UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR … · formas humanistas, pero como plantea Bourdieu en su texto...

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES CARRERA DE SOCIOLOGÍA nálisis crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil en el Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del 2003 TESIS DE INVESTIGACIÓN PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE: SOCIÓLOGO TUTOR: Dr. Polo Bonilla Rafael Benigno Septiembre, 2015 QUITO AUTOR: Hidalgo Ponce Oscar David E-mail: [email protected]

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

CARRERA DE SOCIOLOGÍA

Análisis crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil

en el Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del 2003

TESIS DE INVESTIGACIÓN PREVIA A LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE:

SOCIÓLOGO

TUTOR: Dr. Polo Bonilla Rafael Benigno

Septiembre, 2015

QUITO

AUTOR: Hidalgo Ponce Oscar David

E-mail: [email protected]

II

DEDICATORIA

Dedico este trabajo a mi familia, amigos y compañeros que han apoyado de una u otra

manera a mi formación y me han dado el aliento para continuar con mi preparación

profesional a pesar de las adversidades que demanda haber realizado una carrera

profesional y a la vez trabajar desde que inicié mis estudios.

III

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo no pudo ser posible sin el direccionamiento teórico del Departamento

Ecuménico de Investigaciones DEI que me ayudó a posicionarme críticamente con un

enfoque emancipador y comprometido con la vida. También agradezco a mis

compañeros y amigos, a Tatiana Almeida que me ayudó a estructurar de una mejor

manera el presente trabajo; así como también a mí tutor Rafael Polo que sin su dirección

no hubiera sido posible la rigurosidad teórica que demanda un trabajo crítico. Un

agradecimiento especial a Miriam Limas que con su sensibilidad y visión comprometida

con la vida hizo surgir un enfoque distinto a lo que se piensa debe tener un trabajo.

DECLARATORIA DE ORIGINALIDAD

Quito, septiembre 3 del 2015

Yo, Oscar David Hidalgo Ponce, autor de la investigación con cédula de ciudadanía

No. 1717343279, libre y voluntariamente DECLARO, que el trabajo de Grado

titulado: "Análisis crítico de las políticas públicas para laerradicación del Trabajo

Infantil en el Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia

del 2003", es de mi plena autoría original y no constituye plagio o copia alguna,

constituyéndose en documento único, como mandan losprincipios de la investigación

científica, de ser comprobado lo contrario me someto a las disposiciones legales

pertinentes.

Es todo cuanto puedo decir en honor a la verdad.

Atentamente,

Oscar David Hidalgo Ponce

C.I. 1717343279

Correo: [email protected]

IV

AUTORIZACIÓN DE LA AUTORÍA INTELECTUAL

Yo, Oscar David Hidalgo Ponce en calidad de autora de la investigación realizada sobre

" Análisis crítico de las políticas públicas para laerradicación del Trabajo Infantil

en el Ecuador, a partir de la vigencia del Código d e la Niñez yAdolescencia

del 2003", por la presente autorizo a la Universidad Central del Ecuador, hacer uso de

todos los contenidos que me pertenecen o de parte de los que contienen esta obra,

con fines estrictamente académicos o de investigación.

Los derechos que como autor me corresponden, con excepción de la presente

autorización, seguirán vigentes a mi favor, de conformidad con lo establecido en los

artículos 5.6.8; 19 y demás pertinentes de la Ley de Propiedad Intelectual y su

Reglamento.

Quito, a 18 de agosto del 2015.

FIRMA ______________________

C.C 1717343279

V

VI

APROBACIÓN DEL TUTOR

Yo, PhD Rafael Polo Bonilla, en calidad de tutor del trabajo de titulación: “Análisis

crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil en el

Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del 2003”,

elaborado por Oscar David Hidalgo Ponce estudiante de la Facultad de Jurisprudencia,

Ciencias Políticas y Sociales, Carrera de Sociología.

VII

APROBACIÓN DEL JURADO

Los miembros del Jurado Examinador aprueban el informe de titulación: “Análisis

crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil en el

Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del 2003”.

Para constancia firman:

PRESIDENTE VOCAL

VOCAL

ÍNDICE DE CONTENIDOS

DEDICATORIA .......................................................................................................... II

AGRADECIMIENTOS .............................................................................................. IIIDECLARATORIA DE ORIGINALIDAD .................................................................. IV

AUTORIZACIÓN DE LA AUTORÍA INTELECTUAL ............................................. VAPROBACIÓN DEL TUTOR .................................................................................... VI

ABSTRACT .............................................................................................................. ...XIII

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 1

CAPÍTULO I ................................................................................................................ 5

MARCO TEÓRICO - CONCEPTUAL DEL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS

PÚBLICAS PARA LA ERRADICACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL EN EL

ECUADOR ................................................................................................................... 5

Diferentes concepciones teóricas acerca del Trabajo Infantil. .................................... 5

Interpretación Económica ...................................................................................... 6

Interpretación Filosófica ........................................................................................ 8

Principales corrientes para el abordaje del Trabajo Infantil como problemática social

............................................................................................................................... 12

Corriente abolicionista ........................................................................................ 13

Corriente “permisiva” ......................................................................................... 14

Evolución histórica de la concepción del Trabajo Infantil ........................................ 18

Definición de la política pública y su vinculación con la temática de Trabajo Infantil

............................................................................................................................... 30

Análisis de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil a través

de otras concepciones teóricas. ............................................................................ 33

Elementos de la modernidad que nos ayudan a entender los preceptos vigentes en

contra del Trabajo Infantil ................................................................................... 42

Entender la decolonialidad para redefinir la política pública. ............................... 45

Metodología de Investigación ................................................................................. 48

RESUMEN EJECUTIVO............................................................................................... XII

ÌNDICE DE GRÀFICOS........................................................................................... ...XIII

ÌNDICE DE TABLAS.... ............................................................................................... XII

APROBACIÓN DEL JURADO ................................................................................. VII

ÍNDICE DE CONTENIDOS..... ................................................................................... VIII

PC3
Texto escrito a máquina
PC3
Texto escrito a máquina
PC3
Texto escrito a máquina
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Texto escrito a máquina
VIII
PC3
Texto escrito a máquina

IX

SITUACIÓN ACTUAL DEL TRABAJO INFANTIL EN EL ECUADOR.

PRINCIPALES POLÍTICAS PÚBLICAS ENFOCADAS A SU ERRADICACIÓN ... 53

Situación del Trabajo Infantil en el Ecuador ............................................................ 54

Política pública para la erradicación del Trabajo Infantil en Ecuador ....................... 63

CAPÍTULO III ........................................................................................................... 74

ANÁLISIS CRÍTICO DE LAS POLÍTICAS PARA LA ERRADICACIÓN DEL

TRABAJO INFANTIL EN EL ECUADOR COMO ELEMENTO QUE

RETROALIMENTA LA POLÍTICA ACTUAL .........................................................

74

1. Causas .............................................................................................................. 74

2. Efectos del Trabajo Infantil .............................................................................. 83

3. Concepciones del Trabajo Infantil .................................................................... 86

4. Visión de la niñez ............................................................................................. 88

5. Soluciones ........................................................................................................ 90

CONCLUSIONES ...................................................................................................... 93

BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................ 96

74

Análisis de contenido: Resultado del análisis de los planes, proyectos y marcos

jurídicos más relevantes ..........................................................................................

CAPÍTULO II ............................................................................................................. 53

X

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1 Periodos históricos sobre el proceso de socialización de los niños .................. 20

Tabla 2 Distribución de niños trabajadores por quintil de pobreza ............................... 56

Tabla 3 Motivos por los que los niños trabajan ............................................................ 61

Tabla 4 Estimaciones regionales de niños económicamente activos entre 5 y 14 años de

edad en el año 2000 .................................................................................................... 78

ÍNDICE DE GRÁFICOS

Gráfico 1 Comparación de la incidencia del Trabajo Infantil por grupo de edad

ENEMDUR 2009 - ENTI 2012 ................................................................................... 55

Gráfico 2 Correlación del trabajo infantil y pobreza desde el 2006 hasta 2012 ............ 58

Gráfico 3 Porcentaje de Trabajo Infantil según rama ................................................... 62

XI

XII

RESUMEN EJECUTIVO

Análisis crítico de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil

en el Ecuador a partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia del

2003

En el Ecuador estamos atravesando un proceso de recuperación del Estado, el cual permite tener

la capacidad de construir políticas públicas en todos los ámbitos, especialmente en el área

social. Este proceso conlleva una recuperación y mejoramiento de los servicios sociales para los

niños, niñas y adolescentes del país. Dicho proceso ha logrado disminuir el Trabajo Infantil, sin

embargo, los esfuerzos que pueden ser plausibles en infraestructura y ampliación de servicios no

son suficientes para solucionar una problemática multicausal como es el Trabajo Infantil. Los

modelos de atención también se tienen que actualizar y renovar, para no estar anclados a las

promesas fracasadas del desarrollismo. Por lo cual, esta investigación plantea una crítica a los

enunciados hegemónicos en contra del Trabajo Infantil, para ser replanteados desde nuestro

contexto, donde los principios sean la solidaridad y otra visión que la del desarrollo. Este nuevo

enfoque debe visibilizar otras concepciones que han sido desechadas de una forma colonialista

por los organismos internacionales, determinando que son una continuidad a los preceptos de la

modernidad-capitalista, que reproduce valores individualistas del capitalismo, y exacerba la

moral burguesa.

Palabras claves:

1. TRABAJO INFANTIL

2. ANÁLISIS CRÍTICO

3. POLÍTICA PÚBLICA

4. NIÑEZ

5. POLÍTICA SOCIAL

ABSTRACT

Critical analysis of Ecuador`s Public Policies for Child Labor Eradication since the

implementation of the Childhood and Teenager Code of 2003

Ecuador is going through a process for the recovery of the State, which allows it to have the

capability to build public policies for all the sectors, especially the social sector. This process

recovered and improved the social services for children and teenagers. Moreover, such a

process has made it possible to diminish child labour. However, efforts that may seem plausible

in what concerns infrastructure and increase of services, are not enough to provide solutions for

a problem that has multiple causes, such as child labour. The models of attention also need to

be updated and renewed so that we are not stuck with developmental fake promises. For that

reason, this research proposes to critic the hegemonic statements against child labour, in order

to propose new ones from within our context and whose principles are solidarity and collective

development. This new approach will acknowledge other conceptions that have been

disregarded by the international organizations due to their colonial perspective that determines

that they perpetuate the precepts of modernism and capitalism, that is, they reproduce the

individualistic values of capitalism and exacerbate bourgeois’ morality.

Key words:

1. CHILD LABOUR

2. CRITICAL ANALYSIS

3. PUBLIC POLICY

4. CHILDHOOD

5. SOCIAL POLICY

1

INTRODUCCIÓN

La presente investigación analiza desde una postura crítica los argumentos utilizados

para la construcción de la política pública en contra del Trabajo Infantil en el Ecuador, a

partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia aprobado en el 2003.

Mi motivación de indagar los argumentos para erradicar el Trabajo Infantil se debe a

que existen discrepancias y cuestionamientos a los postulados en contra de esta

problemática histórica que afecta a toda la región. La crítica parte de que los

fundamentos utilizados para erradicar el Trabajo Infantil no son pertinentes para una

sociedad cultural y económicamente heterogénea como la nuestra, la mayoría de sus

planteamientos están basados en efectos deterministas y modelos eurocéntricos.

Las organizaciones internacionales, fundaciones e instituciones gubernamentales,

adoptan las causas y efectos de otros modelos sin ningún proceso de vinculación con

nuestra realidad. Como consecuencia de la falta de pertinencia y poca criticidad con la

realidad, se pierde la capacidad de análisis y nos empujan a creer en las promesas

desarrollistas, como única alternativa.

Un ejemplo de lo expuesto es la poca crítica a las posturas oficiales para erradicar el

Trabajo Infantil en nuestro país. Estas se han enmarcado en denunciar e interpelar lo

que el Estado hace o deja de hacer con respecto a la oferta de servicios sociales, al

contrario de países como Perú y Bolivia que han avanzado hacia discusiones más

profundas sobre los principios y postulados que utilizan para la erradicación del Trabajo

Infantil, que van más allá de mitigar los efectos de un sistema injusto sino de nuevas

concepciones y formas de desarrollo.

En este contexto, es preciso revisar otras perspectivas que contribuyan a tener una

mirada diferente a la problemática, utilizando un enfoque crítico que coadyuve a

plantear soluciones alternativas, que no sean excluyentes con nuestra realidad o

reproduzcan sistemas desiguales o lo justifiquen con modelos que responden a una

lógica desarrollista y eurocéntrica.

2

No obstante, hay que reconocer la existencia de posiciones críticas que han cuestionado

los preceptos hegemónicos, pero han sido invisibilizadas arbitrariamente por ser

consideradas fuera del marco institucional planteados por los organismos multilaterales.

La mayoría de postulados alternativos provienen de organizaciones sociales de la

periferia, por lo que son rechazados y desvalorizados, por los organismos

internacionales y su discurso hegemónico.

Los postulados aplicados –por recomendación de los organismos internacionales– hasta

la actualidad no han contribuido a solucionar las desigualdades y discriminación

estructural del sistema inequitativo y racista.

Dichos postulados se encuentran en los diferentes planes, proyectos y normativa, es

decir, en la política pública, ya que es el medio que utiliza el Estado para operativizar

los postulados y doctrinas. Estos aparentan neutralidad, sin embargo, existen propósitos

culturales y políticos colonizadores y desarrollistas entre sus argumentos, que lo único

que persiguen es resolver la pregunta: ¿Qué hacer con los pobres?, insinuando que los

problemas responden a temas individuales más no estructurales, ya que entiende al

individuo como un ser aislado sin capacidad histórica, inmovilizado que no puede

resolver su situación.

Esta posición anula la posibilidad de mirar una alternativa estructural, además, podemos

añadir que gran parte de las premisas que sustentan la política pública se ocultan sobre

formas humanistas, pero como plantea Bourdieu en su texto “La Fuerza del Derecho”,

los derechos en ocasiones se convierten en mecanismos que utiliza la clase hegemónica

para conservar sus privilegios y no reflejan el humanismo que dicen predicar.

La visión individualista y aislada de la estructura pretende aislar las causas estructurales

del capitalismo y la modernidad. En este contexto, nos podemos preguntar, si la política

pública referente a la erradicación del Trabajo Infantil considera estas premisas o, si

están favoreciendo al modelo que mantiene el status-quo de desigualdad y dominio. Por

lo cual, es imperativo tener otra mirada y una posición ética en contra de cualquier

forma de explotación y opresión.

3

La metodología para analizar la política pública fue exclusivamente cualitativa, las

técnicas utilizadas se basaron en el análisis de contenido de diferentes documentos,

entre ellos: planes, proyectos e investigaciones oficiales que han servido para su

construcción. El análisis identifica 5 componentes argumentales, que sirven para

delimitar la búsqueda de las premisas, posteriormente fueron extrayéndose las

preposiciones que coincidían con los componente para ser contrastados a través de un

proceso de cualificación entre los postulados hegemónicos y alternativos.

El objetivo principal es analizar la política pública para la erradicación del Trabajo

Infantil en el Ecuador desde una perspectiva crítica y contribuir a la elaboración de una

propuesta plural y contextualizada. Demostrar que los postulados de la política pública

para la erradicación del Trabajo Infantil responden a una razón metonímica, según el

concepto que utiliza Boaventura de Sousa Santos (2010), que define a ésta como la

única forma de racionalidad y por ende, no permite el descubrimiento de otras formas

de pensar.

El fundamento teórico se basa en los trabajos de Boaventura de Sousa Santos, en el

marco de la sociología de las ausencias y emergencias, que plantea desconfiar de las

respuestas dadas por Europa a los múltiples problemas sociales, y exhorta a replantear

las respuestas desde nuestro contexto, para no estar sometidos a los dictámenes del

centro hegemónico.

Otro referente en esta investigación es Bolívar Echeverría (2011), que permitió entender

el alcance cultural y social que tiene la modernidad capitalista en nuestra sociedad, y

deconstruir los enunciados desarrollistas utilizados en la política pública desde la

perspectiva del discurso crítico.

Desde estas dos perspectivas teóricas que abordan la modernidad capitalista como

estructuras que determinan los procesos sociales, se relacionó el fenómeno del Trabajo

Infantil y las políticas públicas. El análisis del Trabajo Infantil y sus políticas permite

entender la problemática desde una estructura establecida y plantea otra posibilidad

desde una postura crítica que no se conforma con lo establecido por la modernidad.

4

Durante todo el trabajo se hace referencia histórica sobre la concepción moderna de

infancia y la definición de Trabajo Infantil, con el apoyo del texto de “Arqueología de la

escuela” de Julia Valera y Fernando Álvarez-Úria. Concomitantemente se desarrolla el

concepto de dos corrientes –con sus antecedentes históricos– que abordan el Trabajo

Infantil. Las dos corrientes planteadas, que sostienen el posicionamiento frente a la

problemática fueron, la abolicionista y la permisiva.

En el segundo capítulo se contextualiza la problemática con cifras oficiales, rebatiendo

la metodología utilizada para establecer causalidad entre los preceptos hegemónicos de

los organismos internacionales. En la parte final, se plantea la construcción de un nuevo

esquema para entender la problemática del Trabajo Infantil, ya que los actuales esquemas

para entender lo que está pasando no tienen las respuestas suficientes para erradicar por

completo el Trabajo Infantil.

5

CAPÍTULO I

MARCO TEÓRICO - CONCEPTUAL DEL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS

PÚBLICAS PARA LA ERRADICACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL EN EL

ECUADOR

Diferentes concepciones teóricas acerca del Trabajo Infantil.

El Trabajo Infantil en la actualidad es una problemática social, económica y cultural,

que viven millones de niños, niñas y adolescentes1 alrededor del mundo, y que ha sido

concebida desde una visión simplemente moralista. Para trascender de esta imagen

construida debemos realizar un mayor análisis del que le estamos dando a la

problemática. Para lo cual, es necesario definir lo que se entiende por Trabajo Infantil

considerando los diferentes momentos históricos que han contribuido hasta su

definición actual. Reconociendo que es la sociedad quien define que es Trabajo Infantil

según el momento socio-histórico.

Las primeras percepciones sobre Trabajo Infantil surgen en Europa durante la

industrialización, este hecho marco un estigma hasta la actualidad debido a las difíciles

condiciones en las que los niños, niñas trabajaban. Se podían encontrar niños, niñas de 7

y 8 años realizando tareas muy riesgosas y pesadas para su edad. Sin embargo, no en

todas las sociedades hubo el mismo proceso, ni tampoco las condiciones en las que se

desarrollaba, como vemos es un hecho meramente Europeo.

La relativización histórica de la concepción del Trabajo Infantil ha generado

dificultades para construir una definición clara sobre algunos aspectos tales como, si el

trabajo en sí mismo es perjudicial para los niños, niñas en condiciones distintas a las que

ofrecía la industrialización. Por ejemplo, en la sociedad andina que tiene una

cosmovisión diferente a la europea, el trabajo se desarrolla en condiciones y

características totalmente distintas, por lo cual debemos medir con otros parámetros.

Esto demuestra que la concepción del Trabajo Infantil se ha ido construyendo y se 1 El concepto de niño que estoy considerando es a toda la etapa hasta la adultez para no mencionar niños niñas y adolescentes, ya que legalmente en Ecuador la edad cronológica de niño se entiende de conformidad al artículo 4 del Código de la Niñez y Adolescencia, se considera niños y niñas a las personas que no han cumplido 12 años de edad y adolescentes a las personas entre 12 y 18 años de edad (SENPLADES, 2013).

6

puede transformar dependiendo de lo que se considera política y culturalmente

aceptable en una sociedad. No obstante, desde concepciones hegemónicas, la definición

del Trabajo Infantil ha sido estática y se ha naturalizado desde la concepción europea.

La mayoría de trabajos acerca del tema no tienen una perspectiva socio-histórica, lo que

ha causado que la percepción acerca del Trabajo Infantil se juzguen a través de nociones

morales de un tiempo remoto, desde una concepción preconcebida y no en hechos

construidos de carácter sociológico e histórico.

Para no reproducir el problema expuesto sobre cómo se plantea la problemática del

trabajo infantil, en este capítulo se realizará un análisis sobre el proceso que ha marcado

la narrativa actual sobre la concepción del Trabajo Infantil, que a mi parecer podemos

dividirla en dos campos para comprender mejor: Uno económico y otro filosófico,

siguiendo la idea de Manfred Liebel.

Algunas personas ven el Trabajo Infantil más bien bajo el aspecto de

la economía nacional, otras, más bien desde el punto de vista de la

economía de sobreviviencia. Algunos lo perciben bajo el aspecto de la

"modernización" o "civilización" de sociedades supuestamente

atrasadas, otras, más desde el punto de vista de su importancia para el

desarrollo individual, la libertad personal o la posición social de los

niños y niñas en la sociedad. Y dependiendo del punto de vista

predominante, se eligen diferentes criterios para delimitar el Trabajo

Infantil de otras actividades y para valorarlo específicamente (Liebel,

2013, pág. 61).

Es importante considerar que la visión que se tiene del Trabajo Infantil depende de los

diferentes campos. Cada campo constituye un punto de vista según el orden social

establecido.

Interpretación Económica

Según la descripción que hace Manfred Liebel sobre la definición que realizan del

Trabajo Infantil en el plano económico, está asociada a las actividades que realizan los

niños, niñas en el campo productivo, que generan algún valor económico, es decir, solo

7

se toma en cuenta el Trabajo Infantil cuando se ha mercantilizado. Con el mismo

enfoque, se califican los efectos del Trabajo Infantil según los ingresos económicos o

las ganancias futuras que producirían un niño cuando sea adulto.

La definición del Trabajo Infantil desde el enfoque económico es la que tiene mayor

influencia en la percepción negativa sobre el Trabajo Infantil, convierte a los niños,

niñas en víctimas y responsables del empeoramiento de las condiciones de vida de la

familia (Liebel, 2013).

La definición que se adapta a la visión economicista la plantea la Organización

Internacional del Trabajo-(OIT), que señala lo siguiente:

El Trabajo Infantil es toda actividad productiva o reproductiva

realizada por los niños o niñas de 5 a 14 años de edad; para el caso de

los jóvenes de 15 a 17 años de edad, se entiende por Trabajo Infantil a

toda actividad laboral en los siguientes casos: que no permite el

acceso a la escuela o colegio del niño o niña; o que sobrepase las 30

horas semanales; o que se realice en una actividad riesgosa (Ponce &

Falconí, 2011).

La OIT al ver que ésta definición es muy general y puede emplearse para asociar como

explotación a todo tipo de trabajo, se vio en la necesidad de hacer un análisis que separe

los dos conceptos. Estableció una diferencia entre peores formas de Trabajo Infantil que

no son permitidas en ninguna circunstancia y las tolerables que puede realizar un niño o

adolescente.

Las peores formas de trabajo son las actividades que históricamente se han relacionado

con la industrialización y las formas de esclavitud, que han tenido consecuencias

negativas en el desarrollo físico, social y cultural del niño.

A modo de conclusión, se puede deducir que para la concepción economicista del

trabajo infantil lo que interesa son las condiciones productivas y la reproducción

material de los individuos, por ende la supervivencia de la mano de obra de los

trabajadores. En este sentido, las mediciones económicas de los efectos del trabajo

infantil toman el nivel de productividad que se pierde si el trabajo realiza un individuo

8

no calificado, asociando las pérdidas económicas. El discurso de representar los costos-

beneficios ha sido de mucha utilidad para implantar una concepción en contra del

Trabajo Infantil.

En muchas sociedades el Trabajo Infantil, desde el punto de vista occidental, es

considerado un indicador de “subdesarrollo”, que permanece en las clases desposeídas y

marginadas (Liebel, 2013). El discurso economicista presupone que el Trabajo Infantil

es un obstáculo para el desarrollo y vestigio de subdesarrollo.

En este sentido, la educación se vuelve conveniente si la vemos como la mejora de las

capacidades para ser más productivos. Esta visión instrumental se puede leer entre

líneas de los discursos en los organismos internacionales y multinacionales para

justificar la erradicación del Trabajo Infantil. Eduardo Bustelo, manifiesta que el

enfoque economicista es la versión más utilitarista y más pérfida. Es la lógica del capital

que ahora se hace humana, no nos interesa en realidad el bienestar humano sino cuanto

puede producir (2010).

Interpretación Filosófica

En el campo filosófico, la concepción del Trabajo Infantil se desarrolla a partir de la

idea de sujeto moderno, que supone que el individuo puede constituirse por sí mismo en

sujeto, siempre y cuando esté de por medio un proceso de formación en valores y

control. Este concepto traducido a los niños, niñas se puede reducir a la palabra

heteronomía que significa estar sujeto a un poder que impide el desarrollo autónomo, en

otras palabras estar supervisado. Camilo Bácares Jara especialista en temas sobre

infancia hace una referencia específica sobre la concepción de infancia y señala que:

El niño es entendido como un ser en formación, vacío de conciencia y

de autonomía (…) En tal medida alcanzar una inteligencia formal y

operacional significa desarrollar una inteligencia adulta. Ser niño,

palabras más, palabras menos significa tener una razón inferior

(Cácares Jara, 2012).

9

Como consecuencia del peso que se asigna a la constitución del sujeto en la

modernidad, la sociedad se preocupa sobre el tipo de subjetividad que estamos

construyendo en los niños, niñas.

Rousseau fue el primer filosofo que se preocupó de este problema en el siglo XIX,

interesándose sobre qué tipo de subjetividad que la sociedad construye en los

individuos, partiendo de la premisa de que el niño es bueno por naturaleza, por lo cual,

debe ser protegido y educado moralmente para que sea útil al interés común.

La tarea de educar es de los adultos como seres formados, por lo cual deben transferir su

identidad hacia los niños, niñas, sin reconocer en estos la capacidad para producir su

propia subjetividad y así construir su identidad, esta interpretación, significó entender al

niño con un vacío moral, sin la capacidad de autorepresentarse. Este panorama bosqueja

a un niño, niña separado de la comunidad, por ende sin el poder de incidir en su historia

y en otras palabras sin su ser político. Al contrario, en las sociedades tradicionales “en

las que el individuo es indiscernible con la comunidad, se reconoce en la comunidad

que lo recibe, y en ella comparte y crea identidad, lenguaje, usos y costumbres, cultura

(Le Breton, 1990, pág. 22). En la concepción moderna somos seres individuales y

vulnerables frente a la sociedad.

Se reconoce al niño como un individuo particular ubicado en un momento de la vida

que necesita que se interesen por él, cuando Rousseau señala que, “el niño no es un

hombre pequeño, la infancia tiene sus formas de ver, de pensar y de sentir y que nada es

más insensato que querer surtirle por la nuestra” (Rousseau, 1991 pág. 56 citado en

Cácares Jara, 2012, pág. 77).

Rousseau se interesa en el recorrido que hace el niño, niña hacía la vida adulta, lo ve

como un individuo con intereses propios dependiendo de la edad cronológica y que van

adquiriendo la posibilidad de autodeterminación como sujeto a medida que crecen. Se

establece una diferencia intergeneracional basada en la edad para dividir el mundo de la

infancia con el mundo adulto. Estos dos mundos no puede ser iguales, solo a medida

que el niño, niña crece se asignan responsabilidades y derechos que “se va

constituyendo como parte de la construcción del individuo, estos derechos serán

individuales hasta llegar a una edad cronológica para poder ejercerlos por completo”

10

(Bustelo, 2010, pág. 53). En este sentido, hay que considerar lo que plantea Julia Valera

y Fernando Álvarez que, “el reconocimiento de derechos en los niños, niñas se debió a

la aplicación de toda una ortopedia moral sobre el alma y el cuerpo” (1991, pág. 19),

que establece lo que se puede o no hacer según lo ideológicamente establecido.

La tutela es un requisito por el que tiene que pasar los niños, niñas para integrarse

paulatinamente a la sociedad. En la modernidad esta tarea tienen los profesores, estos

son los que tienen la misión de guiarles en su evolución. A través de la educación, el

objetivo es corregir y ocupar el tiempo de los niños, niñas. Así lo señala Pedraza

Gómez, quien plantea que “la universalización de la educación formal, es decir, la

educación escolar como recurso fundamental para la socialización y el empleo del uso

del tiempo del niño” (Pedraza Gómez, 2015, pág. 81). El fin es enseñarle a interactuar

en sociedad pero en la adultez, por ende, se justifica la permanencia de las instituciones

de educación como un espacio de transición obligatorio.

En resumen, la concepción moderna de infancia imagina al niño como un sujeto siempre

y cuando este bajo la tutela de la sociedad, mediada por la familia, la escuela u otros

medios legítimos.

La idea nuclear es que este grupo de población está formado por seres

humanos fundamentalmente distintos e inferiores a los adultos, los

aún-no. Colectivamente no es pensable que puedan ser “iguales a los

adultos” en muchas cosas, por tanto, que puedan tener los mismos

derechos. Buena parte del valor social de la infancia está en el futuro:

son los futuros adultos, los futuros ciudadanos, nuestra sociedad del

futuro (moratoria social). No resulta, pues, fácil, pensarlos como

ciudadanos del presente. El presente de la infancia pertenece a la vida

privada, y no debe involucrar intervenciones públicas más que en

casos extremos. Nuestros niños y niñas se entiende que son los de

nuestro entorno privado, no los de nuestra sociedad (Ferrán, 2006,

pág. 40).

La preocupación de la educación al estilo rousseauniana favorece a los grupos

hegemónicos ya que si se integra la condición de clase sobre la diferencia del otros; no

todos los niños, niñas deben ser educados de la misma manera ya que sus condiciones

11

de vulnerabilidad son distintas, no todos necesitan el mismo grado de protección como

los niños, niñas de las clases populares.

De ahí que la sociedad se esfuerza en diferenciar que valores tiene que desarrollar un

niño dependiendo de su posición social, que en el caso del niño trabajador está pensado

desde su situación de pobreza. El imaginario social del niño pobre está rodeado de

prejuicios, debido al racismo y a la discriminación social que está asociado a la

colonización. El “otro” no puede construirse como igual, tienen que estar sujeto a una

clasificación de inferioridad, a un estadio de sin razón para imponerse y justificar su

dominación.

En este sentido de exclusión, se ve la definición del Trabajo Infantil que suele ser

definida como una forma que priva a los niños, niñas y adolescentes de su infancia, su

potencial y su dignidad, por ser nociva para su desarrollo físico y mental (Organización

Internacional del Trabajo -OIT, 2004). Esta definición trae consigo además todo un

respaldo discursivo acerca de la necesidad de erradicar el Trabajo Infantil.

Esta concepción está representada hoy en día en la Convención de los Derechos del

Niño (CDN) que fue aprobada como parte del tratado internacional de derechos

humanos por la comunidad internacional el 20 de noviembre de 1989. El Ecuador la

ratificó el 23 de marzo de 1990. Todas los Estados estrictamente deben enmarcarse en

los principios establecidos en la CDN. “La adherencia mundial a este convenio ilustra el

alcance del acuerdo oficial sobre la percepción actual de la infancia” (Pedraza Gómez,

2015, pág. 81).

Esta no es la única idea sobre infancia. Los avances del post-estructuralismo ayudaron a

refutar esta definición naturalista, con la premisa de que los conceptos sociales son una

construcción que establece cada sociedad en un momento histórico determinado de

lucha política. El concepto de infancia se vio beneficiado con esta corriente, los

diferentes trabajos especializados en infancia comenzaron a considerar que la definición

sobre infancia es resultado de un proceso social que involucra relaciones de poder.

Hay que reconocer que la infancia es más que algo asible y estático,

corresponde a las dimensiones de la representatividad social y de la

12

estructura social. Es decir, la infancia, primeramente es todo aquello

que cada sociedad, en un momento histórico dado, concibe y dice que

es la infancia (Casas Ferrán. 2006, pág. 29 citado en Cácares Jara,

2012, pág. 40)

Lo que reconoce Ferrán sobre la definición de infancia se complementa con la

interpretación de Julia Valera y Fernando Álvarez-Úria. Esta no puede ser estática ni

universal sino dialéctica, entre un mundo de relaciones sociales que disputan diferentes

visiones de lo que se tiene que entender por niñez.

La categoría de infancia es una representación colectiva producto de

formas de cooperación entre los grupos sociales y también, de pugnas

de relaciones de fuerzas, de estrategias de dominio destinadas hacer

triunfar como si se tratara única legítimas, las formas de clasificación

de los grupos sociales que aspiraban a la hegemonía social (Varela &

Alvarez-Úria, 1991, pág. 82).

Esta visión sostiene que la identidad del niño es construida según lo cultural y

políticamente determinado por la clase dominante.

Principales corrientes para el abordaje del Trabajo Infantil como problemática

social

Analizar las concepciones del Trabajo Infantil desde el enfoque de campos, nos ayuda a

entender las diferentes contraposiciones sobre Trabajo Infantil en un sentido más

amplio. Ya que, a partir de las diferencias y contradicciones que existen al interior de

los campos se despliegan distintas concepciones. Como plantea Manfred Liebel,

depende del punto de vista predominante para delimitar el Trabajo Infantil valorarlo

específicamente, “cualquier definición de Trabajo Infantil implica ciertas decisiones

previas y reflejas determinados intereses” (Liebel, 2013, pág. 62).

Existen dos corrientes que son excluyentes entre sí para abordar el Trabajo Infantil y se

relacionan con los campos, es la “permisiva” y la abolicionista. Cada una tiene sus

propios argumentos y actores que la defienden.

13

Corriente abolicionista

El Trabajo Infantil ha sido relacionado directamente con la explotación laboral del

capitalismo temprano que se produjo en Europa, época en el cual los infantes trabajaban

en actividades riesgosas inadecuadas para su edad. A partir de este hecho, la corriente

abolicionista instituye una relación directa entre Trabajo Infantil y explotación, que crea

forzosamente la necesidad de abolirla por la connotación moral que conlleva,

legitimando así el discurso en contra del Trabajo Infantil y rechazando cualquier tipo de

actividad laboral para los niños, por considerarla nociva para el desarrollo de la

infancia. Esta posición es defendida por diferentes campos del conocimiento, que van

desde las ciencias económicas, médicas, psicológicas.

Diferentes autores coinciden en decir que es más útil concebir las situaciones de Trabajo

Infantil como un elemento continuo, caracterizado por influencias perjudiciales que

beneficiosas (Bourdillon, 2010). Esto se puede explicar ya que como se describió en el

enfoque filosófico, la propia categoría de niño está definida como la “otraedad” que

debe ser corregida y adecua a los ideales que se tiene sobre un niño burgués. Los

valores trasmitidos al niño deben ser los de la clase hegemónica, valores en los cuales el

trabajo no predomina, solo la educación y el juego, y de acuerdo al pensamiento

abolicionista es imperativo universalizarlos sin considerar el contexto social ni las

condiciones sociohistóricas.

Como vemos todos los discursos se direccionan para construir una estructura en contra

del Trabajo Infantil. No obstante es necesario posicionarnos y contextualizar que la idea

del Trabajo Infantil como explotación viene de Europa como lo señala Manfred Liebel

experto en temas de infancia que tiene una postura crítica hacia los postulados de la OIT

sobre Trabajo Infantil, señala:

Que las medidas contra el Trabajo Infantil que nosotros exigimos, se

basan en un concepto y en un modelo cultural de infancia, que ha

surgido en Europa bajo condiciones históricas bien determinadas, que

no pueden ser transferidas sin más ni más a otras sociedades y culturas

(Liebel, 2013, pág. 8).

14

Como resultado a la posición abolicionista que ha sido consensuada con los Estados a

través de los convencidos internacionales, son las Organización Internacional del

Trabajo (OIT) y las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los organismos que

difunden y promueven la concepción del Trabajo Infantil como problemática y

promueven políticas públicas que se concentra en la regulación y control, para mantener

lejos a los niños, niñas del mercado de trabajo, hasta que alcancen determinada edad, a

fin de protegerles de la explotación, partiendo de la premisa que el Trabajo Infantil es

pernicioso (Bourdillon, 2010).

La corriente abolicionista se sustenta para definir sus argumentos en la CDN el cual

indica, “se reconoce el derecho del niño a la protección contra la explotación económica

y la realización de trabajos que puedan ser peligrosos, entorpecer su educación o afectar

su salud o desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social “ (Legendre, 2006).

Los tratados internacionales firmados por Ecuador recoge la misma posición. La

legislación nacional define como Trabajo Infantil a la participación de niños, niñas y

adolescentes que no han cumplido 15 años, o 18 años en caso de trabajos peligrosos, en

toda actividad remunerada o no, que por su naturaleza (el tipo de actividad que realiza)

o por las condiciones en que se lleva a cabo, pueda dañar su salud, su seguridad o su

moralidad, privándoles de su niñez, su potencial y su dignidad, afectando su desarrollo

físico y psicológico (Código de la Niñez y Adolescencia, 1999).

En vista de que es una definición amplia, se creó una definición más específica, que se

denominó “Trabajo Infantil peligroso” . Estas son las actividades que ponen en riesgo la

vida y el normal desarrollo de las niñas, niños y adolescentes.

Es en este contexto de políticas públicas y definiciones de Trabajo Infantil pernicioso no

se puede pesar en tener otro sentido que no sea socialmente perjudicial y moralmente

señalado.

Corriente “permisiva”

La historia del mundo demuestra que es en la sociedad occidental eurocéntrica la única

sociedad que alcanzado las condiciones culturales y económicas para que los niños,

niñas no trabajen, en otras partes existe una diferencia diametralmente opuesta,

15

encontramos niños, niñas trabajando en todos los países del mundo llamados

subdesarrollados, y peor aún, si evaluamos rigurosamente desde el concepto general que

se tiene de Trabajo Infantil, podríamos encontrar en otros países más. La crítica se

plantea en este sentido, una zona con condiciones socioculturales y económicas y otras

no, ya que las condiciones europeas no se pueden reproducir y si lo hacen es negando

una realidad heterogénea.

La política ‘anti-Trabajo Infantil’ se fundamenta en un concepto de

infancia eurocéntrica entendido en el sentido de la mejor forma y

forma más desarrollada de infancia ‘moderna’. Se la ve como el punto

final de una evolución que ha partido de Europa y que ahora debe

perfeccionarse en el ‘resto del mundo (Hall, 1992 citando en

ProNATs, 2013).

Reconociendo una realidad del mundo heterogéneo, la corriente permisiva ve al Trabajo

Infantil como positivo al interior de una cultura que reconoce al Trabajo Infantil parte

del proceso de socialización del niño, ya que es tomado en cuenta como un factor de

aprendizaje, siempre y cuando se lo haga en condiciones dignas, que fomenten valores

como, la responsabilidad y la participación política en contra de cualquier forma de

dominio social.

En este sentido, la corriente permisiva, no está alineada al discurso hegemónico de los

organismos internacionales, teniendo un posicionamiento crítico a los postulados que

considera que todo tipo de trabajo es perjudicial sin ver otros contextos, posicionándose

como una corriente alternativa al paradigma dominante.

Esta corriente es relativamente nueva, se da a partir de los años 90´s, después de la

ratificación de los CDN, donde hubo un impulso a la estigmatización y represión del

Trabajo Infantil a través de instituciones que fueron constituidas para controlar y

perseguir el Trabajo Infantil como es el caso del Programa Internacional para la

Erradicación del Trabajo (IPEC). A partir de este hecho los niños niñas y adolescentes

trabajadores de los países periféricos decidieron organizarse para defender su trabajo y

buscar mejores condiciones laborales.

16

Son las organizaciones y movimientos sociales de países periféricos los que defienden

esta postura, la organización más emblemática y de mayor peso en esta corriente es la

Organización de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NATS).

El movimiento NATS lucha que la concepción del Trabajo Infantil sea menos moral y

más objetiva sobre la realidad social de los niños, niñas y sus familias, que respete las

diferentes cosmovisiones y concepciones de los pueblos sobre el Trabajo Infantil como

un elemento constituyente en la formación social de la infancia. El objetivo de los

NATS es tener reconocimiento como agentes económicos y derechos laborales. No se

oponen en a controlar y regular a las empresas sobre el Trabajo Infantil peligroso

(Morsolin, 2010), pero que a los trabajos no considerados peligrosos tengan mayor

protección.

En referencia a lo anterior, la crítica de los NATS nace a partir de las leyes punitivas

para la erradicación del Trabajo Infantil, en contra del supuesto de que todo Trabajo

Infantil esta mediado por la explotación y en el marco de la elaboración de las leyes en

contra de este. En contra de hacer leyes que presuponen que sí los hijos de los pobres

trabajan, necesariamente están en condiciones de explotación y su trabajo es

mercantilizado por una empresa que roba todo su trabajo. Al contrario de lo que algunos

estudios demuestran, como el trabajo etnográfico realizado en los mercados de

Cartagena, Colombia, en el cual llegan a la conclusión de que las familias de los niños,

niñas trabajadores en el mercado conciben al Trabajo Infantil, como una red de

relaciones sociales y creaciones culturales que persisten saberes como parte de tradición

familiar, en los que se perpetúa el Trabajo Infantil como practica y patrón de crianza

que sirve como herramienta de formación, aprendizaje para una vida horades

responsabilidad que los aleja de los vicios (Pico Merchan & Salazar Henao, 2008, pág.

116).

En este mismo sentido Manfred Liebel que cita a Virginia Morrow en “Infancia y

Trabajo” sobre la investigación de Trabajo Infantil en Inglaterra, plantea que existen

muchos niños, niñas que trabajan no debido a la pobreza o comprar algún bien sino

porque “representa un amplio espectro de experiencias diferentes” (Morrow, 2000

citado en Liebel, 2013, pág. 148).

17

No debemos precipitarnos a suponer que los niños no trabajan más

que por motivos de consumo, sino que propone poner más atención en

"las responsabilidades que los niños asumen con su trabajo" y no

perder de vista que muchas veces, en el trabajo existen "relaciones

recíprocas entre los miembros de la familia" (Liebel, 2013, pág. 148).

Son estudios como estos en los que se basan las organizaciones sociales para criticar la

percepción de que todo Trabajo Infantil es explotación. Una de las características

principales de esta corriente, es que considera la cultura como una variable sustantiva

para justificar el Trabajo Infantil como una forma culturalmente distinta de

socialización a la que promueve la modernidad, siempre y cuando la cultura no

justifique algún condiciones perjudiciales para la vida e integridad del niño que según

los NATS debe ser juzgada como delito. En contra del principio que presupone que

juzgan a los niños, niñas solamente por su condición material.

Los NATS cuestionan el menosprecio social que se tienen sobre los niños, niñas

trabajadores y que incide sobre una percepción negativa el cuidado, la forma de

aprendizaje que tienen las familias hacia sus hijos. Es una manera de invisibilizar otras

formas de concebir la formación de los niños, niñas. Julia Varela y Fernando Álvarez-

Úria menciona que la desvalorización ilustrada de otras formas de ver el mundo

significa asimismo la voluntad de excluir del ámbito de la historia a los grupos de las

clases sociales que no comparten esas representaciones (Cácares Jara, 2012, pág. 94). Se

puede considerar que el conjunto de propuestas en contra del Trabajo Infantil tiene

como fin deslegitimar otras las formas crianza por no provenir de las formas modernas.

Los defensores de la corriente permisiva cuestionan esta mirada excluyente que no ven

a los niños, niñas trabajadores y a sus familias con la capacidad de decidir su propio

proceso de socialización, apartan a los niños, niñas trabajadores del concepto de sujeto

como plantea Manfred Liebel.

De repente, no se hablaba más de niños y niñas trabajadores sino sólo

de Trabajo Infantil. Y hasta hace poco tiempo, en el mejor de los

casos, se veía a los niños y niñas trabajadores como víctimas

indefensas merecedoras de compasión o más aún como una nefasta

18

lacra para la sociedad, y se los consideraba como un vestigio de

tiempos pasados. (Liebel, 2013, pág. 4).

El movimiento de los NATS en América Latina tiene una influencia importante en

países como Perú y Bolivia, que forman parte del “Movimiento Latinoamericano y

Caribeño de Niños y Adolescentes Trabajadores”, que constituye un eje alternativo a la

corriente abolicionista en la región. Estas organizaciones han organizado importantes

movimientos de resistencia para que el Trabajo Infantil no sea reprimido y transformado

en una forma de penalización de la pobreza.

Es importante tener presente la corriente permisiva sí queremos tener una postura

crítica, ya que solo basta que esta corriente haya sido excluida por el discurso oficial

hegemónico para ser tomada en cuenta en un análisis que pretenda ser crítico.

Evolución histórica de la concepción del Trabajo Infantil

El trabajo realizado por Julia Varela y Fernando Alvarez-Úria en la “Arqueología de la

Escuela” nos ayuda a entender la construcción histórica del discurso del Trabajo

Infantil, mediante una genealogía de la escuela europea. La reseña histórica que realiza

de las diferentes concepciones que ha tenido la infancia en la historia puede ser

trasladada a nuestra realidad, ya que, con la colonización muchas concepciones se

trasladaron a los territorios, como la relación entre adultez y niñez que surge en la

modernidad europea. Describe las relaciones de poder entre la familia, iglesia y Estado

que se disputan la educación como un espació de adoctrinamiento ideológico y de

control.

A continuación se presenta la construcción histórica que hace Julia Varela y Fernando

Alvarez-Úria con respecto al Trabajo Infantil.

Uno de los primeros períodos del acercamiento del niño al trabajo fue a través de los

talleres artesanales. El taller era el principal medio por el cual los niños, niñas se

acercaban al mundo del trabajo, este espacio era considerado como un medio de

formación tanto en Europa como en América, que servía para preparar a los niños, niñas

en el oficio de sus padres.

19

En los talleres participaban los hijos de los obreros y artesanos, así mismo participaban

conjuntamente con los adultos en actividades comunitarias y en temas relacionados a la

organización gremial. El niño no solo aprendía el oficio del taller, también era receptor

de cultura y habitus.

La enseñanza se realizaba a través de los gremios que trasmitían su

conocimiento sobre el oficio a los niños. El aprendizaje en este caso

era un sistema de trasmisión del saber que se hacía de forma

jerarquizada, (…) en el cual coexistían trasmisión de saberes y trabajo

productivo (Varela & Alvarez-Úria, 1991, pág. 44).

El Ecuador no era la expresión también existían los talleres artesanales bajo la dirección

de los colegios o gremios. Estos espacios eran bien vistos por la población, ya que uno

de los objetivos era ocupar y controlar a los niños, niñas de las clases populares para

que no estuvieran en la calle influenciado de malos hábitos (Luna, 2008).

Durante el proceso de modernización los talleres perdieron su misión de enseñar. Fue

cambiada paulatinamente por la educación formal, consiguiendo prescindir del Trabajo

Infantil como medio de aprendizaje y de formación. Rompiendo la relación que tenía el

niños, niñas con del taller en el seno de las clases populares, para someterse a la

educación burguesa a través de la escuela. “El niño popular nace en gran medida de esta

violencia legal que lo arranca de su medio, de su clase, de su cultura, para convertirlo en

una mercancía de la escuela” (Varela & Alvarez-Úria, 1991, pág. 45).

La modernización reformó los valores tradicionales que tenía la familia sobre el trabajo,

que era parte del proceso de aprendizaje, constituyéndose en algo secundario, ya que,

las tareas de educación van a ser transferidas a instituciones como: las escuelas, los

orfanatos y los colegios, a fin de remplazar a la familia como agente de socialización y

controlar a una sociedad que tenía una población infantil en aumento. Según Julia

Valera y Fernando Álvarez-Úria, la escuela sustituyo el trabajo familiar como medio de

educación, es decir el niño deja de conocer el mundo del trabajo a través del contacto

con los adultos y en relación con este (1991, pág. 26).

Esta era una idea socialmente aceptada por la clase hegemónica, veían a los niños, niñas

vivir una infancia separados del mundo adulto encerrados en instituciones,

20

excluyéndolos del trabajo. Durante este periodo son las instituciones religiosas las que

están a cargo de las instituciones de educación, por ende son responsables del cuidado y

formación de los niños, niñas, construyendo un nuevo espacio de reproducción cultural

ajeno a la familia.

Para esta transición era necesario romper con las formas de educación tradicionales, he

insertar otro tipo de educación que respondan a nuevos intereses, construir una

educación moderna, en donde los hijos de los obreros son educados para trabajar en

actividades futuras que demanda la nueva división del trabajo.

El Estado se expande hacia el principal núcleo privado, antes

intocado, para “velar por la existencia y funcionamiento de

mecanismos institucionales que aseguren la formación de ciudadanos

productivos, con fuerte apego y lealtad a los valores nacionales y

provistos de virtudes cívicas” (Piloti, 2006 citado en Varela &

Alvarez-Úria, 1991, pág. 59).

Una vez que el Trabajo Infantil ingreso a la lógica capitalista surge un conflicto con el

proceso de educación para convertirle en un medio más de subsunción capitalista. En la

siguiente tabla Julia Valera y Fernando Álvarez-Úria muestra cómo se desarrolló

históricamente el proceso de socialización.

Tabla 1 Periodos históricos sobre el proceso de socialización de los niños

Socialización Edad Media Antiguo Régimen Sociedad Burguesa

Comunidad Familia Familia Conyugal

Aprendizaje de oficios Colegios Escuela

Fuente: Arqueología de la escuela

Paralelamente a la historia Europea, es indispensable analizar la concepción que se tenía

de Trabajo Infantil en los territorios colonizados, que no han sido considerados para

entender la problemática, debido a que la historia en general es vista desde una

perspectiva eurocéntrica.

La colonización basada en el poder de acuerdo a Aníbal Quijano significó una nueva

estratificación social a partir de la idea de raza, dada por las características fenotípicas y

raciales (Quijano, 2000). Esta estratificación funda un nuevo patrón de poder en los

21

territorios colonizados, justificando la servidumbre y la explotación. La nueva categoría

de raza instalada en América se convirtió en una categoría diferenciadora de la

identidad en el mundo para calificar al “otro” como inferior por tener características

fenotípicas distintas al del colonizador.

Esta racionalidad promueve una jerarquía que se presupone naturalizadas, los indios,

mestizo, negros estaban en la parte inferior de la pirámide social, lo que justificaba

cualquier abuso, “los pueblos conquistados y dominados fueron situados en una

posición natural de inferioridad y en consecuencia, también sus rasgos fenotípicos, así

como sus descubrimientos mentales y culturales” (Quijano, 2000, pág. s/n).

En cuanto a la infancia, no era ajeno al nuevo patrón de poder, la noción de raza

también jugaba un papel importante, especialmente en la educación, las instituciones

tenían el rol de transmitir la cultural de la clase colonizadora hacía los indígenas, este

era un trabajo imperativo para el adoctrinamiento y trasmitir la moral cristiana, la

lengua y símbolos de los colonizadores.

No solo en los procesos de culturización estuvieron atravesados por la idea de raza,

también la relación capital-trabajo. Los roles estaban en función de una división racial

del trabajo, es decir, los indígenas predestinados a cumplir un rol mientras las clases no

indígenas otro tipo de rol, como el control del trabajo. En el fondo la justificación de

asignación de roles se basó en gran medida en la diferencia étnica que era aprovechada

por el capital.

Es ahí que, la mano de obra campesina fue aprovechada por el proceso de acumulación

capitalista, como mano de obra no remunerada. En América la servidumbre era una

práctica cotidiana en los procesos de producción, el huasipungo, trabajo por deudas eran

formas de despojo legítimas en un régimen que tiene relaciones precapitalistas. Los

hijos de los indígenas no estaban exceptos, eran incluidos como medios de producción,

sometiéndoles a los procesos de campesinización en función de las nuevas relaciones

productivas no asalariadas.

El trabajo realizado era responsabilidad del conjunto de los miembros de la familia sin

recibir ninguna compensación no económica, la familia como una unidad productiva. La

22

manutención de la familia estaba conectada a una economía familiar de subsistencia o a

la pequeña producción mercantil independiente de los pocos productos que quedaba

después de pagarle al patrono.

La relación con el salario no fue reconocida hasta bien entrado el siglo XX y los grupos

indígenas fueron los últimos de entrar a la lógica mercantil de la fuerza de trabajo. Hasta

la primera reforma agraria en el Ecuador todavía no existían relaciones capitalistas

generalizadas, especialmente en el sector rural. Toda la familia trabajaba sin tener un

reconocimiento monetarizado, eran relaciones serviles que no permitían ninguna

posibilidad de movilidad social. En este sentido Wallerstein reconoce que “la división

racial es aprovechada para mantener el capitalismo y márgenes de ganancia, pues asigna

a un segmento importante de la fuerza de trabajo una remuneración inferior”

(Wallerstein & Balibar, 1988, pág. 58).

La idea anterior nos puede dar una noción que las relaciones precapitalistas no son

condiciones circunstanciales de dominio, respondían a un orden en el sistema mundo

para abastecer al mercado mundial de bienes económicos. Hecho, que tuvo repercusión

en la organización productiva, como lo detalla Aníbal Quijano, las relaciones

capitalistas en América configuraron un nuevo patrón global de control del trabajo en

fusión del capital y su mercado (2000), en consecuencia la producción, la distribución y

las fuerzas productivas están articuladas con la demanda del mercado mundial.

Lo que explica en cierta manera que el gobierno controlado por los dueños de los

medios de producción hasta finales del siglo XX, no veía el Trabajo Infantil indígena

como problemática, ya que era parte de la reproducción del sistema, justificado por los

roles que son supuestamente naturales.

La organización del trabajo y la jerarquización en función de la raza

sitúa a los pobladores colonizados, los indígenas de los pueblos de

colonizados, en condición de subordinación (…), y pérdida absoluta

de la libertad y el control sobre la reproducción y la crianza de sus

hijos, al tiempo que obstaculiza su acceso a las formas de trabajo

organizadas en torno de la relación trabajo–salario que comienza a

consolidarse en Europa y cuya condición de posibilidad es la

23

liberación de la fuerza de trabajo individual de la producción comunal

y familiar (Pedraza Gómez, 2015, pág. 83).

Otro aspecto en el control colonial, se ve reflejado en el rol que cumplía los

terratenientes para reproducir el sistema de dominación. Construían escuelas e iglesias

al interior de la hacienda, ya que, les convenía tener a los campesinos ideológicamente

controlados.

Los niños, niñas que asistían a las escuelas eran por periodos muy cortos, hasta

adoctrinarles, los métodos utilizando era a través de la violencia física y cultural, para

después ser reintegrados al mundo del trabajo. Podemos imaginarnos como era ese

periodo en la descripción que hace de su vida Transito Amaguaña en una entrevista:

Al cumplir 9 años de edad, asistió a la escuela durante seis meses,

cuya función principal era inculcar en los pequeños la obediencia y la

sumisión a los patrones, bajo amenazas y golpes. En una entrevista,

ella misma rememoró esta época: “Ese tiempo era amargo, era tiempo

de gamonales (patrones), tiempo de ricos (...). A gusto de ellos

maltrataban, a gusto de ellos pisoteaban (...) ¡Qué señoras! ¡Qué

mayordomos!, eran para hacer sufrir y golpeaban (...). El escribiente

nos obligaba a decir en la escuela: bendito alabado amo, bendita

alabada patroncita”. Cumplido el corto período de adoctrinamiento,

comenzó enseguida a trabajar como servicia, atendiendo a los

patrones, cortando leña, lavando ropa, cuidando animales, recogiendo

la cosecha y llevando productos de la hacienda a otros lugares para la

venta y el trueque (Mattié, 2015).

La historia que cuenta Transito Amaguaña resume la dominación y explotación que eran

víctimas los campesinos, justificado por el racismo. Los niños, niñas no eran vistos

como sujetos solo una extensión más del adulto indígena que servían para el trabajo

como un objeto más, no eran autónomos sus decisiones estaba a disposición del patrono,

que no les permitía hacer otra cosa más que dedicarse al trabajo.

En este sentido, la condición de trabajador no era vista como tal sino como una forma

natural de vida servil a sus intereses. Sí podríamos evaluar con el concepto actual es

24

totalmente reductible a la categoría de Trabajo Infantil según la visión Europea, ya que,

cumple con todas las características para ser considerado una de las peores formas de

Trabajo Infantil. Sí bien es cierto que el concepto no estaba vigente en esa época, si

había una diferenciación entre el niños, niñas del sector rural y el urbano solo por su

condición de clase y etnia. Era una selección intencionada de una elite que tiene ya

justificado por medio del discurso racista la desigualdad de clase, política y racial

(Wallerstein & Balibar, 1988).

Como conclusión para cerrar esta parte, el Trabajo Infantil como explotación no era

visible desde la mirada occidental colonial por conveniencia de las elites. Los niños,

niñas eran integrados a muy temprana edad al mundo laboral, en las fincas en caso de la

costa y en la sierra en los huasipungos.

El trabajo de los niños, niñas campesinos y clases populares en América es reductible a

la lógica a las formas precarias del capitalismo y el poder colonial, de ahí que tuvieron

que importar la visión en contra del Trabajo Infantil para ser visibilizado como

problemática. La condición de dominio que vivían las clases subalternas logro que el

Trabajo Infantil no sea considerado, sumado a esto la lógica y cosmovisión indígena de

la educación, que no responde a la lógica occidental de especializar el conocimiento y la

mano de obra, sino a una lógica de aprender-haciendo.

Al contrario lo que ocurría en Europa, en las sociedades capitalistas, se empezó a ver el

Trabajo Infantil como un problema social y se dio inicio a la lucha contra dicho

fenómeno (Liebel, 2013, pág. 4), negando al niño como un medio de producción más y

pensando por los problemas sociales y demográficos que causaba el Trabajo Infantil.

No obstante, el Trabajo Infantil no puede ser visto de otra manera sino como un “hecho

capitalista” reducido a producir valores de cambio. Referente a este fenómeno, Bolívar

Echeverría (2011) teóricamente identifica que la transición entre valores de uso a

valores de cambio es una de las formas en las cuales el capitalismo toma presencia en la

vida como “hecho capitalista”. Transformar la valorización como algo natural es una de

las maneras de asumir como natural el capitalismo, señala en su libro “Modernidad y

capitalismo: 15 tesis sobre la modernidad”:

25

Asumir como espontánea la subsunción del proceso de la vida social a

la historia del valor que se valoriza, consistiría en vivirla como una

necesidad trascendente, es decir, como un hecho que rebasa el margen

de acción que corresponde a lo humano (Echeverría, 2011, pág. 91).

Podemos entender la visión capitalista del Trabajo Infantil en Europa con el análisis que

hace Carlos Marx cuando realiza la crítica al capitalismo, una de las cosas que le llama

la atención durante la primera etapa del capitalismo industrial son los efectos que se

produjo en la familia a raíz de los cambios de roles de las mujeres y en los niños, niñas

en la esfera doméstica, construyendo una nueva división social del trabajo. Ahora son

utilizados como fuerza de trabajo manipulable y económicamente conveniente, que

aporta a la distribución del trabajo social. Este punto lo explica en su libro "El Capital

Tomo I” capítulo “Apropiación de fuerzas de trabajo subsidiarias por el capital” en los

siguientes términos, “el trabajo forzoso no sólo usurpó el lugar de los juegos infantiles a

favor de capital, sino también el trabajo libre dentro de la esfera doméstica, ejecutado

dentro de límites decentes y para la misma familia” (Marx, 2003, pág. 481).

Por un lado, el ingreso al mundo laboral del conjunto de mujeres y niños, niñas aumentó

la mano de obra a una que podía ser fácilmente remplazada y cubrió todas las jornadas

laborales, por otro lado, garantizó la reproducción material de la familia, ya que

aumenta los ingresos de todos sus integrantes, ayudando al obrero que por sí solo no

podía garantizar la subsistencia de todo el grupo familiar. Por ende, el trabajo que

realizaban los niños, niñas y las mujeres fue funcional para el sistema.

Todo lo que Marx relata sobre Trabajo Infantil ocurrió durante en el periodo del

capitalismo industrial, por ende tuvo un efecto significativo en todos los aspectos de la

vida social, ahí su importancia de analizar este hecho como argumento explicativo del

fenómeno del Trabajo Infantil. Berman Marshall expresa sobre la incidencia que tiene la

industrialización en la vida social.

La industrialización de la producción, que transforma el conocimiento

científico en tecnología, crea nuevos entornos humanos y destruye los

antiguos, acelera el ritmo general de la vida, genera nuevas formas de

poder colectivo y de lucha de clases;(…); el crecimiento urbano,

26

rápido y a menudo caótico; (…); los movimientos sociales masivos de

personas y pueblos, que desafían a sus dirigentes políticos y

económicos y se esfuerzan por conseguir cierto control sobre sus

vidas; y finalmente, conduciendo y manteniendo a todas estas

personas e instituciones un mercado capitalista mundial siempre en

expansión y drásticamente fluctuante (Berman, 1989, pág. 2).

Según Bolívar Echeverría la industrialización es un aspecto que permite reconocer la

vida moderna capitalista como tal, despliega la figura puramente técnica y la orientación

progresista del proceso de modernización (Echeverría, 2011, pág. 69).

La industrialización también permitió identificar el Trabajo Infantil. Julia Valera y

Fernando Álvarez-Úria señalan que la industrialización contribuyo a la percepción

negativa del Trabajo Infantil, y transformo la lógica de educación y el aprendizaje. Ya

que sin la percepción negativa del Trabajo Infantil, no se hubiera constituido la escuela

como medio de control y cuidado y concomitantemente transformar los modelos de

educación, para especializar la mano de obra para la industria, en otras palabras

formarles para ser productivos y adaptar a las individuos a las nuevas lógicas

capitalistas. La escuela no es más que el enajenamiento del alma para una vida

productiva aislada de lo esencial., para prepara individuos útiles (Varela & Alvarez-

Úria, 1991).

Fue precisamente la dureza devastadora del trabajo fabril lo que

permitió crear el espejismo de la escuela liberadora para los niños del

pueblo. La promulgación de la obligatoriedad escolar tuvo lugar con

la implementación del Estado interventor tutelar que decretó las leyes

que prohibían el Trabajo Infantil sin las cuales no habría sido viable

implantación de la escuela (Varela & Alvarez-Úria, 1991, pág. 83).

La industrialización requiere tener disponible un gran número de trabajadores

dispuestos a vender su fuerza de trabajo. En los territorios dispersos el modelo de

industrialización no funciona y es la sociedad capitalista que intentan concentran al

mayor número de trabajadores en un solo espacio. Esto llevo a la urbanización, que

contribuyo con el fenómeno del Trabajo Infantil. El proceso de urbanización causo

cambios culturales irreversibles sobre la vida en las familias y sus formas de

27

supervivencia. Entre ella la pérdida de la lógica comunitaria que estaba alrededor de la

producción de valores de uso.

La urbanización también es resultado de las duras condiciones que demanda el trabajo

agrícola, esto sumando el desempleo que es una constante en los sectores rurales, por lo

cual la oferta de trabajo en las ciudades es un elemento llamativo para los grupos que

están en un nivel de económico de subsistencia, lo que causó la descampesinización del

sector rural, cambiando las costumbres y las relaciones económicas y familiares. No

obstante, la forma de crianza tradicional de los sectores rurales han resistido a la nueva

ola costumbres racionalizadoras de la ciudad. El fenómeno que se dio en Ecuador la

inmigración de la sierra a la costa es un ejemplo.

En el Ecuador la urbanización tardó en efectuarse, no fue hasta a mediados del siglo XX

que se pudo consolidar. Producto del tardío proceso de modernizando capitalista que

fueron modificando poco a poco las relaciones de producción e individualizando y

especializando la mano de obra.

El proceso de modernización a través de la urbanización e industrialización trago

consigo la ampliación del mercado interno y la monetarización de las relaciones

laborales en el campo, todo esto llevo a liberar a la economía de relaciones económicas

precapitalistas. Otro proceso que yudo a la modernización de las relaciones capitalistas

fue especializar la mano de obra para alimentar la demanda de mano de obra en nuevos

oficios que aparecían. Para lo cual, se debía empezar por los niños, niñas, separándolos

del trabajo familiar y asignarles otros roles que se adecuen al nuevo modelo de

producción capitalista, se fueron paulatinamente creando escuelas y servicios, no los

suficientes pero en fin, la sociedad ecuatoriana estaba en proceso de modernización.

En Europa el modelo de modernización fue parecido considerando las diferencias según

el contexto, el proceso lo iniciaron como lo describe Pedraza.

Los niños europeos se vieron gradualmente liberados del trabajo y las

familias europeas pasaron a convertirse en familias burguesas, la

educación se hizo obligatoria y gratuita, y la higiene y los servicios

28

médicos básicos fueron gradualmente puestos a disposición de las

clases trabajadoras (Pedraza Gómez, 2015, pág. 83).

Sin embargo, existió una atención prioritaria sobre los niños, niñas en Europa lo que no

ocurría en América Latina sino después de los tratados internacionales, esta atención

contribuyo a erradicar el Trabajo Infantil. No obstante lo que sirvió en Europa no

resulto en nuestra región para erradicar el Trabajo Infantil, especialmente en las zonas

rurales en donde los niños, niñas mantienen su identidad de trabajadores y los servicios

del Estado son insuficientes para institucionalizar otro tipo de relaciones que no sea de

servilismo. Mientras en Europa se construía todo un imaginario en contra del Trabajo

Infantil, en América Latina no incomodaba por dos razones, se mantenía la concepción

de que las clases subalternas eran inferiores, y aún dependemos del trabajo no asalariado

para ser competitivos.

A esto se suma la demanda de mano de obra infantil debido a la poca especialización

que requiere el modelo productivo del campo. En el Ecuador el sector agrícola es la

rama de trabajo que más mano de obra infantil posee. Según Pedraza Gómez esto se

debe a que:

La condición del niño como agente económico pone de presente la

relación de subordinación económica que rige el sistema–mundo y la

racialización de las relaciones laborales, que impiden a los

trabajadores del Tercer Mundo establecer relaciones salariales como

forma básica de remuneración (Pedraza Gómez, 2015, pág. 85).

Las relaciones desiguales, en una economía dependiente y culturalmente heterogénea

que mantiene formas de socialización tradicionales, hacen que cualquier intento de

modernización sea cuestionado, ya que no ha favorecido a construir una identidad en la

diversidad sino tratar de homogenizar en una sola identidad valores y costumbres que

no nos pertenecen.

Las estrategia de supervivencia que utilizan las familias de los sectores rurales y

subalternos contribuyen a mantener una subjetividad a favor del Trabajo Infantil como

una práctica social, algunos sectores especialmente indígenas han revindicado el

Trabajo Infantil como estrategia de subsistencia y de resistencia cultural en contra de la

29

idea de que el trabajo de los niños, niñas es una forma de crianza primitiva y perniciosa,

oponiéndose a la homogenización de la percepción negativa del Trabajo Infantil.

No obstante otros grupos consideran el Trabajo Infantil como una práctica

subdesarrollada, no solo por una postura moral sino también económica, ya que el

trabajo de los niños, niñas en la industria no generan productividad como se explicó

anteriormente, las actividades laborales en una economía moderna requieren mayor

nivel de adiestramiento, lo que hace perder productividad frete al proceso productivo.

Además no es socialmente aceptado que los niños, niñas trabajen en vez de prepararse

para un futuro en cual podrán constituirse en seres más productivos.

En este contexto, se crea un frente de protección a la infancia que penaliza el Trabajo

Infantil, siendo la OIT el más importante actor e frente de protección a la infancia en

tremas de trabajo, este organismo normalizó estableció las pautas sobre las

concepciones modernas de Trabajo Infantil. Importantes normas se expidieron en contra

el Trabajo Infantil, basándose absolutamente en el ideal occidental de infancia. “Los

Derechos del Niño son la expresión última y la culminación de una forma de vida y de

las concepciones de la familia burguesa y la sociedad capitalista como la han

experimentado las sociedades industriales occidentales” (Pedraza Gómez, 2015, pág.

83).

Los convenios en contra del Trabajo Infantil de la OIT son los convenios que más

países han ratificado, dejando de lado las condiciones históricas y culturales de los

pueblos (Bourdillon, 2010). Obligaron a los Estados a plantearse acciones concretas

para le eliminación del Trabajo Infantil, estos son:

El convenio número 138 sobre la edad mínima de admisión en 1973, al empleo en cual

se establece e Art. 1 del convenio:

Una política nacional que asegure la abolición efectiva del trabajo de

los niños y eleve progresivamente la edad mínima de admisión al

empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo

desarrollo físico y mental de los menores (…).

30

Y el convenio número 182 sobre las peores formas de Trabajo Infantil, en el cual

reglamenta las actividades que están totalmente prohibidas para los niños, niñas. En el

siguiente apartado se desarrollara de una forma más amplia la normatividad y

definiciones oficiales por considerarse parte de la construcción de la política pública.

Definición de la política pública y su vinculación con la temática de Trabajo

Infantil

El concepto de política pública utilizado en este trabajo, es un concepto más operativo

que analítico. El fin es evidenciar los medios que utiliza el Estado para intervenir en la

sociedad y características. Ya que según concepto, “las políticas públicas corresponden

a soluciones específicas de cómo manejar los asuntos públicos” (Larrea, 2004, pág. 7).

En este sentido cuando utilizo el concepto de política pública, me estoy refiriendo a las

normas, planes, programas, proyectos que encaminan el quehacer gubernamental. A un

espacio de disputa de grupos económicos, sociales y políticos que intentan posicionar

sus intereses en la agenda gubernamental.

En lo referente a la política pública en contra del Trabajo Infantil según Betty Espinosa

señala que, la característica que ha asumido la política pública en el tema, tiene

múltiples corrientes, basado en prácticas históricas de intervención que van desde la

caridad, filantropía y la intervención estatal. Al mismo tiempo se contraponen y se

conjugan entre si, dependiendo de las diferentes corrientes y concepciones del Trabajo

Infantil que se considere como marco (Espinosa, 2009).

En el Ecuador, basada en una concepción abolicionista la política pública que esta

presenta es la de intervención estatal, asentada en la regular y garantizar el

cumplimiento de los derechos. El Ecuador pasó de un Estado benefactor a ser garante de

derechos, mediante un esquema normativo en lo relativo a la admisión de niños, niñas y

adolescentes en el empleo (CARE Ecuador, 2009), y otras formas de regulación y

prestar servicios.

La primera acción de política pública en el Ecuador en contra del Trabajo Infantil es la

ratificación de la Convención sobre los Derechos en Niño 989. Luego de esto se

incorporaron sistemáticamente planes y programas orientados a la protección de los

31

niños, niñas y adolescentes. Dejando de lado prácticas asistenciales, que tenían que ver

más con la beneficencia que al cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y

adolescentes.

En lo referente a la institucionalidad, en 1997, se constituye en el país, el Comité

Nacional para la Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil (CONEPTI), como parte

de un compromiso entre el Estado ecuatoriano y la OIT, auspiciado por el Programa

Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) fundado en 1992 por la

OIT y UNICEF, con el fin de lograr la abolición del Trabajo Infantil en el mundo.

Estas normas fueron implementadas por los organismos internacionales en el marco de

globalización y neoliberalismo desde una visión colonial, justificándose a través del

concepto de “subdesarrollado”. No consideraron la crisis económica de los años 80s y

90´s, que dio lugar que las familias utilicen el Trabajo Infantil como prácticas

subsistencia debido a las precarias condiciones económicas. La ocupación de la

población rural era mínima, las formas de latifundio se extendieron, se despojaron los

territorios, trayendo consigo la inmigración hacia las ciudades y formando los

cinturones de pobreza de los 80s y 90s.

Conjuntamente a los problemas sociales y económicos, institucionalmente el Estado fue

debilitado, mientras los organismos internacionales expedían normas para la protección

social y la erradicación del Trabajo Infantil, la debilidad del Estado impedía que se

implementen normas y servicios sociales eficientes en contra del Trabajo Infantil.

Alimentando la visión de países subdesarrollados con poca institucionalidad, una de las

explicaciones era la diversidad y heterogeneidad social y cultural, que valora prácticas

tradicionales como formas de subsistencia.

En este escenario se anclaron los enunciados abolicionistas, mediante un enfoque

sesgado de la realidad social, justificando por la incapacidad del Estado. Se dieron así

las condiciones de exclusión para que la política pública sea introducida sin ningún

debate, arbitrariamente posicionar modelos a partir de los postulados de los organismos

internacionales que refuerza el colonialismo, y los postulados abolicionistas.

32

Estos postulados abolicionistas no fueron construidos entre los diferentes actores

involucrados, no hubo ningún aporte que pueda traer en consideración nuestra realidad.

Este esquema pude entenderse como un intento de universalizar un pensamiento único

abolicionista. Según la crítica que hacen los NATS, “la lógica erradicacionista es

intrínsecamente dogmática y, como todos los dogmatismos, fácilmente se convierte en

una práctica colonizadora que quiere arrasar con las diferencias y las alteridades

discursivas” (La Revista Internacional NATS, 2010, pág. 19).

Uno de los cuestionamientos de los NATS es la intransigencia del pensamiento

abolicionista.

El abolicionismo hoy está haciendo esfuerzos por argumentar que hay

culturas que favorecen el Trabajo Infantil a causa de sus patrones

culturales ancestrales que deben cambiar. Esta es una estrategia

neocolonizadora, homegeneizadora, una nueva forma de implantar un

ideal de progreso, de modernización, de civilización propia del

sistema y sociedad mercado, contrapuesta a la supuesta barbarie de

todo pueblo que intente perfilar distintos enfoques de progreso y de

desarrollo (La revista internacional NATS, 2014, pág. 9).

Según Julia Valera y Fernández Álvarez-Úria el pensamiento que no considerar otras

formas de representación del mundo, “es producto de la desvalorización ilustrada de

otras formas de ver el mundo (…) significa asimismo la voluntad de excluir del ámbito

de la historia a los grupos que no comparten esas representaciones” (Varela & Alvarez-

Úria, 1991, pág. 47).

La característica del colonialismo es ocultar el pensamiento del “otro” , no reconociéndo

su capacidad de autodeterminación. La corriente abolicionista conduce a este

ocultamiento, no obstante, en sociedades heterogénea como en la que vivimos debemos

considerar el pensamiento del otro para entender nuestro contexto.

Para poner en marcha una nueva propuesta para erradicar el Trabajo Infantil, es

necesario construir un análisis más profundo que contradiga a los argumentos

naturalizados por el pensamiento desarrollista. Hay que tomar en cuenta que el Trabajo

Infantil es la combinación de múltiples factores, lo que complejiza el fenómeno y la

33

elaboración de soluciones adecuadas (Leroy, 2010). La política pública actual no

considera muchos elementos. Se han agotado el análisis a los esquemas desarrollistas y

no han podido reconstruirse ni renovarse críticamente considerando otras alternativas.

La fundación internacional Save the Children, que trabaja en distintas problemáticas de

la niñez alrededor del mundo, hace algunas recomendaciones de cómo manejar la

política pública para la erradicación del Trabajo Infantil considerando varios enfoques.

La política pública no puede ser unidireccional, es un problema cuya

complejidad no admite decisiones uniformes ni posicionamientos

extremos, ni la abolición total del Trabajo Infantil ni su legitimización

total tienen sentido, quiere decir ni la explotación de los niños que

conculcan sus derechos humanos ni la persecución y criminalización

de la pobreza y prácticas de crianza (Proyecto Solidarios y Save the

Children, 2006).

Concluyo, revindicando la necesidad de construir otras posibilidades debido a que los

enunciados occidentales para erradicar el Trabajo Infantil se volvieron cada vez menos

inteligibles, lo que exige dar un orden desde otra perspectiva. Boaventura Sousa Santos

plantea cambiar la epistemología de las cusas por la de las consecuencias, es decir

rescatar las experiencias vitales de los oprimidos, favorecer a las intervenciones

concretas que los diferentes conocimientos pueden ofrecer con respecto a la

reproducción de la vida (Sousa Santos, 2010).

Análisis de las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil a través

de otras concepciones teóricas.

La necesidad de analizar las políticas públicas en contra del Trabajo Infantil desde otros

enfoques y concepciones diferentes a las planteadas por el discurso oficial, radica en

que las soluciones para erradicar el Trabajo Infantil han perdido criticidad, los

postulados abolicionistas se han naturalizado. Debido a la apariencia humanista de la

concepción abolicionista, no nos atrevemos a mirar otras perspectivas, desperdiciamos

soluciones alternativas por supeditarnos a otros contextos bajo presión internacional.

Las categorías aplicadas para entender y dar solución a los problemas, no son

apropiadas a las realidades que les conciernen (Bourdillon, 2010).

34

Para superar la dificultad, el sociólogo Pierre Bourdieu recomienda como principio

metodológico, no dejarnos engañar por las nociones que se presentan como

incuestionables, por humanistas que parezcan. Es un imperativo del trabajo del

sociólogo refutar y polemizar las evidencias que se hacen pasar como pretensiones que

intentan naturalizar las representaciones humanistas sobre la sociedad. (Bourdieu &

Claude Chamboredon, 2002).

Estas nociones humanistas que le atribuyen a la concepción abolicionista se legitiman a

través del derecho, sin embargo, no responden a los intereses o necesidades más

relevantes de los niños, niñas y sus familias, sino muchas veces a valores que no son

adaptables a nuestra realidad en una forma de arquetipo. Las ideas que se instalan como

verdad única y universal es resultado razón metonímica, significa tener un solo referente

para definir la verdad, minimizando otras posibilidades y ocultando las relaciones

poder. Boavertura de Sousa Santos plantea que es esta razón la que domina y desplaza

lo que no conoce.

Existe una desacreditación arbitraria de los otros saberes que se

consideran como no existente, o sea, como una alternativa no creíble a

lo que existe, debido a que no se ajustan a la monocultura del tiempo

lineal que en los últimos 200 años han sido representados por el

progreso, revolución, modernización, desarrollo, crecimiento,

globalización. No se reconoce por una manifestación de dominio de

quien es clasificado como superior, sobre la clasificación racial y

sexual hegemónica (Sousa Santos, 2010, pág. 22).

La razón metonímica en relación con el Trabajo Infantil, se puede evidenciar en la

anulación de las concepciones que tienen los pueblos indígenas sobre Trabajo Infantil.

Otro ejemplo es la deslegitimación de la corriente “permisiva” a través de la razón

eurocéntrica.

La desacreditación se presenta como científica, sin considerar que, “la validez universal

de una verdad científica es obviamente siempre muy relativa, dado que puede ser

comprobada solamente en lo referente a ciertas clases de objetos bajo determinadas

circunstancias y establecida por ciertos métodos” (Sousa Santos, 2010, pág. 22). No

35

siempre las causas o los efectos resultan ser como se posicionan en el imaginario social,

puesto que existen un sin número de variables culturales, sociales y económicas que en

su conjunto determinan la problemática. La invisibilización de otros preceptos según la

sociología de las ausencias planteada por el mismo Boaventura Sousa Santos, es

producida arbitrariamente como no existente.

Las circunstancias sociales que muchas investigaciones toman para estudiar el Trabajo

Infantil están determinadas para obtener un resultado, dejando por fuera múltiples

variables, un niño pobre con un grupo familiar desarticulado que no se auto protege, no

se menciona en las investigaciones.

Los resultados se comparan según el estereotipo construido del niño trabajador,

posiblemente indígena, pobre, que está siempre triste y explotado, imagen que puede ser

refutada si analizamos otras variables. Muchas de las investigaciones sobre Trabajo

Infantil toman estos imaginarios para justificar la erradicación del Trabajo Infantil.

Las relaciones que plantean están establecidas para demostrar causalidad entre las ideas

que se consideran legítimas en el imaginario social. Estas consideraciones esta en lo que

Pierre Bourdieu crítica y las denomina posiciones funcionalistas, debido a que reducen

los fenómenos a simples determinaciones, cayendo en el fetichismo de la causalidad

robando la historia del sujeto. Convirtiendo a los niños, niñas en simples objetos con el

argumento de querer protegerlos de la explotación

Ignoran la dialéctica de las estructuras sociales y de las disposiciones

estructuradas y estructurantes en los que se forman y trasforman los

esquemas de pensamiento (…). Es suficiente con ignorar la dialéctica

de las estructuras para encerrarse en alternativas canónicas (Bourdieu ,

2007, pág. 68).

Se puede decir que los argumentos en contra del Trabajo Infantil son simplemente

deterministas y obsecuentes a las prenociones que se tienen sobre los niños, niñas

trabajadores según la mirada abolicionista occidental, y no en base a las condiciones

concretas de nuestra realidad. Se impone una visión determinista para justificar el

dominio.

36

Análisis de la política pública desde la modernidad en crisis

La política pública como concepto nos abre algunas preguntas que no ayudan a guiar el

debate. Si el concepto de política pública es la solución de los problemas sociales por

parte del Estado. Las preguntas que nos imaginamos son; desde dónde se crean los

problemas sociales para calificarlos como tal y cuál es la solución y las acciones

correctas.

Asumimos que el Estado de una manera u otra a través del ejercicio del poder tiene la

autoridad para legitimar como se tiene que tratar los problemas sociales, y cuáles deben

ser los mecanismos de repuesta frente estos. Sin embargo, los problemas que intentan

resolverse son producidos por el propio sistema que plantea las soluciones.

Estos problemas podemos llamarlos incumplimiento a las promesas que ofreció la

racionalidad capitalista y la modernidad. El ofrecimiento de una vida sin escases, y un

futuro civilizado lleno de libertades.

Cuando se habla hoy de «nueva» pobreza, es para designar el efecto

sobre los pobres de esta paradoja, que efectivamente es nueva: los

pobres de ayer no se hacían ilusiones; los de hoy viven su esperanza

de salir de la pobreza como una ilusión. Y no solamente sufren de la

pobreza: sufren también de sentirse engañados por el discurso

ambiguo del Estado. Al sentirse así traicionados, sus reacciones son

diversas (el oportunismo, la delincuencia, la rabia, la enfermedad

mental, las asuetudes), pero no más la humildad, la docilidad y la

lealtad, que los Estados y los ciudadanos en general suelen esperar de

los pobres (Bajoit, Guy, 2004, pág. 6 citado en Pérez Mendoza, 2008,

pág. 59)

Las políticas públicas en contra del Trabajo Infantil no están exentas esa

racionalización, se pretende alcanzar el desarrollo económico antes que el social como

planteaba la modernidad. Tal postura se refleja en la campaña en contra del Trabajo

Infantil que tienen como eslogan, “Un niño que trabaja pierden más de los que gana”.

La consolidación del modo vida capitalista continúa legitimándose.

37

No podemos decir que esto ocurre sin tener consecuencias, existe un malestar por las

promesas inconclusas, que aspiraban a construir una propuesta de paradigma

sociocultural que no se pudo concretar, según Boaventura de Sousa Santos esto se

debido a la fusión que tuvo la modernidad con el capitalismo. Las promesas han entrado

en un estado de degradación y tensión que favorecen a intereses económicos sobre los

sociales. Para arreglar los desequilibrios la crisis se manifiestan en las formas de

regulación y emancipación. El objetivo de la regulación es dar un orden contra el caos y

el objetivo de la emancipación es la solidaridad.

En la sociedad moderna, el principio de la regulación es el que está más desarrollado e

institucionalizado, lo que genera un desequilibrio por la concentración del control social

antes que la solidaridad y emancipación, produciendo una crisis cada vez más compleja

por la represión que significa regular una sociedad cada vez más desigualdad y

disgustada por las promesas incumplidas, tratando de imponer una visión que no nos

pertenece.

La regulación social se basa en vigilar el cumplimento de una expectativa, de un modelo

que establece lo que debe ser. “La tensión entre regulación y emancipación social se

basaba en la discrepancia entre las experiencias sociales (el presente) y las expectativas

sociales (el futuro)” (Sousa Santos, 2010, pág. 64). La expectativa del futuro en el caso

de la infancia es de un niño burgués europeo. Este ideal, es el parámetro que regula, sin

tomar en cuenta arbitrariamente otras identidades, negando otros pensamientos para

implementar el ideal del niño europeo a través de un solo concepto normativo.

No pensamos en construir espacios donde opere una lógica que integre otras

identidades, ni que busque correspondencia entre lo construido socialmente sobre

infancia y las formas de socialización propias de nuestros pueblos. Al final la política

pública es ejercida desde el poder, que vela por intereses económicos y políticos, sin

cuidar el bienestar colectivo. A pesar de todo ello, en América Latina los modelos nos

son puros algunas prácticas se mantienen, las instituciones construyen sus relaciones en

una especie de sincretismo entre lo ideal y las formas tradicionales que permanecen

resultado de la resistencia ejercida.

38

Quién define qué tipo de modelo es el ideal, es el paradigma occidental. Pretender que

las instituciones se asemejen a sistemas modernos, ha causado negar a nuestra cultura

que tienen prácticas e historias diversas. Tenemos rasgos particulares que deben ser

entendidos para repensar las estructuras e instituciones existentes y no reproducir

sistemas que están en crisis.

El derecho fracturó la realidad del Trabajo Infantil

Los esquemas argumentativos jurídicos acerca del trabajo infantil intentan representar

casi una relación directa entre lo enunciado y la realidad. Produciendo que exista un

conflicto en la normatividad, es decir, los enunciados están en conflicto con la realidad

porque no se ajustan a los estereotipos jurídicamente establecidos. Dicha diferencia

tiene su origen al no considerar las relaciones históricas que han tenido los pueblos

tradicionales con sus niños, niñas, construyendo el fundamento jurídico desde juicios

éticos que niegan que pueda existir alguna relación entre infancia y trabajo (Cácares

Jara, 2012). Éste problema no es sometido a un análisis sociológico, sino “la discusión

permanece circunscrita al dominio del derecho, que parece ser el único portador de

soluciones, como si el derecho fuera la última defensa frente al Moloch de los tiempos

modernos” (Godard, 2003, pág. 41).

Esta crisis de los argumentos jurídicos, también tienen su origen debido a la

desvinculación de quienes hacen las normas con los intereses públicos. Para explicar

esta crisis Boaventura Sousa Santos indica que, “las leyes nacionales están supeditadas

al sistema mundo a través del derecho internacional, desconociendo órdenes jurídicos

nacionales vigentes sociológicamente en la sociedad” (Sousa Santos, 2000), por ende,

los enunciados universales de la normatividad supranacional se volvieron cada vez

menos inteligibles a medida que la nación se tornó jurídicamente simétrica del Estado,

éste convertido en una estructura formal de poder separada tanto de los gobernantes

como de los gobernados se desligó políticamente de ella” (Sousa Santos, 2000, p. 195).

En otras palabras, la identidad nacional, la historia de una nación queda por fuera de los

argumentos jurídicos. El Estado tiene que cumplir compromisos internacionales que en

muchos casos no se ajustan a nuestras costumbres, tradiciones, sometiéndonos a una

soberanía global.

39

Un ejemplo, es lo que señala el Observatorio de los Derechos de la Niñez y la

Adolescencia, que la normativa internacional que adopto el Ecuador a favor de los

derechos de los niños lo hiso sin considerar la realidad sociocultural e histórica, por lo

cual el Estado se vio limitado para ejercer el control y el efectivo cumplimiento de las

normas. Considera que la ratificación de normativas internacionales solamente estuvo

pensada para resolver una necesidad de cerrar la brecha entre los avanzados postulados

legales a nivel internacional y esa compleja, excluyente y violenta realidad (Álvarez

Velasco, 2012).

Según lo antes expuesto, queda en entredicho la practicidad de la normatividad en

contra del Trabajo Infantil. Las normas jurídicas internacional y su adaptación nacional

no responden en verdad a una realidad sino a una imposición. Jürgen Habermas hace

referencia a este hecho y lo llama “desvinculación de lo público con el campo social,

colonización del mundo de la vida, esto es, la destrucción de las relaciones sociales sin

la creación de adecuados equivalentes” (Jürgen Habermas citado en Sousa Santos, 2000,

pág. 71).

Redefinir los marcos analíticos para analizar el Trabajo Infantil

Debemos revaloriza la investigación para la vida y determinar

alternativas de lucha para la construcción de nuevos paradigmas (…).

Se trata de transformar objetos imposibles en objetos posibles, objetos

ausentes en objetos presentes (Sousa Santos, 2010, pág. 22).

Las políticas en contra del Trabajo Infantil no responden realmente a las necesidades de

una sociedad heterogénea, a causa de la imposibilidad de contextualizar el fenómeno a

través de marcos analíticos adecuados. El concepto oficial sobre Trabajo Infantil es tan

general y amplio que no puede comprender la realidad local.

Los conceptos se presentan con argumentos deseables, valores que nadie estaría en

contra y las causas adjudicadas al problema son utilizadas en una especie de

maniqueísmo funcional para alimentar las estadísticas. Convirtiendo a los conceptos del

Trabajo Infantil en medios instrumentales más que un medio de análisis, con el fin de

justificar la política pública abolicionista. Aurélie Leroy historiadora integrante de una

40

organización no gubernamental que contribuye a una reflexión crítica sobre los

conceptos y las prácticas desarrollistas, identifica el problema exponiéndole de la

siguiente manera:

El concepto de Trabajo Infantil está construido políticamente porque

fue definido en el marco a las políticas a implementar, en este sentido

legislado para abolirla (…) El concepto de Trabajo Infantil está

construida desde la OIT para considerarla operatoria la cual intenta

destacar aspectos y comportamientos cuantificables (Leroy, 2010).

Para plantear de otra forma la política pública en contra del Trabajo Infantil, debemos

reconfigurar los conceptos y categorías. Las causas deben ser utilizadas verdaderamente

como marcos analíticos que permitan entender el Trabajo Infantil en sus relaciones,

reconociendo la complejidad del fenómeno. Redefinir los conceptos siendo coherentes

con la realidad heterogénea que viven los niños trabajadores.

Debemos definir los marcos analíticos adecuados, que permitan construir una política

pública consecuente con sus enunciados de protección y participación. La definición de

las relaciones sin adecuados equivalentes, ya que sin eso nos arrebataría la posibilidad

de tener otra perspectiva, valores que actúen eficazmente en la vida social (Habermas,

1989).

Para crear esta posibilidad en el campo del Trabajo Infantil, es imperativo romper con la

premisa de que todo Trabajo Infantil es perjudicial. Teóricamente podemos tomar lo que

Bourdieu señala, poner la lógica de las cosas sobre la pretensión de la universalización

de las categorías que rigen, los juicios de valor que se presentan como verdad. Retomar

la construcción objetivista de las cosas sobre los supuestos morales que son

considerados pasivamente (Bourdieu , 2007).

Para lo cual, Bourdieu propone basarnos en campos totalizadores. El concepto de campo

totalizador y en el que podemos incluir el habitus, en palabras del autor son “estructuras

estructurantes”:

Principios generadores y organizadores de prácticas y de

representaciones que pueden ser objetivamente adaptada a sus metas

41

sin suponer el propósito consciente de ciertos fines, ni el dominio

expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente

reguladas y regulares (Bourdieu , 2007, pág. 86)

A lo que se refiere es, al paradigma que da sentido a las prácticas sociales, a saberes que

son integrado al pensamiento y visible en las relaciones cotidianas (Bourdieu , 2007).

Los campos totalizadores son la modernidad y el capitalismo de acuerdo a la

interpretación que hace Bolívar Echeverría. Define a la modernidad capitalista como la

forma histórica civilizatoria que totaliza la vida humana, desde un campo simbólico-

cultural y material-económico. Los fenómenos sociales contemporáneos están

determinados por el orden totalizador que establece la modernidad capitalista, no hay

representación social que se escape a su influencia. La modernidad capitalista incide en

cada aspecto de la vida a través de formas de dominio tanto simbólico como material.

La modernidad es la característica determinante de un conjunto de

comportamientos que aparecen desde hace ya varios siglos por todas

partes en la vida social y que el entendimiento común reconoce como

discontinuos e incluso contrapuestos (…). Ordena el pensamiento y la

vida material que hace posible nuestra reproducción. La modernidad

capitalista está en todos los aspectos de la vida y construyen las

formas de socialización del mundo occidental (Echeverría, 2011, pág.

118).

Estos dos conceptos analizados desde una posición crítica nos ayudan a explicar la

fenomenología social contemporánea desde una mirada diferente a la visión

funcionalista; el acontecer social como dominación y resistencia a lo largo de la

historia; y, a sustentar una desconstrucción de los enunciados que promulga la

modernidad capitalista.

De ahí que, retomar los marcos analíticos en función de las estructuras, nos permitirían

mostrar todos los factores y relaciones que se generan detrás de un fenómeno.

La visión lineal como está planteada actualmente, no permiten mirar realmente cuales

son las causas que general el problema del Trabajo Infantil, para entenderlos debe

42

plantearse desde una perspectiva estructural. Los dos elementos, tanto la modernidad

como el capitalismo nos ayudan analizar desde esta mirada.

Asimismo pone a la vista una contradicción fundamental, la utilización de la capacidad

transformadora de las personas para modificar su mundo, tanto simbólico como material

para fines externos a los intereses transcendentes de lo humano.

Elementos de la modernidad que nos ayudan a entender los preceptos vigentes en

contra del Trabajo Infantil

Quienes se interesen en cuestionar el carácter abolicionista que tiñe las

agendas para la erradicación del Trabajo Infantil, deben discutir el

carácter de la noción moderna de infancia (Pedraza Gómez, 2015, pág.

88).

En este apartado desarrollaremos como el concepto de modernidad subsume los

fenómenos sociales, entre ellos el Trabajo Infantil, independientemente de la

concepción que tengamos sobre la problemática. Hay que tener en cuenta que las

estructuras de la modernidad determinan las ideas y la percepción de las cosas. En este

mismo sentido, Jürgen Habermas indica que, “la modernidad determina el conjunto de

comportamientos sociales; los mundos de la vida moderna están determinados por un

trato, convertido en reflexivo por la universalización de las normas de acción y por una

generalización de los valores” (Habermas, 1989, pág. 12).

La modernidad abarcó todos los aspectos de la vida, y relegó los valores tradicionales

que antes eran importantes. Influenciando directamente en la subjetividad de los seres

humanos y en las acciones de la sociedad.

En la famosa obra de Marshall Berman “Todo se desvanece en el aire” podemos

exponer que la modernidad se encuentra en cada aspecto de la vida utilizando el

personaje principal en la obra de Goethe. El personaje Fausto agobiado por la

destrucción producida por la modernidad y trata de escapar. Si bien, Fausto trata de

huir, no puede, la energía es cautivadora y decide unirse, pero, le causa un sentimiento

de remordimiento debido a la destrucción causada.

43

La metáfora nos ensaña que no importa destruir tradiciones o entornos naturales,

mientras todo responda a los modelos modernos, los efectos producto de la

transformación son secundarios. Permite mostrar que el ser moderno es una actitud, que

no le importa los efectos que causas los procesos. Que la experiencia generada en el

pasado es vista como remota pero añorada, el futuro como algo inevitable y seductor, un

círculo interminable que se repite generando sentimientos de nostalgia y esperanza.

Para lo cual, el pasado tiene que ser violentamente destruido, arrancado y remplazado

por la esperanza del nuevo futuro, que sólo se cumple mediante la memoria del pasado

oprimido (Habermas, 1989, pág. 23).

Como consecuencia, se polariza la vida en una relación antagónica entre pasado y

futuro, no pueden coexistir ambas a la vez. Las formas tradicionales son consideradas

como un pensamiento ilegítimo, aquellas experiencias que se generaron en el pasado

ahora son cambiadas, en su lugar buscamos nuevas experiencias, que sean provocadoras

y nos inviten a mirar un horizonte de expectativas en base al progreso. Algunos

preceptos en la actualidad son el aumento de los bienes materiales e intangibles como la

libertad, enunciados de la modernidad que se establecen en forma de promesa.

Todas las reglas y juicios que ordena al mundo se imponen en bajo el dominio de un

orden lógico patriarcal (Horkheimer & Adorno, 1994).

Se eliminaron arbitrariamente distintas formas de vida para incorporar otras por medio

del dominio y el sometimiento. De ahí que, nuevos estilos de vida aparecieron como

proyectos de actualización o realización de la esencia moderna; son proyectos que se

transponen unos a otros, que luchan por el predominio de la vida social, con nuevos

valores.

Esta misma apreciación tiene Marshall Berman. “Los hombres y mujeres son

transformados por los procesos económicos y sociales, generando nuevos modos de

autodesarrollo” (Berman, 1989, pág. 58). Estos procesos interiorizaron en la

subjetividad como generadores de progreso, que hacen que sea difícil imaginar otras

condiciones que no estén basadas en los procesos modernos.

44

Bolívar Echeverría entiende este proceso como la configuración histórica para

concretizar las formas modernas (Echeverría, 2011).

Lo que produce que la percepción que promueve la modernidad sobre las cosas sea

aceptada sin contrastar otras posibilidades, marcando aspectos de la vida desde una

lógica opresiva, entre lo civilizado y lo no moderno (Mignolo, 2007).

El progreso es una categoría importante para analizar los preceptos del Trabajo Infantil,

ya que en base la idea de progreso se deslegitima el Trabajo Infantil como practica

tradicional, y se alude al Trabajo Infantil como un indicador más de subdesarrollo. El

Trabajo Infantil se presenta como negación de las formas de crianza tradicionales y el

remplazo por otras que se ajusten a las expectativas modernas, sin preocuparse de las

consecuencias que podría acarrear la eliminación de las anteriores. La modernidad

suprime e invisibiliza las diferencias. Jurgen Habermas explica que: “a medida que la

vida cotidiana se vio arrastrada por el remolino de esta racionalización cultural y social,

se disolvieron también las formas tradicionales de vida” (Habermas, 1989, pág. 12).

A partir de esta diferencia, se construyó la disputan entre los argumentos de las dos

corrientes de Trabajo Infantil. La corriente abolicionista desde la idea de progreso es la

más visible. Ya que, la modernidad no solo tiene un aspecto abstracto, también una

existencia concreta a través de intuiciones y valores como la familia, la educación, entre

otros, que se imponen como inmutables y universales a través de la pantalla del

progreso. Estas se crean a fin de continuar reproduciendo un mundo moderno, que no

permite cuestionarlo.

La otra corriente permisiva cuestiona la posición moderna de expectativas y

desvalorización de lo tradicional. La crítica se puede enmarcar con lo que dice

Boaventura Sousa Santos, basta recordar que las grandes promesas de la modernidad y

racionalidad del mundo aún están por ser cumplidas, o que su cumplimiento ha

terminado por precipitar efectos perversos, para permitir cuestionar el poder

trasformador que plantea la modernidad (Sousa Santos, 2006, pág. 16). Considero que

son las promesas incumplidas y los postulados que se generan de estas las que tienen

que ser revisadas.

45

Comparto esta postura crítica, las soluciones a través de las instituciones modernas no

siempre funcionan y están en entredicho. Por lo cual, el título de la investigación es

análisis crítico a las políticas públicas para la erradicación del Trabajo Infantil, porque

considero que las soluciones desde la visión progresista no son las mejores.

En este sentido, entiendo por teoría crítica, estar en contra de la arbitrariedad de la

razón, el reflexionar sobre la praxis de la sociedad y los esquemas estructurales, no

conformarse con el sentido natural que se dan a las cosas, ni caer en la trampa de

conversar consigo mismo para reproducir la misma lógica de la cosas sin contrastar

otros pensamientos. “La praxis verdaderamente subversiva depende de la intransigencia

de la teoría frente a la inconsciencia con la que la sociedad permite reificarse al

pensamiento” (Horkheimer & Adorno, 1994, pág. 92).

La realidad, de la forma que sea concebida, es considerada por la teoría crítica como un

campo de posibilidades, siendo precisamente la tarea de la teoría crítica definir y

ponderar el grado de variación que existe más allá de lo empíricamente posible (Sousa

Santos, 2006, p. 18).

La teoría critica que recojo intenta reconocer otros saberes, no se trata de deslegitimar

un tipo de conocimiento sino de usarlo para el desarrollo de otros alternativas y, por otro

lado, en promover la interacción e interdependencia entre conocimientos científicos y

no científicos (Sousa Santos 2010:53), como lo que plantea Boaventura Sousa Santos:

considera que la misión de la teoría crítica es la visibilización de lo imposible entiendo

aquella que no reduce la realidad a lo que existe.

Entender la decolonialidad para redefinir la política pública.

Es sustancial establecer la relación estrecha que tiene el proceso colonial con la

estructura social actual, ya que es a partir del colonialismo que “el capitalismo se hace

mundial, eurocentrado, y la colonialidad como la modernidad se instalan, hasta hoy,

como los ejes constitutivos de este específico patrón de poder” (Quijano A. , 2000, pág.

97). Es alrededor de este elemento de poder que se constituye sistemáticamente todas

las relaciones en la estructura social. Esto no hubiera sido posible, si la modernidad no

46

se consideraba como un pensamiento superior, que puede englobar todas las relaciones

sociales.

No hay que dejar de mencionar que la modernidad fue viable cuando se enfrentó con su

otraedad, la distinción remite a una dualidad en que uno de sus elementos es calificado

como inferior, como concluye Enrique Dussel en su texto “El Encubrimiento del Otro”.

Europa sometió a su otredad y configuro un nuevo patrón de poder sujeto a la

modernidad capitalista, para constituir la realidad como la conocemos.

Europa necesitó encontrar un contrario para reafirmarse como única

forma de pensamiento universal y tomar conciencia de su historia en

el mundo como el mejor proceso civilizatorio. Este descubrimiento

significó el reconocimiento de sí mismo que tiene que ser

conquistado, colonizado, modernizado como materia del ego moderno

(Dussel, 1992, pág. 46)

Este proceso es histórico y se mantiene hasta la actualidad, el pensamiento colonial en

nuestros sistemas de significados y procesos sociales, económicos y políticos, a través

de sistemas de control y dominio que están presentes y ordenan el sistema mundo

capitalista.

El patrón de poder colonial está presentes en los proyectos de modernización que se

llevan a cabo en distintos momentos, con el fin de alcanzar relaciones capitalistas y

desechar las relaciones tradicionales que no favorecían al nuevo patrón de acumulación

capitalista y dominio cultural. En este sentido, los procesos en nuestros territorios hay

que estudiarlos a través la matriz colonial de poder, sí queremos establecer una

propuesta post-capitalista y post-colonial.

Para lo cual, debemos rescatar nuevas prácticas que han sido relegadas por el sistema-

mundo moderno, donde la acumulación y producción se han constituido en la ideología

dominante, antes que relaciones sociales basadas en la solidaridad.

Hay que tomar en cuentan que la colonización despojó a los territorios colonizados de

su conocimiento, para imponer su propio conocimiento y someter el pensamiento a las

racionalidades eurocéntricas. Ese proceso no se dio como nos hacen pensar, como una

47

mera periodización entre momentos históricos, o un remplazo sin ningún proceso de

lucha. El nuevo conocimiento fue impuesto a través de la fuerza, como una cualidad que

tiene la modernidad para ejercer el poder hacia el otro. El conocimiento es traducido

como el saber-hacer.

En el pensamiento colonial, la posesión del saber-hacer es exclusivo de la cultura

occidental, la que tiene el monopolio del conocimiento para transformar las cosas.

Quijano menciona que el poder hacia el otro es mantenido por el dominio del saber-

hacer, y no puede existir la imposición sin el ejercicio del poder (Quijano A. , 2000). Es

necesario una dependencia epistémica hacia el colonizador, producir una fractura de

sentidos que alimentan la vida para insertar en su lugar otros sentidos construidos en

diferentes contextos válidos para el dominante.

La colonización de los saberes y conocimientos, es una de las formas

más potentes de colonización cultural y, por ende, de colonización

imperial, que se inició con la colonización de América y que ha

supuesto la opresión social, política y cultural de los pueblos

ancestrales de este continente (Crespo & Vila, 2014, pág. 10).

Podemos interpretar el saber-hacer en varios espacios. En la sociedad moderna el

“saber hacer” está determinado por el Estado, es la encargada de establecer la

regulación del poder político, la ciencia política contemporánea la denomina política

pública para imponer una sola racionalidad humanistas y desarrollistas. Desde este

punto de vista, los nuevos colonizadores son los organismos internacionales que han

concretizado la relaciones colonizadoras en nuestras instituciones.

El saber-hacer en el caso de la política pública para erradicar el Trabajo Infantil está

subordinado al conocimiento eurocéntrico, al dominio del pensamiento desarrollado que

ve como su antagónico a lo tradicional y lo denomina subdesarrollado, marcando una

dualidad entre lo moderno que es aceptado y lo tradicional que es marginado.

Los procesos de construcción en el tema han estado marcados por esta dualidad y

determinados por las condiciones de dominio que han tenido los agentes económicos y

culturales.

48

Este proceso no ha sido asimilado sin ningún debate ni resistencia, bien se puede

afirmar que fue así en distintos campos de conocimiento, sin embargo en el campo

social que se basa mucho en experiencias pasadas, habido una resistencia a los procesos

homogenizantes de la modernidad capitalista que intenta sistemáticamente regular y

controlar los diferentes aspectos de la vida humana en decremento de los procesos de

emancipación social.

Este proceso de resistencia podemos verlos en los modos de vida andinos que coexisten

y se combinan con otros modos de vida al punto que pueden llegar ser contradictorios.

La modernidad capitalista no puede contener todas las manifestaciones culturales y

sociales, la sociedad encuentra intersticios donde reproducir otras formas que resisten a

los procesos modernizantes y al despojó de su propia epistemológica.

Lo expuesto anteriormente sobre la modernidad capitalista y colonización, es útil para

posicionarnos. El enfoque decolonial plantea una alternativa o contrapeso según

Mignolo, en el pensamiento que no se deja manejar por la lógica de la colonialidad, ni

se cree los cuentos de hadas de la retórica de la modernidad (Mignolo 2007:27). Es un

elemento sustancial para develar cuáles son los factores históricos que inciden

directamente al momento de definir el discurso de la política pública.

Uno de los aportes más significativo en términos teóricos del concepto, es visibilizar

otra versión de la colonización restando importancia a la narración oficial y la

deconstrucción las formas discursivas de dominación. Rechazando la lectura de la

colonización solamente como sistema explotación sino también como sistema de

conocimiento. La perspectiva cuestiona el pensamiento que considera el desarrollo

histórico de la sociedad como resultado de evolución natural, negando la esencia de los

procesos humanos desarrollados bajo la construcción histórica.

Metodología de Investigación

En concordancia con los objetivos de la investigación, la metodología es meramente

cualitativa. El análisis no consiste en una evaluación de impacto de la política pública

con el fin de comprobar alguna hipótesis sobre la eficiencia o eficacia de ésta, tampoco

49

un recuento descriptivo de las estadísticas que justifiquen las causas y consecuencias del

Trabajo Infantil como en la mayoría de trabajos y tesis examinadas.

La investigación está orientada desde las teorías macrosociales, a fin de especificar

cuáles son los procesos estructurales, ideológicos que operan para la construcción de las

políticas públicas en contra del Trabajo Infantil, desde una posición crítica. Contrario a

lo que se ha estado trabajando en el tema, que ha sido desde la inmediatez de contar con

datos cuantificables privilegiando los resultados antes que la realidad, que justifiquen la

mirada homogénea abolicionista.

Esta visión aplican los intelectuales denominados consultores para construir los marcos

analíticos y líneas programáticas para la construcción de las políticas públicas. Estos

intelectuales tienen ideas preconcebidas que no se alejan de los principios establecidos

abolicionistas. Existe un acuerdo implícito entre el consultor y el financista que no

deben salirse de los parámetros y enfoque de la idea hegemónica. Además estos

consultores al parecer escriben para ellos mismos, para su círculo que en el mundo de la

niñez se les ha denominado “guagulogos”, que tienen un pensamiento homogéneo sobre

lo que se quieren y deben hacer la infancia en nuestro país. Gramsci denomina a estas

figuras intelectuales orgánicos por estar relacionados a las exigencias de la clase política

que busca legitimar el consenso entre la sociedad política y la sociedad civil.

A fin de analizar desde otro enfoque a lo expuesto, y en concordancia con el objetivo de

la investigación de realizar un análisis crítico a la política pública, las técnicas

desarrolladas en el marco de la investigación son:

1. Análisis de contenido de los textos que muestran la política pública

2. Matriz de análisis comparativo con diferentes dimensiones en el

marco de la modernidad capitalista, con el fin de demostrar que los

argumentos y enunciados favorecen al modelo de capitalista colonial.

Para la primera técnica de análisis de contenido, se seleccionaron los más relevantes y

pertinentes documentos que contienen los planes, proyectos y marcos jurídicos de los

últimos años que guían las políticas públicas en el tema de Trabajo Infantil a nivel

nacional. Los documentos se dividieron en tres grupos: 1) Planes, programas y

50

proyectos gubernamentales; 2) Diagnósticos y evaluaciones realizados por distintas

ONG e instituciones gubernamentales; 3) Investigaciones realizados por los organismos

internacionales y ONG.

Planes

• Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017.

• Plan Nacional Decenal de Protección Especial Integral a la Niñez y

Adolescencia 2014.

• Agenda para la Igualdad de Niños, Niñas y Adolescentes 2012-2013.

• Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil

para el Ecuador 2014-2017.

Proyecto

• Proyecto de Protección Especial para Niños, Niñas y Adolescentes en

situación de vulnerabilidad en el país. 2013-2016.

Evaluaciones y Diagnósticos

• Evaluación de impacto del Proyecto Erradicación del Trabajo Infantil

en Botaderos de Basura.

• Evaluación del programa de Erradicación del Trabajo Infantil del

INFA

• Diagnostico situacional rápido de los mecanismos de intervención del

INFA en procesos de erradicación de Trabajo Infantil y coordinación

intersectorial.

Instrumentos técnicos metodológicos y guías de intervención gubernamental

e independiente.

• Norma Técnica de Protección Especial para los Servicios de

Erradicación del Trabajo Infantil y Mendicidad.

• Protocolo para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en

botaderos de Basura.

51

• Metodología del Centro del Muchacho Trabajador.

Entrevistas.

• Entrevistas realizadas por Cristiano Morsolin a diferentes actores

públicos y privados que están inmersos en los planes, programas y

proyectos así como niños y adolescentes en situación del Trabajo

Infantil. Las entrevistas se encuentran en el texto denominado

“Diferentes miradas sobre Trabajo Infantil, explotación, derechos y

ciudadanía activa de los niños, niñas y adolescentes del Ecuador”.

• Entrevistas a niños en situación del Trabajo Infantil que están

intervenidos en el proyecto para la erradicación del Trabajo Infantil

de la Fundación Telefónica en el texto “La voz de los niños sobre el

Trabajo Infantil”

El análisis consistió en buscar conceptos e ideas sobre el problema del Trabajo Infantil

que pueden ser atribuidos a 5 unidades o variables que configuran las nociones que

sirven para argumentación de la política pública. Las unidades de análisis consideraron

los patrones argumentativos que tenían los diferentes documentos. Las unidades de

análisis o variables identificadas fueron: 1) Causas 2) Efectos del Trabajo Infantil 3)

Concepción sobre Trabajo Infantil 4) Visión sobre la niñez 5) Soluciones.

Se buscó en el interior del texto cuales son las ideas y conceptos que se centran en la

unidad de análisis, no se estudió todo el texto. La recolección realizar una lectura

compresiva de cada apartado que se concluyó que pertenece a la unidad de análisis.

Las definiciones de cada unidad fueron las siguientes:

Causas: Se entendió como causa según la lógica de causalidad de que una

acción se pude explicar como resultado otra. Para lo cual se identificaron como

variables dependientes que usualmente ocupan para explicar el Trabajo Infantil a

la pobreza, aspectos culturales y educación de los padres.

52

Efecto del Trabajo Infantil: Todas las causas involucradas producen un efecto,

en la caso del Trabajo Infantil se utilizan muchos los efectos para justificas su

abolición y se identificaron en los textos los siguientes: la salud, educación,

económicos y morales.

Concepciones del Trabajo Infantil: Son las nociones teóricas o creencias que a

menudo son idealizaciones sobre que se quiere de un niño. Muchos de estas

concepciones son claves para formular cualquier enunciado a favor o en contra

del Trabajo Infantil. En todos los textos se evidencio la carga de valoraciones a

favor o en contra del Trabajo Infantil, el análisis consistió en buscar e identificar

los códigos que supongan rechazo o aceptación sobre la problemática.

Visión sobre la niñez: La visión sobre niñez se refiere al concepto de infancia

que tiene el autor y se presenta trasversalmente en todo el documento. En este

punto se identificó cual es la construcción paradigmática sobre niñez tomando

varias figuras que se desprende históricamente, una de ellas es la visión de la

convención de derechos del niño.

Soluciones: Son las estrategias o acciones que suponen deben remediar el

problema del Trabajo Infantil.

Con esta técnica se pretende descubrir los componentes conceptuales para la

construcción de la política pública, con el fin de responder a los objetivos de establecer

cuáles son los preceptos que sustentan la política pública para la erradicación del

Trabajo Infantil en el Ecuador. Demostrar que no se consideran diversos enfoques, solo

los postulados a partir de la Convención de Derechos del Niño y recomendaciones de la

OIT; y demostrar que la normativa, programas generados por la política pública para la

erradicación del Trabajo Infantil responde a una razón metonímica, según en el

concepto que utiliza Boaventura de Sousa Santos, que define a esta como como una la

única forma de racionalidad y por ende no permite el descubrimiento de otras formas de

pensar que no sean las determinadas por la modernidad capitalista.

53

CAPÍTULO II

SITUACIÓN ACTUAL DEL TRABAJO INFANTIL EN EL ECUADOR.

PRINCIPALES POLÍTICAS PÚBLICAS ENFOCADAS A SU ERRADICACIÓN

A partir de la vigencia del Código de la Niñez y Adolescencia aprobado en el 2003 en el

Ecuador, ha habido importantes avances en la erradicación del Trabajo Infantil,

promovido por organismos internacionales y grupos sociales que trabajan a favor de los

derechos de los niños. Durante los últimos años este modelo ha alcanzado logros

plausibles. Veamos algunos datos; según información levantada por el Instituto

Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), hay una reducción en la incidencia de

Trabajo Infantil, la cual pasa del 17% en el 2006 al 8.56% en el 2012. Estas cifras, en

números absolutos, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) representan

el retiro de 429.472 niños, niñas y adolescentes trabajadores.

Como se expuso los logros son importantes, sin embargo, es necesario examinar los

datos para no creer solamente en las versiones que emiten las investigaciones

descriptivas financiadas por instituciones gubernamentales, ya que, es someternos a la

versión oficial que últimamente han pasado ser parte del marketing político de los

gobiernos. Según Manfred Liebel (2013), considera que las cifras de erradicación de

Trabajo Infantil son poco convincentes, están basadas en categorías discutibles y en

métodos inadecuados.

Añadiendo a todo esto, hay que considerar que las estadísticas de Trabajo Infantil tienen

un sesgo implícito, debido a la percepción de ilegalidad sobre el tema. La definición

utilizada en la estadística juzga una condición social sobre la base de un paradigma de

niño que las familias pueden o no compartir. La familia y sus hijos entrevistados por un

funcionario, van a tener reparo en contestar positivamente la encuesta por el miedo a

represalias o vergüenza, ya que consideran que están haciendo algo socialmente

reprobado, además los instrumentos muchas veces pueden dejar de lado otros factores

que determinan el Trabajo Infantil, lo que dificulta aún más tener una estadística real.

Hay que tomar en cuenta esta crítica sobre las cifras, y la evidente dificultad

metodológica para la cuantificación del fenómeno. Sabemos lo difícil que es construir

54

una data que por lo menos se aproxime a todos los elementos importantes de la realidad,

aún más cuando las definiciones se ha convertido en un tema de disputa política y

civilizatoria como es el caso del Trabajo Infantil.

No quiero decir con esto que no haya que reconocer los datos que presentan logros con

respecto a la reducción del Trabajo Infantil, es ineludible utilizar los datos de las

instituciones para evaluar los avances en tema de Trabajo Infantil porque son los únicos

que existen.

Es necesario entender las estadísticas de Trabajo Infantil como información dudosa y

contradictoria producto de la manipulación política y dificultades metodológicas. Por lo

tanto, parte del enfoque crítico que se da a este trabajo, este capítulo toma en cuenta

estas dificultades políticas y metodológicas propias de tales mediciones.

Situación del Trabajo Infantil en el Ecuador

Conforme lo antes planteado veamos algunos datos sobre Trabajo Infantil que se maneja

en el país, considerando lo oficialmente difundido frente a los datos analizados

independientemente.

Partimos de que la definición construida para estudiar el Trabajo Infantil según el

discurso oficial no es analítica conforme al contexto, sino simplemente operativa hacia

los objetivos políticos y obtener estadísticas lo cual le hace cambiante conforme al

momento coyuntural.

Las investigaciones utilizan la misma definición para definir el empleo según la OIT

para medir el Trabajo Infantil sin considerar las especificidades; la definición es:

Personas ocupadas durante la semana hayan realizado alguna tarea al

menos una hora, que puede ser esta para el mercado o no,

remuneradas o no, a tiempo completo o a tiempo parcial, de carácter

eventual o regular, incluso, de carácter legal o ilegal, intentando

incluir la mayoría de las actividades de producción (Ponce & Falconí,

2011).

55

Con esta definición, según la Segunda Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil (ENTI)

en el año 2006 en el Ecuador existían 662.665 niños y adolescentes trabajadores entre 5-

17 años. Para el año 2012 la metodología para estimar el Trabajo Infantil sufrió un

cambio metodológico en comparación con los años anteriores. Los datos para la

encuesta ENTI 2012 utilizó según el INEC la definición establece que, se considera

Trabajo Infantil entre 5 y 17 años de edad, solo a los adolescentes que trabajaron al

menos una hora a la semana de referencia en actividades no peligrosas; e se excluye a la

población adolescente de 15 a 17 años de edad, que realizan actividades económicas

permitidas por el Código de Trabajo y el Código de la Niñez y Adolescencia a estas son

actividades que estén en 30 horas o menos de trabajo y que no impiden su

escolarización.

A continuación se presenta los datos de Trabajo Infantil desagregados por edad y

contrastado por periodos 2006, 2009 y 2012, considerando las diferentes metodologías.

Gráfico 1 Comparación de la incidencia del Trabajo Infantil por grupo de edad ENEMDUR 2009 - ENTI 2012

Fuente: Encuesta Nacional de Trabajo Infantil – ENTI 2012/ENEMDUR -2009 Elaborado por: David Hidalgo.

Como se observa en el gráfico, es evidente que los resultados son diferentes

dependiendo de la aplicación de las metodologías. Los datos muestran que existe una

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

45%

5 a 11 12 a 14 15 a 17

24.83%

30.57%

44.60%

2.80%

10.80%

23.50%

4.20%

12.90% 15.70%

2006 ENTI 2009 ENENDUR 2012 ENTI

56

reducción entre el 2009 y el 2012 del 30% del Trabajo Infantil en la edad comprendida

entre 15 y 17 años, grupo de edad en la que se realizó el cambio metodológico. Al

contrario de lo que ocurre con el segmento de edad comprendido entre 12 y 14 años que

habido un aumento en la incidencia de Trabajo Infantil en el mismo periodo del 2%. El

único patrón de aumento y disminución que son constantes son los datos relacionado

con la edad. Es decir, que los niños y adolescentes, a medida que crecen tienen mayor

probabilidad de trabajar.

Otro dato que es utilizado recurrentemente y que tiene algunos inconvenientes que

llaman la atención, tiene que ver con la relación estadística entre niños trabajadores y

pobreza por ingreso, situación que generalmente se la establece como uno de los

factores principales del Trabajo Infantil.

En el Ecuador según datos del INEC en el 2013 existen 2.643,284 millones de niños,

niñas y adolescentes en situación de pobreza por ingreso, que representa al 46.6% de la

población infantil. Según los mismos datos de los niños en situación de pobreza, estos

están distribuidos en todos los quintiles, como se muestra en la siguiente tabla que

contiene información tanto del ENTI 2012 como la Encuesta Nacional de Empleo,

Desempleo y Subempleo (ENEMDU) 2009.

Tabla 2 Distribución de niños trabajadores por quintil de pobreza Datos-ENTI Datos-ENEMDU

Tasa de Trabajo Infantil-2012

Tasa de Trabajo Infantil-2009

Quintiles de Ingreso

Quintil 1 8,90% 13,8% Quintil 2 4,64% 9,8% Quintil 3 10,14% 9,5% Quintil 4 6,10% 8,9% Quintil 5 13,47% 5,8%

Fuente: ENTI 2012/ ENEMDUR 2009 Elaborado por: David Hidalgo

Conforme a los datos de la tabla, si analizamos las dos encuestas ENEMDU y la ENTI,

el mayor porcentaje de niños que trabaja según la encuesta ENTI del 2012 se encuentran

contradictoriamente en el quintil 5, que se supone es el grupo de mayor ingreso

económico, en la encuesta de ENEMDU del 2009 tenía mayor lógica conforme al

discurso ya que la mayor prevalencia de niños trabajando estaba en el quintil 1.

57

El dato contradictorio del 2012 es probable que pueda responder a que la muestra fue

poco eficaz, lo que no permitió estimar todos los segmentos con la suficiente confianza,

lo contrario a los datos de ENEMDU, que fueron datos realizados con la encuesta de

empleo, además hay que considerar una variable en la encuesta especializada sobre

trabajo infantil, es la estigmatización que se crea en las clases de bajos ingresos sobre el

trabajo infantil, como se indicó al principio las encuestas sobre el tema de trabajo

infantil son complejas debido a la persecución que se ha realizado al tema. Sin

determinar cuál es efectivamente la causa, lo que comprueba es la manipulación de los

datos y que no existe una metodología eficaz para medir la problemática.

No obstante, si sumamos el porcentaje entre el quintil 3 y 5 en cualquiera de las dos

encuestas podemos ver que tiene igual proporción que los quintiles 1 y 2, lo que muestra

que el mismo porcentaje de niños trabajadores están en quintiles 3 y 5 que los quintiles

1 y 2, contrariamente a lo que se cree, de que la mayoría de niños que trabajan están en

los quintiles más pobres.

Considerando la inconsistencia del porcentaje de Trabajo Infantil y Quintil de pobreza

por ingreso, otro indicador que es manipulado es el coeficiente de correlación entre

estas dos variables. Por ejemplo los datos de Trabajo Infantil y pobreza, en el Plan

Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil para el Ecuador del

2014 al 2017 se hace mención que la correlación entre Trabajo Infantil y pobreza es casi

lineal, es decir mientras haya pobreza habrá Trabajo Infantil y así inversamente, la

pobreza medida por ingreso y trabajo infantil de acuerdo a la visión desarrollista y

mercantil es directa. Indicador que puede ser evidente e ideológicamente difícil de

refutar ya que las únicas sociedades en las que nos basamos como modelo y para ser

empíricamente comprobables que la hipótesis se cumple son las sociedades

eurocéntricas, lugares en los cuales la definición de desarrollo es el estándar de

medición. En donde se ha alcanzo un nivel económico y bienestar

En relación a lo antes indicado vemos como se manipula el indicador de coeficiente de

correlación para indicar la relación entre pobreza y Trabajo Infantil. La interpretación a

los datos que da el discurso oficial dicen que la correlación entre el porcentaje de

Trabajo Infantil y los índices de Pobreza Extrema y de Pobreza son estadísticamente

58

significativos y corresponden a 0,490 y 0,547. Cuando sabemos que ese coeficiente

según la teoría estadística corresponde a una correlación baja, poco significativa para

interpretar que existe una relación directamente proporcional.

Desde un actor internacional podemos ver como maneja el mismo argumento:

Al considerar conjuntamente la tasa de Trabajo Infantil con la pobreza

vista como una situación de ingresos insuficientes, hay una clara

correlación positiva: las mayores tasas de Trabajo Infantil se presentan

en los países con mayores niveles de pobreza y viceversa. Si bien el

coeficiente de correlación es de 0,54, es posible afirmar que el

fenómeno del Trabajo Infantil en América Latina se asocia

directamente con la pobreza en una dimensión global. (Programa

Internacional para la erradiación del trabajo infantil , 2007, pág. 21)

Ahora, si sacamos la correlación con los datos de las estadísticas sobre Trabajo Infantil

y pobreza por ingresos disponibles desde el 2002 hasta el 2012 en el INEC, se concluye

que la relación es positiva pero con una correlación moderada de 0,4399.

Gráfico 2 Correlación del trabajo infantil y pobreza desde el 2006 hasta 2012

Fuente: Encuesta Nacional de Trabajo Infantil - ENTI 2012/SIISE Elaborado por: David Hidalgo

Esto quiere decir que, como en los datos de los informes oficiales no hay una relación

directa, es decir, no existe una correlación alta entre la media de disminución del

R² = 0.4399

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

45%

0% 2% 4% 6% 8% 10% 12% 14% 16% 18%

Po

bre

za

Trabajo Infanitl

Relación entre Pobreza y Trabajo Infanitl

59

Trabajo Infantil y la pobreza, no bajan en la misma intensidad. La pobreza es una

variable determinante sobre el trabajo infantil, sin embargo, no es la única variable

como se quiere hacer notar en los discursos desarrollistas.

Esto significa que puede haber otras variables fuertemente relacionadas. Estos

argumentos forzados puede ser debido a lo que señala Eduardo Bustelo en su artículo

“Infancia en indefensión”, que los discursos sobre la pobreza consiste principalmente en

focalizar el análisis solo sobre los pobres, para ignorar la dominación de los ricos

(Bustelo, 2010).

Con este antecedentes ciertamente el Trabajo Infantil está relacionado con la pobreza

vista como falta de condiciones materiales desde un enfoque desarrollista, pero, para

mantener este argumento y convertirlo en dogma se juega con las estadísticas

generalizado fenómenos a fin de ajustarse a su razonamiento, sin contextualizar otras

variables que intervienen de una forma más directa.

Sin embargo, para tener un primer escenario, es necesario recurrir a las estadísticas para

tener una noción sobre la dimensión de la problemática, pero era necesario mostrar el

manejo de las estadísticas en relación al Trabajo Infantil para tener una idea de cómo se

juega con los datos en esta problemática.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil del 2012, existen en el

Ecuador un total de 359.517 niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años que trabajan

que representan el 8,56% de un total 4.199.296 de niños, niñas y adolescentes de

tomados a nivel nacional. De estos el 62,81% son hombres y el 37,19% son mujeres, lo

que puede demostrar una diferenciación sesgada por la condición de género y los

factores y mecanismos sociales, económicos y culturales en que desarrollan hombres y

mujeres. Por ejemplo en trabajo infantil domestico que realizan mayoritariamente las

mujeres es poco visibilizado y existe un subregistro, al contrario el trabajo agrícola o en

oficios como la pesca y trabajo artesanal o manufacturero que requieren un mayor grado

de fuerza física que es realizado mayoritariamente por jóvenes de género masculino, y

es tomado en cuenta por ser una labor mercantilizada.

60

De acuerdo al grupo de edad, la distribución muestra que el grupo etario con el mayor

número de niños, niñas y adolescentes trabajadores está en el grupo 15 a 17 años que

represente el 15, 73% del total de niños trabajadores, seguido por el grupo de 12 a 14

años con 11,92% y por último, el grupo de 5 a 11 años con 4,19%. Lo que tiene su

explicación sobre la responsabilidad en la economía familiar que van teniendo los niños,

niñas a medida que van creciendo, adicionalmente se incluyen otros problemas sociales

como el deserción escolar y el embarazo adolescente que son efectos y causas.

Los territorios que concentran las mayores tasas de Trabajo Infantil son las provincias

de Cotopaxi con 25,14%, seguida de Bolívar con 22,24%, Chimborazo con 21, 02%,

Cañar con 17, 38%, Loja con 15,97% y Azuay con 15,46%. Juntas, estas seis provincias

representan el 38,8% de la fuerza de Trabajo Infantil del Ecuador. A su vez, las

provincias con las menores tasas de Trabajo Infantil son Manabí con 4,36%, seguida por

Santa Elena con 4,88%, El Oro con 5,9%, Pichincha con 5,25%, Guayas con 5,34% y

Los Ríos con 5,56%. En conclusión, la provincia con la mayor tasa de Trabajo Infantil

es la de Cotopaxi con 25,12% y, la de menor tasa, la de Manabí con 4,36% y la

población con mayor prevalencia de Trabajo Infantil se concentra en la sierra antes que

en la costa, lo que permite entender una diferencia étnica del Trabajo Infantil, en donde

la cultura indígena juega un importante papel sobre la enseñanza y crianza de sus hijos.

Según información desagregada de la ENTI por zona y etnia, la mayor incidencia de

Trabajo Infantil se encuentra en el sector rural, donde habitan en su mayoría población

indígena y que no tienen acceso a otras formas de socialización además del trabajo,

sumándole a la cultura del aprender haciendo. Del total de niños trabajadores, el 28.99%

se identifican como indígenas, sin contar que algunos niños trabajadores emigrantes del

campo a la ciudad no se reconocen como tales.

Los niños que trabajan lustrando zapatos, vendiendo en los mercados o en la calle de las

ciudades, son provenientes de sectores rurales en donde la población es

mayoritariamente indígena y han sido desplazados debido a las duras condiciones

socioeconómicas en las que viven.

Apenas el 30,8% del 100% de los niños/as y adolescentes que trabajan según la

encuesta ENTI lo hace por ayudar económicamente a su hogar, mientras que al 27,9%

61

lo hace por aprender algunas destrezas. Lo que demuestra en cierta manera la relación

del Trabajo Infantil con otros factores además de los ingresos económicos como son los

componentes socioculturales.

A continuación se presenta los resultados de la encuesta ENTI con respecto a los

motivos por los cuales los niños trabajan.

Tabla 3 Motivos por los que los niños trabajan Motivo (Grupos de edad)

5 a 11 años 12 a 14 años

15 a 17 años

Total

Para completar los ingresos familiares

20.64% 25.57% 41.46% 30.89%

Para ayudar a la empresa o negocio familiar

36.20% 31.89% 17.57% 27.06%

Para adquirir destrezas/experiencias

34.02% 29.49% 22.93% 27.96%

Otros motivos 9.14% 13.06% 18.04% 14.10% Fuente: Encuesta Nacional de Trabajo Infantil - ENTI 2012 Elaborado por: David Hidalgo

Otro tipo de análisis se realiza con el tipo de actividad económica, que en nuestro país

por su situación productiva la mayor prevalencia es en la agricultura, seguido de la

construcción, dos ramas que no requieren mano de obra calificada. Datos que

concuerdan con la zonas que mayor porcentaje de niños trabajan en relación a su

población, que son entre el 80 y 90% de la población infantil que trabaja en la

agricultura; mientras que en el ámbito urbano, el mismo porcentaje lo hace en el

comercio y construcción.

62

Gráfico 3 Porcentaje de Trabajo Infantil según rama

Fuente: Censo nacional de población y vivienda 2010 Elaborado por: David Hidalgo.

El recuento estadístico se basó en información oficial, no obstante, existe información

invisibilizada que no aporta con el argumento abolicionista y no se encuentran en

ningún trabajo.

Un dato que no se considera debido a que el Trabajo Infantil es prohibido y no sirve

para plantear la política pública abolicionista, es sí los niño niños tienen alguna

protección laboral o sí caso el Trabajo Infantil aporta de alguna manera al aprendizaje

de destrezas y habilidades.

Según información recogida del trabajo de Velasco Abad, el 99% de niños que trabaja

no tiene ninguna protección legal, es decir, no puede acceder a seguro social ni

vacaciones o sobresueldos. Por lo tanto, abaratando considerablemente el costo de

producción, transfiriendo mayor ganancia al capitalista.

Con respecto a la condición laboral representada por la remuneración y cantidad de

horas según la encuesta ENTI 2012. Los niños, niñas y adolescentes que solo trabaja

reciben promedio un ingreso mensual de 120 dólares y su carga horaria es de más 160

horas semanales. Para la categoría de niño que trabaja y estudia, en promedio es menos

de 40 horas semanales y su remuneración acerca de 70 dólares mensuales.

42%

10%

0.4%

11%16%

2% 1%

17%

32%

1% 0.1%

12%

21%

0.4% 0.4%

34%

Hombre Mujer

63

Todos los datos expuestos considero que conlleva un problema, es la incapacidad de ver

los factores estructurales de relaciones de dominación, las estadísticas solamente

muestran una diferencia cuantitativa entre una condición específica y su relación con el

trabajo, no una relación con el entorno, esta visión puede ocultar y naturalizan las

relaciones injustas.

Las estadísticas están enmarcadas en la corriente abolicionista, no existen estadísticas

completas que consideren todos los factores positivos o negativos, que podamos

contrastar para obtener un juicio más objetivo y menos moral.

Política pública para la erradicación del Trabajo Infantil en Ecuador

La política pública en contra del Trabajo Infantil sufrió un impulso importante en el

Ecuador en el 2003 a partir de la aprobación del Código de la Niñez. Se produjeron

cambios en múltiples normativas, la construcción de planes y programas enmarcados en

la nueva doctrina de Protección Especial, en el cual se plantea que es el Estado, la

sociedad y la familia son los agentes que deben garantizar el desarrollo integral de los

niños, niñas y adolescentes.

Con esta norma jurídica, se creó el Sistema Nacional Descentralizado de Protección

Integral a la Niñez y Adolescencia (SNDPINA), con el fin de crear un conglomerado de

instituciones públicas y privadas que velen por el cumplimiento de los derechos en el

territorio. Concomitantemente, se crearon instituciones con jurisprudencia local, como

son los Consejos Cantonales de la Niñez y las Juntas de Protección de Derechos

conformado por la sociedad civil para generar exigibilidad y sancionar la violación de

derechos del niño.

En el nivel nacional la instancia responsable de definir, planificar, controlar y evaluar

las políticas relativas a la niñez es el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia

(CNNA). Entre sus funciones principales el CNNA esta:

Evaluar el cumplimiento de la Política Nacional de Protección Integral

a la Niñez y Adolescencia y asegurar la correspondencia de las

políticas sectoriales y seccionales con la política nacional de

protección integral y exigir de los organismos responsables su

64

cumplimiento, así como la de formular las directrices generales a nivel

nacional para la organización del Sistema Nacional de Protección y

coordinar su aplicación con los consejos cantonales (CONEPTI,

2005)

En 1997 se creó el Comité Nacional para la Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil

(CONEPTI), para establecer una política nacional en materia de Trabajo Infantil en el

Ecuador. El fin de este organismo es velar por el cumplimiento Plan Nacional de

Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil, después de la ratificación del Convenio

182 de la OIT en cual establece la eliminación de las peores formas del Trabajo Infantil

(Albornoz, 2010).

Entre las peores formas de Trabajo Infantil que están prohibidas en el Ecuador están:

• En minas, basurales, camales, canteras e industrias extractivas de

cualquier clase

• En actividades que implican la manipulación de substancias

explosivas, psicotrópicas, tóxicas, peligrosas o nocivas para su vida,

su desarrollo físico o mental y su salud

• En prostíbulos o zonas de tolerancia, lugares de juegos de azar,

expendio de bebidas alcohólicas y otros que puedan ser

inconvenientes para el desarrollo moral o social del adolescente

• En actividades que requieran el empleo de maquinaria peligrosa o

que lo exponen a ruidos que exceden los límites legales de tolerancia;

• En una actividad que pueda agravar la discapacidad, tratándose de

adolescentes que la tengan

• En las demás actividades prohibidas en otros cuerpos legales,

incluidos los instrumentos internacionales ratificados por el Ecuador;

y,

• En hogares cuyos miembros tengan antecedentes como autores de

abuso o maltrato

Complementariamente existe el convenio 138 también expedido por la OIT referente a

la prohibición de la edad mínima para el Trabajo Infantil. A de este convenio se incluye

65

en la normativa los 14 años como edad mínima para toda clase de trabajo, ya que antes

se regulaba por ramas de trabajo. El Ecuador ratificó este convenio el 19 septiembre de

2000 en el cual se compromete según el Art.1 a seguir una política nacional que asegure

la abolición efectiva del trabajo de los niños y eleve progresivamente la edad mínima de

admisión al empleo o al trabajo a un nivel que haga posible el más completo desarrollo

físico y mental de los menores (OIT, 2015).

Existe cierta flexibilización sobre el trabajo que puede realizar los niños, siempre y

cuando el niño cumpla con la edad mínima establecida, además trabajos que sean

considerados como prácticas ancestrales formativas, en los dos casos tienen que reunir

las siguientes condiciones:

• Que respeten el desarrollo físico y psicológico del adolescente, en el

sentido de asignárseles solamente tareas acordes con sus capacidades

y etapa evolutiva;

• Que contribuyan a la formación y desarrollo de las destrezas y

habilidades del adolescente;

• Que transmitan valores y normas culturales en armonía con el

desarrollo del adolescente; y,

• Que se desarrollen en el ámbito y beneficio de la comunidad a la que

pertenece el adolescente o su familia

Para cumplir con el convenio se incluyó en los diferentes cuerpos legales la edad

mínima para trabajar a los 15 años y para los mayores de 15 años la prohibición del

trabajo depende de las condiciones en las que desarrolla las actividades laborales y las

ramas de trabajo según su peligrosidad. Se reforzó la obligatoriedad de cursar la

educación básica hasta el 10mo básica.

Cabe señalar, que en el Ecuador la edad mínima para trabajar consta en nuestra

legislación mucho antes, como lo describe el trabajo de Luna Tamayo.

La Ley de Trabajo de mujeres y menores y de protección a la

maternidad dictada por la Asamblea Nacional de 1928, a tres años de

la revolución juliana. Esta ley, que prohíbe el trabajo de los niños

66

menores de 14 años, limita el trabajo de los adolescentes menores de

16 años y protege a la mujer trabajadora en su embarazo y lactancia

(Luna, 2008, pág. 73).

En la legislación nacional fueron incluidas las definiciones de los convenios 138 y 182

de la OIT sobre Trabajo Infantil en los siguientes cuerpos legales:

• Constitución del 2008

• Código de la niñez

• El Código de Trabajo

En la constitución del 2008 el Artículo 46 se establece la adopción por parte del Estado

de una serie de medidas de protección contra la explotación económica. En particular el

segundo apartado establece que:

Protección especial contra cualquier tipo de explotación laboral o

económica. Se prohíbe el trabajo de menores de quince años, y se

implementarán políticas de erradicación progresiva del Trabajo

Infantil. El trabajo de las adolescentes y los adolescentes será

excepcional, y no podrá conculcar su derecho a la educación ni

realizarse en situaciones nocivas o peligrosas para su salud o su

desarrollo personal. Se respetará, reconocerá y respaldará su trabajo y

las demás actividades siempre que no atenten a su formación y a su

desarrollo integral (Constitución de la Republica 2008).

El Código de la Niñez y Adolescencia, en su Título V del Libro Primero, indica que la

edad mínima para todo tipo de trabajo son los 15 años, incluido el servicio doméstico,

fija la jornada máxima de los adolescentes entre 15 y 17 años en 6 horas diarias y 5 días

a la semana, determina los trabajos prohibidos, las obligaciones de registro y otras

medidas de protección del niño, niña o adolescente trabajador, así como las sanciones

aplicables por infringir las normas relacionadas con el Trabajo Infantil.

Por otro lado, el Código del Trabajo reconoce a los adolescentes que han cumplido los

15 años la capacidad para trabajar, sin necesidad de autorización alguna y que se

cumplan todos sus derechos laborales; no obstante, prohíbe toda clase de trabajo por

67

cuenta ajena solo a través de un empleador. Establece la jornada máxima de trabajo en 6

horas diarias y 30 horas a la semana; prohíbe el trabajo en horario nocturno y en los días

sábados, domingos y de descanso obligatorio. Además de los trabajos que considera

prohibidos el Código de Niñez y Adolescencia califica el trabajo que por su naturaleza o

por las condiciones en que se lleva acabo, es probable que dañen la salud, la seguridad o

la moralidad de los niños, como en los siguientes casos:

• La destilación de alcoholes y la fabricación o mezcla de licores

• La fabricación de albayalde, mínimo o cualesquiera otras materias

colorantes tóxicas, así como la manipulación de pinturas, esmaltes o

barnices que contengan sales de plomo o arsénico

• La fabricación o elaboración de explosivos, materias inflamables o

cáusticas y el trabajo en locales o sitios en que se fabriquen, elaboren

o depositen cualesquiera de las antedichas materias

• La talla y pulimento de vidrio, el pulimento de metales con esmeril y

el trabajo en cualquier local o sitio en que ocurra habitualmente

desprendimiento de polvo o vapores irritantes o tóxicos

• La carga o descarga de navíos, aunque se efectúe por medio de grúas

o cabrías

• Los trabajos subterráneos o canteras

• El trabajo de maquinistas o fogoneros

• El manejo de correas, cierras circulares y otros mecanismos

peligrosos

• La fundición de vidrio o metales

• El transporte de materiales incandescentes

• El expendio de bebidas alcohólicas, destiladas o fermentadas

• La pesca a bordo

• La guardianía o seguridad

• En general, los trabajos que constituyan un grave peligro para la

moral o para el desarrollo físico de niñas y varones menores de la

indicada edad.

68

A partir de este marco normativo, se puede ver claramente la tendencia de considerar

por el discurso oficial que todo Trabajo Infantil es una vulneración de derechos, aunque

existe en la normativa expresiones que los hace permisivo, esta no es socializada, lo que

dificulta la debida protección laboral. Por el contrario existe una fuerte campaña y

acciones para erradicar el Trabajo Infantil. Hecho, que muestra que el avance en materia

de Trabajo Infantil en el Ecuador se ha desarrollado solo desde la corriente

abolicionista.

Actualmente el gobierno como parte del diseño de la política pública en contra del

Trabajo Infantil lanzo un Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo

Infantil para el Ecuador del 2014 al 2017, sin cambios a los argumentos y conceptos

abolicionistas. Lo que se puede rescatar es que propone una inversión en el sector social

y crea mecanismos para mejorar la prestación de servicios sociales gratuitos como

educación y salud dirigida a niños y sus familias en situación de vulnerabilidad, gastos

que en muchos casos ocupaba un porcentaje considerable en la economía familiar.

Articula las políticas y lineamientos estratégicos para erradicar el Trabajo Infantil, con

el concepto del Buen Vivir. En el Plan Nacional de Buen Vivir 2013-2017 lo establece

claramente entre sus objetivos que el Trabajo Infantil es una vulneración flagrante a los

derechos, por lo cual el Estado debe garantizar la protección especial universal y de

calidad, durante el ciclo de vida, a personas en situación de vulneración de derechos y

desarrollar y fortalecer los programas de protección especial desconcentrados y

descentralizados, que implican amparo y protección a personas en abandono, en

particular niños, niñas, adolescentes y adultos mayores y que incluyen la erradicación de

la mendicidad y el Trabajo Infantil (SENPLADES, 2013).

En el mismo plan, propone profundizar y promover políticas para la erradicación el

Trabajo Infantil doméstico y las peores formas de Trabajo Infantil y desarrollar o

fortalecer los programas de protección especial.

Entre las acciones que el plan considera está vincular a los niños y adolescentes con

rezago escolar al sistema educativo para que no sigan acumulando más años. Focalizar

las asistencias sociales y mejorar el control en la ramas de trabajo consideradas

peligrosas.

69

Mediante estos parámetros se articulan los demás proyectos y estrategias de las

intuiciones que están a cargo del diseño y ejecución de la política pública como el

Ministerio de Inclusión Económica y Social y el Ministerio de Relaciones Laborales.

Los cambios en la política social conforme a lo expuesto de cierta manera han permitido

avanzar en la abolición del Trabajo Infantil, provocándonos una sensación de

entusiasmo que nos empuja a continuar con las mismas estrategias, pero hay que ser

críticos e intentar ir más allá. Aún existen formas de Trabajo Infantil basadas en la

explotación y como única solución se ha dado la persecución o criminalización de la

pobreza, por lo cual, hay que pensar otros esquemas que avancen en la búsqueda de un

pensamiento propio que nos haga autores de nuestra historia, rescatado las cosas

positivas de las formas tradicionales de crianza, para no basarse en modelos

eurocentricos. El fin es trazar nuevas formas para afrontar la problemática con modelos

más coherentes y próximos a nuestra realidad.

Las respuestas dadas para solucionar el problema del Trabajo Infantil aún son lejanas,

más para las familias indígenas y subalternas que comparten otra realidad. Las

soluciones son deterministas y estáticas como es el caso de los proyectos para la

erradicación del Trabajo Infantil, basados en los parámetros de la OIT y la doctrina de

protección integral implementada a partir del Código de la Niñez.

Para viabilizar tenemos que revisar varios enfoques que no han sido considerados para

la erradicación del Trabajo Infantil. Incluso la propia OIT en varios de sus informes

reconoce al Trabajo Infantil es una realidad latente y difícil de resolverlo. En el tercer

informe mundial de la OIT sobre Trabajo Infantil, advierten que “el ritmo y

características del progreso no son lo suficientemente rápidos para cumplir con el plazo

de eliminar las peores formas de Trabajo Infantil para 2016” (Ponce & Falconí, 2011,

pág. 19).

Con respecto a la corriente “permisiva”, en las instituciones del Ecuador no se ha

desarrollo lo suficiente para tener una valoración alternativa. Excepto el Centro del

Muchacho Trabajador (CMT) que es una fundación privada. La fundación fue regentada

en 1964 por el padre Juan Halligan de la orden jesuita, con el fin de dar un servicio

social a los “niños trabajadores de la ciudad de Quito, cuya actividad laboral se da

70

fundamentalmente en el campo de la limpieza de calzado, que no estén atravesados por

problemas de delincuencia y que mantengan vínculo familiar” (Calle, 2007, pág. 15).

La fundación se convirtió en un referente en el Ecuador que aplica una corriente

permisiva o contraria a la abolicionista, por la propuesta integral en la atención de los

niños trabajadores, no solo enfocada en la protección del niño sino mejorar el entorno

social, cultural y económico. El trabajo parte de educación a la familia y la lucha contra

la pobreza para combatir el Trabajo Infantil, ya que valora el trabajo de los niños desde

la capacidad de generar valores positivos de responsabilidad y fomentar las habilidades

para su formación que les ayudan a romper el círculo de la pobreza. Cabe indicar que,

discrimina el Trabajo Infantil que perjudica la salud de los niños y que interfiere con la

escolarización, obligándole abandonar permanentemente su educación.

Con la intervención han logrado cambiar la subjetividad de los niños y sus familias

desde el trabajo como un valor positivo.

Los egresados identifican su trabajo de cuando niños como una forma

de aprender a vivir y una oportunidad de crecimiento y formación, lo

que da como resultado que sea cual sea su posición económica y

social actual, revaloricen su origen de niños trabajadores en cualquier

espacio que accedan (Calle, 2007, pág. 21 citado en Albornoz, 2010)

Uno de los logros que alcanzado la fundación con la metodología de intervención de

acuerdo con la evaluación de impacto que se realizó a la fundación, es que más del 75%

de sus egresados tengan posibilidades de una adecuada inserción social y laboral,

basadas en la formación integral que ellos han recibido durante su permanencia en la

institución (Calle, 2007).

Tal éxito en el cumplimiento de los objetivos debería ser puesto como modelo para ser

replicado, sin embargo, el gobierno actual no han inventado nada nuevo, después de

todos los convenios internacionales suscritos para implementar la política pública en

contra del Trabajo Infantil en el Ecuador, nacido en un ambiente neoliberal, en la

década de los 90´s y 2000, período en el cual la sociedad civil tuvo que suplir el trabajo

del Estado a través de ONG y fundaciones. Cabe resaltar que la mayoría de

organizaciones y fundaciones pro-derechos de los niños surgieron por el abandono del

71

Estado durante las crisis del neoliberalismo, en donde se generó los picos más altos de

Trabajo Infantil. La respuesta frete a eso fue mayor control en las calles y fábricas y

empresas de los sectores populares, que hasta la actualidad continúan siendo aplicadas.

No hemos podido construir otras formas de intervención, ni cuestionar el modelo, lo

cual puede es comprensible debido a que en la época del neoliberalismo la crítica estaba

mejor construida y relativamente las contradicciones eran más visibles. Las

organizaciones luchaban contra la peor lógica del capitalismo “el sálvese quien pueda”,

la falta de servicios sociales y un modelo económico privatizador que empobrecía a las

familias. Se vivía la ausencia del Estado y la presencia de programas sociales

paternalistas.

Ahora las ONG´s y fundaciones ya no demandan, ni critican al gobierno por la falta de

servicios sociales, porque en cierta medida se han cubierto algunas demandas a causa al

modelo reformista y visión modernizante que ha mejorado y ampliado los servicios

sociales, reduciendo así la brecha. Sin embargo, actualmente los proyectos y programas

para la erradicación del Trabajo Infantil no han cambiado sus estrategias y los objetivos.

Las estrategias de las ONG’s de mitigar las consecuencias del neoliberalismo ya no son

pertinentes y deben reconstituirse con nuevos enfoques y principios. Pensar lo

impensable, fuera de los marcos establecidos de la modernidad capitalista, que continúa

por el mundo evangelizando en la libertad individualista según las leyes del mercado,

que tiene repercusiones especialmente en la vida rural, que aún conservan formas no

capitalistas de subsistencia que produzcan valores de uso.

El gobierno actual de Rafael Correa ha construido un cerco teórico e ideológico sobre la

política social que trata de legitimar por medio de la propaganda. Es tan buena la

publicidad que los propios funcionarios públicos que trabajan en el tema, se preguntan

porque los niños continúan trabajando si tienen escuelas y compensaciones monetarias,

como establece las recetas de los organismos internacionales, parece que solamente es

un problema de idiosincrasia o de acceso a servicios.

La erradicación del Trabajo Infantil se convirtió en un trofeo político. En los discursos

por ejemplo vemos en la “emotiva” posesión de Rafael Correa en el 2013, como utilizó

72

niños rescatados del Trabajo Infantil del proyecto “Cantores del Pueblo”. En el mismo

acto, la presidenta de la Asamblea Nacional en su discurso se refirió al tema del Trabajo

Infantil en los siguientes términos:

“En este mismo período (refiriéndose a los 6 años de gobierno) se ha

logrado rescatar del trabajo laboral a casi medio millón de niños. Estos

niños que en flagrante inobservancia de sus derechos humanos, el

sistema partidocrático les obligó a trabajar antes de tiempo para

sobrevivir y para ayudar a sobrevivir a sus familias. Estos niños ahora

en su gran mayoría, asisten a la escuela y se trasformaron de parias en

una esperanzadora promesa que dará sostenibilidad a la Revolución

Ciudadana” (Rivadeneira , 2013)

Actualmente la postura abre múltiples interrogantes. Qué están haciendo mal los

programas y proyectos gubernamentales que no tienen un impacto significativo. Los

proyectos brindan apoyo de toda índole, sin embargo, los niños continúan trabajando.

Por otro lado, existen intervenciones exitosas que han logrado que los niños ya no

trabajen y han estructurados otros formas de supervivencia. Las intervenciones que no

han tenido éxito, significan pérdida de recursos y oportunidad para cambiar vidas.

Es evidente que estos discursos han reforzado la percepción de que el Trabajo Infantil

casi ha desaparecido y, los pocos niños trabajadores que quedan, solo tienen que esperar

el progreso económico para dejar de trabajar, por lo que nos surge la siguiente pregunta,

que tanto es verdad eso en una sociedad como la ecuatoriana tan desigual y

culturalmente heterogénea.

Todavía no podemos declararnos como un país libre de Trabajo Infantil. Se puede

repetir lo que sucedió cuando se intentó declarar al país libre de analfabetismo; fue

cuestión de regresar a ver la realidad de una manera más consiente y menos clientelar

para darse cuenta de que todavía faltaba mucho por hacer, lo mismo podría pasar con la

aspiración de erradicar el Trabajo Infantil. Si bien como sociedad tenemos que

plantearnos metas, no hay que desconocer las causas estructurales que generan los

fenómenos sociales, esta distorsión puede llevarnos a desconectarnos con las

condiciones objetivas, porque son fenómenos estructurales que están determinados por

73

modelos civilizatorios desiguales y mono culturales. Tenemos que hacernos la siguiente

pregunta; ¿podremos erradicar por completo el Trabajo Infantil hasta el 2017 con las

estrategias actuales enfocadas únicamente a la modernización y ampliación de los

servicios sociales como propone el gobierno?

74

CAPÍTULO III

ANÁLISIS CRÍTICO DE LAS POLÍTICAS PARA LA ERRADICACIÓN DEL

TRABAJO INFANTIL EN EL ECUADOR COMO ELEMENTO QUE

RETROALIMENTA LA POLÍTICA ACTUAL

Análisis de contenido: Resultado del análisis de los planes, proyectos y marcos

jurídicos más relevantes

En concordancia con la metodología propuesta, la construcción teórica y epistemológica

para reflexionar sobre los preceptos en contra del Trabajo Infantil, no se basó

simplemente en analizar el estado del arte o los conceptos vigentes, que en muchos

casos son esquemas analíticos impuestos desde la moral de grupos hegemónicos o

burocracias internacionales. Sino de un análisis hermenéutico de cada uno de los

documentos desde un enfoque decolonial.

Los resultados del análisis realizado a los planes, programas e investigaciones fueron

los siguientes según las cinco variables antes detalladas.

1. Causas

Entre los documentos analizados se identificó un patrón argumentativo sobre las causas

del Trabajo Infantil que hace referencia a la pobreza como un factor sistémico. Esto se

puede evidenciar en el “ Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo

Infantil para el Ecuador 2014-2017” y el proyecto “Protección especial para niños, niñas

y adolescentes en situación de vulnerabilidad en el país” ejecutado por el Ministerio de

Inclusión Económica y Social, y algunos trabajos de instituciones y organismos. Entre

los argumentos que mencionan están:

El factor económico es el principal desencadenante para el Trabajo

Infantil, en familias que viven en situaciones de pobreza extrema y

que buscan reforzar los ingresos percibidos por los adultos con los

aportes económicos que deja el trabajo de sus hijos.

La presencia de una alta correlación entre la situación económica de

las personas y el Trabajo Infantil obliga a definir, específicamente a la

75

pobreza, como un factor asociado y probablemente como factor

determinante de la situación de Trabajo Infantil.

La oferta de mano de obra infantil es un factor determinante que se

alimenta de la principal causa que es la pobreza de sus hogares y la

necesidad de encontrar alternativas de incremento del ingreso familiar

a través del ingreso prematuro de los niños a la fuerza de trabajo.

Dos factores que cruzan los testimonios de todos los niños son

pobreza y familia. En todos los ámbitos los niños se identifican como

pobres y atribuyen el trabajo que realizan a este factor. En segundo

lugar, el trabajo se produce en el marco de la dinámica familiar de

cada niño. Una tercera condición surge de la interrelación entre los

dos factores: la pobreza determina la necesidad de responder a las

expectativas de la familia; los menores utilizan su mano de obra para

garantizar la supervivencia de los miembros.

La pobreza no solamente es concebida como causa sino también como consecuencia, y

un factor importante que aporta a la reproducción del círculo de la pobreza. El

razonamiento planteado del círculo de la pobreza está basado en la lógica de carencia de

oportunidades desde una concepción progresista e individualista, por ende, apegado al

paradigma de la modernización occidental. La percepción producida es que, el niño

pobre que trabaja debido a su condición económica está limitado según ideal occidental

de éxito, y sí se mantiene trabajando reduce más aun sus oportunidades, porque no va

ser lo suficientemente productivo.

La presencia del Trabajo Infantil aún representa una grave amenaza al

desarrollo de capacidades de los niños y niñas, y contribuye a

fortalecer los mecanismos de transmisión inter-generacional de la

pobreza y a ahondar la inequidad (Ponce & Falconí, 2011).

En una entrevista realizada por Cristiano Morsolin a Ernesto Delgado responsable del

proyecto para erradicación del Trabajo Infantil del Ministerio de Relaciones Laborales

en el 2012, muestra la visión que se tiene sobre el círculo de la pobreza en la siguiente

idea: los niños, niñas vienen de familias pobres en las que sus padres no han tenido

76

accesos a la escuela y el padre casi no ha tenido oportunidades, reproduciendo así las

mismas prácticas de trabajo con sus hijos.

La visión que tienen los organismos internacionales como UNICEF sobre la pobreza es

la siguiente:

Los que sufren una privación de los recursos materiales, espirituales y

emocionales necesarios para sobrevivir, desarrollarse y prosperar, lo

que les impide disfrutar sus derechos, alcanzar su pleno potencial o

participar como miembros plenos y en pie de igualdad en la sociedad

(Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 2004)

El concepto de pobreza que utiliza las instituciones gubernamentales desmoviliza a los

sujetos y genera una percepción negativa sobre la actuación de los agentes, lo que

reduce la posibilidad de tener un entendimiento positivo de cualquier iniciativa en los

propios agentes para contribuir sus propias soluciones a sus problemas. Con la noción

desarrollada de pobreza, no existe alguna posibilidad de imaginar que el Trabajo Infantil

que realiza un niño pobre o de poblaciones indígena puede ser una alternativa adecuada

para fomentar el aprendizaje respetando sus necesidades culturales de “aprender

haciendo”. “Lo que constituye una nueva fuente de asimetrías entre la modernidad

occidental y las demás culturas” (B. Latour, 1991 citado en Espinosa, Trabajo Infantil y

pluralidad de políticas: caridad, filantropía de políticas: caridad, filantropía, 2009)

Una familia pobre que sus hijos trabajen inmediatamente nos produce una relación con

la explotación, estigmatizando el Trabajo Infantil sin considerar otros factores

estructurales y condiciones, lo que al final agrava el problema, se llega a penalizar una

condición socialmente producida como es la pobreza. Incorporando las estructuras

objetivas de la pobreza como la exclusión y sus consecuencias en las relaciones de

distribución a solo estructuras subjetivas.

Considerar solo la pobreza como causa de todos los males, anula las contradicciones

estructurales del propio sistema. En este sentido, la relación entre producción, mercado

y trabajo no es abordado desde un enfoque de dominación y exclusión sobre las familias

empobrecidas. La miseria es el resultado de una serie de factores, entre los cuales están

77

la política de precios, las disparidades de renta, el acceso al agua mayor problema de las

ciudades del Tercer Mundo y, por supuesto, a la comida. (Godard, 2003, pág. 24)

El niño y su familia pensada en un estado de vulnerabilidad individual y no frente a las

estructuras que fomentan las relaciones desiguales en la modernidad capitalista. Aníbal

Quijano nos recuerda que el proceso de construcción de las formas de control-

explotación de trabajo y el control de la producción-apropiación-distribución fueron

impuestas a través de nuevo patrón de control de trabajo basado en la explotación y

división racial del trabajo que continúan hasta la actualidad (Quijano A. , 2000)

Otro factor que no se toma en cuenta sobre las causas es el proceso de urbanización y la

oferta de mano de obra infantil para reducir los costos de producción de las mercancías

para el mercado internacional, son muy pocos trabajos que consideran estos factores,

por lo cual, en los documentos analizados no se encontraba en ninguna parte.

El escenario de urbanización es la siguiente; los grupos campesinos inmigran del campo

a la ciudad para conseguir trabajo y por la poca oferta de trabajo no consiguen un

trabajo y si consiguen en muy mal remunerado. Las familias trabajan en actividades

asociadas a la llamada economía informal o de subsistencia, actividades en las cuales

los niños, niñas juegan un papel importante. “El 50 y el 75% de los trabajadores en

África y América Latina y Asia están empleados en la economía informal” (Leroy,

2010, pág. 11). En tal contexto las relaciones trabajo-salario no son generales, que

permita tener un mejor ingreso económico capaces de desestimular el trabajo de los

niños, niñas.

En cuanto a la necesidad de contar con una mano de obra barata con el fin de ofertar

productos de bajo costos para el mercado internacional manufacturera se habla muy

poco en los documentos analizados. Sin embargo, la tasa de mano de obra infantil en las

ramas de la industria agrícola y minera es elevada. Un trabajo realizado en el Ecuador

en el 2003 sobre el trabajo en bananeras nos deja ver como el requerimiento de mano de

obra es constante.

La dinámica es claramente sostenida por la oferta y la demanda de

mano de obra para el sector, con pocas mediaciones familiares y más

78

bien auspiciadas por la flexibilización laboral, la subcontratación y la

tercerización (…) El 78.5% de encuestados tiene antecedentes

laborales. El 26.8% de los niñas y niñas obtuvieron el trabajo

directamente en la empresa, un 43.1% a través de un contratista, un

7.2% son tercerizados y un 4.5% trabaja por cuenta propia (Harari &

Albuja, 2003).

Otro aspecto que está presente en los documentos analizados sobre las causas es la

pobreza en base a los ingresos, esta tiene una doble moral, porque, por un lado se

empuja a que los salarios de los trabajadores sean bajos y por otro se intenta crear

políticas con el objetivo de mejorar los ingresos familiares. Situación que podemos

entender debido a la demanda de mano de obra barata para reducir los costos de

producción de bienes primarios. La solución sería remunerar mejor a las familias, sin

embargo, esta solución no se considera como opción debido a que no tendríamos unos

productos competitivos para el mercado mundial.

Las relaciones económicas desiguales con los países centrales no permiten tener

mejores salarios. Es en función de esta necesidad que se organiza el trabajo en la región,

desde entonces la relación laboral esta cimentada en relaciones informales

desequilibradas y la activa y necesaria participación de los niño, niñas s en la

reproducción económica de la unidad doméstica (Morsolin, 2010). El siguiente cuadro

muestra como es proporcional el número de niños, niñas trabajadores con el nivel de

desarrollo económico en zonas dependiente.

Tabla 4 Estimaciones regionales de niños económicamente activos entre 5 y 14 años de edad en el año 2000

Región Proporción de niños trabajadores Economías desarrolladas 2 % Economías en Transición 4 %

Asia y Pacifico 19% América Latina y el Caribe 19%

África Subsahariana 29% Medio Oriente y África del

Norte 15%

Fuente: OIT 2002 Elaborado por: José Luis Rivadeneira y María Tamara Cruz

Otras de las causas que se identifica en los análisis, tiene que ver con el poco interés que

dan los niños, niñas y las familias subalternas a la educación formal a cambio de valorar

79

los ingresos económicos, en muchos casos este es un factor de deserción y rezago

escolar. Como resultado los niños, niñas cuentan con tiempo libre que ocupan con el

trabajo. El caso que se presenta el siguiente.

Los niños más que las niñas a partir de los 10 años empiezan a salir de

la comunidad con sus padres para buscar trabajos, luego de un tiempo

en ese trabajo, que generalmente es de oficial en obras de

construcción, ellos empiezan a adquirir ropa o comida, y contribuir

para el sustento familiar, según la percepción de los adultos el abrirse

campo laboral implica una serie de valoraciones positivas, un deber de

todas las personas (CARE Ecuador, 2009, pág. 24)

En un estudio sobre Trabajo Infantil en minas concluyó que:

Conforme avanza en edad se observa en los niños una disminución de

su disponibilidad para participar en procesos educativos. Ello obedece

a que el trabajo tiende a ser una fuente de identidad real y el colegio

una potencial que no resulta evidente en lo inmediato. (…) A los

padres les resulta complejo dimensionar la educación en todas sus

posibilidades, dado que ellos no han sido partícipes de procesos

educativos formales completos. (Centro Desarrollo y Autogestión,

2002, pág. 95)

La explicación que se puede dar especialmente en los sectores rurales, se basa que aún

no les parece necesario tener una formación escolar, ya que no conciben a la escuela

como única forma de conocimiento o lograr algún ascenso social, existen otras formas

de transmitir los saberes por vía oral que aun gozan de vitalidad funcionalidad y

prestigio social (Morsolin, 2010). Las relaciones sociales que entablan en su entorno no

favorecen a generar una percepción positiva a la educación. Son espacios en los cuales

tener una preparación formal no es de importancia en su pirámide de necesidades,

además tienen prácticas alternativas de transmisión de conocimiento.

Los que declaran la escuela como ‘alternativa moderna’ al ‘Trabajo

Infantil’ niegan que ya desde las épocas pre-coloniales y durante las

luchas liberadoras anti-coloniales se conocían conceptos y practicaban

formas educativas que vinculaban la educación con experiencia

80

laboral o actividades económicas tomando en cuenta y respetando las

características y necesidades particulares de los niños. (ProNATs,

2013, pág. 18).

Como se detalló en el marco teórico, la escuela moderna como está planteada compone

una institución más de control que sirve para legitimar las relaciones de dominio y

especializar a una clase para que ejecute sus tareas productivas, reproduciendo así la

estructura de clase. Según Julia Varela y Fernando Alvarez-Úria la escuela marca un

hito en la forma de ver el Trabajo Infantil en una sociedad moderna, ya que ven a los

niños, niñas en una etapa aun no productiva, asimismo, como un espacio dedicado a la

protección contra el mundo adulto. La escuela visibilizo el cuidado que debe tener el

niño. Todas estas concepciones que tiene la escuela sobre los niños, niñas constituyen a

la infancia en un proyecto político de clase impuesto.

Esta visión no es considerada, solo ven a la escuela como un medio para erradicar el

Trabajo Infantil ocupando a los niños, niñas en la institución de control. Por ende no

consideran el rechazo que genera una cosa impuesta. Los niños, niñas son obligados

adquirir una identidad y prácticas que no les pertenece de ahí su resistencia, que cabe

mencionarlo es deslegitimada por el pensamiento colonial.

Una de las recomendaciones de los organismos internacionales y del Estado es la

obligatoriedad de la educación y poner techo a la edad mínima de admisión al trabajo.

En síntesis, la imagen de un niño educado tiene que ver sobre el ideal de un niño

moderno, en el cual, existe una diferencia de naturaleza entre la incorporación al trabajo

de los niños, niñas en el marco de un proceso de educación y formación hacia la vida

adulta, donde la finalidad económica y la finalidad social son indisociables (Bernadr

Schlemmer 1977 citado en Leroy, 2010, pág. 24)

La responsabilidad de fomentar una formación que pueda servir para el sistema

productivo es del Estado. Para lo cual, la necesidad del Estado es separar la formación

que tiene los niños, niñas en la familia con la educación formal, la familia no debe

encargarse plenamente de la socialización sino también las instituciones de educación

como la escuela o el colegio con el fin de especializase para el futuro productivo.

81

En consecuencia, los niños, niñas son “excluidos de la vida de los adultos y relegados a

reservas especiales, en las que son ‘criados’, ‘educados’ y preparados para el futuro. Su

poder de influencia (…) no se extiende a las decisiones sobre la organización de la

sociedad. Estas permanecen reservadas para los adultos o para sus elites de poder

(Liebel, 2006 citado en Albornoz, 2010)

Podemos observar que la corriente abolicionista no considera al Trabajo Infantil como

un proceso de aprendizaje, tampoco como una alternativa de formación, la única forma

legítima es a través de la escuela en el cual les enseñan los valores hegemónicos. La

institución social de la escuela como dice Julia Valera y Fernando Álvarez-Úria se

enfrenta a otras formas de transmisión de saberes y descalifican otros.

“La exportación de esta visión de infancia viene de la mano de un concepto de

educación formal que se basa en el modelo de escolaridad europeo que se considera

‘moderno’ y del más alto nivel” (ProNATs, 2013, pág. 18). Como manifestaba Julia

Valera y Fernando Álvarez-Úria el aislamiento del niño demarca el concepto de niñez

en función de inhabilitantes, tiene que estar en la escuela porque no posee las suficientes

capacidades racionales, no puede trabajar debido a que aún no está formado y debe

hacerlo en otros espacios, así innumerables requisitos que justifican el control.

Las instituciones públicas y organizaciones sociales tienen una visión sesgada referente

a lo expuesto sobre la educación, no toman en cuenta el desinterés a la educación es

consecuencia de un sistema que impone costumbres e identidades que no corresponden,

al contrario mirar como un problema de infraestructura, del inadecuado acceso y la

calidad de los establecimientos educativos, como bases estructurales que pueden

determinar un mayor o menor grado de participación de los menores en el sistema como

lo hace varias instituciones como UNICEF. (UNICEF, 2012).

Otra de las causas que tiene legitimidad en el discurso oficial es la valoración positiva al

Trabajo Infantil, que pone en discusión entre las formas tradicionales y modernas de

crianza, particularmente en el mundo andino. Algunas de las ideas son:

Muy de la mano con la causa de la pobreza, aparentemente

incuestionable, está la valoración positiva del Trabajo Infantil como

82

una actividad formadora del ser humano. (Instituto de la Niñez y la

Familia, 2012)

Otra de las causas para explicar el Trabajo Infantil radicaría en las

fuertes costumbres culturales arraigadas en las familias de origen rural

que migran a la ciudad. (Albornoz, 2010, pág. 11)

La valoración del Trabajo Infantil como forma de aprendizaje es concebida

negativamente, vista como una educación tradicional y arcaica de socialización, al

contrario de la formación moderna en la escuela, desligada de la sociedad y atravesada

por la idea burguesa de formar individuos competitivos para el mercado laboral. La

forma de educación moderna puede entenderse como unas promesas más de la

modernidad capitalista. La idea esperanzadora tiene que ver que los niños, niñas que

estudian son competitivos y saldrán de la pobreza desde un discurso desarrollista, no

para un desarrollo integral que fomente los valores éticos del ser humanos en base a la

solidaridad.

El cuestionamiento que hacen los NATS en contra del discurso de estimar

negativamente a la cultura que utiliza el Trabajo Infantil como practica de socialización,

se funda en el siguiente argumento.

El abolicionismo hoy está haciendo esfuerzos por argumentar que hay

culturas que favorecen el Trabajo Infantil a causa de sus patrones

culturales ancestrales que deben cambiar. Esta es una estrategia

neocolonizadora, homegeneizadora, una nueva forma de implantar un

ideal de progreso, de modernización, de civilización propio del

sistema y sociedad mercado, contrapuesta a la supuesta barbarie de

todo pueblo que intente perfilar distintos enfoques de progreso y de

desarrollo (ProNATs, 2013, pág. 9).

Hay que tomar en cuenta, que la combinación de la formación y el trabajo productivo

puede responder a una demanda social legitima, lo cual le confiere al trabajo un sentido

educativo real y demuestra que su participación en la formación de los niños es

operacionalmente factible. (Myres, 2011 citado en Bourdillon, 2010, pág. 78).

83

Todas las causas identificadas hasta hora son construidas desde una percepción negativa

para así justificar la necesidad de abolir el Trabajo Infantil sin considerar varios factores

socioculturales, división social del trabajo en función del género y de raza. En muchos

casos despojando sus reales causas que es la explotación capitalista. Los argumentos

discursivos de las causas están basados en los principios desarrollistas de la

modernidad.

Las causas del Trabajo Infantil no son analizadas desde un enfoque sujeto-estructura

sino desde una concepción homogénea puramente determinista entre pobreza, cultural y

malos servicios sociales sin pensar en el contexto local. Las estructuras de dominación

no cuentan al momento de identificar las causas, solo se plantean un ideal desde el

paradigma eurocéntrico burgués. Es una naturalización colonial del modelo occidental

de infancia. Situar como causa del Trabajo Infantil los factores educativos y de

valoración positiva del Trabajo Infantil es invisibilizar otras formas de crianza que no

sean las hegemónicas, reproduciendo la dualidad del pensamiento occidental entre lo

tradicional y moderno.

La mayoría de causas identificadas son las mismas que proponen los organismos

gubernamentales e internacionales para justificar la imposición abolicionista.

No considerar estos aspectos, es legitimar la situación de dominación entre clases. Es en

la relación de tensión entre dominante-dominado en donde la situación de pobreza debe

ser entendida y localizada (Bustelo, 2010).

2. Efectos del Trabajo Infantil

En la mayoría de documentos analizados se mencionan un sin número de efectos que

ocasiona el Trabajo Infantil, para lo cual, utiliza todos los campos de conocimiento

especializados en infancia, entre ellos están, el de la salud, psicología, pedagogía hasta

la sociología.

La mayoría de efectos que escriben los documentos oficiales están relacionados a los

que determina la OIT, los efectos identificados principalmente se direccionan sobre la

integridad individual de los niños, niñas, estos son físicos, psicológicos y en un segundo

84

conjunto de efectos están los sociales y económicos, entre estos están la reproducción de

la pobreza, la deserción escolar y la baja especialización de la mano de obra.

Veamos algunos efectos en los documentos oficiales: En el Plan Nacional de

Erradicación del Trabajo Infantil señala que los efectos del Trabajo Infantil son,

enfermedades crónicas, dependencia de fármacos, retraso en el crecimiento,

agotamiento físico, abusos físicos y psíquicos, picaduras de insectos y animales

ponzoñosos, infecciones a causa de químicos, heridas, quemaduras y amputaciones,

dolores en las articulaciones y deformaciones óseas

Sobre los efectos cabe señalar que se generaliza los efectos a todo tipo de trabajo no

existe una diferenciación entre las condiciones que producen tal o cual actividad o rama

de trabajo. Se reconocen la dificultad de establecer una relación directa entre las causas

y efectos especialmente en el campo de la salud.

La relación entre la salud y el Trabajo Infantil es compleja y a menudo

difícil de establecer empíricamente. Una de las limitaciones que

presentan los indicadores de impacto del Trabajo Infantil sobre la

salud es que puede darse un sesgo de selección en el sentido que los

hogares pueden escoger a los niños más saludables para trabajar. De

igual forma, las percepciones sobre el tema de la salud tienen un alto

grado de subjetividad y pueden diferir en función de factores

culturales, entre distintas poblaciones y grupos de niños trabajadores y

no trabajadores. (Programa Internacional para la Erradiación del

Trabajo Infantil, 2006, pág. 63).

Solo las investigaciones que se enfocan en estudiar los efectos del trabajo realizados por

los niños, niñas y adolescentes, estiman como variable conocida como peores formas de

Trabajo Infantil según la OIT. En estas investigaciones especifican cuáles son los

efectos nocivos que causa esa rama de trabajo, en base a un listado de trabajos

prohibidos, establecida por el Consejo de la Niñez, que se realizó a través de una

consulta nacional a diferentes grupos productivos y registrado en el Registro Oficial 405

del 18 de agosto del 2008, esta son:

85

• Todas las formas de esclavitud, la venta y el tráfico de niños, la

servidumbre por deudas, la condición de siervo, y el trabajo forzoso u

obligatorio incluyendo su utilización en conflictos armados.

• La utilización de niños para la prostitución, la producción de

pornografía o actuaciones pornográficas.

• La utilización de niños para la realización de actividades ilícitas, en

particular la producción y el tráfico de estupefacientes.

• El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva

a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de

los niños.

La diferencia entre trabajo prohibido y otro tipo de trabajo tiene diferentes definiciones

en lengua inglesa child work y child labour, al contrario que ocurre en la lengua

española que no existe una lectura diferenciada y solo se asocia el Trabajo Infantil como

peligroso, en cambio la definición de child labur se convierte en una categoría

específica, que debe ser eliminada, cualquiera que sea sus efectos. Esta consideración

no se realizaba en ningún documento gubernamental, por lo cual todo Trabajo Infantil

es perjudicial.

Entre los documentos oficiales analizados, no diferencian los efectos en función del

listado de ramas de trabajo prohibido, sino incluyen los mismos efectos individuales y

sociales a todo tipo de Trabajo Infantil. Solo se reconoce distintos efectos en el trabajo

de los adolescentes, con la definición Trabajo Infantil y trabajo peligroso.

En una investigación del 2006 realizado por la OIT hace una referencia sobre tipos de

efectos que tiene el Trabajo Infantil, y hace mención que debe haber una diferencia

conceptual y metodología para definir los efectos del Trabajo Infantil, no puede

incluirse todos los efectos negativos, ya que se estaría cayendo en un absolutismo.

Muchos de los efectos negativos del Trabajo Infantil pueden ser relativizados, sí; las

actividades laborales se realizaran en condiciones adecuadas según la edad y la

percepción social sobre la participación de los niños, niñas en la vida productiva fuera

vista como experiencia formativa. Imaginemos a un niño realizando actividades

laborales en un ambiente adecuado, que comprende estar en un espacio de buen trato

86

que fomente el aprendizaje, indudablemente de algún modo cambiaría el imaginario

sobre el Trabajo Infantil. Por otra parte, tener una visión más amplia permitiría limitar

las condiciones de explotación en las que el niño trabaja, a través del control de la oferta

laboral, ya que solo podrían realizar actividades laborales desde una perspectiva de

aprendizaje.

Según Malfred Level esta posición demuestra que se puede interpretar el trabajo de

niños, niñas no sólo como “explotación” y “despojo de la infancia”, sino que éste puede

adquirir un significado positivo para el reconocimiento social

3. Concepciones del Trabajo Infantil

En el marco teórico expuesto anteriormente se desarrollaron dos corrientes, la corriente

abolicionista y la permisiva, a través de estas se basa las concepciones o preceptos sobre

el Trabajo Infantil. Como resultado del análisis especialmente en los documentos

gubernamentales se evidenció que la concepción sobre el Trabajo Infantil proviene de

la corriente abolicionista. Es decir hace referencia a la imagen de relación que tiene el

Trabajo Infantil con la explotación. Es común encontrar entre los documentos

analizados la relación meramente economicista sobre el Trabajo Infantil.

El Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil para el Ecuador

2014-2017 describe que el Trabajo Infantil es:

Aquel que priva a las niñas, niños o adolescentes de su infancia, de su

potencial, sus derechos o su dignidad, y es perjudicial para su

desarrollo físico y mental. No caben dentro de esta categoría las

actividades de niños, niñas o adolescentes que no afectan a su salud ni

a su desarrollo personal y que tampoco interfieren en su

escolarización.

En los documentos sobre metodologías de intervención de Trabajo Infantil (2012)

podemos ver que la definición es meramente abolicionista.

El Trabajo Infantil es aquel que priva a las/os niñas/os de su desarrollo

óptimo, su potencial y su dignidad; por ser peligroso y prejudicial para

87

el bienestar físico, mental o moral de la niña, niño y adolescente e

interferir con su desarrollo.

La definición del Trabajo Infantil es confundido con los efectos, no es una definición

que abstraiga las interacciones en un contexto determinado, solo enuncias lo que se

presupone está determinado cuando un niño trabaja según una valoración subjetiva que

hacen definiciones importadas por los organismos internacionales. La valoración se

hace a través del ideal del niño según los estándares modernos eurocéntricos. Es

importante recalcar que, el imaginero social creado a partir de esta definición, alimenta

las acciones abolicionistas en contra del Trabajo Infantil. Muchos de estos son tomados

de las investigaciones en contra del Trabajo Infantil. “El discurso que trata el Trabajo

Infantil como una mal en sí mismo, sin considerar sus efectos y los contextos culturales,

aspira a defender los valores de sus autores en lugar de los intereses de los niños”

(Bourdillon, 2010).

Otro aspecto que no está considerada en la definición abolicionista, es la división social

del trabajo basado en la diferencia de clase. A partir de este elemento diferenciador se

reconoce las formas de crianza. Por ejemplo, no se visibiliza el Trabajo Infantil que

puede realizar un niño o adolescente de una posición acomodada económicamente, o

por lo menos no se la relaciona negativamente, sino a una actividad formadora y clave

del éxito por el valor positivo que tiene intrínsecamente el trabajo. Además el trabajo

que ellos hacen lo realizan en condiciones totalmente diferentes, mientras que un niño

indígena migrante del campo tienen que trabajar en ramas de trabajo pesadas, en

cambio, el niño acomodado de la ciudad ayuda al padre en su negocio familiar.

La ambigüedad de la percepción modifica la mirada que tenemos sobre un grupo, que se

clasifican por un lado a los hijos de las clases populares y por otro los niños, niñas de la

clase dominante. Esta socialmente reconocido que un niño de clase alta este trabajando

con su padre mientras esta socialmente reprobado que un niño trabaje con su padre en el

campo.

Es una disputa, como señala Ferran, surge una lucha política para el dominio de la

educación de los niños, niñas de clases populares, mientras con los niños, niñas de las

clases populares es más visto la educación en el hogar, en las clases dominantes es

88

calificado positivamente. La pugna se traspasa entre las instituciones del Estado y la

familia, para arrebatar las prácticas tradicionales de crianza, especialmente en las clases

populares que considera las formas tradiciones un elemento importante en la formación

del niño, debido a la colonización de la vida con estereotipos europeos.

En este sentido, es su posición de clase las que cambian y determinan la percepción

sobre el Trabajo Infantil. Condiciones que están muy ligadas a la ideología dominante

sobre el racismo y el clasismo. Bourdieu identifica que al interior de las clases

dominantes encuentran en la ideología una legitimación de sus privilegios culturales que

son transmutados de herencia social en el talento individual o merito personal para

ocultar su racismo de clase (Bourdieu, Los herederos, 2003).

Esta situación en América Latina es naturalizada además se suma la discriminación que

no solo está relacionada con la condición de clase sino también a los conceptos de raza

y etnicidad vinculados históricamente. Junto división de clase también están las de

género y étnicos, estas son a las características físicas y culturales a la cual pertenecen,

son justificativos para la desigualdad, discriminación y dominación. (Morsolin, 2010)

4. Visión de la niñez

La imagen que se tiene del niño y niña se enmarca en la idea proteccionista. En base al

principio de heteronomía, es decir, el niño, niña debe ser cuidado, tutelado en valores

impuestos sin ningún reparo o cuestionamiento sobre ellos. La familia, el Estado debe

garantizar la introducción de estos valores, a través de los medios que conocemos, la

escuela, el colegio y la familia.

La Convención sobre los Derechos del Niño recoge este principio y obliga a los Estado

a garantizar que cada actor cumpla con su función de proteger y cuidar al niño. En el

Ecuador a través del Código de la Niñez y Adolescencia en su Art. 1 plantea: es función

del Estado garantiza a todos los niños, niñas, niñas y adolescentes la protección, con el

fin de lograr su desarrollo integral y el disfrute pleno de sus derechos, en un marco de

libertad, dignidad y equidad.

89

En la Constitución de la Republica los niños, niñas son considerados como grupo

vulnerable, lo que significa que recibirán protección y atención prioritaria. En su Art. 48

estipula:

Estado, la sociedad y la familia, promover con máxima prioridad el

desarrollo integral de niños y adolescentes y asegurar el ejercicio

pleno de sus derechos. En todos los casos se aplicará el principio del

interés superior de los niños, y sus derechos prevalecerán sobre los de

los demás.

La protección es un conjunto de normas que se enmarcan en el control de la autonomía

del niño, encubiertas en el principio del interés superior del niño y a la doctrina de

protección integral.

El control de los niños, niñas se convierte en otra forma de dominación social que

siempre puede estar sujetas a interpretación, porque a través del discurso de protección

se puede justificar la intervención del Estado en el mundo privado. La socialización

pertenece como practica a la familia pero al Estado como la consolidación de la

ideología dominante, si deciden los padres tener prácticas de socialización alternativas a

la hegemónica el Estado debe actuar.

Hay que tener en cuenta que detrás de la política pública está el paradigma de la

modernidad capitalista, que lo que trata es de legitimar un mundo de dominantes y

dominados. Wallerstein lo mencionaba de esta forma: la ideología dominante está

arraigado en un nivel mucho más profundo que le expansión capitalista (…), arraiga en

la necesidad de construir un mundo ideológico común a los explotadores y explotados

(Wallerstein & Balibar, 1988, pág. 8).

Se pudo evidenciar que la normativa esta liga a lo que estipula la norma internacional

sobre el interés superior, se adopta casi totalmente. Es decir, salvo con algunas

excepciones los documentos analizados, cambian o transforman los enunciados

internacionales sobre la concepción del niño, es transversal en todos los programas y

proyectos analizados.

90

No se ha desarrollado una visión del niño para recuperar formas tradicionales de

socialización. En una entrevista realizada a Katuska King-Subsecretaria de Seguimiento

y Evaluación SENPLADES en el 2010 por Cristiano Morsolin (2010), indica que: es

importante entender distintas realidades, que superen una percepción adultocentrista o

blanco mestiza centrista que no puede entender la cosmovisión indígena y al

cosmovisón de otras etnias y de otras nacionalidades diferentes a nuestra manera de

pensar.

Más aún en una sociedad heterogénea como la ecuatoriana, en donde la socialización

del niño permanentemente se desarrolla a través de modelos tradicionales y modernos,

fenómeno que podemos interpretar a modo de resistencia. Un ejemplo, son las diversas

formas de crianza en el sector rural; un niño que vive en el campo puede trabajar como

una forma de socialización y a la misma vez asistir a la escuela donde le enseñan

valores modernos, con la probabilidad que desarrolle mayores capacidades sociales que

un niño de la zona urbana, contrario a lo que se cree en la ciudad de los niños, niñas

trabajadores que estudia, en donde se toma en cuenta solamente la educación

individualizada como única forma de educación.

5. Soluciones

El desarrollo económico que ha tenido el Ecuador en los últimos años, ha permitido

mejorar los ingresos de las familias, y un componente importante, incrementar los

servicios de salud y educación, permitiendo que más niños, niñas accedan a los

servicios, acompañado de la gratuidad de estos servicios, son algunas de las políticas

concretas que inciden directamente en la reducción del Trabajo Infantil. Sin embargo,

no existió un cambio de concepción de las políticas públicas en contra del Trabajo

Infantil, el modelo punitivo continua acompaño la ampliación de los servicios. Los

niños, niñas deben ser sometidos a las instituciones modernizantes. Se crean políticas

públicas policiacas, que inspeccionan las calles, los lugares de trabajo para retirar a los

niños, niñas de las actividades laborales sin discriminar situación social, cultural o

económica. Debido a que el Trabajo Infantil es visto como una señal de subdesarrollo.

Estamos tan acostumbrados a concebir el orden sobre las cosas y sobre los otros, que es

91

difícil imaginar una forma de conocimiento que funcione como principio de

complejidad y respeto hacia los otros (Sousa Santos, 2000).

La Agenda para la Igualdad de Niños, Niñas y Adolescentes 2012-2013 entre sus

soluciones esta disponer que los niños y niñas retirados de trabajos prohibidos y

peligrosos vayan a los servicios, de salud, educación y servicios sociales. En el plan

para erradicar el Trabajo Infantil establece fortalecer los mecanismos de control para el

cumplimiento de la normativa, y en el proyecto apoyar a las familiar mediante servicios

especializados para la erradicación del Trabajo Infantil.

Estiman un proceso impuesto, como si bastara un conjunto de servicios y convenios

para revertir un problema social, que tiene factores estructurales como se desarrolló

anteriormente.

Entre las soluciones planteadas en los diferentes textos, no se reconocen las necesidades

concretas de los niños, niñas de los sectores populares, tanto urbanos como rurales. El

enfoque de género y étnico que debería ser trasversal se ve opacado por el

universalismo de la corriente abolicionista. De ahí que solo se menciona como

dificultad abordar el Trabajo Infantil tomando en cuenta estos enfoques, que permita

estimular diversas formas de precepción sobre el Trabajo Infantil.

Una de las soluciones más generalizadas como medio para erradicación del Trabajo

Infantil está el ingreso a la escuela, una escuela que no estima una cosmovisión indígena

en los sectores rurales y la situación de pobreza en el área rural. No hay un

reconocimiento de los niños y niñas en su contexto, lo que genera nuevamente

deserción.

La política pública de mejorar y ampliar los servicios no es suficiente para solucionar el

problema del Trabajo Infantil, ya que, la política social depende de un conjunto más

amplio de decisiones que está basado en la política económica capitalista.

No tener soluciones definitivas a los problemas en el campo social depende de

decisiones estructurales de la organización y reproducción de la fuerza de trabajo, que

implica una transformación de la individualidad humana que se extiende a la educación

92

como fuerza de trabajo hasta la formación de una ideología dominante (Wallerstein &

Balibar, 1988).

En la actualidad en el Ecuador tenemos la percepción que las soluciones planteadas han

sido suficientes para erradicar el Trabajo Infantil, creando una especie de entusiasmo.

Por ejemplo, la propaganda y campañas comunicacionales sobre la disminución del

Trabajo Infantil “Da Dignidad por un Ecuador sin Mendicidad” y “Erradicación del

Trabajo Infantil en Basurales”, genera una percepción de que el Trabajo Infantil es cosa

del pasado y con los esquemas actuales pueden solucionarse.

Por lo cual, redireccionar la política pública tanto como los discursos es un imperativo.

Tenemos que rescatar otras concepciones y representaciones que se han ocultado

intencionalmente. En este sentido, debemos situarnos y tomar partido como lo plantea

Boaventura Sousa Santos. El deber del sociólogo es tomar bando y visibilizar

alternativas desde su posición privilegiada para incomodar la realidad, no conformarse

con los postulados que se presentan como científicos. “Lo que distingue a la sociología

funcionalista de la sociología crítica es el hecho de que la primera pretende el orden de

la regulación social y la segunda el orden de la emancipación social” (Sousa Santos,

2000, pág. 27).

93

CONCLUSIONES

A través del análisis se determinó que los enunciados abolicionistas se repiten de un

texto a otro con el mismo argumento que utilizan los organismos internacionales, no

importa que sean proyectos, planes o investigaciones tienen los mismos argumentos

retóricos e indicadores. La corriente abolicionista promovida por las instituciones

gubernamentales surge como continuidad a los principios de la modernidad capitalista,

contrario de la corriente permisiva que se posiciona como alternativa y crítica a los

preceptos de la modernidad capitalista.

Desde el abolicionismo no se plantean soluciones estructurales concretas, solo

individuales enfocadas a la idea de pobreza. Se explica que el Trabajo Infantil es

fundamentalmente resultado de la pobreza, entendida como la falta de bienes materiales.

Casi no se habla de una causa sistémica que hace que las familias empobrecidas deban

enfrentar salarios bajos, exclusión, persecución por ejercer un trabajo denominado

informal, sin acceso a los medios de producción, que sean la población más afectada

durante una crisis económica y los primeros en desilusionarse con las promesas

incumplidas de la modernidad capitalista como la igualdad ante la ley y la supuesta

disponibilidad de recursos. Todas estas son cualidades del sistema que generan que se

viva en un estado de desprotección social y expectativa, en donde los niños, niñas son

los que más en riesgo se encuentran, no sólo en relación con el trabajo, que puede ser el

menor de los males en comparación con otros problemas, como la ruptura del tejido

social, del entorno en donde se construyen las relaciones solidarias y de cuidado, para

privilegiar relaciones mercantiles donde predomina el ejercicio del poder y la

discriminación.

Otro elemento con un patrón que se repite en la política pública son las soluciones. Para

proteger del estado caótico, prevén un sin número de derechos sociales para proteger al

niño, sin embargo, no se cumplen efectivamente por la falta condiciones objetivas.

Mientras el sistema valore más las mercancías y las relaciones económicas, lo cultural y

social quedará en un segundo plano, no se preocuparán por construir una educación

emancipadora que fomente relaciones recíprocas entre las diferentes instituciones

sociales, escuela, familia, Estado. Lo que puede ser emancipador lo verán como

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peligroso y un atentado a los valores del sistema, los niños, niñas trabajadores que no

sean educados para el sistema serán tarde o temprano estigmatizados. Educar para

alcanzar un desarrollo humano pleno, con valores en el marco del Trabajo Infantil no

será posible, ya que tienen prioridad las relaciones mercantiles basadas en ejercicio del

poder y dominio.

La concepción del Trabajo Infantil se ha reducido a la lógica capitalista, desvalorizando

el trabajo como proceso de aprendizaje, es decir su valor de uso, para ser utilizado como

valores de cambio. El Trabajo Infantil está unido con la producción mercantil y no

como práctica de aprender-haciendo.

Entre las causas no está tomada en cuenta la dependencia económica del comercio

exterior como productores de materias primas. La mercantilización del Trabajo Infantil

tiene una relación con la posición de los países en el mercado mundial. Los países con

mayor demanda de mano de obra infantil son los países en vías de desarrollo.

Los Estados periféricos con un modelo primario exportador necesitan de mano de obra

barata para mantener precios bajos. Además la poca necesidad de mano de obra

calificada, hace que haya una mayor demanda de Trabajo Infantil. Sin embargo, esta

simple deducción económica no está planteada como causa en los programas y

proyectos, por los intereses que esto representa. Una de las soluciones que acarrearía,

sería mejorar los salarios de los padres o tener una sanción penal a los empleadores,

cosa que no se puede hacer ya que va en contra de las libertades capitalistas.

Si no existe una propuesta de política pública que realice cambios para mejorar las

condiciones estructurales, los niños, niñas deberán continuar aportando con su trabajo

para mejorar las condiciones económicas de sus familias. Las propuestas por lo menos

deben construir una política que promueva un tratamiento justo para los niños, niñas

trabajadores que esté en contra la sobreexplotación y violencia, garantice condiciones

laborales adecuadas.

Sí no resolvemos el modo de producción dependiente de las materias primas, las

condiciones objetivas no van estar dadas para cumplir con la meta. Como dice Rene

Unda director de la maestría de infancia en la Universidad Salesiana (2010), las

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representaciones dominantes en el conjunto de la sociedad apuntan hacia la erradicación

del Trabajo Infantil haciendo abstracción de la problemática familiar del empleo de la

reproducción económica y de los impactos globales del mercado de trabajo. Ahora, si el

Trabajo Infantil fuera aprovechado en otra manera, fuera de la lógica mercantil, se vería

una oportunidad para mejorar las condiciones individuales y colectivas de niños niñas y

adolescentes.

Al contrario de lo que actualmente se plantea, solo las instituciones se enmarcan en

controlar y regular que los niños, niñas no trabajen, en muchos casos penalizando la

pobreza, profundizando así su situación de vulnerabilidad. Persiguiendo mediante

controles de los inspectores de trabajo y recorridos en las calles.

Si los cambios estructurales no se establecen., la meta de erradicar el trabajo se

convierte en una promesa incumplida que los políticos tomaran como ofrecimiento de

campaña.

Para lo cual, las soluciones deben cambiarse para volver a tener ilusión en el futuro, las

nuevas propuestas deben recuperar algo que fue desmontado por el neoliberalismo, la

esperanza de una alternativa de una vida diferente que promueva relaciones más justas

colectivamente, sobresalga la solidaridad sobre propuestas individualistas.

Es importante considerar otros factores para explicar el Trabajo Infantil, que contribuya

a la construcción de política pública plural y contextualizada. Necesitamos de muchos

elementos de entendimiento, que al parecer las instituciones han dejado a un lado por

acatar mandatos internacionales o a imitar modelos desarrollistas y modernizantes en

decremento de la pluralidad.

El nuevo modelo debe permitir el desarrollo de planteamientos más amplios que

consideran las relaciones de racismo, opresión y explotación.

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