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Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 1 UNIDAD VI: POESÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX: Blas de Otero. 1. LA POESÍA DE LA INMEDIATA POSGUERRA. La Guerra Civil (1936-39) significa la mayor ruptura de la historia contemporánea de la sociedad española. La literatura, como es lógico, no pudo estar al margen. Tomando como base el artículo de Victoriano Martín Fernández “La lírica en España a partir de 1939” en Poesía del siglo XX en lengua española investiga… ¿Qué ha pasado con los llamados maestros de la lírica del 98 (Unamuno, Antonio Machado) y Juan Ramón Jiménez)? ¿Qué ha pasado con los poetas del 27? (Utiliza la nómina más habitual) ¿Qué ha pasado con los poetas de la llamada generación del 36? Puedes incluir aquí a Miguel Hernández y a Luis Rosales. ¿Qué autores lideran el exilio? ¿Qué característica común puede encontrarse entre los poetas del exilio? A través de las revistas literarias se produce el resurgir de la lírica de posguerra, aunque con líneas, a veces, muy distintas. ¿Puedes indicar cuáles son las principales características de las que se citan a continuación: Garcilaso. Juventud creadora (1942-1946) Espadaña (1944-1951) Proel (1944-1945/ 1946-1950) Postismo (1945) Cántico (1947-1949) En 1944 se publican dos poemarios que tendrán una gran importancia en la conformación de la lírica de posguerra española. ¿De qué obras y autores se trata? Distingue entre poesía arraigada y desarraigada y copia el fragmento de Dámaso Alonso que define a esta última. 2. LA POESÍA DE LOS AÑOS 50. Hacia 1955 se consolida ―en todos los géneros― el llamado “realismo social”. De esa fecha eran dos libros de poemas que marcan un hito: Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos iberos de Gabriel Celaya. En ellos, ambos poetas superan su anterior etapa de angustia existencial, para situar los problemas humanos en un marco social. Partiendo de la “poesía desarraigada” 1 , se pasa a la “poesía 1 Década de los 40 y principios de los 50. Poesía de tono trágico (a veces calificada de “tremendista”, como cierta novela de la época); una poesía que se enfrenta con un mundo deshecho y caótico, invadido por el sufrimiento y la angustia, con un evidente entronque con la línea existencialista. El estilo es directo, sencillo, poco preocupado por la estética.

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UNIDAD VI: POESÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX: Blas de Otero.

1. LA POESÍA DE LA INMEDIATA POSGUERRA.

La Guerra Civil (1936-39) significa la mayor ruptura de la historia contemporánea de la sociedad

española. La literatura, como es lógico, no pudo estar al margen. Tomando como base el artículo de

Victoriano Martín Fernández “La lírica en España a partir de 1939” en Poesía del siglo XX en lengua española investiga…

¿Qué ha pasado con los llamados maestros de la lírica del 98 (Unamuno, Antonio Machado) y Juan Ramón

Jiménez)?

¿Qué ha pasado con los poetas del 27? (Utiliza la nómina más habitual)

¿Qué ha pasado con los poetas de la llamada generación del 36? Puedes incluir aquí a Miguel Hernández y a

Luis Rosales.

¿Qué autores lideran el exilio? ¿Qué característica común puede encontrarse entre los poetas del exilio?

A través de las revistas literarias se produce el resurgir de la lírica de posguerra, aunque con

líneas, a veces, muy distintas. ¿Puedes indicar cuáles son las principales características de las que se

citan a continuación:

Garcilaso. Juventud creadora (1942-1946)

Espadaña (1944-1951)

Proel (1944-1945/

1946-1950)

Postismo

(1945)

Cántico

(1947-1949)

En 1944 se publican dos poemarios que tendrán una gran importancia en la conformación de la

lírica de posguerra española. ¿De qué obras y autores se trata?

Distingue entre poesía arraigada y desarraigada y copia el fragmento de Dámaso Alonso que

define a esta última.

2. LA POESÍA DE LOS AÑOS 50.

Hacia 1955 se consolida ―en todos los géneros― el llamado “realismo social”. De esa fecha

eran dos libros de poemas que marcan un hito: Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos iberos

de Gabriel Celaya. En ellos, ambos poetas superan su anterior etapa de angustia existencial, para situar

los problemas humanos en un marco social. Partiendo de la “poesía desarraigada”1, se pasa a la “poesía

1 Década de los 40 y principios de los 50. Poesía de tono trágico (a veces calificada de “tremendista”, como cierta

novela de la época); una poesía que se enfrenta con un mundo deshecho y caótico, invadido por el sufrimiento y la

angustia, con un evidente entronque con la línea existencialista. El estilo es directo, sencillo, poco preocupado por la

estética.

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social". Para Celaya, un poeta es un hombre y “ningún hombre puede ser neutral”. La poesía, por tanto,

debe tomar partido ante los problemas del mundo que le rodea. El poeta se hace “solidario de los demás

hombres; antepone a las metas estéticas los objetivos más inmediatos: “La poesía ―según Celaya― es

un instrumento, entre otros, para transformar el mundo.”

En cuanto a la temática, hay que destacar la gran proporción que alcanza el tema de España,

más obsesivo aún que en los noventayochistas pero con un enfoque más político. Tratan temas paralelos

a los de la novela y el teatro de la misma tendencia: la injusticia social, la alienación, el mundo del

trabajo, el anhelo de libertad y de un mundo mejor… Tales temas explican las notas dominantes en el

estilo. Los poetas se dirigen “a la mayoría”: Celaya y Otero, a la cabeza de muchos más, expresan su

voluntad de llegar al pueblo, lo que conduce al empleo de un lenguaje claro, intencionadamente prosaico

y de tono coloquial. En definitiva, la preocupación por los contenidos es mayor que el interés por los

valores formales o estéticos.

Sin embargo, su poesía no consiguió el objetivo de llegar a la inmensa mayoría. Por aquellos años,

la tirada de un libro de versos rara vez alcanzaba los mil ejemplares. Por otra parte, ¿estaba “el pueblo”

en condiciones de leer poesía? Así pues, pronto se desengañan de que se pueda “transformar el mundo”

con libritos de poesía. Por lo demás, el cansancio de la poesía social no tardó en llegar, y, como sucedió

en otros géneros, ello se irá acentuando en la década de los 60.

Quizás sería bueno ejemplificar todo lo dicho anteriormente con un famoso poema de Gabriel

Celaya, La poesía es un arma cargada de futuro. ¿Qué características sobresalen en el poema? Fíjate en los

siguientes aspectos:

¿Qué métrica utiliza?

¿A quién se dirige?

¿Qué tono tiene el poema?

¿Cuáles son los elementos temáticos principales?

¿Qué concepción tiene el autor de la poesía?

Este poema, como otros, llegó a más público a través de los cantautores, que tuvieron un papel

importante en el tardofranquismo y en la transición de España a la democracia, época en que se conocieron o

reconocieron a muchos autores, clásicos y contemporáneos, a través de las versiones cantadas que se expandían con mayor rapidez en discos y casetes que en los libros en que fueron publicados. El poema en la

voz de Paco Ibáñez sonaba así: http://www.youtube.com/watch?v=bKnEaCweikg

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO.

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,

mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,

fieramente existiendo, ciegamente afirmado,

como un pulso que golpea las tinieblas, 5

cuando se miran de frente

los vertiginosos ojos claros de la muerte,

se dicen las verdades:

las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

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Se dicen los poemas 10

que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,

piden ser, piden ritmo,

piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,

con el rayo del prodigio, 15

como mágica evidencia, lo real se nos convierte

en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria

como el pan de cada día,

como el aire que exigimos trece veces por minuto, 20

para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan

decir que somos quien somos,

nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.

Estamos tocando el fondo. 25

Maldigo la poesía concebida como un lujo

cultural por los neutrales

que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.

Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren 30

y canto respirando.

Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas

personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,

y calculo por eso con técnica qué puedo. 35

Me siento un ingeniero del verso y un obrero

que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta

a la vez que latido de lo unánime y ciego.

Tal es, arma cargada de futuro expansivo 40

con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.

No es un bello producto. No es un fruto perfecto.

Es algo como el aire que todos respiramos

y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. 45

Son palabras que todos repetimos sintiendo

como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.

Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.

Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

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3. BLAS DE OTERO (1916-1979)

1. El autor.

Puedes encontrar mucha información en la red sobre la vida y la obra de Blas de Otero: el artículo

de Wikipedia es muy completo; el de la Fundación Blas de Otero tiene quizás mayor interés humano.

En 2013 se ha publicado un volumen con toda la producción del autor (Obra completa (1935-1977). Blas de Otero. Edición de Sabina de la Cruz con la colaboración de Mario Hernández. Galaxia

Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona, 2013.) y con este motivo El País publicó el artículo que se

reproduce a continuación. Con esta información y la que encuentres en la red completa los ejercicios

que se proponen más abajo.

Mapa total de Blas de Otero

El poeta vasco es uno de los autores más influyentes de la posguerra.

Con la publicación de su 'Obra completa' trasciende la etiqueta de poeta social.

JUAN JOSÉ LANZ 25 MAY 2013

Blas de Otero, el 5 de junio de 1976, en un homenaje a Federico García Lorca en Granada. /RICARDO MARTÍN

Si hay un poeta a la altura de los mejores autores de la generación del 27 en la literatura española de posguerra, ése es sin

duda Blas de Otero (Bilbao, 1916-Majadahonda, Madrid, 1979). Fue Dámaso Alonso quien, en 1952 y con la vista puesta tan sólo en sus dos primeros libros, aseguró que la capacidad idiomática de Otero era comparable “a las de un García Lorca y de algunos otros poetas de mi propia generación”. Incluso alguien tan reticente al halago como Jaime Gil de Biedma reconocía ante la lectura de Pido la paz y la palabra (1955): “Otero es un poeta de recetario, como todos. Lo malo de los poetas de postguerra es que se les conoce el recetario enseguida […]. Otero enseña el suyo más que ninguno, pero es el más excitante de todos […] Su gusto por la buena retórica suntuosa me le hace simpático”. Vicente Aleixandre evocaba la “tensión […] en su silencio”: “Este gran solitario es uno de los hombres con más voluntad de comunidad que se haya dado acaso entre los poetas de este tiempo”. Son los míticos

silencios de Blas de Otero que, como recordaría Emilio Alarcos, mostraban toda una tensión interior, una dimensión netamente moral de su obra y su persona, una voluntad de profundización en su escritura poética que no olvidaba el cuidado formal (“Voy al fondo. / Voy al fondo dejando bien cuidada / la ropa. Soy formal”) y que apuntaba esa bipolaridad fundamental en su poesía entre alusión y elisión, entre escritura y silencio (“escribo y callo”, repetiría Biotz-begietan); una tensión que, en otro nivel, se manifestaba entre el yo autobiográfico y el yo histórico en el curso de devenir escritura (“Esta es la historia de mi vida, / dije, y tampoco era”), lo que adelanta una de las dimensiones más novedosas de su obra: la de la autoficción poética, la de constituir una ficción autobiográfica (o una autobiografía ficticia), marcada por un signo ético, por la que la escritura de la memoria deviene

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memoria de la escritura en sus últimos libros, en un desarrollo en el que literatura y vida acaban fundiéndose (“yo quiero averiguar cómo se salva la distancia entre la vida y los libros”).

Cuando Blas de Otero se integra en el campo literario de la posguerra es ya un poeta formado, maduro (tiene 34 años

cuando se publica su primer libro propiamente dicho), sin titubeos, consciente del decurso que quiere imponer a su poesía; si bien, como advertía Aleixandre, “de Blas de Otero hay que hablar siempre con provisionalidad y cuidado”, porque su obra, de una profunda unidad, está siempre sometida a constante transformación, en un proceso de búsqueda, de discernimiento, que lo entronca con los más sólidos proyectos poéticos modernos y que hace de él uno de los poetas fundamentales del siglo XX en lengua española a uno y otro lado del Atlántico. Más allá del Cántico espiritual (1942), un homenaje a San Juan de la Cruz para los actos de celebración del centenario del carmelita, escrito como “un entretenimiento en una fábrica” (“Liberación”), la de Forjas de Amorebieta, donde trabajaba en esos años, Blas de Otero hace su entrada en el mundo literario nacional “de cuerpo entero” (“Morir en Bilbao”) con Ángel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia (1951), una poesía “compacta”, al decir

de Dámaso Alonso, que señala que “Otero es quien con más lucidez que nadie ha expresado […] los datos esenciales del problema del desarraigo”. Atrás quedan los tanteos poéticos de los años treinta, las colaboraciones en El Pueblo Vasco, en Vértice, en Escorial, la mención honorífica en el Adonais de 1943 (la no concesión del premio en 1949), los años de aprendizaje, hasta que en 1944 —el soneto “Hermana”, inédito hasta ahora, es estremecedor en este sentido— se produce la gran crisis personal y estética: “hasta entonces —escribe en Historia (casi) de mi vida—, desde mis doce años, yo había escrito infinidad de poemas, con mucho arrebato, pero con poca autoconciencia y control”. En esos dos libros complementarios, que refundirá y ampliará en 1958 en Ancia, se condensa la experiencia existencial de la posguerra mundial, la conciencia del hombre moderno arrojado a un mundo sin rumbo ni sentido.

Otero no cesa de indagar en una búsqueda poética que revoluciona a cada momento su obra, que afronta el cambio como su esencia, motor dialéctico de la Historia y de la vida personal que discurren acordadas. Ya en marzo de 1949, le escribe a Gabriel

Celaya: “Hoy día sobre todo, hace falta, es necesario llegar a todos, por lo menos a una mínima mayoría. El poeta tiene que decir cosas, […] pero bellamente”. Surge entonces su trilogía social (Pido la paz y la palabra [1955], En castellano [1959] y Que trata de España [1964]), una obra “a la altura de las circunstancias”; otros proyectos quedan abandonados entre estos. Pero encasillar la producción de Blas de Otero con la etiqueta de “poesía social” es un ejercicio rutinario de pereza intelectual, porque su obra, en todo momento, supera los límites de todas las clasificaciones; “Blas es él solo una entera clasificación”, escribió José Ángel

Valente. Tal vez resultaría más adecuado hablar, como propuso el poeta en 1959, de “poesía histórica”, en un sentido amplio, para referirse a aquella que se ocupa “del hombre en una situación de lugar y tiempo determinados y hasta determinantes”; la poesía

sería, así, un documento histórico de excepción. La aparición de estos libros supuso un revulsivo en el ambiente literario de la época, planteó una transformación radical de los modos de percepción poética, de las estructuras de comunicación social de la poesía, abriendo una década dominada por una lírica de corte histórico y realista; supuso, por otro lado, poner a la poesía española dentro de los parámetros europeos, vinculándola no sólo con el desvelamiento que promulgaba el modelo engagé sartreano, sino también con los planteamientos performativos que se derivaban de la filosofía del lenguaje; pero, sobre todo, supuso una problematización del medio, un ejercicio de constante indagación lingüística y de interferencia con los discursos de poder, la conciencia de la responsabilidad de la forma como base del compromiso estético, que adelanta algunas de las propuestas poéticas posteriores más interesantes.

En los años sesenta son continuos sus viajes y cambios de residencia: primero a París, luego a la URSS y China, para instalarse en Cuba entre 1964 y 1968, aunque vuelve un año a Bilbao. De esos viajes surgen los poemas de Que trata de España (1964) y del inédito hasta ahora Poesía e Historia, escrito entre 1960 y 1968, que supone una ampliación del campo poético precedente: la percepción histórica de una transformación internacional (China, URSS y Cuba), que apunta a la realización de la utopía propugnada, pero también una revolución en el lenguaje acorde con la evolución histórica, más allá de los estrechos debates patrios. En Cuba, siguiendo el camino abierto por Rimbaud y Baudelaire, escribe las prosas de Historias fingidas y verdaderas (1970), que se encuentran a la altura de la mejor prosa juanramoniana o de Ocnos, de Luis Cernuda. El libro se compone como una meditación profunda sobre los tres pilares básicos de su obra toda (biografía, obra e Historia); pero lo hace en

una fusión de elementos que apunta desde su forma la disolución de los límites genéricos y de la subjetividad individual, al paso de la transformación que la literatura occidental está sufriendo en esos momentos. Las inéditas Nuevas historias fingidas y verdaderas, escritas entre 1971 y 1972, continúan el camino abierto por aquellas, como en cierto modo lo hace esa medio-biografía que es Historia (casi) de mi vida, escrita en 1969, estando ya de vuelta en España.

De Cuba regresa a Madrid un 28 de abril de 1968, divorciado, rendido y enfermo, pero con una nueva concepción de la poesía que se ha ido conformando en diálogo con la revolución castrista (también con la china y la soviética), con las voces poéticas de José Martí, Nicolás Guillén y Heberto Padilla, pero también con aquellos “humanos mástiles” que evocaba en 1959 en “Coral a Nicolai Vaptzarov” (Vallejo, Hikmet, Machado, Maiakovski, Éluard, Celaya, Neruda, Miguel Hernández,

Aragon, Alberti y Mao), atento a la producción de sus contemporáneos. Para entonces el poeta tiene ya un “aura mítica”, en palabras de Antonio Martínez Sarrión, y su nombre es ineludible en la historia de la literatura reciente y en las poéticas de autores más jóvenes (de Ángel González, Valente o Claudio Rodríguez a Manuel Vázquez Montalbán, entre otros muchos). Pero Otero da una nueva vuelta de tuerca a su poesía en esa constante decantación del lenguaje, no ya hacia lo que la crítica ha venido denominando como una “meditación integradora”, en síntesis dialéctica de su obra anterior, sino más bien hacia una nueva apertura (“poesíabierta”), hacia una liberación absoluta de la palabra poética, del libro, del verso, de sí misma, que se funda y confunda con la vida. Lleva a cabo, así, una exploración que supone una de las propuestas más revolucionarias y novedosas del momento en uno de los periodos más fructíferos de su producción personal, recogida en Hojas de Madrid con La galerna (2010), un libro capital en la poesía contemporánea (no sólo en la española).

Habría que preguntarse qué hubiera supuesto para la poesía española la publicación de ese libro (también la de los tres inéditos que ahora se ofrecen) en su momento histórico, en plena Transición (los poemas se escriben entre 1968 y 1977), cómo hubiera podido transformar el decurso poético del periodo y sancionar algunas estéticas juveniles que, poeta atento a su mundo, Blas de Otero asumía haciéndolas propias, integrándolas en su dicción personal, en una poesía unitaria en constante transformación. Eso nos llevaría a preguntarnos también por el lugar de Blas de Otero en la poesía del siglo XX, no sólo como “el

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mayor de los poetas españoles de la llamada promoción de posguerra”, en palabras de Valente, o como “paradigma en la historia de nuestra literatura de posguerra”, como señaló José Manuel Caballero Bonald, sino como el autor de una de las propuestas poéticas más ricas, personales y sugerentes del pasado siglo, con una irradiación que alcanza a muchas de las voces más

representativas de la poesía reciente, y que logró transformar a aquel hombre que moriría la madrugada del 29 de junio de 1979, con sólo sesenta y tres años, en un clásico de nuestra literatura (como Bécquer, Machado, Juan Ramón o Lorca), con esa doble faz de permanencia y continua influencia sobre cualquier planteamiento que quiera encarar una voluntad de riesgo, una aventura hacia la indagación del hombre como ser histórico.

Mucho más que la paz y la palabra

La publicación de la Obra completa de un poeta de la talla de Blas de Otero debería ser un acontecimiento literario de resonancia no solo nacional, sino internacional. Máxime si se tiene en cuenta que buena parte de la obra aquí reunida por primera vez quedó inédita a la muerte del autor o dispersa en publicaciones periódicas. Es encomiable la labor realizada por Sabina de la Cruz, compañera del poeta, salvaguarda de su legado y responsable de la edición en colaboración con Mario Hernández, al reunir en el presente volumen, junto a los libros publicados por el autor, los más de trescientos poemas de Hojas de Madrid con La galerna (2010) y una serie de textos dispersos y otros no publicados anteriormente; entre ellos, tres libros rigurosamente inéditos: Poesía e Historia, que incluye más de ochenta poemas escritos entre 1960 y 1968; Nuevas historias fingidas y verdaderas, que incluye 28 nuevas prosas escritas en 1971 y 1972, y las deliciosas casi-memorias de Historia (casi) de mi vida, escritas en

1969. La cuidada publicación del canon oteriano se hace tras meticulosa revisión de los textos conservados, enmendando las intrusiones de la censura y las erratas diversas. Aunque no se anotan variantes ni otros pormenores, las Notas finales dan noticia suficiente de la historia textual de los libros recogidos. Se reúnen aquí los 12 libros del poeta: los ocho libros publicados en vida del autor se presentan en orden cronológico de primera edición de cada volumen, iniciados por Cántico espiritual (1942) e incluyendo acertadamente las versiones de Ángel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia (1951) y su reunión posterior en Ancia (1958), puesto que efectivamente se trata de tres libros diferentes; los cuatro libros que quedaron inéditos a su muerte, en orden cronológico de composición de los textos. Se completa la edición con un amplio e interesantísimo corpus de Complemento: ‘Poemas inéditos y dispersos’, con más de cien poemas, entre ellos nueve inéditos del periodo 1942-1946 cedidos recientemente por la Fundación Gerardo Diego; ‘Versiones’ de

poetas en otras lenguas, y ‘Declaraciones y entrevistas’. Por un criterio de rigurosa selección, no se incluyen muchos textos de los primeros años; alguna otra ausencia posterior queda, quizás, menos justificada. No obstante, el material complementario es suficientemente rico para hacerse idea de la labor de Blas de Otero y un cierre excepcional para esta destacable edición. J. J. L.

a) ¿Qué elementos biográficos y vivenciales de Blas de Otero van a ser determinantes en su

obra poética?

b) ¿Qué periodos pueden considerarse en su producción? ¿Cuáles son sus características

fundamentales?2

2. La obra.

a) A continuación se relacionan las principales obras de Blas de Otero. Asígnalas a los

periodos de la producción del autor que comentaste en el ejercicio anterior:

Cántico espiritual (1942)

Ángel fieramente humano (1950)

Redoble de conciencia (1951)

Ancia (1958)

Pido la paz y la palabra (1955)

En castellano (1960, publicado un año antes en Francia con el nombre Parler clair) Que trata de España (1964)

Historias fingidas y verdaderas (1970) Colección de textos en prosa.

Hojas de Madrid con La galerna (2010)

b) ¿Podría identificarse el contenido de los poemarios a partir de los nombres de los mismos?

3. Las influencias.

2 .- La profesora Enedina Rodríguez facilita en su obra cuatro (Comentario de textos literarios contemporáneos)

periodos: etapa de formación, hasta 1950; etapa existencial, 1950-1955; etapa de poesía social, 1955-1964; etapa final, 1965-1979. La consulta de sus páginas puede ilustrar adecuadamente sobre el tema.

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El propio autor señala sus fuentes poéticas en Historia (casi) de mi vida (1969): Los primeros versos los vi en mi adolescencia madrileña en el Tesoro de la juventud. Y algunos de Juan

Ramón. Después, yendo a Valladolid a examinarme de las asignaturas de Derecho, leía a Gabriel y Galán.

Luego entré en la Generación del 27 (es preferible llamarla así que no “la de la Dictadura”, para no

confundirla con otra posterior). Lorca siempre me gustó por su condensación, su corporeidad. Unamuno, al

que intenté leer años más tarde, no sabe manejar el verso. Y si un poeta no domina su instrumento, se da de

bruces contra el poema. Yo leía y leía a fray Luis, y también a Quevedo. Y el Cancionero popular y

tradicional y el Romancero, sencillas cumbres de la poesía castellana. Al fin conocí a Nazim Hikmet.

Prodigioso poeta –por qué estaré tan negado para los idiomas- decidme qué será en turco.

Yo había trabajado a mis veinticuatro años de asesor en una fábrica de forjas de Vizcaya. En realidad, allí

escribí el Cántico Espiritual, pues pronto me di cuenta que todo aquel papeleo, Hacienda, etc., era un camelo

y lo despachaba por debajo de la pata. Me fui a Madrid a cursar Filosofía y Letras. Otro camelo la Facultad que

también abandoné, sin darme por vencido.

Las lecturas en prosa llenan nuestro espíritu, quizás más que la poesía, que lo ahonda, aunque creo

vagamente que la música llega más lejos… Considero Guerra y paz la mejor novela, juntamente con el

Quijote, aunque sea enemigo personal de nuestro gran libro a causa de su último capítulo, una claudicación

lamentable, innecesaria, pues bastaba haberle hecho al hidalgo reconocer su locura en cuanto a los medios

empleados, no en el ideal perseguido. Pero no todo es tan sencillo en esta vida, y para qué vamos a complicar

la muerte.

No hay mucha literatura que merezca perdurar, releerse. Me impresionó profundamente la biografía de

Chéjov.

Una reflexión oportuna sobre estos párrafos te ayudará a entender mejor dos de los poemas de la

selección (Me llamarán, nos llamarán a todos y Palabras reunidas para Antonio Machado).

4. Los poemas propuestos. [Todos los poemas han sido tomados de Obra completa (1935-1977), Edición de Sabina de la Cruz con la colaboración de Mario Hernández, Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores, 2013]

a. “Hombre”. Poema fechado en 1947 y situado en el en la segunda serie, denominada

también “Hombre”.

Hombre

Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte, al borde del abismo, estoy clamando a Dios. Y su silencio, retumbando, ahoga mi voz en el vacío inerte.

Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte 5

despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando solo. Arañando sombras para verte.

Alzo la mano, y tú me la cercenas. Abro los ojos: me los sajas vivos. 10

Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.

Esto es ser hombre: horror a manos llenas. Ser —y no ser— eternos, fugitivos. ¡Ángel con grandes alas de cadenas!

(De Ángel fieramente humano, 1947-1949, recogido posteriormente en Ancia, 1947-1954).

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1. Lee con atención el poema y comprueba que conoces todos los términos y expresiones

que aparecen en él (retumbando, cercenas, sajas…). ¿Encuentras alguna frase que

recuerde a otra obra conocida?

2. Antes de comenzar ningún tipo de comentario indica cuáles son las impresiones que te

produce el mismo, qué crees que te transmite el autor con esta obra. No se trata de

profundizar en el poema sino de señalar tus primeras impresiones, que tendrás que

confirmar o corregir posteriormente.

3. Los tonos de un poema pueden ser muy distintos. ¿Cuál(es) crees tú que predomina(n) en

este? ¿Nostalgia, dolor, ironía, melancolía, angustia, rebeldía…? Sustenta tu opinión en

el texto.

4. Sitúa este poema en la producción y en la biografía del autor.

5. ¿En qué sentido responde este poema a la época histórica y literaria en que fue escrito?

6. Realiza un comentario métrico del texto propuesto. ¿Qué importancia tiene que el autor

haya elegido este poema estrófico?

7. ¿Qué estructura que aúne forma y contenido puedes encontrar en el poema? ¿Puedes

ponerla en relación con el título?

8. Analiza el significado de las personas verbales y pronominales en el poema.

9. Analiza, estrofa a estrofa, el significado del poema poniendo en relación los elementos

formales con el contenido.

10. En consecuencia, ¿cómo podríamos explicar concienzudamente el tema del poema?

11. Redacta una conclusión adecuada para el texto en la que integres el significado del

mismo con el momento en que el poema es escrito.

b. “A la inmensa mayoría”. Poema fechado el 11 de abril de 1951 que encabeza, en

bastardilla, el poemario Pido la paz y la palabra (1955).

A la inmensa mayoría

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre

aquel que amó, vivió, murió por dentro

y un buen día bajó a la calle: entonces

comprendió: y rompió todos sus versos.

Así es, así fue. Salió una noche 5

echando espuma por los ojos, ebrio

de amor, huyendo sin saber adónde:

a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,

eran sus brazos, como llama al viento; 10

olas de sangre contra el pecho, enormes

olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

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¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces

en vuelo horizontal cruzan el cielo;

horribles peces de metal recorren 15

las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre

en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,

mi última voluntad. Bilbao, a once

de abril, cincuenta y uno.20 BLAS DE OTERO.

(De Pido la paz y la palabra, 1951-1954)

1. Lee con atención el poema y comprueba que conoces todos los términos y expresiones

que aparecen en él (brizados, atroces…). ¿Hay alguna expresión del poema que creas

que está formada sobre alguna lexicalización en castellano?

2. Antes de comenzar ningún tipo de comentario indica cuáles son las impresiones que te

produce el mismo, qué crees que te transmite el autor con esta obra. No se trata de

profundizar en el poema sino de señalar tus primeras impresiones, que tendrás que

confirmar o corregir posteriormente.

3. El tono del poema es similar al que tenía “Hombre”? Indica qué semejanzas y diferencias

encuentras.

4. ¿Qué impresión da la última frase del poema (v. 19-20)?

5. Sitúa este poema en la producción y en la biografía del autor.

6. ¿En qué sentido responde este poema a la época histórica y literaria en que fue escrito?

Justifica el título por su propio significado y por contraste del mismo.

7. Realiza un comentario métrico del texto propuesto. ¿Qué cambios se observan respecto

al poema anteriormente estudiado?

8. ¿Qué estructura puedes encontrar en el poema? ¿Qué elementos formales y de

contenido justifican esa estructura?

9. Analiza el significado de las personas verbales y pronominales en el poema. ¿Cómo ha

cambiado su uso respecto al poema anterior?

10. Estudia el uso de los tiempos verbales en el poema.

11. Organiza los campos semánticos de la obra.

12. Analiza, estrofa a estrofa, el significado del poema poniendo en relación los elementos

formales con el contenido.

13. En consecuencia, ¿cómo podríamos explicar concienzudamente el tema del poema?

14. Redacta una conclusión adecuada para el texto en la que integres el significado del

mismo con el momento en que el poema es escrito.

c. “Me llamarán, nos llamarán a todos”. Poema fechado en 1951. Puedes escuchar la

versión cantada de Paco Ibáñez en http://www.youtube.com/watch?v=ohOGNpx9tEE.

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 10

…porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más…

SANCHO (Quijote, II, cap. 74.)

1

Me llamarán, nos llamarán a todos. Tú, y tú, y yo, nos turnaremos, en tornos de cristal, ante la muerte. Y te expondrán, nos expondremos todos a ser trizados ¡zas! por una bala. 5

Bien lo sabéis. Vendrán por ti, por ti, por mí, por todos. Y también por ti. (Aquí 10

no se salva ni dios. Lo asesinaron.)

Escrito está. Tu nombre está ya listo, temblando en un papel. Aquel que dice: abel, abel, abel... o yo, tú, él…

2

Pero tú, Sancho Pueblo, 15

pronuncias anchas sílabas, permanentes palabras que no lleva el viento…

De Pido la paz y la palabra, (1951-1954).

1. Lee con atención el poema y comprueba que conoces todos los términos y expresiones

que aparecen en él (trizados, atroces…). ¿Hay alguna expresión del poema que creas que

está formada sobre alguna lexicalización en castellano?

2. Antes de comenzar ningún tipo de comentario indica cuáles son las impresiones que te

produce el mismo, qué crees que te transmite el autor con esta obra. No se trata de

profundizar en el poema sino de señalar tus primeras impresiones, que tendrás que

confirmar o corregir posteriormente.

3. La estructura externa es muy distinta a la de los poemas estudiados con anterioridad.

Describe brevemente esa estructura externa.

4. Sitúa este poema en la producción y en la biografía del autor.

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 11

5. ¿En qué sentido responde este poema a la época histórica y literaria en que fue escrito?

¿Qué diferencia se ha producido en el tratamiento del tema respecto a sus primeros

poemas?

6. ¿En qué momento del Quijote se pronuncian las palabras que encabezan el poema? ¿Cómo

se relacionan con el tema del poema? No olvides incluir las referencias bíblicas en la

plasmación del tema.

7. Realiza un comentario métrico del texto propuesto. ¿Qué cambios se observan respecto

a los poemas anteriormente estudiados?

8. ¿Qué estructura puedes encontrar en el poema? ¿Qué elementos formales y de

contenido justifican esa estructura?

9. Analiza el significado de las personas verbales y pronominales en el poema. ¿Cómo ha

cambiado su uso respecto al sus primeros poemas?

10. Estudia los usos retóricos de la repetición en el poema.

11. Analiza, estrofa a estrofa, el significado del poema poniendo en relación los elementos

formales con el contenido.

12. En consecuencia, ¿cómo podríamos explicar concienzudamente el tema del poema?

13. Redacta una conclusión adecuada para el texto en la que integres el significado del

mismo con el momento en que el poema es escrito.

d. Palabras reunidas para Antonio Machado. Poema fechado en 1959.

Un corazón solitario no es un corazón.

A. MACHADO

Si me atreviera. a hablarte, a responderte, pero no soy, solo, nadie. 5

Entonces, cierro las manos, llamo a tus raíces, estoy oyendo el lento ayer: el romancero 10

y el cancionero popular; el recio son de Jorge Manrique; la palabra cabal de fray Luis; el chasquido de Quevedo; 15

de pronto, toco la tierra que borró tus brazos, el mar donde amarró la nave que pronto ha de volver.

Ahora, 20

removidos los surcos (el primero

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 12

es llamado Gonzalo de Berceo), pronuncio unas pocas palabras verdaderas.

Aquellas 25

con que pedí la paz y la palabra:

Árboles abolidos, volveréis a brillar al sol. Olmos sonoros, altos álamos, lentas encinas, 30

olivo en paz, árboles de una patria árida y triste, entrad a pie desnudo en el arroyo claro, 35

fuente serena de la libertad.

Silencio.

Sevilla está llorando, Soria se puso seria. Baeza alza al cielo las hoces (los olivos 40

recuerdan una brisa granadamente triste). El mar se derrama hacia Francia, te reclama, quiere, queremos tenerte, convivirte, 45

compartirte como el pan.

(De En castellano, 1951-1959)

1. Lee con atención el poema y comprueba que conoces todos los términos y expresiones

que aparecen en él (surcos, abolidos…). ¿Hay alguna expresión del poema que creas que

está formada sobre alguna lexicalización en castellano?

2. Vamos a intentar recordar todo lo que hemos aprendido sobre literatura española en

estos años…

Antonio Machado: ¿Quién es? ¿En qué movimiento se encuadra? ¿Cuáles son los temas

de su poesía? ¿Y sus paisajes? ¿Cómo y en qué circunstancias muere? ¿Qué imagen de

este autor se tiene entre los poetas de después de la Guerra Civil? ¿Qué recuerdo

especial se tiene hacia su persona en 1959?

Romancero: Época y carácter.

Cancionero popular: Época y carácter.

Jorge Manrique: Época y carácter. ¿Por qué “recio son”?

Fray Luis (de León): Época y carácter. ¿Por qué “palabra cabal”?

Quevedo: Época y carácter. ¿Por qué “chasquido”?

Gonzalo de Berceo: Época y tipo de producción. ¿Por qué “el primero”?

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 13

“granadamente triste”: ¿Puedes relacionar esta expresión con algún poeta español?

¿Qué interés puede tener el poeta al citar a este otro autor?

3. Pero lo que nos hace de verdad comprender el poema es la intertextualidad, es decir, la

transposición y reelaboración de textos preexistentes. De manera más o menos clara

aparecen citas –también más o menos elaboradas- de autores ajenos o de sí mismos. El

poema está dedicado a Antonio Machado, como deja claro en el título y en la

dedicatoria, pero no es lo único que nos recuerda al autor ni es el único del que

encontramos referencias. Lee esta selección de fuentes y localiza los intertextos en el

poema

Antonio Machado, Proverbios y cantares LXVI en Nuevas canciones (1917-1930). [Poesía completa, CLXI]

Poned atención:

Un corazón solitario

no es un corazón.

Antonio Machado, Soledades, galerías y otros poemas (1899-1907). [Poesía completa, LXXXVIII] Tal vez la mano, en sueños,

del sembrador de estrellas,

hizo sonar la música olvidada

como una nota de la lira inmensa, y la ola humilde a nuestros labios vino

de unas pocas palabras verdaderas.

Antonio Machado, Campos de Castilla (1907-1917). [Poesía completa, CL]

Mis poetas

El primero es Gonzalo de Berceo llamado,

Gonzalo de Berceo, poeta y peregrino,

que yendo en romería acaeció en un prado,

y a quien los sabios pintan copiando un pergamino.

Trovó a Santo Domingo, trovó a Santa María,

y a San Millán, y a San Lorenzo y Santa Oria,

y dijo: Mi dictado non es de juglaría;

escrito lo tenemos; es verdadera historia.

Su verso es dulce y grave; monótonas hileras

de chopos invernales en donde nada brilla;

renglones como surcos en pardas sementeras,

y lejos, las montañas azules de Castilla.

Él nos cuenta el repaire del romeo cansado;

leyendo en santorales y libros de oración,

copiando historias viejas, nos dice su dictado,

mientras le sale afuera la luz del corazón.

Antonio Machado, Campos de Castilla (1907-1917). [Poesía completa, XCVII]

Retrato

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,

y un huerto claro donde madura el limonero;

mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;

mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido

‒ya conocéis mi torpe aliño indumentario‒,

más recibí la flecha que me asignó Cupido,

y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,

pero mi verso brota de manantial sereno;

y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,

soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética

Desdeño las romanzas de los tenores huecos

y el coro de los grillos que cantan a la luna.

A distinguir me paro las voces de los ecos,

y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera

mi verso, como deja el capitán su espada:

famosa por la mano viril que la blandiera,

no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo

‒quien habla solo espera hablar a Dios un día‒;

mi soliloquio es plática con ese buen amigo

que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.

A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito,

el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 14

corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;

mas no amo los afeites de la actual cosmética,

ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Y cuando llegue el día del último vïaje,

y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,

me encontraréis a bordo ligero de equipaje,

casi desnudo, como los hijos de la mar. Antonio Machado, “El crimen fue en Granada” (A Federico García Lorca). 1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,

por una calle larga,

salir al campo frío,

aún con estrellas de la madrugada.

Mataron a Federico

cuando la luz asomaba.

El pelotón de verdugos

no osó mirarle la cara.

Todos cerraron los ojos;

rezaron: ¡ni Dios te salva!

Muerto cayó Federico

—sangre en la frente y plomo en las entrañas— ...

Que fue en Granada el crimen,

sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,

sin miedo a su guadaña.

—Ya el sol en torre y torre, los martillos en yunque— yunque y yunque de las fraguas.

Hablaba Federico,

requebrando a la muerte. Ella escuchaba.

"Porque ayer en mi verso, compañera,

sonaba el golpe de tus secas palmas,

y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata,

te cantaré la carne que no tienes,

los ojos que te faltan,

tus cabellos que el viento sacudía,

los rojos labios donde te besaban...

Hoy como ayer, gitana, muerte mía,

qué bien contigo a solas,

por estos aires de Granada, ¡mi Granada!".

3.

Se le vio caminar...

Labrad, amigos,

de piedra y sueño en el Alhambra,

un túmulo al poeta,

sobre una fuente donde llore el agua,

y eternamente diga:

el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Federico García Lorca, “Alma ausente” (Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, 1934).

No te conoce el toro ni la higuera,

ni caballos ni hormigas de tu casa.

No te conoce el niño ni la tarde porque te has muerto para siempre.

No te conoce el lomo de la piedra,

ni el raso negro donde te destrozas.

No te conoce tu recuerdo mudo

porque te has muerto para siempre.

El otoño vendrá con caracolas,

uva de niebla y monjes agrupados,

pero nadie querrá mirar tus ojos

porque te has muerto para siempre.

Porque te has muerto para siempre,

como todos los muertos de la Tierra,

como todos los muertos que se olvidan

en un montón de perros apagados.

No te conoce nadie. No. Pero yo te canto. Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.

La madurez insigne de tu conocimiento.

Tu apetencia de muerte y el gusto de tu boca.

La tristeza que tuvo tu valiente alegría.

Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,

un andaluz tan claro, tan rico de aventura.

Yo canto su elegancia con palabras que gimen

y recuerdo una brisa triste por los olivos.

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 15

Blas de Otero, “Pido la paz y la palabra” (Pido la paz y la palabra, 1955).

Pido la paz y la palabra.

Escribo

en defensa del reino

del hombre y su justicia. Pido la paz

y la palabra. He dicho

«silencio»,

«sombra»,

«vacío»

etc.

Digo

«del hombre y su justicia»,

«océano pacífico»,

lo que me dejan.

Pido

la paz y la palabra.

Blas de Otero, “Pido la paz y la palabra” (Pido la paz y la palabra, 1955).

Árboles abolidos,

volveréis a brillar

al sol. Olmos sonoros, altos

álamos, lentas encinas,

olivo

en paz, árboles de una patria árida y triste,

entrad

a pie desnudo en el arroyo claro,

fuente serena de la libertad.

Anónimo, Canción popular

Arroyo claro, fuente serena, quién te lavó el pañuelo

saber quisiera.

Federico García Lorca, “Balada de la placeta” (Libro de poemas, 1918-20). Cantan los niños

en la noche quieta;

¡arroyo claro,

fuente serena!

Los niños

¿Qué tiene tu divino

corazón en fiesta?

Yo

Un doblar de campanas

perdidas en la niebla.

Los niños

Ya nos dejas cantando

en la plazuela.

¡Arroyo claro,

fuente serena!

¿Qué tienes en tus manos de primavera?

Yo

Una rosa de sangre

y una azucena.

Los niños

Mójalas en el agua

de la canción añeja.

¡Arroyo claro,

fuente serena!

¿Qué sientes en tu boca

roja y sedienta?

Yo

El sabor de los huesos

de mi gran calavera.

Los niños

Bebe el agua tranquila

de la canción añeja.

¡Arroyo claro,

fuente serena!

¿Por qué te vas tan lejos de la plazuela?

Yo

¡Voy en busca de magos

y de princesas!

Los niños

¿Quién te enseñó el camino

de los poetas?

Yo

La fuente y el arroyo

de la canción añeja.

Los niños

¿Te vas lejos, muy lejos

del mar y de la tierra?

Yo

Se ha llenado de luces

mi corazón de seda,

de campanas perdidas,

de lirios y de abejas,

y yo me iré muy lejos,

más allá de esas sierras,

más allá de los mares,

cerca de las estrellas,

para pedirle a Cristo Señor que me devuelva

mi alma antigua de niño,

madura de leyendas,

con el gorro de plumas

y el sable de madera.

Los niños

Ya nos dejas cantando

en la plazuela,

¡arroyo claro,

fuente serena!

Las pupilas enormes

de las frondas resecas

heridas por el viento,

lloran las hojas muertas.

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 16

4. La estructura externa es muy distinta a la de los poemas estudiados con anterioridad.

Describe brevemente esa estructura externa.

5. Sitúa este poema en la producción y en la biografía del autor. Explica para qué fue

escrito.

6. ¿En qué sentido responde este poema a la época histórica y literaria en que fue

escrito?

7. ¿Cómo podríamos explicar concienzudamente el tema y la intención del poema? Explica

estrofa a estrofa el significado del poema (Puedes partir de la propuesta de una

estructura).

8. Realiza un comentario métrico del texto propuesto. ¿Qué cambios se observan

respecto a los poemas anteriormente estudiados?

9. Analiza el significado de las personas verbales y pronominales en el poema. ¿Cómo ha

cambiado su uso respecto al sus primeros poemas? ¿Qué tono tiene este poema?

10. Estudia los usos retóricos en el desarrollo del poema.

11. Redacta una conclusión adecuada para el texto en la que integres el significado del

mismo con el momento en que el poema es escrito.

e. Túmulo de gasoil. Poema fechado en 14 de julio de 1968 que forma parte de la primera serie de

Hojas de Madrid.

Túmulo de gasoil

Hojas sueltas, decidme, qué se hicieron los Infantes de Aragón, Manuel Granero, la pavana para una infanta, si está Madrid iluminado como una diapositiva y sólo en este barrio saltan, ríen, berrean setenta o setenta y cinco niños, y sus mamás ostentan senos de Honolulú, y pasan muchachas con sus ropas chapadas, 5 faldas en microsurco, y manillas brillantes y sandalias de purpurina, hojas sueltas, caídas como cristo contra el empedrado, decidme, quién empezó eso de cesar, pasar, morir, quien inventó tal juego, ese espantoso solitario 10 sin trampa, que le deja a uno acartonado, si la plaza de Oriente es una rosa de Alejandría, ah Madrid de Mesonero, de Lope, de Galdós y de Quevedo, inefable Madrid infectado por el gasoil, los yanquis y la sociedad de consumo, ciudad donde Jorge Manrique acabaría por jodernos a todos, 15 a no ser porque la vida está cosida con grapas de plástico y sus hojas perduran inarrancablemente bajo el rocío de los prados y los graves estrofas que nos quiebran los huesos y los esparcen bajo este cielo de Madrid ahumado por cuántos años de inmovilismo, tan parecidos a don Rodrigo en su túmulo de terciopelo y rimas cuadriculadas.20

(De Hojas de Madrid con La galerna, 1968-1977)

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 17

1. Lee con atención el poema y comprueba que conoces todos los términos y expresiones que

aparecen en él (túmulo, pavana, manillas, ostentan…). ¿Sabes qué es una rosa de Alejandría y lo

que se dice de ella? ¿Cómo imaginas los senos de Honolulú?

2. Vamos a intentar recordar todo lo que hemos aprendido sobre literatura española en estos

años… Recuerda, o en su defecto, investiga quiénes son los citados Mesonero, Lope, Galdós,

Quevedo, Jorge Manrique. ¿Y quiénes son los Infantes de Aragón, Manuel Granero, don

Rodrigo (Manrique) y pavana para una infanta?

3. Para comprender cabalmente el poema debes conocer las Coplas a la muerte de su padre de

Jorge Manrique. Revísalas intentando localizar el mayor número de intertextos del poema.

4. Una vez realizados los tres ejercicios anteriores indica las primeras impresiones que te ha

producido el poema: tema(s) que trata, estructura externa, dificultad de comprensión (y sus

razones)…

5. El poema está fechado el 14 de julio de 1968. Sitúa la composición en la producción y en la

biografía del autor. ¿En qué sentido responde este poema a la época histórica y literaria en que

fue escrito?

6. El poema es publicado en varias antologías como parte de una carpeta que el autor llamó Hojas de Madrid. ¿Cuándo y cómo se publicó este poemario? ¿Qué estructura y contenido tiene?

7. ¿Puede entenderse el título sin la lectura completa del poema? Justifica el título.

8. En el poema hay dos ejes temáticos distintos. Subraya con distinto color lo que se refiere a uno

u otro eje. ¿Se unen alguna vez ambos ejes?

9. Realiza un comentario métrico del texto propuesto. ¿Qué cambios se observan respecto a los

poemas anteriormente estudiados?

10. Realiza un comentario sintáctico del poema. ¿Hay algo especial que te llame la atención? ¿A

quién se dirige el yo poemático? ¿Qué tono tiene este poema?

11. ¿Cómo se organiza el poema? Resalta todas las repeticiones que se producen en los distintos

niveles lingüísticos (fonético, morfosintáctico o semántico) y justifica su presencia.

12. Estudia las imágenes del poema. ¿De qué tipo son? ¿Son todas comprensibles?

13. Redacta una conclusión adecuada para el texto en la que integres el significado del mismo con el

momento en que el poema es escrito.

5. Material complementario.

a) Artículos:

VARIOS AUTORES, Poesía del siglo XX en lengua española (Selección y estudio). Consejería de

Educación. Embajada de Francia en España. París, 2009. La lírica a partir de 1939. Antecedentes. El exilio. Poesía de la posguerra. Juventud creadora: la revista Garcilaso. La revista Espadaña. Una fecha crucial: 1944. La revista Proel. La revista Postismo. La revista Cántico. Conclusiones. Bibliografía sobre la poesía española de posguerra. (Pág. 15-21).

VARIOS AUTORES, Poesía del siglo XX en lengua española (Selección y estudio). Consejería de

Educación. Embajada de Francia en España. París, 2009. Blas de Otero. Vida, obra y poética. Producción literaria: Etapa de formación (hasta 1950). Etapa existencial (1950-1954). Poesía social e histórica (1955-1964). Etapa final (1965-1979) o de meditación integradora. Poética. Bibliografía. Antología. Comentario de texto: “Hombre”. (Pág. 31-56).

RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Enedina, Comentario de textos literarios contemporáneos, Bohodón

Ediciones, Madrid, 2008. Blas de Otero y la poesía de posguerra en España. Blas de Otero: Vida y

trayectoria literaria. Etapa de formación, hasta 1950. Etapa existencial, 1950-1955. Etapa de poesía

Poesía española del siglo XX: Blas de Otero. Lycée International des Pontonniers. Sección Internacional Española. Terminale. Página 18

social, 1955-1964. Etapa final, 1965-1979. Comentario de dos poemas de Blas de Otero: “A la inmensa

mayoría”. “Palabras reunidas para Antonio Machado”. (Pág. 117-144)

b) Material bibliográfico complementario:

http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/HISTORIA_LITERATURA/BLASDEOTERO/index

_otero.htm

http://www.fundacionblasdeotero.org/es

http://www.rinconcastellano.com/cont/blasdotero.html#

http://www.slideshare.net/thehanstopous/power-point-cl4