UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS...

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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES UNIANDES FACULTAD DE JURISPRUDENCIA MAESTRÍA EN DERECHO CONSTITUCIONAL INFORME DE TESIS PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL GRADO ACADÉMICO DE MAGISTER EN DERECHO CONSTITUCIONAL TEMA: EL ART. 87 DE LA LEY DE MINERÍA ATENTA AL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD, AL DEJAR SIN EFECTO EL DERECHO DE LA VOLUNTAD MAYORITARIA DE LAS COMUNIDADES, REALIZADA EN LA CONSULTA PREVIA. AUTOR: DR. VÍCTOR JOSELITO MORENO CELA. TUTORES: DRA. SONIA NAVAS M. Mg. DR. LENÍN FIDEL REYES. M.Sc. Ambato 2014

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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES

UNIANDES

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA

MAESTRÍA EN DERECHO CONSTITUCIONAL

INFORME DE TESIS PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL GRADO

ACADÉMICO DE MAGISTER EN DERECHO CONSTITUCIONAL

TEMA: EL ART. 87 DE LA LEY DE MINERÍA ATENTA AL PRINCIPIO DE

PROGRESIVIDAD, AL DEJAR SIN EFECTO EL DERECHO DE LA

VOLUNTAD MAYORITARIA DE LAS COMUNIDADES, REALIZADA EN LA

CONSULTA PREVIA.

AUTOR: DR. VÍCTOR JOSELITO MORENO CELA.

TUTORES: DRA. SONIA NAVAS M. Mg.

DR. LENÍN FIDEL REYES. M.Sc.

Ambato 2014

APROBACIÓN DE LOS ASESORES

En calidad de tutores del trabajo de investigación, designados por la

Autoridad correspondiente de la “UNIANDES”, certificamos que el Doctor

Víctor Joselito Moreno Cela, estudiante de la Maestría en Derecho

Constitucional, ha cumplido con las normas establecidas y con los

requerimientos exigidos por la universidad, por lo que aprobamos la misma.

El interesado puede hacer uso del presente CERTIFICADO para los efectos

legales correspondientes; así como también autorizar su presentación para

la evolución por parte del tribunal de grado respectivo.

DECLARACIÓN DE AUTORÍA

Dr. Víctor Joselito Moreno Cela, estudiante de Maestría en Derecho

Constitucional, de la Universidad Regional Autónoma de los Andes

“UNIANDES”, declaro en forma libre y voluntaria que la presente

investigación y elaboración de la Tesis que versa sobre: “EL ART. 87 DE LA

LEY DE MINERÍA ATENTA AL PRINCIPIO CONSTITUCIONAL DE

PROGRESIVIDAD, AL DEJAR SIN EFECTO EL DERECHO DE LA

VOLUNTAD MAYORITARIA DE LAS COMUNIDADES, REALIZADA EN LA

CONSULTA PREVIA”, así como las expresiones vertidas en la misma son

de autoría del compareciente, quien lo ha realizado en base a recopilación

bibliográfica de la legislación ecuatoriana e internacional, doctrinaria y

consultas en Internet.

En consecuencia asumo la responsabilidad de la misma y el cuidado

respectivo al remitirse a las fuentes bibliográficas para fundamentar el

contenido expuesto.

DEDICATORIA

A mi esposa Adriana, ya mis hijos

Natalia Monserrath, Emily Daniela y

Dener Esteban, por la comprensión y

apoyo permanente brindados durante

todo el tiempo de estudio de la maestría;

por haberles robado el poco tiempo pero

valioso para compartir en familia, a ellos

que son mi vida y la razón de mi

existencia.

Joselito Moreno.

AGRADECIMIENTO

Con este pequeño trabajo, quiero perennizar mi profundo agradecimiento a

la UNIVERSIDAD REGIONAL AUTONOMA DE LOS ANDES “UNIANDES”,

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO, en la

persona de su canciller Dr. Gustavo Álvarez y por su intermedio a todos y

cada uno de los catedráticos, quienes han impartido sus valiosos

conocimientos y de esta manera dándome la valiosa oportunidad de ser

profesional del derecho con vastos conocimientos dirigidos al servicio de la

sociedad ecuatoriana en calidad de Magister en Derecho Constitucional.

De manera especial a los tutores, al Dr. Lenín Fidel Reyes, M.Sc. y a la Dra.

Sonia Navas Montero, M.Sc. por su gran apoyo y colaboración en la

realización del presente trabajo de investigación.

A mi familia, por la paciencia, la comprensión y el impulso que siempre me

brindan constantemente.

ÍNDICE GENERAL

“EL ART. 87 DE LA LEY DE MINERÍA ATENTA AL PRINCIPIO

CONSTITUCIONAL DE PROGRESIVIDAD, AL DEJAR SIN EFECTO EL

DERECHO DE LA VOLUNTAD MAYORITARIA DE LAS COMUNIDADES,

REALIZADA EN LA CONSULTA PREVIA”

Pág.

PORTADA

APROBACIÓN DE LOS ASESORES

DECLARACIÓN DE AUTORÍA

DEDICATORIA

AGRADECIMIENTO

ÍNDICE GENERAL

RESUME EJECUTIVO

EXECUTIVE SUMMARY

INTRODUCCIÓN………..…….……………………………………………….......1

Antecedentes de la Investigación…………………………………………………1

Situación Problémica………………………………………………………………6

Contextualización Macro y Micro…………………………………………………6

Problema Científico…………………………………………………………….....10

Delimitación del Problema……..….….…..………..…………………………….10

Línea de investigación……………………………………………………………10

Objetivo General…………………………………………………………………..10

Objetivos específicos……………………………………………………………..11

Idea a defender……………………………………………………………………11

Variables de la Investigación………………………………………………….....11

Variable Independiente…………………………………………………………...11

Variable Dependiente…………………………………………………………….11

Métodos, Técnicas y Herramientas de la Investigación………………………12

Aportación teórica, significación práctica y novedad científica………………13

Justificación del tema……………………………………………………………..13

CAPITULO I………………………………………………………………………..15

MARCO TEORICO………………………………………………………………..15

Primer Epígrafe: LA CONSULTA PREVIA……………………………………..15

Generalidades…..…………………………………………………………………15

La consulta previa como derecho fundamental………………………………..22

La consulta previa a las comunidades, pueblos y nacionalidades

indígenas….……………………………………………………………………….26

Segundo Epígrafe: LA CONSULTA PREVIA EN LOS PAÍSES DE LA

REGIÓN…...……………………………………………………………………….30

Breve análisis de la consulta previa en la Constitución vigente de Chile.….30

Breve análisis de la consulta previa en la Constitución actual de Colombia.34

La consulta previa en la República de Bolivia…………………………………40

La consulta previa en la República del Perú…………………………………...46

Tercer epígrafe: LA CONSULTA PREVIA EN LAS CONSTITUCIONES DEL

ECUADOR…………………………………………………………………………53

La consulta previa en el Ecuador………………………………………………..53

La consulta previa en la Constitución del Ecuador del año 1998…………....61

La consulta previa en la Constitución actual del Ecuador……………………65

La consulta previa y el principio de progresividad en el Ecuador……………70

Cuarto epígrafe: La inconstitucionalidad del artículo 87 de la ley de Minería

del Ecuador………………………………………………………………………..74

La inconstitucionalidad del artículo 87 de la Ley de Minería………………....74

El artículo 87 de la Ley de Minería, y su contradicción al artículo 57, numeral

7; y artículo 11, numeral 8 de la Constitución………………………………….79

El artículo 87 de la Ley de Minería contradice al convenio 169 de la

Organización Internacional del Trabajo………………………………………...82

El artículo 87 de la Ley de Minería no es de carácter vinculante……………91

CAPITULO II……………………………………………………………………….99

MARCO METODOLÓGICO Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA………99

Modalidad de la Investigación…………………………………………………...99

Tipo de investigación……………………………………………………………..99

Diseño de la investigación de campo………………………………………….100

Población y muestra de la investigación………………………………………100

Metodología, técnicas y herramientas…….….……..………………………...100

Métodos…………………………………………………………………………..100

Técnicas………………………………………………………………………….101

Herramientas…………………………………………………………………….102

Análisis e interpretación de resultados ……………………………………….103

Cuestionario aplicado a los profesionales del derecho consultados……...103

Análisis e interpretación de datos pregunta 1………………………………..103

Análisis e interpretación de datos pregunta 2………………………………..104

Análisis e interpretación de datos pregunta 3………………………………..105

Análisis e interpretación de datos pregunta 4………………………………..106

Análisis e interpretación de datos pregunta 5………………………………..107

Análisis e interpretación de datos pregunta 6………………………………..108

Análisis e interpretación de datos pregunta 7………………………………..109

Análisis e interpretación de datos pregunta 8………………………………..110

CAPITULO III: VALIDACIÓN DE LA PROPUESTA…………………………111

Desarrollo de la propuesta……………………………………………………...111

Posibles reformas………………………………………………………………..111

Ley reformatoria a la Ley de Minería………………………………………….112

Validación profesional…………………………………………………………..112

Bibliografía

RESUMEN EJECUTIVO

El derecho a la consulta previa, libre e informada está reconocido en el

artículo 57 de la actual Constitución de nuestro país, como uno de los

derechos colectivos. Este reconocimiento establece explícitamente dos tipos

de consulta, una para planes y programas de prospección, explotación y

comercialización de recursos naturales no renovables que se encuentran en

sus tierras, así lo determina el numeral 7 de dicho artículo; y, por otra previa

a la adopción de medidas legislativas, así lo señala el antes mencionado

artículo en su numeral 17. Ese derecho se inscribe en el carácter de la

Constitución que, en su conjunto, apuntala el ejercicio de derechos en su

sentido más amplio. En relación con este derecho es importante

contextualizarlo en relación con el enfoque sistémico e integral de la

interpretación del texto constitucional y su relación con el derecho de

participación.

El tratadista Grijalva, señala que: La Constitución debe ser interpretada de

una manera integral, sistemática y en concordancia con los instrumentos

internacionales de derechos humanos, y no debe ser interpretada de manera

fragmentaria.

Por lo tanto principios como la aplicación de la norma más progresiva, la

primacía de la interpretación que más favorezca a la efectiva vigencia de los

derechos reconocidos en la Constitución e instrumentos internacionales de

derechos humanos como así lo determina el artículo 11 de la carta magna, y

la prevalencia de los instrumentos internacionales de derechos humanos

cuando reconocen derechos humanos más favorables a los establecidos en

la carta política en los artículos 417, 424 y 425, deben observarse

estrictamente en la aplicación del derecho a la consulta previa. De modo que

ninguna norma jurídica o acto del poder público puede contravenir estos

principios.

EXECUTIVE SUMMARY

The right to free, prior and informed consultation is recognized in Article 57 of

the present Constitution of our country, as one of collective rights. This

recognition explicitly establishes two types of consultation, plans and

programs for exploration, exploitation and marketing of non-renewable

natural resources found on their land, as determined by paragraph 7 of this

article, and the other pre-adoption legislative measures and points out that

Article in item 17. This right is part of the character of the Constitution, as a

whole, underpins the exercise of rights in the broadest sense . Under this law

it is important to contextualize it in relation to the systemic and

comprehensive approach to the interpretation of the constitutional text and its

relation to the right to participation.

The Grijalva scholar, states: The Constitution should be interpreted in a

comprehensive, systematic and in accordance with international human

rights instruments, and should not be interpreted piecemeal.

So early as the progressive implementation of the rule, the rule of

interpretation most favorable to the effective enjoyment of the rights

recognized in the Constitution and international human rights instruments as

so determined by the Article 11 of the constitution , and the prevalence of

international human rights instruments recognize when more favorable than

those established in the policy letter in Articles 417, 424 and 425 human

rights , must be strictly observed in the implementation of the right to prior

consultation . So any rule of law or governmental action may contravene

these principles.

1

INTRODUCCIÓN

1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

“La Consulta Previa es el derecho fundamental que tienen los pueblos

indígenas y los demás grupos étnicos cuando se toman medidas legislativas

y administrativas o cuando se vayan a realizar proyectos, obras o

actividades dentro de sus territorios, buscando de esta manera proteger la

integridad cultural, social y económica; y garantizar el derecho a la

participación”. Participación ciudadana en los procesos de decisión de

desarrollo, basada en el reconocimiento de derechos y en la necesidad de

instrumentar la intervención ciudadana en los asuntos de interés público,

como un ejercicio de la democracia más allá del voto. 1

Al configurarse la consulta previa como un derecho colectivo de los pueblos

de carácter fundamental y de alcances globales, cuya protección y respeto

es una clara obligación para los estados, se abrió una puerta para la defensa

de los territorios y de los derechos de las comunidades y pueblos

ancestrales, por medio de reclamaciones judiciales ante las instancias

internacionales de protección a los derechos humanos. Instancias que para

el caso de América Latina, cuentan con todo el marco de garantías del

Sistema interamericano, donde se destacan las sentencias que a favor de

los derechos de los pueblos ha dictado la Corte Interamericana de Derechos

Humanos, CIDH, en concordancia con otros instrumentos internacionales

como son: La Convención Internacional sobre la eliminación de todas las

Formas de Discriminación Racial, el Convenio 107 y 169 de la OIT, la

Convención Americana de Derechos Humanos, la declaración de la ONU

sobre los derechos de los pueblos indígenas, la Declaración Universal sobre

Diversidad Cultural de la UNESCO, entre otros.2

1 POTES, Verónica; la participación ciudadana en el desarrollo

energético sustentable en América Latina y el Caribe. 2JURISPRUDENCIA, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Motivación de la sentencia en el caso de la comunidad Mayagua-Awas.

Tingui vs Nicaragua.

2

Con el antecedente jurisprudencial señalado, lo que se ha configurado

es el derecho fundamental de los pueblos a tener que solicitar su

consentimiento previo, libre e informado, cuando se pretenda dar marcha a

un proyecto que afecte, o genere el riesgo de impactar considerablemente

los daños señalados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Este derecho va más allá de la consulta o la concertación, y se configura

como un verdadero poder colectivo de impedir la puesta en marcha de

acciones lesivas para las comunidades en sus territorios, exigibles ante los

tribunales nacionales e los internacionales, donde al Estado como institución

del poder político se obliga a garantizar el derecho a la vida de las

comunidades milenarias asentadas en yacimientos mineros.

Ha existido un gran avance con respecto a la normatividad y

jurisprudencia internacional en relación a la consulta previa de los pueblos

indígenas para que se extraiga los recursos no renovables de sus tierras; y

gran parte de los países de la región, han suscrito, ratificando e integrando a

sus normas internas, los principios de protección de los pueblos indígenas y

tribales, la realización efectiva del derecho a la consulta y el consentimiento

previo.

Pero, no todo es progresividad, porque a nivel de los gobiernos y

parlamentos, son generalmente reacios a cumplir sus obligaciones

internacionales de proteger a los pueblos tradicionales, y por el contrario,

han caído en una lógica empresarial y de inversión extranjera a toda costa,

incluso del incumplimiento a tratados internacionales de derechos humanos.

Sobre el tema, existen un sin número de trabajos investigativos en las

distintas universidades del país, una de ellas, la Universidad Autónoma

Regional de los Andes (UNIANDES), constituyéndose en verdaderos aportes

investigativos dentro de los derechos fundamentales, como el derecho a la

Consulta Previa, por ello, el presente trabajo aporta de alguna manera a la

investigación existente, sobre el tema investigado.

3

En relación con lo expuesto, se ha buscado en los nepositorios de la

Universidad Regional Autónoma de los Andes UNIANDES, encontrando la

siguiente información:

Tema: “LA CONSULTA PREVIA Y PARTICIPACIÓN EN LA INDUSTRIA

PETROLERA EN EL ECUADOR”.

Autor: Luis Fernando Tenelema Molina.

El tema escogido para la presente investigación es como queda anotado en

la línea inmediata anterior y trata sobre “La Consulta Previa” la misma que

pese a encontrarse regulada, tanto en la normativa internacional como en el

ordenamiento jurídico nacional, el desconocimiento de su importancia en

materia ambiental ha generado que la Consulta Previa como instrumento de

participación en la actualidad, no constituya una herramienta idónea que

impida el deterioro de nuestro medio ambiente y la violación de derechos de

los pueblos indígenas que habitan en las zonas de influencia a las

actividades de extracción de hidrocarburos en el Ecuador. El desarrollo del

presente tema nos permite conocer el papel que desempeña el estado, las

comunidades indígenas y las empresas en los procesos de Consulta Previa

y Participación durante las fases previas y en la ejecución del proyecto.

Permite además informar sobre los impactos socio ambiental positivo y

negativo que puedan causar las actividades de exploración y explotación de

hidrocarburos. La presente investigación busca analizar además, como la

Consulta Previa entendida como participación ciudadana, constituye un

derecho y una obligación de la ciudadanía que debe ser garantizada por el

Estado y por tanto ser exigible y aplicable. Considerando que el objetivo de

la investigación, es el estudio del Derecho de Consulta y Participación en la

industria petrolera, analizando detenidamente el papel que cumple la

empresa y el estado a fin de no vulnerar los derechos ambientales de la

comunidad y colectivos de pueblos indígenas asentados en las zonas de

influencia a las actividades extractivas, y se eviten conflictos que generen

perdidas económicas, se han desarrollado en esta investigación, cuatro

capítulos que nos llevaran al cumplimiento de este objetivo.

4

Tema: “LA CONSULTA PREVIA DESDE EL SENTIR DE LOS PUEBLOS Y

NACIONALIDADES INDÍGENAS”.

Autor: Verónica Yuquilema Yupangui.

Desde la década de los 60 en el Ecuador, las empresas multinacionales

extractivas se han acumulado en la Amazonia de nuestro país, con la

finalidad de explotar los recursos naturales existentes. Con esto, los

gobiernos de turno apostaban a erradicar la “pobreza” no solo de la zona en

la que se llevaría la extracción, sino de todo el Ecuador, sí embargo la utopía

occidental del “desarrollo” hasta la fecha no ha dado más que contaminación

y muerte tanto de la pachamama como de las nacionalidades y pueblos

indígenas.

Uno de los ejemplos de contaminación ambiental más grandes de la historia

dentro del Ecuador, es precisamente el caso Texaco, que luego de litigar

durante 28 años en tribunales de Estados Unidos como en Ecuador, en el

año 2011, la Corte Provincial de Justicia de Sucumbíos, sentencio en contra

de la empresa Chevron Texaco y le condenó a pagar 9.500 millones de

dólares por los daños ambientales producidos. Además Chevron Texaco

debía pedir disculpas públicas a los habitantes de Sucumbíos y Orellana por

los daños irreparables producidos, dentro de 15 días plazo luego de la

sentencia emitida, lo cual fue incumplido, duplicando su sanción.

Esta sentencia sin duda es un precedente jurídico importante dentro de la

historia y se convierte además en una muestra de los daños irreparables que

provoca estas grandes transnacionales que aumentan sus recursos en

desmedro de la madre naturaleza y las nacionalidades Sionas, Secoyas,

Cofanes, Kichwas, Shuar y la población mestiza, mientras que el prometido

desarrollo occidental (educación, salud, vivienda, vehículo, etc.) no se

visibiliza.

Otro de los casos emblemáticos en Ecuador es el Caso Sarayaku. El

Gobierno ecuatoriano entrego los territorios del Pueblo Kichwa Sarayaku a la

empresa CGC, de forma inconsulta, ante lo cual la población de Sarayaku

interpuso una solicitud de medidas cautelares ante la Comisión

5

Interamericana de Derechos Humanos en el año 2003, posteriormente, el

caso es llevado Corte Interamericana de Derechos Humanos y finalmente el

27 de julio del 2012 la Corte IDH resolvió el caso responsabilizando al

estado por la violencia de los derechos colectivos de este pueblo milenario.

Estos dos procesos tienen como antecedente el irrespeto al derecho a la

consulta previa, libre e informada prevista, en la Constitución y en tratados

internacionales suscritos por el Ecuador. Si bien, en el caso Chevron-

Texaco no se litigo sobre el incumplimiento del derecho a la consulta previa

ya que los daños ambientales eran evidentes, en el caso del Pueblo Kichwa

Sarayaku, tuvo como eje transversal la violación de este derecho, lo que

deja ver es que la voz, los derechos y la concepción propia del Kawsay de

los pueblos y nacionalidades indígenas no han sido considerados antes de

llevar a cabo estas actividades extractivas y demás políticas de Estado.

A pesar de que estos casos dejan una lección de las consecuencias atroces

dejadas por la explotación del petróleo en la amazonia ecuatoriana, el 5 de

marzo del 2012, el Ecuador a través del Ministerio de Recursos No

Renovables firmó un contrato de explotación de minería a gran escala con

empresa minera Ecua corriente ECSA, y sin escuchar las opiniones de

ninguno de los pueblos indígenas, ni mestizos ni campesinos de la Provincia

de Zamora Chinchipe.

6

1.1.- SITUACIÓN PROBLÉMICA

CONTEXTUALIZACIÓN MACRO Y MICRO

La finalidad del presente trabajo investigativo es determinar los avances

progresivos que se han dado a través de la historia con los derechos del

hombre, específicamente con uno de los derechos colectivos, como es el del

derecho a la consulta previa, aquí destacaremos los procesos de

construcción constitucional desde la perspectiva multicultural y pluriétnica

que han tenido algunos países de la región, como, Colombia, Perú, Bolivia,

Chile y Ecuador, que han tenido un gran auge en el reconocimiento de

derechos colectivos, lo cual ha sido un complemento con otros principios

fundamentales que se encuentran enmarcados dentro de sus cartas políticas

como son, la democracia participativa, la soberanía popular, lo que, junto al

tratamiento preferencial que los derechos humanos tienen en el nuevo

constitucionalismo latinoamericano, configuran marcos de desarrollo

posibles para la aplicación real de la consulta y del consentimiento previo.

Todas estas reformas constitucionales, terminaron por romper con más

de un siglo de imposición y configuración de sus respectivos Estados, y de la

sociedad misma, desde una perspectiva vertical y unicultural hispánica;

unireligiosa católica y unilingüística castellana, como han anotado diversos

investigadores del derecho constitucional; y que, generaron una nueva visión

de los derechos humanos desde la perspectiva de los pueblos tradicionales,

como entes colectivos de garantizar su propia existencia. En este sentido, la

interpretación de todos y cada uno de los derechos que la tradición liberal

entregó al hombre individua, al individuo–ciudadano, en la actualidad se

configuran y se luchan judicialmente desde la perspectiva comunitaria de

nuestras comunidades tradicionales, que empezó con los derechos de los

pueblos indígenas, y se ha extendido también a las comunidades afro-

descendientes, localizadas en la región andina.

Existe un significativo desarrollo del derecho a la consulta en la región,

en materia de derechos fundamentales, América Latina se sintoniza

constitucionalmente con principios como el de la dignidad humana, como

7

bien lo prescribe el artículo 1 de la Constitución del Perú, donde señala, “la

defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin

supremo de la sociedad y del Estado”; de igual forma, en el artículo 6 de la

Constitución de Bolivia, se afirma que “la libertad y la dignidad de la persona

son inviolables y es deber primordial del Estado respetarlas y protegerlas”;

el artículo 1 de la Constitución de Brasil, propone “la dignidad de la persona

humana entre los fundamentos del Estado democrático de derecho”; el

artículo 1 de la Constitución de Colombia, considera a “la dignidad humana

entre los principios fundamentales que el Estado reconoce”.

Como vemos, existe la consulta previa como un derecho fundamental

en los países de la región y lo que ha incidido para que en el ECUADOR, la

consulta previa se encuentra enmarcada dentro de la normativa

constitucional, en el artículo 57, numeral 7, del Capítulo Cuarto, en lo

referente a los: Derechos de las Comunidades, pueblos y nacionalidades. El

mismo que textualmente dice, Art. 57.- Se reconoce y garantizará a las

comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, de

conformidad con la Constitución y con los pactos, convenios, declaraciones y

demás instrumentos internacionales de derechos humanos, los siguientes

derechos colectivos: Numeral 7.- La consulta previa, libre e informada,

dentro de un plazo razonable, sobre planes y programas de prospección,

explotación y comercialización de recursos no renovables que se encuentran

en sus tierras y que puedan afectarles ambiental o culturalmente; participar

en los beneficios que esos proyectos reporten y recibir indemnizaciones por

los perjuicios sociales, culturales y ambientales que les causen. La consulta

que deban realizar las autoridades competentes será obligatoria y oportuna.

Si no se obtuviere el consentimiento de la comunidad consultada, se

procederá conforme a la Constitución y la ley. De igual manera el Artículo

398 de nuestra Carta Magna, señala: Toda decisión o autorización estatal

que pueda afectar al ambiente deberá ser consultada a la comunidad, a la

cual se informará amplia y oportunamente. El sujeto consultante será el

Estado. La ley regulará la consulta previa, la participación ciudadana, los

8

plazos, el sujeto consultado y los criterios de valoración y de objeción sobre

la actividad sometida a consulta.

El Estado valorará la opinión de la comunidad según los criterios

establecidos en la ley y los instrumentos internacionales de derechos

humanos.

Si del referido proceso de consulta resulta una oposición mayoritaria de la

comunidad respectiva, la decisión de ejecutar o no el proyecto será

adoptada por resolución debidamente motivada de la instancia administrativa

superior correspondiente de acuerdo con la ley.

Si bien es cierto que se encuentra enmarcada la consulta dentro de las

Cartas Políticas, en los países de la región, resulta grave la ausencia de una

legislación clara y garantista de la consulta previa. Ausencia y vacío que

pueden ser una ventana rota, por donde la actividad depredadora extractiva

de empresas nacionales y transnacionales, entren a los territorios de las

comunidades y terminen dejando como herencia, el camino del exterminio y

la destrucción, quedando únicamente como recuerdos que recogerán los

registros de la historia.

Es muy preocupante que en la mayoría de países de la región de

América Latina, exista una fuerte presencia de industrias extractivas

trasnacionales poderosas, que han sublevado a los gobiernos a favor de sus

intereses económicos empresariales, yéndose en contra de la naturaleza y

de lo que es más atentando la propia existencia de los pueblos y

comunidades ancestrales. Por ello, el derecho a la consulta previa, no sólo

está aún en construcción, sino en disputa, lo que hace de su aplicación algo

paradójico e inestable, por cuanto, por un lado el Estado cae en la tentación

de los ingresos económicos generados por las transnacionales extractivistas,

y por otro lado se afecta el derecho a la propia existencia de las

comunidades tradicionales, herederas directas de nuestros aborígenes.

En algunos países de la región, como Chile y Colombia, se ha vuelto

imperativo, implantar políticas que no tengan intereses en desarrollar y

aplicar sus obligaciones internacionales frente a los derechos de los pueblos

9

y a la consulta previa, sino, que se han dedicado a impedir el desarrollo de

este derecho con medidas administrativas contrarias al Convenio 169 de la

OIT, y demás instrumentos internacionales; y han omitido deliberadamente

su deber de reglamentar en debida forma la aplicación y los procedimientos

para llevar a un buen término las consultas a las comunidades.

En lo que respecta a nuestro país, el economista, Rafael Correa,

Presidente de la República dentro de su enlace ciudadano 269, realizado

desde el cantón, Cascales, en la provincia de Sucumbíos manifestó: “La

consulta previa no es consulta popular”, explicó, “es buscar consensos, es

socializar”.

“Las ONGS buscan que la consulta previa sea consulta popular y que sea

vinculante, eso significa que para dar cualquier paso vamos a tener que

pedir permiso a la comunidad, eso es gravísimo, eso no dicen los tratados

internacionales, no es velar por los intereses de las minorías, sino de las

mayorías, sería imposible gobernar así…”.

Para hacer respetar los principales derechos de los pueblos ancestrales,

reconocidos por interpretación extensiva de los derechos humanos, en

muchos casos, han tenido que valerse de la interposición de acciones

judiciales, como el derecho de amparo, acción de protección, la acción de

tutela, para que su derecho a la consulta previa sea respetado, sea elevado

a derecho fundamental de las comunidades, por lo que se ha convertido en

la principal herramienta de supervivencia cultural y física de las

comunidades, ante la arremetida de intereses económicos de las empresas

extractivistas transnacionales que únicamente miran las ganancias como

sinónimo de progreso y desarrollo, en contraposición al separamiento de las

comunidades indígenas de sus propias tierras milenarias, señalado su

partida hacia la agonía de su existencia.

10

1.2. PROBLEMA CIENTÍFICO

El Art. 87 de la Ley de Minería, atenta al Principio Constitucional de

Progresividad del contenido de los derechos, al dejar sin efecto el derecho

de la voluntad mayoritaria de las comunidades, en la Consulta Previa, el

mismo que se encuentra establecido en el Art. 57 numeral 7 y Art. 11

numeral 8 de la Constitución vigente, en concordancia con los Arts. 6 y 7 del

Convenio Internacional 169 del que el Ecuador es parte.

1.3. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA:

. Objeto de investigación: Derecho Constitucional

. Campo de acción: Principio de Progresividad

. Lugar y Tiempo: Provincia de Tungurahua 2013

. Línea de investigación: Consulta Previa y Derechos Fundamentales

1.4. LÍNEA DE INVESTIGACIÓN

Protección de Derechos y Garantías Constitucionales.

1.5. OBJETIVO GENERAL

Elaborar un Proyecto de Ley Reformatoria a la Ley de Minería, adaptando

sus normas a las disposiciones constitucionales para garantizar el derecho

de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas a participar

activamente en los procesos de consulta previa.

11

1.6. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

- Fundamentar jurídica y constitucionalmente el Art. 87 de la Ley de Minería

y el Principio de Progresividad.

- Determinar como el artículo 87 de la Ley de Minería, atenta al principio de

Progresividad de los derechos.

- Solucionar los elementos de crisis con el anteproyecto de ley.

- Validar la propuesta por la vía de expertos.

1.7. IDEA A DEFENDER

Mediante el proyecto de reforma del Art. 87 de la Ley de Minería se

garantizará el derecho de las comunidades, pueblos y nacionalidades

indígenas a participar activamente en los procesos de consulta previa.

1.8. VARIABLES DE LA INVESTIGACIÓN

VARIABLE INDEPENDIENTE.

El Art. 87 de la Ley de Minería deja sin efecto el derecho de la voluntad

mayoritaria de las comunidades, realizada en la consulta previa.

VARIABLE DEPENDIENTE

Atenta al principio de Progresividad de los derechos.

12

1.9. MÉTODOS, TÉCNICAS Y HERRAMIENTAS DE LA INVESTIGACIÓN

MÉTODOS

Método Científico.

Permite contrastar la parte teórica y la práctica del derecho constitucional

ecuatoriano sobre el artículo 87 de la Ley de Minería.

Método Analítico.

Se analizará el derecho a la consulta previa, consagrado en la Constitución

del Ecuador y vulnerado en el artículo 87 de la Ley de Minería.

Hermenéutica Jurídica.

Permite un análisis objetivo de la bibliografía empleada dentro del proceso

investigativo.

Técnicas.

Por tratarse de una investigación documental, la investigación recurrirá a los

textos constitucionales y doctrinales, relacionados con al derecho a la

consulta previa, para lo cual se utilizará la técnica de gabinete.

Herramientas.

Fichas Bibliográficas.

Sirve para la descripción de los textos que se han utilizado en la

investigación.

Fichas Mnemotécnicas.

Permiten registrar las citas textuales de los documentos investigados dentro

del proceso investigativo.

13

1.10. APORTACIÓN TEÓRICA, SIGNIFICACIÓN PRÁCTICA Y NOVEDAD

CIENTÍFICA.

Aportación Teórica.

A través del conocimiento de las normas constitucionales, se conocerá la

inconstitucionalidad del artículo 87 de la Ley de Minería del Ecuador.

Significación Práctica.

La importancia, radica en demostrar que el artículo 87 de la Ley de Minería

del Ecuador es Inconstitucional y violenta las normas de los Convenios

Internacionales.

Novedad Científica.

En el Art. 87 de la Ley de Minería no respeta uno de los principios

universales de la ley: El principio de la jerarquía, por cuanto las normas

supremas están siendo subordinadas por las normas legales secundarias,

como sucede con la inconstitucionalidad del artículo 87 de la Ley de Minería

del Ecuador.

1.11. JUSTIFICACIÓN DEL TEMA

Son varias las figuras jurídicas que han recobrado fuerza a partir de la

Constitución del 2008, ya que a través de ella se busca hacer efectiva la

aplicación de derechos fundamentales, como, el vivir en un ambiente sano,

la participación ciudadana. En este nuevo contexto, se crea, el derecho a la

consulta previa, libre e informada a las comunidades y pueblos indígenas

afectados por la explotación de los recursos no renovables dentro de sus

territorios.

14

Con esta investigación se busca evidenciar el contenido y alcance de

este derecho, desde un enfoque de derechos humanos, asumiendo a la

consulta como derecho colectivo, y como un derecho de participación de las

comunidades, comunas, pueblos y nacionalidades, en las decisiones

administrativas y judiciales que puedan afectar a sus derechos humanos o

territorios.

Estoy realizando, la presente investigación, porque se ve la necesidad de

analizar el alcance de la consulta previa, libre e informada, como una

herramienta de las comunidades y pueblos, ante normas y políticas públicas

que afectan a los pueblos y comunidades del Ecuador. Pero también

buscamos analizar las implicaciones legales del proceso de consulta, su

alcance y objetivos, de cara a entenderla como un derecho colectivo y de

participación de las comunidades, pueblos, comunas y nacionalidades en las

decisiones de los Estados, particularmente del ecuatoriano.

Una de las grandes limitaciones en el ejercicio de este derecho es la

inexistencia de normativa nacional que regule el proceso de consulta, lo cual

además ha generado un debate interno y varios conflictos socio -

ambientales, por la imposibilidad de ejercer este derecho por parte de las

comunidades afectadas.

Ante estos planteamientos, se hace necesario hacer un análisis sobre la

aplicación del derecho a la consulta previa en el Ecuador, más aún cuando,

a nivel gubernamental se plantea el inicio de actividades económicas

definidas como estratégicas y de interés nacional, que van afectar los

territorios de comunidades y pueblos.

15

CAPÍTULO I

MARCO TEÓRICO

EPÍGRAFE I

1.1 LA CONSULTA PREVIA.

1.2 GENERALIDADES.-

El derecho a la consulta previa, libre e informada, está reconocido en varios

instrumentos internacionales y se enmarca dentro de los derechos

colectivos, son vinculantes con los estados suscriptores, encontrándose

inclusive, incorporado en su ordenamiento interno en algunos casos, de cara

a garantizar su plena vigencia y ejercicio.

La consulta previa como un derecho colectivo de los pueblos indígenas

al estar reconocida por las instituciones jurídicas internacionales, precautela

los excesivos abusos del poder, que tiene el Estado ante las comunidades,

por ello, la Corte Interamericana de Derechos Humanos señala:

“La consulta previa es un principio general del derecho internacional.”3

El 27 de junio del 2012, cuando la Corte Interamericana de Derechos

Humanos, dictó sentencia sobre la consulta previa, en el caso del pueblo de

Sarayacu del Ecuador, señaló:

“las consultas deben realizar de buena fe, a través de procedimientos

culturalmente adecuados y deben tener como fin llegar a un acuerdo… la

3 CIDH, Sentencia del caso Sarayacu-Ecuador, 2012, pág. 13

16

consulta no debe agotarse en un mero trámite formal, sino que debe

concebirse como un verdadero instrumento de participación” 4

El reconocimiento pleno a los pueblos indígenas, sus derechos, en el

marco normativo internacional, ha surgido como una necesidad de indicar al

mundo la manera sistemática de su exclusión en la historia de la humanidad.

Los reclamos y demandas de estos movimientos sociales a través de la

historia, por lograr un reconocimiento de la identidad de la autodeterminación

de los pueblos y nacionalidades, lo que ha permitido es discutir a nivel

internacional nuevos cambios políticos y sociales, creando normas jurídicas

vinculantes o no para los Estados.

En conferencias internacionales de organizaciones no

gubernamentales, sobre la discriminación de los pueblos indígenas, se

discutieron temas inmersos con la discriminación, racismo, y exterminio

contra los pueblos indígenas.

Partiendo de estos hechos y en consonancia con los postulados

contenidos, en varios instrumentos internacionales, como la Declaración

Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos

Civiles y Políticos y otros relacionados con la prevención del discrimen a los

pueblos indígenas y marginados por los Estados nacionales, se reclama el

derecho colectivo de la consulta previa sobre la explotación de sus recursos

no renovables de sus tierras.

Dentro de este contexto del cambio, evolución y progresividad del

derecho colectivo, que asimilan las necesidades y las voces de los pueblos

olvidados, se inscribe el derecho fundamental de la consulta previa, para que

sean los pueblos indígenas quienes decidan sobre el destino que deberán

tomar los recursos naturales no renovables de un Estado.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, limita el poder del

Estado como la máxima institución del poder público para que sus

4 MELO, Mario, Consulta Previa en el Ecuador: Una mirada de los

organismos internacionales de derechos humanos, pág. 1.

17

decisiones no afecten los derechos individuales y colectivos del conjunto de

la sociedad, donde están inmersas las comunidades.

“Artículo 7.- Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a

igual protección de la ley…”5

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, también busca

garantizar los derechos colectivos de las comunidades frente a los abusos

del poder del Estado, cuando señala:

“Artículo 1

1.- Todos los pueblos tienen derecho de libre determinación. En virtud de

este derecho establecen libremente su condición política y preveen

asimismo a su desarrollo económico, social y cultural” 6

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,

prescribe también que los pueblos tienen derecho a su libre determinación y

que pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales.

“Artículo 1.

1.- Todos los pueblos tienen derecho de libre determinación…

2.- Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente

de sus riquezas y recursos naturales…”7

Los instrumentos internacionales, como el Convenio 169 de la OIT, y

la Declaración de las Naciones Unidas, sobre los derechos de los pueblos

indígenas, señalan la vía para el ejercicio del derecho a la consulta previa.

5 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, art. 7, pág. 3. 6 PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS, art. 1, pág.

1 7 PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS SOCIALES Y CULTURALES,

art. 1, numerales 1 y 2, pág. 1.

18

De estos dos instrumentos internacionales citados, dentro de su contenido

normativo se desprenden que el derecho a la consulta previa, constituye en

la actualidad una obligación elemental de todos los Estados, con relación a

los pueblos interesados.

Para llegar a ejecutar la consulta previa, se debe realizar mediante

procedimientos jurídicos apropiados que estén dentro de la normativa legal y

constitucional y tengan interrelación directa a los instrumentos

internacionales, en estricto cumplimiento de la aplicabilidad directa del

principio de progresividad de los derechos.

Todo Estado, debe consultar, antes de optar por una medida, sea

esta administrativa, o legislativa que pueda afectar los derechos a las

comunidades o pueblos, lo que implica: La explotación de los recursos no

renovables donde habiten comunidades y pueblos indígenas, que mantienen

una estrecha relación directa con la naturaleza para su supervivencia;

cuando se trate de utilizar sus territorios para la exploración y extracción de

los recursos naturales no renovables; la utilización de los territorios de los

pueblos indígenas para la realización de algunas actividades o practicas

militares, y toda separación de los pueblos indígenas de su territorio

originario. Al respecto el jurisconsulto, Cristián Sanhueza, en su obra, La

Consulta Previa en Chile: Del Dicho al Hecho, señala:

“La consulta previa opera como bisagra entre el espacio indígena y el

estatal. En otras palabras la consulta sirve de puente entre los diversos

intereses que implica las decisiones de pueblos distintos bajo un mismo

marco jurídico. En la práctica, este derecho se traduce en un espacio que se

presenta como deber, en el caso del Estado, y como derecho en el caso de

los indígenas.”8

8 SANHUEZA, Cubillos, Cristián. La Consulta previa en Chile: Del

Dicho al Hecho, Chile, pág. 227.

19

Los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades indígenas en

relación a la consulta previa, han ido evolucionando paulatinamente dentro

de las normas constitucionales de los Estados y en los instrumentos

internacionales como la OIT, la Declaración de la Naciones Unidas, a tal

punto que en la actualidad se manifiesta de manera expresa, como lo señala

los Arts. 7 y 8 de la OIT:

“1. Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias

prioridades en lo que atañe el proceso de desarrollo, en la medida en que

éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las

tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida

de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además,

dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación

de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de

afectarles directamente.

2. El mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo y del nivel de

salud y educación de los pueblos interesados, con su participación y

cooperación, deberá ser prioritario en los planes de desarrollo económico

global de las regiones donde habitan. Los proyectos especiales de desarrollo

para estas regiones deberán también elaborarse de modo que promuevan

dicho mejoramiento.

3. Los gobiernos deberán velar por que, siempre que haya lugar, se efectúen

estudios, en cooperación con los pueblos interesados, a fin de evaluar la

incidencia social, espiritual y cultural y sobre el medio ambiente que las

actividades de desarrollo previstas pueden tener sobre esos pueblos. Los

resultados de estos estudios deberán ser considerados como criterios

fundamentales para la ejecución de las actividades mencionadas.

4. Los gobiernos deberán tomar medidas, en cooperación con los pueblos

interesados, para proteger y preservar el medio ambiente de los territorios

que habitan.

20

Artículo 8

1. Al aplicar la legislación nacional a los pueblos interesados deberán

tomarse debidamente en consideración sus costumbres o su derecho

consuetudinario.

2. Dichos pueblos deberán tener el derecho de conservar sus costumbres e

instituciones propias, siempre que éstas no sean incompatibles con los

derechos fundamentales definidos por el sistema jurídico nacional ni con los

derechos humanos internacionalmente reconocidos. Siempre que sea

necesario, deberán establecerse procedimientos para solucionar los

conflictos que puedan surgir en la aplicación de este principio.

3. La aplicación de los párrafos 1 y 2 de este artículo no deberá impedir a los

miembros de dichos pueblos ejercer los derechos reconocidos a todos los

ciudadanos del país y asumir las obligaciones correspondientes.”

Frente a la vulneración de los derechos colectivos de los pueblos y

nacionalidades indígenas en relación a la explotación de los recursos no

renovables por parte de los Estados, que viven solo de la economía

extractivista, organismos internacionales pro defensa de los derechos

humanos, como es la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha

señalado que todos los Estados, tienen la obligación de permitir la

participación adecuada de las comunidades y pueblos aborígenes, para que

sus opiniones sean valederas dentro de la toma de decisiones sobre la

explotación de los recursos no renovables que se encontraren dentro de sus

territorios, convirtiéndose la consulta previa en un derecho colectivo de

consulta obligatoria para los principales actores.

Tanto el Convenio 169 de la OIT como la Declaración de las Naciones

Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, son instrumentos que a

excepción de los artículos 10 y 29 no configuran al consentimiento como un

derecho que puede ser exigido en el proceso de consulta previa, libre e

informada pues, más bien, se lo entiende como una finalidad de la consulta,

21

que busca consolidar acuerdos mutuamente aceptables y no impuestos

unilateralmente.

Sin duda alguna, uno de los temas más polémicos que permite

cuestionar si el consentimiento previo, libre e informado de las

comunidades, comunas, pueblos y nacionalidades indígenas sobre temas y

situaciones a ser consultadas es vinculante al proceso de consulta previa, es

que los Estados como tal, están obligados a realizar, es una declaración de

buena voluntad estatal de tratar de conseguir acuerdos para evitar que

surjan conflictos socio ambientales en el futuro.

A la luz de lo dispuesto en estos dos instrumentos internacionales, surge

dos interrogantes, ¿En qué casos puede el Estado tomar la decisión final sin

que medie el consentimiento expreso?, y ¿Las comunidades y pueblos

pueden objetar decisiones estatales que afecten sus derechos o territorios, si

no han consentido la ejecución de las medidas adoptadas con anterioridad?

Como se ha señalado, la participación ciudadana y la consulta previa,

están interrelacionadas. La consulta previa es una forma de participación

ciudadana y por tanto, constituye un derecho que puede ser ejercido por

cualquier ciudadano, y su instrumentalización constituye el mecanismo

garante de la exigibilidad de los derechos en los procesos o proyectos

impulsados por instituciones del Estado o empresas concesionarias que

puedan restringir ciertos derechos.

22

1.2.- LA CONSULTA PREVIA COMO DERECHO FUNDAMENTAL.

El establecimiento de los derechos en las normas nacionales e

internacionales, a lo largo de la historia de la humanidad, tienen como

antecedente un sinnúmero de hechos violatorios a los derechos humanos, el

derecho a la consulta no es la excepción, por ello se incluyeron primero en

normas internacionales y luego en las diferentes legislaciones nacionales. Lo

curioso de muchos derechos, es que a pesar de tener el rango constitucional

como el derecho a la consulta previa, siguen siendo sistemáticamente

violados hasta la actualidad.

La consulta, que como bien sabemos tiene su antecedente en la

participación, la que se consagra como un derecho en el ámbito

internacional en instrumentos tales como, La Declaración Universal de los

Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes

del Hombre, la Convención Americana de los Derechos Humanos.

La construcción conceptual de los Estados–Nación modernos, ha

permitido el fortalecimiento de un sentido de pertenencia de la sociedad en

su conjunto a un espacio geopolítico definido con una identidad

particularizada, restándole importancia a las sociedades con identidades

diferentes. En este contexto, a lo largo de la historia se establecieron

normas con principios excluyentes que no reconocieron derechos a los

pueblos diferentes, definiéndoles equivocadamente como minorías.

Estos hechos dieron lugar a las luchas sociales en Latinoamérica,

especialmente de los movimientos indígenas por la reivindicación de sus

derechos y su autodefinición como pueblos y nacionalidades, que se

empiezan a materializar a partir de la década de los noventa, con la inclusión

en los ordenamientos jurídicos nacionales de los derechos colectivos. Uno

de estos derechos fundamentales es el de consulta previa, libre e informada,

que es un soporte conceptual para el ejercicio de los demás derechos

colectivos, cuyo reconocimiento, contenido y alcance se establece en varios

23

instrumentos internacionales de derechos humanos, en especial en el

Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo OIT, 1999 y la

Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos

Indígenas (Naciones Unidas, 2006).

El Estado Colonial y el Estado Republicano del Ecuador a lo largo de su

historia, a los pueblos indígenas mantuvieron marginados de su estructura

social y política, a tal punto que les llegó a considerar con el duro término de

“naturales” y se designó a los curas católicos para que se conviertan en sus

cuidadores y protectores, mientras gran parte del aparataje productivo

dependía de su fuerza de trabajo sujeta a la explotación del terrateniente.

“El levantamiento indígena ecuatoriano” fue el inicio del movimiento

indígena latinoamericano de los noventa. Con dicho levantamiento se llamó

la atención al mundo entero con la aparición de un nuevo sujeto de

derecho…

No es de vieja data el que hayan empezado a reconocer a nivel del

hemisferio, los pueblos indígenas como tales y sus derechos, claro ejemplo

de esto es el Estado ecuatoriano, el cual con su Constitución Política, desde

1996, al declararse como Estado multiétnico y pluricultural, reconociendo en

1998 la existencia de los pueblos indígenas, logró un significativo avance

hacia una estructura jurídica que permitiese el reconocimiento de que los

pueblos y/ o nacionalidades indígenas, fueran sujetos de derechos

colectivos” 9

La consulta previa es un derecho fundamental, que se convierte en un

trámite obligatorio que debe ejecutarse de acuerdo con los usos y

costumbres de cada etnia, cada vez que se pretendan tomar decisiones que

afecten a las comunidades, pueblos aborígenes y más, las cuales pueden

9 VARIOS, Autores, Desarrollo Económico v.s Madre Tierra, Pontificia

Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Jurídicas, Carrera de

Derecho, Bogotá-Colombia, 2005, pág. 13

24

ser: a) Medidas administrativas como la expedición de una licencia ambiental

para la explotación de recursos naturales, y b) Medidas legislativas como la

expedición de normas que involucren o afecten los derechos de estos

pueblos. Vladimir Pinto López, señala al respecto:

“Para que la consulta sea efectiva y cumpla con su finalidad, es necesario

que se lleve a cabo con las comunidades afectadas, las personas que

representen legítimamente y las organizaciones que ellas mismas designen

para tal efecto. El Convenio 169-OIT señala que se debe “consultar a los

pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a

través de sus instituciones representativas.” 10

La consulta previa es un derecho fundamental que tienen los pueblos

indígenas y los demás grupos étnicos, de poder decidir sobre medidas

legislativas y administrativas o cuando se vayan a realizar proyectos, obras o

actividades dentro de sus territorios, buscando de esta manera proteger su

integridad cultural, social, económica, y así garantizar el derecho a la

participación.

La consulta previa se fundamenta en el derecho que tienen los pueblos

de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo,

en la medida en que éste afecte, a sus vidas, creencias, instituciones,

bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera.

El desarrollo sostenible es un proceso donde se asegura la satisfacción

de las necesidades humanas presentes, sin que se ponga en peligro la

capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias

necesidades, todo ello en un contexto democrático en el cual es preciso

consultar a las poblaciones, especialmente a los pueblos indígenas y nativos

sobre la conveniencia e impacto del aprovechamiento de los recursos

naturales.

10 PINTO López, Vladimir, Implementación del derecho a la consulta

previa a los pueblos indígenas en la región andina, avances y

desafíos, 2013, pág.9.

25

Hay que tener en cuenta, que mientras la población en general le

corresponde el derecho a ser informada y a la participación ciudadana, a las

poblaciones indígenas y nativas por haber preexistido al Estado les toca un

derecho irrenunciable, a la consulta previa, debido a lo cual los gobiernos

deben establecer o mantener procedimientos con miras a consultarlos, a fin

de determinar si sus intereses son perjudicados, antes de emprender o

autorizar cualquier programa de prospección o explotación de los recursos

existentes en sus tierras ancestrales, tal como lo establecen las normativas

del derecho internacional y nacional.

Actualmente existen muchas preocupaciones sobre la aplicación de la

consulta previa, sus bondades y sobre el cumplimiento de su objetivo que es

de proteger la integridad social, cultural y económica de los pueblos

aborígenes. Por ello, es importante establecer y discutir sobre el ámbito de

aplicación de la consulta previa, su procedimiento, alcances, etc, con el fin

de aportar herramientas para su aplicación. Este documento, presenta

algunos elementos fundamentales de la Consulta Previa y a través de él, se

pretende esclarecer que su significado, objetivo, aplicación y el marco

jurídico. Quedan muchas cosas para discutir, en especial, que se reflexione

sobre aspectos tan importantes en la aplicación de este instrumento de

participación colectiva, que en muchos casos es considerado como un

simple procedimiento, lo cual genera conflictos y dificultades en su

implementación. Sin embargo, consideramos que, la consulta previa cuando

se realiza de buena fe, escuchan a las comunidades, tiene en cuenta sus

consideraciones en las decisiones, puede ser un mecanismo idóneo para

reconocer y proteger la diversidad étnica y cultural de una nación. En

consecuencia, se constituye esta figura en un elemento para la defensa de

los derechos a la integridad étnica, cultura, territorial, de participación y de

autonomía, que permite avanzar en el reconocimiento real de los derechos

humanos de estos pueblos ancestrales.

26

1.3.- LA CONSULTA PREVIA A LAS COMUNIDADES, PUEBLOS Y

NACIONALIDADES INDÍGENAS.

La resistencia histórica de los pueblos, comunidades y nacionalidades

indígenas al establecimiento de políticas públicas y normas que consolidan

el Estado de exclusión, diseñados en el Estado-Nación, con una fuerte

tradición colonial, ha permitido la emergencia de las luchas sociales que

buscan enterrar el pasado de exclusión y racismo, frente a la diversidad

cultural inminente de la realidad concreta existente en las naciones.

El reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos,

comunidades y nacionalidades indígenas, han permitido un posicionamiento

diferente de estos grupos sociales frente a los conflictos socio-ambientales

que giran alrededor del uso de los recursos, que les permite exigir de los

Estados, el respeto a su autodeterminación y gobernanza de sus territorios.

Este reconocimiento de los derechos de los pueblos, comunidades y más

grupos sociales en el marco normativo internacional, surge como una

necesidad de mostrar la sistemática exclusión de estos pueblos en la historia

de la humanidad. Las demandas de los movimientos sociales por un

reconocimiento de la identidad cultural propia, el desarrollo de la democracia

local de estas organizaciones sociales, la autodeterminación de los pueblos

y nacionalidades y el reconocimiento de los derechos asociados a estas

ideas, especialmente en países en los que existe un gran porcentaje de

grupos sociales. Sin embargo, el Estado como instrumento del poder

interesado en la explotación de los recursos naturales, que genere ingresos

para las arcas fiscales, crea leyes y reglamentos, que van incluso en contra

de los instrumentos internacionales y de la propia constitución del país,

donde los derechos colectivos como la consulta previa, tiene su sustento de

legitimidad en el consentimiento de los pueblos originarios.

“…el presidente de la Asociación Sarayacu, perjudicado por el bloque 23 en

Pastaza, Franco Viteri, dijo que el Reglamento de la Consulta “no contempla

el derecho de los pueblos indígenas a negarse a la explotación petrolera en

27

sus territorios”, en este sentido el Reglamento si deja a los pueblos

indígenas y nacionalidades ser vulnerables a las políticas petroleras de

fragmentarlos y ser utilizados para ingresar fácilmente, quedando una norma

superficialmente prescritos o aplicados sin una consistencia jurídica

establecido en la constitución. ”11

Los Estados Nacionales, tradicionalmente han sustentado su economía

sobre la base de la extracción de los recursos naturales, que por lo general,

están en los territorios que albergan una gran biodiversidad y/o que son

parte del territorio ancestral de pueblos y comunidades indígenas o

campesinas. De allí, el surgimiento de conflictos sociales y ambientales entre

el Estado y estos grupos, por la búsqueda del control de los recursos, por un

lado, y el respeto de los derechos colectivos y las formas tradicionales de

vida por el otro.

Son cada vez más frecuentes los conflictos sociales ocasionados por la

explotación de recursos naturales no renovables en territorios donde se

encuentran ocupados por comunidades, nacionalidades indígenas y por

pueblos no contactados.

Ciertos países en la fase de pleno desarrollo, necesitan de ingresos

económicos sustentables en la explotación recursos naturales no

renovables, para equilibrar su economía, es así, que los ingresos como

producto de las exportaciones de estos recursos naturales, constituyen en

un factor importante en el crecimiento económico y sostén de economía de

estos Estados. En aras de lograr los intereses económicos, los gobernantes

de turno, han entregado en ciertos casos, territorios donde se encuentran

habitados por pueblos indígenas, han concesionado a empresas extractivas

sin tomar en cuenta como estas actividades han afectado en su totalidad el

modo de vida ancestral de dichos pueblos, otros en cambio no han podido

11El Comercio, 10-04-2013

28

superar dichos cambios de hábitos y costumbres, y han sucumbido, ante la

invasión directa de su habitad natural.

Los Estados, arguyen que las inversiones mineras, petroleras,

hidrocarburíferas, traen desarrollo a sus países, pero no siempre ocurre lo

soñado, pues en la mayoría de casos, ese desarrollo no beneficia a las

comunidades ubicadas en los territorios donde se realizan las actividades

extractivas, ni al conjunto de la nación, sino beneficia únicamente a las

empresas transnacionales mineras que comparten levente la riqueza con la

clase política de turno que ostenta el poder político del Estado.

En la mayoría de los casos donde se ha explotado los recursos naturales

no renovables dentro de los territorios de los pueblos ancestrales, lo más

penoso y doloroso es que estos pueblos, terminan destruyéndose,

contaminando su habitad, eliminando su cultura y su interrelación directa de

reciprocidad entre el hombre y la naturaleza. Me pregunto, ¿será que el

interés de un gobierno está por encima del derecho a la existencia de un

colectivo humano de un pueblo ancestral o comunidad? ¿Acaso no es

obligación de los Estados proteger la existencias de todos los individuos que

habitan en estas regiones?

Cuando las actividades extractivas alteran el modo de vida de los pueblos

indígenas ancestrales, se pone en riesgo la existencia de los mismos, de

ahí, se ven obligados a tomar medidas de fuerza para ser escuchados, y sus

derechos sean respetados. Lamentablemente, estas medidas devienen a

veces en enfrentamientos con las fuerzas del orden o con aquellas personas

que están invadiendo su habitad, pueden ser estas compañías madereras,

petroleras, u otras, causando pérdidas a las dos partes, donde el Estado

toma su posición, pensando en los ingresos económicos para las arcas

fiscales, sin respetar en la mayoría de los casos el derecho a la vida que

tienen los pueblos ancestrales de cuyas tierras se extrae los recursos no

renovables, y lo que es más rompiendo la normativa de los tratados

internacionales sobre los derechos humanos, consagrados en la Comisión

29

de Derechos Humanos, Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre

otros organismos que precautelan el derecho a la vida de los pueblos

indígenas frente al abuso y el poder político del Estado.

En este contexto la consulta previa, libre e informada a los pueblos

indígenas, comunidades y pueblos no contactados, se vuelve indispensable,

antes de tomar cualquier decisión que pudiera afectarlos directamente,

además se estaría evitando la proliferación de los enfrentamientos y tantas

pérdidas de vidas valiosas de compatriotas, alterando el orden social de un

país.

Lo fundamental de tomar esta medida de la consulta previa, es reconocer

el derecho que tienen los pueblos y comunidades, a decidir sobre su

autodeterminación de sus territorios y de su propia existencia. Los pueblos

tienen la potestad de decir “no queremos esta actividad que va afectar

nuestro modo de vida, nuestros derechos fundamentales, que va a generar

residuos tóxicos, que va a contaminar el agua, que va a inundar nuestro

territorio”. Estaríamos llegando a la conclusión que ningún pueblo tiene la

obligación de suicidarse por el interés de un gobierno, o llamado “interés

nacional”.

Asimismo, un Estado no tiene la atribución de realizar una actividad que

va en desmedro de los derechos fundamentales de un pueblo.

30

“EPÍGRAFE II

2.- LA CONSULTA PREVIA EN LOS PAÍSES DE LA REGIÓN.

2. 1.- Breve análisis de la consulta previa en la Constitución actual de

Chile.

La República de Chile a lo largo de los últimos 20 años, ha mantenido

una discusión política en el interior del parlamento, para buscar consensos

en relación a la creación de una normativa de la Consulta Previa para

incorporar dentro de su legislación, sin lograr los acuerdos políticos ni

consenso alguno. Sin embargo podemos recalcar que el convenio de la

declaración de los derechos de los pueblos originarios de las naciones

unidas, adoptada en el año 2007, por el Estado chileno, y la ley indígena

19.253, son los antecedentes jurídicos o gérmenes legales en las cuales se

asientan las bases para determinar los derechos fundamentales como es la

consulta previa.

Efectivamente, la consulta previa como derecho colectivo dentro de la

normativa legal del Estado chileno se dio a partir de la vigencia nacional del

convenio internacional 169 OIT, el mismo que fue ratificado por los países

firmantes en el año 2009, donde el Estado chileno tomó en cuenta la

protección de los derechos colectivos de los pueblos indígenas de Chile.

Esta realidad legal de la comunidad chilena, demuestra que la consulta

previa como derecho colectivo no se encuentra prescrita dentro de la

normativa constitucional, sino, que el derecho colectivo de los pueblos

indígenas chilenos se encuentra legalizado en base a los convenios

internacionales de los derechos colectivos y otros cuerpos legales, citados.

En relación a los reconocimientos de la consulta previa, como un derecho

colectivo de los pueblos indígenas de Chile, no ha tenido los avances

esperados, como se ha dado en el resto de países de la región, donde los

mencionados derechos han sido incorporados de manera directa y tácita

dentro de la normativa constitucional, dando la categorización, a la consulta

31

previa, como un derecho fundamental que se encuentre establecida dentro

de la norma superior con su respectiva supremacía jerárquica de la ley.

En el caso chileno, el derecho colectivo de la llamada consulta

previa, solamente, ha sido incorporado en base al marco legal de las leyes

que secundan a la normativa superior del Estado, como son los convenios

internacionales de derechos humanos y la ley indígena No. 19.253. Aquí se

refleja la estructura política y jurídica, que no tiende a reconocer a cabalidad

la realidad de los pueblos indígenas y por ende a desconocer la dimensión

concreta de un Estado plurinacional, sino, más bien a entender que el poder

del Estado, ejercido a través de las leyes deben ser dados por los actores

políticos del poder económico chileno, desconociendo las voces y los

planteamientos jurídicos de los pueblos indígenas araucanos.

La práctica legal del Estado chileno en relación a los derechos

colectivos de los pueblos indígenas, se ha realizado a espaldas de las

comunidades originarias, lo que ha obstaculizado a la creación de espacios

democráticos participativos, donde la decisión de las necesidades de las

nacionalidades indígenas araucanas sean traducidas dentro del marco

jurídico del Estado, y sus derechos fundamentales a más de ser

escuchados, tengan la validez jurídica dentro del contexto político de las

estructuras del poder del Estado chileno.

Los derechos colectivos como la consulta previa de los pueblos indígenas

chilenos, al no ser incorporados dentro de la constitución política, se vienen

a convertirse en derechos humanos vulnerables, por cuanto los convenios

internacionales y las normas legales en las cuales se encuentran

enmarcadas la consulta previa se convierte en cuerpos legales de segunda

instancia. Por cuanto, el derecho a la consulta previa significa un cambio de

modelo en el ejercicio del poder político de los pueblos, haciendo más

directa la participación de estos, dentro de los procesos de decisiones que

afecten sus territorios y restrinjan sus derechos.

32

La realización de una consulta a los pueblos indígenas es el inicio de la

búsqueda de una autodeterminación, donde el derecho de los pueblos

indígenas sea garantizado y el deber del Estado se sustente en proteger,

garantizar y dar el fiel cumplimiento a las decisiones emanadas por los

pueblos ancestrales.

La consulta previa como un derecho colectivo dentro del Estado chileno,

ha sido ejercida de manera limitada desde su vigencia por el Convenio 169

de la OIT, pero aún más su restricción se profundizo con mayor fuerza en el

Gobierno de Michelle Bachelet, como lo señala, Rocío Alorda, en su artículo,

Decreto limita consulta previa:

“La principal restricción a este derecho de los pueblos indígenas está dada

por Decreto Supremo 124, publicado por el gobierno de la ex presidenta

Michelle Bachelet (2006-2010) el mismo día en que entró en vigencia el

Convenio 169, en septiembre del 2009.

El decreto dispone que la consulta es “el procedimiento a través del cual los

pueblos indígenas interesados, a través de los sistemas que este reglamento

diseña, pueden expresar su opinión acerca de la forma, el momento, y la

razón de determinadas medidas legislativas o administrativas susceptibles

de afectarles directamente y que tengan su origen en algunos de los

órganos de la administración del Estado”.12

Marcela Licoleo, presidenta de la agrupación Lakutun de Chile, nos aporta

con otros elementos fundamentales para entender la consulta previa dentro

del Estado chileno:

12 ALORDA, Rocío, Decreto limita consulta previa, informe especial,

consulta previa: Derecho Fundamental de los Pueblos Indígenas.

2011. Pág. 10.

33

“Dicho decreto atenta contra la esencia de la consulta que es la

participación efectiva de los pueblos indígenas en la adopción de las

medidas legislativas y administrativas que les conciernen…haciendo

referencia al artículo 6 del Convenio 169 que establece la consulta a través

de mecanismos apropiados e instituciones representativas no por

procedimientos definidos por el Estado. “La consulta previa que establece el

169 esta suplantada y tergiversada por el Decreto 124”.13

13 ALORDA, Rocío, op-cit, pág, 10.

34

2. 2.- Breve análisis de la consulta previa en la Constitución actual de

Colombia.

La mayoría de los Estados Latinoamericanos que han recurrido a la

política extractivista de sus recursos naturales, han dado carta abierta para

la explotación de los mismos, a pesar de mantenerse sujetos a la legislación

internacional, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del

Trabajo (OIT), sobre los pueblos indígenas.

En 1991, la República de Colombia, ratificó el convenio 169 de la

Organización Internacional del Trabajo (OIT), que introdujo dentro de su

normativa legal el derecho colectivo de los pueblos indígenas de la consulta

previa. Con la introducción de la consulta previa dentro de la normativa legal

del Estado colombiano, se sujetaba a un respeto incondicional de los

derechos colectivos indígenas sobre sus territorios, por cuanto el convenio

mencionado, en los artículos 6, 7, 15 y otros, indican que los gobiernos que

sean parte de convenio deberán consultar a los pueblos interesados sobre el

derecho a decidir por el futuro de sus territorios donde se encuentren

asentados; es decir a tomar decisiones de autodeterminación sobre su

propia sobrevivencia dentro de su habitad. El Estado, debe sujetarse a la

decisión de los pueblos aborígenes en cuyos territorios se encuentren los

recursos no renovables.

“El Convenio 169 de la OIT, por su parte si diferencia entre los derechos

sobre el territorio y los derechos sobre los recursos. Con respecto a los

últimos ordena que los derechos de los pueblos interesados a los recursos

naturales existentes en sus tierras deberán protegerse especialmente. Estos

derechos comprenden el derecho de esos pueblos a participar en la

utilización, administración y conservación de dichos recursos.”14

14 VARIOS, Autores, La Consulta Previa a los Pueblos Indígenas,

Universidad de los Andes, Bogotá-Colombia, 2010, pág.55.

35

El Estado está en la obligación legal de escuchar y de coger las

decisiones de los pueblos indígenas como un mandato, para el cumplimiento

legal y el respeto de los derechos colectivos, como bien lo estipula el artículo

6 del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo en relación

a los pueblos indígenas:

“Art. 6.-

1.-Al aplicar las disposiciones del presente Convenio los gobiernos deberán:

a).-Consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos

apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada

vez que se provean medidas legislativas o administrativas susceptibles de

afectarles directamente;

Establecer los medios a través de los cuales los pueblos interesados puedan

participar libremente, por lo menos en la misma medida que otros sectores

de la población y a todos los niveles en la adopción de decisiones en

instituciones electivas y organismos administrativos y de otra índole

responsables de políticas y programas que le conciernan;

2.- Las consultas llevadas a cabo en la aplicación de este convenio deberán

efectuarse de buena fe y de una manera apropiada a las circunstancias, con

la finalidad de llegar a un acuerdo o lograra el consentimiento acerca de las

medidas propuestas.”15

El artículo 7 del Convenio de la Organización Internacional del Trabajo

(OIT), además, señala que los pueblos colombianos interesados que en

cuyos territorios se encuentren los recursos no renovables, tienen el pleno

derecho de que se respeten a su territorio, su cultura, sus creencias

religiosas, con el fin de garantizar su propia existencia.

15 El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo

(OIT), art. 6.

36

La consulta previa como derecho colectivo de los pueblos indígenas,

busca, que el Estado como una institución política garantice la vida de los

pueblos que mantienen una relación directa con la naturaleza.

“Art. 7. -1.- Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus

propias prioridades en los que atañe al proceso de desarrollo, en la medida

en que este afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual

y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la

medida de lo posible su propio desarrollo económico, social y cultural.

Además dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y

evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional

susceptibles de afectarles directamente.”16

El artículo 15, numeral del 2 del Convenio 169 de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), estipula que en caso, que la propiedad

donde se halle los recursos no renovables, sea del Estado, se deberá

consultar a los pueblos interesados para de esa forma garantizar sus

intereses. Faculta a los pueblos que deben participar en los beneficios

económicos que produzca cualquier actividad de la explotación de los

recursos no renovables. Además, estipula que si causare algún daño,

cualquier actividad de la explotación de los recursos no renovables, los

pueblos interesados deberán ser indemnizados.

“En caso de que pertenezca al Estado la propiedad de los minerales o de los

recursos del subsuelo, o tenga derecho sobre otros recursos existentes en

las tierras, los gobiernos deberán establecer o mantener procedimientos con

miras a consultar a los pueblos interesados, a fin de determinar si los

intereses de esos pueblos serán perjudicados y en qué medida, antes de

16 El Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo

(OIT), Art. 7.

37

emprender o autorizar cualquier programa de prospección y explotación de

los recursos existentes en sus tierras. Los pueblos interesados deberán

participar siempre que sea posible en los beneficios que reporten tales

actividades y recibir una indemnización equitativa por cualquier daño que

puedan sufrir como resultado de esas actividades.”17

La República de Colombia, a pesar que en 1991, ratificó el Convenio

169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en relación a la

consulta previa de los pueblos interesados, su legislación y su cumplimiento

se encuentra distante a que el Estado como una institución del poder político

haga respetar los derechos colectivos de los pueblos indígenas en relación a

su autorización sobre el destino de sus tierras.

El Estado colombiano no ha cumplido con el respeto a una consulta

previa a los pueblos interesados, en cuyas tierras se encuentren los recursos

no renovables, y como el resto de Estados latinoamericanos se han ido por

la explotación desmedida de los recursos, por cuanto ello genera ingresos

para las arcas fiscales, sin importar su cultura, sus costumbres, la propia

existencia de los pueblos que en cuyas propiedades se encuentran los

recursos no renovables.

Colombia, se ha alejado del Convenio de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), en relación a la consulta previa de los

pueblos indígenas, es así que el 13 de julio de 1998, emitió el Decreto 1320,

donde contrapone a todo lo estipulado en el Convenio en lo referente a los

derechos colectivos de la consulta previa, por cuanto rompe con frontalidad

legal, la parte normativa humana que tiene el Convenio para garantizar los

derechos colectivos como es de la consulta previa a los pueblos interesados,

a pesar que el artículo 7 de la Constitución de Colombia, señala que el

Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación

colombiana. Efectivamente, el Decreto Nro. 1320 del 13 de julio de 1998,

17Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),

art. 15, numeral 2.

38

dictado por el gobierno colombiano, que creó la reglamentación para la

consulta previa de las comunidades indígenas y negras para la explotación

de los recursos dentro de su territorio, violentan los derechos colectivos de

los pueblos interesados, a tal punto que el artículo 1 del reglamento, señala

que la consulta previa tiene como finalidad analizar los impactos que se

produzcan dentro de la comunidad donde se vaya a explotar los recursos no

renovables. En ningún momento, señala que la consulta previa es un

derecho colectivo de las comunidades indígenas, capaces de decidir sobre

el futuro de sus territorios ocupados:

“Art. 1.- Objeto.- La consulta previa tiene por objeto analizar el impacto

económico, ambiental, social y cultural que puede ocasionarse a una

comunidad indígena o negra por la explotación de recursos naturales dentro

de su territorio…”18

Susan Abad, en relación al reglamento de la consulta previa de Colombia,

emitido mediante Decreto 1320 de 1998, sostiene que los derechos de los

pueblos indígenas, no pueden ser aplicados:

“Veinte años después de que la consulta previa naciera en Colombia, este

derecho fundamental de los pueblos indígenas carece de una buena

aplicación en el país.”19

María Clara Galvis, consultora sénior de DPlF, en el informe: El derecho a la

consulta previa, libre e informada de los pueblos indígenas-La situación de

18 Decreto Nro. 1320 del 13 de julio de 1998, del Ministerio del

Interior de Colombia, Santafé de Bogotá-Colombia, 1998, pág.1. 19ABAD, Susan, Falta de voluntad política para aplicar la consulta,

Consulta previa: Derecho fundamental de los pueblos indígenas, 2011,

Pág. 8.

39

Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, señala que en la República de Colombia

existen obstáculos para la vigencia de la consulta previa:

“En Colombia, los obstáculos para la vigencia del derecho a la consulta

previa están relacionados, con i) la falta de voluntad política…”20.

En definitiva, a los gobernantes de Colombia, no les interesa el derecho

a la consulta previa de los pueblos indígenas sobre sus territorios en donde

se encuentren los recursos no renovables, sino que le interesa al Estado,

explotar para tener ingresos para el erario nacional y sustento de la

economía de su país.

La consulta previa como un derecho colectivo en Colombia desde su

incorporación a su legislación en 1991, ha quedado en meros enunciados

legales, que han dejado desprotegidos a los pueblos indígenas como actores

principales en la toma de decisiones sobre su propia autodeterminación de

sus territorios. El Estado es quien finalmente toma las decisiones en los

territorios de las comunidades indígenas en cuyos territorios se encuentran

los recursos naturales, los indígenas se convierten en simples inquilinos del

poder político del Estado, frente a la necesidad económica de una nación

que requiere urgentemente ingresos económicos, sin importar en lo mínimo,

la vida de los pueblos y comunidades reclamantes de sus derechos

colectivos.

20GALVIS, María Clara, El derecho a la consulta previa libre e

informada de los pueblos indígenas-La situación de Bolivia,

Colombia, Ecuador y Perú, Página 9.

40

2.3. La consulta previa en la República de Bolivia.

La consulta previa como un derecho colectivo de los pueblos indígenas, para

decidir sobre sus territorios donde se encuentren los recursos naturales, se

ha vuelto una discusión sin salida, debido a que en la mayoría de Estados

latinoamericanos, se encuentran normados dentro de las cartas

fundamentales y las leyes secundarias, sin llegar a su cumplimiento legal de

respetar la decisión de los pueblos reclamantes que claman por seguir

manteniendo una relación armónica con la naturaleza, sus costumbres, su

cultura, y su propia supervivencia humana.

Bolivia, no podía dejar de ser la excepción de encontrarse dentro de

los Estados, donde su normativa legal de la consulta previa como un

derecho colectivo de los pueblos indígenas, se encuentre enmarcada dentro

de las normas constitucionales, y de manera taxativa se respeta el derecho

a las voces de los pueblos indígenas sobre el destino de sus territorios en

cuanto a la extracción de los recursos naturales, como bien lo prescribe el

artículo 30 de la Carta Magna de la República de Bolivia:

“CAPÍTULO CUARTO”

DERECHOS DE LAS NACIONES Y PUEBLOS INDÍGENA ORIGINARIO

CAMPESINOS

Artículo 30.

I. Es nación y pueblo indígena originario campesino toda la colectividad

humana que comparta identidad cultural, idioma, tradición histórica,

instituciones, territorialidad y cosmovisión, cuya existencia es anterior a la

invasión colonial española.

II. En el marco de la unidad del Estado y de acuerdo con esta Constitución

las naciones y pueblos indígena originario campesinos gozan de los

siguientes derechos:

41

1. A existir libremente.

2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades, prácticas y

costumbres, y a su propia cosmovisión.

3. A que la identidad cultural de cada uno de sus miembros, si así lo

desea, se inscriba junto a la ciudadanía boliviana en su cédula de

identidad, pasaporte u otros documentos de identificación con validez

legal.

4. A la libre determinación y territorialidad.

5. A que sus instituciones sean parte de la estructura general del

Estado.

6. A la titulación colectiva de tierras y territorios.

7. A la protección de sus lugares sagrados.

8. A crear y administrar sistemas, medios y redes de comunicación

propios.

9. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina

tradicional, sus idiomas, sus rituales y sus símbolos y vestimentas

sean valorados, respetados y promocionados.

10. A vivir en un medio ambiente sano, con manejo y aprovechamiento

adecuado de los ecosistemas.

11. A la propiedad intelectual colectiva de sus saberes, ciencias y

conocimientos, así como a su valoración, uso, promoción y desarrollo.

12. A una educación intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el

sistema educativo.

13. 13. Al sistema de salud universal y gratuito que respete su

cosmovisión y prácticas tradicionales.

14. Al ejercicio de sus sistemas políticos, jurídicos y económicos acorde a

su cosmovisión.

15. A ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en

particular a través de sus instituciones, cada vez que se prevean

medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles. En

este marco, se respetará y garantizará el derecho a la consulta previa

obligatoria, realizada por el Estado, de buena fe y concertada,

42

respecto a la explotación de los recursos naturales no renovables en

el territorio que habitan.

16. A la participación en los beneficios de la explotación de los recursos

naturales en sus territorios.

17. A la gestión territorial indígena autónoma, y al uso y aprovechamiento

exclusivo de los recursos naturales renovables existentes en su

territorio sin perjuicio de los derechos legítimamente adquiridos por

terceros.

18. A la participación en los órganos e instituciones del Estado.

II. El Estado garantiza, respeta y protege los derechos de las naciones y

pueblos indígena originario campesinos consagrados en esta Constitución y

la ley.” 21

El artículo 30, numeral 15 de la Constitución Política de la República de

Bolivia, de forma precisa, prescribe que los pueblos indígenas deberán ser

consultados para la explotación de los recursos no renovables que se

encontraren dentro de su jurisdicción territorial. Es decir que según la norma

constitucional del Estado boliviano, los pueblos indígenas tienen que

autorizar al Estado para que se explore y explote los recursos naturales que

se hallaren dentro de sus tierras en las cuales se encuentran asentadas. La

decisión, tienen las comunidades indígenas, y el Estado como una institución

del poder político debe acatar las resoluciones de los pueblos indígenas en

lo relacionado con la explotación de los recursos no renovables. Es muy

taxativo el artículo, porque señala que la consulta previa como un derecho

colectivo de los pueblos indígenas debe ser garantizado a plenitud y su

cumplimiento como un derecho. Además, la norma dice que es obligación

del Estado, realizar la consulta previa a los pueblos indígenas en cuyos

territorios se encuentren los recursos naturales para su autorización de la

exploración y explotación de los mismos.

21 Constitución de Bolivia, 2009, art. 30.

43

El Estado debe realizar la consulta previa para conocer cuál será el

destino de los recursos naturales que se encuentren dentro de la

territorialidad de los pueblos indígenas bolivianos.

El artículo 352 de la Carta Política de Bolivia, dice, que para la

explotación de los recursos naturales dentro del territorio de las

comunidades indígenas, deberán ser consultados de acuerdo a sus normas

y propios procedimientos:

“Art.352.

La explotación de recursos naturales en determinado territorio estará sujeta

a un proceso de consulta a la población afectada, convocada por el Estado,

que será libre, previa e informada. Se garantiza la participación ciudadana

en el proceso de gestión ambiental y se promoverá la conservación de los

ecosistemas, de acuerdo con la Constitución y la ley. En las naciones y

pueblos indígena originario campesinos, la consulta tendrá lugar respetando

sus normas y procedimientos propios.”22

El artículo 403 de la norma suprema del Estado boliviano, tiene plena

concordancia con los artículos constitucionales, 30 y 352, por cuanto señala

que para la explotación de los recursos no renovables que se encontraren

dentro de los territorios de dichos pueblos, se deberá realizar la consulta

previa en base a la determinación de sus normas propias, y además, dice

administrados por sus estructuras de representación, respetando su cultura,

su cosmovisión y su relación armónica con la naturaleza.

“Art.403.

I. Se reconoce la integralidad del territorio indígena originario campesino,

que incluye el derecho a la tierra, al uso y aprovechamiento exclusivo de los

recursos naturales renovables en las condiciones determinadas por la ley; a

la consulta previa e informada y a la participación en los beneficios por la

22 CONSTITUCIÓN DE BOLIVIA, 2009, art. 352.

44

explotación de los recursos naturales no renovables que se encuentran en

sus territorios; la facultad de aplicar sus normas propias, administrados por

sus estructuras de representación y la definición de su desarrollo de acuerdo

a sus criterios culturales y principios de convivencia armónica con la

naturaleza. Los territorios indígena originario campesinos podrán estar

compuestos por comunidades.

II. El territorio indígena originario campesino comprende áreas de

producción, áreas de aprovechamiento y conservación de los recursos

naturales y espacios de reproducción social, espiritual y cultural. La ley

establecerá el procedimiento para el reconocimiento de estos derechos.”23

Bolivia, fue uno de los primeros países del mundo en adoptar a su

legislación, la consulta previa a los pueblos indígenas para poder explotar

los recursos naturales de sus territorios, por cuanto en el 11 de diciembre de

1991, ratificó el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT);

y 2007, se acogió a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los

Derechos de los Pueblos Indígenas.

La consulta previa como derecho colectivo de los pueblos indígenas

y campesinos de Bolivia, que se sustenta en la autorización de los pueblos

reclamantes para la extracción de los recursos naturales que se hallen en

sus tierras, se encuentra dentro de la legislación boliviana, porque suscribió

la ratificación del convenio de la Organización Internacional del Trabajo

(OIT), del 11 de diciembre de 1991; el año 2007, adoptó a su legislación la

Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos

Indígenas; en el 2009, con la vigencia de su Constitución, en los artículos 30,

352, 403 y otros, incorporó a la consulta previa como derecho colectivo de

los pueblos indígenas como norma constitucional.

La normativa legal de la consulta previa de los pueblos indígenas de

Bolivia para autorizar la explotación de los recursos naturales, está bien

23 CONSTITUCIÓN DE BOLIVIA, 2009, art. 403.

45

definida dentro de su legislación superior y secundaria de los espacios del

poder político de Bolivia, sin embargo, en la práctica real, los pueblos

indígenas de Bolivia no son consultados para la extracción de los recursos

naturales de sus territorios, a ello se debe el descontento de la

Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) y el Consejo de

Ayllus y Markas del Qullausuyu (CONAMQ), quienes han manifestado que la

consulta previa solo ha quedado en las normas legales, y que en la práctica

la explotación de los recursos naturales en las tierras de los pueblos

indígenas se lo realiza sin haber consultado a las comunidades. Ricardo,

Herrera en su artículo, Dilemas y conflictos de la consulta previa, dice:

“La explotación de cobre en la planta de Corocoro, que se encuentra en la

comunidad de Jacha Suyo Pakajaqui, en la provincia de Pacajes del

departamento de la Paz, es uno de los casos que más preocupan a la

CONAMQ. El proyecto hidrometalúrgico, a cargo de la estatal Corporación

Minera de Bolivia (COMIBOL) y de la empresa coreana Kores, prevé una

inversión de US$ 200 millones, se inició sin licencia ambiental, desvió el

curso de un río y tiene registro de contaminación…

Los conflictos socio ambientales en Bolivia han aumentado en los últimos

años, y los indígenas y campesinos del Chaco, que abarca parte de los

departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz, son los que más

tensiones han vivido, porque la región concentra la mayor parte de la

actividad hidrocarburifera del país…Pareciera que la consulta previa en

Bolivia se encuentra en un callejón sin salida…”24

24 HERRERA, Ricardo, Dilemas y conflictos de la consulta previa,

Consulta previa: Derecho Fundamental de los pueblos indígenas, 2011,

págs. 21,22.

46

2.4. La consulta previa en la República del Perú.

El derecho colectivo de la consulta previa a los pueblos indígenas del Perú

para que autoricen la extracción de los recursos naturales de sus territorios,

se encuentra vigente desde el 2 de febrero del año de 1994, fecha en la cual

se ratificó el Convenio 169 sobre los Pueblos Indígenas y Tribales de la

Organización Internacional del Trabajo (OIT). Es decir, que la consulta previa

se convirtió en ley del Estado peruano, desde la ratificación del Convenio

Internacional 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La República del Perú con la ratificación del Convenio 169 sobre los Pueblos

Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se

sometió al mandato legal, donde el Estado peruano para realizar cualquier

exploración, explotación de los recursos no renovables que se encontraren

dentro de las jurisdicciones territoriales de los pueblos indígenas y tribales,

deberá pedir la autorización de estos pueblos, por cuanto el artículo 6 del

Convenio 169 sobre los Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), estipula claramente que a los pueblos

interesados que tengan que ver con la explotación de los recursos no

renovables de sus tierras en las cuales se encuentran asentados, se deberá

realizar una consulta previa mediante mecanismos apropiados y respetando

las instituciones representativas de dichos pueblos. El artículo es taxativo, al

mencionar que para la realización de la creación de algún cuerpo legal o de

alguna medida administrativa que tenga que ver a la afectación directa de

los territorios de los pueblos indígenas y tribales del Perú, que de alguna

manera vaya a afectar su cultura, habitar, la relación armónica con la

naturaleza, primeramente deberán consultar con los pueblos que habitan

dichos territorios, es decir, esta norma jurídica da la potestad legal al pueblo

interesado, de convertirse en el eje fundamental y decisorio del destino que

se debe dar a los recursos naturales que encuentren dentro de su espacio

territorial.

El Estado, como una institución del poder político que organiza y

ordena la sociedad, cuando se trate de la extracción de los recursos

naturales de las tierras de los pueblos indígenas y tribales del Perú, está

47

sujeto a la decisión que deben tomar las instancias representativas legales

de las organizaciones de los pueblos.

La norma legal del artículo 6 del Convenio sobre Pueblos Indígenas y

Tribales (OIT), a la cual se ratificó el Estado peruano en 1994, también

señala que la consulta previa que se realice a los pueblos interesados debe

ser realizado con transparencia por parte del Estado. Plantea que el Estado

busque los acuerdos necesarios con los pueblos y para que exista un

consentimiento real de autorización para la extracción de los recursos no

renovables que se encuentren dentro de los territorios de los pueblos

interesados.

Los pueblos indígenas y tribales del Perú, en cuyas tierras se

encuentren los recursos naturales, con la ratificación del Convenio 169 de la

Organización Internacional del Trabajo (OIT), realizada en 1994, tienen el

derecho de decidir sobre el destino de dichos recursos y lo que es más del

desarrollo de su pueblo. Faculta a los pueblos interesados sobre sus

recursos naturales, de ser los gestores de tomar el rumbo social, cultural y

económico.

Los derechos colectivos en relación a la consulta previa para la extracción

de los recursos no renovables de las propiedades de los pueblos indígenas

del Estado peruano, con la ratificación del Convenio 169 sobre Pueblos

Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),

pasaron a ser parte esencial de la normativa legal del Estado, con la

obligatoriedad que el Estado como tal debe cumplir con el respeto

incondicional a dicha suscripción internacional y al fiel cumplimiento del

derecho colectivo de la consulta previa a los pueblos interesados. La

voluntad de los pueblos interesados se convierte en un mandato sobre el

camino social, cultural y económico que deberán tomar, en relación a sus

recursos naturales que se hallaren en las entrañas de sus tierras.

La República del Perú, al ser uno de los primeros países en

suscribirse el Convenio 169 sobre los Pueblos Indígenas de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), debió ser el eje modal jurídico del respeto

48

concreto a los derechos colectivos de la consulta previa a los pueblos

interesados, pero, la realidad ha sido dolorosa y triste para los pueblos

indígenas peruanos que se encuentran asentados sobre territorios donde

existe recursos naturales, realidad que se expresó en la promulgación

desmedida de los decretos legislativos que permitieron concesiones

excesivas a las actividades de exploración y explotación de los recursos

naturales, lo que llevó a fuertes movilizaciones a los pueblos indígenas y

campesinos durante cuatro largos meses en el año del 2009, y que el cinco

de junio del mismo año, en Bagua, ciudad amazónica peruana, desencadenó

en un enfrentamiento fuerte entre los pueblos indígenas y campesinos con

la fuerza pública del Estado peruano, dejando un lamentable saldo de 33

muertos, entre indígenas, campesinos y miembros de las instituciones que

guardan el orden del Estado. La sangre de los indígenas y campesinos

peruanos, que corrió sobre las calles de Bagua, reclamando justicia sobre

sus tierras, llevó al Congreso en un 19 de mayo del 2010, a aprobar la Ley

del Derecho de Consulta Previa a los Pueblos Indígenas, reconocido en el

Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, contando con el

apoyo, inclusive de todas las organizaciones indígenas de la República del

Perú. El apoyo de las comunidades indígenas peruanas a la Ley del Derecho

a la Consulta Previa de los Pueblos Indígenas, no era para menos, por

cuanto el artículo 2, mencionaba que es un derecho que los pueblos

indígenas de ser consultados respecto a las medidas legislativas y

administrativas que afecten sus derechos colectivos especialmente basado

en el derecho a decidir sobre el futuro de sus tierras, símbolo de su vida.

“Artículo 2.- Del derecho a la consulta.

Es el derecho de los pueblos indígenas u originarios a ser consultados en

forma previa sobre las medidas legislativas o administrativas que afecten

directamente sus derechos colectivos, sea sobre su existencia física,

identidad cultural, calidad de vida o desarrollo. También corresponde

efectuar la consulta respecto a los planes, programas y proyectos de

desarrollo nacional y regional que afecten directamente estos derechos.

49

La consulta a la que hace referencia la presente ley es implementada de

forma obligatoria solo por el Estado.”25

El artículo 3 de la Ley, menciona que el objetivo de la consulta es

alcanzar consenso y consentimiento entre el Estado y los pueblos indígenas

del Perú, respecto de los derechos colectivos de la consulta previa que

deberá ser autorizada por la voluntad de los pueblos en cuyas tierras se

encuentren los recursos naturales

“Artículo 3.- Finalidad de la consulta.

La finalidad de la consulta es alcanzar un acuerdo o consentimiento entre el

Estado y los pueblos indígenas u originarios respecto a las medidas

legislativas o administrativas que les afecte directamente, a través de un

diálogo intercultural que garantice su inclusión en los procesos de toma de

decisión del Estado y la adopción de medidas respetuosas de sus derechos

colectivos.”26

El Estado peruano, con la aprobación por parte del Congreso de la

Ley del Derecho a la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas u Originarios

Reconocidos en el Convenio Nro. 169 de la Organización Internacional del

Trabajo, el 19 de mayo del 2009, se convirtió en el primer Estado

Latinoamericano, en aprobar un marco legal a favor de los derechos

colectivos de la consulta a los pueblos indígenas para que autoricen o no la

explotación de los recursos naturales que se encuentren dentro de sus

25Ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u

originarios reconocidos en el convenio Nro. 169 de la organización

internacional del trabajo, artículo 2.

26 Ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u

originarios reconocidos en el convenio Nro. 169 de la organización

internacional del trabajo, artículo 3.

50

territorios. El cuerpo legal, no garantizaba la política extractivista del

gobierno de Alan García, que al siguiente mes, el 21 de junio del 2009,

realizó 8 observaciones, dejando de lado el espíritu de la ley que

salvaguardaba los intereses colectivos de la consulta previa de los pueblos

indígenas de la República del Perú, y la decisión para la explotación de los

recursos naturales dentro de los territorios de los pueblos aborígenes, volvió

a tener el Estado y la llamada consulta previa como derecho colectivo de los

pueblos indígenas quedaba otra vez en el vacío. El poder político del Estado

se imponía nuevamente ante los derechos de las comunidades indígenas.

La necesidad del dinero para las arcas fiscales del Estado peruano, valió

más que el respecto al mantenimiento de las costumbres, la cultura y de la

vida misma de los pueblos indígenas.

“1.- La Autógrafa de Ley debe consignar de manera expresa que si no se

logra el acuerdo o consentimiento al que hace referencia. Ello no implica que

el Estado renuncie al ejercicio del lus Imperium pues ello supondría la

dispersión del carácter unitario y soberano de la República…

2.-El Estado debe privilegiar el interés de todos los ciudadanos. Pero debe

garantizar que los pueblos más alejados y humildes como las comunidades

nativas participen en los beneficios o “perciban indemnizaciones equitativas

por los daños que puedan sufrir” (Convenio 169 OIT)…

3.- El Convenio 169 de la OIT no prevé la obligación de consulta respecto los

planes, programas y proyectos de desarrollo nacional y regional…

4.- Sobre la identificación de las medidas administrativas y legislativas a ser

consultadas. El procedimiento propuesto por la Autógrafa implica el riesgo

de retrasar o detener el desarrollo del país…

5.- Impugnación de la decisión del Poder Ejecutivo respecto de la

participación de determinados pueblos indígenas. Aquí, la autógrafa

reconoce que en el caso de las medidas legislativas consultables no cabe su

51

impugnación ante el Poder Judicial. Así, coincide en que el Estado no

renuncia al lus Imperium…

6.- Definición de pueblos indígenas. La Autógrafa extiende la definición de

pueblos indígenas y originarios a la comunidad campesina andina y

costeña…

7.- Debe precisarse la definición del artículo 6 según la cual “los pueblos

indígenas u originarios” participan a través de sus instituciones y

organizaciones representativas “elegidas conforme a sus usos y costumbres

tradicionales…

8.- Debe precisarse en el segundo párrafo del artículo 15 de la Autógrafa

que el “acuerdo entre el Estado y los pueblos”, se refiera exactamente al

“acuerdo suscrito en el acta de consulta entre el Estado y los pueblos

indígenas u originarios”, el cual es exigible en sede administrativa y

judicial.”27

Karin Anchedia Jesusi, en su artículo Derecho a decidir su desarrollo,

señala:

“No obstante, un mes después el Ejecutivo hizo ocho observaciones a la ley

e impidió su promulgación. Entre las observaciones del Ejecutivo está

precisar que el Estado tiene la decisión final respecto a la medida legislativa

o administrativa a adoptar, que la consulta solo debería proceder en las

áreas asignadas en propiedad a las comunidades nativas de la Amazonía.

Llega a decir que no considera derivada del Convenio 169 la obligación de

consultar a los pueblos interesados cada vez que se prevean medidas

legislativas o administrativas susceptibles de afectarlos.”28

27 Observaciones del gobierno de Alan García, a Ley del derecho a la

consulta previa a los pueblos indígenas u originarios reconocidos en

el convenio Nro. 169 de la organización internacional del trabajo,

21 de junio del 2010.

28 ANCHENDIA, Jesusi Karin, Derecho a decidir su desarrollo, Consulta

previa: Derecho fundamental de los pueblos indígenas, 2011, Página

19.

52

Debido al incremento de los conflictos socio ambientales, en los

últimos años se empezó a tomar medidas concretas para poder realizar las

acciones de consulta, y es así, que llega a la aprobación de la Ley de

Consulta Previa en el año 2011, con su respectivo reglamento.

En cuanto a los actores principales, los pueblos indígenas han exigido

en los últimos años que se cumplan con las obligaciones que tiene el Estado

respecto de sus derechos, y además, han planteado sus críticas a la Ley de

Consulta y su reglamento por una serie de vacíos.

A pesar de existir en el gobierno peruano una corriente a favor de la

implementación del marco jurídico sobre derechos de los pueblos indígenas,

sin embargo, se trata aún de iniciativas en construcción, y que en muchos

casos, no cuentan con recursos ni con el respaldo político suficiente para

concretarse.

María Clara Galvis, en el documento, El derecho a la consulta previa,

libre e informada de los pueblos indígenas, señala:

“Dentro de los casos ilustrativos de la falta de consulta previa, el informe

menciona la explotación minera en la Cordillera del Cóndor, en la Reserva

Nacional Ichigkat Muja, territorio tradicional de los pueblos Awajún y Wampis

y la explotación ilegal de madera en territorio de los pueblos indígenas en

situación de aislamiento voluntario Mushco Piro, Yora y Amahuaca, en el

Departamento de Madre de Dios, que les pone en riesgo de extinción.”29

29 GALVIS, María Clara, El derecho a la consulta previa, libre e

informada de los pueblos indígenas, página 13.

53

EPÍGRAFE III

3.- LA CONSULTA PREVIA EN LAS CONSTITUCIONES DEL ECUADOR.

3.1.- La consulta previa en el Ecuador.

El reconocimiento del derecho a la consulta previa reviste una particular

importancia debido a que pone en el centro de la discusión, al igual que el

conjunto de los derechos colectivos, el estatuto del orden jurídico que tiene

como uno de sus fundamentos aquella situación de colonialidad. Es decir,

provoca una tensión que lleva al límite ciertos elementos que persisten en la

forma institucional del Estado desde la Colonia. Esto hace relación no solo al

ámbito normativo, sino especialmente a las prácticas institucionales. En

cierto modo, muestra las fisuras de la legalidad colonial aún persistente,

debido a esta realidad, los límites en la aplicación, el incumplimiento y la

permanente conflictividad, están presentes. Siendo procesos que tienen una

presencia de siglos en las condiciones materiales de vida, en las

instituciones, en la ideología, etc., su superación demanda ingentes

esfuerzos políticos de la sociedad.

Algunos elementos acerca de la historia del carácter colonial de la

legalidad y la institucionalidad en nuestras sociedades, dan luces sobre la

profundidad de la condición de colonialidad.

¿Puede pensarse que el arrasamiento de los pueblos y culturas que

ocasionó la conquista, tenga un pretendido marco de legalidad? Pues sí, al

amparo del “derecho de conquista”, la Corona expidió un documento

conocido históricamente como el Requerimiento. Este documento estaba

destinado a “explicar” a los pueblos indígenas americanos que Dios, por

medio del Papa, había entregado estas tierras a los Reyes españoles, a

quienes se les debía reconocer como tales y profesar obediencia. Si los

indígenas lo aceptaban, se les ofrecía respetar sus tierras, no someterlos a

servidumbre, acogerlos en el cristianismo y otros “privilegios y exenciones”;

si no lo hacían, la respuesta era muy simple, guerra total, servidumbre,

despojo y destrucción, así lo determinan los tratadistas Levaggi en el año de

1993 y Zorrilla en el año 2006.

54

El Requerimiento fue expedido en 1513, para que Francisco Pizarro,

avance en la conquista del Tawantinsuyu, aunque existen noticias de que

también fue usado por Hernán Cortez en la conquista de México, según lo

indica el escritor Zorrilla. El proceso contemplaba la lectura del documento a

los pueblos indígenas antes de tomar sus tierras “en nombre de Dios y los

Reyes”. Luego vendrían reformas, nuevas leyes, incluso se dejaría de leer el

Requerimiento. Se hablaría de respetar las tradiciones y formas de vida de

los pueblos indígenas “en lo que no fueren contra nuestra Sagrada Religión”,

así lo describe el tratadista Figueras Vallés en el año 2007, es decir, ninguna

diferencia; la retórica legalista tenía todas las características de una

entelequia de blancos que arrasaban con cañones, con encomiendas, con

mitas, con epidemias a los pueblos que encontraban a su paso.

Basado en el “derecho de conquista”, este documento era una de las

manifestaciones del proceso colonial, que los españoles estaban

inaugurando en sus nacientes colonias.

La constitución de un orden legal para la expoliación de las

poblaciones indígenas, antes que exclusión pura y simple –más allá de los

absurdos obvios de esa legalidad- se buscaba la inclusión en el orden

administrativo colonial. Por ello, se sucederían luego las denominadas “leyes

de indios” que eran la secuencia lógica del Requerimiento, una vez tomadas

las tierras en nombre de la Corona, había que pasar a ordenar jurídica e

institucionalmente las condiciones de explotación.

La cuestión central de ese “orden inclusivo”, emanado de la legalidad

del Estado Colonial tenía que ver con los principios y la forma de

incorporación de las poblaciones explotadas a ese Estado, es decir, la

sanción de su condición de “inferioridad racial” y de sujetos de la expoliación

colonial. Se trataba al final de cuentas de darle forma jurídica e institucional

a lo que sucedía en el orden económico y social de las colonias. Es así

como, los conquistadores, frente a la imposibilidad de reorganizar la

estructura económica y social de esos pueblos desde su visión, y con el

propósito de extraer la mayor cantidad posible de riquezas, tuvieron que

utilizar como instrumento para conseguirlo, la forma fundamental de la

55

organización política de estos pueblos –la comunidad-, sometiéndola a una

brutal explotación a través del trabajo forzado (mitas) y del pago de tributos.

“En 1503 se le ordenó los abusos y concluyó en este valiente

apóstrofe:¿Con qué derecho, con que justicia tenéis en tan cruel y horrible

servidumbre aquestos indios?...¿Estos no son hombres? ¿No tienen ánimas

racionales…”30

Los acomodos y la efectividad de esa legalidad estarán determinados

por ese orden económico y político. De manera, que ciertas pretensiones de

“humanismo cristiano” pueden encontrarse en las Leyes de Indios e inclusive

en el Requerimiento, pero nunca van a tocar el núcleo de la organización

social y económica que condena a la explotación a las poblaciones

colonizadas y esclavizadas. Así por ejemplo, el régimen de encomienda se

sustentaba en la legalidad de la misión evangelizadora que debían cumplir

los encomenderos y la mita estaba justificada a partir del “tributo de indios,”

que era el mecanismo legal que ponía a las poblaciones indígenas como

vasallos de la Corona, es decir el reconocimiento de su pertenencia al

Estado Colonial.

Con el advenimiento de la Independencia de las colonias, esta

situación no varió demasiado, los nacientes Estados nacionales mantuvieron

esa legalidad sustentada en la división estamental de nuestras sociedades

en una “república de blancos” y otra “república de indios”. Paradójicamente,

estos Estados inspirados en proyectos políticos liberales terminaron

manteniendo ese orden legal estamental, así por ejemplo, la Constitución

ecuatoriana de 1830 establecía entre las condiciones para ejercer los

derechos de ciudadanía, el estar casado, tener propiedades, ejercer

actividades económicas “sin sujeción a otro como sirviente doméstico o

jornalero” y saber leer y escribir. El poder político estaba articulado pensado

únicamente en los espacios del poder del sector terrateniente o “criollos” y

de la clase militar del decadente Estado Gran Colombiano, donde los

30VARGAS, Fray, José María, La Conquista Espiritual del Imperio de

los Incas, Quito-Ecuador, 1948, pág. 7.

56

jornaleros, los campesinos, los analfabetos, los indios, ni mestizos, no

alcanzaban todavía el derecho a la ciudadanización, sus voces no eran

escuchadas peor consultadas.

“Art. 12.- Para entrar en el goce de los derechos de ciudadanía requiere:

1.- Ser casado, o mayor de veintidós años;

2.- Tener una propiedad raíz, valor libre de 300 pesos, o ejercer alguna

profesión, o industria útil, sin sujeción a otro, como sirviente doméstico o

jornalero.

3.- Saber leer y escribir. ”31

El escritor ecuatoriano, Pedro Jorge Vera, en su estudio sobre, Política

y Grupos de Presión en el Ecuador-1830-1980, dice:

“Era la máscara adecuada para eliminar al “hombre del común” de la

vida política, ya que la misma Constitución “republicana” exige para ser

ciudadano “tener una propiedad raíz, y valor libre de 300 pesos, o ejercer

alguna profesión o industria útil sin sujeción a otro” ”32

Como es evidente, las poblaciones indígenas y afro-ecuatoriano, así como

la mayoría de los blanco-mestizos, quedaban fuera; además el texto de

aquella Constitución trasluce una clara mirada discriminatoria cuando, al

señalar el tutelaje de la Iglesia sobre la población indígena, se refiere a ella

como “clase inocente, abyecta y miserable.”

La República de los blancos y la República de los indios, estaba

presente en el Estado naciente ecuatoriano, por lo tanto el ejercicio del

poder político del Estado ecuatoriano estaba conformado para que esa

República de los blancos dirijan el poder, en contraposición a las pueblos

milenarios indígenas que dentro de la normativa constitucional no fueron

31 Constitución del Ecuador, 1830. 32 VERA, Jorge, Política y grupos de presión en el Ecuador-1830-1980,

Política y Sociedad-Ecuador:1830-1980, Corporación editora nacional,

Quito-Ecuador, 1980, pág. 168.

57

considerados quizás ni como seres humanos, peor como ciudadanos, que

expresen su opinión y sus decisiones de las voces de las comunidades.

“Art. 68.- Este Congreso Constituyente nombra a los venerables

curas párrocos por tutores y padres naturales de los indígenas, excitando su

ministerio de caridad a favor de esta clase inocente, abyecta y miserable.” 33

Es muy importante señalar que la “misión civilizadora” sigue siendo uno de

los pretextos para la promulgación de la normativa colonialista, donde

supone para ellas la renuncia a su cultura propia para acceder a la cultura

hegemónica, o a sus derechos propios para adquirir otros, todo esto,

además, sin su consentimiento, como un proceso forzado así lo manifiesta el

escritor, Clavero en el año 2008. 34

Los Estados liberales se hallan frente a la paradoja de su proyecto de

igualdad y libertad universales, extraído de la Ilustración, enfrentado con una

sociedad cuyas estructuras sociales y económicas le son antagónicas,

corresponden más bien a la vieja formación social de la Colonia. Quizá uno

de los momentos históricos en los que mejor se ilustra esta particularidad del

proceso de formación de los Estados Nacionales se da cuando, Juan José

Flores, propone instaurar una “contribución personal” para toda la población

del país, a partir de la constatación de que se mantiene la división colonial

de poblaciones que hace que solo los indígenas contribuyan al Estado

mediante un tributo que se sustenta en su condición de indígenas. La

propuesta pretendía establecer impuestos que sean pagados por toda la

población, eliminando esa distinción. La reacción fue una rebelión violenta

33 TRABUCO, Federico, Constituciones de la República del Ecuador,

Universidad Central, Editorial Universitaria, Quito-Ecuador,

1975,pág. 45. 34 CLAVERO, Bartolomé, Derecho y Cultura: el derecho humano a la

cultura propia, 2008, pág. 89.

58

de la población blanco-mestiza que echó abajo la propuesta, así lo

determina el escritor, Guerrero en el año 2000. 35

Este “comportamiento institucional” se convertirá en un elemento

sustancial del funcionamiento de nuestra sociedad.

“El Estado que se inaugura en 1830, antes de constituirse en representante

de una clase, legitimado por el consenso, se erigió en un organismo

legitimador de los poderes terratenientes regionales.

En ese sentido, actuó como un sancionador legal de las medidas coercitivas

y represivas puestas en práctica por los latifundistas en contra de los

indígenas y pequeños campesinos…”36

La Revolución Liberal eliminó la figura legal del concertaje que afectaba

a la población indígena, sin embargo, la persistencia de relaciones pre-

capitalistas de producción en el campo se mantendrían hasta los años 70 del

siglo pasado, cuando entra definitivamente en crisis el viejo sistema de

hacienda.

Mientras los sectores dominantes han ido dando forma a esta particular

institucionalidad estatal, la resistencia y la lucha de los sectores explotados

se ha encargado de ponerla permanentemente en cuestión, mediante

rebeliones y levantamientos, constantes.

En la historia reciente del Ecuador, la emergencia del movimiento

indígena ha sido fundamental en ese proceso histórico, su presencia ha

planteado, entre otras cosas, la discusión acerca de la necesidad del

reconocimiento explícito de los derechos de estos pueblos y la necesidad de

transformar las raíces coloniales de los “Estados-Nacionales.” En este

contexto, el presente

35 GUERRERO, Rafael, Análisis de la Nueva Constitución, 2000, pág.

129. 36 AYALA, Mora, Enrique, editor, Nueva Historia del Ecuador, Vol. 8,

Corporación Editora Nacional, Grijalbo, Quito-Ecuador, 1998, pág.

13.

59

documento trata de circunscribir la discusión sobre el alcance del

reconocimiento del derecho a la consulta previa, libre e informada. Más allá

de las consecuencias que este pueda tener en el ámbito estrictamente

normativo se hace necesario contraponerlo con las condiciones concretas en

que ese reconocimiento tiene lugar. Planteando los principios y criterios

mínimos que este derecho implica, se define el horizonte de su pleno

ejercicio en contraste con la experiencia práctica que el país ha tenido sobre

el tema, en forma directa o indirecta.

De este modo, en la primera parte se trata de establecer una

perspectiva sobre el marco jurídico actual del derecho a la consulta previa y

el contenido esencial de este derecho. En la segunda parte se hacen

algunas consideraciones respecto a la experiencia del país y las evidencias

de un constante incumplimiento del Estado. En el tercer acápite se abordan

algunos elementos que ayudan a delinear una explicación más amplia e

integral de los problemas que subyacen a esas limitaciones para el pleno

ejercicio del derecho a la consulta previa. Finalmente se propongo, algunas

reflexiones a manera de conclusiones.

La pregunta que subyace al documento hace referencia a las condiciones de

la posibilidad para la superación de los obstáculos que supone la

colonialidad. En este sentido, la perspectiva sobre el derecho a la consulta

previa que está presente en el mismo, es que este derecho constituye, por

un lado, un primer paso para saldar la deuda histórica en relación con estos

pueblos, y, por el otro, un soporte que permite el ejercicio efectivo de los

demás derechos colectivos. Este punto de partida ha sido advertido por el

Relator Especial de Pueblos Indígenas, quien en relación al derecho a la

consulta ha manifestado que la elaboración de estos principios en los

instrumentos y jurisprudencia internacionales, responde a una historia en

que se ha negado repetidamente a los pueblos indígenas, la participación en

la toma de decisiones que les han afectado profundamente, muchas veces

en detrimento de sus derechos humanos fundamentales y en ocasiones

hasta de su propia supervivencia como pueblos. Los principios de consulta y

consentimiento intentan revertir esta pauta histórica, para evitar en el futuro

60

la imposición a los pueblos indígenas de nuevas condiciones de vida, de

manera consonante con el derecho a la libre determinación, así lo manifiesta

el escritor, Anaya, 2010. 37

Habría que añadir que esa exclusión histórica en la toma de decisiones

también muestra que los instrumentos y la jurisprudencia son poco eficaces

si quedan encerradas en las formas institucionales que avalan la

explotación, la marginación y la discriminación. Es decir, difícilmente pueden

dejar de ser algo más que un “intento por revertir la pauta histórica” si no son

entendidas en el contexto de los motivos en los que se sostiene esa historia.

La consulta previa no es un tema de reciente en nuestro país, ya que

tiene por lo menos casi tres lustros de continuos debates nacionales. Casi

por lo general, los principales sujetos de esta confrontación han sido el

movimiento indígena y grupos sociales con el Estado, independientemente

de quienes han estado en los gobiernos de turno. Las primeras escaramuzas

o disputas políticas y teóricas se dieron a partir de las exigencias del

movimiento indígena para el reconocimiento del Convenio Internacional 169

de la OIT y de los derechos colectivos amparados en la Constitución, que

finalmente fueron posibles con la apertura de un proceso de la Asamblea

Constitucional, que se dio entre finales de 1997 e inicios de 1998.

Si bien en estos años, la disputa alrededor de este tema fue bastante

reñida, no rebasó los límites del debate político conceptual, algo que sí

ocurrió en la coyuntura política del 2008 y el nuevo proceso constituyente

que el país vivió.

37 ANAYA, James, El derecho de consulta de los pueblos indígenas en

Guatemala: La ruptura entre el discurso y la práctica, 2010, pág.

98.

61

3.2.- La consulta previa en la Constitución del Ecuador del año 1998.

El derecho a la consulta previa libre e informada no ha sido ejercido en el

Ecuador, por la incapacidad del Estado de reconocer a los derechos de esos

pueblos indígenas que fueron marginados por el aparataje de la estructura

política jerárquica, por ello en la época republicana, con la llegada de los

terratenientes al poder del Estado, la marginación social y política de los

indígenas mantenía aún intactas las estructuras de la estratificación étnica,

cuyos pilares se sostenían en la negación del indígena. En la época de la

República, los levantamientos y revueltas indígenas, era el símbolo del

reclamo de los espacios de participación de los “indios” dentro de una

estructura política jerarquizada por el poder gamonal. Reclamaban nuestros

pueblos originarios sus derechos, y por ello a partir del año de 1998, se va a

tratar recién de efectivizar este derecho colectivo (consulta previa) con todas

las limitaciones e imprecisiones del caso, a pesar de existir una marcada

exigencia por parte de las comunidades y pueblos de realizar un proceso

participativo, de acuerdo a las normas establecidas y existentes en la

Constitución del año 1998.

Efectivamente, en la Constitución de 1998, se categoriza a la consulta previa

como uno de los derechos colectivos de los pueblos indígenas. La norma

constitucional ecuatoriana dice claramente que el Estado debe consultar a

las comunidades para llevar a efecto la explotación de los recursos naturales

no renovables, pero no aclara si los resultados de dicha consulta son

decisivos y mandatorios para el Estado, o simplemente se convierten en

voces que quedan en las propias comunidades, mientras el Estado de

manera unilateral puede decidir sobre la explotación de las tierras

comunales. El artículo 84, numeral 5 señala que los pueblos indígenas y

afroecuatorianos deben ser consultados sobre la explotación de los recursos

no renovables.

Larrea Holguín, uno de los constitucionalistas probos que ha tenido el

país, manifestaba su desconfianza al cumplimiento de los derechos

colectivos los pueblos indígenas y afroecuatorianos, en relación a la consulta

62

previa que debía realizar el Estado para la explotación de los recursos no

renovables, y señalaba que el ejercicio de los derechos colectivos sobre la

decisión de la explotación de sus tierras, deben estar sujetos al interés de la

nación, es decir que las decisiones del Estado seguían manteniendo su

supremacía sobre la voluntad de las comunidades.

“La participación de los indígenas en la prospección y explotación de

recursos no renovables, resultará también muy difícil, si no se quiere

sacrificar el desarrollo de toda la nación y, en último término el beneficio de

los mismos selvícolas. No se ve cómo en las condiciones actuales de vida,

puedan los indígenas intervenir en la programación del uso de los recursos

hidráulicos o hidrocarfuríferos de nuestro Oriente.”38

El 24 de abril de 1998, se reconoció en el Ecuador el derecho a la

consulta previa, libre e informada cuando el Congreso Nacional, mediante

resolución legislativa publicada en el R.O. 304, aprobó el Convenio No. 169

de la OIT, el mismo que fue ratificado por el Presidente de la República,

mediante decreto ejecutivo No. 1387 publicado en R.O. 311 del 6 de mayo

de 1998.

Este proceso reviste una particular importancia porque, de una parte,

recoge las demandas del movimiento indígena ecuatoriano respecto a este y

otros derechos colectivos; y, por otra, incorpora el desarrollo que estos

derechos habían adquirido en el ámbito internacional expresado en el

Convenio No. 169 de la OIT de 1989, que marcó un punto de inflexión en

relación con la tendencia “asimilacionista” que había prevalecido hasta su

promulgación y la Declaración de Naciones Unidas que profundiza el

contenido del Convenio No. 169.

38LARREA, Holguín, Juan, Derecho Constitucional Ecuatoriano, UTPL

vol.1, 1998, pág. 299.

63

“En 1998 el Ecuador ratificó el Convenio Nro. 169 de la OIT. Los

tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Ecuador

prevalecen sobre la legislación nacional y las normas internas. Aunque no se

equiparan a la Constitución, los derechos reconocidos en ellos serán de

directa e inmediata aplicación…”39

No obstante, este reconocimiento, su aplicación ha estado marcada

constantemente por situaciones de conflictividad con las comunidades y

pueblos afectados por las decisiones del Estado que deberían someterse a

procesos de consulta. De hecho, la conflictividad ha determinado una

respuesta siempre reactiva del Estado, lo que ha provocado soluciones

parciales, desordenadas. Me pregunto, ¿Cuáles son las razones que

explican esta situación?, ¿por qué los avances en el reconocimiento de los

derechos constitucionales termina tergiversándose en su aplicación

práctica?, más concretamente ¿a qué se debe que la consulta previa se

convierta en una “declaración de principios” y no logre consolidarse como

una política de Estado que se enmarca con el contenido esencial de este

derecho?. Se hace indispensable una aproximación más amplia al problema,

porque estas dificultades guardan relación con las causas profundas que

han configurado una institucionalidad específica, propia del carácter colonial

heredado por el Estado ecuatoriano.

En la medida en que el derecho a la consulta, y los derechos colectivos

en general, ponen en cuestión esa condición histórica del Estado, su pleno

ejercicio es posible con el desmantelamiento de esa condición y, por lo tanto,

la conformación de un Estado participativo, el Estado Plurinacional.

Efectivamente, con el surgimiento de la consulta previa como un derecho

colectivo de las comunidades indígenas, parecería que ha entrado en duda

el dominio público del Estado sobre la propiedad comunitaria, quizás fuera

39 OXFAM, El derecho a la consulta previa, libre e informada de los

pueblos indígenas, Lima-Perú, pág. 66.

64

el inicio del desvanecimiento del todopoderoso Estado que mantuvo

sometido a las comunidades indígenas. Al respecto, Efraín Pérez, señala:

“El dominio mismo de estos recursos se ha atribuido al Estado, sin

cuestionamientos, siguiendo la tradición patrimonial del Derecho Romano-

Napoleónico. No obstante, actualmente el “dominio público”-la “dominialidad”

o “dominicalidad”- resulta una categoría ambigua o imprecisa para las

diversas realidades de los bienes públicos, como lo señaló Duguit hace unos

cien años-la “escala o gradación de la dominialidad”.40

40 PÉREZ, Efraín, Principios constitucionales de desarrollo

sustentable: Régimen constitucional ambiental de los recursos

naturales no renovables, Corporación de Estudio ESTADE, pág.5.

65

3.3.- La consulta previa en la Constitución actual del Ecuador.

La Constitución de la República del Ecuador, aprobada mayoritariamente en

el Referéndum realizado en septiembre del 2008, entró en vigencia mediante

su publicación en el Registro Oficial No. 449, el 20 de Octubre del mismo

año, en su Preámbulo, que es la Declaración de los derechos, previa a la

creación de la Constitución, reconoce las raíces milenarias de los hombres y

mujeres diversos, celebra a la naturaleza o pachamama, invoca el nombre

de Dios y reconoce otras formas de espiritualidad, apela a la sabiduría de las

culturas, cualifica como herederos de las luchas de liberación frente a las

formas de dominio y colonialismo.

La Constitución del 2008, reconoció amplios derechos a los pueblos y

nacionalidades indígenas, como la consulta previa, que les da la oportunidad

de incidir en decisiones que afecten su vida. Al respecto, María Fernanda

Arango, dice:

“…el Estado Ecuatoriano tiene la obligación de, en función del principio de

aplicación progresiva de los derechos humanos y previo a iniciar cualquier

actividad extractiva en el territorio de comunidades indígenas, obtener su

consentimiento expreso de manera previa, libre e informada.”41

Pero este derecho no está plenamente reglamentado, mientras sigue en

debate el proyecto de Ley Orgánica de Consulta a las Comunas,

Comunidades, Pueblos y Nacionalidades. El inciso 7 del artículo 57 de la

Constitución, que dice: “Se reconoce y garantizará a las comunas,

comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, de conformidad con la

Constitución y con los pactos, convenios, declaraciones y demás

instrumentos internacionales de derechos humanos, los siguientes derechos

colectivos: Numeral 7. La consulta previa, libre e informada, dentro de un

41 VARIOS, Autores, Derecho a la consulta previa en la Región Andina,

Indepaz, 2011, pág. 14.

66

plazo razonable, sobre planes y programas de prospección, explotación y

comercialización de recursos no renovables que se encuentran en sus

tierras y que puedan afectarles ambiental o culturalmente; participar en los

beneficios que esos proyectos reporten y recibir indemnizaciones por los

perjuicios sociales, culturales y ambientales que les causen. La consulta que

deban realizar las autoridades competentes será obligatoria y oportuna. Si

no se obtuviere el consentimiento de la comunidad consultada, se procederá

conforme a la Constitución y la ley. De igual manera el Artículo 398 de

nuestra Carta Magna, señala: Toda decisión o autorización estatal que

pueda afectar al ambiente deberá ser consultada a la comunidad, a la cual

se informará amplia y oportunamente. El sujeto consultante será el Estado.

La ley regulará la consulta previa, la participación ciudadana, los plazos, el

sujeto consultado y los criterios de valoración y de objeción sobre la

actividad sometida a consulta, pero al final Estado termina imponiéndose sus

decisiones, basado en la legitimidad que adquirió el poder político, de la

sociedad, como lo indica el artículo 19 del Reglamento de Consulta en los

Procesos de Licitación de Áreas y Bloques:

“En el evento de que los ciudadanos no ejerzan su derecho a participar

habiendo sido debidamente convocados o se opongan a su realización, este

hecho no constituirá causal de nulidad del proceso y no suspenderá la

continuación del mismo…”42

El Estado valorará la opinión de la comunidad según los criterios

establecidos en la ley y los instrumentos internacionales de derechos

humanos.

Si del referido proceso de consulta resulta una oposición mayoritaria de

la comunidad respectiva, la decisión de ejecutar o no el proyecto será

adoptada por resolución debidamente motivada de la instancia administrativa

superior correspondiente de acuerdo con la ley.

42 Reglamento de Consulta en los Procesos de Licitación de Áreas y

Bloques, decreto ejecutivo 1247, registro oficial 759, 02-agosto-

2012,pág. 5.

67

El derecho a la consulta previa, libre e informada, cuya inobservancia

constituye una regla y no una excepción en el Ecuador, que en muy pocos

casos se aplica con una serie de ilegalidades, tiene como antecedente la

legislación internacional que consagra la participación como un derecho; y a

medida que ésta se fue incorporando en los cuerpos legales nacionales, fue

abriéndose a varias formas de expresión de la participación, una de ellas es

la consulta previa, la que en los casos excepcionales en los cuales se la

realiza, se lo hace cuando el plan o proyecto en sí mismo ya se ha iniciado,

dejando por ende de ser previa, la categoría de libre que es una de las

características de la consulta, la que deriva de la propia naturaleza de la

expresión, libertad que tiene la finalidad de facultar a que la parte o los

sectores más vulnerables de este proceso, que son siempre los consultados,

aprueben en forma libre y voluntaria el mecanismo y la estrategia del

proceso de consulta, pues la libertad implica en este contexto, el derecho a

decidir cómo, cuándo y en qué condiciones, libertad que también es

violentada en la medida es que el Estado es quien impone las condiciones

para la consulta, la imposición por sí sola, es atentatoria al principio de la

libertad.

La característica de que la consulta debe ser informada, no requiere de un

análisis pericial, simplemente la información sobre el objeto de la consulta,

debe ser de fácil acceso, transparente, veraz, completo, por ser información

pública, en los términos en los que dispone la Ley Orgánica de

Transparencia y Acceso a la Información Pública, ocultar o entregar la

información incompleta es denegación de la información.

El texto constitucional también da a estas poblaciones derecho a "participar

en los beneficios que esos proyectos reporten y recibir indemnizaciones por

los perjuicios sociales, culturales y ambientales que les causen. La consulta

que deban realizar las autoridades competentes será obligatoria y oportuna".

"Si no se obtuviese el consentimiento de la comunidad consultada, se

procederá conforme a la Constitución y la ley", añade. La base jurídica de la

consulta también se encuentra en el Convenio 169 de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), que el Ecuador ratificó en 1998, y en la

68

Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos

Indígenas, adoptada en 2007.

Pero recientes proyectos mineros y petroleros pusieron a prueba la

voluntad del Gobierno de respetar la consulta, y en alerta a las

organizaciones indígenas. El 28 de noviembre de 2012, cientos de indígenas

llegaron a Quito a protestar con grandes carteles porque no hubo consulta

antes de convocar la XI Ronda de Licitación Petrolera, que puso a

disposición de los capitales privados yacimientos que contendrían 1 600

millones de barriles de crudo. En ese momento, Domingo Peas, líder de la

nacionalidad achuar, aseguró que "las consultas realizadas entre los pueblos

y nacionalidades de las zonas de influencia son nulas porque su

reglamentación no contó con participación de los pueblos y nacionalidades

indígenas, no se respetaron sus métodos tradicionales de toma de

decisiones y no se incluyeron procedimientos culturales adecuados, como el

idioma". El presidente de la CONAIE, Humberto Cholango, considera que el

trabajo de las autoridades no es suficiente. "La consulta previa está

pendiente, todavía no tenemos los resultados que quisiéramos. Necesitamos

que se apruebe la ley, con eso se avanzaría mucho", dijo.

El proyecto de 29 artículos, se refiere a consultas sobre medidas legislativas

y prevé cuatro fases: de preparación; de convocatoria pública e inscripción;

de realización de la consulta, y de análisis de resultados y cierre. De esta

forma, el Estado determinará si un proyecto de ley afecta los derechos de

cierta comunidad y luego la Asamblea Nacional legislativa convocará a una

consulta prelegislativa que se ejecutará a través del Consejo Nacional

Electoral. Es clave que esta norma entre en vigencia, porque "garantizará a

las nacionalidades indígenas su participación para decidir en futuras leyes

que las afecten directamente, y así se evitará la falta de consensos", dijo la

legisladora indígena Lourdes Tibán, de Pachakutik (Tierra américa, IPS)

La pugna entre los pueblos indígenas y el Estado, en relación a la

consulta previa, desde sus inicios, estaba basada en el consentimiento como

la decisión fundamental en la cual se debía sustentar este derecho colectivo,

por esta razón, la opinión de uno de los diarios nacionales más prestigiosos

del país, dijo:

69

“La principal ruptura de la CONAIE con el gobierno de Correa ha sido la

negativa de este último a que en el proyecto de Constitución se incluya el

llamado “consentimiento informado”, a propósito de la explotación de

recursos naturales en los territorios indígenas.” 43

Para poder entender con mayores elementos de juicio, sobre las pugnas

entre los pueblos originarios de nuestro país y el Estado, sobre la consulta

previa, me remito a lo que Mikel Berraondo, señala sobre los nudos críticos,

dificultades y obstáculos en la realización de la consulta previa.

“Nudos críticos: dificultades y obstáculos en la realización de la

consulta:

Son nudos críticos que planteamos desde una óptica regional…

3.- Falta de reconocimiento de los derechos de propiedad de los pueblos

indígenas sobre los recursos naturales y la participación en beneficio cuando

sus recursos son explotados por el Estado u otros actores…La

materialización de estos derechos resulta compleja en los ámbitos

nacionales, en donde no siempre se tiene en cuenta la evolución

internacional del derecho.” 44

Hasta el año 2012, no se había llevado a cabo ningún proceso de consulta

previa, libre e informada por parte del Estado ecuatoriano, a pesar de ser un

mandato constitucional. Sin embargo, la primera y única consulta

comunitaria que hasta la presente fecha ha sido desarrollada en el Ecuador,

particularmente en las parroquias Tarqui y Victoria de Portete, en la provincia

austral de Azuay, fue seriamente cuestionada por el Estado ecuatoriano por

considerarlo ilegítima.

43 La Hora, Consulta Previa v.s Consentimiento Informado, 15 de junio

2008. 44 BERRAONDO, Mikel, El derecho a la consulta previa en la práctica:

Desafíos y oportunidades para los actores en la región andina,

encuentro internacional, Cartagena, 25 y 26 de nov, 2013, pág.5.

70

3.4.- La consulta previa y el principio constitucional de progresividad

en el Ecuador.

Dentro de la presente investigación se puede determinar que los derechos

están en constante evolución desde el momento en que surgió la

Declaración de los Derechos Humanos en 1948. Desde ese acontecimiento,

los preceptos que se refieren a cada derecho, han ido evolucionando a

través de los diversos tratados y convenciones que se han referido a ellos,

ampliando el ámbito del derecho y sus garantías.

Hay una tendencia manifiesta hacia la más amplia protección de los

derechos humanos. Así, en el ámbito internacional de los derechos humanos

se ha desarrollado el principio de "integralidad maximizada del sistema", tal

como lo denomina el tratadista Bidart Campos, de manera que el derecho

internacional de los derechos humanos está incorporado al derecho interno

como fuente, cuando contiene algunos "plus respecto de este último y el

derecho interno se incorpora como fuente de derecho internacional en la

medida de ser más favorable al sistema de derechos.

En este sentido, diversos pactos internacionales de derechos humanos

tienen normas que explicitan el principio de progresividad o integridad

maximizadora de los derechos. Así, la Convención Americana de Derechos

Humanos, en su artículo 29, b), señala que ninguna de sus disposiciones

puede ser interpretada en el sentido de limitar el goce y ejercicio de

cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las

leyes de cualquiera de los estados parte o de acuerdo con otra convención

en que sea parte uno de dichos estados". El mismo principio está reconocido

en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones

Unidas, en su artículo 52, entre oros.

El principio de progresividad lleva a aplicar siempre la disposición más

favorable a los elementos de las personas, por lo que siempre debe

aplicarse aquel instrumento que en mejor forma garantice el derecho, sin

importar si la mayor garantía se encuentra en la norma interna del Estado o

71

en la norma de derecho internacional de los derechos humanos incorporada

al derecho interno, la que lleva a una interpretación pro- cives o favor

libertatis o sea, a la interpretación que mejor favorezca y garantice los

derechos humanos.

Esta progresividad de los derechos y su auto ejecutividad, implica que

el juez y cualquier autoridad judicial o no judicial, debe conocer y aplicar las

normas del derecho internacional de derechos humanos que se ha

incorporado al derecho interno, cuando el derecho nacional no garantiza tal

derecho.

Los derechos de las personas, los pueblos y la naturaleza, para su

aplicación e interpretación, deben ser desarrollados progresivamente a fin de

extender su ámbito de protección. El Estado debe generar y garantizar las

condiciones necesarias para su pleno reconocimiento y ejercicio.

El contenido de los derechos debe ser desarrollado en el campo,

doctrinario, normativo, jurisprudencialmente y a través de políticas públicas.

Cualquier acción u omisión de carácter regresivo que disminuya, menoscabe

o anule injustificadamente el ejercicio de los derechos será declarada

inconstitucional.

El Estado es el llamado a reconocer y llevar a cumplimiento los

derechos y garantías de las personas, los pueblos y la naturaleza, pero

estos derechos al no ser estáticos, evolucionan, para alcanzar mayores y

amplias garantías para su cumplimiento, de esta manera el desarrollo de los

derechos es alimentado por varias vertientes, entre ellas la doctrina, que a

través de la experiencia y observación positiva de los tratadistas permite

ampliar progresivamente tanto a los derechos y garantías. Otra fuente que

influye en esta alimentación a los derechos es la jurisprudencia, es aquí,

donde la experiencia social será la que aporte a este crecimiento, y todos los

actos que vulneren este carácter progresivo y que afecte, disminuyan,

contradigan o anulen el ejercicio de estos derechos, serán calificados de

inconstitucionales.

72

En la Constitución ecuatoriana se invoca este principio de la

progresividad, precisamente, en el artículo 11 numeral 8, dice: "El contenido

de los derechos se desarrollará de manera progresiva a través de las

normas, la jurisprudencia y las políticas públicas. El Estado generará y

garantizará las condiciones necesarias para su pleno desenvolvimiento" y

contenido además en el inciso segundo del artículo 424 que manifiesta: ".los

tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el Estado que

reconozcan derechos más favorables a los contenidos en la Constitución,

prevalecerán sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder público".

En este mismo sentido, la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales

y Control Constitucional, en su artículo 2 numeral 1 habla del principio de

aplicación más favorable a los derechos y dice: "Si hay varias normas o

interpretaciones aplicables a un caso concreto, se debe elegir la que más

proteja los derechos de la persona"45, protegiendo claramente el principio de

progresividad de los derechos humanos. Como conclusiones podemos

determinar las siguientes:

-Los principios constituyen un criterio hermenéutico valido e

importante en la interpretación y aplicación de los derechos humanos en

algunos países del mundo, como también en el Ecuador.

-Todos los principios de interpretación de los derechos humanos se

encuentran íntimamente relacionados y se complementan entre todos, en el

presente trabajo hemos tratado en lo posible de explicar de manera

individual el concepto de cada uno de ellos y sin embargo, casi siempre

aparecen complementándose y explicándose unos con otros.

-El Ecuador en su Constitución invoca estos principios para la interpretación

de los derechos humanos, así como también lo hace la Ley Orgánica de

Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional.

45 Ver, Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control

Constitucional del Ecuador.

73

-Todos los principios de interpretación de los derechos humanos giran

en torno a la protección de la persona humana en su dignidad y protegen

ampliamente los derechos de los que son titulares por tener la condición de

tal.

74

EPÍGRAFE IV.

4.1.- LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ARTÍCULO 87 DE LA LEY DE

MINERÍA DEL ECUADOR.

1.- La inconstitucionalidad del Art. 87 de la Ley de Minería.

La inconstitucionalidad de una ley, existe, cuando el cuerpo legal contradice

tanto en su estructura orgánica como formal con las normas legales

constitucionales que constituyen el marco superior normativo de una

sociedad y de un Estado.

Las normas constitucionales es el marco legal que permite la

organización legal-administrativa-política de una sociedad.

La Constitución es el conjunto de normas legales superiores dentro del

orden jerárquico legal de la estructuración piramidal de las leyes.

Las normas constitucionales significan el espíritu central de un

ordenamiento jurídico de una nación determinada.

La Constitución es el cuerpo legal, matriz para todo el ordenamiento

jurídico de la sociedad, tanto para la estructuración de las leyes orgánicas y

ordinarias de un Estado y una sociedad moderna.

Las leyes constitucionales es la esencia jurídica del marco normativo,

que permite el entendimiento humano y racional dentro de una sociedad

llena de intereses particulares y de grupo.

Si las leyes constitucionales son la partida para la formación del resto de

leyes que viabilizan el respeto social, el Art. 87 de la Ley Minería, debió estar

sujetada a los preceptos constitucionales, a los derechos, a los principios,

que garantiza el cuerpo legal superior.

El Art. 87 de la Ley de Minería, dice:

“Capítulo III

75

DE LA GESTIÓN SOCIAL Y PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD

Art. 87.-Derecho a la información, participación y consulta.- El Estado, es

responsable de ejecutar los procesos de participación y consulta social a

través de las instituciones públicas que correspondan de acuerdo a los

principios constitucionales y a la normativa vigente.

Dicha competencia es indelegable a cualquier instancia privada. Estos

procesos tendrán por objeto promover el derecho sustentable de la actividad

minera, precautelando el racional aprovechamiento del recurso minero, el

respeto del ambiente, la participación social en materia ambiental y el

desarrollo de las localidades ubicadas en áreas de influencia de un proyecto

minero.

Si un proceso de consulta resulte una oposición mayoritaria de la

comunidad respectiva, la decisión de desarrollar el proyecto será adoptada

por resolución motivada del Ministerio Sectorial.

Todo concesionario minero deberá respetar el derecho de las personas

al acceso a los procesos de información, participación y consulta en la

gestión ambiental de las actividades mineras.

Para todo proceso de consulta, el ministerio de finanzas, proporcionará

el respectivo presupuesto a través del ministerio sectorial.”46

Como vemos, el artículo 87, inciso tercero de la Ley de Minería, cuando dice

que la decisión mayoritaria de la comunidad se oponga a la explotación de

los recursos naturales de su jurisdicción territorial, solo una resolución

motivada del ministerio sectorial, será suficiente para que sea vulnerada la

voluntad de las comunidades indígenas del Ecuador, está violando de

manera tácita el artículo 57, numeral cuarto de la Constitución del Ecuador,

porque en dicha normativa se sostiene que se reconoce y garantiza a las

comunidades, de conformidad con la Carta Magna del Estado ecuatoriano y

con los pactos, convenios, declaraciones y demás instrumentos

internacionales de derechos humanos, el derecho a conservar la

46LEY DE MINERÍA, Registro Oficial Nro. 517, del 29 de enero del 2009, página 16.

76

propiedad imprescriptible de sus tierras comunitarias, que serán

inalienables e indivisibles. Los derechos consagrados en una Constitución

por ningún motivo deben ser vulnerados por ninguna norma jurídica inferior o

por ningún interés estractivista que tenga el Estado, porque el artículo uno

de la Constitución del Ecuador, dice que el Ecuador es un Estado de

derechos y justicia social, entonces los derechos no están sujetos a ser

vulnerados por legislación inferior alguna, sino que es de manera directa su

aplicabilidad dentro del conjunto de la sociedad, como bien los dispone 11,

numeral 3 de la Constitución del Ecuador, cuando manifiesta:

“Art. 11.- El ejercicio de sus derechos se regirá por los siguientes principios:

3.- Los derechos y garantías establecidas en la Constitución y en los

instrumentos internacionales de derechos humanos serán de directa e

inmediata aplicación por y ante cualquier servidora o servidor público,

administrativo o judicial, de oficio o a petición de parte.47

El artículo 57, numeral cuarto de la Constitución, es claro al sostener que es

un derecho de las comunidades el conservar la propiedad imprescriptible de

sus tierras comunales. Es decir, la propiedad de las tierras comunitarias,

están sujetas constitucionalmente a la voluntad y al destino que estas dieran

en relación a la utilización económica, social y cultural. La ley secundaría, en

este caso la Ley Minera, en el artículo 87, inciso tercero, en ningún momento

debió sostener que cuando la voluntad de las comunidades se opongan a la

explotación de los recursos naturales, el poder legal decisorio no recaería

sobre la voluntad de las comunidades, sino que el poder legal se sujeta a

una simple resolución del estamento del gobierno para desmerecer la

voluntad suprema de las comunidades. Si bien es cierto que la Constitución

del Ecuador, es una constitución “garantista de derechos en teoría”, pero no

es menos cierto que en la práctica legal de las normas secundarias como lo

demuestra el artículo 87 de la Ley Minera, esos derechos garantistas son

superados por un interés económico del Estado, cuando retira el poder de la

47CONSTITUCIÓN DEL ECUADOR, 2008, página 27.

77

voluntad de las comunidades en relación al destino que deben dar a sus

tierras comunales.

El Art. 10 de la Constitución del Ecuador, es muy claro, al prescribir que las

comunidades son titulares y que gozarán de los derechos garantizados en la

Constitución y en los instrumentos internacionales. La ley superior dice que

las comunidades son los titulares y gozo de sus derechos, de tal manera que

si la Constitución, en el Art. 57, numeral cuarto, dice que es un derecho de

las comunidades, conservar sus tierras comunales, que no pueden tener

intromisión del gobierno ni del Estado, sino que como asiste el derecho a las

comunidades, estas deben tener todo el poder legal constitucional para la

utilización de sus jurisdicciones territoriales.

El artículo 57, numeral 7 de Constitución del Ecuador, señala que si no se

obtuviere el consentimiento de la comunidad consultada se procederá

conforme a la Constitución y la ley. La normativa constitucional señala que

las tierras de las comunidades no pueden ser ocupadas, porque son

inalienables, (Art. 57, numeral cuarto, de la Constitución del Ecuador, año

2008). Sin embargo, la normativa del artículo 87, inciso tercero, señala, que

mediante una resolución del ministerio sectorial se determinará sobre el uso

de las tierras comunitarias para la explotación de los recursos naturales.

Por un lado, la normativa Constitucional dice que las propiedades de las

tierras son inalienables, mientras que la Ley Minera, sostiene que el

gobierno puede hacer uso de esas tierras para la explotación de los recursos

naturales, solamente en base a una simple resolución administrativa motiva

de del ministerio sectorial. La motivación seguramente se sustentará en las

necesidades económicas, que requiere el Estado para sustento y manejo de

la economía social asistencialista, sin entender el daño humano, ecológico

que han causado hasta la actualidad la exploración y explotación de los

recursos naturales. Una vez más, queda demostrado que los derechos

colectivos de las comunidades, cuando se contrapone a los intereses

económicos de los gobiernos de turno, queda solo escrito de manera

emotiva en las cartas constitucionales, en la práctica, la exploración y

explotación de los recursos naturales de las tierras comunales, se convierten

78

en espacios de riquezas momentáneas para los Estados, y en el tiempo

futuro en sinónimo de infertilidad y de contaminación que aleja poco a poco a

la vida, y se compagina con los anuncios prematuros de la muerte.

El artículo 87, inciso tercero, de la Ley de Minería, cuando manifiesta, que

en caso que las comunidades de forma mayoría decidan la no explotación

de los recursos naturales, el gobierno mediante resolución del ministerio

sectorial será quien decida en última instancia, está contraponiéndose al

derecho a la propiedad que está estipulado en el artículo 66, numeral 26 de

la Constitución del Ecuador.

El inciso tercero del Art. 87 de la Ley de Minería, al dar la potestad al

gobierno sobre el uso de las tierras de las comunidades, está violentando el

numeral segundo del Art. 133 de la Constitución del Ecuador, porque la Ley

de Minería es orgánica y al ser orgánica deben regular el ejercicio de los

derechos constitucionales, y no deben vulnerar los mismos, porque cuando

faculta al gobierno a la explotación de los recursos naturales de los territorios

de las comunidades, mediante una simple resolución de un determinado

ministerio, se violente el derecho a la conservación de la propiedad de las

comunidades, que está prescrito en el numeral cuarto del artículo 57 de la

Carta Magna del Estado ecuatoriano.

El artículo 87, inciso tercero de la Ley de Minería, contradice al artículo

425 de la Constitución del Ecuador, que señala jerárquicamente las normas

constitucionales, los tratados y convenios internacionales están sobre las

leyes orgánicas. Es decir, las normativas constitucionales del Ecuador y los

tratados y convenios internacionales, en relación al uso de las tierras de las

comunidades, están sobre la normativa legal de la Ley de Minería. Por lo

tanto si en la Constitución del Ecuador, en el inciso cuarto, del artículo 57

señala que las comunidades tienen el derecho a conservar la propiedad, por

ningún motivo se debió señalar que el ministerio sectorial tomará las

decisiones finales sobre la explotación de los recursos naturales de las

tierras de las comunidades, como inconstitucionalmente señala el inciso

tercero del artículo 87 de la Ley de Minería.

79

4.2.- El Art. 87 de la Ley de Minería, y su contradicción al Art. 57,

numeral 7; y Art. 11, numeral 8 de la Constitución.

Las legislaciones constitucionales son escritas en base a las

necesidades económicas de los gobiernos que coyunturalmente llegan al

poder, y mantienen ilusionados al pueblo con normativas que garantizan la

vigencia de los derechos humanos y colectivos de las comunidades. Sin

embargo en la práctica, estos mismos gobiernos crean leyes secundarias,

que vulneran los derechos constitucionales colectivos de las comunidades,

como está sucediendo en el artículo 87 de la Ley de Minería, que lo

convierte al gobernante en todo poderoso para disponer sobre las tierras de

las comunidades que tengan los recursos naturales, cuando señala que la

voluntad de las comunidades, no tendrá ningún valor de decisión legal, sino

que en última instancia decidirá el ministerio respectivo. Contraponiéndose a

la normativa del artículo 57, numeral 7, de Constitución que señala, de

manera clara:

“7.-…Si no se obtuviere el consentimiento de la comunidad consultada, se

procederá conforme a la Constitución y la Ley.”(Constitución del Ecuador,

2008, página 45)

La normativa constitucional es clara, y manifiesta que si no se obtiene la

decisión mayoritaria de la comunidad para la explotación de los recursos

naturales, se procederá como lo determina la Constitución y la ley. Está en

primera instancia la normativa constitucional, en relación a la explotación de

los recursos naturales, y como bien lo estipula el numeral cuarto del artículo

57 de la Constitución del Ecuador, al señalar que se reconoce y se garantiza

el derecho de conservar las propiedades de las comunidades. Además, la

citada normativa constitucional, dice que las propiedades de las

comunidades son inalienables, es decir que ninguna institución

gubernamental pueden ocupar, según está norma. El numeral 7 del artículo

57 de la Constitución, sobre la explotación de los recursos naturales de las

tierras de las comunidades señala, que primero se debe sujetarse a las

normativas de jerarquía superior como son las normas constitucionales.

80

El numeral 8 del artículo 11 de la Constitución del Ecuador, dice:

“Art. 11.- El ejercicio de los derechos se regulará por los siguientes

principios:

8.- El contenido de los derechos se desarrollará de manera progresiva a

través de las normas, la jurisprudencia y las políticas públicas. El Estado

generará y garantizará las condiciones necesarias para su pleno

reconocimiento y ejercicio.

Será inconstitucional, cualquier acción u omisión de carácter regresivo que

disminuya, menoscabe o anule injustificadamente el ejercicio de los

derechos”.(Constitución del Ecuador, 2008, página 28)

La normativa legal constitucional del numeral 8 del artículo 11 de la

Constitución del Ecuador, indica que los derechos deben ser desarrollados

de manera progresiva, es decir que si la Constitución del Ecuador,

concretamente en el numeral 4 dice que las comunidades tienen el pleno

derecho de conservar sus tierras, en ningún momento la Ley de Minería,

debió prescribir que en caso que las comunidades decidan en consulta

previa la no explotación, será el ministerio sectorial quien determine la

explotación de esos recursos. Por una parte en la Constitución, se garantiza

el derecho de la conservación de las tierras de las comunidades (Art. 57,

numeral cuarto de la Constitución del Ecuador, 2008), aquí está presente el

principio de la progresividad del derecho, y da fiel cumplimiento a la

normativa estipulada en el numeral 8 del artículo 11 de la Constitución del

Ecuador, que señala que los derechos dentro del desarrollo de los espacios

de los tiempos, deben ser progresivos y en ningún momento pueden ser

regresivos. Al plantear que la decisión definitiva de la explotación de los

recursos naturales de las tierras comunales, tiene el gobierno, vulnerado la

voluntad de las comunidades, se convierte a los derechos de manera

regresiva, se retrocede el avance legal de respetar a los derechos, y

convertir a las normas constitucionales y legales en meras espectadoras de

la vigencia del Estado de derecho; y quedando en declaraciones simples, lo

81

que estipula el artículo uno de la Constitución, al señalar que el Ecuador es

un Estado de derechos y justicia social.

82

4.3.- El artículo 87 de la Ley de Minería, contradice al convenio 169 de

Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La consulta previa como un derecho colectivo de los pueblos indígenas del

Ecuador, fue incorporado dentro de la normativa constitucional ecuatoriana

en el año de 1998, y estuvo prescrita en el artículo 84, numeral 5, que

manifiesta:

“Art. 84.- El Estado reconocerá y garantizará a los pueblos indígenas, de

conformidad con esta Constitución y la ley, el respeto al orden público y a los

derechos humanos, los siguientes derechos colectivos:

5.- Ser consultados sobre planes y programas de prospección y explotación

de recursos no renovables que se hallen en sus tierras y que puedan

afectarlos ambiental o culturalmente; participar en los beneficios que esos

proyectos reporten, en cuanto sea posible y recibir indemnizaciones por los

perjuicios socio-ambientales que les causen. ” 48

Es decir, que dentro de la normativa constitucional ecuatoriana, el

derecho colectivo de consultar a los pueblos indígenas sobre su autorización

para la explotación de los recursos no renovables que se encontraren dentro

de sus territorios, fue incorporado por primera vez dentro de la normativa

constitucional ecuatoriana en el año de 1998, y precisamente está estipulado

en el artículo 84, numera 5 de la Carta Magna del Estado del Ecuador, que

manifiesta claramente que la consulta previa de los pueblos indígenas es un

derecho colectivo, que obligatoriamente deberán ser consultados para la

exploración y explotación de los recursos naturales que se halaren dentro de

sus jurisdicción territorial. La norma constitucional también menciona que los

pueblos indígenas deben ser consultados para la realización de planes y

programas de explotación de los recursos naturales que se encontraren en

los territorios de los pueblos indígenas. Es decir desde el año 1998, la norma

constitucional ecuatoriana recoge uno de los principales derechos colectivos

de los pueblos indígenas que es la consulta previa. El Estado como

institución del poder público debe consultar a la instancia civil de las

48 CONSTITUCIÓN DEL ECUADOR, 1998, página 27.

83

comunidades indígenas para poder realizar cualquier actividad sobre los

recursos naturales que posean las tierras de los pueblos indígenas. El

derecho constitucional eleva a norma suprema, el derecho colectivo de los

pueblos indígenas de la consulta previa.

Si en 1998, la norma constitucional en el artículo 84, numeral 5, recoge el

derecho colectivo de la consulta previa de los pueblos indígenas del

Ecuador, en este mismo año y con fecha 15 de mayo, nuestro país ratificó el

Convenio 169 sobre los Pueblos Indígenas Tribales de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT).

Desde el momento en que el Ecuador ratificó el convenio 169, sobre los

Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo,

nos sometimos a dicho convenio sobre las normativas de los derechos

colectivos de los pueblos indígenas, y en especial a la consulta previa, como

el mecanismo de autorización de los pueblos originarios para que el Estado,

pueda realizar las actividades de estudio, de exploración de los recursos

naturales que se encontraren dentro de las entrañas de sus tierras.

Con la ratificación del Estado ecuatoriano al Convenio 169, sobre los

Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo,

realizada en 1998, quedamos sometidos a las normas internacionales de

este convenio internacional.

La Constitución actual, en relación a la consulta previa como derecho

colectivo de los pueblos indígenas, está prescrita en el artículo 57, numeral

7, y establece:

“Art. 57.- Se reconoce y garantizará a las comunas, comunidades, pueblos y

nacionalidades indígenas, de conformidad con la constitución y los pactos,

convenios, declaraciones y demás instrumentos internacionales de derechos

humanos, los siguientes derechos colectivos:

7.- La consulta previa, libre e informada dentro de un plazo razonable, sobre

planes y programas de prospección, explotación y comercialización de

84

recursos no renovables que se encuentren en sus tierras y que puedan

afectarles ambiental o culturalmente; participar en sus beneficios que esos

proyectos reporten y recibir indemnizaciones por los perjuicios sociales,

culturales y ambientales que les causen. La consulta que deban realizar las

autoridades competentes será obligatoria y oportuna. Si no se obtuviese el

consentimiento de la comunidad consultada, se procederá conforme a la

Constitución y la ley.” 49

Dentro de las normas constitucionales, tanto de la Carta Magna de 1998

y la actual, el derecho colectivo de las comunas, comunidades, pueblos y

nacionalidades del Ecuador, que deben ser consultados para guiar los

destinos de sus recursos naturales que se encuentran dentro de sus tierras,

se encuentran prescritas de forma tácita y objetiva.

El Convenio 169 de los Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), en relación a la consulta previa como

derecho colectivo de las comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades,

para decidir sobre el destinos de los recursos naturales que guardan sus

tierras, dan toda la faculta legal del derecho internacional colectivo de

garantizar la plena vigencia del derecho colectivo de la consulta previa a

estas organizaciones sociales agrupadas en algunos casos incluso por los

elementos étnicos de identidad. Efectivamente, los artículos: 2; 6, numeral 1

y numeral 2; 7, numeral 1; 8, numeral 1; 14, numeral 2; 15, numeral 1 y 2;

16 numeral 1 y el 18, del Convenio Nro. 169 sobre los Pueblos Indígenas y

Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hacen referencia

a la normativa relacionada con la consulta previa de las comunas,

comunidades, nacionalidades y pueblos indígenas, quienes se convierten en

los actores directos sobre los destinos que deberán tomar sus tierras que se

encuentran sobre los recursos naturales. Dentro de las normativas del

Convenio Internacional 169 de la Organización Internacional del Trabajo

(OIT), y concretamente dentro de las normas citadas, se garantiza de forma

directa a los pueblos indígenas a ser los autorizadores directos de los

49 (41) CONSTITUCIÓN DEL ECUADOR, 2008, artículo 57, página 45.

85

destinos que deberán tomar sus recursos naturales incrustados dentro de

sus tierras. El Convenio, define que los pueblos indígenas, son quienes

deciden por si mismos sobre la necesidad o no de la explotación de los

recursos naturales de sus tierras, para ello el Estado debe consultarles y con

dicha autorización, el Estado como entidad política y administrativa de los

bienes públicos debe tomar decisiones trascendentales en ver la viabilidad y

la necesidad en el campo económico de explotar o no esos recursos

naturales que encuentran en las tierras de las nacionalidades indígenas.

Si las normas constitucionales del Ecuador actual y en particular, el

Convenio 169 sobre los Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), garantizan el derecho colectivo a la consulta

previa, de los pueblos y nacionalidades a decidir sobre los recursos de sus

tierras, no sucede dentro de la normativa secundaria del Ecuador, donde ahí

se da carta abierta al Estado para que decida sobre los destinos de los

recursos naturales que se encuentren dentro de los territorios de las

comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador,

como bien lo estipula el artículo 87 de la Ley de Minería, que dice:

“Capítulo III

DE LA GESTIÓN SOCIAL Y PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD.

Art. 87.- Derecho a la información, participación y consulta.-El Estado, es

responsable de ejecutar los procesos de participación y consulta social a

través de las instituciones públicas que correspondan de acuerdo a los

principios constitucionales y a la normativa vigente. Dicha competencia es

indelegable a cualquier instancia privada.

Estos procesos tendrán por objeto promover el desarrollo sustentable de la

actividad minera, precautelando el racional aprovechamiento del recurso

minero, el respeto del ambiente, la participación social en materia ambiental

y el desarrollo de las localidades ubicadas en las áreas de influencia de un

proyecto minero.

86

En el caso que de un proceso de consulta resulte una oposición

mayoritaria de la comunidad respectiva, la decisión de desarrollar el proyecto

será adoptada por resolución motivada del Ministerio Sectorial.

Todo concesionario minero deberá respetar el derecho de las personas al

acceso a los procesos de información, participación y consulta en la gestión

ambiental de las actividades mineras.

Para todo proceso de consulta, el ministerio de finanzas, proporcionará el

respectivo presupuesto a través del Ministerio Sectorial.” 50

El inciso tercero del artículo 87 de la Ley de Minería y muy claro, y dice

que se realizará a la consulta previa a las comunidades sobre el destino de

los recursos naturales que se encuentren dentro de sus jurisdicciones

territoriales, pero esta consulta previa decisoria siempre y cuando decida de

manera positiva y favorable para la explotación de los recursos naturales a

favor del Estado ecuatoriano; y cuando la decisión de las comunidades

dentro de la consulta previa como derecho colectivo no sea favorable para la

explotación, ahí las decisiones de las comunidades queda en el vacío y en la

nada y decide de forma directa el ministerio que tenga relación directa con la

explotación de los recursos naturales que se encuentren en las tierras de las

comunidades. Según el artículo 87, inciso tercero de la Ley de Minería, la

consulta que se realiza a las comunidades y pueblos indígenas sobre el

rumbo que deberán dar sobre los recursos naturales, decide de manera

directa el Estado. El Estado se convierte en el amo y señor de las decisiones

sobre los recursos naturales que encuentren dentro del territorio nacional y

concretamente dentro de los territorios de los pueblos y nacionalidades

indígenas del Ecuador. El poder político se sobrepone a las decisiones

colectivas de las comunidades indígenas. El Estado ordena y sustenta

dentro de la coercibilidad de la ley para el cumplimiento decisivo sobre el

50 (42). LEY DE MINERÍA, Registro Oficial Nro. 517, del 29 de enero

del 2009, artículo 57, Página 16.

87

rumbo que deberán tener los recursos naturales que se encuentre dentro de

los pueblos, comunas, nacionalidades indígenas del Ecuador. Las

nacionalidades se convierten en meras espectadoras de la exploración y

explotación de los recursos naturales que se hallaren dentro de sus

territorios.

El artículo 87, contrapone de manera directa a la normativa constitucional

ecuatoriana y las leyes del Convenio Internacional 169 sobre los Pueblos

Indígenas Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Efectivamente el artículo 87, inciso tercero de la Ley de Minería dice que en

caso que la consulta previa realizada a las comunidades indígenas resultare

en contra de la explotación de los recursos naturales de los territorios de

dichos pueblos, la decisión final deberá tomar el Ministerio Sectorial. Esta

normativa va en contra del Convenio, y concretamente de los artículos:

“Art 2.

1.- Los gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la

participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y

sistemática con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a

garantizar el respeto a su integridad. ” 51

El artículo 2 del Convenio 169 sobre Pueblo Indígenas y Tribales, dice que

los gobiernos deben coordinar las acciones que se realicen para garantizar

el fiel cumplimiento de los derechos de estos pueblos. En cambio el artículo

87, inciso tercero, dice que la consulta previa como derecho colectivo, no

decide la voluntad de la comunidad sino la voluntad del ministerio respectivo.

El artículo 87, inciso tercero de la Ley de Minería, contrapone al artículo 6,

numeral 1, del Convenio 169 de los Pueblos Indígenas y Tribales de la

Organización Internacional del Trabajo.

51 CONVENIO (OIT) Nro. 169, sobre Pueblos Indígenas y Tribales en

Países Independientes 1989, página 3.

88

“Art 6.-

1.- Al aplicar las disposiciones del presente Convenio, los gobiernos,

deberán:

a).- Consultar a los pueblos interesados, mediante procedimientos

apropiados y en particular a través de sus instituciones representativas, cada

vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de

afectarles directamente;” 52

El artículo 6, numeral uno del Convenio 169 de los Pueblos Indígenas y

Tribales de la Organización Internacional del Trabajo, dice tácitamente, que

el Estado debe consulta al pueblo sobre las medidas administrativas y

legislativas que tengan repercusiones dentro de las comunidades y pueblo

indígenas; mientras que el artículo 87, inciso tercero faculta al ministerio

sectorial decir cuando la consulta es contraria a los requerimientos de la

explotación de los recursos naturales.

El artículo 6, numeral 2 del Convenio 169, dice:

“Las consultas llevadas a cabo en aplicación de este Convenio deberán

efectuarse de buena fe y de una manera apropiada a las circunstancias con

la finalidad de llegar a un acuerdo o lograr consentimiento acerca de las

medidas propuestas.”53

El artículo 6, numeral 2 del Convenio 168 de los Pueblos Indígenas y

Tribales de la OIT, es claro y sostiene que las consultas deben ser

realizados con buena fe, con la finalidad de llegar a un acuerdo y si es

posible alcanzar el consentimiento de las comunidades consultadas. El

artículo 87, se contrapone a esta norma, por cuanto dentro de la consulta da

facultad total decisoria al ministerio sectorial para que decida sobre el

52 CONVENIO 169 DE LA OIT, op - cit, página 4.

53 CONVENIO 169 OIT, op-cit- página 5.

89

destino de los recursos naturales que se encuentren en las tierras de las

comunidades y pueblos indígenas del Ecuador.

El artículo 7, numeral 1, del Convenio 169 sobre los Pueblos Indígenas y

Tribales de la Organización Internacional del Trabajo, dice:

“Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus propias

prioridades en lo que atañe el proceso de desarrollo, en la medida en que

éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las

tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida

de los posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además,

dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación evaluación

de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de

afectarles directamente.”54

El artículo 7, numeral 1, del Convenio 169 de la OIT, es claro y manifiesta

que él pueblos interesados dentro de sus territorios, son los únicos los que

pueden decidir sobre el futuro de sus recursos naturales y su rumbo

económico y social. Es decir, si a las comunidades indígenas les interesa

explotar los recursos naturales, estas pueden hacerlo y si no lo quieren, la

explotación no debe hacerlo. Esta norma entra en contraposición al artículo

87, inciso tercero de la Ley Minera que faculta al ministerio sectorial decidir

sobre el futuro de los recursos naturales de los pueblos indígenas.

El artículo 8, numeral uno del Convenio 168 de la OIT, dice que los Estados

deberán respetar sus costumbres y su derecho consuetudinario. En el caso

ecuatoriano, debe respetar su concepción que los pueblos indígenas tienen

para la aplicación de las leyes de acuerdo a sus costumbres. El artículo 87,

de la Ley de Minería, da el poder total al poder político del Estado para que

decida sobre los recursos naturales de los pueblos ancestrales.

54 CONVENIO, 169 OIT, op-cit, página 5.

90

El artículo 15, numeral 1, del Convenio 169 de la OIT, dice que los

derechos de los pueblos interesados a los recursos naturales existentes en

sus tierras deberán protegerse especialmente. Estos derechos comprenden,

el derecho de esos pueblos a participar en la utilización, administración y

conservación de dichos recursos. Esta normativa da toda la facultad legal de

decidir a los pueblos que en sus tierras tienen los recursos naturales; de

administrar dichos recursos, incluso de conservar si estos lo consideran

pertinente. Mientras que la normativa del artículo 87 de la Ley de Minería da

todo el poder al Estado de ser el protagonista de los destinos de los recursos

naturales de los territorios de las comunas, pueblos y nacionalidades

indígenas.

El artículo 18 del Convenio 169 de la OIT, dice que la ley deberá prever

sanciones apropiadas contra toda intrusión no autorizada en las tierras de

los pueblos interesados o todo uso no autorizado de las mismas por

personas ajenas ellos. Este artículo es claro, y da todas las facultades

legales para que el Estado como ente sancionador, haga respetar a las

tierras de las comunidades indígenas y que solo pueden ingresar a aquellas

tierras previa autorización de los miembros de la comunidad. En cambio, el

artículo 87 de la Ley de Minería, da el poder total al ministerio sectorial, para

que decida sobre el futuro de las tierras indígenas donde se encuentren los

recursos naturales.

91

4.4.- El artículo 87 de la Ley de Minería no es de carácter vinculante.

La consulta previa como un derecho colectivo de los pueblos, comunas,

y nacionalidades indígenas en el Ecuador, fue incorporado en la Constitución

de 1998.

El 15 de mayo de 1998, el Estado ecuatoriano, ratificó el convenio 169

sobre los pueblos indígenas y tribales de la Organización Internacional del

Trabajo (OIT).

A partir del 15 de mayo de 1998, el Estado ecuatoriano con la ratificación

del Convenio 169 de la OIT, se sometía a las normas internacionales de este

convenio que tiene incluso mayor jerarquía jurídica cuando se trata de los

derechos humanos. Como lo dispone el artículo 6 del Convenio 169 de la

OIT, quedaba sometido el gobierno ecuatoriano a consultar a los pueblos

interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de

sus instituciones representativas, cada vez que se realicen medidas

legislativas o administrativas que les afecte de manera directa. La norma del

Convenio, menciona también que las consultas llevadas a cabo en

aplicación del Convenio, deberán realizarse de buena fe y de forma

apropiada con la finalidad de llegar un acuerdo o lograr el consentimiento

acerca de las medidas propuestas. El derecho colectivo de la consulta

previa de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador, basados en el

Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, tiene carácter

vinculante, porque la normativa es clara al mencionar que los gobiernos que

suscriben el convenio, cuando vayan a realizar medidas administrativas y

legislativas que afecten de manera directa a los pueblos, de manera

obligatoria deberán consultar a aquellos, y mediante procedimientos

trasparentes para de esa forma, el gobierno no abuse de sus instancias del

poder político, sino que se busque llegar a los acuerdos y consentimientos

de las comunidades en base al respeto del derecho colectivo de la consulta

previa que dentro de la normativa del convenio 169 de la OIT, se hace

vinculante a las decisiones que tomaren las comunidades, pueblos y

comunas indígenas, respeto del papel decisivo de los destinos propios que

92

deban definir sobre los recursos naturales que se encuentre dentro de sus

territorios.

El Ecuador, al suscribirse al Convenio 169 de la Organización

Internacional del Trabajo (OIT), quedó sujetó el gobierno a lo que dispone el

artículo 7 del Convenio, que manifiesta que los pueblos interesados deberán

tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al

proceso de desarrollo, en la medida en que este afecte a sus vidas,

creencias, instituciones, bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o

utilizan de alguna manera, y de controlar en la medida de lo posible, su

propio desarrollo económico, social y cultural. La normativa es muy clara y

evidentemente vinculante, por cuanto el gobierno del Ecuador, debe respetar

a las comunas, pueblos y nacionalidades sobre el destino que estas puedan

dar a los recursos naturales que se encontraren dentro de sus territorios.

Además, dice que el Estado deberá respetar la decisión de las comunidades,

en relación a la elección de su propio desarrollo económico. Es decir, que las

comunidades indígenas, comunas y pueblos, que en cuyos territorios se

encuentre los recursos no renovables, son estas quienes tienen la facultad

legal de acuerdo a esta norma de mantener sus recursos bajo tierra o

explotar de acuerdo sus conveniencias de su cosmovisión económica, social

y cultural. El artículo 7 del Convenio de la organización Internacional del

Trabajo, es vinculante, y toda la potestad legal y decisoria a las comunas,

pueblos y nacionalidades a convertirse en únicos entes que decidan sobre el

futuro de los recursos naturales de sus tierras.

Dentro de la normativa del Convenio 169, de los Pueblos Indígenas y

Tribales, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las decisiones

tomadas por las comunas, pueblos y nacionalidades en relación al destino

de los recursos naturales, son de instancia definitiva. La comunidad tiene

todo el peso de la decisión política sobre el camino que deben seguir en

relación a los procesos económicos de sus pueblos. El Estado como una

institución del poder político, se convierte en una especie de garante para el

fiel cumplimiento de los deseos de las comunidades en relación al rumbo

que deberán tomar sus tierras que guardan riquezas naturales.

93

Con la salida del gobierno de Alfredo Palacio, y con toma del poder por

el gobierno de Rafael Correa, parecería que las cosas se iban consolidando

a favor de los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades indígenas

del Ecuador. Es así que en el año 2008, se dictó la nueva Constitución del

Ecuador, en la cual se ratifica el texto de entender a la consulta previa de los

pueblos y nacionalidades como un derecho colectivo y decisorio sobre el

rumbo que estos pueblos deberán dar a sus recursos naturales que se

encuentren enraizados en sus tierras. Concretamente, el artículo 57,

numeral 7 de la Carta Magna, señala:

“Art. 57.- Se reconoce y se garantizará a las comunas, comunidades,

pueblos y nacionalidades indígenas, de conformidad con la Constitución, y

con los pactos, convenios, declaraciones y demás instrumentos

internacionales de derechos humanos, los siguientes derechos colectivos:

7.- La consulta previa, libre e informada, dentro de un plazo razonable, sobre

planes y programas de prospección, explotación y comercialización de

recursos no renovables que se encuentren en sus tierras y que puedan

afectarles ambiental o culturalmente; participar en los beneficios que esos

proyectos reporten y recibir indemnizaciones por los perjuicios sociales,

culturales y ambientales que les causen. La consulta que deban realizar las

autoridades competentes será obligatoria y oportuna. Si no se obtuviese el

consentimiento de la comunidad consultada, se procederá conforme a la

constitución y la ley.”55

El artículo 57, numeral 7 de la Constitución del Ecuador, es un poco

ambiguo, en dar la plena potestad decisiva a las comunidades sobre el

futuro de sus tierras donde se encuentren imbricados los recursos naturales,

por cuanto por una parte dice que en relación a los derechos colectivos de la

55 CONSTITUCIÓN DEL ECUADOR, 2008, artículo 57.

94

consulta previa, el Estado ecuatoriano se someterá a las normas

constitucionales y los convenios y otros instrumentos legales. Por otro lado

el numeral 7 de la norma citada, señala que cuando no exista el

consentimiento de la comunidad para explotación de los recursos no

renovables, el Estado como instancia del poder público recurrirá a la

Constitución y a la ley. Aquí se da cuenta de manera objetiva que

desvinculación de la decisión de la voluntad de las comunidades indígenas

sobre el futuro de sus tierras, lo tiene el Estado, porque por ello dice se

sujetará a la Constitución y ley. Y recuerde, que esta ley, es precisamente la

Ley de Minería y concretamente el artículo 57, que expresa de manera

directa que las decisiones de las comunidades, pueblos, y nacionalidades

sobre el manejo y destino de sus recursos naturales solo queda en la simple

retórica de un Estado que quiere aparecer como el tutelador, el cuidador, el

revolucionario, el garantizador de los derechos colectivos de la consulta

previa de los pueblos indígenas para poder explotar los recursos naturales

que guarda sus tierras. La normativa es clara y da plena potestad al

gobierno de turno para que decida sobre la exploración, y explotación de los

recursos naturales de las propiedades de los pueblos milenarios que solo

sirven a para el recuerdo de los discursos retóricos de los gobernantes,

mientas sus decisiones y sus voces de reclamos sobre sus tierras y los

destinos de los recursos naturales, solo retumban en los vientos del olvido y

la marginación, como bien lo define David Chávez, en su obra consulta

previa en el Ecuador:

“Los mecanismos de consulta y el incómodo consentimiento previo.

El problema fundamental en cuanto al cumplimiento del derecho de consulta

previa tiene que ver con el objetivo de la misma. En rigor, se trata de la

finalidad de este derecho entendida como la consecución del consentimiento

previo, libre e informado como se desprende del Convenio 169 y la

Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas.

Dicho de otro modo, la cuestión central es la determinación de si el

pronunciamiento de las comunidades y pueblos consultados tiene carácter

95

vinculante para las instancias estatales; o dicho en otros términos si esto

confiere “un poder de veto” a las comunidades y organizaciones

consultadas.”56

Los recursos naturales que engendra la madre tierra, de las comunas, de

los pueblos y nacionalidades, está en las decisiones del gobernante o “REY”,

que controla el poder jurisdiccional y lo vuelve dócil a las normas

constitucionales y tratados internacionales que precautelan los derechos

humanos en contraposición de las leyes secundarias que garantizan la

extracción de los recursos no renovables, yendo en contra, incluso de la

propia existencia de los pueblos originarios. Todo gobernante tiene la

necesidad de recursos económicos para sostenerse en un modelo

asistencialista y burocrático, lo que ha llevado a la implementación de

modelos económicos extractivistas de los recursos naturales no renovables,

para lo cual ha impulsado leyes secundarias que han ido en una

contraposición directa a las normas constitucionales y tratados

internacionales que garantizan como el primer derecho fundamental del

hombre, el derecho a la vida. Por ello la normativa de la Ley Minera, quita la

potestad del poder que las comunidades deberían tener sobre el destino de

sus recursos naturales de sus tierras. Efectivamente, la norma resquebraja

el poder colectivo de las comunas y supera el poder individual del Estado y

su necesidad por los ingresos al erario fiscal. La comunidad se queda

cruzada de brazos y el derecho colectivo de la consulta a las comunidades

se queda solo para los discursos políticos, que adornan a los pueblos

indígenas con refranes y palabras que retumban de emoción y contradice a

una realidad lacerante y triste de estos pueblos que son retirados de sus

tierras para dar paso a la exploración y explotación de los recursos

naturales. El gobernante de turno, termina imponiéndose, y la comunidad

solo se convierte en la triste y mera expectadora de la explotación de sus

recursos, por ello la norma del artículo 87 dice que cuando la comunidad no

decida favorablemente sobre la explotación de sus recursos, el poder de

56 CHÁVEZ, David, Consulta Previa en el Ecuador, CDES, pág.34.

96

decidir tendrá el ministerio del ramo, el gobernante termina autorizado la

explotación de los recursos no renovables, rompiendo incluso preceptos

constitucionales y tratados internacionales que defienden la vida humana.

“Capítulo III

DE LA SOCIAL Y PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD.

Art. 87.- Derecho a la información, participación y consulta.-….

En el caso que de un proceso de consulta resulte una oposición mayoritaria

de la comunidad respectiva, la decisión de desarrollar el proyecto será

adoptada por resolución motivada del Ministerio Sectorial…”57

El artículo 398 de la Constitución del Ecuador, también consagra no ser

vinculante la decisión de la consulta previa de los pueblos indígenas sobre el

destino de sus recursos, por cuanto dice:

“Art. 398.-… Si del referido proceso de consulta resulta una oposición

mayoritaria de la comunidad respectiva, la decisión de ejecutar el proyecto

será adoptada por resolución debidamente motivada de la instancia

administrativa superior correspondiente de acuerdo con la ley…” 58

De forma evidente, la decisión de la consulta previa que se realice a las

comunas, pueblo y nacionalidades del Ecuador, sobre la exploración y

explotación de los recursos naturales, una vez más se demuestra que no es

vinculante, la propia normativa constitucional menciona, que la decisión de la

comunidad queda en simples decisiones y enunciados que no tienen el

carácter legal de una norma, y sus decisiones se convierten en meras voces

57 LEY DE MINERÍA, 2009, artículo 87.

58 CONSTITUCIÓN DEL ECUADOR, 2008, Art. 398.

97

que contradicen a las decisiones del Estado y del gobierno de turno, que

ordenan y mandan sobre los territorios donde se encuentran los recursos

naturales. La norma constitucional de este artículo da cuenta que la consulta

previa como derecho colectivo, no existe, y lo único que existe son los

derechos que tiene el Estado para explotar los recursos naturales, en contra

inclusive de la decisión mayoritaria de la comunidad. La ley de la explotación

de los recursos naturales, ha superado ampliamente al discurso

supuestamente renovador de dar derechos inclusive a la naturaleza. Me

pregunto, ¿Cómo pueden dar derechos a la naturaleza, sin no son capaces

de garantizar los derechos colectivos a los seres humanos agrupados por su

cultura, por sus costumbres, por su identidad, dentro de las comunas,

pueblos y nacionalidades indígenas?. El derecho colectivo de la consulta

previa de los pueblos indígenas, ha sido sepultado una vez más por las

normas legales que reflejan el único interés del capital y la ambición de los

recursos económicos, a pesar que el artículo 1 de la normativa constitucional

señala que el Ecuador es un Estado de derechos. El propio mandatario de la

República del Ecuador, Rafael Correa, el 28 de abril, en el diario, Los Andes,

dijo:

“La consulta previa no es consulta popular…es buscar consensos es

socializar… El artículo 398 de la constitución ecuatoriana dicta…si el referido

proceso de la consulta resulta en una oposición, la decisión de ejecutar el

proyecto será adoptada por la instancia administrativa superior, de acuerdo

con la ley.”59

En la actualidad lo que interesa a los gobiernos son los ingresos

económicos, que produce la minería a gran escala, donde los derechos

colectivos como la consulta previa de los pueblos aborígenes, son borrados

por el interés del capital. Una vez más el capital vulnera los derechos

59 DIARIO, Los Andes, 2013, Quito, pág. 2.

98

colectivos de los pueblos olvidados por los Estados. Bien lo describe Gabriel

Bustamante Peña, en el artículo, El derecho a la consulta previa: avances y

retos en América Latina, cuando, señala:

“Los Estados han aceptado cumplir el rol de guardianes del sistema

extractivista protegiendo sus intereses a costa de la integridad, seguridad y

derechos de las poblaciones nacionales…”60

Jorge Albán en su obra, Participación, consulta previa y participación

petrolera, mantiene también sus serias dudas en relación a que la decisión

de la consulta previa sobre la explotación de los recursos naturales, que

tome las comunidades, sea de carácter vinculante y de fiel respeto por parte

de la institucionalidad del Estado, cuando indica:

“El Estado, luego de cuatro años de la vigencia de esta norma, no ha

concretado un cuerpo jurídico e institucional necesario para que tenga

vigencia real. Parece existir algún grado de desconcierto ante la dificultad

que su instrumentalización supone. Los empresarios involucrados temen que

esta norma los convierta en prisioneros de los ciudadanos consultados o que

coarte de manera definitiva el desarrollo de sus proyectos productivos.”61

Para comprender la dimensión concreta de la consulta previa como un

derecho colectivo que está prescrito en la normativa constitucional y leyes

secundarias de la República del Ecuador, citó lo sentenciado por el

libertador, Simón Bolívar:

“El problema de los parlamentos es que no hay buena fe, los tratados son

papeles, las constituciones son libros, la libertad anarquía y la vida de los

pueblos un tormento.”62

60 BUSTAMANTE PEÑA, Gabriel, El derecho a la consulta previa:

avances y retos en América Latina, 2013, página 1. 61FONTAINE, Guillaume, editor, petróleo y desarrollo sostenible en

Ecuador, Flacso, Quito-Ecuador, 2003, pág. 141. 62 Ver, Marco Proaño Maya, Patria, Democracia y Palabra, Quito-

Ecuador, 2005, pág. 57.

99

CAPÍTULO II

2.- MARCO METODOLÓGICO Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

Modalidad de la investigación

Para esta investigación social, se utilizaron los métodos, cualitativo y

cuantitativo.

El método cualitativo, entiende los procesos de los grupos como sujetos y no

como objetos, y tienen características propias, con diferencias dentro del

tiempo y espacio.

Se utilizó este método de investigación porque mediante el proceso

investigativo se busca llegar a la esencia del fenómeno social investigado.

El método cuantitativo permite el recogimiento de datos cuantificables

estadísticos y de las técnicas del muestro, que proporciona elementos

cuantitativos que luego son interpretados dentro del proceso investigativo

legal.

Tipo de investigación.

La investigación social que hemos realizadoes descriptiva, aplicada,

bibliográfica e ideográfica.

La investigación es descriptiva porque determina la realidad de las variables

dentro del proceso investigativo social.

La investigación es aplicada porque proporciona propuestas concretas para

alcanzar la solución del problema planteado dentro de la investigación.

La investigación es bibliográfica porque la investigación social para alcanzar

la solución al problema, requiere de fuentes bibliográficas.

La investigación es ideográfica porque estudia la corrección en la normativa

jurídica.

100

Diseño de la investigación de campo.

Población y Muestra.

La investigación se realizó en la ciudad de Ambato, cantón Ambato,

provincia de Tungurahua, a los profesionales del derecho, especializados en

Derecho Constitucional que trabajan en el libre ejercicio.

COMPOSICIÓN POBLACIÓN MUESTRA.

Ab. Constitucionalistas 40 4

Metodología, técnicas y herramientas.

Métodos.

Nuestra investigación adquirió el conocimiento científico, porque se aplicó

los métodos, deductivo, inductivo; análisis y síntesis; estudio de caso, lógico,

histórico y cualitativo.

Método deductivo.

Con la interpretación teórica de los sucesos y de los datos alcanzados con

las piezas procesales en la investigación, se obtuvo un conocimiento nuevo,

como un todo, de posibles interpretaciones de la teoría estructuralista dentro

del aspecto deductivo.

Método inductivo.

Alcancé a descubrir la parte subjetiva, que permitió recoger elementos

particulares y desarrollar una idea de lo sucedido.

101

Método del análisis y síntesis

Me permitió realizar un análisis de cada una de las piezas procesales de la

muestra, y se tomó en cuenta los derechos esenciales del actor, actores,

demandado y demandados, y se estableció los elementos estructurales de

todos los derechos y principios de manera ordenada.

Método de estudio de caso.

Me permitió realizar un análisis de la muestra del caso, donde las

autoridades de justicia emitieron su cometario en relación a la valoración de

la prueba, principio constitucional de progresividad, derecho colectivo,

recursos naturales, comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades.

Método lógico histórico.

Me permitió estudiar la evolución histórica y su estructura, de los derechos y

principios esenciales.

Método cualitativo.

Me permitió recoger, textos relacionado con la temática; recopilé la muestra

del caso; y analicé con sentencias y resoluciones idénticas nacionales e

internacionales.

Técnicas

Utilicé la encuesta, obtuve mayores elementos, y solucioné el problema

propuesto.

102

Herramientas.

Utilicé el cuestionario con una variedad de preguntas y consensuélos

criterios de los conocedores de la materia.

Utilicé las fichas nemotécnicas y bibliográficas, y registré los datos más

concretos para nuestra investigación.

103

Análisis e Interpretación de resultados.

Cuestionario aplicado a profesionales del derecho consultado.

PREGUNTA Nro. 1

1.- ¿Se encuentra vigente el principio de progresividad en la Constitución

de la República?

GRÁFICO Nro. 1

INTERPRETACIÓN DE DATOS.

De acuerdo a los resultados obtenidos, el 100% de los profesionales

consultados, conocen que el principio de progresividad de la ley, está

vigente en la Constitución del Ecuador.

si no

40

0100% 0%

Título del gráfico

Porcentaje Frecuencia2

Respuesta Frecuencia Porcentaje.

SI 40 100 %

NO 0 0.00%

TOTAL 40 100%

104

2.- ¿Considera usted que el principio de progresividad, esencialmente

significa la no regresividad de los derechos individuales y colectivos?

GRÁFICO Nro. 2

INTERPRETACIÓN DE DATOS.

Según los resultados obtenidos, el 90% de los profesionales consultados

conocen que el principio de progresividad de los derechos colectivos,

constan en la Constitución. El 10% lo desconoce.

Si No

36

490%10%

Título del gráfico

Frecuencia Porcentaje

Respuesta Frecuencia Porcentaje.

SI 36 90 %

NO 4 10%

TOTAL 40 100%

105

3.- ¿Considera usted que la consulta es una obligación de los estamentos

oficiales y un derecho de los colectivos?

GRÁFICO Nro. 3

INTERPRETACIÓN DE DATOS.

Según los datos obtenidos, el 95% de los profesionales del derecho,

conocen que la consulta es una obligación de los estamentos oficiales y un

derecho de los colectivos. El 5% lo desconoce.

Si NO

38

295% 5%

Título del gráfico

Frecuencia Porcentaje

Respuesta Frecuencia Porcentaje.

SI 38 95%

NO 2 5%

TOTAL 40 100%

106

4.- ¿Considera usted, que en materia de consulta, el pronunciamiento

mayoritario debe ser respetado por autoridades y funcionarios públicos?

GRÁFICO Nro. 4

INTERPRETACIÓN DE DATOS.

De acuerdo a los resultados obtenidos, el 100% de los profesionales del

derecho, conocen que en materia de consulta el pronunciamiento

mayoritario debe ser respetado por autoridades y funcionarios públicos.

Si NO

40

0100% 0%

Título del gráfico

Frecuencia Porcentaje

Respuesta Frecuencia Porcentaje.

SI 40 100%

NO 0 0%

TOTAL 40 100%

107

5.- ¿Considera usted que el pronunciamiento mayoritario del pueblo está por

encima de toda posible resolución política administrativa?

GRÁFICO Nro. 5

INTERPRETACIÓN DE DATOS.

De acuerdos a los resultados obtenidos, el 100% de los profesionales del

derecho, conocen que el pronunciamiento mayoritario del pueblo está por

encima de toda posible resolución política-administrativa.

Si no

40

0100% 0%

Título del gráfico

Frecuencia Porcentaje

Respuesta Frecuencia Porcentaje.

SI 40 100%

NO 0 0%

TOTAL 40 100%

108

6.- ¿Considera usted que el Art. 87 de la Ley de Minería, atenta contra el

principio constitucional de progresividad?

GRÁFICO Nro. 6

INTERPRETACIÓN DE DATOS.

De acuerdo a los resultados obtenidos, el 72.50% de los profesionales del

derecho, conocen que el Art, 87 de la Ley de Minería, atenta contra el

principio constitucional de progresividad, El 27,50% no lo conoce.

Si No

29

11

72,50% 27%

Título del gráfico

Frecuencia Porcentaje

Respuesta Frecuencia Porcentaje.

SI 29 72.5%

NO 11 27,5%

TOTAL 40 100%

109

7.- ¿Considera usted que el Art. 87 de la Ley de Minería, atenta la voluntad

mayoritaria de las comunidades y la sujeta a una decisión política

administrativa?

GRÁFICO Nro. 7

INTERPRETACIÓN DE DATOS.

Según los resultados obtenidos, el 77,50% de los profesionales del derecho,

consideran que el Art. 87 de la Ley de Minería, atenta a la voluntad

mayoritaria de las comunidades y la sujeta a una decisión política

administrativa. El 22.50% no lo consideran.

Si No

31

9

77,50%22,50%

Título del gráfico

Frecuencia Porcentaje

Respuesta Frecuencia Porcentaje.

SI 31 77.5%

NO 9 22.5%

TOTAL 40 100%

110

8.- ¿Considera usted, que en aplicación el principio de progresividad y

respeto a la voluntad mayoritaria en las comunidades se debe reformar el

Art. 87 de la Ley de Minería, estableciendo derecho vinculante de la voluntad

mayoritaria de las comunidades?

GRÁFICO Nro. 8

INTERPRETACIÓN DE DATOS.

Según los resultados obtenidos, el 92,50 % de los profesionales del derecho,

consideran que para lograr la aplicación del principio de progresividad se

debe reformar el Art, 87 de la Ley de Minería, estableciendo el efecto

vinculante de la voluntad mayoritaria de las comunidades.

Si No

37

392,50% 7,50%

Título del gráfico

Frecuencia Porcentaje

Respuesta Frecuencia Porcentaje.

SI 37 92.5%

NO 3 7.5%

TOTAL 40 100%

111

Capítulo III

Desarrollo de la propuesta.

Título.

Anteproyecto de Ley Reformatoria al Art. 87 de la Ley de Minería, que atenta

al principio constitucional de progresividad, al dejar sin efecto el derecho de

la voluntad mayoritaria de las comunidades, realizada en la consulta previa.

LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR

CONSIDERANDO.

Que el artículo 1 de la Constitución de la República, define al Ecuador como

un Estado de derechos y justicia social, y que deben ser aplicados de forma

directa e inmediata.

Que es necesario, la concatenación de las normas constitucionales con las

normativas secundarias, para alcanzar una legislación social que permita

garantizar los derechos humanos del conjunto de la sociedad.

Que es imprescindible que la norma legal establezca los derechos

constitucionales colectivos, para garantizar que la voluntad mayoritaria de

las comunidades sea respetada por los gobiernos.

Que la actual normativa impide el cumplimiento de los derechos colectivos

de la consulta previa a las comunidades, sobre el uso de los recursos

naturales de sus territorios.

112

En ejercicio de las facultades constitucionales y legales, expide:

LEY REFORMATORIA A LA LEY DE MINERIA.

Art. 1.- Suprímase la parte final del inciso primero del artículo 87 de la Ley de

Minería, que dice:“ Dicha competencia es indelegable a cualquier instancia

privada.”

Art. 2

Art. 87.- Derecho a la información, participación y consulta.- El Estado es

responsable de ejecutar obligatoriamente los procesos de participación y

consulta social a través de las instituciones públicas que correspondan de

acuerdo a los principios constitucionales y a la normativa vigente.

Estos procesos tendrán por objeto promover el desarrollo sustentable de la

actividad minera, precautelando el racional aprovechamiento del recurso

minero, el respeto del ambiente, la participación social en materia ambiental

y el desarrollo de las localidades ubicadas en las áreas de influencia de un

proyecto minero.

Todo concesionario minero deberá respetar el derecho de las personas al

acceso a los procesos de información, participación y consulta en la gestión

ambiental de las actividades mineras.

Para todo proceso de consulta, el ministerio de finanzas, proporcionará el

respectivo presupuesto a través del ministerio sectorial.

Los resultados de cualquier consulta serán vinculantes.

Bibliografía.

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2011.

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CHÁVEZ, David, Consulta Previa en el Ecuador, CDES.

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