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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE FILOSOFIacuteA Departamento de Filosofiacutea III (Hermeneacuteutica y Filosofiacutea de la
Historia)
CATEGORIacuteAS Y SUPUESTOS DEL ESCEPTICISMO PIRROacuteNICO
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR
PRESENTADA POR
Ignacio Pajoacuten Leyva
Bajo la direccioacuten del doctor
Tomaacutes Calvo Martiacutenez
Madrid 2011
ISBN 978-84-694-2811-5 copy Ignacio Pajoacuten Leyva 2011
1
Universidad Complutense de Madrid
Facultad de Filosofiacutea
Categoriacuteas y supuestos del
escepticismo pirroacutenico
Tesis Doctoral
Ignacio Pajoacuten Leyra
Dirigida por D Tomaacutes Calvo Martiacutenez
Madrid
2010
2
Iacutendice
Agradecimientos5
Abreviaturas6
Introduccioacuten general7
Primera parte Oriacutegenes y desarrollo del escepticismo pirroacutenico13
1- Contexto filosoacutefico del esceacuteptico14
11- Caracterizacioacuten inicial del escepticismo14
12- El contexto las escuelas dogmaacuteticas de la eacutepoca16
121- El aristotelismo17
122- Epicureiacutesmo18
123- Estoicismo31
2- Filosofiacuteas afines al escepticismo seguacuten la hermeneacuteutica de los propios
esceacutepticos39
21- Sistemas filosoacuteficos proacuteximos al escepticismo40
Heraacuteclito de Eacutefeso40
Parmeacutenides y la escuela de Elea45
Demoacutecrito de Abdera61
La escuela cirenaica65
Protaacutegoras de Abdera67
22- La negacioacuten del criterio y su relacioacuten con las tesis
esceacutepticas70
221- El criterio de verdad70
222- los negadores del criterio72
Jenoacutefanes de Colofoacuten73
Jeniacuteades de Corinto76
Anacarsis el escita79
Excursus sobre el criterio en la filosofiacutea relativista82
Dionisodoro83
Gorgias de Leontini83
3
Metrodoro de Quiacuteos87
Anaxarco el eudemonista91
Moacutenimo el ciacutenico93
23- Otras posiciones filosoacuteficamente afines a la esceacuteptica94
231- La Academia platoacutenica94
La Primera Academia Platoacuten95
La Segunda Academia Arcesilao96
La Tercera Academia102
La Cuarta Academia107
La Quinta Academia108
232- El escepticismo en las escuelas meacutedicas109
La Escuela Empiacuterica de medicina111
La Escuela Metoacutedica de medicina113
2 33- La sucesioacuten de DL IX114
3- Anaacutelisis histoacuterico del escepticismo en sentido propio118
31- Sus raiacuteces118
32- Sus figuras123
Pirroacuten de Elis123
Timoacuten de Fliunte130
Nausiacutefanes133
Enesidemo134
Agripa142
Sexto Empiacuterico147
33- La posicioacuten esceacuteptica151
Conclusiones iniciales160
Segunda parte El marco referencial esceacuteptico163
1 Nocioacuten de Naturaleza164
11 Introduccioacuten164
12 La metaacutefora de la medicina175
2 Nocioacuten de afeccioacuten182
21 Realidad y fenoacutemeno183
22 Fenoacutemeno y afeccioacuten189
4
3 Nocioacuten de relacioacuten199
31 Introduccioacuten199
32 Implicaciones de la nocioacuten de relacioacuten204
4 Nocioacuten de argumentacioacuten211
41 Funcioacuten de la argumentacioacuten en el escepticismo211
42 Implicaciones de la dialeacutectica esceacuteptica219
43 Ecos socraacuteticos en la dialeacutectica esceacuteptica221
5 Nocioacuten de causalidad227
51 Los tropos esceacutepticos para la refutacioacuten de los causalistas229
52 La nocioacuten de causa uacutenica viacutea de comprensioacuten del mundo234
53 El Contra los astroacutelogos (Adv Math V) y la asuncioacuten de los viacutenculos
causales240
54 La concepcioacuten causal de Francisco Saacutenchez ldquoel esceacutepticordquo246
6 Nocioacuten de contradiccioacuten255
61 El principio aristoteacutelico de no-contradiccioacuten258
62 Sobre los interlocutores de Aristoacuteteles en Metafiacutesica IV263
63 Pirroacuten y la negacioacuten del principio275
7 Nocioacuten de verdad294
71 Una cierta ldquoteoriacutea esceacuteptica de la verdadrdquo297
Conclusiones finales304
Apeacutendices319
Apeacutendice A Cronologiacutea de los dirigentes de la escuela esceacuteptica320
Apeacutendice B Craacutetilo y la tesis de la total inestabilidad321
Apeacutendice C iquestFue Canopo la sede de la escuela esceacuteptica en vida de Sexto
Empiacuterico337
Apeacutendice D General Introduction354
Apeacutendice E Final Conclusions359
Bibliografiacutea374
5
Agradecimientos
La presente tesis doctoral ha sido realizada con la ayuda de una beca del Programa Nacional de Formacioacuten de Profesorado Universitario (FPU) del Ministerio de Educacioacuten obtenida en el antildeo 2004 En primer lugar quiero agradecer al profesor Tomaacutes Calvo Martiacutenez el haber accedido a dirigir mi trabajo Ha sido un honor haber podido contar durante estos antildeos con su orientacioacuten sus consejos y su confianza ademaacutes de su constante aacutenimo sin el que no habriacutea logrado llevar a teacutermino este proyecto Quiero agradecer tambieacuten al profesor Alonso Tordesillas su acogida y apoyo durante mi estancia en 2009 en la Universiteacute de Provence (Aix-Marseille I) en la que tuve ademaacutes el privilegio de asistir a varios de sus cursos En esa misma estancia en la Universidad de Marsella pude escuchar en el marco de las sesiones que perioacutedicamente organiza el Centre DrsquoEacutetudes sur la Penseacutee Antique Kairos kai logos una conferencia de la profesora Cristina Rossitto que me resultoacute muy clarificadora respecto de la cuestioacuten de la contradiccioacuten Tengo que agradecerle tambieacuten a la profesora Rossitto sus indicaciones posteriores sobre el papel de la contradiccioacuten en Sexto Empiacuterico El profesor Ramoacuten Romaacuten Alcalaacute de la Universidad de Coacuterdoba me facilitoacute amablemente trabajos suyos ineacuteditos sobre Dioacutegenes Laercio gracias a los cuales fue posible completar la documentacioacuten necesaria para varios apartados de esta tesis Los profesores Manfred Kerkhoff y Francisco Joseacute Ramos de la Universidad de Puerto Rico me facilitaron bibliografiacutea poco conocida que de otro modo no habriacutea podido tener en cuenta Debo agradecer tambieacuten al profesor Rafael Orden sus indicaciones sobre el pensamiento esceacuteptico en la eacutepoca moderna en especial en la obra de Francisco Saacutenchez Y a los profesores Beatriz Bossi Gema Muntildeoz-Alonso Joseacute Luis Garciacutea Norro y Rogelio Rovira debo agradecerles tanto su orientacioacuten y ayuda durante estos antildeos como su inestimable apoyo Durante la defensa del trabajo para la obtencioacuten del Diploma de Estudios Avanzados los miembros del tribunal los profesores Manuel Fernaacutendez del Riesgo Agustiacuten Untildea y Rafael Ramoacuten Guerrero realizaron observaciones e indicaciones que me han sido muy uacutetiles en la elaboracioacuten de esta tesis doctoral y que tambieacuten tengo que agradecer encarecidamente Quiero expresar aquiacute un agradecimiento especial para el profesor Pierre Aubenque que en el transcurso de varias conversaciones en abril de 2006 se tomoacute la molestia de aconsejarme caminos posibles por los que podiacutea discurrir el presente trabajo Tambieacuten quisiera manifestar mi agradecimiento a todos los integrantes del personal de la biblioteca de la Facultad de Filosofiacutea de la Universidad Complutense ndash y de un modo particular a Miguel ndash que con su amabilidad eficacia y plena disponibilidad han contribuido inestimablemente a facilitar el proceso de elaboracioacuten de este trabajo Durante el desarrollo de esta tesis nunca me ha faltado el aacutenimo de amigos y familiares No podriacutea mencionar a todos ellos sin excederme en la extensioacuten de esta nota pero no puedo dejar de mencionar a Gonzalo Leoz Joseacute Antonio de Miguel Guillaume Pash e Ignacio Leoz A ellos les tengo que agradecer sobre todo su paciencia conmigo durante todo este tiempo De uno de estos amigos Antonio Albiol quiero hacer una mencioacuten especial por haberme regalado su propio ejemplar de la traduccioacuten de los Esbozos pirroacutenicos de Gil Fagoaga hoy bastante difiacutecil de conseguir Mis padres tienen que ocupar un lugar destacado en estos agradecimientos no solo porque nunca me ha faltado su apoyo en lo relativo a este trabajo sino sobre todo por haber sido los responsables principales de mi orientacioacuten intelectual Y quiero terminar esta nota inicial dando las gracias a mi hermana Irene y a mi compantildeera Concha mis dos principales apoyos que desde el aacutembito de lo cotidiano han contribuido de un modo especial a que hoy este trabajo sea una realidad
6
Abreviaturas
Acad helliphelliphelliphelliphelliphelliphellipCiceroacuten Academica
Adv Math helliphelliphelliphelliphelliphellip Sexto Empiacuterico Adversus mathematicos
Apolog helliphelliphelliphelliphelliphelliphellip Platoacuten Apologiacutea
CdC Francisco Saacutenchez Cancioacuten del Cometa de 1577
Crat Platoacuten Craacutetilo
De fin helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip Ciceroacuten De finibus
DKhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip Diels H y Kranz W Die Fragmente der
Vorsokratiker
DL helliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip Dioacutegenes Laercio Vidas de los filoacutesofos ilustres
Ep Hdt helliphelliphelliphelliphelliphelliphellip Epicuro Epiacutestola a Heroacutedoto
Ep Men helliphelliphelliphelliphelliphelliphellip Epicuro Epiacutestola a Meneceo
FGrHhelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphelliphellip Jacoby Fragmente der Griechischen Historiker
HP Sexto Empiacuterico Esbozos pirroacutenicos
Il Homero Iliacuteada
Met Aristoacuteteles Metafiacutesica
ND Ciceroacuten De natura deorum
Phys Aristoacuteteles Fiacutesica
Praep Evang Eusebio Praeparatio Evangelica
QNSFrancisco Saacutenchez Quod nihil scitur
SVF von Arnim Stoicorum Veterum Fragmenta
7
Introduccioacuten general
ldquoSoacutelo los antiguos han sido verdaderos esceacutepticosrdquo
Emile Cioran De laacutegrimas y santos
Durante siglos las corrientes filosoacuteficas propias del periodo heleniacutestico han sido
minusvaloradas por la tradicioacuten frente a las filosofiacuteas anteriores La praacutectica totalidad de
los estudiosos concediacutea una importancia mucho menor a los pensadores aparecidos en el
panorama filosoacutefico griego a partir del siglo IV a C que a los pertenecientes a los
siglos VI y V esto es a los presocraacuteticos y a Soacutecrates y sobre todo a Platoacuten y
Aristoacuteteles Por ello los estudios rigurosos acerca de la filosofiacutea heleniacutestica puede
decirse que praacutecticamente no existen hasta principios del siglo XX Durante este tiempo
concepciones de la historia de la filosofiacutea proacuteximas a la hegeliana que considera al
helenismo como un periodo de decadencia en que la filosofiacutea cae en la mera repeticioacuten
escolaacutestica de lo ya desarrollado o en la decrepitud y mediocridad de pensamientos
carentes de fuerza y de capacidad de innovacioacuten habiacutean supuesto un lastre para el
desarrollo de un verdadero anaacutelisis de lo que el helenismo supuso de aporte y
originalidad e incluso de renovacioacuten para el pensamiento de eacutepocas posteriores
Incluso muchos de quienes seguiacutean la visioacuten hegeliana de la Historia de la
filosofiacutea percibieron la injusticia que se les estaba haciendo a los sistemas filosoacuteficos
del periodo heleniacutestico Probablemente quien con maacutes claridad percibioacute esta situacioacuten
fue Marx ldquoA los epicuacutereos estoicos y esceacutepticos se les considera casi como un
complemento inadecuado sin ninguna relacioacuten con sus vigorosos antecesores La
filosofiacutea epicuacuterea seriacutea un agregado sincreacutetico de la fiacutesica democriacutetea y de la moral
cirenaica el estoicismo una mezcla de la especulacioacuten cosmoloacutegica de Heraacuteclito de la
concepcioacuten eacutetica del mundo de los ciacutenicos y hasta un poco de loacutegica aristoteacutelica el
escepticismo finalmente resulta el mal necesario opuesto a tales corrientes
8
dogmaacuteticasrdquo1 Y es consciente Marx de que esta visioacuten limitada y tendenciosa del
pensamiento heleniacutestico proviene directamente de Hegel Asiacute afirma que ldquosu
concepcioacuten de lo que llamoacute lo especulativo por excelencia le impidioacute a este gigantesco
pensador reconocer en esos sistemas el alto significado que ellos tienen para la historia
de la filosofiacutea griega y el espiacuteritu griego en generalrdquo2
Sin embargo el hecho de que algunos viesen con claridad lo injustificado del
general desintereacutes y desprecio por la filosofiacutea de esta eacutepoca no impidioacute que eacuteste se
mantuviese y que la falta de estudios sobre las escuelas heleniacutesticas continuase siendo
casi total Incluso el proyecto del propio Marx de dedicar un escrito ldquomaacutes ampliordquo a
analizar ldquocon detalles el ciclo de la filosofiacutea epicuacuterea estoica y esceacuteptica y sus
relaciones con toda la especulacioacuten heleacutenicardquo3 quedoacute reducido a siete cuadernos de
notas que nunca llegariacutean a desarrollarse al derivar el pensamiento del autor por otros
caminos
No es hasta el comienzo del siglo pasado cuando empieza a superarse ese
prejuicio y se inicia una mirada nueva sobre el periodo histoacuterico en cuestioacuten Pero auacuten
entonces la atencioacuten se centra de manera preeminente en soacutelo dos de las corrientes de la
eacutepoca el estoicismo y el epicureiacutesmo dejaacutendose de lado a la corriente esceacuteptica al
concedeacutersele menor importancia que a las otras
Tanto el prejuicio hacia la filosofiacutea heleniacutestica en general como el referido a la
corriente esceacuteptica en particular han sobrevivido en gran medida hasta nuestros diacuteas Ni
la una ni la otra gozan de gran atencioacuten en los modernos planes de estudio de la
filosofiacutea hasta el punto de que si los estudiantes llegan a verlas tratar en las clases es
soacutelo de manera tangencial Incluso la mayoriacutea de los manuales de filosofiacutea griega por
no decir los de historia de la filosofiacutea conceden poco maacutes que un tratamiento raacutepido y
superficial a la etapa posterior a la muerte de Aristoacuteteles y dentro de ese tratamiento
apenas unas lineas se dedican al pensamiento esceacuteptico
Soacutelo en las uacuteltimas deacutecadas esta tendencia minusvaloradora parece haber
comenzado a disminuir Se ha producido en este tiempo una importante cantidad de
artiacuteculos y monografiacuteas dedicados al estudio y anaacutelisis riguroso del papel histoacuterico y del
contenido filosoacutefico efectivo de la escuela esceacuteptica El origen de esa recuperacioacuten del
intereacutes por el escepticismo lo encontramos en el mundo anglosajoacuten que es el aacutembito de
1 Marx K Diferencia de la filosofiacutea de la naturaleza en Demoacutecrito y en Epicuro Editorial Ayuso Madrid 1971 13 2 Idem 10 3 Idem
9
procedencia de la mayor parte de los estudios recientes sobre el tema Pero en los
uacuteltimos antildeos ha empezado a extenderse por toda Europa
La presente investigacioacuten pretende enmarcarse en esta liacutenea de estudio
recientemente inaugurada Para ello la primera parte de este trabajo bajo el tiacutetulo de
Oriacutegenes y desarrollo del escepticismo pirroacutenico se dedicaraacute al anaacutelisis de la evolucioacuten
de las ideas que condujeron a la conformacioacuten del pensamiento esceacuteptico en su
conjunto y en particular al escepticismo pirroacutenico tal y como es formulado en su uacuteltima
etapa por Sexto Empiacuterico
Para este fin esta parte de la investigacioacuten se estructuraraacute en tres etapas
diferenciadas La primera de ellas consistiraacute en el anaacutelisis detenido del contexto
filosoacutefico en el que dicho tipo de escepticismo llegoacute a formarse con especial atencioacuten a
las escuelas dogmaacuteticas de la eacutepoca estoicismo y epicureismo que fueron sus
interlocutoras en el debate filosoacutefico y que por tanto tuvieron una considerable
influencia en la formacioacuten de las principales argumentaciones antidogmaacuteticas de la
escuela esceacuteptica
Tras esta en una segunda etapa se abordaraacute el estudio de las formas filosoacuteficas
proacuteximas al escepticismo que pueden considerarse como antecedentes suyos en alguacuten
aspecto La metodologiacutea a emplear en este momento de la investigacioacuten se basaraacute en el
anaacutelisis criacutetico de la hermeneacuteutica con que la propia escuela esceacuteptica interpreta tanto
las caracteriacutesticas de ese pensamiento previo al escepticismo en sentido estricto como
el grado de influencia que dichas liacuteneas filosoacuteficas ejercieron sobre el escepticismo
posterior a Pirroacuten
Por uacuteltimo en una tercera etapa se realizaraacute un riguroso anaacutelisis histoacuterico del
escepticismo en sentido propio partiendo de sus raiacuteces inmediatas para tratar a
continuacioacuten el desarrollo interno de la escuela pirroacutenica en funcioacuten de las
caracteriacutesticas propias del pensamiento de cada una de sus principales figuras desde
Pirroacuten hasta Sexto Empiacuterico y concluir con una exposicioacuten de la doctrina esceacuteptica
definitiva correspondiente a la uacuteltima etapa de la escuela encarnada por Sexto
Pero no hemos querido dejar de tener en cuenta que la comprensioacuten de este
decurso filosoacutefico asiacute como de la periferia del pirronismo se muestra como requisito
previo imprescindible para que cualquier investigacioacuten posterior pueda lograr poner en
claro los presupuestos y categoriacuteas subyacentes a la filosofiacutea esceacuteptica Por ello en una
segunda parte del presente estudio y bajo el tiacutetulo de El marco referencial esceacuteptico se
procederaacute a analizar y discutir con detenimiento las nociones fundamentales que
10
funcionan como marco de referencia del pensamiento pirroacutenico asiacute como el papel que
cada una de ellas desempentildea en la concepcioacuten filosoacutefica esceacuteptica en su conjunto Las
nociones a tratar seraacuten las de lsquonaturalezarsquo (phyacutesis) lsquoafeccioacutenrsquo (paacutethē) lsquorelacioacutenrsquo (proacutes
ti) lsquoargumentacioacutenrsquo (loacutegos) lsquocausalidadrsquo (aitiacutea) lsquocontradiccioacutenrsquo (antiacutephasis) y por
uacuteltimo la nocioacuten de lsquoverdadrsquo (alḗtheia) en la que todas las anteriores confluyen
A lo largo de esa segunda parte del trabajo se porcederaacute a la discusioacuten de la
naturaleza y alcance de esas nociones que actuacutean como preconcepciones del
pensamiento esceacuteptico
En lo que a la metodologiacutea general del presente trabajo se refiere la base textual
primaria seraacute la que forma la obra de Sexto Empiacuterico esto es los once libros del
Adversus Mathematicos y sobre todo los Esbozos pirroacutenicos Dado que en este autor
encontramos uno de los raros casos de la filosofiacutea griega en los que puede decirse que lo
esencial de la obra de un pensador se ha conservado iacutentegro hasta nosotros el valor de
Sexto Empiacuterico para la reconstruccioacuten y anaacutelisis de la postura esceacuteptica pirroacutenica es
incalculable a pesar de que no se tratase en su eacutepoca del maacutes destacado u original de los
integrantes de la corriente en cuestioacuten Ademaacutes tambieacuten la obra de Dioacutegenes Laercio
Vidas de los filoacutesofos ilustres y varios de los escritos de Ciceroacuten pueden aportar una
gran cantidad de informacioacuten pertinente para nuestro trabajo Puntualmente se recurriraacute
a testimonios aportados por otros muchos autores de la antiguumledad claacutesica y tambieacuten a
algunos posteriores
Por otra parte las precedentes investigaciones sobre el tema nos permiten contar
con una abundante literatura secundaria Entre los maacutes antiguos estudios cabe destacar
las monografiacuteas de Goedeckemeyer (Die Geschichte des griechischen Skeptizismus
1905) y Mills Patrick (Sextus Empiricus and Greek Scepticism 1899) pero sobre todo
ha de ser tenida en cuenta la obra de Victor Brochard Les sceptiques grecs de 1887
que pese al tiempo transcurrido continuacutea siendo una obra de referencia en nuestro
campo
Sin embargo entre estas investigaciones iniciales el intereacutes es fundamentalmente
historiograacutefico algo que no encaja por completo con los objetivos que nos hemos
planteado Por tanto habraacute de recurrirse a otra bibliografiacutea secundaria quizaacute maacutes
adecuada para el estudio que hemos emprendido aquiacute la realizada durante las uacuteltimas
deacutecadas del siglo pasado y lo que llevamos de este Encontramos en ella una mayor
tendencia a interesarse y profundizar en cuestiones temaacuteticas y conceptuales que en las
obras pertenecientes a etapas anteriores Es cierto sin embargo que el intereacutes que los
11
autores de esta eacutepoca vienen mostrando por las cuestiones epistemoloacutegicas propias de la
temaacutetica esceacuteptica les conduce en no pocas ocasiones a soslayar otras cuestiones eacuteticas
o metafiacutesicas que en principio tuvieron tanta importancia o maacutes para muchos esceacutepticos
que las referidas al problema del conocimiento
La monografiacutea de Stough Greek Skepticism (1969) orientada hacia el anaacutelisis de
las implicaciones epistemoloacutegicas de la filosofiacutea esceacuteptica puede considerarse la
iniciadora de esta etapa continuada entre otros por Dumont (Le scepticisme et le
pheacutenomegravene 1972) y por la recopilacioacuten de artiacuteculos recogida por Schofield Burnyeat y
Barnes en el libro Doubt and Dogmatism (1980)
El texto de Annas y Barnes The Modes of Scepticism (1985) centrado en
exclusiva sobre los diez tropos esceacutepticos para la suspensioacuten del juicio el libro de
Barnes The Toils of Scepticism publicado en 1990 que profundiza en los cinco tropos
de Agripa o el trabajo de Decleva Caizi recopilando todos los testimonios disponibles
sobre la figura de Pirroacuten de Elis en su obra Pirrone Testimonianze (1981) han
contribuido tambieacuten a reformular la idea que se veniacutea teniendo de la relevancia del
escepticismo dentro de la filosofiacutea antigua ayudando a que hoy pueda reconocerse en
este periodo una alta dosis de profundidad y un gran intereacutes filosoacutefico
Estas contribuciones y otras muchas nos serviraacuten para tratar de exponer en la
primera parte de este trabajo una visioacuten unitaria de la geacutenesis del pensamiento esceacuteptico
en su doble vertiente histoacuterica y temaacutetica Por ello la estructuracioacuten interna evitaraacute el
mero orden cronoloacutegico intentando por el contrario agrupar las corrientes objeto de
estudio en funcioacuten de la proximidad de sus contenidos doctrinales y tambieacuten del modo
de comprensioacuten de estos contenidos por parte de la propia tradicioacuten esceacuteptica Asiacute la
aproximacioacuten a la filosofiacutea esceacuteptica que aquiacute se ofreceraacute pretende resultar
especialmente clarificadora con respecto al curso de la liacutenea filosoacutefica que se inicia en
los albores de la tradicioacuten griega y que termina dando lugar al corpus ideoloacutegico de la
escuela pirroacutenica a partir de Enesidemo
En lo que respecta a la segunda parte del trabajo que aquiacute presentaremos en
cambio debido a la novedad del enfoque que hemos pretendido darle a la investigacioacuten
la bibliografiacutea secundaria no se muestra tan precisa ni tan abundante de modo que el eje
metodoloacutegico central de los capiacutetulos que componen esta segunda etapa no seraacute otro que
el propio discurso de Sexto Empiacuterico reflejado en sus textos originales asiacute como el de
otros filoacutesofos de la corriente pirroacutenica o de tendencia esceacuteptica en general y los
12
argumentos de filoacutesofos ajenos al escepticismo que conformaron su contexto histoacuterico y
argumentativo
De este modo el estudio realizado en la primera parte del trabajo con objeto de
contextualizar adecuadamente el pensamiento esceacuteptico en su origen y desarrollo nos
serviraacute para adquirir y estructurar un material de trabajo adecuado para abordar con
garantiacutea de rigor la segunda parte El estudio del posicionamiento teoacuterico de cada uno
de los antecesores del pensamiento esceacuteptico asiacute como de cada uno de sus
interlocutores filosoacuteficos heleniacutesticos nos permitiraacute conocer el origen genealoacutegico de
cada argumento teoacuterico formulado por el pirronismo y el objetivo argumentativo al que
pretende oponerse
De este modo trataremos de lograr comprender a lo largo de las proacuteximas
paacuteginas no soacutelo el proceso de generacioacuten histoacuterica concreta de la filosofiacutea esceacuteptica
sino tambieacuten el alcance categorial exacto de los conceptos que los miembros de esta
corriente manejaban como patrimonio baacutesico y fundamental de su escuela
13
Primera parte
Oriacutegenes y desarrollo del escepticismo pirroacutenico
14
1- Contexto filosoacutefico del esceacuteptico
11- Caracterizacioacuten inicial del escepticismo
Antes de comenzar con el anaacutelisis de lo que propiamente fue el contexto del
escepticismo antiguo en la eacutepoca en la que tuvo vigencia conviene detenerse un instante
y atender a queacute es aquello que el propio teacutermino lsquoescepticismorsquo designa De no llevarse
a cabo esta definicioacuten preliminar alguna de las muchas connotaciones que el teacutermino
arrastra podriacutea entorpecer la comprensioacuten de su sentido originario ya que la palabra
lsquoesceacutepticorsquo ha servido a lo largo de la historia de la filosofiacutea sobre todo en los uacuteltimos
siglos como denominacioacuten geneacuterica para pensadores y corrientes muy variados y con
pocos aspectos en comuacuten y tambieacuten porque ha pasado a formar parte del vocabulario
no filosoacutefico con un sentido algo alejado de lo que significa como teacutermino teacutecnico en el
campo de la filosofiacutea Por ello se hace imprescindible aclarar queacute entendiacutea un ciudadano
griego de entre el siglo IV a C y el II d C al oiacuter la expresioacuten lsquoskeacutepsisrsquo
El verbo griego skeacuteptomai del que deriva el sustantivo skeacutepsis que da nombre al
escepticismo significa ldquomirar con atencioacutenrdquo ldquoobservar cuidadosamenterdquo Esto hace que
lsquoesceacutepticorsquo sea de entrada aqueacutel que mira o examina con cuidado Su actitud es pues
la del investigador cauteloso Seguacuten los esceacutepticos esa cautela seriacutea la principal
diferencia frente al resto de escuelas filosoacuteficas que compartiacutean eacutepoca con ellos que
seriacutean maacutes temerarias en el alcance de sus afirmaciones4 El esceacuteptico prefiere
abstenerse de afirmar o negar algo antes que tomar partido de forma injustificada por la
4 HP I 1-4
15
afirmacioacuten o por la negacioacuten Ante toda aquella cuestioacuten en la que puedan ofrecerse
argumentos de igual peso a favor y en contra el esceacuteptico opta por lo que en su
terminologiacutea se conoce como epochḗ la suspensioacuten del juicio De entre todas las
caracteriacutesticas de las diversas corrientes esceacutepticas que iremos tratando en este trabajo
la que mejor puede servir como definicioacuten de queacute es ser esceacuteptico es esta tendencia a
suspender el juicio y lo es porque este rasgo es invariable y comuacuten a todo esceacuteptico
con independencia de que sea clasificado como acadeacutemico o pirroacutenico Sin duda hay
otras caracteriacutesticas que pueden considerarse comunes a todo escepticismo Stough por
ejemplo sentildeala tres en su artiacuteculo ldquoGreek Skepticismrdquo5 antildeadiendo a la tendencia hacia
la suspensioacuten del juicio a) el hecho de estar orientado hacia la praacutectica6 y b) la negacioacuten
del conocimiento7 Sin embargo a diferencia de estas dos caracteriacutesticas que seriacutean
comunes no soacutelo a integrantes del escepticismo sino tambieacuten a un buen nuacutemero de
corrientes filosoacuteficas ajenas a eacutel8 la epochḗ es algo exclusivo del esceacuteptico Ninguna
otra corriente en toda la filosofiacutea griega defiende algo equiparable
Sexto Empiacuterico describe el escepticismo al comienzo de sus Esbozos
pirroacutenicos por referencia al proceso por el que el filoacutesofo esceacuteptico alcanza la
suspensioacuten del juicio del modo siguiente
ldquoY el escepticismo es la capacidad de establecer antiacutetesis en los fenoacutemenos y en las consideraciones teoacutericas seguacuten cualquiera de los tropos gracias a la cual nos encaminamos ndashen virtud de la equivalencia entre las cosas y proposiciones contrapuestasndash () hacia la suspensioacuten del juiciordquo9
De esta manera el proceso descrito seriacutea el paso en ldquolos fenoacutemenos y en las
consideraciones teoacutericasrdquo de la igualdad de fuerzas entre argumentos opuestos a favor y
en contra a la necesidad de suspender el juicio dada la imposibilidad de decidir
5 Stough Ch ldquoGreek Skepticism a Study in epistemologyrdquo UCLA Press Berkeley 1969 4 6 Esta caracteriacutestica no parece ser vaacutelida para todo tipo de escepticismo ya que la liacutenea esceacuteptica acadeacutemica no estaacute interesada por la buacutesqueda de la felicidad como fin praacutectico de la vida sino que se orienta maacutes bien a una suerte de ldquoinvestigacioacuten por la investigacioacutenrdquo Vid Infra 96 y ss 7 Tampoco esta caracteriacutestica es generalizable a todo escepticismo ya que en nuestra opinioacuten la postura pirroacutenica respecto al conocimiento no puede describirse como una mera negacioacuten Vid Infra 295-7 8 Noacutetese que la orientacioacuten praacutectica es caracteriacutestica de todas las escuelas filosoacuteficas durante el periodo heleniacutestico tal como se apreciaraacute a continuacioacuten en los apartados referidos al contexto del escepticismo siendo parte esencial de escuelas como la aristoteacutelica la estoica o la epicuacuterea (vid infra paacuteg 17 18 y ss y 31 y ss respectivamente) y la negacioacuten del conocimiento puede hacerse coextensiva a determinados sofistas como Gorgias (vid infra paacuteg 83 y ss) 9 Ἔστι δὲ ἡ σκεπτικὴ δύναμις ἀντιθετικὴ φαινομένων τε καὶ νοουμένων καθ οἱονδήποτε
τρόπον ἀφ ἧς ἐρχόμεθα διὰ τὴν ἐν τοῖς ἀντικειμένοις πράγμασι καὶ λόγοις ἰσοσθένειαν () εἰς ἀταραξίαν HP I 8
16
El abstenerse de juzgar maacutes que la mera negacioacuten del conocimiento seraacute lo que
unifique al pensamiento esceacuteptico como una corriente a pesar de las profundas
diferencias internas entre unos y otros de sus integrantes y tambieacuten lo que lo distinga
del resto de sectas filosoacuteficas ya que seraacute de forma fundamental el asumir o no la
epochḗ lo que marque la distancia entre el filoacutesofo esceacuteptico y el dogmaacutetico
12- El contexto las escuelas dogmaacuteticas de la eacutepoca
El periodo heleniacutestico en filosofiacutea estaacute profundamente marcado por la irrupcioacuten
de dos nuevas grandes escuelas la epicuacuterea y la estoica cuya pujanza amenaza la
relativa hegemoniacutea10 que hasta entonces veniacutean ejerciendo la Academia platoacutenica y el
Liceo aristoteacutelico Como ya se ha mencionado durante esta etapa adquieren una
especial relevancia en las discusiones entre las distintas escuelas las cuestiones de
caraacutecter praacutectico y en especial las que atantildeen a la eacutetica Con la muerte de Alejandro
Magno en 323 a C la eacutepoca de la Grecia claacutesica se cierra y se abre un mundo nuevo
quizaacute de horizontes maacutes amplios pero tambieacuten maacutes desconcertante11 En una etapa de
inestabilidad social y poliacutetica la filosofiacutea se aparta de la especulacioacuten desinteresada que
imperaba en el periodo anterior dando un giro a sus intereses hacia la buacutesqueda de
seguridad y bienestar para el individuo Hasta entonces los grandes interrogantes que
habiacutean centrado la especulacioacuten de los filoacutesofos giraban en torno a la composicioacuten fiacutesica
del mundo y su organizacioacuten interna Cuestiones fiacutesicas de las que la filosofiacutea habiacutea
comenzado a alejarse con Soacutecrates para volverse hacia el hombre pero que incluso en
Platoacuten o Aristoacuteteles mantienen su preponderancia cediendo acaso algo de protagonismo
a la metafiacutesica y soacutelo en menor medida a la eacutetica Durante el periodo heleniacutestico en
cambio seraacuten las cuestiones acerca de la moral de las relaciones del hombre mismo con
el mundo las que centralizaraacuten el intereacutes
Tratar de explicar el escepticismo sin tener en cuenta este ambiente de su eacutepoca
seriacutea muy difiacutecil y probablemente erroacuteneo ya que una buena parte de las
argumentaciones por las que conocemos la filosofiacutea esceacuteptica surgen como respuestas
10 No podemos olvidar la presencia de otras importantes escuelas filosoacuteficas en la eacutepoca como las llamadas ldquoescuelas socraacuteticas menoresrdquo algunas de las cuales podriacutean haber rivalizado en importancia con el Liceo o la Academia (Cfr Long Anthony A Hellenistic Philosophy Stoics Epicureans Sceptics Berkeley 1974 Traduccioacuten espantildeola de P Jordaacuten de Urries La filosofiacutea heleniacutestica Alianza Editorial Madid 2001 20)
17
maacutes o menos directas a las argumentaciones de peripateacuteticos epicuacutereos y sobre todo
estoicos Por ello se nos impone la necesidad de dar cuenta brevemente de las
inquietudes de ese ambiente intelectual o al menos de aquellas de sus liacuteneas que maacutes
influencia en uno u otro sentido ejercieron en la formacioacuten del pensamiento esceacuteptico
121- El aristotelismo
Una exposicioacuten adecuada de la doctrina aristoteacutelica excederiacutea con mucho tanto
el alcance como la extensioacuten de este trabajo Por ello las pretensiones de este apartado
se limitan a exponer de forma concisa no toda la filosofiacutea de Aristoacuteteles ni la historia
completa de la escuela peripateacutetica sino tan soacutelo resentildear el papel de la filosofiacutea
aristoteacutelica en la eacutepoca y su relacioacuten con las escuelas del momento
Aristoacuteteles murioacute al antildeo siguiente a la muerte de Alejandro y al comienzo de la
eacutepoca heleniacutestica Por tanto no se encuentran en sus paacuteginas referencias a las disputas
maacutes importantes de esta etapa Pero siacute podriacuteamos encontrar en ellas el germen de
algunas de las cuestiones que se discutiraacuten en la Stoa o en el Jardiacuten Sin embargo como
es sabido la escuela aristoteacutelica no muere con la muerte de Aristoacuteteles sino que muy
por el contrario mantiene una considerable importancia durante los siglos posteriores
interviniendo con frecuencia en los debates entre estoicos epicuacutereos y esceacutepticos y
continuando su labor cientiacutefica y docente El vigor intelectual del Liceo puede
considerarse en mayor o menor medida intacto hasta 27068 fecha de la muerte de
Estratoacuten
Despueacutes de la muerte de Aristoacuteteles su disciacutepulo Teofrasto fue la figura maacutes
destacada de la escuela siendo una referencia fundamental en el panorama filosoacutefico de
su tiempo En el periodo en que eacutel dirigioacute el Liceo la escuela conservoacute la capacidad de
investigacioacuten y de estudio y amplioacute multitud de doctrinas aristoteacutelicas sin perder por
ello la capacidad criacutetica En su Metafiacutesica Teofrasto analiza de forma rigurosa y somete
a discusioacuten algunas cuestiones problemaacuteticas de la obra de su maestro Y tambieacuten otra
de las preocupaciones fundamentales de Aristoacuteteles el estudio natural entra dentro de
los intereses de su disciacutepulo Muestra de ello son sus obras De las causas de las plantas
e Investigacioacuten acerca de las plantas
11 Como fuente para un anaacutelisis de los acontecimientos histoacutericos del periodo heleniacutestico y su relacioacuten con el pensamiento en la eacutepoca se puede recurrir al libro de F W Walbank The Hellenistic World Cambridge 1993 (Traduccioacuten castellana El mundo heleniacutestico Taurus Ediciones Madrid 1985)
18
De la presencia de las doctrinas de Teofrasto en la discusioacuten filosoacutefica durante el
periodo heleniacutestico no puede caber duda No soacutelo vio pasar por sus clases a algunos de
los principales personajes del momento como Arcesilao que fue disciacutepulo suyo entorno
a 290 sino que sus posiciones filosoacuteficas fueron en muchas ocasiones objeto de
poleacutemica con las escuelas epicuacuterea y estoica El propio Epicuro escribioacute un libro
titulado Contra Teofrasto que por desgracia no se nos ha conservado
En cuanto a la difusioacuten y conocimiento durante la eacutepoca de las propias obras de
Aristoacuteteles la mayoriacutea de los estudiosos han afirmado que soacutelo las obras literarias
habriacutean estado disponibles para la lectura mientras que los tratados que forman el
Corpus habriacutean estado desaparecidos Para sustentar esta afirmacioacuten se basan en la
historia que refiere Estratoacuten12 sobre el legado de las obras de Aristoacuteteles por parte de
Teofrasto a un hombre llamado Neleo y su ocultamiento en un soacutetano durante siglos
hasta que a principios del I aC fueron editados por primera vez Sin embargo esta
historia no parece ser totalmente digna de creacutedito y en los uacuteltimos tiempos ha venido
siendo puesta en duda13 Debemos coincidir con Long en que resulta difiacutecil pensar que
al menos en vida de Teofrasto no hubiese maacutes que una versioacuten disponible en Atenas de
las obras de Aristoacuteteles
122 Epicureiacutesmo
En el antildeo 341 a C en la isla griega de Samos nace Epicuro14 hijo de un
ciudadano ateniense del demos aacutetico de Gargettos afincado alliacute unos diez antildeos antes
Siendo muy joven habiacutea asistido a las lecciones del platoacutenico Paacutenfilo en la propia
Samos y algo maacutes tarde a los catorce antildeos de edad se trasladoacute a Teos para asistir a las
del democriacuteteo Nausiacutefanes15 que habiacutea sido disciacutepulo de Pirroacuten y a traveacutes del cual es
probable que entrase en contacto con los principios del atomismo
Su primera estancia en Atenas de la que tenemos noticia se produce a la edad de
dieciocho antildeos16 para cumplir los dos antildeos de servicio militar periodo que precedioacute a
su paso por Colofoacuten Mitilene de Lesbos y Laacutempsaco lugares en los que comenzoacute a
12 Str XIII 1 54 Veacutease tambieacuten Plutarco Sulla XXVI 13 Long AA Op cit 21 Pajoacuten Leyra Irene ldquoAristoacuteteles como fuente de Posidonio de Apamea el problema de los textos perdidos del corpusrdquo (Ineacutedito) 14 DL X 14 15 DL I 15 Ciceroacuten De natura deorum I 73 Papyrus herculaneum 1005 Veacutease tambieacuten infra 133-4 16 Estraboacuten XIV 638
19
perfilar la que seriacutea su doctrina y a aglutinar entorno a siacute a los que constituiriacutean su
escuela Pero no fue hasta 3076 a C cuando contando treinta y cuatro antildeos regresoacute a
Atenas para establecerse en el que era el principal centro filosoacutefico e intelectual y
permanecer alliacute hasta su muerte En la casa que comproacute alliacute en 306 y maacutes
concretamente en su jardiacuten se establecioacute una comunidad filosoacutefica muy diferente de la
Academia o del Liceo Maacutes que enfocarse hacia la formacioacuten de unos estudiantes o el
sostenimiento de una determinada actividad investigadora se estructuraba en torno a la
amistad de sus integrantes y a su propoacutesito de vivir conforme a unos principios
comunes y hasta cierto punto retirados del mundo El propio Epicuro aunque nunca
se retrajo completamente de la vida ciudadana preferiacutea la compantildeiacutea de unos pocos
amigos iacutentimos a gozar del reconocimiento puacuteblico Pese a ello el Jardiacuten no se convirtioacute
en el foco exclusivo de epicureiacutesmo en la eacutepoca sino que el contacto con adeptos de
fuera de Atenas era constante tal como atestigua la correspondencia del maestro A su
muerte en 271 Epicuro legoacute a modo de herencia la propiedad del Jardiacuten a su disciacutepulo
Hermarco instaurando probablemente con ello el sistema por el que se dariacutea
continuidad filosoacutefica a la escuela y se escogeriacutean sus sucesivos dirigentes cada
escolarca designariacutea a su propio sucesor17
Desde un punto de vista doctrinal la filosofiacutea epicuacuterea cumple esa caracteriacutestica
ya sentildealada de su eacutepoca de ser eminentemente eacutetica Epicuro ha sido caracterizado
como un moralista debido en gran medida a que su filosofiacutea teoacuterica se encuentra en
uacuteltima instancia orientada hacia la praacutectica Y coincidiendo con estoicos y esceacutepticos
situacutea en la felicidad el fin uacuteltimo de la vida Seguacuten eacutel las causas de la infelicidad
humana podriacutean encontrarse en ciertas creencias equivocadas mantenidas socialmente a
traveacutes del tiempo creencias acerca del destino del alma de la existencia de los dioses o
del valor de los bienes El objetivo de sus ensentildeanzas pues seraacute encontrar y
deslegitimar esas creencias para sustituirlas por aquellas otras que eacutel sostiene como
verdaderas En gran medida se debe a esta forma de proceder que los esceacutepticos
considerasen a la escuela epicuacuterea como la maacutes proacutexima a la suya propia de todas las
escuelas dogmaacuteticas de su tiempo
Su teoriacutea del conocimiento estaacute fundamentada sobre la percepcioacuten sensorial Las
sensaciones (ảisthecircseis) son comunes a todos los hombres (en el sentido de que todos
los hombres las tienen) y han de tener alguna causa Epicuro presupone que en
sensaciones del tipo del color o el sonido esa causa ha de ser algo exterior al propio
17 Long AA Op cit 27
20
percipiente18 ndash presuncioacuten que de inmediato suscitaraacute objeciones por parte de los
esceacutepticos ndash y ese algo seguacuten eacutel seriacutea no los objetos fiacutesicos sino un conjunto de
aacutetomos (ẻidocircla) emitidos desde la superficie de dichos objetos Esto sin embargo no
supone garantiacutea alguna de veracidad para las sensaciones ya que esos ldquoefluviosrdquo
formados por aacutetomos pueden sufrir alteraciones en el intervalo de tiempo que media
entre su emanacioacuten del objeto y su entrada en el oacutergano sensorial correspondiente Las
sensaciones soacutelo seriacutean pues con certeza imagen exacta de los efluvios de las cosas
pero no de las cosas Por tanto surge la cuestioacuten de coacutemo diferenciar entre sensaciones
que reflejan con exactitud la estructura de los objetos y sensaciones que la reflejan
alterada o inexacta Epicuro lo resuelve distinguiendo entre impresiones sensoriales y
juicios y adjudicando a estos uacuteltimos en exclusiva la responsabilidad del error
cognoscitivo19
De este modo liberadas de responsabilidad en el error todas las impresiones
sensoriales resultan igualmente vaacutelidas No puede ya afirmarse de unas sensaciones que
son dignas de creacutedito y de otras que no lo son puesto que soacutelo los juicios que
efectuamos acerca de ellas son acertados o erroacuteneos
Sin embargo siacute pueden distinguirse unas sensaciones de otras en virtud de su
claridad y viveza El ejemplo maacutes evidente es el de las imaacutegenes que se perciben por
medio de la vista que tanto pueden ser niacutetidas como borrosas Pero lo mismo sucede
con cualquiera de los demaacutes sentidos La distancia que nos separa del origen de una
impresioacuten sensorial suele afectar negativamente a su claridad20 De ello se deduce que el
criterio maacutes adecuado para calibrar las sensaciones es el de su claridad y distincioacuten21
Con todo las impresiones sensoriales claras y distintas no suponen por siacute
mismas conocimiento Para que puedan efectuarse juicios sobre ellas han de ser
clasificadas de alguacuten modo algo que seguacuten los epicuacutereos se lleva a cabo mediante lo
que ellos llaman ldquopreconceptosrdquo (prolecircpsis)22 Estos preconceptos se generan por la
18 Ep Hdt 49 19 Ep Hdt 50-2 20 Recueacuterdese que seguacuten la explicacioacuten epicuacuterea del proceso fiacutesico por el que se produce la sensacioacuten a mayor distancia mayor probabilidad de que los aacutetomos emanados sufran alteraciones debidas a la interaccioacuten con el medio por el que se transmiten 21 Ep Hdt 52 Este mismo criterio tendraacute gran eco en la filosofiacutea moderna sobre todo en Descartes pero aplicado a un campo por completo diferente del de las sensaciones Noacutetese el hecho de que el criterio soacutelo se convierte en problema de intereacutes filosoacutefico en periodos dominados por la prevalencia del escepticismo como fue el periodo heleniacutestico como fue tambieacuten el inicio de la Edad Moderna y como es en nuestros diacuteas la llamada lsquopostmodernidadrsquo donde dado el resurgimiento de un espiacutetiru de marcado acento esceacuteptico a traveacutes de fenoacutemenos como el nihilismo nietzscheano ha reaparecido la cuestioacuten del criterio de verdad 22 Cfr Ciceroacuten ND I 44
21
repeticioacuten de experiencias particulares23 Y es por comparacioacuten con estos preconceptos
generales como somos capaces de interpretar las sensaciones que nunca antes habiacuteamos
tenido Gracias a los preconceptos pueden formularse juicios24 o incluso tener lugar el
fenoacutemeno de la comunicacioacuten a traveacutes del lenguaje Unos preconceptos podriacutean
asociarse con otros formando las ideas y conceptos con menor referencia empiacuterica
hasta llegar a conceptos totalmente abstractos Seguacuten esta explicacioacuten pues todos los
conceptos estariacutean basados en uacuteltima instancia en la experiencia y es a esta experiencia
es decir a los aacutetomos que penetran en nuestros sentidos desde el exterior a lo que
hemos de remitirnos para explicar todas nuestras ideas imaginaciones y pensamientos
Por tanto desde un punto de vista epistemoloacutegico la filosofiacutea epicuacuterea es
inequiacutevocamente empirista
En lo que se refiere a su sistema eacutetico podriacutea calificarse a los epicuacutereos hasta un
cierto punto como ldquohedonistasrdquo pero como sentildeala Long25 su hedonismo difiere en
gran medida del de filoacutesofos anteriores que tambieacuten habiacutean propuesto que el fin de la
vida es el placer como el socraacutetico Aristipo de Cirene y sus seguidores Mientras
Aristipo considera la ausencia de dolor como un mero estadio intermedio en el camino
hacia la felicidad para Epicuro como veremos no es soacutelo eso
Epicuro presupone que la bondad del placer es evidente por siacute misma y por
tanto no requiere demostracioacuten alguna Los hombres persiguen el placer y evitan el
dolor al igual que todos los animales Y apenas se concibe que esto pudiera ser de otro
modo Pero la caracteriacutestica de placenteros de los bienes que el hombre puede perseguir
no es uniforme Hay placeres mayores que otros y tambieacuten placeres que llevan
aparejados dolores Para alcanzar la felicidad pues el hombre debe buscar aquello que
causa mayor placer No se han de perseguir todos los placeres ya que de algunos de
ellos se sigue un dolor mayor Por tanto seguacuten Epicuro todo placer puede ser
considerado como un bien pero no todo placer es deseable26 Y algo semejante ocurre
con los dolores ya que no todos ellos han de ser evitados sino que algunos que son
condicioacuten necesaria para alcanzar placeres mayores ndash como el dolor que produce el
cirujano al operar ndash han de ser asumidos
23 Cfr Aristoacuteteles Met A 981 a 5 y ss Noacutetese que Epicuro y Aristoacuteteles parecen estar de acuerdo en lo fundamental de sus afirmaciones acerca del proceso de formacioacuten de los conceptos 24 Un juicio correcto seriacutea asiacute aqueacutel en que asociamos una impresioacuten con el preconcepto que le corresponde y uno erroacuteneo aqueacutel en que la asociacioacuten entre preconcepto e impresioacuten no es la adecuada 25 Op cit 68 26 Ep Men 129-30
22
Epicuro niega la existencia de estados intermedios entre placer y dolor Puede
haber medios de obtener placer que a su vez acaben por producir dolor tal como se ha
dicho antes pero esto no significa que placer y dolor se den simultaacuteneamente El placer
y el dolor son incompatibles entre siacute No puede darse mezcla de ambos Al contrario la
ausencia de dolor entrantildea la presencia de placer y viceversa
Los estados en los que afirmamos no sentir placer ni dolor alguno seguacuten
Epicuro seriacutean asimilables al placer ya que eacuteste es el estado normal e innato de los
seres vivos mientras que el dolor soacutelo es una alteracioacuten de ese estado natural
El sostenimiento y en su caso restablecimiento de ese estado natural es el fin
que todo ser humano debe aspirar a alcanzar Para ello no se han de perseguir los
placeres maacutes inmediatos sino los maacutes duraderos El medio para lograrlo sin embargo
es la vida moderada y sencilla El hombre sabio para el epicuacutereo debe liberarse de los
deseos de lujo que crean necesidades artificiales que acaban causando turbacioacuten mental
Asiacute pues la moderacioacuten en este terreno termina siendo maacutes placentera que la vida
suntuosa y disipada ya que elimina la preocupacioacuten de tener que satisfacer falsas
necesidades conduce a la liberacioacuten del dolor ndash que es el mayor placer ndash y a la
autosuficiencia27 ndash que es el paso fundamental en el camino para alcanzar la
tranquilidad del aacutenimo ndash28
Una importante parte de los argumentos de la escuela epicuacuterea en especial los
pertenecientes al aacutembito de la epistemologiacutea fueron construidos en el desarrollo de la
propia poleacutemica con el escepticismo Por ejemplo la consideracioacuten de las sensaciones
como criterio uacuteltimo no es otra cosa que la respuesta epicuacuterea a la introduccioacuten por
parte del escepticismo de la cuestioacuten acerca de si es posible encontrar un criterio de
verdad29 La viacutea de superacioacuten del escepticismo que Epicuro y sus seguidores ensayan
es hacer de la sensacioacuten el criterio absoluto y uacuteltimo de verdad esto es una forma
inicial de empirismo Toda sensacioacuten clara es verdadera y es de acuerdo a su
consistencia con la sensacioacuten como debe contrastarse la validez de los juicios
proposiciones hipoacutetesis etc30 Por tanto ante el riesgo de caiacuteda en un escepticismo
27 Veacutease Ep Men 130-1 28 Noacutetese que este objetivo ndash la tranquilidad del aacutenimo ndash es compartido por los integrantes de la escuela esceacuteptica y los de la epicuacuterea si bien los medios que proponen para alcanzarlo difieren considerablemente 29 Vid Infra 70 y ss 30 Sobre la inversioacuten que este meacutetodo validativo de Epicuro supone respecto del ldquomeacutetodo platoacutenico de las hipoacutetesisrdquo veacutease el artiacuteculo de Tomaacutes Calvo ldquoLa inversioacuten de la loacutegica platoacutenica de la validacioacuten por Epicurordquo (Athlon satura grammatica in honorem Francisci R Adrados ediderunt A Bernabeacute et alia Vol II Editorial Gredos Madrid 1987 149-161 especialmente 158)
23
radical la respuesta epicuacuterea consiste en tomar como punto de partida de su teoriacutea
epistemoloacutegica justo aquello que se encuentra en cuestioacuten ndash el conocimiento sensible ndash
de modo que la imposibilidad de ponerlo en duda permite construir un nuevo edificio
gnoseoloacutegico capaz de resistir el terremoto esceacuteptico pero que por otra parte carece de
la capacidad de invalidar las tesis esceacutepticas ndash ya que desde el punto de vista esceacuteptico
no puede dejar de contemplarse como una mera peticioacuten de principio ndash Digamos pues
que al poner el criterio en la evidencia sensible Epicuro se pone a salvo del
escepticismo pero no lo refuta Y el escepticismo a su vez lejos de darse por vencido
trataraacute de construir nuevos argumentos que le sirvan para continuar la poleacutemica
Con todo Epicuro era consciente de que las diversas clases de objetos y
proposiciones que han de ser validadas por la sensacioacuten requieren de meacutetodos de
validacioacuten adaptados al tipo de relacioacuten que cada uno de ellos tiene con la percepcioacuten
sensible No podraacute ser validado de la misma forma el conocimiento que obtengo de la
observacioacuten directa de un objeto que el conocimiento acerca de la naturaleza de las
partiacuteculas atoacutemicas que seguacuten la escuela epicuacuterea constituyen el mundo Y no pueden
validarse de la misma forma por el simple motivo de que no estaacuten en la misma relacioacuten
con la evidencia sensible que ha de servirnos para validarlos
Asiacute la validacioacuten epicuacuterea del conocimiento se escinde en tres clases sucesivas
la validacioacuten por el testimonio (martyacuterēsis) de la sensacioacuten la confirmacioacuten
(epimartyacuterēsis) y la ldquono-refutacioacutenrdquo (ouk antimartyacuterēsis)
El primer tipo de validacioacuten corresponde a aquellos juicios que tienen como
contenido objetos sensibles que estaacuten siendo actualmente percibidos en el momento de
la validacioacuten La inmediatez de estos juicios con la evidencia sensible impide de
acuerdo con la teoriacutea epicuacuterea toda posibilidad de error El error soacutelo se encuentra en el
juicio que trata de sobrepasar esa evidencia sensible El engantildeo y el error soacutelo se
producen en lo que nuestra opinioacuten antildeade a la propia percepcioacuten31 Pero en este primer
tipo de objetos nada se antildeade ni se quita Cuando la percepcioacuten es clara no puedo
juzgar contra ella32 No puedo mirar mi mano y afirmar que no la estoy viendo ndash ni que
no la percibo como tal ndash sin mentir Por tanto el mero testimonio de la sensacioacuten
permite validar el conocimiento de este tipo
31 Veacutease Ep Hdt 50 32 A este respecto veacutease la caracterizacioacuten esceacuteptica de lo fenomeacutenico como evidente (vid Infra 185 y ss)
24
Pero esa relacioacuten con la evidencia sensible no se da siempre con igual claridad e
inmediatez Hay objetos que pueden no estar siendo percibidos en el momento de la
validacioacuten de un conocimiento que los atantildee o que siendo percibidos actualmente no
lo estaacuten siendo con toda evidencia aunque siacute que es posible llegar a percibirlos de ese
modo Si el requisito de los objetos del anterior tipo era la evidencia sensible actual
podriacuteamos decir que el de los de eacuteste es la evidencia sensible potencial El ejemplo
toacutepico es el de la torre que a lo lejos se ve redonda y al acercarse se muestra como
cuadrada El individuo que la ve desde la distancia enuncia un juicio sobre ella (ldquoes
redondardquo) que espera confirmacioacuten en un momento posterior (al acercarse) en que la
evidencia que soacutelo era posible se deacute de hecho Asiacute pues este tipo de juicios pueden ser
confirmados o no confirmados por la evidencia
Por uacuteltimo el requisito de validacioacuten para los juicios acerca de objetos que estaacuten
por completo alejados de la evidencia sensible es el de la no-refutacioacuten (ouk
antimartyacuterēsis) Se trata de objetos no susceptibles de percepcioacuten sensible por lo que no
se da evidencia directa acerca de ellos Son los denominados ldquoimperceptiblesrdquo (tagrave
aacutedēla)33 los objetos que no pueden ser percibidos mediante los sentidos pero que con
todo forman parte de las teoriacuteas e hipoacutetesis acerca del mundo Sobre ellos no hay ya
espectativa ninguna de que su evidencia ldquopotencialrdquo se ldquoactualicerdquo en ninguacuten momento
y por ello dado que la experiencia sensible no podraacute nunca confirmarlos para
validarlos basta que la evidencia no los refute
Asiacute pues la estructura de los tipos de validacioacuten en Epicuro seriacutea la siguiente
33 Noacutetese que con este concepto se establece un fuerte precedente de la nocioacuten de ldquoinobservablerdquo con la que se maneja la actual filosofiacutea de la ciencia a la hora de tratar la validacioacuten del conocimiento cientiacutefico Y noacutetese tambieacuten que cuando se mencionan los antecedentes de esta u otras nociones de filosofiacutea de la ciencia la mayoriacutea de los autores se remonta soacutelo hasta el empirismo ingleacutes como si eacuteste fuese el punto de partida uacuteltimo de todo intento de validacioacuten del conocimiento en base a la experiencia mientras que la escuela epicuacuterea maacutes proacutexima en nuestra opinioacuten a las posturas actuales apenas nunca se menciona (Cfr Hacking I Representing and Intervening Cambridge University Press 1983 van Fraassen B The Scientific Image Oxford University Press 1980 Popper K The Logic of Scientific Discovery Routledge Londres 1959)
Tipos de validacioacuten del conocimiento
Testimonio (martyacuterēsis) de la sensacioacuten
Confirmacioacuten (epimartyacuterēsis)
No-refutacioacuten (ouk antimartyacuterēsis)
Objetos no susceptibles de percepcioacuten sensible
(tagrave aacutedēla)
Objetos sin evidencia sensible actual pero siacute
posible
Juicios acerca de objetos presentes actualmente
percibidos
No hay posibilidad de error
Podraacuten ser confirmados o no por la evidencia
Bastaraacute que no sean refutados por la evidencia
25
El tercer tipo de validacioacuten del conocimiento pues supone que existe una clase
de objetos tal que escapa a la posibilidad de observacioacuten directa Estos ldquoimperceptiblesrdquo
intervienen en las teoriacuteas que tratan de explicar las caracteriacutesticas de lo que es por lo
que para que estas teoriacuteas no se desplomen ha de ser testado su valor de verdad Ahora
bien dado que el requisito de validacioacuten que se les impone a estos objetos es tan soacutelo
que no sean refutados por la evidencia sensible su validacioacuten soacutelo probariacutea que la
experiencia no contradice la hipoacutetesis en la que se encuadran pero en ninguacuten caso seriacutea
una demostracioacuten positiva de la verdad de la misma Esto es su validacioacuten estariacutea
imbuiacuteda de provisionalidad Mediante la no-refutacioacuten no podriacutea alcanzarse otro valor
de verdad que el de la verosimilitud34 y por tanto las hipoacutetesis que los incluyen estariacutean
sometidas inevitablemente a la posibilidad de que una evidencia sensible posterior las
refutara35
Algo muy semejante ocurre dentro de las modernas teoriacuteas de validacioacuten de la
ciencia en lo referente al criterio popperiano de falsacioacuten En primer lugar Popper
establece una clara distincioacuten entre observacioacuten y teoriacutea Hay una frontera
epistemoloacutegica que separa las proposiciones observacionales y las especulativas tal y
como la hay en Epicuro entre las proposiciones que tratan sobre objetos de los que hay o
puede haber evidencia sensible y los que no Ademaacutes las proposiciones observacionales
podriacutean demostrarse atendiendo a los hechos de la misma manera que en el epicureiacutesmo
se considera que la evidencia sensible valida el conocimiento sobre aquellos objetos que
esperan contrastacioacuten En segundo lugar tambieacuten el meacutetodo de falsacioacuten popperiano
consiste en una prueba de caraacutecter negativo que en ninguacuten caso puede conducir a la
demostracioacuten efectiva de la teoriacutea Toda hipoacutetesis cientiacutefica se muestra seguacuten Popper
como provisional y refutable Incluso es requisito imprescindible para que una teoriacutea sea
considerada cientiacutefica el hecho de que sea incompatible con alguacuten fenoacutemeno
observable36 Si tal fenoacutemeno observable es de hecho observado la teoriacutea seraacute falsada
Pero aunque no lo sea de hecho continuaraacute siendo falsable y aunque se considere
validada cientiacuteficamente mantendraacute su mero caraacutecter de verosimilitud
34 Cfr con la nocioacuten de to pithanoacuten en el escepticismo acadeacutemico (veacutease infra 295 y ss) 35 Como veremos este argumento que remite a una posible evidencia posterior seraacute ampliamente utilizado por el escepticismo pirroacutenico 36 Si no hay incompatibilidad alguna la teoriacutea podriacutea explicar tanto A como notA con lo que no habriacutea posibilidad alguna de demostrar su falsedad
26
El hecho de que Popper establezca la falsabilidad como requisito de toda
proposicioacuten cientiacutefica no reduce el paralelismo con la no-refutacioacuten de Epicuro En
efecto Epicuro considera que tanto la no-refutacioacuten como el testimonio y la
confirmacioacuten son meacutetodos de validacioacuten del conocimiento pero el tipo de conocimiento
que se obtiene de las proposiciones validadas mediante el testimonio directo de la
sensacioacuten o mediante la confirmacioacuten no puede llamarse propiamente ldquocientiacuteficordquo La
proposicioacuten ldquoesa torre es redondardquo o ldquoesa torre es cuadradardquo es una proposicioacuten
particular no un postulado universalizable y lo mismo ocurriraacute con cualquiera otra del
mismo tipo ya que tanto el testimonio como la confirmacioacuten requieren de evidencia
sensible directa Y la evidencia sensible soacutelo se da directamente respecto de objetos
particulares que no son el objeto de la ciencia
En cambio los ejemplos de objetos imperceptibles tales como los aacutetomos y el
vaciacuteo ndash elementos constitutivos uacuteltimos del mundo ndash o la forma del contorno del
universo siacute pueden ser parte del contenido de proposiciones cientiacuteficas37 Soacutelo mediante
la no-refutacioacuten podraacuten contrastarse teoriacuteas cientiacuteficas en disputa ya que eacuteste es un
proceso de validacioacuten maacutes amplio no restringido al conocimiento de datos puntuales
aislados
A pesar de ello ha de sentildealarse que la provisionalidad y la verosimilitud son
caracteriacutesticas que no necesariamente han de atribuirse a todos los objetos
imperceptibles Como sentildeala Tomaacutes Calvo cabe distinguir dos clases diferentes de
objetos de este tipo ldquode una parte aquellos que por su naturaleza escapan a toda
posibilidad de observacioacuten () de otra parte aquellos cuya distancia y posicioacuten
respecto del observador son tales que hacen imposible su captacioacutenrdquo38 Asiacute objetos
como los aacutetomos son imperceptibles por naturaleza mientras que otros como la forma
del universo lo son por la imposibilidad fiacutesica para el observador de situarse en una
posicioacuten (en este caso fuera del propio universo) que le permita percibirlos
Es evidente que Epicuro concede distinta importancia dentro de su sistema a uno
y otro tipo de imperceptibles Pero existe cierta controversia en cuanto al alcance de esa
distincioacuten Para C Bailey39 por ejemplo Epicuro no habriacutea hecho distincioacuten alguna
entre ambos en cuanto al proceso loacutegico de la demostracioacuten La distinta estimacioacuten por
37 No pretendemos con ello decir y desde luego tampoco es la intencioacuten de Popper ni de Epicuro que soacutelo hay ciencia sobre objetos inobservables 38 Tomaacutes Calvo Martiacutenez ldquoLa inversioacuten de la loacutegica platoacutenica de la validacioacuten por Epicurordquo Athlon satura grammatica in honorem Francisci R Adrados ediderunt A Bernabeacute et alia Vol II Editorial Gredos Madrid 1987 150
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parte de Epicuro se deberiacutea a una diferencia en el proceso psicoloacutegico del conocimiento
Calvo en cambio niega tal diferencia psicoloacutegica y afirma que el proceso demostrativo
es distinto para cada uno de los dos tipos de imperceptibles40 Seguacuten esta visioacuten el
caraacutecter provisional que se desprende de la no-refutacioacuten afectariacutea soacutelo a las
proposiciones que tratan sobre el segundo tipo de imperceptible el que atantildee a las
hipoacutetesis sobre el contorno del mundo y otros ejemplos de tipo meteoroloacutegico El primer
tipo de imperceptible en cambio estariacutea libre de tal provisionalidad
Ciertamente en el caso de este primer tipo de imperceptible Epicuro lo concibe
en lo referente al ejemplo de los aacutetomos y el vaciacuteo como una hipoacutetesis dotada de un
ldquovalor de certezardquo diferente del que atribuye a las hipoacutetesis que explican los fenoacutemenos
meteoroloacutegicos Y esto es asiacute debido a que seguacuten eacutel la existencia de estos
imperceptibles en particular ndash los aacutetomos y el vaciacuteo ndash es la uacutenica hipoacutetesis capaz de
explicar la evidencia sensible de que hay cuerpos y movimiento Ninguna otra
alternativa seriacutea capaz de explicar estos fenoacutemenos de manera satisfactoria De tal modo
que la importante probabilidad de error que existe en el caso de las explicaciones
meteoroloacutegicas que obliga a considerarlas soacutelo verosiacutemiles en el caso de la explicacioacuten
fiacutesica de los elementos constitutivos de la materia seriacutea por el contrario una
probabilidad de error igual a cero41 La no-refutacioacuten no seriacutea aquiacute por tanto un mero
proceso negativo sino una demostracioacuten efectiva de la verdad de la hipoacutetesis Y si se
mantiene el uso de la expresioacuten ouk antimartyacuterēsis seriacutea a causa de la polarizacioacuten del
leacutexico ya que a la refutacioacuten se opone absolutamente la no-refutacioacuten (aunque se trate
de un caso de efectiva demostracioacuten)42
Ademaacutes de esto encontramos un testimonio que apoya la diferenciacioacuten entre el
modo de conocimiento relativo a cada uno de los dos tipos de imperceptibles en el
siguiente pasaje de Sexto Empiacuterico
Pues bien seguacuten los dogmaacuteticos unas cosas son manifiestas y otras no manifiestas y de las no manifiestas unas son ldquoirremisiblemente no manifiestasrdquo otras ldquoocasionalmente no manifiestasrdquo y otras ldquonaturalmente no manifiestasrdquo
Y dicen que son manifiestas las cosas que nos vienen al conocimiento por siacute mismas como es por ejemplo lo de ldquoes de diacuteardquo
E irremisiblemente no manifiestas las que no estaacuten hechas para ofrecerse a nuestra comprensioacuten como eso de si las estrellas son en nuacutemero par
39 Bailey C The Greek Atomists and Epicurus Oxford 1928 263 y ss 40 Calvo T Op cit 151 y ss 41 El proceso por el que se alcanza este grado de certeza es de caraacutecter puramente loacutegico Calvo sentildeala en la nota 11 de su artiacuteculo (Op cit p 154) la estructura expositiva que tendriacutea el argumento basado en el esquema formal del modus tollens si bien en Epicuro aparece sincopado y formulado de manera algo diferente 42 Vid Calvo T Idem
28
Y ocasionalmente no manifiestas las que pese a tener una naturaleza manifiesta ocasionalmente no resultan manifiestas por ciertas circunstancias externas como lo es ahora para miacute la ciudad de los atenienses
Y naturalmente no manifiestas las que no tienen como naturaleza caer bajo nuestra percepcioacuten directa como los poros perceptibles soacutelo con la inteligencia Eacutestos en efecto no se hacen manifiestos por siacute mismos y si de hecho se perciben se admitiraacute que se perciben a partir de otras cosas como por ejemplo el sudor u otra cosa anaacuteloga43
En este texto parece encontrarse una clara alusioacuten a la teoriacutea de la percepcioacuten
epicuacuterea aunque Sexto soacutelo lo atribuya a los ldquodogmaacuteticosrdquo en general sin determinar a
cuales de ellos se refiere Si se admite la identificacioacuten de estos con la escuela de
Epicuro del texto puede extraerse un clarificador esquema alternativo de los tipos de
objeto de conocimiento
1- Cosas manifiestas
2- Cosas no manifiestas
21- Irremisiblemente no manifiestas
22- Ocasionalmente no manifiestas
23- Naturalmente no manifiestas
La identificabilidad de las ldquocosas manifiestasrdquo de este esquema con los objetos
que requieren testimonio no parece cuestionable En ambos casos se trata de objetos
presentes acualmente percibidos Lo mismo ocurre con el paralelismo entre 22 (las
cosas ocasionalmente no manifiestas) y aquellas que aguardan confirmacioacuten En ambos
casos se trata de objetos que no estaacuten siendo actualmente percibidos debido a las
circunstancias pero que tienen una naturaleza tal que son susceptibles de incorporarse
al grupo de las cosas manifiestas Son objetos perceptibles que solo por su no-presencia
actual carecen de testimonio directo de los sentidos Y el ejemplo que Sexto aporta ndash la
ciudad de Atenas para Sexto que se encuentra fuera de ella ndash no difiere demasiado de
cualquiera que pueda ofrecerse de ldquoobjeto que requiere de confirmacioacutenrdquo44
43 Τῶν πραγμάτων τοίνυν κατὰ τοὺς δογματικοὺς τὰ μέν ἐστι πρόδηλα τὰ δὲ ἄδηλα καὶ τῶν
ἀδήλων τὰ μὲν καθάπαξ ἄδηλα τὰ δὲ πρὸς καιρὸν ἄδηλα τὰ δὲ φύσει ἄδηλα καὶ πρόδηλα
μὲν εἶναί φασι τὰ ἐξ ἑαυτῶν εἰς γνῶσιν ἡμῖν ἐρχόμενα οἷόν ἐστι τὸ ἡμέραν εἶναι καθάπαξ δὲ
ἄδηλα ἃ μὴ πέφυκεν εἰς τὴν ἡμετέραν πίπτειν κατάληψιν ὡς τὸ ἀρτίους εἶναι τοὺς ἀστέρας
πρὸς καιρὸν δὲ ἄδηλα ἅπερ τὴν φύσιν ἔχοντα ἐναργῆ παρά τινας ἔξωθεν περιστάσεις κατὰ
καιρὸν ἡμῖν ἀδηλεῖται ὡς ἐμοὶ νῦν ἡ τῶν Ἀθηναίων πόλις φύσει δὲ ἄδηλα τὰ μὴ ἔχοντα φύσιν
ὑπὸ τὴν ἡμετέραν πίπτειν ἐνάργειαν ὡς οἱ νοητοὶ πόροι οὗτοι γὰρ οὐδέποτε ἐξ ἑαυτῶν
φαίνονται ἀλλ εἰ ἄρα ἐξ ἑτέρων καταλαμβάνεσθαι ἂν νομισθεῖεν οἷον τῶν ἱδρώτων ἤ τινος
παραπλησίου HP II 97-99 44 Por supuesto se diferencia de ejemplos como el de ldquoese hombre distante es Platoacutenrdquo o ldquoesa torre es redondardquo en el hacho evidente de que estos uacuteltimos son juicios sobre objetos de este tipo mientras que ldquola ciudad de los ateniensesrdquo es un objeto del mismo tipo pero sin ninguacuten juicio concreto acerca de eacutel Pero
29
En cambio 21 y 23 no pueden identificarse sin mayores explicaciones con los
objetos que requieren de la no refutacioacuten pues ha de sentildealarse el hecho de que en su
exposicioacuten Sexto los separa netamente Se trata seguacuten eacutel de dos clases distintas de
cosas no manifiestas y no una sola clase
El primero de estos las cosas ldquoirremisiblemente no manifiestasrdquo se refiere a
cosas que rebasan nuestra capacidad de comprensioacuten Pero esta incapacidad nuestra no
se debe a su naturaleza sino a nuestra propia limitacioacuten El ejemplo de Sexto es ldquosi las
estrellas son en nuacutemero parrdquo Y en efecto el nuacutemero de las estrellas suponiendo que no
es ilimitado ha de ser par o impar pero nuestra capacidad de caacutelculo no nos permitiriacutea
jamaacutes determinarlo Noacutetese que el ejemplo podiacutea haber sido de otro caraacutecter que no
fuera astronoacutemico ndash cualquier nuacutemero muy grande habriacutea servido ndash pero escoge uno de
tipo astronoacutemico Es inevitable recordar que el tipo equivalente en el esquema de las
clases de validacioacuten del conocimiento seguacuten el epicureiacutesmo el de la no-refutacioacuten
tambieacuten incluye ejemplos de caraacutecter astronoacutemico ndash los liacutemites y forma del universo ndash
precisamente los ejemplos referidos a una de las dos clases de objeto imperceptible
aquellos objetos cuya distancia y posicioacuten respecto del observador son tales que hacen
imposible su captacioacuten No se trata tampoco en este caso de objetos imperceptibles
debido a su propia naturaleza sino a determinadas circunstancias ndash distancia y posicioacuten
respecto del observador ndash de tipo espacial La equivalencia obviamente no es perfecta
ya que las circunstancias que impiden el conocimiento del nuacutemero de las estrellas se
refieren a la magnitud de ese nuacutemero y no a su distancia o su posicioacuten respecto a
nosotros Pero aun asiacute ambos ejemplos se muestran considerablemente proacuteximos
Respecto a la clase que hemos caracterizado como 23 las cosas que son
naturalmente no manifiestas su identificabilidad con el otro tipo de inobservables es
auacuten maacutes clara que en el caso anterior Este tipo de inobservables habiacutean sido descritos
como ldquoaquellos objetos que por su naturaleza escapan a toda posibilidad de
observacioacutenrdquo Se hace pues referencia a que esa imposibilidad de observacioacuten reside
directamente en la propia naturaleza de estos objetos Son por tanto objetos del mismo
tipo que esos que seguacuten Sexto ldquono tienen como naturaleza caer bajo nuestra percepcioacuten
directardquo Ademaacutes de nuevo los ejemplos de una y otra clases de objetos aportan nuevos
indicios de equivalencia sobre esta clase de inobservables epicuacutereos se ofreciacutea el
ejemplo de los aacutetomos y el vaciacuteo imperceptibles por siacute pero que pueden ldquodeducirserdquo de
esto soacutelo nos aclara que en un caso se trata de ejemplos encuadrados en el esquema relativo a los tipos de validacioacuten del conocimiento y en otro a tipos de objeto de ese conocimiento
30
la existencia del movimiento Por su parte los dogmaacuteticos de los que Sexto habla ndash o tal
vez Sexto mismo ndash plantean como ejemplificacioacuten de este tipo de cosas no manifiestas
los poros de la piel que tampoco pueden ser percibidos por siacute mismos ndash por el mismo
motivo que los aacutetomos su tamantildeo ndash pero tambieacuten pueden ldquodeducirserdquo de otros
fenoacutemenos siacute perceptibles directamente como el sudor
Por tanto encontramos que la equivalencia de ambos pasajes se vuelve bastante
consistente Y el hecho de que Sexto separe de manera tan tajante ambos tipos de
objetos imperceptibles refuerza la tesis de que uno y otro eran concebidos por los
propios epicuacutereos y por quienes polemizaron con ellos como esencialmente diferentes
en lo que a su conocimiento se refiere Sin embargo tampoco debe inferirse de esto que
el esquema que ofreciacuteamos maacutes arriba tenga que descartarse por completo para
sustituirse por un esquema de cuatro ramas como el que ofrece Sexto
La reestructuracioacuten del esquema resulta problemaacutetica pues en ninguacuten lugar en el
que se coloquen los imperceptibles por naturaleza encajaraacuten por completo No se trataraacute
en el proceso de verificacioacuten del conocimiento que a ellos se refiere de meros casos de
no-refutacioacuten como los referidos al otro tipo de imperceptibles pero tampoco puede
olvidarse el hecho de que ambos tipos de imperceptibles son imperceptibles Y desde
luego la confirmacioacuten tampoco seraacute por completo vaacutelida para los imperceptibles por
naturaleza pues su vinculacioacuten con esos otros objetos de los que se deduciraacute su
validacioacuten estaacute maacutes allaacute de la sensibilidad en la que el epicureiacutesmo trata de basarse Por
ello aparece como una auteacutentica excepcioacuten dentro del empirista sistema epicuacutereo de
validacioacuten del conocimiento Asiacute pues el modelo de esquema maacutes adecuado a la
interpretacioacuten precedente una vez modificado el anterior en algunas de sus liacuteneas
habriacutea de ser aproximadamente el siguiente
Tipos de validacioacuten del
conocimiento
Testimonio
(martuacuterēsis) de la sensacioacuten
Confirmacioacuten (epimartuacuterēsis)
No-refutacioacuten
(ouk antimartuacuterēsis)
Objetos sin evidencia actual pero siacute posible
(Podraacuten ser confirmados o no)
Objetos presentes (No hay posibilidad de
error)
Inobservables por naturaleza
(Podriacutean ser ldquoconfirmadosrdquo)
Inobservables por distancia o posicioacuten (Bartaraacute que no sean
refutados por la evidencia)
31
Ahora bien si se nos pregunta a queacute hace referencia con exactitud la liacutenea
intermitente que une los inobservables por naturaleza con la no-refutacioacuten tendremos
que responder que se trata de una excelente ndash y complicadiacutesima ndash pregunta La
ldquoconfirmacioacutenrdquo45 a la que en el esquema se dice que podriacutean aspirar los inobservables
por naturaleza no seriacutea como es obvio del mismo tipo que la de los objetos ldquoque
esperan confirmacioacutenrdquo de la evidencia La ldquoconfirmacioacutenrdquo de los juicios sobre este tipo
de inobservables no seriacutea en absoluto como ya se ha dicho maacutes arriba de caracter
sensible No dependeriacutea inmediatamente por tanto de la evidencia que el epicureiacutesmo
atribuye a la sensacioacuten sino que se tratariacutea maacutes bien de una ldquoconfirmacioacutenrdquo mediante
un proceso indirecto de caraacutecter loacutegico
Asiacute pues la evidencia sensible no confirma la existencia de aacutetomos y vaciacuteo
porque como inobservables que son estaacuten al margen de la percepcioacuten y por tanto son
inalcanzables para este tipo de evidencia Pero siacute que los valida al no-refutarlos como
ocurre con los otros inobservables La diferencia estriba en que ademaacutes de no-refutar la
teoriacutea atomista del mundo la evidencia sensible siacute refuta las hipoacutetesis alternativas que
son sus rivales (por ejemplo el monismo eleaacutetico o la postura estoica contraria al vaciacuteo)
con lo que confirma indirectamente el atomismo
123 Estoicismo
Casi como si se tratase de un contrapunto de la visioacuten epicuacuterea del mundo y de
la vida encontramos tambieacuten destacando en el panorama filosoacutefico de la eacutepoca una
nueva doctrina que seraacute conocida como ldquoestoicismordquo Quizaacute sea eacuteste el movimiento que
mayor resonancia llegoacute a adquirir en filosofiacutea en el periodo heleniacutestico superando la
repercusioacuten que lograron obtener epicuacutereos y esceacutepticos De hecho el influjo que sus
ensentildeanzas han tenido sobre la historia de la filosofiacutea ha rebasado con mucho los liacutemites
de la antiguumledad para pervivir durante la Edad Media y el Renacimiento y llegar
incluso a nuestros diacuteas de forma notable46 Al contrario que en la escuela epicuacuterea en la
que aun habiendo importantes figuras posteriores lo que podriacuteamos llamar ldquocorpus
doctrinalrdquo de la escuela se debe casi en exclusiva a su fundador en el caso del
45 Entrecomillamos la palabra porque Epicuro nunca aplica otro teacutermino a la validacioacuten de estos objetos que no sea el de no-refutacioacuten (ouk antimartuacuterēsis) Nunca habla pues de que ellos sean confirmados 46 Cfr Long AA Op cit 111
32
estoicismo la importancia de sus principales integrantes aparece maacutes repartida
mereciendo muchos de ellos una exposicioacuten pormenorizada de su pensamiento Sin
embargo con vistas a seguir adecuadamente el desarrollo histoacuterico de la escuela el
primer nombre propio al que se ha de hacer referencia seraacute el de Zenoacuten de Citio
Zenoacuten nacioacute en la ciudad de Citio en Chipre hacia el antildeo 3332 aC47 Contando
veintidoacutes antildeos de edad (hacia 311) llegoacute a Atenas donde recibioacute las ensentildeanzas del
ciacutenico Crates y despueacutes de Estilpoacuten48 de Jenoacutecrates y de Polemoacuten Con poco maacutes de
treinta antildeos fundoacute su propia escuela a la que pronto comenzaron a referirse en los
ciacuterculos filosoacuteficos de la ciudad utilizando para designarla el nombre del lugar que
habiacutea elegido para pronunciar sus discursos y lecciones la Stoa el poacutertico de Atenas
La influencia de la filosofiacutea ciacutenica en Zenoacuten a traveacutes de las ensentildeanzas de Crates
se puede notar en la pervivencia entre los estoicos entre otras de la idea ciacutenica de que
la naturaleza del hombre consiste en su racionalidad49 Para el ciacutenico Dioacutegenes la vida
natural no requiere de nada exterior a la propia razoacuten salvando las necesidades fiacutesicas
miacutenimas El aacutembito completo de lo cultural social convencional y moral resulta
superfluo De estas nociones los estoicos heredaraacuten la fuerte indiferencia hacia todas las
cosas exteriores a la razoacuten la tendencia al cosmopolitismo y la idea de que soacutelo la
racionalidad puede ser fuente de felicidad
Con todo el estoicismo no puede considerarse un mero desarrollo de la filosofiacutea
ciacutenica sino que toma multitud de elementos de otras escuelas e incorpora otros nuevos
No en vano como ya se ha dicho despueacutes de estudiar con Crates Zenoacuten continuoacute
recibiendo ensentildeanzas de otros filoacutesofos como los megaacutericos Estilpoacuten y Diodoro
Crono y el acadeacutemico Polemoacuten50
De los megaacutericos tomaraacute una concepcioacuten monista del cosmos51 y un
considerable intereacutes por la loacutegica que culminaraacute con Crisipo en el desarrollo de lo que
hoy conocemos como ldquoloacutegica estoicardquo
Sea a traveacutes de las lecciones de Polemoacuten o por otro medio tambieacuten elementos
platoacutenicos parecen introducirse entre las doctrinas estoicas La nocioacuten que maacutes
47 No existe unanimidad entre los distintos testimonios ni en las fechas de su nacimiento y muerte ni en las que se refieren a los acontecimientos de su vida Nosotros seguiremos aquiacute las fechas que seguacuten Dioacutegenes Laercio nos ofrece su disciacutepulo Perseo (DL VII 28) 48 DL VII 2 49 DL VI 24-72 50 DL VII 5 51 DL VII 143
33
claramente ejemplifica este contacto es la de ldquorazoacuten creadorardquo principio coacutesmico de
Zenoacuten que no resulta difiacutecil de relacionar con el demiurgo platoacutenico
A pesar de ello la originalidad del pensamiento estoico parece incuestionable
no soacutelo en el caso de Zenoacuten sino tambieacuten en los de sus disciacutepulos Cleantes de Assos
Crisipo de Soles o Aristoacuten de Quiacuteos entre otros de los que sabemos que lejos de
convertirse en meros seguidores del maestro introdujeron modificaciones e
innovaciones doctrinales importantes dedicaacutendose de manera principal Cleantes a
filosofiacutea natural y teologiacutea y Crisipo a dialeacutectica y loacutegica Pero dado que no se conserva
ninguna obra completa de ninguno de ellos y que nuestro conocimiento de sus
investigaciones es en el mejor de los casos incompleto y fragmentario no resulta faacutecil
atribuir a un nombre propio dentro de la escuela cada una de las modificaciones que el
estoicismo sufrioacute a lo largo del tiempo Por tanto la explicacioacuten de las posiciones
estoicas en teoriacutea del conocimiento habraacute de ser maacutes una visioacuten general que un estudio
individualizado
Un ejemplo de esa originalidad de la que hablaacutebamos lo encontramos en el
hecho de que pese a la influencia del pensamiento platoacutenico en el de los estoicos estos
fueron unos de los principales oponentes del platonismo en lo que a ontologiacutea se refiere
No soacutelo rechazaron la existencia de las ideas como ldquouniversales trascendentesrdquo sino
que negaron la posibilidad de existencia de cualquier universal concreto Solamente
existen los particulares los individuos y por tanto ha de ser en ellos en lo que se base el
conocimiento Mientras para Platoacuten la importancia de la percepcioacuten sensible era escasa
los estoicos como los epicuacutereos fundaron sobre ella toda su teoriacutea del conocimiento
Hasta el conocimiento de los propios actos mentales era reductible seguacuten ellos a este
tipo de percepcioacuten ya que consideraban que incluso los estados de aacutenimo eran procesos
meramente materiales El proceso fiacutesico de la percepcioacuten deja una huella tras de siacute un
recuerdo Y de una multitud de recuerdos semejantes surge la experiencia Asiacute pues los
estoicos eran en gran medida empiristas y nominalistas Resulta interesante el hecho de
que el papel de las impresiones en la composicioacuten de conceptos entre estoicos y
epicuacutereos sea praacutecticamente ideacutentico Las impresiones dejan tras de siacute el registro de su
aparicioacuten que supone el recuerdo y la repetida aparicioacuten de impresiones de un mismo
tipo hace surgir conceptos generales Esta teoriacutea estoica apenas siacute se diferencia de la
doctrina epicuacuterea del ldquopreconceptordquo (que a su vez como dijimos52 guarda gran
52 Vid supra 21 n 23
34
parecido con la teoriacutea aristoteacutelica acerca de este punto) pero estoicos y epicuacutereos no
siempre manteniacutean posiciones tan cercanas y conciliables
El terreno en el que maacutes se marca la distancia entre ambas escuelas es el relativo
a la eacutetica Frente al particular hedonismo epicuacutereo el estoicismo propugna una eacutetica en
la que el valor principal de las cosas reside en su concordancia con la Naturaleza53 De
este modo Crisipo afirma que no hay mejor viacutea para abordar el tema de los bienes y los
males ldquoque partiendo de la naturaleza universal y el gobierno del universordquo54 El valor
de cada una de las cosas que componen el mundo se fundamenta sobre la relacioacuten que
guarda con la Naturaleza Desde el punto de vista de la parte cada suceso que le
acontece que es acorde con la naturaleza de esa parte es beneficioso para ella y por
tanto es un bien y cada suceso que es contrario a su naturaleza le es perjudicial y por
tanto es un mal Desde la perspectiva del todo en cambio nada de lo que acontece es
perjudicial Lo ldquono-naturalrdquo soacutelo es aplicable a cosas particulares En lo que se refiere al
cosmos en conjunto todo cuanto sucede estaacute bien55
Entre las cosas particulares de las que puede predicarse el mal en sus acciones el
hombre es caso aparte Para el ser humano el mal lo discordante con su naturaleza
tiene una relacioacuten peculiar con eacutel mismo debido a la caracteriacutestica que le es propia de
poseer logos de ser racional Al estar dotado de razoacuten el hombre se independiza hasta
cierto punto del mundo en sus acciones y puede optar por tender hacia lo que es natural
para eacutel o hacia lo que es contrario a su naturaleza En contraposicioacuten con los epicuacutereos
los estoicos nunca equiparan lo conforme a la naturaleza con el placer Maacutes bien al
contrario seguacuten nos informa Dioacutegenes Laercio
ldquoManifiestan [los estoicos] la opinioacuten de que es falso lo que algunos afirman que el primer impulso en los animales se produce hacia el placer Pues afirman que el placer si es que existe es un antildeadido cuando la Naturaleza ella misma por siacute misma ha buscado y ha tomado lo que es acorde con su constitucioacutenrdquo56
53 Cfr SVF III 140-6 54 Plutarco Stoic rep 1035 c 55 Compaacuterese esta visioacuten con la que siglos maacutes tarde sostendraacute Leibniz seguacuten la cual este mundo no puede sino ser el mejor de los mundos posibles Se trata de dos cosmovisiones muy proacuteximas en su optimismo aunque diferentes en su desarrollo En uno como en otro caso el mal no estaacute excluido del mundo sino que aparece como algo perteneciente a la esfera de lo particular Para Leibniz los males soacutelo pueden entenderse como males desde esta misma esfera Si el hombre pudiera contemplar el mundo con una visioacuten globalizadora comprenderiacutea la necesidad de lo que llama ldquomalesrdquo y su integracioacuten en la necesaria armoniacutea del Todo 56 Ὃ δὲ λέγουσί τινες πρὸς ἡδονὴν γίγνεσθαι τὴν πρώτην ὁρμὴν τοῖς ζῴοις ψεῦδος
ἀποφαίνουσιν ἐπιγέννημα γάρ φασιν εἰ ἄρα ἔστιν ἡδονὴν εἶναι ὅταν αὐτὴ καθ αὑτὴν ἡ φύσις
ἐπιζητήσασα τὰ ἐναρμόζοντα τῇ συστάσει ἀπολάβῃ DL VII 85-6
35
El impulso primario tanto en los animales como en el hombre no es pues como
para los epicuacutereos la buacutesqueda del placer sino la tendencia a la autoconservacioacuten Este
impulso depende directamente de la Naturaleza y por tanto puede basarse sobre eacutel la
construccioacuten de toda la eacutetica estoica Si el hombre no poseyese raciocinio lo uacutenico
natural para eacutel seriacutea autoconservarse Pero la presencia de la razoacuten a un tiempo permite
ampliar el aacutembito de lo que puede ser deseado y causa la posibilidad de la desviacioacuten
respecto de la naturaleza
Sin embargo si no fuera por el hecho de la racionalidad el sentido del bien en el
hombre seriacutea muy diferente En el momento en que se desarrolla en el hombre la
capacidad para comprender puede aplicarla sobre aquello hacia lo que antes tendiacutea de
modo natural y valorarlo como digno de ser deseado pasando asiacute del comportamiento
instintivo que caracteriza al hombre en su etapa de inmadurez al comportamiento que
es propio del ser humano maduro Esa concordancia entre lo que el hombre desea de
manera racional y lo que de modo natural debe desear es la esencia misma de la virtud
que desde este momento se convierte para el estoico en el uacutenico bien Ninguna de las
cosas que son objeto de tendencia natural primaria es deseable por siacute misma Soacutelo la
virtud es deseable por su propia naturaleza y por lo tanto soacutelo a ella cabe llamarla
verdaderamente ldquobienrdquo57 A partir de aquiacute se derivaraacute toda la eacutetica estoica como
desarrollo de aquellos actos que son concordes con la razoacuten
Desde esta posicioacuten el hombre bueno seraacute aqueacutel que esteacute en completo acuerdo
con la Naturaleza realizando siempre por tanto actos apropiados La virtud no residiraacute
en la realizacioacuten de esos actos sino en el tipo de comportamiento que conlleva esa
disposicioacuten a la accioacuten concorde con la racionalidad de la naturaleza
El valor de la virtud no seraacute en ninguacuten caso equiparable al de ninguacuten otro bien
Al contrario que estos la virtud soacutelo puede usarse de modo bueno No puede contribuir
al mal Ademaacutes soacutelo la virtud puede ser considerada seguacuten los estoicos como la
funcioacuten propia que le corresponde a un ser racional
Estrictamente pues la virtud seriacutea el uacutenico bien y el vicio el uacutenico mal El resto
de cosas pueden ser objeto de preferencia o de rechazo pero como deciacuteamos no lo
seraacuten por siacute mismas El hombre bueno por supuesto trataraacute de conseguir las que son
preferibles y evitaraacute las rechazables pero el fin uacuteltimo de su comportamiento no podraacute
57 Ciceroacuten De finibus III 21
36
encontrarse en ninguna de ellas sino en el propio comportamiento virtuoso que supone
actuar racionalmente prefiriendo lo preferible y rechazando lo rechazable
Por tanto los objetos deseables o ventajas naturales aunque no constituyen parte
integrante de la virtud son necesarios para el comportamiento virtuoso lo que supone
que habraacuten de ser tenidos muy en cuenta en el desarrollo de la eacutetica estoica
Sin embargo se ha de tener presente que entre las disposiciones de la naturaleza
universal para cada uno pueden estar incluidas cosas que en principio consideramos
rechazables como la enfermedad la pobreza etceacutetera El hombre sabio de los estoicos
al llegarle semejantes desgracias entiende que forman parte de lo que la naturaleza ha
preparado para eacutel y por tanto ha de aceptarlas58 Esto no significa que el sabio deba
abandonar el cuidado de su salud al menor siacutentoma de enfermedad al contrario aunque
acepte un resultado desfavorable continuaraacute persiguiendo su mejoriacutea ya que el valor
moral de la accioacuten de preferir lo preferible nada tiene que ver con que se deacute la
circunstancia de su eacutexito o de su fracaso Tener eacutexito en esa buacutesqueda no es moralmente
maacutes valioso Lo mismo ocurre con la pobreza El hombre sabio no se dejaraacute caer en ella
y por supuesto tampoco la perseguiraacute sino que trataraacute de evitarla dado que es algo
rechazable Pero si pese a todo acaba sumido en la mayor de las miserias la aceptaraacute
gustoso59
La equiacutevoca posicioacuten estoica con respecto a los bienes preferibles o ventajas
naturales ndash que no poseen valor en siacute mismas pero que proporcionan los medios para
ejercer la eleccioacuten racional que es lo moralmente bueno y por tanto igual pueden ser
consideradas como indiferentes que como imprescindibles ndash fue eneacutergicamente
combatida por algunos miembros de la Academia especialmente Carneacuteades60
Ademaacutes de las muacuteltiples controversias eacuteticas tambieacuten han de mencionarse las
diferencias entre estoicos y esceacutepticos tanto acadeacutemicos como pirroacutenicos en el terreno
de la teoriacutea del conocimiento Uno de los grandes puntos de friccioacuten entre la escuela
estoica y la esceacuteptica fue como veremos la posicioacuten de los primeros en la controversia
acerca del criterio de verdad La propuesta estoica consiste en asumir como criterio lo
58 La aceptacioacuten conclusioacuten comuacuten de la eacutetica de estoicos epicuacutereos y esceacutepticos es sin embargo completamente diferente en cada una de estas escuelas y en lugar de haber sido fuente de acuerdo entre sus integrantes fue el origen de multitud de poleacutemicas (Cfr supra 18 y ss infra 152 y ss) 59 Compaacuterese esta actitud con la glorificacioacuten de la indiferencia que proponen Anaxarco y Pirroacuten (A este respecto veacutease infra 91 y ss asiacute como 124 y ss) 60 Sobre esta controversia se trataraacute maacutes por extenso en el apartado referente a la filosofiacutea acadeacutemica (vid infra 94-108) Tambieacuten puede recurrirse al artiacuteculo de Gisela Striker ldquoSceptical Strategiesrdquo (en Schofield M Burnyeat M y Barnes J Doubt and Dogmatism Studies in Hellenistic Epistemology Clarendon Press Oxford 1980 55-83)
37
que ellos llaman καταληπτική φαντασία esto es la representacioacuten o percepcioacuten
comprehensiva que no es otra cosa que la fuerza con la que la percepcioacuten misma nos
obliga a asentir a ella Sexto Empiacuterico la define como la representacioacuten ldquoimpresa y
grabada a partir de lo que es y de acuerdo con lo que esrdquo61 expresioacuten de la que se
deduce que no toda percepcioacuten es igualmente digna de creacutedito como ocurriacutea entre los
epicuacutereos62 En los Acadeacutemicos posteriores Ciceroacuten confirma este dato
No prestaba fe [Zenoacuten] a todas las representaciones sino soacutelo a aquellas que presentan ciertas caracteriacutesticas propias de las cosas que se ven A esta representacioacuten pues que por siacute misma se discierne la llamaba ldquocomprehensiblerdquo63
Es por esto por lo que Sexto Empiacuterico afirma que para Epicuro toda sensacioacuten es
segura mientras que para Zenoacuten hay distinciones entre imaacutegenes verdaderas y falsas64
Afirmacioacuten que en otro lugar atribuye tambieacuten a Crisipo65
En la teoriacutea del conocimiento estoica hay dos tipos de representaciones
verdaderas muy diferentes entre siacute Unas son las que son causadas por objetos existentes
y producen en el alma ndash que se entiende como un encerado en el que se graban
impresiones ndash una imagen correspondiente al objeto Las otras por el contrario son
causadas de un modo fortuito Soacutelo las primeras las ldquofantasiacuteas cataleacutepticasrdquo
constituyen el criterio de verdad Las segundas en cambio no producen conocimiento
sino mera opinioacuten
El motivo por el que seguacuten el estoicismo estas representaciones comprensivas
pueden considerarse criterio evidente de verdad es la fuerza con la que la percepcioacuten
misma nos obliga a asentir a ellas No se ha de entender este tipo de representacioacuten
como una facultad de inteleccioacuten en la que el sujeto actuacutea sobre el objeto sino que es a
la inversa el objeto el que se impone al sujeto66 Ese caraacutecter impositivo seraacute el que
conduzca a los estoicos a situar a la representacioacuten comprehensiva como la base maacutes
fiable sobre la que asentar su teoriacutea del conocimiento y en la que escudarse de los
61 Adv Math VII 248 62 Vid supra 18 y ss 63 Ciceroacuten Acad I 41 (visis non omnibus adiungebat fidem sed is solum quae propriam quandam haberent declarationem earum rerum quae viderentur id autem visum cum ipsum per se cerneretur comprehendibile) SVF Von Arnim vol I frag 60 64 Adv Math VIII 355 65 Adv Math I 245 y ss 66 Cfr Ortega y Gasset J La idea de principio en Leibniz y la evolucioacuten de la teoriacutea deductiva Biblioteca de la Revista de Occidente Emeceacute Editores Buenos Aires 1958 295 Breacutehier E Chrysippe et lrsquoancien stoiumlcisme Presses Universitaires de France Paris 1951 94
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ataques de escepticismo y academicismo ya que la evidencia con que se nos presentan
les parece lo maacutes difiacutecil de poner en duda Debido a esto Ortega llegaraacute a afirmar que a
lo que maacutes se parece esta ldquofantasiacutea cataleacutepticardquo es a una suerte de ldquoferdquo del estoicismo67
Entre las tres escuelas vistas en este capiacutetulo ndash sobre todo las dos uacuteltimas ndash y la
corriente esceacuteptica se desarrolla toda la poleacutemica que constituye la principal actividad
filosoacutefica de la eacutepoca heleniacutestica Asiacute al epicureiacutesmo que consiste en una cierta
respuesta al escepticismo responde a su vez el estoico que despueacutes seraacute por su parte
respondido de nuevo por el propio escepticismo Ademaacutes de una importante oposicioacuten
esceacuteptica a las posiciones eacuteticas de la Stoa68 tambieacuten en cuestiones epistemoloacutegicas
podemos encontrar una continuacioacuten a esa poleacutemica en forma fundamentalmente de
impugnacioacuten del criterio estoico de verdad
67 Ortega y Gasset J Op cit 298 68 HP III 205-6 III 218 III 241 III 245-6 III 251 Noacutetese en especial el modo en que la criacutetica estoica de las leyes y costumbres humanas choca con la tendencia esceacuteptica a la aceptacioacuten de esas mismas leyes y costumbres que se expresa en HP I 24
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2- Filosofiacuteas afines al escepticismo seguacuten la hermeneacuteutica de los
propios esceacutepticos
Despueacutes del breve anaacutelisis de las principales posiciones de las escuelas
dogmaacuteticas del periodo ante las que reaccionaraacuten los integrantes de la escuela esceacuteptica
podemos hacernos ya una idea de cuaacutel era el ambiente intelectual que conformaba el
contexto en el que se forjaron las posiciones filosoacuteficas esceacutepticas Pero antes de
adentrarnos en el estudio de lo que propiamente son estas posiciones nos queda todaviacutea
un importante paso intermedio por recorrer
No seraacute faacutecil explicar el sentido del escepticismo sin antes aclarar de doacutende
proviene El momento histoacuterico-filosoacutefico en el que se produjo su desarrollo soacutelo
responde a esta cuestioacuten parcialmente Ademaacutes del contexto en el que tendraacuten lugar
todas las poleacutemicas en que se veraacute inmersa para aclarar la geacutenesis de cualquier doctrina
filosoacutefica hay que hacer referencia tambieacuten al influjo recibido de otras corrientes y en
el caso de un pensamiento tan heterogeacuteneo como el esceacuteptico esa tarea se muestra maacutes
complicada de lo previsible Por fortuna contamos con algunos pasajes en los que Sexto
Empiacuterico advierte de cuaacuteles fueron en opinioacuten de los propios esceacutepticos las posiciones
filosoacuteficas maacutes cercanas a la suya propia Es cierto que esto no puede considerarse en
ninguacuten caso como equivalente directo de las filosofiacuteas que maacutes influencia ejercieron en
ellos pero siacute como un indicio claro del tipo de fuente del que un esceacuteptico podriacutea tomar
un argumento filosoacutefico para hacerlo suyo e integrarlo en su propia argumentacioacuten Al
tiempo en los pasajes de Sexto a los que nos referiremos tambieacuten se hacen patentes las
divergencias baacutesicas del escepticismo con cada una de esas filosofiacuteas afines al menos
seguacuten la interpretacioacuten que los esceacutepticos haciacutean de ellas
Con esta intencioacuten seguacuten declara el propio Sexto69 en el libro I de los Esbozos
pirroacutenicos dedica un amplio pasaje a los sistemas filosoacuteficos proacuteximos al escepticismo
y principalmente aparecen reflejados aquellos que por ser anteriores a Pirroacuten pudieron
haber intervenido en el proceso de formacioacuten de su pensamiento A una parte de este
extenso texto70 seraacute al que habremos de atender en primer lugar
69 () ἵνα σαφέστερον τὴν ἐφεκτικὴν ἀγωγὴν κατανοήσωμεν HP I 209 70 HP I 210-241
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21- Sistemas filosoacuteficos proacuteximos al escepticismo
En los capiacutetulos de los Esbozos que el intervalo entre HP I 210 y HP I 241
abarca Sexto hace referencia a escuelas filosoacuteficas muy diversas ndash e incluso a algunas
que no son filosoacuteficas ndash no en funcioacuten de un criterio cronoloacutegico ni de un caraacutecter uacutenico
que las englobe u organice ni siquiera en funcioacuten de una supuesta filiacioacuten de sus
doctrinas como hace Dioacutegenes Laercio en la sucasioacuten que establece en el libro IX de sus
Vidas sino uacutenicamente en base a su ldquoafinidadrdquo con la filosofiacutea esceacuteptica
Entre los filoacutesofos que Sexto menciona sin embargo puede percibirse un cierto
rasgo unificador en los que aparecen mencionados hasta HP I 219 todos ellos ndash
Heraacuteclito Demoacutecrito la escuela cirenaica y Protaacutegoras ndash pueden ser considerados en
cierto modo como ldquoprecedentesrdquo o ldquoantecesoresrdquo de Pirroacuten mientras que los posteriores
a 219 ndash la Academia y la corriente empiacuterica de medicina ndash parecen estar maacutes en relacioacuten
con el pirronismo posterior a Enesidemo y con el propio Sexto Asiacute estos uacuteltimos le
serviriacutean para tratar de delimitar los maacutergenes de su propio tipo de escepticismo71
mientras que los que aparecen en el primer grupo podriacutean corresponderse con los
ldquopredecesoresrdquo de Pirroacuten de los que Sexto habla en HP I 772
Heraacuteclito de Eacutefeso
De los filoacutesofos mencionados el que Sexto trata en primer lugar es Heraacuteclito
Debido a su estilo lapidario y oscuro y a lo fragmentario de los testimonios que
conservamos de su filosofiacutea73 no resulta faacutecil decantarse por una de las muacuteltiples
interpretaciones que se han ofrecido de su pensamiento En la Historia de la filosofiacutea ha
prevalecido la que hace de eacutel un contradictor de Parmeacutenides En base a textos de
71 En lo que se refiere a la Academia la intencioacuten de distanciarse y diferenciarse del tipo de filosofiacutea esceacuteptica que se cultivoacute en su seno con Arcesilao y Carneacuteades es una constante en toda la obra A la medicina empiacuterica de la que deriva su apodo en cambio no hace apenas referencias 72 () καὶ Πυρρώνειος ἀπὸ τοῦ φαίνεσθαι ἡμῖν τὸν Πύρρωνα σωματικώτερον καὶ
ἐπιφανέστερον τῶν πρὸ αὐτοῦ προσεληλυθέναι τῇ σκέψει (En ese sentido siacute que se tratariacutea de un cierto equivalente de la sucesioacuten establecida en DL IX) 73 No existe consenso entre los especialistas acerca de si Heraacuteclito escribioacute o no un libro tal como se desprende de Aristoacuteteles (Rhet 1407 b 11) o de Dioacutegenes Laercio (IX 1 IX 5 IX 15) entre otros o si aquello a lo que la tradicioacuten se refiere con las palabras σύγγραμμα (Arist Rhet 1407 b 16) y βιβλίον es tan soacutelo a un compendio de sus sentencias realizado tras su muerte por alguacuten disciacutepulo tal como defiende Kirk (Heraclitus the Cosmic Fragments Cambridge 1954 7) De cualquier modo lo que hoy diacutea se conserva del contenido de ese libro se nos ha transmitido a traveacutes de fuentes muy diversas y en la mayoriacutea de los casos no completamente fiables Muchos de los testimonios maacutes tardiacuteos en concreto se deben a la adopcioacuten por parte de los estoicos del pensamiento heracliacuteteo (Cfr Long Op cit 145-7) y por ello las ideas que reflejan nos han llegado filtradas y remodeladas por el estoicismo
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Platoacuten74 y Aristoacuteteles75 Heraacuteclito aparece como el filoacutesofo del devenir de tal modo que
toda su filosofiacutea se articula alrededor del πάντα ῥεῖ El constante cambio universal sin
embargo aunque forma sin duda parte importante de la filosofiacutea heracliacutetea76 no puede
considerarse como su elemento fundamental si atendemos al conjunto de fragmentos
conservados Soacutelo una minoriacutea de estos fragmentos hacen referencia al devenir y de
ellos algunos parecen maacutes centrados en lo invariable dentro de la variacioacuten ndash esto es en
el Loacutegos77 que rige toda transformacioacuten ndash que en el cambio mismo Este Logos
universal acapara el protagonismo en un nuacutemero muy considerable de fragmentos
convirtieacutendose en el tema que muestra mayor importancia dentro de la filosofiacutea
heracliacutetea pero tampoco seraacute en eacutel en el que Sexto se fije a la hora de relacionar
heracliteiacutesmo y escepticismo El tema por el que Sexto vincula a Heraacuteclito con su propia
filosofiacutea es otro de los que parecen acumular maacutes sentencias dedicadas a eacutel el tema de
la contradiccioacuten
La tesis heracliacutetea de la unioacuten e identidad de los contrarios aunque a menudo se
explique de forma aislada como si careciese de relaciones con el resto de aspectos que
conforman esta filosofiacutea si se contempla en relacioacuten con la idea de continuo cambio y
con la doctrina de que el mundo es un fuego eterno y viviente permite interpretar mejor
el modo en que el Loacutegos ley del devenir limita y regula el perpetuo cambio del
universo El devenir para Heraacuteclito no carece de regularidad Por ese motivo el fuego lo
ejemplifica mejor que ninguna otra imagen es al tiempo inestable e invariable El
cambio es permanente a la vez que impide que nada permanezca El universo es
conflicto78 es tensioacuten79 pero un tipo de tensioacuten en la que las partes enfrentadas en su
propio enfrentamiento son armoacutenicas Por ello varias de las sentencias de Heraacuteclito se
orientan a mostrar esa armoniacutea de los opuestos que subyace a su oposicioacuten80 Y esta
74 Crat 402 A 75 Met A 6 987 a 32 Phys VIII 3 253 b 9 76 La temaacutetica del devenir debioacute jugar un papel maacutes capital en la filosofiacutea de algunos de los seguidores de Heraacuteclito como Craacutetilo 77 La palabra loacutegos corriente en la lengua griega abarcaba un campo semaacutentico muy amplio que incluiacutea tanto significados ordinarios como otros maacutes especiacuteficos Podiacutea significar ldquopalabrardquo ldquodichordquo ldquodefinicioacutenrdquo ldquorazoacutenrdquo ldquoargumentordquo ldquoordenrdquo ldquomandatordquo ldquoleyrdquo ldquomedidardquo Heraacuteclito antildeadiraacute a todos ellos un significado propio y especiacutefico al usar la palabra de un modo diferente y nuevo pero al tiempo se vale de la ambiguumledad de sus usos ordinarios lo que provoca que resulte difiacutecil de traducir por un mismo teacutermino en todos los casos (Sobre los usos de la palabra loacutegos veacutease Guthrie W K C Historia de la filosofiacutea griega Volumen I Madrid 1984 395-400) 78 Cfr fragmentos 24 53 y 80 seguacuten la ordenacioacuten de Diels y Kranz 79 Cfr DK 51 80 Noacutetese que esta oposicioacuten no es una auteacutentica contradiccioacuten en sentido estricto sino que en la mayor parte de los casos responde maacutes bien a lo que la teoriacutea de la literatura conoce con el nombre de
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armoniacutea la encuentra en diversos modos Por ejemplo en la sucesioacuten de opuestos como
el diacutea y la noche o el verano y el invierno que se siguen mutuamente de tal forma que lo
que es diacutea pronto seraacute noche Este mismo tipo de identidad de opuestos se da en
nosotros que pasamos de hambrientos a saciados de despiertos a dormidos de joacutevenes
a viejos o incluso de vivos a muertos que son teacuterminos opuestos sin dejar de ser
nosotros81 Los contrarios asiacute aparecen como la misma cosa ldquolo friacuteo se calienta y lo
caliente se enfriacutea lo huacutemedo se seca y lo seco se humedecerdquo82
Junto con la sucesioacuten tambieacuten aparecen los contrarios que se dan en una misma
cosa y a un tiempo como dos aspectos diferentes de ella o dos sentidos en los que pueda
entenderse como en el fragmento 60 ldquoel camino arriba y abajo son uno y el mismordquo el
59 seguacuten el cual la liacutenea de escritura es al tiempo recta y curva83 o el 103 que recuerda
que un mismo punto es a la vez principio y fin de la circunferencia84 Incluso el
fragmento 48 ldquoel nombre del arco (βιός) es vida (βίος) pero su obra es muerterdquo debe
entenderse de este modo
Otra forma de unidad en la oposicioacuten es la necesidad en lo que se refiere a la
esfera valorativa de un polo para entender su contrario No se puede entender queacute es lo
bueno sin hacer referencia a lo malo o queacute es lo agradable sin referirse a lo
desagradable85 Asiacute en el fragmento 111 afirma ldquoes la enfermedad la que hace
agradable y buena la salud el hambre a la saciedad la fatiga al reposordquo86
Por uacuteltimo el tipo de unidad de opuestos que maacutes nos interesa es el que se
centra en la relatividad de la percepcioacuten o valoracioacuten del sujeto que experimenta87 Este
ldquooxiacutemoronrdquo un recurso literario que consiste en poner en contacto palabras de sentido opuesto que aparentan excluirse mutuamente pero que en el contexto se convierten en compatibles 81 Veacutease DK 88 En este punto Heraacuteclito coincide notablemente con el orfismo (Cfr Casadesuacutes F ldquoHeraacuteclito y el orfismordquo en Orfeo y la tradicioacuten oacuterfica un reencuentro Alberto Bernabeacute Pajares y Francesc Casadesuacutes (coord) Vol 2 Akal Madrid 2008 1079-1104) 82 τὰ ψυχρὰ θέρεται θερμὸν ψύχεται ὑγρὸν αὐαίνεται καρφαλέον νοτίζεται DK 126 83 γναφείωι ὁδὸς εὐθεῖα καὶ σκολιὴ ἡ τοῦ ὀργάνου τοῦ καλουμένου κοχλίου ἐν τῶι γναφείωι
περιστροφὴ εὐθεῖα καὶ σκολιή ἄνω γὰρ ὁμοῦ καὶ κύκλωι περιέρχεται μία ἐστί φησί καὶ ἡ
αὐτή DK 59 84 ξυνὸν γὰρ ἀρχὴ καὶ πέρας ἐπὶ κύκλου περιφερείας DK 103 85 Este tipo de teacuterminos correlativos no estaacute restringido a la esfera de la valoracioacuten Prueba de ello es la imposibilidad de definir un teacutermino como ldquoderechardquo sin una referencia al teacutermino ldquoizquierdardquo que es su contrario Sin embargo en los testimonios que conservamos Heraacuteclito emplea soacutelo oposiciones de este tipo relativas en mayor o menor medida a la valoracioacuten de ambos opuestos 86 νοῦσος ὑγιείην ἐποίησεν ἡδὺ καὶ ἀγαθόν λιμὸς κόρον κάματος ἀνάπαυσιν DK 111 87 Una clasificacioacuten maacutes detallada y sistemaacutetica de los distintos modos de unidad de opuestos en Heraacuteclito puede encontrarse en Alberto Bernabeacute (De Tales a Demoacutecrito fragmentos presocraacuteticos Barcelona 1995 135-7) que toma por base la ordenacioacuten de Marcovich Si no se ha seguido aquiacute dicha clasificacioacuten no es por considerarla en absoluto incorrecta sino por mor de la claridad en una exposicioacuten orientada a explicar especiacuteficamente su relacioacuten con el escepticismo
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tipo de contraposiciones le sirven a Sexto Empiacuterico para ejemplificar la equipolencia de
fuerzas respecto a los argumentos a favor o en contra de algo y por ello Sexto
parafrasea a menudo fragmentos de Heraacuteclito referidos a este tipo concreto de
implicacioacuten de contrarios88
Para Heraacuteclito no existe diferencia esencial entre lo agradable y lo desagradable
sino que considera que esta diferencia se muestra como relativa al sujeto En el
fragmento 9 hace patente la ausencia de valor intriacutenseco al objeto valorado al recordar
que ldquolos asnos prefeririacutean los desperdicios antes que el orordquo89 Pero en los textos en los
que mejor se percibe la relatividad de la experiencia y por tanto los que Sexto utilizaraacute
para ello son el fragmento 13 y el 61 En este uacuteltimo se afirma que el agua del mar es al
mismo tiempo la maacutes pura y la maacutes impura en base a que para los peces es potable y
para los hombres perjudicial90 En DK 13 asimismo muestra Heraacuteclito la subjetividad
en cuanto a queacute produce placer y displacer en diferentes especies ldquoLos cerdos disfrutan
maacutes del lodo que del agua clarardquo91
Los esceacutepticos adoptaraacuten muchas de estas sentencias heraclitianas ndash y sobre todo
esta forma de argumentacioacuten ndash como muestra de la contradiccioacuten que se da en el seno
de una misma cosa pero la manera de entender este caraacutecter contradictorio seraacute lo que
les aleje del heracliteiacutesmo
Para Heraacuteclito esa contradiccioacuten forma parte del modo de ser del mundo El diacutea
y la noche son lo mismo Guerra y paz son una Entre lo bueno y lo malo no hay
diferencia La idea de la identidad de contrarios no puede separarse de la del cambio
continuo92 y por tanto tiene unas repercusiones de caraacutecter fiacutesico ontoloacutegico y
cosmoloacutegico que un esceacuteptico en ninguacuten caso puede admitir
En base a esta disensioacuten se articularaacute el capiacutetulo en que Sexto trata acerca de la
diferencia entre la filosofiacutea de Heraacuteclito y la esceacuteptica93 Aun admitiendo la proximidad
entre ambas la orientacioacuten de los esceacutepticos y la de los heracliacuteteos resultan
irreconciliables Con sus afirmaciones Heraacuteclito trata de ejemplificar tesis acerca del
modo de ser real del mundo maacutes allaacute de la apariencia de estabilidad que muestra Por lo
88 HP I 55 89 ἑτέρα γὰρ ἵππου ἡδονὴ καὶ κυνὸς καὶ ἀνθρώπου καθάπερ Ἡ φησιν ὄνους σύρματ ἂν
ἑλέσθαι μᾶλλον ἢ χρυσόν ἥδιον γὰρ χρυσοῦ τροφὴ ὄνοις 90 θάλασσα ὕδωρ καθαρώτατον καὶ μιαρώτατον ἰχθύσι μὲν πότιμον καὶ σωτήριον ἀνθρώποις
δὲ ἄποτον καὶ ὀλέθριον 91 ὕες βορβόρῳ ἥδονται μᾶλλον ἢ καθαρῷ ὕδατι
92 Cfr DK 88 vid supra paacuteg 26-7 93 HP I 210-212
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tanto es inevitablemente dogmaacutetico Se pronuncia y toma posicioacuten acerca de cuestiones
no manifiestas es decir no suspende el juicio
Seguacuten Sexto94 los filoacutesofos del entorno de Enesidemo habiacutean afirmado que la
orientacioacuten esceacuteptica puede servir como camino hacia la filosofiacutea de Heraacuteclito Para
decir esto se basaban en que el hecho de que la contradiccioacuten en una misma cosa se de
al nivel de las apariencias ndash por ejemplo que la miel aparente ser dulce y tambieacuten
amarga para diferentes sujetos ndash sirve como indicio de que tal vez esa contradiccioacuten se
da realmente en dicho objeto ndash y por tanto la miel es realmente dulce y amarga ndash
El que la contradiccioacuten se da como fenoacutemeno en una misma cosa es dice Sexto
ldquoun asunto que se ofrece no soacutelo a los esceacutepticos sino tambieacuten a los demaacutes filoacutesofos y a
todos los hombresrdquo95 y por tanto el escepticismo no seriacutea un medio para alcanzar el
heracliteiacutesmo maacutes de lo que lo son las tesis de cualquier otra escuela o la opinioacuten de
cualquier hombre Pero Sexto no soacutelo pretende probar este punto sino incluso que la
asuncioacuten del escepticismo impide la del heracliteiacutesmo
Los enunciados heracliacuteteos se refieren de forma expliacutecita a la realidad al modo
de ser del mundo lo que en la praacutectica se opone a la epochḗ que caracteriza al
esceacuteptico El escepticismo seriacutea pues casi lo opuesto del heracliteiacutesmo al menos en la
misma medida en que seriacutea lo opuesto a cualquier filosofiacutea dogmaacutetica Y dado que lo
opuesto no puede servir de base para alcanzar aquello a lo que se opone (A no puede ser
premisa vaacutelida para obtener en la conclusioacuten notA) sostiene Sexto que ldquoes absurdo decir
que la orientacioacuten esceacuteptica es el camino hacia la filosofiacutea de Heraacuteclitordquo96
Asiacute pues cuando Sexto Empiacuterico marca las distancias que separan a esceacutepticos y
heracliacuteteos lo hace en funcioacuten de las consecuencias episteacutemicas de las tesis de unos y
otros pero no porque considere injustificada la afirmacioacuten de que son filosofiacuteas en gran
medida afines Aunque la filosofiacutea de Heraacuteclito no influyese de manera directa en la
conformacioacuten del pensamiento de Pirroacuten y sus seguidores es incuestionable que a) Sus
sentencias sobre la unioacuten de los contrarios contribuyeron a formar la base de un
ambiente de relativismo que de modo indirecto siacute acabariacutea formando el caldo de cultivo
idoacuteneo para la aparicioacuten del pensamiento esceacuteptico Y b) Los esceacutepticos posteriores
tomaron elementos del heracliteiacutesmo como argumentos a favor de sus posiciones
94 HP I 210 95 HP I 212 96 Idem
45
aunque no aceptasen las conclusiones que el propio heracliteiacutesmo sacaba de esos
elementos
Parmeacutenides y la escuela de Elea
Llegado este punto se hace necesario un breve excursus con respecto al hilo
conductor de nuestra argumentacioacuten A lo largo de este capiacutetulo estamos tratando de
seguir de la forma maacutes fiel posible el curso argumentativo que el propio Sexto Empiacuterico
traza en HP I 210-219 sobre los antecedentes filosoacuteficos de la escuela esceacuteptica
No cabe duda de que las referencias de este pasaje no son ni mucho menos
exhaustivas ndash como nunca lo son las referencias a autores en las que Sexto apoya sus
tesis ndash pero aun teniendo presente esta caracteriacutestica de la escritura sextiana hay una
tendencia filosoacutefica entre los antecedentes del escepticismo cuya exclusioacuten por
sintomaacutetica nos parece ineludible sentildealar la que forman Parmeacutenides y sus seguidores
En efecto Sexto no menciona el de Parmeacutenides entre los nombres de los
filoacutesofos que en su opinioacuten pueden considerarse como afines al escepticismo Del
epiacutegrafe en que analiza la relacioacuten entre el escepticismo y la filosofiacutea heracliacutetea pasa de
forma directa a tratar sobre la posicioacuten de Demoacutecrito97 Sin embargo el nombre de
Parmeacutenides ndash junto con los de sus seguidores Meliso y Zenoacuten ndash siacute que aparece reflejado
en la sucesioacuten de filoacutesofos que Aristocles presenta como origen del pensamiento
esceacuteptico
De Jenoacutefanes se hizo disciacutepulo Parmeacutenides y de eacuteste Meliso y de eacutel Zenoacuten y de eacutel Leucipo y de eacutel Demoacutecrito y de eacutel Protaacutegoras y Nesa de Nesa se hizo disciacutepulo Metrodoro y de eacutel Dioacutegenes y de eacutel Anaxarco De Anaxarco se hizo compantildeero Pirroacuten por quien fue constituido el discurso de los llamados ldquoesceacutepticosrdquo98
Asiacute pues Aristocles considera de forma inequiacutevoca que la escuela eleaacutetica estaacute
inserta en la liacutenea de pensamiento que dio lugar a la corriente esceacuteptica y que habriacutea
partido del propio Jenoacutefanes De hecho una sucesioacuten semejante que arrancase desde el
primer impulso preesceacuteptico con el que Jenoacutefanes se cuestiona la realidad seriacutea muy
difiacutecil de hacer llegar hasta los posteriores integrantes de esta tradicioacuten y en concreto
hasta los esceacutepticos sin hacerla pasar por las principales figuras del eleatismo El hecho
mismo de que la sucesioacuten aristoacuteclea tenga sentido y sea veraz puede ser cuestionable
97 Veacutease HP I 210-15 98 Aristocles apud Eusebio Praep Evang XIV 17 10 Ξενοφάνους δὲ ἀκουστὴς γέγονε
Παρμενίδης τούτου Μέλισσος οὗ Ζήνων οὗ Λεύκιππος οὗ Δημόκριτος οὗ Πρωταγόρας καὶ
46
Por ejemplo puede ser discutible el dato de que Zenoacuten fuera maestro de Leucipo sobre
todo dado lo poco que conocemos con certeza de este uacuteltimo Pero parece innegable que
las bases fundamentales de la corriente parmeniacutedea influyeron de forma destacada en la
formulacioacuten del atomismo De hecho la cosmovisioacuten que Leucipo y Demoacutecrito trazan
es como se veraacute una respuesta a los problemas planteados en un principio por
Parmeacutenides y luego por sus seguidores acerca de la cuestioacuten del movimiento y el
cambio
Pero el principal nexo de unioacuten de Parmeacutenides con el escepticismo residiriacutea en
su supuesta criacutetica del conocimiento sensible99 A partir de su afirmacioacuten
aparentemente tautoloacutegica de que soacutelo el ser es se alcanza una concepcioacuten del ser sin
precedentes en el pensamiento anterior y con unas profundas implicaciones en otros
aacutembitos de la filosofiacutea y en especial en el epistemoloacutegico Las dos viacuteas que el poema
parmeniacutedeo sentildeala como uacutenicos caminos transitables para el pensamiento humano
seriacutean seguacuten la interpretacioacuten tradicional la ldquoViacutea de la verdadrdquo y la ldquoViacutea de la opinioacutenrdquo
(o maacutes bien ldquode las opinionesrdquo) Seguacuten la primera de ellas el ser es y la nada no es tesis
de la que interpretada en el sentido maacutes fuerte de los posibles derivariacutean las
conclusiones de imposibilidad del movimiento y del cambio que conformaron el nuacutecleo
doctrinal del eleatismo Una hipoteacutetica ldquoViacutea de la nadardquo que afirmase que la nada es o
que simplemente tratase de conocer la nada no puede seguacuten Parmeacutenides ni siquiera
llegar a emprenderse100 De la nada nada puede conocerse ni expresarse con verdad Y
nunca afirma Parmeacutenides que nadie lo haya intentado
La viacutea que siacute ha sido emprendida por los mortales la de las opiniones101 no
consiste en una simple afirmacioacuten de la nada sino en la confusioacuten de lo que es y lo que
Νεσσᾶς τοῦ δὲ Νεσσᾶ Μητρόδωρος οὗ Διογένης οὗ Ἀνάξαρχος Ἀναξάρχου δὲ γνώριμος
γέγονε Πύρρων ἀφ οὗ ἡ τῶν Σκεπτικῶν ἐπικληθέντων διατριβὴ συνέστη 99 Pueden encontrarse en Parmeacutenides dos teoriacuteas del conocimiento diferenciadas y difiacuteciles de interrelacionar Una de ellas es la que se encuentra impliacutecita en la Viacutea de la verdad La otra la que aparece relativamente expliacutecita en la Viacutea de las opiniones tanto en alguno de los fragmentos conservados de la segunda parte del poema (vid frg 16) como en otros testimonios La exposicioacuten maacutes clara de esta teoriacutea en fuentes documentales antiguas aparece en Teofrasto (De sensu 1 y ss) pero no parece tener especial relacioacuten con la liacutenea de pensamiento que concluiraacute con el escepticismo sino que seraacute de la mencionada criacutetica al conocimiento que los seguidores e inteacuterpretes de Parmeacutenides dedujeron de la Viacutea de la verdad de la que esta liacutenea parta (Veacutease Teofrasto De sensu 1 y ss Arist De Caelo 298 b 14 Metaph 986 b 31) Sobre el modo en que el escepticismo concibioacute la filosofiacutea parmeniacutedea resulta esclarecedora la interpretacioacuten alegoacuterica del proemio del Poema de Parmeacutenides que lleva a cabo Sexto en Adv math VII 111 y ss 100 Veacutease DK 28 B 2 101 El hecho de que esta viacutea consista esencialmente seguacuten los fragmentos que conservamos en una teoriacutea cosmogoacutenica ha hecho surgir la cuestioacuten de cuaacutel puede ser la relacioacuten entre ambas viacuteas Una y otra parecen incompatibles y si aceptamos que lo dicho en la primera de ellas conforma el nuacutecleo principal e irrenunciable de la doctrina parmeniacutedea iquestpor queacute dedicarle tanto espacio y esfuerzo argumentativo en la
47
no es Las opiniones de los mortales acerca de la realidad por tanto no han sido
capaces de conocer y aceptar las popiedades de lo que es por encontrarlas confusamente
mezcladas con el no ser Y esa confusioacuten seguacuten se ha interpretado con frecuencia
Parmeacutenides considerariacutea que se origina del haacutebito y del uso de los sentidos
Nunca pues prevaleceraacute que las cosas que no son sean pero tuacute aparta tu
pensamiento de esta viacutea de investigacioacuten y no permitas que el haacutebito que se origina de la mucha praacutectica te fuerce a marchar por esta viacutea excitando un ojo desatento y un oiacutedo y una lengua ruidosos sino juzga mediante la razoacuten la muy debatida argumentacioacuten propuesta por miacute102
En este fragmento se ha querido ver la primera oposicioacuten expliacutecita entre los
sentidos y la razoacuten esto es el primer testimonio de la distincioacuten entre aisthētoacuten y
noētoacuten entre los datos de los sentidos y los del loacutegos distincioacuten que en efecto seraacute
baacutesica para los esceacutepticos Y en esta interpretacioacuten debioacute basarse la idea de Aristocles
de una transmisioacuten del cuestionamiento de los sentidos que habriacutea pasado a traveacutes de
sucesivos seguidores hasta Pirroacuten y el escepticismo
Sin embargo el fragmento que acabamos de citar estaacute lejos de ser
inequiacutevocamente interpretable como muestra de la oposicioacuten entre razoacuten y sentidos
Como sentildeala Tomaacutes Calvo103 las supuestas ejemplificaciones de lo sensorial los ojos
desatentos y los oiacutedos y la lengua ruidosos no representan adecuadamente a lo que se
supone que deben ejemplificar En efecto ojos oiacutedos y lengua son oacuterganos de los
sentidos Pero lo que caracteriza a la lengua como oacutergano de los sentidos no es el ser
ruidosa Siacute lo es en cambio como instrumento de comunicacioacuten La lengua en el
fragmento citado no estaacute incluiacuteda por ser el receptaacuteculo del sentido del gusto sino por
ser elemento indispensable para proferir una opinioacuten Y de este modo ojos desatentos y
oiacutedos y lengua ruidosos ejemplificariacutean las opiniones de los mortales (lo que se ve lo
que se oye y lo que se dice) en una oposicioacuten verdadopinioacuten de la que deriva una
segunda parte a algo que ya se ha dicho que es falso Esta cuestioacuten requeririacutea de un estudio independiente que no puede llevarse a cabo aquiacute pero una de las soluciones que se han propuesto al tema resulta en mi opinioacuten anaacuteloga al sentido que tiene entre los esceacutepticos la aceptacioacuten del fenoacutemeno como criterio vital el hombre tiene que vivir en un mundo que responde maacutes a las apariencias que se han puesto en cuestioacuten que a las caracteriacutesticas del ser a que ese cuestionamiento ha dado lugar La necesidad de regirse ndash y regisre correctamente ndash para su vida por las regularidades que ese mundo de apariencias engantildeosas presenta pudo haber sido la causa que llevase a Parmeacutenides a plantearse como necesario el mejorar las imperfectas cosmogoniacuteas anteriores 102 DK 7 οὐ γὰρ μήποτε τοῦτο δαμῇ εἶναι μὴ ἐόντα ἀλλὰ σὺ τῆσδ ἀφ ὁδοῦ διζήσιος εἶργε
νόημα μηδέ σ ἔθος πολύπειρον ὁδὸν κατὰ τήνδε βιάσθω νωμᾶν ἄσκοπον ὄμμα καὶ ἠχήεσσαν
ἀκουήν καὶ γλῶσσαν κρῖναι δὲ λόγῳ πολύδηριν ἔλεγχον ἐξ ἐμέθεν ῥηθέντα 103 Calvo Martiacutenez T Truth and Doxa in Parmenides Archiv fuumlr Geschichte der Philosophie 59 1977 245-260
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contraposicioacuten loacutegoseacutepos entre modos de discurso en nada relacionada con la oposicioacuten
razoacutensentidos
Quizaacute la no inclusioacuten por parte de Sexto del nombre de Parmeacutenides entre los
antecesores del escepticismo deba considerarse un apoyo maacutes a favor de la
interpretacioacuten de la filosofiacutea parmeniacutedea de un modo que no la relacione con la criacutetica
de los sentidos Sin embargo y aunque la oposicioacuten verdadopinioacuten quizaacute ya hubiera
bastado para considerar la influencia de Parmeacutenides en la geacutenesis del escepticismo
como plausible ha de antildeadirse a ella el hecho de que la oposicioacuten razoacutensentidos aun
estando ausente de su filosofiacutea se vinculoacute a ella a traveacutes de la interpretacioacuten que sus
seguidores hicieron de sus ensentildeanzas
Seguacuten los sentidos las cosas estaacuten dispersas y separadas unas cercanas y otras
lejanas pero por el contrario la mente o inteligencia tiene la capacidad de hacer
presentes las cosas distantes en el espacio o en el tiempo que para los sentidos estariacutean
ausentes104 Y para el eleatismo esta ubicuidad de la inteligencia que la capacita para no
dejarse regir por principio de localidad105 o restriccioacuten espacial alguna responde a la
auteacutentica realidad objetiva de las cosas Nada estaacute separado porque si soacutelo el ser es
entonces lo que es tiene que ser homogeacuteneo No puede haber intervalos de ser porque
su separacioacuten soacutelo podriacutea consistir en el no ser y el no ser no es
La dificultad que con ello el eleatismo planteoacute a la filosofiacutea es la imposibilidad
de partir de la unidad de un principio para alcanzar la multiplicidad que los sentidos nos
transmiten del mundo Con un ser entendido en sentido fuerte y un principio uacutenico
inicial lo uacutenico deducible seraacute la inmutable autoidentidad del ser106 Es decir partiendo
de un archḗ uacutenico como desde los milesios todos los filoacutesofos veniacutean haciendo es
imposible explicar o incluso admitir la pluralidad de la apariencia Para ello seraacute
necesaria una multiplicidad presente ya de partida
La distincioacuten entre los datos de los sentidos y los del loacutegos se mantendraacute y
transmitiraacute como deciacuteamos a multitud de escuelas posteriores y entre ellas a la escuela
democriacutetea que heredaraacute tambieacuten en buena medida el ser que los eleacuteatas habiacutean
104 Vid DK 28 B 4 105 Observar desde este punto de vista eleaacutetico el ldquoPrincipio de no localidadrdquo asiacute como algunos otros de los principios baacutesicos de la fiacutesica cuaacutentica resultariacutea sumamente sugestivo pero excederiacutea con mucho de los liacutemites de este trabajo (veacutease Einstein A ldquoQuanten-Mechanik und Wirklichkeitrdquo Dialectica 2 1948 320-4) 106 La consecuencia de esta aporiacutea no seraacute como se veraacute maacutes adelante la asuncioacuten de la propuesta eleaacutetica sino algo que ni Parmeacutenides ni sus seguidores parecen haber pretendido el abandono del monismo y su sustitucioacuten por filosofiacuteas fiacutesicas de signo pluralista como Empeacutedocles Anaxaacutegoras o el
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caracterizado como indivisible ingeacutenito imperecedero etceacutetera convertido ahora en
aacutetomo Pero la distincioacuten entre ser y aacutetomo no seraacute meramente la de unidad frente a
multiplicidad El aacutetomo en efecto tiene la propiedad de ser homogeacuteneo pero no la
tiene el mundo que se ve conformado por el aacutetomo Al contrario que la parmeniacutedea la
cosmovisioacuten atomista siacute admitiraacute gradaciones en el ser Asiacute puede verse en el testimonio
de Aristoacuteteles en la Metafiacutesica
Leucipo y su colega Demoacutecrito dicen que lo pleno y lo vaciacuteo son elementos y los llaman respectivamente ldquoserrdquo y ldquono serrdquo lo pleno y soacutelido es el ser lo vaciacuteo y raro el no ser Por lo cual tambieacuten dicen que lo que es no es maacutes que lo que no es porque tampoco hay maacutes cuerpo que vaciacuteo107
Ademaacutes un pasaje de Plutarco reproduce los propios teacuterminos con los que
Demoacutecrito habriacutea expresado esta idea ldquoel algo no existe en mayor medida que la
nadardquo108 El vaciacuteo de este modo es concebido como algo que es pero que no es ser
pleno una nada existente de la que no puede decirse meramente que no es y por tanto
un escaloacuten intermedio entre ser y no ser
Otra de las caracteriacutesticas del ser parmeniacutedeo que no heredaraacuten sus sucesores los
aacutetomos es la esfericidad109 Pero esta merece tratamiento aparte aunque sea breve ya
que ofrece algunas dificultades de interpretacioacuten de mucho intereacutes Para la mentalidad
griega de la eacutepoca de Parmeacutenides si algo no estaacute situado en unos liacutemites espaciales si
no limita en el espacio o simplemente no tiene espacio alguno entonces no puede
decirse de ello que existe de forma completa
La base de la concepcioacuten eleaacutetica del ser es precisamente la afirmacioacuten de la
proposicioacuten ldquoel ser esrdquo Por tanto debe contemplarse como un ser que es
completamente y si el ser es completamente entonces tiene que ser limitado
Pero si el ser es limitado el inteacuterprete moderno se encuentra con la dificultad
que supone queacute hay alliacute donde el ser acaba No puede tratarse de ninguacuten ldquootro serrdquo
puesto que no limitariacutea al ser sino que eacuteste continuariacutea Tiene que ser lo otro que el ser
propio Demoacutecrito que mantuvieron en lo baacutesico la concepcioacuten de la realidad como algo mutable y sometido a generacioacuten y corrupcioacuten 107 Λεύκιππος δὲ καὶ ὁ ἑταῖρος αὐτοῦ Δημόκριτος στοιχεῖα μὲν τὸ πλῆρες καὶ τὸ κενὸν εἶναί
φασι λέγοντες τὸ μὲν ὂν τὸ δὲ μὴ ὄν τούτων δὲ τὸ μὲν πλῆρες καὶ στερεὸν τὸ ὄν τὸ δὲ κενὸν
τὸ μὴ ὄν διὸ καὶ οὐθὲν μᾶλλον τὸ ὂν τοῦ μὴ ὄντος εἶναί φασιν ὅτι οὐδὲ τοῦ κενοῦ τὸ σῶμα Metaf 985 b 4-5 (Noacutetese el empleo por parte de Aristoacuteteles de una foacutermula muy similar al ldquono es maacutesrdquo que posteriormente se convertiraacute en la foacutermula esceacuteptica por antonomasia Vid HP I 188-191 Veacutease tambieacuten infra 62-3 Cfr nota 25 de la traduccioacuten de Tomaacutes Calvo Martiacutenez Gredos Madrid 1998 89) 108 Plutarco Adv Col 1108F μὴ μᾶλλον τὸ δὲν ἤ τὸ μηδὲν εἶναι 109 Los aacutetomos de Leucipo y Demoacutecrito de hecho son diferentes en forma (Vid Arist De Caelo 275b31 o Metaf 985b4 y ss entre otros pasajes) mientras que el ser de Paremeacutenides soacutelo puede tener una
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esto es de alguna manera tiene que tratarse del no-ser Pero un no-ser capaz de limitar
al ser y circundarlo Un no-ser concebido espacialmente El inteacuterprete moderno tenderaacute
por tanto a entenderlo como espacio vaciacuteo
Esta posibilidad aceptable para Demoacutecrito y otros de sus contemporaacuteneos y al
menos concebible para Meliso no lo es para Parmeacutenides Parmeacutenides rechaza el
vaciacuteo110 El ser no es una gran esfera flotando en el espacio ni en la nada Maacutes allaacute del
ser no hay ni algo ni nada111 Y puesto que no es tampoco infinito espacialmente sino
limitado iquestcoacutemo ha de entenderse su esfericidad
La esfera y el ciacuterculo estaacuten imbuiacutedos seguacuten la concepcioacuten griega de una mayor
perfeccioacuten que el resto de figuras Esta idea presente en la mentalidad heleacutenica se ha
transmitido con fuerza al pensamiento occidental y mantuvo toda su fuerza hasta la
formulacioacuten de las leyes de Kepler Copeacuternico mismo fue incapaz de liberarse del
prejuicio que esta idea le acarreaba en su modelo explicativo del sistema solar aunque
de hecho la pretensioacuten de conservar la preeminencia del movimiento circular fuera un
pesado lastre para su sistema helioceacutentrico obligaacutendole a incluir numerosas y
complicadas hipoacutetesis auxiliares en sus caacutelculos orbitales
Auacuten hoy la esfera continuacutea gozando de una consideracioacuten especial entre las
formas geomeacutetricas Con los avances de la astronomiacutea puede que perdiera su papel el
movimiento circular pero no lo hizo la esfericidad como tendencia propia de todos los
cuerpos De hecho la forma esfeacuterica es casi una constante de la naturaleza Es la uacutenica
disposicioacuten que permite que todos los puntos de un cuerpo se situacuteen lo maacutes cerca
posible de su centro matemaacutetico y por tanto la forma que adoptan tanto las estrellas
planetas y sateacutelites como las pompas de jaboacuten las gotas de lluvia o las burbujas de aire
sumergidas en un liacutequido
Entre los filoacutesofos griegos esta consideracioacuten hacia la circunferencia y la esfera
era omnipresente Aristoacuteteles dice que la forma de la esfera corresponde a la unidad lo
que lleva a pensar incluso en la manera en que auacuten hoy en diacutea son concebidos
popularmente los puntos geomeacutetricos como ciacuterculos iacutenfimos En terreno cosmoloacutegico
tambieacuten tanto para Platoacuten como para Aristoacuteteles no existiacutea nada fuera del liacutemite esfeacuterico
del cosmos Ni siquiera espacio vaciacuteo112
110 DK 8 πᾶν δ ἔμπλεόν ἐστιν ἐόντος 111 La semejanza en este punto entre el ser parmeniacutedeo y el espacio curvo y finito que Einstein plantea es cuando menos notable como ha destacado Guthrie (Op cit Vol II 60) y desde luego estaacute mucho maacutes proacuteximo a esa concepcioacuten del espacio que a la euclidiana 112 Arist Phys 207 a 7 De Caelo 286 b 10 y ss Metaph 1016 b 16 De Caelo 279 a 11 y ss
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Parmeacutenides pues considera innecesaria la presencia de un elemento limitador
fuera del ser esfeacuterico en gran medida porque estaacute inserto en una tradicioacuten que atribuiacutea a
la esfera una perfeccioacuten de tal tipo que se consideraba que una totalidad concebida
como esfeacuterica no requeriacutea de la necesidad de plantearse si limitariacutea o no con algo
La esfericidad ha de ser una de las caracteriacutesticas del ser por la perfeccioacuten que
implica por la capacidad de ldquosuficiencia geomeacutetricardquo que supone a ojos de un griego de
la eacutepoca maacutes que porque deba ser esa su forma fiacutesica tal y como hoy la concebimos
espacialmente113 Incluso parece cuestionable que Parmeacutenides concibiera al ser como
ocupando un espacio114 No necesita de un espacio en el que desarrollar actividad
alguna puesto que es inmutable no cambia ni se mueve es homogeacuteneo indivisible y
uacutenico Ademaacutes de eso no se aprehende por los sentidos sino por intuicioacuten intelectual
Asiacute pues nada obliga a considerarlo como un mero cuerpo con una masa determinada y
una determinada extensioacuten Por este motivo algunos inteacuterpretes han llegado a la
conclusioacuten de que la esfericidad a la que se hace referencia no debe entenderse en un
sentido estricto sino como una metaacutefora espacializante referida a su invariabilidad
homogeneidad y equilibrio en un contexto en el que el espacio mismo ha sido
abolido115 La esfericidad del ser seriacutea de este modo metaacutefora de su ser invariable y no
la verdadera forma del ser La esfera por su perfeccioacuten es una figura geomeacutetrica
digamos ldquoestablerdquo Euclides en su definicioacuten de ldquociacuterculordquo lo describe como
() una figura plana comprendida por una liacutenea tal que todas las rectas que
caen sobre ella desde uno de los puntos que estaacuten dentro de la figura son iguales entre siacute116
Esto es se trata de la uacutenica figura geomeacutetrica regular en la que todos los puntos
de la liacutenea que la envuelve estaacuten unidos a su centro por liacuteneas de igual longitud Todos
los puntos son equidistantes del centro Y lo mismo ocurre con la esfera Por ello la
113 Hasta tal punto quedoacute instalada en la mentalidad griega esta concepcioacuten de la esfera como forma geomeacutetrica perfecta que ya en el siglo III a C una gran parte de la obra matemaacutetica de Arquiacutemedes ndash como los tratados La cuadratura de la paraacutebola Sobre la esfera y el cilindro Sobre las espirales o Sobre conoides y esferoides ndash se dedicaba a la buacutesqueda de proporciones que permitieran la medicioacuten exacta de figuras delimitadas por liacuteneas curvas en especial las proporciones que regiacutean la esfericidad 114 Hay tambieacuten sin embargo una razoacuten de iacutendole fiacutesica en Parmeacutenides para la exigencia de esfericidad para que el ser sea inmoacutevil es necesario que esteacute dispuesto seguacuten una forma que goce de equilibrio esto es una forma en la que no haya maacutes ser de un lado que de otro DK 28 A 44 D L VIII 48 115 Vid Owen G E L ldquoEleatic Questionsrdquo Classical Quarterly 1960 82-102 Guthrie Op cit Vol II 59-63 116 Euclides Elementos I def 15 (Κύκλος ἐστὶ) σχῆμα ἐπίπεδον ὑπὸ μιᾶς γραμμῆς
περιεχόμενον πρὸς ἣν ἀφ ἑνὸς σημείου τῶν ἐντὸς τοῦ σχήματος κειμένων πᾶσαι αἱ
προσπίπτουσαι εὐθεῖαι ἴσαι ἀλλήλαις εἰσίν (Cfr Papyrus herculaneum 1061)
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caracteriacutestica de la esfericidad representa con mayor fidelidad que ninguna otra la forma
del ser Ninguna figura geomeacutetrica puede expresar mejor que la esfera la homogeneidad
intriacutenseca y la invariabilidad extriacutenseca que caracterizan al ser parmeniacutedeo
Sin embargo esta caracterizacioacuten geomeacutetrica del ser ofreciacutea tantas y tan
profundas dificultades que fue la uacutenica de la que el eleatismo posterior a Parmeacutenides ndash
en concreto Meliso117ndash hubo de prescindir
Por lo demaacutes los parmeniacutedeos posteriores ndash el propio Meliso y Zenoacuten ndash no se
apartaron sustancialmente de las doctrinas de su maestro Pero debido a algunos rasgos
especiacuteficos de sus argumentaciones el modo en que interpretaron esas doctrinas
conteniacutea un germen de escepticismo epistemoloacutegico que ellos aumentaron y
fortalecieron de tal manera que los esceacutepticos los consideraraacuten a ellos antecedentes de
su propio pensamiento y no a Parmeacutenides mismo Timoacuten de Fliunte por ejemplo
escribe sobre ellos los siguientes versos
ldquoLa gran potencia invencible de Zenoacuten el de la doble lengua que todo lo critica y Meliso superior a muchas vanas apariencias y superado por pocasrdquo 118
Ha de sentildealarse que Timoacuten no es muy dado a los elogios y siacute a las maacutes mordaces
criacuteticas y por tanto que escribiera sobre los dos eleacuteatas en estos teacuterminos supone un
dato de relevancia considerable a la hora de juzgar sobre la consideracioacuten que hacia sus
ideas se teniacutea en el entorno pirroniano
A pesar de lo que da a entender Aristocles con sus palabras119 nada nos hace
suponer que sea correcta una sucesioacuten Parmeacutenides-Meliso-Zenoacuten por este orden
Ninguacuten dato atestigua que Zenoacuten fuera disciacutepulo de Meliso y en realidad ni siquiera
que Meliso lo fuera de Parmeacutenides120 Sin embargo siacute que se encuentra lo bastante
atestiguada la relacioacuten personal entre Parmeacutenides y Zenoacuten121 Por esto asiacute como por
determinadas caracteriacutesticas de sus respectivas doctrinas parece adecuado contravenir
el orden de Aristocles y anteponer la exposicioacuten de Zenoacuten a la de Meliso
El intereacutes de la figura de Zenoacuten de Elea no reside tanto en su originalidad
doctrinal ndash que es escasa ndash como en la expositiva La posicioacuten epistemoloacutegica y
117 Vid infra paacutegina 60 nota 148 118 DL IX 25 119 Vid Aristocles apud Eusebio Praep Evang XIV 17 10 120 No son los escasos hechos conocidos de la vida de Meliso los que lo conectan con la escuela de Elea sino su doctrina Lo que conocemos de la biografiacutea de Meliso nos lo muestra maacutes como un poliacutetico y estratega militar samio ndashque llegoacute incluso a derrotar a Pericles en una batalla navalndash que como un filoacutesofo (Cfr Arist apud Plut Per 26 y tambieacuten Plut Them 2 Adv Col 1126b y DL IX 24) 121 Platoacuten Parmeacutenides passim (en especial 127 a-c) DL IX 25-27
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ontoloacutegica que Zenoacuten defiende no difiere en nada por su contenido de la de Parmeacutenides
pero la manera en que la defiende siacute que introduce una variacioacuten Zenoacuten defiende la
postura parmeniacutedea acerca de la realidad de un modo maacutes dialeacutectico que meramente
argumentativo La estrategia que emplea para ello no es soacutelo expositiva sino poleacutemica
Lo que Zenoacuten pretende es demostrar la tesis de su maestro mediante una estrategia
basada en hacer ver que su contraria es absurda
Podriacutea inferirse de esto que Zenoacuten fue una suerte de paladiacuten de la filosofiacutea de
Parmeacutenides y no un filoacutesofo innovador pero aunque esta idea sea cierta en parte desde
otro punto de vista tambieacuten puede considerarse que su innovacioacuten consistioacute
precisamente en la forma en que defendioacute sus tesis De hecho seguacuten Dioacutegenes Laercio
el propio Aristoacuteteles lo habriacutea entendido asiacute y habriacutea llegado a afirmar de Zenoacuten que
fue eacutel quien inventoacute la dialeacutectica122 atribucioacuten que tambieacuten puede percibirse impliacutecita ndash
y en ocasiones casi expliacutecita ndash en obras de Platoacuten como el Teeteto el Sofista o el propio
Parmeacutenides aunque dirigida en ellas maacutes bien a los eleacuteatas en general que a Zenoacuten en
exclusiva
Aunque pueda considerarse exagerada una atribucioacuten como eacutesta no hay duda
posible sobre la profundidad de la influencia que el estilo argumentativo de Zenoacuten
ejercioacute en filoacutesofos posteriores como los sofistas dedicados al perfeccionamiento de la
teacutecnica dialeacutectica123 Y no soacutelo su modo de exposicioacuten dejoacute marcada a la filosofiacutea
posterior sino que tambieacuten quedoacute impresa su huella a causa de la extrema radicalidad
de sus conclusiones Aunque en esencia no fueran otra cosa que la explicitacioacuten de las
tesis parmeniacutedeas la forma paradoacutejica en que Zenoacuten expuso sus ideas llamoacute con fuerza
la atencioacuten de multitud de pensadores de todas las eacutepocas la mayoriacutea de los cuales han
venido considerando sus argumentos como uno de los grandes retos de la Historia de la
filosofiacutea que auacuten requieren de solucioacuten satisfactoria y concluyente Asiacute uno tras otro
los intentos de refutar las aporiacuteas de Zenoacuten se han sucedido desde Platoacuten124 y Aristoacuteteles
122 DL IX 25 123 Entre Zenoacuten y la sofiacutestica a menudo parece haber un cierto ldquoaire familiarrdquo comuacuten tanto por la forma de sus meacutetodos expositivos como por la rotundidad de sus afirmaciones Un excelente ejemplo de esta proximidad se encuentra en un pasaje del Alcibiacuteades primero (Alcib I 119 a DK 29 A 4) en el que se atestigua el hecho de que Zenoacuten habriacutea cobrado por sus ensentildeanzas a Pitodoro y a Calias la cantidad de cien minas a cada uno del mismo modo a como los sofistas instituyeron la ensentildeanza pagada algo despueacutes Al hilo de este pasaje Giorgio Colli ha llamado la atencioacuten ndashacertadamente a mi entender- sobre la coincidencia aproximada en el tiempo del gran desarrollo de la dialeacutectica en Atenas con la posible estancia de Zenoacuten en la ciudad (Colli G Zenone di Elea Lezioni 1964-1965 Adelphi Edizioni Milano 1998 Traduccioacuten espantildeola de Miguel Morey Zenoacuten de Elea Editorial Sexto Piso Madrid 2006 34-38 Cfr tambieacuten Plutarco Pericl 4 5 y Platoacuten Parmeacutenides 127 a-b) 124 Parmeacutenides 127 d ndash 128 e
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a Descartes Kant125 Leibniz Newton Hobbes Mill Cantor Bergson y Russell dando
incluso lugar a la aparicioacuten de todo un campo de estudio como es el caacutelculo
infinitesimal126
El libro de Zenoacuten concebido como una defensa poleacutemica de la posicioacuten de
Parmeniacutedes frente a quienes la criticaban afirmando que de ella se seguiacutean
consecuencias ridiacuteculas y contradictorias habriacutea estado dedicado fundamentalmente a
demostrar con diferentes argumentos la imposibilidad de lo muacuteltiple No es faacutecil
determinar si eacuteste habriacutea sido el tema de los cuarenta logoi en que seguacuten Proclo127
estaba estructurado Pero siacute puede asegurarse que al menos varios de esos logoi teniacutean
como objeto la demostracioacuten de la falsedad de la proposicioacuten ldquolos seres son muchosrdquo
aplicaacutendole distintos conceptos divididos en parejas de contrarios (semejanza y
desemejanza finitud e infinitud etceacutetera) Con ello trata de demostrar que de la
hipoacutetesis de la existencia de muacuteltiples seres se seguiriacutean consecuencias todaviacutea maacutes
absurdas que de la tesis de la unidad del ser
Asiacute la defensa de Parmeacutenides que hace Zenoacuten no elimina las criacuteticas que su
maestro habiacutea sufrido sino que tan soacutelo muestra a los propios criacuteticos como a su vez
criticables Ni la posicioacuten parmeniacutedea ni su contraria quedan libres de debilidad de tal
modo que la evolucioacuten de estos argumentos hacia posturas proacuteximas a Gorgias primero
y al escepticismo despueacutes parece por completo coherente128
De los diversos logoi que habriacutea contenido el libro de Zenoacuten el llamado ldquologos
de la dicotomiacuteardquo merece atencioacuten aparte En la mencioacuten que hace de eacutel Aristoacuteteles en la
Fiacutesica129 no se llega a hacer expliacutecita la referencia a Zenoacuten pero parece evidente que es
de eacutel de quien se estaacute tratando Aristoacuteteles de hecho nunca presenta ldquola de la
dicotomiacuteardquo como una argumentacioacuten zenoniana en ninguacuten otro lugar de su obra
mientras que analiza el resto de los logoi de Zenoacuten de forma individualizada en otros
125 KrV A 502 4 ndash 508 1 (Veacutease tambieacuten KrV A 345 12 y ss) 126 Newton y Leibniz en concreto en el curso de sus propios intentos de refutacioacuten del empleo del concepto de infinito en Zenoacuten y a traveacutes del ldquoinfinito potencialrdquo de Arquiacutemedes fueron quienes pusieron las bases necesarias para el desarrollo de este nuevo campo de la matemaacutetica 127 DK 29 A 15 128 Vid Colli G Op cit 54-55 cfr Infra 84 y ss 129 Phys 187 a 1 ἔνιοι δ ἐνέδοσαν τοῖς λόγοις ἀμφοτέροις τῷ μὲν ὅτι πάντα ἕν εἰ τὸ ὂν ἓν
σημαίνει ὅτι ἔστι τὸ μὴ ὄν τῷ δὲ ἐκ τῆς διχοτομίας ἄτομα ποιήσαντες μεγέθη
55
pasajes Sin embargo siacute que se refieren a la dicotomiacutea como argumento zenoniano
algunos de los comentadores de la obra aristoteacutelica como Alejandro130
La argumentacioacuten de la dicotomiacutea vendriacutea a afirmar que si el ser tiene extensioacuten
es divisible y entonces ya no es uno sino muacuteltiple La divisibilidad y la unidad del ser
son incompatibles Esto soacutelo deja dos opciones teoacutericas entre las que elegir si lo que es
es divisible entonces es muacuteltiple Si es uno entonces ha de ser indivisible Los
comentadores suelen atribuir a este argumento de Zenoacuten la intencioacuten de demostrar la
imposibilidad de la unidad De ser asiacute Zenoacuten se mostrariacutea fuertemente alejado de su
maestro puesto que atacariacutea una de las tesis baacutesicas de la ontologiacutea parmeniacutedea ldquoel ser
es unordquo
Sin embargo no parece necesario interpretar el argumento de este modo tan
contrario a lo que cabriacutea esperar La criacutetica de Zenoacuten al uno no tiene por queacute
considerarse como dirigida contra la unidad del ser parmeniacutedeo sino contra el uno
indivisible de la inicial geometriacutea el punto sin magnitud De este modo la coherencia
del argumento con la filosofiacutea zenoniana resulta evidente Si el punto no tiene magnitud
sumando no aumenta y restado no disminuye131 lo que habriacutea llevado a Zenoacuten a
considerarlo como algo inexistente132 Y negar este tipo de ldquounordquo permite tambieacuten negar
la multiplicidad que lo presupone ya que este tipo de ldquounordquo es el elemento constitutivo
de la multiplicidad entendida como suma de unidades
Cierto es que en tiempos de Zenoacuten la geometriacutea auacuten estaba en un estadio
bastante inicial de su desarrollo pero fuera concebido contra sus presupuestos o no el
argumento zenoniano determinoacute en gran medida su posterior evolucioacuten obligando a la
reformulacioacuten teoacuterica de sus bases El platoacutenico Jenoacutecrates de Calcedonia acabaraacute
concediendo que lo que es muacuteltiple es divisible y lo que no es muacuteltiple no es divisible y
trataraacute de superar la aporiacutea mediante la formulacioacuten de la teoriacutea de las liacuteneas
indivisibles y Euclides se veraacute obligado a establecer un indivisible como postulado para
poder construir una ciencia como la geometriacutea a salvo de la aporiacutea zenoniana133 Soacutelo
estableciendo un indivisible como postulado se puede salvar la posibilidad de una
ciencia geomeacutetrica y ese postulado seraacute el punto geomeacutetrico Si el punto geomeacutetrico se
130 Alejandro de Afrodisias apud Simplicio in Arist Phys IX 138 3 Τὸν δὲ δεύτερον λόγον τὸν ἐκ
τῆς διχοτομίας τοῦ Ζήνωνος εἶναί φησιν ὁ Ἀλέξανδρος λέγοντος ὡς εἰ μέγεθος ἔχοι τὸ ὂν καὶ
διαιροῖτο 131 Vid DK 29 A 21 132 Vid Colli G Op cit 68-9 133 Vid Colli G Op cit 65
56
concibe como cantidad habraacute de ser considerado como divisible (y por ello seraacute sujeto
de la geometriacutea en lugar de ser su punto de partida) Por tanto el punto es definido por
Euclides como ldquolo que no tiene partesrdquo134 El punto carece de dimensioacuten alguna No es
extenso igual que el ser parmeniacutedeo tal y como Zenoacuten parece haberlo caracterizado
Pero asiacute concebido el punto se hace difiacutecil entender coacutemo puede servir de base para el
desarrollo de la geometriacutea Es decir se hace complicado defender que el punto que ldquono
sumardquo porque es inextenso pueda sumarse para desarrollar liacuteneas y superfiacutecies Si el
punto carece de toda extensioacuten iquestcoacutemo puede concebirse como constituida por puntos
una liacutenea que siacute es extensa al menos en una de sus dimensiones
De este modo el intento de superar la aporiacutea zenoniana parece en gran medida
fracasar En palabras de Colli
En la medida en que ni Aristoacuteteles ni Euclides pueden explicar coacutemo la extensioacuten puede tener por fundamento al punto inextenso me parece que tampoco su posicioacuten se salva de las argumentaciones de Zenoacuten135
Sin embargo puede considerarse una parte de la evolucioacuten de la controversia a
la que Zenoacuten dio lugar el paso del punto indivisible como postulado geomeacutetrico a su
equivalente fiacutesico el aacutetomo de Demoacutecrito136 En efecto el atomismo parece originarse
en gran medida a partir de una reaccioacuten a esta dificultad sentildealada por Zenoacuten De nuevo
con Colli hemos de considerar que
Al punto geomeacutetrico indivisible asumido como postulado le corresponde en las ciencias naturales el aacutetomo indivisible asumido como postulado para poder salvar la posibilidad del conocimiento137
Auacuten mayor proximidad con el atomismo guarda el tercero de los grandes
filoacutesofos de la escuela eleacuteata Meliso de Samos Como ya se ha dicho138 de la vida de
Meliso nos es maacutes conocida su actividad poliacutetico-militar al frente de la armada de su
ciudad de origen que su actividad filosoacutefica Su habilidad para aprovechar un error
taacutectico de Pericles le permitioacute infligir una contundente derrota en le antildeo 441 a C a la
flota de Atenas y con ello reducir temporalmente la presioacuten del bloqueo que los
atenienses estaban llevando a cabo contra la isla de Samos139 Fue por tanto
contemporaacuteneo de los primeros intentos pluralistas de superacioacuten de las dificultades
134 Elementos I 1 135 Op Cit 82 136 Cfr DK 29 A 22 137 Colli G Op cit 66 138 Vid Supra 52 nota 120 139 Cfr Arist apud Plutarco Per 26 y tambieacuten Plutarco Them 2 Adv Col 1126 b y DL IX 24
57
expuestas por el eleatismo y en su obra puede encontrarse el sustrato de la poleacutemica
con esas nuevas tendencias superadoras de la filosofiacutea de Parmeacutenides
Su inclusioacuten en el seno de la escuela eleaacutetica se debe al contenido de su doctrina
y no a ninguacuten testimonio firme que lo relacione biograacuteficamente con Elea o con
Parmeacutenides o sus seguidores El hecho de que con frecuencia sea mencionado como
disciacutepulo de Parmeacutenides se refiere a la evidente deuda intelectual que con eacutel muestran
sus doctrinas que en lo baacutesico pueden describirse como en el caso de Zenoacuten como una
aceptacioacuten casi completa de las tesis parmeniacutedeas sobre el ser Sin embargo no
encontramos atestiguado ninguacuten encuentro entre Meliso y Parmeacutenides o Zenoacuten ni
ninguacuten viaje del primero a la ciudad de Elea por lo que no podemos asegurar que tal
encuentro llegara a producirse
La referencia nominal maacutes antigua a Meliso se encuentra en el tratado
hipocraacutetico De natura hominis140 probablemente de finales del siglo V y atribuido por
Aristoacuteteles141 a Poacutelibo yerno de Hipoacutecrates El propio Aristoacuteteles se refiere a eacutel en
algunos pasajes de contenido siempre muy criacutetico con su posicioacuten y con el valor de sus
innovaciones respecto de las tesis eleaacuteticas originales Pero los fragmentos que
conservamos de su obra Sobre la Naturaleza o Sobre lo que es se los debemos a la
transmisioacuten efectuada por Simplicio Ademaacutes contamos tambieacuten con el tratado
pseudoaristoteacutelico Sobre Meliso Jenoacutefanes y Gorgias que reproduce con gran fidelidad
el conocimiento que de eacutel tenemos gracias a Aristoacuteteles y Simplicio pero aporta poco
maacutes de intereacutes
Al igual que en el caso de Zenoacuten no encontramos en Meliso una parte de su
doctrina correspondiente a la segunda parte del poema de Parmeacutenides la parte dedicada
a las apariencias o las opiniones Su preocupacioacuten exclusiva es el tema del ser Y
tambieacuten igual que Zenoacuten Meliso escribe en prosa y no en verso Sus argumentaciones
son directas expliacutecitas y exentas de lirismo al tiempo que su vocabulario se muestra
teacutecnicamente maacutes maduro que el de pensadores de generaciones precedentes No recurre
a foacutermulas religiosas como hace Parmeacutenides en algunas partes de su poema y siacute en
cambio a minuciosas argumentaciones demostrativas que recuerdan a los logoi
zenonianos Por todo ello Meliso parece en algunos aspectos maacutes proacuteximo a Zenoacuten que
el propio Parmeacutenides aunque sea indudable que el caudal principal de su doctrina
depende directamente del maestro de la escuela eleaacutetica
140 Cap 1 VI 34 Littreacute 141 Arist Hist anim 512 b 12
58
De las caracteriacutesticas parmeniacutedeas del ser Meliso conserva inalteradas la mayor
parte La realidad es seguacuten eacutel una e indivisible ingeacutenita homogeacutenea inmoacutevil y no
sujeta a devenir alguno Por lo tanto los sentidos se muestran incapaces de darnos
cuenta del modo en que el ser realmente es Pero la posicioacuten de Meliso es al tiempo en
gran medida independiente de la posicioacuten parmeniacutedea original Cuando coincide con
Parmeacutenides emplea para defender las mismas conclusiones argumentos nuevos
elaborados por eacutel mismo o desarrolla de forma innovadora los argumentos ya expuestos
Y en ocasiones incluso disiente de Parmeacutenides de forma radical atribuyendo al ser
propiedades expliacutecitamente rechazadas por la obra del de Elea
En la concepcioacuten temporal del ser por ejemplo se muestra una importante
divergencia doctrinal entre Parmeacutenides y Meliso Para Parmeacutenides el ser es eterno y esa
eternidad ha de ser entendida con el sentido de una absoluta independencia respecto del
aacutembito temporal El ser de este modo ldquono fue ni seraacute puesto que ahora es todo a la
vezrdquo142 Por tanto Parmeacutenides concibe el ser como intemporal Meliso en cambio le
atribuiraacute otra clase de eternidad inserta en el propio tiempo Frente a la intemporalidad
parmeniacutedea Meliso hace al ser temporal pero perpetuo Y lo hace reformulando de
manera expliacutecita la anterior afirmacioacuten de Parmeacutenides
Pues bien siendo asiacute que no llego a ser es que es y siempre fue y siempre
seraacute143
El ser de Meliso es por lo tanto perdurable pero por ello mismo estaacute dentro y
no fuera del tiempo La concepcioacuten de sus caracteriacutesitcas temporales aparece
completamente trastocada Pero mayor auacuten seraacute el cambio en lo que se refiere a sus
caracteriacutesticas espaciales
La causa maacutes probable de la reformulacioacuten por parte de Meliso de las
caracteriacutesticas que Parmeacutenides habiacutea atribuido al ser en lo que a su espacialidad se
refiere es que Meliso ya debioacute haber tenido conocimieto de las reacciones de autores
postparmeniacutedeos a las tesis de la escuela de Elea Como es sabido estos autores se
vieron obligados a buscar una viacutea de superacioacuten de las radicales conclusiones a las que
Parmeacutenides habiacutea llegado Desde el punto de partida monista que habiacutea imperado en la
investigacioacuten perigrave phyacuteseōs desde los milesios la argumentacioacuten eleaacutetica se mostraba
142 DK 28 B 8 143 DK 30 B 2 (Cfr tambieacuten DK 30 B 1)
59
irrefutable Se imponiacutea la necesidad de partir de bases nuevas Y la uacutenica opcioacuten que
quedaba era ensayar el camino del pluralismo
Filoacutesofos como Empeacutedocles o Anaxaacutegoras trazaron sus cosmovisiones como
caminos de salida del mundo eterno inmoacutevil e incorruptible en el que el ser concebido
bajo el signo de la unidad habiacutea desembocado Para ello postularon principios muacuteltiples
cuya mezcla permitiera explicar las apariencias sensibles y garantizase con ello la
fiabilidad del conocimiento que estaba en entredicho
Meliso advirtioacute que para defender la tesis de la unidad de la realidad de este
ataque debiacutea centrarse en la nocioacuten de vaciacuteo (kenoacuten) premisa oculta de la idea de la
realidad como mezcla144 Asiacute Meliso se esfuerza en demostrar la imposibilidad del
vaciacuteo
Por otra parte no existe vaciacuteo Pues lo vaciacuteo no es nada y la nada no puede haberla Tampoco se mueve pues no tendriacutea lugar al que desplazarse pues estaacute lleno Si existiera el vaciacuteo podriacutea desplazarse en el vaciacuteo pero puesto que el vaciacuteo no existe no tiene a doacutende desplazarse145
El movimiento se rechaza precisamente porque requiere de vaciacuteo para
producirse y al vaciacuteo no puede seguacuten Meliso atribuiacutersele existencia El vaciacuteo espacio
sin materia es desde su perspectiva opuesto al ser y sinoacutenimo de la nada Los atomistas
en cambio como se veraacute adoptaraacuten hasta cierto punto la argumentacioacuten de Meliso con
la diferencia de que ellos siacute admiten el vaciacuteo como existente
Al tiempo la negacioacuten del vaciacuteo le permite a Meliso rechazar la base de la
explicacioacuten de la realidad como mezcla tal y como Anaxaacutegoras la habiacutea formulado
Anaxaacutegoras explica la organizacioacuten de esa mezcla en base a difentes caracteriacutesticas en
las difentes partes de esa mezcla lo friacuteolo caliente lo huacutemedolo seco y lo densolo
raro estructuran la realidad
Lo denso lo huacutemedo lo friacuteo y lo tenebroso se juntaron alliacute donde ahora estaacute la tierra Lo raro lo caliente y lo seco se dirigieron hacia fuera hacia la parte maacutes lejana del eacuteter146
La mayor o menor densidad explica la reunioacuten de partes de esa mezcla originaria
y la separacioacuten de otras partes Pero la oacuteptica de Meliso no dejoacute escapar el detalle de
144 Cfr Sobre Meliso Jenoacutefanes y Gorgias 974 a 24 145 DK 30 B 7 (7) οὐδὲ κενεόν ἐστιν οὐδέν τὸ γὰρ κενεὸν οὐδέν ἐστιν οὐκ ἂν οὖν εἴη τό γε
μηδέν οὐδὲ κινεῖται ὑποχωρῆσαι γὰρ οὐκ ἔχει οὐδαμῆι ἀλλὰ πλέων ἐστίν εἰ μὲν γὰρ κενεὸν
ἦν ὑπεχώρει ἂν εἰς τὸ κενόν κενοῦ δὲ μὴ ἐόντος οὐκ ἔχει ὅκηι ὑποχωρήσει
60
que para que esta explicacioacuten funcione se requiere una diferencia en el ser entre lo raro
y lo denso diferencia que soacutelo puede basarse en el concepto de vaciacuteo
Tampoco puede ser denso o raro ya que no es factible que lo que es raro pueda ser pleno de manera semejante a lo que es denso sino que lo raro es maacutes vaciacuteo que lo denso La distincioacuten que hay que hacer entre lo pleno y lo no pleno es eacutesta si una cosa tiene espacio para algo maacutes y lo ocupa no estaacute plena pero si no tiene espacio que ocupar ni lo ocupa estaacute plena En consecuencia tiene que estar plena si no existe el vaciacuteo y si estaacute plena no se mueve147
Pero ademaacutes su negacioacuten expliacutecita del vaciacuteo le llevoacute a Meliso a una nueva
variacioacuten respecto de las caracteriacutesticas espaciales del ser de Parmeacutenides tal y como
apuntaacutebamos maacutes arriba148 Para Parmeacutenides resultaba de gran importancia remarcar la
finitud del ser Era imposible atribuirle perfeccioacuten plena sin la caracteriacutestica de finito
que implica ser acabado y completo Un ser infinito para Parmeacutenides habriacutea necesitado
de algo aparte de eacutel mismo para completarse Por ello era imprescindible para eacutel
adjudicarle un liacutemite Y el liacutemite de un ser perfecto habiacutea de ser como se ha dicho la
maacutes perfecta de las formas geomeacutetricas la forma esfeacuterica Asiacute que el ser de Parmeacutenides
debiacutea contar entre sus caracteriacutesiticas con las de finitud y esfericidad
Sin embargo Meliso no acepta estas caracteriacutesticas El estar limitado
espacialmente del ser sin estar contenido ni en otro ser ni en la nada y el liacutemite esfeacuterico
que no limita con otra cosa fuera del ser son para Meliso propiedades que no pueden
sostenerse Aristoacuteteles de hecho le censura por ello llegando a afirmar de Meliso que
146 DK 59 B 15 τὸ μὲν πυκνὸν καὶ διερὸν καὶ ψυχρὸν καὶ τὸ ζοφερὸν ἐνθάδε συνεχώρησεν
ἔνθα νῦν ltἡ γῆgt τὸ δὲ ἀραιὸν καὶ τὸ θερμὸν καὶ τὸ ξηρὸν ἐξεχώρησεν εἰς τὸ πρόσω τοῦ
αἰθέρος 147 DK 30 B 7 (8-10) πυκνὸν δὲ καὶ ἀραιὸν οὐκ ἂν εἴη τὸ γὰρ ἀραιὸν οὐκ ἀνυστὸν πλέων εἶναι
ὁμοίως τῶι πυκνῶι ἀλλ ἤδη τὸ ἀραιόν γε κενεώτερον γίνεται τοῦ πυκνοῦ (9) κρίσιν δὲ
ταύτην χρὴ ποιήσασθαι τοῦ πλέω καὶ τοῦ μὴ πλέω εἰ μὲν οὖν χωρεῖ τι ἢ εἰσδέχεται οὐ
πλέων εἰ δὲ μήτε χωρεῖ μήτε εἰσδέχεται πλέων (10) ἀνάγκη τοίνυν πλέων εἶναι εἰκενὸν μὴ
ἔστιν εἰ τοίνυν πλέων ἐστίν οὐ κινεῖται (Cfr Parmeacutenides DK 28 B 8 23 y ss) En el fragmento de Meliso la alusioacuten a la doctrina de Anaxaacutegoras es desde luego cuestionable Los datos con los que contamos para establecer una cronologiacutea son escasos e inexactos de manera que tan posible es que Meliso tuviera noticia de las reacciones pluralistas a la teoriacutea eleaacutetica como que no las tuviera Y puede concebirse tambieacuten que con el ataque a la diferencia de densidad y rareza del ser estuviera aludiendo maacutes bien al jonio Anaxiacutemenes o al seguidor de eacuteste Dioacutegenes de Apolonia -aunque ha de sentildealarse que eacuteste uacuteltimo era maacutes joven que Anaxaacutegoras por lo que si eacutel puede ser el objetivo de Meliso tambieacuten pueden serlo los primeros pluralistas- Con todo otros detalles incitan a pensar que Meliso siacute tuvo conocimiento de las doctrinas de varios pluralistas en concreto al menos las de Empeacutedocles y Anaxaacutegoras El indicio maacutes mencionado en este sentido es la mencioacuten de los cuatro elementos de Empeacutedocles ndashtierra agua aire y fuego- por el mismo orden en que Empeacutedocles los situacutea en una lista de seres que utiliza como ejemplo en el fragmento 8 Pero tambieacuten en parte del fragmento 7 (DK 30 B 7 3) podriacutea estarse aludiendo a la doctrina empedoacuteclea de las alternativas reunioacuten y separacioacuten de los elementos 148 Vid supra 52 nota 117
61
era ldquoburdordquo149 tal vez por la sospecha de que su variacioacuten de estas caracteriacutesticas del ser
se debiacutea sencillamente a no haberlas entendido
Ha de admitirse empero que desde la oacuteptica actual resulta coherente con su
negacioacuten del vaciacuteo la atribucioacuten al ser de infinitud espacial Si el vaciacuteo no existe y el ser
es uno la realidad no puede estar limitada por nada puesto que cualquier cosa que
intente limitarla habraacute de estar plena de ser y por tanto no seraacute liacutemite sino ldquomaacutes serrdquo Si
la realidad es a la vez una y limitada iquestqueacute podraacute limitarla No podraacute ser el vaciacuteo al que
se le niega la existencia ni la nada por el mismo motivo ni tampoco algo que sea pues
esta opcioacuten nos abocariacutea a asimilar ese algo que es y que limita al ser al propio ser con
lo que ya no podriacutea limitarlo o a asumir la existencia de maacutes de un ser con lo que la
premisa de la unidad del ser se romperiacutea El ser puede tener la propiedad de la finitud o
la de la unidad pero ambas no pueden sostenerse de manera simultaacutenea
Asiacute pues Meliso es el uacuteltimo de los grandes defensores de la visioacuten monista de
la realidad Y en eacutel se ha visto ademaacutes el viacutenculo de unioacuten de la tradicioacuten monista en
especial la eleaacutetica con los posteriores sistemas plutalistas principalmente el atomismo
que pretenden salvar el abismo que las conclusiones finales del monismo habiacutean abierto
entre la concepcioacuten de la realidad y la informacioacuten que los sentidos nos aportan sobre
ella Auacuten asiacute en toda una importante liacutenea de pensamiento pluralista la raiacutez de
preescepticismo orientado a las apariencias que supuestamente se habriacutea generado con
Jenoacutefanes persistiraacute hacieacutendolo desconfiar del conocimiento sensible y desarrollando
una tradicioacuten argumentativa contra ese tipo de conocimiento que el escepticismo
recogeraacute con posterioridad adoptaacutendola como parte de la bateriacutea de argumentaciones
propia de la escuela
Demoacutecrito de Abdera
La visioacuten de Demoacutecrito que se ha transmitido con maacutes vigor dentro de la
tradicioacuten filosoacutefica es la que hace de eacutel el principal exponente del atomismo Aunque el
iniciador de esta corriente de pensamiento fue Leucipo la oscuridad que envuelve a este
uacuteltimo y el escaso conocimiento que tenemos de cuaacuteles tesis pueden atribuiacutersele a eacutel y
cuales se deben a las precisiones e innovaciones de su disciacutepulo han llevado a que sea
Demoacutecrito el considerado como la gran figura atomista y por tanto tambieacuten el maacutes
mencionado en cualquier estudio sobre esta escuela
149 Arist Metaph A 5 986 b 20-28 Sobre la consideracioacuten de Aristoacuteteles hacia Meliso veacuteanse tambieacuten las refutaciones de sus argumentos que expone en 167 b 13 y ss 168 b 35 y ss y 187 a 27 y ss
62
Se sabe de Demoacutecrito que fue un autor muy proliacutefico aunque por desgracia de
su extensa obra soacutelo algo menos de trescientos fragmentos breves han llegado hasta
nuestros diacuteas Con todo es un nuacutemero elevado de testimonios en comparacioacuten con otros
autores de su eacutepoca lo que nos permite reconstruir de forma razonable buena parte de
su doctrina
De las teoriacuteas que se atribuyen a los atomistas como deciacuteamos a la que se le ha
atribuido mayor importancia es a la teoriacutea fiacutesica sobre los aacutetomos Esta teoriacutea supone
como se ha dicho uno de los maacutes eficaces intentos de superacioacuten del problema del
movimiento tal y como Parmeacutenides y sus seguidores lo habiacutean planteado Los aacutetomos
de Leucipo y Demoacutecrito conservan la mayor parte de las caracteriacutesticas del ser
parmeniacutedeo no se generan ni se destruyen son indivisibles imposibles de aumentar o
disminuir homogeacuteneos plenos contiacutenuos pero en lugar de un ser uacutenico se trata de
partiacuteculas infinitas150 Asiacute transformando el Uno de Parmeacutenides en una multiplicidad de
seres indivisibles que se mueven en el vaciacuteo se hacen compatibles los presupuestos del
eleatismo con el insoslayable fenoacutemeno de que las cosas se muestran como sujetas a
generacioacuten corrupcioacuten y movimiento151
La preponderancia dada a esta teoriacutea ha hecho que se vea a Demoacutecrito como un
pensador eminentemente fiacutesico Sin embargo los testimonios que conservamos de eacutel no
corroboran esta visioacuten La teoriacutea atoacutemica se nos ha transmitido a traveacutes de noticias
indirectas pero ninguno de los fragmentos literales se refiere a ella Los textos
conservados del propio Demoacutecrito tratan maacutes bien de cuestiones eacuteticas o
gnoseoloacutegicas Estos uacuteltimos fragmentos (los gnoseoloacutegicos) son los que dan lugar a la
visioacuten de Demoacutecrito que interesa a Sexto Empiacuterico152 El Demoacutecrito que el escepticismo
considera como proacuteximo a su propia forma de filosofiacutea no es el filoacutesofo fiacutesico ni
siquiera el moralista sino el criacutetico del conocimiento sensible
150 Esto supone un desarrollo de lo apuntado en el fragmento 8 de Meliso [ldquo() Si hubiese una pluralidad de cosas seriacutea necesario que esas mismas cosas fuesen tales como yo digo que es la unidad ()rdquo] a pesar de que como sentildeala Bernabeacute (loc cit p 307) el texto de Meliso pretendiacutea haber sido un argumento a favor de la unidad del ser y no el punto de arranque de la argumentacioacuten sobre su multiplicidad en el que se ha convertido 151 Para una exposicioacuten maacutes amplia de la teoriacutea fiacutesica atomista ver Morel P-M Atome et neacutecessiteacute Deacutemocrite Epicure Lucregravece Presses universitaires de France Paris 2000 - Loumlbl R Demokrits Atomphysik Wissenschaftliche Buchgesellschaft Darmstadt 1987 152 De hecho como sentildeala Tomaacutes Calvo en su artiacuteculo ldquoEl pirronismo y la hermeneacuteutica esceacuteptica del pensamiento anterior a Pirroacutenrdquo (en Marrades Millet J y Saacutenchez Duraacute N Mirar con cuidado filosofiacutea y escepticismo Pre-Textos Valencia 1994 13) casi todos ellos es el mismo Sexto quien nos los ha transmitido
63
El aspecto gnoseoloacutegico de sus doctrinas sin embargo no carece de relacioacuten con
el ontoloacutegico Incluso habriacutea que decir que es una consecuencia de eacutel Una teoriacutea fiacutesica
como la atoacutemica que afirma que la verdadera realidad del mundo estaacute constituida en
exclusiva por aacutetomos y vaciacuteo conlleva de modo inevitable la negacioacuten de la existencia
real de las cualidades sensibles Si la realidad es distinta de como aparece entonces es
que la apariencia no es real no se corresponde con la cosa en otras palabras es falsa
Las cualidades sensibles no tienen existencia fuera de la sensacioacuten Por ello se produce
la escisioacuten del espacio gnoseoloacutegico en dos formas de conocimiento diferenciadas el
racional y el sensible El conocimiento sensible dada su falta de correspondencia con la
realidad no podraacute servir de criterio El criterio para juzgar las sensaciones habraacute de ser
el conocimiento racional
Sin embargo como Sexto Empiacuterico haraacute ver153 una criacutetica de estas
caracteriacutesticas sobre el conocimiento sensible alcanza tambieacuten al racional Si se suprime
el conocimiento sensible el racional correraacute la misma suerte ya que para ser probado
soacutelo podraacute basarse en pruebas sensibles De la sensibilidad es de donde toma en uacuteltima
instancia todo su contenido En palabras de Tomaacutes Calvo ldquodeclarar falso el
conocimiento sensible comporta en uacuteltimo teacutermino arruinar cualquier posibilidad de
conocimiento racional orientado a realidades no-sensiblesrdquo154
Esa implicacioacuten aparece reflejada en el propio Demoacutecrito cuando escribe
ldquoiexcldesdichada razoacuten De nosotras [las sensaciones] recibes las evidencias iquesty nos
destruyes Nuestra destruccioacuten seraacute tu caiacutedardquo155
Asiacute pues Demoacutecrito y el escepticismo confluyen en su criacutetica al encaminarse
ambos por el hecho de que la miel a unos les parezca dulce y a otros amarga hacia una
misma conclusioacuten que la miel no es maacutes dulce que amarga esto es que no es ni dulce
ni amarga156 Pero esta confluencia como el propio Sexto hace notar es soacutelo parcial En
efecto en el libro segundo de los Esbozos pirroacutenicos afirma ldquoSin duda por ejemplo
fue por lo de que la miel a unos les parece amarga y a otros dulce por lo que Demoacutecrito
dijo que no es ni dulce ni amarga y Heraacuteclito que ambas cosasrdquo157 Al contrario que
Heraacuteclito que ante ejemplos semejantes afirma que el objeto es a la vez una cosa y su
opuesta Demoacutecrito concluye que no es ninguna de ambas La cualidad de ser amarga o
153 Adv math II 60-62 154 Calvo Martiacutenez Tomaacutes Op cit p 14 155 DK 68 B 125 τάλαινα φρήν παρ ἡμέων λαβοῦσα τὰς πίστεις ἡμέας καταβάλλεις πτῶμά
τοι τὸ κατάβλημα 156 HP I 213
64
de ser dulce no pertenece a la miel misma que no es otra cosa que un conjunto de
aacutetomos en el vaciacuteo sino a nuestra sensacioacuten Por tanto los democriacuteteos usaraacuten al igual
que los esceacutepticos la expresioacuten οὐ μᾶλλον (no maacutes) para ejemplos de este tipo
Pero a pesar de esta expresioacuten comuacuten Sexto no considera que lo que expresan
con ella unos y otros sea equivalente El sentido democriacuteteo del οὐ μᾶλλον es maacutes
literal158 que el esceacuteptico tal como se aprecia en el siguiente pasaje
ldquoSin embargo los esceacutepticos y los seguidores de Demoacutecrito usan la expresioacuten ldquono es maacutesrdquo de distinta forma pues ellos aplican esta expresioacuten a lo de no ser ninguna de las dos cosas y nosotros a lo de no saber si es esas dos cosas que aparenta o ninguna de ambas De modo que en eso siacute nos distinguimosrdquo159
De la equipolencia de opuestos el democriacuteteo concluye la negacioacuten dogmaacutetica de
ambos opuestos mientras que el esceacuteptico concluye la neutralidad Asiacute la
contraposicioacuten entre Demoacutecrito y Heraacuteclito a la que Sexto se referiacutea en el citado HP II
63 es efecto del hecho de que ambos pensadores tomaron en consideracioacuten la
equipolencia de fuerzas entre contrarios en una misma cosa pero dedujeron de ella
conclusiones opuestas En uno y otro se percibe un mismo tipo de dogmatismo pero de
signo contrapuesto Heraacuteclito introduce la contradiccioacuten en el seno mismo del objeto y
por tanto en el modo de ser del mundo Demoacutecrito la excluye del mundo y la reduce a la
mera apariencia160 Para Demoacutecrito no hay contradiccioacuten alguna maacutes allaacute de la
sensacioacuten La constitucioacuten fiacutesica del mundo no deja lugar a la ambiguumledad heracliacutetea y
ejemplos como el de la miel no hacen maacutes que apoyar la teoriacutea de que el mundo no es
como aparece sino de un modo distinto es decir que los aacutetomos y el vaciacuteo son los
elementos que tienen existencia real y no lo que los fenoacutemenos muestran Por tanto
aunque Demoacutecrito parta de la contradiccioacuten entre las apariencias igual que los
esceacutepticos lo hace con un objetivo totalmente ajeno y hasta incompatible con el
escepticismo El esceacuteptico podraacute hacer suyas algunas de las argumentaciones del
democriacuteteo pero a pesar de las afinidades no dejaraacute de considerar la filosofiacutea del
abderita como una forma maacutes de dogmatismo
157 HP II 63 158 Cfr HP I 191 ldquonosotros [los esceacutepticos] no la usamos [la expresioacuten ldquono es maacutesrdquo] asiacute sino que la tomamos en un sentido vago e impropiordquo 159 HP I 213-4 (Sobre la exresioacuten ldquono es maacutesrdquo ver HP I 188-191) 160 Cfr Bernabeacute A Loc cit 306
65
La escuela cirenaica
Como es sabido tras la muerte de Soacutecrates muchos de los que habiacutean sido sus
seguidores y amigos hicieron suya la tarea de continuar y desarrollar las concepciones
de su maestro acerca del bien y de la virtud Cada uno de ellos hizo hincapieacute en el
aspecto que maacutes le atraiacutea o interesaba del socratismo de tal modo que las filosofiacuteas
resultantes pronto comenzaron a diferenciarse y sus doctrinas divergieron hasta formar
escuelas independientes De estas escuelas socraacuteticas hubo tres ndash sin contar la de Platoacuten
ndash que destacaron especialmente la escuela ciacutenica la megaacuterica y la cirenaica Todas
ellas contribuyeron de un modo u otro a la formacioacuten del pensamiento esceacuteptico
Dioacutegenes Laercio161 dice que Pirroacuten fue disciacutepulo de Brisoacuten un megaacuterico Muy
conocidas e investigadas han sido las tendencias ciacutenicas de Pirroacuten y en mayor medida
de su disciacutepulo Timoacuten de Fliunte162 Pero es a los cirenaicos a los que maacutes atencioacuten
presta Sexto Empiacuterico
El nombre de la escuela deriva de Cirene ciudad de origen de su fundador
Aristipo Puede considerarse a este filoacutesofo como el gran antagonista al menos en
cuanto a su forma de vida de otro socraacutetico Antiacutestenes que a su vez fue el iniciador de
la filosofiacutea ciacutenica Frente al radical ascetismo y la vocacioacuten de pobreza de los ciacutenicos
que Antiacutestenes defendiacutea por considerar digno de ser seguido el ejemplo de Soacutecrates que
no teniacutea ninguacuten aprecio por posesiones ni placeres Aristipo propugna una forma de
hedonismo partidaria de la vida placentera y del lujo
Este hedonismo a diferencia del de Epicuro se ha de tomar en un sentido literal
El fin al que se ha de tender es el placer pero no un placer entendido como ausencia de
dolor sino un placer presente No el recuerdo de placeres pasados ni la anticipacioacuten de
posibles placeres futuros El placer que propugnan los cirenaicos es el placer del
momento Un placer corporal en lugar de mental dado que su concepcioacuten del placer es
eminentemente fiacutesica un movimiento suave frente al movimiento aacutespero que es el
dolor Asiacute el hedonismo cirenaico se muestra como opuesto del epicuacutereo Ambas
escuelas abogan por el placer pero la de Aristipo por el placer activo inmediato fiacutesico
y la de Epicuro en cambio por una forma de placer estable mental que equivale en la
praacutectica a la mera ausencia de dolor
161 DL IX 61 162 Brancacci A ldquoLa filosofia di Pirrone e le sue relazioni con il cinismordquo en G Giannantoni ed Lo scetticismo antico Roma 1981 213-242 Long AA ldquoTimon of Phlius Pyrrhonist and Satiristrdquo PCPhS n s 24 1978 68-91
66
Lo que maacutes aproxima empero a los esceacutepticos a la escuela de Cirene son sus
posiciones epistemoloacutegicas La teoriacutea del conocimiento de los cirenaicos compagina
bien el principio socraacutetico del reconocimiento de la propia ignorancia con el hedonismo
a que nos hemos referido Dado que el fin de la vida humana es el placer entendido
desde un punto de vista corporal habraacute de ser tambieacuten corporal el criterio y el liacutemite del
conocimiento Soacutelo de las sensaciones y afecciones de nuestro cuerpo podemos estar
ciertos Y esto no significa que sepamos nada acerca de sus causas Podemos afirmar sin
la menor posibilidad de error que tenemos la sensacioacuten de dulzor cuando probamos la
miel aunque no podamos concluir por ello que nuestra sensacioacuten la produce un objeto
la miel que es dulce Por un lado esto hariacutea imposible para los cirenaicos formular
afirmaciones sobre el mundo exterior y por otro los acercariacutea a la posicioacuten de
Protaacutegoras ya que para el que padece ictericia seguacuten el ejemplo toacutepico la afirmacioacuten
anterior seriacutea igual de vaacutelida respecto a su sensacioacuten de amargor Ciceroacuten distingue la
posicioacuten de Protaacutegoras y la de los cirenaicos de la siguiente forma ldquoUna cosa es el
juicio de Protaacutegoras de que lo que aparece a cada hombre es verdadero para eacutel y otra el
de los cirenaicos que piensan que no se puede juzgar nada excepto las mociones
interioresrdquo163
La diferencia residiriacutea en que la posicioacuten de los cirenaicos en lo que se refiere al
conocimiento seriacutea maacutes esceacuteptica que la de Protaacutegoras ya que pensaban que se podiacutea
conocer auacuten menos que lo que admitiacutea el sofista y en cuestiones ontoloacutegicas y fiacutesicas
manteniacutean un mayor agnosticismo proacuteximo a la epochḗ
Asiacute pues la escuela iniciada por Aristipo parece tender un puente entre las
concepciones de Soacutecrates y Protaacutegoras y los posteriores desarrollos de la escuela
esceacuteptica La deuda de los pirroacutenicos para con los cirenaicos es incuestionable a pesar
de que Sexto trate de marcar maacutes las diferencias que los puntos comunes En HP I 215
establece como primera divergencia entre ambas escuelas la que se refiere a la finalidad
de la vida ya que el hedonismo cirenaico no puede servir de camino para alcanzar la
imperturbabilidad del aacutenimo pues situacutea el placer como objetivo a perseguir algo que
en opinioacuten de cualquier esceacuteptico causariacutea turbacioacuten164
Antildeade Sexto a continuacioacuten una nueva diferencia al considerar que la negativa
cirenaica a pronunciarse sobre los objetos exteriores responde a que proclaman que
163 Ciceroacuten Lucullus 142 2-5 Aliud iudicium Protagorae est qui putet id cuique verum esse quod cuique videatur aliud Cyrenaicorum qui praeter permotiones intumas nihil putant esse iudicii 164 Cfr HP I 25-30
67
estos tienen una naturaleza inaprehensible y no a una genuina suspensioacuten del juicio
como la esceacuteptica que ni siquiera la inaprehensibilidad del mundo se atreve a afirmar
Por una y por otra de estas divergencias se muestra que la filosofiacutea cirenaica y la
esceacuteptica no son en efecto equiparables sin maacutes pero a la vez se manifiesta su
extraordinaria proximidad
Protaacutegoras de Abdera
Sexto situacutea el capiacutetulo referente a Protaacutegoras inmediatamente despueacutes del que
trata sobre los cirenaicos a pesar de contravenir con ello el orden cronoloacutegico que habriacutea
sido el maacutes obvio Con ello convierte la filosofiacutea de aqueacutel en casi un contrapunto de la
de estos
Ya se ha mencionado la diferencia entre Protaacutegoras y Aristipo en lo referente al
alcance esceacuteptico de sus teoriacuteas epistemoloacutegicas165 En el caso de Protaacutegoras maacutes que
escepticismo es relativismo lo que se desprende de su doctrina
Fue el maacutes destacado integrante de la primera generacioacuten de la sofiacutestica
llegando a ser muy conocido y al contrario que la mayoriacutea de los sofistas muy
respetado166
A pesar de que probablemente fue el primer pensador en cobrar por sus
ensentildeanzas su pensamiento poliacutetico y su actividad praacutectica nunca estuvieron
encaminados a buscar el poder para siacute mismo Su ensentildeanza se basaba principalmente
en la praacutectica y ejercicio del discurso persuasivo incitando a sus alumnos a entrenarse
argumentando a favor bien de las dos posturas posibles en un mismo caso bien de la
maacutes deacutebil de ambas Seguacuten eacutel existiacutean argumentos contrarios igualmente vaacutelidos para
cada cuestioacuten y la tarea del orador consistiriacutea en encontrarlos y exponerlos
convincentemente La legitimidad de adoptar tanto un argumento como su contrario
estariacutea sustentada por sus doctrinas ontoloacutegicas y epistemoloacutegicas
La afirmacioacuten fundamental a este respecto es la que contiene el maacutes conocido de
sus fragmentos transmitido del siguiente modo por Sexto Empiacuterico ldquoEl hombre es la
165 Vid supra 66 166 Veacutease Menoacuten 91e
68
medida de todas las cosas [puesto que determina] de las que son que son y de las que
no son que no sonrdquo167
Asiacute la falsedad queda excluida del horizonte humano La opinioacuten que habiacutea
sido relegada por los eleacuteatas a un segundo plano168 arrebata a la verdad el protagonismo
y se convierte en el uacutenico espacio epistemoloacutegico Soacutelo hay verdad en las opiniones
pero la hay por igual en todas las opiniones La verdad ya no es pues universal Cada
hombre tiene unas sensaciones y unas creencias particulares y soacutelo eacutel puede juzgar
sobre ellas Seraacuten verdaderas en la medida en que a eacutel le aparezcan como tales Por
tanto el ejercicio de convencer a un auditorio nada tiene que ver con la verdad y la
falsedad en sentido estricto Es absurdo tratar de tener en cuenta previamente si se estaacute
persuadiendo a los que escuchan el discurso de algo maacutes verdadero que lo que creiacutean
antes Si se convencen de lo que el orador expone eso seraacute para ellos lo verdadero y si
no no Y seraacute verdadero de igual modo a como antes era verdadero lo que creiacutean hasta
entonces Esto no depende de que en el objeto en cuestioacuten coexistan un aspecto y su
contrario como habriacutea aparecido en Heraacuteclito sino maacutes bien de que no se puede atribuir
existencia objetiva ni a uno ni a otro aspecto sino que el objeto llega a ser soacutelo tal como
es percibido y entanto que es percibido
Este relativismo subjetivista sirvioacute como base para el desarrollo de toda la
sofiacutestica posterior Gorgias de Leontini por ejemplo mantiene una filosofiacutea relativista
muy semejante a la protagoacuterica con la diferencia de que en lugar de suprimir la
falsedad es la verdad lo que niega Con su afirmacioacuten de que ldquonada existerdquo169 rechaza
las tesis de los eleacuteatas acerca del ser igual que lo hace Protaacutegoras y manifiesta la
imposibilidad de salir del aacutembito de la opinioacuten ldquoNada existerdquo significa asiacute ldquono hay
nada que cumpla las condiciones que Parmeacutenides habiacutea impuesto al serrdquo esto es ldquonada
es en el sentido parmeniacutedeo del serrdquo170 La otra viacutea la de la doacutexa es la uacutenica aceptable
167 Adv Math VII 60 πάντων χρημάτων μέτρον ἐστὶν ἄνθρωπος τῶν μὲν ὄντων ὡς ἔστιν τῶν
δὲ οὐκ ὄντων ὡς οὐκ ἔστιν (Cfr Platoacuten Teeteto 152 a donde se transmite tambieacuten una versioacuten de este mismo fragmento veacutease tambieacuten 160 c 161 c ndash e 162 b ndash c 170 a ndash 172 d Leyes IV 716 c) Noacutetese que este fragmento es tambieacuten una declaracioacuten de Protaacutegoras respecto del criterio Puesto que ldquola medida de todas las cosasrdquo es tambieacuten el criterio de verdad (la nocioacuten de meacutetron estaacute aquiacute muy proacutexima a la de kriteacuterion) la afirmacioacuten de que ldquoel hombre es la medida de todas las cosasrdquo supone convertir al hombre en criterio veritativo 168 Sobre el papel exacto de la doacutexa en Parmeacutenides y la escuela de Elea no existe acuerdo unaacutenime entre los especialistas Como un estudio detenido de su sentido y su importancia en la filosofiacutea parmeniacutedea excederiacutea los liacutemites de este trabajo remito al lector al artiacuteculo de Tomaacutes Calvo ldquoTruth and Doacutexa in Parmenidesrdquo (Archiv fuumlr Geschichte der Philosophie 59 3 1977 245-260) 169 Isoacutecrates X 3 170 Esto es lo que viene a decir la tercera de las tres tesis gorgianas Nada existe ya que si algo existiera tendriacutea o que proceder de algo o que ser eterno No podriacutea proceder de algo pues en ese caso tendriacutea que
69
Con todo la conclusioacuten de Gorgias de que nada es verdadero y la de Protaacutegoras
de que todo es verdadero ndash o que nada es falso ndash son equivalentes El resultado de
ambas es una relativizacioacuten de la verdad en la que a menudo se ha querido ver una
forma de escepticismo Esta interpretacioacuten sin embargo no parece del todo correcta
Cierto es que Protaacutegoras con su declaracioacuten de agnosticismo religioso171 parece
anticipar un cierto modo de suspensioacuten del juicio y que como ya se ha mencionado en
sus ejercicios retoacutericos poniacutea en praacutectica meacutetodos de argumentacioacuten proacuteximos a la
buacutesqueda de la equipolencia de fuerzas entre argumentos opuestos que posteriormente
emplearaacuten los pirroacutenicos Pero en su posicioacuten epistemoloacutegica Protaacutegoras difiere mucho
del pensamiento esceacuteptico
En HP I 216-9 Sexto hace referencia a la aparente afinidad entre ambas
doctrinas pero enfatiza maacutes los puntos que a su juicio las separan que los que las unen
Para Sexto la gran falla entre Protaacutegoras y el escepticismo es la misma que separa a su
escuela del resto de corrientes que ha tratado la asuncioacuten de determinadas tesis
dogmaacuteticas acerca de lo no manifiesto La doctrina protagoacuterica de la materia enraizada
en el devenir heracliacuteteo es imposible de aceptar para un esceacuteptico Se trata de la tesis
fiacutesica que maacutes pie da para la supresioacuten de la verdad absoluta pero aun asiacute va maacutes allaacute
de lo aparente y traspasa por tanto el umbral de lo que el esceacuteptico estaacute dispuesto a
afirmar
Sin embargo la diferencia fundamental entre la posicioacuten sofiacutestica y la pirroacutenica
eso es la diferencia entre relativismo y escepticismo no aparece resentildeada por Sexto Lo
que separa a sofistas y esceacutepticos a pesar de su proximidad es la actitud que unos y otros
mantienen con respecto a la afirmacioacuten El esceacuteptico no afirmaraacute nada acerca de lo que
no es manifiesto Se acogeraacute al ldquonada determinordquo172 y no asentiraacute a nada ni rechazaraacute
proceder del ser que los eleacuteatas habiacutean obligado a entender como realidad inmutable y por tanto carente de capacidad generadora o del no ser que tambieacuten habiacutean mostrado como incapaz de generacioacuten Tampoco puede ser eterno pues para ello deberiacutea ser infinito al modo en que el ser parmeniacutedeo es caracterizado como eterno e infinito y lo que es infinito no estaacute en ninguacuten lugar ya que no estaacute encerrado en siacute mismo ni en ninguacuten otro ser Y lo que no estaacute en ninguacuten lugar es que no existe (En lo referente a las tesis de Gorgias veacutease De Meliso Jenoacutefanes y Gorgias cc V-VI 979a-980b 21 Sexto Empiacuterico Adv Math VII 65 ss Isoacutecrates X 3 y XV 268 Cfr Olof Gigon ldquoGorgias lsquoUumlber das Nichtseinrsquordquo Hermes 71 (1936) 186-213 JHMM Loenen Parmenides Melissus Gorgias A Reinterpretation of Eleatic Philosophy 1959 Sofistas testimonios y fragmentos Introduccioacuten traduccioacuten y notas de Antonio Melero Bellido Editorial Gredos Madrid 1996 143-238) 171 Frg DK B 4 [Dioacutegenes Laercio IX 51] περὶ μὲν θεῶν οὐκ ἔχω εἰδέναι οὔθ ὡς εἰσὶν οὔθ ὡς
οὐκ εἰσὶν οὔθ ὁποῖοί τινες ἰδέαν πολλὰ γὰρ τὰ κωλύοντα εἰδέναι ἥ τ ἀδηλότης καὶ βραχὺς
ὢν ὁ βίος τοῦ ἀνθρώπου (ldquoSobre los dioses no puedo tener la certeza de que existen ni de que no existen ni tampoco de coacutemo son en su forma externa Ya que son muchos los factores que me lo impiden la imprecisioacuten del asunto asiacute como la brevedad de la vida humanardquo) 172 HP I 197
70
nada El seguidor de Protaacutegoras en cambio afirmaraacute sin temor pero no en virtud de
convicciones dogmaacuteticas sino siguiendo el curso del razonamiento al que le lleva su
propia visioacuten relativista Esto podriacutea explicarse del siguiente modo no hay
impedimento para afirmar algo acerca del mundo ya que si lo que se afirma coincide
con lo que se piensa seraacute verdad para el que lo afirma Asiacute pues Protaacutegoras al
contrario que los esceacutepticos no concluye de la desaparicioacuten de la verdad universal la
necesidad de suspender el juicio El asentimiento para eacutel no se vuelve ilegiacutetimo El
mundo no deja de estar al alcance del conocimiento173 Soacutelo cambia su modo de estar al
alcance Ese modo antes centrado en la objetividad con Protaacutegoras se subjetiviza
22- La negacioacuten del criterio y su relacioacuten con las tesis esceacutepticas
221- El criterio de verdad
La nocioacuten de lsquocriteriorsquo (κριτήριον) es una de las nociones maacutes caracteriacutesticas
del escepticismo en torno a la cual se ha estructurado una de las principales
controversias de la escuela Sexto emplea el teacutermino lsquocriteriorsquo en dos sentidos diversos a
cuya distincioacuten dedica los pasajes HP I 21-25 y HP II 14-18 En el primero de ambos
pasajes explica Sexto lo siguiente
ldquoDel criterio se habla en dos sentidos el que se acepta en relacioacuten con la creencia en la realidad o no realidad () y el de actuar fiaacutendonos del cual hacemos en la vida unas cosas siacute y otras nordquo174
Asiacute pues el criterio podraacute entenderse en sentido teoacuterico o en sentido praacutectico El
criterio praacutectico del escepticismo aqueacutel por el que los integrantes de la escuela pirroacutenica
se rigen en cuestiones vitales es el fenoacutemeno esto es las sensaciones impresiones
percepciones o representaciones mentales de diversa iacutendole tal y como se manifiestan
En atencioacuten a ese fenoacutemeno el esceacuteptico orientaraacute su vida de modo tal que pueda regirla
173 Para Gorgias en cambio el nexo de unioacuten con el mundo que permitiriacutea su cognoscibilidad siacute que se rompe Asiacute lo manifiesta la segunda de sus tesis aunque algo existiera no podriacutea ser conocido pues si hubiera conocimiento de ese algo seriacutea pensado Y lo pensado es distinto de lo que es es decir de la realidad que se piensa Por tanto para Gorgias el espacio del pensamiento y el de la realidad se muestran como dos aacutembitos heterogeacuteneos e incomunicados 174 HP I 21 κριτήριον δὲ λέγεται διχῶς τό τε εἰς πίστιν ὑπάρξεως ἢ ἀνυπαρξίας
λαμβανόμενον (hellip) τό τε τοῦ πράσσειν ᾧ προσέχοντες κατὰ τὸν βίον τὰ μὲν πράσσομεν τὰ δ
οὔ
71
evitando caer en dogmatismos Pero no podraacute prescindir de ese criterio praacutectico ya que
ha de responder de alguacuten modo a las necesidades y exigencias vitales
En cambio en el aspecto teoacuterico el sentido del criterio es muy diferente Ya no se
trata de una mera guiacutea u orientacioacuten sino del elemento que determina la opcioacuten por la
afirmacioacuten de la realidad de algo o por la afirmacioacuten de su no realidad
Sexto habla de tres sentidos de este significado del teacutermino el criterio teoacuterico en
sentido general en sentido particular y en sentido muy particular175 En sentido general
se llamariacutea criterio a ldquotodo instrumento de valoracioacuten de una aprehensioacutenrdquo176 lo que
incluye facultades naturales entre las que Sexto menciona como ejemplo la de la vista
En sentido particular seriacutea criterio ldquotodo instrumento teacutecnico de valoracioacuten de
una aprehensioacutenrdquo177 Por tanto soacutelo abarca ya instrumentos artificiales baacutesicamente
instrumentos de medicioacuten
En sentido muy particular por uacuteltimo soacutelo seriacutea criterio el ldquoinstrumento de
valoracioacuten de una aprehensioacuten de algo no manifiestordquo178 Este sentido particulariacutesimo ya
no se refiere a elementos tangibles de medida sino a aquello que resulta su equivalente
para el aacutembito de las cosas no manifiestas esto es el criterio loacutegico o epistemoloacutegico
con el que los filoacutesofos dogmaacuteticos pretenden discernir lo verdadero de lo falso
Por motivos obvios un defensor consecuente del escepticismo no puede sostener
que tal criterio exista y sea cognoscible y utilizable ya que el hecho mismo de que asiacute
fuera acabariacutea con la necesidad de suspensioacuten del juicio y por tanto destruiriacutea el
escepticismo Debido a esta incompatibilidad a menudo se ha atribuido a los filoacutesofos
que rechazaron la existencia de este criterio un cierto caraacutecter esceacuteptico Sin embargo el
esceacuteptico pirroacutenico tampoco niega expresamente que exista un criterio de verdad sino
que se limita a reconocer su ignorancia a ese respecto
De un modo u otro la proximidad existente entre la posicioacuten esceacuteptica que
prescinde del criterio de verdad y la posicioacuten que niega dicho criterio hace necesario en
este punto detenerse en una explicacioacuten de las tesis que sostuvieron aquellos que Sexto
Empiacuterico considera ldquonegadores del criteriordquo
175 HP II 15 Τὸ κριτήριον τοίνυν περὶ οὗ ὁ λόγος ἐστὶν λέγεται τριχῶς κοινῶς ἰδίως
ἰδιαίτατα κοινῶς μὲν πᾶν μέτρον καταλήψεως καθ ὃ σημαινόμενον καὶ τὰ φυσικὰ οὕτω
προσαγορεύεται κριτήρια ὡς ὅρασιςmiddot ἰδίως δὲ πᾶν μέτρον καταλήψεως τεχνικὸν ὡς κανὼν
καὶ διαβήτηςmiddot ἰδιαίτατα δὲ πᾶν μέτρον καταλήψεως ἀδήλου πράγματος καθ ὃ τὰ μὲν βιωτικὰ
οὐ λέγεται κριτήρια μόνα δὲ τὰ λογικὰ καὶ ἅπερ οἱ δογματικοὶ φέρουσι πρὸς τὴν τῆς
ἀληθείας κρίσιν 176 Idem 177 Idem La cursiva es miacutea
72
222- Los negadores del criterio
En HP II 18 al tratar sobre si realmente existe alguacuten criterio de verdad afirma
Sexto que entre los que se ocuparon de este tema
ldquohay quienes afirmaron que existe como los estoicos y algunos otros Tambieacuten hay quienes afirmaron que no existe como ademaacutes de otros Jeniacuteades de Corinto y Jenoacutefanes de Colofoacuten que dice Y la opinioacuten se ha impuesto en todo Y nosotros en cambio suspendemos el juicio en cuanto a si existe o nordquo179
En este texto se ofrece asiacute una primera referencia a dos de los pensadores que
seguacuten Sexto niegan la posibilidad de existencia al criterio Jeniacuteades de Corinto y
Jenoacutefanes de Colofoacuten pero con el antildeadido de ese ldquoademaacutes de otrosrdquo (καὶ ἄλλοι τινές)
que indica que la lista no estaacute completa El fragmento complementario que ha de
servirnos para cerrar esta enumeracioacuten lo encontramos en el libro seacuteptimo del Adversus
mathematicos
ldquoalgunos suprimieron el criterio mientras que otros lo mantuvieron Entre los que lo mantuvieron fueron tres las posiciones fundamentales algunos lo pusieron en la razoacuten otros en las evidencias irracionales otros en ambos factores A su vez lo suprimieron Jenoacutefanes de Colofoacuten Jeniacuteades de Corinto Anacarsis el Escita Protaacutegoras y Dionisodoro Y ademaacutes de estos Gorgias de Leontini Metrodoro de Quiacuteos y Anaxarco el Eudemonista y Moacutenimo el Ciacutenicordquo180 La primera parte del texto citado establece una clasificacioacuten de las posiciones
filosoacuteficas que pueden sostenerse en torno a la existencia del criterio de verdad Esta
clasificacioacuten se estudiaraacute por extenso maacutes adelante181 pero lo que ahora nos interesa es
la explicitacioacuten que hace de una de sus ramas la de los que suprimen el criterio
atribuyeacutendoles dicha posicioacuten a toda una serie de filoacutesofos A los ya mencionados
Jenoacutefanes y Jeniacuteades se antildeaden ahora Anacarsis Protaacutegoras Dionisodoro Gorgias
178 Idem 179 Τῶν διαλαβόντων τοίνυν περὶ κριτηρίου οἱ μὲν εἶναι τοῦτο ἀπεφήναντο ὡς οἱ Στωικοὶ καὶ
ἄλλοι τινές οἱ δὲ μὴ εἶναι ὡς ἄλλοι τε καὶ ὁ Κορίνθιος Ξενιάδης καὶ Ξενοφάνης ὁ
Κολοφώνιος λέγων δόκος δ ἐπὶ πᾶσι τέτυκταιmiddot ἡμεῖς δ ἐπέσχομεν πότερον ἔστιν ἢ οὐκ ἔστιν 180 Adv math VII 47-8 οἱ μὲν ἀνεῖλον τὸ κριτήριον οἱ δὲ ἀπέλιπον καὶ τῶν ἀπολιπόντων
τρεῖς αἱ ἀνωτάτω γεγόνασι στάσειςmiddot οἱ μὲν γὰρ ἐν λόγῳ τοῦτο ἀπέλιπον οἱ δὲ ἐν ταῖς ἀλόγοις
ἐναργείαις οἱ δὲ ἐν ἀμφοτέροις καὶ δὴ ἀνεῖλον μὲν αὐτὸ Ξενοφάνης τε ὁ Κολοφώνιος καὶ
Ξενιάδης ὁ Κορίνθιος καὶ Ἀνάχαρσις ὁ Σκύθης καὶ Πρωταγόρας καὶ Διονυσόδωρος πρὸς δὲ
τούτοις Γοργίας ὁ Λεοντῖνος καὶ Μητρόδωρος ὁ Χῖος καὶ Ἀνάξαρχος ὁ εὐδαιμονικὸς καὶ
Μόνιμος ὁ κύων Para este fragmento he empleado la traduccioacuten que Tomaacutes Calvo ofrece en su artiacuteculo ldquoEl pirronismo y la hermeneacuteutica esceacuteptica del pensamiento anterior a Pirroacutenrdquo (recogido en Mirar con cuidado filosofiacutea y escepticismo Marrades Millet J y Saacutenchez Duraacute N (eds) Valencia 1994 9) 181 Vid infra 153 y ss veacutease tambieacuten infra 73-94
73
Metrodoro Anaxarco y Moacutenimo Y aunque Sexto no considera a ninguno de ellos como
un esceacuteptico propiamente dicho si que puede interpretarse su oposicioacuten a la existencia
de un criterio de verdad como el antecedente filosoacutefico directo de la orientacioacuten
esceacuteptica182
Jenoacutefanes de Colofoacuten
De todos los integrantes de la enumeracioacuten al que Sexto parece conceder una
mayor importancia como negador del criterio es a Jenoacutefanes ya que figura tanto en el
pasaje del Adversus mathematicos como en el de los Esbozos y en este uacuteltimo incluso
se ofrece una cita textual No es raro en la obra sextiana el recurso a textos de Jenoacutefanes
para apoyar sus tesis (gracias a ello se nos ha transmitido una buena parte de los
fragmentos que conservamos de eacutel183) y tambieacuten en la obra de Timoacuten de Fliunte juega
un papel de importancia destacable sirviendo de guiacutea por el mundo de los muertos a la
manera de Tiresias en la Odisea de Homero De todo ello puede deducirse que
Jenoacutefanes fue uno de los filoacutesofos maacutes apreciados respetados y utilizados por los
defensores del escepticismo
Jenoacutefanes es una figura muy peculiar dentro de la Historia de la filosofiacutea griega
Por su modo de escritura puede considerarse tanto un poeta como un filoacutesofo Como
poeta que es escribe en verso utilizando hexaacutemetros y versos elegiacuteacos Pero emplea el
verso para comunicar un contenido filosoacutefico que abarca desde la teologiacutea hasta la
biologiacutea la astronomiacutea o la meteorologiacutea Quizaacute por esa misma caracteriacutestica de escribir
a caballo entre dos geacuteneros su obra ha provocado multitud de confusiones Jenoacutefanes
no es un filoacutesofo sistemaacutetico al estilo de por ejemplo Parmeacutenides Pero la fecundidad
de su pensamiento hizo que influyese en muchos otros que siacute lo fueron Y entre las
liacuteneas filosoacuteficas que se vieron influidas por sus concepciones estaacute la propia liacutenea
eleaacutetica a la que la tradicioacuten acaboacute relacionando su nombre
Puede considerarse a Jenoacutefanes como un puente entre los milesios y Parmeacutenides
Su filosofiacutea supone un paso intermedio entre la forma maacutes baacutesica de investigacioacuten perigrave
phyacuteseōs y la ontologiacutea de Elea Pero a raiacutez de algunos textos de Platoacuten184 y
182 El propio Sexto debioacute de considerarlos como antecedentes de la escuela pirroacutenica La inclusioacuten en la lista entre las uacuteltimas posiciones del nombre de Anaxarco el Eudemonista uno de los considerados maestros de Pirroacuten de Elis no hace sino apoyar esta interpretacioacuten 183 Veacutease Adv math I 257 I 289 VII 49 IX 144 IX 193 X 313-4 184 Sofista 242 c-d
74
Aristoacuteteles185 se ha querido ver en eacutel maacutes que a un antecedente al fundador del
eleatismo lo que no parece la lectura maacutes adecuada de dichos textos
El aspecto de la filosofiacutea de Jenoacutefanes en el que Sexto maacutes hincapieacute hace no es
el de formulador de una teologiacutea monoteiacutesta que pueda relacionarlo con Parmeacutenides y
Meliso sino el de criacutetico social y religioso y sobre todo el de criacutetico epistemoloacutegico
La aproximacioacuten de Jenoacutefanes al escepticismo que ya Timoacuten habiacutea iniciado y
que Sexto profundiza toma por base fragmentos como el 15 y el 16 en los que
Jenoacutefanes cuestiona la forma de los dioses oliacutempicos transmitida por Homero y
Hesiacuteodo186 El cuestionamiento se produce por la confrontacioacuten con las formas
religiosas de otras culturas
ldquoLos etiacuteopes imaginan a sus dioses negros y con la nariz chata Los tracios con los ojos azules y pelirrojosrdquo187
De modo equivalente a menudo se ha argumentado que el origen de la tendencia
esceacuteptica de Pirroacuten se remonta a su participacioacuten en las campantildeas de Alejandro en Asia
donde habriacutea entrado en contacto con formas culturales ajenas a la griega De un modo
u otro en el siglo V la diversidad de formas de culto y de costumbres de los pueblos con
los que los griegos se topaban en su actividad comercial habiacutea comenzado a causar una
profunda impresioacuten en su mentalidad que acabariacutea conformando una cierta tendencia
esceacuteptica Pero el modo criacutetico y expliacutecito en que Jenoacutefanes lo expresa en un momento
en que dicho proceso auacuten acababa de empezar llama la atencioacuten
Quizaacute por ello su teoriacutea del conocimiento se aproxima tambieacuten a la que
posteriormente desarrollaraacute la escuela pirroacutenica negando la posibilidad de conocimiento
de la verdad tal y como se desprende del fragmento 34
Y es que claro ninguacuten hombre lo ha visto ni seraacute conocedor de la divinidad ni de cuanto digo sobre todas las cuestiones Pues incluso si lograse el mayor eacutexito al expresar algo perfecto ni siquiera eacutel lo sabriacutea Lo que a todos se nos alcanza es conjetura188
185 Met 986 b 10 y ss La transmisioacuten que de este texto hace Teofrasto lo hizo auacuten maacutes faacutecilmente malinterpretable y contribuyoacute a que con posterioridad otros autores como el autor anoacutenimo del tratado pseudoaristoteacutelico De Meliso Jenoacutefanes y Gorgias lo considerasen ya como un eleaacutetico maacutes 186 Cfr DK 21 B 11 y DK 21 B 12 187 DK 21 B 16 Αἰθίοπές τε ltθεοὺς σφετέρουςgt σιμοὺς μέλανάς τε Θρῆικές τε γλαυκοὺς καὶ
πυρρούς ltφασι πέλεσθαιgt 188 DK 21 B 34 καὶ τὸ μὲν οὖν σαφὲς οὔτις ἀνὴρ ἴδεν οὐδέ τις ἔσται εἰδὼς ἀμφὶ θεῶν τε καὶ
ἅσσα λέγω περὶ πάντωνmiddot εἰ γὰρ καὶ τὰ μάλιστα τύχοι τετελεσμένον εἰπών αὐτὸς ὅμως οὐκ
οἶδεmiddot δόκος δ ἐπὶ πᾶσι τέτυκται Traduccioacuten de Alberto Bernabeacute De Tales a Demoacutecrito fragmentos presocraacuteticos Ed cit 119
75
Por este motivo puede incluirse a Jenoacutefanes entre los que niegan el criterio
aunque el propio Sexto reconoce que existe otra viacutea de interpretacioacuten seguacuten la cual
Jenoacutefanes no estariacutea aboliendo toda aprehensioacuten ni todo criterio sino soacutelo introduciendo
un cambio de criterio en lugar del conocimiento propondriacutea la opinioacuten como criterio de
juicio y por tanto habriacutea formulado maacutes un probabilismo que un escepticismo
completo
De cualquier manera la diferencia entre ambas interpretaciones es en uacuteltima
instancia soacutelo una diferencia de grado La diversidad de las creencias entre los pueblos
le habriacutea llevado a concluir que cualquiera de ellas puede ser falsa Y aunque uno
estuviera en la creencia verdadera no podriacutea saberlo Pero no por ello deja de tener
sentido la admisioacuten de unas determinadas creencias Asiacute el Jenoacutefanes en el que insisten
Platoacuten y Aristoacuteteles y el que refleja Sexto Empiacuterico se hacen hasta cierto punto
compatibles Jenoacutefanes no habriacutea dejado de creer en un dios uacutenico total y no-
antropomoacuterfico a pesar de sostener tambieacuten convencido el contenido del fragmento 34
Sostendriacutea su posicioacuten teoloacutegica pero sin pretender haber alcanzado una verdad
incontrovertible sino admitiendo su propia posibilidad de error
A pesar de esa actitud que tan poco dogmaacutetica nos podriacutea parecer Sexto marca
la distancia entre el escepticismo y la filosofiacutea de Jenoacutefanes en base al mismo
argumento que ya ha utilizado para Heraacuteclito Demoacutecrito o los cirenaicos la asercioacuten de
algo no manifiesto
ldquoE incluso si ndashcuando se dedica [Platoacuten] como dicen a ejercicios de ingeniondash expone algunas cosas de forma esceacuteptica no por eso seraacute esceacuteptico pues quien dogmatiza sobre una uacutenica cosa o antepone de forma absoluta una representacioacuten a una representacioacuten en cuanto a credibilidad o no credibilidad o se pronuncia sobre algo no manifiesto se vuelve de talante dogmaacutetico como hace ver Timoacuten con lo dicho por eacutel sobre Jenoacutefanes pues despueacutes de alabarle ndasha Jenoacutefanesndash en muchas cosas hasta el punto de dedicarle sus Saacutetiras le representoacute lamentaacutendose y diciendo
que ojalaacute yo hubiera estado dotado tambieacuten de una inteligencia firme capaz de ver el doble aspecto de cada cosa Pero fui confundido por un camino engantildeoso iexclEncima cuando ya estaba viejo y muy desbravado de cualquier especulacioacuten pues a cualquier parte que llevara mi mente todo se resolviacutea en una sola y misma cosa y siempre todo lo existente arrastraacutendose por todas partes se alzaba en una sola similar Naturaleza Por eso sin duda le llama ldquomodesto a mediasrdquo y no ldquomodesto del todordquo en
aquello que dice Jenoacutefanes modesto a medias y censor del engantildeo homeacuterico hizo al Dios no
antropomoacuterfo igual por todas partes inmutable iacutentegro y maacutes inteligente que la Inteligencia
Llama en efecto ldquomodesto a mediasrdquo al que es en parte modesto y ldquocensor del engantildeo homeacutericordquo porque criticoacute el engantildeo de Homero
76
Pero Jenoacutefanes en contra de las opiniones de los demaacutes hombres dogmatizaba que el Todo es Uno y que Dios se confunde con todas las cosas y que tiene forma esfeacuterica y es impasible inmutable y racional
A partir de ahiacute es tambieacuten faacutecil demostrar la diferencia entre Jenoacutefanes y nosotrosrdquo189
En este pasaje que nos hemos permitido citar por extenso Sexto parte de la
declaracioacuten ndasha propoacutesito de la proximidad o lejaniacutea del pensamiento platoacutenico para con
el esceacuteptico que es el contexto precedente del fragmento citadondash de que basta con un
soacutelo pronunciamiento acerca de lo no manifiesto para que un filoacutesofo se convierta en
dogmaacutetico a ojos de un esceacuteptico Por ello Jenoacutefanes a pesar de haber formulado una
de las primeras teoriacuteas del conocimiento afines al escepticismo fue visto como un
dogmaacutetico ya por Timoacuten y a partir de eacutel por todo el escepticismo posterior Timoacuten ve
en Jenoacutefanes un filoacutesofo cuyas tesis son dignas de elogio y Sexto una fuente de citas
favorables a las posiciones esceacutepticas pero ambos son conscientes de la imposibilidad
de conciliar sus investigaciones en el campo fiacutesico ndashastronomiacutea historia natural etcndash y
sobre todo en el teoloacutegico con la suspensioacuten del juicio que caracteriza de forma
exclusiva a los esceacutepticos
Jeniacuteades de Corinto
El otro nombre que junto con Jenoacutefanes aparece en ambas listas de negadores
del criterio es el de Jeniacuteades de Corinto filoacutesofo relacionado con la sofiacutestica del que
189 HP I 223-5 εἰ δέ τινα καὶ σκεπτικῶς προφέρεται ὅταν ὡς φασί γυμνάζηται οὐ παρὰ
τοῦτο ἔσται σκεπτικόςmiddot ὁ γὰρ περὶ ἑνὸς δογματίζων ἢ προκρίνων φαντασίαν φαντασίας ὅλως
κατὰ πίστιν ἢ ἀπιστίαν ltἢ ἀποφαινόμενοςgt περί τινος τῶν ἀδήλων τοῦ δογματικοῦ γίνεται
χαρακτῆρος ὡς δηλοῖ καὶ ὁ Τίμων διὰ τῶν περὶ Ξενοφάνους αὐτῷ λεγομένων ἐν πολλοῖς γὰρ
αὐτὸν ἐπαινέσας [τὸν Ξενοφάνην] ὡς καὶ τοὺς σίλλους αὐτῷ ἀναθεῖναι ἐποίησεν αὐτὸν
ὀδυρόμενον καὶ λέγοντα
ὡς καὶ ἐγὼν ὄφελον πυκινοῦ νόου ἀντιβολῆσαι
ἀμφοτερόβλεπτοςmiddot δολίῃ δ ὁδῷ ἐξαπατήθην
πρεσβυγενὴς ἔτ ἐὼν καὶ ἀμενθήριστος ἁπάσης
σκεπτοσύνης ὅππῃ γὰρ ἐμὸν νόον εἰρύσαιμι
εἰς ἓν ταὐτό τε πᾶν ἀνελύετοmiddot πᾶν δ ἐὸν αἰεί
πάντῃ ἀνελκόμενον μίαν εἰς φύσιν ἵσταθ ὁμοίην
διὰ τοῦτο γοῦν καὶ ὑπάτυφον αὐτὸν λέγει καὶ οὐ τέλειον
ἄτυφον δι ὧν φησι
Ξεινοφάνης ὑπάτυφος ὁμηραπάτης ἐπισκώπτης
εἰ τὸν ἀπ ἀνθρώπων θεὸν ἐπλάσατ ἶσον ἁπάντῃ
ltἀτρεμῆgt ἀσκηθῆ νοερώτερον ἠὲ νόημα
ὑπάτυφον μὲν γὰρ εἶπε τὸν κατά τι ἄτυφον ὁμηραπάτης δὲ ἐπισκώπτην ἐπεὶ τὴν παρ
Ὁμήρῳ ἀπάτην διέσυρενἐδογμάτιζε δὲ ὁ Ξενοφάνης παρὰ τὰς τῶν ἄλλων ἀνθρώπων
77
apenas se sabe nada Las uacutenicas noticias que tenemos de eacutel son unos pocos testimonios
transmitidos por el propio Sexto y una aneacutecdota referida por Aulo Gelio190 que lo
relacionariacutea con Dioacutegenes el Ciacutenico Pero a pesar de nuestro desconocimiento el hecho
de que Sexto lo incluya en el pasaje de HP II 18 en lugar de dejarlo caer entre esos
ldquootrosrdquo a que hace referencia supone un indicio de la importancia que concediacutea a su
pensamiento y la seguridad con la que lo identificaba con la tesis de la negacioacuten del
criterio de verdad De los escasos pasajes en los que Sexto se refiere a Jeniacuteades
podemos extraer una idea aproximada de cuaacutel fue la doctrina del corintio En HP II 76
tratando sobre la posibilidad de tomar las representaciones mentales como criterio
Sexto menciona casi de pasada a Jeniacuteades
ldquoPues bien o creeremos en cualquier representacioacuten mental y enjuiciaremos de acuerdo a ella o soacutelo en algunas
Pero si creemos en cualquiera es claro que tambieacuten creeremos en la representacioacuten mental de Jeniacuteades de acuerdo a la cual eacutel deciacutea que todas las representaciones mentales son indignas de creacutedito y el argumento quedaraacute invertido de modo que ninguna representacioacuten mental es tal que puedan juzgarse las cosas de acuerdo a ellardquo191
De este pasaje podemos deducir que para Jeniacuteades todas las representaciones
mentales carecen de credibilidad En otro punto de su obra dentro del libro VII del
Adversus mathematicos Sexto nos aporta una informacioacuten maacutes completa y extensa
sobre esta tesis
ldquoJeniacuteades de Corinto del que tambieacuten hace mencioacuten Demoacutecrito por haber sostenido que todo es falso y que toda representacioacuten y opinioacuten son falsas y que todo lo que nace procede del no ser y todo lo que se corrompe se diluye en el no ser potencialmente se adhiere a la misma posicioacuten que Jenoacutefanesrdquo192
προλήψεις ἓν εἶναι τὸ πᾶν καὶ τὸν θεὸν συμφυῆ τοῖς πᾶσιν εἶναι δὲ σφαιροειδῆ καὶ ἀπαθῆ καὶ
ἀμετάβλητον καὶ λογικόνmiddot ὅθεν καὶ ῥᾴδιον τὴν Ξενοφάνους πρὸς ἡμᾶς διαφορὰν ἐπιδεικνύναι 190 Aulo Gelio Noches aacuteticas 2 18 9-10 191 HP II 76-7 οὐκοῦν ἤτοι πάσῃ φαντασίᾳ πιστεύσομεν ltκαὶ κατ αὐτὴν ἐπικρινοῦμεν ἤ τινι
ἀλλ εἰ μὲν πάσῃ δῆλον ὅτι καὶ τῇ Ξενιάδου φαντασίᾳ πιστεύσομενgt καθ ἣν ἔλεγε πάσας
τὰς φαντασίας ἀπίστους εἶναι καὶ περιτραπήσεται ὁ λόγος εἰς τὸ μὴ εἶναι πάσας τὰς
φαντασίας ὥστε καὶ κατ αὐτὰς κρίνεσθαι δύνασθαι τὰ πράγματα 192 Adv Math VII 53 Ξενιάδης δὲ ὁ Κορίνθιος οὗ καὶ Δημόκριτος μέμνηται πάντ εἰπὼν
ψευδῆ καὶ πᾶσαν φαντασίαν καὶ δόξαν ψεύδεσθαι καὶ ἐκ τοῦ μὴ ὄντος πᾶν τὸ γινόμενον
γίνεσθαι καὶ εἰς τὸ μὴ ὂν πᾶν τὸ φθειρόμενον φθείρεσθαι δυνάμει τῆς αὐτῆς ἔχεται τῷ
Ξενοφάνει στάσεως (La traduccioacuten es de Antonio Melero Bellido Sofistas testimonios y fragmentos Gredos Madrid 1996 141)
78
Aquiacute Sexto relaciona a Jeniacuteades con otros dos filoacutesofos Demoacutecrito y Jenoacutefanes
Con Demoacutecrito porque eacuteste habriacutea citado a Jeniacuteades en alguacuten momento probablemente
para apoyar su criacutetica de la sensacioacuten193 De Jenoacutefanes se asegura que sostiene una
posicioacuten equivalente a la de Jeniacuteades hemos de suponer en lo referente a la negacioacuten
del criterio de verdad ndashal menos desde la interpretacioacuten que Sexto hace del de Colofoacutenndash
Sin embargo el nombre con el que parece relacionarse maacutes inmediatamente el
pensamiento de Jeniacuteades si atendemos al resumen temaacutetico que Sexto nos presenta es el
de Gorgias
Seguacuten Sexto Jeniacuteades sostiene que todo es falso y hace extensiva esta
afirmacioacuten a las representaciones mentales (phantasiacuteas) y a la opinioacuten (doacutexa) Esta tesis
de la falsedad de todas las cosas parece estar muy proacuteximamente emparentada con el
ldquonada existerdquo gorgiano Contrariamente a Parmeacutenides Jeniacuteades opinariacutea no soacutelo que
hay generacioacuten y destruccioacuten sino que todo lo que se destruye se destruye en el no ser
e incluso que lo que se genera se genera del no ser algo que contradice el principio
eleaacutetico que pasariacutea a la historia con la formulacioacuten latina ldquoex nihilo nihil fitrdquo Asiacute pues
Jeniacuteades compartiriacutea tambieacuten con Gorgias su oposicioacuten dialeacutectica a las tesis ontoloacutegicas
de Parmeacutenides y su escuela Rubeacuten Soto Rivera en su artiacuteculo ldquoLa akatalepsia de
Jeniacuteades o de la imposibilidad epistemoloacutegica de la fantasiacutea kataleacuteptica como el criterio
estoico de la verdadrdquo194 sostiene que Jeniacuteades se basoacute axiomaacuteticamente en las tres tesis
de Gorgias Antoni Piqueacute Angordans por su parte afirma ldquoEn definitiva Jeniacuteades es
un pequentildeo engarce en la liacutenea que de Heraacuteclito y Jenoacutefanes a traveacutes de Gorgias llega
hasta Pirroacuten y los esceacutepticos posterioresrdquo195
Sin embargo y pese a la capacidad de vincular las tesis gorgianas con las
esceacutepticas que tiene la posicioacuten de Jeniacuteades la filosofiacutea del corintio y la del de Leontini
no son por completo equiparables Las partes gnoseoloacutegica y linguumliacutestica del trilema de
Gorgias no estaacuten presentes en los testimonios que conservamos sobre Jeniacuteades Soacutelo la
parte ontoloacutegica aparece en ambos Pero mientras que Gorgias argumenta en este punto
desde la absoluta quietud del pensamiento los argumentos de Jeniacuteades en favor de su
tesis provienen del fenoacutemeno del devenir haciendo patente el germen de no ser que se
incluye en las nociones de generacioacuten y corrupcioacuten Asiacute pues aunque la conclusioacuten de
ambos es semejante y su oponente dialeacutectico Parmeacutenides es el mismo sus
193 Vid supra 31-33 194 La Torre revista de la Universidad de Puerto Rico Tercera Eacutepoca antildeo VII nuacutemero 23 enero-marzo 2002 111-123 195 Sofistas fragmentos y testimonios Editorial Bruguera Barcelona 1985 59
79
argumentaciones difieren sustancialmente Jeniacuteades se opone a la asuncioacuten del mundo
parmeniacutedeo y defiende para ello nociones heracliacuteteas Gorgias por el contrario acepta
los presupuestos de la escuela de Elea como se veraacute y trata de hacer ver desde dentro la
inconsistencia intriacutenseca al propio razonamiento de Parmeacutenides
Anacarsis el escita
Entre todos los filoacutesofos a los que Sexto hace referencia probablemente
Anacarsis seraacute el maacutes antiguo y uno se los maacutes misteriosos La figura histoacuterica de
Anacarsis en caso de existir196 habriacutea sido un priacutencipe escita enviado a Grecia para
conocer las costumbres y las leyes heleacutenicas y que con el tiempo habriacutea adquirido fama
de sabio y de filoacutesofo Heroacutedoto por ejemplo se refiere a eacutel en sus Historias como el
uacutenico escita digno de mencioacuten por su sabiduriacutea197 Su renombre llegoacute a tal punto que fue
incluido por algunos autores198 en la lista de los Siete Sabios de Grecia inclusioacuten
debida seguacuten Estraboacuten a ldquosu austeridad su prudencia y su inteligenciardquo199 Empero la
caracteriacutestica que define el papel de Anacarsis es precisamente la de no ser griego La
mirada de Anacarsis sobre la sociedad griega es la mirada del baacuterbaro Las aneacutecdotas
que se recogen de su estancia en la Heacutelade muestran a un peregrino interesado por
cuanto le rodea que viaja soacutelo por el afaacuten de observar y aprender preguntando por
cuanto desconoce y al hacerlo ponieacutendolo tambieacuten en cuestioacuten Su capacidad criacutetica
proviene de la carencia de prejuicios ndasho al menos la ausencia de los prejuicios
heleacutenicosndash Debido a ella sus comentarios sobre los haacutebitos las costumbres y hasta la
religioacuten de los griegos adquieren un caraacutecter semejante al del cuestionamiento ya
mencionado de Jenoacutefanes El contraste de la forma de vida griega con las de otras
culturas muestra la inconsistencia de aquello que desde dentro de la propia perspectiva
cultural griega se daba por asumido Costumbres como la de los juegos atleacuteticos a
traveacutes de sus ojos se muestran absurdas Asiacute seguacuten Dioacutegenes Laercio
ldquoDeciacutea que se admiraba de coacutemo los griegos que fijaban leyes contra los que practicaban la violencia daban honores a los atletas por pegarse unos a otrosrdquo200
196 R P Martin en su artiacuteculo ldquoEl acento escita Anacarsis y los ciacutenicosrdquo pone en tela de juicio su existencia real (Vid R Bracht Branhan y M-O Goulet-Cazeacute (eds) Los ciacutenicos (traduccioacuten de Vicente Villacampa) Seix-Barral Barcelona 2000 182-207) 197 Heroacutedoto Hist IV 46 198 Seguacuten Dioacutegenes Laercio el primero en hacerlo fue el historiador Eacuteforo del siglo IV a C (DL I 41) 199 Estraboacuten VII 3 9 200 DL I 103 θαυμάζειν τε ἔλεγε πῶς οἱ Ἕλληνες νομοθετοῦντες κατὰ τῶν ὑβριζόντων τοὺς
ἀθλητὰς τιμῶσιν ἐπὶ τῷ τύπτειν ἀλλήλους
80
Tambieacuten Dioacuten de Prusa transmite una aneacutecdota a este respecto
ldquoReferiacutea luego [Anacarsis] que hay en cada ciudad de los griegos un terreno sentildealado en el que enloquecen cada diacutea refirieacutendose al gimnasio () al pronto unos corren otros se derriban unos a otros estos extienden ambos brazos y pelean contra nadie y aquellos se aporreanrdquo201
Tampoco la democracia y la poliacutetica griegas escaparon a su criacutetica Seguacuten
Plutarco202 le dijo al legislador Soloacuten que las leyes con las que trataba de contener las
injusticias y los excesos que pudieran cometer sus conciudadanos eran un esfuerzo
inuacutetil ya que como las telarantildeas detendriacutean a los deacutebiles pero seriacutean desgarradas por
los poderosos Hay otros muchos testimonios de su visioacuten cuestionadora que seriacutea
demasiado prolijo traer a colacioacuten aquiacute Una buena recopilacioacuten aparece en el capiacutetulo
referido a Anacarsis del libro Los siete sabios (y tres maacutes) de Carlos Garciacutea Gual203 Lo
que nos interesa es meramente el motivo por el que Sexto incluye su nombre entre los
negadores del criterio ya que la criacutetica sociocultural que estos autores nos muestran
como actividad principal de Anacarsis no basta para considerar que negase la existencia
de un criterio de verdad
Hay otro pasaje del Adversus mathematicos (Adv math VII 55-59) en el que
Sexto menciona de nuevo a Anacarsis Alliacute Sexto refiere que el sabio escita habriacutea
considerado inalcanzable la aprehensioacuten en el juicio acerca de cualquier arte Su
argumentacioacuten tal como aparece en este texto204 se basariacutea en que aqueacutel que juzgue en
201 Dion de Prusa Discurso 32 44 ἔλεγεν οὖν ὡς ἔστιν ἐν ἑκάστη πόλει τῶν Ἑλλήνων
ἀποδεδειγμένον χωρίον ἐν ᾧ μαίνονται καθ᾽ ἡμέραν τὸ γυμνάσιον λέγωνmiddot (hellip) εὐθὺς γὰρ οἱ
μὲν τρέχουσι οἱ δὲ καταβάλλουσι ἀλλήλλους οἱ δὲ τὼ χεῖρε ἀνατείναντεσ μάχονται πρὸς
οὐδένα ἀνθρώπων οἱ δὲ παίονται 202 Soloacuten V 4 203 Garciacutea Gual C Los siete sabios (y tres maacutes) Alianza Editorial Madrid 1989 137-158 (Las traducciones de los textos anteriormente citados de Dioacutegenes Laercio (I 103) y Dioacuten de Prusa (Discurso 3244) son parte de las ofrecidas aquiacute por Garciacutea Gual) 204 Adv Math VII 55-9 Καὶ Ἀνάχαρσις ὡς φασίν ὁ Σκύθης πάσης τέχνης τὴν κριτικὴν
κατάληψιν ἀναιρεῖ σφόδρα τε ἐπιτιμᾷ τοῖς Ἕλλησι ταύτην ἀπολείπουσινmiddot τίς γάρ ἐστι φησίν
ὁ κρίνων τι τεχνικῶς ἆρά γε ὁ ἰδιώτης ἢ ὁ τεχνίτης ἀλλ ἰδιώτην μὲν οὐκ ἂν εἴποιμενmiddot
πεπήρωται γὰρ πρὸς τὴν γνῶσιν τῶν τεχνικῶν ἰδιωμάτων καὶ ὡς οὔτε τυφλὸς λαμβάνει τὰ
τῆς ὁράσεως ἔργα οὔτε κωφὸς τὰ τῆς ἀκοῆς οὕτως οὐδὲ ὁ ἄτεχνος ὀξυωπεῖ πρὸς τὴν
κατάληψιν τοῦ τεχνικῶς ἀποτελεσθέντος ἐπεί τοι ἐὰν καὶ τούτῳ μαρτυρῶμεν τήν τινος
πράγματος τεχνικοῦ κρίσιν οὐ διοίσει τῆς τέχνης ἡ ἀτεχνία ὅπερ ἐστὶν ἄτοπονmiddot ὥστε οὐχ ὁ
ἰδιώτης ἐστὶ κριτὴς τῶν τεχνικῶν ἰδιωμάτων λείπεται ἄρα λέγειν τὸν τεχνίτηνmiddot ὃ πάλιν ἐστὶν
ἀπίθανον ἤτοι γὰρ ὁ ὁμόζηλος τὸν ὁμόζηλον ἢ ὁ ἀνομόζηλος τὸν ἑτερόζηλον κρίνει ἀλλ ὁ
ἑτερόζηλος οὐχ οἷός τέ ἐστι κρίνειν τὸν ἑτερόζηλονmiddot τῆς γὰρ ἰδίας τέχνης ἐστὶν ἐπιγνώμων
πρὸς δὲ τὴν ἀλλοτρίαν ἰδιώτης καθέστηκεν καὶ μὴν οὐδὲ ltὁgt ὁμόζηλος τὸν ὁμόζηλον δύναται
δοκιμάζεινmiddot αὐτὸ γὰρ τοῦτο ἐζητοῦμεν τίς ἐστιν ὁ τούτους κρίνων ἐν μιᾷ δυνάμει τὸ ὅσον ἐπὶ
81
lo referido a un arte ha de ser o un profano o alguien que conozca dicho arte El profano
debe descartarse como juez porque desconoce las particularidades de la teacutecnica en
cuestioacuten y por tanto no puede juzgar sobre ella Pero el experto tampoco seraacute fiable a
este respecto ya que si juzga sobre el producto teacutecnico de un artista instruido en un arte
igual a la suya eacutel mismo seraacute parte en la disputa y si lo hace sobre el un arte que no es
la misma que eacutel conoce estaraacute en las mismas condiciones que el profano Asiacute pues no
es posible encontrar juez adecuado para esta cuestioacuten Y a causa de esto afirma Sexto
que Anacarsis suprime el criterio pues de los criterios unos son teacutecnicos y otros
profanos y por los motivos ya expuestos ni el criterio profano puede juzgar maacutes que el
propio profano en la materia ni el criterio teacutecnico maacutes que el experto Concluye Sexto
afirmando asiacute pues que no hay criterio
Este razonamiento se muestra bastante alejado del estilo lacoacutenico de las
sentencias de Anacarsis que el resto de testimonios nos transmite pero muy proacuteximo al
modo de argumentacioacuten que suele emplear Sexto Empiacuterico Por su contenido el pasaje
recuerda al tratamiento de las figuras del experto y el inexperto en HP III 259 Por su
forma observa la misma metodologiacutea habitual en Sexto consistente en examinar las
opciones que se abren ante una determinada afirmacioacuten y explorarlas una por una
mostrando la imposibilidad de todas ellas para concluir que dicha afirmacioacuten no puede
darse por asumida Pero centraacutendonos en el modo en que supone una negacioacuten del
criterio de verdad hemos de decir que consiste en impugnar el tipo de criterio que Sexto
llama ldquopor quieacutenrdquo205 aunque de manera diferente a como lo hace eacutel mismo en los
Esbozos (HP II 22-47) pues no recurre a la dificultad inherente a la nocioacuten de
humanidad ni cuestiona que el hombre deba ser quien juzgue ni plantea si el juez debe
ser uacutenico o muacuteltiple que son las estrategias que sigue Sexto en el pasaje antedicho sino
que dando por asumido que el juez es uno y que es un hombre se centra en exclusiva
en las condiciones que debe cumplir para ser considerado digno de confianza en
concreto en la condicioacuten de ser o no poseedor de los conocimientos (τὴν γνῶσιν)
referentes a aquello sobre lo que juzga El rechazo tanto del conocedor como del
τῇ αὐτῇ τέχνῃ καθεστῶτας ἄλλως τε εἴπερ οὗτος ἐκεῖνον κρίνει γενήσεται τὸ αὐτὸ κρῖνόν
τε καὶ κρινόμενον πιστόν τε καὶ ἄπιστονmiddot ᾗ μὲν γὰρ ὁμόζηλός ἐστιν ὁ ἕτερος τῷ κρινομένῳ
κρινόμενος καὶ αὐτὸς ἄπιστος ἔσται ᾗ δὲ κρίνει πιστὸς γενήσεται οὐ δυνατὸν δὲ τὸ αὐτὸ καὶ
κρῖνον καὶ κρινόμενον καὶ πιστὸν καὶ ἄπιστον ὑπάρχεινmiddot οὐκ ἄρα ἔστι τις ὁ κρίνων τεχνικῶς
διὰ δὲ τοῦτο οὐδὲ κριτήριονmiddot τῶν γὰρ κριτηρίων τὰ μέν ἐστι τεχνικὰ τὰ δὲ ἰδιωτικά οὔτε δὲ τὰ
ἰδιωτικὰ κρίνει ὥσπερ οὐδὲ ὁ ἰδιώτης οὔτε τὰ τεχνικά ὥσπερ οὐδὲ ὁ τεχνίτης διὰ τὰς
ἔμπροσθεν εἰρημένας αἰτίας τοίνυν οὐδέν ἐστι κριτήριον
82
ignorante de la teacutecnica como juez adecuado y su paralelismo con el criterio en general
conducen a negar que pueda haber tal criterio
Excursus sobre el criterio en la filosofiacutea relativista
Aunque ya hemos tratado sobre la posicioacuten de Protaacutegoras y su relacioacuten con las
tesis del escepticismo206 dado que Sexto incluye el nombre de este sofista entre los de
los negadores del criterio hemos de referirnos ahora brevemente a su postura con
respecto al criterio de verdad La visioacuten de Protaacutegoras que hace del hombre la medida
de todas las cosas207 lleva a Sexto a decir de eacutel que ldquointroduce la relatividad (tograve proacutes
ti)rdquo208 o maacutes literalmente ldquola relacioacutenrdquo ldquolo por relacioacuten a algordquo En definitiva pues
Protaacutegoras es el iniciador de la liacutenea filosoacutefica del relativismo
Esta posicioacuten al hacer de la relacioacuten entre los que maacutes adelante seraacuten llamados
objeto y sujeto de conocimiento un factor determinante capaz de afectar al conocimiento
mismo lleva impliacutecitas importantes consecuencias para el propio criterio de verdad y
asiacute lo hace notar Sexto cuando dice que a Protaacutegoras
ldquoalgunos lo cuentan en las filas de los filoacutesofos que niegan el criterio puesto que dice que todas las representaciones y opiniones son verdaderas y que la verdad es relativa pues [todo] lo que a alguien aparece o es opinado por alguien automaacuteticamente eso es verdad para eacutelrdquo209
En efecto a la raiacutez de cualquier relativismo late una forma de supresioacuten del
criterio tradicional y absoluto de verdad Si se admite la relatividad en el conocimiento
iquestqueacute criterio podraacute esgrimirse para dirimir las confrontaciones entre opiniones diversas
Es maacutes iquestpara queacute un criterio de verdad si toda opinioacuten es igualmente verdadera A lo
que llega a partir de esto la sofiacutestica no es a una mera suspensioacuten del juicio sobre si
puede o no encontrarse un criterio fiable de verdad sino a una tajante negacioacuten de
205 HP II 21-22 206 Supra 67 y ss 207 Ya hemos mencionado que precisamente la afirmacioacuten de que πάντων χρημάτων μέτρον ἐστὶν
ἄνθρωπος es tambieacuten una declaracioacuten respecto del criterio de verdad aunque se trate de un criterio de verdad relativo (vid supra 68 y ss) La ldquonegacioacuten del criteriordquo por tanto a la que aquiacute nos referimos debe entenderse soacutelo como una negacioacuten del criterio absoluto de verdad esto es del que es universal e intersubjetivamente vaacutelido 208 HP I 217 209 Adv math VII 60 ἐγκατέλεξάν τινες τῷ χορῷ τῶν ἀναιρούντων τὸ κριτήριον φιλοσόφων
ἐπεί φησι πάσας τὰς φαντασίας καὶ τὰς δόξας ἀληθεῖς ὑπάρχειν καὶ τῶν πρός τι εἶναι τὴν
ἀλήθειαν διὰ τὸ πᾶν τὸ φανὲν ἢ δόξαν τινὶ εὐθέως πρὸς ἐκεῖνον ὑπάρχειν (Como exponiacuteamos en la nota 207 lo que este texto manifiesta aunque pueda parecer un argumento a favor de considerar a
83
cualquier posible criterio absoluto No hay juez intersubjetivo No hay instancia
superior de validacioacuten del conocimiento La subjetividad aparece irrebasable no como
entre los esceacutepticos que no van maacutes allaacute por una suerte de prudencia epistemoloacutegica o
por la falta de certeza fuera de ella sino por la imposibilidad de contrastacioacuten del
conocimiento por la incomunicabilidad210 del aacutembito de lo cognoscible
Dionisodoro
Hemos de suponer que el Dionisodoro al que hace referencia Sexto no es otro
que el joven sofista que aparece en el diaacutelogo platoacutenico Eutidemo Platoacuten lo describe
como originario de Quiacuteos y trasladado tempranamente a Turio Junto con su hermano
menor Eutidemo habriacutea hecho gala de su habilidad eriacutestica afirmando ambos ser sabios
en todo y ofreciendo sus ensentildeanzas sobre todos los temas El motivo por el que Sexto
incluye su nombre entre los de los negadores del criterio seriacutea una de las opiniones que
manifiesta durante el diaacutelogo En 285 d ndash 286 e sostiene Dionisodoro una posicioacuten
epistemoloacutegica seguacuten la cual no es posible contradecir lo dicho por otro Se apoya para
esto en la teoriacutea que poco antes ha manifestado su hermano que afirma que no se puede
hablar de lo que no es211 Dado que mentir es decir lo que no es mentir seriacutea imposible
No hay coacutemo hablar en falso No hay afirmacioacuten falsa ni siquiera opinioacuten falsa El
propio Platoacuten ndash por boca de Soacutecrates ndash hace enraizar esta teoriacutea en Protaacutegoras y sus
seguidores212 En efecto Sexto es consciente de que la opinioacuten comuacuten a muchos
integrantes de la sofiacutestica seguacuten la cual toda afirmacioacuten es verdadera suprime cualquier
criterio de verdad El papel de tal criterio se vuelve superfluo Su razoacuten de ser es separar
verdad de falsedad Y como ya se ha dicho si no hay falsedad no hay queacute distinguir
Gorgias de Leontini
Tambieacuten Gorgias como destacado integrante de la sofiacutestica aparece en la lista
de los negadores del criterio En efecto la opinioacuten de que no hay tal cosa como un
criterio de verdad se muestra como uno de los puntos fundamentales de la doctrina del
Protaacutegoras como negador de todo criterio es tambieacuten una muestra de su admisioacuten del hombre ndash lo que a alguien aparece o es opinado por alguien ndash como un cierto criterio relativo de verdad) 210 Vid infra 54 211 Eutidemo 283 e ndash 284 c La tesis que manifiesta aquiacute Eutidemo es maacutes concretamente la de la imposibilidad del discurso falso Sobre esta posicioacuten veacutease el comentario de Calvo en ldquoEl principio de no-contradiccioacuten en Aristoacuteteles sus presupuestos e implicaciones de caraacutecter ontoloacutegicordquo (Methexis I 1988 55) asiacute como el anaacutelisis que lleva a cabo en el mismo lugar acerca de las posiciones de Dionisodoro (Ibid 55-6) 212 Ibidem 286 c
84
movimiento sofiacutestico Pero en el caso de Gorgias a la negacioacuten del criterio se llega por
un camino diferente al que sigue Protaacutegoras213 A partir del extremo nihilismo
defendido en Sobre el no-ser o Sobre la naturaleza la imposibilidad del criterio de
verdad se hace evidente El propio Sexto lo hace expliacutecito cuando dice
ldquoAl ser estas las dificultades suscitadas por Gorgias desaparece el criterio de verdad porque no puede haber ninguacuten criterio para lo que ni existe ni puede ser conocido ni es de tal naturaleza que pueda ser comunicado a los demaacutesrdquo214
En efecto cada una de las tres partes del tratado estaacute orientada a demostrar una
tesis que supone una traba insuperable contra la existencia de cualquier tipo de criterio
validador del conocimiento El escrito de Gorgias como es sabido no se nos ha
conservado pero conocemos su contenido por dos resuacutemenes uno de ellos integrado en
el tratado anoacutenimo pseudoaristoteacutelico De Melisso Xenophane et Gorgia y otro
transmitido por el propio Sexto Las versiones de uno y otro son bastante diferentes
pero en conjunto nos dan una buena idea de la argumentacioacuten del de Leontini215
La primera afirmacioacuten ldquonada existerdquo se ha entendido de maneras muy variadas
La maacutes habitual ha sido considerar que con ella Gorgias niega la existencia de cualquier
cosa que es una negacioacuten absoluta No pretendemos aquiacute alinearnos con los que
defienden esta interpretacioacuten pero hemos de sentildealar que si asiacute fuera en la absoluta
negacioacuten se incluiriacutea obviamente la negacioacuten del criterio El otro modo de interpretar
el ldquonada existerdquo presupone que el uso que Gorgias hace del verbo εἶναι (serexistir)
refiere al sentido con el que Parmeacutenides emplea el verbo216 Asiacute ldquonada existerdquo vendriacutea a
213 Cfr supra 68 nota 91 214 Adv math VII 87 τοιούτων οὖν παρὰ τῷ Γοργίᾳ ἠπορημένων οἴχεται ὅσον ἐπ αὐτοῖς τὸ τῆς
ἀληθείας κριτήριονmiddot τοῦ γὰρ μήτε ὄντος μήτε γνωρίζεσθαι δυναμένου μήτε ἄλλῳ
παρασταθῆναι πεφυκότος οὐδὲν ἂν εἴη κριτήριον 215 No es mi intencioacuten tratar aquiacute dos temas que sin embargo considero muy interesantes acerca de la filosofiacutea de Gorgias En primer lugar la cuestioacuten de las intenciones de Gorgias al redactar este escrito sobre la que se han ofrecido multitud de visiones desde las que hacen de eacutel una mera diversioacuten o una muestra de ingenio sin pretensiones filosoacuteficas serias hasta las que lo consideran un intento riguroso de afirmacioacuten de una determinada posicioacuten teoacuterica ya sea el acosmismo o la negacioacuten de la filosofiacutea eleaacutetica pasando por las que entienden que hay en eacutel una forma de praacutectica o de ejercicio dialeacutectico En segundo lugar tambieacuten ha sido objeto de debate entre los especialistas la cuestioacuten de a cuaacutel de las dos versiones conservadas la del Anoacutenimo o la de Sexto se ha de conceder la preferencia para la reconstruccioacuten del contenido efectivo del tratado Uacuteltimamente la mayor parte de los inteacuterpretes se ha decantado por la versioacuten del Anoacutenimo a pesar de la escasa fiabilidad que se le concede en lo referente a la transmisioacuten de Jenoacutefanes como ya vimos (supra 72) Pero una exposicioacuten adecuada del debate auacuten existente excederiacutea del espacio que aquiacute le podemos dedicar 216 De esta opinioacuten es entre otros Tomaacutes Calvo (vid ldquoDe Parmeacutenides a Gorgias el mundo verdadero como faacutebulardquo En L Saacuteez J de la Higuera y J F Zuacutentildeiga (Eds) Pensar la nada ensayos sobre filosofiacutea y nihilismo Biblioteca Nueva Madrid 2007 159-188)
85
afirmar que no hay nada que sea eterno infinito inmoacutevil incorruptible indivisible
etceacutetera Nada inmutable en definitiva Con lo que el cosmos se sumerge de nuevo en la
vieja visioacuten heracliacutetea en la que prima el devenir No es faacutecil decir si esto supone la
negacioacuten del criterio de verdad Si asiacute fuera el nombre de Heraacuteclito tambieacuten habriacutea
debido aparecer entre los de los negadores del criterio Pero no por admitir esta visioacuten
de la primera tesis gorgiana se ha de suponer que Gorgias no negoacute el criterio ya que
aun siendo cierto que no negase el cosmos la segunda de las tesis abarcariacutea tambieacuten el
espacio coacutesmico superviviente a la primera
Una afirmacioacuten radical del acosmismo habriacutea dejado sin sentido las partes
segunda y tercera del tratado Si Gorgias hubiera logrado probar de entrada la
inexistencia del mundo iquestpara queacute molestarse en probar su incognoscibilidad Lo uacutenico
que habriacutea seriacutea la nada y la incognoscibilidad de la nada no necesita de prueba Sin
embargo asumiendo que la primera tesis se dirige contra la escuela de Elea la
continuacioacuten del tratado recobra su sentido como caracterizacioacuten del mundo no-eleaacutetico
El mundo despojado de su unidad su inmutabilidad su homogeneidad y el resto
de caracteriacutesticas que la escuela de Elea le habiacutea atribuido resulta incognoscible Ya no
es lo mismo ser y ser pensado Y es a la destruccioacuten de la identificacioacuten parmeniacutedea de
ser y pensamiento a lo que Gorgias dedica la segunda de sus tesis El pensamiento es
pensamiento y no hay por queacute admitir que lo pensado deba existir por necesidad
ldquoPues no porque alguien piense un hombre volando o carros corriendo por el mar no por eso automaacuteticamente un hombre vuela o carros corren por el marrdquo217
Es maacutes la identificacioacuten de lo pensado y lo existente se muestra imposible ya
que si las cosas pensadas no son cosas que son entonces lo que es lo existente no es
pensado Entre el aacutembito de lo fiacutesico y el de las representaciones mentales se abre una
brecha que no puede ser salvada La consecuencia que esto tiene para la cuestioacuten del
criterio de verdad es la desaparicioacuten de la propia verdad Si no hay relacioacuten entre el
pensamiento y el mundo entonces no hay verdad ni falsedad alguna en el espacio del
pensamiento Si lo pensado no existe entonces ninguacuten criterio seraacute necesario para
distinguir las representaciones mentales que son reales de las que no lo son Todas son
por igual irreales
217 Adv math VII 79 οὐδὲ γὰρ ἂν φρονῇ τις ἄνθρωπον ἱπτάμενον ἢ ἅρματα ἐν πελάγει
τρέχοντα εὐθέως ἄνθρωπος ἵπταται ἢ ἅρματα ἐν πελάγει τρέχει
86
Tambieacuten la tercera tesis contiene en siacute misma la suspensioacuten del criterio de
verdad Admitiendo la posibilidad de que la realidad fuera cognoscible por el hombre
Gorgias asegura que auacuten habriacutea otra dificultad insuperable No se trata ahora de un
abismo entre el mundo y el hombre como el que describe la anterior parte de tratado
sino del abismo que separa a unos hombres de otros Aun conociendo el mundo la
comunicacioacuten de lo conocido es esencial para el tema del criterio ya que la misma
posibilidad de establecer un criterio de verdad presupone un espacio intersubjetivo en el
que el criterio pueda actuar Diriacuteamos pues que cualquier criterio de verdad que pueda
proponerse ha de ser un criterio intersubjetivo de verdad La comunicabilidad de los
conocimientos es de este modo imprescindible para el criterio
Sin embargo seguacuten Gorgias no hay nada que pueda ser comunicado En la
demostracioacuten de esta tesis es en lo que consiste la tercera parte de su tratado en la que
predomina el punto de vista linguumliacutestico La base del razonamiento de Gorgias la
encontramos seguacuten el testimonio de Sexto en la diferencia que separa la palabra de la
cosa y seguacuten el del anoacutenimo ademaacutes de en lo anterior en que nadie tiene en la mente
lo mismo que otro El primer argumento muestra que en la comunicacioacuten verbal no es el
objeto fiacutesico la cosa que estaacute fuera (ἐκτός) lo que es comunicado La comunicacioacuten se
produce mediante el uso de palabras y las palabras no son las cosas que significan Lo
que se comunicariacutea de este modo no seriacutea la referencia de la palabra sino el mero
signo que trata de referir a ella por utilizar la terminologiacutea fregeana Es decir la
comunicacioacuten verbal es comunicacioacuten de palabras no de cosas El signo oral o escrito
que se situacutea en lugar de una cosa en el proceso comunicativo es en realidad incapaz de
sustituir a esa cosa Por tanto al comunicarnos lo que comunicamos no es cosas que
son sino palabras Gorgias admite eso siacute que las palabras se constituyen a partir de las
impresiones que las cosas producen en nosotros pero no podemos deducir de ello que la
palabra pueda ser indicio de coacutemo es aquello a lo que refiere ya que seguacuten dice la
palabra no es evocadora de lo exterior sino que lo exterior es revelador de la palabra
El segundo argumento que soacutelo el anoacutenimo recoge estaacute fuertemente
relacionado con el anterior y lo complementa En efecto si el objeto de la comunicacioacuten
no es la cosa sino la palabra es decir si al hablar transmitimos palabras pero no cosas
hay que preguntarse por queacute sea lo pensado por cada uno de los dos interlocutores en el
acto de la comunicacioacuten
87
En principio para que pueda aceptarse la comunicabilidad de los pensamientos
habriacutea que admitir que lo que el hablante tiene en mente cuando habla es lo mismo que
despueacutes de escucharle aparece en la mente del oyente Emisor y receptor compartiriacutean
asiacute un ldquocontenido de concienciardquo Sin embargo esto se muestra absurdo para Gorgias
por el hecho de que con ello se romperiacutea con uno de los principios baacutesicos
incuestionados de la ontologiacutea el principio de individuacioacuten Aunque hasta eacutepocas
posteriores se trata de un principio maacutes bien impliacutecito algo parecido a una formulacioacuten
suya que podriacutea estar vigente para Gorgias cuando construye este argumento seriacutea la
afirmacioacuten de que nada puede ocupar dos espacios distintos en un mismo tiempo
lsquoEspaciorsquo no debe entenderse aquiacute de forma literal sino en un sentido lato ndashde tal modo
que la mente de una persona pueda concebirse como una ubicacioacutenndash Asiacute seguacuten el
anoacutenimo Gorgias rechaza que pueda haber identidad entre los pensamientos de emisor
y receptor de la comunicacioacuten porque no considera posible que la misma cosa esteacute a la
vez en ambos Por una parte si se trata de una sola cosa no puede ser compartida por
ambos intervinientes en la comunicacioacuten y si no es compartida no habraacute tal
comunicacioacuten Por otra si no es una sola cosa sino dos tampoco seraacute comunicacioacuten lo
que se haya producido La comunicacioacuten pues no es posible
Pero aun admitiendo de nuevo tal como hace en otras ocasiones aquello que
acaba de refutar es decir en este caso que fuera posible que lo mismo estuviera en
varios tampoco estariacutea garantizada la comunicabilidad Nada impide seguacuten Gorgias
que eso que a un tiempo seriacutea lo mismo y estariacutea en varios se les mostrase a ambos de
forma diferente hasta el grado de lo diverso ya que uno y otro no son del todo
semejantes ndashde lo contrario seriacutean soacutelo unondash y si lo comunicado se mostrase a emisor y
receptor de manera tan diversa como para no parecer una misma cosa tampoco
entonces podriacutea afirmarse que ha habido comunicacioacuten
Asiacute pues por la incomunicabilidad de los conocimientos por la
incognoscibilidad del mundo o por la inexistencia de la verdad absoluta e inmutable la
filosofiacutea de Gorgias incluye entre sus consecuencias la supresioacuten del criterio de verdad
convirtieacutendose por ello en una de las maacutes claras formas de ldquopreescepticismordquo
Metrodoro de Quiacuteos
Despueacutes de esta serie de filoacutesofos que hemos tratado hasta ahora todos ellos
relacionados con la orientacioacuten esceacuteptica por anticipar alguno de los elementos que
acabaraacuten por constituirla menciona Sexto entre los negadores del criterio a aquellos
88
otros cuya proximidad con el escepticismo es mucho maacutes iacutentima y maacutes esencial a sus
propias concepciones filosoacuteficas El primero de ellos es el democriacuteteo Metrodoro de
Quiacuteos
Dentro de la escuela de Abdera una de las posiciones maacutes preeminentes habiacutea
sido la que ocupoacute Metrodoro Disciacutepulo del propio Demoacutecrito o de un democriacuteteo
llamado Nesa asumioacute y defendioacute las tesis atomistas de su escuela seguacuten las cuales los
principios en los que la naturaleza se fundamenta son lo lleno y lo vaciacuteo pero ademaacutes
profundizoacute en las dificultades y aporiacuteas que la teoriacutea democriacutetea habiacutea planteado
profundizacioacuten que le condujo a propuestas que casi pueden calificarse de propiamente
esceacutepticas
A esa afinidad doctrinal se antildeade el hecho de que Metrodoro ha sido considerado
como uno de los antecedentes directos del pirronismo Clemente afirma que fue maestro
de Dioacutegenes de Esmirna que a su vez lo fue de Anaxarco y este de Pirroacuten218 El leacutexico
Suida afirma por su parte que el maestro de Pirroacuten fue primero Brisoacuten disciacutepulo de
Clitoacutemaco y despueacutes Alejandro que fue seguidor de Metrodoro219 Asiacute ambas fuentes
se remontan al de Quiacuteos para reconstruir la liacutenea sucesoria del pensamiento que acabaraacute
por generar el escepticismo Tambieacuten Ciceroacuten trata a Metrodoro como especialmente
relacionado con el pensamiento esceacuteptico pero situaacutendolo entre los antecedentes
principales de la otra liacutenea esceacuteptica la de la Academia Sexto en cambio hace de eacutel un
puro negador del criterio de verdad cuando declara lo siguiente
ldquoY no pocos eran como declareacute maacutes arriba los que afirmaron que los del ciacuterculo de Metrodoro y Anaxarco y tambieacuten los de Moacutenimo rechazaron el criterio sobre todo Metrodoro porque dijo nosotros no sabemos nada ni siquiera esto mismo sabemos que no sabemos nadardquo220
El terreno en el que mayor innovacioacuten supone la filosofiacutea de Metrodoro es el de
la teoriacutea del conocimiento Su punto de partida epistemoloacutegico es el mismo que el de
218 Clemente Strom I XIV 64 2-4 Τῆς δὲ Ἐλεατικῆς ἀγωγῆς Ξενοφάνης ὁ Κολοφώνιος
κατάρχει ὅν φησι Τίμαιος κατὰ Ἱέρωνα τὸν Σικελίας δυνάστην καὶ Ἐπίχαρμον τὸν ποιητὴν
γεγονέναι Ἀπολλόδωρος δὲ κατὰ τὴν dagger τεσσαρακοστὴν ὀλυμπιάδα γενόμενον παρατετακέναι
ἄχρι τῶν Δαρείου τε καὶ Κύρου χρόνων Παρμενίδης τοίνυν Ξενοφάνους ἀκουστὴς γίνεται
τούτου δὲ Ζήνων εἶτα Λεύκιππος εἶτα Δημόκριτος Δημοκρίτου δὲ ἀκουσταὶ Πρωταγόρας ὁ
Ἀβδηρίτης καὶ Μητρόδωρος ὁ Χῖος οὗ Διογένης ὁ Σμυρναῖος οὗ Ἀνάξαρχος τούτου δὲ
Πύρρων οὗ Ναυσιφάνης τούτου φασὶν ἔνιοι μαθητὴν Ἐπίκουρον γενέσθαι 219 Suid s v Πύρρων Decleva Caizzi 1B
89
Demoacutecrito la consideracioacuten de que las percepciones son incapaces de transmitir la
verdad221 Las sensaciones son engantildeosas y por tanto a traveacutes de ellas no llegamos a
conocer nada Como hemos visto222 esta posicioacuten en Demoacutecrito se veiacutea matizada por el
papel de la razoacuten El conocimiento adquirido a traveacutes de las sensaciones no seriacutea vaacutelido
pero el conocimiento racional siacute tendriacutea fiabilidad A traveacutes de la razoacuten se llegariacutea a
comprender la falsedad de la informacioacuten aportada por los sentidos y a conocer los
elementos fundamentales de la teoriacutea atoacutemica
Metrodoro partiendo de esta concepcioacuten del abderita eliminaraacute la funcioacuten de la
razoacuten como medio para alcanzar el conocimiento verdadero Y al admitir la falibilidad
del conocimiento sensible y rechazar que la razoacuten pueda suplir a las sensaciones en el
conocimiento de la realidad la conclusioacuten de Metrodoro es que no conocemos nada La
dificultad de sustentacioacuten de la razoacuten sin los sentidos sentildealada por el propio Demoacutecrito
en fragmento ya citado223 Metrodoro la asumiriacutea sin paliativos Eliminando las
sensaciones como fuente de conocimiento la razoacuten queda tambieacuten inutilizada para ese
fin El rechazo de los sentidos conlleva la imposibilidad de sustentar el conocimiento
racional que Demoacutecrito defendiacutea como uacutenico medio de conocer la verdad Metrodoro
que percibe que esta dificultad que ya Demoacutecrito habiacutea detectado quedaba en el sistema
del abderita sin solucioacuten ya no trataraacute de buscar el modo de resolverla sino que la
afirmaraacute como insalvable y la convertiraacute en eje de su posicioacuten epistemoloacutegica Asiacute la
negacioacuten del conocimiento por parte de Metrodoro es radical Para expresar su tesis el
de Quiacuteos retoma la formulacioacuten toacutepica de la ignorancia socraacutetica y la vuelve sobre siacute
misma si Soacutecrates soacutelo sabiacutea que no sabiacutea nada Metrodoro seguacuten nos informa
Dioacutegenes Laercio llegoacute a afirmar ldquoque ni siquiera esto mismo sabiacutea que nada sabiacuteardquo224
De forma semejante Sexto transmite la misma opinioacuten de Metrodoro en el texto citado
maacutes arriba225 y Ciceroacuten reproduce la misma tesis de la siguiente forma
ldquoNiego ndash dice [Metrodoro] ndash que sepamos si sabemos algo o no sabemos nada ni siquiera que sepamos si sabemos (o no sabemos) tal cosa ni si absolutamente existe alguna cosa o nadardquo226
220 Adv Math VII 87-88 Οὐκ ὀλίγοι δὲ ἦσαν ὡς προεῖπον οἱ καὶ τοὺς περὶ Μητρόδωρον καὶ
Ἀνάξαρχον ἔτι δὲ Μόνιμον φήσαντες ἀνῃρηκέναι τὸ κριτήριον ἀλλὰ Μητρόδωρον μὲν ὅτι
εἶπεν οὐδὲν ἴσμεν οὐδ αὐτὸ τοῦτο ἴσμεν ὅτι οὐδὲν ἴσμεν 221 Vid Aecio IV 9 1 222 Supra 61 y ss 223 Supra 63 n 155 224 DL IX 58 225 Supra 89 n 220 226 Ciceroacuten Acad II XXIII 73
90
Por tanto la supresioacuten del conocimiento por parte de Metrodoro es en cierto
sentido de mayor alcance que la esceacuteptica porque niega tanto a las sensaciones como a
la razoacuten la posibilidad de aportar conocimiento en lugar de propugnar la suspensioacuten del
juicio Por ello es un negador del criterio pues rechaza incluso el criterio de verdad que
Demoacutecrito habiacutea situado en la razoacuten Pero tambieacuten en cierto sentido la posicioacuten de
Metrodoro es puramente esceacuteptica ya que negar incluso la posibilidad de saber si
sabemos o no sabemos es casi equivalente a dejar en suspenso si hay o no
conocimiento es decir a suspender el juicio Por ello Aristocles relaciona esta
formulacioacuten de Metrodoro con el nacimiento de la orientacioacuten esceacuteptica ya que justo
despueacutes de mencionarla antildeade que ldquoproporcionoacute malos recursos a Pirroacuten que nacioacute
despueacutes de estordquo227 Asiacute pues seguacuten Aristocles el escepticismo pirroniano habriacutea
surgido en parte como desarrollo de la tesis de Metrodoro
La coincidencia de posiciones entre Pirroacuten y Metrodoro es pues notable Pero
auacuten hay diferencias destacables que es necesario resentildear Metrodoro renuncia a
encontrar un criterio de verdad que garantice el conocimiento y por tanto considera que
es imposible fundamentar el conocimiento de la realidad pero al tiempo eacutel es un
atomista Aunque pueda parecer que desde su epistemologiacutea es imposible defender
cualquier postura ontoloacutegica o fiacutesica acerca del mundo una cosa y otra no son
incompatibles Metrodoro no puede si es consecuente afirmar que es demostrable la
tesis atomista pero siacute puede considerarla verdadera a pesar de la imposibilidad de
demostracioacuten Puede ser atomista porque crea que el atomismo responde al modo de ser
del mundo aunque al tiempo su posicioacuten sobre las posibilidades de conocimiento pueda
calificarse como esceacuteptica Tomando esta actitud como punto de partida Pirroacuten habriacutea
dado un paso maacutes al sustituir esa opcioacuten por la fe en una determinada tesis fiacutesica por la
pura suspensioacuten del juicio en lo que a esas cuestiones se refiere Ya no es cuestioacuten de
creer que una determinada filosofiacutea dogmaacutetica es verdadera aunque indemostrable sino
de asumir la imposibilidad de demostracioacuten y liberarse de la carga que supone la
necesidad de asuncioacuten de cualquier forma de dogmatismo
91
Anaxarco el Eudemonista
El siguiente eslaboacuten en la cadena que une a la escuela democriacutetea con el
pirronismo es Anaxarco Seguacuten Dioacutegenes Laercio228 ndash y tambieacuten seguacuten Galeno229 ndash era
originario de Abdera Habriacutea sido bien disciacutepulo de Dioacutegenes de Esmirna bien del
propio Metrodoro230 Tambieacuten Dioacutegenes Laercio menciona que fue compantildeero habitual
de Pirroacuten el cual lo habriacutea seguido por todas partes231 Seguacuten Filoacuten de Atenas ademaacutes
Pirroacuten habriacutea recurrido a menudo a la mencioacuten del propio Demoacutecrito232 hacieacutendose a siacute
mismo con ello heredero en cierta forma del pensamiento abderita Por todo ello la
figura de Anaxarco se muestra como un claro punto de articulacioacuten de ambas liacuteneas
filosoacuteficas Por un lado es en la escuela democriacutetea en la que se instruye y a la que
pertenece y por otro su ensentildeanza daraacute origen a la liacutenea que Pirroacuten inaugura Por ello
Aristocles lo presenta inserto en una liacutenea sucesoria que arranca de Demoacutecrito para
concluir en el de Elis Asiacute tras Demoacutecrito menciona a Protaacutegoras Nesa Metrodoro y
Dioacutegenes despueacutes a Anaxarco y por uacuteltimo a Pirroacuten233
Al igual que sucede en el caso de Metrodoro la teoriacutea fiacutesica que Anaxarco da
por vaacutelida es por completo democriacutetea Su concepcioacuten de la naturaleza es atomista y en
sus lecciones explicaba la doctrina de Demoacutecrito de la infinitud de los mundos234 Pero
la principal innovacioacuten que Anaxarco supone la podemos encontrar no en el terreno
epistemoloacutegico como en el caso de Metrodoro sino en sus aportaciones eacuteticas que
tendraacuten continuacioacuten a lo largo de toda la filosofiacutea heleniacutestica
En primer lugar Anaxarco situacutea como la maacutes elevada meta del esfuerzo humano
alcanzar la felicidad cosa que haraacuten tambieacuten estoicos epicuacutereos y esceacutepticos Pero
ademaacutes el modo en que concibe esa felicidad le lleva a propugnar determinados medios
227 Aristocles apud Eusebio Praep Evang XIV 19 9 ἥτις εἰσβολὴ κακὰς ἔδωκεν ἀφορμὰς τῷ
μετὰ ταῦτα γενομένῳ Πύρρωνι 228 DL IX 58 229 Galeno H Phil 7 230 DL IX 58 231 DL IX 61 232 DL IX 67 ἀλλὰ καὶ Φίλων ὁ Ἀθηναῖος γνώριμος αὐτοῦ γεγονώς ἔλεγεν ὡς ἐμέμνητο
μάλιστα μὲν Δημοκρίτου 233 Aristocles apud Eusebio Praep Evang XIV 17 10 Ξενοφάνους δὲ ἀκουστὴς γέγονε
Παρμενίδηςmiddot τούτου Μέλισσος οὗ Ζήνων οὗ Λεύκιππος οὗ Δημόκριτος οὗ Πρωταγόρας καὶ
Νεσσᾶςmiddot τοῦ δὲ Νεσσᾶ Μητρόδωρος οὗ Διογένης οὗ Ἀνάξαρχος Ἀναξάρχου δὲ γνώριμος
γέγονε Πύρρων ἀφ οὗ ἡ τῶν Σκεπτικῶν ἐπικληθέντων διατριβὴ συνέστη (De Jenoacutefanes se hizo disciacutepulo Parmeacutenides y de eacuteste Meliso y de eacutel Zenoacuten y de eacutel Leucipo y de eacutel Demoacutecrito y de eacutel Protaacutegoras y Nesa de Nesa se hizo disciacutepulo Metrodoro y de eacutel Dioacutegenes y de eacutel Anaxarco De Anaxarco se hizo compantildeero Pirroacuten por quien fue constituido el discurso de los llamados ldquoesceacutepticosrdquo) 234 Cfr Plutarco De tranqu an 4 DK 72 A 11 y Valerio Maacuteximo VIII 14 extr 2 DK 72 A 11
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para alcanzarla La actitud a la que la doctrina de Anaxarco anima es la de la adiaphoriacutea
o indiferencia que es la misma que emplearaacute Pirroacuten y que a partir de eacutel caracterizaraacute a
todo el escepticismo pirroacutenico como escuela La estima de Anaxarco por la indiferencia
y la imperturbabilidad que se desprende de muacuteltiples testimonios235 bien pudo haber
arraigado tanto en eacutel como en su compantildeero Pirroacuten a traveacutes del contacto con formas de
pensamiento ajenas a Grecia en el viaje en el que ambos tomaron parte con las tropas de
Alejandro236 o bien pudo ser una cierta propensioacuten de Anaxarco acentuada y tematizada
por el de Elis De un modo u otro no resulta complicado encontrar en Anaxarco una de
las maacutes claras influencias que propiciaron la aparicioacuten y el desarrollo de un pensamiento
como el esceacuteptico
Con todo Sexto no dedica tanta atencioacuten a las caracteriacutesticas de la propuesta
eudemonista de Anaxarco como a su actitud en referencia al conocimiento Por ello
considera a Anaxarco maacutes que un antecedente del escepticismo un negador del criterio
Despueacutes de atribuir a Metrodoro dicha negacioacuten en base a su tesis sobre la ignorancia
afirma Sexto que tambieacuten Anaxarco y Moacutenimo sostienen esa misma posicioacuten con
relacioacuten al criterio ldquoporque comparando las cosas existentes con una escenografiacutea
(σκηνογραφία) supusieron que eacutestas eran parecidas a las que nos asaltan en el suentildeo y
la locurardquo237
Asiacute Anaxarco y Moacutenimo habriacutean iniciado la liacutenea argumentativa que emplea la
comparacioacuten de las percepciones con las imaacutegenes del suentildeo y las alucinaciones para
poner en cuestioacuten su legitimidad como elemento de juicio referido al mundo exterior
Esta estrategia pasaraacute posteriormente a formar parte del corpus de argumentos
dialeacutecticos que la escuela esceacuteptica explotaraacute para desbaratar los intentos dogmaacuteticos de
fundamentacioacuten del conocimiento y para tratar de hacer patente la equipolencia de
fuerzas entre tesis opuestas
Sin embargo el modo en que Sexto nos presenta la argumentacioacuten de Anaxarco
y Moacutenimo justifica el hecho de que no se les incluya entre los propios esceacutepticos sino
entre quienes negaron la existencia del criterio de verdad pues lo que dice Sexto es que
ambos supusieron que las cosas del mundo eran realmente tan ficticias como escenas
235 E g DL IX 63 y DL IX 59 DK 72 A 2 236 Piantelli entre otros relaciona insistentemente la actitud imperturbable de Anaxarco y Pirroacuten con la influencia de los ldquogimnosofistasrdquo de la India (Piantelli M laquoPossibili elementi indiani nella formazione del pensiero di Pirrone di Elideraquo Filosofia 29 1978 135-164) 237 Adv Math VII 88 Ἀνάξαρχον δὲ καὶ Μόνιμον ὅτι σκηνογραφίᾳ ἀπείκασαν τὰ ὄντα τοῖς τε
κατὰ ὕπνους ἢ μανίαν προσπίπτουσι ταῦτα ὡμοιῶσθαι ὑπέλαβον
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pintadas o decorados o tan ilusorias como alucinaciones o suentildeos es decir que las
percepciones que tenemos del mundo no tienen verdadera correspondencia con la
realidad En principio esto parece un desarrollo del argumento democriacuteteo de la falta de
fiabilidad de las sensaciones pero cabriacutea preguntarse si Anaxarco habriacutea mantenido el
criterio racional de Demoacutecrito o tambieacuten lo habriacutea suprimido y por tanto si su negacioacuten
del criterio se reduciacutea al aacutembito sensible o abarcaba tambieacuten el racional
Moacutenimo el Ciacutenico
Seguacuten parece Moacutenimo de Siracusa conocido como Moacutenimo el Ciacutenico fue un
esclavo de un banquero corintio Tras fingir demencia para lograr ser puesto en libertad
abrazoacute el modo de vida propio del cinismo Siguioacute las ensentildeanzas de Crates y Dioacutegenes
y seguacuten Goulet-Cazeacute238 podriacutea haber estado relacionado tambieacuten con Jeniacuteades Acerca
de su obra sabemos que escribioacute dos libros Perigrave hoacutermōn (Sobre los impulsos) una
Exhortacioacuten a la filosofiacutea y otros ldquoescritos humoriacutesticos mezclados con seriedad
encubiertardquo239 No contamos con demasiadas referencias maacutes a su doctrina Y las
alusiones que podemos encontrar en Sexto estaacuten relacionadas sobre todo con el
pensamiento de Anaxarco No es pues faacutecil determinar si Moacutenimo fue efectivamente
un negador del criterio o si de alguacuten modo aproximoacute su postura desde el cinismo hasta
el escepticismo En Menandro240 encontramos una referencia a eacutel Se nos dice que fue
ldquoun hombre sabiordquo pero ldquodemasiado paradoacutejicordquo que habriacutea sido llamado ldquoel zurroacutenrdquo
por sus contemporaacuteneos De sus ensentildeanzas lo uacutenico que menciona Menandro es que
Moacutenimo sobrepasoacute a todos ya que declaroacute que toda imposicioacuten humana era una ilusioacuten
De ser asiacute quizaacute la afinidad de Moacutenimo con Anaxarco sea soacutelo parcial Ambos suponen
una forma de negacioacuten por lo ilusorio pero mientras que en Anaxarco se trata de la
238 Goulet-Cazeacute M-O ldquoApeacutendice A cataacutelogo integral de los filoacutesofos ciacutenicos conocidosrdquo en Bracht Branhan R y Goulet-Cazeacute M-O (eds) The Cynics The Cynic Movement in Antiquity and Its Legacy University of California Press 1996 Traduccioacuten castellana de Vicente Villacampa Los ciacutenicos Seix-Barral Barcelona 2000 514 239 DL VI 82-3 (Conocemos tambieacuten el tiacutetulo de una obra Θαυμασίων συναγωγή que Clemente de Alejandriacutea atribuye al nombre de Moacutenimo y cuyo contenido se ha venido considerando de caraacutecter proacuteximo a la paradoxografiacutea De esta obra Clemente transcribe una uacutenica cita directa Ἐν Πέλλη τῆς
Θετταλίας Ἀχαιὸν ἄνθρωπον Πηλεῖ καὶ Χείρωνι καταθύεσθαι (Protreacuteptico III42 4 paacuteg 32 1 St) de la que Cirilo transmite una variante en Contra Julianum IV 128c Wilamowitz (Commentariol Gramm II Greifsw 1880 9) y Giannini (ldquoStudi sulla paradossografia greca II Da Callimaco allrsquoetagrave imperiale la letteratura paradossograficardquo Acme XVII 1 1964 paacuteg 117 n 112) se muestran partidarios de considerar esta obra como parte de los escritos humoriacutesticos que Dioacutegenes Laercio menciona pero no cabe duda de que resulta muy cuestionable la identificacioacuten del Moacutenimo a que Clemente se refiere con Moacutenimo de Siracusa La mencionada cita directa podriacutea recordar la criacutetica ciacutenica de las costumbres pero no contamos con base textual suficiente para sustentar con firmeza esta tesis) 240 Menandro Hipocomo apud Dioacutegenes Laercio idem
94
consideracioacuten de todas las cosas existentes como ilusorias la negacioacuten de Moacutenimo hace
referencia tan soacutelo a las imposiciones humanas esto es a las coerciones que el noacutemos
ejerce sobre la pura Naturaleza La ley y la convencioacuten humana ilusorias y falaces son
negadas por el cinismo porque violentan los impulsos pero estos no son negados a su
vez Asiacute la negacioacuten del criterio de verdad en Moacutenimo estariacutea limitada al aacutembito de la
convencioacuten En lo referente a la phyacutesis humana en cambio su criterio seriacutea el instinto
natural
23- Otras posiciones filosoacuteficamente afines a la esceacuteptica
En el libro I de los Esbozos pirroacutenicos241 tras aclarar las diferencias entre el
escepticismo y aquellas liacuteneas de pensamiento cercanas que le antecedieron en el
tiempo Sexto continuacutea tratando otras corrientes que de alguna manera guardan relacioacuten
con el modo de pensamiento esceacuteptico Este grupo de corrientes abarca tanto escuelas
estrictamente filosoacuteficas como otras que no lo son Tomando como base el pasaje de los
Esbozos podemos completar el panorama de pensamiento que rodea doctrinalmente al
escepticismo griego Por tanto siguiendo la liacutenea argumental sextiana hemos de
comenzar por atender a la filosofiacutea acadeacutemica
231- La Academia platoacutenica
Aunque puede que en un principio la filosofiacutea de Platoacuten no parezca guardar una
relacioacuten muy iacutentima con el escepticismo los viacutenculos entre ambas escuelas han sido
muchos y a menudo muy estrechos Por su enraizamiento en la filosofiacutea socraacutetica la
Academia siempre vio con buenos ojos las tesis relativizadoras del alcance del
conocimiento Y en determinadas etapas la escuela platoacutenica abrazoacute una filosofiacutea
marcadamente esceacuteptica que rivalizoacute con el escepticismo pirroacutenico Por todo ello una
de las liacuteneas de pensamiento que han de ser tratadas entre las filosofiacuteas proacuteximas al
escepticismo es sin duda la liacutenea platoacutenica si bien es cierto que debe tomarse con
especial precaucioacuten debido a los cambios de rumbo que en diferentes etapas
experimentoacute la escuela Asiacute lo hace Sexto Empiacuterico cuando en HP I 220-235 trata
acerca de los puntos que relacionan al escepticismo con la Academia distinguiendo
cinco periodos diferentes en la escuela platoacutenica y tratando por separado la influencia
241 HP I 219-241
95
relacioacuten proximidad o lejaniacutea de cada uno de ellos con el pirronismo Acerca de esos
cinco periodos resultan clarificadoras las palabras de Sexto Empiacuterico al respecto
Ha habido como dice la mayoriacutea tres Academias la Primera y maacutes antigua la de los platoacutenicos la Segunda o Media la de Arcesilao el disciacutepulo de Polemoacuten la Tercera o Nueva la de Carneacuteades y Clitoacutemaco Pero unos cuantos antildeaden tambieacuten como Cuarta la de Filoacuten y Carmadas E incluso algunos califican de Quinta la de Antiacuteoco242 La primera Academia Platoacuten
El intereacutes de Sexto al tratar acerca del periodo inicial de la Academia se centra
en la cuestioacuten de si la filosofiacutea platoacutenica es o no dogmaacutetica El propio Platoacuten habiacutea sido
considerado por algunos243 como un esceacuteptico en sentido estricto debido al talante que
se desprende de la lectura de sus diaacutelogos iniciales maacutes proacuteximos a Soacutecrates y menos
dedicados a la demostracioacuten de sus posteriores teoriacuteas
Es en esta parte de la obra platoacutenica en la que tomaraacute sustento el giro de
orientacioacuten que sufriraacute la Academia bajo Arcesilao amparaacutendose en un regreso a los
oriacutegenes aporeacuteticos del platonismo
En efecto es conocido el caraacutecter de estos primeros diaacutelogos en los que la voz
de Soacutecrates en lugar de exponer doctrina deja a su interlocutor avanzar en su
razonamiento y le hace notar los fallos o las incoherencias de su argumentacioacuten
Cuestioacuten aparte es la pregunta sobre si este talante proacuteximo al escepticismo corresponde
al propio Platoacuten o si soacutelo estaba sirviendo de recopilador de las opiniones que su
maestro no habiacutea dejado por escrito Es probable que Platoacuten pretendiese dejar
constancia del modo de actuar de Soacutecrates pero distinguir queacute corresponde al maestro y
queacute al disciacutepulo en cuanto al contenido es casi imposible De un modo u otro no puede
negarse que el resultado se aproxima al modo esceacuteptico de actuar no afirmando ni
negando nada pero refutando las afirmaciones o negaciones de los interlocutores244
242 HP I 220-1 Ἀκαδημίαι δὲ γεγόνασιν ὡς φασὶltν οἱgt πλείους [ἢ] τρεῖς μία μὲν καὶ
ἀρχαιοτάτη ἡ τῶν περὶ Πλάτωνα δευτέρα δὲ καὶ μέση ἡ τῶν περὶ Ἀρκεσίλαον τὸν ἀκουστὴν
Πολέμωνος τρίτη δὲ καὶ νέα ἡ τῶν περὶ Καρνεάδην καὶ Κλειτόμαχονmiddot ἔνιοι δὲ καὶ τετάρτην
προστιθέασι τὴν περὶ Φίλωνα καὶ Χαρμίδαν τινὲς δὲ καὶ πέμπτην καταλέγουσι τὴν περὶ
[τὸν] Ἀντίοχον 243 Sexto menciona a Menoacutedoto y Enesidemo como defensores de esta visioacuten (HP I 222) 244 Tambieacuten en diaacutelogos de etapas posteriores pueden encontrarse indicios de una cierta ldquotendencia esceacutepticardquo en sentido lato en Platoacuten Asiacute en el Sofista encontramos un pasaje (230 a 3 ndash d 5) en el que se describe un procedimiento de ensentildeanza muy similar a la confrontacioacuten esceacuteptica de argumentos opuestos y que concluye tambieacuten en una ldquoliberacioacutenrdquo de las opiniones ldquosoacutelidasrdquo liberacioacuten que ademaacutes desemboca en un estado ldquoplacenterordquo y ldquofirmerdquo que podriacutea interpretarse como paralelo a la ataraxiacutea (Cfr Soph 229 e 1 ndash 230 d 5)
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Sexto sin embargo aun conociendo estas caracteriacutesticas de ciertos diaacutelogos
platoacutenicos no infiere de ello que pueda considerarse al fundador de la Academia como
esceacuteptico ya que en otras obras siacute se pronuncia tajantemente acerca de cuestiones como
la existencia de las Ideas etceacutetera Esto basta seguacuten Sexto para que Platoacuten deba ser
contado en el nuacutemero de los dogmaacuteticos ya que una afirmacioacuten absoluta o la
consideracioacuten de una sola representacioacuten como maacutes digna de creacutedito que otra esto es
una sola ruptura de la suspensioacuten del juicio basta para eacutel para constituir
dogmatismo245 Por tanto aunque Platoacuten hubiera mantenido una actitud proacutexima al
escepticismo en alguacuten momento de su obra eso no seriacutea suficiente para considerarlo
esceacuteptico
La Segunda Academia Arcesilao
A pesar de los esfuerzos del escepticismo posterior a Enesidemo por mostrarse
como heredero directo de una liacutenea sucesoria no interrumpida desde el propio Pirroacuten lo
cierto es que a su muerte Pirroacuten no habiacutea fundado algo que pudiera llamarse con rigor
una ldquoescuelardquo Su disciacutepulo Timoacuten ejercioacute un importante papel de difusioacuten de sus
doctrinas y puede que a traveacutes de sus saacutetiras el pensamiento pirroniano ejerciera alguna
o incluso mucha influencia en determinados filoacutesofos posteriores Sin embargo parece
incuestionable que la continuacioacuten de este tipo de pensamiento tuvo lugar de modo
fundamental en la Academia platoacutenica a partir del momento en que Arcesilao se
convierte en su maacuteximo dirigente esto es la llamada ldquoAcademia Mediardquo
Aunque la Academia fue un lugar abierto a la discusioacuten y la innovacioacuten y nunca se
impidioacute a sus integrantes cuestionar las doctrinas fundamentales del platonismo los
seguidores inmediatos de Platoacuten mantuvieron una orientacioacuten baacutesicamente fiel a la
teoriacutea original con la que la escuela fue fundada246 No fue hasta el momento en que en
265 a C tras la muerte de Crates Arcesilao se convierte en escolarca de la Academia
245 Cfr HP I 223 246 Ejemplo de la ldquolibertad de pensamientordquo que imperaba en la Academia es el hecho de que los principales seguidores de Platoacuten conformasen teoriacuteas metafiacutesicas diferentes de la de su maestro Ademaacutes de Aristoacuteteles tambieacuten Espeusipo y Jenoacutecrates se distancian de la doctrina puramente platoacutenica Espeusipo rechazoacute por completo las Ideas y asumioacute la existencia independiente de los nuacutemeros matemaacuteticos por ejemplo Por su parte Jenoacutecrates mantuvo la existencia de las Ideas pero identificaacutendolas con los nuacutemeros Pero aun asiacute tanto uno como otro pueden considerarse fieles a lo esencial de la doctrina de Platoacuten en su ensentildeanza en la Academia Sus innovaciones tuvieron lugar a nivel personal pero perpetuaron como oficial la orientacioacuten que la Academia habiacutea tenido desde un primer momento cosa que no puede decirse del periodo como escolarca de Arcesilao (Vid Aristoacuteteles Met 1028 B 21-27 1075 B 37-1076 A 4 1083 B 1-8 1086 A 5-11 1090 B 13-20 Teofrasto Metafiacutesica 6 B 7-9 Cherniss Harold The Riddle of the Early Academy New YorkLondon 1980 )
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cuando se produjo un fuerte cambio de orientacioacuten en su actividad Por este cambio que
aproximoacute a la escuela a posiciones similares a las esceacutepticas la figura de Arcesilao
merece una especial atencioacuten en este lugar
Arcesilao nace en Pitane hacia 315 a C Por tanto su etapa de juventud y parte de
su madurez se desarrolla en vida de Pirroacuten que muere cuando Arcesilao contariacutea unos
45 antildeos Pero no fue la de Pirroacuten la primera influencia filosoacutefica que se le conoce
Seguacuten sabemos por Dioacutegenes Laercio247 su primer maestro fue el matemaacutetico Autoacutelico
Posteriormente estudioacute en Atenas con Janto y luego en el Liceo bajo la direccioacuten de
Teofrasto en torno a 290 a C Pero fue en la Academia en la eacutepoca en que estaba
dirigida por Polemoacuten donde concluyoacute su formacioacuten
Tras su ascenso a la direccioacuten de la Academia el cambio de rumbo al que
conduce la institucioacuten supone seguacuten el un regreso hacia sus posiciones originarias
expresadas en los mencionados primeros diaacutelogos platoacutenicos No admitiraacute pues por lo
que sabemos la influencia de Pirroacuten en su pensamiento pero la enorme semejanza entre
las posiciones del escepticismo y el academicismo medio llevaraacute a que a nadie se le
oculte la relacioacuten entre ambas Asiacute Timoacuten lo satirizaraacute mostraacutendolo como un paraacutesito
de Pirroacuten y Diodoro Crono y Aristoacuten de Quiacuteos lo convertiraacute en una quimera filosoacutefica
ldquoPlatoacuten por delante Pirroacuten por detraacutes Diodoro por en mediordquo248 Esta caracterizacioacuten
burlesca parodia de la descripcioacuten homeacuterica de la Quimera249 ha sido interpretada de
diversas formas El propio Sexto considera que con ello Aristoacuten pretendiacutea afirmar que
Arcasilao aunque en principio aparentaba ser un pirroacutenico en realidad era un seguidor
maacutes de Platoacuten
ldquoMas si ha de creerse lo que de eacutel se dice afirman que a primera vista pareciacutea ser pirroacutenico pero que en realidad era dogmaacutetico y que cuando a traveacutes de la aporeacutetica se enteraba de coacutemo eran sus disciacutepulos si los habiacutea naturalmente bien dispuestos a la comprensioacuten de los dogmas platoacutenicos eacutel seguiacutea siendo considerado aporeacutetico pero a esos disciacutepulos bien dispuestos les ensentildeaba lo de Platoacuten De ahiacute tambieacuten que Aristoacuten dijera de eacutel por aquello de valerse de la dialeacutectica de Diodoro y ser abiertamente platoacutenico por delante Platoacuten por detraacutes Pirroacuten por en medio Diodorordquo250
247 DL IV 29 248 ldquoπρόσθε Πλάτων ὄπισθεν Πύρρων μέσσος Διόδωροςrdquo 249 Il VI 181 πρόσθε λέων ὄπισθεν δὲ δράκων μέσση δὲ χίμαιρα (ldquoleoacuten por delante serpiente por detraacutes cabra por en mediordquo) Recueacuterdese que en el leacutexico griego el teacutermino chiacutemaira hace referencia originalmente a la cabra hembra y soacutelo a raiacutez de este significado pasa a designar al monstruo mitoloacutegico Quimera En griego pues existe una palabra para referir a la cabra como especie (aigs) otra para el macho cabriacuteo (traacutegos) y otra para la hembra (chiacutemaira) 250 HP I 234 εἰ δὲ δεῖ καὶ τοῖς περὶ αὐτοῦ λεγομένοις πιστεύειν φασὶν ὅτι κατὰ μὲν τὸ
πρόχειρον Πυρρώνειος ἐφαίνετο εἶναι κατὰ δὲ τὴν ἀλήθειαν δογματικὸς ἦν καὶ ἐπεὶ τῶν
ἑταίρων ἀπόπειραν ἐλάμβανε διὰ τῆς ἀπορητικῆς εἰ εὐφυῶς ἔχουσι πρὸς τὴν ἀνάληψιν τῶν
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En el seno de esta interpretacioacuten de Sexto se incluye una contradiccioacuten Sexto
explica que el verso refiere a que Arcesilao ocultariacutea sus verdaderas intenciones tras una
maacutescara de escepticismo y que soacutelo de modo esoteacuterico dariacutea a conocer sus auteacutenticas
ensentildeanzas platoacutenicas Asiacute pues empleariacutea el pirronismo de forma abierta y el
platonismo de modo encubierto Sin embargo cuando hace referencia literal al texto de
Aristoacuten lo explica por el caraacutecter ldquoabiertamente platoacutenicordquo (ἄντικρυς Πλατωνικόν)
de Arcesilao ya que soacutelo asiacute se explica que Platoacuten sea mencionado como parte
delantera de la quimera arcesiliana David Sedley en su artiacuteculo ldquoThe Protagonistsrdquo251
interpreta que las palabras ldquoPlatoacuten por delanterdquo se refieren a que Arcesilao no se
consideraba un innovador sino un recuperador de la dialeacutectica libre de dogmas que
habiacutea caracterizado a la Academia en vida de Platoacuten y la expresioacuten ldquoPirroacuten por detraacutesrdquo
recuerda simplemente la influencia de Pirroacuten en el de Pitane en concreto que Pirroacuten
habriacutea inspirado en eacutel la nocioacuten de la suspensioacuten del juicio como maacutes deseable que el
dogmatismo252 Si esto fuese asiacute seriacutea difiacutecil explicar por queacute este verso es satiacuterico ya
que apareceriacutea como meramente descriptivo
Ni Sexto ni Sedley parecen aclarar del todo el sentido del fragmento La
explicacioacuten de Sexto en concreto no basta para entender la colocacioacuten que Aristoacuten
hace de los diversos ldquocomponentesrdquo de Arcesilao No se entiende por que coloca a
Platoacuten como parte anterior y por que a Pirroacuten como posterior El sentido maacutes
esclarecedor del verso quizaacute sea considerarlo como un elaborado juego de palabras que
contiene toda una serie de acusaciones contra Arcesilao En primer lugar situar a Platoacuten
como parte anterior como frente de la quimera sabiendo que Arcesilao fue artiacutefice del
mencionado giro de la Academia hacia el escepticismo y a Pirroacuten como parte trasera
parece querer decir que Arcesilao empleaba el platonismo como fachada (por delante)
siendo en el fondo (por detraacutes) un pirroacutenico Diodoro un gran maestro de retoacuterica se
Πλατωνικῶν δογμάτων δόξαι αὐτὸν ἀπορητικὸν εἶναι τοῖς μέντοι γε εὐφυέσι τῶν ἑταίρων τὰ
Πλάτωνος παρεγχειρεῖν ἔνθεν καὶ τὸν Ἀρίστωνα εἰπεῖν περὶ αὐτοῦ πρόσθε Πλάτων ὄπιθεν
Πύρρων μέσσος Διόδωρος διὰ τὸ προσχρῆσθαι τῇ διαλεκτικῇ τῇ κατὰ τὸν Διόδωρον εἶναι δὲ
ἄντικρυς Πλατωνικόν 251 Sedley D ldquoThe Protagonistsrdquo M Schofield M Burnyeat y J Barnes (Ed) Doubt and Dogmatism Clarendon Press Oxford 1980 11 252 Con lo que dice sobre la expresioacuten ldquoDiodoro por en mediordquo es decir que se refiere a que Arcesilao adoptoacute de eacutel las mejores teacutecnicas dialeacutecticas disponibles en su eacutepoca siacute que coincido Aunque Sedley se pregunta si Arcesilao no habriacutea conseguido mejores armas dialeacutecticas en la propia Academia que con Diodoro algo que resulta cuestionable dado que la escuela de Eretria estaba dedicada especiacuteficamente a la ensentildeanza de estas cuestiones y la Academia no
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situacutea como medio porque precisamente Arcesilao lo emplea como medio253 dialeacutectico
como herramienta para la discusioacuten y no como fuente de doctrinas positivas
Asiacute pues coincidimos con la visioacuten de Victor Brochard seguacuten la cual
Le vers drsquoAriston souvent citeacute Platon par-devant Pyrrhon par-derriegravere Diodore au milieu indique peut-ecirctre que pour ces anciens teacutemoins le platonisme nrsquoest chez Arceacutesilas qursquoagrave la surface crsquoest une apparence la reacutealiteacute crsquoest le pyrrhonisme254
Tambieacuten R J Hankinson se muestra partidario de esta misma interpretacioacuten del
verso255
Por lo que respecta a Diodoro Dioacutegenes Laercio considera que su mencioacuten hace
referencia a que Arcesilao ldquose agarraba a los raciocinios de los eretriacuteacosrdquo256
Cappelletti tambieacuten considera que de alguacuten modo Arcesilao se aproximaba a los
filoacutesofos de la escuela de Eretria257 Sedley propone que su situacioacuten en el centro de la
quimera refiere a que la dialeacutectica de Diodoro ejerciacutea como nexo de unioacuten de los
heterogeacuteneos extremos platoacutenico y pirroacutenico258 Soto Rivera opina que por estar en el
medio de la criatura seriacutea precisamente la dialeacutectica de Diodoro la que constituiriacutea lo
esencial (el centro) en la filosofiacutea arcesiliana259 De aceptarse esto Arcesilao habriacutea sido
de forma preeminente un dialeacutectico La cuestioacuten por la que se interroga Sexto sobre su
dogmatismo o escepticismo por tanto careceriacutea de sentido
Sea o no asiacute la filosofiacutea del de Pitane tiene un importante componente retoacuterico
Dioacutegenes Laercio atestigua acerca de su dialeacutectica llegando a decir que no teniacutea rival en
253 El teacutermino griego empleado μέσσος tiene el mismo doble sentido en la lengua griega que en la castellana τὸ μέσσον la mitad el medio significa tambieacuten la mediacioacuten Asiacute pues no parece descabellado pensar que Aristoacuten estuviera haciendo uso de un doble sentido entre el medio como mitad y el medio para alcanzar un fin Sexto mismo parece apuntar en esta direccioacuten al explicar la referencia a Diodoro ldquopor aquello de valerse de la Dialeacutectica de Diodorordquo incidiendo de nuevo en la idea de que Diodoro era tan solo un medio del que servirse para Arcesilao 254 laquo El verso de Aristoacuten a menudo citado Platoacuten por delante Pirroacuten por detraacutes Diodoro por en medio indica quizaacute que para esos antiguos testigos el platonismo en Arcesilao no estaacute sino en la superficie es una apariencia la realidad es el pirronismoraquo Brochard V Les Sceptiques grecs Librairie Geacuteneacuterale Franccedilaise Paris 2002 131 255 ldquoPlato provides the front to his philosophizing but his actual method derives from Megarian and the Eretrian dialectic while Pyrrho provides the philosophical thrustrdquo Hankinson R J The Sceptics Rouledge LondonNew York 199975 256 DL IV 33 257 Los estoicos antiguos Editorial Gredos Madrid 1996 189 n 13 258 Sedley D ldquoThe Motivation of Greek Skepticismrdquo en Myles Burnyeat (ed) The Skeptical Tradition University of California Press Berkeley 1983 15 259 Soto Rivera R Ensayos sobre filosofiacutea arcesiliana Puerto Rico 1999 18
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cuanto a capacidad de persuasioacuten260 Seguacuten incluso aquellos que no coincidiacutean con sus
posiciones Arcesilao se distinguiacutea por la agudeza de su ingenio y el encanto de sus
palabras Incluso llegoacute a ser criticado en su momento por ser demasiado aficionado a las
multitudes Era pues un orador aventajado y un adversario temible en cualquier
discusioacuten Nunca dejoacute nada por escrito tal vez por su caraacutecter contrario a toda
afirmacioacuten o tal vez por emular a Soacutecrates Pero su caracteriacutestica de ser aacutegrafo la
compensaba con la habilidad en el manejo de la palabra oral
Esta tendencia a la retoacuterica puede comprenderse como incluso necesaria si se
tiene en cuenta que la mayoriacutea de sus argumentaciones tuvieron lugar en el contexto de
una discusioacuten frente a su principal antagonista filosoacutefico el estoicismo261 Debido a este
enfrentamiento Arcesilao no soacutelo necesitaba refutar las tesis estoicas sino convencer de
que habiacutea logrado refutarlas Debiacutea ser pues maacutes persuasivo que sus oponentes
La posicioacuten estoica original a la que Arcesilao se enfrenta se centra en torno al
concepto de representacioacuten comprehensiva de la que ya tratamos en paacuteginas
precedentes262 que es la piedra angular de la epistemologiacutea de Zenoacuten y sus seguidores
dado que permite al estoico reclamar conocimiento completo sobre los objetos del
mundo La legitimidad o no legitimidad de este concepto como criterio de conocimiento
seraacute la cuestioacuten que supondraacute el eje del debate entre el estoicismo y la Academia
La definicioacuten inicial de representacioacuten comprehensiva con la que se manejaba la
Stoa seguacuten Dioacutegenes Laercio la transmite en DL VII 46 es aquella seguacuten la cual la
impresioacuten o representacioacuten es cataleacuteptica soacutelo si
a) Ha sido causada por un objeto real
b) Representa con precisioacuten a ese objeto
c) Ha sido impresa en los oacuterganos sensoriales
Esta definicioacuten que probablemente se corresponde con la definicioacuten original del
propio Zenoacuten seraacute la que reciba el primer ataque de Arcesilao en especial sobre sus dos
primeras claacuteusulas El conocimiento para ser tal ha de ser seguro y firme De no ser asiacute
ya no seraacute conocimiento sino mera opinioacuten Y las caracteriacutesticas propias de la opinioacuten
son su debilidad y su posibilidad de ser falsa Las claacuteusulas a) y b) no pueden ser
260 DL IV 37 261 Esta caracteriacutestica de sus argumentos de ser respuestas a argumentos estoicos ha sido abundantemente expuesta y analizada por Gisela Striker en su artiacuteculo ldquoSceptical Strategiesrdquo (Striker G ldquoSceptical Strategiesrdquo M Schofield M Burnyeat y J Barnes (Ed) Doubt and Dogmatism Clarendon Press Oxford 1980 54-83) En dicho artiacuteculo Striker refiere tambieacuten esta caracteriacutestica a otros filoacutesofos acadeacutemicos especialmente a Carneacuteades (Cfr Hankinson R J Op cit 78-83 105-113) 262 Vid supra 31 y ss
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determinadas por siacute mismas y por tanto llevan a toda la definicioacuten a caer en el aacutembito
de lo opinable Cualquier representacioacuten puede haber sido causada por un objeto real o
no y representar fielmente a ese objeto o no iquestCoacutemo determinar pues cuaacutel seraacute
cataleacuteptica y cuaacutel no lo seraacute Esta definicioacuten seraacute pues por completo inuacutetil mientras no
haya nada que distinga inequiacutevocamente las impresiones verdaderas de las falsas
Ante el ataque de Arcesilao la definicioacuten original se reformula en los siguientes
teacuterminos la representacioacuten seraacute cataleacuteptica si es verdadera (real) y no puede fallar en
cuanto a ser verdadera (real) eso es si es causada por un objeto real y es de tal modo
que no pueda no ser causada por un objeto real263 Por tanto a las tres claacuteusulas
anteriores se antildeadiraacute ahora una nueva d) la representacioacuten ha de ser tal que no podraacute
provenir de algo que no exista
Con todo la adicioacuten expresa de esta nueva claacuteusula para frenar el ataque
arcesiliano no termina de acallar a los acadeacutemicos Las cuestiones que plantearaacuten ahora
a los estoicos son iquestPuede satisfacerse la condicioacuten que (d) establece iquestEs posible
afirmar de alguna representacioacuten que es tal que no puede proceder de algo falso Y si
fuera asiacute iquestcoacutemo podriacutea distinguirse una representacioacuten de este tipo de una que no
cumpliese con la condicioacuten que (d) impone
Frente a la reformulacioacuten estoica de su definicioacuten Arcesilao argumenta que no
hay impresioacuten verdadera que no se pueda confundir con una falsa Ninguna impresioacuten
lleva en siacute una garantiacutea de veracidad La posibilidad de equivocacioacuten en este terreno es
imposible de eliminar lo que supone que la condicioacuten de la claacuteusula (d) no puede ser
satisfecha por representacioacuten alguna Al formar ahora parte (d) de la definicioacuten estoica
de representacioacuten cateleacuteptica la negacioacuten de (d) supone la eliminacioacuten de este tipo de
representaciones Por tanto si no hay representacioacuten alguna que no pueda confundirse
con una falsa entonces no hay representaciones cataleacutepticas Todo asentimiento del
sabio seraacute falible No seraacute asentimiento a algo aprehendido de tal modo que no pueda
ser falso sino que contendraacute en siacute mismo la ineludible posibilidad de error es decir
cualquier asentimiento del sabio seraacute soacutelo una opinioacuten El conocimiento cierto que el
estoico pretendiacutea garantizarse mediante la representacioacuten comprehensiva desaparece Y
de hecho si el sabio se definiacutea por no admitir opiniones264 la uacutenica salida que le queda
es la suspensioacuten del juicio
263 Cfr Sexto Empiacuterico Adv Math VII 152 Ciceroacuten Acad II 77 264 Vid Adv Math VII 155
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En su argumento Arcesilao niega la posibilidad de distinguir con lo que hoy en
diacutea llamariacuteamos un iacutendice de probabilidad igual a 1 es decir con total seguridad entre
impresiones verdaderas y falsas Esta posicioacuten presupone la no existencia de un criterio
de verdad que pueda ser utilizado para llevar a cabo tal distincioacuten lo que equivale a
afirmar la inexistencia de un criterio veritativo de caraacutecter absoluto De hecho en un
principio Arcesilao y los acadeacutemicos no ofrecen ninguna clase de criterio y si lo hacen
es soacutelo como ataque contra los estoicos Asiacute ha de entenderse la propuesta de lo
razonable (τὸ εὔλογον) como criterio Seguacuten Striker265 Arcesilao habriacutea tomado el
teacutermino de los propios estoicos y lo habriacutea convertido en uacutenico criterio posible al
eliminar la posibilidad del conocimiento cierto Pero no ha de suponerse que esta sea la
doctrina positiva de Arcesilao sino maacutes bien una argumentacioacuten puntual contra el
estoicismo La posicioacuten arcesiliana por el contrario puede decirse que es como el
propio Sexto admite266 casi ideacutentica al escepticismo pirroacutenico La diferencia maacutes
resentildeable entre academicismo y pirronismo seriacutea la ausencia que sepamos de cualquier
alusioacuten a la felicidad como meta a alcanzar mediante la suspensioacuten del juicio por parte
de Arcesilao o sus seguidores El escepticismo acadeacutemico es asiacute principalmente
dialeacutectico El pirroacutenico en cambio es antes que nada eacutetico
La Tercera Academia
Tras su muerte las teoriacuteas de Arcesilao tardaron en ser seguidas y continuadas
por los integrantes de la Academia De sus sucesores inmediatos soacutelo su disciacutepulo
Laacutecides267 tomoacute como suya la tarea de perpetuar el trabajo de su maestro No fue hasta
la muerte del tercer sucesor de Arcesilao Hegesino de Peacutergamo ndash tras Laacutecides y
Evandro ndash y la llegada a la direccioacuten de la Academia de Carneacuteades en 180-170 a C
cuando la institucioacuten que habiacutea quedado algo estancada recibioacute un nuevo impulso Con
Carneacuteades se funda la que seraacute conocida como Tercera Academia o Academia Nueva
Aunque en este periodo se mantuvo una orientacioacuten hasta cierto punto proacutexima al
escepticismo Carneacuteades y sus seguidores no se limitaron a reproducir el tipo de teoriacutea
del conocimiento cuasi-esceacuteptica que Arcesilao habiacutea expuesto Tambieacuten ellos
afirmaron la imposibilidad de acceder a la verdad con la inmediatez que el estoicismo
pretendiacutea Pero las consecuencias que derivaron de ello fueron diferentes Seguacuten Sexto
265 Op cit 66 266 HP I 232-3 267 DL IV 59-61 (Veacutease tambieacuten Numenio apud Eusebio Praep Ev 14 7 4 )
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ldquo() aun cuando tambieacuten dicen que todo es inaprehensible posiblemente difieran de los esceacutepticos en eso mismo de decir que todo es inaprehensible Ellos en efecto hacen de eso una afirmacioacuten tajante mientras que el esceacuteptico mantiene sus dudas de que pudiera ser tambieacuten que algo fuera aprehensiblerdquo268
Por ello Sexto los incluye mencionando expresamente los nombres de
Carneacuteades y Clitoacutemaco entre aquellos que negaron la aprehensibilidad de la verdad
formando un tercer grupo de filoacutesofos diferente tanto de los esceacutepticos como de los
dogmaacuteticos269 Con esto la Academia Nueva queda excluida de entre aquellos que
suspenden el juicio
Striker menciona270 que acerca de la posicioacuten epistemoloacutegica de Carneacuteades se
nos han transmitido dos tradiciones diferentes
1- La que Ciceroacuten271 atribuye a Metrodoro y a Filoacuten de Larisa seguacuten la cual
para Carneacuteades el hombre sabio pese a no poder conocer nada en ocasiones estaacute
justificado a sostener una creencia
2- La que el propio Ciceroacuten atribuye a Clitoacutemaco de Cartago y con la que eacutel
mismo estaacute de acuerdo seguacuten la cual Carneacuteades mantiene esto soacutelo por mor del
argumento
Ante esta discrepancia dos son las cuestiones que quedan abiertas En primer
lugar la cuestioacuten acerca de si Carneacuteades sostendriacutea una forma de escepticismo radical o
moderado o maacutes bien si su posicioacuten puede llamarse escepticismo o seriacutea maacutes exacto
considerarla un probabilismo En segundo lugar queacute tipo de versioacuten ndash maacutes fuerte o maacutes
deacutebil ndash sostendriacutea de la epochḗ272 La primera cuestioacuten es de caraacutecter puramente
268 HP I 226 εἰ καὶ ἀκατάληπτα εἶναι πάντα φασί διαφέρουσι τῶν σκεπτικῶν ἴσως μὲν καὶ
κατ αὐτὸ τὸ λέγειν πάντα εἶναι ἀκατάληπτα διαβεβαιοῦνται γὰρ περὶ τούτου ὁ δὲ
σκεπτικὸς ἐνδέχεσθαι καὶ καταληφθῆναί τινα προσδοκᾷ 269 HP I 3 270 Op cit 55 271 Acad II 78 272 Por lo que respecta a estas cuestiones el testimonio de Sexto tampoco nos resulta de gran ayuda ya que la caracterizacioacuten que realiza de la Academia a lo largo de los Esbozos es bastante contradictoria Asiacute mientras que en HP I 1-4 clasifica la filosofiacutea acadeacutemica como un tercer grupo ajeno tanto a la afirmacioacuten de la verdad que realiza el dogmatismo como a la suspensioacuten del juicio propia del escepticismo y por tanto caracteriza al academicismo a traveacutes de la negacioacuten de la verdad como su tesis central en HP I 232-4 no incluye esa negacioacuten de la verdad en la exposicioacuten de las semejanzas y diferencias de Arcesilao con el escepticismo pirroacutenico aproximaacutendolo en gran medida a las tesis de este uacuteltimo y en HP I 230 caracteriza a Carneacuteades y Clitoacutemaco como probabilistas y por tanto maacutes proacuteximos a admitir la posibilidad de la verdad que el propio escepticismo pirroacutenico Ademaacutes la corriente acadeacutemica no aparece mencionada en la lista de negadores del criterio de verdad que ofrece en Adv math VII 47-8 en la que habriacutea debido quedar reflejada de ser la negacioacuten de la verdad la diferencia principal entre academicismo y pirronismo De este modo no es posible determinar cuaacutel era exactamente en opinioacuten de Sexto la posicioacuten de la corriente esceacuteptica acadeacutemica respecto de la verdad (Cfr infra 301)
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epistemoloacutegico mientras que la segunda se refiere maacutes a la actitud que se desprenderiacutea
de su postura filosoacutefica
Decantarse por una o por otra de las posibles posiciones de Carneacuteades que
Ciceroacuten transmite resulta extremadamente difiacutecil no soacutelo porque tampoco eacutel escribioacute
nada sino sobre todo porque al igual que en el caso de Arcesilao buena parte de las
argumentaciones suyas que se nos han transmitido estaacuten compuestas con el objetivo de
rebatir doctrinas estoicas y tanto podriacutea encontrarse en ellas lo que realmente pensaba y
ensentildeaba a sus disciacutepulos como soacutelo aquellos razonamientos construidos para
desbaratar con eficacia el entramado de dogmas de los seguidores de Zenoacuten
Atendiendo al contexto de debate entre estoicismo y Academia en que
Carneacuteades desarrolla sus principales aportaciones ha de tenerse en cuenta que sus
argumentos tienen un lugar propio en dicha poleacutemica Los ataques de Arcesilao contra
la reformulacioacuten estoica de la definicioacuten de representacioacuten comprehensiva se habiacutean
centrado en el hecho de que seguacuten eacutel una representacioacuten falsa puede mostrarse como
cualitativamente ideacutentica a una verdadera iquestCoacutemo pues seriacutea posible distinguir una
representacioacuten ldquocataleacutepticardquo de una que no lo sea
Asiacute se hace necesaria la presencia de un criterio para distinguir las
representaciones que realmente son comprehensivas de las que no lo son aunque para el
estoico la representacioacuten cataleacuteptica deberiacutea ser criterio ella misma El modo que los
acadeacutemicos encontraron de mostrar a los estoicos que no podiacutea serlo fue utilizar como
ejemplo el pasaje miacutetico de Alcestis y Admeto
ldquo() se dice que habiendo muerto Alcestis Heracles la sacoacute de nuevo del Hades y se la mostroacute a Admeto el cual captaba una imagen fiable y habitual de Alcestis pero sabiendo que ella habiacutea muerto su mente se retraiacutea desconcertada de dar el asentimiento y se inclinaba a la desconfianzardquo273
La representacioacuten que Admeto tiene de su esposa cumple con todas las
condiciones impuestas por los estoicos en su definicioacuten para ser una representacioacuten
comprehensiva y por tanto de forma inmediata ser criterio ella misma Y sin embargo
Admeto no cree en su veracidad Esto llevariacutea al estoicismo a tener que admitir que una
representacioacuten puede ser cataleacuteptica y aun asiacute no mostrar credibilidad
273 HP I 228-9 λέγεται ὁ Ἡρακλῆς ἀποθανοῦσαν τὴν Ἄλκηστιν αὖθις ἐξ Ἅιδου ἀναγαγεῖν καὶ
δεῖξαι τῷ Ἀδμήτῳ ὃς πιθανὴν ltμὲνgt ἐλάμβανε φαντασίαν τῆς Ἀλκήστιδος καὶ περιω
δευμένην ἐπεὶ μέντοι ᾔδει ὅτι τέθνηκεν περιεσπᾶτο αὐτοῦ ἡ διάνοια ἀπὸ τῆς συγκαταθέσεως
καὶ πρὸς ἀπιστίαν ἔκλινεν
105
La respuesta estoica consistioacute en agregar una nueva claacuteusula a la definicioacuten de
representacioacuten comprehensiva la de no mostrar ninguacuten obstaacuteculo para su aceptacioacuten274
de modo que una representacioacuten seraacute ahora cataleacuteptica
a) Si ha sido causada por un objeto real
b) Representa con precisioacuten a ese objeto
c) Ha sido impresa en los oacuterganos sensoriales
d) Es tal que no puede provenir de un objeto que no exista
e) Siempre y cuando no haya obstaacuteculo
Entendieacutendose que un obstaacuteculo seriacutea que las circunstancias externas a la propia
representacioacuten hiciesen de ella algo paradoacutejico o hasta increiacuteble De este modo el
estoico considerariacutea salvada la capacidad de su principal concepto epistemoloacutegico la
καταληπτική φαντασία para ejercer como criterio veritativo
Carneacuteades por su parte aunque habiacutea dedicado un gran esfuerzo dialeacutectico a
rechazar candidatos a criterio como la razoacuten las sensaciones o las impresiones ndash y por
ello parece a menudo partidario de negar todo criterio de verdad ndash acaba por proponer
un candidato propio τὸ πιθανόν teacutermino traducido habitualmente como lsquolo probablersquo
aunque su sentido original en griego en maacutes bien lsquolo persuasivorsquo lsquolo convincentersquo o lsquolo
creiblersquo
Aunque aquiacute de nuevo podriacutea surgir la misma duda que apareciacutea al proponer
Arcesilao τὸ εὔλογον como criterio es decir si se trata de una doctrina positiva del
filoacutesofo o de un contraargumento ofrecido en el contexto de una discusioacuten a tenor de lo
que las fuentes transmiten todo hace pensar que estamos ante una posicioacuten efectiva de
Carneacuteades
No se trata ya de un criterio absoluto de conocimiento como los que podriacutea
proponer un filoacutesofo perteneciente a una escuela dogmaacutetica que permita distinguir
rigurosamente lo verdadero de lo falso sino de un criterio relativista Coincidimos con
Hankinson275 en que aunque sin duda Carneacuteades muestra con su propuesta probabilista
ndash o maacutes bien ldquoplausibilistardquo ndash a los estoicos que todo lo que ellos han alcanzado es un
criterio falible no parece que esa sea su uacutenica intencioacuten Sin duda Sexto consideraba
que el de tograve pithanoacuten era uno de los conceptos que constituiacutean la parte fundamental de
274 Adv Math VII 253-4 275 Hankinson R J Op cit 110-1
106
la filosofiacutea de Carneacuteades Asiacute se desprende de la exposicioacuten que de eacutel hace en Adv
Math VII 166 Lo probable seriacutea asiacute una respuesta a la conocida objecioacuten planteada
contra el escepticismo sobre si es vitalmente viable o no esto es el ldquoargumento de la
apraxiacuteardquo utilizando la terminologiacutea de Striker276 Por tanto se tratariacutea antes que nada de
una propuesta de criterio vital ndash como afirma Burnyeat en su artiacuteculo ldquoCan the Sceptic
Live his Scepticismrdquo277 ndash enfocado a servir como criterio rector de la actividad vital del
estoico con lo que seriacutea un criterio maacutes praacutectico que teoreacutetico Mientras Arcesilao
habriacutea asumido la vida sin creencias Carneacuteades no considerariacutea posible vivir sin alguna
forma de asentimiento al menos de tipo parcial278 Todo es inaprehensible
(akatalēptoacuten) y por tanto no hay nada que sea digno de asentimiento fuerte pero no
todo es no-evidente (adēlon) lo que supone que hay evidencia en la que basar un
asentimiento en sentido deacutebil Y cuando sus oponentes estoicos le objeten que si
ninguna representacioacuten puede aceptarse con garantiacutea de verdad tampoco el
asentimiento deacutebil es posible argumentaraacute que el asentimiento deacutebil no es otra cosa que
una simple inclinacioacuten
Asiacute tras deacutecadas de desarrollo en paralelo de intentos de refutacioacuten de reacuteplicas
y contrarreacuteplicas mutuas descubrimos que las posiciones a las que llegan estoicos y
acadeacutemicos se han vuelto en este punto casi equivalentes El estoicismo no puede evitar
un cierto grado de confusioacuten entre representaciones cataleacutepticas y no cataleacutepticas Su
uacuteltima definicioacuten de estas representaciones admite que pueden no ser reconocidas como
tales y tiene que rendirse ante la posibilidad de que las circunstancias externas
obstaculicen su identificacioacuten poniendo serias trabas al proceso de conocimiento Por
otro lado Carneacuteades abandona la pretensioacuten de suspender el juicio y transita hacia
posiciones maacutes moderadas buscando un criterio de lo plausible que indica lo mismo que
reconocen sus oponentes la posibilidad de orientarse en base a la coherencia de las
representaciones con las circunstancias externas
Soacutelo en una cosa se distinguen ya ambos contendientes en la actitud profunda
con la que asumen sus actuales posiciones Los estoicos continuacutean creyendo que de
alguacuten modo se puede acceder a la esencia real de las cosas Son como Hankinson279 los
276 Striker Op cit 63 y ss 277 Burnyeat M ldquoCan the Sceptic Live his Scepticismrdquo En M Schofield M Burnyeat y J Barnes (Ed) Doubt and Dogmatism Clarendon Press Oxford 1980 28-9 278 Cfr Praep Evang 14 7 15 279 Op cit 113
107
ha denominado ldquorealistas esencialesrdquo (Essential Realists) Los partidarios de
Carneacuteades no Su actitud seraacute pues el ldquoescepticismo esencialrdquo (Essential Scepticism)
La Cuarta Academia
De Clitoacutemaco de Cartago no podemos decir que sepamos mucho Soacutelo que fue el
disciacutepulo principal de Carneacuteades que escribioacute abundantemente acerca de su maestro
ejerciendo de compilador y difusor de sus argumentos ndash aunque todo cuanto escribioacute se
ha perdido ndash y que dirigioacute el rumbo de la Academia aproximadamente entre 129 y 110
a C Muchos matices puntuales a la epistemologiacutea de su maestro se le han tratado de
atribuir pero con seguridad soacutelo podemos afirmar que durante el tiempo que duroacute su
direccioacuten fue el uacuteltimo integrante de la Tercera Academia
Sexto apunta a que en un principio soacutelo fueron tres los periodos en que se
diferencioacute la actividad de la institucioacuten platoacutenica hasta su clausura ldquoPero unos cuantos
antildeaden tambieacuten como Cuarta la de Filoacuten y Carmadas E incluso algunos califican de
Quinta la de Antiacuteocordquo280 Esta mayor subdivisioacuten se debe a los fuertes cambios que se
produjeron en el rumbo acadeacutemico despueacutes de Clitoacutemaco
El sucesor y disciacutepulo de Clitoacutemaco Filoacuten de Larisa que fue maestro de
Ciceroacuten recondujo a la escuela a posiciones maacutes proacuteximas a las que habiacutea mantenido en
su origen iniciando asiacute el abandono del escepticismo que concluiriacutea con la figura de
Antiacuteoco de Ascaloacuten No soacutelo Sexto manifiesta que con Filoacuten se iniciase un nuevo
periodo tambieacuten Ciceroacuten habla de eacutel describieacutendolo expliacutecitamente como un
innovador281 Y Numenio le atribuye el haber apostatado de la ortodoxia de la Nueva
Academia282
Seguacuten Tarrant podriacutean sentildealarse tres caracteriacutesticas principales en las que
difeririacutea la orientacioacuten baacutesica de la Academia bajo Filoacuten de la que habiacutea tenido mientras
la dirigiacutean Carneacuteades y Clitoacutemaco
1- La falta de devocioacuten hacia la doctrina de la no-aprehensibilidad
(akatalepsiacutea)
2- La ausencia de inclinacioacuten personal a suspender el juicio
280 HP I 220 ἔνιοι δὲ καὶ τετάρτην προστιθέασι τὴν περὶ Φίλωνα καὶ Χαρμίδαν τινὲς δὲ καὶ
πέμπτην καταλέγουσι τὴν περὶ [τὸν] Ἀντίοχον 281 Acad II 18 282 Numenio apud Eusebio Praep Evang 14 9 2
108
3- Una tendencia a adoptar a Platoacuten en lo posible como autoridad principal de
la escuela y como fuente de sus argumentaciones283
Seguacuten Sexto aunque los seguidores de Filoacuten afirmariacutean la inaprehensibilidad de
las cosas a traveacutes del criterio estoico esto es a traveacutes de representaciones cataleacutepticas
no se mostrariacutean tan contrarios a la aprehensibilidad por otros medios habiendo
afirmado incluso que las cosas son aprehensibles por su propia naturaleza284
Este distanciamiento de la filosofiacutea casi esceacuteptica de los periodos anteriores
habriacutea motivado entre otras cosas el abandono de la Academia de Enesidemo de
Cnosos quien seguacuten la interpretacioacuten tradicional habiacutea estudiado en ella durante un
tiempo y que al establecerse por su cuenta sobre el 70 a C daraacute lugar a la fundacioacuten
de la escuela pirroacutenica Asiacute el pirronismo se muestra como veremos maacutes adelante maacutes
como una escisioacuten y radicalizacioacuten del academicismo que como una escuela desde el
principio independiente de la institucioacuten platoacutenica tal como los sucesores de Enesidemo
trataraacuten de dar a entender
Ademaacutes de Filoacuten la otra figura destacable de la Cuarta Academia es Carmadas
mencionado por Sexto en HP I 220285 aunque su importancia a nuestro parecer es
menor para el desarrollo de esta investigacioacuten
La Quinta Academia
El regreso completo de la Academia al dogmatismo se produjo un tiempo
despueacutes bajo la direccioacuten de Antiacuteoco de Ascaloacuten antiguo disciacutepulo de Filoacuten de Larisa
del que acaboacute por distanciarse doctrinal y personalmente Se trata del periodo conocido
como Quinta Academia En este tiempo el intereacutes de los acadeacutemicos abandonoacute el tema
de la suspensioacuten del juicio para regresar a la tradicional filosofiacutea sistemaacutetica basada en
dogmas Seguacuten parece Antiacuteoco defendiacutea que los sistemas platoacutenico aristoteacutelico y
estoico por encima de sus diferencias coincidiacutean en lo esencial A traveacutes de su
ensentildeanza la Academia giroacute hacia el estoicismo tal y como manifiesta Sexto en HP I
235286 Ciceroacuten mismo que asistioacute a sus lecciones en el invierno del 798 dice que
283 Tarrant H Scepticism or Platonism The phylosophy of the Fourth Academy Cambridge University Press CambridgeLondonNew YorkNew RochelleMelbourneSydney 198534 284 HP I 235 285 Tarrant aventura que la fuente de la que se nutre Sexto para mencionarle es el propio Enesidemo (Vid Tarrant Op cit 35 ldquoCharmadasrsquo name appears in Sextus because Aenesidemus saw his role in the development of Fourth Academic attitudes as comparable importance to that of Philordquo) 286 ldquoY por lo demaacutes Antiacuteoco introdujo en la Academia el estoicismordquo (ἀλλὰ καὶ ὁ Ἀντίοχος τὴν
Στόαν μετήγαγεν εἰς τὴν Ἀκαδημίαν)
109
Antiacuteoco tuvo maacutes de estoico que de acadeacutemico Pero tan inesperado giro no resultoacute
paradoacutejico gracias a la explicacioacuten que Antiacuteoco daba seguacuten la cual aquellas teoriacuteas
Zenoacuten las habiacutea tomado de la Academia antigua y por tanto eran parte original del
pensamiento platoacutenico Este eclecticismo al tiempo que aunaba los esfuerzos de varias
escuelas pretendiacutea privar a los esceacutepticos ndash tanto a los seguidores de Enesidemo como a
los de los anteriores escolarcas acadeacutemicos ndash de uno de sus argumentos maacutes utilizados
el de la contradiccioacuten entre los filoacutesofos A partir de este momento y hasta su clausura
la Academia ya no podraacute ser considerada como una de las escuelas filosoacuteficas maacutes
proacuteximas al pensamiento esceacuteptico
232- El escepticismo en las escuelas meacutedicas
Por alguna razoacuten la actividad filosoacutefica y la praacutectica meacutedica han discurrido con
frecuencia en paralelo en la vida de multitud de figuras destacadas de ambos campos
Los nombres de Alcmeoacuten de Crotona Empeacutedocles Aristoacuteteles287 el propio Galeno
Maimoacutenides Averroes Avicena Francisco Saacutenchez Montaigne Bacon Descartes La
Mettrie y maacutes recientemente Gregorio Marantildeoacuten Rof Carballo o Laiacuten Entralgo bastaraacuten
para ilustrar esa profusa relacioacuten A ello se antildeade el hecho de que con frecuencia los
filoacutesofos han tendido a entender la tarea de la filosofiacutea desde un punto de vista
terapeacuteutico Platoacuten mismo habla de la filosofiacutea como la medicina del alma Y Filoacuten de
Larisa hace una comparacioacuten minuciosa entre el trabajo del meacutedico y el del filoacutesofo o
para ser maacutes exactos el del filoacutesofo esceacuteptico288
En el caso del escepticismo la imbricacioacuten mutua de filosofiacutea y medicina se
intensifica Como ejemplo de la lista de seguidores de Pirroacuten que Dioacutegenes Laercio
recoge en DL IX 116 la gran mayoriacutea son a su vez meacutedicos Menoacutedoto de Nicomedia
Teodas de Laodicea Heroacutedoto de Filadelfia Saturnino el Citeacutenada quizaacutes Heraacuteclides y
Zeuxis y sobre todo Sexto Empiacuterico
De Sexto sabemos que fue meacutedico activo y aunque tal vez no destacase por sus
investigaciones en la materia tambieacuten dedicoacute alguna obra hoy perdida a su profesioacuten
como el tratado Memorias meacutedicas que menciona en Adv Math VII 202 Otra
cuestioacuten es la referida a la escuela meacutedica a la que debe adscribiacutersele Su sobrenombre
ldquoel empiacutericordquo hace referencia a la escuela homoacutenima de la que unaacutenimemente la
287 Si bien Aristoacuteteles no era meacutedico su intereacutes por la medicina y su relacioacuten con ella son maacutes que conocidos 288 Vid Estobeo Eclogae 2 6 2
110
tradicioacuten le habiacutea considerado miembro pero sus palabras en un pasaje de los Esbozos
pirroacutenicos donde dice que dicha corriente meacutedica ldquoni es ideacutentica al escepticismo ni le
iriacutea bien al esceacuteptico abrazar esa doctrinardquo289 han llevado a pensar que tal vez no lo
fuera Las viacuteas que se han ensayado para resolver esa contradiccioacuten han sido muacuteltiples
Desde afirmar la pertenencia de Sexto a la escuela metoacutedica y no a la empiacuterica como
hace Pappenheim290 hasta suponer como Natorp291 que el rechazo de Sexto de la
escuela empiacuterica se limita a cuestiones gnoseoloacutegicas y por tanto no afecta a su
pertenencia meacutedica a la escuela Mills Patrick292 por otro lado propuso como
interpretacioacuten la posibilidad de que la aparente inconsistencia entre la manifestacioacuten
contraria al empirismo por parte de Sexto y su sobrenombre se debiera a una evolucioacuten
en sus posiciones de tal modo que tras una etapa inicial de empirismo hubiera
cambiado de escuela para convertirse en metoacutedico Maacutes acertada parece la propuesta de
Sartorio Maulini293 que tras tratar acerca de todas estas opciones argumenta en base al
orden en que hoy consideramos que fueron escritas las obras de Sexto ndash los Esbozos
seriacutean obra de juventud y el Adversus Mathematicos en cambio de madurez ndash que la
evolucioacuten debioacute ser la inversa de una posicioacuten inicial proacutexima a la escuela metoacutedica
hacia una conversioacuten al empirismo que le granjeoacute el pseudoacutenimo
De cualquier manera ambas escuelas aparecen hasta cierto punto relacionadas
con el modo de pensamiento propio del escepticismo Ya antes de la fundacioacuten de
cualquiera de ellas durante el periodo de esplendor alejandrino la medicina habiacutea
experimentado un proceso antidogmaacutetico abanderado por dos de sus principales figuras
Heroacutefilo de Calcedonia y Erasiacutestrato de Quiacuteos Tanto uno como otro llevaron a cabo
ingentes descubrimientos anatomo-fisioloacutegicos gracias a dejar a un lado el criterio
dogmaacutetico de autoridad y basarse en una gran cantidad de material de investigacioacuten
praacutectica sobre el hombre y los animales Pero quizaacute la mayor revolucioacuten que supusieron
no fue tanto en el orden de los conocimientos meacutedicos como en la manera de
comprender la medicina misma
289 HP I 236 οὔτε ἡ αὐτή ἐστι τῇ σκέψει οὔτε ἁρμόζοι ἂν τῷ σκεπτικῷ τὴν αἵρεσιν ἐκείνην
ἀναλαμβάνειν 290 Pappenheim E Lebensverhaumlltnisse des Sextus Empiricus Prog des Koumlln Gymn Berlin 1875 bdquoDer Sitz der Schule der Pyrrhoneischen Skeptikerldquo Archiv fuumlrGeschichte der Philosophie 1888 37-52 291Natorp P Forschungen zur Geschichte des Erkenntnissproblems in Althertum Berlin 1884 292 Mills Patrick M Sextus Empiricus and Greek scepticism Cambridge 1899 7 y ss 293 Sexto Empiacuterico Hipotiposis pirroacutenicas Edicioacuten de Rafael Sartorio Maulini Akal Madrid 1996 28-29 (Sobre el tema de este epiacutegrafe veacutease en general el punto B de la introduccioacuten ldquoSexto y la escuela empiacuterica de medicinardquo 19-29)
111
Seguacuten Heroacutefilo en concreto las que se consideran causas de las enfermedades
han de tomarse a la manera de hipoacutetesis Las explicaciones etioloacutegicas causales que
ofrece en sus diagnoacutesticos no deben considerarse como ciertas ni siquiera como
probables sino como una reconstruccioacuten heuriacutestica satisfactoria del mundo fiacutesico Las
limitaciones epistemoloacutegicas humanas obligan a que sus ambiciones deban ser modestas
en este terreno pero la praacutectica meacutedica no necesita maacutes
La Escuela Empiacuterica de medicina
De esa innovadora posicioacuten de Heroacutefilo es de la que surge la corriente empiacuterica
fundada seguacuten parece por su disciacutepulo Serapioacuten (floruit c 225 a C) Tambieacuten Filino
de Cos otro representante de la tendencia praacutectica experimentalista y observacional de
la medicina alejandrina influyoacute junto a Heroacutefilo en la fundacioacuten de esta corriente El
resultado es una escuela meacutedica con una metodologiacutea muy alejada de las arcaicas
maneras de algunas de sus contemporaacuteneas
Los principios sobre los que se sustenta el empirismo meacutedico son la experiencia
u observacioacuten la historia y la analogiacutea o ldquotransicioacuten por medio de lo similarrdquo El
primero de estos principios la experiencia es el que de inmediato conduce a relacionar
a la escuela con el escepticismo dado que consiste en ocuparse de los fenoacutemenos
mismos y no de la causa oculta de esos fenoacutemenos ni de la naturaleza de la enfermedad
La repeticioacuten de aquellas experiencias que dan buen resultado para la curacioacuten de tal o
cual enfermedad seraacute la que constituya la ciencia meacutedica No es pues un saber de
causas y esa seraacute una de las objeciones que les planteen a los empiacutericos Por amplia que
sea una reiteracioacuten de observaciones no conduce a principio general alguno No seraacute
por tanto ciencia al modo en que esta se entiende por ejemplo en Aristoacuteteles o incluso
en los estoicos que consideran que ciencia es un sistema de evidencias Los empiacutericos
en cambio llaman ciencia a la mera suma de observaciones con tal que les permita
alcanzar un cierto conocimiento de las relaciones de determinacioacuten entre los fenoacutemenos
eso siacute sin aventurarse respecto de cuaacuteles sean las causas ocultas tras esas
determinaciones
Por lo que se refiere a la historiacutea (ἱστορία) el uso que los empiacutericos daban a
esta palabra se refiere a lo siguiente La acumulacioacuten de experiencias puede y debe
trascender maacutes allaacute del mero aacutembito de la propia experiencia subjetiva Todo el acervo
cientiacutefico acumulado ha de transmitirse a traveacutes del tiempo y de las generaciones de tal
112
modo que el trabajo de los diferentes observadores pueda ser aprovechado por quienes
vengan detraacutes de ellos Todo ese caudal de observacioacuten ajena es la historiacutea Galeno
principal transmisor del saber sobre la escuela empiacuterica define este concepto en los
capiacutetulos IV y VIII de la Subfiguratio Empirica como ἀπαγγελία τῶν ὀφθέντων
τῆς αὐτοψίας294 Es ante todo la informacioacuten que proviene de las fuentes de la
tradicioacuten cientiacutefica y lo que hay que valorar en ella es la fiabilidad de la fuente Toda
experiencia meacutedica del pasado puede aportar valiosa informacioacuten observacional al
presente y la necesidad de separar lo que es observacioacuten y lo que es teoriacutea dogmaacutetica
formulada de espaldas a la experiencia llevaraacute a los empiacutericos al cultivo minucioso de la
exeacutegesis de los textos meacutedicos especialmente de los tratados hipocraacuteticos Para ello se
desarrollaraacute un riguroso meacutetodo de criacutetica histoacuterica con el que juzgar la fiabilidad y
exactitud de cada parte del legado meacutedico transmitido en su momento
El tercer principio la ldquotransicioacuten a lo similarrdquo o ldquopor medio de lo similarrdquo no ha
de entenderse como un medio de generar conocimiento sino simplemente como una
forma de extraer nuevas hipoacutetesis basadas en similaridades aparentes Para aquellas
enfermedades que el meacutedico pueda encontrarse y que nunca haya observado antes ni la
historia le haya legado informacioacuten alguna sobre ellas es necesario un meacutetodo
diferente basado en la analogiacutea No se pretende con este meacutetodo suplantar a la
observacioacuten sino facilitarla Consiste en aplicar un remedio que haya funcionado en un
caso similar al nuevo caso hasta ahora inobservado Habraacute maacutes confianza en la solucioacuten
positiva cuanto mayor sea la semejanza y mayores las afinidades entre ambos casos
Pero soacutelo se trata de un meacutetodo provisional con el que hacer frente a la excepcionalidad
de determinados casos y por tanto ninguna sorpresa causariacutea en el meacutedico empirista que
el tratamiento resultase fallido
El gran argumento de la medicina dogmaacutetica contra el empirismo seraacute que todo
cuanto dicen los empiristas se basa en la similaridad entre diferentes casos pero cada
caso es en siacute diferente de todos los demaacutes La respuesta empirista de nuevo lleva a
emparentar empirismo meacutedico y escepticismo el empirista afirma que no estaacute
realizando ninguna asercioacuten dogmaacutetica no estaacute diciendo nada acerca de realidad
alguna soacutelo actuacutea en base a lo que a eacutel le aparece como similar
Asiacute la vinculacioacuten con el escepticismo resulta maacutes que razonable por lo que
respecta a la actitud de suspensioacuten del juicio Tanto el escepticismo como la medicina
294 Fr 65 31 66 5 ldquorelato de las cosas vistas de lo comprobado en personardquo (Deichgraumlber K Die
113
empiacuterica se abstienen de realizar aserciones que comporten para poder ser sostenidas la
necesidad de un acceso cognoscitivo a la realidad que ambos consideran
inaprehensible Pero soacutelo este aspecto epistemoloacutegico ndash y no la vertiente eacutetica del
escepticismo ndash tiene su paralelo en la epistemologiacutea meacutedica empiacuterica
La Escuela Metoacutedica de medicina
La otra gran corriente meacutedica de la eacutepoca heleniacutestica es la de los metoacutedicos
Surgioacute en el siglo I a C como desarrollo de la fisiologiacutea corpuscular de Asclepiacuteades
primero en Temisoacuten de Laodicea y despueacutes en su disciacutepulo Tesalo que puede
considerarse como el primer metoacutedico
La escuela metoacutedica rechazaba por irrelevante para la terapia todo lo relacionado
con la etiologiacutea de la enfermedad y limitaba el diagnoacutestico a dos tipos de patologiacutea la
relajacioacuten en la que los fluidos corporales fluyen demasiado libremente y la
constriccioacuten en la que no fluyen con la suficiente libertad Por tanto el metodismo
exigiriacutea para la praacutectica meacutedica auacuten menos condicionamientos teoacutericos que el
empirismo Un poco de praacutectica seriacutea suficiente para diagnosticar sin la limitacioacuten que
supone la necesidad de una dilatada experiencia y un gran conocimiento de la tradicioacuten
meacutedica necesarios seguacuten el empirismo para descubrir los rasgos comunes Esta podriacutea
ser una de las causas de la afirmacioacuten de Sexto de que la corriente metoacutedica estaacute maacutes
proacutexima que la empiacuterica a lo que es el escepticismo
Muy semejante a lo dicho sobre la escuela empiacuterica es lo que Sexto menciona en
HP I 236-241 sobre la corriente metoacutedica de la medicina Entre las caracteriacutesticas de la
escuela que describe estaacuten el no aventurarse a decir si las cosas no manifiestas son
aprehensibles o inaprehensibles el hacer uso de lo manifiesto como norma de conducta
la falta de dogmatismo y la flexibilidad en el uso de las palabras Rasgos todos ellos en
efecto que coinciden en lo baacutesico con la orientacioacuten esceacuteptica
Ademaacutes habla Sexto de otra caracteriacutestica del metodismo meacutedico que describe
mejor los procedimientos propios de los meacutedicos pertenecientes a esta escuela el
recurso para combatir las dolencias al contrario correspondiente
ldquoPues bien asiacute como en cuanto al apremio de las pasiones el esceacuteptico es encaminado al agua por la sed al alimento por el hambre y anaacutelogamente a cualquiera de las demaacutes cosas asiacute tambieacuten el meacutedico metodista es encaminado por cada una de las dolencias al correspondiente contrario
Griechische Empirikerschule Sammlung der Fragmente und Darstellung der Lehre Berlin 1930)
114
Por un agarrotamiento a su distensioacuten Igual que uno escapa del aterimiento causado por un intenso friacuteo hacia el calor del sol
Por un derrame a su contencioacuten Como los que estaacuten en la sala de bantildeos chorreando copioso sudor y recurren para librarse de ello a la contencioacuten del sudor y por eso se refugian en el aire fresco
Y es evidente que lo extrantildeo a la naturaleza constrintildee a ir en su supresioacuten como de hecho el perro que se ha clavado una astilla recurre a su extraccioacutenrdquo295
Este procedimiento meacutedico de remedio mediante el contrario del dantildeo recuerda
hasta cierto punto una de las caracteriacutesticas del pensamiento esceacuteptico el del empleo de
argumentos equivalentes a los argumentos dogmaacuteticos pero de signo contrario Con
ello el esceacuteptico busca restituir la situacioacuten inicial de equilibrio previa a la toma de
partido por una determinada asercioacuten dogmaacutetica creando una equipolencia de fuerzas
entre dicha asercioacuten dogmaacutetica y su contraria Tanto en el caso de la terapeacuteutica
metoacutedica como en el de la argumentacioacuten esceacuteptica se trata de combatir los dantildeos
causados por un determinado elemento desestabilizador mediante la introduccioacuten de
otro elemento contrario a este que causariacutea dantildeos igualmente negativos de introducirse
en una situacioacuten normal Por ejemplo la distensioacuten de un muacutesculo es tambieacuten
perjudicial si se produce en un momento de equilibrio pero reequilibra el muacutesculo si
previamente se habiacutea agarrotado De igual manera la asercioacuten del esceacuteptico conduce al
dogmatismo por ejemplo a afirmar que tal cosa es o no es de tal manera si no fuera por
la circunstancia de que el interlocutor del esceacuteptico ya ha afirmado su contraria y no
pueden sostenerse ambas a un tiempo Asiacute con el ejemplo toacutepico el bastoacuten torcido
recupera su forma recta si se le fuerza a doblarse en sentido contrario a su desviacioacuten
Este paralelismo quizaacute se deba a la concepcioacuten ya mencionada que debioacute ser
habitual entre los integrantes del escepticismo de la tarea filosoacutefica como una forma de
terapia orientada a recuperar la salud que el dogmatismo deteriora
233- La sucesioacuten de DL IX
Al margen de las cuasi sucesiones de caraacutecter maacutes temaacutetico que cronoloacutegico que
encontramos en Sexto en HP I 219-241 y Adv math VII 47-8 la otra gran sucasioacuten
295 HP I 238-9 ὥσπερ οὖν κατὰ τὴν ἀνάγκην τῶν παθῶν ὁ σκεπτικὸς ὑπὸ μὲν δίψους ἐπὶ
ποτὸν ὁδηγεῖται ὑπὸ δὲ λιμοῦ ἐπὶ τροφήν καὶ ἐπί τι τῶν ἄλλων ὁμοίως οὕτω καὶ ὁ μεθοδικὸς
ἰατρὸς ὑπὸ τῶν παθῶν ἐπὶ τὰ κατάλληλα ὁδηγεῖται ὑπὸ μὲν στεγνώσεως ἐπὶ τὴν χαύνωσιν
ὡς καταφεύγει τις ἀπὸ τῆς διὰ ψῦχος ἐπιτεταμένον πυκνώσεως ἐπὶ ἀλέαν ὑπὸ δὲ ῥύσεως ἐπὶ
τὴν ἐποχὴν αὐτῆς ὡς καὶ οἱ ἐν βαλανείῳ ἱδρῶτι πολλῷ περιρρεόμενοι καὶ ἐκλυόμενοι ἐπὶ τὴν
ἐποχὴν αὐτοῦ παραγίνονται καὶ διὰ τοῦτο ἐπὶ τὸν ψυχρὸν ἀέρα καταφεύγουσιν ὅτι δὲ καὶ τὰ
φύσει ἀλλότρια ἐπὶ τὴν ἄρσιν αὐτῶν ἰέναι καταναγκάζει πρόδηλον ὅπου γε καὶ ὁ κύων
σκόλοπος αὐτῷ καταπαγέντος ἐπὶ τὴν ἄρσιν αὐτοῦ παραγίνεται
115
de filoacutesofos de orientacioacuten esceacuteptica compilada en la antiguumledad que hoy conocemos es
la que Dioacutegenes Laercio ofrece en el libro IX de sus Vidas opiniones y sentencias de
los filoacutesofos maacutes ilustres
En esta sucesioacuten Dioacutegenes incluye secciones dedicadas a las vidas de Heraacuteclito
(1-17) Jenoacutefanes (18-20) Parmeacutenides (21-23) Meliso (24) Zenoacuten (25-29) Leucipo
(30-33) Demoacutecrito (34-49) Protaacutegoras (50-56) Dioacutegenes de Apolonia (57) Anaxarco
(58-60) Pirroacuten (61-108) y Timoacuten (109-116) Esta serie se muestra coincidente en lo
esencial con la evolucioacuten temaacutetica que ya hemos esbozado aquiacute en base a los
mencionados pasajes de Sexto
La obra de Dioacutegenes Laercio sin embargo auacuten puede aportarnos interesantes
datos para completar nuestro conocimiento de la concepcioacuten general de la ascendencia
del pensamiento pirroniano y del esceacuteptico en sentido estricto
Al comienzo de las Vidas Dioacutegenes presenta dos liacuteneas o series de filoacutesofos
diferenciadas296 La que parte de los siete sabios ndash y de Tales como primer filoacutesofo ndash y
concluye en los estoicos (en esta liacutenea se insertariacutean Soacutecrates Platoacuten y Aristoacuteteles) a la
que dedica los libros I a VII de la obra y la que arranca en Pitaacutegoras y termina en los
esceacutepticos y Epicuro en la que se insertan Heraacuteclito Jenoacutefanes Parmeacutenides y
Demoacutecrito y a la que estaacuten dedicados los libros VIII IX y X La primera serie es
denominada ldquojoacutenicardquo y la segunda ldquoitaacutelicardquo maacutes por la procedencia de las figuras de las
que parten que por criterios geograacuteficos estrictos a lo largo de su desarrollo
Se ha argumentado en ocasiones que si Dioacutegenes situacutea la serie itaacutelica en segundo
lugar detraacutes de la joacutenica ndash y concluyendo por tanto la obra ndash ha de ser porque sus
simpatiacuteas estaban maacutes con aquella que con esta esto es que como miacutenimo habriacutea
considerado a la liacutenea itaacutelica como superior filosoacuteficamente a la joacutenica En el intento de
situar doctrinalmente al propio Dioacutegenes a partir de esta presuncioacuten se ha optado en
ocasiones por considerarlo un epicuacutereo ndash lo que parece razonable dado que es con
Epicuro con quien concluye su exposicioacuten del desarrollo de la filosofiacutea ndash y en ocasiones
por hacer de eacutel un esceacuteptico o al menos un simpatizante del escepticismo
Cierto es que en la lectura del libro IX de las Vidas se hace difiacutecil no sentir una
cierta tendencia del autor a justificar las teoriacuteas que conducen a posiciones esceacutepticas y
que el tratamiento que hace de figuras relacionadas con el escepticismo parece bastante
favorable Tambieacuten es cierto que se han aducido algunos indicios de maacutes peso de una
supuesta ldquotendencia esceacutepticardquo en Dioacutegenes indicios basados en determinadas
116
particularidades del libro IX dentro del conjunto de la obra Por ejemplo Romaacuten Alcalaacute
sentildeala la mayor presencia de citas y referencias eruditas en este libro en comparacioacuten
con otros libros de las Vidas o auacuten con la mayoriacutea de obras antiguas como muestra de
una gran seriedad y un gran rigor en su composicioacuten por parte de Dioacutegenes297 Esta
seriedad con la que se compuso el texto puede ser indicativa de un mayor intereacutes por su
parte en el tema de que trata asiacute como de un mayor conocimiento de las fuentes298 y de
los contenidos filosoacuteficos del pensamiento de las figuras alliacute tratadas lo que apuntariacutea a
una pertenencia a la escuela en cuestioacuten Tambieacuten se ha sentildealado la presencia de citas
de autores maacutes tardiacuteos de lo habitual De hecho Saturnino el Citeacutenada el disciacutepulo de
Sexto Empiacuterico es probablemente el filoacutesofo maacutes reciente que aparece en la obra de
Dioacutegenes Laercio
Sin embargo las Vidas no concluyen en el libro IX La presencia de un libro X
dedicado a la ascendencia y la postura filosoacutefica de Epicuro parece complicar la
posibilidad de encuadrar a Dioacutegenes en el escepticismo Epicuro en efecto forma parte
de la misma liacutenea general que el pensamiento esceacuteptico y aparece al principio de la
obra como continuando una misma sucesioacuten con Pirroacuten299 con Nausiacutefanes disciacutepulo de
este y maestro de aqueacutel como paso intermedio Si Dioacutegenes hubiese sido un esceacuteptico
aun en el maacutes lato sentido de la palabra se hariacutea incomprensible su concepcioacuten de la
historia de la filosofiacutea como culminada por las tesis epicuacutereas Probablemente no hay
nada maacutes difiacutecil de compaginar teoacutericamente que la postura criacutetica esceacuteptica respecto
del conocimiento sensible y la confianza en los sentidos de la que Epicuro hace gala
Con todo la sucesioacuten del libro IX resulta reveladora de la idea que se teniacutea en la
eacutepoca del desarrollo histoacuterico de la posicioacuten esceacuteptica De hecho en varios otros textos
296 Romaacuten Alcalaacute R ldquoIntroduccioacuten al libro IX de DLrdquo (ineacutedito) 297 Idem 298 Es de destacar la considerable presencia de Timoacuten como fuente en este libro IX asiacute como la de Enesidemo Sexto y otros integrantes del escepticismo pirroacutenico 299 DL I 15 6 - 16 10 Ἡ δὲ Ἰταλικὴ οὕτω Φερεκύδους Πυθαγόρας οὗ Τηλαύγης ὁ υἱός οὗ
Ξενοφάνης οὗ Παρμενίδης οὗ Ζήνων ὁ Ἐλεάτης οὗ Λεύκιππος οὗ Δημόκριτος οὗ πολλοὶ
μέν ἐπ ὀνόματος δὲ Ναυσιφάνης καὶ Ναυκύδης ὧν Ἐπίκουρος Τῶν δὲ φιλοσόφων οἱ μὲν
γεγόνασι δογματικοί οἱ δ ἐφεκτικοί δογματικοὶ μὲν ὅσοι περὶ τῶν πραγμάτων ἀποφαίνονται
ὡς καταληπτῶν ἐφεκτικοὶ δὲ ὅσοι ἐπέχουσι περὶ αὐτῶν ὡς ἀκαταλήπτων καὶ οἱ μὲν αὐτῶν
κατέλιπον ὑπομνήματα οἱ δ ὅλως οὐ συνέγραψαν ὥσπερ κατά τινας Σωκράτης Στίλπων
Φίλιππος Μενέδημος Πύρρων Θεόδωρος Καρνεάδης Βρύσων κατά τινας Πυθαγόρας
Ἀρίστων ὁ Χῖος πλὴν ἐπιστολῶν ὀλίγων οἱ δὲ ἀνὰ ἓν σύγγραμμα Μέλισσος Παρμενίδης
Ἀναξαγόρας πολλὰ δὲ Ζήνων πλείω Ξενοφάνης πλείω Δημόκριτος πλείω Ἀριστοτέλης
πλείω Ἐπίκουρος πλείω Χρύσιππος
117
encontramos sucesiones muy similares Por ejemplo en Clemente de Alejandriacutea
encontramos lo siguiente
Jenoacutefanes de Colofoacuten inicia la escuela eleaacutetica Parmeacutenides es disciacutepulo de Jenoacutefenes de eacuteste Zenoacuten despueacutes Leucipo despueacutes Demoacutecrito Disciacutepulos de Demoacutecrito fueron Protaacutegoras de Abdera y Metrodoro de Quiacuteos de eacuteste Dioacutegenes de Esmirna de eacuteste Anaxarco y de eacuteste Pirroacuten de eacutel Nausiacutefanes De eacuteste dicen algunos que Epicuro llegoacute a ser su disciacutepulo300
Asiacute mismo en Eusebio de Cesarea podemos leer
Y de Jenoacutefanes fue disciacutepulo Parmeacutenides de eacuteste Meliso de eacuteste Zenoacuten de eacuteste Leucipo de eacuteste Demoacutecrito de eacuteste Protaacutegoras y Nesa De Nesa Metrodoro de eacuteste Dioacutegenes de eacuteste Anaxarco Anaxarco fue compantildeero de Pirroacuten del cual tuvo origen el discurso de los llamados esceacutepticos301
Las diferencias con el pasaje de Dioacutegenes Laercio (del que con toda
probabilidad ambos son deudores) son miacutenimas Soacutelo es destacable la sustitucioacuten de
Dioacutegenes de Apolonia por Dioacutegenes de Esmirna en Clemente302 (en Eusebio aparece el
nombre de Dioacutegenes sin especificar su origen) o la insercioacuten del nombre de Nesa entre
Demoacutecrito y Metrodoro por parte de Eusebio Asiacute aunque se trate de variantes de una
misma tradicioacuten textual la presencia en los tres pasajes de una serie de personajes
comunes nos indica que sobre su relacioacuten con las ideas esceacutepticas no se teniacutea duda Y
esos pensadores son como miacutenimo Jenoacutefanes Parmeacutenides Zenoacuten Leucipo Demoacutecrito
y Protaacutegoras
Sobre Anaxarco Pirroacuten y Timoacuten conviene tratar en seccioacuten aparte pues su
vinculacioacuten con las ideas esceacutepticas maacutes intensa por motivos cronoloacutegicos es tambieacuten
maacutes compleja que la de la mera herencia doctrinal
300 Clemente de Alejandriacutea Strommata I XIV 64 2-4 Τῆς δὲ Ἐλεατικῆς ἀγωγῆς Ξενοφάνης ὁ
Κολοφώνιος κατάρχει ὅν φησι Τίμαιος κατὰ Ἱέρωνα τὸν Σικελίας δυνάστην καὶ Ἐπίχαρμον
τὸν ποιητὴν γεγονέναι Ἀπολλόδωρος δὲ κατὰ τὴν dagger τεσσαρακοστὴν ὀλυμπιάδα γενόμενον
παρατετακέναι ἄχρι τῶν Δαρείου τε καὶ Κύρου χρόνων Παρμενίδης τοίνυν Ξενοφάνους
ἀκουστὴς γίνεται τούτου δὲ Ζήνων εἶτα Λεύκιππος εἶτα Δημόκριτος Δημοκρίτου δὲ
ἀκουσταὶ Πρωταγόρας ὁ Ἀβδηρίτης καὶ Μητρόδωρος ὁ Χῖος οὗ Διογένης ὁ Σμυρναῖος οὗ
Ἀνάξαρχος τούτου δὲ Πύρρων οὗ Ναυσιφάνης Τούτου φασὶν ἔνιοι μαθητὴν Ἐπίκουρον
γενέσθαι 301 Eusebio de Cesarea Praeparatio Evangelica XIV 17 10 Ξενοφάνους δὲ ἀκουστὴς γέγονε
Παρμενίδης τούτου Μέλισσος οὗ Ζήνων οὗ Λεύκιππος οὗ Δημόκριτος οὗ Πρωταγόρας καὶ
Νεσσᾶς τοῦ δὲ Νεσσᾶ Μητρόδωρος οὗ Διογένης οὗ Ἀνάξαρχος Ἀναξάρχου δὲ γνώριμος
γέγονε Πύρρων ἀφ οὗ ἡ τῶν Σκεπτικῶνἐπικληθέντων διατριβὴ συνέστη 302 Cfr Romaacuten Alcalaacute R Op cit Idem
118
3- Anaacutelisis histoacuterico del escepticismo en sentido propio
31- Sus raiacuteces
Despueacutes de habernos ocupado en la seccioacuten anterior de este trabajo primero de
la tradicioacuten filosoacutefica en la que el escepticismo estaacute inserto y despueacutes de aquellas
corrientes filosoacuteficas paralelas que de alguacuten modo por estar proacuteximas a su pensamiento
influyeron en su desarrollo nos proponemos ahora entrar en el anaacutelisis de lo que ya con
mayor propiedad puede ser llamado ldquoescepticismordquo de tal modo que podamos observar
el desarrollo interno de este tipo de filosofiacutea desde su aparicioacuten estipulada en torno a la
figura de Pirroacuten de Elis hasta su culminacioacuten con Sexto Empiacuterico y sus uacuteltimos
momentos con la desaparicioacuten del pensamiento esceacuteptico del panorama filosoacutefico del
helenismo
Pero ademaacutes de una tradicioacuten antecesora a la que se remonta su origen y un
contexto histoacuterico en el que se producen sus debates toda forma de pensamiento tiene
tambieacuten unas raiacuteces inmediatas de las que proviene y sin las cuales nunca habriacutea llegado
a formarse Estas raiacuteces no son ya parte del ambiente de la eacutepoca puesto que son
anteriores pero tampoco pueden considerarse meramente parte de la liacutenea tradicional
que desemboca en la formacioacuten de la escuela puesto que su inmediatez les confiere
cierto caraacutecter de punto de arranque casi integrado en la propia corriente en cuestioacuten
En el caso del escepticismo pirroacutenico este caraacutecter peculiar de puente entre la
tradicioacuten y la escuela misma se aprecia con especial nitidez El supuesto escepticismo
subyacente a las doctrinas de Jenoacutefanes Heraacuteclito Parmeacutenides o Protaacutegoras seriacutea soacutelo
embrionario En cambio el de los uacuteltimos representantes de esa liacutenea sucesoria que
termina en Pirroacuten es decir el de Metrodoro o Anaxarco ya es praacutecticamente un
pensamiento esceacuteptico completo en la misma medida en que puede considerarse
esceacuteptico el del propio Pirroacuten El punto de inflexioacuten que separa la parte inicial de la
final de esta liacutenea es en nuestra opinioacuten doble en primer lugar la figura de Soacutecrates y
en segundo lugar la de Demoacutecrito
A pesar del problema inherente a la cuestioacuten de determinar cuaacuteles fueron las
ensentildeanzas filosoacuteficas de Soacutecrates la visioacuten maacutes general y toacutepica acerca de ellas es ya
suficiente para comprobar el grado de escepticismo que transmiten Soacutecrates como
119
luego Pirroacuten como luego Arcesilao como luego Carneacuteades no escribioacute nada Repudia
la ciencia de la naturaleza y declara que tales temas sobrepasan el entendimiento
humano Ademaacutes al maacutes puro estilo de un esceacuteptico reconoce su propia ignorancia No
seriacutea faacutecil explicar la postura de Metrodoro o la del propio Arcesilao sin hacer
referencia al ldquosoacutelo seacute que no seacute nadardquo con que histoacutericamente se ha caracterizado la
posicioacuten socraacutetica Y en referencia a ese reconocimiento de la propia ignorancia se ha
de notar que no se refiere soacutelo a la propia La aneacutecdota del oraacuteculo de Delfos expresa
algo maacutes Cuando Querefonte pregunta al oraacuteculo si hay alguacuten hombre vivo que sea maacutes
sabio que Soacutecrates eacuteste responde ldquonordquo Al tener noticia de ello Soacutecrates no lo rechaza
puesto que el dios no puede equivocarse sino que lo interpreta sabiendo que el
lenguaje oracular consiste a menudo en enigmas y saca la conclusioacuten de que lo que el
dios queriacutea dar a entender es que eacutel es el maacutes sabio de los hombres porque soacutelo eacutel
reconoce su ignorancia303 Lo que esta historia transmite no hace referencia solamente a
Soacutecrates sino a todos los hombres Que Soacutecrates sea el maacutes sabio de los hombres
porque sepa que no sabe nada implica que el resto de los hombres tampoco saben
nada304 La ignorancia socraacutetica no es pues socraacutetica sino que abarca al geacutenero
humano Lo propiamente socraacutetico es tan soacutelo su reconocimiento
Soacutecrates no era un esceacuteptico Incluso si seguimos a Grote era lo contrario de un
esceacuteptico305 Sus convicciones eran en efecto dogmaacuteticas en una gran cantidad de
cuestiones en especial en lo referente al tema de la virtud y de la moral en general
Sobre el bien sobre lo justo y lo injusto o sobre la piedad un esceacuteptico no habriacutea
intentado tratar mientras que Soacutecrates siempre centra en conceptos como estos sus
mayores esfuerzos306 Sin embargo como afirma Brochard
ldquo () si Socrate est le contraire drsquoun sceptique il faut reconnaicirctre qursquoil y a dans son dogmatisme des parties de scepticismerdquo 307
303 Apolog 20 a 1 y ss 304 Desde esta perspectiva resulta faacutecil comprender el motivo por el que la Academia heredera de la posicioacuten filosoacutefica de Platoacuten pero tambieacuten de la de Soacutecrates acaboacute derivando a partir de Arcesilao hacia una posicioacuten no soacutelo esceacuteptica en general sino caracterizada en particular por Sexto como basada en la negacioacuten del conocimiento y la afirmacioacuten de la ignorancia (vid HP I 1-3) 305 Veacutease Brochard V Op cit 35 306 Sobre esta cuestioacuten veacutease mi artiacuteculo ldquoCalicles y Nietzsche dos formas contrapuestas de entender el derecho del maacutes fuerterdquo Nexo revista de filosofiacutea 2 2004 167-176 en especial 170 y ss 307 ldquo() si Soacutecrates es lo contrario de un esceacuteptico hace falta reconocer que hay en su dogmatismo partes de escepticismordquo (Brochard V Idem)
120
Su elogio constante de la ignorancia y de la duda provocan que en todo
momento incluso cuando habla de temas como los morales en los que sus
convicciones son feacuterreas su actitud desprenda escepticismo Quizaacute en Soacutecrates soacutelo se
tratara de eso de una actitud Pero en algunos de sus contemporaacuteneos y en muchos de
los filoacutesofos posteriores caloacute maacutes hondo de lo que cabriacutea esperar convirtieacutendose en el
principio de algo maacutes A fuerza de insistir en mostrarse ignorante en declarar que no
tiene nada que ensentildearle a nadie y en mostrarles a los demaacutes que tambieacuten ellos ignoran
este moralista dogmaacutetico y algo sofista que era Soacutecrates que no teniacutea en principio
verdadero intereacutes por conmocionar la epistemologiacutea terminoacute por hacer ver a algunos
que el conocimiento es en efecto problemaacutetico y que la atribucioacuten de saber no puede
hacerse tan a la ligera como hasta entonces y con ello favorecioacute el comienzo del
desarrollo de una liacutenea de pensamiento ya por completo esceacuteptica308
Aunque no exista certeza de su exactitud un pasaje de Dioacutegenes Laercio
relaciona a Pirroacuten con una de las escuelas que surgieron por la influencia de Soacutecrates
poco despueacutes de su muerte en concreto con la escuela de Megara fundada por el
disciacutepulo de Soacutecrates Euclides El pasaje es el siguiente
ldquoPirroacuten de Elis era hijo de Plistarco como refiere Diocles como dice Apolodoro en su Cronologium primero era pintor y escuchoacute a Brisoacuten hijo de Estilpoacuten como dice Alejandro en las Sucesiones y despueacutes a Anaxarco al cual siguioacute por todas partesrdquo309
A traveacutes de Brisoacuten310 un megaacuterico Pirroacuten habriacutea podido recibir la herencia de la
tradicioacuten socraacutetica mediada concretamente por las caracteriacutesticas propias de la escuela
de Euclides que fue sin duda un filoacutesofo dogmaacutetico que junto con la del propio
Soacutecrates habriacutea recibido la influencia de Gorgias y sobre todo de Parmeacutenides y los
eleacuteatas cuya filosofiacutea se habriacutea convertido en parte importante de la doctrina de su
308 ldquo() sans le savoir ou sans le vouloir ce dogmatiste a favoriseacute de son nom et de ses exemples les entreprises ulteacuterieures de scepticismerdquo Ibid 37 309 DL IX 61 Πύρρων Ἠλεῖος Πλειστάρχου μὲν ἦν υἱός καθὰ καὶ Διοκλῆς ἱστορεῖ ὥς φησι
δ Ἀπολλόδωρος ἐν Χρονικοῖς πρότερον ἦν ζωγράφος καὶ ἤκουσε Βρύσωνος τοῦ Στίλπωνος
ὡς Ἀλέξανδρος ἐν Διαδοχαῖς εἶτ Ἀναξάρχου ξυνακολουθῶν πανταχοῦ (Acerca del pasaje del Cronologium de Apolodoro veacutease Jacoby FGrH 244 F 39 Sobre el de las Sucesiones de Alejandro veacutease Jacoby FGrH 273 F 92) 310 Hemos de suponer que se trata del mismo Brisoacuten al que Sexto Empiacuterico se refiere en Adv math VII 13 como un loacutegico Aristoacuteteles habla tambieacuten de un Brisoacuten de Heraclea sofista al que atribuye una investigacioacuten matemaacutetica ndashfalaz en opinioacuten del estagiritandash acerca de la cuadratura del ciacuterculo asiacute como alguacuten argumento sobre la imposibilidad de hablar falsamente Es difiacutecil asegurar con certeza que se trate del mismo filoacutesofo pero asiacute suele considerarse (Cfr Arist Hist anim 563 a 7 Rhet 1405 b 6-11 Soph el 171 b 3-172 a 7 Anal post 75 b 37-76 a 2 Plat Epist 13 360 c Sexto Empiacuterico Adv Math VII 13 DL I 16 donde se afirma expresamente que se trata de un filoacutesofo aacutegrafo en una lista en la que figuran tambieacuten Soacutecrates y Pirroacuten Athen 11 508 c-d 11 509 b-c Suda sv Pyacuterrhon sv Sokraacutetes sv Theoacutedōros)
121
escuela311 Sostendriacutea la ineficacia de los sentidos como fuente de conocimiento pero
en cambio tendriacutea confianza plena en la razoacuten para desempentildear ese cometido
Tras eacutel Estilpoacuten mencionado en el pasaje como padre de Brisoacuten pero quizaacute
soacutelo maestro suyo312 auacutena a las doctrinas megaacutericas las de la escuela ciacutenica Tambieacuten eacutel
habriacutea sostenido la inviabilidad de las sensaciones como camino de acceso al
conocimiento y la completa credibilidad de la razoacuten seguacuten Aristoacutecles313
Sea Brisoacuten un megaacuterico disciacutepulo de la liacutenea original de Euclides o de la
ecleacutectica de Estilpoacuten a traveacutes de su inicial ensentildeanza en la vida de Pirroacuten habriacutean
podido llegar hasta eacutel tanto un importante componente de socratismo como la forma
eleaacutetica de criacutetica del conocimiento sensible No parece en cambio que la orientacioacuten
pirroacuteniana pueda deberse en exclusiva a un desarrollo de la megaacuterica Brochard incide
en la relacioacuten histoacuterica de la escuela de Megara con el pirronismo En su opinioacuten las
tres escuelas socraacuteticas maacutes importantes a excepcioacuten de la Academia ndash la ciacutenica la
cirenaica y la megaacuterica ndash acabariacutean transformaacutendose en las tres mayores escuelas
postaristoteacutelicas la escuela ciacutenica en el estoicismo la cirenaica en el epicureiacutesmo y la
megaacuterica en el escepticismo314 Pero tambieacuten la influencia de algunas caracteriacutesticas de
ciacutenicos y cirenaicos se deja sentir en el escepticismo Y no puede considerarse a la
socraacutetica como la uacutenica fuente de la que nace la escuela que Pirroacuten inaugura
Ademaacutes de Soacutecrates tambieacuten la filosofiacutea de Demoacutecrito supuso un factor
decisivo en la confluencia de orientaciones filosoacuteficas que acabariacutea posibilitando la
aparicioacuten del escepticismo Con su criacutetica efectiva de las sensaciones como viacutea de
acceso al conocimiento Demoacutecrito aportoacute lo que faltaba en la liacutenea socraacutetica una base
teoacuterica sobre la que sustentar la necesidad de asuncioacuten de la propia ignorancia La falta
de credibilidad de las sensaciones como vimos315 acaba conduciendo a un proceso de
311 DL II 106 312 Si se aceptase la correccioacuten de Roeper y de Nietzsche (ldquo[Pirroacuten] escuchoacute a Brisoacuten o a Estilpoacutenrdquo) no habriacutea problema ninguno para la identificacioacuten de este Estilpoacuten con el de la escuela de Megara De otro modo la cronologiacutea ofreceriacutea serias dificultades para esa posible identificacioacuten 313 Aristoacutecles apud Eusebio Praep Evang XIV 17 1 ldquoPiensan que hay que rechazar las sensaciones y las apariencias y que hay que tener fe soacutelo en la razoacuten Algo de eso deciacutean en un principio Jenoacutefanes Parmeacutenides Zenoacuten y Meliso y despueacutes los seguidores de Estilpoacuten y los megaacutericosrdquo (οἴονται γὰρ δεῖν τὰς
μὲν αἰσθήσεις καὶ τὰς φαντασίας καταβάλλειν αὐτῷ δὲ μόνον τῷ λόγῳ πιστεύειν τοιαῦτα
γάρ τινα πρότερον μὲν Ξενοφάνης καὶ Παρμενίδης καὶ Ζήνων καὶ Μέλισσος ἔλεγον ὕστερον
δ οἱ περὶ Στίλπωνα καὶ τοὺς Μεγαρικούς) 314 laquo Les trois eacutecoles issues de Socrate devaient en se transformant donner naissance aux trois grandes eacutecoles post-aristoteacuteliciennes les cyniques sont preacutecurseurs des stoiumlciens les cyreacutenaiumlques des eacutepicuriens les meacutegariques des sceptiques raquo Brochard V Op cit 39 Ver tambieacuten Long A A Op cit 13-24 315 Supra 63
122
supresioacuten del conocimiento sensible en principio pero a la larga tambieacuten del racional
Este germen de escepticismo se transmite al resto de la escuela de Abdera aunque sin
que por ello desaparezca del todo el caraacutecter dogmaacutetico inicial con el que fue fundada
vinculado a la teoriacutea del atomismo De hecho seraacuten Demoacutecrito y sus seguidores quienes
mantengan viva durante el siglo IV la tendencia esceacuteptica que Jenoacutefanes en el VI y los
eleacuteatas en el V habriacutean iniciado316 Pero en concreto es en Metrodoro en quien se
aprecia maacutes claramente una creciente importancia de las tesis contrarias al
conocimiento En este disciacutepulo de Demoacutecrito por vez primera se funden el trasfondo
esceacuteptico de los abderitas y la influencia socraacutetica Al exacerbar el reconocimiento de la
propia ignorancia del modo en que se vio en el epiacutegrafe dedicado a su figura317 inicia
una cadena de escepticismo que ya no haraacute sino incrementarse Incluso Sedley expresa
que Pirroacuten se convirtioacute para los filoacutesofos posteriores en la figura principal y fundadora
del escepticismo en parte debido a que su disciacutepulo Timoacuten en sus versos satiacutericos lo
toma como encarnacioacuten del ideal de vida esceacuteptico De no haber sido por la difusioacuten que
la obra del de Fliunte dio al nombre de su maestro Metrodoro se habriacutea encontrado en
condiciones de disputarle la posicioacuten como iniciador del escepticismo318
Clemente hace seguir en la lista de pensadores que llegaraacute hasta Pirroacuten tras
Demoacutecrito y Protaacutegoras a Metrodoro Dioacutegenes de Esmirna y Anaxarco319 de modo
que a la vista del pasaje se marca la escuela de Abdera como una de las liacuteneas de
influencia que confluyen en Pirroacuten sumaacutendose a la teoriacutea del conocimiento que
Metrodoro desarrolla la eacutetica de Anaxarco que ya tratamos paacuteginas atraacutes320 Asiacute el de
Elis auacutena por un lado la tradicioacuten socraacutetica mediada por la escuela de Megara a traveacutes
de Brisoacuten y por otro de su maestro y compantildeero Anaxarco recibe el influjo
democriacuteteo De la confluencia de ambas corrientes hereda Pirroacuten una serie de
caracteriacutesticas que se aproximan a lo que seraacute el contenido del escepticismo sistemaacutetico
a) El reconocimiento y la asuncioacuten de la propia ignorancia (Soacutecrates)
b) La criacutetica del conocimiento sensible (Demoacutecrito)
c) La imposibilidad del conocimiento racional (Metrodoro)
d) La estimacioacuten de la indiferencia (Anaxarco)
316 Cfr Sedley Op cit 10 317 Supra 88 y ss 318 Sedley D Op cit 10-11 319 Clemente Strom I XIV 64 2-4 320 Vid Supra 59 y ss
123
La suma de (a)+(b)+(c) da lugar a una epistemologiacutea articulada entorno a la tesis
de la inaprehensibilidad del mundo y por tanto la necesidad de suspensioacuten del juicio
mientras que la adicioacuten de la caracteriacutestica (d) apunta el camino que el esceacuteptico ha de
emprender ante tales perspectivas de conocimiento la imperturbabilidad del aacutenimo
32- Sus figuras
Pirroacuten de Elis
De todos los esceacutepticos puede que sea Pirroacuten el maacutes complicado de estudiar Su
nombre aparece rodeado de un aura de leyenda y misterio Las fuentes que nos
transmiten informacioacuten sobre eacutel son muy heterogeacuteneas y muchas de ellas de dudosa
confianza Los testimonios sobre su pensamiento no son muy expliacutecitos Y no podemos
ampararnos en fragmento literal alguno puesto que como ya se ha dicho Pirroacuten
coincide con otros filoacutesofos orientados hacia el escepticismo en que tambieacuten eacutel es
aacutegrafo321 Ninguacuten intento de reflejar con fidelidad su perfil filosoacutefico seraacute por todo ello
definitivo y cualquier interpretacioacuten que se haga de su papel en la historia de la
filosofiacutea seraacute siempre una reconstruccioacuten322 Sin embargo este caraacutecter de hipoacutetesis
sujeta a la duda que tiene cualquier exposicioacuten del pensamiento pirroniano encaja muy
bien con el espiacuteritu de este filoacutesofo y por tanto en ocasiones maacutes que un inconveniente
para aclarar su manera de hacer filosofiacutea parece convertirse en un ejemplo de esta
misma
Una parte importante de las referencias a Pirroacuten conservadas no tratan acerca de
su posicioacuten en cuanto al conocimiento o a la eacutetica o a cualquiera otra cuestioacuten teoacuterica
sino sencillamente acerca de su vida No por ello sin embargo ha de considerarse que
son alusiones superfluas o inuacutetiles para quienes esteacuten interesados en conocer la postura
original a partir de la que se desarrolloacute el escepticismo Al contrario la vida de Pirroacuten es
uno de los aspectos maacutes interesantes de su figura
Para el estudio de un filoacutesofo dogmaacutetico por lo general la biografiacutea no rebasa el
intereacutes de la mera aneacutecdota o de la erudicioacuten histoacuterica Pero de un esceacuteptico no puede
321 La uacutenica excepcioacuten conocida seriacutea el poema que habriacutea compuesto en honor de Alejandro mencionado por Sexto en Adv Math I 282 y por Dioacutegenes Laercio en DL IX 61 ademaacutes de por Plutarco en De Alex fortit I 10 Sobre la caracteriacutestica tendencia esceacuteptica a no escribir resultan muy interesantes las consideraciones de Roland Barthes a cerca de lo que llama ldquoel silencio esceacutepticordquo (vid Barthes R Lo neutro notas de cursos y seminarios en el Collegravege de France 1977-1978 Siglo XXI editores Meacutexico 2004 67-76 ndash especialmente 71-2 ndash y 245-6) 322 Con todo se ha de sentildealar que gracias a la recopilacioacuten y sistematizacioacuten de los testimonios conservados sobre Pirroacuten de Elis realizada por Decleva Caizzi (Decleva Caizzi F Pirrone
124
decirse lo mismo El esceacuteptico estaacute siempre amenazado de contradiccioacuten Con cualquier
cosa que haga o diga corre el riesgo de caer en la inconsecuencia Incluso puede decirse
que por necesidad todo lo que haga o diga seraacute inconsecuente Para esquivar esta
amenaza Sexto Empiacuterico por ejemplo se ve obligado a disculparse de forma constante
ponieacutendose la venda antes de la herida con frases del tipo ldquoy esto lo decimos sin
dogmatismosrdquo323 y expresiones similares Otros en aras de una mayor consecuencia
optaron por no dejar nada por escrito La transmisioacuten por escrito de un corpus de
doctrinas estaacute muy proacutexima a la pretensioacuten de dogmatizar Cualquier texto fijado puede
acabar por establecerse como canoacutenico para los sucesores de modo que hasta la
corriente esceacuteptica maacutes radical podriacutea terminar cayendo en el dogmatismo Por ello es
preferible la ensentildeanza en exclusiva por medio de la palabra oral Aunque alguacuten caso ha
habido de filoacutesofo que incluso esta transmisioacuten consideraba en exceso inmovilizadora
de lo dicho como Craacutetilo de quien se cuenta que optoacute por ni siquiera hablar324
Algo semejante ocurre en el terreno vital Cualquier tipo de actividad que lleve a
cabo el esceacuteptico es susceptible de ser empleada por el dogmaacutetico como argumento
contra eacutel Una de las claacutesicas objeciones dogmaacuteticas contra el escepticismo es el
ldquoargumento de la apraxiacuteardquo seguacuten el cual la consecuencia de asumir la tesis de que nada
puede ser conocido es no poder decidir queacute hacer y el uacutenico modo coherente de actuar
si se asume la suspensioacuten del juicio es no actuar en absoluto325 Sexto se ve por ello
obligado a distinguir entre dos tipos de criterio uno teoacuterico y otro praacutectico y a defender
que el esceacuteptico soacutelo critica el teoacuterico mientras que asume como criterio praacutectico la
pura representacioacuten fenomeacutenica326 Ademaacutes se ve obligado a justificar cuestiones como
que el esceacuteptico satisfaga sus necesidades vitales que observe las leyes o que aprenda y
cultive artes o teacutecnicas
Lo que con la vida de Pirroacuten se pretende ejemplificar es que la vida es mucho
maacutes faacutecil de conciliar con el escepticismo de lo que a partir de esto podriacutea parecer
Pirroacuten es de forma preeminente un educador Su intereacutes fundamental es formar
hombres educarlos para hacerlos mejores Y la manera maacutes adecuada que encuentra de
educar es con su propio ejemplo En gran medida Pirroacuten identifica teoriacutea y praacutectica La
doctrina que pretende transmitir es sobre todo una actitud vital de tranquilidad y paz que
Testimonianze Bibliopolis Naacutepoles 1981) la interpretacioacuten de su filosofiacutea se ha facilitado considrablemente 323 HP I 24 324 Aristoacuteteles Met 1010 a 7 y ss (Veacutease tambieacuten Apeacutendice B 337 y ss) 325 Cfr Striker Op cit 63
125
debe ser alcanzada mediante la praacutectica cotidiana Por ello la teoriacutea pirroniana estariacutea
orientada hacia la praacutectica y la praacutectica hacia la teoriacutea No es pues que no haya en
Pirroacuten cuestionamiento teoacuterico como tal sino que eacuteste se encuentra imbricado en su
praacutectica vital El problema teoacuterico maacutes importante es para eacutel el de la vida del hombre
Si Pirroacuten encarna mejor que nadie el ideal de sabio esceacuteptico es por la actitud de
la que dotoacute a su quehacer en el mundo a lo largo de su vida Asiacute la multitud de
testimonios de la vida de Pirroacuten que conservamos que no parecen hacer referencia a
cuestiones teoacutericas son en realidad ejemplificaciones de esa actitud lecciones
pedagoacutegicas para sus seguidores sus compantildeeros o sus conciudadanos y estaacuten siempre
por tanto relacionadas con los presupuestos teoacutericos de su filosofiacutea Muchos de esos
testimonios es probable que sean falsos pero aun asiacute siguen respondiendo al patroacuten
educativo pirroniano Aunque las aneacutecdotas reflejadas nunca tuvieran lugar continuacutean
sirviendo de ldquoparaacutebolasrdquo de la imperturbabilidad Otros testimonios quizaacute se deban a
malas interpretaciones interesadas o no de la doctrina pirroniana original Por ejemplo
el pasaje de Dioacutegenes Laercio que remite al ciacuterculo de Antiacutegono de Caristo seguacuten el
cual
ldquose comportaba de un modo consecuente tambieacuten en la vida no rehusando nada ni precavieacutendose de nada haciendo frente a todo si llegaba el caso a carros precipicios perros y cualquier cosa sin conceder nada a los sentidos sino que ciertamente seguacuten lo que cuentan los seguidores de Antiacutegono de Caristo los amigos que lo acompantildeaban le salvaban de todo peligrordquo327
En este fragmento se presenta la actitud pirroniana como una exageracioacuten de la
literalidad de la postura esceacuteptica poco coherente con la sensatez de la que se le dota en
otros pasajes como cuando se dice que tras ser turbado por el ataque de un perro dijo a
quien le reprendiacutea que es muy difiacutecil despojarse de lo que es el hombre328 Seguacuten este
uacuteltimo testimonio el hombre no puede dejar de precaverse de lo que tiende a enjuiciar
como malo y tratar de poner los medios para evitarlo La imperturbabilidad no reside en
una suerte de inconsciencia ante el peligro El valor de la imperturbabilidad consiste en
la serenidad del aacutenimo frente a los avatares que el sabio pueda sufrir en la vida como la
326 HP I 21-24 II 14-17 327 Dioacutegenes Laercio IX 62 (Decleva Caizi fragmento 6) Ἀκόλουθος δ ἦν καὶ τῷ βίῳ μηδὲν
ἐκτρεπόμενος μηδὲ φυλαττόμενος ἅπαντα ὑφιστάμενος ἀμάξας εἰ τύχοι καὶ κρημνοὺς καὶ
κύνας καὶ ὅσα ltτοιαῦταgt μηδὲν ταῖς αἰσθήσεσιν ἐπιτρέπων Σώζεσθαι μέντοι καθά φασιν οἱ
περὶ τὸν Καρύστιον Ἀντίγονον ὑπὸ τῶν γνωρίμων παρακολουθούντων (Intentos de explicacioacuten de este pasaje pueden encontrarse en Frede M laquoThe skeptics Beliefsraquo en Essays in Ancient Philosophy 1987 179-200 y Conche M Pyrrhon ou lapparence Villers sur Mer 1973 65-66) 328 D L IX 66 Eusebio Praep Evang XIV 18 26
126
volubilidad de la fortuna o de la salud de un modo que recuerda fuertemente al
estoicismo Asiacute se muestra en un fragmento de Posidonio quien cuenta de eacutel lo
siguiente
ldquoUna vez que los que navegaban con eacutel estaban atemorizados por una tempestad eacutel estando tranquilo de aacutenimo y mostrando a un lechoncillo que sobre la nave continuaba comiendo deciacutea que el sabio debe mantenerse en igual estado de imperturbabilidadrdquo329
La imperturbabilidad es aquiacute serenidad de espiacuteritu ante los peligros que las
circunstancias adversas puedan provocar El temor a la tormenta es inuacutetil No arregla
nada con respecto al peligro Su uacutenico efecto es la intranquilidad Es preferible un
comportamiento sereno como el del animal que no es consciente del riesgo que corre su
vida Pero esta actitud en nada se parece a dejarse atropellar por un carro o seguir
caminando en direccioacuten a un precipicio tal y como se desprendiacutea del fragmento de
Antiacutegono cuyo equivalente para esta situacioacuten maacutes bien seriacutea hundir el barco o hacerlo
embarrancar contra las rocas
En Pirroacuten la imperturbabilidad no es un punto de partida que se ha asumido por
un proceso especulativo ni tampoco por una displicente falta de empentildeo o de intereacutes
sino que se alcanza debido a la imposibilidad de lograr una explicacioacuten satisfactoria de
la realidad Tras siglos de investigacioacuten las cosas continuacutean mostraacutendose como
indeterminadas inaprehensibles para el ser humano Por tanto la especulacioacuten teoacuterica
es inuacutetil Ninguna de las soluciones a las que la filosofiacutea fiacutesica llega es capaz de dar
cuenta adecuadamente del mundo y tampoco las que alcanza la filosofiacutea eacutetica logran
resolver los problemas a los que se enfrentan los hombres Tanto la filosofiacutea de la
naturaleza como cualquier otra que se base en meros constructos teoacutericos son
incompatibles con la tranquilidad del aacutenimo Asiacute soacutelo una disposicioacuten vital alejada de
tales cuestiones puede conducir a la liberacioacuten de la intranquilidad
Por lo que podemos reconstruir de la formacioacuten filosoacutefica de Pirroacuten su enfoque
posterior podiacutea haber sido muy diferente La escuela megaacuterica estaba interesada por
cuestiones de loacutegica y dialeacutectica que no calaron en eacutel La de Abdera auacuten manteniacutea como
fundamental la teoriacutea fiacutesica atomista Pirroacuten en base a esto podriacutea haber sido un
teorizador sobre loacutegica o fiacutesica o haberse dejado envolver por las disputas dialeacutecticas
entre escuelas profundizando en la eriacutestica Con toda probabilidad su etapa formativa le
329Posidonio apud Dioacutegenes Laercio DL IX 68 (Decleva Caizi frg 17 A) τῶν γὰρ συμπλεόντων
ἐσκυθρωπακότων ὑπὸ χειμῶνος αὐτὸς γαληνὸς ὢν ἀνέρρωσε τὴν ψυχήν δείξας ἐν τῷ πλοίῳ
χοιρίδιον ἐσθίον καὶ εἰπὼν ὡς χρὴ τὸν σοφὸν ἐν τοιαύτῃ καθεστάναι ἀταραξίᾳ
127
habriacutea dotado de los medios para convertirse en un orador de los maacutes reputados Pero en
lugar de eso se aparta de las discusiones inacabables de los filoacutesofos de su momento y
pone en praacutectica una filosofiacutea por completo diferente
Una de las posibles causas del desencadenamiento de esta actitud se ha visto a
menudo en su viaje a oriente con las tropas de Alejandro Magno donde seguacuten
Dioacutegenes Laercio tuvo contacto con los ldquogimnosofistasrdquo (sabios desnudos) de la India y
con los Magos330 Cierto es que el contacto con misteriosas sabiduriacuteas extranjeras
generalmente orientales es un toacutepico muy comuacuten entre los griegos y que no todas las
veces que se menciona ha de ser cierto Se habla de viajes a Oriente de Pitaacutegoras331 de
Soloacuten332 de Tales333 y tambieacuten de Demoacutecrito334 que ademaacutes habriacutea sido ensentildeado por
magos y caldeos en su propia casa335 Sin embargo es posible que en el transcurso de la
campantildea militar tanto Pirroacuten como Anaxarco se sintieran interesados por los
conocimientos de determinados personajes Los magos pudieron ser aquellos con los
que Estraboacuten y Plinio mencionan que Alejandro tuvo un encuentro336 Los
gimnosofistas por su parte debieron ser brahmanes indios dedicados al ascetismo De
estos encuentros pudo derivarse una cierta orientalizacioacuten del pensamiento de los
impresionados griegos que los presenciaron pero el grado de influencia efectiva que
estas experiencias tuvieron en la aparicioacuten de la actitud pirroacutenica no puede ser descrito
con certeza
De un modo u otro el resultado doctrinal no parece ajeno al caraacutecter del
pensamiento griego que como ya se ha visto aquiacute haciacutea mucho ya que apuntaba en la
direccioacuten en la que el escepticismo iba a orientarse
La doctrina eacutetica positiva de Pirroacuten puede deducirse de lo que Aristocles337
atestigua de Timoacuten quien habriacutea dicho que para alcanzar la felicidad se deben tener en
cuenta tres puntos
1- Queacute son las cosas por naturaleza
330 DL IX 61 331 Ciceroacuten De fin V 19 55 332 Hdt Hist I29 Si bien el viaje de Soloacuten a Sardes tal y como lo cuenta Heroacutedoto probablemente no corresponda de forma exacta a la realidad de los hechos siacute parece con todo verosiacutemil la idea de que el legislador ateniense tuviera contactos con pueblos orientales ajenos al griego (ver Platoacuten Timeo 25 b donde se sentildeala que Soloacuten pudo ser informado por los egipcios acerca de la Atlaacutentida) 333 Escolios a Platoacuten Repuacuteblica 600 a Jos C Apioacuten I 2 Plut De Is et Os 364 d Jaacutembl V P II 12 334 DL IX 35 Ciceroacuten De fin V 19 55 El Hist varias IV 20 Estr XV 703 335 El rey Jerjes los habriacutea dejado a tal efecto en agradecimiento a su padre por haberle dado alojamiento Cfr DL IX 34 336 Estraboacuten Geografiacutea XV 3 7 y Plinio Nat hist XXX 12 337 Aristocles apud Eusebio Praep Evang XIV 18 1-4 Decleva Caizzi frg 53
128
2- Queacute actitud debemos tomar ante ellas
3- Cuaacuteles seraacuten las consecuencias de esa actitud
La respuesta de Pirroacuten a la primera de las cuestiones es que las cosas son todas
ellas igualmente indiferenciadas inciertas e indiscernibles Por ello la respuesta a la
segunda cuestioacuten es de desconfianza No hemos de fiarnos ni de los sentidos ni de la
razoacuten sino permanecer sin opinioacuten impasibles en lo que se conoceraacute como la aphasia
La consecuencia de esta actitud por la que la tercera cuestioacuten interroga es
principalmente la ataraxiacutea la tranquilidad imperturbable del aacutenimo y por ende la
felicidad
La respuesta ofrecida en este esquema del pirronismo original a la primera de las
cuestiones nos pone todaviacutea frente a un nuevo interrogante que debe ser despejado
iquestdebe entenderse entonces que Pirroacuten afirma que las cosas son por su propio modo de
ser indiscernibles Es decir iquestla indeterminacioacuten es seguacuten el de Elis una propiedad
natural de las cosas Si es asiacute Pirroacuten estaacute haciendo una afirmacioacuten acerca de la
naturaleza de las cosas que necesariamente seraacute una afirmacioacuten dogmaacutetica Stough
propone entender la respuesta maacutes como referente a la incapacidad del sujeto para
distinguir coacutemo son las cosas que como una descripcioacuten de la naturaleza de las
mismas338 Sin embargo el curso de la argumentacioacuten parece maacutes bien partir de la
naturaleza de las cosas para concluir la imposibilidad de juzgar con verdad sobre ellas y
no partir de la limitacioacuten de nuestra facultad cognoscitiva para luego inferir la
indeterminabilidad de la realidad No parece tratarse pues de una mera declaracioacuten
epistemoloacutegica sino que se puede percibir un cierto punto de partida ontoloacutegico tras el
que se tiende de forma inmediata a lo gnoseoloacutegico Es seguacuten eacutel porque las cosas son
indeterminadas por lo que no podemos tener confianza en nuestro conocimiento de
ellas Pero este dogmatismo ontoloacutegico subyacente a la caracterizacioacuten de la realidad
conduce a una triple exposicioacuten de la foacutermula esceacuteptica del ou macircllon Las tres variantes
que el texto de Aristocles ofrece de la expresioacuten son
a) ldquoNo es maacutes que no esrdquo
b) O ldquoes y no esrdquo
c) O bien ldquoni es ni no esrdquo
En las sentencias (b) y (c) se ha querido ver la negacioacuten expresa y dogmaacutetica de
principios ontoloacutegicos en concreto en la sentencia (b) la negacioacuten del principio de no
contradiccioacuten y en la (c) la del principio de tercio excluso pero esto dependeraacute de coacutemo
129
se entienda la relacioacuten de (b) y (c) con (a) si como sentencias esceacutepticas independientes
y alternativas o como variantes explicativas de la formulacioacuten de la sentencia principal
La foacutermula sentildealada como (a) se convirtioacute para los pirroacutenicos posteriores en la
declaracioacuten por excelencia del escepticismo En los Esbozos de Sexto por ejemplo se le
dedica un capiacutetulo propio en el libro I339 en el contexto de una explicacioacuten sobre las
expresiones esceacutepticas en donde el ldquono es maacutesrdquo ocupa la primera posicioacuten Asiacute no seriacutea
extrantildeo que las sentencias (b) y (c) sirvieran soacutelo como explicitaciones de (a) mientras
que (a) por si misma no contraviene claramente ninguacuten principio ontoloacutegico
Sin embargo cualquier afirmacioacuten de (b) o de (c) aisladamente si que tendriacutea
consecuencias ontoloacutegicas claras y el hecho de introducir estas dos formulaciones como
aclaracioacuten de (a) lleva a cuestionar si en Pirroacuten no tendriacutea esta sentencia un sentido maacutes
fuerte que el que aparece en esceacutepticos posteriores340
Dada esta indiferenciacioacuten propia de las cosas no es posible proponer una
continuacioacuten de la investigacioacuten en sentido estricto Toda investigacioacuten careceriacutea de
sentido desde el momento en que se asume la imposibilidad de superar la
indeterminacioacuten propia de la realidad Antes bien debe entenderse la actitud esceacuteptica
de Pirroacuten como un modo de comprender las cuestiones acerca de la verdad o falsedad
como problemas no resueltos No es pues que se anime de hecho a seguir investigando
como si hubiera esperanza de hallar la solucioacuten sino que se advierte la cualidad de
cuestiones abiertas que tienen aquellos temas que tratan de determinar en alguacuten sentido
la verdadera naturaleza del mundo
La guiacutea de la praacutectica vital del esceacuteptico no seraacute por tanto el intereacutes por la
investigacioacuten acerca de la realidad sino que se regiraacute de un modo maacutes modesto por τὸ
φαινόμενον ldquoel fenoacutemenordquo o ldquola aparienciardquo La realidad queda indeterminada y por
tanto no podemos saber si es o no es efectivamente como aparece Pero lo que no puede
negarse es que de hecho aparece asiacute De este modo dejando en suspenso coacutemo sean las
338 Stough Ch Greek Scepticism Berkeley 1969 15-20 339 HP I 188-191 340 Aristoacuteteles trata en algunos lugares de la Metafiacutesica (1005 b 35-1009 a 4 y 1061 b 34-1063 b34) acerca de ldquoalgunos que afirman que lo mismo puede ser y no serrdquo (1005 b 35-1006 a 1) Sin embargo no parece verosiacutemil que pueda referirse a este tipo de declaraciones esceacutepticas En primer lugar cronoloacutegicamente es imposible que se trate de Pirroacuten mismo Y por lo mismo tampoco puede tratarse de ninguno de sus seguidores Ademaacutes Aristoacuteteles relaciona esta posicioacuten con filoacutesofos de la naturaleza que es un tipo de filosofiacutea que ninguacuten esceacuteptico podriacutea haber cultivado aunque bien es cierto que el modo de redaccioacuten parece dar a entender que habriacutean sostenido esta posicioacuten algunos filoacutesofos de la naturaleza ademaacutes de aquellos a los que se refiere principalmente el pasaje Con todo nada de esto impediriacutea que se tratase de alguno de los antecesores de Pirroacuten bien sea de los maacutes inmediatos como alguno de los abderitas como Metrodoro o Anaxarco o de otros maacutes antiguos como Protaacutegoras (mencionado en 1062 b 14) o Gorgias
130
cosas el esceacuteptico se conduciraacute en funcioacuten de coacutemo le aparecen a eacutel341 En lo referente a
esta doctrina hay que sentildealar que tanto puede tratarse del pensamiento original de Pirroacuten
como de innovaciones de Timoacuten sobre aqueacutel No conservamos ninguacuten testimonio que la
atribuya directamente a Pirroacuten pero aunque Timoacuten no menciona su nombre parece
razonable pensar que ya estariacutea presente en el maestro y que el disciacutepulo se limitoacute a
exponerla y desarrollarla Asiacute lo consideran al menos la mayor parte de los estudiosos
ya que se muestra coherente con el resto del pensamiento pirroniano Pero fuera propia
de uno o de otro acaboacute convirtieacutendose en la actitud baacutesica de todo esceacuteptico posterior
para manejarse vitalmente sin contradecirse con su posicioacuten epistemoloacutegica
El ejemplo claacutesico de fenoacutemeno para la tradicioacuten esceacuteptica es el sabor de la miel
En Timoacuten lo encontramos en un fragmento quizaacute perteneciente a su obra Sobre las
sensaciones ldquoNo aseguro que la miel es dulce pero reconozco que asiacute aparecerdquo342 El
desarrollo que Sexto realiza del ejemplo a partir de este punto muestra la asimilacioacuten
por la escuela esceacuteptica del concepto de lsquofenoacutemenorsquo tal y como aparece desde el origen
de la corriente Asiacute seguacuten Sexto
ldquoLa miel por ejemplo nos parece que tiene sabor dulce Esto lo aceptamos porque percibimos el sabor dulce por los sentidos Pero si es ademaacutes dulce como se dice eso lo seguimos investigando lo cual no es lo que aparece sino lo que se dice de lo que aparecerdquo343
Una vez que se rebasa el aacutembito de experiencia directa que el fenoacutemeno supone
no es posible llegar a conclusioacuten de ninguna clase con certeza Lo que el esceacuteptico
puede aceptar pues se reduce a aquello que se le aparece344
Timoacuten de Fliunte
Aunque Pirroacuten jamaacutes llegoacute a constituirse en cabeza de una escuela al estilo de
las que la mayoriacutea de los filoacutesofos precedentes habiacutean fundado su ensentildeanza se
difundioacute ampliamente y dejoacute una huella perdurable en las generaciones siguientes de
griegos Su nombre aunque no se relacionase con ninguacuten grupo de continuadores
341 Dioacutegenes Laercio expresa esta manera de pensar esceacuteptica de forma especialmente adecuada cuando dice que el esceacuteptico responde al dogmaacutetico diciendo ldquoPues reconocemos que vemos y conocemos que pensamos pero desconocemos coacutemo vemos o coacutemo pensamosrdquo (τὸ μὲν γὰρ ὅτι ὁρῶμεν
ὁμολογοῦμεν καὶ τὸ ὅτι τόδε νοοῦμεν γινώσκομεν πῶς δ ὁρῶμεν ἢ πῶς νοοῦμεν ἀγνοοῦμεν) DL IX 103 342 DL IX 105 343HP I 20 οἷον φαίνεται ltμὲνgt ἡμῖν γλυκάζειν τὸ μέλι τοῦτο συγχωροῦμεν γλυκαζόμεθα
γὰρ αἰσθητικῶς εἰ δὲ καὶ γλυκὺ ἔστιν ὅσον ἐπὶ τῷ λόγῳ ζητοῦμεν ὃ οὐκ ἔστι τὸ φαινόμενον
ἀλλὰ ltτὸgt περὶ τοῦ φαινομένου λεγόμενον
131
unificado en torno a una institucioacuten pasoacute a considerarse como sinoacutenimo de una cierta
orientacioacuten filosoacutefica hasta eacutepoca muy posterior y su vida como se ha dicho se
convirtioacute en ejemplo del modo de comportamiento que el sabio deberiacutea tener Sus
conciudadanos le rindieron honores hasta el punto de levantarle una estatua345 o incluso
eximir del pago de impuestos como homenaje a eacutel a quienes practicaban su profesioacuten
de filoacutesofo346 La importancia que se le concedioacute a su figura y el respeto que inspiraba
su legado llevoacute a que los esceacutepticos a partir de Enesidemo tomasen su nombre como
advocacioacuten unificadora bajo la que reunirse y en la que ampararse
Todo esto en parte se debe a la tarea de recopilacioacuten difusioacuten y continuacioacuten
de su filosofiacutea que llevoacute a cabo el principal de sus seguidores Timoacuten de Fliunte
Timoacuten no fue el uacutenico disciacutepulo de Pirroacuten ndash tambieacuten Euriacuteloco Filoacuten de Atenas
Hecateo de Abdera y Nausiacutefanes siguieron al de Elis347ndash pero siacute fue el maacutes destacado
Cuando conocioacute a Pirroacuten era ya bastante ceacutelebre Habiacutea escuchado a Estilpoacuten en
Megara con lo que habriacutea entrado ya en contacto con la liacutenea antecedente del
escepticismo Quizaacute por ese mismo motivo buscoacute las ensentildeanzas del de Elis
Timoacuten es antes que nada un poeta satiacuterico Teniacutea un estilo agudo y mordaz que
empleaba contra todo el mundo en especial contra aquellos a quienes consideraba sus
oponentes filosoacuteficos Y de todos ellos al que con maacutes insistencia parodia es a
Arcesilao348 a pesar de que la orientacioacuten de eacuteste se aproximaba maacutes que ninguna otra a
la suya propia o quizaacutes precisamente por ello En efecto puede considerarse la relacioacuten
entre Timoacuten y Arcesilao como una competencia directa Ambos pugnaban por
convertirse en dirigentes de una escuela basada en posturas antidogmaacuteticas Pero la
fuerte coincidencia de sus respectivas doctrinas junto con el respaldo que el prestigio de
la Academia supuso para Arcesilao dieron lugar a que Timoacuten fracasara en su intento de
institucionalizar el pirronismo Dos escuelas esceacutepticas simultaacuteneas y con un
planteamiento ideoloacutegico casi ideacutentico no habriacutean hecho maacutes que restarse fuerza la una
a la otra A pesar de ello al final de su vida muerto ya Arcesilao Timoacuten olvida la
344 Vid infra 185 y ss 345 Pausanias VI 24 346 DL IX 64 347 Brochard (Op cit 90) considera que estos pensadores debieron ser maacutes admiradores compantildeeros o imitadores de Pirroacuten que disciacutepulos en sentido estricto Esta consideracioacuten se ve apoyada por el hecho de que Timoacuten presenta a Filoacuten de Atenas como no perteneciente a ninguna escuela (DL IX 69) y que tambieacuten en Nausiacutefanes se advierte como se veraacute a continuacioacuten una gran independencia respecto de Pirroacuten 348 Cfr DL IX 114
132
disputa entre ambos y hace un elogio puacuteblico de su figura en su obra Banquete fuacutenebre
en honor de Arcesilao
Al contrario que su maestro Timoacuten fue un escritor muy activo Compuso desde
tragedias hasta poemas eacutepicos pasando por libros en prosa Pero ninguno tuvo una
importancia comparable a la de las Saacutetiras (Σίλλοι) que fue una de las obras maacutes
leiacutedas de la eacutepoca heleniacutestica Eacutesta es de sus obras de la que maacutes fragmentos
conservamos ndash unos ciento cincuenta versos ndash gracias a que tanto Sexto como Dioacutegenes
Laercio y Ateneo la citan con frecuencia Se trataba de una parodia de los versos
homeacutericos Tras un descenso a los infiernos Timoacuten se serviriacutea de la figura de Jenoacutefanes
su guiacutea en el inframundo para tratar acerca del resto de filoacutesofos por lo general
ridiculizaacutendolos
En cuanto a su posicioacuten filosoacutefica resulta difiacutecil decir si introdujo alguacuten cambio
con respecto a lo que Pirroacuten ensentildeaba Cierto es que por sus maneras estaba muy lejos
de la actitud de su maestro Mientras Pirroacuten se aparta de las disputas Timoacuten se enfrasca
en la saacutetira maacutes hiriente349 Pero en cuanto al contenido de su ensentildeanza la mayoriacutea de
los especialistas350 no le consideran lo bastante brillante como filoacutesofo como para tener
alguacuten tipo de doctrina propia Su papel en la historia de la filosofiacutea habriacutea sido maacutes la
divulgacioacuten que la originalidad
Del resto de seguidores de Pirroacuten no es mucho lo que se sabe De Hecateo de
Abdera sabemos que vivioacute en tiempos de Ptolomeo Lagi y que le acompantildeoacute en su
expedicioacuten a Siria Escribioacute un libro sobre la filosofiacutea de los egipcios ademaacutes de otros
trabajos no filosoacuteficos Seguacuten parece coincidiacutea con Pirroacuten en conceder maacutes importancia
a la praacutectica que a la teoriacutea Euriacuteloco por su parte mantuvo el caraacutecter pirroniano poco
amigo de las disputas y de las controversias filosoacuteficas seguacuten cuenta de eacutel Dioacutegenes
Laercio351 llegando incluso a huir de quienes le planteaban cuestiones Y tambieacuten Filoacuten
de Atenas preferiacutea vivir ajeno a toda escuela y por ende a todo debate ldquono conversando
sino con eacutel mismordquo352 como dice Dioacutegenes y sin dar una alta estima ni a la fama ni a
los disciacutepulos
349 Por esta diferencia Brochard relaciona a Timoacuten con las maneras de los ciacutenicos en especial de Antiacutestenes y Dioacutegenes (Brochard Op cit 96-7) 350 A excepcioacuten de Goedeckemeyer A Die Geschichte des griechischen Skeptizismus Leipzig 1905 2ordf ed 196823-24 351 DL IX 69 352 Idem
133
Pero hay otro filoacutesofo mencionado como seguidor de Pirroacuten que merece
tratamiento a parte tanto por sus peculiaridades como por el considerable conocimiento
que conservamos de su figura Nausiacutefanes de Teos
Nausiacutefanes
Junto con Timoacuten el otro gran seguidor de Pirroacuten es Nausiacutefanes de Teos
Dioacutegenes Laercio menciona que Nausiacutefanes era junto con Hecateo de Abdera y el
propio Timoacuten uno de los que escuchaban las ensentildeanzas de Pirroacuten353 y que se sintioacute
atraiacutedo por ellas siendo auacuten muy joacuteven354 Asumioacute el escepticismo de su maestro pero
no como mera actitud vital sino que tratoacute de formular la conducta praacutectica de Pirroacuten en
teacuterminos teoacutericos por lo que afirmaba que era preciso seguir la disposicioacuten de Pirroacuten
junto con sus propios argumentos355 Seguacuten Sexto se dedicoacute con diligencia al estudio de
las disciplinas liberales en especial a la retoacuterica y llegoacute a gozar de predicamento entre
muchos joacutevenes356 Ademaacutes de ello su intereacutes por la teoriacutea atomista democriacutetea le llevoacute
a tratar de conciliarla con el incipiente escepticismo pirroniano de una manera similar a
como los antecesores de Pirroacuten Metrodoro y Anaxarco conciliaron con la doctrina fiacutesica
de la escuela de Abdera su tendencia hacia posturas esceacutepticas
La tradicioacuten hace de Nausiacutefanes tambieacuten el maestro de Epicuro y al tiempo uno
de sus grandes enemigos Seguacuten Ciceroacuten Epicuro no negaba haberlo escuchado pero
aun asiacute lo atacaba con toda clase de ofensas Ademaacutes el autor latino hace de Nausiacutefanes
el viacutenculo de transmisioacuten entre las doctrinas de Demoacutecrito y Epicuro357 Sexto en
cambio asegura que aunque de hecho Nausiacutefanes habiacutea sido su maestro Epicuro siacute que
negaba esta relacioacuten
ldquoAsiacute pues Epicuro que habiacutea sido disciacutepulo suyo dio en negar rotundamente
este hecho con el fin de que se le tuviera por filoacutesofo autodidacta y original se esforzoacute en borrar su fama [de Nausiacutefanes] y se convirtioacute en enemigo de las materias de cuyo conocimiento aqueacutel se gloriabardquo358
353 Idem 354 DL IX 64 355 Idem 356 Adv Math I 2 357 Ciceroacuten ND I 26 73 (Cfr tambieacuten I 33 93 DL I 15 Papyrus herculaneum 1005 Clemente Strom I XIV 64 2-4) 358 Adv Math I 3 γενόμενος οὖν τούτου μαθητὴς ὁ Ἐπίκουρος ὑπὲρ τοῦ δοκεῖν αὐτοδίδακτος
εἶναι καὶ αὐτοφυὴς φιλόσοφος ἠρνεῖτο ἐκ παντὸς τρόπου τήν τε περὶ αὐτοῦ φήμην ἐξαλείφειν
ἔσπευδε πολύς τε ἐγίνετο τῶν μαθημάτων κατήγορος ἐν οἷς ἐκεῖνος ἐσεμνύνετο A continuacioacuten incluso menciona Sexto la Carta a los filoacutesofos de Mitilene de Epicuro como testimonio de esta negacioacuten de la ensentildeanza de Nausiacutefanes (Cfr Adv Math I 4)
134
El democriteiacutesmo de Nausifanes debioacute empero estar maacutes proacuteximo al que puede
encontrarse en los uacuteltimos representantes de la escuela de Abdera que a la doctrina maacutes
primitiva de la escuela reflejada en las teoriacuteas originales de Leucipo y Demoacutecrito ya
que la influencia de Pirroacuten le llevariacutea a acentuar los rasgos protoesceacutepticos que con el
tiempo habiacutean ido incrementaacutendose entre los abderitas De hecho Seacuteneca lo menciona
en una carta haciendo de eacutel no un atomista sino un puro esceacuteptico Seguacuten este texto
ldquoNausiacutefanes afirma que de las cosas que parecen ser ninguna es maacutes que no esrdquo359 con
lo que habriacutea aplicado la sentencia del ou macircllon que todo el escepticismo posterior
convierte en su sentildea de identidad
Sin embargo a partir de aquiacute la herencia pirroacutenica se diluye en poco tiempo y
no llega a constituirse como escuela institucionalizada Los seguidores que seraacuten
mencionados en adelante no parece que tuvieran una gran continuidad sino que seraacuten
apariciones puntuales y secundarias que apenas alcanzaraacuten a mantener vivo el recuerdo
del pirronismo Soacutelo gracias a la conversioacuten de la Academia al escepticismo ndash y su
posterior regreso al dogmatismo bajo Antiacuteoco ndash podraacute lograr luego Enesidemo la
fundacioacuten de una escuela en todo el alcance del teacutermino
Enesidemo
Dioacutegenes Laercio ofrece una lista de liacutederes de la escuela pirroacutenica posteriores a
Timoacuten y anteriores a Enesidemo360 En ella se ofrecen los nombres de Eufranor de
Seleucia Eubulo de Alejandriacutea Ptolomeo de Cirene Sarpedoacuten y Heraacuteclides entre
otros Sobre la mayoriacutea de ellos no tenemos maacutes noticia que esta misma mencioacuten El
uacuteltimo de ellos Heraacuteclides quizaacute deba identificarse con el meacutedico empiacuterico Heraacuteclides
de Tarento comentarista de las obras de Hipoacutecrates que desarrolloacute su actividad antes
que Asclepiacuteades de Bitinia meacutedico contemporaacuteneo de Ciceroacuten Dada la proximidad de
la corriente empiacuterica de medicina a posiciones esceacutepticas parece verosiacutemil no soacutelo que
esta identificacioacuten sea correcta sino que el resto de nombres mencionados puedan estar
tambieacuten maacutes relacionados con la medicina que con la filosofiacutea En tiempos posteriores a
Enesidemo el afaacuten de la escuela fue mostrarse como herederos y continuadores de una
liacutenea filosoacutefica ininterrumpida desde Pirroacuten por lo que la lista de Dioacutegenes bien podriacutea
haber sido fruto de ese afaacuten maacutes que un verdadero testimonio de continuidad De hecho
tambieacuten un esceacuteptico posterior como Menoacutedoto de Nicomedia cuestiona su legitimidad
359 Seacuteneca Epist LXXXVIII 43-44 360 DL IX 116
135
cuando afirma que tras Timoacuten el pirronismo desaparece y no es resucitado hasta
Ptolomeo de Cirene361 Pero la ausencia de noticias independientes acerca de este
supuesto recuperador de la doctrina de Pirroacuten conlleva que el testimonio de Menoacutedoto
no nos aporte mucho maacutes que la propia puesta en cuestioacuten de la lista de DL IX 116
La fundacioacuten de la escuela pirroacutenica puede reconstruirse maacutes probablemente
entorno a quien aparece en la lista despueacutes de Heraacuteclides Enesidemo de Cnosos Al
menos con Enesidemo podemos tener constancia de la recuperacioacuten del escepticismo y
su instauracioacuten como contenido ideoloacutegico de una escuela y de la alusioacuten al filoacutesofo de
Elis como su referente
Enesidemo habriacutea estudiado en un medio propicio para las ideas de corte
esceacuteptico como era la Academia y probablemente en ella conocioacute las posiciones de
Arcesilao y Carneacuteades y a su vez la de Pirroacuten Seguacuten parece sin embargo el
restablecimiento del dogmatismo bajo Antiacuteoco provocoacute que se distanciase de la escuela
platoacutenica Al menos asiacute lo consideran la mayoriacutea de los especialistas aunque bien es
cierto que recientemente han surgido algunas voces criacuteticas con esta interpretacioacuten La
idea del Enesidemo acadeacutemico deriva de la calificacioacuten que el recopilador bizantino
Focio atribuye a L Tuberoacuten influyente ciudadano romano amigo de Ciceroacuten a quien
Enesidemo dedica una de sus obras ex Akademiacuteas sunairesioacutetēs362 interpretada como
referencia a que ambos ndash Enesidemo y Tuberoacuten ndash habriacutean sido compantildeeros en la
Academia Chiesara sin embargo sugiere que el teacutermino sunairesioacutetēs podriacutea significar
tambieacuten que soacutelo Tuberoacuten y no Enesidemo hubiera estudiado en la Academia o
incluso que fuera soacutelo un simpatizante de sus posiciones363
La principal de las obras de Enesidemo llevaba por tiacutetulo Argumentos pirroacutenicos
(Πυρρωνεῖοι λόγοι) y estaba compuesta en ocho libros Es precisamente la que
dedicoacute a Tuberoacuten De sus obras es la uacutenica que Sexto Empiacuterico cita de forma
expliacutecita364 y tambieacuten alude a ella Dioacutegenes Laercio365 Pero por quien mejor
conocemos el contenido del libro es por Focio que transmite un amplio resumen en su
Biblioteca366 Seguacuten este resumen la obra estariacutea estructurada en ocho lecciones
361 DL IX 115 362 Focio Biblioteca 169 b 30-35 363 Chiesara M L Storia dello scetticismo greco Turin 2004 Traduccioacuten castellana de Perdo Baacutedenas de la Pentildea Historia del escepticismo griego Ediciones Siruela Madrid 2007 96-7 364 Adv Math VIII 215 365 DL IX 115 366 Focio Biblioteca 169 b 18 (ed R Henry Pariacutes 1974)
136
- La primera de ellas estaba dedicada a exponer la desvinculacioacuten de la
Academia respecto de la herencia de Pirroacuten La institucioacuten platoacutenica ya no podriacutea
considerarse en ese momento como contraria al dogmatismo sino como una mera
escisioacuten del estoicismo enfrentado al resto del estoicismo
- En la segunda leccioacuten se exponiacutea un anaacutelisis de las nociones de ldquocausalidadrdquo y
ldquocambiordquo
- La tercera estaba dedicada al estudio de las sensaciones y de la razoacuten como
instrumentos de conocimiento
- La cuarta analizaba y refutaba la teoriacutea estoica de los signos
- La quinta exponiacutea ocho tropos contra los defensores de la causalidad
- La sexta se dedicaba a la criacutetica de las nociones de ldquobienrdquo y ldquomalrdquo
- En la seacuteptima se rechazaban las teoriacuteas acerca de la virtud
- Y por fin la octava se ocupaba de la finalidad de la vida humana
De todas estas lecciones la quinta es la uacutenica que aparece reflejada en una
exposicioacuten de Sexto Empiacuterico
ldquoY asiacute Enesidemo antildeade ocho tropos seguacuten los cuales estima que toda la teoriacutea dogmaacutetica de la causalidad se muestra carente de fundamento
De los cuales dice que el primero es aqueacutel tropo seguacuten el cual el origen de la causalidad al residir en cosas no manifiestas no tiene una confirmacioacuten unaacutenime en los fenoacutemenos
El segundo aqueacutel seguacuten el cual a pesar de que muchas veces hay abundantes posibilidades para asignar causas de muy diversas maneras a lo que se investiga algunos asignan causas a eso de una uacutenica forma
El tercero aqueacutel seguacuten el cual de cosas que se forman ordenadamente dan causas que no muestran ninguacuten orden
El cuarto aqueacutel seguacuten el cual cuando han comprendido coacutemo suceden las cosas que son manifiestas creen que tambieacuten han comprendido coacutemo sucede lo que no es manifiesto cuando lo no manifiesto tal vez tenga lugar de forma parecida a lo manifiesto o tal vez no de esa forma sino de otra especial
El quinto aquel seguacuten el cual todos asignan ndashpor asiacute decir- causas seguacuten sus hipoacutetesis personales sobre los elementos y no seguacuten unos meacutetodos generales y aceptados
El sexto aqueacutel seguacuten el cual muchas veces admiten lo que concuerda con sus propias hipoacutetesis y rechazan lo que choca incluso siendo igual de probable
El seacuteptimo aqueacutel seguacuten el cual muchas veces proponen causas que contradicen no soacutelo a los fenoacutemenos sino incluso a sus propias hipoacutetesis
El octavo aqueacutel seguacuten el cual al ser tan absurdas las cosas que se dan por evidentes como las que se investigan construyen sus teoriacuteas a partir de cosas absurdas y sobre cosas no menos absurdas
Afirma ademaacutes que no es imposible que mediante ciertos tropos compuestos construidos a partir de los citados queden ridiculizados unos cuantos en sus teoriacuteas sobre la causalidadrdquo367
367 HP I 180-185 καὶ δὴ Αἰνησίδημος ὀκτὼ τρόπους παραδίδωσι καθ οὓς οἴεται πᾶσαν
δογματικὴν αἰτιολογίαν ὡς μοχθηρὰν ἐλέγχων ἀποφήνασθαι ὧν πρῶτον μὲν εἶναί φησι καθ
ὃν [τρόπον] τὸ τῆς αἰτιολογίας γένος ἐν ἀφανέσιν ἀναστρεφόμενον οὐχ ὁμολογουμένην ἔχει
τὴν ἐκ τῶν φαινομένων ἐπιμαρτύρησιν δεύτερον δὲ καθ ὃν πολλάκις εὐεπιφορίας οὔσης
δαψιλοῦς ὥστε πολυτρόπως αἰτιολογῆσαι τὸ ζητούμενον καθ ἕνα μόνον τρόπον τοῦτό τινες
137
Este ataque contra la causalidad tiene por objetivo mostrar la debilidad del
viacutenculo con el que causa y efecto aparecen relacionados en el pensamiento humano No
se trata de teacuterminos ideacutenticos o unidos de un modo necesario Asiacute este ataque de
Enesidemo se muestra como antecedente de la criacutetica humeana de la causalidad y por
tanto tambieacuten del modo en que Kant la asume y desarrolla368
Pero la aportacioacuten de Enesidemo a la filosofiacutea esceacuteptica que mayor desarrollo y
repercusioacuten ha tenido no se encuentra en sus Argumentaciones pirroacutenicas sino en otro
libro ndash no identificable con eacuteste ndash titulado Esbozo del pirronismo (Ὑποτύπωσις εἰς τὰ
Πυρρώνεια)369 Se trata de los conocidos ldquodiez tropos para la suspensioacuten del juiciordquo
Esta serie de diez tipos de razonamiento orientados hacia la epochḗ aglutina y
sistematiza los primitivos modos de argumentacioacuten esceacutepticos frente a las pretensiones
dogmaacuteticas de conocimiento No se trata por completo de creaciones de Enesidemo
sino de reformulaciones de argumentos que ya habiacutean sido empleados con anterioridad
Pero su catalogacioacuten en diez tipos generales daraacute a los integrantes de la escuela
esceacuteptica en adelante la posibilidad de organizar sus recursos en el debate frente al resto
de escuelas de su tiempo Sexto de hecho les concede a estos tropos la importancia
suficiente como para dedicarles una gran parte del libro I de los Esbozos370
En el libro de Sexto no se relaciona directamente el nombre de Enesidemo con
los diez tropos sino que se atribuyen a ldquolos primeros esceacutepticosrdquo371 y algo semejante
ocurre con los cinco tropos de Agripa de los que hablaremos maacutes adelante que son
atribuidos a ldquolos esceacutepticos maacutes recientesrdquo372 Con ello Sexto refleja probablemente la
αἰτιολογοῦσιν τρίτον καθ ὃν τῶν τεταγμένως γινομένων αἰτίας ἀποδιδόασιν οὐδεμίαν τάξιν
ἐπιφαινούσας τέταρτον καθ ὃν τὰ φαινόμενα λαβόντες ὡς γίνεται καὶ τὰ μὴ φαινόμενα
νομίζουσιν ὡς γίνεται κατειληφέναι τάχα μὲν ὁμοίως τοῖς φαινομένοις τῶν ἀφανῶν
ἐπιτελουμένων τάχα δ οὐχ ὁμοίως ἀλλ ἰδιαζόντως πέμπτον καθ ὃν πάντες ὡς ἔπος εἰπεῖν
κατὰ τὰς ἰδίας τῶν στοιχείων ὑποθέσεις ἀλλ οὐ κατά τινας κοινὰς καὶ ὁμολογουμένας
ἐφόδους αἰτιολογοῦσιν ἕκτον καθ ὃν πολλάκις τὰ μὲν φωρατὰ ταῖς ἰδίαις ὑποθέσεσι
παραλαμβάνουσιν τὰ δὲ ἀντιπίπτοντα καὶ τὴν ἴσην ἔχοντα πιθανότητα παραπέμπουσιν
ἕβδομον καθ ὃν πολλάκις ἀποδιδόασιν αἰτίας οὐ μόνον τοῖς φαινομένοις ἀλλὰ καὶ ταῖς ἰδίαις
ὑποθέσεσι μαχομένας ὄγδοον καθ ὃν πολλάκις ὄντων ἀπόρων ὁμοίως τῶν τε φαίνεσθαι
δοκούντων καὶ τῶν ἐπιζητουμένων ἐκ τῶν ὁμοίως ἀπόρων περὶ τῶν ὁμοίως ἀπόρων ποιοῦνται
τὰς διδασκαλίας οὐκ ἀδύνατον δέ φησι καὶ κατά τινας ἐπιμίκτους τρόπους ἠρτημένους ἐκ
τῶν προειρημένων διαπίπτειν ἐνίους ἐν ταῖς αἰτιολογίαις 368 Cfr Saisset Les Sceptiques Paris Didier 1865 Brochard Op cit 307 369 DL IX 78 370 HP I 36-163 371 HP I 36 372 HP I 164
138
aceptacioacuten generalizada entre los esceacutepticos posteriores a Agripa de la simplificacioacuten en
la catalogacioacuten de argumentos producida a partir de la reduccioacuten en el nuacutemero de tropos
que eacuteste llevoacute a cabo aunque no por ello se ha de suponer que en tiempos proacuteximos a
Sexto se prefiriese unaacutenimemente en la escuela la ordenacioacuten en cinco tropos a la de
diez La prueba de que el orden de Enesidemo no dejoacute de ser utilizado es que frente al
extenso tratamiento que Sexto le dedica a los posteriores cinco tropos soacutelo les reserva
un resumen relativamente breve373
El hecho es que Sexto asume en la praacutectica los tropos de Enesidemo por lo que
tanto podriacutean estudiarse en el apartado referido al uno como en el referido al otro Aquiacute
se ha optado por tratarlos bajo el epiacutegrafe de su formulador original pero ha de tenerse
en cuenta que lo relativo a estos diez tropos estaraacute tambieacuten vigente en Sexto e incluso
que la exposicioacuten que Sexto hace de ellos contiene con seguridad elementos de
elaboracioacuten propia
Las denominaciones y el orden de los tropos de Enesidemo tal y como Sexto los
transmite374 son estos
1- ldquoSeguacuten la diversidad de los animalesrdquo
2- ldquoSeguacuten la diferencia entre los hombresrdquo
3- ldquoSeguacuten las diferentes constituciones de los sentidosrdquo
4- ldquoSeguacuten las circunstanciasrdquo
5- ldquoSeguacuten las posiciones distancias y lugaresrdquo
6- ldquoSeguacuten las mezclasrdquo
7- ldquoSeguacuten las cantidades y composiciones de los objetosrdquo
8- ldquoSeguacuten la relacioacutenrdquo
9- ldquoSeguacuten los sucesos frecuentes o los rarosrdquo
10- ldquoSeguacuten las formas de pensar costumbres leyes creencias miacuteticas y
opiniones dogmaacuteticasrdquo
El orden dice Sexto es soacutelo convencional Pero habriacutea a su vez tres tipos maacutes
generales de argumentos que englobariacutean a estos diez Estos tres seriacutean el de los
argumentos que proceden a) a partir del que juzga b) a partir de lo que se juzga o c) a
partir de ambos
373 HP I 164-177 374 Contamos tambieacuten con informacioacuten sobre estos tropos transmitida por Filoacuten de Alejandriacutea (De ebr 169-200) Dioacutegenes Laercio (IX 79-88) y Aristocles (apud Eusebio Praeparatio Evengelica XIV 18 11-12) En cambio un escrito de Plutarco (Περὶ τῶν Πύρρονος δέκα τρόπον) y otro de Favorino de Arles (Πυρρονεῖοι τρόποι) sobre el tema no se han conservado
139
La agrupacioacuten bajo estos tres tipos maacutes generales no respeta el orden transmitido
de los tropos Asiacute bajo (a) estaacuten subordinados los cuatro primeros pero a (b) estaacuten
subordinados el seacuteptimo y el deacutecimo mientras que el quinto el sexto el octavo y el
noveno caeriacutean bajo (c) Ademaacutes (a) (b) y (c) no son los tipos maacutes generales de
argumentos sino que seguacuten Sexto
ldquoestos tres se retrotraen al de con relacioacuten a algo (proacutes ti) De modo que el de
con relacioacuten a algo es el maacutes general y los tres son los especiacuteficos de los que derivan los diezrdquo375
Con esto todos los argumentos esceacutepticos quedan englobados bajo el modo
generaliacutesimo de razonamiento que consiste en argumentar a partir del proacutes ti es decir a
partir de la relatividad de todas las cosas Con ello la organizacioacuten de los modos de
argumentacioacuten esceacuteptica queda estructurada graacuteficamente como sigue
No deja de resultar paradoacutejico el hecho de que el tropo generaliacutesimo que abarca
a todos los demaacutes es tambieacuten uno de los tropos particulariacutesimos que eacutel mismo engloba
en concreto el tropo octavo
En efecto todos los tropos hacen referencia en uacuteltima instancia a una relacioacuten
Cada cosa aparece de un modo seguacuten este animal este hombre este sentido y en esta
circunstancia lo que equivale a decir ldquocon relacioacuten a este animal este hombre
etceacuteterardquo Ademaacutes de en este sentido general tambieacuten se puede argumentar de un modo
375 HP I 39 πάλιν δὲ οἱ τρεῖς οὗτοι ἀνάγονται εἰς τὸν πρός τι ὡς εἶναι γενικώτατον μὲν τὸν
πρός τι εἰδικοὺς δὲ τοὺς τρεῖς ὑποβεβηκότας δὲ τοὺς δέκα
A partir de la relacioacuten
A partir del que juzga
A partir de lo que se juzga
A partir de ambos
Tropo 1ordm
Tropo 2ordm
Tropo 3ordm
Tropo 4ordm
Tropo 7ordm
Tropo 10ordm
Tropo 5ordm
Tropo 6ordm
Tropo 8ordm
Tropo 9ordm
140
concreto mediante la nocioacuten de relacioacuten con independencia del resto de tropos lo que
justificariacutea la doble aparicioacuten del proacutes ti en el esquema de los tropos
Del hecho de que todo el sistema de tropos se reduzca en uacuteltima instancia a
argumentaciones basadas en la relatividad podriacutea tratar de inferirse que el escepticismo
de Enesidemo y de quienes le siguieron entre ellos Sexto es en realidad un relativismo
Pero esto no se corresponde con la realidad Enesidemo en efecto se basa en el tropo
de la relacioacuten Los argumentos que traza para combatir el dogmatismo tienen como eje
unificador la relatividad pero soacutelo la relatividad de las apariencias Es decir se basan en
la consideracioacuten de que toda impresioacuten sea o no sensorial es relativa a los factores
variables que afectan al sujeto y a las condiciones en que la cosa aparece De esta forma
de relatividad es de la que el escepticismo parte Pero el relativismo supone un paso maacutes
allaacute supone asumir la relatividad como teoriacutea epistemoloacutegica con implicaciones
ontoloacutegicas
Distinguir la posicioacuten esceacuteptica de la relativista que podriacutea sostener por
ejemplo un seguidor de Protaacutegoras resulta bastante faacutecil si consideramos por ejemplo
los modos en que algo aparece en diferentes situaciones Ante un objeto (x) cualquiera
en cuestioacuten nos encontramos con que se manifiestan de eacutel dos apariencias distintas (a)
y (arsquo) en funcioacuten de la situacioacuten (s) o (srsquo) en que se encuentre Asiacute
(x) aparece como (a) en (s)
(x) aparece como (arsquo) en (srsquo)
De aquiacute las conclusiones a las que llegan esceacutepticos y relativistas son por
completo diversas Para el relativista (x) no es ni (a) ni (arsquo) en siacute misma sino que es (a)
en la situacioacuten (s) y es (arsquo) en la situacioacuten (srsquo) En cambio el esceacuteptico no afirmaraacute tal
cosa sino que ante la relatividad en la apariencia de (x) consideraraacute que (x) es de hecho
(a) o (arsquo) pero no tiene forma de decidir entre una y otra apariencia Las razones para
creer que (x) es (a) y las que le llevariacutean a creer que es (arsquo) son equivalentes en fuerza
ya que (a) depende de (s) tanto como (arsquo) de (srsquo) Por ello no queda maacutes remedio que
suspender el juicio acerca de coacutemo sea realmente (x)
Por tanto aunque a partir de Enesidemo la nocioacuten de relatividad centralizaraacute una
buena parte de la concepcioacuten esceacuteptica del conocimiento no puede considerarse por ello
que la escuela pirroacutenica se aproxime a posiciones relativistas
141
Seguacuten Brochard376 Enesidemo es principalmente un metafiacutesico interesado por
el escepticismo como fin en siacute mismo y por cuestiones retoacutericas Sus sucesores en
cambio no continuaraacuten esta orientacioacuten suya sino que se interesaraacuten por la filosofiacutea
esceacuteptica como ldquopreaacutembulordquo de la praacutectica de una medicina carente de dogmas Frente a
la orientacioacuten metafiacutesica del escepticismo de Enesidemo pues la de los esceacutepticos
posteriores a eacutel seraacute eminentemente positivista
Para conocer quienes fueron los sucesores inmediatos de Enesidemo contamos
con la lista de liacutederes de la escuela esceacuteptica de Dioacutegenes Laercio En dicha lista se nos
dice que
ldquoDe eacutel [Enesidemo] fue disciacutepulo Zeuxipo el Polites y de eacuteste Zeuxis el de los pies torcidos del cual fue disciacutepulo Antiacuteoco de Laodicea la del riacuteo Lico De eacuteste fueron disciacutepulos Menoacutedoto de Nicomedia ndash meacutedico de la corriente empiacuterica ndash y Teodas de Laodicea Disciacutepulo de Menoacutedoto fue Heroacutedoto hijo de Arieo de Tarso Y de Heroacutedoto fue disciacutepulo Sexto el empiacuterico de quien son los diez libros de Los Esceacutepticos y otras obras magniacuteficas Y de Sexto fue disciacutepulo Saturnino el Citeacutenada empiacuterico tambieacuten eacutelrdquo377
De los dirigentes pirroacutenicos mencionados en este testimonio a tres de ellos se
los relaciona directamente con la corriente meacutedica empiacuterica Menoacutedoto de Nicomedia
el propio Sexto y su sucesor Saturnino el Citeacutenada Pero la relacioacuten en esta eacutepoca entre
la escuela esceacuteptica y el empirismo meacutedico no se limita a estos tres nombres No se
trata pues de que tres integrantes de la corriente filosoacutefica esceacuteptica fueran tambieacuten
casualmente meacutedicos empiacutericos Por el contrario hay indicios que podriacutean llevar a
pensar en una vinculacioacuten mucho maacutes estrecha Hacia finales del siglo I a C una
escuela de medicina fue fundada en las afueras de Laodicea aparentemente asociada
con ndash o incluso localizada en ndash el santuario de Men Caru El fundador de la escuela
habriacutea sido un meacutedico llamado Zeuxis y apodado Philalethes Teniendo en cuenta la
coincidencia aproximada de fechas378 y la procedencia de Laodicea de los dos sucesores
del Zeuxis esceacuteptico ndash Antiacuteoco y Teodas ndash a algunos autores no les parece injustificado
376 Brochard V Op cit 309-310 377 DL IX 116 οὗ Ζεύξιππος ὁ πολίτης οὗ Ζεῦξις ὁ Γωνιόπους οὗ Ἀντίοχος Λαοδικεὺς ἀπὸ
Λύκου τούτου δὲ Μηνόδοτος ὁ Νικομηδεύς ἰατρὸς ἐμπειρικός καὶ Θειωδᾶς Λαοδικεύς
Μηνοδότου δὲ Ἡρόδοτος Ἀριέως Ταρσεύς Ἡροδότου δὲ διήκουσε Σέξτος ὁ ἐμπειρικός οὗ καὶ
τὰ δέκα τῶν Σκεπτικῶν καὶ ἄλλα κάλλιστα Σέξτου δὲ διήκουσε Σατορνῖνος ὁ Κυθηνᾶς
ἐμπειρικὸς καὶ αὐτός 378 Heinrich von Staden data entre 45 y 30 aC la fundacioacuten de la escuela meacutedica de Men Caru y entre 8575 y 10 aC las fechas de la vida de su fundador datos que si bien no coinciden con exactitud con ninguna de las dataciones de la vida de Zeuxis el esceacuteptico (ver Apeacutendice A p 319) tampoco parecen por completo incompatibles con ellas (Cfr Von Staden H Herophilus The Art of Medicine in Early Alexandria Cambridge University Press CambridgeNew YorkNew RochelleMelbourneSydney 1989 531)
142
identificar a uno y otro379 de modo que la jefatura tanto de la escuela meacutedica como de
la filosoacutefica habriacutea recaiacutedo entonces al menos temporalmente en una misma persona
Del resto de esceacutepticos mencionados sabemos bastante de Menoacutedoto de
Nicomedia por ser sus obras una de las fuentes principales que Galeno emplea para su
De subfiguratione empirica Aunque el conocimiento que tenemos de eacutel se centra en
aspectos meacutedicos maacutes que filosoacuteficos De cualquier manera el estilo de escritura
insultante y sarcaacutestico que Galeno le atribuye encaja bastante bien con actitudes
esceacutepticas semejantes a las de Timoacuten
Su sucesor Heroacutedoto maestro de Sexto Empiacuterico seriacutea probablemente Heroacutedoto
de Filadelfia que seguacuten el Leacutexico de Suidas era hijo del meacutedico Arieo de Tarso Por
tanto Heroacutedoto procederiacutea de una ciudad muy proacutexima a Laodicea y estariacutea relacionado
familiarmente con la praacutectica de la medicina lo que relaciona de nuevo empirismo y
escepticismo
Sin embargo el detalle maacutes paradoacutejico de la sucesioacuten de dirigentes esceacutepticos
que Dioacutegenes Laercio aporta es el hecho de que en ella no aparezca el nombre del
representante maacutes destacado de la escuela en ese periodo Agripa
Agripa
De casi ninguno de los integrantes de la escuela pirroacutenica situados entre
Enesidemo y Sexto ha trascendido informacioacuten sobre alguacuten tipo de pensamiento
original El uacutenico que llevoacute a cabo alguacuten tipo de innovacioacuten capaz de aportar nuevo
material a la escuela fue un esceacuteptico del que no se conoce demasiado cuyo nombre es
Agripa Que su nombre no sea mencionado por Dioacutegenes en su lista de esceacutepticos
destacados quizaacute no sea tan extrantildeo Otro esceacuteptico como Apoloacutenides de Nicea
379 Gallego Cao y Muntildeoz Diego (Sexto Empiacuterico Esbozos pirroacutenicos Intr trad y notas de Antonio Gallego Cao y Teresa Muntildeoz Diego Editorial Gredos Madrid 1993 XXXIV-XXXV) aportan ademaacutes como indicio la inscripcioacuten ΖΕΥΞΙΣ ΦΙΛΑΛΗΘΗΣ (ldquoZeuxis amante de la verdadrdquo) que aparece en unas monedas de bronce de Laodicea de eacutepoca de Octavio por considerar la expresioacuten ldquoamante de la verdadrdquo como probable sinoacutenimo de ldquoamante de la sabiduriacuteardquo y por tanto como indicativo de que el Zeuxis de Laodicea ademaacutes de a la medicina se habriacutea dedicado tambieacuten a la filosofiacutea Sin embargo ha de tenerse en cuenta que el tiacutetulo de ldquophilalethesrdquo se asociaba tradicionalmente a varios de los liacutederes de los centros herofilianos de medicina Tal es el caso por ejemplo de Alejandro Philalethes disciacutepulo de Asclepiacuteades o de su pupilo Demoacutestenes Philalethes No puede por tanto considerarse como indicativo de actividad filosoacutefica (Sobre la relacioacuten de Zeuxis Philalethes con la escuela meacutedica de Men Caru veacutease Benedum J ldquoZeuxis Philalethes and the school of herophilics in Menos Komerdquo Gesnerus vol 31 1974 221-36 Sobre Alejandro Philalethes veacutease Greenhill W A Alexander Philalethesrdquo in William Smith Dictionary of Greek and Roman Biography and Mythology Boston Little Brown and Company 1867 125 Galeno De Differ Puls iv 4 10 Soranus De Arte Obstetr c 93 p 210)
143
comentarista de las Saacutetiras de Timoacuten tampoco aparece resentildeado Estas ausencias se
deben a que Dioacutegenes soacutelo habriacutea recogido aquiacute los nombres de aquellos que llegaron a
ser dirigentes de la escuela Agripa y Apoloacutenides a pesar de sus meacuteritos nunca llegaron
a tener responsabilidad en la direccioacuten de la secta Probablemente ambos fueron
contemporaacuteneos de Antiacuteoco de Laodicea y tras la muerte de eacuteste Menoacutedoto y no ellos
heredaraacute el papel rector
De la vida de Agripa no conocemos nada y de su trabajo filosoacutefico tampoco
sabemos demasiado Dioacutegenes Laercio es el uacutenico autor que menciona su nombre En
Sexto380 encontramos solamente un pasaje dedicado a los cinco tropos ndash lo uacutenico que
conocemos de su doctrina ndash atribuidos en general a los esceacutepticos maacutes recientes y que
sabemos que son de Agripa porque Dioacutegenes los transmite en el mismo orden y en
teacuterminos muy semejantes381 Pero pese a nuestro actual desconocimiento de su obra fue
un esceacuteptico importante e influyente en su eacutepoca hasta el punto de que otro integrante
de la escuela llamado Apelas escribe un libro dedicado enteramente a eacutel382
Dado que como se ha dicho son lo uacutenico que conocemos de su doctrina para
establecer una comparacioacuten de su actitud filosoacutefica con la de esceacutepticos anteriores
como Enesidemo y posteriores como Sexto hemos de basarnos por entero en lo que
sabemos acerca de sus cinco tropos Tal y como aparecen enunciados son los siguientes
1ordm El desacuerdo
2ordm El regreso al infinito
3ordm La relacioacuten
4ordm La hipoacutetesis
5ordm El ciacuterculo vicioso
Existe entre ellos una suerte de concatenacioacuten loacutegica a raiacutez de la cual cada tropo
refuerza y complementa al anterior Asiacute cada uno de ellos corresponderiacutea a las diversas
posiciones que un dogmaacutetico puede sostener y de las cuales es sucesivamente
desplazado
En HP I 170-7 Sexto ofrece un ejemplo de argumentacioacuten en base a los cinco
tropos mediante el cual podemos reconstruir el orden en que los esceacutepticos encadenaban
sus respuestas a los dogmaacuteticos que no coincide con la numeracioacuten en que son
expuestos El orden argumentativo seriacutea asiacute 1ordm 2ordm 5ordm 4ordm 3ordm
380 HP I 164-177 381 DL IX 88 382 DL IX 106
144
El primer tropo parte de la divergencia de opiniones que se da acerca de
cualquier propuesta El desacuerdo sea entre los filoacutesofos sea entre el resto de la gente
envuelve a cada una de las cuestiones en litigio que se puedan plantear y por tanto es
imposible admitir algo digamos ldquopor consensordquo acerca de ninguna de ellas Y al no
poderse aceptar ni rechazar nada se hace imprescindible la suspensioacuten del juicio
De no querer acogerse a la suspensioacuten del juicio el dogmaacutetico deberaacute apoyar
sobre algo su asuncioacuten de una de las opiniones en desacuerdo en el tropo anterior Asiacute
aportaraacute alguacuten tipo de prueba de que esa opinioacuten debe preferirse a su contraria Aquiacute
recurre el esceacuteptico al segundo de los cinco tropos el del regreso al infinito En efecto
lo que se presenta como garantiacutea de que la toma de postura es correcta eso mismo
necesitaraacute a su vez de una nueva garantiacutea En caso de no poder aportarse ninguna el
tropo del desacuerdo invalidaraacute la prueba sobre la que se sustenta la intencioacuten
dogmaacutetica de no suspender el juicio Y en caso de que siacute pueda aportarse alguna
tambieacuten eacutesta necesitaraacute a su vez de alguna otra prueba que la sustente y garantice y asiacute
hasta el infinito El argumento del dogmaacutetico no tendriacutea punto firme desde donde
arrancar y por tanto se veriacutea obligado a aceptar la suspensioacuten del juicio
Ante tal fracaso el dogmaacutetico buscaraacute un modo de argumentacioacuten que le permita
no caer en el regreso al infinito La opcioacuten que le quedaraacute seraacute buscar la garantiacutea de lo
que quiere probar entre las consecuencias que se derivan de la aceptacioacuten de eso mismo
que pretende probar Pero tal cosa es inadmisible ya que supone la caiacuteda en un ciacuterculo
vicioso que es el quinto de los tropos A modo de ejemplo383 si pretendiacutea probar la
fiabilidad del conocimiento adquirido mediante los sentidos a traveacutes de alguacuten tipo de
conocimiento inteligible al preguntarle el esceacuteptico coacutemo se prueba a su vez este
conocimiento inteligible el dogmaacutetico se encuentra ante un auteacutentico dilema Si ofrece
una prueba basada en la razoacuten eacutesta necesitaraacute de una nueva prueba y caeraacute por tanto
en un nuevo regreso al infinito fracasando en su intento de demostracioacuten Si por el
contrario la prueba que aporta se basa en los sentidos se estaraacute encerrando en un ciacuterculo
vicioso donde nada es capaz de demostrar nada La confianza en lo sensible se asentariacutea
en lo inteligible y la de lo inteligible en lo sensible quedando asiacute todo igualmente en
el aire
Si a pesar de todo el dogmaacutetico continuacutea con su intencioacuten de no dejarse conducir
a la epochḗ deberaacute partir de un punto sin demostrarlo daacutendolo por asentado como
principio Y consideraraacute que dicho principio sirve para la demostracioacuten de lo que no es
145
eacutel aunque eacutel mismo no pueda ndash ni necesite ndash ser demostrado Afirmar esto es diraacute el
esceacuteptico hacer una hipoacutetesis Y por ello el dogmaacutetico que asiacute argumente habraacute caiacutedo
en el cuarto tropo No tiene sentido suponer verdadero lo que estaacute en cuestioacuten Si se
actuacutea asiacute admitiendo cualquier cosa sin probarla lo mismo dariacutea suponer directamente
verdadero lo que se quiere probar en cada ocasioacuten en lugar de suponer un principio que
permita llegar hasta ello Ademaacutes si el principio supuesto es verdadero por el hecho
mismo de asumir que no se puede probar ya se atrae sobre eacutel la desconfianza
El tropo tercero tiene un caraacutecter algo peculiar Estaacute fuera de la cadena
argumental ya que puede utilizarse contra cualquier tipo de razonamientos Quizaacute por
ello al modo de un comodiacuten dialeacutectico se situacutea en el uacuteltimo lugar en el ejemplo de
Sexto Todo es relativo Cualquiera que sea el juicio que el dogmaacutetico pronuncie seraacute
relativo al que juzga y a las circunstancias que acompantildeen a su acto de juzgar Lo
sensible seraacute relativo al que recibe la sensacioacuten y lo inteligible a aqueacutel que lo piensa
Nada puede escapar desde esta perspectiva a la relatividad Y todo lo que el esceacuteptico
necesita para conducir a la suspensioacuten del juicio acerca de una cuestioacuten es que se admita
su relatividad
De la antigua lista de diez soacutelo dos tropos se han conservado el de la
relatividad y el del desacuerdo Pero bien es cierto que toda la lista de Enesidemo refleja
diferentes variaciones del tropo de la relacioacuten que reuacutene y comprende a todos ellos con
lo que el hecho de que este tropo se conserve entre los cinco de Agripa ndash aunque sea
aparte del hilo de razonamiento que une a los otros cuatro ndash supone que la esencia de la
lista antigua aparezca recogida en la lista nueva
Lo que los cinco tropos antildeaden a la lista de diez puede desprenderse del anaacutelisis
de lo que los otros tres tropos de Agripa ndash el regreso al infinito la hipoacutetesis y el ciacuterculo
vicioso ndash tienen en comuacuten Su caraacutecter es esencialmente distinto Mientras que el tropo
del desacuerdo y el de la relatividad proceden de la teoriacutea del conocimiento los otros
tres son producto de la dialeacutectica o incluso de la pura loacutegica Sus argumentos no se
refieren ya a las condiciones del conocimiento sino a las condiciones de la
demostracioacuten Su alcance no se limita ya al conocimiento sensible sino que se extiende
tambieacuten al inteligible
El avance que supone Agripa con respecto a Enesidemo pues no reside en la
simplificacioacuten formal que la reduccioacuten del nuacutemero de tropos conlleva sino en el
aumento de su horizonte de aplicacioacuten del aacutembito de la epistemologiacutea al de la loacutegica No
383 Vid HP I 171-2
146
se trata ya soacutelo de demostrar que no tenemos de hecho certeza ninguna sino de poner en
cuestioacuten si la certeza misma es o no loacutegicamente posible
La reduccioacuten del nuacutemero de los modos de diez a cinco que Agripa lleva a cabo
no fue a pesar de todo la definitiva En eacutepoca posterior a Agripa auacuten hubo esceacutepticos384
que redujeron el nuacutemero de razonamientos conducentes a la suspensioacuten del juicio a
solamente dos A esta nueva formulacioacuten dedica Sexto un breve pasaje con el que
concluye su exposicioacuten de los distintos tropos esceacutepticos que llevan a la epochḗ385
El razonamiento que se emplea en el pasaje es el siguiente todo lo que se
aprehende tiene que ser aprehendido por siacute mismo o a partir de otra cosa Que nada
puede ser aprehendido a partir de siacute mismo lo prueba el desacuerdo entre las teoriacuteas de
los dogmaacuteticos que continuacutean discutiendo sin lograr ponerse de acuerdo en nada ni
acerca del conocimiento sensible ni del intelectual La controversia entre ellos es
insalvable porque no hay criterio alguno que pueda emplearse para zanjar la discusioacuten
ya que cualquiera que se empleara para ello seriacutea o sensible o intelectual y por tanto
formariacutea tambieacuten parte de lo que se discute
Tampoco se aprehende ninguna cosa a partir de algo distinto de ella misma ya
que aquello a partir de lo cual se aprehende tambieacuten necesita ser aprehendido a partir de
algo distinto de siacute mismo con lo que se acaba cayendo en un ciacuterculo vicioso o en un
regreso al infinito Y no se puede detener esa progresioacuten en ninguacuten punto afirmando que
aquello a partir de lo cual se aprehende algo se aprehende a su vez a partir de siacute mismo
puesto que se incurririacutea en lo dicho en el tropo anterior
Pero la simplificacioacuten que con estos dos tropos se lleva a cabo se debe soacutelo a
que se reduce la complejidad en la mecaacutenica de su utilizacioacuten Estos dos razonamientos
necesitan de los cinco anteriores o por lo menos de cuatro de esos cinco excluyendo el
de la relatividad que es como se dijo maacutes general que el resto El desacuerdo el
ciacuterculo vicioso el regreso al infinito y la hipoacutetesis forman parte del entramado
argumentativo de estos dos tropos y se dan por asumidos como antecedentes del
razonamiento Los dos tropos no estaacuten pues orientados a sustituir a los cinco de
384 Sobre la autoriacutea de esta nueva reduccioacuten es difiacutecil decir nada concluyente Sexto soacutelo lo atribuye a ldquootrosrdquo esceacutepticos con lo que parece quedar descartada la teoriacutea de que pudiera ser una segunda formulacioacuten alternativa del propio Agripa tal y como Saisset (Le Scepticisme Paris Didier 1865225) habiacutea supuesto Debe tratarse maacutes bien de alguno de los esceacutepticos posteriores a partir de Teodas de Laodicea Ritter y Zeller consideran que estos dos tropos podriacutean deberse a una modificacioacuten introducida por Menoacutedoto de Nicomedia aunque lo mismo podriacutea decirse de Heroacutedoto o del propio Teodas (Cfr Brochard Op cit 315 nota 2) 385 HP I 178-9
147
Agripa al igual que los cinco tropos no pretenden suprimir los diez de Enesidemo386
Son maacutes bien formas alternativas y complementarias de estructurar la tarea dialeacutectica
del esceacuteptico ante las razones que su oponente dogmaacutetico esgrimiraacute ante eacutel para
defender su dogmatismo
Exceptuando a Enesidemo y Agripa del resto de integrantes de la escuela
pirroacutenica no conocemos con exactitud ninguna aportacioacuten concreta Esto no significa
que ninguno de ellos llegase a formular nunca alguacuten tipo de pensamiento original o de
nuevo argumento con el que hacer avanzar el escepticismo sino soacutelo que no se nos ha
transmitido informacioacuten suficiente para relacionar los aportes doctrinales con sus
respectivos autores Sin embargo podemos estar seguros de que durante todo el periodo
de vigencia de la escuela como tal se realizoacute un trabajo de acumulacioacuten y ajuste del
arsenal dialeacutectico antidogmaacutetico No podemos atribuir a cada uno de los esceacutepticos de la
eacutepoca sus meacuteritos en esta tarea pero no por ello ha de deducirse que su trabajo se haya
perdido Junto con las maacutes destacadas aportaciones de Enesidemo y Agripa el trabajo
oscuro de otros muchos filoacutesofos esceacutepticos tambieacuten ha llegado hasta nosotros en la
forma de un corpus hasta cierto punto ordenado y organizado gracias al esfuerzo del
uacuteltimo gran esceacuteptico del helenismo Sexto Empiacuterico Su obra a pesar de no ser la de
mayor originalidad de entre las escritas por esceacutepticos se convirtioacute desde antiguo en
referencia obligada para el conocimiento del pirronismo Y auacuten hoy cualquier
investigacioacuten sobre el tema puede realizarse en gran medida gracias a su tarea de
recopilacioacuten
Sexto Empiacuterico
El caso de Sexto Empiacuterico en cuanto al conocimiento que tenemos de eacutel es
francamente peculiar Apenas conocemos nada de su vida hasta el punto de que no
podemos afirmar sin dar lugar a controversias ni su fecha de nacimiento o de muerte ni
su lugar de procedencia ni como ya se ha mencionado387 su adscripcioacuten a una de las
corrientes meacutedicas ni siquiera la ciudad en que desarrolloacute su actividad388 Eacutel mismo no
hace ninguna indicacioacuten expliacutecita al respecto de estos asuntos y las impliacutecitas no
resultan suficientemente aclaratorias Sin embargo por lo que respecta a su obra se nos
386 Cfr HP I 177 387 Vid Supra 109-115 388 Vid Infra Apeacutendice C p 336 y ss
148
han conservado iacutentegramente una gran parte de sus libros entre los cuales con toda
probabilidad se encuentran los maacutes importantes
Entre las conjeturas que podriacuteamos hacer sobre su biografiacutea podriacuteamos situar su
lugar de origen en Libia probablemente en la ciudad de Apolonia Suele considerarse
que habriacutea nacido en torno a la segunda mitad del siglo I d C Podriacutea haber vivido alguacuten
tiempo en Atenas389 y quizaacute en Cos390 Tal vez fuera en Cos donde aprendioacute el arte
meacutedica Su orientacioacuten debioacute ser inicialmente proacutexima a la corriente metoacutedica para irse
luego acercando a la medicina empiacuterica que le granjeoacute su pseudoacutenimo391 Tras la muerte
de Heroacutedoto de Filadelfia se hizo cargo de la direccioacuten de la escuela esceacuteptica que
seguacuten consideran la mayoriacutea de los especialistas quizaacute teniacutea su sede por entonces en la
ciudad de Alejandriacutea392
De su obra se nos conservan tanto los tres libros de Esbozos pirroacutenicos
(Πυρρώνειαι ὑποτυπώσεις) un tratado de introduccioacuten a la filosofiacutea esceacuteptica escrito
en una eacutepoca relativamente temprana de su produccioacuten como el Adversus
Mathematicos (Πρὸς μαθηματικούς) conjunto de tratados maacutes o menos breves
orientados a combatir las pretensiones de conocimiento de quienes cultivan un arte Esta
obra de eacutepoca maacutes tardiacutea se compone de once libros en gran medida independientes y
divididos en dos partes los libros I al VI se dedican a la refutacioacuten de las seis ciencias
que componiacutean las materias de la educacioacuten antigua gramaacutetica retoacuterica geometriacutea
aritmeacutetica astrologiacutea y muacutesica Son conocidos por los tiacutetulos de sus traducciones
latinas como Adversus grammaticos Adversus rhetores Adversus geometras Adversus
389 El pasaje de HP II 98 asiacute parece darlo a entender aunque al tiempo tambieacuten indica que ya no seriacutea ese su lugar de residencia 390 Ver Adv Math I 246 y VIII 145 391 Cfr Supra 110 392 Esta tesis se sustenta en el pasaje de HP III 18 donde Sexto se ubica espacialmente situando las regiones deseacuterticas de la Tebas egipcia al Este y zonas lluviosas al Sur que corresponderiacutean al curso alto del Nilo De este modo los Esbozos debieron componerse en alguacuten lugar del Norte de Egipto y Alejandriacutea puede parecer la ciudad maacutes probable dada la actividad intelectual de la que gozaba en la eacutepoca considerada en general como muy superior a la de cualquiera de las ciudades vecinas Sexto menciona en otro pasaje (HP III 120) que dictoacute sus lecciones en el mismo lugar que su maestro lo que llevariacutea a ubicar la sede de la escuela esceacuteptica en la ciudad de Alejandriacutea Sin embargo en HP III 221 se nos da un testimonio contrario cuando Sexto parece distinguir a los habitantes de Alejandriacutea de los del lugar donde eacutel se encuentra (αἴλουρον ἐν Ἀλεξανδρείᾳ τῷ Ὥρῳ θύουσι καὶ Θέτιδι σίλφην ὃ παρ
ἡμῖν οὐκ ἂν ποιήσειέ τις) Este indicio asiacute interpretado resulta incompatible con el de HP III 18 Brochard por ejemplo lo considera definitivo para descartar Alejandriacutea como sede de la actividad de Sexto Pero bien es cierto que como indican Gallego Cao y Muntildeoz Diego el pasaje puede interpretarse de otras maneras (Vid Gallego Cao A y Muntildeoz Diego T Op cit XLIII-XLIV) Sin embargo en la eacutepoca de Sexto Empiacuterico habiacutea dos ciudades maacutes en la costa norte de Egipto dotadas de una gran vitalidad intelectual y que encajan con la descripcioacuten de HP III 18 las ciudades de Canopo y Heraclion destruidas por la subida del nivel del mar hace 1200 antildeos Cualquiera de ellas pudo haber sido el lugar de residencia de Sexto Empiacuterico (Veacutease Apeacutendice C p 336 y ss)
149
arithmeticos Adversus astrologos y Adversus musicos Los libros VII al XI conocidos
conjuntamente como Adversus dogmaticos se orientan a la refutacioacuten de las escuelas
filosoacuteficas contrarias al escepticismo y estaacuten estructurados de acuerdo con la tradicional
divisioacuten tripartita de la filosofiacutea en loacutegica fiacutesica y eacutetica de modo que los libros VII y
VIII conocidos como Adversus logicos se ocupan de la primera el IX y el X (Adversus
physicos) de la segunda y el libro XI (Adversus ethicos) de la tercera Todos juntos
forman pues un gran compendio no del conocimiento sino del desconocimiento
humano que pretende atender a todas las artes y todos los saberes Para mayor
simplicidad venimos citando estos tratados a lo largo de estas paacuteginas bajo la
denominacioacuten conjunta de Adversus mathematicos conservando la numeracioacuten
tradicional de los libros del I al XI aunque dicha numeracioacuten quizaacute no se corresponda
con el orden en que fueron redactados Gracias al trabajo de Janaacuteček393 hoy se
considera que el orden cronoloacutegico maacutes probable es el que parte de los tres libros de los
Esbozos para continuar con los libros VII al XI del Adversus mathematicos y concluir
con los libros I al VI que seriacutean su obra maacutes madura
En varias ocasiones Sexto hace referencia a otras obras suyas que no han llegado
hasta nosotros Menciona unas Memorias meacutedicas (ἐν τοῖς ἰατρικοῖς
ὑπομνήμασιν)394 y tambieacuten unas Memorias empiacutericas (ἐν τοῖς ἐμπειρικοῖς
ὑπομνήμασιν)395 que tanto podriacutean ser dos obras distintas como una sola nombrada de
dos maneras diferentes Ademaacutes aparecen tambieacuten remisiones a temas ya tratados en
otros lugares que no corresponden a ninguna parte de su obra conservada lo que indica
que quizaacute escribiera auacuten maacutes libros396
Basaacutendonos en la obra que siacute ha sobrevivido hasta nuestros diacuteas podemos decir
de Sexto que fue antes que nada un compilador de la tradicioacuten esceacuteptica desde sus
inicios e incluso desde sus antecedentes hasta su propia eacutepoca Su formulacioacuten del
pensamiento esceacuteptico fue la que se impuso y acaboacute por convertirse en la forma
canoacutenica del escepticismo griego En concreto la exposicioacuten que Sexto lleva a cabo en
los Esbozos influiraacute fuertemente en el modo en que el pensamiento esceacuteptico seraacute
concebido en eacutepocas muy posteriores
393 Janaacuteček K Sextus Empiricusrsquo Sceptical Methods Universita Karlova Praga 1972 394 Adv Math VII 202 395 Adv Math I 61 396 Dioacutegenes Laercio menciona lo que parece ser otra obra suya ldquolos diez libros de los esceacutepticosrdquo en DL IX 116 (vid supra 142)
150
Esta obra escrita con un estilo muy acadeacutemico se divide en tres libros de
contenido relacionado pero independiente El primero de ellos estaacute dedicado a delimitar
la posicioacuten esceacuteptica en relacioacuten con la del resto de escuelas de filosofiacutea y a analizar las
caracteriacutesticas que le son propias Estaacute dividido en 34 capiacutetulos397 Sexto comienza
bosquejando los rasgos esenciales de la orientacioacuten esceacuteptica (capiacutetulos I-XII) continuacutea
con una exposicioacuten minuciosa de los tropos y de las expresiones propias de la escuela
(capiacutetulos XIII-XXVIII) y concluye con el ya tratado anaacutelisis comparativo del
escepticismo con el resto de filosofiacuteas afines con el cual se busca no tanto dar cuenta de
la doctrina de esas otras formas de filosofiacutea como incidir en las diferencias que las
separan del escepticismo con el objeto de definirlo sentildealando sus liacutemites A este fin se
consagran los capiacutetulos que abarcan del XXIX al XXXIV y uacuteltimo del libro primero
El libro segundo tiene como temaacutetica propia la criacutetica del dogmatismo desde una
perspectiva loacutegica Asiacute las principales nociones de esta parte de la filosofiacutea como por
ejemplo la nocioacuten de criterio la de verdad o las de signo demostracioacuten induccioacuten
definicioacuten geacutenero o especie entre otras cuentan en este segundo libro con uno o varios
capiacutetulos centrados en su anaacutelisis
Por uacuteltimo el libro tercero trata de las otras dos partes en que se dividiacutea
tradicionalmente la filosofiacutea la fiacutesica y la eacutetica A la primera de ellas estaacuten dedicados
los capiacutetulos I a XX del libro mientras que de la segunda se ocupan los capiacutetulos XXI a
XXXII 398
Asiacute los Esbozos se nos muestran como un tratado altamente estructurado a partir
del cual y apoyaacutendonos tambieacuten en los tratados del Adversus mathematicos
intentaremos perfilar los rasgos esenciales del escepticismo tal y como aparece recogido
y formulado en la obra de Sexto para poder establecer en base a ello una comparacioacuten
de los distintos tipos histoacutericos de escepticismo que se dieron desde los inicios de la
escuela hasta su culminacioacuten
Tras la muerte de Sexto ya no se produciraacuten que conozcamos mayores
desarrollos del escepticismo en eacutepoca heleniacutestica La direccioacuten de la escuela seraacute
397 Es muy probable que la divisioacuten en capiacutetulos no sea original de Sexto ya que en varias ocasiones (HP II 14 III 188 III 252) el encabezamiento de un capiacutetulo interrumpe el desarrollo de un razonamiento De ser asiacute Sexto habriacutea dictado el texto de forma continuada y la divisioacuten de los capiacutetulos seriacutea un antildeadido posterior (Cfr Sextus Empiricus vol I Outlines of Pyrrhonism ed R G Bury Harvard University Press Londres-Cambridge 1976454-5 nota A Sexto Empiacuterico Esbozos pirroacutenicos (intr trad y notas de Antonio Gallego Cao y Teresa Muntildeoz Diego) Editorial Gredos Madrid 1993 92 nota 86)
151
asumida por su disciacutepulo Saturnino el Citeacutenada tambieacuten meacutedico empiacuterico Con eacutel
concluye la lista de dirigentes esceacutepticos ofrecida por Dioacutegenes Laercio y
probablemente tambieacuten concluye la historia de la escuela misma
33- La posicioacuten esceacuteptica
Como ya se ha mencionado el libro primero de los Esbozos constituye una
forma de guiacutea general o introduccioacuten a los principios baacutesicos del escepticismo a su
meta fundamental y a la actitud que caracteriza a todo esceacuteptico En base a este libro
primero y despueacutes de concluido el anaacutelisis de las principales figuras del escepticismo
que nos ha ocupado durante las uacuteltimas paacuteginas ahora nos encontramos en disposicioacuten
de analizar temaacuteticamente la doctrina efectiva del escepticismo Esta tarea conlleva
mayor dificultad de la que seriacutea previsible ya que estrictamente hablando el
escepticismo no afirma nada De todas sus expresiones se advierte que no pueden ser
tratadas al modo de una doctrina como las que conforman el entramado ideoloacutegico de
las escuelas dogmaacuteticas Sin embargo parece innegable admitir que el escepticismo
tiene una posicioacuten propia una situacioacuten caracteriacutestica dentro del panorama filosoacutefico y
que esa posicioacuten se asienta sobre determinados contenidos doctrinales asumidos por la
escuela que son los que Sexto trata en esas paacuteginas iniciales de su obra
En otro lugar al comienzo del Adversus mathematicos399 Sexto expone
inicialmente una clasificacioacuten de los filoacutesofos en tres grupos (loacutegicos fiacutesicos y eacuteticos)
basada en la ya mencionada divisioacuten tradicional de las partes de la filosofiacutea400 para
abandonarla casi de inmediato y comenzar la buacutesqueda de una nueva clasificacioacuten maacutes
adecuada a sus propoacutesitos basada en la nocioacuten de lsquocriteriorsquo El motivo por el que esa
primera divisioacuten de los filoacutesofos no se ajusta a sus necesidades es porque en realidad se
trata maacutes de una divisioacuten de las ramas de la filosofiacutea que de una auteacutentica clasificacioacuten
de los filoacutesofos401 Sirve para distinguir disciplinas filosoacuteficas no tipos de filoacutesofos
398 Este tercer libro junto con el segundo aparecen ampliados en cuanto a su temaacutetica aunque con mayor extensioacuten y profundidad en los libros VII al XI del Adversus mathematicos lo que refuerza la idea de que este conjunto de tratados es posterior en su redaccioacuten a la composicioacuten de los Esbozos 399 Adv Math I 89 400 Cfr HP II 13 401 En este mismo sentido Tomaacutes Calvo (ldquoEl pirronismo y la hermeneacuteutica esceacuteptica del pensamiento anterior a Pirroacutenrdquo en Mirar con cuidado filosofiacutea y escepticismo Marrades Millet J y Saacutenchez Duraacute N (eds) Valencia 1994 8) advierte que un mismo filoacutesofo puede cultivar varias o todas las ramas aquiacute sentildealadas De hecho casos similares se han dado con frecuencia en la historia de la filosofiacutea y tampoco eran infrecuentes en la eacutepoca de Sexto por lo que la necesidad de establecer de inmediato una nueva clasificacioacuten capaz de distinguir en tipos a los filoacutesofos mismos y no las ramas de la filosofiacutea resulta evidente
152
mientras que lo que Sexto Empiacuterico necesita es una herramienta para distinguir y
clasificar escuelas o tipos generales de escuelas y por tanto una divisioacuten seguacuten
doctrinas no seguacuten temaacutetica
La clasificacioacuten que Sexto emplearaacute en adelante seraacute pues la que divide a los
filoacutesofos seguacuten su posicioacuten con respecto a la existencia de un criterio en
1 Aquellos que mantienen que hay un criterio de verdad para el conocimiento
2 Aquellos que niegan que exista tal criterio
Esta clasificacioacuten que aparece en Adv Math VII 47-48 contiene ademaacutes de
una lista de aquellos que en opinioacuten de Sexto son negadores del criterio una subdivisioacuten
en el seno de aquellos que lo mantienen en razoacuten de doacutende lo situacuteen
11 Los que sostienen que el criterio estaacute en la razoacuten
12 Los que lo situacutean en evidencias irracionales
13 Los que lo encuentran en ambos
En el capiacutetulo primero del libro I de los Esbozos402 sin embargo cuando Sexto
trata acerca de la diferencia maacutes importante entre las filosofiacuteas la divisioacuten a la que
recurre no es eacutesta sino que distingue entre tres tipos fundamentales de filosofiacutea
dogmaacutetica acadeacutemica y esceacuteptica Los dogmaacuteticos seriacutean aquellos que afirman haber
descubierto la verdad los acadeacutemicos los que aseguran que eacutesta no puede conocerse y
los esceacutepticos los que continuacutean investigando
En principio podriacutea parecer que una y otra clasificacioacuten no tienen nada en
comuacuten y que no hay correspondencia entre los elementos en que se dividen Sin
embargo parece difiacutecil no admitir que quien afirma que no hay posibilidad de conocer
la verdad como los acadeacutemicos seguacuten esta segunda clasificacioacuten tendraacute que afirmar
tambieacuten que no hay criterio de verdad Y quien afirma que hay verdad y que ha llegado
a conocerla como los dogmaacuteticos tendraacute que admitir que hay un criterio de verdad
Luego dogmaacuteticos y acadeacutemicos aparecen como dos nombres plausibles para las dos
ramas de la divisioacuten seguacuten el criterio de Adversus mathematicos (con la reserva que
supone el hecho de que no todo aqueacutel que afirme que hay criterio de verdad tiene por
queacute considerar que ha llegado a conocer esa verdad rasgo que en principio habriacutea de
considerarse como connatural al dogmaacutetico) Sin embargo la tercera rama de la divisioacuten
de los Esbozos la que corresponde a los propios esceacutepticos no parece tener correlato en
402 HP I 1-4
153
la divisioacuten seguacuten el criterio con lo que se nos plantea un primer interrogante en la
cuestioacuten acerca del criterio iquestcuaacutel es la posicioacuten del esceacuteptico
El sentido uacuteltimo de los esfuerzos de Sexto por clasificar no es en realidad el de
un intereacutes por llevar a cabo una sistematizacioacuten de las clases de doctrinas filosoacuteficas
Tanto la divisioacuten del Adversus mathematicos como la de los Esbozos las emplea Sexto
como medio a utilizar para obtener un fin maacutes acuciante para eacutel la definicioacuten de la
posicioacuten esceacuteptica Su intencioacuten es la de acotar el espacio filosoacutefico en el que puede
moverse el esceacuteptico sin caer en dogmatismo y ese espacio se puede definir de modo
positivo por sus propiedades ndash que es lo que haraacute a lo largo de los Esbozos ndash o de modo
negativo por sus liacutemites Al remarcar aquello que no considera esceacuteptico y atribuirlo a
otros filoacutesofos Sexto delimita el campo propio del escepticismo y comienza a allanar al
lector la comprensioacuten de la filosofiacutea de su escuela No le importa tanto pues que la
clasificacioacuten sea completa y exhaustiva como que sea delimitadora El caso maacutes
evidente es el de la divisioacuten de HP I 1-4 situada al comienzo del libro al modo de una
verdadera introduccioacuten Su utilidad estriba en que sirve para caracterizar a la escuela
esceacuteptica al separar seguacuten la actitud con respecto a la verdad (en las tres posiciones
posibles aquellos que afirman su existencia aquellos que la niegan y aquellos que
suspenden el juicio como ya hemos visto) Desde la perspectiva argumentativa de
Sexto no importariacutea que la atribucioacuten a unos u otros de las posiciones ajenas al
escepticismo sea o no rigurosa sino que esta atribucioacuten nos sirva para comprender queacute
no seriacutea en ninguacuten caso un esceacuteptico el que afirma que la verdad existe e incluso que eacutel
ha llegado a conocerla o el que se limita a negar la posibilidad del conocimiento esto
es a afirmar la imposibilidad de conocer Lo importante es pues que con esta
clasificacioacuten se sentildeala la suspensioacuten del juicio como postura del esceacuteptico con respecto
a la verdad
Del mismo modo la utilidad de la clasificacioacuten del Adversus mathematicos
reside en sentildealar la cuestioacuten del criterio y separar a la escuela esceacuteptica de la primera
posicioacuten la de aquellos que mantienen que hay un criterio de verdad Por ello es soacutelo
esta primera posicioacuten la que Sexto subdivide y no la segunda porque en lo que le
interesa insistir es en que el esceacuteptico no encontraraacute un criterio de verdad ni en la razoacuten
(11) ni en evidencias irracionales (12) Un mayor intereacutes por la exhaustividad le habriacutea
llevado a dividir tambieacuten la segunda posicioacuten para distinguir entre los que niegan que
exista un criterio de verdad y de ahiacute deducen que la verdad es por siacute misma
incognoscible ndash los Acadeacutemicos seguacuten Sexto ndash o incluso que no hay verdad y los que
154
rechazan la existencia de tal criterio y de ello extraen la necesidad de suspender el
juicio en materia epistemoloacutegica ndash los propios esceacutepticos ndash Por tanto a la pregunta
sobre doacutende se situacutean los esceacutepticos en la cuestioacuten del criterio hemos de responder que
al igual que los acadeacutemicos no admiten de partida su existencia pero que no deducen
de ello las mismas consecuencias epistemoloacutegicas
De los dos significados que Sexto Empiacuterico da al teacutermino criterio403 el que
ahora nos ocupa es el de aquello seguacuten lo cual se juzga la realidad o no realidad de algo
A su vez este tipo de criterio puede tambieacuten entenderse de tres formas distintas
ldquoEn sentido general es todo instrumento de valoracioacuten de una aprehensioacuten significado seguacuten el cual se llaman asiacute ndash criterios ndash incluso los instumentos naturales como la vista En sentido particular es todo instrumento teacutecnico de valoracioacuten de una aprehensioacuten como una regla o un compaacutes En un sentido muy particular es todo instrumento de valoracioacuten de una aprehensioacuten de algo no manifiesto seguacuten el cual no se llaman criterios los instrumentos vitales sino soacutelo los de la loacutegica y aquellas que los dogmaacuteticos proponen para el discernimiento de la verdad Aclaramos desde luego que nosotros tratamos baacutesicamente del criterio loacutegicordquo404
En caso de que se pudiera aceptar un criterio de este tipo supondriacutea el triunfo
del dogmatismo sobre el escepticismo ya que permitiriacutea delimitar los maacutergenes del
conocimiento fiable al diferenciar la verdad del error El esceacuteptico por tanto no puede
aceptar su existencia y al tiempo mantener su posicioacuten Pero no por ello diraacute
tajantemente que no existe Su intencioacuten no es la de negarlo sino la de anularlo Y para
ello aplica sobre la disputa en torno a su existencia el tropo del ciacuterculo vicioso Para que
la discusioacuten sobre el criterio quede dilucidada seraacute necesario contar con un criterio
previamente admitido con el que dilucidarla pero al tiempo para poder contar con ese
criterio que es lo que estaacute en disputa antes seraacute preciso que la controversia quede
resuelta No es pues que se niegue la posibilidad de existencia del criterio de verdad
sino que se niega la posibilidad de dilucidar si existe
Desde HP II 22 hasta II 79 Sexto descarta uno a uno los candidatos a criterio
que podriacutean ofrecerse Por ejemplo el criterio de autoridad (HP II 38-42) o el del
403 Vid HP I 21 404 HP II 15-16 κοινῶς μὲν πᾶν μέτρον καταλήψεως καθ ὃ σημαινόμενον καὶ τὰ φυσικὰ οὕτω
προσαγορεύεται κριτήρια ὡς ὅρασις ἰδίως δὲ πᾶν μέτρον καταλήψεως τεχνικὸν ὡς κανὼν
καὶ διαβήτης ἰδιαίτατα δὲ πᾶν μέτρον καταλήψεως ἀδήλου πράγματος καθ ὃ τὰ μὲν βιωτικὰ
οὐ λέγεται κριτήρια μόνα δὲ τὰ λογικὰ καὶ ἅπερ οἱ δογματικοὶ φέρουσι πρὸς τὴν τῆς
ἀληθείας κρίσιν φαμὲν οὖν προηγουμένως περὶ τοῦ λογικοῦ κριτηρίου διεξιέναι (Utilizamos en nuestra traduccioacuten el teacutermino ldquoinstrumentordquo tanto en el sentido castellano que indica el medio para alcanzar un fin determinado como en el que refiere a un objeto que es adecuado para un uso concreto esto es en el mismo sentido en el que se utiliza cuando se habla de ldquoinstrumentos de medicioacutenrdquo
155
consenso de la mayoriacutea (HP II 43-46) etceacutetera El objetivo de la anulacioacuten del criterio
de verdad es concluir la necesidad de suspensioacuten del juicio acerca de lo no manifiesto
Decimos que esta suspensioacuten del juicio afecta a lo no manifiesto porque aunque
el esceacuteptico contrapone entre siacute tanto consederaciones teoacutericas como fenoacutemenos405 en
lo referente a estos uacuteltimos la contraposicioacuten no los sumerge en siacute mismos en la epochḗ
sino soacutelo en su pretensioacuten de ser reflejo de una realidad no manifiesta No se
contraponen pues apariencias incompatibles entre siacute sino apariencias cuya afirmacioacuten
como realidad seriacutea incompatible El fenoacutemeno es asumido tal y como aparece en
cuanto que aparece y ademaacutes es aceptado como el uacutenico criterio vital por el que el
esceacuteptico puede regirse406
Atendiendo asiacute a los fenoacutemenos sin tratar de rebasar su aacutembito de aplicacioacuten
esto es sin hacer afirmaciones sobre si se corresponden o no con la naturaleza oculta de
las cosas el esceacuteptico puede vivir sin dogmatismos Cualquier afirmacioacuten o negacioacuten de
alcance ontoloacutegico al formar parte del aacutembito de lo no manifiesto permanece en
suspenso
Para exponer por tanto una suerte de esquema baacutesico de la doctrina esceacuteptica
habraacute de atenderse a determinadas cuestiones elementales interrelacionadas entre las
que esa forma de vida libre de asunciones con respecto a lo no manifiesto funciona
como eje articulador de todas las demaacutes nociones esceacutepticas El objetivo final sin
embargo seraacute una consecuencia de esa forma de vida la ataraxiacutea
La cadena que une las tres principales nociones esceacutepticas aparece reflejada en el
pasaje de HP I 8 Alliacute se ofrece una definicioacuten del escepticismo como la capacidad de
oponer por cualquier modo fenoacutemenos y consideraciones teoacutericas con el resultado de
que debido a la igual fuerza de las razones opuestas se alcanza en primer lugar la
suspensioacuten del juicio y despueacutes la imperturbabilidad Asiacute la sistematizacioacuten en pasos
de las nociones principales del escepticismo dariacutea lugar al siguiente orden
1- Oposicioacuten de razones
2- Equipolencia de fuerzas entre las razones opuestas
3- Suspensioacuten del juicio
4- Imperturbabilidad
Hay que sentildealar que con rigor soacutelo los pasos numerados como 1 y 3 son
realmente pasos dados por el esceacuteptico En cambio 2 y 4 son consecuencias derivadas
405 Veacutease HP I 9-10 406 HP I 22-24
156
de 1 y 3 El esceacuteptico no iguala la fuerza de las razones en pro y en contra de la
asuncioacuten de algo que ha ofrecido sino que sucede que sus fuerzas esto es sus
capacidades de conviccioacuten son de hecho equivalentes si la oposicioacuten se realiza
correctamente Y tampoco decide el esceacuteptico estrictamente hablando no dejarse
perturbar sino que la ataraxia deviene inesperadamente de la suspensioacuten del juicio Los
pasos que da el esceacuteptico son primero oponer a las razones que un dogmaacutetico ofrece
para justificar su dogmatismo otras que justificariacutean un dogmatismo de signo contrario
Al hacerlo sucede que se hace imposible decidir racionalmente por uno u otro
dogmatismo y por ello la uacutenica decisioacuten racional que puede tomarse es la de no
decantarse por uno ni por otro Asiacute ante la situacioacuten de indecidibilidad que se produce
por la igualdad de fuerzas entre argumentos el esceacuteptico opta por la epochḗ Y de esa
opcioacuten que toma se sigue la ataraxiacutea descubierta ldquocomo por azarrdquo407 pero vinculada a
la epochḗ de manera automaacutetica
El punto de partida de la investigacioacuten esceacuteptica es pues la contraposicioacuten
(antiacutethesis) de argumentos Esta contraposicioacuten puede ser entre apariencias entre
consideraciones teoacutericas ya sean creencias opiniones o principios dogmaacuteticos o
tambieacuten la contraposicioacuten de apariencias con consideraciones teoacutericas Ademaacutes esta
oposicioacuten puede darse entre cosas presentes que es lo maacutes comuacuten pero tambieacuten entre
cosas pasadas o futuras e incluso de cosas presentes con cosas pasadas de cosas
pasadas con cosas futuras etceacutetera Esto le permite al esceacuteptico servirse de ejemplos
pasados o de posibilidades futuras cuando no encuentra argumentos suficientes en el
presente para establecer una contraposicioacuten adecuada En concreto el recurso al futuro
como fuente de argumentos hipoteacuteticos surte al esceacuteptico de un procedimiento
argumentativo casi infalible Cualquier argumento dogmaacutetico puede ser contrarrestado
recurriendo a la posibilidad de que en el futuro se descubra el argumento opuesto auacuten
desconocido Por tanto no se debe asentir a un argumento soacutelo porque no se encuentre
oposicioacuten a eacutel pues su contrario sigue siendo una posibilidad aunque no haya sido
formulado por nadie408
Asiacute aunque alguna cuestioacuten no fuese objeto de controversia y hubiese acerca de
ella un asentimiento unaacutenime cosa poco probable el esceacuteptico tampoco admitiriacutea la
necesidad de asentir a ella porque la controversia que auacuten no se da todaviacutea puede llegar
407 HP I 29 Veacutease tambieacuten la comparacioacuten que hace Sexto de la forma en que se llega a la imperturbabilidad con la historia del pintor Apeles en HP I 28 408 Cfr HP I 33-4
157
a producirse Asiacute pues la indagacioacuten esceacuteptica no puede considerarse como una mera
consecuencia de la presencia de conflictos entre los dogmaacuteticos ya que si no se
presenta conflicto alguno el esceacuteptico mismo lo crea La oposicioacuten de razones es
necesaria para el escepticismo Sin ella no puede darse escepticismo porque soacutelo a
traveacutes de ella puede llegarse a un estado en el que la toma de decisioacuten se vuelva
imposible
El sentido que tiene para el esceacuteptico la oposicioacuten es el de alcanzar a traveacutes de
ella un estado de equipolencia (isostheacuteneia) entre la capacidad persuasiva de las razones
que se han contrapuesto En la aceptacioacuten de ese estado de equilibrio es en donde se
determina la pertenencia o no de un filoacutesofo a la corriente esceacuteptica Si se considera la
fuerza de las razones como equivalente habraacute de suspenderse el juicio sobre cuaacutel de
ellas sea preferible si no se caeraacute en el dogmatismo al decantarse por una de ellas
frente a la otra Por esta razoacuten Sexto considera clave este punto de su filosofiacutea
ldquoPor el contrario el fundamento de la disposicioacuten esceacuteptica es ante todo que a cada proposicioacuten se le opone otra proposicioacuten de igual validez A partir de eso en efecto nos parece que se llega a no dogmatizarrdquo409
Sexto define la isostheacuteneia como la igual fuerza respecto a la credibilidad o no
credibilidad de modo que ninguna de las proposiciones enfrentadas aventaje a la otra
como si fuera maacutes fiable410 Se trata pues de una situacioacuten de equilibrio en cuanto al
grado de confianza episteacutemica de proposiciones opuestas No es un principio que
contenga un significado cognitivo positivo en siacute mismo Mas bien al contrario se trata
de que no podemos depositar en ninguna proposicioacuten un grado de confianza que no
podamos depositar igualmente en la proposicioacuten diametralmente opuesta
Esto no es aunque pueda parecerlo en algunos pasajes una propuesta de
caraacutecter probabilista La confianza cuya fuerza es equivalente en ambos argumentos no
es algo asiacute como un ldquogrado de probabilidad objetivardquo del argumento sino un mero
indicativo de la capacidad de persuasioacuten subjetiva de la que dicho argumento hace gala
Ante el equilibrio de fuerzas de dos proposiciones opuestas cuyas capacidades
de persuasioacuten se contrarrestan mutuamente la respuesta esceacuteptica es la suspensioacuten o
abstencioacuten del juicio Esta tendencia a la abstencioacuten y no tesis negativa alguna acerca
de la posibilidad del conocimiento es lo que caracterizoacute como rasgo fundamental al
escepticismo en la antiguumledad hasta el punto de que el nombre de la corriente en eacutepocas
409 HP I 12 συστάσεως δὲ τῆς σκεπτικῆς ἐστιν ἀρχὴ μάλιστα τὸ παντὶ λόγῳ λόγον ἴσον
ἀντικεῖσθαι ἀπὸ γὰρ τούτου καταλήγειν δοκοῦμεν εἰς τὸ μὴ δογματίζειν
158
anteriores a que la palabra lsquoesceacutepticorsquo se popularizase y acabase imponieacutendose era el de
lsquoescuela efeacutecticarsquo411 es decir lsquosuspensivarsquo (ephektikeacute)
Para Sexto la epochḗ es ldquoese equilibrio de la mente por el que ni rechazamos ni
afirmamos nadardquo412 que sobreviene por causa de la indecidibilidad entre las
proposiciones equipolentes Asiacute este estado de reposo mental se alcanza al no poder
optar por ninguna de ambas proposiciones en base a las razones que se aducen para
afirmarlas No es con todo un estado que siga necesariamente al descubrimiento de la
isostheacuteneia ni tampoco una conclusioacuten loacutegica inferida a partir de ella pues lo uacutenico que
la equipolencia de fuerzas impide es elegir racionalmente entre ambas proposiciones
Auacuten es posible decantarse irracionalmente que es lo que haraacute el dogmaacutetico El
esceacuteptico en cambio opta por no optar
Se trata pues de una decisioacuten que puede tomarse o no tomarse El esceacuteptico
trata de conducir hacia ella con sus argumentaciones y a menudo la formula como
recomendacioacuten413 El motivo por el que lo hace es que la epochḗ es la condicioacuten
necesaria y suficiente para alcanzar la meta del escepticismo la imperturbabilidad
Esta meta consiste en gran medida en el intento de liberarse de la perturbacioacuten
inicial que motivoacute el comienzo de la investigacioacuten Haciendo un anaacutelisis de la estructura
originaria que llevoacute a la formacioacuten del escepticismo diriacuteamos que el hombre que se
siente turbado por el desconocimiento del mundo y que quiere desembarazarse de esa
turbacioacuten trata de eliminarla buscando la verdad pero al encontrarse con que no puede
decidirse por una proposicioacuten y considerarla verdadera con maacutes razoacuten que por la
contraria suspende el juicio y por ello le sucede ldquocasualmenterdquo que su anterior
turbacioacuten desaparece y alcanza la ataraxiacutea
Esto no significa que la relacioacuten entre epochḗ y ataraxiacutea sea casual Lo que fue
casual fue el descubrimiento de dicha relacioacuten entre los primeros esceacutepticos ya que no
esperaban alcanzarla por medio de la abstencioacuten del juicio sino juzgando y juzgando
correctamente y al encontrarse con que no podiacutean juzgar de modo racional y
abstenerse del juicio ldquotropezaronrdquo con lo que andaban buscando La casualidad pues
se circunscribe al contexto del descubrimiento pero la relacioacuten descubierta es por el
410 HP I 10 411 HP I 7 412 HP I 10 413 Cfr entre otros HP I 34 I 59 I 89 DL IX 81
159
contrario una relacioacuten necesaria414 No es posible suspender el juicio y no alcanzar el
estado de imperturbabilidad
La ataraxiacutea con todo no se aplica en exclusiva al terreno del conocimiento
sino que tiene ademaacutes una dimensioacuten eacutetica muy destacada Al igual que respecto del
problema epistemoloacutegico de discernir lo verdadero de lo falso el pirroacutenico suspende el
juicio y logra con ello la serenidad de su espiacuteritu respecto de su equivalente eacutetico ndash el
problema de coacutemo distinguir lo bueno de lo malo ndash aplica el pirroacutenico la misma
solucioacuten se abstiene de juzgar sobre queacute sea lo objetivamente bueno y queacute lo
objetivamente malo y evita con ello la inquietud que supone buscar lo que se considera
bueno y evitar lo que se considera malo415 El esceacuteptico abandona asiacute la buacutesqueda del
conocimiento moral
Liberado de la necesidad de conocer la verdad y de la perteneciente al aacutembito
del bien y el mal soacutelo un tipo de inquietud podraacute turbar ya al esceacuteptico las necesidades
corporales baacutesicas Sobre el fenoacutemeno del hambre o de la sed no hay ataraxiacutea posible
El esceacuteptico no puede sustraerse a la inevitable necesidad de alimentarse y no puede
suspender el juicio sobre el hecho manifiesto de que siente hambre El criterio
fenomeacutenico por el que se rige le orienta a que sencillamente satisfaga sus necesidades
y por tanto coma si siente hambre beba si siente sed duerma si siente suentildeo se vista si
siente friacuteo etceacutetera Pero en la satisfaccioacuten de las necesidades corporales subyace
tambieacuten un cierto riesgo de turbacioacuten la que puede causar la buacutesqueda de formas de
satisfacer ldquomejorrdquo la necesidad Se podriacutea caer en ansiar comida maacutes abundante o
vestido maacutes lujoso que el meramente necesario cosa que causariacutea sufrimiento y
acabariacutea con la tranquilidad del aacutenimo que el esceacuteptico pirroacutenico busca La solucioacuten
esceacuteptica a este problema es la moderacioacuten a traveacutes de la cual se pretende conseguir el
control del sufrimiento en las cosas que se padecen por necesidad416
414 Cfr HP I 29 donde la necesidad inherente al viacutenculo entre epochḗ y ataraxiacutea aparece reflejada de modo inequiacutevoco al decir Sexto que a la primera le acompantildea la segunda ldquolo mismo que la sombra sigue al cuerpordquo (ὡς σκιὰ σώματι) Sobre la relacioacuten entre ambas veacutease tambieacuten infra 228 415 Veacutease HP I 27-8 416 Cfr HP I 25
160
Conclusiones iniciales
La historia de la corriente esceacuteptica ha sido como aquiacute se ha tratado de mostrar
sumamente inestable surcada por muacuteltiples cambios de orientacioacuten por momentos
aacutelgidos y por periodos en los que llegoacute a encontrarse al borde mismo de la desaparicioacuten
Soacutelo a partir de Enesidemo la escuela esceacuteptica parece equipararse en estabilidad al
resto de escuelas filosoacuteficas griegas vigentes en la eacutepoca y soacutelo durante el periodo que
abarca desde el propio Enesidemo hasta Sexto Empiacuterico o poco despueacutes
Pero durante este breve tiempo el escepticismo alcanza su culminacioacuten
convirtieacutendose por fin en una escuela consistente aquello que en un principio no habiacutea
sido maacutes que una cierta tendencia o una orientacioacuten vaga que estaba presente en muchos
filoacutesofos sin apenas nada en comuacuten entre siacute
Con la formulacioacuten que a partir de entonces se da al pirronismo se genera una
cierta sistematicidad alejada y diferente por supuesto del tipo de sistematicidad que
articula las filosofiacuteas dogmaacuteticas pero no por ello menos dotada de coherencia interna y
de capacidad persuasiva dialeacutectica Este corpus ideoloacutegico esceacuteptico asimila los
precedentes que toda una tradicioacuten le aporta como los que suponen el democriteiacutesmo
la sofiacutestica Soacutecrates la escuela de Megara o la Academia Media pero a su vez tambieacuten
incluye un alto grado de radical novedad en particular en la doctrina de los diez tropos
de Enesidemo en la que se condensa todo el ataque esceacuteptico contra el conocimiento
Ademaacutes de ello de la confrontacioacuten de los principales tipos de escepticismo
histoacutericamente formulados (los que encarnan las figuras de Pirroacuten Enesidemo y Sexto)
y tambieacuten del academicismo maacutes proacuteximo a la orientacioacuten esceacuteptica (el de Arcesilao)
se pueden inferir las diferencias que caracterizan esencialmente a dichos tipos de
escepticismo
El academicismo arcesiliano tal y como hemos visto fue el cauce de
transmisioacuten de la tendencia esceacuteptica en una etapa de recesioacuten de la herencia pirroniana
Pero al contrario que el escepticismo adoptado por los que tomaron a Pirroacuten como su
estandarte la doctrina de Arcesilao no incluye entre sus objetivos el alcance del estado
de imperturbabilidad El caraacutecter afiacuten al escepticismo que la Academia muestra en esta
eacutepoca se centra pues en el aacutembito dialeacutectico de modo semejante a como se encontraba
presente ya en Soacutecrates En Pirroacuten en cambio vemos un escepticismo eminentemente
eacutetico orientado a trazar un ejemplo praacutectico de la conducta vital que debe observarse
161
Para Pirroacuten pues puede decirse que el escepticismo ejerce el papel opuesto al que
ejerce en Arcesilao Eacuteste uacuteltimo lo utiliza como la herramienta maacutes adecuada para la
disputa entre los filoacutesofos y no porque a traveacutes de eacutel pueda alcanzarse felicidad alguna
mientras que Pirroacuten se aparta de las controversias de los dogmaacuteticos y emplea el
cuestionamiento esceacuteptico para lograr a traveacutes de eacutel la imperturbabilidad Por su parte
Enesidemo aunque resituacutea a la escuela bajo la advocacioacuten pirroacutenica delinea una forma
de escepticismo maacutes teoacuterica que la pirroniana Su intereacutes fundamental ejemplificado
por su criacutetica de la causalidad tanto como por sus tropos contra el conocimiento es el
aspecto metafiacutesico del escepticismo Sexto toma de eacutel dichos tropos y los asume como
parte fundamental de su propia filosofiacutea pero daacutendoles una orientacioacuten que difiere en lo
esencial de la enesidemiana para Sexto el objeto del escepticismo es en primer lugar la
ataraxiacutea tal como era en Pirroacuten Su orientacioacuten maacutes que metafiacutesica es hasta cierto
punto epistemoloacutegica y en algunas ocasiones incluso loacutegica como la de Agripa Y su
metodologiacutea estaacute basada en la dicusioacuten dialeacutectica contra las escuelas dogmaacuteticas casi al
modo del academicismo arcesiliano Por todo ello puede considerarse a Sexto como el
mayor recopilador y sintetizador de las ideas esceacutepticas ya que fue el primero en
agrupar e integrar los distintos aspectos del escepticismo que en sus antecesores soacutelo se
habiacutean dado aislados
Por ello no es raro que sea la obra de Sexto y no otra la que sobreviva hasta
nuestros diacuteas y que sea su recuperacioacuten a principios de la Edad Moderna una de las
chispas que inicie el regreso de la filosofiacutea a posiciones cuestionadoras y criacuteticas de
clara raigambre esceacuteptica
Asiacute pues en esta parte de la investigacioacuten el progreso desde el contexto
filosoacutefico en que se originaron las tesis esceacutepticas y el anaacutelisis de la influencia sufrida
por el inicial escepticismo desde posiciones filosoacuteficas que si bien no pueden llamarse
esceacutepticas apuntan ya hacia la direccioacuten en la que el escepticismo evolucionaraacute nos
han permitido aclarar el caraacutecter propio de la escuela sus variantes doctrinales y su
posicioacuten efectiva durante ese periodo culminante en que alcanzoacute su maacuteximo desarrollo
Sin embargo la investigacioacuten no puede ni mucho menos considerarse cerrada sino que
por el contrario la seccioacuten de este trabajo que hasta ahora hemos visto debe ejercer de
cimiento previo para subsiguiente investigacioacuten sobre las categoriacuteas fundamentales del
pensamiento esceacuteptico De este modo queda por delante la tarea de delimitar con
exactitud a partir de esta base previa el marco referencial del pensamiento esceacuteptico a
162
traveacutes del anaacutelisis de determinadas nociones subyacentes a la argumentacioacuten del
pirronismo
163
Segunda parte
El marco referencial esceacuteptico
164
1 Nocioacuten de Naturaleza
11 Introduccioacuten
Desde los inicios de la filosofiacutea la nocioacuten de phyacutesis (naturaleza) ha desempentildeado
un papel central dentro de las preocupaciones del pensamiento griego y por extensioacuten
de toda la estructuracioacuten de la filosofiacutea occidental Ya en la llamada Escuela de Mileto
los primeros filoacutesofos articularon su especulacioacuten en torno al concepto de phyacutesis
otorgaacutendole un particular y complejo sentido teacutecnico sustancialmente diferente del
significado usual que el hablante griego medio de la eacutepoca podiacutea atribuir a la palabra
aunque enraizado en eacutel
Toda la literatura presocraacutetica asumiraacute esa preeminencia de la nocioacuten de
naturaleza consagraacutendose a su investigacioacuten (perigrave phyacuteseōs historiacutea) hasta el punto de
ser conocidos como ldquofiloacutesofos fiacutesicosrdquo
A partir de ese momento la nocioacuten de phyacutesis quedoacute cargada de significado
filosoacutefico y fue asiacute como la heredaron los pensadores de los periodos posteriores
incluso hasta nuestros diacuteas417 Por tanto para desentrantildear el sentido que pueda tener
dentro del pensamiento de cualquier escuela filosoacutefica resulta casi imprescindible hacer
antes un breve anaacutelisis introductorio del modo en que el concepto griego tradicional de
phyacutesis se tecnificoacute a partir de la especulacioacuten de los filoacutesofos jonios
En primer lugar ha de sentildealarse que este tipo de filosofiacutea pretendiacutea ser lo que
podriacuteamos llamar una ldquoexplicacioacuten holiacutesticardquo Con ella se trataba de dar cuenta de toda
la realidad en su conjunto incluyendo no soacutelo la exposicioacuten completa de la actual
configuracioacuten del universo sino tambieacuten su origen y el resultado final de su
desarrollo418
Esta concepcioacuten omniabarcante de la naturaleza estaba ya en gran medida
presente en el sentido originario de la palabra griega antes de que se tecnificase La
phyacutesis en un principio refiere a todo cuanto hay todo tiene una phyacutesis propia Y soacutelo
417 De hecho el premio Nobel de fiacutesica Edwin Schroumldinger uno de los padres de la fiacutesica cuaacutentica dedica uno de sus libros (Schroumldinger E La naturaleza y los griegos) al anaacutelisis de la nocioacuten de naturaleza en Grecia por considerarla de capital importancia para la comprensioacuten de las categoriacuteas de la ciencia contemporaacutenea 418 A este respecto veacuteanse las relaciones entre la nocioacuten de naturaleza (phyacutesis) y las de principio (archḗ) y orden universal (koacutesmos) tal y como Tomaacutes Calvo las expone en su artiacuteculo ldquoLa nocioacuten de Physis en los oriacutegenes de la filosofiacutea griegardquo ∆αιmicroων Revista de Filosofiacutea nordm 21 2000 21-38
165
con el avance de la especulacioacuten filosoacutefica misma empieza a emplearse como teacutermino
general de oposiciones del tipo naturalezaconvencioacuten (phyacutesisnoacutemos) o naturalezaarte
(phyacutesistechnḗ)419
Pero aunque la nocioacuten de phyacutesis refiera en principio a todo cuanto hay en el
universo refiere a ello de una manera y en un sentido determinados
En primer lugar ha de tenerse en cuenta que la propia palabra phyacutesis estaacute
relacionada con el verbo phyacuteō (ldquoengendrarrdquo ldquobrotarrdquo o ldquonacerrdquo pero tambieacuten ldquosurgirrdquo
ldquodesarrollarserdquo) y por tanto no es concebida como una nocioacuten estaacutetica (como pueda ser
la tambieacuten holiacutestica tograve oacuten) sino dinaacutemica La phyacutesis es antes que nada un proceso Por lo
tanto la eleccioacuten de esta palabra por parte de la filosofiacutea presocraacutetica para la
denominacioacuten de su tipo de actividad investigadora nos habla de una realidad entendida
dinaacutemicamente como geacutenesis y como devenir una realidad que se concibe como
esencialmente sujeta a cambio y por tanto se hace necesario remontarse hacia atraacutes en
ese proceso de cambio para ofrecer una explicacioacuten que sea satisfactoria Por ello los
filoacutesofos jonios arrancaraacuten de la cosmogeacutenesis y dentro de ella de su punto de partida
del principio (archḗ)420
Sin embargo no es esta caracteriacutestica de ser dinaacutemica la que maacutes debe
interesarnos de la nocioacuten de phyacutesis en la investigacioacuten que estamos desarrollando
Aparte de su dinamismo hemos de fijarnos en otra de las caracteriacutesticas que se
atribuiriacutean al mundo al referirse a eacutel como ldquophyacutesisrdquo antes de que se llevara a cabo la
tecnificacioacuten filosoacutefica del teacutermino
Como sentildeala Calvo421 en Homero la palabra phyacutesis aparece soacutelo una vez
Tal diciendo el divino Agrifonte entregoacuteme una hierba que del suelo arrancoacute y a la vez me ensentildeoacute su naturaleza su raiacutez era negra su flor del color de la leche lsquomolyrsquo suelen llamarla los dioses su arranque es penoso para un hombre mortal para un dios todo en cambio es sencillo
422
De esta uacutenica aparicioacuten del teacutermino puede extraerse un sentido que la nocioacuten
teniacutea desde su origen y que seraacute el punto de partida de incontables consecuencias
419 Un ejemplo maacutes aparece en Sexto en la oposicioacuten phyacuteseitheacutesei en HP II 214 420 Veacutease supra nota 418 paacutegina 161 421 Op cit 32 422 Od X 302-5 ὣς ἄρα φωνήσας πόρε φάρμακον Ἀργεϊφόντης
ἐκ γαίης ἐρύσας καί μοι φύσιν αὐτοῦ ἔδειξε
ῥίζῃ μὲν μέλαν ἔσκε γάλακτι δὲ εἴκελον ἄνθος
μῶλυ δέ μιν καλέουσι θεοί χαλεπὸν δέ τ ὀρύσσειν
ἀνδράσι γε θνητοῖσι θεοὶ δέ τε πάντα δύνανται
166
Lo que Hermes (Agrifonte) muestra a Ulises es denominado ldquosu naturalezardquo Le
muestra lo que la planta es No meramente sus caracteriacutesticas externas423 ni tampoco su
origen o el proceso que la conforma Lo que el dios muestra a Ulises tiene que ser las
propiedades de la planta Y no propiedades externas sino de otro tipo No coacutemo la
planta aparece sino lo que la planta ldquoes realmenterdquo lo que la planta hace
La contraposicioacuten impliacutecita entre phyacutesis y apariencia que Calvo sentildeala al
respecto424 se encuentra a la raiacutez de una de las concepciones maacutes arraigadas en la
mentalidad filosoacutefica tanto griega como posterior la de la diferenciacioacuten entre realidad
y apariencia esto es la idea de que el mundo no es tal y como aparece ante nuestros
sentidos sino que tiene otro modo de ser oculto tras el inmediatamente perceptible Ese
otro modo de ser esas caracteriacutesticas internas e imperceptibles por siacute mismas seriacutean en
este sentido la auteacutentica naturaleza de las cosas
Ya desde la filosofiacutea presocraacutetica este sentido se convierte en una de las
caracteriacutesticas fundamentales de la nocioacuten de naturaleza Asiacute Heraacuteclito puede decir que
ldquola naturaleza ama ocultarserdquo425 porque se asume que la naturaleza del mundo y de las
cosas que hay en eacutel no soacutelo no es lo manifiesto sino que incluso se opone a lo
manifiesto Lo que aparece ante nuestros sentidos seraacute pues un mero fenoacutemeno tras el
que se ocultan las auteacutenticas propiedades constitutivas de las cosas Pero el hecho de
que esas propiedades esteacuten ocultas tras la apariencia no impide que el hombre pueda
aspirar a desvelarlas Es maacutes es porque estaacuten ocultas por lo que tiene sentido
consagrarse a su investigacioacuten y clarificacioacuten Si la naturaleza fuese sencillamente
identificable con el modo en que las cosas aparecen ante nosotros la idea misma de una
disciplina como la investigacioacuten cientiacutefica ndashy no digamos ya la especulacioacuten filosoacuteficandash
habriacutea resultado tan absurda como inuacutetil
La necesidad misma de la ciencia se basa en esa dicotomiacutea naturalezaapariencia
que es caracteriacutestica de la nocioacuten de phyacutesis Y no solamente en esa distincioacuten sino
423 ldquoiquestQueacute le muestra o explica el dios Hemos de entender que le mostrariacutea o explicariacutea su composicioacuten su constitucioacuten pero tambieacuten sin duda sus virtudes o propiedades activas puesto que de un faacutermaco se trata La physis que Hermes muestra a Odiseo no es desde luego el aspecto exterior y visible de la planta su aspecto su color y su tamantildeo se muestran de manera inmediata a los ojos de Odiseo Este puede ver el tamantildeo de la planta el color negro de sus raiacuteces y el color blanco de su flor (hellip) El contexto sugiere pues claramente una contraposicioacuten (no tematizada de manera expliacutecita) entre la physis de una cosa y su apariencia externa e inmediata Frente a eacutesta la physis es lo que la cosa es realmente pero en tanto que comporta determinadas propiedades activas El rasgo de actividad o proceso estaacute siempre presente expliacutecita o impliacutecitamente en la nocioacuten de de physisrdquo Calvo T Op cit Idem 424 Vid Op cit Idem 425 DK 22 B 123 φύσις κρύπτεσθαι φιλεῖ
167
tambieacuten en dos presupuestos que vienen aparejados a ella El ya mencionado fiacutesico
Erwin Schroumldinger expone dichos presupuestos como
a) La asuncioacuten de que el mundo es cognoscible para un
observador inteligente es decir que esa frontera entre
apariencia y naturaleza no es irrebasable O de otro modo que
ldquoel despliegue de la naturaleza puede ser inteligiblerdquo426
b) El sujeto que conoce es concebido como un ldquoobservador
externordquo independiente y neutral respecto de lo conocido y del
acto de conocer427
Asiacute al menos inicialmente la inteligibilidad del mundo y la neutralidad del
observador seriacutean dos presupuestos ndashcasi prejuiciosndash de la concepcioacuten griega de la
naturaleza que llegaron a transmitirse a la ciencia moderna y cuyo influjo persiste en
gran medida auacuten hoy diacutea
Sin embargo decimos que eran dos presupuestos presentes inicialmente en la
nocioacuten griega de naturaleza Lo cual no significa que estuvieran presentes en todo
momento en los desarrollos posteriores de dicha nocioacuten Lo estaban impliacutecitamente en
la concepcioacuten jonia de la phyacutesis y en general en toda la presocraacutetica Pero la nocioacuten
misma fue adaptada por cada escuela de pensamiento a su propio esquema y sufrioacute en
el proceso considerables transformaciones428 Asiacute por ejemplo poco tiene que ver la
nocioacuten de phyacutesis que podemos encontrar a la base de la escuela de Elea con aquella
naturaleza como proceso de la que hablaacutebamos maacutes arriba De la misma manera los
rasgos presupuestos que Schroumldinger destaca podriacutean haber desaparecido
posteriormente con la evolucioacuten del concepto Asiacute pues iquestcontaba el esceacuteptico con
alguno de ellos en su nocioacuten de naturaleza
En HP I 208 Sexto Empiacuterico dice lo siguiente
ldquoAparte de esas cosas debe recordarse esto que no las decimos [las expresiones esceacutepticas] de todas las cosas en general sino de las cosas no manifiestas que se estudian
426 Schroumldinger E Op cit 120 427 Idem 121 y ss 428 Ha de sentildealarse que en la mayoriacutea de los estudios sobre el concepto de phyacutesis en la filosofiacutea griega como por ejemplo en el de Naddaf (The Greek Concept of Nature New York SUNY Press 2005) la funcioacuten que dicho concepto ejerce en la escuela esceacuteptica ni siquiera aparece mencionada La mayor parte de los especialistas han centrado sus investigaciones respecto de la nocioacuten de naturaleza en los presocraacuteticos Platoacuten y Aristoacuteteles mientras que sus implicaciones en el resto de escuelas griegas permanecen relativamente inexploradas
168
de forma dogmaacutetica que afirmamos lo que a nosotros nos resulta manifiesto y que no nos estamos pronunciando taxativamente sobre la naturaleza de los objetos exterioresrdquo429 Asiacute pues el esceacuteptico niega expresamente hablar acerca de la naturaleza de las
cosas Sus expresiones no refieren a aquello que hay maacutes allaacute de la apariencia sino que
ldquoafirmamos lo que a nosotros nos resulta manifiestordquo
Por tanto es evidente que la nocioacuten de naturaleza estaacute presente en el modo de
filosofar esceacuteptico pero lo estaacute de una manera por completo diferente incluso podriacutea
decirse que opuesta a la manera en que estaba presente en la especulacioacuten jonia
Los milesios y con ellos los presocraacuteticos en su praacutectica totalidad trataban la
nocioacuten de naturaleza como su objeto fundamental de estudio Pero para los esceacutepticos
esa nocioacuten ejerce el papel de un liacutemite de su actividad filosoacutefica Es decir es todo lo
contrario de un ldquoobjeto de estudiordquo La phyacutesis como opuesta al fenoacutemeno marca la
frontera maacutes allaacute de la cual el esceacuteptico no estaacute autorizado a seguir sin convertirse en
dogmaacutetico Pero no se trata en este caso de un presupuesto subyacente ni de una nocioacuten
oculta camuflada en el fondo de la filosofiacutea esceacuteptica e inconfesable sino de un liacutemite
autoimpuesto expliacutecito y consciente Es un presupuesto del escepticismo como lo seraacuten
el resto de nociones que trataremos maacutes adelante pero es un presupuesto que se
presupone abiertamente Y esto es asiacute porque no se lo concibe como contrario al
caraacutecter neutral del escepticismo
En principio parece perfectamente concordante con esa pretensioacuten de
neutralidad ontoloacutegica de la que el esceacuteptico hace gala el marcarse como liacutemite la
imposibilidad de cualquier afirmacioacuten sobre la naturaleza de las cosas esto es sobre el
modo en que las cosas son con independencia de coacutemo nos parecen a nosotros Ya que
no llegamos a conocer esa phyacutesis con certeza hemos de suspender el juicio acerca de
ella
Los pasajes a lo largo de la obra de Sexto en que se hace referencia al papel
limitador del aacutembito de investigacioacuten del escepticismo que ejerce la phyacutesis son
incontables Asiacute en HP I 27 encontramos lo siguiente
Pues quien opina que algo es bueno o malo por naturaleza se turba por todo Y cuando no posee aquello que considera que es bueno cree estar atormentado por lo malo por naturaleza y persigue lo que considera bueno
430
429 πρὸς τούτοις κἀκείνου δεῖ μεμνῆσθαι ὅτι οὐ περὶ πάντων τῶν πραγμάτων καθόλου φαμὲν
αὐτάς ἀλλὰ περὶ τῶν ἀδήλων καὶ τῶν δογματικῶς ζητουμένων καὶ ὅτι τὸ φαινόμενον ἡμῖν
φαμεν καὶ οὐχὶ διαβεβαιωτικῶς περὶ τῆς φύσεως τῶν ἐκτὸς ὑποκειμένων ἀποφαινόμεθα
169
En este texto se asocia de manera directa la turbacioacuten la intranquilidad del alma
con las consideraciones acerca del modo natural de ser de los objetos exteriores el
modo en que son por naturaleza en concreto respecto de su bondad o maldad incluso
de su preferibilidad
Poco maacutes adelante afirma Sexto
Por el contrario el que no determina nada sobre lo bueno o malo por naturaleza ni evita ni persigue nada con vehemencia por lo que permanece imperturbable431
La imperturbabilidad aparece asiacute como consecuencia directa del hecho de no
determinar nada sobre la naturaleza buena o mala de las cosas La tendencia del
esceacuteptico estaraacute orientada por esa relacioacuten que considera que existe entre afirmaciones
sobre la phyacutesis y turbacioacuten y entre la no determinacioacuten de la phyacutesis e imperturbabilidad
() podreacute ciertamente decir coacutemo se me aparece cada una de las sustancias pero acerca de coacutemo sea por naturaleza debereacute por las razones expuestas abstenerme
432
El modo en que me aparecen (phaiacutenetai) las cosas sustituye al modo en que se
considera que son naturalmente de manera que el esceacuteptico tenga a queacute atenerse en su
praacutectica vital diaria No se trata de un relativismo fenomenista puesto que no se afirma
que las cosas sean como aparecen sino de otra clase de fenomenismo epistemoloacutegico en
el que la apariencia se considera como aquello que el sujeto siacute es capaz de determinar
La apariencia es pues el campo de trabajo y de actividad seguro y libre de turbacioacuten
pues mientras nosotros podemos decir coacutemo cada cosa aparece en su particular diferencia somos incapaces de determinar queacute es por su naturaleza
433
Phyacutesis y phainoacutemenon se convierten en los dos polos de una nueva
contraposicioacuten diferente de las de phyacutesis y technḗ o phyacutesis y noacutemos que interesaron a
otras escuelas filosoacuteficas del periacuteodo claacutesico Estos dos nuevos polos marcaraacuten la
430 ὁ μὲν γὰρ δοξάζων τι καλὸν τῇ φύςει ἢ κακὸν εἶναι ταράσσεται διὰ παντός καὶ ὅτε μὴ
πάρεστιν αὐτῷ τὰ καλὰ εἶναι δοκοῦντα ὑπό τε τῶν φύςει κακῶν νομίζει ποινηλατεῖσθαι καὶ
διώκει τὰ ἀγαθά ὡς οἴεται 431 ὁ δὲ ἀοριστῶν περὶ τῶν πρὸς τὴν φύςιν καλῶν ἢ κακῶν οὔτε φεύγει τι οὔτε διώκει
συντόνως διόπερ ἀταρακτεῖ (HP I 28) 432 ὁποῖον μὲν ἕκαστον τῶν ὑποκειμένων ἐμοὶ φαίνεται δυνήσομαι λέγειν ὁποῖον δὲ ἔστι τῇ
φύςει διὰ τὰ προειρημένα ἐπέχειν ἀναγκασθήσομαι (HP I 78) 433 ὅ τι μὲν ἕκαστον φαίνεται τῶν ὑποκειμένων ὡς πρὸς ἑκάστην διαφορὰν ἴσως λέγειν ἡμῶν
δυναμένων τί δὲ ἔστι [κατὰ δύναμιν] ὡς πρὸς τὴν φύςιν οὐχ οἵων τε ὄντων ἀποφήνασθαι (HP I 87)
170
frontera entre los dos campos de la filosofiacutea esceacuteptica el inadecuado y el adecuado para
la determinacioacuten434
Para defender esa tesis de que no conocemos la naturaleza de las cosas es para lo
que se recopilaron y desarrollaron los diez tropos435 Son pues argumentos en favor de
la suspensioacuten del juicio esto es en favor de no rebasar el liacutemite que la naturaleza
supone Y junto con la exposicioacuten de esos diez tropos encontramos un esbozo de
estructuracioacuten en tres clases
Aunque hay tres tropos que engloban estos diez el de ldquoa partir del que juzgardquo el de ldquoa partir de lo que se juzgardquo y el de ambas cosas Al de ldquoa partir del que juzgardquo estaacuten subordinados los cuatro primeros pues el que juzga es un animal o un hombre o uno de los sentidos y lo hace en alguna circunstancia Al de ldquoa partir de lo que se juzgardquo el seacuteptimo y el deacutecimo Y al que resulta de ambos el quinto el sexto el octavo y el noveno436
Tanto la primera como la tercera de estas tres clases de tropos argumentan a
favor de la epochḗ porque presuponen que el sujeto de conocimiento interviene en el
proceso mismo de conocer437 El que juzga no es neutral respecto de lo juzgado Asiacute
pues seguacuten esto ha de responderse que en la nocioacuten esceacuteptica de naturaleza no estaacute
vigente el segundo de los presupuestos que sentildealaba Schroumldinger aqueacutel seguacuten el cuaacutel el
sujeto que conoce es concebido como un ldquoobservador externordquo independiente y neutral
respecto de lo conocido y del acto de conocer Estas clases de argumentos indican que el
esceacuteptico no presupone que el observador sea ni independiente ni neutral respecto de lo
conocido El sujeto es concebido como determinando el acto de conocer Por lo tanto la
nocioacuten esceacuteptica de phyacutesis se aleja de manera considerable de la que los filoacutesofos
presocraacuteticos teniacutean presente
434 Veacutease tambieacuten HP I 93 123 y 125 De esta contraposicioacuten phyacutesisphainoacutemenon es de donde parte la nocioacuten de phyacutesis como ldquolo que realmente esrdquo concecpioacuten en la que las nociones de phyacutesis y ousiacutea se equiparan y se sinonimizan al oponerse ambas a la de phainoacutemenon Esta equivalencia de phyacutesis y ousiacutea seraacute fundamental en la concepcioacuten esceacuteptica de la nocioacuten de lsquonaturalezarsquo 435 De hecho los diez tropos tienen todos ellos el mismo resultado final al no poder decir nada sobre la naturaleza de los objetos exteriores nos vemos obligados a mantener la suspensioacuten del juicio (vid HP I 117 128) 436 HP I 38 τούτων δὲ ἐπαναβεβηκότες εἰσὶ τρόποι τρεῖς ὁ ἀπὸ τοῦ κρίνοντος ὁ ἀπὸ τοῦ
κρινομένου ὁ ἐξ ἀμφοῖν τῷ μὲν γὰρ ἀπὸ τοῦ κρίνοντος ὑποτάσσονται οἱ πρῶτοι τέσσαρες τὸ
γὰρ κρῖνον ἢ ζῷόν ἐστιν ἢ ἄνθρωπος ἢ αἴσθησις ἢ ἔν τινι περιστάσει εἰς δὲ τὸν ἀπὸ τοῦ
κρινομένου ltἀνάγονταιgt ὁ ἕβδομος καὶ ὁ δέκατος εἰς δὲ τὸν ἐξ ἀμφοῖν σύνθετον ὁ πέμπτος
καὶ ὁ ἕκτος καὶ ὁ ὄγδοος καὶ ὁ ἔννατος 437 La mejor muestra de esta opinioacuten de Sexto la encontramos en el segundo tropo (HP I 79-90) en especial en la consideracioacuten de la importancia gnoseoloacutegica de las diferencias entre el escita y el hinduacute (HP I 80) y en el argumento de las disensiones entre los dogmaacuteticos (HP I 85-90) Pero pueden encontrarse ejemplos igualmente clarificadores en los tropos primero y tercero
171
iquestPero queacute ocurre con el primero de los presupuestos que sentildealaba Schroumldinger
iquestCuenta el esceacuteptico de partida con la cognoscibilidad del mundo
Si atendemos a la opinioacuten del propio Sexto el esceacuteptico no se caracterizariacutea al
menos por negar esa cognoscibilidad En HP I 1-4 expone los diferentes tipos de
filosofiacutea seguacuten eacutel los considera agrupados en funcioacuten de su actitud respecto del
conocimiento Y en esa categorizacioacuten como es sabido los que niegan la
cognoscibilidad del mundo son los acadeacutemicos Por el contrario los dogmaacuteticos no soacutelo
admiten que el mundo sea cognoscible sino que tienen que contar con esa
cognoscibilidad puesto que aseguran que son ellos los que han llegado a conocer el
modo en que las cosas son
Los esceacutepticos en este pasaje aparecen como aquellos que continuacutean
investigando Tanto los dogmaacuteticos que ya consideran haber encontrado la solucioacuten
como los acadeacutemicos que afirmariacutean seguacuten esto que no hay solucioacuten alguna posible
pueden detener sus investigaciones El esceacuteptico en cambio habriacutea de seguir
indagando438
Hasta tal punto es ese el modo en que el escepticismo se concibe a siacute mismo que
una de las denominaciones que la escuela habriacutea recibido es la de zeteacutetica en alusioacuten al
verbo zēteacuteō (buscar investigar)439
Sin embargo resulta difiacutecil ver en la corriente esceacuteptica una auteacutentica tendencia
a la investigacioacuten pura Su actividad aunque pretendiera mostrarse como indagacioacuten
desinteresada suele manifestarse maacutes bien como orientada a objetivos dialeacutecticos
preconcebidos Si el esceacuteptico no niega la cognoscibilidad del mundo es porque al
hacerlo ya dariacutea por asentado un ldquoconocimientordquo el de que el mundo es en siacute
incognoscible Pero en su modo de proceder parece contar con esa incognoscibilidad y
dedicar todo su empentildeo a la formulacioacuten de argumentos que derriben cualquier
proposicioacuten que pudiera cuestionarla
El esceacuteptico no investiga en un sentido filosoacutefico Si lo hiciera atenderiacutea a los
sistemas de los dogmaacuteticos con la mente abierta a todas las posibilidades contemplando
entre ellas la de que tras la investigacioacuten uno de esos sistemas se revelase como
438 La coherencia que para el esceacuteptico tiene esta posicioacuten puede apreciarse en el pasaje de HP II 11 ldquoPues no es para los que confiesan desconocer las cosas tal como son por naturaleza (prograves tegraven phyacutesin) para los que seriacutea incongruente investigar maacutes y maacutes sobre ellas sino para los que dan por supuesto que las conocen con exactitudrdquo (οὐ γὰρ τοῖς ἀγνοεῖν τὰ πράγματα ὡς ἔχει πρὸς τὴν φύσιν
ὁμολογοῦσι τὸ ζητεῖν ἔτι περὶ αὐτῶν ἀνακόλουθον τοῖς δ ἐπ ἀκριβὲς οἰομένοις ταῦτα
γινώσκειν) 439 Vid HP I 7
172
verdadero Pero en lugar de ello soacutelo trata de refutar todo sistema a cualquier precio
contando con que todos ellos sin excepcioacuten han de ser refutados Y hasta tal punto actuacutea
asiacute que si no encuentra argumento con el que refutar una afirmacioacuten recurre a la idea de
que habraacute alguacuten fenoacutemeno o teoriacutea auacuten desconocida que lo permitiraacute en un futuro440
Si el escepticismo fuese realmente una corriente consagrada a la investigacioacuten
quizaacute podriacutea considerarse como uno de sus presupuestos esa cognoscibilidad del
mundo ya que investigar soacutelo parece tener sentido como un intento de rebasar la
apariencia para ir en busca de la naturaleza que se esconde tras ella Es decir el
investigador como afirma Schroumldinger presupone en principio que esa naturaleza es de
alguacuten modo cognoscible que puede alcanzarse La investigacioacuten misma seriacutea
justamente ese intento por alcanzarla
Si se negase esa cognoscibilidad como en la postura que Sexto atribuye a la
Academia la investigacioacuten tendriacutea que ser abandonada por imposible Pero si
simplemente no se afirmase si no se contase con ella aunque fuera como posibilidad la
investigacioacuten careceriacutea de sentido por la falta de un objetivo al que tender Al menos
seguacuten el modo en que la actividad investigadora ha sido tradicionalmente concebida
Pero auacuten podriacutea argumentarse a favor de una suerte de investigacioacuten en el
contexto de un mundo de naturaleza incognoscible hablando de una constante
aproximacioacuten a la verdad mediante un meacutetodo como el meacutetodo popperiano de falsacioacuten
o de la buacutesqueda de un incremento del iacutendice de probabilidad de las proposiciones
Cualquiera de estas viacuteas permitiriacutea conciliar la pretensioacuten investigadora esceacuteptica con la
suspensioacuten del juicio sobre la cognoscibilidad del mundo al hacer compatible
investigacioacuten con no determinacioacuten (no obligando al esceacuteptico a decantarse por la
cognoscibilidad y restaurando asiacute la equipolencia de fuerzas entre las dos alternativas)
Pero ninguna de las dos foacutermulas encaja con el escepticismo Al contrario que algunos
acadeacutemicos los pirroacutenicos nunca consideraron el estudio de la probabilidad como una
alternativa vaacutelida Y en cuanto a la falsacioacuten habriacutea requerido aceptar las proposiciones
en tanto no sean falsadas (y una vez falsadas rechazarlas tajantemente y sustituirlas por
otras) mientras que el esceacuteptico lo que busca es suspender el juicio
Si no se resuelve esta cuestioacuten todo el escepticismo quedariacutea amenazado de una
fuerte incongruencia en su concepcioacuten de su propia actividad ya que los miembros de la
escuela dicen estar motivados por un intereacutes inquisitivo que soacutelo seriacutea asumible
440 HP I 33-4
173
partiendo del presupuesto de la cognoscibilidad de la naturaleza Pero respecto de esa
cognoscibilidad pretenden mantenerse ndash y deben hacerlo si son congruentes con toda
sus filosofiacutea ndash en epochḗ
Para resolver este punto ha de tenerse en cuenta que la mayoriacutea de los
integrantes de la escuela esceacuteptica no son solamente filoacutesofos Su actividad estaba
escindida entre la filosofiacutea y la medicina Y es en la dimensioacuten meacutedica en la que hemos
de encontrar las claves para comprender su visioacuten de la investigacioacuten
En filosofiacutea en efecto su actitud no es ni mucho menos la de un investigador
Pero en el campo meacutedico los defensores del escepticismo se integraron en escuelas
como la empiacuterica o la metoacutedica cuya concepcioacuten de la investigacioacuten ya nada teniacutea que
ver con el dogmatismo de la corriente hipocraacutetica Desde que Heroacutefilo de Calcedoacutenia
considerase las explicaciones de sus diagnoacutesticos como mera reconstruccioacuten heuriacutestica
del mundo fiacutesico en vez de como reflejo de relaciones causales la medicina se convirtioacute
en un campo cientiacutefico apto para concepciones novedosas de la actividad investigadora
y su relacioacuten con la naturaleza441
La escuela empiacuterica en concreto entiende esta actividad de modo tal que el
hecho de investigar no implica tratar de conocer la phyacutesis de lo investigado Un meacutedico
empiacuterico no se interesaraacute por dar una correcta explicacioacuten etioloacutegica de la enfermedad
sino por mejorar la capacidad curativa de sus meacutetodos su efectividad Asiacute utilizaban la
observacioacuten y la experimentacioacuten con fines puramente praacutecticos en lugar de teoacuterico-
explicativos
Esta forma de actuar contrasta con la que tanto en medicina como en otras artes
habiacutea sido considerada hasta entonces como la maacutes adecuada La prevalencia de la
praacutectica sobre la teoriacutea y de la experiencia sobre el conocimiento de las causas es algo
completamente novedoso en este terreno Aristoacuteteles mismo habiacutea expuesto la
superioridad de la technḗ (arte ciencia o teacutecnica) sobre la mera experiencia En 981 a
12-30 encontramos el siguiente pasaje
A efectos praacutecticos la experiencia no parece diferir en absoluto del arte sino que los hombres de experiencia tienen maacutes eacutexito incluso que los que poseen la teoriacutea pero no la experiencia (la razoacuten estaacute en que la experiencia es el conocimiento de cada individual mientras que el arte lo es de los generales y las acciones y producciones todas se refieren a lo individual desde luego el meacutedico no cura a un hombre a no ser accidentalmente sino a Calias a Soacutecrates o a cualquier otro de los que de este modo se nombran al cual sucede accidentalmente que es hombre asiacute pues si alguien tuviera la teoriacutea careciendo de la experiencia y conociera lo general pero desconociera al
441 Vid Supra 109 y ss
174
individuo contenido en ello erraraacute muchas veces en la cura ya que lo que se trata de curar es el individuo) Pero no es menos cierto que pensamos que el saber y el conocer se dan maacutes bien en el arte que en la experiencia como que la sabiduriacutea acompantildea a cada uno en mayor grado seguacuten ltel nivel degt su saber Y esto porque los unos saben la causa y los otros no Efectivamente los hombres de experiencia saben el hecho pero no el porqueacute mientras que los otros conocen el porqueacute la causa
442
A la vista de este texto se comprende la necesidad que la medicina estructurada
desde las categoriacuteas de una teoriacutea dogmaacutetica tiene de la explicacioacuten causal El
conocimiento de las causas es lo que distingue al arquitecto del peoacuten de obra y al
meacutedico del curandero Quien tiene el conocimiento teoacuterico causal sabe por queacute la cosa
hace lo que hace (por ejemplo el meacutedico sabe por queacute se da este siacutentoma y no otro)
mientras que quien se basa en la experiencia soacutelo puede observar lo que sucede en un
caso individual y tratar de repetirlo en otro caso individual con la esperanza de que
suceda (o no suceda) lo mismo
Pero desde el punto de vista de la medicina empiacuterica al cuestionarse la
posibilidad del conocimiento de las causas la diferencia ontoloacutegica entre el hombre de
arte y el de experiencia desaparece y reaparecen con maacutes fuerza consideraciones como
las expresadas al principio del texto a efectos praacutecticos la experiencia no difiere del
conocimiento teoacuterico o incluso parece que la experiencia es maacutes efectiva La
observacioacuten de todo un cataacutelogo de casos individuales se adecua maacutes a las necesidades
de un meacutedico que la catalogacioacuten de casos generales especulativos ya que lo que el
meacutedico trata son individuos y no casos generales
Asiacute no se abandona la etiologiacutea por el hecho de que ninguacuten intento de
explicacioacuten causal esteacute basado en la certeza sino porque ademaacutes de ser inciertos no
aportan nada a la praacutectica meacutedica tal y como un empiacuterico la concibe
Desde una perspectiva epistemoloacutegica este es probablemente el primer caso de
epistemologiacutea instrumentalista en la historia de la ciencia No nos estamos refiriendo
442 πρὸς μὲν οὖν τὸ πράττειν ἐμπειρία τέχνης οὐδὲν δοκεῖ διαφέρειν ἀλλὰ καὶ μᾶλλον
ἐπιτυγχάνουσιν οἱ ἔμπειροι τῶν ἄνευ τῆς ἐμπειρίας λόγον ἐχόντων (αἴτιον δ ὅτι ἡ μὲν
ἐμπειρία τῶν καθ ἕκαστόν ἐστι γνῶσις ἡ δὲ τέχνη τῶν καθόλου αἱ δὲ πράξεις καὶ αἱ
γενέσεις πᾶσαι περὶ τὸ καθ ἕκαστόν εἰσιν οὐ γὰρ ἄνθρωπον ὑγιάζει ὁ ἰατρεύων ἀλλ ἢ κατὰ
συμβεβηκός ἀλλὰ Καλλίαν ἢ Σωκράτην ἢ τῶν ἄλλων τινὰ τῶν οὕτω λεγομένων ᾧ
συμβέβηκεν ἀνθρώπῳ εἶναι ἐὰν οὖν ἄνευ τῆς ἐμπειρίας ἔχῃ τις τὸν λόγον καὶ τὸ καθόλου
μὲν γνωρίζῃ τὸ δ ἐν τούτῳ καθ ἕκαστον ἀγνοῇ πολλάκις διαμαρτήσεται τῆς θεραπείας
θεραπευτὸν γὰρ τὸ καθ ἕκαστον) ἀλλ ὅμως τό γε εἰδέναι καὶ τὸ ἐπαΐειν τῇ τέχνῃ τῆς
ἐμπειρίας ὑπάρχειν οἰόμεθα μᾶλλον καὶ σοφωτέρους τοὺς τεχνίτας τῶν ἐμπείρων
ὑπολαμβάνομεν ὡς κατὰ τὸ εἰδέναι μᾶλλον ἀκολουθοῦσαν τὴν σοφίαν πᾶσιτοῦτο δ ὅτι οἱ
175
por supuesto al instrumentalismo en tanto que variedad del pragmatismo formulada por
John Dewey sino en tanto que concepcioacuten de la naturaleza y funcioacuten de las teoriacuteas
cientiacuteficas En este sentido el instrumentalismo como es sabido se opone al
denominado ldquorealismordquo En la interpretacioacuten realista la teoriacutea describe realidades y por
tanto se puede decir que es verdadera o falsa En las actuales visiones instrumentalistas
en cambio los teacuterminos teoacutericos se consideran como elementos introducidos en una
construccioacuten cuya funcioacuten es servir de guiacutea para la investigacioacuten y para formular
predicciones Esas predicciones podraacutes ser confirmadas (o no ser falsadas) y por tanto
aceptarse como vaacutelidas pero no por ello se podraacute decir que la teoriacutea en que se basan es
verdadera sino en todo caso que es adecuada
En la visioacuten instrumentalista de la ciencia ademaacutes las teoriacuteas no ldquorepresentanrdquo
realidades o fenoacutemenos del mismo modo que las herramientas de las que nos servimos
para construir algo no representan aquello que se construye Su funcioacuten es la de puros
instrumentos
Asiacute una visioacuten de la investigacioacuten de tipo instrumentalista era la uacutenica que
permitiacutea a los esceacutepticos desvincularse del presupuesto de la cognoscibilidad de la
naturaleza en el terreno epistemoloacutegico y en el meacutedico hacer frente al cambio de
paradigma cientiacutefico que habiacutea de producirse durante el periodo heleniacutestico
12 La metaacutefora de la medicina
En su libro Les Sceptiques Grecs443 Brochard distingue dos fases o etapas
dentro del escepticismo pirroacutenico el ldquoescepticismo dialeacutecticordquo del que formariacutean parte
Enesidemo o Agripa y el ldquoescepticismo meacutedicordquo al que habriacutean pertenecido Menoacutedoto
o Sexto Empiacuterico entre otros La razoacuten en la que se basa para hacer esta distincioacuten es
una importante diferencia de objetivos pocas veces sentildealada entre los especialistas el
primero soacutelo busca derribar el dogmatismo sin poner nada en su lugar mientras que el
segundo pretende poner en su lugar una cierta ciencia meacutedica empiacuterica
Un ejemplo especialmente claro de esta diferencia lo podemos encontrar
comparando el papel que los representantes principales de cada una de estas fases
otorgaban a la metaacutefora de la filosofiacutea como curacioacuten444
μὲν τὴν αἰτίαν ἴσασιν οἱ δ οὔ οἱ μὲν γὰρἔμπειροι τὸ ὅτι μὲν ἴσασι διότι δ οὐκ ἴσασιν οἱ δὲ τὸ
διότι καὶ τὴν αἰτίαν γνωρίζουσιν 443 Op cit p 364 444 Teacutengase en cuenta que esta metaacutefora de sanacioacuten por la filosofiacutea debe distinguirse netamente de aquella otra que aparece planteada en Platoacuten Fedro 274 e ndash 275 e en la cual se contempla la escritura
176
Como hemos visto445 la consideracioacuten de la filosofiacutea como ldquomedicina del almardquo
es un toacutepico muy frecuente entre los pensadores del mundo antiguo Aquiacute sin embargo
soacutelo vamos a prestar atencioacuten a tres de ellos Enesidemo como principal figura de lo
que Brochard considera ldquoescepticismo dialeacutecticordquo Sexto Empiacuterico por ser el autor
mejor conocido del ldquoescepticismo meacutedicordquo y Aristoacuteteles como representante de los
tipos de filosofiacutea que los esceacutepticos engloban bajo la etiqueta de ldquodogmaacuteticosrdquo
Para establecer las posiciones maacutes comunes o habituales con las que comparar
las posturas esceacutepticas empezaremos por la formulacioacuten aristoteacutelica de la metaacutefora
Como es sabido para Aristoacuteteles hay determinados principios de los que no se puede
dudar en un estado de ldquonormalidadrdquo Por ejemplo tal y como se veraacute maacutes adelante446
no es posible pensar que lo mismo es y no es a la vez y en el mismo sentido De este
modo la atribucioacuten de salud soacutelo podriacutea recaer sobre la postura correspondiente al
sentido comuacuten y el deterioro de esa salud corresponderiacutea a cualquier teoriacutea que ponga
en tela de juicio esa posicioacuten El sano seriacutea asiacute el que no cuestiona esos principios el
que los admite y el enfermo el que siacute que los cuestiona447
El escepticismo en cambio explicita la metaacutefora e invierte el sentido de su
formulacioacuten Situacutea la enfermedad en el no-cuestionamiento de cualquier principio No
hace residir la salud en el hecho de sostener principios opuestos a los de un determinado
dogmaacutetico pero de signo contrario ndash que es lo que hariacutea otro dogmaacutetico de tendencia
diferente de la del primero ndash sino en el hecho mismo de cuestionar todo principio El
sano asiacute es el que duda y el enfermo el que no lo hace
Contemplado desde esta perspectiva el escepticismo se concibe como curacioacuten
como el remedio que viene a devolver la salud a quienes la han perdido cayendo en el
dogmatismo448 Pero hay una sutil diferencia en el modo en que esto se entiende entre
como laquophaacutermakon de la memoria y de la sabiduriacutearaquo (274e) Sobre esta segunda metaforizacioacuten veacutease Derridaacute J La disseacutemination Seuil Paris 1972 pig 105 [trad cast de J Martiacuten Arancibia Fundamentos Madrid 1975 paacutegs 137-138] Vidarte J ldquoTeacutecnica phaacutermakon y escriturardquo Eacutendoxa 11 1999 359-370 445 Vid Supra 109 446 Vid Infra 256 y ss 447 Esta metaforizacioacuten con todo no es expliacutecita en la obra de Aristoacuteteles y soacutelo en dos ocasiones podemos encontrar pasajes en los que emplea imaacutegenes relacionadas con ella en Protrepticus 52 4 en el contexto de una explicacioacuten sobre la necesidad de que la filosofiacutea sea filosofiacutea praacutectica y en Epistulae I linea 21 en la despedida de una carta que se le atribuye en la que equipara la filosofiacutea respecto a la mente y la salud respecto al cuerpo (Cfr Plezia M Aristotelis privatorum scriptorum fragmenta Leipzig 1977 Ross W D Parva Naturalia Oxford 1955 [1970] Duumlring I Aristotelis Protrepticus Goumlteborg University of Goumlteborg 1961 Cfr tambieacuten Aristoacuteteles De sensu et sensibilibus 436 a 20 y ss Plutarco De liberis educandis 7 D) 448 La tendencia esceacuteptica a defender dialeacutecticamente cualquier posicioacuten contraria a la de su interlocutor dogmaacutetico puede interpretarse asiacute como relacionada con el comportamiento del meacutedico metoacutedico que
177
los primeros representantes de la escuela respecto a como lo entenderaacuten sus seguidores
en Enesidemo el siacutemil aparece formulado de un modo maacutes concreto que como mera
ldquorecuperacioacuten de la saludrdquo o como comparacioacuten con la medicina en teacuterminos generales
Enesidemo concibe la filosofiacutea esceacuteptica como un purgante449
Al actuar los argumentos filosoacuteficos como un purgante salen ellos mismos
expulsados con el nocivo dogmatismo al que arrastran450 Se confirma asiacute que tal y
como Brochard sostiene este tipo de escepticismo busca la eliminacioacuten de las tesis
dogmaacuteticas para no situar nada en su lugar El escepticismo dialeacutectico es por tanto una
filosofiacutea autoliacutetica se destruye a siacute misma al cumplir su cometido451
Sexto en cambio aunque menciona la posicioacuten enesidemiana como si fuera
congruente con su propia filosofiacutea no hace excesivo hincapieacute en ello Para eacutel aunque
no debe dejar tesis positiva alguna tras eliminar el dogmatismo el escepticismo debe
permanecer en tanto que meacutetodo cientiacutefico y entanto que actividad criacutetica
Derribar el dogmatismo sin poner nada en su lugar como hace Enesidemo
impediriacutea el desarrollo de cualquier tipo de ciencia Por su parte Sexto al ser meacutedico no
estaacute interesado en acabar con la ciencia misma sino en encontrar una alternativa a la
medicina dogmaacutetica que habiacutea imperado durante siglos en Grecia Asiacute pues sus
esfuerzos contribuyen a formular un fundamento teoacuterico adecuado para el cambio de
paradigma que la medicina estaba viviendo Y soacutelo una teoriacutea como la esceacuteptica resulta
Sexto describe en HP I 238 seguacuten el cual el meacutedico debe proceder a atajar la enfermedad empleando su contrario Asiacute una distensioacuten que provocariacutea la perjudicial enlongacioacuten de un muacutesculo puede ser beneficiosa para distender uno que se encuentra agarrotado (Vid supra 113 y ss) 449 A este respecto veacutease tambieacuten el pasaje de HP I 206 en el que Sexto refiere a esta misma versioacuten de la metaacutefora meacutedica Noacutetese que tanto la versioacuten de la metaacutefora atribuible a Enesidemo como la de Sexto parecen emparentadas con la que en El sofista Platoacuten expone a raiacutez de la sexta definicioacuten de ldquosofistardquo que ofrece Alliacute en 230 b 11 y ss afirma que ldquogracias a este procedimiento [los que emplean el meacutetodo de la refutacioacuten] se liberan de todas las grandes y soacutelidas opiniones que tienen sobre siacute mismos liberacioacuten eacutesta que es placentera para quien escucha y base firme para quien la experimenta En efecto estimado joven quienes asiacute purifican piensan al igual que los meacutedicos que el cuerpo no podraacute beneficiarse del alimento que recibe hasta que no haya expulsado de siacute aquello que lo indispone y lo mismo ocurre respecto del alma ella no podraacute aprovechar los conocimientos recibidos hasta que el refutador consiga que quien ha sido refutado se averguumlence eliminando asiacute las opiniones que impiden los conocimientos y muestre que ella estaacute purificada consiciente de que conoce soacutelo aquello que sabe y nada maacutesrdquo Ha de tenerse en cuenta ademaacutes que a quienes Platoacuten se refiere en este texto no es sencillamente a los sofistas sino a alguna clase de refutadores emparentados con ellos en los que algunos especialistas han visto a los megaacutericos (Burnet J Greek Philosophy Part I Thales to Plato Londres 1924 276 Cornford F M Platorsquos Theory of Knowledge the Theaetetus and Sophist of Plato translated with an Introduction and Running Commentary Londres 1935 176) y la mayoriacutea al propio Soacutecrates (Sobre esta controversia veacutease Guthrie W K C Op cit 141-2) 450 No es casualidad que esta concepcioacuten de la filosofiacutea recuerde al modo en que Wittgenstein concibe las proposiciones que conforman su Tractatus logico-philosophicus De hecho el siacutemil de la escalera que aparece en el paraacutegrafo 654 puede encontrarse tambieacuten en Adv Math VIII 481 (Veacutease Apeacutendice E) 451 O al menos destruye sus argumentos aunque la filosofiacutea misma como actividad continuacutee
178
coherente con las nuevas orientaciones de la investigacioacuten meacutedica452 Ambas pueden
compartir el instrumentalismo y no presuponer la cognoscibilidad del mundo Y pueden
hacerlo siempre que no contravengan una uacutenica maacutexima tomar la phyacutesis como liacutemite
irrebasable de toda su actividad teoacuterica ya sea investigadora o especulativa
Asiacute la coherencia estaba salvada el esceacuteptico podiacutea investigar sin tener que
presuponer la cognoscibilidad de lo que investigaba Podiacutea por tanto abstenerse de
juzgar respecto de esa cognoscibilidad y asiacute mantener la suspensioacuten del juicio O podiacutea
al menos pretender abstenerse de juzgar pero es maacutes difiacutecil determinar si el esceacuteptico
llegoacute a hacerlo de facto Para la cuestioacuten de la coherencia con la actividad investigadora
es indiferente ya que la visioacuten instrumentalista es compatible incluso con la negacioacuten
de toda cognoscibilidad453 Pero no lo es para determinar el papel exacto de la nocioacuten de
naturaleza dentro de la filosofiacutea esceacuteptica En efecto de si la suspensioacuten del juicio fue
soacutelo una pretensioacuten inalcanzada o fue efectiva dependeraacute que este liacutemite expliacutecito del
escepticismo que es la phyacutesis lleve o no asociados otros presupuestos Presupuestos que
ya no seraacuten expliacutecitos ni conscientes sino subyacentes impliacutecitos o incluso ocultos
Aunque el escepticismo asienta su neutralidad en la defensa de la necesidad de
suspender el juicio respecto de la cognoscibilidad del mundo hemos de recordar que
como ya se ha dicho454 afirma al tiempo que el sujeto que conoce no es neutral respecto
del acto de conocer El sujeto determina irremisiblemente todo intento de acceso al
conocimiento objetivo lo que supone que de ser posible el conocimiento asiacute obtenido
estariacutea impregnado de subjetividad Por lo tanto a pesar de la defensa que la escuela
esceacuteptica hizo de la suspensioacuten del juicio sobre la posibilidad del conocimiento de sus
argumentaciones se desprende la negacioacuten de cualquier conocimiento objetivo de la
naturaleza de las cosas debido a la barrera infranqueable que separa al conocedor de lo
conocido Si nuestro razonamiento es correcto entonces ya no se trata soacutelo de que el
esceacuteptico se haya autoimpuesto un liacutemite maacutes allaacute del cuaacutel no estaacute autorizado a llegar
452 De hecho resultan reveladoras las expresiones de Sexto en HP I 236 y ss donde aduce como principal motivo para desvincularse del empirismo y aceptar el metodismo el hecho de que ldquoentre las corrientes de medicina soacutelo ella parece no engantildearse sobre las cosas no manifiestas aventuraacutendose a decir si son aprehensibles o inaprehensiblesrdquo (αὕτη γὰρ μόνη τῶν κατὰ ἰατρικὴν αἱρέσεων περὶ μὲν τῶν
ἀδήλων δοκεῖ μὴ προπετεύεσθαι πότερον καταληπτά ἐστιν ἢ ἀκατάληπτα λέγειν
αὐθαδειαζομένη) Es decir que se defiende a los metoacutedicos por suspender el juicio sobre lo no manifiesto y aproximarse a una cierta visioacuten instrumentalista de la actividad meacutedica (cfr Supra 113 y ss) 453 La contemporaacutenea lsquointerpretacioacuten de Copenhaguersquo de la mecaacutenica cuaacutentica es un excelente ejemplo de esa compatibilidad 454 Vid Supra paacutegina 167 nota 437
179
sin dejar de ser esceacuteptico sino de la suposicioacuten de que ese liacutemite existe tanto para
esceacutepticos como para dogmaacuteticos lo admitan o no El mundo es en siacute incognoscible
pero al ser esta una afirmacioacuten dogmaacutetica sobre el modo de ser de la realidad ndash esto es
sobre la naturaleza ndash el esceacuteptico no puede integrarla coherentemente en el resto de su
pensamiento y por tanto no llega a ser explicitada De manera maacutes o menos abierta se
admitiraacute por los miembros de la escuela que hay una naturaleza de las cosas diferente ndash
o al menos independiente ndash del modo en que estas aparecen y que sobre ella es obligada
la epochḗ mientras que por las propias argumentaciones esceacutepticas podemos entrever la
vulneracioacuten de esa epochḗ ya que la posibilidad del conocimiento soacutelo se contempla
como una mera posibilidad teoacuterica que conserve la neutralidad epistemoloacutegica pero se
descarta en la praacutectica455
Algunos fragmentos de Sexto por otra parte parecen conducir la asuncioacuten de
una cierta nocioacuten de phyacutesis a contextos cientiacutefico-meacutedicos con graves implicaciones en
el aacutembito epistemoloacutegico y en el ontoloacutegico Se trata de la consideracioacuten de que hay una
determinada configuracioacuten fisioloacutegica de los seres vivos que influye en su percepcioacuten
Ademaacutes del hecho de que esa configuracioacuten fuese o no ldquocorrectardquo o ldquoconforme a
naturalezardquo dependeriacutea que las percepciones fueran tambieacuten ldquocorrectasrdquo
Asiacute en HP I 51 encontramos lo siguiente
dado que unos animales son por naturaleza huacutemedos y mucosos otros muy ricos en sangre otros tienen muy fuerte y sobrada la bilis amarilla o la negra por eso es razonable tambieacuten que los olores aparezcan diferentes a cada uno de ellos456 Esa naturaleza del animal determinada por su composicioacuten de humores es la que
permite que tenga sensaciones Si podemos ver con los ojos es por la composicioacuten de
los ojos etceacutetera Pero nuestras sensaciones y percepciones no son siempre ideacutenticas
Determinados estados como las enfermedades pueden alterarlas
Sin embargo lo que podriacutea interpretarse como la asuncioacuten de un concepto de
naturaleza como composicioacuten fiacutesica por parte del escepticismo se da en el contexto de
una argumentacioacuten Sexto estaacute dando por vaacutelida una concepcioacuten dogmaacutetica de la phyacutesis
para poder discutir sus consecuencias
De este modo en HP I 101 Sexto escribe
455 Cfr HP I 40-79 456 HP I 51 ἐπεὶ καὶ τῶν ζῴων τὰ μὲν πλαδαρά τέ ἐστι φύςει καὶ φλεγματώδη τὰ δὲ
πολύαιμα σφόδρα τὰ δ ἐπικρατοῦσαν καὶ πλεονάζουσαν ἔχοντα τὴν ξανθὴν χολὴν ἢ τὴν
μέλαιναν εὔλογον καὶ διὰ τοῦτο διάφορα ἑκάστοις αὐτῶν φαίνεσθαι τὰ ὀσφρητά
180
Por ejemplo seguacuten se esteacute en un estado natural o en uno contrario a la naturaleza las cosas se presentan de modo diferente puesto que los freneacuteticos y los posesos creen oiacuter las voces de los deacutemones mientras que nosotros no457
Si la locura y la enfermedad pueden hacer que las percepciones que obtenemos
de los sentidos sean diferentes o incluso contrarias a las que obtenemos cuando no
estamos en esos estados y si eso se debe a que la configuracioacuten fiacutesica de nuestro
organismo es diferente estando sanos y estando enfermos entonces ha de asumirse que
una de esas configuraciones seraacute la que perciba las cosas correctamente y la otra
incorrectamente Una seraacute ldquoconforme a la naturalezardquo (katagrave phyacutesin) y la otra ldquocontraria a
la naturalezardquo (paragrave phyacutesin) Los estados de locura o enfermedad por antinaturales
produciraacuten en nosotros fenoacutemenos que no se correspondan con el modo en que las cosas
naturalmente son
Ante esta concepcioacuten Sexto argumenta
Si alguien arguye que una mixtura de ciertos humores produce en quienes se hallan en un estado contrario a la naturaleza percepciones impropias de los objetos replicaremos que como tambieacuten los sanos poseen humores combinados esos humores causaraacuten que los objetos externos siendo de hecho tales como aparecen a los que supuestamente se hallan en un estado contrario a la naturaleza parezcan tambieacuten a los sanos distintos a como en realidad son Pues otorgar el poder de alterar los objetos reales a unos humores y no a otros es absurdo Asiacute como los sanos se hallan en un estado conforme a la naturaleza de los que estaacuten sanos pero contrario a la naturaleza de los que estaacuten los enfermos igualmente los enfermos se hallan en un estado contrario a la naturaleza de los sanos pero conforme a la naturaleza de los enfermos de modo que tambieacuten a estos uacuteltimos debemos otorgarles creacutedito por cuanto se hallan en relacioacuten a algo en un estado natural458
No hay para Sexto por queacute presuponer que en el ldquoestado naturalrdquo se percibe
correctamente y en el ldquoantinaturalrdquo incorrectamente en lugar de al reveacutes459 La
suposicioacuten por tanto de estados ldquoconformes a la naturalezardquo y estados ldquocontrarios a la
naturalezardquo es algo de lo que el esceacuteptico carece El meacutedico podriacutea determinar si un
oacutergano concreto se muestra como compuesto mayoritariamente por tal o cual humor Y
457 HP I 101 οἷον παρὰ μὲν τὸ κατὰ φύςιν ἢ παρὰ φύςιν ἔχειν ἀνόμοια ὑποπίπτει τὰ
πράγματα ἐπεὶ οἱ μὲν φρενιτίζοντες καὶ οἱ θεοφορούμενοι δαιμόνων ἀκούειν δοκοῦσιν ἡμεῖς
δὲ οὔ (Veacutease tambieacuten HP I 126) 458 HP I 102-3 εἰ δέ τις λέγει ὅτι χυμῶν τινων παραπλοκὴ ἀνοικείους φαντασίας ἐκ τῶν
ὑποκειμένων ποιεῖ τοῖς παρὰ φύσιν ἔχουσιν λεκτέον ὅτι ἐπεὶ καὶ οἱ ὑγιαίνοντες χυμοὺς
ἔχουσιν ἀνακεκραμένους δύνανται οὗτοι τὰ ἐκτὸς ὑποκείμενα τοιαῦτα ὄντα τῇ φύσει ὁποῖα
φαίνεται τοῖς παρὰ φύσιν ἔχειν λεγομένοις ἑτεροῖα φαίνεσθαι ποιεῖν τοῖς ὑγιαίνουσιν τὸ γὰρ
ἐκείνοις μὲν τοῖς χυμοῖς μεταβλητικὴν τῶν ὑποκειμένων διδόναι δύναμιν τούτοις δὲ μή
πλασματικόν ἐστιν ἐπεὶ καὶ ὥσπερ οἱ ὑγιαίνοντες κατὰ φύσιν μὲν τὴν τῶν ὑγιαινόντων
ἔχουσι παρὰ φύσιν δὲ τὴν τῶν νοσούντων οὕτω καὶ οἱ νοσοῦντες παρὰ φύσιν μὲν ἔχουσι τὴν
τῶν ὑγιαινόντων κατὰ φύσιν δὲ τὴν τῶν νοσούντων ὥστε κἀκείνοις πρός τι κατὰ φύσιν
ἔχουσι πιστευτέον 459 Veacutease tambieacuten HP II 54-6
181
tambieacuten si esa es la forma en que es maacutes usual encontrar ese tipo de oacuterganos Pero en
ninguacuten caso podraacute decir si esa composicioacuten es la ldquonaturalrdquo la que permite conocer el
modo en que las cosas realmente son Como en otros contextos tambieacuten aquiacute sobre el
aacutembito de la phyacutesis ha de suspenderse el juicio
Por lo tanto los supuestos que hemos encontrado asociados a la nocioacuten esceacuteptica
de phyacutesis son los siguientes
a) Hay una naturaleza de las cosas (cuya existencia nunca se cuestiona)
b) Esa naturaleza es diferente ndash o independiente ndash de la apariencia
(phainoacutemenon) con la que las cosas se nos muestran460
c) El sujeto no puede conocer esa naturaleza con independencia de siacute mismo y
por lo tanto
d) La naturaleza es de hecho incognoscible El dogmaacutetico no puede conocerla y
ha de haceacutersele ver que no la conoce El esceacuteptico no debe tratar sobre ella
Es el liacutemite de cualquier argumentacioacuten para eacutel
El esceacuteptico debe pues mantenerse en todo momento dentro del fenoacutemeno en
aquello de lo que trata Debido a esto el intereacutes de la escuela giraraacute hacia la nocioacuten de
afeccioacuten (tagrave paacutethē) ya que en lo referente a las cosas el modo en que el propio
esceacuteptico se ve afectado por ellas se convierte en la uacutenica guiacutea de la que dispone para
regir su pensamiento
460 Ejemplos de esta distincioacuten aparecen en HP I 13-15 18 y 19-20
182
2 Nocioacuten de afeccioacuten
Como se expuso en el capiacutetulo anterior la filosofiacutea esceacuteptica se despojoacute a siacute
misma en virtud de su propia coherencia de la posibilidad de recurso a la nocioacuten de
naturaleza como referencia para sus propias argumentaciones Esta limitacioacuten por siacute
sola supone un grave riesgo para el escepticismo de caiacuteda en una espiral de afasia
apraxia y relativizacioacuten de la que los integrantes de la escuela ndash y maacutes auacuten sus
adversarios dialeacutecticos ndash fueron en todo momento conscientes Sin la posibilidad de
emplear la phyacutesis como referente uacuteltimo del discurso todo argumento parece vaciacuteo de
contenido Si tampoco puede ejercer la funcioacuten de referente praacutectico ninguna accioacuten
parece maacutes justificada que otra Asiacute pareceriacutea que el escepticismo habiacutea sumido al
hombre en una suerte de incertidumbre absoluta similar hasta cierto punto a aquella que
describe Nietzsche en el fragmento 125 de La gaya ciencia todas las referencias han
sido borradas y ya no hay un ldquoarribardquo y un ldquoabajordquo No habriacutea maacutes motivo para hacer
algo que para no hacerlo o para decir algo que para no decirlo
Este tipo de objeciones se han planteado como argumentos frente al
escepticismo en multitud de ocasiones y a traveacutes de una gran variedad de formas461 Sin
embargo como deciacuteamos no se trata de una dificultad de la que los partidarios de la
escuela pirroacutenica no fueran conscientes y que no tuvieran presente desde el primer
momento en que formularon su teoriacutea Y no soacutelo los pirroacutenicos Esta dificultad atantildee a
todo tipo de escepticismo y por tanto el academicismo tambieacuten tratoacute de resolverla del
modo maacutes adecuado a su filosofiacutea La formulacioacuten por parte de Carneacuteades de tograve
pithanoacuten como criterio praacutectico se enmarca en esta liacutenea462 Se trata de un criterio
concebido para evitar la apraxiacutea sin renunciar a la suspensioacuten del juicio
El escepticismo pirroacutenico por su parte tambieacuten daraacute respuesta al argumento de
la apraxiacutea de manera inmediata En efecto no hay que avanzar muchas paacuteginas en la
lectura de los Esbozos pirroacutenicos para encontrar contraargumentos concebidos frente a
esta objecioacuten Asiacute al comienzo del libro primero pueden encontrarse impliacutecitos en HP
461 Veacutease Burnyeat M F ldquoCan the Sceptic Live his Scepticismrdquo en Schofield M y Burnes J (ed) Doubt and Dogmatism Oxford 1980 20-53 cfr Frede M ldquoThe Scepticrsquos Beliefsrdquo en Burnyeat M F y Frede M (eds) The Original Sceptics A Controversy IndianapolisCambridge 1998 3 462 Cfr HP I 231
183
I 13 19-20 y 21-2 y expliacutecitos en HP I 23-4 Y todo argumento contra la aparente
ldquoapracticidad absolutardquo del escepticismo se basa en una nocioacuten fundamental para el
desarrollo del pensamiento construido por la escuela la nocioacuten de afeccioacuten
La eliminacioacuten de la phyacutesis del aacutembito del discurso esceacuteptico lleva aparejada la
consecuencia de que al no ser ya necesario retroceder en busca de un punto de partida
anterior a la percepcioacuten la propia percepcioacuten se convierte en siacute misma en punto de
partida vaacutelido
Por ese motivo la nocioacuten de lsquoafeccioacutenrsquo (tagrave paacutethē) y el modo en que el
escepticismo la emplea se revelan como un foco de atencioacuten imprescindible para la
correcta comprensioacuten de los supuestos presentes en el modo pirroacutenico de hacer filosofiacutea
El teacutermino griego ldquopaacutethēmardquo463 refiere a todo aquello que uno puede sentir o
experimentar tanto en el sentido de una percepcioacuten del mundo externo como en el de
las pasiones y disposiciones internas del propio sujeto como pueden ser el placer el
amor la tristeza el odio la coacutelera la pena etceacutetera
El sentido que con el tiempo se generalizoacute en el uso del teacutermino ndash y que arrastroacute
a buena parte de su familia leacutexica ndash es el de ldquopadecimientordquo dando la preeminencia a
sentimientos y percepciones relacionados con el dolor sea interior (angustia afliccioacuten
pesadumbre) o exterior (dolor fiacutesico o incluso enfermedad) Asiacute patheinoacutes se emplea
como lsquotristersquo lsquoapesadumbradorsquo o lsquoafligidorsquo y pathētoacutes lsquoexpuesto o sujeto al
sufrimientorsquo Sin embargo este uso es una metonimia equivalente aunque diferente a la
que se ha producido en castellano con el teacutermino ldquopasioacutenrdquo
Por tanto ldquopaacutethosrdquo que traduciremos como ldquoafeccioacutenrdquo debe entenderse como
toda aquella sensacioacuten o percepcioacuten que afecta al sujeto con independencia de cuaacutel sea
su origen o causa Algo que concuerda con gran exactitud con la intencioacuten esceacuteptica de
no ir en busca de causa natural alguna Asiacute pues el teacutermino ldquopaacutethosrdquo seraacute el que el
escepticismo emplee tecnificaacutendolo para referir al aacutembito opuesto a la phyacutesis en el que
el propio escepticismo actuacutea
21 Realidad y fenoacutemeno
La relacioacuten entre lo en siacute y la apariencia entre la realidad y el fenoacutemeno es una
de las cuestiones principales para cualquier filosofiacutea Del modo en que se entienda esa
relacioacuten dependeraacute tanto la valoracioacuten que se haga del testimonio de los sentidos como
463 El verbo πάσχω del que deriva significa tanto lsquosufrirrsquo o lsquopadecerrsquo como lsquoexperimentarrsquo o lsquoestar afectado por algorsquo
184
una importante parte de la concepcioacuten ontoloacutegica del mundo En la filosofiacutea griega las
variantes en la conceptualizacioacuten del viacutenculo que une estas dos nociones fueron de lo
maacutes diversas De forma inmediata viene a la mente el modo en que Platoacuten concibe el
mundo de los fenoacutemenos o apariencias como alejado y opuesto del aacutembito de la realidad
o de ldquolos seresrdquo (tagrave oacutenta)464 pero de igual manera habriacutean de contarse entre esa
diversidad de visiones el ldquorelativismo fenomenistardquo de Protaacutegoras o la misteriosa
relacioacuten entre la ldquoViacutea de la Verdadrdquo y la ldquoViacutea de las opinionesrdquo que sentildeala Parmeacutenides
por ejemplo En muchas ocasiones se considera que el ldquofenoacutemenordquo (phainoacutemenon) no
es meramente ldquolo que aparecerdquo465 sino maacutes bien ldquoaquello que parece ser tal como se
manifiesta pero en realidad puede ser algo distinto o incluso opuestordquo Tomado el
fenoacutemeno en este sentido su relacioacuten con la realidad puede apreciarse en toda la
complejidad que la caracteriza El ldquopoder ser diferente de como aparecerdquo del fenoacutemeno
se expresa como una eventualidad Si tal eventualidad no se da de hecho las apariencias
seraacuten un camino efectivo hacia la verdad Pero en el caso de que esa eventualidad siacute se
diera tomar la apariencia como indicio de la verdad nos conduciriacutea irremediablemente
por el camino del error
Si no se concibe esa eventualidad como posible el fenoacutemeno se considera el
medio absolutamente seguro466 o absolutamente errado467 para el acceso a la verdad
Ambos caminos han sido explorados por distintos sistemas filosoacuteficos desde la
antiguumledad hasta hoy Pero por el contrario si se admite esa eventualidad como parte
del propio modo de ser de los fenoacutemenos al tratar con ellos ya no seraacute posible atenerse
a la simplicidad del rechazo absoluto o la absoluta aceptacioacuten Se hace necesario
entonces asumir la equivocidad de las apariencias y buscar el modo de discriminar
adecuadamente entre aquellas que nos conducen a la verdad y aquellas otras que nos
separan de ella
Las alternativas por las que puede optarse para resolver esta dificultad tambieacuten
son variadas Los estoicos por ejemplo concibieron como criterio el de la
464 Veacutease por ejemplo Rep X 596 e 465 Veacutease la definicioacuten que Heidegger ofrece de lsquofenoacutemenorsquo como ldquolo que se hace patente por siacute mismordquo (Der griechische Ausdruck phainoacutemenon auf den der Terminus ldquoPhaumlnomenrdquo zuruumlckgeht leitet sich von dem Verbum phaiacutenesthai her das bedeutet sich zeigen phainoacutemenon besagt daher das was sich zeigt das Sichzeigende das Offenbare) Sein und Zeit sect 7 A (Heidegger M Sein und Zeit In Gesamtausgabe 1 Band 2 Vittorio Klostermann Frankfurt am Main 1977 38) 466 Por esta alternativa optan los sistemas filosoacuteficos fenomenalistas como el ya mencionado relativismo fenomenista de Protaacutegoras 467 Eacutesta seraacute en cambio la alternativa en la que se encuadren filoacutesofos criacuteticos con la veracidad del testimonio de los sentidos como por ejemplo Berkeley
185
ldquorepresentacioacuten comprehensivardquo o ldquokataleptikḕ phantasiacuteardquo468 con el que afirmaban
poder separar lo que es el lsquofenoacutemenorsquo en el sentido de aquello que se manifiesta de
manera evidente de aquello otro que es lsquofenoacutemenorsquo en el sentido de aquello que
aparenta ser de un modo que no es
El escepticismo insatisfecho con esta solucioacuten concibe de forma distinta el
viacutenculo entre realidad y apariencia El fenoacutemeno en efecto puede ser algo distinto de lo
que aparenta ser Fenoacutemeno y realidad pueden no estar en consonancia Una gran parte
de los argumentos recogido en los tropos estaacuten destinados a ilustrar esa posibilidad
Aunque algunos fenoacutemenos pudiesen no falsear el ser de lo que manifiestan seriacutean
indistinguibles de los que siacute lo hacen por lo que la opcioacuten de emplear la apariencia
como acceso al conocimiento se desvanece Pero al tiempo la posibilidad de que haya
fenoacutemenos veraces tambieacuten acaba con la opcioacuten de identificar ldquoaparienciardquo y
ldquofalsedadrdquo La verdad o falsedad de lo que la apariencia manifiesta quedan en suspenso
No hay por tanto una ruta vaacutelida para el esceacuteptico hacia la realidad La phyacutesis
se abandona como campo de estudio469 Pero el resultado no es ninguna suerte de
nihilismo gnoseoloacutegico radical sin naturaleza en siacute ni apariencia Queda el fenoacutemeno
Queda eso siacute desvinculado de la realidad de la que pretendiacutea ser trasunto Pero queda a
pesar de todo vigente como fenoacutemeno Es asiacute una apariencia que ya no dice nada sobre
lo aparentado que ya no contiene informacioacuten cognoscitiva maacutes allaacute de siacute misma que
ya no es imagen de otra cosa pero que en siacute misma tiene la suficiente coherencia como
imagen como para convertirse en una nueva forma de criterio
Como ya se ha visto en este mismo trabajo470 los esceacutepticos empleaban el
teacutermino lsquokritḗrionrsquo en dos sentidos diferenciados lsquocriterio de verdadrsquo y lsquocriterio de la
accioacuten praacutecticarsquo Estos dos sentidos nunca se identifican Es decir no se contempla la
posibilidad de hallar un lsquocriterio universalrsquo que ejerza las dos funciones El hecho de
que se acepte como vaacutelido un candidato a convertirse en uno de los dos criterios no
significa que de inmediato se le considere apto en el otro sentido de lsquocriteriorsquo
El criterio en sentido teoacuterico entendido como criterio de verdad aparece en HP
II 15 dividido en tres subsentidos que Sexto expone jerarquizados en funcioacuten de su
especificidad criterio teoacuterico en sentido general en sentido particular y en sentido muy
particular Esta divisioacuten ya ha sido analizada maacutes arriba471 Por lo que resulta interesante
468 Vid supra 31 y ss 469 Veacutease sobre esto el capiacutetulo anterior 470 Vid supra 70 y ss 471 Vid supra 71
186
traerla de nuevo a colacioacuten al tratar el tema del fenoacutemeno es porque a diferencia del
segundo y tercer sentidos que se refieren a instrumentos de valoracioacuten artificiales ndash
fiacutesicos o loacutegicos ndash el sentido general refiere a ldquotodo instrumento de valoracioacuten de una
aprehensioacutenrdquo472 incluyendo facultades naturales como las relativas a la percepcioacuten En
dicho pasaje Sexto hace referencia expresa a la facultad de la vista pero del mismo
modo podriacutea haberla hecho a cualquier otro de los sentidos
Asiacute pues el esceacuteptico reconoce que al menos en un sentido general la
percepcioacuten puede ser considerada como un candidato a servir de criterio para la
discriminacioacuten de la verdad y la falsedad Sin embargo no considera que pueda ejercer
ese papel de forma satisfactoria473
En cambio por lo que respecta al otro tipo de criterio al praacutectico la actitud del
esceacuteptico sobre el fenoacutemeno como es sabido cambia radicalmente Sobre este se dice
en los Esbozos lo siguiente
Pues bien decimos que el criterio de la orientacioacuten esceacuteptica es el fenoacutemeno
llamando impliacutecitamente asiacute a la representacioacuten mental Consistiendo en efecto en una
impresioacuten y en una sensacioacuten involuntaria es incuestionable por lo cual nadie
seguramente disputaraacute sobre si el objeto se percibe en tal o cual forma sino que se
disputa sobre si es tal cual se percibe
Atendiendo pues a los fenoacutemenos vivimos sin dogmatismos en la observancia
de las exigencias vitales ya que no podemos estar completamente inactivos474
Este texto expone claramente el sentido en el que el esceacuteptico considera criterio
al fenoacutemeno Aquello que ejerza el papel de criterio no puede estar a su vez en cuestioacuten
dentro de la propia disputa que pretende dirimir Asiacute lo expresa a menudo el propio
Sexto475 Por tanto cualquier criterio sea teoacuterico o sea praacutectico para ser vaacutelido debe
manifestarse como no cuestionable
En el aacutembito teoacuterico el esceacuteptico afirma no encontrar nada que no merezca ser
puesto en duda Pero en el praacutectico se fija en una caracteriacutestica propia de las
impresiones y sensaciones se nos imponen No percibimos roja una mancha de color
porque queremos ni tampoco podemos querer verla no roja y que tal cosa se cumpla por
472 HP II 15 473 No parece ni siquiera necesario sentildealar a este respecto toda la amplia variedad de ejemplos de la falta de veracidad de los sentidos que aparece a lo largo de la obra de Sexto 474 HP I 22-3 κριτήριον τοίνυν φαμὲν εἶναι τῆς σκεπτικῆς ἀγωγῆς τὸ φαινόμενον δυνάμει τὴν
φαντασίαν οὕτω καλοῦντες ἐν πείσει γὰρ καὶ ἀβουλήτῳ πάθει κειμένη ἀζήτητός ἐστιν διὸ
περὶ μὲν τοῦ φαίνεσθαι τοῖον ἢ τοῖον τὸ ὑποκείμενον οὐδεὶς ἴσως ἀμφισβητήσει περὶ δὲ τοῦ εἰ
τοιοῦτον ἔστιν ὁποῖον φαίνεται ζητεῖται τοῖς φαινομένοις οὖν προσέχοντες κατὰ τὴν βιωτικὴν
τήρησιν ἀδοξάστως βιοῦμεν ἐπεὶ μὴ δυνάμεθα ἀνενέργητοι παντάπασιν εἶναι
187
nuestra propia volicioacuten El hecho de que veamos lo que vemos es involuntario No
depende de nosotros El esceacuteptico no infiere de ello que dependa por necesidad de otra
cosa ajena a nosotros que es el objeto exterior rojo en este caso Pero siacute admite la
independencia con la que esta clase de impresiones se manifiesta Nadie puede cambiar
lo que le aparece ni el modo en que le aparece Y con honestidad tampoco puede negar
que le aparece y que le aparece asiacute Una vez que la naturaleza permanece en epochḗ476
no se puede polemizar sobre las sensaciones
Si Descartes encuentra incuestionables los actos mentales de un sujeto ndash esto es
el cogito477 ndash los esceacutepticos ya habiacutean tenido en cuenta la incuestionabilidad de algunos
de esos actos referidos a la sensacioacuten y afeccioacuten si bien no entendieacutendolos como
ldquoactosrdquo mentales sino como ldquorepresentacionesrdquo mentales Esto es no refirieacutendolos a
Sujeto Yo o Res cogitans alguna sino analizaacutendolos por siacute mismos en su propio
aparecer
Lo fundamental del fenoacutemeno el rasgo que lo convierte en criterio adecuado
para la vida praacutectica es su irremisible evidencia Gracias a esta caracteriacutestica no es
necesario recurrir a nada maacutes allaacute del fenoacutemeno mismo Es posible prescindir de
cualquier explicacioacuten sobre su origen y de cualquier teoriacutea sobre su correspondencia o
no correspondencia con la realidad en siacute porque con independencia de su origen y su
adecuacioacuten a la phyacutesis el hecho es que el fenoacutemeno se manifiesta
Asiacute atenieacutendose al modo en que las apariencias se muestran el esceacuteptico puede
desarrollar su vida de modo coherente y sin caer en las consideraciones dogmaacuteticas que
otras escuelas tienen por necesarias para el correcto desenvolvimiento vital
En cuanto a su loacutegica interna se trata de un criterio muy sencillo Las
sensaciones se imponen no tienen por queacute ser cuestionadas y dirigen en gran medida el
comportamiento La sensacioacuten de hambre dirige a la comida y la de sed a la bebida478 Y
estas compulsiones no tienen por queacute ser contravenidas Se asumen ldquofenomeacutenicamenterdquo
las leyes y costumbres vigentes en el lugar y tiempo que forman el contexto del
475 Veacutease por ejemplo el pasaje de HP II 20 476 ldquo() sino que se discute sobre si es tal cual se perciberdquo HP I 22 () περὶ δὲ τοῦ εἰ τοιοῦτον ἔστιν
ὁποῖον φαίνεται ζητεῖται 477Mais aussitocirct apregraves je pris garde que pendant que je voulois ainsi penser que tout eacutetoit faux il falloit neacutecessairement que moi qui le pensois fusse quelque chose et remarquant que cette veacuteriteacute je pense donc je suis eacutetoit si ferme et si assureacutee que toutes les plus extravagantes suppositions des sceptiques neacutetoient pas capables de leacutebranler je jugeai que je pouvais la recevoir sans scrupule pour le premier principe de la philosophie que je cherchois Descartes R Discurso del meacutetodo 1637 (Veacutease tambieacuten Agustiacuten de Hipona De libero arbitrio II 3 7) 478 HP I 24
188
esceacuteptico puesto que son parte de su fenoacutemeno Y por ese mismo principio se rige el
aprendizaje de artes oficios habilidades etceacutetera Frente a la imagen de criticismo
absoluto que se suele tener de la escuela esceacuteptica se muestra asiacute como una filosofiacutea
que en el terreno praacutectico podriacutea calificarse de tremendamente ldquoconservadorardquo
Junto con estas tres dimensiones de la observancia vital esceacuteptica que acabamos
de mencionar ndash apremio o necesidad de las sensaciones legado de leyes y costumbres y
aprendizaje de las artes ndash Sexto menciona otra maacutes situada por eacutel en el primer lugar de
las cuatro y que eacutel llama ldquoguiacutea naturalrdquo479 Eacutesta viene a ser una legitimacioacuten de la
aceptacioacuten de las exigencias vitales ya mencionadas legitimacioacuten que seguacuten nos
parece ademaacutes de innecesaria contraviene los principios de la actitud esceacuteptica respecto
de la phyacutesis La explicacioacuten que Sexto ofrece de ella es que
En virtud de la guiacutea de la naturaleza somos naturalmente capaces de sensacioacuten
y conocimiento480
Esto es en vez de sostener que el motivo por el que asumir el modo en que las
sensaciones y pasiones nos apremian y por el que cumplimos las leyes y costumbres de
la sociedad en que vivimos y por el que aprendemos y cultivamos determinadas
habilidades es la evidencia con que se nos muestra la apariencia en lugar de sostener
esto se recurre a un punto de apoyo ajeno al propio aacutembito del fenoacutemeno lo que
permite mantener las otras tres exigencias vitales es otra exigencia vital anterior que nos
obliga a admitir que somos por naturaleza capaces de sensacioacuten y de conocimiento Si el
esceacuteptico por tanto se dirige por la sensacioacuten de hambre hacia el acto de alimentarse no
es porque el hambre se le haya manifestado de manera evidente sino porque asume que
se trata de una sensacioacuten ldquonaturalrdquo en eacutel que su naturaleza es tal que tiene sensaciones
como esa
Ciertamente esto muestra una inconsistencia importante con la postura esceacuteptica
seguacuten la cual se toma la naturaleza como liacutemite de su actividad teoacuterica pues asumir la
capacidad sensible como parte de la naturaleza del hombre ya es teorizar sobre la
naturaleza Y auacuten parece maacutes incoherente dado que no encontramos ninguna necesidad
de incluir esa exigencia vital en el criterio fenomeacutenico esceacuteptico
Si el esceacuteptico ha asumido que su criterio praacutectico ha de ser el regirse por lo
manifiesto deberiacutea limitarse a lo manifiesto y no tratar de sustentar su criterio en
ninguacuten otro presupuesto no manifiesto que ejerza de ldquocriterio del criteriordquo
479 Ὑφήγησις φυσική HP I 23 480 HP I 23-4 ὑφηγήσει μὲν φυσικῇ καθ ἣν φυσικῶς αἰσθητικοὶ καὶ νοητικοί ἐσμεν
189
Podemos suponer que la intencioacuten de Sexto al introducir esta ldquoguiacutea naturalrdquo es
situar el fundamento de la legitimacioacuten de la actitud esceacuteptica hacia las exigencias
vitales fuera de la discusioacuten al emplazarlo en el espacio de lo natural Pero si ese era el
objetivo que Sexto perseguiacutea no nos parece que con ello pudiera proteger de modo
efectivo la actividad vital esceacuteptica de la criacutetica dogmaacutetica dado que soacutelo el esceacuteptico
ha dejado el aacutembito de lo natural fuera de su horizonte de investigacioacuten El dogmaacutetico
no encuentra ante la nocioacuten de phyacutesis barrera ninguna que le impida continuar su
examen
22 Fenoacutemeno y afeccioacuten
Como ya se mencionoacute en otra parte de este mismo trabajo481 el punto de origen
fundamental de la actitud esceacuteptica ante la apariencia parece poder encontrarse en la
filosofiacutea de Pirroacuten Si bien no puede considerarse que este filoacutesofo fuera en rigor un
esceacuteptico el modo en que desarrolla su criacutetica al conocimiento seguacuten su disciacutepulo
Timoacuten nos lo transmite apunta ya hacia lo que seraacute la posterior nocioacuten esceacuteptica de
afeccioacuten
Para el filoacutesofo de Elis las cosas son todas ellas por naturaleza indiferenciadas
La indeterminacioacuten es la principal caracteriacutestica de la realidad Y por tanto la actitud
ante el conocimiento que pudieacuteramos tener de esa realidad no podraacute ser otra que la
desconfianza y a traveacutes de ella la absoluta imperturbabilidad del aacutenimo
Este indeterminismo ontoloacutegico pirroniano sin embargo no se muestra
necesariamente vinculado con una suerte de ldquocorrelato de inaccioacutenrdquo en el plano vital Es
decir negar que la realidad pueda ser determinada puede que lleve a tener que
sumergirse en la ataraxiacutea en cuanto actitud interna pero no por ello implica que tenga
que sumergirse el pirroniano en la apraxiacutea
A pesar de que la realidad permanezca indeterminada la actividad cotidiana es
posible siempre y cuando no se pretenda alcanzar alguna clase de determinacioacuten natural
para regirse La guiacutea podraacute encontrarse en todo caso no en coacutemo las cosas son sino en
coacutemo nos parece que son
La apariencia engantildeosa si se pretende extraer de ella conocimiento resulta uacutetil y
fiable si se busca por ella misma y no por la realidad que pueda haber oculta tras ella
Ya se han mencionado en varias partes de este trabajo las grandes dificultades
que los especialistas encuentran para determinar si esta era de hecho la doctrina del
190
propio Pirroacuten la de alguno de sus disciacutepulos o la interpretacioacuten que posteriormente se
hizo de la ensentildeanza pirroniana482 De un modo u otro siacute que puede afirmarse de
manera tajante que es el modo en que el escepticismo entendioacute a Pirroacuten y tambieacuten la
direccioacuten en la que asumioacute que debiacutea orientarse Las visiones de la figura de Pirroacuten
como caricatura nunca calaron en la escuela Incluso Enesidemo habriacutea considerado
falsa la aneacutecdota ya mencionada transmitida por Antiacutegono pues en ninguacuten caso Pirroacuten
habriacutea actuado seguacuten el de Cnosos como Antiacutegono habiacutea afirmado483
Un ejemplo de la visioacuten que los pirroacutenicos posteriores a Enesidemo teniacutean de
Pirroacuten nos lo proporciona Galeno que en su De subfiguratione empirica nos muestra al
filoacutesofo de Elis descrito tal y como los pirroacutenicos se veiacutean a siacute mismos484
Los pirroacutenicos aseguraban guiarse en la vida por lo que les apareciacutea como
evidente que es justo lo que un Pirroacuten como el de Antiacutegono no habriacutea hecho Mientras
los pirroacutenicos se orientan en funcioacuten de sus propias afecciones el nuacutecleo del
comportamiento de Pirroacuten para Antiacutegono ndash entre otros ndash habriacutea sido el no dejarse
influir por ellas el no dejarse afectar
Con independencia de cuaacutel fuera en rigor el pensamiento del Pirroacuten histoacuterico la
cuestioacuten seraacute queacute papel puede desempentildear ndash y de queacute manera puede hacerlo ndash la nocioacuten
de afeccioacuten en la estructura interna de una filosofiacutea basada en la imperturbabilidad
como la esceacuteptica
Para aclarar el modo en que esta nocioacuten se articula con el resto del pensamiento
de la escuela hemos de acudir a los ejemplos del uso del teacutermino paacutethos en la obra de
Sexto Empiacuterico485 En ella encontramos claras manifestaciones que nos hacen suponer
que el escepticismo aunque niega dar su asentimiento a posicioacuten teoacuterica alguna siacute que
asiente a las afecciones que le aparecen sin percibir en ambas cosas contradiccioacuten
alguna486 No parece en todo caso que se trate del mismo tipo de asentimiento pues el
asentimiento respecto de una tesis teoacuterica requiere de la asercioacuten ndash la afirmacioacuten y
481 Vid Supra 124 y ss 482 Vid Supra idem infra 256 y ss Cfr tambieacuten Pajoacuten Leyra I ldquoEl ejemplo de Pirroacuten ataraxiacutea y actividad vitalrdquo En Influencias de las eacuteticas griegas en la filosofiacutea contemporaacutenea Medelliacuten Universidad de Antioquia (en prensa) 483 DL IX 61 vid tambieacuten DL IX 62 484 Galeno De subfiguratione empirica XI p 82 26 y ss Deichgraumlber 485 Por supuesto nos referimos soacutelo a aquellos pasajes en los que emplea el teacutermino en un sentido relevante para esta investigacioacuten no a aquellos en que lo emplea en el sentido meacutedico de lsquoenfermedadrsquo como en HP II 238 y 240 oacute HP III 280 ni en el sentido no teacutecnico comuacuten en el habla griega como en HP III 71 oacute HP III 104 486 Veacutease HP I 12 13 y 20 cfr Frede M Op cit 20 ldquoSextus says that the sceptic assents to certain affections (pathe)rdquo
191
asuncioacuten de su verdad ndash mientras que el asentimiento respecto de las afecciones
pretende mantenerse al margen de cualquier cuestioacuten relativa a su verdad o falsedad Y
decimos que pretende hacerlo porque eso es algo que difiacutecilmente puede conseguir el
asentimiento esceacuteptico depende por completo de la evidencia con que la afeccioacuten se
manifiesta y esta evidencia no parece poder desligarse de la puesta en funcionamiento
de alguacuten tipo de nocioacuten de verdad487
El planteamiento inicial de la cuestioacuten del asentimiento esceacuteptico a la afeccioacuten lo
encontramos en HP I 13
Pues a las afecciones que se imponen necesariamente seguacuten la representacioacuten el esceacuteptico les da creacutedito por ejemplo no diraacute ldquocreo no sentir calor o friacuteordquo cuando sienta calor o friacuteo488
Este texto reincide en la aceptacioacuten por parte del escepticismo de lo manifiesto
pero ademaacutes aporta algunos detalles terminoloacutegicos a tener en cuenta En primer lugar
se habla de que a lo que el esceacuteptico asiente es a las afecciones489 Y se trata de
impresiones que se nos dan de un modo tal que necesariamente se imponen a la
percepcioacuten (katēnankasmeacutenois paacutethesi sunkatatiacutethetai)490 La necesidad con la que se
nos dan es de este modo la sentildea de identidad de las impresiones que conforman la
apariencia No se trata pues de regirse por el propio parecer si empleamos el teacutermino
lsquoparecerrsquo como sinoacutenimo de ideas concepciones u opiniones voluntarias En este
sentido el dar creacutedito a los propios pareceres seraacute siacutentoma inequiacutevoco de dogmatismo
El esceacuteptico a lo que asentiraacute es a lo que le aparece de un modo y no puede no
aparecerle del modo en que le aparece
487 Vid Infra 295 y ss 488 HP I 13 τοῖς γὰρ κατὰ φαντασίαν κατηναγκασμένοις πάθεσι συγκατατίθεται ὁ σκεπ-
τικός οἷον οὐκ ἂν εἴποι θερμαινόμενος ἢ ψυχόμενος ὅτι δοκῶ μὴ θερμαίνεσθαι ἢ ψύχεσθαι 489 En ldquoThe Scepticrsquos Beliefsrdquo Op cit 20 Michael Frede distingue dos posibles significados del teacutermino lsquoafeccioacutenrsquo en Sexto Empiacuterico a) en primer lugar considera la posibilidad de interpretar la afeccioacuten (paacutethe) como una cierta forma de representacioacuten (phantasiacutea) traducida por eacutel como impression Asiacute asumir la afeccioacuten consistiriacutea en asumir que aquello que afecta al sujeto son las representaciones de cosas que son del modo en que nos aparecen Aparte de la total incongruencia de esta posibilidad con la postura esceacuteptica general a la luz de HP I 13 debe descartarse esta alternativa pues desde el momento en que Sexto afirma que la afeccioacuten se nos impone seguacuten la representacioacuten la identificacioacuten de ambas resulta insostenible b) La segunda posibilidad por la que Frede se decanta es la de concebir la afeccioacuten en el sentido de una cierta disposicioacuten a ser afectado por las cosas ndash quizaacute deberiacuteamos decir mejor ldquopor las representacionesrdquo ndash de una determinada manera ndash queramos o no ndash de modo que asumir la afeccioacuten seriacutea asumir el modo en que las cosas o diriacuteamos nosotros las representaciones nos afectan 490 Asiacute tambieacuten en HP I 193 encontramos lo siguiente ldquopues admitimos lo que nos afecta pasivamente y conduce forzosamente al asentimientordquo (τοῖς γὰρ κινοῦσιν ἡμᾶς παθητικῶς καὶ ἀναγκαστικῶς
ἄγουσιν εἰς συγκατάθεσιν εἴκομεν)
192
El ejemplo que Sexto ofrece de este tipo de afeccioacuten resulta especialmente claro
el sentir o no sentir calor (thermaiacutenesthai)491 Situar como ejemplificacioacuten de estas
impresiones una sensacioacuten teacutermica remite al aacutembito de la sensacioacuten pero ademaacutes
connota de manera evidente unas consecuencias praacutecticas la buacutesqueda o no de abrigo
para contrarrestar esas sensaciones teacutermicas
En el mismo sentido de HP I 13 encontramos poco maacutes adelante lo siguiente
Pues las cosas que nos conducen involuntariamente de acuerdo con la representacioacuten pasiva (katagrave phantasiacutean pathētikeacuten) al asentimiento no las negamos como dijimos antes Y eso son los fenoacutemenos492
A la par que se incide en la involuntariedad de estas impresiones se introducen
aquiacute dos nuevos teacuterminos especiacuteficos para esta cuestioacuten En primer lugar lo que hemos
traducido como ldquorepresentacioacuten pasivardquo (pathētikḗ phantasiacutea) recuerda fuertemente a
parte de la terminologiacutea de una escuela rival del escepticismo como es la Stoa a la
ldquofantasiacutea cataleacutepticardquo o ldquorepresentacioacuten comprehensivardquo (kataleptikḕ phantasiacutea) que
ejerce tambieacuten en esta escuela el papel de criterio Ambas son denominadas ldquophantasiacuteardquo
(sensacioacuten impresioacuten representacioacuten) dando a entender que se trata de conceptos que
pertenecen a un mismo tipo de cosas La diferencia entre ambas ldquofantasiacuteasrdquo estaacute en las
consecuencias de los presupuestos que cada una de ellas lleva asociados La kataleptikḕ
phantasiacutea presupone la idea de su veracidad Y debido a este presupuesto el estoicismo
considera que puede inferir de su evidencia la verdad del conocimiento que transmite
sobre la naturaleza En cambio la pathētikḗ phantasiacutea lleva asociada la idea de la
indeterminabilidad de la naturaleza por lo que aunque tambieacuten es considerada como
evidente por siacute misma de esa evidencia no se infiere conocimiento ninguno maacutes allaacute de
su propio ldquoser manifiestardquo493
En segundo lugar el texto de HP I 19 tambieacuten introduce el teacutermino ldquotagrave
phainoacutemenardquo los fenoacutemenos Dicho teacutermino ya ha aparecido antes en varias ocasiones
De hecho el pasaje en cuestioacuten se enmarca en el contexto de la refutacioacuten de la tesis
seguacuten la cual los esceacutepticos invalidan los fenoacutemenos El motivo por el que resulta
interesante esta mencioacuten en concreto del teacutermino es por la frase en la que aparece ldquoY
esto son los fenoacutemenosrdquo (taũta deacute esti tagrave phainoacutemena) Se presentan pues identificados
con aquello que se acaba de mencionar como en una definicioacuten En apariencia se trata
491 Cfr Frede M ldquoThe Scepticrsquos Beliefsrdquo en Burnyeat M F y Frede M (eds) The Original Sceptics A Controversy IndianapolisCambridge 1998 20-1 492 HP I 19 τὰ γὰρ κατὰ φαντασίαν παθητικὴν ἀβουλήτως ἡμᾶς ἄγοντα εἰς συγκατάθεσιν
οὐκ ἀνατρέπομεν ὡς καὶ ἔμπροσθεν ἐλέγομεν ταῦτα δέ ἐστι τὰ φαινόμενα 493 Cfr HP II 10
193
de la identificacioacuten de ldquofenoacutemenordquo y ldquorepresentacioacuten pasivardquo Sin embargo el
antecedente de ese taũta no es otro que tagrave aacutegonta Es decir no se afirma que los
fenoacutemenos sean las ldquorepresentaciones pasivasrdquo sino las cosas que nos arrastran a dar
el asentimiento a esas representaciones La importancia de este detalle la veremos unas
paacuteginas maacutes adelante494
Sexto es consciente de que tanto tograve phainoacutemenon como tograve paacutethos son teacuterminos
que otras escuelas han empleado ya en la exposicioacuten de sus propias doctrinas cargando
con sucesivas implicaciones el significado teacutecnico con el que ambos pasaron a formar
parte del vocabulario filosoacutefico El empleo de cualquier teacutermino teacutecnico por parte del
escepticismo sin aclarar cuaacuteles de las connotaciones que arrastra deben ser
contempladas y cuaacuteles no habriacutea sido irresponsable Por tanto al tratar la comparacioacuten
de la escuela esceacuteptica con sus precedentes y contemporaacuteneas tambieacuten concede cierta
importancia al uso paralelo de un mismo vocabulario
Respecto a la escuela cirenaica por ejemplo sentildeala que tambieacuten forma parte de
su doctrina la afirmacioacuten de que soacutelo se aprehenden las afecciones (tagrave paacutethē)495 Sin
embargo el modo en que esas pasiones se conciben es diferente Para los cirenaicos la
consideracioacuten de que soacutelo las pasiones pueden aprehenderse equivale a afirmar que los
objetos exteriores son por naturaleza inaprehensibles El esceacuteptico no puede afirmar tal
cosa ya que trata de suspender el juicio sobre el tema de la naturaleza para asiacute alcanzar
la imperturbabilidad Como ese no es el fin del cirenaico este siacute puede dejarse perturbar
por esas afecciones y aprovecharlas en lo que tienen de placenteras Asiacute pues aunque
ambas escuelas situacuteen en tagrave paacutethē su criterio praacutectico el cirenaico es un criterio
hedonista dogmaacutetico por completo diferente del criterio esceacuteptico496
Para el esceacuteptico un empleo hedonista de las propias afecciones antildeadiriacutea una
nueva turbacioacuten a la que ya supone la buacutesqueda de la verdad por naturaleza ya que no
soacutelo el placer presente ldquoturbariacuteardquo el aacutenimo positivamente sino que tambieacuten el placer
ausente lo hariacutea negativamente
Asiacute debe entenderse el pasaje de HP I 30 en el que Sexto hace referencia a una
ldquodoble turbacioacutenrdquo
494 Infra 197 495 HP I 215 Cfr Adv math VI 53 ldquoen efecto los filoacutesofos cirenaicos dicen que soacutelo existen las afecciones nada maacutesrdquo (οἵ τε γὰρ ἀπὸ τῆς Κυρήνης φιλόσοφοι μόνα φασὶν ὑπάρχειν τὰ πάθη
ἄλλο δὲ οὐδέν) 496 Veacutease lo que Sexto afirma sobre lo deseable exterior al sujeto en HP III 184
194
Pero incluso en esto los individuos quedan sometidos a una doble turbacioacuten por las afecciones mismas y no menos por creer que esas situaciones son malas por naturaleza497
No soacutelo la consideracioacuten de que las cosas son buenas o malas por naturaleza
(phyacutesei) produce turbacioacuten Tambieacuten la pueden producir las propias afecciones (tocircn
pathocircn) si no son asumidas como indiferentes
Podemos intuir tambieacuten una referencia al criterio praacutectico pirroniano en algunos
pasajes Sobre la no-asercioacuten en concreto en HP I 192-3 se expone como siendo
consecuencia de una afeccioacuten del esceacuteptico y no consecuencia de las cosas El
esceacuteptico adopta la no-asercioacuten ldquono como si las cosas fuesen de tal naturaleza que
llevaran necesariamente a ellardquo498 tal y como sucede en el indeterminismo de Pirroacuten
que se asume como caracteriacutestica natural de los objetos exteriores Sobre esto Sexto
afirma que ldquotambieacuten la indereminacioacuten (aoristiacutea) es una afeccioacuten (paacutethos) de la mente
(dianoiacuteas)rdquo499
Al considerarla como una afeccioacuten y no como una propiedad objetiva de la
naturaleza Sexto se separa del indeterminismo ontoloacutegico y se inclina por un criterio
praacutectico que se encuentre ldquoen epochḗrdquo eacutel mismo Sin embargo el hecho de que el
escepticismo se rija por el fenoacutemeno en tanto que fenoacutemeno y no en tanto que trasunto o
representacioacuten de un objeto no significa que las expresiones esceacutepticas al desligarse de
la objetividad carezcan de todo referente
En el apartado de los Esbozos en el que Sexto trata sobre el sentido de las
expresiones esceacutepticas encontramos lo siguiente
() proferimos ciertas expresiones indicadoras de la disposicioacuten esceacuteptica y de nuestras afecciones diciendo por ejemplo ldquono es maacutesrdquo ldquonada se debe determinarrdquo y otras semejantes ()500
Seguacuten esto las expresiones que los esceacutepticos emplean para exponer su postura
no pueden considerarse como afirmaciones dogmaacuteticas porque su referente ya no es la
cosa sino la afeccioacuten que se presenta al esceacuteptico que las profiere Estas expresiones
pues refieren a lo que el esceacuteptico siente o le aparece Asiacute el ou macircllon no declara una
indeterminacioacuten propia de la naturaleza como se desprende de Pirroacuten sino la
497 HP I 30 ἀλλὰ καὶ ἐν τούτοις οἱ μὲν ἰδιῶται δισσαῖς συνέχονται περιστάσεσιν ὑπό τε τῶν
παθῶν αὐτῶν καὶ οὐχ ἧττον ὑπὸ τοῦ τὰς περιστάσεις ταύτας κακὰς εἶναι φύσει δοκεῖν 498 HP I 193 οὐχ ὡς πρὸς τὴν φύσιν τοιούτων ὄντων τῶν πραγμάτων ὥστε πάντως ἀφασίαν
κινεῖν 499 HP I 198 Καὶ ἡ ἀοριστία δὲ πάθος διανοίας ἐστί 500 HP I 187 (hellip) ἐπιφθεγγόμεθα φωνάς τινας τῆς σκεπτικῆς διαθέσεως καὶ τοῦ περὶ ἡμᾶς
πάθους μηνυτικάς οἷον λέγοντες lsquoοὐ μᾶλλονrsquo lsquoοὐδὲν ὁριστέονrsquo καὶ ἄλλας τινάς (hellip)
195
indeterminabilidad con la que las cosas aparecen con independencia de que sean o no
indeterminadas501
Las afirmaciones esceacutepticas se convierten asiacute en expresioacuten de lo manifiesto y
soacutelo de lo manifiesto autolimitaacutendose502 en su alcance para no referir a nada maacutes allaacute de
la afeccioacuten
Lo esencial es que la formulacioacuten de estos enunciados expresa lo que a eacutel le aparece y manifiesta sin dogmatismos su propia afeccioacuten sin afirmar nada acerca de lo que hay fuera503
Por lo tanto el referente de cualquier enunciado esceacuteptico no ha de buscarse en
la realidad sino soacutelo en la apariencia Pero dentro del aacutembito de la apariencia iquestqueacute es
con precisioacuten aquello a lo que estos enunciados refieren En el texto anterior
encontramos que se han empleado dos verbos distintos para denominar ese acto de
referir leacutegein (expresar decir) y apangeacutellein (manifestar) El primero de ellos
lsquoexpresarrsquo se emplea para referir al teacutermino phainoacutemenon el segundo lsquomanifestarrsquo
para referir a paacutethos504 No parece tratarse de una redundancia sino maacutes bien de una
cierta forma de distincioacuten en el uso de dos conceptos similares pero diferentes
El enunciado esceacuteptico pues expresariacutea el fenoacutemeno y seriacutea manifestacioacuten de la
afeccioacuten del esceacuteptico Retomamos asiacute el anaacutelisis que iniciaacutebamos paacuteginas atraacutes505 a
propoacutesito de la identificacioacuten en HP I 19 del fenoacutemeno con ldquolas cosas acordesrdquo con las
sensaciones pasivas
Aunque se trata de distinciones en una fase muy inicial de tematizacioacuten parece
claro que al menos para Sexto phainoacutemenon y paacutethos no son teacuterminos sinoacutenimos
Ambos se emplean en el contexto del criterio praacutectico y ambos parecen significar por
igual lsquoaparienciarsquo Tambieacuten ambos son empleados al tratar acerca de la percepcioacuten Pero
paacutethos en el sentido del acto mismo de percibir mientras que phainoacutemenon en tanto
que podriacuteamos decir ldquocontenido intencionalrdquo de ese acto
501 Vid HP I 191 502 ldquo() el esceacuteptico presenta sus expresiones de forma que se autolimitan por su propia capacidad (ὡς
δυνάμει ὑφ ἑαυτῶν περιγράφεσθαι) no se diga que el esceacuteptico dogmatiza en la exposicioacuten de ellasrdquo HP I 15 ὁ δὲ σκεπτικὸς τὰς φωνὰς αὑτοῦ προφέρεται ὡς δυνάμει ὑφ ἑαυτῶν
περιγράφεσθαι οὐκ ἂν ἐν τῇ προφορᾷ τούτων δογματίζειν λεχθείη 503 HP I 15 τὸ δὲ μέγιστον ἐν τῇ προφορᾷ τῶν φωνῶν τούτων τὸ ἑαυτῷ φαινόμενον λέγει καὶ
τὸ πάθος ἀπαγγέλλει τὸ ἑαυτοῦ ἀδοξάστως μηδὲν περὶ τῶν ἔξωθεν ὑποκειμένων
διαβεβαιούμενος 504 En HP I 187 se emplea para ello el verbo mēnuacuteō (indicar) en HP I 197 en cambio se emplea el teacutermino dēlōtikeacute derivado del verbo dēloacuteō (hacer visible mostrar) Estos tres teacuterminos ndash apangeacutellō (manifestar comunicar) mēnuacuteō (indicar) y dēloacuteō (hacer visible mostrar) ndash siacute que parecen referir por igual al tipo de relacioacuten existente entre la expresioacuten esceacuteptica y el paacutethos al que refiere 505 Vid supra 195
196
La percepcioacuten es un ejemplo perfecto de lo que en la filosofiacutea contemporaacutenea506
se llaman ldquoactos intencionalesrdquo Como es sabido estos actos son aquellos que tienen la
caracteriacutestica de llevar consigo un ldquoobjetordquo al cual tienden y sin el cual no pueden
comprenderse
En las Investigaciones loacutegicas Husserl recoge la definicioacuten de Brentano de
ldquofenoacutemeno psiacutequicordquo (laquoaquellos fenoacutemenos que contienen intencionalmente un
objetoraquo507) para despueacutes precisarla de tal modo que acabaraacute constituyendo una de las
bases de la fenomenologiacutea
Reconocemos bajo la intencionalidad la propiedad de las vivencias de lsquoser conciencia de algorsquo (Bewusstsein von etwas zu sein) Esta propiedad maravillosa a la cual se reducen todos los enigmas metafiacutesicos y de la razoacuten pura se nos aparecioacute ante todo en el cogito expliacutecito percibir es percibir algo acaso una cosa juzgar es juzgar una situacioacuten valorar es valorar un contenido valioso desear es desear un contenido apetecible etc El obrar se refiere a la accioacuten el hacer concierne a lo hecho el amar a lo amado la alegriacutea a aquello de lo que uno se alegra etc En todo cogito actual una ldquomiradardquo irradia del puro Yo al lsquoobjetorsquo que es el respectivo correlato de la conciencia a la cosa la relacioacuten objetiva etc y lleva a cabo la muy diversa conciencia de eacutel508
Los ejemplos del uso de los teacuterminos paacutethos y phainoacutemenon en Sexto Empiacuterico
parecen darnos a entender que los esceacutepticos ya teniacutean conciencia en gran medida de la
existencia de este tipo de actos en el aacutembito de la afeccioacuten509 Asiacute los textos nos
inducen a entender ldquotograve paacutethosrdquo como ldquoel acto de la percepcioacutenrdquo y el ldquofenoacutemenordquo como
el objeto intencional de ese acto ndash lsquoobjetorsquo por supuesto en el sentido de ldquocorrelato de
concienciardquo y no de objeto exterior ndash
506 Entieacutendase lsquointencioacutenrsquo aquiacute de un modo maacutes proacuteximo a Husserl que a la escolaacutestica 507 solche Phaumlnomene welche intentional einen Gegenstand in sich enthalten (Husserl E Logische Untersuchungen II1 V sect 10 Max Niemeyer Verlag Tuumlbingen 1913 368) 508 Wir verstanden unter Intentionalitaumlt die Eigenheit von Erlebnissen bdquoBewuβtsein von etwas zu seinldquo Zunaumlchst trat uns diese wunderbare Eigenheit auf die alle vernunfttheoretischen und metaphysischen Raumltsel zuruumlckfuumlhren entgegen im expliziten cogito ein Wahrnehmen ist Wahrnehmen von etwas etwa einem Dinge ein Urteilen ist Urteilen von seinem Sachverhalt ein Werten von einem Wertverhalt ein Wuumlnschen von einem Wuumlnschverhalt usw Handeln geht auf Handlung Tun auf Tat Lieben auf Geliebtes sich Freuen auf Erfreuliches usw In jedem aktuellen cogito richtet sich ein von dem reinen Ich ausstrahlender bdquoBlickldquo auf den bdquoGegenstandldquo des jeweiligen Bewuβtseinskorrelats auf das Ding den Sachverhalt usw und vollzieht das sehr verschiedenartige Bewuβtsein von ihm (Husserl E Ideen zu einer reinen Phaumlnomenologie und phaumlnomenologishen Philosophie Herausgegeben von Max Niemeyer Halle 1913 I sect 84 Husserliana III 204 20-32 Cfr tambieacuten sectsect 36 85 ibid III 79-81 y 207-212) 509 La distincioacuten entre la afeccioacuten y lo que la afeccioacuten produce aparece tambieacuten en otros contextos de la obra de Sexto Empiacuterico como en el pasaje ya citado de Adv math VI 53 a propoacutesito de la filosofiacutea cirenaica ldquoen efecto los filoacutesofos cirenaicos dicen que soacutelo existen las afecciones nada maacutes por ello el sonido al no ser una afeccioacuten sino producto de afecciones no seraacute algo existenterdquo (οἵ τε γὰρ ἀπὸ τῆς
Κυρήνης φιλόσοφοι μόνα φασὶν ὑπάρχειν τὰ πάθη ἄλλο δὲ οὐδέν) La distincioacuten que aquiacute se pone en juego es por tanto entre las afecciones como el oiacuter y los productos de esas afecciones como el sonido que se oye que bien pudieacuteramos llamar ldquoobjetordquo del acto de oiacuter o auacuten ldquofenoacutemenordquo ndash no se puede oiacuter sin oiacuter un sonido ndash Se trata por tanto del mismo tipo de distincioacuten entre el acto y su objeto al que nos referimos respecto de los teacuterminos paacutethos y phainoacutemenon soacutelo que puesta en funcionamiento al tratar a cerca de una afeccioacuten concreta
197
Si este paralelismo es correcto el fenoacutemeno seriacutea en el funcionamiento de la
filosofiacutea esceacuteptica aquello que se asume de la apariencia mientras que el paacutethos seriacutea el
por queacute se asume Es decir el lsquopaacutethosrsquo seriacutea el acto incuestionable que afecta al sujeto y
el lsquophainoacutemenonrsquo el contenido incuestionado de ese acto
Por ese motivo el enunciado esceacuteptico ldquoexpresardquo el fenoacutemeno ndash aquello que se
asume ndash en tanto que ldquomanifiestardquo o ldquoindicardquo el paacutethos ndash la afeccioacuten que ha dado lugar
a que se asuma ese fenoacutemeno ndash
Ahora bien si paacutethos y phainoacutemenon no son para el esceacuteptico teacuterminos
sinoacutenimos iquestcuaacutel de ellos designa a aquello que ejerce de criterio vital Podemos
encontrar expresiones que indican que seriacutea el fenoacutemeno como cuando Sexto asegura
que el esceacuteptico sigue cualquier razonamiento que esteacute ldquode acuerdo con el
fenoacutemenordquo510 Pero tambieacuten podemos encontrarlas referidas al paacutethos511 o a las
ldquosensaciones pasivasrdquo512
Aunque se puedan precisar diferencias en su significado paacutethos y phainoacutemenon
funcionan en la praacutectica como un todo No puede haber afeccioacuten sin fenoacutemeno que sea
su objeto ni fenoacutemeno sin que se nos deacute en una afeccioacuten al igual que no puede haber
acto intencional sin objeto ni puede entenderse el uno sin el otro En este caso la causa
de que se acepte el objeto es la forma incuestionable en que el acto que lo ldquocontienerdquo se
nos da A esto refiere el teacutermino lsquopathetikḕ phantasiacutearsquo Por tanto la pregunta sobre cuaacutel
de los dos elementos debe considerarse el criterio de la accioacuten esceacuteptico no puede
responderse maacutes que de un modo son ambos elementos y la especial relacioacuten que los
une tomados como un todo los que permiten al escepticismo mantener un
comportamiento apartado de toda excentricidad vivir de la forma maacutes evidente posible
sin renunciar a la suspensioacuten del juicio en lo relativo al conocimiento
Al basarse en este tipo de criterio toda la filosofiacutea esceacuteptica podriacutea verse como
una gran contradiccioacuten Tras situar como fin uacuteltimo de su actividad tanto intelectual
como vital la consecucioacuten de la imperturbabilidad es decir un estado en el cual nada le
afecte el esceacuteptico afirma regirse en la praacutectica precisamente por aquello que le afecta
Como hemos visto sin embargo este tipo de criterio praacutectico no consiste en centrar la
atencioacuten sobre el hecho mismo del ser afectado sino en el contenido de aquello que nos
510 ldquokatagrave tograve phainoacutemenonrdquo HP I 17 511 HP I 193 512 HP I 19
198
afecta Ataraxiacutea y afeccioacuten son compatibles porque la afeccioacuten no es ndash para el
escepticismo ndash causa de perturbacioacuten si no se toma como objeto natural de valoracioacuten
si no se juzga acerca de su naturaleza como un bien o un mal Si soacutelo se toma como
manifestacioacuten evidente de un fenoacutemeno no tendraacute por queacute causar ninguna inquietud
El tipo de comportamiento resultante de una vida praacutectica regida por el
fenoacutemeno ademaacutes parece no soacutelo ser equivalente al que puedan desarrollar los
representantes de cualquier escuela dogmaacutetica sino de hecho no diferenciarse en
absoluto En la vida praacutectica cualquier sujeto ndash sea partidario de una corriente filosoacutefica
esceacuteptica de una dogmaacutetica o de ninguna de ambas ndash actuacutea de acuerdo a sus
impresiones antes que a sus ideas o teoriacuteas El acto de beber no suele llevarse a cabo
porque se considere un bien la hidratacioacuten sino por sed De lo contrario seguacuten el
razonamiento esceacuteptico seriacutea imposible evitar cuestionarse cuaacutenta hidratacioacuten es la
correcta y si lo que se ha bebido no seraacute excesivo o insuficiente Por el contrario al
prescindir de la nocioacuten de bien y atender al fenoacutemeno el criterio de la accioacuten es claro
beber sencillamente hasta dejar de sentir sed
Por lo tanto la ataraxiacutea a la que el esceacuteptico aspira no supone absoluta ausencia
de afecciones Se tratariacutea maacutes bien de un estado en el cual las afecciones ndash inevitables
ndash no se instalen en la conciencia como agitaciones inquietudes o turbaciones que
impidan que la vida se desarrolle normalmente Esto es la ataraxiacutea no es ni puede ser
apathiacutea no se trata de la ausencia de cualquier afeccioacuten (paacutethē) sino especiacuteficamente
de la negativa y molesta turbacioacuten (tarachḗ)
199
3 Nocioacuten de relacioacuten
31 Introduccioacuten
Pocos teacuterminos de los que se emplean usualmente en filosofiacutea son maacutes generales
y maacutes difiacuteciles de delimitar que el de ldquorelacioacutenrdquo Con eacutel nos referimos a cualquier
conexioacuten o correspondencia de una cosa con otra sin caracterizar ni el tipo de conexioacuten
de que se trate ni queacute clase de ldquocosasrdquo puedan ejercer el papel de polos de esa relacioacuten
Cualquier viacutenculo entre dos o maacutes entidades sean del tipo que sean tanto el viacutenculo
como las entidades es una relacioacuten
En la mayoriacutea de los casos los teacuterminos que son tan generales como eacuteste acaban
siendo definidos en su uso de manera negativa por la delimitacioacuten que supone aquello a
lo que no se aplican En el caso de la relacioacuten el teacutermino que se manifiesta como su
contrapuesto es el de lsquoabsolutorsquo Asiacute lsquorelativorsquo es todo aquello que no es absoluto es
decir todo lo que se refiere a algo y es condicionado por ello lsquoRelativistarsquo es el
partidario de una teoriacutea del conocimiento que admitiendo la existencia de verdades no
admite que estas sean absolutas Incluso la llamada lsquoTeoriacutea de la relatividadrsquo se define
en su formulacioacuten como aquella que establece que el tiempo y el espacio son conceptos
relativos por la imposibilidad de encontrar un sistema de referencia absoluto
Sin embargo aunque de acuerdo a esto podriacuteamos considerar la posibilidad de
dar la primaciacutea ontoloacutegica en este par de opuestos a lo absoluto ndash de hecho tendemos a
considerarlo como teacutermino ldquopositivordquo de la oposicioacuten frente al ldquonegativordquo que seriacutea lo
relativo ndash la definicioacuten del vocablo lsquoabsolutorsquo en castellano no nos parece que permita
esa atribucioacuten Seguacuten eacutesta absoluto es aquello que excluye toda relacioacuten o
comparacioacuten Es por tanto lo que no es relativo Y es lo relativo lo que goza de un
caraacutecter propio frente a lo que lo absoluto se opone513
En funcioacuten de la pareja de opuestos que ambos conforman podraacute entenderse de
dos maneras distintas el referente de cualquier pregunta sobre el ser de las cosas Una
pregunta del tipo ldquoiquestqueacute es xrdquo puede referirse a la naturaleza de la cosa por la que se
pregunta a lo que la cosa es por siacute (kathrsquo autoacute) con independencia de cualquier
circunstancia externa Por otra parte si se tiene en cuenta la influencia con la que las
circunstancias colateralmente la determinan la pregunta puede tambieacuten referirse a lo
que la cosa es con relacioacuten a algo (a alguna de esas circunstancias) El primer enfoque
seraacute el que corresponda a cualquier orientacioacuten filosoacutefica para la que el conocimiento
200
sea no soacutelo alcanzable sino ademaacutes universalizable e intersubjetivo Para doctrinas de
este tipo ndash el estoicismo puede ser un buen ejemplo514 ndash la respuesta a la pregunta ldquoqueacute
es xrdquo soacutelo puede ser la expresioacuten de la phyacutesis de aquello por lo que se pregunta
Existe tambieacuten la posibilidad de teniendo en cuenta la influencia de las
relaciones sobre la determinacioacuten de las cosas considerar pese a esa influencia que es
posible dar respuesta a la pregunta ldquoqueacute es xrdquo con la expresioacuten de su naturaleza pero de
su naturaleza en funcioacuten de una determinada relacioacuten Esta alternativa es la que
constituye el nuacutecleo de la doctrina relativista
Como se ha visto el escepticismo por su parte considera incompatible con su
postura filosoacutefica la pretensioacuten de esclarecer coacutemo sean las cosas por naturaleza pero al
tiempo presupone que hay una naturaleza de las cosas un modo de ser propio de la
realidad que se considera vedado para el conocimiento humano pero cuya existencia
no se cuestiona
Nuestra ineficacia para conocer la realidad por siacute misma por tanto nos aboca a
no poder decir nada de coacutemo sean las cosas y quedar limitados a la expresioacuten de coacutemo
las cosas nos aparecen a nosotros Eliminada la phyacutesis del horizonte de discurso
esceacuteptico la afeccioacuten se postula a un tiempo como campo de estudio y como criterio de
comportamiento
Ahora bien iquestde queacute estamos hablando cuando hablamos de ldquoafeccioacutenrdquo No se
trata del modo en que la cosa es (phyacutesis) sino del modo en que le aparece a un sujeto
O dicho de otra forma el modo en que la cosa aparece con relacioacuten a un sujeto Toda
afeccioacuten es inevitablemente relativa a aqueacutel a quien afecta Por lo tanto cuando
hablamos de ldquoafeccioacutenrdquo estamos hablando de un tipo concreto de relacioacuten la relacioacuten
entre el fenoacutemeno que afecta y el sujeto que es afectado
La pretensioacuten de objetividad que reside en la aspiracioacuten a conocer la naturaleza
de las cosas reside precisamente en el hecho de que a lo que se aspira es a conocerlas
con independencia de toda relacioacuten o al menos con independencia de toda relacioacuten que
no sea la relacioacuten de identidad que toda cosa guarda consigo misma Asiacute un
determinado conocimiento seriacutea completo soacutelo en el caso de que no fuera relativo a
ninguna otra cosa que no sea aquella de la que es conocimiento
513 La propia etimologiacutea latina del teacutermino absoluto asiacute lo indica ab-solutum es aquello que no estaacute ligado a otra cosa 514 Sobre el modo en que esto aparece en la doctrina estoica veacutease supra 31 y ss
201
El argumento esceacuteptico consiste en mostrar que no hay posibilidad alguna de
que se deacute un conocimiento de este tipo pues como tal conocimiento seraacute siempre
relativo a algo Como miacutenimo relativo a un conocedor
Asiacute pues aunque la nocioacuten de afeccioacuten fuera la escogida como criterio vital y
denominacioacuten preferente del aacutembito en el que el esceacuteptico puede desarrollar su
actividad especulativa la contraposicioacuten en la que se basa la filosofiacutea esceacuteptica no es
tanto la muy conocida oposicioacuten entre naturaleza y fenoacutemeno como la maacutes general y
menos mencionada que enfrenta a las nociones de lsquonaturalezarsquo y lsquorelacioacutenrsquo
El hecho de que la afeccioacuten fuese la relacioacuten que el esceacuteptico necesitaba para
basar en ella su criterio praacutectico y su propia actividad teoacuterica no significa que fuese la
uacutenica Y es a la hora de argumentar por todas las viacuteas posibles frente a las tesis
dogmaacuteticas basadas en la naturaleza de las cosas cuando se revela que la alternativa al
katagrave phyacutesin estaacute en todo el aacutembito de lo relativo (tograve proacutes ti) y que los argumentos
esceacutepticos deberaacuten orientarse por tanto a mostrar el sustrato relativo subyacente a
cualquier conocimiento
El esceacuteptico insiste en que todo aparece ldquocon relacioacuten a algordquo que todo es por
tanto relativo No se trata como ya hemos mencionado en otras ocasiones de una
afirmacioacuten taxativa del caraacutecter relativista del mundo o del conocimiento El esceacuteptico
no afirma que el mundo sea para una determinada relacioacuten ndash un sujeto cognoscente una
circunstancia etc ndash tal como relativamente parece ser Se limita a sentildealar el hecho de
que en esa relacioacuten aparezca asiacute
El octavo tropo es el de ldquoa partir del con relacioacuten a algordquo seguacuten el cual razonamos que como todas las cosas son con relacioacuten a algo mantendremos en suspenso el juicio sobre el queacute son de manera absoluta y seguacuten su naturaleza Pero es preciso darse cuenta de una cosa de que aquiacute como en otras partes usamos el ldquosonrdquo en lugar del ldquoaparecenrdquo como queriendo decir ldquotodas las cosas aparecen con relacioacuten a algordquo 515
Dado que todo es (aparece) ldquocon relacioacuten a algordquo no podemos decir coacutemo es
cada cosa absolutamente coacutemo es seguacuten su propia naturaleza e independientemente de
todo lo demaacutes ya que todo estaacute (o se muestra) en relacioacuten con lo demaacutes
Soacutelo podemos decir pues coacutemo aparece cada cosa ldquocon relacioacuten a algordquo a este
sujeto en esta circunstancia cantidad composicioacuten etc Esto es coacutemo aparece cada
515 HP I 135 Ὄγδοός ἐστι τρόπος ὁ ἀπὸ τοῦ πρός τι καθ ὃν συνάγομεν ὅτι ἐπεὶ πάντα ἐστὶ
πρός τι περὶ τοῦ τίνα ἐστὶν ἀπολύτως καὶ ὡς πρὸς τὴν φύσιν ἐφέξομεν ἐκεῖνο δὲ χρὴ
γινώσκειν ὅτι ἐνταῦθα ὥσπερ καὶ ἐν ἄλλοις τῷ lsquoἔστιrsquo καταχρώμεθα ἀντὶ τοῦ lsquoφαίνεταιrsquo
δυνάμει τοῦτο λέγοντες lsquoπρός τι πάντα φαίνεταιrsquo
202
cosa relativamente Sobre la naturaleza de las cosas en cambio ha de mantenerse la
suspensioacuten del juicio
Para el esceacuteptico la nocioacuten de relacioacuten es la base uacuteltima que sustenta la
pretensioacuten de la suspensioacuten del juicio En cierto modo puede considerarse como un
ldquofundamento teoacutericordquo de la epochḗ Gracias a que todo aparece de un modo u otro en
relacioacuten con algo distinto de siacute mismo puede contraponerse el modo en que lsquoxrsquo aparece
en la relacioacuten A con el modo en que aparece en la relacioacuten B Y puesto que ninguno de
esos dos modos es el modo en que lsquoxrsquo se muestra kathrsquo autoacute el modo en que se muestra
por siacute mismo con independencia de todo ninguno de los dos modos estaacute maacutes legitimado
que el otro para ser considerado el modo en que lsquoxrsquo se da realmente lo que lsquoxrsquo es La
equipolencia de fuerzas se sostiene asiacute sobre la base que le ofrece la firme creencia
esceacuteptica de que todo aparece ldquocon relacioacuten a algordquo
En uacuteltima instancia seguacuten esto toda la filosofiacutea esceacuteptica se retrotrae a la nocioacuten
de relacioacuten Sin epochḗ no es posible la ataraxiacutea la imperturbabilidad del aacutenimo que es
el objetivo uacuteltimo de esta escuela pero sin isostheacuteneia sin equilibrio de capacidad
persuasiva entre los fenoacutemenos o consideraciones teoacutericas no es posible alcanzar la
epochḗ y si no se muestra claramente que todas las cosas aparecen proacutes ti con relacioacuten
a algo no seraacute posible sostener el equilibrio entre argumentos dogmaacuteticos La
argumentacioacuten esceacuteptica entera toda su criacutetica de las tesis dogmaacuteticas su puesta en
cuestioacuten de la veracidad del testimonio de los sentidos su criterio praacutectico sus
refutaciones de los contraargumentos de sus adversarios etceacutetera dependen de su
capacidad para mostrar convincentemente que todo cuanto se nos da se nos da de
manera relativa
En ese contexto se encuadra la coleccioacuten del cataacutelogo de los diez tropos por
Enesidemo seguacuten Sexto nos lo transmite Los tropos son antes que nada un cataacutelogo
de las maneras de argumentar en funcioacuten de los modos de darse de las cosas pero
impliacutecitamente podriacutean considerarse tambieacuten una clasificacioacuten de esos modos en que las
cosas se dan a nuestro conocimiento
Cierto es que no se ofrecen con la pretensioacuten de ser una clasificacioacuten exhaustiva
de los modos de darse de las cosas El propio Sexto lo sentildeala expresamente ldquo(hellip)
propondreacute los tropos por los que se guiacutea la suspensioacuten del juicio sin ser taxativo sobre
203
su nuacutemero y validezrdquo516 Pero a pesar de la ausencia de aspiracioacuten a la completitud
tampoco se ofrece la lista de los tropos como desprovista de todo orden y de toda
estructuracioacuten interna Como vimos517 los tropos aparecen agrupados en un esquema
general que los clasifica en tres tipos superiores denominados ldquoapartir del que juzgardquo ldquoa
partir de lo que se juzgardquo y ldquoa partir de ambosrdquo Y estos tres tipos a su vez pueden
considerarse como divisiones de una clase generaliacutesima que agrupariacutea a todos los
tropos la denominada ldquoa partir de la relacioacutenrdquo El esquema resultante de esta
clasificacioacuten por tanto seriacutea el siguiente
516 HP I 35 καὶ τοὺς τρόπους ὑποθήσομαι δι ὧν ἡ ἐποχὴ συνάγεται οὔτε περὶ τοῦ πλήθους
οὔτε περὶ τῆς δυνάμεως αὐτῶν διαβεβαιούμενος Vid tambieacuten HP I 36 y HP I 38 517 Vid supra 140
A partir de la relacioacuten
A partir del que juzga (apograve toucirc kriacutenontos)
A partir de lo que se juzga (apograve toucirc krinomeacutenou)
A partir de ambos (ex amphoicircn)
Tropo 1ordm (seguacuten la diversidad de los animales)
Tropo 2ordm (seguacuten la diferencia entre los hombres)
Tropo 3ordm (seguacuten las diferentes constituciones de los sentidos)
Tropo 4ordm (seguacuten las circunstancias)
Tropo 7ordm (seguacuten las cantidades y composiciones de los objetos)
Tropo 10ordm (seguacuten las leyes costumbres creencias y opiniones)
Tropo 5ordm (seguacuten las posiciones distancias y lugares)
Tropo 6ordm (seguacuten las interferencias)
Tropo 8ordm (a partir del ldquocon relacioacuten a algordquo)
Tropo 9ordm (seguacuten los sucesos frecuentes o los raros)
204
Por tanto es el argumento basado en la relacioacuten el que se encuentra a la base de
todo el arsenal argumentativo esceacuteptico
Asiacute si tiene sentido para el esceacuteptico considerar que todos los tipos de
argumentacioacuten posibles que conducen a la suspensioacuten del juicio se sustentan en el hecho
de que a su base hay una relacioacuten es porque la relacioacuten es considerada como el modo en
que se dan los fenoacutemenos Para el esceacuteptico es evidente que todo aparece ldquoen sus
relacionesrdquo Esto es aparece en un lugar en un momento en una posicioacuten pero
tambieacuten para un sujeto en una circunstancia en una composicioacuten con una frecuencia
etc La nocioacuten de relacioacuten asumida por el esceacuteptico define pues el modo en que
cualquier cosa se presenta ante nosotros Se trata de la estructura general de los
fenoacutemenos una estructura que permite la estrategia dialeacutectica de la oposicioacuten para
forzar la epochḗ respecto de cualquiera de ellos El hecho de que dependa o no de la
existencia de relaciones maacutes allaacute del propio fenoacutemeno es de este modo indiferente No
lo era para Pirroacuten para quien el hecho de que las cosas esteacuten interrelacionadas de tal
modo que no se puedan delimitar o aun diferenciar era la causa de la necesidad de
asumir la imposibilidad del conocimiento518 Ni tampoco para Protaacutegoras y sus
seguidores para quienes una relacioacuten la relacioacuten de la cosa con el sujeto determina el
modo en que la cosa es
En el contexto esceacuteptico en cambio la nocioacuten de relacioacuten no determina la
realidad sino el conocimiento de la misma
32 Implicaciones de la nocioacuten de relacioacuten
Cuando desde el momento actual dentro de la historia de la filosofiacutea
contemplamos la carga de connotaciones que arrastra la asuncioacuten por parte de una
determinada corriente de la relacioacuten como diriacuteamos hoy ldquocaracteriacutestica necesaria de los
entesrdquo lo que se nos muestra es una abigarrada marantildea de consecuencias ontoloacutegicas
que determinan fuertemente la posicioacuten ontoloacutegica de esa teoacuterica corriente Desde la
Edad Media en adelante el estudio de la relacioacuten ha dado como resultado la delimitacioacuten
de distintas variedades todas ellas dotada de rasgos particulares La escolaacutestica en
especial ha distinguido tipos diferentes de relaciones como la relacioacuten predicamental o
518 Veacutease 123 y ss
205
la trascendental519 cada una de las cuales tiene caracteriacutesticas por completo diferentes y
conlleva de asumirse como necesaria para todo sujeto sus propias consecuencias
Asiacute la relacioacuten predicamental es una categoriacutea o predicamento accidental maacutes
junto con los otros nueve incluiacutedos en el listado categorial aristoteacutelico mientras que la
trascendental estaacute por encima de las categoriacuteas puesto que las abarca y constituye a
todas ellas520
En el anaacutelisis que estamos intentando llevar a cabo podriacuteamos vernos tentados a
emplear algunos de los elementos que la escolaacutestica desarrolloacute como explicacioacuten de la
nocioacuten aristoteacutelica de relacioacuten en sus distintas variantes aplicaacutendolos a la nocioacuten de
relacioacuten presente en el escepticismo Sin embargo toda esa caracterizacioacuten desarrollada
a propoacutesito de los tipos de relacioacuten era inexistente o muy incipiente en eacutepoca
heleniacutestica de modo que tratar de emplearla para la aclaracioacuten de la posicioacuten esceacuteptica
supondriacutea un claro anacronismo Incluso la utilizacioacuten de terminologiacutea posterior a la
eacutepoca de los textos a analizar ndash a menudo inevitable ndash habraacute de realizarse con particular
cuidado
Por ejemplo la distincioacuten dentro de los elementos que conforman una relacioacuten
entre lsquosujetorsquo lsquofundamentorsquo y lsquoteacuterminorsquo de esa relacioacuten si bien no aparece en ninguacuten
texto esceacuteptico siacute puede considerarse ndash al margen de la terminologiacutea concreta ndash
impliacutecita en el concepto de relacioacuten que en ellos se estaacute manejando La relacioacuten que
Sexto emplea como paradigmaacutetica en su exposicioacuten del tropo octavo521 la existente
entre objeto conocido y sujeto cognoscente difiacutecilmente podriacutea entenderse sin
presuponer la diferencia entre un lsquosujetorsquo inicial de la relacioacuten (el objeto conocido en
519 Ameacuten de las relaciones de causalidad de conveniencia y disconveniencia de identidad de semejanza o de igualdad que son subtipos de la relacioacuten predicamental 520 Esta distincioacuten procede de la consideracioacuten aristoteacutelica de la unidad de todas las categoriacuteas en tanto que sentidos del ser explicada como unidad de referencia o relacioacuten ad unum En efecto todas las categoriacuteas que siguen a la ousiacutea en el listado de Aristoacuteteles son lo que son en virtud de su relacioacuten con la ousiacutea Y este sentido de lsquorelacioacutenrsquo no puede reducirse en absoluto a la lsquorelacioacutenrsquo que aparece incluida en el propio listado esto es a la categoriacutea de relacioacuten ya que sirve de fundamento tambieacuten a esta Resulta interesante sentildealar que en los diez tropos de Enesidemo encontramos impliacutecitamente una distincioacuten anaacuteloga a esta en efecto el tropo esceacuteptico ldquode la relacioacutenrdquo coexiste como ya hemos visto (vid Supra 206) con el hecho de que todos los tropos sean concebidos como formas particulares de un tropo generaliacutesimo tambieacuten denominado ldquode la relacioacutenrdquo Asiacute el tropo especiacuteficamente referido a la relacioacuten (el tropo 8ordm) seriacutea anaacutelogo a la relacioacuten categorial o predicamental aristoteacutelica (se trata en un caso de un tropo particular del pirronismo y en el otro de una categoriacutea particular del aristotelismo) y por su parte la relacioacuten que atraviesa todos los tropos se corresponderiacutea con la relacioacuten trascendental aristoteacutelica (entanto que tal relacioacuten pirroacutenica que trasciende todos los tropos es constitutiva del ser mismo ndash relativo ndash de los fenoacutemenos) Existe por tanto en Sexto asiacute como en el pirronismo seguacuten eacutel nos lo transmite una cierta trascendentalidad de la relacioacuten 521 Vid HP I 135-140
206
este caso) un lsquoteacuterminorsquo distinto de aqueacutel (el sujeto cognoscente) y una determinacioacuten
de ese primer lsquosujetorsquo que se orienta hacia el teacutermino
Es evidente pues que el esceacuteptico diferencia esos tres elementos como
interviniendo en la relacioacuten En el hecho de que yo perciba dulce el sabor de la miel la
miel es el sujeto relativo el punto de partida de la relacioacuten y el sabor dulce es la
determinacioacuten de la miel que se orienta hacia un teacutermino diferente de esta (yo que la
percibo) Si se pone el acento en la consideracioacuten de que ldquoel dulzorrdquo es una
determinacioacuten de la miel podriacutea parecer que la asuncioacuten de esta estructura como propia
de las relaciones obligariacutea al esceacuteptico a aceptar que los objetos cognoscibles son de una
determinada manera Esta presuposicioacuten que consideramos que en efecto se da en el
escepticismo no creemos que pueda afirmarse que se deacute por este motivo En efecto el
dulzor seriacutea una determinacioacuten de la miel pero la miel no seriacutea para el esceacuteptico un
objeto en sentido estricto sino un fenoacutemeno El fundamento de la relacioacuten es el dulzor
con el que la miel se me muestra
Si decimos que el escepticismo asume determinaciones objetivas no es en base a
la relacioacuten sino al empleo argumentativo que hace de las relaciones No hay
inconveniente desde el punto de vista de la neutralidad ontoloacutegica en considerar que el
fenoacutemeno que llamamos ldquomielrdquo se muestre a un sujeto percipiente como dulce y que
de este modo el sabor dulce es una caracteriacutestica de ese fenoacutemeno Tampoco lo habriacutea
en considerar lo contrario es decir que el fenoacutemeno ldquomielrdquo se muestre amargo a un
sujeto Pero siacute lo hay si se argumenta que entre el primero de estos hechos y el segundo
se crea afirmados los dos a un tiempo un equilibrio tensional que obliga a suspender el
juicio respecto de coacutemo sea la miel objetivamente Esta argumentacioacuten implica que
ldquodulzorrdquo y ldquoamargorrdquo no pueden ser ambos determinaciones de la miel a un mismo
tiempo El relativista considerariacutea que siacute pueden serlo la miel seriacutea dulce para el sujeto
A y amarga para el sujeto B El esceacuteptico en cambio entiende que ambas afirmaciones
son excluyentes Y si lo son es porque
1- Se asume un aacutembito de objetividad uacutenico y comuacuten a todos los sujetos
2- Se presupone (en virtud de un principio de no-contradiccioacuten asumido
impliacutecitamente) que soacutelo una de ambas determinaciones opuestas puede ser real para
cada objeto
3- Se considera que no hay criterio disponible con el que juzgar entre ambas
determinaciones cuaacutel es la correcta
207
Esto habraacute de tratarse en profundidad en otra parte de este trabajo522 En el punto
en que nos encontramos empero nada permite sacar tales conclusiones Las
implicaciones de la aceptacioacuten de la nocioacuten proacutes ti que el esceacuteptico asume como vaacutelidas
tendraacuten pues que identificarse por otro procedimiento que no sea el anaacutelisis de la mera
estructura de la relacioacuten
Uno de los tradicionales problemas filosoacuteficos para aceptar la nocioacuten de relacioacuten
como una de las categoriacuteas de la realidad ha sido el que se encuentra impliacutecito en el
planteamiento de eleacuteatas y megaacutericos Su tesis fundamental e inamovible es que ldquoel ser
es y el no-ser no esrdquo afirmacioacuten a traveacutes de la cual se construyoacute la defensa de la unidad
e inmutabilidad del ser por parte de Parmeacutenides523 y de la imposibilidad del
movimiento por parte de Zenoacuten524 Pero esa misma tesis tambieacuten constituye un
poderoso argumento en contra de la existencia de relaciones Si se afirma de modo
absoluto y sin hacer distinciones adicionales a la de serno-ser entonces no puede haber
relacioacuten alguna ldquoEl ser es y el no-ser no esrdquo supone no soacutelo que el ser se afirme y la
nada se niegue sino tambieacuten que cada cosa es lo que es y no es lo que es otra cosa que
ella525 No habriacutea por tanto ninguacuten fundamento para considerar a una cosa como
semejante ideacutentica anaacuteloga etceacutetera a otra cosa
Aristoacuteteles salva esta dificultad introduciendo distinciones en el ser que sin
llegar a insertar el no-ser en eacutel permiten una cierta gradacioacuten tales como potenciaacto
sustanciaaccidentes o materiaforma526 Asiacute el no-ser no es pero el ser puede ser en
522 Veacutease 213 y ss asiacute como 256 y ss 523 Vid supra 45 y ss 524 Vid supra 53 y ss 525 Vid Aubenque P Le problegraveme de lrsquoecirctre chez Aristote Presses Universitaires de France Pariacutes 1962 Traduccioacuten castellana El problema del ser en Aristoacuteteles Taurus Madrid 1974 143-9 Veacutease tambieacuten Platoacuten Sofista 252 b 526 Ademaacutes de estas distinciones ha de tenerse tambieacuten en cuenta que para Aristoacuteteles a diferencia de lo que ocurre para el eleatismo el verbo lsquoserrsquo no es uniacutevoco sino que posee diversas significaciones El participio presente del verbo ser tograve oacuten es aplicable a toda la realidad en cualquiera de sus aspectos pero eso no impide que el verbo mismo pueda no aplicarse siempre en el mismo sentido ldquoEl ser se dice de muchas manerasrdquo (Met IV 1003 b 5) y eso permite una importante flexibilidad en su atribucioacuten siempre entre usos y sentidos del verbo que estaacuten conectados entre siacute en cierta manera (ldquoDe unas cosas se dice que son por ser entidades de otras por ser un proceso hacia la entidad o bien corrupciones o privaciones o cualidades o agentes productivos o agentes generadores ya de la entidad ya de aquellas cosas que se dicen en relacioacuten con la entidad o bien por ser negaciones ya de alguna de estas cosas ya de la entidadrdquo τὰ μὲν γὰρ ὅτι οὐσίαι ὄντα λέγεται τὰ δ ὅτι πάθη οὐσίας τὰ δ ὅτι ὁδὸς εἰς
οὐσίαν ἢ φθοραὶ ἢ στερήσεις ἢ ποιότητες ἢ ποιητικὰ ἢ γεννητικὰ οὐσίας ἢ τῶν πρὸς τὴν οὐσίαν
λεγομένων ἢ τούτων τινὸς ἀποφάσεις ἢ οὐσίας Met IV 1003 b 6-10 Cfr Aubenque P Op cit 158-198 Calvo Martiacutenez T Aristoacuteteles y el aristotelismo Akal Madrid 1996 32 Brentano F Von der mannigfachen Bedeutung des Seienden nach Aristoacuteteles Hildesheim Olms 1960 [1862] Traducccioacuten espantildeola de Manuel Abella Sobre los muacuteltiples significados del ente seguacuten Aristoacuteteles Ediciones Encuentro Madrid 2007 passim especialmente 40-44 y 83-92)
208
potencia o ser en acto puede ser sustancia o ser accidente y puede tratarse de eacutel en
cuanto a su materia o en cuanto a su forma
El escepticismo por su parte nunca tematizoacute la dificultad que la tesis eleaacutetica
suponiacutea para la aceptacioacuten de relaciones ya que esta dificultad se enmarcariacutea dentro del
aacutembito de la phyacutesis Pero el hecho de que la escuela nunca tratase el tema
expliacutecitamente no impide que al menos podamos plantearnos si su aceptacioacuten del proacutes ti
en lo que respecta al aacutembito fenomeacutenico llevariacutea aparejada tambieacuten ndash para ese aacutembito ndash
alguna de las consecuencias que tuvo que asumir Aristoacuteteles para salver la relacioacuten de la
dicotomiacutea serno-ser
La cuestioacuten es por tanto si el fenoacutemeno tiene para los esceacutepticos caracteriacutesticas
anaacutelogas a las de potencia y acto sustancia y accidentes materia y forma o alguna otra
similar Evidentemente la distincioacuten hilemoacuterfica no puede incluirse en la tematizacioacuten
expresa del fenoacutemeno por el escepticismo ya que no puede hablarse de ldquomateriardquo sin
rebasar de alguacuten modo el aacutembito de la afeccioacuten Sustancia y accidentes en cambio si
podriacutean haber sido asumidas en cierta medida como caracteriacutesticas propias de lo que al
esceacuteptico le aparece Sin embargo no es una distincioacuten que podamos encontrar a la base
de los argumentos de la escuela Antes al contrario a menudo el escepticismo emplea
formas de argumentacioacuten que no distinguen entre sustancia y accidentes527 Tampoco la
distincioacuten potenciaacto puede considerarse como asumida impliacutecitamente por el
escepticismo ya que a pesar de que puedan hallarse argumentos esceacutepticos basados
tanto en lo que es (aparece) es decir en lo actual como en lo que puede ser (aparecer)
es decir en lo potencial528 y tambieacuten a pesar de que estos argumentos puedan
considerarse como dotados de la misma fuerza persuasiva el hecho de que aparezcan
argumentos de estos dos tipos y ambos se consideren igualmente vaacutelidos sin una
tematizacioacuten expresa de su igualdad o diferencia tanto puede concebirse como un
indicio de su distincioacuten como de su equiparacioacuten
Ninguna de las consecuencias ontoloacutegicas que la defensa de la nocioacuten de
relacioacuten tuvo para Aristoacuteteles parece haberse filtrado por tanto a la filosofiacutea esceacuteptica
Esto puede deberse a que mientras para el de Estagira era imprescindible poder explicar
la existencia de relaciones en la naturaleza (relaciones que maacutes tarde vendraacuten a derivar
527 De hecho si se contemplan desde un punto de vista proacuteximo al aristotelismo la mayoriacutea de los argumentos esceacutepticos son de este tipo Por ejemplo asiacute lo parecen todos los ejemplos referidos por Sexto respecto al criterio de los sentidos en HP II 54-6 Sin embargo en ninguacuten caso se llega en el escepticismo a ejemplos tan extremos como los que se encuentran expuestos por Eutidemo y Dionisodoro en el pasaje sobre Clinias del Eutidemo (202 c-e) Sobre esto veacutease infra 330 asiacute como supra 83 y ss
209
en las llamadas ldquopredicamentalesrdquo) al esceacuteptico le bastaba con poder afirmar que todo
cuanto le apareciacutea fenomeacutenicamente le apareciacutea como en relacioacuten a algo esto es le
apareciacutea dotado de relaciones independientemente de que estas fueran consideradas
como ldquorealesrdquo o como meras ldquorelaciones de razoacutenrdquo El esceacuteptico de este modo no
habriacutea entendido la tesis eleaacutetica sobre el ser como algo que refiriese en modo alguno a
lo que consideraba ldquorelacioacutenrdquo ldquoEl ser es el no-ser no esrdquo habla de la naturaleza del ser
no de su apariencia mientras que la relacioacuten esceacuteptica refiere a la apariencia de las
cosas al modo en que se nos presentan imbricadas unas en otras de tal manera que
ninguna puede captarse aislada
La conclusioacuten de la nocioacuten proacutes ti en el escepticismo es que nada de lo que nos
aparece puede ser considerado con independencia del resto de lo que nos aparece o
puede aparecernos y de nosotros mismos No hay forma de determinar los fenoacutemenos
para que sean inequiacutevocos Las implicaciones de este tipo de asuncioacuten de la relacioacuten no
seraacuten ya pues preconcepciones ocultas que condicionen el modo de pensamiento
esceacuteptico Al menos no seraacuten esas preconcepciones en siacute mismas
Sin embargo es esta asuncioacuten la que juega un papel maacutes importante en el modo
en que la filosofiacutea esceacuteptica construye sus presupuestos La relacioacuten es la condicioacuten de
posibilidad de la mayor parte de las nociones fundamentales de la filosofiacutea esceacuteptica
Como vimos paacuteginas atraacutes529 soacutelo gracias a que se sostiene que todo lo que se puede
dar a un sujeto se le da ldquocon relacioacuten a algordquo puede desarrollarse la liacutenea argumentativa
que concuye en la epochḗ Y de ese modo la relacioacuten se convierte en el sustento uacuteltimo
de todo el edificio argumentativo esceacuteptico Sin la base que la relacioacuten aporta careceriacutea
de sentido la nocioacuten esceacuteptica de argumentacioacuten que analizaremos maacutes adelante530
Ademaacutes tambieacuten la afeccioacuten el espacio que el esceacuteptico se marca como propio para su
actividad teoacuterica requiere de la asuncioacuten de la relacioacuten ya que inevitablemente toda
afeccioacuten (paacutethē) seraacute una cierta forma de relacioacuten531 Por el mismo motivo el hecho de
que se asuma la existencia de relaciones es tambieacuten condicioacuten de posibilidad de la
aceptacioacuten de nociones como las de lsquocausalidadrsquo532 o lsquocontradiccioacutenrsquo533 y en uacuteltima
instancia de la particular nocioacuten de lsquoverdadrsquo534 que subyace al escepticismo
528 El ejemplo maacutes claro de este uacuteltimo tipo de argumentos es el que aparece en HP I 33-4 529 Vid supra 204 530 Vid infra 213 y ss 531 Vid supra 202 532 Vid infra 229 y ss 533 Vid infra 256 y ss 534 Vid infra 295 y ss
210
Asiacute toda la filosofiacutea pirroacutenica tanto en lo que refiere a sus elementos expliacutecitos
como los conceptos con los que cuenta impliacutecitamente descansa no sobre el prejuicio
ontoloacutegico de la relacioacuten como caracteriacutestica universalizable de la realidad sino sobre
otros preconceptos ontoloacutegicos o maacutes bien ldquopre-ontoloacutegicosrdquo que pueden darse gracias a
la universalizacioacuten episteacutemica de la nocioacuten de relacioacuten
211
4 Nocioacuten de argumentacioacuten
41 Funcioacuten de la argumentacioacuten en el escepticismo
Para cualquier lector de la obra de Sexto Empiacuterico resulta evidente desde el
primer momento que los textos ante los que se encuentra son ante todo una gran red de
argumentaciones A lo largo de los diferentes tratados que componen su obra cada uno
de ellos orientado hacia una temaacutetica distinta y concebido de manera diferente e incluso
a lo largo de cada pasaje concreto de todos esos tratados no hay un soacutelo instante en que
el lector deje de encontrarse ante alguna forma de argumento entendido este teacutermino
como ldquoun razonamiento mediante el cual se intenta probar o refutar una tesis
convenciendo a alguien de la verdad o falsedad de la mismardquo535 La intencioacuten que
unifica la praacutectica totalidad de los pasajes de Sexto es la buacutesqueda del modo adecuado
para convencer de aquello que defiende
Mientras que para Pirroacuten y la mayoriacutea de sus disciacutepulos directos la ataraxiacutea era
la actitud que se cultivaba dentro del ciacuterculo filosoacutefico maacutes proacuteximo y lo que ocurriese
fuera de ese ciacuterculo era indiferente536 para los esceacutepticos posteriores no basta con que
ese estado se alcance en el aacutembito privado que conforman los liacutemites de la escuela Asiacute
se manifiesta en sus integrantes una innegable tendencia al proselitismo filosoacutefico La
postura ndash no doctrina ndash desarrollada por el escepticismo debe ser comunicada y
difundida tanto como sea posible y su superioridad respecto de las tesis dogmaacuteticas
manifestada en cualquier ocasioacuten que lo permita Tanto el escepticismo acadeacutemico
como el pirroacutenico se vuelven en este intento hacia la dialeacutectica La actitud vital ante la
propia filosofiacutea ya no es la relajada indiferencia de Pirroacuten o la huida de las discusiones
de su disciacutepulo Euriacuteloco537 sino la buacutesqueda deliberada de adversarios doctrinales con
el doble objetivo de vencerlos para convencer al puacuteblico (auditorio o lectores) y de
convencer a los adversarios mismos
Arcesilao en el aacutembito acadeacutemico se sirve como vimos538 de los meacutetodos
argumentativos de Diodoro Crono Enesidemo funda el escepticismo pirroacutenico sobre la
base argumentativa que conforman los diez tropos o ldquomodos de argumentacioacuten
535 Ferrater Mora J Diccionario de filosofiacutea Alianza Editorial Madrid 1982 Vol 1 201 b 32-35 (La cursiva es nuestra) 536 Motivo por el cual en Pirroacuten no se aprecia intento ninguno de desarrollar argumentaciones complejas frente a quienes no adoptasen su caracteriacutestica forma de filosofiacutea (veacutease supra 124 y ss) 537 DL IX 69 (Vid supra 133-4)
212
esceacutepticardquo Sexto por su parte recopila los tropos enesidemianos junto con otros como
los de Agripa y desarrolla algunas formas de argumentacioacuten propias ademaacutes emplea
todas las estrategias argumentativas ajenas posibles con tal de que le sean uacutetiles para
alcanzar su objetivo acabar con la capacidad persuasiva de todo argumento dogmaacutetico
y reducir su fuerza de conviccioacuten a la de una mera posibilidad equilibrada con su
contraria Asiacute pretende no dejar otra salida que suspender el juicio y por tanto
arrinconar a todo interlocutor entre la irracionalidad de la eleccioacuten sin motivo y la
ataraxiacutea derivada de la no eleccioacuten entre ambas posibilidades
La necesidad de alcanzar una equivalencia completa de fuerza persuasiva entre
el argumento que conduce a una tesis cualquiera (A) y el que conduce a su contraria
(notA) implica que el escepticismo tiene que concebir sus argumentaciones al maacutergen de
cualquier conviccioacuten Ante la afirmacioacuten de la tesis A por parte de su interlocutor el
filoacutesofo esceacuteptico ha de defender notA de manera automaacutetica al igual que ante la
afirmacioacuten de notA deberaacute defender la tesis A Tanto en uno como en otro caso considera
que existen argumentos vaacutelidos de los que puede servirse Esos argumentos ademaacutes
deberiacutean tener una capacidad persuasiva equivalente para que la pretensioacuten del
esceacuteptico pueda mantenerse Asiacute seraacute necesario desarrollar modos de argumentar
convincentes tanto para apoyar A como notA si bien es cierto que las argumentaciones
dogmaacuteticas tienden a concentrarse en un tipo de tesis concreto (la defensa del
conocimiento de un modo u otro) y por tanto las del esceacuteptico habraacuten de centrarse
tambieacuten especialmente en sus contrarias la criacutetica de la posibilidad del conocimiento539
Este modo de contemplar la funcioacuten de la argumentacioacuten recuerda en cierta
manera al estilo dialeacutectico de los sofistas En la sofiacutestica tampoco hay relacioacuten estricta
entre argumentaciones y convicciones El sofista defiende aquello que le toca defender
sea como mero ejercicio o sea por motivos poliacuteticos econoacutemicos etc Sin embargo en
el caso de la sofiacutestica esta ausencia de convicciones se debe en uacuteltima instancia a una
una firme conviccioacuten previa de caraacutecter tanto epistemoloacutegico como ontoloacutegico el
538 Vid supra 97 539 Recueacuterdese que la postura esceacuteptica teoacuterica que se expicita en Sexto en HP I 1-4 sobre el conocimiento es la de la abstencioacuten del jucio sobre su posibilidad diferenciaacutendose asiacute su postura tanto de la de los dogmaacuteticos como de la de los negadores del conocimiento esto es los acadeacutemicos seguacuten el pasaje citado El oponente fundamental del escepticismo pirroacutenico seraacuten las escuelas consideradas dogmaacuteticas pero en ocasiones tambieacuten trata de argumentar contra la propia rama acadeacutemica del escepticismo por considerarla como una forma encubierta de ldquodogmatismo negativordquo La postura esceacuteptica pirroacutenica no es esencialmente pues aunque pueda parecerlo una forma de criacutetica del conocimiento sino que la presencia de este tipo de criacutetica es debida a la circunstancia de que los argumentos que trata de equilibrar son justo los contrarios a ella (Cfr HP II 1-12 49 57 63 70)
213
relativismo Es indiferente queacute tesis se defienda porque no hay una que sea verdadera
objetivamente
El esceacuteptico en cambio es contrario a esta postura540 y sin embargo se
comporta argumentativamente de manera similar Los motivos que le llevan a hacerlo
son primordialmente instrumentales El equilibrio entre los argumentos que apoyan A y
los que apoyan notA es un instrumento uacutetil para la consecucioacuten de un objetivo maacutes
importante como es la suspensioacuten del juicio
El argumento por tanto no se concibe como una viacutea de acceso hacia la verdad
al modo en que ocurre en las filosofiacuteas de signo dogmaacutetico sino como un medio para la
persuasioacuten541 La sofiacutestica entendiacutea el argumento de esta misma manera pero
supeditando esa persuasividad al objetivo uacuteltimo de la victoria dialeacutectica El
escepticismo por su parte asume la relacioacuten sofiacutestica entre argumento y persuasioacuten
pero elimina la supeditacioacuten al eacutexito542 ndash separaacutendose asiacute en parte de la eriacutestica ndash y
ademaacutes duplica el esquema sofiacutestico todo argumento esceacuteptico es doble Si el pirroacutenico
defiende con eacutel una tesis es porque presupone que su doble especular ya estaacute siendo
defendido El interlocutor es por tanto esencial en este juego argumentativo actuando
casi como un preconcepto maacutes asumido de partida Se requieren dos argumentaciones
para alcanzar el equilibrio de fuerzas y dado que ese es el objetivo en funcioacuten del cuaacutel
se argumenta en la propia argumentacioacuten del esceacuteptico estaacute incluida ya la
argumentacioacuten contraria del dogmaacutetico como su presupuesto y como condicioacuten de
posibilidad de la obtencioacuten del deseado efecto de isostheacuteneia El esquema resultante
seriacutea el siguiente
540 Vid infra 295 y ss 541 Noacutetese que en la mayoriacutea de los estudios sobre el tema se ha sentildealado que en los argumentos a diferencia de en lo que respecta a las pruebas estrictas resulta de gran importancia conseguir el asentimiento a lo argumentado (Cfr Tomaacutes de Aquino Quaestiones disputatae de veritate q XIVa2ob14 Perelman Ch y Olbrechts-Tyteca L La nouvelle rheacutetorique 2 vols 1958)
214
El valor del argumento para el esceacuteptico pues consiste en su poder de
conviccioacuten pero no para convencer definitivamente sino precisamente para impedir
estar convencido de nada Para lograr algo asiacute Sexto se ve obligado a desarrollar
herramientas adecuadas con las que dar respuesta a todos los intentos de ruptura del
equilibrio que pueda llevar a cabo cualquier dogmaacutetico
Si Arcesilao disponiacutea de las ensentildeanzas dialeacutecticas de la escuela de Diodoro
Crono y Pirroacuten podiacutea contar con las de la escuela de Megara a traveacutes de Brisoacuten543
Sexto tuvo que recurrir a fuentes muy diversas en busca de las capacidades adecuadas
para lograr su objetivo Contaba en principio y de manera preeminente con los
razonamientos desarrollados a lo largo del tiempo por toda la corriente esceacuteptica Pero
tampoco dudoacute en tratar de aprovechar el desarrollo alcanzado por la loacutegica en las
escuelas que constituyen sus principales oponentes la aristoteacutelica y la estoica
En el terreno de la argumentacioacuten filosoacutefica una loacutegica bien construida es uno de
los medios maacutes poderosos que una escuela puede emplear Con ella pueden definirse de
antemano los razonamientos vaacutelidos y distinguirse de los que no lo son y puede por
tanto hallarse el error formal (o el sofisma) que desbarata la cadena de argumentos
contraria a nuestras aspiraciones
Ante una utilidad tan incuestionable resultariacutea difiacutecil de entender que una
escuela filosoacutefica de intereses dialeacutecticos del siglo II dC no tratase de desarrollar por
sus propios medios alguna forma de loacutegica En el caso del escepticismo el lugar donde
esperariacuteamos encontrar desarrollos de esta clase es el libro II de los Esbozos pirroacutenicos
dedicado a cuestiones formales linguumliacutesticas y tambieacuten argumentativas
En efecto muchos pasajes de este libro II estaacuten dedicados a aclarar determinadas
cuestiones loacutegicas como la demostracioacuten (HP II 134-192) la silogiacutestica (HP II 193-
203) los sofismas (HP II 229-259) o el problema de la induccioacuten (HP II 204) Sin
embargo se trata en su mayor parte de pasajes de caraacutecter refutativo Su intencioacuten no es
explicitar el modo correcto de formular por ejemplo silogismos sino que la
demostracioacuten que con ellos pretende llevarse a cabo no es incuestionable No expone
542 Consideramos que contra lo que pueda parecer la victoria en la poleacutemica con su contrincante no es un objetivo de la argumentacioacuten esceacuteptica El argumento del oponente no ha de ser vencido sino soacutelo contrarrestado esto es no ha de demostrarse que sea falso sino soacutelo mostrarse que puede ser falso 543 Aunque como ya hemos dicho son capacidades que no tenemos constancia de que Pirroacuten utilizase
215
una teoriacutea esceacuteptica del silogismo544 sino la consideracioacuten de que las teoriacuteas estoica y
aristoteacutelica del mismo son incorrectas545
Un ejemplo especialmente claro lo encontramos en la discusioacuten acerca del signo
en HP II 102 y ss Poco antes Sexto ha distinguido dos clases de signos evocativos
que seriacutean los vinculados por la experiencia a aquello que significan546 e indicativos
que seriacutean aquellos que pese a no estar vinculados experiencialmente a lo significado se
considera que por su peculiar naturaleza y constitucioacuten denotan aquello de lo que son
signos547 Y a continuacioacuten afirma lo siguiente
Pues bien siendo doble como acabamos de decir la divisioacuten de los signos nosotros no argumentaremos contra cualquier signo sino soacutelo contra el indicativo tal y como aparece definido por los dogmaacuteticos El evocativo en efecto estaacute avalado por la vida puesto que al ver alguien humo se acuerda del fuego y al contemplar una cicatriz dice que se ha producido una herida
Asiacute no soacutelo no nos enfrentamos a la vida sino que incluso luchamos a su favor al asentir sin dogmatismos a lo que por ella estaacute avalado y oponernos a lo inventado por su cuenta y riesgo por los dogmaacuteticos
Sin duda era conveniente en efecto dejar dicho esto para clarificacioacuten de lo que estamos investigando
Pasamos acto seguido a su refutacioacuten sin pretender en absoluto demostrar que el signo indicativo es una cosa inexistente sino haciendo ver la aparente equivalencia de los argumentos que se aducen a favor de su existencia y de su no existencia548
A continuacioacuten ndash HP II 104-133 ndash se adentra Sexto en la discusioacuten concreta
sobre si existe o no alguacuten signo indicativo discusioacuten que rebasa el intereacutes que este tema
544 Lo maacutes parecido a una teoriacutea esceacuteptica del silogismo que puede encontrarse en Sexto es el pasaje de HP II 97 y ss del que forma parte el fragmento de II 102-3 que analizaremos a continuacioacuten o en cierto sentido la exposicioacuten de los tropos en HP I 31-186 Pero ni uno ni otro pasaje pueden considerarse en rigor como una silogiacutestica esceacuteptica en sentido pleno 545 HP II 193 μέθοδόν τινα ἐλέγομεν δι ἧς ἐνδέχεται δεικνύναι ὅτι πάντες οἱ ἀποδεικτικοὶ
λόγοι τῶν τε Στωικῶν καὶ τῶν Περιπατητικῶν ἀσύνακτοι τυγχάνουσιν ὄντες ldquo() exponiacuteamos un meacutetodo con el que es posible hacer ver que todos los razonamientos demostrativos de los estoicos y los peripateacuteticos estaacuten mal encadenadosrdquo 546 Veacutease HP II 100 547 Veacutease HP II 101 Teacutengase en cuenta que la definicioacuten de ldquosigno indicativordquo que Sexto tiene presente tal y como aparece en este mismo pasaje es aquella seguacuten la cual signo indicativo es el enunciado antecedente que en una implicacioacuten vaacutelida revela el consecuente Noacutetese tambieacuten que el rechazo de la validez del signo indicativo y la aceptacioacuten del signo evocativo como guiacutea fenomeacutenica tiene como consecuencia deliberada y expresa en la filosofiacutea esceacuteptica la liberacioacuten de la necesidad de asumir una concepcioacuten fuerte de la causalidad (vid infra 229 y ss) 548 διττῆς οὖν οὔσης τῶν σημείων διαφορᾶς ὡς ἔφαμεν οὐ πρὸς πᾶν σημεῖον ἀντιλέγομεν
ἀλλὰ πρὸς μόνον τὸ ἐνδεικτικὸν ὡς ὑπὸ τῶν δογματικῶν πεπλάσθαι δοκοῦν τὸ γὰρ
ὑπομνηστικὸν πεπίστευται ὑπὸ τοῦ βίου ἐπεὶ καπνὸν ἰδών τις σημειοῦται πῦρ καὶ οὐλὴν
θεασάμενος τραῦμα γεγενῆσθαι λέγει ὅθεν οὐ μόνον οὐ μαχόμεθα τῷ βίῳ ἀλλὰ καὶ
συναγωνιζόμεθα τῷ μὲν ὑπ αὐτοῦ πεπιστευμένῳ ἀδοξάστως συγκατατιθέμενοι τοῖς δ ὑπὸ
τῶν δογματικῶν ἰδίως ἀναπλαττομένοις ἀνθιστάμενοι Ταῦτα μὲν οὖν ἥρμοζεν ἴσως
προειπεῖν ὑπὲρ τῆς σαφηνείας τοῦ ζητουμένου λοιπὸν δὲ ἐπὶ τὴν ἀντίρρησιν χωρῶμεν οὐκ
ἀνύπαρκτον δεῖξαι τὸ ἐνδεικτικὸν σημεῖον πάντως ἐσπουδακότες ἀλλὰ τὴν φαινομένην
ἰσοσθένειαντῶν φερομένων λόγων πρός τε τὴν ὕπαρξιν αὐτοῦ καὶ τὴν ἀνυπαρξίαν
ὑπομιμνῄσκοντες HP II 102-3
216
tiene aquiacute como ejemplo para nosotros En el pasaje citado en cambio hemos de
sentildealar que incluso cuando Sexto opta entre los dos tipos de signo que distingue por
aceptar uno y rechazar el otro no ofrece nada equivalente a una ldquoteoriacutea esceacuteptica del
signordquo Sobre el signo indicativo se propone llevar a cabo la habitual refutacioacuten
esceacuteptica consistente en mostrar la equivalencia de los argumentos a su favor y en su
contra e inutilizarlo por tanto ndash por indemostrable ndash para su uso en defensa de doctrinas
dogmaacuteticas Y sobre el signo evocativo que acepta lo hace de tal modo que ninguacuten
argumento dogmaacutetico o esceacuteptico puede basarse loacutegicamente en eacutel Si Sexto lo admite
es por considerar que estaacute avalado por la vida o incluso por la costumbre549 de un
modo casi humeano no porque considere que es siacutentoma de ninguna clase de relacioacuten
causal El humo evocariacutea el fuego porque son dos fenoacutemenos que suelen darse juntos
pero no se infiere de esa contiguumlidad en la que se nos suelen dar ninguacuten viacutenculo que una
el fenoacutemeno fuego y el fenoacutemeno humo en base a una idea de causalidad en sentido
propio550 Incluso en un ejemplo maacutes apropiado para la idea de causa el de la relacioacuten
entre la cicatriz y la herida Sexto no hace referencia ninguna a liacuteneas causales entre
ambas
Como en este pasaje en muchos otros a lo largo de todo el libro II de los
Esbozos encontramos que la discusioacuten de cuestiones loacutegicas para Sexto no implica la
propuesta de teoriacuteas propias por parte del escepticismo con las que dar respuesta a esas
cuestiones No podemos considerar por tanto que el desarrollo de la loacutegica fuera una
de las preocupaciones principales de la escuela esceacuteptica551 De hecho el modo de
549 El verbo que Sexto emplea para describir la relacioacuten entre el fuego y el humo (καπνὸν ἰδών τις
σημειοῦται πῦρ) supone tanto lsquosentildealrsquo o lsquotrazarsquo como lsquoindiciorsquo Sumando su significado y el contexto en el que aparece con el sentido del teacutermino lsquoevocativorsquo (ὑπομνηστικὸν) nos encontramos con una clara referencia al papel del recuerdo y la memoria en el viacutenculo entre el signo y aquello a lo que sentildeala Por daacutersenos en contiguumlidad el humo nos hace recordar el fuego La criacutetica de Hume a la causalidad estaraacute basada en relaciones muy similares a esta entre lo que suele considerarse causa de algo y lo que suele considerarse su efecto (Veacutease infra 229 y ss) 550 Veacutease a este respecto la criacutetica expliacutecita al concepto de causalidad que aparece en HP I 180-6 (Vid Infra 230 Veacutease tambieacuten infra 231 y ss) Noacutetese ademaacutes la proximidad de este planteamiento con los que posteriormente desarrollaraacuten los filoacutesofos de signo ocasionalista cuya culminacioacuten seraacute la conocida criacutetica de la causalidad llevada a cabo por Hume (Cfr Infra 241) 551 Tal como sostiene Frede los esceacutepticos concebiacutean la loacutegica como una herramienta desarrollada por sus oponentes dogmaacuteticos ndash aristoteacutelicos y estoicos ndash para formular estaacutendares de argumentacioacuten y justificacioacuten cuya aplicacioacuten estricta debiacutea garantizar la verdad de las conclusiones alcanzadas a traveacutes de ella El esceacuteptico al no compartir ese objetivo no se ve impelido a desarrollar una herramienta anaacuteloga Sin embargo siacute que se veiacutea movido a combatir tanto los meacutetodos como los resultados de sus oponentes dogmaacuteticos y por tanto siacute que debiacutea emplear la loacutegica desarrollada por aquellos aunque no para garantizar verdad alguna sino en busca de sus fallos internos o tratando de emplear sus razonamientos contra las conclusiones que de ella pudieran haberse obtenido Como resultado ninguacuten esceacuteptico de eacutepoca antigua llegoacute a ser un loacutegico destacado Maacutes bien al contrario la mayoriacutea de los pirroacutenicos cometiacutean errores graves en su aplicacioacuten en ocasiones incluso deliberadamente La especializacioacuten
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argumentacioacuten esceacuteptico no requiere de pruebas o demostraciones loacutegicamente
rigurosas Si en ocasiones ndash como ocurre en dicho libro II ndash los esceacutepticos se ocuparon
de temas loacutegicos fue maacutes por la precaucioacuten de no dejar descuidado un campo de estudio
del que podriacutean desprenderse implicaciones contrarias a la postura esceacuteptica Esto es la
validez universal de la loacutegica de quedar indiscutida podriacutea permitir a los dogmaacuteticos
afirmar que su causa es una determinada verdad incuestionable y conocida un principio
loacutegico El uacutenico intereacutes esceacuteptico en este campo es el de encontrar argumentos que
permitan equilibrar la fuerza de conviccioacuten que la loacutegica muestra por siacute misma es decir
encontrar la forma de que la veracidad de la loacutegica quede en suspenso para asiacute impedir
la afirmacioacuten taxativa de ninguacuten principio universalmente vaacutelido552
Para dotar de una herramienta adecuada a su particular nocioacuten de
argumentacioacuten lo que el escepticismo habraacute de desarrollar no seraacute pues una loacutegica
sino maacutes bien una dialeacutectica propia
Aunque el teacutermino lsquodialeacutecticarsquo ha sido entendido a lo largo de la historia de la
filosofiacutea y en especial en el periodo que abarca desde el eleatismo hasta Platoacuten de
maneras muy diferentes aquiacute nos estamos refiriendo al uso de la palabra que procede
del modo en que Aristoacuteteles la entiende Esto es frente a la nocioacuten platoacutenica de
dialeacutectica como ldquoobjeto del supremo entrenamiento del filoacutesofordquo553 Aristoacuteteles la
concibe como una forma no demostrativa de conocimiento perteneciente maacutes al aacutembito
de la probabilidad que al de la certeza maacutes proacutexima a la eriacutestica que a la ciencia y en
cualquier caso relacionada con la disputa sofiacutestica
Entendida desde una perspectiva maacutes cercana a esta que a la de la loacutegica toda la
argumentacioacuten esceacuteptica puede contemplarse como un gran ejercicio dialeacutectico Desde
la coleccioacuten de tropos o tipos de argumentos hasta la separacioacuten de las nociones de
lsquoasercioacutenrsquo y lsquoconviccioacutenrsquo acerca de cualquier tesis toda la estructura discursiva del
escepticismo y la concatenacioacuten propia de sus argumentaciones se nos muestran como
una forma particular de dialeacutectica no enfocada a un puacuteblico como la sofiacutestica sino a un
oponente o interlocutor individual al que ademaacutes en lugar de convencerle se intenta no
permitir que permanezca en su convencimiento previo
esceacuteptica en el terreno argumentativo fue maacutes bien como veremos en terrenos como la retoacuterica y la dialeacutectica (Veacutease Frede M ldquoThe Scepticrsquos Two Kinds of Assentrdquo En Burnyeat M y Frede M The Original Sceptics A Controversy Indianapolis Cambridge 1998 130) 552 Aunque hemos defendido en varias ocasiones a lo largo de este trabajo que el escepticismo admite taacutecitamente la vigencia de principios universales ndash como el de no-contradiccioacuten ndash ha de notarse que a lo que su argumentacioacuten se opone es a cualquier defensa expliacutecita de esa vigencia por parte de las escuelas filosoacuteficas rivales Por tanto tambieacuten aquiacute nos estamos refiriendo a este tipo de afirmaciones
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El objeto de la dialeacutectica esceacuteptica no es la brillantez del argumento ni su
claridad expositiva ni su irrefutabilidad ni su evidencia ni por supuesto su correccioacuten
loacutegica ndash pues ya hemos visto que la loacutegica no es algo que un esceacuteptico pueda aceptar
plenamente ndash sino soacutelo su mera utilidad
Todo argumento es concebido como un medio para alcanzar un fin En esto no
se diferencia el escepticismo en gran medida de otras formas de dialeacutectica como la de
los sofistas tambieacuten centradas en su utilidad praacutectica La diferencia con la dialeacutectica
sofiacutestica sin embargo se aprecia en el modo en que eacutesta y la esceacuteptica conciben ese fin
al que han de estar sometidas En un contexto ontoloacutegico y epistemoloacutegico relativista el
intereacutes por la veracidad de un argumento (entendida esa veracidad como su adecuacioacuten
con la realidad es decir que el argumento defienda la tesis que es verdadera)
desaparece El fin de la dialeacutectica ya no puede por tanto ser otro que el fin particular de
quien en ese momento la emplea La filosofiacutea asiacute se subjetiviza La dialeacutectica es un
medio a disposicioacuten de fines individuales y subjetivos y el fin individual y subjetivo
por antonomasia del sofista es el prestigio Para alcanzarlo y dado que la verdad
absoluta ha desaparecido de la escena filosoacutefica el sofista ya no ha de pretender aclarar
o establecer ninguacuten conocimiento universalmente vaacutelido Por tanto puede permitirse
confundir siempre y cuando de esa confusioacuten emane una opinioacuten favorable a sus
intereses pues esa opinioacuten subjetiva seraacute verdadera554
El contexto epistemoloacutegico del escepticismo es totalmente contrario a este
relativismo sofiacutestico La nocioacuten de verdad con la que cuenta es una nocioacuten fuerte
universal y absoluta555 y en funcioacuten de ella articula la utilidad de su dialeacutectica Si el
sofista puede llegar a tratar de confundir con sus argumentos el esceacuteptico considera que
ha de emplear los suyos soacutelo para sacar de la confusioacuten Esto no significa que pueda
considerar que sus argumentos conducen a la verdad (de hacerlo seriacutea dogmaacutetico y no
esceacuteptico) pero siacute que conducen a un estado maacutes acorde con coacutemo las cosas son Dado
que hay una verdad en sentido fuerte y que no nos es dado tener certeza sobre ella
hemos de equilibrar cualquier tesis con su contraria Para ello el argumento que se
emplee no ha de ser ldquoverazrdquo pues tal vez de hecho defienda lo falso556 Dicho de otro
553 Platoacuten Rep VI 511 b 554 Veacutease supra 68-70 555 Ver infra 295 y ss 556 Si como defenderemos para el esceacuteptico A o notA ha de ser verdadero ndash es decir el principio de no-contradiccioacuten estaacute vigente ndash la defensa de cualquier tesis por necesidad seraacute verdadera o seraacute falsa Sin embargo la verdad o falsedad puramente teoacutericas sin posibilidad de certeza carecen de importancia real en la epistemologiacutea esceacuteptica (Veacutease infra 256 y ss asiacute como 295 y ss)
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modo su validez no residiraacute en su propio contenido sino en su capacidad de equilibrar
su tesis contraria Por tanto las argumentaciones deacutebiles en que el escepticismo con
frecuencia cae no lo seraacuten si sirven para equilibrar tesis antagoacutenicas en tanto se
encuentran otras argumentaciones maacutes adecuadas Y seraacuten capaces de equilibrarlas si se
defienden de tal modo que tengan la misma capacidad de conviccioacuten Esto sin embargo
no se concibe como un modo de confundir al interlocutor dogmaacutetico puesto que la
uacutenica confusioacuten es defender una tesis como si hubiera certeza de ella557
42 Implicaciones de la dialeacutectica esceacuteptica
Tal como hemos visto la dialeacutectica esceacuteptica no es una discusioacuten formal como
puede ser por ejemplo la loacutegica claacutesica pero tampoco puede decirse que sea material
pues no entra a discutir de hecho ninguna clase de contenidos materiales558 Se trata
maacutes bien de una discusioacuten de tipo ldquoestructuralrdquo o ldquometadiscursivardquo Su objeto no es la
forma en la que estaacuten compuestos los argumentos dogmaacuteticos ni el contenido de esos
argumentos Por el contrario el foco central de su intereacutes se encuentra en la posibilidad
de sostener una asercioacuten a partir de la conviccioacuten de su verdad Lo que el esceacuteptico pone
en cuestioacuten es pues la estructura de la argumentacioacuten dogmaacutetica
Si nos fijamos en la orientacioacuten que da cada tipo de filosofiacutea a sus
argumentaciones encontramos diferencias sustanciales que pueden resultarnos
esclarecedoras
En primer lugar el filoacutesofo que las escuelas esceacutepticas llaman ldquodogmaacuteticordquo se
caracteriza por sostener que sus tesis son verdaderas Asiacute este tipo de filoacutesofo considera
que ha alcanzado la verdad y todo argumento que desarrolle estaraacute enfocado a
defenderla
En segundo lugar el tipo de filoacutesofo que Sexto llama ldquoacadeacutemicordquo sostendriacutea no
poder alcanzar la verdad Por tanto sus argumentos estaraacuten orientados a destruir las
pretensiones de verdad de los anteriores Si el dogmaacutetico argumenta para defender sus
ldquoverdadesrdquo el acadeacutemico habriacutea de hacerlo para destruirlas
Cabriacutea considerar en tercer lugar como un tipo diferente de filoacutesofo al sofista
que por su postura relativista no tiene intencioacuten de alcanzar verdades absolutas e
557 Cfr Supra 115 177 y ss 558 Si lo hiciera como es obvio rebasariacutea de manera expliacutecita el espacio fenomeacutenico que el esceacuteptico se ha dado a siacute mismo como marco de su actividad teoacuterica tal y como vimos al tratar sobre la nocioacuten de afeccioacuten (Veacutease supra 184 y ss)
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intersubjetivas Por tanto sus argumentaciones ignoran las pretensiones de veracidad y
se centran en la propia discusioacuten en la que tienen lugar
Pues bien el esceacuteptico por uacuteltimo se nos ofrece a siacute mismo como un tipo de
filoacutesofo diferente de los anteriores Seguacuten su propia caracterizacioacuten559 pretende no
saber si es o no es alcanzable la verdad y argumentar en consecuencia para
comprobarlo Sin embargo en la praacutectica es evidente que asume de manera taacutecita que no
es alcanzable ninguacuten conocimiento cierto y por ello argumenta para impedir que se
alcance uno que lo parezca y llevar al interlocutor a la epochḗ Esto es la
argumentacioacuten pirroacutenica estaacute orientada a no permitir apariencia de certeza en ninguna
proposicioacuten lo que supone una postura maacutes proacutexima a la que atribuye a los acadeacutemicos
que a la que sostiene como propia
La argumentacioacuten pirroacutenica no es una vez analizada neutral
epistemoloacutegicamente Al contrario presupone tesis de alto contenido tanto
epistemoloacutegico como ontoloacutegico Si se asume que toda apariencia de certeza que pueda
tener una proposicioacuten es una apariencia falsa esa asuncioacuten tiene que estar basada en
determinados preconceptos
1- El principio de no-contradiccioacuten es vaacutelido ya que es necesario para que no se
conozca de antemano el contenido de verdad de una proposicioacuten ndash esto es para que no
haya certeza ndash De no ser vaacutelido el contenido de verdad de cualquier proposicioacuten seriacutea
indiferente y ademaacutes como veremos560 no seriacutea posible la equivalencia de fuerzas
entre proposiciones opuestas necesaria para alcanzar la epochḗ
2- Hay verdad Para cualquier par de proposiciones opuestas (P y no-P) una es
verdadera y la otra falsa (Esto es en realidad un corolario del punto anterior)
3- Esa verdad es inalcanzable No hay certeza561 No hay conocimiento
verdadero y fundado
4- Sin embargo la existencia de una verdad en sentido fuerte impulsa al hombre
a la buacutesqueda de conocimiento
5- La imposibilidad de certeza (3) hace inuacutetil esa buacutesqueda de conocimiento (4)
559 HP I 1-4 560 Vid Infra 256 y ss 561 En este punto Frede entre otros se muestra contrario a la posicioacuten que aquiacute defendemos ya que entre la argumentacioacuten que de hecho el esceacuteptico emplea y la posicioacuten teoacuterica que dice que sostiene Frede considera maacutes fiable la segunda que la primera (In fact they went out of their way to point out that though they produced arguments for it they did not actually take the position that nothing can be known Frede M ldquoThe Scepticrsquos Two Kinds of Assentrdquo En Burnyeat M y Frede M The Original Sceptics A Controversy Indianapolis Cambridge 1998 127)
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6- La confluencia inevitable del deseo de conocer (4) y su imposibilidad (5)
implican sufrimiento
7- El sufrimiento (6) soacutelo puede desaparecer eliminando deliberadamente el
natural impulso hacia la buacutesqueda de conocimiento (4) es decir negaacutendose el hombre a
siacute mismo la imperiosa necesidad de investigar el mundo que le rodea Para ello es
necesario no admitir expresamente la existencia de una verdad (2) ni cualquier otra
nocioacuten que implique eacutesta
Asiacute pues escepticismo y dogmatismo comparten en gran medida los
preconceptos baacutesicos con los que se enfrentan al mundo (principio de no-contradiccioacuten
nocioacuten de verdad buacutesqueda del conocimiento) pero el dogmaacutetico en lugar de anular
el impulso de investigacioacuten (4) trata de acabar con la ausencia de certezas (5) como
medio de evitar la concatenacioacuten que lleva al sufrimiento Por tanto la opcioacuten del
dogmaacutetico seraacute la buacutesqueda de una certeza Para el esceacuteptico pese a presentarse a siacute
mismo como el uacutenico auteacutentico investigador no podraacute ser aqueacutel el objetivo principal de
su actividad ya que estaacute convencido de la veracidad de ese preconcepto que hemos
marcado como nuacutemero cinco la inexistencia de certezas de cualquier tipo
43 Ecos socraacuteticos en la dialeacutectica esceacuteptica
En la primera parte de este trabajo ya se tratoacute sobre la maacutes conocida influencia
socraacutetica en el escepticismo En efecto la actitud de Soacutecrates en lo que respecta al
reconocimiento de su propia ignorancia influyoacute notablemente en el surgimiento de
actitudes filosoacuteficas como la esceacuteptica tanto en su vertiente acadeacutemica ndash cuyos
miembros toman a este filoacutesofo como su referente principal ndash como en la pirroacutenica
heredera entre otras de corrientes iniciadas por los disciacutepulos de Soacutecrates
Sin embargo no soacutelo en la actitud general esceacuteptica puede encontrarse la huella
del filoacutesofo ateniense Tambieacuten en lo que respecta al modo de argumentacioacuten en la
estructura de los argumentos y el sistema discursivo que los miembros de la corriente
esceacuteptica emplearon esto es en todo lo que aquiacute hemos llamado ldquodialeacutectica esceacutepticardquo
la influencia socraacutetica nos parece digna de atencioacuten
Para cualquier intento de profundizacioacuten en el anaacutelisis de la dimensioacuten y el
alcance de esta influencia seraacute necesario desenvolverse con especial cautela Tratar
sobre la dialeacutectica socraacutetica como es sabido nunca resulta sencillo Aunque en los
diaacutelogos platoacutenicos los pasajes en que se produce una tematizacioacuten expresa de la
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dialeacutectica y la argumentacioacuten que Soacutecrates lleva a cabo son abundantes562 la
discriminacioacuten de los elementos que corresponden a la original y peculiar forma
socraacutetica de argumentacioacuten ndash la llamada ldquomayeacuteuticardquo ndash y los que se deben al posterior
desarrollo teoacuterico-doctrinal llevado a cabo por Platoacuten de un concepto propio de
ldquodialeacutecticardquo se muestra tan difiacutecil que la mayoriacutea de los especialistas optan por
foacutermulas que conserven esta equivocidad como la denominacioacuten de ldquoteoriacutea socraacutetico-
platoacutenicardquo563
El sentido del teacutermino ldquodialeacutecticardquo que Platoacuten pone en boca de Soacutecrates y que
conforma uno de los elementos fundamentales del sistema filosoacutefico platoacutenico parece
referir en determinados pasajes a un determinado estilo literario el diaacutelogo564 en el que
los textos en cuestioacuten estaacuten escritos pero en otros se revela como un concepto mucho
maacutes cargado filosoacuteficamente Asiacute Platoacuten define al dialeacutectico en el Craacutetilo565 como el
que sabe preguntar y responder en el Sofista566 se define la dialeacutectica como el meacutetodo
de reunioacuten y divisioacuten de geacuteneros567 y en la Repuacuteblica568 como el meacutetodo de ascenso a
los principios
Ante esta multiplicidad de definiciones que han de considerarse como matices
diferentes de una nocioacuten comuacuten determinar el sentido preciso del meacutetodo dialeacutectico
platoacutenico se muestra como una tarea compleja Robinson por ejemplo afirma que para
Platoacuten la dialeacutectica es el mejor meacutetodo posible sea este el que sea569 Pero cuestiona
que sea posible saber queacute es
De cualquier modo el principal intereacutes para el estudio de la argumentacioacuten
esceacuteptica no reside en analizar el sentido de la dialeacutectica para Platoacuten sino para su
maestro Soacutecrates Y para ello no es tan vital el anaacutelisis de los pasajes en que el meacutetodo
dialeacutectico aparece tematizado como la atencioacuten al desarrollo praacutectico concreto de las
562 Veacutease Gorgias 486 e ndash 487 a 487 d ndash e Menoacuten 79 d Alcibiacuteades I 111 b ndash 112 a Repuacuteblica VI 509 d ndash 511 e entre otros 563 Esta solucioacuten aunque aquiacute nos resulte problemaacutetica en la mayoriacutea de los casos nos parece la maacutes adecuada (Veacutease el empleo de esta foacutermula en nuestro artiacuteculo ldquoCalicles y Nietzsche dos formas contrapuestas de entender el derecho del maacutes fuerterdquo Nexo revista de filosofiacutea 2 2004 167-176rdquo) 564 Noacutetese que el teacutermino ldquodialeacutecticardquo proviene del verbo dialeacutegesthai dialogar 565 390 c 10-11 566 253 d 1 y ss 567 Los geacuteneros a los que hace referencia seriacutean el ser el reposo y el movimiento La dialeacutectica pues partiriacutea del anaacutelisis de estos tres ldquogeacuteneros mayoresrdquo para descubrir coacutemo existen realidades que se prestan a la mezcal mutua y otras que la rechazan A lo largo de todo el texto del Sofista Platoacuten hace uso de este sentido del teacutermino dividiendo dicotoacutemicamente los geacuteneros de manera sucesiva en busca de la definicioacuten de ldquosofistardquo Asiacute este diaacutelogo platoacutenico podriacutea contemplarse como un extenso ejemplo del meacutetodo dialeacutectico platoacutenico 568 533 c 7 y ss 569 Robinson R Platorsquos Earlier Dialectic Oxford University Press 2nd edition 1962
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argumentaciones socraacuteticas tal y como aparecen en las distintas fuentes que se han
conservado hasta nosotros
Para el Soacutecrates personaje de Platoacuten el meacutetodo dialeacutectico consiste antes que
nada en el recurso al diaacutelogo como medio principal de acceso a la verdad Esto
comporta una cierta forma de concepcioacuten dialoacutegica de la razoacuten opuesta a la concepcioacuten
monoloacutegica predominante en la mentalidad occidental desde Aristoacuteteles y maacutes auacuten
desde Descartes En esta concepcioacuten socraacutetica de la razoacuten la verdad se definiriacutea como
acuerdo entre los interlocutores en lugar de asumirse la nocioacuten semaacutentica de verdad que
presupone la concepcioacuten monoloacutegica Esto es un enunciado seraacute verdadero cuando
sobre eacutel esteacuten de acuerdo todos los interlocutores en un diaacutelogo racional570
No se trataraacute con todo de una ldquonocioacuten fuerterdquo de verdad como consenso es
decir de aquella en la que la verdad consiste en el acuerdo entre los interlocutores571 El
modelo dialoacutegico que aquiacute se plantea por el contrario no reduce la verdad a la
coherencia o al acuerdo sino que se muestra partidario maacutes bien de una forma ldquodeacutebilrdquo
de esta nocioacuten la verdad no se define por el acuerdo pero el acuerdo racional es el
siacutentoma maacutes evidente de la verdad El acuerdo entre los interlocutores del diaacutelogo es
pues el criterio de verdad572
Al contar con este criterio el objetivo del diaacutelogo puede ser la buacutesqueda de
verdades Es decir a traveacutes de este meacutetodo dialoacutegico es posible aspirar a alcanzar
conocimiento Y es el hecho de que se considere que esta aspiracioacuten se cumple con
frecuencia ndash cada vez que este diaacutelogo racional alcanza un acuerdo ndash lo que indica que
nos encontramos ante una concepcioacuten que en absoluto puede considerarse esceacuteptica
Con todo el meacutetodo dialeacutectico contiene en el modo de alcanzar esas verdades a
las que llega el geacutermen de una forma criacutetica de argumentacioacuten imprescindible para el
posterior desarrollo de la escuela esceacuteptica No en vano una filosofiacutea expuesta mediante
el diaacutelogo por dogmaacutetico que sea su contenido doctrinal presupone ya la posibilidad de
la criacutetica Frente a la unicidad monoliacutetica de la exposicioacuten mediante tratados en el
diaacutelogo a la voz expositiva del filoacutesofo se le opone incluso cuando soacutelo asiente la voz
570 Diaacutelogo racional es la situacioacuten ideal de diaacutelogo en la que todos los interlocutores tienen informacioacuten suficiente no estaacuten coartados y carecen de intereses personales espuacuterios que interfieran en el puro intereacutes de alcanzar la verdad (Veacutease Habermas J Erkenntnis und Interesse Frankfurt aM 1968 Trad cast Conocimiento e intereacutes Ed Taurus Madrid 1968) 571 Quizaacute la visioacuten de Protaacutegoras del subjetivismo relativista sea el mejor ejemplo de esta ldquonocioacuten fuerterdquo 572 Noacutetese que esta nocioacuten contiene oculta una concepcioacuten ciertamente monoloacutegica de la verdad de la que dicha capacidad del acuerdo de ejercer como criterio es siacutentoma Llevada a sus uacuteltimas consecuencias por tanto esta concepcioacuten de la razoacuten es frontalmente contraria a la antedicha concepcioacuten relativista de Protaacutegoras (veacutease supra 225 n 571 veacutease tambieacuten supra 68-70)
224
del receptor de la teoriacutea expuesta La filosofiacutea asiacute transmitida se muestra de partida
como expresamente criticable Tal vez por ello los inmediatos seguidores de Platoacuten
incluiacutedos quienes heredaron la direccioacuten de la Academia Espeusipo y Jenoacutecrates
pudieron desarrollar posiciones criacuteticas ndash incluso en lo esencial ndash con la doctrina del
maestro sin considerarlas incompatibles con la pertenencia a la escuela que eacutel habiacutea
fundado Por tanto no soacutelo la filosofiacutea iniciada por Soacutecrates podiacutea considerarse como
precursora de las ideas esceacutepticas por su contenido sino que ya la forma dialeacutectica en
que fue transmitida y continuada por Platoacuten le antildeade un innegable poso de
escepticismo acentuado auacuten maacutes por su intencioacuten de ldquobuacutesqueda de la verdadrdquo y su
asuncioacuten de no encontrarse de partida en un estado de certeza que impida revisiones o
correcciones573
En su origen la mayeacuteutica574 surgioacute como un desarrollo de la recieacuten iniciada
dialeacutectica El contexto en el que aparece este meacutetodo socraacutetico es el de un
enfrentamiento encarnizado con la sofiacutestica Se ha sentildealado con frecuencia que pese a
esa manifiesta oposicioacuten entre Soacutecrates y los sofistas incluso a los propios griegos de la
eacutepoca les resultaba difiacutecil distinguirlos575 La filosofiacutea de Soacutecrates surge en el contexto
cultural y filosoacutefico de la sofiacutestica y como una parte maacutes de la sofiacutestica pero en
enfrentamiento dialeacutectico con ella Es pues un desarrollo de la posicioacuten de los sofistas
pero como en tantos otros casos uno que rechaza aquello de lo que es desarrollo
En lo que a sus respectivas argumentaciones se refiere la postura socraacutetica y la
sofiacutestica se muestran como dos dialeacutecticas emparentadas aunque diferentes La eriacutestica
de los sofistas tiene como antecedente las formas argumentativas de Zenoacuten de Elea576
573 Las continuas expresiones socraacuteticas acerca de su actividad dialoacutegica como orientada a la buacutesqueda de la verdad concuerdan con la posicioacuten expresada por Sexto acerca del sentido de la actividad filosoacutefica esceacuteptica en HP I 1-4 y sobre todo en HP I 7 ldquoLa orientacioacuten esceacuteptica recibe tambieacuten el nombre de zeteacutetica por el empentildeo en investigar y observarrdquo (ἡ σκεπτικὴ τοίνυν ἀγωγὴ καλεῖται μὲν καὶ
ζητητικὴ ἀπὸ ἐνεργείας τῆς κατὰ τὸ ζητεῖν καὶ σκέπτεσθαι) El neologismo teacutecnico zeteacutetico derivado de la raiacutez del verbo zēteacuteō (buscar o investigar) igualmente habriacutea podido convenir a la manera socraacutetica de afrontar la actividad filosoacutefica a traveacutes de la dialeacutectica (Sobre este tema veacutease tambieacuten Romaacuten Alcalaacute R ldquoiquestSon los aacutegrapha doacutegmata las lecciones no escritas de Platoacutenrdquo Anales del seminario de historia de la filosofiacutea nordm 16 ndash 1999 105 de donde me permito extraer una frase ldquoExiste cierto geacutermen dialeacutectico y por tanto esceacuteptico en un modelo en el que se concibe la filosofiacutea como ldquobuacutesqueda compartidardquo (συζἠτησις) dirigida hacia la meta del conocimiento de la realidadrdquo) 574 Sobre el teacutermino veacutease el conocido pasaje de Teeteto 149 a ndash 151 e 575 Casi proverbial a este respecto es ya la visioacuten de Soacutecrates que Aristoacutefanes ofrece entre otras comedias en Las nubes (Aristoacutefanes Nubes passim) donde lo representa como un sofista maacutes Recientemente tambieacuten Jankeacuteleacutevitch ha sido de opinioacuten muy similar (Jankeacuteleacutevitch V LIronie ou la bonne conscience 1936) y la estrecha relacioacuten entre la sofiacutestica y Soacutecrates estaacute lo suficientemente contrastada tanto por las fuentes sobre la figura socraacutetica como por las opiniones de los estudiosos contemporaacuteneos como para no necesitar de mayor aparato criacutetico en la que basarla 576 Vid Supra 53 y ss
225
Ya mencionamos que es a Zenoacuten a quien con mayor frecuencia se atribuye la paternidad
del arte dialeacutectico577 Su defensa de la teoriacutea de Parmeacutenides se basoacute en una estrategia
refutativa que contaba con las tesis de sus interlocutores y en funcioacuten de esas tesis
construiacutea dialeacutecticamente argumentos que los condujeran al absurdo para forzarlos a
abandonar sus puntos de partida Las aportaciones de los sofistas a esta inicial forma de
dialeacutectica fueron escasas en lo que a sus meacutetodos se refiere Su principal innovacioacuten en
cambio fue el desarrollo de una posicioacuten epistemoloacutegica propia que permitiese su uso
indiscriminado Zenoacuten partiacutea del convencimiento de una uacutenica posicioacuten doctrinal
aceptable y defendible ndash la eleaacutetica ndash mientras que los sofistas se liberan de esa
servidumbre y dotan a su escuela de la posibilidad de defender las posturas maacutes diversas
sin quebrar su coherencia doctrinal gracias a su defensa del relativismo En lo esencial
sin embargo la dialeacutectica no cambia en el paso del uno a los otros
Por este motivo Platoacuten define al sofista como un contradictor578 Al igual que
Zenoacuten los sofistas argumentaban contradiciendo a su oponente Pero a diferencia del
eleacuteata podiacutean contradecir cualquier tesis algo que la sofiacutestica tiene en comuacuten con el
modo de argumentacioacuten esceacuteptico que los tropos representan Soacutecrates en cambio no
contradice eacutel mismo Permite que la tesis que su interlocutor sostiene despliegue en el
diaacutelogo todas sus implicaciones y una vez que esas implicaciones han sido explicitadas
busca inconsistencias entre ellas Por tanto Soacutecrates no puede ser considerado un
contradictor sino maacutes bien un buscador de contradicciones
Esta distincioacuten es en ocasiones soacutelo una sutil diferencia de enfoque La
mayeacuteutica socraacutetica no siempre puede considerarse como una argumentacioacuten que se
desarrolla de hecho en el marco de un diaacutelogo racional desapasionado Al menos en el
modo en que los diaacutelogos platoacutenicos nos lo han transmitido el proceder de Soacutecrates
indica con frecuencia que parte de posiciones previas estables a las que trata de conducir
a aquellos que dialogan con eacutel En lugar de limitarse a exponer las perplejidades a las
que dan lugar las respuestas de sus interlocutores a medida que estos las van dando en
ocasiones adelanta el rumbo futuro que va a tomar la conversacioacuten lo que nos hace
presuponer una postura efectiva socraacutetica acerca de algunos temas postura ademaacutes
considerada de partida como verdadera
De cualquier modo aunque el Soacutecrates platoacutenico no se atenga por completo a eacutel
el meacutetodo socraacutetico difiere de la eriacutestica de los sofistas por su planteamiento en que no
577 Veacutease nota anterior 578 Sof 232 b 5 ndash c 4
226
pretende vencer imponieacutendose al argumento enemigo sino que trata de que el
interlocutor llegue por siacute mismo a alcanzar la verdad descubrieacutendola en el transcurso de
sus propios argumentos Asiacute en cierta manera Soacutecrates no argumentariacutea en sentido
estricto puesto que no trata de emplear un razonamiento para convencer a alguien de lo
que afirma o lo que niega No habriacutea pues en la mayeacuteutica un intento de defensa de la
verdad sino soacutelo ndash al menos en teoriacutea ndash su buacutesqueda
La dialeacutectica esceacuteptica por su parte retoma algunas de estas caracteriacutesticas del
meacutetodo socraacutetico El esceacuteptico como Soacutecrates no trata de argumentar en favor de una
posicioacuten determinada sino en busca de las incompatibilidades entre posiciones para
extraer las consecuencias de esas incompatibilidades Su argumentacioacuten de nuevo igual
que la socraacutetica y a diferencia de la sofiacutestica depende de la vigencia del principio de no-
contradiccioacuten579 para surtir el efecto deseado Tal y como Michael Frede lo expresa
ldquoThe sceptic never tries to argue for a position he never argues against a claim in the sense that he tries to establish a conflicting claim and thereby tries to show the falsehood of the original claim He rather thinks of himself as following Socrates submitting the claims of others to the kind of test Socrates had subjected them tordquo580
Asiacute aunque habitualmente soacutelo el escepticismo acadeacutemico con Arcesilao a la
cabeza se considera como continuador expreso del geacutermen de escepticismo presente en
Soacutecrates en lo que se refiere a su meacutetodo de argumentacioacuten al menos tambieacuten el
escepticismo pirroacutenico seguacuten nos parece retoma elementos socraacuteticos y los adapta a
sus propios objetivos dialeacutecticos
579 Para una explicacioacuten maacutes detallada del papel del principio de no-contradiccioacuten en la argumentacioacuten del escepticismo pirroacutenico veacutease infra 259 y ss 580 Frede M ldquoThe Scepticrsquos Two Kinds of Assentrdquo en Burnyeat M y Frede M The Original Sceptics A Controversy IndianapolisCambridge 1998 129
227
5 Nocioacuten de causalidad
Al igual que en el caso de cualquier otra nocioacuten de alcance ontoloacutegico la
primera dificultad que encontramos al tratar sobre la presencia de una nocioacuten de
causalidad en la filosofiacutea esceacuteptica es la necesidad de justificar el propio hecho de ir a
tratarla Parece necesario mostrar manifiestamente por queacute motivos puede considerarse
que una filosofiacutea como la pirroacutenica presupone una idea propia de causalidad Sin
embargo hasta el maacutes superficial examen de la argumentacioacuten esceacuteptica muestra ya
claras asunciones respecto de este tema
El esceacuteptico como tantas veces se ha repetido ya busca con su argumentacioacuten
sumergir a su interlocutor y sumergirse eacutel mismo en un estado de conciencia ndash la epochḗ
ndash en el que todo juicio quede suspendido Y busca tal cosa porque seguacuten eacutel este estado
de conciencia conduce indefectiblemente a otro ndash la ataraxiacutea ndash en el que nada turba ya
al sujeto Es pues porque desea alcanzar este segundo estado por lo que persigue el
primero Porque el estado de conciencia A ndash y no otro que A ndash conduce al estado de
conciencia B y porque se desea alcanzar B tiene sentido tratar de situarse en el estado
de conciencia A Este razonamiento indica sin lugar a dudas que para el esceacuteptico existe
una liacutenea causal que une indisolublemente ambos estados581 No se puede por tanto
poner en tela de juicio que el esceacuteptico cuente entre sus presupuestos con una nocioacuten de
relacioacuten causal La cuestioacuten seraacute maacutes bien cuaacutel sea el alcance de la causalidad que el
escepticismo admite
La concepcioacuten maacutes habitual en la historia de la filosofiacutea en lo que respecta al
tema de las relaciones causales vistas desde el escepticismo ha sido considerar que la
posicioacuten esceacuteptica presupone una forma de ocasionalismo contraria a cualquier nocioacuten
fuerte de causalidad Por ese motivo se ha emparentado al esceacuteptico antiguo con
doctrinas ocasionalistas modernas como las de Hume Malebranche o Nicolaacutes de
Autrecourt o incluso la del filoacutesofo aacuterabe Algazel
581 El caraacutecter indisoluble de la relacioacuten que vincula ambos estados resulta manifiesto a tenor del modo en que Sexto mismo la describe en HP I 29 donde afirma que la ataraxiacutea sigue a la epochḗ ldquoigual que la sombra sigue al cuerpordquo (ὡς σκιὰ σώματι) (Vid supra 159) Noacutetese que aunque liacuteneas antes Sexto haya descrito el hallazgo esceacuteptico de esta relacioacuten en paralelismo con la aacutenecdota del pintor Apeles (HP
228
El pensamiento esceacuteptico en cualquier caso no habriacutea podido asumir maacutes que
una idea de causalidad limitada al aacutembito de las apariencias una causalidad fenomeacutenica
sin aplicaciones sobre el mundo fiacutesico582 Asiacute el viacutenculo entre los estados de conciencia
antes mencionados no rebasariacutea el aacutembito del aparecer en el que esos estados de
conciencia se dan al sujeto correspondiente En cambio toda causalidad de alcance
ontoloacutegico habriacutea sido descartada y rechazada inevitablemente por los pensadores de
tendencia esceacuteptica de todas las eacutepocas
Esta forma de concebir el papel de la causalidad en el escepticismo se contemploacute
pronto como un paso en el camino del idealismo En este sentido se manifiesta Maine
de Biran cuando afirma que
ldquoSi la causalidad no es maacutes que una forma de nuestro espiacuteritu o si no tiene maacutes valor que el de una categoriacutea entonces el mundo de los seres de las sustancias no existe realmente en siacute o lo que es lo mismo no tenemos ninguacuten medio de asegurarnos de que exista el idealismo es entonces el uacutenico sistema razonable y el escepticismo parece triunfarrdquo583
Pero en el caso del escepticismo pirroacutenico el intento de establecer una doctrina
idealista parece evidente que puede descartarse como sospecha verosiacutemil de sus
intenciones En esta forma de escepticismo incuestionablemente se incluye como
esencial una criacutetica de la causalidad de la que encontramos en Sexto Empiacuterico el
resumen maacutes completo En HP I 180-6 Sexto expone los llamados ldquotropos para la
refutacioacuten de los causalistasrdquo con los que seguacuten el propio Sexto algunos exponen los
absurdos de las aplicaciones particulares de la causalidad584 En concreto Sexto atribuye
a Enesidemo la formulacioacuten de ocho argumentos orientados a mostrar toda teoriacutea
dogmaacutetica de la causalidad como carente de fundamento585 Se trata por tanto de
argumentos destinados a contrarrestar las argumentaciones basadas en las respectivas
concepciones dogmaacuteticas de la nocioacuten de causa En los paacuterrafos siguientes encontramos
una breve exposicioacuten de cuaacuteles fueron esos argumentos
I 28) como producto de una casualidad el hecho de que el descubirmiento fuera azaroso no impide que el viacutenculo descubierto esteacute dotado de la necesidad que es propia de las relaciones de causalidad 582 Recueacuterdese el pasaje de HP II 97-133 en el que Sexto rechaza aceptar la existencia del signo indicativo por considerar que transgrede el aacutembito de lo manifiesto e implica la asuncioacuten de relaciones causales entre el signo y aquello a lo que el signo refiere y acepta en cambio la existencia del signo evocativo limitado a la rememoracioacuten de lo manifiesto carente de implicaciones causales y por tanto aceptable desde un punto de vista puramente fenomeacutenico (vid supra 217 y ss) 583 Maine de Biran Sour la causaliteacute En Oeuvres Tome XII-2 Paris Vrin 1993 Traduccioacuten espantildeola de Sara Saacutenchez Ezquerra Sobre la causalidad Ediciones Encuentro 2006 12 584 HP I 180
229
51 Los tropos esceacutepticos para la refutacioacuten de los causalistas
En contraste con los tambieacuten enesidemianos ldquodiez tropos para la suspensioacuten del
juiciordquo tratados por Sexto con sobrada minuciosidad a lo largo de una considerable
parte del libro primero de sus Esbozos los tropos para la refutacioacuten de los causalistas
los encontramos resumidos en apenas dos paacuteginas al final de la seccioacuten dedicada a las
formas tradicionales de argumentos esceacutepticos diferentes de los diez tropos antedichos
En esta seccioacuten soacutelo los cinco argumentos de Agripa parecen merecer a ojos de Sexto
algo maacutes de atencioacuten de la estrictamente necesaria (catorce paraacutegrafos frente a los siete
de los dedicados a la causalidad ndash el uacuteltimo de los cuales trata maacutes de los cinco de
Agripa que de estos ocho ndash o los dos paraacutegrafos escuetos en los que expone los
llamados ldquodos tropos para la suspensioacuten del juiciordquo)
Lo que podemos deducir de esta exposicioacuten sucinta de lo que sin duda debioacute ser
una elaborada bateriacutea de argumentos es soacutelo una lista de tipos de argumentos que
uacutenicamente aparecen enunciados y cuyo desarrollo concreto en Enesidemo en la
mayoriacutea de los casos soacutelo podemos imaginar Estos ocho tropos seriacutean los siguientes
1- Argumento seguacuten el cual el origen de la causalidad al residir en cosas
no manifiestas no tiene confirmacioacuten unaacutenime en los fenoacutemenos
2- Argumento seguacuten el cual hay muchas formas de asignar causas a lo
que se investiga
3- Aqueacutel seguacuten el cual de cosas que se forman ordenadamente se infieren
causas que no muestran ninguacuten orden
4- Aqueacutel seguacuten el cual los causalistas creen haber entendido coacutemo
funciona lo no manifiesto una vez que han entendido coacutemo funciona
lo manifiesto
5- Aqueacutel seguacuten el cual los causalistas ldquoasignanrdquo causas seguacuten sus
hipoacutetesis personales y no seguacuten un meacutetodo general y aceptado
6- Aqueacutel seguacuten el cual muchas veces admiten lo que concuerda con sus
propias hipoacutetesis y rechazan lo que no concuerda aunque ambas cosas
sean igual de probables
7- Aqueacutel seguacuten el cual proponen causas que contradicen no soacutelo los
fenoacutemenos sino sus propias hipoacutetesis
585 Idem
230
8- Aqueacutel seguacuten el cual al ser tan absurdas las cosas que se dan por
evidentes como las que se investigan los causalistas costruyen sus
teoriacuteas a partir de cosas absurdas y sobre cosas no menos absurdas
A partir de los tropos de esta lista nos dice Sexto586 podiacutean conformarse otros
ldquocompuestosrdquo a partir de los anteriores Sin embargo desconocemos el modo en que
estos arguementos se ldquomezclariacuteanrdquo para componer esos otros Y algunos de los que
aparecen en la lista como el tropo seacuteptimo son de contenido bastante misterioso
A continuacioacuten entre HP I 185 y 186 sorprendentemente Sexto aplica los
cinco tropos de Agripa a la causalidad en lugar de los ocho de Enesidemo
especiacuteficamente dedicados a ello Esto podriacutea deberse a cierta falta de confianza de
Sexto en la adecuacioacuten de los argumentos enesidemianos a la funcioacuten de refutacioacuten de
la teoriacutea dogmaacutetica de la causalidad que debiacutean cumplir a su falta de acuerdo con las
conclusiones o resultados obtenidos por Enesidemo mediante el empleo de estas formas
de argumentacioacuten o a que los tropos de Enesidemo estuvieran orientados en exclusiva a
aplicaciones particulares de la causalidad y no fueran por ello aptos para la refutacioacuten
de la causalidad en general Esto uacuteltimo es lo que Sexto parece dar a entender en HP I
180587 Y es tambieacuten una posibilidad coherente con los enunciados de los ocho tropos
enesidemianos en cuestioacuten588 pero sin una descripcioacuten detallada del contenido de los
ocho argumentos en Enesidemo esto es algo que no podemos determinar con total
seguridad
El pasaje de HP I 185-6 conserva la estructura de un ejercicio praacutectico casi
escolar de aplicacioacuten de los cinco tropos de Agripa a uno de sus muchos campos de
aplicacioacuten posible la nocioacuten dogmaacutetica de causa Cualquier causa que pueda ser
propuesta por un interlocutor habraacute de ser o 1) acorde con todos los sistemas filosoacuteficos
inlcuido el propio sistema esceacuteptico o 2) no acorde con todos ellos El primer caso
corresponde con total exactitud al tropo primero de Agripa el formulado como ldquotropo a
586 HP I 185 587 HP I 180 Ὥσπερ δὲ τοὺς τρόπους ltτῆςgt ἐποχῆς παραδίδομεν οὕτω καὶ τρόπους
ἐκτίθενταί τινες καθ οὓς ἐν ταῖς κατὰ μέρος αἰτιολογίαις διαποροῦντες ἐφιστῶμεν τοὺς
δογματικοὺς διὰ τὸ μάλιστα ἐπὶ ταύταις αὐτοὺς μέγα φρονεῖν (ldquoTal como damos los tropos de la suspensioacuten del juicio asiacute tambieacuten algunos exponen tropos seguacuten los cuales nosotros al poner de relieve los absurdos de las aplicaciones particulares de la causalidad podamos detener a los dogmaacuteticos por lo mucho que se jactan de ellasrdquo) 588 Noacutetese que tal y como el epiacutegrafe sextiano sentildeala los tropos de Enesidemo parecen maacutes una refutacioacuten de los causalistas y de sus meacutetodos que de la causalidad misma
231
partir del desacuerdordquo589 Entre los distintos sistemas filosoacuteficos todo tanto lo
manifiesto como lo no manifiesto es objeto de controversia Y este modo de
argumentacioacuten se basa precisamente en el hecho de que en materias en las que exista
diversidad de opiniones no podraacute aceptarse ninguna de esas opiniones en virtud de siacute
misma pues con igual razoacuten podriacutea aceptarse la contraria Y al no poder optar por
ninguna de las alternativas ni tampoco poderse rechazar ninguna al interlocutor soacutelo le
quedaraacute como opcioacuten la suspensioacuten del juicio
En caso de que la causa propuesta en cambio no sea acorde con todos los
sistemas filosoacuteficos no podraacute ser elegida por siacute misma como lo seriacutea de existir acuerdo
universal sobre ella Habraacute de justificarse por queacute se elige esa causa como causa de un
determinado efecto entre todos los factores que podriacutean haber sido su causa Es decir
seguacuten Sexto entiende la nocioacuten causal habraacute de proponerse una causa de la causa La
argumentacioacuten infinita que esta posibilidad conlleva puede adivinarse soacutelo con su mera
formulacioacuten Si 21) la causa y la causa de la causa son ambas de un mismo tipo es
decir ambas son de caraacutecter manifiesto o ambas de caraacutecter no manifiesto se aplicaraacute
sobre ellas el segundo tropo de Agripa el de la recurrencia ad infinitum590 Si por el
contrario 22) son de tipo distinto se caeraacute en un ciacuterculo vicioso que es el tropo quinto
de Agripa591 Para terminar de cerrar el ejercicio de contraargumentacioacuten en caso de
que el interlocutor intente detener en un punto determinado tanto la recurrencia al
infinito como el ciacuterculo vicioso Sexto plantea otros dos modos de refutar su hipoteacutetica
argumentacioacuten
23) Si considera que la cadena infinita debe detenerse en uno de sus factores por
la mayor consistencia que tiene esa determinada causa frente al resto de las que se
hayan propuesto se aplicaraacute sobre este argumento el tropo tercero de Agripa ldquoel de a
partir del con relacioacuten a algordquo592 con lo que se anulariacutea la pretendida objetividad de la
nocioacuten causal Este tropo es aplicable por el hecho de que en este caso puede parecerle
maacutes consistente la causa al argumentador dogmaacutetico y no al contraargumentador
esceacuteptico de modo que su pretendida consistencia quede en suspenso al resultar relativa
ldquoseguacuten el que juzga y seguacuten lo que acompantildea su observacioacutenrdquo593
589 HP I 165 590 HP I 166 591 HP I 169 592 HP I 186 593 HP I 167 ἐν ᾧ πρὸς μὲν τὸ κρῖνον καὶ τὰ συνθεωρούμενα
232
24) La otra opcioacuten seraacute detener la cadena infinita proponiendo aceptar una causa
concreta a modo de hipoacutetesis Esta alternativa es a la que responde el tropo cuarto de
Agripa nombrado precisamente con la foacutermula ldquopor hipoacutetesisrdquo594 La coincidencia
exacta de este argumento con la situacioacuten que nos ocupa puede apreciarse en la
explicacioacuten que Sexto ofrece de eacutel en el apartado dedicado a los modos de
argumentacioacuten de Agripa
El [tropo] de ldquopor hipoacutetesisrdquo se da cuando al caer en una recurrencia ad infinitum los dogmaacuteticos parten de algo que no justifican sino que directamente y sin demostracioacuten creen oportuno tomarlo por convenio595
Esta bateriacutea de argumentos predisentildeados tanto en lo que respecta a los ocho
tropos enesidemianos para la refutacioacuten de los causalistas como a la aplicacioacuten a la
nocioacuten causal de los cinco tropos generales de Agripa responde a la estructurada
defensa de la posicioacuten que respecto de la cuestioacuten causal sostiene el escepticismo Dicha
posicioacuten aparece expresada en un amplio pasaje que abarca desde HP III 12 hasta HP
III 37
Como es evidente por los argumentos trazados para defenderla la tesis positiva
del esceacuteptico sobre la cuestioacuten no puede ser favorable a la existencia de relaciones
causales596 Por el contrario el escepticismo sostendraacute la necesidad de suspender el
juicio sobre las relaciones que puedan existir entre lo que es considerado causa y lo que
es considerado efecto No se trataraacute de una derogacioacuten de los viacutenculos causales como la
que podriacutea desprenderse de una filosofiacutea como la cratiliana597 (en la que debido a la
absolutizacioacuten del cambio causa y efecto no pueden establecerse uniacutevocamente) sino
de una auteacutentica suspensioacuten del juicio al respecto Esto es el esceacuteptico no niega que los
objetos o fenoacutemenos que se consideran relacionados causalmente puedan estarlo de
hecho soacutelo niega que se pueda afirmar con certeza que de hecho lo estaacuten Y dado que
mantiene esa distancia cognoscitiva respecto de la asuncioacuten de la causalidad evita tener
que admitir las considerables consecuencias ontoloacutegicas que la nocioacuten de causa arrastra
consigo
594 HP I 164 τὸν ὑποθετικόν 595 HP I 168-9 ὁ δὲ ἐξ ὑποθέσεως ἔστιν ὅταν εἰς ἄπειρον ἐκβαλλόμενοι οἱ δογματικοὶ ἀπό
τινος ἄρξωνται ὃ οὐ κατασκευάζουσιν ἀλλ ἁπλῶς καὶ ἀναποδείκτως κατὰ συγχώρησιν
λαμβάνειν ἀξιοῦσιν 596 Si el esceacuteptico admitiera sin maacutes los viacutenculos causales entre objetos del modo en que aparecen formulados en las doctrinas de sus antagonistas rebasariacutea al hacerlo el espacio de lo manifiesto que eacutel mismo se ha dado como liacutemite de su actividad especulativa 597 Veacutease Apeacutendice B p 321 y ss
233
En el mencionado pasaje en que se expone la tesis esceacuteptica acerca de la nocioacuten
de causa se alternan referencias al modo en que los dogmaacuteticos conciben y aplican esa
nocioacuten con breves alusiones a la visioacuten alternativa de la escuela pirroacutenica en forma de
argumentos similares a los expuestos en HP I 180-6 Como ejemplo de esto uacuteltimo el
tropo primero de Agripa reaparece en HP III 13 y en HP III 23 el quinto en HP III
22 y el segundo en HP III 24
En este punto de nuestro anaacutelisis podriacuteamos considerar que la maquinaria
dialeacutectica del escepticismo en lo que se refiere a la nocioacuten de causa se moviliza como
en tantas otras materias para desbaratar el entramado argumentativo de signo contrario
construido por el resto de escuelas filosoacuteficas de su eacutepoca y rechazar asiacute los dogmas
que estas escuelas hayan asumido fundamentaacutendolos en la causalidad
Sin embargo sin poner en duda que este sea el objetivo de la argumentacioacuten
esceacuteptica respecto al tema causal cabe cuestionarse si no hay algo diferente en este
pasaje argumentativo respecto a aquellos otros que ya hemos visto y analizado con
anterioridad
Durante la exposicioacuten de sus argumentos Sexto ofrece en HP III 14 una
definicioacuten dogmaacutetica de ldquocausardquo ldquola causa es aquello por cuya actuacioacuten se produce el
efectordquo598 A continuacioacuten plantea a partir de esta definicioacuten ndash que considera ldquobastante
corrienterdquo599 entre los dogmaacuteticos ndash el problema de la anterioridad de la causa respecto
del efecto600 y a raiacutez de esta clase de problemas ofrece argumentos equilibrados para la
suspensioacuten del juicio sobre si algo es causa de algo601
Lo diferente en esta argumentacioacuten frente a las argumentaciones esceacutepticas que
hemos visto por extenso en otros lugares de la obra de Sexto Empiacuterico es que aunque
en teoriacutea el esceacuteptico siempre trata de equilibrar dos argumentos opuestos esta es una
de las pocas ocasiones en que Sexto expone tambieacuten el argumento positivo y no soacutelo el
negativo que rechaza la asuncioacuten de una determinada proposicioacuten (En HP III 17-19
expone como vamos a ver el argumento a favor de la causa)
Desde nuestro punto de vista ndash causalista ndash esta diferencia tiene que tener una
razoacuten que la justifique tiene que tener una causa Por lo tanto tenemos que
598 El eco aristoteacutelico de esta definicioacuten es evidente si se compara con el pasaje de Metaf ∆ 1013 b - 1025 a al que remitimos sin cita directa por su considerable extensioacuten 599 HP III 14 κοινότερον 600 HP III 16 (Cfr HP III 20-2) 601 HP III 17-19
234
preguntarnos queacute tiene de diferente la argumentacioacuten sobre la causalidad que explique
la exposicioacuten por parte de Sexto de ese otro punto de vista de la oposicioacuten de
argumentos que normalmente omite
52 La nocioacuten de causa uacutenica viacutea de comprensioacuten del mundo
En el pasaje de HP III 17-19 al exponer un argumento en favor de la nocioacuten de
causa como equilibrio del argumento en contra Sexto nos ofrece algunas pistas sobre
por queacute un esceacuteptico podriacutea defender que hay causalidad Nos permitimos a
continuacioacuten reproducir el pasaje iacutentegro
Es probable que exista la causa En efecto iquestcoacutemo llegariacutea a haber crecimiento reduccioacuten generacioacuten
corrupcioacuten movimiento en general de cada cosa de las resultantes tanto en lo natural como en lo mental el gobierno del Universo entero etc si no fuera por alguna causa Pues incluso si nada de eso existe en realidad seguro que diremos que es por alguna causa por lo que esas cosas nos aparecen tal como no son
Pero ademaacutes si no hubiera causa todo saldriacutea de todo y se dariacutea porque siacute Por ejemplo los caballos se engendrariacutean tal vez de los ratones y los elefantes de las hormigas Y si no hubiera ninguna causa por la que las regiones del sur fueran lluviosas y las del este deseacuterticas tal vez se produciriacutean lluvias abundantes y nevadas en la Tebas egipcia mientras que las regiones del sur no dispondriacutean de lluvias
Y ademaacutes el que dice que no existe ninguna causa se vuelve contra siacute mismo En efecto si afirma que dice eso porque siacute y sin ninguna causa no seraacute digno de creacutedito mientras que si lo dice por alguna causa queriendo destruir la causa establece que se admita la causa por la que no existe causa
Por eso pues es probable que exista la causa602
Lo que encontramos aquiacute es pues una exposicioacuten sucinta de los motivos por los
que un esceacuteptico como Sexto considera probable la existencia de causa Como no podiacutea
ser de otro modo trataacutendose de los argumentos de un pirroacutenico en ninguacuten momento se
va maacutes allaacute de la asuncioacuten de esa ldquoprobabilidadrdquo603 mencionada en la primera y la
602 Πιθανόν ἐστιν εἶναι τὸ αἴτιον πῶς γὰρ ἂν αὔξησις γένοιτο μείωσις γένεσις φθορά
καθόλου κίνησις τῶν φυσικῶν τε καὶ ψυχικῶν ἀποτελεσμάτων ἕκαστον ἡ τοῦ παντὸς κόσμου
διοίκησις τὰ ἄλλα πάντα εἰ μὴ κατά τινα αἰτίαν καὶ γὰρ εἰ μηδὲν τούτων ὡς πρὸς τὴν φύσιν
ὑπάρχει λέξομεν ὅτι διά τινα αἰτίαν πάντως φαίνεται ἡμῖν τοιαῦτα ὁποῖα οὔκ ἐστιν ἀλλὰ
καὶ πάντα ἐκ πάντων καὶ ὡς ἔτυχεν ἂν ἦν μὴ οὔσης αἰτίας οἷον ἵπποι μὲν ἐκ μυῶν εἰ τύχοι
γεννηθήσονται ἐλέφαντες δὲ ἐκ μυρμήκων καὶ ἐν μὲν ταῖς Αἰγυπτίαις Θήβαις ὄμβροι ποτὲ
ἐξαίσιοι καὶ χιόνες ἂν ἐγίνοντο τὰ δὲ νότια ὄμβρων οὐ μετεῖχεν εἰ μὴ αἰτία τις ἦν δι ἣν τὰ
μὲν νότιά ἐστι δυσχείμερα αὐχμηρὰ δὲ τὰ πρὸς τὴν ἕω καὶ περιτρέπεται δὲ ὁ λέγων μηδὲν
αἴτιον εἶναι εἰ μὲν γὰρ ἁπλῶς καὶ ἄνευ τινὸς αἰτίας τοῦτό φησι λέγειν ἄπιστος ἔσται εἰ δὲ
διά τινα αἰτίαν βουλόμενος ἀναιρεῖν τὸ αἴτιον τίθησιν ἀποδιδόσθω αἰτίαν δι ἣν οὐκ ἔστιν
αἴτιον Διὰ ταῦτα μὲν οὖν πιθανόν ἐστιν εἶναι τὸ αἴτιονmiddot HP III 17-19 603 El teacutermino ldquoprobablerdquo ha de entenderse aquiacute como sinoacutenimo de ldquoplausiblerdquo o de ldquoconvincenterdquo y alejado de cualquier connotacioacuten matemaacutetica o estadiacutestica asiacute como de cualquier sentido ldquoprobabilistardquo o ldquoprobatoriordquo
235
uacuteltima frase del pasaje Dicha ldquoprobabilidadrdquo por siacute misma no rompe la suspensioacuten del
juicio ya que a continuacioacuten tambieacuten se afirmaraacute la posibilidad contraria604
Los argumentos esceacutepticos en favor de la causalidad expuestos en el pasaje
citado son tres y cada uno de ellos nos muestra una faceta de la visioacuten que la escuela
pirroacutenica teniacutea del tema
a) No es posible explicar el movimiento sin causacioacuten605 El fenoacutemeno
del cambio la generacioacuten y la corrupcioacuten en cada una de sus variantes
no pueden explicarse seguacuten el pasaje sin recurrir a la nocioacuten de
causa Incluso en el caso no descartable para el escepticismo de que
estos fenoacutemenos fuesen percepciones falaces que no se
correspondieran con cambios reales tambieacuten habriacutea de explicarse queacute
causa que sea percibido como cambiante aquello que es estable
b) Sin la nocioacuten de causa el mundo (fenomeacutenico u ontoloacutegico) se
sumiriacutea en el caos606 Sin causa no puede explicarse que un fenoacutemeno
lsquoxrsquo lleve indefectiblemente a otro lsquoyrsquo y no a cualquier fenoacutemeno al
azar Esta caotizacioacuten del cambio que en otra parte hemos
relacionado con la visioacuten cratiliana del mundo es contraria a los
principios baacutesicos del escepticismo607
c) La argumentacioacuten anticausalista cae en una clara contradiccioacuten608 Si
el negador de la causalidad no aporta la causa de su negacioacuten se
consideraraacute que su argumento no es digno de creacutedito mientras que si
la aporta refutaraacute su propia argumentacioacuten
Aunque este uacuteltimo tropo es profusamente utilizado por el escepticismo en
diferentes contextos cabe la duda de si su aplicacioacuten a la nocioacuten causal en este contexto
es legiacutetima o falaz ya que en apariencia comete una peticioacuten de principio al
presuponer el causalismo que estaacute en cuestioacuten reclamando una causa para la negacioacuten
de la causa
Excluyendo el tercer argumento de caraacutecter puramente formal y enraizado en
las foacutermulas habituales de la dialeacutectica esceacuteptica los dos anteriores siacute que antildeaden
604 HP III 20 605 HP III 17 606 HP III 18 607 Veacutease Apeacutendice B El escepticismo como veremos a continuacioacuten necesita de determinados viacutenculos causales invariables para dar sentido a su esfuerzo argumentador 608 HP III 19 Noacutetese que este argumento es un nuevo indicio de la vigencia y validez del Principio de No-Contradiccioacuten en la filosofiacutea esceacuteptica (Cfr Infra 256 y ss)
236
importantes datos a lo que sabemos de la concepcioacuten del mundo que los esceacutepticos
consideraban imprescindible como base para su filosofiacutea a) El mundo ha de ser
cambiante sujeto a fenoacutemenos de generacioacuten y corrupcioacuten Estos fenoacutemenos no habriacutean
de ser necesariamente trasunto de cambios objetivos en las cosas pero b) siacute habriacutean de
ser en cierta medida estables o fijos
Ademaacutes el primero de los tres argumentos contiene tambieacuten la asuncioacuten
germinal de un presupuesto proacuteximo al Principio de Razoacuten Suficiente Considerar que
no es posible explicar el movimiento sin emplear para ello la nocioacuten de causa es un
equivalente praacutectico de la afirmacioacuten del ldquoNihil est sine rationerdquo Si todo cambio o
generacioacuten requieren de algo que los haya producido entonces es que nada es (o llega a
ser) sin razoacuten
Este argumento nuestro se ve apoyado por el hecho de que el Principio de razoacuten
aparte de varios momentos de la obra de Sexto en los que puede considerarse como
presupuesto oculto de sus afirmaciones aparece formulado de manera directa en una
ocasioacuten Se trata del pasaje de HP III 67-9 dedicado a explicar los argumentos en favor
de la inexistencia de movimiento En ese contexto al aplicar sobre la cuestioacuten del
movimiento ndash en concreto de aquello que se mueve por siacute mismo ndash la nocioacuten de causa
considera como es habitual en sus argumentos la bifurcacioacuten dicotoacutemica baacutesica de la
que ha de partir aquello que se mueve por siacute mismo se moveraacute sin ninguna causa o por
una causa Y a continuacioacuten expresa lo siguiente ldquoPero dicen que nada ocurre sin una
causardquo (ldquoanaitiacuteōs megraven oudeacuten phasi giacutenesthairdquo )609
De esta breve frase podemos deducir bastantes de las caracteriacutesticas con las que
el Principio de razoacuten se manifiesta en la filosofiacutea esceacuteptica En primer lugar no se
considera expresamente como un principio propio del escepticismo sino como algo que
otros ndash los dogmaacuteticos ndash dicen (phasi) Sin embargo Sexto no pone en tela de juicio
dicha afirmacioacuten sino que acepta su contenido y lo incorpora al argumento sin
discutirlo Es pues un principio de formulacioacuten ajena al pirronismo pero que no parece
que los esceacutepticos tuvieran intencioacuten de refutar o derogar Se habriacutean limitado en todo
caso a dejarlo en suspenso en cuanto a su validez como principio expreso pero
asumieacutendolo impliacutecitamente en lo que se refiere a los argumentos concretos en los que
es aplicado
Ademaacutes su aacutembito de aplicacioacuten seguacuten la corriente esceacuteptica apareceriacutea
demarcado por el uso del verbo giacutegnomai La formulacioacuten que Sexto escoge anaitiacuteōs
237
megraven oudeacuten phasi giacutenesthai supone que es en el aacutembito de lo que el verbo giacutegnomai
representa esto es en el aacutembito de lo que se genera y se destruye lo que se corrompe y
lo que cambia en el que no hay nada que carezca de causa Por lo tanto el Principio de
razoacuten seguacuten aquiacute se concibe es vaacutelido para el espacio de lo que en el primer capiacutetulo de
esta parte del presente trabajo referiacuteamos a la nocioacuten de phyacutesis No se tratariacutea de un
principio baacutesico de los ldquofenoacutemenosrdquo ni de las ldquoconsideraciones teoacutericasrdquo que el
esceacuteptico opone entre siacute para forzar la suspensioacuten del juicio sino del espacio que estariacutea
maacutes allaacute de ambos el de lo que es por naturaleza que es precisamente el que el
esceacuteptico se ha marcado como liacutemite de su trabajo especulativo
Habriacutea por tanto una gran cercaniacutea entre el Principio de razoacuten en Sexto y el que
despueacutes popularizaraacute Leibniz para el que dicho principio tiene validez en exclusiva en
el aacutembito de la existencia610 en el que se dan las verdades de hecho mientras que en el
aacutemito de la esencia ndash el aacutembito de las verdades necesarias ndash es vaacutelido el principio
complementario al de razoacuten el de identidad o contradiccioacuten611 La separacioacuten entre cada
uno de esos aacutembitos vendriacutea dada por el tipo de necesidad que lo rige En el caso de la
esencia la necesidad seriacutea absoluta ndash el tipo de necesidad que rige las matemaacuteticas la
geometriacutea la loacutegica o la metafiacutesica ndash mientras que en el de la existencia regiriacutea una
cierta ldquonecesidad moralrdquo que presupone la posibilidad de la contradiccioacuten612 Esto es al
contrario que en el caso de la esencia en el aacutembito de la existencia seriacutea posible que se
hubiera dado lo contrario de lo que se da de hecho Este es en concreto el tipo de
necesidad que se dariacutea en el orden de la naturaleza
En un sentido similar se pronuncia Schopenhauer al trazar la distincioacuten entre
ldquocausardquo (fiacutesico-natural) y ldquorazoacuten de conocimientordquo (perteneciente al aacutembito de la
esencia y la definicioacuten de los conceptos) Esta distincioacuten aparece sentildealada y explicada
609 HP III 67 610 Cfr Saame O El principio de razoacuten en Leibniz Laia Barcelona 1987 39 611 Noacutetese que para Leibniz Principio de no-contradiccioacuten y Principio de identidad son dos caras de un uacutenico axioma fundamental (Veacutease infra 327 nota 836) 612 En Leibniz suele recibir la denominacioacuten de ldquonecesidad moralrdquo ya que se basa en la libre eleccioacuten moral de Dios (Las verdades de hecho podriacutean ser otras y el mundo por tanto haber sido de otro modo pero son las que son porque Dios asiacute lo ha escogido y Dios siempre elige lo moralmente mejor) Esa eleccioacuten divina no es azarosa sino que viene determinada de acuerdo con el Principio de razoacuten por un motivo [Grund] Sin embargo en ocasiones Leibniz tambieacuten la define entre otras denominaciones como ldquonecesidad fiacutesicardquo de acuerdo con su aacutembito de aplicacioacuten lo que indica con auacuten mayor certeza su proximidad con el modo esceacuteptico de concebir el Principio en cuestioacuten como referido al aacutembito de la phyacutesis (Cfr Saame O Op cit 40)
238
por extenso en De la cuaacutedruple raiacutez del principio de razoacuten suficiente613 donde atribuye
la histoacuterica confusioacuten de ambos conceptos a Descartes y Spinoza614
Asiacute pues tanto en el caso de pensadores modernos y contemporaacuteneos como
Leibniz y Schopenhauer como en el de los esceacutepticos antiguos parece haber cierto
acuerdo en considerar que el Principio de razoacuten se aplica sobre el aacutembito natural
mientras que en el espacio de lo teoacuterico615 carece de validez Su aplicacioacuten sobre este
segundo espacio puede ser vaacutelida con una formulacioacuten muy similar si no ideacutentica ndash
nihil est sine ratione nada es sin razoacuten ndash pero con un sentido del teacutermino ldquorazoacutenrdquo por
completo diferente lo que lo convierte en la praacutectica en un principio distinto
Este sentido concreto podriacutea bien denominarse ldquoPrincipio loacutegico de razoacuten
suficienterdquo616 aunque su caraacutecter de principio es discutible ya que estariacutea supeditado a
otros principios loacutegicos como el de identidad el de no-contradiccioacuten y el de tercio
excluso En cambio el sentido originario aplicable en exclusiva al aacutembito natural se
podriacutea denominar ldquoPrincipio de causalidadrdquo617 eliminando asiacute la ambiguumledad del
teacutermino ldquorazoacutenrdquo
No se nos escapa lo poleacutemica que puede resultar la afirmacioacuten de que este
Principio de causalidad fuera uno de los presupuestos baacutesicos sobre los que los
esceacutepticos pirroacutenicos fundamentaron sus teoriacuteas La asuncioacuten de este principio es
incuestionablemente una tesis dogmaacutetica de alcance ontoloacutegico como tambieacuten lo es su
negacioacuten y soacutelo la suspensioacuten del juicio acerca de su validez es coherente y compatible
con la postura oficial de la escuela esceacuteptica Pero como ya hemos visto aquiacute en otras
ocasiones el escepticismo no se limitoacute respecto de las tesis dogmaacuteticas a emplearlas
613 Schopenhauer A De la cuaacutedruple raiacutez del principio de razoacuten suficiente sectsect 6-8 (Traduccioacuten y proacutelogo de Leopoldo Eulogio Palacios Gredos Madrid 1998 34-48 ) 614 ldquoLo que Descartes expuso soacutelo ideal soacutelo subjetivamente esto es soacutelo para nosotros soacutelo en beneficio del conocimiento es decir de la prueba de la existencia de Dios lo tomoacute Spinoza real y objetivamente como la efectiva relacioacuten de Dios con el mundo En Descartes en el concepto de Dios reside la existencia y sirve asiacute de argumento para probar su existencia real en Spinoza Dios mismo estaacute contenido en el mundo Seguacuten esto lo que en Descartes era mera razoacuten de conocimiento lo hace Spinoza una razoacuten real aqueacutel ensentildeoacute en el argumento ontoloacutegico que de la essentia de Dios se sigue su existentia y eacuteste hace de ella la causa sui () Aquiacute tenemos la maacutes palpable confusioacuten de la razoacuten de conocimiento con la causardquo Op cit 45-6 615 Asiacute como en el de lo fenomeacutenico en Sexto y en el de lo absolutamente necesario en Leibniz 616 Entendiendo ldquorazoacutenrdquo como ldquomotivordquo esto es en el sentido en que se usa en la expresioacuten ldquodar razoacutenrdquo 617 De esta forma lo denomina entre otros autores Maine de Biran en su Sobre la causalidad (Maine de Biran Sour la causaliteacute En Oeuvres Tome XII-2 Paris Vrin 1993 Traduccioacuten espantildeola de Sara Saacutenchez Ezquerra Sobre la causalidad Ediciones Encuentro 2006 Passim) Sin embargo esta denominacioacuten no seriacutea por completo precisa para la concepcioacuten del Principio de razoacuten vigente en algunos autores modernos ya que el aacutembito de aplicacioacuten de dicho principio seriacutea el aacutembito de lo natural pero no podriacutea identificarse eacuteste con el de lo causado El Principio de razoacuten se aplicariacutea para dichos autores sobre todo ente sea o no causado incluyendo a Dios ente natural pero ingeacutenito que tiene razoacuten pero no causa
239
en sus argumentos como hipoacutetesis puntuales sometidas a la suspensioacuten del juicio Maacutes
bien en determinados casos asume algunas de ellas no como elemento hipoteacutetico de la
argumentacioacuten sino como sustrato fundamental asumido sobre el que se asienta la
posicioacuten que esa argumentacioacuten defiende Eso mismo es lo que consideramos que
sucede con el Principio de causalidad Mientras que la coherencia argumentativa
recomienda suspender el juicio sobre eacutel (por aplicarse al aacutembito de la phyacutesis) la
posicioacuten de facto de la escuela asume su validez con todas las consecuencias que ello
conlleva
En su opuacutesculo Sobre la causalidad Maine de Biran expone como vimos618 un
punto de vista sobre la relacioacuten entre escepticismo y causalidad contrario a nuestra tesis
Para eacutel el escepticismo consiste precisamente en la derogacioacuten del Principio de
causalidad619 y la admisioacuten de cualquier filosofiacutea que no asuma como vaacutelido dicho
principio supone el ldquotriunfo del escepticismordquo Sin embargo el tipo de ldquoescepticismordquo a
que se refiere maacutes relacionado con Hume que con los pirroacutenicos o los acadeacutemicos hoy
lo denominariacuteamos maacutes bien ldquoocasionalismordquo
El ocasionalismo en especial en formulaciones como la de Arnold Geulincx o el
propio Malebranch620 sustituye el concepto de ldquocausardquo por el de ldquoocasioacutenrdquo y elimina los
viacutenculos causales feacuterreos sustituyeacutendolos por implicaciones circunscritas a
determinadas situaciones por lo que en efecto supone una auteacutentica derogacioacuten del
Principio de causalidad en el aacutembito fiacutesico que le es propio y su sustitucioacuten por una
mera sucesioacuten de acontecimientos malinterpretada como ldquocadena causalrdquo621 Es de sobra
conocida la criacutetica de la causalidad llevada a cabo en esta liacutenea por Hume Y es a esta
clase de filosofiacutea a la que Maine de Biran hace referencia con el teacutermino
ldquoescepticismordquo
618 Vid supra 230 619 Op cit12-3 620 Cfr Malebranche N XVe Eacuteclaircissement Sur le Chapitre troisiegraveme de la seconde Partie du sixiegraveme Livre Touchant lrsquoefficace attribueacutee aux causes secondes En Oeuvres Complegravetes tomo III De la Recherche de la veacuteriteacute Eacuteclaircissements Eacutediteacute par Geneviegraveve Rodis-Lewis Paris J Vrin-Centre National de la Recherche Scientifique 1976 2ordf ed 203-252 Traduccioacuten castellana y notas de Julia Molano Aclaracioacuten sobre el ocasionalismo Ediciones Encuentro Madrid 2005 621 Cierto es que la postura esceacuteptica pirroacutenica no es por completo incompatible con una interpretacioacuten ocasionalista El pasaje ya mencionado de HP I 28-9 acerca de la relacioacuten entre epochḗ y ataraxiacutea no excluye esa posible interpretacioacuten ya que afirmar que un fenoacutemeno sigue a otro ldquolo mismo que la sombra sigue al cuerpordquo puede entenderse como expresioacuten de una consecucioacuten temporal reiterada y adoptada por la costumbre lo mismo que como expresioacuten de una vinculacioacuten causal Los motivos por los que no contemplamos aquiacute la posibilidad de una interpretacioacuten ocasionalista del escepticismo como se veraacute son otros y se desprenden de textos por lo general poco tenidos en cuenta en contextos filosoacuteficos (Cfr Infra 242-248)
240
El escepticismo antiguo en sentido estricto en cambio conserva uno de los
sentidos del Princpio de razoacuten como vigente En sus argumentos expliacutecitos puede
considerarse como asumido al menos de modo hipoteacutetico ya que se considera que si
hay un sustrato objetivo tras los fenoacutemenos ese sustrato se regiraacute por el principio de
causalidad aunque en la existencia efectiva de ese sustrato (la phyacutesis) el escepticismo
no entre Con todo aunque no busque teorizar sobre esta cuestioacuten parte de las
relaciones causales que le presupone a ese sustrato actuacutean como ldquoexplicacioacuten por
defectordquo del comportamiento fenomeacutenico del mundo que rodea al esceacuteptico Y si bien es
cierto que no refiere a esos viacutenculos causales al tratar sobre los fenoacutemenos que observa
(y se abstiene por tanto de sobrepasar los liacutemites relativos a la nocioacuten de phyacutesis que se
habiacutea autoimpuesto) siacute que presupone esos viacutenculos por ejemplo en su refutacioacuten de
otras posturas dogmaacuteticas menos filosoacuteficas que las de sus adversarios habituales nos
estamos refiriendo a las supersticiones
53 El Contra los astroacutelogos (Adv Math V) y la asuncioacuten de los viacutenculos
causales
Uno de los tratados menos mencionados de Sexto Empiacuterico incluido en la
compilacioacuten que el Adversus Mathematicos supone es el conocido como Contra los
astroacutelogos Se trata de un texto de temaacutetica poco o nada relacionada con la habitual en
los actuales estudios sobre filosofiacutea e incluso ajeno a la contemporaacutenea discusioacuten de
cualquier estudio de caraacutecter riguroso La escasa atencioacuten que se le presta a este tratado
en la bibliografiacutea actual se debe a que contiene una exposicioacuten pormenorizada de los
procedimientos de adivinacioacuten caldeos de los que descienden los populares horoacutescopos
y cartas astrales de la actualidad
Sin embargo de un estudio detenido de sus paacuteginas puede extraerse mucho maacutes
que la explicacioacuten de las posiciones astroloacutegicas que pretende refutar622 El texto en
cuestioacuten consiste en una refutacioacuten de las tesis astroloacutegicas habituales en su tiempo
seguacuten las cuales los fenoacutemenos observables en los astros tienen influencia o incluso
determinan los acontecimientos humanos A estas disciplinas se refiere Sexto con los
nombres de ldquoastrologiacuteardquo (ἀστρολογία) y ldquomatemaacuteticardquo (μαθηματική) Su intencioacuten
622 Como en otros muchos casos el rigor y la atencioacuten con la que trata la postura de sus adversarios le ha llevado a Sexto tambieacuten aquiacute a convertirse en fuente a partir de la cual recostruir dicha posicioacuten Pero al igual que los pasajes en que aporta informacioacuten sobre otras escuelas filosoacuteficas contienen ademaacutes detalles de su propia filosofiacutea tambieacuten en este caso junto con las descripciones de los meacutetodos astroloacutegicos encontramos como veremos datos esenciales para comprender su posicioacuten
241
en cambio no es la de discutir lo que hoy llamamos ldquomatemaacuteticardquo esto es ldquola ciencia
completa compuesta de aritmeacutetica y geometriacuteardquo623 ni la capacidad de prediccioacuten de las
futuras posiciones observables de los astros que hoy denominamos ldquoastronomiacuteardquo y que
fue desarrollada por astroacutenomos griegos como Eudoxo de Cnido o Hiparco de Nicea624
Esto no se debe interpretar como la aceptacioacuten por parte de Sexto o de la escuela
esceacuteptica de la validez de la matemaacutetica entanto que ciencia sino soacutelo como la
intencioacuten de deslindar aacutembitos de estudio diversos que merecen atencioacuten diferente y
especiacutefica en cada caso Por el contrario tambieacuten esta disciplina considera Sexto
haberla refutado en otra parte625
En cambio respecto de la astronomiacutea siacute que parece desprenderse en el pasaje
inicial del tratado una cierta aceptacioacuten por parte de Sexto de su validez Le concede a
esta disciplina sin discutirla la capacidad de predecir fenoacutemenos naturales
comparaacutendola con la agricultura o la navegacioacuten Si analizamos la aceptacioacuten de Sexto
de esta disciplina en el contexto global de la filosofiacutea esceacuteptica veremos que no supone
ninguna contradiccioacuten con sus presupuestos pues lo que admite es su utilidad como arte
cultivable por el hombre pero no como fuente de conocimiento natural No se trata por
tanto de la aceptacioacuten de una forma de dogmatismo sino de un meacutetodo de prediccioacuten
que ldquoconsiste en la observacioacuten de fenoacutemenosrdquo626 y en ninguacuten momento rebasa el
aacutembito de lo fenomeacutenico627 Se tratariacutea por tanto en lo referente a la astronomiacutea de una
disciplina admisible por la concepcioacuten esceacuteptica como un caso maacutes de la ldquoobservancia
de las exigencias vitalesrdquo de las que Sexto trata en HP I 23-4 en concreto una de las
artes en las que los esceacutepticos se instruyen o pueden instruirse sin considerar por ello
que han caiacutedo en la afirmacioacuten del dogmatismo628
En cambio la astrologiacutea careceriacutea de esa caracteriacutestica de mantenerse en el
aacutembito de lo fenomeacutenico quizaacute por su ocasional pretensioacuten explicativa o quizaacute por su
presuncioacuten de determinados tipos de relaciones causales
623 Adv Math V 1 τῆς τελείου ἐξ ἀριθμητικῆς καὶ γεωμετρίας συνεστώσης 624 Adv Math V 2 625 ldquoPues ya hemos refutado a quienes profesan estas disciplinasrdquo (ἀντειρήκαμεν γὰρ πρὸς τοὺς ἀπὸ
τούτων τῶν μαθημάτων) Idem Se refiere a los tratados Contra los geoacutemetras (Adv Math III) y Contra los aritmeacuteticos (Adv Math IV) donde expone sus argumentos frente al conocimiento de tipo matemaacutetico 626 Adv Math V 2 τήρησις γάρ ἐστιν ἐπὶ φαινομένοις 627 El tipo de astronomiacutea admisible por Sexto seriacutea pues el conocido como ldquoinstrumentalismordquo que la concibe como mero instrumento de caacutelculo y no como modelo de representacioacuten de la realidad 628 Veacutease HP I 24 Lo mismo podriacutea decirse de la medicina siempre y cuando se cultive desde las escuelas meacutedicas consideradas no dogmaacuteticas (vid supra 109 y ss)
242
De un modo u otro el texto que nos ocupa es un tratado compuesto uacutenicamente
para la refutacioacuten de lo que hoy conocemos como ldquoastrologiacuteardquo629 es decir la
adivinacioacuten del futuro a traveacutes de la lectura de los fenoacutemenos celestes interpretados
como augurios El contexto astroloacutegico concreto al que Sexto se enfrenta es el de los
oraacuteculos caldeos de los que dice que han desarrollado su actividad
levantando contra nosotros un gran muro de supersticioacuten y no permitieacutendonos llevar nada a cabo siguiendo la recta razoacuten630
Y esta refutacioacuten pretende llevarla a cabo remotaacutendose a los principios sobre los
que descansa el ldquomeacutetodo de investigacioacutenrdquo de estos astroacutelogos El principal de estos
principios lo expone Sexto en Adv Math V 4 los caldeos partiriacutean del supuesto previo
de que los cuerpos terrestres se compadecen con los celestes y que aquellos se
renuevan una y otra vez en virtud de las emanaciones de estos631 Esto es presuponen
una determinada potencia causal a los cuerpos celestes capaz de influir en la disposicioacuten
de los terrestres Asumen por tanto la nocioacuten de causalidad y presuponen viacutenculos
causales que conectan los fenoacutemenos del cielo (un eclipse una conjuncioacuten un cometa)
y los de la tierra (una epidemia una guerra o la muerte de un soberano)
La criacutetica de Sexto a este presupuesto caldeo no va a centrarse en el hecho de
que los astroacutelogos asuman la nocioacuten de causalidad sino en el tipo de viacutenculos que en
funcioacuten de ella admiten Encontramos asiacute la demostracioacuten praacutectica de que Sexto no
contariacutea con una concepcioacuten ldquoanticausalistardquo u ldquoocasionalistardquo similar a la de Hume o la
de Malebranche a pesar de haber dedicado una parte de sus Esbozos a la ldquocriacutetica de los
causalistasrdquo En el momento en el que se ve impelido a argumentar contra una
concepcioacuten causal que considera irracional no reniega de toda causalidad sino que
frente a dicha forma de causalidad defiende otra concepcioacuten en su opinioacuten maacutes
racional pero tambieacuten basada en una nocioacuten fuerte de ldquocausardquo
Sexto rechaza la idea de que objetos de aacutembitos diversos como los celestes y los
terrestres puedan compadecerse entre siacute632 en especial que lo hagan en virtud de
relaciones simboacutelicas o metafoacutericas entre ellos633
629 La distincioacuten clara de ldquoastrologiacuteardquo y ldquoastronomiacuteardquo no se produjo como es sabido hasta eacutepocas mucho maacutes recientes ni en lo que refiere a su nombre ni en lo relativo a su aacutembito de aplicacioacuten o a incluso a su meacutetodo De hecho por la claridad con la que Sexto parece distinguirlas bien podriacutea consideraacutersele un adelantado a su tiempo 630 Adv Math V 2 μεγάλην δ ἡμῖν ἐπιτειχίζοντες δεισιδαιμονίαν μηδὲν δὲ ἐπιτρέποντες
κατὰ τὸν ὀρθὸν λόγον ἐνεργεῖν 631 Adv Math V 4 Ἐπὶ προϋποκειμένῳ τοίνυν τῷ συμπαθεῖν τὰ ἐπίγεια τοῖς οὐρανίοις καὶ
κατὰ τὰς ἐκείνων ἀπορροίας ἑκάστοτε ταῦτα νεοχμοῦσθαι 632 Veacutease Adv Math V 4 21 94-5 98
243
Sus argumentos contra la adivinacioacuten caldea son fundamentalmente de dos tipos
a) Metodoloacutegicos Como la criacutetica que realiza a la falta de rigor en sus
mediciones o a la imposibilidad de constatar con exactitud el
momento concreto en que se produce el cambio de un signo zodiacal a
otro634
b) Ontoloacutegicos Como la falta de una correspondencia uniacutevoca entre el
fenoacutemeno celeste que se considera causa y el terrestre que se
considera efecto635
En ocasiones ambos argumentos se combinan para refutar la posibilidad de la
adivinacioacuten astroloacutegica Asiacute seguacuten su razonamiento si la posicioacuten de las estrellas y
planetas en el instante en el que una persona nace determinan o influyen en los
acontecimientos que tendraacuten lugar en su vida o el instante habraacute de determinarse con
absoluta exactitud o bastaraacute con una aproximacioacuten Pero si ha de ser con exactitud
entonces la adivinacioacuten de esta clase es imposible ya que este requisito no se da de
hecho ni por la precisioacuten de los instrumentos de medicioacuten636 ni por la determinabilidad
exacta de los cambios de signo637 ni por la presencia de observadores diestros en cada
nacimiento638 Si para evitar esta situacioacuten los caldeos exigieran soacutelo una
aproximacioacuten de ese momento exacto639 el instante del nacimiento ya no seriacutea
individual puesto que muchos nintildeos pueden nacer en el mundo ldquoa la vezrdquo si ese ldquoa la
vezrdquo indica un periodo de tiempo por breve que sea Y en esta situacioacuten los nacidos de
manera aproximadamente simultaacutenea deberiacutean llevar vidas aproximadamente iguales
mientras que no se observa esa correspondencia entre por ejemplo la vida de Alejandro
y la de los que nacieron en un momento proacuteximo a su alumbramiento640
Resulta interesante el hecho de que Sexto se plantee cuestiones metodoloacutegicas
como parte de los argumentos que pueden oponerse a este tipo de disciplinas ya que
nos indica un intereacutes por su parte en el coacutemo establecer meacutetodos cientiacuteficos correctos
para determinadas disciplinas que toman la causalidad como su presupuesto como su
condicioacuten de necesidad o como parte de su objeto de estudio Incluso es innegable que
633 Adv Math V 100 101-3 634 Adv Math V 85-6 y 88-9 635 Veacutease el ejemplo de la muerte por la espada y el nacimiento en Sagitario que propone en Adv Math V 92 636 Adv Math V 54 58 69 71-2 75-7 Veacutease tambieacuten la descripcioacuten del meacutetodo de medicioacuten mediante clepsidras empleado para la divisioacuten del disco zodiacal que se expone en Adv Math V 24-6 637 Adv Math V 70-2 73-7 78-80 81-5 638 Adv Math V 27-8 68-9 639 Adv Math V 88
244
se detiene maacutes en este tipo de objeciones ndash y en exponer pormenorizadamente el meacutetodo
de adivinacioacuten caldeo y la estructura y funcioacuten de cada elemento del horoacutescopo con
vistas a poder basar en sus inconsistencias estas objeciones ndash que en cualquier otro tipo
de cuestiones de caraacutecter maacutes metafiacutesico Pero aunque habremos de volver sobre este
intereacutes por la metodologiacutea641 en este punto de nuestro estudio nos resulta de mayor
importancia atender al cataacutelogo de las cuestiones ontoloacutegicas por las que Sexto se
enfrenta a la astrologiacutea
Tras resumir las bases de funcionamiento de la astrologiacutea caldea Sexto
comienza la exposicioacuten de sus refutaciones haciendo referencia a los argumentos que
otros autores han ofrecido para rechazar dicha astrologiacutea Estos argumentos seguacuten
aparecen reflejados en Adv Math V 43-9 seriacutean los siguientes
1- No hay relacioacuten entre la causa y el efecto Las cosas terrestres no se
compadecen con las celestes ya que la boacuteveda celeste carece de
relacioacuten inmediata y directa con la tierra Este argumento que Bergua
Cavero atribuye a Favorino642 no goza para Sexto de gran
consideracioacuten Al contrario llega a considerarlo ldquobastante
groserordquo643 y no hace mayor referencia a eacutel en el resto del tratado
2- Argumento sobre el destino Las predicciones astroloacutegicas soacutelo
existiraacuten si el mundo estaacute regido por el destino Si no es asiacute la
astrologiacutea no existiraacute Este argumento aparece planteado de forma
incompleta si no se tiene en cuenta el siguiente que es su corolario
Russo considera que el argumento se debe a los ecleacutecticos-
acadeacutemicos y lo relaciona en ese sentido con el De fato de
Ciceroacuten644
3- Trilema de la necesidad el azar y la accioacuten humana Seguacuten este
argumento los acontecimientos pueden deberse a la necesidad y
estar por tanto el mundo regido por el destino pueden ser fortuitos y
por tanto imperar el azar o pueden depender de las acciones de los
hombres Si se deben a la necesidad la astrologiacutea caldea careceraacute de
640 Adv Math V 89 641 Vid infra 253 y ss 642 Veacutease nota 315 en Sexto Empiacuterico Contra los profesores Introduccioacuten traduccioacuten y notas de Jorge Bergua Cavero Gredos Madrid 1997 208 643 Adv Math V 43 644 Cfr nota 316 en Sexto Empiacuterico Contra los profesores Introduccioacuten traduccioacuten y notas de Jorge Bergua Cavero Gredos Madrid 1997 209
245
sentido puesto que las predicciones no podraacuten cambiar nada de lo que
va a suceder ni producir ninguacuten efecto praacutectico645 Si por el contrario
son fortuitos la astrologiacutea no seraacute posible puesto que de los sucesos
fortuitos no se puede hacer una prediccioacuten firme Si en cambio
dependen de las acciones de los hombres la astrologiacutea tampoco seraacute
posible puesto que si algo estaacute en mi mano que suceda o no y no
tiene un fundamento previo que lo determine nadie podraacute predecirlo
Esta argumentacioacuten la vincula Bergua Cavero con los peripateacuteticos y
para ello menciona el pasaje de la Fiacutesica II 4-6646
Con estas tres objeciones a la astrologiacutea Sexto nunca se vincula personalmente
Las considera meras ldquoescaramuzasrdquo647 desprovistas del rigor necesario para la
refutacioacuten de las posiciones caldeas ya que no tienen en cuenta los principios de los que
sus adversarios parten Su exposicioacuten responde pues a la voluntad de situarlas como
contrapunto al tipo de razonamiento que eacutel va a desarrollar a continuacioacuten A partir de
este punto del tratado Sexto desarrolla propiamente su refutacioacuten de la astrologiacutea
poniendo en entredicho no soacutelo sus conclusiones o los elementos que la componen
sino sobre todo los principios de los que parte Y en el transcurso de esa refutacioacuten
junto con diversas cuestiones referentes a la metodologiacutea caldea podemos encontrar los
puntos centrales de la concepcioacuten causal por la que Sexto se enfrenta a la disciplina
astroloacutegica
1ordm- En la justificacioacuten de las predicciones de la astrologiacutea se unen causalmente
cosas dispares o carentes de una ldquocontinuidadrdquo en la que pueda darse la relacioacuten mutua
entre causa y efecto Se trazan viacutenculos causales en funcioacuten de parecidos o de motivos
metafoacutericos o simboacutelicos648 Se vaticina por ejemplo la valentiacutea en la vida del nacido
bajo el signo de leo porque al leoacuten se le considera valiente o la muerte por la espada a
los nacidos en la punta de Sagitario y el ahogamiento a los nacidos en el caacutentaro de
Acuario649 por analogiacutea entre esas formas de morir y sus signos correspondientes
645 Puede considerarse que esta primera parte del trilema del argumento 3 completa y cierra el razonamiento del argumento 2 646 Vid nota 317 en Sexto Empiacuterico Contra los profesores Introduccioacuten traduccioacuten y notas de Jorge Bergua Cavero Gredos Madrid 1997 209 647 Adv Math V 49 ἀκροβολισμῶν 648 Adv Math V 96 98 100 649 Adv Math V 92
246
2ordm- Una misma causa no siempre produce el mismo efecto650 No hay pues
constancia causal Las liacuteneas causales carecen de regularidad En las vidas de dos
sujetos sometidos a las mismas causas por ejemplo no se dan los mismos
acontecimientos como efectos651 Y siacute se dan los mismos efectos en vidas de sujetos
supuestamente sometidos a causas astroloacutegicas diferentes652
3ordm- No se justifica adecuadamente cuaacutel pueda ser el agente transmisor en el que
se deacute el viacutenculo causal entre causa y efectoEl uacutenico agente de este tipo que Sexto
contempla entre los objetos de la boacuteveda celeste y los objetos terrestres es el aire653 que
en efecto tiene la capacidad de transmisioacuten causal pero el aire no puede ejercer de
viacutenculo causal en cuestiones como aquellas sobre las que la astrologiacutea realiza sus
predicciones es decir cuestiones sobre los acontecimientos y circunstancias de la vida
de los hombres
En palabras del propio Sexto
Y si se dice que es a causa del cambio del aire iquestqueacute tiene ello que ver con la diferencia en el tipo de vida Pues una cierta constitucioacuten del aire quizaacute contribuya a que la criatura resulte ser fiacutesicamente robusta o tenga un temperamento feroz pero el aire no parece colaborar de ninguacuten modo para que la criatura tenga deudas de dinero sea rey le pongan los grilletes o tenga pocos hijos o hermanos654
Las incompatibilidades que Sexto encuentra entre la concepcioacuten de la causalidad
de la que hacen gala los astroacutelogos y la suya propia parecen resumirse pues en que
Sexto considera condicioacuten necesaria para que se de una relacioacuten de causa-efecto entre
dos objetos la concurrencia de una continuidad causal que unifique los objetos tomados
por causa y efecto una constancia en el efecto que cada causa produce y un viacutenculo
causal capaz de relacionar la causa con el efecto a traveacutes de un agente transmisor de la
relacioacuten
54 La concepcioacuten causal de Francisco Saacutenchez ldquoel esceacutepticordquo
Las tres caracteriacutesticas antedichas asociadas al presupuesto ontoloacutegico de la
causalidad pueden parecer una rareza dentro de la historia del escepticismo pero como
650 Adv Math V 88 99 651 Adv Math V 99 652 Veacutease el ejemplo de las diversas formas de muerte en Adv Math V 92-3 653 Adv Math V 101 654 Adv Math V 101-2 εἰ δὲ διὰ τὴν τοῦ ἀέρος τροπήν τί τοῦτο πρὸς τὴν τοῦ βίου διαφοράν
εἰς μὲν γὰρ τὸ ἰσχυρὸν τῷ σώματι γίνεσθαι τὸ γεννώμενον καὶ θηριῶδες τοῖς ἤθεσιν τάχα
συμβάλλεται ἡ ποιὰ τοῦ ἀέρος κρᾶσις εἰς δὲ τὸ δανείοις κατάχρεων γενέσθαι τὸ γεννώμενον
ἢ βασιλεύειν ἢ δεσμευθῆναι ἢ σπανότεκνον ἢ σπανάδελφον ὑπάρχειν οὐδ ὁτιοῦν φαίνεται
συνεργεῖν ὁ ἀήρ
247
veremos a continuacioacuten el caso de Sexto y su concepcioacuten de la causalidad no es una
excepcioacuten entre los filoacutesofos de tendencia esceacuteptica de todos los tiempos
A partir del periodo renacentista las posiciones filosoacuteficas esceacutepticas
abandonadas casi por entero despueacutes del helenismo sufrieron un nuevo florecimiento en
la cultura occidental dando lugar a diversas formas de escepticismo empirismo
criticismo y neopirronismo Uno de los primeros y maacutes destacados representantes de esa
nueva tendencia fue el meacutedico y filoacutesofo espantildeol Francisco Saacutenchez (1550-1623)
apodado ldquoel esceacutepticordquo autor del conocido tratado Quod nihil scitur (Que nada se sabe)
compuesto en 1575 y editado en 1581
La comparacioacuten entre las figuras de Saacutenchez y Sexto resulta muy interesante
maacutexime si se tiene en cuenta que a la coincidencia en la orientacioacuten esceacuteptica de su
filosofiacutea antildeaden otras coincidencias de iacutendole biograacutefica ndash como la circunstancia de
haberse dedicado ambos al arte de la medicina655 ndash o incluso referentes a su trayectoria
intelectual y a la composicioacuten de su obra Tanto Sexto como Saacutenchez de hecho
acabaron entrando en la historia en exclusiva por su actividad filosoacutefica habiendo
desaparecido todo rastro de sus posibles logros cientiacuteficos como meacutedicos con la peacuterdida
de sus tratados referidos al tema La obra que de ambos se conserva es la que contiene
su postura filosoacutefica con algunas exiguas alusiones a otros campos Ademaacutes en ambos
casos sus obras han pasado a los manuales con un texto en particular como centro de su
filosofiacutea los Esbozos pirroacutenicos en el caso de Sexto y el Quod nihil scitur en el de
Saacutenchez656
Junto con estas grandes coincidencias vitales e intelectuales hay una maacutes
probablemente menos llamativa pero que aquiacute nos ocuparaacute durante algunas paacuteginas en
nuestro intento de perfilar los liacutemites de la nocioacuten causal para el escepticismo Se trata
del hecho de que entre el resto de tratados histoacutericamente marginados por la
importancia de sus obras principales tanto Sexto como Saacutenchez cuentan con un breve
opuacutesculo de contenido refutativo centrado en el tema de la astrologiacutea
En efecto ademaacutes de su apelativo de ldquoel esceacutepticordquo657 Francisco Saacutenchez se
granjeoacute el de ldquoel misastroacutelogordquo con la composicioacuten en 1578 del texto titulado Carmen
655 Sobre la alta incidencia de filoacutesofos esceacutepticos que ademas fueron meacutedicos veacutease supra 109 asiacute como 142 y ss 656 Ambos libros contienen tambieacuten coincidencias interesantes que no trataremos aquiacute por exceder los liacutemites de nuestra investigacioacuten Tampoco mencionaremos la cuestioacuten de si dichas coincidencias pueden deberse o no a la hipoteacutetica lectura por parte de Sanchez de la obra de Sexto Empiacuterico 657 Apelativo con el que le tilda Iuntino astroacutelogo del duque de Anjou en 1581 (cfr Iriarte J La Cancioacuten del Cometa de 1577 Un meacutedico renaciente Francisco Saacutenchez en lucha con la astrologiacutea Una
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de Cometa anni MDLXXVII (Cancioacuten del cometa de 1577)658 Esta obra escrita en
verso para magnificar su difusioacuten y aligerar la densidad de la prosa filosoacutefico-
cientiacutefica659 parte de unas intenciones muy similares a las que llevaron a Sexto a
escribir el Contra los astroacutelogos desmentir y refutar las predicciones astroloacutegicas de su
tiempo por supersticiosas y carentes de fundamentacioacuten cientiacutefica Si para Sexto esas
predicciones consistiacutean mayoritariamente en la utilizacioacuten de los signos zodiacales
caldeos para Saacutenchez se trata de las realizadas entre otros por el astroacutelogo Iuntino tras
el avistamiento de un fenoacutemeno astronoacutemico poco comuacuten y auacuten inexplicado en la
eacutepoca un cometa que en 1577 fue visible desde gran parte de Europa660
La cometomancia ndash la adivinacioacuten del futuro a traveacutes de la interpretacioacuten del
paso la trayectoria y la forma de los cometas ndash era una disciplina astroloacutegica habitual
desde tiempos muy antiguos y tan presente en las Sagradas Escrituras que resultaba
difiacutecil que fuera tomada por falsa o aun puesta en duda en los primeros momentos del
Renacimiento Basta recordar el cometa que aparece tres diacuteas antes de la muerte de
Matusaleacuten el que anuncia el Diluvio o la conocida estrella que guiacutea a los Reyes Magos
Ademaacutes existiacutea una importante cantidad de testimonios de aparicioacuten de cometas en
momentos proacuteximos a grandes acontecimientos histoacutericos testimonios en su mayoriacutea de
origen latino661 A esto se antildeade la circunstancia de que desde la fiacutesica aristoteacutelica
todaviacutea vigente en la eacutepoca el fenoacutemeno de los cometas estaba sujeto a cierta
ambiguumledad al no quedar suficientemente claro si se trataba de un fenoacutemeno sub o
supralunar662 ni cuaacutel era la causa de su aparicioacuten
En un contexto semejante el opuacutesculo de Saacutenchez trataba de influir
poleacutemicamente en la mentalidad de la mayor cantidad posible de contemporaacuteneos
suyos con el objetivo de fomentar el abandono de ese paradigma supersticioso y
paacutegina de la fiacutesica aristoteacutelica que se desploma con estreacutepito Una paacutegina de las Cortes de Madrid y Lisboa completamente ineacutedita Edicioacuten preparada por Juan de Churruca Universidad de Deusto Bilbao 1996 56) 658 Veacutease el texto completo en traduccioacuten castellana en Iriarte J Op cit 137-215 659 Veacutease Cancioacuten del Cometa (en adelante CdC) 4140 (Cfr Orden R V ldquoLa teoriacutea de la causalidad natural de Francisco Saacutenchez el esceacutepticordquo en Anales del Seminario de Historia de la Filosofiacutea 2003 20 261 660 Cfr Iriarte J Op cit 43 661 Entre los romanos la presencia de cometas era siempre considerada como un signo del futuro que los augures habiacutean de interpretar En las letras latinas aparece atestiguado el avistamiento de un cometa precediendo o acompantildeando a la guerra civil entre Ceacutesar y Pompeyo la batalla de Actium la cataacutestrofe de Varo o la ruina de Jerusalem entre otros muchos ejemplos (cfr Iriarte J Opcit 45 n 7) 662 Para no poner en cuestioacuten la inmutabilidad de la esfera supralunar se suponiacutea que el paso de los cometas se produciacutea por las capas altas de la esfera sublunar lo que lo situaba en contacto con la atmoacutesfera y por tanto permitiacutea considerar como legiacutetimos efectos sobre los seres vivos a traveacutes del aire (Vid infra 252)
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dogmaacutetico en favor de otro basado en el empleo riguroso de una metodologiacutea
cientiacutefica663 Para ello Saacutenchez defiende una visioacuten de la naturaleza como un todo en
permanente movimiento cuyos fenoacutemenos estaacuten siempre determinados por causas
Tomado globalmente ese gran proceso natural soacutelo tiene un fin el de su propia
permanencia Ademaacutes cada uno de sus sucesivos estados globales estaacute determinado
necesariamente por el estado inmediatamente anterior664 y a su vez determina el estado
que de inmediato le sucederaacute Y es la ignorancia humana de cuaacuteles son esos estados
globales la que induce a pensar en liacuteneas causales erroacuteneas
En el texto del Carmen la intencioacuten de Saacutenchez es mostrar como equivocada una
de esas liacuteneas causales la que vincula la aparicioacuten del ldquoastro cabelludordquo en el cielo con
acontecimientos en absoluto relacionados con eacutel Y por tanto el eje de la dicusioacuten habraacute
de ser si es posible que ese fenoacutemeno celeste pueda producir los efectos terrestres que se
le atribuyen665
Al ser el tema en cuestioacuten fundamentalmente de caraacutecter causal Saacutenchez se ve
obligado a no limitarse a ofrecer refutaciones esceacutepticas carentes de carga ontoloacutegica
sino enfrentar a la concepcioacuten causal astroloacutegica al menos las liacuteneas generales de una
concepcioacuten causal cientiacutefica propia Asiacute en los primeros argumentos que aparecen en el
tratado666 Saacutenchez expone lo que cabe considerar como una ldquoteoriacutea de la causalidad
naturalrdquo Asiacute la ha denominado Rafael Orden667 exponiendo ademaacutes con gran detalle
las caracteriacutesticas que la determinan
Si atendemos a esas caracteriacutesticas que Orden sentildeala encontraremos
principalmente lo siguiente
663 El hecho de que Saacutenchez fuese meacutedico influye en gran medida en esta pretensioacuten ya que en la eacutepoca la aparicioacuten de cometas tambieacuten se relacionaba con cuestiones como la aparicioacuten de determinadas enfermedades (ldquoLa urgencia de Saacutenchez en desmentir la influencia de los cometas en la vida terrestre no se debiacutea soacutelo a su deseo de ilustrar al pueblo sobre lo infundadas que eran las predicciones comeacuteticas sino tambieacuten para lograr que los meacutedicos no buscasen las causas de las enfermedades en los fenoacutemenos celestesrdquo Orden R V Op cit 261) 664 Veacutease CdC 10153 665 Esto es ldquosi un astro brillante podriacutea transmitir con sus rayos desde lo maacutes alto del cielo a las tierras de [aquiacute] abajo fuerzas que lo perturben todordquo CdC 8148 666 Esto es en el desarrollo de los doce argumentos iniciales en especial en los cinco primeros y en el octavo Sobre la estructura interna del tratado veacutease Mesnard P ldquoLrsquoaristotelisme critique de Francisco Sanches et le comegravete de 1577rdquo en H Flasche (ed) Aufsaumltze zur portugiesischen Kulturgeschichte 2 Band Muumlnster Westfalen 1961 60-69 667 Op cit passim en especial 262 Ademaacutes de esta ldquoteoriacutea de la causalidad naturalrdquo Orden analiza tambieacuten la ldquoteoriacutea de la causalidad espiritualrdquo que se desprende del texto de Saacutenchez Sin embargo los aspectos relativos a esta uacuteltima no seraacuten tratados aquiacute