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Boletín n°6 Septiembre 2010 Los desafíos que esperan a la nueva coordinadora de las Naciones Unidas para la ayuda humanitaria Valerie Amos acaba de tomar posesión, en Nueva York, de su cargo como Coordinadora de Asuntos Humanitarios de la ONU. Con una reputación de mujer valiente y una larga expe- riencia de la diversidad, la Sra. Amos hace su entrada en un momento crucial para la ayuda humanitaria. Los esfuerzos de la OTAN y la Unión Europea por integrar la ayuda humanitaria en sus programas estratégicos son cada vez mayores. Las misiones integradas de la ONU van en el mismo sentido. « Bunkerizada », militarizada, politizada, la ayuda humanitaria se convierte en un instrumento de la gestión de crisis y se arriesga a perder las característi- cas que permiten a las víctimas acceder a la ayuda y la protección. La defensa de este espacio humanitario será el primer gran reto para la Sra. Amos. Aunque es verdad que la ONU desempeña un importante papel en la ayuda humanitaria, hace falta des-ONUizar esta última. Los actores nacionales, las ONG y el Movimiento Inter- nacional de la Cruz Roja se sienten, a menudo desatendidos y, a veces incluso instrumentalizados por la ONU y sus agencias. La Sra. Amos, presidenta del Comité per- manente inter-agencias (IASC), tendrá que dar pruebas de una gran sensibilidad para evitar tensiones y divisiones. En cuanto hay problemas de seguridad, la ONU se encuen- tra paralizada. ¡Las ONG y el CICR se encuentran en primera línea! Respetar y preservar la diversidad del mundo de la ayuda humanitaria será un segundo reto. También tendremos que salir del atolladero al que nos conducen las visiones estandariza- das y volver la vista hacia la complejidad del mundo. Las « best practices » no existen, sino sólo « good practices » vinculadas a contextos específicos. La Sra. Amos tendrá que «dejar atrás los convencionalismos». Groupe URD se encuentra comprometido con estos grandes retos desde hace mucho tiempo y está dispuesto a aportar su contribución. François Grünewald Editorial Ayuda humanitaria en marcha Ayuda humanitaria en marcha Boletín n°6 Groupe URD La Fontaine des Marins - 26170 PLAISIANS Tel :+33 (0)4 75 28 29 35 - Fax : +33 (0)4 75 28 65 44 http://www.urd.org/ Indice Espacio Humanitario Crisis y vulnerabilidad Calidad de la ayuda Hacia una plataforma colectiva para la financiación en caso de crisis humanitaria 2 Los tres pilares del espacio humanitario en el Chad oriental 6 Estrategias de lucha contra la red de los opiáceos en Afganistán: ¿Estamos en el buen camino? Crisis de la biodiversidad: ¿por qué concierne a las organizaciones humanitarias? 15 29 Evolución climática y catástrofes naturales en Bangladesh: la ayuda humanitaria frente al desafío de la resiliencia 20 La vulnerabilidad de Haiti a los seísmos: para una perspectiva histórica y un mejor análisis de los riesgos 25 Punto de vista 13 Zoom Bibliográfico 35 Eventos 38

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Boletín n°6 Septiembre 2010

Los desafíos que esperan a la nueva coordinadora de las Naciones Unidas para la ayudahumanitaria

Valerie Amos acaba de tomar posesión, en Nueva York, de su cargo como Coordinadora deAsuntos Humanitarios de la ONU. Con una reputación de mujer valiente y una larga expe-riencia de la diversidad, la Sra. Amos hace su entrada en un momento crucial para la ayudahumanitaria.Los esfuerzos de la OTAN y la Unión Europea por integrar la ayuda humanitaria en susprogramas estratégicos son cada vez mayores. Las misiones integradas de la ONU vanen el mismo sentido. « Bunkerizada », militarizada, politizada, la ayuda humanitaria seconvierte en un instrumento de la gestión de crisis y se arriesga a perder las característi-cas que permiten a las víctimas acceder a la ayuda y la protección. La defensa de esteespacio humanitario será el primer gran reto para la Sra. Amos.Aunque es verdad que la ONU desempeña un importante papel en la ayuda humanitaria,hace falta des-ONUizar esta última. Los actores nacionales, las ONG y el Movimiento Inter-nacional de la Cruz Roja se sienten, a menudo desatendidos y, a veces inclusoinstrumentalizados por la ONU y sus agencias. La Sra. Amos, presidenta del Comité per-manente inter-agencias (IASC), tendrá que dar pruebas de una gran sensibilidad paraevitar tensiones y divisiones. En cuanto hay problemas de seguridad, la ONU se encuen-tra paralizada. ¡Las ONG y el CICR se encuentran en primera línea! Respetar y preservarla diversidad del mundo de la ayuda humanitaria será un segundo reto.También tendremos que salir del atolladero al que nos conducen las visiones estandariza-das y volver la vista hacia la complejidad del mundo. Las « best practices » no existen, sinosólo « good practices » vinculadas a contextos específicos. La Sra. Amos tendrá que «dejaratrás los convencionalismos». Groupe URD se encuentra comprometido con estos grandesretos desde hace mucho tiempo y está dispuesto a aportar su contribución.

François Grünewald

Editorial

Ayuda humanitaria en marcha

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

Groupe URDLa Fontaine des Marins - 26170 PLAISIANS

Tel :+33 (0)4 75 28 29 35 - Fax : +33 (0)4 75 28 65 44http://www.urd.org/

Indice

Espacio Humanitario

Crisis y vulnerabilidad

Calidad de la ayuda

Hacia una plataforma colectiva para la financiación en caso de crisis humanitaria 2

Los tres pilares del espacio humanitario en el Chad oriental 6

Estrategias de lucha contra la red de los opiáceos en Afganistán: ¿Estamos en el buen camino?

Crisis de la biodiversidad: ¿por qué concierne a las organizaciones humanitarias?

15

29

Evolución climática y catástrofes naturales en Bangladesh: la ayuda humanitaria frente al desafío de la resiliencia 20

La vulnerabilidad de Haiti a los seísmos: para una perspectiva histórica y un mejor análisis de los riesgos 25

Punto de vista 13

Zoom Bibliográfico 35

Eventos 38

2Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

Espacio Humanitario

Las catástrofes naturales a gran escala, como el

tsunami en Indonesia y el reciente seísmo en

Haití, han demostrado que una gran cobertura

mediática de las crisis provoca una movilización

del público y una importante recaudación de

fondos privados.

Mientras varios países europeos asisten a una

multiplicación de las plataformas de

financiación no estatales para gestionar los

fondos recaudados, ningún modelo parece

imponerse en Francia. Y si es cierto que, en

previsión de las crisis, no ha sido elaborada

ninguna reflexión relativa a la gestión de fondos,

sin embargo, nacen vivas polémicas que

siembran una confusión general entre la opinión

pública y los medios de comunicación.

Este estudio es una comparación de diversos

mecanismos existentes en Europa, con el fin de

identificar las buenas prácticas pero también los

riesgos que presentan, con el objetivo de

impulsar una reflexión sobre la creación de un

posible mecanismo ‘a la francesa’.

Hacia una plataforma colectiva para la financiación en caso de crisis humanitaria: pistas de reflexión y de acción

Véronique de GEOFFROY, Laure PONS

A escala internacional, las donaciones del sector pri-vado (organizaciones e individuos) han alcanzado ci-fras excepcionales: 3 600 millones de euros en 2005para el tsunami y cerca de 780 millones de euros enrespuesta al seísmo de Haití.Francia no se quedó atrás y, durante el terremoto deHaití, la Fondation de France (FDF) – la organizacióncon la mayor visibilidad en los medios de comunica-ción franceses – ha reunido 31,4 millones de eurosprocedentes del gran público. Si la recaudación ha al-canzado sumas astronómicas, la redistribución deéstas entre las ONG no se ha producido sin inciden-tes. La cuestión del acceso a los medios de comuni-cación (y el casi monopolio de la comunicación en losmedios de comunicación públicos por parte de laFDF), de los criterios de redistribución, o de los me-canismos de seguimiento y de restitución constituyentemas que aún están por aclarar.

Los medios de comunicación públicos, las ONG y elgran público aparecen como los tres agentes claveen el problema de los mecanismos de financiacióncolectivos, cada uno de los cuales cuenta con sus

propias necesidades. Cualquiera que sea la natura-leza y la estrategia de las plataformas de financiación,se ven obligadas a tomar en cuenta a estos diferen-tes actores.

En Francia, al no contar por el momento con ningúnmecanismo aclamado unánimemente por la esferahumanitaria en su conjunto, el advenimiento de cadanueva crisis de magnitud comparable suscita nume-rosas polémicas. Ante la multiplicación de dichos fe-nómenos y la importancia de los fondos privadosmovilizados, parecería necesario preguntarse por lasbuenas prácticas que las plataformas no estatales de-berían adoptar antes de comenzar a pensar en la cre-ación de una estructura de este tipo.

Estudio comparativo de los diferentes tipos de

plataformas existentes a nivel europeo

Análisis comparativo según la naturaleza de la plata-

forma

Podemos clasificar las plataformas de financiación noestatales en dos grandes categorías según su natu-raleza.

Una primera categoría concierne a los ‘agrupamien-tos de ONG’, unas estructuras que agrupan distintasONG dirigidas por un comité de actores humanitarios.Es el caso del Disasters Emergency Committee

(DEC1) en Reino Unido, del colectivo Asie Enfants

Isolés (AEI2) en Francia y del Consortium Belge pour

les situations d’urgence 3. Las competencias profe-sionales de sus miembros garantizan una gestión decalidad. Pero dicho funcionamiento puede suscitaruna confusión de los papeles de los beneficiarios, porun lado, y de los encargados de gestionar los fondos,por otro, ya que se trata de las mismas personas. Porotra parte, en ocasiones este tipo de estructura tiendea excluir a las pequeñas y medianas ONG.La segunda categoría toma la forma de organismosindependientes especializados en la recaudación defondos. Se trata de estructuras regidas por un comitéindependiente, como es el caso de la Fondation de

France (FDF4) o de Chaîne du Bonheur (CB5). La au-sencia de toda posición preestablecida por parte delas personas que componen el comité favorece latransparencia y ofrece cierta neutralidad e indepen-

3Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

dencia. Por el contrario, a veces se considera a estasestructuras como ilegítimas respecto a la toma de de-cisiones sobre las ONG o los proyectos que debenser financiados, por el hecho de que su comité de di-rección no pertenece al sector de la acción humani-taria.

Divergencias en los procedimientos de atribución de

fondos

Aunque todas las plataformas tienen como objetivo elde recibir los fondos del gran público, en cambio notodas proceden de la misma forma a la hora de re-distribuirlos. Algunas de ellas fundan su sistema deredistribución en un ‘sistema de repartición’ preesta-blecido, como, por ejemplo, el DEC, que se funda enun indicador comúnmente aceptado (Indicator of Ca-

pacity, IOC), calculado a partir de dos parámetros dis-tintos. El IOC se presenta como un porcentaje delconjunto de los fondos atribuido a cada ONG miem-bro. Dicho porcentaje se calcula con anterioridad a lacrisis, apoyándose a la vez en la respuesta de cadaorganización a una situación de emergencia anteriory en los gastos de cada ONG en los países de inter-vención (examinadas de acuerdo a la naturaleza dedichos gastos: 100% para los gastos humanitarios y50% para gastos relativos al desarrollo).

También es el caso del Consortium Belge pour les si-

tuations d’urgence, que establece esta clave en fun-ción de la simpatía del público por una ONG. Estemodo de repartición anticipada permite una financia-ción rápida, una gran libertad para las ONG en cuantoa la elección de sus proyectos además de una mayorindependencia gracias a un claro aumento de susfondos propios. No obstante, esta estrategia impideadaptar la redistribución de los fondos a las caracte-rísticas propias de las crisis en cuestión.

Otras plataformas optan por una redistribución de losfondos en función de los proyectos propuestos por lasONG. La selección de los proyectos que serán finan-ciados es llevada a cabo, o bien por un comité ex-terno, como en el caso de FDF y de CB, o bien por losotros miembros de la profesión, como en el caso delcolectivo Asie Enfants Isolés. Este proceso favoreceel acceso de pequeñas y medianas ONG a los fon-dos de donaciones del gran público al mismo tiempoque se privilegia la financiación de proyectos de cali-dad. Sin embargo, las cuestiones relacionadas conlos criterios de selección de los proyectos y la repar-tición de los fondos, especialmente entre las fases deemergencia y de reconstrucción, a menudo constitu-yen materia de debate. Por ejemplo, tras el seísmoen Haití, FDF, al optar por un reparto de los fondosde 15% para las acciones de emergencia y de 75%

para la reconstrucción, fundándose en la ‘jurispru-dencia tsunami’, provocó vivas reacciones por partedel conjunto del ámbito humanitario, que alegabanque ambos contextos no son comparables.

Las relaciones entre las plataformas y los medios de

comunicación

Las relaciones de las plataformas con los medios decomunicación a menudo ocupan un lugar central en elfuncionamiento de aquéllas, pero no siempre se en-cuentran estructuradas de la misma forma. Ciertosmecanismos han desarrollado colaboraciones institu-cionalizadas con los medios de comunicación, comoDEC a través de Rapid Response Network (una redde diversos medios de comunicación y otros colabo-radores como bancos, etc. que favorece una rápida yamplia transmisión de la llamada a contribución) otambién CB con SRG SSR (un conjunto de mediospúblicos de comunicación).

Otras plataformas mantienen relaciones ad hoc,como FDF, cuya colaboración con los medios públi-cos de comunicación ha suscitado recientementevivas polémicas. AEI, por su parte, ha gozado de unaproyección mediática espontánea gracias a la inter-vención ‘natural’ de diversas personalidades comoSor Emmanuelle.

Una comunicación colectiva dirigida al gran públicopresenta varias ventajas. En primer lugar, constituyeun instrumento no despreciable para hacer un llama-miento dirigido al gran público, al mismo tiempo quese racionaliza y armoniza el mensaje transmitido.Por otra parte, la difusión de este tipo de mensajecontribuye a reforzar la confianza del gran público enlas estructuras que apelan a la generosidad general,al aportar cierta claridad y una mayor visibilidad delas acciones llevadas a cabo por las ONG. De estaforma, este tipo de comunicación podría permitiratraer a nuevos donantes, más bien reticentes enhacer donativos, ya se trate de donantes ocasiona-les, administraciones territoriales o incluso empresasprivadas que verían una garantía en este tipo de me-canismos.

Esta comunicación común presenta sin embargo cier-tos riesgos. ¿Las ONG recaudan más fondos deforma colectiva, bajo la misma bandera, de lo que lohacen cada una por separado? Esta pregunta noslleva a la cuestión de la pertinencia de una mezcla de« marcas », de la imagen de las ONG, que no siem-pre tiene el efecto esperado. Una comunicación se-mejante también plantea, en un segundo plano, elproblema de la pérdida de responsabilidad por partedel gran público.

4Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

Sobre la importancia de la evaluación y la ‘rendición

de cuentas’ al gran público:

Los desafíos en términos de ‘rendición de cuentas’,lejos de ser banales, adquieren una importancia cadavez mayor para las plataformas que ponen en prác-tica sistemas más o menos estructurados, depen-diendo de sus estrategias. DEC, por ejemplo, haestablecido una política explícita de evaluaciones sis-temáticas de los proyectos financiados, evaluacionesque deben ser publicadas en el sitio web de la ONGen cuestión. Otras plataformas ponen en práctica pro-cesos ad hoc y realizan evaluaciones de forma máspuntual (FDF, CB y AEI).

Estas prácticas de evaluación favorecen la transpa-rencia de la estructura – elemento fundamental pararestablecer la confianza del gran público – ademásde la sensibilización y educación del gran público, in-dispensable para la realización de una ‘donación ac-tiva’6.

Aunque las plataformas se inscriben en una tenden-cia general de mejora de la ‘rendición de cuentas’, di-ferentes frenos limitan dicho desarrollo. El límite másevidente es el correspondiente al coste relativamentealto de la evaluación, debido a necesidades en tér-minos de logística y de capacidades consecuentes,además de la posición de los proveedores de fondos,que no siempre se muestran de acuerdo con estaforma de proceder. El riesgo de multiplicación de loscontroles inherentes a estas plataformas, ya bastanteaparatosos para las ONG en tiempo normal, tambiéndebe ser tomado en cuenta para no provocar una pa-rálisis de estas últimas. Por último, la comunicaciónde los resultados de las evaluaciones al gran públiconecesita una reflexión madura y una minuciosapuesta en práctica, ya que ponen al descubierto lospuntos fuertes y débiles del sector humanitario.

Un pliego de condiciones generales para un

mecanismo ‘a la francesa’

En resumidas cuentas, existen, a escala europea, di-ferentes modelos, propios a cada país, de platafor-mas para la recaudación y redistribución dedonaciones humanitarias. La constitución de estasplataformas, los modos de redistribución de fondos,las relaciones con los medios de comunicación y elgran público representan todos ellos puntos de dis-tinción entre dichos mecanismos.

En Francia, las reflexiones en torno a las cuestionesde la colecta y redistribución de las donaciones hu-manitarias se encuentran en evolución, principal-mente tras las dos catástrofes naturales de suma

importancia acaecidas durante los últimos años. Delas discusiones entre actores de la ayuda humanita-ria comienza a surgir un modelo7. La cuestión sería lade crear, tras una catástrofe natural, un portal único yvirtual, cuya dirección electrónica sería transmitidapor los medios de comunicación y que reuniría dife-rentes ONG operacionales y mecanismos de recau-dación para una crisis dada.

Un portal único para los medios de comunicación

Durante la última catástrofe natural, se ha observadouna tendencia de los medios públicos de comunica-ción franceses a buscar un interlocutor único en elámbito de la acción humanitaria. En el futuro, esteproceder podría verse simplificado por la creación deun portal colectivo que permitiría a los medios de co-municación ofrecer al gran público una direcciónúnica hacia la que dirigir sus donativos, contar con unúnico interlocutor y así no verse en la situación detener que elegir entre el gran número de ONG exis-tentes. Además, esta estrategia incitaría a las ONG avigilar la preparación y la difusión de un mensaje co-herente y pedagógico destinado al gran público.

Reunir una diversidad de ONG de diferentes tama-

ños

En la actualidad, existe una frontera clara entre lasONG de gran talla, cuya imagen de marca permite unacceso relativamente fácil a los medios de comuni-cación, y las ONG de talla más modesta, que nocuentan con una visibilidad y accesibilidad compara-bles. Esta distinción tiene repercusiones directassobre el total de los donativos recaudados entre elgran público, dado el papel decisivo que desempeñala proyección mediática. Esta correlación entre pro-yección mediática y recaudación de fondos explica lanecesidad para el conjunto de todas las ONG de ac-ceder a los medios de comunicación, y principal-mente los públicos. La inserción de un mensajepublicitario en los medios de comunicación, que con-duciría hacia un portal virtual que reagruparía el con-junto de las ONG susceptibles de percibir donativos,facilitaría un acceso más armonioso del conjunto delas ONG de dicha lista a los medios de comunicacióny, a través de ellos, a los fondos del gran público.No obstante, también nos podríamos preguntar si laspequeñas ONG desconocidas por el gran públicopero presentes en el lugar de la catástrofe tendríanla capacidad de sacar un verdadero provecho de estaestrategia. El mismo interrogante también se planteaen lo que respecta a las ONG locales, a menudo ol-vidadas por los proveedores de fondos instituciona-les.

5Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

Conservar una relación directa entre las ONG y los

donantes

De la misma forma que las ONG necesitan fondosprocedentes del gran público, también deben con-servar su imagen de marca y un vínculo directo consus donantes. Esta necesidad y deseo de conservaruna relación directa no sólo emana de las ONG sinotambién de los donantes habituales. En este mismosentido, un portal colectivo garantiza dicho vínculo,ya que, en el momento de formalizar su donativo eldonante deberá elegir entre las diferentes ONG yacudir a la página web de la ONG escogida para re-alizar su donación.

La necesidad de la utilización de Internet para con-sultar la lista de las ONG que intervienen en una cri-sis dada plantea, sin embargo, la cuestión de lapertinencia de esta herramienta para las generacio-nes de donantes de más avanzada edad. Esta estra-tegia parece dirigirse a las generaciones másjóvenes, que hacen menos donativos pero que, porel contrario, representan los donantes del futuro. Enlo concerniente a los donantes puntuales, el portalpermitirá orientar sus decisiones al poner a su dispo-sición una lista de ONG susceptibles de recibir susdonativos. En ningún caso el portal evitará al donantela responsabilidad de la elección final de asignar sudonativo a una u otra ONG, de acuerdo con el princi-pio de que ello contribuye a la educación del gran pú-blico.

Una estructura sencilla sin costes adicionales

El portal colectivo se presenta como una estructurasencilla, ya que no posee una personalidad moral,puesto que no tiene en absoluto la vocación de re-caudar y redistribuir los donativos del gran público,sino sólo la de orientar a éste último hacia los opera-dores.Parte del valor añadido de este mecanismo reside enel hecho de que no genera ningún coste adicional su-plementario, ya descansará sobre una estructura pre-existente: France Générosités (sindicato profesionalde los organismos que recurren a la generosidad delgran público).

Apoyarse en las garantías de buena gestión existen-

tes

Con el fin de garantizar una óptima confianza del granpúblico en el portal colectivo, éste reservará un lugarcentral al Comité de la Charte como organismo decertificación de la buena gestión de las ONG miem-bros.

¿Cuál es el quid de la calidad de las acciones y de la

relación con el gran público más allá de la recauda-

ción de donativos?

La estrategia de esta plataforma se basa en las com-petencias de los operadores, lo cual permite, en teo-ría, orientar directamente los fondos en función de lasnecesidades de la población. No obstante, la cues-tión del lugar que debe ocupar la evaluación de la ca-lidad de la ayuda, así como la de la rendición decuentas y la transparencia para con el gran público,están aún por definir, a fin de consolidar la confianzaacordada por los medios de comunicación y el granpúblico a las ONG.

Conclusión

El estudio comparado de diversos mecanismos de-muestra que no existe una solución perfecta, sinomás bien diversas soluciones originales surgidas delas relaciones particulares forjadas entre las ONG, losmedios de comunicación y el gran público en cadacontexto. La proposición francesa no tiene ningúnequivalente y aún está, evidentemente, por afinar yconfirmar en la práctica. Sin embargo, cabe esperarque permita ofrecer una imagen colectiva de un sec-tor organizado y pacificado, así como ofrecer meca-nismos de comunicación transparentes yconstructivos que permitirán, a largo plazo, consoli-dar la confianza y el compromiso del gran públicoante las situaciones de necesidad.

Este artículo es una síntesis del estudio realizado por

Groupe URD titulado « Tsunami – Haïti : quelles bonnespratiques pour les plateformes de financements non-étati-ques ? ».

Véronique de Geoffroy, Groupe URDLaure Pons, Groupe URD

1 www.dec.org.uk2 Colectivo « Asie Enfants Isolés ». 3 Consorcio Belga para las Situaciones de Emergencia.4 www.fondationdefrance.org5 www.bonheur.ch6 « Donación activa »: Se habla de ‘donación activa’ para desig-nar el compromiso de un donante más allá de una simple dona-ción económica. Se trata del compromiso y de la adhesión a lacausa defendida por la ONG.7 Principalmente en el seno de France Générosités, durante lareunión de trabajo organizada por Groupe URD el 3 de junio de2010.

6Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

Para poder analizar las necesidades de

asistencia y protección de la población civil y

ofrecer una respuesta sin obstáculos ni

instrumentalización, las organizaciones

humanitarias deberían tener acceso a la

población civil de las zonas afectadas por las

crisis con un nivel aceptable de libertad de

acción. La población misma debería poder

desarrollar sus estrategias de supervivencia. La

noción de espacio humanitario se define a partir

de estos mismos desafíos. En el este chadiano,

este espacio humanitario se encuentra en

situación de precariedad a causa de una serie de

factores.

Los tres pilares del espacio humanitario en el Chad oriental

Olivia COLLINS, François GRUNEWALD

En los meses de junio y octubre de 2009, GroupeURD ha dirigido, por encargo del IASC (Inter-AgencyStanding Committee), un estudio en el este del Chadcon el fin de comprender mejor el fenómeno de re-ducción del espacio humanitario en este país, garan-tizar un mayor respeto de dicho espacio y permitir quelas organizaciones conserven el acceso a la pobla-ción, esencial para su acción. Varios meses de tra-bajo de campo, encuentros con los actores chadianose internacionales han hecho posible un proceso dereflexión en torno a tres « pilares » de dicho espaciohumanitario:- El pilar del derecho, que define las responsabili-dades de las diferentes partes implicadas, principal-mente de las autoridades chadianas, así como lasde la MINURCAT ;- El pilar de los principios, que organiza de forma tác-tica los modos de interacción de las organizacioneshumanitarias con el complejo contexto en el que tra-bajan ;- El pilar de la seguridad, que subyace al respeto delos pilares precedentes, lo que constituye, a su vez,una parte esencial de los desafíos planteados por laexistencia misma de un espacio humanitario.

Esta reflexión ha surgido en torno a los « juegos deactores » entre los diferentes elementos nacionales,la presencia de una gama muy amplia de organiza-ciones humanitarias con naturalezas y misiones di-versas, y el singular papel desempeñado por laMisión de Naciones Unidas en la República Centroa-fricana y el Chad (MINURCAT). En mayo de 2010,tras complejos altercados y difíciles negociaciones,se firmó la resolución 1923, que anunciaba la retiradaprogresiva de MINURCAT antes de finales de 2010.Desde entonces, la seguridad en el este chadiano se

ha visto agravada por varios secuestros, tentativas desecuestro, ataques de convoyes, ataques dirigidoscontra el Destacamento Integrado de Seguridad(DIS), creado por MINURCAT, etc. A pesar del dispo-sitivo implementado por el gobierno chadiano paragarantizar la seguridad del personal humanitario y dela población en el este del país, las preocupacionesde la comunidad humanitaria referentes al espaciohumanitario en la zona no hacen sino aumentar:¿cómo se puede recrear un espacio de trabajo y deacceso a la población civil? ¿Cómo se puede garan-tizar la protección de la población y la seguridad delpersonal humanitario? Hoy más que nunca, es nece-sario retomar el debate sobre el espacio humanitarioen el Chad, de la forma más colectiva posible, inclu-yendo en él a las autoridades chadianas.

El pilar del derecho

Como signatario de los Convenios de Ginebra de1949 y de los protocolos adicionales de 1977, altaparte contratante de las convenciones sobre los refu-giados de 1951 (Ginebra) y 1964 (convención de laOUA1), miembro de la OUA, miembro de la Organi-zación de las Naciones Unidas y, por último, respon-sable del respeto del derecho y del orden en elterritorio nacional, el Estado chadiano es, evidente-mente, el actor soberano fundamental de la preser-vación del espacio humanitario.

En esta zona del Chad, el sistema de justicia mo-derno encuentra numerosos obstáculos en su ca-mino. No obstante, cuando los gobernadores semovilizan junto a los prefectos y la policía, ello puedearrojar muy buenos resultados, como se demostró enmarzo de 2009 en Abeche, tras la creación de patru-llas y de puestos nocturnos fijos para la policía.

El papel de las autoridades nacionales en la luchacontra la percepción de una impunidad de ciertos res-ponsables de la violencia es primordial a la hora deevitar que haya demasiados delincuentes conocidosen libertad y que demasiados ladrones arrestadossean liberados. El DIS hubiera podido desempeñarun papel importante si no se encontrará debilitadocomo consecuencia de una logística inadecuada yciertas tensiones con los demás servicios de policía ygendarmería. MINURCAT se encargará de la forma-ción del DIS hasta la expiración de su misión (31 dediciembre de 2010).

En numerosas zonas del este chadiano, el derechotradicional y sus diferentes formas específicas siguen

7Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

siendo una referencia primordial. El papel de los sul-tanes, jefes tradicionales e imanes en la gestión delas disputas, conflictos relativos a la propiedad de latierra, problemas de antagonismo entre agricultoresy ganaderos resulta inestimable pero muestra sus lí-mites frente a las formas organizadas y mafiosas deextorsión territorial y la proliferación de armas ligerasen la región. En una situación en la que es precisoencontrar un punto intermedio entre sistemas tradi-cionales y modernos de justicia, debería ser posiblecrear mecanismos de justicia transaccional. Las cues-tiones relacionadas con la propiedad de la tierra plan-tean problemas delicados de los cuales las ONGcomienzan a ser conscientes pero que aún no sabenbien cómo tratar2.

El este del Chad es una zona compleja en la que in-tervienen diferentes niveles de aplicación del Dere-cho Internacional Humanitario3, ya que el derechoaplicable depende en gran medida de la calificaciónque se le dé a la crisis. En esta zona existe toda unagama de situaciones « infra-DIH », es decir, contex-tos que, a pesar de no ser situaciones clásicas deconflicto armado, constituyen situaciones de una granviolencia: enfrentamientos armados en torno a lascuestiones agro-pastorales, etc. En dichos contextos,el DIH y sus raíces ofrecen un « espíritu » y modali-dades de diálogo en torno a las diferentes formas deenfrentamientos armados vinculados a los conflictospor el control de los recursos. No obstante, se trata deun ámbito en el que la ley chadiana y las reglas tra-dicionales de resolución de conflictos constituyen elprincipal marco de referencia.

Al principio, la población chadiana acogió a los refu-giados de forma generosa en los años 2003-2004,respetando así cierta tradición africana de hospitali-dad. Muy rápidamente, hizo su aparición la moviliza-ción internacional en torno al derecho de losrefugiados. Las dificultades concernientes al espaciohumanitario son considerables: proximidad de loscampos de refugiados respecto de la frontera, pre-sencia de hombres armados en los campos de formarecurrente, cuando no se trata del reclutamiento deniños soldados.

La situación actual también debe ser interpretadabajo el marco de las diferentes resoluciones de lasNaciones Unidas y de su seguimiento por parte delSecretario General (informes regulares sobre el Chady la RCA dirigidos al Consejo de Seguridad). Y en es-pecial la resolución 1778 del 25 de septiembre de2007, que aprueba el establecimiento en el Chad y laRepública Centroafricana de una presencia multidi-mensional destinada « a ayudar a crear las condicio-

nes de seguridad necesarias para el regreso

voluntario, seguro y sostenible de los refugiados y los

desplazados, entre otras cosas contribuyendo a la

protección de los refugiados, los desplazados y los

civiles en peligro, facilitando la prestación de asisten-

cia humanitaria en el este del Chad (…) y creando

condiciones favorables a la reconstrucción y el des-

arrollo económico y social de esas zonas ». MINUR-CAT, con su misión de garantizar la seguridad y

protección de los civiles y contribuir al respeto de los

Derechos Humanos y al restablecimiento de un Es-

tado de derecho, había sido creada. Pero tres añosdespués, los resultados son bastante modestos. Elimpacto sobre la seguridad es mínimo, la confianzade los chadianos se encuentra muy mermada y lascríticas de las organizaciones humanitarias son abun-dantes. Para responder a las inquietudes de la co-munidad humanitaria en lo concerniente a suseguridad y a la de los civiles afectados tras la reti-rada de la MINURCAT, el gobierno quiere demostrarsu compromiso y tranquilizar a la opinión explicandoel dispositivo de tres niveles creado por él para ga-rantizar la seguridad en el Este del Chad.

El pilar de los principios

Los principios de independencia, imparcialidad y neu-tralidad, con origen en los Principios Fundamentalesdel Movimiento Internacional de la Cruz Roja, se si-túan en el centro del discurso sobre el espacio hu-manitario. El sentido dado a cada una de estaspalabras, y sus repercusiones operacionales, varíanmucho en función de las organizaciones. En los de-bates que se sostienen en el este del Chad no dejande emerger algunos de los grandes temas de la ac-ción humanitaria.

Los principios humanitarios y las relaciones civilo-

militares:

La relación entre civiles y militares constituye, aúnhoy, un tema difícil y delicado. Generalmente, a losmilitares les cuesta a menudo comprender la fre-cuente existencia de distintas visiones que resultande las diferencias entre organizaciones humanitarias(agentes de la ONU, CICR, ONG) y contextos. Encuanto a las ONG, a menudo se mantienen a distan-cia de los militares pero no dudan en refugiarse ensus bases como último recurso. Tras EUROFOR, MI-NURCAT organizó un sistema de coordinación civil-militar (CIMIC, o J9 según la nomenclatura de laOTAN) que funcionaba más o menos bien en el cen-tro de Abeche y en algunos otros casos (Goz Beida).En el Chad, las ONG y las fuerzas armadas dejaronde evitarse de forma sistemática y existía una diná-mica de diálogo, lo cual permitía fijar los procedi-mientos de interacción, las « líneas rojas » que no

había que cruzar, etc. En un momento en que MI-NURCAT prepara su retirada, existe sin embargo unagran vigilancia, con el objetivo de evitar la confusiónentre géneros y limitar las violaciones del espacio hu-manitario.

Las escoltas: El CICR y cierto número de ONG evitanrecurrir a las escoltas y desarrollan otras formas degestión de la seguridad fundadas en la aceptación.Pero en julio de 2010, las ONG humanitarias se venobligadas a utilizar escoltas para acceder a los cam-pos (zonas de Guereda, Iriba, Bahai y también Kou-kou). Las agencias de la ONU recurren a las escoltasde forma sistemática (SOP4 en Fase 4). Las diferen-tes tentativas de imponer la utilización de las escoltasno sólo tropiezan con aspectos teóricos de respetodel principio de independencia, sino también con as-pectos de tipo práctico. Las escoltas no evitan las em-boscadas y convierten el acceso a la población en unproceso lento, complicado y muy « significativo »: pre-sentarse escoltado por tanques no es una muy buenacarta de visita en un pueblo chadiano.

El dispositivo de seguridad « de tres niveles » creadopor el Estado chadiano para la situación post-MI-NURCAT incluye la intervención de las fuerzas mili-tares, a saber: el ANT (Ejército Nacional Chadiano),las fuerzas mixtas Chad-Sudán, la gendarmería y laGNNT (Guardia Nacional Nómada del Chad) y lalínea de vigilancia del DIS 5. El gobierno ofrece unacompañamiento diversificado según la posiciónadoptada por cada organización humanitaria respectode las escoltas armadas. Se proveerá de escoltas ar-madas a aquellas organizaciones que lo deseen. Lasorganizaciones que no desean dichas escoltas seránprecedidas de una patrulla del DIS o de la gendar-mería que abrirá el camino, hará un reconocimientodel terreno y se mantendrá presente en la zona. Porotra parte, una circular del gobierno prohíbe la prác-tica consistente en pagar los servicios de una escoltaarmada (una práctica que ya ha sido observada enciertas zonas como Salamat).

La cuestión de las relaciones con las autoridades na-

cionales: Implantadas en un país soberano como elChad, las organizaciones humanitarias tienen que en-contrar un equilibrio entre la necesaria interacción conlas autoridades chadianas y el respeto de los princi-pios de independencia, neutralidad e imparcialidad,claves para el establecimiento de un espacio huma-nitario. Ellas lo consiguen más o menos bien… Porrazones bien conocidas de especificidad de sus mi-siones respectivas, las posiciones y estrategias de lasONG y agencias de la ONU respecto de las autorida-des nacionales son, de facto, bastante diferentes.

El pilar de la seguridad

La calidad del análisis del contexto y la necesidad deuna comprensión compartida de los problemas de se-guridad forman parte del núcleo de la gestión de lainseguridad. Dicha comprensión resulta aún insufi-ciente en el caso del Chad. Al concentrarse la mayorparte de la ayuda humanitaria (excepto el CICR) entorno a los campos de refugiados y asentamientos dedesplazados, la percepción de la realidad del espaciohumanitario se encuentra, en lo que respecta a la po-blación, muy influenciada por el « síndrome de loscampos ». Sin embargo, esta situación está cam-biando poco a poco. Las ONG y agencias de Nacio-nes Unidas realizan esfuerzos para aumentar su« espacio de maniobra » y, sobre todo, su acceso a lapoblación civil de vuelta en su lugar de origen. Paraciertas ONG, esto significa contar con bases discre-tas, sin, no obstante, eliminar los riesgos. De cual-quier forma, desde que ocurre un incidente, losprogresos en materia de acceso se ven comprometi-dos.

Las dificultades experimentadas por las organizacio-nes internacionales a la hora de comprender el con-texto en el que trabajan son muy numerosas, al igualque las experimentadas a la hora de analizar la per-cepción de la seguridad que tienen las organizacio-nes humanitarias y la población:La realidad de una seguridad instantánea (limitada entiempo y espacio), que permitirá desplazamientos ymovimientos oportunistas (y especialmente movi-mientos de tipo pendular) en función de la presenciade ciertos factores (escoltas o patrullas, por ejemplo);La esperanza de una seguridad duradera, condiciónsine qua non del restablecimiento de un espacio hu-manitario y del retorno de la población. Esto sólo seconvierte en una realidad para la población cuandoun destacamento de la ANT, las fuerzas mixtas Chad-Sudán, la gendarmería o la GNNT se encuentra des-tacado en las proximidades (pero no demasiadocerca, en cuyo caso aparecen otro tipo de problemas)o cuando las autoridades locales han conseguido re-cuperar su influencia sobre los grupos armados.

Ciertos riesgos específicos afectan al personal na-cional de las agencias internacionales y de las ONG,ya que tienen que desempeñar un papel de gate ke-

epers para el acceso a la población y, eventualmente,el de puente cultural, mientras que muchos de ellosno son originarios de la zona de intervención. Estoproduce una dinámica de riesgo específica.Resulta importante profundizar en el análisis del con-texto tanto desde una dimensión temporal como a tra-vés de un enfoque fundado en la división por zonas yuna tipología de las zonas de riesgo.

8Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

9Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

El factor espacial:

La identificación en el espacio de las diferentes pro-blemáticas de violencia que afectan a la población yde inseguridad que afectan al personal humanitariorepresenta un ejercicio esencial para la reflexión.

El factor tiempo :

10Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

En el sector de la ayuda humanitaria existen variasestrategias de gestión de la seguridad.

La aceptación: La aceptación forma el núcleo de lasestrategias de las ONG, del CICR y, en teoría, de losservicios humanitarios de las agencias de la ONU.Desempeña un papel importante en los contextos enlos que la causa de ciertos problemas de seguridades la reacción de la población afectada o de grupospertenecientes a ésta. En cambio, se trata de una es-trategia mucho menos apropiada para luchar contraproblemas de seguridad originados por la acción degrupos exteriores a la población afectada (bandidaje,secuestros y peticiones de rescate, etc.). La acepta-ción es un elemento frágil que depende de varios fac-tores:

- La capacidad del personal humanitario para com-prender y dialogar con su entorno cotidiano. CiertasONG consiguen desarrollar bien esta empatía con suentorno y son intermediarios esenciales para lasagencias de la ONU6.- La adopción de posiciones, ya sea respecto al pro-blema del Chad o respecto al problema regional, conun fuerte impacto sobre la percepción de la agenciaen el contexto específico del Chad.- Dinámicas económicas, como el impacto de la pre-sencia humanitaria sobre el nivel de vida de la pobla-ción de la zona. Las perturbaciones económicasinducidas por la presencia de la ayuda internacionaltienen consecuencias muy importantes sobre la ima-gen de esta última, que, por el momento, es bastantenegativa (principalmente en contextos como Abeche),y, por consiguiente, sobre la seguridad.- La percepción de la imparcialidad de los actores,de sus capacidades para hacerse cargo de necesi-dades complejas, incluidas las de los sectores de po-blación que no son el objetivo prioritario de la ayuda,con necesidades a menudo muy parecidas (poblaciónresidente contra población desplazada o « devuelta », por ejemplo).- La calidad de los programas humanitarios. La con-fianza, factor clave en una estrategia de aceptación,se construye desde la base de la calidad de los pro-gramas, del diálogo que los acompaña y del respetode los compromisos adquiridos. Ciertos aconteci-mientos, como los vinculados con la ONG L’Arche de

Zoé, han contribuido al descrédito de las ONG y haninfluido de forma muy negativa sobre esta aceptabili-dad.- El comportamiento de individuos nacionales e in-ternacionales en los contextos operacionales (con-ducción de vehículos respetuosa con la población,respeto suficiente en la forma de vestir y en la expre-sión oral, etc.).

Hay que señalar aquí la importancia de la interde-pendencia entre actores. Si una ONG se comportamal, el conjunto de la comunidad de la ayuda sufrelas consecuencias. Esto constituye la esencia de unacorresponsabilidad.

La disuasión: La disuasión forma parte de los impac-tos más « visibles » de las demostraciones de fuerza.Ésta era, precisamente, la misión de la MINURCAT.La presencia de bases y patrullas de la MINURCATpor un lado; de la policía, del ANT, de las fuerzas mix-tas Chad-Sudán y de la GNNT por otro lado, debe-rían haber garantizado la « seguridad de la zona ».MINURCAT no ha contado nunca, a lo largo de susaños de existencia, con un despliegue completo desus fuerzas (que en mayo de 2010 representa el 51%de sus efectivos). Su capacidad de disuasión ha re-sultado en gran parte ilusoria.

La protección física / seguridad pasiva: La protecciónes, por lo general, un acto pasivo que debe hacer quelos actores sean menos vulnerables. A menudo se in-cluyen en esta categoría las medidas de protecciónpasiva como el refuerzo de los muros, la instalaciónde zonas protegidas en la entrada de los edificios,etc. Igualmente, forman parte de las medidas de pro-tección los procedimientos del tipo de las autoriza-ciones « no-go zones » o « no-go times », lossistemas de comunicación por radio, etc. La mayoríade las medidas observadas son, como es lógico, desentido común. La mayor parte de las agencias evitancircular de noche en el este del Chad, tanto en zonasurbanas como rurales. Pero una consecuencia a me-nudo observada de estas medidas es un aislamientoprogresivo de ciertos actores de la ayuda respecto dela población y una pérdida progresiva de las fuentesinformales de información.

Las fronteras del espacio humanitario

El derecho, con sus diferentes facetas, sus compo-nentes internacionales de proyección universal, y suselementos nacionales y locales, forma un sistema dereglas cuyo respeto conforma el espacio humanita-rio. En el Chad oriental, la ausencia de respeto deestas reglas por parte de ciertos actores de la violen-cia contribuye a debilitar el espacio humanitario, tantopara la población como para el personal humanitario.

El respeto de los principios contribuye a defender elespacio humanitario. En un contexto como el Chad,en el que el grado de inseguridad es considerable yla inestabilidad persiste, contar con reglas de com-portamiento que precisan los límites y refuerzan la ex-presión de los valores resulta esencial. En ello radicala importancia del pilar de los principios, cuya clari-dad y respeto se conjugan con los del marco jurídico

11Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

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para influir de forma decisiva en la seguridad de losactores.Habría que gestionar la construcción de las condicio-nes de seguridad necesarias, a unos para sobreviviry a otros para trabajar, de forma holística, en el res-peto del derecho y de los grandes principios humani-tarios. Dicha construcción constituye la columnavertebral del espacio humanitario.

Hay que desarrollar un diálogo sincero, sin ambages,entre las autoridades chadianas y los actores huma-nitarios con el fin de ajustar las medidas del gobiernoa las necesidades de protección de la población, alacceso a la ayuda que es para ellos vital y a la segu-ridad del personal humanitario. Si la prudencia de lasorganizaciones humanitarias en el ejercicio de su mi-sión sigue siendo fundamental, no debería, por elcontrario, existir en un contexto de vacío cognitivo yestratégico. Conocer y comprender cada vez mejor,estar cada vez más próximos de la población, sercada vez más apreciados y útiles, más transparentesen cuanto a la propia misión, en cuanto a sus activi-dades, más « inteligentes » en la concepción de losprogramas, son, todos ellos, ingredientes de una ges-tión programada del espacio humanitario y, por lotanto, de la seguridad.

1 Organización para la Unión Africana.2 Por ejemplo, cuando las ONG distribuyen árboles frutales a laspersonas desplazadas o a los refugiados, ello representa un pe-ligroso juego con las reglas de apropiación de la tierra.3 En materia de riesgos y de sus implicaciones en términos deDIH, pueden considerarse dos escenarios « de catástrofe » :- Los ataques procedentes de Sudán, susceptibles de provocarun enfrentamiento entre la ANT y el ejército sudanés, pueden pre-sentar un riesgo de conflicto armado internacional (CAI) para elque las Convenciones de Ginebra se aplican en su totalidad; - La existencia de una fuerza armada internacional con sólidasreglas de intervención militar (Capítulo VII de la Carta de las Na-ciones Unidas) crea una situación de facto que podría desembo-car en enfrentamientos entre las fuerzas de MINURCAT y ciertosgrupos armados.4 Standard Operating Procedures.5 Comunicación del representante especial del Presidente de laRepública del Chad ante la misión MINURCAT a las organizacio-nes no gubernamentales y humanitarias sobre la retirada de MI-NURCAT, el 2 de junio de 2010.6 Las agencias de Naciones Unidas se encuentran a menudo par-cialmente paralizadas, ya que ciertas estrategias – las restriccio-nes impuestas en fase 4 (escoltas armadas, por ejemplo) – hacenque el contacto con su entorno sea mucho más difícil.

François Grünewald, Groupe URD

Olivia Collins, Groupe URD

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

Un convoi de vehículos humanitarios de vuelta de un día de trabajo

en el campo de Goz Amir, cerca de Koukou Angarana,

Chad oriental.

© Groupe URD

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Las múltiples dimensiones de la crisis guineana

Punto de vista Jean-Bernard VERON

Guinea ha figurado frecuentemente como una prioridad en complejas agendas humanitarias, es-

encialmente vinculadas a las crisis de sus vecinos liberianos, marfileños y sierraleoneses. Pero

en el curso de los últimos años, la dimensión interna de la fragilidad guineana ha salido a la su-

perficie: en un momento en el que las crisis regionales parecen haberse solucionado, excepto en

Costa de Marfil, Guinea se encuentra en la encrucijada.

Durante años, la región del Golfo de Guinea ha sido devastada por conflictos internos que tomaban for-mas terribles: niños soldados en Liberia, prácticas de amputaciones políticas en Sierra Leona, etc. Guineaparecía un remanso de paz, ofreciendo asilo a cientos de miles de refugiados. Pero la herencia políticade la época de Sékou Touré y el difícil camino hacia el desarrollo han producido dinámicas crisógenasen este espacio de paz y han hecho que aún figure en el panel de control de las organizaciones human-itarias, después incluso del retorno de los refugiados, mientras que los actores del desarrollo se pregun-tan por los efectos de sus propias prácticas en un país a caballo entre el Fouta Jalon, el mundo de la selvay las costas de manglares.

Guinea se encuentra en un momento delicado de su historia, en el que se mezclan esperanzas, tantopor parte de los guineanos como de la comunidad internacional para la salir con éxito de la crisis, incer-tidumbres a corto plazo en cuanto al proceso de transición política, y numerosos y difíciles retos a largoplazo para el desarrollo económico y social.

A corto plazo hay que alegrarse del hecho que los factores de riesgo inmediatos, ya sean políticos, entérminos de lucha electoral, de seguridad, debidos a la indisciplina de ciertos elementos de las fuerzasarmadas, étnicos, en vista de la fragmentación del país, u originados por el descontento de la población,cuya situación material es deplorable, no hayan desestabilizado el país hasta el día de hoy.

No obstante, el énfasis que actualmente se pone en los efectos a corto plazo de la crisis guineana tiendea sellar los rasgos esenciales que caracterizan el mal desarrollo del país y que sólo pueden ser tratadoscon medidas a largo plazo.

* El primero de estos rasgos esenciales es el de que Guinea es un país con un mal desarrollo

claro. A pesar de unas condiciones naturales favorables (hidrografía y clima propicios para las activi-dades agrícolas, riquezas minerales), el país no ha sido capaz de explotarlas con el fin de poner en mar-cha un robusto proceso de crecimiento económico y mejorar la situación material de su población, másde la mitad de la cual vive por debajo del umbral de pobreza. De esta forma, y en el mejor de los casos,el producto interior bruto per cápita se mantiene estable a largo plazo, por el hecho de que los índices decrecimiento económico y demográfico difieren muy poco entre ellos.

Esta economía tan poco productiva se encuentra, además, desequilibrada y mal articulada en el planosectorial. Las actividades agrícolas y la ganadería sólo representan una cuarta parte del producto inte-rior bruto pero siguen empleando a tres cuartos de la población. Por lo tanto, la productividad y, en con-secuencia, la renta per cápita se mantienen con un bajo nivel.En el lado opuesto, la explotación minera no emplea mucho más de 15.000 personas, pero representatambién una cuarta parte del producto interior bruto. Su impacto sobre el resto de la economía nacionales reducido, aparte de la producción de divisas y la generación de ingresos para las finanzas públicas.Peor aún, la importante dependencia del presupuesto general del Estado respecto de este sector esfuente de desequilibrios macroeconómicos en los momentos de caída de los precios en bolsa.

* Estas desigualdades económicas vienen acompañadas de una multitud de desigualdades so-

ciales, lo que constituye el segundo de los rasgos esenciales que caracterizan al país. Entre las ciu-dades y el campo en primer lugar, porque, si la mitad de la población guineana vive por debajo del umbralde pobreza, este porcentaje es del 24% en las ciudades y del 60% en las zonas rurales. En segundo lugar,entre las diferentes regiones que componen el país, y ello a expensas de la Alta Guinea, en la frontera

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maliense, así como la Guinea forestal en los confines de Liberia, Sierra Leona y Costa de Marfil. Desdeun punto de vista más general, la tasa de acceso de la población a los servicios de base (energía, agua,transporte, educación, salud) no sólo es inferior a la media de los países de la región, sino que, una vezmás, presenta una clara desigualdad en detrimento del mundo rural y las provincias periféricas.

Dichas desigualdades, que alimentan un sentimiento de « abandono » por parte del poder central, gen-eran frustraciones y un clima propicio para las reivindicaciones violentas y, por lo tanto, la desestabi-lización política. Éste fue el caso a finales de 2006 y principios de 2007, durante los movimientos deprotesta que tomaron cierto cariz de insurrección.

Además, ocasionan una marea continua de inmigrantes de los campos hacia las ciudades (y, en espe-cial, hacia Conakry), muy por encima de la capacidad de éstas últimas de proveer trabajo y servicios enfunción de las necesidades. Como consecuencia de ello resultan una tasa elevada de desempleo y desubempleo urbanos y, por ende, la marginalización de los recién llegados, que pertenecen por lo generala las nuevas generaciones, y su no integración socioeconómica, cuyo poder de desestabilización a largoplazo no puede ser ignorado.

* Un tercer rasgo estructural de la situación guineana es el fracaso de la transición de una

economía administrada durante los años de gobierno de Sékou Touré hacia una economía liber-

alizada con Lansana Conté.

En consecuencia, el sistema económico guineano es, hoy en día, una mezcla de economía informal may-oritaria, en la que la población vive y trabaja « al margen del Estado », algunos sectores aislados, for-mados por una economía pública muy poco competitiva, y enclaves mineros articulados principalmentecon el exterior, todo ello dominado por una élite cuya actitud es percibida más como depredadora que alservicio de la población.

Además, el aparato del Estado guineano se ha desmoronado progresivamente y hoy en día es apenascapaz de cumplir con su misión. Lo que significa, entre otras cosas, que sólo responde de forma muy im-perfecta a las necesidades de la población y que no posee un verdadero proyecto de desarrollo. He ahíla razón de su pérdida de credibilidad a ojos de los guineanos.

* Por último, los proveedores de fondos exteriores tienen su parte de responsabilidad. No hansabido « activar » el país, ni encontrar los medios de corregir los rasgos fundamentales de su mal de-sarrollo. La ayuda ofrecida al país da pruebas de una eficacia limitada, ya sea en términos de perennidadde los proyectos o de reforma de las políticas públicas.

Tratándose de las razones de este fracaso, es evidente que hay que incriminar, tras la caída del régimende Sékou Touré, un voluntarismo excesivo por parte de los asociados exteriores a la hora de reestruc-turar la gestión del país de acuerdo con los cánones del liberalismo económico.

En el mismo orden de ideas, la fluctuación de los flujos de ayuda por razones políticas, así como las in-terrupciones de los desembolsos, debido a la aparición de impagos, han podido amenazar la realizacióno la buena marcha de los proyectos de desarrollo financiados por dichos proveedores de fondos y obligaral Estado a recurrir a anticipos del Banco Central que han alimentado la inflación.

A fin de cuentas, Guinea representa el caso ejemplar de un país que no consigue encontrar el motorendógeno de su propio desarrollo y de una comunidad internacional con grandes dificultades para ofre-cer una ayuda adecuada y eficaz. La capacidad de los guineanos para encontrar otros medios distintosde la fuerza para canalizar las contradicciones generadas por la historia es el único factor que permitiráal país desparecer del radar de las organizaciones humanitarias y trazar otras trayectorias diferentes delas de la crisis…

J.B. Veron es el coordinador de la red "postcrisis" de la AFD (Agence Française de Développement)

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Estrategias de lucha contra la red de los opiáceos en Afganistán: ¿Estamos en el buen camino?

Crisis y vulnerabilidad

Casi diez años después de la intervención de la

comunidad internacional y la caída del

régimen talibán, la cuestión de la producción

de opio en Afganistán es más que nunca causa

de preocupación para los diferentes actores,

sobre todo la comunidad internacional. No

obstante, la última década se caracteriza por

una sucesión de políticas y programas cuyo

objetivo ha sido el de reducir la producción de

droga, ya fuera mediante acciones de

erradicación, de represión o la puesta en

marcha de actividades alternativas (agrícolas,

pero también, y más generalmente, de

desarrollo rural). ¿Qué resultados han

producido estas acciones? ¿Qué conclusiones

podemos sacar de todo ello?

Charlotte DUFOUR, Domitille KAUFFMANN, François GRUNEWALD

encontraba entonces repartido por todo el territorionacional – y la producción se ha concentrado, en2009, en las provincias del sur y en la provincia occi-dental de Badghis. Algunas provincias (20 en 2009contra 13 en 2007) han obtenido durante varios años–consecutivos o no – el estatuto de « poppy-free », untítulo que la UNODD (Oficina de las Naciones Unidascontra la Droga y el Delito) otorga a las provincias conmenos de 100 ha dedicadas a la adormidera.

Además de este aumento de las superficies cultiva-das, el conjunto de la red del tráfico de opiáceos pre-senta un progreso formidable durante la últimadécada. 60% de la producción afgana de drogas –morfina y heroína – se llevaría a cabo en laboratoriosinstalados en las principales provincias productoras(Helmand, Nangarhar y Badakhshan).

Sin embargo, no se pueden sacar, hoy por hoy, con-clusiones sobre la perennidad de estas tendencias deregresión – observadas desde 2007 en varias pro-vincias – ya que son numerosos los factores que in-fluyen en la producción de opio : factoresagro-ecológicos (clima, irrigación), socioeconómicos(seguridad alimentaria y pobreza, acceso al crédito, ala tierra y a los servicios agrícolas, dependencia dela economía respecto de la amapola), políticos y re-ferentes a la seguridad además de otros factores li-gados a la producción, transformación ycomercialización de los opiáceos (experiencia y téc-nicas adquiridas, términos del intercambio entre trigoy amapola, producción en los otros países, acceso a

Este artículo presenta los principales resultados y re-comendaciones de un estudio realizado por encargode la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), a prin-cipios de 2010. El objetivo de este trabajo era el deanalizar el conjunto de las actividades puestas enpráctica en el marco de la estrategia nacional delucha contra la droga (NDCS) durante la última dé-cada – prestando una atención especial a sus puntosfuertes y débiles, así como a las restricciones a lasque su realización se ha visto sujeta –, y proponeruna serie de recomendaciones, al mismo tiempo es-tratégicas y operacionales, para alimentar la reflexiónsobre las políticas y programas.

El opio en Afganistán

Marginal hasta la invasión soviética, la producción af-gana de opio se desarrolló en un principio como unaeconomía de guerra, como una estrategia de super-vivencia luego, durante los años 90, y más tarde, apartir de 2001, como principal cultura de ingresos,con un aumento considerable de la superficie culti-vada. La producción de opio se encuentra en recesodesde el nivel récord alcanzado en 2007, aunquesigue siendo hoy día muy elevada: 6 900 toneladasde cosecha en 2009 sobre una superficie de 123 000ha. Las zonas de producción han cambiado ostensi-blemente desde 2004 – el cultivo de la amapola se

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Figura 1. Superficies cultivadas de adormidera (ha), 1994-2009

Fuentes: UNODD y UNODD/MCN opium surveys 1994-2009

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los precursores químicos, proximidad de los labora-torios y redes de distribución). Además, puesto quela producción afgana es mayor que el consumo mun-dial de opio, existen importantes stocks. La regresiónactual podría deberse a una estrategia de control delos precios.

La concentración de la producción en el sur denotauna fuerte correlación entre producción de opio, y ac-tividades ilícitas en general – la producción de can-nabis también ha aumentado de forma significativaen las regiones del sur –, y la inseguridad.

Los motivos del descenso de la producción obser-vado actualmente son diferentes de una provincia aotra. En las provincias de Nangarhar y de Balkh, pa-rece obvio que las acciones de los gobernadores handesempeñado un papel crucial. En las otras provin-cias, los factores económicos y agro-ecológicos –evolución de las condiciones del intercambio entre eltrigo y la adormidera – parecen haber incitado a loscampesinos a privilegiar la seguridad alimentaria y aplantar trigo.

Para reducir la producción, el tráfico y el consumo deopiáceos de forma duradera, el gobierno afgano hadefinido una estrategia global fundada en 4 ejes prio-ritarios – prohibición y represión, desarrollo de activi-dades alternativas, tratamiento de la toxicomanía,desarrollo de las capacidades de las distintas institu-ciones a escala central y provincial – y 8 pilares deacción. Junto al gobierno, una multitud de actores seencuentran implicados en la lucha contra la droga,entre los cuales se encuentran los gobiernos ameri-cano y británico, la Oficina de las Naciones Unidascontra la Droga y el Delito (UNODD) y las fuerzas ar-madas de la ISAF. Las ONG también están implica-

das como colaboradores en la puesta en práctica delos programas de desarrollo y de tratamiento de la to-xicomanía.

Los programas de lucha contra la producción

de opio

Los programas de desarrollo

Los programas de desarrollo rural tienen un papelcentral en la estrategia nacional. El enfoque de estosprogramas ha sufrido una serie de cambios progresi-vos. En primer lugar y siguiendo el ejemplo de otrospaíses, los actores han intentado introducir cultivosalternativos que podrían entrar en competencia conla adormidera. Aunque ciertos cultivos, como el aza-frán, han tenido cierto éxito, la puesta en práctica deestos programas – a menudo realizados al nivel deprogramas piloto – han tropezado numerosas dificul-tades, sobre todo a la hora de establecer cadenas deproducción y distribución perennes.

Estos cultivos están integrados en programas más« completos » – llamados programas de « desarrollode medios de existencia alternativos » (Alternativelivelihoods) – que integran una amplia gama de acti-vidades, desde el apoyo a las instituciones o el des-arrollo de sectores agrícolas y actividadesgeneradoras de ingresos hasta la rehabilitación de lasinfraestructuras. Estos programas han permitido rea-lizar mejoras y progresos evidentes en términos dedesarrollo económico en ciertas provincias e incitadoa los campesinos a abandonar el cultivo de la ador-midera – al menos de forma temporal –, pero resultadifícil afirmar si han producido o no efectos a largoplazo sobre la producción de opio. La eficacia deestos programas presenta numerosos puntos débi-les: duración demasiado corta para poder garantizarel éxito y la perennidad de las cadenas de produccióny distribución; objetivos que a menudo resultan de-masiado ambiciosos respecto a las capacidades delos actores, falta de coherencia en las diferentes ac-tividades puestas en práctica; bajo nivel de integra-ción en las dinámicas locales y programasnacionales; selección inadecuada de los beneficiariosen referencia al problema del cultivo de adormidera.

Tras estas experiencias poco concluyentes, la mayo-ría de los proveedores de fondos han cambiado deestrategia: la moda de los programas de « alternativelivelihoods » está dejando paso al « mainstreaming »de la lucha contra la adormidera en los programasde desarrollo agrícola y rural. Bajo este punto devista, tres sectores resultan especialmente intere-

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Figura 2. Situación de las diferentes provincias de Afganistán

en materia de seguridad y de cultivo de adormidera, 2009

Fuentes: ONUDC/MCN opium survey 2009

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santes: la agricultura, las infraestructuras y los servi-cios financieros. Los programas deberían permitir lacreación de sectores agrícolas perennes (sobre todolos de producción de frutas y la ganadería), de altovalor añadido, con un abastecimiento en abonos, se-millas y productos fitosanitarios y un sistema de irri-gación asegurados, y el acceso a los mercados yservicios públicos, al mismo tiempo que se creanoportunidades de empleo a corto plazo en el sectorde la construcción, el acceso al crédito y, de estaforma, una lucha más eficaz contra el tráfico de opiá-ceos, al modificar los factores que hoy en día consti-tuyen sus principales puntos fuertes.

Se han creado varios mecanismos de financiaciónpara facilitar el desembolso y gestionar mejor la re-partición de la ayuda al desarrollo en el marco de lalucha contra los cultivos de amapola. En la práctica,estos fondos han contribuido principalmente a finan-ciar los grandes programas nacionales del gobierno.El más importante de todos ellos, el Counter Narco-

tics Trust Fund (CNTF), no ha alcanzado sus objeti-vos – pocos fondos movilizados, pocos vínculos entrelos programas financiados y la lucha contra la droga–, y no ha sido renovado. El Good Performer’s Initia-

tive otorga una ayuda a las provincias en las que nose cultiva, o se cultiva poco (menos de 100 ha), laadormidera. Este mecanismo ha obtenido más éxitoa pesar de los problemas de transparencia. Unanueva iniciativa, la Comprehensive Agriculture and

Rural Development Facility (CARD), se propone inte-grar mejor los programas nacionales en los sectoresagrícola y de desarrollo rural a escala local. Sin em-bargo, las dificultades de gestión, los costes de fun-cionamiento y las restricciones en términos derecursos humanos exponen CARD a los mismos ries-gos que el CNTF.

Los otros frentes de la lucha antidroga

Además del desarrollo, la estrategia nacional de luchacontra la droga se funda en acciones de erradicación,prohibición y represión, de educación y sensibiliza-ción de la población y de tratamiento de la toxicoma-nía.

El sujeto de la erradicación ha levantado vivas polé-micas durante bastantes años. Aunque los efectosnegativos, e incluso contraproducentes, de la erradi-cación cuentan con una vasta documentación –riesgo de empobrecer aún más a los campesinos, dealimentar un resentimiento contra el gobierno y la co-

munidad internacional, de reforzar el apoyo prestadopor la población a la insurrección y de incitar a loscampesinos a producir adormidera con el fin de per-cibir una compensación –, esta estrategia ha sido am-pliamente utilizada y promovida en Afganistándurante la última década, con poco éxito y escasoefecto sobre la producción de opio. Desde 2005, hasido erradicada entre el 4% y el 10% de la produc-ción potencial de opio. En 2007, la erradicación haafectado al 4% de la superficie en un número limitadode provincias (17 en 2008, 12 en 2009). La reducciónde las superficies erradicadas puede explicarse, enparte, por un cambio, a partir de 2007, en la estrate-gia concerniente a la erradicación, pero también gra-cias a la inseguridad que prevalece en el sur y eloeste del país, donde se concentra la mayor parte dela producción. Actualmente, la erradicación – que du-rante largo tiempo ha sido fomentada por los ameri-canos – ha dejado de ser la prioridad en lasestrategias de los actores. La erradicación debe ser li-mitada a las zonas y campesinos que disponen de al-ternativas claras para satisfacer sus necesidades. Elobjetivo es el de vincular un riesgo real al cultivo de laadormidera e influir así en la toma de decisión de loscampesinos y hacerles vacilar a la hora de plantaramapolas.

Las acciones de prohibición y represión se propo-nen penalizar el tráfico y los sectores previos de lacadena de producción por medio de embargos demercancías (drogas y precursores químicos) y la de-tención y condena de actores incriminados. Con elapoyo de acciones de refuerzo de la cooperación in-ternacional y regional en las fronteras y las capaci-dades de la policía y del sistema judicial, estasactividades han obtenido resultados: el embargo dedrogas y precursores ha aumentado de forma nota-ble, así como el número de detenciones. Algunos cri-minales de « alto rango » en el tráfico de drogas hansido encarcelados. Pero, estos resultados son delenta progresión, ya que i) los grandes traficantes dedrogas a menudo forman parte o mantienen relacio-nes con la esfera política, ii) las redes de tráfico dedrogas son extensas y reactivas: se adaptan fácil-mente a nuevas restricciones, iii) la colaboraciónentre los Estados no resulta fácil: existe una gran des-confianza a la hora de intercambiar informaciones es-tratégicas, iv) los riesgos a los que están sometidoslos jueces y el sistema judicial son importantes y al-gunos se desaniman, v) la ley contra la droga no esla adecuada: no distingue entre un pequeño trafi-cante, un simple intermediario en el tráfico, y un mag-nate de la droga a la cabeza de toda una red.

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

18

La sensibilización y la educación necesitan lapuesta en marcha de campañas mediáticas y de co-municación entre los jóvenes y en las escuelas. Estasactividades, que cuentan a menudo con una mala pla-nificación – poca coordinación con las otras activida-des de lucha antidroga, escasa colaboración con losjefes locales – y una puesta en práctica a pequeñaescala, no han tenido hasta el momento más que unimpacto reducido.

El abuso de las drogas es un problema cada vez másimportante en Afganistán que se extiende a nuevossectores de la población, entre los que hay que des-tacar la juventud : según los cálculos, el número deconsumidores de opio rebasaría la cifra de un millón.Desde 2003, la oferta de tratamientos se encuentraen pleno desarrollo, se abren nuevos centros de des-intoxicación y se ponen en marcha nuevos programasde reintegración. Sin embargo, los centros actualesno son suficientes para responder a las necesidadesy su financiación a largo plazo aún resulta incierta.Además, la oferta de tratamientos es incompleta y nopropone ninguna ayuda a la reinserción, como la for-mación o la ayuda en la búsqueda de trabajo, inclusosi el desempleo parece ser la causa del 20% de lasrecaídas.

Conclusión: unos resultados muy discretos

para la estrategia nacional de la lucha contra

la droga

Un impacto difícilmente ponderable

Resulta difícil, en la situación actual, determinar si lapuesta en práctica de la estrategia nacional de luchacontra la droga ha producido o no un auténtico im-pacto positivo; por un lado, porque la evaluación delos resultados de cada pilar de acción han sido esca-sos o son difícilmente accesibles y, por otro lado, por-que su puesta en práctica ha sido llevada a cabo porpilares más que de forma integrada.

Ciertos progresos estratégicos

Aunque lentamente, las prácticas cambian y se reco-noce de forma cada vez más unánime el hecho deque no existen cultivos de sustitución ni desarrollos« alternativos » y que sólo un desarrollo socioeconó-mico y político holístico puede permitir la reducciónduradera de la dependencia respecto al cultivo de laamapola. Las experiencias pasadas concernientes alos efectos nocivos de la « pura represión » han sidopoco a poco integradas para producir un mejor equi-librio entre los enfoques « represivos » (erradicación,

prohibición, justicia) y los de apoyo a la población(sensibilización, desarrollo, reducción de la demandade drogas). En particular, la erradicación desempeñaun papel secundario frente al desarrollo, y ello princi-palmente gracias al cambio de estrategia de los Es-tados Unidos desde 2007.

Falta de articulación entre los diferentes pilares de la

estrategia nacional

Así mismo, aún quedan por hacer importantes es-fuerzos para articular mejor las actividades de des-arrollo con las demás actividades de lucha contra ladroga, y más concretamente la sensibilización de lapoblación y las operaciones de prohibición y erradi-cación. Esta falta de integración perjudica grave-mente la eficacia de la lucha contra los opiáceos, eincluso puede resultar contraproducente, sobre todocuando las dimensiones represivas no están acom-pañadas de un apoyo económico suficiente.

Problemas de coordinación y de divergencias de en-

foque entre los actores

La ausencia, al frente de la coordinación de las dife-rentes visiones, de un actor fuerte que cuente con elreconocimiento general dificulta esta tarea de coordi-nación. El Ministerio de Lucha contra la Droga se hamostrado incapaz de asumir este papel, tanto porfalta de legitimidad como de capacidad. Además delos aspectos operacionales, esta diversidad de enfo-ques y de prioridades entre los actores restringe lacolaboración entre instituciones. Sin embargo, existe,por parte del conjunto de los actores, una verdaderavoluntad de trabajar juntos y generar un mayor con-senso y comprensión común del problema. Esta faltade coherencia entre los diferentes actores, y en par-ticular entre proveedores de fondos, así como la faltade continuidad de sus estrategias es un freno para laextensión y la perennidad de los programas y meca-nismos de financiación.

La corrupción y la falta de voluntad política

La corrupción generalizada a la que se enfrenta elpaís mina los esfuerzos realizados en todos los ám-bitos, obstaculiza el funcionamiento de la policía an-tidroga y de la justicia y limita los efectos de laerradicación. Los dirigentes afganos muestran unadébil voluntad política frente a los problemas de ladroga, lo cual no resulta sorprendente ya que nume-rosos responsables políticos o personas próximas alpoder se encuentran implicadas en el tráfico de dro-gas. No obstante, esta situación cambia poco a poco,

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

principalmente gracias a la toma de conciencia delhecho de que la población afgana se convierte ellamisma en víctima de la droga.

Recomendaciones

Para una reorientación de las prioridades en la lucha

antidroga

Existe una confusión respecto a los vínculos entre laproducción de droga y el desarrollo económico, la se-guridad y la gobernanza: la producción de opio estáconsiderada por la mayoría de los actores como unade las causas de la inseguridad, la corrupción y la in-surrección. Ahora bien, la producción de opio es másbien un síntoma de dichos problemas y representa unmecanismo de gestión de esta crisis para un gran nú-mero de campesinos. Actuar sobre el síntoma de lacrisis, y no sobre sus causas fundamentales, conllevael riesgo de producir el deterioro de la situación eco-nómica (pérdida de una fuente de ingresos esencialpara los campesinos y los comercios organizados al-rededor del tráfico) y política (refuerzo de la corrup-ción; resentimientos de los campesinos respecto delgobierno y la comunidad internacional que refuerzala insurrección).

Los esfuerzos llevados a cabo por el gobierno y la co-munidad internacional deberían concentrarse en losfactores que conducen a la producción de droga, prin-cipalmente los factores vinculados a la seguridad y lasituación política (gobernanza, corrupción) y aquéllosvinculados con la situación socioeconómica, y medirlos progresos realizados en la lucha contra la drogacon indicadores fundados en dichos factores. Ellopermitiría centrar de nuevo los esfuerzos de la co-munidad internacional en la mejora de las condicio-nes de vida de los afganos, un desafío no sólo socialy económico, sino también político.

Recomendaciones operacionales para los programas

de desarrollo

1) La mejora de la eficacia y del impacto de los pro-gramas de desarrollo llevados a la práctica en elmarco de la lucha contra los opiáceos requiere in-versiones a largo plazo.

2) La planificación y la puesta en práctica de inter-venciones deben ser flexibles a fin de responder alas necesidades de los diferentes sectores de la po-blación y adaptarse a situaciones múltiples que evo-lucionan a lo largo del tiempo.

3) La pertinencia de las intervenciones dependeráde la calidad del análisis de los factores que influ-yen en el cultivo de la amapola a nivel local y de sucapacidad para integrar diferentes factores – des-arrollo económico, seguridad, gobernanza – en es-trategias adaptadas al contexto local.

4) Resulta por lo tanto importante contribuir (desdeun punto de vista financiero y técnico) a los pro-

gramas nacionales de desarrollo dirigidos por elgobierno en diferentes sectores clave, sobre todo laagricultura, el desarrollo rural, la creación de empleoy el desarrollo industrial.

5) Apoyar los programas de desarrollo rural yagrícola llevados a cabo por las ONG sigue siendo,sin embargo, pertinente. Por eso, resulta importanteestablecer una articulación entre estos progra-

mas transversales y los programas horizontales

de desarrollo llevados a cabo por el gobierno.

6) Es importante continuar con la diversificación ydesarrollo del sector agrícola, poniendo muchaatención en la elección de las cadenas de valor y losbeneficiarios, en la calidad de los estudios de mer-cado previos con el fin de evitar crear mercados arti-ficiales y mecanismos de dependencia, en losprocesos que favorecen la autonomía de los actoresimplicados en la cadena de valor, la perennidad delos sistemas de abastecimiento de material agrícolade calidad.

7) El desarrollo de cadenas de valor a gran escalano puede fundarse únicamente en inversiones en he-rramientas de producción. Inversiones en otras in-fraestructuras como fábricas de transformación y

empaquetado, además de centrales eléctricas, porejemplo, son necesarias.

8) El desarrollo de mecanismos y productos decrédito rural y agrícola debería contar con apoyo fi-nanciero y técnico.

9) Además del papel que desempeñan en el des-arrollo económico y social a largo plazo, los proyec-tos de desarrollo de infraestructuras rurales(carreteras, puentes, represas, etc.), que utilizanuna gran cantidad de mano de obra representa unmedio a corto plazo para reducir la mano de obra dis-ponible para el cultivo de la adormidera.

10) Habría que aumentar el apoyo ofrecido a losprogramas de reducción de la demanda de droga,

19Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

con el fin de aumentar la cantidad y calidad de losservicios ofrecidos a los toxicómanos.

11) Para el conjunto de las intervenciones, resultaimportante mejorar los sistemas de seguimiento yadoptar indicadores que midan la mejora de lascondiciones de vida de los afganos (ingresos, se-guridad alimentaria, acceso a los servicios públicosbásicos, seguridad, etc.) y la perennidad de los re-sultados obtenidos.

12) Cada actor debe contribuir a mejorar la colabo-ración entre instituciones, integrando sus interven-ciones en la acción de los ministerios

correspondientes, por un lado, y, por otro, colabo-rando de forma continua y pro-activa en el intercam-bio de información con el resto de los actoresimplicados.

Charlotte Dufour, Consultora en seguridad

alimentaria y nutrición

Domitille Kauffmann, Groupe URD

Estudio realizado bajo la dirección de

François Grünewald, Groupe URD

20Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

Evolución climática y catástrofes naturales en Bangladesh: la ayuda humanitaria frente al desafío de la « resiliencia »

A causa del cambio climático, Bangladesh se ve

afectado por catástrofes naturales cada vez más

frecuentes y cada vez más destructoras. Dichas

catástrofes plantean una serie de interrogantes

sobre las prácticas humanitarias: ¿cuáles son las

oportunidades disponibles para responder a las

necesidades de la población al mismo tiempo

que se refuerzan sus capacidades para

enfrentarse a futuras catástrofes? Este artículo

presenta un balance de las prácticas actuales y

sienta las bases para inventar un nuevo enfoque

multiactores.

Camille RAILLON

En la lista roja de países sujetos a riesgos climáticosdurante la próxima década, Bangladesh figura comoun auténtico quebradero de cabeza en materia de re-ducción de riesgos y adaptación al cambio climático.Con el trasfondo de crisis económicas, medioam-bientales y de seguridad que atraviesan nuestras so-ciedades y, más concretamente, los países de altoriesgo como Bangladesh, el refuerzo de las capaci-dades de resiliencia de las naciones y de las comu-nidades es un tema complejo. Reducir los riesgos nose limita únicamente a trabajar sobre la vulnerabili-dad frente a los riesgos naturales, sino sobre todo unabanico de vulnerabilidades económicas, sociales ypolíticas que producen o aumentan la vulnerabilidadde los individuos respecto de dichos riesgos. Por eso,la reducción de riesgos se encuentra en el centro delos grandes debates y desafíos locales y globalessobre el porvenir de los individuos, de los Estados e,incluso, de la humanidad entera. En efecto, el cambioclimático, la escasez de tierras de cultivo, la creciente

disminución del agua potable disponible, la disminu-ción de los recursos naturales y los movimientos mi-gratorios masivos que se perfilan ponen en tela dejuicio el porvenir de todos. Así, una multitud de acto-res están llamados a cambiar las cosas e intentar ate-nuar el « crack » que nos espera.

¿Qué progresos pueden, en dicho contexto, integrarnuestras prácticas humanitarias en Bangladesh? Másallá de la fase de emergencia que acompaña las ca-tástrofes rápidas como son los ciclones (cf. los ciclo-nes Sidr y Aila), ¿cómo podemos apoyar y reforzarlas capacidades de resiliencia de las comunidadesfrente a los cambios climáticos y a las catástrofes na-turales recurrentes, cuyas causas e impactos negati-vos no cesan de agravarse?

La vulnerabilidad frente a las catástrofes enBangladesh

Un hecho alarmante

Una reciente lista del Banco Mundial incluye Bangla-desh entre los doce países de mayor riesgo frente alas evoluciones climáticas: sequía, inundaciones, tor-mentas, subida del nivel del mar y pérdida de culti-vos. Lentas pero irreversibles o rápidas ycaóticas, las catástrofes climáticas y naturales se

convierten en la principal causa de una crisis hu-

manitaria permanente en el país.

Si bien es cierto que las catástrofes advenidas enBangladesh son inducidas por fenómenos naturales,tal y como lo indican los informes científicos, pode-mos observar, por el contrario, que la pobreza, la ex-

21Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

clusión social y la marginación política funcionancomo factores agravantes. Por eso, es justo hablarde catástrofes socio-naturales. Las consecuencias dedichas crisis son tales que invitan a presagiar nuevasnecesidades colosales en términos de infraestructu-ras, de agua y de alimentos así como de potencialescrisis para el espacio y los recursos, tanto en zonasrurales como urbanas. Bangladesh está aún lejos deser el único país de riesgo. Numerosas personas, co-munidades y Estados se encuentran bajo la amenazade las evoluciones del clima y tendrán que hacerfrente a los cambios que éstas imponen.

A escala local, estas catástrofes climáticas se tradu-cen en una crisis alimentaria permanente y se acom-pañan de una pobreza crónica (destruccionesrecurrentes de las cosechas de yute y de arroz,fuente de vida e ingresos para más del 80% de la po-blación en la zona de Sundarbans), una explosión de-mográfica insostenible y olas de emigración endirección de los barrios pobres de las grandes ciuda-des, al interior como al exterior del país. En los distri-tos visitados (Khulna, Satkhira y Mongla) el riesgo decrisis humanitaria es muy alto. Las pérdidas huma-nas, materiales y territoriales causadas por el cambioclimático (la salinización de las tierras y de los ríos) ylas catástrofes naturales (ciclones y erosión) sonenormes. Desde el ciclón Aila, en mayo de 2009, lascomunidades no son capaces de recuperar el nivelde vida, ya bastante crítico, del que gozaban antesde la catástrofe, y ello a pesar de un importante des-pliegue humanitario. Un año después del ciclón, elagua salada que invadió las tierras cultivables aún nose ha retirado. Por otra parte, numerosos diques deprotección del litoral y de los pueblos continúan de-rrumbándose y un gran número de carreteras des-aparecen bajo las aguas. El resultado son pueblos

cada vez más aislados a causa de la subida de lasaguas y un pesimismo creciente respecto al porvenir.Por otra parte, las comunidades sólo cuentan con unreducido acceso a la electricidad, la situación sanita-ria es crítica y el acceso al agua potable más que di-fícil. En este artículo no nos detendremos a examinarel problema del arsénico, pero la cuestión reviste tam-bién una gran importancia. En torno a estas conmo-ciones catastróficas y/o climáticas, también hayescuelas que no siempre resultan accesibles e in-fraestructuras sociales que además de ser insufi-cientes se encuentran destruidas o en peligro, comoson los mercados locales, embarcaderos, carreteras,centros de salud, etc.

Frente a estos impactos catastróficos a nivel

local, el Estado de Bangladesh se encuentra des-

bordado. Su estrategia actual parece dar al trastecon cualquier estrategia de resiliencia frente a las cri-sis climáticas a nivel nacional. En los años 90, las po-líticas de ajuste estructural preconizadas de formamás o menos directa por las instituciones económi-cas internacionales (la Organización Mundial de Co-mercio, el Fondo Monetario Internacional y el BancoMundial), implicaban una menor acción del Estado,mientras el liberalismo económico destruía progresi-vamente todos los mecanismos de regulación nacio-nal e internacional. Bangladesh se ha visto, al igualque tantos otros países, influido y/o sometido a estosdogmas durante las últimas décadas. Ahora bien,este sistema mundial, que aún hoy día predomina,acentúa la pobreza y la inestabilidad de ciertos paísesen vías de desarrollo, según el premio Nobel de eco-nomía S. Stieglitz. De esta forma, Bangladesh, comotantos otros países, parece más frágil económica-mente (efecto de dominación) y políticamente (unaredistribución reducida o nula del fruto del crecimientodel país, que representa un 5% anual) para hacerfrente a la amplitud de las crisis climáticas y de lascatástrofes acontecidas en su territorio. Por otraparte, el país se encuentra atrapado en medio deenormes problemas de gobierno, de ilegalidad, co-rrupción y burocracia, que dan al traste con toda es-trategia de resiliencia frente a las crisis climáticas anivel nacional.

Para hacer frente a estos impactos catastróficos

a nivel local, la comunidad internacional también

parece estar desbordada. La gobernanza mundialactual parece no poder controlar por más tiempo losimpactos negativos de la mundialización y de la com-petición por los beneficios financieros que ella mismafavorece. Esta última conlleva una degradación in-sostenible del medio ambiente cuyos impactos cli-máticos resultan ser dramáticos a escala planetaria.

Personas afectadas por el cambio climáico y las diferentes

catástrofes naturales, distrito de Khulna

© Groupe URD

Según los estudios del GIEC (Grupo Interguberna-mental de Expertos sobre el Cambio Climático), es lahumanidad entera la que se encuentra en la cuerdafloja.

¿Cómo podemos reaccionar desde ahora frente aestas crisis múltiples y a la amplitud de las necesida-des anunciadas? ¿Cómo pueden los individuos y losEstados hacer frente a todo ello? De esta forma, lanoción de resiliencia se encuentra en el centro de

las nuevas preocupaciones de los actores. Unanoción que se define como las aptitudes de un sis-tema, de una colectividad o de una sociedad, poten-cialmente expuesto a problemas a los que tiene queadaptarse, por medio de la resistencia o del cambio,con el fin de establecer y mantener estructuras y unnivel de funcionamiento aceptables1. La resiliencia serefiere principalmente a la capacidad para resistir alas situaciones de peligro, que implican un mínimo dedaños, y recuperarse luego de forma eficaz. Podría-mos hablar de resistencia mental, moral, física, ma-terial y financiera. La resiliencia coloca en primerplano ideas aún nuevas pero emblemáticas, como lade buscar oportunidades incluso en el caos o la deun desarrollo sostenible beneficioso para todos. Sinembargo, los estudios actuales se concentran más enlos factores de vulnerabilidad y aún no se ponen su-ficientemente de relieve las estrategias de refuerzode las capacidades de resiliencia, mientras que pre-cisamente es en la comprensión de las vulnerabi-lidades, pero también de los mecanismos de

resiliencia, en donde las comunidades y los Esta-

dos se jugarán en lo sucesivo su supervivencia.

Estrategias actuales de resiliencia y sus límites

A nivel local, las catástrofes y la evaluación climá-tica empujan a los individuos hacia diferentes es-trategias de adaptación o de supervivencia. Sobreeste punto, podemos citar dos ejemplos problemáti-cos. El primero: los movimientos migratorios masivoshacia los barrios pobres de las grandes ciudades dela región (Khulna, Dacca o Kolkata, la antigua Cal-cutta). Estas migraciones, ya sean temporales o du-raderas, producen actualmente una mayor

proporción de efectos negativos que positivos. Ladeforestación también se ha convertido en una es-trategia de supervivencia para cientos de pueblos.Ahora bien, esta zona preciosa de Sundarbans se ca-racteriza por la presencia de un ecosistema marinode tipo tropical que comprende pantanos, marismas ymanglares, considerados como el hogar de diversasespecies y una barrera natural de protección contralas catástrofes. El círculo vicioso de la vulnerabilidadfísica, económica y social parece intensificarse en

cualquiera de estos dos ejemplos. Pero, ¿qué otrassoluciones cabe esperar para sobrevivir en ausenciade inversiones de talla estatal e internacional sobreproblemas clave como la adaptación, la reducción deriesgos y la lucha contra la pobreza tanto en zonasrurales como urbanas?

A nivel estatal, la estrategia empleada frente a las

vulnerabilidades locales se reduce al victimismo

tristemente vinculado a la constatación del fracaso delsistema económico mundial, con su alto precio en tér-minos de impactos climáticos. Dicha estrategia vaacompañada por una actitud pasiva frente a los cam-bios en términos de reducción de riesgos y de adap-tación que por lo pronto se encuentra a la espera deuna iniciativa exterior. La cuestión de los movimientosmigratorios se encuentra muy presente. ¿De quién esla responsabilidad? ¿Cuál es el estatuto jurídico?¿Cuál es la mejor forma de proteger a estas perso-nas? Pero, el « exterior », `para referirnos a la comu-nidad internacional o a los demás países de la región,principalmente la India, no parece dispuesto a pagarla cuenta y el problema de la reducción de riesgos ydel refuerzo de las capacidades de resiliencia a largoplazo son aún irresolubles. Remarquemos que la cri-sis actual del sistema capitalista a nivel mundial pro-voca una tensión palpable que vacila entreadmiración y amenaza frente a todo lo venido de Oc-cidente. El radicalismo religioso ha aprovechado estabrecha y parece en clara progresión, como lo señalala periodista F. Dentinger y lo demuestran las múlti-ples manifestaciones (concentraciones, pancartas,discursos religiosos) en las calles de Khulna.

A nivel internacional, las estrategias de refuerzo

de las capacidades de resiliencia para hacer

frente a los cambios climáticos y la vulnerabilidad

de los países de mayor riesgo se encuentran aún

en negociación. La cuestión más problemática siguesiendo la de quién pagará la cuenta de auténticas es-trategias de adaptación y de reducción de riesgos.Resulta bastante utópico hablar en la actualidad deuna gobernanza mundial capaz de reequilibrar la ba-lanza de la desigualdad y proteger a los individuosmás vulnerables de las crisis que se ciernen sobreellos. Utópico también hablar, a la hora actual, de pro-tección de los bienes públicos mundiales (la selva deSundarbans que es una de las más ricas y vastas delmundo, fuentes de agua, etc.). Sin embargo, el des-afío de la resiliencia de comunidades y Naciones tam-bién se decide en este campo. Necesitamos muchomás que una coalición de Naciones. « Necesitaría-mos instituciones que compartan la carga de los des-afíos y pongan en práctica estrategias mucho másambiciosas que las debatidas hoy en día, a menudo

22Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

en vano: el G8, el G20, el FMI, el BM, el Consejo deSeguridad, etc. Pero crear este tipo de estructura su-pranacional, haría falta una toma de conciencia pre-via por parte del mercado actual respecto del suicidiode la humanidad y del levantamiento de un ejércitode insumisos », retomando las palabras de J. Attali2.En este contexto, ¿acaso la población del litoral deBangladesh no forma parte de las primeras víctimasde esta mundialización incapaz de regular los pro-blemas medioambientales, económicos, políticos ysociales que ella misma genera? La cuestión resultatan compleja que, por el momento, no se ha firmadoni puesto en práctica ningún nuevo acuerdo interna-cional importante con el objetivo de definir reglas pla-netarias sobre el clima, la protección de los recursosnaturales o la lucha contra la pobreza (cf. el fracasode Copenhague, revisión de los Objetivos del Mile-nio). No hay duda de que el mundo avanza, en ciertaforma, en medio del caos.

¿La ayuda humanitaria frente al desafío delrefuerzo de las capacidades de resiliencia delas comunidades afectadas?

Tras estas observaciones y las respuestas extrema-damente limitadas que constatamos a todos los nive-les, desde el local hasta el global, ¿qué papel lequeda por desempeñar a la ayuda humanitaria en elrefuerzo de las capacidades de resiliencia de las co-munidades afectadas por las crisis climáticas, eco-nómicas y de seguridad?

Una acción de « salvamento » con un salvavidas pin-

chado

En los contextos de emergencia, a menudo se delegala realización de proyectos de asistencia en las ONG(es la estrategia de ECHO, principalmente), como porejemplo tras los ciclones Sidr y Aila, ya que la reac-ción e intervención de éstas es a menudo más rápidaque las de gobiernos e instituciones internacionales.Pero, ¿cuál es el impacto de estos programas huma-nitarios sobre las capacidades de resiliencia de laspersonas? ¿De qué forma los proyectos se proponenejercer un impacto positivo más allá de su puesta enpráctica? Es cierto que lo importante en una situaciónde urgencia es salvar vidas, pero reforzar las capaci-dades de resiliencia3 de individuos y comunidadespara anticipar el mañana también adquiere una im-portancia esencial. ¿Cómo podemos enfrentarnos eneste contexto a la contradicción entre programas acorto plazo, la búsqueda de la rapidez en la obten-ción de los resultados esperados por los proveedo-res de fondos y la construcción de una resilienciapara el futuro?

La reflexión sobre el « refuerzo de las capacidades »de resiliencia todavía está verde en la acción huma-nitaria. Sin embargo, esta cuestión se planteó rápi-damente en Bangladesh para dar un sentido a lostrabajos técnicos realizados en las zonas afectadaspor las catástrofes naturales, que, como en el casode diques, pozos o incluso sistemas de retención deagua de lluvia, se demuestran muy rápido cuáles sonsus límites a largo plazo, sin que ello empañe en ab-soluto el hecho de que sean imprescindibles. En estesentido, los materiales locales utilizados no cuentancon la suficiente resistencia al tiempo y a las catás-trofes que afectan regularmente la zona del delta deSundarbans. Resultado: dichas infraestructuras re-sultan destruidas con cada nueva catástrofe y la vul-nerabilidad física e, indirectamente, económica de lospueblos aumenta, además de los riesgos de futurascrisis humanitarias. ¿Cómo salir de este atolladero?

En este contexto global de crisis climáticas, eco-

nómicas y de seguridad, parece esencial el hecho

de interrogarnos y crear puentes y coaliciones

entre actores e instituciones estatales y supraes-tatales. Evidentemente, éste es el punto en el que lareflexión se vuelve más densa. ¿Cómo debe apre-hender la ayuda humanitaria la noción de coopera-ción para favorecer la resiliencia sin perder losvalores que la definen?

Acción humanitaria, instituciones estatales y su-

praestatales: ¿cuál es el dilema?

Resulta claro que las organizaciones humanitariastienen que definir una posición que adoptar y las re-laciones estratégicas posibles con los actores esta-tales y supraestatales son de 3 tipos:

1. Cooperar con el Estado y la comunidad inter-nacional pero también con el resto de actores no es-tatales, y entendemos por actores no estatales losactores privados, a saber, las empresas y los centrosde poder económico. Ello significa cooperar sobre lascuestiones clave de la ordenación territorial y los pro-gramas de refuerzo de las capacidades de resilien-cia: adaptación, reducción de riesgos, lucha contra lapobreza, etc. Esta cuestión se revela delicada ya que,según fuentes de Transparency International, el Go-bierno de Bangladesh está considerado como extre-madamente corrompido.

2. Litigar por la reparación de los entuertos y lle-var a cabo acciones de lobbying dirigidas al Estado ya las instituciones internacionales para defender losintereses de los sectores vulnerables de la poblaciónfrente a los impactos de la evolución climática, la po-breza masiva, etc.

23Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

3. Ofrecer a las personas vulnerables los mediospara movilizarse en su propio nombre y hacer pre-sión4, apoyar su creatividad, su reconversión en unadinámica de adaptación y sus estrategias a fin de quepuedan hacer frente a las diferentes crisis. El impactode las catástrofes climáticas no es más que la puntadel iceberg de las vulnerabilidades. Tal y como apun-tábamos, los problemas naturales afectan más a de-terminadas personas en la medida en que éstas sonvulnerables desde un punto de vista económico, po-lítico y social.

La cuestión del refuerzo de las capacidades de resi-liencia de las comunidades frente a las crisis climáti-cas, económicas y de seguridad se plantea en laacción humanitaria gracias a estos tres tipos de rela-ción estratégica. Hoy en día parece esencial trabajaren cooperación con todos los actores concernidos, almismo tiempo que se tienen presentes las responsa-bilidades de cada uno y se colocan las dinámicas lo-cales y las decisiones comunitarias en el centro detodas las decisiones. Respecto a esto, parece pri-mordial tomar mejor en cuenta a las comunidadesque apoyamos para apoyar mejor sus acciones. Por-que, nosotros lo sabemos y la historia siempre lo haprobado, los cambios profundos no pueden venir másque del interior de una sociedad. Frente a los fraca-sos de lo global en su visión de lo local, tenemos queprestar toda nuestra atención a soluciones locales enuna visión global. Tenemos que comenzar por com-prender, por medio de nuestros programas a escalalocal, lo que piensan las personas sobre su condición,las catástrofes naturales y la evolución del clima.¿Cuáles son los cambios deseados por los individuosy cuál es la forma en que la comunidad puede alcan-zarlos?

Frente a las crisis que se producirán durante la pró-xima década, tanto la comunidad internacional comoel Estado bangladesí invierten muy poco en solucio-nes sostenibles que refuercen las capacidades de re-siliencia de las comunidades. Desgraciadamente, laspersonas saben que sólo pueden contar con ellasmismas. De esta forma, dan la prioridad a estrategiasde supervivencia, que aún no conocemos suficiente-mente y que se organizan en torno a sus identidades,tradiciones, saberes, relación con los riesgos, creati-vidad y dinámica colectiva para hacer presión sobrela gobernanza actual en materia de reducción de ries-gos. Y precisamente nosotros debemos avanzar conellas en el sentido de sus estrategias, al mismotiempo que les ofrecemos, frente a estos riesgos cli-máticos, económicos y de seguridad de orden mun-dial, nuestros conocimientos y nuestra capacidadpara influir en futuras decisiones políticas.

Conclusión

El principal hecho que hay que constatar es que lasupervivencia no es únicamente un asunto del pre-sente. La supervivencia se construye a largo plazo.Una cosa está clara, la resiliencia de las comunida-des no reside en la conservación y la vuelta milagrosaa prácticas tradicionales para hacer frente a todas lascrisis contemporáneas, desde la economía hasta elclima. Las capacidades de resiliencia de las comuni-dades frente a las crisis climática, económica y de se-guridad son el centro de una reflexión sociopolíticamás amplia.

Las organizaciones humanitarias se preguntan hoypor la pertinencia de sus prácticas a escala local, conel fin de ayudar a las comunidades vulnerables a en-frentarse a los nuevos riesgos y a conflictos poten-ciales relativos al espacio y los recursos. A una escalamás global, nuevas alianzas se establecen o son es-tudiadas entre actores locales, humanitarios, estata-les y supraestatales para preparar el porvenir, unasalianzas que ponen en tela de juicio los valores y prin-cipios humanitarios y que sin embargo parecen in-dispensables, ya que el refuerzo de la resiliencia nopuede ser obra de un solo actor sino que parece seruna apuesta por la diversidad y las alianzas inscritaen una dinámica de desarrollo sostenible. El refuerzode la resiliencia invita así a la construcción decada actor para crear un « nosotros » rico. Ello no im-plica la competencia, sino la cooperación y la bús-queda de aliados. El asunto de fondo, claro está, esla búsqueda de nuevas voces para vivir juntos en elplaneta5.

He aquí, pues, con tal de que podamos imaginarlo, loque nos espera durante los próximos diez años: cri-sis, en Bangladesh como en otras regiones de riesgodel mundo, que pueden evolucionar hacia lo mejor olo peor, dependiendo de la acción de los hombres ymujeres de hoy.

Camille RaillonGroupe URD

1 Definición adaptada a partir de la establecida por la Estrategiainternacional de las Naciones Unidas para la prevención de ca-tástrofes naturales.2 Jacques Attali « 7 leçons de vie : survivre aux crises », LGF/Livrede Poche, Paris, 2010. En ausencia de traducción oficial, estacita ha sido traducida expresamente para la publicación del pre-sente artículo (N. del T.).3 COMPAS Calidad, Groupe URD(http://www.compasqualite.org/es/index/index.php).4 Center for Social Protection, Social Protection in South Asia: A

Review, August 2009.5 Le savoir occidental au défi des cultures africaines: former pour

changer?, S. Mappa, Khartala, Paris, 2005.

24Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

Vulnerabilidad y consecuencias de los seís-

mos de gran magnitud

Los seísmos de gran magnitud producen, en general,consecuencias que sobrepasan ampliamente la ca-pacidad de respuesta de los poderes locales. Gene-ran pérdidas humanas y económicas considerables.La población pierde el resultado de numerosos añosde acumulación, mientras que las infraestructuras yservicios públicos a menudo se ven afectados drásti-camente.

El seísmo del 12 de enero de 2010 en Haití es unejemplo de este tipo de dramas. Ha devastado lasciudades de Port-au-Prince, Léogâne, Gressier,Grand Goâve y Petit Goâve en el departamento delOeste, y la ciudad de Jacmel en el Suroeste. Este se-ísmo ha afectado a los sectores vitales del país, prin-cipalmente los sectores sociales y productivos, asícomo las infraestructuras. Los daños y pérdidas con-tabilizados son considerables y se elevan a unos7 804 millones de dólares US1.

Antes del seísmo del 12 de enero, el país y su pobla-ción eran muy vulnerables a las catástrofes. Nume-rosos factores como el empobrecimiento, la fuertepresión ejercida sobre la cobertura vegetal, la ausen-cia de normas de construcción, la urbanización anár-quica, tanto en zona de seísmos como en zonassometidas a riesgos de inundación, la fuerte densi-dad de población en ciertas zonas, la deficiencia delas infraestructuras, la mala planificación y gestión delespacio constituyen factores de vulnerabilidad a lascatástrofes conocidos como « socio-naturales », unconcepto que indica que un acontecimiento natural

no se convierte en catástrofe sino cuando se en-cuentra con una sociedad mal preparada.

Haití y los seísmos

Situación tectónica de la isla

Las zonas de fallas de Haití eran bien conocidas y ladinámica tectónica de la región del Caribe se en-cuentra bajo vigilancia desde diferentes observatoriosen Francia, Estados Unidos y en la región misma. Laisla de Haití se encuentra en la frontera de las placastectónicas del Caribe y Norteamérica. Estas placaspresentan un desplazamiento relativo entre ellas deunos 2 cm al año. Estos desplazamientos se mani-fiestan en forma de movimientos sísmicos en las fa-llas activas, identificadas en dos zonas principales delpaís2. La primera se encuentra en el mar, a lo largo dela costa norte. Se trata de una falla con una direcciónde este a oeste, que se prolonga en tierra firme en-trando en el valle del Cibao, en República Domini-cana. La segunda atraviesa la península del sur deHaití, desde Tiburón hasta Port-au-Prince, al oeste,atraviesa la ciudad y continua hacia el este por elvalle de Enriquillo en República Dominicana (Figura1). Según los expertos del Institut de Physique du

Globe de Paris (IPGP), la falla de la península del surde Haití no había producido seísmos importantes du-rante las últimas décadas, pero es probablemente lafuente de los seísmos históricos de 1751 y 17703.

Estudio histórico de la actividad sísmica en la isla

El seísmo de magnitud 7,3 en la escala de Richterque sacudió Haití el 12 de enero de 2010 no es el pri-mer acontecimiento sísmico de la isla. El 3 de junio de

25Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

La vulnerabilidad de Haiti a los seísmos: para una perspectiva histórica y un mejor análisis de los riesgos

El riesgo sísmico parece ser el gran ausente de

las políticas de reducción de riesgos de

catástrofes en Haití. Los planes de prevención

tienden a concentrarse en los fenómenos

climáticos. Pero precisamente porque ningún

sector (social, productivo y de

infraestructuras) ha estado exento, el seísmo

del 12 de enero de 2010 debe servir de base

para la elaboración de una nueva cultura de la

gestión de riesgos entre la población, los

actores económicos y los responsables

políticos.

Yvio GEORGES, François GRUNEWALD

1770, Port-au-Prince sufrió por primera vez impor-tantes sacudidas. El 7 de mayo de 1842, la ciudad deCabo Haitiano fue completamente arrasada. Sin em-bargo, el inconsciente colectivo haitiano no guarda lamemoria de estas catástrofes vinculadas con las sa-cudidas telúricas observadas en el país. ¿Una dis-función de una tradición oral que la sociedad haitianaconserva en su mayoría? ¿Ocultación administrativao política de dicho riesgo? En todo caso, la falta de ar-chivos en esta materia ha reducido considerable-mente el nivel de conocimiento de los habitantesrespecto de los riesgos sísmicos a los que se ve ex-puesto el país, aún cuando los datos existentesmuestran cuán importantes son los movimientos sís-micos en este país. Las fechas4 más importantes enlas que la isla ha sufrido seísmos son, principalmente:1564, 1684, 1691, 1701, 1713, 1734, 1751, 1768,1769, 1770, 1771,1783, 1784, 1785, 1786, 1787,1788, 1789 (cf. figura 2 y cuadro 1).

26Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

Insuficiencia de la toma en cuenta del riesgo sísmico

en las políticas de Reducción de Riesgos de Desas-

tres

Los haitianos y las instituciones internacionales no seencontraban preparados para este drama cuya posi-bilidad, desgraciadamente, ya había sido vaticinadapor algunos, aunque su voz ha sido poco escuchada.Los riesgos más frecuentes ocultan aquél otro que,aunque mucho más peligroso, sigue siendo percibidocomo el menos probable. El drama del 12 de enerode 2010 ha sido una violentísima llamada al orden.En efecto, los riesgos de inundación, de daños pro-ducidos por los ciclones o corrimientos de tierra pre-dominan en las agendas de prevención decatástrofes en Haití, mientras que el riesgo sísmicose encuentra ausente. De esta forma, desde hace al-gunas décadas, la Dirección de la Protección Civilhaitiana, así como el sistema de las Naciones Unidaselaboraban planes de contingencia, pero éstos secentraban en los fenómenos climáticos. Además, lasestrategias de prevención son potencialmente con-tradictorias: el tejado de los edificios capaces de re-sistir a los ciclones tiene un peso considerable,mientras que uno de los principios de la construcciónparasísmica es el de que la parte superior de la es-tructura debe ser ligera. Por lo tanto, las consecuen-cias de los riesgos sísmicos no fueronsuficientemente examinadas y las políticas que dichoexamen habría debido promover sólo contaron conun tratamiento marginal y, evidentemente, nunca fue-ron puestas en práctica. Eran escasos los expertosque hacían referencia a esta cuestión. Algunos tra-bajos preliminares que ya habían sido realizados,principalmente en 2004 por el equipo de Philippe Mat-thieu y de Jean Arsène Constant, además de la Di-rección de la Protección Civil en el marco de lapreparación de la Conferencia de Kobe en 2005, in-sistían en la necesidad de prepararse para este tipode contingencias. Desgraciadamente, hizo falta es-perar hasta 2009 para que J.A. Constant pudiera co-menzar a trabajar sobre la cuestión específica de esteriesgo. Murió el 12 de enero de 2010, cuando se pre-paraba para presentar sus trabajos sobre este temaen la delegación europea.

Factores agravantes del impacto de los seís-

mos sobre la población

Varios factores aumentan el riesgo de que un seísmose convierta en una auténtica catástrofe humanitaria.

Las cuestiones arquitectónicas

El paso de una arquitectura de madera a la construc-

ción en piedra y más tarde en cemento, sin normasantisísmicas, ha agravado mucho el carácter letal delos terremotos. Los grandes seísmos han matadosobre todo a los habitantes de construcciones de pie-dra, ya que las construcciones de madera resistenmucho mejor, gracias a su flexibilidad, las sacudidasa las que se ven expuestas a causa de los movi-mientos de la corteza terrestre.

Pero, puesto que la madera es cada vez más cara ylas transferencias de modelos culturales de hábitatconducen a la desvalorización de esta materia prima,el cemento y la utilización de bloques de hormigón sehan generalizado a partir de principios de los años 60.Todas las construcciones realizadas desde entoncesson de albañilería, de cemento. Pero si las casas decemento son signo de riqueza, no todas las casas delos ricos han sido construidas según las normas: unareducida utilización del cimbreo y de vigas de cintura,y, sin duda, tentativas de ahorrar en costes de cons-trucción al limitar los metros de barras de armadura,restringir la utilización de vigas de cintura de hormi-gón armado y aumentar la proporción de arena en lasmezclas. Zonas enteras, como Paco, la periferia delCampo de Marte, ciertas zonas de Bourdon y Delmasse han visto fragilizadas por estos mismos motivos.En numerosas zonas de pendiente elevada, habita-das por clases pobres y medias pero con derechosde propiedad aún hipotéticos (Canapé Vert, RavinePintade, Bristout Bobin), la esperanza de un enrique-cimiento progresivo, gracias al crecimiento de la fa-milia y las transferencias de fondos procedentes de ladiáspora, ha conducido a la población a adoptar unhábitat de « evolución vertical », en el que, en teoría,cada nivel es concebido para poder soportar encimade él un nuevo nivel. Pero, aquí también, la poca fia-bilidad de los cálculos sobre la resistencia de los ma-teriales, la ausencia de respeto de las normas yreglas parasísmicas de base y el ahorro de cementohan reducido la capacidad de los edificios a soportarlas sacudidas. Finalmente, en las zonas más pobres,los grandes suburbios de Cité Soleil o de Martissant,las cabañas construidas sobre montones de inmun-dicias a lo largo de los canales que recorren la costahacia Carrefour sólo han sufrido daños limitados.

La cuestión de la vulnerabilidad geológica y de la or-

denación territorial

La vulnerabilidad a los seísmos es también un des-afío para la ordenación territorial: ciertas zonas geo-lógicas (ciertas zonas de toba calcárea dePort-au-Prince o de ciertas regiones con fallas) pre-sentan, en teoría, mayores riesgos que otras. Es po-

27Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

sible identificarlas y garantizar códigos de construc-ción y ordenamiento específicos y exigentes.

La ausencia de una cultura de primeros auxilios

En un país con una exposición tan elevada, la capa-cidad de dispensar rápidamente los primeros auxiliosy realizar en el espacio de los minutos u horas quesuceden a una catástrofe las acciones necesarias ha-bría salvado, sin lugar a dudas, muchas vidas. Ungran número de víctimas murieron de hemorragia trashaber sido sacados de los escombros. La cultura delos primeros auxilios está muy poco desarrollada enHaití y tendrá que convertirse en un objetivo funda-mental de la estrategia nacional de gestión de ries-gos.

Conclusión

El terremoto del 12 de enero de 2010, que ha cau-sado una cantidad de daños sin precedentes en lahistoria de las catástrofes en Haití, podría hacer quelas instancias de decisión, los responsables de plani-ficación y los operadores nacionales abran los ojosde una vez por todas.

Por el hecho de que el seísmo ha debilitado, en todoslos sentidos, aún más al Estado, la comunidad inter-nacional debe movilizarse de nuevo para ofrecer aeste Estado haitiano los medios necesarios, no sólopara que se organice en favor de un desarrollo delpaís de acuerdo con el principio de resiliencia, sinopara que también refuerce su propia resiliencia.

También por el hecho de que ningún sector (social,productivo e infraestructuras) ha escapado a susefectos, este acontecimiento debería que servir debase para la elaboración de una nueva cultura de lagestión de riesgos, para la población, los actores eco-nómicos y los responsables políticos. Las leccionesque surgen de todo ello conciernen especialmente ala planificación de las zonas habitadas y la gestióndel espacio, a partir de una cartografía de las zonasde riesgo sísmico, el establecimiento y el respeto denormas de construcción, la importancia de la infor-mación y sensibilización de la población respecto alas contingencias a las que se encuentra expuesta,etc.

No podemos impedir que la tierra tiemble y que lasfallas tectónicas se muevan, pero podemos limitar elimpacto de estos movimientos de la corteza terrestresobre las sociedades y los hombres. Los seísmos notienen por qué ser forzosamente mortales. Nuestradeuda con las víctimas del drama del 12 de enero esla de evitar que esta cuestión acabe en la papelerade la historia.

Yvio Georges, Ingeniero haitiano, especialista en ges-tión de riesgos, docente en la Universidad

de Port-au-Prince

François Grünewald, Groupe URD

1 Haïti Earthquake PDNA: Assessment of damage, losses, gen-

eral and sectoral needs, 2010. 2 http://www.bme.gouv.ht3 http://www.ipgp.fr/pages/040114.php4 lnbtp.gouv.ht

28Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

Sitios web utilizados

- Blog "Sciences" de Libération : http://sciences.blogs.liberation.fr

- RTL Info : www.rtlinfo.be

- Laboratoire national du bâtiment et des travaux publics d'Haïti : http://lnbtp.gouv.ht

- Bureau des mines et de l'énergie : www.bme.gouv.ht

- Institut de physique du globe de Paris. Évaluation préliminaire du séisme d'Haïti par l'équipe tectonique IPGP :

www.ipgp.fr/pages:040114.php

- One response. Earthquake Haiti 2010. http://oneresponse.info/disasters/haiti/Pages/default.aspx

- OCHA. Haiti earthquake : six months laters :

http://ochaonline.un.org/OCHAHome/WhereWeWork/Haiti/tabid/6412/language/en-US/Default.aspx

- RELIEFWEB. Haiti : http://www.reliefweb.int/rw/dbc.nsf/doc104?OpenForm&rc=2&cc=hti

- WIKIPEDIA. List of natural disasters in Haiti : http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_natural_disasters_in_Haiti

- Haiti -référence : Un guide de référence sur Haiti : http://www.haiti-reference.com/geographie/milieu/seisme.php

Ver la bibliográfia en : http://www.urd.org/spip.php?article538&artpage=8-8

29

2010 ha sido declarado por la ONU « año internacio-nal de la biodiversidad ». Dos acontecimientos prin-cipales marcan este hecho: la 15ª conferencia de laspartes de la Convención de Washington sobre el co-mercio de las especies amenazadas (en Doha, en elmes de marzo) y, sobretodo, la 10ª conferencia de laspartes de la Convención de Río de Janeiro sobre ladiversidad biológica (en Nagoya, en el mes de octu-bre) que se ocupará principalmente de la situación enlos países en vías de desarrollo. Este anuncio llegaen un momento en el que una mayoría de científicosconsidera que nos encontramos en la 6ª gran ola deextinción de especies, siendo la última la que produjola desaparición de los dinosaurios. La gran diferenciaes que esta extinción no se debe a una catástrofe na-tural, sino a una especie: el Homo sapiens. Ahorabien, nuestro destino se encuentra estrechamente li-gado al de las especies que nos rodean. Hoy en día,la crisis de la biodiversidad es el origen de numerosascrisis humanitarias, una tendencia que no puede sinoagravarse en el futuro. Tras haber evocado por qué labiodiversidad y los ecosistemas son importantes, ve-remos a continuación cómo los actores humanitarios– que a menudo se enfrentan a crisis humanitarias elmismo tiempo que a crisis de la biodiversidad – pue-den tomarlos en cuenta en sus programas.

La noción de servicios ecosistémicos

Los servicios ecosistémicos, es decir, ofrecidos porlos ecosistemas, son las ventajas obtenidas de la na-turaleza para el abastecimiento de agua, alimentos,combustible, materiales, pero también para la rege-neración de los suelos, la regulación del clima, etc.Este concepto ha sido desarrollado por la Evaluación

de los Ecosistemas del Milenio encargada por la ONUen 2000(a), que distingue entre servicios de aprovisio-namiento, servicios de regulación de los ciclos natu-rales y los servicios culturales.1

Los servicios de aprovisionamiento garantizados porlos ecosistemas a nivel individual y local constituyenun importante medio de subsistencia para las fami-lias, sobre todo en los sectores más pobres de la po-blación, que pueden depender totalmente delecosistema. De esta forma, los ecosistemas marinosrepresentan la principal fuente de proteínas de másde mil millones de personas.(b) Los ecosistemas fo-restales y la sabana producen, solamente en ÁfricaCentral, más de 2 millones de toneladas anuales decarne (el equivalente de 2,5 millones de bueyes).(c)

A escala local y regional, los ecosistemas cumplenfunciones de regulación de los ciclos naturales – con-servación de las precipitaciones locales, almacena-miento de agua en las capas freáticas, limitación dela erosión, depuración del agua, reducción de la con-taminación, etc. – y de prevención de catástrofes.Estas funciones resultan indispensables y sustituirlaspor medios tecnológicos resulta, en ocasiones, impo-sible (ya sea por razones de costes, ya sea por razo-nes técnicas).

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

Calidad de la ayudaCrisis de la biodiversidad: ¿por qué concierne a las organizacioneshumanitarias?

En el terreno, los actores no siempre tienen

presente, ante una catástrofe o conflicto, los

vínculos que unen la crisis humanitaria con la

biodiversidad, ya sea en el ámbito de las causas

como de las consecuencias. En este año

internacional de la biodiversidad, nos parece

importante ofrecer a las organizaciones

humanitarias una visión de esta cuestión cuya

integración en los programas es un factor

esencial para la mejora de la calidad de la ayuda.

Florence GIBERT, Pierre CARRET

Haití es un ejemplo de las consecuencias humanas de

la degradación de los ecosistemas y del círculo vicioso

que vincula esta degradación con la pobreza. Se trata de

un país con una de las degradaciones más importantes

del medio ambiente: hoy en día queda menos del 2% de

la superficie forestal original. La deforestación masiva ha

producido una serie de consecuencias ecológicas y hu-

manas desastrosas en cadena: la erosión de los suelos

conlleva una disminución de la superficie cultivable; la re-

ducción de la evapotranspiración de los árboles produce

una reducción de las precipitaciones y de la capacidad

de irrigación; las laderas desnudas ya no retienen el agua

de lluvia, la cual, incluso en cantidades moderadas, pro-

ducen inundaciones devastadoras; dichas inundaciones

producen una contaminación de las capas freáticas y de

las aguas fluviales a causa de diversos sedimentos2; el

alto grado de sedimentos contenido por las aguas impide

el funcionamiento de las presas eléctricas, etc. Haití es

actualmente uno de los países más pobres3 y la degra-

dación medioambiental continúa.(d)

30

Por último, los ecosistemas son, a escala global, elelemento clave de la lucha contra el cambio climático

y la desertización, como lo indican los informes de laCCNUCC4 y de la UNCCD5. Los ecosistemas son in-dispensables a cualquier escala – local, regional oglobal. Prevenir las crisis humanitarias de mañana re-quiere la preservación de dichos ecosistemas, asícomo la de la biodiversidad subyacente. Ahora bien,en la actualidad, 60% de los servicios ecosistémicosestán expuestos a degradaciones o a utilizaciones nosostenibles. Efectivamente, a menudo se sacrificanlos beneficios indirectos, a largo plazo y compartidosque ofrecen dichos servicios, a cambio de beneficiosdirectos, a corto plazo y privados. Estos serviciosofrecidos de forma gratuita por la naturaleza son ig-norados por los sistemas económicos clásicos.

Para ilustrar la dificultad de remplazar los serviciosofrecidos por la naturaleza – siempre y cuando pue-dan ser sustituidos –, el estudio TEEB ha dado unaestimación de su valor económico6. Este estudio ha fi-jado un valor de más de 5 billones de dólares anua-les, que incluye la depuración del agua, prevenciónde la erosión, polinización de plantas, etc. Sin una ac-ción para remediarlo, la pérdida de biodiversidad cos-tará 7% del PIB mundial para 2050.(e)

Los servicios ecosistémicos tienen una especial im-portancia para los sectores más pobres de la pobla-ción. En primer lugar, representan más del 40% desus « ingresos ». Además, dichos sectores de pobla-ción, en razón de sus reducidas capacidades mone-tarias, no podrían compensar sus pérdidas: ¿cómocomprar agua a un distribuidor o adquirir materialesde construcción con menos de un dólar al día?7

La importancia de la biodiversidad para la su-

pervivencia de los ecosistemas

La importancia de los ecosistemas es, hoy día, am-pliamente reconocida, pero la de la biodiversidad loes mucho menos. Por ejemplo, si la necesidad depreservar un ecosistema forestal puede resultar evi-dente, la protección de sus componentes – antílopes,murciélagos, mariposas y otras orquídeas – puedeparecer accesoria, sobre todo en un contexto de cri-sis.

En realidad, la biodiversidad es la condición de la via-

bilidad de los ecosistemas. La desaparición de unaespecie animal representa también la de la poliniza-ción de una flor, de la diseminación de una semilla,del control de la expansión de una planta o de un in-secto devastador, produciendo a su vez una serie dereacciones en cadena y, por último, la degradacióndel ecosistema y de los servicios que antes prestaba.8

Para comprender la utilidad de la biodiversidad po-demos utilizar la metáfora del avión: el avión continúavolando a pesar de la pérdida de un remache, y deun segundo remache… hasta que pierda un remachede más.

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

Desde un punto de vista puramente económico, los ar-

gumentos están a menudo del lado de la preservación

de los ecosistemas. En Vietnam, por ejemplo, la planta-

ción y la protección de 12 000 ha de manglar que prote-

gen el litoral contra el erosión cuesta 1 100 millones de

dólares anuales. Pero ello permite ahorrar unos 7 300

millones de dólares anuales del mantenimiento de di-

ques(f) – ¿y cuánto más respecto del coste de una ca-

tástrofe si los diques son en mal estado? Entre los

beneficios del manglar, se pueden también contar los

productos de la caza y la pesca, y el aporte de combus-

tible y materiales.

Líneas de contorno de piedras,

Chad, Goz Beida

© F.Gibert

Cada año, se recogen unas 40 000 toneladas de nueces

de Brasil en las selvas de Bolivia, Brasil y Perú, lo cual re-

presenta una importante fuente de ingresos para los cas-

tanheiros. La polinización de las flores de la nuez de

Brasil, necesaria para su reproducción, depende de una

abeja, cuya reproducción depende a su vez de una or-

quídea. Los agutíes, una especie de roedores de gran

tamaño, esparcen las semillas, garantizando nuevas ge-

neraciones de árboles. De esta forma, la desaparición de

una abeja, una orquídea o de un roedor supondría la

quiebra de toda la industria de la nuez de Brasil. (g)

Servicios ecosistémicos y acción humanitaria

Las organizaciones humanitarias utilizan en sus pro-gramas los servicios ecosistémicos. Por ejemplo, du-rante la puesta en marcha de un campo/asentamientode refugiados/personas desplazadas, las organiza-ciones cuentan con el ecosistema forestal local para

satisfacer ciertas necesidades como la leña, los ma-teriales de construcción, fauna y flora para la alimen-tación o la farmacopea, etc. Numerosos estudiosnutricionales han demostrado la importancia de estaalimentación salvaje en las estrategias de supervi-vencia de la población.

Si se preserva el ecosistema y sus servicios son uti-lizados de forma sostenible (es decir, la extracción demadera, animales, plantas,… es inferior a su índicede renovación), entonces esta utilización de los eco-sistemas para la ayuda humanitaria es una estrate-gia juiciosa. Pero si los ecosistemas sufren lasconsecuencias de los programas hasta el punto deverse en la incapacidad de garantizar sus servicios, elresultado es una catástrofe: no sólo habría que pro-veer a los beneficiarios de la ayuda humanitaria deestos servicios, sino que además habría que susti-tuirlos para la población local que gozaba de ellos.

De esta forma, habrá que encontrar alternativas a losproductos utilizados por la población: energía para lacalefacción y las cocinas, materiales de construcción,alimentos complementarios, etc. Ciertos programastendrán que compensar los servicios de regulaciónperdidos: construcción de presas de esparcimientopara reaprovisionar las capas freáticas, protección delos suelos contra la erosión con el fin de preservar supotencial agrícola, creación de viveros para la rege-neración de la vegetación, etc. Ciertas agencias yase han visto obligadas en abrir programas de ayudaalimentaria para permitir la reconstitución de este tipode recursos en países afectados por conflictos cróni-cos. Dichos programas, que se suman a los ya exis-tentes, resultan por lo general onerosos y de difícilejecución.

Los reflejos que hay que desarrollar

Las organizaciones humanitarias tienen que poderconfiar el máximo de tareas posibles a los serviciosecosistémicos y, para ello, ayudar a preservar los me-dios naturales que los garantizan.

→ Durante una intervención en zonas con una biodi-versidad rica, las organizaciones humanitarias debe-rían tomar contacto con las organizaciones de la

biodiversidad que se encuentran presentes local-mente. WWF, UNEP, UICN, Conservation Internatio-nal, WCS (Wildlife Consevation Society), AWF(African Wildlife Foundation), African Parks… son al-gunas de las organizaciones internacionales que tra-bajan en zonas en las que existen situaciones deemergencia humanitaria. A veces se tiene la impre-sión de que las organizaciones del mundo de la con-servación privilegian la fauna y la flora, pero, enrealidad, son conscientes de las interacciones queexisten entre naturaleza y sociedad, y de que la luchacontra la pobreza representa un medio de primerorden para la protección del medio ambiente. Haymuchos tipos de colaboración y sinergia que puedenser exploradas y desarrolladas entre las organizacio-nes humanitarias y las de protección de la biodiversi-dad.

→ Durante las fases de identificación de las necesi-dades y de concepción de los proyectos, las organi-zaciones humanitarias deberían incluir labiodiversidad entre sus criterios de evaluación y pla-nificación. Podrían identificar los servicios garantiza-dos por los ecosistemas (utilizando, por ejemplo,métodos participativos), para luego analizar la formaen que éstos se encuentran perturbados o amenaza-dos por la crisis humanitaria, la forma en la que la ac-ción humanitaria podría afectarles y, por último, lasacciones correctivas que pueden ser adoptadas. Losmanuales de los proveedores de fondos a menudoincluyen una parte dedicada al medio ambiente quecomprende la protección de biodiversidad (por ejem-plo, el Banco Mundial, la Comisión Europea)(i). En

31Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

Al norte del Chad oriental, en donde los bosques han

desaparecido de los alrededores de los campos de refu-

giados, las organizaciones humanitarias se ven obliga-

das a transportar combustible. Una parte de dicho

combustible es distribuida en forma de petróleo. Pero se

trata de un recurso muy apreciado por ciertos grupos ar-

mados, hasta el punto de que una protección armada de

los convoyes y almacenes se hace necesaria. La distri-

bución del petróleo resulta, por lo tanto, cara además de

arriesgada para la integridad del personal humanitario y

de la población.(h)

Por otra parte, la desaparición de los servicios eco-sistémicos, al poner en peligro el bienestar y los me-dios de subsistencia de la población, reduce suautonomía, reduce las posibilidades de una resolu-ción de la crisis y produce un riesgo de conflictos.

En la sabana africana existe una relación entre la des-

aparición de las fieras salvajes y ciertos conflictos entre

agricultores y ganaderos. Con la desaparición de los de-

predadores, los herbívoros enfermos de gran tamaño

(como los antílopes, por ejemplo) han dejado de ser ex-

terminados y han transmitido enfermedades al ganado.

Ello ha producido grandes pérdidas económicas para los

ganaderos, e incluso hambrunas, además de conflictos a

causa de la modificación de las rutas de trashumancia.

ciertos casos, puede resultar útil recurrir a un expertoen biodiversidad.

→ En los diferentes tipos de programas, es conve-niente pensar en la forma de reducir el impacto al mí-

nimo sobre la biodiversidad: abastecerse conproductos certificados (madera), proveer a los em-pleados de alimentos de producción sostenible9, pro-mover la utilización de semillas locales y, sobre todo,pensar en una gestión sostenible de los recursos paratodas las actividades de reactivación económica(como, por ejemplo, la pesca).

→ Las organizaciones humanitarias deberían prestar

atención a la utilización de la biodiversidad durante

los conflictos y, en caso necesario, prevenir a las au-toridades y a las organizaciones de la conservación.El tráfico internacional ilegal de productos de la faunay de la flora representa hoy en día la segunda causade extinción de especies y la tercera fuente ilícita deingresos en el mundo10, justo por debajo de las armasy la droga.(j) Dicha actividad afecta a varias decenasde miles de especies11 y prácticamente todos los pa-íses del mundo están concernidos. En varios paísesen guerra, el tráfico de especies animales contribuyeal mantenimiento de los conflictos y de la inseguridad.

Utilizar en los programas las oportunidadesbrindadas por la biodiversidad

Los servicios ecosistémicos de abastecimiento ofre-cen numerosas pistas para actividades económicas,por poco, claro está, que la pertinencia social y eco-nómica exista y que la explotación de los recursos sehaga de forma sostenible. Este tipo de actividadespuede ser puesto en práctica para la recuperación deuna población tras una crisis, pero también en favorde grupos de refugiados o desplazados cuya situa-ción se perenniza y a las cuales la puesta en marchade programas generadores de ingresos permite ob-tener un mínimo de autonomía.

Los ecosistemas, y sobre todo los forestales, procu-ran múltiples fuentes de subsistencia. Se designan

como productos forestales no leñosos todos aquellosmateriales orgánicos, a parte de la madera, quepuede ser utilizados como alimento para personas oanimales (forrajes), bebida, combustible, material deconstrucción o materia prima para la fabricación deremedios, productos aromáticos, colorantes, utensi-lios, objetos artesanales, adornos, vestidos, etc.12

32Ayuda humanitaria en marcha

Boletín n°6

Zoom: Tomar en cuenta la biodiversidad en los progra-

mas de reactivación agrícola.

Los programas de distribución de semillas y de herra-

mientas en un contexto de acción humanitaria represen-

tan al mismo tiempo una suerte para los campesinos, ya

que pueden permitir el lanzamiento de la producción, y

un riesgo, ya que, a menudo fundados en la compra de

semillas procedentes del exterior, pueden contribuir a

empobrecer la biodiversidad de las variedades cultiva-

das de forma local. Los casos son abundantes: Somalia,

Mozambique, Angola, etc.(l) El debate sobre las semillas

Monsanto en Haití hasta qué punto este problema está

de actualidad.

En la mayor parte de los sistemas agrarios y pastorales

tradicionales, la producción agrícola se funda en una

gran biodiversidad: los campesinos utilizan una multitud

de variedades vegetales y crían razas locales de anima-

les. Esta práctica no es fruto de un arcaísmo, sino parte

importante de un sistema de producción adaptado a las

realidades locales: se trata de un medio de optimizar el

uso de diversos ecosistemas y recursos del medio natu-

ral. Las especies tradicionales, procedentes de una se-

lección realizada por generaciones de agricultores y

ganaderos, se adaptan a las técnicas no mecanizadas y

a las particularidades locales. Por otro lado, se desarro-

llan pocas variedades comerciales adaptadas a estos

contextos “poco rentables”.

Las especies tradicionales son, además, gratuitas, ya

que los agricultores garantizan ellos mismos su selección

y reproducción. Este factor resulta determinante en los

países en vías de desarrollo, en donde la mayoría de los

productores se caracterizan por la falta de capacidad de

inversión. Por otra parte, los agricultores producen di-

rectamente las semillas, lo cual les evita la dependencia

respecto de sus proveedores – una ventaja especial-

mente importante en zonas aisladas o en contextos de

crisis.

La diversidad representa por sí misma una forma de se-

guro para el agricultor. Al multiplicar las especies y va-

riedades, el agricultor contrarresta los riesgos climáticos

y fitosanitarios. Se trata del principio de no jugarse todo

a una sola carta. El rendimiento medio se mantendrá

más bajo que en los sistemas mejorados de monocultivo

que se practican en los países del Norte. En cambio, en

En la región Chad-Sudán-República Centroafricana, de-

terminados jefes de guerra benefician de un lucrativo trá-

fico de marfil con destino a Asia (principalmente China),

que pasa por Yemen. Las incursiones de bandas de ca-

zadores furtivos, a menudo armados con material de

guerra, se saldan en ocasiones de forma dramática para

la población: en el norte de la República Centroafricana,

varios pueblos han sido incendiados y sus habitantes

masacrados.(k)

¿Podemos imaginar un planeta con una biodiversi-dad reducida? No sólo perderíamos múltiples oca-siones de admiración, sino, sobre todo, el conjuntode mecanismos, a menudo imperceptibles, quehacen del nuestro un planeta habitable. Entre todaslas crisis medioambientales (cambio climático, conta-minación, etc.), la crisis de la biodiversidad es quizásla más inquietante ya que pone en peligro la capaci-dad de recuperación del medio ambiente frente a lascrisis actuales y por venir.

Este hecho demuestra la necesidad de una moviliza-ción general, y, en mayor medida, en cuanto a las or-ganizaciones humanitarias que intervienen enmomentos en los que los ecosistemas se encuentranespecialmente fragilizados. Esta toma de concienciano es sólo una responsabilidad global, sino que ade-más contribuye a la calidad de la acción humanitaria,porque sólo un medio ambiente preservado y con unabiodiversidad rica permite limitar las crisis actuales yprevenir las crisis futuras.

Florence Gibert, colaboradora de Groupe URD, tra-

baja sobre las interacciones entre medio ambiente

y crisis humanitarias.

Pierre Carret, experto en biodiversidad, es asesor del

director del Fondo de Alianzas para

Ecosistemas Críticos.

1 Los servicios de aprovisionamiento incluyen la comida, el aguadulce, el combustible, los materiales, las medicinas, los recursosgenéticos ; los servicios de regulación son la regulación del climalocal / global, la protección de las cuencas, la purificación delagua y del aire, la polinización, la regulación de plagas, la luchacontra la erosión, la prevención de las inundaciones; y los servi-

cios culturales incluyen los servicios espirituales y religiosos, es-téticos, éticos, culturales, pertenencia a un territorio, educación,ocio,etc.2 Cerca del 90% de los niños de Haití sufren de infecciones cró-nicas provocadas por parásitos intestinales presentes en el aguautilizada para beber.3 Más del 60% de sus ingresos proceden de la ayuda exterior;65% de la población sobrevive con menos de un dólar diario.4 Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Cli-mático (Río de Janeiro, 1992).5 Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Deser-tización (Rio de Janeiro, 1992).6 The Economics of Ecosystems and Biodiversity (La Economíade los Ecosistemas y la Biodiversidad) fue financiado en 2008 porla Comisión Europea y el gobierno alemán. Se funda en el prin-cipio de calcular el coste que representarían los servicios ofreci-dos por los ecosistemas si el hombre debiera sustituirlos. Verwww.teebweb.org/7 Pavan Sukhdev, economista indio que coordina el estudioTEEB, evoca, a propósito de la biodiversidad, el PIB de los po-

bres.8 Los ecólogos conocen bien el síndrome de la selva silenciosa:una selva que se ve privada de su fauna es una selva cuyo fun-cionamiento sufrirá grandes alteraciones a medio plazo. De estaforma, se ha demostrado que el papel de los elefantes o de losgrandes simios es esencial para la regeneración de la selva afri-cana. Ver: Le rôle disséminateur des éléphants en forêt de Taï.

Alexandre, D.Y., 1978. La Terre et la Vie, 32 : 47-72.9 En las obras de carreteras financiadas por la Comisión Euro-pea, las empresas están obligadas a ofrecer carne a sus traba-jadores, lo que ha permitido limitar el impacto sobre la faunasalvaje (carne de caza).10 Se calcula que este mercado representa entre 5 000 y 20 000millones de dólares anuales, puede que más.11 La lista de los productos que se ven concernidos por este trá-fico es larga: animales disecados o vivos, pieles de serpiente, ma-deras exóticas como el ébano o el sándalo, marfil, caviar,insectos, corales, pieles, cactus, orquídeas…12 La clasificación de dichos productos ofrece una idea de las ri-quezas que ocultan los bosques. Los PFNL de origen vegetal: ali-mentos; forraje; materias primas para la preparación demedicamentos y productos aromáticos; materias primas para lapreparación de colorantes y tintes; materias primas para la fabri-cación de utensilios, objetos de artesanía y para la construcción;plantas ornamentales; resinas y gomas; y otros productos vege-tales. Los PNFL de origen animal: animales vivos ; cuero, pielesy trofeos ; miel salvaje y cera de abejas ; carne de caza ; mate-rias primas para la preparación de medicamentos; materias pri-mas para la preparación de colorantes; otros productos animalescomestibles; otros productos animales no comestibles. Fuente:

FAO.

33Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

caso de sequía o de algún otro incidente, al menos una

parte de los cultivos producirá. Esta estrategia se adapta

perfectamente a contextos con recursos monetarios re-

ducidos o nulos, en los que la agricultura garantiza las

necesidades para la autosubsistencia, en ausencia de un

sistema de seguros o de asunción colectiva de riesgos.

Este potencial resulta aún más importante en el contexto

actual de cambios climáticos: frente a un medio ambiente

sometido a numerosos cambios, la investigación agro-

nómica está abocada a desarrollar nuevas variedades,

adaptadas a nuevas temperaturas, resistentes a la se-

quía, a las inundaciones, a la expansión geográfica de

ciertas enfermedades, etc. Las variedades tradicionales,

a veces poco productivas pero adaptadas a condiciones

difíciles, representan una reserva genética particular-

mente interesante.

La biodiversidad agronómica desempeña un papel im-

portante en el marco de la seguridad alimentaria y de la

reducción de la pobreza en las regiones en las que se

mantiene una agricultura familiar tradicional. Los progra-

mas de reactivación económica fundados en el desarro-

llo de la agricultura tienen que tomar en cuenta estos

principios y prestar una atención especial a las razas y

variedades utilizadas tradicionalmente.(m)

34

Referencias:

(a) http://www.millenniumassessment.org/fr/Global.aspx(b) Citado en la síntesis del cuaderno de proposiciones « La pêche en eaux troubles », Pierre Vuarin, 2002.(c) NASI, Robert. Viande de Brousse, un commerce à apprivoiser. Spore 130. CTA, août 2007. Disponibleen: http://spore.cta.int/index.php?option=com_content&task=view&lang=fr&id=204&catid=1(d) Amor, D. y Christensen, N. El círculo vicioso de pobreza y deterioro medioambiental: el caso de Haití.Citado en: COMISIÓN EUROPEA. La economía de los ecosistemas y la biodiversidad: informe provisional.Luxemburgo, Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, 2008, p. 24.(e) COMISIÓN EUROPEA. La economía de los ecosistemas y la biodiversidad: informe provisional. Luxem-burgo, Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, 2008.(f) Adaptado de TALLIS, H.; KAREIVA, P.; MARVIER, M. and CHANG, A. (2008) An ecosystem services fra-

mework to support both practical conservation and economic development. Proceedings of the national aca-

demy of sciences of the united states of america (Pnas) 105 (28), July 15, 2008. pp. 9457-9464. In TEEB.The Economics of Ecosystems and Biodiversity for national and international Policy Makers 2009. p. 19.(g) How old are large Brazil-nut trees (Bertholletia excelsa) in the Amazon? Scientia Agricola 51 (2), 1994.SILVERTOWN, Jonathan. Sustainability in a nutshell. TRENDS in Ecology and Evolution 19 (6) June 2004.BRITO, C. M. S de and REGO, M. M. C. Communities of male euglossini bees in a secondary forest. Bra-zilian journal of biology 61 (4), 2001.(h) GIBERT Florence. Gestion des ressources naturelles et impacts environnementaux des programmes hu-

manitaires à l’Est du Tchad, Rapport technique. Plaisians, Groupe URD, octobre 2009.(i) Respecto al Banco Mundial: http://go.worldbank.org/5TCJM1CKT0. Respecto a la Comisión Europea:Manuel d’intégration de l’environnement pour la Coopération au Développement de la CE, EuropeAid, 2009.http://ec.europa.eu/europeaid/multimedia/publications/documents/thematic/europeaid-environmental-hand-book_fr.pdf(j) WYLER, L. S. and SHEIKH, P. A. International Illegal Trade on Wildlife: Threats and US Policy. Congres-sional Research Service, march 3, 2008.(k) PIRONIO, E. Informations du projet ZCV – zones cynégétiques villageoises. Comunicación frente a laComisión Europea. (l) Première conférence sur la protection de la biodiversité en contexte de conflit. Huambo/Angola, CICR,1995. GRÜNEWALD, F. Protection of biodiversity during conflict: the other face of war. « Plant Talk », 1995.(m) Adaptado a partir de: CARRET P. et MORIN F. L’agrobiodiversité et la mise en œuvre de l’aide au dé-

veloppement, note d’information. EuropeAid, décembre 2009.

- Oryx leucoryx

Esta especie de regiones áridas está considerada hoy en día como exinguida en

estado silvestre. Los úlimos ejemplares en libertad del Oryx dammah, una especie

muy próxima que fue domesicada en la Anigüedad por los egipcios, parecen haber

sido abaidos por los grupos armados durante los conflictos del Chad.

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

© P.Carret

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L’hebdomadaire Jeune Afrique, avec son dossier «Le cancer tchadien» revient sur les causes dece conflit, le déroulement des principales batailles et sur les conséquences nationales et interna-tionales de la victoire du gouvernement d’Idriss Déby Itno

Los movimientos migratorios internacionales se han convertido en uno de los retos primordiales de las relacionesentre Estados. En este contexto, los movimientos de refugiados y personas desplazadas vinculados con conflic-tos políticos, identitarios o territoriales confirman la fragilidad de unas construcciones nacionales que aún alberganmuchas divisiones. Las principales modalidades de acogida de los refugiados muestran bastante bien cuáles sonlos obstáculos de la integración, así como los límites de una asistencia humanitaria cuya acción es más curativaque preventiva. Pero con la vuelta de la paz, el retorno y la reintegración de los refugiados en sus países de ori-gen tropiezan todavía con dificultades políticas, jurídicas y económicas que frenan la reconstrucción nacional yque, por las mismas razones, llevan el germen de las migraciones internacionales del futuro. Son éstos algunosde los grandes temas evocados en las diferentes contribuciones que forman este libro, algunas de las cuales,como las referentes a los campos palestinos del Líbano, la reivindicación territorial de los Saharauis o incluso eldifícil retorno de los refugiados camboyanos, son de la más viva actualidad (resumen del editor).

Populations réfugiées, de l’exil au retour

IRD, 2001. 418 págs.

Las personas desplazadas por la fuerza o desplazadas internas son personas que "han sido forzadas u obligadasen abandonar sus hogares o lugares de residencia habitual, en particular como resultado de o para evitar los efec-tos de un conflicto armado, situaciones de violencia generalizada, violaciones de derechos humanos o desastresnaturales o causados por el hombre, y que no han cruzado fronteras reconocidas internacionalmente", según lostérminos de la Organización de Naciones Unidas. Aunque el Estado es, en teoría, el primer y último responsableante su población, el interés de la comunidad internacional por los desplazados internos no ha cesado de crecerdurante los últimos años, lo que le ha llevado a elaborar un sistema de respuesta humanitaria cada vez más so-fisticado. El estudio comparado de los casos de Jartum y Bogotá permite estudiar en un primer momento los pro-blemas e interrogantes que plantea la instalación masiva de desplazados en las ciudades, y, en un segundomomento, los intereses que se tejen en torno a estos grupos de población, los actores que intervienen y las es-trategias que adoptan. Si, por un lado, las políticas y el sistema de ayudas aplicados en Bogotá están estructura-dos fundamentalmente en torno a los derechos humanos, con un enfoque social e individual, en Jartum las políticasestán profundamente orientadas, por el contrario, hacia la seguridad y la gestión del espacio. De cualquier forma,los desplazados representan, en ambas situaciones, un importante desafío en términos de conflicto y tensión entrelos diferentes tipos de actores implicados, ya sean políticos o humanitarios (resumen de la autora).

Aux marges de la ville, les populations déplacées par la force : enjeux, acteurs

et politiques : Etude comparée de Bogota (Colombie) et de Khartoum (Soudan)

UNIVERSITE DE PARIS 8, septiembre de 2009. 511 págs.

Forced migration and global politics

WILEY BLACKWELL, 2009. 224 págs.

Zoom Bibliográfico

Los refugiados y desplazados internos

Cerca de cincuenta millones de personas en el mundo son víctimas de desplazamientos forzados. Frente a estasituación, los campos de refugiados dirigidos por las organizaciones humanitarias les permiten sobrevivir. Estelibro es el resultado de una encuesta realizada en los campos de refugiados y del análisis crítico de los funda-mentos, contextos y consecuencias políticas de la acción humanitaria. (Resumen extraído de la base de datos dela red Ritimo).

Gérer les indésirables : des camps de réfugiés au gouvernement humanitaire

FLAMMARION, 2008. 350 págs. BIBLIOTHEQUE DES SAVOIRS

A partir de estudios monográficos, el autor analiza la política mundial aplicada a los refugiados. De igual forma, pro-fundiza en la correlación entre las relaciones internacionales y el exilio forzado, especialmente tras el 11 de sep-tiembre de 2001.

AGIER, Michel

BETTS, Alexander

GEOFFROY, Agnès de

CAMBREZY, Luc

LASSAILLY-JACOB, Véronique

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

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El Estado y la comunidad internacional tienen el deber de ir más allá del ámbito de la teoría y poner en prácticaacciones que protejan a los más vulnerables. Su responsabilidad es la de proteger a los refugiados y las personasdesplazadas dentro de sus fronteras: la responsabilidad de proteger. Este libro ofrece una visión histórica de losesfuerzos realizados por las instancias nacionales e internacionales en el terreno de la responsabilidad de prote-ger y examina las cuestiones que se plantean para su aplicación.

Protecting the displaced: Deepening the responsibility to protect

BRILL ACADEMIC PUBLISHERS, mayo de 2010. 218 págs.

Las personas desplazadas dentro de las fronteras de su propio país (IDP) no cuentan, por el momento, con nin-gún marco legislativo capaz de protegerlas. Hay que evaluar las necesidades en materia de protección de las IDPpara establecer una normativa que permita la atribución de derechos a esta franja de la población. Este docu-mento presenta un marco de evaluación que permite analizar la situación de las IDP y ayudar a los Estados y or-ganismos humanitarios a evaluar las necesidades de los desplazados.

Existe una versión piloto disponible en: http://www.humanitarianreform.org/humanitarianreform/Portals/1/cluster%20approach%20page/clusters%20pages/Protection/IDP/Final%20French_26.5.08_with%20pictures.pdf

La protection des personnes déplacées par un conflit à l’intérieur de leur pays : évaluation

en vue d’une action

UNHCR, febrero de 2008. 85 págs.

Para proteger, diseñar programas o realizar campañas de presión hace falta recoger el máximo de información po-sible sobre los desplazados. Esta guía ofrece al personal humanitario y actores nacionales que trabajan en contactodirecto con los desplazados métodos de recopilación de datos y de comprensión del contexto nacional.

Guidance on profiling internally displaced persons

INTERNAL DISPLACEMENT MONITORING CENTRE NORWEGIAN REFUGEE COUNCIL (coordinación)

IASC, abril de 2008. 76 págs.

En más de 50 países de todo el mundo, existen unos 24 millones de personas que han sido arrancadas de sus ho-gares y desplazadas dentro de su propio país como consecuencia de un conflicto o de violaciones de los derechoshumanos. Los desplazados internos forman parte de la población civil que necesita protección y asistencia en razónde un conflicto o de violaciones de los derechos humanos. La importancia acordada en este manual a los despla-zados internos no tiene como objetivo el de fomentar un trato preferente de estas personas, excluyendo a otras ca-tegorías de la población, sino la de mejorar la calidad de la respuesta aplicada al caso de los desplazados internos,que, hasta ahora, no han sido correctamente tomados en cuenta en la respuesta humanitaria internacional. (Re-sumen del editor).

Disponible en: http://www.sheltercentre.org/sites/default/files/Manuel%20pour%20la%20protection%20des%20deplaces%20in-ternes_0.pdf

Manuel pour la protection des déplacés internes

PROTECTION CLUSTER WORKING GROUP. 2008. 396 págs.

Fundándose en el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, ademásde diferentes leyes nacionales que conciernen a las personas desplazadas en su propio país (IDP), este manualofrece pistas de orientación para las autoridades nacionales que intenten adoptar una legislación o una políticasobre las IDP.

Disponible en: http://www.unhcr.org/refworld/docid/4900944a2.html

Protecting Internally Displaced Persons: A Manual for Law and Policymakers.

Brookings Bern project on internal displacement, octubre de 2008. 280 págs.

DAVIS, Sara

WILLIAMS, Rhodri C.

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

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Este número especial de la revista Migrations Forcées ofrece una trascripción de parte del debate de la conferen-cia internacional celebrada en el décimo aniversario de los Principios directores relativos al desplazamiento depersonas en el interior de su propio país, en Oslo, los días 16 y 17 de octubre de 2008.

Disponible en: http://www.migrationforcee.org/pdf/GP10/full.pdf

Les premières dix années des principes directeurs sur les déplacements intérieurs

REVUE MIGRATIONS FORCEES,

N° spécial, diciembre de 2008. 40 págs.

- Internal displacement monitoring centre http://www.internal-displacement.com

- Forced migrations online http://www.forcedmigration.org

- Refworld : http://www.unhcr.org/cgi-bin/texis/vtx/refworld/rwmain

SITOGRAPHIE

* Consultar el focus Bibliográfico entero en : www.urd.org/newsletter

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

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EventosLa 8ª edición de la UOAH, sobre el tema « La ciudad frente a las crisis », se celebrará los días 13 al 15 de octu-

bre de 2010

Groupe URD organiza la octava edición de la Universidad de Otoño de la Ayuda Humanitaria (UOAH) que este año ten-drá lugar los días 13, 14 y 15 de octubre de 2010 en la sede de la asociación, en Plaisians (Drôme provenzal, Francia),y tratará sobre « La ciudad frente a las crisis ».

Groupe URD propone organizar el tratamiento del tema según tres ejes de reflexión:1 – Las fragilidades e impactos de las crisis en medios urbanos y la prevención de riesgos2 – Los desafíos planteados por la ejecución de acciones humanitarias en medios urbanos3 – Los retos de la reconstrucción urbana de post-crisis

Unos diez participantes, agentes de operaciones o expertos (representantes de ONG y organismos internacionales,institucionales, investigadores, asesores, etc.) animarán los debates sobre estos temas. Algunos testigos de excepciónde crisis recientes (como el seísmo en Haití, con los problemas de reconstrucción) o de crisis recurrente (como las di-námicas de urbanización entorno a los campos de refugiados del Chad) ofrecerán su análisis de estas situaciones.

Tras algunos intercambios con la Task Force de IASC y UN-Hábitat sobre la acción humanitaria en medios urbanos, laUOAH 2010 se organizará de forma coordinada con las demás manifestaciones sobre el mismo tema, con el fin de ga-rantizar una óptima complementariedad de los esfuerzos en este campo.

Usted puede inscribirse desde ahora para participar en este evento, descargando el formulario de inscripción en nues-

tro sitio web (http://www.urd.org/spip.php?article524) o poniéndose en contacto con Jeanne Taisson: [email protected]

Calendario 2010/2011 de formación en la sede de Groupe URD

Formación de formadores "Gestión de la calidad de la acción humani-taria" (COMPAS Calidad© y COMPAS Dinámico®): 27 de septiembre - 1de octubre 2010

Integrar la dimensión medioambiental en la acción humanitaria: 15 - 19de noviembre 2010

Evaluación de la calidad de los proyectos humanitarios: 4 - 8 de abril2011

Gestión de la calidad de la acción humanitaria (COMPAS Calidad© yCOMPAS Dinámico®): 9 - 13 de mayo 2011

Participación de las poblaciones afectadas en la acción humanitaria:Aún por determinar

NB : Formaciones en francés. Para módulos en inglés o español, gracias por contactarnos.

¿Quiere usted una formación para su equipo o sencillamente algunas precisiones? Póngase en contacto con Pierre

Brunet o visita nuestro sitio web (http://urd.org/spip.php?rubrique77).

Groupe URD publica un nuevo libro en la colección Karthala sobre los retos de la reconstrucción urbana, fruto

de varios años de estudios de campo en Afganistán.

Villes afghanes, défis urbains : Les enjeux d’une reconstruction post-conflit ( Ciudades afganas: Los desafíos de una re

construcción de post-conflicto), Béatrice Boyer, Karthala, Paris, 2010

«Afganistán es más conocido por sus estepas legendarias, sus montañas áridas y sus orgullosos habitantes que por suszonas urbanas. Sin embargo, las « ciudades afganas » se enfrentan, desde hace una década, a un fenómeno de ur-banización a gran escala, aunque caótico y, la mayor parte del tiempo, ilegal. En este contexto de anarquía espacial, lapoblación urbana de Afganistán intenta sobrevivir, agotada a causa de décadas de conflictos, desplazamientos forzo-sos, exilios y retornos llenos de esperanzas. En 2001, fecha del comienzo de las investigaciones que dan origen a estelibro, la llegada de la ayuda internacional suscitó intensas expectativas de mejora.Desde entonces, Kabul se ha convertido en una ciudad emblemática que atrae la atención internacional sobre las evo-luciones del proceso de reconstrucción. En ella cohabitan la mayoría de las estructuras de intervención en situación depost-crisis. Aún hoy, diez años después y pese a los avatares políticos y compromisos militares más o menos polémi-cos que hacen sombra a los desafíos propios de una salida de crisis, tan deseada por la población local, queda por hacerun inmenso esfuerzo para ayudar al país y a la sociedad afgana a reconstruirse.

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En los « tiempos grises » actuales, inestables y llenos de inseguridades, las autoridades afganas y los actores interna-cionales presentes, responsables de la reconstrucción, descubren muy lentamente la dependencia inevitable de esteproceso respecto de las intervenciones en las ciudades, ya sea en la capital, en Jalal-Abad o en Mazar-i-Sharif y en otroslugares.Por medio de un análisis de las considerables necesidades del país en términos de urbanismo, este libro asienta, tantopara Afganistán como para la acción internacional en general, la pertinencia de la « cuestión urbana », un tema apa-rentemente inédito para los afganos y poco conocido para los actores de la ayuda. La observación in situ, las entrevis-tas, el análisis de los diferentes fenómenos de urbanización y de la percepción que de ellos tiene cada una de las partes,ofrecen materia para el debate sobre las estrategias de la ayuda que debería ser adoptada en contextos urbanos afec-tados por situaciones de crisis.»

Descargar la nota de pedido en : http://www.urd.org/spip.php?rubrique80

Un centro on-line de recursos sobre el medio ambiente y la acción humanitaria

Desde hace varios años, los conocimientos sobre el impacto medioambiental de las operaciones humanitarias (muy amenudo irreversible) son bastante precisos. Sin embargo, muchos de los agentes de la acción humanitaria (responsa-bles logísticos, responsables de programas, coordinadores, responsables estratégicos) no cuentan con las capacidadespara incorporar los desafíos medioambientales en sus operaciones. Varios factores intervienen en esta cuestión: au-sencia de una conciencia de los desafíos que se plantean, falta de conocimiento de las herramientas y prácticas dis-ponibles y/o restricciones financieras, ya que el medio ambiente, a primera vista, « no salva vidas ». Con el fin de reforzarla toma de conciencia y la capacidad de los actores para integrar las cuestiones medioambientales, el PNUMA, en ca-lidad de organismo especializado en la temática transversal del medio ambiente, ha creado un centro on-line de recur-sos de información. En él pueden encontrarse guidelines, herramientas, material pedagógico y documentos sobre lasbuenas prácticas medioambientales, todo ello organizado por sectores y por temas. Estos documentos serán públicosy estarán disponibles para los actores de la acción humanitaria con el fin de orientarles en sus estrategias y políticasmedioambientales, en la concepción de programas y actividades de emergencia. Un cierto número de buenas prácti-cas ya han demostrado que la toma en cuenta del medio ambiente en las operaciones humanitarias no es sólo benefi-ciosa para el medio ambiente sino que también ayuda a reducir costes y salvar vidas.

El centro de recursos se encuentra disponible desde el 27 de julio de 2010 (http://postconflict.unep.ch/humanitarianac-

tion). PNUMA actualizará el sitio web a medida que los actores compartan sus experiencias y aporten nuevas solu-

ciones.

Para cualquier pregunta, comentario o contribución, póngase en contacto con Tom Delrue ([email protected]), res-

ponsable de programas del PNUMA.

Doble titulación universitaria en Acción Humanitaria y conflictos: un curso on-line para profesionales

La universidad París-Este Créteil, con la colaboración de la Oxford Brookes University, anuncia, para el final de 2010,el lanzamiento del primer título universitario de « Acción Humanitaria y Conflictos », únicamente accesible en modo on-line para profesionales de la ayuda humanitaria.

Ante los desafíos y la complejidad de las situaciones de crisis, principalmente en contexto de conflicto, el equipo conjuntode profesores y profesionales de la UPEC y de Oxford Brookes ha querido ofrecer a los profesionales de la ayuda conuna movilidad restringida la oportunidad de desarrollar sus competencias y repensar sus propias prácticas, al crear uncurso dividido en tres módulos completamente disponible en Internet y que puede ser cursado en un año.

Esta doble titulación ofrece:

− Oportunidades de reflexión sobre las visiones anglosajonas y francesas de la acción humanitaria.− Trabajos de grupo, foros y ejercicios, sin necesidad de una asistencia física, además de debates y discusiones condiversas ONG internacionales.− La adquisición de una comprensión del conflicto, de la violencia y de la sensibilidad a los conflictos.− Un interés especial acordado a las circunstancias y los impactos de las crisis humanitarias en zona urbana (res-puestas de la población en términos de concepción y apropiación de los espacios urbanos).− Cursos y discusiones que profundizan la comprensión de los problemas vinculados a la sensibilidad cultural y a suaplicación.− Un programa universitario que completa las formaciones internas de las ONG y permite un refuerzo de las capaci-dades locales.

Para más información, póngase en contacto con: [email protected] o con [email protected].

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

Ayuda humanitaria en marchaBoletín n°6

Groupe URDLa Fontaine des Marins - 26170 PLAISIANS

Tel :+33 (0)4 75 28 29 35 - Fax : +33 (0)4 75 28 65 44http://www.urd.org/

Groupe URD (Urgencia – Rehabilitación – Desarrollo)es un instituto de evaluación, investigación, elabora-ción de herramientas metodológicas y formación parael sector humanitario. Tiene como misión la de acudiren apoyo de los actores del sector humanitario y de lasolidaridad internacional para que mejoren sus prácti-cas e intervenciones con el fin de mejorar la situaciónde las poblaciones en situación crítica. Trás investi-gaciones sobre la calidad en la acción humanitariadesde 1999, ha desarrollado el COMPAS Calidad© yel COMPAS Dinámico®, una metodología para el ase-guramiento de la calidad en los programashumanitarios. Más informaciones : www.urd.org

www.compasqualite.org

Para recibir el boletín electrónico :http://www.urd.org/newsletter

Para proponer un artículo: Contactar con Jeanne Taisson

[email protected]

Groupe URD

Ayuda humanitaria en marcha – boletín electrónico, tri-mestral y trilingüe – se pretende compartir losresultados de los trabajos y estudios en relación conlas problemáticas que nos parecen importantes y semeten en la actualidad del sector. Recurriremos regu-larmente a autores exteriores y haremos el vínculo conotras publicaciones. Pues os incitamos ponerse encontacto con nosotros para proponer artículos. Ver enel sitio Web (www.urd.org/newsletter) unos comple-mentos de lectura y los artículos detallados de losautores.

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