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USO DE lA RAZON COMUNICATIVAy ESTRATEGICA EN LA PRENSA ESCRITA LOCAL María Pasión Rodríguez de Grass -EIsa del Carmen Ponce Unidad FJecutora: Facultad de Humanidades - Universidad Nacional de Catamarca -Avenida Belgrano 300.- La presente ponencia es un avance del proyecto de investigación titulado "La bús.. queda del consenso a través del discurso polí- ticode los medios de comunicación escritos en Catamarca 1987-1997". El contexto teórico que enmarca este proyectoestádadoporlasreflexionesdeJürgen Habermasquien hace un importante aporte a la Filosofía, a la Política y a la Sociologi'acon su concepto de racionalidad comunicativa. Asi- mismo, destaca el valor de las accionc~sen las interrelacioneslingüísticamentemediadas. Fi- nalmente una eficaz herramienta que recoge- mos para nuestra investigación es su analítica sobre los medios de comunicación social en su papel ambivalente Dado que nuestra preocupación funda- mental es la relación entre crisis política y accióncomunicativa,el primer acercamiento a Habermas es a los efectos de deconstruir qué significan estas nociones cruciales -crisis po- lítica y acción comunicativa, para entender el papel de la comunicación a través de la prensa escrita, la participación ciudadana, eljuego de los intereses políticos y la formación de con- sensos. Todo ello, focalizado desde el Caso Catamarca 1990, como resultado de la crisis sociopolítica entablada luego del asesinato de María Soledad Morales. La crisis es un punto de inflexión que pone enjuego la conservación del sistema de la sociedad y la posibilidad de autogobierno, es decir acontecimientosy estados relacionados a la integración, entendida ésta como capacidad de una sociedad para conservar sus lfmites y patrimonio dominando la complejidad de un ambiente inestable. En Habermas hallamos que la noción de crisis equivale a no poder controlar los recur- sos materiales y la integración de los miembros de la sociedad. Imposible avanzar en los soportes de la teoría de la acción comunicativa sin señalar la noción de racionalización social en que Habermas sostiene también la noción de crisis. y la explica en tanto consecuencia de un desacoplamiento del sistema respecto del "mundo de la vida". Este concepto implica el suelo de lo inmediatamente familiar de lo que no hacemos cuestión y damos por sentado en tanto convicciones comunes aproblemáticas que complementan, acompañan y dan contex- to a la acción comunicativa como saber con- creto de lenguaje y del mundo, que constituye el soporte para todo saber temático y cotematizado. El concepto del mundo de la vida es complementario de la acción comunicativa. En la práctica comunicativa cotidiana la mayor parte de lo que se dice escapa a la crítica problemática, porque representa las certezas y las obviedades que de antemano estamos de acuerdo y configuran el tejido de nuestro mun- do de la vida. Sin embargo, esa presencia contextual y penetrante representa un saber falible pues, permanece inconmovible hasta que un shock, una crisis, lo pone en cuestión, incluso puede llegar a derrumbar ese universo intersubjetivamente compartido y colectiva- mente habitado. Además Haberrnas nos remite a distin- guir acciones lingüísticas de las no- lingüísticas, las primeras son actos con los Revista de Ciencia y Técnica VOL VII - N° 10 - Año 7 . 2001 ISSN N° 0328 - 431X 129

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USODE lA RAZONCOMUNICATIVAy ESTRATEGICA EN LA PRENSAESCRITA LOCAL

María Pasión Rodríguez de Grass -EIsa del Carmen Ponce

Unidad FJecutora: Facultadde Humanidades - Universidad Nacional de Catamarca -AvenidaBelgrano 300.-

La presente ponencia es un avance delproyecto de investigación titulado "La bús..queda del consenso a través del discurso polí-ticodelosmediosde comunicación escritos enCatamarca 1987-1997".

El contexto teórico que enmarca esteproyectoestádadopor lasreflexionesdeJürgenHabermasquienhace un importante aporte a laFilosofía, a la Política y a la Sociologi'acon suconcepto de racionalidad comunicativa. Asi-mismo, destaca el valor de las accionc~sen lasinterrelacioneslingüísticamentemediadas. Fi-nalmente una eficaz herramienta que recoge-mos para nuestra investigación es su analíticasobre los medios decomunicación social en supapelambivalente

Dado que nuestra preocupación funda-mental es la relación entre crisis política yaccióncomunicativa,elprimer acercamiento aHabermas es a los efectos de deconstruir quésignifican estas nociones cruciales -crisis po-lítica y acción comunicativa, para entender elpapel de la comunicación a través de la prensaescrita, la participación ciudadana, eljuego delos intereses políticos y la formación de con-sensos. Todo ello, focalizado desde el CasoCatamarca 1990, como resultado de la crisissociopolítica entablada luego del asesinato deMaría Soledad Morales.

La crisis es un punto de inflexión quepone enjuego laconservacióndel sistemade lasociedad y la posibilidad de autogobierno, esdecir acontecimientosy estadosrelacionados ala integración, entendida ésta como capacidadde una sociedad para conservar sus lfmites ypatrimonio dominando la complejidad de unambienteinestable.

En Habermas hallamos que la noción decrisis equivale a no poder controlar los recur-sosmateriales yla integración de losmiembrosde la sociedad.

Imposible avanzar en los soportes de lateoría de la acción comunicativa sin señalar lanoción de racionalización social en queHabermassostiene también la noción de crisis.

y la explica en tanto consecuencia de undesacoplamiento del sistema respecto del"mundo de la vida". Este concepto implica elsuelo de lo inmediatamente familiar de lo queno hacemos cuestión y damos por sentado entanto convicciones comunes aproblemáticasque complementan, acompañan y dan contex-to a la acción comunicativa como saber con-

creto de lenguaje y del mundo, que constituyeel soporte para todo saber temático ycotematizado. El concepto del mundo de lavida es complementario de la accióncomunicativa.

En la práctica comunicativa cotidiana lamayor parte de lo que se dice escapa a la críticaproblemática, porque representa las certezas ylas obviedades que de antemano estamos deacuerdo yconfiguran el tejido de nuestro mun-do de la vida. Sin embargo, esa presenciacontextual y penetrante representa un saberfalible pues, permanece inconmovible hastaque un shock, una crisis, lo pone en cuestión,incluso puede llegar a derrumbar ese universointersubjetivamente compartido y colectiva-mente habitado.

Además Haberrnas nos remite a distin-

guir acciones lingüísticas de las no-lingüísticas, las primeras son actos con los

Revista de Ciencia y TécnicaVOL VII -N° 10 -Año 7 . 2001

ISSN N° 0328 -431X 129

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que un hablante puede entenderse con otroacerca de algo en el mundo y las segundas oteJeológicasimplicaqueunactor intervieneenel mundo para realizar mediante la elecciÓnyutilización de medios apropiados determina-dos fines. Por ello los actos de habla se ende-

rezan a fines "ilocucionarios" y no pm~denrealizarse sin la cooperación y el asentimit~ntono forzado de los destinatarios para lo cual esclave despejar el concepto de entendimiento.De este eje se sigue que el hablante no puedeimputarse así mismounéxito"ilocucionario",sinoquedepende delasentimientoracionaldelotro senado mediante el reconocimiento de

una pretensión de validez susceptible de críti-ca.En esteorden elentendimientoes en última

instancia racionalidad y tiene que ver mémoscon la posesión del saber que con el modocomo lo emplean sujetos capaces de lenguajey acción;por lotanto losfines"ilocucionarios"involucran una práctica cooperativa SUSCé~ptj-ble incluso de la crítica de los hablantes.

La racionalidad entonces en la lógicahabermasiana mide el buen o mal suceso de la

acción, pero debe distinguirse su empleo co-municativo del teleológico. En este último laracionalidadsemide de acuerdo afines, logroso éxitos,pero enlaclave comunicativa implicaentenderse sin coacción y en búsqueda delconsensomediante laargumentación. Al res-pecto, recuperamos su descripción de la lógicade la argumentación. La misma, nos muestra,UIlacontinuación vía reflexión, de la accióncomunicativa en términos de búsqueda de en-tendimiento. Y en tanto proceso, es coopera-ción entre oponentes y búsqueda de argumen-tos convincentes con los cuales aceptar o re-chazar las pretensiones de validez.

La pregunta que cabe en ese sentido es¿cuál es el argumentoque se impone? Pues elque posee fuerza argumentativa y no necl~sa-riamente quien tiene razón. Pero para elloHabermas nos proponedistinguir entrevigen-cia social y validez de los argumentos.

Agreguemos a este rasgo fundante, quecamo procedimiento, la argumentación esinteracción sometida a una regulación espe-cial, un trabajoentre proponentes y oponentes

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que tematizan unapretensión devalidez que seha vuelto problemática. Se trata de hablanteslibres de la presión de la acción y la experien-cia, adoptando una actitud hipotética que exa-minan con razones si procede reconocer o no,la pretensión puesta en cuestión.

Pero en el caso Catamarca encontramos

que elejercicio argumentativo es contemporá-neo a la acción de la protesta por ejemplo y eneste sentido se nos abre un desafío teórico ymetodológico para explicar la relación entredisenso, búsqueda de consenso y red amo so-cial.

También descubrimos en Habemlas quelas estructuras que se desnudan con la argu-mentación son diversas: las de una situación

ideal de habla especialmente inmunizada con-tra la represión y la desigualdad, la de unacompetición ritualizada por los mejores argu-mentos que definen la forma interna de losmismos y las relaciones que estos guardanentre sí. En la prensa escrita catamarqueña,particularmente, estimamos, que encontrare-mos los tres modos, corporeizados en modosde deciry temas sobre loscuales se mantiene eldebate colectivo. Y sospechamos que encon-traremos proposiciones cuyas pretensiones devalidez giran alrededor de la rectitud de lasnormas morales fundamentalmente, en segun-do lugar, expresiones simbólicas que merecensometerse a exámenes discursivos porque re-mitj~na discutir la validez universal de losvalores culturales vigentes durante décadas enesta sociedad, y en tercer lugar expresioneslingüísticas que remiten a la distinción entrefines "ilocucionarios" y "perlocucionarios"(estratégicos ).

Un capítulo interesante para nuestro tra-bajo es el cuestionamiento al positivismocientíficoal queHabemlas acusa dereducir losconocimientoscientíficos a lasciencias físicas

y matemáticas considerándolas objetivas yneutrales -es decir prescindentes de valores eintereses- y fuera de las cuales no hay otroconocimiento posible. Esta identificación en-tre cienciay conocimiento enclave aséptica, sele presenta como un problema no sóloepistemológico sino también político, yaque

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advierte elpensador, favorece el inmovilismo,oculta las relaciones de dominio y en conse-cuencia dificulta la emancipación de los sereshumanos.

La neutralidad entonces es ficticia, por-que no hay conocimiento sin interés, ya que laacciónhumana estáorientada por dos coaccio-nes: la de apropiarse de la naturaleza conquis-tándolaydominándola cuya expresiónvital enla cotidianeidad es el trabajo y en el mundocientífico, el desarrollo de las ciencias natura-les y la matemática. La otra coacción, es la decomunicarse con sus semejantes mediante ellenguaje y cuya dimensión científica se cons-tituyeenlas ciencias histórico-hermeneúticas.

Quedan así para Habermas constituídasdos modalidades del conocimiento concer-

nientes adiversos intereses: el técnico, propiode lasciencias empírico-analíticas y el prácti-co, propio de las ciencias histórico-herme-neúticas que representan a su vez dos formasde acción racional: la instrumental y lacomunicativa respectivamente. Además re-conoce el autor la existencia de un tercer

interés, eldeemancipación correspondiente ala reflexión, que revela y supera las formas dedominaciónenmascaradas,buscaeliminartodaforma de interrelación compulsiva y todo gé-nero de alienación.

Estamos entonces frente a la considera-

ción del proceso de investigación científica yde la constitución de las sociedades y susdiversasformasdeinterrelaciónhumanas,comono..determinadas por estructuras formales ymetódicas sino por intereses vitales que a suvez las dirigen. De modo que la exigencia eneste sentido, es de una reflexión crítica que noolvide las diferentes realidades humanas, queatienda las necesidades vitales, los interesessociales y considere por tanto las situ.acioneshistórico-socialesactuales envirtud de su pro-pia racionalidad.

A los ojos de Habermas, estas tres clasesde interesesnoson ni empíricos, ni personales,ni propiosdeningunaclasesocialo epocalsinoque constituyen constantes humanas que po-seen un status cuasi trascendental señala

Habermas, es decir se deben a la propia natu-

ralezahumana y se van realizando en distintasformas, y en organizaciones a lo largo de lahistoria con independencia de que unos sehayan impuesto a otros en las relacionescotidianas y científicas.

Habermas niega que losproblemas prác-ticos puedan ser resueltos como problemastécnicos, porque las ciencias humanas y natu-rales reflejan una diversidad de experiencias.Evidentemente los datos sociales son diferen-tes de los datos naturales, porque los compor-tamientos humanos nunca son observadoscomo meros hechos sino definidos como ma-nifestaciones simbólicas, inteligibles, con sig-nificaciónobjetiva, pues las accionesse vincu-lan a normas que representan valoresinstitucionalizados en reglas y papeles socia-les. Eso no se observa en actitud objetiva,"libre de valores", sino que se comprende enbase a una experiencia de comunicación y supropia racionalidad, según la cual la funcióndel lenguaje es la de alcanzar entendimientoconforme a cuatro pretensiones de validez:sentido, verdad, corrección y veracidad.

En elprimer caso, el hablante, al realizarsu acto de habla pretende que lo que dice seainteligible para su interlocutor. Los interIo-cutores manejan los mismos símbolos y me-diante ellos pueden entenderse. En el segundocaso está en juego la pretensión cognitiva dellenguaje, ya que mediante él se busca deciralgo que es verdadero -actos de hablaconstatativos-. En el tercer caso, se expresanlas exigencias normativas de las relacionesinterpersonales y se pretende que losinterlocutores se conduzcan correctamente enel marco normativo en que se habla -actos dehabla regulativos-oEl último, pretende que elhablante sea sincero, que manifieste en susenunciados lo que realmente piensa, sus senti-mientos, intenciones, etc., -actos de hablaveritativos-.

La discusiónracional, como vemosno selimita a discusiones científicas-tecnológicas, aenunciados constatativos, ahechos exclusiva-mente sino que es posible además discutir yalcanzar consenso a propósito de intenciones,normas, motivos, y significados. Por ellono es

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admisibleel tratamiento técnico de cuestiones

prácticas,principalmente la éticay lapolítica -pues ella~ se refieren a lo que es correcto oválido -dentro de un determinado mundo so-cial, lo cual debe ser establecido consen-sualmente por los afectados, a diferencia de loque es verdadero o eficaz en el mundo objeti-vo.

La mentalidad cientificista no sólo caeenerrorepistemológico sino que además tieneconnotacionespolíticas graves, ya que lacien-cia natural se vincula con los intereses de

produccióndelcapitalismoy legitima lasocie-dad burguesa. Más aún, por la presión delmodo capitalista de la producción, la vidacotidiana, y su específico modo de comunica-ción han sido cada vez más "colonizados" porlaaccióninstrumentalestratégica.Consecuen-temente, loshombres se comprenden cada vezmás"cosificadamente".

,Porotraparte, las discusiones colectivasde cuestiones prácticas, como la formacióndemocrática de la opinión pública han sidopenetradospor laplanificación tecnocrática dela sociedad, instalando un sistema de manipu-lación y dominación entre los seres humanos.Habermasrechazaestapretensiónprivilegiadadel cientificismo y el ideal de organizartecnocráticamente la sociedad e instaura la

racionalidad comunicativa como ejerciciode la argumentación y como saber crítico, conlo cual contribuye reivindicar una sociedadmásjusta y democrática, consolidada según larazón autónoma. Como vemos, hay unentrelazamiento entre la política, el derecho, yla ética.

Centrándonos en el papel de los mediosde comunicación social, en relación al funcio-namientodelaopiniónpública,diremosa laluzde Habermas, que aparecen con un carácterambivalente. Pues por una parte presentan unpapel emancipatorio porque operan comopotenciadorcs de la protesta, propiciadoresdel acuerdo y del consenso.

Es decir, son espacios en los que sejerarquízan modos posibles de comunica.rse.Pero también operan como nuevas formas decontrol social en la era post-industrial porque

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son instrumentos o expresiones de la compe-tencia cognitivo-instrumental, subordinada ala racionalidad teleológica al decir de MaxWeber,es decir,quesirvena la relación medio-fin a través de una determinada estrategia y enconsecuencia induce a un determinado com-

portamiento.De modo que estamos frente a una in-

dustria que se conforma como medio de con-trol sistémico, pero que se mantiene y expandegracias a una disposición de contenidoscomunicacionaleseficazmenteconjugadosconinteresesdvales al mundo de lavida: económi-

cos,.políticos, ideológicos, profesionales y es-tétic::os.Pero por ello mismo, los medios decomunicación no pueden actuar sin conflictosen su tarea periodística: al combinar mensajesde entretenimiento y diversión con contenidoscríticos, o alcanzar en su difusión impactosideológicos esperados o no, sobre sus recepto-res, también estimulan una lógica propia enlosdestinatarios que les previene sobre esas inter-vencionesambivalentes.En este sentido, es vertebral en nuestro autor,el papel de las redes de comunicación queconforman el núcleo institucional de la esfera

de la opinión pública. Dicho de cara al Casoque nos ocupa, los medios de comunicaciónsocial, mostraron la agenda social en clave depreocupaciones respecto de los límitesinstitucionales del principio de autoridad vi-gente hasta 1990 en Catamarca. Al respecto,diremos que las esferas de la vida privada y dela opinión pública aparecieron reguladas através delos mediosen términos de estructuras

comunicativas y situaron a la sociedadcatamarqueña en unasuerte de replanteo sobrelas relaciones de intercambio entre su condi-

ción deciudadanía y los centrosde administra-ción del poder y los recursos del Estado.

Hecho este camino teórico en nuestra

investigación, entendemos que la noción am-pliada de "racionalidad" (comunicativa y suspretensionesde valideze instrumental-estraté-gica) merece ser desarrollada y sometida apru,~baen su uso en los medios de comunica-ción social, temática en la que anclaremosnuestras reflexiones futuras.