el Episcopado Mexicano, les dijo en serio y en broma, en una asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, con respecto a las vocaciones misioneras: “Veo que algunos obispos practican el control de la natalidad.” Los obispos jóvenes reían. Eran los que se llamaban a sí mismos el kinder de los obispos, al que también pertenecía Mons. Escalante; los antiguos permanecían serios y perplejos. “He pedido a algunos de ustedes, explicaba Mons. Escalante, el permiso de hacer promoción de vocaciones misioneras en sus diócesis y no me la han permitido: eso es control de la natalidad de las vocaciones misioneras.” A los que se negaban a conceder la colecta anual, les dijo: “Hay quienes han querido tener el niño, es decir el Seminario, y ahora no quieren mantenerlo: eso es paternidad irresponsable.” Estas palabras parecían duras pero su rostro, su sonrisa y el tono de su voz las hacían amables. La asamblea vibró y le dió un aplauso. Mons. Escalante continuó explicando la necesidad de la colaboración de todos, pues ya era urgente hacer el proyecto de unedificiograndeydefinitivoquepudieraalbergarelSeminariodeMisiones.

4Capítulo

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4

UN SEMINARIO MENOR

Búsqueda de un lugar

El Seminario Menor era la escuela donde, en aquel tiempo, los adolescentes y jóvenes, que daban algunas señales de tener vocación al sacerdocio, estudiaban las maerias correspondientes a la educación secundaria y preparatoria. Los primeros alumnos menores promovidos por el P. Joaquín Sarmina, y aceptados para el Seminario de Misiones fueron enviados al Seminario Menor arquidiocesano de México, que estaba en Temascalcingo, Edo. de México, en 1952. Había entonces dos calendarios escolares llamados A y B. El primero para la parte central de México y el segundo para las costas y el norte. Por esta razón, Mons. Escalante, habiendo obtenido la anuencia de Mons. Garibi, Arzobispo de Guadalajara, envió al P. José Álvarez, a que iniciara otro Seminario Menor en Guadalajara, provisionalmente.

ElPadreÁlvarezabrióunapequeñaoficinaenel“EdificioLutecia”,dela calle de Colón, lugar muy céntrico, para difundir la revista “Almas”, conseguir ayuda económica y promover las vocaciones misioneras. El P. Álvarez comenzó a formar un grupo de adolescentes, que llamó “Club Missi” (“Enviados”). Reunía a los muchachos para jugar fútbol y aprovechaba la ocasión para hablarles de las misiones católicas. En octubre de 1952, ocho jóvenes fueron recibidos en el Seminario Menor de Guadalajara, situado en el anexo a la parroquia de San Martín, en la calle de Belisario Domínguez. Dos años después ingresaron 14 alumnos más. Para su albergue se rentó una casa en la esquina con la calle de Industria. En el tercer año ingresaron otros alumnos, habiendo ya un

Un seminario menor

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totaldecuarenta.Lacasarentadanoerasuficiente.LaSra.Maríadela Paz Cortázar Vda. de González Gallo, consiguió la casa situada en la calle de República 1182, (cercana al Seminario Menor de la parroquia de San Martín) por la que se pagaba renta. Elenita Domínguez les hacía las comidas.

El P. José Álvarez iba y venía a esos lugares; el P. J. Isabel Sánchez, ordenado sacerdote el 11 de septiembre de 1955, desde octubre le ayudaba cuidando a los alumnos; éstos se cambiaron a la calle de República el 11 de noviembre de este año.

Mons.EscalanteseguíabuscandounlugardefinitivoparaelSeminarioMenor de Misiones. Era abril de 1955 cuando el Sr. Francisco Rul llegó inesperadamentealaoficinadeMons.Escalante,situadaenlacalledeBalderas 31, esquina con la Avenida Juárez, de la ciudad de México. El Sr. Rul era dueño de la Hacienda Galindo, cerca de San Juan del Río, en el estado de Querétaro. De sesenta años de edad, soltero, último heredero de la Familia Rul. Habiendo leído en la revista “Almas” acerca de la necesidad de un lugar para el Seminario de Misiones, quería regalar su hacienda para este propósito. Se hizo la cita para verla. Don Francisco esperaba la visita en la hacienda.

Don Carlos Cervantes, el P. Esteban Martínez, el P. Colín y el P. José Chávez acompañaron a Monseñor Escalante como observadores. La hacienda Galindo era hermosa. Cerca de la casa pasaba el umbroso río cuyosmárgeneseranflanqueadosporfrondososahuehuetes,tambiénllamados sabinos. Don Francisco guió enseguida a los visitantes para mostrarles todo el lugar. “Aquí, Monseñor, en el casco de la hacienda, está la preciosa capilla y la casa principal de estilo colonial; ésta deberá ser un museo pues, como ve usted, tiene tesoros artísticos: pinturas y estatuas de mucho valor. Es justo que el pueblo mexicano aumente su cultura visitando este lugar.” Ya fuera del casco de la hacienda: “Monseñor, aquí será necesario construir un hotel para que los visitantes y turistas se puedan hospedar. Acá, Monseñor, es mi deseo que se construya una escuela para campesinos, pues nuestros agricultores no son gente capacitada con los medios modernos. Tampoco hay en todo el estado una casa de Ejercicios

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Espirituales; el edificio se debería construir allá.” Don Francisco señalaba con su brazo hacia la lejanía. Monseñor preguntó: “¿Cuáles son los límites de la propiedad?.” Don Francisco señaló hacia el poniente: “¿Ve usted aquellos cerros azules?. Hasta allá llega la hacienda, pero los agraristas se han apoderado de todo. Sólo nos queda lo que les he mostrado.” Monseñor volvió a preguntar: ”¿Las escrituras están libres de obligaciones?.” Don Francisco contestó: “Hemos hipotecado la propiedad pero no por gran cantidad. Ustedes pagan la hipoteca y la hacienda será de ustedes.” Monseñor nuevamente: Y, ¿dónde tendremos el Seminario Menor?.” -“Venga, venga, Señor Obispo”.

Don Francisco nos introdujo otra vez al casco de la hacienda, nos llevó a una arcada de cantera, con techo de tejas de barro, de aproximadamente cuarenta metros de largo, eran las caballerizas; extendiendo los dos brazos, dijo: “Aquí, con una no costosa adaptación se puede hacer el Seminario Menor.” Mons. Escalante guiñó el ojo a sus acompañantes con un gesto de escepticismo.

En el patio principal de la casa había gárgolas de cantera que desaguaban el techo; los chorros de la lluvia caían sobre vasijas de lámina de diferentes tamaños. Al caer el agua producía diferentes sonidos dando el resultado de una sinfonía acuática. Don Francisco tenía también, sobre la azotea, un tanque con agua que derramaba cuando no había lluvia para ofrecer el espectáculo a sus huéspedes. El Sr. Rul llevó al grupo al elegante comedor señorial y sirvió una sabrosa comida preparada por él mismo. Al terminar, preguntó a Monseñor: “¿Qué le parece mi oferta?.” Monseñor contestó: “No aceptamos regalos con condiciones; necesitamos libertad para elegir lo más conveniente al fin de nuestro Instituto que es preparar jóvenes sacerdotes y enviarlos a las misiones extranjeras; no somos especialistas para atender un museo, ni una escuela para campesinos, ni una casa de Ejercicios, ni tenemos dinero para un litigio contra los agraristas ni para pagar una hipoteca; ahora necesitamos un Seminario Menor.”

Al despedirnos de Don Francisco, éste dijo: “Piénselo, Señor Obispo”. –“No, piénselo usted, nosotros ya decidimos; no aceptamos regalos con condiciones; no podemos aceptar su regalo”, contestó Monseñor. El paseo fue agradable, pero quedaba la interrogación: ¿dónde poner el Seminario Menor?.

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El P. José Álvarez comentó la necesidad de un lugar definitivo enGuadalajara, con Elenita Domínguez, en el puesto que tenía ella en el Jardín de Analco para poder atender algunos comedores parroquiales. Después de un par de semanas, Elenita le comunicó al Padre que Don Luis Castellanos y doña Cuquita López de Castellanos, vecinos del barrio de Analco, a quienes él ya trataba, esperaban que los fuera a visitar.

El P. Álvarez visitó al matrimonio, a quienes platicó que ya no le daban hospedaje para los alumnos en el Seminario Menor Diocesano porque éste había llegado a su máxima capacidad. Allí los alumnos del Seminario de Misiones habían podido hacer sus actividades espirituales, sus estudios, sus comidas y, aunque al principio también allí dormían, había llegado el momento de buscar otro lugar. Se rentó una casa en la misma calle de Belisario Domínguez, casi contraesquina del Seminario Diocesano,perotampocoerayasuficiente.Porlocualserentóunacasade la calle de República, que también era cercana, para los 36 alumnos de 1° de Latín, que ingresaron allí el 11 de noviembre de 1955. Al mismo tiempo, el Seminario Mayor estaba en construcción, en Tlalpan de la ciudad de México.

Cuquita dijo al Padre que ella se había dado cuenta de que el Seminario crecía y de que no había sido fácil salir adelante con las necesidades que eso implicaba, por lo que le ofreció un donativo para aliviar en algo lo más urgente.

La Hacienda de “El Cuatro”

Terminando el mes de noviembre de 1955, Cuquita propuso a los Padres organizar un paseo con todos los muchachos a una parte de la que fue Hacienda de “El Cuatro”, situada al pie del cerro del mismo nombre. Esa parte era de su propiedad y conservaba en mal estado el cascodelahacienda.Juntoalafinca,delotroladodelavíadeltren,yase había formado el pequeño pueblo llamado Ranchitos, ahora López Cotilla, cerca de Toluquilla, en las afueras de la ciudad. La intención

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delpaseoeracelebrarlafiestadelaInmaculadaConcepción,acuyaadvocación estaba dedicada la vieja capilla de la exhacienda.

Se hicieron los preparativos convenientes y todos se encaminaron hacia allá el 8 de diciembre de 1955. En dicha capilla se celebró la Eucaristía, solemnizada con los cantos de los alumnos, a las diez de la mañana. Al terminar la homilía de la Misa, el P. José Álvarez habló de la necesidad de un local para el Seminario Menor.

Después de la comida que ofrecieron los Señores Castellanos, los seminaristas disfrutaron el día explorando los alrededores. Mientras los anfitrionesy losPadrescharlabanenelcorredorde lacasa,Cuquitales dijo: “Hemos pensado ofrecerles que se vengan todos ustedes a ‘El Cuatro’, provisionalmente; sólo dennos un mes y se lo arreglamos, de modo que tengan los servicios indispensables.”

Don Luis dió muestras de admiración por semejante propuesta, pero confirmó loquedecía su esposa.Decidieronprestar el lugarpara elSeminario Menor de Misiones, sin costo alguno.

El P. Alejandro Ríos recientemente (año 2002) tuvo una conversación con la Srta. Rosario Ornelas de El Salto, Jal., contemporánea y testigo de personas y hechos, quien le da mucho mérito a Elenita Domínguez para la adquisición de la exhacienda.

El 11 de enero del año nuevo de 1956, el Seminario Menor de Misiones dejaba la casa de la calle de República, apenas dos meses después de la llegada de los seminaristas, para cambiar su domicilio a “El Cuatro”. Los trabajadores de Don Luis y los seminaristas limpiaron la casa cuyos cuartos en su mayoría habían sido usados como trojes. El P. Álvarez atendía la oficinadel edificioLutecia y elP. José IsabelSánchez fueel primer vicerrector del Seminario Menor. A él se unieron, por algún tiempo, el P. Salvador Ramírez y el P. Francisco Arriaga para la formación de los alumnos. Elenita Domínguez, que había hecho la comida para los seminaristas en la casa de la calle de República, se fue

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a vivir en “El Cuatro” para seguir su labor caritativa y allí vivió hasta su muerte en 1959. Por su parte, los esposos Castellanos donaron el lugar y se hicieron las escrituras, a favor del Seminario de Misiones, con el nombre “Instituto Nacional para la Cultura Universal, A.C.”, el día 23 de octubre de 1958. Al P. Esteban Martínez, entonces rector, le tocó recibir este generoso regalo. “El Cuatro” tenía un pequeño manantial en el suroeste que enviaba sus aguas por un canal situado en el lado sur de la huerta. Ésta rodeaba el casco de la hacienda y tenía principalmente grandes fresnos, algunos sabinos, nogales, naranjos, duraznos, un cafetal y alfalfares. En febrero de 1956, llegaron a “El Cuatro” los alumnos que habían estudiado el Propedéutico en Temascalcingo y los de nuevo ingreso aceptados en México.

Vicerrectores del Seminario Menor

Después, nombrados por Mons. Escalante, fueron vicerrectores del Seminario Menor, en “El Cuatro”, sucesivamente, los Padres:

1-59 P. J. Isabel Sánchez Bernal1958-60 P. Esteban Martínez, rector; P. Francisco Arriaga, espiritualidad; Seminarista Jesús Sanabria, asistente; P. Juan Gutiérrez, ecónomo.1961-1965 P. José Gpe. Chan Baquedano1965-1967 P. Benjamín Bravo Pérez

Edificio nuevo para el Seminario Menor

Monseñor Escalante, en 1958, pidió permiso al Cardenal Garibi Riverapara construir un edificio definitivo, en la haciendade “ElCuatro”,perteneciente a su arquidiócesis de Guadalajara.

El 31 de enero de 1959 el Cardenal Garibi refirió el asunto a laConferencia Episcopal, en la carta que escribió al Arzobispo de Puebla, Don Octaviano Márquez, Presidente de la Conferencia Episcopal:

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“Al saludar a Vuestra Excelencia Reverendísima por la presente, quiero referirme al Informe que ha presentado el Excmo. Sr. Escalante como Superior General del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras.

Por dicho Informe aparece la intención del Excmo. Señor tendiente a dejar de una manera definitiva los años de latín del Instituto en esta ciudad, siendo que, al establecerlos aquí, me dijo que sería sólo de una manera provisional.

Yo quisiera manifestar a V.E.Rvma. mi preocupación por esto, ya que no deja de ser un problema tantos Seminarios en esta ciudad. Además del Diocesano, están el Interdiocesano, el de los Agustinos, de los Salesianos, de los Misioneros del Espíritu Santo.

Ya escribo sobre el particular al Excmo. Sr. Escalante, diciéndole que para el establecimiento definitivo de dichos cursos sería el caso de estudio por parte del V. Episcopado, ya que la creación del Seminario de Misiones fue aprobada por el V. Episcopado nacional, con sede en la ciudad de México.

Con copia al Sr. Arzobispo Primado de México, Don Miguel Darío Miranda.”

El 22 de noviembre de 1960, el Cardenal Garibi permitió que se construyeraunedificiomásadecuadoqueproveyeraalcrecimientodelalumnado del Seminario Menor de Misiones en la exhacienda de “El Cuatro”. Inmediatamente se procedió a la construcción, que fue lenta pueslaseccióndeledificiodedicadaalosPadresseterminóen1964.

Al año siguiente surgió otro problema con respecto a la colecta en la Arquidiócesis de Guadalajara. Mons. Garibi Rivera pedía el 50% de lo colectado para el Seminario de Misiones, en el día de las Vocaciones Misioneras. A esto contestó Monseñor Escalante, el 10 de marzo de 1965, con la siguiente carta al Cardenal Garibi Rivera: “Me refiero a la carta de Su Eminencia del 16 de febrero, a la cual doy contestación según los puntos que Su Eminencia ha dado:

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1. Sin duda alguna, Su Eminencia, el clero y los feligreses de la Arquidiócesis de Guadalajara, han sido los más generosos no sólo en esta Obra del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, sino también para las Obras Pontificias. Guadalajara siempre ha salido en primer lugar en ambas colectas, gracias al amor a las misiones que Su Eminencia ha transmitido a los fieles.

2. Fue una sorpresa saber que Su Eminencia ignora en qué forma fue fundado el Seminario de Misiones. Yo llegué a México hasta fines de 1948, pero sí recuerdo la manera en que fue tratado este asunto.

En agosto de 1945, el Padre Considine, Visitador del Vicariato Apostólico de Pando, me dijo que el Excelentísimo Señor Don Ignacio Márquez (q.e.p.d.) como Presidente de la Unión Misional del Clero, así como el mismo Excelentísimo Señor Don Miguel Darío Miranda, por otra parte, habían pensado en un Seminario de Misiones y querían que yo viniera según se había sugerido, para realizar esta Obra, por ser yo de México, por haber estado en las misiones y por ser miembro del Instituto de Maryknoll.

Yo vine a México para el Cincuentenario de la Santísima Virgen de Guadalupe en octubre de 1945 y tuve una junta con los dos Excelentísimos Señores Obispos. Les dije muy claramente que si sólo ellos dos estaban interesados en fundar un Seminario de Misiones, yo no podía venir; pero que si lo respaldaban y lo tomaban como suyo los Obispos de México, sí vendría a ayudar a la Jerarquía Mexicana, con el permiso de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide.

Tengo entendido que los Obispos de México, en su Junta Plenaria del 13 de octubre de 1945, aprobaron la idea de fundar este Seminario de Misiones y lo hicieron suyo.

3. En julio de 1946, los Excelentísimos Señores Don Ignacio Márquez y Don Miguel Darío Miranda, escribieron lo siguiente:

a) ‘El Venerable Episcopado Nacional de esta República de México, se dignó encomendar a los infrascritos la realización de un proyecto que hace varios años hemos acariciado y que consiste en erigir un SEMINARIO

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MEXICANO PARA MISIONES EXTRANJERAS, pues creemos que la Iglesia Católica de México debe contribuir con esfuerzo máximo a la obra esencial de la Iglesia, que es la Evangelización del mundo’.

b) ‘Los infrascritos formarán una Comisión…(sic) y se encargarán de proporcionarles lo necesario para su subsistencia’.

c) ‘Una vez constituído canónicamente el Seminario de Misiones, quedará bajo la dependencia de la Santa Sede por intermedio de Propaganda Fide, pero vinculado necesariamente con la Jerarquía de México, que es quien lo realiza’.

d) ‘El Rector del Seminario, por sí o por medio de los superiores, visitará las diócesis de la República para hablar al clero y al pueblo sobre el Seminario de Misiones, buscando vocaciones y recursos’.

4. En 1947, se consultó al Excelentísimo Señor Gannon, Tesorero de los Obispos Americanos del Seminario de Montezuma y nos dijo que sería muy difícil que los Obispos de México sostuvieran el nuevo Seminario de Misiones, puesto que no habían cumplido con el compromiso del Seminario de Montezuma y que quien se hiciera cargo del Seminario de Misiones tendría que ayudar a financiarlo. Así lo hice cuando llegué a México, puesto que yo sabía que, además de la construcción, se necesitaban bienhechores para sostener el Seminario y a los Misioneros que se envíen a las misiones.

5. DEUDAS.- En 1949 encontré el local para fundar el Seminario de Misiones, la Quinta ‘Los Álamos’ en Tlalpan y fue aprobada por la Comisión de los Excelentísimos Señores Obispos, pero, al pedirles el dinero, me dijeron que no tenían y que estaban esperando un donativo fuerte de Su Eminencia el Cardenal Cushing. Fue entonces cuando empecé a tener deudas, ya que pedí un préstamo de $500,000.00 M.N. para comprar la Quinta ‘Los Álamos’. Entre otras personas, Su Eminencia me prestó $50,000.00 M.N. Algunos años después, llegó el donativo del Cardenal Cushing y empecé a construir el Seminario de Misiones en Insurgentes Sur, en un terreno que yo había conseguido en abonos.

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Como la suma que mandó Su Eminencia el Cardenal Cushing no bastaba para construir un Seminario entero, a fines de 1954 pedí un préstamo de $200,000.00 dólares para pagarlo en 12 años al 4%. Fue una buena inversión pues conseguí precios de materiales antes de la devaluación y con eso salió 40% más barato el Seminario que ahora existe.

En 1960, cuando tuve que empezar el Seminario de Guadalajara, el Cardenal Cushing me prestó otros $100,000.00 dólares al 5%. Estamos al día en nuestros compromisos.

Cada vez que tenemos que pedir un préstamo, se estudian nuestros ingresos y la forma en que se va a pagar. Siempre hemos cubierto el capital y los intereses y aún estamos un poco adelantados.

En agosto del año pasado, cuando ví la necesidad de tener más espacio en el Seminario Mayor de Misiones, tuve que conseguir un préstamo de $1,500,000.00 M.N. para continuar la construcción del Teologado. Este préstamo y todos los otros se han hecho en nombre nuestro y no del Episcopado.

En otras circunstancias, yo no podría pedir dinero al Episcopado, puesto que ellos no tienen estas sumas y también tienen muchas obras. Pero si el Episcopado me da las facilidades de trabajar y promover esta Obra, podré pagar las deudas que he contraído y sostener a los Padres que están en las misiones.

6. Desde que Su Santidad Pío XII me nombró Rector ‘ad tempus’ (por un tiempo) en 1948, el Seminario de Misiones fue ‘sui iuris’. Además, cuando la Sagrada Congregación de Propaganda Fide aprobó sus Constituciones en abril de 1953, me nombró Superior General ‘ad interim’, puesto que yo estoy prestado a México a petición de la Comisión de los Excelentísimos Señores Obispos.

Por ser el Seminario de Misiones ‘sui iuris’7; toda la administración interna del mismo es del Superior General, pero según está escrito: ‘El Seminario de Misiones está vinculado necesariamente con la Jerarquía de México, que es quien lo realiza’. Esto 7Palabraslatinasquesignifican“desupropioderecho”.

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significa la ayuda espiritual y moral, así como los permisos para buscar vocaciones y recursos para realizar esta Obra.

7. Cuando llegué a México y ví que no había ni un centavo para realizar la Obra, pedí únicamente la ayuda y los permisos de los Excelentísimos Señores Obispos para poder trabajar en nombre de ellos, y no el 50% de los ingresos de sus Seminarios Diocesanos.

8. En el caso particular de que habla Su Eminencia, no es cierto que hemos tenido positiva exclusión de Su Eminencia, sino que siempre hemos pedido los permisos para poder actuar en su Arquidiócesis y Su Eminencia, con mucha generosidad, nos los ha dado.

Además, en cada visita que hemos hecho a Guadalajara, hemos ido a visitar a Su Eminencia y a hablar del progreso del Seminario, así como de algunos otros asuntos de la Iglesia en México. Hemos querido sobrellevar los problemas y dificultades internas que hay dentro de un Instituto o Seminario, puesto que el régimen y administración depende de nosotros y no de cada Obispo de México o de todos juntos. Además, el Ordinario de cada lugar tiene ya bastantes problemas y para qué darle más.

En resumen:

a) Pedir el 50% de la colecta del Seminario de Misiones, después de haber prometido ‘proporcionar lo necesario para su subsistencia’, es contradictorio.

b) Pedir para el Seminario de Misiones y destinar el 50% de la colecta para el Seminario Mexicano en Roma, es engañar al pueblo.

c) Debilitar una Obra del Episcopado, como es el Seminario de Misiones, para hacer otra obra es mostrar poca visión y sentido católico.

Francamente, yo no vine a México a quitar de las obras de los Obispos, ni a tener dificultades con ellos, ni a estar en competencia. Nosotros estamos listos para ayudar al Seminario Mexicano en Roma, haciendo una colecta para este fin. Yo sólo vine a ayudar a los Señores Obispos a realizar una Obra que ellos querían, pues nos habían

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escrito que ‘la Iglesia Católica de México debe contribuir con esfuerzo máximo a la obra esencial de la Iglesia, que es la Evangelización del mundo’.

Los Excelentísimos Señores Obispos de México anticiparon lo que fue aprobado, por Su Santidad y el Concilio, en la Constitución de la Iglesia el año pasado: ‘Los Obispos -‘reza el texto conciliar’- en cuanto miembros del Colegio Episcopal y legítimos sucesores de los apóstoles, están obligados por institución y voluntad de Cristo a preocuparse también por el bien de la Iglesia universal, aunque esta solicitud no sea ejercicio de jurisdicción. Los Obispos están obligados a colaborar para la difusión del Evangelio en todo el mundo’. El Seminario de Misiones es una manera máxima de colaborar enviando misioneros, y, gracias a Dios y a la cooperación de los Señores Obispos, hasta ahora ha tenido éxito.

Si el esfuerzo que he hecho en estos últimos años no es del agrado de los Excelentísimos Señores Obispos, la Asamblea Plenaria puede solicitar a Su Santidad, por intermedio de la Congregación de Propaganda Fide, que otro Padre u Obispo se encargue de esta obra.

Por otra parte, si yo creo que los Señores Obispos de México no ayudan seriamente a esta Obra, como me habían prometido, quitándome lo necesario para realizarla y no me dan los permisos para trabajar y conseguir vocaciones y recursos, yo puedo presentar mi renuncia dando mis razones a la Congregación de Propaganda Fide, que estoy perdiendo el tiempo y que puedo trabajar en otros lugares, especialmente en las misiones, adonde siempre he tenido el deseo de regresar.

Por equivocación, en mi última carta no envié a Su Eminencia la copia de la carta del Excelentísimo Señor Arzobispo Don Miguel Darío Miranda. La adjunto a la presente.

Con este motivo, quedo de Su Eminencia como su afectísimo en Cristo q.b.S.A.P. Copia para los Excmos. Sres. Don Luigi Raimondi, Don Miguel Darío Miranda y Don Octaviano Márquez.”

El 11 de noviembre de 1966, el mismo Cardenal José Garibi Rivera bendijoelnuevoedificiodelSeminarioMenordeMisionesconstruido

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en la exhacienda de “El Cuatro” que habían donado los esposos Castellanos, y nunca quitó nada de la colecta de los Misioneros de Guadalupe.

5Capítulo

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5OFICINA PARA

PROMOCIÓN Y DESARROLLO

Lugares rentados

Mons.EscalantenecesitabaunaoficinacéntricaenlaciudaddeMéxicopara promover el desarrollo del Seminario. Decía él: “Debemos comenzar por educar a la gente en el espíritu misionero. Necesitamos buscar el niño y la canastilla, es decir, vocaciones y centavos.” Rentó primeramente un apartado postal para recibir la correspondencia y, en febrero de 1950, rentó un despacho en la calle de Balderas 31-108, esquina con la Avenida Juárez.EnlamañanatrabajabaenlaoficinaconlaayudadelosPadresO’Rourke y Álvarez; en la tarde volvía a Tlalpan, para atender los asuntosdelSeminario.SuoficinadeBalderasnieraclaustrocerradonielegantedespacho,erauncuartomodesto,enelprimerpisodeledificio,con un sencillo letrero en su puerta: “A. Escalante”.

Fue necesario conseguir personal para los trabajos de contabilidad, secretaría, vocaciones y promoción. Durante 1950 trabajaron sólo tres señoritas.Pocoapocoaumentóelnúmerodeestasoficinistas.Tambiénel trabajo de procedimientos manuales crecía y se emplearon seglares varones. Monseñor llegaba saludando, al tiempo que recorría los escritorios: “¿Cómo están mis brujitas, cómo están mis brujitos?” Pronto hubo veinte empleados entre hombres y mujeres, dirigidos, hasta 1953 por el P. Thomas O’Rourke y, desde enero de 1955, por el P. Ricardo Colín. Uno de los empleados, Luciano Trejo, comenzó a hacer el aseo de la odicina; posteriormente fue el encargado de procedimientos manuales.

oficina Para Promoción y desarrollo

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Al cambiarse la oficina de la revista “Almas”, que dirigía el P. JoséChávez Calderón, de la calle de Artes a la calle de Balderas, en 1957, su personal era de nueve empleados y dos sacerdotes. Al pasar a Balderas 32, 6° piso, en noviembre de 1958, bajo la responsabilidad del P. Colín, habíauntotaldetreintaempleados.LaoficinadelSr.ObispoEscalanteestaba situada exactamente en el sexto piso de la esquina de Balderas 32 y Avenida Juárez. Durante la vida de él, colaboraron sucesivamente enlasoficinasgeneraleslosPadresJoséÁlvarez,JoséChávez,SalvadorRamírez, Antonio Valdés, Arcadio Arteaga, Juan Gutiérrez, Fidencio Contreras, Salvador Estrada, Juan Arturo González, César Treviño, León Martínez, Héctor Díaz, Arturo Velasco, Hesiquio Rentería y Manuel Islas.

El 9 de julio de 1959, Monseñor Escalante escribió al P. Alejandro Ríos: “El otro día hablé por teléfono con el Padre Sarmina desde San Francisco, él va a tomar tres iglesias que nos dieron en Los Ángeles para hablar de nuestra obra. Esperamos que su regreso a México sea a fines del presente mes, después de pasar algunos días con sus familiares de Cd. Obregón; por cierto, Cd. Obregón acaba de ser designada como nueva diócesis.”

Testimonio de Esther Varona Baranda

Esther Varona estudiaba en el Instituto del Pilar, dirigido por religiosas españolas, que estaba situado a tres o cuatro cuadras de la Quinta “Los Álamos”. Ella escribió sus recuerdos de Mons. Escalante y nos dice: “Los primeros capellanes de nuestro colegio que venían de la Quinta ‘Los Álamos’, eran Misioneros de Maryknoll; después vinieron algunos Misioneros de Guadalupe. Recuerdo principalmente a Mons. Escalante, Superior General de ellos. Entraba a la capilla con paso firme y resuelto como de persona sumamente ocupada. Sin embargo, llegando al altar, se transfiguraba. Su piedad y fervor se dejaban sentir. Cada vez venía acompañado de un diferente seminarista que le ayudaba como acólito. Terminada la Misa, al salir de la capilla, nos saludaba, en su rostro tenía una sonrisa amable y en su boca un comentario corto, optimista y lleno de gracia. A veces preguntaba quién había estado más inquieta en la Misa o a quién se le había escapado una risita indecorosa o quién había tenido la osadía de jalar el resorte de la

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chamarra del seminarista en turno. Sus amonestaciones siempre estaban salpicadas de buen humor; creo que jamás pude verlo realmente enojado’.

‘Cuando entré a trabajar a la oficina de la revista ‘Almas’, por invitación del P. José Chávez Calderón, MG, pude darme cuenta de la fortaleza titánica de Mons. Escalante. Era de carácter afable pero decidido. Digno emprendedor de una obra grandiosa como es el Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, obra sabiamente encomendada a él, misionero probado en las montañas de Manchuria y en las selvas de Bolivia’.

‘Cuando Su Excelencia se presentaba en nuestras oficinas de la calle de Artes, todos los empleados nos sentíamos temerosos y curiosos de saber a qué se debía la visita de tan alto personaje. Simplemente venía a reconocer nuestra labor y a darnos ánimos para seguir adelante. En ocasiones se despedía de nosotros con mucha cortesía, cuando iba a realizar un trabajo de promoción en el vecino país del norte. Una vez me sentí intranquila cuando nos dijo que iba a África. Mi exaltada imaginación me sugería la selva africana. Pensé que le esperaba una muerte inminente en las fauces de una terrible fiera y exclamé: ‘¡No vaya a ese lugar Monseñor, un león podría devorarlo!’ Todos, empezando por los Padres Chávez y Gutiérrez, se rieron de mi ocurrencia, pero yo no las tenía todas conmigo. Monseñor me tranquilizó explicando que los lugares que iba a reconocer, para fundar allá una Misión, estaban muy lejos de la terrible selva y que de momento no existía ningún peligro para él’.

‘Trabajaba arduamente, logrando una estabilidad económica para el Seminario. En una palabra, podemos describir a Mons. Escalante como un triunfador, pero no para sí mismo sino para el Seminario de Misiones y al mismo tiempo en beneficio nuestro, sobre todo los de la clase media pues creaba empleos para nosotros’.

‘Nos hacía conscientes de la gran misión de llevar la Palabra de Dios a países que no la habían oído. Siendo él dinámico, le molestaba la inactividad y, cuando estaba en las oficinas, salía de su despacho e iba a las oficinas generales para ver cómo cumplíamos nuestros deberes. Nos decía: ‘El tiempo es dinero’ y tenía razón. Cuando éramos descuidados y no cumplíamos nuestro deber eficazmente, con una mirada nos quitaba la pereza; cuando hacíamos bien el trabajo nos estimulaba con palabras sencillas apreciando nuestra labor. Pasaba por alto algunas travesuras sin


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decirle al P. Colín, jefe general de las oficinas. Una vez me dió una buena lección en tono de broma: yo tenía un trabajo de responsabilidad, pues abría la correspondencia que contenía dinero. Mi cubículo especial debía permanecer cerrado, estuviera yo allí o no. Una mañana fui al departamento de personal por un momento y no creí necesario cerrar mi puerta. Cuando regresé, noté inmediatamente la falta de mi suéter, que tenía cubriendo el respaldo de mi silla. Pregunté airadamente a mis compañeros quién había tenido la osadía de entrar a mi despacho para llevarse mi suéter. ¡Grandes fueron mi sorpresa y vergüenza al saber que Mons. Escalante se lo había llevado! Tuve que presentarme a él y reconocer mi descuido. Toqué a su puerta y, con temor, le pregunté si había tomado mi suéter. Él me dijo: ‘Sí, Güera, (era mi apodo), tuve que hacerlo para demostrar tu descuido; tu despacho debe permanecer siempre cerrado, pues te puede ocasionar alguna vez un dolor de cabeza innecesario, no lo vuelvas a dejar abierto, por favor’. Me entregó el suéter y con una amplia sonrisa me despidió’. ‘Otro día, mi compañera Cristina Parra me dijo que le permitiera hacer una llamada en mi teléfono. Yo se lo permití indebidamente. A ella se le ocurrió sentarse en el suelo, meter el cordón debajo del escritorio para que yo la tapara con mi cuerpo y con la silla; de repente Mons. Escalante tocó a mi puerta, yo tuve que abrir y él, al darse cuenta de todo el tinglado, rió de buena gana y sólo dijo: ‘Voy a permitir de hoy en adelante que los empleados hagan dos o tres llamadas a su casa, en el día, para evitar estos desórdenes’. Excuso decir cómo nos quedamos Cristi y yo, rojas de vergüenza por nuestra torpeza’.

‘Hubo veces en que el P. Colín, deseaba dar una bienvenida a Mons. Escalante cuando llegaba de algún viaje largo, para demostrarle cariño y reconocimiento. Preparábamos cantos. Él seleccionaba a los que tenían buen oído y buena voz (yo estaba entre los elegidos que formábamos el grupo coral). Subidos en una tarima, acomodados estratégicamente según la tesitura de nuestras voces, ensayábamos una y otra vez las melodías escogidas. Cuando llegaba el ansiado momento, todos nerviosos aguardábamos la entrada de Su Excelencia para entonar nuestros cantos. Suponíamos que se iba a alegrar mucho con nuestra ejecución. Pero, he aquí que el buen señor, terminado el primer canto, agradecía amablemente la ejecución diciendo: ‘Muy bien, muy bien, agradezco todo al P. Colín y a ustedes; sigan trabajando, el tiempo es dinero’. Nos dimos cuenta de que no le gustaba la

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interrupción en las horas de trabajo. Por esto, en adelante procuramos invitarlo, fuera de esas horas, a un restorán, para festejarle su cumpleaños y día de su santo. En esas ocasiones, también actuó nuestro coro, con gran complacencia de Monseñor’.

‘Un 24 de diciembre, que era día de su cumpleaños, todos los empleados organizamos una obra de teatro en honor de Su Excelencia. La obra se llamaba Canción de Cuna. Se escenificó en el teatro del Seminario y se invitó a Padres, seminaristas y también a los familiares de los ‘artistas’. Le gustó mucho y nos aplaudió generosamente. Le gustaba convivir con los empleados a la hora de comer. Monseñor tenía seguramente muchas preocupaciones pero estas nunca fueron un pretexto para que él nos diera una contestación incorrecta. Él sabía controlarse. Su paz interior era también exterior.”

Testimonio de Ma. de Lourdes Medina Domínguez

Ma. de Lourdes Medina Domínguez fue secretaria de Mons. Escalante durante seis años. Ella recuerda: “En el año de 1961, por recomendación personal de la Directora de la escuela en donde estudié mi carrera de secretaria bilingüe, acudí a una entrevista con Monseñor Escalante.

Como se trataba de mi primer trabajo, me encontraba nerviosa y un poco asustada, ya que tenía la consigna de hacer mi mejor esfuerzo por dar una buena impresión en cuando al nivel académico de dicha escuela. Pero cuál sería mi sorpresa que, al momento de conocerlo, su simple presencia me tranquilizó. Inmediatamente sentí una gran confianza, ya que su carácter afable me dio la certeza de que se trataba de una persona con una gran calidad humana.

Dicha entrevista sólo duró unos minutos, en los que sostuvimos una plática en inglés y, al darme cuenta de que tenía un acento especial, me atreví a preguntarle que de dónde era. Eso, seguramente, le causó gracia, pues me respondió que todo mundo notaba que era yucateco. Ese mismo día fui aceptada como su secretaria particular y así comenzó mi camino laboral, con la oportunidad de recorrerlo a su lado.

Monseñor Escalante era una persona exigente en el trabajo, lo cual era comprensible debido a los múltiples asuntos que tenía que atender; sin embargo, poseía grandes cualidades como la paciencia, la tolerancia y, sobre todo, sabía infundir en los demás


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el deseo de superación. Jamás recuerdo haber recibido de él un regaño, ni un mal modo. Tenía un gran sentido del humor, lo cual hacía que la gente a su alrededor se sintiera bien.

No obstante su alta jerarquía, Monseñor era una persona sumamente sencilla. Tenía una enorme riqueza interior que sabía derramar en los demás. Su inteligencia y buen corazón lo guiaban hacia el conocimiento de las personas. Siempre tenía una palabra amable o un consejo que ofrecer.

Al lado de Monseñor Escalante aprendí muchas cosas. Como jefe, era maravilloso y cada día mi trabajo se veía recompensado por su trato amable.

Recuerdo que cuando Monseñor llegaba a la oficina, yo me daba cuenta de su presencia por el rico aroma del puro que acostumbraba cada mañana. Una vez instalado en su escritorio, me llamaba por el teléfono secretarial y comenzábamos el trabajo del día, con su acostumbrado buen humor, ya que, además, le encantaba contar chistes según la ocasión.

Siempre admiré de él su gran ‘don de gentes’, que lo hacía relacionarse con diferentes grupos de personas importantes, ya fuera del medio financiero, político o social que, además de brindarle su amistad, se convertían en benefactores.

Los viajes de Monseñor Escalante eran planeados con todo cuidado. Era una persona muy organizada y cuidaba de todos los detalles. Su ausencia parecía eterna, ya que la oficina no era lo mismo sin él, pero, cuando regresaba, le ofrecíamos diferentes festejos para recibirlo.

En cuanto a su trato hacia mi persona, Monseñor Escalante tuvo muchas deferencias que me hicieron sentir hacia él un gran respeto, admiración y cariño.

Recuerdo que, en alguna ocasión, tuve oportunidad de cambiar de trabajo, pues se me presentó una oferta en una empresa que casualmente era manejada por personas de otra religión. Aún cuando yo estaba muy contenta en mi trabajo, me atraía la idea de duplicar mi sueldo, y tener un horario un poco más cómodo. Cuando le comenté a Monseñor mi decisión, me dijo que no podía permitir que yo fuera a trabajar con ‘la

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competencia’, ya que yo debía trabajar para ‘la compañía más grande del mundo’. Así es que me hizo la misma oferta del otro trabajo y, por supuesto, yo me quedé feliz de seguir trabajando con él.

Durante los años que estuve trabajando con Monseñor Escalante, siempre se interesó por mi formación, por mi familia y, sobre todo, le interesaba mi futuro. Siempre me daba consejos, me recomendaba lecturas y estaba pendiente de ayudarme cuando tenía algún problema. Tenía la gran espiritualidad de los guías del espíritu.

Habían transcurrido 5 años cuando, finalmente, en 1966, tomé la decisión de casarme con mi novio, Eduardo López y, aunque siempre había sido mi ilusión que Monseñor Escalante fuera quien nos diera la bendición, no fue posible, pues él debía hacer un largo viaje por Europa y por los diferentes lugares de misiones.

Mi último día de trabajo estuvo lleno de emociones. Por un lado, me sentía feliz de salir para emprender una nueva etapa de mi vida pero, por la otra, dejaba a Monseñor Escalante, a esa persona maravillosa de quien había yo recibido tanto.

Monseñor, con su acostumbrado buen humor, me dijo que sentía mucho no ser él quien nos casara, pero que él bautizaría a nuestro primer hijo. Eso me tranquilizó y me despedí de él pidiéndole su bendición.

Lamentablemente, esa fue la última vez que lo vi, ya que falleció antes de que naciera nuestra primera hija, pero la imagen que guardo de él ha marcado positivamente mi vida y agradezco a Dios el haberlo conocido. Creo que ya tiene un lugar de honor en el cielo”.

Testimonio de Martha López Cuenca

La secretaria que trabajó para él en el año en que falleció, Martha López Cuenca, narra: “Monseñor Escalante siempre fue conmigo muy gentil y respetuoso. Trabajar para él era un deleite que la hacía sentir a una muy feliz de haber encontrado un jefe así. Era muy sociable y activo. Su don de gentes y su bondad eran solo algunas de sus muchas cualidades. Cuando me solicitó para trabajar con él, dijo: ‘Año Nuevo, secretaria nueva’…(inicié mi trabajo como su secretaria, en enero de


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1967) y trabajamos, no puedo decir ‘formando un equipo’ –porque Monseñor era un hombre de mucha altura, cultura y mundo, con una gran calidad humana-, pero sí en armonía total. Siempre lo traté con mucho respeto yo también; nunca había trabajado para un señor obispo y, menos, alguien tan especial como él; esto me impactaba y me hacía ser aún más obediente en mi trabajo. Lo admiraba porque era un hombre que hablaba de frente, sin suspicacias, rodeos o desconfianza. La confianza que me tenía hacía que me superara cada día más. Cuando se fue a su visita a las misiones, me dijo: ‘ya estoy cansado’; y supe que, en esa ocasión, no se vacunó. Su pérdida fue para mí y para mi familia, un dolor muy grande. Fue la primera y última vez que fui al aeropuerto, no a recibir con alegría a un ser querido, sino con infinita tristeza, a recibir sus restos mortales. Después de su muerte, ya no pude seguir trabajando para el Instituto, tuve que renunciar porque, cada vez que abría yo la puerta de entrada a las oficinas en Balderas 32, el estómago empezaba a dolerme intensamente. Su personalidad era única y la imagen de ‘padre’ que dio a los Misioneros de Guadalupe hacía que uno lo viera también así, como un padre. Yo se que Dios Nuestro Señor lo tiene en un lugar muy especial junto a él, porque dio, a manos llenas, mucha felicidad y amor”.

El ambiente que rodeaba

El Instituto Pedagógico Anglo Español estaba en la esquina de avenida Morelos con la calle de Enrico Martínez. Allí estudiaban señoritas para la carrera de normalistas, secretarias y otras facultades. El Instituto estaba dirigido por las Religiosas del Verbo Encarnado que educaban bien a sus alumnas en el espíritu misionero. Estas sabían que elObispoEscalanteteníasuoficinaasólocuatrocuadrasdelInstitutoy lo visitaban con frecuencia, especialmente para asuntos de la Liga Misional de Estudiantes, vestidas con el uniforme. Mayica Reus y Lucía Estrada, recuerdan que por el año de 1953, siendo adolescentes, se excedían en sus travesuras. Un día se escondieron debajo del escritorio de Monseñor antes de que él llegara. Pero, como dice el dicho: “El gato escondido y la cola de fuera”, Monseñor, al entrar, pudo ver que los zapatos de ellas asomaban fuera del escritorio. Sin decir palabra, Monseñor se sentó y empezó a dar leves puntapiés a las intrusas que salieron de su escondite, seguras de haber sido descubiertas. Monseñor

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rió “la puntada” y conversó unos minutos con ellas. Preguntó: “¿Andan de pinta?.” –“No, hoy no tuvimos clases porque ya hicimos el examen”. –“¿Son buenas las Hermanas?.” –“Muy buenas”. –“¿Tienen buenos maestros?.” –“Excelentes”. –“Pues, qué bueno, espero que ustedes sean buenas maestras”. En otra ocasión después de las clases, llegaron las dos y dijeron a Monseñor: “Tenemos hambre, pero se nos olvidó traer dinero: ¿Nos presta diez pesos?.” Monseñor les dió el dinero. Al día siguiente las comelonas quisieron pagar su deuda, pero Monseñor les dijo: “No me paguen, fue un regalo”. También otro día, una de ellas traía un bebé de brazos que le había encargado una prima. Ésta no regresaba a tiempo para que aquella pudiera acudir a la cita con un pretendiente, en la Alameda Central, a sólo una cuadra de distancia. Le explicó a Monseñor su problema y él le dijo: “Déjame aquí al niño, yo te lo cuido. No tardes”. Ella volvió diez minutos después a recoger al bebé. ¡Así era la paciencia y caridad de Mons. Escalante!

En el pasaje Sorrento, entre las calles de Balderas y Humboldt, estaba una peluquería adonde Monseñor Escalante acudía regularmente para el corte de pelo y arreglo de las uñas de las manos, al mismo tiempo. La señora manicurista, Nydia Tobías, platica: “Siempre tengo presente a Mons. Escalante por su bondad y sentido del humor; mis compañeros peluqueros y mi patrón Atanasio, que era español, siempre lo recibían con muchas caravanas, beso en la mano y saludo de Excelencia, etc. A mí me inspiraba confianza y siempre lo saludaba: ‘Padre, bienvenido’, o ‘Padre, que le vaya bien’. El saludo de él, en cambio, era: ‘¿Trajiste tu carro?’ Para mis adentros, yo me decía: ¿qué querrá decirme con esa pregunta? Hasta que un día, el chico que hacía el aseo, dejó la escoba fuera del lugar indicado y, al llegar, el Obispo me dijo: ¿Veo que ahora sí trajiste tu carro’. Entonces me dí cuenta que me decía bruja. Para no quedarme atrás, le contesté: ‘Sí, y si quiere, súbase, hay lugar para dos’. Hasta la fecha, mi hijo Claudio y yo seguimos esa broma. Cuando él me ve barriendo la casa o el patio, me dice: ‘¿Vas a salir?, y le contesto lo mismo que le decía al Padre. Nos reímos mucho, con frecuencia, recordando aquellos años de los cincuenta y sesenta. Algunas señoras vecinas que han escuchado a mi hijo, han comentado: ‘¡Qué irrespetuosos son ahora los hijos con sus padres!’ Les explico que es una broma que el Señor Obispo me hacía y se ríen mucho.”


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“El Padre Colín también iba a la misma peluquería y Monseñor en una ocasión me dijo: ‘¿Ya sabes que el P. Colín tiene novia?’ Al oir eso, no sé qué cara puse, pensando: ‘¡Qué lástima, yo que tengo tres hijos y que me gustaría que uno de ellos fuera sacerdote y… el P. Colín ya cambió de parecer! Seguramente Monseñor notó mi cara seria y pensativa, porque después de unos momentos soltó la risa y me dijo: ‘No pienses mal, la novia del P. Colín es la Iglesia’.

Un día dije a Monseñor: ‘¿No me presta el cuellito?’ Él festejó mucho mi puntada. Pero, al regresar de un viaje, mostrándome su anillo de ojo de tigre, me dijo: ‘Ahora no me vas a pedir el anillo?’ ¡Vaya que era bromista!.”

Los primeros enviados a Estados Unidos

En 1954, Mons. Escalante envió al P. Colín y al P. Chávez a aprender, por unos meses, el idioma inglés y los métodos de promoción y desarrollo de Maryknoll. Narra el P. Colín: “Para esto nos envió primero a estudiar un poco el idioma inglés. Era el verano. Nos compró boleto de autobús de México a Chicago. Era nuestro primer viaje al extranjero. Hicimos la primera parada en Laredo, TX., donde nos comunicamos con una señora que supuestamente nos ayudaría a recuperar bisutería, que llevábamos para regalar a familiares y amigos, pues la aduana de U.S.A. nos la había retenido hasta que pagáramos los impuestos. Como dice el dicho: resultó más caro el caldo que las albóndigas: la señora no pudo pasarnos esas cosas y sin ellas continuamos el viaje a San Antonio, TX., donde nos hospedamos, durante dos días, en el convento de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento. Joe Piña, un mexicano nacido en San Antonio, fue nuestro guía para conocer la ciudad. El autobús Greyhound nos llevó hasta San Luis Missouri pasando por Dallas, Little Rock y Memphis. Durante dos días oímos los nombres de los pueblos por donde pasábamos y las paradas que hacíamos para subida y bajada de pasajeros o para las comidas. No sabíamos pedir otra cosa que ‘Ham and eggs sandwich, please. Emparedado de jamón y huevo, por favor’.

El autobús pasaba por la región boscosa de Arkansas, Tennessee, Kentucky y Missouri, siguiendo el curso del río Mississippi. Llegamos a Saint Louis a la una de la mañana, cansados y modorros. Atravesamos la calle frente a la terminal y nos metimos al primer hotel que vimos. La intención era llegar a la procura de los

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Padres de Maryknoll en esa ciudad donde nos esperaba Mons. Escalante, pero ya era demasiado noche para molestar gente. Dormimos a pierna suelta. A las 9 de la mañana llamamos por teléfono. Contestó el P. John Martin: ‘¿Dónde están mis hijos perdidos?.’ No sabíamos ni el nombre del hotel. El P. Colín salió al corredor y vio a una amable negrita que aseaba el lugar y le pidió que viniera al teléfono. Ella dió nombre y dirección del hotel. Enseguida nos devolvió el aparato y oímos la voz del P. Martin: ‘Sálganse de allí inmediatamente, es un hotel de mala reputación. Preparen sus maletas, bajen a la banqueta, el Hno. Claver Carney, M.M. los recogerá en 15 minutos y los traerá a esta casa. Su jefe ya los está esperando aquí’. El desayuno fue espléndido y orquestado con las carcajadas de Mons. Escalante y del P. Martin. Era obvio el motivo. Ese día el Hno. Carney fue nuestro guía. Mons. Escalante y el P. Martin nos llevaron en la noche a un teatro al aire libre para disfrutar la obra musical Oklahoma, O.K.

Al día siguiente, atravesando todo el estado de Illinois de sur a norte, el panorama cambió: Vimos numerosas granjas, gran extensión agrícola en un valle de muchos ríos y lagos. Llegamos a Chicago donde nos esperaban Jorge Colín, hermano del P. Ricardo y Mary Comstock, la esposa de Jorge. Nos hospedamos en su casa. Ellos se encargaron de mostrarnos lo mejor de la ciudad y de llevarnos a Glen Ellyn, Ill., donde los Padres de Maryknoll tenían la preparatoria de sus seminaristas. Estaba a una hora de camino al oeste de Chicago. Ellos también nos llevaron a South Bend, Indiana y de allí a Notre Dame, la Universidad de los Padres de Holy Cross, donde debíamos reunirnos con Mons. Escalante para asistir a la Convención Nacional de la Cruzada Misional de Estudiantes.

Fue un gran acontecimiento. El Obispo Fulton J. Sheen era el Director Nacional de la Propagación de la Fe en Estados Unidos y Mons. Escalante ya era el Director en México. Allí se encontraron dos obispos de corazón misionero. Teniendo como intérprete a Mons. Escalante, platicamos con el Obispo Sheen en los jardines de la universidad. También saludamos allí al Arzobispo de Pekín, Tomas Tien, primer Cardenal de China (1945) exiliado en Estados Unidos. De la convención no entendimos gran cosa, pero hicimos muchos amigos, entre ellos conocimos a Rosemary Madda, de Cleveland, Ohio, que posteriormente nos relacionó con sus padres y con toda su familia; ya casada con Mark Luksic, ella y su esposo se convirtieron en padrinos y bienhechores de los Misioneros de Guadalupe, hospedándonos en su casa, tanto


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a sacerdotes como a seminaristas y ayudándonos a aprender inglés. Hasta la fecha siguen dando su colaboración generosa. Mons. Escalante los visitó una vez en su casa de Cleveland, perteneciente al territorio de la parroquia de St. Jerome. Cuando ellos vinieron a México, en el décimo aniversario de su matrimonio, Monseñor los recibió en el Seminario.

Mons. Escalante, por conducto de Mons. Jobs, Director de las Obras Misionales Pontificias de la diócesis de Detroit, preparó para nosotros otro lugar. Detroit, Mich. fue nuestro destino para estar allí un mes. Bajo la tutoría del P. Clement Kern, párroco de Holy Trinity, asistíamos a las clases de los niños de Primaria, sólo para oír su deletreo, dirigidos por la Hermana Mary Magdalen Danneels. Apenas cabían nuestros huesos en los pequeños bancos. En las noches, una señora impartía lecciones de inglés a mexicanos adultos, inmigrantes, en un salón de la escuela parroquial. Aprovechamos también esa oportunidad.

Siguiendo el plan de Mons. Escalante, de Detroit debíamos ir a Maryknoll. Un joven de Detroit nos llevó en su automóvil a las cataratas del Niágara. Después de ver ese imponente lugar, seguimos en autobús hasta Nueva York y de allí en tren a Ossining, pueblo cercano a Maryknoll adonde llegamos en taxi: Gran emoción experimentamos al ver el Seminario donde Mons. Escalante había sido seminarista, había cursado sus estudios de Filosofía y Teología, había sido ordenado sacerdote y, después, al regreso de su Misión en China, había sido maestro y director espiritual. De ahí había salido para Bolivia, con el Obispo Edward Walsh para fundar la Misión de Pando, en la región de la selva amazónica, de la que fue nombrado Obispo y Vicario Apostólico.

Vivimos de nuevo la vida de un Seminario. El P. José Chávez y yo celebrábamos la Misa en latín, en las capillas de la planta baja. En aquel tiempo no se acostumbraban las concelebraciones. Debieron ser por lo menos doce capillas ocupadas al mismo tiempo y eran tantos los sacerdotes que debíamos hacer reservación de altar y ser muy puntuales. Padres y Hermanos fueron muy amables con nosotros. A las horas de clase de los seminaristas, el P. Chávez y yo estudiábamos inglés en nuestras habitaciones. A las horas de recreo salíamos a los patios o campos de juego, para conversar con los seminaristas y así ir soltando la lengua. Después de dos semanas hicimos cita con el P. Charles McCarthy, Director de Desarrollo de Maryknoll para que nos enseñara sus oficinas y los métodos de promoción. Esto nos llevó dos o tres días. El

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P. Albert Nevins nos enseñó también el edificio y procedimientos para editar la revista de Maryknoll.

Al cumplirse el mes de estar en aquel Seminario, emprendimos el viaje de regreso a México, deteniéndonos en Nueva York y Filadelfia para conocer esas ciudades. Maryknoll tenía, y todavía tiene, procura en ambas ciudades. Después de conocer la ciudad de Nueva York, fuimos a Bethlehem, PA., donde recientemente había muerto Don Rafael Negrete, hermano de la mamá del P. Colín, y que dejó viuda a doña Soledad Vázquez. Dejó también tres hijos: Gilberto, Carlos y Adolfo.

En Filadelfia, encontramos al P. Robert W. Green que, en China, en 1950, había sido encarcelado por los comunistas. Expulsado por ellos hacia Hong Kong y allí hospitalizado para recuperar su salud, regresó a Estados Unidos donde escribió un libro titulado: ‘Calvario en China’. En el atrio de la Iglesia de San Juan Evangelista vimos una gran lápida blanca con la inscripción: + Vault of A.M.H. de Iturbide. (Tumba de Ana María Huarte de Iturbide, Emperatriz de México).”

Implementación de los nuevos métodos

“Regresamos a la ciudad de México. Monseñor quería que los métodos de promoción y desarrollo de Maryknoll fueran aplicados en nuestra oficina y mejorados.” Consistían principalmente en conseguir suscripciones para la revista “Almas”, y bienhechores que ayudaran económicamente a los Misioneros de Guadalupe con una cuota mensual. Hacían esta labor todos los miembros del Instituto y también los seminaristas, especialmente en las campañas dentro de los templos y durante las Misas de los domingos, por medio de un sobre y un pequeño lápiz. Se comenzó en la ciudad de México.Unavezquelasdireccionesllegabanalaoficina,seprocesabanenviando una carta de agradecimiento a cada suscriptor o bienhechor. Después venía el seguimiento con más correspondencia.

Como medio de recolección de donativos, Maryknoll usaba solamente el servicio postal porque en Estados Unidos ese servicio era bueno y sigue siendobueno.EnMéxico,paradarfacilidadalosfielesdeentregarsusdonativos mensuales o periódicos, los Misioneros de Guadalupe ofrecieron


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cuatromedios: por oficina, por correo, porbanco y por colector.Nohabiendo buen servicio de correo y, siendo difícil para el bienhechor hacerloporbancoo llevarloanuestrasoficinas, la gentepreferíaporcolector. Así se estableció un sistema de colecta a domicilio que estaba supervisado por representantes en cada ciudad. En aquel tiempo Mons. Escalante decía: “Yo compro los pesos a cincuenta centavos” queriendo decir, con esto, que el ingreso era el doble de la inversión que hacía.

Llegó el tiempo en que era necesario pasar de procedimientos manuales a procedimientos mecánicos y, de éstos, a procedimientos computarizados. Mons. Escalante inició estos procedimientos con la primera y siguientes generaciones de aquellas computadoras. El P. Héctor Díaz, como asistente del P. Colín, implementó la iniciativa de Monseñor. En 1969, dos años después de la muerte de Monseñor, las oficinaspasaronal edificiodeCórdoba17 en laColoniaRomaconunpersonaldesesentaoficinistas.Ennoviembrede1994semudarona Insurgentes sur 4120, donde están actualmente con 122 personas. Mons. Escalante sabía que este apoyo logístico era necesario para el futuro del Instituto.

“¡Hay tanto que hacer y tan pocos trabajadores!” -escribía para la revista “Almas”-, “es el grito que oímos con tanta frecuencia de labios misioneros. Gracias a Dios, México no ha cerrado sus oídos a este llamado y hay quienes se ofrecen personalmente, o quienes cooperan con sus oraciones, sacrificios y donativos para que Dios, que es amor, justicia y verdad, sea conocido en el Mundo entero”. (Revista “Almas”, febrero 1950, pág. 5).

Las giras de promoción

Mons. Escalante quiso que los primeros sacerdotes, recién ordenados, tuvieran su “bautismo itinerante”, propio de la vida misionera. Ideó las que fueron llamadas giras de promoción que duraban aproximadamente tres meses. Eran viajes a través de las ciudades de la república para dar a conocer el Seminario, mediante la revista “Almas” y las conferencias en parroquias y escuelas.

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Al mismo tiempo se difundía la devoción al rosario misionero. El Obispo Fulton J. Sheen, Director Nacional de la Propagación de la Fe en Estados Unidos, había promovido esta devoción y había diseñado el objeto adecuado para facilitar esa devoción. El rosario misionero consiste en pedir a Dios la salvación de la gente que vive en los cinco continentes del mundo, recordando cada continente al rezar cada decena de aves marías. Para esto las cuentas del rosario son de cinco colores: La decena amarilla para recordar a Asia, la verde para recordar a África, la blanca para recordar a Europa, la roja para recordar a América y la azul para recordar a Oceanía, o sea, Australia y todas las islas del mundo. Simultáneamente se meditan los misterios del rosario tradicional. Mons. Escalante pidió permiso de fabricar en México dicho rosario de cinco colores y así difundir el rosario misionero en nuestro país. El Obispo Fulton J. Sheen concedió el permiso.

Los hermanos Cajiga

Unbuendía llegarona laoficinadelP.Colíndoshombresrobustos,de 60 años de edad aproximadamente. Sin más preámbulos dijeron: “Somos los hermanos Cajiga. Cada uno tiene un rancho cerca de Huamantla, Tlax., de donde somos. Queremos hacer nuestro testamento. El rancho del que muera primero será para el que sobreviva y, cuando éste muera, los dos ranchos serán para el Seminario de Misiones.” El P. Colín les agradeció su buena voluntad y les aclaró que, según la ley de entonces, el Seminario no podía heredar propiedades y que, en cambio, se podía hacer legalmente una operación de compraventa a través de una Sociedad Anónima que representaba al Seminario; en el contrato se estipularía que la Sociedad Anónima tendría sólo la nuda propiedad y que ellos conservarían el usufructo de los ranchos hasta su muerte, en que también el usufructo pasaría a la Sociedad Anónima.

Ellos no aceptaron que eso fuera legal y no paraban de repetir: “Somos muy legales, somos muy legales. Queremos hacerlo por testamento”. El P. Colín replicó: “Por testamento, el Seminario no recibirá su regalo. El gobierno se quedará con todo”. Ellos añadieron: “Somos muy legales y queremos ver al Obispo


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Escalante”. –“El Señor Obispo” -dijo el P. Colín- “está fuera de la ciudad y, al regresar, le avisaré para que él los llame”.

Cuando Mons. Escalante regresó de su viaje, los hermanos Cajiga volvieron. Monseñor les repitió lo que el P. Colín les había dicho. Pero ellos no cesaban de repetir: “Somos muy legales, somos muy legales, queremos donar nuestros ranchos por testamento”. Monseñor les preguntó: “¿Ustedes tienen familia?.” –“No, señor, somos solteros” –“¿Tienen hijos?.” –“No, señor, ninguno”. Mons. Escalante agregó: “¿Aceptarían ustedes hacer el testamento poniendo como beneficiario a un amigo mío, de plena confianza que, a la muerte de ustedes, administraría los ranchos?.’ –‘Sí, señor, pero que sea por testamento, porque somos muy legales’.” Monseñor insistió: “Lo que el P. Colín les dijo es muy legal. Esta segunda manera, tiene el riesgo de que algún pariente de ustedes vaya a objetar el testamento y así el Seminario no reciba nada”. –“No habrá problema, somos muy legales”, respondieron los hermanos Cajiga. Se hizo el testamento.

No pasó un año cuando los dos hermanos murieron a causa de un accidente en su automóvil, sobre la carretera, cerca de sus ranchos. Uno murió en el momento del accidente, el otro al día siguiente. El Lic. José Antonio Escandón Gómez, beneficiario en el testamento,llevó el proceso testamentario y, a pesar de lo que habían dicho los hermanos Cajiga, apareció un hijo natural de uno de ellos que objetó el testamento. El Lic. Escandón y el Seminario recibieron solamente los problemas del juicio.

El Plan de Cooperación Misional en E.U.

En Estados Unidos, los obispos tienen muy bien organizado un Plan de Cooperación Misionera, bajo la Obra de la Propagación de la Fe, según el cual cada diócesis da la oportunidad a los Institutos Misioneros para que envíen un sacerdote de su comunidad a predicar algunos domingos en las misas, de algunas parroquias, en las que se ofrece la colecta especial (2ª colecta de la Misa) a favor del Instituto asignado. Así Monseñor Escalante, el P. Colín y otros Padres eventualmente, atendían estos compromisos en inglés o español.

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Monseñor Escalante escribió al P. Alejandro Ríos, el 16 de julio de 1957: “En Los Ángeles, prediqué en una iglesia con mayoría de gente mexicana. Después volé a Chicago donde prediqué en dos iglesias, una de las cuales fue la catedral. Entretanto, el P. Colín lo está haciendo en los estados de Nueva York y Pennsylvania. Él volverá en agosto.

Estamos procurando terminar la capilla a tiempo para el Congreso Misionero que se celebrará aquí en octubre. Ojalá que pueda enviar un sacerdote a Japón. De seguro enviaremos este año, a uno para que estudie en Roma.” Y el 25 de agosto del mismo año dice al P. Ríos: “Acabamos de anunciar que el P. Esteban Martínez va a estudiar durante un año en Roma. Saldrá la semana próxima y estará un mes en España antes de llegar a 4 Fontane. El P. Rodríguez va (también a Roma) y vivirá en el Colegio Teutónico. Todos están bien aquí y les envían saludos. Espero ir a Nueva York el 5 de septiembre para asistir a las Bodas de Plata Episcopales del Cardenal Spellman e iré a Washington para las juntas de los institutos misioneros. Enseguida tengo dos compromisos (de promoción) en Detroit. Espero volver (a México) el 23 de septiembre.”

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6Capítulo

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6SUS AMIGOS Y FAMILIARES

Sus amigos

Los que conocían al Obispo Escalante decían que era el obispo último modelo, por su juventud y sus actitudes, nuevas para México y prácticas para el findeseado.Élmismomanejaba su automóvil. Pero algunosobispos le aconsejaron que era preferible que tuviera chofer pues, en México, sería un escándalo que un obispo fuera involucrado en un accidente. Aceptó el consejo. Por conducto del P. Ignacio Flores Arredondo, OSA (Orden de San Agustín), que era su confesor, consiguió que Ignacio Flores Ruiz, sobrino del padre, fuera su chofer de 1950 a 1953, viviendo en la Quinta “Los Álamos” con los Padres y seminaristas. La primera mañana en que “Nacho” puso el automóvil cerca de la puerta a disposición del obispo, éste se sentó en el asiento trasero y sonriendo dijo a los seminaristas que le veían salir de la casa: “Ya soy obispo de primera clase”.

Después su chofer fue Carlos Romero hasta 1960 y Armando Reyes hasta 1967. Armando siguió trabajando en envíos especiales hasta su jubilación.

Jugaba golf cada ocho días, siempre bajo 90 golpes en cualquier campo de 18 hoyos. El Club México le hizo socio titular desde 1950 hasta su muerte. Allí jugaba ordinariamente, pero no perdía la ocasión de jugar en otros lugares cuando era invitado, aún estando de viaje. En una ocasión el presidente de la línea aérea Canadian Pacific lo invitó como huésped de honor en un vuelo inaugural de la ruta Vancouver - Buenos Aires. El Obispo aceptó la invitación, de México a Lima, pues

sUs amigos y familiares

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coincidíaconelfindesemana.CuandolosPadresdeMaryknoll,quetrabajaban allá, le preguntaron qué asunto le había traído a Lima, él ufanamente contestó: “Sólo vine a jugar golf, mañana regreso a México”. Su juego y sus viajes siempre fueron ocasión de hacer amigos. Era muy hábil para iniciar una conversación con extraños. En el Club México jugó frecuentemente con el abogado y notario público Tomás O’Gorman, con los abogados Virgilio Galindo, Francisco Casasús, Daniel Kuri Breña; con Fernando y Rodolfo González de la Litografía Juventud, con Gustavo Díaz Ordaz, cuando éste era Secretario de Gobernación, y otros. Comía el almuerzo amigablemente con hombres de diversas profesiones y credos. Edgar Molina lo invitó a una comida en su casa. Le ayudaron en muchos asuntos, José Antonio Escandón Rubio, y su hijo José Antonio Escandón Gómez, Enrique Delgado, Francisco Casasús, Carlos Cervantes, Guillermo Orozco, Virgilio Domínguez, Raúl Cárdenas, Emilio Azcárraga Milmo, Adolfo Wieckers, Juan Lainé y otros muchos, como Felipe Gómez Montt, Carlos Trouyet, Antonio Ruiz Galindo, etc.

El Lic. Francisco Casasús, amigo de Monseñor Escalante, comenta: “Lo conocí en Yucatán; los dos nacimos en Mérida, él salió de Mérida y yo salí muy pronto; había un cierto conocimiento en las familias, nos conocíamos, nos tratábamos. Cuando la familia del Señor Obispo se fue a vivir a Nueva York, nosotros nos fuimos a La Habana. En 1946 volvimos a México los dos.

El Lic. Casasús recuerda: “Un día, teníamos una mesa en el Club de Banqueros. Esta mesa era curiosa porque cada gente que llegaba pagaba una cuota por comer. Éramos puros amigos y el último pagaba, recogía las cuentas, si faltaban unos 5 ó 10 pesos, los pagaba él y, si sobraba, los recogía él y, generalmente, se los dejábamos a los muchachos meseros.

Un día de San Miguel, Eustaquio Escandón, no sé dónde pescó y llevó al Sr. Obispo Escalante a comer a la reunión, porque cuando no teníamos compromiso, comíamos agradablemente, gozábamos las noticias, las cosas importantes; el Señor Obispo, que no era banquero, llegó ahí y le digo: ‘¿Tú qué andas haciendo? Aquí no debes estar, a ti te corresponde ir a cumplimentar a tu jefe, hoy es día de San Miguel, así que vete a

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saludar a Don Miguel Darío Miranda’. Y me dice: ‘El evangelio dice que cuando se pierde una de las ovejas, la debo ir a buscar y no ocuparme de más; ahora, entre todos estos perdidos que están en esta mesa, mi obligación es no ir a cumplimentar al Señor Miranda, sino tratar de salvar a todos los que están en esta mesa. Inmediatamente algún ‘barbero’ dijo: ‘¿Por qué le faltas al respeto al Señor Obispo? No es manera de dirigirse a él, como tú lo estás haciendo’. Le digo: Pues tú me dirás de qué manera debe ser, porque así le he hablado toda la vida, no veo por qué debo cambiar sólo porque tú estás presente. Él aceptaba todo, era muy sencillo.

En otra ocasión estábamos en Cuernavaca y había invitado a Alicia (hermana de Monseñor) a comer, y no llegaba. Por fin le hablé por teléfono y le dije: ‘Oye, Alicia, ¿qué pasa contigo?’ –‘Pues estoy muy apenada, pero acaba de llegar Alonso a mi casa y me da pena salirme de aquí. Te iba a hablar por teléfono.’ –‘No, dile a Alonso que venga, que ésta es su casa como siempre’. Enseguida Monseñor vino; llegó a la casa y me dice: ‘Oye, pero realmente estoy muy acalorado, corbata, saco, el chaleco, cuello alto, la cruz y todo esto, ¿no tienes manera de darme algo más fresco?’ –‘Sí, cómo no, vente, te pruebas a ver cuál camisa te viene, te la pones y ya está’. Se quitó el saco, el chaleco, el cuello y se puso la camisa y salió muy bien; llega a la mesa, estaban tomando whisky y le dice mi mujer a una señora que estaba ahí: ‘Sírvele un taquito al Señor Obispo mientras voy a preparar la comida, pronto les voy a dar de comer’, la señora se queda viendo a Alonso y le dice: ‘¿Conque obispo, no? ¡Qué obispo ni qué ocho cuartos!’ El Señor Obispo dijo, muerto de risa: ‘Ya ves, Pancho, ¡lo que pasa por andar vestido en estas fachas!’. Después, la señora estaba apenadísima, porque todas las personas lo conocían, pero ella no, o estaba distraída cuando lo presentamos.

“¡Monseñor tenía una gran personalidad! Me pasó otra anécdota con él: yo era presidente de una compañía de reaseguros que era filial de la aseguradora más grande del mundo. Todos los años iba a Munich a explicar los asuntos del año anterior. Iba en la mañana, me estaba todo el día y en la tarde terminaba las cosas que me faltaban. Una tarde, me dice el vicepresidente de la compañía: ‘Oiga usted: el presidente de la compañía cumplió ayer 25 años de casado; y vino un obispo amigo suyo a decir una Misa. Yo no sé si usted es creyente o no; no sé si usted tiene algún inconveniente en comer con él; el presidente también invitó al Señor Obispo. –‘Sí, no hay cuidado’. Llego al comedor y me encuentro a Alonso y le digo: ‘¿Tú qué estás haciendo en Alemania?’ –‘Los obispos andamos por todas partes.’ Usamos inglés


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para entendernos’. Estuvimos hablando. Dijo Alonso: ‘Yo vengo de una conferencia donde los obispos se dicen los últimos cuentos que hay en el mundo y por eso siempre estamos informados’. Caminamos muy a gusto.”

“Lo quise mucho, lo estimé mucho; yo consideraba que estaba haciendo una obra muy importante, pero muy difícil, porque estábamos remando contra la corriente. Así ha sido siempre el mundo de las misiones porque, aunque la gente sea creyente y católica, es fácil ver el ambiente que a uno le rodea; pero pensar que hay que ayudar a China, Japón y Kenia, cuando aquí hay tan grandes necesidades, es difícil entender eso; y eso era principalmente la lucha de él contra la corriente.”

En uno de sus viajes a Roma, le tocó estar sentado en el avión junto al famoso industrial Harry Steel. Trabaron animada conversación. Los dos eran hombres de empresa, el uno para el negocio del mundo, el otro para el negocio del cielo. Harry Steel quedó cautivado por la pláticadelobispo.Deregresoasuedificio,queestabaprecisamenteenla contraesquina de la Avenida Juárez con calle Balderas y contrastaba con la humilde oficina del obispo, comentó a SilasWright, (casadocon Betty, la hermana del obispo, y que trabajaba en la compañía de Harry Steel): “Tu cuñado es una fiera para los negocios”. Cuando Silas platicó esto a su esposa, le dijo: “Se encontraron dos fieras”. Harry Steel invitó al Obispo Escalante a comer con él todos los martes. Se reunía en el Grill del Hotel del Prado con embajadores, abogados e industriales para almorzar. Se llamaba el “Club de los Martes”. El almuerzo duraba una hora, no más. Mons. Escalante propuso que durante su reunión nadie debía hablar de su propio negocio y el que rompiera esta regla debía pagar una multa de 50 pesos en favor del Seminario. Él, sin embargo, provocaba la infracción con preguntas capciosas y, feliz de la vida, recogía las multas. En 1959, cuando el mural de la capilla del Seminario ya estaba terminado, Mons. Escalante invitó a Harry para quevisitaraellugar.Lemostróelmural,enelquelafiguraprincipales Jesucristo, y le preguntó: “¿Cuánto me vas a dar para pagar el retrato de tu paisano?”. Harry Steel era judío y le dió un buen donativo.

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El dueño de la fábrica de refrescos “Jarritos”, Isaac Bezudo, también judío, le pidió que fuera a bendecir la flota nueva de camionesrepartidores. Mons. Escalante, siempre puntual, llegó acompañado de su chofer que le llevaba su maletín. Monseñor se puso sus vestiduras para la ceremonia y tomó en la mano el pequeño pomo del agua bendita. El Sr. Bezudo, al verlo, exclamó: “Señor Obispo, no le va a bastar tan poquita agua, ¡son muchos camiones!” A lo que Monseñor contestó sonriendo: “No se preocupe, no vine a lavarlos, vine a bendecirlos”.

En 1961, cuando la comunicación electrónica todavía era un sueño, Monseñor Escalante compró un aparato radioemisor y receptor de ondacortaparacomunicarseconotrosradioaficionadosalrededordelmundo.ConsiguiósulicenciadeoperadoraficionadoysuestaciónseidentificabaconlaclaveXEIFC.Pormediodeellayconsubuenhumorconsiguió muchos amigos y, en algunas ocasiones, logró comunicarse con los Misioneros de Guadalupe, ya estuvieran de viaje o en su trabajo de las Misiones. Para esto daba a su interlocutor el número de teléfono de la casa donde se hallaba el misionero y le pedía que lo conectara con su radio; cuando esto no era posible porque aquel no tenía el aditamento necesario, pedía a su amigo que citara al misionero para que fuera a la estación y pudiese hablar con él. En 1966, cuando su estación aumentó supoder,suidentificacióncambióporlassiglasXEIMJ.

Platicaba Monseñor que una vez, conversando con un desconocido, éste le preguntó cuál era su profesión. Monseñor armó bien la broma, pues contestó: “Adivine un poco, pertenezco a la empresa más grande del mundo’. –‘¿Chrysler?’ –‘No, más grande’. –‘¿General Motors?’ –‘No, más grande’. ‘¿-Coca Cola?’ –‘No, más grande’. Le voy a ayudar un poco: la compañía tiene 600 millones de socios, yo soy un ejecutivo y de mi rango somos 3 mil ejecutivos’. –‘¿Pertenece usted a alguna religión?’ –‘Sí’. –‘¿Es usted Budista, Hindú o Musulmán?’ –‘No’. –‘¿Es usted cristiano? –‘Sí, pero tendrá que decirme a cuál rama del Cristianismo pertenezco y le ayudaré diciendo que nuestro Presidente radica en Roma’. –‘¿Es usted católico?’ –‘Sí’. –‘¿Es usted sacerdote?’ –‘Un poco más arriba’. –‘¿Es usted Cardenal?’ -‘Un poquito más abajo’. –‘¿Es usted obispo?’ –‘Right on the target, ya le dió al blanco’. El micrófono del radio de ambos, que era automático para el


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cambio de emisión y recepción, no funcionó por unos segundos, pues la risa de los dos conversadores fue simultánea.

Mons. Escalante recibía muchas visitas de sus amigos de Estados Unidos, ya fueran obispos, monseñores, sacerdotes o laicos. Él era un buenanfitriónycorrespondíaconinvitarlosaunacomidaocenay,enocasiones, les llevaba a conocer algo de la ciudad de México. Cuando algunos de sus huéspedes querían ver una corrida de toros y, sabiendo queelP.Colíneraaficionadoalatauromaquia,ledecía:“Mira, aquí en México, los obispos nunca van al fútbol, o al cine, menos a los toros. Si yo voy, puede haber escándalo; yo llevaré a mis amigos a Xochimilco y al ballet folklórico de Bellas Artes; tú llévalos, por favor, a ver la corrida”.

ElP.Colíntuvoqueaprendertodalateoríadelafiesta(eninglés)parapoder explicarla a los huéspedes. Pero, en una ocasión se anunciaba un cartel con los mejores toreros de la temporada y Mons. Escalante dijo al P. Colín: “Consigue dos boletos, llévame por lo menos una vez en la vida”. MonseñoryelP.Colínsesentaronenbarreradesombra,segundafila,en una tarde dominguera y muy soleada. Descubrieron que Agustín Lara,elmúsico-poeta,estabaenprimerafilaexactamentedandolaespalda frente a ellos y, a la derecha de Agustín, el asiento vacío que correspondía a la artista de cine María Félix. Carlos Arruza toreaba el primer toro y ya estaba en el tercer tercio de la lidia. Desde el centro de la plaza citaba de largo.

La Plaza México, llena, guardaba total silencio con gran expectación. En ese preciso momento apareció María Félix en las alturas de una escalerilla de las que conducen a los asientos numerados. Era su costumbre llegar tarde y no llegar por el túnel directo hacia los asientos de barrera sino por una escalera para que toda la gente la viera. Fue un porrista de la sección general de sol el primero que la descubrió e instantáneamente, haciendo una bocina con sus manos, gritó largamente: “¡Yaa llegoó mi vieeejaa!” El grito taladró el silencio, éste se rompió en cincuenta mil voces con una carcajada. La muchedumbre miró hacia la puerta de las alturas.

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María llevaba un traje ranchero, de falda a la rodilla con crinolina, y rebozo. Saludaba en todas direcciones. Comenzó a bajar y, al pisar cada escalón, la gente coreaba cada paso con un ¡óle!. Por fin llegóa su asiento. Mons. Escalante sólo comentó: “Esta señora conoce bien su negocio.” Entretanto, desde el primer grito y carcajada, Arruza regresó al burladero y estuvo allí hasta que la plaza entera volvió a la calma. Hizo una gran faena, la mejor y la más completa de la tarde, con orejas y rabo. Antes de salir de los toriles el quinto toro, como es costumbre, los taurinos se pusieron de pie para estirar las piernas y para buscar y saludar a amigos o conocidos. María no se levantó de su asiento pero Agustín sí; volteó y vió a Mons. Escalante que cubría su boca y su pecho con un sombrero panamá. –“¡Su Ilustrísima, qué gusto de verlo!” –“¡Ssh, ssh…vengo de incógnito!” respondió el obispo. –“Monseñor, yo no soy tan malo como la gente dice, yo mando decir una Misa diaria por mi madre difunta, en la Iglesia de San Agustín de Polanco” -dijo Agustín-, –“Sí lo sé, sí lo sé”, decía Monseñor, tratando de parar esa conversación un tanto embarazosa. La corrida terminó y, ya fuera de la plaza, Monseñor comentó: “La tauromaquia es de verdad una fiesta.”

Monseñor Escalante era amigo del P. Patrick Peyton, promotor del “Rosario en Familia”, en Estados Unidos. Este Padre envió saludos a Monseñor por medio de las Sritas. Patricia Ryan y Dorothy Groat, en septiembre de 1963. Cuando Mons. Escalante las recibió en su oficina, les dijo: “¿Where have you been my lost children?” (“¿Dónde han estado perdidas mis hijas?”) y recomendó al P. Colín que las guiara para que conocieran el Seminario y la ciudad de México.

Doña Beatriz Velasco de Alemán, esposa de Miguel Alemán Valdés, Presidente de México, ofreció a Mons. Escalante organizar una corridadetorosenlaPlazaMéxico,parabeneficiodelosMisionerosde Guadalupe. La corrida sería totalmente sin costo alguno para los misioneros: empresarios, ganaderos, toreros y todo el personal necesario actuarían enteramente gratis. Toros y toreros serían los mejores de la temporada. El resultado previsto sería un millón de pesos recaudado enunasolatardeyconlaactuacióndeCantinflas,queantesyahabía


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toreadoabeneficiodelaPlazadelasAméricasfrentealaBasílicadeGuadalupe.

Mons. Escalante agradeció y no aceptó el ofrecimiento. Explicó a doña Beatriz que su generosidad y buena intención harían más daño que bien. Ella, sorprendida, exclamó: “¡Monseñor! ¿Cómo puede suceder eso?. ¡Ya lo hicimos antes para construir la plaza de la Basílica de Guadalupe! Mons. Escalante explicó: “Allí todo mundo puede ver en qué se ha empleado el dinero; en cambio, el trabajo de los misioneros en el extranjero es poco visible para la mayoría de los mexicanos; solamente lo entienden los que aman las misiones católicas, no los que no tienen fe; los maliciosos pensarían mal y nos criticarían; los pusilánimes creerían que ya somos ricos y ya no nos ayudarían. Por otra parte, nuestro propósito es estimular la caridad con la esperanza del premio eterno, no con el interés de una recompensa momentánea. Para educar en la fe y realizar una obra nacional preferimos poco de muchos y no mucho de pocos.” Doña Beatriz quedó convencida y ya no insistió; en cambio, se inscribió como madrina con una aportación módica y callada para la construcción del Seminario Mayor de Misiones.

Algunos años después, Monseñor Escalante presidió la boda de Miguel Alemán Velasco (hijo del presidente) y Christiane Martel, francesa que había sido Miss Universo en 1953.

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Bodas de Plata Sacerdotales

Monseñor Escalante celebró sus Bodas de Plata Sacerdotales el 1° de febrero de 1956. He aquí la copia de la invitación que sus amigos hicieron circular para la ocasión:

“Vigésimo Quinto Aniversario de la Ordenación Sacerdotal del Excelentísimo y Reverendísimo

Sr. Dr. DonAlonso M. Escalante

- . -NOTA: Cantará la Misa el Coro de los Misioneros

del Espíritu Santo.- . -

Para celebrar el vigésimo quinto aniversario de laOrdenación Sacerdotal del Excelentísimo y

Reverendísimo señor Dr. Dn.

Alonso M. Escalante

Obispo Titular de Sora, Superior General de losMisioneros de Guadalupe y Director Nacional

de las Obras Misionales Pontificias de Propagación de la Fe,

invitamos a usted a la Solemne Misa Pontifical que se dignará celebrarel mismo Señor Obispo el día primero de febrero del corriente año,

a las once horas, en la insigne y nacional Basílica deSanta María de Guadalupe.

Ocupará la Cátedra Sagrada el Excelentísimo y Reverendísimo señorDr. Don Fernando Ruíz Solórzano, Dignísimo Arzobispo

de Yucatán.

México, D.F., enero de 1956.


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FRANCISCO A. CASASÚS JOSE A. ESCANDONCARLOS CERVANTES ADOLFO WIECHERSGUILLERMO OROZCO JUAN LAINÉ

P. SALVADOR RAMIREZ M. DE G.”

El 23 de enero de 1956 el Vaticano envió la siguiente felicitación:

“Excelentísimo y Reverendísimo Señor:El afecto, con que te distingue el Augusto Pontífice, y la muy gran estimación que tiene por ti y por todo lo tuyo, no le permiten pasar desapercibida la fecha del 25° aniversario de tu Ordenación Sacerdotal, que celebrarás en el próximo primero de febrero.

Si consideras, con mirada retrospectiva de la mente, el espacio de tiempo hasta ahora pasado, tendrás suficiente razón para dar gracias a Dios por el cúmulo de dones que te ha concedido, y encontrarás en el testimonio de la buena conciencia el motivo para alegrarte, santa y justamente.

En efecto, como buen soldado, presentaste batallas gloriosas y te echaste a cuestas fieros trabajos para extender el Reino de Jesucristo; a estos trabajos solamente Uno puede conceder digna recompensa: Aquel que puede ofrecer prudencia y fuerzas a quien quiere.

Su Santidad desea vivamente que esta alabanza que hoy se te brinda sirva de estímulo en la empresa, que se te ha encomendado, para que custodies la fe católica y te prepares asiduamente para hacer que llegue a más lugares de la tierra la luz y el imperio del Evangelio y así, aumentando el tiempo, aumenten también tus méritos. Para lo cual, pide para ti, de la altísima liberalidad de Dios, auxilios y consuelos más abundantes, a fin de que la antorcha que tú conduces sea luz para los que te siguen y te ayudan en tus trabajos.

En esta ocasión, el Vicario de Cristo te bendice con todo amor y te concede la facultad de que, en el día que prefieras y después de haber celebrado la Santa Misa Pontifical,

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des a los fieles, en su nombre y potestad, la bendición apostólica con indulgencia plenaria por una sola vez y conforme a lo que prescribe el Derecho.

Una vez más, me profeso respetuosamenteDe ti adictísimo,

A. Dell’AcquaSubstituto.

Al Excmo. y Revmo. SeñorDon Alonso M. EscalanteObispo Titular de SoraSuperior del Instituto de Santa María de Guadalupe para Misiones Extranjeras.”

Sermón del Excmo. Sr. Don Fernando Ruiz Solórzano, Arzobispo de Yucatán, en ocasión de las Bodas de Plata Sacerdotales del Excmo. Sr. Don Alonso M. Escalante, el 1° de febrero de 1956:

“Excmo. y Revmo. Sr.,Muy Ilustres Señores Capitulares,Venerables Sacerdotes,Amados hermanos en Cristo Nuestro Señor.

‘Coenantibus illis accepit Jesus panem, et benedixit,et fregit, et dedit discipulis suis’.‘Y mientras cenaban tomó Jesús el pan y lo bendijo, y lo partió, y lo dio a sus discípulos’.

Con estas sencillísimas palabras nos cuenta el Sagrado Evangelio la institución del adorable Sacramento de la Eucaristía.

Jesucristo, el Hombre Dios, está sentado a la mesa con sus amados discípulos: lleva el alma henchida de amor y ternura y quiere derramarla en toda la tierra. Jesús va al Padre, pero quiere quedarse con los suyos. Habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin, por eso inventa el gran prodigio del amor de un Dios todo sabiduría, bondad y ternura: toma un poco de pan en sus santas y venerables manos, lo bendice, lo parte y lo entrega a sus discípulos, diciendo: ‘Ésto es mi Cuerpo’.


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¡Qué inmensa maravilla del amor de Dios! Queda entre los hombres convertido en un poco de pan; desde entonces todos los hombres correrán al Sagrario a visitar a Jesucristo, a alimentarse de su Carne y Sangre adorables. Jesús quiere quedar en la tierra y con la Eucaristía instituye al mismo tiempo el Sacerdocio, cuando dice a los discípulos: ‘Haced esto en memoria mía’.

Desde entonces, dondequiera que hay un Sacerdote, se reproduce la escena adorable del Cenáculo; él sube al altar revestido de la autoridad misma de Cristo, toma un poco de pan, lo bendice, lo parte y lo da en comunión a los fieles. Cuántas veces, amados hermanos, habréis asistido a ese adorable sacrificio. Y aquí, dentro de poco, lo veréis, veréis al Sacerdote subir al altar, tomar nuevamente en sus manos un poco de pan, bendecirlo, partirlo y darlo también en comunión.

En este triple gesto está encerrado el misterio sacerdotal. Una víctima que quiere inmolarse debe ser bendecida, quebrada, repartida y como quiera que, al mismo tiempo que se estableció la Eucaristía, se estableció el Sacerdocio, vale decir que la misma ley de la Hostia, es la del Sacerdote. También el Sacerdote se constituye por una bendición, por una fracción, por una comunión. No en vano la víctima es Cristo, el Sacerdote es Cristo y, al cabo de los siglos, quienes reproducen la Santa Eucaristía somos los Sacerdotes, tomados de entre los hombres, para ofrecer, al mismo Dios, dones por los pecados pero, principalmente, para levantar al cielo las manos impregnadas de la Sangre Divina del Cordero; para atraer la bendición de los cielos a la tierra. Es Cristo, el mismo Cristo de ayer, de hoy y de mañana, que subió a los cielos y que permaneció sin embargo, sobre la tierra. Identidad entre la Hostia, la Víctima y el Sacerdote.

Hoy hace 25 años, el Venerable Pontífice que va a subir al altar, recibió los poderes del sacerdocio; se constituyó una inmolación perenne que consuma y consumará con una comunión, comunión eterna con Dios. Lo que él va a hacer, hay que aplicarlo al Sacerdote, a todo Sacerdote. Quiera Dios que, abriendo los ojos iluminados del corazón, ahondemos un poco en este misterio, para contemplar el infinito amor de Jesucristo que así se entrega. Para hacerlo menos indignamente, invoquemos las luces del Espíritu Santo por intercesión de la Virgen Santísima.

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‘Coenantibus illis accepit Jesus panem, et benedixit,et fregit, et dedit discipulis suis’.‘Y mientras cenaba tomó Jesús el pan y lo bendijo, y Lo partió, y lo dio a sus discípulos’.

Una Hostia, lo mismo que un Sacerdote, se instituye por medio de una bendición. ‘Tomó Jesús el pan y lo bendijo…’ después tomará al hombre, lo bendecirá también y tanto esa bendición primera, como la segunda, van a producir un efecto en el pan y en el hombre. El Obispo bendice al Sacerdote, diciéndole palabras, fórmulas especiales; pero no es la palabra del hombre como la de Dios: la de Dios es sustancia, es eterna, viva; la palabra nuestra no es viva, con ella expresamos los íntimos anhelos de nuestra alma, pero nunca llega adonde alcanza el deseo y los íntimos sentimientos del corazón. Somos demasiado limitados para alcanzar lo que desea el corazón. Deseamos bien y queremos real todo lo que deseamos.

La Palabra buena, la Palabra eterna, es la que se pronuncia en el seno mismo de Dios. Sabéis que el más alto de los misterios cristianos es el de la Santísima Trinidad: la fecundidad de Dios pronuncia una palabra eterna, sustancial, que es el esplendor de la gloria de Dios, la figura de su sustancia, la eterna alabanza con que se alaba a Sí mismo y el lenguaje con que se comunica en lo íntimo de su Verbo, es la única palabra buena. Una vez Dios la pronunció sobre los hombres en el silencio de Nazareth, cuando hizo descender al seno de María al Verbo Divino, al Deseado de todas las naciones de la tierra, al Bendito por antonomasia, cuando hizo aparecer entre los hombres al Verbo Encarnado. Esa palabra de Dios apareció entre los hombres y también dijo palabras de bendición.

Esa es la Palabra buena con que Dios bendice a los hombres y con la que bendice la Iglesia; la que pronunciamos en todos los Sacramentos, Palabra de eficacia infinita, que trueca la sustancia misma de las cosas.

El Sacerdote, tomado de entre los hombres, sube al altar, una vez ungido, y pronuncia la palabra de bendición, la palabra eficaz, la palabra que no se lleva el viento, palabra que no vuelve a su principio sino que realiza todo cuanto significa: cambia el pan en el Cuerpo de Cristo y el vino en su Sangre.


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¡Oh bendición espléndida, que así cambia las cosas y realiza el prodigio de traer a la tierra al mismo Dios! Como ella, la palabra del Pontífice en la Ordenación Sacerdotal, es también la palabra de bendición. Un hombre postrado a las plantas del Pontífice que extiende sus manos y pronuncia una bendición. El gesto de extender las manos significa ya bendecir. Aquel hombre, interiormente se cambia, se transubstancia, por decirlo así, deja de ser lo que era para comenzar a ser algo más alto y profundo; ese hombre recibe un sello indeleble para toda la eternidad, es otro Cristo y él mismo podrá ya bendecir a las almas, podrá perdonar los pecados. Así como en la Hostia, la transubstanciación hace que el Cuerpo de Cristo sustituya a la esencia misma del pan; en la ordenación, la bendición del Pontífice da la virtud de Dios de tal modo, que el pobre ser humano queda verdaderamente divinizado, encumbrado por encima de los más elevados ángeles.

Hace 25 años, el Venerable Pontífice que va a celebrar la Santa Misa, fue así bendecido y, desde entonces, puede pronunciar en el altar la palabra que obra el prodigio de la Santa Eucaristía. ¿Quién podrá decir lo que significa para un Sacerdote 25 años de estar pronunciando todos los días palabras de bendición y consagrando la Santa Hostia?

Pero la Hostia no solamente se bendice, también se fracciona, se quiebra. ¿No habéis visto muchas veces cómo el Sacerdote, imitando el gesto de Jesucristo, rompe la Hostia, la parte? Ese romper, ese inmolar, no es otra cosa que el sacrificio, la destrucción total o parcial de una cosa sensible para decir a Dios que sólo Él es perfecto; por eso, el hombre busca las cosas de más valor para destruirlas ante la divinidad, para decir: Tú vales más que todos los tesoros de la tierra. Si posible fuera destruir todo el universo en oblación magnífica a Dios, este sacrificio sería inmensamente pequeño ante lo que Él merece. Por eso, Dios, cansado de los sacrificios de la ley antigua, estableció un nuevo sacrificio, nada menos que el de su mismo Hijo. El Verbo vendrá a la tierra a destruirse, a morir por los hombres para glorificar a Dios; entonces el hombre podrá ofrecer una Víctima digna de Dios, podrá realizar algo grande: ofrecer un don inmenso para recibir las gracias del corazón de Dios. Ese sacrificio es una destrucción, destrucción de algo precioso. El Sacerdote que lo ofrece todos los días, tiene que inmolarse también místicamente. Nosotros vemos todos los días al Sacerdote en el altar, pero no vemos la cruz interna que él lleva, ese fraccionamiento constante

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de su alma, de su espíritu, esa crucifixión perpetua, ese inmolarse día a día para glorificar a Dios y salvar a las almas.

Como San Pablo, el Sacerdote, desde el día de su Ordenación, no quiere saber sino a Cristo Crucificado; es la única ciencia para él, la ciencia de Jesús Crucificado. Con la inteligencia, el Sacerdote inmolará la voluntad, inmolará todo su ser al beneplácito divino, para poder decir como el mismo Cristo ‘Yo hago siempre lo que es del agrado de mi Padre’. Inmolará el corazón haciéndole incapaz de amar fuera de Dios, desentendiéndose de las cosas de la tierra; el corazón sacerdotal es como todo corazón humano, ha sido tomado de en medio de los hombres, es hombre de carne y hueso como todos los hijos de Adán; pero ese corazón que fue hecho para amar, ha de amar sólo a Dios, ha de arrancar hasta los más legítimos amores y convertirse en blanco de ingratitudes, de incomprensiones humanas, quedar lacerado como el Corazón de Cristo.

Todo Sacerdote puede decir como el Apóstol: yo llevo en mi propia carne los estigmas de la Pasión de Cristo. Inmolado todo su ser, gota a gota. Esto es necesario para glorificar a Dios, y para que la humanidad se purifique, se eleve a las alturas divinas de la gracia, en esa unión, en esa comunión del Sacerdote con la divinidad.

Y el Sacerdote tiene que darse en comunión a su vez; toda la vida cristiana se encierra en lo que llamamos vida de la gracia. Imposible decir lo que es la gracia, lo que es esa participación de la vida de Dios, esa bendición por la cual Dios derrama sobre nosotros su fecunda paternidad…

¿Quién puede calcular lo que son 25 años de un sacerdocio vigorosamente llevado? 25 años de inmolación diaria, profunda, fecunda; 25 años de unión con Dios; esos 25 años no han sido vanos, no pueden ser vanos. El Sacerdote es misionero, tiene que ser misionero, tiene que lanzarse al campo de las almas, tiene que ser principio de vida para ellas, abrirle los ojos a la luz de la verdad.

Veinticinco años de ser bendecido, de ser triturado; pero 25 años de vida misionera, fecunda, 25 años de darse en comunión a las almas.


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Unidos al Pontífice que va a celebrar la Santa Misa hemos de dar gracias y merecer, al mismo tiempo, los dones de Dios para el mundo misionero, para todos los futuros Sacerdotes que se forjan en el Seminario Mexicano de Misiones.

Oh Jesús, Pastor Eterno de las almas, mira a este Pontífice que cumple hoy 25 años de Sacerdocio. Inclínate una vez más sobre él, bendícelo con las divinas bendiciones con que sabes bendecir al hombre; sacrifícalo, sí, porque es necesario, pero con tu amor infinito que es siempre el Amor Sacerdotal que inmola con dulzura; porque cuando se ama no se sufre y, si hay dolor, se ama ese dolor. Comúlgalo ahora en la tierra, y mañana con la eterna comunión con que recompensarás las comuniones nuestras, comulgándonos en tu propio seno y haciéndonos felices por toda la eternidad.”

Más amigos

En carta del 6 de noviembre de 1957 dirigida al P. Ríos, que estaba en Japón, Monseñor Escalante dice: “Según los periódicos de aquí, el ‘tapado’ es el Lic. Adolfo López Mateos, que será el próximo presidente de México; he estado con él unas dos ocasiones en este año, y tengo varios amigos que lo conocen bien.”

Doña Guadalupe Borja de Díaz Ordaz, esposa de Gustavo Díaz Ordaz, procedía de una familia católica de la ciudad de Puebla. Asistiendo a Misa, había recibido la revista “Almas” y se había inscrito como madrina de los Misioneros de Guadalupe. Su esposo era entonces Secretario de Gobernación en el mandato presidencial de Adolfo López Mateos y ya se rumoraba que sería el próximo presidente de la República. Jugaba golf y algunas veces, en el Club de Golf México, jugó con Mons. Escalante.

Laamistad fue suficienteparaqueDíazOrdaz lepidierapresidir laboda de su hija, Ma. Guadalupe Díaz Borja con Salim Nasta, que fue director de Guanos y Fertilizantes. Llegados el día y la hora, Mons. Escalante, ya revestido con su atuendo episcopal, esperaba en la puerta de la iglesia La Profesa, en la calle Madero del centro de la ciudad de México. Puntual llegó la limosina que traía a la novia y al papá de

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ella. Bajaron ambos. En la puerta, Díaz Ordaz entregó la hija al novio. Regresó a la limosina y desapareció.

En la siguiente ocasión en que el Obispo y el secretario de Gobernación jugaron juntos el partido de golf, Mons. Escalante preguntó a Díaz Ordaz: “¿Por qué no entró a la iglesia para estar en la boda de su hija?.” Sin dejar que contestara, Monseñor añadió: “No se preocupe, yo entiendo, le contaré una historia: un Padre llegó a dar los últimos Sacramentos a un moribundo y le preguntó: ‘¿Renuncias a Satanás? a lo que el enfermo contestó: ‘Padrecito, a estas alturas prefiero no hacer enemigos’.” Díaz Ordaz, sonrojado, y los otros dos compañeros jugadores captaron el mensaje y rieron estruendosamente.

Después, cuando Díaz Ordaz ya era Presidente de México, Mons. Escalante le regaló un putter (Bastón corto de golf, de cara vertical, que se usa para golpear la bola suavemente en el área llamada green y meterla en el hoyo) que había traído de Hong Kong.

Cuando el Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, y su esposa Jaqueline visitaron México el 1° de julio de 1962, Monseñor Escalante, con otros obispos mexicanos, les acompañó en la Misa celebrada en la Basílica de Guadalupe, a la que ellos asistieron. Ese mismo día, la Embajada de E.U. llamó por teléfono para invitarlo a la recepción que los distinguidos huéspedes ofrecieron en el Palacio de Bellas Artes. Monseñor Escalante asistió a dicha recepción. Fue muy agradable el encuentro, pues ya antes se habían conocido en Estados Unidos. (El Presidente Kennedy habría de morir asesinado al año siguiente, el 22 de noviembre).

En aquellos días de la visita a la Basílica de Guadalupe, el comentario de los corrillos familiares, que trascendió también a la prensa, fue de extrañeza: “¿No es raro que un presidente católico de un país cuya población, en su mayoría, no es católica, asista a Misa públicamente y, en contraste, un presidente de México, país mayoritariamente católico, no lo pueda hacer ni siquiera para acompañar al primer mandatario de un país extranjero? El impedimento era la falta de libertad religiosa


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en México cuya ley era antagónica a la Iglesia Católica. Ahora no lo es tanto, pero algunos políticos aún tienen residuos del mismo absurdo antagonismo.

El 21 de enero de 1965, el Presidente de México, Lic. Gustavo Díaz Ordaz, escribió a Monseñor Escalante, desde Palacio Nacional, lo siguiente: “Distinguido y fino amigo: Agradezco infinito la atención que me dispensó al hacerme un simpático obsequio para ver si así, lo dudo mucho, puedo mejorar mi golf, que como van las cosas, espero probarlo dentro de unos seis años.

Por mi parte, me permito corresponderle con otro presente. Sabiendo que usted es un gran jugador de golf, de los que poseen una depurada técnica, espero que el ‘putter’ (con brújula) que le mando lo ayude a empeorar su score.

Lo saludo cordialmente y me reitero su atento, seguro servidor y amigo.”

El 12 de febrero de 1965, Monseñor Escalante contestó al Presidente de México, Lic. Gustavo Díaz Ordaz, desde México, lo siguiente: “Muy estimado señor Presidente: Mucho le agradezco las mancuernas que tuvo a bien enviarme, así como el ‘educated putter’ que me parece un obsequio muy bien pensado y útil para un pobre golfista que se quiere mejorar no sólo en esto, sino en muchas otras cosas; sobre todo, aprecio el hecho de que con sus múltiples ocupaciones, se haya acordado de mí.

Para Navidad, unos amigos me regalaron 14 ‘báculos’, es decir, 4 de madera y 10 de fierro, que son exactamente del tamaño que el Concilio Ecuménico Vaticano II recomienda en su nueva liturgia. Ayudan a mantener la unidad entre los cristianos y también traen a la Iglesia a un mundo moderno: dos esquemas que ya se discutieron en la tercera sesión del Concilio.

El ‘educated putter’ que tuvo la bondad de obsequiarme, completa los ‘báculos’ y además servirá para las ‘concelebraciones’ de una manera más solemne. Lo más útil de este ‘putter’ es el uso del claxon para avisar a todos que en el Hoyo 18 deben preparar la ‘lana’ aunque no sea domingo.

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Siento mucho no poder seguir su ejemplo de esperar 6 años, puesto que si no juego en 6 días, ¡mi vida espiritual sufre y nadie me aguanta!”

Dorothy, la viuda de John Jenness, recuerda la amistad que ella y su esposo tuvieron con el Obispo Escalante y la colaboración que le dieron en la obra del Seminario de Misiones y de los primeros Misioneros de Guadalupe: “ John conoció al Obispo Escalante a través de Delfina y Faustino Pérez de Puebla, antes de que se construyera el Seminario del Obispo en la ciudad de México y, cuando se terminó, John fue a la celebración, porque el Obispo Escalante lo invitó.

John estuvo en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de 1950 a 1975 y trabajó en el laboratorio de fotografía pues antes de ser militar ya era fotógrafo.

John estuvo asignado a Misawa, Japón de 1958 a 1960. El Padre Ríos y otros sacerdotes nos visitaron allí. En 1960 estuvimos viviendo en Tokio, Japón. John estaba en el laboratorio de fotografía en un área cercana a la base militar de Tachikawa. (Los Padres Ríos, Garnica, Valdés y Martínez visitaron al matrimonio Jenness en esa base militar y alegraron la reunión cantando canciones al son de la guitarra.)

En 1961 fuimos varias veces a la iglesia (de Wakamatsu) donde estaban el Padre Ríos, el Padre Garnica y el Padre Martínez.

Weisbaden, Alemania, fue el único lugar en donde el Obispo Escalante nos visitó. Sé que John lo vió varias veces, pero no recuerdo todas. Había varios misioneros en Alemania y todos venían a mi casa para visitarnos junto con el Obispo Escalante y yo les cocinaba y les proporcionaba un lugar para dormir.

Cuando me operaron en Weisbaden, Alemania, el Obispo me dio la gran sorpresa. Él estaba en el Concilio Vaticano. Me visitó en el hospital militar. Traía las vestiduras episcopales. Después de que salió del hospital, el comandante del hospital me preguntó qué estaba haciendo un obispo del Concilio Vaticano en su hospital y yo le dije que él era mi amigo muy querido.


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John falleció el 31 de mayo de 2001. Está sepultado en el cementerio militar de su pueblo natal: Augusta, Maine.

En uno de los viajes a Estados Unidos para conseguir ayuda para el Seminario de Misiones, Mons. Escalante llamó por teléfono a su amigo Walter O’Malley, presidente de Los Dodgers, club de béisbol. Walter lo invitó para que viera el juego desde su palco, cuando Los Dodgers jugaban en su estadio Ebbetts Field, en Brooklyn, Nueva York. Ese día Los Yankees ganaban ya por 3 a 0; pero en la segunda parte de la novena entrada Los Dodgers llenaron las tres bases. En tal situación, Monseñor preguntó a O’Malley: “¿Me das una beca para mi Seminario Mexicano si te consigo en este momento un homerun?.” O’Malley contestó: “¿Cuánto cuesta una beca?.” Monseñor dijo: “Cinco mil dólares”. O’Malley afirmó:“Trato hecho”. Enseguida Monseñor hizo la señal de la cruz en el aire hacia el bateador y éste pegó el homerun deseado. Ese día Los Dodgers ganaron el juego, por 4 a 3 carreras, y Monseñor recibió los cinco mil dólares.

Sus familiares

Los hijos de doña Alicia Escalante de Peón, Ignacio de ocho años, Alonso de siete y Joaquín de seis, solían visitar en la Quinta “Los Álamos” a Monseñor, a quien llamaban “Tío Obis”. Monseñor quería mucho a sus sobrinos y era muy querido de ellos. Los niños jugaban en los jardines de la Quinta. Se divertían con los seminaristas en sus horas de recreo y especialmente con dos perros setter que alguna persona había regalado a Monseñor.

Alonso, el sobrino, platica: “Una vez dormimos en el cuarto contiguo al del obispo. Antes de que llegáramos, Monseñor había preparado una travesura: escondió un altavoz dentro del ropero que habríamos de usar y, ya en la noche, cuando dormíamos, nos habló por el micrófono, imitando voz de cavernícola, con un discurso espeluznante y música tenebrosa. Buscamos el origen del sonido, hallamos el altavoz, seguimos el cable y fuimos a dar al cuarto del Obispo que estaba ‘muerto de la risa’.

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Celebramos la ‘puntada’ del Tío Obis diciéndole a coro, mientras brincábamos de gusto: ‘¡Te descubrimos, te descubrimos!’.”

Al cabo de los años, Alonso, ahora sicólogo, recuerda: “Veíamos en él la figura paterna que no conocíamos, pues nuestro padre murió cuando éramos muy pequeños. Él nos dió la Primera Comunión a los tres, en la Basílica de Guadalupe, juntamente con los niños del Colegio Vallarta donde cursábamos la primaria. El desayuno familiar tuvo lugar en el jardín de la casa de mi mamá, en el Bulevar de los Virreyes. A veces lo encontrábamos por sorpresa en alguna iglesia de las Lomas: desde nuestra banca hacíamos gestos para que nos viera; enrojecía su rostro pero, después, no nos regañaba, simplemente nos comentaba la travesura y nos hacía alguna otra broma. Siempre fue grato ver al obispo, su trato siempre fue amable. Ya adolescentes o jóvenes, de él recibimos excelentes consejos. Me causaba gran admiración cómo combinaba la seriedad y el empeño que ponía en su trabajo con el buen humor que le brotaba espontáneo. Siempre traía dos o tres chistes, como dicen, ‘en la bolsa’ para soltarlos oportunamente. Tío Obis y nosotros gozábamos inmensamente la celebración de la Navidad pues era el día de su cumpleaños. ¡Tío Obis tuvo que hacer tantos viajes alrededor del mundo que, en la familia, le pusimos el apodo de ‘Obisnauta’!”

Cuando Joaquín entró a la Compañía de Jesús, el Tío Obis bromeaba diciéndole: “Los Jesuitas no son la verdadera Compañía de Jesús. Los obispos, por ser sucesores de los apóstoles, somos la auténtica Compañía de Jesús.” Y Joaquín escribió: “Tío Obis, así te conocí, así siempre te recordaré. ¡Gracias por tu vida llena de alegría, gracias por tu ejemplo de desprendimiento, gracias por esos grandes contrastes de los grandes hombres que hacen a una persona completa a los ojos de los demás y plena delante de Dios. Gustabas del golf; pero caminaste distancias inmensamente mayores por tierras lodosas, sucias, olvidadas, para ayudar, mejorar, construir, elevar. Comiste lo más despreciable en las selvas de Bolivia con la misma alegría que disfrutabas del más delicioso platillo en cualquier restorán de México, del mundo. Siendo tan amplia tu visión, cada uno de nosotros se sentía ser alguien muy especial para ti. Sabías extraer personas de entre las masas y multitudes. Parecía que tu corazón era tan amplio como para tener no sólo un lugar genérico para todos, sino un apartado estupendo para cada uno.”


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Doña Alicia Escalante Vda. de Peón, hermana de Monseñor Escalante y ya viuda, platica que hizo un viaje al Medio Oriente en 1955 con su hermano “El Obis”. Se encontraron en Nueva York. Él tenía que ir a Roma, en la Pascua, para asistir a la Asamblea Internacional de la Propagación de la Fe. Ella lo invitó, pagándole todos los gastos, a que alargara su viaje y la acompañara en plan de descanso. Juntos proyectaron el viaje. Ella, aprovechando dos cancelaciones, obtuvo los boletos, para volar a Londres, en el Ambassador Flight de la aerolínea TWA. El avión tenía tres secciones: las sillas para los pasajeros y retrete con lavabo en la parte posterior; los alimentos se servían en la sección de las sillas, como se hace actualmente en los aviones ordinarios. Había nueve camas de cada lado en la parte media; cocina y sala con sillones y sofá al frente.

Monseñor conocía al gerente del Citibank que puso un automóvil a su disposición para que los llevara al aeropuerto. En el largo viaje para atravesar el Atlántico, cenaron juntos, pero, aunque ella tenía deseos de conversar,élsefueadormirtodoelrestodelviaje.Alfinaldeesevuelo,ella preguntó al “Obis” por qué había dormido tanto y, bromeando, él contestó: “Porque vi que junto a ti estaba un hombre muy guapo y quise darte la oportunidad para que platicaras con él y te casaras nuevamente.” Ella recuerda: “Por cierto, el hombre era un argentino muy amable que me regaló unos aretes. De cualquier manera, el ‘Obis’ se dormía en todos los vuelos.”

En Londres encontraron a Dracópulos, administrador de los negocios del emperador de Etiopía, Haile Selasie. Este Dracópulos tenía dos casas: una en Grecia y otra en Addis-Abeba, Etiopía. Posteriormente, doña Alicia recibió una foto que lo mostraba con su mascota que era un león. Visitaron París y Viena. De ahí fueron a Estambul donde encontraron a Raúl Cano, magnate de la Cía. Anaconda, fábrica de tubería, casado con Olga Azcárraga. Pasaron la Semana Santa en Jerusalén. En el hotel encontraron al matrimonio Palavicini. Vieron otros lugares de Tierra Santa. Llegaron al Cairo. Quisieron hospedarse en el Hotel Semíramis y, no habiendo lugares, la gerencia los acomodó en un gran yate al que llamaban la extensión del mismo hotel. Si las

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amistades que los acompañaban los invitaban a un night club, el Obispo decía que prefería un “day club” y se iba a dormir. Así, al día siguiente, recorría calles y veía lugares interesantes.

En Roma, mientras Mons. Escalante estaba en las reuniones de la Propagación de la Fe, doña Alicia y Olga Azcárraga paseaban por la ciudad guiadas por unas religiosas. Sor Pascualina, que en aquel tiempo atendía a Pío XII, aconsejó a doña Alicia que esperara junto a la puerta del elevador por donde saldría el Papa que iba a ver a su médico. Así, doña Alicia pudo recibir la bendición y besar la mano de Pío XII. De Roma, Mons. Escalante y su hermana Alicia fueron a Madrid y a Barcelona donde visitaron a la tía Elda Peón Vda. de Mata. Aunque el vuelo de regreso a Nueva York fue en primera clase, Monseñor dijo que el avión era una carreta, comparado con el Ambassador Flight de TWA. El viaje duró dos meses.

La segunda hermana del Obispo Escalante fue Lucía, que casó con el Sr. Lorenzo Peón Palma. Ella tuvo dos hijos y dos hijas: Lorenzo, Lucita, Fernando y Alicia. Lorenzo y Lucita, ya estudiantes de secundaria, pasaban sus vacaciones en la ciudad de México. Monseñor quiso llevarlos de paseo a Acapulco. Lucita se acompañó de su prima Peggy Coldwell y Lorenzo hizo buenas migas con el P. Colín. El industrial Carlos Trouyet ofrecía a Mons. Escalante su casa de Acapulco, en la sección de Las Brisas, para que allí descansara cuando le pareciera conveniente. Allá llevó Monseñor a los vacacionistas. La familia Trouyet no estaba, pero sí toda la servidumbre. Mons. Escalante ocupó el bungalow que él llamaba “el mejor para obispos cansados.” Lucita y Peggy ocuparon el cuarto de las hijas y Lorenzo y el P. Colín el cuarto de los hijos.

Lucita era la sobrina consentida y ella recuerda que Tío Obis le consiguió estudiar en Marymount College, en Los Ángeles, CA., y que, cuando contrajo matrimonio con Joaquín Ruiz Esparza, en diciembre de 1966, en el templo de La Sagrada Familia de Mérida, Yuc., Monseñor presidió la ceremonia, dió la bendición nupcial y asistió al brindis ofrecido en Itzimná.


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Beatriz Escalante de Wright fue la hermana menor; sentimentalmente, la más cercana al Obispo Escalante con quien mantuvo frecuente correspondencia desde que él estaba en Manchuria. Beatriz se casó en 1938 con Silas Wright, colombiano, que prestó servicio militar en New Orleans durante la Segunda guerra mundial. Los dos vinieron a vivir en México en 1945.

CuandoMonseñorvinodeBoliviaaMéxico,en1948yteníasuoficinaen la calle de Balderas, su hermana Beatriz le llamaba por teléfono casi diariamente, durante dieciocho años. Si él tenía tiempo para oírla, pacientemente la escuchaba; le puso el apodo de Donald Duck por su modo de hablar rápido, su timbre de voz gutural y su larga plática. Cuando tenía asuntos urgentes, simplemente le decía: “Estoy ocupado” y colgaba el auricular.

La humanidad de Monseñor subía de peso y él intentó varios métodos para tener mejor salud. Ninguno dió buen resultado. Un maestro de ejercicios físicos fue algunas veces al Seminario. Acostaba a Monseñor, boca arriba, en el piso de su habitación; colocaba una pelota de basketball sobre su abdomen; el maestro se sentaba sobre la pelota y hacía movimientos circulares, supuestamente para reducir la grasa o el abultamiento del abdomen. Monseñor consideró que ese método era demasiado rudo y lo dejó.

Un médico le recetó una bebida que parecía leche y no lo era y una galleta que parecía pan y no lo era, para sustituir la comida del medio día.AlasdocedeldíallamabaBettyalaoficinadesuhermano:“Alonso, ¿ya tomaste tu dieta?.” Monseñor contestaba: “Ya, pero a las 2 de la tarde tengo banquete”, y colgaba el teléfono.

El 2 de mayo de 1960, Monseñor Escalante escribió, de su puño y letra, a su cuñado Silas Wright y a su hermana Betty desde Roma: “Queridos Si y Betty, acabo de enterarme de que estuvieron los dos en el hospital para unas operaciones. Los recordamos mucho en nuestras visitas a la Basílica. Espero que para este tiempo, ya se hayan recuperado completamente.

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El viaje ha estado bien, por lo menos hasta Roma, donde hemos estado bastante ocupados. Hoy, el Santo Padre estuvo en la Plaza de San Pedro y estuvimos cerca de él.

Espero salir para Madrid mañana y después a Barcelona y París y luego a los Estados Unidos. Espero llegar aproximadamente el 20 de mayo: No conozco el itinerario de Alicia.”

Don Alonso Escalante Peón, papá de Monseñor, también lo visitabafrecuentementeensuoficinayledecía:“Alonso, aceptas muchas invitaciones para banquetes, así comes demasiado, te vas a morir siendo joven.” Él contestaba con humildad: “Pa, ¿qué quieres?. Me gusta comer.” La verdadera razón, de socializar tanto, era el don de gentes que Dios le había dado y su propósito de conseguir amigos y bienhechores para los Misioneros de Guadalupe.

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7Capítulo

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7LA PRUEBA PARA UNA OBRA

DE DIOS

El acuerdo de 1946

Una recomendación del Capítulo General de Maryknoll de 1946, a su Superior General de aquel entonces, decía así:

“Cuestión 103: En referencia al Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras: El P. Keller intervino, secundado por el P. Walsh: ‘Que el Reporte con respecto al Seminario de Misiones Extranjeras de México, aprobado en general por el Capítulo, se recomiende favorablemente al Superior General y su Consejo, para posterior estudio y acción apropiada’. La moción fue aceptada en forma unánime.

La presidencia asignó un comité, para Estudio del Lenguaje y Preparación de Misioneros después de su ordenación, como sigue: P. Dietz, Presidente; P. Craig; P. Mulcahy.

Con esto concluyó la sesión.”

Este Comité entregó al mismo Capítulo General lo siguiente: “Del Capítulo General de Maryknoll de 1946. Reporte del Comité sobre el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras. La Comisión Episcopal de la Jerarquía Mexicana, formada por el Arzobispo Márquez de Puebla y el Obispo Miranda de Tulancingo, solicitan a Maryknoll, en nombre de la Jerarquía Mexicana, que asuma la responsabilidad de llevar a cabo el establecimiento de un Seminario y de un Instituto de Misiones

la PrUeba Para Una obra de dios

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en México, siguiendo el patrón de las sociedades nacionales modernas de sacerdotes sin votos. Específicamente, se solicita comenzar los servicios, en 1947, del Obispo Escalante, como rector y organizador y, comenzando en 1949, de cinco sacerdotes cooperadores. La solicitud de la Comisión Episcopal propone que Maryknoll asuma toda la responsabilidad financiera y de cualquier otro tipo, en este proyecto. El Comité del Capítulo piensa que esto es inadmisible y, a este efecto, presenta al Capítulo una contra-propuesta.

El Comité propone que la siguiente moción sea considerada para su aceptación por el Capítulo. La moción está de tal forma redactada, que puede ser comunicada textualmente a la Comisión Episcopal Mexicana, como base para una acción futura: El Comité propone que el Capítulo acepte esta solicitud de la Jerarquía de México, que Maryknoll coopere en la fundación de un Seminario e Instituto mexicanos para Misiones extranjeras, pues es un proyecto que bien puede significar la salvación de muchas almas y al cual Maryknoll consideraría un honor estar ligado.

Se comunican las siguientes cláusulas al Consejo de Maryknoll, como base para la negociación con la Comisión Episcopal de la Jerarquía Mexicana:

1. Por su parte, la Sociedad se prepararía para llegar al acuerdo de prestar al Obispo Escalante por un período de diez años, tal como se solicitó, para servir al proyecto según lo que decida la Comisión Episcopal, siempre y cuando la Sagrada Congregación de Propaganda esté de acuerdo en removerlo de su obligación en el Vicariato de Pando. Su Excelencia, durante este período, respondería de todas sus actividades a la Jerarquía de México y no a Maryknoll. En el caso de que el Obispo Escalante no pudiera, por cualquier razón, continuar su trabajo por todo este período, Maryknoll no podría hacerse responsable de proporcionar un substituto del Obispo Escalante, pues no siente que algún otro miembro de su personal esté calificado para llenar tal puesto.

2. La Sociedad estaría de acuerdo en prestar en 1949, o de esa fecha en adelante, un total de cinco Padres de Maryknoll, aproximadamente, como profesores y colaboradores en el proyecto, por un período de diez años.

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3. La Sociedad no aceptaría y no permitiría que ninguno de sus miembros tome la responsabilidad directa de la fundación o del financiamiento del proyecto, pues piensa que debe estar en las manos de un determinado grupo de mexicanos exclusivamente, ya sea la Comisión Episcopal, o la Unión Misional del Clero, o una comisión creada por la Jerarquía y encabezada por un sacerdote mexicano debidamente calificado para lanzar el proyecto. El proyecto, cree Maryknoll, debe conocerse como una propuesta de la Iglesia y la Jerarquía Mexicana; tanto el clero como los fieles deben entender claramente, en todo momento, que Maryknoll, como un trabajo de celo misionero, solamente presta a un grupo de su personal para ayudar a los organizadores mexicanos. El Consejo de Maryknoll, en sus negociaciones con la Comisión Episcopal, deberá determinar a satisfacción de sí mismo, que la organización mexicana establecida para el proyecto es lo suficientemente capaz para dar una garantía razonable de que puede llevar a cabo, felizmente, las actividades vocacionales y la recaudación de fondos que se requieren. Agosto 20 de 1946.”

Mons. Escalante siempre tenía en mente regresar a su Misión de Pando en Bolivia, de la que todavía conservaba la jurisdicción como Vicario Apostólicoyconfiabaenelplandediezaños,quelaJerarquíaMexicanay Maryknoll habían acordado para establecer el Instituto Mexicano de Misiones. Así, Mons. Escalante podría regresar a su misión. Sin embargo, los acontecimientos se desarrollaron de otro modo.

El 14 de abril de 1952, Mons. Escalante escribió al Cardenal Pietro Fumasoni Biondi la siguiente carta:

“Su Eminencia: Acabo, de leer, en el boletín del Consejo, que Maryknoll avisa a todos los Padres de Maryknoll, que la Sagrada Congregación de Propaganda Fide ha solicitado una terna para el nombramiento de Vicario Apostólico de Pando.

Esto fue una sorpresa para mí, ya que ni Su Eminencia, ni el Superior General de los Padres de Maryknoll me previnieron de esto. En su carta del 31 de mayo de 1948 (Prot. N. 2259/48) su Eminencia me dice: …‘ita ut semper Excellentia Tua maneat Titularis Missionis et possit proinde libere se reverti, si hoc in posterum videretur opportunum’.”


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(De manera que tu Excelencia permanezca siempre como titular de la Misión y puedas, consiguientemente, con libertad renunciar a la Misión si después pareciere conveniente.)

Asimismo, el Superior General de los Padres de Maryknoll en su carta del 24 de septiembre de 1946, dirigida a la Comisión Episcopal Mexicana para este Seminario, citando las palabras exactas de la resolución pasada por nuestro Capítulo, dijo: “La Sociedad estaría preparada por su parte, para estar de acuerdo en prestar al Obispo Escalante por un período de diez años conforme se solicita…”

“Mientras que estamos dispuestos a ser colocados donde el Santo Padre lo desee, y donde podamos ayudar mejor a los intereses de la Iglesia, sí nos parece extraño que el asunto de nombrar un nuevo Vicario Apostólico de Pando se discuta y se publique mucho antes de avisarle a quien tiene ese título.

En vista de lo anterior, deseo saber de Su Eminencia, cuál es mi estado actual o adónde pertenezco.

Con los sentimientos de mi más alta estimación y suplicando la Bendición de Su Eminencia, me repito, Afectísimo en Cristo, + Alonso M. Escalante, M.M., Obispo Titular de Sora, Rector.”

El Cardenal Pietro Fumasoni Biondi contestó, desde el Vaticano, al Obispo Escalante y al Superior General de Maryknoll, el Excmo. R.A. Lane, el 4 de junio de 1952, en estos términos:

“Su Excelencia: Con referencia al Vicariato de Pando, esta Sagrada Congregación ‘de Propaganda Fide’ ha estudiado el asunto y es de la opinión de nombrar un administrador apostólico con carácter episcopal. Consecuentemente, el Obispo Escalante permanecerá en su posición actual y retendrá el título de Vicario Apostólico de Pando.

Por medio de fuentes confiables, tenemos entendido que él ha llevado a cabo una magnífica labor en el Seminario (de Misiones) y se le necesitará ahí, por algún

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tiempo. Por lo tanto, Propaganda dará la bienvenida a la terna para el nombramiento de Administrador Apostólico de Pando, quien recibirá la consagración episcopal. Con los mejores deseos y saludos, quedo, Muy Afectísimo en Cristo, (s) P. Card. P. Fumasoni Biondi, Prefecto - + Celso Constantini, Secretario.”

El desacuerdo Lane-Escalante

El 8 de agosto de 1952, el Obispo R.A. Lane, Superior General de losPadres de Maryknoll dirigió esta carta al Obispo Escalante:

“Querido Obispo Escalante: Fue muy gratificante saber, desde nuestra reciente plática con usted aquí en Maryknoll, la forma espléndida en que el Seminario Mexicano para las Misiones Extranjeras, que usted dirige, está siendo aceptado y apoyado por el Episcopado, clero y católicos de ese país. Debe ser para usted fuente de gran aliento el encontrar tan difundido el interés nacional por un proyecto que promete mucho bien para el apostolado de las misiones extranjeras en la Iglesia. Este interés se revela claramente en el número de sacerdotes mexicanos que se encuentran ya asociados a su trabajo, en el buen número de seminaristas mayores y menores, y en el generoso apoyo material que el proyecto está recibiendo tanto de sacerdotes como del pueblo en general.Cuando Maryknoll, al aceptar la invitación del Episcopado Mexicano para cooperar en el establecimiento de un Seminario de Misiones Extranjeras, acordó, con la aprobación y apoyo de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, proporcionar un grupo de cinco sacerdotes por un período de diez años para este propósito, no pudimos prever el rápido desarrollo que ha tenido en el presente. Cuando se aceptó la invitación, lo que teníamos en mente era llevar el proyecto hasta el punto en donde tuviese el número suficiente de sacerdotes de nacionalidad mexicana, para manejarlo y dirigirlo, sin la necesidad de ayuda futura de Maryknoll. Ahora parece ser que esta etapa se alcanzará mucho antes de que expire el período de diez años originalmente imaginado. Este período se acortará aún más si el rector del Seminario toma acción con respecto a las líneas sugeridas por los Obispos Miranda y José Ignacio Márquez, bajo el párrafo núm. 11 del memorándum dirigido al Superior General de Maryknoll, en julio de 1946, en nombre y con la autorización del Episcopado Mexicano. Este párrafo dice: ‘Si los Superiores del Seminario llegan a necesitar, o creyeren conveniente que alguno o algunos de los sacerdotes diocesanos de la república de México ayudasen –como profesores, o en alguna otra forma; los infrascritos gestionarán ante los Rvmos.


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Ordinarios, lo conducente’. En el caso de que tal acción sea exitosa, el proyecto estará entonces listo para ser formalmente organizado como un Instituto misionero distinto, y México tendrá un Instituto de Misiones extranjeras conducido de total acuerdo con el carácter nacional de su propia gente.

Consecuentemente, le solicito se sirva transmitir mis felicitaciones a los miembros del Episcopado Mexicano y presentarles nuestra propuesta para que se comprometan a proporcionar en el futuro, un personal netamente mexicano para el Seminario e Instituto de Misiones Extranjeras, digamos aproximadamente para noviembre de 1953 ó, a lo sumo, para noviembre de 1954, y hacerse cargo del trabajo que ahora desempeñan los sacerdotes de Maryknoll asociados con usted.

Por lo que respecta a la futura relación de usted con el Seminario, eso es algo que dejaremos para que usted mismo lo arregle con el Episcopado Mexicano y la Santa Sede. Con los mejores deseos, quedo, devotamente en Cristo, + R.A. Lane, Superior General, F.C. Dietz, Secretario General.”

Al mismo tiempo, el 11 de diciembre de 1952, el Vicario General de los Padres de Maryknoll, T.S. Walsh, escribió a Mons. Escalante, en ausencia del Superior General, la siguiente nota:

“Querido Obispo Escalante: El Padre General se encuentra fuera el día de hoy y me permito escribirle esta nota en su ausencia, para informarle que acabamos de recibir un cable del P. Heinzmann informando que Mons. Danehy ha sido nombrado Obispo Titular de Bita. Aunque no se dijo nada acerca de esto en el cable, él ya tiene el título de administrador apostólico (de Pando). Pensé que le gustaría saber esto cuanto antes. Con mis más sinceros saludos personales, quedo, Afectísimo en Cristo, T.S. Walsh, Vicario General.”

Extracto de la carta del P. Heinzmann, del 10 de diciembre de 1952, al Padre General:

“El Minutante a cargo de las Misiones de Bolivia me dijo que el Obispo Escalante permanece aún como Vicario Apostólico y dijo que quiso poner eso en la carta, pero olvidó hacerlo.”

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Maryknoll también comunicó al Episcopado Mexicano la resolución de retirar sus sacerdotes del Seminario de Misiones. Así, el 1° de abril de 1953, Mons. Escalante escribió a Don Octaviano Márquez, Arzobispo de Puebla, la siguiente carta:

“Me permito dirigirle la presente para manifestarle mi opinión sobre la resolución que han expresado los Padres de Maryknoll de retirarse del Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras en el mes de noviembre de 1954.

No considero que esta separación total y unilateral deba llevarse a efecto por las siguientes razones:

El bien común del Seminario:Necesitamos misioneros bien adiestrados para formar a otros misioneros. Durante los pasados cuatro años, ha quedado demostrado que el Seminario ha hecho progresos no sólo en número sino también en el adiestramiento, gracias a los buenos profesores o Padres que fueron enviados por Maryknoll para prestar su cooperación.

Actualmente tenemos siete sacerdotes y algunos más que serán Ordenados en uno o dos años. Todos ellos juntos, no podrán hacerse cargo de la tarea de enseñar en un Seminario Mayor, dar clases también en el Menor, emprender su primera Misión y continuar fomentando el trabajo. También confiamos poder enviar este año uno o dos sacerdotes a estudiar Teología en Roma con el fin de prepararlos para la enseñanza. En el caso de que a este reducido número de jóvenes sacerdotes se le confiara todo este importante trabajo, el Seminario quedaría expuesto al fracaso, como lo ha expresado por escrito el Ven. Comité Episcopal, y la buena labor lograda anteriormente se perdería y el progreso sufriría un retraso.

El bien común de la Iglesia en México:Cualquier Seminario Misional que se establezca en un país, ipso facto eleva el nivel del clero debido a sus ideales, sacrificios, catolicidad, etc. Además de fundar este Seminario, la Jerarquía Mexicana ha encontrado la conveniencia, por medio de la Ven. Comisión Episcopal y con la aprobación de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, de confiar el trabajo a los Padres de Maryknoll, no solamente para dar al nuevo Seminario su organización, iniciativa y eficiencia, sino también comunicarle


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su espíritu de caridad, generosidad, cooperación y conocimiento exacto misional. Ya el trabajo efectuado por los Padres de Maryknoll ha puesto de relieve un espléndido comienzo y ha fomentado la educación misional, las vocaciones, los sacrificios y limosnas. Varias diócesis y muchos sacerdotes han pedido consejo acerca de la forma de actuar, y una o dos diócesis han adoptado sus métodos, así como el Seminario ha adoptado los métodos de Maryknoll. No abrigamos la menor duda de que al ir los sacerdotes de este Seminario por todo el país así como a las tierras misionales, con el espíritu de adiestramiento misional recibido de los Padres de Maryknoll, toda su labor redundará en bien de la Iglesia en ésta y otras tierras.

Y, precisamente, porque el deseo de los Padres de Maryknoll era promover el bien común de la Iglesia, la Sagrada Congregación de Propaganda Fide escribió, en su carta del 16 de marzo de 1943, Prot. N 1178/43:

‘Sacra haec Congregatio dum iterum atque iterum debita cohonestat laude Consilium Generale de Maryknoll pro tanta caritate atque promptitudine ad fovendum bonum commune Ecclesiae,…’

Traducción:

‘Mientras esta Sagrada Congregación una y otra vez alaba debidamente al Consejo General de Maryknoll por tanta caridad y prontitud en fomentar el bien común de la Iglesia, aprueba, …’

Técnica Misional:Siempre he tenido la profunda convicción, recibida de los profesores que tuve en Maryknoll, al leer también las Encíclicas de las Misiones y las instrucciones de la Propaganda Fide, que un Misionero o un Instituto Misional tiene como principal labor, establecer la Iglesia en una nación, formando un clero nativo en calidad y número adecuado. A pari, a los Padres de Maryknoll se les ha pedido no solamente hacerse cargo de un Seminario de Misiones Extranjeras, sino que lo establezcan:

a) con calidad: sacerdotes misioneros bien adiestrados que puedan hacerse cargo del Seminario o Instituto de Misiones a su debido tiempo;

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b) con número suficiente: para que se desarrolle la Obra normalmente y con el mismo ritmo progresivo.

La Jerarquía, a través de su Comité Episcopal, determinó que para establecer este Seminario de Misiones Extranjeras se requerían diez años, y Maryknoll dio su asentimiento.

Mi opinión personal es que durante diez años, los Padres de Maryknoll gradualmente vayan entregando las labores a los sacerdotes mexicanos. Y creo que su separación total no deberá ser sino hasta encontrarlos suficientemente capacitados y adiestrados, así como suficientes en número. Una vez que el trabajo misional esté bien cimentado, el cambio de personal debe ser gradual. El misionero o el Instituto de Misiones debe hacer entrega del trabajo y no simplemente dejarlo mediante un sencillo aviso.

Convenio o Contrato:Yo creo que los convenios o contratos deben ser redactados. Los problemas pueden surgir y pueden ser ajustados por mutuo consentimiento a fin de que el bien perseguido por ambas partes pueda realizarse. El retiro total y unilateral de un contrato puede dañar el trabajo, si una de las partes no está conforme, especialmente si esa parte es la que tiene la responsabilidad del trabajo. Yo tengo entendido, por la carta que dirigió la Venerable Comisión Episcopal el 27 de octubre de 1952, que no están deseosos de que los miembros de Maryknoll se retiren antes de que su contrato termine. Yo soy de la misma opinión y por las mismas razones arriba expresadas.

En 1946, cuando la Comisión de Obispos mandó por escrito la proposición a Maryknoll, expresaron: ‘Para terminar, nos permitimos reiterar la súplica hecha al principio; pues creemos que el gran espíritu misionero, abnegado y ejemplar que caracteriza al Instituto de Maryknoll, por mil razones indica la conveniencia de que sean sus misioneros quienes formen, con la vasta experiencia que poseen, a los futuros misioneros mexicanos. Estamos seguros de que el provecho que recibiremos de Maryknoll, Dios Nuestro Señor lo recompensará en su Instituto con muy escogidas gracias celestiales’.

Y los Padres de Maryknoll, en su carta del 24 de septiembre de 1946 escribieron: ‘Hemos quedado profundamente impresionados por el espíritu apostólico que os ha


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inspirado para proyectar la formación de un Seminario de Misiones Extranjeras para México y nuestros más fervientes deseos son de cooperar a este trabajo que tanto promete para la salvación de las almas’.

Quiera Dios permitir que el espíritu original, como ha sido expresado por los Padres de Maryknoll, continúe en beneficio del Seminario y del Instituto de Maryknoll, de la Iglesia de México y las misiones.

En el Capítulo General de Maryknoll de 1956, el Obispo Raymond A. Lane, que en ese Capítulo dejaba el cargo de Superior General, presentó el siguiente reporte sobre el Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras:

“CAPÍTULO GENERAL DE MARYKNOLL EN 1956 – REPORTE DEL SUPERIOR GENERAL. El Capítulo de 1946 (Actas y Mociones p. 60 c 99) aprobó en forma general la propuesta de que Maryknoll coopere con la Jerarquía Mexicana en el establecimiento de un Seminario o Instituto de Misiones Extranjeras. Entramos en esta aventura con dudas considerables. Si el Seminario o Instituto habría de ser verdaderamente nacional en carácter, debería ser concebido, organizado y dirigido por mexicanos. Podíamos prever numerosas posibilidades de malos entendidos y fricciones. También nos dimos cuenta de que las promesas hechas a nosotros en nombre de la Jerarquía Mexicana podrían fácilmente olvidarse, una vez que hubiésemos comprometido un grupo de hombres en el proyecto y temíamos que pudiésemos encontrarnos, en breve, con la carga de una responsabilidad total. No se hizo ningún contrato formal. En julio de 1946, la Comisión de la Jerarquía Mexicana, compuesta por el Excmo. José Ignacio Márquez, Arzobispo de Puebla, ya fallecido (en 1950), y el Excmo. Miguel Miranda, Obispo de Tulancingo, presentaron una carta que contenía doce propuestas. Estas, en general, fueron aceptadas por el Consejo y con fecha de septiembre 24, 1946, notificamos formalmente, por medio de una carta al Arzobispo Márquez y al Obispo Miranda, que aceptábamos su carta como la base de nuestra cooperación en el Seminario propuesto.

Posteriormente, en 1948, el Obispo Escalante fue a México a comenzar la organización del Seminario. Los Padres Gerald Carroll, Thomas O’Rourke y Francis Garvey fueron asignados ahí en 1949 y los Padres Leo MelanVon y Vincent

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P. Mallon, en 1951. El P. Dominic Morrissette fue enviado allá en 1953, como reemplazo del P. O’Rourke.

El Seminario atrajo, inmediatamente, un número importante de vocaciones, algunas de ellas en los avanzados años de teología, y muy pronto empezaron a ordenarse sacerdotes.

Pronto se hizo evidente que varios sacerdotes mexicanos mayores eran necesarios para la debida organización y formación del nuevo Instituto. En su carta original de julio de 1946, el Arzobispo Márquez y el Obispo Miranda habían prometido lo siguiente, (propuesta número 11):

‘Si los Superiores del Seminario llegan a necesitar o consideran conveniente tener uno o más sacerdotes diocesanos mexicanos para colaborar como profesores, o en alguna otra especialidad, los suscritos tomarán los pasos necesarios para esto, con los Excelentísimos y Reverendísimos Ordinarios’.

A la Comisión Episcopal se le recordó esta promesa y se le urgió asegurar, para el Seminario, por lo menos dos sacerdotes mexicanos maduros. Nada resultó de esto. La Jerarquía Mexicana no mostró disposiciónparahacerningún sacrificio real depersonal parapoderdar al Seminario la guía y dirección que necesitaba, en una etapa muy crítica de su desarrollo.

Mientras tanto, había una fricción creciente entre el Obispo Escalante y los cinco sacerdotes de Maryknoll asignados al Seminario. No pretendo culpar a nadie, pero vale la pena notar que los cinco hombres que habían sido cuidadosamente seleccionados, fuesen más bien unánimes en sus sentimientos acerca del Obispo Escalante.

En 1954 había quedado muy claro para nosotros que, si el Seminario mexicano iba a desarrollarse como un verdadero Instituto nacional, aceptando la Jerarquía Mexicana su responsabilidad, nosotros deberíamos retirar a todos nuestros hombres, excepto al Obispo Escalante. Informamos a los Obispos Mexicanos nuestra decisión. El Obispo Escalante apeló a la Sagrada Congregación de Propaganda. Las autoridades


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romanas nos pidieron dejar dos sacerdotes en el Seminario por un año más, lo cual hicimos, por supuesto. Por lo tanto, hasta finales de 1955, los Padres Leo MelanVon y Dominic Morrissette, que fueron los que permanecieron, fueron retirados del Seminario y asignados a otro lugar.”

Nota:Hay que tener en cuenta los siguientes datos:

Misioneros de Maryknoll Llegada Retiro Permanencia P. Thomas O’Rourke may. 49 ene. 53 4 añosP. Gerald Carroll ago. 49 sep. 54 5 añosP. Francis Garvey sep. 49 sep. 54 5 añosP. Vincent Mallon ago. 51 sep. 53 2 añosP. Leo MelanVon ago. 51 sep. 55 4 añosP. Dominic Morrissette abr. 53 abr. 55 2 años El Obispo Alonso M. Escalante, estando en Roma, envió a ese Capítulo el 5 de mayo de 1956, la siguiente propuesta por medio del P. Dietz en estos términos:

“Estimado Padre Dietz,Supongo que usted es quien se está haciendo cargo de las resoluciones del próximo Capítulo en agosto. Deseo presentarle la siguiente resolución al Capítulo General de 1956:

Que el compromiso adquirido por Maryknoll ‘Para establecer y desarrollar el Seminario de Misiones Extranjeras de México’ se renueve de acuerdo con el espíritu con el que fue hecho, a saber, ‘el deseo de cooperar en un trabajo que significa tanto para la salvación de las almas’. (Carta de septiembre 24, 1946). Hay una breve historia de este asunto que he escrito y que presentaré a su debido tiempo.

Atentamente,A. Escalante.”

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Decisión de la Congregación de Propaganda Fide

Esta breve historia que menciona Mons. Escalante se conserva en el archivo de los Misioneros de Guadalupe. He aquí su traducción del inglés al español:

Nota del P. John Martin, MM, a ‘John’ (Mons. John Comber, entonces Superior General de Maryknoll): “Alonso me pidió que te enviara la carta anexa. La envió a Fumasoni Biondi, antes de que Alonso saliera para Roma. Él reporta que el Cardenal, en una entrevista personal, reiteró su posición previa: ‘No puedo negarle nada a Maryknoll’. ¿El Secretario de Propaganda? Alonso dice que aparece en la carta. Alonso quiere que tú la recibas para que tengas los hechos ante ti en el Capítulo”.

Traducción de la carta que Monseñor Escalante escribió al Cardenal Pietro Fumasoni Biondi, Prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide en Roma.

“2 de abril de 1956.

Su Eminencia,No hace mucho tiempo, el Delegado Apostólico me mostró su carta Prot. N. 4095/55 en la que Su Eminencia le dice que el Superior de los Padres de Maryknoll una vez más rechazó ‘colaborar en el establecimiento y desarrollo del Seminario Mexicano para las Misiones Extranjeras’ como se prometió en el Capítulo de Maryknoll de 1946, en una carta del Obispo Lane.

Como Padre de Maryknoll, por supuesto, no podía menos que pensar que nuestro fallecido fundador, el Obispo James A. Walsh, se entristecería de ver que sus Padres de Maryknoll que por 35 años han recibido la ayuda de dos Padres Dominicos, cuando Maryknoll tenía 500 sacerdotes, no ayudarían más, como prometieron, a otro Seminario de Misiones Extranjeras cuando éste último tenía sólo 6 años de iniciado y sólo tenía 16 sacerdotes. Para muchos de nosotros era como la historia del Domingo veintiuno después de Pentecostés: en la que había mucha caridad, perdón y paciencia que se mostraba a quien mucho debía, en cambio, éste, fue poco amable, falto de otorgar


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perdón e impaciente para el otro que debía menos. Alguien me mencionó recientemente que, cuando los Obispos Mexicanos, por una u otra razón, no pudieron cumplir con su parte en el acuerdo de apoyar al Seminario de Montezuma, la Jerarquía Americana aumentó su ayuda financiera. La Jerarquía Americana tenía en mente el ‘bonum commune Ecclesiae’ más que acentuar sus diferencias, o demandar su ‘libra de carne’.

Puede ser interesante para Su Eminencia saber que en la visita del Superior de Maryknoll a una Misión, teníamos la costumbre de que visitara primero a los sacerdotes y después al Superior local para darle consejos útiles o para aclarar cualquier mal entendido. En lugar de recibir esa ayuda, como se daba al actual Superior de Maryknoll cuando era Ordinario en Fushun, simplemente escuchó a los sacerdotes, es decir, una mitad de la verdad, y tomó partido. Él llevó ese prejuicio a su Consejo. De cualquier modo, las dificultades o mal entendidos debieron presentarse al Superior local o a la Comisión de Obispos en el momento de su primera visita, pero parecía haber falta de franqueza y confianza en consultar a ambos.

Unos meses después de que se filtraron las noticias de que los Obispos querían cambiar al Director Espiritual, fui a Maryknoll a ver al Superior. Le expliqué claramente las dificultades y le di las razones del por qué de la idea de cambiar al Director Espiritual. Él aprobó el cambio y me dijo que como Ordinario en Fushun tenía que nombrar un Director Espiritual chino para el Seminario del Vicariato y que nadie había objetado esto. Dijo que era de lo más natural en el mundo y que él no objetaba, de ninguna manera, este cambio. Agregó que había cometido un error al enviar aquí al grupo equivocado de hombres y los llamó ‘buscapleitos’ y ‘críticos crónicos’ y prometió quitarlos cuando se le pidiera. Nunca esperé ser traicionado en esta promesa. Algún tiempo después y sin aviso, el Superior de Maryknoll cambió de opinión y me dejó en una situación embarazosa. Sabiendo las condiciones en que estaba el Seminario y a pesar de la decisión del Capítulo de Maryknoll ‘de colaborar’ con los Obispos de México, pensé que tales cambios se llevarían a cabo. Los hechos posteriores han demostrado que los cambios deseados eran mejores, necesarios y útiles para el trabajo.Una vez que los Obispos de México pidieron la ayuda continua de los Padres de Maryknoll, creí que debíamos ayudarlos, especialmente conforme lo expresado en la carta del Obispo Lane ‘para colaborar en el establecimiento y desarrollo del Seminario Mexicano para las Misiones Extranjeras’. Era natural que surgieran dificultades y

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errores, como parte de nuestra herencia humana, y éstos son parte del trabajo; pero la caridad puede resolverlos o explicarlos. Con el retiro adecuado de aquellos a quienes no les interesaba quedarse, o con la debida instrucción de otros, se hubieran solucionado las situaciones.

Inclinarse al personal, sólo debilita una sociedad, daña el trabajo y, en algunas ocasiones, indica un deseo de popularidad más que un principio.

Por casualidad escuché que algunos de los Padres de Maryknoll sentían que no eran deseados. Esto puede ser debido a la falta de adaptación y afabilidad tan necesarios en cualquier esfuerzo misionero. Por otro lado, sé que uno de nuestros Padres de Maryknoll expresó en varias ocasiones, que él no quería venir aquí, que era demasiado pronto para un Seminario de Misiones y que no estaba de acuerdo en que Maryknoll se responsabilizara del trabajo. Entiendo que él fue el principal causante de que se abandonara el trabajo, en lugar de cumplir con el compromiso prometido.

Además, la crítica continua y la impaciencia y mal genio de algunos (Padres) mostró que no tenían confianza en los seminaristas. La ‘gente latinoamericana’ escribió el Obispo Walsh ‘tiene habilidad natural para la amistad con cualquier sacerdote que los ame y se preocupe por ellos’. Optimismo, en lugar de pesimismo, caridad, en lugar de crítica de la gente que es sensible por naturaleza, eran necesarios para crear y establecer confianza. Estas cualidades misioneras son esenciales al trabajar entre seminaristas, tanto como entre paganos. Como el Obispo Lane admitió frente a mí, había enviado a algunos que no eran del tipo apropiado para iniciar un Instituto o familia, aunque tenían otro tipo de cualidades. Brevemente, no podía haber formación de Maryknoll a no ser que hubiera espíritu de Maryknoll que, principalmente, es la caridad. Sin este ideal, no puede iniciarse una comunidad ni puede ‘formarse’ un individuo, mucho menos un misionero.

Después de que Maryknoll le escribió a Su Eminencia que los Padres deseaban irse, me dio gusto la decisión de Su Eminencia (Prot. 1913/53) por promover ‘squisita caritá’ y ‘commune causa delle missioni’ (la caridad exquisita y la causa común de las misiones). Después de todo, si Su Eminencia se sienta a la mesa de un hombre rico y viniese un limosnero a pedirle la ayuda prometida, usted no podría menos que insistir en que se hiciera caridad. Si no se hiciera caridad, entonces usted


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sólo podría rezar con el pobre limosnero para que Dios fuera más misericordioso hacia aquellos que habían mostrado menos misericordia.

Más recientemente, el Delegado Apostólico me mostró su carta en la que menciona que como yo había superado mayores dificultades, también podría resolver el problema presentado por el retiro de la ayuda que necesitábamos. Es verdad, y en caso de que Su Eminencia desee saber el secreto, es Fe y Caridad. Éstas virtudes fueron la base para nuestro trabajo en México, como lo expresó el Superior de Maryknoll en septiembre de 1946: ‘Es nuestro deseo ferviente, cooperar (caridad) en este trabajo que significa tanto para la salvación de las almas (fe)’. Es una lástima que el actual Superior de Maryknoll desistiera de su ‘ferviente deseo’ y permitiera que motivos y dificultades humanos opacaran su visión.

Deseamos agradecer a Su Eminencia el esfuerzo que hizo para ayudarnos y pedimos a Dios que le recompense. Como el Obispo Lane me escribió cuando acepté este trabajo en mayo de 1948: ‘Encontrarás dificultades y, a menudo, de personas que menos lo esperes, pero eso hará que todo tu esfuerzo sea más meritorio’. Estamos agradecidos por las oportunidades que se nos han ofrecido. Con San Agustín, sabemos que Dios transformará en bien todo el mal que, realmente, se reduce sólo a falta de caridad.

Para nosotros, la grandeza de Maryknoll, por supuesto, siempre estará en mantener este ideal y espíritu de Caridad y en cumplir con su palabra como lo pide la Fe, a pesar de las dificultades y los obstáculos. Uno debe conservar en la mente el panorama completo de un trabajo por la salvación de las almas para lo cual se fundó Maryknoll y, eventualmente, el perder una batalla para poder ganar la guerra mundial.

Lo anterior no es una petición o una queja sino sólo una breve historia de ‘la otra mitad de la verdad’ tan necesaria para formar un juicio - y de las convicciones personales y principios de quien fue colocado a cargo de este trabajo y de quien está obligado tanto a la justicia como a la caridad para escribir acerca de él.Suplicando su Bendición de Cardenal, quedo

Sinceramente en Cristo,+Alonso M. Escalante, M.M.

Obispo Titular de SoraSuperior General.

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Al autor de este libro le consta con certeza que Mons. Escalante en aquella ocasión le mostró el escrito que presentaría al Capítulo de Maryknoll para sustentar su propuesta. El escrito decía las razones por las que Maryknoll debía seguir ayudando hasta cumplirse diez años. Consta que Mons. Escalante lo presentó al Capítulo, pues el P. Thomas O’Rourke en su monografía “Bishop Alonso M. Escalante, M.M. 1906-1967”, dice: “Los Delegados al Capítulo de Maryknoll en 1956 recibieron un documento muy duro que el P. Thomas S. Walsh contestó con una frase clásica ‘Lo que se afirma gratuitamente, gratuitamente se niega’.” Juzgue el lector si fue afirmacióngratuita.

De tejas abajo, realidades

Los Obispos Mexicanos y Maryknoll habían convenido en que la colaboración de los Padres de Maryknoll sería de cinco Padres durante diez años para dar el impulso inicial a la fundación del Seminario de Misiones. La falta de inculturación y los prejuicios de algunos Padres que Maryknoll designó, trajeron por consecuencia que Maryknoll los retirara cuando ni siquiera se habían cumplido cinco años. Por otra parte, los sacerdotes mexicanos ordenados en el Seminario de Misiones desde la fundación del Seminario hasta 1954, eran sólo diez. Mons. Escalante, al tiempo que los ordenaba, los iba dedicando a la promoción de vocaciones y ayuda económica. No eran tampoco, todavía, capaces de ser maestros de Filosofía y Teología. Eran jóvenes, todavía sin experiencia en las misiones extranjeras. Pero también es cierto que, para 1955, la Jerarquía Mexicana no había prestado ningún sacerdote diocesano. El P. Adrián Robles, de la Arquidiócesis de Jalapa, Ver., enseñó Filosofía y Teología de 1959 a 1971; el P. Antonio Alférez, de Tampico, vino en 1960; el P. Renato Méndez, de Oaxaca, en 1961; el P. Francisco Valencia, de Zamora, de 1971 a 1972.

Testimonios del conflicto

La entrevista que el P. Ricardo Colín hizo al P. Francis Garvey en 1997, en la casa de Santa Teresa de Maryknoll, explica lo que sucedió.


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He aquí el diálogo grabado:

RC - Padre, platíqueme acerca de la personalidad del Sr. Obispo Escalante, en su actuación como fundador de nuestro Seminario.

FG - Hay muchas cosas que quiero decirle: Nosotros, que convivimos con él desde el principio, le conocimos muy bien, durmiendo en la misma casa y comiendo juntos. Era siempre una persona muy agradable, muy llevadera, sencillo en su trato, convivía con nosotros, no quería nada extra. Estaba acostumbrado a las misiones y nosotros también; él vivía como cualquier otra persona y pudimos acercarnos a él pues convivimos juntos, sobre todo al principio. Él no era hombre para pormenores, era un visionario y nosotros éramos prácticos que, después, no compartimos y no apreciamos su visión. Nos ocupábamos de conseguir esto y lo otro; hicimos el horario y todos esos detalles. Él no se preocupaba mucho de esas cosas. Para mí su don especial fue el don de gentes. El, con su conocimiento de la gente, hacía amistades para el Seminario de Misiones. Fue un hombre excelente. Promotor and Developer (Promotor y Emprendedor), como decimos en E. U. Ese fue su trabajo principal, su don especial. Él podía hallar hombres ricos que en un ratito estaban ayudándole.

RC - Hay una palabra que se usa aquí que no sé si le cuadre bien a la personalidad de él: Was he an operator? ¿Era él un empresario?.

FG - Operator in a good sense (Empresario en el buen sentido). Era muy paciente. De los primeros años con él hay mucho qué decir. Él no era intelectual, ni profesor, ni tenía mucha idea de dirigir un Seminario, él más bien tenía la visión de toda la obra, que era fantástica. Dejaba los detalles a nosotros los Padres de Maryknoll. Tampoco los tres Padres que llegaron en 1949 éramos profesores. Arreglamos que los seminaristas fueran al Seminario Conciliar. En casa recibían pláticas espirituales y orientación misional. Esto fue nuestra salvación. El P. O’Rourke más bien se dedicaba a la oficina del centro. El P. Gerald Carroll estaba todo el día con los seminaristas, como director espiritual y haciendo el trabajo manual. Yo, Ecónomo, corriendo aquí y allá para conseguir las cosas. Esto sucedió, más o menos, al principio.

RC - ¿El P. Carroll fue director espiritual?.

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FG - Sí, él fue el primero.

RC - Y ¿al mismo tiempo se ocupaba de dirigirnos el trabajo manual?.

FG - Él, desde seminarista fue famoso en el trabajo manual. En Maryknoll, él puso la piedra labrada que tiene la entrada del edificio principal.

RC - Se llevó muy bien con el P. Arriaga porque al P. Pancho Arriaga también le gustaba la vida del campo y el trabajo manual.

FG - Sí, muy cierto. Después de un año llegaron los Padres Melançon y Mallon. Morrissette llegó más tarde. Estos tres sí eran profesores. Creo que, al principio, el P. O’Rourke era el disciplinario, el prefecto; Carroll el Padre espiritual y yo el ecónomo. Pero, desgraciadamente, con el tiempo el P. O’Rourke y Mons. Escalante tuvieron desacuerdos. El P. O’Rourke tenía un carácter muy fuerte. El punto de vista de Mons. Escalante era correcto, el P. O’Rourke no cedía y Mons. Escalante pidió a Maryknoll que el P. O’Rourke fuera retirado y entonces vino el P. Morrissette a tomar su lugar.

En la monografía antes mencionada, el P. Thomas O’Rourke, entre muchos elogios que hace de Mons. Escalante, asoman en un párrafo sus desacuerdos con él: “Los estudios académicos no eran su ideal campo de acción. Le pareció más fácil trabajar desde una oficina en el centro de la ciudad de México que dedicarse exclusivamente al Seminario Mayor. Como él mismo decía: ‘Soy el hombre al frente’. Las ocasiones en que él actuaba como rector eran acontecimientos poco felices para los involucrados en la discusión y, a veces, tenía una especial habilidad para desbaratar, en media hora, los planes que se habían hecho para la revista (‘Almas’) durante días de intensa labor.”

RC - ¿El P. Morrissette se quedó en el Seminario?

FG - Sí. Mons. Octaviano Márquez estuvo muy al tanto de todo lo que estaba pasando. Mons. Escalante no tenía tanta confianza con Mons. Miranda como con Mons. Márquez, porque Mons. Miranda tenía ideas en favor de su Seminario Diocesano, para su propio lugar en Tulancingo. Esto es algo para la historia. La presencia de los Padres de Maryknoll salvó este problema; recuerdo muy bien que


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cuando Mons. Miranda vino para hablar con los seminaristas sobre el futuro, su idea era que, cuando ya se hubiesen ordenado, regresaran a sus diócesis y, después de una temporada en las misiones extranjeras, regresaran nuevamente a sus diócesis. Nosotros le dijimos que no podíamos trabajar así. No puede un Seminario de Misiones proceder así. Un misionero debe ser de por vida, todo, con entrega total. Mons. Escalante compartía esto también; nosotros apoyamos esto y Mons. Márquez aceptó este plan. Si no hubiera sido así, nuestro Seminario habría surgido como Burgos en España, o como Yarumal en Colombia, que estuvieron mucho tiempo anquilosados en una diócesis.

Recuerdo el año en que se fundó el Seminario de Misiones. Yo había sido director espiritual en el Seminario Menor de Maryknoll, en Brookline, Mass. y también confesor del noviciado. Fui confesor y director de novicios, aunque no tenía ninguna preparación para ser director espiritual, exceptuada mi ordenación. Pero, el estudio, la lectura de libros, la experiencia y la ayuda de Dios habilitan. Fue un año de mucha experiencia espiritual. Entonces, cuando me trasladaron a México, como muchos norteamericanos, no entendía la Iglesia de México y me preguntaba cómo pueden estos jóvenes ser misioneros en el extranjero si no tienen el temple y el carácter necesario. Después de un año, ya estaba convencido de que los seminaristas mexicanos sí tenían el carácter y todas las cualidades que debe tener cualquier misionero. Teníamos puntos de vista diferentes en cuanto a cultura, educación, fe y sacrificio, pero yo estaba convencido de que ustedes tenían el temple para ser misioneros.

RC - Parece que el P. Melançon no estaba convencido de esa dirección. Decía él que, incluyendo al fundador principal, el Sr. Obispo Escalante, y a los profesores, debieron haber sido mexicanos. Pero lo que usted me acaba de decir fue providencial para que el Seminario tomara de veras una dirección hacia las misiones extranjeras.

FG - Sí, de eso yo soy testigo pues esa decisión fue crucial.

RC - Además, no teníamos en México misioneros con experiencia para que pudieran haber fundado nuestro Seminario. El P. Morrissette opina de la misma manera que usted. Padre, viene el hecho de que el Señor.

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Obispo Escalante luchó por los 10 años de permanencia de ustedes y no lo pudo conseguir.

FG - Eso, Padre, fue una cosa que ahora quiero manifestar. Esa condición existió ahí desde el principio. Los Padres de Maryknoll no apreciamos la visión de Monseñor Escalante. Pensábamos que era un sueño y que él no era el indicado para ser un fundador, que no tenía las cualidades intelectuales ni la capacidad. Fue una lucha continua. De esta opinión, el P. Mallon y el P. Melançon fueron los principales. Ellos sí eran intelectuales. Mons. Escalante no lo era y él no se metía mucho en el Seminario. Nos hacía falta porque él era la cabeza. Mallon y Melançon dijeron que él debía tomar más decisiones. Mons. Escalante no había sido rector de un Seminario, pero conocía el carácter mexicano y él sabía hasta dónde se podía hacer una u otra cosa. Yo creo que sí era indispensable su mano pero la daba muy pocas veces, de modo que con el paso del tiempo hubo una distancia muy grande entre nosotros y él. Fue entonces cuando Melançon dijo que sería mejor que Padres mexicanos se encargaran del Seminario y, en cierto sentido, hubiera sido mejor. Y me duele decir que yo tenía cinco años en América Latina, pero no con los jóvenes latinos. Yo tenía muchos prejuicios, hasta monetarios, y ustedes tenían algo de prejuicio contra nosotros. Para mí fue una experiencia tremenda. Fue la experiencia más grande de mi vida. Como sacerdote, podía estar en la obra de Dios, pero yo y los demás pensábamos que esta obra tenía que fracasar porque Mons. Escalante no era el hombre que debía hacerla. Estábamos obsesionados. En el fondo los irlandeses tenemos muchos prejuicios. ¡Él sufrió mucho cuando era seminarista en Maryknoll! Como latino sufrió mucha discriminación. Él callaba, pero sufría mucho.

No sé si ustedes lo notaron, pero el P. Melançon y Mallon sentían cierto desprecio hacia él. Cuando Monseñor dijo: ‘Yo soy el fundador’ fue el día más difícil de mis cinco años en el Seminario de ustedes. El día en que él regresó de Roma con el nombramiento de Superior General y las Constituciones aprobadas, y también Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, nos dijo: ‘Yo soy el James A. Walsh y el Fulton J. Sheen de México’ y eso nos cayó como bomba pues nos parecía increíble que fuera orgulloso hasta ese punto. Él lo dijo con mucha sencillez, pero nosotros pensamos que era el colmo y que ya no lo aguantábamos. Ese día yo no compartí mis opiniones con mis compañeros, pues yo me sentía más cerca de ustedes. Yo estaba captando la capacidad que él tenía para hacer la obra. Ese día el P. Melançon y el P. Mallon se


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fueron. Fue el día más duro. Yo me quedé con ustedes, quería compartir, yo los quería y no podía abandonar mi deber. Humana y francamente hablando, yo pensaba que iba a ser un fracaso, que el Instituto no podía crecer, con las tensiones interiores y problemas serios. Estaba completamente equivocado. Para mí, fue una lección muy grande. Nosotros no apreciamos la grandeza de la obra en las manos de Dios. Creo que el demonio entró sembrando la cizaña. Cumplimos con nuestro deber, pero no con entusiasmo. Decíamos que era mejor que los formadores fueran mexicanos, pero el plan de Dios era diferente. Debió ser conveniente quedarnos 10 años pero, por este choque, nos retiramos.

RC - ¿Usted cree que esa fue la razón principal de no continuar los diez años previstos? Es decir: ¿la decisión de los Superiores, de retirarlos a ustedes, se debió principalmente a la falta de entendimiento con el Obispo?

FG - Además hay esto: Mons. Lane, Superior General, fue Superior de Mons. Escalante en Manchuria y no apreciaba las cualidades de éste como líder mexicano. Mons. Lane tuvo cierto prejuicio cuando nosotros fuimos con nuestras quejas a él como Superior General, pues dijo que el Seminario no podía perseverar, que era imposible. Entonces él se puso de nuestra parte. La Santa Sede tuvo que intervenir. Por eso Mons. Escalante fue hasta Roma a pedir que Maryknoll cumpliera su contrato y el Nuncio Apostólico en los Estados Unidos tuvo que mediar. Mons. Escalante no pudo conseguir que nos quedáramos más tiempo. Muchos años después, me di cuenta de nuestra gran equivocación. Debimos habernos quedado. Pero nos adelantamos, queríamos hacerlo según nuestro modo de pensar y tenía que ser diferente. Tuvimos una gran equivocación.

RC - Recuerdo que el Sr. Obispo Escalante me mostró el escrito que iba a presentar en el Capítulo General de Maryknoll para poder obtener que se quedaran, y me dijo: “Acabo de reunirme con Mons. Lane en el Hotel del Prado y, ¿sabes qué me dijo como argumento final?”: –“I am Irish” (Yo soy irlandés). Y añadió Monseñor: “Un misionero nunca debiera decir eso como última razón.” Mons. Escalante se sintió muy mal. Él era latino y por lo mismo era muy sensible.

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FG - Sí, él sufrió mucho, era muy sensible. Nosotros no entendíamos la sensibilidad de los latinos. Nosotros no apoyamos a Escalante. No supimos cuál era allí nuestro lugar. Siendo yo el director espiritual, tuve una crisis muy fuerte porque yo estaba convencido de que había problema, pero no entendía la situación ni la mentalidad mexicana y, tratando de adaptarme, esto fue demasiado. Mis nervios estaban a punto de explotar y así pensé quedarme sólo cinco años. Fue porque mis nervios no aguantaban más, aunque sí estaba convencido de que el Instituto mexicano era una obra de Dios en todo sentido. Fue una experiencia. Yo me equivoqué completamente sobre la obra y sobre el temperamento mexicano. El Instituto era obra de Dios. Mons. Escalante sufrió mucho. Esto fue para él una crucifixión, digamos una pasión. Debió recibir apoyo de Maryknoll y no lo recibió por el prejuicio del irlandés hacia los latinos.

RC - ¿También sufrió él falta de apoyo de algunos Obispos Mexicanos?

FG - Sí, también, porque algunos lo consideraban “pocho”. Allí también hubo prejuicio. Él sufrió mucho, pero Dios le ayudó. Nunca dijo una palabra de decepción o de que no quisiera seguir. Tenía un don especial de sumisión y seguía adelante, aunque le estaba costando la vida. Fue muy perseverante. ¡Pero, en la parte humana, cómo fallamos nosotros!

RC – El P. Thomas O’Rourke, en los últimos años de su vida, quiso vivir cerca de los Misioneros de Guadalupe: un tiempo estuvo en la casa de Los Ángeles, California. En la ciudad de México quiso ayudar en la parroquia de Santa María Reina, donde estuvo durante dos años; de allí fue a celebrar las Bodas de Oro de su hermano Lasallista, en Nueva York; con él tuvo un accidente y aunque quiso volver a México, ya no pudo regresar. Padre, yo no tuve oportunidad de hablar, de las dificultadesde1953,conelP.MallonniconelP.Carroll.Muchosañosdespués, nunca tuvieron una actitud negativa al tratarnos. Nosotros fuimos muy bien recibidos en Maryknoll, cuantas veces vinimos, tanto por el P. Mallon como por el P. Carroll. ¿El P. Carroll también opinaba de la misma manera que usted o se oponía totalmente?

FG - Para él todo eso era cosa de fe, de obediencia. El P. Carroll fue más suave, sentía, pero no tan fuerte como Mallon y Melançon. Él, como un hombre de mucha fe, trataba


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de controlarse para dedicarse a su oficio y a su trabajo. Sufrió las consecuencias. Su opinión no valía tanto como la de Mallon y Melançon. Ellos fueron los principales y nosotros los seguimos. Sentimos el problema y, para mí, no apreciamos los dones que Dios ha dado al clero latino. Esto me ha servido para las Misiones. Muchas veces pensamos que la gente no puede hacer ciertas cosas, pero la vida va enseñando que sí. Dios tiene su designio, su camino para hacer algo especial. Estuvimos como San Pablo que trabajó contra la corriente cuando no quería aceptar a Cristo. Pues nosotros hicimos lo mismo y lo que yo hice fue dar golpes contra el aguijón.

RC - ¿Con el P. Mallon habló usted años después acerca de esto o ya nunca trataron ese punto?

FG - No tratamos mucho este punto. Lo dejamos pasar porque ustedes ya no estaban presentes. Él sí tenía mucho recelo acerca del Seminario de Misiones; después de unos años se fue apagando ese choque con Mons. Escalante. Era un hecho que Mallon ya estaba cambiando. Contra los hechos no se puede hablar.

RC - ¿Y usted recuerda el caso de Margarito Soria? Lo que yo supe es que, cuando el P. Mallon lo expulsó, le dijo: “Tu no sirves para misionero, vete” y Mons. Escalante respetó la opinión. Margarito tuvo que salir. Salió de nuestro Seminario pero continuó sus estudios en el Seminario de Tepic, que era su diócesis y, allí se ordenó sacerdote. Trabajó entre los Huicholes por un tiempo, no recuerdo cuántos años, y luego, dado que sus papás vivían en Mexicali ya ancianos, él pidió permiso al Obispo de Tepic de ir a trabajar a la diócesis de Mexicali. Yo lo visité allá. Era un excelentesacerdote,muyapostólico,deverdadmuysacrificado.Vivíapobremente y atendiendo a la gente pobre. Muy generoso.

FG - Yo no tomaba parte en esas decisiones, por ser director espiritual. Creo que no lo entendimos. Creo que Mallon lo expulsó porque Margarito era un poco violento, impulsivo y muy bromista, pero también creo que no lo entendimos.

RC - Mons. Escalante conservó el puesto de rector y solamente dió el de vicerrector al P. Mallon.

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FG - Sí, era mejor así porque el P. Mallon tenía muchos prejuicios. Mons. Escalante sólo le dió el nombramiento de vicerrector y eso fue lo que molestó al P. Mallon porque él quería ser rector. Mons. Escalante era mucho mejor que él. Si Mallon hubiera sido rector, hubiera sido un desastre. El caso de Margarito Soria es un ejemplo.

RC - Padre, y por el lado alegre de Monseñor ¿recuerda usted alguna anécdota?

FG - Nos hacía reír muchas veces. Él tenía buen apetito y le gustaban los dulces y estaba engordando y recuerdo que, a veces, en la comida había algo dulce o algo que le gustaba y él decía: “Ya, ya no debo comer esto, ya tengo que guardarme bien” y se lo comía. Hacía la broma de cualquier cosa. Era muy humano. Pero no tenía cualidad de líder para los norteamericanos. Por eso estábamos juzgando lo que debía tener, pero no reconocíamos que tenía otras dotes. Dios quiso que prosperara a pesar de nuestras quejas.

RC - Hubo dos Padres de Maryknoll muy amigos de él que fueron el P. John Martin, M.M. y el P. John Considine, M.M.

FG - El P. Martin lo apoyaba cien por ciento. El P. Considine disentía respecto a las Misiones que Mons. Escalante escogió para ustedes.

RC – En una ocasión Considine visitó a Mons. Escalante en México y me dijo que reconocía y alababa el don de gentes que tenía Monseñor.

FG - Sí tenía ese don especial y además una visión que nosotros no apreciamos. Fue una pequeña lucha toda su vida, porque muchas veces tampoco encontraba comprensión en los Obispos y Padres mexicanos. Eso le dolía mucho pero él perseveraba en todo sentido.

RC - Padre, y de los Obispos Mexicanos en particular ¿usted se dió cuenta de alguno?

FG - Solamente de Mons. Octaviano porque yo lo apreciaba mucho. Me dió un pequeño regalo de su hermano. Él pidió que yo fuera nombrado Padre Espiritual.


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Tuve algún trato con él y le tuve mucha confianza. La vida del Seminario le debe mucho. Él fue quien lo salvó ante el Episcopado Mexicano. También Mons. Luis M. Martínez, Arzobispo de México, le apoyaba cien por ciento. Él también era bromista, tenía visión y estaba convencido de que íbamos por buen camino. Mons. Escalante lo visitaba con frecuencia. Yo no lo conocí personalmente, pero apreciaba mucho su persona y su dedicación.

RC - Mons. Martínez autorizó primeramente la promoción de la revista “Almas” en los templos y después las colectas también en su Arquidiócesis de México.

FG - Mons. Escalante tenía ingenio para hacer comentarios que aclaraban su punto de vista. Era tremendo en su perseverancia. Otro choque de nosotros con Mons. Escalante fue también la práctica de mandar a ustedes los domingos a hacer la colecta porque en cierto sentido era una distracción muy grande en sus estudios, en su formación y Mallon se oponía a eso. Pero la raíz de todo estaba en que esa práctica era necesaria por economía y también como una experiencia de formación para ustedes.

RC - Sí, realmente no hubiera podido sostenerse el Seminario sin esa actividad. Eso fue muy importante. Pero más importante era que nos alimentáramos de espíritu misionero y lo comunicáramos al Pueblo de Dios. Él repetía continuamente: “Debemos educar a la gente en el espíritu misionero para que en las familias se promuevan las vocaciones.”

FG - Pues yo creo que el P. O’Rourke sí tenía sentido de promoción y creía que era buena experiencia para los seminaristas. Insisto, lo principal que quiero aclarar es la equivocación que nosotros los Padres de Maryknoll tuvimos al evaluar el carácter, el papel de Mons. Escalante y también su fe en Dios. Él tenía una tremenda fe en su misión, Dios le ayudó. Nosotros no lo entendimos y hasta nos opusimos a veces y por eso quisimos retirarnos para dejar que sacerdotes mexicanos hicieran el trabajo.

RC - Padre, es muy generoso de parte de usted hacer esta confesión.

FG - Pues quería hacerla para aclarar mi conciencia, porque con los años uno va aprendiendo. Yo no me daba cuenta de cuántos prejuicios teníamos nosotros, los

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norteamericanos, contra otras nacionalidades. Esto me sirvió cuando fui a Guatemala porque allá vi a nuestros Padres tratando de establecer una Iglesia norteamericana en Huehuetenango y yo dije que estábamos completamente equivocados. Me sirvió de mucho, pues soy uno de los que todavía están ayudando a los guatemaltecos, yo soy el único que está allá.

RC - Sí padre, este prejuicio existe en todas partes. También en México existe el prejuicio con respecto a Estados Unidos y, cierto que hay factores que alimentan el prejuicio, como los hechos históricos, la política y el orgullo que exagera las cosas, pero hay que reconocer los dones de Dios en las diferentes personas. San Pablo dice que Dios reparte sus dones, que no todos tenemos todo.

FG - Y a veces nos hemos equivocado mucho en ese sentido y por eso, con los años he aprendido a tener más respeto para todos. Cada uno tiene su don y entendimos algo de eso en Guatemala, sobre todo para tener gran respeto a algunas congregaciones de mujeres pues, dicen que esas mujeres no tienen temple para ser religiosas. No es cierto.

RC - Padre, ahora me viene aquí el recuerdo de que en el Seminario de Maryknoll a él le llamaban Esqui en lugar de Escalante, era una abreviatura. ¿Desde cuándo sería eso?

FG - No sé desde cuando, pero el abreviar es algo natural en los norteamericanos. Entonces no fue una cosa pensada, era natural decir Esqui por Escalante. El era algo callado cuando era seminarista y no era de temperamento violento, era una persona muy sensible, muy sencilla, por eso el diminutivo. Hasta aquí el diálogo grabado.

El P. Leo Melançon, ahora de 95 años de edad, residente en la casa de Santa Teresa, en Maryknoll, coincide en la apreciación de los hechos que relata el P. Garvey, excepto que, aún antes de la fundación, el P. Melançon, en el Capítulo General de Maryknoll en 1946, votó en contra de que Maryknoll colaborara pues no creía que la Iglesia mexicana estuviera lista para tal empresa misionera y estuvo convencido de que los primeros educadores debieron ser Padres mexicanos. Sin embargo,


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ahora reconoce que la obra creció y está dando frutos porque es obra de Dios, cuyos caminos son diferentes a los nuestros.

El P. Thomas O’Rourke, M.M. escribió sobre Monseñor Escalante: “A partir de ese tiempo (1953), él (Monseñor Escalante) se dedicó en forma más completa a sus Misioneros de Guadalupe. Obtuvo aprobación Papal de su trabajo, y las Constituciones del Instituto Mexicano de Misiones fueron aprobadas por Roma. Él evitó los errores de los que fueron fundadores en Latinoamérica. Envió a sus primeros misioneros tan pronto como fue posible hacerlo, y los envió lejos. Él hubiese deseado que trabajaran con los Padres de Maryknoll en Corea, pero la oferta que recibió del Arzobispo Henry era demasiado buena para rechazarla. Japón y África también estuvieron incluidos en las áreas del trabajo misionero mexicano.

El Concilio Vaticano II fue ocasión para alegres reconocimientos, ya que Monseñor era el único Padre de Maryknoll nombrado para la Comisión de Misiones, y sus propios Guadalupanos recordaron el evento: ‘Como miembro de la Comisión de Misiones, Monseñor Escalante tuvo un papel activo en la formación del decreto del Concilio sobre las Misiones, el primer párrafo que algunos teólogos consideran como maravilloso y una de las páginas mejor escritas de todos los Decretos del Concilio’.

‘Cuando se aprobó y promulgó el Decreto, Monseñor Escalante regresó a México y trajo consigo todos los estudios preliminares del Decreto, las discusiones durante las diferentes sesiones, y su lineamiento final’.

‘Sugirió que deberían recopilarse en diversos colores, de acuerdo con los diferentes procesos del desarrollo del Documento’.

‘Cuando estábamos poniendo estos volúmenes en un lugar especial de nuestra biblioteca, un seminarista me preguntó por qué estábamos poniendo tanta atención a estos volúmenes; y le contesté: ‘El tiempo pasará, pero nuestro primer Superior General siempre será recordado como Padre del Concilio’.

El Concilio Vaticano II también fue tiempo para continuar su educación, y quiso que tantos como fuera posible tuvieran la misma oportunidad. Muchas veces, un Padre

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que visitaba Roma, de repente se encontraba a sí mismo en una de las sesiones del Concilio Vaticano II como secretario del Obispo.

Otro de sus sacerdotes escribiría: ‘Una de las cualidades del Obispo Escalante que me causó admiración fue la sencillez con la que reflejaba su papel como Padre, mientras que dejaba, al mismo tiempo, una lección a aquellos que recibían su consejo, su amistad o su interés’.

‘Entre mis compañeros, cuando estudié en el extranjero, había un alemán que, como todo buen alemán, era admirador de su raza intachable. Entre que bromeábamos y decíamos la verdad, él criticaba nuestras costumbres, especialmente la de besar las manos de los sacerdotes y los anillos que usan los obispos.

‘Como usted sabe, el Obispo Escalante nos visitaba cada año, y se quedaba varios días con nosotros, muy interesado no sólo en nuestros estudios, sino también en nosotros, en forma personal, y en nuestras familias. Tenía muchos pasatiempos: la fotografía, discos y radio. Cuando tenía tiempo, lo ocupaba como radioaficionado. Tenía un gusto especial por las miniaturas; un radio del tamaño de una caja de cerillos, una cámara que cambiaba sola a la siguiente foto, una grabadora que podía esconderse en un bolsillo y que más tarde hacía escuchar con sonidos de risas y, en ocasiones, conversaciones comprometedoras.

En una de esas visitas nos mostró una pequeña grabadora que acababa de comprar que, desafortunadamente, no funcionaba y, además, las instrucciones estaban en alemán. Sin malicia alguna, le pedimos a nuestro amigo alemán que nos ayudara, y lo hizo, con un poco de aprensión. El Obispo Escalante lo saludó, bromeó con él, le comentó su problema, que no era serio, y que se solucionó fácilmente. La conversación, sin embargo, continuó, ya que el Obispo le preguntó sobre sus estudios, sus intereses y muchas otras cosas. En total, hablaron cerca de media hora’.

‘Antes de irse, nuestro amigo alemán se hincó y besó el anillo del Obispo Escalante. Más tarde, le explicó que se había dado cuenta de que besar el anillo de un obispo, al parecer un acto servil, también podía representar una muestra de admiración y respeto; y que él había encontrado en el Obispo Escalante una preocupación de padre, no sólo por él, sino también por toda la Iglesia’.


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‘El Obispo Escalante fue un gran maestro, no porque enseñara teoría, sino porque transmitía experiencias’.

Un viejo amigo, el Padre Francisco Valencia Ayala, en quien él confió mucho, nos dijo: ‘Cuando él (Monseñor Escalante) habló de la fundación de un instituto misionero, y yo le presenté algunas de las dificultades y mis temores de un fracaso, me dijo con gran convicción: ‘Mire, Padre, si Dios quiere ese trabajo, Él lo va a llevar a cabo completamente. Pero Él nos pide que tengamos la audacia de comenzarlo. En ese tiempo yo era miembro de la Comisión Mexicana de Superiores de Seminarios, y me alarmaban sus ideas de formación para el Seminario, sobre una base de libertad responsable y otros métodos que no estaban de moda en otros Seminarios. Pero cuando vinieron los cambios que resultaron del Concilio Vaticano II, y nuestros Seminarios se quedaron casi vacíos, en el Seminario de Misiones sólo hubomuy pocos cambios, porque el Obispo Escalante se había anticipado al Concilio con respecto a la formación de futuros misioneros’.”8

8 Father Thomas O’Rourke, M.M., Bishop Alonso M. Escalante 1906-1967, escrito en inglés.

8Capítulo

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8

LAS PRIMERAS CONSTITUCIONES

Como el Ave Fénix

La pequeña comunidad mexicana misionera ya se daba cuenta de que había una fractura de las relaciones entre Mons. Escalante y sus colaboradores, los Misioneros de Maryknoll. El P. Thomas O’Rourke había externado sus opiniones a algunos de los sacerdotes mexicanos recién ordenados. Estos sentían disgusto. La situación tensa causaba cansancio a Mons. Escalante.

El año de 1953 fue decisivo en la vida de él y de la nueva institución en ciernes. Para él, su estancia en México tomó un rumbo claro y seguro. Al principio su ilusión era volver a su vicariato apostólico de Pando. Después de la decisión de Maryknoll de retirar a sus sacerdotes, ya nunca pensó en volver a su antigua Misión. Él estaba resuelto a llevar al cabolaObraqueDioslehabíaconfiado.DiceelP.RodolfoNavarro:“No nos dejó colgados de la brocha”.

Para principios de este año ya había siete sacerdotes ordenados para el Seminario de Misiones y resolvió que era tiempo de constituir jurídicamente el Instituto,meta final de la fundación, hecha por losObispos Mexicanos, para poder incardinar a aquellos sacerdotes y poder enviarlos a las misiones.

las Primeras constitUciones

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ConanterioridadhabíaconfiadoaalgunosdeelloslatraduccióndelasConstituciones de Maryknoll y así iba preparando las de los Misioneros de Guadalupe; pero, al ver que los jóvenes sacerdotes iban lentos en el trabajo de traducirlas, ordenó la tarea a un profesional. Después repartió el escrito entre varios sacerdotes para revisarlo.

En la Semana Santa de 1953 ya tenía el texto definitivo de lasConstituciones del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras. El 1° de abril de 1953, Monseñor Escalante escribió una carta al Obispo Miguel Darío Miranda en estos términos:

“Tengo el gusto de enviarle mis muy afectuosos saludos y participarle que el próximo día 5 - Domingo de Resurrección - Dios mediante salgo para Nueva York y de ahí a Roma, con el fin de presentar ante la Sagrada Congregación de Propaganda Fide las Constituciones Provisionales del Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras, por encargo del Excmo. y Revmo. Sr. Arzobispo Don Octaviano Márquez.

También me permito anexar a V.E.R. una copia de la carta que dirijo al mismo Excmo. Sr. Márquez haciéndole conocer mi opinión sobre la resolución que han tomado los Padres de Maryknoll de retirarse del Seminario de Misiones.9

Aprobación y nombramientos

En la Pascua llevó el texto a Roma para pedir su aprobación. Conocía la dificultad de este trámite por tratarse de unnuevo Instituto, peroél convenció a los miembros de la Congregación de Propaganda Fide, mostrándoles que el texto que llevaba era semejante al de las Constituciones de Maryknoll, mutatis mutandis (cambiadas las cosas que debían cambiarse). Les habló de la urgencia de tener la aprobación, por el retiro de los Padres de Maryknoll y porque el Instituto mexicano crecía rápidamente. Se las arregló para animar a los consultores encargados de examinar el texto y así obtuvo que las Constituciones fueran aprobadas el 28 de abril de 1953. He aquí el texto de la aprobación en latín y en español: 9 Véase también la pág. 138.

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“Prot. N. 1676/53

SACRA CONGREGATIO DE PROPAGANDA FIDE

DECRETUM

Cum Institutum a Sancta Maria de Guadalupe pro exteris missionibus, quod in Audientia diei 11 martii 1948 Summus Pontifex iuris pontificii declaravit, laetos fructus collegerit in Republica Mexicana, Superior Generalis eiusdem Instituti textum Constitutionum ad hanc Sacram Congregationem de Propaganda Fide obtulit ut diligenti examini subiiceretur. Quem textum propositum Reverendissimi Consultores ad trutinam revocaverunt et de singulis articulis immutandis, demendis atque addendis, sententiam suam aperuerunt.

Qua vero sententia mature perpensa, hoc Sacrum Consilium, vi facultatum sibi a Sanctissimo Domino Nostro PIO Divina Providentia Papa XII tributarum, per praesens Decretum Constitutiones Instituti a Sancta Maria de Guadalupe pro exteris missionibus, iuxta textum heic adnexum, ad septennium approbat et confirmat.

Datum Romae, ex Aedibus Sacrae Congregationis de Propaganda Fide, die 28 mensis aprilis a.D. 1953.

P. Card. Fumasoni Biondi Praef.+ Ph. Bernardini

a Secr.

Traducción:“SAGRADA CONGREGACIÓN DE PROPAGANDA FIDE

DECRETO

Habiendo el Sumo Pontífice declarado al Instituto de Santa


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María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras de derecho pontificio el 11 de marzo de 1948 y habiendo este Instituto recogido abundantes frutos en la República Mexicana, el Superior General del mismo Instituto presentó el texto de sus Constituciones a la Sagrada Congregación de Propaganda Fide para que fuese sometido a un diligente examen. Los Reverendísimos Consultores revisaron el dicho texto y dieron su sentencia acerca de las cosas que se deben cambiar, corregir y añadir.

Después de ponderar concienzudamente esa sentencia, este Sagrado Consejo, en virtud de las facultades concedidas por Nuestro Santísimo Señor Pío, por la Divina Providencia Papa XII, por medio del presente decreto aprueba y confirma las Constituciones del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, para un período de siete años.Dado en Roma, desde la sede de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, el día 28 del mes de abril, del año del Señor de 1953.

P. Card. Fumasoni Biondi Prefecto+ Ph. Bernardini

Secretario”- - - - -

En el texto de estas Constituciones quedó aprobado el nombre de Misioneros de Guadalupe para los miembros del Instituto; y, en audiencia privada anterior al 28 de abril de 1953, el Papa Pío XII, había nombrado a Mons. Escalante, Superior General de los mismos. A su vuelta a México inmediatamente ordenó la impresión de las Constituciones en el formato de un pequeño libro, muy manual, cuyo tamañofuede16x10centímetros.Alfinal,estelibritocontieneunaInstrucción a los Vicarios y Prefectos Apostólicos, y a los Superiores de los Institutos a los que han sido confiadasMisiones por la SantaSede. Esta Instrucción, dada por Propaganda Fide, tiene fecha del 8 de diciembre de 1929.

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El 2 de mayo de 1953, Monseñor Escalante envió un telegrama a México desde Roma:

“Seminario de Misiones. Quinta ‘Los Álamos’. Tlalpan, México, D.F.

CONSTITUCIONES APROBADAS FUI NOMBRADO SUPERIOR GENERAL AD INTERIM. RECUERDOS.”

Primeros Juramentos

De acuerdo al Capítulo III de dichas Constituciones, Mons. Escalante nombró sus consejeros a los Padres Esteban Martínez y Salvador Ramírez. Quiso también que el 8 de septiembre de 1953, los ocho sacerdotes, ya ordenados para el Instituto, hicieran su juramento, de entregar su vida entera a las misiones, por el cual quedaban incardinados y obligados a las Constituciones. Siete misioneros hicieron su juramento ante Mons. Escalante, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. El P. Salvador Ramírez, que estaba enfermo en el convento de las Hermanas Eucarísticas Franciscanas, situado en la calle de Francisco Sosa 85, de Coyoacán, D.F., hizo allí su juramento, también ante Mons. Escalante y con la presencia de los otros siete. Después de la ceremonia se tomó la fotografía histórica. Los ocho primeros miembros del Instituto, con su fecha de ordenación, fueron los siguientes:

P. José Álvarez Herrera 12 de diciembre de 1948P. Joaquín Sarmina Andrade 6 de enero de 1950P. Ricardo Colín Negrete 6 de enero de 1951P. Esteban Martínez de la Serna 10 de marzo de 1951P. José Chávez Calderón 8 de marzo de 1952P. Salvador Ramírez Villanueva 29 de junio de 1952P. Alejandro Ríos Zalapa 15 de noviembre de 1952P. Rodolfo Navarro Guerra 16 de agosto de 1953


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El 24 de septiembre de 1953, Monseñor Escalante envió un ejemplar de las Constituciones, tanto a Mons. Octaviano Márquez como a Mons. Miguel Darío Miranda, acompañado de esta carta:

“Con sentimientos de profunda veneración y afecto, tengo el gusto de presentar a V.E.R. las Constituciones del INSTITUTO DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE PARA LAS MISIONES EXTRANJERAS, aprobadas ‘ad septennium’ por la Santa Sede, en abril de 1953.

El modesto ejemplar que me complazco en enviar a V.E.R., estoy seguro que hará amar más al Seminario de Misiones, fundado por el Venerable Episcopado de México y la Pía Unión Misional del Clero. Al agradecer una vez más a V.E.R., el obsequio de vuestras delicadas atenciones, me permito rogaros que vuestro interés se extienda a la lectura de las citadas Constituciones que os dará a conocer ampliamente los fines y normas de vuestra Obra, cuyos miembros sólo anhelan cristalizar el grandioso ideal de apostolado universal que desde el 7 de octubre de 1949 les fuera comunicado por los Excmos. y Revmos. Señores Obispos de México.”

El Obispo Escalante y sus Consejeros de 1953 a 1967

Fecha ConsejerosSeptiembre 1953 Esteban Martínez Salvador Ramírez Diciembre 1957 Esteban Martínez José Gpe. Chan

Marzo 1958 Rodolfo Navarro G. José Gpe. ChanAgosto 1958 Esteban Martínez José Gpe. Chan

Septiembre 1961 Rodolfo Navarro Guerra José Gpe. Chan

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Marzo 1964 Alejandro Ríos José Gpe. ChanFeb. 1966-67 Alejandro Ríos Ricardo Colín Negrete

Informe al Episcopado en 1953

“Informe del Superior General del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras al Venerable Comité Episcopal de México en su Sesión Plenaria - 13 de octubre de 1953.

Hoy conmemoramos el octavo aniversario de la aprobación concedida por la Junta Plenaria del V. Comité Episcopal al proyecto para un Seminario de Misiones Extranjeras que presentaran los Excmos. y Revmos. Sres. Don José Ignacio Márquez q.e.p.d. y Don Miguel Darío Miranda. Cuatro años después, el 7 de octubre de 1949, se realizó la apertura de dicho Seminario con una asistencia de 19 Señores Obispos.

Y es motivo de placer para nosotros poner en conocimiento de VV.EE.RR. lo siguiente: Gracias a Dios y a la Santísima Virgen de Guadalupe, el Seminario de Misiones festejó hace pocos días su cuarto cumpleaños. Como en años anteriores, se ofreció una Misa de acción de gracias en la Insigne y Nacional Basílica a la que asistieron todos los Padres y seminaristas. Estos cuatro años han sido para nosotros una muestra de la paternal protección que Dios Nuestro Señor se ha dignado dar a este nuevo Instituto de su Iglesia con el fin de dar a conocer a los fieles su divina palabra. Aún cuando hemos tenido la satisfacción de contemplar el progreso de la obra, no podemos ocultar que ha sido a costa de gran esfuerzo y sacrificios y, en ocasiones, también obligados a luchar con mil dificultades, tanto internas como externas, pero al fin y al cabo vicisitudes por las que normalmente atraviesan las obras dedicadas a la gloria de Dios. Siempre hemos contado con estas adversidades no dejando de comprender su efecto saludable: ayudarán a enraizar profundamente nuestro Instituto, ya sea en la tierra o en el cielo donde Nuestro Señor aceptará estas cruces como parte integrante de la obra misionera.


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Coordinación Misional:De suma importancia se considera la designación del Superior General del Instituto de Santa María de Guadalupe como Director Nacional de las OO.PP. de la Propagación de la Fe y de San Pedro Apóstol para el Clero Indígena, a petición del Excmo. y Revmo. Sr. Delegado Apóstólico en México, que viene a realizar lo que tanto se ha deseado: coordinar más la obra misional (realizada por las cuatro Obras MisionalesPontificias).Con este fin ‘coordinación’, tuvo lugar el 20 de agosto próximo pasado una reunión de todos los Directores Diocesanos con el Presidente de la ‘Pía Unión Misional del Clero’ y el Director Nacional de la Propagación de la Fe y San Pedro Apóstol, así como con el Director Nacional de la Santa Infancia y algunos Sacerdotes del Instituto de Santa María de Guadalupe. En esta junta se cambiaron impresiones que aclararon las medidas convenientes a seguir, para que todas estas obras misioneras trabajen en conjunto verdaderamente armónico para la mayor gloria de Dios y su Iglesia en México.

Constituciones:El acontecimiento más grande para el Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, desde el permiso que el Santo Padre otorgara para erigirlo (11 de marzo de 1948) y de su fundación (7 de octubre de 1949), ha sido la aprobación de sus estatutos, concedida ‘ad septennium’ por la Sagrada Congregación de Propaganda Fide con fecha 28 de abril de 1953. Estos estatutos tienen como base los mismos lineamientos aprobados para otros 12 Institutos dependientes de la mencionada Sagrada Congregación. Al mismo tiempo, la S.C. de Propaganda Fide nombró al Excmo. Sr. Escalante Superior General ‘ad interim’. Documentos de estos actos fueron enviados a VV.EE.RR. en meses pasados y hace pocas semanas también se mandó a cada Excmo. y Revmo. Sr. Prelado una copia de las Constituciones para que, clara y detalladamente tenga conocimiento del fin principal de vuestro Instituto.

Juramento:El día 8 de septiembre de 1953, con permiso de sus respectivos Ordinarios y de acuerdo con lo especificado en las propias Constituciones, tomaron el Juramento 8 Sacerdotes, por el cual ligan su vida entera al Instituto de Santa María de Guadalupe para trabajar por las misiones católicas bajo las órdenes de sus Superiores. En adelante, los miembros de dicho Instituto se llamarán Misioneros de Guadalupe.

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Misioneros de Guadalupe en Roma: Al día siguiente de su Juramento, partieron para Roma dos Misioneros de Guadalupe para continuar sus estudios y prepararse debidamente como profesores. Uno de ellos leerá durante el Centenario de la fundación de la Universidad Gregoriana una ponencia que lleva como título MÉXICO MISIONERO.

Personal:Además de los ocho Sacerdotes Misioneros, el Instituto cuenta con los siguientes estudiantes ya aceptados: 1 Sacerdote, 1 Diácono, 13 Teólogos, 5 Filósofos y unos setenta alumnos en el Seminario Menor, repartidos hasta hoy en diferentes Seminarios Diocesanos por falta de espacio en el vuestro (La Quinta ‘Los Álamos’). Quiera Dios que lleguen a realizarse estas 98 vocaciones misioneras.

Padres de Maryknoll:Siguen ayudando con gran empeño a vuestro Instituto de Santa María de Guadalupe, como colaboradores o profesores, cuatro Padres de Maryknoll según el convenio celebrado con el V. Comité Episcopal. Cuando las Constituciones se aprobaron, los Padres hicieron gestiones para dejar el Instituto, pero la Sagrada Congregación de Propaganda Fide insistió en que continuaran su magnífica labor. Nosotros sugerimos que la Junta Plenaria de los Excmos. y Revmos. Sres. Obispos dé las rendidas gracias, tanto al Consejo General de los Padres de Maryknoll como a la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, por la ayuda que han prestado hasta hoy los Padres, asegurándoles que todavía se necesitan y que no deben retirarse sino hasta que esté bien cimentado el nuevo Instituto, de acuerdo con el convenio.

Día de las Vocaciones Misioneras:De acuerdo con lo aprobado en la Reunión Plenaria del V. Comité Episcopal en septiembre de 1947, y confirmado en octubre de 1949, como garantía de éxito para vuestro Instituto, se ha procurado permanecer fieles al programa trazado desde un principio: pedir vocaciones, oraciones y limosnas; celebrando de manera especial el ‘Día de las Vocaciones Misioneras’ en toda la República, una vez al año (el primer domingo de mayo).


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Vocaciones - Han sido bastante numerosas las solicitudes para ingresar a vuestro Instituto, como resultado de esta festividad y la propaganda misionera de la revista ‘Almas’.

El sacerdote promotor de vocaciones está estudiando a varios aspirantes que quieren consagrarse a María de Guadalupe en las misiones extranjeras; confiamos en que llegarán a madurar su vocación para formar un excelente grupo en el próximo curso 1954.

Oraciones - Con el fin de renovar el celo misionero de nuestro México, se organizan diversas Horas Santas para el ‘Día de las Vocaciones Misioneras’.

También durante estos días, suelen las almas enfervorizarse por la oración y sacrificio, y contagiadas de entusiasmo misionero por la predicación de su párroco o capellán, las vemos acercarse con más frecuencia a los Sacramentos de la Confesión y Comunión.

Además, en cumplimiento de las Conclusiones tomadas por el Tercer Congreso Nacional Misionero, celebrado en Monterrey durante el mes de noviembre de 1952, recibimos de parte de vuestro Clero y de todos los miembros de la ‘Pía Unión Misional del Clero’, muchísimas cartas como testimonio de haber ofrecido una o más veces al año la Santa Misa por las intenciones de vuestro Instituto.

Limosnas - En cuanto a los donativos, colectados para las vocaciones misioneras, es indudable que representan cada año el mayor obsequio con que se favorece a vuestro Seminario.

Sin embargo, VV.EE.RR. se darán cuenta por la relación anexa, que la colecta de este año descendió considerablemente. Es obvio entrar en explicaciones pues VV.EE.RR. conocen bien las causas.

Revista:Es evidente que la pequeña revista ‘Almas’ se ha convertido en un importantísimo núcleo asesor de vuestro Instituto. En realidad, sus páginas ilustradas con fotografías del universal campo misionero, se justifican con la benéfica influencia que ejercen entre vuestros 40,000 subscriptores mensuales. Poseemos abundantes pruebas de

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que nuestro pueblo aprovecha estas enseñanzas, y que no se conforma con ampliar sus conocimientos sino, como buenos mexicanos, traducen generosamente en ejemplos, muchas veces heroicos, su católico anhelo de participar del Sacerdocio de Cristo, acompañando a sus apóstoles en la conquista del mundo infiel.

Sociedad Anónima:Se consideró conveniente fundar una Sociedad Anónima con el fin de proteger las fincas y bienes de vuestro Instituto de Santa María de Guadalupe. Esta S.A. será la propietaria que arrendará a la Asociación Civil.

Al constituirse la Sociedad Anónima se regulariza ante el poder civil la situación tanto bajo el punto de vista fiscal como legal.

Nuevo Edificio para el Seminario de Misiones:Uno de los mejores arquitectos de México, el Sr. José Villagrán García, ha hecho un espléndido proyecto para la casa principal del Seminario de Misiones, donde se alojarán 200 seminaristas y 40 Padres. Esperamos iniciar estas obras antes de fin de año, para concluir en la cuarta parte del año entrante y así poder comenzar el curso 1954 en el nuevo edificio.

Terrenos:Además de la Quinta ‘Los Álamos’, hemos comprado por intermedio de la Sociedad Anónima un terreno ubicado sobre la Av. De los Insurgentes en Tlalpan, donde esperamos algún día construir la Casa Matriz del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras y anexos a ella diversos edificios para todas las actividades que concurran al desarrollo del Instituto.

Primera Misión:Al concedernos la Santa Sede la aprobación de las Constituciones, traté con el Emmo. Sr. Cardenal Fumasoni Biondi la autorización correspondiente a la primera Misión entre infieles, pues ya se había estado tramitando desde el año anterior. Informé a la Sagrada Congregación de la actual situación de vuestra Obra, presentándole a la vez mi modesta opinión en el sentido de que es necesario primero consolidar los principios misioneros y unificar el criterio en torno de las Constituciones; pues considerando que el Instituto comienza a dar escasamente sus primeros pasos, me


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parece prematuro todavía enviar a vuestros misioneros fuera del país. Sin embargo, el año entrante empezarán a desfilar, con el favor divino, para el campo pleno de acción en el extranjero. Y el lugar, tendremos el honor de anunciarlo a VV.EE.RR. cuando nos lo señale la Sagrada Congregación de Propaganda Fide.

Actitud del Venerable Episcopado:Tengo el gusto de transcribir a VV.EE.RR. las siguientes palabras de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, (Prot. N. 1676/53) del 29 de abril de 1953.

‘In tal maniera l’Istituto di Santa Maria di Guadalupe riceve la sua completa forma giuridica e tutto l’Episcopato messicano puó essere ben lieto al vedere che in pochi anni la loro idea abbia raggiunto un sí consolante sviluppo. Anche nell’avvenire gli Ecc. mi Vescovi vorranno continuare a dare alla bella istituzione tutto il loro appoggio affinché possa svilupparsi sempre piú.’

Traducción:“De tal manera, el Instituto de Santa María de Guadalupe recibe su forma completa jurídica y todo el Episcopado Mexicano puede estar muy contento al ver que, en pocos años, su idea ha llegado a tener un desarrollo satisfactorio. También, en lo sucesivo, los Excelentísimos Señores Obispos querrán seguir dando todo su apoyo a ese Instituto a fin de que pueda desarrollarse siempre más.’

‘Comprendemos, como también deben entenderlo VV.EE.RR., que cada Obispo Católico de México cuenta con su Seminario Diocesano para su Diócesis, con el Seminario de Montezuma para las diócesis pobres de nuestro país, y con el Seminario de Misiones - al que facilita su ayuda para la conquista de los que todavía no conocen a Dios.’

Hemos expuesto lo que a nuestro juicio nos corresponde y no dudamos que VV.EE.RR. continuarán prestando toda clase de cooperación a vuestra Obra que, según Pío XI en su Encíclica ‘Rerum Ecclesiae’, dedicada a ‘predicar el Evangelio a los paganos, supera a las demás obras y demostraciones de caridad tanto cuanto supera el alma al cuerpo, el cielo a la tierra y lo eterno a lo temporal.”

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El 21 de noviembre de 1953, la Comisión Episcopal Mexicana de Misiones, del período 1953-1955, formada por Mons. Octaviano Márquez, Arzobispo de Puebla, como presidente y Mons. Emilio Abascal, Obispo Titular de Abziri, como secretario, envió su circular núm. 1, a todos los Obispos de México avisando que: “ya había enviado una respetuosa carta a la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, dando las gracias por la aprobación del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras y por el nombramiento del Excelentísimo Sr. Escalante como primer Superior General. Así mismo se escribió al Consejo General de los Misioneros de Maryknoll agradeciendo la valiosa ayuda que han prestado los Padres de ese Instituto en el Seminario de Misiones y rogando encarecidamente que continúen prestando sus servicios en esa importante obra.”

Informe al Episcopado en 1954

Informe del Superior General del Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras al Venerable Comité Episcopal de México en su Sesión Plenaria - 9 de octubre de 1954.

“Hoy 7 de octubre conmemoramos el quinto cumpleaños del Seminario de Misiones, aprobado por la Santa Sede como Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, y para celebrar tan feliz aniversario se ofreció en acción de gracias el Santo Sacrificio de la Misa, en la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe, habiendo asistido todos los Padres y seminaristas.

Personal:Con profunda gratitud hacia Dios Nuestro Señor y hacia nuestros caritativos bienhechores, contemplamos el desarrollo del Seminario de Misiones que, en la actualidad cuenta ya con 10 sacerdotes, 18 alumnos en el Mayor, 61 en el Menor y además 31 que han sido aceptados para el próximo curso del Menor. En total 120.

Tres Misioneros de Guadalupe están en Roma para doctorarse en Filosofía, Derecho y Dogma, mientras otros 2 sacerdotes del Instituto se encuentran en los Estados Unidos de Norteamérica estudiando inglés, idioma sumamente necesario para el apostolado en las misiones extranjeras.


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Las diócesis representadas por los alumnos del Seminario de Misiones son las siguientes: México, Yucatán, Morelia, Guadalajara, León, Aguascalientes, Durango, Chihuahua, Querétaro, Veracruz, San Luis Potosí, Zacatecas, Tepic, Puebla y Zamora.

Ordenaciones:El día 15 de agosto, durante este Año Mariano, se confirió el sacramento del Orden Sacerdotal al Diácono José Chan Baquedano quien salió luego para Roma con el fin de proseguir sus estudios y prepararse para la enseñanza.

La revista ‘Almas’:Sigue adelantando en su labor de difusión misional, y tiene una circulación mensual de 45,000 ejemplares. Gran asistente es para el Seminario pues, por medio de ella, se consiguen oraciones, sacrificios, vocaciones misioneras, subscriptores y amigos para diferentes obras misionales que nos facilitan sus opúsculos, así como para este Instituto.

Construcción:El 7 de marzo de 1954 (fiestadeSantoTomásdeAquino), se bendijo el lugar en donde se inició al día siguiente la construcción del Seminario de Misiones. Y después de 7 meses de trabajo, el edificio se encuentra bastante adelantado. Los ingenieros prometen tener lista para mayo o junio de 1955 la parte destinada para los Filósofos, e inmediatamente la ocupará el Seminario Menor con objeto de concentrar en México a todos los Padres que aún son muy pocos.

Día de las Vocaciones Misioneras:En toda la República se realizó una magnífica obra a favor de esta festividad, con el propósito de conseguir vocaciones misioneras para todos los Institutos, especialmente para este Seminario de Misiones Extranjeras. Tenemos el gusto de anexar al presente informe una lista de la colecta efectuada este año en todas las arquidiócesis y diócesis, con motivo del Día de las Vocaciones Misioneras.

Pía Unión Misional del Clero:Seguramente que muchas de las gracias de predilección recibidas por el Instituto de Santa María de Guadalupe fueron alcanzadas por la Misa Anual que celebrara

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cada uno de los Sacerdotes Socios de la ‘P.U.M.C.’, en cumplimiento a la segunda Conclusión del III Congreso Nacional Misionero efectuado en Monterrey durante el mes de noviembre de 1952.

Igualmente ha sido de gran significación para el Seminario de Misiones, el contingente aportado por los citados miembros de la ‘P.U.M.C.’ para la formación de Becas. Bajo este título aparecen registradas las siguientes cifras:

1953 ………………………………........................................ $ 7,321.40y del 1° de enero al 30 de septiembre de 1954…....…..................... $ 4,239.30

Todos los Excmos. y Revmos. Señores Prelados brindaron generosamente su cooperación al Seminario de Misiones y en pro de la formación de sus alumnos, interesándose de manera singular en 1954, por lograr el mayor éxito en la celebración del Día de las Vocaciones Misioneras en sus respectivas diócesis.

Sin duda que todos y cada uno de los miembros del Venerable Episcopado de México han sabido interpretar, para mayor gloria de Dios Nuestro Señor, de la Iglesia y de las Misiones, las palabras de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide (Prot. N. 1676/53) del 29 de abril de 1953.10

Agradecemos una vez más todos los favores de VV.EE.RR. que, no obstante las necesidades de vuestro propio Seminario Diocesano, no habéis omitido ningún esfuerzo en beneficio del Seminario de Montezuma, amparando así a las diócesis pobres de nuestro país, y además proporcionando vuestra magnánima colaboración a este Instituto Misional constituido para prolongar el Catolicismo hasta el mundo infiel.”

10 Véase pág. 200, palabras que citó en el Informe del año anterior.

9Capítulo

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9DIRECTOR NACIONAL DE LAS OBRAS MISIONALES

PONTIFICIAS

Dos obras a su cargo

LasObrasMisionalesPontificiasson “los medios de infundir en los católicos, desde la infancia, el sentido verdaderamente universal y misionero, y de recoger eficazmente los subsidios para bien de todas las misiones, según las necesidades de cada una.” (Ad gentes, n.38).

LasObrasMisionalesPontificiasconstituyenunaúnicainstituciónquecomprende cuatro ramas distintas:

LaObraMisionalPontificiadelaPropagacióndelaFe(O.P.F.)LaObraMisionalPontificiadeSanPedroApóstol(O.S.P.A.)LaObraMisionalPontificiadelaInfanciaMisionera(O.I.M.)LaPontificiaUniónMisionaldeSacerdotesyReligiosos(P.U.M.)

En la época de Monseñor Escalante, estas Obras estaban divididas en tres direcciones nacionales. La de él, que comprendía la Propagación de la Fe y la de San Pedro Apóstol; la segunda era la Santa Infancia (hoy Infancia Misionera) que dirigía el P. Javier Escontría, sacerdote marista; laterceraeralaPontificiaUniónMisionalquedirigíaMons.OctavianoMárquez, Arzobispo de Puebla.

director nacional de las obras misionales Pontificias

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La Propagación de la Fe tenía y tiene como objetivos:

a) suscitar interés por la evangelización universal;b) la educación, información y sensibilización misioneras;c) promover las diferentes Iglesias locales en todo el mundo, mediante

la oración y la ayuda económica;d) la gran campaña anual del Domingo Mundial de Misiones

(DOMUND).

La Obra de San Pedro Apóstol tenía y tiene como objetivos:

a) sensibilizar al pueblo católico sobre la formación del clero local en las Iglesias de las Misiones;

b) promover, mediante la oración y la donación de becas, el establecimiento y progreso de casas de formación, tanto de candidatos al sacerdocio, como de aspirantes de ambos sexos a la vida religiosa en las misiones, para el establecimiento del clero nativo.

Monseñor Escalante fue nombrado Director Nacional de estas Obras en Roma, en la misma ocasión en que fue nombrado Superior General de losMisionerosdeGuadalupe,cuandoobtuvolaaprobaciónpontificiade sus Constituciones, el 28 de abril de 1953. Sucedió en el cargo a Monseñor Rafael Vallejo Macouzet, benemérito encargado por muchos años de estas Obras.

Reorganización

Mons. Escalante, con su espíritu emprendedor, inmediatamente dio providencias para tener una oficina especial y el personal necesario.Acudió a Mons. José Garibi Rivera, Arzobispo de Guadalajara, entonces presidente de la Conferencia Episcopal, para que le prestara un sacerdote de su arquidiócesis que fungiera como secretario nacional en lasObras Pontificias encomendadas. El designado fue el P. JesúsNavarroRomero,sacerdotequetrabajabaenlaoficinadelSecretariadoSocial, en la ciudad de México.

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MonseñorEscalanterentóunlocaleneledificio“SanAntonio”delaAvenida Juárez 64, frente al hemiciclo que está en la Alameda Central de laciudaddeMéxico,yahíestableciólaoficinadelasObrasMisionalesPontificias,quefuncionóeneselugarhastaoctubrede1983,cuandosecambiaronasuedificiopropioenlacalzadadelosMisterios24C,Villade Guadalupe.

Sus cartas hablan

Por su correspondencia epistolar se puede ver la actividad intensa y generosa que él desarrolló, no obstante ser Superior General de un instituto naciente y otros cargos en la Conferencia del Episcopado Mexicano, como ser presidente de la Comisión de Misiones en la misma Conferencia; Padre Conciliar en el Vaticano II, miembro de la Comisión Conciliar y Postconciliar de Misiones, etc.

El 10 de diciembre de 1953 Monseñor Escalante escribió al presidente de la Propagación de la Fe y secretario de Propaganda Fide, el Excmo. y Revmo. Sr. Felipe Bernardini: “Con el favor de Dios N.S., al hacer mis planes para los primeros meses del año entrante, he decidido asistir a las reuniones de los Directores Nacionales en Roma, después de la Pascua de Resurrección, y es mi deseo ponerlo en conocimiento de V.E.R.

Los trabajos de esta O.P. de la Propagación de la Fe gradualmente van enraizando. En estos seis meses, o sea, desde que inauguramos nuestras oficinas, (en la Av. Juárez 64-206, Centro de México, D.F.) nos hemos concentrado en la colecta del Domingo Mundial de las Misiones y, además en preparar literatura con el fin de conquistar nuevos miembros. Habiendo sido prácticamente nulo el material que se me entregara relativo a estos asuntos, hemos tenido que dedicarnos a la impresión de diversos folletos, volantes y sobres alusivos a la misma colecta misional, así como estampas y diplomas para los socios bienhechores. También ha reclamado nuestro interés, la edición de ‘Anales’, pequeño instructivo para los celadores y ‘Misiones’, revista mensual para el público en general.


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Como V.E.R. puede apreciar, continuamos esparciendo la semilla y esperamos que el factor ‘tiempo’ produzca excelentes resultados, pues el pueblo, por naturaleza generoso, lo único que necesita es que se le presente una obra como ésta para entusiasmarse por ayudarla en la medida de sus posibilidades.

Por supuesto que también hemos tropezado con algunas dificultades – la mayor – , podemos asegurar, es la falta de personal adecuado; en la actualidad nos conformamos con preparar algunos elementos.

Y como también es notable la escasez de sacerdotes, en la mayoría de nuestras diócesis, de igual manera es bastante lento el avance del trabajo misional, pues los Padres tienen ya demasiadas atenciones. El tiempo y los nuevos esfuerzos irán remediando la situación.

Durante este mes de diciembre iniciaré mi gira por las provincias de México, adonde celebraremos juntas con todos los directores arquidiocesanos y diocesanos. Estas reuniones me permitirán conocerlos bien, lo mismo que sus problemas, a la vez que ayudarlos en promover el conocimiento de las Obras Misionales Pontificias y, por consiguiente, el anhelo de colaborar con Ntro. Smo. Padre el Papa Pío XII.

Deseando para V.E.R. una muy feliz Navidad y Año Mariano 1954, me es grato manifestarle como siempre, mi distinguida consideración y afecto.”

El 6 de febrero de 1954, Monseñor Escalante escribió al Excmo. y Rvmo. Señor Giovanni Battista De Nigris en Roma: “Tengo el gusto de saludarlo con todo afecto, deseándole toda clase de bienes en Dios Nuestro Señor.Enseguida me permito participarle que el 21 de enero último falleció el Ilmo. Monseñor Don Rafael Vallejo Macouzet, noticia que yo también tuve la pena de recibir varios días después, a mi regreso de la gira que hiciera durante el mismo enero: visité la mitad de las diócesis para reunirme con los diferentes Directores Diocesanos de la O.P. de la Propagación de la Fe y cambiar impresiones, con el fin de estudiar sus problemas y fomentar nuestras labores misionales en toda la República Mexicana.

Para implorar el eterno descanso del alma de Mons. Vallejo Macouzet, el próximo día 23 yo mismo celebraré el Santo Sacrificio de la Misa (PontificaldeRéquiem),

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en unión de todos los colaboradores de las Obras Misionales Pontificias, que durante largos años estuvieron en manos de tan insigne y celoso sacerdote.

Confiando en que sean exageraciones de la prensa los rumores alarmantes acerca de la salud de Ntro. Smo. Padre el Papa Pío XII, ruego a V.E.R. le haga saber que México ora por su Sumo Pontífice y, en particular, todos los miembros del Instituto de Santa María de Guadalupe.

N.B. Fueron 17 las diócesis que recorrí.”

El 9 de febrero de 1954, Monseñor Escalante escribió al presidente de la Propagación de la Fe y secretario de Propaganda Fide, el Excmo. y Revmo. Sr. Felipe Bernardini: “Con el debido respeto y afecto de siempre, me es grato acusar recibo de vuestra bondadosa comunicación del 22 de enero próximo pasado (Prot. N. 209/54)

En primer lugar, doy a V.E.R. las más cumplidas gracias por haber pospuesto la junta general de los Directores Nacionales de las OO.MM. Pontificias, hasta los días 24, 25 y 26 de mayo.

Durante la gira que hice en enero: visité 17 diócesis, o sea, la mitad de ellas en toda la República Mexicana (7,000 kilómetros en automóvil), con objeto de estudiar sus problemas e impulsar los trabajos de la O.P. de la Propagación de la Fe, tuve noticia de que la citada Reunión General en Roma se celebraría en tres días; y hoy, al saber las fechas, otro motivo de gratitud hacia V.E.R., pues nos dará feliz oportunidad de asistir a la canonización de Pío X.

Sumamente agradecido también con Su Ilma. Monseñor Signora, por cuyo digno conducto llega a mis manos, en estos momentos, el programa que se desarrollará en la junta.

20 No obstante haber enviado una circular a todos los Directores Diocesanos, suplicándoles entregaran la colecta antes del día 3 de diciembre último, día de San Francisco Javier, aún no nos ha llegado de muchas partes; y, a pesar de


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haberles dirigido en estos días una nueva circular, recomendándoles hicieran la remesa de este dinero inmediatamente, todavía no hemos recibido respuesta.

Dios mediante, cerraremos los libros al fin de este mes para rendir a V.E.R. la correspondiente información, según vuestras indicaciones. Y para el efecto rogamos a V.E.R. tenga a bien ordenar se nos manden varios ejemplares del ‘Schema’ que desea V.E.R. utilicemos como guía de este informe, pues no contamos con ninguno en estas oficinas.

30 Ya estamos preparando varias sugerencias para proponerlas en la junta.

40 Debo poner en conocimiento de V.E.R. que cuando estoy en Roma, generalmente me hospedo en la casa de los Padres de Maryknoll: (Via Sardegna, 83).

50 Al hacer nuestro Presupuesto, con mucho gusto vamos a tomar en consideración todo lo especificado en el ‘Acta Pontificalium Operum’ del año 1953.

Y, en unión de oraciones, presentamos por intermedio de V.E.R. nuestros ardientes deseos por el completo alivio de Ntro. Santísimo Padre el Papa Pío XII. México confía seguir recibiendo su Bendición Apostólica largos años, pues así se lo ha pedido a la Virgencita del Tepeyac.c.c. Para el Ilmo. Mons. Don Aurelio Signora.”

El 4 de mayo de 1954, Monseñor Escalante escribió a su secretario de la Propagación de la Fe en México, el P. Jesús Navarro Romero, desde Barcelona, España, Calle del Cester Tetra G.:”Aunque lo he pensado mucho, no he tenido el tiempo de escribir pues, si no es un viaje, es recibir visitas o asistir a un banquete (sic) (lo que me ha impedido hacerlo).

Todo va bien y aunque nuestro viaje con Fernando se desbarató porque no llegó su coche, para mí ha sido mejor porque aquí tengo coche de mi tía y me llevan por todos los lugares adonde quiero ir. Ya visité Montserrat y Manresa. Mañana salgo para Mallorca y una gran familia me va a hospedar. Al fin de semana iremos a Lourdes, entrando a España por San Sebastián, hasta Santiago Compostela. Conoceré así toda

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España, pues vamos en coche. Después otra vez a Madrid donde tomaré al avión para Roma el 23 de mayo, a tiempo para las juntas el 25.

Espero que todos estén bien en México y que las Obras Pontificias sigan adelante. El tipo de cambio fue una sorpresa para todos. Saludos a todos y me encomiendo a sus oraciones.”

El 28 de mayo de 1954, Monseñor Escalante escribió a su secretario, desde Roma, Italia: “En Roma recibí sus dos cartas de las cuales le doy las gracias. Noté lo de la reliquia como lo de la U.M.C., etc. Monseñor Signora me dice que hasta fines de junio tendrán las intenciones de S. Pedro y al mismo tiempo me mandarán las direcciones de los Seminarios indígenas.

Las juntas han sido interesantes pero, como una torre de Babel, es imposible tener un acuerdo universal. Yo fui el único que di sugerencias de las cuales algunas se adoptaron y otras eran ‘prematuras’. ¡Ni modo! Se aprobó que todas las direcciones nacionales tengan un intercambio de revistas y propaganda. Favor de recordarles a cada dirección nacional.(sic)

Por ser año Mariano, no sería mal poner la Sma. Virgen en el cartel del DOMUND. Otros países lo van a hacer.

Parece que a la Tarahumara aumentaron de 5 a 9 mil dólares y con la caída del peso van a recibir casi 3 veces más. Otros lugares también recibieron mucho más este año que el año pasado.

Estaré aquí dos semanas y después a Alemania, etc.

Las juntas siguen, pero más calmadas, pues un día LBW y A.S. casi tuvieron una lucha libre sobre fondos que el último quería que dé la O.P.F. En la tarde lo iban a sujetar a todos (poner a votación), pero creyeron prudente que no empiece de nuevo el pleito.

Dicen que hay más de 1,000 obispos y sólo a una hora de Roma se puede conseguir habitaciones. Tengo mucha gripa y me siento con fiebre. A ver cómo estaré mañana. Saludos a todos.”


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El 20 de junio de 1954, Monseñor Escalante escribió al P. Jesús Navarro Romero, desde la Misión de Kawaramachi en Kioto, Japón: “Una vez más en las misiones y casi me siento misionero otra vez, si no fuera porque tengo que regresar a un escritorio. Pero misioneros ‘a longe’ se necesitan para que los que están aquí puedan hacer más.

He visitado a varios obispos japoneses buscando un campo para trabajar. No es fácil pues las diócesis están entregadas a muchas congregaciones religiosas que no quieren subdividir. Un feudalismo o latifundio eclesiástico. Parece que me ofrecen muchos lugares en algunas ciudades, pero para hacer una parroquia ¡necesitaríamos vender el Seminario para realizar algo!

El lugar que más me gusta está hacia al norte del Japón en la diócesis de Sendai. El Obispo está en Canadá, pero el Internuncio lo gestionará. A ver.

Mi viaje hasta aquí interesante como turista. En Japón viajé al interior visitando Misiones. En este país la obra de los misioneros es más difícil cada día. Los obstáculos son los mismos que antes de la guerra – orgullo y materialismo – y con la prosperidad se empeoran. Necesitan una aparición, un milagro, conversión del emperador, otro San Francisco – Sólo Dios sabe. Mientras tanto oraciones, esfuerzo, misioneros, dinero.Saludos a todas las señoritas de las OO.MM.PP. Ojalá que redoblen sus esfuerzos como misioneras de la retaguardia. Me encomiendo a tus oraciones.

Espero llegar el 13 de julio de Los Ángeles a las 10:00 p.m.”

El 1 de julio de 1954, Monseñor Escalante escribió a su secretario, desde Amsterdam, Holanda:“Al fin regreso a México desde el Polo Norte. Estuve en el lugar del sol de media noche y leí el Breviario con ese sol a media noche. Uno no tiene ganas de dormir sino de trabajar día y noche! Buen lugar para las flojas y para un rancho.

Espero tomar avión para N.Y. y estar de nuevo en México en pocos días o una semana. Best to all (lo mejor para todos). – Sincerely (atentamente).”

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El 10 de julio de 1954, Monseñor Escalante escribió, desde la ciudad de Nueva York, N.Y.: “Después de varios días en N.Y. llegaré a México el 13 de julio vía Air France. Tuve un magnífico viaje por toda Europa y les contaré poco a poco todo lo que pasó.”

El 7 de septiembre de 1955, Monseñor Escalante escribió al Excmo. y Revmo. Sr. Giovanni Battista De Nigris en Roma, lo siguiente: “Acabo de recibir vuestra muy amable carta (Prot. 2680/55) del 2 de septiembre, por la que V.E.R. quiere saber si me encontré en Río Janeiro con algunos de los Directores Nacionales Latinoamericanos.

Fue para mí una gran sorpresa informarme por medio del ACTA PONTIFICALIUM OPERUM de que yo había sido nombrado para presidir la Reunión de los Directores Nacionales de la América Latina, durante el Congreso Eucarístico recientemente celebrado en Río.

Sí oí que se había adoptado la resolución que yo había propuesto; pero nunca entendí que hubiera sido yo objeto del citado nombramiento. Me había permitido sugerir que un alto funcionario del Consejo General fuera el designado, y me imaginé que seguramente V.E.R. o alguien de Roma iría para dar más importancia y fuerza a la Reunión.

Fui nombrado por la Comisión Episcopal de México, como Delegado para la Conferencia de los Obispos Latinoamericanos en Río de Janeiro.

Siento mucho no haber cumplido con el trabajo que ignoraba me había sido encomendado, pues, de haberlo sabido, me hubiera movido de inmediato a fin de lograr que la mayoría de los Directores estuvieran presentes en la Reunión.

Al Director del Brasil, aún cuando había ya anunciado que iría a Río, no tuve el gusto de verlo.

Fui a visitar al de Perú y nos pusimos de acuerdo en varios asuntos, especialmente con relación a películas misionales y propaganda para esa Nación.


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Aprovecho esta oportunidad para encomendarme a vuestras venerables oraciones, además de desearos toda clase de bienes en Jesucristo Señor Nuestro.”

El 4 de mayo de 1956, Monseñor Escalante escribió al P. Jesús Navarro Romero, desde la casa de Maryknoll en Roma, Italia: “Hoy se acabaron las juntas de las dos Obras Pontificias y mañana es la de es la de la P.U.M.C., pero no asistiré a ésta, porque voy a visitar varias de las Congregaciones.

Lo único importante que sucedió es que Fides será autónoma. Parece que ya se cansaron de pedir dinero al señor Leo Giovanni Battista De Nigris para comprar timbres. Todo el resto del tiempo se habló de cómo controlar institutos misioneros que van a pedir limosna en los países como EE.UU., Francia, Alemania, España. Msgr. Parenti me dijo que el Canon 621 ó 622 permite a órdenes mendicantes pedir limosna en una diócesis en donde ya se establecieron, pero sólo para sostener a los de las casas de esa diócesis.

Para pedir, por ejemplo, para la Tarahumara, necesitan permiso del Ordinario, pues esa Misión no es de los S.J., (sic) (Jesuitas) ¡sino de Propaganda Fide! Así es que la controversia Paredes vs. Ocampo en Christus ¡se aclaró a favor del primero!

Estuve con Su Santidad (Pío XII) unos minutos y le presenté el libro firmado por los Excelentísimos Señores Obispos de México pidiendo la definición de la Maternidad Espiritual de la Santísima Virgen. Tomaron unas fotos en esta ocasión y las mandaron al P. Chávez o al secretario de las OO.MM.PP., por no mandar dos paquetes.

El viaje ha sido normal. En Los Ángeles descansaré entre los dos domingos. En San Luis vi a los dos Padres misioneros11 y hablé en una iglesia. De Nueva York a París, el vuelo fue de 10 horas. Estuve un día allá para ver a mi hermano12 que estudia en la Maison du Mexique, Cité Universitaire. Aquí hemos tenido lluvia todos los días menos hoy. El domingo salgo para Barcelona y después para Beirut. Ada13 hizo el itinerario para darles una copia a ustedes.

11 El P. Garnica y el P. Ríos estaban en esos días, en San Luis, MO., estudiando inglés en la parroquia de San Pedro y San Pablo, del P. Edward Bruemer.12 Antonio, su hermano menor.13 La Srita. Ada Hernández era su secretaria particular.

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Nada llegó de México de las OO.MM.PP. Supongo que no tuvieron tiempo para preparar los documentos y, si llegan tarde, ¿qué haremos?. Espero noticias de uds. en Hong Kong adonde llegaré a principios de junio. Pax vobiscum, saludos a todas las secretarias y me encomiendo a sus oraciones.”

El 13 de mayo de 1957, Monseñor Escalante escribió desde Roma: “Al fin escribo pero después de las juntas; todo fue bien a lo romano y con los millones que dimos a las misiones ojalá que se convierta ¡aunque sea una sola alma! Vale más.

El señor Pietro Sigismondi, como el señor De Nigris, dice que podemos dejar o ‘Anales’ o ‘Misiones’, pero les prometí escribirles para que yo tenga la contestación por escrito. La mentalidad de las juntas es que es mejor cobrar, aunque sólo para los gastos, por una revista de las OO.MM.PP. ¡Educar a la gente! y, especialmente ¡a los Directores Diocesanos!

Oí en el viaje que Ciudad Juárez se erigió en diócesis en el centenario de Juárez. ¡Lo que falta es que el nuevo obispo se llame Juárez o Benito!

Visitamos la Casa para Un Mundo Mejor. Está estupenda. Costó un millón seiscientos mil dólares. Se debe llamar La Mejor Casa del Mundo. El curso de allí es sobre los Ejercicios de S. Ignacio bautizados como Católicos – hacer todo trabajando por intermedio del Cuerpo Místico, ‘en colectividad’, como dicen en estos tiempos.Hoy salgo a Milán a visitar el Seminario de Misiones en ésa. Después Barcelona – Madrid – Irlanda – N.Y. y México. Entregué un programa a Ada para ti.”

El 25 de mayo de 1957, Monseñor Escalante escribió, desde Fraternité Sacerdotale Maison Du Bon Pasteur en París, Francia: “Recibí su carta aquí en París adonde llegué ayer en la tarde. La nota del Zenith ya está pagada. Fue personal.

Estuve en Milán donde S.E. Monseñor Giovanni Battista Montini, después Paulo VI nos invitó a comer. Después fui a Mónaco con el P. Tucker quien fue el casamentero entre el Príncipe y Grace Kelly y a quien conocía. Barcelona y Madrid con muy buen tiempo hasta para jugar golf. Hoy me voy al Monasterio de Solemnes donde siempre


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he querido oír a los Padres de ese magnífico monasterio. ¡Tal vez me quedaré allá cuando me jubilen!”

El 6 de noviembre de 1957, en una carta que dirigió al P. Alejandro Ríos, que estaba estudiando japonés en Tokio, le dice: “Pienso salir de México para Lima, por el 24 de este mes, para asistir a las juntas de los Directores Nacionales de las Obras Pontificias de América Latina. Queremos ver cómo se pueden promover estas Obras en todos estos países de habla española. La junta fue aprobada por Roma, y muchos irán a Perú por tres días.” Esta vez sí pudo presidir las juntas.

El 14 de enero de 1958, en carta dirigida al mismo Padre, platica Monseñor Escalante: “Empiezo el 20 una gira por Michoacán, Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí y Querétaro, para hablar en los Seminarios e inspeccionar las Obras Pontificas. Regresaré el primero de febrero.”

El informe a Roma en 1958 y en 1959

RELACIÓN GENERAL14 enviada a Roma por Monseñor Escalante sobreladirecciónnacionaldelasObrasPontificiasdelaPropagaciónde la Fe y de San Pedro Apóstol en México, el 20 de marzo de 1958:

“La Dirección Nacional de la Obra ha tenido actividadesal exterior y actividades internas.

Al exterior, en cuanto que se asistió a las reuniones que el mes de diciembre pasado se verificaron en la ciudad de Lima. Seguramente que de ese encuentro, en el cual tomaron parte un buen número de Directores Nacionales de América Latina, se seguirá mucho bien para las Obras Misionales Pontificias de la Propagación de la Fe y de San Pedro Apóstol. Es satisfactorio comprobar que hay espíritu y voluntad de trabajo, no obstante las dificultades geográficas y económicas que podrían ser obstáculo casi insuperable.

14AsílallamaRomayeselinformedelasactividades,paradistinguirlodelinformefinanciero,delasOO.MM.PP.

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Internamente la Dirección Nacional se ha empeñado en trabajar dos áreas:

a) El área estudiantil, porque la Obra de la Propagación de la Fe tendrá buenos y entusiastas jefes, si conseguimos que hoy el estudiante se interese por los problemas que la Iglesia debe resolver en tierra de paganos. Se ha procurado que cada Dirección Diocesana sienta la responsabilidad del trabajo en el campo estudiantil. Y ha habido especial cuidado en enfocar actividades desde el punto de vista de la convicción, sin descuidar el sentimiento y la emoción. Quien está convencido puede hacer más que quien está solamente apasionado.

b) La otra área es la de las parroquias. Incesantemente se ha recomendado a las Direcciones Diocesanas que se funden en cada parroquia las dos Obras. Aún cuando apenas si se ha obtenido respuesta, se tienen indicios de que con un poquito de constancia se obtendrá una organización pujante. El responsable será, en cada diócesis, el Director Diocesano. o sea, que la Dirección Nacional tan sólo impulsará (las Obras) y evitará solícitamente cualquiera intervención o indebida o inadecuada.

Para realizar este programa se han visitado seis de las provincias eclesiásticas de México. De las tres restantes, en una no se pudo hacer la visita, debido a circunstancias especiales del Director Diocesano; en otra se suspendió, por razones de fuerza mayor; la otra está pendiente.

La sequía castigó fuertemente a casi toda la República. Hubo regiones en las que no se obtuvo cosecha y en que se perdió aún lo que los campesinos habían sembrado. Naturalmente, esto trajo un problema que algo se refleja en las colectas del DOMUND pasado y quizá se sienta más en las que corresponden al próximo.

Por aviso directo de la Delegación, sin comunicación oficial de Propaganda, se conoció el decreto por el cual el 50% de lo colectado por la Obra va a ayudar a circunscripciones necesitadas en México. Se pidieron aclaraciones y, una vez obtenidas, se entregó a la Delegación Apostólica el porcentaje señalado.

Varias diócesis no enviaron oportunamente lo obtenido en el DOMUND, aún cuando se insistió ante los señores Directores Diocesanos para que lo hicieran.”


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El 16 de marzo de 1959, Monseñor Escalante escribió al Excmo. y Revmo. Señor Arzobispo Dr. D. Pietro Sigismondi, Presidente del ConsejoGeneraldelasObrasPontificiasenRoma:“La Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias de la Propagación de la Fe ha procurado tocar todos aquellos resortes que sirvan para que de inmediato y posteriormente se consiga un aumento del espíritu misional que dé facilidad para que en lo futuro muchos más fieles vayan interesándose en el movimiento misionero de la Iglesia.

Para ello:

1) Se convocó la Reunión de los señores Directores Diocesanos y con ellos se habló especialmente de las dificultades que hay para conseguir que en todas y cada una de las parroquias de la nación se tenga establecido el grupo de las Obras Misionales Pontificias de la Propagación de la Fe y de San Pedro Apóstol.

2) Se estudió con ellos la mejor manera de obtener rendimientos espirituales y materiales seguros, en cuanto a la propaganda.

3) Se hicieron aquellas visitas que de algún modo resultaban convenientes, ya para incrementar, ya para explicar y coordinar actividades.

4) Se dio amplio apoyo a las actividades preparatorias del 4° Congreso Nacional de Misiones.

5) Oportunamente se distribuyó la propaganda. Con seguridad llegó a todas partes. Por desgracia, debido a inundaciones de amplias zonas del país -algunas de ellas muy buenas cooperadoras- la colecta, que se esperaba mucho mejor que las realizadas en años anteriores, disminuyó un poco.

6) Habrá que seguir insistiendo con tenacidad y buena voluntad, hasta obtener una cooperación mucho mayor.”

Cartas de 1959 y 1960

El 10 de septiembre de 1959, Monseñor Escalante escribió al P. Jesús Navarro Romero, desde Washington, D.C.: “Recibí su carta dándome la triste noticia de la muerte del Padre Paredes. Adjunto un dólar para que se diga una Misa de Réquiem por su eterno descanso. Más de 600 misioneros están en ésta para las juntas. Muy interesantes las conferencias.”

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En Nueva York alrededor de 120 obispos, 4 cardenales y 50 mil personas estuvieron en el ‘Yankee Stadium’ para celebrar las bodas de plata episcopales de S.E. el Cardenal Francis J. Spellman. Como el evangelio era del ocho de septiembre, alguien añadió al evangelio [¡Pacelli autem genuit Spellman de quo natus est Archiepiscopus Neoboracensis’! (¡Pacelli engendró a Spellman, del que nació el Arzobispo de Nueva York!]. Esta frase es un chiste con referencia a la genealogía de Jesucristo.

Cfr. Mat. 1, 1-16).

Francamente la gente no cooperó, pues Billy Graham tuvo 120,000 personas en el mismo estadio en agosto. El cardenal nos dijo que uno de cada tres católicos de Nueva York ¡es de habla española (portorriqueño)!”

El 25 de junio de 1959, Monseñor Escalante escribió, desde Saint Mary’s Hospital en Rochester, Minnesota: “Hay muchos hospitales en el mundo, pero éste es no sólo el más grande sino el mejor. La famosa Clínica Mayo está cerca y las monjitas de San Francisco de Asís son las enfermeras.

Claro que no estoy enfermo sino de viajes, pero estando tan cerca en St. Paul vine aquí a descansar y a que me hagan el primer examen médico total en 20 años. Aunque me digan por 100 dólares que estoy muy gordo, vale la pena estar seguro con tantos instrumentos, pues ¡esos instrumentos no mienten!

Aquí también está el Padre Madrigal pero no pueden hacer mucho por él para que hable. SerefierealP.JoaquínMadrigal,MisionerodelEspírituSanto,quien hizo favor de prestar sus servicios de Produrador para los asuntos del Seminario de Misiones y luego para el Instituto de Misioneros de Guadalupe y para acompañar a los Padres MG que estudiaban en Roma. Este santo Religioso sufrió una embolia de la que nunca se recuperó. Descanse en paz.

El 7 de mayo de 1960, Monseñor Escalante escribió, desde la Procura de Maryknoll en Roma, Italia: “Al fin se acabaron las juntas. Todas o gran parte de las colectas subieron y todo se regaló. Como siempre muchas discusiones


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etc., pero todo interesante. El señor pro-prefecto habló de dar más importancia a la P.U.M.C. (PontificiaUniónMisional delClero) y después se retiró. El Presidente y el Secretario de las OO.MM.PP. presidieron los acuerdos; fueron los que él dictaba (sic) y algunas veces con el voto de otros. Ninguna sugerencia de afuera se discutió y con eso el nuevo reglamento quedó en el aire.

Visité a varios señores de importancia y me preguntaban acerca de México, etc. Muchas noticias llegan aquí. Por lo menos les hice pensar en otras objeciones y con otras ideas.

El señor Mazza con muchas excusas por su error. De Nigris muy callado después de su enfermedad. Tissot tiene un secretario coadjutor que habló más que él.

Las juntas, en adelante, serán a fines de mayo. Algunos necesitan más tiempo para recabar las colectas del DOMUND. Con el frío y lluvia que tuvimos en estos días será mejor para mí.

Su Santidad (Juan XXIII) nos recibió hoy durante una hora. Mañana asistiremos a la Consagración de catorce obispos que él presidirá. En la noche saldré para África. Están muy feas las cosas en el Congo Belga. Ora pro morituris15. Recibí la carta traducida de Mazza.”

El 11 de mayo de 1960, Monseñor Escalante escribió, desde Accra, Ghana, África: “Muchas gracias por las felicitaciones suyas y de las señoritas. Las recibí aquí en Accra. (Por el aniversario de su Ordenación Episcopal, el 9 de mayo de 1943).

Este lugar está bastante desarrollado. Tiene muy buenos edificios y carreteras. Visité varias Misiones fuera de la ciudad y hoy voy al Seminario que está a 2 ó 3 horas de aquí.

‘Vere dignum et justum est’16 estar en las misiones de nuevo. ¡Me siento como un pájaro que ha salido de su jaula!

15Fraselatinaquesignifica:“Rezaporlosquehandemorir”.16 “Es muy digno y justo”, frase del Prefacio de la Misa.

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Este país tiene el 10% de católicos. El Premier Nkrumah es católico por bautizo, pero no practica. La semana pasada fue elegido Presidente.”

El 14 de mayo de 1960, Monseñor Escalante escribió, desde la Delegación Apostólica en el Congo Belga, África: “Hasta en este lugar se oye hablar de Jalisco y ¡creí que iba a tener un descanso de los tapatíos!17 Unas madres misioneras seglares españolas que visité me cantaron Jalisco – ¡con diferentes palabras!

La universidad Lovanivar es una maravilla. ¡Y sólo se empezó en 1954! pero qué pasará a la universidad con el nuevo gobierno, ¡es el problema!

Por todo África pasan de colonias a repúblicas. Ojalá que la Iglesia no pierda como en América Latina.

S.E. Mons. Mojaiski, me hospedó en la Delegación y hemos hablado mucho de México como de una futura Misión.”

En junio de 1960, Monseñor Escalante escribió, desde el Hotel Oberoi Palace de Srinagar en Cachemira, India: “Este hotel fue el palacio del Maharajá de Kashmir (Cachemira). Este lugar está entre los Himalayas y sus montañas con nieve, sus lagos, canales, flores, etc., lo hacen parecer como un Shangri-la o el paraíso sobre la tierra. Algunos creen que el Paraíso estuvo cerca de los Ríos Éufrates y Tigris que ya visité, pero pueden estar equivocados.

Aunque no pensaba venir aquí, unos amigos en Delhi insistieron y me compraron el boleto. El viaje sigue bien pero fuera de este lugar no es buen tiempo para viajar por el mucho calor. Ha llegado en Delhi hasta 112° Fahrenheit (44-4° centígrados).Creo que cortaré el viaje un poco por los tres días que estuve aquí. Otros lugares como Calcuta y Benaré no valen tanto. Veremos.

El Prefecto Apostólico de aquí muy bueno. Es inglés.”

17 El P. Jesús Navarro Romero era de Jalisco.


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El 17 de junio de 1960, Monseñor Escalante escribió, desde la Misión de Aizu Wakamatsu-Shi en Japón: “Ya casi estoy terminando este pequeño viaje alrededor de la bolita llamada ‘el mundo’. Después de un mes en África tomé el avión de Nairobi a Aden, Bombay, Calcutta, Bangkok, Hong Kong - que fueron 24 horas de vuelo, seis de espera y seis horas que perdí por volar contra el sol – todo en un vuelo que jamás había tenido tan largo. Pero Air India con buen servicio, pues fui el único pasajero de primera y me dieron el asiento del Maharajá ¡y todo lo que él come!Aunque Hong Kong es uno de los mejores lugares del mundo, se portó mal conmigo, pues llegó un tifón anticipado que dejó muchos muertos, ¡18,000 sin casa y un obispo encerrado! Al fin tuve dos días buenos para hacer compras de una semana.

Japón, magnífico, como siempre en esta época. Pasé una semana con nuestros Padres. Todos andan bien en idioma, simpatía, trabajo – menos en bautizar mucha gente pero, en comparación con otros misioneros cercanos, nos ha ido muy bien.

Iré a Corea el 23 y regresaré el 27 para ir a Nagasaki con el P. Arrupe, S.J. y ver lo que se piensa del Homenaje a San Felipe. (Así lo hizo y continúa diciendo: Hay cosas y circunstancias que no sabía y después de hablar dos horas con él, decidí visitar el lugar y hablar con el Señor Arzobispo para presentar todo a los Excelentísimos Señores Obispos de México.

Espero estar por ese rumbo el 9 ó 10 de julio, ¡si es que no sigo como ‘Sputnik’, al Congreso Eucarístico!

Al fin, todo se maneja tan bien sin mi presencia (sic)18, que yo debía regresar a las Misiones”.

Informe a Roma de 1961

El 1 de marzo de 1961 Monseñor Escalante envió el siguiente Informe al Excmo. y Revmo. Sr. Arzobispo Dr. D. Pietro Sigismondi, Presidente del Consejo General de las Obras Misionales Pontificias en Roma:“INFORME que presenta la dirección nacional de México, de acuerdo 18 (en lo que es mi responsabilidad en México).

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con lo que se indica en el cuestionario que envió el Consejo General de la Obra.

I. Organizacióna) La Dirección Nacional se compone de presidente, vicepresidente, secretario y

vocales. La tesorería se mueve bajo dependencia de la secretaría, con visto bueno del director nacional. Se tienen dos reuniones por año. Una en el mes de mayo, la otra en agosto.

b) En todas las diócesis hay director. En algunas –seis– atiende los trabajos de la Obra el Excmo. Ordinario. No siempre se puede garantizar que se promuevan con interés y tesón los intereses que a la Obra convienen.

c) Se han dado orientaciones en el sentido de que es indispensable organizar el trabajo parroquial por medio de celadores y celadoras. No es fácil comprobar si esto se realiza satisfactoriamente.

d) Los Directores Diocesanos, en su inmensa mayoría, envían a la Dirección Nacional lo obtenido.

e) La dificultad más importante se concreta en la organización efectiva. Se ha pedido a los Directores Diocesanos que hablen a los señores sacerdotes con cierta frecuencia y que visiten las parroquias y procuren dejar integrado el grupo director.

II. Miembrosa) La inscripción puede ser personal o familiar, por un año o perpetua. En muchas

parroquias no se lleva ningún registro. Los Directores Diocesanos tienen instrucciones para organizar en concreto, lo referente a inscripciones. Se requiere tiempo. Los colegios y escuelas son trabajados por medio de la Liga Misional de Estudiantes Mexicanos, que se presenta como la Obra de la Propagación de la Fe en los colegios.

b) Es muy difícil indicar el número de miembros. Quizá se pudiera pensar en los 250,000. Mientras no se logre que los señores párrocos estén dispuestos a dar su apoyo decidido a la Obra y a poner al frente de ella personas que lleven registros; no se podrá precisar, ni siquiera con aproximación, el número de miembros.

c) Hay una dificultad de índole interna: muy poco se prestan los interesados y no es fácil una organización precisa. Los Directores Diocesanos son constantemente enviados a influir en los Párrocos para que se obtengan registros e informes.


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III. ‘Anales’ de la Propagación de la Fea) Se editan; llevan por nombre: ‘Anales’ de la Propagación de la Fe’; se distribuyen

200,000 ejemplares.b) Se distribuyen gratuitamente. Se pide a los miembros que lo reciben, que ayuden con

una limosna mínima: $2.00 cada uno, para el sostenimiento de la publicación. Al principio casi no se tuvo respuestas. Poco a poco empiezan a llegar ayudas muy pequeñas, hasta la fecha. Hay esperanzas de que con el correr del tiempo, los miembros respondan con generosidad.

c) En la cuota del miembro de la Obra no se incluye lo correspondiente a ‘Anales’. Por lo menos por un tiempo, no parecería prudente incluir en ella lo correspondiente a la publicación.

IV. Propaganda diversaa) Nada se puede hacer por radio o por televisión.b) Como propaganda pública, nada se puede hacer directamente en cinematografía.

La razón de la respuesta negativa se tiene en disposiciones legales.c) El Día Misional se celebra con oraciones, inscripciones y limosnas en general.d) Los miembros de la Acción Católica cooperan con las Obras Misionales

Pontificias.

La Obra Pontificia de la Unión Misional del Clero auspicia congresos y se tiene por lo menos, uno cada año en algunas de las diócesis. Cada cinco años, se organiza a nivel nacional.

V. Se insiste en publicaciones y orientación para las pláticas de sacerdotes, en que se subraya la importancia de la oración y del sacrificio a favor de las Misiones.

VI. No sería conveniente publicar lo que los católicos dan como ayuda a las Misiones. En parte, porque es poco. En parte, porque, aún cuando es poco, resulta cantidad fuerte para el medio y podría provocar reacciones en sectores adversos.”

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Cartas de 1961

El 25 de abril de 1961, Charles McCarthy, M.M. (que fue Director de Desarrollo de Maryknoll) escribió a Monseñor Escalante, desde Santiago de Chile: “Le escribo para solicitar su ayuda en varios asuntos.

Me han pedido ayudar al Director Nacional de la O.P.F. en Santiago, el obispo Frías. Por lo tanto, ¿podría usted enviarme toda clase de carteles, revistas e información que esté usando, por correo aéreo?.

Por favor anóteme para recibir la revista de su Obra. Y envíeme cualquier tipo de información, carteles, etc., con respecto a solicitar donativos y vocaciones. Me han asignado iniciar solicitud de fondos aquí, así como llevar a cabo trabajo vocacional.¿Sería tan amable de decirme qué películas de Maryknoll u otras Misiones están disponibles en México, en español?. Si conoce el precio, favor de hacérmelo saber. Trataré de hacer los arreglos necesarios para que me las envíen hasta acá.

Muchas gracias. Adjunto un cheque de $10 dólares para cubrir los gastos de 1. y 2. Si es más, avíseme.”

El 22 de mayo de 1961 Monseñor Escalante escribió, desde Collegio Maryknoll en Roma, Italia: “El P. McCarthy, M.M., ha sido nombrado ayudante del Director Nacional de las OO.MM.PP. en Chile. Pide que todo lo que hemos publicado se le mande por correo aéreo a Chile y mandó diez dólares. Favor de atenderlo cuanto antes.

Las juntas empezaron hoy. Se trató el asunto de si debía haber Comisiones Episcopales pro Missionibus en las Conferencias Episcopales y también de adopciones de una diócesis por otra. Mañana estaremos con Su Santidad (Juan XXIII), aunque ya vimos otra vez la consagración de 14 obispos. El Santo Padre cortó mucho de la ceremonia y sólo duró cuatro horas en vez de cinco horas y media como el año pasado.

Viajé muy bien. España ha adelantado mucho y los dólares y ‘dolores’ están entrando.”


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El 5 de junio de 1961, Monseñor Escalante escribió, desde Ciudad del Vaticano en Roma, Italia: “Ya se terminaron las juntas. El primer día, S.E. Mons. Gregoire Agagianian dirigió la junta. El segundo y tercer día fue sólo Pietro Sigismondi y como de costumbre habló todo el tiempo de una cosa a otra. Creo que está cansado. El señor De Nigris ha estado enfermo pero asistió.

Me prestaron un coche y en él fui a visitar el norte de Italia y en particular las universidades de Innsbruck y Friburgo donde arreglé para que estudien en estos lugares algunos de nuestros seminaristas.

Hoy paso a Viena. Según programa debía estar allá el 3 y 4 de junio, pero vi que no aguantaría estar con los dos K.K. y además ¡no me invitaron! Volaré a Estocolmo a ver a mi hermano (Antonio) y al Sr. Leñero y por el Polo Norte a Los Ángeles para llegar a México el 20 de junio.

Espero que todo esté bien y por esto voy muy tranquilo por estos lugares. ¿Cómo se arregló lo de Locis?”.

Informe a Roma de 1962

El 5 de abril de 1962, Monseñor Escalante escribió al Excmo. y Revmo. Sr. Arzobispo Dr. D. Pietro Sigismondi, Presidente del Consejo General de lasObras Pontificias en Roma, desde su oficina de la DirecciónNacional de las Obras Misionales Pontificias de la Propagación dela Fe en México: “En el año de ejercicio, marzo 1961-febrero 1962 inclusive, la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe desarrolló actividades ordinarias y trabajos extraordinarios para conseguir que los fieles se acostumbren a cooperar sistemáticamente por medio de inscripción y de cuota.

El mes de agosto se verificó la Reunión Anual de Directores Diocesanos. En ella se dieron a conocer los asuntos tratados por el Consejo General en su reunión de Roma, se concretaron orientaciones y se fijó como actividad permanente, para varios años, el hacer que en todas las parroquias de las diócesis mexicanas se establezca la Obra Pontificia y para conseguir que, según la organización tradicional, ingresen a la Obra todos los fieles mayores de 12 años.

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Se ha organizado una serie de visitas a diversas diócesis, por regiones. En ocasiones las he hecho personalmente; en ocasiones he sido representado por el Secretario de la Dirección Nacional.

En las oficinas se ha tenido especial empeño en atender cuidadosamente a los señores Directores Diocesanos cuando por cualquier motivo vienen a esta ciudad.

Se desarrollaron campañas especiales. La más intensa, como sucede cada año, fue naturalmente la encaminada a preparar el Domingo Mundial de las Misiones.

Aun cuando se ha tenido un reavivamiento de espíritu misional y casi en todas partes el católico responde con entusiasmo y ayuda con sus oraciones y con su limosna, no nos fue posible superar los resultados del año anterior debido a circunstancias especiales de crisis económica.”

Cartas de 1962 a 1965

El 22 de octubre de 1962, Monseñor Escalante escribió a su secretario, desde Collegio Maryknoll en Roma, Italia: “Querido ILMO19, ”Todo va bien en el Concilio. Tardaron bastante para empezar, pero era para contar los 400,000 votos. Así es que nos dieron tiempo libre y fui a Subiaco, a Pompeya, Sorrento, etc.

El sábado pasado empezó el Concilio en serio y 31 obispos expresaron su opinión. También anunciaron quién había sido elegido en las diferentes comisiones: ‘destaparon’ al ‘tapado’ y fue una sorpresa para mí que salí en 6° lugar de 16 en la Comisión de Misiones.

Dicen que la oración en Francia es: Aperi, Domine, oculos Episcoporum nostrorum20, y, si no, ¡ciérrenlos para siempre!

19 Ilmo.esabreviaturade Ilustrísimo. [Mons.Escalanteconsiguió, enRoma,el títulohonoríficodeMonseñor para el P. Jesús Navarro Romero, por eso ahora lo saluda como Ilustrísimo]20 Abre, Señor, los ojos de nuestros Obispos.


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Aquí somos 14 obispos de todos los continentes. Hay 32 obispos hospedados con los Legionarios de Cristo Rey y 11 en el Nuevo Pío Latino, 3 con los M. del Sp. Santo y yo estoy alejado de todos aquí al lado de Villa Borghese.”

El 25 de octubre de 1962, Mons. Jesús Navarro Romero escribió a Monseñor Escalante, desde México: ”Por la radio primero y luego por los periódicos recibí la noticia de la designación de V.E. como miembro de la Comisión de Misiones (en el Concilio).

Dios Nuestro Señor se dignará concederle las luces indispensables para que la cooperación que V.E. aporte redunde en beneficios innumerables para el trabajo de la evangelización de los pueblos paganos.”

El 29 de abril de 1963, Monseñor Escalante escribió a Mons. Jesús Navarro Romero, desde Sicilia, Italia21: “Al fin llegué al cielo, pues este lugar es un pequeño cielo por su belleza. Tiene montañas, mar ¡y magníficos restaurantes! Francamente no hay mejor lugar en toda Italia y quizá en el mundo. Claro, es un cielo de un epicúreo.

Hace una semana que salí de los EE.UU. En 13 horas llegué a Copenhague sin escala. Visité al Señor Obispo que es francés. Tiene 26,000 católicos entre cuatro y medio millones de gente y ciento veinte sacerdotes de los cuales sólo 28 son daneses.

Alemania ha progresado mucho. Estuve dos días allí y, si la gente en México trabajara como ellos, tendríamos otra clase de país.

Pasé a Ginebra, en Suiza, para poder visitar Lyon, en Francia. Monseñor Lacroix muy enfermo. Me prestó un Padre que me acompañó a Ars y a la casa de Paulina Jaricot. Estuve toda la mañana con el Padre Editor de ‘Missi’. Varios países han pedido lo que queremos. Como todo lo hacen a base de dinero, no fue muy entusiasta con mi petición. Dijo que se debía de estudiar 1) hacer una revista en español, o 2) algo semejante a ‘Missi’ en español. Insistió en que la mejor manera sería tener un Padre de habla-española en Lyon para editar, formar, etc., la revista. Parece que imprimen 60,000 cada mes y les cuesta 16 centavos de dólar cada número. Por mi 21Sinfirma,perodesupuñoyletratodalacarta.

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parte, creo que debemos escribir de México algunas proposiciones para que conteste por escrito y, según eso, decidir. Pero es más fácil conseguir de Nueva York que de Lyon y no nos costará nada. La dificultad principal con países de América Latina será el pago de dichas suscripciones.

Tuve la suerte de llegar a Roma el sábado en la noche del 25 de abril. Al día siguiente estuve presente en la beatificación de la Beata Elena Guerra, que ayudaba mucho a la Obra de la Propagación de la Fe y en la tarde estuve presente cuando Su Santidad (Juan XXIII) asistió a la Bendición del Santísimo. Estaba muy cerca de él todo el tiempo, pues me dieron buen lugar. Aquí no sólo hablan que el próximo Papa será alto, idealista y de sangre aristocrática, sino también que su apellido no tendrá la letra R como ¡Sarto, Ratti, Roncalli, sino como antes Pecci, De la Chiesa y Pacelli! Saludos a todas las secretarias y me encomiendo a sus oraciones.

Adjunto lo que dijo Su Santidad y lo que dijo el Cardenal Giovanni Battista Montini que le interesará.”

El 7 de mayo de 1963, Monseñor Escalante envió una postal a Mons. Jesús Navarro Romero, desde Roma, Italia, donde aparece el Santo Padre Juan XXIII, y le dice: ”Esta tarjeta contiene el cartel de las OO.MM.PP. para el DOMUND en ITALIA para este año. Voy a comprar algunas. A mí me parece que está muy bueno para el Día Doctrinal de la Obra de S. Pedro Apóstol.

Las juntas se acaban mañana. Lo principal de ellas fue que van a ayudar más a América Latina. Interesante la discusión.

Su Santidad (Juan XXIII) me recibió el lunes pasado. Es muy amable y sencillo, ¡como si fuera un párroco de Cuautitlán o Tepatitlán! Todos están encantados con él. Ayer se escapó y fue al Santo Oficio a charlar con los cardenales y Padres de esa entidad.

Favor de mandar $271.55 dólares al P. Castillo, como parte del viaje mío y de él.Mandé foto con S. Santidad (Juan XXIII) al P. Colín.”


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El 14 de mayo de 1964, Monseñor Escalante escribió, desde Ciudad del Vaticano: “Ayer tuve una audiencia privada con Su Santidad (Paulo VI) durante 15 minutos. Alabó mucho el esfuerzo de México por las misiones y mandó su bendición a todos los cooperadores y bienhechores de las OO.PP. y del Seminario de Misiones.

Mandé por correo aéreo un “Vademécum”22 de las Obras de la Propagación de la Fe y de San Pedro Apóstol. Sólo salió en francés e inglés. Monseñor Mazza me mandará el texto oficial en español para imprimirlo en México para América Latina. Sería bueno preguntar a cada Director Nacional en cada país, cuántas copias quieren. Nosotros en México deberíamos dar copia a los Obispos, a los Directores Diocesanos y a las parroquias, si es necesario. ¡En Roma sólo imprimieron mil copias en inglés y mil en francés!!! Las juntas de la Comisión de Misiones se terminaron el 13, pero siguen las de las O.P.F. Después de la audiencia salí en las nubes y se me olvidó la foto con Su Santidad. (Paulo VI).

Voy a sugerir hoy en las juntas de San Pedro Apóstol que así como la Santa Infancia se dedica a las escuelas primarias para oraciones, sacrificios, etc., que las escuelas secundarias se dediquen a la Obra de San Pedro Apóstol. Creo que ayudaría esto a promover vocaciones para las misiones.”

El 28 de marzo de 1965, Monseñor escribió, desde Roma: “Recibí tus cartas y los informes de las OO.MM.PP. que yo entregué personalmente después de firmar. Creo que puedes imprimir lo de la Propagación y San Pedro según nos dieron el permiso. Haz los cambios en cuanto a estilo, etc., y puedes poner otros documentos en nuestra edición como apéndice.

Estuve con el Cardenal Gregoire Agagianian y el Señor Pietro Sigismondi sobre el asunto del 50%23. Me aseguraron que yo tengo toda la razón pero les dije que me lo den por escrito. Se está estudiando para ponerlo bien por escrito. Ojalá que esté bien claro…¡Hay un visitador apostólico en el Pío Latino! ¡Hay rumores de que el próximo Congreso Eucarístico Internacional será en México!

22 De las palabras latinas: vadequesignifican:ve, del verbo ir, y mecum, conmigo. Nombre que se aplica a una agenda o librito en que se apuntan las cosas que se han de hacer cada día y las direcciones.23 Se trataba del cincuenta por ciento de la colecta, de la Propagación de la Fe en México, que los Obispos de México pedían para ayudar a la evangelización de los pueblos indígenas de México.

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El 28 de septiembre de 1965, Monseñor Escalante escribió también, desde Roma: “Recibí tu carta del 17 de septiembre y los varios artículos de “Excélsior”. Muchas gracias. Cualquier noticia de México es interesante.

El otro día ¡se aprobó una colecta para el CENAMI! (Centro Nacional para las Misiones Indígenas). A ver cómo se hace. Parece que vamos a tener cambios radicales en las Presidencias de las Comisiones Episcopales. La nueva ola se impone y ¡es bueno!

Sobre el P. Gutiérrez: está prestado por tres años a Tlalnepantla con la aprobación de Propaganda Fide. Es bueno para trabajar con chiquillos, pero para la Liga, que es de mayores, creo que no tiene la preparación.

Favor de mandarme una copia de la carta de Propaganda Fide en que dicen que la mitad de la colecta es para los indígenas y que se entregue dicho dinero al Señor Delegado.

El Concilio va bien. Parece que terminaremos antes de Navidad. Se cree que para el 8 de diciembre será la clausura.”

El 5 de octubre de 1965, el P. Jesús Navarro Romero escribió, desde lasoficinasdelasOO.MM.PP.enMéxico,aMonseñorEscalantequeestaba en Roma: “Recibí la carta de V.E. En esta Ciudad acabamos de tener una espléndida emisión de la visita de Paulo VI a la ONU. En general puede decirse que estuvo muy bien. Hubo alguna nota chusca: Un locutor dijo que algo de común teníamos el Vaticano y México. Ya que el Papa Paulo VI se había sentado en la misma silla que ocupó López Mateos cuando estuvo en las Naciones Unidas. Al final también se tuvo el precio: Se habló de cómo en México hay una amplia libertad y una gran identificación entre gobierno y pueblo.

Acaba de aparecer una hojita, lanzada por una organización cultural ‘Pax’, en la que con el pretexto de libertad de conciencia se dice literalmente: ‘Los cristianos respetuosos de las disposiciones conciliares debemos impedir la acción negativa de la llamada Propagación de la Fe y de los Seminarios y congregaciones misionales’. A reserva de mandar a V.E. una hojita, si es que la obtengo, le ruego que me indique su


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parecer sobre la posibilidad de publicarla en ‘Anales’ y de hacer algún comentario en torno a ella. La ventaja sería que se pondría sobre aviso a los miembros de la Obra.

La desventaja, que muchos podrían mal entender. Escribiré a los Señores Directores Diocesanos para indicarles este ataque y para que estén al pendiente. Estas hojitas fueron distribuidas el domingo 3, a la salida de las Misas, en varias iglesias.

Ruego a V.E. que, si se obtiene aprobación para el esquema de misiones, haga que alguien me lo mande por aéreo.”

El 13 de octubre de 1965, Monseñor Escalante escribió una nota en un pedacito de papel: ‘Cualquier asunto que se publique en México sobre los tradicionalistas, favor de mandármelo. A Sergio VII le dije que si psicoanalizaran a los Excmos. ¡perderíamos la mitad!’.” Alusión a Mons. Sergio Méndez Arceo, Obispo de Cuernavaca. Era tal el sentido del humor de Mons. Escalante que a todo le encontraba un aspecto jocoso. Por aquellos años, en el monasterio Benedictino de Cuernavaca, habían implantado un criterio erróneo por el que daban preferencia al examen sicoanalítico para discernir las vocaciones a la vida monacal.

El 18 de octubre de 1965, Monseñor Escalante escribió, desde Collegio Maryknoll en Roma, Italia: “Recibí este artículo del periódico. ¿Quiénes son los que escriben?. ¿Hay que contestarles?. ¿Vale la pena?. Tal vez son unos cuantos, no más, y no hay que darles más atención. Tú puedes juzgar mejor en México que yo desde aquí.

Te escribí hace dos semanas pidiendo una copia de la carta de Propaganda dando la mitad de la colectas a los indígenas y que una comisión de obispos maneje los fondos. En la junta de obispos se habló de esto, pero no tenía el documento.

El señor Márquez sigue como Presidente y Corripio, Vicepresidente. Sahagún, Encargado de los Indígenas.

Ya se terminaron las discusiones. Ahora sólo votaciones. Va a ser muy aburrido. Estamos libres del 30 de octubre hasta el 8 de noviembre; entonces pienso ir a España.

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Esta semana están libres muchos obispos, pero no las comisiones.Al fin el Cardenal Heenan mencionó golf, como buen recreo para sacerdotes, en la sesión del Concilio!”

El 26 de octubre de 1965, el P. Jesús Navarro Romero escribió a Monseñor Escalante que estaba en Roma: “La hojita sobre la nueva cristiandad y la libertad religiosa se la mandamos de esta oficina. En un principio creí que tal vez fuera conveniente contestar; pero como le decía en mi anterior opté por callarme. Dió resultado y el Excmo. Sr. Orozco, a quien hablé, tuvo a bien dar circulares e instructivos que también ya fueron enviados a V.E.

En cuanto se recibió la carta de V.E. en que se nos pedía copia del documento, lo mandamos. Quiera Dios que ya lo haya recibido. Se envió por aéreo.

Quizá después de la intervención del Cardenal Heenan podría resultar conveniente que V.E. consiguiera 70 Padres conciliares para que en nombre de ellos expusiera la espiritualidad que en el golf se contiene, con aquello de que en esta tierra somos peregrinos que caminan detrás de su objetivo.”

El 29 de octubre de 1965, Monseñor Escalante escribió, desde Ciudad del Vaticano: “Ayer recibí las circulares de la Mitra, etc. Muchas gracias. Aún no recibo la copia de la carta de Propaganda Fide. Muchos obispos me la han pedido. Hablé del asunto de que la Comisión de Obispos debía distribuir los fondos dados de la Propagación para los indígenas, como en otros países.

Ya tenemos listo el esquema de Misiones para votación. Posiblemente para la tercera semana de noviembre.

Esta semana – 31 de octubre al 8 de nov. – es libre. Voy a Barcelona y a Madrid.”

El 12 de noviembre de 1965, Monseñor Escalante escribió, desde Roma: “Recibí tu carta del 26 de octubre al llegar de España el lunes pasado o el día 8 de noviembre. Ojalá que todo este asunto del Movimiento Tradicionalista se termine. Desde aquí parece ridículo.


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Aún no recibo el documento que te pedí. Se lo prometí a los obispos durante la asamblea ¡hace mes y medio! o se mandó por correo ordinario o se perdió en el camino.El nuevo chiste (que se dice aquí) es que hay 3 cosas que el Concilio debería hacer: Dejar el latín a los americanos que lo necesitan; dejar la Curia a los protestantes pues necesitan una Curia; y poner las indulgencias en manos de los judíos ¡para que hagan mejor negocio! Lo oí de un obispo suizo.

Tomaré el avión el día 9 a N.Y. y el 11 (de diciembre) estaré en México. Deo Gratias.”

Cartas de 1966

El 4 de enero de 1966, la Secretaría de Estado de la Santa Sede escribió a Monseñor Escalante: “Dal Vaticano, 4 Gennaio 1966. SEGRETERIA DI STATO DI SUA SANTITA. IL SANTO PADRE Si e benignamente degnato di annoverare trai i Membri della Commissione Postconciliare ‘De Missionibus’ Sua Eccellenza Reverendissima Monsignor ALFONSO ESCALANTE, Vescovo tit. di Sora.

Tanto si partecipa al medesimo Monsignor Escalante, per sua opportuna conoscenza e norma. Dal Vaticano, 4 Gennaio 1966. S.G. Card. Cicognani.”

Traducción:“Ciudad del Vaticano, 4 de enero 1966. SECRETARÍA DE ESTADO DE SU SANTIDAD. EL SANTO PADRE se ha dignado benignamente nombrar a su Excelencia Reverendísima, Monseñor ALFONSO ESCALANTE, Obispo Titular de Sora, miembro de la Comisión Postconciliar ‘De Misiones’, lo que se participa al mismo Monseñor Escalante para su oportuno conocimiento y norma. Ciudad del Vaticano, 4 de enero de 1966. S.G. Card. Cicognani.”

El 15 de octubre de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Jesús Navarro Romero, desde Collegio Maryknoll en Roma, Italia: “Ayer se terminaron las juntas y después tuvimos la audiencia con Su Santidad (Paulo VI) y banquete. Subió la colecta (para las misiones) por dos y medio millones de dólares, la mayor parte de los EE.UU.

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Entregué a los Misioneros del Espíritu Santo los informes que nos dieron para enviarlos allá. El viaje ha sido con muy buen tiempo aún en Londres y París. También visité Colonia, Munster, Wiesbaden. Hoy salgo a Milán a confirmar hijos de unos amigos. El martes salgo a Uganda, etc.

Aquí se rumorea que dos Cardenales (Leo Joseph Suenens y Bernard Alfrink) han regresado a sus casas a varios seminaristas para que maduren sobre la cuestión de obediencia, pues les avisaron que no han tenido la entrega necesaria para el sacerdocio. Ya era tiempo.

Saludos a todos en la Propagación y mi bendición.”

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10LA LIGA MISIONALDE ESTUDIANTES

MEXICANOS

Era importante visitar escuelas, ya fueran primarias, secundarias o preparatorias. El Obispo mismo las visitó algunas veces y daba una plática breve a todo el alumnado con la presencia del director y los profesores. Encaminó a los tres primeros sacerdotes mexicanos, que él ordenó, para que hicieran este trabajo de formación del espíritu misionero y así continuó designando a más sacerdotes, conforme iban siendo ordenados.

Mons. Escalante, en febrero de 1951, fundó la Liga Misional de Estudiantes Mexicanos (LMEM) para promover el espíritu misionero de los jóvenes. Él, como fundador y Director Nacional, ordenó sus estatutos y nombró a los Padres: Moisés Montes, sacerdote diocesano de San Luis Potosí, que aspiraba a ser misionero después de haber sido párroco en Cedral, S.L.P., y también a los Padres Esteban Martínez, MGyRicardoColín,MGparainiciareltrabajo.LaoficinaseabrióenBalderas31,despacho311.Afinesde1952,Mons.EscalantedejóalP.Ricardo Colín solo en esta labor, como secretario nacional hasta 1954. El P. Montes escribió la letra del himno de la LMEM

la liga misional de estUdiantes mexicanos

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HIMNO DE LA LIGA MISIONAL DE ESTUDIANTES MEXICANOS

Letra del P. Moisés Montes Música de Paulino Paredes

Coro La Tierra es toda caminos para mis brazos en cruz, la tierra es toda caminos para mis brazos en cruz.

EUROPA

Estrofa Finlandia, Dinamarca, Suecia y Noruega, Albania, Yugoslavia, Europa entera mi vida la tornaron en misionera.

ASIA

Estrofa Los de raza amarilla y ojos de almendra, las almas que caminan rutas inciertas mi vida la tornaron en misionera.

ÁFRICA

Estrofa Los paganos que forman la raza negra, hombres de los desiertos y de las selvas mi vida la tornaron en misionera.

AMÉRICA

Estrofa Alaska, la que viste nieves eterna, Tarahumara, toda la dulce América, mi vida la tornaron en misionera.

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OCEANÍA

Estrofa En las islas remotas del mar, la siembra misionera se alza de espigas llena; mi vida toda la tornaron en misionera.

El lema de la Liga eran las palabras del ofertorio de la Misa en latín: Pro totius mundi salute - “Por la salvación de todo el mundo”. Tenían su bandera de seda blanca con el escudo de la Liga bordado sobre ella. Se inscribían colegios enteros de secundaria, preparatoria y universidad en muchas ciudades de la nación. En cada colegio se organizaba un comité directivo formado por alumnos a quienes atendía un maestro(a) como asesor(a). Del conjunto de colegios en cada ciudad se elegía también un comité directivo. Éste respondía de sus actividades a un comité directivo nacional. Este comité estaba asesorado por el sacerdote secretario nacional de Mons. Escalante y posteriormente por elsecretarionacionaldelasObrasMisionalesPontificias(OO.MM.PP.).

Lasactividadesdelosestudianteseran:degeografíamisionera,filatelia,correspondencia con misioneros y misioneras, lectura de libros acerca de las Misiones, oración especialmente con el rosario misionero, limosnas para las Misiones, veladas literario - musicales, kermeses, retiros espirituales, convenciones o asambleas nacionales, promoción de la Infancia Misionera (entonces llamada Santa Infancia) en las escuelas primarias, etc. La presencia y la alegría de Mons. Escalante eran un fuerte aliciente para los jóvenes del comité directivo nacional.

En mayo de 1951, el Arzobispo de México, Don Luis M. Martínez, envió una carta de recomendación: “El Excmo. Sr. Escalante, Obispo Titular de Sora y rector del Seminario Mexicano de Misiones, está organizando en todos los colegios católicos la LIGA MISIONAL DE ESTUDIANTES MEXICANOS. Recomiendo a todos los Superiores de colegios católicos de la arquidiócesis presten toda su autoridad y den toda clase de facilidades para la organización de esta Liga Misional en sus respectivos colegios, pues se trata de fomentar el espíritu católico entre nuestros estudiantes.”

la liga misional de estUdiantes mexicanos

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Mons. Escalante, habiendo sido nombrado Director Nacional de las ObrasMisionalesPontificiasdelaPropagacióndelaFeydeSanPedroApóstol (OO.MM.PP.), por la Congregación de Propaganda Fide, consiguió en 1953 al P. Jesús Navarro Romero, de la Arquidiócesis de Guadalajara,comosecretario,yestableciólaoficinacorrespondienteenla Avenida Juárez 64, frente a la Alameda Central. De lunes a viernes, almediodía,Monseñor caminabade la oficinade losMisionerosdeGuadalupeaestaoficina,distantesolamentedoscuadras,paraatendertanto los asuntos de las Obras como los de la Liga.

PensandoquelaLMEMteníacomofinlaeducaciónmisioneradelosjóvenes en general y que no debía permanecer como una actividad promovida exclusivamente por los Misioneros de Guadalupe, quiso que la LMEM dependiera de la Obra de la Propagación de la Fe. Por tanto, en diciembre de 1954, el P. Colín entregó la secretaría nacional al P. Jesús Navarro Romero y fue nombrado, por Monseñor Escalante, Director General de Desarrollo para los Misioneros de Guadalupe. La Liga entonces quedó incrustada en la organización de las Obras MisionalesPontificias(OO.MM.PP.)enlaque,entonces,losDirectoresDiocesanos en su mayoría, eran ancianos sacerdotes, supuestamente responsables de promover y asesorar a los miembros de la LMEM en cada diócesis. El P. Jesús Navarro Romero, que tampoco era joven, murió un mes después de Mons. Escalante, en 1967. La Liga poco a poco perdió su original fuego de juventud hasta extinguirse en 1974.

Mons. Enrique Mejía Razura, cuando ya era Director Nacional de las OO.MM.PP., comenzó otra actividad de jóvenes llamada Liga Misional Juvenil (LMJ), en 1985, que perdura hasta hoy y que no se parece a la LMEM, principalmente porque ya no se trabaja en las escuelas de toda la República Mexicana, sino sólo en pocas parroquias con pocos jóvenes en cada una.

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11EN LA AVENIDA

INSURGENTES SUR 4135

Compra de un terreno

La Quinta “Los Álamos” era un buen lugar, agradable, tranquilo y adecuado para veinte alumnos que vivían allí en 1952. Pero la visión de Mons. Escalante ya preveía la necesidad de un lugar más grande para construir un Seminario que respondiera a las necesidades del crecimiento esperado de un instituto misionero de carácter nacional, es decir, de todo México para Misiones extranjeras. Buscó un terreno que estuviera alejado del bullicio de una gran ciudad, como lo era el Distrito Federal, peronotanalejadodelamisma,afindecontarconlosmediosurbanospara conseguir los recursos alimenticios y médicos para los seminaristas y sacerdotes. Así, en su búsqueda encontró un conjunto de terrenos en Tlalpan, muy próximo a la salida para la carretera de Cuernavaca.

Mons.EscalanteconfiabaenlaDivinaProvidenciadeDiosqueacudíaen su ayuda. Richard James Cushing, Arzobispo de Boston, le dió una buena cantidad de dinero que sirvió para comprar los terrenos.

Consta que el arzobispo dio el donativo, por la carta de agradecimiento que Mons. Octaviano Márquez le envió el 19 de junio de 1952:

Traducción:“Eminentísimo Señor:Como Presidente de la Unión Misional del Clero en la República Mexicana y en

en la aVenida insUrgentes sUr 4135

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nombre de la misma, deseo agradecer a usted por el muy valioso donativo dado al Seminario Mexicano para las Misiones Extranjeras. Nuestro Señor recompensará esta magnífica ayuda.

Su Excelencia Monseñor Escalante me ha informado de todo con respecto a esto y alabo al Señor por haber dado a Su Excelencia un gran corazón lleno de caridad y generosidad, y puedo asegurarle que su gran caridad hará un gran bien. El futuro apostolado de los misioneros mexicanos entre los paganos aumentará la corona de gloria que Su Excelencia recibirá de Dios en el cielo.

No sólo en oraciones de miembros del previamente mencionado Seminario Mexicano para las Misiones Extranjeras, sino también en mis muy humildes oraciones, Su Excelencia será recordado en particular y muy especialmente.”

Monseñor Escalante contactó a los dueños de los terrenos y negoció la compra de 17 predios, todos colindantes y, uno de ellos, teniendo como colindancia la avenida Insurgentes Sur, para la entrada principal. Así,enenerode1953,sefirmaronlasescriturasdecompraventaantenotario público, con lo que se formalizó y legalizó la adquisición de dichos predios. Eran unas parcelas sembradas de maíz con algunas ladrilleras, entre los pequeños poblados de Santa Úrsula y Tlalcoligia.

Mons. Garibi Rivera, Arzobispo de Guadalajara, prestó el dinero. Monseñor Escalante, apoyado en la verdad de que los Obispos de México habían fundado el Seminario, consiguió un buen arreglo: fue pagando con las colectas que los Misioneros de Guadalupe hacían en la ciudad de Guadalajara, hasta liquidar toda la deuda.

Enseguida de que se firmaron las escrituras, el P.GeraldCarroll seapresuró a sembrar, personalmente, en la calzada de entrada, cedros y eucaliptos que hasta el presente viven. Posteriormente, con ayuda de los seminaristas y Padres, el P. Esteban Martínez, en el transcurso de los años hasta 1961, dirigió la siembra de 67,000 árboles.

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Construcción del edificio

Los Obispos de México no podían ayudar para la construcción con otra cosa sino autorizando las colectas del Día de las Vocaciones Misioneras. Mons. Escalante y los pocos sacerdotes ya ordenados en el Seminario de Misiones luchaban para conseguir fondos. Sin embargo, esta labor sellevabatiempoparareunirelcapitalsuficiente.

Undíadefinesde1954,DonLadislaoGutiérrezy suesposaMaríaReynoso, que vivían en Teocaltiche, Jal., conociendo por la revista “Almas” la necesidad de los Misioneros de Guadalupe, llegaron a la oficinadeBalderas31yentregaronaMons.Escalanteunmaletínllenode billetes. Él ordenó la cuenta del dinero y la sorpresa fue la suma de 600,000 pesos. Aún antes de tener estos insignes bienhechores, el obispo, acompañado de Don Pepe Escandón y de Don Carlos Cervantes, ya visitaban los terrenos para ver la localización imaginaria de las diferentes dependencias que debía tener el Seminario. Se contrató al Arquitecto José Villagrán García, maestro de maestros de la Universidad Nacional Autónoma de México y a su sobrino y socio, el Arq. Gabriel García Del Valle. Éste se ocupó principalmente del diseño de la capilla central. Colaboró también el Arq. Raúl Gutiérrez, especialmente en la construcción del Teologado, llamado ahora el cuadrilátero.

Una mañana el P. Esteban Martínez volvía del Hospital de los Hnos. Juaninos, donde celebraba Misa, pasó a ver los terrenos, encontró allí a losarquitectosmostrandolosplanosdeledificio;opinóquelaplantadela capilla debía ser en forma de cruz latina y así se hizo. En el proyecto se aprovecharon ingeniosamente los diferentes niveles que tenía el conjunto de los terrenos. Se contrató a la Cía. Constructora MARVIL paraconstruirprimeroelfrentedeledificiodedicadoalafacultaddesacerdotes maestros y sacerdotes residentes, juntamente con el ala izquierda que sería posteriormente la facultad de Filosofía, pero que de momento también serviría para Seminario Menor. La construcción comenzó el 7 de marzo de 1954.


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Traslado del Seminario

El edificio fue ocupado el 12 de abril de 1956, es decir, Padres yseminaristas dejaron la Quinta “Los Álamos” y llegaron a Insurgentes Sur 4135, aún sin estar construida la capilla central, ni el cuadrilátero del lado oriente. Sólo existía la base de la capilla que era precisamente el techo del comedor, pero seguía adelante la construcción. La capilla fue terminada en 1959 cuando el pintor regiomontano Federico Cantú Garza realizó el mural al fresco que cubre todo el ábside; éste tiene 15 metros de alto por 10 de ancho. Por indicación de Mons. Escalante, el mural representa “La Misión del Hijo”. En la parte superior el Padre Celestial muestra su rostro y sus manos en actitud de enviar a su Hijo; el Hijo está con sus brazos en cruz, sin ésta, su cabeza caída, coronada de espinasymuerta;sólosevesudorsoflotandoenelespacioque,delladoderecho, tiene celajes del día y, del lado izquierdo, celajes de la noche, señalando así la universalidad de la misión del Hijo: la redención y salvación de todo el universo. El pintor hizo bocetos en papel durante unaño,hastaqueelproyectoplugoaMons.Escalante.Luegosefilmóuna diapositiva y se proyectó sobre el muro. Hecho el contrato, el pintor puso manos a la obra que duró 3 meses. Los albañiles Isaías Ramos, Chucho, Baltasar Ramírez y Lorenzo Pérez llegaban a las cuatro de la mañana y preparaban uno o dos mts² de aplanado que contenía un color básico que el Sr. Cantú les había dejado la víspera; él llegaba a las ocho de la mañana, subía los andamios con sus botes, brochas y pinceles. Comenzó a pintar de izquierda a derecha (del espectador) y de arriba abajo. Terminó en 1959.

El Viacrucis de la capilla también es fresco en blanco y negro, a lo largo de la cornisa de los muros laterales, y también es de Federico Cantú. Igualmente los vitrales con escenas bíblicas de la vida de Jesucristo Nuestro Señor. El acceso a la capilla es un nártex o vestíbulo que está enseguida de la entrada principal del Seminario. La planta es una cruz latina formada por la capilla central y dos capillas laterales. La capilla central tiene tres naves. El presbiterio y el altar son amplios; la nave del centro está ocupada habitualmente por seminaristas. La estructura

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es de concreto armado, con columnas cónicas invertidas y techo plano ligeramente a dos aguas. Los muros, de bloques de cemento, forman celosías en cuyos huecos están pequeños vitrales que aparentan la técnica del “papel picado”, también diseño de Federico Cantú. A la entrada, arriba, hay coro y sotacoro; abajo, confesionario a ambos lados. De las capillas laterales, la de la izquierda está dedicada al Santísimo Sacramento y, la de la derecha, a la Virgen de Guadalupe. Las bancas de la capilla central fueron regaladas por el Sr. Antonio Ruiz Galindo, muy amigo de Monseñor Escalante. El resto del trabajo de carpintería, detodoeledificio,fuerealizadoporelSr.FrederikRoge,alemán.

Frente a la entrada del Seminario se formó una glorieta, señalada por arriate de arrayanes24 y toda sembrada de pasto.

Mons. Escalante quiso que junto a la glorieta hubiera un pequeño jardín japonés cuando pensó que la primera Misión de los Misioneros de Guadalupe sería en Japón. Buscó al Sr. Matsumoto y éste construyó “el laguito”, en el que, por algunas temporadas ha habido peces de colores y por otras ha habido patos y gansos.

Un salón de actos

EnelfrentedeledificiodelSeminario,alladoderecho,hayunapartesaliente hacia el sur con tres niveles. En el nivel inferior y aprovechando el declive natural del terreno se construyó un salón de actos que los seminaristas llamaban simplemente el teatro, pues fue construído con todos los elementos necesarios para poder escenificar cualquierobra teatral. En la mente de Monseñor Escalante no podía faltar el arte dramático como parte integral en la formación de los seminaristas misioneros. Al terminar la construcción, sólo faltaba amueblar y equipar el salón, que tenía una capacidad para doscientas cincuenta personas.

El 6 de noviembre de 1957, Monseñor Escalante, en carta al P. Alejandro Ríos, que estaba en Japón, le decía: “Al fin compramos unas butacas para el 24 Planta que no da flores ni frutos, pero que permanece siempre verde.


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salón de actos que ha quedado muy bien; el P. Colín va a dar tres veladas para poder pagar estas butacas.” (De hecho fueron cinco veladas.)

Había entonces, en la ciudad de México, unos jóvenes, estudiantes, universitariosyprofesionistasaficionadosal teatro,que formaronungrupo que llamaron Atella en recuerdo de aquel lugar de la antigua región Campania, en Italia meridional, donde se creó el género dramático de las farsas atelanas. Estos jóvenes se organizaban y actuaban en diversas ocasiones y lugares por puro amor al arte. Su domicilio social era: Av. Chapultepec 42, entre las calles de Mérida y Orizaba.

Dos primos hermanos del P. Colín, Eduardo y Jesús Colín eran socios. El Padre acudió a ellos para proponerles que estrenaran el teatro del Seminario, poniendo en escena, obras adecuadas a la ocasión. El grupo aceptó generosa y gustosamente. Ellos trabajaron en la preparación de dos obras teatrales de autores españoles y el P. Colín en la venta de los boletos entre amistades y bienhechores.

Al mismo tiempo, se contrató al Sr. Grandini de la Federación Teatral para que instalara técnicamente las luces y candilejas del escenario.

Entresfinesdesemanadenoviembrede1957sepusieronenescenalasdos obras con los siguientes repartos:

“La Cena de los Tres Reyes”, tres veces, “Un drama en el quinto pino”, dos veces.

La actuación de los actores agradó mucho a las distinguidas personas asistentes.

La cocina del Seminario

Monseñor Escalante quiso que algunas religiosas se encargaran de atender la cocina del Seminario Mayor, cuando los alumnos ya estaban

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enelnuevoedificio.ParaestopidióalaMadrePiedadPérezGardiel,Superiora General de las Hermanas Carmelitas Terciarias de Santa Teresa, que dieran el servicio de la cocina. La Madre designó a cinco Hermanas que, bajo la autoridad de la Madre Auxilio Granados Soto, vinieron, de diferentes casas que tenían en México, a vivir en la Quinta “Los Álamos”, en marzo de 1957. Por la mañana, venían al Seminario y por la noche regresaban a la Quinta. Posteriormente, el 16 de agosto de 1964, Monseñor ordenó construir un convento para ellas, detrás de la cocina del Seminario. Las Hermanas daban excelente servicio, aún para hacer mantequilla y queso, cuando la leche del establo abundaba. La cocina, muy amplia, equipada con todo lo necesario para tener higiene y con capacidad para atender a cien o ciento cincuenta personas; tuvo también una máquina tortilladora que movía con electricidad la banda de cocimiento y ésta se calentaba con quemadores de gas. Tres grandes peroles de acero inoxidable servían para cocer los alimentos líquidos. En noviembre de 1957, Monseñor Escalante escribe al P. Ríos: “Las Religiosas Carmelitas Terciarias administran muy bien la cocina.”

El 17 de febrero de 1958, Monseñor Escalante escribió carta al mismo Padre, que estaba en Japón y, entre otras cosas, le dice: “Parece que el año comienza con 187 muchachos, de los cuales 32 están en el Mayor y, de éstos, 12 están en Teología. Según el dicho, ‘vivos y tontos, pero todos comen’. Es una lucha tener que sostener tantos, pero Dios provee a los suyos.”

Un establo

En 1953, el P. Gerald Carroll, ayudado por Francisco Arriaga, aún seminarista, en la Quinta “Los Álamos”, compró cuatro vacas de raza holandesaparatenerbuenaysuficientelecheconquéalimentaralosseminaristas. Cuando el P. Gerardo volvió a Maryknoll, el P. Arriaga, ordenado el 6 de enero de 1955, se hizo cargo del pequeño establo. A mediados de 1956, el P. Colín notó que en el comedor ya no se servía leche, sino atole de maíz con leche. Dos vacas habían entrado en período seco. Mons. Escalante consintió en que el P. Colín fuera a Querétaro para conseguir más ganado lechero. Este Padre visitó a los


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estableros de aquella provincia y recibió de cada uno el regalo de una vaca.Hubodetodo,finasycorrientes.Lasfinasseconservabanylascorrientes se vendían.

Poco a poco, ya en los terrenos del nuevo Seminario de Misiones se formó un buen establo, con veinte vacas holandesas y diez jersey, con untorosementalparacadaraza.Elestabloyanoteníasóloelfindetener leche, mantequilla y queso, sino también el de que los seminaristas aprendieran el oficio de producir buen ganado lechero para quelos futuros misioneros pudiesen enseñar a las gentes de las misiones situadas en países subdesarrollados. Así los seminaristas por turno y durante horas de trabajo manual, ayudaban, en las labores del establo, a los dos vaqueros profesionales que eran Rafael y Valero. El P. Colín sólo supervisaba el trabajo una hora todas las mañanas.

Un día, Mons. Escalante dijo al P. Colín: “Nunca un buen vaquero fue un buen banquero; quiero que te dediques sólo a la oficina central; he nombrado Ecónomo al P. Juan Gutiérrez y él se encargará del establo.” El P. Gutiérrez no tenía conocimientos sobre ganado lechero, ni tampoco interés o gusto por el proyecto. Para terminar con el establo argumentó que la pastura y alimentos se compraban porque no era posible producirlos en el terreno del Seminario. Sin embargo, nunca había sido necesario un subsidio, pues el establo se sostenía por sí mismo. Al poco tiempo, el P. Gutiérrez, para vender los animales, pidió ayuda al P. Esteban Martínez, que era el rector; se puso un anuncio en un periódico. Pronto llegó un grupo de Menonitas que compraron todo el lote; cargaron todos los animales en un gran camión (truck and trailer) y se los llevaron hacia el norte. No pudieron llegaraChihuahuapor lacampañacontra lafiebreaftosa.A los tres días regresaron y pidieron al P. Esteban que retuviera los animales por unos días mientras conseguían un lugar cerca de Pachuca, lo que pronto lograron. Era el año de 1960. Posteriormente se entendió que Mons. Escalante había permitido suprimir el establo, por las nuevas ordenanzas de la ciudad de México. La población, alrededor del Seminario, crecía y la localización de éste se convertía en zona urbana donde no se permitiría tener un establo de ganado lechero.

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Sus cartas relativas al Seminario

El 22 de octubre de 1958, Monseñor envía carta al P. Alejandro Ríos, en la que le dice:

“Hace tres semanas que regresé de los Estados Unidos, tuve dos iglesias en Detroit, reuniones en Washington y la consagración de un Padre de Maryknoll, que fue condiscípulo mío, como Obispo de Corea25. También fui a Boston a ver al Excmo. Sr. Arzobispo quien nos prometió unos cinco mil dólares y algunas iglesias para el próximo año. Él está por fundar la Pía Sociedad de Santiago para América Latina y pronto mandará quince sacerdotes a una Prelatura Nullius. Posiblemente dos de estos Padres estudien el castellano aquí con nosotros.

El 7 de octubre nuestro Seminario cumplió 9 años, tuvimos una gran fiesta en la que estuvo presente su Excia. Monseñor Miranda; en la noche tuvimos una velada que se llamó ‘Así en la tierra como en el cielo’ que ya se ha presentado varias veces y cada vez el teatro más lleno, parece que van a ser más artistas que misioneros. Ese día anuncié que el P. Valdés irá a Japón el próximo año, creo que lo vamos a despedir oficialmente durante el Congreso y después irá a los Estados Unidos a aprender inglés para estar con ustedes por agosto, ojalá le indicaran todo lo necesario para entrar a Japón y una lista de las cosas que se les pueden comprar aquí y llevar consigo.

Dos días después murió Su Santidad Pío XII. Fue una pérdida para el cristianismo y para nosotros, pues durante su pontificado se aprobó nuestro Seminario; ustedes saben que hay que ofrecer tres misas por él, según las Constituciones.

El 17 de diciembre de 1958, Monseñor escribe a los Padres de la Misión de Japón: “Espero que pasen la Navidad como Nuestro Señor pasó la primera: lleno de gozo por haber llegado, pero poco recibido por otros. No nos olvidaremos de todos los Padres, de sus Religiosas y feligreses en la Misa de medianoche que será Pontifical en la nueva capilla.

25 No se sabe a qué condiscípulo se refiere.


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Los alumnos llegaron el 7 de diciembre. Tienen nuevo Rector en la persona del Padre Rodolfo Navarro, con el P. Rodríguez, Director Espiritual. El Padre Martínez se va a ‘El Cuatro’.

El Congreso Misionero tendrá lugar del 18 al 25 de enero. Viene Monseñor Paventi y algunos dicen que viene el Cardenal Cushing también. Como suele pasar en México, todo está muerto, pero esperamos que el Congreso le dé vida en días, horas, minutos antes que empiece. También la nueva capilla se está terminando lentamente. Se va a bendecir durante el Congreso y, al mismo tiempo, tendrermos la despedida del Padre Valdés. De una manera particular, tendremos la Misa más tarde (5 de febrero), en la Basílica.

Ya pueden leer qué grande gozo tuvo el pueblo mexicano con el nombramiento de su Cardenal. Su Eminencia regresará el 26 de este mes, y después de un día, se irá a Guadalajara en donde a los tapatíos ya les creció la cabeza tan grande como la de los yucatecos. ¡Feliz Navidad a todos ustedes!”

El 21 de febrero de 1959, Monseñor Escalante escribió al Padre Delegado de St. Joseph, rector de la escuela del idioma en Tokio, Japón: “Recibí noticia del nuevo curriculum de la Casa Franciscana de Estudios en Tokio. Deseo asegurarle que aprobamos por completo, los dos años y los estudios que se hagan durante ese tiempo. Como el Padre Ríos ya debió haberle avisado, esperamos que nuestro sacerdote, el P. Antonio Valdés, comience su curso de japonés, en septiembre de este año.”

El 8 de mayo de 1959, Monseñor escribió a los Padres de la Misión de Japón: “Una vez más en la Ciudad Eterna. Tuve una audiencia con Su Santidad y mandé el siguiente cable a México: ‘Su Santidad (Juan XXIII) concede a Padres, Seminaristas, Madres y Misioneros en el Japón, su bendición Apostólica’. Estuve con él lo menos diez o quince minutos. Muy amable y sencillo como si fuera un párroco de pueblo. Las juntas se acabaron hoy. Pasé unos días en Sicilia expresamente en Taormina. Es un lugar precioso.

Después de una semana en Roma, voy a España. Pienso hablar en una o dos iglesias en EE.UU. y llegar a México el 25 de mayo. Muchas gracias por sus felicitaciones.

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Favor de escribir al P. Valdés para decirle qué cosas necesitan. Recuerdos a las Madres y al pueblo. Hoy hablé en Radio Vaticano sobre la Propagación de la Fe, el Seminario, y el Espíritu Misionero.

El 9 de julio de 1959, Monseñor escribió al P. Alejandro Ríos: “Todo va bien por estos rumbos, el Seminario está muy bien. Los seminaristas han puesto dramas en escena varias veces, como el otro día el de Emma Godoy que se llama ‘Caín y el Hombre’, el cual ha tenido que ponerse como cuatro o cinco veces, porque la gente así lo quiere.”

El 28 de enero de 1960, Monseñor escribió al mismo Padre: “Tenemos unos 185 muchachos de los cuales 4 son diáconos y un subdiácono. Las clases comenzaron a principios del año. Trajimos al Padre Martínez para que sea profesor en Teología, el P. Sarmina se encarga del Seminario Menor, el Padre Alba de Promoción en ese lugar y el P. Pancho como Director Espiritual. También hemos comenzado en este mes el Año de Probación con 18 muchachos bajo la dirección del Padre Chan.”

El 9 de diciembre de 1964, Monseñor escribió al P. Esteban Martínez que también ya estaba en Japón: “El mes pasado empezaron a construir la otra parte del Seminario aquí en México (el llamado cuadrilátero o claustro de Teología) y poco a poco seguiremos con la obra de Guadalajara para que los muchachos tengan su comedor y su cocina, que es lo que más falta hace.

Los muchachos de México están de vacaciones, pero regresarán en estos días. Por lo menos 3 ó 4 no regresarán por acuerdo de los Padres del Seminario. Parece también que entraron 25 ó 30 aquí en México al Menor y ese mismo número entró en el Mayor, en septiembre.”

El 30 de julio de 1965, Monseñor escribe al P. Juvenal Garnica, entonces Superior de la Misión de Japón: “He conseguido un préstamo de los Estados Unidos para poder seguir con los cuartos en el Seminario Mayor. Ya tenemos la estructura pero necesitamos muchos lugares para los seminaristas.”


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EL 4 de febrero de 1966, Monseñor le escribió: “Mando unas fotos del nuevo edificio. No sólo se ha terminado sino también está lleno en esta parte. Usamos dos salones de clases, además, para dormitorios de los del curso intensivo.”

El mismo 4 de febrero, Monseñor escribió al P. Esteban Martínez: “En estos días entraron, al Seminario Mayor de Misiones, en México, unos 120 muchachos. Aunque hemos hecho 90 cuartos, se ha llenado todo el Seminario y se están usando unos cuartos extras como dormitorios. En Guadalajara hay otros 60.

El Consejo de Educación ha decidido coordinar el calendario de estudios en México y ha adoptado el tipo B. Esto quiere decir que en 5 ó 6 años más, todos los estudios empezarán en septiembre y terminarán en junio, en todo México. Es una gran ayuda para nosotros, como también para las Misiones, puesto que allá también empiezan las clases en septiembre.”

Los Rectores del Seminario Mayor

Desde la fundación del Seminario, en 1949, hasta 1953, Monseñor Escalante conservó el título y la función de Rector del Seminario, entonces solamente Seminario Mayor de Misiones Extranjeras, y dio el título y la función de Vicerrector al Padre Vincent Mallon, M.M. pero, después de su nombramiento de Superior General, en abril de 1953, nombró al P. Esteban Martínez de la Serna, Rector del Seminario Mayor. A partir del Seminario Menor en Guadalajara, en 1955, todos los Rectores del Seminario Mayor, aunque vivían en Tlalpan, regían también el Seminario Menor y los encargados de éste fueron llamados vicerrectores o responsables.

Los Rectores que nombró Monseñor Escalante, fueron los siguientes:

1953-1958 P. Esteban Martínez de la Serna1958-1963 P. Rodolfo Navarro Guerra1963-1970 P. Alejandro Ríos Zalapa

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Un año de probación para los seminaristas

Las Constituciones de los Misioneros de Guadalupe, de 1953, hablan de este curso en el Capítulo III, del núm. 154 al núm. 174, “Todo aspirante al Instituto, sea Sacerdote, estudiante o Hermano Coadjutor, deberá hacer un Año de Probación antes de ser admitido a la primera promesa (154)”. Los alumnos también llamaban a este año: noviciado, aunque no era el noviciado de Institutos Religiosos. “Por regla general, el año de Probación empezará, para los estudiantes, después del último año de Filosofía (155)”.

“Bajo la guía de un Director Espiritual, el año de Probación deberá transcurrir en una Casa o sección de Casa especialmente preparada para este propósito y en la cual se separará a los alumnos del resto de la comunidad (158)”.

“El Año de Probación tendrá por objeto la formación de los sujetos en la meditación piadosa y la oración asidua por medio de adecuados ejercicios para extirpar los gérmenes del vicio; y la instrucción en las materias pertenecientes al Juramento y a las Constituciones (159)”.

“El Director Espiritual del Año de Probación deberá poner toda diligencia para formar a los aspirantes en la sólida práctica de las virtudes sacerdotales y misionales y para inspirarles un gran ideal y amor por su vocación; promoverá todo aquello que pueda fortificar el celo y el deseo de ganar almas para Cristo; tratará de corregir los defectos de su carácter y les enseñará a ser dóciles, caritativos, pacientes, prestos al sacrificio y a vivir siempre de acuerdo con los principios de su fe; procurará inculcarles una gran devoción a la Santísima Virgen (166)”.

El primer Director Espiritual de este Año de Probación fue el P. Dominic Morrissette y los primeros alumnos que hicieron el curso fueron J. Isabel Sánchez de San Luis Potosí y Gustavo Vela de Durango, en 1954, en la Quinta “Los Álamos”. Los sacerdotes y alumnos anteriores a ese año fueron dispensados del Año de Probación.


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LOS ALUMNOS QUE HICIERON EL AÑO DE PROBACIÓNENTRE 1953 Y 1967 SON LOS SIGUIENTES:

DIRECTOR ALUMNOS Y HNOS. LUGAR COADJUTORES

P. Dominic Morrissette J. Isabel Sánchez BernalPERÍODO: 1953 Gustavo Vela Gómez

P. Dominic Morrissette Jesús M. Alba Jaime Quinta “Los Álamos”PERÍODO: 1953-1954 Francisco Arriaga Méndez Juvenal Garnica Martínez Luis López Vera Raúl Peña Pérez Emerenciano Rodríguez Jobrail Margarito Soria Padilla Antonio Valdés Sánchez

P. José G.Chan B. Arcadio Arteaga Cuevas Seminario MayorPERÍODO 1956-1957 Pablo Bejarano Martínez Fidencio Contreras Galicia Hesiquio Rentería Meza Esteban Ortega Pedraza Luis Sánchez Alba Jesús Sanabria Enciso

P. José G.Chan B. Salvador Estrada Ruvalcaba Quinta “Los Álamos”PERÍODO 1958-1959 Agustín Luna Corona

P. José G.Chan B. J. Pablo Álvarez Cornejo Quinta “Los Álamos”Asistente: Claudio Arellano ContrerasP. Juan Gutiérrez Benjamín Bravo PérezPERÍODO 1960-1961 Manuel Cervantes Herrera Salvador Estrada Ruvalcaba Luis Felipe Hernández Morán Agustín Luna Corona José Monroy Pereyra Ramón Ochoa Alcalá Guillermo Oviedo Velasco Conrado Pérez Silva José Rodríguez Tenorio José Luis Sánchez Camacho

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Alfonso Santos Martínez José de Jesús Torres Rodríguez P. Alejandro Ríos Teodoro Baquedano Pech Quinta “Los Álamos” Asistente: Juan Corona LópezP. Francisco Arriaga J. Armando Espinoza BarbosaPERÍODO: 1962-1963 Maurilio Franco Pérez Gildardo González Pérez Norberto López Muñoz José Luis Ochoa Vega Juan Rivera Torres Pedro Ruiz Estrada César Treviño Boesch Luis Troya González Antonio Varela de la Torre Ricardo Acosta Gutiérrez Antonio Álvarez González Carlos Barrera Díaz Onésimo Cepeda Silva Jorge Flores Rodríguez Guillermo González Zepeda José Luis Hernández Magro José Ibarra Álvarez Manuel Islas Rodríguez Eduardo Llanos San Millán León Martínez Pérez Othón Moreno Rubio Francisco Sanabria Enciso José Sandoval Íñiguez Mario Terán Contreras Arturo Velasco Ocampo Francisco Javier Villalpando Orozco Hno. Víctor Audelo Félix Hno. Alfonso Copado Hurtado Hno. Jorge Hernández Ramírez Hno. Felipe Razo Monsiváis Hno. Eduardo Vera Aguilar Hno. Gabriel Villagrán Hno. José Luis Virgen Solís

P. Jesús Sanabria Enciso Jesús Álvarez Romo Quinta “Los Álamos”Asistente: Roberto Álvarez Navarro P. J. Isabel Sánchez Arturo Arreguín González


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PERÍODO: 1966-1967 José Bejarano Martínez Quinta “Los Álamos” Gilberto Bernal Jiménez Severiano Castañeda Ramos Jesús De la Cruz Rentería Antonio Delgadillo Madrueño Jesús Díaz Fernández Roberto González De las Casas Auscencio López López Sebastián Meza Durán Felipe Martínez Navarro Felipe Angel Moreno Carlos José Navarro Navarro Pedro Reséndiz Lázaro Jorge Zapién Solís Leonardo Villalba Pérez

CUARENTA Y OCHO MISIONEROS DE GUADALUPE FUERON ORDENADOS SACERDOTES POR EL SEÑOR OBISPO ALONSO M. ESCALANTE ENTRE 1950 Y 1967

FECHA SACERDOTE6 de enero de 1950 Joaquín Sarmina Andrade (+)6 de enero de 1951 Ricardo Colín Negrete10 de marzo de 1951 Esteban Martínez de la Serna8 de marzo de 1952 José Chávez Calderón29 de junio de 1952 Salvador Ramírez Villanueva (+)16 de agosto de 1953 Rodolfo Navarro Guerra6 de enero de 1954 Juan Gutiérrez Vargas15 de agosto de 1954 José Gpe. Chan Baquedano6 de enero de 1955 Francisco Arriaga Méndez11 de septiembre de 1955 Jesús M. Alba Jaime11 de septiembre de 1955 Juvenal Garnica Martínez11 de septiembre de 1955 Luis Raúl Peña Pérez (+)11 de septiembre de 1955 Emerenciano Rodríguez Jobrail11 de septiembre de 1955 José Isabel Sánchez Bernal15 de julio de 1956 Luis López Vera (+)15 de julio de 1956 Antonio Valdés Sánchez28 de agosto de 1960 Arcadio Arteaga Cuevas (+)28 de agosto de 1960 Pablo Bejarano Martínez28 de agosto de 1960 Luis Esteban Hernández Almeida

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28 de agosto de 1960 Hesiquio Rentería Meza (+)6 de enero de 1961 Fidencio Contreras García3 de septiembre de 1961 Esteban Ortega Pedraza (+)3 de septiembre de 1961 Luis Sánchez Alba26 de agosto de 1962 Salvador Estrada Ruvalcaba 15 de agosto de 1963 Agustín Luna Corona15 de agosto de 1963 José Luis Ortega Franco15 de agosto de 1963 Jesús Sanabria Enciso21 de diciembre de 1963 José Armando Espinoza Barbosa15 de agosto de 1964 Juan Pablo Álvarez Cornejo15 de agosto de 1964 Manuel Cervantes Herrera15 de agosto de 1964 Luis Felipe Hernández Morán (+)15 de agosto de 1964 José Monroy Pereyra15 de agosto de 1965 Claudio Arellano Contreras15 de agosto de 1965 Benjamín Bravo Pérez15 de agosto de 1965 Héctor Díaz Fernández15 de agosto de 1965 Juan Arturo González González15 de agosto de 1965 Gildardo González Pérez15 de agosto de 1965 José Serafín Anaya15 de agosto de 1965 César Treviño Boesch (+)10 de julio de 1966 Teodoro Baquedano Pech10 de julio de 1966 Juan José Corona López10 de julio de 1966 Maurilio Franco Pérez10 de julio de 1966 Norberto López Muñoz10 de julio de 1966 José Luis Ochoa Vega10 de julio de 1966 Juan Rivera Torres10 de julio de 1966 Luis Troya González10 de julio de 1966 Antonio Varela de la Torre10 de abril de 1967 León Martínez Pérez

De los Misioneros de Guadalupe, ordenados en vida de Mons. Escalante, los dos siguientes no fueron ordenados por el ministerio de él.

El P. Alejandro Ríos Zalapa, MG, fue ordenado sacerdote por el Delegado Apostólico, Don Guillermo Piani, el 15 de noviembre de 1952, durante el Congreso Nacional Misionero celebrado en Monterrey, N.L., pues la ocasión era propicia para la promoción vocacional.


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El P. José Sandoval Íñiguez fue ordenado sacerdote por el Card. José Garibi Rivera, el 16 de abril de 1967 en su tierra natal, Yahualica, Jal., por la misma razón de promoción vocacional, práctica posterior al Concilio Vaticano II, para que los sacerdotes fueran ordenados en su parroquia de origen.

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207


12SU RELACIÓN CON LOS

SEÑORES OBISPOS

Los más cercanos

Ahora ha sido imposible reunir testimonios de los muchos obispos que lo trataron y de otros que fueron sus amigos, pues ya todos pasaron a mejor vida.

Obispos de muchas nacionalidades pero, especialmente, norteamericanos y mexicanos. Mencionaré algunos nombres y una que otra anécdota.

Enseguida transcribo copias de dos cartas, encontradas en su cuarto del Seminario de Misiones, dirigidas a dos obispos.

El 17 de junio de 1950 Monseñor Escalante escribió lo siguiente al Excmo. y Revmo. Sr. Salvador Martínez Silva, obispo auxiliar de Zamora: “Recibí la copia del acta de la sesión celebrada por el V. Comité Episcopal, en Zamora, el 10 de abril. Además, recibí la hoja adjunta, cuyas preguntas se me pidió contestara. Todo lo agradezco cordialmente a V.E.R.

En hoja adjunta contesto el cuestionario, en forma adaptada a nuestras particulares circunstancias.

Respecto a mi aprobación en orden a la petición que el V. Episcopado Nacional desea hacer a Roma, para que la fiesta de la Maternidad de María sea elevada, en México, a doble de primera clase, no sólo estoy de acuerdo, sino tengo la seguridad de que cederá en grande gloria de nuestra Madre Santísima. El Excmo. Sr. Obispo

sU relación con los señores obisPos

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de Huejutla, Señor Yerena, había solicitado mi opinión acerca de este mismo asunto, sólo que él deseaba se pidiera también como fiesta de precepto: a lo cual me permití responder que me parecía poco práctico, dado el gran número de fiestas de precepto existentes, las cuales unidas a los días en que se prohibe el trabajo, impuestos por el gobierno, harían penoso su cumplimiento.”

El 10 de julio de 1950 Monseñor Escalante escribió lo siguiente al Excmo. y Revmo. Arzobispo de Guadalajara, Sr. José Garibi Rivera: “La comisión que el V. Episcopado dio a los suscritos para que hablemos con el P. Cordero y procuremos, de acuerdo con él, que se facilite la confederación de las escuelas católicas, estén o no incorporadas, dio el siguiente resultado.

En una entrevista con el Padre Cordero el 5 de junio, nos avisó que había mandado a todos los Excelentísimos Señores Obispos las reglas para que la escuela católica pertenezca a la confederación y que la mente de la Santa Sede en esta cuestión es la de que no sólo las escuelas incorporadas al Estado, sino también las que no lo están, pueden y deben pertenecer a la Confederación Nacional Católica.”

Ya antes se mencionaron a los obispos mexicanos que, directamente con él, trabajaron para el establecimiento del Seminario de Misiones y el Instituto de los Misioneros de Guadalupe y que fueron verdaderos amigos suyos. Éstos fueron: Don Ignacio Márquez y su hermano Octaviano, ambos Arzobispos de Puebla sucesivamente; los Arzobispos de México, D.F., Don Luis María Martínez y Miguel Darío Miranda. Conservó la amistad con todos los que conoció por primera vez en la propia Ordenación Episcopal ocurrida en 1943 y en la reunión de ellos en octubre de 1945, ambas ocasiones en la Basílica de Guadalupe.

En las reuniones de la Conferencia Episcopal Mexicana, procuró siempre no sólo informar a todos los obispos acerca de los Misioneros de Guadalupe, por escrito, sino también procuraba comunicarse con cada uno de ellos en los corrillos que se formaban durante los descansos de dichas reuniones. Del año 1965 al año 1967, por ofrecimiento personal de él, la Conferencia Episcopal tuvo reuniones múltiples en el

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Seminario de Misiones. Después de la muerte de Monseñor Escalante, los Obispos siguieron reuniéndose, en el mismo lugar, de 1968 a 1976 y de 1983 a 1985. En los siguientes años, la Conferencia se reunió en diversos lugares, hasta que tuvo su sede propia en Lago de Guadalupe, Edo. de México, a partir de 1990.

Con Don Sergio Méndez Arceo, Obispo de Cuernavaca, tuvo especial amistad porque lo conoció desde que era Director Espiritual en el Seminario Conciliar de México, situado en Tlalpan y, porque, ya siendo obispo, seguía siendo su vecino, decía él, pues a Monseñor Escalante le gustaba jugar golf en Cuernavaca. Los dos comieron juntos algunas veces en el comedor del Seminario de Misiones.

Después de una conversación en la que el Obispo Méndez Arceo hablaba de que la liturgia de la Misa debía celebrarse de acuerdo a las costumbres de los pueblos26, pero que debía conservar su carácter hierático, Monseñor Escalante le dijo: “He oído que en Cuernavaca usted tiene tres incorregibles: Mons. Illich, el P. Lemercier y el obispo ... Mons. Escalante tocaba el pectoral de Méndez Arceo y continuaba diciendo con sonrisa picaresca: “el obispo…, el obispo … ¿cómo se llama?”

El 16 de julio de 1957, Monseñor Escalante comunicó al P. Alejandro Ríos: “Estuve en Los Ángeles con los Arzobispos Miguel Darío Miranda (de México) y Octaviano Márquez (de Puebla) asistiendo a la Conferencia Internacional del Club Serra que es un grupo de laicos que promueven las vocaciones y los Seminarios diocesanos y religiosos. Esta organización fue fundada recientemente también en México.” Monseñor Escalante fue el enlace del Episcopado Mexicano con el Club Serera Internacional, con sede en Chicago, para fundar el Club en México. En 1956 vino a esta capital elSr.JohnKingler,gobernadordeldistritodeHouston,ysefirmólacarta constitutiva. El primer Presidente de la Directiva de México fue el Sr. Enrique Kuri. Al principio la organización era sólo de varones, después asociaron también a las esposas. Mons. Escalante tuvo amistad

26 Méndez Arceo ya tenía en su catedral la Misa con mariachis.


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con el Sr. Frank Willilams y su esposa la Sra. Lourdes Couttolenc, que fueron gobernadores del distrito Serra, en México, y posteriormente miembros de la Directiva Internacional.

En carta del 6 de noviembre de 1957 dirigida al P. Ríos, que estaba en Japón, dice: “El mes pasado tuvimos la junta anual de los Señores Obispos, y muchos de ellos preguntaron por ustedes. No se les olvide mandar a cada uno de ellos felicitaciones de Navidad. Acaban de hacer otras dos nuevas diócesis, una de Tapachula y la otra de Torreón. Creo que van a seguir dividiéndolas, pues es necesario para poder atender mejor a los fieles. El Sr. Obispo de Querétaro, Monseñor Marciano Tinajero, murió (el 27 de septiembre); así es que, con las dos nuevas diócesis, hay tres lugares vacantes. Parece que el Congreso Misionero tendrá lugar, precisamente en enero de 1959.”

El 1° de julio de 1958, Mons. Escalante envió una carta al Arzobispo de México, Don Miguel Darío Miranda, desde Japón: “Tengo el gusto de dirigirme a S.E.R. para saludarlo y comunicarle que en la fiesta de la Sma. Trinidad, sus Misioneros de Guadalupe tomaron posesión de su primera Misión en Aizu-Wakamatsu, diócesis de Sendai, Japón. Los Padres Ríos, Sarmina y Garnica fueron muy bien recibidos. Después de haber estudiado el idioma japonés por dos años, ya tienen bastante facilidad para su trabajo. La parroquia de Aizu-Wakamatsu está dedicada a la Inmaculada Concepción. Sólo el uno por mil de los 430,000 habitantes del territorio son católicos.

Según el contrato que hicimos por 25 años con el Excmo. Sr. Kobayashi, Obispo de Sendai, el Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras se encargará de administrar la parroquia actual de este distrito misional, de fundar nuevas parroquias, escuelas, etc., en nombre de la diócesis, y de cultivar vocaciones sacerdotales para el clero diocesano. En una palabra, todo es para la diócesis, nada para el Instituto. Ésa era la práctica en los primeros siglos del cristianismo, y ése es el espíritu misional de nuestro Instituto: establecer cristiandades que más tarde pasarán al clero local.

El contrato significa un privilegio para la Iglesia en México, cual es el servir y ayudar a la Iglesia en Japón, donde las necesidades son mayores. Al mismo tiempo, la Iglesia

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en México no perderá nada con esa caridad y ese sacrificio, según nos lo aseguran las palabras de Jesucristo: ‘Date, et dabitur vobis’ (‘Dad y se os dará’).

Con la ayuda de Dios, de la Sma. Virgen de Guadalupe y de San Felipe de Jesús, nuestro protomártir en Japón, y con el respaldo de los Excmos. Sres. Obispos y Arzobispos, de la Unión Misional del Clero y del pueblo de México, fundadores del Seminario de Misiones, tenemos la firme esperanza de que no faltaremos en esta primera obligación tan importante para la Santa Iglesia, en Japón como en México.”

El 6 de septiembre de 1958 Monseñor Escalante envió al P. Ríos un mensaje: “Salgo mañana para Chihuahua y la Tarahumara donde asistiré a la Consagración del Sr. Martínez Aguirre como Vicario Apostólico, de allí me voy a Detroit en donde tengo que hablar en una iglesia, y después a Maryknoll donde asistiré a la Consagración del nuevo Obispo de Corea, William J. McNaughton. Regresaré a fines del mes.”

El 19 de noviembre de 1958 escribió: “Fui a los Estados Unido a hablar en una iglesia y a la instalación del nuevo Arzobispo de Chicago. Allí oí del nombramiento del primer Cardenal de México (Mons. José Garibi Rivera), y del Arzobispo de Boston, (ahora ya Cardenal) Mons. Richard Cushing quien ha sido muy bondadoso con nosotros.”

Cuando algún obispo moría, Monseñor Escalante siempre quiso ir a los funerales para orar por su hermano en el episcopado, v.gr. los de Don Ignacio Márquez de Puebla o los de Don Jesús López González de Aguascalientes, o los de Don Luis M. Martínez, Arzobispo de México.

El 6 de noviembre de 1959, Monseñor Escalante escribió al P. Ríos, Superior de la Misión de Japón: “Fui a los Estados Unidos el 10 de septiembre y estuve allá hasta fines del mes, porque tuve dos iglesias en Detroit27, la junta de los Institutos Misioneros en Washington y el centenario del colegio donde estudié. Apenas volví a México, los quince Excmos. Sres. Obispos hicieron sus Ejercicios Espirituales en el Seminario de Misiones, el P. Antonio Navarro, Operario Diocesano y Director Espiritual del Colegio Español 27 Para hablar y recoger la colecta a favor del Seminario de Misiones.


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en Roma, dio estos Ejercicios de una manera especial. Tuvimos que mandar a los más jóvenes a un paseo y los grandes atendieron a los Sres. Obispos del 6 al 13 de octubre. El 14 de octubre los Excmos. Sres. Prelados de México tuvieron su asamblea anual por tres días, también en el Seminario de Misiones, y asistieron unos cuarenta Obispos. El día 15 tuvo lugar la bendición de la Capilla con la asistencia de los Sres. Obispos, Sacerdotes y Religiosos de México, el 17 tuvimos el día para las Religiosas y el domingo más de 3,500 personas vinieron a ver el Seminario a asistir a la Misa. Unos días después, los muchachos y los Padres se fueron de vacaciones hasta el 20 de este mes.

Por supuesto, has oído de las inundaciones en el Estado de Colima y Jalisco en las que más de 1,500 personas murieron y muchas otras más quedaron damnifcadas. Como tengo también la Ayuda Social Católica, o Catholic Relief en México, hemos tenido que mandar cinco furgones de alimentos y un furgón de ropa a la zona dañada.El 18 del presente acompañaré al Emmo. Sr. Cardenal (Garibi Rivera) a Washington por dos días para asistir a la bendición de la nueva Basílica de la Inmaculada Concepción que está en la Universidad Católica. Después, en diciembre, pienso visitar Montezuma porque nunca lo he hecho y ya es muy necesario.

Adjunto el informe que di a los Señores Obispos en su asamblea anual, y también mandaré en estos días la fotografía de los Sres. Obispos tomada enfrente del Seminario.”

El 28 de enero de 1960, Monseñor Escalante escribió al P. Ríos: “Hace mucho tiempo que no he escrito por haber estado tan ocupado en estos últimos meses. En noviembre acompañé al Emmo. Sr. Cardenal a Washington para la bendición de la nueva Basílica de la Inmaculada Concepción; más de 200 Obispos y unos cinco o seis Cardenales asistieron. Después tuve que ir al norte del país para la celebración en Ciudad Juárez de donde pasé a Montezuma para ver el lugar en donde se acuerdan muy bien de ustedes; ojalá y no olvides escribirles de vez en cuando pues los 360 muchachos de allí serán los futuros párrocos de este país que nos podrán ayudar después. De Montezuma, una pequeña visita a Los Ángeles de donde regresé y, recientemente, tuve que ir a Tehuantepec y a todo el Istmo para asistir a la instalación del nuevo obispo de Tehuantepec, Sr. Alba Palacios. Visité varios Seminarios y obispos para hablarles de la obra.

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Como ya has de saber, el Padre Arrupe prestó al P. Escalada para conseguir donativos para construir una capilla a San Felipe de Jesús y los Mártires del Japón en Nagasaki. El Padre se está movilizando mucho con corridas de toros, piezas teatrales y mucha otra clase de propaganda. Como la idea, de tener un homenaje nacional al protomártir mexicano, se presentó a los Sres. Obispos, me delegaron a mí para encargarme de esta obra.”

El 28 de junio de 1960, Monseñor Escalante escribió una carta a todos los Obispos Mexicanos, en estos términos: “Excelencia Reverendísima: Me permito enviar saludos afectuosos desde este país del Sol Naciente hasta donde he venido para visitar a los Misioneros de Guadalupe y para evaluar el trabajo que han estado llevando a cabo desde que tomaron la Misión.

Gracias a Dios, encontré a los Padres muy bien: están sanos y contentos, o como dicen por acá, están con buen ‘kimochi’; han aprendido la lengua que pasa por una de las más difíciles del mundo; siguen adelante en su empeño de propagar nuestra religión en este territorio con medio millón de habitantes de los cuales, sólo uno entre mil, es católico.

Si se compara con otros países de misiones, el fruto perceptible es poco, dadas las circunstancias tan peculiares del Japón; pero en comparación con otros lugares, el trabajo de los Padres marcha bien. Ayudados por un catequista, tienen actualmente unas 38 horas semanales de catecismo en cuatro poblaciones diferentes. Ya se cumplió un año desde que comenzaron un programa católico de radio en coordinación con los Misioneros del territorio vecino.

Esperamos la ayuda espiritual y material de S. Excia., así como la de sus sacerdotes y la de sus fieles, a fin de llevar a feliz término la construcción de una iglesia en dicha población tan aislada y tan necesitada de Dios.

Antes de venir al Japón hice una gira por África y por varios países, con miras a establecer otra misión, con lo cual se irá obteniendo el ideal del Instituto Mexicano para Misiones Extranjeras fundado por el Ven. Episcopado. Al cooperar en esta forma a la Propagación de la Fe, estamos seguros de que México no va a sufrir


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pérdidas en su catolicismo; por el contrario, confiando en las promesas de Jesucristo N.S., ello redundará en mayores bendiciones del Señor sobre nuestra Patria.

Esperamos las oraciones de S. Excia. y las de su Ven. Clero y grey por los Padres que están acá en misiones; ellos, a su vez, están correspondiendo de la misma manera.”

El Cardenal Francis J. Spellman, Arzobispo de Nueva York, conocía bien a Monseñor Escalante, pues había presidido la ceremonia de su envío a la Misión de Bolivia, en la Pascua de 1942. Mons. Escalante había conservado la amistad con el Cardenal y lo invitó a visitar el Seminario de Misiones. Spellman vino en 1958 y recorrió todo el edificio.Alterminarlavisitayyaenlapuerta,escribióunchequede$5,000 dólares, lo entregó a Monseñor Escalante y le dijo en manera improvisada: “For more fricholes” (Para más frijoles).

Al día siguiente los dos salieron juntos para Acapulco, donde se reunieron con el expresidente de México, Miguel Alemán Valdés, que los hospedó en su casa.

El Cardenal Richard J. Cushing de Boston fue también su amigo ybenefactor,pues ledioundonativosuficientepara lacomprade laQuinta “Los Álamos” y para cubrir una parte de la construcción del Seminario Mayor de Misiones, construido en Tlalpan, sobre la avenida Insurgentes.

El Obispo Fulton J. Sheen y Monseñor Escalante hicieron muy buen equipo en las reuniones de la Propagación de la Fe en Roma. Por medio de él, Monseñor consiguió la ayuda de varios Directores Diocesanos de la Propagación de la Fe en Estados Unidos, para diferentes propósitos, ya fuera para conseguir colectas dentro del Plan de Cooperación Misionera, ya para conseguir parroquias donde los Misioneros de Guadalupe pudieran estudiar y practicar inglés. Así, en la parroquia del P. Edward Bruemer en San Luis Missouri; en la parroquia de Monseñor Murray en Boston; en la parroquia de los Padres Asuncionistas en Nueva York; en la parroquia Holy Trinity del P. Vincent Kern en Detroit; en

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el Hospital de St. Francis en Colorado Springs, donde era capellán el P. John Wood, de los Padres de la Santa Cruz. El Dr. Philip Eyen, dentista, atendía gratuitamente a los Misioneros de Guadalupe, huéspedes del P. Wood.

El 5 de agosto de 1966 Mons. Escalante escribió al Excmo. Sr. Obispo John W. Comber, MM, entonces Superior General de Maryknoll:

Estimado Obispo Comber:Recibí el telegrama del Capítulo General invitándome a asistir a las sesiones del Capítulo. Le envié un telegrama diciéndole:

AGRADECIDO AL CAPÍTULO POR INVITACIÓN. DEBIDO A COMPROMISOS IMPORTANTES, CEREMONIA DE DESPEDIDA, REUNIÓN ANUAL DE DIRECTORES DIOCESANOS DE PROPAGACIÓN, ETC., NO PUEDO SALIR ANTES DE LA SEMANA DEL 21. ESPERO ESTAR AHÍ ESA SEMANA.

Esa semana de agosto, para mí, generalmente es muy ocupada. Esperaba salirme de la oficina a fines de mes. En nuestras oraciones y misas pedimos por el Capítulo General, esperando que haga mucho bien a la Iglesia y a las Misiones.”

Mons. Escalante cumplía sus obligaciones con respecto a Maryknoll y conocía también sus derechos. Una muestra de esto último fue el voto para las elecciones del Capítulo de 1966. Un día de diciembre 1965 llamó al Vicario General y le dijo que su nombre no aparecía en la lista de los miembros de voto pasivo.

El 14 de diciembre de 1965, el Vicario General de Maryknoll, P. John F. Donovan escribió a Monseñor Escalante: “Gracias por su llamada en la mañana que salió de la ciudad de México.

Saqué a relucir la pregunta de su voto pasivo en la reunión de nuestro Consejo y se acordó que notificaríamos inmediatamente después de Navidad al Padre Greene, para tener un nuevo voto en la decisión que se tome para Delegado del Capítulo, anulando


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la elección anterior, debido a la omisión de su nombre en la lista de quienes tienen voto pasivo.

Lamentamos el error y confiamos que esta solución será satisfactoria. Nuestros mejores deseos por una Navidad plena de bendiciones.”

Durante el Concilio Vaticano II se reunieron los compañeros de su clase en Maryknoll y otros más jóvenes, que ya eran obispos, para tomarse una fotografía. Todos ellos festejaban la alegría y buen humor de Monseñor Escalante que contaba los mejores chistes de última hora.

El Obispo William J. McNaughton, M.M., ya Ordinario de Inchon, Corea, en 1966, recuerda a Monseñor Escalante: “Durante las cuatro sesiones del Concilio Vaticano Segundo (1962-1965), todos los obispos de Maryknoll permanecieron en el Collegio Maryknoll, Via Sardegna 83, en Roma. Fue ahí donde conocí personalmente al Obispo Escalante. Recuerdo que con frecuencia tenía una muy hermosa sonrisa en su cara. Me parecía ser una persona muy calmada y de temperamento apacible. También recuerdo que él parecía tener muchos amigos y conocidos en Roma y disfrutaba ser invitado a cenas, durante su estancia en Roma, durante las sesiones del Concilio.”

Relación oficial con el Episcopado Mexicano (1966)

El Delegado Apostólico Luigi Raimondi visitaba a Mons. Escalante frecuentemente en el Seminario para consultarlo sobre asuntos del Episcopado. En reciprocidad, también él visitaba al Delegado en su residencia de la calle Felipe Villanueva de la Colonia Guadalupe Inn.

El 19 de enero de 1967, Monseñor Escalante escribió a los Padres Rodolfo Navarro (MG en Corea), Emerenciano Rodríguez (MG en Kenia) y Esteban Martínez (MG en Japón), desde México, lo siguiente: “En la Asamblea General de los Obispos, en el Seminario de Misiones, los días 10, 11 y 12 de enero, se discutieron tres cosas:

1. Se debería hacer una Comisión de Misiones, como lo decretó la Santa Sede en su

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‘Motu Proprio’ el 6 de agosto de 1966. Es obligatorio. Tuvimos elecciones y, por unanimidad, me nombraron Presidente de esta Comisión.

2. Se discutió si debían hacer dos comisiones: una para los indígenas (mexicanos) y otra para las misiones (extranjeras). Muchos estaban de acuerdo en que fuera una sola comisión, pero yo me opuse y creo que se discutirá de nuevo en octubre, cuando se tenga la próxima asamblea.

3. Lo más importante para ustedes es que se discutió la relación de los Obispos con el Seminario de Misiones. Yo preparé un documento que adjunto y que les pido lean a los Padres de la Misión. Sin duda alguna, los Obispos están de acuerdo en que éste es su Seminario, que somos independientes, pero que necesitamos el apoyo moral, espiritual y material de ellos, para que tenga éxito. A ver si los nuevos Obispos, que poco saben de esto, nos ayudan más, en el futuro.

Pidan, por favor, por el señor Don Carlos Cervantes, que ha estado muy enfermo y creo que no resistirá. Su principal enfermedad es enfisema, por haber fumado tanto. Ha estado ofreciendo sus oraciones por las 3 Misiones y muchas veces me ha dicho que mande saludos a los Padres Martínez, Navarro y Rodríguez, a quienes conoció bien, en el Seminario de Tlalpan.”

En un documento de los Obispos Mexicanos (1966) se dice: “MISIONES. 1. La Conferencia Episcopal, por unanimidad, acuerda que se establezca la Comisión Episcopal de Misiones. Elige al Excmo. Sr. Obispo Alonso M. Escalante, para Presidente de la Comisión con el encargo de invitar a otros dos Excelentísimos Prelados, para integrarla, recomendándole que invite a algunos de los miembros de la Comisión Episcopal de Indígenas. 2. Que el Seminario Mexicano de Misiones sea reconocido como una Institución Misional del Episcopado, mediante la cual cumple con sus obligaciones misionales. El Seminario dará cuenta a la Conferencia, de su movimiento económico. 3. La Conferencia recomienda que se restaure el Consejo Nacional de Misiones que anteriormente venía funcionando, integrado por los Directores Nacionales de las Pontificias Obras Misionales.

El Excmo. Señor Presidente sugirió que por el momento, quede ya la Comisión de Misiones y funcionando también la Comisión Episcopal para los Indígenas. El


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asunto de las misiones internas se reserva para más adelante, lo cual fue admitido por la Venerable Asamblea.”28

He aquí el documento que Monseñor Escalante presentó a la Conferencia Episcopal:

“LAS RELACIONES DEL EPISCOPADO Y EL SEMINARIO DE MISIONES, SEGÚN LOS DESEOS DEL MISMO V. EPISCOPADO MEXICANO.

1° HISTORIA

Extractos de la carta de julio de 1946 de los Excmos. y Rvmos. señores Don Miguel Darío Miranda y Don José Ignacio Márquez: ‘El Venerable Episcopado Nacional de esta República de México se dignó encomendar a los infrascritos la realización de un proyecto que hace varios años hemos acariciado, y que consiste en erigir un SEMINARIO MEXICANO PARA MISIONES EXTRANJERAS, pues creemos que la Iglesia Católica de México debe contribuir con esfuerzo máximo a la obra esencial de la Iglesia, que es la Evangelización del mundo... 4.- ‘El Rector del Seminario, por sí o por medio de alguno de los Superiores del Seminario, visitará las diócesis de la República para hablar a clero y fieles sobre el Seminario y para buscar vocaciones y recursos. 7.- ‘La Unión Misional del Clero establecida en la República respalda, con todos los medios de que pueda disponer, la obra del Seminario, y sus miembros le prestarán toda la ayuda que les sea posible, interesando a los fieles. 8.- ‘...Una vez constituido canónicamente, (el Seminario) quedará bajo la dependencia de la Santa Sede por medio de la Sagrada Congregación de PROPAGANDA FIDE; pero (quedará) vinculado necesariamente con la Jerarquía Eclesiástica de México, que es quien lo realiza. 9.-‘Hay la intención de crear con los misioneros que vaya proporcionando el Seminario Mexicano y, quizá, con los alumnos más aventajados del mismo y más seguros en su vocación, un INSTITUTO MEXICANO PARA LAS MISIONES EXTRANJERAS, sin votos religiosos, pero con promesa de servir al Instituto. Las Constituciones se redactarán oportunamente, tomando como base las de los Institutos similares’.

28 Archivo de la Conferencia Episcopal de México, 1966.

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Extracto de la carta de la Sagrada Congregación de Propaganda FIDE (15 de marzo de 1948) al Excmo. señor Don José Ignacio Márquez: ‘Ipse Summus Pontifex benigne propositionem Tuam excepit atque approbationem pro supradicti Seminarii constitutione dedit, iuxta tamen mentem ab hac S.C. per officium No. 73/47 diei 18 Januarii elapsi anni Tibi expressam. Mens huius S. Congregationis est ut Seminarium ac Institutum (si hoc erigatur) sint unum, sicut alibi iam factum est.’

Traducción:

“El Sumo Pontífice personalmente recibió benignamente tu proposición y dio su aprobación para el establecimiento del supradicho Seminario, pero según la mente de esta Sagrada Congregación expresada a ti por el oficio No. 73/47 del 18 de enero del año pasado. La mente de esta Sagrada Congregación es que el Seminario y el Instituto (si se erige) sean una sola entidad, como ya se ha hecho en otros lugares.”

2° FUNDACIÓN

El 7 de octubre de 1949 se fundó el Seminario de Misiones con sede en la Quinta ‘Los Álamos’, Tlalpan, D.F., mismo que fue entregado al Excmo. Señor Delegado Apostólico Don Guillermo Piani, por el Episcopado Mexicano, presente a la inauguración.

28 de abril de 1953. Como se había pensado y planeado, se presentaron las Constituciones a Roma. En esta fecha el Seminario de Misiones pasa a ser el INSTITUTO DE SANTA MARÍA DE GUADALUPE PARA LAS MISIONES EXTRANJERAS según los deseos arriba mencionados.

Instituto Pontificio. El Seminario de Misiones fue pontificio desde el principio, según los deseos de S.S. Pío XII, y después por el decreto de la S.C. de Propaganda FIDE del 28 de abril de 1953. Por estas razones siempre ha sido independiente en su administración interna y se rige por sus Constituciones y por la autoridad nombrada por Su Santidad el Papa.

3° MISIONESSe han conseguido las siguientes Misiones por contrato con los respectivos


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Ordinarios del lugar y confirmado por PROPAGANDA FIDE: 1ª Región de Aizu Wakamatsu, Japón, 1955, a la que se han enviado 8 Padres. 2ª Territorio de Suntchōn, Corea del Sur, 1961, con 16 Padres. 3ª Región en la diócesis de Kisumu, Kenia, África Oriental, 1965, con 5 misioneros.

Desde que se tomó la primera misión se han enviado 29 misioneros, dos de los cuales han tenido que regresar por motivos de salud y uno más para tomar el cargo de Rector del Seminario y así tener un ambiente más misionero entre los candidatos a la vida en las Misiones. El número de sacerdotes que tenemos en Misiones es –de este modo– superior al total de los misioneros que tienen todos los grupos religiosos mexicanos. Actualmente el Instituto cuenta con 47 sacerdotes.

De esta manera se están realizando los deseos de los Excmos. Señores Obispos de mandar Misioneros a tierra de Misiones.

AYUDA QUE PRESTA EL SEMINARIO DE MISIONES A LA IGLESIA EN MÉXICO. Según los deseos del V. Episcopado Mexicano, este Seminario se fundó para las Misiones Extranjeras. Está cumpliendo su misión mandando Misioneros a los lugares no-cristianos. Pero tampoco se ha olvidado del trabajo que hay que hacer en México, prestando su ayuda de varias formas, aunque sólo sea temporalmente. Por ejemplo:

A) FOMENTO DE VOCACIONES. Los Directores de Vocaciones del Seminario de Misiones siempre han sabido respetar y cultivar las vocaciones para los Seminarios diocesanos. B) EDUCACIÓN MISIONAL. Los Misioneros de Guadalupe publican una revista “Almas” para educar al pueblo de México sobre su cooperación vocacional, espiritual y económica. Aunque no se cubren los gastos de esta publicación, ha sido una gran ayuda para dar a conocer la obra fundada por los Obispos de México. C) SACERDOTES DIOCESANOS QUE FUERON ALUMNOS DE ESTE SEMINARIO. Hay 15 sacerdotes en diferentes diócesis (incluyendo a 3 religiosos) que por diversos motivos no siguieron adelante aquí y se les recomendó una diócesis para la cual se ordenaron. En dos años serán cinco sacerdotes más en este grupo. D) CAMPOS MISIÓN. Al terminar el año escolar todos los alumnos –acompañados por sacerdotes- prestan servicios apostólicos durante 25 días en algún lugar del interior de la República. Vemos con alegría que la iniciativa del campo-

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misión, nacida en este Seminario, cada vez se acepta más y más en los Seminarios de México con miras a la formación práctica de la vida apostólica. E) CATECISMO. Durante el año escolar los alumnos atienden 9 centros y 3 hospitales en la parroquia de Tlalpan y en sus cercanías. Se tiene el proyecto de 5 centros nuevos a partir de febrero. F) ASISTENCIA ESPIRITUAL A COLEGIOS, casi exclusivamente de varones. G) SEMINARISTAS DIOCESANOS. Gustosos los hemos admitido como alumnos-huéspedes, incluyendo los de otros países. Ahora ya son sacerdotes. H) SERVICIOS TEMPORALES DE SACERDOTES A MISIONES. Estamos dispuestos a estudiar la posibilidad y dar todas las facilidades a aquellos sacerdotes (diocesanos) que de acuerdo con sus respectivos Prelados, y siguiendo las normas del Concilio, quieran prestar sus servicios en las Misiones temporalmente.

LA ACTIVIDAD MISIONERA DE LA IGLESIA SEGÚN EL CONCILIO VATICANO II.

1. CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA SOBRE LA IGLESIA, 23, c.: ‘El interés por anunciar el Evangelio en todo el mundo pertenece al cuerpo de los Pastores, ya que a todos ellos en común dio Cristo el mandato imponiéndoles la obligación conjunta, tal como decía ya el Papa Celestino en la exhortación a los Padres del Concilio de Efeso. Por tanto, cada Obispo, en cuanto se lo permite el cumplimiento de su ministerio propio, está obligado a colaborar con los demás y con el Sucesor de Pedro –a quien se ha encomendado particularmente la gran tarea de propagar el cristianismo-. Por esto, con todas sus fuerzas deben proporcionar a las misiones obreros para la mies y también ayuda espiritual y material, tanto ellos personalmente como espoleando la fervorosa colaboración de los fieles’.

2. DECRETO SOBRE LA FUNCIÓN PASTORAL DE LOS OBISPOS, 6, a.: ‘Los Obispos, como legítimos sucesores de los Apóstoles y miembros del Colegio Episcopal, reconózcanse siempre unidos entre sí y muestren que están solícitos por todas las Iglesias, porque por institución de Dios y exigencias del ministerio apostólico cada uno debe ser fiador de la Iglesia juntamente con los demás Obispos. Sientan sobre todo interés por las regiones del mundo en que todavía no se ha anunciado la palabra de Dios...’


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3. DECRETO SOBRE LA ACTIVIDAD MISIONERA DE LA IGLESIA, 38: ‘a) Todos los Obispos, como miembros del cuerpo episcopal, sucesor del Colegio de los Apóstoles, están consagrados no sólo para una diócesis, sino para la salvación de todo el mundo... c) El Obispo deberá... fomentar gustoso las vocaciones de jóvenes y de clérigos a los Institutos misioneros, complaciéndose de que Dios elija a algunos para que se consagren a la actividad misionera de la Iglesia... (deberá) promover entre sus fieles las obras de los Institutos Misioneros... d)... El Sagrado Concilio desea que los Obispos, considerando la gravísima penuria de sacerdotes que impide la evangelización de muchas regiones, envíen algunos de sus mejores sacerdotes que se ofrezcan a la obra misionera, debidamente preparados... f) Traten los Obispos... de ayudar y –si es necesario- fundar Institutos Misioneros y Seminarios de clero diocesano para las Misiones; (traten) de la manera de fomentar estrechas relaciones entre los institutos y las diócesis’.

4. NORMAS PARA LA EJECUCIÓN DEL DECRETO AD GENTES DEL SACROSANTO CONCILIO VATICANO II (Motu Proprio del 6 de agosto de 1966): 6. Los Obispos, cobrando conciencia de cuánto urge la evangelización del mundo, promuevan vocaciones entre sus clérigos y jóvenes y den a los Institutos que trabajan en la labor misional, medios y facilidades para que publiquen en las diócesis las necesidades misionales, y fomenten las vocaciones. En el fomento de vocaciones a favor de las Misiones, explíquense diligentemente a todas las gentes tanto la misión de la Iglesia como los modos con que... los Institutos, sacerdotes, religiosos y seglares de ambos sexos se esfuerzan por realizarla. Ensálcese especialmente la peculiar vocación misionera ‘ad vitam’ y aclárese con ejemplos. 10. Dado que los Institutos misioneros son del todo punto necesarios, sepan todos que la misión de evangelizar la reciben de la autoridad de la Iglesia para cumplir el deber misional de todo el pueblo de Dios. 11. Que los Obispos se sirvan de los Institutos misioneros para que los fieles se inflamen en el celo por las Misiones y que les den ocasión, dentro del orden debido, de suscitar y fomentar las vocaciones y buscar entre la juventud ayuda para las misiones. Para mayor unidad y eficacia, sírvanse los Obispos del Consejo Nacional o Regional Misional, el cual se compondrá de los Directores de las Obras Misionales Pontificias y de los Institutos Misioneros, que existan en la nación o en la región. 13. Para todas las Misiones sólo hay un dicasterio competente, a saber: La Sagrada Congregación de Propaganda Fide...’

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‘CONCLUSIÓN. Gracias a Dios y al apoyo que se ha tenido de parte del V. Episcopado, este Instituto sigue adelante con su labor en sus Seminarios de México y con el trabajo apostólico en los puestos de las Misiones confiadas al mismo.

OTROS COMENTARIOS. Varias veces Su Santidad Paulo VI ha comentado al Excmo. señor Cardenal, y a otros Obispos de México, sobre la fundación de este Seminario de Misiones dando las gracias por esta cooperación. El Cardenal Confalonieri en su visita al Seminario de Misiones el 30 de mayo de 1966, dijo que Su Santidad ve con afecto y agradecimiento paternales esta obra. De varios países nos han escrito pidiendo informes de cómo se podría fundar un Seminario de Misiones como lo habían hecho los Obispos de México. Hay otras referencias y comentarios como la de un Obispo de México que dijo: ‘Ustedes nos han quitado una gran responsabilidad que pesaba sobre nuestras espaldas’. Deseamos evitar aún la mínima apariencia de cierta competencia tanto vocacional como económica con alguna diócesis en particular o con el V. Episcopado.

Al ser conscientes de que somos la aportación generosa de la Iglesia Católica en México, para la evangelización de los no-cristianos, al desempeñar nuestras actividades, deseamos acrecentar dicha aportación de México a la obra esencial de la Iglesia.

Por esto pedimos que los Excmos. Señores Obispos de la República nos permitan seguir promoviendo la idea misionera y la educación misional del pueblo de Dios. Pedimos que con el permiso expreso de los Excmos. Señores –como se ha hecho hasta ahora- se nos permita seguir promoviendo vocaciones misioneras, con la seguridad de que no faltarán vocaciones para el clero diocesano, ya que no puede fallar la promesa de Cristo: ‘Dad y se os dará’.

Pedimos por último que se nos permita seguir trabajando para obtener la ayuda espiritual y material para esta empresa misionera de nuestra Patria. Es indudable que hay muchos jóvenes dispuestos a consagrar su vida a la difícil labor de predicar el Evangelio en tierras de Misión, pero es necesario que el pueblo de Dios (Obispos, sacerdotes y fieles) los respalde.”29

29 Archivo M.G. Obispos, 1966.


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El 19 de enero de 1967, Mons. Escalante comunicó, al Superior General de Maryknoll, Rev. John McCormack, las recientes resoluciones de la Conferencia Episcopal de México.

El P. McCormack contestó, el 15 de febrero:

Estimado Obispo Escalante:

De nuevo mis más sinceras gracias por mantenerme informado de los asuntos pertinentes a la actividad de misiones extranjeras de la Iglesia en México.

Lo felicito por su nombramiento como Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones. Es una decisión lógica, sensible y sabia, ya que proporcionará al Episcopado en México, una mano experimentada al timón de su actividad misionera.

Es muy afortunado y sabio que, desde el principio, la Jerarquía Mexicana haya visto apropiado el ligar sus esfuerzos de misiones extranjeras a la Sociedad Misionera que es su mismo instrumento para tal trabajo.

Las comparaciones siempre son odiosas y puede haber muy poca paridad entre dos situaciones. Sin embargo, los esfuerzos dispersos e individuales de la Jerarquía de los Estados Unidos en sus esfuerzos misioneros, en este momento, parecen estar muy por encima de la habilidad de Maryknoll para poder centralizarlos. Hemos perdido algo en algún momento. Así lo creo, pero sólo puedo confiar en que, en nuestro caso, esto se haya debido a un designio Providencial.

Mis más sinceros deseos para usted.Respetuosamente en Cristo,Superior General.”

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13RECUERDOS DE

ALGUNOS MISIONEROS DE GUADALUPE

El P. Joaquín Sarmina Andrade recuerda de Monseñor Escalante: “De su trato personal con él, puedo asegurar que fue muy atinadamente nombrado como cofundador y Superior General de nuestro Instituto, pues era muy observador, comprensivo y humilde por su dignidad y educación norteamericana. Mi trato personal con él fue un tanto práctico, o sea, en el trabajo, pues después de haberme ordenado el 6 de enero de 1950, me llevaba a las oficinas de Balderas y, una o varias veces por semana, a algún colegio particular para hacer animación misionera, vocacional y económica. Cuando ya me creyó capaz, me dejó solo en el trabajo de los colegios y las vocaciones. Sabía respetar y dejaba trabajar, sin dejar de estar al tanto. Por unos meses, me nombró su maestro de ceremonias, por lo que me di cuenta de la seriedad y profundidad de su vida espiritual en las Misas; y algunas veces lo encontraba rezando en su cuarto. Nuestro Sr. Obispo Escalante amaba a los Misioneros de Guadalupe, nos amaba, respetaba y tenía confianza en cada uno de nosotros.”

El P. Esteban Martínez de la Serna recuerda: “Monseñor Escalante fue un hombre íntegro que tenía su propio modo de llegar a Dios Nuestro Señor con el gusto por la vida. Él estaba satisfecho con su propio ser, con su propio quehacer, con las metas adonde debía llegar sin ningún temor que le impidiera realizar las cosas que se proponía. Resumiendo todo, pienso que a él se le aplican las palabras ‘hilarem datorem Deus diligit’ que se traduce: ‘Dios ama al que da con alegría’… el camino de santidad que descubrí en él fue de un hombre que se dio plenamente a la obra que le encomendaron.

recUerdos de algUnos misioneros de gUadalUPe

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Otro aspecto de Monseñor fue el ser una persona amable y enérgica al mismo tiempo: un ejecutivo de altos vuelos. Gracias a su tenacidad, llevaba las cosas hasta sus últimas consecuencias. Gracias a esas cualidades suyas, somos ahora lo que somos.”

El P. Alejandro Ríos Zalapa recuerda: “Monseñor Escalante fue generoso, desprendido de sí mismo, reflejando el lema de su escudo ‘Maior Caritas’. En una ocasión, estando el Padre Juan Gutiérrez platicando con Monseñor en su cuarto, le dijo: ‘Se me acabaron los zapatos’, ¿es posible que me ayude a comprar unos?’. Monseñor estaba sentado y se quitó un zapato: ‘¡Pruébatelo! ¿Te queda bien?’. El Padre contestó: ‘Sí, Monseñor’. Entonces Monseñor se quitó el otro zapato y le dijo: ‘Llévatelos, son tuyos’. Eran zapatos nuevos, recientemente estrenados.

Monseñor recibía regalos con frecuencia, pero no olvidaba, a su vez, regalarlos a los Padres o seminaristas. Dos veces me ofreció un reloj. No lo acepté porque el mío trabajaba bien. Entregaba siempre, a favor del Seminario, sus honorarios o limosnas que recibía en sus ministerios de obispo. Era muy asiduo y devoto en la celebración de la Santa Misa y en el rezo del breviario. Siempre lo vimos al día en la información de los acontecimientos, ya del Seminario, ya de la Sociedad entera, pues al visitarlo en su cuarto, lo veíamos leyendo libros, revistas o correspondencia que seleccionaba inmediatamente. Tenía en su librero, libros de espiritualidad, marcados ya en las páginas que él había recorrido, sin faltar tampoco algún librito de los mejores chistes irlandeses. El P. Alfredo Vizoso, misionero del Espíritu Santo que fue promotor de la causa de beatificación de Monseñor Luis María Martínez, preguntó alguna vez: ‘¿Qué han hecho ustedes por la beatificación de Monseñor Escalante?. En mi opinión, él era el hombre más capaz que tenía la Iglesia de su tiempo’.

Era muy atento en mantener contacto con los obispos mediante cartas. Les informaba el avance del Seminario, sus programas, sus actividades. También llamaba a los obispos por teléfono con frecuencia. No sólo hacía esto con los Obispos de México, sino también con los de las misiones. Recuerdo que en 1961 visitó la Misión de Japón. Había en México 55 obispos. Monseñor previamente les envió una carta personal a cada uno, avisándoles de su visita y, después de ello, les informó de la situación que prevalecía en nuestra Misión.”

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El P. Rodolfo Navarro Guerra recuerda: “Monseñor Escalante fue un misionero que se adaptó a un país, ya nuevo completamente para él, pues, aunque nació en Yucatán, él vivió allá solamente hasta los 9 años de edad y, al venir a México para la fundación de los Misioneros de Guadalupe, tuvo que inculturarse en la lengua, historia, costumbres, hábitos eclesiásticos, etc. En este momento cumplió con el encargo que le hicieron los Obispos de México. Su genio y su celo misionero, en China, en América Latina y en el mundo entero le permitieron realizar y cumplir el encargo.

Nos dejó la Quinta ‘Los Álamos’ para los primeros años del Instituto. Nos dejó el Seminario Mayor en la avenida Insurgentes Sur, en Tlalpan. Nos dejó el Seminario Menor en López Cotilla, cerca de Guadalajara. Nos dejó una casa noviciado, también en la Quinta ‘Los Álamos’.

El Seminario de Misiones, desde el principio, fue de derecho pontificio y en breve tiempo, Monseñor Escalante consiguió que Roma aprobara las constituciones de los Misioneros de Guadalupe. No nos dejó ‘colgados de la brocha’; nos dijo quiénes éramos y cuál era nuestro trabajo, pues interpretaba fielmente el sentir de los obispos fundadores.

En nuestra Iglesia mexicana de los 40’s, Monseñor Escalante estableció el apoyo logístico de una obra que tenía que durar y ser eficiente, a saber, organizó una oficina capaz de sostener el proyecto de los Misioneros de Guadalupe en sus grandes cometidos: formación, envío y sostenimiento de los futuros misioneros, así como medios de animación misionera para todo el país.

Monseñor Escalante fue el hombre previsor, pues protegió con gran visión el patrimonio que el Instituto iba adquiriendo. En su tiempo, la Iglesia y sus asociaciones religiosas no tenían personalidad jurídica, pero Monseñor encontró los medios legales para que el Instituto viviera y creciera. En la Iglesia mexicana de su tiempo, él iba en la proa del barco, contra el viento.”

El P. Francisco Arriaga Méndez recuerda: “Mi trato con él fue siempre muy cordial y sincero. Siempre me hizo crecer, y lo manifestó con hechos reales y concretos: nombramientos, cargos especiales que me confió. Me tuvo confianza y esto


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mismo afianzó nuestras buenas relaciones. Me ordenó él mismo en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, el 6 de enero de 1955.

Al regresar de mis vacaciones, al final de 1954, terminados mis estudios teológicos, y listo para empezar el noviciado, me avisó que estaba nombrado Ecónomo, supliendo al P. Carroll que se retiraba ya y, durante un mes, me dio todas las Órdenes Sagradas. Me tocó hacer el cambio de la Quinta ‘Los Álamos’ al actual Seminario en Insurgentes Sur 4135 de Tlalpan, juntamente con el P. Esteban Martínez, que era el Rector.

Al agravarse el problema del P. Ramírez en ‘El Cuatro’, me pidió que fuera a reemplazarlo, desde el mes de septiembre de 1957, hasta finales de 1961. Luego me pasó al Seminario Mayor de México como Prefecto y, en 1963, Ayudante en el Año de Probación con el P. Ríos; al final del año (no terminé ese cargo), salí para Corea el 23 de octubre de 1963, para llegar a este país el 9 de marzo de 1964.

He permanecido en la Misión de Corea durante 30 años y acá lo vi durante las 3 visitas que nos hizo en 1964, 1965 y 1966.”

El P. Jesús M. Alba Jaime recuerda: “Monseñor Escalante me ordenó Sacerdote el día 11 de septiembre de 1955 en la antigua Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. La primera asignación que recibí de él fue la de atender a los seminaristas nuestros (del Menor) que estudiaban en Temascalcingo, Estado de México, a principios de 1956. Fui a suplir al P. Joaquín Sarmina Andrade.

En 1957 me nombró, por dos años, Ecónomo interino del Seminario Mayor y Profesor de Latín y Español para los alumnos del Seminario Menor que empezaba en ese tiempo, en una sección de lo que es ahora el Seminario Mayor.

A fines de 1958 fui nombrado para suplir al P. Juan Gutiérrez en la atención de las oficinas de Misioneros de Guadalupe en la ciudad de Guadalajara, puesto que desempeñé hasta mediados de 1963. Recibí nombramiento para ir a la Misión de Corea en 1963. En camino hacia allá, estuve estudiando inglés en la ciudad de San Francisco, California. Llegué a Corea el 5 de enero de 1964. Cuando yo estuve allá, Monseñor Escalante nos visitó dos veces.

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Monseñor Escalante compartía igualmente con los pobres y con los ricos. El día de mi Ordenación Sacerdotal saludó a mis papás y se acercó a todos mis familiares cuando regresamos a la Quinta ‘Los Álamos’. Aceptó algún bocadillo que se le ofreció y accedió a que le tomáramos una foto conmigo y todo el grupo familiar.

Pánfilo Ferrer Muédano, a quien apodábamos ‘Rafles’ era un buen trabajador que se ocupaba de muchos quehaceres, pero ante Monseñor Escalante se sentía cohibido. Un día, Monseñor quiso romper el hielo en el trato con él, y le jugó una pequeña broma al salir del Seminario hacia la oficina: se acercó por detrás y golpeó las corvas de Rafles con su portafolio y este hombre, pensando que quien lo golpeaba era un seminarista, soltó una palabrota. Monseñor se atacó de risa. De ahí en adelante, Rafles pudo acercarse a él con toda confianza.

De su energía al tomar decisiones, recuerdo que el P. José Álvarez Herrera había sido enviado a Corea, pero pronto presentó síntomas de una enfermedad sicológica, pues en ocasiones se reportaba como muy grave, al grado de no poder caminar y, al ser transportado a un hospital y ser examinado por los médicos, el diagnóstico era de no tener enfermedad física. El P. José había pasado un año y ocho meses en Corea cuando Monseñor Escalante llegó de visita y se informó con cada uno de los misioneros, acerca de la salud del P. Álvarez. Finalmente habló con la religiosa directora del hospital de Mokpo a quien le preguntó: ‘¿Qué piensa usted del P. José Álvarez que estuvo hospitalizado aquí?. ¿Es necesario que me lo lleve a México o se puede quedar aquí?. ’La religiosa contestó: ‘Este misionero nunca debió venir a la Misión’. Entonces Monseñor fue a Yosu, donde estaba el P. Álvarez y le dijo: ‘Te regresas a México’. El P. Álvarez se mostró renuente. Le preguntó: ‘Y si no regreso?.’ Monseñor afirmó: ‘Tendrás que salir del Instituto. El Arzobispo Henry de esta arquidiócesis está de acuerdo en que debes regresar a México’. Al día siguiente, Monseñor envió el jeep y el chofer para recoger al Padre y todas sus cosas y el recado terminante: ‘Regresas conmigo a México’. Así sucedió, el P. Álvarez regresó con Monseñor Escalante. Desde entonces, el P. José Álvarez no pudo ser enviado a las Misiones y trabajó en lo que era su especialidad, es decir, promover vocaciones.”

El P. Emerenciano Rodríguez Jobrail recuerda: “En cuanto a la espiritualidad de Monseñor Escalante, al principio, yo me sentía escandalizado porque venía de Guadalajara, todavía seminarista, en donde teníamos otro estilo


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de espiritualidad. Monseñor Escalante también en eso rompió moldes. Él hacía su meditación, rezaba su breviario y celebraba la Santa Misa devotamente, pero lo más notable en él fue su actividad sin perder la unión con Dios y llevando a cabo la misión que se le había confiado. En Monseñor, la espiritualidad tenía un molde distinto al que yo estaba acostumbrado. En él brillaba la sencillez, la naturalidad y el buen humor. Era un hombre de fe. De su generosidad puedo decir que, en una ocasión me dijo: ‘Voy a Estados Unidos ¿qué quieres que te traiga?’. Se me ocurrió decirle que me trajera unos anteojos oscuros para manejar en días de sol brillante y me contestó: ‘¿Lentes para el sol?’… ‘Dime que te traiga otra cosa, los lentes te los compro aquí en el aeropuerto’. Otro día me dijo: ‘Toma, te regalo mi breviario’. Era un breviario en latín, rojo, encuadernado en piel, con cantos dorados.

Con los fondos del Instituto, Monseñor era muy cuidadoso. Procuraba que fuésemos ahorrativos. También se distinguió por su hospitalidad, pues atendía muy bien a las amistades que lo visitaban. Nos hacía ver al visitante, como la imagen de Cristo huésped. Más aún, quiso formarnos en ser atentos con nuestros anfitriones dondequiera que estuviésemos, muy especialmente avisando a quien correspondiera si salíamos de la casa, a qué hora volveríamos y si tomaríamos o no los alimentos en la casa. En caso de hacerlo, nos pedía que fuésemos puntuales para acudir según el horario de la casa.

Otra preocupación de Monseñor era de que los seminaristas y los Padres nos alimentáramos bien. Viniendo de los Seminarios diocesanos, notábamos la esplendidez y abundancia que Monseñor disponía para cuidar nuestra salud.

Monseñor se adelantó a su tiempo para cambiar la imagen de los Seminarios que aún no salían de los tiempos austeros de la persecución religiosa, pues permanecían en edificios viejos y cerrados. Él fue pionero en la compra de la Quinta ‘Los Álamos’, primera casa del Seminario de Misiones, y en la planificación y construcción del nuevo Seminario sobre la avenida Insurgentes. Los dos lugares llenos de luz, en su espacio abierto, llenos de sol y abundantes en áreas verdes.”

El P. Fidencio Contreras Galicia recuerda que, siendo él seminarista del Seminario Diocesano de San Luis Potosí, Monseñor Escalante visitó dicho Seminario y dio una breve plática a todos los seminaristas

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del Seminario Mayor. A Fidencio le impresionó fuertemente lo que Monseñor dijo y resolvió entonces ser misionero. Su admisión al SeminariodeMisionesfuefirmadaporsupuñoyletracontintaverde.

Según la costumbre, el alumno teólogo, de mayor edad, era el encargado delaseodelcuartodelObispo.AFidencioletocóesteoficiode1957a1960. Cuando el Obispo salía de viaje, arreglaba sus maletas.

El P. Fidencio narra: “Al terminar el 4° año de Teología, ya diácono, le expuse mi deseo de continuar como diácono, cuando menos un año más, porque quería estudiar un poco en particular. Él, muy amable, pero con toda seriedad me comentó: ‘Ciertamente no te puedo obligar a que te ordenes, pero como ya eres diácono, no depende sólo de mí autorizar ese tiempo especial que pides; sería el Padre Rector y el Equipo Formador el que te indicaría cómo pasar ese tiempo de estudio; además, tal vez se te pida que ayudes en algún trabajo, y no tendrías todo el tiempo disponible para el estudio. En fin, piénsalo bien y recuerda que ya tienes casi todas las obligaciones como M.G. Lo mejor sería que te ordenaras. Durante el campo-misión en Nautla, Ver., reflexioné mejor y decidí pedir la Ordenación.

Al terminar ese trabajo pastoral fui a saludarlo, y después de platicarle lo que había decidido, con mucha satisfacción, me dijo; ‘Ya te estaba esperando y qué bueno que quieras ordenarte, lo otro no tenía caso’.

Como mis tres compañeros: Pablo Bejarano, Hesiquio Rentería (q.e.p.d.) y Arcadio Arteaga (q.e.p.d.) se ordenarían el 28 de agosto de 1960, cierto día se fueron a los Ejercicios Espirituales para la Ordenación (en San Cayetano, casa noviciado de los Jesuitas); pero yo, como ya tenía el permiso expreso para no ordenarme en esa fecha, tranquilamente me quedé en casa. Poco después, el Señor Obispo regresó de su golf y, en la entrada principal del Seminario, me preguntó si todavía no era la hora de salir a San Cayetano, a lo que yo le contesté: ‘Sí, Excelencia, mis compañeros ya se fueron’. Inmediatamente me dijo: ‘Tú también debes ir’. Yo le respondí: ‘Como yo no voy a ordenarme junto con ellos, pensé que más bien debería seguir en clases’. Entonces, con toda su autoridad, me dijo: ‘Dile al Padre Rector que disponga quien te lleve en otro carro’.


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Poco antes de salir a la Misión de Corea, el año 1965, fui operado de la nariz, y recuerdo las amables, aunque rápidas visitas que me hacía, al pasar frente a mi cuarto, y sus palabras: ‘Alíviate pronto, para que ya puedas preparar tu salida a la Misión’ (en febrero anterior ya había sido nombrado para Corea).

Antes de salir a la Misión, me regaló una petaca de aluminio y una máquina de escribir que él había usado. Todavía conservo estos objetos con mucho cariño, aunque ya están fuera de uso.”

Recibí el Presbiterado el 6 de enero de 1961, por el ministerio del Sr. Obispo Escalante. Observé que cuando Monseñor veía a un seminarista con pantalón de color asomando debajo de la sotana, con buen humor, le decía: “Ya quítate la pijama”.

El P. Luis Sánchez Alba recuerda: “Yo entré al Seminario de Misiones el 31 de octubre de 1953 para estudiar el 1° de Filosofía. Mi padre me llevó a la Quinta ‘Los Álamos’ adonde llegamos a la hora de la cena. A la mañana siguiente, al salir de la Misa que celebró Monseñor Escalante, lo saludé y le presenté a mi papá. En ese momento, mi papá le muestra un billete y le dice: ‘Monseñor, aquí tiene una ayudita para este muchacho’. Monseñor no lo aceptó y le preguntó: ‘¿Cuántos hijos tienes?’. –‘Pues en San Luis quedan siete todavía’. –‘Pues mira, esto les hace falta a ustedes allá, aquí Dios proveerá’…y así, Monseñor le regresó el billete.

El buen humor de Monseñor brotaba instantáneamente. En una ocasión, siendo seminaristas, bañamos a cubetazos a un compañero que tenía muchos días sin bañarse. Lo sorprendimos vestido y revestido, pues portaba la sotana. Al día siguiente entró Monseñor al salón de clases y, en lugar de mostrar enojo, nos miró a todos detenidamente y nos dijo: ‘He oído que un grupo de ustedes se ha confabulado y ha bañado a un compañero… me avisan cuándo será la Confirmación, para dársela.”

El P. Agustín Luna Corona dice: “De mi trato personal con Monseñor Escalante recuerdo que hice el aseo de su cuarto por dos años. Nunca me reclamó o hizo alguna advertencia respecto al aseo; siempre se mostró complacido y alguna vez me dijo, con mucha calma, cómo debía trapear el piso.

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Como acólito suyo, me admiró la serenidad y sencillez con que celebraba la Eucaristía y oraba. En la bendición del edificio del Seminario en 1959, durante el brindis con todos los Señores Obispos de México que celebraban su Reunión Anual ahí, les dijo que estaba muy contento con la bendición del nuevo edificio y que recordaran que ya el niño (el Seminario) iba creciendo, que ya tenía 10 años y tenía más necesidades, que no lo olvidaran. Al final del primer año que estuve en el Seminario de Misiones, salí de vacaciones y llevaba mis cosas en una caja; bajaba del Seminario y pasó su coche; me hizo subir, diciéndole a Don Armando, su chofer, que lo dejara en tal lugar y ordenándole que me llevara hasta la terminal de autobuses y luego volviera a recogerlo. En el camino me platicaba de los Padres y seminaristas que habían solicitado su entrada al Seminario y no habían llegado nunca.

Monseñor Escalante me ordenó en la Capilla del Seminario de Misiones, el 15 de agosto de 1963, a mí y a los Padres Jesús Sanabria y José Luis Ortega Franco.

De 1963 a 1965 me nombró Director Espiritual del Seminario Menor que estaba en la Quinta ‘Los Álamos’. En agosto de 1965 me nombró para la Misión de Corea.”

El P. Pablo Álvarez Cornejo narra estas anécdotas con el Escalante: “En una ocasión estaba en el conmutador del teléfono del Seminario y, como era la primera vez que recibía llamadas, apreté un botón y era la línea del Señor Obispo. Él estaba hablando en ese momento y, en cinco minutos, yo lo tenía enfrente. Me miró y me preguntó: ‘¿Por qué me cortaste una llamada?, yo estaba hablando’. Le contesté: ‘Dispense, es la primera vez que estoy aquí y no conozco esta máquina. Me contestó: ‘Sería bueno que pongan a otro que sepa’. Me apené y de nuevo le pedí perdón.

Antes de salir a Misiones fui a hacerme el riguroso examen médico y salí con mal de úlcera. Según el doctor, yo no podría ir a misiones. Triste, fui a ver al Señor Obispo y le platiqué lo que me había dicho el doctor. Y con aquel optimismo que le caracterizaba, me dijo: ‘Lo sé, lo sé, pero no te apures, en Corea hay muy buenos doctores y aunque no salgas con los Padres que van a Corea, pasarás un tiempo, el que sea necesario, en Colorado Springs, Estados Unidos, en el Hospital de San Francisco, atendiendo tu salud y estudiando inglés, allí tengo a un amigo, el Padre Wood, que es capellán del hospital’. Me animó mucho y salí a Corea después de un año que pasé estudiando el inglés y checando mi salud.


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En sus visitas a Corea siempre nos reunía y nos hablaba de sus proyectos, del Instituto, de las Misiones que había visitado, de cada uno de los misioneros. Nos animaba e insistía en el aprendizaje de la lengua, de las costumbres propias del país. Nos hablaba de sus experiencias que había tenido como misionero en China y en Bolivia. Nos gustaba oír a un hombre de experiencia misionera.

Le gustaba el deporte, el golf, y a veces nos invitaba aunque fuera a cargarle los palos.

Su muerte sorprendió a México y a Estados Unidos, entre sus conocidos y entre nuestros familiares. Contaba mi hermana que ella era devota del Escalante, pues cada vez que le pedía un favor a Dios en nombre del Escalante, Dios se lo concedía. El Escalante era su santo en vida.”

El P. Jesús Sanabria Enciso recuerda: “Hablar de algunos encuentros inolvidables con el Sr. Obispo Alonso Manuel Escalante, es hablar de ciertos momentos de diálogo y de convivencia que pude tener con él y que me ayudaron a descubrir la riqueza humana y espiritual de su persona como Obispo, como Superior, como Padre y como amigo. Estos varios encuentros se fueron sucediendo gradualmente durante los años de mi formación filosófica, teológica y durante mis primeros años de sacerdocio.

Cuando llegué al Seminario de Misiones, el 8 de noviembre de 1954, fue Monseñor Escalante quien me dio la bienvenida en la Quinta ‘Los Álamos’, junto con otros alumnos nuevos que llegaron el mismo día. Fue realmente impresionante saludar al Señor Obispo, quien, con su sencillez y su sonrisa, inspiraba confianza.

Al día siguiente de mi llegada, tuvimos un paseo al cerro del Ajusco. Cuando salíamos de la Quinta ‘Los Álamos’, para empezar nuestra caminata, nos salió al encuentro cuando se preparaba para ir a las oficinas de Balderas; nos saludó amablemente y, dirigiéndose a mí, me dijo: ‘Aquí queremos ver a los de Jalisco’.

Cuando yo era seminarista, un domingo me tocó acompañar al Señor Obispo a una de las colectas dominicales a favor de nuestro Seminario de Misiones. Recuerdo muy bien el entusiasmo con que él hablaba de las Misiones y de nuestro Seminario. Al final de cada misa, él se iba a la puerta principal de la iglesia a saludar a los fieles y a recibir algunos donativos especiales que la gente prefería entregar a él.

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Siempre que tenía la oportunidad, recordaba a la gente que el Seminario de Misiones había sido fundado por los obispos de México y que ellos tenían la obligación de sostenerlo, como los padres de familia tienen obligación de mantener al hijo que han traído al mundo.

Él me confirió la Ordenación Sacerdotal, el 15 de agosto de 1963, en la capilla de nuestro Seminario Mayor.

Estando yo trabajando en Guadalajara, como Director Espiritual, visitó la nueva construcción del Seminario Menor. Lo acompañé en su recorrido, y me dijo al final: ‘La construcción del Seminario va bien, pero no olvides que la construcción más importante es la formación de cada uno de los seminaristas’.”

El P. Juan Arturo González González recuerda: “Mi trato personal con Monseñor Escalante fue de una manera especial, cuando se me pidió que hiciera el aseo de su cuarto, siendo yo estudiante de Filosofía. Aunque él era seco y de pocas palabras, su sencillez era muy impresionante al encargar cosas, o dar indicaciones de arreglar sus maletas para salir de viaje; su sencillez en no tener cosas extras. Tenía algo de lo más actual, como pequeña grabadora, etc., pero me queda un recuerdo muy vivo de que, a pesar de ser obispo, vivía en sus dos cuartos con toda sencillez, y era muy práctico para viajar, pues no llevaba cosas innecesarias, o mejor dicho, sólo lo más indispensable en ropa, etc. Era firme en su espiritualidad, sin muchas prácticas piadosas, pero con un sentimiento de unión con Dios muy profundo que influye en mí, aún ahora.

En alguna ocasión me comentó, con gracia y sencillez, que viajó una vez en el mismo auto con mi tío, el P. Luis González López, SDB, que en ese tiempo era Provincial de los Salesianos, aunque creo que ellos no le llaman Provincial, sino Rector o Prefecto, pero coincide con lo que sería en otras congregaciones el Provincial. Mi tío lo hacía persignarse y recitar el Ave María cada vez que pasaban por enfrente de una iglesia, y me comentó: ‘Tu tío es muy fervoroso’; mi tío murió mucho después, hace unos 10 años, creo que fue muy santo también y, ante las dos personalidades sacerdotales que considero más cerca de mí, comprendí que, para ser santo, puede haber muchas diferentes formas y estilos: así como hay muchas flores, todas son flores y bellas, aunque muy distintas. Tuve el gran privilegio de hacer el aseo de su cuarto durante un año y medio hasta que, en 1961, me mandaron a estudiar a Suiza.


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También tengo el recuerdo de que, cuando no tenía chofer, yo era su chofer y me dispensó siempre mucha confianza. Él me ordenó sacerdote el domingo 15 de agosto de 1965, en la capilla del Seminario Mayor, junto con el P. Serafín, P. Claudio Arellano, P. Benjamín Bravo y el P. Héctor Díaz; hay una pequeña película de mi ordenación, creo que la tiene mi hermano Óscar; yo tengo un video doblado de esa película y hace 4 años llevé una copia del mismo al hermano del P. Díaz.

Me nombró Director de Vocaciones el mismo 15 de agosto de 1965. Confesor ordinario del Seminario Mayor el 12 de enero de 1966, siendo, al mismo tiempo, Director de Vocaciones. Director Espiritual del Seminario Menor en diciembre de 1966, cargo que yo desempeñaba cuando Dios lo llamó.”

El P. Maurilio Franco Pérez recuerda: “En una tarde del mes de junio de 1959, Monseñor Escalante estaba practicando golf, en una de las canchas de fútbol del Seminario Central. Yo cursaba el 5° año de Latín. Me acomedí a traerle las pelotas de golf cada vez que se agotaban las que tenía en un morralito. Durante unos 45 minutos que duró su entrenamiento, me platicó de sus viajes, preocupaciones y planes. Me dijo que pronto iría a Estados Unidos a hacer colectas para el Seminario. A mí me sorprendió mucho que con tanta confianza me contara tantas cosas a mí, que era apenas un latinista; además me sorprendió el que, con extraordinaria sencillez, me contara algunos de sus temores. Otra anécdota que recuerdo es que, ya siendo yo sacerdote, en el año de 1967, desde febrero hasta mayo, cada mes me hablara por teléfono a San Francisco, CA., en donde yo estaba estudiando inglés. El Señor Escalante tenía un amigo en Oakland a quien le hablaba por radio desde México y este amigo, por teléfono, me comunicaba con Monseñor Escalante. Él se preocupaba personalmente por cada uno de ‘sus Padres’ que estaban estudiando en San Francisco. Los otros Padres me decían que también ellos recibían cada mes una llamada de él. Me ordenó sacerdote el 10 de julio de 1966.

Desde hace varios años, yo he tomado como intercesor ante Dios, a Monseñor Escalante. Yo creo que un hombre tan dedicado a llevar a cabo los planes de Dios está muy cerca de Él y es escuchado.”

El P. Francisco Sanabria Enciso recuerda: “Él me dió la tonsura, órdenes menores, subdiaconado y diaconado; ya no alcanzó a darnos la Ordenación

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Sacerdotal; cuando él murió, nosotros éramos diáconos, en 1967. Fechas no recuerdo, sólo del diaconado que fue en marzo de 1967.

Mi trato personal con él, aunque fue siempre como seminarista, siempre lo sentí como un padre, más que Superior y Formador, siempre que nos encontrábamos, me saludaba y me preguntaba cómo me sentía. Lo primero que me preguntaba era si estaba bien de salud y si me sentía contento en el Seminario.

Dos anécdotas: 1. Él fue a Chapala a visitar a mi familia. Mi papá le dijo que se quedara un buen rato, Monseñor le contestó: ‘No, porque ando de carrera’. Mi papá le contestó: ‘Yo creía que los de carrera se daban en el Hipódromo’. Monseñor le contestó: ‘Ahora entiendo por qué sus hijos usan los retruécanos’. 2. Lo que más me admiró de la persona de Monseñor Escalante fue su sentido del humor y su sentido de humanidad. En cierta ocasión entré a la cocina de los Padres, ahora tizanería, me encontró comiendo un pedazo de pastel; al verme, en lugar de regañarme, me pidió que me comiera todo el pastel para que ya no tuviera hambre y luego me mandó al comedor con la Madre Sor Auxilio a que me dieran más de comer. Así podría contar muchas cosas de él en su actitud humanista. Siempre decía ‘Hay que alimentarse bien para ser mejor, estudiar y trabajar bien’.”

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14LOS SACERDOTES Y

SEMINARISTAS QUE ENVIÓ A ESTUDIAR EN EUROPA

Con la visión del futuro del Instituto, y el deseo de tener excelentes maestros, Monseñor Escalante envió a algunos de los primeros sacerdotes Misioneros de Guadalupe a diferentes lugares de Europa para que obtuvieran un grado académico.

Sacerdotes

El P. Alejandro Ríos Zalapa narra: “El 16 de agosto de 1953 tuvo la bondad de nombrar al P. Rodolfo Navarro Guerra y a un servidor para estudiar en Roma durante 2 años. ¡Cuánto me hubiera gustado estudiar Sagrada Escritura! El Padre Rodolfo, mi buen amigo y compañero en Zamora, se inscribió en Filosofía en la Universidad Gregoriana, mientras que yo tuve que conformarme con estudiar Derecho Canónico en el Colegio Laterano, por ser materia y universidad sugerida, aunque no impuesta. Fuimos huéspedes en la Casa-Procura de los Padres franceses Sulpicianos. Monseñor nos visitaba anualmente con ocasión de sus reuniones en Propaganda Fide, ahora llamada Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Derrochaba su amistad, su confianza con nosotros y su satisfacción cuando éramos presentados como presbíteros de Monseñor Escalante.

Era escrupulosamente puntual en sus remesas, como también lo era exigiendo los informes. Trabajábamos mucho, pero con agrado, por su apoyo; exigía, pero te daba tu lugar; te demostraba confianza, compartiendo preocupaciones o asuntos. Recordando

los sacerdotes y seminaristas qUe enVió a estUdiar en eUroPa

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un refrán inglés, decía: ‘Si quieres que alguien te haga alguna cosa, pídesela a una persona ocupada.’ Él pedía que se le preparara un fervorín para Misa de primera comunión o la homilía abreviada para una boda; o una traducción del latín al español o del español al latín.

No faltan observadores que le reconozcan el mérito de haber encauzado el movimiento misionero del país de los años 50 a los años 60.”

El P. Emerenciano Rodríguez Jobrail se ordenó en 1955 y, el mismo año, fue enviado a Roma, para estudiar Sagrada Escritura junto con el P. Luis Raúl Peña Pérez para estudiar Teología. Platica el Padre Emerenciano: ”Recuerdo que Monseñor Escalante nos visitó en 1956 y nos llevó a un restorán muy elegante, pues nos dijo: ‘Quiero que se desenvuelvan, que se les quite lo ranchero’. También nos presentó con los Padres de Maryknoll que vivían por la Via Sardegna.

Ya habían estado antes los Padres Ríos y Navarro Guerra en la Procura de San Sulpicio. En 1957 yo quedé solo en Roma y recuerdo que los Padres del Espíritu Santo me llevaron a recibirlo en el aeropuerto, porque yo no tenía carro. Durante su visita, Monseñor me preguntó: ‘¿Te dan de comer bien en la Procura?. Yo pago a los Padres Sulpicianos para que ustedes coman bien’. Yo contesté: ‘Monseñor, abunda el vino, y a mí me gusta’. Él añadió: ‘Tienes baño para bañarte?’. Yo contesté: ‘Eso es el problema, porque aquí nadie se baña; cada ocho días tienen que pagar 25 liras para calentar el agua con qué bañarse’. En el invierno, ningún europeo se bañaba. Los mexicanos sí, pero teníamos que subir y bajar las escaleras cuatro veces para traer el agua fría con qué bañarnos. Monseñor estaba muy interesado en la limpieza, pues nos decía: ‘Los franceses no se bañan… por eso inventaron los perfumes’.

Luego le pedí permiso de comprar una Vespa, (motocicleta italiana) y le dije: ‘Monseñor, la necesito para ir por aquí, por allí, por allá, por acá’. Me contestó: ‘Ya ví a los Padres del Espíritu Santo y me dicen que no te la compre porque hay muchos accidentes’. Repliqué: ‘¡Esos accidentes no se ven!’ y él contestó: ‘¡Pues me dijeron que no se ven, porque inmediatamente después de los accidentes recogen los heridos y barren muy bien el lugar!’. No me compró la Vespa. Cuando el P. Esteban Martínez llegó a la Procura, yo me fui al Colegio El Ánima de los Padres alemanes. En aquella

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ocasión, Monseñor me ordenó ir a Tierra Santa por tres meses. Me parecía eso muy caro, pero él insistió: ‘Así terminas tus estudios y creo que vale la pena’. Durante esas visitas de Monseñor a Roma, tuve oportunidad de conocer esa faceta de su carácter que mostraba mucha familiaridad fuera del ambiente del Seminario, es decir, nos trataba como compañeros, no guardaba ninguna jerarquía.”

El P. Esteban Martínez de la Serna dice: ”Él siempre nos mostró rasgos delicados y finos: En 1956 quiso que yo fuera a San Luis, MO., a Nueva York y a Maryknoll, para conocer cómo trabajaban los Padres en Estados Unidos. Al salir me dio toda clase de recomendaciones, pero lo que más me llamó la atención fue que él, personalmente, me llevó al aeropuerto, a pesar de que era casi la media noche cuando salía el avión. Hacía sentir su paternal apoyo porque nos consideraba como sus hijos. Me envió a conseguir la licenciatura de Teología Dogmática, en 1957, en el Colegio Angélico de Roma.

En esa ocasión me vistió al estilo americano: todo de negro, con cuello clerical y, como era verano, me mandó comprar un sombrero blanco que me duró la víspera y el día porque, llegando a París, con la primera lluvia otoñal se deshizo y tuve que adoptar la moda francesa, con el uso de la boina vasca. Monseñor me prestó su abrigo que usé pocas veces en la Ciudad Eterna.

En noviembre de 1959 me dio el nombramiento para trabajar en el Seminario Mayor de Leopoldville, entonces capital del Congo Belga; ya había empezado a hacer los preparativos pero, en esto, el 1° de enero de 1960 se desató una sangrienta revolución en aquel país y desbarató los planes de ir al África.

Entonces Monseñor acuñó la frase: ‘No quiero mártires, sino confesores; prepara tus papeles porque te vas a Japón.” En otras ocasiones expresó la misma idea, diciendo: “No quiero mártires mojados, sino mártires secos”, significandoconello que el martirio cruento depende de circunstancias imprevisibles y, encambio,elcumplimientodelasobligacionesdiariaseselsacrificiovoluntario y constante de servir a Dios Nuestro Señor. Monseñor prefería a sus misioneros vivos, no muertos.

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El P. Jesús Sanabria Enciso narra: ”Dos años después de mi Ordenación Sacerdotal, me pidió el Señor Obispo que fuera a Roma a tomar un curso especial de Espiritualidad. Llegué a Roma, a principios de octubre de 1965. El Señor Obispo se encontraba participando activamente en las sesiones del Concilio Vaticano II.

Conviví con el Sr. Obispo Escalante, y con otros obispos de Maryknoll, en la casa Procura de ellos (en Vía Sardegna 83), mientras los Padres Sulpicianos abrían la propia procura, donde el mismo Monseñor Escalante me había conseguido hospedaje para el tiempo que durara el curso que iba a tomar.

Monseñor Escalante aprovechaba sábados y domingos, que eran días de descanso para los Padres Conciliares, para visitar algunos lugares fuera de la ciudad de Roma, o para participar en algunos eventos especiales que el Vaticano organizaba para los Padres Conciliares, v.gr.: conciertos de música clásica en la ‘Sala Sancta Caecilia’.

En varias ocasiones el Señor Obispo me invitó a salir con él, y a participar en algunos de estos conciertos de música. En dos ocasiones me consiguió también boleto para entrar a las sesiones generales del Concilio. El 8 de diciembre de 1965 me tocó asistir a la clausura del Concilio en la Plaza de San Pedro, junto con el P. Emerenciano Rodríguez, que había llegado a Roma, en su viaje a Kenia, África oriental, para aprovechar la ocasión y para despedirse de Monseñor Escalante.

La convivencia con Monseñor Escalante durante los dos últimos meses del Concilio Vaticano II me dió la oportunidad de conocerlo como padre y amigo. Algunos obispos lo buscaban para que les contara algún chiste, o alguna anécdota interesante. Su alegría y su apertura hacia los demás le ayudaron a tener buenos amigos entre los Padres Conciliares. Cuando me sentí mal de la vesícula consulté a un doctor que me recomendaron; el doctor descubrió que tenía cálculos en la vesícula y que necesitaba operación. Hablé por teléfono con el Señor Obispo y me dijo que, si era necesaria la operación, que me operaran.

Me operaron en la Clínica Internazionale, uno de los mejores hospitales de Roma. La operación ordinaria fue por la mañana, pero por la tarde tuvieron que llevarme de nuevo a la sala de operaciones, porque se había originado una hemorragia interna. Debido a esta complicación, mi estancia en el hospital fue más prolongada.


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Cuando Monseñor Escalante fue informado de mi operación y de la complicación que hubo, me escribió una carta muy amable para animarme y para acompañarme en mi recuperación. No faltaron en su carta las palabras oportunas que reflejaban el buen humor del Señor Obispo. Entre otras cosas, me decía: ‘Supe que estuviste delicado de salud, pero por ahora prefiero un misionero en la tierra y no un angelito en el cielo’.

Posteriormente, entre abril y mayo de 1966, Monseñor regresó a Roma, para la reunión mundial de Directores Nacionales de la Propagación de la Fe. Aprovechando la confianza que le tenía, y la comprensión que siempre encontré en él, le pedí permiso para visitar Tierra Santa, cuando terminara mi curso de Espiritualidad. Sin ninguna objeción, me concedió el permiso.

Al regresar de Roma y de mi visita a Tierra Santa, Monseñor me nombró Director del Año de Probación o Noviciado, como llamábamos entonces al Curso de Espiritualidad y Pastoral, para el curso académico de 1966-1967. Nombró también al P. José Isabel Sánchez, como mi ayudante, pues el grupo de alumnos para dicho curso era numeroso. El lugar del Noviciado fue nuestra Quinta ‘Los Álamos’. Platicando con Monseñor Escalante sobre los objetivos del Noviciado, logramos sintetizar dichos objetivos en uno general: ‘Lograr que los alumnos adquieran un gran amor a Cristo, a la Iglesia y al Instituto’. Durante el curso, Monseñor Escalante nos visitó varias veces.”

Los Padres Juan Corona López y Antonio Varela de la Torre, ordenados el 10 de julio de 1966, fueron enviados a estudiar: el primero, Liturgia en el Colegio Anselmiano, en Roma; y el segundo, un año Pedagogía, en el Colegio Salesiano, y otro año Moral en el colegio de los Padres Redentoristas. Monseñor Escalante los visitó mientras estaban estudiando”. Dice el P. Corona: “En 1967 nos visitó cuando iba rumbo a Kenia. Nos citó en la casa de los Padres de Maryknoll en la Vía Sardegna, nos invitó a su cuarto en donde tuvimos una plática muy amena, acompañada por un whisky que amablemente nos ofreció, para informarle sobre el primer año de estudios que ya casi estábamos terminando.

Nos preguntó qué pensábamos hacer durante las vacaciones y le comentamos que teníamos planes de hacer una gira por algunos países de Europa junto con Onésimo Cepeda, (que en ese entonces estaba cursando la Teología en Friburgo), en un carrito

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Fiat que Onésimo tenía. Monseñor nos dijo que estaba de acuerdo pero que eran demasiados meses de vacaciones y no quería que los pasáramos de turistas por lo que nos ordenó que para aprovechar mejor el tiempo, fuéramos a tomar un curso de alemán en SprachInstitut de Walchensee, al sur de Alemania. En este detalle se puede ver la importancia que Monseñor le daba al aprendizaje de los idiomas, instrumento de primera necesidad para un misionero. Terminada la plática, nos invitó a comer en un restaurante cercano a la casa, para disfrutar de una sabrosa comida en su compañía”.

Seminaristas

Era el año de 1963 cuando simultáneamente estaban estudiando en Europa ocho seminaristas del Seminario de Misiones. Monseñor Escalante había enviado a Friburgo, Suiza, a José Serafín Anaya, a Héctor Díaz Fernández, a Juan Arturo González González, y a Eduardo Llanos San Millán; a Innsbruck, Austria, a Claudio Arellano Contreras y a Benjamín Bravo Pérez; y a Bamberg, Alemania, a León Martínez Pérez y a José Sandoval Íñiguez.

El P. José Sandoval Íñiguez, que trabaja en Corea del Sur, recuerda sus experiencias de las ocasiones en que Monseñor Escalante visitaba a los estudiantes que él había enviado a Europa y narra lo siguiente: “Tuve la dicha de conocer un poco más a Monseñor Escalante, cada vez que nos visitaba cuando, siendo seminaristas, estábamos estudiando en Europa. Él llegaba como un verdadero Padre; admirábamos la manera tan familiar con que nos trataba.

Un día, nos entregaron una carta de Monseñor Escalante donde nos decía: ‘Me esperan en el aeropuerto de… tal ciudad. Le dicen a su rector que les dé permiso, que va a venir su obispo, que no diga que no; ustedes dejan sus clases porque van a esperarme’ y llegábamos al tal aeropuerto para esperarlo. Cuando bajaba del avión, nos saludaba y nos daba la sorpresa porque en cualquier lugar también lo esperaba un automóvil último modelo, con chofer, que le enviaba algún amigo. Él tenía amistades en todas partes. Así nos llevaba a pasear. Cuando era invierno, él llevaba su abrigo grande y nosotros caminábamos por delante y detrás de él, por lo que nos decía: ‘Ustedes son mis guardaespaldas’; entonces lo invitábamos a ver museos y en poco tiempo se enfadaba y decía: ‘No, no; yo no quiero ver cosas viejas, yo quiero ver cosas


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nuevas’. Le gustaba ver los aparadores, ver el último modelo de cámaras fotográficas, el último modelo de grabadoras. Le interesaba ver aparatos y cosas nuevas. Dondequiera que encontraba a un rector, a un padre o a un obispo, saludaba con apertura, con naturalidad, como si fueran amigos de toda la vida.

Estando en una sesión del Concilio Vaticano II, fue a Alemania y me impresionó verlo llegar cargando una máquina de escribir pesada que llevaba para que León Martínez y yo la usáramos. ¡Vaya delicadeza! En una ocasión tomamos el elevador y nos quitó unas basuritas de las solapas. Quería vernos limpios.

Una vez llegamos a Bamberg y, platicando con el Padre Espiritual, Monseñor oyó que era Jesuita y empezó a decir chistes acerca de los Jesuitas; aquel Padre sólo reía, pero a Monseñor le gustaba que le contestaran con chistes acerca de obispos y me decía: ‘¡Tradúcele! Repítele el chiste’ y, a pesar de la traducción, el Padre no contestaba y Monseñor dijo: ‘Éste no reacciona, le falta un cuete (sic)30 atrás para que reaccione’.

Cuando fuimos a un convento de religiosas en Brixen, Bressanone, en Alemania, nos dijo: ‘Les diré un chiste para monjitas, aunque no sé si ya lo sepan. Era una monjita que tenía 90 años y, en su comunidad, después del Concilio Vaticano II, tuvieron que cambiarse el hábito antiguo por uno moderno, pero esta monjita no quería el hábito nuevo; sus compañeras le rogaban que se lo pusiera y no quería. La Superiora la llamó y le dijo: ‘Por obediencia, le ordeno que se ponga este hábito nuevo’; la monjita se subió a su cuarto a llorar todo el día y exclamaba: ‘Éste es el día más triste de mi vida, yo no sé por qué le dije a Pepe que no’. Monseñor tenía un chiste para cada ocasión o circunstancia y para cada persona.

Y nos decía: ‘A ver, a ver, cuéntenme chistes’. Le contábamos chistes y los calificaba: ‘¡Mmh, del kinder, de primaria, ya vas llegando a secundaria’. En fin, a él le gustaba que los chistes tuvieran sabor.

Cuando Monseñor veía que los ocho seminaristas teníamos diferentes gustos, a cuatro nos calificó como ‘Los Beatles’, y a los otros cuatro, ‘Los Hippies’. Le gustaba vernos jugar peleando.

30 Mejicanismo por cohete.

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Estando una noche en Brixen, nos confirió los Ministerios, que entonces se llamaban Órdenes Menores (Ostiario, Lector, Exorcista y Acólito). Esa misma noche, estando él ya dormido, hubo una gran tormenta y cayó un rayo en el pajar de una casa contigua. Se estaba quemando la casa y nosotros salimos corriendo a ayudar a la gente, a sacar a las familias; las señoras lloraban viendo la casa en llamas. A la mañana siguiente le contamos a Monseñor lo sucedido y él nos dijo que no sintió nada, ni rayos, ni llantos, ni gritos de la gente y comentó: ‘Vean la buena conciencia, pero supongo que alguno de ustedes, que recibió las Órdenes Menores ayer, quiso exorcizar la tormenta y le salió peor, porque cayó un rayo en el pajar. ¿No es así?’ y reía ampliamente.”

El P. Héctor Díaz Fernández recuerda sus tiempos en el Seminario y platica: “Yo estaba haciendo el aseo del corredor frente a la biblioteca de los Padres; otro seminarista hacía el aseo de la escalera que baja a la capilla; subió Monseñor por la escalera, vió cómo el seminarista hacía el aseo y le dijo: ‘Así no, mire, así se hace’ y, tomando el trapeador, comenzó a hacer el aseo, ante el asombro de los que lo veíamos. ‘Debemos cuidar el Seminario’, le dijo, le regresó el trapeador y se dirigió a su cuarto.

En otra ocasión, la religiosa encargada de la cocina dejó de darnos carne los martes y sábados, como les mandaba su regla. Se enteró Monseñor y dijo a la Madre: ‘Ustedes hacen los votos y nosotros los cumplimos, déles carne a los muchachos’. Edificio, comida, deporte, todo tenía el fin de preparar misioneros sanos, bien educados en todos los aspectos de la vida y capaces de valerse por sí mismos.

Cuando un grupo de seminaristas estudiábamos en Europa, llegó una carta de Monseñor al Salesianum de Friburgo, dentro venía la tarjeta de un restorán en Ginebra y la letra de Monseñor decía: ‘Aquí tal día, a tal hora. A. Escalante’. Fuimos allá. Después de una buena comida nos llevó al cine, él se sentó y quedó dormido; el cambio de horario le afectaba.

En otro de sus viajes avisó por carta, que rentáramos una Combi VW para ir a Italia, adonde nos llevó a los tres que estudiábamos en Friburgo y a los dos que estudiaban en Innsbruck (ya se dijo antes quiénes eran). Llegó y nos dijo: ‘Ya se educaron mucho en Suiza, ahora vamos a Italia para que se civilicen’. Paramos en el norte de Italia, en la noche. Llevaba el número del teléfono de la Casa Sacerdotal, llamó y


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dijo en medio italiano: ‘Sorella, sonno un Vescovo del Messico, posso hospedarme?’ Entendimos que la Madre le dijo: ‘Excelentia, venga pronto’. –‘¿No es molestia para ustedes?’ –‘No, venga’. –‘Ma, tengo un problema, vienen cinque seminariste conmigo, los puede hospedar?’ –‘Sí, sí, venga con lui’. Monseñor reía de buena gana. La religiosa nos hospedó a todos.”

El Padre Hesiquio Rentería Meza fue enviado a estudiar Sagrada Escritura en Roma, en el año de 1960. Ya sacerdote, falleció en Corea el año 1992. De su estancia en Europa se cuenta que, estando de vacaciones en Alemania, cerca de Köningsel y durante la visita de Monseñor, iban en un barco lleno de turistas; Rentería, confundió la pronunciación, en alemán, de la palabra “chswan” con “chswein”, en lugar de resultar la frase: “Ahí va un cisne volando”, todos oyeron: “Ahí va un cerdo volando”. Las risas siguieron en coro, de Monseñor y de todos los turistas.

Juntamente con él, Pablo Bejarano Martínez, según acta del Consejo General del 5 de septiembre de 1959, también fue enviado a estudiar en Roma desde octubre de 1960. El Sr. Obispo Escalante los visitó en junio de 1962. Después de terminar su bachillerato de Derecho Canónico en el Laterano, el P. Bejarano pasó al Instituto Lumen Vitae de Bruselas en 1962, ese mismo año, para estudiar Pastoral y Catequesis.

El seminarista Onésimo Cepeda Silva, ahora obispo de Ecatepec, Edo. Méx., según acta del 26 de septiembre de 1966, fue nombrado para estudiar en Friburgo, Suiza. También recibió visita de Monseñor Escalante.

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15PADRE DEL CONCILIO

VATICANO II

El Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II por medio de la Constitución Apostólica Humanae Salutis, el 25 de diciembre de 1961. Un mes antes de la apertura del Concilio, Su Santidad envió a la Iglesia Universal un documento en el que expresaba su esperanza en este Concilio y daba “a Dios una emocionada acción de gracias”. El Concilio comenzó el 11 de octubre 1962.

La primera parte del Reglamento del Concilio dice así:

“De las personas que participan en el Concilio.

Artículo 1°. Los que participan en el Concilio.1. Constituyen el Concilio Ecuménico juntamente con el Soberano Pontífice, los

obispos y demás personas convocadas al Concilio por el Soberano Pontífice; todos reciben el nombre de Padres del Concilio.

2. Si cualquiera de los convocados para el Concilio en virtud del canon 223, 1, del Código de Derecho Canónico o del canon 168, 1, del Código de Derecho Oriental, se ve impedido, por justa causa, de participar en el Concilio, debe enviar un procurador que le represente en virtud del canon 224, 1-2, del C.I.C. o del 169, 1-2, del C.I.O., ‘De personis’.

3. Los Padres estarán ayudados por teólogos, canonistas y demás expertos. Tendrán a su servicio: un secretariado general, subsecretarios, maestros de ceremonias,

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personas que les indicarán su lugar, notarios, promotores, escrutadores, secretarios, archiveros, lectores, intérpretes, traductores, taquígrafos y técnicos.

Art. 7°. La lista de las Comisiones.1. Se han creado diez Comisiones conciliares:a) La Comisión doctrinal sobre fe y costumbres.b) La Comisión de obispos y gobierno de las diócesis.c) La Comisión de las Iglesias Orientales.d) La Comisión de la disciplina de los sacramentos.e) La Comisión de la disciplina del clero y pueblo cristiano.f) La Comisión de religiosos.g) La Comisión de Misiones.h) La Comisión de liturgia.i) La Comisión de Seminarios, de estudios y de educación católica.j) La Comisión del apostolado seglar. prensa y espectáculos.

1. Hay además:I. El Secretariado de negocios extraordinarios del Concilio, cuyo papel es

examinar las nuevas cuestiones especiales propuestas por los Padres y, si es necesario, someterlas al Soberano Pontífice.”

El Excmo. Sr. Alonso M. Escalante fue Padre Conciliar como se puede verenlosdocumentospontificiospublicadosenRomay,además,fueelegido por los Padres Conciliares miembro de la Comisión de Misiones.

“La Comisión para las Misiones fue formada por:

1. Cardenal Laurian Rugambwa, Obispo de Bukoba (Tanganyka).2. Monseñor Guy Riobe, Obispo Titular de Mulia, coadjutor de Orléans (Francia).3. Monseñor Fulton J. Sheen, Obispo Titular de Cesariana y auxiliar de Nueva

York.4. Monseñor Juan Bautista Zoa, Arzobispo de Yaoundé (África Ecuatorial).5. Monseñor Aurelio Signora, Arzobispo Titular de Nicosia, prelado ‘Nullius’ de

Pompeya (Italia).6. Monseñor Alonso Escalante, Obispo Titular de Sora, Superior

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General del Instituto de Nuestra Señora de Guadalupe, para las Misiones Exteriores (Méjico).

7. Cardenal Thomas Tien Chen Sin, Arzobispo de Pekin8. (China).9. Monseñor Mauricio Perrin, Arzobispo de Cartago (Túnez).10. Monseñor Alfonso Ungarelli, Obispo Titular de Azura, Prelado ‘Nullius’ de

Pinheiro (Brasil).11. Monseñor Gaetano Pollio, Arzobispo de Otranto (Italia).12. Monseñor Mariano Rosell y Arellano, Arzobispo de Guatemala.13. Monseñor Pío Kerkeetoa, Arzobispo de Ranchi (India).14. Monseñor José Lecuona Labandíbar, Obispo Titular de Vagada y Superior

General del Instituto Español para las Misiones Extranjeras (España).15. Monseñor Luciano Pérez Platero, Arzobispo de Burgos (España).16. Monseñor Oscar Sevrin, Obispo Titular de Mossyna (Bélgica).”

El Excmo. Sr. Escalante estuvo puntual a la apertura de la primera sesión, el 11 de octubre de 1962, cerca del sepulcro de San Pedro, con la presencia de 2,300 obispos procedentes de todas las partes del mundo para tratar los más graves problemas de la Iglesia de los cuales el de los no-cristianos iba por delante. Regresó a México, de la primera sesión, el 15 de diciembre. Fue citado a la primera reunión de la Comisión Conciliar de Misiones para las últimas dos semanas de marzo de 1963. Volvió a México el 1° de abril.

En la Comisión de Misiones, cuyo presidente era el Cardenal Gregoire Agagianian desarrolló eficientes trabajos e intervenciones por suexperiencia en la Misión de China, pues en su juventud había comenzado y organizado la parroquia de Chiaotou, en Manchuria, y después el Vicariato de Pando en Bolivia. Ya con los Misioneros de Guadalupe fundó las Misiones de Japón (1955), Corea (1962) y Kenia, África (1965). La amistad que le unía al gran misionero, Cardenal Agagianian, aumentaba su dedicación en la Comisión de Misiones.

De esto dan testimonio sus Sugerencias que mandó a las Congregaciones generales y sus apuntes en cada uno de los 16 documentos conciliares

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que antes de ser aprobados se llamaban “SCHEMA”. He aquí una de ellas:

“SCHEMA DECRETI DE ACTIVITATE MISSIONALI ECCLESIAE(Textus emendatus)

Caput II, num. 14; pagina 4ª, lineae 9-10. ‘…catechumeni…sentiant se pertinere ad populum Dei.’

In locum verborum, videlicet, ‘pertinere ad populum Dei,’ dicatur: ‘incorporari populo Dei.’ Sic non haesitatur de verbis quae iam in Constitutione Dogmatica de Ecclesia inveniuntur (Caput I, num. 14 in fine). Locutio theologica ita apparet.

+ A. EscalanteEpiscopus Titularis Soranus.”

Traducción:

”ESQUEMA DEL DECRETO DE LA ACTIVIDAD MISIONERA DE LA IGLESIA(Texto corregido)

Capítulo II, núm. 14; página 4ª, líneas 9 y 10.

‘…que los catecúmenos… sientan que pertenecen al pueblo de Dios’.En lugar de estas palabras, o sea, ‘pertenecen al pueblo de Dios’, se diga: ‘se incorporan al pueblo de Dios’. Así no se duda de las palabras que ya se hallan en la Constitución Dogmática de la Iglesia (Capítulo I, al fin del núm. 14). Así aparece la locución teológica.

+ A. EscalanteObispo Titular de Sora.”

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Salió de México para la segunda sesión del Concilio, el 10 de septiembre de 1963, sesión que terminó el 8 de diciembre del mismo año y él volvió a México el día 10 del mismo mes.

Para la tercera sesión del Concilio, llegó a Roma el 13 de septiembre de 1964 y volvió a México el 26 de noviembre del mismo año.

Fue tanta la dedicación al trabajo conciliar de Mons. Escalante que, platicandoenconfianzaconsusmisioneros,decíaquehabíaasistidoenlos cuatro años (cuatro sesiones) a todas las sesiones generales. Ahora que sabemos las estadísticas quedamos admirados de su fidelidad ala Iglesia y su paciencia en el trabajo conciliar hasta la clausura del Concilio hecha por Paulo VI, el 8 de diciembre de 1965.

En el año y medio que vivió después de la clausura del Concilio fue nombrado y trabajó como miembro de la Comisión Postconciliar de Misiones.

En la biblioteca de los Misioneros de Guadalupe hay 37 volúmenes que contienen los documentos, de las 4 sesiones del Concilio Vaticano II, queMons.Escalante, fuecuidadosamenteconservandoy,alfinaldelConcilio,ordenóquefueranclasificadosyencuadernados.

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16LAS TRES MISIONES

QUE FUNDÓ MONSEÑOR ESCALANTE

Monseñor Escalante, en su calidad de Director Nacional de las Obras MisionalesPontificiasenMéxico,viajóaRomaenmayode1954,parala reunión del Consejo Internacional de las mismas Obras. Allá se entrevistó con el Cardenal Pietro Fumasoni Biondi, entonces Prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, a quien le expresó su deseo de establecer la primera Misión para los Misioneros de Guadalupe en el Oriente.

Para esta fecha ya había ocho sacerdotes en el Instituto; en agosto de este año ordenaría dos más; y en 1955 ordenaría seis. Así, próximamente habría un total de dieciséis Misioneros de Guadalupe.

Al consultar con el Episcopado Mexicano, los Obispos argüían que sería más fácil y más económico enviar a los jóvenes sacerdotes primeramente a algún país de América del Sur. Mons. Escalante, a quien le gustaban los grandes retos, contestaba: “Nuestro carisma es ir a los no-cristianos y, por otra parte, América del Sur se puede considerar el patio de nuestra casa, es decir el mismo idioma, parecidas costumbres, etc. Esto, por el momento, no llamaría la atención del pueblo católico de México y obtendríamos menos colaboración. Debemos comenzar yendo al Oriente”.

las tres misiones qUe fUndó monseñor escalante

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LA PRIMERA MISIÓN EN JAPÓN

Monseñor Escalante viajó a Japón, buscó allá diversas opciones: Kagoshima, al suroeste de ese país; Niigata, en la parte central del norte; Sendai, a 240 kms. al noreste de Tokio.

El Obispo de Sendai, Peter A. Kobayashi ofrecía cinco municipios de su diócesis: Yama, Kawanuma, Onuma, Minami-Aizu y Kita-Aizu. Monseñor escogió la diócesis de Sendai y obtuvo el consentimiento de Propaganda Fide y por carta comunicó al Obispo de Sendai que enviaría tres misioneros a estudiar el idioma en Tokio y, cuandoestuvieronlistos,firmaríanuncontratodecomúnacuerdoparatrabajar en su diócesis.

El 29 de mayo de 1955 Monseñor Escalante anunció, en el Seminario de Misiones, que los primeros Misioneros de Guadalupe irían a Japón.

El 11 de septiembre del mismo año, él ordenó cinco sacerdotes en la Basílica de Guadalupe. Sus nombres: Jesús M. Alba Jaime, Juvenal Garnica Martínez, Luis Raúl Peña Pérez, Emerenciano Rodríguez Jobrail y J. Isabel Sánchez Bernal.

Después de la Ordenación anunció, en la misma Basílica, los nombres de quienes habían sido designados para ir a la diócesis de Sendai en Japón: Joaquín Sarmina Andrade, Alejandro Ríos Zalapa y Juvenal Garnica Martínez.

El 13 de octubre de 1955, los tres misioneros fueron a despedirse de los Obispos Mexicanos que, reunidos en un salón anexo a la Basílica de Guadalupe como anualmente se reunían en ese lugar, los recibieron con agrado después de la celebración del aniversario de la Coronación de la sagrada imagen, día 12 del mismo mes.

El P. Alejandro Ríos narra: “Monseñor Escalante nos pidió que antes de salir del país visitáramos diócesis, Obispos, Seminarios, parroquias, comunidades religiosas,

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colegios. Un carrito verde, marca Chevrolet, modelo 1952 nos llevó a lo largo de 11,000 km. por el centro, norte y noreste del país, con maratón de horarios, pláticas, encuentros y celebraciones. ¡Cuánta generosidad y fervor en los Pastores, los Señores Obispos, en el Clero, en las Religiosas y gente en general! ¡Nuestros crucifijos de misioneros se desgastaron por los besos que la gente les daba! Una religiosa del asilo de ancianos en Pachuca me propuso: ‘Vamos pidiéndole a Dios que, si Él quiere, me pase a mí lo que a usted le habría de pasar’. Esta Hermana, Ma. Dolores Pantoja, de las Hijas de la Caridad de María Inmaculada, fue llamada a la casa del Padre hace 30 años. Aunque no íbamos en plan de ‘recogimiento’ (hacer colectas), ni hablamos de la segunda colecta, Dios fue bueno con nosotros a través de las personas, desde la señora desconocida que me felicitó en la sacristía de la Basílica el día del nombramiento, hasta el taxista que nos encontramos en camino a la terminal de los autobuses Chihuahuenses, el día que iniciábamos el viaje al extranjero. Entre los lugares sobresalientes visitamos las siguientes diócesis y ciudades, a partir del 24 de octubre de 1955, hasta el 4 de febrero de 1956: Puebla, Tlaxcala, Seminario Menor en San Pablo Apetatitlán, Zacatlán, Cholula, Tehuacán, Jalapa, Córdoba, Orizaba, Veracruz, Fortín de las Flores, Teziutlán, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, San Juan de los Lagos, Lagos de Moreno, Tampico, Cd. Victoria, San Luis Potosí, Monterrey, Saltillo, Querétaro, San Juan del Río, Qro., Guadalajara, Cd. Guzmán, Colima, Zamora, Uruapan, Morelia, León, Celaya, Toluca, Chihuahua. Visitamos radiodifusoras y dos veces la televisión. No era raro tener 12 ó 15 encuentros y charlas cada Padre, gracias al buen ambiente que nos hacía cada diócesis, o cada Dirección Diocesana de las OO.MM.PP.

Las poblaciones visitadas fueron muchas más.”

Envío a Japón, despedida y viaje de los primeros Misioneros de Guadalupe

El Obispo Escalante, siguiendo la costumbre de Maryknoll, estableció para los Misioneros de Guadalupe la costumbre de que, al ser nombrados para una Misión, tuvieran una ceremonia de Envío y Despedida. La de los Misioneros de Maryknoll tiene lugar en su casa central; la de los Misioneros de Guadalupe, en la Basílica de Guadalupe y con asistencia


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de obispos, sacerdotes diocesanos y religiosos, seminaristas, familiares de los despedidos; bienhechores y amigos del Instituto.

Endichaceremonia, seofreceel sacrificiode laMisa; elobispoquepresidedicelahomilía;elSuperiorGeneralhacelalecturaoficialdelosnombramientos;sebendicenloscrucifijosdelosmisionerosyselesentregan. Después de la misa, los papás dan la bendición a sus hijos misioneros y éstos dan la suya a sus papás. Finalmente, los asistentes besanelcrucifijodelosmisioneros.

La iniciativa y el fervor de los coterráneos del sacerdote misionero los mueven a organizar ellos mismos otra despedida en su propio pueblo o parroquia. En ocasiones, esta despedida incluye a los demás misioneros del mismo grupo o año. La mayoría de las veces, el párroco es quien organiza la despedida.

La ceremonia de ‘Envío y Despedida’ de estos tres misioneros, con la presencia de algunos obispos, entre ellos Don Luis Ma. Martínez, Arzobispo de México y Don Octaviano Márquez, Arzobispo de Puebla y, por supuesto Monseñor Escalante, tuvo lugar el 5 de febrero de 1956 en la Basílica de Guadalupe.

Para la ocasión se cantó el himno, cuya letra compuso la poetisa Gloria Riestra, adaptado a la música del Himno Guadalupano, por iniciativa de Mons. Escalante.

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Himno de Despedida a losMisioneros de Guadalupe

Letra de Música delGloria Riestra. Himno Guadalupano.

Coro:Misioneros, volad presurosos

con el signo triunfal de la Cruz,y la tierra inflamad, valerosos,con el fuego de amor a Jesús.

Estrofas:1 6Fuego, fuego de amor a la tierra, Tras los mares, de México el almasal del mundo vosotros seréis, que es de Cristo y María lleváis,la palabra en que el cielo se encierra Dios os dé de victoria la palma,al infiel con amor llevaréis. que una deuda divina pagáis…

2 7Ya el ideal se perfila glorioso, Una Rosa encendida cortamos,ya en los campos relumbra la mies, Una Rosa en memoria llevad,es la tierra cual surco grandioso, Una Rosa del cielo que amamos,todo el mundo es camino a los pies… que es Estrella de fiel claridad...

3 8Sobre el monte qué hermosos los pasos De la Virgen Morena los ojosque al andar van sembrando la paz, os contemplan con gran placidez,cómo abarcan la tierra en sus brazos, porque sabe que vuestros arrojos,los que avanzan sin ver hacia atrás... llevaranla del mundo a través… 4 9Porque el reino de Cristo se extienda Sus miradas de Madre os protejan,India y China, y Alaska y Japón, sus estrellas os sirvan de luz,


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os verán en gloriosa contienda, hoy que ve que sus hijos se alejancon mensajes de luz y perdón. a conquistas de amor por Jesús…

5 10Con cantares la patria os despide, Adelante, sin tregua, adelante,y es un canto de gloria el adiós, Misioneros de Cristo, partid,y a la Virgen Morena le pide la oración de la Patria distante,que llevéis muchas almas a Dios. será un arma de amor en la lid.”

Salieron para Estados Unidos el 26 de febrero cruzaron la frontera en Cd. Juárez y estuvieron separadamente, en diversos lugares, estudiando y practicando el idioma inglés, muy necesario en la vida de misiones extranjeras. El P. Ríos continúa diciendo: “Nos faltaba visitar un Seminario muy importante, el de Montezuma en Nuevo México, E.U.A. Allí encontramos un buen equipo de Padres de la Compañía de Jesús como superiores y maestros, y casi 400 alumnos mexicanos. Todos nos abrieron la puerta de par en par y aprovechamos para dejar el mensaje misionero.

El P. Sarmina viajó hasta Detroit, Michigan y el P. Garnica y un servidor quedamos en San Luis Missouri para el estudio del inglés. Estuvimos hospedados en la parroquia de St. Peter and Paul, cuyo párroco era el P. Edward Bruemer. Acogida bondadosa y atenciones es el resumen de cinco meses en aquel mundo de otra cultura, de otra lengua y de otro clima. No podía faltar la visita de Mons. Escalante, animando, como siempre, orientándonos, pidiendo a Padres locales conocidos, que nos abastecieran de lo necesario.”

El 3 de agosto de 1956 los tres misioneros salieron del puerto de San Francisco, California, a bordo del barco carguero Hastings. Llegaron a Yokoska, Japón el 17 de agosto de 1956.

Monseñor Escalante ya había arreglado que se hospedaran en la escuela del idioma japonés dirigida por los Padres Franciscanos en Tokio, en el barrio llamado Ropongui. Allí estudiaron dicha lengua durante dos años. Monseñor también los relacionó por correspondencia con los

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Padres de Maryknoll que trabajaban en aquella gran ciudad, para que los asesoraran en aquel mundo japonés y en su cultura.

Comienzo en la Diócesis de Sendai

El Internuncio Apostólico en Japón, Mons. Maximiliano De Furstenberg, había sugerido la ciudad de Wakamatsu en la prefectura de Fukushima para sentar la cabecera de la Misión de los Misioneros de Guadalupe, y así se hizo. Esta ciudad era la parroquia más antigua de la diócesis de Sendai y tenía aproximadamente 480 católicos con una población total de 420,000 habitantes. El pequeño templo parroquial teníaanexosdosedificios:lacasaparalostressacerdotesylaescuela,de instrucción elemental y media, dirigida por religiosas canadienses, Misioneras de la Inmaculada Concepción, de Quebec, Canadá.

El 19 de febrero de 1957, Monseñor Escalante escribió a los Padres de la Misión de Japón: “Tenemos sus cartas del 31 de enero y del 15 de febrero; así como el Diario de enero que ya se leyó en el comedor. Entiendo que el Padre Garnica también mandó un Diario interesante que aún no he visto. Mucho agradecemos también al Padre Sarmina los ceniceros de regalo y el paquete que mandó. Al Padre Soto, el párroco de Tlalpan, D.F., se le entregó su regalo. Todo esto, llegó hace algún tiempo.

Sería bueno pedir al Padre Feur una copia de los contratos que tienen con los Ordinarios de Kioto y Sapporo.

Después de consultar al Padre Vicario Delegado, o a otros que puedan aconsejar, me gustaría que me mandaran un borrador de lo que ustedes piensan y lo turnaré al Consejo para, después de aprobarse, mandarlo al Sr. Obispo Kobayashi de Sendai. Por supuesto, me vino a ver a Buffalo a fines de septiembre y se acordó de que nos invitaría formalmente, pero hasta ahora no hemos oído nada de él . Supongo que ya ha de haber regresado. Teniendo el contrato en tus manos, (serefierealP.AlejandroRíos, Superior del grupo) podrías hablar con él sobre ese punto cuando lo visites en Pascua, o bien conseguir su firma, si es que a él le parece bien.


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Todo va bien en el Seminario. Toda la parte construída está llena con 113 alumnos; estamos usando hasta los cuartos de los Padres para los seminaristas de Teología que irán al Conciliar.

Mientras tanto, seguimos con las colectas. He conseguido varias iglesias en Estados Unidos; el Padre Colín y yo predicaremos en ellas.

Del 4 al 14 de febrero, anduve por el norte (de México) para la junta regional de las OO.MM.PP., y para las bodas de plata del Sr. Obispo de Saltillo. Cada vez que me encuentro con algún obispo, me preguntan por ustedes. Sigan escribiéndoles.

La tía del P. Sarmina dejó una medicina para él. La Madre Inés Arias se la llevó al Japón, junto con la filmadora Kodak 100 que se compró para ustedes.”

El 28 marzo de 1957, Monseñor Escalante escribió al P. Alejandro Ríos: “Recibí tu carta del 22 de marzo que llegó ayer. También tengo las formas de contratos. Me parece mejor el de los Padres de Maryknoll por su claridad y su espíritu, y también porque es para un distrito.

Cuando vayas a visitar al Ordinario de Sendai, sería bueno llevarle una copia del contrato de Maryknoll y llenarlo según quiera él, e.g. ¿cuáles son los límites del distrito y por cuántos años quiere él?, etc. Una vez sabiendo eso, podemos nosotros aprobar y firmar para que él y el Nuncio lo firmen y así enviarlo a Roma.

Estuve diez días en los Estados Unidos predicando cerca de Nueva York y en San Luis, y me fue bien en la colecta. Este año tenemos 24 iglesias en ese país para ayudarnos a pagar la deuda en dólares. El Padre Colín tomará 14 iglesias y estará por allá cuatro meses. Yo voy a tomar 6 u 8; el Padre Gutiérrez tomará las de Los Ángeles.

Pienso salir rumbo a Roma el 28 de abril, pero tomaré antes una iglesia el 5 de mayo en N.Y. y, esa tarde, el avión a Roma para llegar el 6 de mayo en la noche. Las juntas de las OO.MM.PP. empiezan el 7 de mayo. Regreso aquí, los primeros días de junio. Monseñor Signora fue nombrado Arzobispo.”

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El 18 junio de 1957, Monseñor Escalante escribió al P. Ríos: “Hoy mismo recibí tu carta del 10 de junio, junto con lo que escribiste para suplir el Diario de mayo de 57.

En Europa me fue muy bien, además de haber viajado con Mons. Sheen directamente a Roma desde Nueva York. Estuve diez días en la Ciudad Eterna para tratar los asuntos de las Obras Pontificias. Salí de Roma el día 14 y fui a Milán, donde el Excmo. Sr. Montini me invitó a comer. De allí, fui a Mónaco junto con el P. Tucker, quien fue el que arregló el matrimonio entre la famosa artista Grace Kelly y el Príncipe Rainier. Tomé el avión de Niza y pasé a Barcelona con mis primos, donde estuve unos cuantos días. De allí a Madrid a ver a las Madres de la Cruz y a los Misioneros del Espíritu Santo, quienes ya tienen casa en Madrid para conseguir vocaciones. Después fui a París una noche y, como me prestaron unos amigos su coche, fui a Chartres y a la famosa Abadía de Solemnes. Los Padres insistieron en poner una misa Coram Episcopum, cantaron de maravilla. Después fui a Angers, y de ahí bajé al Río Loire en donde hay unos cuatro o cinco castillos que visitamos pasando por Orleans y Fontainebleau. Después fui a Irlanda cuatro o cinco días y, aún cuando no hay mucho que ver, estuve con varios amigos que me mostraron el país y su actividad católica, que es bastante buena.

Enseguida, salí para Nueva York donde estuve unos diez días. Allá me encontré con el P. Colín que está en los Estados Unidos para atender las iglesias que nos han concedido para recoger colecta en aquel país. Regresé a México el 5 de junio y, estas dos semanas, le hemos estado dando duro al trabajo que se amontonó durante mi ausencia. Ahora el Padre Gutiérrez debería salir para Los Ángeles a cubrir unas iglesias pero, como se tiene que hablar inglés, yo las atenderé. Las fechas son el 23 y el 30 de junio y, al mismo tiempo, asistiré a la Convención de Serra Internacional; también asistirá el Sr. Arzobispo Primado de México (Don Miguel Darío Miranda). Tengo la catedral de Chicago el 7 de julio. El P. Chan va por diez días para cubrir unas iglesias en Cleveland el 14 y 21 de julio, porque el P. Colín ya tiene compromisos para esos domingos. Yo también saldré para Nueva York a cubrir unas iglesias de Trenton por dos domingos, así estaré muy poco tiempo en México. Pasaré todo el mes de agosto en ésta. Para el 8 de septiembre, tengo una iglesia en Brooklyn y dos en Detroit. Al mismo tiempo, tengo que asistir a la Convención de Institutos Misioneros


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en Washington. Regresaré el 22 de septiembre. Te estoy dando esta información, para que sepas mi itinerario durante los próximos meses.

Es una lástima que aún no reciba el contrato firmado por el Sr. Obispo de Sendai. Lo quería cuanto antes para poder mostrárselo al Sr. Delegado Apostólico en Tokio, para que él, a su vez, lo mandara a Roma y se aprobara. Con esto tendríamos asegurada la ayuda de la Propagación de la Fe en el próximo presupuesto de mayo de 58. Me parece muy buena la idea de que un Padre Dominico se quede por lo menos unos cuantos meses para que tú conozcas bien la vida parroquial de Wakamatsu. Por nuestra parte, haremos todo lo posible por ayudarles a construir dos cuartos más en la residencia de esa parroquia, si nos dicen el presupuesto a tiempo.

Siento mucho que el P. Diffley tenga que salir para tomar una parroquia, pues sé muy bien que el Padre les ayudó mucho. Da gusto saber que han tenido éxito al aprender japonés. Ahora van a tener oportunidad de usarlo durante sus vacaciones. Oímos en Roma que el Cardenal Frings estuvo en Japón ayudando mucho a las misiones.

Mi plan es visitar Japón antes o después de las juntas de Roma, en mayo del próximo año, para estar con ustedes durante el primer mes, en la nueva parroquia de Wakamatsu. Una vez que yo sepa cuándo quiere el Sr. Obispo que se tome la parroquia, haré mi programa.

Muchos saludos a todos los Padre y dales las gracias por las felicitaciones que recibí de ellos el mismo día de mi aniversario, el 9 de mayo, en Roma. Muy pronto les escribiré de manera más particular.”

El 17 de agosto de 1957, Monseñor Escalante escribió al Obispo de Sendai, el Excmo. Sr. Kobayashi (traducción): “Le anexo la nueva forma del contrato, con los diferentes cambios efectuados, firmada y con mi sello. Si usted está ahora de acuerdo con este contrato, entiendo que se entregará en manos del Nuncio Apostólico de Japón, quien lo examinará y lo enviará a Roma para su aprobación final. Espero que nos sea enviada una copia firmada por Su Excelencia, para nuestro archivo.

Realmente deseamos que el párroco, o alguien capaz, permanezca por un período suficiente para que nuestros misioneros se familiaricen con las condiciones locales y

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cualquier otra circunstancia particular de esa misión, ya que deseamos continuar el buen trabajo que se ha estado haciendo hasta ahora y, de ninguna manera, romper las buenas costumbres y tradiciones de la parroquia.

Espero que el próximo año yo pueda hacer una visita a Japón poco antes o poco después de que tomemos la Misión.”

El 25 de agosto de 1957, Monseñor Escalante escribe al P. Alejandro Ríos (traducción): “Anexo los contratos, el antiguo y el nuevo, con el Obispo de Sendai, así como la carta que le envié como explicación. También puse una copia extra del contrato que tú puedes dar directamente al Nuncio Apostólico para que él haga las observaciones o sugerencias que necesite para su aprobación. Como lo mencioné al Obispo de Sendai, si él firma el contrato, deberán enviarse copias al Delegado Apostólico para que él pueda enviarlas a Propaganda Fide para su aprobación. Favor de notar que puse la fecha de junio 1, 1958, ya que espero estar ahí cerca de esa fecha, después de las juntas en Roma.” (Ver pág. 331)

El 6 de noviembre de 1957, Monseñor Escalante escribe al P. Ríos: “Recibí tus cartas del 5 de octubre y 1° de noviembre. Noté que ya hicieron sus Ejercios Espirituales, y también que han empezado nuevamente sus clases. Es muy importante que sepan bien japonés, antes de entrar a su trabajo el próximo año. A lo largo van a poder hacer mucho más, pues en el trabajo ya no van a tener tiempo de estudiar. También fue bueno que los tres hayan ido a ver a un médico, gracias a Dios que todos están bien. Noté también que habías ido a Sendai para la reunión de los Padres de ese lugar. Hasta ahora no ha llegado la noticia de que Propaganda Fide ya haya aprobado el Contrato. Espero que manden tarjetas de Navidad a todos sus bienhechores de este lugar, comprando allá las tarjetas necesarias con el nombre de Misioneros de Guadalupe e imprimiéndolas con su nombre y dirección.

Di al P. Sarmina que ya recibí su Diario de octubre y que se está leyendo ahora en el comedor, también recibí el tuyo; de los dos sacamos varias copias que mandamos a Guadalajara y a Roma.”


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Contrato con el Obispo de Sendai

Deacuerdoconelproyectosefirmóelsiguiente

CONTRATO entre el Ordinario de la diócesis de Sendai, Japón y el Superior General del Instituto de Guadalupe para las Misiones Extranjeras en la diócesis de Sendai, acerca del trabajo misionero del Instituto de Guadalupe para las Misiones Extranjeras.

1. Para la mayor gloria de Dios y para el mayor bien de las almas, los suscritos, Excmo. Sr. PETER KOBAYASHI ARIKATA, Ordinario de Sendai, por una parte, y por la otra el Excmo. Sr. ALONSO M. ESCALANTE, Superior General del Instituto de Guadalupe para las Misiones Extranjeras (también referida en este contrato como ‘el Instituto’), con el consentimiento previo del Consejo General del Instituto, efectúan el siguiente contrato:

2. El territorio de la diócesis de Sendai que abarca los cinco condados civiles de Yama, Kawanuma, Onuma, Kita-Aizu, Minami-Aizu, con las dos ciudades de Aizuwakamatsu y Kitakata localizadas respectivamente en los Condados de Kita-Aizu y Yama, (como se delinea en el mapa anexo a este contrato), se confían al Instituto por el período de este contrato.

3. El término de este contrato será por un período de veinticinco años comenzando de la fecha de la firma del contrato por ambas partes. Puede renovarse bajo acuerdo de ambas partes por un período de no menos de diez años y puede, en esta forma, ser renovado en forma indefinida.

4. a) El Superior será el representante del Superior General del Instituto en todo lo que concierne a las relaciones del Instituto con el Ordinario, y será reconocido como el Superior de todos los miembros del Instituto asignados a la diócesis.

b) Después de consultar al Ordinario Local y con su aprobación, el Superior hará todos los nombramientos y transferencias de los miembros de su Instituto y tendrá a su cargo la administración de la propiedad eclesiástica del territorio confiado al Instituto conforme el Artículo 2, de acuerdo al espíritu y en conformidad con

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las instrucciones de la Sagrada Congregación de Propaganda fechadas el 8 de diciembre de 1929.

5. Los nuevos misioneros del Instituto asignados a Japón estarán bajo la autoridad del Superior del Instituto, durante el período de preparación y estudio del lenguaje.

6. El Superior del Instituto es responsable de toda la formación de los nuevos trabajadores apostólicos. Ya sea personalmente, o por medio de un misionero que él escoja, cuidará que aquellos sean guiados en las diversas funciones del ministerio pastoral, poniendo particular énfasis en el estudio del lenguaje escrito y hablado.

7. Cuando el Superior del Instituto considere que los nuevos misioneros están suficientemente preparados, avisará al Ordinario. El Superior del Instituto, después de consultar al Ordinario, les dará los nombramientos para trabajos específicos o para las estaciones misioneras.

8. Desde el momento en que el misionero es nombrado por el Superior del Instituto y aprobado por el Ordinario, para el trabajo misionero, está sujeto a éste en todos los asuntos, tanto espirituales como temporales, que pertenezcan al régimen de la diócesis, y está sujeto al Superior del Instituto en todos los asuntos que le atañen personalmente como miembro del Instituto.

9. El Superior del Instituto puede ejercitar su derecho de retirar misioneros de sus estaciones u otros trabajos, sin perjuicio del trabajo misionero, para un mayor estudio del lenguaje o para ser reasignado a otros trabajos en territorios a cargo del Instituto dentro de Japón.

10. El Superior General del Instituto se reserva el derecho de remover a cualquier miembro del Instituto, si lo considera necesario, no sin previa advertencia al Superior del Instituto, que avisará al Ordinario local.

11. El Superior del Instituto usará los recursos a su disposición para apoyar a los misioneros de su Instituto y también para establecer y mantener parroquias y otros trabajos que pudieran tomarse. Aún más, él se abocará a este propósito, con el fruto de las colectas, ofrendas, donativos, etc., reunidos dentro de los límites del


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territorio dado al Instituto. De acuerdo con las Constituciones, los estipendios y derechos de estola pertenecen al Instituto y se ponen a disposición del Superior del Instituto, para el sostenimiento de los misioneros del propio Instituto. Sin embargo, las colectas ordenadas por el Ordinario local para un propósito especial, tal como Óbolo de San Pedro, Propagación de la Fe, Santa Infancia, etc., deberán remitirse, en su totalidad, al Ordinario.

12. Después de que este contrato haya estado vigente por diez años, en aquellas parroquias ya establecidas antes de la entrada del Instituto a la diócesis, una décima parte de las colectas anuales de la parroquia deberán remitirse al Ordinario, en el tiempo que él designe. En las parroquias establecidas por el Instituto, lo mismo tendrá efecto diez años después de su establecimiento.

13. a) Todas las propiedades de la parroquia, ya sea viejas o nuevas, deberán conservarse a nombre de la diócesis. A la fecha de expiración de este contrato, estas propiedades deberán entregarse, en su totalidad, al Ordinario local sin solicitud de compensación.

b) El Instituto se reserva el derecho de poseer a su nombre, propiedades y edificios para el uso exclusivo de los miembros del Instituto, tal como Escuela de Lenguas, Casa de Descanso o Casa Central. A la fecha de expiración de este contrato o del retiro del Instituto de la diócesis, o en cualquier momento durante el período de este contrato, el Instituto puede disponer de estas propiedades conforme lo desee. Éstas se conservarán a nombre del Instituto bajo la ‘Corporación Japonesa del Instituto de Guadalupe para las Misiones Extranjeras’.

14. El Instituto tiene derecho de poseer una casa para uso de Procura fuera de los límites de su territorio, sin perjuicio de los derechos de otros Institutos y Órdenes.

15. Siempre que, en un distrito o parroquia administrados por un miembro del Instituto, el Ordinario Local desee confiar un trabajo especial a miembros que no pertenezcan al Instituto, primero deberá llegar a un acuerdo con el Superior del Instituto. De igual manera, cuando el Instituto trate de pedir a otro Instituto o grupo, que trabaje en el distrito confiado al Instituto, deberá primero obtener el consentimiento del Ordinario.

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16. Al trabajar por la conversión de los no-cristianos y en el ministerio a favor de los cristianos, los miembros del Instituto tendrán la obligación de dar toda clase de atención a promover las vocaciones para el clero japonés.

17. En el nombramiento y transferencia de miembros del Instituto, así como en cualquier otro asunto que afecte las relaciones de la diócesis y del Instituto, deberán aplicarse las prescripciones del Derecho Canónico, la Instrucción de Propaganda del 8 de diciembre de 1929 y las Constituciones del Instituto.

18. El Ordinario reconocerá y respetará las obligaciones y responsabilidades, así como los derechos y privilegios de los miembros del Instituto, conforme se determina en las Constituciones y en la legislación del Instituto.

19. El Instituto se reserva el derecho de pedir a la Obra Pontificia para la Propagación de la Fe y a la Obra de la Santa Infancia, un subsidio anual para ayudar al sostenimiento de sus miembros y de su trabajo en la diócesis.

20. Dos años antes de la fecha de expiración de este contrato, el Ordinario avisará al Superior del Instituto, si desea continuarla, ya sea en su forma presente o en forma revisada, por un período que no deberá ser menor de diez años. Si el Instituto está de acuerdo, el contrato podrá también ser renovado en forma indefinida.

21. En caso de que surja cualquier dificultad que no pueda solucionarse de forma amigable entre el Ordinario Local y el Superior del Instituto, el asunto será turnado al juicio de un árbitro que nombren ambas partes suscritas en este contrato.

FECHADO Junio 1, 1958.+ Peter Kobayashi Arikata + Alonso M. EscalanteObispo de Sendai (firma) Superior Gral. del Instituto.”

He aquí el texto de la aprobación del contrato:

“Sacra Congregatio de Propaganda Fide praesentem conventionem adprobat ratamque habet.


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Romae, ex Aedibus Sacrae Congregationis de Propaganda Fide, die 15 mensis novembris, a.D.1957.

G.P. Card. P. Fumasoni Biondi. +P. Sigismondi,Praef. a Secr.”

Traducción:

“La Sagrada Congregación de Propaganda Fide aprueba y ratifica el presente convenio.

Dado en Roma, desde la Residencia de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, el día 15 de noviembre del año del Señor 195731. Firman el Card. Prefecto G.P. Fumasoni Biondi, y el Secretario Mons. P. Sigismondi.”

Consejos y decisiones para Wakamatsu

El 17 de febrero de 1958 Monseñor Escalante escribe al P. Ríos: “Hay varios asuntos que creo conveniente sugerirte desde ahora:

10 Escribir al Sr. Obispo de Sendai para que el Padre (canadiense) de Wakamatsu se quede con ustedes el tiempo necesario, o sea dos o tres meses; de esta manera van a poder enterarse mucho mejor de la parroquia que van a tomar y tendrán la ayuda de la experiencia de ellos.

20 Decidir ir sólo o con otro de los Misioneros de Guadalupe a Wakamatsu por el mes de junio. El Padre o los Padres que se queden en Tokio, podrán acabar sus estudios a fines de junio.

30 Pedir por intermedio de la Delegación Apostólica, un subsidio de la Propagación de la Fe como suelen hacerlo los Dominicos, Franciscanos, de Maryknoll, etc. Ese dinero es precisamente para los trabajos de la Misión, y según contrato con el

31 La fecha del contrato parece ser un error, pues tiene fecha de 1958 y la aprobación fue dada seis meses y medio antes, lo cual no parece lógico. Véase la carta de Mons. Escalante del 25 de agosto de 1957, en la pág. 3324; tal vez el Obispo Kobayashi presentó el contrato a Roma anticipadamente y en Roma no se cambió la fecha.

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Obispo de Sendai, podemos tratar de estos directamente con Propaganda Fide. Sé que son el Superior del lugar y el Delegado quienes presentan esta solicitud recordándoles el número del protocolo del contrato aprobado por la Congregación de Propaganda Fide. En Roma apoyaré y mencionaré este asunto a los encargados.

40 Favor de mandarnos el contrato con el Sr. Obispo de Sendai y sellado por Propaganda Fide, tú puedes quedarte con una copia tomando nota del número del protocolo.

50 Hemos recibido una nota de la aduana para pagar más de $300.00 Creo que es más factible no mandar regalos de allá, puesto que cobran mucho en la aduana, lo que necesitamos, más que nada, son artículos para la revista y más fotografías, necesarias para que prospere la obra en Japón.”

El 10 de marzo de 1958 Monseñor Escalante escribe al mismo Padre: “Por medio de la presente quiero comunicarte que en la Sesión Ordinaria del Consejo (M.G.) celebrada el 9 del presente, hemos decidido que seas tú mismo el párroco de esa Primera Misión que la Divina Providencia pone bajo nuestros cuidados; puedes proceder a dar tu nombre y lo que sea conveniente.

También aprovecho la ocasión para decirte que mi llegada será unos días después de la toma de posesión que deberás hacer. Esperando que el Espíritu Santo dirija siempre nuestros actos, te mando mi bendición.”

El 12 de mayo de 1958, Monseñor Escalante escribe a los Padres Misioneros de Guadalupe que estaban en la Misión de Japón: “Llegué a Roma el 4 de mayo y toda esa semana estuvimos en juntas. Gracias a Dios, la Propagación de la Fe les dará a los Misioneros de Guadalupe tres mil dólares. Este dinero es para sus obras, como catequistas y las que tienen relación inmediata con su obra espiritual de convertir a los paganos.

Tuve cinco minutos con Su Santidad (Pío XII) y lo primero que le pedí fue su bendición especial para la primera Misión. Me concedió que cuando yo esté allá, les otorgue la bendición Apostólica.


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En Lourdes también dije muchos rosarios y ofrecí la Misa en la Gruta por el Instituto y sus misioneros. Les llevo algunos rosarios de allá.

Los Padres están muy bien aquí, (en Roma) estudiando mucho. Creo que ambos irán a México. Primero se va el Padre Martínez en julio y el Padre Rodríguez tiene que hacer una gira por Tierra Santa como parte de su curso. Imagino que llegará en septiembre.

Espero estar con ustedes por el 10 de junio o antes. Les mandaré un cable o carta de Hong Kong.”

Toma de posesión del párroco M.G. en Wakamatsu

El 1° de junio de 1958, domingo de la Sma. Trinidad, el P. Ríos, comoSuperiordelaMisión,enunasencillaperorefinadaceremonia,juntamente con los otros dos misioneros, recibió del Padre Marc Roger Couture, misionero dominico canadiense, la parroquia de Aizu Wakamatsu. Monseñor Escalante no estuvo presente ese día, pero visitó la Misión unos días después y, como dice el P. Ríos: “sembrando alegría, amistad, entusiasmo. Dejándonos, sus sabias orientaciones de cuidar la salud y la vida espiritual para que fuéramos buenos misioneros’ continuó su viaje de regreso.”

El 6 de agosto de 1958 Monseñor Escalante escribe a los Padres de la Misión de Japón: “Fue muy duro para mí dejar Japón, que es una Misión muy difícil. Pero mis obligaciones están aquí para poder ayudar más a ustedes allá.

Siete horas después de que partió el avión, me despertaron para decirme que un motor del avión se había parado y que forzosamente teníamos que aterrizar en la última isla de Shemya o la más cercana a Japón, una isla de dos por cuatro millas. Allí estuvimos 6 ó 7 horas, pero la máquina tenía que ser cambiada, y esa operación era cuestión de días, de casualidad llegó un avión carguero D C-4 que nos llevó hasta Alaska en un viaje bastante cansado que duró siete horas. En Anchorage, Alaska, descansé un día con el Señor Cura de ese lugar, después seguí el viaje a Seattle. Estuve con el Director Diocesano de las Obras Pontificias y visité varios lugares cercanos,

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pues es la primera vez que visito esta región. En San Francisco estuve un día y medio y dos días en Los Ángeles. Llegué a México en la medianoche del 16; todos los Padres estaban presentes, incluyendo al P. Martínez que había llegado unos días antes (de Roma). El día siguiente estuve en el Seminario atendiendo una velada hecha y muy bien presentada por los muchachos seminaristas que se llamó ‘Horizontes Abiertos’. Encontré todo muy bien, mucha gente pide por ustedes y pregunta mucho sobre las Misiones.

Los Padres tuvieron la colecta en Querétaro el primer domingo de agosto. Ahora se ha publicado la Convocatoria del Cuarto Congreso Nacional Misionero.”

Cartas al P. Ríos

El 12 de agosto de 1958, Monseñor Escalante escribió al P. Alejandro Ríos: “Por la presente te comunico que en la Sesión Ordinaria del Consejo celebrada el 10 del presente mes se decidió que, en 1959, se mandará un misionero, el cual no está nombrado todavía. Que se le despedirá con ocasión del Congreso Misionero que se celebrará D.M. del 18 al 25 de enero de 1959 en México, D.F.; a partir de entonces irá a Estados Unidos para aprender inglés y después llegará a Japón oportunamente para comenzar su curso. Que el Señor y la Santísima Virgen te conserven bien, junto con los demás Padres. Para todos mando mi bendición en Cristo Misionero.”

El 9 de julio de 1959, Monseñor Escalante escribe: “Entiendo que aún no le han pedido nada al Padre Valdés para la Misión de Wakamatsu, creí que tal vez se irían a necesitar algunas cosas fáciles de conseguir en los Estados Unidos (para que él las llevara a Japón; lo que supone que el P. Valdés fue el misionero nombrado el año anterior para trabajar en la Misión de Japón).

La Srita. Marrón estuvo en Japón hace unos meses, yo le entregué personalmente unas transparencias que conseguí en la Kodak de México para catequizar. Ella me informó que se las entregó a las Madres Clarisas, hasta ahora no sé si ustedes las recibieron.”


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El 28 de enero de 1960, Monseñor Escalante escribió al P. Ríos: “No se olviden de escribir constantemente artículos para la revista. Ustedes dos escriben muy bien (serefierealosPadresAlejandroRíosyJuvenalGarnica) y deberían de ayudar turnándose cada mes. El P. Valdés todavía sigue con su ‘reumatismo chino’.

Es muy probable que yo vaya a Japón después de las juntas en Roma para pasar una o dos semanas con ustedes. No quiero que se alargue mucho el viaje por los muchos compromisos que tenemos en esta región.”

El 18 de marzo de 1960, Monseñor Escalante escribió a los Padres de la Misión: ”Hemos estado recibiendo sus cartas, especialmente la del 1° de marzo, junto con sus informes mensuales. Aquí todo va bien. El Seminario cada vez se asienta más y hay mejor espíritu y mejor selección.

Los Padres siguen insistiendo en tomar algún lugar de África. Como los primeros días de mayo estaré cerca de ese continente, creo que tomaré dos o tres semanas visitando Nigeria, Congo Belga, Ruanda Burundi, Uganda, Kenia, y después seguiré directamente a Hong Kong, lo más pronto posible, para permanecer allí algunos días y tratar la cuestión de los refugiados mexicanos que tenemos. Estaré en Japón los primeros días de junio para permanecer dos semanas; ojalá que para esa fecha el nuevo Sr. Delegado Apostólico esté en Japón, para visitarlo. ¡Felicitaciones por el nuevo Príncipe que la cigüeña llevó; ojalá que algún día se hagan católicos!

El Sr. Jenness también ha escrito aquí para tomar fotografías en ese lugar. Me gustaría que tomara más fotografías de ustedes en Japón; parece que el Padre Sarmina era el único que tomaba fotografías y escribía. Aparentemente, creo que todavía sigue la ‘huelga’ de los Misioneros de Guadalupe para escribir artículos para ‘Almas’. Estamos necesitando mucho según me dice el P. Chávez. El que aún no escribe ni cartas ni artículos es el Padre Valdés. ¡FELICES PASCUAS!”

El 13 de abril de 1960, Monseñor Escalante escribió al P. Ríos: “Según programa que he hecho, saldré de México el 19 de abril, estaré algunos días en Nueva York en donde también tomaré una iglesia, y después iré a París, Barcelona y Roma; a este último lugar llegaré el 1° de mayo y permaneceré una semana. De allí pienso seguir para Ghana, Congo Belga, Ruanda Burundi, Uganda, Kenia y

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Tanganica, visitando varios obispos y Misiones de esos rumbos. Ya tenemos cartas de algunos obispos de esos lugares, así como también nos han escrito de Indonesia y de Corea. Pienso llegar a Hong Kong el 3 ó 4 de junio para estar allí cinco días, y el 8 llegaré a Japón vía Pan American.

Espero que me escribas a Roma o a Hong Kong para que me digas si sería mejor ir de una vez a la Misión de Wakamatsu, o primero cumplir con una visita a Nagasaki y Corea; y después estar con ustedes hasta mi salida, que será por el 22 de junio. En Los Ángeles debo hablar en una iglesia el 26 y de allí regresaré a México para llegar el 27 de junio.

Tenemos cinco Diáconos, y creo que dos de ellos irán a Roma, y pensamos mandar dos o tres Padres a las Misiones; de esto les hablaré personalmente cuando llegue.

Creo que han estado mandando Diarios del Seminario y del Noviciado según indicaciones que les hago de vez en cuando. Por parte de ustedes, claro, no hemos tenido ningún Diario desde que el Padre Sarmina salió de Japón. Una notita cada noche de algún acontecimiento en la Misión hecha treinta veces al mes, significa un ‘Diario’ que alentará mucho a los muchachos de aquí, y aún podría escribirse sobre ese punto de vista. Una sola vez al mes un artículo sobre Japón, sus costumbres, Misiones, o de alguna personalidad de la Misión, haría muy bien para promover lo de allá. De vez en cuando, la gente sigue preguntando si ha llegado el Padre Valdés a Japón; ¿cómo es que no escribe para la revista ‘Almas’?”

El 6 de mayo de 1960, Monseñor Escalante escribió a los Padres Ríos y Garnica en Japón: “Recibí hoy sus dos cartas por las cuales les agradezco, especialmente por las felicitaciones.

En Roma una semana, no más. El domingo en la noche saldré para África y allá celebraré mi aniversario en Accra. Hoy visité a los de San Sulpicio y mandan muchos saludos a su exalumno (el P. Alejandro Ríos). Las juntas se acabaron hoy.

Su Santidad (Juan XXIII) nos recibe mañana y después, el domingo 8, asistiremos a la consagración de 14 obispos de las Misiones que consagrará Su Santidad en San Pedro. Espero que hayas recibido al Sr. Arzobispo de Monterrey y a nuestro Arquitecto


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Villagrán que tanto ha hecho por nosotros. Va a llegar el 7 de mayo y quiere ir a la Misión.” (El Arzobispo de Monterrey no fue; sólo el Arq. Villagrán y los Padres lo atendieron bien).

El 14 de febrero de 1962, Monseñor Escalante escribió al P. Ríos: “Al llegar de una gira por Yucatán y Campeche, recibí la mala noticia de la muerte de tu querida mamá. Todos en el Seminario te mandamos nuestro más sentido pésame, especialmente a ti que estuviste tan lejos de ella. Hoy mismo se ofreció una Misa de Comunidad por el eterno descanso de su alma y yo también ofrecí la mía por ella. Vamos a seguir rezando por ella y ofreciendo otras misas.

El 4 de febrero llegó el Padre Garnica. Se ve muy bien y contento. El día siguiente tuvimos la despedida de los Padres que se van a Corea. Creo que estarán unos meses en los Estados Unidos antes de tomar el barco para Japón. Los convenció el Padre Garnica de que debían aprender cuanto antes inglés para poder trabajar mejor.

Saludos a los Padres y no nos olvidaremos de la gran pena que has tenido. Yo, sobre todo, entiendo lo que significa que una madre muera cuando uno está tan lejos, puesto que yo estaba por regresar de China cuando murió la mía.”

El 20 de febrero de 1962, Monseñor Escalante escribió al P. Ríos: “Recibí tu carta del 19 de enero, junto con el pedido de vino de Misa para la Misión. Hoy vamos a hacer el pedido.

Hace unos días que el Consejo decidió que regreses en el otoño o después de la llegada del Padre Garnica y que te encargues del noviciado en el próximo año. Esa idea la tuvimos desde hace tiempo y es la razón por la cual el Padre Garnica regresó primero, para que después lo sigas y tomes este cargo que será por un año. El Padre Garnica regresó y está muy bien. Está visitando a su mamá y a toda su familia en estas dos semanas.”

El2dejuliode1962,MonseñorEscalanteenvióunBoletínConfidencialdel Consejo que decía: “Nuevo Vicario General: Dada la renuncia del R.P. Esteban Martínez de la Serna, Vicario General del Instituto hasta el momento, el Superior General, con las facultades concedidas por Propaganda Fide, ‘ad tempus’

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(por un tiempo), nombra Vicario General al R.P. Rodolfo Navarro G., Rector del Seminario Central, a partir de esta fecha. Japón: El P. Alejandro M. Ríos Z., actual Superior de la Misión de Japón, tomará a su cargo el Noviciado 1962-1963. Lo suplirá temporalmente el P. Juvenal Garnica. Docete omnes gentes…”

El P. Alejandro Ríos va a México y el P. Juvenal Garnica lo suple

El 7 de agosto de 1962, Monseñor Escalante escribe al P. Ríos: “Recibí tu carta del 31 de julio con los informes que mandaste. He notado que llegas a mediados de octubre, después de embarcarte el 27 de septiembre para Los Ángeles. Sería bueno averiguar si no hay que empezar a construir en Kitakata, pues en Tokio como en Kioto, oí que, cuando uno compra un terreno, lo tiene que utilizar para construcción en un año. Ojalá que en Kitakata, que es un lugar más chico, no sea lo mismo.”

El 1° de marzo de 1963, Monseñor Escalante escribió al P. Juvenal Garnica: “Parece que con esa nueva secta budista político-religiosa llamada Soka Gakkai, van a tener que trabajar más para poder conseguir más conversiones al cristianismo.

Creo que ya saben la noticia de que el Padre Luis López tomará el lugar del Padre Esteban en la escuela franciscana de San José, para estudiar japonés por dos años. Favor de avisar al Padre Rector, para que siga apartando un cuarto para nosotros.”

El mismo 1° de marzo, Monseñor Escalante escribió al Excmo. Sr. Kobayashi, Obispo de Sendai (traducción): “El Padre Garnica ha escrito diciéndome que usted está considerando vender un pedazo de propiedad, cercana a la iglesia de Wakamatsu, a las Hermanas.

Deseo confirmarle por escrito mi opinión personal al respecto. Creo que esta propiedad no debe venderse a nadie y debe conservarse a nombre de la parroquia, ya que podríamos usarla algún día.

Además, las Hermanas tienen una gran porción de terreno, especialmente al frente de la escuela o en los mismos campos del convento, donde ellas pueden construir lo que deseen.


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Si ellas no tuviesen suficiente terreno, las tomaríamos en consideración. Creo que debemos proteger primero a la parroquia.”

Cartas al P. Juvenal Garnica

El 16 de abril de 1963, Monseñor Escalante escribió al P. Juvenal Garnica ésta y las siguientes cartas, en diferentes fechas: “Voy a estar allá la primera o segunda semana de mayo. Todo estuvo muy bien en Semana Santa y vino mucha gente, como de costumbre.

Los novicios se fueron a Guadalajara y los chicos fueron a su casa por una semana.

Parece que todos quieren ir a Corea, ya que los Padres de allá han hecho muy buena propaganda entre los seminaristas. ¡ESCRIBIÉNDOLES! PD.- El 18 de mayo una peregrinación mexicana estará en Nagasaki para la ‘Clausura de los Actos del Centenario de la canonización de San Felipe’. Le dije al P. Colín que esté presente, si le es posible. (Mons. Escalante invitó al P. Colín para que viajara con él a Japón, Corea, Hong Kong y de regreso a México, aunque dentro de Japón y Corea no viajaron juntos. Él tenía asuntos diversos que tratar y dio al P. Colín libertad para conocer esos países. El P. Colín asistió a la celebración del Centenario de San Felipe de Jesús, que se llevó a cabo en la iglesia y monumento dedicados a los Mártires de Nagasaki. Monseñor Escalante y el P. Colín hicieron juntos el resto del viaje Japón-Hong Kong-México).

El 5 de junio de 1963, le escribió: “Otra buena noticia es que apenas supe que la Madre General de las Hermanas de la Inmaculada Concepción en Montreal estaba en México asistiendo a las juntas de Superiores y Superioras canadienses en Cuernavaca, la llamé y me vino a visitar ayer. Le agradecí por todo el bien que han hecho las Madres para la parroquia en estos años que han estado allá los Misioneros de Guadalupe y que la parroquia debía de aprovechar esta magnífica oportunidad de la obra del colegio para hacer más conversiones y una de las mejores maneras es de mandar dos Madres Apostólicas que estén bajo el párroco de Wakamatsu, para ayudar a la parroquia en visitas a los padres de familia, los hospitales, enseñar catecismo, etc.

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Me dijo la Madre que aprobaba este asunto y que tenía dos Madres que próximamente nombrará para ustedes. Ellas estarán en el mismo convento, por supuesto, y tendrán sus horas y días para trabajar bajo las órdenes de la Superiora. Claro que, cuando hay dos Madres para la parroquia, se entienden con la Superiora o la Delegada de la Superiora, para que no haya choques.

Con la ida de las Madres, no quiero decir que los Padres dejen de trabajar. Al contrario, tendrán que trabajar más buscando trabajo para ellas. Ustedes deberían de tener el ‘pié japonés’ para andar por todos lados en Wakamatsu, haciendo que la Iglesia sea conocida. Es cuestión enteramente del celo por las almas, aunque muchas veces estas almas no respondan.

El Padre Colín llegó sin novedad. También pudo pasar todas las cosas que trajo del Oriente.

Espero que ya hayan empezado la construcción en Kitakata. Saludos al Padre Martínez y al Padre Valdés. PD.- El Sr. Jenness acaba de llegar y pregunta por ustedes y si recibieron el último paquete que les mandó. Favor de contestarle.”

El 25 de julio de 1963, le escribió: “Recibí tu carta del 2 de julio cuando regresé de San Francisco. Me da mucho gusto que ya hayan empezado el nuevo salón de actos y la casa de los Padres en Kitakata.

Es bueno que hayas escrito a Monseñor De Nigris pidiéndole un poco más para la Misión de Kitakata. Entiendo que el Señor De Nigris ha estado enfermo.

El Padre López debería llegar a Japón, a fines de agosto o principios de septiembre. Él sale de aquí a principios de agosto y, como no tenemos pasaje en barco, tendrá que ir en avión. Cualquier cosa que necesite, ayúdenlo y mándenle dinero.”

El 31 de julio de 1963, le escribió: “Adjunto una lista de los nuevos nombramientos. En ella verás que has sido nombrado Superior de la Misión de Japón. Espero que tengas mucha iniciativa y que la sometas al Señor Obispo de ese lugar como a nosotros, si es cuestión del Instituto.


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Los nombramientos de Kitakata y de Tayima dependen totalmente de ti. Nosotros sólo nombramos al Superior del país con la anuencia del Señor Obispo. La estamos pidiendo en estos días.

Favor de decirme cuándo debe estar el Padre López en Tokio, para empezar sus estudios.

Hay aviones, 2 ó 3 veces por semana, a Japón, y el Padre López puede salir el 1° de septiembre para estar con ustedes unos días antes de empezar sus clases. Saludos a todos los Padres.”

El 22 de agosto de 1963, le escribió: “El Padre López sale el día primero de septiembre por Canadian Pacific Airlines. Entiendo que llegará el lunes a las 4 de la tarde, si el avión llega a tiempo. Favor de recibirlo o mandar a alguien para esto.”

El 14 de enero de 1964, le escribió: “Me da mucho gusto que la construcción en Kitakata se haya terminado y que hay una capilla provisional y, al mismo tiempo, un lugar para los Padres. Los japoneses han sido muy cumplidos, tanto en terminar la construcción, como en hacerla bien.

El Excelentísimo Sr. Obispo Kobayashi está aquí. Llegó el día 7 y piensa quedarse por lo menos 3 semanas en México. Le han dado 3 ó 4 iglesias para pedir limosna (en un domingo), pues está muy necesitado. Ayer confirmó a 800 en la catedral durante dos horas. Creo que en las tres semanas que va a estar aquí va a confirmar varias veces y jamás confirmará un número tan grande por el resto de su vida. Entiendo que le van a dar todos los estipendios de las confirmaciones como ayuda del Arzobispado. Nosotros le hemos dado $250.00 dlls. para su viaje.

Incluyo dos recortes de una entrevista que tuvo con los periodistas. Jamás se menciona a los Misioneros de Guadalupe. El Padre Ríos y el Padre Arteaga fueron los dos que estuvieron presentes y se les dieron tarjetas a los periodistas para que sepan quiénes somos.

Te felicito por el éxito de Navidad, cuando bautizaron a 12 adultos. En mis tiempos como misionero, si hubiera bautizado a tantos, ¡me hubieran nombrado Prelado Doméstico de Su Santidad!

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A ver si los fieles de allá ayudan también, para educarlos poco a poco a sostener a sus propios sacerdotes. Una cuota mensual para el sostenimiento de los Padres en un sobre, de parte de los parroquianos, sería muy buen comienzo.

Creo que el Padre López debe quedarse hasta fines de junio en el colegio. El Padre Esteban no aguantó y parece que el Padre López aguanta menos; pero es necesario este primer año en la escuela de lenguas, cueste lo que cueste, ya sea en lo financiero o en el sacrificio que hace uno. Más tarde les diré si seguirá otro año, pero que el Padre se sujete al método de los Padres alemanes, aunque sea lento. ‘Festina lente’. (Este dicho latino se dice en español: ‘Despacio que voy de prisa’).

Pienso estar con ustedes en mayo, si es posible, después de las juntas en Roma, de acuerdo con el programa que he tenido de visitar la Misión cada dos años. El año pasado no cuenta, ¡porque el pasaje fue gratis!

Ahora que están aquí el Señor Kobayashi y el Padre Ríos, juntaremos a los dos, tomando en cuenta desde luego, tu parecer sobre las Madres que deberán atender Kitakata. Hoy salgo por 4 ó 5 días pero, apenas regrese, tendré una junta con los dos.

Cada año deben decirnos exactamente el plan que tienen de promover alguna obra en un lugar, para anunciarlo en la revista y así poder conseguir ayuda. Si creen que Kitakata ya está arreglada por un tiempo, pueden usar el dinero según lo necesiten para Tayima o Inawashiro, pero debemos primero consultar a los otros Padres y después decidir. A nosotros no nos importa dónde se usa el dinero, sólo que se use bien para el éxito de la Iglesia y la conversión de los infieles.”

El 20 de enero de 1964 escribió a los Padres Garnica, Martínez, Valdés y López: “Quiero poner en conocimiento de todos ustedes que este Consejo ha nombrado al Padre Rodolfo Navarro, Visitador Extraordinario, quien debe dar un informe cabal del resultado de su visita a nuestra Misión de Japón. PD.- El Padre Navarro sale en avión para Hawaii el día 4 de febrero y después de unos días allá, a Japón. Seguro que les avisará.” 32

32 No hay constancia de esta visita. Véase pág. 382. Párr. primero.


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El 27 de enero de 1964, Monseñor Escalante escribió al P. Garnica: “Respecto a las religiosas que atenderán el kínder de Kitakata, con mucho gusto les daremos la preferencia a las RR.MM. Misioneras de la Inmaculada Concepción que ya están en Wakamatsu. Porque hacen muy bien su trabajo, porque están especializadas en sus escuelas y porque son muy bien conocidas. Además, económicamente todo lo llevan muy bien. Sobre todo, si hay vocaciones de Madres japonesas, quedarían muy bien.

Con todo esto, creo que debemos ofrecerles el trabajo primero a las Madres canadienses, pero bajo estas condiciones:

1. Que sería una escuela bajo la autoridad del párroco.2. Que ellas pueden construir según quieran o necesiten, bajo la dirección del párroco,

pues ya hay un plano para ese terreno.

Favor de hablar con las Madres sobre estos asuntos, para ver si ellas estarían listas para hacer este trabajo. Tendríamos, claro, que hacer un contrato de mutuo acuerdo para que ellas construyan primero el convento a su gusto y después el kínder, ambas cosas con su dinero.

Insisto en que todo esto debe estar bajo la parroquia, que es contacto y conversión de las almas y, con el empuje del párroco, se puede conseguir más en este sentido. Naturalmente, ustedes deben darme su parecer antes de proceder.

Se debe comprar el terreno de Tayima, ya que es un precio muy moderado y algo se puede seguir haciendo por el bien de esa gente.

Espero estar allá en mayo, puesto que cada dos años espero visitarlos después de las juntas en Roma. El año pasado fue algo extraordinario por lo de la Misión de Corea.”

El 1 de febrero de 1964, el Consejo General del Instituto envió un boletín a todos los Misioneros de Guadalupe en estos términos: “VICARIO GENERAL.- Habiendo sido nombrado el Padre Rodolfo Navarro como Superior para la Misión de Koangllu, Corea, renunció a su cargo de Primer

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Asistente y Vicario General del Instituto. Ha sido nombrado el Padre Alejandro Ríos para ambos cargos.

El P. Agustín Luna fue nombrado Director Espiritual del Seminario Menor en México.

FUMAR.- Teniendo en cuenta las últimas estadísticas acerca de los daños causados por el cigarro en los fumadores, se recomienda, a los miembros del Instituto que fuman actualmente, que vayan retirándose poco a poco, hasta lograr un total desprendimiento. En los Seminarios del Instituto queda prohibido a los alumnos fumar, a partir de Cuaresma.

MORAL Y LITURGIA.- Se recuerda a los Padres del Instituto y a los Superiores, la obligación de hacer las reuniones o Juntas Mensuales de Moral y Liturgia.”

El 3 de febrero de 1964, Monseñor Escalante escribió al P. Juvenal Garnica en Japón, ésta, y las siguientes tres cartas: “Adjunto un informe sobre el Señor Kobayashi. Le han estado haciendo bastante publicidad y él mismo se ha movido mucho. Ha podido hablar para conseguir varias iglesias. Ayer tuvo la del Purísimo Corazón de María en la Colonia Del Valle que es una de las mejores. Tiene un sermón en español que lee bastante bien y él mismo recoge algo de la colecta.

Le han dado también nombres de gente rica y los ha ido a visitar; pero la mayor parte del tiempo le dicen que ya están ayudando al Padre Arrupe. ¡Él no sabía qué fuerza tiene el Padre Arrupe en México!”

El 14 de febrero de 1964, le escribió: “Como no contesté enteramente tu carta del primero de diciembre, te contesto a continuación: Vamos a dar $30.00 dlls. más de viáticos, para poder sostener la Misión de Kitakata.

Creo que te había pedido que me dieras un informe general del año pasado de los gastos de viáticos, para ver si debemos aumentarlos. Puede ser que no estemos mandando bastante.


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En el último boletín que ya mandamos, está clara la situación del Padre López. Cuando yo vaya allá, estudiaremos el asunto un poco más a fondo pero, por principio, creo que debería tener dos años de preparación y dar un paso lento pero seguro, en vez de correr y caer o agotarse.

En estos días debe estar con ustedes el Padre Navarro, quien va rumbo a Corea.

El Sr. Obispo Kobayashi salió el martes pasado para Japón, vía Dinamarca, pues su pasaje era libre por la S.A.S. Estuvo aquí un poco más de un mes. Como le prestamos coche y chofer, pudo hacer bastante en poco tiempo, se fue muy contento y México le gustó mucho. Creo que el Padre Ríos y los otros ya están descansando, pues los tenía a todos ocupados durante sus giras.

Insisto en que cada uno de ustedes, incluyendo al Padre López, debe escribir un artículo para la revista ‘Almas’.

El Padre Arteaga me dijo el otro día que han estado muy escasos los artículos de Japón y con eso, también los donativos para Japón. Favor de mandar unos cuantos artículos inmediata y directamente al Padre Arcadio, para que él tenga material sobre la Misión.

San Pablo decía: ‘el que no trabaja, que no coma’ y aquí deberíamos decir: ‘el que no escribe, que no reciba’.”

El 2 de abril de 1964, le escribió: “Recibí tu carta del 16 de marzo, junto con el proyecto del contrato con las Madres. Me parecieron buenas todas las sugerencias que han hecho.

Hace unos años le mandé al Padre Ríos la copia de un convenio que hay entre las Madres y Padres de Maryknoll. El Padre Ríos me ha dicho que en el archivo de Misioneros de Guadalupe hay un contrato modelo para Religiosas, que les dio el Señor Delegado Apostólico hace algunos años. Viendo éstos, se puede firmar algo en serio y por un tiempo, digamos 2 años, para que después se pueda ajustar, ya sean los salarios o el trabajo. El Padre Ríos me dio también algunos puntos que incluyo en esta carta.

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Para mí no hay duda de que debemos regalar parte del terreno de Kitakata, si las Madres van a construir ahí su kínder y convento; y, como está bajo el nombre de la diócesis, se necesitará el permiso del Señor Obispo.

Pienso estar por ese rumbo a fines de mayo o a principios de junio. Primero visitaré Corea y después Japón. Salgo para Roma el 23 de este mes y estaré ahí del 10 al 17 de mayo.”

En realidad, Mons. Escalante visitó la Misión el 6 de junio de 1964. El 18 de junio de este año, escribió al P. Juvenal Garnica: “Sin novedad regresé a México. En estos días hay mucho en los periódicos sobre el temblor de Niigata que está cerca de ustedes. ¡Ojalá que no se hayan roto las botellas de cerveza ni haya despertado a los Padres de su siesta, pues entiendo que fue ¡después de la 1 de la tarde!Favor de darnos, cuanto antes, los planos y el presupuesto para el Yochien (Jardín de Niños). Vamos a hacer todo lo posible para mandar, antes de mi salida al Concilio, la mitad de lo que mandamos cada año allá.

Favor también de conseguir precios sobre el terreno de Inawashiro. Creo que es necesario conseguir este terreno cuanto antes, aunque sea en abonos anuales.”

El 23 de julio de 1964, Monseñor Escalante escribió al P. Garnica, ésta y la siguiente carta: “Me gustaría mucho tener a las Madres Eucarísticas en Kitakata. Ojalá que la Superiora Regional, como la Superiora General, den alguna respuesta definitiva.

El Padre Salvador Estrada saldrá a fines de agosto en avión, directamente a Tokio. Más tarde les diremos la fecha exacta de su llegada, pero irá por Canadian Pacific.”

El 18 de agosto de 1964 le escribió: “En estos días hemos reservado un lugar para el Padre Salvador Estrada en Canadian Pacific Airlines, que sale de México el domingo 30 de agosto a las 7 de la mañana, pasa por Vancouver, y en vuelo directo, llega a Tokio a las 4:55 p.m. del 31. Favor de ir a recibirlo.

Salgo para Europa el 21 de este mes, después de hablar en una iglesia de Filadelfia. Iré a Alemania para reunirme con los 8 muchachos de allá y estaremos dos semanas


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en: Steyler Missionsschwestern, Reinegg in der Mahr, Brixen (Bressanone). En Roma estaré desde el 13 de septiembre en Vía Sardegna 83. ¡Saludos a todos los Padres!”

Cuatro cartas al P. Esteban Martínez

El 16 de julio de 1964, Monseñor Escalante escribió al P. Esteban Martínez de la Serna en Japón: “Recibí tu carta del 10 de julio. Creo que te estás moviendo bien para el proyecto del kindergarden. Ojalá que se pueda conseguir, por intermedio de esos señores, todo lo necesario. Por el momento, creo que no podemos hacer el préstamo a Kitakata para su construcción. Vamos a ver lo que se puede mandar este año para ayudar a toda la Misión. Adjunto unas fotografías que tomé en Kitakata cuando estuve allá.”

El 30 de noviembre de 1964, Monseñor le escribió: “Estamos de acuerdo en que se haga un jardín de niños como le escribí al Padre Garnica, pero necesito detalles del préstamo que quieren conseguir.

¿Será posible usar la capilla como kindergarden durante la semana y, como capilla, los domingos? Así lo están haciendo algunos Padres de Maryknoll, sobre todo en Hong Kong. Debes empezar el kínder con pocos niños y teniendo una buena profesora.Llegué de Roma el día 26. Estaré aquí unos meses antes de ir de nuevo (a Japón) en la primavera.”

El 9 de diciembre de 1964 le escribió: “Recibí tu carta y el artículo para la revista ‘Almas’. El Padre Arteaga sigue pidiendo artículos, ya que se puede hacer mucho con lo que escriban ustedes para promover su propia Misión.

En esta carta no mencionaste cuánto costaría la capilla. Sería bueno que me lo dijeras para que se anuncie también en la revista. Por supuesto, debes de tener los planos para que sea una cosa bien hecha.

Espero que en todo te vaya bien y te deseo una Navidad llena de gozo espiritual y ojalá que tengas los primeros para bautizar en ese tiempo. PD.- Visitó la Madre General de las MESST la Misión de Kitakata?” El Padre Esteban contestó que no.

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El 22 de diciembre de 1964 le escribió: “Recibí tu carta y el recorte de periódico sobre la catedral de Tokio. Me han invitado al Congreso, así como a la consagración de la catedral, pero decidí mejor regresar a México. Entiendo que fue más bien el Cardenal de Colonia (y no la Propagación de la Fe), el que relizó esta obra.

En estos días ha solicitado su dispensa del juramento, el Padre Juan Gutiérrez, pues no quiere ir a las Misiones. Estamos consiguiendo el permiso de Roma para que se pueda incardinar a una diócesis.

Me alegro mucho que hayas conseguido a las Madres de Wakamatsu para poder empezar algo en ese lugar. Entiendo bien que se necesita unidad misionera para poder conseguir interés. En estos días, esto se llama pre-evangelización.

Dios quiera que el próximo año los pueda visitar. Me gustaría ir de nuevo a Japón y Corea, yendo o regresando de Roma. Es mucho más barato hacerlo así. Saludos a los Padres.”

Más cartas al P. Garnica

El 4 de febrero de 1965, Monseñor Escalante escribió al P. Garnica, ésta y las siguientes seis cartas: “Puedes oficialmente decir al Padre Valdés que regrese a México este año. El mes depende enteramente del Superior local, cuando lo pueda librar de sus obligaciones.

Sugiero que el Padre López tome su lugar, pero que viva un tiempo más en Wakamatsu, haciendo visitas a Tayima cuando sea necesario.

Es muy probable que mandemos un Padre más este año. Favor de apartar un lugar en el convento de San José, para que tengamos otro Padre estudiando allá. Si lo crees conveniente, el Padre López puede terminar sus estudios en Pascua como se había sugerido antes de ir a la Misión, y ahí puede aprender las nuevas expresiones y las costumbres.”


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El 9 de febrero de 1965, le escribió: “En estos días he oído que el Padre López no está en el colegio del convento de San José. Quiero primero averiguar si esto es cierto, puesto que los Padres que van a estudiar allá por dos años, deben de estar en la escuela, a menos que se le dé permiso para ir a trabajar a la Misión. Únicamente queremos que todos los Padres que estén allá se preparen bien.

El otro día te dije que, si crees conveniente, puedes dejar salir al Padre López de la escuela antes de Pascua, para entrar a trabajar, puesto que el Padre Valdés regresará en pocos meses y alguien debe encargarse de ese lugar bajo tus órdenes. No te olvides de mandar algunas fotos, así como un diario o artículos para la revista ‘Almas’. PD.- Puede ser que yo vaya a Japón después de las juntas de las OO.MM.PP. en Roma, a fines de marzo o antes de Pascua.”

El 22 de febrero de 1965, le escribió: “La relación de los donativos especificados se mandará cada mes, con el nombre y domicilio de los bienhechores, la fecha y la cantidad. Ustedes deben agradecer, a cada uno de ellos, su donativo, con una carta personal para promover más y más esta obra. Así mismo deben cumplir los deseos del bienhechor, ya que así ellos nos tendrán confianza para seguir ayudando.”

El 23 de febrero de 1965, le escribió: “Recibí tu carta del 17 de febrero. Es una lástima que el Padre López haya dejado el colegio para ir a la Misión. Según el arreglo, los Padres que van a esa Misión deben estudiar dos años para prepararse bien. No importa si se sienten contentos o no en la escuela. Además, el artículo 109 de la Constitución habla claramente de esto. Si vamos a estar faltando a nuestros principios, habrá muchos problemas en las Misiones, porque los Padres estarán menos preparados.

Hemos nombrado a 6 Padres para las Misiones, pero todavía no sabemos si podremos mandar a alguno a Japón este año, por los compromisos que tenemos de tomar una misión entera en Corea, donde ya tienen parroquias y mucho éxito.

Por supuesto, ni al Señor de Niigata ni al Señor de Sendai se les puede mandar Padres, pues ustedes mismos son pocos. Cualquier arreglo con otro obispo se tiene que hacer por intermedio nuestro.

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Estaré en Japón más o menos en Semana Santa. Pasaré una semana en Corea y después iré a Filipinas para representar a los Obispos de México en el 4° Centenario del Cristianismo. En este Centenario, los Obispos de Filipinas van a ofrecer un nuevo Seminario para las Misiones Extranjeras, así es que estaré contento por ayudarlos en algo.”

El 11 de junio de 1965, le escribió: “Recibí tu carta del 3 de junio en la que me pones al tanto de todos los acontecimientos en Wakamatsu y también la nueva dirección.

¡Qué bueno que fue allá el Arquitecto Villagrán y también a Corea, donde más lo necesitan!

Ya les había escrito sobre la llegada del Padre Monroy, pidiéndoles los datos sobre el día en que empiezan las clases en la escuela de lenguas. Él debe llegar allá una semana antes para conocer la Misión. Ha estado un mes en New Orleans y posiblemente estará otras 2 semanas en California, en julio.

No se olviden de escribir artículos para la revista ‘Almas’. El Padre Martínez es el único fiel a esta obligación.”

El 30 de julio de 1965, le escribió: “El Padre José Monroy ha estado haciendo algunas colectas particulares para la Misión de Japón. Mañana tienen la última despedida en Monterrey.”

El 14 de diciembre de 1965, le escribió: “Una vez más celebramos el aniversario del Nacimiento de Nuestro Señor y este año te tocó en un país donde es poco conocido. Por muchos años te has preparado para anunciar esta buena nueva, pero ahora que estás allá cuánta dificultad hay con un nuevo idioma. Eres como Zacarías que, sabiendo, no pudo anunciar por un tiempo.

Esta fiesta nos indica, sobre todo, que hay que ser muy generosos, aunque sea con sacrificio. Haciéndolo así, tienes la alegría y el mérito.


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Todos nuestros misioneros, hasta ahora, han hecho un buen papel gracias a su fe y generosidad. Nuestra esperanza es que sigan siempre así.

El Concilio ha terminado con gran éxito y unanimidad. Por muchos siglos tendrá sus efectos, sobre todo en las Misiones pues, por primera vez, se trató de la extensión de la Iglesia de Cristo en todo el mundo.

La Misa de medianoche en el Seminario será ofrecida, como siempre, por la Comunidad, para que tengamos sacerdotes santos, pues es lo que más vale.”

El 28 de diciembre de 1965, Monseñor Escalante escribió al P. Esteban Martínez: “Voy a escribir directamente a la Santa Infancia y te mandaré la copia después del Año Nuevo. A ver si se puede conseguir algo de esta organización para tu kínder en Kitakata.

Por el momento no podemos mandar más dinero para obras, por las deudas que tenemos. Dios quiera que una vez que empiece el año, nos vaya mejor, si nos dan los permisos para hacer las colectas en la ciudad de México.

El 7 de enero de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Juvenal Garnica, ésta y la carta siguiente: “El Arquitecto Villagrán se ha quejado varias veces de que ustedes nunca le contestan. Ha mandado transparencias y otras cosas y ni siquiera ha tenido noticias de que las recibieron. Favor de tener como regla general, escribir cuanto antes para agradecer ¡aunque sea un timbre!”

El 4 de febrero de 1966, le escribió: “Como tú sabes, nuestro año escolar termina hasta octubre. Quiero preguntarte si sería bueno mandar a los Padres a la Misión de Japón en enero para que empiecen los cursos en ese mes. Además, podrían aprender más inglés en los Estados Unidos y conseguir más dinero allá.

Esto sería cada año, hasta que se regularicen los estudios en México. Se ha publicado que el Ministerio de Educación Pública ha resuelto adoptar el calendario tipo B, es decir, que las clases en México empezarán en septiembre y terminarán en junio. Una vez que tengamos este sistema, podremos adaptarnos mejor a la Misión de Japón. Favor de darme tu parecer lo más pronto posible, para planear el resto del año.”

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El 14 de febrero de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Garnica: “El Padre Valdés salió de México ayer, día 13. Entiendo que llegará a Japón el próximo sábado, día 26. Yo sugiero que tome, antes o después de Pascua, o durante el verano, un curso corto en japonés. Como ya tuvo 6 meses de vacaciones, creo que ya está listo para dedicarse de nuevo al idioma y al apostolado.

No sé qué tal le fue en sus giras, pero según lo que él me dijo, cubrió nada más su pasaje.

Como te he dicho, no deben depender enteramente del Instituto, sino usar iniciativas para conseguir más y poder ayudar más al pueblo donde se trabaja.

He notado que van a usar algo del dinero que les mandé en Inawashiro o en Bangue.

Este año se celebrará en Guadalajara un Congreso Misional en noviembre. Esperamos que ustedes preparen o manden algo para la exposición. El Padre Colín está encargado de esto, junto con otros 3 ó 4 Padres.

Hace unos días te escribí sobre la cuestión del inglés, si sería mejor mandar a los Padres en enero, para que aprendan mejor el idioma. Ojalá que me escribas sobre este asunto cuanto antes para que, de una vez, se decida.

En estos días salgo por una semana. Estaré aquí de nuevo, antes del fin de mes.”

El 11 de agosto de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Garnica: “Salgo para EE.UU. el día 21 del presente mes, pues he sido invitado al Capítulo General de los Padres de Maryknoll. Regresaré el día 20 de septiembre.”

El P. Esteban Martínez, Superior de la Misión

El 29 de septiembre de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Esteban Martínez: “Acabo de escribir al Sr. Obispo Kobayashi, diciéndole que has sido nombrado Superior de los Misioneros de Guadalupe en Japón, y que te nombre párroco de Aizu Wakamatsu, según las indicaciones que escribimos antes.


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A nosotros nos parece bueno, para los Misioneros que tienes que atender, que radiques en la ciudad de Aizu Wakamatsu, para atender esa Misión, así como a los diferentes Padres.

Tienes que hablar con el Sr. Obispo, para que arregles con él, quién se va a quedar en Kitakata y en Tayima, para que él nombre párroco de cada lugar.

Nosotros sólo nos encargamos del Superior, según la aprobación del Sr. Obispo. El Superior entonces se entiende con el Sr. Obispo para los otros nombramientos.

Espero que cumplas bien con tu nuevo nombramiento. En primer lugar, esto significa atender al personal y miembros del Instituto, tanto en lo espiritual como en lo material. Mandar informes mensualmente, y una vez al año el del personal. También queremos que todas las cuentas estén bien para poder juzgar las necesidades de la Misión.

Aunque no eres Superior Regional, sino sólo para Japón, puedes leer esa parte de las Constituciones.”

El mismo día, Monseñor Escalante escribió al Excmo. Sr. Kobayashi, Obispo de Sendai: “Debido a que el tiempo del Padre Garnica, como Superior de la Misión, ha concluído, pedimos a los Padres que votaran por un nuevo Superior. El P. Esteban Martínez de la Serna ha sido elegido.

Creemos que, automáticamente, el Superior de la Misión debe ser párroco en Aizu Wakamatsu, ya que es la Misión central y más accesible para los otros Padres.

Por lo tanto, sugerimos a usted que lo nombre párroco de Aizu Wakamatsu. A su vez, él puede consultarle sobre los otros cambios. (*Nota: El 20 de octubre de 1966, se volvió a enviar la misma carta al Obispo Kobayashi)

El 28 de octubre de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Esteban Martínez ésta, y las siguientes cinco cartas: “Adjunto copia de la carta que escribí al Sr. Obispo de Sendai, diciéndole que has sido nombrado Superior local de los Misioneros de Guadalupe en Japón, y que forzosamente tienes que cambiarte a

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Wakamatsu porque tienes que atender a los Padres, que es uno de los deberes de nuestro representante.

El Sr. Obispo no ha contestado todavía y, de nuevo, le escribí el día 20 del presente, para que de una vez te nombre párroco de Wakamatsu, puesto que las dos cosas van juntas.

Tenemos que insistir en este cambio, por el bien del Instituto. Entiendo muy bien que te va a doler dejar Kitakata y la obra que estás haciendo allí, pero ahora tu obra se extiende más, a más gente, y a más Padres.

Debes leer las Constituciones, los deberes del Superior Regional, aunque sólo eres Superior local, pero implica las mismas cosas.

Esperamos que des más vida a la parroquia principal y que animes mucho a los Padres que están por ese rumbo, puesto que ellos mismos te escogieron, y a nosotros nos pareció muy bien esa elección.

Tienes que insistir en comunicarte con el Sr. Obispo y tomar posesión de la parroquia cuando te nombre párroco. Además de atender al personal, hay que atender también a las cuentas del Instituto y de la parroquia. Siempre teniendo esto en buen orden, pues así se obtiene más confianza.

Para las otras parroquias, tú y el Sr. Obispo son los que deciden esas cosas, y no nosotros. Solamente nos avisas de los cambios, si es que van a tener.

Por aquí, todos están de vacaciones menos los de Preparatoria que salen a mediados del próximo mes. Hemos tenido muchas bajas, en vocaciones, puede ser por la falta de buena elección o por falta de la disciplina necesaria. Por este motivo, me encomiendo a tus oraciones y te mando mi bendición.”

El 13 de enero de 1967, le escribió: Te saludo deseando un feliz año para todos ustedes y para el apostolado. Recibí tu carta del 1° de enero. Todavía no sabemos si sigues viviendo en Kitakata o si ya te cambiaste a Wakamatsu, ni sabemos qué cambios haya habido. Ayer tratamos los asuntos que quieres realizar en la Misión durante los próximos cinco años:


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10 Bangue. Por lo pronto sólo podemos ayudar en el proyecto de una parroquia para este lugar, ya que está dentro del territorio que se nos ha confiado mediante contrato.

20 Sendai. Tengo delante de mí el contrato del Instituto con el Sr. Obispo de

Sendai, y no trata nada acerca de una parroquia en la sede episcopal; éste es el contrato firmado por Mons. Kobayashi y aprobado por Propaganda Fide. Tal vez hubo proyectos o esquemas con esa cláusula (tomar una parroquia en Sendai), pero no pasaron al texto del contrato definitivo.

30 Tokio. Creo que también será imposible tener una parroquia y casa del Instituto

en Tokio. La casa-procura para las Misiones del Instituto en Oriente ya se construyó en Seúl. Al menos en algunos años será imposible conseguir un lugar en Tokio. Con mucho gusto podemos ayudar a construir la parroquia tanto en Sendai como en Tokio, si los respectivos Sres. Obispos nos dan el terreno, como sucedió en Seúl.

40 Préstamo. El Instituto está bastante endrogado con préstamos para terminar

el Seminario en México, y más ahora que queremos terminar el Menor en Guadalajara. Por eso no es posible conseguir el préstamo que querías. Además, el Instituto no da el permiso, ni puede respaldar cualquier préstamo que se consigue en una Misión. El Ordinario del lugar probablemente te lo puede conseguir; si es así, por favor nos avisas para estar al tanto. Entiendo que anda por aquí el Padre Yoshida; es muy activo y ha conseguido mucho. Me dijo el otro día que en dos años jamás le había faltado una iglesia para hablar en los domingos.

50 Nombramiento de Misioneros. En tu carta dices: ‘Deseamos que cuando se nombre

un misionero para Japón, se pida la aprobación del Superior del lugar’. Esto, evidentemente es imposible, pues sería ceder los derechos del Superior General al Superior local, lo cual no se acostumbra en el gobierno ni en la legislación de la Iglesia. El Consejo General siempre va eligiendo para las diferentes Misiones, teniendo en cuenta las cualidades de los ‘nominandi’, así como las peticiones de los Superiores, si es que las hay. Si el Superior local cree que alguien no es indicado para tal Misión, debe hacer todo lo posible para que lleve a cabo su ministerio y vida sacerdotales de la mejor manera posible. Sólo en casos extremos

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debería escribir al Superior, dando las razones por las cuales el misionero debiera regresar, por ej., por motivos de salud, etc.

Este año te toca regresar para unas vacaciones y descanso y, después de conseguir los gastos de tu pasaje podrías ver lo difícil que es conseguir la cantidad que quieres para esa Misión. De todas maneras, mandaremos una suma para gastos generales de la Misión, y para los proyectos ordinarios. Ignoro por completo las entradas y gastos del kínder de Kitakata.

Espero que nos escribas al menos una vez al mes, sobre los asuntos que tienes, y ojalá que tu próxima carta sea de proyectos más fáciles de cumplir por parte del Instituto.”

El 30 de enero de 1967, le escribió: “Recibí tu carta del 20 de enero en la que me diste la noticia de los cambios que ha habido en la Misión. Sólo te quiero decir que supe que el Padre Garnica está de vacaciones y ayudando en el distrito de Karuizawa. Noté también que quieres tomar la responsabilidad de ambos lugares, de Kitakata y Wakamatsu. Eso es enteramente cuestión del obispo de ustedes.Favor de indicarnos cuándo piensas venir de vacaciones. Yo pienso estar por allá en junio.

He notado que quieres estudiar algo sobre el Oriente. No sé si habrá un buen lugar en México, pero sí puede haber en Estados Unidos, en la Universidad de Harvard o Yale. Te deberías comunicar con el Padre David Casey y consultarlo. Su dirección es: Sakyo-ku, Kitashirakawa, Higashi, Tsuto-machi 17, Kioto, Japan. Él ha estudiado por 7 años los asuntos del Oriente, especialmente las religiones. Es Padre de Maryknoll.

Hasta ahora no hemos recibido las piezas de radio que nos envía el Padre Garnica, y creo que nos deberían mandar también el comprobante, sobre todo si vino por correo aéreo, como lo pedí, para hacer la reclamación.

El Padre Yoshida sigue en México. Ayer estuvo en la iglesia de San Jacinto y seguirá por la arquidiócesis. Es muy activo y listo, pero ya me dijo varias veces que quiere regresar a Japón. El trabajo de Promotor es difícil.”


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El 8 de febrero de 1967, le escribió: “Recibí tu carta del 3 de febrero, junto con las fotografías del kínder de Kitakata.

Antes de marzo, a ver si te podemos ayudar un poco más con lo del kínder. Muchas gracias también por el diario. Lo pasé al Seminario y al Noviciado. En cierta manera, este diario se podría publicar de vez en cuando, como artículo.

Adjunto los puntos que aprobaron los Obispos y que se han publicado para todos nosotros.

Tuve la noticia de que el P. Valdés inaugura su kínder en abril. Esto sí será una gran ayuda tanto para él como para el pueblo. Por cierto, yo nunca supe si por fin compraron el terreno de al lado, y para el cual les dí el dinero hace algunos años. Me gustaría saber también, exactamente, cuánto costó el acondicionamiento de la sala de la casa principal. Favor de mandarme esto por escrito, puesto que nuestra principal obligación es, precisamente, para con el personal de los Misioneros de Guadalupe.

Dile al P. López que sí recibí las dos piezas del Crown Stereo. Las encontré sobre mi escritorio un día.”

El 21 de febrero de 1967, le escribió: “Como te había explicado en mi última carta, el Sr. Gregorio Aguilar ya entregó un paquetito de piezas del stereo.

Vamos a tener ordenaciones al Sacerdocio, de Sandoval y León Martínez, el día 9 de abril y, poco después, iré a Europa, así es que, si piensas llegar a México, hazlo antes de mi salida.

Veo que de nuevo has cambiado de opinión y que no vas a estudiar religiones orientales. Todavía creo que en Kioto puedes conseguir uno de los mejores cursos de este tema. Yo iré a Japón, como de costumbre, a mediados o a fines de junio. PD.’- La R.M. Josefa Fox fue nombrada Superiora de las Misioneras Eucarísticas de la Santísima Trinidad.”

El 7 de marzo de 1967, le escribió: “Favor de comunicarnos el día y la línea que vas a usar para regresar a México. La Canadian Pacific es la más rápida, pues

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sólo hace una parada de 2 horas en Vancouver y, por supuesto, dan precios especiales si uno trae bastante equipaje.”

El 16 de octubre de 1967, el P. Esteban Martínez, como Superior de Japón, informó, en el primer Capítulo General de los Misioneros de Guadalupe, lo siguiente: “Las religiosas que trabajan en Wakamatsu son las Misioneras de la Inmaculada Concepción, de Quebec, Canadá. Estas religiosas poseen y administran una institución docente, que comprende desde kinder hasta preparatoria, con una población escolar de unos mil niños y jóvenes. Las religiosas son once. La parroquia de Kitakata tiene su propio Jardín de Niños, que fue establecido el 16 de abril de 1965 en la casa parroquial, donde funcionó hasta la construcción del edificio propio en diciembre de 1966. Cuenta con unos 80 niños.

En la parroquia de Kitakata colaboran dos religiosas de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, de Quebec.

La parroquia de Tayima está en el pueblo del mismo nombre en el extremo sur de la región. La parroquia comprende toda la extensión de Minami Aizu Gun con una población aproximada de 35,000 almas, de las cuales unas 70 son cristianas.

La casa cural y la capillita fueron construidas en 1964 y en abril de 1967 fue abierto el Jardín de Niños en su edificio propio.

En ningún otro rincón de la tierra, la viña del Señor parece haber sido plantada en suelo tan estéril, si solamente los misioneros entraran en consideración; no pocos son los que afirman que el esfuerzo enorme de la Iglesia en Japón es infecundo.

El misionero mismo, acostumbrado al vértigo del mundo moderno, quisiera ver la producción en serie de florecientes cristiandades.

Sin embargo, el misterio de las almas escapa a todo cálculo y proyecto humano. Ahora se trabaja, no tanto para lograr estadísticas deslumbrantes. Se trata de una penetración callada, ahora se abre el surco en que se deposita la semilla del futuro.


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En nuestra misión hay un trato cotidiano con más de un millar de niños que se educan en instituciones de la Iglesia y a través de esos niños, la influencia cristiana se extiende a otras tantas familias.

Esa semilla, fecundada por la Gracia de Dios, tendrá que producir abundantes frutos. Así lo pedimos fervientemente al Señor de la mies.”

Monseñor Escalante visitaba la Misión cada dos años. Durante la vida de él se abrieron, en el área encomendada, las parroquias, como se dijo, primero en Wakamatsu, y después en Kitakata y Tayima. Después de los tres primeros (P. Ríos, P. Sarmina y P. Garnica), él envió a la Misión a los Misioneros de Guadalupe siguientes:

P. Antonio Valdés Sánchez 30 de agosto de 1959P. Esteban Martínez de la Serna 28 de agosto de 1961P. Luis López Vera en 1963P. Salvador Estrada Ruvalcaba en 1964P. José Monroy Pereyra 26 de junio de 1965

En Tayima el El P. Antonio Valdés construyó la capilla y la casa parroquial en 1964 y el jardín de niños en abril de 1967. En Kitakata, el P. Esteban Martínez abrió el Jardín de Niños el 16 de abril de 1965.

GOBIERNO REGIONAL EN JAPÓN DURANTE LA VIDA DE MONS. ESCALANTE

Fecha Superior

1958 P. Alejandro Ríos Zalapa1962 P. Juvenal Garnica Martínez1966-1967 P. Esteban Martínez de la Serna

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PERSONAL EN LA MISIÓN DE JAPÓN DURANTE LA VIDA DE MONS. ESCALANTE

1955 sep. 11 Nombramiento a la Misión de Japón de los Padres Joaquín Sarmina, Alejandro Ríos y Juvenal Garnica.

1956 feb. 5 Envío y despedida de los primeros Misioneros de Guadalupe, en la Basílica del Tepeyac.

agosto 17 Los tres Misioneros de Guadalupe llegan a Japón; estudian japonés.

1958 jun.1 El P. Alejandro Ríos nombrado párroco de Aizu Wakamatsu, toma posesión.

1958 junio 28 Los PP. Juvenal Garnica y Joaquín Sarmina trabajan en la Misión y atienden las estaciones misioneras: Tayima, Bangue, Kitakata.

jun.fines MonseñorEscalantevisitalaMisión.agosto 30 El P. Antonio Valdés llega a Japón.

1959 sep. El P. Joaquín Sarmina regresa a México.

1960 jun. Monseñor Escalante visita la Misión.julio El P. Antonio Valdés es asignado a la parroquia

de Wakamatsu.

1961 ago. 28 El P. Esteban Martínez llega a la Misión.

1962 enero El P. Juvenal Garnica va a México de vacaciones.agosto 26 El P. Salvador Estrada Ruvalcaba fue nombrado

para Japón.octubre El P. Juvenal Garnica regresa a Japón, a la

parroquia de Wakamatsu.


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El P. Alejandro Ríos va a México. Año de Probación (1962-1963). Rector del Seminario (1963-1970).

juniofinesMonseñorEscalantevisitalaMisiónyasistealabendicióndel monumento de los mártires de Nagasaki.

1963 may. 1-15 El P. Colín visita la Misión de Japón.ago. 1 El P. Luis López Vera llega a la Misión.

Estudia japonés en Tokio.

1964 El P. Salvador Estrada llega a la Misión. Estudia japonés en Tokio.

1965 abr. 16 El P. Esteban Martínez abre el kínder de Kitakata.jun. 26 El P. José Monroy llega a la Misión.

Estudia japonés en Tokio.

1966 junio Monseñor Escalante visita la Misión.

1967 El P. Esteban Martínez empieza el kínder en Tayima, regresa a México. El P. Antonio Valdés se encarga del kínder

de Tayima.

PARROQUIAS ATENDIDAS POR LOS MISIONEROS DE GUADALUPE

DURANTE LA VIDA DE MONS. ESCALANTE

Diócesis de Sendai, Japón

AIZU-WAKAMATSU KITAKATA1958-62 P. Alejandro 1962-67 P. Esteban MartínezRíos Zalapa

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1962-67 P. Juvenal Garnica 1967 P. José Monroy1967-68 P. Antonio Valdés(3 Parroquias)TAYIMA1964 P. Antonio Valdés Sánchez

LA SEGUNDA MISIÓN: COREA

Para 1961, los Misioneros de Guadalupe eran veinte sacerdotes y el obispo Escalante pensaba que ya era conveniente enviar un segundo grupo de misioneros al Oriente. Después del envío a Japón, algunos sacerdotes y obispos le preguntaban: ‘¿Por qué al Oriente? ¿Por qué no a América del Sur, en donde se habla español? A lo que él respondía: “Algún día iremos allá, por ahora necesitamos seguir experimentando el ser enviados más lejos. Ir a Sudamérica es como ir al jardín de nuestra casa. Debemos salir de nosotros mismos: esto incluye salir de nuestro idioma y de nuestras costumbres. Así pondremos una de las bases de nuestro carácter misionero. También esto ayudará a la formación del espíritu misionero de nuestro pueblo mexicano. Sin la educación de éste en la generosidad, nuestro envío no podría durar.”

Entre los países del Oriente pensaba en Corea: “Después de la guerra, los coreanos necesitan nuestra ayuda. La gente está recibiendo la fe cristiana rápidamente. Corea es un puente para la Gran China. Los coreanos podrían ser después muy activos misioneros.”

Comienzo en Pusán

Juan A. Tchoe Chēsōn, Obispo de Pusán, Corea, visitó el Seminario Mexicano de Misiones, en la ciudad de México, en agosto de 1961. Urgido de clero para su diócesis, emprendió el viaje a México, acompañado del P. Luis Schwartz. Al saber que el Obispo Escalante estaba pensando enviar misioneros a Corea, el Obispo Tchoe invitó a los Misioneros de Guadalupe a venir a Pusán, prometió darles la parroquia de Pongnē Dong en Iōng Do y construir una nueva parroquia.


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El Obispo Tchoe escribió al Obispo Escalante desde Washington, D.C., el 15 de septiembre de 1961, haciendo la invitación formal para que los Misioneros de Guadalupe fueran a trabajar a Pusán y ofrecía que los que fueran enviados se hospedaran en su casa hasta que aprendieran suficientementeel idioma,despuésde locual seríanasignadosaunaparroquia.

El Obispo Alonso Escalante aceptó el ofrecimiento, en carta del 9 de octubre de 1961.

El 3 de octubre de 1961, el Obispo Escalante anunció que la segunda misión del Instituto sería en Corea. Nombró a los dos primeros misioneros destinándolos a la diócesis de Pusán. Los elegidos fueron el P. José Álvarez Herrera y el P. José Chávez Calderón.

EstosPadrestuvieronsuceremoniaoficialdeEnvíoyDespedidaenlaBasílica de Guadalupe, el 5 de febrero de 1962.

Viaje de los dos primeros

El plan fue salir de México ese mismo mes, estudiar un poco el inglés en E.U.A., y presentarse en Pusán a mediados del año. Así pues, los dos salieron de México el 15 de febrero de 1962, estuvieron dos días en Monterrey y salieron para Estados Unidos el 17 de febrero: el P. Álvarez con destino a una parroquia de Minneapolis y el P. Chávez a unaparroquiadeBoston,dondeestuvieronhastafinesdeagosto.

En la mañana del 31 de agosto de 1962, el P. Álvarez y el P. Chávez salieron de San Francisco, CA., en el barco President Lincoln que se dirigía a Pusán, pasando por Japón.

El P. Chávez Calderón escribió de su llegada a Japón: “Nos hospedamos en la Procura de los Padres irlandeses de San Columbano. Aquella mañana y aquella noche hicieron mi primer día feliz de misionero.

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Dije mi primera Misa, en tierra de misiones, con mucha devoción. Me tocó el altar lateral dedicado a la Santísima Virgen. Estaba por empezar la misa, cuando a mi lado se arrodilló nada menos que el arzobispo Harold Henry, que sería mi obispo en Corea. Quise excusarme, pero él me reclamó: ‘También me ordenaron de acólito…’ y me ayudó en la Santa Misa.

El 26 de noviembre de 1962 abordamos el avión en Tokio. Precisamente en el asiento contiguo estaba Monseñor George Carroll, administrador apostólico, en el exilio, de Piōng Iang, Corea del Norte, y benemérito de la posguerra coreana por su asistencia social al país devastado. Había sido condiscípulo de Monseñor Alonso Escalante, en el Seminario de Maryknoll, Nueva York. Sabía que estaban por llegar misioneros mexicanos a Corea, pero nunca pensó que tendría la coincidencia de aterrizar con ellos en suelo coreano y la oportunidad de presentarlos a la Iglesia de Corea.

Kimpo, el aeropuerto internacional de Seúl, era entonces un sitio desolador. A Monseñor Carroll lo esperaba un grupo de cristianos con ramos de flores. Tuvo el noble gesto de tornar la bienvenida a nosotros, y puso en nuestras manos las flores; les explicó a los cristianos quiénes éramos; nos sonrieron y saludaron con profundas inclinaciones de cabeza y nos tomaron la foto del archivo histórico. Pasados los trámites de inmigración, entramos a territorio nacional coreano. ¡Así comenzó, aquella tarde, un nuevo y largo sueño misionero!”

Los Padres aterrizaron en un avión de la línea Northwest-Orient a la 1:30 de la tarde y luego se hospedaron junto a la catedral, en la casa del señor Pablo Noh, Arzobispo de Seúl (primer obispo coreano), a quien tuvieron el gusto de conocer.

El 27 de noviembre de 1962, los Padres volaron en un avión de veinte asientos, de Seúl a Pusán. Aterrizaron en el aeropuerto de Su Iōng a las 4:30 de la tarde. Los esperaban el Vicario General de Pusán, P. José Chang (después obispo de Masan) y un grupo de señoras. Se hospedaron en la casa del Obispo Tchoe. Él no estaba en esos días en Pusán pues, con otros obispos de Corea, había salido para Roma el 6


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de octubre para asistir al Concilio Vaticano II que había comenzado el día 11 del mismo mes y año.

Solamente estuvieron ahí dos días para conocer el puerto y visitar a algunos sacerdotes, entre ellos, al P. Trauner, alemán, y al P. Luis Schwartz, estadounidense.

El 1° de diciembre de 1962, se instalaron en el segundo piso de la clínica que tenían en Iangllōng Dong las Misioneras Franciscanas de María.

Para comenzar el estudio del idioma coreano asistieron a la Universidad Ionsē, en Iōng Do. El maestro Francisco Tchoe les daba las clases.

De sus primeros meses en Pusán, el P. Chávez hizo este relato: “Casi en los extremos del este de la ciudad, e internándose por las laderas de la montaña, está el barrio de Iangllōng Dong, que significa, según dicen: ‘pabellón de sauces’, nombre alto, sonoro, pero insignificante, porque no hay ni rastros de esta especie de árboles para justificarlo.

Tomando la cuesta arriba del cerro Cho Ang Niōng, se llega a una explanada donde se alza el Convento y Colegio de Santa María, construido por las Misioneras Franciscanas de María y blanqueados por la cal y el sol hasta ofender los ojos, pero con una vista magnífica a los atardeceres.

A dos pasos de uno y otro sobre el dispensario médico, están instaladas unas habitaciones para goce particular de sus habitantes que resultan ser, por ahora, dos Misioneros de Guadalupe.

En Su Iōng, el aeropuerto de Pusán, nos sorprendieron gratamente el Vicario General de la diócesis, cinco sacerdotes y un grupo de cristianos que venían a recibirnos.El catequista mayor nos dio la bienvenida: ‘Sabemos que México es un país muy católico y lejano también. Les agradecemos de corazón que hayan venido. Pediremos siempre a Dios por México y por ustedes y esperamos que su país nos envíe más misioneros’.

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A la distancia de unos meses, todavía saboreamos la emoción. Ahora, en la tranquilidad de nuestros cuartos, ya nos consideramos ‘armados misioneros’ aunque todavía no muy ‘Heraldos de la Palabra’, ya que apenas hemos recorrido las primeras páginas de la gramática coreana, única preocupación que invade nuestros días y, a veces, también nuestras noches.

Hay muchos cristianos por este rumbo. Allí, al otro lado de esa loma, está la parroquia, de muy reciente construcción. Hemos ayudado algunos domingos con la misa de 10 a.m. ‘Las misas se llenan’, como nos expresamos por allá. Un catequista lee, en coreano, la epístola y el evangelio y dirige la acción de gracias, después de la Misa.

Un coro juvenil mixto, muy bien ensayado, canta motetes. La gente, con mucha devoción, y podría decir que la mayoría, recibe la comunión.

Desde aquí alcanzamos a ver dos templos protestantes y allá, en una hondonada de la montaña vecina, se ve un manchón de árboles, donde existe un santuario budista, reliquia de su glorioso pasado.”

El Obispo Escalante dio instrucciones al P. Álvarez y al P. Chávez para que durante un año se dedicaran al aprendizaje del idioma coreano.

Ayudarían en alguna parroquia que el Obispo de Pusán les asignara, solamente los domingos y, quedando libres durante la semana para estudiar, aún los caracteres chinos y, si fuera necesario, para tomar clases particulares en la mañana, además de asistir a la Universidad en la tarde.

Al hablar sobre el futuro de los Padres, el Obispo Escalante pedía, desde el principio, al Obispo de Pusán, que la parroquia que les fuera asignada, ya tuviera el templo construido, pues el Instituto no podía echarse ese cargo por el momento.

Entre el 11 de octubre y el 8 de diciembre de 1962, el Obispo Escalante y el Obispo Harold Henry se encontraron en Roma durante la primera sesión del Concilio Vaticano II.


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Durante sus pláticas en Roma, el Obispo Henry ofreció al Obispo Escalante, una o dos parroquias de su diócesis, Koangllu, para los Misioneros de Guadalupe que acababan de llegar a Corea y, aún más, ofreció que el Instituto, a medida que tuviera más sacerdotes, podría tomar poco a poco, una parte de la misma diócesis que se constituiría en territorio independiente.

El Obispo Escalante se interesó en las parroquias, que solucionaban el problema de la vivienda de los Padres recién llegados a Corea. Se interesó también en el territorio, adonde podría enviar un grupo de misioneros en los años próximos, pues le parecía mejor que estuvieran juntos en una región y no repartidos en parroquias de diócesis diferentes.

Plan de desarrollo de la región Iōsu-Suntchōn

Entonces los Misioneros de San Columbano atendían esa región y así el plan del Obispo Henry era que, a medida que los Misioneros de Guadalupe tuvieran sacerdotes en Corea, ya preparados con el conocimiento del idioma, los Misioneros de San Columbano irían entregando sus parroquias a los Misioneros de Guadalupe.

ElterritorioqueelObispoHenryqueríaconfiara losMisionerosdeGuadalupe para erigir una misión independiente, era la región que está alrededor de las ciudades Suntchōn y Iōsu; éstas tenían entonces 70,000 y 90,000 habitantes, respectivamente.

Suntchōn tenía sólo una parroquia, pero necesitaba una más. Iōsu, en cambio, ya tenía dos. Koksōng y Posōng eran parroquias de la zona. Los municipios de Pōlguio y Kojūng y el leprosario nacional de Sorok To podían entrar en la región. Kuré, Okkoa y Koang Iang, que eran estaciones misioneras, tenían sus respectivas capillas, que podían servir para empezar su desarrollo hasta convertirlas en parroquias. El Obispo Henry estaba dispuesto a ceder esa región, pues poco había podido hacer en su favor, por la lejanía, por falta de personal y de fondos.

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Por otra parte, el Obispo de Chōnllu también estaba dispuesto a ceder los municipios de Namuōn, Imshil y Suntchang que contaban con su templo cada uno.

En ese tiempo, había un sacerdote residente en Suntchōn, otro en Koksōng y uno en cada parroquia de Iōsu. Se necesitaba un sacerdote más en cada una de esas ciudades. Kuré y Okkoa ya podían ser parroquias y, por tanto, también se necesitaba un sacerdote residente en cada uno de esos lugares.

Firma del contrato de Koangllu

El Obispo Escalante voló de México a Vancouver, Anchorage, Tokio y Seúl,alfinaldeabrilde1963.El5demayodelmismoañovolóenuna avioneta de dos asientos, que lo llevó a Pusán donde visitó a los Padres Álvarez y Chávez. De allí fue a Koangllu, donde, el 9 de mayo de1963,elObispoEscalanteyelObispoHenryfirmaronuncontratoque enviaron a Roma, inmediatamente, para su aprobación. El texto del contrato fue el siguiente:

“ACUERDO entre EL ORDINARIO DE LA ARQUIDIÓCESIS DE KOANGLLU, COREA y el SUPERIOR GENERAL DE LOS MISIONEROS DE GUADALUPE.

1. Para la mayor gloria de Dios y para el mayor bien de las almas, los suscritos, el Excmo. Ordinario de la Arquidiócesis de Koangllu, y el Excmo. Sr. A. Escalante, Superior General del Instituto de Nuestra Señora de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, también referido en este Contrato como Misioneros de Guadalupe o el ‘Instituto’, con el consentimiento previo del Consejo General del Instituto, efectúan el siguiente contrato:

2. El Ordinario de la Arquidiócesis de Koangllu confía al cuidado espiritual del Institututo las parroquias de: (a) Reina de la Paz, Tongsan Dong, Iōsu; Soguio Dong, Iōsu; Sta. Teresita del Niño Jesús, Suntchōn; Virgo Mater, Koksōng; Sta. Margarita, Pōlguio; San Francisco Xavier, Posōng;


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Consuelo de los Afligidos, Sorok To, junto con los edificios y propiedades eclesiásticas anexas a ellas. Los límites de las parroquias son: b) la ciudad de Iōsu, la ciudad de Suntchōn y los siguientes distritos: Iōtchōn, Sōngllu, Koang Iang, Koksōng, Kuré, Posōng y Kojūng.

3. El Instituto toma como responsabilidad proporcionar sacerdotes para que atiendan estas parroquias que se confían a su cuidado.

4. Un inventario del mobiliario perteneciente a cada parroquia se hará en el momento en que se haga el contrato.

5. El Ordinario reconocerá y respetará las obligaciones y responsabilidades, así como los derechos y privilegios de los Misioneros de Guadalupe, conforme se indican en las Constituciones del Instituto.

6. El Ordinario respetará y reconocerá al Superior Regional de los Misioneros de Guadalupe, como el delegado y representante del Superior General del Instituto y dirigirá el trabajo de los Misioneros de Guadalupe a través del Superior Regional.

7. En el nombramiento de párrocos y vicarios, el Superior Regional de los Misioneros de Guadalupe presentará a sus candidatos para tales puestos al Ordinario para su aprobación de acuerdo al Canon 456. El Ordinario no asignará a un sacerdote Misionero de Guadalupe a ningún oficio sin el consentimiento previo del Superior Regional.

8. El Instituto toma bajo su responsabilidad el proporcionar un lugar apropiado para vivir, a los sacerdotes asignados. Se espera que los Misioneros de Guadalupe asignados a estas parroquias hagan su mejor esfuerzo para reunir fundos localmente o de cualquier otro lugar para el mantenimiento de las parroquias. Anualmente se hará una solicitud específica para pedir dinero a la Obra de la Propagación de la Fe para el uso exclusivo del territorio, a través del Ordinario local.

9. Todas las propiedades de la parroquia, viejas o nuevas, se conservarán a nombre de la Arquidiócesis de Koangllu hasta que la nueva Misión independiente o diócesis sea creada.

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10. El Instituto asume el costo del pasaje de sus sacerdotes de México a Koangllu y también pagará el costo del pasaje de regreso cuando por cualquier razón se les haga necesario regresar a México. El Instituto también asume la obligación de sufragar todos los gastos de mantenimiento: médicos, ópticos, dentales y otros gastos similares, y también proporcionará cuidado a sus sacerdotes en enfermedad o edad avanzada, y sufragará el costo del entierro, en caso de fallecimiento.

11. Como se determina en las Constituciones del Instituto, éste tiene derecho a todos los estipendios de Misas, dineros, regalos, donativos, salarios y legados adquiridos por sus miembros ‘intuitu vel occasione Instituti’. Asimismo, el Instituto tiene derecho de todos los frutos del sagrado ministerio ejercido por sus miembros, en la medida en que los estatutos diocesanos otorguen estas cuotas a los párrocos.

12. El Superior Regional de los Misioneros de Guadalupe entregará al Ordinario un reporte anual del estado de la parroquia y del progreso de su trabajo misionero.

13. El término de este contrato será por el tiempo en que los miembros del Instituto estén sujetos al Ordinario de Koangllu.

14. Ambas partes en este Contrato reconocen que están sujetas a la Ley Canónica y al Directorio de Corea. Los Misioneros de Guadalupe, de su parte, reconocen que están sujetos a los Estatutos de la Arquidiócesis.

15. El Ordinario está de acuerdo en permitir la erección de una casa del Instituto en su Distrito o, si es necesario, en cualquier parte de la Arquidiócesis, como casa de estudios, procura, casa de descanso, etc., de acuerdo al c. 497, 1; C.I.C. Esta casa será propiedad del Instituto.

16. El Superior del Instituto usará los recursos a su disposición para el mantenimiento de sus misioneros y para la formación y conservación de las parroquias y otras instituciones. Para este propósito usará también todo lo colectado, donativos, etc., que se hagan dentro de los límites del Distrito. Por otro lado, las colectas hechas con un propósito especial, tal como Óbolo de San Pedro, la Propagación de la Fe, Seminario, etc., serán entregados, en su totalidad, al Ordinario.


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Ambas partes acuerdan en escribir a la Sagrada Congregación de Propaganda Fide solicitando que el territorio se haga independiente y esté sujeto a su propio Ordinario Local dentro de un período de 3 a cinco años, momento en el cual todos los Columbanos serán retirados del territorio.

Koangllu, Mayo 9, 1963.

+ Alonso M. Escalante + Harold W. HenryObispo Titular de Sora Arzobispo e Koangllu.Superior General del Institutode Nuestra Señora de Guadalupepara las Misiones Extranjeras.”

He aquí el texto de la aprobación del contrato:

“Sacra Congregatio de Propaganda Fide praesentem conventionem adprobat ratamque habet.

Datum Romae, ex Aedibus Sacrae Congregationis de Propaganda Fide, die 11 mensis junii a.D.1963.

G.P. Card. Agagianian, +P. Sigismondi, Praef. a Secr.”

Traducción:“La Sagrada Congregación de Propaganda Fide aprueba y ratifica el presente convenio.

Dado en Roma, desde la Residencia de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, el día 11 de junio del año del Señor 1963. Firma el Card. Prefecto G.P. Agagianian, y el Secretario Mons. P. Sigismondi.”

Los dos obispos quedaron de acuerdo en que, para el otoño de 1963, los Padres Misioneros de Guadalupe, que estaban en Pusán, pasarían a las

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parroquias de Iōsu y los tres o cuatro nuevos que llegarían de México ese mismo año, si se quedaban en la casa del arzobispo, cooperarían para su manutención con un dólar americano por día y pagarían, además, los gastos del aprendizaje del idioma: en cambio, si estos Padres se iban a Seúl para estudiar, tendrían que hacer un arreglo con el director de la casa de los Columbanos en esa ciudad.

RefiriéndosealapróximacolaboracióndelosMisionerosdeGuadalupeen su diócesis, el Obispo Henry, en su carta del 9 de mayo de 1963, dirigida al Obispo Escalante se expresó así: “No se imagina qué gran alegría será para mí recibir ayuda tan generosa de los Misioneros de Guadalupe y le aseguro que sus hombres serán bienvenidos por todos, con los brazos abiertos. Ya sé qué afortunados somos al tener la influencia de Nuestra Señora de Guadalupe en Corea, pues recuerdo que, entre los mártires de Japón, sangre mexicana se mezcló con la coreana. Por eso es muy conveniente que sacerdotes de México vengan a trabajar en Corea.”

Aviso al Obispo de Pusán

El 29 de mayo de 1963, el Obispo Escalante comunicó al Obispo Juan Tchoe que nuestro Instituto, por ese tiempo, no estaba en posibilidad de construir un templo en Pusán a causa de las deudas que tenía con la construcción de su Seminario de Misiones en México y por la manutención de sus sacerdotes; y que los Padres José Álvarez y José Chávez iban a encargarse de las ciudades de Iōsu y Suntchōn, en la Arquidiócesis de Koangllu. En otras palabras, no fue posible que los Misioneros de Guadalupe continuaran en Pusán, porque no tenían casa en dónde vivir y porque sus recursos económicos no eran suficientespararesponderaloqueelObispodePusán necesitaba en ese momento.

Nombramiento del segundo grupo

El 25 de julio de 1963, el Obispo Escalante nombró al segundo grupo de misioneros que debía ir a Corea, esta vez, para la Arquidiócesis de


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Koangllu. Los enviados fueron los siguientes:

P. Rodolfo Navarro Guerra, Superior, P. Jesús M. Alba Jaime, P. Francisco Arriaga Méndez, P. Luis Sánchez Alba, P. José Luis Ortega Franco.

Pocos días antes, el Consejo General de los Misioneros de Guadalupe, formado por el Obispo Alonso M. Escalante como Superior General y los Padres Alejandro Ríos Zalapa y José Gpe. Chan Baquedano como Asistentes, nombró al P. Rodolfo Navarro Guerra, Superior, en el nuevo territorio dentro de la Arquidiócesis de Koangllu, del grupo de misioneros que actualmente te acompañan y de los Padres José Álvarez Herrera y José Chávez Calderón, que aún estaban trabajando en Pusán.

El 1° de septiembre de 1963, el P. José Álvarez Herrera y el P. José Chávez Calderón salieron de Pusán y en ese mismo día, llegaron a Iōsu; al día siguiente fueron a Koangllu para ponerse a las órdenes del Obispo Henry.

El 3 de septiembre de 1963, el P. José Álvarez Herrera fue nombrado Vicario de la Parroquia del Sagrado Corazón de Sōguio Dong en Iōsu y el P. José Chávez Calderón, Vicario de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, de Tongsan Dong, también en Iōsu. Éste fue realmente el comienzo del ministerio de los Misioneros de Guadalupe en Corea, bajo la dirección del P. John Dunne, de la Sociedad de San Columbano, que era el párroco de las dos parroquias.

El 24 de septiembre de 1963, el Arzobispo Henry bendijo la capilla de los tuberculosos de Iōsu, perteneciente a la parroquia de Sōguio Dong. El lugar llamado Joanlla Tchōn está situado en Shinuōl Li.

El 22 de octubre de 1963, el P. José Álvarez Herrera se enfermó en Iōsu y fue llevado al hospital de San Columbano en Mokp’o. El diagnóstico fue pleuresía y falla del corazón. Se recuperó.

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Viaje y estudio de “Los Cinco”

Los cinco Misioneros de Guadalupe, nombrados para ir a la Misión de Corea, comenzaron su viaje en diferentes fechas, pasando por diferentes lugares. Aquí cabe notar que el Obispo Escalante ya había comenzado, con anterioridad, la costumbre de disponer que los Misioneros de Guadalupe designados para una misión, se detuvieran en Estados Unidos para estudiar y practicar el idioma inglés, tan necesario en la vida misionera para viajar y para comunicarse con los misioneros de cualquier país en los primeros meses de su llegada a una misión.

El 22 de octubre de 1963, el P. Francisco Arriaga Méndez y el P. Luis Sánchez Alba salieron de México, para Los Ángeles, California. El 1° de noviembre del mismo año, viajaron a San Francisco, también de California, donde ya los esperaba el P. Jesús Alba que había llegado directamente de la ciudad de México. Los tres recibieron acomodo temporal, como vicarios, en diferentes parroquias: el primero en San Esteban, el segundo en San Vicente y el tercero en San José, todos en la ciudad de San Francisco. Al mismo tiempo, el P. José Luis Ortega Franco viajó a Colorado Springs, CO., donde también habría de estudiar y practicar el inglés, asesorado por el P. John Wood durante algunos meses.

En uno de sus viajes a México, el P. John Wood conoció al Obispo Escalante y le ofreció su ayuda para que algunos de nuestros misioneros fueran a estudiar inglés, bajo su supervisión, en Colorado Springs; así fue como algunos Padres, sucesivamente, se hospedaron en el hospital, donde él era capellán, estudiaron en una escuela y practicaron el idioma, asistiendo al P. Wood en la visita a los enfermos.

El 8 de diciembre de 1963, el P. Rodolfo Navarro Guerra entregó la rectoría del Seminario Mayor al P. Alejandro Ríos Zalapa, terminando así su trabajo de ocho años en México, antes de ir a misiones. Pasó unos días en casa de sus familiares y después de la Navidad de 1963 comenzó


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su viaje hacia Corea, pasando por Nueva York y Maryknoll, donde estuvo hasta su salida a Oriente.

Llegó a Seúl, Corea, el 24 de febrero de 1964 y se hospedó cuatro días en la casa de los Padres Columbanos. En estos días recibió, en el puerto de Intchōn, un jeep Landrover que el Obispo Escalante consiguió por medio de Monseñor Carroll y de Catholic Relief Services.

El 9 de febrero de 1964, los Padres Francisco Arriaga, Jesús Alba, Luis Sánchez y José Luis Ortega Franco salieron de San Francisco, CA., en el barco ‘President Arthur’.

Llegaron al puerto de Pusán el 9 de marzo de 1964. El aspecto de la ciudad era aún desolador, por los efectos de la guerra. Ahí los esperaban, el P. Navarro y el P. Chávez. Después de pasar inmigración y aduana, sólo pudieron llevar consigo sus maletas de mano. Allí les dijeron que volvieran al día siguiente para recoger lo demás. Se dirigieron todos a la catedral y se hospedaron en la rectoría.

El Obispo Tchoe los saludó y les expresó su sentimiento porque los Misioneros de Guadalupe no se quedaron en su diócesis, y les reiteró la invitación para que volvieran.

Llegaron a Iōsu el 11 de marzo de 1964, a la media noche. El día 13 viajaron a Suntchōn en dos jeeps: el que tenía el P. Navarro y el del P. Dunne. Llegaron a la parroquia del P. Anthony Diamond, Columbano, llamada Santa Teresita y situada en el barrio de Chōllōn Dong.

El 2 de marzo de 1964, Monseñor Escalante escribió, desde México, al P. Rodolfo Navarro: “Recibí tu carta del 24 de febrero escrita desde Corea. Espero que hayas encontrado bien tu nuevo país, aunque en esta época debe estar un poco triste por el invierno.

En la cuestión de los años de preparación de la lengua coreana para los nuevos misioneros, es necesario que tengan todas las facilidades, buenos profesores, y no meterse

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en cuestiones parroquiales, excepto en fines de semana, cuando puedan ayudar a alguna parroquia. Deben estudiar la lengua cuando menos un año para tener una buena base y así poder trabajar con esmero en los años venideros. Favor de leer lo que dice la Constitución del Instituto sobre los misioneros, capítulo II, artículos 221 y 242.

La gente dio para los pasajes de los misioneros de Corea y para los otros gastos que tuvieron los Padres durante el viaje; pudimos ahorrar consiguiendo los pasajes libres.Espero tu carta para saber en dónde vas a alojar a los Padres y también la dirección permanente, para que se publique.

De vez en cuando recibimos donativos. El Instituto dará todo esto para las dos Misiones, preferentemente a ustedes y así tendrán más quehacer y más éxito. Favor de dar gracias a los bienhechores.

Junto con los viáticos, cuentas personales y donativos, depositaremos también estos donativos especificados, dándoles una relación. Favor de ser estricto y cumplir con los deseos del bienhechor.

Mandaremos también la lista de los bienhechores para que ustedes se comuniquen directamente con ellos, a menos que nosotros indiquemos lo contrario por razones obvias.”

El 17 de marzo de 1964, Monseñor Escalante escribió de nuevo al P. Rodolfo Navarro que ya estaba en Suntchōn, Corea: “Recibí tu carta del 1° de marzo al llegar de California, adonde tuve que ir para predicar en dos iglesias.Creo que el lugar de Suntchōn está bien escogido para que los Padres estudien el idioma. Es un lugar humilde, pero creo que se puede arreglar muy bien y, si pueden conseguir buenos profesores, creo que se solucionará, por este año, la cuestión del idioma.

Por supuesto, creo que has visto en Suntchōn que se necesita otra parroquia y no estaría mal pensar en hacer la casa principal en la parroquia, con cuartos para todos los Padres. Van a necesitar una casa central donde puedan ir a descansar cuando estén enfermos o estudiando. Quiero que no se haga de lujo, porque no está bien que un misionero viva con lujo.


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Espero que hayas encontrado bien a los dos Padres que ya estaban en Corea y a los otros 4 que llegaron. Todavía espero estar con ustedes a fines de mayo, visitando, por unos días, todas las Misiones.

Entiendo que ya llegó el jeep, que debe estar a la disposición del Superior del lugar y no de una parroquia o un Padre. Hoy recibí tu carta del 10 de marzo escrita en Pusán.”

El 15 de abril de 1964, Monseñor Escalante le escribió: “Ayer en la noche recibí tu carta del 10 de abril en que me hablas del terreno que quieres comprar y de quiénes debían ser tus consejeros.

Favor de tener en cuenta que estás en entera libertad de comprar este terreno o cualquier otro en nombre de la arquidiócesis, por el momento, con el entendimiento de que se pasará a la Misión independiente. Todo esto es sólo cuestión de prudencia y visión para el futuro de esa región que estará a cargo de los Misioneros de Guadalupe bajo su propio Ordinario.

Para mí, todo el dinero que ustedes colectaron debería usarse para las obras de la Misión que está bajo tu cuidado.

Favor de no esperar mi visto bueno para éste o para cualquier otro terreno que juzgues conveniente para el bien de la Misión, ya sea en Iōsu o en Suntchōn, etc.

Más tarde, cuando yo llegue, veremos si es conveniente tener una casa del Instituto en esa región, por ejemplo en Suntchōn, para los que estudian o los que descansan. También, puedes escoger a cualquier Padre para tu consejero. Los dos que has sugerido me parecen muy bien.

Por supuesto, aquí tenemos el dinero de Corea hasta que lo pidas. Te daré una cuenta de todo esto cuando yo te vea en Corea.

Como yo te había sugerido en una de mis cartas, creo que se debería usar este dinero para una casa central, ya sea del obispo o para el Ordinario del lugar, en donde puedan estar los Padres que van a esa región.

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El domingo salgo para Roma y estaré allá del 3 al 17 de mayo.”

El 17 de abril de 1964, los Padres Juan Gutiérrez Vargas, Raúl Peña Pérez y Esteban Ortega Pedraza fueron nombrados para la Misión de Corea. El primero, después de su nombramiento, consultó una doctora psicoanalista que le aconsejó que el trabajo de misionero no sería el más favorable para desarrollar su personalidad; por lo tanto, el P. Gutiérrez pidió al Obispo Escalante que lo relevara de ir a misiones.

El Obispo Escalante contestó, al P. Gutiérrez, que había ingresado a un instituto misionero y que se había incardinado a éste, mediante el juramento de dedicar su vida entera a las misiones y, por lo mismo, si quería quedarse en México, la única alternativa era salir del Instituto mediante la dispensa de su juramento, que debía pedir a Roma. El P. Gutiérrez decidió salir del Instituto y así dejó de ser Misionero de Guadalupe. Posteriormente se incardinó a la diócesis de Tlalnepantla. Entretanto, los otros dos Padres preparaban su viaje para Corea. Los Padres que ya estaban en Suntchōn participaban en la acción pastoral de la parroquia ayudando al párroco con la celebración de las Misas, la distribución de la comunión, la visita a los enfermos pues, como todo esto se hacía en latín, les era posible hacerlo mientras aprendían y practicaban el idioma coreano.

El 11 de mayo de 1964, se recibió el Imprimatur para la publicación del folleto sobre la Virgen de Guadalupe, editado en coreano, en la ciudad de Iōsu, por el P. José Álvarez. Tiraje de 10,000 ejemplares.

Segunda visita del Obispo Escalante

Por su carta anterior, el Obispo Escalante anunció su visita a Corea para mayo del mismo año, al P. Rodolfo Navarro: “Todavía espero estar con ustedes a fines de mayo, visitando por unos días todas las Misiones.”

Por la narración que el P. José Luis Ortega Franco hace en su diario, se deduce que el Obispo Escalante llegó a Suntchōn el 31 de mayo


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de 1964, pues “el P. Navarro hace los bautizos desde el día 25 hasta que llega Monseñor Escalante a visitarnos. Su llegada fue todo un acontecimiento para los parroquianos. Le dieron una recepción muy solemne, a su entrada al atrio de la iglesia, con una guirnalda de rosas, con cantos y bailes folklóricos, con unas palabras en inglés, con más flores y regalos. Durante la comunión de la misa de la tarde, que celebró Monseñor, se lucieron… Después de la misa, fiesta con nosotros en casita y en español. Termina el mes de mayo, dedicado a la Santísima Virgen, con un rosario solemne al que asisten todos los legionarios.”

Como lo dijo en su carta el Obispo Escalante, tenía intención de visitar, por segunda vez, todas las Misiones (se entiende del territorio que se quería confiar a losMisioneros deGuadalupe, especialmente de lasparroquias que próximamente se les iba a entregar). Así pues, el 1° de junio, el Obispo, acompañado del P. Navarro y de los otros cuatro Padres radicados en Suntchōn, fueron a visitar la isla de Sorok To. El P. Luis Sánchez relata esta visita en el diario de los Padres, en la parte que, por turno, le tocó a él, en junio de ese año: “El P. Sean Brazil, párroco actual del leprosario, gentilmente envió la ambulancia para esperarnos en la playa.Después de la comida, nos llevó a recorrer las diversas instalaciones de la colonia-leprosario. Las más notables son: la casa cuna y la escuela de los hijos de los enfermos; luego los hospitales y las colonias donde viven los leprosos. La parroquia es una de las más grandes y mejor equipadas del sur de Corea, pues cuenta con dos iglesias bien construidas: una para los sanos y oficiales y otra para los enfermos. Se ve que el P. Brazil es un sacerdote enteramente dedicado al cuidado espiritual de aquellas gentes.Los hermanos separados tienen siete templos y, por lo mismo, no dejan de tener su influencia entre los enfermos. Para muestra, bastará decir que vimos algo que nos impresionó hondamente: un buen grupo de hombres y mujeres trabajaban en la playa, amontonando arena y piedras que unos hombres ciegos y mancos se encargaban de acarrear en unos carritos, dirigidos por el menos ciego. Se trataba de construir un nuevo templo protestante.

Ya de regreso, en Suntchōn, el Obispo Escalante nos comunicó que el Padre José Álvarez, a causa de sus continuas enfermedades, regresaba a México.”

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Al día siguiente, el Obispo Escalante fue a visitar las dos parroquias de Iōsu. En esa ocasión, el P. José Chávez escribió: “En su reciente visita a Corea, el Excmo. Obispo Alonso M. Escalante, Superior de los Misioneros de Guadalupe, luego de recorrer el territorio misional confiado a los Misioneros de Guadalupe, dijo una frase con mucho sentido de la realidad misionera: ‘Debemos empezar a construir sobre el mapa …’

Construir la Iglesia de Dios en esta Misión de Suntchōn, supone una serie de pequeños y grandes detalles. Los Misioneros de San Columbano, pioneros de esta misión, abrieron nuevas brechas y llegaron a varios pueblos y dejaron hermosas cristianidades, gloria de esta región. A nosotros nos toca continuar lo ya existente y emprender nuevas obras, para hacer que la Iglesia se haga cada vez ‘más visible’ a los ojos de los paganos.

Los anteproyectos son muchos todavía envueltos ‘en las gasas azules de la ilusión…’ Por ejemplo: ¿Cuándo tendremos un Seminario Menor para formar al clero nativo que es la ‘pupila’ de toda misión? ¿Quién ayudará a construir un colegio católico para acercarnos más a la juventud? ¿Y un hospital? … ¡Cómo hace falta un hospital para la salvación de muchos niños que mueren sin bautismo…!

El Obispo Escalante aconsejó al P. Navarro que, por medio del señor arzobispo, pidieran a la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, fondos para la formación de catequistas.

El P. Chávez continúa diciendo: “El 3 de junio, todo el grupo, con el obispo, vamos a visitar los lugares más interesantes de Suntchōn, especialmente los terrenitos que el P. Navarro trae en mente para comprarlos y edificar allí una nueva parroquia y la que será, en el futuro, casa-residencia de los sacerdotes estudiantes de la lengua, de los visitantes y de los que necesiten descanso.” En efecto, el Obispo, en su carta del 15 de abril, había dicho al P. Navarro: “Cuando yo llegue, veremos si es conveniente tener una casa del Instituto en esa región, por ejemplo, en Suntchōn, para los que estudian o los que descansan.”

Al oriente de la ciudad hay un mirador, edificado en la cumbre de un cerrito. Hasta allá subimos para tener una vista más completa de la ciudad y de sus alrededores.


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Después fuimos al pueblo de Koang Iang, adonde está yendo cada domingo el P. Arriaga a celebrar la misa para una comunidad de 70 católicos. Por la tarde, el Obispo hizo un cambio de impresiones y tomó fotos de nosotros, vestidos con el vestido típico de los abuelitos coreanos.

El día 4 de junio, después de la comida, se despiden de nosotros el Obispo Escalante que promete volver a vernos acá dentro de dos años, y el P. Álvarez que nos promete estar aquí de nuevo para recibir a los Padres que llegarán este año a Corea, si no es que viene con ellos.

Sinceramente así lo deseamos, pues nos sentimos unidos a los sentimientos de las buenas gentes de Iōsu que, agradecidos, vinieron a despedir a su párroco, especialmente con esos chamacos del P. Álvarez para quienes él ha sido un verdadero guía, un padre, puesto que les ha dado la filiación divina por el bautismo y, a muchos de ellos, los ha encaminado hacia el Seminario.

A los demás les ha dado una nueva alegría en su vida, ya ayudando a sus familiares, ya haciéndose cargo de los gastos de la escuela, en fin, orientando sus vidas hacia Dios por diversos medios y, entre éstos, digno de mención, el club de fútbol que él les organizó. Los Padres Chávez y Arriaga acompañaron al Obispo y al P. Álvarez hasta la ciudad de Koangllu y el P. Navarro los acompañó hasta la ciudad de Seúl.”

En esta ocasión, el obispo Escalante no pudo ver en Koangllu al Obispo Henry, pues éste se hallaba en Minneapolis, MN., víctima de variosataquescardíacos,elúltimodeloscualeshabíaocurridoafinesde abril. El Arzobispo Henry pudo regresar a Corea en noviembre del mismo año 1964.

El Obispo Escalante y el P. Álvarez salieron para Tokio el 6 de junio de 1964. Mientras el obispo permaneció unos días en Japón, el Padre viajó solo a Los Ángeles y más tarde a México, donde continuó su trabajo de promotor de Vocaciones que tenía antes de ir a Corea.

Monseñor Escalante se comunicaba personalmente con los familiares de los Misioneros de Guadalupe para informarles acerca del estado de

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salud y ánimo de los que él veía en su visita a las Misiones. La carta que Monseñor escribió, el 16 de junio de 1964, a la mamá del P. Jesús M. Alba, es una muestra de ese cuidado muy caritativo, humano y paternal: “Sra. Carmen Jaime Vda. de Alba: Hace poco estuve en Corea y pasé varios días allá con su hijo y otros Padres. Encontré al Padre Jesús con muy buena salud, estudiando y aprendiendo el coreano. Una vez que sepa el idioma, asistirá a algún párroco hasta que sea tiempo para que administre una de las iglesias. Adjunto una fotografía que tomé de su hijo. Suyo afectísimo en Cristo.”

El 9 de julio de 1964, Monseñor Escalante, desde México, escribió al P. Rodolfo Navarro: “Recibí tus dos aerogramas del 29 de junio y la carta del 2 de julio, en que me explicas todo lo del terreno y del lugar que nos ofrecen el Señor Arzobispo y el Padre Geraghty. Estoy de acuerdo en que deberíamos tener un lugar en Seúl para que vayan a aprender el coreano con los Franciscanos, y también para cuestiones de salud.

Hasta ahora no ha llegado el contrato de que me hablas. Yo prefiero que sea un contrato de 25 años para poder trabajar en forma más sólida.

Una observación que he hecho es que el Padre Geraghty no es el Superior Regional y, por consecuencia, tenemos que conseguir los permisos del Instituto de los Padres Columbanos y no de un solo Padre; así es que una vez que yo tenga estos datos más precisos y consiga más tiempo para el contrato, te diré si se toma o no.

También estoy de acuerdo en que tengamos una casa de descanso, pero que no esté conectada con la Casa Cural, pues ésta es para la salud de las almas, en donde el párroco y el vicario atenderán a la gente. La casa de descanso debe estar aparte, pues una mezcla de ambas casas no es buena ni para los estudios, ni para el cuidado de las almas. Yo prefiero que la casa esté al lado de la parroquia y aparte.

El Padre Álvarez se irá a Acapulco en estos días, a descansar. El médico ha sugerido que baje al nivel del mar para ver cómo ha reaccionado con sus medicinas. Aquí sigue jugando fútbol, etc.


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El Padre Rentería ha tenido algunos bichos en el estómago y lo están curando. Onésimo salió del Seminario por asuntos personales. Ya estaba decidido cuando yo regresé.

En estos días, los Obispos se han reunido en el Seminario de Misiones. Hay aproximadamente 60 Obispos y todos comen con nosotros. Han estado discutiendo los asuntos de Liturgia y del Concilio. Se ven muy contentos en el Seminario y creo que siempre escogerán este lugar para las juntas, cuando éstas se tengan en México.

Los muchachos de Friburgo fueron a hacer sus Ejercicios de 30 días con los Jesuitas en Santander, mientras que los de Alemania y Eduardo Llanos irán otra vez al Sprachinstitut.

Yo pienso salir de México el 21 de agosto para estar con los muchachos a fines de ese mes y darles algunas pláticas, sobre todo, acerca de la Constitución. Saludos a todos los Padres.”

El 18 de julio de 1964, mediante una comunicación escrita del Consejo General, se dio a conocer al P. Rodolfo Navarro Guerra, y a toda la comunidad, que él había sido elegido Superior Regional de la Misión de Corea. El año anterior, el mismo Padre había sido nombrado Superior de todos los Misioneros de Guadalupe que trabajaran en el territorio asignado, dentro de la Arquidiócesis de Koangllu. Esta vez, el nombramiento de SuperiorRegionalsignificabaqueeraSuperiordetodoslosMisionerosde Guadalupe que trabajaran en cualquier lugar de Corea. En el mismo escrito venía la confirmación de los consejeros del Superior Regionalque el P. Navarro Guerra había escogido, o sea, los Padres José Chávez Calderón y Francisco Arriaga Méndez, desde abril del mismo año.

De principios de julio de 1964, el P. José Chávez Calderón recuerda: “Platicando una noche con el P. Dunne, en Iōsu, me dijo que el P. Geraghty tenía un terreno para una iglesia en Seúl, que a lo mejor nos interesaba. Le dije que sí. En ese mismo momento hablé con el P.Geraghty por teléfono; éste se puso muy contento y empezaron los trámites.”33

33 Ricardo Colín Negrete, Los Misioneros de Guadalupe en Corea, 1992, Amacalli Editores, S.A. de C.V., México, D.F., pág. 96

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El P. Rodolfo Navarro Guerra hizo varios viajes a Seúl para entrevistarse con el P. Geraghty; éste le indicó la posibilidad de que los MG tomaran una estación misionera que estaba a cargo de los Misioneros Columbanos, lacual teníaun terrenosuficientepara losfinesquesepretendían de tener una casa de estudios en Seúl y hasta una parroquia.

El 28 de julio de 1964, Monseñor Escalante, desde México, escribió al P. Rodolfo Navarro: “Como esta casa va a pertenecer al Instituto, deberá tener su recibidor, cocina, comedor, capilla, salón de recreo y cuartos para los Padres. Posiblemente, todos los baños deberían ser en común, pero teniendo un lavamanos en cada cuarto para que la construcción no cueste demasiado. Haz el programa primero, por escrito, y se lo das al Arquitecto, para que él proyecte la casa.

Creo que el barco que tomarán los Padres34 saldrá el día 20 de septiembre. Todavía no es seguro, puesto que la señorita Crennan no ha fijado la fecha. Sólo mencionó que saldrá un barco el 20 de septiembre.”

El acta del 21 de julio de 1964, de la junta del Superior Regional y su Consejo, dice así: Providencialmente se presentó la oportunidad de adquirir gratuitamente un terreno para la construcción de una casa de estudios en Seúl. Se pidió consejo a misioneros experimentados, quienes estuvieron concordes en afirmar la necesidad de tener la casa para preparar bien a los misioneros y para estar en contacto con las cabezas de puente de la actividad misionera en Corea, pues todas las congregaciones misioneras tienen su casa en esta capital. El Excmo. Pablo Noh, Arzobispo de Seúl, aprobó la idea, estuvo de acuerdo en ceder el lugar y les presentó una copia del contrato que suele hacerse en esos casos.

El P. Rodolfo Navarro informó (lo anterior) al Excmo. Superior General, Alonso M. Escalante, que contestó pidiendo la modificación de algunos puntos del contrato, o sea: 1) Que lo que se edifique en este terreno sea propiedad exclusiva del Instituto. 2) Que la casa de estudios sea un edificio separado de la parroquia.

34 P. Raúl Peña Pérez y P. Esteban Ortega Pedraza.


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El P. Navarro presentó nuevamente el contrato, con las modificaciones, al Arzobispo Noh que las aprobó verbalmente. Se decidió enviar el modelo y el tenor del nuevo contrato al Superior General para su consideración y aprobación.”

El 1° de agosto de 1964 este contrato fue firmado en Seúl por el Arzobispo Noh, y el 10 delmismomes fue firmado enMéxico porelObispo Escalante. Por ese contrato se confió a losMisioneros deGuadalupe el distrito de Sōngsu Dong, en la ciudad de Seúl, cuyos límites eran: Joaiang Dong, Uōnchi Dong, Kuūi Dong, Chaiang Dong, Shintchōn Dong y Chamshil Dong. Este contrato fue por veinticinco años, quedando como propiedad de la arquidiócesis todo lo que se construyera para uso parroquial y como propiedad del Instituto lo que se construyera para uso de éste.

EstemismocontratofueaprobadoyfirmadoporelcardenalprefectodePropaganda Fide, en Roma, el 15 de octubre de 1964 y entregado, unos díasdespués,porunoficialdelaSagradaCongregación,personalmente,al Obispo Escalante, quien también personalmente en Roma, entregó unacopia,igualmentefirmadaporelcardenalprefecto,alArzobispodeSeúl. Según este contrato, los Misioneros de Guadalupe debían pedir permiso al Arzobispo de Seúl para tener una Domus Studiorum (Casa de Estudios) en Seúl. Así lo hizo el Obispo Escalante.

Posteriormente, el Arzobispo de Seúl concedió el permiso y así, el 27 de octubre, el Obispo Escalante comunicó al arzobispo los planes inmediatos para esa zona, por parte del Instituto, los cuales consistían en la construcción de la iglesia y casa parroquial, así como una casa de estudios donde los nuevos misioneros llegados a Corea pudieran residir y prepararse para su trabajo.

El P. Navarro Guerra ya había ordenado hacer los planos al P. Alwin Schmid, sacerdote Benedictino, de manera que para estas fechas ya estaban hechos. Vinieron luego unos meses de apuros, pues el Instituto

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tenía muchos compromisos económicos en México por la construcción del Seminario Mayor en Tlalpan y del Seminario Menor en Guadalajara. Se comenzó la construcción de la iglesia y de la casa parroquial.

Tercer Grupo

El 16 de noviembre de 1964, los Padres Luis R. Peña Pérez y Esteban Ortega Pedraza llegaron por barco a Corea y fueron a vivir en Suntchōn para hacer ahí el primer curso del idioma con el mismo profesor Antonio Chōng que había dado el curso al grupo anterior.

Seis cartas al P. Rodolfo Navarro

El 24 de octubre de 1964, Monseñor Escalante escribió en inglés al P. Rodolfo Navarro (traducción): “Recibí tu carta del 13 de octubre en la que me anexas el contrato con las Hermanas alemanas y el contrato de la casa en Seúl. Pienso que es el Ordinario de la diócesis, o su Delegado, el que firma los contratos de las misiones locales. El Instituto ayudará en todas las formas posibles, por medio de solicitudes de fondos en la revista, etc., pero nuestro primer deber es hacia los miembros del Instituto, su mantenimiento, hospedaje, etc. Veré al Arzobispo Henry sólo para esta firma.

Esto también corresponde al edificio de las Hermanas. Haremos lo que se pueda para ayudar al Ordinario a llevar a cabo esto. Me da gusto saber que se ha comenzado la construcción de la casa en Seúl. Continúa comprando las propiedades que necesites. Eso es lo primero.

Me da gusto saber que el P. Peña está bien de nuevo y que los Padres van a tener un buen curso. La lengua es necesaria. Estamos entrenando a dos hermanos durante todo un año en contabilidad.”

El 2 de diciembre de 1964, Monseñor Escalante escribió: “Recibí tu carta del 18 de noviembre y otra escrita más tarde. Quiero darte mi parecer sobre la cuestión de la casa central en Seúl y Suntchōn:


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Seúl.- En primer lugar, creo que una casa en Seúl o una Rectoría de dos pisos sería suficiente, ya que esa casa se usaría para estudiar la lengua, ver médicos, hacer compras, etc. con 3 ó 4 cuartos en el segundo piso para la Misión de Suntchōn y en la planta baja los cuartos de los dos o tres Padres que tienen que atender la parroquia. Los Padres Columbanos y los de Maryknoll tienen casas grandes por la razón de que tienen de 80 a 100 Padres cada uno y nosotros no tendremos más de 25 ó 30.

Suntchōn.- Una casa grande en Suntchōn, ya sea del Obispado o del Instituto, se podría usar con más frecuencia, para ver al Superior o al Ecónomo, para hacer retiros, conferencias, juntas, etc. En otras palabras, la casa principal y más grande de la Misión, debería de estar en el lugar donde tengan más acceso los Padres para su apostolado. Así, habrá una casa en el Obispado, que será lo mismo para nosotros, puesto que es para el uso de los Misioneros de Guadalupe como Padres diocesanos o como miembros de un Instituto.

Terreno en Seúl.- 1) Se puede utilizar el terreno de la parroquia que nos dieron, con la idea de que el 1er. Piso sea para el párroco y ayudante y ojalá que los que visitan no estorben o se mezclen en asuntos parroquiales, o 2) También se puede comprar un terreno chico para los fines de la casa central en Corea. Aquí, claro, tendríamos que tener un Padre y Hermano para esos fines.

Favor de aconsejarnos sobre esto. La idea mía simplemente es gastar lo menos posible en Seúl, para poder gastar más en Suntchōn, para la casa de los misioneros de esa región. El Instituto no pierde con dar lo más posible a sus misioneros en Suntchōn o a la Misión, si ésta, después, va a ser del clero nativo.”

El 7 de diciembre de 1964 escribió: “Acabo de conseguir la constitución y la instrucción de la liturgia que me pediste. Mando una de cada una por correo aéreo y las otras por correo ordinario (10 de cada una).

Si ustedes se suscribieran a Ecclesia, todo esto les llegaría por correo aéreo. Creo que Ecclesia ya publicó todo lo de Ecumenismo que apenas se terminó hace dos semanas.Hace unos días te escribí sobre el asunto de la casa en Suntchōn y Seúl y, como terminé la carta, prefiero no tener un elefante blanco en Seúl. Esto quiere decir que si es una casa grande, costaría mucho sostenerla y se usaría poco, mientras

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que en Suntchōn se usaría con más frecuencia. Favor de darme tu parecer sobre esto. Debemos ahorrar en donde se pueda para cumplir mejor con la misión que está encomendada al Instituto en Chola-Nam-Do. Además, una casa tan grande requiere personal y me parece que un sacerdote debe dedicarse más a su labor pastoral. Por eso, ahora que has comprado 1,661 piong de tierra35 anexos a la iglesia de Suntchōn, sería bueno planear la construcción.”

El 27 de enero de 1965, aconsejó sobre la entrega de las parroquias que los Padres Columbanos harían en lo que se quería que fuese territorio a cargo de los Misioneros de Guadalupe: “En adelante, cada fin de junio, cuando se da el informe al Señor Obispo de los bautizos, confirmaciones, etc. que han tenido, también puedes hacer un proyecto de las cosas que necesitarás en 1966. Ordinariamente, además del sostenimiento de los Padres, tendrán prioridad las rectorías y después los gastos para iglesias, obras, etc.

Hay que insistir con los Padres Columbanos que no se retiren del territorio antes de 68. Al fin y al cabo el Señor Obispo del lugar tiene la responsabilidad moral y canónica hasta que Roma nos entregue el territorio formalmente, según el contrato.

Nos dio mucho gusto saber que las Madres de Alemania irán a Corea. Dios quiera que escojan Suntchōn para trabajar.

Todos los Padres están bien. Espero ir a Europa a fines de abril, a menos que me llamen antes para las juntas de la Comisión de Misiones. Hay rumores de que en marzo serán las juntas.”

El 1° de febrero de 1965, escribió: “Te envío una copia fotostática de la carta que recibí del Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, R. Hno. Nicet Joseph. Este Hermano hace varias preguntas acerca de establecer el contrato para mandar Hermanos a las escuelas de Corea. Antes de contestarle, quiero que me des algunas sugerencias. Puedes consultar a algunas comunidades para ver la manera en que se ha invitado a estos Institutos Religiosos.

35 Medida coreana de superficie equivalente a 3.3 mts.²


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Creo que los Hermanos deberían tener el control del colegio, inclusive la cuestión económica. Así se sentirán con más libertad y habrá menos pleitos. También me parece que deberíamos de ofrecerles algo, por ejemplo, pagar parte del terreno, si no todo.

En estos días, para la fiesta de San Felipe de Jesús, pensamos nombrar a los Padres que irán a las Misiones este año, para que se preparen con anticipación. No diremos todavía a qué país irán, pero lo más seguro es que sólo uno vaya a Japón y los otros a Corea.”

El 4 de febrero de 1965, el Señor Henry, Arzobispo de Koangllu, nombróoficialmentealP.RodolfoNavarroGuerra,VicarioforáneodeSuntchōn y le dio facultades según derecho. El vicariato comprendía las parroquias de: Suntchōn, Koksōng, Pōlguio, Sorok To, Posōng y dos parroquias de Iōsu.

El 9 de febrero de 1965, escribió, desde la ciudad de México: “La semana pasada se formó aquí la Sociedad de Amigos Coreanos y Mexicanos. El embajador Chang Namlim tuvo la gentileza de venir a verme para invitarme al hotel María Isabel.

En la reunión, junto con otras 50 personas, estuvo el señor Kim Iōngmin, que vino de Corea para representar al presidente de allá. Su dirección es: 401-3 Shindang Dong, Sōng Dong Ku, Seúl, Corea. Me dijo que va a cambiar de casa pronto.

También estuvo el señor Rovirosa, senador del estado de Tabasco, que por siete años trabajó en Corea durante la guerra. Conoció a Monseñor George M. Carroll y a las Madres de Maryknoll en Pusán.

Así mismo estuvo el señor Manuel Moreno Moreno, presidente del Senado, el señor Gorostiza y el señor Palomares.

Se nombró una comisión de 4 personas para hacer la constitución de esta nueva sociedad que promoverá mucho la amistad entre Corea y México.

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Dos o tres días después, el mismo embajador tuvo una comida privada con un grupo de coreanos y me invitó. Estuvimos hablando mucho de ustedes y de la obra de la Iglesia en Corea.

Me sorprendió mucho la buena calidad de representantes que tiene Corea. También otro señor, llamado Michael Son Chuhong, es Consejero de la embajada de Corea en Washington. Parece ser un católico muy bien preparado.

Favor de visitar al señor Kim Iōngmin cuando tengas tiempo.

El profesor de español de la Universidad de Corea también estuvo presente y pidió que fueras profesor allá, pues están buscando buenos profesores. No le prometí que lo harás, puesto que tendrás muchas otras cosas que hacer.

El 5 de febrero anuncié a todos los del Seminario que seis Padres saldrán a las misiones, es decir: Rodríguez, Contreras, Pablo Álvarez, Luna y Monroy. Es muy probable que uno de ellos vaya a Japón. Lo anunciamos desde ahora, con la idea de que se preparen mejor en su vida espiritual e intelectual y para que aprendan bien el idioma inglés.”

Cuarto Grupo

El Obispo Escalante no dijo en la carta a qué país iría cada quien y tampoco mencionó al P. José Gpe. Chan Baquedano, pero el 5 de febrero de 1965 fueron nombrados, para Corea, los Padres: Pablo Álvarez Cornejo, Fidencio Contreras Galicia, José Gpe. Chan Baquedano y Agustín Luna Corona.

Sigue la correspondencia

El 24 de febrero de 1965, Monseñor Escalante escribió al P. Rodolfo Navarro: “Cada mes vamos a mandar estos donativos que son para Corea. Haremos una lista de los bienhechores con su nombre y dirección, para que ustedes les den las gracias a cada uno. Siempre hay que cumplir con los deseos del bienhechor.Hace tiempo que había pedido estas listas para enviarlas cada mes. Parece que no se


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hicieron el año pasado, pero he dado la orden de que se les envíen cada mes. ¿Hasta cuándo estarás en Seúl?”

El 8 de marzo de 1965 escribió: “Ojalá que hayas pedido al señor Delegado, por intermedio del Señor Arzobispo Henry, subsidio para tu misión. Yo sólo puedo ayudar cuando esta suma se discuta en las juntas de las Obras Pontificias (en Roma).

Todavía no me has dado las ideas para que los Hermanos de las Escuelas Cristianas vayan allá. Cuando yo esté en Roma tengo que hablar con ellos sobre este asunto. No me quiero adelantar sin que tú me des las instrucciones. PD.- Tienes que formular otras cosas que necesites, siempre dando el precio. Y te darán la mitad o quizá hasta menos.”

El mismo 8 de marzo de 1965 escribió: “Recibí tu carta del primero de marzo. En Corea como en Inglaterra, se habla mucho del tiempo, por ser tan variable. En México estamos, como siempre, gozando del sol.

Recibí el presupuesto para hacer la casa y la parroquia para los Misioneros de Guadalupe. Lo que más se necesita, por el momento, es la casa donde se puedan hospedar los Padres en octubre. Favor de empezar la casa y hacer todo lo posible para que se termine a fines de agosto o mediados de septiembre, junto con los muebles.

Por el momento, no podemos hacer más que esto. No es porque yo no quiera, sino porque estamos muy comprometidos en cuestión de dinero.

Como te escribí en enero, por el momento no esperes más de nosotros, a menos que sean donativos especificados. Tenemos que seguir así hasta que nos saquemos la lotería.

La iglesia puede esperar. Además, los feligreses deberían de dar algo para construir su iglesia.

Como te había dicho, estaré allá la semana de Pascua. Llegaré a Seúl en el vuelo número 7 de la compañía North West el día 17 de abril a las 13:35 horas.

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En caso de que tenga más asuntos en África, retrasaré el viaje hasta después del Congreso en Filipinas, que es a fines de abril y principios de mayo. Si así fuere, tendré más tiempo de estar en Corea para hablar contigo. Desde luego, te avisaré si cambian mis planes. Favor de escribirme a Roma si vas a estar en Suntchōn o en Seúl.Ya he tomado nota de que los Padres (que van de aquí a Corea) deben estar allá del 1° al 15 de octubre. Vamos a procurar que estén allá el día 1°.”

El 12 de marzo de 1965 escribió: “Recibí tu carta del 5 de marzo sobre las preguntas que hace el Hermano Nicet Joseph, Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Voy a juntar estas preguntas y a consultar a otros, para ver qué es lo que les podemos escribir o arreglar.

Sería bueno ver lo que dicen las Constituciones sobre el retiro de un Padre de las Misiones. Sobre esto y sobre otros asuntos hablaremos cuando yo llegue allá el 17 de abril.”

Viaje a Filipinas

El Obispo Escalante visitó Corea del 18 al 25 de abril, de paso a Filipinas, adonde fue representando a los Obispos Mexicanos durante la ceremonia de fundación del Seminario para las Misiones Extranjeras que los Obispos de Filipinas quisieron fundar en su país. Esta vez, también se entrevistó con el Arzobispo Henry. Platicaron sobre varios asuntos concernientes al territorio de Suntchōn.

El 20 de mayo de 1965, Monseñor Escalante escribió: “Regresé el día 17, después de un viaje bastante pesado por los climas y los lugares que tuve que visitar. Lo peor de todo fue Filipinas, donde había un calor espantoso.

Tengo en mi poder el itinerario del arquitecto (José) Villagrán. Según este itinerario, sale de Tokio el 4 de junio en el vuelo 853 de JAL que llega a Seúl a las 13:35 p.m. El arquitecto se hospedará en el Hotel Chosun una noche. Ojalá que puedas


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ir a recibirlo y llevarlo a su hotel, para después continuar el viaje a Suntchōn. Él estará allá del 4 al 7 de junio y el día 8 saldrá de Seúl a Tokio.

No hay duda de que vamos a hacer una casa muy sencilla en Seúl, teniendo allá también 2 ó 3 cuartos para los Padres que vayan de vacaciones o para asuntos médicos. Todavía creo que es mejor que los Padres se alojen con los Franciscanos, por la conveniencia que hay para los estudios y para ayudar los fines de semana en la parroquia. Favor de hacer los planos nuevamente, lo más sencillos y baratos posibles.”

Más cartas al P. Navarro Guerra

El 3 de junio de 1965 escribió: “Favor de informarnos en qué fecha tiene que estar el nuevo grupo de misioneros en la Escuela de Lenguas. Necesitamos saber esto para poder hacer el programa de viaje, que será en avión.

Acabamos de nombrar al diácono Gildardo González, quien se ordenará el 15 de agosto, como compañero del P. Rodríguez en la Misión de Kenia.”

El 10 de junio de 1965 escribió, en una circular para todos los amigos y bienhechores del Instituto: “Con grande alegría les comunicamos que enviaremos a las misiones el mayor grupo de misioneros que hasta ahora hemos enviado:

4 Padres misioneros a Corea; 2 Padres misioneros a Kenia, África; y 1 Padre misionero a Japón.

En esta ocasión estamos pensando en ustedes, que no sólo son nuestros amigos, sino nuestros socios, para que esta alegría también sea de ustedes, puesto que todo lo vamos haciendo con las oraciones y sacrificios de ustedes. Nuestros Misioneros de Guadalupe dejan la patria, pero el corazón de ustedes va con ellos para predicar a Cristo.

Invitamos a ustedes y a su familia o amistades, a la Ceremonia de Despedida que tendrá lugar en la Basílica de Guadalupe el sábado 26 de junio a las 5 de la tarde. Si ustedes no pueden asistir, les rogamos que se unan en espíritu con una plegaria.

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Estamos seguros de que ustedes seguirán a nuestros Padres en sus labores misioneras y de que también les proporcionarán su ayuda material, ya que cuesta mucho enviarlos a las misiones. Todo donativo para el viaje de los Misioneros de Guadalupe puede ser entregado a los seminaristas en las puertas de la Basílica, en nuestras oficinas de Balderas 32-605, o puede ser enviado por correo en el sobre adjunto, por medio de giro postal o cheque. Los bendecimos de corazón.”

El 26 de junio de 1965, el cuarto grupo enviado a Corea tuvo su ceremonia solemne de Envío y Despedida en la Basílica de Guadalupe. El Delegado Apostólico Luigi Raimondi impuso el crucifijo a losmisioneros. Estos fueron los Padres: Pablo Álvarez Cornejo, José Gpe. Chan Baquedano, Fidencio Contreras Galicia y Agustín Luna Corona.

Estos cuatro Padres salieron de México en diferentes fechas y llegaron a Corea, también en diferentes fechas, del mismo año 1965, pero todos comenzaron el estudio del idioma coreano, el 15 de septiembre, en el Miōngdo Uōn, o sea, el Instituto del Camino de la Luz.

El 16 de agosto de 1965 escribió: “Adjunto la lista de los nombramientos de este año. Ojalá que todos cumplan bien con sus deberes y así el Instituto saldrá adelante.Tengo la copia del Building Program que mandaste al Padre Ríos, el cual ya aprobé. Tu carta se leyó a los neo-ordenados durante el banquete al mediodía. Creo que todo salió muy bien.

Queremos el lugar lo más barato posible allá en Seúl, para no tener que gastar mucho. Como creo que te dije en mi última carta, me han prestado dinero para poder terminar el Seminario. Queremos poner el Seminario Menor junto al Mayor, para mejor disciplina y para que estén todos unidos. La Quinta nunca se ha prestado para ningún Menor.

El periférico ya no nos afectará. Llegará hasta Peña Pobre, pasará por el estadio Azteca y seguirá por Huipulco. Es una lástima que el Convento se haya puesto donde está, pero no tuvimos otro remedio, puesto que no nos daban el permiso para construirlo donde se había planeado.”


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El 19 de agosto de 1965 escribió: “Una vez más tengo que pedirles que escriban para la revista ‘Almas’. Se están necesitando artículos con ideas misioneras que escriban los Misioneros de Guadalupe. Estos artículos pueden estar en forma de carta. También pueden escribir sobre:

El Catecúmeno más interesante’, ‘Un Viaje Inolvidable en las Misiones’, ‘Mi Primera Misa en xxx’, ‘Un Parroquiano Único’.

Debemos mostrar la vida espiritual y, al mismo tiempo, humana, del trabajo de misiones.”

El 20 de agosto de 1965, Monseñor Escalante avisó: “Según programa, los cuatro misioneros llegarán el día 18 de septiembre a Seúl, en el vuelo número 7 de North West. Ojalá que todos cumplan con este programa y no lo hagan a lo mexicano.”

El 24 de agosto de 1965 escribió: “Recibí tu carta del 19 de agosto en que pides un Ecónomo para esa misión. Creo que lo mejor es que nombres uno ‘ad tempus’ (temporalmente) o hasta que se organice más el asunto del Instituto y la Misión. Por el momento no tenemos a quien nombrar.

Esperamos que una vez que se erija la Misión independiente, consultemos a los Padres para ver a quién quieren como Superior Regional. Por el momento, tú tienes el cargo de Superior de la Misión, pero después tendremos un Superior Regional de Oriente, o sea de Japón y Corea y él se encargará de los asuntos que trata la Constitución y, además, tendremos un Ecónomo para que, cuando haya más de 25 Padres en el Oriente sea, en forma debida, como lo requiere la Constitución.

Gracias a Dios me estoy librando poco a poco de las cosas que tanto me han preocupado, ahora que César Treviño se ordenó sacerdote.

Salgo para Estados Unidos y Europa el próximo sábado. Pienso visitar a las Madres alemanas en Trier y llegaré a Roma el 11 de septiembre, hasta sólo Dios sabe cuándo (en el Concilio).

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Ojalá que ya esté listo el nuevo proyecto de la iglesia y casa parroquial. Como te había dicho, lo quiero lo más barato posible.

El otro día te escribí que los Padres tienen que llegar el día 18 de septiembre. Les diré que pueden llegar hasta más tarde y que pueden pasar más tiempo en Japón. Ya avisé en Honolulu y Tokio de su llegada. El Padre Chan está encargado del grupo y los alcanzará en San Francisco: 2555 Webster Street, San Francisco, CA. 94115. Saldrá de allá para Honolulu el 14 de septiembre. Pueden quedarse allá hasta el 20 ó 21.

PD.- 24 de agosto, 11 a.m.: Recibí tu carta sobre la Madre Santibáñez. Haré la lucha. Creo que sería mejor preparar un Hermano. Más seguro y para eso tenemos a los Hermanos. Dime si quieres uno para el próximo año, para prepararlo. 12 a.m. Hablé a la Madre General. Me dijo que la Madre Santibáñez se va a Tierra Santa y que en estos días resolverá el asunto que quieres.”

El 23 de septiembre de 1965 escribió, desde Roma: “Recibí tus cartas del 5 y del 8 de septiembre. Por un momento pensé que había perdido alguna de tus cartas, en vista de que ha habido robos en el correo, por parte de quienes lo entregan.

Espero saber si las Hermanas alemanas te visitaron. Yo también visité su Casa Principal en Trier y hablé con la Madre General acerca del contrato. Espero obtener una copia de esto, directamente de México, y enviártela con mis sugerencias, para que puedas agregar o quitar, conforme creas conveniente.

Con respecto al edificio en Seúl, tengo las siguientes sugerencias:1. Trata de conservar el proyecto tan económico como sea posible.2. Escoge una compañía confiable y no cualquier compañía pequeña. Conforme tu

sugerencia, la compañía del Sr. Kim es la más confiable.3. El dinero que te envié es para usarse, principalmente, en la casa; si sobra algo,

puedes comenzar los cimientos de la iglesia.4. Te agradeceré enviarme los planos.5. Estoy escribiendo al P. Ríos para decirle que me dé un reporte de las colectas

hechas en México para Corea. Algo del dinero que se reunió era directamente


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para Corea. Hay también otro poco de dinero que se le dio a los misioneros que están saliendo y tú vas a recibir cuatro séptimos de este dinero.

Tan pronto como tenga este reporte y lo apruebe, le daré al P. Ríos la orden para enviarte todo lo que tengamos a mano.

Espero que todos los misioneros estén bien y que los nuevos misioneros hayan llegado y ya estén estudiando la lengua. Espero, sinceramente, que se dediquen muy bien a este trabajo que es tan necesario.

También recibí tu carta acerca del contrato con las Hermanas Mexicanas. De nuevo, sugiero que se haga un contrato general con las Hermanas y te enviaré una copia de esto próximamente. Prefiero que tú firmes estos contratos, ya que corresponde más a la Misión que al Instituto.

La última sesión del Concilio empezó hace una semana y parece que he estado aquí por un año. Está caminando muy rápido en algunos aspectos. En este momento, la fecha tentativa para salir de Roma sería el 8 de diciembre.

Te escribí desde México diciéndote que prepararé a un Hermano para que se haga cargo de tus cuentas. Dos Hermanos han estado tomando cursos de contaduría durante los últimos dos o tres meses y deberán estar listos el próximo año, por si pides uno. Deseo mencionarte esto de nuevo, ya que no me has contestado con respecto a este asunto. Mis mejores saludos para todos los Padres y Hermanas.

PD.- ¡Pude conseguir una secretaria de habla inglesa!”

El 7 de octubre de 1965 escribió en inglés, desde Roma, durante el Concilio (traducción): “Hoy recibí tu carta del 30 de septiembre. Me da gusto saber que, finalmente, los Padres llegaron ya a Corea y que ahora se encuentran estudiando la lengua. Ciertamente estuvo muy mal que hubiera cancelaciones de última hora y que, por lo tanto, no se les recibió como debió hacerse.

He leído todo el contrato con las Hermanas alemanas. Me gustaría primero tener los comentarios de la Madre Johanna, antes de dar mis sugerencias. Esto lo haré cuando

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regrese a México donde puedo ver otras copias de contratos para poder tener cuantos pormenores sean posibles. Aquí, por supuesto, sólo estamos pensando en asuntos del Concilio y es difícil entrar a cualquier otro asunto.

Me dio mucho gusto saber que el P. Chávez es párroco ahora y que tú lo estás ayudando mientras. Sinceramente deseo que ambos hagan un buen trabajo, ya que ésta será la parroquia ideal en la que otros aprenderán antes de salir a las diversas misiones. Escribiré al P. Diamond agradeciéndole por todas sus bondades hacia nosotros durante los últimos dos años.

He notado que vamos a necesitar tres construcciones, principalmente, en Seúl, y en Suntchōn; y también acerca de la construcción para las Hermanas alemanas. Esperamos poder hacer algo de esto próximamente. No sé cuáles son actualmente las condiciones en México. Todo lo que sé es que estamos acelerando la construcción del Seminario, en vista de los muchos estudiantes y los altos precios debidos a las próximas Olimpíadas. Esperamos tener el nuevo edificio terminado antes de Navidad, y después tendremos que trabajar para pagar las deudas.

He estado con el Arzobispo Henry muchas veces y él parece estar bien, aunque ha perdido toda su energía. Con mis mejores saludos y en unión de oraciones.

PD.- Me parece bien y sencillo el contrato con las Madres mexicanas. A ver qué dicen ellas.”

Primera parroquia MG en Suntchōn

El 3 de octubre de 1965, los Misioneros de Guadalupe tomaron posesión de su primera parroquia en Corea: Santa Teresita, en el barrio de Chōllōng Dong, en la ciudad de Suntchōn.

El P. José Chávez Calderón fue nombrado párroco. A partir de ese día, la parroquia fue el centro de la Misión y Casa Regional para los Misioneros de Guadalupe.


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El 10 de enero de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Rodolfo Navarro: “Recibí los planos que mandaste de la nueva casa que quieren hacer. Ojalá que discutas esto con el Padre Joseph Murrim (misionero de San Columbano y arquitecto que diseñó el Seminario Mayor de Koangllu) cuanto antes, para que esté todo listo antes de que él salga a los Estados Unidos. Después de eso, puede ser que se consiga un buen contratista. Sobre todo, quiero saber el costo del edificio.

Como te he dicho en varias ocasiones, nuestra primera obligación es que los Padres coman y puedan trabajar. En segundo lugar, darles un techo, ya sea para un centro en Suntchōn o en las diferentes parroquias. Tercero, podemos anunciar y hacer propaganda y según se reciba, mandárselos para las diferentes obras, ya sea catecismo o para hacer capillas, etc.”

El quinto grupo enviado a Corea fue nombrado el 22 de febrero de 1966. Tuvieron su ceremonia en la Basílica de Guadalupe el 13 de agosto del mismo año. Los Padres enviados fueron: Teodoro Baquedano Pech, Maurilio Franco Pérez y Juan Rivera Torres. Estos Padres llegaron a Coreaafinesdeagostode1967.ElP.JoséSandovalÍñiguez,quefuenombrado por Monseñor Escalante el 9 de abril del mismo año, llegó a Corea el 14 de septiembre. Estos cuatro Padres fueron los últimos que nombró Monseñor Escalante para la Misión de Corea.

El 12 de abril de 1966, Monseñor escribió al P. Rodolfo Navarro: “Según mi programa, debía yo de llegar por Cathay Pacific Airways, vuelo número 16 de Taipei, que llega a Seúl a las 2:20 de la tarde del jueves 9 de junio. Si prefieres, estaré en Suntchōn primero, para pasar el fin de semana con ustedes y después ir a Seúl. Favor de hacer las reservaciones necesarias. De regreso iré en tren a Seúl. Tú tienes que hacer mi programa. Sólo quiero ver a los Padres, autoridades, etc. Pienso salir de Corea el 17 de junio, para pasar otro fin de semana con los Padres de Japón.”

El 14 de abril de 1966 escribió: “Recibí tu carta del 3 de abril dándome los presupuestos de la casa de Suntchōn. Creo que es bastante fuerte el gasto que tienen que hacer allá y a ver qué día se empieza. Este año será imposible, puesto que tenemos

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muchas deudas en este lado del Pacífico. Hablaremos más tarde, cuando yo llegue allá el día 9 de junio.

Quiero que me des una cuenta general de los gastos que se han hecho en Seúl. Si me acuerdo bien, sólo íbamos a hacer la casa. La iglesia puede esperar, pero quiero que se termine cuanto antes esa casa. Por supuesto, los planos para este proyecto llegaron a Roma después de mi salida en diciembre y, ahora que regresé, me los entregaron y ya los tengo en México.

Todos los Padres de aquí están bien. Tuvieron 3 días de vacaciones cada uno después de Semana Santa y algunos se han ido a Acapulco a gozar la casita que tenemos allá.Al Padre Jesús Sanabria lo operaron de la vesícula. Estuvo muy grave por una hemorragia y lo tuvieron que operar de nuevo. Entiendo que ya está en la Procura y lo veré el 8 de mayo.

Aquí en México, el Cardenal Confalonieri traerá la rosa de oro a fines de mayo.

Hoy llega el Presidente Johnson a México, por un día. Fue una sorpresa, puesto que sólo se anunció la llegada de su esposa.

Si crees conveniente, con mucho gusto podemos tener una bendición y recepción en el lugar, cuando yo llegue en junio. Como te escribí, todo está en tus manos, por dónde quieras que yo vaya y a quién tenga que ver. Mi interés principal es ver a los Padres y algunas otras autoridades de allá.

Escríbeme cuanto antes sobre lo que estamos debiendo, a ver cuánto podemos mandar.Saludos a todos los Padres. Diles que salgo de aquí el 26 de abril para estar en Roma del 8 al 17 de mayo. Después haré escalas en India, Bangkok, Hong Kong, Formosa, etc., antes de llegar a Corea.”

Primera parroquia M.G. en Seúl

El 28 de mayo de 1966, el Arzobispo de Seúl, Pablo Noh Kinam,firmóel decreto de erección de la parroquia de La Resurrección, en el barrio


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de Sōngsu Dong de la ciudad de Seúl, y en el mismo documento nombró primer párroco de dicha parroquia, al P. Luis Sánchez Alba.

El P. Rodolfo Navarro Guerra había ordenado comenzar un año antes la construcción de la iglesia, la casa parroquial y las habitaciones para los Misioneros de Guadalupe, estudiantes del idioma coreano, integradas en el mismo edificio de la casa parroquial en Sōngsu Dong. Con fondos de nuestra sociedad misionera conseguidos en México y con ayuda que el mismo P. Navarro Guerra consiguió entre sus amigos, se construyó una iglesia con cupo para 400 personas, y una casa de tres pisos con doce cuartos y sus servicios necesarios.

Tercera visita del Obispo Escalante

El 10 de junio de 1966, Monseñor hizo la solemne consagración del templo parroquial y la bendición de la casa en Sōngsu Dong con la asistencia del internuncio apostólico en Corea, Antonio del Giudice, los Arzobispos Pablo Noh de Seúl y Harold Henry de Koangllu, el Obispo William McNaughton de Intchōn y el administrador apostólico de Piōng Iang, George Carroll.

Asistieron también los 12 Misioneros de Guadalupe que estaban entonces en Corea: el P. Rodolfo Navarro Guerra, Superior Regional, el P. José Chávez Calderón, párroco de Suntchōn, el P. Luis Sánchez Alba, párroco de Seúl; y los Padres estudiantes de la lengua: Francisco Arriaga Méndez, Jesús Alba Jaime, José Luis Ortega Franco, Raúl Peña Pérez, Esteban Ortega Pedraza, José Gpe. Chan Baquedano, Fidencio Contreras Galicia, Agustín Luna Corona y Pablo Álvarez Cornejo.

También estuvieron en la ceremonia el P. Esteban Martínez de la Serna, que visitó Corea por primera vez, numerosos sacerdotes nativos y extranjeros, y una nutrida concurrencia de fieles. Después de losdiscursos del P. Rodolfo Navarro y del Arzobispo de Seúl, el P. Luis Sánchez tomó posesión de su parroquia.

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Quinto envío

El día 10 de julio de 1966, los Padres Teodoro Baquedano Pech, Maurilio Franco Pérez y Juan Rivera Torres recibieron su carta de nombramiento para la Misión de Corea, en la misma ceremonia de su Ordenación Sacerdotal, en México, aunque en realidad habían sido nombrados desde el 22 de febrero del mismo año.

Estos tres Padres tuvieron su ceremonia de Envío y Despedida en la Basílica de Guadalupe el 13 de agosto de 1966, juntamente con los Padres Norberto López y José L. Ochoa y el Hermano coadjutor Jesús Torres, que fueron enviados a Kenia. Después tuvieron otra ceremonia durante el Congreso Nacional de Misiones celebrado en Guadalajara, del 9 al 13 de noviembre. Los Padres Baquedano, Franco y Rivera salieron para Estados Unidos el 28 de diciembre de 1966 para estudiar inglés, antes de llegar a Corea. Estuvieron allí hasta el 5 de agosto de 1967: el P. Baquedano en la Parroquia de la Epifanía y el P. Franco en la Parroquia de la Visitación, de San Francisco, CA.; el P. Rivera en Colorado Springs, CO., EUA.

El 4 de agosto de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Navarro, desde México: “Recibí tu carta del 10 de julio, junto con tu memorándum sobre la cuestión financiera de la Misión.

Veo que han tomado muy buenos Ejercicios Espirituales. Ojalá que no se pierda el fervor.

Para estos días, seguro que los nuevos párrocos y vicarios ya han tomado posesión de sus parroquias.

Favor de darnos las direcciones exactas de cada parroquia, para que les podamos escribir. Sobre todo la de la parroquia de Seúl, en donde vas a estar, para que yo me comunique contigo después de septiembre.


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En estos días hemos estado preparando algunos principios básicos sobre ayuda no sólo a la Misión de Corea, sino a todas las misiones en general.

El Sacerdote Misionero debe de vivir primero de su pueblo, pero, como en muchos casos, esto no es posible, el Instituto garantiza este sostenimiento. Cualquier cosa que reciba de las colectas, estipendios, etc., es principalmente para su ayuda y para vivir en tierra misional. También debe estar preparando al pueblo para que algún día sostenga al clero local.

Con el subsidio, el Superior de la Misión puede ayudarse para dar algo a las Madres mexicanas o alemanas, o a los catequistas, etc.

El Instituto no tiene ninguna obligación de sostener a los que no pertenecen al Instituto.

También hay un fondo especial que manda Propaganda Fide para las necesidades del Superior de la Misión.

Todo esto lo pondremos con más detalle en un memorándum que te mandaré en unos días más.

Acabo de recibir un telegrama del Capítulo de los Padres de Maryknoll, invitándome para estar presente durante el Capítulo.

Tengo varios compromisos incluyendo la despedida de los Padres, el 13 de agosto.

Saldré para Nueva York el 21 de este mes.

El Cardenal Garibi ha accedido a que los Misioneros de Guadalupe tengan una despedida oficial durante el Congreso Misional en la ciudad de Guadalajara, del 9 al 13 de noviembre y, antes y después del Congreso, los Padres según su iniciativa, conseguirán fondos para su Misión. No podemos estar molestando a los Señores Obispos con colectas populares. Un Obispo ya ha dicho que sólo tendrá una sola colecta durante el año, y la va a dividir en varias obras nacionales incluyendo la nuestra.

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Si seguimos así, será más difícil sostener el Seminario, puesto que necesitamos nombres y direcciones para que la gente nos dé cada mes.

De los 59 muchachos que estuvieron presentes en el Seminario Menor de San Pablo en Guadalajara, fueron escogidos 36 para nuevo ingreso. Los Padres Ríos, González y Bravo usaron la guillotina.

Saludos a los Padres y, esperando que todos estén bien en su trabajo, los saludo afectuosamente. P.D.- No fui a Detroit, porque los Obispos de México tuvieron 4 días de juntas.”

Misioneras Mexicanas

En septiembre de 1966, invitadas por el P. Rodolfo Navarro Guerra, llegaron a Suntchōn dos misioneras mexicanas de la Congregación de Esclavas delDivino Pastor, con el fin de trabajar en el territorioconfiadoanosotros.

Las Hermanas Ma. del Carmen Santibáñez y Graciela del Río venían a experimentar durante tres años la posibilidad de que su Congregación estableciera una misión permanente en Corea. Sus miras, de inmediato, se dirigían a ayudar en el trabajo de oficina de nuestra misión y aestudiar el idioma y las costumbres del lugar.

Después de esto, sus planes de apostolado eran de trabajo social; cuidado de los leprosos, jardines de niños, catecismo, etc. Si consideraban todo esto factible, la Congregación enviaría más misioneras. El Obispo Escalante, en carta que dirige al P. Rodolfo Navarro Guerra el 30 de septiembre de 1966, le dice: “Tengo todas tus cartas: la del 31 de agosto, la del 9 de septiembre, y la del 21 del mismo mes. Me dio mucho gusto saber que el donativo de Propaganda Fide llegó y que se agradeció a las personas indicadas.

Estuve en Maryknoll casi dos semanas, especialmente para la elección del nuevo Superior General a quien conozco muy bien. Parece que no mandaron del Oriente lo mejor y perdieron en las elecciones para estar en el Consejo. El Padre McCormack


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es muy listo, de mucho empuje y con mucha facilidad de palabra. Además, él es el primero que ha estudiado en Roma y, por consiguiente, es bien conocido allá también, pues fue secretario del cardenal de Propaganda Fide hasta 1953.

Me dio mucho gusto que llegaran allá las Madres de México y que estén ahora viviendo con unas Madres coreanas. Es mucho mejor para ellas convivir con las Madres del lugar.

Entiendo muy bien ahora por qué no insististe en que las Madres de Marymount fueran a Corea lo más pronto posible, pues el Señor Obispo de Inchon les ofreció toda clase de facilidades. Ellos no saben qué hacer con el dinero que tienen. Los ricos se comen a los pobres. De cualquier manera, todo es para el bien de la Iglesia.

Es una lástima que los Padres no puedan asistir a todos esos asuntos parroquiales, consiguiendo la ayuda de México para sus diferentes obras. Como he explicado muchas veces, el equipo es de 4: el Ordinario, el Instituto, el Párroco y el Pueblo. (El pueblo de Dios, como le dicen ahora).

Seguiré en contacto con las Madres de Marymount para ver si para 1968 ó 1969 pueden poner otro Colegio.

Sigue pidiendo a Roma ayuda para catequistas, construcción, etc., Hay una junta los primeros días de noviembre para Subsidios Extraordinarios. Yo debería ir para allá pero, francamente, no tengo ganas. Escribiré a algún otro Director Nacional para que apoye tus proyectos, si me los mandas.

Tomé tu nueva dirección y todo se va a mandar a este lugar, de hoy en adelante.

Me parece muy bien y muy necesario que tomes más clases de esa lengua tan difícil. A ver si el próximo año te mandamos al sacerdote que me habías pedido. Ya le hablé al Consejo sobre esto, pero no se decidirá sino hasta el próximo abril.

Para mí no hay ninguna dificultad, si las Madres alemanas ocupan, diría yo, parte del terreno, del centro de la ciudad de Suntchōn. A mí me parece muy buen lugar para la catedral, pero en un lado puede estar el lugar de las Madres y el dispensario.

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Favor de consultar al Sr. Obispo Henry y a ver qué te aconseja, o si te deja en libertad, que creo esto hará. Comprendo que la catedral es un gasto inútil por ahora, pero debes de quedarte con el terreno para después tener allá la catedral y la casa del Rector y ayudantes y oficinas para el mismo Señor Obispo, que me imagino vivirá en otro lugar.En lo que se refiere a construir el convento de las Madres alemanas, por el momento no puedo hacer ningún otro compromiso, puesto que quiero pagar lo de la iglesia en Seúl. Me puedes dar más datos de cuánto costará el convento. ¿No tendrá más prioridad nuestra casa en Suntchōn? Las obligaciones son primero hacia los Padres y, una vez que ellos estén atendidos, ayudaremos a otros asuntos. De cualquier manera, estamos listos para ayudar a otros, pero quiero números definitivos antes de aprobar.Creo que los donativos que se mandan de aquí por intermedio de la tesorería, si no son especificados, se pueden usar como gastos de caja chica.

Estuvo muy bien mi viaje a los Estados Unidos. Estuve casi dos semanas en Maryknoll y tuve dos iglesias. Conseguí dinero de varios amigos, sobre todo de una fundación. Es primera vez en 18 años que paso tanto tiempo allá, pues ordinariamente estoy de paso a Europa o de regreso a México, pero estando allá un poco de tiempo, se puede hacer mucho.

Lo de aquí está muy bien organizado. El Padre Colín y el Padre Díaz están haciendo maravillas, sobre todo con la IBM. De esto seguimos debiendo y ésta es mi primera preocupación para que este Instituto quede bien en todas partes.

Saludos a los Padres y te mando mi bendición.”

El 12 de diciembre de 1966, Monseñor Escalante envió a Corea esta carta que fue enviada a todos los Misioneros de Guadalupe: “Nuevamente celebraremos el Aniversario del nacimiento de Nuestro Señor, y esto se presta a muchas reflexiones.

‘Alter Christus’ es lo que tú eres desde el día de tu ordenación y nunca debes dejar de serlo.

Esto significa que tenemos que imitar a Cristo en su pobreza, abnegación, dedicación a otros, empezando siempre por la propia familia, compañeros y feligreses.


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Se dificultará el cumplimiento de ser ‘Alter Christus’ si uno pierde su ideal y se deja absorber por detalles insignificantes, sobre todo por el materialismo y paganismo en que se vive. En vez de controlar las circunstancias, a veces se deja uno controlar por ellas, con el peligro de perder el alma y las de otros.

Nuestro celo apostólico nos lleva a desear el éxito. Éste puede lograrse más con la oración, sacrificio, dedicación, enseñanza, organización, etc., que con el dinero. El mejor método es la entrega total al progreso espiritual de uno mismo y de los demás.

El Concilio claramente nos enseñó tres cosas: 1) Responsabilidad personal en nuestra salvación y la de otros. 2) Trabajar en equipo o comunidad. 3) Trabajar con iniciativas, pero que éstas estén siempre aprobadas por la autoridad.

En esta Navidad, nuestra familia se fortalecerá según la renovación (y no revolución) de cada uno de nosotros, así como de nuestro trabajo por las almas.

Nuestra intención para la Misa de media noche se ofrecerá por el Instituto, y para que cada uno cumpla con ser ‘Alter Christus’.”

El 25 de enero de 1967, Monseñor Escalante escribió al P. Rodolfo Navarro: “Recibí tu carta del 27 de diciembre. Entiendo que ya tenemos otra parroquia bajo el cuidado del Padre Alba. Con esas seis parroquias en Corea y tres en Japón, pues andamos bien.

Deberías tener, tal vez, una junta con tu Consejo, para ver qué obra quieres hacer este año: de apostolado o empezar la casa central de los Misioneros. Si es esto último, necesitamos tener por escrito, que el lugar que compraste en Suntchōn esté a nombre de los Misioneros de Guadalupe, firmado por el Arzobispo de Koangllu y el Señor Delegado Apostólico, y antes de que se erija la nueva diócesis.

Aquí vamos a hacer algo para el Seminario Menor en Guadalajara: (para este año no se necesita nada, puesto que sólo hay 77 alumnos y hay lugar para otros 50), pero para el próximo año, en lo que sí ayudaremos, es en construir el cuarto para la caldera

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y en comprar la caldera misma, puesto que el sistema de agua caliente por el sol, no sirve en un edificio como ése.”

El 15 de febrero de 1967, el P. Luis Sánchez cumplía ocho meses y medio de ser párroco de la parroquia de La Resurrección, en Sōngsu Dong, Seúl y, por motivos de problemas personales regresó a México. Trabajó durante algún tiempo en el Seminario Mayor. Después fue enviado a la Misión de Kenia, donde fue nombrado Superior Regional. Dejó el Instituto y el sacerdocio el 20 de abril de 1976.

También el 15 de febrero de 1967, el P. José Gpe. Chan Baquedano fue nombrado para sustituirlo en la parroquia de Sōngsu Dong, Seúl; recibió la parroquia con 923 católicos, de los cuales 200 habían sido absorbidos por el paganismo, 500 seguían en contacto con la Iglesia y otros 200 venían de vez en cuando; todos ellos en medio de unos 53,000 paganos.

El 1° de marzo de 1967, el P. Raúl L. Peña, párroco de Tongsan Dong, en Iōsu, inauguró su jardín de niños, siete meses después de haber llegado a esa parroquia.

El 3 de abril de 1967, Monseñor Escalante escribió al P. Rodolfo Navarro: “Recibí tu carta del 20 de marzo. Creo que sería mejor esperar mi llegada a Corea, para ver en qué se puede emplear un dinero que les queremos dar. Todavía no sé cuánto sea. Aquí también estamos pagando muchas deudas.

Según mi programa de viaje, pienso llegar a Corea el día 7 de junio en Cathay Pacific, desde Hong Kong. Si hay algún cambio, después les avisaré. Creo que necesitamos, por escrito, como te había pedido antes, si no me equivoco, que el terreno en la loma sea de los Misioneros de Guadalupe, y necesitamos cartas del Señor Delegado Apostólico acerca de Koangllu, y tuyas, antes de hacer algo allá. Creo que también debemos esperar al Padre arquitecto columbano (sic) (sacerdote de San Columbano) y posiblemente también esperar hasta que se erija, en misión independiente, esa región.


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Ya hice la cita con la Madre Superiora de las alemanas en Colonia, para el 24 de abril. Me puedes contestar a nuestra dirección de Nueva York para decirme qué es lo que le voy a decir a la Madre General de ellas.

Con mucho gusto podemos celebrar mis 60 años en Suntchōn con todo lo necesario para esa ceremonia. El Padre Martínez llega hoy del Japón y estará en México pocos meses, según me indicó. Yo salgo de México el día 15 de abril.”

El 11 de abril de 1967, Monseñor Escalante escribió al P. Navarro, desde México, lo siguiente: “Hemos hecho sólo dos nombramientos, es decir, el Padre León Martínez nos ayudará en vocaciones y el Padre José Sandoval irá a Corea. Los otros nombramientos se harán después de mi regreso, a fines de junio.Por el momento creemos que el P. Sandoval debería empezar las clases en enero, si es posible en ese tiempo y, si no, esperar hasta septiembre del 68, en Corea.

Creo que si va este año, puede ser demasiado rápido pero, si lo necesitas, favor de indicarme.

Pensamos tener las ordenaciones el día 10 de septiembre, pero ya avisé a los Diáconos que se pueden ordenar en sus pueblos, con los diferentes Ordinarios; así se promueven las vocaciones y, al mismo tiempo, el Obispo se sentirá que está participando, al mandar misioneros fuera.

Pensamos que la despedida de los misioneros sea el día 7 de octubre pero, si crees conveniente que el P. Sandoval salga antes, podemos hacerle una despedida para él. Saludos a todos los Padres. Estaré por allá desde el 7 de junio hasta el 14. Fin de semana en Suntchōn. El P. Esteban Martínez está aquí y pasará 2 ó 3 meses con nosotros.”

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GOBIERNO REGIONAL EN COREA1964 a 1969

Fecha Superior Regional Consejeros Regionales1967-1969 P. Rodolfo Navarro P. José Chávez P. Francisco ArriagaEcónomoP. Rodolfo Navarro

RELACIÓN DE MISIONEROS DE GUADALUPE YASOCIADOS, ASIGNADOS A LA MISIÓN DE COREA,

CON SU NOMBRE ADOPTIVO COREANO, POR ORDENCRONOLÓGICO DE NOMBRAMIENTO Y LLEGADA,

ENVIADOS POR MONSEÑOR ESCALANTE:

Nombre Nombre Fecha de Fecha de coreano nombramiento llegada que adoptó

1. José Álvarez An Iosep 03/10/61 26/11/62 2. José Chávez Kang Ioseph 03/10/61 24/02/62 3. Rodolfo Navarro Na Rodolp’o 25/07/63 24/02/64 4. José Jesús Alba Miōng Ioseph 25/07/63 09/03/64 5. Francisco Arriaga Min Francisco 25/07/63 09/03/64 6. José Luis Ortega Oh 25/07/63 09/03/64 7. Luis Sánchez Tchoe 25/07/63 09/03/64 8. *Juan Gutiérrez 17/04/64 no llegó 9. Esteban Ortega Jan 17/04/64 16/11/6410. Luis Raúl Peña Pē 17/04/64 16/11/6411. Fidencio Contreras Ko Ioseph 05/02/65 21/09/6512. Agustín Luna Ium Komiōng 05/02/65 21/09/6513. José G. Chan Chang 05/02/65 22/09/6514. Pablo Álvarez An Miōngtchōl 05/02/65 05/03/6615. Teodoro Baquedano Pak T’eodoro 05/02/66 05/03/6616. Maurilio Franco Kim Mauril-lio 22/02/66 24/08/6717. Juan Rivera Ih Iohan 22/02/66 24/08/6718. José Sandoval So Sando 09/04/67 14/09/67


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LA TERCERA MISIÓN: KENIA

Desde 1959, Mons. Escalante ya pensaba en enviar Misioneros de Guadalupe a África. Buscaba la mejor opción entre las peticiones que recibía de algunos obispos. La primera de Mons. Félix Scalais, Arzobispo de Leopoldville (ahora Kinshasa), Congo Belga. Mons. Escalante designó al P. Esteban Martínez, en noviembre de este año, para colaborar en el seminario diocesano. Sin embargo, estalló una revolución en aquel país y el envío del P. Esteban se suspendió y se cambió para Japón.

Hubo otras cuatro peticiones: dos de Kenia, una de Tanganica (ahora Tanzania) y una de Elizabethville (ahora Lubumbashi), pero no fueron puntualizadas y no fueron atendidas, principalmente porque la opción de Corea ya era muy atractiva en 1962.

Cuando Mons. Escalante fue a Roma, en 1964, a la sesión del Concilio Vaticano II, allá se encontró con Mons. John De Reeper, obispo de Kisumu, en Kenia. Este obispo pertenecía al Instituto de Mill Hill, Inglaterra. Los dos obispos viajaron juntos a Kenia para ver las misiones ofrecidas.

En abril de 1965, Mons. Escalante escribió al P. Alejandro Ríos, entonces Vicario General: “No hay duda de que podemos tomar la misión que me han ofrecido de la tribu Teso, en la diócesis de Kisumu, como para poner pie en África y, después, podremos extendernos aquí o en cualquier otra parte del continente.”

Comienzo en la Diócesis de Kisumu

MonseñorEscalantefirmóel contrato conel obispodeKisumu, el 14 de abril de 1965, como sigue: “ACUERDO entre EL OBISPO DE KISUMU, KENIA y el SUPERIOR GENERAL DE LOS MISIONEROS DE GUADALUPE.

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1. Para mayor gloria de Dios y el bien de las almas, los suscritos, el Excmo. y Revmo. Obispo de la diócesis de Kisumu, Kenia, y el Excmo. Sr. A. Escalante, Superior General del Instituto de Nuestra Señora de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, también referida en este contrato como Misioneros de Guadalupe o el ‘Instituto’, con el consentimiento previo del Consejo General del Instituto efectúan el siguiente contrato:

2. El Obispo de Kisumu confía al cuidado espiritual del Instituto las parroquias situadas en el territorio Teso que pertenecen a la jurisdicción de la diócesis de Kisumu, que son las parroquias de Amukura, Chakol y Chelelemuk, junto con los edificios y las propiedades eclesiásticas anexas a ellas, y cualquier nueva parroquia que pueda ser establecida en el curso del tiempo, en o cerca del mencionado territorio Teso.

3. El Instituto toma bajo su responsabilidad proporcionar sacerdotes para que atiendan estas parroquias confiadas a su cuidado, con la provisión de que también los sacerdotes de la tribu Teso incardinados a la diócesis de Kisumu puedan, en forma eventual, ser asignados a servir estas parroquias junto con los Misioneros del Instituto y a discreción del Superior Regional del Instituto.

4. Se hará un inventario del inmobiliario y bienes movibles que pertenezcan a las parroquias, al momento de la firma del contrato.

5. El Obispo reconocerá y respetará las obligaciones y responsabilidades así como los derechos y privilegios de los Misioneros de Guadalupe, conforme se indican en las Constituciones del Instituto.

6. El Obispo reconocerá y respetará al Superior Regional de los Misioneros de Guadalupe, como el delegado y representante del Superior General del Instituto y dirigirá el trabajo de los Misioneros de Guadalupe de acuerdo con los Estatutos de la diócesis, a través del Superior Regional.

7. En la asignación de párrocos y vicarios, el Superior Regional de los Misioneros de Guadalupe presentará a sus candidatos para tales puestos al Ordinario, para su aprobación de acuerdo con el Canon 456. El Ordinario no asignará un


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Misionero de Guadalupe a ningún oficio, sin el consentimiento previo del Superior Regional.

8. Los Misioneros de Guadalupe se regirán por las reglas establecidas en los Estatutos de la diócesis de Kisumu. El Obispo por su parte les otorgará, del subsidio anual recibido de la Sagrada Congregación de Propaganda, una participación igual a la que se da a todos los demás sacerdotes que trabajan en la diócesis, o sea 100 chelines por mes, equivalente a 60 libras por año.

9. Después de consultar con la Comisión Diocesana de Vivienda, como se prescribe, el Instituto está en libertad de mejorar la actual casa donde viven los sacerdotes asignados.Se espera que los Misioneros de Guadalupe asignados a estas parroquias, como todos los otros sacerdotes en la diócesis, hagan su mejor esfuerzo para reunir fondos localmente o de cualquier otro lugar para el mantenimiento de la parroquia.

10. El Instituto absorbe el costo de los pasajes de México a Kisumu y asimismo pagará el costo del pasaje de regreso cuando, por cualquier razón, esto sea necesario o deseable (por ejemplo para regresar a casa) o se haga necesario que regresen a México. El Instituto también absorbe la obligación de sufragar todo gasto médico, óptico, dental y otros gastos similares, y también proporcionará el cuidado a sus sacerdotes en enfermedad y edad avanzadas, y sufragará el costo del entierro, en caso de fallecimiento.

11. Como se determina en las Constituciones del Instituto, éste tiene derecho a todos los estipendios de Misas, dineros, regalos, donativos, salarios y legados adquiridos por sus miembros ‘intuitu vel occasione Instituti ‘en vista de o con motivo de la Sociedad’. Asimismo el Instituto tiene derecho a todos los frutos del sagrado ministerio ejercido por sus miembros, en el grado en que los Estatutos diocesanos otorguen estas cuotas a los párrocos.

12. De conformidad con las reglas establecidas para la diócesis, el párroco de cada parroquia entregará al Ordinario un estado financiero mensual y un reporte anual del estado de la parroquia y el progreso del trabajo misionero.

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13. Todas las propiedades de la parroquia, ya sea viejas ya nuevas, deberán conservarse a nombre de la diócesis de Kisumu. A la fecha de expiración de este Contrato, estas propiedades se regresarán, en su totalidad, al Ordinario local, sin solicitud de compensación por parte del Instituto.

Este Contrato puede darse por terminado en cualquier momento con el consentimiento de ambas partes. También puede darse por terminado por una sola de las partes, en cuyo caso deberá darse notificación por escrito a la otra parte, por lo menos con un año de anticipación a la fecha de terminación propuesta, para que puedan llevarse a cabo los ajustes apropiados.

Ambas partes reconocen que están sujetas a la Ley Canónica y a los Estatutos de la diócesis de Kisumu.

El Contrato será revisado cada diez años y será renovado, si así lo desean ambas partes.

FECHADO: 14 de abril de 1965.

+ J. de Reeper + Alonso M. Escalante,Obispo de Kisumu Obispo Titular de Sora Superior General de los Misioneros de Guadalupe.”

El documento de la aprobación del contrato dice así:

“Sacra Congregatio de Propaganda Fide hanc conventionem adprobat ratamque habet, AD NUTUM SANCTAE SEDIS.

Romae, ex Aedibus eiusdem Sacrae Congregationis de Propaganda Fide, die 15 mensis Iulii a.D. 1965.

G.P. Card. Agagianian, Praef. Edwardus Peescario Subsecr.”


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Traducción:“La Sagrada Congregación de Propaganda Fide aprueba y ratifica el presente convenio, según la voluntad de la Santa Sede.

Dado en Roma, desde la residencia de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, el día 15 del mes de julio, del año del Señor 1965. Firma el G.P. Card. Agagianian, Prefecto, y el Subsecretario Eduardo Peescario.”

Dice el P. Emerenciano Rodríguez: “Mons. Escalante me envió una tarjeta de Kisumu diciéndome: ‘Ya vi las misiones en África, están muy bonitas; si yo tuviera veinte años, me vendría acá de misionero; yo creo que ya sería bueno abrir una misión aquí; no creas que estoy dando un nombramiento, ni me comprometo a nada’; al mismo tiempo envió una tarjeta al P. Ríos en que a él le decía que estaba pensando en mí para enviarme a África. Los consejeros, que entonces eran el P. Ríos y el P. Chan, estuvieron de acuerdo con Monseñor y así fui nombrado para la Misión de Kisumu, el 5 de febrero de 1965”. El P. Gildardo González Pérez, siendo diácono, también fue nombrado para la Misión de Kisumu el mismo día. El 26 de junio de 1965 el P. Rodríguez y el P. González tuvieron su ceremonia de Envío y Despedida. El P. González fue ordenado sacerdoteel15deagostode1965,salióparaLondres,afinesdelmismomes, para estudiar inglés en Mill Hill.

El P. Rodríguez primeramente fue al Instituto Mill Hill para misiones extranjeras, que está en Londres, Inglaterra, para practicar el inglés. Habiendo sido Kenia de 1900 a 1963, colonia de aquel país, era necesario aprender los modismos, pronunciación y acento del inglés que se hablaba en Kenia. Jomo Keniata hizo la independencia en 1963.

El 8 de noviembre de 1965, Monseñor Escalante, estaba en Roma, en la última sesión del Concilio Vaticano II, cuando escribió al P. Rodríguez: “Hoy recibí tu carta al llegar de España y de Milán donde estuve unos días con Kelly Joyce y señora que nos ayudaron en el Seminario enseñando el inglés.

Favor de hacer tu programa como creas bien y conveniente. Ya eres Superior y debes de tener la libertad de actuar como piensas. Para mí no hay duda que debes venir a

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Roma antes que se cierre el Concilio. No pasará otra vez en tu vida: De aquí al norte, vamos para ver a los de Bamberg y Friburgo y a tus amigos. Aquí también puedes ver a De Reeper. Ojalá que hayas comprado el Eurail que se usa durante un mes en toda Europa, por tren a muy bajo costo, pero eso sólo se da al comprar el boleto hacia Europa.

Lo de tu viaje a San Luis, MO. es de la Misión pues estabas en vía aunque ¡desviado, como siempre! También puedes comprar la grabadora para Chilo (es el apodo que tenía el P. Gildardo González) o cualquier cosa que creas conveniente para el bien de la Misión y hacer progresar la misma (sic). Para eso te entregamos algo de dinero antes. Muchas cosas se podrán comprar en Kenia bastante baratas. Pregunta a los de Mill Hill.

Juntas de la Propagación y San Pedro estos días en la tarde. Parece que el Concilio se termina el 8 de diciembre.”

El 15 de noviembre, Monseñor Escalante, de su puño y letra, escribió en inglés, desde Roma, al P. Emerenciano, que estaba en Mill Hill (traducción): “Recibí tu carta escrita en inglés. Eres tan bueno en inglés que deberíamos nombrarte de nuevo como profesor de inglés en el Seminario!

Vi al Obispo De Reeper y le dije que vendrías antes de que termine el Concilio. Favor de avisarnos cuándo vienes.

Tengo algunos palos de golf que podrías llevarte a África. El Cardenal Heenan habló de golf durante la sesión del Concilio y se aprobó.

Nuevo chiste: Da el latín a los americanos que lo necesitan; da la Curia a los protestantes, porque no tienen Curia; da las indulgencias a los judíos, ¡que pueden hacer un mejor negocio con ellas!!!!!”

Con sello de correo del 25 de noviembre, Monseñor Escalante, de su puño y letra, escribió al P. Emerenciano en inglés, desde Roma (traducción): “Recibí tu carta donde me avisas que vienes el día 6 (se supone


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que de diciembre). Tengo boletos para ti, para el cierre del Concilio el día 7. Tal vez deberías llegar el día 5 o el día 4, cuando los obispos aún estén aquí.

Nos vamos todos el día 9 de diciembre, en un avión especial. Llegaremos a México el 11 de diciembre para celebrar la fiesta al día siguiente (día de la Virgen de Guadalupe).

¡Qué pena que no haya más gente laica para canonizarla, tal como matrimonios, empleados, trabajadores sociales, etc.! ¡Aquí se dice que se necesitan, por lo menos, dos santos italianos, y una iglesia más en Roma! Por supuesto, el chiste romano es que el primer milagro de Juan XXIII será la canonización de Pío XII !!!

Todos estamos ansiosos por llegar a casa. Esta semana fue de asueto pero estoy demasiado pobre para ir a cualquier parte.”

Diario del P. Emerenciano Rodríguez

Por indicación de Monseñor Escalante, el P. Emerenciano escribió un diario, desde su llegada y durante todo el año 1966. Así comienza: “Día 10 de diciembre de 1965, viernes.- Salí anoche de Roma. Hice escala en Entebbe (Uganda) donde se queda el Cardenal. Llegué a Nairobi (Kenia). No hubo dificultad en la aduana. Recibí un mensaje del P. Glynn, Superior Regional de Maryknoll, que me recibió y hospedó.”

“Día 11, sábado.- Saúl, administrador de la casa de Pasquel, (un amigo de Mons. Escalante, mexicano de Veracruz, dueño del equipo de béisbol y aficionadocazador)vino por mí y me llevó a conocer la casa de su patrón situada en Muthaiga; había surgido la idea de comprarla para casa central de nuestra misión, compra que nunca sucedió. Al regreso, el Hno. Jorge me llevó a conocer el National Park. Allí vi dos leones cazar una gacela. Entonces pude entender al salmista cuando describe a sus enemigos como leones que lo acechan.”

“Día 12, domingo.- ‘Uhuru Day’ Día de la Independencia, segundo aniversario. Mi destino es Amukura. De allá llegó hoy el P. Luis Okodoi, africano, encargado de la escuela, pero no me puede llevar allá porque quiere quedarse aquí hasta el jueves.”

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“Día 13, lunes.- Me voy a Kisumu en un taxi. El camino es precioso: Rift Valley, Nakuru con su lago lleno de flamencos, Kericho con sus plantaciones de té. De la catedral de Kisumu hablo por teléfono a Kakamega y vienen por mí. En Kakamega fui al Seminario y celebré la Misa en El Carmelo de las Madres españolas.”

“Día 14, martes.- El P. Toomey me lleva a Tororo, del lado de Uganda donde comemos con el P. Willigers, vicario de la diócesis de Kisumu, y después obispo de Yinya. Como a las 4 de la tarde llegamos a Amukura. No está el P. Leyen y me recibe el P. Van Hout. Me instalo. Tony, un seminarista me enseña la iglesia, grande, muy bien construida, pero vieja y descuidada. No hablo ni jota de ateso. En la procura de Tororo no pude encontrar la gramática. El P. Towmey regresa a Kakamega, el P. Van Hout me presta su gramática.”

El mismo día, 14 de diciembre de 1965, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano, desde México: “Una vez más celebramos el aniversario del nacimiento de Nuestro Señor y este año te tocó en un país donde es poco conocido. Por muchos años te has preparado para anunciar esta buena nueva pero, ahora que estas allá, ¡cuánta dificultad hay con un nuevo idioma! Eres como Zacarías que, sabiendo, no pudo anunciar por un tiempo. Esta fiesta nos indica, sobre todo, que hay que ser muy generosos, aunque sea con sacrificio. Haciéndolo así, tienes la alegría y el mérito. Todos nuestros misioneros, hasta ahora, han hecho un buen papel, gracias a su fe y generosidad. Nuestra esperanza es que sigan siempre así.

El Concilio ha terminado con gran éxito y unanimidad. Por muchos siglos tendrá sus efectos, sobre todo en las misiones pues, por primera vez, se trató, en un Concilio Ecuménico, de la extensión de la Iglesia de Cristo en todo el mundo.

La Misa de medianoche en el Seminario será ofrecida, como siempre, por la Comunidad, para que tengamos sacerdotes santos, pues es lo que más vale.” Enseguida posdata manuscrita: ”Recibí tu carta de Nairobi. Favor de darnos tu dirección para correspondencia.”

La carta continúa al reverso: “Más tarde podrás ver más claramente lo que vas a necesitar de personal y me escribes una carta más formal pidiéndolo. También me


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gustaría saber cuánto costará sostenerte por día y mes. Los Padres de allá te pueden ayudar en esto. Por aquí todavía tenemos unos centavitos que te pertenecen, pero déjanos empezar las colectas antes de enviarlos, puesto que no tenemos mucho por el momento.

¡Qué bueno que van a tener Ordenaciones de 2 Padres Teso! Ojalá que los dejen trabajar allá.

Puedes pedir precios en Nairobi sobre la cuestión de una estación de radio. No tiene que ser tan potente como la mía, sino más bien como la del Padre Toomey. También hay que ver si es fácil conseguir los permisos para poder usarla. Kenia no es México.

Ya se terminaron los 90 cuartos en el Seminario y después de Epifanía los muchachos tomarán posesión de ellos. En el Seminario central tendremos 80 o más del Mayor y unos 100 del Menor. En estos días entrarán a Ejercicios con un Padre Operario Diocesano. ¿Es verdad que la carne mexicana en Kenia es cara?”

“Día 15, miércoles.- Todo el día estudiando ateso. Comienzo a hacer buenas migas con Tony y con el P. Van Hout. Se me asigna la Misa de las Madres africanas. Misa y sermón en inglés todos los días. Hoy me traen un carro VW nuevo.”

“Día 16, jueves.- Tony y yo vamos a Chakol para ensayar la Misa del 6 de enero. Regresamos en la noche. Llegó el P. Leyen, un viejo zorro lleno de experiencia y fuerte como un caballo. Vino a dar Ejercicios a unas monjitas. Chakol está abajo, en el valle, y hace más calor.”

“Día 17, viernes.- En la mañana estudio ateso. En la tarde vamos a Chelelemuk para llevar unas cosas de Tony que se cambia después de Navidad. Allí está el P. Stan, muy joven y lleno de ideas. Ya conozco las tres misiones: Amukura, la Misión Madre, vieja y un poco en decadencia; Chakol y Chelelemuk más nuevas y pujantes.”

“Día 18, sábado.- Todo el día estudiando ateso. Voy con los St. Stephen’s Boys a casa de Flora para ordenar unas figuras para la exposición del Congreso Misional en México. Me dice que estarán listas en dos semanas.”

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“Día 19, domingo.- Mi primer domingo en Amukura. Mucha gente en Misa de 7 y 9. La gente cantó la Misa de Angelus con mucha flojera porque no hubo quien dirigiera. Creo que hay mucho qué hacer, especialmente con la liturgia. Muchas comuniones de jóvenes. Esta gente es buena, tienen buena madera pero están un poco abandonados.”

“Día 20, lunes.- Sin embargo, no culpo a ninguno de los Padres, (Leyen el párroco y Okodoi) los dos son buenos y celosos. Ha de ser cosa de la educación o del sistema.”

“Día 21, martes.- Tony y Africanus, ambos seminaristas en vacaciones, me están ayudando a aprender el ateso. También Wenceslaus, Peter y John, aunque menos dedicados. Hoy bauticé a cinco bebés: Bonaventura, Benjamín, Crescente, Joseph y Rosa.”

“Día 22, miércoles.- Después de mediodía vamos a Tororo donde conocí a algunos Padres que trabajan allí. Todos con muy buen espíritu. Regresamos. Una repasada al verbo ateso y a dormir.”

“Día 23, jueves.- Voy a Mbale con el P. Okodoi en mi carro. Buscamos infructuosamente película para cámara. Al regreso ensayo de canto y Hora Santa en el convento de las Madres.”

“Día 24, viernes.- Escribo algunas tarjetas de Navidad y preparo mi sermón en ateso. Yo celebro la misa de media noche en el convento de las Madres y los otros dos Padres vinieron a cantar. En la parroquia no hay Misa de media noche. No veo la razón: según las Madres porque la gente no viene en la oscuridad, pero el P. Leyen dice que no le gusta porque vienen algunos borrachos. Creo que el año entrante, D.M. debemos tenerla y también organizar y tener las ‘Posadas’.”

“Día 25, sábado.- Mi primera Navidad en las Misiones. En la mañana, a las 7, él dijo la Misa y yo le ayudé con las comuniones. Después salió a safari con Tony. Yo dije las Misas de 9 y 10 y prediqué (leyendo) en ateso. Muy contenta toda la gente. Tomé película y fotos. Muchas comuniones. Después del lunch, una siesta. En la tarde una cena en Alupe (campo de leprosos) con el director. No me gustó. Mañana explico por qué. Ahora tengo mucho sueño. “


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“Día 26, domingo. Ayer tuvimos una reunión en la casa del director del leprosario. No me gustó por estas razones: a) creía que era simplemente para tomar un té, y estuvimos horas y horas perdiendo el tiempo. b) creía que sería con los leprosos mismos, para alegrarlos en el Señor, y a ellos ni los vimos. c) el tal director es soltero, amanerado y no muy buen católico, ¿a qué pues ir 8 sacerdotes de varias misiones? ¿Quizás a tranquilizar su conciencia con un pavo que nos ofreció…? Hoy vino el Sr. Obispo De Reeper a desearnos buena Navidad. Me parece una magnífica persona, pero no muy amigable ni sencillo. Se discutió lo de la Ordenación aquí de los dos Padres de Amukura. Por supuesto que tiene que ser aquí!”

“Día 27, lunes.- Tony se cambia hoy para Chelelemuk y me vende su lámpara de gasolina. La hemos llevado muy bien, y espero que así sigamos aunque en distinto lugar. Me quedo sólo con el P. Leyen pues al P. Okodoi casi no lo vemos. Es bueno y espero traerlo un poco hacia la liturgia y otras cosas. Sólo es un poco pasado de moda.”

“Día 28, martes.- Voy a Kisumu con Tony para el primer servicio de mi carro. Aprovechamos para llevar a una niña ciega. La escuela no está en Mumias sino en Aluor. Toda la mañana caminando por esos caminos. Lunch en Kisumu. A las 6 p.m. regreso a Amukura. Compré varias cosas para mandar a México para la exposición y el museo.”

“Día 29, miércoles.- Con el P. Leyen voy a Bungoma para conseguir la licencia de manejo. Todo arreglado por tres meses con mi licencia de México. Antes fui a su clase de catecismo al catecumenado y tomé algunas fotos. Visitamos de paso a los Padres de Kibabi. Discusión en la cena acerca de lo del hospital. Serio el asunto. Si lo cierran será difícil abrirlo después. Yo no me puedo meter de lleno porque todavía no soy el responsable. El P. Leyen no se quiere meter porque dentro de poco dejará el cargo. Que el Espíritu Santo arregle las cosas. La situación es rara y difícil, de donde se sigue que hubiera sido mucho mejor comenzar que tener que continuar.”

“Día 30, jueves.- La Madre Superiora con un humor de los mil demonios por lo de la carta del P. Okodoi respecto del hospital. El P. Leyen más interesado en lo de la Ordenación, pero poco en el hospital. Vamos a Tororo, de compras. Muchos Padres sin hacer nada. Creo que están algunos de vacaciones, después de la Navidad. De

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todos modos, muchas visitas y mucho sentarse a tomar té. No creo que sea lo mejor y trataré de combinar el ser sociable y trabajador. Mañana voy a hacer retiro. Día último del año en Kosoko, cerca de Nambale, en el convento de las Madres Franciscanas.”

El 30 de diciembre de 1965, Monseñor Escalante escribió: “Recibí tu carta escrita desde Amukura el día 17 de diciembre. Te felicito por haber llegado al fin a tu misión. Poco a poco te acostumbrarás al lugar y cuando conozcas a la gente, podrás hacer mucho por ellos.

Me alegro de que hayas visitado a las Madres del Carmelo y que hayas platicado con ellas en español. Creo que puedes hacer mucho por ellas. Necesitan un buen consejero espiritual.

Ojalá que el Ateso no esté muy difícil. Si sabes de algún libro o libros que se puedan adquirir para estudiar este idioma, puedes comprarlo para el Seminario.

Vamos a hacer todo lo posible para que los Padres estudien 2 ó 3 meses en Mill Hill después de su Ordenación y/o del año escolar.

Como van a necesitar coches, el Sr. Obispo De Reeper había sugerido un Peugeot, porque pueden llevar más cosas para comer y más materiales. De cualquier manera, yo creo que es bueno que te hayas encargado de comprar un Volkswagen y también estoy de acuerdo en que una misión debe tener su vehículo. Yo me di cuenta de todo eso cuando visité la Misión en abril y de que se puede hacer mucho más, moviéndose.”

“Día 31, viernes.- El P. Emerenciano escribe: “Retiro en Kisoko, cerca de Nambale, en el convento de las Madres Franciscanas. Examinando este año.”

“Día 1 de enero de 1966, sábado.- Hoy es la Primera Comunión de 34 niños. Bastante deslucida por falta de gusto y sabor de la liturgia. Sin embargo, los niños felices. Muy bueno el sermón del P. Leyen. Espero que la próxima será una bendición. Hay que instruir bien a los niños y hacer que todo mundo participe en ocasiones como ésta. Voy a Tororo por hostias. En la tarde voy a ver lo que Flora está haciendo de


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las figurillas de barro. No ha hecho nada. Parece que no he salido de México. Y luego me recibe con una cara como si le fuera a hacer un mal con pagarle.”

“Día 2, domingo. Bautismo de 25 catecúmenos. Como ayer. Todo muy muerto, sin movimiento ni participación. Sin vida. Lo más importante es echar el agua y pronunciar la fórmula, pero también lo otro tiene su importancia. No hay absolutamente nada de sentido litúrgico en el P. Leyen. Tener en cuenta esto. Mandar hacer con tiempo túnicas blancas para los Bautismos y Primeras Comuniones. ¡Ojalá fueran de adultos! Voy a dormir un rato porque anoche me acosté muy tarde estudiando.”

“Día 3, lunes.- Con el P. Leyen y la M. Superiora voy a Chakol, Busia y Tororo arreglando lo necesario para la ceremonia del jueves 6. Viene Van Rits, el P. de Kisoko, y estuvimos discutiendo muy sabroso los tres hasta pasada la media noche. Pierdo mucho tiempo de estudio, pero esto es tan necesario como la lengua. Por ejemplo, con el carro he tenido que andar de acá para allá arreglando asuntos, pero nadie más los puede hacer: soy el responsable. Sin embargo, tengo que seguir dándole duro al idioma, pues estoy muy atrasado.”

“Día 4, martes.- El P. Leyen amanece muy mal. Bautizo a 4 bebés. Les doy una pequeña explicación en ateso. Tengo que terminarla para pasarla en máquina y usarla siempre. Voy a Nambale para arreglar lo de la madera para el jueves. Junto con los seminaristas tumbo el árbol que estorbaba para la ceremonia y le digo al P. Okodoi de mandar arreglar el camino. Casi no se cuenta con él.”

“Día 5, miércoles.- Regada tremenda de sopa. Mientras yo estaba arreglando la plataforma para la Ordenación de mañana, el P. Leyen se peleó con un muchacho y el otro le pegó muy feo mientras otro lo detenía. Cuando intervine, los dos echaron a correr. Mueca de ir a la policía. El P. Okodoi intervino. Él va a arreglar las cosas porque es de su secundaria. Quise ir en la noche a su casa para explicarle y arreglar el asunto cristianamente, para que vinieran a disculparse con el Padre. Espero que todo salga bien para el P. Leyen y para la Misión.”

“Día 6, jueves.- Día grande para Amukura. La ceremonia de Ordenación de Philipus Sulumeti y Festus Omusolo comenzó tarde porque el De Reeper llegó una hora y media después. La gente, fastidiada por el sol. Sin embargo, todo

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salió muy bien. Muchos Padres y Monjitas. El P. Spei, Hugo, Tony y Stan ayudaron. Me pasé todo el día atendiendo a los visitantes pues, con lo de ayer y su enfermedad, el P. Leyen no salió para nada. Tomé película. Recibí fotos de Mons. Escalante y dí una de él al Obispo De Reeper. Todos muy contentos. Stan se enteró del asunto y prometió hablar con el muchacho. Ojalá todo se arregle bien. Todavía no se me pasa lo indignado con ese tipo.”

“Día 7, miércoles.- Cartas de Toño, de Rutilio, de Mons. Escalante. Me mandó una foto muy buena donde estoy tomando película en Roma. Estoy intrigado cómo la sacó, pues no me dí cuenta. Voy a Tororo a devolver las cosas prestadas. Algunas cosas rotas pero, en general, bien. No hay en Tororo quien haga fotos buenas. Estoy pensando seriamente en poner un cuarto oscuro y llevar un record de la Misión en fotos. Los ‘twins’, como llamamos a los dos Padres ordenados ayer, están durmiendo en la Misión. El domingo tienen su cantamisa. Fui a la fiesta de al lado con Philip. Tambores, ayón36 y danza. A todo dar.”

“Día 8, sábado.- Toda la mañana estudiando. A medio día recibo a los St. Stephen’s boys y después voy a Busía para el juego de fútbol Amukura-Busía. Score 2-1 perdiendo Amukura. En la noche ayudo a Sulumeti y a Festus Omusolo a arreglar sus cosas para mañana.”

“Día 9, domingo.- Digo Misa de 7 con sermón. Voy a Kotur para el cantamisa de Philip. Predica muy bien el P. Van Dieppen que construyó este cuarto donde yo vivo. Saco fotos y un pedazo de película. En la tarde voy con Festo a su casa y llevo a las monjitas.”

“Día 10, lunes.- P. Longines de Port Victoria y Cutbert Anonyu, un subdiácono de Uganda, están aquí de visita. Interesante conversación. Voy a Tororo para llevar a la Madre que es muy lenta en sus cosas y en sus compras.”

“Día 11, martes.- Voy a Busía a llevar a la Madre Superiora. Toda la mañana perdida. En la tarde estudio un poco y trabajo en el jardín. Llega en la noche Jerry, un profesor de EE.UU. del Peace Corps que viene a trabajar por dos años. No sé si es católico o protestante, pero se ve buena persona.”

36 Cerveza keniana hecha de mijo y sorgo fermentados con agua caliente.


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“Día 12, miércoles.- Estudiando ateso todo el día. Vino la Madre. Hablamos algo acerca del hospital. Está muy enredado. La causa básica de todo me parece ser incompetencia de su parte. Granizada tremenda. Los granizos de 2 ½ centímetros de diámetro. Sin mentir.”

“Día 13, jueves.- En la madrugada: un enfermo. Enredos para hacerme entender. Finalmente voy a las 3 de la mañana a Machakus para enterarme de que era un parto y de que la placenta no había salido. Vuelta a la Misión por Magdalena la partera. Ella termina la faena, yo ayudo afuera cantando ‘Harambee’. El camino desastroso porque está a medio arreglar y por la granizada de ayer. De compras a Tororo. Muchas visitas de Padres vecinos, pero ocupado mucho tiempo.”

“Día 14, viernes.- Estudio y más estudio. Carta de Chilo37 y de Welling insistiendo en que Chilo se quedara más tiempo en Londres estudiando inglés. Estoy seguro de que eso es lo que conviene.”

“Día 15, sábado.- Estudio en la mañana y en la tarde. Me quería bañar a las 4, pero como no había agua, salgo medio vestido y me encuentro con el Obispo De Reeper. Hoy regresa el P. Leyen.”

“Día 16, domingo.- Misa de 9 con sermón y música a todo dar. A Chakol para una misa de los 2 nuevos. En la tarde voy al taller de Flora. Nada. Estudio un poco.”

“Día 17, lunes.- Viene el Dr. Testa. Hablamos del hospital. Ofrece los bueyes y la carreta. Mañana iré a hablar con el Señor Obispo. Veo todo el conjunto, especialmente los edificios del hospital. Dos construcciones grandes y una chica para dispensario. Vamos a Kisoko y aprovecho para hablar con el P. Van Rit. No da mucha luz, pero creo que debo seguir adelante.”

“Día 18, martes.- Voy a Aluor para llevar a una niña ciega. Concierto de la orquesta. Espíritu excelente de las Madres. No son mejores por ser extranjeras, sino porque son misioneras. La dimensión misionera en una vocación añade empuje, bondad, colorido que la hace auténticamente cristiana. La más exacta reproducción de Cristo que se puede tener en una religiosa, sacerdote o seglar. Voy a Kakamega 37 El apodo del P. Gildardo González Pérez, en el Seminario, fue siempre Chilo.

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con Philip. El Sr. Obispo me da mano libre para establecer la clínica de maternidad. Adelante pues. De regreso visito Rangala.

Después de que Philip me platicó en el camino cómo era la Misión de Yala –muy grande, con Padres y profesores- y viendo que pasaríamos por ahí a la hora de la comida, le dije que sería bueno comer ahí. Él respondió que no era posible porque no habíamos avisado. Yo le dije que no tuviera pendiente. Llegamos unos 15 minutos antes de que comenzaran a comer, cuando todos estaban ya reunidos en el antecomedor, y le dije al P. Superior que si nos invitaba a comer. No respondió como en cinco segundos, y todos se quedaron callados. Philip no sabía dónde meterse. Finalmente el Padre me toma del brazo y me dice: Sí, cómo no, y después más quedo: no sé cómo será en México, pero aquí primero avisamos…”

“Día 19, miércoles.- Voy a Bungoma a ver al Dr. Testa acerca del subsidio que prometió. Creo que ahora que ya vio la cosa seria, se escabulle: ‘como usted ve, yo no puedo dar el dinero, lo más que puedo dar es la recomendación, etc.’ Me lleva a Misikho donde visito otro hospital. Allí están dos enfermeras seglares de Alemania mandadas por Misereor. Me gustaría tenerlas aquí en Amukura. El Doctor promete ir a Busía a presentar el caso. En la tarde voy a hablar con el Eyakait y lo entusiasmo para que anime a la gente.”

“Día 20, jueves.- Voy a Nambare a llevar a Philip que se va a Kaplong, su destino. De ahí voy a Mundika a llevar a Florencia. Regreso por Chakol y me detienen para pedirme dos chelines para el hospital del gobierno. Les explico que soy de la Misión y lo que ando haciendo por ellos. Insisten. Me enojo y no les doy nada. El jefe los da por mí y me enojo más. Ya iré a darle una explicación: si no me pagan lo que hago por ellos, al menos que me dejen pasar en paz.”

“Día 21, viernes.- En la mañana estudio un poco. Voy en la tarde a Bungoma con Jerry. El Doctor no fue a Busía pero escribió una carta. Me enseña la copia. Es algo. De ahí vamos a Kibabii. Tomamos té y tenemos intención de ir a Chelelemuk, pero extraviamos el camino y volvemos a Amukura. En la mañana temprano llevé a Africanus, a Matía y al otro seminarista a Malaba. Llegaron tarde y no pude llevarlos a Bungoma como querían.”


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“Día 22, sábado.- Voy a Chelelemuk después de ir a Busía. Hablo con David Majane, empleado o secretario del Consejo del Distrito y lo convenzo de que ponga la solicitud ante el comité de finanzas. No pensaba hacerlo. Voy a Chelelemuk, y ahí tengo lunch. Convenzo a la Superiora que está ahí descansando y nos vamos con Tony y Van Hout a Nkokonyeru después de pasar rápidamente por Amukura por mis cosas. Llegamos a Nkokonyeru a las 7. El P. Dip muy bueno. Vimos muchos mandriles en la carretera cerca de Tororo.”

“Día 23, domingo.- Misa de Santa Emerenciana en la capilla de la casa generalicia de las Madres. Excelente lugar que nos enseña la M. Superiora. Hablamos largo rato. Accede a reabrir el hospital. Regresamos después del lunch. Fotos en Yinya. Me piden que retrate a las novicias. Volveré cuando venga por Chilo. Dejo a una Madre en Chelelemuk y nos regresamos a Amukura. Gracias a Dios por el éxito del viaje. Se ve que Santa Emerenciana trabajó bonito por mí allá arriba.”

“Día 24, lunes.- En la tarde vamos la Madre Superiora y yo a Nánguina, a ver si puede venir el doctor y una Hermana. Imposible por el momento.”

“Día 25, martes.- Voy a Chakol y a Alupe (el leprosario) con el P. Leyen, a ver si conseguimos un doctor. Uno prometió venir cuando pueda. No sirve, pues la gente necesita tener seguridad. Los sábados volveré a preguntar para poder avisar a la gente el domingo. En la tarde viene el P. Kowings (o algo así) de Nánguina y se lleva al P. Leyen a dormir a Nánguina.”

“Día 26, miércoles.- Voy por todas las escuelas para que manden a St. Stephen’s Boys. Quiero comenzar el sábado próximo. Voy a Nánguina a recoger al P. Leyen y tenemos lunch allí. De regreso pasamos por Chakol. Al llegar me encuentro al P. Flores, Comboniano, que vino expresamente a visitarme desde Amudat. Viene a quedarse unos días. Excelente. Muy callado, pero muy bueno.” Aquí termina el extracto del Diario.

Orientaciones al P. Emerenciano y noticias

Este mismo día 26 de enero de 1966, Monseñor Escalante escribió: “Recibí tus cartas del 6, 8 y 13 de enero, las cuales contesto al mismo tiempo.

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Estuve en Acapulco una semana de vacaciones y parezco uno de tus feligreses por lo quemado.

Veo que al Padrecito de tu parroquia le dieron una buena lección que quizás le impresionó más que sólo las palabras. Ojalá que el cristianismo muscular no se repita, especialmente contigo y, si es así, mándanos una foto para la revista ‘Almas’, ya que tendremos un casi mártir.

Me alegro mucho de que hayan tenido la Ordenación allá. Debe haber impresionado mucho a la gente.

Antes de que se me olvide, deben escribir muchos artículos sobre la Misión y mandar fotografías directamente a mí o al Padre Serafín. Estamos necesitando toda clase de propaganda de nuestras misiones. Ordinariamente deberían tener un diario. Los artículos que escriban pueden estar en forma de carta o también pueden escribir sobre: ‘El Catecúmeno más Interesante’; ‘Un Viaje Inolvidable en las Misiones’; ‘Mi Primera Misa en xxx’; ‘Un Parroquiano Único’.

Debemos mostrar la vida espiritual y al mismo tiempo humana, del trabajo de misiones.

Espero que las Misiones de Chakol y Chelelemuk tengan más éxito. Da las gracias muchas veces a los Padres que se están sacrificando tanto.

Te tuve que escribir algo duro por haberte sobregirado; con eso te impresionaste y estoy seguro de que no lo volverás a hacer. Ya puedes olvidarte del asunto, pues fue una cosa que se te pasó. Adjunto una hoja sobre la cuestión del dinero. Quiero que poco a poco me digas cuánto necesitas de una manera justa y equitativa, para tu sostenimiento. En Japón y en Corea cuesta mucho, pero creo que en Kenia no será tan caro, porque tienes más entradas. Si necesitas intenciones, de vez en cuando te las podemos depositar en tu cuenta.

Me dio gusto saber que por la cuestión de dinero de la Misión de África no me preocupara. Ordinariamente deberías mandar un informe mensual, como lo hacen


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las otras misiones. Debes especificar lo que has recibido por parte del Instituto, de tus feligreses y de tus amigos intuitu misionis.

En estos días el Padre Serafín y el Padre Arteaga han hecho un nuevo proyecto para la revista ‘Almas’. Ellos dicen que es mejor que manden los negativos de las fotos aquí a México y daremos alguna cantidad por cada una que se acepte para la revista. Ellos te escribirán sobre el asunto.

En estos días también hemos estado pensando en el personal que deberíamos mandar, puesto que tenemos que publicarlo en la revista, hacer la propaganda y tener la despedida antes del primero de septiembre, pues por esas fechas empieza la campaña de la Propagación de la Fe.

Me alegro de que el Padre José Flores te haya ido a visitar. De vez en cuando es bueno ver a un paisano. El Padre Renato está demasiado lejos pero algún día pasará por allá de regreso a México. Me acaba de escribir que desde su llegada ha logrado hacer 5 edificios y que ya tiene toda la estructura de la iglesia, que le costó 2,400 libras y otras 800 más de aluminio. Por supuesto, está de deudas hasta el cuello, como todos nosotros. Creo que él consigue bastante dinero de México por la organización personal que tiene. No se te olvide que son 4 los que trabajan para la Misión: el Obispo, el Párroco, los feligreses y el Instituto.

Los muchachos ya se cambiaron al nuevo edificio. Según entiendo, hay 115 en el Mayor más los del Menor que son otros 105. (Hay que recordar que los seminaristas del Seminario Menor del calendario B estudiaban en “El Cuatro” de Guadalajara y los del calendario A en Tlalpan, D.F.). Todavía falta lugar y el Padre Ríos va a poner un pequeño dormitorio para los del curso intensivo en una sección del nuevo edificio, puesto que no hay otro lugar. Creo que vamos a tener que hacer el Seminario Menor en el terreno que está cerca de las Madres Francesas. Por el momento no veo cómo, por las deudas que tenemos.

Se ha publicado que van a cambiar el calendario escolar, poniendo todos los colegios en tipo B, como en los Estados Unidos. Creo que nos beneficiará mucho.

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Creo que de todas maneras vamos a necesitar un Menor aquí, pues la educación es mejor en México que en los pueblos como Guadalajara. PD.- Su Santidad, con fecha 4 de enero de 1966, me nombró para la Comisión Postconciliar de Misiones. Más viajes, etc.”

El 10 de febrero de 1966, Monseñor Escalante escribió: “Recibí tu carta del 2 de febrero y todas las noticias que me das. Me alegro mucho de que ya sabes bastante el Ateso para poder confesar a las viejitas. Estás aprendiendo bastante rápido y ojalá que hagas el camino para que otros te sigan en el estudio de idiomas.

El Padre González me escribió que en estos días llegaba a Kenia, fue bueno decirle que llegue a Entebbe, Uganda, que está más cerca de la Misión.

Me parece muy buena la idea que sugieres de tener un Seminario Menor en ese distrito, con la idea no sólo de atender las parroquias, sino aún de mandar misioneros Teso a otras partes de Kenia y Uganda. Una vez que estés bien establecido, no sería mal pedir, a la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol para el Clero Indígena, el dinero necesario para poner un Seminario Menor en esa región. Pero hace falta saber tocar algo, siempre puedes tener un radio o tocadiscos para entretener al pueblo, a ver si encontramos por este lugar un guitarrista que te pueda ayudar en este asunto.

Con lo que me dices del progreso de esa Misión, puede ser que, en pocos años, también otros Padres nativos tomen sus lugares para poder administrar mejor esa región, así que ustedes deben tener en cuenta el lema del misionero: “Hay que trabajar para, poco a poco, dar trabajo a otros, retirarse e ir a otro lugar a empezar de nuevo”. No sé si será durante tu vida, pero siempre debes de tomar esto en cuenta. Mientras tanto, nada de rabietas con la gente, sobre todo con los Padrecitos y con los negritos. Te he pedido en mi última carta que des un informe detallado del dinero que has recibido y de los gastos, esto siempre debería ser en una hoja aparte, que se entrega a Contabilidad, pues ellos checan dos veces para poder reembolsarte después. En mi última carta te mandé la cuenta, en dólares, que tenías aquí a fines del año pasado; habíamos hecho la cuenta en español, que ahora adjunto, para que te informes cómo se ha gastado algo del dinero que conseguiste antes de ir a Kenia. El informe, que te mandé en inglés, es el último y debes seguir este último. También te adjunto una foto de la nueva ala del Seminario (el cuadrilátero).


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El otro día, el Padre Navarro (Rodolfo) tuvo una kermés del Movimiento Familiar Cristiano y entiendo que le fue muy bien. Organiza a tus bienhechores aquí en México, para que den ayuda.

Como siempre les he dicho, la Misión depende del Señor Obispo, del párroco, del pueblo y, según lo que se pueda hacer, de la revista (‘Almas’), si se puede conseguir algo.

Creo que, si tienes cosas para mandar a México, no sería mal que se las mandes al Padre Sanabria que regresará a México antes del Congreso; él las puede traer de Roma en avión o en barco, para que la Exposición Misional del Seminario esté completa. Yo puedo traer las películas una vez que estén reveladas y, si pides a tiempo, te puedo llevar películas compradas en México y te salen más baratas. Pienso estar por ese rumbo después del 18 de mayo. Saludos al Padre ‘Chilo’ y a los otros Padres, también al Señor Obispo. No te preocupes que los de Japón y otros lugares no escriban, pues hay casos muy fuertes del “reumatismo chino”, en los M.G.

Ya tengo mi estación de radio bien organizada, la estación es XE1MJ y ojalá que por ese rumbo puedan oír o contestar. Yo, ordinariamente, puedo hablar muy temprano en la mañana, de 8 a 9, también en la noche, de 8 a 9, pero entiendo que las estaciones de África llegan con más fuerza en la tarde, así me han dicho varios amigos. Si encuentras alguna estación cerca de ustedes, favor de avisarme por escrito, y las horas, y la frecuencia en que transmite.”

El 11 del mismo mes y año, Monseñor Escalante escribió, desde México: “Recibí tu carta del 5 de febrero, fiesta de San Felipe y aniversario de tu nombramiento para África. Al fin has llegado a la Tierra Prometida. Según las fotos, veo que estás contento, gordo y calvo.

Muchas gracias por las fotos que voy a entregar al Padre Serafín para que él se comunique con Antonio (hermano del P. Rodríguez), y haga copias. No sería mal que, en adelante, tomes siempre una foto tuya con sotana, pues es mejor que se publique así; muchas veces toman a uno, que no tiene sotana, como del Peace Corps y, claro, ¡tú no vas allá para la paz, sino para dar guerra!

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Ojalá que el Padre González esté allá y que empiece bien su trabajo en Chakol. Hemos tomado nota de la nueva dirección de él.

Toma todas las fotografías que puedas en blanco y negro, a colores y de cine, pues todo eso se puede usar para la revista (‘Almas’) o para propaganda; aún, si preparas un folleto, se puede imprimir aquí y, si me das la lista de tus bienhechores, se lo enviamos, una vez que lo apruebes. Estaré fuera de México del 18 al 27 de este mes y después saldré de nuevo a Roma, a fines de abril.

Todavía no nos indican cuándo será la Junta de la Comisión Postconciliar de Misiones, mientras tanto, prepárame algunas buenas ideas que pueda proponer a ellos. Mi bendición a ti y al Padre Gildardo.”

El 14 de febrero de 1966, G. Mahon, Superior General de los Padres de Mill Hill (Instituto de Inglaterra para Misiones Extranjeras) escribió en inglés a Monseñor Escalante, desde Londres, (traducción): “Fue muy agradable recibir carta de usted y me da mucho gusto saber que sus dos hombres disfrutaron su estancia aquí y la encontraron útil. Fue cosa rara que estuviera aquí un estudiante de Amukura que se fue antes de Navidad. Él me platicó acerca de la excelente impresión que el hombre mayor ha dejado allá. La gente está encantada con él que, obviamente, ha comenzado con el pie derecho, gracias a Dios.

Le diré los cargos por la estancia de ellos cuando yo visite la ciudad de México, algún día de camino a Santiago, y aceptaré el pago en especie, ¡de preferencia líquida!

Nota manuscrita de Monseñor al Padre Emerenciano: “No lo creo, pero te lo mando ¡para que te sientas mejor!”

Llegada del segundo M.G. enviado a Kenia

El 14 de este mismo mes y año llegó el P. Gildardo González Pérez, a Entebbe, aeropuerto de Uganda, donde el P. Emerenciano, acompañado del seminarista Tony, lo recibió. Fueron a Kisubi a celebrar Misa y de ahí a Kampala, capital de Uganda. Durmieron en Masindi.


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Al día siguiente, 15 de febrero, vieron las cataratas de Murchinson y también las de Karuma. Para que el P. Emerenciano descansara, el P. González manejó y, por su inexperiencia, volcó el automóvil.

Llevaron el carro a la población llamada Lira, para ser reparado. Al día siguiente viajaron hasta Amukura en el carro del mecánico, para llegar allá a las 7 de la tarde. El P. González fue asignado, como asistente, para atender la Misión de Chakol.

Este día, 16 de febrero, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano: “Recibí tu carta del 2 de febrero. Creo que poco a poco te estás pareciendo a un Ateso (sic). Está bien que seas Ateso, pero no Ateo. Estoy seguro de que viviendo con ellos vas a aprender el idioma más rápido para que puedas empezar tu vida parroquial. Sobre todo, si te haces escuincle como ellos, pues así lo dice el Evangelio, ganarás el cielo con más facilidad.

Me parece muy buena la idea de tener un Seminario Menor por esa región o uno de curso intensivo para los que salen de High School. Puede ser que se pida a la Obra de San Pedro Apóstol para esto, por intermedio del Ordinario y del señor Delegado.Espero que aprendas a tocar la guitarra o el acordeón para que te diviertas más y diviertas a otros.

Ojalá que los Padres Teso se queden en esa región para que los ayuden tanto a ustedes como a sus feligreses.

Todavía no llegan los libros de Teso (sic) al Seminario. Tardarán 3 ó 4 meses.Como te dije antes, quiero que mandes tus cuentas por separado para dárselas a Contabilidad, puesto que tus cartas van a otro archivo.

Le hemos dicho al Padre Serafín que te siga pidiendo artículos, pues los necesitamos mucho para la revista. También, favor de hacer una hojita pidiendo algunas cosas que necesites para tu Misión. También esto se puede poner en ‘Almas’.”

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Párroco M.G. en Amukura

El día 18 el P. Emerenciano fue nombrado párroco de Amukura y tomó posesión el día 20, domingo.

El 25 de febrero de 1966 Monseñor Escalante escribió: “Sólo una notita para decirte que salgo para Roma el día 2 de marzo, para asistir a las juntas de la Comisión de Misiones que tendrán lugar a partir del 7 de marzo. Cuando se terminen estas juntas regresaré a México. Estaré fuera 2 ó 3 semanas. Sigue esta posdata manuscrita: ”Felicitaciones, Señor Cura. Creo que está bien, pero no te mates. ‘Take it easy’ (Tómalo con calma). En el retrato tuyo de Londres, te pareces mucho a Cantinflas.”

El día 28 de febrero, Monseñor Escalante escribió: ”Recibí tu carta del 18 de febrero, avisándome que habías sido nombrado Párroco. Como me dijiste que ni a ti te habían consultado en este asunto, escribí al Señor Obispo sobre tu nombramiento. Adjunto la carta. Yo creo que si no se va a observar el contrato desde el principio, para qué hacer contrato. Debían de respetar al Superior Regional o escribirme a mí para que yo te consulte. De cualquier manera será buena sacudida al Señor Obispo para que, en adelante, tome más precaución en estos movimientos y cumpla mejor su contrato.

Leí tu carta sobre el viaje que hiciste por Uganda con el Padre Chilo. Yo también pienso pasar por Entebbe a fines de mayo y quiero ir a tu Misión antes de ir a ver al Señor Obispo, para tener una idea de las cosas. Luego podemos ir a Musoma a visitar a Monseñor Rudin y ver la Escuela de Lenguas de ese lugar.

Entiendo bien tu idea de que es mejor empezar una misión que tomar una que ya está establecida. Eso lo tomaremos en cuenta para la próxima vez, o, si el Señor Obispo no cumple con su contrato, nos podemos ir a otro lugar, avisándole de antemano; pero, mientras, hay que pensar que ese pueblo necesita ser recristianizado. Como sabes bien, hay diferentes misiones, unas para cristianizar y otras para recristianizar a los indiferentes.”


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Ese mismo día, 28 de febrero de 1966, Monseñor Escalante escribió a Mons. De Reeper, Obispo de Kisumu, desde México, en inglés, lo siguiente (traducción): ”Acabo de ser informado de que el P. Rodríguez fue nombrado Párroco de Amukura. De acuerdo al contrato que tenemos, el número 7 dice: ‘En el nombramiento de párrocos y vicarios, el Superior Regional de los Misioneros de Guadalupe presentará los candidatos para tal puesto, al Ordinario, para su aprobación, de acuerdo con el Canon 456. El Ordinario no asignará ningún Misionero de Guadalupe a ningún oficio, sin el consentimiento previo del Superior Regional’.

Me gustaría tener algo de información por parte de usted, con respecto a este asunto. Supongo, por supuesto, que uno de los Padres de usted estaba enfermo, pero no acepto que nuestros sacerdotes reemplacen tal puesto, hasta que conozcan el idioma.”

También el 28 de febrero de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano Rodríguez: “En estos días hemos hecho los nombramientos para los Padres que saldrán del país este año. Como habíamos acordado, estos Padres saldrán en octubre para estar en los Estados Unidos o Inglaterra y estudiar el inglés. Estarán en Corea o Kenia a principios de enero.

Sentimos mucho que no podamos nombrar a nadie para Japón este año, por falta de personal y porque queremos que se asiente un poco más todo lo del Seminario Menor y del Mayor, pues los cambios de profesores siempre causan daño al Instituto y a los jóvenes que estudian.

Como en el próximo año habrá 14 ordenados y 3 de ellos regresan de Europa, podremos mandar más personal a las Misiones, incluyendo al Japón.”

En marzo de 1966, Monseñor Escalante le escribió en inglés, desde Collegio Maryknoll en Roma (traducción): “Recibí tu carta y cartas aquí en Roma. Las contestaré más detalladamente cuando regrese a México. Las juntas ya terminaron, después de una semana de trabajo. Me encantaría ir a Kenia, pero mejor esperaré hasta mayo.

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Van a operar al P. Sanabria en el Hospital Salvator Mundi el 17 de marzo, por ‘cálculos en la vesícula’; ése fue el diagnóstico. Lo llevé a ver al mejor doctor aquí en Roma.

Mejor escribe directamente a la Congregación de los Sacramentos, sobre tus problemas. Tal vez tu obispo (de Kisumu) debiera también firmar, si es que piensa igual.

Te deseo lo mejor. Hoy salgo hacia Munich para ver a los tres seminaristas (León Martínez, José Sandoval y Eduardo Llanos) estaré en México el 18.”

El 28 de marzo de 1966, Monseñor Escalante le escribió desde México: “Recibí tus cartas del 25 de febrero, 3 y 9 de marzo. En la primera carta haces muchas sugerencias. Parece que no necesitas secretaria como yo.

Ya contesté, de una manera general, lo de tu carta del 3 de marzo sobre los bautizos de infantes. Entiendo que en Roma hay una comisión que se encarga de arreglar estas cosas y te sugiero que, por intermedio de tu Ordinario, se hagan saber tus sugerencias. Adjunto la carta del Sr. Obispo de Kisumu en que me habla sobre tu nombramiento. Yo todavía creo que antes de nombrar al Superior, que estaba allá por tan poco tiempo, y habiendo un contrato, debía haberme consultado a mí primero, luego yo te hubiera consultado a ti y después hubiéramos tomado una decisión. Habíamos acordado que estarías estudiando Swahili, pero esto ha cambiado. De cualquier manera, él ya sabe que estamos pendientes del contrato que es ‘ad nutum Sanctae Sedis’.

Veo que hay bastantes dificultades en administrar una parroquia. Por supuesto, ¡la gente de allá no da tanta lata como la de Santa Úrsula y Tlalcoligia! Seguro que son mejores.

Siempre es mejor empezar con la juventud como yo lo hice en Pando, puesto que los viejos y viejas son imposibles. Así es que pon todo tu trabajo y tu corazón en este nuevo pueblo y harás mucho bien.

Adjunto los nuevos nombramientos. Espero que sean de tu agrado. Tomamos muchas cosas en consideración. El Hermano Torres es el mejor Hermano que tenemos y el


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único que tiene el juramento. Fue opinión unánime de los Padres, que él es el más apto para ir a Misiones.

Muchas gracias por el informe de la cuenta de la Misión de Kenia hasta el 10 de febrero.

Saludos al Padre Chilo y ojalá que todo vaya bien ahora que eres párroco. Enseguida posdata manuscrita: Recibí tu artículo para ‘Almas’ y se lo di al P. Serafín. Mil gracias. Debes mandar fotos siempre con el artículo. Si no, ponemos las nuestras.”

Tres misioneros M.G. más, para Kenia

Monseñor Escalante escribió un comunicado con respecto a la Ordenación de Diáconos, de Presbíteros y a la Despedida de Misioneros, como sigue: “26 de marzo, Sábado Sitientes38, Ordenación de Diáconos, 7:30 a.m.; 10 de julio, Domingo, Ordenación de Presbíteros, 11 a.m.; 6 de agosto, Sábado, Ceremonia de Despedida de Misioneros, 5 p.m. Serán enviados: Teodoro Baquedano, Corea; Juan Corona, Maurilio Franco, Corea; Norberto López, Kenia; José Luis Ochoa, Kenia; Juan Rivera, Corea; Luis Troya, (SEMINARIO); Antonio Varela (ESTUDIOS); Hno. Jesús Torres, Kenia.”

El 12 de abril de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano: “Sólo unas líneas para decirte que salgo de México el día 26 de abril, visitando Londres, Barcelona, París y Alemania. Estaré en Roma del 8 al 17 de mayo y ese día tomaré East African Airways, vuelo 725 y llegaré a Entebbe el día 18 de mayo a las 7:10 de la mañana. Espero que ese día podamos visitar algunos lugares en Kampala o Entebbe e irnos esa noche a tu Misión. Estaré unos días con ustedes para ver esa obra.

Si es posible, me gustaría ir a Musoma39 y que me acompañes. De allá seguiré a Nairobi, donde tengo que tomar el avión para India y después al Oriente.

38 En español, “sedientos”.39 Lugar donde los Padres de Maryknoll tenían una escuela de lenguas.

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Ojalá que tu salud, como la del Padre Chilo, siga bien, pues uno no puede trabajar sin buena salud.

Estoy haciendo mi programa para mi llegada a ese lugar. Es muy probable que yo llegue el día 16 de mayo a Entebbe.

Ayer ordenamos al Diaconado a 8 de los muchachos y ya tienen sus destinos. Cuando estuve en París arreglé que dos de ellos estudiaran en el Instituto Católico y se hospedaran en el Instituto de las Misiones Extranjeras de París, pues ahora el Rue du Bac se usa para estudiantes.

Pienso salir de México el día 26 de abril, visitando Mill Hill, París y Alemania, antes de asistir a las juntas en Roma la semana del día 8 de mayo. Pienso estar en África una semana, visitando las diferentes misiones que tenemos allá y, si es posible, a Monseñor Rudin. Saludos al Padre Chilo.” Posdata manuscrita: “¡Debo llegar a Entebbe el 16 de mayo!”

El 14 de abril vuelve a escribirle: “Recibí tu carta del 31 de marzo. Seguro que estuviste muy ocupado durante Semana Santa y también que tuvieron ceremonias ‘a la Rodríguez’.

El Padre Sanabria ya salió del hospital. Estuvo muy grave durante 3 días con hemorragias y lo tuvieron que volver a operar. Lo veré a principios de mayo.

Aquí los Padres tuvieron 3 días de vacaciones después de Semana Santa. Algunos se fueron a Acapulco para gozar la casita que tenemos allá.

Favor de avisar al Señor Obispo las fechas en que estaré allá. Saludos al Padre Chilo y a todo el pueblo.”

Monseñor Escalante visita la Misión de Kenia

El 18 de mayo de 1966, Monseñor Escalante llega al aeropuerto de Entebbe, Uganda. El P. Emerenciano Rodríguez narra esta visita en su diario: “Día 18, miércoles.- Hoy llega el Sr. Obispo Escalante en su primera


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visita a sus misioneros que están trabajando en África. Nosotros felices, después de recibirlo en el aeropuerto. Vamos a Kisubi a decir Misa y, después de visitar al Vicario General del Obispo Cardenal Rugambwa, vamos al Santuario de los Mártires de Uganda. Comemos en Yinya y de paso por Tororo no pudimos saludar al Señor Obispo de este lugar.”

“Día 19, jueves.- FIESTA DE LA ASCENSIÓN. El Señor Obispo toma fotos al por mayor. El P. González regresa desde anoche a Chakol por la Misa de hoy. Tony está aquí en Amukura ayudándome.”

“Día 20, viernes.- Llevo al Sr. Obispo Escalante a todas las escuelas: Kotur, Igara, Kwangamur, vuelta a Amukura, Akoreet. Tomamos el lunch en Chakol. De ahí a Nánguina y plática larga y sabrosa con las Hermanas. Visitamos Mundika y los dos Padres estaban ahí. Regresamos rendidos a la parroquia de Amukura.”

“Día 21, sábado.- Tony lleva al Sr. Obispo Escalante a Chelelemuk. Confesiones y último toque a la preparación de las confirmaciones. En la noche, jaleo en grande en la secundaria de Amukura. Los muchachos peleándose en turba. Trato de aplacarlos y no me hacen caso. El Señor Obispo me dice que no me meta. Es peligroso. Trataron de meterse al convento y al internado de las muchachas. Los corro. El jaleo dura hasta media noche en que llamamos a los soldados.”

“Día 22, domingo.- Llega el Obispo De Reeper puntual. La gente desanimada porque están viendo el juicio en la Secundaria. Las confirmaciones lucidas. El lunch ofrecido por el Consejo Parroquial, muy bueno. Después, danzas. El Señor De Reeper estuvo muy contento de verdad. Se van los dos obispos. El Obispo Escalante regresará mañana.”

“Día 23, lunes.- Regresa el Sr. Obispo Escalante y vamos a Amudat después de comer. No encontramos al P. Flores, pero el P. Rafael Cefalo nos recibió muy bien.”

“Día 24, martes.- Muchas fotos y mucho ambiente en Amudat. Salimos por otro camino, Kapenguria, Kitale y comemos en Eldoret con el Sr. Obispo Hurlinhan. Como comentario de nuestra visita al norte de Uganda, sugiero al Señor

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Obispo unas misiones más en el comienzo, no como ésta de Amukura y Teso que ya están decayendo en cristianismo. Me habla de la voluntad de Dios, del bien de que privaríamos a estas gentes y luego me dice, bromeando, que primero tengo que demostrarle que tienen alma que salvar. Seguimos por Nakuru y vamos a dormir a Thomson’s Falls, con los Hermanos. El Sr. Obispo Escalante se anima a manejar. Frío en Thomson’s Falls, como en Toluca. Los Padres de la Consolata, muy buenas gentes.”

“Día 25, miércoles.- Después de Misa salimos a Nanyuki y vamos a Nyeri, Kenia. Visitamos en Nyeri al Sr. Obispo Gatimu que nos invita a comer. Hacemos un poco de tiempo tomando fotos y visitando el Outspan Hotel de donde salen las expediciones al famoso Treetops (Mirador para que los turistas vean los animales salvajes y tomen fotografías). Después, comimos con los Padres de Maryknoll en Nairobi.”

“Día 26, jueves.- Viene Paul. Vamos a comprar un lente para la Pentax que nos regala Monseñor Escalante. Visitamos al P. Van Der Drin, Campbell y Bishop. Arreglo que me den las medicinas para la clínica de Amukura el sábado y no queda más remedio que esperarnos hasta ese día. Cena con Mons. Montesémolo en la Delegación Apostólica.”

“Día 27, viernes.- Con el Sr. Obispo Escalante toda la mañana para arreglar su boleto. Mi carro en reparación, pero me lo entregan al medio día. Llevo a Chilo al Parque Nacional. Mala suerte. No vimos ningún león.”

“Día 28, sábado.- Llega Mons. Montesémolo por el Sr. Obispo Escalante pero éste declina la invitación porque quiere pasar las dos últimas horas con sus Padres. Mecanografío cartas que Monseñor desea enviar al Card. Garibi, a Confalonieri, al Arz. Miranda, al Arz. Márquez y al Pte. Díaz Ordaz. De camino al aeropuerto Monseñor me aconsejó que cuide la salud y el descanso de los Padres. Monseñor salió de Nairobi para el Oriente.”

El 17 de junio de 1966, Monseñor Escalante, de su puño y letra, escribió al P. Emerenciano desde Seúl, Corea: “Recibí tu carta del 6 de junio, ayer.


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Siento mucho que te hayas enfermado. Es un nuevo aviso. Cuídate. El misionero enfermo o muerto no sirve. Toma tu quinina, etc.

Bendije la nueva parroquia, casa e iglesia en Seúl. El P. Luis Sánchez es el párroco. Estamos debiendo 26,000 dólares. No esperaba este detalle. ¡A ver si mandas tus colectas dominicales de 3.50 chelines para ayudar!’40

“Me alegra que cambiaran al Padre Chilo de Chakol a Chelelemuk. Ya no hay otro lugar para cambiarlo, ¡a menos que viva con la fiera Rodríguez!

La misión aquí muy bien. Los Padres Chávez y Navarro han trabajado y tienen fama. Otros no tanto, pero chistes de ellos hay, e.g. de José Álvarez y de Esteban Ortega. ¡Te debía mandar un problema para que aprecies los otros!

El P. Martínez (Esteban) vino del Japón. Estuvo 9 días aquí conmigo y en la Misión. Se ve bien.

En Bombay también me enfermé por diez días hasta llegar a Hong Kong. Alguna infección intestinal. Apenas me curé y vine a Corea y de nuevo me enfermé. En África no me enfermé porque había tantos insectos que se comían unos a otros ¡y no tuvieron tiempo de comerme!

Saludos a Chilo. Salgo hoy para el Japón. Las fotos a todo color, de Amudit, salieron muy bien. ¡Se cree aquí que van a jalar muchas vocaciones!”

Misioneras canadienses laicas

El 21 de junio, la Madre Adelaide, r.a.,41 desde Québec, Canadá, escribió a Monseñor Escalante:

“Uno de los Padres de Maryknoll nos sugirió que usted tal vez esté interesado en nuestras jóvenes misioneras laicas, de ‘AMA’. Por lo tanto, le estoy enviando algunos pormenores.

40 Esa cantidad equivalía a medio dólar.41 Religiosas de la Asunción.

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Enviamos chicas a África y a Latinoamérica. Durante algunos años hemos estado proporcionando estas misioneras a otras Congregaciones en África; pero este año, como tenemos aproximadamente 40 reclutas canadienses, y unas 6 de los Estados Unidos, nos gustaría distribuirlas a otras misiones, diferentes a las nuestras, también en Latinoamérica.

Las chicas para África son todas maestras, enfermeras, etc.; aquellas para Latinoamérica, no. Todas son chicas que tienen una buena educación general, aprenden todo el español que pueden, han tenido cursos de medicina tropical, primeros auxilios y algo de enfermería doméstica; algunas han trabajado en hospitales como ayudantes voluntarias y algunas en campos de vacaciones como ‘monitoras’. Las canadienses son franco-canadienses, pero muchas son bilingües. Las ‘AMA’ de los E.U. son más jóvenes, y este año se graduarán de High School.

Las chicas tendrán un curso intensivo de entrenamiento en Filadelfia, desde mediados de julio hasta septiembre; entonces saldrán, de dos en dos o de tres en tres, a las misiones. El curso, además de español y enfermería, incluye misionología, catequesis, liturgia, etc.

No nos gusta enviar a las chicas solas a las misiones, sino que preferimos dos o tres juntas. Los arreglos normalmente son las siguientes: las chicas o nosotros pagamos el costo del viaje a la Misión; una vez ahí, la Misión proporciona hospedaje, comida y un poco de dinero, así como el viaje de regreso después de dos años. Las americanas, sin embargo, sólo se han ofrecido voluntariamente por un año, pero ellas también pagan su boleto de regreso.

Si usted está interesado, tal vez desearía informarme qué le ayudaría más con respecto a lenguas, capacidades, etc. Entonces le enviaré los detalles y las recomendaciones de las posibles candidatas para que usted escoja.

Yo misma iré a Filadelfia para ayudar con los cursos. Mi dirección después del 11 de julio será: Academy of the Assumption, 3480, West School house Lane, Philadelphia, Pa.- U.S.A.”


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Retraso en la llegada de los recién nombrados

El 4 de agosto de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano, desde México: “Recibí tu carta del 22 de julio y me dio gusto saber que sigues adelantando en tu trabajo, y que has tenido tus Ejercicios Espirituales con los Trapenses.

Los Padres que van a Kenia saldrán después del 13 de noviembre (sólo Norberto López y José Luis Ochoa, porque Antonio Varela fue enviado a estudiar en Roma), por la razón de que el Cardenal Garibi aceptó darles una despedida oficial durante el Congreso Misional. Antes y después del Congreso, ellos deberán promover los asuntos de la Misión con el pueblo de México; pues siempre hay necesidades en tu Misión, lo que consigan depende de cada Padre y su iniciativa.

He notado que Monseñor Montesémolo estuvo allá y que después fueron a varios lugares de la región.

Salieron muy bien las fotos que tomamos allá, las de color y las de blanco y negro. Se las vamos a mostrar a los muchachos, después las tendrá la revista ‘Almas’.

Vi a tu mamá el día de las Ordenaciones, y todavía tiene ganas de ir a África, pero Antonio le dice que es mejor que lo piense bien, porque es muy costoso el viaje.

Acabo de recibir un telegrama invitándome al Capítulo General de los Padres de Maryknoll. Saldré el día 21 para Nueva York. Tengo demasiados compromisos esta próxima semana, sobre todo la salida oficial de los Padres de México, que es el día 13 de este mes.

El Hermano Torres tampoco podrá salir antes de mediados de noviembre. Va a ir a Boston 3 ó 4 meses, donde están los Hermanos de Maryknoll. Desde el primero de mayo ha estado tomando clases de inglés en el Instituto Mexicano Norteamericano.

Si estás diciendo Misas por la diócesis, ya te mandaremos intenciones. Favor de indicarnos cuánto recibes por cada Misa y si las intenciones ajustan para los otros

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Padres. Sin embargo, ahora que tenemos ocho Padres más, estamos necesitando intenciones. Saludos al Padre Gildardo y a los otros Padres, especialmente a Barbatus.”

Monseñor va al Capítulo de Maryknoll

El 5 de agosto de 1966, Monseñor Escalante escribió al Excmo. Sr. John W. Comber, MM: “Recibí el telegrama del Capítulo General invitándome a asistir a las sesiones del Capítulo. Le envié un telegrama diciéndole:

AGRADECIDO AL CAPÍTULO POR INVITACIÓN. DEBIDO A COMPROMISOS IMPORTANTES, CEREMONIA DE DESPEDIDA, REUNIÓN ANUAL DE DIRECTORES DIOCESANOS DE PROPAGACIÓN, ETC., NO PUEDO SALIR ANTES DE LA SEMANA DEL 21. ESPERO ESTAR AHÍ ESA SEMANA.

La semana de agosto, para mí, generalmente es muy ocupada. Esperaba salirme de la oficina a fines de mes. En nuestras oraciones y misas pedimos por el Capítulo General, esperando que haga mucho bien a la Iglesia y a las Misiones.”

Ejercicios Espirituales

El 8 de agosto del mismo año 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano: “Recibí tu carta del 1° de agosto, en la que me hablas de los Ejercicios Espirituales en Lumbwa con los Padres Trapenses.

Me acuerdo de cuando Manolo Rodríguez estaba en la Liga Misional de Estudiantes y que entró con los Trapenses en Georgia. El Padre Colín lo ha visitado y él ya me ha escrito varias veces.

Ahora que has vivido con los Padres Trapenses, a ver si pones un régimen como el de ellos en la Misión, empezando con el párroco.

Siento mucho que el Chairman del Parish Council (Presidente del Consejo Parroquial) haya tomado otra esposa.


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Le voy a decir al Hermano Torres que consiga el Catecismo de San Juan, por supuesto en inglés.

Ojalá que el nuevo Consejo Parroquial te dé resultado para la parroquia. Haces muy bien en que ellos te sugieran las cosas y después tú tengas la última palabra.

Pienso poner, a los Padres de África, en Boston, en alguna parroquia donde puedan aprender no sólo el inglés, sino también la organización. El Hermano Torres estará con los Hermanos de Maryknoll por un tiempo. Él ha estado tomando clases de inglés por tres meses en el Instituto Mexicano Norteamericano y lo hará durante otros meses; luego seguirá hasta la despedida en Guadalajara durante el Congreso Nacional Misionero, (del 9 al 13 de noviembre de 1966).

El Padre Domingo Morrissette estuvo por estos lugares y estuvo varias veces con tu hermano Antonio. Saludos al Padre Gildardo y a los otros Padres. (Posdata manuscrita) ¿Tus informes?”

El 5 de octubre, Monseñor Escalante escribió en inglés, desde México, a la R.M. Adelaide, r.a.,42 acerca de las misioneras laicas (traducción): “Hace algunos días recibí su carta. La encontré en las páginas de una revista. Estuve fuera los meses de mayo y junio visitando África, y Asia.

En África tenemos una misión entre la tribu Teso y el Padre Emerenciano Rodríguez es el párroco de Amukura, la Misión principal.

A principios de este año él abrió un Hospital de Maternidad y le cuesta mucho trabajo dar a cada mujer la atención necesaria.

Sé que en mayo de este año, cuando lo visité, estaba buscando una enfermera, especialmente una especializada en ese trabajo. La dirección del Padre Emerenciano es la siguiente: Catholic Misión Amukura, P.O. Box 187, Tororo, Uganda, East África. – Mientras que trabaja en Kenia, el pueblo cercano más grande está justo en la frontera con Uganda y por eso él tiene esa dirección ahí, en el país vecino. 42 Religiosas de la Asunción.

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Le estoy enviando al P. Rodríguez una copia de esta carta, así como una copia de la de usted, para que ustedes puedan ponerse en contacto.”

Buen humor, noticias y felicitaciones

El 13 del mismo mes Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano, desde México: “Recibí tu carta del 6 de octubre. Yo también te mando felicidades por haber sido uno de los ‘fundidores’ o ‘fundadores’ del Instituto (del segundo año de la fundación). ‘De la jungla de Bolivia a las Fieras de México’ es un libro que deberías de escribir cada día por ser tú una de las fieras.

Celebramos muy bien el día del aniversario (7 de octubre) con varios huéspedes de fuera y con una concelebración de 12 Padres.

Sabía que uno de estos días ibas a estar dando un retiro a las Madres Carmelitas. Ojalá que no te conviertan en Carmelita.

Cuando necesites un consejo deberías ir con tu fidelísimo Barbatus. Siendo tu confidente deberías nombrarlo ‘jeeves’ como nombré a mi cocinero en China. Para que entiendas lo que significa este nombre, debes leer los libros de P. J. Woodhouse, que habla tanto de este nombre. Los puedes conseguir en las librerías de Nairobi.

Parece que estás trabajando bien, pues me dices que los domingos hay tres veces más comuniones que antes. También felicitaciones por las personas que vas a bautizar. Estoy seguro de que si pudieras suspender uno de los mandamientos, podrías tener muchos más.

Creo que la misión que va a dar el Padre Teso en diciembre hará mucho bien a la Misión.

El Hermano Torres está estudiando no sólo el inglés, sino también mecánica, cocina, contabilidad, etc. Entre él y Barbatus tendrás bastante ayuda.

Las Misiones de Corea y Japón han empezado su hojita de propaganda mandándola a sus amigos o familiares. También te sugiero que hagas esto en aerograma que es más


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barato, anotando de tu puño y letra el agradecimiento a los que han mandado dinero.El Congreso de Guadalajara será del 9 al 13 de noviembre. Parece que todo está muy bien organizado y que tendrá mucho éxito.

Los Padres enviados en el Congreso, irán, por dos semanas, a sus casas y después irán a Boston.

Te envié en estos días una solicitud que había para mandar enfermeras de Canadá a África. Favor de atender este asunto directamente. Tú tienes la copia de la carta que le contesté a las Madres.

Hemos tenido algunas bajas en el Seminario. Algunos se han ido por su cuenta, pero Mario Terán, Guillermo González, Jorge Flores y otros se fueron, porque a los Padres del Seminario les pareció que esos alumnos consiguieran una diócesis. Así es que Dios quiera que los 11 que quedan sí puedan ordenarse el próximo año. Entre los que salieron por su cuenta, Desachy va a Penang para estudiar en alguna diócesis de Indonesia. Gaytán simplemente insistió en salir, etc.

Son pocos los escogidos y con estos tenemos que atender las tres Misiones que tenemos. Además, el trabajo en México se ha multiplicado mucho para poder sostener las Misiones.

Saludos al Padre Chilo y a los otros Padres, especialmente al Padre Van Hout.”

A principios de diciembre, Monseñor Escalante envió esta tarjeta de Navidad para sus conocidos y amigos: “Feliz Navidad. Navidad es sentarse a solas con Jesús, María y José. Navidad es enumerar todas nuestras bendiciones. Navidad es agradecer a Dios por otro año más. Navidad es ser amable para todos. Navidad es olvidar ofensas pasadas. Navidad es deshacerse de todo odio o amargura. Navidad es pensar en las necesidades de los otros. Navidad es hacer las pequeñas cosas con bondad. Navidad es música suave, alma tranquila, y paz en el corazón. Navidad es un día feliz en la cueva con Jesús, María y José.”

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El Hermano Torres va a Maryknoll

El 23 de noviembre de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. John McCormack, Superior General de Maryknoll: “Alrededor del 10 de diciembre espero enviar, por tres meses, al Hermano Torres a Estados Unidos para que practique inglés antes de salir a Kenia donde fue asignado. Si Ud. fuera tan amable de permitirle hospedarse en Maryknoll, él podría también trabajar y ayudar a los Hermanos en la mecánica, etc. Los otros dos sacerdotes que van a África estarán en Boston, en parroquias.

La semana pasada tuvimos nuestro V Congreso Nacional Misionero en Guadalajara. Tuvo mucho éxito. Uno de los actos principales fue la ceremonia de despedida. El Cardenal Garibi dio los crucifijos misioneros y los nombramientos. Debido a que se encontraba presente la mayoría de la Jerarquía Mexicana, recibieron una bendición de parte de todos, después de que el Cardenal habló.

En las reuniones, se explicó el esquema sobre la Misión y, especialmente, el Motu Proprio43 de agosto pasado. Las reuniones fueron para los obispos, sacerdotes, Hermanas, laicos, etc.

Tuvimos la comida para el clero, en el Seminario Menor. Asistieron 2 Cardenales, cerca de 30 obispos y 500 sacerdotes.

La última noche tuvimos misa concelebrada con cerca de 40 obispos, 100 sacerdotes y, aproximadamente, 60,000 personas en el estadio.”

El 30 de noviembre de 1966, el Excmo. Sr. John McCormack, Superior de Maryknoll, contestó la carta: “Permítame asegurarle que el Hermano Torres será bienvenido para hospedarse aquí en Maryknoll por tres meses. Por favor, díganos la fecha de llegada, le tendremos una habitación lista. Puede Ud. contactar al P. John Lenahan, quien hará todos los arreglos.

Por su reporte puedo ver que el Congreso Misionero fue un gran éxito. ¡Felicidades!Estos días nos encontramos un poco ocupados tratando de mantener los planes de 43 Documento papal que se denomina “De propia y libre voluntad”.


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acuerdo a como los hemos programado.

El Padre Joseph Sweeney falleció en Corea el domingo. Ayer celebramos una misa por él en Knoll.” (sic)

El 9 de diciembre de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano: “Recibí tu carta del 22 de noviembre, al mismo tiempo que tu felicitación para Navidad. Veo que ya está mejorando la Misión. No se te olvide que lo principal es dejar una organización para que cuando el Señor te lleve al cielo o yo te ponga en México, la obra tuya pueda seguir. Muchas veces depende de la personalidad de uno y cae la obra al hacer el cambio.

El Hermano Torres sale mañana para Nueva York. Ya compró su boleto para Londres, Munich y Roma. Piensa estar 3 meses en Nueva York en Maryknoll Seminary. Los otros dos Padres José Luis Ochoa y Norberto López, tendrán la siguiente dirección: Sacred Heart Rectory, Cummins Highway 169, Roslindale, Massachussets, 02131, U.S.A. (la parroquia de Mons. Murray). Ojalá que aprendan el inglés bien y si no, que se queden en el Seminario de allá para aprender más o tomar el acento inglés.

Creo que las cosas que quieres se podrán mandar vía los Padres de Maryknoll en Nueva York.

Me parece que ya te escribimos sobre las Madres francesas que no pueden ir hasta 72 ó 73.

Dudo mucho que puedas conseguir Madres de arranque, no tienen esa tradición y libertad.

No me acuerdo en qué carta te dije que si no mandabas cuentas de cómo habías gastado el dinero, no te iba a reembolsar nada.

Las otras dos Misiones de Corea y Japón cada mes mandan muy fielmente qué cheques han girado en dólares y también hacen una relación de los gastos que han tenido en la parroquia.

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Hasta ahora no sé qué fue lo que pasó a tu coche, me imagino que tuviste un accidente. Aquí nos robaron un Volkswagen cuando los Padres fueron a un partido de fútbol. Hasta ahora no lo han regresado.

Los Padres hicieron una larga gira por el norte después del Congreso en Guadalajara. Tuvieron varias despedidas en las catedrales y en estos días se despiden en Mérida. Después de Navidad saldrán para Boston.

Han conseguido poco. Les daremos la relación después del principio del año, puesto que estamos muy ocupados.”

Carta de Navidad

El 12 de diciembre de 1966, Monseñor Escalante envió a los Padres MG de la Misión de Kenia el mismo mensaje de Navidad que envió también a la Misión de Corea. (Confer pág. 449)

Últimas cartas de Monseñor enviadas a Kenia

El 14 de diciembre de 1966, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano: “Recibí tu carta del 9 de diciembre de los Guadalupanos Kenianos. Muchas gracias por las felicitaciones y saludos, pero ustedes los merecen más, puesto que yo ya estoy de salida y ustedes apenas están empezando y hay mucho trabajo por hacer!

He notado las giras safaris y dificultades que tienes arreglando matrimonios concubinos, pero ésa es la vida de la selva y hay que insistir más con las muchachas, en que no se casen con los casados. Tienes que empezar con las niñas de la escuela, porque los viejos son más difíciles, ya tienen otra mentalidad y otro ambiente.

Sé lo que tienen los Padres de Maryknoll en Tanzania, sobre todo la escuela de lenguas; tienen mucho dinero y lo principal es que son muy dedicados; esto cuenta más que el dinero. Claro que las dos cosas juntas ayudan más.


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En lo que se refiere a las cuentas, como hasta ahora no he recibido nada de los gastos que has hecho para tu sostenimiento, francamente no sé, ni tú tampoco, lo que cuesta sostener un Padre en ese lugar. Las otras dos Misiones me mandan un informe. Estoy seguro que el Señor Obispo de ese lugar te pide un informe mensual. Debes de mandarme una copia también.

De cualquier manera, estos días hemos depositado más dinero en tu cuenta y ojalá que ésta sea la última vez que deposite dinero sin tener informes concretos, pues así puedes quebrar al Hanover Bank, y al Chase Manhattan y aún al Banco del Espíritu Santo, si sigues como lo has hecho. No hay nada como números claros para hacer el juicio.

Creo que con este dinero que hemos depositado tendrás suficiente por algún tiempo.

A fin de año vamos a hacer una relación de lo que se ha conseguido para Kenia, para Corea y Japón; aunque estos dos últimos meses hemos mandado dinero antes de que se haga el balance a fin de año. Ya sabremos si ustedes nos deben o nosotros a ustedes.

No hemos podido ver a las religiosas Misioneras de la Caridad de María Inmaculada que querían ir a África, pero van a tratar el asunto en su Capítulo General, en enero próximo.

Lo principal es ver si pueden sostener su obra y a sus monjitas en las misiones. Muchas veces es entusiasmo y no verdaderas ganas de trabajar.

Como te había escrito hace algunos días, las últimas noticias ya las sabes.

Saludos a los Padres y al Señor Obispo. Te adjunto una copia (machote) del informe mensual para que lo mandes en esa forma.”

El 17 de enero de 1967, Monseñor Escalante le escribió: “Recibí tu carta del 31 de diciembre en que me dices que has estado de nuevo con paludismo y gripa. Ojalá que ya hayas mejorado. Consulta a las Madres del Medical Mission, para que te den alguna medicina.

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En estos días te estamos enviando el presupuesto de febrero, más otros donativos que nos llegaron para ti, o para los Padres adscritos a esa Misión. (Monseñorrectificadirecciones).

El Padre Ochoa está en: 169 Cummins Ave., Roslyndale, Boston, Mass. (Sacred Heart Church) y el Padre Norberto López está en: St. Mary’s Rectory, Lynn, Mass. 01901. He hablado con ambos por radio-teléfono y entiendo que están tomando clases en Boston. El Hermano Torres sigue en Maryknoll Seminary, Maryknoll, N.Y. Todos van a tener que aprender el inglés de nuevo, pues el English accent (acento de Inglaterra) es diferente al American (de Estados Unidos), pero para eso estás allá.

Estaré otra vez con ustedes después del 15 de mayo y, aunque no sé cuándo quieras a los Padres, lo principal es que aprendan bien el inglés, aunque tarden un poco más; pueden aprender más, ya que estén en ese rumbo, sobre todo en el Seminario de los Padres de Mill Hill en Kisumu.” Enseguida Posdata manuscrita: “Consulté al P. Colín!”

El 19 de enero de 1967, Monseñor Escalante escribió al Padre John McCormack: “Sólo una nota breve para informarle que la ‘Conferencia Episcopal Mexicana’ en su sesión plenaria del 12 de junio me eligió, en forma unánime, Presidente de la Comisión de Misiones de acuerdo a las normas (N° 9) que se dieron en agosto pasado de 1966.

Otro asunto que se discutió durante la reunión de los Obispos fue la relación de los Obispos con el Seminario de Misiones Extranjeras. Preparé el informe anexo que será de interés para usted.

Todo lo que pedimos es lo que ellos deseaban hace años. Básicamente, independencia y su apoyo moral, espiritual, vocacional y material.

Debido a que hay muchos Obispos nuevos (78), la discusión fue más que oportuna y beneficiosa para nosotros.


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A propósito, los Obispos siempre tienen sus reuniones en el ‘Seminario de Misiones’. Les ofrecí oficinas para las Conferencias Episcopales hasta que encuentren un edificio para el Secretariado de Obispos. Ahora ese Secretariado estará temporalmente en nuestro edificio. Le anexo una fotografía del Seminario tomada desde el aire.”

El 1° de febrero de 1967, el P. John McCormack le contestó (traducción): “Gracias por su carta del 19 de enero. Mis disculpas por no contestarle antes, pero me encontraba en el Medio Oriente haciendo la visita a nuestras Casas y no regresé a Maryknoll, hasta el fin de la semana pasada.

Le estoy muy agradecido por los anexos que me envió, y por la información que me comunicó.

Mis más sinceras felicitaciones por el maravilloso trabajo que ha terminado al construir su Seminario para la Sociedad. Me sentí muy impresionado al ver la fotografía que usted tan amablemente me envió. Con mis más sinceros deseos y saludos personales, le pido sus oraciones.”

El 13 de febrero de 1967, Monseñor Escalante escribió al P. Emerenciano: “Recibí tu carta con tu primera obra como editor. ¡Felicitaciones! Ojalá que sigas así y tengas mucho éxito. Te incluyo una carta del P. Hudert que también puedes copiar, con fotos de tu misión, de vez en cuando, cuando no tengas ideas, aunque dicho es que una foto vale mil palabras. Los animales se ven con mucha hambre, ¡especialmente el chango!

Creo que debes pedir algo definitivo (concreto), como bancos para iglesia, confesionarios, ayudar a la gente pobre tanto por día, etc. A la gente le gusta dar para cosas definidas. Si te han hecho Vicario General de los nativos teso, esto debía incluir también el colegio, a menos que se lo reserve el Señor Obispo. Entiendo que el Padre Juan Gutiérrez ha sido nombrado Secretario de la Mitra en Tlalnepantla, a la que algunos llaman: ‘Refugium peccatorum’.

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Acabo de hablar con el Hno. Torres por radio y me preguntó cuándo y cómo debería irse a Kenia. Yo le dije que debería saber bastante bien el inglés y, si tiene muchas cosas que llevarte, que se vaya en barco. Por otra parte, visitar Mill Hill y Roma, le haría mucho bien. Si no me equivoco, ya le compré el boleto. Le dije también que te compre el Catecismo de San Juan, con discos, que están en inglés y que me lo cargue a mi cuenta, para después cargárselo a la cuenta de África.”

GOBIERNO REGIONAL EN KENIA DURANTE LA VIDA DE MONSEÑOR ESCALANTE

1965-67 Emerenciano Rodríguez Jobrail, Superior Regional

PERSONAL EN LA MISIÓN DE KENIADURANTE LA VIDA DE MONS. ESCALANTE

1965 feb. 5 Se anuncia el nombramiento del P. Emerenciano Rodríguez Jobrail y del diácono Gildardo González Pérez para la Misión de Kenia.

abril 11 Monseñor Escalante visita la Misión.abril14 MonseñorEscalantefirmaelcontratodelaMisióncon

el Obispo de Kisumu.junio 26 Envío y Despedida del P. Emerenciano Rodríguez J. y

del diácono Gildardo González Pérez, para la Misión de Kenia. El primero va inmediatamente a Mill Hill a estudiar inglés.

agosto 15 El diácono Gildardo González Pérez es ordenado sacerdote.

agostofines ElP.GildardoGonzálezPérezvaaMillHillaestudiaringlés.

diciembre 10 El P. Emerenciano Rodríguez Jobrail llega a la Misión de Kenia.

diciembre 14 El P. Emerenciano Rodríguez Jobrail radica en Amukura.


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1966 feb. 5 Norberto López Muñoz, José Luis Ochoa, siendo diáconos, y el Hno. J. de Jesús Torres Rodríguez, son nombrados para la Misión de Kenia.

1966 feb. 14 El P. Gildardo González Pérez llega a la parroquia de Chakol. Estudia.

febrero 20 El P. Emerenciano Rodríguez es nombrado párroco de Amukura y toma posesión.

mayo 18 Monseñor Escalante visita la Misión y sale de ella el día 28 de mayo.

1967 jun. 21 El P. Emerenciano Rodríguez J. va a México a los funerales de Monseñor Escalante.

junio 29 Los PP. Norberto López Muñoz (Chakol), José Luis Ochoa Vega y el Hno. J. de Jesús Torres Rodríguez (Amukura) llegan a la Misión de Kenia.

PARROQUIAS EN KENIA ATENDIDAS POR LOSMISIONEROS DE GUADALUPE

DURANTE LA VIDA DE MONS. ESCALANTE

Diócesis de Kisumu (25/03/53).

1966 Amukura, 1967 Chakol y Chelelemuk.

Kisumu se dividió para dar origen a las Diócesis de Kakamega 27/02/78 y Bungoma 27/04/87.

Kisumu fue erigida en Arquidiócesis a partir del 21/05/90.

17Ca

pít

ulo

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17EL ÚLTIMO VIAJE

MonseñorEscalantecelebrólosoficiosdeSemanaSantadel19al26de marzo de 1967 en la Capilla del Seminario de Misiones, en Tlalpan, D.F.

El P. José Sandoval recuerda: “En esos días, Monseñor Escalante fijó la fecha, para mi Ordenación Sacerdotal, el 9 de abril de 1967, juntamente con León Martínez, que debíamos recibir en el Seminario. Yo fijé el día 16 para mi Cantamisa en mi tierra natal, Yahualica, Jal. Con anticipación preparé mis invitaciones ya impresas y las llevé a mi pueblo. Primero fui a invitar al Señor Cura pero él me dijo: ‘Oye, ¿por qué no te ordenas aquí y le pides al Cardenal Garibi Rivera que te ordene?’ Entonces llamé por teléfono al Seminario de Misiones, donde me dijeron: ‘Monseñor Escalante está en Cuernavaca’. Llamé allá y le dije: ‘El Señor Cura de Yahualica me sugiere que le pida permiso a usted para que S.E. Garibi Rivera me dé la Ordenación Sacerdotal aquí en Yahualica. Monseñor Escalante contestó inmediatamente y muy contento: ‘Sí, excelente idea, habla con el Cardenal para que él te ordene’. Así lo hice. Cambié las invitaciones y él me dio la Ordenación el 16 de abril de 1967, en mi pueblo.”

En 1967, como cada año, después de Pascua, Monseñor Escalante debía iraRoma,comoDirectorNacionaldeMéxicoenlasObrasPontificiasde la Propagación de la Fe y de San Pedro Apóstol, para asistir a la asamblea internacional de estas Obras.

Preparaba con cuidado el itinerario de su viaje pues lo aprovechaba para atender otros asuntos en algunos de los países por los que debía pasar y, principalmente, para visitar las tres misiones que ya tenían los

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Misioneros de Guadalupe, las de otros Institutos y las de otros territorios confiadosaObisposenelmundomisionerodepoblaciónnocristiana.Por las cartas que a continuación se citan, se puede ver la preparación que hizo para su último viaje en que le sorprendió la muerte. Por las mismas cartas podemos reconstruir su camino de México a Hong Kong, ya por aire ya por tierra, como “Un Vagabundo de Dios”.

El P. Jesús Sanabria Enciso recuerda que Monseñor Escalante visitó la “Quinta Los Álamos” el viernes 14 de abril en la tarde: “Sin saberlo él ni nosotros, ésa fue su última visita,44 antes de realizar el viaje que tenía programado, y antes de su viaje a la Eternidad. Una última recomendación que nos hizo a los Padres y alumnos del Noviciado fue que hiciéramos lo posible por organizar un Campo Misión en la Diócesis de Ciudad Altamirano, ya que el Sr. Obispo de la Diócesis, Don Juan Navarro, se lo había pedido expresamente. Gracias a Dios, pudimos organizar dicho Campo Misión en la parroquia de Arcelia, Guerrero, que fue el lugar que sugirió el Sr. Obispo Don Juan Navarro.”

Un grupo de Misioneros de Guadalupe recuerda que estábamos reunidos, la noche del 14 de abril, en el salón de recreo de los Padres, en el Seminario Mayor de Misiones, esperando que Monseñor Escalante llegara a reunirse con nosotros para desearle buen viaje y despedirlo, cantando el tradicional canto de Las Golondrinas. Llegó a la reunión. Su plática fue breve. Nos aseguró que visitaría Kenia, Corea y Japón, lo que implicaba la vuelta entera al mundo, como en otras ocasiones, y añadió: “Ésta será la última vez que doy la vuelta completa; el año próximo iré primero a Kenia y, al año siguiente, visitaré las Misiones de Oriente, Japón y Corea, pues ya me cansa hacer todo el viaje en una sola vez”.

Salió de México el 15 de abril, temprano en la mañana.

Su primera escala fue en Nueva York donde tenía que predicar y recibir la colecta para los Misioneros de Guadalupe, el domingo 16, en el pueblo llamado Chester, del estado de Nueva York, perteneciente al arzobispado de la gran ciudad de los rascacielos. Con anterioridad, el 30 44 Durante el Curso de Espiritualidad y Pastoral para el curso académico de 1966-1967.

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de marzo, anunció su llegada al párroco de Santa Columba, Monseñor Raymond A. Kaine: “Muchas gracias por su carta del 23 de marzo. Como soy un amateur de radio, encontré un amigo mío en Long Island, N.Y. que me recibirá en el aeropuerto (Kennedy), el sábado, y me llevará a Chester, después de cenar juntos. Así que estaré allá, como a las 9 (p.m.), el 15 de abril.” Al día siguiente, domingo,durantelasMisas,larespuestadelosfielesfueexcelente.Talvez ese día en la tarde o al día siguiente visitó Maryknoll que está cerca de Chester, en el lado oriente del Río Hudson. Probablemente, en el aeropuerto de La Guardia tomó el avión para Boston.

El P. José Luis Ochoa recuerda: “El 18 de abril de 1967, encontrándonos el Padre Norberto López y un servidor en Boston, perfeccionando la lengua inglesa, en camino a la Misión de Kenia, nos visitó el Sr. Obispo Alonso Escalante. Siempre con su carácter jovial. Nos comentaba sobre los proyectos del Instituto y de su viaje a las misiones de África, Corea y Japón. Se hospedó en la parroquia del Sagrado Corazón en donde era párroco Monseñor Edward Murray, amigo suyo. Fuimos al día siguiente a saludar al Cardenal Cushing quien siempre había respaldado la obra de los Misioneros de Guadalupe, ayudando económicamente en sus inicios. En esta ocasión le regaló $5,000 dólares que en ese tiempo era una buena cantidad. En la plática, Monseñor Escalante le mostró una foto suya con el Papa Paulo VI, en la que está pidiendo al Papa que, en la entrevista que tenga con cada uno de los Obispos del mundo, les pregunte qué están haciendo por las misiones. Fuimos con él a comer mariscos a la orilla del mar y en la tarde lo llevamos al aeropuerto para que prosiguiera su viaje a Europa.”

El 21 de abril, Monseñor Escalante voló de Boston a Londres, de acuerdo a la carta que escribió al P. Gregory J. Einck, capellán de la fuerza aérea de Estados Unidos, asignado a una base de Inglaterra: “Su carta del 28 de febrero fue recibida aquí (en México) el 10 de abril. (Siempre, a partir de la Revolución Mexicana, el servicio postal mexicano ha sido lentísimo y, a veces nulo, pues las cartas se pierden). Muchas gracias por informarnos acerca del asunto del que le escribí. Quiero agradecerle, especialmente, la colecta que usted recogerá (en la iglesia de la base) a beneficio de nuestro Seminario de Misiones, en abril o mayo, sin que yo esté presente. Eso me ahorrará tiempo y dinero. Por cierto, espero estar en Londres los días 21, 22 y 23 de abril, en el Hotel

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Kingsley. Le menciono esto por si acaso podemos vernos. Asistiré a unas reuniones en Roma y haré escala en Londres, esos días, para ver algunos amigos. (Entre ellos, probablemente visitó a los Misioneros de Mill Hill).

Enestaciudad,unseñorquefirmósimplementeDonaldleenvióestemensaje: “Mi Señor Obispo: ¡Qué gusto recibir su carta del día 12! Encantado de saber que está en Londres y de que estará en el Hotel Kingsley. Esperaremos su llamada y verlo para poderle dar todas las noticias de todos sus amigos en su preciosa ciudad. Espero, en verdad, que haya usted tenido un viaje agradable y que no esté demasiado cansado.”

Por la carta que dirigió al Sr. Giraldet sabemos que llegó a Colonia, Alemania el 23 de abril a las 20:15 horas por Lufthansa. En la carta le dice (traducción): “Le agradeceré conseguirme una reservación en el Hotel National por esa noche y la siguiente. Si no es mucho pedir, le agradeceré conseguirme auto para ir a Trier, el lunes 24 de abril y regresar el mismo día. Tengo que ver a la Superiora General de las Hermanas de San Carlos Borromeo. Como ayuda para nuestros sacerdotes mexicanos, tenemos algunas Hermanas alemanas de Trier que van a construir un dispensario en Corea. Espero que en esta ocasión pueda encontrar a usted en Colonia”.

Con respecto a los asuntos que Monseñor debía tratar con la Hna. Superiora de Trier, el P. Rodolfo Navarro envió una carta de Corea a Nueva York, el 10 de abril, en que le dice: “Recibí sus noticias de viaje y nos da gusto que en junio del presente nos visite, si V. Excelencia no nos avisa lo contrario, estaremos el 7 de junio en el aeropuerto. Yo estaré en Seúl desde mañana. Empiezo mis estudios de nuevo.

En Suntchōn tendremos, con ocasión de sus 60 años, una concelebración con todos los Padres mexicanos, Mons. Henry y algún coreano; también prepararemos un traje coreano y luego un banquete estilo coreano invitando a los principales cooperadores de Misioneros de Guadalupe. No haremos el festejo según el ritual coreano porque creemos que a V. Excelencia no le gustaría por largo, formalista y muy caro. Pero haremos lo principal.

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Con las Madres alemanas de Trier hay 4 puntos:

1) Ayudarles a que consigan el dinero de Misereor y que la Madre General resuelva qué tamaño quiere dar a la construcción. Le hemos mandado planos y creemos que puede estar asustada de lo bien hechos y caros, pero ella tiene la palabra. Ojalá le enseñe los planos. Una vez que ella decida, hacemos como ella quiera, las Madres acá juntamente conmigo (sic). Anímela a que venga en junio o julio a Corea. Será útil.

2) En el contrato, que no hemos firmado, nosotros habíamos escrito ofreciendo dos cosas que podrían ser una carga: un sueldo mensual a las Madres. Las Madres, en Seúl, me dicen que ellas no quieren sueldo, que ellas quieren trabajar y no vinieron a ganar dinero. Creo que la Madre quitará eso del contrato.

3) Habíamos mencionado ayudarles con el convento y también eso está escrito, pero no firmado. Al hacer los planos del convento, las Madres los pidieron a su gusto y muy bien. Como a ellas les gusta todo aunque salga caro. Vea V. Excelencia la posibilidad de convencer a la Rev. Madre de que ella construya todo al gusto y será propiedad de ellas: Hospital, Convento y Hall de actividades sociales propiedad absoluta.

4) Nosotros podemos sostener la oferta de terreno. El terreno actual o, si les parece chico, otro lugar. Pero, al invitarlas, algo les debemos dar como estímulo. Los Padres u Ordinarios coreanos no dan nada.

Las Madres también serán enteramente independientes, como ya lo son de nosotros, del Sr. Henry ó de cualquier futuro ordinario. Si se aclara esto, firman el contrato. Mons. Henry dará su Placet siempre. Es pues, la entrevista de V. Excelencia y la Madre, muy importante. Anímelas al trabajo misional para que se renueven, tengan vocaciones y provoquen gracias de Dios. Espero noticias y bendiciones.”

Y en su carta del 22 de abril le dice: “Cuando venga a Corea V. Excelencia hablaremos de muchas cosas. Al salir de Roma indíqueme la dirección siguiente porque le mandaré la agenda de la visita a Corea, incluiré el programa de la visita a los Padres en sus parroquias. Entonces quiero que ellos estén solos con V. Excelencia

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para que ellos se sientan con libertad de hablar y también V. Excelencia; además para que vea el ambiente en que está cada quien.

A ellos les pasaré también por escrito unas sugerencias de asuntos que deben tratar con V. Excelencia. Yo esperaré en Seúl a V. Excelencia. Al tener noticia del cambio que piensa hacer en su viaje, haré el programa, para correr la voz a los Padres y ver cuándo estará V. Excelencia en cada Parroquia y en Suntchōn. Espero el itinerario.”

Salió para París, Francia, el día 25 de abril, en el vuelo 664 de Lufthansa que salió a las 20:15 hrs. No hay documentación para saber qué asuntos lo llevaron a esa ciudad. Del 1° al 4 de mayo estuvo en Madrid, según carta que dirigió a la Sra. María Laura Peláez. Tampoco sabemos de sus actividades en Madrid, España, pero suponemos que fueron asuntos de la Propagación de la Fe, en ambas ciudades.

De Madrid pasó a Friburgo, Suiza, donde visitó a Onésimo Cepeda y a Eduardo Llanos, seminaristas que estudiaban en el Instituto de los Padres de Bethlehem.

Llegó a Roma el 6 de mayo. Betty Escalante, hermana del Obispo y Silas Wright, esposo de Betty, lo alcanzaron en Roma. Monseñor estaba ocupado todos los días en las reuniones de la Propagación de la Fe, pero se dio tiempo para platicar con los Padres Juan Corona y Antonio Varela que estudiaban en Roma. Salía a cenar con Betty y Silas en las noches. Una tarde, el apoderado de Gina Lolobrígida, que estaba casado con una norteamericana (Betty no recuerda sus nombres) invitó a Monseñor a cenar una de esas noches.

Monseñor indicó que andaba con su hermana y su cuñado. Los que le invitaban insistieron en que les daría mucho gusto que trajera a Betty y a Silas. Monseñor llamó a Betty para comunicar la invitación y recomendó que ella se arreglara muy bien porque irían a un restaurante de primera clase. Ella, que nunca se maquillaba, se maquilló, se puso pestañas artificiales y un vestido elegante. Monseñor pasó al HotelHilton a recogerlos y al entrar a su habitación les dijo: “Ustedes tienen mejor

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habitación que el Papa”. Sereunieronenelrestauranteconsusanfitrionesy, con desencanto, Betty vió que la norteamericana llevaba un vestido sencillo. Por el calor que hacía, a Betty se le cayeron las pestañas postizas en la sopa. Por lo demás, la ocasión fue muy agradable.

Era el 9 de mayo de 1967 y Monseñor cumplía el 24° Aniversario de su Ordenación Espicopal. Su sobrino Alonso Escalante Peón también había llegado a Roma y él fue el encargado de buscar un restaurante para festejar al Obispo. Escogió el que le pareció mejor: “Le Coq d’or” (El Gallo de Oro). Monseñor preguntó: “¿A qué timbiriche me van a llevar?”. Al invitarlo, no quisieron decirle a qué lugar irían, para darle la sorpresa. Al llegar al restaurante, él dijo: “Aquí vengo a comer todos los días con los cardenales”.

El 13 de mayo de 1967, Monseñor Escalante escribió al P. Jesús Navarro Romero, desde Collegio Maryknoll en Roma, Italia, lo siguiente: “Recibí el cheque y se lo di personalmente a Su Santidad (Paulo VI) el día 12.

Las juntas se terminaron con la audiencia. El Señor Pietro Sigismondi enfermo y el Cardenal Gregoire Agagianian ocupado con Katolicus, patriarca armenio.

Mando lo de Comisión de Misiones del Episcopado Italiano. Se considera como modelo para otras conferencias episcopales. Ojalá que lo tengas traducido al español antes de mi regreso, para presentar al V. Episcopado.

Se dice aquí que, como se escribió ‘Pacem in Terris’, se debe escribir otra encíclica que se llame ‘Pacem in uteris’. Mañana salgo para Etiopía y Kenia.

En la revista TIME del 5 de mayo, estoy con los obispos alemanes en el entierro de ADENAUER.”

Esta fue la última carta que se conoce de Monseñor Escalante que haya escrito sobre la Propagación de la Fe.

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Silas, Betty y Alonso, el sobrino, temprano en la mañana, fueron a la casa de los Padres de Maryknoll, donde Monseñor se hospedaba, para despedirse de él, pues salía ese día para Addis-Abeba. El Padre que los recibió, los invitó a que entraran al comedor donde estaban desayunando para que oyeran los chistes que Monseñor les estaba contando. Se oíanlas fuertescarcajadasdetodos.Losvisitantesprefirieronesperaren la sala. Después de la despedida, ellos trataban de ayudarle a salir. Él, preguntando por sus maletas, dijo: “Dónde están mis palos de golf ?” Las palabras de despedida que dijo a Betty fueron: “Te veré el día de tu cumpleaños (25 de junio) en México”.

Nunca pensaron, ni ella ni Silas que allí, en Roma, era la última vez que lo veían vivo.

Un mes antes había dirigido carta al Emperador de Etiopía, Haile Selassie, en inglés: “His Majesty The Emperor of Ethiopia Haile Selassie, Imperial Palace (Su Majestad El Emperador de Etiopía Haile Selassie, Palacio Imperial), Addis-Abeba, Ethiopia, ÁFRICA”.- (traducción): ”Su Majestad, deseo expresarle mis más profundas condolencias por la pérdida del Sr. Nicholas Dracopoulus (fue administrador de los negocios del Emperador). Él hablaba de usted, conmigo, muy a menudo y, una vez, en Nueva York, me presentó con usted en el Waldorf Astoria.

Por supuesto, estuve varias veces con Nick antes de fallecer, tanto en Cuernavaca, como en la ciudad de México. Teníamos pensado reunirnos ahí el martes 14 de marzo a las 11 a.m., para arreglar algunos asuntos. A las 9 de la mañana de ese mismo día, la Sra. Evans me llamó para informarme la triste noticia de que había sido encontrado muerto en su cama. Sólo unos días antes de morir, él supo que yo iría a Nairobi y me pidió que hiciera una escala en Addis-Abeba para saludarlo a usted. Voy a cumplir la promesa que le hice. Llegaré a Addis-Abeba el 15 de mayo, por Alitalia, desde Roma, en el vuelo 502. Llamaré a Palacio para una audiencia, si es posible. Con mis mejores deseos, quedo, Afectísimo en Cristo, + Alonso M. Escalante, Obispo Titular de Sora”.

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Sabiendo que el Emperador Haile Selassie era católico, debió ser muy interesante la audiencia concedida a Monseñor Escalante. No hay constancia de los asuntos que platicaron, pero se puede conjeturar que hablaron de la situación de la Iglesia en Etiopía y de posibles lugares donde los Misioneros de Guadalupe podrían evangelizar pues Monseñor Escalante siempre tuvo esa preocupación al visitar los países de África. Sabemos que fue invitado al Palacio para comer con el Emperador y que esto ocurrió el día 16 de mayo.

Al día siguiente, 17 de mayo, salió para Nairobi, Kenia. Desde el 15 de marzo de 1967 y desde México, había anunciado su segunda visita a la Misión de Kenia, en carta al P. Emerenciano: “Según el programa de mi viaje, voy a llegar por la línea de Etiopía, vuelo 791, que llega a Nairobi a las 11:35 hrs., el miércoles 17 de mayo. Pienso salir el día 27, en la noche, de Nairobi (para el Oriente).”

Monseñor Escalante había vuelto a escribirle desde México, el 12 de abril de 1967: “Recibí tu carta del 3 de abril. Todavía sigo con el mismo programa: Llegaré a Nairobi el día 17 de mayo en Ethiopian Airlines, a las 11:35 hrs., vuelo 791. Es buena tu idea de tomar el avión para Kisumu, o, si el coche del Señor Obispo está por Nairobi, me pueden llevar a esa ciudad (sic). Puedes escribirme a Roma, Vía Sardegna 83, para estos arreglos. Estaré en Roma del 7 al 14 de mayo. Pienso estar con ustedes el fin de semana (20 y 21 de mayo) para después visitar los lugares que indicas, pero creo que será difícil, por la situación en que están. Dejo el programa de visitas en tus manos, pero me gustaría estar uno o dos días en Nairobi, antes de salir para la India.

No nos hemos olvidado de la Misión de África. Hemos dado 900 dólares al Hno. Torres para que te compre cosas para la Misión. Entiendo que él sale en el SS Pride de la Moore McCormack Line que debe de llegar allá a principios de junio. Me dijo que tomará el barco en Canadá, por el 14 de mayo, porque sale de Nueva York el día 18 de abril, haciendo escalas.

Es una lástima no haber sabido de este barco a tiempo, para mandar las cosas. Nos avisaron demasiado tarde, así es que estos bultos se mandarán de aquí (México) por

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vía ordinaria y llegarán en seis meses. El otro día estuvo en el Seminario tu hermano Antonio, para saludar al Padre Esteban Martínez que regresó (de Japón) para unas vacaciones de dos o tres meses. Me dijo que no has estado escribiendo a tus bienhechores dando las gracias y, sobre todo, a él. Siempre hay que agradecer, aunque sea por un timbre, pues esto da más confianza a los bienhechores para continuar ayudando.

El Padre Luis Sánchez regresó de Corea a México por tiempo indefinido. Nos está ayudando en el Seminario.

Ordené al Padre León Martínez el día 9 de abril y el Padre José Sandoval se ordenará el 16 en su pueblo, Yahualica, y lo ordenará el señor Cardenal (Garibi Rivera). Ya nombramos al Padre León Martínez para asistirnos en Vocaciones y el Padre José Sandoval irá a Corea.

Las Ordenaciones van a ser el día 10 de septiembre para los que se quieran ordenar en el Seminario de Misiones, pero he aconsejado a los Padres que sean ordenados cada uno de ellos en sus respectivos pueblos, por el Ordinario del lugar, pues así habrá más conexión con los Señores Obispos y se promoverán las vocaciones. Pensamos tener la despedida el día 7 de octubre, para los que van a misiones. Creo que estarán en México hasta Navidad y después tendrán seis meses de inglés en los Estados Unidos. ¡Esperemos que te vaya bien!

El 8 de mayo de 1967, Monseñor Escalante, desde Roma, de su puño y letra escribió al P. Emerenciano: “Según programa confirmado hoy en Roma, llego a Nairobi en el vuelo MS núm. 813 que empieza en Addis-Abeba y llega a Nairobi a las 9:05 a.m. Si estás en tu coche, te acompañaré a Kakamega, etc. Si no estás, pienso tomar avión a Kisumu el día 18. Ya pedí a los Padres de Maryknoll reservaciones si no estás en Nairobi. Saludos de Friburgo y Roma. Nos vemos pronto. ¡Salí en la revista TIME del 5 de mayo, con los obispos alemanes en el entierro de Adenauer!”

Monseñor Escalante llegó a Nairobi, según había anunciado, el 17 de mayo de 1967. El P. Emerenciano Rodríguez narra la llegada de Monseñor: “Recuerdo que el día antes de su llegada a Nairobi, el P. Chilo

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(Gildardo González) pasó por mí a Amukura. Ese día sentí que me estaba entrando la malaria. Chilo me convenció para que lo acompañara a Nairobi a recibir a Monseñor. Yo sabía que me iba a dar mucha fiebre en la noche; pasamos la noche en la casa de Maryknoll, efectivamente, por la fiebre sudé mucho; ya me sentía mejor al día siguiente pero quedé muy demacrado. Recuerdo que al bajar Monseñor del avión lo primero que dijo al verme fue: ‘Mira cómo estás, te he dicho que descanses; se ve que estás trabajando mucho y no tomas suficiente descanso. De aquí, nada de ver las misiones, nos vamos a Mombasa (junto al mar). Siempre me sentía muy pequeño al lado de Monseñor. Al ver que él se fijaba en mí, me sentía su hijo. Tuve que convencerlo de que no era cansancio sino que era solamente el resultado de la fiebre muy alta que había tenido la noche anterior y lo convencí de que fuéramos a las misiones porque allá nos esperaban para bendecir una capillita. Pasamos un domingo muy felices (en Amukura) pues Chilo y yo ya estábamos más asentados, ya conocíamos el idioma. A Monseñor Escalante le dio mucho gusto ver a sus misioneros en un trabajo distinto del de Oriente y rodeados de gente que nos apreciaba mucho.

Paramos en Kisumu donde el Obispo y los Padres también apreciaban nuestro trabajo. Me acuerdo de una fotografía del último rollo que tomé de Monseñor Escalante en vida. Estaba él un poco serio. Le dije: ‘Monseñor, ríase, está usted muy serio’. Y dijo: ‘¿Cómo quieres que esté con esta negrura?’ Entonces yo traía un huevo en la mano izquierda y, sosteniendo la cámara con la mano derecha, le aventé el huevo y él, para que no se estrellara el huevo en el suelo, se abalanzó a cogerlo en el aire y entonces le tomé la instantánea. Se veía jovial, lleno de vida y muy sano. Nadie sospechaba lo que iba a suceder. Según lo prometido, al día siguiente regresamos rumbo a Nairobi; ahí dormimos y después proseguimos hacia Mombasa. A Monseñor le gustaba mucho manejar, así que él se fue manejando casi todo el camino de 6 horas hasta Mombasa. Ahí nos pasamos 3 días encantados de la vida, alquilamos un cuarto para él y otro para nosotros dos: Gildardo y yo. En el cuarto brindamos y luego bajamos a cenar. Nos dijo: ‘No nos van a dejar entrar sin corbata’. -‘Ay Monseñor, ¡estamos en el mar! Pero dijo: ‘Yo conozco a estos de costumbres inglesas’. Efectivamente, en la puerta nos detuvieron. Regresamos al cuarto, todos nos pusimos el alzacuello y él con su cuello morado de Obispo; volvimos al restaurante; la persona que no nos había recibido se fue de espaldas y nos ofreció una bebida de desagravio. La pasamos muy bien.

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Otro recuerdo de él es que cuando venía a Roma a visitarnos, donde estábamos estudiando, nos sacaba a lugares no muy elegantes, tampoco extravagantes, pero sí lugares a los que no hubiéramos podido entrar por el costo; entonces nos decía que pidiéramos cosas buenas pues añadía: ‘At least, once in your life time’ (al menos una vez en la vida). Así lo mismo en Mombasa, nos hizo que pidiéramos langosta y que estuviéramos muy contentos.

Al día siguiente emprendimos un viaje hacia el norte, cerca de Mombasa, en Kilifi, donde teníamos que pasar el río por una panga. Ahí le tomé unas fotos; él tomó unas fotos de las chicas de la tribu Guirama.

Al día siguiente regresamos a Nairobi. De allí, él emprendió su viaje al Oriente, lleno siempre de jovialidad, de buen humor y de buena salud.

El 11 de mayo de 1967, Monseñor Escalante, desde Roma, escribió a su secretaria en México, Martha López Cuanca: “Mucho viaje, fiestas, banquetes, amigos, etc. y poco tiempo para escribir. Necesito secretaria.

Algunos señores quieren tarjetas durante mi viaje y no tengo sus direcciones. Éstos son Phil Kahan, Harry Quayle, Pedro del Villar, Serapión Fernández, etc.

Mañana audiencia con Su Santidad (Paulo VI). Posiblemente terminen las juntas. Sábado golf. Domingo en la noche a Etiopía. Manda al Padre Ríos unas correcciones del itinerario del viaje hecho mal en México.

Durante todo el viaje he tenido magnífico tiempo aún en Londres. Aquí en Roma con mi hermana Betty y Silas y mi sobrino el Doctor, quien compró muy bonito coche.

Saludos a tus papás y hermanos. Work hard (trabaja duro). Manda direcciones a Nairobi. Te bendice. +A. Escalante”.

En Nairobi, Monseñor Escalante recibió la contestación de su secretaria, en que le decía: “Excelencia: Me dio muchísimo gusto recibir su carta ayer en la noche y saber que se está divirtiendo.

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Adjuntas encontrará las direcciones que me pide. ¡Qué bueno que ha tenido buen tiempo en todas partes! Ojalá siga todo igual.

Aquí estuvo haciendo mucho calor pero el viernes llovió muy fuerte y al otro día refrescó. Hoy tenemos frío.

En la oficina lo extrañamos mucho y deseamos que se divierta y regrese pronto. Misi45 le manda muchos saludos. Como hay mucho trabajo, estoy ayudando (a otros escritorios).

El Padre Díaz se fue a principios de mayo a Nueva York. Primero fue a Texas para la colecta y regresando de Nueva York irá otra vez a Texas para hacer otra colecta en Burnet. Su dirección la semana próxima es: 636 Hampton Rd., El Paso, Tex., U.S.A.

Con respecto a las colectas, mandé la carta al P. Deutsch, a principios de mayo, como Ud. dijo. En dicha carta le pedimos que cubra la parroquias de Lonsdale, MN. y la de Mahtomedi, MN. Hasta la fecha no ha contestado.

Los señores Luksic, amigos del Padre Colín, le consiguieron una colecta en Cleveland, Ohio y tal vez le consigan otra.

¿Recuerda que el Cirio Pascual se lo prometió Ud. al Lic. Manuel Rueda Magro? Pues resultó que ya lo tenían dado a una bienhechora y ayer lo entregaron. Llamé al P. Ríos y me dijo que comunicara al Lic. Rueda que ya hemos apartado el Cirio Pascual del año próximo para él.

Muchas personas me han preguntado cuándo llegará Ud. a San Francisco, pero esa fecha no aparece en el itinerario que tengo aquí. Le agradecería me dijera cuándo llega y cuánto tiempo estará allá. ¿Su dirección será la de Maryknoll?

Toda mi familia le agradece sus saludos y desea que siga usted bien.Gracias por su bendición.”

45 Mercedes, sobrina de su cuñado, Silas Wright.

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Era el 29 de mayo cuando salió rumbo a Djakarta, Indonesia. Para visitar ese país, había escrito desde el 6 de abril a un amigo suyo en Hong Kong, llamado Ignatius Tan Tjin Koan, y le decía (traducción): “Estimado Ignacio: Me estoy preparando para mi viaje alrededor del mundo.

Iré a Indonesia y espero llegar a Djakarta el lunes 29 de mayo por Garuda Airlines, vuelo 895 a las 13:55 hrs.

Ya que usted es el más conocido hombre de negocios en Indonesia, le agradeceré que, por medio de su empresa ahí, pueda yo conocer un poco de Indonesia.

Por favor dígame si puede hacer algunos arreglos, tan pronto como le sea posible.Espero que todos estén bien en su casa.

Espero encontrarlo alrededor del 7 de junio ¡para ver cómo está su juego de golf !”

No hay tampoco alguna constancia de las actividades de Monseñor en ese país pero, sabiendo que sus viajes nunca eran de simple turismo, sino de conocimiento de la Iglesia Universal, viviente en cada lugar, con razón podemos pensar que, por ser Director de la Propagación de la Fe en México, y Presidente de la Comisión de Misiones del Episcopado Mexicano; miembro de la Comisión Postconciliar de Misiones y Superior General de los Misioneros de Guadalupe, ambas obras de nivel mundial, tenía sumo interés en conocer Indonesia.

Lamentablemente, sólo sabemos que en Djakarta, se sintió muy mal y tuvo que consultar un médico. El diagnóstico fue erróneo, pues la medicina no dio resultado, como se verá luego.

Estuvo en Djakarta una semana.

En junio de 1967, Monseñor Escalante escribió a ‘Coco’46, poco antes de llegar a Hong Kong: “Querido Coco: Después de Roma visité Khartoun (Sudán), Addis-Abeba (Etiopía). El Emperador me recibió una tarde.

46 Dr. Alonso Peón Escalante: su sobrino, hijo de Alicia, la hermana de Monseñor Escalante.

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Estuve dos semanas en África, especialmente en nuestra misión. Tenemos un pequeño hospital de maternidad, pero no hay un doctor en 25 millas a la redonda. Qué te parece que vayas allá por un período de tres años, ¡con sueldo, casa y comida!

Hice escala en Bombay, Bangkok y Singapur. Después de una noche en Djakarta, vine a Bali, donde este hotel equivale al hotel Hilton en Roma. Lo único (diferente) es que no hay nadie aquí, probablemente 30 huéspedes para 300 habitaciones.

Los nativos son interesantes. Ví al Obispo, su seminario, etc. Regresaré a Djakarta para ver al embajador de México (General Plutarco Albarrán López) quien tiene a su hijo con nosotros, al Nuncio y a otros.

Mis mejores saludos para la Sra. Evans, De la Vega y los demás. Lo mejor para ti. Tío Obis.”

Llegó a Hong Kong el 6 de junio y se hospedó en el Ambassador Hotel, donde había reservado habitación desde el 6 de abril y desde México, en carta al gerente Harry Rindler.

La Hermana Doctora Thomas Ann Fitzmaurice, MM47 escribió el siguiente REPORTE MÉDICO SOBRE EL OBISPO ESCALANTE: “Su Excelencia llegó a Hong Kong el 6 de junio y me llamó aquí al hospital y se refirió a sí mismo como mi ‘paciente anual’. Había estado aquí el último año y durante su viaje de visita pidió ayuda médica.

Es un hecho que el 1° de agosto de 1966, Monseñor Escalante escribió al Excmo. Sr. John W. Comber, MM: “Recibí su carta del 26 de julio. Es verdad que tuve algunos problemas durante el viaje con mi vesícula. Fui a ver a la Hermana Thomas Ann que es una muy buena doctora y tiene muy buena reputación en Hong Kong. Me dijo que tengo que hacerme un examen cuando regrese a los Estados Unidos. Espero hacer esto a finales del mes, cuando visite Boston. Entiendo que la Hermana Thomas Ann (Fitzmaurice, MM) ya ha operado a varias personas en Hong Kong, incluyendo al Padre McKiernan.47 Misionera de Maryknoll, que dirigía el hospital de su comunidad en esa ciudad.

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Estos días estamos orando por el Capítulo. Espero que todo vaya bien y que haya muy buenos resultados de él para las Misiones y para la Iglesia en general.”

Continúa la Hna. Fitzmaurice: “Ahora, de nuevo, estaba en Hong Kong este año. Sólo que dijo que se sentía bastante mal, debido a la cena a la que había asistido en Indonesia tres días antes. Había desarrollado una gastroenteritis severa y había visto un doctor en Indonesia antes de venir a Hong Kong. Pero, a pesar del tratamiento, aún se sentía muy enfermo. Dijo que quería ir de compras y después iría al hospital, a primera hora de la siguiente mañana (tan débil estaba que no pudo hacer las compras). Cuando él llegó al hospital, el 7 de junio, estaba muy enfermo, fiebre de 103.6° Fahrenheit (39.4° centígrados) y aún vomitando, con un poco de diarrea.

Se inició de inmediato el tratamiento para lo que yo pensé que era sólo una hepatitis aguda, ya que él estaba ictérico. Cuando dijo que no había recibido anteriormente vacunas de tifoidea, inmediatamente efectuamos amplísimos exámenes y resultaron positivos. Durante la primera semana parecía que él estaba respondiendo a los medicamentos pero después, de repente, volvió a estar muy intoxicado, la fiebre llegó a 105.6° Fahrenheit (40.9° centígrados) y desarrolló un shock septicémico. Un manejo médico vigoroso controló su presión de sangre y en cuatro días había superado esta crisis, sin embargo, para ese tiempo, había desarrollado otras dos complicaciones de la fiebre tifoidea: sangrado, para lo cual recibió transfusiones de sangre y, después, tromboflebitis y celulitis que se convirtieron en la sepsis avasalladora que, a pesar de todos los antibióticos, lo llevaron a su Creador.”

Monseñor Escalante llegó a Djakarta el 29 de mayo. Se sintió mal, vió médico cuyo diagnóstico fue erróneo. Monseñor llegó a Hong Kong el 6 de junio. Ya había transcurrido una semana completa sin la atención debida. Del 7 al 21 de junio transcurrieron las dos semanas críticas. Los esfuerzos del Hospital de las Hnas. de Maryknoll, aún siendo excelentes, no salvaron su vida.

El P. Thomas O’Rourke hizo este comentario: (Monseñor Escalante) “había comenzado a evitar las vacunas ordinarias, obligatorias y aconsejadas, para

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los viajeros internacionales. Él conseguía los certificados sin recibir las vacunas. Fue una especie de ruleta rusa y perdió en Hong Kong.”

Continúa diciendo la Hna. Fitzmaurice: “Él pasó por todo esto, (su enfermedad) de forma alegre, como paciente muy cooperativo, edificante para nuestras Hermanas enfermeras y para los laicos chinos que tuvieron el privilegio de cuidarlo.

Él aceptó la Voluntad de Dios amablemente. Le dio mucho gusto recibir carta de su padre y hablaba a menudo, y en forma agradecida, de su amado Instituto Mexicano.Se sentía feliz y agradecido por cualquier cosa pequeña que se hiciera por él.

De nuevo, digo, me siento privilegiada por haber tenido la bendición muy especial de su amistad y de haber compartido con él sus últimos días.

Los caminos de Dios son extraños a nuestros ojos, pero Él debe haber tenido una razón especial para que haya sido nuestro hospital en Hong Kong, el escenario de los últimos días de su amado hijo - de ustedes y nuestro - el Obispo Escalante.”

REPORTE DEL R.P. ALBERT J. NEVINS, M.M.: “EL OBISPO ALONSO M. ESCALANTE FALLECE EN HONG KONG A LA EDAD DE 60 AÑOS.

Hong Kong (miércoles 21 de junio) - El Excmo. y Rvmo. Alonso M. Escalante, MM, un misionero de Maryknoll que se convirtió en el primer Director del Instituto Mexicano para las Misiones Extranjeras, falleció aquí esta mañana en el Hospital de las Hermanas de Maryknoll. Tenía 60 años de edad.

El Obispo Escalante se encontraba en el Oriente de visita a las misiones de su Instituto en Corea y Japón, cuando le sobrevino una infección de tifoidea. Recibió la extremaunción la semana pasada.

Doce Padres de Maryknoll estaban con el prelado mexicano a la hora de su muerte, a las 7:50 a.m. Él había solicitado poco antes de su muerte, que se celebrara una Misa

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de difuntos en Maryknoll, N.Y. donde recibió la Ordenación Sacerdotal en 1931, para la Sociedad Católica de Misiones Extranjeras de América, y que el sepelio fuese en la ciudad de México, donde se encontraba la Casa Central del Instituto de Misiones Extranjeras.

Nació en Mérida, Yucatán, el 24 de diciembre de 1906. Posteriormente, el Obispo Escalante se convirtió en ciudadano americano naturalizado. Se educó tanto en México como en los Estados Unidos.

Ingresó a Maryknoll en 1920 y recibió la Ordenación Sacerdotal en 1931. Trabajó en Manchuria como misionero hasta la Segunda Guerra Mundial y después pasó dos años como Director Espiritual del Seminario Maryknoll, en Maryknoll, N.Y.

En 1942 fue asignado a las recientemente abiertas misiones en Bolivia y fue Superior de la vanguardia de Maryknoll en la región Pando de ese país.

En 1943 fue nombrado por la Santa Sede Vicario Apostólico de Pando y Obispo Titular de Sora. Su consagración episcopal tuvo lugar el 9 de mayo de 1943 en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de México.

El servicio del Obispo Escalante a la Iglesia de Bolivia continuó hasta 1948 cuando fue nombrado por el Papa Pío XII, como el primer superior del Instituto Mexicano para las Misiones Extranjeras. La selección Papal del Obispo Escalante se hizo a petición de la Jerarquía Mexicana de la Iglesia Católica Romana.

El Obispo Escalante continuó sirviendo como Director del Instituto Mexicano para las Misiones Extranjeras hasta su muerte en Hong Kong donde se había detenido para visitar a sus compañeros de Maryknoll, de paso para ver en Japón y Corea a sus Misioneros de Guadalupe.

Cuando los análisis de laboratorio mostraron que Monseñor Escalante habíacontraídolainfeccióndelasalmonelayseguíaconlafiebrealtade la tifoidea, las Hermanas de Maryknoll llamaron por teléfono al P. Rodolfo Navarro, que era el Superior de los Misioneros de Guadalupe en Corea. El Padre viajó inmediatamente a Hong Kong. Se hospedó en la

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parroquia de Saint Patrick cuyo párroco era el P. John D. Moore, M.M. El P. Rodolfo estuvo al lado de Monseñor Escalante, especialmente en los momentos en que el enfermo estaba consciente. Recibió de él su última voluntad: “Continúen siendo buenos Misioneros de Guadalupe”.

Funeral en Hong Kong

Los Padres de Maryknoll, y principalmente el P. Moore, organizaron el funeral en la catedral de Hong Kong. El cuerpo de Monseñor tuvo que ser embalsamado para cumplir con su voluntad de ser llevado a Maryknoll, Nueva York, para tener allá otro funeral y en seguida ser traído a México.

Traducción del sermón predicado por el P. James F. Smith en la misa funeral de cuerpo presente celebrada en la catedral de Hong Kong en sufragio del Excmo. Sr. Alonso M. Escalante, M.M., D.D.- Diciembre 24, 1906 - Junio 21, 1967.

“Deseo agradecer a todos ustedes, a nombre de los Padres de Maryknoll por su amabilidad en venir aquí el día de hoy, para acompañarnos a pagar nuestros últimos respetos a un hermano Maryknoll, el Obispo Alonso M. Escalante.

No es costumbre pronunciar elegías en los funerales de los Padres de Maryknoll, ni es costumbre tampoco predicarlas en los funerales de sacerdotes y religiosas que fallecen en Hong Kong. Sin duda, la razón principal es que de entre la familia religiosa de los fallecidos, o aquellos que trabajaban hombro con hombro con ellos en el campo de las misiones, se sabe tanto de la persona, de sus palabras, de sus obras, que el hablar de ellas en una elegía, es una redundancia innecesaria.

Sin embargo, en este caso no estamos hablando de alguien que es conocido en la familia religiosa de Hong Kong: de hecho, algunos de los Padres y Hermanas de Maryknoll que se encuentran aquí el día de hoy pueden haber sabido del Obispo sólo por su reputación, ya que él no laboró en esta parte de la viña del Señor. La tristeza natural que acompaña a la muerte se enfatiza en este caso, por el hecho de que la muerte tuvo lugar a miles de millas del escenario de su trabajo apostólico: -él sólo iba

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de paso por Hong Kong, de regreso a México, después de una visita a Roma donde, como miembro del Comité Ejecutivo de la Obra de la Propagación de la Fe, había hecho su visita anual para colaborar en recabar fondos de todo el mundo y enviarlos a Roma para ser distribuidos a las misiones más necesitadas del mundo.

En algún lugar, durante su trayecto, el Obispo Escalante pescó la mortal bacteria de la fiebre tifoidea. Él llegó a Hong Kong el sábado 6 de junio, sintiéndose tan mal que, casi inmediatamente, se fue al Hospital de las Madres de Maryknoll en Wong Tai Sin, donde se descubrió que sufría de la más virulenta forma de esta fiebre, y se comenzó de inmediato el tratamiento, en un esfuerzo por salvarle la vida. Es apropiado, en este momento, expresar mis más profundas y sinceras gracias de todos los sacerdotes de Maryknoll que estamos en Hong Kong, por el cuidado devoto e incondicional que las Hermanas de Maryknoll y las enfermeras le dieron a nuestro hermano en el hospital. Sin la dedicada atención y cuidado, durante las 24 horas de cada día, que él recibió, nunca hubiese podido hacer frente al mortal avance de la enfermedad, en forma tan prolongada como lo hizo. Su propia determinación férrea de luchar hasta el final, asistida por cuidados tan excelentes, le ayudaron a superar una tras otra crisis mortal. Durante sus 15 días en el hospital, por lo menos seis veces fuimos informados que estaba a punto de morir; pero fortificado por los Sacramentos y confortado por tal cuidado cariñoso, su fuerte constitución lo hizo salir adelante.

Pero la mañana del 21 de junio pasó por la batalla final. Para la docena de Padres de Maryknoll, a quienes les fue posible llegar al lado de su cama a esa temprana hora de la mañana, así como a toda la comunidad de Hermanas de Maryknoll del hospital que se habían reunido en el cuarto para rezar por él, era claro que ésta era una aceptación consciente y tranquila de la Voluntad Divina. Les pareció a todos ellos como si hubiera una línea directa de comunicación entre el Autor de la Vida y la Muerte, y un alma cuya presencia era requerida en el Eterno Trono de Dios. Este mensaje fue recibido en forma obediente y respetuosa, y el guerrero tranquilamente entregó su escudo – no vencido en la batalla, ¡sino llamado a casa para la bienvenida de un héroe!

El final vino tan suavemente como la caída de la pluma de un ave sobre la tierra, y bellamente sincronizado con las mudas oraciones por los moribundos, porque conforme las últimas palabras de las bellas oraciones dejaron los labios de los sacerdotes, el

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moribundo Obispo agregó su propio ‘Amén’ con su último aliento. (Eran las 7:50 de la mañana)

Una descripción de la vida del Obispo Escalante es una elegía suficiente en sí misma. Nació en Yucatán, México, hace 60 años, pero la persecución de la Iglesia en sus años de infancia hizo que su familia emigrara a los Estados Unidos. Finalmente ingresó al Seminario Maryknoll y fue ordenado sacerdote en 1931. Su primera misión fue la Misión de Maryknoll en Fushun, Manchuria, donde trabajó hasta que comenzó la Guerra Japonesa, tiempo en el cual fue internado, y finalmente repatriado a los Estados Unidos. Incapaz de regresar al Lejano Oriente; él, junto con algunos otros sacerdotes en el exilio de sus misiones, fue enviado a Sudamérica donde una carencia de sacerdotes, por cientos de años, había dejado a la Iglesia en condición sumamente débil y peligrosa. De entre las nuevas misiones tomadas por Maryknoll en Sudamérica, había un área difícil de Bolivia llamada Pando. Fue ahí donde el Padre Escalante, y el pequeño grupo que estaba con él, hicieron su ataque contra la ignorancia y la superstición que se había vuelto parte de las vidas de la gente. Se hizo tal progreso, sin embargo, que la Santa Sede, después de algún tiempo, elevó el área al estado de Vicariato Apostólico, y nombró al Padre Escalante Obispo Titular de Sora, y Vicario Apostólico de Pando.

En Pando había trabajo de por vida para el recién consagrado Obispo y sus compañeros sacerdotes, pero, bajo la Providencia de Dios, el Obispo Escalante no permanecería ahí. Durante algunos años, los Obispos de México habían determinado establecer un Instituto Nacional de Misiones Extranjeras para México, basados en el patrón general de Maryknoll, que es el Instituto Católico de Misiones Extranjeras en los Estados Unidos. La Comisión Episcopal pidió ayuda a Maryknoll para esta tarea, y el escogido fue el Obispo Escalante, una selección natural para el cargo, porque él conocía el idioma español y sus muchos años de experiencia misionera en el patrón de misiones extranjeras de Maryknoll.

Hubo que hacer muchos planes y trabajo duro para conseguir que el nuevo Instituto de Misiones comenzara, pero Dios recompensó los esfuerzos del Obispo y en 1949 los Obispos de México fundaron, formalmente, el Instituto de Nuestra Señora de Guadalupe para las Misiones Extranjeras, cuyos sacerdotes son comúnmente llamados los ‘Misioneros de Guadalupe’. El Instituto fue un éxito instantáneo, y

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en el corto lapso de sólo tres años recibió el Decreto de Aprobación de Roma. En el curso del tiempo, y debido al trabajo constante y sin descanso del Obispo Escalante al buscar vocaciones y apoyo para el nuevo Instituto, éste ha tenido un maravilloso crecimiento. Hoy en día, los sacerdotes de este Instituto tienen misiones en áreas tan remotas como Japón, Corea y África. El Obispo Escalante no fue sólo el fundador del nuevo Instituto, sino que fue escogido para ser su primer Superior General. Él tuvo este cargo, así como el de Director Nacional de la Obra para la Propagación de la Fe en México, hasta el presente; de hecho, él se encontraba haciendo una visita a los miembros de su Instituto, a su regreso de Roma; su próxima escala después de dejar Hong Kong iba a ser Corea, donde 12 sacerdotes del Instituto esperaban su visita con gran emoción (para celebrar sus sesenta años de edad). Desde ahí, tenía pensado visitar a sus sacerdotes en Japón antes de regresar a México, pero eso no estaba dentro del Plan de Dios, como sabemos ahora.

En nuestras oraciones, frecuentemente nos referimos a nosotros mismos, como ‘en exilio’ aquí en esta tierra, en el sentido de que estamos separados de nuestro verdadero hogar, que es el Cielo. La vida del Obispo Escalante ha sido un ‘exilio’ en el verdadero y literal sentido de la palabra: de niño fue exiliado por la persecución contra la Iglesia de su tierra nativa; la guerra lo exilió de la misión de Manchuria a la cual había dedicado su vida; la obediencia a la Santa Sede lo llevó lejos de Pando, donde se había convertido en Pastor consagrado. Aún en muerte él está en el exilio, separado del lugar de su trabajo y de su más cercana relación con casi medio mundo.

Por fin, el término de su exilio ha llegado: ha regresado ya a su hogar verdadero y eterno. Él ya se presentó ante el Trono de la Justicia Suprema con el Libro de la Vida abierto en sus manos. Creemos que sólo hubo un veredicto del Juez Divino, conforme leía su vida de trabajo como hermano-sacerdote, ahora ante el portal de su verdadero hogar: ‘Vengan, benditos de mi Padre, reciban la recompensa que ha sido preparada para ustedes, desde el principio del mundo’.”

Elcertificadodedefunción,expedidoporelDepartamentodelRegistroGeneral de Hong Kong, dice claramente que el Obispo Alonso Escalante,Mexicano,murióporfiebretifoidea,el21dejuniode1967a la edad de 60 años, en el Maryknoll Hospital.

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También el Consulado General de Estados Unidos en Hong Kong expidióelcertificadodedefuncióndeunciudadanoamericano;recogióel pasaporte de Mons. Escalante y dio el permiso para la transportación, del cuerpo del Obispo, a Nueva York, el 23 de junio de 1967.

Las Hermanas de Maryknoll entregaron al P. Navarro las pertenencias que Monseñor había traído en su viaje: una maleta y un velís, documentos, una chequera, poco dinero en efectivo, ropa de emergencia (que él mismo lavaba, que secaba rápidamente, que no necesitaba plancharse y que él usaba para aligerar el equipaje y economizar gastos), su breviario, sus vestiduras de Obispo, dos cruces pectorales, dos anillos, (el P. Navarro dejó, a las Hnas. de Maryknoll, una cruz y un anillo, pero ellas devolvieron esto pues pensaron que debía ser herencia para los Misioneros de Guadalupe); venía, dentro de la maleta, también una botella casi llena de whiskey Johny Walker, etiqueta roja (Monseñor tomaba aperitivo solamente fuera del Seminario).

El P. Rodolfo Navarro habló por teléfono con el P. Alejandro Ríos, entonces Vicario General, para comunicar la triste noticia de la muerte del Superior General del Instituto. El P. Ríos habló a las Misiones de Japón y Kenia. La noticia pasó de Japón a Corea.

Esperanzas fallidas

Grande fue la sorpresa para el Arzobispo de Koangllu, Corea, que abrigaba la esperanza de que Monseñor sobreviviera al ataque de hepatitis, noticia errónea debida al primer diagnóstico sin los análisis necesarios. Por eso había escrito al P. Navarro que ya estaba en Hong Kong el 18 de junio: “Acabo de recibir una llamada telefónica de Seúl en la que me dijeron que el Obispo Escalante está mejorando. ¡Nuestras oraciones en Koangllu son realmente efectivas!

El día que Ud. se fue envié una solicitud a todos los Padres, a hombres y mujeres Religiosos y a los fieles para que ofrecieran oraciones por él. Yo ofrecí la Misa por él, un día después de que Ud. partió; muchos sacerdotes también ofrecieron Misas.

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Hoy envié cuatro copias de una garantía para apoyo a la Nunciatura Apostólica para la aprobación y notarización. Envié la carta por entrega inmediata, pidiendo que las copias notarizadas le fueran enviadas a usted, directamente de Seúl… para ahorrar tiempo. Usted deberá recibirlas junto con esta carta.

También pedí a la Nunciatura Apostólica que contactara al Ministerio de Relaciones Exteriores aquí, para informarle al Cónsul ROK en Corea que le entregue a Ud. su visa de entrada de inmediato. Espero que mis esfuerzos tengan éxito.

Por favor dígale al Obispo Escalante que cuando pueda viajar, es bienvenido para permanecer por uno o dos meses en el Hospital St. Columban en Mokpo. Sé que él tendrá que tener, por lo menos, dos a tres meses de reposo con la hepatitis. Si a él no le gusta Hong Kong, le daremos una habitación en Mokpo con aire acondicionado. El cuidado médico que tendrá ahí, también será bueno.

Le envié un cablegrama al Obispo Escalante, dirigido al Obispo Bianchi. ¿No sabe usted si lo recibió? Si no, checaré si está en la casa del Obispo.

Siga usted sonriendo y gracias a Dios que el buen Obispo está saliendo tan bien; por lo menos, ése es el reporte que recibí hoy. Devotamente en Cristo. PD.- Y mis mejores deseos y oraciones por el buen Obispo, por una completa recuperación.”

El 20 de junio de 1967, el P. Antonio Valdés escribió al P. Rodolfo Navarro: “Hemos estado por aquí con el pendiente de la enfermedad de Monseñor, ayer tratamos de comunicarnos con Ud. por teléfono pero no nos fue posible. Esperamos que, cuanto antes, nos ponga una nota para saber algo. Dios quiera que no sea algo serio.”

Lamentablemente, el Obispo Escalante murió a los tres días de la carta del Obispo Henry, que habría de morir nueve años después.

La inesperada noticia de la muerte causó consternación en los Misioneros de Guadalupe, en sus familiares y en sus innumerables amigos tanto de Estados Unidos como de México.

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El cadáver de Monseñor Escalante fue llevado por el P. Rodolfo Navarro en avión a Nueva York. En Maryknoll se reunieron el P. Colín, que recibió la noticia en Chicago, y el P. Rodríguez que la recibió en Kenia.

Funeral en Maryknoll, Nueva York

El 24 de junio se celebró la Misa de Réquiem, de cuerpo presente, en la Capilla del Seminario Mayor de Maryknoll.

Presidió la Misa el Obispo John W. Comber, compañero de clase de Mons. Escalante. Estuvieron presentes el P. McCormak, Superior General de Maryknoll; los Consejeros Generales; sacerdotes residentes en Maryknoll; sacerdotes diocesanos amigos de Maryknoll, entre ellos el P. Joseph Grudner de la Diócesis de Brooklyn, N.Y.; y los seminaristas de Maryknoll. La oración fúnebre fue predicada por un Padre de Maryknoll. Asistieron también su hermano Emilio Escalante con su esposa, Colombina; Francisco Scanlan y su esposa Miriam., muy amigos de la familia Escalante.

Traslado de su cuerpo a México

Al terminar este funeral se procedió a llevar el féretro al aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York para traerlo a México Los Padres Rodolfo Navarro, Emerenciano Rodríguez y Ricardo Colín venían en los asientos para los pasajeros y la caja con el cuerpo de Mons. Escalante en la bodega del avión. Era el vuelo 401 de Aeronaves de México.

Al llegar al aeropuerto de la ciudad de México, el avión se detuvo frente a una puerta especial para facilitar todos los trámites de inmigración y aduana. Esperaban al pie de la escalera, las autoridades eclesiásticas y civiles, Don Alonso Escalante, papá del Obispo, sus hermanas Doña Alicia Escalante de Peón y Betty con su esposo Silas Wright; su hermano Augusto; sus amigos Carlos Cervantes, Juan Lainé, José Antonio Escandón, Enrique Delgado, Harry Steel, Alexis Rovzar y muchos otros.

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A la bajada del féretro, un grupo de señores lo llevaron hasta la carroza que,escoltadaporoficialesdelaDireccióndeTránsito,lollevóhastael Seminario deMisiones enTlalpan. Le seguía una filamuy largade automóviles en que iban las personas que lo habían recibido en el aeropuerto. Eran las once de la noche del martes 27 de junio de 1967.

En el Seminario también esperaba la hermana del Obispo, Doña Lucía Escalante Vda. de Peón, acompañada de sus hijos. Una gran multitud de sacerdotes y religiosas también esperaba en los jardines del Seminario. Los seminaristas hacían valla hasta la entrada de la capilla.

Al llegar el cortejo, los Padres Misioneros de Guadalupe llevaron en hombros el ataúd que contenía el cuerpo de Monseñor, desde el estacionamiento hasta colocarlo frente al altar de la capilla. El coro entonó el Salmo 129 “De profundis” (Desde lo profundo clamé a ti, Señor) y, en seguida, los Misioneros de Guadalupe presentes concelebraron una Misa. Al terminar ésta se continuó la guardia de los seminaristas que, por turnos, velaron el ataúd durante dos días y tres noches.

Funeral en la Catedral de México

El miércoles 28, mientras en el Seminario se celebraban Misas ante el cuerpo presente, en la Catedral Metropolitana se ofreció una solemne Misa concelebrada que presidió el Arzobispo Primado de México, Don Miguel Darío Miranda, acompañado por obispos y sacerdotes. La Oración Fúnebre estuvo a cargo del Arzobispo de Puebla, Don Octaviano Márquez, Presidente de la Conferencia Episcopal. Refiriéndose aMons. Escalante dijo: “Para los que aquí quedamos, es el vacío de su ausencia, la tristeza de su separación. Pero estamos iluminados por la Fe. Por eso creemos que, para él, ha llegado la plenitud de la vida en la gloria inmortal. Terminado el curso de su carrera terrestre, ha entrado ya en la eternidad de la vida feliz. Habrá recibido ya, así lo esperamos, la corona inmarcesible, que Dios ha prometido en la Patria celeste. De Monseñor habló sobre su vocación de cristiano, de sacerdote, de misionero, de obispo. Y enseguida dijo: “Permítasenos otro recuerdo: Era una mañana luminosa de Roma. Estábamos en pleno Concilio

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Ecuménico. En la gran Basílica Vaticana, junto al Altar de la Confesión de San Pedro, con su firmísima adhesión al Papa, Monseñor Escalante había llevado a Roma a los primeros Misioneros de Guadalupe que marchaban al África. Ahí, sobre la tumba del primer Papa y Príncipe de los Apóstoles, sobre esa roca inconmovible de Fe, de Verdad y Amor, Monseñor Escalante solicitaba del Emmo. Cardenal Prefecto de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, una bendición especial para estos heraldos del Evangelio, mexicanos y guadalupanos, que marchaban a las misiones africanas. Lo vimos sonreír de gozo, de íntima felicidad. Su vocación de Sacerdote, de Misionero y de Obispo encontraba nuevas y más amplias realizaciones.

Terminó su oración con estas palabras: “Oremos, pues, con todo el fervor de nuestro corazón y, llenos de fe y esperanza, repitamos: Señor, a tu siervo Alonso, Obispo y Misionero, dale cuanto antes el descanso eterno de la gloria, de la vida inmortal, y la luz perpetua luzca por siempre para él. ¡Así sea!”

Exequias en el Seminario de Misiones

El diario “Excélsior” relató los sucesos que ocurrieron en el Seminario de Misiones los días 28, 29 y 30 de junio, es decir, miércoles, jueves y viernes, en que el cuerpo de Monseñor fue velado: “Los Misioneros de Guadalupe y el clero mexicano empezaron a rendir postrer homenaje, en la capilla del Seminario de Misiones Extranjeras de México, al Obispo Titular de Sora, Monseñor Alonso Escalante Escalante.

En la capilla del Seminario, ante un altar sencillo, son los oficios. Y en el centro de la capilla al fondo, un enorme mural de 20 metros de alto, con un Cristo gigantesco, al frente del altar un ataúd dorado, sin ornamentos, que guarda el cadáver embalsamado del que fue gran misionero.

Centenares de visitantes, diplomáticos europeos y latinoamericanos, principalmente; dirigentes de Acción Católica, religiosos, monjas, seminaristas, acuden al lugar.

En torno al féretro, una guardia permanente de seis seminaristas. Hay allí decenas de ofrendas florales, entre las cuales destaca una de la colonia china en México, en forma de cruz.

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En la rectoría del Seminario se han recibido centenares de telegramas de diversas partes del mundo. Uno de ellos fue enviado por el Cardenal Agagianian, director mundial de la Propagación de la Fe, de la cual depende el Seminario.

Hoy continuarán las guardias y las concelebraciones; las primeras, igual que ayer, ininterrumpidamente, y el número de misas aumentará, ya que se oficiarán desde las 8 de la mañana hasta las 20 horas.

Cada guardia dura de 20 a 30 minutos. Los seminaristas, con atuendos negros y sotana, permanecen silenciosos, inmutables, ante el féretro dorado instalado en mitad de la capilla del Seminario de Misiones Extranjeras de México. A la entrada de la capilla, un enorme moño negro indica que en el sitio ha sido instalada una capilla ardiente.

Dentro, en el altar, sobre la sede que solía ocupar Monseñor Escalante, están su mitra y su báculo, símbolos de su dignidad eclesiástica.

En ese sitio solía meditar Monseñor Escalante, cuyo carácter afable, sencillo, revelaba la gran calidad humana que lo distinguió como persona.

En ese sitio siempre ha habido silencio. Y ahora, ningún ruido penetra del exterior. El silencio, adentro y afuera, es imponente.En la cabecera del ataúd, un cirio grueso, sin adornos: es el cirio pascual.

El lugar está iluminado. Por los vitrales penetra la luz. Se recuerda, entre los sacerdotes del Seminario, que Monseñor Escalante había querido que el sitio estuviese siempre, según sus propias palabras, ‘ocupado por el sol’.

Por la noche, las guardias -no las Misas, la última de las cuales se ofició a las 20 horas- continuaron sin interrupción, hasta la madrugada”.

Impresionante demostración de luto en el sepelio de Monseñor Escalante, el 1° de Julio.

Fausto Hernández Ponte escribió en el “Excélsior”: “MISA DE CUERPO PRESENTE. A las 10 horas se inició, en la capilla del Seminario de Misiones

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Extranjeras de México -en Insurgentes Sur, a la altura de Tlalpan-, una misa concelebrada que presidió el Delegado Apostólico, Monseñor Luigi Raimondi.

Al oficio asistieron unas dos mil personas, entre religiosos, dirigentes laicos, estudiantes, diplomáticos -los representantes de las embajadas de China, Bélgica y otras-, industriales y hombres y mujeres de condición humilde.

Raimondi y los diáconos Arturo Velasco y Ricardo Acosta dieron la comunión a unos 600 fieles, los cuales desfilaron a los lados del ataúd dorado con los restos del Obispo Titular de Sora, Monseñor Escalante.

El ataúd estaba en el centro de la capilla, sobre un catafalco cubierto con un paño rojo. Encima del féretro, la mitra del obispo y su báculo áureo.

Seis enormes cirios ardiendo habían sido colocados a ambos lados del féretro. Y en la cabecera, otro más, con ornamentos rojos (el cirio pascual).

Una atmósfera de solemnidad -aunque no de tristeza- dominaba en el recinto religioso. El Delegado Apostólico vestía un atuendo morado y sus concelebrantes, un traje talar con una línea roja en la parte superior.

La misa, que era de cuerpo presente, se ofició según las reformas litúrgicas decretadas por el Concilio. Más que una expresión de duelo, fue una actitud de alegría: El difunto -cuyo cuerpo sería más tarde absorbido por la tierra, de la que surgió- estaba ya junto a Dios, gozando su gloria.

Durante el desarrollo del oficio, decenas de personas continuaron llegando al Seminario de Misiones Extranjeras, a cuya capilla se tiene acceso a través de un camino que atraviesa bellísimos prados con manchones de florecillas blancas.

Decenas de automóviles -nueve autobuses- estaban estacionados en el patio del Seminario y en las calles adyacentes. A la entrada del edificio, varios seminaristas y religiosos atendían al visitante y entregaban explicaciones impresas acerca de los ritos.En la misa no hubo sermón, sino una oración fúnebre -25 minutos de alocución- de

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Monseñor Rafael Vázquez Corona y, al concluir, los responsos, con el coro, los fieles y los concelebrantes. El propio Delegado Apostólico cantó dirigiendo la feligresía.

UN HOMBRE ALEGRE

Concelebraron con el Delegado Apostólico, el Arzobispo de Puebla y los Misioneros de Guadalupe Esteban Martínez, Emerenciano Rodríguez, Rodolfo Navarro -que viajaron, respectivamente, desde Japón, Kenia y Corea-; el P. Benjamín Bravo, rector del Seminario de Misiones, el P. Alejandro Ríos, Vicario General de los Misioneros de Guadalupe; el rector de los Jesuitas, Enrique Portilla; el rector del Seminario Conciliar de México, José Álvarez Barrón y el sacerdote comboniano, Monseñor Dante. Atrás del altar, obispos y otros dignatarios de diversas regiones del país.

De ese grupo surgió Monseñor Vázquez Corona, quien caminó hasta un lado del altar y dijo la oración fúnebre.

‘Hace 35 años’, recordó, ‘Monseñor Escalante llegaba a China para dar a los hombres de ahí la presencia de Cristo. De allá ha regresado ahora en la plenitud de la caridad de Cristo’.

Habló el orador de la fisonomía espiritual del Obispo de Sora, la cual definió con esta frase: ‘Fue hombre de alegría, de sencillez, de laboriosidad y naturalidad, inclusive frente a lo sobrenatural’.

Añadió que esa ‘incansable laboriosidad’ no fue detenida ni por las distancias ni por las enfermedades, pues hasta su muerte continuó con el mismo afán y su mismo sentido pastoral por transmitir el mensaje cristiano.

‘Tenía’, dijo Vázquez Corona, ‘una visión natural; pero siempre lleno de lo sobrenatural. Poseía además una equilibrada visión de la realidad, un sentido objetivo, sin extralimitaciones, que le permitió guardar la proporción justa de las cosas entre la prudencia y la medida de la caridad’.

Se refirió el orador a la gran confianza que Monseñor Escalante supo inspirar en sus misioneros, de tal suerte que, ausente él, éstos podían seguir sus directivas con suma fidelidad.

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IMPRESIONANTE CORTEJO FÚNEBRE

La Misa concluyó a las 11:35 horas. En ese instante, el público empezó a abandonar la capilla mientras los seminaristas trasladaban el féretro a la carroza de ‘Gayosso’ que lo conduciría al cementerio.

A las 11:50 horas, la carroza salió, a desplazamiento paulatino, hacia la avenida Insurgentes. Le seguían unos 50 automóviles en los que viajaban dignatarios eclesiásticos, laicos, religiosos y jóvenes. Adelante, dos motociclistas de tránsito abrían paso al cortejo.

A las 12:15 horas, el cortejo llegó al cementerio Jardín. Esperaban allí centenares de personas, inclusive religiosos y monjas.

El féretro, llevado por seis personas, pasó por entre una valla de niños y adolescentes de las escuelas primaria, secundaria y preparatoria del Seminario de Misiones Extranjeras. Y cuando llegó al sitio donde iba a ser sepultado, el Arzobispo Primado de México, el Arzobispo de Puebla y otros dignatarios esperaban.

El Primado -que llegó con ropas de civil- se colocó ahí el atuendo religioso. Y ante el féretro -ya instalado en el sitio desde el cual iba a ser deslizado a la cripta, que está en una bóveda bajo tierra- presidió la ceremonia.

‘MONSEÑOR SPUTNIK’

Habló, primero, el joven Joaquín Peón Escalante, sobrino del Obispo Titular de Sora, con la voz trémula, quebrada por el dolor, recordó que a Monseñor Escalante se le decía (en familia) ‘Tío Obisnauta’; que entre los sacerdotes se le conocía por ‘Monseñor Sputnik’, porque viajaba mucho.

Después habló el P. Alejandro Ríos, Director del Seminario, quien agradeció los mensajes de pésame y a todos los que ayudaron a Monseñor Escalante a realizar su obra.

Precisó que su sepelio no era motivo para llorar, porque el difunto había alcanzado la gracia de Dios y ya estaba con Él.

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‘Pasó entre nosotros’, dijo, ‘como modelo de sinceridad y fidelidad de sus amigos’.

Afirmó que los Misioneros de Guadalupe continuarán la obra del Obispo de Sora.

Cuando terminó de hablar, sólo tres mujeres lloraban, mientras un sacerdote las consolaba: ‘Monseñor está en los cielos, con Dios Nuestro Señor. Alegraos por ello’.

Luego, la paraliturgia. Leyó Monseñor Miranda un fragmento del Santo Evangelio, según San Juan: ‘… Señor, ven a nuestras almas, que por ti suspiran; ven Señor’; recitaron a coro centenares de voces.

Otro coro: ‘…¿Quién subirá al Monte del Señor? El hombre de puro corazón y limpias manos’.

Las voces se elevaban, solemnes, emotivas, y rompían el silencio del lugar. Un micrófono las amplificaba y las difundía hasta grupos de fieles situados en sitios más distantes.”48

Allí, en el Panteón Jardín de la ciudad de México, terminó el último viaje de un Vagabundo de Dios que cumplió su misión de fundar el Instituto de los Misioneros de Guadalupe para difundir la fe entre los no-cristianos y promover las vocaciones nativas para establecer la Iglesia en cada lugar con sacerdotes propios.

Su cuerpo descansa ahora en la capilla dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe, en el Seminario de Misiones, que está en Tlalpan, ciudad de México, y, a un lado, en el mismo lugar están los restos de los Misioneros de Guadalupe que ya han fallecido.

48 “Excélsior”, 2 de julio de 1967.

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BIBLIOGRAFÍA

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Del Castillo, Erik, “Por qué me hice actor”.

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Archivos de Maryknoll: cartas, diarios, discursos, reportes, boletines, fotografías.

Archivo del Consejo General de los Misioneros de Guadalupe.

Archivo de Mons. Escalante acerca de la Propagación de la Fe y de San Pedro Apóstol: cartas.

Archivo del Seminario mexicano de Misiones Extranjeras.

Archivos de las Misiones de los Misioneros de Guadalupe en Japón, Corea y Kenia.

Revista Maryknoll: artículos y fotografías.

Revista Almas: artículos y fotografías.

Diario “Novedades”, “The News”, versión en inglés, 20 de enero de 1950.

Diario “Excélsior”, 28, 29, 30 de junio de 1967; domingo 2 de julio de 1967; jueves 6 de julio de 1967.

Entrevistas a Misioneros de Maryknoll.

Entrevistas a los hermanos y hermanas del Obispo Alonso M. Escalante y fotografías de la familia Escalante Escalante.

Entrevistas a amigos del Obispo Alonso M. Escalante.

Entrevistas a Padres Misioneros de Guadalupe que lo conocieron.

Entrevistas a exseminaristas.

“La vida de un misionero se puede comprar a la de un vagabundo con diferencias notable. Un vagabundo no sabe adónde va ni le importa, mientras que un misionero sí sabe adónde va y sí le importa. Aquel camina para sí mismo, éste camina para Dios. Los dos sienten la comezón de seguir caminando. Resumiendo: un vagabundo tiene la urgencia de caminar, comer y beber; un misionero tiene el mandato de caminan enseñar y bautizar. ¿Acaso no está bien que nos llamemos ‘Los Vagabundos de Dios’? ” (Pág. 71)

“El propósito de este movimiento es prepararme para abrir otra misión donde el chino y el japonés son necesarios. Así parece que mi trabajo será abrir misiones y comenzarlas… pero esto sucede en la vida temporal y adivino que no descansaremos sino hasta que lleguemos a la vida eterna.” (Pág. 122)

“Después de una consideración acompañada de oraciones y fortalecido por saber que el Santo Padre mismo, a través de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, ha deseado que se realice (el Seminario Mexicano de Misiones), sí quiero, con la ayuda de Dios, tomar esta nueva responsabilidad… Puede decirse que nuestros misioneros van a esparcir las rosas que cayeron en la colina del Tepeyac; pero con mayor razón debemos decir que van a derramar su rosácea sangre, gota a gota, en los campos misionales.” (Págs. 282 y 296 )

+ Alonso M. Escalante.

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