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i UNESCO / MONTEVIDEO Investigación y Propuesta de Trabajo El Componente Cultural en el Área de Reserva de Biosfera Bañados del Este: Gestión Integral del Patrimonio Arqueológico y Difusión Turística Dr. José Ma. López Mazz Montevideo, Noviembre de 2008

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UNESCO / MONTEVIDEO

Investigación y Propuesta de Trabajo

El Componente Cultural en el Área de Reserva de Biosfera Bañados del Este: Gestión Integral del Patrimonio Arqueológico y Difusión Turística

Dr. José Ma. López Mazz Montevideo, Noviembre de 2008

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ÍNDICE

Introducción 1 1. Algunas Definiciones y algunos Antecedentes 4 1.0 La Gestión Integral del Patrimonio Arqueológico 4 1.1 El Ambiente y el Patrimonio 5 1.2 Los Paisajes culturales 6 1.3 Los Bienes Culturales a salvaguardar 7 1.4. La Legislación uruguaya y la Protección del Patrimonio 9 2. El Panorama Histórico 10 2.1. La Prehistoria 10 2.2. La Historia Regional 11 3. Un Primer Inventario Arqueológico 14 3.1. Los sitios arqueológicos prehistóricos 14 3.1.1. Los sitios arqueológicos de las Tierras Bajas 14 3.1.2. Los sitios arqueológicos de la Costa Atlántica 18 3.2. Los sitios arqueológicos históricos 21 3.3. Un diagnóstico sobre el estado de conservación del Patrimonio Cultural Arqueológico

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4. Proyecto: Gestión Integral y Promoción Turística de los Paisajes Culturales del Área de Reserva Humedales del Este

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4.1. Justificación de la Propuesta 25 4.2. El Patrimonio y la Diversidad Cultural como Marco de Acción 26 4.3 Objetivos 27 4.3.1 Objetivo General 27 4.3.2. Objetivos específicos 27 4.4. Actividades 27 4.5. Productos 27 4.6. Metodología de trabajo 28 4.7. Lugares de interés cultural para registrar, investigar y poner en valor 28 4.7.1. Área Protegida y Parque Nacional de los Cerritos de India Muerta 28 4.7.2. Área Protegida y Parque Nacional de los Cerritos del Potrero Grande 30 4.7.3. Museo o Centro (de Visitantes o de Interpretación) para Cabo Polonio 31 4.7.4. Renovación del Museo de la Fortaleza de Santa Teresa 34 4.7.5. Otros lugares de interés cultural 35 5. Bibliografía 37

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ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1: Área Reserva de Biosfera Bañados del Este 3 Figura 2: Cerrito de Potrero Grande 7 Figura 3: Punta “Cola de Pescado” (Colección Oliveras; MUNHINA) 10 Figura 4: Grabado Río de la Plata y Costa Atlántica (Ottsen 1599) 11 Figura 5: Carta Francesa del siglo XVIII (ausencia de Laguna Merín) 13 Figura 6: Modelo Digital de Conjunto de Cerritos 15 Figura 6: Modelo Digital de Conjunto de Cerritos 17 Figura 8: Conjunto Circular de Cerritos (Iriarte et al. 2004) 17 Figura 9: Conchero Playa La Esmeralda 19 Figura 10: Excavación Arqueológica Sitio Faro 20 Figura 11: Estructura en Piedra de Estancia El Oratorio 22 Figura 12: Distribución Espacial de Cerritos (López Mazz y Bracco 1994) 29 Figura 13: Monumento Histórico Nacional Cerrito “La Viuda” 29 Figura 14: Distribución Espacial de Cerritos 30 Figura 15: Cabo Polonio 32 Figura 16: Distribución Espacial de Sitios Arqueológicos 32 Figura 17: Matanza de Lobos Marinos; Arriba: Grabado Ottsen 1599; Abajo: Ministerio de Instrucción Pública 1918

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Figura 18: Testimonios Industriales de Loberías Izquierda: Ballenera de 10 remos; derecha: Factoría de Aceite de Lobo Marino

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Figura 19: Fortaleza de Santa Teresa 35

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Introducción En los últimos 30 años las tierras bajas del este de Uruguay y la costa Atlántica han sido el escenario de diferentes investigaciones científicas y proyectos de desarrollo. En algunos casos el interés estaba en la investigación básica (generalmente de tipo ambiental) y en otros casos el interés estaba en la aplicabilidad del conocimiento generado a diferentes contextos sociales (primero a la producción agropecuaria y luego a la conservación). En el caso del Área de Reserva la atención se centraba en la conservación de los ecosistemas denominados “Bañados del Este” es decir en ambientes acuáticos del interior (bañados y esteros) y en las lagunas costeras y el litoral Atlántico. La Reserva de Biosfera Bañados del Este fue aprobada en 1976 por UNESCO a solicitud del entonces Instituto de Medio Ambiente de Uruguay (PROBIDES 1995) y propuso incluir un mosaico de sistemas ecológicos del “Distrito Uruguayense” de la Provincia Geográfica Pampeana definida por Cabrera y Willnk (1980). Más recientemente sus límites se han ajustado incluyendo el sector uruguayo de la Laguna Merín (3.250.000 has.) y la Cuenca Atlántica (600.000 has.). El Área de Reserva Biosfera tiene un área total de 3.850.000 has, es considerado un hidro-sistema bien definido e incluye extensas llanuras con humedales, planicies medias (a menudo con bosque de palmas Butiá capitata) y serranías con monte indígena. En la costa Atlántica se desarrollan cordones dunares, y lagunas litorales con ecosistemas psamófilos y halófilos. El Programa “Hombre y la Biósfera” (MAB) de UNESCO sugería a los protagonistas del desarrollo económico superar las falsas contradicciones, entre actividades productivas y conservación ambiental. Con el tiempo, quedó claro que el objetivo estratégico está en articular la conservación con el desarrollo, y en reconciliar a los seres humanos con la naturaleza (Díaz 1997). A partir de 1993 el Proyecto Biodiversidad y Desarrollo Sustentable (PROBIDES) buscó hacer realidad la recomendación de Sevilla (UNESCO 1996) al respecto de diseñar un Plan Estratégico y configurar una autoridad técnica capaz de ejecutarlo. Con ese propósito en el Capítulo 5 de dicho plan habíamos caracterizado la riqueza arqueológica del Área con una evaluación primaria de su estado de conservación y sus amenazas potenciales (López Mazz 1997:138). La idea era poder integrar los elementos culturales a la preocupación ambiental tal cual venía ocurriendo en los estándares y protocolos fijados internacionalmente (Querol y Martínez 1996). Poco a poco el Uruguay se dotó de una legislación que recogía esas inquietudes y sugería nuevas herramientas, para hacer más efectivo su compromiso con los elementos culturales de valor histórico (López Mazz et.al.2004). Su aplicación efectiva permanece sin embargo aún precaria, sugiriendo una imperfecta fiscalización del Estado en el territorio, falta de recursos humanos especializados y la vigencia de principios teóricos de gestión ambiental ultrapasados, que separan sistemáticamente la historia del ser humano, de la historia del ambiente. El presente informe busca describir y caracterizar a los elementos culturales existentes en el Área de la Reserva de Biosfera, con especial atención al Litoral Atlántico y al Cabo Polonio. Por elemento cultural entendemos a una amplia gama de productos de la vida social, en procesos de larga duración, que constituyen claves de las tradiciones sociales regionales y de las identidades sociales contemporáneas. Los elementos culturales de tipo inmaterial quedan fuera de este informe, y no serán considerados más que de manera incidental (ver Ganduglia 2008). El presente documento está compuesto por Algunos Conceptos y Algunos Antecedentes (Capítulo 1) un Panorama Histórico de la Región (Capítulo 2) un Inventario Arqueológico Primario (Capítulo 3) y una Propuesta para la Promoción de los Paisajes Culturales (Capítulo 4).

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En su conjunto el documento tiene el objetivo prioritario de colaborar con la salvaguarda del Patrimonio Histórico y Cultural de estas tierras bajas sudamericanas. Salvaguarda que por un lado demanda investigación para su cabal conocimiento como documento histórico, pero que también focaliza su interés en la integridad física de los Bienes Patrimoniales. Finalmente, y como parte lógica de una Gestión Integral, se proponen algunos escenarios para la producción de industrias culturales basadas en estos estratégicos y legítimos recursos “no renovables” , que aún disponen las poblaciones locales. La región del este de Uruguay se encuentra en el medio de una serie de conflictos y tensiones derivadas de la expansión de los sistemas de producción agropecuaria tradicional y por el crecimiento del Turismo. Las obras de desecación de bañados a través de canales y de represas, han aportado también un elemento de distorsión a los ecosistemas y de amenaza a los sitios arqueológicos. La forestación y la prospección minera están generando escenarios nuevos y procesos que afectan en diferente medida al Patrimonio Cultural Regional. La falta crónica de trabajo (heredada del latifundio) es parte de un problema histórico en esta región, mitigado estacionalmente por la cosecha de arroz, la forestación y el turismo. En este contexto la Conservación del Patrimonio Cultural aparece como un aspecto ineludible de la Gestión Ambiental, una estrategia útil al desarrollo de las comunidades locales, y también la manera de asegurar el cumplimiento de un derecho ciudadano. La actividad turística tiene muchas expectativas de desarrollo en el Este de Uruguay lo que significa una oportunidad. Los Bienes Patrimoniales por su parte, tienen el atractivo de hablar por si mismos de nuestras historias y de nuestras experiencias culturales. Poner en escena nuestra identidad a través de la gestión de los sitios arqueológicos es un camino válido, correcto y legítimo. La óptica regional de estos fenómenos está llena de atractivos matices, constituye un camino natural para el desarrollo social y es un medio de comunicación con el mundo. Es una experiencia humana milenaria que continua ocurriendo en las tierras inundables (pues la gente aún vive sobre los mismos lugares) y no se trata únicamente de un anecdótico fósil social. El desafío es poder sacar provecho a las oportunidades que surjan de la Promoción Turística del Patrimonio Cultural, al tiempo de respetar y hacer respetar, los protocolos nacionales e internacionales de protección. De alguna manera se trata de la emergencia de un nuevo escenario de Investigación y Desarrollo, que pretende volver a dotar de unidad a un objeto hasta ahora dividido y desarticulado; por la aplicación de políticas públicas descoordinadas, desactualizadas y de sesgo corporativo, en relación a los temas culturales.

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Figura 1: Área Reserva de Biosfera Bañados del Este

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1. Algunas Definiciones y algunos Antecedentes

1.0. La Gestión Integral del Patrimonio Arqueológico En los últimos años el trabajo de los arqueólogos se ha involucrado de más en más con las necesidades sociales, tanto en los temas de desarrollo sustentable y estudios de impacto ambiental, como por iniciativas surgidas de la educación y de la promoción turística. En este documento la Gestión es considerada como la administración integral de un bien (o conjunto de bienes) a través de un ciclo de valoración y uso, que según Felipe Criado (1999) está compuesto por las instancias que derivan del descubrimiento, la evaluación, la intervención y la puesta en valor del Bien. La perspectiva desde la que se desarrolla el presente estudio, entiende que la buena gestión de los Bienes Patrimoniales debe ser realizada a través de actuaciones técnicas en diferentes y sucesivas instancias de valoración. La llamada Gestión Integral del Patrimonio Arqueológico (Criado op.cit.) reconoce en primer lugar que las entidades culturales son un documento de valor histórico que habla de diversas épocas y de diferentes protagonistas culturales. Es necesario que las políticas públicas aseguren umbrales críticos de investigación que permita a la ciudadanía y a los administradores, manejar información científicamente válida. Es por este camino que los elementos culturales llegan a ser lo que son, adquieren carácter histórico y cultural, y sobre todo identidad patrimonial. En 1976 el Museo de Historia Natural (Ministerio de Educación y de Cultura) comienza investigaciones arqueológicas en la Sierra de San Miguel (Cabrera et. al.2000). Desde 1986 se crea la Comisión de Rescate Arqueológico de la Cuenca de la Laguna Merín (CRALM) en la órbita del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). En coordinación con el Dpto. el Arqueología de la Universidad de la República (Facultad de Humanidades y Comisión Sectorial de Investigación Científica) los estudios científicos sobre el pasado prehistórico y proto histórico del área de Rocha, se han visto incrementados (Bracco et al.2000; López Mazz 2001). Una segunda etapa en la construcción de una “cadena valorativa” corresponde a un diagnóstico sobre el estado de conservación material del elemento cultural. En nuestro caso los elementos analizados, son dos veces materiales. En primer lugar por su materialidad constitutiva producto de conductas humanas que actuaron sobre la naturaleza, para satisfacer sus necesidades. En segundo lugar, material en tanto testimonio histórico de la producción social. En esta instancia urge mitigar los procesos que contribuyen a la degradación material del bien cultural, y procurar su estabilización (restauración, conservación). Los estudios arqueológicos de los años 70 y 80 manifestaban ya su preocupación frente a la destrucción de las estructuras prehistóricas llamadas “cerritos de indios” por causa del cultivo de arroz, de las obras de canalización y de las infraestructuras rurales (Bracco y López Mazz 1992ª y b; López Mazz 1992, 1995). La tercera instancia valorativa de esta cadena de decisiones técnicas corresponde al de la protección y la cautela de los elementos culturales. Esto se logra a través de medidas legales y administrativas que adviertan sobre las actividades inconvenientes y los recaudos a tomar. El valor histórico, patrimonial y la potencialidad turística de la Fortaleza de Santa Teresa y del Fuerte de San Miguel había sido tempranamente advertida por el Gobierno uruguayo quien encomendó los trabajos de restauración (Arredondo 1951). Los Bienes Culturales Arqueológicos de esta región han recibido desde 1986 la atención de la CRALM creada para ocuparse de acciones de “rescate” en los sitios arqueológicos. En 1995 esta comisión dio lugar a la Comisión Nacional de Arqueología (MEC) que proyectó la experiencia de la CRALM en Rocha a todo el ámbito nacional (Ministerio de Educación y Cultura 1994).

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En 1996 el Concurso Nacional de Museos (MEC) otorgó una mención especial al Proyecto: “Centro de interpretación del Paisaje Arqueológico de las Tierras Bajas” (López Mazz y Gianotti 1996) diseñado para ser ejecutado en la ex Escuela Rural No.62 de Potrero Grande. El mismo fue parcialmente realizado a través de actividades combinadas de Educación Ambiental y Educación Patrimonial, que se realizaron con el Proyecto Biodiversidad y Desarrollo Sustentable (PROBIDES) y la Facultad de Humanidades (1995-2005) en esa escuela y que estuvieron dirigidas a estudiantes de “Formación Docente” y del sistema educativo público en general (Primaria y Secundaria). La Cátedra de Técnicas en Arqueología, de la Licenciatura de Ciencias Antropológicas (UdelaR) por su parte organizó en 2003 un Sitio Escuela de Arqueología, con la participación de estudiantes de Arqueología de la región. Entre 2004 y 2005 PROBIDES en coordinación con la Facultad de Humanidades, y con el apoyo del BID realizaron un proyecto de Educación Patrimonial para docentes, guarda parques y técnicos en turismo en cinco ciudades del Dpto. de Rocha. En aquella oportunidad se procedió a instalar carteles informativos sobre la Ruta 14 (Camino del Indio) informando sobre la riqueza arqueológica del área (López Mazz y Nadal 2005). Recientemente diferentes iniciativas reafirman el “carácter patrimonial” de los sitios y paisajes prehistóricos (Ministerio de Educación y Cultura 2008) y del patrimonio subacuático (Presidencia de la República 2006). Es mediante la construcción de un proceso valorativo que nos encontramos en mejores condiciones para diseñar instancias coordinadas de promoción con las comunidades locales y con los proyectos económicos regionales. Es desde este ámbito que el Estado debería “negociar” la ejecución de las medidas de cautela y socialización que le parezcan más efectivas, para cada situación. Los elementos culturales son “polisémicos” y “multivocales”, y en ellos conviven diferentes significados sociales, que buscan apropiarse del tema y recrearlo simbólicamente. A través de dilatado proceso valorativo, con diferentes instancias y actores, se han ejecutado acciones para una Gestión Integral del Patrimonio Cultural. Se buscaba garantizar a la ciudadanía nacional y a las comunidades locales, el goce y el beneficio de lo que es suyo como parte de un singular proceso histórico. Les corresponde a diferentes autoridades públicas velar por el cumplimiento de las leyes vigentes, así como arbitrar sobre proyectos de socialización y de mercantilización sobre estos bienes. El impacto de la socialización de los sitios arqueológicos en la educación pública y privada está lejos de ser evaluado. Por otro lado constituye un público objetivo nada despreciable para los proyectos turísticos. 1.1. El Ambiente y el Patrimonio En la reunión realizada en Uruguay por UNESCO en 2007 sobre los “Informes Periódicos”, se subrayó la necesidad de que las autoridades públicas uruguayas integren y no separen en sus estrategias, las acciones vinculadas al Patrimonio Ambiental y al Patrimonio Cultural. En diferentes regiones del planeta y particularmente en América del Sur, las tierras bajas fueron escenarios de experiencias singulares de manejo ambiental, permitiendo desarrollos específicos que incluyen domesticación de plantas y especies animales. Son testimonios sobre la biodiversidad del territorio, así como de la diversidad cultural constitutiva de este continente (Duran y Bracco 2000). En ese sentido el Área de la Reserva de Biósfera es un ejemplo típico donde las ingenierías socio-ambientales, están asociadas a complejos sistemas de producción y a diferentes organizaciones sociales y políticas. El manejo intenso de los recursos obligó a las sociedades prehistóricas y coloniales, a asentarse cerca de las zonas de alta productividad de modo de

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controlar su uso exclusivo. El manejo humano buscó optimizar su rendimiento, beneficiando su renovación y aumentando las tasas extractivas de productos. La arqueología de los humedales del este, presenta pruebas claras de esos procesos en la evolución tecnológica; donde sobresale la aparición de herramientas que optimizan el trabajo doméstico y corporativo (puntas de proyectil, boleadoras, morteros, “rompe cocos”, pesas de red, punzones, etc.). El modo de vida y la economía de las comunidades que habitaron (y aún habitan) el Área de Reserva Humedales del Este (particularmente en el Dpto. de Rocha) tiene tradiciones laborales aún vivas centradas en el “palmar” y en el “bañado”. Estas tradiciones se encuentran muy amenazadas por el retroceso de esos ecosistemas y su alteración irreversible; con la consiguiente desaparición de las adaptaciones humanas, por más que estas sean milenarias. Durante años existió el prejuicio por el que se consideraban a las tierras bajas como “marginales”, al igual que a las sociedades que allí se habían desarrollado (Steward 1946). Hoy en día la situación es la contraria, los especialistas en tierras bajas no dejan de reconocer más que “complejidad social”, allí donde antes sólo se veía simplicidad y arcaísmo (Andrade y López Mazz 2000; Bracco et al.2000; Iriarte et. al. 2004; López Mazz 2000, 2001). En ese contexto el litoral Atlántico meridional de Sudamérica adquiere interés científico, por los procesos ambientales que dieron origen al Río de la Plata y por los tempranos desarrollos sociales que allí tuvieron lugar. 1.2 Los Paisajes culturales Desde 2003 se desarrollan en Uruguay una serie de proyectos sobre los “paisajes culturales prehistóricos”, desde una óptica que privilegia la Arqueología del Paisaje (Gianotti et al 2005). Se trata de un conjunto de propuestas que parte del principio que los paisajes son también productos sociales y culturales, y no sólo Geografía Física. Los paisajes son la expresión y reflejan diferentes formas de racionalidad social (económica y política) (Criado 1999). En los paisajes puede verse la huella del modo de producción (Vicent 2000) así como entender aspectos de los rituales y simbolismos culturales (Dillehay 1996). Parece difícil establecer el límite entre lo natural y lo cultual en estos escenarios, razón por la cual el concepto de Patrimonio Mundial atenderá a los productos mixtos como los sudamericanos de las tierras bajas. Estos sistemas socio ambientales hacen parte de las especificidades políticas, económicas y simbólicas de diferentes regiones de los cinco continentes. En 1995 la CRALM (MEC) organizó el Simposio Internacional de Arqueología de las Tierras Bajas con especialistas internacionales, donde se discutieron aspectos teóricos, metodológicos y técnicos, adaptadas a los desafíos epistemológicos de los estudios socio ambientales en tierras bajas (Durán y Bracco 2000). La “complejidad social” de las sociedades prehistóricas del litoral Atlántico meridional sudamericano, constituye un debate de actualidad científica e involucra una nueva visión de las sociedades pre colombinas de toda la fachada atlántica (Andrade y López Mazz 2000; Bracco 2006; Iriarte et al. 2004; López Mazz 2001). Se encuentran también en curso diferentes tesis de post grado de estudiantes uruguayos y brasileros, preocupados por la evolución ambiental y cultural de los pueblos, que gestionaron durante miles de años estos humedales próximos al océano.

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1.3 Los Bienes Culturales a salvaguardar Yacimientos arqueológicos Los yacimientos o sitios arqueológicos son los espacios geográficos arqueológicamente connotados. En esta región son testimonio de variadas actividades y se han formado a través de procesos históricos singulares, sujetos en parte a dinámicas locales de tipo natural. Los sitios arqueológicos pueden testimoniar de conductas humanas del pasado prehistórico o de la época colonial; y por lo tanto están caracterizados por modificaciones de la naturaleza y acondicionamientos específicos a cada época. Los Cerritos Se trata de un tipo específico de sitio arqueológico prehistórico y aparece mencionado en Figueira (1898) y Bauzá (1895). Es uno de los más comunes en las tierras bajas del este y noreste de Uruguay. Son montículos artificiales de tierra y desechos culturales, producidos por diferente tipo de actividades humanas (doméstica, ritual, económica, defensiva, etc.). Estas estructuras presentan alturas que van entre 0,50 m y 7,2 m y bases circulares de unos 30 a 40 m de diámetro, Los cerritos se presentan aislados o formando grupos con diferentes formas, y su “producción” va entre el quinto milenio antes del presente y el siglo XVI de la era. Su ubicación permite estudiar los cambios de nivel del mar (Bracco 1993) y de los bañados (Del Puerto et. al. 2005) para los últimos cinco mil años. Amontonamientos de piedras Existen en Uruguay, al igual que en Argentina, amontonamientos de piedra de origen prehistórico e indígena. En algunos casos estos amontonamientos son “tumbas”, en otros casos marcadores territoriales y en algunos casos lugares de observación. Pueden ser también todas estas cosas al mismo tiempo. En la literatura arqueológica aparecen con la denominación de “cairnes”, “chenques” o “vichaderos” (Femenías 1986.) Estos amontonamientos de piedra se encuentran en diferentes regiones del Uruguay, y ocupan lugares estratégicos del paisaje dominando extensas cuencas visuales.

Figura 2: Cerrito de Potrero Grande

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Yacimientos superficiales Los sitios superficiales son concentraciones de diferente densidad de material arqueológico que testimonian de antiguos asentamientos humanos en esos lugares. Estos sitios superficiales pueden ser prehistóricos, protohistóricos coloniales e históricos. Estas concentraciones de “residuos culturales” en el Área de la Reserva están generalmente asociadas a los bordes de las lagunas, y a la costa atlántica; la mayoría de la veces sobre sustrato arenoso. Los sitios arqueológicos superficiales son los lugares habituales donde los coleccionistas de piezas, han reunido la mayor parte de sus colecciones, por eso es una prioridad poner en relación ambas instancias. Yacimientos del periodo histórico Se trata generalmente de aquellos sitios donde los testimonios involucran estructuras y edificaciones domésticas en piedra, militares, religiosas, cementerios, infraestructuras agropecuarias, etc. Se encuentran en diferente grado de conservación y de identificación histórica. Corresponden a diferentes épocas y fueron producidos a partir de del siglo XVIII. Yacimientos arqueológicos bajo agua El litoral Atlántico y Platense del Uruguay fueron el objeto de numerosos naufragios desde la época de la conquista del continente. Lamentablemente el Estado uruguayo durante años llevó una política de gestión del patrimonio cultural subacuático de espaldas a las recomendaciones internacionales (UNESCO, Carta de Sofía). Muy lentamente, el Estado uruguayo ha comenzado a corregir su política en relación a este tipo de sitio arqueológico, el más preciado de los “buscadores de tesoros”. El Presidente de la República firmó en 2006 un decreto donde hace explícitos los nuevos conceptos para la gestión pública, mientras que los servicios legales de los ministerios revisan sus interpretaciones a instancias de la Comisión Nacional del Patrimonio Cultural. Los sitios arqueológicos bajo agua no son únicamente barcos hundidos, existen también asentamientos humanos muy antiguos del poblamiento americano, así como sitios paleontológicos (López Mazz 1995). Los yacimientos paleontológicos Los yacimientos paleontológicos de la zona este de Uruguay han sido aún poco estudiados, siendo frecuente la presencia de fósiles en las colecciones arqueológicas. Existen diferentes lugares donde suelen hallarse restos de fauna extinta (Costa Atlántica, Laguna Negra, Río Cebollatí y Canal Andreoni). Su valor cultural deriva del interés científico general, que tiene el estudio de la historia natural de las especies autóctonas. Estos yacimientos gozan de la misma protección que los lugares históricos y los yacimientos arqueológicos de acuerdo a la Ley 14.040/71.

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Las colecciones arqueológicas El coleccionismo hace parte de la historia de la Arqueología de diferentes países. Desde 1914 aficionados a la Arqueología reúnen colecciones de materiales provenientes de diferentes lugares del Área de Reserva. Generalmente estas colecciones son reunidas en sitios superficiales de las lagunas y de la costa atlántica. Entre las colecciones más importantes están las reunidas por Carlos Maeso, Francisco Oliveras y Beltrán Pérez que tienen material fundamentalmente de la zona de Valizas/Polonio. Los sitios objeto de los trabajos de los coleccionistas fueron seriamente afectados por la “recolección selectiva”. Por lo tanto esas colecciones tienen mucho valor pues son representativas de lo que aquellos sitios originalmente tenían. Otras colecciones de importancia para la zona son la de Ruben Pereyra de La Coronilla pues posee un conjunto importante de materiales líticas provenientes del Área y con algunas piezas singulares (puntas colas de pescado). Una importante colección de material arqueológica proveniente de la Laguna Negra y reunida por el Sr. Alegre ha sido fraccionada y comercializada recientemente. Algunas piezas de esa colección estarían actualmente en la colección del Museo Sin Fronteras. La Colección Arredondo es el testimonio de lo sitios arqueológicos del área de Santa Teresa, en los tiempos de la restauración de la Fortaleza y el Fuerte de San Miguel. Esta importante colección tuvo diferentes destinos durante la dictadura, y actualmente lo que queda de ella esta expuesta en el Fuerte de San Miguel 1.4. La Legislación uruguaya y la Protección del Patrimonio El Art.34 de la Constitución del Uruguay (1966) establece que “Toda la riqueza artística o histórica del país, sea quién fuere su dueño, constituye el tesoro cultural de la Nación, estará bajo la salvaguarda del Estado y la Ley establecerá lo que estime oportuno para su defensa”. En 1971 la Ley 14.040 crea la Comisión Nacional del Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación y se establece como única figura para la protección al “Monumento Histórico Nacional”. Actualmente una Comisión prepara un texto para actualizar esta Ley. En 1994 se aprueba la Ley de Medio Ambiente (No.16464) que impone “estudios de impacto” a las distintas obras. El decreto reglamentario de esta Ley (No.435/1994) menciona en su Artículo 12 la protección de “sitios de interés histórico y cultural”. La Ley que crea el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) No.17.234 del año 2000, establece medidas para la protección de los objetos, sitios y estructuras culturales, históricas y arqueológicas con fines de conocimiento público, o de investigación científica, así como ejemplos singulares de paisajes culturales. La protección del Patrimonio Cultural Subacuático no posee una normativa específica y esta regulada por el Artículo 15 de una Ley de Cascos (No.14.343). Sólo recientemente un decreto presidencial busca rectificar la política pública en relación al tema. La legislación existente permite una correcta protección de las entidades patrimoniales. No obstante, deberían de realizarse todos los estudios de impacto previstos por la ley. El Estado uruguayo debería de realizar al igual que los privados, los estudios de impacto que sean de su responsabilidad. Las autoridades públicas deberían también entender que existe incompatibilidad entre algunas funciones y el coleccionismo arqueológico. Los acervos de las colecciones deberían también de ser objetos de especial atención legal debido al tráfico ilegal de piezas y al robo de los museos.

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2. El Panorama Histórico Cuando nos referimos al Panorama Histórico lo hacemos invocando su definición más amplia, en tanto Historia de la Humanidad. Pero debido a las diferencias de fuentes de conocimiento y a los productos útiles para el estudio de la Prehistoria y de la Historia Regional, ambos periodos son presentados de manera independiente. 2.1. La Prehistoria El Área de la Reserva parece haber sido poblada tempranamente y se han recolectado en la zona testimonios que pueden tener una edad de aproximadamente 14 mil años de antigüedad (Meneghin 2004; Suárez y López Mazz 2003). Este poblamiento temprano ocurrió en una época donde la fisonomía del territorio poco tenía que ver con la actual. El nivel del mar era inferior y seguramente muchos asentamientos y testimonios de esa época se encuentran hoy bajo agua (López Mazz et al.2005). No obstante en las colecciones arqueológicas se han visto piezas diagnósticas de ese periodo provenientes de la Laguna Negra, del Cabo Polonio y de la Laguna Merín (Figura 2). Hace unos 10 mil años estas poblaciones cazaban en la zona del Arroyo de Los Indios (López Mazz 2001) desarrollando una tecnología de caza adaptada a los campos abiertos, y caracterizada por las típicas puntas de proyectil en piedra tallada y las boleadoras en piedra pulida. Hace unos 6 mil años atrás con un nivel del mar superior al actual, ocurre una intensificación de la actividad de pesca y de caza de mamíferos marinos; según se aprecia en las investigaciones desarrolladas en Cabo Polonio (López Mazz et al.2007). La innovación tecnológica incluye “pesas de red” para pesca, concordante con el descubrimiento de restos de diferentes peces producto del consumo prehistórico (loc.cit.). Poco tiempo después (entre 5 y 4 mil años atrás) se consolida la ocupación de las tierras bajas y ocurre la emergencia de los “pueblos constructores de cerritos”; ilustrando una adaptación humana directamente vinculada a los recursos de las tierras inundables, a los palmares y a la cota Atlántica (Bracco et al. 2000; López Mazz y Bracco 1994; López Mazz 2001). La evidencia arqueológica muestra innovaciones tecnológicas vinculadas al procesamiento de los recursos vegetales, al fruto de la palma Butiá capitata y al manejo de algunas plantas domesticadas como el maíz, los porotos, calabazas y boñatos (Bracco 1993; 2006; Iriarte et al. 2001). Los “pueblos constructores de cerritos” continuarán entre 4 y 1 mil años atrás, una evolución ligada a la productividad de las tierras bajas, y marcada por un proceso con transformaciones económicas y sociales (Bracco et al. 2000; Bracco 2006; López Mazz 2001). Las investigaciones sugieren un crecimiento demográfico importante (con una densidad mayor a la actual) un cambio en la organización económica y la emergencia de diferencias y asimetrías sociales, representadas talvez en el surgimiento de la figura del “cacique” (López Mazz 2001). Un elemento totalmente específico de este proceso y que constituye una línea independiente de pruebas arqueológicas, tiene que ver con la arquitectura en tierra (Iriarte et. al. 2004; López Mazz 2000).

Figura 3: Punta “Cola de Pescado” (Colección Oliveras; MUNHINA)

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La arquitectura en tierra parece connotar diferentes contextos funcionales: mortuorio, doméstico, ritual y otros. Los procesos de formación de estas estructuras son objeto de discusión entre los especialistas, destacándose las disposiciones circulares de cerritos interpretadas como aldeas con una plaza central (Bracco 1999; Iriarte et al. 2005; López Mazz 1999, 2001). Existe acuerdo también en reconocer un proceso incipiente de monumentalización de la muerte, aparentemente asociado al control de las zonas de concentración de recursos naturales (López Mazz 1999, 2001; Pintos 2002). Aproximadamente en el año 1000 de la era parece haber ocurrido un conflicto entre los grupos que tradicionalmente habitaban este territorio y otros grupos provenientes de la selva tropical como los guaranies (Cabrera 1992). Las influencias de este contacto parecen haber quedado marcadas en la adopción de nuevas modalidades funerarias y en nuevos estilos decorativos de la cerámica (idem op.cit). En las crónicas del siglo XVII habla de grupos llamados “tapuias” (término despectivo) o “arachanes” que serían esas poblaciones locales influenciadas por el proceso de “guaranización del litoral” (Cabrera 1992). Al momento del contacto con los primeros europeos a inicios del siglo XVI estos procesos de aculturación y de conflicto parecen estar ocurriendo. Algunas crónicas sugieres también que constituían circunstancias aprovechadas en las caza de esclavo indígena (loc.cit.). 2.2. La Historia Regional Si bien el descubrimiento del Río de la Plata fue atribuido al español Juan Díaz de Solís en 1516, siempre existieron rumores de expediciones portuguesas al Río de la Plata en las que habría participado el navegante Coelho con Américo Vespucio. La exploración europea más temprana del Área de Reserva fue realizada por Pero y Alfonso Lope de Souza en 1531 quienes reconocen el actual Arroyo Chuy y se refieren al Cabo de Santa María (Arredondo 1951). A inicios del siglo XVII curas jesuitas portugueses llegan a la zona dejando importantes descripciones de las tierras y las gentes de aquella época (César 1981).

Figura 4: Grabado Río de la Plata y Costa Atlántica (Ottsen 1599)

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En la literatura colonial existe una aparente contradicción entre el desconocimiento de la zona, expresado en la cartografía de la época, donde por ejemplo no aparece la Laguna Merín (Cabrera 1992:33) y algunas crónicas para inicios del siglo XVII, que dicen que el área estaba casi despoblada, por la intensa caza de esclavos indígenas hecha por los portugueses (Simón Rodrigues 1607, en César 1981). Con el tiempo la lucha de los Imperios hará intermitente la gestión administrativa de esta región, dejando marcada en la zona constates “hitos de frontera” (Fortalezas, Fuertes, Guardias, Monolitos demarcadores y otras estructuras asociadas). Sobresale el tránsito por el “camino de la costa” que unía las posiciones portuguesas de Laguna (Brasil) con la Colonia del Sacramento (Uruguay). Es a través de este eje que se realizará una intensa y sostenida comunicación. Este camino es un sendero ecológico americano, y constituye un itinerario histórico y cultural ineludible para comprender la región. Las políticas expansionistas de los Imperios han dejado su huella en el territorio. Del lado portugués los tempranos repartos de tierras a partir de la fundación de la Colonia del Sacramento en 1680 y luego Río Grande en 1737. La reacción española fue importante con la fundación de Maldonado en 1750 y la reconquista de la Colonia en 1762. Los últimos grupos indígenas guenoas/minuanes que habitaban la costa oeste de la Laguna Merín, serán reunidos en 1750 por los portugueses en el área de San Miguel y el Chuy; para ser trasladados a Río Grande donde fueron “aldeados” (Basile 1991). La influencia española y portuguesa en las sociedades de la frontera posee profundos antecedentes de ambos lados. Los primeros repartos de tierra (sesmarias) y la ocupación del territorio por parte de asentamientos de ganadería extensiva y mano de obra esclava, son producto de la expansión portuguesa de inicios del siglo XVIII El hecho de que sea en esta zona donde se hable el “mejor español” del Uruguay, es testimonio de la “reconquista castellana” del siglo XVIII. Si bien muchos elementos culturales forman parte de la vida cotidiana, aún no se ha reparado en su génesis histórica y la importancia de esas prácticas en la reproducción del colectivo social. En ese sentido la gestión de los recursos del bañado, el palmar, el habla y la gastronomía (entre otros rasgos) hacen parte de esa cohesión actual, producto de diversas contribuciones previas. Martínez Rovira (1982:77) señala que para 1780 seguían viviendo indígenas en los bañados, donde hacían “ranchos de arco”, fabricaban cerámica, plantaban porotos y acopiaban cueros. La historia colonial de esta región está a medio estudiar y los tipos humanos surgidos a lo largo de cuatro siglos de intensos intercambios, precisan una mirada antropológica más atenta. La existencia de un “estado pastoril Guenoa/Minuan” (que trataba por igual a portugueses, españoles y jesuitas) y la intensa “actividad esclavista “(inicialmente con nativos y luego con africanos) se constituyen hoy como dos objetos de estudio de máxima actualidad.

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Figura 5: Carta Francesa del siglo XVIII (ausencia de Laguna Merín)

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3. Un Primer Inventario Arqueológico El Área de la Reserva de Biósfera Humedales del Este corresponde al sector sur de la Cuenca de la Laguna Merín, que a su vez integra una región más extensa de lagunas costeras y tierras inundables próximas al Océano Atlántico. Esta extensa zona tuvo desarrollos sociales y culturales (pre históricos e históricos) comunes desde el sur de la ciudad de Porto Alegre hasta el inicio del Río de la Plata. En ese sentido, existen referencias arqueológicas similares para otras áreas del sur de Brasil (Copé 1978; Schmitz 1976) y de Uruguay como Tacuarembó (Gianotti et al.2005) Cerro Largo (Baeza et. al.1974) y Treinta y Tres (Prieto et. al. 1974). Este inventario no obstante se refiere únicamente a las zonas del Dpto. de Rocha que conocemos directamente desde 1987, cuando se inició el trabajo de la Comisión de Rescate Arqueológico de la Cuenca de la Laguna Merín (CRALM/MEC/UdelaR). La sistematización y el análisis de caso del Dpto. de Rocha, servirá de banco de prueba para la puesta a punto de políticas futuras de gestión-turismo, de un patrimonio cultural arqueológico de similares características. 3.1. Los sitios arqueológicos prehistóricos 3.1.1. Los sitios arqueológicos de las Tierras Bajas Río Cebollatí En 1987 se ubicaron 3 sitios arqueológicos estratificados y un sitio paleontológico (Bracco y López Mazz 1992ª:36). No hay información posterior de esos sitios, por lo que se ignora su estado de conservación). Laguna Negra En 1987 se localizaron 7 sitios arqueológicos superficiales y uno estratificado, todos prehistóricos, así como un sitio colonial en la Angostura (Bracco y López Mazz 1992ª: 36). Durante 1998 en el marco del proyecto Arqueología de las Tierras Bajas, se generó un repertorio de los sitios arqueológicos de la parte oeste de la Laguna, sobre la Sierra de los Difuntos, donde se localizaron 14 sitios, 10 de ellos cerritos, 2 sitios superficiales y 2 amontonamientos de piedra (López Mazz y Pintos 2000:51). Algunos de los cerritos de la Sierra de los Curas están afectados por actividades domésticas. En la Colección arqueológica Oliveras (Museo Nacional de Antropología) hay una importante colección de morteros provenientes de un sitio ubicado en el oeste de la laguna, aunque esta pendiente una ubicación exacta del lugar. Diferentes colecciones privadas de Castillos y del Potrerillo, muestran la importancia de los sitios del norte de la Laguna, así como de la intensidad de la recolección selectiva de los “coleccionistas”. Este ha sido uno de los factores que más ha influido en la conservación de esos sitios.

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Costa Oeste Laguna Merín El relevamiento de 1987 localizó 3 sitios arqueológicos superficiales prehistóricos, al igual que dos cerritos en la desembocadura del Río Cebollatí (Bracco y López Mazz 1992ª: 36). Mientras que los cerritos tienen buen estado de conservación, los sitios superficiales han sido objeto de recolecciones selectivas. Ignoramos la existencia de colecciones con material arqueológico proveniente de estos sitios. Potrero Grande Las colinas del Potrero Grande tienen un rumbo Este-Oeste y constituyen el lugar de tránsito obligado, entre el interior y la costa Atlántica. En 1987 se localizaron un agrupamiento de 15 cerritos y otro de 4 cerritos, existiendo también 2 cerritos aislados (Bracco y López Mazz 1992ª:37). A partir de 1993 el Proyecto Arqueología de las Tierras Bajas (Conicyt/BID) intensificó los relevamientos llevando el total a más de 30 cerritos (López Mazz y Pintos 2000, 2001). Desde 2003 el Proyecto Desarrollo Metodológico y aplicación de nuevas tecnologías para la gestión integral del Patrimonio Arqueológico en Uruguay (CSIC/España-FHCE/UdelaR) ha conseguido aumentar el número de cerritos repertoriados (Gianotti et al. 2005). Los factores que afectan a los sitios tienen que ver con la agricultura industrial y doméstica así como por alguna obra de infraestructura.

Figura 6: Modelo Digital de Conjunto de Cerritos

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Arroyo San Luis La zona de San Luis fue tempranamente explorada por J.H. Figueira (1892) quienes identifican un importante conjunto de cerritos, habiendo excavado alguno que les permite interpretarlos como túmulos funerarios. En F. Bauzá (1895) hace también referencia a los cerritos de San Luis. En 1987 el relevamiento de la CRALM localizó 3 cerritos (Bracco y López Mazz 1992ª:37). Durante trabajos realizados a fines de los 90, Bracco (2000:295) describe para la zona la existencia de 15 conjuntos de estructuras, totalizando unos 85 cerritos en total. El sitio arqueológico Puntas de San Luis esta constituido por 15 cerritos sobre un área de 16 has. formando una “U” orientada norte-sur (Bracco 2000:295). Los cerritos de ese conjunto, van entre 1 m y 4,5 m de altura y un diámetro medio de base de 35 m (loc.cit.). Estero del Arroyo Pelotas En esta zona se identificaron 17 cerritos, dos conjuntos de 4 estructuras y dos de 2 estructuras; más un cerrito aislado (Bracco y López Mazz 1992ª: 37). ). No hay información posterior de esos sitios, por lo que se ignora su estado actual de conservación). Sierra y Arroyo San Miguel En 1972 a solicitud de un vecino, un equipo del Museo de Historia Natural de Montevideo excavó un cerrito en la Sierra en el que se realizó el hallazgo de enterramientos humanos dentro de una urna cerámica, de acuerdo al patrón de los grupos guaranies (Femeninas ). Durante 1986 y 1987 los relevamientos consiguieron localizar 41 cerritos en la Sierra y 26 en el Bañado de San Miguel. En el Bañado hay 4 cerritos aislados y 5 grupos de 23, de 4, de 5 y 2 de 2 cerritos (Bracco y López Mazz 1992ª: 37). De acuerdo a lo que vimos en la Sierra, existe una distribución casi continua de cerritos ubicados en la cima, con algunos grupos de ceritos en el Cerro del Paso y en la zona del Abra. Sobresalen los cerritos de gran tamaño como el excavado primero por Femenías y luego por Cabrera et al. (2000). Con una metodología basada en la interpretación de las fotos aéreas, se pudieron identificar 54 yacimientos con cerritos, 42 cerritos aislados y 12 agrupamientos de cerritos, en un área estudiada de 176 km2 (Bracco y López Mazz 1992b:54). Las excavaciones realizadas en el sitio CH2D01 sobre el Arroyo San Miguel permitieron conocer que la ocupación de la zona parece haberse consolidado a partir del inicio de la era, con un patrón de asentamiento con dos cerritos (y zonas periféricas de ocupación) con un progresivo uso de los mismos a los fines funerarios (Curbelo et al.1990: 339; Bracco et. Al. 2000; Femenías et al.1992: 355; López Mazz 1992). En ese sitio se recuperaron dos ejemplares de un perro doméstico propio de la zona con una antigüedad de unos 1600 años. También fueron investigados el sitio CH1D01 sobre un meandro del mismo arroyo y el sitio CH2D01 en la sierra, ambos con testimonios de enterramientos humanos y un registro detallado del conjunto de los recursos animales de las tierras bajas, sobre los que organizaban su economía (Curbelo et. al 1990; López Mazz 1992). Durante el fin de los años 90 las investigaciones de Cabrera (1999, 2000) pudieron conocer diferentes “escenas funerarias” con complejos ajuares y una distinción entre áreas de enterramiento y áreas domésticas.

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Los cerritos del Arroyo San Miguel, están afectados por la agricultura industrial y por los canales de drenaje. En la Sierra de San Miguel la primera actividad destructiva son las infraestructuras domésticas. India Muerta Dado lo extenso de los bañados y la dificultad de su circulación fue necesario explorar metodologías específicas de reconocimiento arqueológico .Un estudio de foto aérea en un área de 252 km del extenso bañado permitieron reconocer 13 yacimientos con cerritos; 95 cerritos aislados y 5 grupos de cerritos (Bracco y López Mazz 1992b:54). Investigaciones realizadas por Bracco et al. (2000; 2001) señalan conjuntos de cerritos de importante magnitud (más de 7 m) con fechas que alcanzan más de 5 mil años de antigüedad. Parece haber una coincidencia entre investigadores brasileros y uruguayos sobre el rol estratégico que parece haber jugado el Bañado de India Muerta, en la emergencia de una tradición cultural prehistórica de largo aliento, estrechamente vinculada al drenaje de las aguas. En la zona pudimos apreciar el impacto destructivo del cultivo del arroz y de los canales de drenaje. Dichos daños anunciados ya en los trabajos de Bracco y López Mazz (1992 a y b) no han hecho más que acentuarse en los últimos años, particularmente en los establecimientos próximos a la ciudad de Lascano. Por tratarse de uno de los lugares donde el fenómeno cultural prehistórico de los “pueblos constructores de cerritos”, esta mejor representado y contextualizado en extensos bañados, fue recientemente declarado

Figura 7: Enterramiento Múltiple Sitio CH2D01

Figura 8: Conjunto Circular de Cerritos (Iriarte et al. 2004)

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Monumento Histórico Nacional. En este momento se estudia la puesta en valor de una zona núcleo de paisaje de cerritos, con apoyo de la Comisión Nacional del Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación (MEC) la Intendencia Municipal del Rocha, los propietarios de los campos y los vecinos. Las investigaciones de Iriarte et al. (2001, 2004) en la Sierra de Losa Ajos, han estudiado un conjunto de cerritos interpretado como una aldea circular. Sierra de Averías En esta sierra próxima al Bañado de India Muerta fueron identificados 23 cerritos, distribuidos en un grupo de 21 cerritos y en otro de 2 cerritos (Bracco y López Mazz 1992ª:37). Laguna de Castillos Durante los años 90 diferentes trabajos arqueológicos buscaron conocer la situación arqueológica y la evolución ambiental de la Laguna de Castillos (Bracco 1993; López Mazz 1994). En 1996 se realizan trabajos de prospección sistemática de la Laguna, se reportan unos 23 sitios localizados, y se excavaron el sitio Cráneo Marcado (2 cerritos) de una edad de 3000 años y el sitio Guardia del Monte (dos cerritos) con una antigüedad que llega a los 4600 años. (Pintos 2000:77). Las excavaciones pusieron a luz enterramientos humanos de diferentes modalidades, incluyendo testimonios de conflicto (y tal vez antropofagia) así como enterramientos correspondientes al período de conquista (Capdepont y Pintos 2002:108). Las actividades económicas que afectan los sitios tienen que ver con la agricultura industrial y doméstica. Se han constatado destrucción de cerritos por causas desconocidas (curiosidad, tierra para jardín, etc.) Valle del Arroyo Balizas En las terrazas altas de este valle se localizaron 3 cerritos y en la terraza baja, contra el arroyo (próximo al puente) se localiza 1 cerrito que fue parcialmente destruido (López Mazz y Gascue 2007). En 1931 B. Sierra y Sierra reportaba el hallazgo de un zoolito (escultura en piedra con forma de animal) en este valle, no pudiendo descartarse que provenga de algunos de estos sitios. Los cerritos de esta zona están afectados por actividades desconocidas. 3.1.2. Los sitios arqueológicos de la Costa Atlántica Playa La Esmeralda En esta playa fueron localizados tres montículos prehistóricos de conchas de Donnax Hegeliana, producto de la explotación intensiva de este recurso entre 1000 y 3000 años antes del presente (Bracco et al. 1999; López Mazz et al.1998, 2002).

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Las excavaciones pudieron aclarar que el sitio era ocupado en verano por sociedades prehistóricas, que permanecían en el lugar entre la primavera y el principio del otoño (López Mazz et al.2002). La formación de los montículos fue realizada por la acumulación regular de restos de bivalvos y fogones, y se recuperaron restos de cérvidos, huevos de ñandú, de mulitas, de peces y de gasterópodos (Moreno 2005; Villarmarzo 2006). Este sitio es de singular importancia científica e histórica, pues es el único de su tipo en el Uruguay. Recientemente el sitio ha comenzado a ser afectado por vandalismo con

vehículos 4x4 durante el verano y recientemente la extracción de conchillas para la construcción. Punta La Coronilla, Cerro Verde y Playa La Moza En la Punta La Coronilla y en Cerro Verde en 1992 fueron realizadas excavaciones arqueológicas que permitieron recuperar testimonios prehistóricos de pesca, así como de recolección de gasterópodos y de cangrejos, que formaban parte de la dieta. Los sitios parece que fueron ocupados entre 3000 años del presente y la época colonial (López Mazz 1995). Unos diez km hacia el interior, en el Rincón de los Indios los morteros que eran usados por los pueblos constructores de cerritos, eran confeccionados con cantos rodados provenientes de las playas “colgadas” de Punta La Coronilla y Cerro Verde. A la intensa actividad de pesca que ocurría en tiempos prehistóricos en estas puntas rocosas, hay que agregar otras especies terrestres identificadas en la dieta (cérvidos, gasterópodos y mamíferos marinos (López Mazz 1995). Estos sitios han recibido durante años la intensa actividad de recolección selectiva de materiales por parte de los turistas. No conocemos colecciones arqueológicas que reporten materiales provenientes de estos sitios. Cabo Polonio Las investigaciones arqueológicas en este lugar se remontan a 1914 con las primeras expediciones de Carlos Maeso (1977). Luego Francisco Oliveras reúne material arqueológico para su colección y en 1974 el Centro de Estudios Arqueológicos realiza investigaciones sobre el área Valizas/Polonio (Baeza et al. 1974) que dan cuenta de la intensa ocupación del lugar en tiempos prehistóricos. Una importante colección arqueológica fue reunida por el Dr. Infantozzi quién estuviera desterrado en el lugar durante la dictadura. Desde 1991 el Dpto. de Arqueología de la Facultad de Humanidades (UdelaR) ha realizado diferentes excavaciones en el lugar, que permitieron recocer que hace al menos 6 mil años atrás, el Cabo Polonio era el lugar de caza de mamíferos marinos y de pesca (López Mazz 1994-1995). La secuencia arqueológica propuesta en 1992 (López Mazz 1994-95) ha sido confirmada por investigaciones recientes (López Mazz et al. 2005). Cabe señalar que la edad del cordón de médanos del litoral costero uruguayo de 4.400 años, surge del perfil de la Exc. I y del fechado (URU 004) de carbón cultural realizado por el proyecto “Arqueología de la costa Atlántica 1992-1994” (CSIC/UdelaR). Ese cordón de médanos compuesto de arena fina de origen eólico corresponde a un clima más seco y frio, con un nivel del mar por debajo del actual.

Figura 9: Conchero Playa La Esmeralda

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Los testimonios recuperados de la pesca realizada por los habitantes prehistóricos del lugar, cubren más de seis mil años de antigüedad y los cambios ambientales parecen haber estimulado el cambio tecnológico (López Mazz et. al. 2008). Los sitios arqueológicos están impactados por la recolección selectiva de materiales (en los sitios inter dunares) y recientemente por la acelerada urbanización (en el domo) (López Mazz et al.2007). Las colecciones arqueológicas que poseen materiales provenientes de este sitio son: Colección Maeso, Colección Oliveras, Colección Bosch - Moreno, Colección Infantozzi. Las investigaciones sobre el Patrimonio Subacuático constituyen un capítulo en sí mismo. Permisos para “extracción de tesoros” fueron otorgados por el Estado en los años 90 y algunas investigaciones están en curso. También existen planes de promoción de un Parque Arqueológico Subacuático por parte de la Lic. Carolina Di Bueno y la Lic. Mabel Bosch, que trabajan en la zona hace años en temas de turismo cultural. El buceo deportivo de afición arqueológica constituye desde hace muchos años una actividad común en la zona. Barra del Arroyo Balizas La Barra del Arroyo Balizas, al pie del Cerro Buena Vista está asociada a numerosos sitios prehistóricos superficiales (Baeza et. al.1974; López Mazz et al.2002). La Colección Oliveras del Museo Nacional de Antropología, así como el Museo Arqueológico Beltrán Pérez de Castillos, poseen piezas provenientes de estos yacimientos. A ambos lados de la barra del arroyo cuando hay tormentas, son lanzados por el mar fósiles de fauna extinta, y en algunos puntos material arqueológico proveniente de asentamientos humanos que hoy están bajo agua. Estos asentamientos que se ubican en terrazas marinas sumergidas corresponden a diferentes épocas. La recolección selectiva de piezas realizada por los turistas y los “coleccionistas” es la principal actividad que impacta sobre estos sitios. Estancia La Pedrera Entre los km 236 y 250 de la Ruta 10 se localizan unos 10 cerritos, algunos de ellos afectados por causas desconocidas. En el km 240 de esa ruta y a proximidad de la costa, se excavaron 2 cerritos de indios que testimoniaban una ocupación de tipo doméstico del lugar, en una fecha entorno a los 1.200 años antes del presente (López Mazz et al. 2005).

Figura 10: Excavación Arqueológica Sitio Faro

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3.2. Los sitios arqueológicos históricos Fuerte de San Miguel La primera ocupación de las Sierras y los antecedentes de construcción del Fuerte de San Miguel fue realizada por parte de los portugueses en 1737, como parte de la puesta en marcha de un dispositivo de defensa de los límites del Imperio (Arredondo 1951:157). Los españoles la toman en 1750 y 1762. Este lugar junto con las guardias del Chuy, jugaron un papel importante en el traslado de los últimos indígenas minuanes que habitaban la zona hacia el presidio de San Pedro del Río Grande en 1750. El fuerte esta bajo la órbita del Ejército y en él existen una exposición arqueológica con la Colección Arredondo y un “Museo Nativo”. Fortaleza de Santa Teresa Esta fortaleza también fue comenzada su construcción por los portugueses en 1762 y luego fue tomada por los españoles en 1763, quienes ajustan el proyecto de arquitectura militar y dan fin a las obras (Arredondo 1951:156). Esta Fortaleza hace parte también del dispositivo defensivo implementado por los españoles para detenerlos en su afán expansionista. La población de esta Fortaleza fluctuó a través de los tiempos llegando a tener un pueblo al pie de la misma (Martínez Rovira 1982:62). Actualmente la fortaleza está en la órbita del ejército y en la misma existe una exposición y un pequeño museo militar. Estancia Real de Castillos En la ciudad de Castillos se encuentran unas estructuras en piedra que serían de la antigua estancia real de la época del Rey español Carlos V (mitad siglo XVIII) según los estudios del historiador local Jesús Perdomo (com.pers.). Si bien hemos advertido en los vecinos el interés por tales estructuras, puede apreciarse el franco deterioro en el que se encuentran. Gran parte del daño recibido por estas estructuras fue debido a la urbanización, y a la instalación en el lugar de una torre de micro ondas de la telefónica nacional. Estancia La Tuna La Estancia La Tuna parece ser un asentamiento portugués temprano producto del reparto de tierras (Sesmarias) realizado por aquella corona como parte de su estrategia de ocupación del espacio en el siglo XVIII (De los Santos 2008). La estancia pasa luego a la órbita de Buenos Aires donde es reclamada por la familia De los Santos que aún tiene descendientes en la zona (loc.cit.). El lugar fue escenario de las disputas civiles que modelaron el Estado Independiente, donde el caudillo Fructuoso Rivera peleó en dos oportunidades. Ambas Batallas que ocurrieron con muchos años de diferencia, llevan el nombre de “Batalla de India Muerta”, y ocupan en la historia nacional un lugar propio y un monumento recuerda el lugar. Actualmente gran parte de las estructuras (casa, cocina, corral pequeño y corral grande) se conservan, aunque el abandono es notorio. Los vecinos de la Villa de Velásquez han

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recientemente hecho público su interés para que Estancia La Tuna sea declarada Monumento Histórico Nacional. Esta estancia trabajo en la época colonial con mano de obra esclava (De los Santos 2008). Monolito de India Muerta Se trata de un monumento constituido por un monolito que consagra un hecho perdido en la memoria local. Algunas tradiciones mencionan el enterramiento de una “India Muerta” pero no hay certeza al respecto. Los vecinos de la Villa de Velásquez han tenido también la iniciativa de solicitar a la Universidad de la República apoyo para investigar los orígenes del monumento y el nombre del lugar. La Estancia del Oratorio La Estancia del Oratorio es quizá el asentamiento europeo más antiguo realizado con un objetivo colonizador y vinculado a la temprana colonización europea. Se trata de repartos de tierra realizados por los portugueses en la primera mitad del siglo XVIII, con la instalación de un asentamiento de producción rural, del que pueden aún apreciarse “mangueras de piedra” y otras estructuras de aquella época. El establecimiento trabajó con mano de obra esclava y existiría entre las estructuras un cementerio para los africanos (Rosalío Pereyra com.pers).

Figura 11: Estructura en Piedra de Estancia El Oratorio

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Otros sitios arqueológicos En el Potrero Grande, Martínez Rovira (1982:65) localiza para el siglo XVIII la presencia de “una guardia” encargada de las caballadas de la fortaleza. También en el actual Potrerillo de Santa Teresa habría existido un asentamiento militar; lo mismo que en el Arroyo Chuy. Los trabajos de relevamiento de la CRALM de 1987 reportan algunas de estas estructuras (Bracco y López Mazz 1992ª:33). En su conjunto estos asentamientos coloniales hacen parte, junto con las estructuras mayores antes mencionadas de itinerarios históricos a través de los que se realizaba la comunicación entre pueblos y culturas. Es por esa razón que recibirá a lo largo del tiempo diferentes denominaciones como: “camino de la costa”, “camino del indio”, “la ruta del esclavo” y “frontera imperial”. Este palimpsesto producido desde la prehistoria hasta la actualidad, de flujos humanos y de tránsito de elementos culturales, constituye en diferentes líneas de lectura, la especificidad social de este lugar, su identidad, tanto como su patrimonio. 3.3. Un diagnóstico sobre el estado de conservación del Patrimonio Cultural Arqueológico Consideraciones de tipo patrimonial y de capital cultural (y turístico) llevaron tempranamente al Estado uruguayo a declarar Monumento Histórico a la Fortaleza de Sta. Teresa en 1927 y a emprender importantes obras de restauración en los años 30. No obstante, luego esa perspectiva de la potencialidad turística de los recursos culturales cayó en el olvido. Posteriormente y a partir de los años 60 y hasta los 90, en Uruguay y en el mundo entero, la promoción turística se concentró obsesivamente en la playa y de espalda a cualquier otro tema. En 1986 el desarrollo del cultivo de arroz y el desorden en el drenaje de los bañados promovieron un primer diagnóstico preocupante sobre el estado del patrimonio arqueológico (Bracco y López Mazz a y b). La agricultura doméstica y las obras de infraestructura también se mostraban como causantes de la destrucción de varias estructuras prehistóricas (loc.cit.). Los relevamientos posteriores realizados en San Miguel (Cabrera 2000) India Muerta (Bracco et. al.2000) Paso Barrancas (Bracco et al. 2000) Laguna de Castillos (Pintos y Capdepont 2000) Estancia Malabrigo (Iriarte 2001) Laguna Negra (López y Pintos 2000, 2001) Potrero Grande (López Mazz 2001; Gianotti et al.2005) y la Costa Atlántica (López Mazz et al. 2004) muestran varias cosas con mucha claridad:

a) A medida que se profundizaba la investigación a nivel regional, aumentaba el número de sitios arqueológicos, así como la magnitud y el interés que despertaban las sociedades prehistóricas.

b) A medida que aumentaba el número de sitios arqueológicos relevados, se acentuaban las tendencias en relación a las actividades destructivas. En los primeros estudios de impacto y de rescate arqueológico, se había llamado la atención sobre el efecto destructivo de la agricultura industrial y doméstica; de las obras hídricas y de la infraestructura agropecuaria (Bracco y López Mazz 1992 a y b; López Mazz 1992b, 1995).

c) En los últimos años, nuevas actividades comienzan a introducir perjuicios a la integridad material de los sitios arqueológicos, demandando aproximaciones metodológicas específicas (forestación, minería, etc.).

d) El aumento de la propiedad de la tierra por parte de sociedades anónimas dificulta la buena gestión, pues los administradores sin revelar el nombre de los propietarios reales, demoran cuando no impiden las actividades públicas de investigación y de

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inventario (Estancia Malabrigo/India Muerta, Estancia Corral de Palma/Arroyo Los Indios, Kambara/La Coronilla).

e) Destrucción de lugares históricos por desconocimiento (muchos lugares) o por alevosía (Potrero Grande/Capacho).

f) Práctica exagerada y abusiva del “coleccionismo” que atenta contra los sitios arqueológicos y de manera indirecta sobre los acervos públicos, que son objeto de robo. El tráfico y el comercio (ilícito) estimula el vínculo entre coleccionistas y traficantes, con la consiguiente pérdida de inocencia de los primeros.

g) El Estado no siempre impulsa los “estudios de impacto” que debiera (arroz, forestación, prospección minera, parques eólicos, regulación hídrica, etc.).

h) Algunos funcionarios encargados de velar por la integridad del patrimonio, se dedican a actividades incompatibles como el “coleccionismo”.

Los cambios en el uso de la tierra y los nuevos regímenes de propiedad, imponen novedosos desafíos para la protección y la cautela de este tipo de bienes de acceso público. Los nuevos datos indican una diversidad de estados de conservación de estos lugares (con aumento de la actividad destructiva) según las zonas y según los “paquetes tecnológicos” en uso. En virtud del vertiginoso ritmo de las actividades productivas, parece oportuno, cuando no necesario, impulsar un relevamiento actualizado y sistemático; que tenga valor de inventario y como tal, sirva de herramienta para el control y fiscalización del Patrimonio Arqueológico.

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4. Proyecto: Gestión Integral y Promoción Turística de los Paisajes Culturales del Área de Reserva Humedales del Este Como puede apreciarse en la información ya expuesta, grandes cambios están ocurriendo en el régimen de propiedad de la tierra, en los paquetes tecnológicos y en los proyectos económicos. Los Bienes Culturales están siendo afectados en diferente medida, por actividades económicas tradicionales y por otras actividades nuevas. El balance es negativo en su globalidad y por lo tanto impone, a aquellos proyectos turísticos que pretende trabajar sobre esos bienes, un compromiso con su protección y con una gestión integral de los mismos. El proyecto busca mejorar las valoraciones técnicas para que la oferta turística pueda atender el uso social sobre el Patrimonio. La propuesta propone la confección de un inventario arqueológico de los testimonios prehistóricos e históricos, para India Muerta y para Potrero Grande. El mismo permitirá conocer en detalle el patrimonio cultural regional y por esa vía, obtener información útil para seleccionar áreas aptas, e itinerarios atractivos para la visita del público. Existen varias iniciativas científicas y de la comunidad local previas en este tema. Se propone también investigar sobre algunos Bienes Patrimoniales y ejecutar acciones concretas para revitalizar la oferta cultural, en el Parque Nacional de Santa Teresa y en el Monumento Natural de Cabo Polonio. 4.1. Justificación de la Propuesta Dado los antecedentes fragmentarios y discontinuos de la aplicación de políticas públicas en Gestión del Patrimonio Cultural Arqueológico en el Área de Reserva; la propuesta se centra sobre la necesidad de estudiar y coordinar una serie de actuaciones arqueológicas consideradas muchas de ellas “de urgencia”. En su conjunto las actuaciones propuestas (de diferente tipo, alcance y origen) buscan dotar al conjunto de los bienes culturales arqueológicos de un plan específico y coherente, de protección, cautela y promoción turística. La Propuesta selecciona y prioriza testimonios históricos y prehistóricos que constituyen paisajes culturales singulares; y que por sus características son pasibles de ser proyectados como lugares de interés turístico. La investigación y la intervención “de urgencia” buscan revertir un peligroso proceso de abandono y deterioro, creando una plataforma para su puesta en valor y su rentabilización social. En su conjunto la selección de lugares de interés por su diversa magnitud y naturaleza, ha pretendido ser representativa del proceso histórico y cultural del Área. Se trata de que permita conocer y valorar las diferentes experiencias de adaptación humana a estos humedales y a este litoral atlántico. Por esa razón se contemplan los paisajes prehistóricos de cerritos en algunas de sus áreas críticas (India Muerta y Potrero Grande) pero también los diferentes testimonios histórico-coloniales de “la lucha de los imperios” (Santa Teresa) y de la relación de los “uruguayos/as con el mar” (Cabo Polonio). El Plan propone también dedicar un poco de investigación al área del Oratorio por su significación en la “ruta del esclavo” y en la ciudad de Castillos para reconocer el estado de conservación de los restos de la antigua “estancia real”. Sin esa investigación no estamos en condiciones de saber la potencialidad de estos lugares para su promoción turística, ni la valoración social que pueda surgir de los resultados. En cada caso se trata de intervenciones de diferente naturaleza que ejecutan acciones dirigidas a la investigación, conservación y puesta en valor. Se busca por un lado inventariar y evaluar los paisajes culturales de cerritos en dos zonas de humedales. Por otro lado se busca conocer mejor y difundir, los intercambios e innovaciones culturales que ocurrieron durante la conquista y la colonización europea. Desde el punto de vista de la Gestión Cultural Integral,

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las actividades corresponden a diferentes etapas en la cadena valorativa y están concebidas para actuar a diferentes velocidades. Sin embargo, tienen el compromiso compartido de asegurar una mejora en los estándares estatales de protección y promoción del patrimonio cultural. La distribución espacial de los lugares seleccionados en el territorio, tiene la virtud de ilustrar la ineludible y originaria asociación de intervenciones humanas y ecosistemas específicos de esta región. De esta manera la propuesta de puesta en valor de estos lugares de interés cultural, lleva también a fomentar el tránsito y el disfrute de los humedales, los palmares, las lagunas y la costa atlántica. Cada uno de los lugares seleccionados posee atributos y características propias que los han llevado en el pasado a ser objeto de diversas iniciativas similares que no prosperaron. Estas instancias constituyen antecedentes válidos y recogen inquietudes de las comunidades locales, sobre las cuales trabajar. Aunque imperfectas y de resultado discutible (y a veces limitado) estas experiencias son el punto de partida de la presente propuesta, pues se originan en el mismo diagnostico técnico-patrimonial y en la misma preocupación social. 4.2. El Patrimonio y la Diversidad Cultural como Marco de Acción Como parte de una Estrategia Global para llenar los vacíos existentes en la lista del Patrimonio Mundial, los expertos propusieron en 1994 un enfoque antropológico a través del espacio y del tiempo, que permite considerar y justificar la salvaguarda de los paisajes culturales de este de Uruguay (Rössler 1999: 47). Como hemos podido apreciar a través de la peculiar historia de esta región, hubo flujos constantes de poblaciones prehistóricas e históricas, que significaron experiencias de intercambio y coexistencia entre humanos y ecosistemas. El paisaje producido es también expresión de la historia de los seres humanos en sociedad, de sus interacciones, de la “armonía cultural” y de su capacidad creativa (material y simbólica). De acuerdo al Artículo No.1 de la Convención del Patrimonio Mundial (UNESCO 1972) los paisajes culturales son aquellos que “…combinan el trabajo del hombre y la naturaleza”. En nuestro caso concreto y de acuerdo a las categorías previstas por la Guía Operativa para la Implementación de la Convención, los “paisajes de cerritos” corresponderían a “Los Paisajes Evolutivos” (u orgánicamente desarrollados) resultantes de condiciones sociales, económicas, administrativas y/o religiosas, que se han desarrollado conjuntamente y en respuesta al medio ambiente natural (Rössler 1999: 48). En estos paisajes estarían representadas las dos sub categorías previstas, ya que algunos pueden ser considerados como un “Paisaje Fósil/Relicto” (donde el proceso evolutivo llegó a su fin) y otros un “Paisaje continuo en el tiempo” (que sigue teniendo un papel social activo en la sociedad contemporánea, conjuntamente con la forma tradicional de vida). El Tratado de Ramsar (1993) ratificado por Uruguay si bien no tenía objetivos específicos de tipo cultural señalaba la incompatibilidad de algunas actividades, que también son una amenaza para la buena gestión del patrimonio. El basurero municipal de La Coronilla en el Camino del Indio es un buen ejemplo, ya que fue instalado sobre una ruta panorámica que constituye parte de un ecosistema protegido y un “itinerario histórico y cultural”. En Uruguay existen normativas legales similares (Ley 17.234/2000) y la categoría para la protección de este tipo de producto corresponde a la de “Paisaje Cultural Protegido” y la de “Parque Nacional”. Algunos paisajes vinculados al trabajo esclavo en las áreas rurales (cementerios e infraestructura rural) merecen especial atención. Es el caso de La Estancia del Oratorio ya que el Estado uruguayo viene buscando tomar medidas de revisión histórica en relación con la minoría afro descendiente, Cabe señalar que la conmemoración del Día del Patrimonio del

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año 2007 dedicado al reconocimiento de las Tradiciones Africanas que contribuyeron a la formación de una “cultura uruguaya”. 4.3 Objetivos 4.3.1 Objetivo General Proteger, poner en valor y contribuir a la Promoción Turística de los Paisajes Culturales y el Patrimonio Arqueológico del Área de la Reserva de Biósfera Bañados del Este. Asegurar por este camino el ejercicio de un derecho ciudadano y la promoción de nuevos escenarios para la mejora de la calidad de vida y del desarrollo social. 4.3.2. Objetivos específicos

a) Vincular investigación histórica, antropológica y arqueológica, con la gestión del Patrimonio Cultural, orientada al desarrollo del Turismo.

b) Coordinar y sistematizar las acciones públicas (protección y cautela) sobre el Patrimonio Cultural a partir de las herramientas legales y de las responsabilidades públicas.

c) Conocer el estado de conservación de los “Bienes Culturales” y de los sitios arqueológicos del área.

d) Discutir sobre las potencialidades de algunos sitios en tanto “lugares turísticos”. e) Poner a disposición de las autoridades púbicas (Intendencia de Rocha; Ministerio de

Turismo; Ministerio de Educación y Cultura; Ministerio de Vivienda. Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente; Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca; Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Ministerio de Industria, etc.) información de primera mano y asesoramiento técnico.

4.4. Actividades

a) Relevamientos sistemáticos y confección de inventarios. b) Investigación histórica (archivos) y arqueológica (excavaciones) sobre algunos

lugares. c) Elaboración de propuestas de protección regional para elevar al Ministerio de

Educación y Cultura (Comisión Nacional del Patrimonio) Ministerio de Transporte y Obras Públicas (Hidrografía, etc.) y Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

d) Estudio de potencialidades y diseño de proyectos de “puesta en valor” a partir del estudio de experiencias similares.

4.5. Productos

a) Inventarios y diagnósticos actualizados de los Bienes Culturales. b) Proyectos concretos y Planes de Manejo para la puesta en valor de un Parque Nacional

de los Cerritos del Área de Reserva (con una zona núcleo en India Muerta y otra en Potrero Grande).

c) Proyecto concreto de Investigación, Actualización Museística y Puesta en Valor del Parque de Santa Teresa, incluyendo el pueblo al pie de la Fortaleza.

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d) Proyecto concreto de un Museo del Cabo Polonio y el Mar, en base a la información científica sobre las diferentes experiencias de gestión de los recursos acuáticos.

e) Proponer algunos “itinerarios” y “narrativas nuevas” (basados en la información científica) para los guiones turísticos de modo de facilitar el tránsito a través de los lugares, y a través de los significados históricos y culturales.

f) Reforzar los acervos públicos (de lugares y de objetos) vinculados al Patrimonio Cultural en tanto recursos y posibilidades de las poblaciones locales.

g) Planes concretos para docentes y estudiantes que vinculen Patrimonio Histórico y Cultural con Educación Pública.

h) Cursos para Guías Turísticos y para Gestores Culturales.

4.6. Metodología de trabajo La estrategia necesariamente y de acuerdo a lo ya expuesto, busca contemplar un “ciclo de valor y uso”, donde estipular las instancias necesarias para una Gestión Integral de los Paisajes Culturales y del Patrimonio Arqueológico del Área de Reserva. La estrategia debe contemplar acciones en los tres niveles de gestión que deben articularse (uno legal nacional, otro departamental y otro de promoción turística). Un primer elemento de método en la propuesta es centrar el esfuerzo en la coordinación inter institucional de los agentes del Estado, y a su vez entre éstos y la comunidad local. Un segundo elemento es la ejecución de diferentes actividades de protección, de diversa naturaleza (legal, constructiva, difusión, etc.) velocidad e intensidad. Un tercer elemento lo constituye un Plan de Acciones concretas de Promoción Turística que será elaborado con los técnicos en turismo sobre lugares seleccionados. La selección de los lugares responde en cada caso a razones particulares; no obstante en su conjunto sintetizan e ilustran episodios y procesos históricos claves de la región. La propuesta nuestra en el estado actual, consiste en una selección de lugares posibles y una evaluación de sus potencialidades y limitaciones (arqueológicas, logísticas, legales, etc.) en tanto atractivo turístico. La propuesta de poner en valor 4 lugares dispersos en un relativo extenso territorio, tiene también como en otros países, el objetivo de impulsar los lugares de interés histórico, turístico o científico, como ordenadores del espacio y del territorio. El diseño de proyectos particulares, contribuye a hacer funcionar una red de lugares a través de los cuales se facilita la apropiación social del paisaje. 4.7. Lugares de interés cultural para registrar, investigar y poner en valor A continuación se presenta una lista de lugares y un conjunto de actuaciones que entendemos permitirán mejorar las condiciones, para la protección, la puesta en valor y particularmente para la actividad de planificación turística. 4.7.1. Área Protegida y Parque Nacional de los Cerritos de India Muerta La zona próxima a la ciudad de Lascano presenta una concentración de estructuras prehistóricas que por su magnitud, tipo y antigüedad, fueron consideradas como muy representativas de la cultura prehistórica “constructores de cerritos”. La declaratoria de Monumento Histórico Nacional le fue otorgada al conjunto, a instancias de la Comisión Nacional del Patrimonio Cultural, con el apoyo de los vecinos y propietarios (CNPC/MEC

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2008). Se calcula que en esta zona existen unos 600 cerritos y que su máxima expresión escenográfica esta en los Monumentos de La Viuda y Cerro de García Ricci, donde alcanzan una antigüedad de 5000 años y mayores alturas (Bracco 2007). La creación de un Área Protegida y Parque Nacional de los Cerritos (zona núcleo) está entre los planes a mediano plazo pero ello debe de ser el producto de un trabajo con los técnicos del SNAP. Es un lugar de interés histórico que puede asumir su rol de “Capital Prehistórica” de las tierras de bajas del litoral meridional de Sudamérica. Es un caso similar al de Navan en Irlanda del Norte, un lugar emblemático que funciona como punto de partida de

una historia común. Es una historia común con el sur de Brasil, que desafía los compartimentos estancos de las historias nacionales y deja paso al territorio imaginario prehistórico. La investigación histórica ha contribuido a reconocer el protagonismo de los grupos Guenoas/Minuanes en la Historia uruguaya y sur brasilera (por encima del Mito Charrúa) (Diego Bracco 1993). La puesta en funcionamiento de una narrativa que contextualice y explique las claves históricas de los paisajes de este lugar, será una oportunidad de rever y volver a escribir algunas páginas relativas a las poblaciones originarias del Uruguay. La posibilidad de decretar áreas de cautela cultural en espacios pertenecientes a privados, precisa ajustar la herramienta del “Plan de Manejo” como instancia clave de armonización de intereses. En este momento comienzan algunas obras de acondicionamiento para la puesta en valor de este lugar en coordinación entre la Comisión del Patrimonio Cultural (MEC) y

Figura 12: Distribución Espacial de Cerritos (López Mazz y Bracco 1994)

Figura 13: Monumento Histórico Nacional Cerrito “La Viuda”

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la Intendencia Municipal de Rocha. En la ciudad de Lascano existe un grupo de vecinos organizados en torno a la creación de un Museo que seguramente contará con el apoyo del recién creado Centro MEC de aquella ciudad. Un proyecto de extensión universitaria trabajó en torno a la apropiación social de este lugar con escolares de la zona (Cabrera 2005). El conjunto declarado Monumento Histórico Nacional (La Viuda y García Ricci) tiene buen acceso y la población de Lascano, históricamente aislada, en los latifundios primero y en las arroceras después, podrá disponer de una alternativa de desarrollo turístico. Se accede desde Chuy por rutas que atraviesan los cerritos y el pueblo de San Luis. Se puede acceder desde Rocha atravesando también paisajes de palmares y serranías. Finalmente también desde Castillos y desde Coronilla se puede acceder a través de panorámicos itinerarios y de caminos con cerritos próximos al mismo. Un aspecto importante del inventario de esta zona, lo constituyen también los testimonios del período histórico y colonial, apenas recordados por los lugares de las Batallas que consolidaron los proyectos políticos nacionales del siglo XIX. En efecto, existen testimonios de las primeras estancias portuguesas (Estancia La Tuna y Estancia del Oratorio) así como monumentos de los que se desconoce su origen (Monolito de India Muerta). Los testimonios históricos cuentan con el interés y el respaldo de un grupo de vecinos de la Villa de Velázquez que realizan anualmente actividades de promoción cultural histórica (Grupo Batalla de la India Muerta). La comunidad local ha recientemente elevado a la Universidad su inquietud por la conservación de algunos de estos bienes y por la ignorancia al respecto de algunos de ellos. 4.7.2. Área Protegida y Parque Nacional de los Cerritos del Potrero Grande Entre los extensos Bañados de India Muerta, San Miguel y Laguna Negra se encuentra un conjunto de colinas llamado el Potrero Grande. Constituye un acceso obligado al Océano Atlántico desde el norte a través del Arroyo de los Indios, vía privilegiada del tránsito regional en los últimos 10 mil años. Este es el segmento central del “Camino del Indio” con tramos de las rutas 15 y 14, que circunvalan la Laguna Negra y permiten el acceso desde Lascano (al norte) desde Castillos (al oeste) y desde La Coronilla (al noreste). La creación de un Área Protegida y un Parque Nacional de los Cerritos (zona núcleo) entre los planes a mediano plazo, pero ello debe de ser el producto de un trabajo con los técnicos del SNAP. Es un lugar de interés histórico que puede asumir su rol de “Localidad Estratégica Prehistórica” de las tierras de bajas del litoral meridional de Sudamérica. En el Potrero Grande se han excavado varios sitios arqueológicos que han sido señalados en las rutas con carteles explicativos permitiendo un disfrute

Figura 14: Distribución Espacial de Cerritos

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panorámico a partir de un cartel orientador ubicado en la Aduana de la Coronilla (Proyecto BID). Desde la ruta se observan los cerritos, lo que constituye una singularidad y una potencialidad de disfrute para las personas. Entre los sitios arqueológicos sobresale el Rincón de Los Indios, sobre el Arroyo y el Bañado del mismo nombre. Este sitio tuvo una ocupación casi permanente desde hace unos 10 mil años, cuando era un estratégico lugar de caza; hasta unos 4 mil años antes del presente, cuando los grupos pasaban más tiempo allí y comienzan a formarse los cerritos (López Mazz 2001). En el lugar existe un observatorio de aves. La intensa ocupación prehistórica de la esta zona, rodeada de extensos bañados tiene como elemento singular a los conjuntos de cerritos en forma de círculo, que según los especialistas representan a antiguas aldeas prehistóricas circulares (López Mazz 2001; Iriarte et. al. 2004). Entre las estructuras de mayor destaque escénico-ambiental sobresalen los círculos de cerritos, en Capacho, San Martín, Los Indios y el Punto Geodésico (en el punto más alto de la orografía). Existen también en el Potrero Grande algunos vestigios históricos de la época de la Fortaleza que conviene mapear y estudiar su inclusión en algún itinerario. El Paisaje Arqueológico de esta zona está íntimamente asociado a las serranías con monte criollo y al palmar. Hasta el año pasado existían dos emprendimientos turísticos en la zona, “Cerro del Indio” (Ruta 15) y La Colonia Don Bosco (Laguna Negra) pero ambos acaban de cerrar su actividad. El primero en gran medida motivado por el impacto del “basurero municipal” instalado en el Camino del Indio. La ex Escuela No. 62 de Potrero Grande (PROBIDES) ha funcionado desde hace 10 años como Estación de Investigación Arqueológica. En 1994 fue objeto de un proyecto para instalar allí un Centro para la Interpretación del Paisaje Arqueológico; ya que las claves de tránsito actuales están íntimamente ligadas a las de carácter precolombino y colonial. Esta Escuela bajo la administración de PROBIDES ha sido regularmente el centro de actividades de educación ambiental y patrimonial, cursos de guías y guarda parques y un Sitio Escuela de Arqueología. Al lado de este posible Centro sería deseable adquirir o lograr el acceso a alguno de los conjuntos de cerritos próximos a la zona de bañados, ya que permitiría reunir un conjunto significativo y articulado de elementos culturales y naturales; muy atractivos y útiles para el posterior diseño de planes turísticos. Cabe señalar que la Intendencia de Rocha posee en propiedad un extenso bañado, y que la adquisición de un conjunto de cerritos, sería una excelente oportunidad de completar, en la órbita de la propiedad pública, un importante patrimonio ambiental y cultural. El senderismo se constituye, para este tipo de paisaje, como un camino válido y viable para la promoción de estos paisajes. La proximidad de la Ruta 9 (aprox.15 km) hace que su acceso sea fácil, tanto desde La Coronilla (y el Chuy) como desde Santa Teresa (Castillos, Cabo Polonio y La Pedrera y La Paloma). El Potrero Grande es el Camino del Indio, y se trata de la única senda que conecta la costa Atlántica con los extensos bañados de India Muerta; donde está la ciudad de Lascano y el proyectado Parque Arqueológico Nacional de los Cerritos, con los Monumentos Históricos de La Viuda y de García Ricci. 4.7.3. Museo o Centro (de Visitantes o de Interpretación) para Cabo Polonio El Cabo Polonio viene siendo objeto de una sostenida demanda turística y existe preocupación pública para su ordenamiento territorial y su puesta en valor. Los aspectos temáticos a tratar involucran al importante pasado prehistórico, pero también al histórico donde sobresale la instalación del faro a fines del siglo XIX.

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Un lugar importante también lo constituye la pesca artesanal y los emprendimientos industriales implementados por el Estado uruguayo, particularmente la “lobería” que constituyó un elemento específico del lugar y marcó su perfil cultural. La unidad significativa que mejor contextualiza al Cabo Polonio, es su vínculo con el Cerro Buena Vista (objeto también de intensa ocupación prehistórica) y el Arroyo Balizas, donde se ubica un cerrito de indios. Sería interesante que los paseos en barco del Arroyo Balizas que salen desde el puente sobre la Ruta 10, también integraran un itinerario hasta la

Barra, como una vía natural de acceso al área.

Un reciente estudio elaborado para la SNAP (López Mazz et al. 2007) se centró en el relevamiento de los elementos culturales y recomendaba para el Cabo Polonio: -controlar la erosión entre el camino de DINARA y la Armada, -evitar la circulación de vehículos, -evitar las construcciones sin estudios previos de impacto,

Figura 15: Cabo Polonio

Figura 16: Distribución Espacial de Sitios Arqueológicos

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-controlar los movimientos de arena por actividades constructivas o productivas domésticas (gallineros, porquerizas, etc.), - y desalentar la recolección selectiva de piezas arqueológicas y su venta en los puestos de artesanías. Creemos que la mejor manera de lograr una adecuada protección patrimonial es a través de la creación de un Museo o Centro (de Visitantes o de Interpretación) que relacione los aspectos ambientales con los más de 11 mil años de experiencia humana en manejo de Recursos Acuáticos. Dicho Museo o Centro, concebido como una herramienta de educación ambiental y patrimonial, permitirá también integrar la historia reciente del Cabo a través del rescate de las actividades de pesca y de lobería. Cualquiera de estas actividades por sí mismas justifica y habilitaría el diseño de un Museo de Sitio de tipo artesanal e industrial. Valdría la pena hacer un repertorio de las colecciones arqueológicas (Bosch y Moreno, Beltrán Pérez, Facultad de Humanidades, Infantozzi y Lujambio) ya que algunos de sus propietarios se han mostrado bien dispuestos a trabajar en conjunto, para la divulgación de ese material. Un capítulo especial lo constituye la posibilidad de hacer un manejo sustentable del Patrimonio Subacuático (investigación y turismo) ya que existen interesantes proyectos en ese tema por parte de la Universidad de la República y un grupo de profesionales que son vecinos del lugar (Lic. C. Di Bueno y Lic. M. Bosch). Aunque la zona se encuentra actualmente adjudicada a un “buscador de tesoros” sería deseable que la Intendencia de Rocha y el Ministerio de Turismo manifestaran su inquietud ante la Comisión Nacional del Patrimonio Cultural (MEC). De esta manera se podría frenar el expolio, poner estos recursos a disposición del desarrollo social y recuperar soberanía nacional. Desde el punto de vista histórico existen elementos de sumo interés como el propio Faro y antiguos basurales de la época de su construcción. Entendemos sería deseable la reconstrucción del “marco” que separaba los Imperios de Portugal y España (en la Punta del Diablo) y la colocación de un cartel informativo. Recientemente un conocido vecino del lugar y ex lobero manifestó disponer de documentación sobre la existencia de un antiguo cementerio y su voluntad de colaborar para su ubicación y debido señalamiento.

Figura 17: Matanza de Lobos Marinos Arriba: Grabado Ottsen 1599

Abajo: Ministerio de Instrucción Pública 1918

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No se puede dejar de mencionar, que dado el interés científico que tiene el Cabo Polonio, sería deseable de coordinar las actividades con los investigadores, ya que una Estación Científica (con la debida participación del Dirección Nacional de Recursos Acuáticos) podría asegurar un referente serio y un ente testigo para la conservación.

4.7.4. Renovación del Museo de la Fortaleza de Santa Teresa La puesta en valor y la oferta turística sobre lugares históricos debe contemplar las diferentes épocas y las diversas contribuciones culturales. En ese sentido la Fortaleza de Santa Teresa y el Fuerte de San Miguel ocupan ya un lugar propio en el Paisaje Cultural del Área de Reserva. La Fortaleza de Santa Teresa constituye un hito de suma importancia en el “camino de la costa” usado desde la Prehistoria y retomado por el Imperio Portugués en siglo XVIII. La Fortaleza además de ubicarse sobre la estratégica Ruta 9, se encuentra próxima al “Camino del Indio” que permite acceder al Potrero Grande y a través de él, a India Muerta. La Fortaleza tiene un atractivo particular y su estado actual es producto de los trabajos de restauración iniciados por el Estado uruguayo en 1928. Este Monumento Histórico Nacional reúne las características históricas, monumentales, escenográficas y logísticas necesarias para integrarse a diferentes circuitos. De hecho hoy día se trata de un lugar de mucha presencia turística, donde sobresale la infraestructura y la gran capacidad de un camping que allí existe. En la Fortaleza existe un servicio de guías, una exposición museística y se realizan también festivales folklóricos y de “luz y sonido”. La propuesta nuestra es fortalecer los aspectos históricos y museísticos de la exposición. En ese sentido sería de interés impulsar una excavación arqueológica del antiguo pueblo de la Fortaleza, que permita mejorar el conocimiento de la vida en ese lugar en el siglo XVIII y XIX. Oyarvide y Cabrer en 1784 (en Martínez Rovira 1982:63) describen un poblado al pie da la Fortaleza, que aún existe cuando por el lugar pasa Auguste de Saint Hilaire en 1820 (1974). La investigación puede suministrar información y materiales arqueológicos, útiles para una actualización de la exposición allí existente. Se trata de ampliar la visión del guión de la exposición actual, hacia contenidos histórico-universales e históricos regionales. La propuesta busca reorientar la narrativa del sitio, desde lo exclusivamente militar que hoy se privilegia, a lo colonial y a los intercambios culturales que allí estaban ocurriendo.

Figura 18: Testimonios Industriales de Loberías Izquierda: Ballenera de 10 remos; derecha: Factoría de Aceite de Lobo Marino

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Esta propuesta pensada para la Fortaleza de Santa Teresa, también es extrapolable al Fuerte de San Miguel; donde hay testimonios análogos y un contexto singular con el atractivo de la Sierra y el Bañado.

4.7.5. Otros lugares de interés cultural La Estancia del Rey en la Ciudad de Castillos Se recomienda un estudio histórico que contextualice los trabajos de evaluación de las “ruinas” que se ubican de bajo de la torre de micro ondas de Antel. El lugar posee un emplazamiento estratégico próximo a la Ruta 9 y su estado de conservación es regular. Es posible que algunos trabajos de campo puedan sacar a luz estructuras de potencial escenográfico, que permitan luego su puesta en valor. Esto sería una contribución importante para la ciudad de Castillos, que a pesar de ocupar un lugar en el mapa histórico de la región, no posee lugares emblemáticos que la representen. Estos trabajos no son costos y pueden en lo inmediato tener un impacto importante como emprendimiento concreto, y como atractivo específico para la ciudad. La Estancia del Oratorio La Estancia del Oratorio en la Sierra de los Pensadores ocupa un lugar importante en el primer poblamiento portugués del área. Estos asentamientos del siglo XVIII poseen estructuras orientadas a la actividad agropecuaria que fueron realizadas con importante mano de obra esclava (R. Pereyra 1987). A primera vista las estructuras en piedra se encuentran en buen estado de conservación y es optimista una primera evaluación sobre sus virtudes para la actividad turística. Su emplazamiento es próximo a la ciudad de Castillos, a la Ruta 9, y a los posibles Parques Arqueológicos de India Muerta y Potrero Grande. Entendemos prioritario un estudio histórico y un relevamiento de las estructuras en piedra, para poder realizar apreciaciones de mayor profundidad o desarrollo. Existe un pequeño museo en un predio particular y han existido emprendimientos de difusión turística de bajo alcance.

Figura 19: Fortaleza de Santa Teresa

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Estancia La Tuna La Estancia La Tuna ubicada en la zona de India Muerta y próxima a la ciudad de Velázquez constituye también un documento histórico de importancia en buen estado de conservación, que testimonia del poblamiento portugués del siglo XVIII y de la vida rural del siglo XIX. Los vecinos de la ciudad de Velázquez han demandado su conservación y han juntado a través de las investigaciones del Sr. De los Santos (2008) antecedentes útiles para una solicitud de declaratoria de Monumento Histórico Nacional. En esa Estancia el Gral. Rivera organizó la Batalla de India Muerta, donde fue derrotado en 1816 por las fuerzas portuguesas. El mismo Gral. Correría similar suerte en una Batalla también preparada desde esa Estancia en 1846, oportunidad en la que volverá a ser derrotado, esta vez por el Gral. Urquiza. La Estancia La Tuna se encuentra actualmente al borde de la línea de forestación. Mangueras y estructuras en piedra La Comisión Nacional del Patrimonio Cultural se encuentra actualmente patrocinando un inventario sobre las estructuras en piedra vinculadas a la actividad agropecuaria. Estas estructuras son de diferente tipo y de diversas épocas, pero en su conjunto son un interesante documento de la historia económica del país. Estas estructuras son singulares y específicas del modelo económico regional al tiempo que constituyen ejemplos económicos y sociales de interés cultural. Generalmente estas estructuras están próximas de los caminos por lo que su observación y disfrute no está mediatizada por problemas de acceso. En ese sentido un inventario de estas estructuras puede constituir una herramienta para su conservación y gestión como Patrimonio, y al mismo significar un insumo de utilidad a los técnicos en turismo. Como dijimos anteriormente también son parte del trabajo de mano de obra esclava.

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