URBANISMO Y ARQUITECTURA DOMESTICA RURAL EN ALAVA

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URBANISMO Y ARQUITECTURA DOMESTICA RURAL EN ALAVA VICTORINO PALACIOS La ex istenc ia de tres cadenas montañosas paralelas que atravie- san de Este a Oeste el territorio ala- vés, unido a la división de aguas de este territor io en dos distintas vertien - tes, la cantábrica y la mediterránea, establecen en Alava un conjunto de pequeñas comar cas o zonas territo- riales. Si al distinto espac io físico presentado por el territorio alavés le sumamos las dist intas economías de explotación, los distintos niveles sociales, las comunicaciones o vías de interrelación y las que el arte es- tablece, se obtienen distintos mo- delos urbanísticos y arquitectónicos referidos, ambos, al ámbito rural y en particular a la vivienda doméstica. Los territorios que se establecen en Alava teniendo presente las con- sideraciones anteriores son seis: Alava Húmeda ; Llanada Alavesa; Montaña Alavesa; Valles Occidenta- les Altos; Valles Occidentales Bajos y Treviño ; y Rioja Alavesa. ALAVA HUMEDA Ocupa el sector norte y occidental de la Provincia al que hay que sumar el singular y pequeño enclave del va- lle de Aramaiona, éste en la muga de los tres Territorios Históricos del País Vasco. La voz «húmeda» añad ida a la per- tenencia de tal sector a la Cuenca Cantábrica, la identifica como una co- marca con una climatología benigna y lluviosa, con la cons iguiente in- fluenc ia en el desarrollo de la vivien- da doméstica. El hábitat en esta comarca atiende a la tipología de poblamiento dis- perso o aislado en la que cada uni- dad de explotación agropecuaria se halla aislada del resto, con sus edifi- cios conformantes rodeados del te- rreno de su propiedad. Frecuente es enco ntrar más de una unidad de explotación agrope- cuaria const ituyendo un pequeño núcleo poblac ional , denom inado «barrio», careciendo de aquellos ser- vicios comunes que le otorguen la categoría de pueblo o aldea. Estos barrios no suelen sobrepasar el nú- mero de cuatro unidades de explo- tación agropecuaria. De los distintos barrios que conforman una Entidad Menor de población, si uno de ellos disfruta de servicios comunales, igle- sia, escuela, etc., éste se constituye como el centro y razón social de to- dos ellos, adueñándose del vocablo identificativo de la correspondiente Entidad Menor. La casa popu lar rural po r excelen- cia en la Alava Húmeda aparece sim- bolizada por el denominado «case- río». Este se erige como el modelo más interesante de la arquitectura de la comarca. El caserío ha sabido conj ugar per- fectamente su doble función; de una parte, ser centro o receptáculo de la vida familiar; y de otra, el constituirse como componente básico en el pai- saje human izado de un territorio, el Vasco. La planta rectangular o cuadrada de notables dimensiones y la cubier- ta a dos aguas con el caballete per- pend icu lar a la fachada princ ipal son las dos constantes que configu ran de una mane ra más clara su imagen for- mal. Teniendo en cuenta el irregular re- lieve y la distinta altitud a que se en- cuentran los caseríos, se establecen en éstos unas distintas tipologías que enriquecen aún más el buen q uehace r del artífice constru ctor vasco. Así, los caseríos asentados en las zonas bajas de los distintos valles que conforman la comarca dis- frutan de mayores dimensiones , ade- más de presentarse más abiertos , lu- ciendo gran parte de ellos el carac- terístico portalón, recto o curvo, y las 7

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URBANISMOY ARQUITECTURADOMESTICA RURALEN ALAVAVICTORINO PALACIOS

La existencia de tres cadenasmontañosas paralelas que atravie­san de Este a Oeste el territorio ala­vés, unido a la divis ión de aguas deeste territor io en dos distintas vertien ­tes, la cantábrica y la medite rránea,establecen en Alava un conjunto depequeñas comar cas o zonas territo­riales. Si al dist into espac io físicopresentado por el terr itor io alavés lesumamos las dist intas economíasde explotación, los dist intos nivelessociales, las comunicaciones o víasde interrelación y las que el arte es­tablece , se obtienen distintos mo­delos urbanísticos y arquitectónicosreferidos, ambos, al ámbito rural y enparticular a la vivienda doméstica.

Los territorios que se establecenen Alava teniendo presente las con­sideraciones anteriores son seis:Alava Húmeda; Llanada Alavesa;Montaña Alavesa; Valles Occidenta­les Altos; Valles Occidentales Bajos yTreviño; y Rioja Alavesa.

ALAVA HUMEDA

Ocupa el sector norte y occ identalde la Provincia al que hay que sumarel singular y pequeño enclave del va­lle de Aramaiona, éste en la muga delos tres Territor ios Históricos del PaísVasco.

La voz «húmeda» añadida a la per­tenencia de tal secto r a la CuencaCantábrica, la identifica como una co­marca con una climatología ben ignay lluviosa, con la cons iguiente in­fluenc ia en el desarrollo de la vivien­da doméstica.

El hábitat en esta comarca atiendea la tipología de poblamiento dis­perso o aislado en la que cada uni­dad de explotac ión agropecuaria sehalla aislada del resto, con sus edifi­cios conformantes rodeados del te­rreno de su propiedad.

Frecuente es enco ntrar más de

una unidad de explotación agrope­cuaria constituyendo un pequeñonúcleo poblacional , denominado«barrio», careciendo de aquellos ser­vicios comunes que le otorguen lacategoría de pueblo o aldea. Estosbarrios no suelen sobrepasar el nú­mero de cuatro unidades de explo­tación agropecuaria. De los distintosbarr ios que conforman una EntidadMenor de población, si uno de ellosdisfruta de servicios comunales, igle­sia, escuela , etc., éste se constituyecomo el centro y razón social de to­dos ellos , adueñándose del vocabloidentificativo de la correspondienteEntidad Menor.

La casa popu lar rural por excelen­cia en la Alava Húmeda aparece sim­bol izada por el denominado «case­río». Este se erige como el modelomás interesante de la arquitectura dela comarca.

El caserío ha sabido conj ugar per­fectamente su doble función ; de unaparte , ser centro o receptáculo de lavida familiar; y de otra, el constituirsecomo componente básico en el pai­saje human izado de un territorio, elVasco.

La planta rectangular o cuad radade notables dimens iones y la cub ier­ta a dos aguas con el caballete per­pend icu lar a la fachada princ ipal sonlas dos constantes que conf igu ran deuna mane ra más clara su imagen for­mal.

Teniendo en cuenta el irregular re­lieve y la distinta altitud a que se en­cuentran los caseríos, se estab lecenen éstos unas distintas tipologíasque enriquecen aún más el buenquehacer de l art ífice con stru ctorvasco. Así, los caseríos asentadosen las zonas bajas de los distintosvalles que conforman la comarca dis­frutan de mayores dimensiones , ade­más de presentarse más abiertos , lu­ciendo gran parte de ellos el carac­terístico porta lón, recto o curvo, y las

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Caser io lzaga en Oquendo (Alava Húmeda).Foto: Victorlno Palacios.

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corr idas balconadas sob re aqué l ex­tend iéndose éstas, en repet idas oca­siones, al desván o piso-granero. Elcaserío asentado en las zonas altasreduce su tamaño, tanto en plantacomo en huecos, carec iendo del tí­pico portalón, y con balcones menosnumerosos y ostentosos. Además,otra de las características que iden­tifican a estos últimos es la adic iónde un pequeño faldón en la parteposterior a fin de ofrecer menor re­sistencia a las adversas condicionesclimatológ icas de las zonas eleva­das.

Importante tamb ién, a la vez queidentificativo, es la orientación quemuestran los case ríos. Los case­ríos más antiguos se orientan al Esteo Sureste, mient ras los más moder­nos miran al Sur. No obstante, se en­cuen tran caseríos orientados a Po­niente, y algunos mirando al Norte,orientación esta última que general­mente viene impuesta por el relievedel terreno o vía de interrelación ocomunicación.

Dentro del cap ítulo de materialesemp leados en la construcción del ca­serío destacan la piedra y la madera,a los que hay que suma r otros ma­teriales de menor uso como el ladri­llo, la «bustina.. o arcilla, la esco ria(restos de las ferrerías), etc.

Tres son las plantas en que se es­tratifica el caserío: La planta bajacon sta del portal, de las cuadras, yde unas pequ eñ as depende nciasanteriores o «bodegas.., a ambos la­dos del portal. La planta intermediao principal acoge las distintas depen­dencias necesarias para la habita­ción humana, así como otras depen­dencias de apoyo a la economía delcaserío, como pequeños graneros­secaderos y el pajar, ocupando éstos

la parte posterior y menos noble deledificio. La tercera planta , desván ,camarote o gambara, en muchasocasiones reducida a la simple entre­cubierta, es utilizada como pequeñoalmacén, secadero, etc. En origen,esta tercera planta aparecía sin ce­rramiento , con el propósito de que elviento entrase con mayor libertad se­cando más rapidamente los produc­tos allí almacenados. Esta atrevidasolución, de dejar abierta la gam­bara, en un terr itorio de tipo lluviosoera subsanada med iante los, asimis­mo, osados voladizos de los alerosde la cubierta, apeándose éstos enlos tradicionales tornapuntas o jaba l­canes ricamen te tallados, en nume­rosas ocasiones, aumentando la be­lleza ornamental y plást ica del case­río.

Además del caserío, coexiste enla Alava Húmeda otra tipo logía decasa rural, de origen poste rior, fun­damentada en las antiguas casas-to­rres de la zona , y estructuradas bajolas líneas de la filosofía barroca,cons iderada ésta dentro del ámb itorural.

La planta cuadrada o ligeramenterectangular y la cub ierta de faldones,tres o cuat ro por lo general, con elcaballete paralelo o perpendicular ala fachada principal , son las dosconstantes que identifican de unamanera más clara su imagen formal.

Una variante del tipo anterior loconstituye el denominado «palaciorural..que es el reflejo de una nob lezapujante que gozaba de solvenciaeconómica y con influencia en la co­marca, desempeñando destacadospuestos en la función pública y ad­ministrativa.

Esta modalidad más culta se ca­racteriza por disfrutar el edificio ha-

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bitacional de dos cuerpos arquitec­tónicos anejos y de distinto tamaño.El más voluminoso goza de desta­cados atributos propios de su acen­tuada importancia social y artística,como pueden ser el escudo, diversassoluciones constructivas identifica­doras con la arquitectura histórica(la barroca, pr incipalmente), asicomo destacados trabajos en los ca­pítulos de cantería, carpintería yherrería. El cuerpo más reducidoacoge las dependencias auxiliares yde servicio, ocupa posición retrasaday lateral respecto de la fachada prin­cipal del volumen noble, gozando deingreso directo al piso del mismo através de escalera externa de piedra,como queriendo rememorar las es­caleras exteriores de que gozabanlas torres o casas fuertes.

Son varios los "palacios» ruralesque añaden a los dos cuerpos ante­riores otro cuerpo arquitectónico , elcorrespondiente a la capilla, ermita opequeña iglesia. cuya posición rela­tiva puede ser aneja o exenta a losvolúmenes domésticos, adquiriendoel calificativo de elemental conjuntohistórico-artístico.

LLANADA ALAVESA

Esta comarca alavesa ha sido des­de los tiempos prehistóricos territoriode paso de distintas culturas y civili­zaciones procedentes de centroeu­ropa en su tránsito hacia el interior dela península Ibérica. Esta circuns­tancia ha marcado a tal comarcacomo zona de transición entre la ar­quitectura de la zona Norte, Húmedao Cantábrica y la castellana. Sin em­bargo, la catalogamos como una ar­quitectura singular al poseer identifi­cadoras y suficientes característicaspropias.

El asentamiento poblacional típicoen la Llanada es a través de múlti­ples, pequeños y dispersos núcleoshumanos.

Al presentar la Llanada una eco­nomía de intercambio, junto a la des­tacada extensión de las explotacio­nes, y a la propia organización fami­liar, las dístintas unidades de produc­ción labriega se hallan constituidaspor la casa de labor y sus edificacio­nes auxiliares o complementarias, or­ganizadas como un conjunto de edi­ficios por lo general aislado, aunqueformando parte de un mismo núcleode población.

El modelo de casa labriega en laLlanada sigue las directrices del ca­serío de la zona Húmeda en su va­riedad de las zonas altas. Por lo ge­neral, la casa matriz o habitacional serodea de múltiples cuerpos auxilia-

res, cuyo mayor o menor ordena­miento posicional complican y en­marañan el conjunto de producciónagrícola.

Tres son las plantas en que se es­tratifica el edificio doméstico rural dela Llanada: en planta baja, cuadrasy pequeñas dependencias de alma­cenaje de pequeños aperos y de al­gunos productos al imenticios; enplanta primera, las distintas depen­dencias de habitación humana; y enla planta del desván, el almacenajedel grano.

Los sistemas constructivos si­guen utilizando la piedra y la maderacomo materiales básicos en funciónde su disponibi lidad. El ladrillo es uti­lizado, por influencia castellana, enedificios de cierto empaque que porser un material no hallado a pie deobra se reserva a personas de eco­nomías desahogadas.

En la Llanada, además de las pe­culiares casas de labranza coexistenotras edificaciones de habitación do­méstica con mayor porte y arrogan­cia. La caracterización de estas arro­gantes casas se fundamenta en laaportación de determinadas carac­terísticas de los modelos históricosde la arquitectura, además de luciralgún material exótico a la zona y al­gún que otro compon ente construc­tivo externo, asimismo exótico, a talcircunscripción. Cuando los atributosornamentales y constructivos hacende la casa un edificio singular, ésteadquiere el título de "palacio» rural ocasa señorial. La tipología interme­dia entre "palacio» rural y una simplecasa de labranza es conocida comocasa hidalga. Uno de los atributosque caracterizan a esta modalidad esla exhibición de pequeños escudosde armas, que de esa forma prego­nan su hidalguía.

MONTAÑA ALAVESA

Los esquemas urbanísticos y laarquitectura doméstica de esta co­marca viene influenciada por sus ca­racterísticas topográficas y por supasado histórico medieval, al situar­se a caballo entre los reinos de Na­varra y Castilla, y en consecuenc iaser atravesada por importantes rutasde interrelación o comunicación.

Los cond icionantes anteriores de­terminan la aparición de las villas forotificadas medievales como principa­les núcleos de población. Conjunta­mente a las villas se desarrollan otrospequeños núcleos poblacionalescuyo urbanismo es espontáneo , esdecir, sin disciplina urbanística, for­mando pequeñas agrupac iones obarrios dentro del mismo poblado .

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Palacio rural Verástegui en Manurga (Llanada Alavesa).Foto: Victorino Palacios.

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La disciplina urbanística que im­ponen las villas fortificadas, unido alestratégico e irregu lar terreno dondeéstas se asientan, hacen inconfun­dible su silueta a todo aquel viajeroque deambule por sus alrededores.

La parcelación o lotización de susedificaciones ha sabido conservarsehasta nuestros días, exceptuando el...ambio tipológico que supuso losmodelos barrocos, principalmente, aladquirir éstos hasta dos y tres par­celas medievales a fin de ganar es­pac io y prestancia para el ostentosoy nuevo edific io -la casa hidalga oel "palacio» rural.

La dist inta habitación domésticaen las villas fortificadas se halla enmedianería, lo que obliga a estruc­turar el caballete de sus cubiertas pa­ralelo a la dirección de la calle , de­saguando en sus partes anterior yposterior.

La reducida parcelación de las fa­chadas junto a la estrechez de las ca­lles sobre las que se alinean , obligana la casa a desarrollarse verticalmen­te, es decir, en altura , a fin de ganarsuperficie y luminosidad. En estascircunstancias las casas suelen dis­frutar de una y a veces hasta dosplantas más que las tradicionales tresplantas en que se estratifica la casaconvencional rural en Alava. Es co­mún , también, encontrar en un sec­tor determinado del pueblo la exis­tencia de sencillas construcciones-pajares, bordas- presid idas por laera o zona de trabajo que vienen adescongestionar la escasa superficieque se dispone en las casas en me­dianería, almacenándose en éstaslos productos de a diario .

El empleo de la técnica construc­tiva del entramado como sistema decierre en las casas medievales, obli-

ga a emplear materiales de segundoorden como el ladrillo, la mampos­tería muy ordinaria, cascotes, ado­be, etc. No obstante, la piedra y lamadera siguen presentes en granmedida en las casas de la Montaña.

Una característica que perdura enlas casas más populares, rememo­rando su origen medieval y de in­fluencia navarra, es el pequeño vueloque presentan los pisos altos de lacasa.

VALLES OCCIDENTALES ALTOS,BAJOS V TREVIÑO

La estructura geofísica de estosterritorios, añadida a su economía yorganización social , establecen unasdeterminadas singularidades encada uno de los valles conformantesque los identifican entre ellos, aun­que , eso sí, manteniendo unos sis­temas urban ísticos y arquitectóni­cos comunes a todos ellos.

Los sistemas urbanos aparecencomo adición de las distintas unida­des de producción agropecuaria, ge­neralmente exentas unas de otras ,conformando pequeños barrios den­tro de un mismo poblado.

En los valles más al norte , la es­tructura formal de la casa sigue lasdirectrices de las edificaciones de taldemarcación, con su fachada a pi­ñón. Al sur, en las proximidades delEbro , las casas se presentan concierta asiduidad en posición media­nil, lo que obliga a disponer el caba­llete paralelo a su fachada principalcon el fin de no desaguar al vecino.

La estratificación por plantas de lacasa de estas zonas sigue las direc­trices propias de la Provincia Rural,esdecir, tres son las plantas que posee .

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La funcionalidad de cada una de lasplantas repite modelos anteriores; enplanta baja, se desarrolla el portal,pequeñas dependencias auxiliares yla cuadra; en planta principal se de­sarrolla las dependencias propias ala habitación de las personas; y en eldesván o tercera planta tienen lugarel depósito de grano y de determi­nados productos hortícolas.

La piedra es el material fundamen­tal en la construcc ión de la casa nosólo por su solidez sino, asimismo,por su abundancia al existir múltiplescanteras de extracción de tal mate­rial. Esta abundancia de piedra ayu­da al empleo de enormes sillares conque se refuerzan sus muros en es­quinales y dinteles, asi como las be­llas portadas en arco formadas porlargas y estrechas dovelas de clarainfluencia medieval. Siguen apare­ciendo voladizos en los pisos altosde la fachada noble que subrayan talinfluencia.

El adobe y el ladrillo de influenciacastellana no tiene gran profusión,reservándose ambos materiales, porlo general, a pequeños paños secun­darios o en las construcciones auxi­liares a la unidad de explotación. Es­tos materiales abundan más en losvalles próximos a la ribera del Ebro,en su contacto con la provincia deBurgos.

El valle de Valdegobía muestra uncomponente arquitectónico y plásti­co a la vez que lo eleva a la categoríade ingrediente singular a la casa do­méstica rural del Valle. La solana,galería o balconada inmediata o bajola cubierta, en sus diferentes y a ve­ces increíbles modalidades , se alzacomo el elemento singular.

RIOJA ALAVESA

Esta comarca, claramente influen­ciada por la cultura del valle del Ebroa la vez que situada geográficamenteentre los antiguos reinos de Navarray Castilla, presenta unas caracterís­ticas muy distintas al resto de la pro­vincia alavesa en la presentación desu urbanismo y arquitectura domés­tica, salvo en aquellos escasos nú­cleos de delimitada población que si­gue conservando las propias direc­trices de las pequeñas aldeas delresto de Alava.

Los centros de población en estacomarca son de notable entidad,asemejándose más a núcleos urba­nos que a núcleos rurales. Tales pue­blos presentan una elemental disci­plina urbanística salpicada en oca­siones por los residuos proporcio­nados por la economía de ámbitorural que allí se desarrolla.

La mayor parte de los pueblospresentan unos trazados urbanísti­cos propios del medioevo, algunosde ellos conservando aún la muralla,ésta como componente identificadorde las villas medievales. Laguardia,Salinillas de Buradón y Labraza sontres buenos ejemplos de villas mu­radas.

Otros pueblos como Labastidaconservan los trazados, medieval-re­nacentista y barroco fácilmente re­conocibles no sólo por sus respecti­vos asentamientos a distinto nivel,sino, asimismo, por la distinta tipo­logía parcelaria y arquitectónica desus respectivos edificios.

Dado el gran desarrollo económicoque ha tenido la Rioja Alavesa con elcultivo de la vid a partir del siglo XVI,

convirtiéndose éste en monocultivo,salvo en los pueblos más próximos ala Sierra Cantabria y por tanto a ma­yor nivel, donde se complementacon el laboreo del cereal, ha origi­nado grandes fortunas cuyos titula­res supieron reflejarlo en sus mora­das.

En dos grandes grupos o tipolo­gías se puede encuadrar el catálogoedificatorio doméstico de la RiojaAla­vesa: a) casas de corte popular,donde habitan las gentes de bajacondic ión económica y que por logeneral solían ser gente asalariada;y b) casas de índole histórico, ha­bitadas por las grandes familias quecontrolaban la mayoría del terrenodel cultivo de la vid.

Las casas populares se caracteri­zan por su posición medianil y su es­casa longitud de fachada, lo que lesobliga a desarrollarse verticalmente,en busca del correspondiente au­mento de superficie y de luminosi­dad, consigu iendo una o dos plantasmás que las tradicionales casas do­mésticas rurales de las pequeñas al­deas.

Las casas de índole histórico, ensu inmensa mayoría barrocas, ocu­pan más de una parcela medieval;eligen ubicaciones singulares queaumenten su perspect iva visual; sehallan exentas en tres o en sus cuatroalzados; sus fachadas principales seobran en sillería, lucen magníficostrabajos de herrería y carpintería yse acompañan de bellos escudos ydestacados trabajos de cantería enesquinales, recercos de huecos ycornisas.

La estratificación por plantas si­gue la misma distribución que en lageneralidad de las casas rurales delresto de la provincia; no obstante,obligados por la conservación delvino, las casas tienen continuidad ensu correspond iente subsuelo paraacoger a las típicas bodegas , co-

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múnmente denominadas por los lu­gareños "cuevas" . Este tipo de bo­degas bajo las correspondientes ca­sas de habitación doméstica se de­sarrollan en aquellas poblacionesamuralladas, pues en el resto de losnúcleos poblac ionales coexisten losdenom inados «barrios de bodegas" ,situándose éstos en un extremo delpueblo o en ocasiones ligeramenteseparados de éstos, constituyendoun exento grupo edificatorio facil­mente reconoc ible por la sencillez yescasa altura de las construcc iones.

Es la piedra, en su variedad arenis­ca y en su estado más trabajado (si­llería), el material, por excelencia,utilizado en las fábricas de las facha­das principales de las casas históri­cas, también, denominadas por los

lugareños como «casas señoriales" o"pa lacios».

La sillería es utilizada, también,en las casas históricas de traza re­nacentista. La mampostería se uti­liza en las fachadas menos nobles delas casas históricas y en las primerasplantas de las casas popu lares. Estasúltimas casas articulan sus pisos al­tos mediante entramados de maderarellenos de ladrillo o adobe, general­mente , conservando algunas deellas un ligero vuelo de los pisos re­memorando su pasado medieval.

Una característica de la silleríaarenisca es su peculiar colorido quecon el transcurso de los años adquie­re una bella pátina que ayuda a en­salzar, aún más, la acentuada pres­tancia de los edificios.