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Órgano de la Confederación Regional del Trabajo de Catalunya III Época - 1,20 euros FUNDADA EN 1907 Portavoz de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) Número especial - Centenario de la CNT 1 00 años de anarcosindicalismo

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Órgano de la ConfederaciónRegional del Trabajo de Catalunya III Época - 1,20 euros

FUNDADA EN 1907 Portavoz de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT)Número especial - Centenario de la CNT

100años de anarcosindicalismo

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C e n t e n a r i o C N T2

Sumario

Redacció Terrassa(Elías D. Molins i Xavier Barceló Montañés)

Crta. Montcada 79.08221 Terrassa

www.soliobrera.cnt.es

Redacció Joaquín Costa(Manuel Castro, Mateo Rello y Pako Millán)C/ Joaquín Costa 34 entlo.08001 Barcelonawww.soliobrera.org

EDITA:Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT)

Coordinen aquest número:

Dipòsit Legal: B.406-1978ISSN 1887-8660

EDITORIAL100 años de CNT 3

CRÓNICASEl despuntes anarquista (1902-1909). Julián Vadillo Muñoz 4

Sobre los orígenes de la CNT. Joan Zambrana 6El auge anarcosindicalista. Marciano Cárdaba 8

La CNT en la Segunda República. Anna Monjo 10De los cuadros de defensa a las Milicias Populares. Agustín Guillamón 12

Mujeres Libres y Mujeres Libres en el exilio. Antonina Rodrigo 16Las colectivizaciones en Catalunya (1936-1939). Antoni Castells 18

La CNT en el gobierno de la República. Bernat Muniesa 20Mayo de 1937: la contrarrevolución en marcha. B.M. 21

La CNT y la lucha contra el franquismo: Defensa Interior. Octavi Alberola 22Las guerrillas urbanas (1945-1963). Ferran Aisa 23

La lucha continúa. Paco Madrid 24El MIL y Salvador Puig Antich. Carles Sanz 25

La cínica estafa de la «Transición». José Luis García Rúa 26Jornadas Libertarias de 1977. Pepe Ribas 27

La CNT en la transición y en la «nueva democracia» española. Just Casas 26El caso Scala. J.C. 29

El CAM y la Exposición Anarquista Internacional. J.M. López Xouza 31

CULTURA ANARQUISTALa acción cultural del anarquismo ibérico. Ferran Aisa 32

La cultura obrera autodidacta en el anarquismo ibérico. Eduard Masjuan 34Ateneos libertarios. Pako Millán 36

Ferrer y Guardia y el Racionalismo antidogmático de la Escuela Moderna. Gerard Jacqas 37La prensa anarquista y anarcosindicalista hasta 1939. Paco Madrid 38

El diario CNT. P.M. 39La prensa libertaria en la clandestinidad (1939-1975). Carles Sanz 40

Prensa libertaria en la Transición (1976-1980). Carles Sanz 42La prensa libertaria en España (2001-2009). Carles Sanz 43

Gráfica revolucionaria. Miguel Sarró, «Mutis» 45Ilustradores actuales. Redacciones 49

Reproducción social y procreación obrera consciente. Eduard Masjuan 50El naturismo integral o libertario. Josep Maria Roselló 51La sanidad libertaria en España. José Vte. Martí Boscà 52

Literatura anarquista. Gimeno 53Agustín García Calvo. Juan Camblor 53

Poesía libertaria en acción. Ferran Aisa 54Antiseñor Lizano y Los de Barcelona. Mateo Rello 54

El Grupo Surrealista de Madrid. Adán Olisipo 54El teatro anarquista en Catalunya (1890-1914). Joan Tomás Martínez Grimalt 55

Cine anarquista (1896-1939). José María Cerviño Vila 56Carranque: «El Caimán». J.M.C.V. 56

Cine anarquista contemporáneo. José María Cerviño Vila 57Cine actual. J.M:C.V. 57

Una de maquis. La guerrilla en el cine y la televisión. Mateo Rello 58El cine militante en los años setenta. David Àlvarez 59

Paco Ríos: documentales para no olvidar. D.A. 59José María Nunes: poeta de la cámara. Rafa Rius 59

ENTREVISTASVidas paralelas: Conxa Pérez y Enric Casañas. José Luis Villar / Mateo Rello 60

Chris Ealham: investigando bajo los adoquines. Mateo Rello 62Chomsky: una aportación. X. Eliseo 63

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3C e n t e n a r i o C N T

H e aquí el repaso a 100 años de apasionada yturbulenta historia: en sus distintas facetas,con sus victorias, tras sus derrotas, pese a sus

contradicciones o, precisamente, gracias a ellas, asíha sido el siglo de existencia de la CNT. O, lo que eslo mismo, esta es la historia de algo más que un sin-dicato: cien años, sí, pero de proyecto de toda unasociedad distinta, materializado no sólo en el augesindical; también en escuelas racionalistas, ateneos,cooperativas y colectivizaciones; en libros, folletos,revistas y periódicos, muchos periódicos (comoéste); un siglo de huelgas en el tajo, pero tambiénhuelgas de inquilinos, incluso huelga de vientrespara no multiplicar la prole de los desheredados; deredes de apoyo en los barrios y consejos rurales; deresistencia dentro de las prisiones, muchas prisiones,y contra ellas; cien años de armas escondidas bajo elcolchón y lecturas prohibidas a la luz de un candil; dehoras decisivas, represión y tenaces reconstruccio-nes; de un siglo de palabras incendiarias en callespopulosas y fervientes.

La historia de la CNT no agota la de todo ese movi-miento libertario, es cierto, pero sí la resume a la per-fección, de la misma manera que, con frecuencia a lolargo de estos 100 años, ha sido su punta de lanza.

A vueltas con la memoriaPrecisamente, llega este centenario cuando, segúndicen, vivimos aún los coletazos de cierta SegundaTransición, la de la memoria histórica, tan falaz comola primera, aquella que supuso el sacrificio de esamisma memoria en beneficio de un aparato franquis-ta que, allá por los años 70, se reciclaba en flamantedemocracia parlamentaria. A nivel legislativo, estaSegunda Transición se ha saldado, como era de espe-rar, con un texto cosmético que, por poner un ejem-plo relevante, respeta los consejos de guerra fran-quistas; eso sí, en términos sociales, el debate sobrela memoria sigue vivo, como las heridas que no secierran y las fosas que no se abren porque devuelvenla imagen de un Antiguo Régimen que no acaba deirse. Sin embargo, en el ámbito político, hemos cono-cido la confección de una memoria histórica hecha amedida y a mayor gloria de esta democracia parla-mentaria. En esa ceremonia de la confusión, y sinvaledor político alguno, el pasado anarquista y anar-cosindicalista de la Península está recibiendo todoslos palos.

No es casual, en efecto, el recrudecimiento que seha producido en los últimos años de un viejo fenó-meno: hablamos de cierto revisionismo histórico quebusca reducir el acervo anarquista a los paseos por lacarretera de la Rabassada y a las patrullas de control,como si el titánico esfuerzo autogestionario en edu-cación, sanidad, colectivización de empresas y tie-rras, etc. no hubiera existido.

Asimismo, es notable el empeño político de algu-nas voces a derecha y a izquierda, tanto como lo es eldespliegue mediático con que se practica ese particu-lar revisionismo. En definitiva, insistimos, se trata deretorcer y mutilar una memoria incómoda (incómodapor lo que representa, porque es imposible ocultarla

y porque jamás podrán asimilarla a los patrones delparlamentarismo occidental).

Ese pasado de autogestión y de emancipación es,tengámoslo siempre presente, no sólo historia del@s anarquistas; es también un patrimonio común, yun referente para quienes luchan por defender yconstruir auténticamente su vida. Pero que no sepierda ese pasado es tarea nuestra, de todos los que,de un modo u otro, nos sabemos descendientes delanarcosindicalismo. Sólo enlazando ese pasado connuestro presente, tendremos porvenir.

El Centenario, por cierto, supone una magníficaocasión para sacarlo a la calle.

El Centenario: preguntas, respuestas, perspectivasEn efecto, la celebración del centenario de CNT no hade ser motivo para rememorar, con autocomplacen-cia, viejas glorias perdidas o reivindicaciones de unapureza que nunca existió; queremos que 2010 sea uncapítulo más en el homenaje y reivindicación deaquell@s que, como decíamos, aspiraron a ser prota-gonistas de su época y de su vida.

Pero que 2010 sirva también, y sobre todo, paraque ahondemos en las cuestiones difíciles que que-dan tras soplar el polvo de los años. Porque lamemoria, o es un ejercicio radical, lúcido, compro-metido con los procesos y beligerante con la tumbade la crónica, o es terreno de la melancolía, que nodeja de ser tan legítima como cualquier sentimientohumano, pero que invalida en la lucha por el futuro.Así que es este un buen momento para desenmara-ñar el hilo de lo vivido y recuperar las motivacionesque, más de un siglo atrás, llevaron a nuestros mayo-res a organizarse. Es tiempo de preguntarse qué sen-tido tiene hoy aquel primer artículo de la Internacio-nal obrera: «La emancipación de los trabajadores hade ser obra de los trabajadores mismos», y que inspi-raría los estatutos de la CNT. Sin tutelas, sin interme-diarios, en el sentido genuino, indómito y áspero dela emancipación humana, partiendo de cero en nues-tra desolada condición de seres sin dios, frágiles, sise quiere, pero también con el orgullo de no teneramo y de no aceptar patria.

En manos de gestores profesionales, de una mis-ma casta de intermediarios (en el Parlamento, en lossindicatos orgánicos) y sometida como ayer a lacadena del salario, nuestra propia vida ofrece res-puesta a esa pregunta, y la responde con la urgenciade la pura necesidad. Sólo desde esa certeza vital esposible encarar el tremendo esfuerzo de reconstruirlas herramientas de participación directa que, delibe-rada y sistemáticamente, fueron desarticuladas enlos años 70 y 80 del pasado siglo para instaurar esterégimen de absoluta delegación. No hay otra partici-pación efectiva que la que se ejerce directamente;quién lo dude, que acuda a la inmediata realidad ycontemple el estado de postración y desesperaciónen que se encuentran quienes deciden organizarse yluchar por su dignidad y sus intereses. En todo caso,no olvidemos la parte que nos toca en ese proceso dedesposesión de la auténtica soberanía popular: nues-

tra indiferencia, nuestra pereza y confusión, el miedoque nos paraliza contribuyen a consolidar el podereconómico y a sus agentes políticos y sindicales.

Por lo demás, esta relación dialéctica con lamemoria nos ayudará a poner en perspectiva lascada vez más precarias condiciones actuales de vida.Nada está escrito para siempre o desde siempre; nohay derrota definitiva cuando se entiende que loscontendientes volverán a encontrarse pasado maña-na, y que conviene preparar ese nuevo encuentro. Sí:la historia del movimiento obrero, como la de todomovimiento social, es un continuo de altibajos, deretrocesos y avances que, si bien no conoce victoriascompletas, jamás sufrirá debacles absolutas. Porque,en efecto, ayer como hoy ha habido tiempos malosque han durado hasta la llegada de otros mejores.

Esa misma perspectiva puede aplicarse a la situa-ción presente del anarcosindicalismo, un movimientoal que, sin duda, quedan por escribir nuevas páginas,siempre y cuando seamos capaces de pasar la dehoy. En ese impás, es muy ilustrativo recuperar eldebate que acompañó, en 1907, la fundación de Soli-daridad Obrera, núcleo de lo que, tres años más tar-de, sería la CNT que conocemos. Como luego volve-ría a suceder en los años 30 y, nuevamente, a finalesde los 70, en aquel momento a principios de siglo, losanarquistas más ortodoxos ya mostraron su descon-fianza, incluso su rechazo a la vía de acción sindical.El tiempo demostró que la convivencia de ambasposturas –la ácrata purista y la meramente sindicalis-ta, con una enorme y rica gama intermedia de pro-puestas organizativas, más o menos coyunturales aveces, pero frecuentemente unidas por actitudes vita-les afines– que esa convivencia, decíamos, sería difí-cil, incluso imposible por momentos, pero queambas estaban condenadas a entenderse. Por lodemás, y como es lógico, el anarcosindicalismosiempre ha salido mal parado de esas luchas intesti-nas, pero nunca le ha faltado capacidad para recom-ponerse, urgido por las circunstancias unas veces, ypor el sentido común otras. No desesperamos de quela fraternidad sea la que dicte unidades futuras, tantocomo otras cuestiones de orden práctico.

Pero también es tiempo de celebración: al fin y alcabo, no todos los días se cumplen cien años, cienaños de apasionada y turbulenta historia: en sus dis-tintas facetas, con sus victorias, tras sus derrotas,pese a sus contradicciones o, precisamente, gracias aellas, así ha sido el siglo de existencia de la CNT.

Más viejo aún, este siglo de Confederación vienedurando más de cien años: empieza con los esclavosque, un día, dicen «¡No!» al pie de las pirámides y learrebatan el látigo al capataz; acaso con los camara-das de Espartaco, asolando los campos de Roma; enel gesto rebelde de los herejes, cuando, como se haescrito alguno vez, todavía no hablábamos el lengua-je de la lucha de clases. Comuneros de mañana,sabemos que la Historia no ha acabado, porque suesencia, enemiga de cualquier discurso definitivo, esproceso y lucha.

Esa lucha se librará en un territorio muy concreto: elfuturo, el mismo futuro que ya nos va congregando.

100 años de CNT

La bibliografía sobre el anarquismoy el anarcosindicalismo es ingente(Bibliografía del anarquismo español.1869-1975 (Rosa de foc), de SalvadorGurucharri, ofrece el compendio máscompleto). Estos son algunos títulosespeciales, señas de identidad más que

volúmenes de historia o de memorias.Libros de la secular familia confederal.

El eco de los pasos (Rosa de foc),Joan García Oliver; Durruti (Esfera delos libros); Abel Paz La CNT en la revo-lución española (Ruedo Ibérico); Josep

PeiratsLa CNT en la encrucijada. Me-morias de un heterodoxo (Flor del vien-to); Luis Andrés Edo Historia del anar-cosindicalismo español (La Malatesta);Juan Gómez Casas Enciclopedia histó-rica del anarquismo español (Asocia-ción Isaac Puente) Miguel Íñiguez

NOTA: Buena parte de las imágenes queilustran este número extraordinario de Soli-daridad Obrera proceden de la recopilaciónEl anarcosindicalismo español. Una historiaen imágenes, editado por la Central sindicalSolidaridad Obrera.

Libros de familia

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4 C e n t e n a r i o C N T

Introducción

La crisis finisecular había provocado unaperdida de valores y de metas para deter-minadas capas de la sociedad española.Para la burguesía y las clases altas signifi-caba el final de una época, donde el colo-nialismo trasatlántico había llegado a sufin, y con ello determinadas ventajas eco-nómicas. Para la clase obrera que susituación económica y social era más difí-cil, lo que le hacía consciente de la necesi-dad de organización y de reivindicación.

En este contexto se entiende el naci-miento y desarrollo del «Regeneracionis-mo», que tanto los sectores conservado-res como los progresistas tomaran. Sibien Joaquín Costa o Macias Picavea lodesarrollaron como un vehículo de rege-neración de los más desfavorecidos,analizando las raíces históricas y socia-les del retraso de España, para los másconservadores también sirvió como pun-ta de iceberg para desarrollar una nuevaconcepción de sus tendencias. Ahí podrí-amos enmarcar el desarrollo que el mau-rismo (Antonio Maura) tiene a partir deese momento, y que será determinantepara la política española del siguientedecenio.

Las movilizaciones finiseculares habí-an servido a la clase obrera para unadoble lectura:

1) Por una parte analizar que su situa-ción no era la mejor y que las crisis desubsistencia le azotaban cada vezmás. Los impuestos, las levas bélicasque sólo afectaban a la clase obrera,así como lo más necesario para vivir,era de muy difícil adquisición para lostrabajadores.

2) Por otra parte la gran mayoría de losmovimientos finiseculares, provoca-dos por la guerra y la falta de subsis-tencias, habían sido muy deslavaza-dos. No había una coordinación endichos movimientos. La Unión Generalde Trabajadores (UGT) como organiza-ción sindical y correa de transmisiónsindical del Partido Socialista ObreroEspañol (PSOE), no era capaz de aglu-tinar dichos movimientos. Igualmentelos intentos anarquistas de creación deuna organización de carácter más gene-ral no habían fraguado. Los trabajado-res en general, y los libertarios en par-ticular, cada día eran más conscientesde que era necesario la estructuraciónde una organización obrera que pudie-se aglutinar sus reivindicaciones.

Esto último fue algo en lo que se traba-jó en la primera década del siglo XX, y quedará como origen el nacimiento de la CNT.

Los inicios del siglo XX

El inicio del siglo XX fue el pistoletazo desalida para que los anarquistas comen-zaran a coordinarse y se pusieran comometa el surgimiento de una gran organi-zación.

En el año 1900 se celebra en Madridun Congreso anarquista. Asistieron a élunas 200 sociedades adheridas y estuvoimpulsado por un histórico anarquista,Francisco Tomás. La propuesta era lacreación de una Federación de oficio yun pacto de unión y solidaridad. Paracomenzar a trabajar en ello se elige la

El final de un largo camino

El despunte anarquista (1902-1909)

ciudad de Gerona como sede de una«Oficina Regional».

La plataforma reivindicativa de estecongreso sigue la estructura del Pacto deUnión y Solidaridad:

a) Supresión del trabajo a destajo.b) Desaparición de intermediarios entre

capitalistas y trabajadores.c) Igualdad de derechos y de jornales

entre hombres y mujeres.d) Prohibición del trabajo infantil y de la

mujer en tiempo de gestación.e) Enseñanza integral y laica.f) Supresión del impuesto de consumos

y del servicio militar.g) Negación de la guerra.h) Supresión de la propiedad privada.i) Socialización de los instrumentos de

trabajo.j) Triunfo de la concordia, de la justicia y

de la fraternidad.

Había nacido la Federación de Socie-dades Obreras de Resistencia Españolas(FSORE), aunque no fue una existenciareal a nivel nacional, pues no generóactividad alguna. Aun así sirvió para refor-zar la Federación Obrera de Barcelona,importante para el devenir del futuro delanarcosindicalismo.

Los puntos reivindicativos son sinto-máticos de la situación de la clase obreray del trabajo de reivindicación que que-daba por delante. Igualmente, se comien-za a perfilar lo que será uno de los ejescentrales de la lucha anarquista: la Huel-ga General como instrumento de acción.Ello provoca que desde las estanciasestatales, se legisle en 1901 en materiade contratos de trabajo y de huelga gene-ral. Lo que la FSORE comienza a estable-cer en el movimiento obrero español esla conjunción de las tendencias bakuni-nistas de acción con el sindicalismo revo-lucionario de Fernand Pelloutier.

Estas tendencias son defendidas pornumerosas personalidades y órganos deexpresión anarquistas, fundamentalespara el desarrollo de sus ideas. Comoejemplos estarían Francisco Ferrer i Guar-dia con La huelga general (1902) o Ansel-mo Lorenzo y Ricardo Mella con El Liber-tario (1903). En este momento hay dosórganos de enorme importancia: La Revis-ta Blanca, que comenzó su andadura en1898 hasta 1905, y Tierra y Libertad, quetoma nuevo impulso a partir de 1903. Lafamilia Montseny-Mañe (Teresa Mañe oSoledad Gustavo y Juan Montseny oFederico Urales) tiene mucho que ver enambos proyectos.

Barcelona se convierte en el epicentrodel movimiento libertario. La buena baseorganizativa que desde 1901 goza laFederación Obrera, le permite afrontarcon garantías las huelgas de 1902. Perolas luchas obreras que se producendurante estos movimientos huelguísticospasan factura y la Federación Obrera sedebilita, resurgiendo con fuerza en 1904.

Pero no sólo Barcelona aglutina socie-dades obreras de carácter libertario.Coruña, Granada, Málaga, La Felguera yMadrid también tienen importantes socie-dades. El campo andaluz es testigo deeste desarrollo anarquista. Siguiendo aJuan Díaz del Moral, la situación del paroobrero en el campo andaluz provoca,

2) Acción directa de los trabajadorespara conseguir sus objetivos, sin inter-mediarios de ninguna especie.

3) Apoliticismo, entendido este que lossindicatos estarán vacíos de cualquierideología y sólo servirán para defen-der los intereses de la clase obrera. Deesta manera los sindicatos revolucio-narios están abiertos a militantes detodas las doctrinas.

Esta carta será un gran impulso parala CGT francesa y su sindicalismo, queya tenía importantes personajes comoPelloutier.

Ese 1906 también se celebra en Áms-terdam un Congreso Anarquista de carác-ter internacional, donde hay un intere-santísimo debate sobre sindicalismo,entre aquellos que lo consideran comouna vía más de la lucha de los trabajado-res y del anarquismo, y quienes que loplantean como la única vía de lucha. Erri-co Malatesta tiene una importante parti-cipación en este congreso.

Todos estos debates y tendencias sonrecogidos en España, y poco después unanueva práctica de sindicalismo se va ainaugurar. El 3 de agosto de 1907 una reu-nión de las sociedades obreras de Barce-lona decide la creación de SolidaridadObrera. Esta nueva organización, y em-brión de la CNT, parte de la convergenciade las tradiciones sindicalistas y anarquis-tas. Solidaridad Obrera se reclama here-dera de los planteamientos de la PrimeraInternacional, conjugando bien las prácti-cas sindicales –con la reivindicación comola reducción de la jornada de trabajo y lamejora salarial– con la lucha por unasociedad nueva. Su primer secretariogeneral fue Antonio Colomer, siendo teso-rero Ramón Lostau, y como ayudantesquedaban Ángel Badía Matamalo y JaimeBisbe. Solidaridad Obrera aglutinaba ensu seno una mayoría libertaria, aunquetambién se integraron a ella militantessocialistas que no se sentían identificadoscon las sociedades obreras de la UGT,muy minoritarias en Cataluña. En octubrede ese mismo año la organización Solida-ridad Obrera saca un periódico con el mis-mo nombre, Solidaridad Obrera.

El surgimiento de Solidaridad Obrerahace mover ficha a sus opositores entodas las líneas. Los socialistas rápida-mente tratan de restarle fuerza. La figurade Antonio Fabra Rivas se erige en Cata-luña como la lucha de los socialistaspara ganar espacios a republicanos yanarquistas. Lucha infructuosa, pues laUGT siguió siendo minoritaria y muchossocialistas se adhirieron a SolidaridadObrera. Por otra parte la figura de Ale-jandro Lerroux, «el Emperador del Para-lelo», irrumpe en Barcelona. El objetivode Lerroux como agente del gobiernocentral, tal y como ha demostrado JoséÁlvarez Junco, es restar fuerza al movi-miento obrero catalán. Primero con elintento de control de Solidaridad Catala-na y posteriormente con la fundación en1908 del Partido Radical. Los radicales deLerroux hacen intromisión en los asun-tos obreros con propaganda demagógi-ca para arrastras a los trabajadores hacíasu causa. Ambos intentos son infructuo-sos y generan una mayor concienciaciónde las masas anarquistas.

“ El inicio del siglo XX fue el pistoletazo de salida para que los anarquistascomenzaran a coordinarse y se pusieran como meta el surgimiento de una granorganización.

”el Ayuntamiento de Madrid, cuando en1905 Pablo Iglesias, Rafael García Ormae-chea y Francisco Largo Caballero son ele-gidos concejales.

Aun así la estrategia de huelgas gene-rales sí está generando algunos avancesleves desde el gobierno. Tras las huelgasde 1902 y 1903, el gobierno de Azcárra-ga aprueba en 1904 la Ley del DescansoDominical. Igualmente el movimientoobrero católico se organiza en 1905 enuna Federación de Sindicatos Católicos,que surge en Bilbao. Y es en Bilbao, en1906, donde estalla otra importante huel-ga general.

Pero es a nivel internacional donde seestán generando unos movimientos quedeterminaran el futuro del movimientoobrero español. En 1906 se ha redactadola famosa «Carta de Amiens», base fun-dacional del sindicalismo revolucionario.Dicho sindicalismo parte de los siguien-tes principios:

1) Huelga general como medio más eficazy efectivo de lucha de la clase obrera.

sobre todo en Córdoba, un desarrollo desociedades obreras afectas a los princi-pios anarquistas, y un desarrollo de laconflictividad social y huelguística.

Pero la FSORE y todas las sociedadesobreras que habían seguido su estelahabían fracasado en una cuestión. Si bienhabían actualizado muchas cosas, lo cier-to es que habían continuado con los mis-mos procedimientos que la Federaciónde Trabajadores de la Región Española(FTRE) y el Pacto de Unión y Solidaridadhabían tenido y que habían fracasado.Eso es algo en lo que los libertarios pien-san. Más teniendo en cuenta que en aque-llos los socialistas habían obtenido algu-nos avances electorales y que en 1905,en el congreso de la UGT y del PSOE enMadrid, estaban analizando estos avan-ces. Incluso han irrumpido con fuerza en

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5C e n t e n a r i o C N T

Los días 6, 7 y 8 de septiembre de1908 se celebra, impulsado por Solidari-dad Obrera de Barcelona, un congresoobrero regional al que acuden 130 agru-paciones. Los temas que trataron fueronmayoritariamente los reivindicativos decarácter económico, aunque siguiendola línea de la Primera Internacional y delincipiente sindicalismo revolucionario,se declaran antiautoritarios e indepen-dientes de cualquier partido político. Yeso que al congreso acudieron socieda-des obreras de carácter socialistas y radi-cales lerrouxistas. Había nacido Solidari-dad Obrera Regional de Cataluña. Perono sólo quedó circunscrito al ámbitocatalán. En Andalucía se adhieren gru-pos de Montilla, Espejo, La Rambla, Fer-nán Núñez, etc. Todos de la provincia deCórdoba, de fuerte tradición anarquista.

El nacimiento de la Confederaciónempieza a fraguarse.

El Estado contra la anarquía. El

atentado de Mateo Morral y la Semana

Trágica e Barcelona

Pero parejo a este desarrollo obrero, losepisodios de represión contra el movi-miento libertario no pararon en esteperiodo. Los sucesos de Montjuïc de 1896habían marcado una impronta en el pro-letariado español, pues la represión alcan-zó grados de extrema dureza. Cánovasdel Castillo había sido asesinado por elanarquista italiano Angiolillo, pero laspolíticas represivas contra el movimientoobrero continuaron. Son de extremadureza la represión contra los movimien-tos huelguísticos de 1902-1903.

Si bien el periodo de la mal llamada«propaganda por el hecho» ya habíapasado para el anarquismo, donde sevaloró como francamente negativo parael desarrollo del movimiento anarquista,lo cierto es que hubo algún que otroconato de dichas acciones. Miguel Artaltrató de asesinar a Antonio Maura, nologrando su objetivo, y en 1905 el ReyAlfonso XIII fue objeto de un intento deatentado en París.

El móvil de estos atentados era muyconcreto. Se consideraba que eliminandola cabeza visible del Estado, o del movi-miento represivo, se podía desencadenarun movimiento de conciencia y revolucio-nario. Una estrategia que se tornó erró-nea pero que algunos siguieron practi-cando. En esa línea se enmarca el atentadoque el 31 de mayo de 1906 realizó MateoMorral contra los reyes de España, Alfon-so XIII y Victoria Eugenia de Battemberg,el día de su boda en Madrid.

Mateo Morral Roca había nacido enSabadell en 1880. Era hijo de un industrialde la ciudad de ideas progresistas. Estaprivilegiada situación hace que Morraltome contacto con la cultura europea, seinstruya y conozca el anarquismo. Al diri-gir las empresas de su padre lo hace conuna lógica distinta. Habla con los obreros,les incita a organizarse y les consiente lashuelgas. En sus viajes por Europa tomacontacto con las ideas anarquistas y elneomaltusianismo, siendo Morral uno delos introductores del mismo en España.

Al fundarse la Escuela Moderna deFerrer, Morral se siente fascinado por elproyecto. Incluso una hermana suya asis-te a la Escuela Moderna. Ocupó el cargode bibliotecario y de la librería de la insti-tución ferreriana.

Lejos de las especulaciones sobre lasmotivaciones que llevaron a Ferrer a aten-tar contra Alfonso XIII, el 31 de mayo de1906 arroja una bomba a la altura delnúmero 84 de la Calle Mayor de Madrid alpaso del cortejo nupcial. Días antesMorral había preparado minuciosamente

El Estado, ante estas acciones, intentabaescarmentar al movimiento obrero apun-tado alto, pero en las tres ocasiones cita-das los intentos fueron inútiles.

No sucedió así cuando en 1909 se pro-duce los llamados sucesos de la SemanaTrágica de Barcelona. Aunque FranciscoFerrer Guardia había quedado absueltotras el atentado de 1906, se consiguióque la Escuela Moderna fuese clausura-da ese año. Ya no abrió más sus puertas.Siguieron funcionando algunas filialesde las mismas, como la de Vilanova i laGeltrú, así como la editorial de la Escue-la Moderna. Al reincorporarse a la vidanormal tras su paso por la cárcel, Ferrervuelve a trabajar en la línea de una edu-cación racional y científica.

En 1907 había llegado al poder Anto-nio Maura. La política de «la revolucióndesde arriba para que no la hagan porabajo» tenía como objetivo yugular elavance del movimiento obrero y sus rei-vindicaciones, así como cualquier expe-riencia innovadora en cualquier campode la sociedad española. Igualmente, laIglesia apuntaba en esa línea. Parejo a lasmovilizaciones obreras, en 1908 liberales,republicanos y socialistas protagonizaronen Madrid una multitudinaria manifesta-ción contra la política autoritaria de Maura.

Perdidas las colonias trasatlánticas,Maura centra todo su esfuerzo en el nortede África. España había obtenido benefi-cios de la zona de Marruecos, el Sahara yel Rif, tras la Conferencia de Algeciras de1906 y cuando las potencias europeas seestán repartiendo todo el pastel colonial.Las kabilas rifeñas se oponían al colonia-lismo, y para mantener las guerras elgobierno de España movilizaba a losreservistas, todos trabajadores e hijos detrabajadores, que iban a morir a las gue-rras marroquíes. Aunque posteriores a laépoca tratada, los cuadros que nos ofreceArturo Barea en La forja de un rebelde alrespecto son realmente realistas.

En julio de 1909, tras la matanza en elBarranco del Lobo, el gobierno decide lamovilización de más reservistas. Estostenían que embarcar en el puerto de Bar-celona a finales del mes. Las organizacio-nes obreras, a cuya cabeza en la capitalcatalana ya está Solidaridad Obrera, seoponen abiertamente y declara de lahuelga general. Los hijos de los trabaja-dores no podían pagar librarse de la gue-rra y son las víctimas inocentes del con-flicto. El día del embarque la movilizaciónes general y se declara el Estado de Gue-rra. Se constituye un Comité de Huelgaformado por Antonio Fabra Rivas, enrepresenación de la Federación Socialis-ta Catalana; Rodríguez Romero, de los

anarquistas, y Miguel V. Moreno, de laredacción de Solidaridad Obrera. Las rei-vindicaciones eran de carácter laboral ysocial, pero las movilizaciones adquirie-ron un carácter en ocasiones anticlerical,cuestión que el Comité de Huelga nohabía tomado. El pueblo considerabaque la Iglesia también era responsablede estos acontecimientos, pues bendecíalas armas de la guerra. Igualmente, laoscura participación de los lerrouxistasen esta línea vino también a crear confu-sión. El propio Comité de Huelga no veíacon buenos ojos a los seguidores deLerroux, y estos estaban divididos entrelos que apoyaban la huelga y los que nolo hacían.

Tras varios días de huelgas y de levan-tamientos populares, las fuerzas guberna-mentales se hacen con la situación.Comienza entonces la represión. Numero-sas personalidades son detenidas y encar-celadas. Pero las autoridades ya tienen asu cabeza de turco. Francisco Ferrer esacusado de ser el instigador de los actosocurridos en Barcelona esos días. Trasunos días de búsqueda es detenido enMas Germinal. Junto con otras cuatro per-sonas (José Miguel Baró, Antonio Malet,Eugenio del Hoyo y Ramón Clemente, unode ellos disminuido psíquico) son juzga-dos y condenados a muerte. En octubrede 1909 es ejecutado Francisco FerrerGuardia. Su único delito había sido quereruna educación más igualitaria, científica yracional, fuera de cualquier intromisión dela Iglesia. La movilización nacional e inter-nacional no se hizo esperar. Maura se vioobligado a dimitir desbordado por losacontecimientos. Los fantasmas de laInquisición resucitaban para un gobiernoespañol que reprimía con brutalidad losintentos de avance sociales.

Aun así las enseñanzas de Ferrer sir-vieron como base para los proyectoseducativos libertarios del futuro.

Tras la Semana Trágica para los anar-quistas estaba claro que tenían que coor-dinar una organización a nivel generalque pudiese aglutinar a la clase obreraespañola. Las bases para que en 1910nazca la Confederación Nacional del Tra-bajo (CNT) ya estaban puestas.

Julián Vadillo Muñoz

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Fabra Ribas, Antonio. La Semana Trágica. Elcaso Maura. El krausismo, Hora H, Madrid,1975.

“Los episodios derepresión contra

el movimientolibertario

no pararon en este

periodo.

el atentado, reservando una habitación enel un hostal de la calle Mayor por dondepasó el cortejo camino del Palacio Real. Elobjetivo era asesinar a Alfonso XIII. No loconsiguió pero sí encontraron la muerte23 personas y unos 100 heridos.

Morral logra huir y se refugia en lasede de El Motín, de José Nakens. Perio-dista famoso del momento, Nakens eraun convencido anticlerical y republicano.Ya había tenido problemas al haber sidouna persona que tomó contacto conAngiolillo en 1897, antes de que éste aten-tara contra la vida de Cánovas del Casti-llo. Morral no está mucho tiempo en lasede de El Motín y logra alcanzar el pue-blo madrileño de San Fernando de Hena-res, ya en las proximidades de Torrejónde Ardoz. Allí es sorprendido por un guar-dia y en un tiroteo cae muerto. Su cuerpoes exhibido por la policía como un trofeo.

El atentado de Morral valdrá el cierrede la Escuela Moderna, al vincular a

Ferrer al intento de regicidio. Igualmente,son detenidos Nakens y otras personali-dades del momento. Se forma una causacontra ellos, acusados de instigadores yencubridores de Morral. Tras meses dediligencias la causa absuelve a todos losinculpados. Morral se había movido sólopor un interés personal y con la románti-ca idea de provocar un estallido revolu-cionario al ejecutar al joven monarca. Larepresión que generó dicha acción fueletal, sobre todo para Francisco Ferrer.No fue la única vez que se intentó vincu-lar a personalidades importantes delmomento (como Ferrer y Nakens) al pro-ducirse un atentado. En 1912, tras el ase-sinato de José Canalejas, se pretendióvincular al recién elegido diputado socia-lista Pablo Iglesias con el atentado. Añosmas tarde, cuando Pedro Mateu, LuísNicolau y Casanellas asesinaron al presi-dente Eduardo Dato, en 1921, se quisohacer participe de dicho magnicidio alperiodista anarquista Mauro Bajatierra.

Vista parcial de Barcelonadurante la Semana Trágica.

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6 C e n t e n a r i o C N T

L a propuesta de creación de la CNT,en 1910, fue el fruto sostenido ypaciente del societarismo y/o sin-

dicalismo obrero, especialmente el deraíz libertaria, por encontrar una coordi-nación que se creía necesaria y benefi-ciosa para la clase obrera en su luchacontra el capitalismo y por el desarrollode una nueva sociedad basada en crite-rios básicamente libertarios. Esta necesi-dad de agrupar al societarismo obreroya se había intentado con relativo éxitoen el último tercio del siglo XIX con laimplantación de la AIT en el Estado espa-ñol, si bien finalmente sucumbió porproblemas diversos que no vamos aanalizar en este escrito.

Los orígenes inmediatos de la crea-ción de la CNT hay que buscarlos en elproceso de ensamblaje de la organiza-ción regional catalana «Solidaridad Obre-ra», tras sus inicios, en 1907, como orga-nización local de las sociedades obrerasde ciudad de Barcelona. Desde este orga-nismo obrero, que agrupaba a las diver-sas corrientes organizadas del «obreris-mo de clase», se fue capaz de ensancharel ámbito de actuación para llegar a serprovincial en marzo de 1908 y regionalen un ámbito catalán en septiembre delmismo año.

Posteriormente, se tenía que habercelebrado un congreso de «SolidaridadObrera» el año 1909, que no pudo serrealizado a causa de la represión ejercidasobre buena parte del movimiento obre-ro a raíz de los acontecimientos vividos,en julio de ese año en la ciudad de Bar-celona, que han sido conocidos como«los hechos de la Semana Trágica». ElCongreso Obrero Nacional que convocó«Solidaridad Obrera» se celebró casi alaño de la primera iniciativa fallida, con-cretamente los días 30 y 31 de octubre y1 de noviembre de 1910, en la ciudad deBarcelona. En dicho comicio se aprobótrascender el ámbito regional catalánhacia un ámbito estatal español con elnombre de Confederación Nacional delTrabajo (CNT), rivalizando así con laUGT, la otra sindical de ámbito estatal yde orientación socialista.

La ideología «unificadora» del proyec-to sindical de «Solidaridad Obrera» be-bía en buena parte de las influencias delsindicalismo revolucionario francés e ita-liano, adaptándose a la realidad políticay sindical del momento. Esta amalgamaideológica conectaba muy bien con lametodología libertaria de la organiza-ción, la acción y la transformación de lasociedad, actualizándose en un progra-ma común que agrupaba a la gran mayo-ría del obrerismo catalán. Siendo el sin-dicalismo revolucionario una herramientaútil para agrupar a diferentes sectoresdel movimiento obrero, ello no fue me-noscabo para que se produjeran diferen-tes crisis de organización debidas, enbuena parte, al intento de neutralizaciónpolítica de diversos colectivos obreros(republicano radical y socialista, funda-mentalmente).

Si hiciéramos un análisis de la implan-tación de la CNT en el ámbito geográficoestatal español tendríamos que señalara Cataluña y Andalucía como las zonasregionales de mayor incidencia sindical,tanto en sus inicios como en el ciclo quetranscurre durante los años que van de1911 a 1936. En lo que respecta a este

Sobre los orígenes de la CNT

“La propuesta de creación de la CNT, en 1910,fue el frutosostenido y paciente del societarismo y/o sindicalismoobrero.

primer Congreso, del que celebramos sucentenario, conocemos el número desociedades obreras que participaron enel mismo, siendo un total de 124. Catalu-ña fue, con mucho, la zona geográficaque más sociedades obreras aportó, conun total de 67 sociedades obreras. Leseguiría, a gran distancia, pero con unpeso específico considerable, Andalucíacon 25 sociedades obreras. En unsegundo nivel de importancia en cuantoa su presencia en el número de socieda-des obreras tenemos que señalar aAsturias, Galicia y el País Valenciano. Enlo que se refiere a otras regiones del res-to de España su presencia en dicho Con-greso es testimonial y/o inexistente.Esta implantación es parecida y secorresponde a grandes rasgos con lageografía desarrollada por la AIT en superiodo de asentamiento durante elsiglo XIX. De todas maneras, esta apre-

Imagen del segundo Congreso de Solidaridad Obrera, en el que se decidió convertirse en la

Confederación Nacional del Trabajo (CNT).

ciación, objetiva en sus datos, no reflejalas diversas y variadas situaciones quese dieron en muchos pueblos y ciudadesde España en sus diversas adhesionesy/o rechazos sobre la organización con-federal.

Como se ha señalado no tenemosdatos del numero de afiliados de esteprimer Congreso celebrado en 1910, perosí podemos avanzar que el mismo, y elde 1911, fueron Congresos de gestacióndel proceso constituyente de la CNT, enlos que todavía no existe una afiliaciónnumerosa ni tampoco un ámbito geo-gráfico amplio. En este sentido, se puedeafirmar claramente que será en el con-greso de 1919 donde el «mito» de la CNTempezará a gestarse como organizaciónobrera importante, extensa y de comba-te contra el capitalismo de aquella épo-ca. Por cuantificar esta afirmación pode-mos indicar que la afiliación total queestuvo representada en el Congreso dela CNT de 1911 era de 29.510 trabajado-res, mientras que la representada en1919 era 705.512 trabajadores. Creo queno hacen falta grandes argumentacionespara demostrar la importancia capitalque tuvo el Congreso de 1919, celebradoen Madrid, en el transcurrir posterior dela CNT como organización sindical de refe-rencia de buena parte de la clase obreraespañola.

Dos instantáneas de Barcelona.Arriba, trabajadores reunidos

en asamblea durante el conflicto de 1914de la marina mercante.

Abajo, un grupo de obreros exigiendotrabajo en la Plaça de Sant Jaume,

delante del Ayuntamiento.

Se tiende a pensar que la ilegaliza-ción de la CNT, en septiembre de 1911,tomando como excusa «represiva» laconvocatoria de una huelga general soli-daria, fue el detonante principal de sudeclive momentáneo y la causa de su pa-rálisis posterior. Esta afirmación tiene

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7C e n t e n a r i o C N T

Congresos

Zona geográfica 1910* 1911 1919 1931 1936

Andalucía (25) 8.029 104.622 97.478 150.210Aragón (4) 2.461 15.577 21.937 28.946Asturias (18) 1.520 12.907 24.881 19.510Cantabria (0) 300 426 893 2.384 Castilla-La Mancha (0) – 342 1.799 2.664Castilla-León (1) – 174 900 7.000Cataluña (67) 14.213 424.578 298.966 178.085Extremadura (0) – 320 1.530 2.624Galicia (13) 555 11.079 13.208 23.134Islas Baleares (2) 920 110 1.025 2.598Islas Canarias (0) – 971 – 9.364 La Rioja (0) 610 2.718 2.620 5.055Madrid (0) – 946 5.474 33.003Murcia (1) – 8.682 6.131 12.078 Navarra (0) – – 182 1.600País Valenciano (9) 1.292 112.081 54.531 56.265País Vasco (1) 210 2.864 2.867 4.789

Ceuta (0) – – 3.796 5.727Melilla (0) – – – 2.970Tánger (0) – – – 30

Total (124) 29.510 705.512 534.168 548.693

*Los datos referidos a 1910, sólo incluyen el número de sindicatos presentes en dicho Congreso por desconocerse el núme-ro de afiliados asistentes al mismo.

Por otro lado, los datos referidos a los restantes Congresos, desde 1911 a 1936, se refieren al número de afiliados por zonas geo-gráficas. Puede haber algún descuadre numérico que no es importante para el análisis global de la afiliación total de la CNT.

ASISTENCIA DE AFILIADOS A LOS PRIMEROS CONGRESOS DE LA CNT

“Los orígenesinmediatos

de la creación dela CNT hay que

buscarlos en el proceso

de ensamblaje dela organización

regional catalana«SolidaridadObrera», tras

sus inicios, en 1907

sentido y veracidad cuando se refiere alos años 1912 y 1913, pero no así en loque respecta a los años subsiguientes,que estuvieron marcados por una dificul-tad manifiesta y sostenida por entretejerlazos de conexión orgánica. Estas lagu-nas organizativas fueron expresadas, cla-ramente y sin ambages, en el periódico«Solidaridad Obrera», órgano de la Con-federación Regional del Trabajo de Cata-luña y portavoz de la CNT, haciendo lla-mamientos a la unión y organización delmovimiento obrero que tenía mejor sin-tonía con los presupuestos que defendíael sindicalismo libertario.

En mi opinión, y a raíz de la prensaobrera analizada (básicamente de raízlibertaria), creo que es importante real-zar este aspecto, poco estudiado y siem-pre dejado de lado, acerca de la dificultadde anclar unos nexos orgánicos perma-nentes y/o estables. Durante el ciclo queva de 1914 a 1918, se produjeron unaserie de cambios sociales (sobre todo la IGuerra Mundial y la Revolución Rusa) quemodificaron en buena parte la estructurade la clase obrera y dinamizaron a lossectores obreros más avanzados en pos

de un camino revolucionario. Este fenó-meno agitador, junto al paciente trabajode los propagandistas sindicales liberta-rios, que ejercieron un papel crucial en laconstrucción de nexos de unión del movi-miento obrero de adscripción libertaria,fue decisivo en lo que sería la nueva con-figuración sindical en el ámbito estatalespañol.

A partir de los Congresos Regionales,celebrados a mediados de 1918 en laszonas regionales de Cataluña y Andalu-cía, ya se puede ir vislumbrando la capa-cidad de vertebración que el sindicalis-mo libertario había ido consiguiendo, asícomo su permeabilidad para integrar abuena parte del movimiento obrero. Porello, es tan importante pensar en los me-canismos flexibles que hicieron posibleese «salto cualitativo» y que llevaron a laCNT a su apogeo sindical en el Congresode la Comedia en Madrid en 1919 y aliderar a buena parte de la clase obreraen su lucha revolucionaria y libertaria.

Por último, y siendo éste un articulode combate, me gustaría destacar la per-manencia y fuerza del anarcosindicalis-mo y el sindicalismo revolucionario enEspaña representados por la CNT hastael final de la Guerra Civil. Fue una lásti-ma que países como Francia e Italia, quehabían tenido núcleos importantes ads-critos al sindicalismo libertario, fueranperdiendo la fuerza y vigor que antañoles había caracterizado, dejando casi ensolitario a la CNT en Europa como la másferviente defensora del anarcosindicalis-mo. Este elemento de «aislamiento» fuecrucialmente negativo en plena GuerraCivil, donde el imaginario libertario sejugaba el ser o no ser en su lucha contrael fascismo y la implantación de formaslibertarias en la producción económica yen la vida social.

Joan Zambrana

Protesta obrera contra la falta de subsistencias, en 1914.

Anselmo Lorenzo,uno de los pilares de la Primera

Internacional Española.

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8 C e n t e n a r i o C N T

E l contexto histórico de 1917 fue decrisis social, política y económica,con un notable protagonismo de

los militares, la emergencia de nuevastendencias políticas y el cariz revolucio-nario de algunas huelgas urbanas en lasáreas industriales, a las que hay quesumar las revueltas campesinas en An-dalucía. Con el sistema de partidos endescomposición y la monarquía tamba-leándose, los sindicalistas vieron unaoportunidad para la huelga general inde-finida y unitaria, y la convocaron para el13 de agosto contra la carestía de la viday la falta de trabajo. Reprimida por losdespechados militares junteros y la guar-dia civil siguiendo las pautas de «un plancinegético», en palabras de Besteiro, sesaldó con un fracaso. Previsible, a tenorde las palabras de Pablo Iglesias a Seguíy a Pestaña sobre la oportunidad de lamisma: «ustedes los obreros manuales,lo ven así; pero nosotros, los intelectua-les, lo vemos de diferente manera.» A laasamblea de parlamentarios de izquier-das y liberales, que pedía Cortes consti-tuyentes, les faltó tiempo para apartarsedel movimiento huelguístico, por miedoa la revolución, o para huir al extranjero,y dos hombres de Cambó dejaron lasreformas y su reivindicación de la auto-nomía catalana para entrar en el gobier-no el 1 de noviembre.

La CNT había apoyado la huelga pen-sando que, en una coyuntura de crisis,podía ser el ariete de un impulso revolu-cionario, pero la actuación de la UGTdurante su desarrollo evidenció parabuena parte de los libertarios que ladirección ugetista, aunque interesada enla presión social para conseguir sus obje-tivos, no rebasaría nunca los límites par-lamentarios que encauzaban a los traba-jadores por senderos aceptables para laburguesía. Por ello, la CNT comenzó aredefinir su estrategia y retomó la prepa-ración del congreso suspendido en juniode 1917 para culminar su reestructura-ción. Empezaron por Cataluña, la regióncon más desarrollo orgánico. Pestaña dejóen noviembre la secretaría general delcomité regional para dirigir la «Soli» y elnuevo comité, formado Seguí, Quema-des, Pey, Rueda y Camilo Piñón convocóel congreso, que tendría lugar en labarriada de Sants entre el 28 de junio y el1 de julio de 1918.

Entre los acuerdos orgánicos del mis-mo, destaca la supresión de las típicasfederaciones de oficio, con connotacio-nes gremialistas medievales, y una nue-va organización basada en los Sindica-tos Únicos de industria, es decir, unúnico sindicato agruparía a todos los tra-bajadores del mismo ramo productivo,una estrategia más adecuada para enfren-tarse al modo de producción capitalistasurgido con la industrialización. Los Sin-dicatos Únicos, que contarían con sec-ciones de oficio, se agruparían a su vezen Federaciones locales y comarcalesautónomas y federadas. A diferencia delfederalismo político, que buscaba trans-formar la estructura del estado, el fede-ralismo libertario pretendía transformarla estructura social, potenciando la soli-daridad entre los oficios por encima delos intereses gremiales, al tiempo que

El auge anarcosindicalistaEl congreso de Sants y los Sindicatos Únicos

jar horas extraordinarias. La mención dela agrupación del proletariado en unaorganización unitaria también fue deba-tida, e incluso propugnada en un acuer-do, pero sin ningún resultado práctico,porque a escasas semanas de concluidoel congreso la CNT decidió seguir ade-lante con las movilizaciones y las protes-tas sin contar con la UGT.

Entre los acuerdos de tipo ideológico,destaca la preferencia por la accióndirecta, entendida como enfrentamientodirecto con la burguesía en el plano eco-nómico, sin intermediarios ni paliativos.No obstante, no excluyeron otros méto-dos de acción, con la intención de man-tener abiertas las puertas de la Confe-deración al mayor número posible desociedades obreras, salvando la reticen-cia de aquellas agrupaciones que aúnconfiaban en algunos métodos del sin-dicalismo de base múltiple, como el mu-tualismo o el cooperativismo. La CNTcontaba entonces con unos 70.000 afilia-dos, participando en el congreso otros5.000 trabajadores no federados.

Tras el congreso, la CNT reorganizósus sindicatos y emprendió una campa-ña para crearlos allá donde aún no exis-tían, en lo que constituyó un proceso deexpansión sindical y de aumento de lamilitancia basado en la visualizaciónconstante de la Confederación en boicots,huelgas, manifestaciones contra la ca-restía y contra el precio de los alquileres,movilizaciones contra el paro, sabotajes,piquetes y actos violentos contra losesquiroles. Los sindicalistas convirtieronen la calle su teatro de operaciones y seincrustaron en el entramado social delos barrios, convirtiéndose en la voz y enel canal de expresión de quienes teníantodo tipo de problemas para subsistir yuna predisposición bastante generaliza-da a la solidaridad, propiciada por elentorno social y el contacto personal enla comunicación. Si la Confederación Re-gional del Trabajo de Cataluña y la deAndalucía ya existían antes del congresode Sants, a finales de 1918 se constituyó

la de Levante, y al año siguiente la delNorte; en 1920 nacieron la de Asturias yla de Aragón, y en 1921 la de Galicia.

Durante la Primera Guerra Mundial, lademanda de los aliados había posibilita-do el crecimiento de la industria en Cata-luña, y con ello la llegada de emigrantesy el aumento de la sindicación. La patro-nal cedía ante las reivindicaciones sala-riales y la inflación reducía el salario real.Con la caída de la demanda desde laspostrimerías del conflicto, la patronaloptó por la línea dura para no perdermargen de beneficio; y la CNT, ante lacrisis social e influida por el espectro dela revolución rusa, optó por la intensifi-cación del conflicto, particularmente cons-tante y radicalizado en el campo andaluz,extremeño y levantino a lo largo de1918, y que se prolongaría durante unpar de años más dando lugar al denomi-nado «trienio bolchevique». En octubrede 1918, la CNT tenía unos 81.000 afilia-dos, y en noviembre unos 114.000. Afinales de año, la Federación Nacional deObreros Agricultores se adhirió a la CNT.Para la burguesía, el anarcosindicalismose estaba convirtiendo en una clara ame-naza para el orden social que sustentabasu hegemonía social y económica. Laprueba de fuego entre ambos se inició el5 de febrero de 1919 con el conflicto dela Canadiense, una huelga mítica en lahistoria del sindicalismo libertario por suimportancia, duración y dimensiones.

Mientras en Berlín habían asesinado aRosa Luxemburgo el 15 de enero, enBarcelona, durante las semanas previasa la huelga, había incidentes entre liber-tarios y ugetistas, con algún asesinatodurante la huelga de tipógrafos; acusa-ciones de Pestaña contra Cambó sobrela intención de asesinarlos a él y a Seguí;suspensión de las garantías constitucio-nales; clausura de sindicatos; detencio-nes de dirigentes y activistas libertarios;buques de guerra en el puerto y censurade prensa. La cuestión de fondo que ali-mentó la huelga fue, además del dere-cho a la sindicación, el intento de forzar a

“La CNTcomenzó aredefinir suestrategia y retomó lapreparación del congresosuspendido en junio de 1917para culminar sureestructuración.

Concentración al final de las Ramblasbarcelonesas en los inicios de las movilizaciones de la Canadiense.

posibilitaba un mayor grado de unidadfrente a la patronal y facilitaba estrate-gias como la huelga general y la accióndirecta. Los nuevos estatutos recogieronéste y otros acuerdos que, en los aspec-tos orgánicos, impedían que los políticosprofesionales representasen a la organi-zación, potenciaban la sindicación feme-nina, establecían el carné confederal,centralizaban el comité pro-presos e im-pulsaban las escuelas racionalistas.

Otros acuerdos reivindicaron la jorna-da de ocho horas, los salarios mínimosfijados por los sindicatos, la abolición deltrabajo a destajo y de la explotación demenores, además de la negativa a traba-

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9C e n t e n a r i o C N T

importante abucheo porque algunos tra-bajadores seguían detenidos por losmilitares. Para el «Noi del Sucre» se tra-taba de elegir entre la consolidación delas mejoras conseguidas o rescatar porla fuerza a los detenidos, con el consi-guiente baño de sangre, que podía ser elinicio de la revolución social; pero, aun-que dominaban las calles, ¿estaban encondiciones de vencer a los militares?Acordaron volver al trabajo y dar un pla-zo de tres días para la libertad de todoslos detenidos.

Con el apoyo de Lliga, Milans delBosch optó por no liberar a los deteni-dos. Burgueses y militares esperabanacabar con los anarcosindicalistas siéstos optaban por la huelga generalrevolucionaria. Los más radicales aca-baron convocándola el 24 de marzo, y el25 el capitán general declaró por sucuenta el estado de guerra. Al día si-guiente, unos ocho mil paramilitaresdel Sometent salieron armados a lascalles de Barcelona bajo la dirección delnacionalista Ventosa Calvell. El propioCambó afirmó que se había paseadocon un fusil por las calles de la ciudad.El día 30 el estado de guerra se extendióa toda España y el 1 de abril la huelgageneral abarcaba las ciudades más in-dustrializadas de Cataluña. Al día si-guiente todos los sindicatos fueron clau-surados, aunque Romanotes decretó lajornada de ocho horas a partir de octu-bre para desbrozar el camino de la vuel-ta al trabajo, hecho que se empezó aproducir a partir del día 5. Los partida-rios de la huelga habían sido derrota-dos, y con ellos la sensación de imbati-bilidad que acompañó a la CNT durantela huelga de la Canadiense. El grupo depresión formado por los militares y laLliga, ésta a través de la patronal, sehabía impuesto a las decisiones delgobierno, que dimitió. La burguesía ca-talana, que propugnaba la reforma delestado para acomodarlo a sus intereses,se había aliado con los militares hasta elmismo límite del golpe de estado, tam-bién para defender sus intereses econó-micos. No era la primera vez. Ya habíanllevado a término una campaña de dela-ción tras la Semana Trágica; llevabanaños oponiéndose a las reformas socia-les de diferentes gobiernos en nombrede la no intervención, pero pidiendo laintervención del ejército contra los tra-bajadores, es decir, propiciando el mili-tarismo. Tampoco sería la última, por-que apoyarían el golpe de Primo de Riveraen 1923 y contribuirían a financiar el gol-pe de 1936.

“Aunque laburguesía mantuvo

el poder por la violencia, la

funciónrevolucionaria delanarcosindicalism

o encarnaba el futuro.

”El fracaso de la huelga posterior al

conflicto de la Canadiense animó a lapatronal a dar el siguiente paso de suestrategia: acabar con la fuerza organiza-da de los trabajadores aplastando a laCNT. Pactaron con Maura, que los dejóhacer, y, bajo la ley marcial, la represiónque tuvo lugar durante la primavera y elverano llevó a la cárcel a unos 43.000confederados, sin distinguir entre parti-darios y detractores de la violencia, loque dio razones a los primeros para for-mar grupos de acción, y restó argumen-tos a los segundos ante el ataque indis-criminado. Los partidarios de respondercon la violencia a la violencia de la patro-nal y del estado empezaron a hacersecon las juntas de los sindicatos, que ac-tuaban en la clandestinidad. La accióndirecta dejó de ser colectiva para conver-tirse en individual o de grupo.

Los intentos de mediación del gobier-no, que los hubo, chocaban con la estra-tegia de la patronal y fracasaban uno trasotro; incluso el cierre patronal parcial denoviembre de 1919 tuvo todo el aspectode ser una medida de presión para derri-bar al gobierno reformista, con la finali-

dad de, acusándolo de falta de autoridad,obligarlo a dar un salto cualitativo en larepresión, o evitar, al menos, su injeren-cia en los métodos de la patronal pacta-dos con el capitán general, que, sin exa-gerar, pueden calificarse de fascistas.

Cuando el 10 de diciembre de 1919 laCNT inauguraba el congreso de la Come-dia en Madrid, que generalizaría los Sindi-catos Únicos y ratificaría la línea anarco-sindicalista aprobada en Sants, Barcelonaestaba bajo el cierre patronal, que habíaconseguido derribar al gobierno y seprolongaría un par de meses. Ese mismodía 10, los carlistas constituían en la ciu-dad condal los Sindicatos Libres. Todoslos ingredientes del cóctel estaban sobrela mesa. La CNT tenía entonces cerca de800.000 afiliados, más de la mitad enCataluña. Otros 55.000 no federados asis-tieron al congreso. Había sido capaz dehacer frente a la represión sin desinte-grarse y estaba en su cenit. Faltaban aúnlos años más duros de guerra sucia, enlos que todo valió contra la CNT. Aunquela burguesía mantuvo el poder por laviolencia, la función revolucionaria delanarcosindicalismo encarnaba el futuro,una esperanza que pondrían en prácticadurante el corto verano de 1936.

Marciano Cárdaba

la patronal al reconocimiento definitivode la CNT como la interlocutora del mun-do del trabajo en Cataluña.

Por lo que respecta a los hechos, elrecurso de algunos empleados al sindica-to ante una rebaja de salarios provocó sudespido como represalia, razón por lasus compañeros iniciaron una huelga debrazos caídos. Era el 5 de febrero. Elrecurso a la policía para expulsarlos dellugar de trabajo provocó la solidaridaddel resto de los trabajadores de la empre-sa, y el día 8 la mayoría secundaba lahuelga, que se extendió a otras empresasdel sector. Los despidos incrementabanel número de huelguistas y la falta deenergía comenzó a afectar a la industria ya los servicios. El día 17, además de lahuelga del textil, llegó la petición de mili-tarizar a los trabajadores por parte delcapitán general. Los tranvías dejaron decircular y Barcelona quedó a oscuras.Con el permiso de los inversores, Roma-notes confiscó la empresa y los ingenie-ros militares consiguieron iluminar la ciu-dad la noche del 22. La huelga era totalen el sector eléctrico, y el ramo del aguase sumó a la misma el día 27, razón por laque también fue confiscado.

Ante un comunicado empresarial quedespedía a todo trabajador que no sehubiese incorporado al trabajo el 6 demarzo, el sindicato de Artes Gráficas res-pondió con la «censura roja» y el capitángeneral con la movilización de todos loshombres del ramo que tenían entre 21 y38 años. Comenzaron las detenciones yunos tres mil trabajadores llenaron lasprisiones, el castillo de Montjuïc y losbuques de guerra del puerto, sometidos

a la jurisdicción militar, puesta al serviciode la patronal catalana tras la declara-ción del estado de guerra el 12 de marzo.Barcelona fue ocupada por los militaresy las cajas de resistencia podían llegara recoger decenas de miles de pesetassemanales. Romanones se inclinó poralgunos nombramientos políticos parapropiciar el diálogo y el día 15 se abrie-ron las negociaciones. El 17 se llegó a unacuerdo, se levantó la censura roja y elestado de guerra. Dos días después con-cluía la huelga con un balance bastantefavorable para los trabajadores: jornadade ocho horas, mejoras salariales, read-misión de los despedidos y libertad paralos detenidos. Unas 20.000 personas secongregaron ese día en la plaza de torosde las Arenas para ratificar el acuerdo,pero el propio Seguí fue recibido con un

A la salida de unmiting, en Madrid:

Pestaña, Seguí, Piera y Molins.

Concentración espontánea popular en la Plaça de Catalunya barcelonesa enprotesta por la muerte de Salvador Seguí.

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10 C e n t e n a r i o C N T

R esulta difícil analizar en tan pocoespacio la complejidad de laactuación de la Confederación

Nacional del Trabajo (CNT) durante laSegunda República. Por ello, he opta-do por centrarme específicamente enlos obstáculos que ésta encontró paradesarrollar su actividad transformado-ra en el marco de un Estado democrá-tico burgués y en las carencias de lapropia organización.

No puede entenderse la actuación dela CNT durante el período republicanosin realizar previamente un balance delestado de la organización al inicio deeste momento histórico. La CNT llega ala Segunda República después de unperíodo de más de dos décadas caracte-rizado por períodos de represión y otros,más escasos, de libertad de actuación.La Confederación había recorrido desdesu creación hasta 1918 un largo procesode organización sindical, que parte de launificación del asociacionismo obrerodifuso y evoluciona hasta la formacióndel Sindicato único profesional, en 1918.La constitución del Sindicato único leprovee de una herramienta útil para ga-rantizar la eficacia de la acción sindical,tal como se demuestra en la huelga de laCanadiense de 1919, y le confiere un granprestigio entre los trabajadores, siendoidentificada por éstos como la organiza-ción que mejor les representa. Con estanueva forma organizativa, que evitabaduplicidades, consiguió una gran capaci-dad de maniobra para negociar y paraadaptarse a diferentes situaciones deconflictividad –algo sin parangón hastaentonces– situándose como un referentepara la clase obrera en clara competen-cia frente a la Unión General de Trabaja-dores (UGT).

Sin embargo, este período de organi-zación sindical bajo las siglas de la CNTno se vio acompañado por un procesoparalelo de debate ideológico. A pesarde que en 1919 la Confederación se defi-ne como una organización anarcosindi-calista que tiene como objetivo ideoló-gico la consecución de una sociedadcomunista libertaria y como ámbito deactuación el sindicato abierto a todos lostrabajadores, los dilatados períodos declausura y clandestinidad obstaculizan laactividad normalizada y la discusión inter-na, sobre todo el comprendido entre 1920y la proclamación de la Segunda Repú-blica. Así ocurre después de la huelgageneral de 1919 y del «lock-out» patro-nal, cuando la postura conciliadora delos dirigentes de la CNT –Salvador Seguí,entre otros, aceptan participar en la cons-titución de Comités mixtos obreros-pa-tronos para resolver los conflictos–, seenfrenta a una actitud totalmente intran-sigente de la patronal, que impide el des-arrollo de un marco de libertades sindi-cales y la relación continua y cotidianade los militantes y afiliados en los localessindicales.

La clandestinidad, a la que se ve abo-cada la organización en 1920, da paso aque se potencien opiniones y actitudesmás radicalizadas entre la militancia, sinque por eso deba deducirse que las pos-turas pactistas y moderadas, protagoni-zadas por los militantes que lideraban enaquel momento la organización, no pro-vinieran de sectores con una fuerte ads-

La CNT en la Segunda República

se incorporan a la organización en épo-cas de clausura sindical y lucha clandesti-na, desconfían de tácticas posibilistas ycreen mucho más en la lucha revolucio-naria para doblegar al capital.

De hecho, la ausencia de una prácticasindical normalizada impedía la partici-pación obrera, y la discusión entre ten-dencias ideológicas no ayudaba en nadaa la estabilización de la CNT ni a sumaduración interna. Bajo estas circuns-tancias llega la CNT a la proclamación dela Segunda República: cuenta con ungran prestigio e influencia entre los tra-bajadores por su esfuerzo organizador ysus éxitos en la defensa de los mismos,una práctica sindical debilitada y unamilitancia dividida sobre qué hacer ycómo en cada coyuntura.

Además, la proclamación de SegundaRepública suscita entre los trabajadoresuna gran manifestación de entusiasmo,viviéndose como un período esperanza-dor de cambios posibles y de mejora delas condiciones laborales. Esta ilusión sedeposita, sobre todo en Catalunya y Anda-lucía, en la capacidad de acción de laorganización anarcosindicalista. En esemomento los dirigentes de la CNT –mili-tantes veteranos, como Ángel Pestaña,del Comité Nacional; Joan Peiró, delRegional de Catalunya y Sebastià Clara,director de Solidaridad Obrera, entre

otros–, sitúan cómo objetivo principal dela organización su fortalecimiento sindi-cal para consolidar a la CNT como princi-pal organización del proletariado, y porello priorizan la difusión de propagandaentre los trabajadores y la formación enaquel contexto de libertades. Sin embar-go, otro sector de la militancia –repre-sentado por Juan García Oliver, FranciscoAscaso, y Buenaventura Durruti, militan-cia que más tarde adquirirá gran influen-cia dentro de la organización–, mantieneotra posición al considerar que la Repú-blica abre paso a una coyuntura revolu-cionaria que debía aprovecharse antesde que se consolidase el régimen demo-crático burgués, un momento en el quese debía impulsar de inmediato el hechorevolucionario a través de la declaraciónde huelgas generales y del insurreccio-nalismo.

Entre 1931 y 1933 estas dos posturasse enfrentan y rivalizan en los plantea-mientos tácticos y estratégicos. Ya, des-de 1931, la militancia radical propaga enlos sindicatos un ambiente revoluciona-rio que la militancia moderada intentafrenar en agosto con la publicación delManifiesto de los Treinta, donde exponesu posición ante el hecho revolucionarioque debe surgir de los trabajadores, deahí que a partir de entonces se denomi-ne a los moderados «trentistas».

Este período abre también grandesexpectativas de cambio social. Si bien elgobierno de la República adopta inicial-mente una serie de medidas laboralesreformistas –seguro obligatorio de mater-nidad, ley de contrato laboral, implanta-ción del seguro de accidentes, salariomínimo y por primera vez una semanade vacaciones–, también se estrena des-de un principio con respuestas represi-vas ante las reivindicaciones obreras,como se dan en la huelga general deSevilla o la huelga de la Telefónica, porponer algunos ejemplos, actitud que noayuda a crear el marco necesario paraque el objetivo organizativo de los diri-gentes anarcosindicalistas encuentre elterreno abonado para desarrollarse. Apesar de que entre 1931 y 1932 los diri-gentes cenetistas ya habían pactado conla patronal el reconocimiento del sindi-cato como interlocutor válido y la acep-tación de la negociación laboral, la ley delos Jurados mixtos instaurada en noviem-bre de 1932, que incluía al Estado comoárbitro, se interfiere y se presenta comouna imposición inaceptable para cual-quier tendencia y para toda la militanciade la CNT. Vulnera frontalmente la tácti-ca de acción directa propia de la Confe-deración y la confina a actuar fuera de lalegalidad republicana. Supone, en cam-bio, un espaldarazo a la UGT, organiza-ción que no tiene ningún problema enaceptar la intromisión del Estado ni sumediación y regulación de las relaciones

“La constitucióndel Sindicato únicole provee de unaherramienta útilpara garantizar la eficacia de la acciónsindical.

”cripción anarquista. Este período de clan-destinidad se caracteriza por una granespiral de violencia, el inicio del pistole-rismo patronal, los Sindicatos libres ymás tarde en la creación de la FederaciónAnarquista Ibérica (FAI) como respuestaa la rigidez patronal, la dictadura de Pri-mo de Rivera y la vivencia del fracaso delas tácticas conciliadoras y pactistas. Loque comprobamos durante esos días esque la nueva militancia, los jóvenes, que

Arriba, trabajadores valencianosinmovilizando un tranvía durante la Huelga Insurreccionalista de 1933.

Abajo, una de tantas detenciones de obreros durante la SegundaRepública.

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11C e n t e n a r i o C N T

laborales. Aunque en Catalunya los jura-dos mixtos tuvieron muy poca inciden-cia, puesto que muchas de las huelgasimpulsadas por la CNT se provocaron alno querer utilizarlos, sí que tuvieronrepercusión en el resto de España, don-de se crearon más de 240 organismosparitarios.

Este contexto de elevada confronta-ción laboral y movimientos insurreccio-nales contribuye a aumentar las discre-pancias entre tendencias. El blanco delas críticas de los radicales se dirige aÁngel Pestaña, cuestionado por no decla-rar la huelga general tras los hechos deSevilla de julio de 1931 y por su actua-ción durante los movimientos insurrec-cionales de Andalucía, Valencia y el AltLlobregat en enero de 1932, por lo quedimite dos meses más tarde como secre-tario del Comité Nacional. A partir deeste momento la preponderancia de lamilitancia faísta en los Sindicatos de losComités Regionales, donde las tenden-cias se encontraban más enfrentadas, yaes absoluta.

Por tanto, este inicio esperanzador delibertades y de acción sindical no fructifi-ca. La CNT mantiene diversos frentesabiertos, externos e internos, a la propiaorganización. Externos, la postura rígidade la burguesía y del gobierno republica-no, con su explícito apoyo a las organiza-ciones de ámbito socialista y el papelque juega la UGT; e internos la actuaciónde los comunistas dentro de la CNT, queintentan incrementar su peso en la orga-nización y el continuo debate táctico yestratégico de las tendencias ante lospasos a seguir en cada coyuntura.

Tampoco favorece a la organizacióncenetista la reglamentación laboral queconstruye el gobierno de la República. Lasleyes laborales de Largo Caballero sitúana la CNT en clara desventaja respecto a laUGT, puesto que su cumplimiento impe-día que la Confederación fuera coherentecon sus principios de funcionamiento.Tanto trentistas como faístas valoraron elcomportamiento del gobierno republica-no como inaceptable, aunque no llegarona acuerdos sobre las estrategias a seguirpara combatirlo. La Ley de Defensa de laRepública, en octubre de 1933, continúaeste arrinconamiento de la CNT, Una vezmás, se trataba en el fondo de una ley deexcepción camuflada que favorecía a laUGT. Si a ello sumamos que los sindicatosde la CNT se encontraban en muchoscasos clausurados tanto en Barcelona(Alimentación, Transporte, Construcción)como en Andalucía, donde el gobiernocierra sistemáticamente los locales socia-les, la capacidad de acción de la CNT se vemuy limitada. Meses más tarde la crea-ción de una ley de asociaciones patrona-les y obreras, que exigía que los sindi-catos se inscribieran en un registro deasociaciones, resulta algo impensablepara la forma de actuación autónoma ydirecta de la CNT.

No obstante, el impulso de tácticas deenfrentamiento con las institucionesrepublicanas sólo se da con fuerza enCatalunya, Andalucía y Valencia, y noen el resto del Estado. Lo mismo ocurrecon las discrepancias de tendencias, queen el resto de Comités Regionales enEspaña mantienen la unidad y el enten-dimiento por encima de las divergen-cias, precisamente en lugares donde laorganización socialista tiene una mayorfortaleza. Sin embargo, la división inter-na y la lucha de esas tendencias lleva a laexpulsión de la CNT de militantes tren-tistas y comunistas del Bloque Obrero yCampesino (BOC) en Catalunya y mástarde conduce en 1933 a la creación, por

de acercamiento de las tendencias anteun enemigo común y declarado y la dis-cusión sobre cómo recuperar la proyec-ción perdida. Sin embargo, la precipita-da unificación de la CNT durante elCongreso de Zaragoza de mayo de 1936,antes del inicio de la Guerra Civil, resultaser una unión frágil y poco madura paralos acontecimientos que se avecinanpoco después y que pondrán el listónmuy alto a la militancia confederal.

El inicio de la guerra acaba «aparente-mente» con las discrepancias. Responsa-bilidad y lealtad, ante la gravedad de laGuerra Civil, definen la actuación de lamilitancia cenetista durante el primeraño; una actuación combinada con sólocierta dosis de coherencia con los princi-pios libertarios en el ámbito económico,como el impulso de la autogestión obre-ra y la economía social. Esta actitud coo-peradora de la CNT se ve cercenada porla actuación desleal, partidista y manio-brera de los partidos que integran losorganismos políticos pluriideológicos,que devuelven intriga y exclusión a unaapuesta que prioriza la unión ante la gue-rra y posponer el impulso de la revolu-ción libertaria, conscientes de la falta deunanimidad de la militancia de la CNT.

Cien años después de la creación dela CNT, a pesar de los vaivenes y las difi-cultades vividas, los principios liberta-rios que la guían mantienen en la actua-lidad toda su vigencia y conforman lamanera de actuar de múltiples y nuevosmovimientos sociales en el siglo XXI.Horizontalidad, autonomía y democraciadirecta son dinámicas de actuación yaexistentes, necesarias y posibles ante laslimitaciones de la participación políticaen las democracias formales. El desafíosigue vivo.

Anna Monjo Omedes

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“La ausencia deuna práctica

sindicalnormalizada

impedía laparticipación

obrera y ladiscusión entre

tendenciasideológicas.

”parte de Ángel Pestaña y otros veteranosmilitantes trentistas, de los Sindicatos deOposición. La escisión no ayuda en nadaa la consolidación de la CNT y aumentala debilidad y la pérdida de afiliación queya se había iniciado a lo largo de estosdos años. Pese a ello, esta nueva organi-zación sindical no es seguida por los tra-bajadores ni tienen éxito los Frentes úni-cos de los sindicatos que se forman paracontrarrestar a la CNT. La escisión sólocondujo a que la UGT gane preponde-rancia en el marco legal republicano yprotagonismo en el escenario social. Lavictoria de las derechas en las eleccionesde noviembre de 1933 acaba con el Bien-io Reformista y empuja a la CNT a seguirintermitentemente fuera de la legalidad.Este vuelco electoral, unido a la crecien-te percepción del aumento del fascismoy el resultado de los hechos de Octubrede 1934, propicia el inicio de un proceso

Arriba, manifestación de paradosanarcosindicalista en el Alto Aragón, 1931.

Abajo, cierre de los locales de SolidaridadObrera, octubre de 1934.

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12 C e n t e n a r i o C N T

Del informe de Shapiro

a la ponencia de octubre de 1934

Un informe confidencial y de escasa difu-sión de Alexander Shapiro, secretario dela AIT, elaborado durante su estancia enEspaña en 1932-1933, relataba qué eran ycómo funcionaban los Comités de Defen-sa, organizados exclusivamente para tare-as insurreccionales de choque, como ladel 8 de enero de 1933, de la que fue tes-tigo. Ese informe de Shapiro, sobre losComités de Defensa, se realizó en plenapolémica entre faistas y treintistas sobrela oportunidad, o no, de la táctica de insu-rrección inmediata, localista y permanen-te. El informe de Shapiro, que contó conla inestimable ayuda de Eusebio Carbó,describía de este modo los cuadros dedefensa existentes en 1933: «Esos Comi-tés de Defensa, que ya existían desdetiempo antes, tenían como única metapreparar las armas necesarias en caso deinsurrección, organizar los grupos de cho-que en los diferentes barrios populares,organizar la resistencia de los soldadosen los cuarteles, etcétera».

Aún en curso la insurrección asturia-na, el Comité Nacional de los Comités deDefensa (CNCD) constataba, en unaponencia, el fracaso de la táctica insu-rreccional, conocida popularmente como«gimnasia revolucionaria», a la que cul-paba precisamente de la falta de prepa-ración de la CNT para intervenir, a nivelestatal, en la insurrección de octubre de1934. Había llegado el momento de supe-rar esa táctica porque había demostradolo absurdo y peligroso que era una insu-rrección local en un momento inadecua-do y sin una seria preparación previa, yaque sometía a los libertarios a la repre-sión estatal sin conseguir nunca unaextensión popular a todo el país ni laadhesión de otras organizaciones, nece-saria para enfrentarse con éxito al apara-to militar y represivo del Estado. Lo peorde todo era que esa represión había des-mantelado el aparato militar clandestinode la CNT, tras las insurrecciones precipi-tadas de enero y diciembre de 1933. Enoctubre de 1934, cuando se daban las con-diciones adecuadas para una insurrecciónproletaria revolucionaria, a escala estatal,los anarcosindicalistas se encontrabanabsolutamente exhaustos y desorganiza-dos, desarmados, con miles de militantespresos.

La determinación de trabajar en el for-talecimiento de los Comités de Defensa,superando deficiencias y corrigiendoerrores, y sobre todo aprovechando larepresión estatal como acicate para pro-seguir la lucha, impulsaban la ponenciadel CNCD de octubre de 1934. Se aban-donaba la vieja táctica en favor de unaseria y metódica preparación revolucio-naria: «No hay revolución sin prepara-ción; y cuanto más intensa e inteligentesea ésta, mejor en su día se impondráaquélla. Hay que acabar con el prejuiciode las improvisaciones, por inspiraciónexaltada, como únicas formas solutorias[factibles] en las horas de las dificulta-des. Ese error, de la confianza en el ins-tinto creador de las masas, nos ha costa-do muy caro. No se procuran, como porgeneración espontánea, los medios de

De los cuadros de defensa a las Milicias Populares

guerra inexcusables para combatir a unEstado que tiene experiencia, fuertesdotaciones y normas superiores ofensi-vo-defensivas».

El CNCD consideraba «que hay quedar a los Comités de Defensa la granimportancia que tienen para la CNT y larevolución libertaria, atendiendo al estu-dio ininterrumpido de sus estructuraspara superarlos [mejorarlos] y aportán-doles los medios económicos y de rela-ción [ayuda] moral y técnica que losrevistan de la mayor eficacia para obte-ner pronto y rectamente la finalidad de-seada».

El aparato militar clandestino de losComités de Defensa debía estar siempresujeto a las órdenes y necesidades de laCNT: «los Comités de Defensa serán unamodalidad orgánica anexa a la CNT». LaPonencia estructuraba los Comités deDefensa mediante «militantes volunta-rios», del mismo modo que se conside-raba voluntaria la participación de lasorganizaciones específicas, esto es, de laFAI y de las Juventudes Libertarias. Perosin olvidar nunca que los Comités deDefensa eran una organización militarclandestina de la CNT, financiada por lossindicatos, que «fijarán un porcentaje decotización que mensualmente será entre-gado a aquéllos [los Comités de Defen-

peligrosidad se entiende profesión o ide-ología de la persona identificada comoenemigo: «militares, policías, sacerdo-tes, funcionarios, políticos burgueses ymarxistas, pistoleros, fascistas, etcéte-ra». Un tercer militante debía estudiarlos edificios e inmuebles hostiles almovimiento obrero, su vulnerabilidad eimportancia. Se trataba de levantar pla-nos y elaborar estadísticas de hombres,objetos y armamentos existentes en«cuarteles, comisarías, cárceles, iglesiasy conventos, centros políticos y patrona-les, edificios fuertes, etcétera». Un cuar-to militante del grupo debía investigarlos puntos estratégicos y tácticos, estoes, «puentes, pasos subterráneos, alcan-tarillado, sótanos, casas con azoteas, opuertas de escape y acceso a otras calleso patio de fuga y refugio». Se juzgabaque un quinto militante del grupo debíadedicarse a estudiar los servicios públi-cos: «alumbrado, agua, garajes, coche-ras de tranvías, metro, vías de transportey su debilidad para el sabotaje o la incau-tación». Un sexto militante debía encar-garse de localizar y estudiar el asalto alos lugares donde podían obtenerse armas,dinero y provisiones para la revolución:«armerías, domicilios particulares arma-dos, bancos, casas de crédito, almace-nes de vestidos, artículos alimenticios,etcétera.»

Se pensaba que ese número de seismilitantes era la cifra ideal para consti-tuir un grupo o cuadro de defensa, sindejar de considerar que, en algún caso,podía sumarse algún miembro más paracubrir tareas «de sumo relieve». Reco-mendaba la Ponencia que se sacrificarael número de cuadros a su calidad, y quelos militantes debían caracterizarse porser «hombres reservados y activos».

Así, pues, los grupos de defensa, des-pués de octubre de 1934, se caracterizarí-an por su número reducido, seis militan-tes, encargados de tares muy concretas.El secretario del grupo constituía el enla-ce con otros grupos del mismo barrio.Eran grupos de información y de comba-te que debían desempeñar «el papel dejusta vanguardia revolucionaria» que «ins-pirarán directamente al pueblo», esto es,que en el momento de la insurreccióndebían ser capaces de movilizar a grupossecundarios más numerosos, y éstos, asu vez, a todo el pueblo.

El grupo de defensa era la célula bási-ca de la estructura militar clandestina dela CNT. En cada barrio se constituía unComité de Defensa de la barriada, quecoordinaba todos esos cuadros de defen-sa, y que recibía un informe mensual decada uno de los secretarios de grupo. Elsecretario-delegado de barrio realizabaun resumen que entregaba al Comité deDistrito, éste a su vez lo tramitaba alComité Local de Defensa «y éste al Regio-nal y al Nacional sucesivamente».

Este esquema organizativo, propio delas grandes ciudades, se simplificaba enlos pueblos, donde los distintos gruposse coordinaban directamente en el comi-té local. La Ponencia detallaba inclusocómo y dónde «constituir grupos, o cua-dros de defensa, buscando el elementohumano en los Sindicatos y distribuyén-

“Los Comités de Defensa teníancomo única metapreparar las armasnecesarias en casode insurrección.

”sa] por conducto de los Comités confe-derales de cada localidad o comarca».

La Ponencia del CNCD, de octubre de1934, razonaba que el grupo, o cuadrode defensa básico, debía ser poco nume-roso para facilitar su clandestinidad yagilidad, así como un conocimiento pro-fundo del carácter, conocimientos y habi-lidades de cada militante. Debía estarformado por un secretario, que teníacomo misión fundamental el enlace conotros grupos del mismo barrio y la for-mación de nuevos grupos. Un segundomilitante debía encargarse de identificary anotar el nombre, domicilio, ideología,señas personales, costumbres y peligro-sidad de los enemigos existentes en lademarcación asignada a su grupo. Por

Instantánea tomada, previsiblemente, el 19 de julio de 1936, delante del Cuartel del Bruc, en Barcelona. Al fondo puedeapreciarse la bandera de la CNT ondeandoen uno de los torreones.

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13C e n t e n a r i o C N T

dolos por las barriadas de las ciudadesindustriales, asignándoles un radio deacción trazado sobre mapa urbano y delque procurarán no salirse sin aviso ex-preso».

Es notorio el detallismo y la precisióncon la que se constituyen esos Comitésde Defensa. La Ponencia recomendabaque los grupos fuesen formados porhombres de un mismo sindicato, o ramoprofesional, «no queriendo decir con estoque guarden relación o dependencia desu Sindicato ya que ellos están a disposi-ción exclusiva de los Comités de Defen-sa y para llenar los fines que éstos pro-pugnan», sino porque ese «método tienela virtud de convertir a esos militantes,agrupados dentro de los Comités deDefensa, en guardadores de los principiosdentro del Sindicato y en prever la actua-ción íntima y pública del mismo».

La Ponencia del CNCD también detalla-ba la organización de los Comités deDefensa a escala regional y nacional,encuadrando además a aquellos sectoresde trabajadores, como ferroviarios, con-ductores de autocar, trabajadores de telé-fonos y telégrafos, carteros y, en fin, atodos los que por características de suprofesión u organización abarcaban unámbito nacional, destacando la importan-cia de las comunicaciones en una insu-rrección revolucionaria. Se dedicaba unapartado especial al trabajo de infiltra-ción, propaganda y captación de simpati-zantes en los cuarteles. Tras considerar lanecesidad de discutir y perfeccionar cons-tantemente las tácticas y planes insurrec-cionales a nivel local, regional y nacionalde los Comités de Defensa, y formalizar latrabazón con la FAI, la Ponencia termina-ba con un llamamiento a los cenetistaspara que considerasen la importancia deconsolidar, extender y perfeccionar unaparto militar clandestino de la CNT,«frente al armatoste militar y policíaco delEstado y de las milicias fascistas o mar-xistas».

Los cuadros de defensa eran mayorita-riamente cuadros sindicales. Después del19-20 de julio algunos de esos cuadrossindicales llegaron a constituirse en cen-turias de las Milicias Populares, que mar-charon inmediatamente a luchar contra elfascismo en tierras de Aragón. De ahíque, en el seno de las distintas columnasconfederales, se hablase de la centuria delos metalúrgicos, o de la centuria de lamadera, o de la construcción, constituidapor militantes de un mismo sindicato.

Las funciones esenciales de los Comi-tés de Defensa eran dos:

1) Obtención, mantenimiento, custodia yaprendizaje en el manejo de las armas.La autoridad de los Comités de Defen-sa radicaba en su carácter de organi-zación armada. Su poder era el poderde los obreros en armas.

2) Intendencia en el sentido amplio de lapalabra, desde provisión de abastos ycomedores populares hasta la crea-ción y mantenimiento de hospitales,escuelas, ateneos,... o incluso, en losprimeros días de la victoria popular,de reclutamiento de milicianos y apro-visionamiento de las columnas quepartieron hacia el frente.

Los cuadros de defensa existieron yadesde poco después de la proclamaciónde la República, y podían considerarsecomo la continuidad, reorganización yextensión de los grupos de defensaarmada de los años del pistolerismo(1919-1923).

En los años treinta los parados eranencuadrados en los cuadros de defensa

de forma rotativa con el fin solidario dedarles un ingreso, evitar esquiroles yextender al máximo de militantes el cono-cimiento y uso de las armas. Por esasmismas razones, y para evitar su «profe-sionalización», evitaron que esa remune-ración fuera permanente. Durante toda laetapa republicana hubo piquetes y gru-pos de defensa sindical armados quedefendían las manifestaciones y huelgaso promovían insurrecciones locales.

La Ponencia del CNCD, de octubre de1934, supuso una nueva organización yorientación de los cuadros de defensa,que asumía tácitamente las críticas a la«gimnasia» insurreccional de AlexanderShapiro y de la oposición interna cene-tista, concretada en el Manifiesto de losTreinta.

El Comité Local de Preparación

Revolucionaria

En Cataluña, la aplicación práctica de esanueva estructura de los Comités de Defen-sa fue objeto de una ponencia, presentadapor los grupos anarquistas Indomables,Nervio, Nosotros, Tierra Libre y Germen,en el Pleno de la Federación de GruposAnarquista de Barcelona, que se reunió enenero de 1935. La ponencia presentaba lafundación, en Barcelona, del Comité Localde Preparación Revolucionaria.

El preámbulo de la ponencia caracteri-zaba el momento histórico como «unperíodo de inmensas perspectivas revo-lucionarias a causa sobre todo de la inca-pacidad manifiesta del capitalismo y delEstado para dar soluciones de equidada los problemas económicos, socialesy morales planteados de una maneraapremiante». Se constataba el fracaso

político internacional desde el fin de laGran Guerra: «Más de tres lustros deesfuerzo permanente de los dirigentesde la vida económica y otros tantos ensa-yos de múltiples formas de Estado, sinexcluir la llamada dictadura del proleta-riado, no han producido un mínimo deequilibrio tolerable por las grandes masas,sino que han aumentado el malestargeneral y nos han llevado al borde de laruina fisiológica y al umbral de la nuevahecatombe guerrera». Frente a un pano-rama histórico, realmente desolador; elauge del fascismo en Italia, del nazismoen Alemania, del estalinismo en la UniónSoviética, de la depresión económicacon un paro masivo y permanente enEstados Unidos y Europa; la ponenciaoponía la esperanza del proletariado revo-lucionario: «En la quiebra universal delas ideas, partidos, sistemas, sólo quedaen pie el proletariado revolucionario consu programa de reorganización de las

bases de trabajo, de la realidad económi-ca y social y de la solidaridad». El opti-mismo de los redactores de la ponenciaveía, en España, al movimiento obrero, lobastante fuerte y capaz «de librar la ba-talla definitiva al viejo edificio de la mo-ral, de la economía y de la política capi-talistas».

En la definición, que los ponentesdaban de la revolución, se apreciaba unaprofunda crítica a la pueril táctica, yaabandonada en octubre de 1934, de lagimnasia revolucionaria y de la improvi-sación: «La revolución social no puedeser interpretada como un golpe de auda-cia, al estilo de los golpes de Estado deljacobinismo, sino que será consecuenciay resultado del desenlace de una guerracivil inevitable y de duración imposiblede prever». No sólo se vislumbraba consorprendente claridad la Guerra Civil, adieciocho meses vista, y su inmensacrueldad, sino que se insistía en la nece-sidad de anticiparse ya, organizando lanueva estructura de los cuadros de defen-sa: «Si el golpe de Estado exige en lostiempos modernos una gran prepara-ción técnica e insurreccional, elementosy hombres perfectamente adiestradospara el fin perseguido, una guerra civilrequerirá con mucha más razón un apa-rato de combate que no puede improvi-sarse al calor del mero entusiasmo, sinoestructurarse y articularse con la mayorcantidad posible de previsiones y deefectivos.»

Se verificaba la abundancia de hom-bres disponibles, pero también su faltade organización «para una lucha sosteni-da contra las fuerzas enemigas». Era,pues, necesario acelerar su instrucción.«A ese propósito responde la presenteestructuración del Comité Local de pre-paración revolucionaria que propone-mos.» Ese comité estaría formado porcuatro miembros: dos serían nombradospor la Federación Local de la CNT y otrosdos por la Federación Local de GruposAnarquistas. Estos cuatro organizaríanademás una comisión auxiliar. La misiónprincipal de ese Comité Local de Prepara-ción Revolucionaria era «el estudio de losmedios y métodos de lucha, de la tácticaa emplear y la articulación de las fuerzasorgánicas insurreccionales». Se distin-guía claramente entre los viejos cuadrosde choque, anteriores a octubre de 1934,y los nuevos cuadros de defensa: «Asícomo hasta aquí los Comités de Defensahan sido sobre todo organizaciones degrupos de choque, deben ser en lo suce-sivo organismos capaces de estudiar lasrealidades de la lucha moderna.»

La preparación revolucionaria parauna larga Guerra Civil exigía nuevos des-afíos, impensables en la vieja táctica delos grupos de choque: «Dado que no esposible disponer de antemano de losstocks de armas necesarios para unalucha sostenida, es preciso que el Comi-té de preparación estudie el modo detransformar en determinadas zonas estra-tégicas las industrias […], en industriasproveedoras de material de combate parala revolución.»

Los Comités Regionales de la CNTdebían ser los coordinadores de esosComités Locales de Preparación Revolu-cionaria. Estos podían reunirse en Ple-nos especiales para el intercambio deiniciativas, informaciones y experien-cias. A nivel nacional se preveía celebrarreuniones de los delegados regionales.

Ese Comité de Preparación no debíatener nunca la iniciativa revolucionaria«que habrá de partir siempre de las orga-nizaciones confederal y específica, sien-do ellas las que han de fijar el momento

“La preparaciónrevolucionariapara una larga

Guerra Civil exigíanuevos desafíos,

impensables en la vieja táctica

de los grupos de choque

Arriba, barricada en la barcelonesa Plaça de Sant Pere, 19 de julio de 1936.

Abajo, milicianos y guardias de asaltocelebran en las calles de Barcelona la derrota de los militares facciosos.

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oportuno y asumir la dirección del movi-miento». La financiación debía correr acargo de los sindicatos de la CNT y de losgrupos anarquistas, sin «fijar de antemanouna contribución general obligatoria». Encuanto a la «formación de los cuadros delucha, en las ciudades los grupos insurrec-cionales serán formados a base de barria-das, en núcleos de número ilimitado, peroigualmente entrarán a formar parte de loscuadros insurreccionales los grupos de afi-nidad que deseen mantener su conexióncomo tales, pero sometiéndose al controldel comité de preparación».

Tanto la ponencia del CNCD, de octu-bre de 1934, como la de los grupos anar-quistas de Barcelona, de enero de 1935,insistían en una nueva estructura de loscuadros de defensa, desechando su vie-ja consideración de simples grupos dechoque para transformarlos en cuadrosde defensa de preparación revoluciona-ria rigurosa, enfrentados a los proble-mas de información, armamento, tácticae investigación previos a una larga gue-rra civil. De los grupos de choque, ante-riores a 1934, se había pasado a los cua-dros de información y combate.

Julio de 1936: los Comités

Revolucionarios y las milicias

El 19 y 20 de julio de 1936, en plena luchaen las calles de Barcelona, al tiempo quese derrotaba a los militares sublevados,los miembros de los Comités de Defensaempezaron a llamarse y a ser conocidoscomo «los milicianos». Sin transiciónalguna, los cuadros de defensa se trans-formaron en Milicias Populares. La estruc-tura primaria de los cuadros de defensahabía previsto su ampliación y creci-miento mediante la incorporación decuadros secundarios. Bastó con dar cabi-da en ellos a los millares de trabajadoresvoluntarios que se sumaron a la luchacontra el fascismo, extendida a tierras deAragón. Las milicias confederales seconvirtieron en la vanguardia de todaslas unidades armadas que se desplaza-ban en busca del enemigo fascista quebatir. Eran la organización armada delproletariado revolucionario. Fueron imi-tados por el resto de organizaciones obre-ras, e incluso las de origen burgués. Antela ausencia de un ejército proletario úni-co surgieron tantas milicias como parti-dos y organizaciones existían.

Hubo una doble transformación deesos cuadros de defensa. La de las Mili-cias Populares, que definieron en los pri-meros días el frente de Aragón, instau-rando la colectivización de las tierras enlos pueblos aragoneses liberados; y lade lo Comités Revolucionarios, que encada barrio de Barcelona, y en cada pue-blo de Cataluña, impusieron un «nuevoorden revolucionario». Su origen comúnen los cuadros de defensa hizo que mili-cias confederales y Comités Revolucio-narios estuviesen siempre muy unidos einterrelacionados.

Tras la victoria sobre el levantamientofascista y militar en Cataluña, los Comi-tés de Defensa de cada barrio (o pueblo)se constituyeron en Comités Revolucio-narios de barriada (o localidad), toman-do una gran variedad de denominacio-nes. Esos Comités Revolucionarios debarrio, en la ciudad de Barcelona, erancasi exclusivamente cenetistas. Los Comi-tés Revolucionarios locales, por el con-trario, solían formarse mediante la incor-poración de todas las organizacionesobreras y antifascistas, imitando la com-posición del Comité Central de MiliciasAntifascistas (CCMA).

Esos Comités Revolucionarios ejercie-ron, en cada barriada o localidad, sobre

5) A la custodia de las armas, en la sededel Comité de Defensa, se sumabasiempre un local o almacén en el quese instalaba el comité de abastos de labarriada, que se abastecía con lasrequisas de alimentos realizados enlas zonas rurales mediante la coacciónarmada, el intercambio, o la compramediante vales.

6) Imposición y recaudación del impues-to revolucionario en cada barrio olocalidad.

El comité de abastos instalaba uncomedor popular, que inicialmente fuegratuito, pero que con el paso de losmeses, ante la escasez y encarecimientode los productos alimenticios, tuvo queimplantar un sistema de bonos subven-cionado por el Comité Revolucionario debarrio o localidad. En la sede del Comitéde Defensa había siempre un habitáculopara la custodia de las armas y en ocasio-nes una pequeña prisión en la que insta-lar provisionalmente a los detenidos.

Los Comités Revolucionarios ejercíanuna importante tarea administrativa,muy variada, que iba desde la emisión devales, bonos de comida, emisión de sal-voconductos, pases, formación de coo-perativas, celebración de bodas, abaste-cimiento y mantenimiento de hospitales,hasta la incautación de alimentos, mue-bles y edificios, financiación de escuelasracionalistas y ateneos gestionados porlas Juventudes Libertarias, pagos a mili-cianos o sus familiares, etc.

La coordinación de los Comités Revo-lucionarios de barriada se hacía en lasreuniones del Comité Regional, a dondeacudían los secretarios de cada uno delos Comités de Defensa de barriada.Existía, además de forma permanente, elComité de Defensa Confederal, instaladoen la Casa CNT-FAI.

Para los aspectos relacionados con laincautación de importantes cantidadesde dinero y objetos de valor, o todasaquellas tareas de detención, informa-ción e investigación que excedían por suimportancia las tares del Comité Revolu-cionario de barriada, acudían al Serviciode Investigación de la CNT-FAI, dirigidopor Manuel Escorza en la Casa CNT-FAI.

Así pues, en la ciudad de Barcelona,los Comités de Defensa de barriada sesubordinaban a los siguientes Comitéssuperiores:

1) En cuanto al reclutamiento de milicia-nos (en julio y agosto) y al abasteci-miento de las milicias populares (hastamediados de septiembre) dependíandel CCMA.

2) En cuanto al abastecimiento de ali-mentos y productos de primera nece-sidad del Comité Central de Abastos.

3) En cuanto a la organización y resolu-ción de problemas del Comité Regio-nal de la CNT, que les daba las órde-nes y consignas a seguir. Se tratabade la famosa dependencia sindical delos cuadros de defensa y de la nega-ción de su propia autonomía, acorda-da en la Ponencia de 1934.

4) Se coordinaban y compartían expe-riencias en un Comité de Defensa deBarcelona, que no era más que el esca-lón organizativo que seguía a los comi-tés de distrito. Apenas era operativo.

5) En cuanto a la información, investiga-ción, persecución de la quinta columnay otras labores «policíacas» armadas,dependían del Servicio de Investiga-ción de la CNT-FAI.

Los cuadros de defensa, organizadosterritorialmente en zonas muy delimita-das respecto a otros grupos, formadospor seis miembros, con tareas muy pre-cisas de carácter informativo, de espio-naje e investigación, eran la organiza-ción armada clandestina primaria de laCNT. A esos cuadros primarios se agluti-naban en el momento de la insurreccióngrupos secundarios de militantes sindi-cales, los grupos de afinidad de la FAI,miembros de ateneos, etc. Después del19 de julio, las tareas de carácter infor-mativo, de espionaje del enemigo, deinvestigación de las fuerzas y direccio-nes del enemigo de clase, fueron coordi-nadas por los Servicios de Investigacióne Información de la CNT-FAI, mientrasque el resto de temas se coordinaban enlas reuniones de los delegados-secreta-rios de cada comité de barrio con elComité Regional, en la Casa CNT-FAI.

Contra la militarización

El balance real del CCMA, en sus nuevesemanas de existencia, fue el paso deunos Comités Locales revolucionarios,que ejercían todo el poder en la calle y lasfábricas, a su disolución en beneficioexclusivo del pleno restablecimiento delpoder de la Generalitat. Los decretos fir-mados el 24 de octubre sobre militariza-ción de las Milicias a partir del 1 denoviembre, y de Colectivizaciones, com-pletaban el desastroso balance del CCMA,esto es, el paso de unas Milicias obrerasde voluntarios revolucionarios a un ejérci-to burgués de corte clásico, sometido alcódigo de justicia militar monárquico, diri-gido por la Generalitat; el paso de lasexpropiaciones y el control obrero de lasfábricas a una economía centralizada, con-trolada y dirigida por la Generalitat.

Ese decreto de militarización de lasMilicias Populares produjo un gran des-contento entre los milicianos anarquistasde la Columna Durruti, en el Frente de Ara-gón. Tras largas y enconadas discusiones,en marzo de 1937, varios centenares demilicianos voluntarios, establecidos en elsector de Gelsa, decidieron abandonar elfrente y regresar a la retaguardia. Se pactóque el relevo de los milicianos opuestos ala militarización se efectuaría en el trans-curso de quince días. Abandonaron elfrente, llevándose las armas.

Ya en Barcelona, junto con otros anar-quistas (defensores de la continuidad yprofundización de la revolución de julio,y opuestos al colaboracionismo confede-ral con el gobierno), los milicianos de

“El 19 y 20 dejulio de 1936, al tiempo que sederrotaba a los militaressublevados, los miembros de losComités de Defensaempezaron a llamarse y a serconocidos como«los milicianos».

”todo en las nueve semanas posterioresal 19 de Julio, estas funciones:

1) Incautaron edificios para instalar lasede del Comité, de un almacén deabastos, de un ateneo o de una escue-la racionalista. Incautaron y sostuvie-ron hospitales y diarios.

2) Pesquisas armadas en las casas parti-culares para requisar alimentos, dine-ro y objetos de valor.

3) Pesquisa armada en las casas particu-lares para detener «pacos», embosca-dos, curas, derechistas y quintacolum-nistas. (Recordemos que el «paqueo»de los francotiradores, en la ciudad deBarcelona, duró toda una semana).

4) Instalaron en cada barrio centros dereclutamiento para las Milicias, quearmaron, financiaron, abastecieron ypagaron (hasta finales de agosto) consus propios medios, manteniendo has-ta después de mayo del 37 una intensay continuada relación de cada barriadacon sus milicianos en el frente, aco-giéndolos durante los permisos.

Milicianos de la Columna Durruti,saliendo de Barcelona.

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Gelsa (Zaragoza) decidieron constituiruna organización anarquista, distinta dela FAI, la CNT o las Juventudes Liberta-rias, que tuviera como misión encauzarel movimiento ácrata por la vía revolu-cionaria. Así pues, la nueva Agrupaciónse constituyó formalmente en marzo de1937, tras un largo período de gestaciónde varios meses iniciado en octubre de1936. La Junta directiva fue la que deci-dió tomar el nombre de «Agrupación deLos Amigos de Durruti», nombre que poruna parte aludía al origen común de losexmilicianos de la Columna Durruti, yque como bien decía Balius, no se tomópor referencia alguna al pensamiento deDurruti, sino a su mitificación popular.

Esta oposición revolucionaria a la mili-tarización de las Milicias Populares semanifestó también, con mayor o menorsuerte, en todas las columnas confedera-les. Destacó, por su importancia fuera deCataluña, el caso de Maroto, condenadoa muerte por su negativa a militarizar lacolumna que dirigía, pena que no llegó aejecutarse pero que le mantuvo en la cár-cel. Otro caso destacado fue el de laColumna de Hierro, que decidió en diver-sas ocasiones «bajar a Valencia» paraimpulsar la revolución y enfrentarse a loselementos contrarrevolucionarios de laretaguardia.

En febrero de 1937 se celebró unaasamblea de columnas confederales quetrató la cuestión de la militarización. Lasamenazas de no suministrar armas, ali-mentos, ni soldada, a las columnas queno aceptaran la militarización, sumada alconvencimiento de que los milicianosserían integrados en otras unidades, yamilitarizadas, surtieron efecto. A muchosles parecía mejor aceptar la militarizacióny adaptarla flexiblemente a la propiacolumna. Finalmente, la ideología de uni-dad antifascista y la colaboración de laCNT-FAI en las tareas gubernamentales,en defensa del Estado republicano, triun-faron contra la resistencia a la militariza-ción, que fue finalmente aceptada hastapor la recalcitrante Columna de Hierro.

Los Comités de Defensa

en mayo de 1937

El lunes, 3 de mayo de 1937, hacia lastres menos cuarto de la tarde, RodríguezSalas, militante de la UGT y estalinistaconvencido, responsable oficial de lacomisaría de orden público, pretendiótomar posesión del edificio de la Telefóni-ca. Los militantes cenetistas organizaronuna dura resistencia gracias a una ame-tralladora instalada estratégicamente. Lanoticia se propagó rápidamente. De for-ma inmediata se levantaron barricadas entoda la ciudad. No debe hablarse de unareacción espontánea de la clase obrerabarcelonesa, porque la huelga general,los enfrentamientos armados con lasfuerzas de policía y las barricadas fueronfruto de la iniciativa tomada por el Comitéde Investigación de la CNT-FAI y los Comi-tés de Defensa, rápidamente secundadagracias a la existencia de un enorme des-contento generalizado, las crecientes difi-cultades económicas en la vida cotidianacausadas por la carestía de vida, las colasy el racionamiento, así como a la tensiónexistente en la base militante confederalentre colaboracionistas y revolucionarios.La lucha callejera fue impulsada y realiza-da desde los Comités de Defensa de losbarrios (y sólo parcial y secundariamentepor algún sector de las patrullas de con-trol). Que no existiera una orden de losComités superiores de la CNT, que ejercí-an de ministros en Valencia, o de cual-quier otra organización, para movilizarselevantando barricadas en toda la ciudad,

no significa que éstas fueran puramenteespontáneas, sino que fueron resultadode las consignas lanzadas por los Comi-tés de Defensa.

En abril de 1937, Pedro Herrera, «con-seller» (ministro) de Sanidad del segundogobierno Tarradellas, y Manuel Escorza,fueron los responsables cenetistas quenegociaron con Lluis Companys (presi-dente de la Generalitat) una salida a la cri-sis gubernamental, abierta a principios demarzo de 1937 a causa de la dimisión del«conseller» de Defensa, el cenetista Fran-cisco Isgleas. Companys decidió abando-nar la táctica de Tarradellas, que no ima-ginaba un gobierno de la Generalitat queno fuera de unidad antifascista, y en elque no participara la CNT, para adoptar lapropugnada por Joan Comorera, secreta-rio del PSUC, que consistía en imponerpor la fuerza un gobierno «fuerte» que notolerase ya una CNT incapaz de meter encintura a sus propios militantes, califica-dos como «incontrolados». Companysestaba decidido a romper una política depactos con la CNT, cada vez más difícil, ycreyó que había llegado la hora, gracias alapoyo del PSUC y los soviéticos, de impo-ner por la fuerza la autoridad y decisionesde un gobierno de la Generalitat que,como los hechos demostraron, aún noera lo bastante poderosa como para dejarde negociar con la CNT. El fracaso de lasconversaciones de Companys con Escor-za y Herrera, al no hallar solución políticaalguna en dos meses de conversaciones ypese al efímero nuevo gobierno del 16 deabril, desembocó directamente en losenfrentamientos armados de mayo de1937 en Barcelona, cuando Companys,sin avisar a Tarradellas (ni por supuesto aEscorza y Herrera) dio la orden a ArtemiAguadé, «conseller» de Interior, de ocu-par la Telefónica, que fue ejecutada porRodríguez Salas.

La toma de la Telefónica era la brutalrespuesta a las exigencias cenetistas yun desprecio a las negociaciones quedurante el mes de abril habían manteni-do Manuel Escorza y Pedro Herrera, enrepresentación de la CNT, directamentecon Companys, que había excluido expre-samente a Tarradellas. Escorza tenía elmotivo y la capacidad para responderinmediatamente a la provocación de Com-panys desde el Comité de Investigación

San Pablo, y de allí con la Brecha de SanPablo, tomada por una cuarentena demilicianos de la Rojinegra, que al mandodel durrutista Máximo Franco habían«bajado a Barcelona» en labor de «obser-vación e información», después que tan-to la Columna Rojinegra como la Lenin(del POUM), mandada por Rovira, hubie-ran cedido a las presiones recibidas paraque sus respectivas unidades regresaranal frente, a instancias de Abad de Santi-llán y Molina, esto es, de los cenetistasque daban las órdenes del departamentode Defensa de la Generalitat, en ausenciade Isgleas.

Las masas confederales, desorienta-das por el llamamiento de sus dirigentesa dejar las barricadas, ¡los mismos líde-res del 19 de Julio!, habían optado, al fin,por abandonar la lucha, aunque al princi-pio se habían burlado de los llamamien-tos de la dirección de la CNT a la concor-dia en aras de la unidad antifascista.

La definitiva disolución

de los Comités de Defensa

Los Comités Revolucionarios de barrio, enBarcelona, surgieron el 19-20 de julio de1936 y duraron, como mínimo, hasta el 7de junio del año siguiente, cuando las res-tauradas fuerzas de orden público de laGeneralitat, disolvieron y ocuparon losdistintos centros de las Patrullas de Con-trol, y de paso algunas sedes de los Comi-tés de Defensa, como el del barrio de LesCorts. Pese al decreto que exigía la des-aparición de todos los grupos armados lamayoría resistió hasta septiembre de1937, cuando fueron sistemáticamentedisueltos y asaltados, uno a uno, los edifi-cios que ocupaban. La última en ser ocu-pada, y la más importante y fuerte, fue lasede del Comité de Defensa del Centro,sita en los Escolapios de San Antonio, quefue tomada al asalto el 21 de septiembrede 1937 por estalinistas y fuerzas de ordenpúblico, utilizando además de tanquetastodo un arsenal de ametralladoras y bom-bas de mano. Sin embargo, la resistenciade Los Escolapios no cedió al fuego de lasarmas, sino a las órdenes de desalojodadas por el Comité Regional.

A partir de entonces los Comités deDefensa se ocultaron bajo el nombre deSecciones de Coordinación e Informa-ción de la CNT, dedicados exclusivamen-te a tareas clandestinas de investigacióne informativas, como antes del 19 deJulio; pero ahora (1938) en una situaciónnetamente contrarrevolucionaria.

Agustín Guillamón

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“Los decretosfirmados el 24 de

octubre sobremilitarización de las Milicias

supusieron el pasode unas Milicias

obreras devoluntarios

revolucionarios aun ejército burguésde corte clásico

”de la CNT-FAI, organización autónomaque coordinaba a los Comités de Defen-sa y a los responsables cenetistas en losdistintos departamentos de orden públi-co. Ese fue verosímilmente el inicio delos enfrentamientos armados de las Jor-nadas de Mayo.

Los Amigos de Durruti fueron los com-batientes más activos en las barricadas, ydominaron completamente la plaza Maciá(ahora plaza Real), con todos los accesosbloqueados con barricadas, y la calle Hos-pital en toda su longitud. En el cruce Ram-blas/calle Hospital, bajo un enorme retratode Durruti colocado en la fachada del pisodonde estaba la sede de la Agrupación,levantaron una barricada donde estable-cieron su centro de operaciones. El abso-luto control de la calle Hospital enlazabacon la sede del Comité de Defensa Confe-deral (cuartel central de los Comités deDefensa), en Los Escolapios de la Ronda

Buenaventura Durruti,en el frente.

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16 C e n t e n a r i o C N T

L a agrupación Mujeres Libres na-ció de la fusión del Grupo Cultu-ral Femenino (de la CNT de Bar-

celona) y, de Mujeres Libres, de Madrid.El primero surgió a finales de 1934como consecuencia de la Revoluciónde Asturias. Meses después se haciaun llamamiento a las mujeres del movi-mientos libertario, para que asumie-ran su condición de obreras concien-ciadas, tomando parte activa en lasdecisiones laborales y sociales, en fábri-cas y talleres, y a principios de 1936celebraban una gran concentración enel Teatro Olimpia, de Barcelona, en lascuales se presentaron las bases de laagrupación, que promovía la defensade los derechos de la mujer y su orga-nización, con asociaciones en cadabarriada, ciudades y pueblos de Cata-luña. Aunque el encuentro fue multitu-dinario, la prensa anarquista silencióel acto.

En Madrid, casi paralelamente, surgíaun grupo de Mujeres Libres, con los mis-mos objetivos emancipadores que el Gru-po Cultural Femenino, en Cataluña. Laemancipación de la mujer obrera, de sutriple esclavitud, de la ignorancia, de lasumisión sexual y la de la sola competen-cia como sujeto reproductor, arraigadomodelo tradicional. La tarea no era fácilen un país con un alto nivel de analfabe-tismo y unas cuotas de marginación aúnmás humillantes, factores decisivos delsecular machismo. Tras un tiempo deacercamiento y proyectos comunes, lasdos agrupaciones unificaron criterios,generando una incalculable influencia yhonda repercusión social y crítica. Paralas fundadoras Lucía Sánchez Saornil,Mercedes Comaposada y Amparo Poch,la cultura era un factor decisivo en losmedios obreros, con acentos determinan-tes a la hora de conquistar el respeto y losderechos de la mujer, tan desasistida. Secrearon escuelas racionalistas y se poten-ciaron los ateneos culturales, que durantetanto tiempo habían constituido lugaresde formación, de educación y de esparci-miento, donde la clase obrera armoniza-ban el ocio y la cultura. Para divulgar lasenseñanzas e información de la mujerfundaron la revista Mujeres Libres, mástarde portavoz de la Agrupación, modelode publicación ética y estética, que daba aconocer las actividades de las delegacio-nes de cada barriada que federaba Muje-res Libres. La guerra cambió el contenidode la revista, de «orientación y documen-tación social», y a partir de julio de 1936se transformó en un periódico combativoa tenor de las circunstancias.

Uno de los principios de la agrupaciónMujeres Libres fue mantener su inde-pendencia y autonomía, incluso dentrodel movimiento libertario, al cual estabavinculada en sus Sindicatos Obreros(CNT), Grupos Específicos (FAI) y Federa-ción Ibérica de Juventudes Libertarias(FIJL), sin hacer concepciones en el pla-no de su relación con otras organizacio-nes femeninas. Ante las reiteradas invi-taciones de la Asociación de MujeresAntifascistas para una función de organi-zaciones, Lucía Sánchez Saornil, desdelas páginas de Solidaridad Obrera, escri-

Mujeres Libresy Mujeres Libres en el Exilio

dad del Frente Popular Antifascista, re-presentada por la tendencia libertaria,prescindiendo de ayudas oficiales, parapoder conservar «…íntegramente su ca-rácter y personalidad».

Orientados por el pensamiento de Ba-kunin, el movimiento libertario españolhabía aceptado la igualdad de derechosde hombres y mujeres en el Congreso deZaragoza, de Abril de 1872. A pesar de lalucha de la mujer obrera, una gran partede sus compañeros la marginaba a lahora de tomar decisiones. Los hombresseguían siendo los líderes en sus lugaresde trabajo y en sus propios hogares. Elpaso de los años no desterró viejos ata-vismos y prejuicios. La agrupación Muje-res Libres no tuvo el pleno consenso desus compañeros, al considerar intrusa suparticipación, que interfería su lucha so-cial. Frente a tan manifiesta incompren-sión, la pedagoga Pilar Grangel, cons-ciente de que las relaciones de hombresy mujeres anarquistas debían centrarseen una labor común, en el número 12 dela revista Mujeres Libres, escribía: «No,compañeros, no; la mujer en sus reivin-

“La agrupaciónMujeres Libresnació de la fusióndel Grupo CulturalFemenino de la CNT deBarcelona y de Mujeres Libresde Madrid.

” dicaciones no pretende buscar frente avosotros la competencia sino aunar susenergías a las vuestras, Porque si lamujer se defiende, os defiende tambiéna vosotros.»

El 3 de enero de 1937, en plena revo-lución social, ostentando García Oliver lacartera de Justicia, firmaba el decretoque concedía a la mujer la plenitud desus derechos civiles. De hecho, ella yalos había ido conquistando desde siem-pre, pero en aquellas circunstancias, des-de el primer día de la Guerra Civil. Pri-mero, con su presencia en las barricadas,y luego, con su incorporación a las

bía a Dolores Ibarruri las razones de sunegativa a integrarse en el frente únicoantifascista. Aducía que el Partido Comu-nista era el principal protagonista, el queprogramaba y controlaba todas las acti-vidades y, en consecuencia, las decisio-nes de las demás organizaciones. «Muje-res Libres –decía– tiene la personalidadpropia de una organización revoluciona-ria, con objetivos concretos y una claraconciencia de su misión, que va más alládel limitado antifascismo.» Mujeres Li-bres prefería continuar dentro de la Uni-

Arriba, miliciana posando con la banderade la CNT-FAI.

A la derecha, algunas publicacioneseditadas por Mujeres Libres.

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17C e n t e n a r i o C N T

“La agrupaciónMujeres Libres no

tuvo el plenoconsenso de

sus compañeros, alconsiderar intrusa

su participación,que interfería sulucha social.

”Columnas de las Milicias Antifascistas,que iban a luchar en campo abierto.Mientras, en la retaguardia, asumía res-ponsabilidades, inéditas para ella, con laorganización de toda suerte de ayudasen las brigadas femeninas de trabajo y laasistencia social en el Comité de Refu-giados y la Infancia, la creación de laColumna de Mujeres Libres que, con untren de máquinas de lavado y plancha-do, debía actuar en los frentes de guerra.Sin olvidar los programas de alfabetiza-ción, los cursos de aprendizaje y el traba-jo en las fábricas de armamento y de laproducción en general, ni abandonar su

labor en los Servicios Públicos y en lasColectividades rurales, donde desempe-ñó toda clase de trabajos en sustituciónde los hombres. La mujer fue, así, piezafundamental en el frente de la retaguar-dia, sin cuya actividad y buen funciona-miento no era posible el combate delejército en el frente real.

Estas mujeres, que lucharon por larevolución y su propia emancipación enmedio de una guerra, en 1939, salían alexilio y eran internadas en campos deconcentración y en refugios franceses, ycuando se declaró la Segunda GuerraMundial, fieles a su espíritu antifascista,

se incorporan a la Resistencia, paraseguir defendiendo la Libertad contra elfascismo, el mismo enemigo que enEspaña. Muchas, no sabemos cuántas,acabaron en los campos de exterminionazi.

Después, pasados los años, ancladassus vidas en la Europa de su exilio, deci-dieron reivindicar la memoria de la revis-ta Mujeres Libres de su juventud, y SaraBerenguer, desde Montady (Francia),Suceso Portales, desde Londres, y lacolaboración de otras compañeras, rea-pareció Mujeres Libres en el Exilio, unamodesta publicación, escrita, sufragada

y editada por ellas mismas. De las quevivieron aquella y la posterior andaduraya quedan pocas, pero conservan elespíritu, como divisa, de la revoluciónque les mostró el camino para sentirsecomo seres libres.

Antonina Rodrigo

A la izquierda, dos milicianas en el frente.

Arriba, mujeres en la retaguardiatrabajando en la industria textil y Cartel conmemorativo del 2.o Congreso de Dones Lliures(Mujeres Libres).

A la derecha, miting de Mujeres Librescelebrado en Valencia.

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18 C e n t e n a r i o C N T

E n Catalunya, la derrota de la suble-vación militar del 18 de julio de1936 conllevó que el Estado, deten-

tador del poder político y de la fuerzamilitar y garante del mantenimiento de laorganización económica y social del país,se derrumbase por completo.

Con la desintegración del Estado, lostrabajadores, los manuales en particular,que habían desempeñado un papel deci-sivo en la obtención de la victoria sobrelos sublevados, fueron quienes obtuvie-ron la victoria política e iniciaron unaamplia y profunda transformación revo-lucionaria de la sociedad catalana. Dichatransformación, basada en los plantea-mientos anarquistas y anarcosindicalis-tas de la CNT-FAI, al ser esta organiza-ción la que contaba con una influenciamayoritaria entre los trabajadores, trató,y en parte consiguió llevar a la práctica,los principios del socialismo libertario enuna sociedad industrializada, dando lugara una experiencia original, única en elmundo, alejada tanto del capitalismocomo del socialismo de estado.

Catalunya contaba por aquel entoncescon una población de 2.791.000 habitan-tes, de los que 1.005.000 vivían en la ciu-dad de Barcelona. El 54% de la poblaciónactiva catalana trabajaba en la industria,porcentaje que en la provincia de Barce-lona se elevaba al 68%.

La experiencia colectivista que se des-arrolló en Catalunya entre julio de 1936 yenero de 1939, a pesar de que no pudoalcanzar plenamente sus objetivos debi-do a los condicionamientos y dificultadescon que tuvo que enfrentarse, constituyeuna de las transformaciones más radica-les del siglo XX. Transformación que afec-tó todos los aspectos de la vida política,económica, social y cultural, y aun cuan-do forma parte de la revolución española,posee unas características propias y espe-cíficas, en parte distintas de las de otraszonas de la España republicana.

La colectivización

En el campo catalán la pequeña propie-dad agraria coexistía con la mediana ygran propiedad, que era explotada enrégimen de aparcería. Los aparceros, queconstituían la mayoría de la poblacióncampesina, habían mantenido ya desdeantes de 1936 importantes luchas reivin-dicativas para mejorar las condiciones desus contratos y aspiraban, por lo general,a convertirse en propietarios de las tie-rras que cultivaban.

En el sector agrario, el predominio sin-dical correspondía a la UR (Unió de Ra-bassaires), siendo la presencia de la CNTescasa. En este sector jugaron un desta-cado papel los sindicatos agrícolas –unaespecie de cooperativas– a los que obli-gatoriamente debían pertenecer todaslas explotaciones. Estos sindicatos, con-trolados por la UR y con una considera-ble presencia de la UGT, constituyeronun importante freno para el desarrollo delas colectividades.

Todo ello llevó a que la colectivizacióndel campo fuese relativamente limitada.Con todo, se crearon más de 400 colecti-vidades agrarias constituidas, básica-mente, con las fincas expropiadas a losgrandes propietarios y a los elementos

Las colectivizaciones en Catalunya(1936-1939)

facciosos y con las aportaciones de lospequeños propietarios que se adhirierona ellas. En general, estas colectividadesno representaron una fuerza económicaimportante, constituyendo sus miem-bros sólo una parte de los campesinosdel municipio. No obstante, hubo impor-tantes excepciones, en especial en lascomarcas del Baix Llobregat y el BaixEbre, colectividades en las que tambiénparticiparon miembros de la UR y la UGT.

La industria y el proceso

de colectivización-socialización

en y los servicios

Sofocada la rebelión, al reanudarse laactividad productiva y habiendo los due-ños abandonado sus empresas –en unoscasos–, o no atreviéndose a imponer suautoridad al carecer de la fuerza coerciti-va del Estado –en otros–, los trabajado-res procedieron, inmediatamente y porpropia iniciativa, a la puesta en marchadel proceso colectivizador, tomando direc-tamente en sus manos el control y ladirección de la mayor parte de las empre-sas; cabe destacar que todo ello lo reali-zaron de forma espontánea.

El carácter espontáneo de la colectivi-zación significa que ésta no se llevó acabo siguiendo las consignas, instruccio-nes o directrices de algún órgano dedirección estatal o de algún partido o sin-dicato, sino a partir de la decisión de lospropios trabajadores. Éstos, por mediode sus organizaciones de fábrica y ramo,pusieron en práctica las ideas y concep-ciones que tenían respecto a como debíaorganizarse y funcionar la sociedad engeneral y la actividad económica en par-ticular; siendo dichas ideas, en gran parte,fruto de la formación y propaganda liber-taria desarrolladas durante los deceniosanteriores por medio de los ateneos, sin-dicatos, cooperativas, etc.

La colectivización de la empresa signi-ficaba que su propiedad pasaba de pri-vada a pública y que eran sus propios

trabajadores quienes la dirigían y gestio-naban. Pero para los colectivistas ello noconstituía más que el inicio de un proce-so más amplio, el de la colectivización-socialización, el cual a partir de la colec-tivización de las empresas debía, y asísucedió parcialmente, ir avanzando en lacoordinación de la actividad económica,por ramos y localidades y de abajo a arri-ba, hasta alcanzar la plena socializaciónde la riqueza.

Sin embargo, muy pronto se produjo larenuncia de los órganos dirigentes de laCNT-FAI a intentar que el proceso decolectivización-socialización pudiese cul-minar su desarrollo, alegando que enaquellas circunstancias ello hubiese re-presentado imponer su dictadura. Estarenuncia dio lugar a enfrentamientosinternos y al progresivo abandono de suspropios presupuestos y principios.

Dicho proceso, impulsado y apoyadopor la gran mayoría de los trabajadoresmanuales de la industria y los servicios,se encontró con la oposición de una parteimportante de diversos sectores sociales:la pequeña burguesía, los técnicos, losfuncionarios y los trabajadores adminis-trativos y comerciales, que en conjuntoconstituían una base social importante,cuantitativa y cualitativamente. Éstos,

aun cuando mayoritariamente se posi-cionaron en contra de la sublevaciónmilitar, se oponían a la alternativa colecti-vista, bien porque defendían la propie-dad privada de los medios de produc-ción, bien porque defendían la propiedadestatal de los mismos. Esta oposiciónque fue canalizada y defendida por ERC,ACR, UR, PSUC y UGT, frente a la CNT, laFAI, las Juventudes Libertarias y el POUMque apoyaban las transformaciones colec-tivistas.

El proceso de transformación colecti-vista alcanzó una gran amplitud por loque respecta al primer nivel –el de lacolectivización de las empresas (entre un70% y un 80% de las empresas)–, y llegótambién a un segundo nivel –el de laconstitución de agrupaciones–, en el quese detuvo al fracasar los intentos de avan-zar hacia un tercer nivel –el de la socializa-ción global de los grupos industriales–.

La agrupación consistía en la reunióno concentración de todas o parte de lasempresas de un sector económico y unárea territorial determinada –una locali-dad, una comarca, Catalunya– en unaunidad económica de mayor volumen,en régimen de propiedad colectiva y diri-gida y gestionada por sus trabajadores.En consecuencia, las empresas que pasa-ban a formar parte de una agrupacióndejaban de existir como tales, pasandosu activo y su pasivo, así como sus traba-jadores, a la nueva unidad productiva.

Las grandes empresas colectivizadas,como los Tranvías de Barcelona Colectivi-zados (transporte), la Hispano Suiza y laRivière (metalurgia), CAMSA (petróleo),La España Industrial (textil), CerveceríasDAMM (bebidas), etc., y las agrupacionescomo La Agrupación Colectiva de la Cons-trucción de Barcelona, La Madera Sociali-zada de Barcelona, La Agrupación de losEstablecimientos de Barbería y PeluqueríaColectivizados de Barcelona, Los Espectá-culos Públicos de Barcelona Socializados,Los Servicios Eléctricos Unificados deCatalunya, La Industria de la FundiciónColectivizada, etc., constituyen las expe-riencias más importantes y significativasde la colectivización de la industria y losservicios, y al ser la agrupación la formamás compleja y elevada de organización,hace que su análisis sea fundamental parael conocimiento de esta experiencia y quedel mismo se puedan extraer elementosimportantes de la socialización global aque aspiraba la alternativa colectivista.

EtapasEl proceso de colectivización-socializa-ción fue evolucionando en el transcursodel tiempo, debido a la propia lógicainterna del proceso colectivizador y a loscambios que se produjeron en la rela-ción de fuerzas entre los defensores y losdetractores de la colectivización.

Dicha evolución dio lugar a la existen-cia de cuatro etapas: la primera: julio-finales de octubre de 1936, en la que seinició de forma espontánea la colectivi-zación, desarrollándose sin cortapisas laautogestión obrera. Fue durante esta eta-pa cuando se realizaron la mayor partede las colectivizaciones de empresas yse inició la constitución de la mayoría delas agrupaciones.

“Sofocada la rebelión, los trabajadoresprocedieron a la puesta enmarcha del procesocolectivizador.

Tranvías colectivizados en Barcelona.

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19C e n t e n a r i o C N T

La segunda: octubre 1936-mayo 1937,se inició con el decreto de colectivizacio-nes –fruto de la solución de compromiso aque llegaron las distintas organizacionespolíticas y sindicales–, en ella se avanzó enla coordinación de la economía colectivis-ta y fue el período en que se legalizó unmayor número de empresas colectiviza-das y agrupaciones. Así, por una parte sedesarrolló y consolidó la colectivización-socialización, pero por otra la utilizaciónde los organismos estatales, a pesar delpredominio que ejercía en ellos la CNT-FAI, implicó una grave contradicción conlos principios y presupuestos en que sebasaba la alternativa colectivista.

La tercera: mayo 1937-febrero 1938, seinició con la pérdida del predominio polí-tico de la CNT-FAI, la represión ejercidasobre el POUM y el reforzamiento delpoder de la Generalitat, como consecuen-cia de los «hechos de mayo». En ellaaumentó el control estatal de la econo-mía, al tiempo que la CNT intentó aumen-tar el control sindical de arriba abajo. Aeste respecto son significativas las resolu-ciones del Pleno de Valencia de enero de1938: abandono de la defensa del salarioúnico, creación de los inspectores de tra-bajo, procedimientos para sancionar, etc.

La cuarta: febrero 1938-enero 1939, secaracterizó por el aumento del interven-cionismo del gobierno de la República,el incremento de los ataques a la colecti-vización para favorecer la estatización yla reprivatización y el abandono, por par-te de la dirección de la CNT, de la defen-sa de la autogestión, unido a su acepta-ción de la estatización, tal como se reflejaen el pacto UGT-CNT del 18 de marzo de

1938. A pesar de todo, hasta que las tro-pas franquistas ocuparon Catalunya, con-tinuaron funcionando un elevado númerode empresas colectivizadas y agrupacio-nes, debido a la defensa que de las mis-mas hicieron los trabajadores.

Las agrupaciones en la industria

y los servicios

Las agrupaciones presentaban entre síuna serie de diferencias por: las caracte-rísticas del sector económico al que per-tenecían, el ámbito territorial que abar-caban, el tipo de concentración: solo

horizontal o horizontal y vertical a la vez,estar o no legalizadas, etc. A pesar deellas existieron en las agrupaciones unconjunto de elementos comunes o simi-lares, tanto en el aspecto organizativo–semejante al de las empresas colectivi-zadas, aunque más complejo– como enel económico y el social:

Organización y funcionamientointerno– La Asamblea General. Formada por

todos los trabajadores –manuales,administrativos, comerciales, técnicos–de la agrupación, constituía el órganomáximo de decisión. En él se discutíany definían las líneas generales de actua-ción, se elegían y en su caso revocabanlos miembros de los órganos de deci-sión cotidiana y se controlaba la actua-ción de dichos órganos.

– El Consejo de Empresa. Era el órganoencargado de la dirección cotidiana téc-nico-económica. Sus miembros perci-bían exclusivamente el jornal corres-pondiente a su categoría profesional.

– El Comité Sindical. Era el órgano encar-gado de la defensa cotidiana de losintereses inmediatos de los trabajado-res –remuneración, condiciones detrabajo, jubilación, etc.

– Además de estos tres órganos a nivelglobal de la agrupación, en cada unode los otros niveles de la misma –cen-tro de trabajo, localidad, etc. – existíantambién sus equivalentes, los cualesdisponían de autonomía para resolverlas cuestiones que afectaban exclusi-vamente a su ámbito.

– Se concedió gran importancia a laintercomunicación vertical y horizon-tal en su seno y a que ésta fuese rápi-da y fluida.

– En las agrupaciones legalizadas, habíaademás el Interventor de la Generalitat,nombrado por el «conseller» de Econo-mía a propuesta y de acuerdo con lostrabajadores, que era el encargado demantener la relación con los organis-mos superiores –el Consejo de Econo-mía, el «conseller» de Economía, etc.

Reestructuración y racionalización de la actividad productiva– Concentraron la producción en unida-

des de mayor volumen, eliminandocentros de trabajo.

– Aumentaron la especialización de loscentros de trabajo y la racionalidad dela producción global del sector.

– Elaboraron estadísticas, cuentas deexplotación, etc., con la finalidad de pla-nificar la producción.

– Mejoraron técnicamente y moderniza-ron el equipo productivo.

– Centralizaron los servicios administra-tivos, contables y comerciales.

– Suprimieron los intermediarios para-sitarios, acercando la producción alconsumidor.

– Introdujeron cambios en los tipos deproductos, debido a las necesidadesde la guerra, las nuevas prioridadessociales y la importancia que dieron alos valores éticos y estéticos.

– Desarrollaron una política de sustitu-ción de importaciones, utilizando conéxito productos autóctonos y fabri-cando nuevos productos.

– Promovieron la investigación ligada ala producción.

Actuación social– Mejoraron las condiciones de trabajo,

higiene y salubridad en los centros detrabajo.

– Disminuyeron las diferencias salaria-les, llegando incluso en algunos casosa su eliminación. Hubo también casosen que además existía un plus fami-liar, fijado en función del número depersonas a cargo del trabajador.

– Crearon servicios de asistencia –médi-ca, clínica y farmacéutica– y de previ-sión social.

– Enfermedad, accidente, parto, incapa-cidad laboral y jubilación–, gestiona-dos y controlados por los propios tra-bajadores.

– Actuaron contra el paro, aumentandolos puestos de trabajo y cuando elloera insuficiente repartiendo trabajo yremuneración.

– Realizaron importantes esfuerzos paraaumentar el nivel de preparación de

los trabajadores en la triple vertiente:física, intelectual y profesional.

– Prestaron gran atención a los intere-ses de los consumidores: aumentaronla calidad de los productos y servicios,de la higiene y la sanidad –barberías,industria láctea,...–, facilitaron el acce-so a los productos y servicios, etc.

La industria de guerra

En 1936, Catalunya carecía por completode una industria dedicada a la fabrica-ción de armamento, por lo que para poderdisponer de material bélico se procedió atransformar la industria civil –en especialla metalúrgica y la química– en industriade guerra, lo que se realizó en un breveespacio de tiempo.

Esta transformación la iniciaron lospropios trabajadores inmediatamentedespués del 19 de julio, designando, yael 21 de julio, a Eugenio Vallejo, del sin-dicato Metalúrgico, para coordinar laorganización de dichas industrias.

El 7 de agosto la Generalitat creó laComisión de la Industria de Guerra, encar-gada del control y coordinación de estasindustrias, que fue aceptada por la CNTtras obtener una serie de garantías. En lapráctica la colaboración que se establecióentre los consejos de empresa y la Comi-sión, fue muy satisfactoria. La Comisión,además de coordinar las empresas trans-formadas en industrias de guerra, tambiéncreó alguna nueva empresa y estableciórelaciones con las otras que elaborabanproductos auxiliares para la guerra del sec-tor textil, de la óptica, de la madera, etc.

En octubre de 1937 la industria deguerra contaba con más de 400 fábricasy unos 85.000 trabajadores, fabricándoseuna diversa y elevada cantidad de pro-ductos: cartuchos, pistolas, piezas de re-cambio para fusiles y ametralladoras,distintos tipos de explosivos, bombas demano y de aviación, vehículos blinda-dos, motores de aviación, etc.

Sin embargo, el Gobierno de la Repú-blica observó siempre con recelo y boico-teó la creación de una industria de guerraen Catalunya, al no hallarse ésta bajo sucontrol. Un control que no consiguió has-ta el 11 de agosto de 1938, en que decre-tó su militarización. A ella se opusierontanto la Generalitat como los trabajado-res de estas industrias, lo que provocó unimportante descenso de su producción.

Consideración final

La experiencia colectivista desarrolladaen Catalunya contó con el firme apoyo dela inmensa mayoría de los trabajadoresmanuales, y así lo demuestra entre otrascosas, la defensa que realizaron de lasconquistas colectivistas cuando se vieronamenazadas y el bajo nivel de absentis-mo laboral. Además, puso en evidenciala enorme capacidad creativa, organizati-va y productiva de los trabajadores cuan-do las empresas se hallan en sus manosy son ellos quienes deciden.

Esta experiencia alcanzó, en términosgenerales, unos resultados claramentepositivos en el aspecto económico –inclu-so numerosos empresarios lo reconocie-ron– y social. Lamentablemente fue derro-tada en el ámbito político-militar por losque se oponían a la misma –los cualescon su victoria en mayo de 1937, logra-ron frenar y hacer retroceder la colectivi-zación-socialización–, y finalmente por laocupación de las tropas de Franco enenero de 1939, que consiguieron elimi-narla por completo.

Antoni Castells Duran

“La experienciacolectivista puso en evidencia la

enorme capacidadcreativa,

organizativa y productiva

de los trabajadorescuando las

empresas se hallanen sus manos.

Arriba, Emma Goldman durante unavisita a una colectivización agrícola en

L’Hospitalet de Llobretat.

A la derecha, cartel del colectivizaciones enel transporte de Barcelona

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20 C e n t e n a r i o C N T

S e cumplirá en este año de 2010 elcentenario de la fundación de laConfederación Nacional del Tra-

bajo (CNT), cuya historia ha dado a lavida española y catalana de la épocacontemporánea (siglos XIX, XX…) unarelevancia singular en el marco de losavatares europeos y, diríamos, que delmundo al que llaman Occidente. Vincula-da la CNT a las actitudes (yo prefieroeste concepto al de «ideología») anar-quistas y/o libertarias, es imposible eneste espacio resumir su complejidad y,por ello, hemos elegido el momento his-tórico que expresa el título de este traba-jo, momento que en sí mismo asume –yvalga la redundancia– una extraordinariacomplejidad, pues resucita y concita,aún hoy, las diversas actitudes que hanproporcionado tanto a la CNT como alanarquismo en general un especial atrac-tivo como hecho social y cultural, inéditoen otros espacios europeos. Un testimo-nio poco sospechoso de partidista, puessu autor fue un hombre ligado a la IIIInternacional, nos lo ha proporcionadoFranz Borkenau (El reñidero español, Rue-do Ibérico, París, 1978): «Comencé miestudio a partir de una equivocación,muy corriente, la de ver en la revoluciónespañola un incidente más en la luchaentre izquierdas y derechas, entre socia-lismo y fascismo, en el sentido europeode la palabra; mis observaciones me hanconvencido de que eso no es así y desdeentonces he intentado descubrir bajo lasapariencias externas, las cuales la pre-sentan como una lucha política cuya for-ma es común a toda Europa, las verda-deras fuerzas motoras que, en realidad,se diferencian enormemente de los mol-des convencionales europeos, a pesarde ser éstos los utilizados generalmentepara describirlas… Sin embargo, duran-te meses, hasta mediados de 1937, elcombate lo fue entre el viejo mundo dela opresión y el alumbramiento de unnuevo mundo impulsado por el sentidoanarcosindicalista…»

A partir de mediados de aquel 1937,los comunistas stalinistas se encargaríande aniquilar la revolución social e implan-tar la hegemonía «burguesa» (como com-plemento de esa realidad, ver BurnettBolloten, El gran engaño, Caralt, 1961). Yaquí añadiría yo que, ciertamente, laSegunda República española fue «bur-guesa», en tanto que liberal, pero sinburgueses que la sustentaran en tantoque clases social). La burguesía catalana(industria ligera; el textil), con FrancescCambó y Joan Ventosa i Calvell comodirigentes más significados, se opuso ala República liberal y luego apoyaron yfinanciaron la sublevación fascista delgeneral Franco, mientras que la granburguesía vasca (industria pesada) tam-bién optaba contra la democracia liberal.

Del resto de España no cabe hablar de«burguesía» en el sentido industrial:Madrid era ciudad con predominio de fun-cionarios y, desde luego, de intelectuales,y Andalucía, las Castillas, Extremadura...dominadas por la nobleza, propietaria delas tierras en forma de latifundismo, y através del caciquismo, tara endémica enEspaña desde tiempo inmemorial y de-nunciada en su día por Joaquín Costa.

La CNT en el gobierno de la RepúblicaUn colaboracionismo autodestructivo

Trazado el marco global y regresandoal tema que indica el título de este traba-jo, es cierto que al participar en el Gobier-no de la Generalitat, la CNT quebró lalealtad a sus propios principios anarco-sindicalistas. ¿En qué nivel de la organi-zación se tomó esa decisión? ¿Dónde sedecidió y quiénes lo decidieron? JoanGarcía Oliver, cuyo extraordinario El ecode los pasos (Ediciones de Ruedo Ibéri-co, París 1978) es, sin duda, uno de los

ejes centrales de referencia en la historiadel anarcosindicalismo, no aclara esosinterrogantes. Tampoco José Peirats, ensu monumental Historia de la CNT (Rue-do Ibérico, París, 1978). Pero es preci-samente el mismo Peirats quien en susmemorias recién publicadas con el títuloDe mi paso por la vida (Flor del Viento,Barcelona, 2009) proporciona algunaspistas. Vayamos, pues, por partes y conla prudencia que exige la distancia tem-poral y el propio tema.

En principio, cabe señalar que a fina-les de abril-principios de mayo (1936) enun congreso de la CNT celebrado enZaragoza, en el cine Iris-Park, se debatióel dilema «revolución social o colabora-cionismo político» con la Generalitat pre-sidida entonces por Lluis Companys,congreso al que concurrieron personali-dades anarcosindicalistas tan destaca-das como Federica Montseny, Joan Gar-cía Oliver, Cipriano Mera, Josep Peirats,Eusebio Carbó y Joaquín Ascaso entremuchos otros. En esta reunión se apostópor la implantación del comunismo liber-tario y el rechazo del colaboracionismopolítico. Dos meses después, el 18-19 dejulio (1936), las fuerzas militares subleva-das en Barcelona eran aparatosamentederrotadas en diversas batallas urbanaspor las fuerzas anarcosindicalistas y obre-ras, desplegándose en Catalunya el pro-ceso revolucionario al que se refería Bor-kenau: el «mundo nuevo» había nacidoimplantando sus dos ejes fundamenta-

les: la autonomía obrera y la autogestióneconómica y social.

Mientras, en el Madrid otoñal, elGobierno republicano salía de su letargoy Francisco Largo Caballero, represen-tante del sector izquierdista del PartidoSocialista Obrero Español (PSOE), asu-mía el cargo de jefe del Gobierno, nom-brado por Manuel Azaña, presidente dela República. Consciente de la enormeenergía que representaba el anarcosindi-calismo catalán, Largo Caballero invitó ala CNT a participar de su Gobierno. Fuesuprimido el Comité de Milicias Antifas-cistas y disuelto luego el Consejo Nacio-nal de Defensa, ya que en palabras deGarcía Oliver «ya no era necesario pues-to que había un Gobierno», en tanto queFederica Montseny consideraba que sevivían unas «circunstancias gravísimascomo nunca había presenciado la CNT yque ante ellas había que dar la cara yabandonar las piruetas doctrinales deotros tiempos.» (Peirats, José: ob. cit.,pág. 316).

Y fue precisamente en nombre de eserealismo profundamente discutible, porno calificarlo de oportunismo, que cua-tro anarcosindicalistas se incorporaronal Gobierno republicano: Federica Mont-seny (ministra de Sanidad), Joan Peiró(ministro de Trabajo), Juan López (minis-tro de Comercio) y Joan García Oliver(ministro de Justicia). El sacrificio del idea-rio anarcosindicalista en aras del colabo-racionismo político no serviría a la pos-tre ni a la revolución ni a la victoria en laGuerra Civil. Es más, esa vía acabó cul-minando en la contrarrevolución y final-mente en la derrota frente al fascismo.Ya no se trataba de combatir al Estadocomo forma de dominación y opresiónburguesas: ahora, en la coyuntura de lasconcesiones, se trataba de combatir a untipo de Estado, el fascista. Una apostasíaque, finalmente, como decimos, habríade destruir a la propia organización cene-tista. Esto es, mientras en Catalunya obre-ros, artesanos y profesionales ocuparony asumieron el funcionamiento de fábri-cas y empresas para socializarlas y/ocolectivizarlas, aquellos –y otros– diri-gentes anarcosindicalistas ocuparon sus

“Una elitesurgida de susentrañas asumió la apostasía delcolaboracionismopolítico sin que ellogenerase protestasni rechazosradicales.

“Consciente de la enormeenergía querepresentaba elanarcosindicalismocatalán, LargoCaballero invitó ala CNT a participarde su Gobierno.

A la derecha,en el centro,

FedericaMontseny yJuan García

Oliver.

Abajo, el gobierno de

Largo Caballerodespués deabandonar

Madrid paratrasladarse a Valencia.

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21C e n t e n a r i o C N T

Entre el 4 y el 7 de julio de 1937 sedesencadenaron en Barcelona una

serie de hechos que habrían de marcarun punto de inflexión en el curso de laGuerra Civil, iniciada el 18-19 de juliode 1936 por causa de la sublevacióncontra la II República de un sectormayoritario del Ejército, dirigido porlos generales Mola, Franco y Queipo deLlano, entre otros. En aquellos días dejulio tuvo lugar lo que podríamos deno-minar la Batalla de Barcelona, entre lasfuerzas de la revolución, es decir, laConfederación Nacional del Trabajo(CNT) y el Partit Obrer d’Unificacio Mar-xista (POUM), por una parte, y elGobierno burgués de la Generalitat,que presidía Companys y en el queJosep Tarradellas era el «hombre fuer-te», ambos dirigentes de la EsquerraRepublicana de Catalunya (ERC), y susaliados stalinistas del Partit SocialistaUnificat de Catalunya (PSUC). El edifi-cio de la Telefónica, radicado en el cen-tro de la ciudad y colectivizado por el anarcosindicalismo, fueobjeto de un intento de asalto por 200 guardias enviados porla Generalitat con la finalidad de estatificarlo, aprovechando elhecho de que las principales fuerzas combatientes del anarco-sindicalismo se hallaban en los frentes de lucha de la guerraen los territorios de la península. Al intento de asalto siguieronuna serie de enfrentamientos por las calles de la ciudad. Enesa coyuntura, los contrarrevolucionarios aprovecharonaquella debilidad de la revolución para ocupar el Palacio deJusticia, atacar los edificios de la Unión Médica y de la Fede-ración Local de las Juventudes Libertarias. La llegada de nue-vas fuerzas policiales, los guardias de asalto, consiguieronfinalmente, hacia el día 6 de mayo, desarmar a la resistenciaanarcosindicalista (entre otros a los Amigos de Durruti) y delPOUM y apoderarse de la ciudad. La contrarrevolución repu-blicana-stalinista había triunfado y se formó un nuevo Gobier-no de coalición, siempre presidido por Companys, en el quedieron entrada en un par de consejerías de segundo orden arepresentantes de la CNT en un intento de mantener la ficciónde la unidad. En concreto, los Hechos de Mayo de 1937 seña-lan, como decía, el fin de la revolución social y el principio dela hegemonía stalinista en el ámbito de la República. En efec-to, poco después, el jefe de Gobierno, Francisco Largo Caba-llero, miembro del sector izquierdista del Partido SocialistaObrero Español (PSOE) y simpatizante con las fuerzas revolu-cionarias, sería cesado por el presidente Manuel Azaña y rele-vado por Juan Negrín, socialista pro-comunista, muy conec-tado ya Con el Partido Comunista Español (PCE) y el citado

PSUC, lo cual significaba tener el res-paldo de la URSS. La revolución espa-ñola había sido destruida y el stalinis-mo se hizo hegemónico en aquellaRepública burguesa que, paradójica-mente, carecía de apoyos sociales bur-gueses, pues la gran burguesía catala-na y vasca se habían adherido a lasublevación militar e instalado en Bur-gos, sede del fascismo que habría detriunfar finalmente bajo el caudillaje delgenocida Francisco Franco.

George Orwell, Franz Borkenau (Elreñidero español) y muy especialmen-te el periodista norteamericano Bur-nett Bolloten (El gran engaño) noshan dejado testimonio tanto del éxitosocial de la revolución anarcosindi-calista como del rol contrarrevolucio-nario de los llamados «comunistas»(PCE-PSUC), dirigidos por Dolores Ibá-rruri y Santiago Carrillo, teledirigidosdesde Moscú. Con todo ello, quierosignificar que en el curso de la Guerra

Civil española, los «comunistas» sostenían tres guerras. Cier-tamente, combatían contra los fascistas, pero también lle-vaban otras dos guerras: destruir la revolución anarcosin-dicalista y la CNT, y exterminar a lo que ellos llamaban«trotskysmo», esto es, eliminar al POUM y sus dirigentes, loque podríamos llamar izquierda marxista. En esa perspecti-va, en un trabajo de investigación que estoy realizando, heconstatado que Stalin envío a Catalunya dos personajescuya misión era eliminar a los dirigentes «trotskystas» y con-cretamente a Andreu Nin. Se trataba de Alexander Orlov yde un sicario llamado Vittorio Vidali. Ya hacia 1934-1935, esteúltimo, Vidali, había sido enviado por Moscú a México con elnombre falso de «Elias Sorment», con el objetivo de asesinara Trotsky. Vidali fracasó en el intento (luego tendría éxito elcatalán Ramón Mercader del Río, stalinista, hijo de Caridaddel Río, también de la misma cuerda política) y, siempresiguiendo las órdenes de Stalin, se incorporó a la GuerraCivil española, donde ejerció de «comisario político» con losnombres de general Contreras a secas y de Carlos Contreras.Ellos secuestraron a Andreu Nin y difundieron el bulo de«¿Dónde está Nin? ¿En Burgos o en Berlín?» (intentaban cali-ficarle de «fascista»), y le trasladaron a Alcalá de Henares,donde murió a causa de las torturas inferidas y su cuerpoquemado, siendo Vidali, alias «Elias Sorment», alias «CarlosContreras», alias «Comandante Carlos», el último personajeque «trató» a Nin.

B.M.

Mayo de 1937La contrarrevolución en marcha

simultáneamente la revolución colecti-vista para proporcionar al campesinoelementos que defender.

Quisiera acabar estas líneas con unareferencia metodológica que nos legó elpensador alemán Friedrich Nietzsche:«cuando tengamos un dilema entre ma-nos, bueno es desdoblarse y contem-plarlo desde su propio interior y al mis-mo tiempo contemplarlo desde fuerafuera.» Si analizamos desde dentro, esdecir, desde la opción política, quienescomo García Oliver, Federica Montseny,Joan Peiró quedaron en retaguardia ygobernaron desde el cargo de ministroso «consellers», lo mismo da, desplega-ron una labor digna desde el punto devista político. Pero si analizamos la cues-tión desde fuera, observaremos que lohicieron en tanto que gobernantes y/odirigentes políticos, es decir, utilizandolos medios del poder, y en este caso con-cluiríamos señalando que no lo hicieronen tanto que anarcosindicalistas. Y laspreguntas inmediatas, a modo colofón,serían: ¿Por qué asumieron realizar aque-lla labor colaborando políticamente conlos Gobiernos del momento? ¿Por qué,teniendo el dominio de las calles y lasinstituciones, no decidieron abordarla

“Las fuerzasmás vivas del

anarcosindicalismohabían optado por aislarse del

laberinto en que se hallaban los

colaboracionistasurbanos y marchar

al verdadero frente de guerraantifascista.

desde las actitudes y fundamentos delanarcosindicalismo?

Bernat MuniesaBibliografíaBolloten, Burnett. El gran engaño (2ª ed.). Luis

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Conociendo las claves de la culturaanarcosindicalista y la historia de aque-llos tiempos críticos, no es ninguna proe-za preguntarse cómo fue posible que,existiendo unas militancias de base con-federal tan masivas y convencidas de lanecesidad revolucionaria, una elite sur-gida de sus entrañas asumiera la aposta-sía del colaboracionismo político sin queello generase protestas ni rechazos radi-cales. Quizá la respuesta esté en consi-derar que las fuerzas más vivas del anar-cosindicalismo habían optado yaentonces por aislarse del laberinto enque se hallaban los colaboracionistasurbanos y marchar al verdadero frentede guerra antifascista: ciertamente, Bue-naventura Durruti y otros muchos com-pañeros que le siguieron a Aragón opta-ron por el combate militar directo y forjar

Instantánea del multitudinarioentiero de Durruti, en las calles

de Barcelona.

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E n su libro de memorias El eco delos pasos, Juan García Oliver dicesobre Defensa Interior (DI): «Rico

siempre en hombres luchadores, pobresiempre en medios económicos, el DItuvo que suspender la empresa de laliberación de España. Sin embargo, aqué-lla fue la única vez que la Organizaciónse enfrentó con la dictadura. Y la únicatambién que una organización española,antes de la actuación de ETA, empren-diera una lucha colectiva contra el fran-quismo.»

Comparto esta opinión de García Oli-ver porque me parece corresponder a larealidad de lo que fue «la empresa de laliberación de España» desde 1939 hastala muerte de Franco en 1975, y porqueella no implica olvidar el sacrificio de loscientos de compañeros que antes del DIintentaron mantener vivas las ideas y lasorganizaciones libertarias en la Españafranquista. Y también porque es ciertoque, con el DI, «fue la única vez que laOrganización se enfrentó con la dicta-dura».

En efecto, la CNT se reconstituyó alfinal de la Segunda Guerra Mundial, seescindió poco tiempo después y no fuehasta 1961 que se reunificó y tomó –enel Congreso de Limoges– el acuerdo deconstituir un organismo conspirativo,«Defensa Interior», para emprender «una

La CNT y la lucha contra el franquismo: Defensa Interior

daridad activa con cuantos en España seoponían al régimen franquista e intenta-ban minar su permanencia. Y esto fueentonces posible porque no sólo habíanacontecido importantes y decisivos suce-sos en el mundo (las luchas contra elcolonialismo, el triunfo de la guerrillacastrista, etc.) que habían hecho renacerla esperanza y la voluntad de lucha entrecuantos seguían soportando el yugo dedictaduras, sino porque también se habíaconseguido la unidad confederal y conella la del movimiento libertario (MLE).

Fue pues esta euforia unitaria la quepermitió la designación, a principios de1962, de los miembros del DI por las tresramas del MLE y que los designados (Ger-minal Esgleas, Vicente Llansola, CiprianoMera, Acracio Ruiz, Juan Jimeno, JuanGarcía Oliver y yo) proviniéramos de losdos sectores hasta entonces escindidos.Y también fue gracias a ella que todosaceptamos y que poco después pudimosreunirnos para preparar y comenzar laacción…

Desgraciadamente, muy pronto loshechos mostraron la realidad de la eufo-

ria unitaria y que la activación de la luchaantifranquista no convenía a todos, y esoa pesar de que el DI, como lo recuerdaGarcía Oliver, «realizó una labor de seismeses de duración, en la que sus miem-bros tuvieron en jaque a las fuerzas repre-sivas en algunas ciudades españolas(Madrid, Barcelona, Valencia y San Sebas-tián), manteniendo al dictador Franco enun acoso tan enérgico que éste llegó aprescindir de todos los medios de trans-porte terrestre, saliendo en helicópterode sus jardines de El Pardo». Pues, aun-que eso de haberle obligado a salir enhelicóptero sea quizás exagerado, la ver-dad es que nunca antes Franco habíasido objeto de «un acoso tan enérgico».La explosión a distancia de 25 kilos depotente explosivo, enterrado en el bordede la carretera que le conducía a su resi-dencia estival, debió ser para él un avisomuy serio en ese verano de 1962. Nosólo porque sus servicios de protecciónno habían detectado tal acción, sino tam-bién porque su preparación y ejecuciónhabía puesto en evidencia la capacidadtécnica y operativa del DI.

Lo paradójico es que esa acción asus-tó también a dos miembros del DI (Esgleasy Llansola) que desde el comienzo de lasacciones se habían mantenido al margende ellas y que entonces presentaron sudimisión, resurgiendo de inmediato losconflictos internos y reduciéndose signi-ficativamente el respaldo orgánico a laacción conspirativa. Es por ello que Gar-

cía Oliver dice que «sólo seis meses deacción conjunta tuvo el DI, brazo armadode la Organización», cuando «hubiesesido menester, por lo menos, un año máspara poder terminar la obra emprendida,que no era otra que acabar, como hubie-se lugar, con la dictadura.»

No obstante, los otros cinco miem-bros del DI siguieron apoyando la acción,asumida de más en más por la Federa-ción Ibérica de Juventudes Libertarias(FIJL), hasta que el secretario del SI(Secretariado Intercontinental de la CNT),Roque Santamaría, muy expuesto a laspresiones de las autoridades francesas,cortó totalmente la ayuda orgánica al DItras la ejecución en Madrid de los com-pañeros Francisco Granado y JoaquínDelgado, en agosto de 1963, a lo que sesumó la detención de Cipriano Mera ycasi un centenar de jóvenes libertariospor las autoridades francesas.

Obviamente eran muchos los intere-sados en poner fin a la «aventura» del DI;pero lo más decisivo fue la conducta deSantamaría haciendo posible que la orga-nización confederal aprobara, en el Con-greso de octubre de 1963, el informe ycontinuidad del DI y nombrara a Esgleasy Llansola para los cargos del SI a sabien-das de que esto significaba prácticamen-te el entierro del DI, puesto que la FIJLsería entonces la única de las tres ramas

“Tras aprobarsu formación en el Congreso de Limoges, DefensaInterior (DI)agrupó a viejosmilitantes deprobado historialrevolucionario coninteligentesmiembros de lasjuventudes.

“El DI realizóuna labor de seismeses de duración,en la que susmiembros tuvieronen jaque a lasfuerzas represivasen algunasciudades españolas.

”del MLE en seguir defendiendo la conti-nuidad del DI en la Comisión de Defensa.Y así fue, viéndose obligada la FIJL aasumir, con el apoyo de algunos viejosmilitantes, la lucha libertaria contra elfranquismo después del Congreso de laCNT celebrado en 1965 en Montpellier,en el que se enterró oficialmente al DI yla CNT se volvió a dividir, sumiéndosenuevamente en el inmovilismo.

Sólo pues la FIJL y la ETA continuaronla acción contra el régimen franquista,aunque con estrategias totalmente dife-rentes. Mientras la ETA, fiel a su objetivo

lucha colectiva contra el franquismo».Un «órgano de combate» que, como loprecisa García Oliver, «agrupó a viejosmilitantes de probado historial revolu-cionario con inteligentes miembros delas juventudes» para «colocar en primerplano las realidades que prevalecían enel interior de España». Y estas «realida-des», la brutal represión del descontentopopular y la voluntad de permanencia dela dictadura, exigían del exilio una soli-

El dictador vio tan cerca el acoso deDefensa Interior que llegó a

prescindir de los medios terrestres,saliendo en helicóptero de los

jardines de El Pardo.

Foto: Historia de Iberia vieja

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23C e n t e n a r i o C N T

de convertirse en Estado, actuaba cadavez más contra las personas para hacer-se temer, la FIJL en cambio, consecuentecon su ideal libertario y la estrategia delDI, lo hacía contra las instituciones de ladictadura. No para ser temida, sino parasensibilizar y movilizar la opinión públi-ca, nacional e internacional contra la bar-barie represiva del franquismo, que apa-recía cada vez más como un inaceptableanacronismo. Por ello en las acciones deesos años, reivindicadas en nombre delGrupo 1° de Mayo, de Solidaridad Revo-lucionaria Internacional o del GARI, como

en las del DI de 1962-1963 (salvo en lastentativas de atentado contra Franco), seprocuró siempre evidenciar la legitimi-dad ética de esta violencia no deseada.En el secuestro de monseñor Ussía, enRoma (1-5-1966) se presentaron inclusi-ve excusas públicas por haberle privadode libertad durante once días.

Ese comportamiento fue pues decisi-vo para que esta acción tuviese granresonancia internacional y no sólo se reco-nociesen su buena ejecución y el haberpuesto en serios aprietos al Vaticano y alfranquismo, sino también para dar rele-

vancia a la conferencia de prensa clan-destina de Luis Andrés Edo en Madriddenunciando las «negociaciones» de ungrupo de «cenetistas» madrileños conlos jerarcas del sindicalismo falangista.

También contó el que muchas de estasacciones se hicieran en el exterior, puesasí se sensibilizaba más directamente alas opiniones de estos países e inclusoen el caso de ser detenidos sus autores(como había sucedido ya en 1962 cuandoel secuestro del vicecónsul español deMilán para salvar de la pena de muerte aJorge Conill Valls) no corrían gran peligro

y su detención provocaba nuevas campa-ñas antifranquistas, lo que contribuía a lareactualización de las ideas libertarias,como quedó en evidencia con el movi-miento de mayo de 1968 en Francia.

Para información más exhaustiva sepuede consultar «El anarquismo españoly la acción revolucionaria (1961-1974)»,reeditado por Virus editorial, y una histo-ria de la FIJL, próxima a editarse, de Sal-vador Gurrucharri y Tomás Ibáñez.

Octavio AlberolaFue coordinador de Defensa Interior

L as guerrillas urbanas, después de la derrota de1939, fueron uno de los máximos exponentes de

la lucha antifranquista. Numerosos guerrilleros liber-tarios, entre los cuales destacaron Josep Lluis Face-rias, Quico Sabaté, Marcel·lí Massana («Pancho») yRamon Vila Capdevila («Caracremada»), murieroncombatiendo después de un largo acoso a las fuerzasde la dictadura franquista.

Los primeros núcleos de reorganización confederalen el interior tuvieron lugar en abril de 1939. Pocoantes se había reunido en París el Comité Nacional dela CNT y los Comités Peninsulares de la FederaciónAnarquista Ibérica (FAI) y de la Federación Ibérica deJuventudes Libertarias (FIJL), creando el ConsejoGeneral del Movimiento Libertario Español, los cualescoordinaron la reorganización confederal en el exilio,sobretodo en Francia, México, Argel, Argentina yVenezuela. En el Congreso de la CNT celebrado enParís, el año 1945, se fraguó una escisión que duróhasta 1961. Mientras tanto, la Confederación clandes-tina era diezmada continuamente por la policía fran-quista, cayendo uno tras otro, desde 1939 hasta 1951,todos los Comités que se habían constituido. En lamisma época, mientras los militantes del interior sededicaban por entero a la reorganización sindical,sufriendo dura represión –cárcel y sentencias de muer-te–, otros militantes libertarios se lanzaban a la luchaarmada contra el régimen.

En septiembre de 1944 se produjo la invasión masi-va de guerrilleros del Vall d’Aran (Lleida) y del Roncal(Huesca); se trató de un movimiento unitario, aunquecon claro dominio comunista. El final de la SegundaGuerra Mundial levantaba grandes expectativas decambio, pero los aliados no sólo se negarían a invadirEspaña, sino que finalmente permitieron que el régi-men de Franco se estabilizase. La dictadura sería lar-ga, la represión constante.

Los grupos políticos abandonaban la resistenciaarmada, solamente los anarquistas harían frente a lalucha, incluso sin el consentimiento de los Comités dela CNT. Cataluña y Aragón fueron las dos zonas don-de, a finales de los cuarenta, los guerrilleros realizaronsus principales acciones. En las tierras aragonesasdestacaron los guerrilleros libertarios Rufino Carrasco«Sos» y «El Tuerto de Fuencarral»; pero fue en Catalu-ña donde la lucha se mantuvo por más tiempo y conmayor efectividad. Las partidas guerrilleras de Saba-té, Facerias, Massana y Caracremada mantuvieron enjaque a la policía española. La primera acción de estosgrupos la realizaron el 6 de agosto de 1945 en lasucursal del Banco de Vizcaya de la calle Rocafort, enBarcelona, consiguiendo 100.000 pesetas. Los atracosa bancos y empresas se sucederían con regularidad,expropiando fondos para ser destinados a la propa-ganda contra el régimen y demostrando una granactividad: Massana, Sabaté (José y Quico), Facerias yCaracremada asaltaron la empresa de lignitos deSerchs; otro grupo dirigido por Ramon Torre colocóun explosivo en el edificio de la Falange Española Tra-dicionalista y las JONS, en Terrassa; y activistas de laFIJL realizaron una intensa propaganda en los barriosobreros. El régimen, por su parte, no se intimidó,reprimiendo duramente a los luchadores antifascis-tas. Así, en marzo de 1946 fueron fusilados los jóve-nes libertarios Esteban Pallarols y Francisco Marés.

En los siguientes años, los grupos anarquistasacentuarían su combate contra el Capital. Facerias ysu grupo realizó los golpes más espectaculares: elasalto de la fábrica Hispano-Olivetti, donde consi-guieron un botín de 300.000 pesetas, y el del meublé«Casita Blanca», con 37.000 pesetas. Otro grupo anar-quista, capitaneado por «El Valencia», realizó susacciones en los alrededores de Barcelona, Mollet, Gra-nollers, etc. Los grupos de Caracremada y de Massa-na operaron por su cuenta en las comarcas barcelo-nesas y gerundenses. Asimismo, Quico Sabaté, sushermanos y Wenceslao Giménez actuaron en Barcelo-na realizando atracos, actos de propaganda y accio-nes contra los sicarios del régimen, acabando en unade sus acciones, cerca de la Sagrada Familia, con dosjefes locales del Frente de Juventudes.

Por estas mismas fechas aparecía un grupo anar-quista, el Movimiento Libertario de Resistencia (MLR),que también realizó atracos y actos de propaganda. Elmes de julio de 1947 lanzaron por las calles de Barce-lona la octavilla siguiente: «¡La libertad o la muerte!Ni las amenazas de muerte de ningún decreto-ley, nila ferocidad de los aporreantes de las comisarías depolicía, ni la crueldad de los jefes de pistoleros lega-les, ni los piquetes de ejecución del Estado fascista,lograrán detener a la Justicia Revolucionaria. Al terrorlegal, el MLR seguirá combatiendo sin cuartel por elterror. El criminal legalizado pagará siempre caro suvandalismo.»

Los grupos de acción de Barcelona, el 12 de julio de1947, ejecutaron a Eliseo Melis, confidente de la poli-

cía, infiltrado en la CNT. También, desde el exilio lle-garían jóvenes libertarios dispuestos a combatir elrégimen, entre ellos, Raúl Carballeira, Pedro Ara,Francisco Ballester y Ramón González. La policía esta-ba alerta, los grupos de la Brigada Político-Social, diri-gida por Eduardo Quintela, iban a la caza de los liber-tarios, y a las detenciones se sucederían los procesos,las condenas y las ejecuciones.

El 8 de mayo de 1948 eran fusilados, en el Campode la Bota barcelonés, diez militantes cenetistas. Car-balleira, que había podido llegar a Barcelona, tambiénsería abatido por las balas de la policía en el Parc deMontjuïc. Asimismo, en otra refriega, en Figueres,morirían Celedonio García, Ramón González, EnriqueMartínez y Antonio Franquesas, compañeros de Face-rias, quien lograría huir a Francia.

Los enfrentamientos con las fuerzas represivas sesucederían, produciéndose numerosas bajas de gue-rrilleros. La década de los cuarenta terminaba con 29muertos, 11 heridos y 57 detenidos. Entre los caídosen combate, o fusilados, estaban los hermanos deSabaté (José y Manuel), Wenceslao Giménez, CarlosCuevas, Cecilio Galdós, Amador Franco,…

Durante los siguientes años decreció el número deacciones. El golpe policial contra la guerrilla habíasido muy fuerte, pero a partir de la primavera de 1955se reabría nuevamente la acción armada: Quico Saba-té, desautorizado por el MLE-CNT-FIJL-FAI del exilio,creaba por su cuenta los «Grupos Anarco-Sindicalis-tas», cuyo órgano de expresión sería El Combate. Suestancia en la capital catalana se saldó con nuevosatracos y actos de propaganda contra el régimen, tan-to el Primero de Mayo como durante la visita de Fran-co a Barcelona.

Sin embargo, las acciones de los guerrilleros seralentizarían, algún artefacto explosivo o algunasoctavillas dan noticia de su existencia. Facerias moríael 30 de agosto de 1957, en una emboscada, en elpaseo de Verdum, de Barcelona. Tres años más tarde,el 5 de enero de 1960, Quico Sabaté, en su regreso aEspaña, tras un laborioso cerco de la Guardia Civil y elSomatén, también caería en Sant Celoni (Barcelona).Finalmente, el 6 de agosto de 1963, en Castellnou deBages (Barcelona), moriría Ramon Vila «Caracrema-da», en un enfrentamiento con la Guardia Civil, cuan-do iba a colocar un explosivo en un tendido eléctrico.«Pancho» Massana sería el único guerrillero supervi-viente.

Los nuevos tiempos exigirían tácticas nuevas.Otros jóvenes libertarios prosiguieron la lucha contrael franquismo, pero el recuerdo de los guerrillerosanarquistas, a pesar de ser denigrados a la condiciónbandidos, quedará plasmado en la memoria colectivacomo luchadores antifranquistas.

Ferran Aisa

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1960. Plaza & Janés. Barcelona, 1978.

Las guerrillas urbanas (1945-1963)

De izquierda a derecha, y de arriba abajo:Josep Lluis Facerias, Quico Sabaté,

Marcel·lí Massana («Pancho») y Ramon Vila Capdevila («Caracremada»)

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24 C e n t e n a r i o C N T

L os trabajos que hasta ahora sehan llevado a cabo sobre la evolu-ción del movimiento libertario bajo

el franquismo –la inmensa mayoría delos cuales han sido elaborados por miem-bros activos involucrados en la luchaclandestina– son una triste sucesión decaídas de los diferentes organismos dela estructura del movimiento, especial-mente de los Comités de la CNT. Unalucha heroica que desembocaba casisiempre en la represión violenta y san-grienta.

Lógicamente, la primera pregunta queaflora a los labios es, ¿por qué se seguíanadoptando los mismos procedimientosorganizativos, cuyo resultado era másque previsible? Tratar de mantener laestructura organizativa, tras la derrotadefinitiva y el triunfo de la sublevaciónmilitar, en los primeros tiempos de laclandestinidad, puede ser perfectamenteexplicado por el hecho de que a todacosta debía procurarse salvar los últimosrestos del naufragio y muy especialmen-te tratar de evitar que los militantes máscomprometidos en la lucha llegaran acaer en manos de los esbirros franquis-tas, porque en ese caso la tortura y la

La lucha continúaEl movimiento libertario bajo el franquismo

solo momento en emplear todos losmedios para impedir que una revolucióncualquiera –y mucho menos una revolu-ción anarquista– triunfase en España,pero les bastó con mantenerse «neutra-les» ante el conflicto, dejando que fue-sen las potencias fascistas las que seencargasen de liquidarla. Con la guerraterminada y el peligro nazi-fascista liqui-dado, el régimen de Franco no suponíaningún peligro para la estabilidad «demo-crática», pero sí podría haberlo supuestouna vuelta a la legalidad republicana.Además, Franco les servía para llevar acabo el trabajo sucio de la liquidación delos últimos alientos revolucionarios anar-quistas.

De lo que no cabe duda es que el des-arrollo del movimiento libertario duranteel proceso revolucionario y los tres lar-gos años de lucha desigual que afrontópesaría gravemente sobre la evoluciónposterior del mismo. La burocracia, quese fue gestando en el seno de la organi-zación anarcosindicalista durante los pri-meros años republicanos –muy larvada

en un principio–, se desarrolló extraordi-nariamente a lo largo del conflicto arma-do hasta el punto de asfixiar cualquierintento de imprimir al movimiento liber-tario una dirección consecuente con suideario. Esta situación de tensión entrelas tendencias burocráticas de la organi-zación y la continuación de la lucha revo-lucionaria se prolongaría hasta el eclip-se, casi total, del movimiento libertarioen el interior del país, agravándose aúnmás por las fricciones en el seno delmovimiento libertario en el exilio entreestas mismas tendencias. La lucha por elcontrol burocrático de la organizaciónacabaría por llevar al movimiento al de-sastre definitivo y reaparecerían de nue-vo en la reconstrucción de los años se-tenta, hipotecando inexorablemente sudesarrollo espontáneo.

Aunque la coyuntura histórica era bas-tante diferente y muy diverso también eldesarrollo político-social, en los dos perío-dos históricos en los que el movimientoanarquista se vio obligado a desenvol-verse en la más absoluta clandestinidad,e incluso en aquellos períodos en losque era puesto fuera de la ley, se supodar a la organización la importancia rela-tiva que ésta tiene, considerándola en

todo momento un medio y no un fin ensí mismo. Sólo de ese modo pudo salirreforzado el movimiento, adoptando entodo momento la organización estratégi-ca que el período requería. Todo ellohace aún más incomprensible que bajola dictadura franquista se mantuviera enpie la estructura sindical de la CNT –quepara su pleno desarrollo necesita de unarelativa legalidad–, facilitando, además,la labor represiva de la dictadura; espe-cialmente cuando ya era evidente quelas potencias occidentales no moveríanun solo dedo para acabar con ella. Ale-gar que se hacía para seguir mantenien-do en pie las conquistas libertarias en elpaís, resulta tan ilusorio como justificarla participación de anarquistas y anarco-sindicalistas en el gobierno durante elperíodo revolucionario arguyendo ladefensa de las conquistas revoluciona-rias.

Todavía no se ha llevado a cabo unestudio serio del desarrollo del movi-miento libertario bajo la dictadura fran-quista –y algunos de los que se han rea-lizado, ni siquiera han podido ver la luz–que vaya más allá de la narración de lalucha heroica de sus militantes, muchísi-mos de ellos masacrados por la feroci-dad represiva del régimen militar–. Duran-te el franquismo no se hacía ningún tipode distinción entre los miembros de gru-pos de acción –los guerrilleros– o losintegrantes de alguno de los Comitésque se fueron formando uno tras otro.Creo que nadie puede negar que esta“¿Por qué se

seguían adoptandolos mismosprocedimientosorganizativos, cuyoresultado era másque previsible?

”“En los dosperíodos históricosen los que elmovimientoanarquista se vioobligado adesenvolverse en la más absolutaclandestinidad, se dio a laorganización la importanciarelativa que tiene,considerándola unmedio y no un finen sí mismo.

muerte eran seguras. De hecho, las redesque se habían mantenido casi incólumesy seguían la lucha en la más absolutaclandestinidad lograron salvar a no pocosmilitantes, sobre cuyas cabezas pendíala espada de Damocles.

No obstante, otra de las explicacionesque se han apuntado no deja de sorpren-der por la ingenuidad de sus plantea-mientos, siendo sólo explicable desde lasituación desesperada en la que se en-contraban los militantes bajo la férreadictadura militar que se había instaura-do. Porque confiar en que la victoria delos aliados contra las potencias del Ejepropiciaría de inmediato la caída del ré-gimen franquista era algo absolutamen-te descabellado. Sobre todo si se tieneen cuenta la actitud que los gobiernos delas «democracias» occidentales habíanobservado ante el golpe militar de juliode 1936, así como su posterior posicio-namiento en vista del inicio del procesorevolucionario, paralelo a la guerra quese desencadenó. Los gobiernos de esas«democracias» no hubieran dudado un

Las cárceles, cuando no la muerte,han sido testigos también de la

historia de la CNT.

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25C e n t e n a r i o C N T

El MIL y Salvador Puig Antich¿Existió realmente el MIL?

El Movimiento Ibérico de Liberación(MIL) no existió ya que no nació enningún momento. Ni se constituyónunca formalmente ni tuvo un con-greso fundacional. Siempre negótoda clase de organización y única-mente admitía la organización como«organización de tareas». Sus miem-bros se opusieron siempre al autori-tarismo de partidos y sindicatos, ysu lema era que había que acabarcon las prácticas dirigentes –«anti-dirigismo»–.

Respecto a su ideología el temaes bastante complejo, pero si ana-lizamos su formación veremos quebásicamente estuvo integrada porlo que podríamos llamar tres equi-pos: uno teórico, procedente desectores obreros, cuya directriz noestuvo nunca clara, que iba desdeopciones del sindicalismo revolu-cionario al consejismo y al antisin-dicalismo; otro de línea consejistainnovadora, aunque sus miembrosno eran obreros y casi siempreestuvieron alejados de ellos y, untercero inspirado e influenciado porel activismo anarquista, que reci-bió ayuda de viejos militantes de laCNT desde Toulouse, siendo estosúltimos quienes optaron por el acti-vismo armado.

El frente teórico y el frente

práctico

A pesar de la imagen que se le dioa raíz del trigésimo aniversario delasesinato de Puig Antich, el objeti-vo del MIL no fue nunca derribar alfranquismo para implantar un sis-tema democrático, sino luchar con-tra el estado burgués y contra elcapital mediante la autoorganiza-ción de la clase obrera para acabarcon el trabajo asalariado. Es porello que, a pesar suyo, se les hadenominado «revolucionarios anti-capitalistas», y decimos «a pesarsuyo» porque siempre rechazaronque se les etiquetase. Cualquierencuadramiento que se quiera hacerdel MIL resulta desacreditado tantopor su forma de actuar como en lotendente a su ideología. Al ser ungrupo «antigrupusculización» entresus papeles no hay ni una sola actade reuniones, acuerdos o declara-ciones, excepción hecha del Con-greso de autodisolución publica-do en el número de su revista CIA(Conspiración Internacional Anar-quista), en verano de 1973.

Sobre su paso a la violencia ar-mada habría que diferenciar clara-mente entre lo que practicaron, la«agitación armada» –donde no seatentaba contra personas–, y la«lucha armada». Para aclarar esteconcepto primero habría que indicar que el MIL se conside-raba solamente un grupo de apoyo a las luchas del movi-miento obrero, y que las acciones en ese sentido se encami-naron hacia la expropiación de fondos –atracos a bancos– ya la recuperación de materiales –robos de maquinaria deimprimir–. En el primer caso para ayudar económicamente alas huelgas obreras, y en el segundo para poder distribuir, demanera gratuita, libros y folletos entre los trabajadores. Deeste último aspecto podemos decir que en su afán por recu-perar ideas y pensamientos revolucionarios contribuyeron aelaborar, quizá, su proyecto más importante: la biblioteca.Entre sus objetivos estaba recuperar ideas y pensamientosrevolucionarios –desconocidos o silenciados en aquella épo-

ca–, y para dejar clara su posturarespecto a la crítica que realizabande experiencias anteriores eligie-ron para el nombre de su ediciónuno significativo: «Mayo 1937».

La caída de los diversos miem-bros en septiembre de 1973 –justodespués de su autodisolución–, yespecialmente el de Salvador PuigAntich, dieron pie a importantesmovilizaciones que se organizarondesde comités de solidaridad y sal-vación.

Salvador Puig Antich

Nacido en el seno de una familianumerosa barcelonesa, durante suépoca estudiantil formó parte delComité de Estudiantes de Bachille-rato. Allí, en 1969, donde conoció aalguno de los futuros miembros delMIL, como Xavier Garriga Paituvi eIgnasi Solé Sugranyes. Hizo el ser-vicio militar en Ibiza, destinado alservicio de enfermería, motivo porel que uno de sus pseudónimoses«metge», el otro fue «Gustavo».En noviembre de 1971, por media-ción de Garriga, se incorporó al MILy abandonó los estudios.

Durante los dos años previos asu detención Salvador Puig Antichparticipó activamente en las expro-piaciones a bancos, siendo en lamayoría de los casos el conductor.También fue importante su papelcomo mediador en la etapa finaldel MIL, como así lo atestiguan losdocumentos que se conservan y sele atribuyen.

Después de la autodisolucióndel MIL tuvieron lugar las caídas. El25 de septiembre de 1973 Salvadoracompañó a Garriga a una cita conSanti Soler, donde previa a la de-tención de éste les esperaba la poli-cía. Después de varios forcejeostuvieron lugar varios disparos, loscuales hirieron a Salvador y signifi-caron la muerte de un policía, segu-ramente por los disparos de suspropios compañeros de la BrigadaPolítico-Social de Barcelona.

A raíz de estos hechos fue juzga-do por un Tribunal Militar en enerode 1974 y condenado a muerte.Poco después, el 1 de marzo, elConsejo de Ministros franquista sedio por «enterado», ratificó la sen-tencia, y el 2 de marzo de ese mis-mo año fue ejecutado en la cárcelModelo de Barcelona. Sería la últi-ma vez que se emplearía este ma-cabro sistema medieval.

A consecuencia de su trágicamuerte, la biografía de Salvador haestado condicionada por los mediosde comunicación, presentándola aveces como un héroe e intentandovenderla como si fuera otra mercan-

cía cualquiera. Aunque de distinta manera, esa misma utiliza-ción también se ha llevado a cabo por algunas organizacionespolíticas que denigrantemente representan todo aquello con-tra lo que él luchó.

Carles Sanz

*Extracto del Monográfico «Revolucionarios anticapitalistas», quecon motivo del 30 aniversario del asesinato de Salvador PuigAntich fue elaborado por Carles Sanz para la «Soli» n.o 319», (edi-ción CNT-Joaquín Costa) dentro de su colección «Cuadernos dePensamiento».

Arriba, dos logotipos del Movimiento Ibéricode Liberación (MIL).

Abajo, fotografía de Salvador Puig Antich.

sangría de militantes fue extraordinaria,pero sus frutos no estuvieron a la alturadel precio que se pagó por ellos. Desdeluego que un estudio de estas caracterís-ticas no podemos esperarlo de las inicia-tivas de los académicos, porque en suinmensa mayoría seguirán la estela deaquéllos que hace ya tiempo comenza-ron a falsificar los hechos de los anar-quistas durante el período revolucionario.Además, en este período, los morbosospueden darse fácilmente un suculentobanquete con lo que ellos consideran elcadáver insepulto del anarquismo.

Un estudio de estas características noes nada sencillo, porque habrá que hacer-se muchas preguntas cuya respuesta pue-de resultar difícil y en ocasiones, además,muy enojosa. Habría que contestar en pri-mer lugar por qué razones comenzó a des-arrollarse la burocracia, cuáles fueron lascircunstancias que la hicieron posible ypor qué no se atajó a tiempo, antes de quegangrenara a toda la organización.

En 1931, poco después de la instaura-ción de la Segunda República en estepaís, un grupo de sindicalistas de la CNTfirmaron un manifiesto –conocido comoel Manifiesto de los Treinta– en el cualabogaban implícitamente por una colabo-ración con la recién instaurada «repúblicade los trabajadores» para no caer en losviejos esquemas revolucionarios llevadosa cabo por las vanguardias. Afortunada-mente, una gran mayoría del movimientose mostró en contra de semejante claudi-cación. Sin embargo, unos años después,tras la derrota del golpe militar, se decidióque esta colaboración era necesaria, y loque radicalmente se había rechazado cin-co años antes se aceptó en el momentomenos propicio: cuando el inicio de unarevolución había dejado de ser una posi-bilidad para convertirse en algo tangible.¿Qué había sucedido en el seno de laorganización para que se diera semejantevuelco?

No cabe ninguna duda de que unaorganización es importante, pero no olvi-demos nunca que mucho más importan-tes son las ideas en que esta organiza-ción se sustenta, y cuando entre ambasse pierde la coherencia, la organizacióncomienza a degradarse inexorablemente.

Paco Madrid

BibliografíaMolina, Juan Manuel. El movimiento clandes-

tino en España, 1939-1949. Editores Mexi-canos Unidos. México, 1976.

Paz, Abel. CNT, 1939-1951. El anarquismo con-tra el Estado franquista. Fundación Ansel-moLorenzo. Madrid, 2001.

VV.AA. La oposición libertaria al régimen deFranco, 1936-1975. Fundación Salvador Se-guí. Madrid, 1993.

“La sangría de militantes fueextraordinaria,pero sus frutos no estuvieron a laaltura del precioque se pagó por ellos.

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26 C e n t e n a r i o C N T

A bombo y platillo, en el vigésimoaniversario de este fenómenopolítico, los medios de comuni-

cación, cómplices de excepción de estaignominiosa trampa histórica, voceaban:«los 20 años de libertad más fructíferosen casi 200». Ya estamos en los treintadel cambiazo, y a cada dos por tres, so-bre todo siempre que se ven en dificulta-des manifiestas de credibilidad, abren suboca: «en un Estado de derecho como elnuestro…», «en la democracia que noshemos dado…». La gran frecuencia deeste recurso es, por sí misma, delatorade la mala conciencia o del cinismo delos recurrentes, según el dicho popular«dime de lo que presumes y te diré de loque careces». Según definiciones, unademocracia se caracteriza, esencialmen-te, por la soberanía del pueblo que acuer-da la toma de las decisiones fundamen-tales que afectan a su vida. Pero aquí,por poner sólo dos ejemplos, vivimos enuna monarquía que el Pueblo no ha deci-dido en absoluto, sino que se la hanimpuesto, y en uno de los artículos de laactual Constitución, que los políticosmercadearon en su beneficio, más quese autoriza, se insta al Ejército (tutor natoy vigilante omnímodo del pueblo) aderrocar por las armas cualquier gobier-no, legalmente constituido, que decidie-ra cambios territoriales que afectaran ala «unidad» de lo que entendieran por «Es-paña». Una Constitución que fue votadaafirmativamente por 15,7 de los 36,8 millo-nes de la España de entonces y rechaza-da (por abstención o voto en contra) por14 millones de los mismos. Una Consti-tución en la que dos millones de jóvenesde entonces, de entre 18 y 21 años, novotaron, y en la que 21 millones del totalno intervinieron. Una Constitución que,extraña ya al ciudadano en su nacimien-to, es, para los 46 millones de habitantesde la España actual, tan ajena como elCódigo del babilonio Hammurabí, de losaños 1800 antes de Cristo. Una Constitu-ción cuyos «fabricantes» se encargaronmuy bien de blindar por todos los costa-dos para hacerla, más que duradera, eter-na. Un blindaje del Régimen, como yaFranco había intentado, en 1945, con «ElFuero de los Españoles» y la «ley delReferéndum», ante la condena interna-cional. Un blindaje que se concreta en quepara cualquier mínimo cambio de la mis-ma se requiera un 60% de proponentesde cada comunidad autónoma, y paracambios esenciales, un 66,6 % de cadaCámara. O sea, una imposibilidad totalen las condiciones en que la cosa se dioy que siguen manteniendo, a toda costay por todos los medios.

Un conocido luchador antifranquista,Julio Cerón, sentenció, con bastante acier-to hasta ahora: «tuvimos 40 años de fran-quismo y tendremos otros 40 de pos-franquismo». Frente a esto, el PSOE,cómplice fundamental de la trama, cuan-do incluso estando en el poder pudohacer un poco de justicia a la memoriade Lluis Companys, fusilado por Franco,escurrió el bulto diciendo: «El Estadoactual no puede pedir perdón por el fusi-lamiento de Companys porque no esheredero del franquismo». Sin embargo,sabe muy bien que «su» Estado es unEstado en el que las leyes de Franco nohan sido derogadas, y que pretendiendo

La cínica estafa de la «Transición»

ser contrario y superador del Régimenanterior, no lo condena ni abjura del mis-mo, con lo que rubrica su continuidad,maquillada con determinados afeites. Osea, que el PSOE y acompañantes tienenque hacerse los tontos para no recono-cer lo que es o ser muy conscientes desu propio cinismo. Tal vez ellos se creanobligados a ignorar que donde persistenlos principios internos y fundamentalesde un Estado, los cambios externos delRégimen son aleatorios y circunstancia-les, no esenciales, es decir, irrelevantesdesde punto de vista del fondo, de formaque el referéndum por el cambio políti-co, los recursos electorales y toda laparafernalia acompañante de la «demo-cracia formal» no es suficiente para negarla inamovilidad de los principios básicosque un Estado autoritario tiene por inamo-vibles. In extremis, puede el PSOE (y nosólo él, en la llamada izquierda, juntocon católicos avanzadillos y bienpensan-

tes individuales) reconocer para su ca-pote: «bueno, esto no es una democra-cia, pero funciona como tal». Y vuelve(vuelven) de nuevo a engañarse de medioa medio sobre el tema, porque lo que noes no puede, en ningún caso y realmen-te, funcionar como lo que es. Puede, afavor de las presiones físicas y psíquicasde las amenazas explícitas o implícitas,de la corrupción, del chantaje, del riesgoinvisible, de las coacciones mediáticasetc., llegar a producir esa apariencia.Sobre todo acudiendo, sistemáticamen-te, a un uso abusivo del lenguaje, a unamortificación de las palabras que hacende la verbalizada «democracia» actual,digna y directa heredera de la «democra-cia orgánica», de la que también Francose vanagloriaba. Una apariencia, sin em-bargo, que cesa inmediatamente en cuan-to se llega al punto «no tocar»; punto,por lo demás, que aparece con repetidafrecuencia, pues no se trata de que sehaya llegado a intraspasables límitesdemocráticos, sino que se ha llegado alos límites políticos fijados en el pacto

que da lugar al forzado consenso inau-gural de la nueva trampa histórica.

La pretensión de justificación de «de-mocracia» por los cambios externos alu-didos no se sostiene ni siquiera con laartificial serie de parihuelas colateralesque le quieran adosar. Cambios los hahabido, constantemente, en el franquis-mo desde su triste origen. Un Régimenque, manteniéndose impertérrito e ina-movible como tal, ha vivido y sobrevivi-do en perpetuo cambio externo: De 1936a 1942, el régimen franquista es, conSuñer, fascismo abierto. Hasta 1944 fue,con Jordana, fascismo encubierto. Elprohombre de Iglesia Alberto Martín Ar-tajo, y en una situación imposible, da,hasta 1957, salida al Régimen bajo la for-ma de nacional-catolicismo, con la pro-clamación del Fuero de los Españoles, laLey del Referéndum, las elecciones sin-dicales, aguantando el tirón de la retira-da de embajadores, pero consiguiendola reapertura de la frontera francesa(1948), el Pacto con EEUU y el Concorda-

“Dos díasdespués de lamuerte deldictador Franco,Juan Carlos es nombrado rey y se inicia lo quepuede llamarse«SegundaRestauración».

”Sin comentarios.to con el Vaticano (1953), y el ingreso enla ONU (1955). La cuarta etapa la marcael también pro-católico Fernando Castie-lla, hasta 1969, con los siguientes pasos:reconversión monetaria (Ullastres),entrada en el FMI y el BM, Ley de Conve-nios Colectivos (1958), visita de Eisenho-wer (1959), ingreso en el Consejo de Euro-pa y resistencia al Congreso de Munich(1962), entrada en el GATT (1963) lo queno impide el fusilamiento de Grimau y elagarrotamiento de Delgado y Granados,y al triste amparo de la Guerra Fría, bus-car el afianzamiento jurídico del Régi-men con la Ley Orgánica del Estado (1966),la Ley Orgánica del Consejo del Reino(1967). La Ley de Secretos Oficiales (1968);juramentos de Juan Carlos, en los quereconoce «el mando magistral del gene-ralísimo»; nombramiento por Franco deJuan Carlos como Sucesor, que jura leal-tad a Franco, a los principios del Movi-miento Nacional y a las demás LeyesFundamentales del Reino, con estas pa-labras: «recibo de Franco la legitimidadpolítica surgida el 18 de julio de 1936

Foto: L’Agenda de la imatge

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27C e n t e n a r i o C N T

Andrés Grima, un joven luchadorlibertario que militaba en el Sindi-

cato de Espectáculos de CNT, me con-vocó en el sindicato. La CNT acababa deser legalizada: primavera de 1977. Fui yme habló de unas Jornadas LibertariasInternacionales que su sindicato preten-día organizar con ayuda de los miem-bros de la Asamblea de Trabajadoresdel Espectáculo que autogestionabanel Saló Diana. La CNT estaba creciendoa la velocidad del rayo, las diferentestendencias internas cuajaban lentamen-te y algunos militantes confundían losanhelos revolucionarios de 1936 conlos nuevos retos. La renacida CNT esta-ba llamada a ser la organización máshumanista y liberadora del mundo pos-tindustrial, por su tradición de libertady porque era una de las pocas organi-zaciones que salía indemne por su crí-tica al «socialismo real autoritario» y alestalinismo.

La idea partió de un grupo de afinidadlibertaria de la Facultad de Geografía eHistoria, en el que estaban Rafael Poch yMarisa Aguinaga, colegas de Grima.Éste era un agitador y fue claro. «Si deci-dimos convocar dichas jornadas, ¿cuálserá la actitud de Ajoblanco?». Mi res-puesta fue tajante: «¡Movilización total!Boldú es colaborador de Ajoblanco ysecretario de Educación y Cultura delComité Regional de Cataluña. Que sea élquien acuerde con vosotros. Sólo pongouna condición: Ajoblanco no puedeapostar por ninguna de las tendenciasen pugna ni participar en los debates.»Grima explicó que aún no habían plan-teado el tema en el Regional y que sóloconocía el proyecto Luis Andrés Edo.

El primer día de las Jornadas, viernes22 de julio, Barcelona estaba llena degente venida de media Europa. Los polí-ticos, el alcalde y los periodistas mássumisos estaban de vacaciones. Sinopresores, la ciudad fue tomada por loslibertarios y las banderas rojinegras.

La Cooperativa Cinema Alternativoproyectó por la mañana el documentalCNT: un pueblo en armas. A mediatarde, la policía obligó al colectivo eco-logista TARA a desmontar la enormecúpula geodésica instalada en la Ram-bla. Yo estaba en el despacho con elequipo Ajoblanco, preparando la ma-queta del número uno de Barcelona Li-bertaria. Esperábamos a Francesc Boldúpara confeccionar el alzado. En el ParcGüell pasaban cine, actuaban los gruposde teatro y se improvisaban debates enlas diferentes paradas que cientos decolectivos habían montado. Por la tarde,en el Saló Diana el primer gran debate:«Las luchas del Movimiento Libertariodesde el 36 hasta nuestros días», mode-rado por Luis Andrés Edo. Boldú, en elescenario del teatro, extendía los brazosde la solidaridad libertaria a los colecti-vos que habían llegado de distintos paí-ses y ciudades de España. Eran innume-rables. Luego dijo que la prensa burgue-sa hablaba de protagonistas –por Cohn-Bendit, el líder del Mayo francés, porta-da en muchos diarios– cuando lo queimportaba a los libertarios eran los con-tenidos y no los líderes ni los intelectua-les en busca de fandango. Empleó enalgún momento las palabras «paleoa-narquista». Supongo que se refería aalgunos de Toulouse y a los pestañistasque se les enfrentaban. «Armar una or-ganización que depende de la asamblea

abierta sin líderes ni dirigentes no esfácil, pero nuestra historia nos lega téc-nicas de organización para no caer en eldirigismo.» A continuación José LuisGarcía Rua, de Granada, reivindicó nocelebrar el 18 de julio sino el 19, cuandoel pueblo en armas derrotó al fascismo.A continuación hablaron Cipriano Damia-no y Daniel Cohn-Bendit.

En el Parc Güell, la marabunta degente ya aquella tarde desbordó todaslas previsiones. Había viejos cenetistas

estupefactos ante el calor de la juven-tud rebelde que rompía los moldes delautoritarismo. Había chavales de todoslos institutos de la ciudad y de la peri-feria junto a miles de jóvenes, desde losmás militantes hasta «undergrounds» y«pasotas» de medio mundo. Unoscharlaban con los miembros del grupode teatro aragonés El Patito Feo, otrosescuchaban a Dany el Rojo, perplejoante el panorama, cómo había monta-do una cooperativa de venta de librosen Frankfurt. Los directores de cinelibertario José María Nunes y AntonioArtero, rodeados por un montón de cha-vales que les hablaban al mismo tiempo,debatían sobre libertad, organización,cine, cultura, educación. Por los altavo-ces sonaba una y otra vez Trans-Europe-Express, de Kraftwek. También se impro-visaron debates sobre la Coordinadorade Presos en Lucha (COPEL) –aquellosdías se sucedían ininterrumpidamentemotines de presos comunes en las cár-celes de toda España–, sobre la educa-ción libertaria y cómo organizar los ate-neos y la autogestión en las fábricas.

Los debates del segundo y tercer díaen el Saló Diana esbozaron las diferen-tes propuestas de marxismo y anar-quismo ante las cuestiones del Estadoy la política. Se discutieron también losproblemas de coordinación del movi-miento libertario con el sindicato.

En el Parc Güell el ambiente era máslúdico. Las charlas junto el molino deviento que producía electricidad atraíanespecialmente a los chavales hijos de laemigración, por ser la primera genera-ción que no había crecido en el camposino en pisos de extrarradio de sesentametros cuadrados. Transmitían una pa-sión por la naturaleza heredada de losabuelos más visceral que ideológica.

Al anochecer, los grupos de trabajose desvanecían y bajaban de todos los

recodos del parque en hileras infinitashasta la gran explanada o plaza central,donde estaba el escenario. Quinientasmil personas pasaron por el parque enalgún momento de los tres días. Un paro tres de generaciones, de entre quincey treinta y pocos años, quisimos tras elfranquismo unir la fiesta con el ocio, lacultura, la educación, la revolución, elsindicato y las diversas memorias his-tóricas de los luchadores. Hoy seríainaudito.

Charlaba satisfecho junto a JuanjoFernández y Santi Soler con los amigosde la Sala Villarroel y los de la libreríaEpsilon cuando pasó Ocaña. Al vernosreír exclamó: «Ay, nenas, una que estáemocionada, va a reivindicar lo obvio alo grande.»

Hacía un mes que el Front d’Allibera-ment Gai de Catalunya (FAGC) habíamontado la primera manifestación ho-mosexual en la Rambla con motivo delDía Internacional del Orgullo Gay. Ha-bían exigido la inmediata derogaciónde la ley de Peligrosidad Social: «Liber-tad sexual, amnistía total.»

En plena actuación de un cantautor,los tres reyes de la Ramblas coparon elescenario. Nazario llevaba una red envez de camiseta, Ocaña iba con un trajenegro de mujer y Camilo sólo vestíaunos pantalones blancos. Allí planta-dos improvisaron un streep tease. Apartir de aquello, toda convención sevino abajo. Mucha más gente de lo quecualquiera pueda suponer hizo el amorpor vez primera en su vida bajo losárboles de un parque oscuro. Algunosviejos se escandalizaron de lo queveían. Juanjo dijo que en la CNT notodos aceptaban el amor libre. Unamuestra más del quiebro generacional.

También hubo golpes de porra. Idasy venidas a la cárcel Modelo entre ma-nifestaciones, «saltos» y encendidosgritos de «Todos a la calle, comunes ypolíticos».

Sin embargo, hubo un punto oscu-ro. El debate que suscitaba más inte-rés, ¿Cómo articular el movimiento li-bertario en el futuro?, zozobró porqueen votación a mano alzada se optó porir a la Modelo. Mucha gente se negó aabandonar el teatro porque creía que eldebate pendiente, cómo organizarse,era importante. La sala siguió llena, senombró un nuevo moderador, OriolAlbó, del colectivo Bardina, y siguió eldebate. Un vasco del colectivo IsaacPuente dijo: «El modelo de desarrollode Estados Unidos exportado a todoslos países implica que el planeta re-viente. ¿Acaso los anarcosindicalistaspretenden autogestionar las multina-cionales?». No recuerdo el nombre deltipo con acento catalán que expusocon una precisión los problemas queacechaban a los libertarios. La inter-vención situó a la CNT en un contextohistórico superado. Los obreros sehabían educado en el sindicato y en elateneo libertario, mediante conversa-ciones y lecturas, cuando la CNT lucha-ba en el marco del mundo del trabajo yde la producción. Pero a partir de ladécada de los cincuenta, la irrupción dela televisión y de la cultura de masashabía invadido todas las áreas, inclui-das las del ocio y las vacaciones, con-quistando las distintas esferas de lavida y desvirtuando la línea divisoriaentre la cultura obrera y la cultura bur-guesa. Al mismo tiempo emergíanotros conflictos, como el deterioro am-biental del planeta, que afectaban atodos. La CNT del futuro, dijo el anar-quista, ya no podía centrarse sólo en elmundo laboral. «Cada grupo alternati-vo debe desarrollar una propuesta ensu campo de acción, juntarlas todas yelaborar una alternativa global en losdiversos campos de la vida cotidiana.Sin esto, la gente “pasará” de todo».

Treinta y dos años más tarde recuer-do aquellas jornadas como una de lasexperiencias más fascinantes de mivida. Pero hay que reconocer, que trascuarenta años de opresión, fueron pre-maturas. Faltó tiempo para ordenaraquel galimatías efervescente, paraaprender a debatir en las asambleas sineternizarse y a organizarse sin caer endogmatismos ni puerilidades. Tambiénes cierto que los cambios corrían conpasión y demasiado aprisa. Y que losnuevos partidos políticos corromperíana casi todos los movimientos sociales.

Pepe Ribas

Jornadas Libertarias de 1977

Arriba, representación teatral en el Parc Güell.

Abajo, cartel de las JornadasLibertarias.

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28 C e n t e n a r i o C N T

(aplausos) …defenderé los principios yleyes que he jurado.» La quinta etapa delfranquismo estará cubierta por la ges-tión del Opus Dei, que busca la salvacióndel Régimen y de su aislada economía,que se asfixia sin remedio, por un acer-camiento más íntimo a Europa, y dondelos acontecimientos sobresalientes sonel atentado mortal contra Carrero Blan-co, los efectos subjetivos de la portugue-sa «Revolución de los Claveles», el ga-rrote vil aplicado a Puig Antich y HeinzChez , en 1974, y los fusilamientos de loscinco resistentes de FRAP, ETA y GRAPO,en 1975. Franco muere el 20 de noviem-bre de ese año y Juan Carlos es nombra-do Rey dos días más tarde, para ser co-ronado el día 27. La sexta etapa del

decisivos, que se tenían por inminentes omuy cercanos, era necesario disponer deun bloque occidental compacto. Españadebía entrar en la OTAN y su economíadebía ser unificada y homologada con laseconomías de ese bloque, en trance depreparar el salto a la mundialización. Elgran obstáculo era la historia fascista delfranquismo, y como lo probó con su vio-lenta y enérgica reacción contra el Con-greso antifranquista de Munich, en 1962,el Régimen no estaba, en absoluto, dis-puesto a aceptar ningún cambio sustan-cial en su naturaleza. Se les imponía,pues, a los preparadores del «cambio»dos cosas fundamentales: en el orden delas instituciones, ir procediendo a cam-bios graduales puramente formales; y enel orden de la imagen, intentar la limpie-za y maquillaje de la figura del dictador ysu Régimen, tarea que corrió a cargo decineastas como Sainz de Heredia, e histo-riadores hispanos, como Juan Pablo Fusio Javier Tussell, o extranjeros, como Be-nassar, Guy Hermes y Emile Témime. Encada formación, se dispone de los indivi-duos más dispuestos y preparados parala operación en ciernes y con capacidadpara dominar a los recalcitrantes. Si lasescaramuzas producen alguna confusión,aparece la mano EEUU para fijar posicio-nes. Así, el Rey, entrevistado por Arnaudde Borchgrave, que marca los temas,reconviene las reticencias del falangistaArias, y, por si fuera poco, es «llamado» aEEUU, donde, en siete días, le leen la car-tilla, y a su regreso Arias desaparece paradar paso a Adolfo Suárez, quien se tomaen serio su papel y llega a destituir algeneral Armada, amigo y consejero delRey, lo que quiere decir que «hay quepasar» de aquel primer ministro. Es asícomo surge la gran farsa del 23-F, unapuesta en escena con dos chivos expiato-rios, Tejero y Milans del Bosch, un «em-

barcado», el general Armada, y varios«tapados», a cuya cabeza está el gran«Elefante blanco», con un mutis excep-cional, el del embajador americano, quedesaparece como por ensalmo, para quela cosa siga siendo cosa de tapados. Fina-lidad del gran camelo de la gran puestaen escena: prestigiar a la corona y hacersentir el principio de autoridad, dejar cla-ro quién es el que de verdad manda. Doso tres pasos más, cosa de año y medio odos, y España ya está en la OTAN.

Queda, así establecida una situación«democrática», donde tomando en manolas armas de los medios de comunica-ción, son las nomenclaturas de los parti-dos y adláteres los que hacen y desha-cen con el beneplácito del Rey. Salvo poreste último extremo, tiene (tuvo) mucharazón Pablo Sebastián al calificar, a los20 años de nacida, la nueva forma delRégimen de «partitocracia» y corrupción,al denunciar la usurpación de la sobera-nía popular por los partidos, la profundacrisis de la justicia y la militarización dela prensa, puesta al servicio de los parti-dos y del gobierno. El Pueblo ha sidoreducido a la categoría de gran mudo, acosa de la que se habla siempre en terce-ra persona. Bien dijo también sobre eltema Xavier Díez, al apretar el botón parala instantánea: «los ciudadanos votan,los poderosos dirigen el voto y los vota-dos por los primeros obedecen a lossegundos», y prosigue «…en la Españaactual, se ilegaliza a quien persiste en verlas cosas de otra manera». El Pueblo es,pues, cosa callada, y a todo resistente ala marcha de las cosas le espera el silen-cio forzado en forma de marginación ode ilegalización Es la forma de significarque, como en el franquismo anterior,también en el posterior hay la discrimi-nación y trato diferente a adictos y noadictos al Régimen. El transcurso de esta

etapa de posfranquismo se reduce, así, auna reiteración del «Pacto de la Mon-cloa» de 1977, con intercalamientos derabietas partidistas de «yo más que tú»,«yo mejor que tú», que van definiendolas diferentes subetapas, en medio deuna atmósfera irrespirable de corrupcióngeneralizada de unos y otros, de una ter-giversación permanente de los valores,de un lenguaje que no es ya común por-que cada uno da a las palabras el signifi-cado que le conviene, de una destrucciónde las inteligencias, azotadas, repetitiva-mente, por implícitos, falsedades, enga-ños, argucias y falacias, desintegradaspor sobornos de todos los colores imagi-nables, y, al fondo, la víctima Pueblo,hundido en la miseria física y de la des-unión, el descreimiento y la apatía.

José Luis García Rúa

“Estamos, pues,sufriendo elpostfranquismo,por se la forma que ha adquiridoel régimen tras la muerte del dictaor.

” “El acceso a lanueva etapa nosupuso ningunaprecipitación.España debíaentrar en la OTANy su economíadebía ser unificadacon las del bloqueoccidental.

Régimen, es la que, con subetapas, llegahasta el momento actual. Es la etapaque, con toda propiedad, puede llamarse«Segunda Restauración», por equiparar-se, ce por be, con las debidas actualiza-ciones, a aquella «Primera» en la queCánovas del Castillo restaura, en 1876, lamonarquía borbónica con el afeite de«parlamentaria». Una Restauración, estasegunda, llevada a cabo como una ope-ración de verdadero encaje de bolillos,en la que, detrás de la tramoya, el actordecisivo fue el extranjero, bajo la égidade EEUU y Alemania.

Estamos, pues, ahora, sufriendo estalarga sexta etapa del franquismo, califi-cada de posfranquismo por ser la formaque adquiere con posterioridad a la muer-te del fundador del Régimen, el 18 dejulio de 1936. Un Régimen que, comohemos visto, va cambiando de formas,accidentes o aspectos según las circuns-tancias, pero que se mantiene firme ensu esencia cualitativa. Un régimen quehoy se sienta en los organismos inter-nacionales, lo mismo que accedió a laONU, en 1955, y al Consejo de Europa,en 1962, en pleno franquismo de nom-bre y en vida del dictador. Para el afian-zamiento definitivo (¿?) en el orden inter-nacional se requería un certificado de«democracia» que los partidos políticosy adláteres, por fatiga, por obnubilaciónsupina o por avidez de medro personal uorgánico le regalan o venden a un muybajo, bajísimo precio, y a costa de lalibertad activa y la dignidad del Pueblo.He aquí la explicación de los «cambios».

Contra lo que puede creerse, el accesoa la nueva etapa no supuso precipitaciónalguna por la, en su momento, inespera-da muerte del dictador. Como operacióninternacional, la cosa vino siendo prepa-rada con sumo cuidado. En plena guerrafría y en previsión de los acontecimientos

A la izquierda, ocupación del monomuento a Colon, en Barcelona, para exigir la devolución del patrimonio de la CNT.

Arriba, parte superior, presentación de la CNT en León.Parte inferior, la policía nacional abasteciendo vehículos durante la Huelga de Gasolineras.

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29C e n t e n a r i o C N T

E l día 20 de noviembre de 1975feneció el autoproclamado caudi-llo Francisco Franco Bahamonde y

muy poco tiempo después, el 29 defebrero de 1976, tuvo lugar en Barcelonala denominada Asamblea de Sants, pun-to a partir del cual se inicia una rápida yfulgurante reconstrucción de la CNT anivel de todo el Estado español, peroespecialmente en Catalunya. Aquel even-to se vio seguido por un conjunto deactos de autoafirmación cenetista que, asu vez, implicaban y anunciaban el rena-cimiento del histórico sindicato. Efecti-vamente, al acto de Sants siguieron la

E l día 15 de enero de 1978, al término de una imponentemanifestación convocada por la CNT contra los Pactos

de la Moncloa, tuvo lugar un ataque con cócteles Molotovcontra la sala de fiestas más conocida y de más éxito deBarcelona en aquellos momentos. El resultado inmediatofue la muerte de cuatro trabajadores de la sala: Diego Mon-tero, Bernabé Bravo, Ramón Egea y Juan Manuel López,dos de los cuales eran afiliados de la propia CNT. Inme-diatamente, la policía detiene a los presuntos autores delatentado, todos ellos afiliados a la CNT y participantes en lamanifestación. En los días posteriores son detenidas alre-dedor de 170 personas más; en paralelo, se desata una im-ponente campaña de descrédito contra la organización con-federal a partir de los medios de comunicación y de los apa-ratos represivos del Estado, que ven la ocasión de amorda-zar y destruir la única fuerza con cierto peso social que ame-nazaba la amplia operación de blanqueo de la dictadurafranquista y de los propios franquistas. Dicha operación pa-saba por los Pactos de la Moncloa (a los que no asistieronni fueron invitadas las fuerzas sindicales, aunque luego lamayoría de las mismas los aceptaran) destinados a hacerrecaer sobre las espaldas de las clases trabajadoras el grue-so de la crisis económica que se estaba viviendo, a costa defuertes recortes salariales, subidas de impuestos sobre elconsumo, pérdida de derechos laborales…y sentar las basesde los cambios políticos que deberían llevar a la Cons-titución de 1979, fruto de un gran pacto entre el franquismoy una nueva clase política emergente ávida de poder. LaCNT, reacia al conjunto de dichos pactos y reacia, sobreto-do, a olvidar el pasado y a renunciar a exigir cuentas al fran-quismo depurando todo el aparato estatal, ya fuese político,policial, judicial e incluso cultural, se convirtió en el granobjetivo a batir. El Caso Scala fue la punta de lanza de la

gran represión que se abatió sobre la CNT, en momentos decierta debilidad organizativa y estructural debido a las evi-dentes divisiones que se estaban ya gestando en su interior.

El hecho, tal y como finalmente se llegó a demostrar, fueun gran montaje policial perfectamente urdido y ejecutado:Joaquín Gambín, infiltrado policial, el comisario Conesa –yafallecido- y el entonces ministro de Interior, Rodolfo MartínVilla, tenían mucho que decir y jamás lo hicieron. El resulta-do: 17 años de cárcel para Francisco Javier Cañadas, ArturoPalma Segura y José Cuevas Casado; dos años y medio paraLuís Muñoz y seis meses para María Rosa López; el frenazode una organización que crecía a ojos vista, el acentuamien-to de sus divisiones y posterior aparición de la CGT…y larémora que arrastró la organización confederal que quedóampliamente desautorizada socialmente…y neutralizada: seconsumó el gran Pacto de Estado de la Transición y de lanueva Democracia Española…sin oponentes.

J.C.

El Caso Scala

La CNT en la transicióny en la «nueva democracia» española

al traste con la visión anteriormente co-mentada: por un lado, la heterogeneidadde los grupos e incluso ideologías que seaglutinaron bajo sus siglas; por otro, lareaparición de las luchas intestinas y lasdivisiones internas que han marcado elanarcosindicalismo español prácticamen-te desde sus orígenes. Sólo cabe recor-dar la escisión trentista en el periodoinmediato a la proclamación de la II Repú-blica; las escisiones y reunificaciones quetuvieron lugar durante el largo exilio ydictadura franquista tanto en el interior

como en el exterior con graves repercu-siones a ambos lados de la frontera, lasluchas entre ortodoxos y reformistas,entre ortodoxos y heterodoxos, las dis-putas entre la CNT del interior y la delexilio, la idoneidad de participar o no enlos gobiernos republicanos del exilio...:la división de 1945, la reunificación en1961 en Limoges (Francia), el cincopun-tismo en el año 1965, en pleno franquis-mo, el que un sector pacta con el aparatosindical vertical y su repercusión en lanueva escisión de 1966 a partir de las

Alocución de Federica Montsenydurante el multitudinario

Miting de Montjuic, en 1977.

“El 29 de febrerode 1976, tuvo

lugar en Barcelonala denominada

Asamblea de Sants,punto a partir delcual se inicia una

rápida y fulgurantereconstrucción de

la CNT a nivel de todo el Estado

español.

”asamblea-miting del 30 de octubre delmismo año en Mataró (provincia de Bar-celona) y, ya en 1977, el grandioso mitindel 27 de marzo en San Sebastián de losReyes (Madrid), Valencia el 28 de mayo,y sobretodo el gran mitin de Barcelona,el 2 de julio, en Montjuïc con una asis-tencia de más de doscientas mil perso-nas, seguido de las Jornadas Libertariasen la misma ciudad y en aquel mismoaño durante las cuales, se calculó asistie-ron a sus diversos actos alrededor dequinientas mil personas por citar, sólo,los eventos más importantes. Todo pare-cía apuntar a un gran renacimiento de laCNT, no sólo como organización sindi-cal, también como aglutinante de unimportante movimiento libertario queconectaba con un amplio movimientosocial contestatario... La CNT parecíarevivir pasando factura a casi cuarentaaños de dictadura y de falta de liberta-des, encabezando los anhelos, las ansiasde libertad y los deseos de cambios radi-cales y en profundidad de amplios secto-res de la población española... pero pron-to aparecieron tres aspectos que dieron

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30 C e n t e n a r i o C N T

reuniones de Marsella y Montpellier(1965), las expulsiones del Pleno de Bur-deos (1969) y posteriores... por citar muysomeramente, algunos, sólo algunos ysin entrar en detalles, de los episodiosmás lacerantes. Y, en tercer lugar, lasantiguas divisiones acompañadas a me-nudo de rencores y fuertes personalis-mos procedentes del exilio, que en granmedida, trasladaron sus cuitas a unarenacida CNT, solapadas, muchas veces,con aparentes luchas ideológicas y estra-tégicas.

Si bien es cierto que el capitalismoestaba presenta en España en los añosveinte, treinta... sesenta... ochenta, no-venta... hasta la actualidad, no menoscierto es que él mismo ha evolucionadoy se ha transformado, adaptándose con-tinuamente a las modernidades del mo-mento, pero manteniendo su esencia ex-plotadora camuflada cada vez más, enuna diversificación social continua liga-da a unas posibilidades más o menosreales o más menos ilusorias de ascensosocial, dividiendo, aún más si cabe, a laclase obrera y al conjunto de las clasestrabajadoras. Una CNT que había dedi-cado el grueso de sus esfuerzos simple-mente a sobrevivir a la larga noche fran-quista –no en vano fue la organizaciónque más padeció la represión de la dicta-dura y el exilio– no supo ni pudo mante-ner la unidad conseguida en su refunda-ción de 1976: el pasado y la historiapesaban mucho y la sociedad española,aunque seguía siendo española, no eraya exactamente la misma que la de losaños veinte o treinta del siglo XX. Elcapitalismo había comprado voluntades,adormecido a amplios sectores de lapoblación... y había introducido ciertasmejoras y calidad de vida, banales y notan banales, pero mejoras, si se quierecostosas y arrancadas tras duras luchas...pero seguían siendo mejoras, y además,el franquismo, tuvo el acierto, el poder ylos medios para comprar, absorber, aglu-tinar y corresponsabilizar de la nuevasituación «democrática» a toda una cla-se política ansiosa por recibir prebendas,cargos y negocios. Sin olvidar, en abso-luto, una no menos inteligente políticade institucionalización de antiguas ynuevas organizaciones sindicales cuyosdirigentes se aplicaron con ansias reno-vadas a la burocratización con cargosremunerados, al apaciguamiento de unostrabajadores que esperaban más y más...al engaño y a la estafa bajo diferentes ide-ales y, en definitiva, dando por bueno elpostfranquismo y pactando con él.

La CNT tuvo sus divisiones internasprácticamente desde el principio, cierta-mente: renacieron personalismos y anti-guas divisiones más o menos ideológi-cas, cierto también, pero su esenciaanticapitalista y sus métodos de luchacon la acción directa a la cabeza, literal-mente asustaron a una población mayo-ritariamente adormecida y desideolo-gizada por la larga noche franquista ycelosa de las migajas obtenidas duranteel mismo, por no hablar también, de lapérdida de valores como la solidaridad,la propia conciencia de clase y el sentidode la rebeldía ante la injusticia. Estos fue-ron factores nada desdeñables que difi-cultaron aún más, si cabe, la consolida-ción de la CNT como una organizaciónde masas poderosa y decisiva... al mar-gen incluso de sus propios defectos ycontradicciones, que las hubo de losunos y de las otras y en abundancia, locual, en todo caso, no dejaba ni deja detener su propia lógica en una organiza-ción que en este año cumple su cente-nario.

Los años dorados de la renacida CNTa partir de su refundación en el interiorde España en 1976 se pudieron prolon-gar hasta el 1979. Fue aquel breve perio-do de unidad el que posibilitó luchas tanimportantes como la huelga de Roca y

su extensión en forma de huelga gene-ral solidaria a todo el Baix Llobregat, lahuelga de las gasolineras, en las PompasFúnebres e, incluso, las diversas movili-zaciones contra los Pactos de la Mon-cloa, demostrando una cierta capacidad

movilizadora e incidencia social. Lasconsecuencias de todo ello no se hicie-ron esperar: con los Pactos de la Mon-cloa en marcha, con el Estatuto de losTrabajadores aprobado y con una fla-mante legislación social, aparentementeparticipativa y democrática que incluíaelecciones sindicales en las empresas,llegó la celebración del V Congreso eldiciembre de 1979 en Madrid y estalla-ron las divisiones. La disputa entre lospartidarios o no de participar en las elec-ciones sindicales, y en toda una serie depactos que los mismos conllevaban, ame-nazaban con llevar a la CNT por el cami-no de la institucionalización y la burocra-tización. Además, a la lucha realmentefraticida entre reformistas partidarios departicipar como estrategia en las eleccio-nes sindicales y los llamados radicales opuristas, con su amplia estela de expul-siones, Congresos y sindicatos parale-los, se añadieron las consecuencias deldenominado Caso Scala de enero de1978: un fuerte golpe más con montajepolicial añadido que se aprovechó de lasya evidentes divisiones internas y de unaorganización aún no plenamente conso-lidada y perfectamente ensamblada... yfalta de experiencia y de reflejos –no envano, se había producido un inmensofoso generacional–, con el resultad deuna intensa campaña desde organismosestatales y partidos políticos, hasta losmedios de comunicación pasando por elresto de las fuerzas sindicales que con suactitud dubitativa e incluso francamentehostil, desembocó, en un cierto aislamien-to cenetista acompañado de un ampliodescrédito en el conjunto de la sociedad.

La virulencia del enfrentamiento entrereformadores y radicales, no exenta depersonalismos, ya antes del V Congresoy las decisiones adoptadas en el mismode rechazar importantes aspectos de lalegislación social, como el tema de laselecciones sindicales, condujeron a la es-cisión mediante el Congreso de Valenciaauspiciado por los denominados parale-los y reformistas y a la lucha por lassiglas y el patrimonio histórico en su am-plia acepción del término, dando lugar alnacimiento de la CGT por parte de losderrotados en el V Congreso... y en lostribunales, la cual sufrirá así mismodiversas escisiones, como la de Solidari-dad Obrera en 1990. No les fue mejor alos triunfadores del V Congreso: cono-cieron también una fuerte escisión queha llegado hasta nuestros días sin resol-verse.

Efectivamente, en 1995 a raíz de unconflicto en la empresa Jumberca de Ba-dalona en el que más de doscientos tra-bajadores fueron despedidos, estallóuna nueva división a partir de la expul-sión de la organización de quince sindi-catos, los llamados Desfederados y que

A la izquierda, parte superior, VII Congreso de la CNT, celebrado en Bilbao, en 1990.

Parte central, Manifestación de la CNT durante un 1 de Mayo, en Barcelona.

Parte inferior, Manifestación del 8 de Marzo, también en la Barcelona.

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Ante el escaparate internacional quesupondría la celebración de unas olim-

piadas en Barcelona, en 1992, la CNT estimóoportuno aprovechar dicho evento paradifundir, desde esta ciudad, la imagen deque la organización que consiguió poneren práctica una revolución anarquista aúnlatía. Para ello, desde la Comité Regional enCataluña, y posteriormente desde el ComitéNacional, se tomó el acuerdo de realizarsendas convocatorias anarquistas interna-cionales.

En la extraña coincidencia de realizar doseventos de características similares, duranteel mismo año, podía vislumbrarse el prelu-dio de una ruptura en la regional catalanaque aún perdura pese al interés esperanza-dor de realizar conjuntamente los actos deeste Centenario. A modo de recordatorio, ypara entender el porqué de ambas convoca-torias, hay que decir que durante los mesesprevios a esos acuerdos ambos Comitéstenían la ubicación en Barcelona, siendo con-tinuas las críticas de numerosos sindicatoscatalanes hacia la gestión del Comité Nacio-nal. Junto con otros hechos, el cruce de acu-saciones vivido durante esos meses hizoque, finalmente, desde el Comité Regionalcatalán se acordara organizar la ExposiciónAnarquista Internacional (EAI) –en coordina-ción con otras organizaciones libertarias– ypoco después, desde el Comité Nacional, conel apoyo de una minoría de sindicatos catala-nes discrepantes y el resto de sindicatos nacionales, se opta-se convocar el Certamen Anarquista Mundial (CAM).

Aunque los organizadores de ambos le dieron una mere-cida difusión informativa, debido al habitual boicot de losmedios ésta no trascendió más allá del movimiento anar-quista y alternativo, obteniendo, no obstante, distinto éxitoentre ambas convocatorias. Si inicialmente los dos eventosiban a tener lugar durante el año olímpico, ante la imposibili-dad de conseguir un espacio público por esas fechas –debidoa la negativa del consistorio barcelonés de facilitarlo durantelos meses en que se celebraban las olimpiadas–, los organi-zadores de la EAI decidieron aplazar un año su celebración, ylos del CAM continuar en las fechas previstas aun a expensasde desembolsar por ello un pago sustancial por el alquiler deun local que reuniese las condiciones necesarias.

Así pues, el CAM se celebró durante el fin de semana del21 al 23 de agosto de 1992 en el Hotel-Expo de Barcelona,

consiguiendo, en parte por la fecha estival,en parte por el requerimiento de presentaruna credencial, convocar a menos asistentesde los inicialmente esperados. Entre losactos organizados se debatió la crisis delcapitalismo y la situación del movimientoanarquista, pudiendo exponer cualquierasistente sus opiniones sobre los temasabordados. Sin embargo, de lo vivido duran-te esos días, y de su repercusión posterior,hoy poco puede encontrarse, aunque sesabe de la existencia de un documental CAM(Certamen Anarquista Mundial) elaboradopor la CNT-AIT.

Mejor suerte corrieron los organizadoresde la EAI, que entre el 27 de septiembre y el10 de octubre de 1993 celebraron su en-cuentro en las barcelonesas Cotxeres deSants. Además de una mayoría de sindica-tos de la CNT catalana, entre los organiza-dores también estuvo la Fundació d’EstudisLlibertaris i Anarcosindicalistas, el AteneuEnciclopèdic Popular, el Ateneu Llibertaridel Poble Sec (todos ellos de Barcelona) y laFundación Anselmo Lorenzo (Madrid); ycolaborando el Centro Studi Libertari (Milán)y el Centre Internacional de Recherches surl’Anarquisme (de Laussane y Marsella). Pre-sentado como un debate internacional abier-to a todo el mundo, se trataron numerosostemas durante los días que duró, acudiendodurante esas dos semanas ponentes de dis-tintos países que transmitieron una sensa-

ción de «actualidad informativa» en torno al movimientoanarquista internacional. De las numerosas ponencias, ví-deos, debates, espectáculos, conciertos y reuniones impro-visadas sí que ha quedado constancia, puesto que ademásde en otros medios audiovisuales todo quedó recogido enel libro Anarquisme: Exposició Internacional (de 593 págs.),editado en castellano por los organizadores a un precioasequible para contribuir a sufragar los gastos organiza-tivos.

Sin duda alguna, la asistencia a ambos eventos duranteesos días podría haberse multiplicado con medios comointernet, un vehículo de comunicación, hoy ampliamenteutilizado, que puede hacer del presente Centenario de laCNT una oportunidad inmejorable para dejar claro que «apesar de todo» la CNT sigue latiendo.

J.M. López Xouza

31C e n t e n a r i o C N T

El Certamen Anarquista Mundial y la Exposición Anarquista Internacional

sólo afectó al menos orgánicamente aCatalunya: aspectos como el hecho deque una Sección Sindical firme despi-dos, que expulsados de un Sindicatopuedan ser acogidos por otro e inclusodarles de alta en su afiliación, la obser-vancia estricta o laxa de la NormativaOrgánica Confederal, las disputas en tor-no al buen funcionamiento de los PlenosRegionales de Sindicatos... unido todoello a disputas personales que ya veníande antiguo e incluso a distintas visionesexistentes sobre el papel de la CNT res-pecto los diversos movimientos sociales,hicieron el resto. Una CNT en extremodebilitada cerró el siglo XX casi al bordede la extenuación. No será hasta princi-pios del nuevo siglo XXI que la centena-ria CNT vio algunos albores de recupera-ción especialmente en determinadaszonas, todas ellas fuera de Catalunya yaún en ésta, pero ceñidas a muy deter-minadas localidades.

La CNT cumple 100 años en el 2010.Éste simple hecho, por sí mismo, demues-tra la vitalidad de la idea anarcosindica-lista a pesar de los tiempos cambiantes,divisiones, escisiones y represiones... yla propia necesidad de su existencia. Laadecuación de los principios, las tácticasy las finalidades sin renunciar a su esen-cia confederal y anarcosindicalista, launidad, la buena organización y la flexi-bilidad y la tolerancia a nivel de criterios,actitudes y relaciones personales, podrí-an ser, han de ser las recetas que permi-tan un nuevo renacimiento de la idealibertaria confederal que será largo, tor-tuoso y lleno de dificultades, pero posi-ble. El pasado pesa, ciertamente, peroempuja hacia adelante recogido por nue-vas generaciones que creen en el ideariosupremo de la libertad, la justicia social yla solidaridad: todos ellos elementosrevolucionarios en sí mismos, toda unacultura alternativa al capitalismo genui-namente obrera y centenaria... y unmodelo avanzado y no superado de or-ganización social ¿Posibilismo? ¿Funda-mentalismo? He aquí, el fondo de lasgrandes luchas y escisiones cenetistas:es fundamental que sea posible la uni-dad en un todo diverso y plural. Así se hademostrado en determinados periodos yasí debería ser.

Just Casas

“Aunque habíadedicado el grueso

de sus esfuerzossimplemente asobrevivir a la

larga nochefranquista, la CNT

no supo ni pudomantener la

unidad conseguidaen su refundación

de 1976.

Ocupación de loslocales históricos de SolidaridadObrera, en junio de 1977.

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32 C e n t e n a r i o C N T

El nacimiento de la cultura obrera tuvo susraíces en las luchas obreras que sostuvo el proletariado desde mucho antes de la

fundación de la Primera Internacional. El despertar de una consciencia de clase en medio de larevolución industrial fue básico para que arraigase esta cultura en amplias capas de lapoblación.

Con la revolución industrial aparecieron dos clases antagónicas, la burguesía y el proletariado.Los primeros ostentaban el dominio del Capital,mientras que los segundos sólo podían vivir de laventa su trabajo. Mientras los burgueses seenriquecían, los trabajadores habían de conformarsecon las migajas. El espíritu rebelde, emprendedor y progresista del proletariado, y por ende de la clasetrabajadora, motivó la creación de una culturaemancipadora que tuvo en el pensamiento libertario su principal fuente de inspiración. La cultura libertaria, aparecida paralelamente al desenvolvimiento del movimiento social de cariz anarquista, se basaba, principalmente, en la inculcación en el individuo diversos aspectos de cariz físico, intelectual y ético.

El movimiento libertario organizado se preocupóprimero de enseñar a leer y escribir a los obreros ycampesinos, y luego de ilustrarlos. El proletariadoconsciente e ilustrado era la base fundamental parahacer la revolución y cambiar la sociedad. Así pues,la cultura libertaria, aparecida en el siglo XIX, sería la«piedra filosofal», nueva y reluciente, que iba acambiar de base el mundo. Esta cultura, basada en laciencia y en la razón, era la chispa que anunciaba laaurora de una nueva sociedad libre, solidaria yautogestionaria.

Centrando su discurso en la filosofía anarquista dela solidaridad, el federalismo y el apoyo mutuo, lacultura libertaria desarrollaba su pedagogía didácticaa través de temas de ordinario moral yregeneracionista, de acuerdo con las bases de laeducación racional y las leyes de la naturaleza. Elanarquismo cultural buscaba el perfeccionamientohumano y, por tanto, predicaba contra los vicios de lasociedad capitalista y se mostraba contraria al usodel alcohol, el tabaco, la prostitución, etc., y lascampañas en favor de la igualdad de sexos, de laliberación de la mujer, del respeto a la tierra, de laabolición de la explotación salarial y de la luchacontra las lacras de la sociedad formaron parte deesta cultura emancipadora.

Las ideas autogestionarias de acción directa, deapoyo mutuo y de solidaridad estuvieron presentesen toda forma de educación libertaria. En todos loscongresos obreros, desde el inicio de la PrimeraInternacional, se discutía sobre la forma de crearescuelas, cooperativas, mutuas y centros culturalesdestinados a socorrer y ayudar a la formación delproletariado. Esta filosofía ética del anarquismoimpregnaba de valores el mundo del trabajo y sobretodo la vida cotidiana de las personas libres, siendosu meta la consecución de una sociedad de hombresy mujeres libres. Una sociedad unida por un pacto dearmonía. Una sociedad sin propiedad privada niclases sociales.

El desarrollo del movimiento obrero trajo consigola aparición en la península ibérica de toda estacultura que centraba su fuerza en el espírituemancipador, y la herramienta que emplearía paratrabajar y extender la idea y la cultura libertaria secentró básicamente en la publicación de libros,folletos, revistas y periódicos, así como en lacreación de ateneos, escuelas, cooperativas,mutuas, sindicatos, etc. Asimismo, la prácticalibertaria en asambleas, mítines y conferenciasayudó a crear este espíritu crítico y solidario. Através de la prensa se desarrolló el pensamientolibertario y, por otra parte, la propaganda por laimagen.

Siguiendo la prensa y la propaganda de esos añospodemos ver cómo era la cultura de los libertarios enel siglo XIX: una cultura ligada al espíritu militante deuna generación de conciencias libres puesta alservicio de la emancipación humana. Esta culturaobrera, impregnada de raíces ácratas, fue capaz dedesarrollar un importante movimiento emancipador,y a través de sus luchas, triunfos y fracasos, elmovimiento libertario ibérico fue levantando elespíritu rebelde de las capas explotadas de lasociedad.

Poco después el florecimiento intelectual dio susfrutos. Una prueba de ésta capacidad son los debatesde los dos certámenes socialistas (Reus, 1885 yBarcelona, 1889) que organizó el anarquismo ibéricopara alborear su futuro y el de clase trabajadora. Peroel anarquismo no sólo se dirigía a los obreros, sinotambién a las clases media, entonces formadas porartesanos, pequeños comerciantes, profesores, etc.

Así lo manifestaba la convocatoria del PrimerCertamen Socialista: «…en vista del notablemovimiento obrero despertado desde hace algunosaños y deseando contribuir al desarrollo del mismo,poniendo a la vez de relieve la fuerza intelectual denuestra clase, en cuanto quepa, y aún de loshombres de clase media, ante la nueva pacíficapropaganda. Hasta ahora, las corporaciones hanvendió celebrando certámenes literarios, científicos oartísticos, que, si bien pueden contribuir a la culturageneral del país, no tienen un fin trascendental comoel de remover las cuestiones económicas. Paratratarlas científica y filosóficamente en concursopúblico.»

La acción cultural del anarquismo ibérico

“El espíritu rebelde,emprendedor y progresistadel proletariado motivó la creación de unacultura emancipadoraque tuvo en elpensamiento libertario su principal fuente de inspiración.

“La cultura libertariase centró básicamente enla publicación de libros,folletos, revistas y periódicos, así como en la creación de ateneos,escuelas, cooperativas,mutuas, sindicatos.

Dos ejemplos del esfuerzopedagógico auspiciado por la

Confederación.

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Si en el Certamen de Reus se trató sobre todo delas cuestiones de organización y aspiraciones de laFederación de Trabajadores de la RegionalEspañola (FTRE), en el Certamen de Barcelona eldebate fue más trascendental, al poner sobre lamesa la cuestión ideológica y práctica de lasdiferencias entre el comunismo anárquico y elcolectivismo. Ricardo Mella, ponente en ese debate,sobre este tema candente del anarquismoorganizado manifestaba: «De acuerdo, por tanto,con los que han venido sustentando siempre losapóstoles del comunismo, digo: la comunidad esuna organización en la que todo es de todos; todostrabajan para todos y halla cada uno la satisfacciónde todas las necesidades en el fondo común portodos formado; es aquella soñada organización enque la igualdad más absoluta, la identidad másacabada es el principio, el medio y el fin de todaslas cosas; es, en fin, la preponderancia del Estado

por el sacrificio del individuo. (…) El colectivismo,en cambio, reconoce al individuo un derechoabsoluto a la percepción, a la apropiación delproducto íntegro de su trabajo, propiedad la mássagrada, la más respetable, pero también la más desconocida por comunista e individualista a la par».

A finales del siglo XIX, a consecuencia de losatentados individualistas, todo el movimientoobrero, y especialmente el anarquista, viviría larepresión estatal. Los libertarios de toda índole(pacifistas, intelectuales, sindicalistas, etc.) fueronperseguidos por sus ideas. A pesar de ello, elanarquismo, que había calado muy fuerte entre lascapas sociales más explotadas, no desaparecería, alcontrario, con el nuevo siglo reapareció con nuevoímpetu. En él la cultura libertaria se desarrollóprofundamente en el fomento de las artes, la

literatura, el teatro, así como la divulgación de laciencia, el naturismo, el esperanto, la pedagogía,etc. Todas éstas tendencias ayudaron a potenciar la filosofía ácrata entre el proletariado ibérico. Las publicaciones como La Revista Blanca, Ética,Tierra y Libertad, Ciencia Social, SolidaridadObrera, etc., serían los vehículos encargados de transmitir el conocimiento libertario alproletariado.

Otro papel significativo lo desarrolló la EscuelaModerna, de Ferrer i Guardia, sirviendo de modelopara la creación de las escuelas racionalistas que seextendieron por Cataluña y por los diversos pueblosde la península. También el ateneísmo viviómomentos importantes con la constitución decentros culturales destinados a promover elpensamiento ácrata en amplias capas de la sociedad.El germen ácrata florecía en centenares de grupos deafinidad que serían la base del movimiento libertariodel primer tercio del siglo XX. Por su parte, elsindicalismo fue otra de las bazas jugadas por losanarquistas. Ello significó la potenciación de unfuerte movimiento sindical que luchó tanto paraconseguir mejoras inmediatas como paratransformar la sociedad. Y todo ello teniendo comoobjetivo la idea de la revolución social que permitiríala emancipación humana. Todas estas ideasemancipadoras influyeron definitivamente en elproletariado y serían la base de la filosofía cultural dela Confederación Nacional del Trabajo.

Ferran Aisa

33C e n t e n a r i o C N T

“Las publicacionesserían los vehículos

encargados de transmitirel conocimiento libertario

al proletariado.

”Arriba, darteles anunciando el periódico Fragua Social.

El esfuerzo cultural se mantuvo incluso durante la Guerra.Carteles como el de la derecha no dejaron de producirse

durante todo el conflicto.

Mutua obrera del que luego seríabarrio barcelonésde Sant Martí.

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34 C e n t e n a r i o C N T

Uno de los méritos de mayor relieve delanarcosindicalismo español ha sido laextensión de una cultura alternativa a la

oficial y sin lugar a dudas la más importante del sigloXX que haya podido hacer en España unaorganización obrera. Su extensión abarcó la granmayoría del proletariado industrial y agrario en unpaís donde el derecho a la instrucción y la culturaestaba reservado a la burguesía.

En el terreno de la educación obrera lasinnumerables escuelas racionalistas anarquistastuvieron por objeto lograr la libertad absoluta deconciencia, lo que equivalía a poner los cimientospara desarrollar una nueva sociedad, más humana,inspirada en el orden natural que podía permitir elcultivo de los sentimientos y las facultades de laspersonas en relación con la experimentación delpensamiento.

Por ello, el anarquismo desarrolló esta culturaconsubstancial con la de una clase obrera que seapropió de ella. Por ejemplo, uno de los vínculos quese pueden hallar en este sentido son los existentesentre la persona y su entorno ecológico. Un valorcultural y social genuinamente anarquista.

Como es sabido, esta cultura anarquista de lanaturaleza y de la paz fue llevada a cabo por hombresy mujeres contra la voluntad de los podereseconómicos y religiosos de su tiempo. Es más, estacultura obrera, alternativa a la burguesa, desarrollómuchas ideas de gran relevancia actual frente a loque conocemos por pensamiento únicocontemporáneo.

Si examinamos algunas de estas ideas y susensayos hasta donde fue posible su realizaciónveremos que sus objetivos, además de trasladar elorden de la naturaleza a la sociedad, estuvieronencaminados a conseguir que la producción fuesedestinada al uso y no al lucro, la distribuciónigualitaria del producto social del trabajo y laautogestión de la industria por parte de lostrabajadores.

A pesar de topar con una fuerza tan arraigada enEspaña como el integrismo católico y los prejuiciosburgueses, la acción cultural anarquista demostróque la clase trabajadora posee tanta sensibilidadcultural como cualquier otra.

Esta demostración tuvo lugar, principalmente, apartir de julio de 1936, cuando que el poderreligioso fue desplazado y la clase trabajadora pudoexpresar sus ideales. Entonces fue cuando se pudoestablecer un primer ensayo de sociedaddemocrática natural en el ser humano,posibilitando pensar en nuevos valores culturales,algo que la política cultural estatal, inmersa en laguerra civil, impidió. Ante esta situación, a partir demayo de 1937 los anarquistas ya pusieron de

manifiesto que la cultura no se pude imponerdesde arriba.

Efectivamente hasta 1939, en España fue tiempode solidaridad internacional entre la clase obrera.

Así, después de estudios como los de Lily Litvak,se puede constatar cómo la cultura obrera noprofesional estaba encamina a la búsqueda de unorden social internacional que, esencialmente,conllevaba el pacifismo, la humanización del trabajoy la solución de los conflictos económicos. Se pusode manifiesto que en el orden natural no tienen razónde existir las clases sociales y que éstas son productode las desigualdades económicas.

Esta cultura anarquista, que tenía por objeto laconsecución de la emancipación social, podemoshallarla en la pedagogía racionalista con su red deescuelas en los centros obreros, ateneos, etc., en elteatro de ideas, en una prensa independiente quefuncionó eficazmente como verdadero canal de

La cultura obrera autodidacta en el anarquismo ibérico

“El anarquismodesarrolló una culturaconsubstancial queestableció vínculos entrela persona y su entornoecológico.

Arriba, voceadora de prensa. Abajo, grupo excursionista mallorquín con ejemplares de Tierra y Libertad.

“Se puso de manifiestoque en el orden naturalno tienen razón de existirlas clases sociales y que éstas son productode las desigualdadeseconómicas.

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información alternativo. A partir de esta prensa y de un sin fin de publicaciones, podemos hallar los primeros pasos de la educación socioambiental en España. Una educación que traza una nuevacultura del territorio a partir de la geografía social de Elisée Reclus y de una educación para la claseobrera en materia demográfica o ecología de lapoblación a partir de Paul Robin, como fue elneomalthusianismo (procreación humana conscientey limitada).

De la geografía de Reclus surgió en los mediosanarquistas ibéricos la capacidad de establecer larelación crítica entre espacio y sociedad y de que elhombre es la Naturaleza misma tomando concienciade sí mismo.

Así fue como en los medios obreros catalanes eibéricos, las relaciones entre agua, (el anarquismoespañol hizo del agua casi una religión) territorio ysociedad, fueran aprehendidas como conocimiento

imprescindible para una futura organización socialanarquista.

La apropiación en los medios obreros ibéricos de la obra de Reclus ofrecía las claves parainterpretar la Naturaleza en términos culturales,sociales y políticos, en el momento histórico en que los anarquistas transformaron la lecturaexclusivamente biologista del viejo testamentocristiano que ordenaba a los humanos el dominio de la Tierra. En su lugar, se impuso la necesidad decomprender el medio ambiente para acceder a un equilibrio ecológico humano, es decir, unproceso que requería una evolución culturalpermanente ante una Naturaleza en continuatransformación.

El anarquismo, a través de sus intermediariosibéricos, proporcionó una visión global del mundo en un momento histórico en el que se consolidabanlos Estados-nación. Entonces, impulsar una visión

holística de la Tierra representaba una gran novedadque coincidía con el gran momento de una educaciónobrera que posibilitaba la toma de concienciarespecto a la Naturaleza.

De ahí que en los medios obreros anarquistas se pueda afirmar que existió una nueva cultura de la Naturaleza. Ello aportó un verdadero intentópara hallar una nueva cultura del territorio(urbanismo a escala humana) a partir de una nueva estructuración del espacio a menor escala, y con ella, la libre federación de los pueblos, se presentó como he señalado, en un momentohistórico desfavorable para la consecución de la estabilidad territorial y social, como punto de partida para acceder a una verdaderadescentralización política y una coevoluciónsustentable con la Naturaleza.

Eduard Masjuan

35C e n t e n a r i o C N T

“La apropiación en los medios obreros

ibéricos de la obra de Reclus ofrecía las

claves para interpretar la Naturaleza

en términos culturales, sociales

y políticos.

Cartel de las Juventudes Libertarias. Publicación semanal del Sindicato de Industria del Espectáculo (SIE).

Cartel de las Juventudes Libertarias inspirado en la célebre máxima del geógrafo francés.

Campamento naturista libertario de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona).

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36 C e n t e n a r i o C N T

Ateneos libertariosHistoria y vigencia

L a palabra ateneo proviene del culto a Atenea–protectora griega de las artes y las ciencias– yseguramente fue escogida por quienes vieron

en ese nombre el más apropiado para designar unosespacios de cultura y formación.

En España, los ateneos empezaron a desarrollarse,principalmente en las ciudades, durante la mitad delsiglo XIX, en los albores de la revolución industrial y enuna época en la que también el cooperativismo,unificador de valores como la unión y la autogestión,también daba sus primeros pasos, especialmente enzonas rurales. Poco después de su nacimiento, esosprimeros ateneos, nacidos de la iniciativa popular,perderían influencia para ser absorbidos por buenaparte de la burguesía y la iglesia católica, situación quese mantuvo hasta aproximadamente los primeros añosdel siglo XX. Es entonces cuando nacen los ateneospopulares, los centros republicanos y las casas delpueblo, auténticas universidades que contribuirán acrear una opinión crítica y analítica. De entre ellos, losateneos libertarios, a partir de la Segunda República,vieron cómo progresivamente sus locales se ibanllenando de obreros que pretendían acceder a lacultura almacenada en las bibliotecas que cada centrotenía. Ese afán por cultivarse sería su punto de partida,mientras que las asambleas, conferencias y otros actosse convertirían en el camino escogido para rebelarsecontra una sociedad que les había convertido en merosproductores, en esclavos asalariados, tanto a elloscomo a su numerosa descendencia.

Durante su implantación y desarrollo la presenciadel anarcosindicalismo también estuvo presente,utilizándose y compartiendo en numerosas ocasioneslos locales de la Confederación Nacional del Trabajo(CNT). Fruto de esa convivencia, muchos jóvenestambién militarían en las Juventudes Libertarias, ymuchas mujeres tomarían por primera vez contactocon el ideal anarquista, asignatura pendiente, poraquel entonces, en la mayoría de sindicatos de laCNT. Eran tiempos donde se perseguía un ideal devida libertario, algo que consideraban necesario paraconstruir «un mundo nuevo», más solidario,

igualitario, fraternal, más justo y más libre.Gradualmente, los ateneos se irían convirtiendo en

un lugar de encuentro donde confraternizar con losvecinos del barrio o pueblo, difundir las ideaslibertarias en sus boletines, editar libros, organizaractuaciones teatrales y recitales poéticos, realizarconferencias, hablar sobre la salud y la sexualidad,programar excursiones o impartir infinidad de cursos,como sucedería con el esperanto. En este proceso detransformación social y búsqueda de la libertad, esimportante remarcar que la adquisición de estosnuevos valores, junto con el apoyo mutuo que se vivíaen los ateneos, llevó a muchos obreros a abandonaradicciones como el alcoholismo. Además, en su afán

por llevar una vida más natural, también tuvo especialrelevancia el auge del naturismo, siendo habitual lacreación de grupos naturistas libertarios en los ateneos.

Se ha de remarcar además que en los ateneoslibertarios se mantuvieron los principios educativosiniciados por las Escuelas Racionalistas,escolarizándose a los hijos de los trabajadores yprocurándoles una educación neutra, científica y laica.Como muestra de la importancia de su laboreducativa, decir que se les ha llegado a considerar unade las mayores instituciones culturales del primertercio del siglo XX en España, puesto que unainmensa cantidad de personas participaron en susactividades y clases lectivas. Otra muestra de lapopularidad que adquirieron, y de la preocupaciónque suscitaban, se desprende de la opinión de ManelAisa, del Ateneu Enciclopèdic Popular de Barcelona.En su artículo, referenciado más adelante, sostiene,tras haber leído Lo que yo supe, del general EmilioMola, que «se entiende perfectamente contra quién selevanto el ejército el 18 de julio en África, y el motivono es otro que el conocimiento que estabaadquiriendo el pueblo, ese conocimiento de todos losconceptos estructurales de la vida, que dio capacidady soltura de entendimiento y desenvolvimiento a loshombres y mujeres que procedían del obrerismo y esesaber había sido adquirido en buena parte de losateneos convertidos en universidades populares. Sinduda se estaba creando esa capacidad para gestionaruna nueva sociedad. Y eso ni militares ni religiosospodían tolerar.» Tres años después llegaría la derrotamilitar sufrida durante la Guerra Civil y el fin de laSegunda República. Con ella la represión, lasejecuciones y el exilio de quienes habían tenido en susmanos la posibilidad de conquistar un mundo nuevo.

Tras la muerte del dictador, el ansia de libertadpropició el resurgimiento del movimiento anarquista,tanto en la refundación de la CNT como en la apariciónde otros colectivos y ateneos. Sin embargo, laimportancia de su función educativa no tiene hoy lamisma relevancia que antaño, puesto que las riendasde la misma están «garantizadas» en manos del Estadoy de la Iglesia. Así, durante la segunda mitad de lossetenta, en las barriadas populares donde se volvían acrear esos espacios de libertad, los ateneos libertariosse dedicaron, entre otras cosas, a reivindicar losproblemas cotidianos de los vecinos. Al principiocoordinándose con unas Asociaciones de Vecinos(AA.VV.) que fueron combativas, y ya al final de esadécada, ante la politización de las mismas y suasimilación institucional, a evitar que desde losayuntamientos se tomen decisiones ajenas a lavoluntad popular. Una ardua tarea si tenemos en cuentala manipulación informativa introducida en nuestroshogares a través de la televisión, el vacío reivindicativode las AA.VV. y la domesticación cultural realizadadesde los nuevos Centros Cívicos municipales, muyalejada –no por casualidad– de la cultura reivindicativaque se promueve en los ateneos libertarios.

Actualmente, el número de ateneos libertarios essustancialmente inferior al de otras épocas. Noobstante, siguen adelante con su función cultural yreivindicativa, creando un espacio de libertadautogestionado, rechazando las subvenciones públicasque tienen aletargadas a otras entidades y dependiendoúnicamente de las cuotas de sus miembros y de lasactividades que organizan para recaudar fondos. Unosprincipios compartidos también hoy con el movimientookupa, que ha retomado esta forma de funcionamientoen numerosos Centros Sociales.

Pako Millán

BibliografíaAisa, Manuel. A propósito del ateneísmo. Enciclopèdic, n.o 24.

Ateneu Enciclopèdic Popular. Barcelona, 2000.Anónimo. ¿Qué es un ateneo libertario? http://www.kaosenla-

red.net/noticia/que-es-un-ateneo-libertarioZambrana, Joan. La alternativa libertaria. Catalunya 1976-

1979. Edicions Fet a mà. Barcelona, 2000.

E ste idioma universal –utilizado como lenguaauxiliar– fue creado por Lejzer Ludwik Zamen-

hoff (1859-1917), un oculista de origen polaco educa-do en Rusia. Desde muy joven Zamenhoff había vis-to que las diferentes lenguas habladas en Varsoviaeran un continuo origen de enfrentamiento entrepolacos, rusos, alemanes y lituanos, proponiéndosela creación del mismo al estar convencido de contri-buir con él a la paz mundial.

Estructuralmente, el 70% del esperanto provienedel latín y de lenguas romances, y el resultado es unalengua de fácil aprendizaje que sólo tiene 16 reglasgramaticales, ninguna excepción y un vocabulariotomado de los idiomas más difundidos en el momen-to de su creación, en 1887. Sin embargo, la enseñan-za del esperanto sólo llegó a ser oficial en el pequeñoEstado de Moresnet –que existió entre 1816 y 1919ante un desacuerdo fronterizo de Francia y Alema-nia–, aunque podría haber tenido mejor suerte dehaber fraguado los intentos por implantarlo en Chinadurante la revolución Xinhi, en 1911, o de no haber-se visto truncado el sueño de los anarquistas espa-ñoles durante la revolución española de 1936.

Entre sus más acérrimos defensores siempre estu-vieron los anarquistas de principios del siglo XX, quie-nes, al igual que su creador, vieron en su lema «Cadauno con su lengua y una lengua para todos» un ejem-plo de respeto y entendimiento entre los pueblos. Unamuestra del apoyo del movimiento anarquista hacia lanueva lengua universal se había manifestado poco

antes, en 1905, con la fundación del primer grupoesperantista anarquista en Estocolmo (Suecia). Asi-mismo, en 1906, anarquistas y anarcosindicalistas–grupo más numeroso de esperantistas anterior a laPrimera Guerra Mundial– constituirían la liga interna-cional «Paco-Libereco» (Paz y Libertad). También lasclases de esperanto impartidas en los ateneos liberta-rios de la época comenzaron a ser habituales y contri-buyeron a que años después, durante la Guerra Civil,apareciera un boletín semanal de información para elexterior de la CNT-FAI editado por la Liga Ibérica deAnarquistas Esperantistas, organización que tambiénse ocupó de un programa radiofónico, difundido tresveces por semana, a través de una emisora de la CNT-FAI de Barcelona.

La derrota de la revolución anarquista se llevótambién consigo el sueño de conseguir hacer delesperanto una lengua de comunicación universal.Una lengua que, sin embargo, es utilizada actual-mente como lengua auxiliar por más de tres millonesde personas –aunque los más optimistas sostienenque son treinta– y se imparte como optativa en másde 100 universidades en todo el mundo.

P.M.

BibliografíaAnónimo. Esperanto, Lingvo Internacia. http://pensamien-

to.kinoki.org/anarkia.htmFirth, Will. Esperanto y anarquismo. http://www.nodo50.org/

esperanto/anarquismo.htm

El esperanto, una lengua universal por la paz

Ateneu Llibertari del barrio del Clot (Barcelona), años 30.

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37C e n t e n a r i o C N T

A principios del siglo XX, Francesc Ferrer i Guardia, recién llegado de París, dondehabía estado exiliado por su participación

en el alzamiento republicano del general Villacampa,se encuentra con una sociedad convulsa política yeconómicamente, pero, sobre todo, con unaenseñanza pública atrasada y deficiente y otraconfesional, en mejor estado, pero dedicada a educara los niños en los principios religiosos másdogmáticos e intransigentes. Es por esta razón queFerrer llega a Barcelona con la intención de crear unaescuela para hacer frente a tamaña situación. Suproyecto educativo, que lleva el nombre de EscuelaModerna, se materializará en agosto de 1901, bajoinfluencias ideológicas eclécticas, surgidas, sobretodo, del anarquismo, el librepensamiento y lafrancmasonería. Pedagógicamente, percibimos enella la huella de Paul Robin, Sebastián Faure, LeónTolstoi, Rousseau, Pestalozzi y los apóstoles de laEscuela Nueva, Dewey, Montessori y Decroly. Perosus planteamientos educativos y de aprendizajesiguen una línea de corte científico que se manifiestaen el orden teórico y práctico como racional. Así que,en realidad, la Escuela Moderna no es una escuelaanarquista ni librepensadora o francmasónica, sinoracionalista.

Ferrer i Guardia se convierte pues en elabanderado de una razón que desde la EdadModerna se había levantado, en particular en elámbito del aprendizaje, contra la autoridad y la fe,que pretendían garantizar por sí mismas la veracidadde los conocimientos. Sin embargo, el racionalismodel siglo XVII, aún sosteniendo que es alentendimiento a quien le corresponde discernir sobrelos conocimientos que se pueden adquirir de larealidad, se entregó a una defensa desmedida de lascapacidades de la razón, olvidando la importancia delos sentidos y de la constatación empírica en todoaprendizaje. Para Ferrer la razón, en su escuela, seconvierte en un instrumento para combatir laignorancia y el error, poniendo de relieve, al mismotiempo, su capacidad de adentrarse en la realidadpara impregnarse del saber que encierra, fuera decualquier prejuicio o conocimiento apriorístico. Noolvidemos que en la Escuela Moderna la naturaleza yla realidad son las principales maestras. Así, hay unmatiz analítico y natural en este racionalismo quetiene sus antecedentes en los pedagogos naturalistasdel siglo XVIII y principios del siglo XX, comoRousseau, Pesstalozzi, Martin Planta o Lakanal,quienes introdujeron una auténtica renovación en elmodo racional de considerar la educación,obteniendo lo que se ha convenido en llamar lapsicologización del aprendizaje. Es decir, que lo quese pretende es que el niño, en contacto con suentorno, se desarrolle intelectual, moral eintuitivamente. De este modo se obtiene la educaciónintegral que Paul Robin llevaba a cabo en Cempius yque Ferrer implantó también en la Escuela Moderna.Educar según la razón quiere decir formar al niño deacuerdo con la naturaleza, poniendo de manifiestolas raíces comunes entre el ser humano y todocuanto en ella existe. Hay una razón común entre elhombre y las cosas que el niño descubrirá si seeduca física e intelectualmente en contacto con elmedio, sin obstáculos que le impidan mantener unequilibrio armónico. Para conseguirlo, no se restringeel aprendizaje al ámbito escolar, al contrario, éste seextiende por todo lo que nos rodea. Según esteplanteamiento racional, la adquisición deconocimientos se aparta de la simple acumulación dedatos y de la estéril erudición y se aproxima al saberempírico, que elude cualquier conocimientoimpuesto y antinatural.

Pero en el racionalismo propugnado por Ferrerno es suficiente utilizar la razón para conocer einterpretar el mundo, hay que desarrollar tambiénuna actitud racional crítica hacia todo lo quetradicionalmente ha obstaculizado el saber y, enconsecuencia, también la emancipación del serhumano. No estaría muy acorde con losplanteamientos de la Escuela Moderna mantener

una actitud acrítica o indiferente ante los dogmas y prejuicios que no buscan más que ladespersonalización y la aniquilación de laautonomía intelectual y moral del ser humano. Si la religión impide el libre ejercicio de la razón,cómo se puede ser «neutral» en materia religiosasin hacer tambalear los mismos principiosracionalistas. Por lo tanto ,no se debe confundir el racionalismo crítico y combativo de la EscuelaModerna con los postulados de las llamadasescuelas neutras, que se limitaban a excluir de sus programas la formación religiosa, porconsiderarla una cuestión de ámbito privado. El «neutralismo», si bien fundamenta la enseñanzaen postulados racionales, excluyendo contenidos y métodos no científicos, deja de lado la razóncrítica de todo lo que puede llegar a impedir eldesarrollo de sus propios principios educativos. Si lo que se quiere es formar niños autónomos e independientes sería absurdo no luchar por laabolición de los dogmas religiosos, sociales y políticos, que son del todo incompatibles con el racionalismo pedagógico de la EscuelaModerna.

Gerard Jacas

BibliografíaBrignoli, Luiti. Francisco Ferrer y Guardia, un revolucionario

que no hay que olvidar. Casa Editrice Vulcano.Bergamo,1993.

Ferrer i Guardia, Francisco. La Escuela Moderna (Póstumaexplicación y alcance de la enseñanza racionalista). Tus-quets editor. Barcelona, 1976.

Monés, Jordi, y otros. Ferrer Guardia y la pedagogía liberta-ria. Editorial Icaria. Barcelona, 1977.

Solà, Pere. Francesc Ferrer i Guàrdia i l’Escola Moderna. Eds.Curial. Barcelona, 1978.

Ferrer i Guardia y el Racionalismo antidogmático de la Escuela Moderna

“Educar según la razón quiere decir

formar al niño deacuerdo con la

naturaleza, poniendo de manifiesto

las raíces comunes entre el ser humano

y todo cuanto en ella existe.

I lustración de portada del dominical italiano La Comenica del Corriere,octubre de 1909.

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38 C e n t e n a r i o C N T

U na de las bases de apoyo más importantesdel anarquismo ha sido (y continúa siéndolo)la propaganda. Contrario a la política

parlamentaria, y en líneas generales a la participación en las instituciones que de una u otraforma sustentan el Estado, su práctica está ligada a laacción directa y a la crítica y denuncia de lasrelaciones de explotación, vigentes en las relacionessociales basadas en la jerarquía y el autoritarismo,especialmente en la crítica al Estado. La propagandadel anarquismo se concreta, por una parte, en laedición de libros y folletos, dedicados a la crítica, a la exposición de los postulados anarquistas o a la elaboración de una teoría del anarquismo en la acción social; por otra, en la publicación deperiódicos, revistas e incluso diarios. Sus objetivosson múltiples, entre otros ofrecer una informaciónalternativa que recoja sobre todo la denuncia a losatropellos, una información puntual de las huelgas–que en muchas ocasiones se convierten en la únicafuente de información, lo cual supone siempre unapoyo a las mismas y también la propagandadoctrinaria–, el debate sobre cuestiones de táctica oestrategia y la polémica sobre aspectos socialescoyunturales.

En España, el movimiento anarquista ha hecho y continúa haciendo un extraordinario uso de lapropaganda. En el periodo que se extiende entre la I Internacional (1869) y el final de la Guerra Civil(1939), el volumen propagandístico del movimientoera un buen analizador de su fuerza en un momentodeterminado, tanto en lo que se refiere a la edición delibros y folletos, como en lo que respecta a la prensaperiódica. En este último campo se publicaron en elperiodo citado casi 900 cabeceras diferentes de periódicos y revistas, de las cuales más de 175 (un 25%) fueron publicadas en los tres años que duróel período revolucionario.

De entre todo este abundante material periodísticodestacaremos algunas cabeceras que tuvieron unaespecial importancia, como el semanario SolidaridadObrera, de Barcelona, aparecido por primera vez el19 de octubre de 1907 y convertido en diario a partirdel 1 de marzo de 1916, o el periódico Tierra y Libertad,fundado en 1888 por los anarcocomunistas de la villade Gracia y que reapareció con gran fuerza aprincipios del siglo XX, llegando a convertirse en elórgano oficioso de los grupos de afinidad anarquistay posteriormente en el órgano de la FAI. Tambiéntuvieron su importancia otros periódicos obreroscomo El Productor, de Barcelona, con sus secuelasposteriores o El Corsario, de La Coruña. Las revistasanarquistas fueron, por lo general, de unaextraordinaria calidad, tanto en su presentacióncomo en su contenido; empezando por Acracia, de Barcelona –una de las mejores revistas del sigloXIX–, o las dos épocas de La Revista Blanca –laprimera en Madrid y la segunda en Barcelona–; sinolvidar a Generación Consciente, de Alcoy-Valencia y a su continuadora Estudios, de Valencia; Éticae Iniciales de Barcelona, –dos extraordinarias revistas individualistas– o Tiempos Nuevos, tambiénde Barcelona, publicada en los años treinta, etc.

Adentrarnos en el análisis de las características de la prensa anarquista significa considerar losdiferentes enfoques desde el que éste puede serllevado a cabo.

Visto en sus aspectos cuantitativos, frente alvolumen de la prensa no anarquista –particularmentela no obrera– la prensa de esta ideología ocupa unespacio relativamente pequeño, especialmente por loque se refiere a continuidad, duración y periodicidad.Se diría que insignificante si tenemos en cuenta elespacio que se le dedica en las obras generales sobreperiodismo. Sin embargo, cualitativamente tuvieronuna mayor repercusión, por cuanto prestaron –adiferencia de los periódicos burgueses,

fundamentalmente los diarios– muy poca atención ala información puntual o de actualidad, sobre todopolítica. Esta característica, que le ha sido criticadacon dureza en numerosas ocasiones, sirvió para queel periódico anarquista –que llenaba sus páginasprincipalmente con artículos de carácter doctrinal–ejerciese su influencia más allá de su desaparición,guardando muchos la colección completa de unadeterminada publicación. En el aspecto estético o depresentación, casi siempre se procuró que fuera muycuidada, teniendo en cuenta que había un núcleoconsiderable de anarquistas en el ramo de latipografía. Éstos prestaban su especial concurso en

conseguir que el periódico reuniese las condicionesnecesarias para resultar atractivo. Desde la cabecera,hasta la disposición de las noticias, se observa unameticulosidad que daba al conjunto un airecaracterístico a la prensa anarquista de la época. Enla medida de lo posible, junto al título de cabecera, seinsertaban grabados alusivos al periódico encuestión y se utilizaban toda clase de recursos parallamar la atención del lector hacia un aspectoconcreto o noticia de especial relevancia. A pesar deello, no era éste el aspecto más importante, y aunquede modo consciente o inconsciente se apropiaron oidearon el modo más adecuado de interesar alposible lector, su preocupación primordial se centrósiempre en el contenido. En gran medida creyeron,en todo momento, que el potencial lector a quien iba

La prensa anarquista y anarcosindicalista hasta 1939

Colección de cabeceras elaborada por los autores del volumen El anarcosindicalismo español. Una historia en imágenes. (Solidaridad Obrera).

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dirigida la prensa anarquista –la clase obrerafundamentalmente– estaba casi ganado, al menos enlos períodos de efervescencia o crisis social, de augey reorganización. Tenían una gran confianza en lafuerza de sus convicciones y en ningún momentodudaban del poder de la verdad. Frente a la prensaburguesa, considerada machaconamente comoprensa falaz y mercenaria, vendida al mejor postorcual prostituta callejera, estaban convencidos que sudiscurso libre y veraz, no sujeto a convenienciasajenas que pudieran distorsionarlo, derrumbaría cualcastillo de naipes las poderosas murallas levantadaspor siglos de oscurantismo y explotación. Para ello,se apoyaban en sustratos que consideraban de unafirmeza tal que podía sin molestias sustentar todo el edificio de crítica social: la ciencia y la fe en elprogreso. Pero aunque se preocuparon poco de laforma literaria que daban a su discurso, ya quepensaban que lo importante era el fondo, no faltaronincursiones en este terreno estilístico. El hecho deque el periódico anarquista estuviera abierto a todosaquellos que quisieran o tuvieran necesidad de deciralgo contribuyó, no poco, a generar toda unaliteratura que podríamos calificar de obrerista.Posiblemente, no llegue a alcanzar las cumbres delParnaso, pero es un aspecto no desdeñable de laproducción literaria anarquista. Desde la poesía alcuento, sin olvidar el ensayo, todos los estilos fueronintentados, pero predominó, en última instancia, el fondo sobre la forma. Con esto quedasobreentendido que colaboradores del periódicopodían serlo todos aquéllos –anarquistas o no– quesupieran escribir y tuvieran el tiempo suficiente parahacerlo. E incluso aquéllos que eran incapaces depergeñar unas mal trazadas líneas, podían tambiéncontribuir con su grano de arena si eran capaces deencontrar un amanuense que se aviniera a trabajarpara ellos.

Si de los colaboradores pasamos al cuerpo deredacción del periódico –es decir, los responsablesdirectos del mismo– el grupo se restringe losuficiente como para que pudiéramos identificarlosde haber sido práctica corriente la llevada a efectopor La Solidaridad, de Madrid. Esta anotabaescrupulosamente a los componentes de la redacciónen cada cambio que se producía, siguiendo al pie dela letra las directrices marcadas por el reglamento delÓrgano de una Federación Local. Pero esto fue unaexcepción. Sólo en muy contados casos conocemoscon exactitud a los integrantes de los mismos, y aúnasí recurriendo constantemente a fuentes indirectas.Convencidos –y así era indudablemente– que loslectores del periódico los conocían perfectamente, noveían la necesidad de plasmarlos en letras de moldea fin de ahuyentar toda idea de vanidad tanto comopara evitar en lo posible dar facilidades a la policía en su cometido. Salvo contadas excepciones, quepodrían ser enumeradas: la familia Urales (y en estecaso con ciertas salvedades, porque sus empresasperiodísticas hubieron de ser combinadas con otrotipo de actividades para poder sobrevivir), RicardoMella, Puente, y algunos otros, los redactores eranobreros. No abundaron nunca los profesionales entrelos anarquistas y los intelectuales jamás estuvieronmuy bien vistos entre ellos. El cuerpo de redacciónde los periódicos ácratas se reclutaba entre el amplioejército de trabajadores o campesinos que suplíansus deficiencias con una gran dosis de buenavoluntad y una parte no desdeñable de espíritu desacrificio. Editar un periódico anarquista seconsideraba una labor militante, desde luego noremunerada y por lo tanto alternada con lalarguísima jornada de trabajo que tenían quesoportar, al menos hasta que se logró la jornada deocho horas. Cierto es que los periodistas de losgrandes diarios burgueses –con mayor motivo de lospequeños– no disfrutaban de una situación muyenvidiable y en un alto porcentaje tenían queredondear sus escasos emolumentos dedicándose atareas que poco o nada tenían que ver con suactividad periodística. Únicamente en el caso de losdiarios anarquistas –escasos en número– se empleópersonal pagado –periodistas profesionales oaficionados–, pero incluso en estos casos elporcentaje era muy reducido en el total de laplantilla.

Pasando a los objetivos, uno de ellos era, sinningún género de dudas, la extensión de la

propaganda. Entre las numerosas trabas que seencontraban para cubrirlo no era la menosimportante el elevado índice de analfabetismo queincidía de forma especial entre la clase obrera ycampesina, principal sector al que se dirigía dichapropaganda. Por ello, el periódico anarquista seconvirtió en tribuna y vehículo de cultura con el finde sacar al trabajador de la secular ignorancia a quese le había tenido sometido. Conocida es lapreocupación de los anarquistas por fundar escuelas

al margen de la iniciativa oficial o religiosa con el finde rescatar al trabajador de toda tutela pública oeclesial para hacer de él un ser consciente,independiente y por tanto libre. Como complementoen algunos casos y sustituto en otros, el periódicopretendió cubrir esas deficiencias. La imposibilidadde que algunos –la mayoría– pudieran leerlo extendióel hábito de las lecturas públicas. En ellas elprivilegiado que conocía los rudimentos de la lecturase convertía en espontáneo lector que, con más omenos dificultad, leía aquellos artículos del periódicoque le parecían más interesantes a un amplioauditorio que le escuchaba atentamente. Junto a esteafán educativo de las clases menos favorecidassocialmente se pretendía, paralelamente, elevar elnivel de conciencia de los explotados mediantedenuncias de las injusticias del sistema o extenderlos métodos de lucha contra el mismo. Salvocontadas excepciones, contribuyeron a difundir laidea de la asociación obrera como paso previo a laconstitución de una fuerza de los trabajadores quehiciera frente con algún éxito a las fuerzas coaligadasque defendían el capitalismo: burguesía, ejército eiglesia, como principales factores de la reacción.

La propagación de las ideas anarquistas ocupatambién un lugar destacado entre los objetivos de laprensa de esta tendencia. Ello suponía hacerpropaganda masiva del rechazo a toda política, yconsecuentemente, la creación de organizaciones almargen de la misma. Si por un lado el sistemapolítico de la Restauración ideado por Cánovas –elbipartidismo– con sus secuelas de corrupción, fraudeen las elecciones, etc., favorecía dicha propaganda,por el otro la represión indiscriminada que al mismotiempo propiciaba era un factor negativo cuando setrataba de crear organizaciones estables en defensade sus intereses de clase.

Así pues, el periódico anarquista se convirtió,además, en un arma de lucha, debatiéndoseconstantemente entre la organización y la revolución.

Paco Madrid

BibliografíaDíez, Xavier. Utopía sexual a la prensa anarquista de Catalunya.

La revista Ética-Iniciales (1927-1937). Pagés Editors. Lleida,2001.

Valle Inclán, Javier del. Biografía de La Revista Blanca, 1898-1905. Ediciones Sintra. Barcelona, 2008.

L a idea de un diario que fuera expresión direc-ta de la organización a nivel nacional, se

venía gestando desde el mismo nacimiento de laConfederación. El auge que ésta conoció a partirde 1930 hizo que la idea fuera tomando cada vezmayor consistencia hasta el punto de proponerloen el Congreso Extraordinario del Conservatorio.Este nacimiento, después de superadas grandesdificultades, fue un hecho el 14 de noviembre de1932.

Su implicación en las luchas sociales le valiónumerosas denuncias y suspensiones y a raíz dela revolución de Asturias fue de nuevo suspendi-do, pero en esta ocasión la suspensión duró casidos años, ya que no volvió a aparecer hasta elinicio de la revolución de 1936.

P.M.

El diario CNT

Arriba, cabeceras de la época.

A la izquierda, distribución de la Solien el frente durante la Guerra.

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M ás de un superviviente de aquel largo túnelde la dictadura franquista habíacomentado, en más de una ocasión, que

a mediados de los años cuarenta, en las mismasRamblas de Barcelona, se podía comprar con unacierta normalidad el histórico diarioanarcosindicalista Solidaridad Obrera. Estaafirmación tiene una clara explicación. Finalizada laguerra, en el mismo 1939, miles de militantescenetistas volvían a reunirse clandestinamente parareorganizar el movimiento libertario, sobre todo lossindicatos de la CNT.

Durante más de veinte años desde aquel fatídico1939 cayeron, uno detrás de otro, todos los ComitésNacionales que el sindicato de la CNT creó enaquellos años en la clandestinidad. Al mismo tiempo,centenares de militantes fueron encarcelados y,desgraciadamente, algunos de ellos se dejaron lavida por el camino.

Como mínimo hasta la finalización de la SegundaGuerra Mundial, aunque mantuvieron la esperanzahasta la década de los cincuenta, los libertariosestaban convencidos de que los aliados acabaríanganando en su lucha contra el fascismo y, por lotanto, estos barrerían el régimen franquista. Es por este motivo que en estos primeros años, searriesgaron tanto y difundieron propaganda y prensapor todas partes.

En relación a las publicaciones, a finales del año1939 tenemos conocimiento de la constitución del II Comité Nacional de CNT, que publicó a principios del año siguiente un Boletín de propaganda einformación que circuló por barriadas y prisiones.Durante el mandato del V Comité, en 1944, elSecretario del cual era Eusebio Azañedo, y del VI, con Manuel Amil, volvió a publicarse el históricodiario Solidaridad Obrera. Pedro Mas Valois fuequien recibió el encargo, este conectó con eldibujante Helios Gómez, y conjuntamente con elviejo cenetista Soto, que tenía una imprenta desdedonde pudieron editar ocho números a multicopista,concretamente entre marzo y junio del año 1944,aunque después tuvieron que suspender la edición

por sospechas de la policía. Hay que tener en cuentaque en aquellos años al que encarcelaban por tener oimprimir prensa clandestina era condenado amuchos años de prisión e incluso castigado con lapena de muerte.

Posteriormente, en diciembre de 1944, volvió aeditarse un nuevo Boletín de orientación einformación quincenal, que esta vez pudo editarse ydistribuirse por todas las regionales, según hemospodido comprobar en una Circular del ComitéNacional de aquella época. Ese mismo año, enMadrid, pudo editarse clandestinamente el diarioCNT como órgano del Comité Nacional, así como elCastilla Libre como órgano de la Regional Centro.Estamos en plena pujanza de la militancia respeto ala reorganización de la CNT, que tendrá su apogeoentre 1945 y 1948.

J.M. Molina, en su libro sobre la clandestinidad,nos dice que las prisiones estaban organizadas consus Comités Interiores y que entre 1944-1947 sepublicaron boletines y diarios, hechos a mano, queeran auténticas obras de arte y de paciencia, «...enefecto, se hacen dos o tres ejemplares. Uno o dos seenvían a la calle, al Comité Nacional y al ComitéRegional, y el que queda circula de mano en manopor las distintas galerías de la prisión». Conocemosla edición de Esfuerzo como órgano de lasJuventudes Libertarias de la Prisión Celular deBarcelona, en el año 1947.

En el Pleno Nacional de Regionales celebrado del12 al 16 de julio de 1945, en la localidad de Carabaña,próxima a Madrid, se acordó lo siguiente: «Sobre elperiódico CNT se acuerda que se mejore supresentación, que aparezca semanalmente y que secobren 25 céntimos por ejemplar.» Las Regionalesseñalaban el número aproximado de ejemplares quepodían recibir: Cataluña 1.500, Centro 1.500, Galicia500, Levante 2.000, Andalucía 1.000, Euskadi yAragón no pudieron precisar en aquel momento lacantidad que podían distribuir. La idea de que elrégimen de Franco estaba próximo a su caída fuecogiendo cada vez más fuerza, y en el verano de 1946en Catalunya había 60.000 afiliados y la Soli de estaépoca editaba unos 30.000 ejemplares.

Toda esta actividad quedará malograda ennoviembre de 1947 con la salvaje represión que tuvolugar contra la CNT, dónde cayeron destacadosmilitantes como Manuel Villar, Eusebio Azañedo y Ángel Morales, y así hasta 97 detenciones. Es unade las más grandes caídas cenetistas, junto con elXVI Comité Nacional cayeron Comités Provinciales,Comarcales y el Local de Madrid, pero también laimprenta dónde se hacían los diarios CNT, CastillaLibre y Fraternidad, este último órgano del Comité de Enlace CNT-AIT.

Dentro de este periodo la actividad de publicardiarios era frenética. A pesar de las caídas, latenacidad y perseverancia en la lucha hace que no separe nunca la edición, no sólo de diarios, sinotambién de manifiestos, octavillas y boletines deinformación, la mayoría a multicopista, aun cuandoalguno que otro pudo hacerse a imprenta. Entre 1939y 1947 tenemos que hacer mención de toda aquellaprensa que se editó en la mayoría de las regionales.

En primer lugar hay que reseñar aparte las dospublicaciones más importantes de la CNT:Solidaridad Obrera y el CNT. La primera, aun cuandoera el órgano de la Regional catalana, también lohacía como Portavoz de la Confederación Nacionaldel Trabajo, y de siempre ha sido el diario másimportante de los anarcosindicalistas. SolidaridadObrera en estos años salió entre 1944 y 1947. En totalse editaron treinta y un números, sin contar los ochode 1944: quince en el año 1945, once en el 1946 y cinco en el 1947.

Las primeras Solis eran de un tamaño pequeño(21,5 cm x 15,5 cm) para poder facilitar la distribución

en la clandestinidad y siempre constaba de cuatropáginas. Aunque durante unos cuantos números bajade tamaño (15,5 cm x 10,5 cm) en la edición que fuecalificada de miniatura, después, en el año 1947,aumenta (24,5 cm x 17,5 cm) y se estabiliza en añosposteriores. Sobre su contenido, en estos añosdestacan los textos dedicados a la represión y a loscrímenes y muertes que se están produciendo enEspaña bajo la dictadura, el régimen franquista,sobre el Movimiento Libertario y su unidad, losguerrilleros, el 1o de Mayo, la evolución y caída delfascismo, el resurgir libertario, la caída de losComités, los presos y la situación en las prisiones(como fue la huelga de la Modelo), también sobreconflictos laborales (como la huelga textil en laempresa Cheira S.A., bastante sorprendente enaquellos años), terrorismo policial y sobre elinfiltrado Melis. También encontramos textos sobrela Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas enCatalunya y los llamamientos a la acción a lapoblación. Naturalmente, y por razones obvias, nohay nombres y sí algunos pseudónimos como Juan del Pueblo, Pepe Solera o Juan de Cruz.

En relación al diario CNT señalar que salióinicialmente como Órgano del Movimiento Libertarioy posteriormente cómo Órgano del Comité Nacionalde la CNT. Se editó entre 1944 y 1947, y gran parte deeste tiempo lo hizo quincenalmente. No sabemos conexactitud el número de ejemplares que salieron, auncuando como mínimo hemos contabilizadoveintiocho: uno en 1944, diecinueve en 1945, tres en1946 y cinco en 1947. El número de páginas fue de 4con alguna excepción a 6.

Los temas que tocó fueron similares a los deSolidaridad Obrera, es decir, los asesinatos de ladictadura y la represión, también el tema de laAlianza Nacional y la lucha conjunta contra elfascismo, la importancia de este acuerdo entre todaslas fuerzas antifranquistas menos los comunistas, lascrisis del gobierno Giral, así como la nota oficial deCNT en la prensa, sobre la Guerra Mundial (Alemaniay los campos de concentración nazis), el llamamientoa la acción del pueblo español, algunasconsideraciones sobre la vertebración delmovimiento interior de resistencia, la orientación de la CNT, la muerte de David Antona, la expulsiónde España de las Naciones Unidas, las falsedades dela prensa y ya, en 1947, el rechazo de CNT a unainvitación para entrevistarse con Juan de Borbón(«Mensaje libertario al pretendiente español»).

Dentro de los sindicatos de la CNT, además delas dos reseñadas anteriormente, se editaron enaquellos años publicaciones en la mayoría de lasregionales en que estaba dividida la península:Frente Libertario, de la Federación Local deSindicatos de Madrid; Castilla Libre, de la RegionalCentro; La Voz Confederal, de la Regional Euskadi-Norte; Cultura y Acción, de la Regional de Aragón,La Rioja y Navarra; Asturias, de la Regional deAsturias, León y Palencia; Solidaridad Proletaria, de la Regional de Andalucía; Fragua Social, dela Regional de Levante; Extremadura Libre, de la Regional de Extremadura; Solidaridad Obrera,pero esta de la Regional de Galicia y Antorcha,órgano de la Regional Canaria, Del movimientolibertario son también: Juventud Libre, de laFederación Ibérica de las Juventudes Libertarias;Acción Juvenil, de las Juventudes Libertarias deLevante; Cultura Ferroviaria, de la IndustriaFerroviaria; Ruta, de las Juventudes Libertarias deCatalunya y Baleares; Transportes, de la Federaciónde la Industria del Transporte; Alianza, órgano de laAlianza Nacional de Fuerzas Democráticas a la cualpertenecía la CNT-FAI; Fraternidad, del Comité deEnlace CNT-UGT; Al Servicio del Pueblo, diario de información, y El Mosquito, editado por elComité Nacional.

La prensa libertaria en la clandestinidad (1939-1975)

“Los libertarios estabanconvencidos de que losaliados acabaríanganando en su luchacontra el fascismo y, porlo tanto, estos barrerían el régimen franquista. Es por este motivo que en estos primeros años, se arriesgaron tanto y difundieron propaganday prensa por todaspartes.

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De las dos últimas publicaciones, Al servicio del Pueblo y El Mosquito, citados por J.M. Molina en su libro, no hemos podido encontrar ningúnejemplar. Al Servicio del Pueblo parece ser que erauna hoja de información donde se tratabanproblemas locales y regionales, manifiestos,circulares, etc., y probablemente se editó en Valencia.Respecto a El Mosquito, era un seminario satíricopublicado por el Comité Nacional en Madrid.

Seguramente se editaron más publicaciones,puesto que algunas de ellas nos ha llegado algunanoticia a través de algún testigo, como es el caso de Renacer, diario faista que precedió a la salida deTierra y Libertad, en el año 1946. Por otra parte,Molina nos informa de un Boletín del Militante enCatalunya en los años 1945-1947, del que ibanpublicados 10 números, en el que se registraban lasiniciativas de todas las comarcales y provinciales de la región, las cuales poseían sus propios medios dedifusión y propaganda, y también de una hojainformativa en Galicia con el nombre de ElGuerrillero en el año 1948.

En estos primeros años la CNT en algún momentounió su lucha con las otras fuerzas de la oposición alfranquismo excepto con los comunistas, así seconstituyó en Madrid en el año 1944, y en Catalunyatres meses después, la Alianza Regional de FuerzasDemocráticas. Su constitución, por ejemplo, lapodemos ver reflejada en Solidaridad Obreradel año 1945.

A partir del año 1949 se entra en una francadecadencia. Aunque continuarán editándosepublicaciones clandestinamente, la represióncontinuó y la prensa se resintió puesto que en ladécada de los cincuenta y los sesenta ésta salió demanera irregular y siempre con tiradas muypequeñas. La bajada de la CNT era una realidad apartir del año 1950, pero la resistencia armada con laguerrilla urbana y rural durará hasta el año 1966, porel camino se quedaron los denominados maquis:Sabaté, Facerías, Ramón Vila (Caracremada) y tantosy tantos guerrilleros anónimos.

La prensa de este periodo (1950-1966) quedóreducida a unas cuantas publicaciones y parece serque desde mediados de los cincuenta algunas deellas se imprimían en el exterior y se introducían enEspaña por los pasos fronterizos. El CNT volvió asalir nuevamente entre 1954 y 1963, aunque conpocos números, una docena más o menos. Lostemas que trató en este periodo son más ricos,aparte de los que salieron en la etapa anterior, seañaden el llamamiento al espíritu del 19 de julioaunque haciendo mención a la indiferencia delpueblo ante de las injusticias, contra los sindicatosverticales, miseria y salarios de los españoles,noticias internas (Plenos de la CNT en el exilio,Plenos Intercontinentales, Acuerdos, etc.), inclusotextos sobre la aparición del CNT y SolidaridadObrera clandestinas. También incluye algún dibujocomo uno de Franco comiéndose las letras de CNT olos famosos diálogos telefónicos del humorista Gila.

Por otra parte, Solidaridad Obrera continuópresente en este periodo entre los años 1953 y 1958,dónde se siguió la numeración anterior del 31 al 42.También sacó cuatro números sin numerar entre1965 y 1966 con un tamaño más normalizado (28 cm x 22,5 cm). En estos números ya encontramosalgunos de los problemas de relaciones con el exilio,como por ejemplo la cabecera de un texto del año1953: «La actividad de nuestra Regional molesta yenfurece a los escisionistas del exterior.» Tambiénhay noticias sobre Plenos, los sindicatos verticales,huelgas como la de La Maquinista, la muerte deAlbert Einstein y también recordatorios de hombrescomo Durruti, Peiró, Seguí y Anselmo Lorenzo, estosin olvidar las reivindicaciones sobre la libertadsindical. En estos años todo se hacía de una maneraartesanal, y en concreto Solidaridad Obrera y el CNT ,como mínimo hasta 1955, se hacían con una caja detipografía, un mármol y un carrete.

De las otras publicaciones en este periododestacamos entre otras: Acción Sindical, editada porCNT entre 1966?-1967, Asturias, que en esta segundaépoca salió entre 1963 y 1965; Castilla Libre en 1956;Cultura y Acción, que en la zona de Aragón pudosacar unos cuantos números entre 1955-1957 ytambién en 1962; Fragua Social , que sólo sacó unnúmero en el año 1963; Juventud Libre, en el año

1962 y también entre el 1966 y 1968; Ruta, que sacóejemplares entre 1955 y 1957; Sindicalismo, queeditó seis números en el año 1966 y que era elportavoz de los cincopuntistas; Tierra y Libertad , queeditó algunos números entre 1955 y 1958 yfinalmente La Voz Confederal, que sólo sacó unnúmero el año 1963 .

El tercer periodo clandestino, entre 1967 y 1975,es el de la reconstrucción del movimientoanarquista y anarcosindicalista. Esta época tieneunos trazos bastante diferentes y a fecha de hoycarentes de estudios en profundidad. Así, no se hareflexionado sobre las repercusiones del mayo del68 en nuestro país, tampoco, o escasamente, sobrela aparición de grupos autónomos y de algunoslibertarios en el seno del movimiento obrero y en los barrios –exceptuando al MIL (MovimientoIbérico de Liberación), aunque tampoco de sus continuadores (la OLLA y los GARI)– yprácticamente nada sobre la reconstrucción de laCNT los tres o cuatro últimos años del franquismo.

Sobre la prensa clandestina de este periodo noslimitaremos a nombrar aquellas publicaciones de lasque tenemos conocimiento. Acción Directa (1972) yEstudiantes Libertarios de Cataluña (1973), de losuniversitarios libertarios; Acción Libertaria (1969-1970), Ateneo (1974-1975), Federación (1974-1975?)

una sin indicación de lugar y otra del bajo Llobregat;Opción Libertaria (1973-1974), Proletariado Militante(1975), Solidaridad (1971-1976), Tierra Libre deValencia (1971), Tribuna Libertaria (1970-1975) yUtopía (1975), de grupos anarquistas; Boletín deInformación (1972), CNT como órgano cenetista(1967-1968 y 1973-1974) y CNT del Comité Regionalde Catalunya (1972-1975), CNT Informa de Barcelona(1973-1974), Cuadernos de Acción Anarco-Sindicalista(1974-1975), Euskadi Confederal (1975), Panorama(1970) y Solidaridad Obrera (1973-1974), comoportavoces de la Confederación Nacional del Trabajo.

Para finalizar y seguimos las apreciaciones deFrancisco Madrid, podemos indicar que la prensaclandestina es importante porque muchas veces es laúnica fuente de información de este periodo y tambiénporque marca de alguna manera la existencia de laorganización y naturalmente de su poder, esto estáreflejado en el número de publicaciones que llegarona editarse. En su contenido es evidente que no haydemasiada información sobre las actividades yreuniones de la CNT y del movimiento libertario engeneral, en todo caso sólo aquella que nocomprometía a la organización, pero sí queencontramos entre otras: propaganda y reafirmaciónsobre el ideario anarquista y anarcosindicalista,opinión y debate sobre la situación política del país ysobre todo la lucha contra la dictadura fascista.

Carles Sanz

Reproducción a tamaño natural de la Soli clandestina, junio de 1946.

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Prensa libertaria en la Transición(1976-1980)

42 C e n t e n a r i o C N T

A l inicio del proceso de la mal llamadaTransición, sobretodo a partir de 1977, se produce una efervescencia social y

reivindicativa de una gran parte de la sociedad y en particular de la clase obrera. En ese proceso el movimiento libertario juega un papel importante a pesar de que se ha tratado de infravalorarlo. Estaeclosión inicial de la clase obrera, canalizada en granparte por la CNT en esos primeros años, tuvo sucorresponsabilidad en la edición de gran número de publicaciones libertarias por toda la geografíaespañola.

De las más de 1.400 cabeceras libertariascontabilizadas hasta hoy, un porcentaje alto se editóen esos primeros años de la Transición: 63 en 1976,168 en 1977, 206 en 1978, que es su momento álgido,y 102 en 1980. Es imposible en estas breves líneasmencionarlas a todas, aunque sí lo haremos conaquellas que tuvieron más influencia y/o más impactoen los medios libertarios.

Algunas de ellas venían de la clandestinidad, y aunque pasaron la barrera de la dictadura, su contenido y presentación eran ya de otro tiempo y por tanto no las mencionaremos, excepción hechade la revista Ajoblanco que empezó en 1974 y tuvouna influencia desmesurada en sectores confederalesy libertarios. Sus fundadores, que no procedían de la clase obrera sino de ambientes «progres»pertenecientes a la burguesía catalana e influenciadospor la contracultura y el Mayo francés, calaronrápidamente entre los obreros por su estéticaunderground, por su acratismo y por su manera deentender la vida que conectaba con los nuevostiempos. En algunos números llegaron a editar 50.000 ejemplares. Su punto más alto se dio, juntocon la CNT, en la organización de las Jornadas

Internacionales de Barcelona, en julio de 1977. Murióen 1980, más o menos cuando desfallecían las fuerzasrevolucionarias que intentaban ir más allá del cambio.

Sobre revistas también hay que hacer mención deBicicleta, editada entre 1977 y 1982, que tuvo muchainfluencia entre los cenetistas, primero a su lado,luego en una etapa crítica y finalmente en unreformismo inexplicable. Otra revista más encontenido ideológico fue Historia Libertaria, queaunque solo editó cinco números contenía artículosde gran profundidad. Asimismo, en Euskadi salió la revista Askatasuna en dos etapas, 1976-1978 y 1979-1980, que coqueteó con el abertzalismoradical y perdió el apoyo de CNT, aunque llegó a editar números de más de 10.000 ejemplares.

Respecto a la prensa anarcosindicalista,monopolizada en esos primeros años por CNT, seeditaron cientos de boletines, sobre todo de lossindicatos de las grandes ciudades. A continuación

mencionamos algunos de ellos que salieron en diferentes localidades con la misma cabecera:Aula Libr,e en el sector enseñanza, a los que hay queañadir Escuela Libertaria y Eskuela Libre; Banca Rota,del sector de banca; Construcción, publicación de lasmás tempranas (desde noviembre de 1975),sobretodo en Madrid y Barcelona; Hostelería; Saludy Sanidad; Seguros y por último Transportes. Deotros sectores destacar El Correo Libertario (endiversos periodos entre Barcelona y Madrid), que seha mantenido hasta nuestros días; Martillo (Barcelona)y Metalurgia Libertaria (Madrid) del metal, y TintaNegra; del Sindicato de Artes Gráficas de Barcelona,que entre 1976 y 1992, la más longeva junto a El Correo Libertario, llegó a publicar 129 números.

Asimismo, en esa etapa se editaron numerososboletines de secciones sindicales de empresa con el

simple título de CNT. Por otra parte, además deldiario CNT como órgano oficial, cada Regional editósu propia publicación, así: Andalucía Libertaria(1976-1981), Castilla Libre (1976-1983), SolidaridadObrera, que continua en la actualidad, y que aunquees el órgano de Catalunya siempre ha tenido unaamplia difusión en el resto de la península, EuskadiConfederal, que luego cambio a Libertaria (1976-1978), Extremadura Libre (1978-1982), Fragua Socialde la Regional de Levante (1976-1980) y AcciónLibertaria, una de Asturias, León y Palencia (1976-1985y que posteriormente continuó, pero ya como CGT), y otra de Aragón (1975-1979). Todas las publicacionesanarcosindicalistas representan entre 1976-1980 el50% del total.

Los ateneos libertarios fueron también otro de losmotores que asumieron un papel importante durantela Transición en la difusión del pensamiento y lacultura anarquista, tanto en el ámbito cultural comoen las reivindicaciones de barrio, lugar natural de susacciones. Editaron una gran cantidad de boletinespor toda la península. A destacar: Gracia Lliure, El Sortidor y La Voz Sin Amo de Barcelona; diferentesboletines con el nombre de Ateneo de los barrios deSan Blas, Usera y Zona Centro, de Madrid; elAcratador de Zaragoza, que también ha llegado hastahoy, y, aunque su salida fue posterior, Estel Negre deMallorca.

En esos años, y de organizaciones anarquistas,habría que mencionar el boletín Nosotros (1979-1981),Tiempos Nuevos (1979-1988) y Tierra y Libertad queha editado más de 200 números y ha continuado a lolargo del tiempo hasta hoy, todas ellas de la FAI; Ruta (1979-1982) de las Juventudes Libertarias (FIJL),y Mujeres Libres (1977). Por último, no queremosdejar de mencionar a Revuelta (1977-1978) del ComitéPro-Presos de Andalucía, como ejemplo de la laborllevada a cabo en aquellos años en la ayuda a lospresos políticos y también a los comunes organizadosa través de la COPEL.

Carles Sanz

“De las más de 1.400 cabeceraslibertarias contabilizadashasta hoy, un porcentajealto se editó en esosprimeros años de la Transición.

Arriba, portadas de Ajoblanco y La Bicicleta,durante los primeros años de la Transición.

A la izquierda, portada de Solidaridad Obreradedicada al Caso Scala.

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Aunque anarquismo y libertarismo sonsinónimos, esta última acepción englobatambién a grupos e individualidades que se

reclaman desde el ámbito del antiautoritarismo y delanticapitalismo, lo que da pie a tratar esta prensasobre conceptos mucho más amplios al utilizar esaexpresión. La prensa libertaria tiene dos clarasdivisiones: una es la anarcosindicalista o prensa de sindicato (CNT, CGT y Solidaridad Obrera,principalmente) y otra, la anarquista o libertaria, queestá dividida en grupos o colectivos (FAI, JuventudesLibertarias y anarcofeministas) y por otro lado lostemáticos: ecologistas, veganos, antimilitaristas,ateneístas, punks, antiprisiones y de soporte apresos, pero también los iconoclastas, nihilistas,contrainformativos y un largo etcétera. En este breve análisis que realizamos sólo se incluyenpublicaciones que se manifiestan anarquistas o libertarias o bien aquellas que, aunque no loindican expresamente, lo son por su contenido e incluso, en algún caso, por su estética.

Breve análisis de su situación

El análisis que sigue a continuación es una parte demi trabajo sobre la prensa libertaria entre 1976-2005(disponible en www.nodo50.org/fella) donde llevocontabilizadas más de 1.400 cabeceras. Para esta Soliespecial del centenario de CNT me ha parecido másoportuno realizarlo sobre estos últimos años. En eseperiodo el panorama sobre la prensa libertaria no esmuy halagüeño, tanto en el número de cabeceras,que ha disminuido considerablemente, como en lostirajes. Así, de un total de 273 publicaciones quevieron la luz entre los años 2001-2009, se editaron112 en el 2001, 91 en el 2002, 69 en el 2003, 67 en el2004, 81 en el 2005, 52 en el 2006, 43 en el 2007, ysólo 41 en el 2008. Respecto al 2009 y hasta el 30 deseptiembre sólo se habían editado 22 cabeceras, loque nos permite suponer que no se llegará a las 35.Todos estos datos nos dan idea de la situación a laque se está llegando. ¿Cuál es el problema?, estáclaro que no hay una sola causa sino un conjunto de ellas.

Por un lado está el factor más negativo, y quizá el más importante, que es el de «la lectura» Esteproblema, que afecta a toda la sociedad por diversosmotivos, también se da en los medios anarquistas,algo contrario a su tradición cultural, ya que se leepoco y menos aún sus publicaciones. Un segundofactor lo constituye «el nivel de debate y reflexión»que se ofrece, que no suele ser el más adecuado, ya que salvo excepciones se recurre con hartafrecuencia a textos largos y farragosos o a temas de poca actualidad. En tercer lugar, se cuida poco «la presentación», sobretodo para los jóveneshabituados a una cultura visual a través de laimagen, aspecto este de difícil solución, ya que sedispone de pocos medios para hacer una buenamaquetación/diseño y hacerla atractiva al lector. En general, cada colectivo o sindicato intenta sacarsu medio de comunicación, cosa lógica por otraparte, y normalmente se elaboran casi de maneraartesanal a offset o fotocopia. Pocas son laspublicaciones o revistas que tienen una buenapresentación y además editadas en imprenta.

Hay un cuarto elemento, que algunos atribuyentambién al descenso en las publicaciones, y que noes otro que internet. Actualmente ya podemosencontrar en este medio bastantes publicacioneslibertarias, en donde a través de las web podemosextraer el ejemplar completo, artículos sueltos o biennúmeros atrasados. Algunos incluso han dejado deimprimir en papel y envían el ejemplar por correoelectrónico.

Como indicábamos al principio una gran parte dela prensa libertaria es la denominada anarcosindicalista.De las 273 cabeceras analizadas en estos últimos casi

nueve años, 107 pertenecen a las editadas por los sindicatos CNT, CGT y Solidaridad Obrera, lo que representa el 39% del total. CNT sacó a la luz 58 publicaciones (seis de secciones sindicales de empresa), CGT 46 (con quince de seccionessindicales) y Solidaridad Obrera de Madrid tres (una de sección sindical).

Otro grueso importante de la prensa libertaria es la editada por los grupos o colectivos anarquistas.En el periodo analizado se editaron 62 cabeceras, querepresentan el 23% del total, distribuidas en 53 dediversos grupos y colectivos anarquistas, 7 de lasJJLL y 2 de la FAI. El 38% restante, que suman 104 cabeceras, está repartido en temáticas diversas: 7 de enseñanza/pedagogía libertaria, 5 deanarcofeminismo, 23 de ateneos libertarios, 14 de signo anticarcelario y de apoyo a los presos,

14 de temas culturales, 8 anarkopunks, 5 contrainformativos, 2 de ecología/veganos, unoantimilitarista, otro de una emisora de radio y 24 dedifícil definición.

Sobre estos últimos hay que indicar que han idoen aumento en los últimos cuatro o cinco años. Sonpublicaciones difíciles de clasificar, sin dirección, sinciudad, sin posibilidades de poder contactar conellos. Muy ideológicos y revolucionarios/incendiariosofrecen alternativas a la sociedad actual, algunos de ellos se definen como vitalistas, anarcofuturistas,anticivilización, dominación, anarcoinmediatistas, de pensamiento refractario o bien antitrabajo, estoscontrarios a la actuación de los anarcosindicalistas.En todo caso estas publicaciones necesitarían de unanálisis más profundo.

Por zonas geográficas Barcelona sigue siendo,como lo es desde 1976, la ciudad que más cabecerasaporta con 59, que sumadas a las 23 de la provinciahacen un total de 82. En toda Catalunya son 98 querepresentan casi el 36% del total. Luego viene laciudad de Madrid, que saca 36 títulos y en toda lacomunidad 42, habiendo bajado bastante suspublicaciones en su área metropolitana. A muchadistancia sigue Valencia con 10 y 16 en toda lacomunidad, después Bilbao con 9 y un total de 26 enEuskadi, luego está con 21 Castilla-León, 18 enGalicia, 8 en Castilla-La Mancha y también enAndalucía, 7 en Aragón, 5 en Baleares y Cantabria, 2 en Murcia, Canarias y Asturias y una en Navarra.Estos datos están extraídos de los 273 títulos tenidosen cuenta para este articulo, que aunque no sontodas las editadas seguramente representan entre el80-90% del total.

Repaso a las principales publicaciones

Empezamos con la prensa anarcosindicalista, dondeun gran número de ellos son boletines de sindicato o bien de sección sindical de empresa en formato,por regla general, A-4 (21 cm x 29,7 cm). Tratanbásicamente temas del sector o del ramo y con pocosartículos, aparte de los sindicales/laborales, cumplencon su cometido. De todos ellos destacaría La Tira de Papel, del Sindicato de Artes Gráficas de la CNTde Madrid, por su esfuerzo en combinar informaciónsectorial y de otros temas; en esa misma línea seedita Contramarcha, de la Sección del Metro de Solidaridad Obrera de Madrid. Por su buenapresentación hay que mencionar también El Correo Libertario, del Sindicato de Correos de CGTde Barcelona.

Sobre la prensa de sindicato hay que hacer unapartado para los máximos órganos de expresión a nivel estatal, Rojo y Negro, de CGT, y el CNT,de la CNT-AIT. Dentro del ámbito de Catalunya la centenaria Solidaridad Obrera, de CNT y el Catalunya, de CGT.

La gran apuesta de CGT es sin duda Rojo y Negro.Inició su andadura en 1988 y va por su número 228.Su redacción ha estado muchos años en Vitoria,aunque últimamente ha pasado a Madrid. Entre 1988y el 2002, es decir sus 150 primeros números, secaracterizó por ser una publicación insulsa, con pococontenido y tildada hasta entonces de reformista yaque apenas había referencia a temas anarquistas. A partir de enero de 2003 se produce un cambioimportante tanto en su contenido como en supresentación y diseño a color, con más temasreflexivos y de contenido anarquista y consuplementos como los de recuperación de lamemoria, que es de lo mejorcito editado en losúltimos años. Todo ello le ha llevado a superar el bajo nivel de aceptación al que estaba abonado.CGT edita también una revista de debate y reflexiónllamada Libre Pensamiento, de gran calidad en lapresentación y diseño pero que no ha logrado

La prensa libertaria en España (2001-2009)

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conectar del todo con sus lectores y estimular la reflexión en los temas tratados. Segúndeclaraciones de sus responsables, de hace unosaños, «los afiliados no quieren leer» y aunque hamejorado en los últimos números su penetración en otros sectores es mínima.

La CNT tiene su máximo órgano de expresión enel periódico CNT, estabilizado a partir de su etapa en Bilbao y con una periodicidad mensual hasuperado ya los 350 números. Ha tenido su redaccióndurante años en Granada y últimamente en Madrid y Cáceres. Bien presentado y diseñado abarca unagran diversidad temática, abusa de la informacióninternacional con textos muy largos y pesados. Sinembargo, tiene una magnifica información sobre losindical/laboral, actos, reseñas de libros, etc. Ningunade las dos publicaciones ha entrado a reflexionar y debatir sobre el sindicato en sí y su papel en lasociedad actual ni tampoco han podido llegar a máslectores fuera de sus respectivos ambientes.

En Catalunya, la CGT edita Catalunya desde Reus,en color, con dibujos en portada y bien presentada.Cada día va a más, tanto en la información deactividades dentro y fuera de Catalunya como en elámbito internacional. Se acerca a temas que afectana la cotidianidad y ello la hace más incisiva. La CNTtiene en Catalunya la mítica Solidaridad Obrera,debido a causas internas de sus sindicatos desde1995 se editan dos cabeceras que se reivindican de lahistórica. Una, la denominada oficialista, se edita enactualmente en Terrasa y a pesar de que los primerosaños apenas si ha podido ofrecer nada de interés hamejorado en la información en estos últimos años; la otra, de Barcelona y del sector desfederado, bienmaquetada y presentada, además de temas deactualidad destaca por sus suplementos culturalesmuy recomendables. Ambas publicaciones hanadolecido de falta de periodicidad, lo que da comoresultado la pérdida de lectores y subscriptores.

Cabe mencionar de otras comunidades, ValenciaLlibertària, de CNT del País Valencià; La Campana, de Solidaridad Obrera, sindicato independiente dePontevedra federado a la CGT, que lleva añoseditando un boletín con temas más culturales quesindicales, y El Solidario, de Madrid, del sindicatoSolidaridad Obrera, este con muy buenos dossiers y a imprenta. Lástima que la primera de ellas hayadejado de editarse, y la segunda, que ahora iniciauna nueva etapa, también lo hiciera durante losúltimos años.

Pasando ya a la prensa libertaria cultural dedebate y reflexión, aparte de las ya mencionadascomo Libre Pensamiento y El Solidario destacan por encima de las demás: Ekitza Zuzena, Polémica y Al Margen. La primera, de Bilbao e independiente,está considerada como la mejor revista delmovimiento libertario de los últimos años, aunque haestado a punto de desaparecer. Ofrece temas muy de actualidad en el pensamiento libertario y conamplitud de miras. Se ha convertido en unareferencia respecto a temas como urbanismo,trabajo, ecologismo, etc., si bien abusa algo de lainformación del País Vasco y de temas en la línea de la autonomía obrera/asambleismo.

Polémica, de Barcelona, se ha ganado poco a pocoel respeto de todos los sectores libertarios. Partía con el estigma de un pasado reformista y de suposicionamiento hacia la CGT, y ha sabido superaresa situación integrando a todas las familias ytendencias libertarias. Sus dossiers sobre temas de pensamiento son de calidad, actuales y llegan a muchos lectores, mantiene bien la periodicidad. En la misma línea que la anterior se encuentra Al Margen, del Ateneo del mismo nombre deValencia. Sus monografías de rabiosa actualidad son comentadas y debatidas por muchos sectoreslibertarios, falla su distribución, problema que sepuede achacar a gran parte de la prensa libertaria.

La Lletra A de Reus, ahora en Xàtiva, que tambiénhabía sido un referencia importante durante muchosaños se encuentra fuera de sus temas de siempre,incluso ha desaparecido de su subtítulo «revistalibertaria», y camina por otros derroteros, casihubiera sido mejor matarla en lo que fue. Ortode Barcelona y Siembra de Alicante son revistasculturales con ensayos literarios y artículos deopinión, tocando temas del pasado glorioso y conpoca incidencia en las nuevas generaciones,

producto también de los temas que toca. En losúltimos años Orto está haciendo un esfuerzo para cambiar y ofrecer temas más reflexivos y de actualidad.

De centros de documentación y fundaciones hayque hacer mención del Enciclopèdic Noticiari, delAteneu Enciclopèdic Popular (AEP) de Barcelona, quesiempre ha tratado muy bien los temas históricos y culturales, lástima de su poca periodicidad. Bisel,de la Fundación Anselmo Lorenzo de Madrid, cumplecon un papel importante respecto a las reseñas de libros, aunque limitado por lo poco que leen loslibertarios, muy bien informado respecto de lasnovedades. En Barcelona, la Fundació d’EstudisLlibertaris i Anarcosindicalistes (FELLA) confecciona,de tanto en tanto, un Boletín con monográficosinteresantes. De temática archivística se edita elButlletí Bibliografic, del AEP y Quaderns d’Arxius, de la FELLA, ambos de Barcelona e indispensablespara historiadores y bibliotecarios.

De ateneos libertarios se editan actualmente unos20 boletines, lo que no está nada mal teniendo encuenta las dificultades para llevar a cabo una tarea deese tipo en estos momentos. Sobresalen Antisistema,de Barcelona; El Pésol Negre, de Berga; Ambafada, deBalaguer, y Estel Negre, de Palma de Mallorca. Delsector de grupos anarquistas, de las más de

cincuenta cabeceras, se echa a faltar publicacionesde calidad. En primer lugar está Tierra y Libertad,órgano de la FAI, una de las más veteranas y que hallegado a los doscientos cincuenta números, hapasado por diversas fases y ciudades. Actualmenteen Madrid, intenta actualizar sus contenidos yreflexionar sobre anarquismo en el siglo XXI. De lasJuventudes Libertarias se editaba Jake Libertario,que prometía mucho y se ha quedado en el intento.Otra publicación veterana es Acratador, de Zaragoza,ahora en un formato muy pequeño y con noticiasbreves, tiende a desaparecer. También Amor y Rabia,de Valladolid; Cartas a la Anarquía de Bilbao; Libres ySalvajes y Guerra Social, de Barcelona, y Vitamina A,de Ermua, entre otras. De las más recientes destacaCultura Obrera, de Cotitx (Palma de Mallorca) y La Tronada, de Granollers.

Sobre anarcofeminismo el panorama esdesolador, sólo tenemos la intermitente Rosa de Fuego, de El Prat de Llobregat y Alejandra, estaúltima magnífica publicación por el tratamiento que se hace de los temas «desde las mujeres», de Peralejo de los Escuderos (Soria). De pedagogíasuerte tenemos de la publicación A Rachas, de laEscuela Paideia (Mérida), una delicia de publicación,muy original y como para sentirse orgulloso de sutrabajo y resultados. También, como boletín desindicatos de enseñanza: Aula Libre, de CGT de Valladolid y Cero en Conducta, de CNT de Ciudad Real.

Sobre ecología/veganos solamente contamos conLa Hoja de la Ecología Social, de Alozaina (Málaga) y Resistencia Vegana, de Valladolid, aunque a decirverdad este tema se trata en general en casi toda laprensa libertaria, sobretodo de protección deanimales. De otro estilo, más tirando a musicales,están los fanzines anarkopunks que también intentartener contenido, es el caso de Ni Fronteras Ni Banderas,de Pamplona. Por último, tenemos los boletinesantiprisiones y de soporte a los presos. Este temaprioritario en el movimiento libertario y quetradicionalmente había sido responsabilidad de losComités Pro-Presos de la CNT, es ahora asumido pordiversos colectivos e individualidades. A pesar delpoco apoyo recibido y del acoso represor policialalgunos de ellos siguen adelante y han podido editaralgunas publicaciones, entre ellos esta Obrer@Prisioner@, de la Cruz Negra Anarquista, o losboletines esporádicos como La Boca es para Gritar,Ancla y Il Tortiglione, sin olvidarnos de A Golpes, sucontinuador Tokata, Anarquia o Muerte, De Quicio, La Fuga, Modulo Abierto, Ni Rejas ni Fronteras, etc.,aunque algunos de ellos ya no se editan.

En este breve repaso de la prensa libertaria de losúltimos años hemos dejado de mencionarmuchísimas publicaciones, lo que es injusto teniendoen cuenta el enorme y generoso esfuerzo realizadopor los militantes para poderlos editar. Aunque elmomento no es dulce, signos de esperanza nosmotivan a pensar que algunas de las publicacionesque se editan actualmente tienen suficiente calidadpara estimular al debate y la reflexión. En resumen,podemos decir que la prensa libertaria, en estosúltimos años, en general, no ha podido todavíadesarrollar ni plasmar en la realidad cotidiana suenorme riqueza de planteamientos sociales. De todasformas esta situación puede cambiar si se la apoyacon más contundencia.

Carles Sanz

*Gran parte de este articulo fue publicado en la revista Polé-mica, en su n.o 88 de abril de 2006, por lo que la referenciasobre alguna publicación ha podido sufrir modificaciones.

A la izquierda, portada del vocero Confederal CNT.

Abajo, portada de Al Margen, vocero del Ateneo libertario valenciano del mismo nombre.

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La recámara

Durante el final del siglo XIX, junto con lapenetración en España de las ideas anarquistas y la temática social, aparece en la pintura española latemática del anarquismo, la huelga revolucionaria o la detención del militante. Así lo vemos en loscuadros de Ramón Casas, López Mezquita, JoséJiménez Aranda, Julio Romero de Torres, VicenteCutanda, Antonio Fillol, Darío de Regoyos y Sorolla,entre otros Muchos de estos pintores sonconservadores, no participan de las luchas sociales ni practican una gráfica militante, pero reflejan unasideas muy arraigadas entre la clase obrera, unambiente social y político. La gráfica militanteanarquista se desarrolla en la prensa libertaria definales ese siglo gracias a la iniciativa de losdibujantes, los ilustradores. Así se puede tambiénobservar en las primeras publicaciones libertarias,anarquistas: El Condenado, La Revolución Social,Ravachol, La Autonomía, El Combate, etc .

Muchos de los dibujantes de la prensa anarquistade entonces son obreros anónimos, no se trata deprofesionales del dibujo o de la pintura. Incluso,algunos de estos dibujos anónimos, se vendíanlitografiados, generalmente carteles, a través deanuncios en los periódicos. A partir de comienzos delsiglo XX estas prácticas se generalizan y encontramosa estos dibujantes y obreros anónimos –refugiadosbajo un seudónimo– dibujando viñetas, ilustraciones,cubiertas de periódicos, revistas y libros. También sereproducen ilustraciones de artistas extranjeroscomprometidos con la causa proletaria aunque nosean específicamente militantes libertarios: Meunier,Steinlen, Grandjouan y Frans Masereel, entre otros

De entre los dibujantes españoles de laspublicaciones libertarias del siglo XIX destaca JoséLuís Pellicer, el principal ilustrador de El Condenado,periódico fundado por Tomás González Morago. En el domicilio del dibujante Pellicer se hicieron lasprimeras reuniones de militantes libertariosadheridos a la I Internacional en España. Ya en elsiglo XX, con la entrada del anarcosindicalismo, los dibujantes estarán afiliados o serán próximos a los sindicatos anarquistas Solidaridad Obrera (1907-1910) y a CNT (Confederación Nacional delTrabajo) desde 1910. Recordemos que la CNT es laprincipal fuerza obrera, junto a la UGT socialista,durante los años 30 en España. Así pues, desde 1880a 1930 se gesta la gráfica revolucionaria en laspublicaciones anarquistas españolas, que alcanzarásu máximo esplendor durante la Guerra Civil.

La pólvora: la prensa anarquista española

Los dibujantes militantes están presentes en estosperiódicos del anarcosindicalismo, más combativosgráficamente que los del siglo XIX, orientados ahoraa la viñeta y la lucha social. Entre 1880 y 1913 haycerca de 200 publicaciones anarquistas diferentes en España.

Las publicaciones libertarias de los años 20 y 30 delsiglo XX no sólo abordan temas sindicales, políticos y culturales, también introducen en España el debatesobre la laicidad, el pacifismo, el vegetarianismo, elnudismo o la educación sexual, siendo pioneras tantoen la temática como en la presentación gráfica deestos temas, donde sus ilustraciones y cubiertasdeben reflejar ese nuevo contenido.

Las principales publicaciones anarquistas yanarcosindicalistas son los periódicos SolidaridadObrera (Barcelona, 1930-1939) y CNT (1932-1939),además de la larga lista de diarios anarquistas yanarcosindicalistas repartidos por España –Combate,FAI, La Tierra, etc.–; los semanarios –AcciónProletaria, El Combate Sindicalista, CulturaFerroviaria, Germinal, Rebelión, La Protesta, etc.–, y las revistas –Orto (1932-1934), La revista Blanca(1930-1936), Generación consciente, su sucesora:Estudios (1928-1937), Tiempos Nuevos (Madrid,

quincenal, 1934-1938), Tierra y Libertad (1932-1938),Liberación (Semanario, 1935-1936), Mujeres Libres(1936-1938), y Umbral (durante toda la guerra)–.

Especialmente importante es Estudios,continuadora de Generación Consciente, tanto en la confección gráfica de la revista como en su líneaeditorial. Las cubiertas y fotomontajes de losdibujantes Renau y Monleón son su principalreclamo. Recordemos que Renau, comunista,introductor del fotomontaje, y su coloreado enEspaña, colaborará con las publicaciones anarquistashasta el año 1937. Por su parte, las publicaciones de la FAI (Federación Anarquista Ibérica), másarriesgadas y vanguardistas en su composición,cuentan con modernos ilustradores entre suscolaboradores, que irán practicando una graficacombativa y en ocasiones arriesgada, como es elfotomontaje. Muy significativas son las revistas de laFAI –Tiempos Nuevos, Tierra y Libertad y Umbral–.Asimismo, durante la guerra es llamativa la revistacultural ilustrada Espectáculo, del Sindicato deIndustria del Espectáculo (SIE) de la barcelonesa.Otras publicaciones anarquistas en guerra fueronEpisodios, FIJL, El Amigo del Pueblo (Los Amigos deDurruti), Castilla Libre, El Frente, Frente Libertario,Fuego, Mas Allá, Columna de Hierro, etc.

Así, el enorme esfuerzo cultural del anarquismoespañol culminará durante la Revolución y la GuerraCivil española en estas publicaciones. Un esfuerzo,

no sólo dirigido a la propaganda de guerra con lavoluntad de un cambio social, sino encaminado auna transformación también del arte y la cultura.

La explosión: el sindicato de dibujantes

El sindicato, base de la lucha social y del gremio, es elpunto de encuentro de los dibujantes. No se trata sólode las reivindicaciones laborales, se trata detransformar la sociedad, hacer la Revolución, y paraello las imágenes, la propaganda, son fundamentales.El Sindicato de Dibujantes Profesionales (SDP), fueheredero de la Asociación de Cartelistas de Barcelona,que nacería paralela a la República de 1931. En 1933se formó el SDP con el dibujante Helios Gómez a lacabeza como presidente. Pese a que la mayoríaestaban afiliados a la central anarquista CNT, se votósu adhesión al sindicato socialista UGT (UniónGeneral de Trabajadores). Más poderoso que la Uniónde Dibujantes Españoles (UDE), de la UGT de Madrid,el SDP de Barcelona era de mayoría cenetísta. Noobstante, la UDE tuvo también su importanciadurante los años treinta, siendo el principal núcleo de dibujantes socialistas madrileños.

Ya en 1936, iniciada la guerra, y tras los primerosdías de julio en que en Barcelona se sofocó elalzamiento militar, el SDP se instaló en el incautadopalacio del marqués de Barberá. En aquellosmomentos Barcelona era la capital mundial delanarquismo y la Revolución Social y la CNT eradueña de la ciudad. Se constituyó un comitérevolucionario del SDP con algunos significadosdibujantes de todas las tendencias de izquierda.Aunque sufrió cambios y discusiones que no eranajenas a otras formaciones políticas durante laguerra, el SDP se militarizó por propia iniciativa ypasó a formar parte de las Milicias Antifascistas deCataluña cobrando desde ese momento, comocualquier miliciano, dos pesetas diarias.

El material de trabajo del SDP se conseguía através de donativos e incautaciones. Los organismos,como el Comisariado de Propaganda de laGeneralitat de Cataluña, y los propios partidos osindicatos, abastecían al sindicato. Se calcula unnúmero aproximado de 1.800 miembros del SDP, lamayoría del campo publicitario, aunque entre susfilas había caricaturistas, cartelistas, humoristasgráficos e historietistas. Había dibujantes de todas lastendencias políticas de izquierda. Se realizarondecoraciones de actos públicos y mítines, retratos y pancartas, aunque la cantera fuese el cartelismo. El SDP también recibía encargos de partidos y sindicatos, y los carteles unitarios –UGT/CNT, etc.–

Gráfica revolucionariaLos dibujantes anarquistas en la Guerra Civil española

Arriba, Renau.

Abajo, Helios Gómez.

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a veces se realizaron por iniciativa de los propiosdibujantes, afectando esto incluso a la variedadtipográfica dentro de un mismo cartel.

Otros organismos fueron el Sindicato Único de Profesiones Liberales de Barcelona (CNT) y elFront Únic de Dibuixants de Barcelona (UGT-CNT). La mayoría de los sindicatos de dibujantesantifascistas funcionaron de manera parecida al SDPdurante la Guerra Civil española. Cuantificar laproducción gráfica anarquista durante la Guerra Civiles tarea difícil. La dispersión actual de los archivos, el volumen de carteles y dibujos desaparecidos,impiden valorar con precisión el número real decarteles, carpetas de dibujos y publicacionesanarquistas entre 1936 y 1939.

El impacto: los dibujantes libertarios

en la Guerra Civil

Los dibujantes y cartelistas libertarios se agruparonprincipalmente en torno al Sindicato Único deProfesiones Liberales de la CNT barcelonesa, el Sindicato Único de Industrias Gráficas de la CNTmadrileña, el Sindicato de Profesionales Libres deBellas Artes de la CNT-FAI valenciana y el taller de cartelistas de CNT de esa misma ciudad.

Como es lógico, los dibujantes anarquistas no sevieron precisamente llamados a la colaboracióngubernamental o a ejercer cargos públicos. Militantesde la CNT y de la FAI unos, anarquistas puros otros,algunos dibujantes libertarios y anarcosindicalistasabandonaron los lápices para marchar al frente.

Encontramos muchos nombres de dibujantes y cartelistas libertarios o asociados a las diversasorganizaciones anarquistas durante la guerra. Susdibujos en las publicaciones anarquistas y en loscarteles son los menos estudiados y reproducidos en la escasa bibliografía acerca de la gráficarevolucionaria de la Guerra Civil. Destacaré los mássignificativos.

Helios Gómez, el gitano anarquista de Triana, cuyopaso por el SDP y sus actividades políticas y militaresen la Guerra Civil merecen un rincón especial. Turbioy polémico, Helios Gómez es mencionado en unadocena de libros. Inicialmente anarquista, derivó alcomunista PSUC (Partit Socialista Unificat deCatalunya) y posteriormente, durante la guerra,regresó con los libertarios. Su obra gráfica la realizaprácticamente en su totalidad antes de la guerra. Fueportadista de libros, ilustrador y autor de carpetas dedibujos e introductor del concepto gráfico universalde Gerd Arntz, el diccionario gráfico delexpresionismo, del dibujante anarquista Masereel y de las vanguardias europeas. Cruzó los Pirineoscon la 26 División (Columna Durruti) y tras pasar porvarios campos de concentración franceses, en 1940es trasladado a Argelia para la construcción deltransahariano. Desde los campos de trabajoargelinos es repatriado a España y desde allí setraslada a Toulouse (Francia). En 1945 es encarceladoen la cárcel Modelo de Barcelona, posiblemente porfundar la LNR (Liberación Nacional Republicana). A partir de 1950 Helios Gómez pinta La Capilla Gitanaen los murales de la capilla de la cuarta galería deesa cárcel. En ella impartió clases de dibujo a suscompañeros hasta que salió en libertad, en 1954.Helios Gómez fallecería dos años después aconsecuencia, muy probablemente, de la malaalimentación.

El libertario Carles Fontseré es uno de losdibujantes libertarios más recordados. Participóactivamente en el SDP, siendo uno de sus miembrosmás jóvenes. Muy influido por Helios Gómez se inicióen la prensa católica catalana para pasar a realizarcarteles e ilustraciones para CNT, FAI y POUMdurante la guerra. Junto a otros pintó a la manerasoviética los vagones de tren que circulaban por elAragón libertario. Posteriormente, Fontseré fueincorporado a las Brigadas Internacionales comocombatiente y de allí destinado a la DECA o DCA(Defensa Contra Aeronaves), para la que tambiénrealizó carteles. Pasó por los campos deconcentración franceses y posteriormente pudodedicarse a la ilustración y la realización dehistorietas en Francia. Se exilió en México,dedicándose a la escenografía, donde trabajó junto al humorista Cantinflas y el cantante Pedro Infante.Pintor e ilustrador, Fontseré continuó colaborandocon la CNT y en exposiciones sobre anarquismo y

Guerra Civil, realizando carteles para ellos al menoshasta 1986. Regresó del exilio en 1973, instalándoseen Girona y dedicándose a escribir sus memorias.Falleció en 2007.

Los hermanos valencianos Arturo y VicenteBallester Marco, militantes de la CNT, cartelistas muy prolíficos ambos. Ilustradores publicitarios,portadistas de libros para las editoriales valencianasPrometeo y Cervantes. Afiliados al Sindicato de Profesiones Liberales de la CNT, organización para la que realizaron carteles de guerra, aunque tambiénlos firman para otras formaciones.

Como dije anteriormente, algunos dibujantesabandonaron pronto el SDP para marchar al frente.Es el caso de Alfonso Vila, «Shum», caricaturistalibertario curtido en la prensa satírica catalana.Colaborador de Hoy, Estudios, Vértice, Liberación,L’Opinió, Iniciales, etc. «Shum» aprendió a pintar y dibujar en el penal del Dueso (Cantabria), dondeesperaba sentencia de muerte tras ser condenadopor la preparación de actos de terrorismo, en 1922.Parece ser que le estalló una bomba en las manos,aunque la historia no está muy clara, existiendodiferentes versiones sobre quién preparó la bomba y el porqué. Incluso el origen de su seudónimodifiere también según quien lo cuente. ConchaEspina y Ramón y Cajal entre otros, iniciaron unacampaña para conseguir su indulto. La sentencia lefue conmutada por diez años de prisión. «Shum» fueamnistiado por la República y tras su liberaciónejerció de Vocal de la Junta de Museos, en 1934.Continuó ilustrando libros y dibujando caricaturas

con las manos deshechas. Durante la guerra seencuadró en las milicias anarquistas del frente deAragón. En 1939 pasó los Pirineos, se exilió en Cubay en Santo Domingo. «Shum» coincidió con Fontseréen Nueva York y en Hollywood, donde trabajó comodecorador de cine e ilustrador. De nuevo, amboscoincidirían una última vez, a finales de los añoscuarenta, en México, donde fallecería en 1967, en la ciudad de Cuernavaca. Luís Solá, experto enhumor catalán, escribió su biografía.

Otros dibujantes pasaron por el SDP, a vecesefímeramente como José Luis Rey Vila, «Sim»,personaje al que nadie pudo avalar cuando llegó con sus acuarelas de milicianos. Finalmente fueronlas Oficinas de Propaganda CNT-FAI las que editaronsu carpeta de aguadas Estampas de la Revolución,que se llegaron a publicar en los EEUU y Canadá. El Comisariado de Propaganda de la Generalitat deCataluña editó sus 12 escenas de guerra, que fueronreconvertidas en calendario en 1938, así comoalgunos carteles en 1937. Dicen que se instaló enParís y que falleció en 1990.

Además del calendario de «Sim» la revistaanarquista Tierra y Libertad editó en 1938 el deldibujante Luis V. Molné con doce ilustraciones a todocolor.

Ramón Acín, el prototipo de intelectual anarquista.Escultor, dibujante, crítico de prensa y profesor dedibujo, militante de la CNT en Huesca, impulsor de las ideas racionalistas y de la Escuela Moderna deFerrer y Guardia. Cofundador del semanario satíricoLa Ira, en 1913, y colaborador de Floreal. Acín ganóun premio de la lotería en 1932 y le cedió el dinero a Luis Buñuel para la producción de su película Las Hurdes. Tierra Sin Pan, que el gobierno Lerrouxprohibiría un año después. Se rumorea que enrealidad el dinero provenía de un atraco de losanarquistas, quizás de Durruti y los demás, y que latapadera fue Acín con la excusa de la lotería. Es encualquier caso difícil de comprobar y Buñuel no lomenciona en su Ultimo suspiro.

Ramón Acín y su compañera fueron hechosprisioneros por los falangistas y fusilados en losprimeros días de julio de 1936, en Huesca. Añosdespués Buñuel devolvió el dinero de la producciónde la película a las hijas de Acín. De entre losalumnos de Acín destaca el anarquista FranciscoVidal Ponzán, que intentó salvar sin éxito a sumaestro y amigo. Posteriormente Ponzán organizaríala mayor red de evasión del franquismo y delnazismo en Francia, hasta su muerte a manos de la Gestapo, en vísperas de la liberación.

Otro dibujante cenetísta y que relacionamosposteriormente con la red de evasión del grupoPonzán es Luis García Gallo, «Coq». «Coq» Ilustró ellibro Vida y Muerte de Ramón Acín, de Felipe Alaiz.Colaborador habitual de la prensa anarquista enFragua social y Solidaridad obrera, «Coq» realizócarteles de guerra y caricaturas, siendo la máspopular su serie de historietas: El generalísimo.Estuvo luchando en el X Cuerpo del Ejército del Este.Tras la guerra, pasó por varios campos deconcentración en Francia, entre ellos el de castigo en Vernet D’Ariege. Posteriormente vivió en Francia,donde trabajó como leñador en Varilhes hasta laliberación de París, ciudad donde estaba el cuartelgeneral de la red de Ponzán. «Coq» se trasladó a lacapital colaborando en la prensa con sus historietasmudas, y sus dibujos aparecen en Paris-Presse oJours de France. Regresó del exilio en 1973. Editó sulibro De las Mentiras de la Egiptología a las Verdadesde la Gran Pirámide, en 1988. Murió en Barcelona enel año 2001.

Jesús Guillen Bertolín, «Guillenber», activo militantede la CNT y dibujante colaborador de la prensaconfederal desde antes de la guerra y hasta su muerte.Colaboró en las publicaciones Guerra a la guerra,Solidaridad Obrera, CNT, Mujeres Libres, Ruta y FrenteLibertario. En 1936 es alistado y herido combatiendo enla 26 División. Posteriormente, pasa al frente de Madriden la 28 División y tras el fin de la guerra llega aFrancia, donde es internado en los campos deconcentración de Adge y St. Cyprien. En 1946 se

Arriba, Ramón Acín.

Abajo, Fonseré.

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empareja con la destacada militante anarquista SaraBerenguer y realiza falsificaciones de documentospara los militantes en España, siendo, probablemente,colaborador de Laureano Cerrada. En 1946 esdetenido, y en 1965 expulsado de la CNT. Continuópintando y realizando ilustraciones hasta su muerteen Francia, en 1999.

José Carmona, dibujante militante de la CNT,colaborador con sus dibujos en la anarquista Tierra y Libertad, en 1936. Durante su exilio en Francia sedestacó como xilógrafo (grabados de madera tallada defácil impresión) y dibujante. Residía en Charente.

Algunos de estos dibujantes pertenecían alSindicato de Profesiones Liberales de CNT-FAI, comoJuan Borras Casanova, pintor anarquista valencianocolaborador de la prensa confederal. Casanovaparticipó en el Pabellón español de la ExposiciónUniversal de Paris, en 193,7 y expuso en el AteneoPopular de la publicación Valenciana Libre Estudio,en 1938. Estuvo exiliado en Argentina entre 1950 y 1960. Falleció en Valencia, en 1987.

Baltasar Lobo, el principal ilustrador de MujeresLibres, una publicación en la que echamos en faltaalguna mujer dibujante. Autor de carteles y postalesíntegramente destruidos durante los bombardeos deMadrid. Colaborador como ilustrador en Tierra yLibertad, Frente Libertario y Mujeres Libres. Lobo era,en 1936, miembro del Comité Peninsular de FIJL(Federación Ibérica de Juventudes Libertarias). Trasla guerra se presentó en París con la única carpeta dedibujos que pudo conservar y fue Picasso quien loayudó, como a otros, a legalizar su situación. En elexilio ejerció como pintor y escultor, residiendo enParis hasta su muerte en 1993 .Su hermana Visitaciónes la compañera del escritor anarquista GregorioGallego y es la autora del folleto Mi hermano Balta(Libertarias, 1995).

Antonio García Lamolla grabador, escultor, pintory dibujante que rescató cristos y figuras religiosas delas quemas de iglesias en el fuego revolucionario de 1936. Lamolla fue colaborador de Acracia, Rutay Esfuerzo, en 1937. Fundó una escuela gratuita dedibujo en Dreux, en el exilio francés, desde dondecontinuó colaborando en la prensa confederal. Murióen 1981.

Federico Comp Sellés, pintor y dibujantearagonés, militante anarquista, colaborador enNoreste, que destruyó él mismo sus dibujos pormiedo a los fascistas. Aunque no le sirvió de nadaporque fue fusilado en Zaragoza, en 1936, cuandoapenas contaba con veintiún años. Se salvaron oncede sus dibujos reunidos en la posguerra bajo el títuloMuerte Española (Madrid, Clan 1949).

Eleuterio Blasco, escultor y dibujante aragonés,colaborador de Tiempos Nuevos, Tierra y Libertad.Trabajó en los talleres de artes plásticas de CNT-FAIdurante la guerra. Preso en los campos deconcentración franceses de Vernet y Septfond.Trabajó en 1940 en la industria de armamentofrancesa antes de residir en París. Regresó aBarcelona en 1986 y creó el Museo Eleuterio Blascoen Molinos (Teruel), donde falleció en 1993.

Eduardo Vicente, hermano del también pintorEsteban Vicente, colaboró en El Mono Azul y realizócarteles y tareas de propaganda gráfica para el SIA(Solidaridad Internacional Antifascista), organismofundado por la Unión Anarquista Francesa conobjetivos similares a los del comunista SRI (SocorroRojo Internacional). Eduardo Vicente, que no era unlibertario, participó en el Pabellón Republicano de laExposición de Paris, en 1937, e ilustró Acero de Madrid,en 1938. Colaboró en CNT y Solidaridad Obrera y realizó carteles de guerra para diversasorganizaciones. Vicente no fue represaliado en laposguerra y fue protegido por el pintor falangistaCossío. Vicente falleció en Madrid, en 1968.

La bala: fotomontaje del anarquismo español

El fotomontaje estuvo muy limitado por falta de medios y se recurrió al collage fotográfico,principalmente para ilustraciones en revistas comoTiempos Nuevos, Liberación, Tierra y Libertado Estudios. Recordemos que el fotomontaje es untrabajo de laboratorio y, en cambio, en el collage se trata de recortar y pegar fotografías.

El libertario Manuel Monleón, grafista, pintor,fotomontador, cartelista, desfila por las páginas deOrto, Nueva Cultura, Umbral, Cuadernos de Cultura,

Verdad y Estudios, además de realizar carteles para la CNT, FAI y el Partido Sindicalista. Participó en laprimera Exposición de Arte Revolucionario deMadrid, en 1933. Monleón realizó carteles para la columna anarquista Iberia. Fue miembro de laAlianza de Intelectuales Antifascistas Para la Defensade la Cultura de Valencia y participó en la exposicióndel Pabellón Republicano de Paris, en 1937.En 1939es denunciado, detenido y condenado por «auxilio a la rebelión». Permaneció recluido en el campo deconcentración franquista de los Almendros (Valencia)y de allí pasó a la cárcel de la plaza de toros deAlicante, a la de Carabanchel y por último a la cárcelModelo de Valencia. Condenado a muerte, la pena lefue conmutada. Tras salir de prisión en 1942 creó laagencia de publicidad Diarco, donde diseñó el logo yla cabecera de la revista Triunfo, en 1946, empresaque abandonó para marcharse a Colombia, en 1950,y a Venezuela, en 1958, donde trabajó como grafista ypintor. Regresó a Valencia en 1962, incorporándose ala agencia de publicidad Cif. Falleció en 1976.

Ángel Lescarboura, «Les». Escritor, dibujante, yfotomontador. Colaborador en Tiempos Nuevos, Tierray Libertad, Popular Film y Más Allá, portavoz de laDivisión Francisco Ascaso. También participó en elalmanaque de Tierra y Libertad de 1933-1934. Muyactivo en el frente de Aragón, realizó el documentalsobre las colectivizaciones Bajo el Signo Libertarioy los comentarios de La Columna de Hierro (haciaTeruel,) en 1937. Como rotulista y dibujante deanimación aparece en las películas documentales La Batalla de Farlete y Los Aguiluchos de la FAI (portierras de Aragón), ambas en 1936, y producidas por el Sindicato Único de Espectáculos Públicos. «Les» es el locutor y autor de los diálogos de las películas:Defensa de Madrid, Madrid tumba del fascismo (1936),Siétamo (1936), Frente de Teruel (1937), y Teruel hacaído (1937). Se exilió en Venezuela, donde al menospublicó un texto sobre los dibujos animados.

Antonio Romero. Dibujante, tipógrafo, firmante dela Carta abierta a los camaradas anarquistas, desde la cárcel Modelo de Barcelona, aparecida en elperiódico Solidaridad Obrera, en 1925.

Miembro del Sindicato Único de Artes Gráficas de Barcelona y Vocal, en 1937, de la agrupación «Los Amigos de Durruti». Ilustrador en CNT y de losfolletos de Jaime Balius, cabeza visible de dichaagrupación: Octubre Catalán, etc. Tambiénencontramos fotomontajes en la revista libertariaTiempos Nuevos firmados por Romero, quedando la duda de si es el mismo autor.

El álbum de dibujos de Gumsay, Estampas de laEspaña que Sufre y Lucha, vio la luz gracias a lasJuventudes Libertarias. Gumsay realizó ilustracionesy fotomontajes en Tierra y Libertad, Porvenir,Esfuerzo, Fraternidad y Tiempos Nuevos.

También hay que destacar a Niv, dibujante,fotomontador en Tierra y Libertad y CNT en 1937,

colaborador del SDP, y «Fat», que realizó fotomontajesen Tiempos Nuevos y CNT.

El orificio: dibujos animados

y dibujantes anarquistas

Es interesante descubrir la mano de algunosdibujantes anarquistas de los años 30 en las primerasexperiencias del cine de animación en España.Pioneros de los dibujos animados y la rotulaciónanimada, sus ensayos se vieron truncados por laderrota y el exilio. La primera película de dibujosanimados realizada durante el franquismo oculta la mano de algunos de ellos.

Éste es el caso del dibujante y periodistaanarquista Juan Pérez del Muro, colaborador de lasrevistas libertarias Nosotros y Fragua social, bajo lafirma Muro. Sus trabajos aparecen publicados enL’Esquella de la Torratxa, El Mercantil Valencianoy La Traca. Realizó carteles de guerra para CNT y FAI,en Valencia, e ilustró La Primera Escapada, deGonzalo Vidal, con treintaicinco dibujos. Cumpliócondena en la posguerra en la prisión Provincial de Valencia junto al dibujante comunista MarianoRawicz, que lo menciona en sus memorias. Liberadoen 1942 se trasladó a Barcelona donde continuódibujando escondido bajo seudónimos. En 1945realizó la primera película de dibujos animados enEspaña: Garbancito de la Mancha, dirigida por ArturMoreno, y antes de fallecer, en 1949, dejó publicadosu Diccionario Barcelonés ochocentista.

Otro pionero de los dibujos animados fue elinicialmente escultor Adolfo Aznar. Realizador, juntoal famoso ilustrador Salvador Bartolozzi, en 1936, de Pipo y pipa en busca de cocolin, y en solitario la inacabada para CNT Castilla se liberta (1937).Durante los años cuarenta intentó sin éxito realizaren España Polin, polita y polvorilla en formato deanimación. Vivió ignorado hasta su desaparición en Madrid, en 1975.

También pionero historietista y realizador dedibujos animados fue el dibujante anarquista MelciorNiubó. Colaborador durante la guerra en SolidaridadObrera y Tierra y Libertad. Al menos hasta los añoscincuenta continuó dibujando historietas en España.

El colombiano Jorge Franklin Cárdenas, estudiantede Bellas Artes, se instaló en España en 1929,ingresando en la escuela de Bellas Artes de SanFernando, de Madrid. En 1930 se afilia a CNT ycomienza a colaborar con la prensa anarquista. Hastael inicio de la Guerra Civil colabora con la publicaciónGuirigay y participa como caricaturista en el Salón de Otoño. Pintor de cartelones gigantes de cine paralas fachadas del Actualidades y del Paris Madrid. Se aproximó a los dibujantes Xaudaró y Demetrio,comenzando a experimentar con la animación en losestudios del cine París Madrid hasta que la guerra lossorprende. En 1937 se traslada a Barcelona, dondecomienza a dibujar para Solidaridad Obrera y a darclases de dibujo en la escuela de Montjuïc para niñoshuérfanos. A partir de 1938 colabora con la revistaUmbral. En 1939 es juzgado y condenado a muertepor los tribunales franquistas, pero gracias a laintervención del cónsul colombiano, en 1941 regresaa su país. En 1945 publicó en la Revista de Américaun artículo titulado: «Memorias de un condenado a muerte». Fue caricaturista y humorista gráfico,residiendo en Chicago desde 1948 y en Miami, donde se dedicó también al dibujo publicitario.

La herida: dibujantes anónimos

y en la prensa del frente

Los dibujantes anarquistas menos estudiados, y quizás los más interesantes por su arriesgadagráfica, sean los colaboradores de los periódicos del frente, publicaciones hechas por los propiosmilicianos tanto en el contenido como en lacomposición, las ilustraciones y su tirada.

Aquí es donde encontramos a los dibujantesanarquistas que están en primera línea, milicianosanónimos que ilustran el periódico de campaña de cada Batallón, de cada Centuria: el periódico delfrente. Además hay otros dibujantes de los queexisten pocos datos o cuya filiación anarquista noesté clara. Muchos de ellos se encargaron también de la composición tipográfica y cabecera de estaspublicaciones. Destacare algunos.

Alvaro Cebreiro, anarquista gallego, dibujante,colaborador de Solidaridad Obrera, Nos y Alfar,

Manuel Monleón.

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cofundador de Ronsel en 1924. Falleció tísico en España en 1956.

En 1937, Desmarvil editó en Ediciones Popularessu álbum Héroes del Pueblo sin que tampocohayamos encontrado más referencias.

Eduardo Gastelu Macho, que en 1937 editó enFrente Libertario su álbum La Guerra de Invasióny que fue colaborador de Altavoz del Frente.

Tomás Vera, «Esbelt», activo militante cenetísta de Alicante. Dibujante, caricaturista, fotógrafo,colaborador en Inquietudes, Porvenir, Liberación,Solidaridad Obrera y Tierra y Libertad (1936). Luchócomo voluntario en la Columna Ascaso, fue Tenientede Información en la 128 Brigada y en el estado Mayorde la División. Muerto en el frente de Extremaduracon 27 años.

Juan Call, maestro racionalista, profesor de la Escuela de la 26 División durante la guerra y dibujante en la prensa confederal del exilio francéshacia el final de los años cuarenta.

Toni Vidal, firma de un cartelista de CNT-FAI y de las cubiertas de las partituras de los himnosrevolucionarios anarquistas, en 1936. Existe unAntonio Vidal, de Granollers, dibujante deSolidaridad Obrera, en 1935. La firma de Toni Vidalreaparece en las publicaciones del exilio confederalfrancés de finales de los años cuarenta, aunquequizás se trata de reediciones de las cubiertas de los años treinta.

Dibujante anónimo de Mas Allá que colaboró, almenos, hasta 1937. Probablemente son xilografíasrealizadas en el frente, pues está presente en todossus números.

Otro dibujante, viñetista, colaborador de Más allá,es Ledesani, aunque esta firma es algo ilegible. Esteperiódico/boletín tuvo 13 números en el frente deHuesca entre 1936 y 1938 y tuvo entre sus dibujantescolaboradores a: Avila Ledesma, «Les» y Albanep.Antonio Ávila Ledesma realiza dibujos del frente deMadrid en Tierra y Libertad, en 1937; Manuel CrestarDíaz, dibujante gallego que colaboró con CNT,en 1938; Duran, valenciano, dibujante y autor dellogotipo del SIA, que estuvo preso en el campo de concentración francés de Saint Cyprien y Alejo,dibujante, ilustrador en CNT desde los primeros años treinta hasta 1938.

Juan José Luis González Bernal, ilustrador enCenit en los primeros años treinta, simpatizante delos medios confederales. Combatió en el frente en San Sebastián pese a una enfermedad crónica.Trabajó en la oficina de propaganda de la Repúblicadesde París. Murió por dicha enfermedad, en 1939.

Ignoramos si el pintor y escultor canario SantiagoSantana era un libertario, pero se pasó la guerra enMadrid realizando tareas de propaganda para CNT.No fue represaliado, y en 1947 fue nombrado directorde la Escuela Luján Pérez, en Las Palmas de GranCanaria. Santana falleció en 1995.

Manuel Rodríguez Lana, «Marola». Escenógrafoasturiano, caricaturista, dibujante anarquista,colaborador en el diario La Prensa, el semanal La Verdiasca, Acracia y CNT entre 1936-1937. Fueherido en combate y estuvo a punto de perder unojo. Falleció en Gijón, en 1986.

Vicente Pla, «Tete». Cartelista y dibujante en CNT.En la posguerra fue dibujante publicitario y colaborador en Jornada.

Mariano Moré, dibujante asturiano también enCNT, en 1937. Encarcelado en 1939, falleció enOviedo en 1974.

El pintor Ramón Calsina Baró. Viajero catalán,escenógrafo, pintor, humorista y cartelista en guerrapara CNT. Se exilió en Francia, de donde regresó a España en 1956. Falleció en Barcelona en 1992,donde tiene dedicada una plaza.

Lázaro, que publicó sus dibujos sobre las primeraspartidas de guerrilleros y huidos en Huelva y Extremadura, en Estampa, en 1937.

Fernando Rodríguez Beut, pintor que durante todala guerra condujo camiones en una unidadconfederal.

Sanz Miralles. Cartelista de CNT. Hay un Juan SanzMiralles combatiente en la cuarta centuria de laColumna de Hierro. Podría tratarse del mismo.

Germán Horacio. Pintor, cartelista, colaborador deLibertad, Frente Libertario, Buen Humor y en tareasde propaganda en el Consejo Interprovincial deAsturias y León. Se le atribuye la realización del

diseño de las etiquetas de puros Miliciano, en 1938.Se exilió en Francia y México, donde murió en 1975.Utilizó los seudónimos «Gr. Man» y «Pachin».

Liebe, que también realizó dibujos para lascubiertas de Tierra y Libertad en 1936.

Domínguez, ilustrador en Fraternidad, en 1937.José Gumbao, profesor de dibujo para niños en la

Escuela Racionalista de Orriols (Valencia), durante la guerra. Movilizado en la 108 Brigada Mixta en el Escorial, en el frente de Madrid. Colaborador de Fragua social. Comisario de Información, seencargó de la propaganda y del periódico mural de su Brigada. Estuvo recluido en un campo deconcentración franquista en Zamora. A partir de 1949lo encontramos exponiendo como premiado pintor.En 1972 se trasladó a Marsella (Francia), dondefalleció en 1989.

Juan Bautista Toledo, dibujante miembro de laFUE (Federación Universitaria Española), durante la guerra en los comités de resistencia de UGT-CNT.Presidente de las Juventudes Sindicalistas, realizócarteles para el Partido Sindicalista. Fue colaboradordel Taller de Artes Plásticas de la Alianza deIntelectuales Antifascistas. Comisario Político delBatallón de la Columna Jaime Cubedo, en el EstadoMayor de la Brigadas Internacionales, en Albacete. Al terminar la guerra fue hecho prisionero enValdepeñas (Ciudad Real) y recluido en campos deconcentración para posteriormente ser trasladado a la cárcel Modelo de Valencia. Liberado en 1945 se

dedicó a dibujar historietas y colaboró con laResistencia Antifranquista falsificando documentos,pasaportes y vales de gasolina. En 1950 emigró a Argentina, donde trabajó en la televisión comoescenógrafo y decorador. Falleció en 1999.

Rafael García Escribá. Pintor, dibujante anarquistaen Estudios (1931), Libre Estudio y Fragua Social.Activo cartelísta de guerra, colaborador de Renau en la Dirección General de Bellas Artes y escenógrafodel Pabellón Republicano de París, en 1937. Estuvopreso en el campo de concentración francés de Argelés.

Camps. Dibujante, cartelista miembro de la FAI y del colectivo «Art Lliure» (Arte Libre). Colaboradoren Tierra y Libertad.

Pablo o José Planas. Dibujante catalán, ilustradorde libros y publicaciones libertarias durante los años 20.Se exilió en Argentina donde colaboró dibujandopara las portadas del suplemento de La Protesta.

Ricard Obiols, cartelista de los Sindicatos Únicos,colaborador del Comisariado de Propaganda de laGeneralitat de Cataluña.

La localidad alicantina de Alcoy produjo doscartelistas en torno a la industria textil de CNT:Tomás Ferrándiz y especialmente Vicente Abad Rico,que continuó en la posguerra como cartelistaprofesional.

Miguel García Vivancos perteneció al grupoanarquista de acción «Los Solidarios» junto a Durruti,Ascaso y García Oliver durante los años anteriores a la guerra. Vivancos marchó al frente con lacolumna de «Los Aguiluchos», de la FAI, yposteriormente comandó las 24 y 25 Divisiones.Curiosamente ejerció y expuso como pintor naïfen París durante los años cuarenta hasta su regreso a España en 1970, dos años antes de su muerte.

Carlos Vives, el insomne diseñador nocturno delos logotipos del papel de fumar Smoking, en 1929, y de la cajetilla de cigarrillos Ideales, entre otras.Durante la guerra, Vives dibujó el único billete de unapeseta impreso en Barcelona y además realizódípticos propagandísticos para la Generalitat deCataluña y para la CNT. En la posguerra diseñó las primeras tarjetas navideñas troqueladas, realizólibros de dibujos desplegables y el libro de recortablesMi tren, aunque se vio obligado a realizar trabajosfolclóricos y religiosos. Vives falleció en su Barcelonanatal, en 1974.

Además, CNT editó también algunas series depostales ilustradas en color. Las de R. Martín, GustavoCalvet y Barreira.

Finalmente, recordar que Aleix Hinsberger firmódurante la guerra cerca de media docena de cartelespara CNT, FAI y otras organizaciones.

La mayoría de los dibujantes anarquistas aparecendesperdigados en las unidades confederales. Vemosa unos cuantos dibujantes libertarios desaparecer en la guerra sin que hayamos encontrado rastro en elexilio. Es el caso de Gumsay, Desmarvil, y Beut. En cambio «Shum», Fontseré, Bauset Ribes y otros,combatieron, sobrevivieron y dejaron huella.

Pioneros del cine de animación y continuadoresdel fotomontaje de prensa, los dibujantes libertariosson, en general, mitad combatientes mitad grafistas.Desunidos por el exilio y la posguerra, la mayoría noregresó a España, y si lo hicieron, fue después de lamuerte del dictador.

Miguel Sarró, «Mutis»

BibliografíaAgramunt, Francisco. Arte y represion en la guerra civil.

Artistas en checas, cárceles y campos de concentración.Junta de Castilla y León, Generalitat Valenciana, 2005.

Fontseré, Carles. Memories d´un cartellista català (1931-1939).Portic S.A., 1995.

Generalitat Valenciana. El paraíso de la razón. La revistaEstudios (1928-1937) y el mundo cultural anarquista, 1997.

Litvak, Lily. La mirada roja. Ediciones del Serbal, 1988.Madrigal Pascual, Arturo A. Arte y compromiso. España

1917-1936. Fundación Anselmo Lorenzo, 2002. Olivé i Serret, Enric. La pedagogía obrerista de la imagen.

Olañeta editor 1978.Pérez Contel, Rafael. Artistas en Valencia 1936-39. Vol.I y II.

Consellería de cultura. Generalitat Valenciana. 1986.

Arriba, José Luis Rey Vila («Sim»).

Abajo, Gallo.

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Ilustradores actuales

D urante los ùltimos años, han sidomuchos los dibujantes e ilustradoresvinculados al anarquismo, o cercanos

a su sensibilidad, sin olvidar a la prolíficaAsamblea de Dibujantes. Carteles, pegatinas,ilustraciones de periódicos y revistas... unaingente producción ha salido de sus pinceles,casi siempre sin cobrar y con prisas, casisiempre sin el reconocimiento que merece un trabajo excelente y desinteresado. Razones de espacio nos obligan a una pequeña nómina de estos artistas. Faltan, entre otros, Ivá, Lusmore, Calvo, El Roto, Max, Edu Barbero,Llorenç...

Rai Ferrer.

Jesús García Aguagria.Pierre.

Nono Kadáver.

Manolito Rastamán.

Paco Arjona.

Pepe Farruqo.Azagra.

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L a procreación consciente (neomalthusianismo)originó en España el descenso de la natalidadobrera. Hasta entonces el proletariado era

conceptuado por la economía política, el Estado y laIglesia católica como el sujeto histórico que debíaaprovisionar con su abundante procreación al ejércitoy a la expansión industrial.

El neomalthusianismo se difundió en España desdeCataluña y la prensa obrera anarquista de Barcelona,como el Boletín de la Escuela Moderna y La HuelgaGeneral, que desde 1901 financiaron y animaron FerrerGuardia –uno de los fundadores de la liga internacionalneomalthusiana un año antes– y Mateo Morral,corresponsal en Alemania del órgano de la Ligainternacional con sede en París, la revista Régénération.

En los medios anarquistas fue donde se expuso enEspaña el neomalthusianismo con los mismosobjetivos que Paul Robin y otros, en Francia, habíanfijado como derecho irrenunciable de todas lasfamilias obreras: buen nacimiento, buena educación,buena organización social. Para ello se crearon en elseno de las sociedades obreras secciones y gruposneomalthusianos de ambos sexos o exclusivamentede hombres y mujeres en casi toda la península.

En 1904 se creó en Barcelona la sección de la LigaUniversal de la Regeneración Humana, siendo susecretario el anarquista y primer presidente delAteneo Enciclopédico Popular barcelonés, Luis Bulffi,persona culta y en permanente relación con losmedios neomalthusianos franceses. La actividad dedicha Liga, federada a la homónima internacional consede en París, estuvo dedicada al estudio delproblema de la población y la maternidad libre,afirmando ya en aquellos años que el desarrolloilimitado de la producción no era posible porque elmedio natural era limitado.

Desde 1904 hasta 1914, el neomalthusianismo

tuvo en España, como órgano exclusivo de difusión,la revista Salud y Fuerza (Procreación consciente ylimitada). En ella se exponían los debates teóricos dela conveniencia de la restricción de la fecundidadobrera ante el militarismo (nueva aventura colonialen África), la fuerte emigración de campesinosespañoles a ultramar y las condiciones de esclavitudsexual en que se encontraba la mujer proletaria. Almismo tiempo, la publicación se convierte en elprimer vehículo de difusión y expedición de losprimeros contraceptivos naturales y artificialesprocedentes del extranjero, así como de los que sevan ideando en el interior de España.

Revolución social y procreación obrera consciente

Anuncio de «PastillasMalthus» aparecido

en Solidaridad Obrera, núm. 484, de 1917.

familias numerosas de la clase trabajadora.Debemos tener en cuenta que para los

poblacionistas nacionalistas era preciso contar conuna población catalana de más de diez millones dehabitantes: en el imaginario nacionalista catalán unpaís de características geográficas similares a la deBélgica representaba su modelo a seguir. Laburguesía catalana no veía límites al crecimientopoblacional porque estaba convencida de que en elfuturo ser un país superpoblado seríaeconómicamente ventajoso.

Un aspecto que el neomalthusianismo dentro delanarquismo desarrolló en España hasta 1939 fue lapreocupación, muy actual, por el equilibrio entre lapoblación y los recursos naturales. Esteneomalthusianismo anarquista tenía conciencia deque el agotamiento de los recursos naturales, comoel carbón, el hierro o las tierras agrícolas fértiles,cuando la población mundial alcanzaba los 2.000millones de personas, era un problema que tardaríaen presentarse, pero que ineludiblemente habrían deafrontar las generaciones futuras. De ahí que muchosanarquistas vieran que era necesario complementarla lucha por la emancipación social mediante lapráctica de la procreación obrera consciente ylimitada.

Para finalizar recordemos que elneomalthusianismo ibérico y del Sur de Europa sólointerpretó la anticoncepción como un mediocomplementario para alcanzar unos objetivos que ensus propias palabras eran éstos:

«Ante la burguesía: Hay que limitar la procreaciónhasta conseguir que la burguesía no halle más unosolo de nuestros hijos para servir de bestia de carga;

publicaciones y congresos de la CNT, como el deZaragoza de 1936, en el cual se acordó crear escuelasde maternidad consciente. Asimismo, la prensaanarquista siempre estuvo abierta a la discusión y ladifusión de medios anticonceptivos, ayudando ahacerlos accesibles a la clase trabajadora.

Así pues, hace más de cien años que larecomendaciones maltusianas resultarontransformadas, quedando en muchos casos elnombre de Malthus asociado por la población obreraa la marca de pastillas anticonceptivas que seexpedían en España y Portugal con tal denominación:las célebres «Pastillas Malthus».

Eduard Masjuan

Desde 1900-1908 se proclamó en Barcelona la ideade la Huelga de Vientres, acompañada de los mediospara su realización. La rápida progresión de estaconsigna entre el proletariado se debió de dejarsentir, dado que desde 1908 el Ayuntamiento deBarcelona –a propuesta de los sectores catalanesnacionalistas– decidió crear premios para aquellospadres, exclusivamente obreros, que tuvieran docehijos. Premios con vocación claramentepoblacionista, para una región que tenía dos millonesde habitantes. Durante esos años, la burguesía y laIglesia presenciaron asustados como de 1900 a 1905Cataluña había pasado de ocupar el catorce lugarentre las veintidós naciones de mayor natalidad, aldecimonoveno lugar siguiendo los pasos de latambién neomalthusiana Francia.

Para entonces la liga neomalthusiana españolacontaba con treinta y una secciones ubicadas en loscentros obreros de Cataluña. Se respondía de estemodo a la estrategia demográfica nacionalista,apoyada por la Iglesia católica de Cataluña y España,basada en la expansión y mantenimiento de las

para que la prostitución no encuentre más una solade nuestras hijas para presentarla en el mercadoinfame de la carne de placer: para que la guerra nosea más alimentada con la carne de cañón que losproletarios con tanta abundancia proveen.

Ante la Iglesia: La Iglesia está muy sin cuidado delos actos de los librepensadores, si mientras éstosestán en el meeting vociferando contra los clericaleso vayan a Roma con banderitas y pendones,charangas y coros, mientras sus mujeres se venobligadas a ir con los hijos que no pueden mantenera mendigar la caridad cristiana y bautizar los hijoshaciéndolos católicos.

Ante el Ejército: Al ejército le importan poco losCongresos antimilitaristas, con tal que los proletariosno cesen de reproducirse en gran escala, mientrashaya exceso de población, estómagos vacíos ybrazos sin ocupar, la guerra será inevitable bajo unau otra forma en la lucha por la vida.»

Estos razonamientos neomalthusianos fueronasumidos y objeto de debate en innumerables

“En los mediosanarquistas fue donde se expuso en España elneomalthusianismo conlos mismos objetivos quePaul Robin y otros habíanfijado como derechoirrenunciable de todas lasfamilias obreras.

“En innumerablespublicaciones y congresosde la CNT, como el deZaragoza de 1936, se acordó crear escuelas de maternidadconsciente.

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51C e n t e n a r i o C N T

La confluencia

Naturismo y anarquismo confluyen en sus trespuntos principales: en la idea de un orden natural tanválido para el individuo como para la sociedad y lanaturaleza, el apartarnos la sociedad capitalista delmismo y la necesidad del retorno a dicho ordencomo objetivo primordial.

El conjunto de leyes naturales u orden natural–siguiendo al Conde de Volney– se caracteriza porperpetuarse a sí mismo, tener como principio básicola equidad y considerar bueno todo lo que favorecela vida y considerar malo todo lo que la merme odestruya.

El alejamiento de la humanidad de este ordennatural es, para el naturismo, la causa principal de ladegradación de la especie humana y de ladestrucción del planeta, proponiendo, a su vez, comovía de retorno, la regeneración físico-moral que partadel propio individuo, siendo ésta el punto dediferencia entre el naturismo integral y las otrascorrientes del movimiento libertario.

Aspectos de la confluencia

La confluencia entre ambos idearios adquierediferentes formas. Pedagogos como AntoniaMaymón o Albano Rosell la conciben como dospuertas diferentes que se abren a un mismo lugar,argumentando que no es posible concebir un ordennatural con privilegios y jerarquías.

Para el Dr. Isaac Puente ambos idearios sondiferentes en sí mismos pero complementarios eindisociables. Complementarios, en la medida que elnaturismo se ocupa del individuo en su dimensiónbiológica y el anarquismo se ocupa del mismo en sudimensión social. Indisociables, en la medida de queambos coinciden en su finalidad última: evitar eldolor humano.

Por su parte, el colectivo naturista individualistaque agrupa la revista Iniciales (1929-1937), piensaque cualquier ideario, con la pretensión de ser válidopara siempre y para todo el mundo, asciende almundo de las ideas convirtiéndose, de esta forma, enun dogma.

Mientras otros naturistas se quedan en laregeneración fisiológica postergandoindefinidamente la social, el naturismo libertario serefiere a si mismo como integral en la medida quetambién incorpora esta última.

Un poco de historia

El naturismo integral nace durante las últimasdécadas del siglo XIX del cruce entre el espírituregeneracionista del kneippismo, las prácticashigiénicas del obrero consciente y el nacientemovimiento anarquista.

Al igual que el resto de las corrientes queconforman el movimiento naturista histórico, sumáximo esplendor corresponde a los años veinte ytreinta del pasado siglo. Décadas en las cuales elnaturismo alcanza su plenitud ideológica y seconstituye en la referencia social para todo lo quesignifica el retorno a la naturaleza.

A partir del Congreso Naturista de Barcelona de 1929, vegetariano naturistas y trofólogos seautodesignan, cada uno a sí mismos, como el único y verdadero naturismo, lo cual deja solos a los naturistas integrales, partidarios ellos de un movimiento agrupador de diferentestendencias.

El naturismo integral

El naturismo integral tiene presente la regeneracióndel individuo dentro del contexto social del queforma parte. Es decir, mientras las otras insisten–como ya se ha dicho– en la regeneraciónexclusivamente biológica, el ámbito familiar y eldistanciarse hacia parajes más naturales, elnaturismo integral considera que no es posible sernaturista al cien por cien sin el previo advenimientode la revolución social, lo cual, por otra parte,

tampoco es motivo para no buscar desde hoy unmayor acercamiento a la naturaleza.

El resto de corrientes, excepto el vegetarianismosocial, se declaran sin ideología política ni religiosapara enarbolar con ello la engañosa bandera de quela regeneración del individuo es común y primigenia,trascendiendo cualquier ideología, algo que comohemos visto no sucede en la práctica y permitemantener posiciones socialmente conservadoras. Noson casuales los intentos de librarse de los naturistasintegrales acusándolos de mezclar sociología ynaturismo.

Aspectos del naturismo integral

El pensamiento naturista, en general, y el naturismointegral, en particular, abarcan todos los aspectos de la vida.

Algunos ejemplos los tenemos en los yamencionados Rosell y Maymón, donde convergepedagogía libertaria y naturismo, el ingeniero ydiletante naturista Alfonso Martínez Rizo y suproyecto de ciudad-campo, Maymón yFedericaMontseny por la liberación de la mujermediante el naturismo o el Dr. Puente con lamedicina naturista y el neomalthusianismo.

Josep Maria Roselló

Bibliografía

Roselló, J.M. La vuelta a la naturaleza. El pensamiento na-turista hispano (1890-2000), Virus Editorial, Barcelona,2003.

El naturismo integral o libertario

«No ha mucho –desde Tierra y libertad primeroy desde Iniciales después– que indicamos nuestraextrañeza de que Soli anunciara una administra-ción de lotería, que nos satisface no haberlo vistomás; como debiera suprimir también los anun-cios de drogas que publica, cuya eficacia curativaes una mentira y una explotación inhumana de laignorancia popular, un envenenamiento de loscándidos ciudadanos. (…)

Pero el colmo de nuestra extrañeza –porqueamamos a nuestra Soli– tiene lugar hoy al leer elsiguiente suelto que el diario –sindicalista, perosus redactores se llaman anarquistas– viene publi-cando:

“Ciudadanos: Siguiendo la moda burguesa deno usar ni gorra ni sombrero, se aniquila unaindustria que proporcionaba trabajo a miles deobreros. Por humanidad, por solidaridad proleta-ria, desechar esta moda impropia de hombres debuen gusto porque, además de su acusado perfilantiestético” (se conoce que los anarquistas deSoli han nacido con la gorra atascada hasta lasorejas y no ven más allá de las narices) “repercu-te con caracteres trágicos en muchos hogareshumildes. ¡Trabajadores! Por humanidad, porsolidaridad, porque no desaparezca una indus-tria que a tantos compañeros proporciona pan,cubríos.”

Los anarquistas de Soli nos explicarán por quéel ir descubierto es una moda burguesa, de malgusto y antiestética. Nosotros ha muchos añosque no nos cubrimos, ni nos cubriremos, (…)

El ir cubierto contribuye grandemente a la cal-vicie, (…).»

(Extractos de «Los anarquistas de Soli», en Ini-ciales, n.o 5-8, agosto 1931, Barcelona).

Contraste de opiniones

Dos instantáneas de grupos naturistaslibertarios de la época

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52 C e n t e n a r i o C N T

Q uizá, lo primero que deba aclararse es que lapresencia de sanitarios entre los anarquistasno es un fenómeno exclusivo de España.

En cualquier país en el que arraigaron las ideaslibertarias es común encontrar a profesionalessanitarios entre sus militantes. Es lógico: los médicosy otros sanitarios fueron testigos directos de losefectos la Revolución Industrial sobre las condicionesde vida y trabajo del proletariado. Era frecuente queen sus publicaciones propusieran medidas desolución a estos problemas de salud, verdaderasepidemias sociales, incluso algunos consideraronque la única terapéutica posible era la transformaciónradical de la sociedad. Por motivos evidentes, en elámbito libertario encontramos con más frecuencia a sanitarios dedicados a la higiene pública, la saludmental, la pediatría y la medicina laboral.

La peculiaridad de la situación española va unida a la persistencia del anarquismo en el movimientoobrero y a las transformaciones en la Guerra Civil, en lo que denominamos Revolución Social Española.

En segundo lugar, debe explicarse la orientaciónbiográfica. La prensa libertaria española, cuyonúmero de cabeceras sigue sorprendiendo a loshistoriadores, recogió gran número de artículos,noticias, conferencias y charlas impartidas porsanitarios en centros y ateneos libertarios. Esto noimplicaba que todos ellos, ni siquiera la mayoría,compartieran las ideas antiautoritarias, sino quesabían que esos medios eran la forma más directa de acercar sus ideas a la parte más activa delproletariado. Por ello, es necesario conocer larelación entre cada unos de esos sanitarios y el movimiento libertario.

Entrando en materia, podemos dividir en seisetapas históricas la sanidad libertaria española,aunque sólo sea con finalidad didáctica:

a) Los inicios de la Primera Internacional en España.Cuando el sector más avanzado de los obreroshispanos se adscribe a la Internacional, un médicode gran formación científica y filosófica ejerceráun papel central en el desarrollo del pensamientocolectivista en España. Gaspar Sentiñón Cerdaña(193?-1902), amigo de Bakunin, será durante unosmeses un elemento fundamental entre lamilitancia catalana; después, seguirá colaborandodurante décadas con la prensa ácrata, en una labortan importante como difícil de seguir por elobligado anonimato que él, por motivospersonales, incrementó. A continuación, lesustituyó un estudiante de medicina y prontojoven doctor, el malagueño José García Viñas(1848-1931), que destacó entre losinternacionalista hispanos hasta 1881. Ambosfueron importantes en la orientaciónantiautoritaria del movimiento obrero en España,pero también, sobre todo Sentiñón, en laincorporación de la ciencia como aliada delpensamiento social frente al dominio asfixiante de la religión. Las características de esta etapa sonla frecuencia de noticias y comentarios destinadosa la salud de los trabajadores, así como laincorporación de textos científicos. Junto a lossanitarios militantes encontramos otros quecompartieron la idea anarquista aunque centradosen el ámbito intelectual, como es el caso deleminente clínico Juan Madinaveitia Ortiz de Zárate(1861-1938).

b) Las aportaciones del neomaltusianismo ynaturismo. A los elementos antes descritos, se unen, desde los inicios del siglo XX, otros dosque no son en sí mismos parte del pensamientoácrata: de una parte, la aparición de textos ypublicaciones específicas destinados a informarsobre el control de la natalidad. De otra elnaturismo, como filosofía de la relación delhombre con la naturaleza, con implicaciones en la gestión directa de la salud. Un médico libertariodestacado es el sevillano Pedro Vallina Martínez

(1879-1970), que continuará activo hasta sumuerte.

c) Durante la Dictadura de Primo de Rivera larepresión sobre las actividades sindicales conllevóque se incida en los aspectos culturales delmovimiento libertario, bajo el calificativo de eclécticos, en los que progresivamente se vanincorporando otros aspectos como la nueva moralsexual y la eugenesia. En esta etapa hay queanotar la militancia de dos facultativos de graninterés, Isaac Puente Amestoy (1896-1936) y JuanAntonio Lorenzo Benito (1878-1938).

d) La Segunda República. En esta etapa, queadelantamos a 1929 con la creación del SindicatoÚnico de Sanidad e Higiene de Madrid, seconstituyeron los de Cataluña, el más numerosode todos, Zaragoza y Santiago. También se creanlas primeras organizaciones asistenciales, noexentas de polémica, como la Mutua ObreraSanitaria, de Madrid, y la Organización SanitariaObrera, de Barcelona. Los sanitarios másrelevantes fueron Isaac Puente, cuyas ideas sobreel comunismo libertario se adoptaron en elCongreso de Zaragoza de 1936, y otros en susrespectivas confederaciones regionales: loshermanos Miguel José (1884-1936) y AugustoMoisés Alcrudo Solórzano (1892-1936) en Aragón;Pedro Vallina, en Andalucía y Extremadura; JavierSerrano Coello (1897-1974), en Cataluña; JoséPardo Babarro (1911-1938), en Galicia; EmilioNavarro Beltrán (1898-1969), en Valencia; elquímico Francisco Trigo Domínguez y el médicoMario Orive y Ontiveros (1883-¿19…?), en Madrid;la matrona Constantina Alcoceba (1899-1936), en Soria, o el facultativo Emilio Pedrero Mardones(1910-1937), en Valladolid.

e) La Revolución Social fue la etapa de lasconcreciones en el complejo contexto bélico. Condiferente grado en cada ámbito territorial, según la importancia de las organizaciones libertarias, se produjeron las grandes transformacionessanitarias: comarcalización y generalización de la

asistencia sanitaria, eliminación de la beneficencia,unión de la prevención y la asistencia, derecho alaborto, supresión de los colegios médicos,campañas preventivas… Los sanitarios másdestacados son los médicos Félix Martí Ibáñez(1911-1972), Amparo Poch (1902-1968) y JuanMorata Cantón (1899-1994); entre los farmacéuticos,Manuel Esteban de la Iglesia (1901-1939); entre los practicantes, José Penido Iglesias (1895-1970),además de los sanitarios anteriores que no fueronasesinados por la represión franquista. Con todo,la obligatoriedad de sindicación y la generosidadde los anarcosindicalistas con los nuevos afiliados implican que hay que tener especialcautela al adscribir al pensamiento libertario a los sanitarios de la CNT en esta etapa

f) La etapa de resistencia, exilio, clandestinidad e,incluso, apoyo a la guerrillera, con la creación de algún organismo sanitario para ayudar a laorganización del interior, como la polémica Mutua Ibérica, en Valencia. Cabe significar enestos años al médico José Pujol Grua (1903-1966),a los practicantes Manuel Fernández Fernández(1904-199?) y Manuel Guardiola Ausó (1907-¿19…?)y a las enfermeras Pura Pérez Benavent (1919-1995)y Conchita Guillén Bertolín (1919-2008).

En suma, un breve resumen con algunos nombresde los centenares de militantes libertarios quecreyeron que la revolución social era la mejorterapéutica para una sociedad enferma.

José Vte. Martí Boscà

BibliografíaGirón, A. En la mesa con Darwin, 2005. CSIC, 2005.Masjuan, E. La ecología humana en el anarquismo ibérico.

Icaria, 2000.Martí Boscà, J.V. Revolución y sanidad en España, 1931-1939.

En: A.C. Alzina, 2006.Penalva, C (coords.). La rosa il·lustrada. Universitat d’Ala-

cant, 2004.Roselló, J.M. La vuelta a la naturaleza. Virus editorial, 2003.

La sanidad libertaria en España

Iglesia expropiadareconvertida en hospital durantela Guerra.

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53C e n t e n a r i o C N T

La creación literaria anarquista

Además de la difusión de las ideas mediante libros,folletos, periódicos o revistas, los anarquistasexploraron también otros campos, como la expresiónartística, especialmente a través de la literatura; noobstante, no se le ha prestado a este aspecto de lacultura anarquista una atención suficiente por partede los especialistas, en parte por prejuicios hacia unaideología tan molesta para los historiadores y enparte también por un desconocimiento profundo de la cuestión.

Sin dejar de reconocer que en la abundanteproducción literaria anarquista existen colecciones sin ninguna calidad literaria, existen también grandesliteratos, como Felipe Alaiz o Higinio Noja Ruiz por citaralguno, cuyas obras alcanzan un alto nivel de calidad;pero para los anarquistas, como afirmaba un anónimocolaborador de un periódico anarcosindicalista, «la literatura fue y es conceptuada como un artículo de lujo, y por eso el que lo expende lo adorna, lo dora y lo pinta. Para nosotros es muy distinto. La literaturaes un medio de lucha, un reflejo de la revolución queestá actuando el proletariado, y por eso toma tinteviolento y tiene ímpetu de cargas a fondo. Escribimospara exponer una lucha violenta o desesperada, paraprotestar de un crimen, para denunciar una iniquidad,para revelar una felonía, etc., y estos temas obligan allenguaje áspero, la argumentación fuerte. De ahí que la literatura sindicalista sea violenta» (Fulano de Tal, La literatura heroica, La Unión Ferroviaria (S.C.)(Barcelona), III, 52 (16 junio 1914), 4).

Tras lo dicho, conviene al menos señalar quéentendemos por literatura anarquista. En líneasgenerales podríamos definirla como aquella literaturaque toma como base argumental algunos elementos que constituyen el fundamento teórico del anarquismo: rechazo de la autoridad y de todaopresión de un individuo o grupo de individuos sobreotros, lo cual implica rechazo del Estado y de susinstituciones fundamentadas en la jerarquía (ejército,salariado, etc.). Por tanto, resulta evidente que laliteratura anarquista no tiene por qué ser una creaciónexclusivamente anarquista; de hecho ha habido unagran cantidad de autores reconocidos que han llevadoa cabo creaciones basadas en algunos de lospresupuestos defendidos por el anarquismo.

La estética anarquista

Los estudios sobre cultura popular, contrapuesta a la Cultura de elite, son ya muy abundantes y enfocados desde una gran variedad de puntos devista. Sin embargo, este no es lugar para tratar estetema, principalmente porque los anarquistas hicieroncaso omiso de estas diferencias, y en segundo lugarporque su tratamiento rebasaría ampliamente los objetivos de este estudio.

Conviene señalar, no obstante, que en líneasgenerales la cultura popular ha sido siempreconsiderada una cultura de baja calidad y en lamayor parte de los casos prescindible. En el caso del anarquismo, como apuntábamos más arriba, sucultura no sólo ha sido –salvo honrosas excepciones–minimizada, sino simplemente ignorada.

Lo cierto es que, en algunos aspectos, losanarquistas se situaron a la vanguardia de la estética.Bastaría para ello echar una rápida ojeada a la inmensaproducción por ellos generada; esto resulta en ciertomodo lógico si tenemos en cuenta que muchosanarquistas eran tipógrafos de profesión y congrandes aptitudes de renovación estética.

La evolución de la literatura anarquista en España

La literatura anarquista en España se desplegó en todasdirecciones ya desde los inicios de la Internacional. No obstante, durante el siglo XIX se dio mucha másimportancia al periódico, aunque no por ello se dejaronde lado la publicación de folletos o la creación literaria.A lo largo del primer tercio del siglo XX se iríaincrementando la edición de libros y folletos, aunque el periódico siguió ocupando un lugar privilegiado.

Las colecciones anarquistas de narrativa

Aunque durante el siglo XIX no se llegó a crearninguna colección de narrativa, no por ello losanarquistas dejaron de lado este género literario. Los dos certámenes socialistas celebrados en ladécada de los ochenta del siglo XIX incluyeron en sutemática la narrativa y la poesía. También AnselmoLorenzo publicó una pieza dramática, pero sería apartir de la segunda década del siglo XX cuando lascolecciones de narrativa anarquista comenzarían aproliferar. Entre 1913 y 1939 se publicaron alrededorde treinta colecciones de novelas y relatos brevesanarquistas. Sin embargo, en los estudios que sobrela literatura popular o la literatura social se hanllevado a cabo, muy pocas de estas colecciones hansido rescatadas del olvido y desde luego no ha sido la baja calidad de su literatura lo que lo ha motivado.Gonzalo Santoja, en sus numerosos trabajos sobre laliteratura popular, cita tan sólo a La Novela Ideal, La Novela Roja y La Novela Proletaria (Santonja,Gonzalo, Las obras que si escribieron algunos autoresque no existen (notas para la historia de la novelarevolucionaria de quiosco en España, 1905-1939),Madrid, 1993).

Dinamita cerebral

Aunque esta recopilación de cuentos anarquistas noes desde luego una colección de novelas, me parecenecesario reseñarla, porque, a mi juicio, constituye el primer intento serio de crear las bases de unaliteratura estrictamente anarquista. Efectivamente,esta recopilación señala el inicio de otros muchosintentos de sentar las bases de una narrativa puesta al servicio de la revolución. El compilador de estoscuentos, el anarquista menorquín Juan Mir i Mir, decíamuy acertadamente en el prólogo a esta selección:«Se ha coleccionado en este volumen un pequeñonúmero de cuentos como podrían reunirse docenas y centenares de magníficas obras literarias quejustificarían más y más el título de Dinamita cerebral,inventado por José Llunas, antiguo internacional y editor del semanario catalán La Tramontana,como oposición a la violencia sistemática de losdinamiteros.» (Dinamita cerebral. Los cuentosanarquistas más famosos, prólogo de Juan Mir y Mir,Mahón, El Porvenir del Obrero, 1913, 142 páginas).

La novela social

El grupo anarquista Crisol, de Sabadell, inició afinales de 1925 la publicación de la Revista del mismonombre y paralelamente una colección de novelas detemática social –publicación ideológica, según ladenominación del grupo–. En ella colaboraronmuchos escritores anarquistas conocidos. Se componíade fascículos de 32 págs. y se vendía a 20 céntimos.En total editaron, al menos, veinte novelas. Entre sustítulos citemos Vidas quiméricas (Fructuoso Vidal),Carne podrida (Ramón Magre), El grumete (Felipe Alaiz) y «Shum» íntimo (Eduardo Sanjuán).

La novela corta

Con toda probabilidad, la editorial pedagógica dePuente Genil (Córdoba) fue fundada por AquilinoMedina con la inestimable ayuda de Higinio Noja Ruiz,llevando a cabo una intensa labor en el campo de laedición, no sólo de libros y folletos, sino también deperiódicos. Una de las colecciones es la que citamos.

La novela decenal

Entre las muchas actividades de Aquilino Medina, la creación de editoriales ocupaba un lugar central. En el mismo lugar que más tarde fundaría la editorialpedagógica, creó alrededor de 1919, la editorialRenovación que daría a la luz algunas colecciones de novelas y ensayos. A mediados de los años veintedio comienzo la que ahora nos ocupa.

El imaginario literario anarquista

Con toda propiedad podemos considerar la literaturaanarquista dentro del género denominado

literatura social, la cual, resumiendo mucho, sería«aquella cuyo objetivo sea analizar o mostrar unacapa de la sociedad» (Marco, Joaquín, En torno a lanovela social española, Ínsula (Madrid), 202(septiembre 1963), 13). En efecto, la literaturaanarquista, casi sin excepción, se ocupa de la críticasocial, y el protagonista del relato suele ser o bien lacolectividad o «un símbolo de su clase [y]representará valores arquetípicos» (Ídem).

En muy contadas ocasiones –y por razonesevidentes– la literatura social ha alcanzado unprestigio y reconocimiento general. Frecuentemente,ha sido considerada como literatura de segundo ordeno infraliteratura por el hecho de poner el acento encuestiones muy conflictivas. En la introducción a lareedición de las novelas que integraban la colecciónLa novela proletaria, Santonja señalaba la «endeblecalidad de alguno de estos relatos», lo cual era «laconsecuencia inevitable de los objetivos, estrictamentepolíticos en general, que sus autores se habían fijado»(La novela proletaria (1932-33) (1979), reedición acargo de Gonzalo Santonja, Madrid, p. 17).

Es cierto que la calidad literaria de muchas de estascolecciones dejaba mucho que desear, pero teniendoen cuenta los objetivos que se proponían los editores,la excelencia de determinados relatos se fundamentaprincipalmente en la denuncia de la sociedad, cuyainicua explotación en todos los órdenes de la vidapretendían combatir. Por ello, los anarquistas eligieroncomo trama argumental de la mayor parte de suproducción literaria los temas que mejor ponían demanifiesto los mecanismos de esta inicua explotación.

En las novelas anarquistas, lo temas más tratadosson, además del rechazo del Estado y sus instituciones,la guerra, la pena de muerte, la explotación del hombrepor el hombre y también la utopía.

Gimeno

BibliografíaLitvak, Lily. Musa libertaria. Ediciones Bosch. Barcelona, 1981.Siguan Boehmer, Marisa. Literatura popular libertaria. Trece

años de «La novela ideal» (1925-1938). Eds. Península.Barcelona, 1981.

VV.AA. Dinamita cerebral. Los cuentos anarquistas másfamosos. Reeditado por la Fundación Anselmo Lorenzo.Mahón, 1913.

Literatura anarquistaNovela y relato breve

H ay autores que, durante toda su vida, culti-van un solo género y, desde ese afluyente

único, permiten buenos viajes. No es el caso deAgustín García Calvo (Zamora, 1926), boscoso,tan generoso como ávido: ensayo, poesía, tra-ducción y drama le son precisos para desplegar-se. Aunque, bien mirado, lo propio le ocurre conla palabra en sí, y con frecuencia recurre a losneologismos, juntando vocablos a la manera grie-ga o buceando en las raíces como Zamenhof,quien, por cierto, se llamaba Lázaro: ambos sonpuro clamor por el levantamiento.

Y es que Agustín García Calvo es uno de losgrandes autores libertarios de todos los tiempos.Abomina del Poder de los poderosos, de las abs-tracciones que nos esclavizan (Dinero, Nación,Democracia, Progreso); él es partidario de uno yuno y uno…

No es contradictorio, aunque también, sinodialéctico como el griego, y quizás por eso es tanfluvial y va su río tan crecido y por tantos brazos.Ha escrito:

«(...) Quién la inventó la blanca / palabra quelas borra todas las palabras?; / ¿qué ángel, quélucero claro de la mañana / a decir nos enseñaba“No”?: porque ése era / el verdadero creador denuestra lengua.»

Juan Camblor

Agustín García Calvo

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54 C e n t e n a r i o C N T

L a sensibilidad poética ha estado presente en losmedios y las publicaciones ácratas desde lostiempos de la Primera Internacional. Son muchos

los poetas libertarios que dejaron su testimonio poéticoen ésta primera época: Francesc Vivó, Juan Droguet,José Marí, Fermín Salvochea, Pedro Domingo, JoséLópez Montenegro, Josep Llunas i Pujals, TeresaClaramunt, Acracio Progreso, José María Blázquez,José Nakens, Cels Gomis, Eudald Canibell, EmiliGuanyavents, Felip Cortiella y Josep Masgomeri. Lapoética de estos pioneros de la poesía libertaria glosa elprogreso, la asociación, la lucha reivindicativa, larevolución…, y canta las gestas heroicas delproletariado, las huelgas, la lucha contra el capitalismo,la utopía, el amor, la vida y la muerte. El romanticismolibertario es el campo obligado donde se refugian lospoetas militantes y en él buscan su espacio de combateen el camino de la revolución. La poesía libertaria es ungrito que sale de las barricadas, de las fábricas, de lascárceles, de la fraternidad, del triunfo, de la derrota… Lasensibilidad poética de los creadores libertarios formaparte de la estética de la literatura popular. La poesíamilitante tiene un concepto moral, profundamente éticoy humano. Pedro Domingo sale en defensa de su claseen el poema Los desheredados, que publica elperiódico Los Desheredados (30-7-1886): «No me quedaotra esperanza, / mientras me dura la vida, / angustiosay dolorida, / que conseguir la venganza / de mi claseabatida: / (…) Por tanto, desheredados, / de lasnaciones, enjambre, / uniros fuertes y osados, / contralos malvados / que son la causa del hambre».

Las organizaciones obreras, sobre todo las de signolibertario, dispondrán en su seno de elencos teatralesy grupos de rapsodas. No hay ateneo, cooperativa,orfeón o centro obrero que no disponga de ellas. Lapoesía será uno de los vehículos para expandir lacultura y la Idea entre las capas proletarias. La poesía,también, tendrá un papel importante en los doscertámenes socialistas que se celebran en las dosúltimas décadas del siglo XIX, Reus (1885) y Barcelona(1889). En ellos no sólo se discute sobre laorganización del trabajo, las reivindicacionesinmediatas o el futuro económico-social, sino que lacultura juega también un papel importante y espremiado el trabajo del director de La Tramontana,Llunas Pujals, La Revolución, poema en tres cantosescrito en lengua catalana, que fue estrenado en elTeatro Ribas de la plaza de Catalunya de Barcelona, el18 de marzo de 1886, en un acto conmemorativo de laComuna de París: «La libertad nace en la persona /como el sol existe en la Naturaleza...».

Los poetas cantan la vida y la naturaleza, al progresoy la ciencia. El más claro exponente de éste tipo depoesía es la obra de López Montenegro, El botón defuego, un extenso poema que describe el cosmos de lafilosofía ácrata a través de la historia de la humanidad:«Pasaron dos mil años desde el día / en que sobre latierra, nuestra madre / el hombre apareció, y desdeentonces / otra raza magnífica se hace / que, acaso, sea,toda inteligencia.» En los primeros compases del sigloXX destaca la proliferación de grupos dramáticos ypoéticos como El Grupo Avenir, que dirige FelipCortiella, autor del libro de versos Anarquines, el cual,en su poema El Canto del Triunfo, exclama: «En lo másalto de nuestra liberación / un canto rebelde,compañeros, queremos levantar, / que al productorllene de gozo y de esperanza / y el reino de los tiranosconsiga erradicar…»

Con la constitución de la CNT los grupos culturalesse multiplicarán por toda la península. Así, ateneos,centros culturales, sindicatos, cooperativas, etc.,dispondrán de grupos poéticos que ayudarán apromover el cenetismo y la cultura libertaria en lasbarriadas de las ciudades, en pueblos y aldeas. Unanueva generación de poetas se irá abriendo paso:Pedro Luis de Gálvez, Josep María de Sucre, JoanSalvat-Papasseit, Plató Peig, Lucia Sánchez Saornil,Juanonus, Gregorio Oliván, Antonio Agraz, MelchorRodríguez, José García Pradas, Ana Maria Sagi, JoséLuis Gallego, Félix Paredes, Rafael Beltrán Logroño,León Felipe, Rosario de Acuña…

Esta poesía no sólo se inserta en el campo literario,también en el de la lucha. Durruti, en la entrevista dePierre Van Passen para el Toronto Star, se expresópoéticamente: «Sabemos que no vamos a heredarnada más que ruinas, porque la burguesía tratará dearruinar el mundo en la última fase de su historia.Pero –le repito– a nosotros no nos dan miedo lasruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestroscorazones –dijo, murmurando ásperamente. Y luegoagregó–: Ese mundo está creciendo en este instante.»

El combate poético libertario tuvo su máximaexpresión durante la revolución y la guerra de 1936. Enlas ciudades y los pueblos, a través del Sindicato de laIndustria del Espectáculo, se organizan festivales dedanza, música y poesía; y, a además, se organizanguerrillas culturales que anuncian la revolución a travésde la poesía en los sindicatos, ateneos, escuelas,fábricas, hospitales, teatros, cuarteles y frente. Songrupos poéticos constituidos al rededor de los sindicatosde la CNT, de las Juventudes Libertarias, de MujeresLibres, de los Ateneos Libertarios, de los ComitésRevolucionarios de Barriada o de los Comités de lasempresas colectivizadas. Los poetas libertarios cantan larevolución, a través de poemas escritos en momentosde rabia, de pena o de alegría. Los versos, que hanestado escritos a pie de barricada o en la mismatrinchera, son publicados en hojas volantes, diarios,revistas, libros o simplemente son dichos oralmente porsus autores y luego olvidados. Los poemas loan a losque han caído en defensa de la libertad y a personajescomo García Lorca, Durruti, Ascaso…

El 28 de marzo de 1937 la Comisión dePropaganda de la CNT-FAI organiza, en el TeatroColiseum de la Gran Via barcelonesa, la conferencia-recital de León Felipe, que estrena su poema LaInsignia (Solidaridad Obrera, 30-3-1937), reproducíala locución del poeta: «¿Habéis hablado ya todos? /¿Habéis hablado ya todos los españoles? ¡Hay algúnespañol que no haya pronunciado su palabra? /¿Nadie responde? / Entonces falto yo solo. / Porque elpoeta no ha hablado todavía». El poeta, finalizada laguerra, se llevó al exilio la canción…

Los grupos poéticos florecieron en los localescenetistas de Francia, México y otros lugares donde

mantuvieron vivo el fuego de la palabra. Durante latransición la poesía volvió renacer con nuevas vocesque prosiguieron la lucha en ateneos y otros espaciospúblicos. La voz hecha verso ha continuado, con máso menos fuerza, hasta nuestros días. Diversoscolectivos poéticos se han dedicado a organizar actos,la poesía ha resonado en los sindicatos, ateneos,centros culturales, teatros, bares, casas okupadas,cárceles, plazas… La palabra ha sido, como dice elpoeta Jesús Lizano, la capitana de la poesía: «elcapitán / no es el capitán / el capitán es el mar.»

Ferran Aisa

BibliografíaFerran Aisa i Gerard Jacas. Antología de poesía libertaria.

Ateneu Enciclopèdic Popular. Barcelona, 1993.Litvak, Lily. Musa libertaria. Ediciones Bosch. Barcelona,

1981.VV.AA. Romancero Libertario. Ruedo Ibérico. París, 1971.VV.AA. Poesia Acrata, 1936-1939.El Vaixell Blanc-Ateneu En-

cilopèdic Popular. Barcelona, 1986.VV.AA. Barcelona rebelde. Octaedro. Barcelona, 2003.

Poesía libertaria en acción

No quedaría completo este panorama sin la gra-ta y siempre aventurera referencia al Grupo

Surrealista de Madrid y a sus brazos letrados: larevista Salamandra y la volanta El rapto. Poetas porotros medios, como no caben en un verso, se des-angran en pura mirada.

Su linaje es tan ilustre como harapiento: here-deros de Rimbaud, de Jarry, del Primer ManifiestoSurrealista, de los situacionistas, caminan sobreun alambre.

Ellos están aquí para darnos la vuelta, como aun guante, y, capicúas, en ese mismo ejercicio sedesuellan ellos están aquí…

Adán Olisipo

J esús Lizano (Barcelona, 1931) es, quién lo duda,el gran poeta anarquista. Un continental volu-

men, Lizania (Lumen), recoge su obra completa; loslectores disponen también de una antología recien-temente editada por Virus, El ingenioso libertarioLizanote de la Acracia.

Lizano es un poeta torrencial, desmesurado ytonante. Sobre las tablas, recitando, es un fenómenode la naturaleza. Además, este poeta, que fue maestrode escuela durante muchos años hasta que le echaronporque se hacía llamar por los niños «antiseñor Liza-no», sabe jugar como nadie con el público, le implicaen el recitado del poema y saca un brillo colectivo alas palabras. Juega con ellas: las hace, las deshace, lasamontona y las lanza. Sostiene que somos no uno,sino multitud: él mismo ha sido Lizanote de la Manchay Lizano de Berceo, entre otros. Es, olvidaba decirlo,un anarquista místico. Su vía contemplativa, así sueledecir, compone un «camino de imperfección»; suobjetivo: la inocencia. Y un cierto sentido del humorinocente, diríamos casi que naïf, sirve al poeta en rea-lidad para mostrarse y mostrar todo en clave relativi-zadora, reduciendo (o ensalzando), de paso, lo cósmi-co a la medida humana. Porque el canon de la poéticalizanesca es el individuo. En efecto, coherente con laIdea ácrata, Lizano abomina de las concepcionesmasivas del ser humano y reivindica la riqueza y dig-nidad de cada criatura; de hecho, la naturaleza de laidentidad es uno de los temas fundamentales del poe-ta, identidad entendida básicamente de forma dialéc-tica: como conflicto y, por ello, erigida en emblema delo universal, que es inmenso y eterno enfrentamiento

de fuerzas opuestas: fraternidad y soledad; tiempoque sustenta nuestra vida, tiempo que nos lleva a lamuerte; trabajos de rabia y trabajos de amor.

Totémico, él ha sido además un referente paramuchos poetas –libertarios unos, cimarrones todos–que, en los últimos años, venimos haciendo nuestrosversos. No hablo, claro, de grupo, generación o escue-la alguna: diferencias de edad y poética hacen imposi-ble la impostura de agruparnos bajo etiqueta común.Ahora bien, en Lizano nos encontramos todos y sonmuchas las vivencias que hemos compartido al calordel estandarte lizanesco y tirando de las barbas delmaestro. Permítaseme, pues, parafrasear aquel títulode Kaminski para decir de forma fehaciente que nos-otros somos, eso sí, Los de Barcelona.

Hablo de Ferran Aisa, David Castillo y Gerard Jacas:entre los tres han tejido la crónica poética de la Barcinoácrata y su leyenda, incluyendo el granito de asfalto deun servidor; hablo de Enric Casasses, Gerard Horta yJoan Vinuesa, de Jaume Sisa y Pau Riba, que, entre eltrovar clus y la gamberrada, se enseñorean de losescenarios con versos y canciones; hablo del polifacé-tico Juan Nicho; no me olvido del veterano GrupoLeón Felipe, coordinado por Adolfo Castaños. Y recuer-do también a nuestros hermanos del Sur: Enrique Fal-cón, Antonio Orihuela, Eladio Horta y otros.

Nosotros somos, decía, Los de Barcelona. Con labata manchada de témperas y chocolate, nos coge-mos de la mano para que el antiseñor Lizano nos lle-ve de excursión, camino de la inocencia.

Mateo Rello

Antiseñor Lizano y Los de Barcelona

Poetas por otros medios:

el Grupo Surrealista de Madrid

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55C e n t e n a r i o C N T

El teatro anarquista en Catalunya (1890-1914): una tentativa de síntesis

H acer un repaso exhaustivo del conjunto delteatro anarquista en Catalunya, en el período1890-1914, requeriría, al menos, una tesis

doctoral. Sobre todo si tenemos en cuenta la escasaatención que se ha dedicado al conjunto del teatro enrelación con los movimientos políticos y sociales enCatalunya1. Por ello, este artículo simplemente repasa,trazando una vaga línea discontinua, las característicasy figuras más importantes del teatro anarquista. Lacronología escogida quiere ajustarse «grosso modo»al despliegue y arraigo del anarquismo en Catalunya,poniendo especial énfasis en la perdurabilidad de latradición decimonónica arraigada a los valores liberal-democráticos durante los primeros decenios del siglo XX, al menos hasta el impacto de la PrimeraGuerra Mundial, con sus consecuencias (irrupción delpeonaje, estallido de la Revolución Rusa, desarrollodel sindicalismo revolucionario, etc.). Finalmente, porlo que respecta a la definición de «teatro anarquista»existe una trampa terminológica. No es lo mismo unteatro hecho por anarquistas o para anarquistas, queun teatro elaborado en centros anarquistas o un teatrode temática anarquista. Ante esta imprecisiónconceptual he optado por hacer una descripción queincluya y contemple todos los matices posibles.

Una de las primeras crónicas periodísticasdocumentadas de una sesión de teatro anarquista en la ciudad de Barcelona es la del periódico La luz, de marzo de 1886. Con motivo del aniversario de laComuna de París se representó El arcediano de SanGil. La crónica habla también de una actuaciónmusical, de diversos discursos y de una lectura depoemas2. Estos pocos elementos perfilan una praxismuy concreta, distinta de la del teatro comercial, quefuncionará sin demasiadas alteraciones durante todoel período: la de unas funciones acompañadas deotras expresiones artísticas e ideológicas de naturalezaescénica o parateatral (música, monólogos, poesía,etc.). El espacio era también muy importante. Lasfunciones solían tener lugar en locales de centros osociedades por parte de elencos «amateurs». Comoarma de combate y de cohesión ideológica, el teatro, a diferencia de la prensa, era masivo y universal, esdecir, podía llegar sincrónicamente a centenares de personas independientemente de su grado dealfabetización. Además, cumplía otra función. Al margen de su carácter simbólico o conmemorativo,también funcionaba como instrumento de recaudaciónpara unas sociedades con un alto grado deprecariedad económica.

Más allá de estas veladas más o menosesporádicas, que se venían reproduciendo en losambientes anarquistas barceloneses desde los años 80del siglo XIX, la codificación y consolidación de unteatro anarquista catalán, en un sentido amplio, no seprodujo hasta la entrada en escena de Felip Cortiella(1871-1937). Cortiella, tipógrafo de profesión yparadigma del obrero autodidacta, fundó enBarcelona, en 1894, la Compañía Libre de Declamación.La intención de este colectivo era la de representarobras marginadas de los repertorios comerciales porsu contenido político y, al mismo tiempo, incluir obrasde contenido explícitamente anarquista. Del mismomodo, fueron pioneros en la introducción de Ibsen en el ámbito catalán, antes que Adrià Gual o SantiagoRusiñol. En paralelo a esta experiencia hay quemencionar la del grupo denominado del Foc Nou,integrado por Jaume Brossa, Pompeu Fabra, IgnasiIglesias i Pere Coromines, entre otros. De este colectivosurgió la agrupación Teatre Independent que funcionódesde 1893 hasta 1896 y que también jugaría un papelprimordial en la introducción de Ibsen en el panoramacatalán. Dicha agrupación, formada por jóvenesintelectuales próximos al modernismo, aunque no

fuese explícitamente libertaria, compartía lugarescomunes con el anarquismo, los de una amplia culturapolítica de izquierdas, un territorio fronterizo vinculadopor nuevos impulsos estéticos e ideológicosfiniseculares: el regeneracionismo, el individualismo yel vitalismo. Ambas iniciativas se disolvieron en 1896por la represión desatada después del atentado de losCanvis Nous3. Volviendo a Cortiella, en 1896 impulsó,con Llunas i Pujals Teatro Social, la primera revista detendencia anarquista especializada en teatro. De esaépoca datan sus primeras obras como dramaturgo, El goig de viure i Els artistes de la vida, escritasdurante una breve estancia en la prisión, en 1897, asícomo también sus primeras traducciones de obrasdramáticas, Els mals pastors de Mirbeau, de 1901. Aunasí, su iniciativa con más trascendencia fue la de las

Vetllades Avenir, inauguradas en 1902 y destinadas a difundir el teatro social4. El mismo año se hicierondiversas veladas en el Teatro de las Artes de la manode la compañía Guitart-Llorente, con un repertorioespecialmente poblado de autores extranjeros (Ibsen,Mirbeau, Hervieu, etc.) y con un éxito relativo entre elpúblico obrero y la intelectualidad más avanzada5. No obstante, con esta iniciativa se hizo evidente eldivorcio ideológico entre este grupo de trabajadoresautodidactas y el mundo profesional dominado por el modernismo, iniciado después del Proceso deMonjuïc, como lo demostraron las malas críticaslanzadas desde la revista Joventut, desavenencias deíndole clasista que evidenciaban una formaantagónica de entender el arte dramático6. En los añossiguientes, 1905 y 1905, las Vetllades Avenir se vieronreforzadas por nuevas incorporaciones, sedesarrollaron nuevos ciclos de representaciones en el Teatro Circ y en el Teatre Apolo, y se publicó unsemanario homónimo. Las últimas veladas datan de 1908. A partir de 1910, Cortiella desaparece de laprimera línea de fuego y se mantendrá en unaposición de retiro voluntario. A pesar de eso, sulegado fue muy extenso, con una considerableproducción teórica en parte inédita7.

Finalmente, he de hacer una breve referencia a losautores y contenidos específicos del teatro anarquista.Ante la falta de referentes autóctonos claros en esteperíodo, excepto los casos tardíos de Cortiella y deTeresa Claramunt, el teatro anarquista, como elsocialista, vivirá en buena parte del repertorio de latradición liberal democrática, muy consolidada y con profusión de autores catalanes, españoles yeuropeos8. Estas obras, de autores tan distintos comoIbsen, que tuvo un papel casi obsesivo, Mirbeau,

Hauptmann, Rusiñol, Iglesias o Dicenta, entre muchosotros, tenían algunos rasgos comunes muy bienvalorados a la hora de ser representados o reseñados.Normalmente, el personaje central de todas ellas eraun individuo, a veces un dirigente militante, obrero deoficio y de formación autodidacta, que se enfrentaba,no sólo a la injusticia y a la opresión, sino también a lainmovilidad de la masa9. Esta actitud, muy propia delcambio de siglo, se sustentaba en la necesidad de unaregeneración moral y social. El carácter ejemplar ydoctrinal de estas obras es indudable. En el caso deobras de temática específicamente obrera, temas muyrecurrentes fueron la defensa de la propia dignidad, lasupremacía moral del obrero respecto a la burguesía y la necesidad e inevitable mejora de las condicionesmateriales y de subsistencia. Esta temática se vioalterada después de la Primera Guerra Mundial, cuandodistintos cambios políticos y sociológicos hicieron quepasase a ser el proletario, el obrero desarraigado y desheredado, el centro de todas las miradas yatenciones, y la herencia cultural liberal-democráticase redefiniría a partir de una lógica revolucionaria. Por lo que respecta a la estructura del teatro social,permaneció casi inalterada hasta el estallido de laGuerra Civil, cuando en 1936 el Comité de MiliciasAntifascistas se hizo con el control de la FederacióCatalana de Societats de Teatre Amateur (FCSTA),creada el 1932, eliminando todos los elementosreaccionarios y obligó al resto de grupos a afiliarse a ésta. La FCSTA, rápidamente, fue dominada por lossectores pro-gubernamentales y se parapetó en elregazo de la Conselleria de Cultura de la Generalitatpara defender sus propios intereses y, a pesar de lasbuenas intenciones iniciales, tuvo algún que otrodesencuentro con el anarquista Sindicat Únicd’Espectacles Públics (SUEP)10. El triunfo final delalzamiento fascista supuso la completa destrucción de la estructura organizativa teatral societaria anteriora la guerra y el fin de una riquísima tradición artística e ideológica de transmisión generacional.

Joan Tomàs Martínez Grimalt

1 Esto contrasta, paradójicamente, con la atención que hanmerecido otros temas también vinculados a la historia cultu-ral, como pueden ser el asociacionismo, las publicacionesperiódicas o la literatura de folletín. El trabajo más completoy serio en torno al anarquismo y su producción artística y cul-tural es el de Lily Litvak. La mayoría de sus obras, a pesar deceñirse al ámbito español, hacen referencia al caso del cata-lán y, más concretamente, del barcelonés.2 Ver Litvak, Lily. Musa libertaria. Arte, literatura y vida cultu-ral del anarquismo español (1880-1913). Fundación AnselmoLorenzo, Madrid, 2001.3 Ver Gabriel, Pere. Transicions i canvi de segle dentro Gabriel,Pere (dir.): Història de la cultura catalana, vol. VI. Edicions 62,Barcelona, 1997, pág. 63.4 Ver Fàbregas, Xavier. El teatre anarquista a Catalunya, l’A-venç, núm. 22. Barcelona, 1979, pág. 32.5 Padullés, Xavier. Felip Cortiella. Dramaturg anarquista fun-dador del teatre polític català del segle XX, Assaig de teatre,núm. 50-51. Barcelona, 2006, págs. 172-175.6 Ver Gabriel, Pere. Op. cit., pàgs. 64-65.7 Un buen ejemplo es el ensayo El teatro y su fin en el que teo-riza sobre los contenidos que ha de tener el nuevo «teatrosociológico».8 No resulta extraño, sobre todo si tenemos en cuenta quebuena parte de la bibliografía básica de las colecciones popu-lares anarquistas estaban formadas por autores de adscrip-ción federal, radical o demócrata (Pi i Margall, Blasco Ibáñez,Pérez Galdós, Nakens, etc.) 9 Ver Gabriel, Pere. Trabajador de oficio en el siglo XIX: elbuen obrero y la ilustración autodidacta… dentro Sanz, Vicenti Piqueras, José A. (eds.): En el nombre del oficio. El trabaja-dor especializado: corporativismo, adaptación y protesta,Biblioteca Nueva. Madrid, 2005, págs. 241-267.10 Ver Foguet, Francesc. El teatre amateur català en temps deguerra i revolució (1936-1939). Els Marges, núm. 62. Barcelo-na, 1998, págs. 7-40.

“La codificación yconsolidación de un

teatro anarquista catalán,en un sentido amplio, no se produjo hasta la

entrada en escena de FelipCortiella (1871-1937).

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56 C e n t e n a r i o C N T

A l revisar el pasado, la historia, se establecenrelaciones de causalidad para entender porqué y cómo hemos llegado hasta aquí.

En este sentido, lo que se pretende en estas líneas alhablar del anarquismo en el cine, es intentar esbozarunas tentativas para construir una mirada sobre esteaspecto de la historia, soslayado, y que se difuminaen la maraña de imágenes de hoy día, pero que sinduda merece la pena rescatar. Se nos planteaentonces qué criterio adoptar, qué imágenesseleccionar para recuperar una mirada partiendo de una reflexión honesta con el objetivo de poner un poco de orden y así propiciar futuros avances y etapas más creativas.

La aparición del cine ha sido una de las creacioneshumanas que han marcado más profundamente elsiglo XX, originando ricos debates intelectualessobre el carácter de la imagen cinematográfica y suesencial hibridismo que la hace oscilar entre lafidelidad a lo real y la fábrica de sueños. Desde susinicios, el anarquismo ha estado presente en lapráctica fílmica siendo reflejado desde diversasperspectivas, desde ángulos más directos o desdeenfoques más oblicuos. A finales del siglo XIX elanarquismo histórico está en su apogeo y al mismotiempo la figura del anarquista es inscrita en unarepresentación caricaturizada relacionada conbombas, atentados y destinada a asustar a laburguesía. La sociedad de la época preferirá retenerese aspecto y eso tendrá su reflejo en las primerasetapas del cine conformándose de maneramayoritaria esa visión que incide en aspectos no sólotrágicos (alcoholismo) sino también ridículos(fisionomía). La industria del cine en sus inicios no hasido equitativa con la visión ofrecida de loslibertarios. Si bien desde la década de 1880 elanarquismo se interroga sobre el potencial decambio social de las manifestaciones artísticas, ha detenerse en cuenta que los anarquistas contemporáneosal nacimiento y primer desarrollo del cinematógraforecelan en principio de la nueva técnica, pues es vistapor algunos como otro nuevo medio de represión, yaque se cuenta con la experiencia de los sucesos de laComuna y el uso dado a la fotografía como medio deidentificación de los revolucionarios. Paulatinamenteesta visión se irá atenuando al tomar conciencia delpoder ilustrador del cine y el anarquismo verá en élun medio para reflexionar sobre cómo puede serusado para sus objetivos. La caricatura del anarquistay el tema del terrorismo predomina en filmesconocidos –aunque a veces se fuercen lasinterpretaciones–, como La ejecución de Czolgosz(Porter, 1901), The voice of violin (Griffith, 1909), Laanarquía en Inglaterra (Gobbetti, 1909), Condena delanarquista (Butler, 1913), La mujer del anarquista(Ranous, 1912) y Asesinato y entierro de Canalejas(Fernández, 1912), teniendo continuidad en el tiempoen Sabotaje (Hitchcock 1936). Pero lo que ahora sequiere poner de manifiesto es la presentación de lasideas libertarias por parte de cineastas vinculados dealguna manera al anarquismo y así constatar que,pese a que el anarquismo en el cine lo ha tenidodifícil, existe una presencia clara y definida en estaetapa hasta 1939, y para acotarla por razones deespacio nos hemos decantado por dos ejemplosparadigmáticos: el «Cinéma du Peuple» y laproducción anarquista de ficción de CNT-FAI.

En la segunda década del siglo XX surge con lamemoria y la pedagogía como armas de lucha, elCinéma du Peuple, la primera cooperativa en Franciaproductora de filmes militantes destinados a unpúblico obrero. Olvidada por los propios anarquistas,extiende su actividad sólo durante dos años, 1913-1914,truncándose la experiencia con el inicio de la PrimeraGuerra Mundial. Abogando por un cine educativoaccesible a todos, cansados de las produccionescomerciales, siguieron el ejemplo de los Theatres duPeuple, de Bussang y París, y se propusieron elevar

el nivel intelectual ofreciendo visiones contra laguerra, el alcoholismo y los males sociales. Entre susfundadores nos encontramos a Gustave Cauvin,pedagogo y temprano activista, que propagó elideario libertario combinando en sus viajes susdiscursos con proyecciones para conformar unaestrategia efectiva a tenor de los resultados.

Pero la figura decisiva de la cooperativa francesafue el cineasta valenciano Armand Guerra,seudónimo de José Estivalis, responsable de lamayoría de las siete producciones realizadas queinvocaban la memoria histórica del anarquismo y lapresencia obrera en las imágenes, ofreciendo unaforma pedagógico-educativa de cine. Les Miséres de l’Aiguille (1914) y Victime des exploiteurs (1914),no sólo son películas que denuncian la explotaciónlaboral femenina, sino que ofrecen el valor añadidode no presentarse como melodramas clásicos,abordando una realidad concreta que, según el puntode vista de la cooperativa, debe provocar en elpúblico una violenta reacción contra ese estado decosas. Con La Commune (1914), primer filme sobreeste acontecimiento, el objeto es ahora la historiamás reciente a fin de ofrecer a la clase obrera unrecuerdo y una enseñanza sobre su pasado reciente.Pese a su abrupto fin, Cinéma du Peuple y susprincipios se rastrean en el gran Jean Vigo, en H. Poulaille, C. Einstein,… e inspirará otrosexperimentos, como la labor continuada de Cauvin ysu Cinéma Educateur de los años veinte –transmitidoluego a través de las producciones de C. Freinet, J. Painleve y sus filmes científicos en la estela deMarey o la labor del guionista J. Prévert–, el GroupeOctubre, de los años treinta, algunas iniciativasaisladas en la época frentepopulista, hallando rastrosen colectivos post-68 como Groupe Medvedkine,Colectivo Sochaux, Slon/Iskra. El caso francés nospermitiría también adentrarnos en la historia del cineanarquista español, antes de la experiencia, única por otra parte, de la labor desarrollada por éste en ladécada de los años treinta, haciéndolo de la manodel mencionado A. Guerra y de la figura del escritor y actor anarquista Andrés Carranque de Ríos, queademás de su producción literaria, se embarcó en laaventura que para muchos españoles fue adentrarseen el mundo de la interpretación y doblaje en suelofrancés (estudios Paramount, en Joinville).

La producción anarquista en la época de la GuerraCivil española presenta un carácter diferenciado de la del resto de producciones de otras organizacionesdebido a sus «imperativos revolucionarios» –mejorassociales y económicas– y su concepto de lareorganización de la industria cinematográfica. Ya desde 1930 en la Confederación Nacional delTrabajo (CNT) destacaba el Sindicato Único deEspectáculos (SUEP), de gran presencia en el sector,lo que permitirá a los anarquistas asumir el controlde la industria al inicio de la sublevación y lanzar lasprimeras medidas para evitar la paralización yencauzar el sector a través de un novedoso procesode colectivización. Decidida la socialización seprocedió a una recomposición del SUEP, pasando a denominarse Sindicato de la Industria delEspectáculo (SIE), que no sólo producirá películassino que también las distribuirá. Si bien al principiola producción anarquista en tiempos de guerra secentra en los documentales de propaganda yreportajes bélicos, con la creación del SIE se tomannuevos derroteros, ampliando la producción a largosy mediometrajes de carácter más comercial con unafán renovador, intentando separarse de lavinculación que el cine anteriormente realizado teníacon el teatro, además de intentar erradicar, o por lomenos mitigar, la presencia del cine norteamericano.Así ocurre con Aurora de Esperanza (1937), deAntonio Sau, precedente paradigmático de lo queluego se denominaría «neorrealismo» e importantehito en la historia del cine español. La comedia

musical Nosotros somos así (1936), de Valentín R. González, también supone un ataque a lasmentalidades capitalistas y burguesas, que aparecenen las películas de la CNT como clases que seconsideran superiores, todo visto a través del hijo deuna familia acaudalada. Del mismo modo, destacanNuestro culpable (1937), de Fernando Mignoni, unacomedia que trata el tema de la justicia burguesa yque no agradó a todos por el tono dado el contextobélico; ¡No quiero…no quiero! (1937-1938), deFrancisco Elías, y Barrios bajos (1937), de PedroPuche, donde se reflejan las transformaciones en lavida cotidiana de la zona republicana, pese a depararun nivel artístico más bajo al caer en el melodramaconvencional. Emblemáticamente nos volvemos a encontrar, esta vez en España, al trotamundos y políglota A. Guerra, que retorna en 1930 atraído por un proyecto en el que debe sustituir a director de El amor solfeando, dirigiendo a ImperioArgentina. El golpe militar le sorprenderá en plenorodaje de Carne de fieras, y ansioso por documentarla revolución para la CNT-FAI, es convencido paraacabar la película.

Alejados de los estereotipos que el cine hareflejado de los libertarios y su ideario, los casosanteriores demuestran intentos de un cine de raízanarquista verdaderamente artístico y deconsiderable calidad cinematográfica en algunoscasos, más allá del relevante caso de Jean Vigo y su engarzamiento del pensamiento libertario con el aliento poético.

José María Cerviño Vila

Cine anarquista (1896-1939)Tentativas para la recuperación de una mirada

M adrileño de 1902,olvidado de la

Edad de Plata literariaespañola, tras su debutcomo figurante en 1927,obtendrá un papel enAl Hollywood madrile-ño (Sobrevila, 1927),mítica película lamen-tablemente desapareci-da, siendo 1929 un añosignificativo al partici-par en el rodaje de Za-lacaín el aventurero(Camacho, 1929), don-de este libertario polifa-cético conocerá tanto alpropio Pío que apare-ce como secundario yque acabará prologan-do su primera novelaUno (1934), como al pin-tor Ricardo Baroja que también interviene en la cin-ta, interpretando Carranque al carlista Ochando. Enese mismo año participa en la biografía dramáticade Eloy Gonzalo, «héroe de Cuba», El héroe deCascorro (Bautista, 1929), prohibida por Primo yestrenada en 1932. Tras su breve experiencia enlos estudios Joinville (Paramount), regresa aMadrid e intervendrá en Miguelón el último con-trabandista (Aznar, 1933), película ideada en tornoa la figura del tenor Miguel Fleta. La experienciadel mundillo cinematográfico la reflejará en sunovela Cinematógrafo (1936), incluida en su Obracompleta (Eds. Del Imán, 1998).

J.M.C.V.

Carranque: «El caimán»Literatura y cine

Carranque en una de las pocas fotografíasconservadas de Al Hollywood madrileño(1927), película de cienciaficción hoy perdida.

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57C e n t e n a r i o C N T

E n ciertas coyunturas las rupturas político-socialesson de tal envergadura que impregnan de un modo desmesurado los modos de

representación y la producción artística en general.La efervescencia cultural y social del período acotadoproduce una gran corriente, plural, que aglutinacolectivos y asociaciones de intereses diversos y contrapuestos, aunque con múltiples coincidenciasen lo político, fraguados durante una larga época derepresión. En esta línea, ha de señalarse quedeterminadas prácticas fílmicas rupturistas como lasaquí abordadas no respondían sólo a la voluntadindividual política o estética de los autores, sino queestán envueltas en el ambiente de las profundastransformaciones del momento.

En el marco de una tentativa para recuperar lamemoria y la mirada anarquista sobre elcinematógrafo y ciñéndonos al período posterior a la Segunda Guerra Mundial, centraremos nuestraatención en una experiencia significativa por cuantosuponía un intento de un cine alternativo realizado almargen de las estructuras oficiales y querepresentaba un verdadero impacto ideológico al serlos propios cineastas los dueños de los medios deproducción y en principio libres de sometimientos,aunque los resultados finales fueran dispares. EnEspaña, en 1967, se organizan las Primeras JornadasInternacionales de Escuelas de Cinematografía queaglutinan a casi todos los exponentes de la disidenciacinematográfica-política posterior. Pese a nofructificar en convocatorias posteriores, a partir deesos años se desarrollará un activo y ampliomovimiento cinematográfico de oposición quetrabaja en colectivos o pequeños grupos,proclamando sus identidades o manteniéndolas en elanonimato, y en materia fílmica, alternando entre lamilitancia orgánica y la experimentación formal ynarrativa. Sus películas no se exhibían en circuitoscomerciales sino a través de una amplia red de cine-clubs y otras asociaciones. Desde la convicciónde situarse al margen de las estructuras capitalistas,estos colectivos buscan fórmulas alternativas de producción, distribución y exhibición de susproyectos.

La Central del Curt (CDC), creada en 1974 y queprolongará su actividad hasta su disolución en 1982(diferencias internas, problemas económicos,desmovilización política general), se presenta comola primera plataforma alternativa de distribucióncinematográfica de cine militante. Autogestionada,heterógenea políticamente, contribuyesignificativamente a la configuración de una redcinematográfica de información y debate ideológicoen una sociedad civil ávida de una oferta de este tipodada la situación política. Asimismo, pone en marchaun proyecto de producción de películas, laCooperativa de Cinema Alternatiu (CCA), que pese asu inicial indefinición ideológica, ya en 1975 sedefinirá a partir de su ideología libertaria. LaCDC/CCA deviene un elemento crucial en el contextodel cine militante en España debido a sus numerosasrelaciones con colectivos diversos al actuar dedistribuidora de sus producciones, a su destacadapresencia en el panorama nacional e internacionalmediante su participación en muestras y debatessobre cine, y a su amplia visión del conjunto de laoposición fílmica.

Con la progresiva incorporación de nuevosmiembros se van configurando diversassensibilidades, muestra de la pluralidad de laexperiencia, de la que seleccionamos para el casoque nos ocupa el colectivo de L’Hospitalet deLlobregat, formado por Bartomeu Vilà, Mercé Conesay Rosa Babí. Entre sus obras destaca la película Viajea la explotación (1974), realizada bajo ladenominación de Colectivo SPA, agrupación

libertaria que debe su nombre a las iniciales delmilitante anarquista Salvador Puig Antich, y queaborda la problemática de la inmigración marroquí.Este grupo de L’Hospitalet realizará también en elmarco de la CCA, Entre la esperanza y el fraude(1976), largometraje sobre la Guerra Civil basado en

entrevistas con personajes de la época. Esta iniciativade gente de base significa un acercamiento a larealización cinematográfica basándose en temassociopolíticos del momento y que asumen comopropio del trabajo militante la distribución de suspelículas y las de otros cineastas y colectivos.

De aparición tardía y trayectoria fugaz seconstituye el Equipo Penta, cuyos miembrosproceden del Colectivo SPA y de la Cooperativa de Cinema Alternatiu, y que realiza a finales de lossetenta dos filmes muy combativos: Guerrilleros(1978) y Quico Sabaté (1980), ambos de clarainspiración libertaria.

Estas experiencias cinematográficas de carácterlibertario cobran además otra dimensión siatendemos al predominio hegemónico en el discursofílmico general, tanto en ámbitos más industrales y comerciales como en los márgenes del cine másindependiente, de corrientes adscritas a las distintastendencias del marxismo. En una películaemblemática como Informe General (1976), de PerePortabella, radiografía de un estado de ánimogeneral en el que interroga sobre sus proyectos a losrepresentantes más cualificados de distintas fuerzaspolíticas, y que presenta unos méritos que en sucontexto pueden hacer de ella una obra única, sepuede apreciar como deja fuera a los anarquistas,dejando entrever cierto dogmatismo adscrito a laintencionalidad del film marcada por su tendenciacomunista.

Pese a las intenciones discursivas reaccionarias y a las miradas complacientes, algo ha cambiado en el terreno de lo representado por lo que atañe alanarquismo en el cine, ya que se ha otorgado unprotagonismo a ese mundo anteriormente negadomás allá de los tradicionales arquetipos,comprobando por tanto la necesidad de profundizaren prácticas fílmicas de ficción y no ficción dediversos países (EEUU, Argentina, México, Italia,Francia, España,…) interesadas en abordar desde una óptica libertaria temáticas como el sindicalismo,la ecología, la memoria, el maquis libertario, laviolencia política,… para así trazar un mapa de la mirada anarquista en el cine que acompañe a larecuperación científica del anarquismo producida enlas ciencias humanas y, a la vez, sacudirse el mantode olvido interesado que sobre ella pesa.

José María Cerviño Vila

Cine anarquistaTentativas para la recuperación de una mirada en el cine contemporáneo

También desde el cine comercial másactual, y sin tener en cuenta el aspecto

documental, se ha prestado atención al fenó-meno libertario, tanto en el ámbito hispánicocomo a nivel internacional, con títulos comoMalatesta (Lilienthal, 1970), The iceman co-meth (Frankenheimer, 1973), Nada (Chabrol,1974), Rojos (Beatty, 1981), V de Vendetta(McTeigue), La Patagonia rebelde (Olivera,1974), Ora sí tenemos que ganar (Kamffer,1978) y Cananea (Fdz Violante, 1978) enMéxico, La verdad sobre el caso Savolta (Dro-ve, 1980), La estrategia del caracol (Cabrera,1993), Libertarias (Aranda, 1996), Tierra ylibertad (Loach, 1995), El corazón de la tierra(Cuadri, 2007), algunas películas de F. FernánGómez o el cine de A. Tanner y C. Faraldo enFrancia.

J.M.C.V.

Cine actual

“Estas experienciascinematográficas de

carácter libertario cobranotra dimensión si

atendemos al predominioen el discurso fílmico

general, tanto en ámbitosmás industrales y

comerciales como en otrosmás independientes, de

corrientes adscritas a lasdistintas tendencias del

marxismo.

Cartel de la película Tierra y Libertad, de Ken Loach.

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58 C e n t e n a r i o C N T

A lgunas películas, entre las que se cuentantítulos memorables, y docenas dedocumentales han llevado a la pantalla las

peripecias del maquis. Reflejo de los avatareshistóricos recientes y, en parte, de la evolución de laindustria cinematográfica, podríamos clasificar laproducción de estos títulos en tres grandes bloquestemporales: franquismo, transición y segundatransición.

Antes del abordar el análisis de las cintas,anotaremos que este artículo hará especial hincapiéen las que se refieren al maquis anarquista, dejandopara un trabajo futuro la filmografía de los gruposlibertarios que prolongaron su lucha: Defensa Interiorde CNT y el Movimiento Ibérico de Liberación (MIL).

Sin valedor político, éstos son, todavía hoy, losolvidados entre los olvidados.

Franquismo: propaganda de deshecho

Los cineastas de Franco integraron la presencia del maquis en sus obras, una decena escasa, deforma maniquea y bajo presupuestos ideológicosramplones y zafios. Invirtiendo la expresión anarquista, seríaésta una auténtica «propaganda de deshecho». Essignificativo constatar, en todo caso, el hecho de quelos primeros títulos no aparecen hasta 1954, cuandoya la guerrilla está prácticamente aniquilada y elfranquismo ha sido aceptado tácitamente por losAliados.

Rompiendo esta tónica, dos películas, El cerco(Iglesias, 1955) y A tiro limpio (Dolz, 1963) introducenen el cine de la época un trasunto de las acciones delos guerrilleros libertarios, concretamente de QuicoSabater, la primera, y de éste y Josep Lluis Facerias, lasegunda, disfrazándolos, por supuesto, de simplesatracadores. Estas dos anomalías cinematográficas nolo son tanto si se contemplan en su particular contexto:la factoría barcelonesa de cine negro que, durante losaños 50 y 60, y siguiendo el modelo norteamericanodel género, funcionó en la ciudad. Otras cintas, antesde la muerte de Franco, abordarán tambiénsubrepticiamente las andanzas del «Quico»: MetralletaStein (De la Loma, 1974) e, incluso, una coproducciónfranco-norteamericana, Behold a Pale Horse, [Y llegó eldía de la venganza] (Zinnemann, 1964), que no podráverse en España hasta 1979.

El siguiente título a reseñar, ya en 1973, supone otraexcepción, no sólo por su tratamiento del tema, sinotambién por su propia calidad. Obra del siempremaravilloso Víctor Erice, El espíritu de la colmena es,sin duda, uno de los grandes films del cine español y, asu manera poética, inaugura la menguada serie depelículas que, después de la muerte del dictador,volverán a la huella de la guerrilla. También es laprimera película que introduce una nueva perspectiva,a veces una mirada paralela, que dará frutosinteresantes en la aproximación a los del monte: la dela infancia.

Siguiendo con la serie cronológica, en 1975 llega¡Pim, pam, pum… fuego! de Pedro Olea, segundaentrega de su trilogía madrileña (las otras dos sonTormento y La Corea), que presenta por primera vez aun maquis con entidad política real, derrotado perodigno.

La transición: haciendo memoria

Muerto Franco, comienza una nueva etapa, truncada enparte por la grave crisis en que quedó sumida laindustria cinematográfica española durante los años 80.A pesar de esa adversidad estructural, los cineastascolaborarán en la recuperación de una memoriacondenada por el infamante pacto político sobre el quese construyó la transición. Podríamos situar de forma noexcesivamente arbitraria el final de esta segunda fase enel estreno de Silencio roto (2001), una producciónambiciosa que da el pistoletazo de salida para unauténtico boom de títulos, compuesto sobre todo pordocumentales. En cuanto al balance del segundo

período, contabilizamos 11 largometrajes, en la mayoríade los cuales el maquis es un elemento secundario,cuatro cortos, uno de ellos de animación, docedocumentales, sobre todo episodios de seriestelevisivas, una serie documental íntegra, la primeraaparición del maquis en una teleserie, dosdocumentales dedicados a los atentados contra Francoque, lógicamente, dedican parte de su metraje al maquisy otro a la red Ponzán, el primero emitido por TV3.

Abre este período Los días del pasado (1977) deMario Camus, una película sobria pero no carente depellizco estético, con escenas muy potentes. Un añodespués se estrena la memorable El corazón delbosque, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón. Si enaquélla el tono era realista, ésta es una fábula elípticay misteriosa, con notas oníricas y de (aparente)absurdo. Todavía en 1978, Mercè Conesa y BartomeuVila firman Guerrilleros: 13 testimonios de laresistencia armada al franquismo; dos años después,el Colectivo Penta, en el que también figuran Conesa yVila, entregan el corto Quico Sabaté. Con estas dospiezas se inaugura la fértil tradición del documentalsobre la guerrilla. Desconocemos si alguno de lostítulos anteriores fue pasado por la pequeña pantallaantes de 1983, año en que, por primera vez, undocumental de TVE está dedicado al maquis: se tratade un episodio de la serie España, historia inmediata,titulado «La guerrilla».

Tras un breve silencio, 1987 será un hito importantepor lo que hace a la difusión televisiva y, en menormedida, cinematográfica, del tema. Esta vez será unateleserie de TVE, El mundo de Juan Lobón de EnriqueBrasó, la que atienda, aunque de forma ocasional, a laexistencia de los maquis. Como un síntoma deprogresiva normalización política, algunas teleseriesposteriores seguirán su ejemplo; la última, Les veus delPamano (2009) (TV3), dirigida por Lluís Maria Güell. Porsu parte, TVE-Catalunya dedicará toda a una seriedocumental a la guerrilla, El maquis a Catalunya, untrabajo riguroso, sostenido por buenas dramatizacionesy numerosos testimonios, y dirigido por Jaume Serra apartir de un guión del exmilitante del MIL Ricard Vargas-Golarons. También en 1987 llega la primera cinta cuyatrama se centra por completo en los maquis: Luna delobos de Julio Sánchez Valdés, basada en una novelade Julio Llamazares, que colaborará además en elguión. La película, ambientada en la zona de León, es laprimera en reflejar la evolución de la guerrilla y no sólosu etapa final.

Anticipando el interés y el esfuerzo con que Galiciaasume la recuperación documental de la memoriamaquisarda en el siguiente período, TVG dedicará en1990 un episodio de la serie Historias con data almaquis de la zona: «A agreste paisaxe da guerrillaantifranquista», uno de los primeros, si no el primero,de los documentales con que las cadenas autonómicasabordarán el tema; su director, José Antonio Durán,repetirá dos años después con Curuxás. O xusticierolibertario da guerrilla antifranquista.

Habrá que esperar a 1992 para ver en la granpantalla a un maquis explícitamente anarquista (en general, las películas no suelen precisar apenasen lo que se refiere a la filiación ideológica de losguerrilleros): será Juan (Sancho Gracia), uno de losprotagonistas de una producción menor, Huidos,dirigida también por el actor. Otro maquis anarquistaprotagoniza el corto Marisma (1997) de ModestoGonzález.

A partir de Huidos, se van sucediendo lasproducciones en las que el maquis tiene unapresencia más o menos secundaria -entre otras, Terrade canons (2000), «un homenaje al maquis» con elque Antoni Ribas cierra su trilogía sobre la Catalunyamoderna (La ciutat cremada y Victòria son lasentregas anteriores)–.

Segunda transición: los nietos cogen la cámara

Si bien la aparición de títulos es casi incesante desde1977, la última década ha supuesto un aumento

exponencial en su producción. Probablemente, lacausa primera de este intenso interés se inscribe enun contexto extra-cinematográfico, el de la llamadasegunda transición, momento en que irrumpe en laescena sociopolítica la generación los nietos de laRepública. El claro desequilibrio que se da en esteperíodo entre la producción de películas y la dedocumentales sugiere esta lectura: aquéllas soncaras, éstos son cada vez más asequibles, graciassobre todo al vídeo y a los avances en laprogramación informática, y pueden por tantotraducir un impulso netamente popular. Diferentesentidades, como Marxa Homenatge al maquis(www.sindominio.net/marxa-maquis) o La gavillaverde (www.lagavillaverde.org) han ayudado a esteproceso. Otro fenómeno viene a incidir en todo lodicho: aparecen ahora los documentales extranjeros,hechos por los nietos de los exiliados.

Las cifras que arroja la producción de esteperíodo, incluyendo los trabajos de 2009, sonreveladoras: tan sólo 3 largos; 41 documentales; 2 series documentales íntegramente dedicadas altema; 2 teleseries en que figuran apariciones demaquis; 5 cortos y un documental dedicado a losatentados contra Franco.

Una producción ambiciosa, de título explícito perode resultado cuestionable, abre este último bloque,Silencio roto (2001) con guión y dirección de MontxoArmendáriz. La obra plantea la novedad de estarcentrada en el punto de vista de las mujeres. Por lodemás, el retrato que ofrece el director de los maquises fidedigno: muchos apenas tenían formación onociones políticas claras, y eran de extracciónpopular; ahora bien, estos guerrilleros de Silencioroto, hoscos, brutales y crueles, sujetos a losdictados de un lejano comisariado, cumplen con lacrónica, sí, pero acaso no tanto con la verdadhistórica y en absoluto reflejan una imagen cabal y articulada del fenómeno guerrillero.

Vaya una cosa por otra, al año siguiente se estrenaun documental de gran formato, con otro títulomilitante: La guerrilla de la memoria, dirigido porJavier Corcuera y producido por el propioArmendáriz. En la estela de directores como JoaquimJordà o José Luís Guerin, relanzadores deldocumental de crítica social para la gran pantalla,Corcuera entrega un buen producto, que da lapalabra a guerrilleros, enlaces y familiares, cuyostestimonios se urden en un relato completo de lahistoria del maquis.

Durante esta Segunda Transición, la autonómicaTV3 toma el relevo de TVE-Catalunya en lo que serefiere a nuestro tema. En 2001, TV3 dedica dosseries a la guerrilla: La síndrome d’una guerra, detres capítulos y realizada por Felip Solé; y El maquis.La guerra silenciada, de dos capítulos y dirigida porEnric Calpena.

2002 llega para certificar la mala suerte de JuanMarsé con las adaptaciones cinematográficas de susobras: se estrena El embrujo de Shanghai, unproyecto que Víctor Erice abandona pordesavenencias con el autor, y firmado finalmente porFernando Trueba. Ese mismo año, el documental LaCasita Blanca (Balagué, 2002) recuperará medianteuna lograda dramatización el asalto que «Face»protagonizó en 1951 contra el meublé Pedralbes.Guillermo del Toro entrega en 2006 la atractiva Ellaberinto del fauno, tercera y última película de esteperíodo.

En tanto llega un nuevo largometraje ambicioso(se preparan, al parecer, uno dedicado aCaracremada y otro al también anarquista BernabéLópez, del que ya disponemos de un avance enforma de corto, Comandante Abril (2007)), y visto lovisto, no han de faltar pequeños títulos quemantengan en las pantallas la pana y el cuero de losguerrilleros. Quedamos a la espera.

Mateo Rello

Una de maquis

La guerrilla en el cine y la televisión

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59C e n t e n a r i o C N T

E ntre 1967 y 1981, hubo en Catalunya, y en todaEspaña, un activo movimientocinematográfico en respuesta a los abusos del

poder que dio lugar a más de cien títulos realizadospor decenas de cineastas que, en muchos casos,trabajaban bajo la forma de colectivos. Películasmilitantes y de experimentación formal y narrativa,estos filmes eran mayoritariamente clandestinos y seexhibían fuera de los circuitos convencionales, enlocales de sindicatos y asociaciones. Para ellos, laspelículas eran herramientas de lucha social, política yciudadana, ya que trataban temas que los medios decomunicación mayoritarios dejaban de lado, como larevolución de Barcelona del 19 de julio de 1936 o laresistencia de los maquis a la dictadura de Franco.

Desde la convicción de que había de situarse almargen de las estructuras capitalistas, estos colectivosbuscaron fórmulas alternativas para la producción,distribución y exhibición de sus proyectos. Por ejemplo,no cobraban entradas, sino que se financiaban a travésde la ayuda voluntaria de los espectadores o de lasasociaciones con las que colaboraban. Por sunaturaleza, el trabajo colectivo cuestiona la lógicaindividualista que promueve el capitalismo y, enaquellos años, representaba además un claroposicionamiento político contra el régimen franquista.

En 1974, un grupo de integrantes de la Central delCurt, una distribuidora de cine independiente ymilitante radicada en Barcelona, puso en marcha laCooperativa de Cinema Alternatiu, que llegó a realizartres ediciones de un noticiario. Era un proyectointegral que incluía la producción, la distribución, através de la Central, y la exhibición, en la Sala Aurorade Barcelona, controlada por la Cooperativa. Entresus obras más notables se encuentra la películaViatge a l’explotació, realizada por el Col·lectiu SPA.

Este colectivo era una agrupación de vocaciónlibertaria, los miembros de la cual, junto con otrosintegrantes de la Cooperativa de Cinema Alternatiu,formaron el Col·lectiu Penta, de trayectoria fugaz.Penta, integrado entre otros por Bartomeu Vilà i

Mercè Conesa, produjo a finales de la década de lossetenta dos películas muy combativas, en un cinehecho con los medios que el colectivo tenía a sualcance y que combinaba imágenes documentalescon representaciones teatrales que aumentaban laefectividad. La primera de las películas, Guerrilleros(1978), recoge trece testimonios de la resistenciaantifranquista, y Quico Sabaté (1980), narra labiografía del mítico militante anarquista, máximoexponente de la guerrilla urbana barcelonesa.

Otras agrupaciones combinaban el cine con otrasexpresiones artísticas, o agrupaban críticos que dabanapoyo al trabajo de los colectivos. En Madrid, porejemplo, el Colectivo de Contrainformación, quedespués dio lugar al Colectivo de Cine de Madrid,realizó dos largometrajes y exhibió películas militantesy antifascistas de realizadores europeos y americanos.

La ola creativa de los años setenta acabó con elchasco que para los colectivos significó la victoria delPSOE en las elecciones de 1982. Pero los documentalesde aquella época dorada del cine militante estántodavía vivos y vale la pena rescatarlos para evitar elolvido que los mismos filmes pretendían combatir.

David Àlvarez

Paco Ríos es uno de los cineastas y realiza-dores de televisión más comprometidos y

con más trayectoria en la difusión de la ideaanarquista. Es el autor de una de las mejorestesis doctorales sobre el anarquismo y ha reali-zado, principalmente, documentales paraexplicar historias apartadas por los medios decomunicación de masas. Además de su labordurante los años setenta, centrada en la recopi-lación de documentos en el activismo a pie decalle, Ríos ha estado especialmente prolífico enlos últimos años. En 1997 realizó Vivir la utopía,donde explica, a través de entrevistas a super-vivientes del período 1936-1939, la revoluciónque vivió Barcelona después del alzamientofascista del 19 de julio de 1936 y el funciona-miento anarquista de la ciudad, que hastaentonces era conocida como «La rosa de foc».

Un año más tarde, Ríos realizó otro de sustrabajos más conocidos, el documental Du-rruti en la Revolución Española, producidopor la Fundación Anselmo Lorenzo, de Ma-drid, y basado en el libro homónimo de AbelPaz sobre la vida del histórico militante anar-quista.

El último de los trabajos de Ríos, acompa-ñado como casi siempre por Mariona Roca, hasido otro documental sobre la editorial RuedoIbérico que se titula Ruedo Ibérico, radical-mente libre, donde repasa la historia de estaeditorial, nacida en París en 1961 y encargadade introducir los libros clandestinamente aEspaña para mantener la memoria viva.

D.A.

El cine militante de los años setenta: el colectivo como forma de acción

Paco Ríos: documentales para no olvidar

S i algún adjetivo pudiera convenir a J.M. Nunescomo creador, sería en todo caso, el de inclasifi-

cable. Inclasificable como poeta, como cineasta, comolibertario. Ajeno a cualquier intento de etiquetado,mantiene su pensamiento permanentemente libre.

Sus películas, a pesar de su carácter denodadamen-te ruinoso desde cualquier punto de vista comercial, noestán concebidas –como alguien mal informado podríasuponer– para ningún tipo de elite: no busquemos enellas guiños cinéfilos o metáforas crípticas. Son total-mente accesibles –y disfrutables– por aquellos a quie-nes, parafraseando a J.R. Jiménez, llamaríamos «lainmensa minoría», es decir, todas aquellas personasque, abandonando los adocenados caminos marcadospor la mayor parte de la producción cinematográficaactual, están dispuestos a aventurarse por los insólitossenderos propuestos por Nunes, sin guía ni billete devuelta. Para transitar por ellos sólo hace falta caminarsin juicios previos y bien provistos de una sensibilidadabierta y cómplice.

Provisto de una aguda conciencia social y de unasólida formación profesional a pie de obra –pocosserán los oficios cinematográficos que no haya des-empeñado– podría haberse dedicado a filmar pelícu-las al uso: bien hechas, bien remuneradas... y total-mente prescindibles. En lugar de ello, ha preferidodejarse llevar por los caminos por los que su creativi-dad poética le iba llevando en cada momento, a pesarde las muchas dificultades de todo tipo que unaopción así plantea.

Y, a pesar de todos los obstáculos, ha conseguidollegar hasta aquí y seguir haciendo cine, gracias a sudeterminación y su talento pero también, entre otrascosas, porque tiene familia y amigos que le quieren,porque más allá de cualquier otra consideración, JoséMaría es, en el más hondo sentido de la palabra, unhombre bueno.

Biografía

Nace en Faro (Algarve - Portugal) en 1930. A los 12años se traslada con su familia a Sevilla, donde residecinco años hasta que en 1947 se traslada definitiva-mente a Barcelona, donde residirá hasta la actualidad.A partir de 1950, trabaja en la industria cinematográfi-

ca barcelonesa haciendo doblaje, actuando comoextra, secretario de rodaje, ayudante de dirección,guionista...

Realiza su primera película como director(Mañana, 1957). En los años sesenta, su carrera coin-cide con la de los cineastas de la llamada «Escuela deBarcelona», con los que suele asociársele, a pesar desu independencia personal y estilística. En esos años(1955) realiza su obra, quizás más conocida: Nochede vino tinto. Después, ha continuado rodando hastanuestros días, con intermitencias derivadas de susdificultades de producción y financiación. Señalemosque Nunes se refiere habitualmente al cine como «elséptimo sentido». Su cabeza, continúa llena de pro-yectos.

Rafa Rius

FilmografíaMañana (1957)No dispares contra mí (1961)La alternativa (1962)Superespectáculos del mundo (1963, co-realizado con

Roberto Montero)Noche de vino tinto (1966)Biotaxia (1968)Sexperiencias (1969)Iconockout (1975)Autopista A-2-7 (1977)En secreto, amor (1982)Gritos... a ritmo fuerte (1984)Amigogima (2000)A la soledad (2009)Res Pública (estreno en enero de 2010)

José María Nunes: poeta de la cámara

“Los documentales deaquella época están vivosy vale la pena rescatarlospara evitar el olvido que

pretendían combatir.

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60 C e n t e n a r i o C N T

Vidas paralelas: Conxa Pérez y Enric Casañas

I ronías de la vida, Conxa Pérez (Barcelona, 1915) yEnric Casañas (Barcelona, 1919) estuvieron casi enlas mismas batallas del frente de Aragón, y con la

misma Columna confederal, la Ortiz, en 1936; tambiéncompartieron penurias en el campo de concentraciónde Argelès-sur-Mer, tras la derrota. Pero no llegaron aconocerse. Muchas décadas después, les unió la cestade la compra: frecuentaban la misma tienda de la callede Sant Pacià, en el Raval barcelonés, y allí, esta vez sí,se encontraron. Desde entonces, han compartidomuchas cosas, como hoy estas preguntas.

Habladnos de vuestra escolarización. ¿Sois hijos de

la escuela racionalista?

Conxa. Yo soy autodidacta. Empecé a trabajarsiendo una niña: a mi padre lo encarcelaban cada dospor tres, así que, las pocas veces que iba a la escuela,la tenía que dejar porque había que ayudar en casa ytraer un jornal. Aprendí casi sola a leer y escribir;aquí aprendía cuatro cosas, allí otras cuatro, y asítranscurrió mi infancia.

Enric: Entré a trabajar a los 13 años e iba a laescuela nocturna, que formaba parte de la escuelaracionalista de Sta. Coloma de Gramenet. Para queveas hasta qué punto estaba unido todo entonces, laescuela, el Ateneu Llibertari y la Casa del Poble, queallí no era socialista, compartían el mismo edificio,que además era el más grande del pueblo, y quetodavía existe.

¿Cómo os acercasteis al movimiento libertario?

Conxa. Ten en cuenta que mi padre fue siempre unsindicalista de la CNT, así que en mi casa aquello erael pan de cada día: se comentaban las cosas de laOrganización, venían compañeros, mi padre caíapreso, iba a visitarlo a la cárcel. Tengo recuerdos muyantiguos de todo aquello, ¡hasta del guardia delbarrio, que apreciaba a mi padre y que, si veía que seacercaba la policía para detenerlo, corría a casa ypicaba en la ventana para que se escondiera: «¡Joan,que vienen!».

Después, ¿cómo empecé a militar? Pues resultaque mi hermano mayor –yo tendría por entonces 15años- era maestro en un coro de caramelles[caramillos]; con el tiempo, de aquel coro saldríanvarios grupos de la FAI, y yo estuve en uno. Además,como en mi barrio, el de Les Corts, no había muchomovimiento, los de mi colla [grupo] empezamos a iral Ateneo Faros, que estaba en la avenida Mistral. Asíque, ya ves, al principio me llevaba mi hermano, peroal poco tiempo, yo, que era muy inquieta, acabétirando de él.

Enric. En mi casa también eran de la CNT. Un tíomío, Simó Piera, incluso fue uno de los fundadoresde la Organización, en los tiempos de SalvadorSeguí. Además, mi abuelo era republicano federal.Era normal que yo entrara a militar siendo muyjoven: estaba en CNT y en las Juventudes Libertarias.

Y no sólo era lo que veía en casa; aquello estabaen la calle. Piensa que durante la República, lo másimportante, lo que de verdad movía a la gente, eranel sindicato y el ateneo libertario, más que laEsquerra [ERC] o los socialistas.

Luego, mi historia fue curiosa. Hice el camino a lainversa: primero fui a la cárcel, pero como me faltabaun mes para cumplir los 16 años, el tribunal demenores me hizo pasar al Asilo Durán (claro, solíaser al revés). El caso es que, tanto en un sitio comoen otro, recibí a base de bien.

¿Por qué te encarcelaron?

Enric. Era en 1935. Había un conflicto muy fuertecon la compañía de tranvías, que había despedido amuchos compañeros por sus actividades. La cosa yavenía durando tres años (y no se arregló hasta quellegaron las elecciones). A mí me detuvieron en unode los sabotajes a los tranvías.

Concha. En ese conflicto murió un amigo mío,Arnau. Estaba en el mismo grupo que mi hermano.Aquel día pararon un tranvía, hicieron bajarse a lagente, lo rociaron de gasolina y lo quemaron. Peroresulta que entre el pasaje había policías de paisano. AArnau le dispararon por la espalda y le alcanzaron. Loscompañeros le llevaron a la colonia Castells, en LesCorts. Como la policía estaba haciendo registros en lacolonia, tuvieron que esconder su cadáver –porque yaestaba muerto-, y lo hicieron bajo el colchón de unamujer moribunda que estaba allí. Quedaba elproblema de qué hacer después con el cadáver: si lapolicía lo descubría, ataría cabos fácilmente y caeríatodo el grupo. Total, que tuvieron que llevarlo a Hortay allí lo quemaron. El caso es que quedó un calcetín, ypor ese calcetín les cogieron. Arnau estaba de patrona;como no aparecía, ella sospechó, fue a comisaría y allíle enseñaron el calcetín: ella le zurcía la ropa, así quereconoció la pieza, la policía pudo identificar elcadáver y llegó así al resto del grupo.

¿Cómo recordáis la proclamación de la República?

Conxa. Yo trabajaba entonces en un taller de lacalle París. Oí jaleo en la calle y bajé a ver quépasaba. Venía la gente cantando «La marsellesa»;iban a la Modelo a sacar a los presos y me fui conellos. ¡Y conseguimos que les dejaran salir!

Enric. Llevábamos años esperando la República.En un principio, la recibimos con alegría, pero luegotodo se fue liando: hubo choques con la CNT, y laOrganización acabó estando en contra. Al fin y alcabo, la República también era un estado.

El golpe del 36 se veía venir. Contadnos algo de los

preparativos de CNT para responder

y de cómo lo vivisteis.

Conxa. Intentábamos, en la medida de lo posible,estar preparados. Llevábamos algún tiempoescondiendo armas; por ejemplo, en las alcantarillas,bien protegidas del agua.

Enric. La cosa venía de lejos, de la Revolución de1934 en Asturias. Allí, la CNT participó en los hechos;en Catalunya fue distinto, se vivía una gran tensiónentre CNT y la Generalitat, porque los escamots[comandos] de Estat Català habían hostigado muchoa la Organización y ésta había respondido con variosgolpes, así que no dimos apoyo a la revuelta. Desdeentonces, la situación del país era casi de guerra.

Conxa. Cuando se levantaron los militares, yoestaba en casa de los Carrasquer [los revolucionariosFélix, pedagogo, y Francisco, escritor]. Como nosclausuraban los locales cada dos por tres, teníamosque hacer las reuniones en casas de compañeros oen bares, así que el golpe nos cogió allí. En cuantonos enteramos, fuimos a concentrarnos en el bar ElsFederals, uno de nuestros puntos de encuentro delbarrio de Les Corts, donde pasamos la noche. Y antesde que amaneciera ya estábamos en el cuartel dePedralbes. El grueso de los militares había salidohacia el centro de la ciudad y el retén que quedaba sedeclaró leal a la República y entregó el cuartel.Recuerdo que estaba con Francisco y JoséCarrasquer (Félix no venía por el problema de lavista), y también con su hermana; fíjate, allí esta ella,¡que tiempo atrás había querido meterse a monja!Pero, como siempre la arrastrábamos con nosotros...El caso es que en el cuartel llenamos el camión con elque nos desplazábamos de armas y regresamos albar. Peto tuvimos que volver ¡porque no habíamoscogido municiones!Enric. Recuerdo los días 18 y 19 de julio como si fuerahoy. El 18, en el Ayuntamiento de Sta. Colomarequisamos las armas del Somatén, entre las quehabía rifles Wincester, y en el polvorín de Montcada,dinamita. Por la noche fuimos andando hasta SantAndreu, donde estaba al cuartel de artillería. En larambla del pueblo ya había una barricada enorme y

“Sabíamos que [las potenciasoccidentales] nuncaaceptarían unarevolución anarquista en España y dábamos por hecho que tendríamos que seguirluchando. Pero, mira cómo éramos:“Cuando acabemos aquí, decíamos al principio, iremos a Portugal a seguir con la revolución.

”Conxa Pérez

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61C e n t e n a r i o C N T

muchísima gente. Nos empezamos a concentrar en laplaza Comerç. Cuando se hizo de día, llegó un camiónde la Guardia Civil, que nos acompañó hasta la zonade los cuarteles; decían que habían venido «paraponer orden», pero en cuanto llegamos a los edificios,desaparecieron. Para entonces, ya éramos unamultitud rodeando el cuartel. Entramos sin resistencia(las tropas que habían salido para Barcelona ya novolvieron). Nos hicimos con 30.000 fusiles.

Y entonces ingresáis en las milicias

Conxa. Estuve en la columna Ortiz. Aunque meincorporé pronto, la columna ya estaba en Aragón.Salimos un grupo de 10 o 12 y fuimos tomandocamiones hasta que la alcanzamos en Caspe. Y de allífuimos a La Zaida. De Ortiz he guardado siempremuy buen recuerdo, llegamos a ser amigos.

Enric. Yo llegué en agosto al frente, también con lacolumna Ortiz.

Ha quedado la leyenda de todo aquel período, pero

vosotros vivisteis realidades muy duras y muy poco

románticas, como la del combate.

Conxa. Participé en pocos combates. Las armas noeran lo mío. El 19 de julio llevaba una pistolapequeña del calibre 36, que me había dado mi padre.En el mismo cuartel de Pedralbes, un militar mepreguntó «Pero, ¿dónde vas con esto?», y me dio unAstra enorme, un pistolón; cada vez que la disparaba,el retroceso del arma me tumbaba.

Una vez, en Belchite, estábamos retrocediendo porunos olivares. Nos disparaban desde todas partes; nonos daban de milagro. «¡Conxa, no vayas recto!», megritaban los compañeros. En esas fui a dar con unamigo de Les Corts; tenía varias heridas y yo, quellevaba un botiquín de campaña, traté de curarle.Pero uno de los disparos le había alcanzado en lostestículos, y tenía muy mala pinta, así que procurétranquilizarle y fui a buscar ayuda. Conseguí bajar elcerro y llegar a una ambulancia, que le rescató.Después, siempre ha dicho que aquel día le salvé lavida.

Pero de esa época recuerdo sobre todo ladesesperación de no avanzar, de estar días y días enel mismo sitio sin avanzar.

Con los inconvenientes añadidos de ser una mujer en

la línea del frente, desde la menstruación a la menor

envergadura física.

Conxa. Son las cosas más difíciles. Cuando teníasla regla, te dedicabas a lavar paños y, como hubieramovimiento, ¡a cogerlos de prisa y corriendo paravolvértelos a poner empapados! Suerte que laconvivencia era buena. Mi compañero de entoncestambién estaba allí, y eso se respetaba. De haberestado sola, quizás hubiera sido más complicado.

Enric. Yo recuerdo un trato muy igualitario. ¡Lamiliciana luchaba igual que tú!

Háblanos de tus experiencias en combate.

Enric. Había miedo, mucho miedo. Es lo normal,claro. Yo estaba en un cuerpo de guerrilleros, en elgrupo ‘Petróleo’. A veces teníamos que prepararnospara operaciones secretas y sólo el mismo día de laacción nos enterábamos de lo que íbamos a hacer.Fue necesario que aprendiéramos a movernos por elcampo, de noche, en completa oscuridad y sin hacerruido.

Una vez tuvimos que entrar de noche en campoenemigo para traer un rebaño de corderos con el queabastecernos. Era en la zona de Lécera. Hasta allíllegamos sin problemas, pero, ¡ay a la vuelta! ¡Habíaque oír el jaleo! Los corderos estuvieron todo elcamino balando sin parar. Aquello era un escándalo.Incluso, un compañero resbaló y se le escapó un tiro.Pero los fascistas debieron pensar que se trataba deun traslado nocturno suyo ¡y volvimos a nuestraslíneas sin ningún percance!

En otra ocasión, nos encargaron volar un puentecerca de Quinto. Éramos dos escuadrones, treintahombres en tres grupos, y cada grupo con dos guíasaragoneses que conocían el terreno. Pero losfascistas nos salieron al encuentro y, no sólo noconseguimos volar el puente, sino que salimos vivosde allí por muy poco.

Después estuve en Belchite, en Teruel, dondefuimos de los primeros en entrar, y en Cuenca. Yvuelta a Aragón.

¿Os planteabais que, si derrotabais a los franquistas,

después tendríais que enfrentaros a las potencias

europeas?

Conxa. Sí, de eso sí se hablaba. Sabíamos quenunca aceptarían una revolución anarquista enEspaña y dábamos por hecho que tendríamos queseguir luchando. Pero, mira cómo éramos: «Cuandoacabemos aquí, decíamos al principio, iremos aPortugal a seguir con la revolución».

La noticia de la muerte de Durruti debió ser un

impacto para todos vosotros. ¿Qué se os dijo en

aquel momento sobre cómo murió?

Conxa. Bueno, nunca se ha sabido qué pasórealmente. Nos dijeron que se le disparó el arma,pero muchos pensaban que lo mataron loscomunistas. Otra gente decía que fue una balaperdida. En aquel momento, yo estaba en La Zaida.Hubo mucho revuelo y estuvimos a punto de dejar elfrente e ir a Madrid a exigir responsabilidades.

Enric. Desde luego que nos afectó, ya lo creo. Enaquel momento sólo pensábamos en vengarnos delos fascistas.

La militarización de las milicias fue un proceso

conflictivo.

Conxa. Hubo mucho malestar de los compañeros,que de entrada se negaron. Además llegó la orden deque las mujeres pasaran a retaguardia (en la Zaida,sólo dos aceptaron el repliegue).

Enric. Pero, como estábamos en guerra, eranatural que pasara eso. Yo estuve en la 116 y en la117 Brigada de la 25 división y llegué a ser suboficial.

Y en el 39 llegan la derrota y el exilio

Conxa. Tanto Enric como yo estuvimos en el mismocampo de concentración, el de Aregelès-sur-Mer. Nicoincidimos en el frente de Aragón, ni coincidimos en elcampo. Fueron tiempos de tanta angustia que muchascosas las tengo en blanco. Regresé a Barcelona en 1942y participé en la vida clandestina de CNT.

Enric. Hacia el final de la guerra, yo estaba enValencia. Se organizó una expedición para defenderCatalunya y me uní a ella. Lo que en circunstanciasnormales hubiera sido una travesía en barco de unanoche nos llevó dos días, y llegamos justo cuandoBarcelona estaba cayendo, así que seguimos hastaPalamós, y de allí pasé a Francia. Volvíclandestinamente después de cinco años yaproveché una amnistía de prófugos y refugiadospara regularizar mi situación (estaba condocumentación falsa, que había conseguido a travésde la Organización). Y en 1951 emigré al Brasil.

Allí, por cierto, llegaste a conocer a mucha gente del

Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación, el

grupo de españoles y portugueses que secuestró

el trasatlántico Santa María en 1961 para denunciar

las dictaduras de Franco y Salazar.

Enric. Sí, después de esa operación, que fueespectacular, ellos se refugian en Brasil, donde seles dio asilo. Empecé a tratarlos porque en aquelpaís había una buena relación de toda la comunidadantifascista y guardo de ellos muy buen recuerdo. Elgrupo estaba compuesto por 24 hombres, 12españoles y 12 portugueses. Lo habían preparadotodo desde Caracas, donde estaban exiliados. Lamayoría eran comunistas, pero no fanáticos. Habíaalgún anarquista; por ejemplo, un asturiano de laCNT, aunque no recuerdo su nombre, tal vezÁlvarez. Traté mucho a Xosé Velo Mosquera, queera el organizador de todo aquello; a Jorge deSotomayor -ése no era su nombre real-, y quellevaba la parte militar; a Henrique Galvao. Luego,hubo diferencias entre ellos, y alguno se volvió aVenezuela.

Por mi parte, allí en Brasil seguía considerándomede la CNT, como después, cuando volví a España.Haya estado donde haya estado, nunca he dejado deser de CNT.

José Luís Villar / Mateo Rello

“Recuerdo los días 18 y 19 de julio como

si fuera hoy.Éramos una multitud

rodeando el cuartel.

”Enric Casañas

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62 C e n t e n a r i o C N T

Hombre de fina inteligencia, el historiadorChris Ealham nos regaló hace unos pocosaños un libro sugerente y revelador, La lucha

por Barcelona: clase, cultura y conflicto, 1898-1937(Alianza). En esa investigación sobre el anarcosindi-calismo, Ealham levanta los viejos adoquines deBarcelona para encontrarse con la cultura autoges-tionaria de los barrios y, enfrentados, los mecanis-mos de control que esconde el urbanismo. Lehemos preguntado sobre ese conflicto entre las ciu-dades del Diablo y de Dios; éstas son sus respues-tas a vuelta de correo.

Cuando se habla de los antecedentes catalanes de la

CNT, son de rigor las referencias a la cultura obrera y

anarquista del siglo XIX, incluso a revueltas como la

de 1835 o «la Jamancia»; sin embargo, en La lucha

por Barcelona tú planteas la importancia de otro

elemento: los barris [barrios] de la ciudad, cuya viejacultura autogestionaria y de apoyo mutuo asimilócon naturalidad al anarquismo. ¿Hasta qué punto laevolución de la CNT está vinculada a su progresivoarraigo en la vida y cultura de esos barris?

Lo que quise subrayar en el libro era la existenciade un tipo de protesta que prefiguró la llegada de lasformas de lucha anarquista, un especie de anarquismoavant la lettre, algo que vemos no sólo en Barcelonasino también en Andalucía, aunque claro con maticesdistintos. Se trata de una cultura y una éticapreexistente de acción directa popular, algo que viotambién E. P. Thompson en Inglaterra en otra época ycon resultados distintos. La diferencia con España esque el anarquismo y luego el anarcosindicalismosupieron captar esta cultura callejera y redefinirla,convirtiéndola en uno de sus fuentes de apoyo.

En mi opinión, el gran poder de movilización de laCNT en Barcelona siempre estuvo íntimamentevinculado a los barrios. La clave era la capacidad desus activistas y militantes en el ámbito local –hay querecordar que en aquella época muchos obrerostrabajaban en la zona donde vivían– de priorizar lasnecesidades y las luchas de los barrios. Quizás en Lalucha por Barcelona subrayo más la espontaneidadde la confluencia CNT-barrio, pero hubo también unaspecto teórico; así, durante la dictadura de Primo deRivera Joan Peiró escribió que para que la CNT fueseverdaderamente revolucionaria tenía que extendersus actividades y penetrar en cada aspecto de la vidaobrera, llevar la organización sindical fuera de lasfábricas para tener una influencia profunda en lasbarriadas, y creando movilizaciones en torno a lasdesigualdades urbanas. Concretamente, Peiró serefería a la lucha por una vivienda digna o contra elparo, dos temas candentes hoy en día.

Sugieres que esos barris llegaron a funcionar como

el experimento vital más cercano a las comunas

kropotkinianas. ¿Se podría decir lo mismo de las

Federaciones Locales de la CNT?

Yo diría que sí, pero en un sentido más amplio,incluyendo el conjunto de CNT y el movimientolibertario (escuelas racionalistas, cooperativas,etcétera). Obviamente, hubo diferencias y maticesentre la ayuda mutua que existía en los barrios y lossindicatos, igual que los controles impuestos contralos que intentaron abusar de la ayuda ofrecida porlos distintos colectivos.

En este contexto, no son de extrañar los intentos de

los sucesivos regímenes y gobiernos de sacar a los

obreros del centro urbano, y de dispersarlos por la

periferia, sobre todo en estructuras de fácil control

espacial, como los grupos de casas baratas o las

colonias fabriles.

Claro, el estado y sus agentes tienen un marcadointerés en atomizar, descolocar y romper el vínculoorganizado entre pueblo y movimiento. Pero luego es

preciso reconocer que hay poderosas razoneseconómicas que inclinan a los representantes de losintereses capitalistas y los gobernantes a buscar laperiferia, bien para crear colonias fabriles o paraefectivamente desplazar una parte de la poblaciónurbana y enviarla a las afueras, como pasó con laconstrucción de las casas baratas. Pero no era paranada una estrategia coherente – en el caso deBarcelona, su crecimiento urbano estuvo marcadosobre todo por el mercado y con el tiempo resultó enla creación de muchos nuevos espacios de rebeldía,como Hospitalet, centros con una gran concentraciónproletaria que se convirtieron en una fuerza deresistencia imponente.

Abundando en lo mismo, y aunque la cita es un poco

larga, quería recuperar aquí unas palabras de La lucha

por Barcelona. Escribes «(…) la demolición del Raval,

lugar de nacimiento de la clase obrera, era un acto de

agresión contra la historia local de la resistencia

proletaria: marcaba la destrucción de espacios claves

históricos y simbólicos del proletariado local, la

eliminación de lugares de la memoria de resistencia

al capital (…). Estos espacios (…) serían

reemplazados por grandes vías públicas, lugares sin

historia en cuyo entorno no sería posible desarrollar

nuevos vínculos». Te refieres al Pla Macià, de los años

30, pero es increíble (y aterrador) hasta qué punto

parece una descripción del genocidio urbanístico que

viene padeciendo el barrio, y aun buena parte de

Barcelona, desde los años 90.

Con la República, las autoridades intentaron crearuna nueva tecnología de control social másconsciente, un sistema más «racional» desde su puntode vista, como vemos con el Plan Macià, que proponíaremodelar la ciudad y convertir la región barcelonesaen un espacio mucho más «manejable», con unproletariado domesticado. No llevaron a cabo esegenocidio urbanístico debido al comienzo de la guerracivil, pero quedó como una de las prioridades de lasautoridades y las élites urbanas. En el caso deBarcelona, es sorprendente la persistencia de esautopía de los de arriba, sea cual sea el régimenpolítico, de utilizar el urbanismo como un arma en laguerra social, para «expulsar» obreros del centro de laciudad, algo que comenzó con la construcción de laVía Layetana en la década de los 1900. Con el aumentode las luchas sociales del siglo XX, el urbanismo fueutilizado cada vez más como una herramienta paradomesticar espacios rebeldes y fomentar una políticade desmemoria urbana en zonas obreras como elRaval, un barrio que conozco bastante bien. Y, comoes tristemente sabido, las secuelas de la Barcelonaolímpica y la obsesión de trasformar la ciudad en unespectáculo urbano para turistas y consumidores haprovocado la «reforma» más profunda y brutal, quebusca desnaturalizar un barrio «problemático» desdela óptica de las autoridades. Para mí ha sido unproceso espantoso: en ocasiones he vuelto al Ravalbuscando un sitio que conozco, un punto de referenciaurbano, un bar o un local, y me encuentro con que lohan «limpiado» del escenario urbano.

Yo viví en Barcelona durante la orgía preolímpicacuando los buitres constructores sobrevolaban laciudad y se acercaban cada vez más a ésta. Esa durarealidad influyó en mi sensibilidad histórica, porque,claro, el historiador no vive en el pasado, tiene su éticay sus valores, igual que tiene su trabajo en losarchivos donde verifica los datos y saca ladocumentación. Siempre he pensado que esimportante escribir una historia que conecte con elmundo contemporáneo y, en este sentido, lasexperiencias del historiador son claves. Tomemos, porejemplo, el caso de Stanley Payne, un hispanista muyde derechas: su evolución como historiador debe estarinfluida de alguna manera por sus experiencias comoun joven profesor conservador en la Universidad

norteamericana en plena época de rebelión estudiantila finales de los años 60. En mi caso, con 14 añosexperimenté la llegada de Thatcher al poder en ReinoUnido, con su ofensiva racista y su campañaantisindical dedicada a aumentar el paro forzoso yprovocar la precariedad generalizada para salir de lacrisis económica. Esas experiencias influyeron muchoen mi enfoque posterior como historiador.

¿Crees que son verosímiles las hipótesis sobre una

mutua influencia entre Barcelona y París en la

formulación del sindicalismo revolucionario moderno

a finales del siglo XIX y principios del XX?

Bueno, en la mente de las élites europeas,Barcelona era la heredera de la «mala fama» de Parísdel siglo XIX como «ciudad de las barricadas», perono creo que se diera esa influencia mutua. Algo deimportancia primordial para el ambiente social deBarcelona y para la formación y evolución de lasprotestas sociales era el puerto, y por eso su caso sedistingue en parte de lo que pasó en París. Enalgunos sentidos, se puede comparar más a Marsellacon Barcelona, aunque, claro, París era un centro deatracción para la vanguardia anarquista europea, losexiliados y algunos teóricos importantes.

En tu obra analizas en profundidad las facetas más

oscuras de la política republicana: represión del

movimiento obrero –incluyendo la legislación contra

los parados o los intentos de Esquerra Repúblicana

de Catalunya de deportar a trabajadores andaluces y

murcianos–, políticas sociales regresivas en general,

«pánicos morales»… Abocadas a la ilegalidad, ¿la

CNT y la FAI se lanzan al ciclo insurreccional de los

años 30 por un proceso interno coherente, y tras la

ruptura con los Sindicatos de Oposición, o por el

colapso a que las conduce esa represión republicana?

Siempre pensé que hubo y todavía hay muchomito sobre la supuesta bondad de los políticosrepublicanos y la capacidad democrática de laRepública. Esto se debe en parte a la dureza de larepresión franquista y ,por otro lado, se trata de unareflexión política de ciertos historiadores, pese a quesiempre lo niegan bajo el parasol de la «objetividad».Es curioso leer críticas de unos historiadores sobreotros que escriben supuestamente desde unaposición «neutral», por ejemplo en las páginas de ElPaís, donde con frecuencia el autor se identificaclaramente con el PSOE. Todos los historiadorestienen su bagaje político, los más honestos nointentan ocultarlo.

En mi libro, yo no he querido decir que lospolíticos republicanos fuesen peores o mejores quelos que vinieron antes o después ,pero sí heintentado mostrar las razones de la frustración obreracon la República y sacar a la luz ciertas prácticasrepresivas «democráticas». Mi sensibilización coneste tema se debe a lo que vi en Inglaterra en losaños 80, cuando los jóvenes obreros negros erancriminalizados con un discurso moral y conservadorinspirado en el siglo XIX, y luego encontré el mismodiscurso en la prensa republicana contra los«murcianos». Claro, al final es un discurso de miedode los gobernantes, un lenguaje dedicado a dividir ydebilitar a la clase obrera y este objetivo pasa porencima de las fronteras de tiempo y espacio porque,al fin y al cabo, los que mandan, y no importa dóndeni cuándo, tienen la misma preocupación primordial:desarmar los de abajo.

En cuanto al insurreccionalismo de los años 30,quise mostrar que el radicalismo no era algoimpuesto sobre la CNT, que hubo sectores dentro delcenetismo que apoyaban una línea de confrontacióncasi permanente con las autoridades republicanas.Pero no intenté pintar el insurreccionalismo en sícomo una política revolucionaria coherente. Encambio, yo veo el insurreccionalismo del 1932-1933,

Chris Ealham: investigando bajo los adoquines

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63C e n t e n a r i o C N T

Chomsky: una aportación¿Cómo va a afectar al sistema

capitalista la crisis actual? ¿Estamos

viviendo una transición hacia el

socialismo? ¿Cuándo cree que tendrán

lugar todos estos cambios? Los

gobiernos serán gobiernos

autoritarios, populares...

De las muchas y graves crisis queenfrenta el mundo hoy en día, la queestá recibiendo más atención es lacrisis financiera, no porque sea la másgrave, que no lo es, sino porque afectadirectamente a los ricos y poderosos.Enormes fondos están siendodestinados a rescatar bancos endificultades, y muy pocos para abordarel hecho de que mil millones depersonas pasan hambre. A la vez, lasamenazas inminentes para unasupervivencia decente, como la crisisambiental que se avecina, se estándejando de lado. La crisis financiera hahecho explotar el mito de losmercados eficientes y la elecciónracional que se creó para justificar lafinanciación radical de las economíasde los países desarrollados en los

últimos 30 años, políticas que, enrealidad, enriquecen a un pequeñosector de extrema riqueza y sonperjudiciales para la población engeneral . Es probable que el Estadoactual, estructura institucional delcapitalismo, sea restaurado en uncorto plazo con algunos cambios paratratar de reducir los riesgos queprovocó y evitar que el sistema sebloquee. No hay transición alsocialismo en marcha ahora mismo;las condiciones para tal transición noexisten. Consideremos la posibilidadde los EE.UU., el Estado más rico ypoderoso. Durante 30 años, la mayoríade los salarios reales ha estadoestancada, mientras que los beneficiosy la seguridad han disminuido y lashoras de trabajo han aumentadoconsiderablemente. Industriasproductivas se están cerrando,dejando a los trabajadoresempobrecidos y destruyendo lascomunidades. Estas circunstancias sonuna condena devastadora del ordensocio-económico imperante. El

reconocimiento de este hecho podríallevar a los trabajadores y a lascomunidades a hacerse cargo de lafalta de industrias y reconstruirlas parasatisfacer las necesidades sociales: elrediseño de la industria del motor paraevitar el colapso de transporte masivoeficiente, por ejemplo. Por supuesto,no es tarea pequeña, pero losesfuerzos iniciales podrían inspirarmedidas significativas para lostrabajadores y el control comunitariode las instituciones productivas, conmuchos efectos más allá.

Teniendo en cuenta nuestra actual

desmovilización y la pérdida de la

conciencia de la clase trabajadora,

¿Cree usted que el anarcosindicalismo

es todavía una herramienta útil para

«despertar la conciencia»?

Creo que es exactamente laherramienta adecuada para tareas dela clase que acabo de mencionar, y lasideas pueden no ser tan alejadas de laconciencia general como podríaparecer en primera instancia.

¿Qué papel puede jugar el

anarcosindicalismo en la construcción

del socialismo? ¿Cree que éste puede

ser el eje vertebrado de una nueva

sociedad?

Mucho, sobre todo en momentoshistóricos como el actual.

¿Qué actitud va a adoptar frente a

nuevas alternativas políticas

(alternativas anticapitalistas, por

supuesto)? ¿Pueden ser un

complemento de la lucha sindical?

El control popular del aparatoproductivo es sólo un elemento de lacreación de una sociedad más libre yjusta. Hay muchas corrientescomplementarias y, en el mejor delos casos, estas tendencias serefuerzan mutuamente. No es unaperspectiva inmediata, huelgadecirlo, pero con esfuerzo ydedicación, creo que puede haberprogresos reales hacia esosobjetivos.

X. Eliseo

que ya empezó antes de la ruptura con los llamadostreintistas, como algo lamentable: empeoró elcontexto represivo y fomentó una situación muyemocional dentro de la Confederación, que inhibió eldebate ponderado de las distintas posiciones. En fin,el insurreccionalismo se convirtió en un factor de laescisión que debilitó a la CNT profundamente. Añosdespués militantes de la talla de José Peiratsreconocieron que la dicotomía faísta-treintista erafalsa y que las voces más templadas fueronsilenciadas por el ruido de unas posicionesexcesivamente polarizadas.

Has comentado alguna vez la falta de proyecto

político y la pobreza teórica con que los anarquistas

llegan a 1936, y que facilitaron el golpe de gracia a su

Revolución: los «Hechos de mayo». La rápida

reacción de las bases confederales a partir de julio

del 36, en contra de la propia deriva colaboracionista

asumida por la CNT-FAI, ¿no contradice en parte esa

hipótesis? Asimismo, el corpus ideológico que sale

del Congreso Confederal de Zaragoza, ¿no parecía

señalar la madurez de un proyecto de sociedad

alternativo?

Siempre me ha parecido chocante que al mirar alos anales de los intelectuales anarquistas mundialesno haya ningún representante del país donde elmovimiento libertario ha tenido más empuje ysimpatizantes. No quiero exagerar la falta de teoría,pero luego pienso en las palabras del aragonés JuanZafón cuando lamentó cómo, después de tantoscongresos y dictámenes hablando del comunismolibertario, en la práctica los militantes no supieron dequé modo proceder. Pero, ¡cuando miramos aposteriori siempre se ve todo muy claro! Y hay quetener en cuenta que las circunstancias de unarevolución dentro de una guerra civil cruenta, con elañadido de la hostilidad de las democraciasoccidentales y los países fascistas, crearon unacoyuntura muy dificil para la CNT, aunque tambiénhay que decir que los comités superiores delmovimiento libertario eligieron un rumbo que iba encontra de la revolución española: en fin, a mi modode ver, el camino hacia los «Hechos de mayo» estuvopavimentado por los republicanos y sus aliadosestalinistas con el apoyo de los comités superioresdel movimiento libertario. Sí, las bases confederalesreaccionaron, pero su resistencia a la línea queadoptaron los comités superiores fue siempredefensiva y al final no supieron romper con elcolaboriacionismo, tal vez por temor a otra escisióndentro de una CNT recién unificada.

El guión revolucionario producido en Zaragoza en1936 estaba muy lejos de lo que sucedió en la guerra.No quiero entrar en el juego del Que hubiera pasadosi..., y es cierto que entre 1934 y 1936 todo sucediómuy rápido, pero me parece una gran lástima quealguien de la talla de Valeriano Orobón Fernándezmuriese tan joven, y en una coyuntura decisiva, sinpoder influir en el rumbo del movimiento. Yo creoque hubo claves que no fueron consideradas niinvestigadas por el movimiento anarquista,concretamente estoy pensando en la Alianza Obreraa la asturiana y las posibilidades del antifascismorevolucionario. En cambio, la CNT siguió elfrentepopulismo sin mirar a fondo otras opciones.

Nos gusta demasiado pensar en la excepcionalidad

revolucionaria de Barcelona, Rosa de Fuego, Ciudad

de las hogueras… ¿Hasta qué punto su acervo

rebelde no difiere de los de otras ciudades como

París o Berlín? ¿Y con respecto a otras ciudades del

Estado, en el que, sin ir más lejos, Zaragoza fue

conocida como «La perla del anarcosindicalismo»?

Hay siempre algo de mito con las etiquetas. Esverdad que en términos generales hay unos procesoseconómicos, sociales y políticos paralelos quegeneran conflictos y luchas parecidas en la Europaurbana a partir del siglo XIX, pero todo esto estácondicionado por otros factores o locales o de matizpolítico. Por ejemplo, si miramos a la Europa deentreguerras, en algunos sentidos Barcelona no eradel todo un caso insólito: por ejemplo, durante laRepública de Weimar, el partido comunista alemánorganizó algunas luchas callejeras en Berlin y en otrossitios parecidas a las de los anarquistas barceloneses,pero en un partido estalinista, como se puedeimaginar, estas luchas crearon conflictos con loslíderes comunistas, que eran reacios a canalizar laespontaneidad de las bases.

Yo creo que la excepcionalidad revolucionaria deBarcelona tiene que ver con un conjunto de factores, laescala del crecimiento de la ciudad (mucho más grandeque Zaragoza, por ejemplo), el tamaño de la claseobrera, la influencia del movimientoanarquista/anarcosindicalista y sus formas de lucha quefomentaron la ingobernabilidad de amplias capassociales, el comportamiento social y político de laburguesía catalana (muy diferente, por ejemplo, de unaburguesía más propensa a los pactos, o más moderada,como la de Inglaterra), y muchos otros factores.

¿Nunca te ha tentado estudiar otras experiencias

libertarias, como la de la Ucrania macknovista o la

del anarcosindicalismo estadounidense? ¿En qué

proyectos trabajas ahora?

Hay muchos episodios históricos que me atraen;por ejemplo, la Comuna de París, o el augerevolucionario después de la Primera guerramundial: la ocupación de las fábricas en Italia y lasinsurrecciones obreras en Alemania.

El problema es mi ignorancia lingüística, que meinhibe de llevar el tipo de estudio que quiero hacer.Me interesa siempre hacer un trabajo a fondo, bajarlo máximo posible en el océano de las fuentes en vezde escribir algo light, poco documentado o basadoen los libros de los demás. Es interesante quemenciones el anarcosindicalismo estadounidenseporque tengo un proyecto, muy parado de momento,sobre los exiliados anarquistas y emigrantesespañoles en la zona neoyorquina, que llegaron allíen el siglo XIX. El hombre clave de este núcleo era elanarquista catalán Pedro Esteve, compañero de luchade Anselmo Lorenzo, que lanzó varios periódicos yun sindicato que atraía principalmente a inmigrantes–italianos, españoles e hispanos y de algún otropaís–, un movimiento duradero que resistió larepresión que siguió a la Revolución Rusa, pero quemurió con la Guerra Fría.

Ahora estoy trabajando en una biografía de JoséPeirats, el gran historiador de la CNT. Este libro loveo como un estudio de la cultura interna delanarcosindicalismo español a lo largo del siglo XX,así que voy a mezclar la vida de Peirats con la vidaorganizativa del anarcosindicalismo para reflexionarsobre la formación de los «intelectuales» cenetistas,la mayoría de los cuales eran autodidactos,ejemplos del «peonismo ilustrado», para usar unafrase muy acertada de Luis Andrés Edo. En fin, es lavida de un activista que se dedicó enteramente almovimiento confederal, un hombre que empezó atrabajar de niño para estar educado en el trabajo yen el movimiento libertario, y que llegó a ser unaespecie de «proletario renacentista»: publicabalibros de historia, alguna que otra obra de teatro ycolección de cuentos cortos, pintaba y escribía sinparar artículos en la prensa. Y todo ello encircunstancias muy duras, interrumpidas por lanecesidad económica de trabajar, la vidaorganizativa confederal, la revolución, la guerra, elexilio, las cárceles y campos de concentración. Nosenseña sobre la capacidad de los seres humanos deafrontar un sinfín de penas para crear. Muyemocionante.

Mateo Rello

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