UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA U S · 2 tesis de grado de maestrÍa en ciencia polÍtica...

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1 TESIS DE GRADO DE MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI SALERNO MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA POLÍTICA PÚBLICA COMO ESTRUCTURA DE ESTADO: UN ACERCAMIENTO AL PROCESO DESCOLONIAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA DESDE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA “COMER BIEN PARA VIVIR BIEN-SUMAJ MIQHUY MIQHUNA, ASKIN SUMAJ MANQ’AÑA, YAKARU KAVI” LUIS ALEJANDRO MONTAÑO CLAVIJO DIRECTOR: PABLO GUADARRAMA-DR. EN FILOSOFÍA DICIEMBRE DE 2014 BOGOTÁ

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TESIS DE GRADO DE MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA – UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI SALERNO

MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA

POLÍTICA PÚBLICA COMO ESTRUCTURA DE ESTADO: UN ACERCAMIENTO AL PROCESO

DESCOLONIAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA DESDE LA POLÍTICA DE

SEGURIDAD ALIMENTARIA “COMER BIEN PARA VIVIR BIEN-SUMAJ MIQHUY

MIQHUNA, ASKIN SUMAJ MANQ’AÑA, YAKARU KAVI”

LUIS ALEJANDRO MONTAÑO CLAVIJO

DIRECTOR: PABLO GUADARRAMA-DR. EN FILOSOFÍA

DICIEMBRE DE 2014

BOGOTÁ

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TESIS DE GRADO DE MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA – UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI

SALERNO

MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA

POLÍTICA PÚBLICA COMO ESTRUCTURA DE ESTADO: UN ACERCAMIENTO

AL PROCESO DESCOLONIAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA

DESDE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA “COMER BIEN PARA

VIVIR BIEN-SUMAJ MIQHUY MIQHUNA, ASKIN SUMAJ MANQ’AÑA, YAKARU

KAVI”

LUIS ALEJANDRO MONTAÑO CLAVIJO

DIRECTOR: PABLO GUADARRAMA-DR. EN FILOSOFÍA

DICIEMBRE DE 2014

BOGOTÁ

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AGRADECIMIENTOS

GRACIAS A MI FAMILIA POR EL APOYO PRESTADO Y SU CONFIANZA

GRACIAS A TODOS Y CADA UNO DE LOS PROFESORES DE LA MAESTRÍA

GRACIAS AL DR. ANTONIO SCOCOZZA POR EL ESFUERZO DE UNIR DOS SURES

DENTRO DE UNA MISMA ILUSIÓN.

GRACIAS AL PROFESOR PABLO GUADARRAMA QUE SIN SU ACOMPAÑAMIENTO,

COLABORACIÓN E INSPIRACIÓN DADA DESDE EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO

NO SE HUBIERA LOGRADO EL PRESENTE TRABAJO.

GRACIAS A LOS COMPAÑEROS DE LA MAESTRÍA.

GRACIAS A EIDA YANETH GARZÓN ROJAS, HELVER ALBERTO GUZMÁN MARTÍNEZ,

LILIANA NIETO DÍAZ, KAREN LORENA MORA FORERO Y HERMES ARDILA,

COMPAÑERO DE LUCHAS Y DEBATES.

GRACIAS A LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA Y A LA

UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI SALERNO Y A SUS DIRECTIVOS Y

ADMINISTRATIVOS.

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………

1. CAPÍTULO UNO: ESTRUCTURA Y DES-ESTRUCTURA DEL DOMINIO COLONIAL DESDE EL

MARCO CONSTITUCIONAL DEL BUEN VIVIR EN BOLIVIA. …………………………………

1.1 CAPITAL SIMBÓLICO, IMAGINARIOS COLECTIVOS Y LA ESTRUCTURA DEL

PODER……………………………………………………………………………………..

1.2 RAZA Y DOMINACIÓN SOCIAL…………………………………………………………

1.3 COLONIALIDAD Y COLONIALISMO COMO PROCESOS DOMINADORES…………………

1.4 EMANCIPACIÓN, DECOLONIALIDAD Y POLÍTICA………………………………………

1.4.1 SUMAK KAWSAY, SUMAK QAMAÑA: EL BUEN VIVIR COMO ALTERNATIVA

CONSTITUCIONAL………………………………………………………………………….

2. CAPÍTULO DOS: ESTADO DE BIENESTAR Y LA APLICACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

COMO RESULTADO DE LAS EXIGENCIAS DEL SUJETO

SOCIAL…………………………………………………………………………………….

2.1 PODER IMPERIAL Y PODER FEUDAL COMO ANÁLISIS PREVIO AL ESTADO DE

BIENESTAR…………………………………………………………………………………..

2.2 ESTADO BIENESTAR: ¿DEL SUJETO LIBRADO AL SUJETO

LIBRE?....................................

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2.3 ESTADO, GUERRA Y ECONOMÍA: ¿PRINCIPIO DE UN ESTADO

BENEFACTOR?..............................................................................................................

..........

2.4 ENTRE ESTADO BENEFACTOR COMO ESTADO MARGINADOR…………………………….

2.5 CONFIANZA SOCIAL Y POLÍTICAS PÚBLICAS……………………………………………..

3. CAPÍTULO TRES: ¿POLÍTICA PÚBLICA Y DESCOLONIALIDAD COMO UN PLANTEAMIENTO

ALTERNATIVO A LA

CRISIS?.....................................................................................................

3.1 RESISTENCIA Y DESCOLONIALIDAD POLÍTICA…………………………………………

3.2 ESTADO BOLIVIANO Y LA LUCHA ALTERNATIVA ……………………………………….

3.3 ESTADO, GOBERNANZA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA. ………………………………..

3.3.1 SEGURIDAD ALIMENTARIA EN BOLIVIA………………………………………………

3.4 ECONOMÍA SUBSISTENTE: DEL INDÍGENA-CAMPESINO A LOS GRANDES MONOPOLIOS

AGRÍCOLAS. ………………………………………………………………………………..

3.4.1 EL MITO DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA……………………………………………

3.4.2 PROBLEMA IDENTIDAD………………………………………………………………….

3.4.3 SOBERANÍA…………………………………………………………………………….

CONCLUSIONES……………………………………………………………………………..

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INTRODUCCIÓN.

El Estado-plurinacional de Bolivia el cual se ha consolidado en los últimos años en

el mandato del presidente Evo Morales y su maquinaria política el Movimiento al

Socialismo puede considerarse como un lugar paradigmático al momento de

intentar comprender su construcción como Estado, como sociedad y como cultura.

El marco geopolítico y la estructura demográfica del país, al igual que los factores

económicos, productivos, comunicativos, etc., se han convertido en factores

determinantes a la hora de dar una respuesta a las diferentes dinámicas con las

cuales se ha perfilado al territorio boliviano en la última década, tomando en

cuenta un cambio de perspectiva con respecto al marco legal y constitucional que,

hasta esa primera década del siglo XXI, se había configurado en un estereotipo

político, económico y social del boliviano que al parecer no era concordante con el

quehacer del ciudadano histórico andino.

Entendemos como ciudadano histórico andino al hombre ancestral que desde

siglos se ha posado tanto en la altiplanicie andina, en los valles y en los llanos

orientales propios de Bolivia, todos ellos configurando una amalgama de culturas,

saberes, de dialectos y de costumbres entre regiones (Amazonia, Chaco y andes),

en donde sobresalen la familia de los Quechua, Aimara, Churiguanos, Arawak,

Tiwanaku, entre otras. Todos estos contrastes han nutrido a ese sujeto boliviano

histórico precolombino que se distingue del que la colonización estructuro para un

futuro.

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No es posible deslegitimar un recorrido histórico que ha revelado el camino por el

cual, no solamente Bolivia, sino en general Latinoamérica, estructuró su

organización gubernamental y legal desde los cánones aprehendidos de la

tradición occidental. Los conceptos de Estado, democracia, sociedad, entre otros,

son el reflejo de lo que se impuso por medio de unos patrones construidos en los

procesos coloniales, y se han convertido hoy en día en la columna vertebral del

aparato político.

Así pues, la construcción del Estado en su concepción tradicional-occidental, su

estructura, sus límites, sus alcances y el ejercicio que recae en él, son algunos de

los puntos de análisis que se puede establecer dentro de esos patrones

construidos y adoptados en el territorio latinoamericano en relación con el estudio

de la ciencia política, sobre todo cuando el análisis de eso a lo que se le

reconoce como Estado tiene gran influencia en las dinámicas que comprenden

escenarios económicos, sociales, culturales, religiosos, e incluso, antropológicos.

Muchos de los debates teórico-prácticos dentro de los escenarios de la

investigación de la ciencia política se han concentrado en identificar y comprender

de fondo los problemas que han afectado al Estado moderno y su reconfiguración

histórica. Es notable reconocer en este análisis que la unidad territorial superó en

estructura la idea de la atomización de la Edad Media, abarcando así una

dominación (monarquía nacionales); un dominio de poder, un sistema de

administración, un ejército, un sistema de impuestos, burocracia administrativa,

leyes, diplomacia internacional, la protección de la propiedad privada, legitimidad

del uso de la violencia, etc., son los pilares que forjan la identidad del Estado

occidental.

Todo lo anterior sustentado en una base de tránsito entre el modelo feudal al

modelo capitalista y, si se puede decir, un movimiento evolutivo del Estado

moderno occidental. Sin embargo, los resultados obtenidos no influirían solamente

en el mundo occidental, sino que paralelamente se extendió a los procesos

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colonizadores en América, todo lo anterior se convirtió en un marco de

referencia para que en los procesos de colonización se instaurara la idea de un

Estado (Monárquico).

Tomando en cuenta los antecedentes antes señalados, hoy en día es posible

preguntar por la reconfiguración del concepto de Estado que se ha identificado en

Latinoamérica y los efectos en diferentes niveles socio-culturales que luego de los

procesos de colonización han marcado la hoja de ruta de esta parte del

hemisferio, tomando en cuenta la forma con la cual el fenómeno colonizador

impactó social, económica, cultural y políticamente a la cosmovisión amerindia.

La presente investigación se centra en Bolivia y, más exactamente, en analizar

los procesos por los cuales se puede evidenciar la respuesta a la fractura de la

organización propia de la identidad de este pueblo por causa de la colonización

occidental y cómo desde los procesos de dominación se alimenta el concepto de

Estado deslegitimador de identidad dando origen a procesos de resistencia política

y social que buscan por medio de mecanismo constitucionales reivindicar un

pensamiento y un quehacer del sujeto político-boliviano que asuma la

resignificación del Estado-nación como Estado-plurinacional.

Para ello se hace necesario, en primer lugar, poder observar si es realmente

posible sostener que las políticas públicas, como por ejemplo la de la seguridad y

soberanía alimentaria de Bolivia, la cual se sustentan en el enfoque descolonial

propio del pensamiento indigenista Aymara y Quechua del Buen Vivir y que se

encuentra enmarcada en el nuevo modelo gubernamental y constitucional del

Estado plurinacional, es el resultado de acciones de resistencia política y social

para contrarrestar la dominación occidental que desde la época de la colonia se ha

vivido a lo largo y ancho de Latinoamérica.

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En segundo lugar, analizar pues, en última instancia, si la estrategia utilizada en

el gobierno de Evo Morales de implementar una política publica de seguridad

alimentaria desde los paradigmas del buen vivir ha beneficiado a la población

indígena-campesina; al igual que comprender qué entiende el Estado plurinacional

Boliviano por el concepto del Buen Vivir.

Sin embargo el presente trabajo inicia con un breve análisis de lo que se ha

denominado como un problema propio de los procesos coloniales en América

Latina y las repercusiones en diferentes niveles, en especial en el socio-político

que este ha tenido, tal problema es el de la construcción occidental de identidad

del sujeto amerindio mediada por la relación de “colonizador-colonizado”

En un segundo momento se intenta identificar qué son las políticas públicas y en

qué benefician a los ciudadanos de un Estado, tomando en cuenta que en la

construcción de un Estado de benefactor se busca establecer puentes sólidos

entre la relación que hay entre el sujeto, el Estado y los procesos de producción y

trabajo que están en la atmosfera de un país como el boliviano.

En este punto se analiza las políticas públicas en relación con el Estado ya que lo

que se intenta mostrar es que la reconfiguración del “sujeto” frente al Estado Así

pues se dará paso a indagar si una política pública con un enfoque que rompa el

patrón colonial, gracias al estar enmarcada dentro de un marco constitucional y

legal indigenista, de resultados para un proceso descolonizador que permita

identificar nuevas dinámicas estatales.

Tres ejes de análisis que giran en torno al problema de la construcción de Estado-

nación del pueblo boliviano y la nueva noción de Estado-plurinacional nos servirán

como punto de referencia; estos ejes de análisis están representados en las

siguientes categorías-macro que permiten presentar de forma más detallada el

problema:

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1-Colonizacion-descolonizacion

2-Estado benefactor-políticas públicas con enfoque descolonial.

3-Comer bien para vivir bien (política de la soberanía y seguridad alimentaria)

Para hacer el análisis teórico de las categorías-macro el presente texto está

dividido en tres partes que dan respuesta a dichas categorías.

En primer lugar se presenta un análisis conceptual del problema que encierra el

término colonización y cómo, desde este término, se estructura unas condiciones

propias de relación de poder en una base dicotómica entre colonizador-

colonizado, mostrando cómo esta relación de poder ha marcado criterios de

clasificación en donde se presupone una superioridad cultural, epistémica, social,

religiosa, política y económica; todo lo anterior rastreado, en un primer momento,

desde lo que entiende Pierre Bourdieu como capital simbólico (Pierre Bourdieu.

l993. Pág. 62.) y el cual se ha reconocido por los agentes sociales (colonizador-

colonizado) dándole un valor en la conformación de un Estado que posee las

características para inculcar aquellos hitos inamovibles en la estructura social.

Sin embargo este primer análisis de enfoque colonizador se convierte en un

pretexto necesario para mostrar, en un segundo momento, cómo es posible

identificar en la última década de un país como el boliviano una nueva

concepción de sujeto político y como desde ese nuevo sujeto político surgen

procesos descoloniales desde el propio marco legal-constitucional, tomando como

punto de partida la resignificación del Estado como un Estado-plurinacional,

reconstruyendo eso noción de capital simbólico, y que ha encaminado todos sus

esfuerzos en nutrir, de manera sólida y dentro del Estado-plurinacional, políticas

públicas con un enfoque descolonizador que permita un fortalecimiento del

paradigma "buen vivir o sumak kawsay-sumak qamaña"

Pretendiendo así pues desmontar aquellos paradigmas occidentales (raza,

superioridad epistémica, superioridad antropológica, etc.) y que a largo plazo

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intentan mostrar de esta manera que hay un esfuerzo desde el pueblo boliviano

en poder superarlos; de igual manera uno de los propósitos es evidenciar que el

problema del autoreconocimiento desde las márgenes del pensamiento occidental

que se le había negado al boliviano desde la aparición de la primera constitución

política y una estructura estatal que es centralizada, es un problema socio-político

que puede ser superado.

En segundo lugar y partiendo de la importancia que en este momento toma el

Estado-plurinacional boliviano y las políticas públicas con enfoque descolonial

dentro del marco constitucional y legal, en la segunda parte se intenta mostrar el

valor que tiene las políticas públicas, para qué sirven y su aplicación en el marco

constitucional boliviano como punto de anclaje para el proceso descolonizador

desde una perspectiva socio-política.

Tomando en cuenta que el eje articulador de esta segunda parte es el concepto de

política pública, se realiza un análisis histórico con el fin de entender cuál es el

camino que se construyó en torno a la aparición de lo que se puede entender bajo

ese concepto, es así que se hace necesario mostrar en primer cómo, a grandes

rasgos, se entiende al sujeto dentro de unos modelos sociales, económicos y

políticos (El Imperio Romano, el feudalismo y el capitalismo) qué perfilan las

condiciones de producción y de sumisión, y cuáles son las dinámicas de tránsito

para que se dé un cambio en estos modelos sociales llegando al modelo

capitalista de producción industrial y, por ende, cual es el nuevo lugar del sujeto

dentro de este escenario y el surgimiento de un Estado como Estado benefactor

que "garantiza" ciertas condiciones sociales desde la aparición de lo que se

entiende por políticas públicas.

Luego de observar las condiciones políticas y sociales desde los procesos de

colonización-descolonización desde el marco constitucional boliviano, y tomando

en cuenta el recorrido que se ha realizado con respecto al Estado benefactor y las

condiciones con las cuales surge las políticas públicas, se da paso a enfocar el

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problema de la investigación en lo concerniente a las políticas públicas con

enfoque descolonial y, más exactamente, la política del comer bien para vivir bien

que es la política boliviana que responde a la seguridad y soberanía alimentaria en

el país andino, con el fin de mostrar los límites y alcances que tiene este enfoque

descolonial en la política y, en general, en la conformación del Estado-

plurinacional.

De acuerdo con lo anterior lo que se busca es identificar, en primer lugar, los

puntos de encuentro entre los procesos colonizadores en América del Sur y la

configuración que, de estos procesos, tiene la sociedad entorno a unas

características claras como lo son, por ejemplo, el concepto de raza, con el fin de

dar cuenta de los cambios estructurales tanto sociales como políticos; en esta

parte es fundamental hacer un acercamiento a la literatura decolonial

Rastrear la existencia de políticas públicas con enfoque descolonial en la

implementación socio-política, legal y constitucional de Bolivia. Esto tendrá como

referencia temporal el año de la puesta en escena la llegada del MAS de Evo

Morales al poder y la trasformación al concepto de Estado que se tiene a finales

de la primera década del siglo XXI. Sin embargo este referente histórico tiene cono

referente histórico tiene como punto de anclaje el proceso occidental-colonial

desde la implementación de formas de construir nación y sujeto. De igual manera

y como un segundo punto de análisis, se pretende mostrar el proceso occidental

ha estructurado las formas de Estado en este hemisferio y cómo surge las

políticas públicas como respuesta a unas necesidades social, claro está, políticas

públicas que se ciñen a las necesidades de un hombre occidental y a otro

occidentalizado.

Se hace necesario entonces establecer unas categorías que serán de ayuda a lo

largo del texto:

Marco Conceptual

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Buen Vivir (Suma quemaña o sumak kawsay):

Para la presente investigación entenderemos el concepto de buen vivir (Suma

quemaña o sumak kawsay), como una forma de construcción política, social,

cultural y ancestral que permite un diálogo armónico entre los seres humanos y la

naturaleza que los circunda. Una forma alternativa al desarrollo capitalista en

donde se posibilita un tipo diferente de lo que hoy en día se entiende como

desarrollo, economía y Estado.

Vivir Mejor:

Entendemos el concepto Vivir mejor como un significado que se contrapone al

concepto quechua Suma quemaña; y que se encuentra ligado al modelo de un

sistema económico que promueve un desarrollo social centrado en la acumulación

de riqueza. (Jean Baudrillard- La sociedad de consumo: Relación entre poder

adquisitivo y felicidad).

Desarrollo (Económico):

El desarrollo económico es entendido como la capacidad de los países para crear

una mayor riqueza con la finalidad de promover el bienestar económico y social de

sus habitantes, está compuesto por un conjunto de trasformaciones políticas,

económicas y sociales, las cuales son fruto de un crecimiento económico.

Decolonialidad o descolonialidad:

Para la presente investigación entenderemos el concepto Decolonialidad como un

proceso político por el cual una colonia se libera del ente colonizador; es necesario

entender que tal proceso de liberación gira no solamente en una formulación

territorial (geográfica) descolonización, sino que se concentra también en la forma

con la cual el proceso de emancipación trasciende lo geográfico y se sitúa en lo

cultural, social, político y económico. Lo que se quiere con el concepto decolonial

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es posibilitar una construcción de identidad desde lo propio y que pueda dar

respuesta a situaciones actuales. (Cultural, social, político y económico)

Políticas Públicas:

Por política pública entenderemos, el "conjunto de iniciativas, decisiones y

acciones del régimen político frente a situaciones socialmente problemáticas y que

buscan la resolución de las mismas o llevarlas a niveles manejables…no se debe

confundir la política pública con la ley o la norma, ni tampoco se asimila a la

política económica. La política pública implica un acto de poder e implica la

materialización de las decisiones de quienes detentan el poder. La política pública

supone tomas de posición que involucra una o varias instituciones estatales.”

(Vargas A. V. 1999: 58)

Para finalizar es preciso sostener que la base de esta construcción de categorías

de análisis se da gracias a la construcción de un Estado del Arte que se ha

trabajado, a continuación se muestra alguna de las referencias de dicha tarea:

Estado de Arte

Fuentes Institucionales (El Estado de Bolivia y el Buen vivir)

-Ministerio de relaciones exteriores.

Mensajes y documentos sobre el vivir

bien 1995 – 2010.

El texto presenta una serie de artículos

en los cuales, se evidencia una

estructuración de políticas que den

paso a una visión diferente de la

construcción de Estado, de igual

manera se presenta una mirada a la

viabilidad del proyecto conocido como

el “Buen vivir”

-Ley nº 071- ley de 21 de diciembre de

2010 (ley de derechos de la madre

La ley 071 del 2010 ofrece un marco

legal que gira en torno a políticas

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tierra)

ambientales en donde se plasma la

reivindicación de la naturaleza por los

seres humanos, en este caso el pueblo

boliviano. Esta ley tiene como eje

central el apoyo a las culturas

indígenas de Bolivia y el cuidado de la

Madre Tierra.

-Ley n° 300-ley de 15 de octubre de

2012. ley marco de la madre tierra y

desarrollo integral para vivir bien

La ley 300 del 2012 ofrece un marco

legal que gira en torno a políticas

ambientales en donde se plasma la

reivindicación de la naturaleza por los

seres humanos, en este caso, el pueblo

boliviano. Esta ley tiene como eje

central el apoyo a las culturas

indígenas de Bolivia y el cuidado de la

Madre Tierra.

-Regulación en los cultivos agrícolas

-Construcción de asociaciones

indigenistas y campesinas.

-Formulación de políticas agrarias que

respondan a un comercio global.

Nueva constitución política del estado

congreso nacional octubre 2008

La constitución, como marco legal del

Estado pluricultural y plurinacional de la

república de Bolivia, entrega un punto

de anclaje en torno a la política del

buen vivir y sus formulaciones legales

con las cuales se estipula la política

antes misionada no solamente como un

derecho sino como un deber de los

ciudadanos Bolivianos.

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Fuentes (El Buen Vivir como concepto de alternatividad)

ALBÓ, XAVIER. Suma qamaña = el

buen convivir, CIPCA, Bolivia mayo

2009

El texto muestra las acepciones con las

cuales las comunidades indígenas

utilizan el concepto de Buen vivir y la

representación que para ellos significa

construir sociedad entorno a esta forma

de construir sociedad.

GARCÍA. ÁLVARO. Forma valor y

forma comunidad, Aproximación

teórica-abstracta a los fundamentos

civilizatorios que preceden al Ayllu

Universal. CLACSO. La Paz Bolivia.

2009

La relación entre la concepción de un

pensamiento indigenista y el valor que

algunas formas de vida de los ´pueblos

ancestrales ofrecen en la construcción

de civilizaciones alternativas.

Madre Tierra y Estado Plurinacional.

Coordinación General y revisión: Iván

Bascopé Sanjinés. CEJIS La Paz

El texto nos muestra la relación directa

entre la concepción de la pacha mama

y la fundamentación histórico-ancestral

de los pueblos indígenas bolivianos, ya

no solamente vistos como pueblos

minoritarios dentro de un Estado, sino

demostrando las posibilidades de

construir un Estado plurinacional.

MEDICI ALEJANDRO. Teoría

constitucional y giro decolonial:

narrativas y simbolismos de las

constituciones. Reflexiones a propósito

de la experiencia de Bolivia y Ecuador.

En Revista Otros Logos. 2004

Alejandro Medici ofrece en su escrito un

análisis de la construcción de un ideal

político y legal, que tenga como punto

de partida una base decolonial, con el

fin de buscar nuevas alternativas a las

crisis tanto políticas, económicas,

ambientales y sociales de América

latina y del mundo.

Tortosa, José María.Sumak kawsay,

suma qamaña, buen vivir. San Juan,

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Alicante, agosto de 2009

FERNANDO HUANACUNI MAMANI.

Buen Vivir / Vivir Bien

Filosofía, políticas, estrategias y

experiencias

regionales andinas. Coordinadora

Andina de Organizaciones Indígenas –

CAOI. LIMA 2010

Huanacuni muestra algunas reflexiones

de orden filosófico-político en donde el

tema central es la diferencia entre una

construcción de un Estado

occidentalizado y las posibles

estrategias que se pueden implementar

en torno a una nueva visión de Estado.

Vivir bien: ¿Paradigma no capitalista?

Coordinadores Ivonne Farah H. Luciano

Vasapollo. cides-umsa, 2011

El buen vivir o el vivir mejor, tomando

en cuenta la diferencia conceptual, es

donde el concepto de buen vivir hace

referencia a una construcción de

sociedad en torno a la comunión entre

saberes ancestrales y políticos,

mientras que la segunda se enfoca en

la mirada occidental capitalista en

donde para vivir mejor es necesario que

alguien viva peor.

Fuentes (Política Pública)

Colectivo Araña. Políticas Públicas,

Descolonización y Despatriarcalización

en Bolivia, Estado Plurinacional. LA

PAZ , AGOSTO 2011

El colectivo araña, muestra en su

escrito una nueva forma de enfocar las

políticas públicas bolivianas desde una

idea decolonial y despatriarcar, en

donde se identifican necesidades de los

pueblos bolivianos.

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ÁLVAREZ, ÁNGEL EDUARDO. Análisis

de políticas públicas. Centro

latinoamericano de administración para

el desarrollo. 1992

El presente texto, tiene como objetivo

en mostrar cómo es posible desarrollar

observaciones y análisis de las políticas

públicas desde latinoamerica, tomando

como eje central la ejecución de tales

políticas dentro de cada uno de los

contextos socio-políticos.

María de Lourdes Flores Alonso y Edith

Barrera Chavira. Definiciones:

Desarrollo Social, Políticas Públicas.

Centro de Estudios Sociales y de

Opinión Pública.

El texto de María de Lourdes quiere

resaltar la relación que debe existir

entre un desarrollo social y unas

políticas públicas que se implementen

en diferentes sectores de la sociedad.

La tesis central de la autora parece

girar en torno a que la medición del

desarrollo social de un pueblo es

directamente al ejercicio de ejecutar

buenas políticas públicas.

Yves Meny. Las políticas públicas.

versión española a cargo de Francisco

Morata editorial ARIEL, s. a. Barcelona

Yves Meny presenta en su texto una

consideración a lo que se entiende con

políticas públicas, sus formulaciones y

su ejecución, de igual manera presenta

diferentes formas de analizar los

resultados.

Capítulo I

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Estructura y des-estructura del dominio colonial desde el marco

constitucional del buen vivir en Bolivia.

“La idea de raza es, con toda seguridad, el más eficaz instrumento de dominación social inventado en los últimos 500 años. Producida en el mero comienzo de la formación de América y del

capitalismo, en el tránsito del siglo XV al XVI, en las centurias siguientes fue impuesta sobre toda la población del planeta como parte de la dominación colonial de Europa.” ¡Qué tal Raza!, Aníbal Quijano

1.1 CAPITAL SIMBÓLICO, IMAGINARIOS COLECTIVOS Y LA ESTRUCTURA DEL PODER

La trasformación del marco constitucional y legal del Estado pluri-nacional de

Bolivia desde el 26 de enero del 2009, con un sí rotundo al plebiscito que daba

pie a la nueva constitución de los bolivianos bajo el gobierno del presidente de la

república Evo Morales y su base política el MAS, es el punto de partida para

entender lo que hoy en día se está fraguando en el país andino, tomando en

cuenta que las diferentes comunidades indígenas-campesinas fueron reconocidas

en el marco constitucional que dio inicio en el 2009 a una forma diferente de

entenderse como sociedad; desde la primera constitución boliviana en 1825 en

donde se atribuía la ciudadanía a apenas el 5% de la población de la época

dejando por fuera a las comunidades indígenas que representaban un alto

porcentaje, no se había planteado que la conformación demográfica del país

estaba determinada a que, más tarde que temprano, fuera evidente la negación a

la cual fueron sometidos este tipo de población con su participación como

miembros activos de la sociedad.

La nueva constitución boliviana se convierte en uno de los referentes clave para

analizar el proceso de cambio de una posible organización no solamente social,

sino también política, económica, cultural y étnica; esta trasformación de

reconocimiento pluri-étnico muestra un cambio de paradigma en los principios

estatales de la nación; desde principios del siglo XXI el Estado boliviano ha

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reconocido una fuerte e indudable participación indígena en la estructura del país

y, por ende, un sello de identidad propio que posibilita el pensarse como un

Estado garante de derechos y deberes para todos los ciudadanos, y con una

riqueza cultural que se había menospreciado.

Este cambio de estructura constitucional dentro del marco que las comunidades

indígenas reconocen como el "buen vivir " Sumak kawsay o Sumak qamaña,

muestra en dos dimensiones la posibilidad de comprender un cambio en la

percepción del Estado, la primera de ellas se centra, como ya lo habíamos dicho

líneas atrás, en el reconocimiento de la población indígena-campesina, la segunda

se consolida en mostrar una nueva forma de entender un Estado que se

desprende de los lazos colonizadores. Ahora bien, para poder continuar con la

investigación es necesario adentrarse y comprender el proceso por el cual Bolivia

y, en general, toda Latinoamérica fue marcada con el proceso europeo-

colonizador el cual trazó el camino de deslegitimación de las cosmovisiones

propias de esta tierra y, por ende, de una autonegación epistémica,

gubernamental y religiosa auténtica, dándole paso a las estructuras triunfantes de

un continente colonizador.

Así pues se hace necesario analizar ciertos puntos que son determinantes para la

comprensión del tránsito a un nuevo marco constitucional enfocado en la tradición

indigenista, con el propósito de dejar a un lado lo aprendido después de la colonia

y retomar, como proceso de auto reivindicación, prácticas en donde se posibilite

consolidar nuevas-viejas formas de comprender el entramado socio-político.

Es así que es posible entender que existen ciertas formas de rastrear y dar una

explicación de lo que sucedió en torno a estos modelos de poder colonial y los

cuales resultan útiles para dar cuenta de la necesidad del pueblo boliviano para

pensarse desde un marco legal y constitucional con un enfoque descolonizador.

Ahora bien, a continuación se intentará hacer una mirada panorámica de la batalla

entre ese propósito colonizador y su antagonista llamado lo descolonizador.

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Los imaginarios establecidos dentro de grupo social por un cierto conglomerado

de personas que detentan el poder de crearlos, es una punto clave al momento de

encaminar el proceso de dominación de un ente social determinado, tomando en

cuenta que aquí nos referimos a ente social no solamente a una serie de personas

que comparten una misma identidad cultural, religiosa, lingüística o un mismo

territorio, puesto que es posible trascender estos límites y poder ir más allá de lo

esperado, alcanzando de esta manera una forma coercitiva casi global.

Parece ser que cualquier grupo social tiende, por necesidad o por costumbre,

aprehender y reproducir algunos supuestos pilares fundantes de lo que ellos han

sido y lo que han alcanzado a lo largo de cierto transcurso de tiempo con el fin de

mantenerse y reproducir lo postulado como una representación identitaria, así

pues que es posible, por ejemplo, evidenciar algunos grupos sociales con perfil de

poseedores de ciertas características que los posicionan por arriba de otros

grupos; hoy en día se les podría llamar, utilizando el término en un amplio margen

que atienda a los estadios económicos, políticos y sociales; potencias mundiales.

El Imperio Español con Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón a la cabeza

era el imperio donde nunca se pone el sol, demarcando de esta manera las

palabras de Felipe II la gran extensión y poderío que alcanzó; el Imperio Romano

en el año 27 a.C con la imposición del título de Augusto el Emperador a Octavio;

el Imperio Británico cuyo dominio duró casi cuatro siglos (Siglo XVI-siglo XX); el III

Reich Alemán con Adolf Hitler a la cabeza y con un periodo que inicia en 1933 y

se extiende al 1945 con un fuerte carácter imperialista y expansionista; el Imperio

Inca, el Soviético, el Persa, el Griego, el Egipcio, el Maya, el Macedonio, el Chino,

el Árabe, etc.; son solamente ejemplos de cómo la historia muestra estos procesos

de dominación y que evidencia claramente que cada uno de estos grupos

establecidos y poseedores de un “poder” se han querido imponer sobre otras

formas de entender y comprender el mundo.

23

Lo anterior da como resultado la posibilidad de marcar una hoja de ruta con la

cual se pueda construir principios ordenadores/dominantes de sociedad y de los

sujetos que la componen, e implementar bajo estos principios

organizadores/dominadores, nuevas formas de, si se puede decir así, exterminio

de identidad de cualquier grupo social. Para ahondar un poco más en este tema,

que es determinante para entender la relación que se presenta entre

etnocentrismo y las formas de dominación tanto sociales, económicas y políticas,

es necesario hacer un acercamiento a estas formas de construcción de patrones

de poder, que en este caso, se entenderán con el concepto conocido como capital

simbólico.

La construcción de nuevas mentalidades representa una puerta de entrada

diferente y provechosa al momento de pensar una superioridad hegemónica

dentro de un grupo social, ya que se rompe los paradigmas de supresión de todo

actuar del otro por intermedio de la fuerza violenta que trasgrede al sujeto y que

comienza desde lo físico, por ejemplo la relación del amo y esclavo, y se

remplaza por una relación de fuerza simbólica en la cual se instituye un carácter

estructural del sujeto frente a su realidad (Pierre Bourdieu. 1997: 114).

Solo basta con recordar el ejemplo, ya un poco desgastado pero concreto, de la

imagen de la custodio eclesiástica que unifica en una sola pieza la figura de la

cruz, como representación del cristianismo, y la imagen del Dios sol propia de

algunas cosmogonías de diferentes culturas, en este caso, algunas culturas

amerindias en las cuales el sol era considerado como una deidad; estas dos

imágenes se entremezclaban dando la idea que los vértices de la cruz se unían a

los rayos que despedía el sol.

La posibilidad que los colonizadores pudieran introducir sus principios religiosos

bajo el símbolo de una misma deidad vista desde dos puntos no contradictorios es

solamente un ejemplo de las herramientas utilizadas; la comunicación por medio

24

de palabras es superada, en las primeras de cambio, por la comunicación entre

símbolos que otorgan sentido al mundo.

“El poder simbólico es un poder de construcción de la realidad que tiende a

establecer un orden gnoseológico: el sentido inmediato del mundo (y, en

particular, del mundo social) supone lo que Durkheim llama el conformismo

lógico, es decir “una concepción homogénea del tiempo, del espacio, del

número, de la causa, que hace posible el acuerdo entre las inteligencias”…

Los símbolos son los instrumentos por excelencia de la “integración social”:

en cuanto que instrumentos de conocimiento y de comunicación hacen

posible el consenso sobre el sentido del mundo social, que contribuye

fundamentalmente a la reproducción del orden social: la integración “lógica”

es la condición de la integración moral” (Pierre Bourdieu. 1987: 56.)

En el análisis sociológico se le entrega este método de dominio y trasformación

social al Estado, lo que se pretende demostrar es que esa referencia de manejo

simbólico o, como es denominado en estos escritos, capital simbólico, no

solamente se evidencia en la relación sujeto-Estado, sino que estructura de la

misma manera la relación que estamos analizando, esta es la relación entre

colonizador/colonizado, claro está, con matices diferentes y en diferentes

escenarios pero su lógica de actuar es básicamente la misma.

La idea de Estado maneja, desde una condición de legitimidad, unas dinámicas

garantistas y proteccionistas frente al sujeto; aparentemente se muestra en una

correlación en dónde el Estado depende del sujeto para su subsistencia y el sujeto

se ve beneficiado con una serie de derechos que le permiten actuar libremente

dentro de él, como también tener garantías al momento de establecer una serie de

deberes homogénicos para todos y cada uno de los miembros participantes; caso

diferente, solamente de forma pues de fondo parece tener las mismas

características, es lo que se plantea en la dicotómica relación entre la Europa

colonizadora y la recién descubierta América.

25

De la misma manera se hace posible poner en escena, ya no de objetos como tal

que posean un peso simbólico en sí mismos, sino en conceptos, estructuras

gramaticales, semántica, y todo el entramado lingüístico que posibilita un tipo de

comunicación que construye y constituyen de igual manera realidades; si miramos

cuidadosamente conceptos como Rey, cristianismo, Dios, esclavo, raza, etc.; que

tienen dentro de su representación lingüística un peso simbólico y el cual ha sido

construido y nutrido bajo unas directrices de dominación por una monocultura

empoderada que se piensa como centro del conocimiento y que, tomando como

marco de referencia eso a lo que se ha llamado descubrimiento del Nuevo Mundo,

se posa por encima de todo lo que lo compone; es posible evidenciar que no hay

tabla de salvación que permita un contrapeso en este proceso, pues lo que se

encuentra por fuera de este círculo es totalmente marginado.

1.2 RAZA Y DOMINACIÓN SOCIAL

América del sur parece ser un ejemplo, entre los muchos que existen, del proceso

colonizador que reflejó una superioridad en diferentes escenarios. El discurso que

se enuncia desde las tierras amerindias, un discurso "subalterno", parece ser

considerado como un enunciado que se encuentra al margen, una forma de

expresar estructuras sociales y políticas faltas de sustento, estructuras primitivas

propias de un hombre primitivo y pre-racional. Es así que al parecer estas

sociedades pre-colombinas están condenadas a quedar en la periferia, nadie los

recordara, y si lo hacen es simplemente para recordarles y recordarse al propio

pensamiento occidental la superioridad epistémica y social. La idea de ser hijos

adoptados por una cultura triunfante, ubicada en un punto geográfico casi olvidado

en donde la esterilidad epistémica, cultural, histórica, política y religiosa es el plato

fuerte.

26

La terra nulliuos, como la tierra de nadie a la cual hay que darle algún propietario,

pero no solamente es una tierra de nadie, al parecer es una tierra de nada, pues

nada bueno puede surgir en ese punto geográfico. Así pues la fertilidad del viejo

mundo llega a estas latitudes y derrama sus bendiciones sobre el Nuevo Mundo.

Un pensamiento, una vida, un Dios, una sociedad, una cultura hegemónica y

homogénica que le dio algo de valor a esa terra nulliuos.

La superioridad del pensamiento occidental deja un mensaje auténticamente

deslegitimador frente a las nuevas colonias. De este lado del inmenso globo nada

está bien, todo se encuentra por fuera de la normatividad establecida, todo hay

que corregir, pensamiento, creencia, deidad, organización, hasta el mismo

arquetipo de ser humano que se posa en estas tierras es considerado como una

réplica menos refinada frente al conquistador, es la mirada antropológica del

instinto frente a la razón, todos son animales, sin embargo algunos a lo largo de la

historia refinaron eso que se llama instinto convirtiéndolo de tal manera en la

razón, entonces, ¿qué le pasó a este tipo de "personas" que se encuentra en las

nuevas tierras?, esa sería la pregunta para plantearse o por lo menos es la

pregunta que se es necesario analizar para pensar en eso que les falta y aun no

lo han alcanzado.

Causa sospecha pensar que una agrupación de bípedos de los cuales el

salvajismo es su única posibilidad de actuar pudiera tejer dentro de sí misma una

idea de sociedad en la cual se adhirieran conceptos como cultura, economía,

política, religión, progreso, desarrollo, etc. Y si por alguna casualidad de la vida

esto se llegara a dar en tales latitudes, corría el riesgo de ser, en grado mínimo,

comparado con el proyecto colonizador. El arquetipo europeo, triunfante, hacedor

de sociedad como lo muestra en algunas de sus líneas Leopoldo Zea (Leopoldo

Zea. 1989: 67), logra trascender y, por qué no decirlo, trasgredir geografías

extrañas, ajenas a su formación y a su forma de concebir el mundo y al hombre

como tal; preguntarse por ese ser del otro es una tarea que él mismo se ha

27

encomendado, el europeo tiene la legitimidad de preguntarle a ese otro y pedirle

que, en palabras de Leopoldo Zea, justifique su supuesta humanidad.

Así pues, la equivalencia cultural deja en una posición no muy cómoda al

colonizado frente al colonizador, pues este último es el que ejerce poder frente a

su subalterno, en donde la dominación y la explotación son la base que permite

establecer diferencias entre el que ejerce el poder y el que lo padece; tal ejercicio

de poder trasciende el hecho armamentístico y se instala en escenarios diversos

de dominio, igualmente determinantes, como por ejemplo el conocimiento. Es así

que la batalla yace perdida desde el primer momento y en diferentes escenarios,

de este lado del mundo es poco lo que se puede hacer. El escritor uruguayo

Eduardo Galeano en su texto Los hijos de los días nos recuerda, de forma casi

magistral y dolorosa, lo que se descubrió ese año de 1492 y cómo se estructura el

verdadero descubrimiento de un algo que desde una parte del mundo era

auténticamente novedoso:

“En 1492 los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían

en América, descubrieron que andaban desnudos, descubrieron que existía

el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro

mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el

vestido y había mandado que fuera quemado vivo al que adorara al sol y a la

luna y a la tierra y a la lluvia que la moja.” (Galeano. E. 2012: 105)

Así pues, el concepto occidental de Dios, la ciencia, la cultura, el lenguaje, etc.;

todo parece ser más refinado y, por ende, es así que se llega a una distinción

cuasi maniqueista en donde, sin lugar a dudas, ya existe el propósito de clasificar,

no solamente objetos culturales sino también formas de acción social y política,

creencias y dioses, conocimiento y verdad; todo hasta llegar al mismo sujeto, ya

no como una clasificación material del mismo, sino como un camino para

establecer unas características determinadas de clases sociales en las cuales se

pueda evidenciar de una u otra manera la idea de superioridad por medio de las

28

personas que detenten el poder; de esta manera lo sostiene con precisión Aníbal

Quijano en uno de sus textos:

“Porque es esa distribución del poder entre las gentes de una sociedad lo

que las clasifica socialmente, determina sus recíprocas relaciones y genera

sus diferencias sociales, ya que sus características empíricamente

observables y diferenciables son resultados de esas relaciones de poder, sus

señales y sus huellas.” (Aníbal Quijano. 2000: 367-368)

Y sostiene líneas más adelante:

Tal como lo conocemos históricamente, a escala social el poder es un

espacio y una malla de relaciones sociales de

explotación/dominación/conflicto articuladas, básicamente, en función y en

torno de la disputa por el control de los siguientes ámbitos de existencia

social: (1) el trabajo y sus productos; (2) en dependencia del anterior, la

“naturaleza” y sus recursos de producción; (3) el sexo, sus productos y la

reproducción de la especie; (4) la subjetividad y sus productos, materiales e

intersubjetivos, incluido el conocimiento; (5) la autoridad y sus instrumentos,

de cohesión en particular, para asegurar la reproducción de ese patrón de

relaciones sociales, y regular sus cambios. (Aníbal Quijano. 2000: 367-368)

Es así que detrás de todo el entramado de posibilidades que otorga el proceso

colonizador, surgen como bases sólidas y subversivas las estructuras de poderes

que se establecen como formas hegemónicas y fragmentarias de las comunidades

en clases sociales.

Colonizador Colonizado

BLANCO Negro

ARTE Artesanía

29

MÚSICA Folclore

MEDICINA Brujería

CULTURA Costumbres

RELIGIÓN Superstición

Terrorismo epistémico, religioso y étnico como forma de dominación del poder y el

cual tiene su punto de partida en un patrón de dominación social (antes de

América no hay nada igual) en el proceso mismo de la conquista en donde se

produce, si se puede decir así, un imaginario colectivo similar a los mencionados

en algunas tesis de sociólogos contemporáneos que ejemplifican la relaciones

socio-políticas con la posibilidad que tiene algún grupo determinado de construir

imaginarios colectivos dominantes para su propio interés, así pues el concepto

raza parece ser este imaginario colectivo que se estructura desde estas relaciones

de poder y que permite organizar, no solamente la constitución social, sino todo lo

concerniente al ser humano en cuanto sujeto diferencial y clasificado; así pues,

surge con gran fuerza y legitimación el paradigma raza-dominación-sociedad-

Estado.

Tomando en cuenta lo anterior, no era difícil observar debates en los cuales

(Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda) se establece la pregunta por el

sujeto que se habita en tierras americanas y en donde se da por sentado una

inferioridad en todos y cada uno de los aspectos que se pudieran establecer con

ánimo de comparación ante el colonizador, esto trajo como resultado una huella

genética en el habitante de estas tierras, y al parecer es gracias a la puesta en

escena este imaginario que desde ese momento él se vuelve dócil, débil, como el

animal amaestrado que solo conoce y reconoce el látigo inmisericorde de su amo,

su celda o jaula y su plato de comida. La historia muestra con extrema franqueza

la realidad que se erguía triunfante a finales del siglo XV y principios del XVI:

“Al comienzo mismo de América, se establece la idea de que hay diferencias de

naturaleza biológica dentro de la población del planeta, asociadas

necesariamente a la capacidad de desarrollo cultural, mental en general. Esa es

30

la cuestión central del célebre debate de Valladolid. Su versión extrema, la de

Ginés de Sepúlveda, que niega a los "indios" la calidad de plenamente

humanos, es corregida por la Bula papal de 1513. Pero la idea básica nunca fue

contestada. Y la prolongada práctica colonial de dominación/explotación

fundada sobre tal supuesto, enraizó esa idea y la legitimó perdurablemente.

Desde entonces, las viejas ideas de "superioridad"" inferioridad" implicadas en

toda relación de dominación, inclusive meramente burocrática, quedaron

asociadas a la "naturaleza", fueron "naturalizadas" para toda la historia

siguiente.” (Aníbal Quijano. 2001: 23)

La mayor preocupación, o por lo menos, uno de los mayores problemas que

surgieron en Valladolid era poder dar solución, como lo menciona José Ordoñez

en su texto Discurso inaugural. Debate de Valladolid, para el instituto de

investigación jurídica de la UNAM, a las siguientes inquietudes:

La discusión y la polémica de sobre la “humanidad de los indios” para los

invasores, resultaba importante en tres sentidos:

1) Para saber si los indios son capaces de recibir la nueva cultura que se les

aporta.

2) Para saber, sobre todo, si los indios son capaces de recibir la religión

cristiana.

3) Para determinar si todos los hombres son iguales por la naturaleza, es decir,

para perfilar una nueva idea acerca de la naturaleza de los hombres.

Esa dinámica colonizadora en la cual se marcaba con gran ímpetu ciertos

patrones de dominación y por ende de clasificación de clases, permite, en primer

lugar, una legitimación de una raza dominante, seres humanos superiores como lo

habíamos mencionado anteriormente y, en segundo lugar, la supresión de lo que

es en esencia y en proyecto el colonizado; la perdida de lo que se es antes del

31

encuentro con el colonizador, el sometimiento de todo lo que eran y podían ser

como sujetos con saberes propios y diferentes a la dictadura del colonizador

(América como nueva identidad, americano); La estructura dominante y vertical de

los conquistadores, sumado a una nueva mirada etno-céntrica planteada desde

aquel imaginario globalizante llamado raza, genera un patrón de dominación

social (Organización política, religiosa y de conocimiento) y, por ende, de

explotación social (Laboral).

Sin duda, la amnesia del derecho moderno estriba en un olvido histórico, en

el olvido de su origen. Y es que el Estado y el derecho “modernos” le deben

su existencia a un acto colonial y terriblemente dramático: el genocidio de

las Indias ayer.

El primer genocidio, el del colonialismo español, encuentra su envase

normativo en una pieza de arqueología jurídica: la Recopilación de las

Leyes de Indias.

El segundo genocidio, el liberal, vino ya con envase de derecho, vino en

Constitución y códigos... y se quedó.

Las estructuras estatales y los saberes jurídicos contemporáneos le deben

al genocidio primero su existencia. Este detalle es algo que olvidan con

mucha soltura desde las construcciones normativas actuales hasta la

enseñanza universitaria y la investigación académica.

Para peor, la globalización del derecho no sólo lo evade intencionalmente,

sino que lo encubre, por lo que dice, por lo que calla, por lo que anuncia y

por lo que ignora. (Ed. Patricia Montes. 2010: 25)

Así pues, se habla de un genocidio socio-cultural en el cual se estableció una

supremacía en los diferentes escenarios que se plantearon anterior mente;

32

mostrando de esta manera que surgen procesos dominantes desde patrones

coloniales. Todos los antecedentes mencionados en los cuales se ve reflejado la

dominación colonial son puntos de inflexión para observar cautelosamente que la

apropiación de ciertos referentes políticos, epistémicos, éticos y, en general,

culturales, representan la herencia de un pensamiento lejano y el cual se ha

afianzado desde la colonialidad y el colonialismo.

1.3 COLONIALIDAD Y COLONIALISMO COMO PROCESOS DOMINADORES

Caen los imperios de la Edad Moderna y al parecer este fenómeno es un reflejo

más del inevitable fin al cual están destinados; detrás dejan la marca de la

colonización y, como no mencionarlo, las huellas que aun hoy en día se respiran

del proceso en torno al colonialismo; la lengua, la cultura, la religión y el concebir

una organización social son solamente ejemplos de las dinámicas de la marca

que deja lo que en su momento fue hegemónico; la libertad se esconde tras los

velos oscuros, en lugares como pueblos africanos o americanos que detentan en

su construcción histórica rastros del imperio; Inglaterra, Portugal, España y

Francia como un ejemplo cercano y conocido.

Mencionar en este documento los embates de uno o de otro imperio para

mantener un espacio territorial más amplio que su contendor sería una opción de

identificar los procesos de decadencia de los imperios modernos, sin embargo

resulta más provechoso darle brevemente una mirada a procesos más propios que

están ligados directamente al proceso colonial y colonizador que han surgido con

estos imperios.

Históricamente las colonias son el ejemplo de un patrón de poder que se

establece desde un “no lugar”, sin embargo en este momento es necesario

entender ese “no lugar” como un poder de los imperios modernos desde una

imagen de colonización del poder, parafraseando algunos conceptos utilizados por

Aníbal Quijano; es decir, la historia nos ha demostrado que a lo largo de las

33

génesis de los grandes imperios, muchos de ellos por no decir que todos, poseían

colonias en las cuales, y de diversas maneras, generaban mecanismos de control

y, por ende, diferentes mecanismo de poder sobre un territorio determinado, este

proceso colonizador se ha convertido en una de las evidencias más claras de la

hegemonía de un territorio sobre otro y que en ocasiones toma como excusa la

idea del mesianismo, como por ejemplo, vestir al desnudo, darle de comer al

hambriento, educar al ignorante y evangelizar al pagano.

Todo dentro de una dinámica de culturizar a una no-cultura en el camino del

pueblo colonizador, una dominación social que construye márgenes en torno a lo

diferente. Estructurar una idea de cultura, costumbres, creencias y formas de

dominación, como lo mencionamos líneas atrás al referirnos al proceso que

posiblemente realizan los imperios al tomar un territorio como parte propia,

muestra un orden jerárquico en el cual se evidencia una inferioridad natural,

“humanos de un bajo nivel”

La conciencia criolla negra, contraria a la conciencia criolla blanca (sajona o

ibérica), no era la conciencia heredera de los colonizadores y emigrados,

sino heredera de la esclavitud. Por eso la idea de “hemisferio occidental” o,

como luego lo dirá Martí, de “nuestra América” no era común entre ellos. En

suma, “hemisferio occidental” y “nuestra América” son figuras fundamentales

del imaginario criollo, sajón e ibérico, pero no del imaginario amerindio (en el

norte y en el sur), o del imaginario afro-americano (tanto en América Latina,

como en el Caribe, como en América del Norte). (Lander; 2000: 45)

Según algunas definiciones, el imperio es una organización política en la que un

Estado extiende su poder sobre otros países, lo anterior, según algunas

interpretaciones descoloniales, se podría identificar como la posibilidad, desde la

mirada eurocéntrica, de darle legitimidad a las no- clases, es decir, la clase no

existe hasta que entra en el sistema mundo que nace después de la revolución

industrial; ahora bien, ¿podríamos imaginar hoy en día cuál sería la verdadera

34

historia de América, si las diferentes colonias europeas no hubiesen tenido la

oportunidad de llegar al continente? Si es permitido decirlo, ¿cuál sería la verdad

de los libros de historia si no estuviéramos dentro del panóptico europeo?

Seguramente ni siquiera las formas de concebir las cosmovisiones, la ciencia, la

cultura y, en general, lo que conocemos hoy en día como sociedad no serían

iguales, o por lo menos tendrían otro tinte que nos distinguiría dentro de una

sociedad y un mercado mundial, sobre todo si nos consideramos en el ámbito de

la modernidad; a propósito Dussel señala cómo Europa, a que podríamos

denominar la Europa imperial y colonizadora triunfante, identifica el termino de

modernidad: La Modernidad es una emancipación, una “salida” de la inmadurez

por un esfuerzo de la razón como proceso crítico, que abre a la humanidad a un

nuevo desarrollo del ser humano. Este proceso se cumpliría en Europa,

esencialmente en el siglo XVIII. (Lander; 2000: 45)

Es así que se puede evidenciar todo el proceso que desde la ilustración se ha

construido en torno a una verdad y su apropiación y reproducción a nivel mundial;

la dicotómica combinación entre modernidad y emancipación permiten

predeterminar una única posibilidad de construcción de madurez en diferentes

escenarios del ser humano; si no se avanza por el camino de la modernidad es

muy poco probable que un conglomerado de personas logre construir con

suficiente madurez una sociedad y un Estado, su organización, su cultura y sus

leyes no serán lo suficientemente sólidas para aguantar las tempestades

venideras.

Por otro lado, es preciso aclarar que podríamos hablar en este momento de dos

líneas que llegan a un punto u objetivo central, pero de dos formas diferentes; la

primera encerrada en el ámbito colonizador propia de los imperios, en este caso y

como ejemplo central los imperios modernos; esta línea tiene como punto de

partida la relación entre poder, tierra, ocupación o invasión, en la cual los procesos

están enmarcados con la necesidad de ocupar un territorio (obtener una colonia)

35

con fines económicos, políticos, culturales, etc. El colonialismo tiene bajo su manto

de ocupación territorial el sometimiento de algo que no es propio, algo ajeno y

desconocido, por ende, se ve obligado en cierta manera a andar firme pero

cautelosamente, es un dominio político y militar dentro de una administración

colonial; ocupación, dominación, explotación, es la columna vertebral que sostiene

el edificio de la colonización y que estructura a nivel general las condiciones

religiosas, políticas y económicas de un pueblo.

La segunda línea, la colonialidad se desprende del concepto de colonización, sin

embargo es necesario dejar en claro que no siempre será de esta manera pues es

posible identificar procesos coloniales sin necesidad de procesos colonizadores,

pero no es posible establecer una idea de procesos colonizadores sin procesos

coloniales, pues el colonialismo detenta dentro de sí, la necesidad misma de

establecer patrones de poder con los cuales su proyecto invasor y dominante

pueda tener éxito de cualquier manera; ahora bien, este desarrollo colonial tiene, a

diferencia del colonizador, la ventaja de poder, si se puede decir así, modificar

cultura, economía, política y, en general, sociedad sin haber pisado tierra firme.

El perfil del imperio ha cambiado en su esencia ya que los imperios antiguos y

modernos ocupaban territorios ajenos para crecer en todos los estadios; en

contraposición la idea de imperios actuales no necesitan generar procesos de

invasión física, es decir, no tendrían la necesidad de hacerlo ya que pueden actuar

desde formas más sofisticadas de modificar los escenarios antes mencionados, un

ejemplo de ellos es las huellas indelebles que dejó el “descubrimiento de América”

en este territorio; para no irnos muy lejos el lenguaje con el cual hoy en día nos

comunicamos, la religión que predomina, lo que concebimos como ciencia, etc.

Así pues las colonias, ya sean por colonización o por colonialismo, parecen

quedar en un segundo nivel cuando inician la lucha por un reconocimiento y un

proceso emancipador desde todos los frentes, el religioso, el social, el cultural, el

económico y el político.

36

“La colonialidad se refiere a un patrón de poder que se inaugura con la

expansión colonial europea a partir de 1492 y donde la idea de raza y la

jerarquía etno-racial global atraviesa todas las relaciones sociales existentes

tales como la sexualidad, género, conocimiento, clase, división internacional

del trabajo, epistemología, espiritualidad, etc. y que sigue vigente aun

cuando las administraciones coloniales fueron casi erradicadas del planeta.

Por ejemplo, el patriarcado no se puede entender en su complejidad si no

entendemos cómo la colonialidad del poder lo atraviesa y transforma.”

(Ramón Grosfoguel. 2007: 67)

La relación vertical entre el colonizador y el colonizado, el amo y el esclavo, la idea

fundada de la raza, el jefe y su empleado, entre muchos ejemplos más, evidencia

la puesta en escena de diferentes herramientas que clasifican y cosifican al otro

histórico y epistémico, a esa otra parte de los seres humanos que no se

encuentran dentro de las perspectivas establecidas por la hegemonía que tiene

ese poder simbólico, es así que se cosifica pues se plantea la posibilidad de

patrones de poder que demuestren la superioridad y, por ende, la sumisión de

sujetos sujetados, estáticos frente a estos lazos de dependencia.

1.4 EMANCIPACIÓN, DECOLONIALIDAD Y POLÍTICA

Pensar una construcción del ser humano en los diferentes escenarios en los

cuales siempre se está reflexionando, como por ejemplo, el social, familiar,

cultural, económico y político, se ha convertido, al parecer, en una tarea de

mimesis que da como resultado una apropiación (en algunos casos obligada) de

formas y dinámicas de ser y de pensar que nos “ayudan” a construirnos

socialmente; sin embargo en ese proceso de mimesis se ha perdido y dejado de

lado una identidad, una cosmovisión, una economía y un sistema político propios

que no tenían la mirada homogénica ni hegemónica de la sociedad occidental;

parece difícil creer que hoy se piense la sociedad occidental como la civilización

triunfante que marque los lineamientos del género humano.

37

El modelo capitalista de la Inglaterra del Siglo XVII, la constitución de un Estado

desde autores como Platón, Maquiavelo, Hobbes, el concepto de democracia

traído de Atenas desde siglo V a. C. Y, en general, conceptos como el de

economía, sociedad y progreso, son reconocidos por muchos de nosotros desde

un significado, desde una historia, desde una geografía que se ha leido y la han

aprendido en las escuelas, colegios y universidades donde se forman como

“ciudadanos”, como “hombres políticos”, en definitiva, como “cultura civilizada”.

Posiblemente será también lo que los hijos, nietos y bisnietos aprendan y

aprehendan, y posiblemente la mimesis de la hegemonía les bridará a ellos

identidad desde la no identidad.

La idea de vivir mejor es una idea permanente en este modelo que se aferra a las

lógicas del consumo dentro de un mercado, pero no cualquier mercado, un

mercado capitalista y monetarista en donde se ven sus repercusiones en daños

colaterales a una parte de la sociedad, del medio ambiente y del futuro. Es así que

posiblemente las crisis como las económicas y las políticas se mantendrán en un

bucle hasta el infinito pues primará el vivir mejor. Ahora bien, se hace necesario

pensar en la posibilidad de identificar como se hace ´posible identificar en un

sujeto amerindio que se piense desde la otra orilla que paradójicamente es la

propia, es decir que siendo un sujeto latinoamericano estructurado bajo las

dinámicas de la colonización occidental, pueda romper con esta cadena y se

piense como sujeto con una estructura propia de conocimiento; es un reto en el

presente trabajo, pensar a estos sujetos amerindios como un modelo, no

alternativo del desarrollo, sino alternativo al desarrollo, como lo menciona Alberto

Acosta1, es una forma de cambiar las logias dominantes del mercado capitalista,

del vivir mejor a un escenario donde se piense en un modelo que nos permita

establecer una mirada política desde el buen vivir.

1 Economista y político ecuatoriano; candidato a la presidencia de Ecuador en el año 2013 y co-fundador del

movimiento indigenista Pachakutik en el año 1995; presidente de la asamblea Nacional Constituyente en el año

2007.

38

1.4.1 SUMAK KAWSAY, SUMAk QAMAÑA: EL BUEN VIVIR COMO

ALTERNATIVA CONSTITUCIONAL

Es el reconocimiento y, sobre todo, el respeto que se le tiene a la naturaleza y a

la comunidad el eje que, desde siglos atrás, los diferentes pueblos pre-coloniales

tenían como principio organizador, un vínculo que se establecía en un constante

diálogo con su entorno natural y en el cual se establecía patrones de respeto hacia

cada objeto que compone la naturaleza; la necesidad de la época era mínima, no

era posible establecer otro tipo de necesidades humanas salvo aquellas que

dependía de la supervivencia de la comunidad, así pues, el arrebatarle algo a la

tierra sin necesidad no era el fin último de tales comunidades, existía principios de

apropiación en los cuales eran direccionados por principios de equidad, no

solamente una equidad entre los miembros de dichas comunidades, sino un

equilibrio generalizado entre todos los factores presentes en la vida cotidiana; el

sujeto no era considerado superior a la naturaleza.

El concepto de "vida" se encuentra establecido en la cosmovisión propia de

aquellas comunidades limpias, si se puede decir así, de occidentalismo, todo

posee una vida y por ende una importancia de cada objeto viviente y de ahí el

respeto por cada uno de ellos. El concepto de comunidad tiene un contraste

diferente dentro de los pueblos indígenas, la comunidad ya no es solamente una

construcción social o estructura social, la comunidad es una condición necesaria

del carácter vital de quienes la componen. Sumak kawsal o sumak qamaña es la

palabra designada en quechua y Aymara para definir el concepto del vivir bien-

buen vivir, esta terminología en la tradición indigenista andina establece como

objetivo central el saber vivir en donde cada uno de los miembros de la comunidad

reconozca dos dimensiones de acción, la primera de ellas se centra en una

armonía interna, un saber vivir como sujeto dentro de la comunidad, la segunda

dimensión implica el saber convivir con los seres que conforman la comunidad.

39

Armonía y equilibrio son conceptos claves que ejemplifican de la manera más

precisa el resultado de las dos dimensiones antes expuestas. Sin embargo desde

el inicio de los procesos coloniales-expansionistas que sufre el continente por el

pensamiento europeo es posible observar la fractura del pensamiento andino-

indígena mediada por la ilusión del progreso que la civilización occidental trae.

El concepto de desarrollo o progreso es un término que fue la piedra angular de la

Ilustración y, por ende, de la modernidad occidental, estos conceptos forjan la idea

de una historia lineal y ascendente que siempre va hacia delante en constante

evolución, el progreso es el faro que ilumina el camino del hombre "civilizado"; sin

embargo, la mejor forma de definir progreso como faro de salvación se puede

encontrar en una frase atribuía a una comunidad indígena no muy lejos de los

Andes llamada los U'wa y quienes en una lucha constante en contra de ese

llamado "progreso" del riowa (hombre blanco) sostienen que "el hombre blanco

cabalga sobre el progreso hacia su propia destrucción". Identificar que a lo que se

le considera progreso hoy en día ha dado como resultado un debilitamiento en la

organización social, económica y política del propio pensamiento occidental, ha

sido el detonante para repensarse como sociedad.

Las crisis de toda índole se agudizan día tras día, el hemisferio occidental se ha

acostumbrado a escuchar de una crisis social, política, económica, religiosa,

ambiental, etc., es posible ver que la existencia de grupos sociales en los cuales

el sujeto es un individuo que debe luchar por su supervivencia dentro de una

estructura económica y política que premia al depredador y que condena al más

débil a su aniquilación. Así pues existen sujetos o grupos que marginan, grupos

sociales que son marginados, hambre, muerte, violencia, poder, desigualdad;

lamentablemente no es posible decir aun que la humanidad se encuentra en el

peor escenario posible pues, como humanos, se ha demostrado que se puede

trascender aquellos límites que parecían infranqueables.

40

No obstante aquellos paradigmas diferentes a los que versa la tradición occidental

son formas de pensar que no reconocen estos afincamientos conceptuales y

simbólicos; el ejemplo que se quiere mostrar es sostener que en diferentes

tradiciones indígenas, en este caso en la Quechua como en la Aymara, el término

“desarrollo” o “progreso” no existe, no hay algo que se asemeje en la lengua de los

pueblos indígenas antes mencionados con la noción que tiene la tradición

occidental; el llamado progreso escalonado de esta sociedad y el cual gira en

ámbitos científicos, religiosos, económicos, culturales y políticos, es en las

tradiciones indigenistas de la planicie andina algo totalmente diferente y de lo cual

se posibilita otro arquetipo de sociedad.

Esto permite ver que existen otras formas de comprensión de la construcción

socio-política que no se rige necesariamente a los lineamientos planteados por la

tradición occidental. Así pues, Bolivia es el ejemplo que se ha tomado con el fin de

demostrar los posibles cambios que se pueden instaurar desde un proyecto, no

solamente teórico-filosófico, sino un proyecto práctico-político que intenta

responder a unas necesidades propias de una sociedad diversa.

Como se mencionó al iniciar el capítulo, observar que en la primera década del

siglo XXI se da por enterada la sociedad boliviana que, a pesar de las

innovaciones culturales y tecnológicas, cierto tipo de su población se encuentra

dando la batalla por sobrevivir al desarrollo, esta población es la indígena -

campesina. El problema de la situación antes nombrada es que se deja al

descubierto que ya desde unas cuantas décadas atrás el Estado boliviano

republicano, monocultural y colonialista, no se había puesto a la tarea de pensar

en un reconocimiento al pueblo indígena.

En este sentido, es posible hablar de un Estado que ha roto desde varias décadas

atrás el concepto de pueblo, de comunidad y, más exactamente, de comunidad

indígena y sus formas de constituirse como tal; en otras palabras lo que se

entiende por un Estado boliviano previo a la consolidación de Estado plurinacional,

41

es una organización política y legal que se había enmarcado dentro de las lógicas

de construcción de Nación en el sentido europeo-occidental. Es, entonces, la

construcción política y social desde una mirada monocultural, homogenizante y

colonialista que direcciona a la población boliviana a responder a características

de un perfil de Estado nación que se mantuvo presente hasta la primera década

del siglo XXI.

Después de esta primera década en la cual se analiza, por parte de diferentes

sectores del país andino, la estructura demográfica, cultural y social, surge la duda

con respecto al proyecto de Estado-nación que gira en torno al problema de

pensar un modelo socio-político y económico enfocado solamente en cierta parte

de la población y, que paradójicamente, la presencia de esta población sea tan

solo de un 38 % de los ciudadanos bolivianos; solamente por señalar el problema,

pues este será abordado en el último capítulo, es preciso recordad que INE

(Instituto Nacional de Estadística) señala que en el censo que se realizó en el año

2001, el 62 % del total de los habitantes de Bolivia se consideran miembros de las

diferentes culturas indígenas. Al respecto se logra entender que desde la

conformación del marco legal, la estructura constitucional evidencia un rasgo

determinante al intentar comprender esas diferencias como posibilidades de

crecer en diferentes ámbitos sociales y no como una forma de marginar.

Históricamente, Bolivia se ha construido a partir de la exclusión de los

pueblos indígenas. Es por eso que en el marco de las transformaciones

profundas y democráticas nos hemos propuesto cambiar esta situación

injusta. Todos quienes nacimos en Bolivia somos originarios de esta tierra;

algunos somos originarios milenarios y otros son originarios contemporáneos.

El problema es que los originarios milenarios somos muchos pero pobres y

los originarios contemporáneos son pocos pero ricos. Mediante esta Nueva

Constitución Política queremos que todos los originarios bolivianos seamos

42

iguales. Eso estamos buscando, sin racismo, ni discriminación. (CPEPB2.

2009: 3)

Un ejemplo de la línea de acción se puede observar en los miembros del MAS

(Movimiento al Socialismo) y que fungen como senadores de Bolivia, como por

ejemplo la senadora Gabriela Montaño quien ha hecho defensa de las políticas del

presidente Evo Morales en uno de los estados bolivianos de mayor oposición, el

estado de Santa Cruz, y quien hace una lectura crítica de un Estado previo al

Pluri-Nacional que no se comprometió con todos los ciudadanos bolivianos.

Siguiendo a la senadora Montaño es posible sostener que, en primer lugar, este

Estado monocultural y colonizador se encargó de generar un no reconocimiento

cultural, legal y político de las comunidades indígenas partiendo de la

fragmentación de un pensamiento colectivo, de comunidad indígena, de cultura no

occidental y, en lugar de ello, afianzó el individualismo y la competitividad, propios

del pensamiento europeo; las condiciones legales eran otorgadas hasta el

momento a sujetos de derecho y no a comunidades con derechos.

En segundo lugar es posible comprender lo nefasto que puede ser para un

territorio (país) que eso a lo que se le denomina Estado y el cual concentra el

poder de regular la vida de la comunidad de una nación, además de generar un

proceso de no reconocimiento a las comunidades indígenas, sea a la vez un

Estado centralizado que se haya acostumbrado a gobernar desde un centro

político, en este caso la capital boliviana. La dinámica del centro y la periferia

política representa un sometimiento a las decisiones tomadas desde la Paz para

los nueve departamentos y sus casi 300 municipios. La jerarquización de la

normatividad permite la implantación de políticas a la ciudadanía, pero nunca la

posibilidad de un diálogo que permitiera a las diferentes comunidades indígenas y

a otros ciudadanos bolivianos, realizar planes de administración comunitarias que

diera respuesta a las diferentes necesidades de cada uno de los departamentos.

2 Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia

43

La idea de uniformidad que se manejaba en la esfera gubernamental y que

legislaba con esa óptica, castraba las posibilidades de ver lo heterogéneo de la

Bolivia plural con necesidades y aportes diferentes tanto en los modelos de

producción agrícola y ganadera, la utilización de la tierra, la salud, la educación,

etc. Evidenciando de esta manera lo que se podría categorizar como una

desarticulación entre el Estado regulador y la sociedad que lo compone y que se

somete a esta forma de legislar.

Otro punto determinante es el sostenimiento de un modelo económico que permite

la concentración de riqueza en grupos minoritarios que dominan la producción, un

tipo de producción que gira en torno a los monocultivos y a las estructuras

económicas capitalistas, en donde se reduce a nada la producción y sistemas

económicos alternos. Esta trasformación capitalista y neoliberal de los procesos

de producción favoreció indudablemente al planteamiento de Estado homogénico

y hegemónico.

44

Capítulo II

Estado de bienestar y la aplicación de las políticas públicas como resultado

de las exigencias del sujeto social

2.1 PODER IMPERIAL Y PODER FEUDAL COMO ANÁLISIS PREVIO AL

ESTADO DE BIENESTAR

Carlomagno logra en el siglo VIII la unificación de Europa, lo que en el siglo V se

había perdido por la caída del imperio romano a manos de los bárbaros, con

Carlos el Grande vuelve a resurgir; la fundación del nuevo imperio romano en

donde gran parte de Francia, Alemania, Italia, España y Centroeuropa eran en ese

momento territorio de la nueva idea que unifica el viejo continente, sin embargo,

como lo muestra la historia, esta idea de unión duró lo que duró la vida de

Carlomagno, pues lamentablemente la economía mediática subsistente en la

agricultura del imperio, más la extensión que poseía a principios del siglo IX y la

sucesión del poder que hacía sentir en la época que la estabilidad del mismo

quedaba en un segundo plano frente a los herederos, generó el principio del fin del

imperio. Normandos, musulmanes, eslavos y húngaros, entre otros, promovieron

invasiones a lo largo y ancho del territorio que trajeron como consecuencia un

deterioro, al igual que una fragmentación inevitable.

La fragmentación y el caos presentados a lo largo de las invasiones al imperio

carolingio fue el detonante para establecer una nueva formulación de la

organización de Europa y, más exactamente, el surgimiento de un sistema político

nuevo llamado feudalismo; antes Europa se hallaba dividida y sin la posibilidad de

encontrar un gobernante que pudiera retomar el sueño visto en el siglo V con el

imperio romano y en el siglo VIII con el carolingio; así pues se presenta un punto

de inflexión en el cual se evidencia, en primer lugar, la ineficacia de la realeza para

la conservación y defensa de la unión y, en segundo lugar, la sustitución de la

45

autoridad de los reyes por una nueva forma de autoridad centrada en el poder

local de los Señores.

Así pues, se instaura un sistema de organización política, económica y social

dentro de la Europa occidental que se mantuvo durante los siglos X al XIV.

Durante ese periodo de tiempo se hace necesario precisar que los nobles no

solamente dominaron el poder económico y el poder político, sino que también

tuvieron bajo sus manos el dominio sobre el campesino; esta última característica

marca uno de los rasgos determinantes del feudalismo, ya que a cambio de una

serie de privilegios económicos y de protección hacía el propio campesinado,

estos últimos se dieron a la necesidad de acatar el poder del señorío y por ende la

consolidación del feudo a través de la servidumbre de la tierra y el hombre que la

trabajaba; entre Reyes, Señores vasallos y campesinos vasallos de los Señores

fueron, en gran parte, la construcción socio-económica y política de la Europa bajo

el contrato feudal.

…el vasallaje reflejaba el vínculo de relación más extendido. Existe una

alianza de palabras propia del vocabulario medieval que expresar a la

perfección la idea que subyace a este término: “ser hombre de otro hombre”.

Mediante estas palabras se traduce el hecho de que la vinculación jurídica

estuviese adscrita a criterios de dependencia personal (izada), fuese cual

fuese la naturaleza jurídica del vínculo y sin que importara la procedencia

social de los dos polos de relación.

El conde era el hombre el rey, de igual modo que el ciervo luego era del

Señor rural. Pero eso no excluye otras posibilidades de combinación, aun

cuando estas últimas se produjesen entre elementos tan dispares en la

estructura de la pirámide feudal. Como se sabe, el vasallaje pone en

funcionamiento un tipo de relación basado en la dependencia personal, lo

cual permite establecer vinculaciones jurídicas sin necesidad de estipular una

cadena de mando definida: el rey puede mantener un sistema de fidelidades

46

entre elementos dispares entre sí; puede hacerlo con un conde, de igual

modo que puede realizarse con un castellano o un simple Sr. Feudal, sin

necesidad alguna de mediar esta relación, directa y personal con alguien

perteneciente al escalafón superior. (Domínguez, 2008: 13)

La necesaria dependencia entre cierta clase de hombres que surgía a nivel político

dentro del feudalismo evidenciaba a la vez el sometimiento del vasallo frente al

poder señorial, en el cual buscaba el amparo que le pudiera brindar algún tipo de

protección, en este caso bajo la figura del poder señorial; esa dependencia genera

una estructura de compromiso feudal que vinculaba a diferentes factores de la

sociedad del momento, en otras palabras es posible afirmar que la relación

dependiente genera un vínculo jerarquizado de dominio entre los miembros que

componen la sociedad feudal; el rey pretendía la ayuda de los Señores en

cuestiones guerreristas, a cambio de ese apoyo era natural de los Señores

esperara un pago determinado el cual terminó siendo la tierra feudal, sin embargo

esta compensación tenía una característica en particular que la hacía muy

provechosa, no solamente era la tierra en sí, sino que la propiedad venía

acompañada de las personas que habitaban en ella.

Al igual que la creación de dependencia entre Reyes, Duques, Condes y el Señor

Feudal, era posible identificar una relación similar entre el campesino habitante de

la tierra feudal y el Señor feudal como tal, a diferencia de la relación que existía

entre los miembros de la parte superior de la pirámide feudal, esta nueva relación

tenía como común denominador la protección del campesino en épocas belicosas

y, en general, una protección permanente; en compensación el Señor feudal

recibía el trabajo de la tierra por parte de los campesinos y el pago de un

impuesto.

El feudalismo fue un modo de producción dominado por la tierra y por la economía

natural, en el que ni el trabajo ni los productos del trabajo eran mercancías. El

productor inmediato —el campesino— estaba unido a los medios de producción —

47

la tierra— por una relación social específica. La fórmula literal de esta relación la

proporciona la definición legal de la servidumbre: Glebae Adscripti3, o adscritos a

la tierra; esto es, los siervos tenían una movilidad jurídicamente limitada

(Cronológicamente, esta definición legal apareció mucho después del fenómeno

fáctico que designaba. Fue una definición inventada por los juristas del Derecho

romano en los siglos XI y XII y popularizada en el siglo XIV.) Los campesinos que

ocupaban y cultivaban la tierra no eran sus propietarios. La propiedad agrícola

estaba controlada privadamente por una clase de señores feudales, que extraían

un plus-producto del campesinado por medio de relaciones de compulsión político-

legales.

La economía del momento giraba en torno a la propiedad feudal y su auto-

sostenimiento en diferentes aspectos de la vida cotidiana, entre ellos, la

elaboración de instrumentos de trabajo, sastrería y la alimentación de los

habitantes del feudo, sin olvidar la visón organizacional del territorio la cual tenía

como base la idea rural de la ciudad medieval en donde la economía rural

predominaba, sin embargo, surge un problema similar a la contrariedad

presentada con la agricultura y el sostenimiento vivido en el imperio de

Carlomagno, ya que el desarrollo agrícola era una de los pilares claves de

sostenimiento del feudo y, a pesar de ello, no cubría las necesidades presentadas

por los habitantes de la región, trayendo de esta manera grandes complicaciones

en sus modelos de subsistencia alimentaria.

El trabajo rural no había sufrido una trasformación eficaz y categórica para poder

garantizar la subsistencia, la agricultura del momento mantenía la técnica poco

funcional de la Roma del siglo V, no solamente en su práctica sino también en las

herramientas utilizadas para ella, por otro lado la técnica del barbecho era común

dentro los procesos agrícolas, pues era evidente la necesidad de dejar de cultivar

en ciertos sectores debido al agotamiento de la tierra y su poca productividad, esto

3 Siervo de la tierra: siervo de la gleba.. Esclavo afecto a una heredad y que no se desligaba de ella al

cambiar de dueño.

48

dio como resultado que en momentos determinantes de la obtención de productos

agrícolas, los rendimientos no fueran lo suficientemente beneficiosos para todos.

Por otro lado, la resistencia campesina que surgía contra la doctrinal formulación

del derecho feudal “nulle terre sans seigneur” 4 se hacía cada vez más evidente en

espacios donde el poder del señorío se veía aminorado por no tener un control

absoluto, es de esta manera que los espacios en común donde no existía una

titulación de poder dominante visible se convertían en lugares perfectos para la

resistencia frente al poder del dominio señorial:

En el caso de la historia medieval, un importante cambio de perspectiva en la

consideración del campesinado ha venido de la mano de una comprensión

creciente de la resistencia a los regímenes señoriales. Para empezar, el

espectro de interés se ha ampliado para abarcar, no ya sólo los

espectaculares levantamientos nacionales de la baja edad media (el de

Inglaterra de 1381 puente Alemania de 1525), sino también las frecuentes

rebeliones locales de la alta y plena edad media. (Freedman Paul. 1997: 179-

211)

En general, era natural premeditar un fracaso del sistema feudal con estas

características que se fortalecían a medida que se prolongaban en el tiempo las

erratas en torno a la producción agrícola, sus repercusiones en la económica y la

existencia de comportamientos delictivos desde el poder señorial frente al

campesinado. A todo lo anterior se le suma la fractura entre los señoríos laicos y

los religiosos, pues estos últimos querían defender a cualquier costo la

institucionalidad de la iglesia al igual que el poder que desde esta se ejercía,

además de eso se presenta el cisma de occidente y la fragmentación de la

cristiandad frente a la necesidad de una sociedad que ha sido menguada por las

enfermedades (Las pestes) y que se aferra a la posibilidad de su bienestar en la

eternidad.

4 No hay tierra sin señor

49

Los modelos imperiales romanos, como para el establecimiento del modelo feudal,

son en definitiva dos puntos de partida para la conformación del sujeto en torno al

Estado, siervo, esclavo o ciudadano, son algunas de las características del sujeto

en relación con un poder gubernamental y económico, sin embargo no es posible

negar las fracturas históricas que por una u otra razón llevaron a la decaída de

cada uno de los modelos de dominio, dejando como siempre al sujeto en una

posición difícil al entrar en las nuevas relaciones políticas, sociales y económicas.

2.2 ESTADO BIENESTAR: ¿DEL SUJETO LIBRADO AL SUJETO LIBRE?

No es difícil poder identificar los cambios que se presentaron en la coyuntura

histórica del fin del sistema feudal y el principio de un sistema capital; pues

aunque en los siglos anteriores se podía observar una metamorfosis de los

hombres con respecto a su condición social, política y económica, no se puede

negar que cuando cae de lleno el modelo feudal propicia un cambión considerable

en el sujeto de la época. El surgimiento de nuevas y variadas formas de

relacionarse entre los actores fundamentales de la vida política, es decir, el

Estado, el sujeto y el que gobierna, tomando en cuenta que el Estado, en sí

mismo, es una totalidad que no se desliga de las viejas-nuevas necesidades de

los sujetos, y por ende es el reflejo de lo que se entiende como la coyuntura de la

época.

Se considera viejas-nuevas necesidades, entendiendo que en los modelos previos

al capitalismo existían necesidades entre el sujeto y el gobernante de tipo político,

jurídico, social y económico, tomando en cuenta dos razones evidentes para

nosotros y que no se profundizará demasiado en ellas, la primera es en sentido

estricto de carácter antropológico, el ser humano depende necesariamente de

otros de su misma especie para satisfacer ciertas necesidades, le segunda es

poder concebir que el ser humano siempre ha sido considerado un ser socio-

político y, por ende, en una relación constante con otros sujetos se plantean

50

necesidades en la convivencia en la misma construcción del Estado que organice

las dinámicas de producción, equilibrio social y jerarquización de las clases; no

obstante, algunas de estas necesidades que se identifican desde diferentes

puntos histórico-políticos no han sido tomadas en cuenta.

Un ejemplo claro de ello podría ser el camino trazado por Roma en casi catorce

siglos; la monarquía romana, pasando por el nacimiento de la república y

desembocando en el imperio en donde reyes, senado y emperadores marcaban la

vida social desde el año 753 a.C hasta casi llegar al siglo V d.C y extendiéndose

con el imperio carolingio; en todo este recorrido histórico no era extraño observar

una estructura social con un perfil de ciudadano que contaba con ciertos

beneficios sociales como por ejemplo la vivienda, una igual y con las mismas

características en tamaño y forma para todos, pero también era claro ver que

existían algunos ciudadanos que tenían ciertos privilegios y que estaban en una

posición diferente no solamente en condiciones sociales sino que también en

cuestiones políticas.

El acceso a puestos de la administración de las ciudades eran entregados a

algunos ciudadanos con la mirada siempre de los gobernantes romanos, un

ejemplo fue el emperador Claudio en el año 48 y el reconocimiento que le otorgó a

los ciudadanos, en este caso, a las elites provinciales. La lógica del ciudadano

romano era simple pero clara, si Roma se enriquece como imperio, esta riqueza

iba a traer por extensión riqueza a sus provincias y a los ciudadanos en general,

desde diferentes puntos de vista, por ejemplo el agrícola, el comercial, etc.

La única preocupación de la época era no ser ciudadano de Roma, pues al no

serlo entonces no tendría los diferentes beneficios que se daban a sus

ciudadanos; la clasificación dentro del imperio era un punto coyuntural; patricios y

sus privilegios políticos, judiciales y políticos eran considerados ciudadanos de

pleno derecho por ser las familias romanas por tradición; los plebeyos carecían de

ciertos privilegios por no estar al nivel de los patricios, sin embargo al trascurrir el

51

tiempo, este grupo social por intermedio de las luchas, si se puede decir así, de

clases llegaron a ser reconocidos como ciudadanos romanos. Esta clase plebeya

se dividía en nobles, caballeros y clientes, cuya única diferencia entre ellos era la

fortuna que tenían ya fuera por su labor o por el recaude heredado.

De la misma manera que existía la mirada jerárquica en el proceso histórico de la

Europa occidental con Roma como referente, al iniciar la sociedad feudal, luego de

la caída del imperio también se pudo observar una diferencia social como la

romana pero, si es posible decirlo, más jerárquica y verticalizada que la vista

siglos atrás, una sociedad estamental, una sociedad feudal; la nobleza, el clero y

el llano eran los estamentos en donde los dos primeros, ya sean en su alto o bajo

nivel, eran sujetos de privilegios políticos en un alto rango, mientras que el tercero,

el llano, ere el estamento no privilegiado, y en cual se encontraba el campesino

que podía tener dos condiciones en esa jerarquía, o es un campesino libres o es

un ciervo de la gleba, la diferencia, sutil pero importante para un hombre de la

época, estaba en la posibilidad de abandonar el feudo o no.

Este último estamento se encargaba de pagar los impuestos y trabajar la tierra a

cambio de beneficios por parte del señor feudal. El principio de desigualdad era el

eje central de su desarrollo social. Sin embargo, como se mencionó líneas atrás, la

crisis llegó al sistema feudal y se resquebrajo por completo.

El salto que se da desde el modelo feudal al modelo capital entrega pues, como ya

se mencionó, la posibilidad de ver al gobernante, al Estado y al sujeto en general,

de una forma diferente. Las relaciones cambian, los valores conceptuales de unos

y otros adquieren nuevos significados y lo que antes era despreciable o poco justo

en la relación del sujeto con el Estado, como la clase plebeya en la Roma imperial

o el sirvo de la gleba feudal que está atado a la tierra y al señorío sin oportunidad

de ser, aparentemente ya no es lo mismo.

52

El nuevo modelo que surge acompañado de nuevas formas de comprensión de los

actores que participan de él, permite aquellas nuevas relaciones de trasformación,

una de ellas es la constitución propia de la dualidad hombre-trabajo en la cual el

hombre es, entre comillas, "libre", sin embargo esta libertad, o como se puede

entender mejor, esta liberación del sujeto cambia su forma de compresión frente a

la responsabilidad y protección con la que el mismo hombre-trabajador contaba en

el feudalismo sin ser "libre".

Ahora esta responsabilidad y la protección del hombre-trabajador recae en sí

mismo y, por ende, surge una aparente contradicción debido a que el hombre-

trabajador no está preparado para asumir esta nueva apropiación de

autorresponsabilidad, pues son ahora trabajadores librados mas no son libres,

como lo menciona, retomando de nuevo las palabras el escritor uruguayo Eduardo

Galeano en una conferencia titulada América Latina:

Los laberintos de la utopía, al mencionar los miles de trabajadores que quedan a

la buena de Dios sin ninguna protección legal pero atados necesariamente a los

modelos de producción como mano de obra para poder subsistir. No obstante, con

esta nuevas relaciones de poder en donde el sujeto adquiere una responsabilidad

frente al trabajo que realiza a otra persona y en cuyo oficio se plasma la

dependencia a su trabajo (no libre) pero a la vez su “autonomía” (liberado) para

que él mismo pueda solventar sus necesidades básicas como alimento, vivienda,

salud, etc. Todo lo anterior servirá para generar, tiempo después, algunas formas

de resistencia por la inconformidad frente a los nuevos signos de concebir el

hombre-trabajador, así pues estas nuevas formas de resistencia no van a tardar

mucho en lograr modificar estas formas de interactuar. (Eduardo Galeano;

Conferencia: Chávez, ese extraño dictador; el 8 de ene. de 2010)

Al producirse durante los siglos XVIII y XIX la revolución industrial, el trabajador se

encontraba en el más absoluto desamparo frente a los riesgos y contingencias

sociales.

53

Jornadas de trabajo extenuantes y salarios miserables que tenían que aceptar

para no morirse de hambre y estaba prohibida la coalición profesional y la huelga,

además los empleadores no estaban obligados a solventar los gastos por

enfermedades y accidentes de trabajo por considerar que tales egresos

incrementaban los costos de producción, por lo que los trabajadores tenían que

atender con sus magros salarios los riesgos y contingencias sociales aunque para

ello tuvieran que enviar a laborar a sus mujeres y a los hijos menores desde su

más tierna infancia. (Ruiz Manuel. 2012: 54)

Estas rupturas y tránsitos de un modelo a otro permitieron que en el siglo XIX se

dé la posibilidad de que la nueva estructura político-social de respuesta a las, si se

puede decir así, necesidades del hombre-trabajador librado pero no libre. Otto Von

Bismarck, canciller alemán, da una repuesta frente al desamparo que el hombre-

trabajador padecía en el siglo XVIII y el XIX, desamparo en gran parte evidenciado

fuertemente por las nuevas dinámicas enmarcadas con la revolución industrial; no

obstante, esta respuesta del canciller era una clara contestación para evitar la

puesta en escena de posturas radicales de las vertientes socialistas que estaban

aflorando en la época.

Las primeras formas de protesta colectiva fueron los amotinamientos y las

huelgas; la primera de estas acciones tenía por finalidad dañar el equipo de

capital, las clases dominantes respondieron con una fuerte represión, llegando a

dictar leyes que imponían la pena capital para cualquier obrero a quien se le

probara la responsabilidad en el daño a las máquinas (Uzcástegui, 1990: 46-47)

Así pues, surge el programa de seguridad social que abarca un paquete completo

con el programa de indemnización a los trabajadores y el seguro de enfermedad;

una política social inclusiva para la época.

Héctor Zimerman en un artículo titulado La reforma política: origen y actualidad de

las políticas públicas, sostiene que el Estado birsmackiano intenta hacer una

54

simbiosis entre la actividad de la seguridad social y la actividad del Estado como

se conocía, esto da como resultado la necesidad de incluir en esta simbiosis la

práctica política dentro de la teoría del Estado, entendiendo por prácticas políticas

la puesta en escena de políticas enfocadas a dar respuesta a ciertas necesidades

que la sociedad tiene; de esta manera la actividad del Estado debe, por ende,

direccionar las actividades políticas con el objetivo de poder mantener un

bienestar o seguridad social coherente con algunas necesidades, en otras

palabras, es tomar a ese hombre-trabajador no en un sujeto librado a su propia

suerte sino respaldado en una relación de beneficios bicondicional. (Zimerman,

Hector; 2006: 33)

2.3 ESTADO, GUERRA Y ECONOMÍA: ¿PRINCIPIO DE UN ESTADO

BENEFACTOR?

Desde la construcción en el siglo XVI y XVII, por parte de los filósofos y políticos

de los Estados contractualitas y la necesidad de establecer un pacto o contrato

social entre los hombres en donde la tesis principal es la sucesión de derechos a

un tercero que, en este caso tiene como protagonista al Estado, se vislumbra la

consecución de un protector que tenga bajo su poder la economía, la paz y, en

general, el bienestar de su pueblo, claro está, cada uno de ellos desde una

perspectiva particular y fundamentada en ideas, si se puede decir así, de

organización social.

Sin embargo esta idea de organización del Estado no prima siempre desde el

control gubernamental en la cúspide de la pirámide; Adam Smith y David Ricardo,

conciben una forma diferente a la planeación de la relación entre el sujeto y el

Estado, parten del fundamento que marca la autorregulación dentro de los

sistemas económicos y de producción, la bien nombrada mano invisible o

economía perfecta que posibilita tal proceso y que, en primer momento, parece

dar respuesta a una re-significación del manejo estatal; pues ya no es el Estado el

55

responsable en las dinámicas comerciales, o por lo menos pierde su participación

inmediata.

A mediados del siglo XX se da los primeros pasos para identificar el cambio o

mejor, un regreso al paradigma proteccionista con respecto a la participación del

Estado dentro del control y protección social. Es la primera, pero en especial, la

segunda guerra mundial uno de los detonante importantes que permite pensar un

Estado totalmente responsable de su pueblo, es decir, lo que acuñará en un

momento determinado de la historia el término de Estado benefactor o Estado de

bienestar.

Luego de la finalización de la segunda guerra mundial en el año 45, luego de ver

los escombros en Londres, Paris, Roma, Stalingrado, etc., luego de observar a

más de sesenta millones de muertos, se da paso a una serie de acciones socio-

políticas y económicas que intentan darle un nuevo aire a la dignidad humana; la

ONU, en un primer momento, y la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del

Acero) que da origen a la CEE (Comunidad Económica Europea) y finalmente a la

UE (Unión europea), son dos ejemplos determinantes en la construcción de una

nueva identidad; podríamos decir que son Th. Marshall y John Maynard Keynes

quienes plantearon una lectura propositiva que uniera a los pueblos después de la

tragedia, desde una triada pragmática: economía, sociedad y política, todo

enmarcado en la visión de un Estado Benefactor y, como una conexión que en el

papel da resultados objetivos, pero al pasar a la realidad presenta dificultades de

aplicación.

Ahora bien, el fin de tales proyectos, que era necesario tras la barbarie, quería

unificar en una sola identidad y un solo objetivo a los pueblos; hasta allí, el sueño

era claro, prospero y defendible, pero los resultados han demostrado que detrás

del salvavidas se encuentra el tiburón listo a atacar.

56

De acuerdo con lo anterior surge la figura de un Estado Benefactor que tiene como

objetivo desarrollar ciertas actividades que posibiliten establecer una relación

protectora frente a su pueblo, es decir, es un modelo político dentro de un contexto

social que pretende proveer diferentes garantías sociales y económicas en torno a

un modelo de calidad de vida, si esto es así podríamos observar un fenómeno que

se presenta de manera reiterativa en esta concepción de Estado: es El Estado el

único que tiene la responsabilidad de mejorar la calidad del ciudadano, tomando

una asistencia social que marca el cómo los hombres de la postguerra vieran una

nueva formación Estatal ya sin los vejámenes que se presento a lo largo de la

guerra, y para ello necesitaba universalizar una serie de derechos.

El “Estado de Bienestar” es el régimen que se propone universalizar los derechos

asegurando que los beneficios en materia de salud, educación, vivienda y seguros

sociales lleguen a todos los ciudadanos/as o, al menos a la mayoría de ellos.

Este tipo de Estado, tal como lo ha destacado Offe (Offe 1996: 83), tiene la

responsabilidad de lograr el bienestar de ciudadanos/as garantizando la seguridad

social (o el bienestar) mediante transferencias monetarias, servicios,

infraestructura física y políticas reguladoras en el área de salud, educación,

vivienda, asistencia social, protección laboral y asistencia familiar. (ENRIQUEZ.

2007: 59).

Con relación a lo anterior, es claro ver el papel que juega el Estado, la idea de

universalizar derechos y todo lo que conlleva desde una posición positiva es un

discurso que rompe la línea de sus antecesores y promete una nueva era para la

humanidad.

57

2.4 ENTRE ESTADO BENEFACTOR COMO ESTADO MARGINADOR

Los demagogos sociales emplean las promesas del Estado Benefactor y de la política inflacionaria para seducir a

las masas y cuesta advertir a la gente

de modo convincente acerca del precio que todos habrán de pagar al

final. Wilhelm Röpke

Los principios son claros y explícitos. El libre mercado está bien para el

tercer mundo y su creciente contraparte en nuestro país. A las

madres con chicos a cargo puede instruírselas firmemente acerca de la necesidad de la autosuficiencia, pero

no a los ejecutivos e inversores dependientes, por favor. Para ellos debe florecer el estado benefactor.

Noam Chomsky

La postguerra, a la luz de todos, no solamente europeos sino también americanos,

dejó instituciones Estatales fortalecidas para el dominio y control del

bienestar social, es en ellas donde recae una gran parte, por no decir que

toda, la responsabilidad frente a la incorporación de sus pueblos a los

círculos de prosperidad, como por ejemplo lo ratificado por el profesor

Enríquez: servicios, infraestructura física y políticas reguladoras en el área

de salud, educación, vivienda, asistencia social, protección laboral y

asistencia familiar. Pues si los conciudadanos de un pueblo le entregan, por

intermedio de un voto sus derechos a un tercero, e incluso si este tercero

es el que se toma, por cuenta propia el derecho de gobernar a un pueblo,

aun así debe pensar en la forma de brindar ciertos beneficios, para sus

gobernados con el fin de mantener el poder. (ENRIQUEZ. 2007: 60)

De acuerdo con la cita con la que se da inicio este apartado, podemos identifica un

direccionamiento encaminado hacia la universalización de una serie de beneficios

estatales que permitieran un desarrollo humano centrado en la equidad, el respeto

de las minorías y el derecho de las minorías (Lipman, 1998, 34); Europa desarrolló

un proceso de reconstrucción económica que muestra, si se puede decir así, un

miedo palpitante por recaer de nuevo en la debacle de una nueva guerra y sus

consecuencias sociales, políticas, pero en especial, económicas; una guerra que

58

margine e indigne por medio de la sangre, luego la posibilidad de conformar una

Unión Europea, un Meta-Estado que agrupe a los pueblos y no los margine.

“el ideario del Estado Benefactor tendía a instituir una dinámica que

promovía más la “incorporación” que la “marginación social”” (ENRIQUEZ.

2007: 60)

Ahora bien, el caso del Estado benefactor de mediados del siglo XX centralizado

en un Estado proteccionista desde la promoción económica de los pueblos se

replica en América y, más exactamente en Latinoamérica, desde la

industrialización, generalización de empleos y empleados que al entrar en un

sistema productivo, transformador, económico, se obtiene la posibilidad de estar

dentro de las márgenes, infortunadamente en tal proceso se presupone el ingreso

de todos los factores al sistema, en este caso especifica al económico-

industrializado.

“Primero, el régimen del Estado Benefactor, busca la incorporación social de

todos los sujetos al sistema vigente otorgándoles ciertos beneficios y

exigiéndoles ciertos deberes. Pero a pesar de ello, existe una parte de la

población que por distintas razones quedan “en el margen” o “al margen” de

dicho sistema; por lo tanto, la “marginalidad” es un fenómeno visible, que

debe ser estudiado, explicado y resuelto para que la sociedad funcione

adecuadamente.” (ENRIQUEZ. 2007: 60/88)

La misma Europa es un ejemplo de la cita anterior, después de 40 años de

establecer y mantener el Estado Benefactor (UE) hoy en día se piensa tal proceso

y sus repercusiones ya que debido a las recesiones económicas presentadas en la

última década se observó un retroceso socio-económico; Miguel Infante, filósofo y

economista colombiano sostiene que los procesos de marginalidad están

identificados, desde el Estado de bienestar, como un asunto de la economía

práctica, en otras palabras, si usted no ingresa al sistema económico, sistema

59

regente en el estado de bienestar analizado por Enríquez, se convierte en un

sujeto emergente que se margina o es marginado.

2.5 CONFIANZA SOCIAL Y POLÍTICAS PÚBLICAS

Las políticas públicas como fenómeno paradigmático en la reconstrucción de la

confianza social entre el ciudadano y el gobierno, es la herramienta clave con la

que se puede, desde la gestión pública, unir los intereses generales del Estado y

aquellas necesidades particulares de los ciudadanos; estas políticas públicas

tienen una clasificación que, aunque se presuponga como una mirada

estandarizada, puede variar de forma y de fondo.

Es preciso observar que los tipos de políticas públicas se pueden estructurar en el

ámbito politológico, en el escenario de las ciencias sociales y en el aspecto de la

normatividad de la nación; cada uno de estos escenarios mencionados

anteriormente posee, dentro de su rango, diferentes formas de entender la

aplicación y el desarrollo de la política pública. Es así que las políticas públicas

vista desde el escenario politológico se presentan de cuatro tipos, estos son:

Regulatorias, Distributivas, Redistributivas, Políticas constituyentes.

Las primeras de ellas están orientadas principalmente a lograr la realización de

conductas deseadas o la no realización de conductas indeseadas. El énfasis está

aquí en un enfoque conductual de las decisiones de los sujetos. En segundo lugar

encontramos aquellas destinadas a prestar bienes o servicios a los ciudadanos. El

énfasis está en el “delivery” de servicios públicos, tales como los servicios de

salud, educación y seguridad. En tercer lugar, son políticas que recaudan de

algunos ciudadanos con mayores riquezas para entregar a otros en otras

condiciones socio-económicas más precarias, en particular, por su condición de

pobreza o vulnerabilidad. Los programas sociales son parte de las políticas

redistributivas; y por último aquellas que modifican la organización misma del

Estado.

60

Sin embargo el espectro se va ampliando cuando hablamos de políticas públicas

en el escenario de las ciencias sociales, pues aunque parten de tres ejes

puntuales que son el económico, el social y el de gestión, cada uno de ellos posee

una división extra que muestra los campos de acción dentro de la ciencia social.

Es así que al entender la política pública desde el escenario social podremos

identificar que su campo de acción está compuesto por áreas como la de la salud,

la vivienda, la educación, etc.

Es así que se puede afirmar que si tomamos a la política pública en su enfoque

social lo que se quiere es determinar un campo de acción que se encarga de

poner en marcha herramientas que posibiliten una recomposición social, en otras

palabras, tomar acciones que busque por cualquier camino poder solucionar un

problema social como la pobreza y el suplir las necesidades básicas de la

población civil. En el campo de lo económico es posible identificar dos ejes de

acción diferentes, el fiscal y el monetarista, estos dos ejes de acción y, en general,

la noción económica que los engloba, tiene como punto de partida el manejo de

las finanzas estatales y todo aquello que se relaciona con las finanzas públicas.

Así pues, la organización del aparato estatal en términos de manejo fiscal, el

desarrollo de políticas enfocadas a adquirir, dirigir y redireccionar el aparato

monetario con un objetivo centrado en el alcance de beneficios del ciudadano.

Ahora bien, para finalizar es posible decir que el recorrido histórico del sujeto

dentro de los modelos del Imperio de Carlo Magno, la caída de tal imperio, el

surgimiento del modelo feudal y, de igual manera, su desplome, muestra

claramente cuáles han sido los pasos por los cuales el ser humano occidental no

libre, o liberado a su propia surte ya con la llegada de los modelos capitalistas, es,

en última instancia, el punto de quiebre para replantarse una forma de relación

entre este sujeto y un Estado.

61

Así pues la aparición de un Estado benefactor que minimice la pauperización del

sujeto y establezca los puentes de acercamiento entre el sujeto político y el sujeto

económico con unas ciertas garantías de corresponsabilidad. No obstante es

necesario tener en cuenta que si este modelo de Estado Benefactor (Seguridad

social) no se establece con premura, las resistencias civiles habrían fracturado de

una manera contundente la imagen del Estado y la permanencia como institución

soberana.

62

PITULO III

¿POLÌTICA PÚBLICA Y DECOLONIALIDAD COMO UN PLANTEAMIENTO

ALTERNATIVO A LA CRISIS?

3.1 Resistencia y descolonialidad política

Ahora bien, el problema que se ciñe en este punto es el de establecer cómo desde

las dinámicas decoloniales es posible establecer un marco de acción que no se

encasille en el análisis epistémico y filosófico sino que se estructure más allá y

pueda dar respuesta al problema desde la praxis política, ya que es en las

relaciones socio-políticas en donde se puede garantizar un argumento legitimador

de prácticas alternativas para una sociedad.

En este punto surgen dos problemas y que son determinantes para la discusión, el

primero de ellos es poder analizar si dentro de todo el armazón decolonial existe la

esperanza de establecer una ruta de acción política, es decir, decolonialismo de la

política euro-centralizada , hegemónica, dominante y vigente a pesar de los

resultados; al parecer el proyecto decolonial se ha quedado corto pues ha

planteado un análisis completo de la teoría política que ha surgido en los procesos

colonizadores y coloniales, pero se le ha hecho difícil hacer el tránsito a la parte

práctica.

El segundo problema, o la segunda ruta de análisis va más allá y evidencia que

existen experiencias en donde el proyecto decolonial ha dado sus primeros pasos

desde la práctica política y ha dejado atrás los paradigmas establecidos por el

dominio occidental ya desde hace unos cuantos siglos y que ha marcado un

referente en lo que respecta a la organización social política y económica; esta

recomposición de la práctica política de los pueblos que han sido tocados por la

sombra del colonialismo se han pensado, no solamente desde su propia orilla

63

como pueblos colonizados, sino también desde sí misma, desde sus orígenes, con

el fin de dar una respuesta concreta y diferente a los problemas de la sociedad.

Regresemos al origen de las causas y planteemos la hoja de ruta que nos ha

traído hasta este punto. Hemos analizado en los capítulos anteriores las

repercusiones que se generaron desde la legitimación del dominio de una mono

cultura con un capital simbólico capaz de crear patrones de dominación dentro de

cualquier tipo de sociedad y cómo esto se ve reflejado no solemnemente en la

idea sociológica de la relación del sujeto frente al Estado, sino que también en el

periodo de la conquista o descubrimiento de América.

Fue necesario, por parte de los colonizadores, adoptar ciertas formas de actuar

como colonizadores, frente a una nueva cultura que entre más se conocía más se

establecía una diferencia étnico-racial que promovía la estratificación social de los

sujetos, llegando a una soberanía etnocentrica de la cual la cúspide de la pirámide

curiosamente era ocupada por los mismos personajes que empezaron a ver al otro

no solamente como algo diferente, pues también se establecieron en un lugar

jerárquico que correspondía a un estereotipo de algo menor, tanto en raza,

conocimiento, religión, política y económicamente.

Es así que desde finales del siglo XV y principios del siglo XVI ya se establecía,

con estas dinámicas coloniales y colonizadoras que generaron lo que en estudios

decoloniales se conoce como la moneda de la modernidad/colonialidad, y de la

cual se estructura en un perímetro muy amplio que toca aspectos culturales,

políticos y económicos. La noción del buen vivir o sumak kawsay o suma qamaña,

se ha convertido en una base sólida para montar un armazón que estructura, no

solamente una forma diferente de sociedad sino también de ruta para todas las

acciones políticas.

Esa idea de pensar lo que hoy se puede considerar como problemas globales

como por ejemplo, las crisis económicas, los niveles de extrema pobreza, la

acumulación exorbitante de capital por una minoría y el daño ambiental que desde

64

la época de los 50s se ha tornado cada vez más evidente y no se ha podido dar

una solución concreta, y la necesidad de buscar soluciones oportunas desde

algunas perspectivas y prácticas locales, genera un punto de inflexión en el cual

en este caso, el enfoque del buen vivir.

La posibilidad de cambiar un saber hegemónico que rige las normas sociales y

políticas de una comunidad por otro que se ha visto oprimida y que quiere salir de

esta condición y colocarse a la cabeza como nueva forma de poder dominante en

donde sea capaz de generar nuevas estructuras simbólicas de opresión y

dominación en donde el ideal etnocéntrico siga teniendo la posibilidad de ser una

posibilidad de clasificar a la sociedad desde un nuevo ojo dominante, no cambia la

visión colonial, pues si se analiza cuidadosamente es posible entender que es la

misma lógica de dominio pero con diferentes actores, no importa que el agente de

dominación sea europeo, asiático, americano, africano, etc.

El problema radica en adoptar estas dinámicas como un único proceso de

construcción identitaria y con un objetivo que reproduciría, desde su propia

perspectiva, las márgenes epistémicas, sociales y políticas, como forma única de

sociedad, deslegitimando la acción y las posibilidades de un otro.

3.2 ESTADO BOLIVIANO Y LA LUCHA ALTERNATIVA

La configuración del Estado plurinacional de Bolivia se encuentra en una etapa

difícil de entender gracias a la tensión que existe entre los seguidores del MAS y

los contradictores de la idea pro-decolonial, es de entender que esta lucha que

sobrepasa lo ideológico y se extiende a campos como el económico, el social, el

ambiental y el político, entre otros, deja en evidencia una polaridad que no permite

una visión panorámica del proyecto plurinacional y la perspectiva decolonial.

65

La Bolivia de Evo Morales caminó en el primer mandato sin contratiempo alguno,

la idea novedosa de concebir un paradigma propio con el cual se le entregara un

poder legítimo con voz y voto en la composición del Estado y a todo lo que gira en

torno a la institución. El perfil de una nueva Bolivia, llena de diversidad y

posibilidades se convierte en el mejor camino para recorrer en los años venideros;

dar respuesta a problemáticas económicas y políticas sin dejar al margen un factor

determinante, la identidad pluriétnica del país.

Como ya lo habíamos mencionado líneas atrás, la base teórica en donde se

sustenta la nueva mirada del Estado (esto no inicia con la entrada en escena de

Evo Morales como presidente de la república) permite, como se ha intentado

hacer en otras latitudes, desmontar el Estado como se conoce, dando su inicio en

cuestiones de fondo que posiblemente repercutirán en un futuro en una forma de

pensarlo diferente en su constitución material. Esta base de cambio tiene como

idea central la reconstitución del Estado boliviano, todo partiendo de la naturaleza

propia de las raíces indigenistas, así pues, el fundamento ideológico y la

cosmovisión de un pueblo y lo que le ha dado significado a una cultura propia que

ha acompañado a un pueblo por más de 500 años es hoy en día el caballito de

batalla con el cual se ha organizado el Estado boliviano, su normatividad y el

ordenamiento social propio del pueblo Aymara y Quechua, es retomado como

base para la Bolivia del siglo xxi.

La política se asume bajo el manto de la idea del buen vivir (sumak kawsay o

suma qamaña) en donde se observa la apuesta por encontrar un paradigma

diferencial al que se ha mantenido durante las últimas décadas, en otras palabras

y como se había mencionado anteriormente, es la contrapartida a un sistema

como el capitalista en el cual no es difícil evidenciar la desigualdad entre los seres

humanos que hacen parte de ella, las prácticas de dominación laboral, la

acumulación de capital por parte de un mínimo de la población mundial,

hambruna, guerras, caos económico y la posibilidad que tiene el ser humano de

pensarse como individualista y competitivo dentro de una sociedad donde los

66

seres humanos se asemejan cada día más a la jauría de lobos hambrientos que

componen el estado de naturaleza planteada por el filósofo ingles Thomas

Hobbes, claro, tomando como en cuenta que para el filósofo ingles este estado

belicoso, de guerra, de individualismo, es superado por el pacto que se da entre

los seres humanos y se establece un estado de paz y armonía, al parecer si

seguimos esta lectura nos daremos cuenta que a lo contrario de lo pensado por

Hobbes y en general por los filósofos iusnaturalistas, este estado de paz, de

civilidad, no dio ningún resultado.

Las sociedades modernas son capaces de mostrarle a Hobbes que la puesta en

escena de un Estado creado por intermedio del contrato social, saliendo de esa

idea de lobos hambrientos y miedosos dispuestos a atacar para sobrevivir para

luego dar el paso decisivo a una sociedad de hombres civilizados, es hoy en día

un espejismo del cual no podemos esperar nada bueno. Hoy en día seria bueno

preguntarse si los seres humanos son más individualistas, competitivos y

miedosos, y si la imagen del lobo hambriento que plantea el filósofo ingles se

queda corta al espécimen político social y económico que hoy se posa sobre la

tierra.

3.3 Estado, gobernanza y seguridad alimentaria

La respuesta del Estado de bienestar a diferentes necesidades de la población a

nivel económico, social y político se podría entender como la base o punto de

partida de lo que hoy se conoce como políticas públicas, desde esta perspectiva

podemos observar un amplio desarrollo en la capacidad de atender la demanda de

un conglomerado social que por una u otra razón aquel eje central del plan de

gobernanza estatal no es contundente o, en ocasiones, es arbitrario frente a las

necesidades que exige tal población.

Al atacar aquellas grietas políticas y sociales se evidencian un factor desfavorable

frente al ciudadano, en qué punto es posible cruzar los intereses del ciudadano de

67

a pie con los grandes intereses que el Estado fórmula para una organización en

diferentes escenarios de la sociedad en general, es el problema que se plantea en

este escenario, tomando en cuenta que por razones de diferente índole no llegan

a cubrir todas las necesidades que son exigidas desde la sociedad misma.

El modelo tradicional de gobernanza se basa en el rol del Estado y de sus

múltiples organizaciones en la elaboración e implementación de las leyes.

Este modelo no solo está centrado en el Estado sino que, además, tiene una

estructura jerárquica en la cual se da un proceso autoritario de toma de

decisiones que se adoptan en el nivel más alto y que luego fluyen hacia

abajo abarcando al resto de la administración pública. Más aún, en este

modelo convencional la mayor parte de las acciones del gobierno ocurren en

su interior, excluyendo a actores tanto de la sociedad civil como del ámbito

internacional. (B. Guy Peters. 2006: 105)

La gobernanza no es, aparentemente, una tarea fácil. La diferencia que existe

entre miles o millones de personas que poseen cada uno de ellos unos intereses

particulares, preferencias frente a la forma de actuar del Estado y un conocimiento

de una realidad que los rodea y de la cual están seguros de su buen

funcionamiento, les otorga un poder social-fragmentario en el cual en él es posible

identificar un DEBER SER que solo conoce el sujeto que está en el contexto y lo

vive día a día. Es como si se pusiera en práctica el planteamiento expuesto por

Nicolás Maquiavelo en la dedicatoria del Príncipe, pues el que es del pueblo no

solamente conoce la naturaleza del gobernante sino que también la naturaleza del

pueblo y, por ende, las necesidades que de este último aparecen.

Así pues, no es una sorpresa que con tal variabilidad se pueda dar por sentado

que el ejercicio del gobernar presente una serie de fallas en lo que respecta a la

administración del Estado frente a hechos políticos, judiciales y administrativos; lo

anterior trae como consecuencia inevitable, que el Estado no posee una

capacidad de respuesta de cara a las necesidades del pueblo. Ahora bien, son las

68

reformas estructurales de respuesta de corto, mediano y largo plazo, basadas en

la estabilidad económica, la organización política y social, en compañía de la

admiración de justicia, los ejes fundantes de una buena gestión pública y, por

ende, de una puesta en escena de políticas públicas determinantes para la

sociedad, no obstante hay que tomar en cuenta que, como se menciona al

analizar las políticas públicas, es necesario no apartar la mirada de aquellas

instituciones estatales que son las que brindan o, en otras palabras, sirven como

catalizador de las preocupaciones del Estado y las preocupaciones del ciudadano,

siendo estas instituciones públicas un marco de referencia para la regulación de

esta dinámica.

Estas instituciones, al igual que el Estado en general, tienen su motor de acción en

el fortalecimiento de un musculo económico lo suficientemente robusto que

posibilite que estas acciones públicas se puedan colocar en marcha; aun así

existen diferentes factores que torpedean el normal desarrollo que se debería

establecer entre el Estado, las instituciones, la gestión pública, la política pública y,

en definitiva, el ciudadano; muchos de estos factores están ligados a la corrupción,

la demagogia, el populismo, intereses personales, negociaciones que evidencian

una asimetría social, etc. Todo acompañado a la vez por una serie de errores

procedimentales estatales que ha generado un detrimento en los diferentes

escenarios en los que el Estado hace presencia y, generando a la vez, una

ausencia de credibilidad frente a las instituciones públicas y, por lo tanto, todo lo

político.

Así pues, es importante entender en este punto que uno de los hechos

coyunturales de un alejamiento entre el Estado y los ciudadanos ha sido

precisamente provocado por el mismo Estado. La ineficiencia que genera un mal

servicio tanto en cobertura y a la calidad del ejercicio político no solamente

perjudican de fondo y de forma a las instituciones públicas, sino que directamente

se ven implicados los ciudadanos que esperan del servidor público un ejercicio del

69

poder administrativo responsable, honesto y efectivo frente a las necesidades

presentes.

La existencia de un orden mundial que década tras década trasciende las líneas

fronterizas en beneficio de unos y que posee la fuerza suficiente para unificar y

aislar naciones a su antojo, es hoy en día una de las fichas claves que entra a

jugar en el campo de los gobiernos y que modifica de manera contundente la

dinámica interna de la administración pública; exenciones tributarias a grandes

trasnacionales, endeudamiento estatal a organizaciones supranacionales, tratados

de libre comercio, entre otros, son los retos que se tienen que afrontar desde el

interior de cada Estado.

Economía, política y la dinámica social son factores que se encuentran en un

cambio permanente, un claro ejemplo es ver que

El nuevo orden mundial está regido por un mercado sin fronteras en donde

los acontecimientos relevantes de cualquier lugar del planeta influyen en la

totalidad. El imparable desarrollo de las comunicaciones está conduciendo a

un nuevo tipo de relaciones y de acceso a la información y al conocimiento.

La apertura de los mercados, la competitividad y el desarrollo tecnológico

están impulsando el crecimiento económico… ( Álvaro Marchesi. 2006: 37)

En las últimas décadas sus movimientos han sido supremamente agresivos,

imposibilitando las reacciones oportunas y contundentes frente a tales cambios,

así pues, Estado y sociedad quedan indefensos y a merced frente a ellos. La

economía es el ejemplo más contundente y del que se podría pensar que es la

que se posa en la cúspide de la montaña, pues la economía hoy ha puesto bajo su

merced al Estado y, por extensión, a la sociedad como tal; en estas condiciones

es muy difícil establecer un marco de repuestas que puedan hacer contrapié a

estas dinámicas obligatorias de los sistemas globales frente a los locales. (Las

70

nuevas formas de construcción de los Estados en donde la independencia política

y la legitimidad de la sociedad civil, como por ejemplo las comunidades

minoritarias que se han ganado con sudor, lágrimas y sangre, la posibilidad de ser

escuchadas, organización y tener voz, es una lucha en tres escenarios diferentes

el primero de ellos es el local, el segundo es el nacional y el tercero el

supranacional)

Muchos investigadores sugieren que el ejercicio del gobernar, entendiéndolo en

este punto como una moneda de caras que se asemejan en forma pero de fondo

son totalmente diferentes, se encuentra inclinado ya no al sujeto que gobierna, en

este caso al gobernante, sino que se ha inclinado hacia la forma de gobernar, es

decir, el problema no es del lado de la moneda donde se ve el perfil del dirigente,

el problema está del otro lado de la moneda donde se ve la forma con lo cual se

administra lo público, pues el verdadero punto coyuntural es ver la forma con la

cual se administra el poder público y como se da respuesta a problemáticas de la

sociedad civil.

Ahora bien, estas dos variables, el proceso de gobernar de un sujeto que ha

adquirido el privilegio de administrar los bienes públicos y las nuevas formas con

las que se han identificado los grupos de la sociedad civil tomando voz y voto, nos

muestran una forma diferente de ver aquellas dinámicas de la relación entre

gobernanza y el poder del pueblo, pues es este último el que exige y espera que el

que gobierna ponga en marcha toda la maquinaria necesaria para que se ponga

en camino diferentes soluciones a las problemáticas que surgen y que el

ciudadano es el mayor afectado; es en este punto en donde, como ya lo habíamos

mencionado anteriormente, surge la pregunta por el quehacer del gobernante por

encima de la inquietud por el gobernante mismo, pues es en el quehacer político

donde se puede evidenciar la forma con el cual se hace evidente la práctica de

dichas políticas públicas.

71

En el quehacer del gobernante se puede observar que, independientemente de su

forma de ser, sus acciones se ven atadas a lo que la sociedad civil le exige o lo

que las comunidad internacional le impone, ya la imagen autoritaria, despótica y

petulante no tiene ningún espacio en la puesta en marcha de políticas públicas

que responda a necesidades o a órdenes.

Que el Estado tenga las herramientas suficientes para poder implementar

estrategias que respondan a diferentes problemas sociales, económicos y políticos

es intentar fortaleza el proceso de su quehacer institucional de cada gobierno, en

otras palabras, que se construya un gobierno competente, no obstante si los

resultados, mediados por la puesta en escena de políticas públicas, no se ven ni a

corto y largo plazo como se había presupuestado, es necesario pensar en la

impotencia y en la incompetencia del ejercicio de gobernar; si las políticas públicas

no son efectivas o, como se puede observar en diferentes escenarios, no tienen

un alcance suficiente es posible estar en la cuerda floja y decidir de qué lado

quiere caer, del lado de pensar en una gobernanza impotente o una gobernanza

incompetente.

3.3.1 Seguridad alimentaria en Bolivia.

En los últimos años se ha presentado un riesgo que va en aumento desde el

sector geopolítico de la región, países como Colombia, Chile, Argentina, entre

otros, han demostrado que uno de los sectores en riesgo es el del sector

alimenticio.

Existe desde hace ya unas décadas una tendencia a lo largo del continente a

mantener dentro de sus políticas públicas- comerciales la idea de la importación

de alimentos como sustento de una dieta básica que pueda ser determinante para

el sostenimiento de la seguridad alimentaria dentro de las fronteras de cada país;

Bolivia en cierto grado no es la excepción, muchos de los informes de los sectores

72

agrícolas muestran los avances de una política alimentaria centrada en la

importación de alimentos básicos para la región, no obstante este problema no

parece estar aislado dentro de la formulación de políticas públicas enfocadas a la

protección del ciudadano en torno a la alimentación, los reportes que se emiten

desde la FAO (Organización de las naciones unidas para la alimentación y la

agricultura) ponen al país andino en una posición difícil, uno de cada tres

bolivianos no puede alimentarse como debe y, por ende, es necesario plantear

nuevas políticas de seguridad alimentaria.

El nivel de seguridad alimentaria está caracterizado por una producción de

alimentos insuficiente y compensada por la importación y la ayuda

alimentaria, provocando una importante, aunque decreciente, dependencia

externa del país. Al problema de disponibilidad se suma el del poco acceso

de los hogares a los alimentos y su utilización biológica en un país donde el

47% de la población es pobre y los servicios básicos y de infraestructura son

insuficientes, especialmente en área rural donde existen más pobres (76%)

(FAO. Perfiles de Nutrición por país. 2001)

Los datos suministrados por la FAO son el reflejo de lo que se presenta en las

diferentes graficas suministradas por el INE a finales del siglo XX y en la primera

década del siglo XXI, lamentablemente el índice que marca la línea de pobreza y

de extrema pobreza en Bolivia se incrementa año tras año en casi todos los

departamentos del país, dejando en evidencia una crisis que abarca a diferentes

grupos sociales, pero en donde sus mayores problemas se enfocan el la parte

Rural.

73

Fuente: Instituto Nacional de Estadística-Bolivia-2009

Sin embargo esta tendencia muestra un problema de fondo en torno a la

capacidad productiva de Bolivia y de muchos de los países de América Latina. La

pregunta por la capacidad de los países en la producción de alimentos para

garantizar por sí mismos una base alimentaria mínima y sólida queda en duda;

¿Es posible que países con una variedad topográfica, climatológica, hidrográfica y

de tierras para sembrar no pueda mantener una producción propia que pueda

responder a una demanda interna? Esta es la pregunta se mantiene en la

percepción de cada ciudadano y que cuya respuesta queda en el aire al escuchar

los reportes de los tratados comerciales que se firman a lo largo y ancho de esta

parte del continente.

Bolivia gira en dos realidades en la producción agrícola, la primera de ellas se

plantea desde lo que se conoce como el occidente altiplánico donde la propiedad

agraria se dividió en pequeñas parcelas, la segunda realidad es la de la zona

oriental en donde es posible observar las grandes concentraciones de tierra que

74

se encuentran en manos de pocos propietarios, estas dos realidades son el reflejo

de una reforma agraria desigual que en última instancia es el detonante para que

un país como este tenga la necesidad de apelar a las importaciones para poder

solventar el problema agrario que deja la separación y el mal uso de tierras. En un

millón cien mil quilómetros cuadrados que comprende la extensión del territorio

boliviano y una población cercana a los 10 millones de habitantes parece difícil

pensar que resolver el tema de la seguridad alimentaria no debe ser un problema,

sin embargo, esta pregunta se traslada a otros países del continente que tienen

estas mismas condiciones, en donde la topografía del país permite un desarrollo

agrario lo bastante sólido para construir una política pública de soberanía

alimentaria y, no obstante, padecen la misma antilógica.

Así pues, no es difícil precisar que en la formulación de las lógicas

agroeconómicas, el oriente del país y, más exactamente, el departamento de

Santa Cruz de la Sierra, se ha convertido en la despensa de alimentos del país y

donde más se utiliza el suelo para la producción alimentaria

Fuente: Instituto Nacional de Estadística-Bolivia-2003

75

Así pues es posible establecer un rango de medición que muestra a Santa Cruz

de la Sierra como uno de los departamentos más sólidos en la utilización y

aprovechamiento del suelo Boliviano, fortalecido por tener el porcentaje más alto

de suelo agrícola producible y utilizándolo para sostenerse como el mayor

productor de alimentos.

Un ejemplo de esta tendencia es la industria avícola que se concentra en parte

del sector conocido como Cochabamba y Santa Cruz, al igual que la producción

de lácteos. El INE ha registrado en los últimos años un alza en el porcentaje del

producto interno bruto agropecuario en la parte de los llanos bolivianos, este

incremento muestra el predominio que ha tenido el algunos de los departamentos

ubicados en la llanura con respecto a la producción agrícola y evidencia un

crecimiento exponencial considerable con una proyección de crecimiento para el

2016 que abarque más del 50% del PIB-agropecuario.

Ahora bien, la comparación del índice de la seguridad alimentaria en diferentes

países de la región muestra que los esfuerzos presentados por Bolivia son

escasos al establecer una barrera de seguridad confiable para sus ciudadanos, es

así que Bolivia ocupa al año 2013 el último lugar en Latinoamérica frente a este

indicador, mientras que a nivel mundial se encuentra ubicado en el puesto 65,5

países como México, Chile, Argentina y Brasil son los países mejor posicionados

en la región. No obstante esta difícil posición es el resultado de medir este VAM6

al interior del país, ya que al aplicar este análisis a nivel municipal es posible

evidenciar que la VAM a inicios de la segunda década del siglo XXI supera las

expectativas de vulnerabilidad que se esperaban, la región del valle y la altiplanicie

occidental presenta un índice de nivel 4 y 5 en un rango en el cual 5 es el grado

más alto de vulnerabilidad, de la misma manera es posible evidenciar que, según

5 FAO: HAMBRE Y MALNUTRICIÓN EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. avances y desafíos en la perspectiva de

los objetivos del milenio. 2013

6 Índice de Vulnerabilidad alimentaria

76

registros de la UDAPE7, el país se encuentra inmerso en un VAM que oscila entre

el grado 2 al 5.

No cabe duda que la reducción de estos indicadores desfavorables en los últimos

meses es un bálsamo momentáneo, ya que si tomamos en cuenta lo rastreado en

cada municipio y en cada departamento boliviano no hubo una variación negativa

y, por ende, los resultados que aparentemente muestran que el problema de la

seguridad alimentaria en cada uno de las zonas ha dado muestra de mejoría,

parecen no ser tan contundentes; si el análisis se extiende por fuera de las

fronteras bolivianas los indicadores muestran que a lo largo y ancho de

Latinoamérica el índice del VAM cada día es más favorable.

La “recuperación” en diferentes países, pero la realidad y los datos de casi dos

décadas de análisis no son tan optimistas en proporción con otros países como

por ejemplo los europeos y los asiáticos, pues después da hacer el rastreo en esta

parte del mundo, es posible apreciar que países, como por ejemplo Bolivia, han

pasado de una VUM de nivel 5 (La más alta) a un nivel de 4 en casi 20 años.

Es así que se puede afirmar que a aquello a lo que se logra identificar como

seguridad alimentaria, aun es una política que, pretendiendo resistencia dentro de

Bolivia a las dinámicas económicas de la globalización, sus resultados en cierto

grado son insuficientes para lograr éxito contundente dentro de la población, sobre

todo si se observar los índices de vulnerabilidad alimentaria.

3.4 Economía subsistente: del indígena-campesino a los grandes

monopolios agrícolas.

El problema central de estas nuevas dinámicas de producción de alimentos en

Latinoamérica y, en este caso, en Bolivia, es que los campesinos y los pequeños

7 Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas Gobierno del Estado plurinacional de Bolivia. Informe

2012.

77

productores dejaron de ser aquellos actores determinantes en la producción de

alimentos, esto trae como resultado al mismo tiempo que el volumen nacional de

alimentos que se produce disminuya cada vez más según informes de la CEDLA

que es el (Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario), sumado a lo

anterior es posible identificar que la lógica que se sostiene dentro de los cánones

de la soberanía y seguridad alimentaria presuponen que la producción de

alimentos tiene como punto de partida los pequeños productores de base

comunitaria, no obstante, estos, como ya habíamos mencionado líneas atrás, se

encuentran situados y sitiados por un desarrollo agrícola que tiende en la escala

de producción a un nivel muy pobre por no decir que es casi nula. (Instituto

Boliviano de Comercio Exterior. En el boletín bimestral del mes de agosto del

2014.)

Estos datos comparados con el sector de crecimiento que gira en torno a las

nociones de la agricultura capitalista y cuyo común denominador es la priorización

de las ganancias y la necesidad de la intervención de tecnología y los AMG, que

son los alimentos genéticamente modificables, ponen en desventaja a los

productores de base común, aquellos minifundios que son borrados o absorbidos

por la sobreproducción agrícola y el monopolio agropecuario. (Instituto Boliviano

de Comercio Exterior. En el boletín bimestral del mes de agosto del 2014.)

Todo lo anterior es posible leerlo si lo pensamos como un movimiento

agropecuario-industrializado encaminado a la agricultura del capitalismo y no

centrada en una agricultura de subsistencia; esta economía agrícola que se

desarrolló bajo los lineamientos de las ganancias monetarias pertenecen a

medianas y grandes empresas que están en el negocio en donde el alimento es

visto como combustible o como alimento que en un futuro servirán para alimentar

a animales y que se convertirán en alimentos de más valor en el mercado, como

por ejemplo los cárnicos bovinos, avícolas, porcinos, etc.

78

Bajo esta dinámica económica los resultados son nefasto para los pequeños

productores que son sometidos al olvido comercial ya que los sectores

latifundistas han abarcado todo la producción, en este punto el pequeño productor

es, en estas dinámicas económicas y de producción, un factor frágil el cual él es el

propio encargado de su producción sin apoyo gubernamental tomando en cuenta

que su impacto en el PIB agropecuario es mínimo comparado con los realizados

entre las grandes agroindustrias y, por ende, estos esfuerzo mínimos no se

pueden comparar con la masiva producción que se encuentra dividida entre un

comercio de importación alimentaria y una concentración masiva de productos en

manos de un grupo minoritario.

Abrir las fronteras en términos comerciales es un “mal necesario”, o por lo menos

es la percepción que se tiene al establecer un análisis de costo y beneficio en

términos de garantizar una dieta básica para un pueblo como el boliviano sin dejar

atrás la posibilidad de entrar en un mercado económico global y, por ende, no

quedar marginado económicamente con el resto del mundo. Sin embargo para

diferentes sectores es un problema pensar en esta lógica de producción, tomando

en cuenta que genera un retroceso en el desarrollo agrícola del campesino e

indígena boliviano; en un periodo de casi una década el Estado boliviano ha

triplicado la importación de alimentos de manera presurosa, esto representa que

en casi 10 años se pasó de un 10 o 15 puntos porcentuales en la importación de

alimentos a un 62 por ciento de importación que representa un gasto publico que

pasa de 218 millones de dólares a unos 655 millones en este periodo de tiempo, o

lo que es lo mismo un costo anual que aumenta cada año en un 7.7 por ciento.

Dos vías que explican, cada una de ellas de una forma diferente, este fenómeno,

son las siguientes; la primera de ellas es la que ha sido constante en el discurso

estatal que sostiene que el incremento de importación de alimentos es causa a

factores climáticos debido a las mermas de la producción, sin embargo los

sectores de producción agrícola ven, como segunda vía de explicación, que el

79

problema es el mal manejo de las políticas públicas en torno a la soberanía y

seguridad alimentaria boliviana. El IBCE Muestra que:

"… las importaciones bolivianas acumularon 6.636 millones de dólares por la

compra de 3,4 millones de toneladas. Las categorías económicas con mayor

porcentaje de participación sobre el total fueron: suministros industriales

(29% del total importado) bienes de capital (26%) y equipos de transporte,

sus piezas y accesorios (16%)" (Instituto Boliviano de Comercio Exterior. En

el boletín bimestral del mes de agosto del 2014.)

Esto en el desempeño general, sin embargo el boletín muestra, en el desempeño

por categorías, que cuando se habla de alimentos y bebidas "el valor de las

importaciones durante los primeros ocho meses de 2014, se incrementó un 17% y

un 34% tanto en valor como en volumen respectivamente, en relación al mismo

periodo de 2013" si se analiza la tabla de importaciones en un periodo corto de

tres años es posible observar que el incremento en la categoría de alimento y

bebidas tiende a aumentar en volumen y proporcionalmente en dinero.

Según el reporte del IBCE en el 2011 el nivel por volumen (Kilogramos brutos)

pasó de 475.994.785 a un total de 549.013.727 en los primeros ocho meses de

2014, en dinero representa un aumento que pasó en el 2013 de un total de

338.794.426 de dólares a un total en el 2014 de 476.683.106 de dólares (Instituto

Boliviano de Comercio Exterior. En el boletín bimestral del mes de agosto del

2014.); así pues este volumen de importación no sería extraño para algunos

países que no han sido privilegiados geográficamente para la producción de

algunos alimentos que componen la dieta básica o que su ventaja comparativa

frente a otros mercados se centran en ciertos productos no alimentarios debido a

que su producción se basa en aquellos bienes de consumo cuya producción es

relativamente más baja, países como Japón, China, Rusia, Canadá, Egipto, Irán,

Irak, Corea del sur, son algunos ejemplos.

80

Como ya lo habíamos mostrado anteriormente, es posible analizar que un país

como el boliviano tenga en sus políticas de importación un porcentaje tan alto en

torno a lo que tiene que ver con los alimentos, ya que del 100% de sus

importaciones en las cuales se pueden encontrar categorías de importación como

los suministros industriales, combustibles, bienes de capital, equipos de trasporte,

artículos de consumo y alimentos, sean estos últimos los que abarcan una tercera

parte de dichas importaciones y en donde se resaltan productos como el trigo, la

harina de trigo, mezclas para pasta y arroz.

3.4.1 El mito de la seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria se convierte en el derecho que tiene toda persona a

tener acceso a alimentos sanos y nutritivos, sin importar el origen nacional de los

mismos. Ya desde las diferentes cumbres internacionales que se celebran cada

año para debatir y consolidar una política mundial de seguridad alimentaria se va

formando unas directrices claras en torno a la posibilidad que tiene cada país de

afrontar de la mejor manera posible un déficit en la alimentación de sus

ciudadanos, de allí que se plantean una serie de dimensiones en las cuales se

explica qué es eso a lo que la FAO llama en sus cumbres mundiales como

seguridad alimentaria.

Principios como la disponibilidad de alimentos, el acceso a esos alimentos, su

utilización y la sostenibilidad del consumo y producción son los pilares de esta

política mundial. Aun así las crisis en cada uno de los continentes se acelera en

torno al problema alimentario, las quejas de diferentes sectores como

organizaciones indígenas y campesinas en el caso boliviano se hacen más

recurrentes frente al problema de la baja producción y la necesidad de traer de

afuera a precios muy altos alimentos básicos para la subsistencia de los

bolivianos; en Bolivia la producción agrícola que se genera desde las

comunidades campesinas e indígenas no sobrepasa el 20% del país, es decir,

81

casi el 80% de los alimentos que consumen los bolivianos son alimentos que

hacen parte de esa producción extranjera o de las empresas dedicadas a los

monopolios de la agroindustria, todo lo anterior pone en duda que exista en Bolivia

una verdadera seguridad y soberanía alimentaria.

3.4.2 Problema identidad

Otro de los problemas que surgen dentro de la seguridad alimentaria en Bolivia, es

preguntar hasta qué punto los ciudadanos bolivianos se consideran parte de

alguna de las 36 naciones o pueblos indígenas que conforman el Estado

plurinacional, con el fin de observar de manera cuidadosa como ha afectado el

tránsito de una población dedicada a la producción agrícola y, si se puede decir

así, el nuevo boliviano de la urbe. En los últimos años el INE (Instituto Nacional de

Estadística) que es la entidad que se encarga de hacer el censo nacional de

población y vivienda, ha dado como resultado que más de la mitad del pueblo

boliviano, aproximadamente un 58 % sostienen no sentirse parte de ninguno de

estas 36 naciones o pueblos indígenas.

BOLIVIA: DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POBLACIÓN DE 12 AÑOS Y MÁS POR AUTOIDENTIFICACIÓN ETNICA, SEGÚN GRANDES GRUPOS DE EDAD,

SEXO Y ÁREA8

(En porcentaje)

DESCRIPCIÓN

Total (2007)

Indígena

(2007)

No indíge

na (2007)

Total (2008)

Indígena (2008)

No indíge

na (2008)

Total (2009)

Indígena (2009)

No indíge

na (2009)

TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100

12-14 10,0

3 8,14 11,91 10,3 8,99 11,92 9,81 7,79 12,03

15-59 78,5

4 76,7 80,37 78,3

4 77,2

5 79,69 78,5

8 77,8

8 79,36

60 y más

11,43 15,16 7,72

11,35

13,76 8,4 11,6

14,34 8,61

8 Instituto Nacional de Estadística (http://www.ine.gob.bo/indice/EstadisticaSocial.aspx?codigo=30801).

BOLIVIA: DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POBLACIÓN DE 12 AÑOS Y MÁS POR AUTOIDENTIFICACIÓN ETNICA, SEGÚN

GRANDES GRUPOS DE EDAD, SEXO Y ÁREA.

82

Hombres 100 100 100 100 100 100 100 100 100

12-14 10,7

4 9,23 12,19 11 10,2

9 11,85 10,3

6 8,49 12,38

15-59 78,3 76,5 80,05 78,0

9 76,5

6 79,94 78,0

1 76,5

1 79,63

60 y más

10,96 14,27 7,76

10,92

13,15 8,21

11,63

15,01 7,99

Mujeres 100 100 100 100 100 100 100 100 100

12-14 9,39 7,17 11,65 9,66 7,8 11,98 9,3 7,13 11,69

15-59 78,7

6 76,87 80,68 78,5

8 77,8

7 79,45 79,1

3 79,1

6 79,1

60 y más

11,86 15,95 7,67

11,76

14,33 8,57

11,58

13,71 9,21

Es claro observar que los datos suministrados en el crecimiento demográfico que

entrega en Instituto Nacional de Estadística boliviano se pueden identificar una

disminución constante en un proceso de autoreconocimiento de los ciudadanos

bolivianos en diferentes escalas: edades, área y sexo. Dando como resultado una

tendencia, en los tres años previo a la consolidación de la constitución boliviana

del 2009, que varias de las muestras demográficas obtenidas no son favorables

con respecto al propósito identitario que quiere resguardar al pueblo indígena-

campesino.

En cifras de población, esto refleja que aproximadamente 3 millones de bolivianos

son el número de personas que se sienten pertenecientes a los pueblos indígenas,

mientras que casi casi cuatro millones y medio de bolivianos no encuentran una

relación identitaria con alguno de estos pueblos.

Los registro muestran que una década atrás el INE entregaba unos resultados que

favorecían en gran medida lo que es la participación identitaria de los bolivianos

con respecto a los pueblos indígenas, ya que en la encuesta censal del año 2001

era posible identificar a un 62 % del pueblo boliviano que se auto-identificó como

83

sujeto participante dentro de las dinámicas del pueblo indígena. Para el año 2012

el porcentaje caía al 42% y al 2014 esta cifra sigue cayendo9.

De nuevo la respuesta del oficialismo presupone una influencia directa con

principios de una nueva etapa de algo que se conoce como el desclasamiento de

las tradiciones y la cosmovisión indigenista propia de los pueblos bolivianos, es

decir, la influencia para que una persona o un grupo social deje de reconocerse

dentro de ciertas dinámicas sociales y culturales que lo anclan o los ancla a una

identidad propia y en la cual se pierde la conciencia de este legado identitario. No

obstante esto no se da por puro azar, pues se determina que este proceso se

sustenta en la reiterada percepción de una mentalidad colonizadora que poco a

poco va fracturando el vínculo de un sujeto con su forma "primitiva" de concebir el

mundo, aquí aparece de nuevo lo que se habla en el primer capítulo y del cual

puede ser el punto de inflexión con lo cual se hace una nueva lectura de lo que le

sucede al sujeto colonizado frente al sujeto colonizador.

Las dudas surgen al momento de pensar en la reconfiguración de los pueblos

bolivianos en un periodo de tiempo en el cual por diferentes razones se quería

fortalecer la identidad de los pueblos indígenas-campesinos desde la misma

9 Los pueblos indígenas de Bolivia: diagnóstico sociodemográfico a partir del censo del 2001. Santiago de

Chile, julio del 2005. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). 34

84

constitución que intenta reivindicarlos como base del estado plurinacional, la

politóloga Moira Zuazo afirma que la lectura de estos datos que salen a la luz

pública tiene que pasar por diferentes puntos de análisis tomando en cuenta todo

lo que puede resinificar en la mentalidad del pueblo boliviano estos resultados

(Anja Dargatz y Moira Zuazo. 2012: 329); es así que se precisa mirar dos puntos

determinantes, el primero de ellos es el que se centra en la respuesta de los

bolivianos y como se reparte el porcentaje en los bolivianos que se encuentran en

el área rural y en el área urbana, y el segundo punto de partida es observar si la

sociedad boliviana está pasando por un proceso de des-indigenización de la

identidad, si esto es así, preguntarse a qué se debe tal proceso.

Siguiendo la idea de rastrear a que se debe estas tendencias poblacionales y de

identidad, es posible afirmar que el cambio de percepción se habría podido

generar por el cambio de condiciones habitacionales y de dinámicas socio-

comerciales en todo el país. La tendencia en el plano social y comercial vienen

estructuradas bajo las nuevas trasformaciones del sujeto boliviano, un tránsito

visible entre lo que era este sujeto hace unas décadas y lo que es hoy en día y lo

que se pronostica para décadas más adelante puede ser un factor determinante

para entender eso que hemos mencionado en palabras de la doctora Zuazo como

la desindigenizacion.

Es preciso sostener que en el trascurso de casi medio siglo la población boliviana

ha cambiado sus dinámicas sociales al punto de presentar un proceso, tenue pero

constante, de urbanización que año tras año se va afianzando. En el año de 1976

el índice de la población que se encontraba en áreas urbanas se encontraba

alrededor de un 41% de habitantes, treinta años después la población de

bolivianos residentes en el área urbana había crecido a un 66% y, según fuentes

del INE, la cifra presupuestada para el año 2030 se encontrara cerca al 74% de la

población total de los bolivianos.

85

Así pues, es posible evidenciar como desde este comportamiento social se ha

reconfigurado el mapa etnográfico, social, político y económico del país partiendo

de un común denominador el cual es, si se puede decir así, el estancamiento y

reducción de la población rural y por ende de la producción agrícola. De acuerdo

con lo anterior es posible ver las repercusiones que este fenómeno ha traído en el

desarrollo productivo de los campesinos bolivianos reduciendo a pequeños grupos

que se encargan del cultivo de la tierra en condiciones extremadamente difícil.

Así pues, como ya lo habíamos dicho anteriormente, es notorio poder concluir que

el desarrollo de la producción agrícola ha venido siendo remplazada en una gran

manera por los productos alimentarios que son importados desde otras latitudes,

hay que recordar que los mercados de países como Brasil, China, Argentina

Estados unidos representan un 50% de las importaciones que el Estado

boliviano10 y que gran parte es representada en alimentos básicos de la canasta

familiar, así pues el IBCE coloca cifras contundentes frente a los niveles de

importación, recordando de esta manera que, como ya se mencionó líneas atrás,

productos como el trigo y la harina son solamente la punta del iceberg, pues

detrás de estos productos que son entendidos como básicos para la canasta

familiar existe aproximadamente 200 productos alimentarios que, aunque el

Estado boliviano los puede producir, hoy en día no logra abastecer las

necesidades del ciudadano boliviano, en otras palabras, que lo que se ha

entendido por seguridad y, más exactamente, soberanía alimentaria, se encuentra

en duda.

De los alimentos mencionados es preciso sumarle otros productos como

manzanas en donde su importación supera los 17 millones de toneladas con un

valor de 8 millones de dólares, productos como el arroz por un total de 9 mil

toneladas, pescado, yuca, almidón de maíz, cebolla, papa, tomate, leche, lentejas,

etc., sumado a esto no podemos olvidar que dentro de los productos alimenticios

10 Arancel aduanero de importaciones Bolivianas 2014. Ministerio de economía y finanzas públicas-Política

tributaria. Luis Alberto Arce.

86

importados se encuentran los cárnicos (res, pollo y cerdo) que suman un total

aproximado de 600 toneladas y que en dinero significa un gasto de casi 900

millones de dólares. (Instituto nacional de estadística; cuadro nº 1 Bolivia:

importaciones, según grandes categorías económicas)

GRANDES CATEGORÍAS ECONÓMICAS 2012(p) 2013(p) VARIACIÓN11

Valor PORCENTUAL Participación

Porcentual Valor Participación

Porcentual

TOTAL 8.281,04

Alimentos y Bebidas 566,76

Básicos 77,70

Elaborados 489,06

Las anteriores cifras son la fuente contundente que permite confirma lo que los

analistas comerciales y las diferentes entidades y agrupaciones indígenas-

campesinas que se dedican al cultivo de la tierra y que denuncian los perjuicios

que le trae a ellos y al país el estancamiento de la producción agrícola. A la luz de

lo antes mencionado es necesario mencionar la división geográfica, económica,

social y política con la cual se ha caracterizado el Estado de Bolivia, no olvidemos

que la topografía boliviana se encuentra dividida en dos hemisferios muy

diferentes el uno del otro, el primero de ellos y al cual lo habíamos denominado

líneas atrás como el occidente altiplánico o más conocido como la meseta del

Collao o meseta del Titicaca, en este punto confluyen partir de Bolivia, Perú y

Chile, su producción de cultivos como la papa, la quinua y la añawaya son la

base de la economía y subsistencia de los habitantes de esta zona.

En la parte que le corresponde a Bolivia se agrupan los estados nacionales de La

Paz, Oruro, Potosí, Tarija, Chuquisaca y Cochabamba, sin embargo esta

geografía cambia en cierta medida y deja de ser altiplanicie totalmente y se

11 Instituto nacional de estadística; cuadro nº 1 Bolivia: importaciones, según grandes categorías económicas

87

convierte en sectores de valles por la zona del Potosí, parte de Chuquisaca y

Tarija, entre la altiplanicie y el valle se abarca una extensión correspondiente al

41% del territorio boliviano; el restante 59% corresponde a lo que se conoce como

la zona oriental, es decir, lo que comprende la llamada región de los llanos

constituida por parte de la región amazónica, parte del Gran Chaco y la región

platense; gracias a su posición geográfica, esta zona se puede catalogar como la

parte del país con más aprovechamiento de recursos hidrográficos, una

biodiversidad bastante amplia y una extensión de tierras cultivables importante

para la región; la zona del Pando, Beni, Santa Cruz, parte de la paz hacia el norte

y de Cochabamba componen la llanura boliviana. Esta zona representa un factor

determinante en la reconfiguración de la producción agrícola del país, ya que los

llanos bolivianos concentran al día de hoy la producción de monocultivos del país

y en donde el desarrollo de una industria agrícola capitalista ha tomado más

fuerza en los últimos años.

El discurso de la seguridad alimentaria no es novedoso, ha permeado el discurso

político en Bolivia desde ya unos años atrás; la retórica gira en torno a pilares

determinantes como el fortalecimiento económico al campo, políticas garantistas

de lo sostenibilidad de la tierra, el apoyo a los departamentos y los municipios

estatales que componen el territorio boliviano y, sobre todas las cosas, garantizar

que los bolivianos tengan acceso a alimentos comprendiendo que acceso sea

económico y, por ende, accesible para el boliviano, sin olvidar que al ser un país

productor de algunos alimentos, es posible establecer no solamente una política

de seguridad, sonó también de soberanía alimentaria.

3.4.3 SOBERANIA

La lógica que encierra las nuevas dinámicas de producción de alimentos dan a

entender una estructura de consumo la cual sea concordante con lo planteado por

la FAO y la OMC; claro que es de primera necesidad garantizar que exista en

cada uno de los países la garantía de poder mantener una seguridad alimentaria,

88

pues como ya se ha mencionado anteriormente se estima que con toda la

innovación agroindustrial y la acometividad en la especialización y producción de

alimentos cada país puede estimar que el consumo per cápita pueda ser cubierto

por la producción mundial. Sin embargo esto perjudica la posibilidad de

establecerse como un país que tenga una soberanía alimentaria.

En el caso de Bolivia, cada uno de los casi 11 millones de habitantes puede tener

garantizado un suministro vital de alimento apoyado por la política del comer bien

para vivir bien. Sin embargo, es necesario establecer una diferencia sustancial

entre lo que se entiende por seguridad alimentaria y la soberanía alimentaria;

presuponer que un país como el boliviano pueda garantizar que su población no

muera de hambre es totalmente diferente a plantearse que Bolivia tiene la

suficiencia de producir su propio alimento para el consumo de los ciudadanos.

Los lineamientos de lo que se entiende por seguridad alimentaria establecen que

se hace necesario que el gobierno sea consiente que es necesario dar prioridad a

la producción interna de alimentos claves de la base nutricional; pedir soberanía

alimentaria a países en donde sus condiciones geográficas no son aptas para la

agricultura es comprensible, de la misma manera lo es presuponer soberanía

alimentaria a países en los cuales su producción de alimentos tiene como base

unas características geográficas y climatológicas apropiadas para la agricultura, la

ganadería lechera, la ganadería de cárnicos, la producción avícola, entre otras.

Se hace valido en estos momentos problematizar el tema de la seguridad y

soberanía alimentaria en Bolivia desde el análisis conceptual de estos dos

términos, con el fin de poder observar la dimensión de un problema que subyace a

la base del país boliviano y su dependencia alimentaria. Como ya se había

mencionado paginas atrás, la correspondencia que existe entre la relación del

alimentarse bien para vivir bien, describe el proceso con el cual se perfila la nueva

mirada con la cual el Estado-plurinacional boliviano intenta dar la lucha y ratificar

sus esfuerzos por la reivindicación cultural de los pueblos latinoamericanos.

89

Conclusiones

En el recorrido que ha llevado la investigación realizando un análisis teórico-

conceptual de los límites y alcances del Estado plurinacional boliviano, el buen

vivir como eje conceptual del proceso socio-político y el enfoque descolonial que

asume la nueva lectura de las políticas públicas dentro de la reconfiguración

estatal, podemos concluir de acuerdo a las categorías-macro que:

Colonización - descolonización

1-Los procesos colonizadores y coloniales que se llevaron a cabo a lo largo y

ancho de Latinoamérica, marcaron la nueva estructura socio-política del

continente gracias a una violencia tanto física como epistémica en donde se

estructuró, desde un capital simbólico, las nuevas dinámicas identitarias del

sujeto amerindio en torno a la apropiación de modelos socio-políticos

jerarquizados y centralizados. Raza y dominación social se convierten entonces en

los puntos de anclaje de la supremacía occidental en escenarios como el religioso,

el cultural, el antropológico, el político, etc.

2-La noción del buen vivir o sumak kawsay - sumak qamaña posibilita hacer una

lectura diferencial a los procesos, no solamente culturales y epistemológicos, sino

90

al contenido socio-político que estructura el entramado gubernamental de un país

como el boliviano, tomando en cuenta que posibilita un edificio constitucional y una

nueva interpretación de lo que se entiende por Estado en el cual las

características de los ciudadanos del país andino son vistos como sujetos de

derecho constitucional desde una perspectiva diferente al componente del sujeto

occidental y occidentalizado, de esta manera se genera la posibilidad de ampliar el

marco de referencia con el cual legalmente y legítimamente se comprendía a los

bolivianos y su forma de comprender la construcción social desde su propio

pensamiento.

3- El principio de autoreivindicación del pueblo boliviano como respuesta

emancipadora que tiene como base la condición indigenista de los pueblos

Quechua y Aymara desde la perspectiva de su cosmovisión y el concepto del buen

vivir, son la base de deconstrucción social, económica y política de los paradigmas

occidentales establecidos desde los procesos de colonización en América, es así

que se logra establecer una trasformación del Estado hegemónico y

homogenizante entendido dentro de las dinámicas propias de occidente, a un

Estado-plurinacional que dé cuenta de la diversidad de saberes del sujeto

boliviano.

4-Es en los procesos de resistencia indígena-campesinas en la década de los 80's

y 90's que se presentas los primeros síntomas de inconformismo frente a lo

trazado por el Estado hasta ese momento en Bolivia; de igual manera es posible

evidenciar que finalizando el siglo XX estos brotes de inconformismo se hacen

más recurrentes a lo largo del país, es claro evidenciar que uno de los puntos de

quiebre es el censo del año 2001 en el cual se da como resultado un

reconocimiento del sujeto boliviano como un sujeto que no se identifica en un cien

por ciento con el sujeto político establecido desde los cánones socio-político

planteados por el occidente triunfante. Así pues el Estado boliviano, dentro del

marco constitucional y legal que se reconoce así mismo como un Estado-

91

plurinacional, se convierte en pilar determinante en la primera década del siglo

XXI.

Estado benefactor-políticas publicas con enfoque descolonial.

5-El declive del imperio de Carlo Magno y el tránsito que se da entre los proyectos

de los imperios que lo precedieron en occidente y el modelo feudal de principios

del siglo XIII, posicionan al sujeto en una base valorativa en la cual el concepto de

libertad queda atada a las condiciones de la persona que detenta el poder

(Emperadores, reyes, poder señorial, etc.)

La diferencie se centra entonces en la idea de la forma de estar del sujeto en

relación con la o las personas que detenta el control político y social, pues en el

"ciudadano" de la Roma imperial o el campesino de la gleba, era muy difícil

pensar en la posibilidad de entenderlos como sujetos libres y, sin embargo tenían

una garantía; a las personas a las que les servían (Emperador o señor feudal)

tenían, si se puede decir así, una responsabilidad contractual en la cual se le

ofreció algún tipo de beneficio.

El sujeto pos-feudalismo corre el riesgo, dentro de las nuevas dinámicas sociales y

económicas, de ser un sujeto no libre, pero si un sujeto liberado, es decir, en ese

nuevo proceso laboral en el cual ya no hay un emperador o un poder señorial, está

el jefe que deja a su trabajador liberado, es decir, que el sujeto deja de depender

de unas garantías propias de ese contrato garantista de algunos beneficios y se

convierte en una persona que a cambio de un trabajo obtiene capital con el cual el

debe suplir sus propias necesidades. No es un sujeto libre, es un sujeto liberado a

su suerte dentro de unos modelos de producción que lo agotaba como sujeto vital.

6-El Estado de bienestar, como punto de partido para restablecer una

configuración de unidad entre el sujeto, el trabajo y el Estado, se convierte en la

92

génesis de la conformación, construcción y puesta en escena de lo que se

reconoce como políticas públicas y en las cuales se pueda establecer unas

garantías civiles propias de un sujeto de derecho que pertenece a un Estado y la

relación que este sujeto tiene con él.

7-Las garantías de poder que surgen en el desarrollo y puesta en escena de las

políticas públicas como puente que afiance la cercanía entre la sociedad civil y el

Estado, se convierte en el punto de equilibrio para mantener ciertas garantías del

sujeto dentro de las dinámicas socio-políticas. No obstante es necesario entender

que de acuerdo a las necesidades y características de los ciudadanos es que se

promueven y se implementan políticas públicas, es por esta razón que en un país

como Bolivia y su proceso de reivindicación descolonial, sus políticas públicas

enmarcadas dentro del marco constitucional de un Estado-plurinacional, se

preocupan en un gran porcentaje en las necesidades de los bolivianos no

solamente como ciudadanos sino como pueblos culturales que poseen una

tradición ancestral que demanda unas necesidades. Un ejemplo es la política del

comer bien para vivir bien la cual se centra en mantener una soberanía y una

seguridad alimentaria dentro del pueblo boliviano.

Comer bien para vivir bien (política de la soberanía y seguridad alimentaria)

8-Tomando como punto de partida las políticas públicas bolivianas y, más

exactamente la política de la seguridad alimentaria desde un enfoque descolonial,

es posible evidenciar ciertas trasformaciones que se han construido desde el

marco legal constitucional de Estado-plurinacional, con respecto al afán de

reivindicar lo que por años las estructuras coloniales han hecho con los procesos

identitarios del país.

9-Existe una intención de establecer una idea de economía sustentada en la base

común del indígena-campesino boliviano con la cual se pueda garantizar la idea

de la seguridad y soberanía alimentaria que le haga contrapeso y supere con

93

creces los planteamientos de los modelos agroindustriales propios de una

economía alimentaria capitalista, en donde las grandes industrias de alimentos, los

monocultivos y la industria del agrocombustible, convirtieron el derecho del

alimento que sustente una dieta de base para los ciudadanos, en un negocio

monopólico, que es casi lo mismo que decir en un privilegio para pocos.

10-A pesar de los esfuerzos por establecer, desde los procesos descoloniales y el

surgimiento de un Estado-plurinacional, una estructura económica, política y

social del ciudadano boliviano que permita no solamente la reivindicación de un

pueblo sino también una respuesta alternativa a los problemas sociales que hoy

en día atacan al mundo gracias en gran parte del modelo económico vigente, es

posible observar que desde el análisis realizado al impacto de las políticas de

seguridad alimentarias con un enfoque descolonial, los resultados mostrados en el

último capítulo señalan que al día de hoy son mínimos comparados con algunas

mediciones realizadas en otros países de la región.

La producción agrícola del país andino no ha solucionado los problemas de la

brecha social, la demanda de cultivos agroindustriales, aparición de monocultivos,

la producción de agrocombustible y la necesidad de importar alimentos de otros

lugares del mundo demostrando que se pone en riesgo al país.

11-No obstante, no se puede juzgar del todo un proceso de reivindicación social,

cultural y político en el Estado-plurinacional luego de décadas de dominación

occidental en diferentes escenarios y del cual aun Latinoamérica esta permeada.

Es notable y valioso que desde Bolivia se retomó pilares fundentes en la

construcción de organizaciones sociales sostenibles diferentes al modelo en crisis

que hoy permanece vigente y en el cual es el ser humano el peor posicionado. Es

una lucha por erigir discursos desde lo propio, por tomar el timón de lo que se es

como continente y como cultura, de creer que socialmente desde esta orilla del

mundo se puede establecer modelos de sociedad que permitan una armonía para

un buen vivir.

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