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PRIMER CUATRIMESTRE - UNIDAD 11 PÁGINA 111

Unidad 11la monarquía

EN LA ILUSTRACIÓN, DAVID (DETALLE). ESCULTURA EN MÁRMOL, DEMIGUEL ÁNGEL BUONARROTI, CONSERVADA EN LA GALERÍA DE LAACADEMIA, EN FLORENCIA.MIGUEL ÁNGEL NOS MUESTRA DE MODO GENIAL LA BELLEZA DELCUERPO HUMANO. EL EQUILIBRIO DE LA FIGURA CONTRASTA CON LACONCENTRACIÓN DEL ROSTRO (MOSTRADA EN ESTE DETALLE) Y LATENSIÓN DEL BRAZO DEL JOVEN DAVID, QUE SE DISPONE A DISPARARCON LA HONDA AL GIGANTE GOLIAT..

CON EL CORRER DE LOS AÑOS EL PUEBLO DE ISRAEL CRECIÓ. LA TIERRA QUE DIOS LE HABÍA DADOLLEGÓ A SER UN REINO. UN DÍA DIOS ELIGIÓ A UN JOVEN PASTOR, A DAVID, PARA SER REY DE SUPUEBLO.

EsquemaESTE ES EL ESQUEMA QUE SIGUE EL TEXTO.LÉELO ANTES DE PONERTE A ESTUDIAR.

1. SAÚL, EL PRIMER REY DE ISRAEL

2. EL REY ENFRENTADO AL PROFETA

3. ASCENSIÓN DE DAVID

4. DAVID PERSEGUIDO POR SAÚL

5. DAVID, REY DE ISRAEL

6. DAVID, UN HOMBRE PROFUNDAMENTE RELIGIOSO

7. DAVID, UN PECADOR QUE CONFIESA SU CULPA

255 Jue 21,25.

256 1Sam 8,19ss.

257 1Sam 10,1.

PÁGINA 112 ESCUELA DE FUNDAMENTOS CRISTIANOS - DIÓCESIS DE JAÉN

8. DAVID, EL ARTISTA

9. EL REINADO DE SALOMÓN

10. LAS SOMBRAS DE UN REINADO

11. EL NACIMIENTO DE LA BIBLIA

12. LA DIVISIÓN DEL REINO

bibliografíaLA UNIDAD HA SIDO CONFECCIONADAUSANDO LAS OBRAS CITADAS MÁS ABAJO.

Esta etapa de la historia de la salvación está relatado en los libros 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de losReyes y 1 y 2 de las Crónicas.

para estudiarLEE EL TEXTO, HAZ UN ESQUEMAY ANOTA LAS DUDAS QUE TE SURJAN.

1. SAÚL, EL PRIMER REY DE ISRAEL

La situación del pueblo no podía durar. Aunque Samuel fue un buen juez de Israel, lastribus requerían un jefe común que les diera trabazón. La necesidad de unión se hacía sentir cadavez más, porque en realidad, el estado de cosas, durante la época de los jueces, con excepcionesesporádicas y locales, fue de total desorden. «Por aquellos días no había rey en Israel. Cada unoobraba como mejor le parecía»255.

No cabía duda de que hacía falta una autoridad central. Y por ello, los israelitas sedirigieron a Samuel, cuando éste era ya anciano, y, queriendo ser como los demás pueblos, lepidieron un rey256. Parece que al principio el viejo profeta no estuvo muy conforme con esapetición. Luego, advirtiendo seriamente al pueblo sobre el peligro de lo que pedían, «Tomó elfrasco de óleo y lo vertió sobre la cabeza de Saúl, a quien besó diciendo: ‘He aquí que Yahveh teha ungido por príncipe sobre su pueblo, Israel, y tú dominarás en el pueblo de Yahveh y lolibrarás del poder de sus enemigos»257.

Esta era la misión principal encomendada por los israelitas al nuevo jefe común. Debía,ante todo, «librar al pueblo de sus enemigos». Porque efectivamente, el peligro era grande. Losfilisteos, que al principio se habían contentado con ocupar los territorios costeros, habíanpenetrado ahora hasta el interior del país, habían infringido grandes derrotas a los hebreos, yhasta habían llegado a capturar el Arca de la Alianza.

258 1Sam 16,12.

259 1Sam 18,8.

260 2Sam 1,21ss.


No sabemos por qué la elección del primer rey recayó precisamente sobre Saúl, de la tribude Benjamín, la más pequeña e insignificante de todas. Parece que en este nombramiento secombinó una iniciativa particular de Samuel con un sorteo entre tribus y familias. De lapersonalidad del hombre que recibió la unción que hasta entonces únicamente recibían lossacerdotes, y que lo convertía en una persona sagrada, sólo sabemos que era de elevada estaturay carácter variable.

No caigamos en la equivocación de creer que, a partir de su nombramiento, se construyóun palacio, o fijó una capital propiamente dicha, o dio al país una organización centralizada. Saúl,cuyo nombre en hebreo significa «el Deseado», era ante todo un jefe militar; que, cuando noestaba guerreando, solía vivir en su pueblo, Guibea, una vida sencilla de agricultor. El únicoverdadero Rey de Israel seguía siendo Dios. Y Saúl debía someter su propio criterio al de Samuel,el profeta que le dio la investidura, reconocido como ministro oficial del Señor. Sin embargo,pronto hubo disensiones entre ambos, porque, a pesar de ser sinceramente religioso, Saúl notuvo la altura necesaria para su misión. Hay que reconocer en su favor que, no sólo hubo deenfrentarse con las dificultades lógicas de una monarquía recién instaurada, sino que, el tenerque actuar a la sombra de Samuel, con su fama de santo y sabio, su experiencia y su ancianidad,le restó iniciativa e ilusión. Tiene en su haber la expulsión de todos los agoreros y adivinos de sureino, el logro de grandes y espectaculares victorias sobre los filisteos y el hecho de que siempreestuvo dispuesto a acudir en socorro de toda tribu amenazada por cualquier enemigo.

Sin embargo, Saúl no tardó en caer en desgracia. A su reinado, por las facetas oscuras desu carácter, le faltó estabilidad y pronto perdió prestigio. Él tuvo conciencia de ello, y de ahí susdesconfianzas, sus crisis de melancolía y sus repentinos accesos de furor. La ambición de poder,el orgullo y el recelo de todo aquél en quien veía un posible rival lo llevaron a desatender losconsejos del profeta Samuel y a oponerse a sus palabras. Comenzó a actuar como amo y señor,olvidando que, por encima del poder real, está la Ley de Dios.

Dios le retiró su favor. Samuel ungió secretamente al joven David que tendría quesustituirle en el trono. Crece el prestigio de David y el de Saúl va declinando. Las relaciones delrey con David de Judá fueron complejísimas. Atraído en un principio por las extraordinariascualidades del hijo menor de Jesé, lo hizo capitán de su Guardia Real y le dio por esposa a supropia hija Mical. David «era joven, valiente, ingenioso, rubio, de hermosos ojos y gratoaspecto»258. El pueblo entero lo quería. Y, por añadidura, una amistad entrañable lo unía aJonatán, el hijo mayor del rey. Sus éxitos con las armas eran constantes y levantaban oleadas deentusiasmo popular. De tal modo que, en una ocasión, Saúl llegó a exclamar con despecho nodisimulado: «¡No le falta más que la realeza!»259.

Saúl perdió la vida, junto a su hijo Jonatán, luchando contra los filisteos en el campo debatalla, hacia el año 1010 antes de Cristo. Y David lo lloró, ordenó matar al que había osado darmuerte al ungido de Yahveh, y entonó en su memoria bellas palabras de alabanza:

«Montes de Gilboa,ni rocío ni lluvia caigan sobre vosotros, campos de muerte,pues ha sido allí rechazado el escudo de los héroes...Saúl y Jonatán, amables y carísimos,ni en vida ni en muerte se han separado,ellos, más raudos que águilas, más fuertes que leones.Hijas de Israel, llorad a Saúl,quien ricamente os vestía de escarlata y adornos delicados,el que ornaba vuestros vestidos con paramentos de oro.¡Cómo han caído los valientes en medio del combate!»260.

261 1Sam 16,7.

262 1Sam 17,45-46.


DAVID Y GOLIAT, DE CARAVAGGIO.

2. EL REY ENFRENTADO AL PROFETA

Israel nunca convirtió a sus reyesen dioses, como hacían muchos pueblosvecinos. Por encima del poder del reyestá la voluntad de Dios expresada en laLey. El rey ha de ser el primero en cum-plir y hacer cumplir la Ley de Moisés.

En la historia del pueblo de Israely de su monarquía veremos que frecuen-temente los profetas reprochan al rey suserrores e infidelidades. El caso de Saúl esya el primer ejemplo: altivo y ebrio depoder pretende actuar como quien man-da y ordena sin estar sujeto a nada ni anadie. Se guía sólo por su arbitrio y talan-te. Samuel, el profeta, tiene que oponér-sele frontalmente.

En la Biblia los reyes son juzgadosen función de su fidelidad o infidelidad ala Alianza. Por encima del poder real,Yahveh es el único soberano del pueblo.El rey es el primero de sus súbditos.

3. ASCENSIÓN DE DAVID

Cuando muera Saúl, un nuevo rey le sucederá en el trono de Israel: es David. Con sureinado, Israel vivirá el momento de máximo esplendor: su edad de oro.

¿Quién era David? La Biblia recoge una serie de tradiciones que explican cómo llegó a lacumbre, al trono de Israel, desde orígenes muy humildes. Porque de joven era un pastor deBelén, el más pequeño de una familia de ocho hermanos.

Cuando aún reina Saúl, Samuel unge secretamente al joven David como nuevo rey deIsrael. El relato destaca que, cuando Dios escoge, no se fija en las apariencias. Dios mira elcorazón, el fondo de las personas: «No te fijes en su aspecto, ni en su estatura... Porque Dios nove como los hombres, que ven la apariencia. El Señor ve el corazón»261.

Poco a poco el prestigio de David va creciendo. Recordemos cómo mató al gigante Goliat,el filisteo que atemorizaba al ejército de Israel, saliéndole al encuentro armado tan sólo con suhonda de pastor. De nuevo se destaca que la confianza en Dios hace fuerte lo que es débil. Davidle dice: «Tú vienes a mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy a ti en el nombre de Yahveha quien has insultado... Hoy Yahveh te hará caer en mis manos»262.

El prestigio militar y sus dotes musicales lo introducirán en la corte de Saúl, y llegará acasarse con Mical, hija del rey.

4. DAVID PERSEGUIDO POR SAÚL

El prestigio de David crece y crece, mientras se nubla el de Saúl. Roído de resentimientoel rey adivina en él un posible rival y lo persigue a muerte. David se ve obligado a exiliarse.

Frente a la persecución del rey, brilla la nobleza y lealtad de David: el amor que tiene aJonatán, hijo de Saúl, y la fidelidad al rey hacen que respete la vida de éste, cuando por un

263 2Sam 5,6.

264 2Sam 6,15.

265 Ver Lc 19,41.

266 Ver Ap 41,11.


descuido de la guardia real tuvo en sus manos a Saúl.Al elegir a David como rey, Dios miró su interior, las grandes cualidades que atesoraba:

fidelidad inquebrantable a los amigos, generosa nobleza con los rivales, amor apasionado porsu pueblo y amor sincero y auténtico a Yahveh, su Dios.

5. DAVID, REY DE ISRAEL

Muerto Saúl, la tribu de Judá elige como rey a David. Al cabo de un tiempo, superada laoposición de los que pretenden el trono para la familia de Saúl, todas las tribus reconocen larealeza de David que recibe la solemne unción real en la ciudad de Hebrón.

La primera gran hazaña militar del nuevo rey es la conquista de la ciudad de Jerusalén.La ciudad no pertenecía a ninguna de las tribus, pero, sin embargo se alzaba en medio de ellas.Por eso David la eligió como capital de su reino. Situada sobre una meseta a 760 metros sobreél nivel del Mediterráneo, unida sólo por el norte a las montañas y rodeada por tres profundosvalles, era considerada por su situación como un baluarte inexpugnable. Hasta el punto de que,al tener sus moradores noticia de que David se disponía a atacarla, exclamaron con sorna: «Noentrarás aquí, porque te rechazarán los ciegos y los cojos»263.

Pero el ejército del rey conquistó la fortaleza de Sión, capturó la ciudad y sometió a sushabitantes. Y Jerusalén fue llamada, desde entonces, «la ciudad de David». Inmediatamentedespués, y en una jornada que estuvo impregnada de hondo sentimiento religioso, el rey hizotrasladar el Arca de la Alianza a la nueva capital «entre aclamaciones y al son de trompeta»264.

Ya tenían, pues, los israelitas, su «ciudad santa». La ciudad que, durante generaciones,había de constituir el corazón del pueblo y el objeto de sus cantares. La ciudad, a que acudiríanen peregrinación todos sus hijos dispersos. La ciudad que un día —en previsión de su ruina—había de hacer llorar a Cristo265. La ciudad destinadapara ser figura de la nueva Jerusalén, «radiante con la gloria de Dios»266, cuyos muros no seránjamás derribados y donde, para siempre, reinará el amor.

David mandó construir el palacio real y agrandó y ennobleció la ciudad que comenzaráa llamarse la ciudad de David. Jerusalén, patrimonio común de todas las tribus, ayuda a limar lasdiferencias entre ellas y aglutina en torno a sí al pueblo entero.

Un estado esplendoroso y fuerte, con sus instituciones, con su ejército, su corte defuncionarios y sus relaciones diplomáticas con los pueblos vecinos se va construyendo: el tronode David es el centro de todo.

Entramos en una era de paz y esplendor: la edad de oro del reino de Israel. Como rey,David fue sin duda el más grande que jamás tuvo su pueblo. Él fue el verdadero creador delEstado de Israel, unido y autónomo. Durante su largo reinado (1012-972 a.C.), añadió a susterritorios las ciudades cananeas todavía independientes. Y con el traslado del Arca de la Alianzaa Jerusalén, evidenció su genio político. Todos Los impulsos y las ideas, para el progreso de lanación, partieron de la Jerusalén de David hasta los rincones más apartados del reino, llevandoconsigo su mensaje de unidad y su clara conciencia de la misión especial que Israel estaballamado a cumplir entre las demás naciones del mundo.

6. DAVID, UN HOMBRE PROFUNDAMENTE RELIGIOSO

La religiosidad sólida y auténtica de David es patente. David es un rey que ama a supueblo y a su Dios con amor apasionado y delicado a un tiempo. Busca en la oración conocer la

267 2Sam 6,21-22.

268 Ver 2Sam 7,5-16.

269 Ver 2Sam 12.


LA FIGURA DE DAVID FUE TAN EMBLEMÁTICA PARA EL PUEBLO DEL ANTIGUO TESTAMENTOQUE SE FORJÓ LA ESPERANZA, ALENTADA POR LOS PROFETAS, DE QUE UN DÍA DIOSENVIARÍA A UN DESCENDIENTE SUYO PARA GOBERNAR A SU PUEBLO CON EQUIDAD YJUSTICIA.: EL MESÍAS. LOS PRIMEROS CRISTIANOS VIERON CUMPLIDA EN CRISTO ESTAPROMESA ANTIGUA. UNA DE LAS REPRESENTACIONES MÁS HABITUALES DE ESTAVINCULACIÓN ENTRE CRISTO Y DAVID LA CONSTITUYE LA REPRESENTACIÓN DEL ÁRBOL DEJESÉ, QUE TIENE COMO BASE A JESÉ, EL PADRE DE DAVID, Y COMO CULMEN A CRISTO.

voluntad de Dios para serle fiel. Reconoce y agradece la ayuda de Dios en sus éxitos.Cuando se traslada el Arca a Jerusalén, el rey, olvidando todo respeto humano, salta y

baila de alegría y contesta a los que se lo reprochan como si eso fuera en desdoro de la dignidady el prestigio regios: «Lo juro por la vida de Yahveh: Estoy dispuesto a bailar en la presencia delSeñor que me ha elegido. Estoy dispuesto a bailar y a mostrarme todavía más sencillo, aunquepueda parecer despreciable a vuestros ojos»267.

Un día medita un plan y lo comunica al profeta Natán: quiere edificar en Jerusalén untemplo a Yahveh. Le parece indigno que el Arca de la Alianza esté bajo una lona mientras élhabita en un palacio espléndido. David recibe del profeta esta respuesta de parte de Dios:«¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Desde el día en que saquéa los israelitas de Egipto no he habitado en una casa hasta hoy, siempre he ido de acá para alláy una tienda era mi santuario... Yahveh te edificará una casa... Tu casa y tu reino durarán porsiempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre»268.

La respuesta recuerda a David la grandeza misteriosa de Dios. Dios es demasiado grandepara encerrarse entre las paredes de un templo. Yahveh no necesita una casa para habitar enmedio de su pueblo. No es un ídolo que necesite un espacio material. Al mismo tiempo Diosvalora la buena intención del proyectode David y premia su generosidad: lepromete gran futuro a su casa y dinas-tía.

7. DAVID, UN PECADOR QUE CON-FIESA SU CULPA

David era, como vamos viendo,un gran hombre, un gran rey y hastaun santo. ¿No hay ninguna sombra ensu vida? ¿Nunca se apartó del caminode Dios? Sí, ciertamente.

La Biblia no esconde las equi-vocaciones y los pecados de los reyesde Israel, ni aun tratándose del reyDavid.

En nombre de Dios el profetaNatán le echa en cara la injusticia y elcrimen que ha cometido ordenando lamuerte de uno de sus soldados, Urías,para quedarse con su mujer de la quese ha enamorado.

El profeta le pone el ejemplo deun hombre rico a quien todo le sobra,pero que se encapricha de la únicaoveja de un pobre hombre y se laarrebata. «El hombre que tal hace,exclama David, merece la muerte. Larespuesta del profeta es rotunda: Esehombre eres tú»269.

También David es un rey pecador. Pero mientras Saúl quería ocultar

270 Ver Sal 51.

271 1Sam 16,23.

272 2Sam 23,1.


su culpa y se creía amo de la Ley de Dios, David reconoce su pecado y arrepentido lo lloraamargamente:«Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todomi delito, limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Site ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado: un corazónquebrantado y humillado tú no lo desprecias»270.

Aún en sus errores David muestra su grandeza.Los últimos años de su reinado se ven entristecidos por la rebelión de su hijo Absalón y

otros intentos de sedición. Al morir David le sucedió en el trono su hijo Salomón.

8. DAVID, EL ARTISTA

A su sagacidad de político, a su valor personal en el campo de batalla, y a su genio parala organización, se añadía en David un alma apasionada y sensible, que vibraba con el arte. Elprimer motivo de que Saúl lo llamara a su servicio, apartándole de los rebaños de su padre, fueel talento musical del muchacho, que le hacía olvidar su melancolía: «Tomaba David el arpa ytocaba, lo cual daba a Saúl alivio y le sentaba bien, pues se retiraba de él el mal espíritu»271.

Donde de un modo especial, se manifiesta el sentido de la belleza y del arte de David esen la poesía. Una tradición bíblica, de muchos siglos, afirmaba que él era el autor de una terceraparte de los Salmos que componen nuestro Salterio. Hoy no afirman tanto los exegetas. Perosabemos que David, «el dulce cantor de Israel», como lo llama la Biblia272, se distinguía por suarte poético y musical; y es muy lógico que muchas de sus obras quedaran incluidas en la liturgiay en la literatura hebreas.

En su corte reunió por primera vez un número de escribas oficiales. Y fue entoncescuando, bajo su patrocinio, empezaron a ponerse por escrito, de modo ordenado y sistemático,las primeras páginas de lo que, más adelanté, había de ser la Biblia.

9. EL REINADO DE SALOMÓN

Hacia el año 970 sube al trono de David su hijo Salomón que consolida en su reinado laobra de su padre. La Biblia pondera la sabiduría y la extraordinaria riqueza del rey cuya fama sedifunde más alla de las fronteras del reino.

Prueba de su sabiduría es el conocidísimo relato que nos muestra a dos mujeres que sepresentan al rey reclamando las dos ser la verdadera madre de un recién nacido. El rey ordenacortar por la mitad al niño y dar una parte de él a cada una. Sólo una grita horrorizada y pide queentreguen el pequeñín a la otra. Salomón hace justicia entregándole a ella el hijo, pues hamostrado los sentimientos de una madre que, por encima de todo, quiere la vida del hijo.

La mayor de las glorias de Salomón fue la construcción del Templo de Dios en Jerusalén,con un esplendor que el pueblo no había de olvidar jamás. El libro 1 de los Reyes dedica trescapítulos a hacer una minuciosa descripción de los trabajos y del derroche de riquezas, con queel rey envolvió aquella obra, que sería el centro del culto israelita. Era la casa del verdadero yúnico Señor de su pueblo. Según avanzamos en la lectura de estos capítulos, van surgiendo antenuestros ojos las estancias, con sus bajorrelieves y sus columnas, los patios, el Santuario.Maderas de cedro y de ciprés. Oro, bronce, piedras costosas. Una magnificencia tal, que, a travésde los siglos, se ha hecho legendaria.

Terminada la obra, vino el traslado del Arca de la Alianza, con las Tablas de la Ley, alSantuario. Siguió la consagración del Templo y la hermosa plegaria de Salomón: «Y Salomóncolocóse ante el altar de Yahveh, en presencia de toda la comunidad de Israel, y extendió sus

273 Ver 1Re 8,23-61.

274 1Sam 8,11-18.


palmas al cielo y excla-mó: Yahveh, Dios deIsrael, no hay Dios co-mo tú, ni arriba en loscielos ni abajo sobre latierra, que guardas laalianza y la misericordiacon tus siervos»273. Estalarga oración no sólo esun exponente del pro-fundo sentido religiosodel pueblo de Dios, sinoque constituye una ver-dadera obra literaria.Dice el cronista, que elrey oró «delante del al-tar de Yahveh, de rodi-llas, con las palmas ex-tendidas al cielo». Ver yescuchar de aquel mo-do, y en aquel ambien-

te, al rey fabuloso y sabio, debió ser realmente impresionante. Todo ello, en efecto, constituyóuna ceremonia inolvidable para aquellos antiguos nómadas, cuya fortuna y puesto, en el mundocivilizado de entonces, habían sufrido una evolución tan grande en relativamente poco tiempo.Estaban viviendo su «siglo de oro», que sus descendientes recordarían con orgullo y nostalgia.

Salomón recogió la siembra de David. Paz, unidad, abundancia. Y de todo ello suposervirse con habilidad. Por su parte, él organizó una administración a gran escala, entablórelaciones diplomáticas con Egipto, Tiro y Arabia, y creó una flota mercante. Pero no tuvo la tallaespiritual de su padre. Y a su muerte, volvieron a separarse Israel y Judá en dos reinosindependientes y rivales, iniciándose una decadencia que habría de acabar para ambos en ladispersión y en la cautividad.

Hay que notar también el fuerte impulso dado por Salomón a la obra cultural iniciada porsu padre. Rodeado de escribas, promueve la redacción de las tradiciones que hasta entonces sehabían transmitido oralmente de padres a hijos.

10. LAS SOMBRAS DE UN REINADO

No todo es esplendor en el reinado de Salomón. El rey cargó con impuestos muy pesadosal pueblo para hacer frente a los gastos de las construcciones, de la corte y del ejército.

Su política fue deslizándose lentamente hacia el despotismo y la tiranía. Las advertenciasde Samuel al pueblo cuando le pedían un rey se vieron bien cumplidas durante el reinado deSalomón:

«El rey enrolará a vuestros hijos en sus destacamentos de carros y caballería... losempleará como aradores de sus campos y segadores de sus cosechas, comofabricantes de sus pertrechos de guerra. A vuestras hijas se las llevará comoperfumistas, cocineras y reposteras. Vuestras viñas y los mejores olivares os losquitará para dárselos a sus ministros. De vuestro grano y vuestro vino os exigirádiezmos para dárselos a sus funcionarios. ¡Vosotros mismos seréis sus esclavos!Entonces gritaréis contra el rey que os habréis impuesto»274.Al fin de sus días Salomón caerá incluso en la idolatría: el corazón de Salomón se inclinó

EL JUICIO DE SALOMÓN, DE HARTMANN SCHEDEL (1493).

275 1Re 1,4-6.

276 1Re 12,26-30.


hacia otros dioses y su corazón no era todo entero para Yahveh como el de su padre David. «Sucorazón se desvió tras dioses extranjeros; su corazón ya no perteneció por completo al Señor,como el corazón de David su padre»275.

La ambición desmesurada, la imitación del estilo de vida de los monarcas orientales, laatracción por los cultos extranjeros malograron su reinado. Crecía el descontento entre la gentedel pueblo y, aun antes de su muerte, se estaba gestando la revuelta.

El templo que ha levantado es todo un símbolo, el rey se siente orgulloso. Pero, ¿es untemplo alzado en honor de Yahveh o un monumento a su propio orgullo y vanagloria?El templo que Yahveh prefiere habitar es el corazón del hombre y en el corazón de SalomónYahveh ocupa cada vez un espacio más reducido: «su corazón no era todo entero para Yahveh».

11. EL NACIMIENTO DE LA BIBLIA

La época de paz y de estabilidad que comienza con David y continúa bajo el reinado deSalomón favorece el nacimiento de la Biblia.

La vida nómada y azarosa que hasta entonces había llevado el pueblo de Israel no era elclima propicio para adornos literarios. Las gestas de los antepasados, los recuerdos del pueblose habían ido transmitiendo oralmente de padres a hijos con gran veneración y fidelidad.

Ahora, en la corte del rey, los escribas se dedican a ordenar estos recuerdos y a ponerlospor escrito. Comienzan a aparecer los primeros escritos: está naciendo la Biblia.

Desde entonces, esta biblioteca se irá completando y enriqueciendo con nuevosvolúmenes hasta convertirse en lo que es actualmente.

12. LA DIVISIÓN DEL REINO

El pueblo de Dios vivió su época de esplendor durante el reinado de Salomón, hasta elpunto de que éste ha llegado a ser un personaje legendario aun en el mundo ajeno a la lecturade la Biblia. Pero, a la muerte del rey, se produjo lo que habría de ser el primer paso hacia latragedia nacional: la división del reino. Las diez tribus del norte se separan y eligen su propio rey,conservando el nombre de Reino de Israel. Las del sur se darán a sí mismas el nombre de Reinode Judá.

Durante el tiempo de la doble monarquía —poco más de dos siglos— cuando ya la luchapor la conquista del suelo pertenece al pasado y el antiguo pueblo, esclavizado en Egipto, se hallaseguro y en posesión de una patria se pierde el aprecio por los valores que rigieron la vida y elreinado de David. Y el cisma político influye también en las vivencias religiosas y en la fe delpueblo cuando Jeroboam, el primer rey de las tribus del norte, instituye dos santuarios en los quecoloca sendos ídolos, rompiendo el primer precepto de la Ley.

«Jeroboam se dijo en su corazón: “En esta situación el reino acabará por volver ala casa de David. Si este pueblo continúa subiendo para ofrecer sacrificios en laCasa de Yahveh en Jerusalén, el corazón de este pueblo se volverá a su señor, aRoboam, rey de Judá, y me matarán.” Tomó consejo el rey, hizo dos becerros deoro, y dijo al pueblo: “Basta ya de subir a Jerusalén. Este es tu dios, Israel, el quete hizo subir de la tierra de Egipto.” Colocó uno en Betel, y el pueblo fue con elotro hasta Dan»276.

Dos siglos después el reino de Israel sucumbió. El año 721 antes de Cristo, el Reino delNorte y su capital Samaría cayeron bajo el dominio del imperio asirio. Asiria era una de lasgrandes potencias vecinas y aprovechó la debilidad del Reino de Israel para satisfacer su afán deexpansionismo imperialista. El país fue devastado y sus habitantes fueron deportados como

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pueblo vencido. El reino se convirtió en provincia del imperio asirio y los israelitas, deportadoslejos de la patria, se diluyeron y desaparecieron absorbidos por el pueblo conquistador.

Judá conservó todavía su autonomía un siglo más. Pero el año 587 antes de Cristo, unos130 años después de la caída del Reino del Norte, el del Sur vivirá un drama semejante.Nabucodonosor, rey de Babilonia, pone cerco a la ciudad santa de Jerusalén y la conquista.Destruye la ciudad e incendia el templo: muchos judíos mueren, muchos otros son deportadosa Babilonia.

Los avisos de los profetas —de ellos hablaremos en la unidad siguiente— habían sidodesoídos y el desastre se había consumado. La mayor parte de los reyes de Judá —descendientesdirectos de David— con su forma de actuar habían favorecido el declive social y religioso delestado. La corrupción y debilidad del Reino era notoria y no hubo forma de oponerse al empujedel poderoso pueblo invasor.

El pueblo vencido contempla el país devastado, el templo destruido y la monarquíaderrocada; desmoralizado, piensa que todo ha terminado definitivamente: han roto el pacto conYahveh y Yahveh les ha abandonado. El destierro de Babilonia parece el punto final.

resumenAQUÍ TIENES EL RESUMEN DEL TEMAQUE HEMOS DESARROLLADO EN LAS PÁGINAS PRECEDENTES.

El pueblo de Israel, después del período de los jueces, sintió la necesidad de tener un reycomo los otros pueblos del entorno, que los unificara y congregara sus fuerzas. Al principio

este deseo de monarquía se encontró con el choque de la mentalidad absolutamente monoteístaque afirmaba que Dios es el único rey de Israel.

El primer rey del pueblo fue Saúl. Su función fue sobre todo militar. Con el paso del tiempocayó en desgracia y fue seriamente amonestado por Samuel, de parte de Dios. Ya en vida de

Saúl, Samuel ungió rey en secreto a David.

A la muerte de Saúl David subió al trono. Su figura nos aparece en la Biblia muy retocada yrodeada con un halo de grandeza. Lo cierto es que debió de ser un hombre de un

personalidad fortísima y también de fe grande. Pecó gravemente, pero supo arrepentirse. Latradición le atribuyó muchos de los salmos. Eligió Jerusalén como capital del país y engrandecióla ciudad. Sería siempre recordado con nostalgia por el pueblo, que forjó la esperanza de que undía Dios enviaría a un descendiente suyo para gobernar a su pueblo de nuevo y para devolverlesu antigua grandeza.

El tercer rey fue Salomón, hijo de David. Salomón continuó la labor de David en muchascosas. Levantó el templo de Jerusalén y su época fue una época de gran prosperidad. Su

fama de fastuosidad y sabiduría se extendió por todo el mundo. Pero en sus últimos ños comenzóa decaer su imperio.

Los reinados de David y Salomón fueron claves para el desarrollo de la Biblia. En ese períodolos escribas de la corte pusieron por escrito los recuerdos del pueblo y de las hazañas que

Dios había realizado por él, lo que daría lugar al nacimiento de algunos de los libros sagrados

A la muerte de Salomón el reino se dividió entre sus dos hijos, Roboam y Jeroboam.Surgieron así el reino del norte (Israel) y el reino del sur (Judá). La historia de las monarquías

separadas es una historia llena de tristezas y sinsabores. El reino de Israel cayóen el 721 bajo el poder de Asiria. El de Judá, en el 587 bajo el poder de Babilonia.


datos cronológicosUNA BREVE REFERENCIA A LA ÉPOCA EN LA QUE OCURRIERON LOS HECHOSY A LA ÉPOCA EN LA QUE SE ESCRIBIERON LOS LIBROS QUE LOS NARRAN.

1. La época de la monarquía única (Saúl, David, y Salomón) duró desde el 1030 al 931a.C.

2. En la época de la monarquía dividida, el reino del norte (Israel) duró desde el año931 hasta el 722 a.C.; el reino del sur (Judá) duró desde el 931 hasta el 587 a.C.

1. Los dos libros de Samuel y los dos de los reyes (que forman parte de la llamadaHistoria deuteronomista) fueron escritos en torno al 550 a.C.

2. Los dos libros de las crónicas fueron escritos a finales del siglo IV a.C.

para reflexionarESTE MATERIAL TE AYUDARÁA ENTENDER MEJOR Y A PROFUNDIZAR EL TEMA.

1Resumend e la época de los reyes.Javier SARAVIA, El poblado de la Biblia, Tierra Nueva, Quito S/F, 58-59.

La experiencia de organización popular de Israel tenía muchas dificultades. Algunas de ellasson la geografía y otras diferencias Que dificultan la unión entre las 2 tribus del sur y las 10 del norte,las divisiones y pleitos internos, la corrupción de los jueces, la presión de los pequeños reinosvecinos y también las grandes potencias que querían dominar ese corredor de paso tan estratégicopara el comercio y la guerra... Ante toda esta realidad se les fue imponiendo la idea de tener un reyy aceptaron el sistema de la monarquía, que como su nombre lo dice, es el poder de uno. Esto eramuy contrario a su experiencia de asamblea, y de poder repartido a partir de las familias de losclanes, tribus, hasta llegar a la confederación de tribus.

Eligieron primero a Saúl, que era de la Tribu de Benjamín. Después de su muerte,gobernaron a las doce tribus algunos pretendientes al trono hasta que decidieron reconocer al reyDavid, de la tribu de Judá. David se estableció en Hebrón y luego conquistó Jerusalén donde reinó33 años. Conquistó muchas tierras y amplió el territorio.

Después de David siguió Salomón, su hijo. Su sucesión fue hecha entre muchas luchas porel poder, aún entre hermanos. Absalón, por ejemplo, se rebeló contra su padre y aprovechó elmalestar que los pueblos del Norte tenían contra los del Sur. Salomón construyó el Templo.Propició el que se empezara a escribir la historia de su pueblo. Al morir, su hijo Roboam tomó elpoder y quiso imponer más cargas y rigor al pueblo. Los pueblos del norte, reunidos en asamblea,no lo aceptaron y se separaron; fue la división o cisma, tanto a nivel religioso como político en dos:En el Norte: Israel con Samaria, como capital. y en cl Sur: Judá, con su capital Jerusalén.

ESCUELA DE FUNDAMENTOS CRISTIANOS - DIÓCESIS DE JAÉN

En el Reino del Norte la mayoría de los reyes que hubo «tomaron el mal camino» e hicieronalianzas y concesiones a los reinos vecinos, y también en materia religiosa... Por eso se levantaronlos profetas para denunciar las injusticias e idolatrías. Elías y Eliseo en el Siglo IX a. C. y despuésAmós, Oseas, Isaías y Miqueas en el Siglo VIII a. C.

Los Asirios, un imperio muy poderoso de Oriente, los ataca y cae Samaría en el año 721 a.C. El Reino del Norte, Israel, duró 210 años.

En el Reino del Sur también la mayoría de los 18 reyes, hicieron el mal ante los ojos de Dioscon excepción de Ezequías y Josías quienes apoyaron a los profetas y a algunos sacerdotes en hacerla reforma religiosa y política. Este hecho fue muy importante. La caída del Reino de Israel, lospropios problemas y fracasos de Judá pedían urgentemente un cambio, una reforma.

Buscaron crear una nueva conciencia en el pueblo para que fuera fiel al proyecto de Diosy a su propio pasado. Se revaloriza la ley, los valores de alianza y la solidaridad. Por eso, se escribeel Deuteronomio (Segunda ley) y otros libros. Con el fin de evitar los abusos en el culto se cierrany prohíben los cultos en varios santuarios populares. Esta reforma a pesar de tener aciertos ya queayudó a sostenerse a Judá, tuvo la desventaja de haber sido hecha en gran parte de arriba haciaabajo, y esto trajo, entre otras consecuencias, la centralización de culto en el Templo de Jerusalén,y el debilitamiento de la religiosidad del pueblo.

Los profetas que más se distinguieron en el Reino del Sur fueron: Isaías, quien evitó que Judáse aliara con Egipto para combatir contra Asiria, pues probablemente hubiera corrido la mismasuerte que el Reino de Israel. El también combatió el culto vacío y encubridor de injusticias.Sofonías, Habacuc y Jeremías. Jeremías luchó mucho para que Judá no se aliara a Egipto contraBabilonia, pero no le hicieron caso y Jerusalén después de 3 años de sitio es tomada y destruida:Templo, murallas, todo. Era el año 587 a.C.

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1De las siguientes afirmaciones marca las que son correctas.G La petición de un rey por parte del pueblo se vio en un primer momento como

un acto de infidelidad a Dios.G En el primer libro de Samuel se narra la construcción del Templo de Jerusalén.G La construcción del templo de Jerusalén fue obra de David.G Todos los salmos proceden con seguridad del puño y letra de David.G Salomón escogió la ciudad de Jerusalén para hacerla capital del país.G Con Salomón Israel conoció una época de prosperidad sin parangón; por eso

Salomón sería visto después de los siglos como el prototipo de rey.

2a) Busca en un diccionario de la lengua los significados de los verbos untar y ungir.Explica las diferencias entre las dos acciones.b) Busca en un vocabulario o diccionario bíblico la palabras unción o ungido. Si noviene ninguna de ellas busca la palabra mesías. Explica en qué consistía la unción, quésignificado tenía y a quiénes se ungía.


3Aquí te proponemos un catálogo de textos escogidos de la historia de David. Léelos.a) 1Sam 16,1-13: Ungirás al que yo te diga. El Señor ve el corazón.b) 1Sam 17,1-57: El pastor frente al guerrero.c) 1Sam 24,1-23: David no mata a Saúl, el ungido, por amor al Señor.d) 1Sam 31,1-7: Mueren derrotados Saúl y su hijo Jonatán, amigo de David.e) 2Sam1,17-27: Elegía de David por Saúl y Jonatán.f) 2Sam 5,1-12: David es ungido y reconocido como rey.g) 2Sam 6,1-23: Fiesta en honor del Señor; traslado del Arca a Jerusalén.h) 2Sam 7,1-17: Te haré grande y de daré una dinastía perpetua.i) 2Sam 11,2-12,14: David, adúltero y homicida, reconoce su pecado.h) Sal 51: Miserere.Compara después la figura de David con la de Cristo.

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