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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
CARRERA DE SOCIOLOGÍA
Análisis crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil
en el Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del 2003
TESIS DE INVESTIGACIÓN PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE:
SOCIÓLOGO
TUTOR: Dr. Polo Bonilla Rafael Benigno
Septiembre, 2015
QUITO
AUTOR: Hidalgo Ponce Oscar David
E-mail: [email protected]
II
DEDICATORIA
Dedico este trabajo a mi familia, amigos y compañeros que han apoyado de una u otra
manera a mi formación y me han dado el aliento para continuar con mi preparación
profesional a pesar de las adversidades que demanda haber realizado una carrera
profesional y a la vez trabajar desde que inicié mis estudios.
III
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo no pudo ser posible sin el direccionamiento teórico del Departamento
Ecuménico de Investigaciones DEI que me ayudó a posicionarme críticamente con un
enfoque emancipador y comprometido con la vida. También agradezco a mis
compañeros y amigos, a Tatiana Almeida que me ayudó a estructurar de una mejor
manera el presente trabajo; así como también a mí tutor Rafael Polo que sin su dirección
no hubiera sido posible la rigurosidad teórica que demanda un trabajo crítico. Un
agradecimiento especial a Miriam Limas que con su sensibilidad y visión comprometida
con la vida hizo surgir un enfoque distinto a lo que se piensa debe tener un trabajo.
DECLARATORIA DE ORIGINALIDAD
Quito, septiembre 3 del 2015
Yo, Oscar David Hidalgo Ponce, autor de la investigación con cédula de ciudadanía
No. 1717343279, libre y voluntariamente DECLARO, que el trabajo de Grado
titulado: "Análisis crítico de las políticas públicas para laerradicación del Trabajo
Infantil en el Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia
del 2003", es de mi plena autoría original y no constituye plagio o copia alguna,
constituyéndose en documento único, como mandan losprincipios de la investigación
científica, de ser comprobado lo contrario me someto a las disposiciones legales
pertinentes.
Es todo cuanto puedo decir en honor a la verdad.
Atentamente,
Oscar David Hidalgo Ponce
C.I. 1717343279
Correo: [email protected]
IV
AUTORIZACIÓN DE LA AUTORÍA INTELECTUAL
Yo, Oscar David Hidalgo Ponce en calidad de autora de la investigación realizada sobre
" Análisis crítico de las políticas públicas para laerradicación del Trabajo Infantil
en el Ecuador, a partir de la vigencia del Código d e la Niñez yAdolescencia
del 2003", por la presente autorizo a la Universidad Central del Ecuador, hacer uso de
todos los contenidos que me pertenecen o de parte de los que contienen esta obra,
con fines estrictamente académicos o de investigación.
Los derechos que como autor me corresponden, con excepción de la presente
autorización, seguirán vigentes a mi favor, de conformidad con lo establecido en los
artículos 5.6.8; 19 y demás pertinentes de la Ley de Propiedad Intelectual y su
Reglamento.
Quito, a 18 de agosto del 2015.
FIRMA ______________________
C.C 1717343279
V
VI
APROBACIÓN DEL TUTOR
Yo, PhD Rafael Polo Bonilla, en calidad de tutor del trabajo de titulación: “Análisis
crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil en el
Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del 2003”,
elaborado por Oscar David Hidalgo Ponce estudiante de la Facultad de Jurisprudencia,
Ciencias Políticas y Sociales, Carrera de Sociología.
VII
APROBACIÓN DEL JURADO
Los miembros del Jurado Examinador aprueban el informe de titulación: “Análisis
crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil en el
Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del 2003”.
Para constancia firman:
PRESIDENTE VOCAL
VOCAL
ÍNDICE DE CONTENIDOS
DEDICATORIA .......................................................................................................... II
AGRADECIMIENTOS .............................................................................................. IIIDECLARATORIA DE ORIGINALIDAD .................................................................. IV
AUTORIZACIÓN DE LA AUTORÍA INTELECTUAL ............................................. VAPROBACIÓN DEL TUTOR .................................................................................... VI
ABSTRACT .............................................................................................................. ...XIII
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 1
CAPÍTULO I ................................................................................................................ 5
MARCO TEÓRICO - CONCEPTUAL DEL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS
PÚBLICAS PARA LA ERRADICACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL EN EL
ECUADOR ................................................................................................................... 5
Diferentes concepciones teóricas acerca del Trabajo Infantil. .................................... 5
Interpretación Económica ...................................................................................... 6
Interpretación Filosófica ........................................................................................ 8
Principales corrientes para el abordaje del Trabajo Infantil como problemática social
............................................................................................................................... 12
Corriente abolicionista ........................................................................................ 13
Corriente “permisiva” ......................................................................................... 14
Evolución histórica de la concepción del Trabajo Infantil ........................................ 18
Definición de la política pública y su vinculación con la temática de Trabajo Infantil
............................................................................................................................... 30
Análisis de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil a través
de otras concepciones teóricas. ............................................................................ 33
Elementos de la modernidad que nos ayudan a entender los preceptos vigentes en
contra del Trabajo Infantil ................................................................................... 42
Entender la decolonialidad para redefinir la política pública. ............................... 45
Metodología de Investigación ................................................................................. 48
RESUMEN EJECUTIVO............................................................................................... XII
ÌNDICE DE GRÀFICOS........................................................................................... ...XIII
ÌNDICE DE TABLAS.... ............................................................................................... XII
APROBACIÓN DEL JURADO ................................................................................. VII
ÍNDICE DE CONTENIDOS..... ................................................................................... VIII
IX
SITUACIÓN ACTUAL DEL TRABAJO INFANTIL EN EL ECUADOR.
PRINCIPALES POLÍTICAS PÚBLICAS ENFOCADAS A SU ERRADICACIÓN ... 53
Situación del Trabajo Infantil en el Ecuador ............................................................ 54
Política pública para la erradicación del Trabajo Infantil en Ecuador ....................... 63
CAPÍTULO III ........................................................................................................... 74
ANÁLISIS CRÍTICO DE LAS POLÍTICAS PARA LA ERRADICACIÓN DEL
TRABAJO INFANTIL EN EL ECUADOR COMO ELEMENTO QUE
RETROALIMENTA LA POLÍTICA ACTUAL .........................................................
74
1. Causas .............................................................................................................. 74
2. Efectos del Trabajo Infantil .............................................................................. 83
3. Concepciones del Trabajo Infantil .................................................................... 86
4. Visión de la niñez ............................................................................................. 88
5. Soluciones ........................................................................................................ 90
CONCLUSIONES ...................................................................................................... 93
BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................ 96
74
Análisis de contenido: Resultado del análisis de los planes, proyectos y marcos
jurídicos más relevantes ..........................................................................................
CAPÍTULO II ............................................................................................................. 53
X
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1 Periodos históricos sobre el proceso de socialización de los niños .................. 20
Tabla 2 Distribución de niños trabajadores por quintil de pobreza ............................... 56
Tabla 3 Motivos por los que los niños trabajan ............................................................ 61
Tabla 4 Estimaciones regionales de niños económicamente activos entre 5 y 14 años de
edad en el año 2000 .................................................................................................... 78
ÍNDICE DE GRÁFICOS
Gráfico 1 Comparación de la incidencia del Trabajo Infantil por grupo de edad
ENEMDUR 2009 - ENTI 2012 ................................................................................... 55
Gráfico 2 Correlación del trabajo infantil y pobreza desde el 2006 hasta 2012 ............ 58
Gráfico 3 Porcentaje de Trabajo Infantil según rama ................................................... 62
XI
XII
RESUMEN EJECUTIVO
Análisis crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil
en el Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del
2003
En el Ecuador estamos atravesando un proceso de recuperación del Estado, el cual permite tener
la capacidad de construir políticas públicas en todos los ámbitos, especialmente en el área
social. Este proceso conlleva una recuperación y mejoramiento de los servicios sociales para los
niños, niñas y adolescentes del país. Dicho proceso ha logrado disminuir el Trabajo Infantil, sin
embargo, los esfuerzos que pueden ser plausibles en infraestructura y ampliación de servicios no
son suficientes para solucionar una problemática multicausal como es el Trabajo Infantil. Los
modelos de atención también se tienen que actualizar y renovar, para no estar anclados a las
promesas fracasadas del desarrollismo. Por lo cual, esta investigación plantea una crítica a los
enunciados hegemónicos en contra del Trabajo Infantil, para ser replanteados desde nuestro
contexto, donde los principios sean la solidaridad y otra visión que la del desarrollo. Este nuevo
enfoque debe visibilizar otras concepciones que han sido desechadas de una forma colonialista
por los organismos internacionales, determinando que son una continuidad a los preceptos de la
modernidad-capitalista, que reproduce valores individualistas del capitalismo, y exacerba la
moral burguesa.
Palabras claves:
1. TRABAJO INFANTIL
2. ANÁLISIS CRÍTICO
3. POLÍTICA PÚBLICA
4. NIÑEZ
5. POLÍTICA SOCIAL
ABSTRACT
Critical analysis of Ecuador`s Public Policies for Child Labor Eradication since the
implementation of the Childhood and Teenager Code of 2003
Ecuador is going through a process for the recovery of the State, which allows it to have the
capability to build public policies for all the sectors, especially the social sector. This process
recovered and improved the social services for children and teenagers. Moreover, such a
process has made it possible to diminish child labour. However, efforts that may seem plausible
in what concerns infrastructure and increase of services, are not enough to provide solutions for
a problem that has multiple causes, such as child labour. The models of attention also need to
be updated and renewed so that we are not stuck with developmental fake promises. For that
reason, this research proposes to critic the hegemonic statements against child labour, in order
to propose new ones from within our context and whose principles are solidarity and collective
development. This new approach will acknowledge other conceptions that have been
disregarded by the international organizations due to their colonial perspective that determines
that they perpetuate the precepts of modernism and capitalism, that is, they reproduce the
individualistic values of capitalism and exacerbate bourgeois’ morality.
Key words:
1. CHILD LABOUR
2. CRITICAL ANALYSIS
3. PUBLIC POLICY
4. CHILDHOOD
5. SOCIAL POLICY
1
INTRODUCCIÓN
La presente investigación analiza desde una postura crítica los argumentos utilizados
para la construcción de la política pública en contra del Trabajo Infantil en el Ecuador, a
partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia aprobado en el 2003.
Mi motivación de indagar los argumentos para erradicar el Trabajo Infantil se debe a
que existen discrepancias y cuestionamientos a los postulados en contra de esta
problemática histórica que afecta a toda la región. La crítica parte de que los
fundamentos utilizados para erradicar el Trabajo Infantil no son pertinentes para una
sociedad cultural y económicamente heterogénea como la nuestra, la mayoría de sus
planteamientos están basados en efectos deterministas y modelos eurocéntricos.
Las organizaciones internacionales, fundaciones e instituciones gubernamentales,
adoptan las causas y efectos de otros modelos sin ningún proceso de vinculación con
nuestra realidad. Como consecuencia de la falta de pertinencia y poca criticidad con la
realidad, se pierde la capacidad de análisis y nos empujan a creer en las promesas
desarrollistas, como única alternativa.
Un ejemplo de lo expuesto es la poca crítica a las posturas oficiales para erradicar el
Trabajo Infantil en nuestro país. Estas se han enmarcado en denunciar e interpelar lo
que el Estado hace o deja de hacer con respecto a la oferta de servicios sociales, al
contrario de países como Perú y Bolivia que han avanzado hacia discusiones más
profundas sobre los principios y postulados que utilizan para la erradicación del Trabajo
Infantil, que van más allá de mitigar los efectos de un sistema injusto sino de nuevas
concepciones y formas de desarrollo.
En este contexto, es preciso revisar otras perspectivas que contribuyan a tener una
mirada diferente a la problemática, utilizando un enfoque crítico que coadyuve a
plantear soluciones alternativas, que no sean excluyentes con nuestra realidad o
reproduzcan sistemas desiguales o lo justifiquen con modelos que responden a una
lógica desarrollista y eurocéntrica.
2
No obstante, hay que reconocer la existencia de posiciones críticas que han cuestionado
los preceptos hegemónicos, pero han sido invisibilizadas arbitrariamente por ser
consideradas fuera del marco institucional planteados por los organismos multilaterales.
La mayoría de postulados alternativos provienen de organizaciones sociales de la
periferia, por lo que son rechazados y desvalorizados, por los organismos
internacionales y su discurso hegemónico.
Los postulados aplicados –por recomendación de los organismos internacionales– hasta
la actualidad no han contribuido a solucionar las desigualdades y discriminación
estructural del sistema inequitativo y racista.
Dichos postulados se encuentran en los diferentes planes, proyectos y normativa, es
decir, en la política pública, ya que es el medio que utiliza el Estado para operativizar
los postulados y doctrinas. Estos aparentan neutralidad, sin embargo, existen propósitos
culturales y políticos colonizadores y desarrollistas entre sus argumentos, que lo único
que persiguen es resolver la pregunta: ¿Qué hacer con los pobres?, insinuando que los
problemas responden a temas individuales más no estructurales, ya que entiende al
individuo como un ser aislado sin capacidad histórica, inmovilizado que no puede
resolver su situación.
Esta posición anula la posibilidad de mirar una alternativa estructural, además, podemos
añadir que gran parte de las premisas que sustentan la política pública se ocultan sobre
formas humanistas, pero como plantea Bourdieu en su texto “La Fuerza del Derecho”,
los derechos en ocasiones se convierten en mecanismos que utiliza la clase hegemónica
para conservar sus privilegios y no reflejan el humanismo que dicen predicar.
La visión individualista y aislada de la estructura pretende aislar las causas estructurales
del capitalismo y la modernidad. En este contexto, nos podemos preguntar, si la política
pública referente a la erradicación del Trabajo Infantil considera estas premisas o, si
están favoreciendo al modelo que mantiene el status-quo de desigualdad y dominio. Por
lo cual, es imperativo tener otra mirada y una posición ética en contra de cualquier
forma de explotación y opresión.
3
La metodología para analizar la política pública fue exclusivamente cualitativa, las
técnicas utilizadas se basaron en el análisis de contenido de diferentes documentos,
entre ellos: planes, proyectos e investigaciones oficiales que han servido para su
construcción. El análisis identifica 5 componentes argumentales, que sirven para
delimitar la búsqueda de las premisas, posteriormente fueron extrayéndose las
preposiciones que coincidían con los componente para ser contrastados a través de un
proceso de cualificación entre los postulados hegemónicos y alternativos.
El objetivo principal es analizar la política pública para la erradicación del Trabajo
Infantil en el Ecuador desde una perspectiva crítica y contribuir a la elaboración de una
propuesta plural y contextualizada. Demostrar que los postulados de la política pública
para la erradicación del Trabajo Infantil responden a una razón metonímica, según el
concepto que utiliza Boaventura de Sousa Santos (2010), que define a ésta como la
única forma de racionalidad y por ende, no permite el descubrimiento de otras formas
de pensar.
El fundamento teórico se basa en los trabajos de Boaventura de Sousa Santos, en el
marco de la sociología de las ausencias y emergencias, que plantea desconfiar de las
respuestas dadas por Europa a los múltiples problemas sociales, y exhorta a replantear
las respuestas desde nuestro contexto, para no estar sometidos a los dictámenes del
centro hegemónico.
Otro referente en esta investigación es Bolívar Echeverría (2011), que permitió entender
el alcance cultural y social que tiene la modernidad capitalista en nuestra sociedad, y
deconstruir los enunciados desarrollistas utilizados en la política pública desde la
perspectiva del discurso crítico.
Desde estas dos perspectivas teóricas que abordan la modernidad capitalista como
estructuras que determinan los procesos sociales, se relacionó el fenómeno del Trabajo
Infantil y las políticas públicas. El análisis del Trabajo Infantil y sus políticas permite
entender la problemática desde una estructura establecida y plantea otra posibilidad
desde una postura crítica que no se conforma con lo establecido por la modernidad.
4
Durante todo el trabajo se hace referencia histórica sobre la concepción moderna de
infancia y la definición de Trabajo Infantil, con el apoyo del texto de “Arqueología de la
escuela” de Julia Valera y Fernando Álvarez-Úria. Concomitantemente se desarrolla el
concepto de dos corrientes –con sus antecedentes históricos– que abordan el Trabajo
Infantil. Las dos corrientes planteadas, que sostienen el posicionamiento frente a la
problemática fueron, la abolicionista y la permisiva.
En el segundo capítulo se contextualiza la problemática con cifras oficiales, rebatiendo
la metodología utilizada para establecer causalidad entre los preceptos hegemónicos de
los organismos internacionales. En la parte final, se plantea la construcción de un nuevo
esquema para entender la problemática del Trabajo Infantil, ya que los actuales esquemas
para entender lo que está pasando no tienen las respuestas suficientes para erradicar por
completo el Trabajo Infantil.
5
CAPÍTULO I
MARCO TEÓRICO - CONCEPTUAL DEL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS
PÚBLICAS PARA LA ERRADICACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL EN EL
ECUADOR
Diferentes concepciones teóricas acerca del Trabajo Infantil.
El Trabajo Infantil en la actualidad es una problemática social, económica y cultural,
que viven millones de niños, niñas y adolescentes1 alrededor del mundo, y que ha sido
concebida desde una visión simplemente moralista. Para trascender de esta imagen
construida debemos realizar un mayor análisis del que le estamos dando a la
problemática. Para lo cual, es necesario definir lo que se entiende por Trabajo Infantil
considerando los diferentes momentos históricos que han contribuido hasta su
definición actual. Reconociendo que es la sociedad quien define que es Trabajo Infantil
según el momento socio-histórico.
Las primeras percepciones sobre Trabajo Infantil surgen en Europa durante la
industrialización, este hecho marco un estigma hasta la actualidad debido a las difíciles
condiciones en las que los niños, niñas trabajaban. Se podían encontrar niños, niñas de 7
y 8 años realizando tareas muy riesgosas y pesadas para su edad. Sin embargo, no en
todas las sociedades hubo el mismo proceso, ni tampoco las condiciones en las que se
desarrollaba, como vemos es un hecho meramente Europeo.
La relativización histórica de la concepción del Trabajo Infantil ha generado
dificultades para construir una definición clara sobre algunos aspectos tales como, si el
trabajo en sí mismo es perjudicial para los niños, niñas en condiciones distintas a las que
ofrecía la industrialización. Por ejemplo, en la sociedad andina que tiene una
cosmovisión diferente a la europea, el trabajo se desarrolla en condiciones y
características totalmente distintas, por lo cual debemos medir con otros parámetros.
Esto demuestra que la concepción del Trabajo Infantil se ha ido construyendo y se 1 El concepto de niño que estoy considerando es a toda la etapa hasta la adultez para no mencionar niños niñas y adolescentes, ya que legalmente en Ecuador la edad cronológica de niño se entiende de conformidad al artículo 4 del Código de la Niñez y Adolescencia, se considera niños y niñas a las personas que no han cumplido 12 años de edad y adolescentes a las personas entre 12 y 18 años de edad (SENPLADES, 2013).
6
puede transformar dependiendo de lo que se considera política y culturalmente
aceptable en una sociedad. No obstante, desde concepciones hegemónicas, la definición
del Trabajo Infantil ha sido estática y se ha naturalizado desde la concepción europea.
La mayoría de trabajos acerca del tema no tienen una perspectiva socio-histórica, lo que
ha causado que la percepción acerca del Trabajo Infantil se juzguen a través de nociones
morales de un tiempo remoto, desde una concepción preconcebida y no en hechos
construidos de carácter sociológico e histórico.
Para no reproducir el problema expuesto sobre cómo se plantea la problemática del
trabajo infantil, en este capítulo se realizará un análisis sobre el proceso que ha marcado
la narrativa actual sobre la concepción del Trabajo Infantil, que a mi parecer podemos
dividirla en dos campos para comprender mejor: Uno económico y otro filosófico,
siguiendo la idea de Manfred Liebel.
Algunas personas ven el Trabajo Infantil más bien bajo el aspecto de
la economía nacional, otras, más bien desde el punto de vista de la
economía de sobreviviencia. Algunos lo perciben bajo el aspecto de la
"modernización" o "civilización" de sociedades supuestamente
atrasadas, otras, más desde el punto de vista de su importancia para el
desarrollo individual, la libertad personal o la posición social de los
niños y niñas en la sociedad. Y dependiendo del punto de vista
predominante, se eligen diferentes criterios para delimitar el Trabajo
Infantil de otras actividades y para valorarlo específicamente (Liebel,
2013, pág. 61).
Es importante considerar que la visión que se tiene del Trabajo Infantil depende de los
diferentes campos. Cada campo constituye un punto de vista según el orden social
establecido.
Interpretación Económica
Según la descripción que hace Manfred Liebel sobre la definición que realizan del
Trabajo Infantil en el plano económico, está asociada a las actividades que realizan los
niños, niñas en el campo productivo, que generan algún valor económico, es decir, solo
7
se toma en cuenta el Trabajo Infantil cuando se ha mercantilizado. Con el mismo
enfoque, se califican los efectos del Trabajo Infantil según los ingresos económicos o
las ganancias futuras que producirían un niño cuando sea adulto.
La definición del Trabajo Infantil desde el enfoque económico es la que tiene mayor
influencia en la percepción negativa sobre el Trabajo Infantil, convierte a los niños,
niñas en víctimas y responsables del empeoramiento de las condiciones de vida de la
familia (Liebel, 2013).
La definición que se adapta a la visión economicista la plantea la Organización
Internacional del Trabajo-(OIT), que señala lo siguiente:
El Trabajo Infantil es toda actividad productiva o reproductiva
realizada por los niños o niñas de 5 a 14 años de edad; para el caso de
los jóvenes de 15 a 17 años de edad, se entiende por Trabajo Infantil a
toda actividad laboral en los siguientes casos: que no permite el
acceso a la escuela o colegio del niño o niña; o que sobrepase las 30
horas semanales; o que se realice en una actividad riesgosa (Ponce &
Falconí, 2011).
La OIT al ver que ésta definición es muy general y puede emplearse para asociar como
explotación a todo tipo de trabajo, se vio en la necesidad de hacer un análisis que separe
los dos conceptos. Estableció una diferencia entre peores formas de Trabajo Infantil que
no son permitidas en ninguna circunstancia y las tolerables que puede realizar un niño o
adolescente.
Las peores formas de trabajo son las actividades que históricamente se han relacionado
con la industrialización y las formas de esclavitud, que han tenido consecuencias
negativas en el desarrollo físico, social y cultural del niño.
A modo de conclusión, se puede deducir que para la concepción economicista del
trabajo infantil lo que interesa son las condiciones productivas y la reproducción
material de los individuos, por ende la supervivencia de la mano de obra de los
trabajadores. En este sentido, las mediciones económicas de los efectos del trabajo
infantil toman el nivel de productividad que se pierde si el trabajo realiza un individuo
8
no calificado, asociando las pérdidas económicas. El discurso de representar los costos-
beneficios ha sido de mucha utilidad para implantar una concepción en contra del
Trabajo Infantil.
En muchas sociedades el Trabajo Infantil, desde el punto de vista occidental, es
considerado un indicador de “subdesarrollo”, que permanece en las clases desposeídas y
marginadas (Liebel, 2013). El discurso economicista presupone que el Trabajo Infantil
es un obstáculo para el desarrollo y vestigio de subdesarrollo.
En este sentido, la educación se vuelve conveniente si la vemos como la mejora de las
capacidades para ser más productivos. Esta visión instrumental se puede leer entre
líneas de los discursos en los organismos internacionales y multinacionales para
justificar la erradicación del Trabajo Infantil. Eduardo Bustelo, manifiesta que el
enfoque economicista es la versión más utilitarista y más pérfida. Es la lógica del capital
que ahora se hace humana, no nos interesa en realidad el bienestar humano sino cuanto
puede producir (2010).
Interpretación Filosófica
En el campo filosófico, la concepción del Trabajo Infantil se desarrolla a partir de la
idea de sujeto moderno, que supone que el individuo puede constituirse por sí mismo en
sujeto, siempre y cuando esté de por medio un proceso de formación en valores y
control. Este concepto traducido a los niños, niñas se puede reducir a la palabra
heteronomía que significa estar sujeto a un poder que impide el desarrollo autónomo, en
otras palabras estar supervisado. Camilo Bácares Jara especialista en temas sobre
infancia hace una referencia específica sobre la concepción de infancia y señala que:
El niño es entendido como un ser en formación, vacío de conciencia y
de autonomía (…) En tal medida alcanzar una inteligencia formal y
operacional significa desarrollar una inteligencia adulta. Ser niño,
palabras más, palabras menos significa tener una razón inferior
(Cácares Jara, 2012).
9
Como consecuencia del peso que se asigna a la constitución del sujeto en la
modernidad, la sociedad se preocupa sobre el tipo de subjetividad que estamos
construyendo en los niños, niñas.
Rousseau fue el primer filosofo que se preocupó de este problema en el siglo XIX,
interesándose sobre qué tipo de subjetividad que la sociedad construye en los
individuos, partiendo de la premisa de que el niño es bueno por naturaleza, por lo cual,
debe ser protegido y educado moralmente para que sea útil al interés común.
La tarea de educar es de los adultos como seres formados, por lo cual deben transferir su
identidad hacia los niños, niñas, sin reconocer en estos la capacidad para producir su
propia subjetividad y así construir su identidad, esta interpretación, significó entender al
niño con un vacío moral, sin la capacidad de autorepresentarse. Este panorama bosqueja
a un niño, niña separado de la comunidad, por ende sin el poder de incidir en su historia
y en otras palabras sin su ser político. Al contrario, en las sociedades tradicionales “en
las que el individuo es indiscernible con la comunidad, se reconoce en la comunidad
que lo recibe, y en ella comparte y crea identidad, lenguaje, usos y costumbres, cultura
(Le Breton, 1990, pág. 22). En la concepción moderna somos seres individuales y
vulnerables frente a la sociedad.
Se reconoce al niño como un individuo particular ubicado en un momento de la vida
que necesita que se interesen por él, cuando Rousseau señala que, “el niño no es un
hombre pequeño, la infancia tiene sus formas de ver, de pensar y de sentir y que nada es
más insensato que querer surtirle por la nuestra” (Rousseau, 1991 pág. 56 citado en
Cácares Jara, 2012, pág. 77).
Rousseau se interesa en el recorrido que hace el niño, niña hacía la vida adulta, lo ve
como un individuo con intereses propios dependiendo de la edad cronológica y que van
adquiriendo la posibilidad de autodeterminación como sujeto a medida que crecen. Se
establece una diferencia intergeneracional basada en la edad para dividir el mundo de la
infancia con el mundo adulto. Estos dos mundos no puede ser iguales, solo a medida
que el niño, niña crece se asignan responsabilidades y derechos que “se va
constituyendo como parte de la construcción del individuo, estos derechos serán
individuales hasta llegar a una edad cronológica para poder ejercerlos por completo”
10
(Bustelo, 2010, pág. 53). En este sentido, hay que considerar lo que plantea Julia Valera
y Fernando Álvarez que, “el reconocimiento de derechos en los niños, niñas se debió a
la aplicación de toda una ortopedia moral sobre el alma y el cuerpo” (1991, pág. 19),
que establece lo que se puede o no hacer según lo ideológicamente establecido.
La tutela es un requisito por el que tiene que pasar los niños, niñas para integrarse
paulatinamente a la sociedad. En la modernidad esta tarea tienen los profesores, estos
son los que tienen la misión de guiarles en su evolución. A través de la educación, el
objetivo es corregir y ocupar el tiempo de los niños, niñas. Así lo señala Pedraza
Gómez, quien plantea que “la universalización de la educación formal, es decir, la
educación escolar como recurso fundamental para la socialización y el empleo del uso
del tiempo del niño” (Pedraza Gómez, 2015, pág. 81). El fin es enseñarle a interactuar
en sociedad pero en la adultez, por ende, se justifica la permanencia de las instituciones
de educación como un espacio de transición obligatorio.
En resumen, la concepción moderna de infancia imagina al niño como un sujeto siempre
y cuando este bajo la tutela de la sociedad, mediada por la familia, la escuela u otros
medios legítimos.
La idea nuclear es que este grupo de población está formado por seres
humanos fundamentalmente distintos e inferiores a los adultos, los
aún-no. Colectivamente no es pensable que puedan ser “iguales a los
adultos” en muchas cosas, por tanto, que puedan tener los mismos
derechos. Buena parte del valor social de la infancia está en el futuro:
son los futuros adultos, los futuros ciudadanos, nuestra sociedad del
futuro (moratoria social). No resulta, pues, fácil, pensarlos como
ciudadanos del presente. El presente de la infancia pertenece a la vida
privada, y no debe involucrar intervenciones públicas más que en
casos extremos. Nuestros niños y niñas se entiende que son los de
nuestro entorno privado, no los de nuestra sociedad (Ferrán, 2006,
pág. 40).
La preocupación de la educación al estilo rousseauniana favorece a los grupos
hegemónicos ya que si se integra la condición de clase sobre la diferencia del otros; no
todos los niños, niñas deben ser educados de la misma manera ya que sus condiciones
11
de vulnerabilidad son distintas, no todos necesitan el mismo grado de protección como
los niños, niñas de las clases populares.
De ahí que la sociedad se esfuerza en diferenciar que valores tiene que desarrollar un
niño dependiendo de su posición social, que en el caso del niño trabajador está pensado
desde su situación de pobreza. El imaginario social del niño pobre está rodeado de
prejuicios, debido al racismo y a la discriminación social que está asociado a la
colonización. El “otro” no puede construirse como igual, tienen que estar sujeto a una
clasificación de inferioridad, a un estadio de sin razón para imponerse y justificar su
dominación.
En este sentido de exclusión, se ve la definición del Trabajo Infantil que suele ser
definida como una forma que priva a los niños, niñas y adolescentes de su infancia, su
potencial y su dignidad, por ser nociva para su desarrollo físico y mental (Organización
Internacional del Trabajo -OIT, 2004). Esta definición trae consigo además todo un
respaldo discursivo acerca de la necesidad de erradicar el Trabajo Infantil.
Esta concepción está representada hoy en día en la Convención de los Derechos del
Niño (CDN) que fue aprobada como parte del tratado internacional de derechos
humanos por la comunidad internacional el 20 de noviembre de 1989. El Ecuador la
ratificó el 23 de marzo de 1990. Todas los Estados estrictamente deben enmarcarse en
los principios establecidos en la CDN. “La adherencia mundial a este convenio ilustra el
alcance del acuerdo oficial sobre la percepción actual de la infancia” (Pedraza Gómez,
2015, pág. 81).
Esta no es la única idea sobre infancia. Los avances del post-estructuralismo ayudaron a
refutar esta definición naturalista, con la premisa de que los conceptos sociales son una
construcción que establece cada sociedad en un momento histórico determinado de
lucha política. El concepto de infancia se vio beneficiado con esta corriente, los
diferentes trabajos especializados en infancia comenzaron a considerar que la definición
sobre infancia es resultado de un proceso social que involucra relaciones de poder.
Hay que reconocer que la infancia es más que algo asible y estático,
corresponde a las dimensiones de la representatividad social y de la
12
estructura social. Es decir, la infancia, primeramente es todo aquello
que cada sociedad, en un momento histórico dado, concibe y dice que
es la infancia (Casas Ferrán. 2006, pág. 29 citado en Cácares Jara,
2012, pág. 40)
Lo que reconoce Ferrán sobre la definición de infancia se complementa con la
interpretación de Julia Valera y Fernando Álvarez-Úria. Esta no puede ser estática ni
universal sino dialéctica, entre un mundo de relaciones sociales que disputan diferentes
visiones de lo que se tiene que entender por niñez.
La categoría de infancia es una representación colectiva producto de
formas de cooperación entre los grupos sociales y también, de pugnas
de relaciones de fuerzas, de estrategias de dominio destinadas hacer
triunfar como si se tratara única legítimas, las formas de clasificación
de los grupos sociales que aspiraban a la hegemonía social (Varela &
Alvarez-Úria, 1991, pág. 82).
Esta visión sostiene que la identidad del niño es construida según lo cultural y
políticamente determinado por la clase dominante.
Principales corrientes para el abordaje del Trabajo Infantil como problemática
social
Analizar las concepciones del Trabajo Infantil desde el enfoque de campos, nos ayuda a
entender las diferentes contraposiciones sobre Trabajo Infantil en un sentido más
amplio. Ya que, a partir de las diferencias y contradicciones que existen al interior de
los campos se despliegan distintas concepciones. Como plantea Manfred Liebel,
depende del punto de vista predominante para delimitar el Trabajo Infantil valorarlo
específicamente, “cualquier definición de Trabajo Infantil implica ciertas decisiones
previas y reflejas determinados intereses” (Liebel, 2013, pág. 62).
Existen dos corrientes que son excluyentes entre sí para abordar el Trabajo Infantil y se
relacionan con los campos, es la “permisiva” y la abolicionista. Cada una tiene sus
propios argumentos y actores que la defienden.
13
Corriente abolicionista
El Trabajo Infantil ha sido relacionado directamente con la explotación laboral del
capitalismo temprano que se produjo en Europa, época en el cual los infantes trabajaban
en actividades riesgosas inadecuadas para su edad. A partir de este hecho, la corriente
abolicionista instituye una relación directa entre Trabajo Infantil y explotación, que crea
forzosamente la necesidad de abolirla por la connotación moral que conlleva,
legitimando así el discurso en contra del Trabajo Infantil y rechazando cualquier tipo de
actividad laboral para los niños, por considerarla nociva para el desarrollo de la
infancia. Esta posición es defendida por diferentes campos del conocimiento, que van
desde las ciencias económicas, médicas, psicológicas.
Diferentes autores coinciden en decir que es más útil concebir las situaciones de Trabajo
Infantil como un elemento continuo, caracterizado por influencias perjudiciales que
beneficiosas (Bourdillon, 2010). Esto se puede explicar ya que como se describió en el
enfoque filosófico, la propia categoría de niño está definida como la “otraedad” que
debe ser corregida y adecua a los ideales que se tiene sobre un niño burgués. Los
valores trasmitidos al niño deben ser los de la clase hegemónica, valores en los cuales el
trabajo no predomina, solo la educación y el juego, y de acuerdo al pensamiento
abolicionista es imperativo universalizarlos sin considerar el contexto social ni las
condiciones sociohistóricas.
Como vemos todos los discursos se direccionan para construir una estructura en contra
del Trabajo Infantil. No obstante es necesario posicionarnos y contextualizar que la idea
del Trabajo Infantil como explotación viene de Europa como lo señala Manfred Liebel
experto en temas de infancia que tiene una postura crítica hacia los postulados de la OIT
sobre Trabajo Infantil, señala:
Que las medidas contra el Trabajo Infantil que nosotros exigimos, se
basan en un concepto y en un modelo cultural de infancia, que ha
surgido en Europa bajo condiciones históricas bien determinadas, que
no pueden ser transferidas sin más ni más a otras sociedades y culturas
(Liebel, 2013, pág. 8).
14
Como resultado a la posición abolicionista que ha sido consensuada con los Estados a
través de los convencidos internacionales, son las Organización Internacional del
Trabajo (OIT) y las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los organismos que
difunden y promueven la concepción del Trabajo Infantil como problemática y
promueven políticas públicas que se concentra en la regulación y control, para mantener
lejos a los niños, niñas del mercado de trabajo, hasta que alcancen determinada edad, a
fin de protegerles de la explotación, partiendo de la premisa que el Trabajo Infantil es
pernicioso (Bourdillon, 2010).
La corriente abolicionista se sustenta para definir sus argumentos en la CDN el cual
indica, “se reconoce el derecho del niño a la protección contra la explotación económica
y la realización de trabajos que puedan ser peligrosos, entorpecer su educación o afectar
su salud o desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social “ (Legendre, 2006).
Los tratados internacionales firmados por Ecuador recoge la misma posición. La
legislación nacional define como Trabajo Infantil a la participación de niños, niñas y
adolescentes que no han cumplido 15 años, o 18 años en caso de trabajos peligrosos, en
toda actividad remunerada o no, que por su naturaleza (el tipo de actividad que realiza)
o por las condiciones en que se lleva a cabo, pueda dañar su salud, su seguridad o su
moralidad, privándoles de su niñez, su potencial y su dignidad, afectando su desarrollo
físico y psicológico (Código de la Niñez y Adolescencia, 1999).
En vista de que es una definición amplia, se creó una definición más específica, que se
denominó “Trabajo Infantil peligroso” . Estas son las actividades que ponen en riesgo la
vida y el normal desarrollo de las niñas, niños y adolescentes.
Es en este contexto de políticas públicas y definiciones de Trabajo Infantil pernicioso no
se puede pesar en tener otro sentido que no sea socialmente perjudicial y moralmente
señalado.
Corriente “permisiva”
La historia del mundo demuestra que es en la sociedad occidental eurocéntrica la única
sociedad que alcanzado las condiciones culturales y económicas para que los niños,
niñas no trabajen, en otras partes existe una diferencia diametralmente opuesta,
15
encontramos niños, niñas trabajando en todos los países del mundo llamados
subdesarrollados, y peor aún, si evaluamos rigurosamente desde el concepto general que
se tiene de Trabajo Infantil, podríamos encontrar en otros países más. La crítica se
plantea en este sentido, una zona con condiciones socioculturales y económicas y otras
no, ya que las condiciones europeas no se pueden reproducir y si lo hacen es negando
una realidad heterogénea.
La política ‘anti-Trabajo Infantil’ se fundamenta en un concepto de
infancia eurocéntrica entendido en el sentido de la mejor forma y
forma más desarrollada de infancia ‘moderna’. Se la ve como el punto
final de una evolución que ha partido de Europa y que ahora debe
perfeccionarse en el ‘resto del mundo (Hall, 1992 citando en
ProNATs, 2013).
Reconociendo una realidad del mundo heterogéneo, la corriente permisiva ve al Trabajo
Infantil como positivo al interior de una cultura que reconoce al Trabajo Infantil parte
del proceso de socialización del niño, ya que es tomado en cuenta como un factor de
aprendizaje, siempre y cuando se lo haga en condiciones dignas, que fomenten valores
como, la responsabilidad y la participación política en contra de cualquier forma de
dominio social.
En este sentido, la corriente permisiva, no está alineada al discurso hegemónico de los
organismos internacionales, teniendo un posicionamiento crítico a los postulados que
considera que todo tipo de trabajo es perjudicial sin ver otros contextos, posicionándose
como una corriente alternativa al paradigma dominante.
Esta corriente es relativamente nueva, se da a partir de los años 90´s, después de la
ratificación de los CDN, donde hubo un impulso a la estigmatización y represión del
Trabajo Infantil a través de instituciones que fueron constituidas para controlar y
perseguir el Trabajo Infantil como es el caso del Programa Internacional para la
Erradicación del Trabajo (IPEC). A partir de este hecho los niños niñas y adolescentes
trabajadores de los países periféricos decidieron organizarse para defender su trabajo y
buscar mejores condiciones laborales.
16
Son las organizaciones y movimientos sociales de países periféricos los que defienden
esta postura, la organización más emblemática y de mayor peso en esta corriente es la
Organización de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NATS).
El movimiento NATS lucha que la concepción del Trabajo Infantil sea menos moral y
más objetiva sobre la realidad social de los niños, niñas y sus familias, que respete las
diferentes cosmovisiones y concepciones de los pueblos sobre el Trabajo Infantil como
un elemento constituyente en la formación social de la infancia. El objetivo de los
NATS es tener reconocimiento como agentes económicos y derechos laborales. No se
oponen en a controlar y regular a las empresas sobre el Trabajo Infantil peligroso
(Morsolin, 2010), pero que a los trabajos no considerados peligrosos tengan mayor
protección.
En referencia a lo anterior, la crítica de los NATS nace a partir de las leyes punitivas
para la erradicación del Trabajo Infantil, en contra del supuesto de que todo Trabajo
Infantil esta mediado por la explotación y en el marco de la elaboración de las leyes en
contra de este. En contra de hacer leyes que presuponen que sí los hijos de los pobres
trabajan, necesariamente están en condiciones de explotación y su trabajo es
mercantilizado por una empresa que roba todo su trabajo. Al contrario de lo que algunos
estudios demuestran, como el trabajo etnográfico realizado en los mercados de
Cartagena, Colombia, en el cual llegan a la conclusión de que las familias de los niños,
niñas trabajadores en el mercado conciben al Trabajo Infantil, como una red de
relaciones sociales y creaciones culturales que persisten saberes como parte de tradición
familiar, en los que se perpetúa el Trabajo Infantil como practica y patrón de crianza
que sirve como herramienta de formación, aprendizaje para una vida horades
responsabilidad que los aleja de los vicios (Pico Merchan & Salazar Henao, 2008, pág.
116).
En este mismo sentido Manfred Liebel que cita a Virginia Morrow en “Infancia y
Trabajo” sobre la investigación de Trabajo Infantil en Inglaterra, plantea que existen
muchos niños, niñas que trabajan no debido a la pobreza o comprar algún bien sino
porque “representa un amplio espectro de experiencias diferentes” (Morrow, 2000
citado en Liebel, 2013, pág. 148).
17
No debemos precipitarnos a suponer que los niños no trabajan más
que por motivos de consumo, sino que propone poner más atención en
"las responsabilidades que los niños asumen con su trabajo" y no
perder de vista que muchas veces, en el trabajo existen "relaciones
recíprocas entre los miembros de la familia" (Liebel, 2013, pág. 148).
Son estudios como estos en los que se basan las organizaciones sociales para criticar la
percepción de que todo Trabajo Infantil es explotación. Una de las características
principales de esta corriente, es que considera la cultura como una variable sustantiva
para justificar el Trabajo Infantil como una forma culturalmente distinta de
socialización a la que promueve la modernidad, siempre y cuando la cultura no
justifique algún condiciones perjudiciales para la vida e integridad del niño que según
los NATS debe ser juzgada como delito. En contra del principio que presupone que
juzgan a los niños, niñas solamente por su condición material.
Los NATS cuestionan el menosprecio social que se tienen sobre los niños, niñas
trabajadores y que incide sobre una percepción negativa el cuidado, la forma de
aprendizaje que tienen las familias hacia sus hijos. Es una manera de invisibilizar otras
formas de concebir la formación de los niños, niñas. Julia Varela y Fernando Álvarez-
Úria menciona que la desvalorización ilustrada de otras formas de ver el mundo
significa asimismo la voluntad de excluir del ámbito de la historia a los grupos de las
clases sociales que no comparten esas representaciones (Cácares Jara, 2012, pág. 94). Se
puede considerar que el conjunto de propuestas en contra del Trabajo Infantil tiene
como fin deslegitimar otras las formas crianza por no provenir de las formas modernas.
Los defensores de la corriente permisiva cuestionan esta mirada excluyente que no ven
a los niños, niñas trabajadores y a sus familias con la capacidad de decidir su propio
proceso de socialización, apartan a los niños, niñas trabajadores del concepto de sujeto
como plantea Manfred Liebel.
De repente, no se hablaba más de niños y niñas trabajadores sino sólo
de Trabajo Infantil. Y hasta hace poco tiempo, en el mejor de los
casos, se veía a los niños y niñas trabajadores como víctimas
indefensas merecedoras de compasión o más aún como una nefasta
18
lacra para la sociedad, y se los consideraba como un vestigio de
tiempos pasados. (Liebel, 2013, pág. 4).
El movimiento de los NATS en América Latina tiene una influencia importante en
países como Perú y Bolivia, que forman parte del “Movimiento Latinoamericano y
Caribeño de Niños y Adolescentes Trabajadores”, que constituye un eje alternativo a la
corriente abolicionista en la región. Estas organizaciones han organizado importantes
movimientos de resistencia para que el Trabajo Infantil no sea reprimido y transformado
en una forma de penalización de la pobreza.
Es importante tener presente la corriente permisiva sí queremos tener una postura
crítica, ya que solo basta que esta corriente haya sido excluida por el discurso oficial
hegemónico para ser tomada en cuenta en un análisis que pretenda ser crítico.
Evolución histórica de la concepción del Trabajo Infantil
El trabajo realizado por Julia Varela y Fernando Alvarez-Úria en la “Arqueología de la
Escuela” nos ayuda a entender la construcción histórica del discurso del Trabajo
Infantil, mediante una genealogía de la escuela europea. La reseña histórica que realiza
de las diferentes concepciones que ha tenido la infancia en la historia puede ser
trasladada a nuestra realidad, ya que, con la colonización muchas concepciones se
trasladaron a los territorios, como la relación entre adultez y niñez que surge en la
modernidad europea. Describe las relaciones de poder entre la familia, iglesia y Estado
que se disputan la educación como un espació de adoctrinamiento ideológico y de
control.
A continuación se presenta la construcción histórica que hace Julia Varela y Fernando
Alvarez-Úria con respecto al Trabajo Infantil.
Uno de los primeros períodos del acercamiento del niño al trabajo fue a través de los
talleres artesanales. El taller era el principal medio por el cual los niños, niñas se
acercaban al mundo del trabajo, este espacio era considerado como un medio de
formación tanto en Europa como en América, que servía para preparar a los niños, niñas
en el oficio de sus padres.
19
En los talleres participaban los hijos de los obreros y artesanos, así mismo participaban
conjuntamente con los adultos en actividades comunitarias y en temas relacionados a la
organización gremial. El niño no solo aprendía el oficio del taller, también era receptor
de cultura y habitus.
La enseñanza se realizaba a través de los gremios que trasmitían su
conocimiento sobre el oficio a los niños. El aprendizaje en este caso
era un sistema de trasmisión del saber que se hacía de forma
jerarquizada, (…) en el cual coexistían trasmisión de saberes y trabajo
productivo (Varela & Alvarez-Úria, 1991, pág. 44).
El Ecuador no era la expresión también existían los talleres artesanales bajo la dirección
de los colegios o gremios. Estos espacios eran bien vistos por la población, ya que uno
de los objetivos era ocupar y controlar a los niños, niñas de las clases populares para
que no estuvieran en la calle influenciado de malos hábitos (Luna, 2008).
Durante el proceso de modernización los talleres perdieron su misión de enseñar. Fue
cambiada paulatinamente por la educación formal, consiguiendo prescindir del Trabajo
Infantil como medio de aprendizaje y de formación. Rompiendo la relación que tenía el
niños, niñas con del taller en el seno de las clases populares, para someterse a la
educación burguesa a través de la escuela. “El niño popular nace en gran medida de esta
violencia legal que lo arranca de su medio, de su clase, de su cultura, para convertirlo en
una mercancía de la escuela” (Varela & Alvarez-Úria, 1991, pág. 45).
La modernización reformó los valores tradicionales que tenía la familia sobre el trabajo,
que era parte del proceso de aprendizaje, constituyéndose en algo secundario, ya que,
las tareas de educación van a ser transferidas a instituciones como: las escuelas, los
orfanatos y los colegios, a fin de remplazar a la familia como agente de socialización y
controlar a una sociedad que tenía una población infantil en aumento. Según Julia
Valera y Fernando Álvarez-Úria, la escuela sustituyo el trabajo familiar como medio de
educación, es decir el niño deja de conocer el mundo del trabajo a través del contacto
con los adultos y en relación con este (1991, pág. 26).
Esta era una idea socialmente aceptada por la clase hegemónica, veían a los niños, niñas
vivir una infancia separados del mundo adulto encerrados en instituciones,
20
excluyéndolos del trabajo. Durante este periodo son las instituciones religiosas las que
están a cargo de las instituciones de educación, por ende son responsables del cuidado y
formación de los niños, niñas, construyendo un nuevo espacio de reproducción cultural
ajeno a la familia.
Para esta transición era necesario romper con las formas de educación tradicionales, he
insertar otro tipo de educación que respondan a nuevos intereses, construir una
educación moderna, en donde los hijos de los obreros son educados para trabajar en
actividades futuras que demanda la nueva división del trabajo.
El Estado se expande hacia el principal núcleo privado, antes
intocado, para “velar por la existencia y funcionamiento de
mecanismos institucionales que aseguren la formación de ciudadanos
productivos, con fuerte apego y lealtad a los valores nacionales y
provistos de virtudes cívicas” (Piloti, 2006 citado en Varela &
Alvarez-Úria, 1991, pág. 59).
Una vez que el Trabajo Infantil ingreso a la lógica capitalista surge un conflicto con el
proceso de educación para convertirle en un medio más de subsunción capitalista. En la
siguiente tabla Julia Valera y Fernando Álvarez-Úria muestra cómo se desarrolló
históricamente el proceso de socialización.
Tabla 1 Periodos históricos sobre el proceso de socialización de los niños
Socialización Edad Media Antiguo Régimen Sociedad Burguesa
Comunidad Familia Familia Conyugal
Aprendizaje de oficios Colegios Escuela
Fuente: Arqueología de la escuela
Paralelamente a la historia Europea, es indispensable analizar la concepción que se tenía
de Trabajo Infantil en los territorios colonizados, que no han sido considerados para
entender la problemática, debido a que la historia en general es vista desde una
perspectiva eurocéntrica.
La colonización basada en el poder de acuerdo a Aníbal Quijano significó una nueva
estratificación social a partir de la idea de raza, dada por las características fenotípicas y
raciales (Quijano, 2000). Esta estratificación funda un nuevo patrón de poder en los
21
territorios colonizados, justificando la servidumbre y la explotación. La nueva categoría
de raza instalada en América se convirtió en una categoría diferenciadora de la
identidad en el mundo para calificar al “otro” como inferior por tener características
fenotípicas distintas al del colonizador.
Esta racionalidad promueve una jerarquía que se presupone naturalizadas, los indios,
mestizo, negros estaban en la parte inferior de la pirámide social, lo que justificaba
cualquier abuso, “los pueblos conquistados y dominados fueron situados en una
posición natural de inferioridad y en consecuencia, también sus rasgos fenotípicos, así
como sus descubrimientos mentales y culturales” (Quijano, 2000, pág. s/n).
En cuanto a la infancia, no era ajeno al nuevo patrón de poder, la noción de raza
también jugaba un papel importante, especialmente en la educación, las instituciones
tenían el rol de transmitir la cultural de la clase colonizadora hacía los indígenas, este
era un trabajo imperativo para el adoctrinamiento y trasmitir la moral cristiana, la
lengua y símbolos de los colonizadores.
No solo en los procesos de culturización estuvieron atravesados por la idea de raza,
también la relación capital-trabajo. Los roles estaban en función de una división racial
del trabajo, es decir, los indígenas predestinados a cumplir un rol mientras las clases no
indígenas otro tipo de rol, como el control del trabajo. En el fondo la justificación de
asignación de roles se basó en gran medida en la diferencia étnica que era aprovechada
por el capital.
Es ahí que, la mano de obra campesina fue aprovechada por el proceso de acumulación
capitalista, como mano de obra no remunerada. En América la servidumbre era una
práctica cotidiana en los procesos de producción, el huasipungo, trabajo por deudas eran
formas de despojo legítimas en un régimen que tiene relaciones precapitalistas. Los
hijos de los indígenas no estaban exceptos, eran incluidos como medios de producción,
sometiéndoles a los procesos de campesinización en función de las nuevas relaciones
productivas no asalariadas.
El trabajo realizado era responsabilidad del conjunto de los miembros de la familia sin
recibir ninguna compensación no económica, la familia como una unidad productiva. La
22
manutención de la familia estaba conectada a una economía familiar de subsistencia o a
la pequeña producción mercantil independiente de los pocos productos que quedaba
después de pagarle al patrono.
La relación con el salario no fue reconocida hasta bien entrado el siglo XX y los grupos
indígenas fueron los últimos de entrar a la lógica mercantil de la fuerza de trabajo. Hasta
la primera reforma agraria en el Ecuador todavía no existían relaciones capitalistas
generalizadas, especialmente en el sector rural. Toda la familia trabajaba sin tener un
reconocimiento monetarizado, eran relaciones serviles que no permitían ninguna
posibilidad de movilidad social. En este sentido Wallerstein reconoce que “la división
racial es aprovechada para mantener el capitalismo y márgenes de ganancia, pues asigna
a un segmento importante de la fuerza de trabajo una remuneración inferior”
(Wallerstein & Balibar, 1988, pág. 58).
La idea anterior nos puede dar una noción que las relaciones precapitalistas no son
condiciones circunstanciales de dominio, respondían a un orden en el sistema mundo
para abastecer al mercado mundial de bienes económicos. Hecho, que tuvo repercusión
en la organización productiva, como lo detalla Aníbal Quijano, las relaciones
capitalistas en América configuraron un nuevo patrón global de control del trabajo en
fusión del capital y su mercado (2000), en consecuencia la producción, la distribución y
las fuerzas productivas están articuladas con la demanda del mercado mundial.
Lo que explica en cierta manera que el gobierno controlado por los dueños de los
medios de producción hasta finales del siglo XX, no veía el Trabajo Infantil indígena
como problemática, ya que era parte de la reproducción del sistema, justificado por los
roles que son supuestamente naturales.
La organización del trabajo y la jerarquización en función de la raza
sitúa a los pobladores colonizados, los indígenas de los pueblos de
colonizados, en condición de subordinación (…), y pérdida absoluta
de la libertad y el control sobre la reproducción y la crianza de sus
hijos, al tiempo que obstaculiza su acceso a las formas de trabajo
organizadas en torno de la relación trabajo–salario que comienza a
consolidarse en Europa y cuya condición de posibilidad es la
23
liberación de la fuerza de trabajo individual de la producción comunal
y familiar (Pedraza Gómez, 2015, pág. 83).
Otro aspecto en el control colonial, se ve reflejado en el rol que cumplía los
terratenientes para reproducir el sistema de dominación. Construían escuelas e iglesias
al interior de la hacienda, ya que, les convenía tener a los campesinos ideológicamente
controlados.
Los niños, niñas que asistían a las escuelas eran por periodos muy cortos, hasta
adoctrinarles, los métodos utilizando era a través de la violencia física y cultural, para
después ser reintegrados al mundo del trabajo. Podemos imaginarnos como era ese
periodo en la descripción que hace de su vida Transito Amaguaña en una entrevista:
Al cumplir 9 años de edad, asistió a la escuela durante seis meses,
cuya función principal era inculcar en los pequeños la obediencia y la
sumisión a los patrones, bajo amenazas y golpes. En una entrevista,
ella misma rememoró esta época: “Ese tiempo era amargo, era tiempo
de gamonales (patrones), tiempo de ricos (...). A gusto de ellos
maltrataban, a gusto de ellos pisoteaban (...) ¡Qué señoras! ¡Qué
mayordomos!, eran para hacer sufrir y golpeaban (...). El escribiente
nos obligaba a decir en la escuela: bendito alabado amo, bendita
alabada patroncita”. Cumplido el corto período de adoctrinamiento,
comenzó enseguida a trabajar como servicia, atendiendo a los
patrones, cortando leña, lavando ropa, cuidando animales, recogiendo
la cosecha y llevando productos de la hacienda a otros lugares para la
venta y el trueque (Mattié, 2015).
La historia que cuenta Transito Amaguaña resume la dominación y explotación que eran
víctimas los campesinos, justificado por el racismo. Los niños, niñas no eran vistos
como sujetos solo una extensión más del adulto indígena que servían para el trabajo
como un objeto más, no eran autónomos sus decisiones estaba a disposición del patrono,
que no les permitía hacer otra cosa más que dedicarse al trabajo.
En este sentido, la condición de trabajador no era vista como tal sino como una forma
natural de vida servil a sus intereses. Sí podríamos evaluar con el concepto actual es
24
totalmente reductible a la categoría de Trabajo Infantil según la visión Europea, ya que,
cumple con todas las características para ser considerado una de las peores formas de
Trabajo Infantil. Sí bien es cierto que el concepto no estaba vigente en esa época, si
había una diferenciación entre el niños, niñas del sector rural y el urbano solo por su
condición de clase y etnia. Era una selección intencionada de una elite que tiene ya
justificado por medio del discurso racista la desigualdad de clase, política y racial
(Wallerstein & Balibar, 1988).
Como conclusión para cerrar esta parte, el Trabajo Infantil como explotación no era
visible desde la mirada occidental colonial por conveniencia de las elites. Los niños,
niñas eran integrados a muy temprana edad al mundo laboral, en las fincas en caso de la
costa y en la sierra en los huasipungos.
El trabajo de los niños, niñas campesinos y clases populares en América es reductible a
la lógica a las formas precarias del capitalismo y el poder colonial, de ahí que tuvieron
que importar la visión en contra del Trabajo Infantil para ser visibilizado como
problemática. La condición de dominio que vivían las clases subalternas logro que el
Trabajo Infantil no sea considerado, sumado a esto la lógica y cosmovisión indígena de
la educación, que no responde a la lógica occidental de especializar el conocimiento y la
mano de obra, sino a una lógica de aprender-haciendo.
Al contrario lo que ocurría en Europa, en las sociedades capitalistas, se empezó a ver el
Trabajo Infantil como un problema social y se dio inicio a la lucha contra dicho
fenómeno (Liebel, 2013, pág. 4), negando al niño como un medio de producción más y
pensando por los problemas sociales y demográficos que causaba el Trabajo Infantil.
No obstante, el Trabajo Infantil no puede ser visto de otra manera sino como un “hecho
capitalista” reducido a producir valores de cambio. Referente a este fenómeno, Bolívar
Echeverría (2011) teóricamente identifica que la transición entre valores de uso a
valores de cambio es una de las formas en las cuales el capitalismo toma presencia en la
vida como “hecho capitalista”. Transformar la valorización como algo natural es una de
las maneras de asumir como natural el capitalismo, señala en su libro “Modernidad y
capitalismo: 15 tesis sobre la modernidad”:
25
Asumir como espontánea la subsunción del proceso de la vida social a
la historia del valor que se valoriza, consistiría en vivirla como una
necesidad trascendente, es decir, como un hecho que rebasa el margen
de acción que corresponde a lo humano (Echeverría, 2011, pág. 91).
Podemos entender la visión capitalista del Trabajo Infantil en Europa con el análisis que
hace Carlos Marx cuando realiza la crítica al capitalismo, una de las cosas que le llama
la atención durante la primera etapa del capitalismo industrial son los efectos que se
produjo en la familia a raíz de los cambios de roles de las mujeres y en los niños, niñas
en la esfera doméstica, construyendo una nueva división social del trabajo. Ahora son
utilizados como fuerza de trabajo manipulable y económicamente conveniente, que
aporta a la distribución del trabajo social. Este punto lo explica en su libro "El Capital
Tomo I” capítulo “Apropiación de fuerzas de trabajo subsidiarias por el capital” en los
siguientes términos, “el trabajo forzoso no sólo usurpó el lugar de los juegos infantiles a
favor de capital, sino también el trabajo libre dentro de la esfera doméstica, ejecutado
dentro de límites decentes y para la misma familia” (Marx, 2003, pág. 481).
Por un lado, el ingreso al mundo laboral del conjunto de mujeres y niños, niñas aumentó
la mano de obra a una que podía ser fácilmente remplazada y cubrió todas las jornadas
laborales, por otro lado, garantizó la reproducción material de la familia, ya que
aumenta los ingresos de todos sus integrantes, ayudando al obrero que por sí solo no
podía garantizar la subsistencia de todo el grupo familiar. Por ende, el trabajo que
realizaban los niños, niñas y las mujeres fue funcional para el sistema.
Todo lo que Marx relata sobre Trabajo Infantil ocurrió durante en el periodo del
capitalismo industrial, por ende tuvo un efecto significativo en todos los aspectos de la
vida social, ahí su importancia de analizar este hecho como argumento explicativo del
fenómeno del Trabajo Infantil. Berman Marshall expresa sobre la incidencia que tiene la
industrialización en la vida social.
La industrialización de la producción, que transforma el conocimiento
científico en tecnología, crea nuevos entornos humanos y destruye los
antiguos, acelera el ritmo general de la vida, genera nuevas formas de
poder colectivo y de lucha de clases;(…); el crecimiento urbano,
26
rápido y a menudo caótico; (…); los movimientos sociales masivos de
personas y pueblos, que desafían a sus dirigentes políticos y
económicos y se esfuerzan por conseguir cierto control sobre sus
vidas; y finalmente, conduciendo y manteniendo a todas estas
personas e instituciones un mercado capitalista mundial siempre en
expansión y drásticamente fluctuante (Berman, 1989, pág. 2).
Según Bolívar Echeverría la industrialización es un aspecto que permite reconocer la
vida moderna capitalista como tal, despliega la figura puramente técnica y la orientación
progresista del proceso de modernización (Echeverría, 2011, pág. 69).
La industrialización también permitió identificar el Trabajo Infantil. Julia Valera y
Fernando Álvarez-Úria señalan que la industrialización contribuyo a la percepción
negativa del Trabajo Infantil, y transformo la lógica de educación y el aprendizaje. Ya
que sin la percepción negativa del Trabajo Infantil, no se hubiera constituido la escuela
como medio de control y cuidado y concomitantemente transformar los modelos de
educación, para especializar la mano de obra para la industria, en otras palabras
formarles para ser productivos y adaptar a las individuos a las nuevas lógicas
capitalistas. La escuela no es más que el enajenamiento del alma para una vida
productiva aislada de lo esencial., para prepara individuos útiles (Varela & Alvarez-
Úria, 1991).
Fue precisamente la dureza devastadora del trabajo fabril lo que
permitió crear el espejismo de la escuela liberadora para los niños del
pueblo. La promulgación de la obligatoriedad escolar tuvo lugar con
la implementación del Estado interventor tutelar que decretó las leyes
que prohibían el Trabajo Infantil sin las cuales no habría sido viable
implantación de la escuela (Varela & Alvarez-Úria, 1991, pág. 83).
La industrialización requiere tener disponible un gran número de trabajadores
dispuestos a vender su fuerza de trabajo. En los territorios dispersos el modelo de
industrialización no funciona y es la sociedad capitalista que intentan concentran al
mayor número de trabajadores en un solo espacio. Esto llevo a la urbanización, que
contribuyo con el fenómeno del Trabajo Infantil. El proceso de urbanización causo
cambios culturales irreversibles sobre la vida en las familias y sus formas de
27
supervivencia. Entre ella la pérdida de la lógica comunitaria que estaba alrededor de la
producción de valores de uso.
La urbanización también es resultado de las duras condiciones que demanda el trabajo
agrícola, esto sumando el desempleo que es una constante en los sectores rurales, por lo
cual la oferta de trabajo en las ciudades es un elemento llamativo para los grupos que
están en un nivel de económico de subsistencia, lo que causó la descampesinización del
sector rural, cambiando las costumbres y las relaciones económicas y familiares. No
obstante, la forma de crianza tradicional de los sectores rurales han resistido a la nueva
ola costumbres racionalizadoras de la ciudad. El fenómeno que se dio en Ecuador la
inmigración de la sierra a la costa es un ejemplo.
En el Ecuador la urbanización tardó en efectuarse, no fue hasta a mediados del siglo XX
que se pudo consolidar. Producto del tardío proceso de modernizando capitalista que
fueron modificando poco a poco las relaciones de producción e individualizando y
especializando la mano de obra.
El proceso de modernización a través de la urbanización e industrialización trago
consigo la ampliación del mercado interno y la monetarización de las relaciones
laborales en el campo, todo esto llevo a liberar a la economía de relaciones económicas
precapitalistas. Otro proceso que yudo a la modernización de las relaciones capitalistas
fue especializar la mano de obra para alimentar la demanda de mano de obra en nuevos
oficios que aparecían. Para lo cual, se debía empezar por los niños, niñas, separándolos
del trabajo familiar y asignarles otros roles que se adecuen al nuevo modelo de
producción capitalista, se fueron paulatinamente creando escuelas y servicios, no los
suficientes pero en fin, la sociedad ecuatoriana estaba en proceso de modernización.
En Europa el modelo de modernización fue parecido considerando las diferencias según
el contexto, el proceso lo iniciaron como lo describe Pedraza.
Los niños europeos se vieron gradualmente liberados del trabajo y las
familias europeas pasaron a convertirse en familias burguesas, la
educación se hizo obligatoria y gratuita, y la higiene y los servicios
28
médicos básicos fueron gradualmente puestos a disposición de las
clases trabajadoras (Pedraza Gómez, 2015, pág. 83).
Sin embargo, existió una atención prioritaria sobre los niños, niñas en Europa lo que no
ocurría en América Latina sino después de los tratados internacionales, esta atención
contribuyo a erradicar el Trabajo Infantil. No obstante lo que sirvió en Europa no
resulto en nuestra región para erradicar el Trabajo Infantil, especialmente en las zonas
rurales en donde los niños, niñas mantienen su identidad de trabajadores y los servicios
del Estado son insuficientes para institucionalizar otro tipo de relaciones que no sea de
servilismo. Mientras en Europa se construía todo un imaginario en contra del Trabajo
Infantil, en América Latina no incomodaba por dos razones, se mantenía la concepción
de que las clases subalternas eran inferiores, y aún dependemos del trabajo no asalariado
para ser competitivos.
A esto se suma la demanda de mano de obra infantil debido a la poca especialización
que requiere el modelo productivo del campo. En el Ecuador el sector agrícola es la
rama de trabajo que más mano de obra infantil posee. Según Pedraza Gómez esto se
debe a que:
La condición del niño como agente económico pone de presente la
relación de subordinación económica que rige el sistema–mundo y la
racialización de las relaciones laborales, que impiden a los
trabajadores del Tercer Mundo establecer relaciones salariales como
forma básica de remuneración (Pedraza Gómez, 2015, pág. 85).
Las relaciones desiguales, en una economía dependiente y culturalmente heterogénea
que mantiene formas de socialización tradicionales, hacen que cualquier intento de
modernización sea cuestionado, ya que no ha favorecido a construir una identidad en la
diversidad sino tratar de homogenizar en una sola identidad valores y costumbres que
no nos pertenecen.
Las estrategia de supervivencia que utilizan las familias de los sectores rurales y
subalternos contribuyen a mantener una subjetividad a favor del Trabajo Infantil como
una práctica social, algunos sectores especialmente indígenas han revindicado el
Trabajo Infantil como estrategia de subsistencia y de resistencia cultural en contra de la
29
idea de que el trabajo de los niños, niñas es una forma de crianza primitiva y perniciosa,
oponiéndose a la homogenización de la percepción negativa del Trabajo Infantil.
No obstante otros grupos consideran el Trabajo Infantil como una práctica
subdesarrollada, no solo por una postura moral sino también económica, ya que el
trabajo de los niños, niñas en la industria no generan productividad como se explicó
anteriormente, las actividades laborales en una economía moderna requieren mayor
nivel de adiestramiento, lo que hace perder productividad frete al proceso productivo.
Además no es socialmente aceptado que los niños, niñas trabajen en vez de prepararse
para un futuro en cual podrán constituirse en seres más productivos.
En este contexto, se crea un frente de protección a la infancia que penaliza el Trabajo
Infantil, siendo la OIT el más importante actor e frente de protección a la infancia en
tremas de trabajo, este organismo normalizó estableció las pautas sobre las
concepciones modernas de Trabajo Infantil. Importantes normas se expidieron en contra
el Trabajo Infantil, basándose absolutamente en el ideal occidental de infancia. “Los
Derechos del Niño son la expresión última y la culminación de una forma de vida y de
las concepciones de la familia burguesa y la sociedad capitalista como la han
experimentado las sociedades industriales occidentales” (Pedraza Gómez, 2015, pág.
83).
Los convenios en contra del Trabajo Infantil de la OIT son los convenios que más
países han ratificado, dejando de lado las condiciones históricas y culturales de los
pueblos (Bourdillon, 2010). Obligaron a los Estados a plantearse acciones concretas
para le eliminación del Trabajo Infantil, estos son:
El convenio número 138 sobre la edad mínima de admisión en 1973, al empleo en cual
se establece e Art. 1 del convenio:
Una política nacional que asegure la abolición efectiva del trabajo de
los niños y eleve progresivamente la edad mínima de admisión al
empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo
desarrollo físico y mental de los menores (…).
30
Y el convenio número 182 sobre las peores formas de Trabajo Infantil, en el cual
reglamenta las actividades que están totalmente prohibidas para los niños, niñas. En el
siguiente apartado se desarrollara de una forma más amplia la normatividad y
definiciones oficiales por considerarse parte de la construcción de la política pública.
Definición de la política pública y su vinculación con la temática de Trabajo
Infantil
El concepto de política pública utilizado en este trabajo, es un concepto más operativo
que analítico. El fin es evidenciar los medios que utiliza el Estado para intervenir en la
sociedad y características. Ya que según concepto, “las políticas públicas corresponden
a soluciones específicas de cómo manejar los asuntos públicos” (Larrea, 2004, pág. 7).
En este sentido cuando utilizo el concepto de política pública, me estoy refiriendo a las
normas, planes, programas, proyectos que encaminan el quehacer gubernamental. A un
espacio de disputa de grupos económicos, sociales y políticos que intentan posicionar
sus intereses en la agenda gubernamental.
En lo referente a la política pública en contra del Trabajo Infantil según Betty Espinosa
señala que, la característica que ha asumido la política pública en el tema, tiene
múltiples corrientes, basado en prácticas históricas de intervención que van desde la
caridad, filantropía y la intervención estatal. Al mismo tiempo se contraponen y se
conjugan entre si, dependiendo de las diferentes corrientes y concepciones del Trabajo
Infantil que se considere como marco (Espinosa, 2009).
En el Ecuador, basada en una concepción abolicionista la política pública que esta
presenta es la de intervención estatal, asentada en la regular y garantizar el
cumplimiento de los derechos. El Ecuador pasó de un Estado benefactor a ser garante de
derechos, mediante un esquema normativo en lo relativo a la admisión de niños, niñas y
adolescentes en el empleo (CARE Ecuador, 2009), y otras formas de regulación y
prestar servicios.
La primera acción de política pública en el Ecuador en contra del Trabajo Infantil es la
ratificación de la Convención sobre los Derechos en Niño 989. Luego de esto se
incorporaron sistemáticamente planes y programas orientados a la protección de los
31
niños, niñas y adolescentes. Dejando de lado prácticas asistenciales, que tenían que ver
más con la beneficencia que al cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes.
En lo referente a la institucionalidad, en 1997, se constituye en el país, el Comité
Nacional para la Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil (CONEPTI), como parte
de un compromiso entre el Estado ecuatoriano y la OIT, auspiciado por el Programa
Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) fundado en 1992 por la
OIT y UNICEF, con el fin de lograr la abolición del Trabajo Infantil en el mundo.
Estas normas fueron implementadas por los organismos internacionales en el marco de
globalización y neoliberalismo desde una visión colonial, justificándose a través del
concepto de “subdesarrollado”. No consideraron la crisis económica de los años 80s y
90´s, que dio lugar que las familias utilicen el Trabajo Infantil como prácticas
subsistencia debido a las precarias condiciones económicas. La ocupación de la
población rural era mínima, las formas de latifundio se extendieron, se despojaron los
territorios, trayendo consigo la inmigración hacia las ciudades y formando los
cinturones de pobreza de los 80s y 90s.
Conjuntamente a los problemas sociales y económicos, institucionalmente el Estado fue
debilitado, mientras los organismos internacionales expedían normas para la protección
social y la erradicación del Trabajo Infantil, la debilidad del Estado impedía que se
implementen normas y servicios sociales eficientes en contra del Trabajo Infantil.
Alimentando la visión de países subdesarrollados con poca institucionalidad, una de las
explicaciones era la diversidad y heterogeneidad social y cultural, que valora prácticas
tradicionales como formas de subsistencia.
En este escenario se anclaron los enunciados abolicionistas, mediante un enfoque
sesgado de la realidad social, justificando por la incapacidad del Estado. Se dieron así
las condiciones de exclusión para que la política pública sea introducida sin ningún
debate, arbitrariamente posicionar modelos a partir de los postulados de los organismos
internacionales que refuerza el colonialismo, y los postulados abolicionistas.
32
Estos postulados abolicionistas no fueron construidos entre los diferentes actores
involucrados, no hubo ningún aporte que pueda traer en consideración nuestra realidad.
Este esquema pude entenderse como un intento de universalizar un pensamiento único
abolicionista. Según la crítica que hacen los NATS, “la lógica erradicacionista es
intrínsecamente dogmática y, como todos los dogmatismos, fácilmente se convierte en
una práctica colonizadora que quiere arrasar con las diferencias y las alteridades
discursivas” (La Revista Internacional NATS, 2010, pág. 19).
Uno de los cuestionamientos de los NATS es la intransigencia del pensamiento
abolicionista.
El abolicionismo hoy está haciendo esfuerzos por argumentar que hay
culturas que favorecen el Trabajo Infantil a causa de sus patrones
culturales ancestrales que deben cambiar. Esta es una estrategia
neocolonizadora, homegeneizadora, una nueva forma de implantar un
ideal de progreso, de modernización, de civilización propia del
sistema y sociedad mercado, contrapuesta a la supuesta barbarie de
todo pueblo que intente perfilar distintos enfoques de progreso y de
desarrollo (La revista internacional NATS, 2014, pág. 9).
Según Julia Valera y Fernández Álvarez-Úria el pensamiento que no considerar otras
formas de representación del mundo, “es producto de la desvalorización ilustrada de
otras formas de ver el mundo (…) significa asimismo la voluntad de excluir del ámbito
de la historia a los grupos que no comparten esas representaciones” (Varela & Alvarez-
Úria, 1991, pág. 47).
La característica del colonialismo es ocultar el pensamiento del “otro” , no reconociéndo
su capacidad de autodeterminación. La corriente abolicionista conduce a este
ocultamiento, no obstante, en sociedades heterogénea como en la que vivimos debemos
considerar el pensamiento del otro para entender nuestro contexto.
Para poner en marcha una nueva propuesta para erradicar el Trabajo Infantil, es
necesario construir un análisis más profundo que contradiga a los argumentos
naturalizados por el pensamiento desarrollista. Hay que tomar en cuenta que el Trabajo
Infantil es la combinación de múltiples factores, lo que complejiza el fenómeno y la
33
elaboración de soluciones adecuadas (Leroy, 2010). La política pública actual no
considera muchos elementos. Se han agotado el análisis a los esquemas desarrollistas y
no han podido reconstruirse ni renovarse críticamente considerando otras alternativas.
La fundación internacional Save the Children, que trabaja en distintas problemáticas de
la niñez alrededor del mundo, hace algunas recomendaciones de cómo manejar la
política pública para la erradicación del Trabajo Infantil considerando varios enfoques.
La política pública no puede ser unidireccional, es un problema cuya
complejidad no admite decisiones uniformes ni posicionamientos
extremos, ni la abolición total del Trabajo Infantil ni su legitimización
total tienen sentido, quiere decir ni la explotación de los niños que
conculcan sus derechos humanos ni la persecución y criminalización
de la pobreza y prácticas de crianza (Proyecto Solidarios y Save the
Children, 2006).
Concluyo, revindicando la necesidad de construir otras posibilidades debido a que los
enunciados occidentales para erradicar el Trabajo Infantil se volvieron cada vez menos
inteligibles, lo que exige dar un orden desde otra perspectiva. Boaventura Sousa Santos
plantea cambiar la epistemología de las cusas por la de las consecuencias, es decir
rescatar las experiencias vitales de los oprimidos, favorecer a las intervenciones
concretas que los diferentes conocimientos pueden ofrecer con respecto a la
reproducción de la vida (Sousa Santos, 2010).
Análisis de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil a través
de otras concepciones teóricas.
La necesidad de analizar las políticas públicas en contra del Trabajo Infantil desde otros
enfoques y concepciones diferentes a las planteadas por el discurso oficial, radica en
que las soluciones para erradicar el Trabajo Infantil han perdido criticidad, los
postulados abolicionistas se han naturalizado. Debido a la apariencia humanista de la
concepción abolicionista, no nos atrevemos a mirar otras perspectivas, desperdiciamos
soluciones alternativas por supeditarnos a otros contextos bajo presión internacional.
Las categorías aplicadas para entender y dar solución a los problemas, no son
apropiadas a las realidades que les conciernen (Bourdillon, 2010).
34
Para superar la dificultad, el sociólogo Pierre Bourdieu recomienda como principio
metodológico, no dejarnos engañar por las nociones que se presentan como
incuestionables, por humanistas que parezcan. Es un imperativo del trabajo del
sociólogo refutar y polemizar las evidencias que se hacen pasar como pretensiones que
intentan naturalizar las representaciones humanistas sobre la sociedad. (Bourdieu &
Claude Chamboredon, 2002).
Estas nociones humanistas que le atribuyen a la concepción abolicionista se legitiman a
través del derecho, sin embargo, no responden a los intereses o necesidades más
relevantes de los niños, niñas y sus familias, sino muchas veces a valores que no son
adaptables a nuestra realidad en una forma de arquetipo. Las ideas que se instalan como
verdad única y universal es resultado razón metonímica, significa tener un solo referente
para definir la verdad, minimizando otras posibilidades y ocultando las relaciones
poder. Boavertura de Sousa Santos plantea que es esta razón la que domina y desplaza
lo que no conoce.
Existe una desacreditación arbitraria de los otros saberes que se
consideran como no existente, o sea, como una alternativa no creíble a
lo que existe, debido a que no se ajustan a la monocultura del tiempo
lineal que en los últimos 200 años han sido representados por el
progreso, revolución, modernización, desarrollo, crecimiento,
globalización. No se reconoce por una manifestación de dominio de
quien es clasificado como superior, sobre la clasificación racial y
sexual hegemónica (Sousa Santos, 2010, pág. 22).
La razón metonímica en relación con el Trabajo Infantil, se puede evidenciar en la
anulación de las concepciones que tienen los pueblos indígenas sobre Trabajo Infantil.
Otro ejemplo es la deslegitimación de la corriente “permisiva” a través de la razón
eurocéntrica.
La desacreditación se presenta como científica, sin considerar que, “la validez universal
de una verdad científica es obviamente siempre muy relativa, dado que puede ser
comprobada solamente en lo referente a ciertas clases de objetos bajo determinadas
circunstancias y establecida por ciertos métodos” (Sousa Santos, 2010, pág. 22). No
35
siempre las causas o los efectos resultan ser como se posicionan en el imaginario social,
puesto que existen un sin número de variables culturales, sociales y económicas que en
su conjunto determinan la problemática. La invisibilización de otros preceptos según la
sociología de las ausencias planteada por el mismo Boaventura Sousa Santos, es
producida arbitrariamente como no existente.
Las circunstancias sociales que muchas investigaciones toman para estudiar el Trabajo
Infantil están determinadas para obtener un resultado, dejando por fuera múltiples
variables, un niño pobre con un grupo familiar desarticulado que no se auto protege, no
se menciona en las investigaciones.
Los resultados se comparan según el estereotipo construido del niño trabajador,
posiblemente indígena, pobre, que está siempre triste y explotado, imagen que puede ser
refutada si analizamos otras variables. Muchas de las investigaciones sobre Trabajo
Infantil toman estos imaginarios para justificar la erradicación del Trabajo Infantil.
Las relaciones que plantean están establecidas para demostrar causalidad entre las ideas
que se consideran legítimas en el imaginario social. Estas consideraciones esta en lo que
Pierre Bourdieu crítica y las denomina posiciones funcionalistas, debido a que reducen
los fenómenos a simples determinaciones, cayendo en el fetichismo de la causalidad
robando la historia del sujeto. Convirtiendo a los niños, niñas en simples objetos con el
argumento de querer protegerlos de la explotación
Ignoran la dialéctica de las estructuras sociales y de las disposiciones
estructuradas y estructurantes en los que se forman y trasforman los
esquemas de pensamiento (…). Es suficiente con ignorar la dialéctica
de las estructuras para encerrarse en alternativas canónicas (Bourdieu ,
2007, pág. 68).
Se puede decir que los argumentos en contra del Trabajo Infantil son simplemente
deterministas y obsecuentes a las prenociones que se tienen sobre los niños, niñas
trabajadores según la mirada abolicionista occidental, y no en base a las condiciones
concretas de nuestra realidad. Se impone una visión determinista para justificar el
dominio.
36
Análisis de la política pública desde la modernidad en crisis
La política pública como concepto nos abre algunas preguntas que no ayudan a guiar el
debate. Si el concepto de política pública es la solución de los problemas sociales por
parte del Estado. Las preguntas que nos imaginamos son; desde dónde se crean los
problemas sociales para calificarlos como tal y cuál es la solución y las acciones
correctas.
Asumimos que el Estado de una manera u otra a través del ejercicio del poder tiene la
autoridad para legitimar como se tiene que tratar los problemas sociales, y cuáles deben
ser los mecanismos de repuesta frente estos. Sin embargo, los problemas que intentan
resolverse son producidos por el propio sistema que plantea las soluciones.
Estos problemas podemos llamarlos incumplimiento a las promesas que ofreció la
racionalidad capitalista y la modernidad. El ofrecimiento de una vida sin escases, y un
futuro civilizado lleno de libertades.
Cuando se habla hoy de «nueva» pobreza, es para designar el efecto
sobre los pobres de esta paradoja, que efectivamente es nueva: los
pobres de ayer no se hacían ilusiones; los de hoy viven su esperanza
de salir de la pobreza como una ilusión. Y no solamente sufren de la
pobreza: sufren también de sentirse engañados por el discurso
ambiguo del Estado. Al sentirse así traicionados, sus reacciones son
diversas (el oportunismo, la delincuencia, la rabia, la enfermedad
mental, las asuetudes), pero no más la humildad, la docilidad y la
lealtad, que los Estados y los ciudadanos en general suelen esperar de
los pobres (Bajoit, Guy, 2004, pág. 6 citado en Pérez Mendoza, 2008,
pág. 59)
Las políticas públicas en contra del Trabajo Infantil no están exentas esa
racionalización, se pretende alcanzar el desarrollo económico antes que el social como
planteaba la modernidad. Tal postura se refleja en la campaña en contra del Trabajo
Infantil que tienen como eslogan, “Un niño que trabaja pierden más de los que gana”.
La consolidación del modo vida capitalista continúa legitimándose.
37
No podemos decir que esto ocurre sin tener consecuencias, existe un malestar por las
promesas inconclusas, que aspiraban a construir una propuesta de paradigma
sociocultural que no se pudo concretar, según Boaventura de Sousa Santos esto se
debido a la fusión que tuvo la modernidad con el capitalismo. Las promesas han entrado
en un estado de degradación y tensión que favorecen a intereses económicos sobre los
sociales. Para arreglar los desequilibrios la crisis se manifiestan en las formas de
regulación y emancipación. El objetivo de la regulación es dar un orden contra el caos y
el objetivo de la emancipación es la solidaridad.
En la sociedad moderna, el principio de la regulación es el que está más desarrollado e
institucionalizado, lo que genera un desequilibrio por la concentración del control social
antes que la solidaridad y emancipación, produciendo una crisis cada vez más compleja
por la represión que significa regular una sociedad cada vez más desigualdad y
disgustada por las promesas incumplidas, tratando de imponer una visión que no nos
pertenece.
La regulación social se basa en vigilar el cumplimento de una expectativa, de un modelo
que establece lo que debe ser. “La tensión entre regulación y emancipación social se
basaba en la discrepancia entre las experiencias sociales (el presente) y las expectativas
sociales (el futuro)” (Sousa Santos, 2010, pág. 64). La expectativa del futuro en el caso
de la infancia es de un niño burgués europeo. Este ideal, es el parámetro que regula, sin
tomar en cuenta arbitrariamente otras identidades, negando otros pensamientos para
implementar el ideal del niño europeo a través de un solo concepto normativo.
No pensamos en construir espacios donde opere una lógica que integre otras
identidades, ni que busque correspondencia entre lo construido socialmente sobre
infancia y las formas de socialización propias de nuestros pueblos. Al final la política
pública es ejercida desde el poder, que vela por intereses económicos y políticos, sin
cuidar el bienestar colectivo. A pesar de todo ello, en América Latina los modelos nos
son puros algunas prácticas se mantienen, las instituciones construyen sus relaciones en
una especie de sincretismo entre lo ideal y las formas tradicionales que permanecen
resultado de la resistencia ejercida.
38
Quién define qué tipo de modelo es el ideal, es el paradigma occidental. Pretender que
las instituciones se asemejen a sistemas modernos, ha causado negar a nuestra cultura
que tienen prácticas e historias diversas. Tenemos rasgos particulares que deben ser
entendidos para repensar las estructuras e instituciones existentes y no reproducir
sistemas que están en crisis.
El derecho fracturó la realidad del Trabajo Infantil
Los esquemas argumentativos jurídicos acerca del trabajo infantil intentan representar
casi una relación directa entre lo enunciado y la realidad. Produciendo que exista un
conflicto en la normatividad, es decir, los enunciados están en conflicto con la realidad
porque no se ajustan a los estereotipos jurídicamente establecidos. Dicha diferencia
tiene su origen al no considerar las relaciones históricas que han tenido los pueblos
tradicionales con sus niños, niñas, construyendo el fundamento jurídico desde juicios
éticos que niegan que pueda existir alguna relación entre infancia y trabajo (Cácares
Jara, 2012). Éste problema no es sometido a un análisis sociológico, sino “la discusión
permanece circunscrita al dominio del derecho, que parece ser el único portador de
soluciones, como si el derecho fuera la última defensa frente al Moloch de los tiempos
modernos” (Godard, 2003, pág. 41).
Esta crisis de los argumentos jurídicos, también tienen su origen debido a la
desvinculación de quienes hacen las normas con los intereses públicos. Para explicar
esta crisis Boaventura Sousa Santos indica que, “las leyes nacionales están supeditadas
al sistema mundo a través del derecho internacional, desconociendo órdenes jurídicos
nacionales vigentes sociológicamente en la sociedad” (Sousa Santos, 2000), por ende,
los enunciados universales de la normatividad supranacional se volvieron cada vez
menos inteligibles a medida que la nación se tornó jurídicamente simétrica del Estado,
éste convertido en una estructura formal de poder separada tanto de los gobernantes
como de los gobernados se desligó políticamente de ella” (Sousa Santos, 2000, p. 195).
En otras palabras, la identidad nacional, la historia de una nación queda por fuera de los
argumentos jurídicos. El Estado tiene que cumplir compromisos internacionales que en
muchos casos no se ajustan a nuestras costumbres, tradiciones, sometiéndonos a una
soberanía global.
39
Un ejemplo, es lo que señala el Observatorio de los Derechos de la Niñez y la
Adolescencia, que la normativa internacional que adopto el Ecuador a favor de los
derechos de los niños lo hiso sin considerar la realidad sociocultural e histórica, por lo
cual el Estado se vio limitado para ejercer el control y el efectivo cumplimiento de las
normas. Considera que la ratificación de normativas internacionales solamente estuvo
pensada para resolver una necesidad de cerrar la brecha entre los avanzados postulados
legales a nivel internacional y esa compleja, excluyente y violenta realidad (Álvarez
Velasco, 2012).
Según lo antes expuesto, queda en entredicho la practicidad de la normatividad en
contra del Trabajo Infantil. Las normas jurídicas internacional y su adaptación nacional
no responden en verdad a una realidad sino a una imposición. Jürgen Habermas hace
referencia a este hecho y lo llama “desvinculación de lo público con el campo social,
colonización del mundo de la vida, esto es, la destrucción de las relaciones sociales sin
la creación de adecuados equivalentes” (Jürgen Habermas citado en Sousa Santos, 2000,
pág. 71).
Redefinir los marcos analíticos para analizar el Trabajo Infantil
Debemos revaloriza la investigación para la vida y determinar
alternativas de lucha para la construcción de nuevos paradigmas (…).
Se trata de transformar objetos imposibles en objetos posibles, objetos
ausentes en objetos presentes (Sousa Santos, 2010, pág. 22).
Las políticas en contra del Trabajo Infantil no responden realmente a las necesidades de
una sociedad heterogénea, a causa de la imposibilidad de contextualizar el fenómeno a
través de marcos analíticos adecuados. El concepto oficial sobre Trabajo Infantil es tan
general y amplio que no puede comprender la realidad local.
Los conceptos se presentan con argumentos deseables, valores que nadie estaría en
contra y las causas adjudicadas al problema son utilizadas en una especie de
maniqueísmo funcional para alimentar las estadísticas. Convirtiendo a los conceptos del
Trabajo Infantil en medios instrumentales más que un medio de análisis, con el fin de
justificar la política pública abolicionista. Aurélie Leroy historiadora integrante de una
40
organización no gubernamental que contribuye a una reflexión crítica sobre los
conceptos y las prácticas desarrollistas, identifica el problema exponiéndole de la
siguiente manera:
El concepto de Trabajo Infantil está construido políticamente porque
fue definido en el marco a las políticas a implementar, en este sentido
legislado para abolirla (…) El concepto de Trabajo Infantil está
construida desde la OIT para considerarla operatoria la cual intenta
destacar aspectos y comportamientos cuantificables (Leroy, 2010).
Para plantear de otra forma la política pública en contra del Trabajo Infantil, debemos
reconfigurar los conceptos y categorías. Las causas deben ser utilizadas verdaderamente
como marcos analíticos que permitan entender el Trabajo Infantil en sus relaciones,
reconociendo la complejidad del fenómeno. Redefinir los conceptos siendo coherentes
con la realidad heterogénea que viven los niños trabajadores.
Debemos definir los marcos analíticos adecuados, que permitan construir una política
pública consecuente con sus enunciados de protección y participación. La definición de
las relaciones sin adecuados equivalentes, ya que sin eso nos arrebataría la posibilidad
de tener otra perspectiva, valores que actúen eficazmente en la vida social (Habermas,
1989).
Para crear esta posibilidad en el campo del Trabajo Infantil, es imperativo romper con la
premisa de que todo Trabajo Infantil es perjudicial. Teóricamente podemos tomar lo que
Bourdieu señala, poner la lógica de las cosas sobre la pretensión de la universalización
de las categorías que rigen, los juicios de valor que se presentan como verdad. Retomar
la construcción objetivista de las cosas sobre los supuestos morales que son
considerados pasivamente (Bourdieu , 2007).
Para lo cual, Bourdieu propone basarnos en campos totalizadores. El concepto de campo
totalizador y en el que podemos incluir el habitus, en palabras del autor son “estructuras
estructurantes”:
Principios generadores y organizadores de prácticas y de
representaciones que pueden ser objetivamente adaptada a sus metas
41
sin suponer el propósito consciente de ciertos fines, ni el dominio
expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente
reguladas y regulares (Bourdieu , 2007, pág. 86)
A lo que se refiere es, al paradigma que da sentido a las prácticas sociales, a saberes que
son integrado al pensamiento y visible en las relaciones cotidianas (Bourdieu , 2007).
Los campos totalizadores son la modernidad y el capitalismo de acuerdo a la
interpretación que hace Bolívar Echeverría. Define a la modernidad capitalista como la
forma histórica civilizatoria que totaliza la vida humana, desde un campo simbólico-
cultural y material-económico. Los fenómenos sociales contemporáneos están
determinados por el orden totalizador que establece la modernidad capitalista, no hay
representación social que se escape a su influencia. La modernidad capitalista incide en
cada aspecto de la vida a través de formas de dominio tanto simbólico como material.
La modernidad es la característica determinante de un conjunto de
comportamientos que aparecen desde hace ya varios siglos por todas
partes en la vida social y que el entendimiento común reconoce como
discontinuos e incluso contrapuestos (…). Ordena el pensamiento y la
vida material que hace posible nuestra reproducción. La modernidad
capitalista está en todos los aspectos de la vida y construyen las
formas de socialización del mundo occidental (Echeverría, 2011, pág.
118).
Estos dos conceptos analizados desde una posición crítica nos ayudan a explicar la
fenomenología social contemporánea desde una mirada diferente a la visión
funcionalista; el acontecer social como dominación y resistencia a lo largo de la
historia; y, a sustentar una desconstrucción de los enunciados que promulga la
modernidad capitalista.
De ahí que, retomar los marcos analíticos en función de las estructuras, nos permitirían
mostrar todos los factores y relaciones que se generan detrás de un fenómeno.
La visión lineal como está planteada actualmente, no permiten mirar realmente cuales
son las causas que general el problema del Trabajo Infantil, para entenderlos debe
42
plantearse desde una perspectiva estructural. Los dos elementos, tanto la modernidad
como el capitalismo nos ayudan analizar desde esta mirada.
Asimismo pone a la vista una contradicción fundamental, la utilización de la capacidad
transformadora de las personas para modificar su mundo, tanto simbólico como material
para fines externos a los intereses transcendentes de lo humano.
Elementos de la modernidad que nos ayudan a entender los preceptos vigentes en
contra del Trabajo Infantil
Quienes se interesen en cuestionar el carácter abolicionista que tiñe las
agendas para la erradicación del Trabajo Infantil, deben discutir el
carácter de la noción moderna de infancia (Pedraza Gómez, 2015, pág.
88).
En este apartado desarrollaremos como el concepto de modernidad subsume los
fenómenos sociales, entre ellos el Trabajo Infantil, independientemente de la
concepción que tengamos sobre la problemática. Hay que tener en cuenta que las
estructuras de la modernidad determinan las ideas y la percepción de las cosas. En este
mismo sentido, Jürgen Habermas indica que, “la modernidad determina el conjunto de
comportamientos sociales; los mundos de la vida moderna están determinados por un
trato, convertido en reflexivo por la universalización de las normas de acción y por una
generalización de los valores” (Habermas, 1989, pág. 12).
La modernidad abarcó todos los aspectos de la vida, y relegó los valores tradicionales
que antes eran importantes. Influenciando directamente en la subjetividad de los seres
humanos y en las acciones de la sociedad.
En la famosa obra de Marshall Berman “Todo se desvanece en el aire” podemos
exponer que la modernidad se encuentra en cada aspecto de la vida utilizando el
personaje principal en la obra de Goethe. El personaje Fausto agobiado por la
destrucción producida por la modernidad y trata de escapar. Si bien, Fausto trata de
huir, no puede, la energía es cautivadora y decide unirse, pero, le causa un sentimiento
de remordimiento debido a la destrucción causada.
43
La metáfora nos ensaña que no importa destruir tradiciones o entornos naturales,
mientras todo responda a los modelos modernos, los efectos producto de la
transformación son secundarios. Permite mostrar que el ser moderno es una actitud, que
no le importa los efectos que causas los procesos. Que la experiencia generada en el
pasado es vista como remota pero añorada, el futuro como algo inevitable y seductor, un
círculo interminable que se repite generando sentimientos de nostalgia y esperanza.
Para lo cual, el pasado tiene que ser violentamente destruido, arrancado y remplazado
por la esperanza del nuevo futuro, que sólo se cumple mediante la memoria del pasado
oprimido (Habermas, 1989, pág. 23).
Como consecuencia, se polariza la vida en una relación antagónica entre pasado y
futuro, no pueden coexistir ambas a la vez. Las formas tradicionales son consideradas
como un pensamiento ilegítimo, aquellas experiencias que se generaron en el pasado
ahora son cambiadas, en su lugar buscamos nuevas experiencias, que sean provocadoras
y nos inviten a mirar un horizonte de expectativas en base al progreso. Algunos
preceptos en la actualidad son el aumento de los bienes materiales e intangibles como la
libertad, enunciados de la modernidad que se establecen en forma de promesa.
Todas las reglas y juicios que ordena al mundo se imponen en bajo el dominio de un
orden lógico patriarcal (Horkheimer & Adorno, 1994).
Se eliminaron arbitrariamente distintas formas de vida para incorporar otras por medio
del dominio y el sometimiento. De ahí que, nuevos estilos de vida aparecieron como
proyectos de actualización o realización de la esencia moderna; son proyectos que se
transponen unos a otros, que luchan por el predominio de la vida social, con nuevos
valores.
Esta misma apreciación tiene Marshall Berman. “Los hombres y mujeres son
transformados por los procesos económicos y sociales, generando nuevos modos de
autodesarrollo” (Berman, 1989, pág. 58). Estos procesos interiorizaron en la
subjetividad como generadores de progreso, que hacen que sea difícil imaginar otras
condiciones que no estén basadas en los procesos modernos.
44
Bolívar Echeverría entiende este proceso como la configuración histórica para
concretizar las formas modernas (Echeverría, 2011).
Lo que produce que la percepción que promueve la modernidad sobre las cosas sea
aceptada sin contrastar otras posibilidades, marcando aspectos de la vida desde una
lógica opresiva, entre lo civilizado y lo no moderno (Mignolo, 2007).
El progreso es una categoría importante para analizar los preceptos del Trabajo Infantil,
ya que en base la idea de progreso se deslegitima el Trabajo Infantil como practica
tradicional, y se alude al Trabajo Infantil como un indicador más de subdesarrollo. El
Trabajo Infantil se presenta como negación de las formas de crianza tradicionales y el
remplazo por otras que se ajusten a las expectativas modernas, sin preocuparse de las
consecuencias que podría acarrear la eliminación de las anteriores. La modernidad
suprime e invisibiliza las diferencias. Jurgen Habermas explica que: “a medida que la
vida cotidiana se vio arrastrada por el remolino de esta racionalización cultural y social,
se disolvieron también las formas tradicionales de vida” (Habermas, 1989, pág. 12).
A partir de esta diferencia, se construyó la disputan entre los argumentos de las dos
corrientes de Trabajo Infantil. La corriente abolicionista desde la idea de progreso es la
más visible. Ya que, la modernidad no solo tiene un aspecto abstracto, también una
existencia concreta a través de intuiciones y valores como la familia, la educación, entre
otros, que se imponen como inmutables y universales a través de la pantalla del
progreso. Estas se crean a fin de continuar reproduciendo un mundo moderno, que no
permite cuestionarlo.
La otra corriente permisiva cuestiona la posición moderna de expectativas y
desvalorización de lo tradicional. La crítica se puede enmarcar con lo que dice
Boaventura Sousa Santos, basta recordar que las grandes promesas de la modernidad y
racionalidad del mundo aún están por ser cumplidas, o que su cumplimiento ha
terminado por precipitar efectos perversos, para permitir cuestionar el poder
trasformador que plantea la modernidad (Sousa Santos, 2006, pág. 16). Considero que
son las promesas incumplidas y los postulados que se generan de estas las que tienen
que ser revisadas.
45
Comparto esta postura crítica, las soluciones a través de las instituciones modernas no
siempre funcionan y están en entredicho. Por lo cual, el título de la investigación es
análisis crítico a las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil, porque
considero que las soluciones desde la visión progresista no son las mejores.
En este sentido, entiendo por teoría crítica, estar en contra de la arbitrariedad de la
razón, el reflexionar sobre la praxis de la sociedad y los esquemas estructurales, no
conformarse con el sentido natural que se dan a las cosas, ni caer en la trampa de
conversar consigo mismo para reproducir la misma lógica de la cosas sin contrastar
otros pensamientos. “La praxis verdaderamente subversiva depende de la intransigencia
de la teoría frente a la inconsciencia con la que la sociedad permite reificarse al
pensamiento” (Horkheimer & Adorno, 1994, pág. 92).
La realidad, de la forma que sea concebida, es considerada por la teoría crítica como un
campo de posibilidades, siendo precisamente la tarea de la teoría crítica definir y
ponderar el grado de variación que existe más allá de lo empíricamente posible (Sousa
Santos, 2006, p. 18).
La teoría critica que recojo intenta reconocer otros saberes, no se trata de deslegitimar
un tipo de conocimiento sino de usarlo para el desarrollo de otros alternativas y, por otro
lado, en promover la interacción e interdependencia entre conocimientos científicos y
no científicos (Sousa Santos 2010:53), como lo que plantea Boaventura Sousa Santos:
considera que la misión de la teoría crítica es la visibilización de lo imposible entiendo
aquella que no reduce la realidad a lo que existe.
Entender la decolonialidad para redefinir la política pública.
Es sustancial establecer la relación estrecha que tiene el proceso colonial con la
estructura social actual, ya que es a partir del colonialismo que “el capitalismo se hace
mundial, eurocentrado, y la colonialidad como la modernidad se instalan, hasta hoy,
como los ejes constitutivos de este específico patrón de poder” (Quijano A. , 2000, pág.
97). Es alrededor de este elemento de poder que se constituye sistemáticamente todas
las relaciones en la estructura social. Esto no hubiera sido posible, si la modernidad no
46
se consideraba como un pensamiento superior, que puede englobar todas las relaciones
sociales.
No hay que dejar de mencionar que la modernidad fue viable cuando se enfrentó con su
otraedad, la distinción remite a una dualidad en que uno de sus elementos es calificado
como inferior, como concluye Enrique Dussel en su texto “El Encubrimiento del Otro”.
Europa sometió a su otredad y configuro un nuevo patrón de poder sujeto a la
modernidad capitalista, para constituir la realidad como la conocemos.
Europa necesitó encontrar un contrario para reafirmarse como única
forma de pensamiento universal y tomar conciencia de su historia en
el mundo como el mejor proceso civilizatorio. Este descubrimiento
significó el reconocimiento de sí mismo que tiene que ser
conquistado, colonizado, modernizado como materia del ego moderno
(Dussel, 1992, pág. 46)
Este proceso es histórico y se mantiene hasta la actualidad, el pensamiento colonial en
nuestros sistemas de significados y procesos sociales, económicos y políticos, a través
de sistemas de control y dominio que están presentes y ordenan el sistema mundo
capitalista.
El patrón de poder colonial está presentes en los proyectos de modernización que se
llevan a cabo en distintos momentos, con el fin de alcanzar relaciones capitalistas y
desechar las relaciones tradicionales que no favorecían al nuevo patrón de acumulación
capitalista y dominio cultural. En este sentido, los procesos en nuestros territorios hay
que estudiarlos a través la matriz colonial de poder, sí queremos establecer una
propuesta post-capitalista y post-colonial.
Para lo cual, debemos rescatar nuevas prácticas que han sido relegadas por el sistema-
mundo moderno, donde la acumulación y producción se han constituido en la ideología
dominante, antes que relaciones sociales basadas en la solidaridad.
Hay que tomar en cuentan que la colonización despojó a los territorios colonizados de
su conocimiento, para imponer su propio conocimiento y someter el pensamiento a las
racionalidades eurocéntricas. Ese proceso no se dio como nos hacen pensar, como una
47
mera periodización entre momentos históricos, o un remplazo sin ningún proceso de
lucha. El nuevo conocimiento fue impuesto a través de la fuerza, como una cualidad que
tiene la modernidad para ejercer el poder hacia el otro. El conocimiento es traducido
como el saber-hacer.
En el pensamiento colonial, la posesión del saber-hacer es exclusivo de la cultura
occidental, la que tiene el monopolio del conocimiento para transformar las cosas.
Quijano menciona que el poder hacia el otro es mantenido por el dominio del saber-
hacer, y no puede existir la imposición sin el ejercicio del poder (Quijano A. , 2000). Es
necesario una dependencia epistémica hacia el colonizador, producir una fractura de
sentidos que alimentan la vida para insertar en su lugar otros sentidos construidos en
diferentes contextos válidos para el dominante.
La colonización de los saberes y conocimientos, es una de las formas
más potentes de colonización cultural y, por ende, de colonización
imperial, que se inició con la colonización de América y que ha
supuesto la opresión social, política y cultural de los pueblos
ancestrales de este continente (Crespo & Vila, 2014, pág. 10).
Podemos interpretar el saber-hacer en varios espacios. En la sociedad moderna el
“saber hacer” está determinado por el Estado, es la encargada de establecer la
regulación del poder político, la ciencia política contemporánea la denomina política
pública para imponer una sola racionalidad humanistas y desarrollistas. Desde este
punto de vista, los nuevos colonizadores son los organismos internacionales que han
concretizado la relaciones colonizadoras en nuestras instituciones.
El saber-hacer en el caso de la política pública para erradicar el Trabajo Infantil está
subordinado al conocimiento eurocéntrico, al dominio del pensamiento desarrollado que
ve como su antagónico a lo tradicional y lo denomina subdesarrollado, marcando una
dualidad entre lo moderno que es aceptado y lo tradicional que es marginado.
Los procesos de construcción en el tema han estado marcados por esta dualidad y
determinados por las condiciones de dominio que han tenido los agentes económicos y
culturales.
48
Este proceso no ha sido asimilado sin ningún debate ni resistencia, bien se puede
afirmar que fue así en distintos campos de conocimiento, sin embargo en el campo
social que se basa mucho en experiencias pasadas, habido una resistencia a los procesos
homogenizantes de la modernidad capitalista que intenta sistemáticamente regular y
controlar los diferentes aspectos de la vida humana en decremento de los procesos de
emancipación social.
Este proceso de resistencia podemos verlos en los modos de vida andinos que coexisten
y se combinan con otros modos de vida al punto que pueden llegar ser contradictorios.
La modernidad capitalista no puede contener todas las manifestaciones culturales y
sociales, la sociedad encuentra intersticios donde reproducir otras formas que resisten a
los procesos modernizantes y al despojó de su propia epistemológica.
Lo expuesto anteriormente sobre la modernidad capitalista y colonización, es útil para
posicionarnos. El enfoque decolonial plantea una alternativa o contrapeso según
Mignolo, en el pensamiento que no se deja manejar por la lógica de la colonialidad, ni
se cree los cuentos de hadas de la retórica de la modernidad (Mignolo 2007:27). Es un
elemento sustancial para develar cuáles son los factores históricos que inciden
directamente al momento de definir el discurso de la política pública.
Uno de los aportes más significativo en términos teóricos del concepto, es visibilizar
otra versión de la colonización restando importancia a la narración oficial y la
deconstrucción las formas discursivas de dominación. Rechazando la lectura de la
colonización solamente como sistema explotación sino también como sistema de
conocimiento. La perspectiva cuestiona el pensamiento que considera el desarrollo
histórico de la sociedad como resultado de evolución natural, negando la esencia de los
procesos humanos desarrollados bajo la construcción histórica.
Metodología de Investigación
En concordancia con los objetivos de la investigación, la metodología es meramente
cualitativa. El análisis no consiste en una evaluación de impacto de la política pública
con el fin de comprobar alguna hipótesis sobre la eficiencia o eficacia de ésta, tampoco
49
un recuento descriptivo de las estadísticas que justifiquen las causas y consecuencias del
Trabajo Infantil como en la mayoría de trabajos y tesis examinadas.
La investigación está orientada desde las teorías macrosociales, a fin de especificar
cuáles son los procesos estructurales, ideológicos que operan para la construcción de las
políticas públicas en contra del Trabajo Infantil, desde una posición crítica. Contrario a
lo que se ha estado trabajando en el tema, que ha sido desde la inmediatez de contar con
datos cuantificables privilegiando los resultados antes que la realidad, que justifiquen la
mirada homogénea abolicionista.
Esta visión aplican los intelectuales denominados consultores para construir los marcos
analíticos y líneas programáticas para la construcción de las políticas públicas. Estos
intelectuales tienen ideas preconcebidas que no se alejan de los principios establecidos
abolicionistas. Existe un acuerdo implícito entre el consultor y el financista que no
deben salirse de los parámetros y enfoque de la idea hegemónica. Además estos
consultores al parecer escriben para ellos mismos, para su círculo que en el mundo de la
niñez se les ha denominado “guagulogos”, que tienen un pensamiento homogéneo sobre
lo que se quieren y deben hacer la infancia en nuestro país. Gramsci denomina a estas
figuras intelectuales orgánicos por estar relacionados a las exigencias de la clase política
que busca legitimar el consenso entre la sociedad política y la sociedad civil.
A fin de analizar desde otro enfoque a lo expuesto, y en concordancia con el objetivo de
la investigación de realizar un análisis crítico a la política pública, las técnicas
desarrolladas en el marco de la investigación son:
1. Análisis de contenido de los textos que muestran la política pública
2. Matriz de análisis comparativo con diferentes dimensiones en el
marco de la modernidad capitalista, con el fin de demostrar que los
argumentos y enunciados favorecen al modelo de capitalista colonial.
Para la primera técnica de análisis de contenido, se seleccionaron los más relevantes y
pertinentes documentos que contienen los planes, proyectos y marcos jurídicos de los
últimos años que guían las políticas públicas en el tema de Trabajo Infantil a nivel
nacional. Los documentos se dividieron en tres grupos: 1) Planes, programas y
50
proyectos gubernamentales; 2) Diagnósticos y evaluaciones realizados por distintas
ONG e instituciones gubernamentales; 3) Investigaciones realizados por los organismos
internacionales y ONG.
Planes
• Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017.
• Plan Nacional Decenal de Protección Especial Integral a la Niñez y
Adolescencia 2014.
• Agenda para la Igualdad de Niños, Niñas y Adolescentes 2012-2013.
• Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil
para el Ecuador 2014-2017.
Proyecto
• Proyecto de Protección Especial para Niños, Niñas y Adolescentes en
situación de vulnerabilidad en el país. 2013-2016.
Evaluaciones y Diagnósticos
• Evaluación de impacto del Proyecto Erradicación del Trabajo Infantil
en Botaderos de Basura.
• Evaluación del programa de Erradicación del Trabajo Infantil del
INFA
• Diagnostico situacional rápido de los mecanismos de intervención del
INFA en procesos de erradicación de Trabajo Infantil y coordinación
intersectorial.
Instrumentos técnicos metodológicos y guías de intervención gubernamental
e independiente.
• Norma Técnica de Protección Especial para los Servicios de
Erradicación del Trabajo Infantil y Mendicidad.
• Protocolo para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en
botaderos de Basura.
51
• Metodología del Centro del Muchacho Trabajador.
Entrevistas.
• Entrevistas realizadas por Cristiano Morsolin a diferentes actores
públicos y privados que están inmersos en los planes, programas y
proyectos así como niños y adolescentes en situación del Trabajo
Infantil. Las entrevistas se encuentran en el texto denominado
“Diferentes miradas sobre Trabajo Infantil, explotación, derechos y
ciudadanía activa de los niños, niñas y adolescentes del Ecuador”.
• Entrevistas a niños en situación del Trabajo Infantil que están
intervenidos en el proyecto para la erradicación del Trabajo Infantil
de la Fundación Telefónica en el texto “La voz de los niños sobre el
Trabajo Infantil”
El análisis consistió en buscar conceptos e ideas sobre el problema del Trabajo Infantil
que pueden ser atribuidos a 5 unidades o variables que configuran las nociones que
sirven para argumentación de la política pública. Las unidades de análisis consideraron
los patrones argumentativos que tenían los diferentes documentos. Las unidades de
análisis o variables identificadas fueron: 1) Causas 2) Efectos del Trabajo Infantil 3)
Concepción sobre Trabajo Infantil 4) Visión sobre la niñez 5) Soluciones.
Se buscó en el interior del texto cuales son las ideas y conceptos que se centran en la
unidad de análisis, no se estudió todo el texto. La recolección realizar una lectura
compresiva de cada apartado que se concluyó que pertenece a la unidad de análisis.
Las definiciones de cada unidad fueron las siguientes:
Causas: Se entendió como causa según la lógica de causalidad de que una
acción se pude explicar como resultado otra. Para lo cual se identificaron como
variables dependientes que usualmente ocupan para explicar el Trabajo Infantil a
la pobreza, aspectos culturales y educación de los padres.
52
Efecto del Trabajo Infantil: Todas las causas involucradas producen un efecto,
en la caso del Trabajo Infantil se utilizan muchos los efectos para justificas su
abolición y se identificaron en los textos los siguientes: la salud, educación,
económicos y morales.
Concepciones del Trabajo Infantil: Son las nociones teóricas o creencias que a
menudo son idealizaciones sobre que se quiere de un niño. Muchos de estas
concepciones son claves para formular cualquier enunciado a favor o en contra
del Trabajo Infantil. En todos los textos se evidencio la carga de valoraciones a
favor o en contra del Trabajo Infantil, el análisis consistió en buscar e identificar
los códigos que supongan rechazo o aceptación sobre la problemática.
Visión sobre la niñez: La visión sobre niñez se refiere al concepto de infancia
que tiene el autor y se presenta trasversalmente en todo el documento. En este
punto se identificó cual es la construcción paradigmática sobre niñez tomando
varias figuras que se desprende históricamente, una de ellas es la visión de la
convención de derechos del niño.
Soluciones: Son las estrategias o acciones que suponen deben remediar el
problema del Trabajo Infantil.
Con esta técnica se pretende descubrir los componentes conceptuales para la
construcción de la política pública, con el fin de responder a los objetivos de establecer
cuáles son los preceptos que sustentan la política pública para la erradicación del
Trabajo Infantil en el Ecuador. Demostrar que no se consideran diversos enfoques, solo
los postulados a partir de la Convención de Derechos del Niño y recomendaciones de la
OIT; y demostrar que la normativa, programas generados por la política pública para la
erradicación del Trabajo Infantil responde a una razón metonímica, según en el
concepto que utiliza Boaventura de Sousa Santos, que define a esta como como una la
única forma de racionalidad y por ende no permite el descubrimiento de otras formas de
pensar que no sean las determinadas por la modernidad capitalista.
53
CAPÍTULO II
SITUACIÓN ACTUAL DEL TRABAJO INFANTIL EN EL ECUADOR.
PRINCIPALES POLÍTICAS PÚBLICAS ENFOCADAS A SU ERRADICACIÓN
A partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia aprobado en el 2003 en el
Ecuador, ha habido importantes avances en la erradicación del Trabajo Infantil,
promovido por organismos internacionales y grupos sociales que trabajan a favor de los
derechos de los niños. Durante los últimos años este modelo ha alcanzado logros
plausibles. Veamos algunos datos; según información levantada por el Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), hay una reducción en la incidencia de
Trabajo Infantil, la cual pasa del 17% en el 2006 al 8.56% en el 2012. Estas cifras, en
números absolutos, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) representan
el retiro de 429.472 niños, niñas y adolescentes trabajadores.
Como se expuso los logros son importantes, sin embargo, es necesario examinar los
datos para no creer solamente en las versiones que emiten las investigaciones
descriptivas financiadas por instituciones gubernamentales, ya que, es someternos a la
versión oficial que últimamente han pasado ser parte del marketing político de los
gobiernos. Según Manfred Liebel (2013), considera que las cifras de erradicación de
Trabajo Infantil son poco convincentes, están basadas en categorías discutibles y en
métodos inadecuados.
Añadiendo a todo esto, hay que considerar que las estadísticas de Trabajo Infantil tienen
un sesgo implícito, debido a la percepción de ilegalidad sobre el tema. La definición
utilizada en la estadística juzga una condición social sobre la base de un paradigma de
niño que las familias pueden o no compartir. La familia y sus hijos entrevistados por un
funcionario, van a tener reparo en contestar positivamente la encuesta por el miedo a
represalias o vergüenza, ya que consideran que están haciendo algo socialmente
reprobado, además los instrumentos muchas veces pueden dejar de lado otros factores
que determinan el Trabajo Infantil, lo que dificulta aún más tener una estadística real.
Hay que tomar en cuenta esta crítica sobre las cifras, y la evidente dificultad
metodológica para la cuantificación del fenómeno. Sabemos lo difícil que es construir
54
una data que por lo menos se aproxime a todos los elementos importantes de la realidad,
aún más cuando las definiciones se ha convertido en un tema de disputa política y
civilizatoria como es el caso del Trabajo Infantil.
No quiero decir con esto que no haya que reconocer los datos que presentan logros con
respecto a la reducción del Trabajo Infantil, es ineludible utilizar los datos de las
instituciones para evaluar los avances en tema de Trabajo Infantil porque son los únicos
que existen.
Es necesario entender las estadísticas de Trabajo Infantil como información dudosa y
contradictoria producto de la manipulación política y dificultades metodológicas. Por lo
tanto, parte del enfoque crítico que se da a este trabajo, este capítulo toma en cuenta
estas dificultades políticas y metodológicas propias de tales mediciones.
Situación del Trabajo Infantil en el Ecuador
Conforme lo antes planteado veamos algunos datos sobre Trabajo Infantil que se maneja
en el país, considerando lo oficialmente difundido frente a los datos analizados
independientemente.
Partimos de que la definición construida para estudiar el Trabajo Infantil según el
discurso oficial no es analítica conforme al contexto, sino simplemente operativa hacia
los objetivos políticos y obtener estadísticas lo cual le hace cambiante conforme al
momento coyuntural.
Las investigaciones utilizan la misma definición para definir el empleo según la OIT
para medir el Trabajo Infantil sin considerar las especificidades; la definición es:
Personas ocupadas durante la semana hayan realizado alguna tarea al
menos una hora, que puede ser esta para el mercado o no,
remuneradas o no, a tiempo completo o a tiempo parcial, de carácter
eventual o regular, incluso, de carácter legal o ilegal, intentando
incluir la mayoría de las actividades de producción (Ponce & Falconí,
2011).
55
Con esta definición, según la Segunda Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil (ENTI)
en el año 2006 en el Ecuador existían 662.665 niños y adolescentes trabajadores entre 5-
17 años. Para el año 2012 la metodología para estimar el Trabajo Infantil sufrió un
cambio metodológico en comparación con los años anteriores. Los datos para la
encuesta ENTI 2012 utilizó según el INEC la definición establece que, se considera
Trabajo Infantil entre 5 y 17 años de edad, solo a los adolescentes que trabajaron al
menos una hora a la semana de referencia en actividades no peligrosas; e se excluye a la
población adolescente de 15 a 17 años de edad, que realizan actividades económicas
permitidas por el Código de Trabajo y el Código de la Niñez y Adolescencia a estas son
actividades que estén en 30 horas o menos de trabajo y que no impiden su
escolarización.
A continuación se presenta los datos de Trabajo Infantil desagregados por edad y
contrastado por periodos 2006, 2009 y 2012, considerando las diferentes metodologías.
Gráfico 1 Comparación de la incidencia del Trabajo Infantil por grupo de edad ENEMDUR 2009 - ENTI 2012
Fuente: Encuesta Nacional de Trabajo Infantil – ENTI 2012/ENEMDUR -2009 Elaborado por: David Hidalgo.
Como se observa en el gráfico, es evidente que los resultados son diferentes
dependiendo de la aplicación de las metodologías. Los datos muestran que existe una
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
45%
5 a 11 12 a 14 15 a 17
24.83%
30.57%
44.60%
2.80%
10.80%
23.50%
4.20%
12.90% 15.70%
2006 ENTI 2009 ENENDUR 2012 ENTI
56
reducción entre el 2009 y el 2012 del 30% del Trabajo Infantil en la edad comprendida
entre 15 y 17 años, grupo de edad en la que se realizó el cambio metodológico. Al
contrario de lo que ocurre con el segmento de edad comprendido entre 12 y 14 años que
habido un aumento en la incidencia de Trabajo Infantil en el mismo periodo del 2%. El
único patrón de aumento y disminución que son constantes son los datos relacionado
con la edad. Es decir, que los niños y adolescentes, a medida que crecen tienen mayor
probabilidad de trabajar.
Otro dato que es utilizado recurrentemente y que tiene algunos inconvenientes que
llaman la atención, tiene que ver con la relación estadística entre niños trabajadores y
pobreza por ingreso, situación que generalmente se la establece como uno de los
factores principales del Trabajo Infantil.
En el Ecuador según datos del INEC en el 2013 existen 2.643,284 millones de niños,
niñas y adolescentes en situación de pobreza por ingreso, que representa al 46.6% de la
población infantil. Según los mismos datos de los niños en situación de pobreza, estos
están distribuidos en todos los quintiles, como se muestra en la siguiente tabla que
contiene información tanto del ENTI 2012 como la Encuesta Nacional de Empleo,
Desempleo y Subempleo (ENEMDU) 2009.
Tabla 2 Distribución de niños trabajadores por quintil de pobreza Datos-ENTI Datos-ENEMDU
Tasa de Trabajo Infantil-2012
Tasa de Trabajo Infantil-2009
Quintiles de Ingreso
Quintil 1 8,90% 13,8% Quintil 2 4,64% 9,8% Quintil 3 10,14% 9,5% Quintil 4 6,10% 8,9% Quintil 5 13,47% 5,8%
Fuente: ENTI 2012/ ENEMDUR 2009 Elaborado por: David Hidalgo
Conforme a los datos de la tabla, si analizamos las dos encuestas ENEMDU y la ENTI,
el mayor porcentaje de niños que trabaja según la encuesta ENTI del 2012 se encuentran
contradictoriamente en el quintil 5, que se supone es el grupo de mayor ingreso
económico, en la encuesta de ENEMDU del 2009 tenía mayor lógica conforme al
discurso ya que la mayor prevalencia de niños trabajando estaba en el quintil 1.
57
El dato contradictorio del 2012 es probable que pueda responder a que la muestra fue
poco eficaz, lo que no permitió estimar todos los segmentos con la suficiente confianza,
lo contrario a los datos de ENEMDU, que fueron datos realizados con la encuesta de
empleo, además hay que considerar una variable en la encuesta especializada sobre
trabajo infantil, es la estigmatización que se crea en las clases de bajos ingresos sobre el
trabajo infantil, como se indicó al principio las encuestas sobre el tema de trabajo
infantil son complejas debido a la persecución que se ha realizado al tema. Sin
determinar cuál es efectivamente la causa, lo que comprueba es la manipulación de los
datos y que no existe una metodología eficaz para medir la problemática.
No obstante, si sumamos el porcentaje entre el quintil 3 y 5 en cualquiera de las dos
encuestas podemos ver que tiene igual proporción que los quintiles 1 y 2, lo que muestra
que el mismo porcentaje de niños trabajadores están en quintiles 3 y 5 que los quintiles
1 y 2, contrariamente a lo que se cree, de que la mayoría de niños que trabajan están en
los quintiles más pobres.
Considerando la inconsistencia del porcentaje de Trabajo Infantil y Quintil de pobreza
por ingreso, otro indicador que es manipulado es el coeficiente de correlación entre
estas dos variables. Por ejemplo los datos de Trabajo Infantil y pobreza, en el Plan
Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil para el Ecuador del
2014 al 2017 se hace mención que la correlación entre Trabajo Infantil y pobreza es casi
lineal, es decir mientras haya pobreza habrá Trabajo Infantil y así inversamente, la
pobreza medida por ingreso y trabajo infantil de acuerdo a la visión desarrollista y
mercantil es directa. Indicador que puede ser evidente e ideológicamente difícil de
refutar ya que las únicas sociedades en las que nos basamos como modelo y para ser
empíricamente comprobables que la hipótesis se cumple son las sociedades
eurocéntricas, lugares en los cuales la definición de desarrollo es el estándar de
medición. En donde se ha alcanzo un nivel económico y bienestar
En relación a lo antes indicado vemos como se manipula el indicador de coeficiente de
correlación para indicar la relación entre pobreza y Trabajo Infantil. La interpretación a
los datos que da el discurso oficial dicen que la correlación entre el porcentaje de
Trabajo Infantil y los índices de Pobreza Extrema y de Pobreza son estadísticamente
58
significativos y corresponden a 0,490 y 0,547. Cuando sabemos que ese coeficiente
según la teoría estadística corresponde a una correlación baja, poco significativa para
interpretar que existe una relación directamente proporcional.
Desde un actor internacional podemos ver como maneja el mismo argumento:
Al considerar conjuntamente la tasa de Trabajo Infantil con la pobreza
vista como una situación de ingresos insuficientes, hay una clara
correlación positiva: las mayores tasas de Trabajo Infantil se presentan
en los países con mayores niveles de pobreza y viceversa. Si bien el
coeficiente de correlación es de 0,54, es posible afirmar que el
fenómeno del Trabajo Infantil en América Latina se asocia
directamente con la pobreza en una dimensión global. (Programa
Internacional para la erradiación del trabajo infantil , 2007, pág. 21)
Ahora, si sacamos la correlación con los datos de las estadísticas sobre Trabajo Infantil
y pobreza por ingresos disponibles desde el 2002 hasta el 2012 en el INEC, se concluye
que la relación es positiva pero con una correlación moderada de 0,4399.
Gráfico 2 Correlación del trabajo infantil y pobreza desde el 2006 hasta 2012
Fuente: Encuesta Nacional de Trabajo Infantil - ENTI 2012/SIISE Elaborado por: David Hidalgo
Esto quiere decir que, como en los datos de los informes oficiales no hay una relación
directa, es decir, no existe una correlación alta entre la media de disminución del
R² = 0.4399
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
45%
0% 2% 4% 6% 8% 10% 12% 14% 16% 18%
Po
bre
za
Trabajo Infanitl
Relación entre Pobreza y Trabajo Infanitl
59
Trabajo Infantil y la pobreza, no bajan en la misma intensidad. La pobreza es una
variable determinante sobre el trabajo infantil, sin embargo, no es la única variable
como se quiere hacer notar en los discursos desarrollistas.
Esto significa que puede haber otras variables fuertemente relacionadas. Estos
argumentos forzados puede ser debido a lo que señala Eduardo Bustelo en su artículo
“Infancia en indefensión”, que los discursos sobre la pobreza consiste principalmente en
focalizar el análisis solo sobre los pobres, para ignorar la dominación de los ricos
(Bustelo, 2010).
Con este antecedentes ciertamente el Trabajo Infantil está relacionado con la pobreza
vista como falta de condiciones materiales desde un enfoque desarrollista, pero, para
mantener este argumento y convertirlo en dogma se juega con las estadísticas
generalizado fenómenos a fin de ajustarse a su razonamiento, sin contextualizar otras
variables que intervienen de una forma más directa.
Sin embargo, para tener un primer escenario, es necesario recurrir a las estadísticas para
tener una noción sobre la dimensión de la problemática, pero era necesario mostrar el
manejo de las estadísticas en relación al Trabajo Infantil para tener una idea de cómo se
juega con los datos en esta problemática.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil del 2012, existen en el
Ecuador un total de 359.517 niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años que trabajan
que representan el 8,56% de un total 4.199.296 de niños, niñas y adolescentes de
tomados a nivel nacional. De estos el 62,81% son hombres y el 37,19% son mujeres, lo
que puede demostrar una diferenciación sesgada por la condición de género y los
factores y mecanismos sociales, económicos y culturales en que desarrollan hombres y
mujeres. Por ejemplo en trabajo infantil domestico que realizan mayoritariamente las
mujeres es poco visibilizado y existe un subregistro, al contrario el trabajo agrícola o en
oficios como la pesca y trabajo artesanal o manufacturero que requieren un mayor grado
de fuerza física que es realizado mayoritariamente por jóvenes de género masculino, y
es tomado en cuenta por ser una labor mercantilizada.
60
De acuerdo al grupo de edad, la distribución muestra que el grupo etario con el mayor
número de niños, niñas y adolescentes trabajadores está en el grupo 15 a 17 años que
represente el 15, 73% del total de niños trabajadores, seguido por el grupo de 12 a 14
años con 11,92% y por último, el grupo de 5 a 11 años con 4,19%. Lo que tiene su
explicación sobre la responsabilidad en la economía familiar que van teniendo los niños,
niñas a medida que van creciendo, adicionalmente se incluyen otros problemas sociales
como el deserción escolar y el embarazo adolescente que son efectos y causas.
Los territorios que concentran las mayores tasas de Trabajo Infantil son las provincias
de Cotopaxi con 25,14%, seguida de Bolívar con 22,24%, Chimborazo con 21, 02%,
Cañar con 17, 38%, Loja con 15,97% y Azuay con 15,46%. Juntas, estas seis provincias
representan el 38,8% de la fuerza de Trabajo Infantil del Ecuador. A su vez, las
provincias con las menores tasas de Trabajo Infantil son Manabí con 4,36%, seguida por
Santa Elena con 4,88%, El Oro con 5,9%, Pichincha con 5,25%, Guayas con 5,34% y
Los Ríos con 5,56%. En conclusión, la provincia con la mayor tasa de Trabajo Infantil
es la de Cotopaxi con 25,12% y, la de menor tasa, la de Manabí con 4,36% y la
población con mayor prevalencia de Trabajo Infantil se concentra en la sierra antes que
en la costa, lo que permite entender una diferencia étnica del Trabajo Infantil, en donde
la cultura indígena juega un importante papel sobre la enseñanza y crianza de sus hijos.
Según información desagregada de la ENTI por zona y etnia, la mayor incidencia de
Trabajo Infantil se encuentra en el sector rural, donde habitan en su mayoría población
indígena y que no tienen acceso a otras formas de socialización además del trabajo,
sumándole a la cultura del aprender haciendo. Del total de niños trabajadores, el 28.99%
se identifican como indígenas, sin contar que algunos niños trabajadores emigrantes del
campo a la ciudad no se reconocen como tales.
Los niños que trabajan lustrando zapatos, vendiendo en los mercados o en la calle de las
ciudades, son provenientes de sectores rurales en donde la población es
mayoritariamente indígena y han sido desplazados debido a las duras condiciones
socioeconómicas en las que viven.
Apenas el 30,8% del 100% de los niños/as y adolescentes que trabajan según la
encuesta ENTI lo hace por ayudar económicamente a su hogar, mientras que al 27,9%
61
lo hace por aprender algunas destrezas. Lo que demuestra en cierta manera la relación
del Trabajo Infantil con otros factores además de los ingresos económicos como son los
componentes socioculturales.
A continuación se presenta los resultados de la encuesta ENTI con respecto a los
motivos por los cuales los niños trabajan.
Tabla 3 Motivos por los que los niños trabajan Motivo (Grupos de edad)
5 a 11 años 12 a 14 años
15 a 17 años
Total
Para completar los ingresos familiares
20.64% 25.57% 41.46% 30.89%
Para ayudar a la empresa o negocio familiar
36.20% 31.89% 17.57% 27.06%
Para adquirir destrezas/experiencias
34.02% 29.49% 22.93% 27.96%
Otros motivos 9.14% 13.06% 18.04% 14.10% Fuente: Encuesta Nacional de Trabajo Infantil - ENTI 2012 Elaborado por: David Hidalgo
Otro tipo de análisis se realiza con el tipo de actividad económica, que en nuestro país
por su situación productiva la mayor prevalencia es en la agricultura, seguido de la
construcción, dos ramas que no requieren mano de obra calificada. Datos que
concuerdan con la zonas que mayor porcentaje de niños trabajan en relación a su
población, que son entre el 80 y 90% de la población infantil que trabaja en la
agricultura; mientras que en el ámbito urbano, el mismo porcentaje lo hace en el
comercio y construcción.
62
Gráfico 3 Porcentaje de Trabajo Infantil según rama
Fuente: Censo nacional de población y vivienda 2010 Elaborado por: David Hidalgo.
El recuento estadístico se basó en información oficial, no obstante, existe información
invisibilizada que no aporta con el argumento abolicionista y no se encuentran en
ningún trabajo.
Un dato que no se considera debido a que el Trabajo Infantil es prohibido y no sirve
para plantear la política pública abolicionista, es sí los niño niños tienen alguna
protección laboral o sí caso el Trabajo Infantil aporta de alguna manera al aprendizaje
de destrezas y habilidades.
Según información recogida del trabajo de Velasco Abad, el 99% de niños que trabaja
no tiene ninguna protección legal, es decir, no puede acceder a seguro social ni
vacaciones o sobresueldos. Por lo tanto, abaratando considerablemente el costo de
producción, transfiriendo mayor ganancia al capitalista.
Con respecto a la condición laboral representada por la remuneración y cantidad de
horas según la encuesta ENTI 2012. Los niños, niñas y adolescentes que solo trabaja
reciben promedio un ingreso mensual de 120 dólares y su carga horaria es de más 160
horas semanales. Para la categoría de niño que trabaja y estudia, en promedio es menos
de 40 horas semanales y su remuneración acerca de 70 dólares mensuales.
42%
10%
0.4%
11%16%
2% 1%
17%
32%
1% 0.1%
12%
21%
0.4% 0.4%
34%
Hombre Mujer
63
Todos los datos expuestos considero que conlleva un problema, es la incapacidad de ver
los factores estructurales de relaciones de dominación, las estadísticas solamente
muestran una diferencia cuantitativa entre una condición específica y su relación con el
trabajo, no una relación con el entorno, esta visión puede ocultar y naturalizan las
relaciones injustas.
Las estadísticas están enmarcadas en la corriente abolicionista, no existen estadísticas
completas que consideren todos los factores positivos o negativos, que podamos
contrastar para obtener un juicio más objetivo y menos moral.
Política pública para la erradicación del Trabajo Infantil en Ecuador
La política pública en contra del Trabajo Infantil sufrió un impulso importante en el
Ecuador en el 2003 a partir de la aprobación del Código de la Niñez. Se produjeron
cambios en múltiples normativas, la construcción de planes y programas enmarcados en
la nueva doctrina de Protección Especial, en el cual se plantea que es el Estado, la
sociedad y la familia son los agentes que deben garantizar el desarrollo integral de los
niños, niñas y adolescentes.
Con esta norma jurídica, se creó el Sistema Nacional Descentralizado de Protección
Integral a la Niñez y Adolescencia (SNDPINA), con el fin de crear un conglomerado de
instituciones públicas y privadas que velen por el cumplimiento de los derechos en el
territorio. Concomitantemente, se crearon instituciones con jurisprudencia local, como
son los Consejos Cantonales de la Niñez y las Juntas de Protección de Derechos
conformado por la sociedad civil para generar exigibilidad y sancionar la violación de
derechos del niño.
En el nivel nacional la instancia responsable de definir, planificar, controlar y evaluar
las políticas relativas a la niñez es el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia
(CNNA). Entre sus funciones principales el CNNA esta:
Evaluar el cumplimiento de la Política Nacional de Protección Integral
a la Niñez y Adolescencia y asegurar la correspondencia de las
políticas sectoriales y seccionales con la política nacional de
protección integral y exigir de los organismos responsables su
64
cumplimiento, así como la de formular las directrices generales a nivel
nacional para la organización del Sistema Nacional de Protección y
coordinar su aplicación con los consejos cantonales (CONEPTI,
2005)
En 1997 se creó el Comité Nacional para la Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil
(CONEPTI), para establecer una política nacional en materia de Trabajo Infantil en el
Ecuador. El fin de este organismo es velar por el cumplimiento Plan Nacional de
Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil, después de la ratificación del Convenio
182 de la OIT en cual establece la eliminación de las peores formas del Trabajo Infantil
(Albornoz, 2010).
Entre las peores formas de Trabajo Infantil que están prohibidas en el Ecuador están:
• En minas, basurales, camales, canteras e industrias extractivas de
cualquier clase
• En actividades que implican la manipulación de substancias
explosivas, psicotrópicas, tóxicas, peligrosas o nocivas para su vida,
su desarrollo físico o mental y su salud
• En prostíbulos o zonas de tolerancia, lugares de juegos de azar,
expendio de bebidas alcohólicas y otros que puedan ser
inconvenientes para el desarrollo moral o social del adolescente
• En actividades que requieran el empleo de maquinaria peligrosa o
que lo exponen a ruidos que exceden los límites legales de tolerancia;
• En una actividad que pueda agravar la discapacidad, tratándose de
adolescentes que la tengan
• En las demás actividades prohibidas en otros cuerpos legales,
incluidos los instrumentos internacionales ratificados por el Ecuador;
y,
• En hogares cuyos miembros tengan antecedentes como autores de
abuso o maltrato
Complementariamente existe el convenio 138 también expedido por la OIT referente a
la prohibición de la edad mínima para el Trabajo Infantil. A de este convenio se incluye
65
en la normativa los 14 años como edad mínima para toda clase de trabajo, ya que antes
se regulaba por ramas de trabajo. El Ecuador ratificó este convenio el 19 septiembre de
2000 en el cual se compromete según el Art.1 a seguir una política nacional que asegure
la abolición efectiva del trabajo de los niños y eleve progresivamente la edad mínima de
admisión al empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo desarrollo
físico y mental de los menores (OIT, 2015).
Existe cierta flexibilización sobre el trabajo que puede realizar los niños, siempre y
cuando el niño cumpla con la edad mínima establecida, además trabajos que sean
considerados como prácticas ancestrales formativas, en los dos casos tienen que reunir
las siguientes condiciones:
• Que respeten el desarrollo físico y psicológico del adolescente, en el
sentido de asignárseles solamente tareas acordes con sus capacidades
y etapa evolutiva;
• Que contribuyan a la formación y desarrollo de las destrezas y
habilidades del adolescente;
• Que transmitan valores y normas culturales en armonía con el
desarrollo del adolescente; y,
• Que se desarrollen en el ámbito y beneficio de la comunidad a la que
pertenece el adolescente o su familia
Para cumplir con el convenio se incluyó en los diferentes cuerpos legales la edad
mínima para trabajar a los 15 años y para los mayores de 15 años la prohibición del
trabajo depende de las condiciones en las que desarrolla las actividades laborales y las
ramas de trabajo según su peligrosidad. Se reforzó la obligatoriedad de cursar la
educación básica hasta el 10mo básica.
Cabe señalar, que en el Ecuador la edad mínima para trabajar consta en nuestra
legislación mucho antes, como lo describe el trabajo de Luna Tamayo.
La Ley de Trabajo de mujeres y menores y de protección a la
maternidad dictada por la Asamblea Nacional de 1928, a tres años de
la revolución juliana. Esta ley, que prohíbe el trabajo de los niños
66
menores de 14 años, limita el trabajo de los adolescentes menores de
16 años y protege a la mujer trabajadora en su embarazo y lactancia
(Luna, 2008, pág. 73).
En la legislación nacional fueron incluidas las definiciones de los convenios 138 y 182
de la OIT sobre Trabajo Infantil en los siguientes cuerpos legales:
• Constitución del 2008
• Código de la niñez
• El Código de Trabajo
En la constitución del 2008 el Artículo 46 se establece la adopción por parte del Estado
de una serie de medidas de protección contra la explotación económica. En particular el
segundo apartado establece que:
Protección especial contra cualquier tipo de explotación laboral o
económica. Se prohíbe el trabajo de menores de quince años, y se
implementarán políticas de erradicación progresiva del Trabajo
Infantil. El trabajo de las adolescentes y los adolescentes será
excepcional, y no podrá conculcar su derecho a la educación ni
realizarse en situaciones nocivas o peligrosas para su salud o su
desarrollo personal. Se respetará, reconocerá y respaldará su trabajo y
las demás actividades siempre que no atenten a su formación y a su
desarrollo integral (Constitución de la Republica 2008).
El Código de la Niñez y Adolescencia, en su Título V del Libro Primero, indica que la
edad mínima para todo tipo de trabajo son los 15 años, incluido el servicio doméstico,
fija la jornada máxima de los adolescentes entre 15 y 17 años en 6 horas diarias y 5 días
a la semana, determina los trabajos prohibidos, las obligaciones de registro y otras
medidas de protección del niño, niña o adolescente trabajador, así como las sanciones
aplicables por infringir las normas relacionadas con el Trabajo Infantil.
Por otro lado, el Código del Trabajo reconoce a los adolescentes que han cumplido los
15 años la capacidad para trabajar, sin necesidad de autorización alguna y que se
cumplan todos sus derechos laborales; no obstante, prohíbe toda clase de trabajo por
67
cuenta ajena solo a través de un empleador. Establece la jornada máxima de trabajo en 6
horas diarias y 30 horas a la semana; prohíbe el trabajo en horario nocturno y en los días
sábados, domingos y de descanso obligatorio. Además de los trabajos que considera
prohibidos el Código de Niñez y Adolescencia califica el trabajo que por su naturaleza o
por las condiciones en que se lleva acabo, es probable que dañen la salud, la seguridad o
la moralidad de los niños, como en los siguientes casos:
• La destilación de alcoholes y la fabricación o mezcla de licores
• La fabricación de albayalde, mínimo o cualesquiera otras materias
colorantes tóxicas, así como la manipulación de pinturas, esmaltes o
barnices que contengan sales de plomo o arsénico
• La fabricación o elaboración de explosivos, materias inflamables o
cáusticas y el trabajo en locales o sitios en que se fabriquen, elaboren
o depositen cualesquiera de las antedichas materias
• La talla y pulimento de vidrio, el pulimento de metales con esmeril y
el trabajo en cualquier local o sitio en que ocurra habitualmente
desprendimiento de polvo o vapores irritantes o tóxicos
• La carga o descarga de navíos, aunque se efectúe por medio de grúas
o cabrías
• Los trabajos subterráneos o canteras
• El trabajo de maquinistas o fogoneros
• El manejo de correas, cierras circulares y otros mecanismos
peligrosos
• La fundición de vidrio o metales
• El transporte de materiales incandescentes
• El expendio de bebidas alcohólicas, destiladas o fermentadas
• La pesca a bordo
• La guardianía o seguridad
• En general, los trabajos que constituyan un grave peligro para la
moral o para el desarrollo físico de niñas y varones menores de la
indicada edad.
68
A partir de este marco normativo, se puede ver claramente la tendencia de considerar
por el discurso oficial que todo Trabajo Infantil es una vulneración de derechos, aunque
existe en la normativa expresiones que los hace permisivo, esta no es socializada, lo que
dificulta la debida protección laboral. Por el contrario existe una fuerte campaña y
acciones para erradicar el Trabajo Infantil. Hecho, que muestra que el avance en materia
de Trabajo Infantil en el Ecuador se ha desarrollado solo desde la corriente
abolicionista.
Actualmente el gobierno como parte del diseño de la política pública en contra del
Trabajo Infantil lanzo un Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo
Infantil para el Ecuador del 2014 al 2017, sin cambios a los argumentos y conceptos
abolicionistas. Lo que se puede rescatar es que propone una inversión en el sector social
y crea mecanismos para mejorar la prestación de servicios sociales gratuitos como
educación y salud dirigida a niños y sus familias en situación de vulnerabilidad, gastos
que en muchos casos ocupaba un porcentaje considerable en la economía familiar.
Articula las políticas y lineamientos estratégicos para erradicar el Trabajo Infantil, con
el concepto del Buen Vivir. En el Plan Nacional de Buen Vivir 2013-2017 lo establece
claramente entre sus objetivos que el Trabajo Infantil es una vulneración flagrante a los
derechos, por lo cual el Estado debe garantizar la protección especial universal y de
calidad, durante el ciclo de vida, a personas en situación de vulneración de derechos y
desarrollar y fortalecer los programas de protección especial desconcentrados y
descentralizados, que implican amparo y protección a personas en abandono, en
particular niños, niñas, adolescentes y adultos mayores y que incluyen la erradicación de
la mendicidad y el Trabajo Infantil (SENPLADES, 2013).
En el mismo plan, propone profundizar y promover políticas para la erradicación el
Trabajo Infantil doméstico y las peores formas de Trabajo Infantil y desarrollar o
fortalecer los programas de protección especial.
Entre las acciones que el plan considera está vincular a los niños y adolescentes con
rezago escolar al sistema educativo para que no sigan acumulando más años. Focalizar
las asistencias sociales y mejorar el control en la ramas de trabajo consideradas
peligrosas.
69
Mediante estos parámetros se articulan los demás proyectos y estrategias de las
intuiciones que están a cargo del diseño y ejecución de la política pública como el
Ministerio de Inclusión Económica y Social y el Ministerio de Relaciones Laborales.
Los cambios en la política social conforme a lo expuesto de cierta manera han permitido
avanzar en la abolición del Trabajo Infantil, provocándonos una sensación de
entusiasmo que nos empuja a continuar con las mismas estrategias, pero hay que ser
críticos e intentar ir más allá. Aún existen formas de Trabajo Infantil basadas en la
explotación y como única solución se ha dado la persecución o criminalización de la
pobreza, por lo cual, hay que pensar otros esquemas que avancen en la búsqueda de un
pensamiento propio que nos haga autores de nuestra historia, rescatado las cosas
positivas de las formas tradicionales de crianza, para no basarse en modelos
eurocentricos. El fin es trazar nuevas formas para afrontar la problemática con modelos
más coherentes y próximos a nuestra realidad.
Las respuestas dadas para solucionar el problema del Trabajo Infantil aún son lejanas,
más para las familias indígenas y subalternas que comparten otra realidad. Las
soluciones son deterministas y estáticas como es el caso de los proyectos para la
erradicación del Trabajo Infantil, basados en los parámetros de la OIT y la doctrina de
protección integral implementada a partir del Código de la Niñez.
Para viabilizar tenemos que revisar varios enfoques que no han sido considerados para
la erradicación del Trabajo Infantil. Incluso la propia OIT en varios de sus informes
reconoce al Trabajo Infantil es una realidad latente y difícil de resolverlo. En el tercer
informe mundial de la OIT sobre Trabajo Infantil, advierten que “el ritmo y
características del progreso no son lo suficientemente rápidos para cumplir con el plazo
de eliminar las peores formas de Trabajo Infantil para 2016” (Ponce & Falconí, 2011,
pág. 19).
Con respecto a la corriente “permisiva”, en las instituciones del Ecuador no se ha
desarrollo lo suficiente para tener una valoración alternativa. Excepto el Centro del
Muchacho Trabajador (CMT) que es una fundación privada. La fundación fue regentada
en 1964 por el padre Juan Halligan de la orden jesuita, con el fin de dar un servicio
social a los “niños trabajadores de la ciudad de Quito, cuya actividad laboral se da
70
fundamentalmente en el campo de la limpieza de calzado, que no estén atravesados por
problemas de delincuencia y que mantengan vínculo familiar” (Calle, 2007, pág. 15).
La fundación se convirtió en un referente en el Ecuador que aplica una corriente
permisiva o contraria a la abolicionista, por la propuesta integral en la atención de los
niños trabajadores, no solo enfocada en la protección del niño sino mejorar el entorno
social, cultural y económico. El trabajo parte de educación a la familia y la lucha contra
la pobreza para combatir el Trabajo Infantil, ya que valora el trabajo de los niños desde
la capacidad de generar valores positivos de responsabilidad y fomentar las habilidades
para su formación que les ayudan a romper el círculo de la pobreza. Cabe indicar que,
discrimina el Trabajo Infantil que perjudica la salud de los niños y que interfiere con la
escolarización, obligándole abandonar permanentemente su educación.
Con la intervención han logrado cambiar la subjetividad de los niños y sus familias
desde el trabajo como un valor positivo.
Los egresados identifican su trabajo de cuando niños como una forma
de aprender a vivir y una oportunidad de crecimiento y formación, lo
que da como resultado que sea cual sea su posición económica y
social actual, revaloricen su origen de niños trabajadores en cualquier
espacio que accedan (Calle, 2007, pág. 21 citado en Albornoz, 2010)
Uno de los logros que alcanzado la fundación con la metodología de intervención de
acuerdo con la evaluación de impacto que se realizó a la fundación, es que más del 75%
de sus egresados tengan posibilidades de una adecuada inserción social y laboral,
basadas en la formación integral que ellos han recibido durante su permanencia en la
institución (Calle, 2007).
Tal éxito en el cumplimiento de los objetivos debería ser puesto como modelo para ser
replicado, sin embargo, el gobierno actual no han inventado nada nuevo, después de
todos los convenios internacionales suscritos para implementar la política pública en
contra del Trabajo Infantil en el Ecuador, nacido en un ambiente neoliberal, en la
década de los 90´s y 2000, período en el cual la sociedad civil tuvo que suplir el trabajo
del Estado a través de ONG y fundaciones. Cabe resaltar que la mayoría de
organizaciones y fundaciones pro-derechos de los niños surgieron por el abandono del
71
Estado durante las crisis del neoliberalismo, en donde se generó los picos más altos de
Trabajo Infantil. La respuesta frete a eso fue mayor control en las calles y fábricas y
empresas de los sectores populares, que hasta la actualidad continúan siendo aplicadas.
No hemos podido construir otras formas de intervención, ni cuestionar el modelo, lo
cual puede es comprensible debido a que en la época del neoliberalismo la crítica estaba
mejor construida y relativamente las contradicciones eran más visibles. Las
organizaciones luchaban contra la peor lógica del capitalismo “el sálvese quien pueda”,
la falta de servicios sociales y un modelo económico privatizador que empobrecía a las
familias. Se vivía la ausencia del Estado y la presencia de programas sociales
paternalistas.
Ahora las ONG´s y fundaciones ya no demandan, ni critican al gobierno por la falta de
servicios sociales, porque en cierta medida se han cubierto algunas demandas a causa al
modelo reformista y visión modernizante que ha mejorado y ampliado los servicios
sociales, reduciendo así la brecha. Sin embargo, actualmente los proyectos y programas
para la erradicación del Trabajo Infantil no han cambiado sus estrategias y los objetivos.
Las estrategias de las ONG’s de mitigar las consecuencias del neoliberalismo ya no son
pertinentes y deben reconstituirse con nuevos enfoques y principios. Pensar lo
impensable, fuera de los marcos establecidos de la modernidad capitalista, que continúa
por el mundo evangelizando en la libertad individualista según las leyes del mercado,
que tiene repercusiones especialmente en la vida rural, que aún conservan formas no
capitalistas de subsistencia que produzcan valores de uso.
El gobierno actual de Rafael Correa ha construido un cerco teórico e ideológico sobre la
política social que trata de legitimar por medio de la propaganda. Es tan buena la
publicidad que los propios funcionarios públicos que trabajan en el tema, se preguntan
porque los niños continúan trabajando si tienen escuelas y compensaciones monetarias,
como establece las recetas de los organismos internacionales, parece que solamente es
un problema de idiosincrasia o de acceso a servicios.
La erradicación del Trabajo Infantil se convirtió en un trofeo político. En los discursos
por ejemplo vemos en la “emotiva” posesión de Rafael Correa en el 2013, como utilizó
72
niños rescatados del Trabajo Infantil del proyecto “Cantores del Pueblo”. En el mismo
acto, la presidenta de la Asamblea Nacional en su discurso se refirió al tema del Trabajo
Infantil en los siguientes términos:
“En este mismo período (refiriéndose a los 6 años de gobierno) se ha
logrado rescatar del trabajo laboral a casi medio millón de niños. Estos
niños que en flagrante inobservancia de sus derechos humanos, el
sistema partidocrático les obligó a trabajar antes de tiempo para
sobrevivir y para ayudar a sobrevivir a sus familias. Estos niños ahora
en su gran mayoría, asisten a la escuela y se trasformaron de parias en
una esperanzadora promesa que dará sostenibilidad a la Revolución
Ciudadana” (Rivadeneira , 2013)
Actualmente la postura abre múltiples interrogantes. Qué están haciendo mal los
programas y proyectos gubernamentales que no tienen un impacto significativo. Los
proyectos brindan apoyo de toda índole, sin embargo, los niños continúan trabajando.
Por otro lado, existen intervenciones exitosas que han logrado que los niños ya no
trabajen y han estructurados otros formas de supervivencia. Las intervenciones que no
han tenido éxito, significan pérdida de recursos y oportunidad para cambiar vidas.
Es evidente que estos discursos han reforzado la percepción de que el Trabajo Infantil
casi ha desaparecido y, los pocos niños trabajadores que quedan, solo tienen que esperar
el progreso económico para dejar de trabajar, por lo que nos surge la siguiente pregunta,
que tanto es verdad eso en una sociedad como la ecuatoriana tan desigual y
culturalmente heterogénea.
Todavía no podemos declararnos como un país libre de Trabajo Infantil. Se puede
repetir lo que sucedió cuando se intentó declarar al país libre de analfabetismo; fue
cuestión de regresar a ver la realidad de una manera más consiente y menos clientelar
para darse cuenta de que todavía faltaba mucho por hacer, lo mismo podría pasar con la
aspiración de erradicar el Trabajo Infantil. Si bien como sociedad tenemos que
plantearnos metas, no hay que desconocer las causas estructurales que generan los
fenómenos sociales, esta distorsión puede llevarnos a desconectarnos con las
condiciones objetivas, porque son fenómenos estructurales que están determinados por
73
modelos civilizatorios desiguales y mono culturales. Tenemos que hacernos la siguiente
pregunta; ¿podremos erradicar por completo el Trabajo Infantil hasta el 2017 con las
estrategias actuales enfocadas únicamente a la modernización y ampliación de los
servicios sociales como propone el gobierno?
74
CAPÍTULO III
ANÁLISIS CRÍTICO DE LAS POLÍTICAS PARA LA ERRADICACIÓN DEL
TRABAJO INFANTIL EN EL ECUADOR COMO ELEMENTO QUE
RETROALIMENTA LA POLÍTICA ACTUAL
Análisis de contenido: Resultado del análisis de los planes, proyectos y marcos
jurídicos más relevantes
En concordancia con la metodología propuesta, la construcción teórica y epistemológica
para reflexionar sobre los preceptos en contra del Trabajo Infantil, no se basó
simplemente en analizar el estado del arte o los conceptos vigentes, que en muchos
casos son esquemas analíticos impuestos desde la moral de grupos hegemónicos o
burocracias internacionales. Sino de un análisis hermenéutico de cada uno de los
documentos desde un enfoque decolonial.
Los resultados del análisis realizado a los planes, programas e investigaciones fueron
los siguientes según las cinco variables antes detalladas.
1. Causas
Entre los documentos analizados se identificó un patrón argumentativo sobre las causas
del Trabajo Infantil que hace referencia a la pobreza como un factor sistémico. Esto se
puede evidenciar en el “ Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo
Infantil para el Ecuador 2014-2017” y el proyecto “Protección especial para niños, niñas
y adolescentes en situación de vulnerabilidad en el país” ejecutado por el Ministerio de
Inclusión Económica y Social, y algunos trabajos de instituciones y organismos. Entre
los argumentos que mencionan están:
El factor económico es el principal desencadenante para el Trabajo
Infantil, en familias que viven en situaciones de pobreza extrema y
que buscan reforzar los ingresos percibidos por los adultos con los
aportes económicos que deja el trabajo de sus hijos.
La presencia de una alta correlación entre la situación económica de
las personas y el Trabajo Infantil obliga a definir, específicamente a la
75
pobreza, como un factor asociado y probablemente como factor
determinante de la situación de Trabajo Infantil.
La oferta de mano de obra infantil es un factor determinante que se
alimenta de la principal causa que es la pobreza de sus hogares y la
necesidad de encontrar alternativas de incremento del ingreso familiar
a través del ingreso prematuro de los niños a la fuerza de trabajo.
Dos factores que cruzan los testimonios de todos los niños son
pobreza y familia. En todos los ámbitos los niños se identifican como
pobres y atribuyen el trabajo que realizan a este factor. En segundo
lugar, el trabajo se produce en el marco de la dinámica familiar de
cada niño. Una tercera condición surge de la interrelación entre los
dos factores: la pobreza determina la necesidad de responder a las
expectativas de la familia; los menores utilizan su mano de obra para
garantizar la supervivencia de los miembros.
La pobreza no solamente es concebida como causa sino también como consecuencia, y
un factor importante que aporta a la reproducción del círculo de la pobreza. El
razonamiento planteado del círculo de la pobreza está basado en la lógica de carencia de
oportunidades desde una concepción progresista e individualista, por ende, apegado al
paradigma de la modernización occidental. La percepción producida es que, el niño
pobre que trabaja debido a su condición económica está limitado según ideal occidental
de éxito, y sí se mantiene trabajando reduce más aun sus oportunidades, porque no va
ser lo suficientemente productivo.
La presencia del Trabajo Infantil aún representa una grave amenaza al
desarrollo de capacidades de los niños y niñas, y contribuye a
fortalecer los mecanismos de transmisión inter-generacional de la
pobreza y a ahondar la inequidad (Ponce & Falconí, 2011).
En una entrevista realizada por Cristiano Morsolin a Ernesto Delgado responsable del
proyecto para erradicación del Trabajo Infantil del Ministerio de Relaciones Laborales
en el 2012, muestra la visión que se tiene sobre el círculo de la pobreza en la siguiente
idea: los niños, niñas vienen de familias pobres en las que sus padres no han tenido
76
accesos a la escuela y el padre casi no ha tenido oportunidades, reproduciendo así las
mismas prácticas de trabajo con sus hijos.
La visión que tienen los organismos internacionales como UNICEF sobre la pobreza es
la siguiente:
Los que sufren una privación de los recursos materiales, espirituales y
emocionales necesarios para sobrevivir, desarrollarse y prosperar, lo
que les impide disfrutar sus derechos, alcanzar su pleno potencial o
participar como miembros plenos y en pie de igualdad en la sociedad
(Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 2004)
El concepto de pobreza que utiliza las instituciones gubernamentales desmoviliza a los
sujetos y genera una percepción negativa sobre la actuación de los agentes, lo que
reduce la posibilidad de tener un entendimiento positivo de cualquier iniciativa en los
propios agentes para contribuir sus propias soluciones a sus problemas. Con la noción
desarrollada de pobreza, no existe alguna posibilidad de imaginar que el Trabajo Infantil
que realiza un niño pobre o de poblaciones indígena puede ser una alternativa adecuada
para fomentar el aprendizaje respetando sus necesidades culturales de “aprender
haciendo”. “Lo que constituye una nueva fuente de asimetrías entre la modernidad
occidental y las demás culturas” (B. Latour, 1991 citado en Espinosa, Trabajo Infantil y
pluralidad de políticas: caridad, filantropía de políticas: caridad, filantropía, 2009)
Una familia pobre que sus hijos trabajen inmediatamente nos produce una relación con
la explotación, estigmatizando el Trabajo Infantil sin considerar otros factores
estructurales y condiciones, lo que al final agrava el problema, se llega a penalizar una
condición socialmente producida como es la pobreza. Incorporando las estructuras
objetivas de la pobreza como la exclusión y sus consecuencias en las relaciones de
distribución a solo estructuras subjetivas.
Considerar solo la pobreza como causa de todos los males, anula las contradicciones
estructurales del propio sistema. En este sentido, la relación entre producción, mercado
y trabajo no es abordado desde un enfoque de dominación y exclusión sobre las familias
empobrecidas. La miseria es el resultado de una serie de factores, entre los cuales están
77
la política de precios, las disparidades de renta, el acceso al agua mayor problema de las
ciudades del Tercer Mundo y, por supuesto, a la comida. (Godard, 2003, pág. 24)
El niño y su familia pensada en un estado de vulnerabilidad individual y no frente a las
estructuras que fomentan las relaciones desiguales en la modernidad capitalista. Aníbal
Quijano nos recuerda que el proceso de construcción de las formas de control-
explotación de trabajo y el control de la producción-apropiación-distribución fueron
impuestas a través de nuevo patrón de control de trabajo basado en la explotación y
división racial del trabajo que continúan hasta la actualidad (Quijano A. , 2000)
Otro factor que no se toma en cuenta sobre las causas es el proceso de urbanización y la
oferta de mano de obra infantil para reducir los costos de producción de las mercancías
para el mercado internacional, son muy pocos trabajos que consideran estos factores,
por lo cual, en los documentos analizados no se encontraba en ninguna parte.
El escenario de urbanización es la siguiente; los grupos campesinos inmigran del campo
a la ciudad para conseguir trabajo y por la poca oferta de trabajo no consiguen un
trabajo y si consiguen en muy mal remunerado. Las familias trabajan en actividades
asociadas a la llamada economía informal o de subsistencia, actividades en las cuales
los niños, niñas juegan un papel importante. “El 50 y el 75% de los trabajadores en
África y América Latina y Asia están empleados en la economía informal” (Leroy,
2010, pág. 11). En tal contexto las relaciones trabajo-salario no son generales, que
permita tener un mejor ingreso económico capaces de desestimular el trabajo de los
niños, niñas.
En cuanto a la necesidad de contar con una mano de obra barata con el fin de ofertar
productos de bajo costos para el mercado internacional manufacturera se habla muy
poco en los documentos analizados. Sin embargo, la tasa de mano de obra infantil en las
ramas de la industria agrícola y minera es elevada. Un trabajo realizado en el Ecuador
en el 2003 sobre el trabajo en bananeras nos deja ver como el requerimiento de mano de
obra es constante.
La dinámica es claramente sostenida por la oferta y la demanda de
mano de obra para el sector, con pocas mediaciones familiares y más
78
bien auspiciadas por la flexibilización laboral, la subcontratación y la
tercerización (…) El 78.5% de encuestados tiene antecedentes
laborales. El 26.8% de los niñas y niñas obtuvieron el trabajo
directamente en la empresa, un 43.1% a través de un contratista, un
7.2% son tercerizados y un 4.5% trabaja por cuenta propia (Harari &
Albuja, 2003).
Otro aspecto que está presente en los documentos analizados sobre las causas es la
pobreza en base a los ingresos, esta tiene una doble moral, porque, por un lado se
empuja a que los salarios de los trabajadores sean bajos y por otro se intenta crear
políticas con el objetivo de mejorar los ingresos familiares. Situación que podemos
entender debido a la demanda de mano de obra barata para reducir los costos de
producción de bienes primarios. La solución sería remunerar mejor a las familias, sin
embargo, esta solución no se considera como opción debido a que no tendríamos unos
productos competitivos para el mercado mundial.
Las relaciones económicas desiguales con los países centrales no permiten tener
mejores salarios. Es en función de esta necesidad que se organiza el trabajo en la región,
desde entonces la relación laboral esta cimentada en relaciones informales
desequilibradas y la activa y necesaria participación de los niño, niñas s en la
reproducción económica de la unidad doméstica (Morsolin, 2010). El siguiente cuadro
muestra como es proporcional el número de niños, niñas trabajadores con el nivel de
desarrollo económico en zonas dependiente.
Tabla 4 Estimaciones regionales de niños económicamente activos entre 5 y 14 años de edad en el año 2000
Región Proporción de niños trabajadores Economías desarrolladas 2 % Economías en Transición 4 %
Asia y Pacifico 19% América Latina y el Caribe 19%
África Subsahariana 29% Medio Oriente y África del
Norte 15%
Fuente: OIT 2002 Elaborado por: José Luis Rivadeneira y María Tamara Cruz
Otras de las causas que se identifica en los análisis, tiene que ver con el poco interés que
dan los niños, niñas y las familias subalternas a la educación formal a cambio de valorar
79
los ingresos económicos, en muchos casos este es un factor de deserción y rezago
escolar. Como resultado los niños, niñas cuentan con tiempo libre que ocupan con el
trabajo. El caso que se presenta el siguiente.
Los niños más que las niñas a partir de los 10 años empiezan a salir de
la comunidad con sus padres para buscar trabajos, luego de un tiempo
en ese trabajo, que generalmente es de oficial en obras de
construcción, ellos empiezan a adquirir ropa o comida, y contribuir
para el sustento familiar, según la percepción de los adultos el abrirse
campo laboral implica una serie de valoraciones positivas, un deber de
todas las personas (CARE Ecuador, 2009, pág. 24)
En un estudio sobre Trabajo Infantil en minas concluyó que:
Conforme avanza en edad se observa en los niños una disminución de
su disponibilidad para participar en procesos educativos. Ello obedece
a que el trabajo tiende a ser una fuente de identidad real y el colegio
una potencial que no resulta evidente en lo inmediato. (…) A los
padres les resulta complejo dimensionar la educación en todas sus
posibilidades, dado que ellos no han sido partícipes de procesos
educativos formales completos. (Centro Desarrollo y Autogestión,
2002, pág. 95)
La explicación que se puede dar especialmente en los sectores rurales, se basa que aún
no les parece necesario tener una formación escolar, ya que no conciben a la escuela
como única forma de conocimiento o lograr algún ascenso social, existen otras formas
de transmitir los saberes por vía oral que aun gozan de vitalidad funcionalidad y
prestigio social (Morsolin, 2010). Las relaciones sociales que entablan en su entorno no
favorecen a generar una percepción positiva a la educación. Son espacios en los cuales
tener una preparación formal no es de importancia en su pirámide de necesidades,
además tienen prácticas alternativas de transmisión de conocimiento.
Los que declaran la escuela como ‘alternativa moderna’ al ‘Trabajo
Infantil’ niegan que ya desde las épocas pre-coloniales y durante las
luchas liberadoras anti-coloniales se conocían conceptos y practicaban
formas educativas que vinculaban la educación con experiencia
80
laboral o actividades económicas tomando en cuenta y respetando las
características y necesidades particulares de los niños. (ProNATs,
2013, pág. 18).
Como se detalló en el marco teórico, la escuela moderna como está planteada compone
una institución más de control que sirve para legitimar las relaciones de dominio y
especializar a una clase para que ejecute sus tareas productivas, reproduciendo así la
estructura de clase. Según Julia Varela y Fernando Alvarez-Úria la escuela marca un
hito en la forma de ver el Trabajo Infantil en una sociedad moderna, ya que ven a los
niños, niñas en una etapa aun no productiva, asimismo, como un espacio dedicado a la
protección contra el mundo adulto. La escuela visibilizo el cuidado que debe tener el
niño. Todas estas concepciones que tiene la escuela sobre los niños, niñas constituyen a
la infancia en un proyecto político de clase impuesto.
Esta visión no es considerada, solo ven a la escuela como un medio para erradicar el
Trabajo Infantil ocupando a los niños, niñas en la institución de control. Por ende no
consideran el rechazo que genera una cosa impuesta. Los niños, niñas son obligados
adquirir una identidad y prácticas que no les pertenece de ahí su resistencia, que cabe
mencionarlo es deslegitimada por el pensamiento colonial.
Una de las recomendaciones de los organismos internacionales y del Estado es la
obligatoriedad de la educación y poner techo a la edad mínima de admisión al trabajo.
En síntesis, la imagen de un niño educado tiene que ver sobre el ideal de un niño
moderno, en el cual, existe una diferencia de naturaleza entre la incorporación al trabajo
de los niños, niñas en el marco de un proceso de educación y formación hacia la vida
adulta, donde la finalidad económica y la finalidad social son indisociables (Bernadr
Schlemmer 1977 citado en Leroy, 2010, pág. 24)
La responsabilidad de fomentar una formación que pueda servir para el sistema
productivo es del Estado. Para lo cual, la necesidad del Estado es separar la formación
que tiene los niños, niñas en la familia con la educación formal, la familia no debe
encargarse plenamente de la socialización sino también las instituciones de educación
como la escuela o el colegio con el fin de especializase para el futuro productivo.
81
En consecuencia, los niños, niñas son “excluidos de la vida de los adultos y relegados a
reservas especiales, en las que son ‘criados’, ‘educados’ y preparados para el futuro. Su
poder de influencia (…) no se extiende a las decisiones sobre la organización de la
sociedad. Estas permanecen reservadas para los adultos o para sus elites de poder
(Liebel, 2006 citado en Albornoz, 2010)
Podemos observar que la corriente abolicionista no considera al Trabajo Infantil como
un proceso de aprendizaje, tampoco como una alternativa de formación, la única forma
legítima es a través de la escuela en el cual les enseñan los valores hegemónicos. La
institución social de la escuela como dice Julia Valera y Fernando Álvarez-Úria se
enfrenta a otras formas de transmisión de saberes y descalifican otros.
“La exportación de esta visión de infancia viene de la mano de un concepto de
educación formal que se basa en el modelo de escolaridad europeo que se considera
‘moderno’ y del más alto nivel” (ProNATs, 2013, pág. 18). Como manifestaba Julia
Valera y Fernando Álvarez-Úria el aislamiento del niño demarca el concepto de niñez
en función de inhabilitantes, tiene que estar en la escuela porque no posee las suficientes
capacidades racionales, no puede trabajar debido a que aún no está formado y debe
hacerlo en otros espacios, así innumerables requisitos que justifican el control.
Las instituciones públicas y organizaciones sociales tienen una visión sesgada referente
a lo expuesto sobre la educación, no toman en cuenta el desinterés a la educación es
consecuencia de un sistema que impone costumbres e identidades que no corresponden,
al contrario mirar como un problema de infraestructura, del inadecuado acceso y la
calidad de los establecimientos educativos, como bases estructurales que pueden
determinar un mayor o menor grado de participación de los menores en el sistema como
lo hace varias instituciones como UNICEF. (UNICEF, 2012).
Otra de las causas que tiene legitimidad en el discurso oficial es la valoración positiva al
Trabajo Infantil, que pone en discusión entre las formas tradicionales y modernas de
crianza, particularmente en el mundo andino. Algunas de las ideas son:
Muy de la mano con la causa de la pobreza, aparentemente
incuestionable, está la valoración positiva del Trabajo Infantil como
82
una actividad formadora del ser humano. (Instituto de la Niñez y la
Familia, 2012)
Otra de las causas para explicar el Trabajo Infantil radicaría en las
fuertes costumbres culturales arraigadas en las familias de origen rural
que migran a la ciudad. (Albornoz, 2010, pág. 11)
La valoración del Trabajo Infantil como forma de aprendizaje es concebida
negativamente, vista como una educación tradicional y arcaica de socialización, al
contrario de la formación moderna en la escuela, desligada de la sociedad y atravesada
por la idea burguesa de formar individuos competitivos para el mercado laboral. La
forma de educación moderna puede entenderse como unas promesas más de la
modernidad capitalista. La idea esperanzadora tiene que ver que los niños, niñas que
estudian son competitivos y saldrán de la pobreza desde un discurso desarrollista, no
para un desarrollo integral que fomente los valores éticos del ser humanos en base a la
solidaridad.
El cuestionamiento que hacen los NATS en contra del discurso de estimar
negativamente a la cultura que utiliza el Trabajo Infantil como practica de socialización,
se funda en el siguiente argumento.
El abolicionismo hoy está haciendo esfuerzos por argumentar que hay
culturas que favorecen el Trabajo Infantil a causa de sus patrones
culturales ancestrales que deben cambiar. Esta es una estrategia
neocolonizadora, homegeneizadora, una nueva forma de implantar un
ideal de progreso, de modernización, de civilización propio del
sistema y sociedad mercado, contrapuesta a la supuesta barbarie de
todo pueblo que intente perfilar distintos enfoques de progreso y de
desarrollo (ProNATs, 2013, pág. 9).
Hay que tomar en cuenta, que la combinación de la formación y el trabajo productivo
puede responder a una demanda social legitima, lo cual le confiere al trabajo un sentido
educativo real y demuestra que su participación en la formación de los niños es
operacionalmente factible. (Myres, 2011 citado en Bourdillon, 2010, pág. 78).
83
Todas las causas identificadas hasta hora son construidas desde una percepción negativa
para así justificar la necesidad de abolir el Trabajo Infantil sin considerar varios factores
socioculturales, división social del trabajo en función del género y de raza. En muchos
casos despojando sus reales causas que es la explotación capitalista. Los argumentos
discursivos de las causas están basados en los principios desarrollistas de la
modernidad.
Las causas del Trabajo Infantil no son analizadas desde un enfoque sujeto-estructura
sino desde una concepción homogénea puramente determinista entre pobreza, cultural y
malos servicios sociales sin pensar en el contexto local. Las estructuras de dominación
no cuentan al momento de identificar las causas, solo se plantean un ideal desde el
paradigma eurocéntrico burgués. Es una naturalización colonial del modelo occidental
de infancia. Situar como causa del Trabajo Infantil los factores educativos y de
valoración positiva del Trabajo Infantil es invisibilizar otras formas de crianza que no
sean las hegemónicas, reproduciendo la dualidad del pensamiento occidental entre lo
tradicional y moderno.
La mayoría de causas identificadas son las mismas que proponen los organismos
gubernamentales e internacionales para justificar la imposición abolicionista.
No considerar estos aspectos, es legitimar la situación de dominación entre clases. Es en
la relación de tensión entre dominante-dominado en donde la situación de pobreza debe
ser entendida y localizada (Bustelo, 2010).
2. Efectos del Trabajo Infantil
En la mayoría de documentos analizados se mencionan un sin número de efectos que
ocasiona el Trabajo Infantil, para lo cual, utiliza todos los campos de conocimiento
especializados en infancia, entre ellos están, el de la salud, psicología, pedagogía hasta
la sociología.
La mayoría de efectos que escriben los documentos oficiales están relacionados a los
que determina la OIT, los efectos identificados principalmente se direccionan sobre la
integridad individual de los niños, niñas, estos son físicos, psicológicos y en un segundo
84
conjunto de efectos están los sociales y económicos, entre estos están la reproducción de
la pobreza, la deserción escolar y la baja especialización de la mano de obra.
Veamos algunos efectos en los documentos oficiales: En el Plan Nacional de
Erradicación del Trabajo Infantil señala que los efectos del Trabajo Infantil son,
enfermedades crónicas, dependencia de fármacos, retraso en el crecimiento,
agotamiento físico, abusos físicos y psíquicos, picaduras de insectos y animales
ponzoñosos, infecciones a causa de químicos, heridas, quemaduras y amputaciones,
dolores en las articulaciones y deformaciones óseas
Sobre los efectos cabe señalar que se generaliza los efectos a todo tipo de trabajo no
existe una diferenciación entre las condiciones que producen tal o cual actividad o rama
de trabajo. Se reconocen la dificultad de establecer una relación directa entre las causas
y efectos especialmente en el campo de la salud.
La relación entre la salud y el Trabajo Infantil es compleja y a menudo
difícil de establecer empíricamente. Una de las limitaciones que
presentan los indicadores de impacto del Trabajo Infantil sobre la
salud es que puede darse un sesgo de selección en el sentido que los
hogares pueden escoger a los niños más saludables para trabajar. De
igual forma, las percepciones sobre el tema de la salud tienen un alto
grado de subjetividad y pueden diferir en función de factores
culturales, entre distintas poblaciones y grupos de niños trabajadores y
no trabajadores. (Programa Internacional para la Erradiación del
Trabajo Infantil, 2006, pág. 63).
Solo las investigaciones que se enfocan en estudiar los efectos del trabajo realizados por
los niños, niñas y adolescentes, estiman como variable conocida como peores formas de
Trabajo Infantil según la OIT. En estas investigaciones especifican cuáles son los
efectos nocivos que causa esa rama de trabajo, en base a un listado de trabajos
prohibidos, establecida por el Consejo de la Niñez, que se realizó a través de una
consulta nacional a diferentes grupos productivos y registrado en el Registro Oficial 405
del 18 de agosto del 2008, esta son:
85
• Todas las formas de esclavitud, la venta y el tráfico de niños, la
servidumbre por deudas, la condición de siervo, y el trabajo forzoso u
obligatorio incluyendo su utilización en conflictos armados.
• La utilización de niños para la prostitución, la producción de
pornografía o actuaciones pornográficas.
• La utilización de niños para la realización de actividades ilícitas, en
particular la producción y el tráfico de estupefacientes.
• El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva
a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de
los niños.
La diferencia entre trabajo prohibido y otro tipo de trabajo tiene diferentes definiciones
en lengua inglesa child work y child labour, al contrario que ocurre en la lengua
española que no existe una lectura diferenciada y solo se asocia el Trabajo Infantil como
peligroso, en cambio la definición de child labur se convierte en una categoría
específica, que debe ser eliminada, cualquiera que sea sus efectos. Esta consideración
no se realizaba en ningún documento gubernamental, por lo cual todo Trabajo Infantil
es perjudicial.
Entre los documentos oficiales analizados, no diferencian los efectos en función del
listado de ramas de trabajo prohibido, sino incluyen los mismos efectos individuales y
sociales a todo tipo de Trabajo Infantil. Solo se reconoce distintos efectos en el trabajo
de los adolescentes, con la definición Trabajo Infantil y trabajo peligroso.
En una investigación del 2006 realizado por la OIT hace una referencia sobre tipos de
efectos que tiene el Trabajo Infantil, y hace mención que debe haber una diferencia
conceptual y metodología para definir los efectos del Trabajo Infantil, no puede
incluirse todos los efectos negativos, ya que se estaría cayendo en un absolutismo.
Muchos de los efectos negativos del Trabajo Infantil pueden ser relativizados, sí; las
actividades laborales se realizaran en condiciones adecuadas según la edad y la
percepción social sobre la participación de los niños, niñas en la vida productiva fuera
vista como experiencia formativa. Imaginemos a un niño realizando actividades
laborales en un ambiente adecuado, que comprende estar en un espacio de buen trato
86
que fomente el aprendizaje, indudablemente de algún modo cambiaría el imaginario
sobre el Trabajo Infantil. Por otra parte, tener una visión más amplia permitiría limitar
las condiciones de explotación en las que el niño trabaja, a través del control de la oferta
laboral, ya que solo podrían realizar actividades laborales desde una perspectiva de
aprendizaje.
Según Malfred Level esta posición demuestra que se puede interpretar el trabajo de
niños, niñas no sólo como “explotación” y “despojo de la infancia”, sino que éste puede
adquirir un significado positivo para el reconocimiento social
3. Concepciones del Trabajo Infantil
En el marco teórico expuesto anteriormente se desarrollaron dos corrientes, la corriente
abolicionista y la permisiva, a través de estas se basa las concepciones o preceptos sobre
el Trabajo Infantil. Como resultado del análisis especialmente en los documentos
gubernamentales se evidenció que la concepción sobre el Trabajo Infantil proviene de
la corriente abolicionista. Es decir hace referencia a la imagen de relación que tiene el
Trabajo Infantil con la explotación. Es común encontrar entre los documentos
analizados la relación meramente economicista sobre el Trabajo Infantil.
El Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil para el Ecuador
2014-2017 describe que el Trabajo Infantil es:
Aquel que priva a las niñas, niños o adolescentes de su infancia, de su
potencial, sus derechos o su dignidad, y es perjudicial para su
desarrollo físico y mental. No caben dentro de esta categoría las
actividades de niños, niñas o adolescentes que no afectan a su salud ni
a su desarrollo personal y que tampoco interfieren en su
escolarización.
En los documentos sobre metodologías de intervención de Trabajo Infantil (2012)
podemos ver que la definición es meramente abolicionista.
El Trabajo Infantil es aquel que priva a las/os niñas/os de su desarrollo
óptimo, su potencial y su dignidad; por ser peligroso y prejudicial para
87
el bienestar físico, mental o moral de la niña, niño y adolescente e
interferir con su desarrollo.
La definición del Trabajo Infantil es confundido con los efectos, no es una definición
que abstraiga las interacciones en un contexto determinado, solo enuncias lo que se
presupone está determinado cuando un niño trabaja según una valoración subjetiva que
hacen definiciones importadas por los organismos internacionales. La valoración se
hace a través del ideal del niño según los estándares modernos eurocéntricos. Es
importante recalcar que, el imaginero social creado a partir de esta definición, alimenta
las acciones abolicionistas en contra del Trabajo Infantil. Muchos de estos son tomados
de las investigaciones en contra del Trabajo Infantil. “El discurso que trata el Trabajo
Infantil como una mal en sí mismo, sin considerar sus efectos y los contextos culturales,
aspira a defender los valores de sus autores en lugar de los intereses de los niños”
(Bourdillon, 2010).
Otro aspecto que no está considerada en la definición abolicionista, es la división social
del trabajo basado en la diferencia de clase. A partir de este elemento diferenciador se
reconoce las formas de crianza. Por ejemplo, no se visibiliza el Trabajo Infantil que
puede realizar un niño o adolescente de una posición acomodada económicamente, o
por lo menos no se la relaciona negativamente, sino a una actividad formadora y clave
del éxito por el valor positivo que tiene intrínsecamente el trabajo. Además el trabajo
que ellos hacen lo realizan en condiciones totalmente diferentes, mientras que un niño
indígena migrante del campo tienen que trabajar en ramas de trabajo pesadas, en
cambio, el niño acomodado de la ciudad ayuda al padre en su negocio familiar.
La ambigüedad de la percepción modifica la mirada que tenemos sobre un grupo, que se
clasifican por un lado a los hijos de las clases populares y por otro los niños, niñas de la
clase dominante. Esta socialmente reconocido que un niño de clase alta este trabajando
con su padre mientras esta socialmente reprobado que un niño trabaje con su padre en el
campo.
Es una disputa, como señala Ferran, surge una lucha política para el dominio de la
educación de los niños, niñas de clases populares, mientras con los niños, niñas de las
clases populares es más visto la educación en el hogar, en las clases dominantes es
88
calificado positivamente. La pugna se traspasa entre las instituciones del Estado y la
familia, para arrebatar las prácticas tradicionales de crianza, especialmente en las clases
populares que considera las formas tradiciones un elemento importante en la formación
del niño, debido a la colonización de la vida con estereotipos europeos.
En este sentido, es su posición de clase las que cambian y determinan la percepción
sobre el Trabajo Infantil. Condiciones que están muy ligadas a la ideología dominante
sobre el racismo y el clasismo. Bourdieu identifica que al interior de las clases
dominantes encuentran en la ideología una legitimación de sus privilegios culturales que
son transmutados de herencia social en el talento individual o merito personal para
ocultar su racismo de clase (Bourdieu, Los herederos, 2003).
Esta situación en América Latina es naturalizada además se suma la discriminación que
no solo está relacionada con la condición de clase sino también a los conceptos de raza
y etnicidad vinculados históricamente. Junto división de clase también están las de
género y étnicos, estas son a las características físicas y culturales a la cual pertenecen,
son justificativos para la desigualdad, discriminación y dominación. (Morsolin, 2010)
4. Visión de la niñez
La imagen que se tiene del niño y niña se enmarca en la idea proteccionista. En base al
principio de heteronomía, es decir, el niño, niña debe ser cuidado, tutelado en valores
impuestos sin ningún reparo o cuestionamiento sobre ellos. La familia, el Estado debe
garantizar la introducción de estos valores, a través de los medios que conocemos, la
escuela, el colegio y la familia.
La Convención sobre los Derechos del Niño recoge este principio y obliga a los Estado
a garantizar que cada actor cumpla con su función de proteger y cuidar al niño. En el
Ecuador a través del Código de la Niñez y Adolescencia en su Art. 1 plantea: es función
del Estado garantiza a todos los niños, niñas, niñas y adolescentes la protección, con el
fin de lograr su desarrollo integral y el disfrute pleno de sus derechos, en un marco de
libertad, dignidad y equidad.
89
En la Constitución de la Republica los niños, niñas son considerados como grupo
vulnerable, lo que significa que recibirán protección y atención prioritaria. En su Art. 48
estipula:
Estado, la sociedad y la familia, promover con máxima prioridad el
desarrollo integral de niños y adolescentes y asegurar el ejercicio
pleno de sus derechos. En todos los casos se aplicará el principio del
interés superior de los niños, y sus derechos prevalecerán sobre los de
los demás.
La protección es un conjunto de normas que se enmarcan en el control de la autonomía
del niño, encubiertas en el principio del interés superior del niño y a la doctrina de
protección integral.
El control de los niños, niñas se convierte en otra forma de dominación social que
siempre puede estar sujetas a interpretación, porque a través del discurso de protección
se puede justificar la intervención del Estado en el mundo privado. La socialización
pertenece como practica a la familia pero al Estado como la consolidación de la
ideología dominante, si deciden los padres tener prácticas de socialización alternativas a
la hegemónica el Estado debe actuar.
Hay que tener en cuenta que detrás de la política pública está el paradigma de la
modernidad capitalista, que lo que trata es de legitimar un mundo de dominantes y
dominados. Wallerstein lo mencionaba de esta forma: la ideología dominante está
arraigado en un nivel mucho más profundo que le expansión capitalista (…), arraiga en
la necesidad de construir un mundo ideológico común a los explotadores y explotados
(Wallerstein & Balibar, 1988, pág. 8).
Se pudo evidenciar que la normativa esta liga a lo que estipula la norma internacional
sobre el interés superior, se adopta casi totalmente. Es decir, salvo con algunas
excepciones los documentos analizados, cambian o transforman los enunciados
internacionales sobre la concepción del niño, es transversal en todos los programas y
proyectos analizados.
90
No se ha desarrollado una visión del niño para recuperar formas tradicionales de
socialización. En una entrevista realizada a Katuska King-Subsecretaria de Seguimiento
y Evaluación SENPLADES en el 2010 por Cristiano Morsolin (2010), indica que: es
importante entender distintas realidades, que superen una percepción adultocentrista o
blanco mestiza centrista que no puede entender la cosmovisión indígena y al
cosmovisón de otras etnias y de otras nacionalidades diferentes a nuestra manera de
pensar.
Más aún en una sociedad heterogénea como la ecuatoriana, en donde la socialización
del niño permanentemente se desarrolla a través de modelos tradicionales y modernos,
fenómeno que podemos interpretar a modo de resistencia. Un ejemplo, son las diversas
formas de crianza en el sector rural; un niño que vive en el campo puede trabajar como
una forma de socialización y a la misma vez asistir a la escuela donde le enseñan
valores modernos, con la probabilidad que desarrolle mayores capacidades sociales que
un niño de la zona urbana, contrario a lo que se cree en la ciudad de los niños, niñas
trabajadores que estudia, en donde se toma en cuenta solamente la educación
individualizada como única forma de educación.
5. Soluciones
El desarrollo económico que ha tenido el Ecuador en los últimos años, ha permitido
mejorar los ingresos de las familias, y un componente importante, incrementar los
servicios de salud y educación, permitiendo que más niños, niñas accedan a los
servicios, acompañado de la gratuidad de estos servicios, son algunas de las políticas
concretas que inciden directamente en la reducción del Trabajo Infantil. Sin embargo,
no existió un cambio de concepción de las políticas públicas en contra del Trabajo
Infantil, el modelo punitivo continua acompaño la ampliación de los servicios. Los
niños, niñas deben ser sometidos a las instituciones modernizantes. Se crean políticas
públicas policiacas, que inspeccionan las calles, los lugares de trabajo para retirar a los
niños, niñas de las actividades laborales sin discriminar situación social, cultural o
económica. Debido a que el Trabajo Infantil es visto como una señal de subdesarrollo.
Estamos tan acostumbrados a concebir el orden sobre las cosas y sobre los otros, que es
91
difícil imaginar una forma de conocimiento que funcione como principio de
complejidad y respeto hacia los otros (Sousa Santos, 2000).
La Agenda para la Igualdad de Niños, Niñas y Adolescentes 2012-2013 entre sus
soluciones esta disponer que los niños y niñas retirados de trabajos prohibidos y
peligrosos vayan a los servicios, de salud, educación y servicios sociales. En el plan
para erradicar el Trabajo Infantil establece fortalecer los mecanismos de control para el
cumplimiento de la normativa, y en el proyecto apoyar a las familiar mediante servicios
especializados para la erradicación del Trabajo Infantil.
Estiman un proceso impuesto, como si bastara un conjunto de servicios y convenios
para revertir un problema social, que tiene factores estructurales como se desarrolló
anteriormente.
Entre las soluciones planteadas en los diferentes textos, no se reconocen las necesidades
concretas de los niños, niñas de los sectores populares, tanto urbanos como rurales. El
enfoque de género y étnico que debería ser trasversal se ve opacado por el
universalismo de la corriente abolicionista. De ahí que solo se menciona como
dificultad abordar el Trabajo Infantil tomando en cuenta estos enfoques, que permita
estimular diversas formas de precepción sobre el Trabajo Infantil.
Una de las soluciones más generalizadas como medio para erradicación del Trabajo
Infantil está el ingreso a la escuela, una escuela que no estima una cosmovisión indígena
en los sectores rurales y la situación de pobreza en el área rural. No hay un
reconocimiento de los niños y niñas en su contexto, lo que genera nuevamente
deserción.
La política pública de mejorar y ampliar los servicios no es suficiente para solucionar el
problema del Trabajo Infantil, ya que, la política social depende de un conjunto más
amplio de decisiones que está basado en la política económica capitalista.
No tener soluciones definitivas a los problemas en el campo social depende de
decisiones estructurales de la organización y reproducción de la fuerza de trabajo, que
implica una transformación de la individualidad humana que se extiende a la educación
92
como fuerza de trabajo hasta la formación de una ideología dominante (Wallerstein &
Balibar, 1988).
En la actualidad en el Ecuador tenemos la percepción que las soluciones planteadas han
sido suficientes para erradicar el Trabajo Infantil, creando una especie de entusiasmo.
Por ejemplo, la propaganda y campañas comunicacionales sobre la disminución del
Trabajo Infantil “Da Dignidad por un Ecuador sin Mendicidad” y “Erradicación del
Trabajo Infantil en Basurales”, genera una percepción de que el Trabajo Infantil es cosa
del pasado y con los esquemas actuales pueden solucionarse.
Por lo cual, redireccionar la política pública tanto como los discursos es un imperativo.
Tenemos que rescatar otras concepciones y representaciones que se han ocultado
intencionalmente. En este sentido, debemos situarnos y tomar partido como lo plantea
Boaventura Sousa Santos. El deber del sociólogo es tomar bando y visibilizar
alternativas desde su posición privilegiada para incomodar la realidad, no conformarse
con los postulados que se presentan como científicos. “Lo que distingue a la sociología
funcionalista de la sociología crítica es el hecho de que la primera pretende el orden de
la regulación social y la segunda el orden de la emancipación social” (Sousa Santos,
2000, pág. 27).
93
CONCLUSIONES
A través del análisis se determinó que los enunciados abolicionistas se repiten de un
texto a otro con el mismo argumento que utilizan los organismos internacionales, no
importa que sean proyectos, planes o investigaciones tienen los mismos argumentos
retóricos e indicadores. La corriente abolicionista promovida por las instituciones
gubernamentales surge como continuidad a los principios de la modernidad capitalista,
contrario de la corriente permisiva que se posiciona como alternativa y crítica a los
preceptos de la modernidad capitalista.
Desde el abolicionismo no se plantean soluciones estructurales concretas, solo
individuales enfocadas a la idea de pobreza. Se explica que el Trabajo Infantil es
fundamentalmente resultado de la pobreza, entendida como la falta de bienes materiales.
Casi no se habla de una causa sistémica que hace que las familias empobrecidas deban
enfrentar salarios bajos, exclusión, persecución por ejercer un trabajo denominado
informal, sin acceso a los medios de producción, que sean la población más afectada
durante una crisis económica y los primeros en desilusionarse con las promesas
incumplidas de la modernidad capitalista como la igualdad ante la ley y la supuesta
disponibilidad de recursos. Todas estas son cualidades del sistema que generan que se
viva en un estado de desprotección social y expectativa, en donde los niños, niñas son
los que más en riesgo se encuentran, no sólo en relación con el trabajo, que puede ser el
menor de los males en comparación con otros problemas, como la ruptura del tejido
social, del entorno en donde se construyen las relaciones solidarias y de cuidado, para
privilegiar relaciones mercantiles donde predomina el ejercicio del poder y la
discriminación.
Otro elemento con un patrón que se repite en la política pública son las soluciones. Para
proteger del estado caótico, prevén un sin número de derechos sociales para proteger al
niño, sin embargo, no se cumplen efectivamente por la falta condiciones objetivas.
Mientras el sistema valore más las mercancías y las relaciones económicas, lo cultural y
social quedará en un segundo plano, no se preocuparán por construir una educación
emancipadora que fomente relaciones recíprocas entre las diferentes instituciones
sociales, escuela, familia, Estado. Lo que puede ser emancipador lo verán como
94
peligroso y un atentado a los valores del sistema, los niños, niñas trabajadores que no
sean educados para el sistema serán tarde o temprano estigmatizados. Educar para
alcanzar un desarrollo humano pleno, con valores en el marco del Trabajo Infantil no
será posible, ya que tienen prioridad las relaciones mercantiles basadas en ejercicio del
poder y dominio.
La concepción del Trabajo Infantil se ha reducido a la lógica capitalista, desvalorizando
el trabajo como proceso de aprendizaje, es decir su valor de uso, para ser utilizado como
valores de cambio. El Trabajo Infantil está unido con la producción mercantil y no
como práctica de aprender-haciendo.
Entre las causas no está tomada en cuenta la dependencia económica del comercio
exterior como productores de materias primas. La mercantilización del Trabajo Infantil
tiene una relación con la posición de los países en el mercado mundial. Los países con
mayor demanda de mano de obra infantil son los países en vías de desarrollo.
Los Estados periféricos con un modelo primario exportador necesitan de mano de obra
barata para mantener precios bajos. Además la poca necesidad de mano de obra
calificada, hace que haya una mayor demanda de Trabajo Infantil. Sin embargo, esta
simple deducción económica no está planteada como causa en los programas y
proyectos, por los intereses que esto representa. Una de las soluciones que acarrearía,
sería mejorar los salarios de los padres o tener una sanción penal a los empleadores,
cosa que no se puede hacer ya que va en contra de las libertades capitalistas.
Si no existe una propuesta de política pública que realice cambios para mejorar las
condiciones estructurales, los niños, niñas deberán continuar aportando con su trabajo
para mejorar las condiciones económicas de sus familias. Las propuestas por lo menos
deben construir una política que promueva un tratamiento justo para los niños, niñas
trabajadores que esté en contra la sobreexplotación y violencia, garantice condiciones
laborales adecuadas.
Sí no resolvemos el modo de producción dependiente de las materias primas, las
condiciones objetivas no van estar dadas para cumplir con la meta. Como dice Rene
Unda director de la maestría de infancia en la Universidad Salesiana (2010), las
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representaciones dominantes en el conjunto de la sociedad apuntan hacia la erradicación
del Trabajo Infantil haciendo abstracción de la problemática familiar del empleo de la
reproducción económica y de los impactos globales del mercado de trabajo. Ahora, si el
Trabajo Infantil fuera aprovechado en otra manera, fuera de la lógica mercantil, se vería
una oportunidad para mejorar las condiciones individuales y colectivas de niños niñas y
adolescentes.
Al contrario de lo que actualmente se plantea, solo las instituciones se enmarcan en
controlar y regular que los niños, niñas no trabajen, en muchos casos penalizando la
pobreza, profundizando así su situación de vulnerabilidad. Persiguiendo mediante
controles de los inspectores de trabajo y recorridos en las calles.
Si los cambios estructurales no se establecen., la meta de erradicar el trabajo se
convierte en una promesa incumplida que los políticos tomaran como ofrecimiento de
campaña.
Para lo cual, las soluciones deben cambiarse para volver a tener ilusión en el futuro, las
nuevas propuestas deben recuperar algo que fue desmontado por el neoliberalismo, la
esperanza de una alternativa de una vida diferente que promueva relaciones más justas
colectivamente, sobresalga la solidaridad sobre propuestas individualistas.
Es importante considerar otros factores para explicar el Trabajo Infantil, que contribuya
a la construcción de política pública plural y contextualizada. Necesitamos de muchos
elementos de entendimiento, que al parecer las instituciones han dejado a un lado por
acatar mandatos internacionales o a imitar modelos desarrollistas y modernizantes en
decremento de la pluralidad.
El nuevo modelo debe permitir el desarrollo de planteamientos más amplios que
consideran las relaciones de racismo, opresión y explotación.
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