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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS AGRÓNOMOS Microevolución de esclerófilas mediterráneas: diferenciación fenotípica y genética en Quercus coccifera L. y Olea europaea L. Tesis Doctoral Rafael Rubio de Casas Ingeniero Agrónomo 2006

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  • UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID

    ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS

    AGRÓNOMOS

    Microevolución de esclerófilas mediterráneas:

    diferenciación fenotípica y genética en Quercus coccifera L. y

    Olea europaea L.

    Tesis Doctoral

    Rafael Rubio de Casas

    Ingeniero Agrónomo

    2006

  • DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA VEGETAL.

    ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS

    AGRÓNOMOS

    Microevolución de esclerófilas mediterráneas:

    diferenciación fenotípica y genética en Quercus coccifera L. y

    Olea europaea L.

    Autor: Rafel Rubio de Casas

    Ingeniero Agrónomo

    Dirigida por:

    Luis Balaguer; Doctor en Biología

    Pablo Vargas Gómez; Doctor en Biología

    2006

  • Esta Memoria Doctoral ha sido elaborada en las

    instalaciones y laboratorios de la Universidad Complutense y

    en el Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC).

  • A Lucía

  • Agradecimientos:

    A la hora de escribir estos agradecimientos me he encontrado con dos

    dificultades: que no fueran más largos que la tesis (que tiene bastantes páginas) y el

    orden en el que debían aparecer los “agradecidos”. Sería imposible incluir aquí a todas

    aquellas personas que han hecho posible esta tesis así que puede que haya quien se

    sienta ofendido por omisión al leer las siguientes líneas. De antemano, lo siento, tú

    sabes que si no estás no es por falta de gratitud sino por falta de espacio. En cuanto al

    orden, para evitar interpretaciones he decidido utilizar un criterio temporal, primero

    aparecen las personas a las que conozco desde hace más tiempo.

    Ante todo tengo que dar las gracias a mi familia: a mis padres, que me han

    proporcionado siempre los mejores apoyos emocionales y materiales que hubiese

    podido desear y que me han educado en el respeto y admiración a la labor intelectual

    más exigente. A mis hermanos casi por las mismas razones, a las que habría que añadir

    su permanente interés por mi trabajo, aunque creo nunca han llegado a entender bien

    que era lo que yo hacía. También tengo que incluir aquí a mis tíos (Vere, Nina, Gloria,

    Félix, Veva) y a sus hijos, mis primos.

    Quiero dar también las gracias a mis amigos de toda la vida, por todo lo pasado

    juntos y por todo lo que (espero) nos queda por pasar: Pedro Durán, Pedro López, Eric,

    Álvaro, Íñigo, Fernando, Juan, Javier, Chus, Marc, Alejandro...

    A mis amigos y profesores en la ETSIA de Madrid, gracias por haberme

    ayudado a aprender tantas cosas y por haberme hecho disfrutar mientras las aprendía.

    Sin vosotros, seguro que no estaría escribiendo esto. Gracias a Pedro Segovia, Pablo

    García, Natalia, Nacho, Luis Güemes, Miriam, Bea, Raquel, Merche, Pepe Palacios,

    Pablo Rodríguez Palenzuela y Antonio Molina.

  • A Lucía, gracias por todo. No hay palabras para expresar lo mucho que le debo a

    su apoyo, su cariño y su simple presencia.

    A mis directores de tesis, y a aquellos que sin serlo oficialmente han respondido

    como tales en tantas ocasiones, por todo lo que me habéis enseñado, por todas las

    facilidades que me habéis brindado, por todos los buenos ratos que hemos pasado

    juntos...gracias, Pablo y Luis, gracias Esther, gracias Esteban.

    A mi tutor, Txema Iriondo, tengo que agradecerle su enorme paciencia para

    atenderme. A pesar de que siempre he recurrido a él de forma inesperada y precipitada,

    en todo momento ha respondido con la mayor de las amabilidades.

    En los años de elaboración de esta tesis son muchos los que han compartido

    conmigo horas de trabajo y de no tanto trabajo en el RJB, en la Complu, en el campo, en

    el vivero...Todos ellos son más que compañeros de trabajo, amigos. Gracias a Carlos

    (nothing’s gonna...), a Emilio, a Virginia, a Omar, a Jorge, a Niko, a Iñaki, a Marga, a

    Oscar, a Antonio, a Peri, a Gema ...

    También son muchos los que me han ayudado fuera de España, en mis estancias

    breves o desde la distancia. Gracias a Peter Schönswetter, a Andy Tribsch y al Instituto

    y Jardín Botánicos de la Universidad de Viena. Gracias a Deepak Barua, Colleen Butler

    y Kathleen Donohue y la Universidad de Harvard y por supuesto: merci beaucoup,

    Guillaume.

    Este trabajo no hubiese sido posible sin la ayuda financiera proporcionada por

    los Ministerios de Ciencia y Tecnología primero y Educación y Ciencia después. No

    sólo me han pagado una beca FPI durante cuatro años, sino que han financiado los

    proyectos dentro de los que se ha desarrollado la tesis.

  • I

    Índice

    Pág.

    I. Introducción General 1

    I. I La plasticidad fenotípica y el cambio evolutivo. Un

    marco histórico 5

    I. II Antecedentes del estudio microevolutivo de las

    esclerófilas mediterráneas 9

    I. II. I Diferenciación genética 10

    I. II. II Diferenciación fenotípica 11

    I. III Objetivos 12

    I. III. I El posible papel de la plasticidad fenotípica 13

    I. IV Figura 1 15

    Capítulo 1 (en inglés): Molecular evidence for

    widespread hybridisation and limited genetic structure

    of Quercus coccifera L. in the Iberian Peninsula

    revealed by ISSR and ITS sequence data. 16

    1. 1 Summary 17

    1. 2 Introduction 18

    1. 3 Material and Methods 21

    1. 3. 1 Plant material and DNA extraction 21

    1. 3. 2 ITS amplification and sequencing 21

    1. 3. 3 ISSR amplification, electrophoresis and silver

    staining 22

  • II

    Pág.

    1. 3. 4 Phylogenetic and population genetic analysis 23

    1. 4 Results 26

    1. 4. 1 ITS sequence analysis 26

    1. 4. 2 ISSR fingerprinting analysis 27

    1. 5 Discussion 28

    1. 5. 1 Hybrids have a small effect on phylogenetic

    structure 28

    1. 5. 2 Evidence of hybridisation detected in

    morphologically unambiguous individuals 29

    1. 5. 3 Hybridisation appears to be restricted to crosses

    of Q. coccifera with Q. ilex 30

    1. 6 Conclusions 31

    1. 7 Acknowledgements 31

    1. 8 Tables 32

    1. 8. 1 Table 1 32

    1. 9 Figures 41

    1. 9. 1 Figure 1. 41

    1. 9. 2 Figure 2. 42

    1. 9. 2. 1 Figure 2. A 43

    1. 9. 2. 2 Figure 2. B 44

    1. 9. 3 Figure 3. 45

    Capítulo 2 (en inglés): Ecotypic divergence in the

    Mediterranean sprouter Quercus coccifera inferred from 46

  • III

    Pág.

    differences in field plasticity

    2. 1 Summary 47

    2. 2 Introduction 48

    2. 3 Methods

    2. 3. 1 Environmental data 51

    2. 3. 2 Morphological and pigment data 52

    2. 3. 3 Genetic sampling and analyses 53

    2. 3. 4 Comparisons of the data sets

    2. 4 Results 56

    2. 4 .1 Environmental, morphological and pigment data 57

    2. 4. 2 Genetic data 57

    2. 4. 3 Comparisons of the data sets 58

    2. 5 Discussion 60

    2. 6 Acknowledgements 63

    2. 7 Tables 64

    2. 7. 1 Table 1 64

    2. 8 Figures

    2. 8. 1 Legend to figure 1 67

    2. 8. 2 Legend to figure 2 67

    2. 8. 3 Legend to Figure 3 68

    2. 8. 4 Figure 1 69

    2. 8. 5 Figure 2 70

    2. 8. 6 Figure 3 71

  • IV

    Pág.

    2. 9 Appendix S1: Environmental data 72

    2. 9. 1 Geographic location of the Quercus coccifera L.

    populations sampled and mean photosynthetic photon

    flux density 73

    2. 9. 2 Monthly mean maximum temperatures 74

    2. 9. 3 Monthly mean minimum temperatures 75

    2. 9. 4 Monthly mean temperatures 76

    2. 9. 6 Annual mean number of days with minimum

    temperatures < -5 ºC and < 0 ºC 77

    2. 9. 7 Monthly mean rainfall 78

    2. 9. 8 Soil characteristics 79

    2. 10 Appendix S2: PCR. sequencing and fingerprinting

    protocols 80

    2. 10. 1 ITS amplification and sequencing 80

    2. 10. 2 ISSR amplification, electrophoresis and silver

    staining

    81

    2. 11 Figure S1 82

    2. 12 Appendix S3 83

    2. 12. 1. Appendix S3 A Correlations between all

    populations 84

    2. 12. 2. Appendix S3 B Correlations within regions. 85

    Capítulo 3 (en inglés): Extensive gene flow blurs

    phylogeographic but not phylogenetic signal in Olea 87

  • V

    Pág.

    europaea L.

    3. 1 Abstract 88

    3. 2 Introduction 89

    3. 3 Materials and Methods 91

    3. 3. 1 Plant material, DNA extraction and AFLP

    fingerprinting 91

    3. 3. 2 Data analysis 91

    3. 3. 3. 2. 1 Phylogenetic relationships in the Olea europaea

    complex 92

    3. 3. 3. 2. 2 Major lineages within O. europaea subsp.

    europaea 92

    3. 3. 3. 2. 3 Phylogeography of the W Mediterranean 93

    3. 4 Results 94

    3. 4. 1 Phylogenetic relationships in the Olea europaea

    complex 94

    3. 4. 2 Major lineages within O. europaea subsp.

    europaea 94

    3. 4. 3 Phylogeography in the W Mediterranean 95

    3. 5 Discussion 98

    3. 5. 1 Congruency of major AFLP lineages and

    taxonomy 98

    3. 5. 2 Weak phylogeographic structure in the olive tree

    across the Mediterranean 100

    3. 5 .3 Analysis of genetic structure of W Mediterranean 101

  • VI

    Pág.

    populations

    3. 6 Conclusions 102

    3. 7 Acknowledgements 103

    3. 8 Tables 104

    3. 8. 1 Table 1. 104

    3. 9 Figures 107

    3. 9. 1 Figure 1. 107

    3. 9. 2 Figure 2. 108

    3. 9. 3 Figure Legends 109

    3. 9. 3. 1 Figure 1 109

    3. 9 .3. 2 Figure 2 109

    3. 10 Electronic Supplementary Material 110

    3. 10. 1 Table S1 110

    3. 10. 2 Table S2 116

    3. 10 .3 Table S3. 117

    3. 10. 4 Figure S1 119

    3. 10. 4. 1 Figure S1 a 119

    3. 10. 4. 2 Figure S1 b 120

    3. 10. 4. 3 Figure S1 c 121

    3. 10. 5 Figure S2 122

    3. 10. 5. 1 Figure S2 a 122

    3. 10. 5. 2 Figure S2 b 123

    3. 10. 6 Figure Legends 124

    3. 10. 6. 1 Figure S1. 124

  • VII

    Pág.

    3. 10. 6. 2 Figure S2. 125

    Capítulo 4 (en inglés): Phenotypic differentiation in

    Holocene- and Tertiary-diverged lineages of Olea

    europaea

    126

    4. 1 Abstract 127

    4. 2 Introduction 128

    4. 3 Materials and Methods 129

    4. 3. 1 Environmental data 129

    4. 3. 2 Morphological and pigment data 133

    4. 3. 3 Genetic sampling and analyses 134

    4. 3. 4 Analysis of selection on reaction norms: 134

    4. 4 Results

    4. 4. 1 Environmental data 137

    4. 4. 2 Differences in functional traits 137

    4. 4. 3 Differences in molecular markers 138

    4. 4. 4 Selection on the reaction norms 138

    4. 5 Discussion 139

    4. 5. 1 Congruence between genetic and vegetative

    patterns in O. europaea

    139

    4. 5. 2 Correlation of plasticity and mean phenotypic

    patterns

    140

    4. 5. 3 Selection on phenotypic plasticity 141

    4. 6 Conclusions 142

  • VIII

    Pág.

    4. 7 Acknowledgments 142

    4. 8 Tables 143

    4. 8. 1 Table 1 143

    4. 8. 2 Table 2. 145

    4. 8. 3 Table 3. 147

    4. 8. 4 Table 4. 149

    4. 8. 5 Table 5. 151

    4. 9 Figures 152

    4. 9. 1 Figure Legends 152

    4. 9. 1. 1 Figure 1. 152

    4. 9. 1. 2 Figure 2. 152

    4. 9. 1. 3 Figure 3. 152

    4. 9. 1. 4 Figure 4. 152

    4. 9. 1. 5 Figure 5. 152

    4. 9. 1. 6 Figure 6. 153

    4. 9. 2 Figure 1 154

    4. 9. 3 Figure 2. 155

    4. 9. 4 Figure 3. 156

    4. 9. 5 Figure 4. 157

    4. 9. 6 Figure 5. 158

    4. 9. 7 Figure 6. 160

    II. Discusión General 161

    II. 1 Diferenciación genética de esclerófilas

    mediterráneas 162

  • IX

    Pág.

    II. 2 Divergencia fenotípica en esclerófilas

    mediterráneas. 168

    II. 3 El papel de la plasticidad fenotípica 171

    Conclusiones Generales 174

    Bibliografía 177

    Apéndices 199

    Apéndice 1: Reticulate evolution in the olive tree

    complex (Olea europaea L., Oleaceae) 201

    Apéndice 2: A set of primers for length and nucleotide-

    substitution polymorphism in chloroplastic DNA of Olea

    europaea L. (Oleaceae) 249

    Apéndice 3: On the historical presence of the wild olive

    [Olea europaea L. var. sylvestris (Miller) Lehr.] in the

    Eurosiberian region of the Iberian Peninsula . 253

  • I

    Resumen de la Tesis “Microevolución de esclerófilas

    mediterráneas: diferenciación fenotípica y genotípica en

    Quercus coccifera L. y Olea europaea L.”.

    Rafael Rubio de Casas

    Ingeniero Agrónomo

  • II

    Introducción:

    La esclerofilia es un síndrome funcional característico de muchas especies mediterráneas.

    Aparece en grupos taxonómicos diversos, con aparente independencia de su origen

    filogenético o del grupo funcional al que pertenezcan. Históricamente, se ha considerado

    como el resultado de la adaptación a las condiciones propias del ambiente mediterráneo

    (Dunn et al. 1976). Actualmente sin embargo está bien establecido su origen Terciario,

    anterior al advenimiento del clima mediterráneo (Palamarev 1989; Herrera 1992; Verdú et

    al. 2003). La eslerofilia supone por lo tanto un caso de exaptación (Gould y Vrba 1982).

    Cabe entonces plantearse cuál es la habilidad de las plantas esclerófilas para expresar

    fenotipos alternativos en respuesta a cambios ambientales, espaciales y/o temporales y en

    qué medida estos fenotipos alternativos son síntoma de microevolución (Valladares et al.

    2002).

    Antecedentes del estudio microevolutivo de las esclerófilas mediterráneas

    DIFERENCIACIÓN GENÉTICA DE ESCLERÓFILAS MEDITERRÁNEAS

    Tanto en la coscoja como en el acebuche la diversidad genética está condicionada por la

    introgresión, en el caso de aquella con otras especies del género Quercus y en el de éste

    con el olivo cultivado.

    El impacto de la hibridación sobre la estructura genética de la coscoja ha sido abordado

    mediante el uso de marcadores genéticos, tanto de tipo huella genética (ISSR) como con

    secuencias nucleares (ITS) en el Capítulo 1, y su diferenciación genética poblacional

    dentro de la Península Ibérica en el Capítulo 2.

    La influencia de la hibridación con el olivo en la estructura genética no sólo poblacional,

    sino filogenética del acebuche se ha abordado en el Capítulo 3 usando marcadores

  • III

    dominantes AFLPs. En este mismo capítulo se analiza la estructura filogeográfica del

    Mediterráneo occidental para estimar procesos de divergencia cuaternarios en esta región,

    así como para localizar de forma precisa los posibles refugios glaciales de O. europaea. Un

    análisis filogenético más pormenorizado de este taxon se presenta en los apéndices.

    DIVERGENCIA FENOTÍPICA EN ESCLERÓFILAS MEDITERRÁNEAS:

    Los caracteres funcionales que se han analizado están todos ellos relacionados con la

    respuesta a la luz. La respuesta a la luz integra la respuesta a otros factores ambientales,

    puesto que la respuesta fenotípica de las plantas está modulada de forma simultánea por

    todos los factores necesarios para su desarrollo (Gleeson y Tilman 1992). Se ha intentado

    usar caracteres que reflejaran diferentes escalas de respuesta, desde el ciclo de las

    xantofilas, que varía de forma mensurable en cuestión de horas, hasta caracteres

    morfológicos de la hoja y la arquitectura de la copa que son el resultado de procesos

    ontogenéticos más lentos. Todos ellos se midieron en campo en individuos adultos durante

    la parada vegetativa estival.

    El análisis de las diferencias fenotípicas existentes entre distintas poblaciones ibéricas de

    coscoja se aborda en el Capítulo 2, mientras que las referentes al acebuche se tratan en el

    Capítulo 4. En ambos casos además de estimar las diferencias fenotípicas se estudia en qué

    medida son congruentes éstas con los patrones genéticos. También se plantea el posible

    papel de la plasticidad fenotípica en la respuesta fenotípica de las plantas.

    Objetivos

    En la presente Memoria Doctoral se ha abordado el estudio de procesos microevolutivos en

    especies esclerófilas a través del análisis de la estructura genética y fenotípica de dos

    especies emblemáticas del mediterráneo, cómo son la coscoja (Quercus coccifera L.) y el

    acebuche (Olea europaea var. sylvestris L.). Los posibles mecanismos causales del cambio

  • IV

    evolutivo se han tomado en consideración de forma independiente y sintética intentando

    dar respuesta a una serie de interrogantes:

    • ¿En qué medida la estabilidad fenotípica implica una falta de diversificación

    genética? O de otra manera ¿es posible detectar procesos de divergencia

    genética en esclerófilas mediteráneas? Si la respuesta es afirmativa ¿cuáles

    son?.

    • La aparente estabilidad evolutiva del síndrome esclerófilo ¿supone la no

    existencia de procesos de divergencia fenotípica entre poblaciones?.

    • Si estos procesos existen ¿ha jugado en ellos algún papel la plasticidad

    fenotípica? ¿es la plasticidad fenotípca un factor importante en la respuesta

    evolutiva de las esclerófilas mediterráneas?.

    El posible papel de la plasticidad fenotípica:

    La importancia evolutiva de la plasticidad fenotípica, la capacidad de un fenotipo para

    expresar fenotipos diferentes en situaciones ambientales distintas (Bradshaw 1965), está

    actualmente bien establecida. A pesar de este buen conocimiento del tema, todavía son

    pocos los trabajos en los que se haya cuestionado el papel que puede haber jugado la

    plasticidad fenotípica en la respuesta evolutiva de plantas leñosas a los cambios

    ambientales.

    La plasticidad fenotípica se midió sobre los mismos caracteres que los valores medios.

    Todas las medidas se tomaron en campo. Ahí se consideró a la zona más expuesta a la luz

    en orientación Sur de la copa de los árboles como un ambiente diferente (Sol) del

    experimentado por los órganos vegetativos en la zona más interna de la orientación Norte

    (Sombra). La plasticidad fenotípica se cuantificó como la diferencia de fenotipo para cada

    genotipo (árbol individual) entre estos dos ambientes

  • V

    Las diferencias en plasticidad entre poblaciones de coscoja y su relación con los valores

    fenotípicos medios y con la estructura genética se estudian en el Capítulo 2.

    El acebuche presenta un modelo doblemente adecuado. Además de los procesos de

    recolonización del continente europeo durante el Holoceno, la colonización de los

    archipiélagos macaronésicos de Canarias y Madeira que dio lugar a dos subespecies

    diferentes (cada una endémica de un archipiélago) durante el Terciario permite estudiar los

    patrones de diferenciación en condiciones ambientales muy distintas. Esto constituye el

    núcleo del Capítulo 4.

    Si la plasticidad fenotípica ha mediado en alguna medida el cambio evolutivo es razonable

    suponer que fuerzas selectivas hayan actuado sobre ella. Un aproximación analítica a esta

    hipótesis se plantea también en el Capítulo 4.

  • VI

    Capítulo 1: Evidencias moleculares de que la hibridación está generalizada

    en Quercus coccifera L. y su estructura genética poco determinada en la

    Península Ibérica.

    La introgesión interespecífica es un proceso frecuente en el género Quercus de

    consecuencias genéticas y evolutivas poco claras. Se sabe que puede estar condicinada por

    factores ecológicos y que puede originar la aparición de nuevas especies (Dodd y Afzal-

    Rafii 2004; Mir et al. 2006).

    La información disponible sobre sus efectos e importancia en los Quercus mediterráneos

    esclerófilos permite establecer que los híbridos de encina (Q. ilex) con alcornoque (Q.

    suber) y coscoja (Q. coccifera) son frecuentes (Belahbib et al. 2001; Lumaret et al. 2002).

    En este útimo caso incluso parece que no es posible establecer límites claros entre los dos

    taxones usando marcadores plastidiales (Jiménez et al. 2004).

    En este Capítulo se ha abordado el impacto y extensión de la hibridación sobre la coscoja

    usando dos herramentas molecualres, los ISSR y secuencias de ADN ribosomal (ITS). En

    concreto se ha intentado responder a estos interrogantes:

    • ¿Cuáles han sidos las consecuencias sobre la situación filogenética de la coscoja?

    • ¿Es posible detectar que rastros de introgresión aún en individuos claramente

    identificados morfológicamente?

    • ¿Está la hibridación restringida a los cruzamientos con Q. ilex?

    Los resultados obtenidos muestran que el intercambio genético con otras especies del

    género Quercus, particularmente con la encina (Q. ilex) es muy frecuente. Este flujo génico

    interespecífico resulta en la coexistencia de varias copias de ITS de secuencia diferente en

    el genoma de las plantas. La presencia de estas múltiples copias es fácil de detectar, lo que

  • VII

    indica que los procesos de hibridación son continuos, puesto que la evolución concertada

    del ADN ribosómico hace imposible la permanencia de linajes moleculares diferentes en el

    mismo genoma más allá de unas pocas generaciones (Muir et al. 2001). Varios trabajos

    recientes han establecido la importancia de la hibridación a la hora de ampliar el nicho

    potencial de las diferentes especies en Quercus (Petit et al. 2003b; Dodd y Afzal-Rafii

    2004) así como sus consecuencias evolutivas (Mir et al. 2006). En el caso de las coscojas

    ibéricas nuestros resultados no avalan el que la diferenciación ecotípica se asocie a

    diferentes tasas de hibridación, puesto que esta parece estar muy generalizada pero

    tampoco podemos afirmar concluyentemente que la hibridación no juegue un papel

    ecológicamente importante.

    En respuesta las preguntas planteadas, se puede afirmar que:

    • La hibridación afecta a la reconstrucción filogenética en Quercus. En el caso de la

    coscoja, la presencia de individuos híbridos hace que sea difícil establecer los

    límites evolutivos entre esta especie y la encina.

    • En general los híbridos no presentan rasgos morfológicos que los identifiquen,

    siendo muy poco habitual encontrar plantas silvestres que presenten rasgos

    intermedios entre coscoja y otras especies.

    • La hibridación parece darse sólo en los cruzamientos con encina.

    . Es posible que las modificaciones genéticas debidas los cruzamientos Q. coccifera x Q.

    ilex no supongan una modificación observable del nicho de los híbridos respecto de las

    líneas puras porque ambas especies presentan características ecológicas similares, aunque

    la coscoja tiende a ocupar espacios más áridos (López González 2002). Hay mecanismos

    genéticos que pueden explicar este fenómeno, como un silenciamiento generalizado de uno

    de los genomas implicados en el híbrido (Chen y Pikaard 1997; Wendel 2000). En

  • VIII

    cualquier caso son necesarios análisis más exhaustivos para poder estimar de forma precisa

    la segregación ecológica y genética entre encina, coscoja y sus híbridos y cuantificar su

    trascendencia evolutiva.

  • IX

    Capítulo 2: La divergencia ecotípica de la coscoja (Q. coccifera L.) en la

    Península Ibérica está mediada por la plasticidad fenotípica.

    Uno de los aspectos que más peso ha ganado en lo últimos años en el campo de la ecología

    evolutiva de plantas es la plasticidad fenotípica (Pigliucci 2005). Han sido muchos los

    autores que han abordado su papel en la ecología vegetal, pero son relativamente pocos

    aquellos de entre estos trabajos que, versando sobre especies leñosas, incorporen

    componentes evolutivos (Balaguer et al. 2001). Hay una serie de condicionantes que son

    difíciles de soslayar en el estudio de las leñosas mediterráneas; por una parte la duración de

    las distintas fases vitales convierte casi en imposibles los estudios en condiciones

    controladas de caracteres cuantitativos, salvo que se consideren aquellos expresados en la

    fase de plántula, cuya repercusión en la descendencia es difícil de estimar. Por otra parte, la

    heterogeneidad ambiental que se recoge en los experimentos de jardín común es una

    simplificación de la heterogeneidad a la que deben hacer frente las planta en sus

    localizaciones naturales (Cavender-Bares et al. 2004). Por añadidura, los fenotipos

    expresados en esas condiciones no responden sino a un número reducido de meses de

    crecimiento, y pueden no ser representativos del rango fenotípico potencial de seres cuya

    longevidad supera con frecuencia el siglo. Sin embargo, estimar cuál es y ha sido el papel

    de la plasticidad fenotípica en la respuesta de síndromes de caracteres aparentemente

    estáticos a condiciones ambientales cambiantes no deja de ser una cuestión importante para

    entender la evolución de la vegetación mediterránea (Balaguer et al. 2001; Valladares et al.

    2002).

    Otra dificultad que aparece a la hora de abordar ensayos evolutivos con especies que

    pueden alcanzar gran tamaño y son de vida larga es la adecuada representación de la

  • X

    variabilidad genética en los experimentos de vivero. Es complicado afirmar que el número

    y naturaleza de los genotipos incluidos en cualquier experimento son los debidos para

    explicar el comportamiento evolutivo de una población, y mucho menos de una especie.

    En este capítulo se ha investigado el posible papel de la plasticidad fenotípica en la

    evolución reciente de Quercus coccifera en la Península Ibérica. Posteriormente se estimó

    la relación de los patrones inferidos a partir de los valores fenotípicos con la estructura

    filogeográfica de la coscoja en la Península Ibérica. Para esto se han plateado las siguientes

    cuestiones:

    • ¿Existen diferencias en los valores fenotípicos de las distintas poblaciones ibéricas

    de coscoja?

    • ¿Coinciden estas diferencias con las inferidas a partir del análisis de patrones

    genéticos usando marcadores dominantes de tipo ISSR?

    • ¿Puede haber jugado la plasticidad fenotípica algún papel a la hora de conformar

    evolución reciente de Q. coccifera?

    Los resultados obtenidos confirman que existen diferencias fenotípicas entre las

    poblaciones consideradas y que esta diferenciación fenotípica correlaciona con los patrones

    genéticos.

    La variabilidad fenotípica observada se deben a que en cada población son diferentes tanto

    el fenotipo de Sombra como el de Sol, y lo que es más importante, ambos cambian de

    forma simultánea. La capacidad de un mismo genotipo para generar dos fenotipos

    diferentes en respuesta al ambiente es un indicio innegable de la importancia ecológica de

    la plasticidad fenotípica. Es posible que las hojas de Sol, al estar más verticales, permitan a

    la planta captar la radiación solar durante las primeras horas del día y durante los meses de

    invierno, mientras que las de Sombra, al ser más horizontales maximizan la intercepción de

  • XI

    la radiación solar en las horas centrales del día y durante el verano (Falster y Westoby

    2003).

    Los resultados obtenidos con marcadores dominantes ISSR avalan la diferenciación entre

    poblaciones y a nivel regional, con dos áreas bien definidas, una en el NE ibérico que

    incluye a cuatro de las nueve poblaciones estudiadas y otra que abarca el resto de la

    distribución de la planta (cinco poblaciones).

    Las nueve poblaciones ibéricas de coscoja analizadas se agrupan, de acuerdo con sus

    valores fenotípicos, en dos conjuntos coincidentes con la agrupación genética señalada más

    arriba. Las cuatro poblaciones analizadas en el NE peninsular incluyen individuos más

    pequeños y con hojas más gruesas y más espinosas. La plasticidad fenotípica de estas

    poblaciones es menor. Todo esto parece indicar que se trata de plantas que han generado

    un fenotipo adaptado a situaciones de estrés (Ackerly et al. 2002; Knight y Ackerly 2003).

    Durante las fases tempranas del Holoceno las condiciones ambientales de esta región de la

    península eran esteparias (Ribera y Blasco-Zumeta 1998) por lo que en el proceso de

    recolonización posglacial es probable que las plantas tuvieran que hacer frente a

    condiciones que canalizaron la aparición de un fenotipo como el observado que luego

    podría haberse fijado por asimilación genética manteniéndose en ausencia del estímulo

    ambiental (Waddington 1959; Queitsch et al. 2002).

  • XII

    Capítulo 3: El flujo génico extensivo difumina la señal filogeográfica pero no

    la filogenética en Olea europaea L..

    El acebuche ha sido objeto de un gran número de estudios de corte filogeográfico. Gracias

    a estos trabajos se sabe que existe una diferenciación genética entre las zonas Este y Oeste

    del Mediterráneo y que la mayor diversidad se encuentra en esta última. Dentro de la zona

    Oeste, parece ser que el Sur de la Península Ibérica y el Norte del Mahgreb son las zonas

    donde se concentra un mayor número de linajes (Hess et al. 2000; Besnard et al. 2002b;

    Lumaret et al. 2004).

    Actualmente la diversidad genética del acebuche está condicionada por la introgresión con

    el olivo cultivado. La influencia de la hibridación con el olivo en la estructura genética no

    sólo poblacional, sino filogenética de Olea. europaea se ha abordado usando marcadores

    dominantes AFLPs. Además se han comparado los resultados con los obtenidos por otros

    autores usando también marcadores dominantes (RAPDs; ISSRs) (Besnard et al. 2001;

    Vargas y Kadereit 2001). También se ha analizado la estructura filogeográfica del

    Mediterráneo occidental para estimar procesos de divergencia cuaternarios en esta región,

    así como para localizar de forma precisa los posibles refugios glaciales de O. europaea.

    Los resultados obtenidos demuestran que las diferentes subespecies que actualmente se

    incluyen bajo O. europaea son efectivamente entidades genéticamente diferenciadas. Es

    posible que la identidad genética de estos táxones se deba a su aislamiento geográfico, ya

    que también se ha demostrado la existencia de un abundante flujo génico entre ellos. Es

    más, en aquellos casos en que dos de las subespecies descritas están próximas es fácil

    detectar individuos que presentan rasgos genéticos que los caracterizan como híbridos

    (Apéndice 1). Las reconstrucciones filogenéticas obtenidas muestran además situaciones

  • XIII

    conflictivas en varios subespecies. La subespecie de distribución más amplia (cuspidata),

    engloba varios linajes bien diferenciados. Otros autores han propuesto la separación de los

    individuos asiáticos y africanos de este taxon en subespecies distintas (Green y Wickens

    1989). Los resultados no son concluyentes a este respecto. La multiplicidad de linajes es

    indudable, pero no parece tan clara la identificación de éstos con zonas geográficas

    precisas. Otro punto conflictivo en la resolución de la historia evolutiva de O. europaea es

    la interrelación de los endemismos macaronésicos (subspp. cerasiformis y guanchica) con

    las subespecies marocanna, laperrinei y europaea. Existe una contradicción entre los

    resultados obtenidos con marcadores plastidiales y los obtenidos con marcadores

    nucleares. En el primer caso, los endemismos saharianos aparecen como pertenecientes a

    linajes diferentes, subsp. marocanna ligada a las subespecies macaronésicas y laperrinei

    relacionada con subsp. europaea (Besnard et al. 2002a). En las reconstrucciones obtenidas

    con marcadores nucleares subsp. marocanna y subsp. laperrinei se resuelven como

    taxones hermanos, lo que también ha sido descrito por otros autores (Angiolillo et al. 1999;

    Hess et al. 2000; Besnard et al. 2001). Es difícil plantear una hipótesis concluyente que

    explique esta disparidad de resultados. Una posible explicación se puede encontrar en

    procesos de hibridación pretéritos sucedidos durante la expansión y retracción de los

    diferentes taxones provocados por fluctuaciones climáticas.

    Es esperable que si el flujo génico es importante entre táxones separados lo sea aún más

    entre linajes del mismo taxon. Los resultados obtenidos en el análisis de la subespecie

    europaea son congruentes con esta hipótesis. En el caso del acebuche mediterráneo, el

    abundante flujo génico, probablemente facilitado por el olivo cultivado, hace que los

    patrones filogeográficos sean difusos. La existencia de linajes distintos en la orilla Este y

    Oeste del Mediterráneo demostrada mediante el análisis de haplotipos plastidiales (Besnard

  • XIV

    et al. 2002b; Besnard et al. 2002a) no se hace evidente en análisis realizados con

    marcadores dominantes si no se incorporan las estructuras geográfica y poblacional en el

    análisis.

    Los resultados poblacionales obtenidos dentro de la zona Oeste del Mediterráneo

    demuestran la existencia en esta región de áreas con alta probabilidad de albergar refugios

    glaciales, en congruencia con lo planteado por otros autores (Besnard et al. 2002a;

    Lumaret et al. 2004): las zonas contiguas al Estrecho de Gibraltar y las Islas Baleares. En

    ambas zonas se han descrito refugios de otras plantas esclerófilas (Petit et al. 2003a; López

    de Heredia et al. 2005), lo que nos lleva a postular estas regiones como reservorios de una

    diversidad importante para este tipo de especies. En la Península Ibérica se encontró un

    linaje alejado genéticamente de los demás y que agrupa a las plantas muestreadas en la

    zona Cantábrica. Este linaje ocupa una zona ambientalmente diferente del entorno típico en

    el que medra el acebuche: las plantas del Norte peninsular se encuentran en la región

    florística Eurosiberiana, cuando O. europaea es una especie netamente mediterránea

    (Takhtajan 1986). La interrelación entre situación ecológica y singularidad genética de este

    linaje se analiza en detalle en el Capítulo 4.

  • XV

    Capítulo 4: Diferenciación fenotípica en linajes de Olea europaea de

    divergencia Terciaria y holocénica

    A pesar de la antigüedad de su origen, no cabe duda de que muchos de los taxones

    esclerófilos son exitosos en las condiciones actuales. Su abundancia y frecuencia en

    cualquier punto del Mediterráneo no dejan lugar a dudas sobre la validez de su respuesta

    funcional. Pero la permanencia a lo largo del tiempo ha supuesto también su conservación

    ante factores bióticos y abióticos muy variables, en ocasiones marcadamente distintos de

    aquellos frente a los que se desarrollaron muchos de sus caracteres funcionales. El hecho

    de que estas variaciones en el ambiente no supongan la alteración del síndrome esclerófilo

    como tal parecen indicar que éste esté condicionado por una canalización que modula los

    rangos posibles de expresión fenotípica (Meiklejohn y Hartl 2002; Valladares et al. 2002).

    Al tener esto en cuenta la cabe cuestionar la medida en que las plantas esclerófilas son

    capaces de generar síndromes funcionales alternativos. También es inevitable preguntarse

    por los mecanismos que hacen posible la canalización fenotípica de la esclerofilia. El

    acebuche presenta un modelo adecuado dar respuesta a estos interrogantes. Además de los

    procesos de recolonización del continente europeo durante el Holoceno, la diferenciación

    de las seis subespecies diferentes de Olea europaea durante el Terciario generó

    experimentos naturales en los que estudiar los cambios fenotípicos asociados a la

    diferenciación genética en condiciones ambientales muy distintas. Esta variedad de

    escenarios hace posible además estimar de manera precisa si la plasticidad fenotípica

    determina en alguna medida la evolución de O. europaea . En caso de que así fuera, la

    plasticidad misma, como mediadora del cambio fenotípico, debe ser objeto de presiones

    selectivas (Callahan y Scheiner 1999)

    En este capítulo se ha estudiado la capacidad de cambio fenotípico de O. europaea, su

  • XVI

    relación con los factores ambientales mas importantes y el posible papel de la plasticidad

    fenotípica en el resultado final. En concreto se han abordado los siguientes interrogantes:

    • ¿Existen diferencias en los valores fenotípicos de las distintos linajes de O.

    europaea?

    • ¿Coinciden estas diferencias con las observadas en lo niveles de plasticidad

    fenotípica?

    • ¿Ha sufrido la propia plasticidad presiones selectivas?

    La caracterización de las pautas fenotípicas se ha hecho a dos escalas distintas, entre dos

    subespecies (subsp. europaea y subsp. guanchica) y dentro de la subsp. europaea entre

    cinco poblaciones ibéricas.

    Los resultados obtenidos permite concluir que en O. europaea se han producido procesos

    de diferenciación fenotípica recientes. Esto no quiere decir que se hayan observado

    cambios en el síndrome esclerófilo que cuestionen su estabilidad, pero sí que hay una

    variación en los caracteres vegetativos de los distintos linajes.

    La importancia de la plasticidad fenotípica en la evolución de O. eruropaea ha sido

    analizada en detalle. Primeramente, se determinó la dependencia de las normas de reacción

    del genotipo. En segundo lugar, se investigó si había cambios en los valores de plasticidad

    fenotípica asociados con los procesos de colonización de las Islas Canarias y el Norte

    peninsular, procesos que tuvieron lugar en momentos separados en el tiempo por varios

    millones de años y realizados por linajes distintos. En ambos casos los resultados indicaron

    variaciones en la plasticidad fenotípica concomitantes con la divergencia evolutiva.

    El análisis de las presiones selectivas sobre la plasticidad mostró, de forma concluyente,

    que en el caso de O. europaea la plasticidad fenotípica es objeto de selección y que esta

    selección es de manera preponderante estabilizadora. Además, en las dos situaciones en las

  • XVII

    que la divergencia genética es más acusada (poblaciones de subsp. guanchica y del Norte

    peninsular) la presión selectiva parece ser más fuerte, ya que la diferencia entre FST y

    QST es mayor que en el resto de los casos. La selección estabilizadora sobre la plasticidad

    fenotípica puede dificultar la aparición de fenotipos extremos, y por tanto la ruptura del

    síndrome esclerófilo.

  • XVIII

    Discusión general y conclusiones:

    Los resultados recogidos en esta tesis demuestran que las plantas esclerófilas han sufrido

    procesos de divergencia microevolutiva recientes. Estos procesos han desembocado en la

    formación de ecotipos diferenciados genéticamente y que presentan rasgos funcionales

    distintos. La diferenciación tiene lugar en un contexto genético en el que la introgresión

    está generalizada y el flujo génico es relativamente frecuente. Uno de los elementos

    vinculados con la aparición de nuevos ecotipos es la variación en la plasticidad fenotípica.

    Diferenciación genética de esclerófilas mediterráneas:

    Los resultados presentados en todos los Capítulos así como los que aparecen en el apéndice

    1 muestran que Olea europaea y Quercus coccifera son entidades genéticamente bien

    diferenciadas y que también presentan diferencias significativas las poblaciones de cada

    una de las dos especies. Estos resultados corroboran los obtenidos previamente por otros

    autores (Besnard et al. 2001; López de Heredia et al. 2005). En ambos casos las tasas de

    flujo génico tanto intra como interespecífico son elevadas, pero esto no parece haber

    impedido los procesos de diferenciación genética.

    Divergencia fenotípica en esclerófilas mediterráneas:

    En los Capítulos 2 y 4 se detallan los resultados obtenidos en la medición de caracteres

    funcionales de acebuche y coscoja. A la luz de estos se puede concluir que en ambas

    especies se han producido procesos de diferenciación fenotípica recientes. La

    diferenciación fenotípica observada correlaciona con los patrones genéticos. La

    congruencia entre fenotipo y genotipo, aunque esperable, no deja de ser interesante, ya que

    demuestra que los fenotipos observados son ecotipos fijados genéticamente. Los resultados

  • XIX

    obtenidos al analizar las condiciones ambientales de cada población apoyan esta idea

    puesto que son plenamente congruentes con la diferenciación fenotípica. Así, diferentes

    situaciones ambientales tienen su reflejo en la estructura fenotípica de las poblaciones

    estudiadas, que a su vez está condicionada genéticamente.

    La modificación del fenotipo de respuesta a la luz de O. europaea y Q. coccifera supone la

    aparición de dos tipos de hojas en la copa de cada individuo. El primero de ellos es el

    característico de las hojas de las partes más expuestas de la copa (fenotipo Sol), mientras

    que el otro se genera en la zona más interior de la misma (fenotipo Sombra).

    El papel de la plasticidad fenotípica:

    La correlación observada en contextos genéticos y ambientales distintos entre patrones

    moleculares, fenotípicos y ecológicos pone de relieve la capacidad de las esclerófilas

    mediterráneas para generar nuevos ecotipos. Además, los resultados descritos demuestran

    que el cambio fenotípico en estas especies no se debe tanto a la diversidad genética

    disponible como a la plasticidad fenotípica (Sultan y Bazzaz 1993). Si los procesos de

    divergencia descritos fueran debidos exclusivamente a procesos de deriva genéticos, la

    congruencia con las condiciones ambientales no sería tan significativa como la encontrada.

    Si por el contrario la variabilidad fenotípica no tuviera base genética y se debiese

    exclusivamente a los cambios inducidos por el entorno no se observarían diferencias en la

    respuesta de distintos genotipos en situaciones ambientales comparables (Sultan 1987).

    La importancia evolutiva de la plasticidad fenotípica en las esclerófilas mediterráneas

    queda demostrada por los resultados. La plasticidad aparece como el agente causal de la

    aparición de nuevos ecotipos de cocoja y cómo responsable del mantenimiento del

    síndrome esclerófilo.

  • XX

    Conclusiones:

    1. El flujo génico está generalizado en Olea europaea y Quercus coccifera y supone

    el intercambio genético no sólo entre poblaciones sino entre táxones próximos.

    2. A pesar de la frecuencia de intercambio de material genético existen diferencias

    significativas a nivel taxonómico entre las distintas subespecies de O. europaea y

    entre Q. coccifera y Q. ilex.

    3. La diferencias genéticas entre poblaciones dentro de cada uno de los táxones

    estudiados también son estadísticamente significativas.

    4. El análisis genético de las poblaciones de coscoja muestra la existencia de dos

    regiones diferenciadas. Una de ellas en el NE ibérico y la otra abarcando el centro,

    Sur y SO peninsulares.

    5. Los resultados obtenidos en la caracterización molecular del acebuche demuestran

    la existencia de refugios glaciales de esta planta en ambas orillas del Estrecho de

    Gibraltar y en las Islas Baleares. Además se ha identificado un linaje genéticamente

    distinto en la zona norte de la Península Ibérica.

    6. Diferencias en caracteres vegetativos de respuesta a la luz aparecen asociadas a las

    diferencias genéticas encontradas tanto en el caso de la coscoja como del acebuche.

    7. Las diferencias fenotípicas observadas entre poblaciones y regiones de coscoja son

    plenamente congruentes con las genéticas.

    8. Las subespecies guanchica y europaea de O. europaea presentan diferencias en sus

    caracteres funcionales. Además, el linaje de la subsp. europaea presente en el norte

    de la Península Ibérica es fenotípicamente distinto del resto.

    9. En el caso de los dos taxones estudiados, las diferencias en caracteres funcionales

    suponen diferencias en la plasticidad fenotípica de esos mismos caracteres, que

  • XXI

    varían simultáneamente en la zona más expuesta y en la más umbría de la copa de

    los árboles..

    10. La plasticidad fenotípica puede estar mediando el cambio evolutivo. En O.

    europaea se observan procesos de selección estabilizadora sobre la plasticidad, de

    intensidad proporcional al grado de divergencia genética.

  • XXII

    Apéndices:

    Además de los diferentes capítulos, en esta Tesis se recogen tres trabajos en los que

    participó de forma muy activa el autor y que, estando muy relacionados con la temática de

    la memoria doctoral, la amplian en algunos aspectos.

    Apéndice 1: Evolución reticulada en el complejo del acebuche (Olea europaea L.)

    Apéndice 2: Un conjunto de iniciadores para polimorfismos de longitud y sustitución

    en el ADN cloroplástico de Olea eropaea L. (Oleaceae)

    Apéndice 3: Sobre la presencia histórica del acebuche [Olea europaea var. sylvestris

    (Miller) Lehr. (Oleaceae)] en el Norte eurosiberiano de la Península Ibérica.

  • XXIII

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  • 1

    I. Introducción General

  • 2

    El ajuste funcional entre los organismos y el medio en el que viven es el principal

    motor de la biodiversidad, puesto que no son sino las múltiples estrategias a través de las

    que los sistemas biológicos sacan partido de los recursos disponibles las que dan lugar a la

    enorme variedad del mundo vivo (Darwin 1859; Ackerly 2004). Cada una de estas

    estrategias es, de forma aislada, el resultado de una multitud de factores, algunos difíciles

    de cuantificar y aún de aprehender, cuya interacción origina la aparición de fenotipos

    específicos. El número de fenotipos posibles es siempre e inevitablemente superior al de

    los observables, que se limita a la manifestación en un punto en el tiempo de una cuantía

    determinada de genotipos en una serie de ambientes concreta. Las relaciones de causalidad

    son complejas, pero es razonable suponer que el elenco de fenotipos observables será

    mayor cuanto mayor sea el número de genotipos y de ambientes. Así, la heterogeneidad

    espacial y temporal inherentes al entorno Mediterráneo posibilitan la coexistencia en

    espacios relativamente reducidos de características fenotípicas múltiples (Blondel y

    Aronson 1999). En el mundo vegetal se observan, sin embargo, ciertos patrones

    fenotípicos cuya difusión está más generalizada. Algunas de las estrategias que parecen

    resultar particularmente exitosas en las plantas mediterráneas son la presencia de órganos

    subterráneos de reserva, asociada al gran número de geófitos, los ciclos de vida breves (los

    terófitos constituyen el grupo vegetal más diverso con cerca del 50% de las especies) y,

    entre la especies leñosas, la esclerofilia. Este síndrome funcional se caracteriza por la

    presencia de hojas perennes, rígidas, con cutícula espesa, baja relación área / volumen y en

    general de larga permanencia (Font Quer 1982; Blondel y Aronson 1999). La esclerofilia

    aparece en grupos taxonómicos diversos, con aparente independencia de su origen

    filogenético o del grupo funcional al que pertenezcan. Se observa en matas (Helianthemum

  • 3

    spp., Cistaceae; Thymus spp., Labiatae), en arbustos como el arrayán (Myrtus communis,

    Myrtaceae), el durillo (Viburnum tinus, Viburnaceae) o las jaras (Cistus spp. Cistaceae), en

    trepadoras como la zarzaparrilla (Smilax aspera, Smilacaceae) y por supuesto en árboles

    tan importantes en el paisaje ibérico como la encina (Quercus ilex , Fagaceae), la coscoja

    (Q. coccifera), el alcornoque (Q. suber) y el acebuche (Olea europaea var. sylvestris,

    Oleaceae). El hecho de que taxones de origen tan distinto presenten rasgos fenotípicos

    comunes ha sido considerado históricamente como un caso de convergencia evolutiva,

    como el resultado de la adaptación a las condiciones propias del ambiente mediterráneo

    (Dunn et al. 1976). Un argumento que apoya esta idea es que la esclerofilia es común no

    sólo en la cuenca del Mediterráneo, sino que también aparece en muchas especies del resto

    de regiones florísticas con clima mediterráneo del globo (la zona central de Chile;

    California, EEUU; la región florística del Cabo, África del Sur; sur y sur-oeste de

    Australia). Desde un punto de vista funcional se ha asociado la esclerofilia a la resistencia

    al estrés hídrico y de esta manera al mantenimiento de la actividad fotosintética aún

    durante el periodo de sequía estival (Dunn et al. 1976). Aunque la hipótesis de

    convergencia puede parecer convincente, el trabajo de diversos autores a lo largo de los

    últimos quince años demuestra que la esclerofilia ya aparecía de manera generalizada

    durante el Mioceno tardío, mucho antes del advenimiento del clima Mediterráneo, que se

    supone tuvo lugar hace unos tres millones de años (Suc 1984). El registro fósil terciario

    muestra gran parte de los taxones exclerófilos como ya diferenciados en aquel momento,

    cuando las condiciones ambientales imperantes eran similares a las actualmente asociadas

    con ambientes tropicales y subtropicales de laurisilva(Herrera 1992; Uzunova et al. 1997;

    Verdú et al. 2003). El conjunto de caracteres que definen al síndrome esclerófilo no supone

    entonces una una adaptación a las condiciones selectivas presentes. Se puede considerar

  • 4

    que la esclerofilia es un caso de exaptación, en el que un fenotipo aparecido como

    respuesta funcional a presiones pretéritas se ha mantenido por inercia hasta nuestros días

    (Gould y Vrba 1982).

    Independientemente de la antigüedad de su origen, no cabe duda de que muchos de

    los taxones esclerófilos son exitosos en las condiciones actuales. Su abundancia y

    frecuencia en cualquier punto del Mediterráneo no dejan lugar a dudas sobre la eficacia de

    su respuesta funcional. Pero la permanencia a lo largo del tiempo en una determinada

    región ha supuesto también una respuesta positiva ante factores bióticos y abióticos muy

    variables, en ocasiones marcadamente distintos de aquellos frente a los que primeramente

    se desarrollaron muchos de sus caracteres funcionales. Al tener esto en cuenta, cabe

    plantearse cuál es la habilidad de las plantas esclerófilas para expresar fenotipos

    alternativos en respuesta a cambios ambientales, espaciales y/o temporales (Valladares et

    al. 2002).

    Uno de los aspectos que más peso ha ganado en lo últimos años en el campo de la

    ecología evolutiva de plantas es la plasticidad fenotípica (Pigliucci 2005). Se entiende por

    tal la capacidad de un fenotipo para expresar fenotipos diferentes en situaciones

    ambientales distintas (Schlichting y Pigliucci 1998). La manifestación de la plasticidad se

    suele expresar por medio de gráficos conocidos como “normas de reacción” (reaction

    norms) en los que se representa en el eje de abcisas los distintos valores ambientales y en

    el de ordenadas los fenotípicos (Figura 1). El concepto de la plasticidad fenotípica en sí

    mismo nunca ha sido cuestionado, ya que es fácilmente observable en la naturaleza y en la

    agricultura, pero sí ha sido de alguna manera obviado por el cuerpo principal u

    “ortodoxo”de la teoría evolutiva hasta los años 80 del s. XX (Schlichting y Pigliucci 1998).

  • 5

    I. I La plasticidad fenotípica y el cambio evolutivo. Un marco histórico

    En este punto hay que señalar que la importancia evolutiva del cambio fenotípico

    fue apreciada desde muy pronto. Se suele considerar que el trabajo que sentó las bases

    conceptuales de la plasticidad fenotípica y las “normas de reacción” fue un artículo

    publicado por J. M. Baldwin a finales del s. XIX (Baldwin 1896). En él se planteó la teoría,

    que luego se ha venido a llamar “efecto Baldwin”, según la cual aquellos individuos

    capaces de responder de manera más acusada ante nuevas circunstancias ambientales (más

    plásticos diríamos hoy en día) tienen mayor probabilidad de sobrevivir y engendrar

    descendientes, condicionando así el proceso evolutivo. El desarrollo posterior de las ideas

    de ese trabajo estrictamente teórico, planteado en apoyo del principio darwinista de

    selección natural y como una refutación de las teorías lamarckistas, fue paralelo al de la

    teoría evolutiva y genética, siendo el propio W. Johannsen, responsable del concepto de

    genotipo y fenotipo, uno de los primeros en abogar por la importancia de la evolución

    fenotípica (Johannsen 1911). Es difícil establecer el momento en que la aproximaciones

    basadas en el cambio fenotípico desaparecen de los planteamientos mayoritarios de la

    teoría evolutiva (para una revisión exhaustiva, ver (Sarkar 1999)). Sin duda uno de los

    factores que contribuyeron a su salida de los escenarios de debate científico fue el

    planteamiento de hipótesis difíciles de asimilar por la teoría sintética de la evolución, si

    bien Dobzhansky fue uno de sus paladines. Otros motivos, quizá los más importantes,

    estuvieron ligados a la historia política de mediados del siglo XX. Uno de los principales

    teóricos de la plasticidad fenotípica, Schmalhausen, era soviético y rival de Lysenko. En el

    mundo occidental era difícil defender, e incluso llegar a conocer (aunque su libro de 1946

    “Factors of Evolution: the theory of stabilizing selection” se publicó en inglés en 1949), las

    ideas de un ruso y en Rusia se le prohibió trabajar a partir del ascenso de Lysenko. A pesar

  • 6

    de los impedimentos, un grupo reducido de autores publicó en los años 40, 50 y 60 trabajos

    que aún hoy constituyen obras de referencia en el campo de la evolución fenotípica.

    Probablemente el más famosos de esos autores sea C. H. Waddington, quien demostró el

    fenómeno de la asimilación genética (Waddington 1942; Waddington 1956). Éste consiste

    en la capacidad de heredar un fenotipo inducido por el ambiente una vez desaparecido el

    estímulo ambiental. Los trabajos de Waddington, como los de otros autores, son de

    innegable importancia. Aún así no fueron asimilados realmente por la corriente principal

    de la ecología evolutiva hasta los años 80. En el mundo de la ecología vegetal hay que

    destacar el trabajo publicado por A. D. Bradshaw en 1965 en Advances in Genetics titulado

    “Evolutionary significance of phenoypic plasticity in plants” (Bradshaw 1965) tanto por su

    calidad científica como por su papel en el mantenimiento de una corriente de pensamiento.

    Los años 80 supusieron el punto de inflexión en la investigación del cambio

    fenotípico. A partir de ese momento investigadores como R. Lande, S. Via, S. J. Arnold, C.

    D. Schlichting o S. M. Scheiner generaron un marco teórico y experimental que demostró

    la importancia innegable de la respuesta fenotípica en la evolución. Desde entonces la

    plasticidad fenotípica ha sido un elemento cualitativa y cuantitativamente de primer orden

    en la teoría evolutiva. En las dos últimas décadas la plétora de trabajos publicados

    relacionados con este tema y sus mecanismos moleculares ha sido formidable. Como

    muestra baste señalar que el número de artículos encontrados por el buscador Google

    Scholar publicados en los últimos 15 años con “phenotypic plasticity” en el título es de

    740. Es muy difícil señalar sólo unos pocos aunque cabe destacar los siguientes: la

    demostración del papel de las proteínas de choque térmico en la asimilación genética

    (Rutherford y Lindquist 1998; Queitsch et al. 2002), la demostración de la importancia del

    efecto Baldwin en la colonización de nuevos nichos (Yeh y Price 2004) y los de evaluación

  • 7

    de la importancia de la plasticidad fenotípica en la diferenciación poblacional de especies

    vegetales y como mecanismo para la selección de nicho por parte de las plantas (Donohue

    et al. 2000; Donohue et al. 2001; Donohue 2003; Donohue et al. 2005). También en el

    campo “vegetal” no se puede dejar de mencionar por lo prolífico y la calidad de su obra a

    C. D. Schlichting y a M. Pigliucci.

    El creciente interés de la ecología evolutiva por la plasticidad fenotípica ha tenido

    su reflejo, como no podía ser de otra manera, en el ámbito mediterráneo. En California los

    trabajos de D. Ackerly han supuesto interesantes aportaciones experimentales y teóricas

    (Knight y Ackerly 2003; Wong y Ackerly 2005). En Europa han sido muchos los autores

    que han abordado el papel de la modulación de la respuesta fenotípica en la ecología

    vegetal (entre los españoles no puede dejar de mencionarse a F. Valladares, y entre los

    mediterráneos, a A. Novoplansky). No obstante, son relativamente pocos aquellos trabajos

    que, versando sobre especies leñosas, incorporen componentes evolutivos. Hay una serie

    de condicionantes que son difíciles de soslayar en el estudio de las leñosas mediterráneas.

    Por una parte la duración de las distintas fases vitales convierte en impracticables los

    estudios en condiciones controladas de caracteres cuantitativos, salvo que se consideren

    aquellos expresados en la fase de plántula, rasgos cuya repercusión en la descendencia es

    difícil de estimar. Por otra parte, la heterogeneidad ambiental que se recoge en los

    experimentos de jardín común (common garden) es una simplificación de la

    heterogeneidad a la que deben hacer frente las planta en sus poblaciones naturales

    (Cavender-Bares et al. 2004). Por añadidura, los fenotipos expresados en esas condiciones

    no responden sino a un número reducido de meses de crecimiento, y pueden no ser

    representativos del rango fenotípico potencial de seres cuya longevidad supera con

    frecuencia el siglo. En cualquier caso, estimar cuál es y ha sido el papel de la plasticidad

  • 8

    fenotípica en la respuesta de síndromes de caracteres aparentemente estáticos a

    condiciones ambientales cambiantes no deja de ser un reto para entender la evolución de la

    vegetación mediterránea (Balaguer et al. 2001; Valladares et al. 2002).

    Otra dificultad que aparece a la hora de abordar ensayos evolutivos con especies

    que pueden alcanzar gran tamaño y son de vida larga es la adecuada representación de la

    variabilidad genética en los experimentos de vivero. Es inapropiado afirmar que el número

    y la naturaleza de los genotipos incluidos en cualquier experimento son los adecuaos para

    explicar el comportamiento evolutivo de una población, y mucho menos de una especie.

    Fenómenos frecuentes tales como la hibridación, de mucha importancia en ecología y

    evolución de plantas (Fischer et al. 2003; Hegarty y Hiscock 2005), pueden estarse

    obviando inadvertidamente al escoger sólo unos pocos propágulos de naturaleza

    taxonómica bien definida. Por supuesto no es posible hablar del devenir evolutivo de un

    elemento de estudio, ya sea este una población o cualquier otra unidad taxonómica, sin

    tener en cuenta los patrones que lo relacionan con sus parientes y la historia evolutiva de

    sus antepasados.

    En el presente trabajo de tesis se han escogido dos especies emblemáticas del

    mediterráneo, cómo son la coscoja (Quercus coccifera L.) y el acebuche (Olea europaea

    var. sylvestris L.) para abordar el estudio de procesos microevolutivos en las especies

    esclerófilas.

  • 9

    I. II Antecedentes del estudio microevolutivo de las esclerófilas mediterráneas

    I. II. I DIFERENCIACIÓN GENÉTICA

    La diversidad genética de las plantas mediterráneas se ha visto condicionada por

    una serie de procesos históricos que han determinado la estructura de las poblaciones

    actuales. En concreto, los procesos subsiguientes al último máximo glacial, tanto los

    “naturales” como los relacionados con la actividad humana, han contribuido en gran

    medida a la situación presente, particularmente en especies cuya distribución ha cambiado

    mucho debido a su expansión durante el Holoceno, como es el caso de las plantas de zonas

    mediterráneas (Olalde et al. 2002). La influencia de la recolonización posglacial en la

    estructura genética de las especies leñosas de zonas templadas ha sido bien estudiada en

    muchos casos, constituyendo el cuerpo básico de lo que se ha venido en llamar

    “filogeografía”. En el caso de las dos especies que nos ocupan, han sido muchos los

    trabajos que se han ocupado de ellas. Conviene señalar que tanto en la coscoja como en el

    acebuche la diversidad genética está condicionada por la introgresión, en el caso de aquella

    con otras especies del género Quercus y en el de éste con el olivo cultivado

    El acebuche en particular ha sido objeto de un gran número de estudios de corte

    filogeográfico (Hess et al. 2000; Besnard et al. 2002c; Lumaret et al. 2002). Gracias a

    estos trabajos se sabe que existe una diferenciación genética entre las zonas Este y Oeste

    del Mediterráneo y que la mayor diversidad se encuentra en esta última. Dentro de la zona

    Oeste, parece ser que el Sur de la Península Ibérica y el Norte del Mahgreb son las zonas

    donde se concentra un mayor número de linajes (Lumaret et al. 2004).

    La influencia de la hibridación con el olivo en la estructura genética poblacional

    tiene su contraparte en la influencia de la reticulación en la estructura filogenética del

  • 10

    acebuche. Estos aspectos se han abordado en el capítulo 3 usando marcadores dominantes

    AFLPs. En este mismo capítulo se analiza la estructura filogeográfica del Mediterráneo

    occidental para estimar procesos de divergencia cuaternarios en esta región, así como para

    localizar de forma precisa los posibles refugios glaciales de O. europaea. Un análisis

    filogenético más pormenorizado de este taxon se presenta en los apéndices.

    En cuanto a la coscoja, el número de trabajos publicados es menor, si bien el género

    Quercus es uno de los mejor estudiados por la filogeografía. Los trabajos publicados hasta

    el momento no establecen una separación clara a nivel molecular entre encina y coscoja, lo

    que podría ser debido a los frecuentes casos de hibridación entre ambas especies (Jiménez

    et al. 2004; López de Heredia et al. 2005).

    El impacto de la hibridación sobre la estructura genética de la coscoja ha sido

    abordado mediante el uso de marcadores genéticos, tanto de tipo huella genética (ISSR)

    como con secuencias nucleares (ITS) en el capítulo 1, y su diferenciación genética

    poblacional dentro de la Península Ibérica en el capítulo 2.

    I. II. II DIFERENCIACIÓN FENOTÍPICA

    La literatura sobre los posibles cambios funcionales asociados a la diferenciación

    poblacional reciente no es igual de abundante que la generada sobre los cambios en la

    estructura genética, a pesar de que la relación entre diversidad genética y variabilidad

    fenotípica es de sumo interés para la gestión de recursos fitogenéticos. Hay por supuesto

    trabajos interesantes, y en el caso particular de Q. coccifera, hay que destacar el artículo

    publicado por Balaguer y colaboradores en 2001 en Functional Ecology que ya planteó la

    posibilidad de una diferenciación funcional asociada a diferencias genéticas y relacionada

    con diferencias en la plasticidad fenotípica poblacional (Balaguer et al. 2001). No ha sido

    posible encontrar un trabajo equivalente en O. europaea, por lo que los resultados

  • 11

    presentados en esta tesis pueden constituir la primera caracterización fenotípica de

    poblaciones de acebuches.

    Los caracteres funcionales que se han analizado están todos ellos relacionados con

    la respuesta a la luz. La respuesta a la luz integra la respuesta a otros factores ambientales,

    puesto que la respuesta fenotípica de las plantas está modulada de forma simultánea por

    todos los factores necesarios para su desarrollo (Gleeson y Tilman 1992). Se ha intentado

    usar caracteres que reflejaran diferentes escalas de respuesta, desde el ciclo de las

    xantofilas, que varía de forma mensurable en cuestión de horas, hasta caracteres

    morfológicos de la hoja y la arquitectura de la copa que son el resultado de procesos

    ontogenéticos más lentos. Todos ellos se midieron en campo en individuo adultos durante

    la parada vegetativa estival.

    El análisis de las diferencias fenotípicas existentes entre distintas poblaciones

    ibéricas de coscoja se aborda en el capítulo 2, mientras que las referentes al acebuche se

    tratan en el capítulo 4. En ambos casos además de estimar las diferencias fenotípicas se

    estudia en qué medida son congruentes éstas con los patrones genéticos.

  • 12

    I. III Objetivos

    A lo largo de esta tesis se ha intentado determinar los aspectos evolutivos del

    cambio en la estructura genética y fenotípica de dos especies esclerófilas (Q. coccifera y O.

    europaea) que se pueda vincular con procesos microevolutivos. Por medio del estudio de

    la relación entre variabilidad genética y fenotípica en estas dos especies se ha intentado dar

    respuesta a una serie de interrogantes sobre los agentes causales y las consecuencias dela

    evolución reciente de las esclerófilas mediterráneas.

    1- La permanencia del síndrome esclerófilo a lo largo del tiempo está bien

    establecida, pero ¿En qué medida implica esta estabilidad fenotípica una falta de

    diversificación genética? O de otra manera ¿ cuáles son lo procesos de divergencia

    genética en esclerófilas mediterráneas?. La determinación de los procesos de divergencia

    genética, así como de los mecanismos condicionantes de la misma, se han visto de alguna

    manera reflejados en todos los capítulo de la tesis, pero han sido analizados de manera

    específica en los Capítulos 1 y 3 y en el Apéndice 1.

    2- La aparente estabilidad evolutiva del síndrome esclerófilo ¿supone la no

    existencia de procesos de diferenciación fenotípica entre poblaciones?. La diferencias

    fenotípicas existentes entre poblaciones conespecíficas de esclerófilas mediterráneas se han

    analizado en los Capítulos 2 y 4. En estos trabajos se han analizado paralelamente las

    características ambientales y genéticas de estas poblaciones para esclarecer las causas y

    efectos de los posibles procesos de divergencia fenotípica poblacional.

    3- Si estos procesos existen ¿en qué medida se deben al papel de la plasticidad

    fenotípica? ¿es la plasticidad fenotípica un factor importante en la respuesta evolutiva de

    las esclerófilas mediterráneas?.

  • 13

    I. III. I EL POSIBLE PAPEL DE LA PLASTICIDAD FENOTÍPICA

    La importancia evolutiva de la plasticidad fenotípica está actualmente bien

    establecida y se comienzan incluso a conocer los mecanismos moleculares subyacentes

    (Queitsch et al. 2002). En organismos modelo como Arabidopsis thaliana se comienzan a

    desentrañar los cauces a través de los cuales la plasticidad condiciona el proceso evolutivo

    e incluso hay modelos mecanicistas para su estimación (Callahan et al. 2005; Donohue et

    al. 2005). A pesar de este buen conocimiento del tema, todavía son pocos los trabajos en

    los que se haya cuestionado el papel que puede haber jugado la plasticidad fenotípica en la

    respuesta evolutiva de plantas leñosas a los cambios ambientales. El caso de la esclerofilia,

    por ser un síndrome funcional terciario, es quizá adecuado como modelo. Es posible

    evaluar la respuesta que las plantas mediterráneas a las condiciones climáticas actuales.

    Además se puede establecer en qué medida esta respuesta está relacionada con procesos de

    colonización más o menos reciente de nuevos hábitats, bien sea debido a la expansión pos-

    glacial o a otros motivos. Entonces, si la plasticidad fenotípica es cuantificada, se podrá

    estimar si hay cambios fenotípicos o genéticos asociados a variaciones en la plasticidad.

    En esta tesis la plasticidad fenotípica se ha medido sobre los mismos caracteres que

    los valores medios. Todas las medidas se tomaron en campo. Ahí se consideró a la zona

    más expuesta a la luz en orientación Sur de la copa de los árboles como un ambiente

    diferente (Sol) del experimentado por los órganos vegetativos en la zona más interna de la

    orientación Norte (Sombra). La plasticidad fenotípica se cuantificó como la diferencia de

    fenotipo para cada genotipo (árbol individual) entre estos dos ambientes

    Las diferencias en plasticidad entre poblaciones de coscoja y su relación con los

    valores fenotípicos medios y con la estructura genética se estudian en el capítulo 2.

  • 14

    El acebuche presenta un modelo doblemente adecuado. Además de los procesos de

    recolonización del continente europeo durante el Holoceno, la colonización de los

    archipiélagos macaronésicos de Canarias y Madeira que dio lugar a dos subespecies

    diferentes (cada una endémica de un archipiélago) durante el Terciario permite estudiar los

    patrones de diferenciación en condiciones ambientales muy distintas. Esto constituye el

    núcleo del capítulo 4.

    Si la plasticidad fenotípica ha mediado en alguna medida el cambio evolutivo es

    razonable suponer que fuerzas selectivas hayan actuado sobre ella. Un aproximación

    analítica a esta hipótesis se plantea también en el capítulo 4.

  • 15

    I. IV Figura 1

    Figura 1: norma de reacción teórica mostrando los valores fenotípcos de dos genotipos en dos ambientes a y b hipotéticos

    Ambiente

    a b

    Val

    or F

    enot

    ípic

    o

    0

    2

    4

    6

    8

    10

    12

    Genotipo 1Genotipo 2

  • 16

    Capítulo 1

    MOLECULAR EVIDENCE FOR WIDESPREAD HYBRIDISATION AND

    LIMITED GENETIC STRUCTURE OF QUERCUS COCCIFERA L. IN THE IBERIAN

    PENINSULA REVEALED BY ISSR AND ITS SEQUENCE DATA.

    Autores:

    Rafael Rubio de Casas * †; Emilio Cano †; Luis Balaguer *; Esther Pérez-Corona

    ‡; Esteban Manrique §; Carlos García-Verdugo * † and Pablo Vargas †

    * Departamento de Biología Vegetal 1, Universidad Complutense de Madrid. José Antonio

    Novais 2, 28040 Madrid, Spain. † Real Jardín Botánico de Madrid, CSIC, Plaza Murillo 2, 28014

    Madrid, Spain. ‡ Departamento de Ecología, Universidad Complutense de Madrid. José Antonio

    Novais 2, 28040 Madrid, Spain. § Centro de Ciencias Medioambientales, CSIC, Serrano 115

    Dpdo., 28006 Madrid, Spain.

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    1. 1 Summary

    Interspecific introgression in oaks is a well-known phenomenon whose ecological

    and evolutionary consequences, although essential, are still unclear. We investigated

    molecular evidence for hybridisation in natural populations of kermes oak (Quercus

    coccifera L.) in the Iberian Peninsula. Additive patterns in nrDNA ITS sequences revealed

    that hybrid individuals showing intermediate genotypes between kermes and holm oak (Q.

    ilex L.) are very common, although morphological hybrids are uncommon. Bayesian

    analysis of ISSR fingerprinting patterns indicated extensive gene-flow among populations

    and neighbouring Quercus taxa. Hybridization appeared to affect actively the pair Q.

    coccifera-Q. ilex, but no evidence supporting hybridisation between Q. coccifera and co-

    occurring Quercus species other than holm oak was found. The role of canalisation in the

    maintenance of a stable morphology in the face of extensive introgression is discussed.

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    1. 2 Introduction

    Interspecific gene flow within species complexes is a key question of evolutionary

    biology (Arnold 1997). The genus Quercus (oaks) constitutes one of the plant systems

    where this subject has been studied in more detail (Muir et al. 2000) since the facility with

    which oaks interbreed make them a model of syngamenon, where almost all crosses are

    possible within certain groups. The stability of oak species in the face of frequent

    interspecific gene exchange has long been regarded as an intriguing phenomenon, leading

    some authors to question the validity of the biological species concept in oaks (Van Valen

    1976). Recent research has proved the importance of interspecific introgression in Quercus

    to enable colonisation of novel habitats and to respond to varying environmental selective

    pressures (Petit et al., 2003; Dodd y Afzal-Rafii, 2004).

    In the Mediterranean region, evergreen oaks dominate most forest habitats

    (Takhtajan 1986). Three species are particularly important in the Iberian Peninsula: Holm

    oak (Quercus ilex), cork oak (Q. suber) and kermes oak (Q. coccifera). Although their

    distribution and habitat are overlapping, ecological differences among them exist, with Q.

    coccifera occupying the most arid and disturbance-prone environments, predominantly on

    limestone substrates (Blanco Castro et al. 1997; López González 2002; Cañellas y San

    Miguel 2003). Interspecific gene flow has been described for the species pairs Q. coccifera

    - Q. ilex and Q. suber – Q. ilex (Belahbib et al. 2001; Lumaret et al. 2002). Gene exchange

    between Q. coccifera and Q. ilex appears to be so frequent as to lead to complete sharing

    of cpDNA haplotypes (Jiménez et al., 2004; López de Heredia et al, 2005). In spite of the

    apparent lack of reproductive barriers, intermediate morphological forms between both

    species are rarely observed and diagnostic characters enable the unambiguous assignment

    of most individuals. The fact that kermes and holm oak remain distinct species in spite of

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    ecological similarities and frequent hybridisation raise interesting questions concerning the

    evolutionary relationships between the two taxa and the causes and consequences of gene

    exchange.

    Hybrisation in oaks has been studied with several molecular tools, including both

    plastid and nuclear DNA. However, few studies have used the internal transcribed spacer

    of ribosomal DNA (ITS) sequences at the population level, in spite of its potential as both

    a taxonomic tool (Manos et al. 1999) and to determine reticulation processes (Nieto et al.

    2001; Fuertes Aguilar y Nieto Feliner 2003). Muir et al. (2001) demonstrated that the

    nrDNA of Quercus is subject to concerted evolution, although several paralog ITS copies

    co-occur in the genome of oaks (Mayol y Rosselló 2001). Nevertheless, concerted

    evolution is not uniform across the ITS region (Fuertes Aguilar et al. 1999) and differences

    in homogenisation among sites can supply valuable information to infer patterns of

    reticulated evolution (Sang et al. 1995; Vargas et al. 1999). ITS sequences are powerful

    tools for detecting hybridisation events, but their lack of variability at the infra-specific

    level may be a drawback for their application in population studies. Conversely, nuclear

    fingerprinting techniques such as RAPD, ISSR or AFLP provide genome-wide highly

    variable information. In particular, ISSR have proved to be good molecular tools for the

    study of hybrid complexes (Wolfe et al. 1998; James y Abbott 2005)

    In the present paper we used ITS sequences and inter-simple sequence repeats

    (ISSR) to estimate the consequences of interspecific hybridisation on the genetic structure

    of Q. coccifera populations in the Iberian Peninsula. We particularly addressed the

    following questions:

    1) Are phylogenetic relationships affected by interspecific gene-flow?.

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    2) Can ongoing hybridisation be detected in morphologically unambiguous

    individuals?

    3) Is hybridisation restricted to crosses with Q. ilex?

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    1. 3 Material and Methods

    1. 3. 1 PLANT MATERIAL AND DNA EXTRACTION

    A total of 87 plants were sampled in 9 populations (Figure 1). In each population,

    leaf material was collected in the field from 9 individuals of Quercus coccifera and from

    all individuals of any other Quercus species found within or adjacent to the Kermes oak

    populations. DNA was e