Un vivero de grandes chefs

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DOMINGO, 31 ENERO 2010 VIVIR LA VANGUARDIA 5 CRISTINA JOLONCH Barcelona D esde que el martes anunció en Madrid que El Bulli cerra- rá al público en el 2012 y el 2013 para reinventarse, se han sucedido las especulaciones sobre los motivos que han llevado a Ferran Adrià a ese paréntesis y sobre lo que pre- para para su retorno. De ambas cuestiones ha hablado el chef con La Vanguardia al final de una semana intensa en la que ha vuelto a acaparar la atención de los medios de todo el planeta. La misma en la que se ha preparado para abrir de nuevo su taller bar- celonés, en el que a partir de ma- ñana se gestarán las propuestas para el nuevo menú del 2010. “No me planteo cerrar porque esté estresado”, afirma el cocine- ro, que asegura que sin presión sería incapaz de crear y que en la vida hay que tomar decisiones drásticas, cosa de la que él nunca se ha arrepentido hasta ahora. “En el 87 cerramos seis meses porque no venía gente; en el 93, renovar la cocina pudo costarnos la ruina; en el 2001, cuando el ne- gocio empezaba a ser rentable, se nos ocurrió abrir sólo medio día, lo que suponía tener la mitad de ingresos. Y en el 2002 suprimi- mos la carta e impusimos un me- nú único, algo que al principio na- die entendió”. Ahora, según él, ha llegado el momento de cam- biar el formato y de buscar, como dice haber hecho en cada nuevo cambio, más tiempo para dedicar- se a crear. Adrià y su socio Juli Soler pre- tenden dar vida a un lugar que atraerá, así lo esperan, a muchísi- ma más gente de la que actual- mente se acerca a la recóndita ca- la Montjoi y en el que transcurri- rán muchas actividades. Uno de sus principales retos es “contri- buir en la medida de lo posible a que en los próximos diez años surjan un mínimo de cinco gran- des chefs que puedan convertir- se en los nuevos Andoni Luis Aduriz, Joan Roca o Quique Da- costa de la cocina española. Para que la historia continúe”. En el nuevo El Bulli destinado a la crea- tividad que todavía no tiene perfi- lado en su mente, Adrià no des- carta que pueda haber desde una especie de museo (la palabra no le gusta) a un auditorio para ta- reas formativas e incluso un aloja- miento para quienes acudan a vi- vir in situ, durante unos días, la experiencia de lo que allí ocurra y a degustar sus creaciones. “Una de las primeras cosas que quiero poner en marcha es el desarrollo de cada una de las técnicas que hemos trabajado hasta ahora y la creación de una gran enciclope- dia temática, trabajo que nos lle- vará muchísimo tiempo”. Adrià confiesa que hace tres años tomó la decisión de retirar- se del mundo de la cocina en el 2012 porque veía difícil seguir muchos años motivado con el for- mato actual. “Pero le conté mi in- tención de dejarlo a un periodis- ta y me pegó una bronca monu- mental que me hizo darme cuen- ta de que tengo un compromiso con la gente y con la cocina que no puedo abandonar”. Adrià ha visto que necesita acti- vidad y está por la labor. Además del ambicioso proyecto del nuevo El Bulli, para el que seguramente contará con sponsors, tiene pla- nes de lo más variado. Pronto for- malizará con la Administración su nuevo papel de embajador de la cocina española en el mundo, algo que ya he hecho puntualmen- te con el Instituto Español de Co- mercio Exterior (Icex), y a lo que ahora dedicará más tiempo y de una forma oficial (“deberían cam- biarse las cenas de gala por en- cuentros más informales en los que el aperitivo pudiera consistir en un buen jamón”). Tiene previs- to crear una película de dibujos animados; acabar de definir el nuevo modelo de bares de tapas que quiere exportar junto a su hermano Albert; estrechar la rela- ción entre el nuevo modelo de El Bulli y la fundación Alicia, o po- tenciar su vinculación con el ho- tel restaurante Hacienda Benazu- za, en Sevilla, donde según él se puede disfrutar unos desayunos únicos que transmiten parte el es- píritu de El Bulli. Hace años que quienes expli- can su experiencia en El Bulli suelen precisar que no es exacta- mente un restaurante sino algo distinto. Está claro que tras su re- apertura en el 2014 se distancia- rá aún más de ese concepto. Pe- ro, según Adrià, se dará de comer y se marcará un inicio de tempo- rada. De las 6.750 personas que comen actualmente todos los años, en la nueva etapa se pasará sin duda a un número menor, y aunque El Bulli permanecerá abierto todo el año, juntamente con el taller de Barcelona, se des- tinarán menos días que hasta aho- ra a dar de comer. Está previsto que la prensa es- pecializada pueda hacer un segui- miento del proceso evolutivo –se- guramente, pasando unos días en la cala Montjoi y degustando las nuevas creaciones–. El cocinero ha de encontrar aún la fórmula, quizá sea el reto más difícil, para que cada año gente que no ha pro- bado aún su cocina pueda comer allí. “Es un problema que debe- mos resolver, pero un problema que ya teníamos ahora; por des- gracia, ya estábamos muy lejos de poder dar de comer a toda la gente que nos gustaría. Lo que no tiene sentido es destinar como ahora a ocho personas a decir a los clientes que no puede ser”. El nuevo El Bulli, que Adrià ve como “el sueño de cualquier coci- nero que hable de creatividad”, es todavía un esbozo. “Puede que una semana abramos para una mesa, otra abramos sólo por la mañana, otra a las cinco de la tar- de y otra para que quien venga pa- se el día con nosotros”. Adrià dis- pone de tiempo para ir perfilan- do el nuevo modelo en su mente. Espera poder tener el proyecto bastante definido para poder dar- lo a conocer el próximo noviem- bre, cuando cierre la próxima y penúltima temporada antes del paréntesis. De momento, se pre- para para empezar a trabajar ma- ñana sobre ese menú para el 2010 que, dice “intentaremos que sea el mejor de la historia”.c Amigos y no tan amigos de la cocina española FERRAN ADRIÀ EN LA HEMEROTECA: “EL BULLI, COCINA DE ALTO NIVEL” www.lavanguardia.es ]Mientras los medios de comunicación españoles se hacían eco esta sema- na de las intenciones de Adrià de cerrar durante dos años para reaparecer en el 2014, algunos me- dios franceses anuncia- ban su retirada definitiva de los fogones y el cierre de su restaurante. Adrià se resiste a entrar en po- lémicas y advierte que no se puede generalizar so- bre un país, pero afirma que los chefs españoles siempre han sido muy respetuosos y no siempre han recibido el mismo trato que ellos han dado. “No buscaremos la con- frontación, pero tenemos que ser generosos con la gente que nos quiere y con quien no nos quiere no serlo tanto”. UN SUEÑO “El nuevo El Bulli es el sueño de cualquier cocinero que piense en creatividad” CAMBIO DE PLANES “Hace tres años pensé retirarme de la cocina en el 2012, pero he cambiado de idea” LA DECISIÓN “En la vida hay que tomar decisiones drásticas; yo lo he hecho siempre” Ferran Adrià, en el taller de Barcelona, en el que mañana empezará a trabajar para el nuevo menú del 2010 GASTRONOMÍA OBJETIVOS “Quiero contribuir a que en los próximos diez años surjan grandes cocineros” PEDRO MADUEÑO Ferran Adrià reabrirá en el 2014, tras un paréntesis de dos años, un nuevo El Bulli que quiere contribuir a crear la nueva élite de la cocina española Un vivero de grandes chefs

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Noticia de 2010 cuando Ferrán Adriá anunció que cerraba El Bulli durante 2 años.

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DOMINGO, 31 ENERO 2010 V I V I R LAVANGUARDIA 5

CRISTINA JOLONCHBarcelona

D esde que el martesanunció enMadridque El Bulli cerra-rá al público en el2012 y el 2013 para

reinventarse, se han sucedido lasespeculaciones sobre los motivosque han llevado a Ferran Adrià aese paréntesis y sobre lo que pre-para para su retorno. De ambascuestiones ha hablado el chefcon La Vanguardia al final deuna semana intensa en la que havuelto a acaparar la atención delos medios de todo el planeta. Lamisma en la que se ha preparadopara abrir de nuevo su taller bar-celonés, en el que a partir de ma-ñana se gestarán las propuestaspara el nuevo menú del 2010.“No me planteo cerrar porque

esté estresado”, afirma el cocine-ro, que asegura que sin presiónsería incapaz de crear y que en lavida hay que tomar decisionesdrásticas, cosa de la que él nuncase ha arrepentido hasta ahora.“En el 87 cerramos seis mesesporque no venía gente; en el 93,renovar la cocina pudo costarnosla ruina; en el 2001, cuando el ne-gocio empezaba a ser rentable, senos ocurrió abrir sólo medio día,lo que suponía tener la mitad deingresos. Y en el 2002 suprimi-mos la carta e impusimos un me-núúnico, algo que al principio na-die entendió”. Ahora, según él,ha llegado el momento de cam-biar el formato y de buscar, comodice haber hecho en cada nuevocambio,más tiempopara dedicar-se a crear.Adrià y su socio Juli Soler pre-

tenden dar vida a un lugar queatraerá, así lo esperan, amuchísi-ma más gente de la que actual-mente se acerca a la recóndita ca-laMontjoi y en el que transcurri-rán muchas actividades. Uno desus principales retos es “contri-buir en la medida de lo posible a

que en los próximos diez añossurjan un mínimo de cinco gran-des chefs que puedan convertir-se en los nuevos Andoni LuisAduriz, Joan Roca o Quique Da-costa de la cocina española. Paraque la historia continúe”. En elnuevoEl Bulli destinado a la crea-

tividad que todavía no tiene perfi-lado en su mente, Adrià no des-carta que pueda haber desde unaespecie de museo (la palabra nole gusta) a un auditorio para ta-reas formativas e incluso un aloja-miento para quienes acudan a vi-vir in situ, durante unos días, la

experiencia de lo que allí ocurray a degustar sus creaciones. “Unade las primeras cosas que quieroponer en marcha es el desarrollode cada una de las técnicas quehemos trabajado hasta ahora y lacreación de una gran enciclope-dia temática, trabajo que nos lle-vará muchísimo tiempo”.Adrià confiesa que hace tres

años tomó la decisión de retirar-se del mundo de la cocina en el2012 porque veía difícil seguirmuchos añosmotivado con el for-mato actual. “Pero le contémi in-tención de dejarlo a un periodis-ta y me pegó una bronca monu-mental que me hizo darme cuen-ta de que tengo un compromisocon la gente y con la cocina queno puedo abandonar”.Adrià ha visto que necesita acti-

vidad y está por la labor. Ademásdel ambicioso proyecto del nuevoEl Bulli, para el que seguramentecontará con sponsors, tiene pla-nes de lomás variado. Pronto for-malizará con la Administraciónsu nuevo papel de embajador dela cocina española en el mundo,algo que ya he hechopuntualmen-te con el Instituto Español de Co-mercio Exterior (Icex), y a lo queahora dedicará más tiempo y de

una forma oficial (“deberían cam-biarse las cenas de gala por en-cuentros más informales en losque el aperitivo pudiera consistiren un buen jamón”). Tiene previs-to crear una película de dibujosanimados; acabar de definir elnuevo modelo de bares de tapasque quiere exportar junto a suhermanoAlbert; estrechar la rela-ción entre el nuevo modelo de ElBulli y la fundación Alicia, o po-tenciar su vinculación con el ho-

tel restauranteHaciendaBenazu-za, en Sevilla, donde según él sepuede disfrutar unos desayunosúnicos que transmiten parte el es-píritu de El Bulli.Hace años que quienes expli-

can su experiencia en El Bullisuelen precisar que no es exacta-mente un restaurante sino algodistinto. Está claro que tras su re-apertura en el 2014 se distancia-rá aún más de ese concepto. Pe-ro, según Adrià, se dará de comery se marcará un inicio de tempo-rada. De las 6.750 personas quecomen actualmente todos losaños, en la nueva etapa se pasarásin duda a un número menor, yaunque El Bulli permaneceráabierto todo el año, juntamentecon el taller de Barcelona, se des-tinaránmenos días que hasta aho-ra a dar de comer.Está previsto que la prensa es-

pecializada puedahacer un segui-miento del proceso evolutivo –se-guramente, pasando unos días enla cala Montjoi y degustando lasnuevas creaciones–. El cocineroha de encontrar aún la fórmula,quizá sea el reto más difícil, paraque cada año gente que noha pro-bado aún su cocina pueda comerallí. “Es un problema que debe-mos resolver, pero un problemaque ya teníamos ahora; por des-gracia, ya estábamos muy lejosde poder dar de comer a toda lagente que nos gustaría. Lo que notiene sentido es destinar comoahora a ocho personas a decir alos clientes que no puede ser”.El nuevo El Bulli, que Adrià ve

como “el sueño de cualquier coci-nero que hable de creatividad”,es todavía un esbozo. “Puede queuna semana abramos para unamesa, otra abramos sólo por lamañana, otra a las cinco de la tar-de y otra para que quien venga pa-se el día con nosotros”. Adrià dis-pone de tiempo para ir perfilan-do el nuevo modelo en su mente.Espera poder tener el proyectobastante definido para poder dar-lo a conocer el próximo noviem-bre, cuando cierre la próxima ypenúltima temporada antes delparéntesis. De momento, se pre-para para empezar a trabajarma-ñana sobre ese menú para el2010 que, dice “intentaremosque sea el mejor de la historia”.c

Amigos yno tanamigosde la

cocina española

FERRAN ADRIÀ EN LA HEMEROTECA:“EL BULLI, COCINA DE ALTO NIVEL”www.lavanguardia.es

]Mientras los medios decomunicación españolesse hacían eco esta sema-na de las intenciones deAdrià de cerrar durantedos años para reapareceren el 2014, algunos me-dios franceses anuncia-ban su retirada definitivade los fogones y el cierrede su restaurante. Adriàse resiste a entrar en po-lémicas y advierte que nose puede generalizar so-bre un país, pero afirmaque los chefs españolessiempre han sido muyrespetuosos y no siemprehan recibido el mismotrato que ellos han dado.“No buscaremos la con-frontación, pero tenemosque ser generosos con lagente que nos quiere ycon quien no nos quiereno serlo tanto”.

UN SUEÑO

“El nuevo El Bulli esel sueño de cualquiercocinero que pienseen creatividad”

CAMBIO DE PLANES

“Hace tres años penséretirarme de la cocinaen el 2012, perohe cambiado de idea”

LA DECISIÓN

“En la vida hay quetomar decisionesdrásticas; yo lo hehecho siempre”

Ferran Adrià, en el taller de Barcelona, en el que mañana empezará a trabajar para el nuevo menú del 2010

GASTRONOMÍA

OBJETIVOS

“Quiero contribuira que en los próximosdiez años surjangrandes cocineros”

PEDRO MADUEÑO

Ferran Adrià reabrirá en el 2014, tras un paréntesisde dos años, un nuevo El Bulli que quiere contribuira crear la nueva élite de la cocina española

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Juan Pablo
Resaltar
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