“Un viaje transformador” Reporte de Camilo Jiménez Santofimio para el programa del DAAD Viajes de Periodismo Especializado (2015)    Recorrer Alemania con el Pressetour 2015 del DAAD fue para mí una experiencia definitiva: tanto en mi profesión de periodista, como en mi vida personal y como habitante de una ciudad en desarrollo.  El viaje, que duró ocho días, me llevó junto a un grupo de periodistas de todo el mundo por ocho ciudades alemanas involucradas en lo que podríamos llamar una 'revolución': la transformación fundamental de la forma cómo las ciudades funcionan y, más importante aún, cómo sus habitantes viven en ellas. El proyecto, que ha sido posible gracias a una poderosa alianza entre Estado, sector privado y sociedad civil, ya lleva unos años en marcha, pero cada vez toma más forma y, sobre todo, cada vez arroja resultados más positivos y palpables.  Su finalidad no solo es la muy publicitada por el actual Gobierno Federal de reducir radicalmente las emisiones de efecto invernadero de Alemania. Es también, y sobre todo, conseguir una transformación del ser humano por el bien de la especie y del planeta. Y esto mediante el conocimiento, la ciencia, el debate público, el compromiso ciudadano y el diseño y la implementación de buenas prácticas y políticas públicas.

 Antes de volar a Alemania para reunirme con los otros integrantes del Pressetour, la imagen que tenía de una 'ciudad del futuro' era tan sofisticada como falsa. Imaginaba urbes como las de las películas futuristas: iluminadas, hipercontectadas mediante dispositivos

digitales de todo tipo, llenas de rascacielos de vidrio y metal y (¿por qué no?) invadidas incluso por vehículos voladores.   Pero aunque el concepto de 'ciudad del futuro' en Alemania abarca la posibilidad de un escenario similar, la meta no es llegar allá. La núcleo de una 'ciudad del futuro' es muy distinta.  Y esto solo me quedó claro durante el viaje. En Düsseldorf, expertos en planeación urbana me explicaron por qué el futuro de la ciudad depende de densificarse inteligentemente, con herramientas de la demografía, de la sociología y, sobre todo, mediante una labor interdisciplinaria. En la acerería ThyssenKrupp, los jefes de innovación me dejaron claro cómo la empresa privada, a través de esfuerzos en investigación y desarrollo tecnológico, pueden ayudar a una ciudad, por ejemplo, a mejorar su movilidad de manera sostenible, sin por ello afectar los intereses naturales de toda compañía de crecer y generar ingresos. En Bottrop, el director de una iniciativa de la sociedad civil me llevó por la ciudad para mostrarme cómo quiere reducir en 50 por ciento sus emisiones de CO2: con ayuda, por ejemplo, de viviendas y edificios generan energía no solo para autoabastecerse, sino incluso para convertirse en fuentes y aportar energía a la ciudad.  En el Instituto Fraunhofer, en Dortmund, aprendí cómo innovaciones en el terreno de la logística y el transporte de carga podrían normalizar la movilidad de ciudades congestionadas. En esa misma ciudad pude ver el resultado de un esfuerzo mancomunado entre la academia, el gobierno local y la empresa privada para transformar un viejo parque industrial en un pujante centro cultural, residencial y bancario. En el centro aeroespacial DLR, expertos me enseñaron las herramientas de 'big data' y los marcos teóricos que hoy les permiten medir detalladamente el comportamiento de todos los actores del tráfico en las ciudades para así diseñar soluciones y desarrollar mejores modelos de movilidad. En Berlín, finalmente, entendí qué es trabajar en comunidad en pos de propulsar a una capital hacia una futura sostenible: especialmente, cómo convencer a la ciudadanía y a la política.    

   

 Físicamente agotado, pero mentalmente estimulado como pocas veces, terminé mi viaje y volví a Colombia con la convicción de que desde el periodismo es posible aportar a generar cambios en una dirección similar a la que ha tomado Alemania. En otras palabras, mi paso por ese país de la mano del DAAD fue un viaje transformador. Ahora, soy yo quien debe ayudar a transformar a mi país: a revisar y repensar la forma como entendemos nuestras ciudades, nuestra vida en ella y, sobre todo, la manera como nos imaginamos el futuro.