Una Prueba in Equivoca

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UNA PRUEBA INEQUIVOCA DEL PELIGRO DE LAS VACUNAS… Y DE LA EFICACIA DE LA HOMEOPATIA Dra. Montserrat Palacín, médico naturista La experiencia que les contaré hace referencia a un caballo perteneciente a unos familiares y si no he podido resistir la tentación de publicarla es porque la considero altamente significativa. Dejo a los lectores que saquen sus propias conclusiones sobre la conveniencia o no de seguir permitiendo la inoculación de vacunas a personas y animales cuyo alcance, como verán, es absolutamente imprevisible. Los mecanismos genéticos son de tal complejidad y permanecen todavía tan oscuros para la ciencia, que no puedo por menos de exclamar ¡atrevida es la ignorancia! viendo con qué frivolidad se atreven los pseudocientíficos a inocular fragmentos de ácidos nucleicos procedentes de microorganismos sin tener la menor idea de las consecuencias que pueden ocasionar en el organismo receptor. En muchas ocasiones la consecuencia es la muerte; en otras, la enfermedad. Pero antes de entrar en el tema, permítanme que les haga una breve introducción sobre la actitud que suelen adoptar los médicos –en este caso veterinarios-, ante una curación que no pueden explicar con su razonamiento simplista. En efecto, cuando un paciente es diagnosticado de alguna enfermedad considerada incurable y contra todas las previsiones consigue curarse por otros medios, no esperen que mis doctos colegas se precipiten como locos a indagar todo lo relativo a esa curación inesperada, para aprender de esa experiencia, no. En lugar de mostrar algo de curiosidad científica e interés por ese paciente al que habían desahuciado, optan simple y llanamente por negar la evidencia. Y son previsibles alguna de las siguientes reacciones: Si el diagnóstico no estaba respaldado por pruebas objetivas (TAC, biopsia, etc.), la salida más fácil es afirmar que se trataba de UN FALSO DIAGNOSTICO, es decir, donde dije digo, digo Diego. Es preferible admitir un honroso error que replantearse dogmas y creencias. Pero ¿y si el diagnóstico contaba con pruebas objetivas irrefutables? No se inquieten, no van a desarrollar una úlcera gástrica, también en este caso disponen de una salida fácil, decir que se trata de UNA CURACION ESPONTANEA y todos tan felices. En lugar de molestarse en indagar por qué se ha curado, prefieren atribuir la curación a un proceso “espontáneo”, milagroso. Una actitud verdaderamente “científica”, ¿no les parece? Pero todavía hay otra reacción más visceral: MONTAR EN CÓLERA contra el paciente que no ha seguido sus dictámenes y, si está en su mano, denunciar al terapeuta intruso. Esto le sucedió a una familia que conozco. Una niña de pocos años presentó un tumor retroorbitario que hacía salir el globo ocular de la órbita. Tenían hora con el cirujano para enuclear (extirpar) el ojo cuando les hablaron del insigne Dr. Vicente Ferrándiz de Barcelona. Este médico, con dieta, fitoterapia y compresas de arcilla logró curar a la niña, que en la actualidad es médico homeópata. El ojo volvió a su sitio. Los padres, felices de la vida, se lo comunicaron al cirujano… y éste se enojó con ellos.

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  • UNA PRUEBA INEQUIVOCA DEL PELIGRO DE LAS VACUNAS Y DE LA EFICACIA DE LA HOMEOPATIA Dra. Montserrat Palacn, mdico naturista La experiencia que les contar hace referencia a un caballo perteneciente a unos familiares y si no he podido resistir la tentacin de publicarla es porque la considero altamente significativa. Dejo a los lectores que saquen sus propias conclusiones sobre la conveniencia o no de seguir permitiendo la inoculacin de vacunas a personas y animales cuyo alcance, como vern, es absolutamente imprevisible. Los mecanismos genticos son de tal complejidad y permanecen todava tan oscuros para la ciencia, que no puedo por menos de exclamar atrevida es la ignorancia! viendo con qu frivolidad se atreven los pseudocientficos a inocular fragmentos de cidos nucleicos procedentes de microorganismos sin tener la menor idea de las consecuencias que pueden ocasionar en el organismo receptor. En muchas ocasiones la consecuencia es la muerte; en otras, la enfermedad. Pero antes de entrar en el tema, permtanme que les haga una breve introduccin sobre la actitud que suelen adoptar los mdicos en este caso veterinarios-, ante una curacin que no pueden explicar con su razonamiento simplista. En efecto, cuando un paciente es diagnosticado de alguna enfermedad considerada incurable y contra todas las previsiones consigue curarse por otros medios, no esperen que mis doctos colegas se precipiten como locos a indagar todo lo relativo a esa curacin inesperada, para aprender de esa experiencia, no. En lugar de mostrar algo de curiosidad cientfica e inters por ese paciente al que haban desahuciado, optan simple y llanamente por negar la evidencia. Y son previsibles alguna de las siguientes reacciones: Si el diagnstico no estaba respaldado por pruebas objetivas (TAC, biopsia, etc.), la salida ms fcil es afirmar que se trataba de UN FALSO DIAGNOSTICO, es decir, donde dije digo, digo Diego. Es preferible admitir un honroso error que replantearse dogmas y creencias. Pero y si el diagnstico contaba con pruebas objetivas irrefutables? No se inquieten, no van a desarrollar una lcera gstrica, tambin en este caso disponen de una salida fcil, decir que se trata de UNA CURACION ESPONTANEA y todos tan felices. En lugar de molestarse en indagar por qu se ha curado, prefieren atribuir la curacin a un proceso espontneo, milagroso. Una actitud verdaderamente cientfica, no les parece? Pero todava hay otra reaccin ms visceral: MONTAR EN CLERA contra el paciente que no ha seguido sus dictmenes y, si est en su mano, denunciar al terapeuta intruso. Esto le sucedi a una familia que conozco. Una nia de pocos aos present un tumor retroorbitario que haca salir el globo ocular de la rbita. Tenan hora con el cirujano para enuclear (extirpar) el ojo cuando les hablaron del insigne Dr. Vicente Ferrndiz de Barcelona. Este mdico, con dieta, fitoterapia y compresas de arcilla logr curar a la nia, que en la actualidad es mdico homepata. El ojo volvi a su sitio. Los padres, felices de la vida, se lo comunicaron al cirujano y ste se enoj con ellos.

  • Pero vayamos a lo que deseaba contarles: Resulta que mis primos tienen una yegua. Hace un ao sufri una parlisis espstica de los miembros posteriores que le impeda caminar. Los veterinarios consultados no tenan ni idea de la causa, hablaban de una hernia de disco o de una posible intoxicacin por la ingesta de alguna planta venenosa. Como iban transcurriendo los meses y el caballo no mejoraba, se pens en sacrificarlo, lo mismo que a otros 4 casos ocurridos en Espaa. Entonces fue cuando me consultaron a m, que no s una palabra de veterinaria, aunque poseo un cierto sentido de la lgica. Tambin pens en una intoxicacin, pero no alimentaria, pues los animales todava conservan el instinto de nutricin, al contrario del ser humano que lo tiene pervertido a causa de los errores alimentarios que cometemos ya desde la cuna. No, dije, no creo que el caballo se haya comido una amanita faloides como si fuera una suculenta zanahoria. Lo ms probable es que se trate de un txico farmacolgico o de algn pesticida (recuerdan los miles de damnificados por el sndrome txico falsamente atribuido al aceite de colza?) Sera el Espritu Santo quien me inspir cuando les pregunt si le haban puesto alguna vacuna poco antes de manifestarse la parlisis? S, contest mi primo, la del ttanos y no s que ms. Como haba ledo el libro La mdecine retrouve (Ed. LEA.SA Suiza) del homepata Dr. Jean Elmiger, quien ha desarrollado un sistema muy ingenioso para desactivar los efectos adversos de las vacunas dando la misma vacuna en diferentes diluciones homeopticas, les aconsej conseguir exactamente la vacuna administrada y les puse en contacto con el Dr. Juan Manuel Marn, autor del libro Vacunaciones sistemticas en cuestin, Editorial Icaria-Milenrama, miembro de la Liga para la Libertad de Vacunacin. El presidente de esa Liga es el Dr. Xavier Uriarte, uno de los mdicos espaoles que ms ha estudiado sobre este tema, autor del libro Los peligros de las vacunas. Pues bien, el Dr. Marn proporcion a mis parientes la misma vacuna homeopatizada, lo que se llama nosode. Entre la segunda y tercera semana de habrsela administrado, el animal volva a caminar. Disponemos de la filmacin del caballo antes y despus de su enfermedad para aquellos que estn interesados en comprobarlo. En cuanto al veterinario, al ver la curacin del caballo, se limit a exclamar: si no lo veo no lo creo. Y aqu termin su curiosidad. Cuando le consulten por otro caso similar, me pregunto si seguir aconsejando el sacrificio del animal o si tal vez contacte con mi primo y, esta vez, le escuche con ms inters. Esta experiencia la considero extraordinaria por varios motivos: el primero, es que en ningn momento se le ocurri al veterinario pensar en un problema iatrognico y menos todava por una vacuna. La misma reaccin de muchos pediatras si despus de una vacuna el nio se pone enfermo. Segundo porque la parlisis sufrida por el animal desapareci con la preparacin homeoptica del nosode, lo cual prueba que fue la vacuna lo que le enferm. Tercero por constatar la maravillosa accin de la homeopata, que los mdicos todava persisten en negar, privando, con su actitud irresponsable, la curacin de muchos pacientes. Y finalmente, porque aqu no cabe hablar de efecto placebo, pues la pobre yegua, como comprendern, permaneci al margen de todo lo que se fraguaba en torno a ella.

  • Ahora comprendo lo justificadas que son las advertencias que el naturpata francs Michel Dogna transmite en su extraordinario libro Prenez en main votre sant (de Guy Trdaniel Editeur, Paris), cuando habla de los casos de enfermedades neurolgicas ocurridas tras la vacuna de la hepatitis B, vergonzosamente obligatoria en Francia y que parece ha dejado a centenares de personas en una silla de ruedas. Me pregunto cuntas muertes de bebs diagnosticadas como muerte en la cuna habrn sido debidas a la administracin de vacunas u otros frmacos. No les parece un verdadero insulto a la inteligencia y al sufrimiento de los padres emitir el ridculo diagnstico de muerte en la cuna? S, tal vez muri en la cuna, pero de qu? Un poco de decencia, por favor! Los mdicos, veterinarios y terapeutas en general debemos recuperar nuestro sentido crtico, nuestra curiosidad cientfica nuestra vocacin, en definitiva. Debemos saber escuchar a quien est intentando comunicarnos su experiencia, sus resultados, aunque no publique en revistas de prestigio (manipuladas?) o no cuente con el respaldo oficial. El escepticismo sistemtico no es ms que pereza mental. Decir no est probado cientficamente no es excusa. Si no est probado, vamos a intentar probarlo, que para algo hemos estudiado medicina. Lo importante es que el paciente pueda beneficiarse de todo el abanico de posibilidades teraputicas que existen y que est bien informado de los efectos indeseables de las vacunas y frmacos en general. El problema es que el propio mdico muchas veces los ignora o minimiza, respaldado por la seguridad que le confiere el prescribir algo que forma parte del protocolo oficial. Por este motivo, antes de permitir la inoculacin de una vacuna, hay que informarse cuidadosamente, en lugar delegar alegremente en terceros una decisin tan importante.