Las copias y las imitaciones siempre tuvieron mala reputación dentro el mundo de las artes, pero este juicionegativo ha ido cambiando en las últimas décadas. Desde la época de Platón, las copias y las imitaciones se consi-deraban algo inferior y de poco valor respecto al original; a la idea. No obstante, aunque durante tantos siglosnos hayamos visto influenciados por la postura platónica, este juicio negativo empezó a cambiar desde elmomento que las copias asumieron otra condición ontológica. Este cambio, que se inicia con la industrializacióny la sociedad de masas, está ahora sufriendo una considerable aceleración. Desde hace por lo menos tres décadas,se consideran como algo positivo, deseado y construido.

Me refiero a los dos procesos relacionados con los espacios de la ciudad: la revitalización de los centros histó-ricos, y la proliferación de cierto «modelo» de condominio cerrado. Ambos procesos se pueden encontrar en laciudad de Salvador de Bahía. Si bien es cierto que cada caso tiene sus particularidades y sus propias leyes,presentan algo en común.

Calificativos como espectáculo, simulacro escenográfico, descomposición y virtualidad real son utilizados porlos especialistas en sus interpretaciones de estos fenómenos, que ya cuentan con una vasta bibliografía. GuyDebord y Jean Baudrillard se pueden considerar como los primeros teóricos, con sus originales concepciones deespectáculo y simulacro, respectivamente. Este será nuestro hilo conductor, ya que los proyectos citados son muydiferentes a nivel geográfico, de escala y de época.

Copies and imitations have always had a bad reputation within the world of arts, but this negative view haschanged in recent decades. Since the time of Plato, copies and imitations were considered somewhat inferior andof little value in comparison to the original, and its idea. However, although for many centuries we have beeninfluenced by the Platonic view, this negative view began to change as soon as copies took on a different ontolog-ical status. This change, which began with industrialization and mass society, is now experiencing considerableacceleration. For at least the last three decades, they have been seen as something positive, desired andconstructed.

I am referring to two processes in relation to the city: the revitalization of historic centres, and the prolifer-ation of a certain closed condominium “model”. Both processes can be found in the city of Salvador de Bahia.While each case has its peculiarities and its own laws, they have something in common.

Qualifiers such as spectacle, scenographic simulacrum, decomposition and real virtuality are used by special-ists in their interpretations of these phenomena, which already have an extensive bibliography. Guy Debord andJean Baudrillard can be considered as the first theorists with their original concepts of show and simulacrum,respectively. This will be our central focus, since the projects cited are on a very different geographical, dimen-sional and time scale.

URBANIZACIONES TEMÁTICAS:ARQUITECTURAS DEL DESEO

Elyane Lins CorrêaUFBA

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Los centros históricos

Los procesos de «revitalización» por los que hanpasado los centros históricos de las grandes ciudadeseuropeas destinadas al turismo, no tienen como únicoobjetivo atender las necesidades urbanas tradicio-nales, como, por ejemplo, la necesidad de viviendaspara la población. Aunque no sea nueva la polémicasobre el mejor método y la mejor forma de revitalizar,proteger, conservar y reutilizar (la pluralidad de lostérminos y de otros muchos vinculados al asunto yanos muestra la complejidad del tema), que ha dadolugar a estudios muy precisos desarrollados porespecialistas, me interesa aquí sólo en la medida enque su recepción se puede interpretar como una copiay un simulacro.

No se quiere afirmar, con esto, que no se puedanasignar nuevos usos o funciones a esas áreas de laciudad y a sus edificios. Lo que se constata es un tipode reproducción virtual de estas áreas, conservandoúnicamente las fachadas antiguas, reconstruyendotodo el interior, borrando su pasado y transformán-dolas en escenografías que esconden su historia y losproblemas relacionados a la falta de vivienda de supoblación.

Sus ideadores solamente muestran símbolos eimágenes que guardan armonía con la historia y lamemoria de un pasado que ahora está siendoreescrito por los intereses económicos y sociales deuna determinada clase o grupo social. Transformanlos centros históricos en centros comerciales, enparques temáticos, o en otras construccionessimilares. No se trata de casos aislados: este procesose está dando, prácticamente, en todas las metrópolisdestinadas el turismo.

Eso mismo es lo que se puede ver en el Pelourinho.En este barrio ya desaparecieron por completo lossímbolos reconocibles de la resistencia y de la vida delos esclavos, de la crueldad de las relaciones socialesque se establecieron y, posteriormente, de losproblemas relacionados con las personas que lohabitaban antes de la «rehabilitación» y que fueronexpulsadas. Ni siquiera mantuvieron las antiguasfunciones de las casas (transformaron los patios enplazas de espectáculo). Ahora, ya no se puede leer esahistoria, sus símbolos ya no narran, fueron borrados,disimulados, sustituidos por la sociedad de consumo

de ficciones y de imágenes, propios del proceso degentryfication, ennoblecimiento, espectacularizacióny simulación.

En la Costa do Sauípe (complejo turístico privadosituado a orillas del mar, a unos 75 kms. de Salvador)se realizó una copia, o simulacro, del caserío delPelourinho, dentro de lo que era antes una reservaecológica. Allí, a parte de los servicios de los hotelesde cinco estrellas, el turista puede encontrar la repro-ducción del ambiente de ese barrio, con baianasvendiendo acarajé (pastel de frijoles), artesanía,capoeira, en fin: según la propaganda de las agenciasde viajes, la esencia de la «baianidad». Aunque eloriginal sólo se encuentre a media distancia, presentainconvenientes: pavimentación inadecuada, acerasestrechas, calor, vendedores ambulantes, mendigos;en fin, demasiada realidad.

En la década de los setenta, en diferentes ciudadesdel mundo, como Barcelona o Berlín, empezaron aaparecer, de forma masiva, espacios doblados, dupli-cados, que mimetizan, copian, imitan o simulan aotros espacios, proyectados por nombres destacadosdel mundo arquitectónico.

Escaparates, anuncios luminosos, restaurantes,aeropuertos, paseos marítimos, iglesias convertidasen museos, y más museos, son insuficientes: ahorason barrios enteros que sirven de demarcación para elocio y la diversión. Incluso encontramos ciudadesenteras convertidas en una versión idealizada de ellasmismas, con unos centros históricos que práctica-mente ya no se utilizan para residir. Las ciudades son

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Fig. 1. Autor desconocido. Largo do Pelourinho. 1 fotografía,color. Disponible en: <http://www.facom.ufba.

br/com024/salvador/images/pelo2.jpg >Consulta: 14 mayo 2007

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escenarios donde los actores protagonistas sonvisitantes, ya sean sus habitantes o los turistas-fotógrafos que buscan los mejores ángulos para susfotos, preferentemente los mismos que los de laspostales.

Durante el período que va del siglo XVIII amediados del siglo XX, las ciudades se localizaban y

gravitaban alrededor de las materias primas de laproducción industrial, en el capitalismo de consumocrecieron como centros de servicios y comercio. Noobstante, en una de las muchas metamorfosis delsistema, otra y reciente materia prima se suma a losatributos citados anteriormente: el ocio, la diversión,el carnaval, las celebridades (instantáneas o no),

actores, cantantes, jugadores de fútbol; en fin, elmundo de la farándula y la cultura del entreteni-miento. Esta es la nueva materia prima de lasciudades. Las Vegas quizá fue el primer artilugiourbano que presentaba estas características. Mástarde se constató que la concepción de RobertVenturi no se resumía en una simple propuesta

aparentemente inocente o errada.1 Incluso las áreasde las ciudades que no sufrieron estos cambios y susresidentes, supuestamente ajenos a este proceso,ahora aparecen en el espectáculo como extras.

Félix de Azúa describe el éxito de esa estrategiade simulación de los centros históricos, o incluso deciudades enteras, cuando habla de Barcelona, y dice

Fig. 2. Autor desconocido. Pousada Pelourinho. 1 fotografía,color. Disponible en: <http://midia.brasilviagem.com/

jpg/152636.jpg >Consulta: 14 mayo 2007

Fig. 3. Autor desconocido. Pousada Gabriela. 1 fotografía, color.Disponible en:< http://midia.brasilviagem.com/jpg/152634.jpg>

Consulta: 14 mayo 2007

Fig. 4. Autor desconocido. Aeroclube Plaza Show. 1 fotografía, color.Disponible en < http://www.lagoapraia.com.br/img/hotel/foto_aeroclube.jpg>

Consulta: 14 mayo 2007

1 VENTURI, Robert. Aprendendo com Las Vegas. São Paulo: Cosac Naify, 2003.

que la simulación de su centro histórico, según laimagen (casi siempre más televisiva y cinematográ-fica que histórica) de la burguesía decimonónica,responde a la nostalgia melancólica de una Edad deOro que nunca existió. Al pasear por la Barcelona«gentrificada», dice el autor, nos movemos por elescenario de la última clase social realmente privile-giada, sin tener que soportar las manifestaciones,los atentados y el gangsterismo empresarial. Suespectador ideal es el turista, categoría que incluyeal habitante de la ciudad, del que se espera uncomportamiento turístico frente a las «novedades»que van inventado las empresas y los municipios. Dela misma manera podríamos hablar del simulacrollamado «fiestas populares», diseñadas con todaprecisión desde los despachos municipales paraprovocar alegría «espontánea».2

Son ciudades diseñadas para las cámaras y parasatisfacer los deseos y las fantasías de esa materiaprima que es la ola de turistas. Del encuentro detodos esos deseos, de todos esos puntos de vista, laciudad se va transformando, produciendo, ilumi-nando, rehabilitando, maquillando, disfrazando, vaadoptando símbolos universales de consumo parasobrevivir en el mundo del espectáculo y del entre-tenimiento. Y la imagen media las relacionessociales.3

No se trata de clasificar cada reconstrucción,recuperación y restauración de cualquier área de laciudad como simulacro; solamente aquellas quetienen un mero interés económico, en busca de lolúdico y del entretenimiento. El proceso de simula-ción se puede definir como el ocultamiento y elenmascaramiento de los conflictos sociales y de losproblemas prácticos y reales de vivienda que padecensus habitantes.4 Pero no son sólo las ciudades condensidad histórica las que están pasando por eseproceso de simulación y descomposición. En el otroextremo, se encuentran los nuevos condominioscerrados.

Los condominios cerrados

En Brasil, ese fenómeno experimentó, en la últimadécada, un crecimiento acelerado. En Salvador seconstruyeron decenas de condominios cerrados,especialmente en el litoral norte, tipo mezclas entre elprimer Alphaville de São Paulo y urbanizacionescomo Celebration y Seaside. Esa área de la ciudadestá formada por un entramado de decenas dekilómetros de calles residenciales horizontales, sin uncentro definido, con pequeños centros comerciales yde servicios, que no se sabe muy bien como definir:algo así como nuevas ciudades o meras áreas subur-banas.

En el caso de Brasil, el precursor de los condomi-nios cerrados fue el Alphaville (1974) de São Paulo,situado en Barueri, a aproximadamente 30km de laregión de Jardins (uno de los barrios de la clase másacomodada), y que hoy cuenta con una población de30.000 habitantes. Sus copias se esparcieron comouna red por diversas ciudades. Hoy, según la páginaweb del Alphaville Urbanismo, entre los construidosy los que se encuentran en fase de proyecto, se suman35 iniciativas empresariales en 17 estados brasileños.

Según sus emprendedores, el nombre no es unareferencia a la película (1965) del mismo nombre, deJean-Luc Godard.5 En una especie de acto fallido quemuestra la inconsciencia de los emprendedores. Elnombre no deja de ser una referencia fundamentalque sintetiza la idea principal de la película, o sea,una manera de vivir dentro de la metrópolis a partirde otras relaciones sociales que tienen como aspectoprimordial el control de sus habitantes. En esesentido, su forma más refinada se puede encontrar enlas dos ciudades americanas citadas anteriormente.

El Alphaville Salvador (a modo de ejemplo),localizado en la Avenida Paralela, en el espaciocomprendido entre la avenida y el mar, proyectado enel 2002, es un condominio cerrado de alto standing,con una infraestructura de ocio y un sistema deguardias de seguridad armados las 24 horas (según la

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2 AZÚA, Félix. La arquitectura de la no-ciudad. Pamplona: Universidad Publica de Navarra, 2005.3 DEBORD, Guy. A sociedade do espetáculo. Rio de Janeiro: Contraponto, 1997.4 SORKIN, Michel. «Nos vemos en Disneylandia». En: Variaciones sobre un parque temático. Barcelona: GG.5 TEIXEIRA, Carlos. «Alphaville e Alphaville». [En línea] Arquitextos Disponible en: <http//:www.vitruvius.com.br/arquitextos >[Consulta: 25 abr. 2007].

publicidad de las agencias inmobiliarias), situado enuna área de 1.330.515.00 m2. Está formado por 412residencias y 51 locales comerciales, que se vendieronen 48 horas.

Aunque Celebration y Seaside hayan sido un temamuy estudiado por los especialistas, vale la penarecordar uno de sus principios urbanísticos que deter-mina aspectos del comportamiento de sus habitantes,porque, a pesar de las diferencias volumétricas,estilísticas y estéticas de las casas, algunos de estosprincipios están siendo adoptados en el Alphaville deSalvador, como, por ejemplo, ciertos elementos deuna especie de código de conducta.

Celebration Community Development District(CCDD), como ya sabemos, es una enormepropiedad particular construida por una empresa dela The Walt Disney Company, y que, en julio de1996, inauguró su primera fase, adoptando losprincipios del New Urbanism.6 Esa urbanizacióncuenta con tiendas, bancos, teatro, cine, restaurante,iglesia, escuela, bomberos, hospital, campo de golf,canchas de tenis, hectáreas de parques y jardines,kilómetros de calles para caminar o andar enbicicleta, destacando por sus jardines bien cuidados,sus calles anchas y bien señalizadas, sus parquesarbolados, y mucho más. Las fachadas de las casastienen que seguir modelos preaprobados, cuyosestilos propios de la arquitectura americana del sigloXIX fueron considerados los que mejor traducían elespíritu de ese país.

En una especie de servidumbre voluntaria, sususuarios siguen muchas reglas. Hay un código queregula el color de cada casa, así como el de lascortinas. A no ser que sea blanca, el color de la casano puede ser igual a otra que se encuentre en lamisma calle, si no es que hay tres casas entre ellas.Las cortinas de las ventanas que dan a la calle debenser blancas o en tonos blancos. El césped tiene queestar siempre bien cortado y la administración deCelebration debe aprobar cualquier adorno que sequiera colocar en el jardín. Debemos destacar que aladquirir una casa en esa comunidad, el habitantedebe firmar un compromiso en el que deja constancia

que debe esforzarse para mantener el espíritu de lacomunidad.

Según sus ideadores, lo que se pretende con esemodelo es recrear una forma de vida de vecindadque no tenga ni la promiscuidad de los centrosurbanos en decadencia ni el aislamiento de lascasonas de los suburbios. Es una vida consagrada ala «magia de Disney», en la cual los habitantes —casi todos blancos— comparten celebraciones, enese modelo arquitectónico y urbanístico que seaproxima a la imagen americana de sociedadperfecta, sin violencia o, por lo menos, lejos de laviolencia de los grandes centros urbanos comoNueva York o Los Angeles, puesto que el alto valordel metro cuadrado imposibilita el acceso a unaresidencia en esta urbanización a las personas de lasclases más pobres. Alguien apuntó que, en talesurbanizaciones, sólo falta la maternidad y el cemen-terio, razón por la cual Celebration se conocetambién como «la burbuja».

El modelo Celebration, Seaside, Alphaville harecibido muchas críticas. La segregación espacial creabarreras físicas, sociales y culturales con el entorno ycon el resto de la ciudad. A parte de una serie deaspectos jurídicos que protegen este tipo de condo-minio, este modelo privatiza espacios que deben, porexcelencia, ser públicos, creando obstáculos alderecho a la ciudad.7 Simula los espacios de la clasemedia norteamericana, o sea, sin conflictos sociales,construyendo, en muchos casos, casas copiadas deestilos históricos americanos y europeos. Hastadonde se pudo averiguar, sus habitantes tambiéndeben seguir un código de conducta específico que loslleva a pedir permiso para, por ejemplo, el mobiliariode los jardines, el color de las casas o para cortar másárboles. Ese hecho también se da en otros condomi-nios.

Hay, por lo menos, algunos factores que delineanese panorama: el desbordamiento de las grandesciudades; el declive de los principios del MovimientoModerno; el fin de las utopías (defendido por laderecha conservadora); una nueva metamorfosis delcapitalismo (sociedad y economía de consumo), y la

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6 LARA, Fernando Lara. «Admirável urbanismo novo. » Arquitextos. Disponible en <http//:www.vitruvius.com.br/arquitextos>. [Consulta:25 de abril de 2007].7 SILVA, Maria Floresia Pessoa de S. « Condomínios horizontais: contribuições para uma revisão critica.» En: Anais do XI ENA. Salvador:ANPUR, 2005.

cultura de la violencia y del miedo (especialmente enBrasil).

Desde los años 70 se utiliza la noción de«anticiudad»8 para denominar una situación que sehabía ido dando particularmente en las zonasdenominadas de suburbio en los Estados Unidos. Enestas zonas se había desarrollado una construcciónhorizontal de extensas áreas de casas unifamiliares yde baja densidad. El fenómeno, que se ha ido verifi-cando desde esa época y que tiende a aumentar, es latransformación paulatina de aquel país en una red deextensas áreas suburbanas, donde predomina elautomóvil particular, y separadas entre sí por territo-rios despoblados. Las casas aisladas crean ununiverso privado donde se desprecian las calles y losparques como punto de encuentro y lugares paradescanso y el ocio, puesto que los únicos espaciospúblicos son poco más que los centros comerciales ylas áreas de servicio de las autopistas.

La denominación de anticiudad surge por el hechode que ese universo se constituía como una configu-ración social y espacial que destruye las cualidadesque caracterizan la ciudad: su morfología y suurbanidad. La destrucción de la ciudad también signi-fica la destrucción de lo urbano, entendido como unmodo, estilo o forma de vida que se opone, radical-mente, a lo rural y campesino, y cuya característicaprincipal es ofrecer espacios civilizadores y socializa-dores.

De esa manera, la constatación de que laspersonas vivían en metrópolis que presentaban unaescala y una complejidad nunca vistas o imaginadasanteriormente, lleva a los habitantes de la ciudad,desde hace décadas, a verlas como disformes, indife-renciadas, dispersas, y donde la calidad fue cediendolugar a la cantidad. Actualmente, los estudiosos deltema utilizan los términos «postciudad», «no-ciudad» y «posturbano» para referirse a las megaló-polis con una extensión y proporción que superan lashasta entonces conocidas. A modo de ejemplo,podemos citar la megalópolis del entorno de HongKong, donde se está formando una de las principales

configuraciones financieras y comerciales del mundo,que cuenta con 5 aeropuertos y está prevista para unapoblación de cerca de 50 millones de habitantes.

En esa configuración espacial, ni los límites ni lahistoria tienen importancia. Y nos preguntamos:¿irracionalidad? Es decir, su explicación pareceinaccesible al entendimiento humano. ¿O super-realidad? O sea, tenga o no una explicación racional,es un hecho, independientemente de la representaciónque nos formemos de esa realidad.

Copia, simulacro, virtualidad real

Lo que llama la atención en esas urbanizaciones,como Celebration, Seaside y Alphaville es que no sedestinan únicamente a atender las necesidadesprácticas y tradicionales de sus habitantes. No es queanteriormente las ciudades se destinaran sólo a esasnecesidades prácticas; lo que se quiere decir es que lasnecesidades simbólicas cambiaron. Sus configura-ciones y formas arquitectónicas y urbanísticas,juzgadas a partir de un cierto modelo hermenéuticoplatónico, que opone los términos verdad y ficción,apariencia y verdad, realidad y copia, como se puedeleer en el conocido libro X de La República, parecenno tener el menor sentido. Con esa separación, elfilósofo nos hace pensar en la relación entre modeloy copia, sugiriendo que los artistas miméticos, los quehacen las copias, deberían ser desterrados de laciudad, por considerar éstas ilusorias y, por lo tanto,peligrosas. Por eso es tan difícil entender hoy que lacopia, la imitación o la simulación hayan asumidootro estatus ontológico, otro valor, comparable al desu «original».

Se ve que en ese proceso de «trumanización»,9 lacopia y la imitación se refieren a las construccionesque imitan imágenes de la televisión y el cine, aunqueel origen de nuestro desconcierto es si esas construc-ciones o simulacros son verdaderos, es decir, si estánhabitados. En el proceso actual de dispersión y metás-tasis que están experimentando las metrópolis, se

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8 MUMFORD, Lewis. A cidade na História. São Paulo: Martins Fontes, 1998 (Cap. XVI).9 Según la expresión de André Lissonger, en la conferencia «Salvador: a mega-máquina desejante ( Salvador: la mega-máquina deseada)»,en el curso de Extensão Salvador: Arquitectura e cidade contemporánea, FAU-UFBA, abril de 2007. En este mismo curso, en sus conferen-cias, Alejandra Muñoz y Anete Araujo analizaron otros ejemplos de condominios cerrados que se construirán en Salvador.

están utilizando obras que copian, simulan, «especta-cularizan» y descomponen para calificar urbaniza-ciones que simulan escenarios cinematográficos otelevisivos.

La morfología de las repetidas residencias indivi-duales que componen los condominios horizontalescerrados, que vemos extenderse en las periferiasmetropolitanas, pretenden crear espacios sinconflictos, lejos del ritmo y el nerviosismo típicos dela metrópoli y de lo urbano, y funcionan comomáquinas cuya función es simplificar y sosegar almorador. En ellos no se elimina únicamente la diver-sidad arquitectónica y funcional. Al generar unproceso de especialización, contrario al modelo deciudad y de socialización de la vida urbana, se eliminatambién la diversidad humana.

Siguiendo los principios y las características del«estilo de vida de Alphaville», dentro de ese condo-minio, en Salvador, se proyectó la Morada dosPríncipes (Residencia de los Príncipes), o sea, elprivado dentro de lo privado. Esos nombres, como yasabemos, no son inocentes: son símbolos, en unaeconomía donde la arquitectura y el urbanismo noestán al servicio de las necesidades prácticas devivienda, sino a la satisfacción de los deseos dediferenciación social, de distinción, y no solamente enrelación a aquellos que no tienen dinero, sino a losque no tienen la nobleza, la esencia de la distinción.Desconozco la existencia de estudios sociólogicos oantropólogicos que se hayan ocupado de los nombres

de los edificios y condominios de Salvador, ya quesalta a la vista que un gran número de estos edificiosempieza con el nombre «Mansao», «Palazzo» (Realeou Imperiale) o que se escriben en inglés o francés. Untanto instigante.

Veamos un dato aterrador: Salvador, con unapoblación de casi dos millones cuatrocientos milhabitantes, el 80% de su malla urbana está consti-tuida por barrios populares y favelas, donde vive,predominantemente, una población afro-descen-diente. Es un contrapunto a esas largas extensiones,el opuesto a la ciudad con límites, ordenada ycontrolada, donde se están construyendo esoscondominios cerrados, inspirados, como ya dijimos,en el patrón residencial norteamericano.Inicialmente, esos condominios se localizaronalrededor de las grandes ciudades, que crecieron y setransformaron en largas extensiones sin centro, conespacios que carecían de una localización precisa, ycuya configuración —o forma— parecía indetermi-nada, abstracta, homogénea, lo que los especialistasllaman sprawl city. Actualmente, esas áreas residen-ciales suburbanas, que se extienden alrededor de losaeropuertos y de los grandes cruces de autopistas, oen algunos casos alrededor de los centros de altatecnología, equivalentes a lo que antes habían sidolos puertos, y después, en la época industrial, en lasciudades europeas, las estaciones de tren.

El éxito de los condominios privados o laconstrucción de ciudades como Celebration ySeaside, aunque parezcan ficticias, equivale, por lomenos en parte, a la obtención de un lugar en elespacio. Lo confirma el hecho que cuando sepregunta a los habitantes del Alphaville-SP dondeviven, no dicen en São Paulo, sino en Alphaville.

En Brasil, encontramos ese proceso, guardadas lasdiferenciasa, en las periferias de las grandes ciudades,que crecen como una extensión amorfa y casi infinita.Salvador tiene un tejido urbano constituido porgrandes áreas formadas por habitaciones populares yfavelas, que se extienden hasta el litoral sur a lo largode la Avenida Afrânio Peixoto (Suburbana) hastaParipe y São Tomé, y en el llamado «miolo», entre laAv. Paralela y la BR-324.

El Alphaville Salvador tiene un muro alto yvigilancia las 24 horas, para, según sus promotores,ofrecer seguridad a sus habitantes. Muy próximo se

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Fig. 5. Starmedia. The Truman Show. 1 foto, color.Disponible en:< http://orbita.starmedia.com/~necrose/

Sci-Fi/Filmes/truman5.jpg>Consulta: 14 mayo 2007

encuentra el Bairro da Paz, donde vive una poblaciónhumilde y con unos ingresos muy bajos. La FundaçãoAlphaville, según su administración, está desarro-llando proyectos sociales en ese barrio, como laenseñanza de producción de bisutería (ver fotos en lapágina web de Alphaville Salvador), y, principal-mente, están concienciando a sus habitantes sobre elvalor de la ecología y la preservación del medioambiente. ¿Ironía?

Alpahville vende la idea de que allí se habita en unárea remanente del bosque atlántico (también en laReserva Imbassaí, el Paraíso Laguna, el HortoFlorestal y el Garden Ville,10 entre otros con fuertereclamo ecológico), pero desforesta en cada parcelasituada en los montes, teóricamente protegidos, el37% de la vegetación. En realidad, aquello que unnúmero reducido de personas compra es la destrucciónde esa vegetación que estaba inserta dentro del tejidourbano, pero el grado de su devastación ha roto, parasiempre, el ya muy frágil ecosistema. Todo ese procesoestá siendo autorizado por los órganos públicos quedan licencia.11 Según el Grupo Ambientalista da Bahía,que defiende la zona como de interés social y deutilidad pública, el argumento de un técnico de uno deesos órganos parte del principio de que «el hombre esincompatible con el medio ambiente».12

Tal vez sea necesario concluir que en ese caso, nose compra sólo una casa; se consume una ilusión, unsimulacro. La selva fue sustituida por el slogan y porla imagen, construidos por la propaganda inmobi-liaria. De ella sólo quedó la imagen de lo que un díafue. Y, dada la actual cuestión ambiental, es necesarioque nos planteemos el proceso de sustitución de larealidad por su imagen, por la ilusión y por el preciode las cosas. No sólo consumimos mercancías,también consumimos valores y principios. AlphavilleSalvador es un ejemplo paradigmático del éxito deesa sustitución y, por eso, sin duda, ganó el Premio«Top de Ecología 2004», junto con el AlphavilleFortaleza, concedido por la Associação de Dirigentesde Marketing e Vendas do Brasil (ADVB.)13

El estilo de vida Alphaville, según la publicidad desus emprendedores, proporciona un contacto directocon la naturaleza, ocio, convivencia entre vecinos,conciliando confort y seguridad, traducidos entérminos de marketing, como «calidad de vida».Estos son los denominados valores agregados, comose puede leer en su página web.

Son urbanizaciones que parecen estar fuera deltiempo y del entorno, liofilizadas, envasadas al vacío,congeladas, proyectadas para proteger a sushabitantes de la violencia, de la miseria del entorno,

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Fig. 6. Lissonger, André. Condominio Flamingos Paradise.

foto, original em cores.

Fig. 7. Lissonger, André. Condominio

Flamingos Paradise. foto, original em cores.

10 El Garden Ville y el Alphaville 2 se construirán dentro del Alphaville.11 La aprobación del «Loteamento Alphaville Salvador» fue hecha por el Decreto Nº 13.466 de 28 de diciembre de 2001. Disponible en:<http//www. Documents and Settings\Administrador\Meus documentos\317-LOT-ALPHAVILLE> [Consulta: 7 de mayo de 2007].12 GRUPO AMBIENTALISTA DA BAHIA. Disponible en: <http// www.gamba.org.br/avenida5> [Consulta: 7 de mayo de 2007.13 VALE VERDE - Associação de Defesa do Meio Ambiente. Disponible en: <http//www.valeverde.org.br>

de las balas perdidas, de los niños en los semáforos,de los peajes de los sin-techo. Venden felicidad comoen Disney, y parece que no exista una mercancía máscara para aquellos que, según la publicidad, lapueden comprar.

Si la ciudad es todavía el centro de la memoria yde la civilización humana, ella materializa la imagende sus recuerdos, poderes, luchas, conflictos ytemores. ¿Qué es lo que se refleja actualmente con esa«virtualización» y descomposición, en ese espejo

privilegiado? La imagen del deseo, o mejor dicho, delvacío, fondo del deseo.

Elyane Lins Corrêa es Doctora en Arquitectura por la Universitat Politècnica de Catalunya y

profesora Adjunta de la Faculdade de Arquitetura de la Universidade Federal da Bahia.

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