Unidad III Beneplacito Negativa. Diligencias Previas y Ceremonia
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René Alberto Langlois Abogado y Notario Msc. en Procesos de Integración. UNIDAD III BENEPLÁCITO. NEGATIVA. DILIGENCIAS PREVIAS Y POSTERIORES. Los gobiernos tienen el derecho de nombrar a sus representantes diplomáticos, pero este es un derecho relativo ya que su efectividad está sujeta a la aceptación del gobierno ante el cual se envía el agente diplomático. En un principio para enviar un funcionario al exterior, no se solicitaba el consentimiento del país acreditado pero posteriormente y con el objeto de evitar situaciones desa- gradables se estableció la costumbre de solicitar el Beneplácito del Gobierno que va a recibir al diplomático. Esta costumbre ha sido convertida en norma de derecho positivo interamericano, al establecer el Artículo 8 de la Convención sobre Funcionarios Diplomáticos, suscrita en La Habana en 1928, que: “Ningún Estado podrá acreditar sus funcionarios diplomáticos ante los demás Estados, sin previo arreglo con éstos”. La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas confirmó el asentimiento del Estado receptor. El Beneplácito, agrément o placet es el acuerdo o consentimiento que prestar su designación el Estado ante el que va a ser acreditado algún agente diplomático. Es, de acuerdo a Javier Pérez de Cuéllar, una interesante derivación del principio de la independencia por cuanto no sería admisible que un Estado, estuviera obligado a aceptar inapelablemente al Jefe de ella que el otro Estado designe. El pedido de Beneplácito –que generalmente tiene carácter confidencial-puede efectuarse por intermedio del Jefe de misión interino en el país donde acreditarse al Embajador o Ministro u otra vez del Jefe de misión de ese país en el Estado acreditante o directamente de Cancillería a Cancillería. En ____________________________________________________________ ____________ [email protected]
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René Alberto Langlois Abogado y NotarioMsc. en Procesos de Integración.
UNIDAD III
BENEPLÁCITO. NEGATIVA. DILIGENCIAS PREVIAS Y POSTERIORES.
Los gobiernos tienen el derecho de nombrar a sus representantes diplomáticos, pero este es un derecho relativo ya que su efectividad está sujeta a la aceptación del gobierno ante el cual se envía el agente diplomático.
En un principio para enviar un funcionario al exterior, no se solicitaba el consentimiento del país acreditado pero posteriormente y con el objeto de evitar situaciones desagradables se estableció la costumbre de solicitar el Beneplácito del Gobierno que va a recibir al diplomático. Esta costumbre ha sido convertida en norma de derecho positivo interamericano, al establecer el Artículo 8 de la Convención sobre Funcionarios Diplomáticos, suscrita en La Habana en 1928, que: “Ningún Estado podrá acreditar sus funcionarios diplomáticos ante los demás Estados, sin previo arreglo con éstos”. La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas confirmó el asentimiento del Estado receptor.
El Beneplácito, agrément o placet es el acuerdo o consentimiento que prestar su designación el Estado ante el que va a ser acreditado algún agente diplomático. Es, de acuerdo a Javier Pérez de Cuéllar, una interesante derivación del principio de la independencia por cuanto no sería admisible que un Estado, estuviera obligado a aceptar inapelablemente al Jefe de ella que el otro Estado designe.
El pedido de Beneplácito –que generalmente tiene carácter confidencial-puede efectuarse por intermedio del Jefe de misión interino en el país donde acreditarse al Embajador o Ministro u otra vez del Jefe de misión de ese país en el Estado acreditante o directamente de Cancillería a Cancillería. En todos esos casos el pedido (escrito o verbal) debe incluir el currículum vitae de la persona escogida. En la respuesta siempre se utilizará la misma vía. Los plazos de esas respuestas son muy variables, pero una demora excesiva es considerada descortés y puede llevar al retiro del pedido. Es importante añadir que la demanda y concesión del Beneplácito no obligan al gobierno acreditante a la designación y puede, mediante una explicación adecuada, a retirarla y pedir Beneplácito para otra persona.
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El Beneplácito puede ser negado sin que puedan manifestarse las causas, de acuerdo con antigua práctica y con lo establecido en las Convenciones de La Habana y de Viena. Sin embargo, las razones suelen ser o el desacuerdo por la categoría con que se propone al enviado (Ministro en lugar de Embajador o viceversa), que pueden ser expresas, u objeciones de orden político, moral, religioso, que son las más frecuentes. Una negativa formal puede afectar la relación con el Estado acreditante, en tanto que la informal hace posible el retiro inmediato de la propuesta y la presentación de una nueva.
El trámite correcto para obtener el Beneplácito es el siguiente:
El Jefe de Misión saliente visita al Ministro de Relaciones Exteriores del Estado acreditado para indicarle en forma verbal el nombre de la persona que su Gobierno está considerando nombrar, y le entrega su correspondiente curriculum vitae. Esta gestión se realiza en forma verbal para evitar que una posible negativa quede consignada por escrito. Sin embargo lo más usual es hacer la solicitud por escrito.
La nota de solicitud, si es un Encargado de negocio quien la suscribe, podría estar redactada en los siguientes términos:
Señor Ministro:
Con instrucciones de mi Gobierno, tengo a honra solicitar, por vuestro digno medio, al Ilustrado Gobierno de Vuestra Excelencia, el Beneplácito de Estilo para nombrar al Señor Héctor Enrique Celarié Landaverde, cuyo curriculum vitae acompaño, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de El Salvador ante el Ilustrado Gobierno de la República de Guatemala
Aprovecho complacido la oportunidad para renovarle una vez más las muestras de mi alta consideración y respeto.
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Julio César Girón
Encargado de Negocio a.i.
Si quien remite la nota es un Embajador, la redactará más o menos en la siguiente forma:
Señor Ministro:
Tengo el honor de dirigirme a vuestra Excelencia en ocasión de hacer de vuestro digno conocimiento que por disposición de mi Gobierno se ha decidido poner fin a mis funciones como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de El Salvador ante vuestro Ilustre Gobierno a partir del día 1º de octubre del año en curso.
En tal virtud mi gobierno me ha instruido para solicitar, por el digno intermedio de vuestra Excelencia, de su Ilustrado Gobierno el Beneplácito de Estilo para nombrar al Señor Ricardo Langlois Calderón, cuyo currículo vitae acompaño, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de El Salvador ante el Gobierno de la República de Nicaragua.
Deseo patentizar a Vuestra Excelencia mi gratitud por todas las gentiles atenciones recibidas que son indudablemente el reflejo de las excelentes relaciones que comparten nuestros pueblos y Gobiernos.
No omito manifestar que durante el período necesario para la llegada a Nicaragua de mi sucesor, el Licenciado Julio César Girón, Ministro Consejero, quedará al frente de ésta embajada en calidad de Encargado de negocio ad-interim.
Al comunicar lo anterior, válgame de la oportunidad para renovar a Vuestra Excelencia las muestras de mi consideración más alta y distinguida.
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Héctor Enrique Celarié Embajador.
La solicitud de Beneplácito siempre debe ser acompañada del currículo vitae del candidato.
En la entrevista confidencial el Ministro de Relaciones Exteriores bien podría insinuar el nombramiento de determinada persona, sin que por ello el Estado acreditante esté obligado a satisfacer la sugerencia.
La solicitud de Beneplácito para los Ministros Plenipotenciarios y Encargados de negocio, en su caso, se hace en la misma forma.
Algunos autores interpretan las comunicaciones que acreditan a los Encargados de negocio "ad-íníerin" como petición de Beneplácito, basan su interpretación en el hecho de que en las referidas comunicaciones se incluye una frase por la que "solicita se reciba" o "se reconozca" al interesado en el cargo que su Gobierno ha deseado acreditarlo.
El trámite expuesto para solicitar el Beneplácito aunque es el más común, no es el único. En algunas circunstancias es el Ministro de Relaciones Exteriores es quien dirige la solicitud al Jefe de Misión del país donde va a enviar al representante diplomático. Puede realizarse la gestión también directamente de Gobierno a Gobierno.
En situaciones especiales se realiza la solicitud por medio de la misión diplomática de un tercer país.
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El Gobierno que ha recibido la solicitud de Beneplácito sigue investigación sobre la persona propuesta y si resulta que dicho candidato no le va a resultar molesto y que está en capacidad de mantener relaciones cordiales entre ambos Estados, se lo concede.
Un Estado perfectamente puede negarse a admitir a algún representante diplomático de cualquier Estado, ya por razones personales o políticas. Ante esta situación el Estado no está en obligación alguna de explicar los motivos que ha tendido para negarse Ala solicitud: “ARTICULO 4.- 1. El Estado acreditante deberá asegurarse de que la persona que se proponga acreditar como jefe de la misión ante el Estado receptor ha obtenido el asentamiento de ese Estado. - - 2. El Estado receptor no está obligado a expresar al Estado acreditante los motivos de su negativa a otorgar el asentimiento”1.
La negativa del Beneplácito es un acto soberano y puede estar fundada en las cualidades personales del candidato propuesto.
Rechazada la propuesta, el Estado proponente debe renunciarse a cualquier otra gestión la que, seguramente no desembocará en beneficio del fortalecimiento de los lazos de amistad que unen al país que formula la propuesta y el que se resiste a otorgar su aprobación.
Es conveniente que el representante diplomático propuesto cuente con algunas de las características o virtudes propuestas por Harold Nicolson: veracidad, precisión, calma, buen humor, paciencia, modestia y lealtad.
Por otra parte, el Estado solicitante debe de ser reservado en lo que a la persona del candidato se refiere y tener en cuanta el siguiente caso: El Emperador de Rusia, en 1822, se negó a acoger a Sir Stratford Canning como Embajador de Inglaterra alegando que el nombramiento había sido publicado en la prensa londinense con anterioridad a la gestión del Beneplácito.
Podría suceder que una vez concedido el Beneplático el Estado acreditado decida retirarlo por considerar al diplomático persona “non grata”. En esta situación el Estado que ha recibido al diplomático procede a declararlo “persona no grata” y pedir el retiro del mismo: “ARTICULO 9.- 1. El Estado receptor podrá, en cualquier momento y sin tener que exponer los motivos de su decisión, comunicar al Estado acreditante que el jefe u otro miembro del personal diplomático de la misión es persona non grata, o que cualquier otro miembro del
1 Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
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personal de la misión no es aceptable. El Estado acreditante retirará entonces a esa persona o pondrá término a sus funciones en la misión, según proceda. Toda persona podrá ser declarada non grata o no aceptable antes de su llegada al territorio del Estado receptor”2.
Si el Beneplácito ha sido concedido por considerar al diplomático propuesto persona “grata” el ceremonial que sucede es más o menos el siguiente:
Desde el momento de la llegada del nuevo diplomático al territorio del Estado receptor es merecedor de ciertos privilegios y atenciones como el de ser recibido en la terminal aérea por un funcionario de la Cancillería a fin de dispensarle todas aquellas facilidades en lo que A a trámites migratorios y aduanales se refiere.
Es muy conveniente que el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores encargado de recibir al nuevo diplomático le proporcione un ejemplar del Ceremonial Diplomático del país a fin de que pueda familiarizarse con los procedimientos locales.
Ya hemos mencionado que la solicitud de Beneplácito podrá ser interpuesta al gobierno territorial por intermedio del Encargado de negocio o bien por el Ministerio de Relaciones Exteriores con la debida anticipación. Hay que tener siempre presente de que el Encargado de negocio a.i. o el mismo Embajador saliente al presentar la solicitud del placet al Director General de Protocolo del Estado acreditado de reanexarle el currículum vitae del candidato que sea estimado designar.
Concedido el agreement se comunicará directa e inmediatamente a la misión diplomática por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores.
A la mayor brevedad o en los cuatro o cinco días subsiguientes a su llegada a la capital, todo Jefe de misión, por medio de nota, solicitará audiencia con el Canciller a los efectos de que le señale día y hora para presentarle las copias de estilo de sus Cartas Credenciales.
Autorizada la visita y llegado el día y hora señalados, el Director o Subdirector de la Dirección General de Protocolo conducirá ante el Canciller al Jefe de la misión para efectuar la entrega de las copias de estilo.
2 Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
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Junto a la copia de las Cartas Credenciales entregará la Carta de Retiro de su antecesor si es que estuviere pendiente esta formalidad. Asimismo solicitará ser recibido por el Mandatario en audiencia solemne para hacerle entrega de los originales de sus credenciales.
La ceremonia de presentación de Cartas Credenciales de Embajadores, Ministros Plenipotenciarios y Encargados de negocio con Cartas de Gabinete es un acto solemne regulado por el Ceremonial Público de cada país y aunque varía de acuerdo costumbres y tradiciones nacionales, existen ciertas similitudes que permite establecer algunos lineamientos generales.
El recibimiento de Embajadores en el país reviste más o menos la siguiente estructura:
Momentos antes de la hora fijada para la recepción del diplomático, sea un Nuncio un Embajador, se presentarán a la residencia o a donde se alojare el Director de Ceremonial Diplomático y Agregados de la Dirección General del Protocolo y Ordenes acompañados de edecanes militares para conducir al nuevo Jefe de misión hacia la Casa Presidencial.
El Jefe del Estado Mayor Presidencial es el encargado de designar a los edecanes militares así como de proporcionar los vehículos oficiales que acompañarán y en que serán conducidos el nuevo diplomático y su séquito.
En la residencia del diplomático, el Subdirector de Protocolo presentará a sus acompañantes al nuevo Jefe de misión así como los demás miembros del personal diplomático que allí se encuentren.
A continuación ocuparán los automóviles proporcionados.
Al salir de la residencia, el Nuncio o Embajador, ocupará un vehículo tomando el asiento principal, es decir, el de la derecha detrás del copiloto. El Subdirector de Protocolo ocupará el asiento de la izquierda y el edecán militar el asiento de adelante.
En otro vehículo se conducirá el Director de Ceremonial Diplomático acompañando al funcionario de más alto rango después del Nuncio o Embajador junto un oficial del Estado Mayor Presidencial.
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En el otro u otros automóviles se conducirá el resto del personal diplomático acompañado de Agregados y edecanes militares.
El primero abordar el coche es el Jefe de misión y luego el Subdirector de Protocolo. Al descender lo hará primero el Director y luego el diplomático.
Así como se ha procedido con el Nuncio o un Embajador, procederá el séquito diplomático y sus acompañantes.
Los vehículos serán formados en columna hacia la Casa Presidencial. Encabezará el cortejo el vehículo ocupado por el diplomático de menor categoría y lo cerrará el que conduzca al Nuncio o Embajador.
Con la anterior disposición de vehículos lo que se pretende que es que los miembros del personal diplomático acompañantes estén a la fachada principal de la Casa de Gobierno a la llegada del nuevo Jefe de misión.
La comitiva es escoltada por agentes motorizados tanto a la ida como el regreso de la Casa Presidencial.
A la llegada a la Presidencia de la República el cortejo será recibido por el segundo Jefe del Estado Mayor Presidencial.
Luego de una reverencia al Pabellón Nacional la comitiva se colocará frente a la tropa encargada de rendirle honores.
El Nuncio o Embajador se situará al centro, a su izquierda estará el Subdirector de Protocolo y a su derecha el segundo Jefe del Estado Mayor Presidencial. Pasos atrás se situarán en similar forma el resto de los miembros del personal diplomático y sus acompañantes.
Acto seguido se rendirá honores con arma presentada y será ejecutado el Himno Nacional de El Salvador.
El séquito será conducido a presencia del señor Presidente de la República por el segundo Jefe del Estado Mayor Presidencial.
A las puertas del Salón Diplomático el cortejo será recibido por el Jefe del Estado Mayor Presidencial quien los invitará a pasar.
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En el Salón Diplomático el Presidente de la República estará acompañado del Ministro de Relaciones Exteriores o en su defecto por el Vicecanciller y el Director General del Protocolo.
La comitiva en su ingreso al Salón Diplomático conservará el mismo orden que adoptaron cuando se tributaron los primeros honores militares.
En el interior del Salón Diplomático el Jefe de misión así como el resto de sus acompañantes hará una inclinación y se aproximarán hasta donde se encuentre el Presidente de la República y sus acompañantes.
A pocos pasos del Mandatario se hará una nueva reverencia.
El Jefe de misión, quedándose de pie en el lugar en donde hizo la última inclinación, dará lectura a su discurso de presentación.
Los discursos son generalmente breves virtualmente son leídos.
Perfectamente los discursos pueden ser sustituidos por expresiones generales de cortesía, manifestando el gusto de haber sido acreditado ante un gobierno con del cual existen vínculos de amistad y cooperación estrechos.
Luego de las breves palabras de respeto, el Nuncio un Embajador avanzará hasta depositar en manos del Mandatario sus Cartas Credenciales las que el Presidente entregará al Canciller o Vicecanciller.
El Presidente corresponderá con breves palabras las pronunciadas por el diplomático, luego le saludará, le tenderá la mano y le invitará a tomar asiento a fin de intercambiar algunas palabras.
En este breve período la conversación deberá delimitarse, así como los discursos, a demostraciones de cortesía. No es el momento oportuno para plantear ningún tipo de inconformidades respecto a ciertas situaciones que atañan a sus países, ni expresar opiniones sobre la política interna de sus respectivos Estados.
Concluida la breve conversación, el diplomático solicitará la venia del Mandatario a fin de presentarle a los miembros del personal diplomático que le acompañan. El saludo de estos se limitará a una reverencia.
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Transcurrida la breve charla y saludos, el Nuncio o Embajador se despedirá del Presidente de la República.
Luego de una inclinación del diplomático y de su comitiva, se conducirán sin dar la espalda al Jefe de Estado hacia el lugar en donde fueron tributados los honores militares.
Al pasar nuevamente frente al Pabellón Nacional el cortejo hará otra reverencia.
Será ejecutado el Himno Nacional del país del nuevo diplomático acreditado.
Concluida la ceremonia, la comitiva abordará sus vehículos. Encabezará el desfile el automóvil que conduzca al Nuncio o Embajador. Se cerrará el mismo, el coche ocupado por el funcionario de menor rango.
Para el nombramiento de funcionarios subalternos de una Embajada no se necesita el “es conforme” previo del Estado que ha de recibirlo; pero el Estado receptor tiene el derecho de pedir su retiro en cualquier momento sin estar obligado a expresar los motivos de su determinación.
Existe sí la obligación de notificar al Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado receptor el nombramiento de los miembros de la misión, su llegada y su salida definitiva, así como la terminación de sus funciones.
Por lo que se refiere al número de los agentes diplomáticos que integran una misión, se ha pensado que su cantidad, es empleada como un medio de acrecentar la influencia del Estado acreditante cerca del Estado receptor, por lo que la doctrina empezó a considerar oportuno su limitación.
La Convención de Viena resolvió que a falta de convenio explícito sobre el número de miembros de la misión, el Estado receptor podría exigir que ese número esté dentro de los límites de lo que considere razonable y normal, según las circunstancias y condiciones de ese Estado y las necesidades de la misión de que se trate. La misma Convención agrega que el Estado receptor podrá también, dentro de esos límites y sin discriminación alguna, negarse a aceptar funcionarios de una
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determinada categoría. Veamos lo que establece la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas al respecto: “ARTICULO 11.- 1. A falta de acuerdo explícito sobre el número de miembros de la misión, el Estado receptor podrá exigir que ese número esté dentro de los límites de lo que considere que es razonable y normal, según las circunstancias y condiciones de ese Estado y las necesidades de la misión de que se trate.- - 2. El Estado receptor podrá también, dentro de esos límites y sin discriminación alguna, negarse a aceptar funcionarios de una determinada categoría”.
Para ir concluyendo con esta tercera UNIDAD deseamos traer a cuenta que perfectamente un Estado acreditante puede, después de haberlo notificado en debida forma a los Estados receptores, acreditar a un jefe de misión ante dos o más Estados, salvo que alguno de los Estados receptores se oponga expresamente. El Jefe de misión acreditado ante dos o más Estados, puede establecer una misión diplomática dirigida por un encargado de negocios ad-ínterin en cada uno de los Estados en que no tenga su sede permanente.
La situación anterior es regulada en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas: “ARTICULO 5.- 1. El Estado acreditante podrá, después de haberlo notificado en debida forma a los Estados receptores interesados, acreditar a un jefe de misión ante dos o más Estados, o bien destinar a ellos a cualquier miembro del personal diplomático, salvo que alguno de los Estados receptores se oponga expresamente. -- 2. Si un Estado acredita a un jefe de misión ante dos o más Estados, podrá establecer una misión diplomática dirigida por un encargado de negocios ad interim en cada uno de los Estados en que el jefe de la misión no tenga su sede permanente”.
Hay que destacar que las personas que han sido designadas con un nombramiento diplomático deben tratar de obtener el mayor conocimiento posible sobre el país de destinado mediante la lectura de obras de historia, geografía, sociales, económica, política y literarias que traten de dicho país, pues ello les facilitará la vida de relación a que estará obligado.
Habrás de efectuar un estudio de la correspondencia intercambiada entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Misión en que va a servir para enterarse de todas las situaciones que ha afrontado la misión y con especialidad acerca de los problemas que tiene pendiente. Por medio de la lectura de los informes que hayan rendido sus antecesores, se pondrá al corriente de las cuestiones políticas y sociales del país acreditado, así como de los personajes del mundo oficial, político,
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cultural, diplomático, etc. gracias a esos informes no será un extraño en el ambiente que frecuentará.
Es conveniente para los designados a ocupar un puesto en el exterior familiarizarse con temas e instrumentos internacionales como los que a continuación se sugieren: Historia y Política Exterior de El Salvador; relaciones bilaterales entre El Salvador y el país de destino; situación interna del país de destino; Convención de La Habana sobre Funcionarios Diplomáticos de 1928; Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961; Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963; Convención sobre Asilo de 1928; Convención sobre Asilo Diplomático de 1933; Convención sobre Asilo Diplomático de 1954; Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969; Convención de Nueva York sobre la Misiones de 1969, entre algunos.
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