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UNIVERSITAS TARRACONENSISRevista de Cincies de lEducaciAny XXXIII, III poca Tarragona, juny, 2009

Departament de Pedagogia

UNIVERSITAS TARRACONENSIS

Director Dr. Luis Fernando Valero Iglesias Vocals Dr. Gabriel Comes Nolla Dra. Carmen Prez Ramrez Dr. Francesc Xavier Vivas Morte Redacci Sra. Gabriela Snchez Rodrguez Sr. Sergio Pasamontes Garca Comit editorial Dr. ngel-Po Gonzlez Soto Dra. Joana Noguera Arrom Dra. Carme Borbons Bresc Consell Assessor Dr. Vicen Benedito Antol Departament de Didctica i Organtizaci Educativa Universitat de Barcelona Dr. Julio Cabero Almenara Departamento de Didctica y Organizacin Educativa Universidad de Sevilla Dra. M Pilar Colas Bravo Departamento de Didctica y Organizacin Educativa Universidad de Sevilla Dr. Pedro De Vicente Rodrguez Departamento de Didctica y Organizacin Escolar Universidad de Granada Dr. Gabriel Janer Manilla Departament deTeoria i Histria de lEducaci Universitat de les Illes Balears Dr. Francisco Jimnez Martnez Departament de Pedagogia Universitat de Girona Dr. Daniel Linares Girela Departamento de Didctica y Expresin Corporal Universidad de Granada Dr. Sebastin Rodrguez Espinar Departament de Mtodes dInvestigaci i Diagnstic en Educaci Universitat de Barcelona Dr. Joaquin Plach Departament de Pedagogia Universitat de Girona Dr. Antoni Petrus Rotger Departament de Teoria i Histria de lEducaci Universitat de Barcelona Dr. Miguel Angel Santos Guerra Departamento de Didctica y Organizacin Escolar Universidad de Mlaga Dr. Miguel ngel Torralba Departament de Didctica de lExpressi Corporal Universitat de Barcelona

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Edita Departament de Pedagogia Universitat Rovira i Virgili Carretera de Valls, s/n 43007 Tarragona Tel. 977 55 80 77 Fax. 977 55 80 78 http://pedagogia.fcep.urv.cat A/e: [email protected]

Producci: Bou Impressors www.grupbou.com Imprimeix: ISSN 1135-1438 D.L.:T 168/2003

Versin electrnica: http://pedagogia.fcep.urv.cat/departament/publicacions/univ_tarraco/tarraco.htm

Sumari MONOGRFIC:Profesiones y profesionalizacin La formacin de profesionales Presentacin Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin.Juan Sez Carreras (Universidad de Murcia) Mariano Snchez Martnez (Universidad de Granada) Elena Snchez Martnez (Profesora de Educacin Secundaria)

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El estudio de las profesiones: la potencialidad del concepto de profesionalizacinMariano Snchez Martnez (Universidad de Granada) Juan Sez Carreras (Universidad de Murcia)

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Organizaciones contempornea

y

profesiones

en

la

sociedad

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Josep A. Rodrguez (Universidad de Barcelona) Mauro F. Guilln Rodrguez (Universidad de Pennsylvania)

Universidad y profesiones: competencias profesionales

la

formacin

y

las

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Miguel Lpez Bachero (Universidad de Murcia) Margarita Campillo Daz (Universidad de Murcia)

La controvertida cuestin de la prctica profesionalJuan Sez Carreras (Universidad de Murcia) Marta Gutirrez Snchez (Universidad de Murcia)

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El concepto de campo profesional: el caso de la Educacin SocialMargarita Campillo Daz (Universidad de Murcia) Jos Garca Molina (Universidad de Castilla La Mancha)

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Miscellania:Cultura del Trabajo y Crisis Laboral en Venezuela Luz Mila Guirigay Valero El Ingls en el Mundo: Algunas Diferencias Lingsticas de las Regiones Angloparlantes Enrique Guerrero Crdenas Formacin del profesorado en las Tecnologas de la Informacin y la Comunicacin. Casos: ULA-URV ngel Po Gonzlez Soto y Mara Anglica Henrquez Coronel El papel de la lectura en la Educacin Superior. Algunas reflexiones aplicadas en Educacin Social Carmen Pereira Domnguez, Jordi Sol Blanch y Luis Fernando Valero Iglesias Acolhimento Familiar, Escola e Educao Paulo Delgado El Trabajo como Eje Transversal en la Formacin del Docente de Educacin Bsica Integral de la Universidad de Los Andes-Tchira Luz Mila Guirigay Valero TICS y Creatividad Enrique Guerrero Crdenas Historia Oral, Recurso para la Educacin Intergeneracional Matas Bedmar Moreno y Inmaculada Montero Garca La Docncia a Estudiants amb Discapacitat a la Universitat: un Qestionari per a Professors/es Gabriel Comes Nolla, Beln Parera Pozuelo, Gemma Vedriel Snchez y Maria Vives Garca 175

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No Crepsculo da Vida: Um Olhar Sentido sobre a Vivncia Conjugal Alcina Manuela de Oliveira Martins y Carla Isabel Carvalho La Direcci dun Centre densenyament. Un Servei a la Comunitat Joan Fuguet Busquets Colaboradores. Collaboradors Normas de publicacin de los artculos Normes de publicaci dels articles Butllet dinscripci

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MONOGRFICO:Profesiones y profesionalizacin La formacin de profesionales

PresentacinCon este nmero, dejo la direccin de la Revista Universitas Tarraconensis. Revista de Cincies de lEducaci, UT, pues paso a formar parte de la edad del jbilo. En primer lugar deseo agradecer la ayuda que he recibido de todas las personas involucradas en la elaboracin la revista, durante todo este periodo que la he dirigido. El presente nmero conlleva un monogrfico y una miscelnea con el que quiero dejar constancia de la necesidad de revistas como la nuestra, en donde, la labor abnegada de mucho profesorado universitario tienen la ocasin de mostrar sus trabajos en sus propios idiomas o lenguajes acadmicos habituales, que son los que mejor expresan su capacidad comunicativa e intelectual y que son adems los que estn ms insertos en los contextos que los circundan. Con la inclusin de UT a la Red su comunicacin aumenta ostensiblemente. El objetivo de este monogrfico es, poner a disposicin del pblico lector una obra sobre las profesiones que pueda servir de aldabonazo --uno ms, por supuesto para llamar la atencin sobre la urgencia y no slo la necesidad-- de profundizar el estudio de este campo de anlisis. Utilizamos el trmino campo porque las profesiones no son slo una cuestin o un tema sino un espacio de indagacin disciplinar dentro de las ciencias sociales. Por supuesto, nos referimos no slo al estudio de las profesiones en sentido descriptivo sino a su tratamiento como objeto de estudio que explica y/o comprende y, a su vez, que nos permite explicar y/o comprender otros elementos de la estructura social contempornea. Partiendo de la hiptesis de que la sociologa de las profesiones en Espaa an no se ha consolidado extremo que argumentaremos en detalle en el captulo que viene a continuacin--, y aceptando, por comparacin diacrnica y sincrnica con lo que est ocurriendo (sobre todo en el contexto angloamericano y nrdico) que merece la pena su desarrollo, entonces se entender que el objetivo que perseguimos es de corte reivindicativo: tratamos de aportar una explicacin de por qu no ha ocurrido la mencionada consolidacin, ejemplos de trabajos que demuestran que ya se ha andado de manera adecuada una parte del camino hacia ese objetivo, un mapa de situacin sobre dnde estamos, qu tenemos y de qu carecemos, y, por ltimo, razones cientficas (epistemolgicas y heursticas), institucionales y polticas por las que la profundizacin de este campo en Espaa resulta deseable. Y todo esto, presentado de manera argumentada, reconociendo las limitaciones de este ambicioso proyecto y, lo que resulta ms interesante a nuestro parecer, dejando puertas y ventanas abiertas a nuestro paso para que quien pueda estar interesado acceda con facilidad al interior de este espacio de conocimiento e investigacin. Se podr calificar el resultado final de ms o menos valioso o ajustado a los objetivos que acabamos de

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Luis Fernando Valero Iglesias resumir, pero nadie debera dudar de nuestra intencionalidad, segn ha quedado expuesta. De hecho, si hemos decidido comenzar con el captulo titulado Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin ha sido por enmarcar mejor los trabajos que aparecern a posteriori. En el primer captulo, y a resultas de un repaso bastante pormenorizado de lo que la sociologa de las profesiones ha dado de s all y aqu, proponemos, a nivel metaterico, una estrategia para la estructuracin del campo, alimentada de un esfuerzo histrico y comparativo, con el que hemos tratado de situar en un mapa cognoscitivo y geogrfico lo que ha hecho y hace cada quien, dnde, cundo y cmo. Adems, nos atrevemos a interrelacionar las aportaciones estudiadas y a valorar los pro-gresos y los re-gresos en los esfuerzos por construir el campo. No nos hemos querido quedar en la posicin del que emite informes esto es lo que tenemos y esto es de lo que carecemos-- sino que proponemos lo que es preciso hacer o no hacer-- si queremos consolidar en Espaa una sociologa de las profesiones. Como ocurre con la reedicin de algunos textos, esta colaboracin pretende ser una visin valorada, corregida y aumentada de lo hecho hasta ahora, tomando como hito bisagra la obra de Jaime Martn-Moreno y Amando de Miguel (1982). En efecto, hacemos una valoracin en detalle del libro Sociologa de las profesiones, publicado por esos dos autores, y, a partir de l, construimos una periodizacin de lo realizado en Espaa utilizando como brjula la triple divisin que hace Collins acerca del desarrollo de la sociologa de las profesiones, eso s, aumentada con una cuarta fase. As, esta aportacin intenta con honestidad-- enriquecer lo hecho hasta ahora pero corrigindolo con espritu crtico de modo que el esfuerzo pueda tener una utilidad concreta una ms, podramos decir a estas alturas--: alimentar la reflexin que las instituciones de educacin superior de nuestro pas se estn viendo forzadas a hacer sobre el significado actual de la profesionalizacin a raz del denominado Proceso de Bolonia. A lo largo del artculo queda bien claro que se est a favor de utilizar a las profesiones, a los profesionales y a los procesos de profesionalizacin como palancas --nada naturales ni funcionalistas-- con las que desvelar mejor las claves de la accin social en las sociedades modernas avanzadas, de la organizacin econmica, poltica y social de stas. A estas alturas del desarrollo del pensamiento social est confirmado que las profesiones y los profesionales, al tiempo que tratan de desplegar y controlar sus cursos de accin, estn interviniendo en mayor o menor medida-- para reproducir o transformar la estructura social en cuyo seno se sitan. La identificacin de la evolucin, los modelos, los conceptos, las teoras y las investigaciones del campo de las profesiones nos sirve, tambin, para establecer una posible agenda de tareas, una especie de programa de accin para fertilizar el campo: (i) reconstruir con exhaustividad lo que ha

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Monogrfic: presentaci sido la sociologa de las profesiones en Espaa hasta ahora, separando el grano de la paja; (ii) fortalecer esa reconstruccin con investigaciones, teoras, conceptos y modelos procedentes de tradiciones de estudio sobre las profesiones en otras geografas; (iii) fomentar el estudio de las profesiones y los profesionales en sus organizaciones y contextos; (iv) superar de una vez por todas los estudios descriptivos de los rasgos profesionales para pasar a producir esquemas explicativos realmente fertilizantes; (v) trabajar en la lnea de relacionar y articular mediante una plataforma matriz las muchas aportaciones dispersas y fragmentarias que se han venido realizando en Espaa en lo relativo al estudio de las profesiones; (vi) aprovechar todo esta produccin de conocimiento para orientar las decisiones que las instituciones profesionalizadoras (asociaciones, colegios profesionales, universidades, el Estado,...) hayan de tomar. En suma, los autores de esta primera aportacin logran chequear la situacin en Espaa y dejar el balance abierto para quien desee elaborar su propia reflexin sobre un tema tan apasionante sobre el que est todo, o casi todo, por reelaborar y reconstruir. Ni ms ni menos. El artculo que abre este monogrfico, el que realizan Juan Sez Carreras, Mariano Snchez Martnez y Elena Snchez Martnez, aborda un tema tan urgente como es el de la sociologa de las profesiones. Los autores se aproximan a este campo de conocimiento a partir de planteamientos histricos, conceptos y modelos que lo estructuran e investigaciones que lo enriquecen. Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin, se convierte en un artculo de lectura obligada para comprender las profesiones. Artculo fundamentador es el firmado por Mariano Snchez Martnez y Juan Sez Carreras acerca del concepto de profesionalizacin como el gran concepto articulador en la teora de las profesiones. La revisin de la literatura especializada a nivel internacional ha mostrado la riqueza y fecundidad que presenta este concepto para el estudio de las profesiones. De este modo, la presentacin de esta categora, los rasgos con los que es identificada, las diversas interpretaciones de las que ha sido objeto, permiten al lector aproximarse a la comprensin de una herramienta imprescindible para investigar las profesiones. En el artculo Organizaciones y profesiones en la sociedad contempornea, Josep A. Rodrguez y Mauro F. Guilln ofrecen un panorama de la sociedad de profesiones, que no es otra que la sociedad industrial. Uno de los valores a destacar en este trabajo es la conexin que se realiza entre profesiones y organizaciones y, por extensin, entre sociologa de las profesiones y sociologa de las organizaciones. Esta estrategia de conexin disciplinar nos parece que pueda ayudar a no incurrir en el error de aislacionismo del que hablaremos en el ltimo epgrafe del artculo que sigue a esta introduccin. La fecundidad de esta aproximacin la dejan bien

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Luis Fernando Valero Iglesias patente los autores del texto cuando explican y proponen avanzar ms all de las dos metodologas caractersticas del anlisis de profesiones -naturalismo y topologas--, unidas por el funcionalismo en el concepto -evolutivo-de profesionalizacin. Las profesiones explican aspectos organizacionales a la vez que ellas slo pueden ser explicadas hoy en da atendiendo a organizaciones burocrticas y de otro tipo que se han profesionalizado. La conexin profesiones-organizaciones es a todas luces prometedora y constituye una de las puertas abiertas de entrada al campo que ms merece la pena ser aprovechada. Un tema importante en la sociologa de las profesiones es el que convoca a la formacin de los profesionales y a la institucin tradicional legitimada para capacitarlos y acreditarlos: las universidades. La investigacin francesa se ha ocupado de esta potente relacin-universidad y profesiones-cuya comprensin y entendimiento es fundamental para entender la promocin del profesionalismo y, en los ltimos tiempos, su crtica y, para algunos, buena parte de su declive y quiebra. El trabajo de Miguel Lpez Bachero y Margarita Campillo Daz incide adems, en una cuestin clave en los tiempos en los que la institucin universitaria se encuentra reflexionando sobre s misma, teniendo como referente central un debate, a veces excesivamente tecnocratizado, como es el de las competencias. Interesante planteamiento es el que realizan Juan Sez Carreras y Marta Gutirrez Snchez al abordar un tema tan peliagudo como es el de la prctica, tan impregnado de imgenes preelaboradas histricas, de las que slo en los ltimos tiempos comenzamos a superar. En su colaboracin, la controvertida cuestin de la prctica profesional, reivindican la dignidad de la prctica, en tiempo vapuleada frente a la rigurosidad de la teora, y la necesidad de investigarla a fondo para poder visualizar de qu manera los profesionales, en sus respectivos mbitos laborales, ponen en juego sus diferentes competencias. El hecho de que Donald Schn sea uno de los referentes tericos utilizados por nuestras colaboradoras es un ndice de la seriedad y coherencia que predomina en el artculo presentado, conocida la profundidad que el antao investigador del Instituto Tecnolgico de Massachussets alcanz en sus exploraciones sobre la prctica profesional en las ms diversas profesiones. Una de las profesiones cuyo proceso de profesionalizacin ha sufrido un impulso considerable en los ltimos aos es la Educacin Social. Proceso histrico que los autores del texto El concepto de campo profesional: el caso de la Educacin Social, Margarita Campillo Daz y Jos Garca Molina, conocen muy bien pues ya han tenido la oportunidad de profundizarlo, tal y como se puede cotejar en la bibliografa recogida. Reconstruir el campo profesional de la Educacin Social exige, al parecer de nuestros autores, tener muy clara la vinculacin del concepto de profesionalizacin y el de proceso para poder llevar a cabo esta sutil tarea. Pero, adems, para que esta labor fructifique es necesario utilizar criterios organizadores que permitan articular la informacin que se recoge y sistematizarla

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Monogrfic: presentaci adecuadamente. Planteando la figura del Educador Social como la de un profesional emergente que resulta de la convergencia de tres hitos ocupacionales tradicionales, los autores describen y argumentan cmo fue deviniendo este proceso y de qu manera han ido contribuyendo al surgimiento y consolidacin de la Educacin Social. Relevante la visin de conjunto que se da de la profesin de Educacin Social, suma de toda una serie de aportaciones que desde la Educacin Especializada, la Animacin Sociocultural, y la Educacin de Adultos, se ha promovido en funcin de la unidad de la profesin. De cualquier forma, quien desea entrar en este espacio de actuaciones --el de las profesiones--, no tiene ms remedio que conocer lo mejor posible de antemano quines son los jugadores y cules son las reglas, todo ello sin olvidar que la partida ya est empezada y hay que saber escoger el mejor momento y la mejor estrategia para entrar en ella. A esto debera ayudar una potente y bien fundamentada sociologa de las profesiones. Agradecemos la colaboracin del profesorado investigador de las diferentes universidades el poder publicar, en nuestra revista UT, este trabajo Profesiones y profesionalizacin. La formacin de los profesionales que creemos esencial, como hemos explicado y es una muestra ms de la colaboracin entre Universidades que ser la base de implicacin e implementacin del modelo Bolonia La miscelnea es un ejemplo ms de la variedad de artculos e investigadores que han visitado las pginas de la revista UT en donde universidades muy distintas y diversas se acercan a mostrar su trabajos, desde los hispanoamericanos, con lo que siempre hemos demostrado una especial hermandad a compaeros de otras universidades europeas y espaolas. Gracias a todos. Luis Fernando Valero Iglesias

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Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacinJuan Sez (Universidad de Murcia) Mariano Snchez (Universidad de Granada) Elena Snchez

1. La pertinencia de una sociologa de las profesiones en la actualidad1.1. Necesidad de una sociologa de las profesiones Quizs pueda parecer un exabrupto comenzar esta colaboracin con una frase como la que formulamos a continuacin, pero define de modo clarificador nuestra posicin sobre el tema de las profesiones como objeto de estudio de la sociologa, al mismo tiempo que nos permite entrar, con nimo provocador, de lleno en el mismo: nunca hasta ahora ha sido ms urgente tratar de ir construyendo una sociologa de las profesiones en la geografa espaola. El tono taxativo de la afirmacin no nos exime de plantear algunas cuestiones que nos golpean nada ms terminar de formularla: por qu esa urgencia ahora?; qu es lo que nos insta a esa urgente construccin?; y por qu no antes?; qu es lo que ha impedido que no haya fructificado del todo, en la sociologa espaola, una lnea de investigacin orientada a la exploracin y caracterizacin de las profesiones en Espaa?... Estas y otras muchas preguntas surgen, de modo inmediato, para el lector interesado por las dinmicas profesionales y sus efectos en la resignificacin de la realidad social (Abbott, 1988). Acaso no era necesaria tan slo hace unas dcadas esta convocatoria a que los socilogos pusieran ms atencin en las profesiones, en tanto que los Estados se bosquejan y se disean, en gran medida, en torno a las prcticas profesionales (Bertilsson, 1990) y el nuestro no ha sido ajeno a este modo de organizacin social? Evidentemente la respuesta no puede ser ms que afirmativa. Jaime Martn-Moreno y Amando de Miguel, en su intento (se entender posteriormente este subrayado) de construir una sociologa de las profesiones, llegaron a escribir: La sociologa del trabajo ha cubierto un gran trecho entre nosotros. Ms corta es la andadura de la sociologa de las ocupaciones. Se sabe an menos de la sociologa de las profesiones. En las profesiones se mezcla el trabajo con la enseanza, la actividad laboral y sindical con los efluvios del poder poltico. Lo reducido del fenmeno se compensa con lo complicado

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez de esas relaciones, el acceso tan difcil a la observabilidad del socilogo, para remate, un profesional ms. Despus de revisar una gran cantidad de literatura de y sobre las profesiones una cosa es cierta y quizs la nica en la que todos los analistas pueden coincidir: las profesiones generan hostilidad, resentimiento, una cierta antipata incluso. (Martn-Moreno y De Miguel, 1982: 9) Aunque slo fuera por algunas de las razones que ahora se esgrimen para que se preste atencin a las profesiones, la sociologa obvi este llamado, a partir de los aos 70, cuando los mismos motivos invitaban a hacerlo: la Ley de Reforma Universitaria impulsada entonces por los socialistas, como hoy la Ley de Orgnica de Universidades auspiciada por el Partido Popular, comparten en sus respectivas declaraciones de objetivos la filosofa de que la misin de la Universidad, adems de preparar personas crticas que conformen una ciudadana democrtica, debera ante todo ocuparse de la formacin de profesionales capacitados para activar y mejorar la actividad econmica del pas as como contribuir al cumplimiento de las necesidades de iure que tienen los ciudadanos y que los Estados deben satisfacer. Esa articulacin entre necesidades y derechos, estructuralmente mediada por la actividad de expertos y profesionales capaces de orientar y conducir la respuesta, era una muestra de la importancia que las dos leyes, la de ayer y la de hoy, concedan a estos actores sociales en los respectivos escenarios en los que actuaban. A la Universidad, en esta articulacin estructural en busca de las citadas metas, se le atribuy desde hace tiempo un relevante papel. Razones, motivos y objetivos permanecen.

1.2. La retrica que no cesa y el escepticismo del socilogo Continuadamente se ha tenido la sospecha de que tales objetivos, formulados en los respectivos Prembulos y primeros artculos de las citadas leyes, fueran considerados poco ms que retrica y que algunas de las metas asumidas por la Universidad, inserta en una sociedad que se autodefine como industrialmente avanzada, tendran difcil cumplimiento debido a variables polticas, econmicas y culturales. Bajo esa atmsfera social, la Ley de Reforma Universitaria formulada a principios de los ochenta, alent mltiples expectativas acerca de las transformaciones profundas que necesitaba la institucin universitaria (Montoro, 1981; Almarcha, 1981). Sin embargo, un socilogo de las profesiones mnimamente informado, conocedor del estado de este campo de conocimiento fuera de nuestras fronteras, manifestara cierto escepticismo ante la posibilidad de que las universidades espaolas fueran responsables y cumplieran su objetivo de formar buenos profesionales, y se acabara preguntando: cmo lograr esa meta si los formadores de los futuros 16

Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin profesionales profesionales de la formacin- no slo desconocen en qu consisten las profesiones sino los modelos de formacin ms adecuados para preparar a los estudiantes en los rasgos, caracterizaciones, modos de organizarse, prcticas profesionales..., propios de cada profesin? Para el citado socilogo buena parte de la potencialidad que encerraban los dictum legales quedara, en gran medida, limitada -factores de otra naturaleza aparte-- debido a la carencia de una consistente sociologa de las profesiones capaz de dar respuesta a ms de una demanda planteada en la LRU de los aos ochenta. La realidad universitaria --y el resto de la realidad espaolams bien confirmara el escepticismo de nuestro avisado socilogo: Las facultades y departamentos que constituyeron sus planes de estudio en torno a titulaciones detrs de las cuales se hallaba, en general, una profesin, salvo excepciones, apenas tenan conocimiento acerca de los rasgos y caractersticas de la misma. Hasta tal punto que se constata la existencia de una discreta bibliografa en la que se identifica algn equvoco notable como es confundir estudios/carrera con una profesin. La carrera conduce, puede conducir, a la profesin, pero no es ella (Tanguy, 1986; Blume, 1977); En las mismas instituciones universitarias, pero tambin en la estructura social espaola, exista, y pensamos que sigue existiendo, una especie de subconsciente colectivo acerca de qu significa ser un profesional, cmo profesionalizarse, qu rasgos caracterizan una profesin, qu es lo que constituye la naturaleza de las profesiones... (Gonzlez, 1999: 31), que es reflejo y herencia de la visin que el funcionalismo mantuvo sobre el profesionalismo. De hecho, se quiera o no, se comparta ms o menos, an teniendo presentes crticas y revisiones, unas ms slidas que otras, no es difcil constatar que esta corriente sociolgica sigue actuando como teln de fondo, como escenario aceptado de buena parte de las investigaciones, de las bsquedas, pero tambin de las opiniones que se vierten en las universidades, y fuera de ellas, sobre la cuestin profesional (Freidson, 1986; Collins, 1989); Ello explicara, a su vez, la imagen idealista que se mantuvo, y an se tiene, de las profesiones en el citado escenario y, no en poco medida, el que stas se vean como fenmenos cuasi naturales. En la propia organizacin universitaria no se est a salvo todava hoy de esta errnea identificacin: posiblemente, salvo los estudiosos de las profesiones, sean de historia, de sociologa o de alguna otra geografa disciplinar determinada, la mayora de los profesores que representan el conocimiento en la formacin de los profesionales (de la salud, el derecho, la accin social, las tcnicas...) en las universidades, mantienen una idea preconcebida de la profesin

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez para la que se suponen estn preparando a sus estudiantes. Conceban las profesiones como dadas, estticas y naturales, mientras se alimentaban conceptos como el de profesionalizacin, competencia profesional, profesionalismo o profesionalidad, traducidos en tonos idealizantes que son ms bien residuos de cdigos deontolgicos apenas respetados, o tambin resultado de asociaciones e imgenes cuantitativas y tecnocrticas rgidas: algunas de las causas, entre otras, que, justamente, han desprofesionalizado a ms de una profesin (Schn, 1992, 1998) y, a un nivel ms que significativo, a la propia institucin universitaria, progresivamente adentrndose en un credencialismo imparable (Collins, 1989; Bourdieu, 1988; Bourdieu y Passeron, 1977; Blume, 1977). Para nuestro socilogo, la sociologa que est ocupada en estudiar las profesiones tena que hacerse cargo de dar razn de sus resultados y transmitir a polticos y formadores una imagen ms veraz de ellas. Lo que supondra una diferente concepcin de las profesiones, menos esencialista, categorizadas como construcciones histricas (Prest, 1984) sujetas a variables polticas, econmicas y sociales, y una versin de los procesos de profesionalizacin como aquellas estrategias de persuasin en las que intervienen, por supuesto, los grupos ocupacionales (Elliot, 1975; Elzinga, 1990), pero tambin otros actores sociales [Estado, Universidad, usuarios, otros grupos ocupacionales...] (Burrage, Jarausch y Siegrist, 1990) sin cuya aportacin no se pueden explicar dichos procesos: versin contraria a las imgenes lineales, rgidas, unilaterales, que casi traducen la profesionalizacin en lucha aislada de una ocupacin en su aspiracin por convertirse en profesin, una mecnica natural que ha de suceder irreversiblemente (Wilensky, 1964; Millerson, 1964). Los departamentos de sociologa, fundamentalmente, perdieron la oportunidad de investigar las prcticas profesionales y de convertirse en matrices de conocimiento orientador de ttulos y profesiones que legitimaban la existencia de un buen nmero de facultades en las universidades espaolas.

1.3. La necesidad es ahora ms urgente Hoy, la LOU ha recogido aquella inquietud que formul la LRU y ha hecho extensible, de modo muy similar, sus requerimientos para que la Universidad forme a los profesionales que la sociedad necesita (BOE n 307, 2001: 49401), puesto que el objetivo de la reforma es mejorar la calidad en todas las reas universitarias. Ya en la Exposicin de Motivos, donde la Ley recuerda la necesidad de que la Universidad responda a la sociedad, se puede leer explcitamente:

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin La sociedad espaola necesita que su sistema universitario se encuentre en las mejores condiciones posibles de cara a su integracin en el espacio europeo comn de enseanza superior y, como principio fundamental, que los profesores mejor cualificados formen a los estudiantes que asumirn en un futuro inmediato las cada vez ms complejas responsabilidades profesionales y sociales. (BOE, n 307, 2001: 49401) Las enseanzas para el ejercicio de las profesiones (BOE, n 307: 49409) son cada vez ms complejas, porque de cara a la Convergencia Europea, antes de 2007 y no ms tarde de 2010, no slo tienen las universidades espaolas que reformular todas las titulaciones universitarias en sus aspectos formales, temporales y curriculares, y redimensionar las funciones docentes para centrarlas en el alumno y el aprendizaje sino que, sobre todo, las Facultades y Centros han de plantearse la necesaria unidad y coherencia profesional de cada ttulo en funcin de los perfiles profesionales y competenciales que presente la profesin asociada a una titulacin. Esto que supone una nueva manera de entender la profesin de profesor universitario, un nuevo modo de planificar y disear las materias o disciplinas en base a objetivos de aprendizaje, de competencias, de habilidades profesionales... Hay alguna duda sobre la pertinencia, hoy como ayer, de una sociologa de las profesiones que d respuesta a una multitud de cuestiones que quedan en el aire, que deconstruya imgenes obsoletas y trabaje por relegitimar una nueva universidad que forme y capacite a profesionales regeneradores de la vida econmica de nuestro pas? Sin embargo, el peligro que acechaba a la LRU de concluir en este sentido en formalismo vaco de contenido, merodea tambin alrededor de las similares metas sealadas por la LOU y podra finalizar, como aqulla, proporcionando buenos guios a la retrica legal. Las profesiones no fueron objeto de preocupacin y conocimiento durante mucho tiempo y en diferentes geografas por parte de las facultades orientadas a preparar profesionales (Bourdoncle, 1994). Tras Bolonia y Praga, dos facultades adquieren imperativos ineludibles por el tipo de responsabilidades que asumen como tales centros: la formacin (Facultades de Educacin e Institutos de Ciencias de la Educacin) de un buen profesional universitario (Mayor y Snchez, 2000), al fin y al cabo como otro profesional, en proceso continuo de profesionalizacin, preparado y capacitado para formar, a su vez, a enseantes/formadores de profesionales (objeto de estudio de la sociologa en el espacio de las Facultades de Ciencias Sociales) que actuarn en sus respectivos entornos laborales. Al fin y al cabo, el estudio contemporneo de las profesiones es cada vez ms utilizado como un camino de aprehensin de los fenmenos sociales globales pero tambin de los particulares. Un enfoque ms dinmico, concepciones emergentes, nuevas visiones han entrado en juego

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez en la sociologa de las profesiones. Puede dar razn de ser la sociologa espaola contempornea de estas transformaciones conceptuales y adquisiciones tericas? Est preparada para asumir este reto? Conocen los socilogos espaoles el desarrollo de la teora y la historia de las profesiones, autores, corrientes, metodologas..., todo aquello que forma hoy, en otras universidades internacionales, un corpus terico propio, potente, una o diversas lneas de exploracin de esta realidad que se recrea en ocupaciones y organizaciones de muy diversa tonalidad? Tienen suficiente informacin acerca de modelos y teoras, de conceptos y dinmicas, de investigaciones puntuales, que hoy conforman el eje fundamental de la sociologa de las profesiones en una sociedad de mercado, sealada e identificada en los ltimos tiempos por un paro estructural endmico (Juillard, 1994) e irreversible, en donde la ignorancia ms que una disfuncin es una necesidad para los sistemas liberales avanzados (Michea, 2002), y las democracias muestran una baja densidad ms que preocupante (Lipovetsky, 1996)? Qu pueden hacer los profesionales preparados en las universidades por cambiar este estado de cosas? Y, sobre todo, de qu modo la sociologa de las profesiones, de llegar a edificarse en las instituciones universitarias, puede constituirse en esa rea de conocimiento matriz que materialice, en buena parte, los objetivos de la LOU remitiendo a las diferentes facultades, dedicadas a la formacin de profesionales, sus exploraciones, sus teoras y conclusiones?... La necesidad de construir una sociologa de las profesiones es, como vemos, ms urgente que ayer. Nuestra colaboracin pretende reivindicar esta idea y actuar en consecuencia.

2. La organizacin de la tarea: criterios conductoresEn lo que sigue, este artculo tratar de presentar de modo aproximado, y sin nimo exhaustivo, el estado, en Espaa, de la sociologa de las profesiones en la actualidad. Para conocer su presente no puede soslayarse el pasado. Algunas cosas ya se han apuntado. Las prximas pginas tratarn de ser ms sistemticas. Fijado nuestro objetivo es hora de auspiciar el desarrollo. Y para ello necesitamos criterios organizadores. El primero de los criterios tiene que ver con la historia de la sociologa de las profesiones, cuyo nacimiento es ubicado frecuentemente en el mundo anglo-norteamericano a partir de los aos 30, aproximadamente (Prest, 1984; McDonald, 1995; Gonzlez, 1999). Si nos preguntamos por lo que ha ocurrido en nuestro pas durante ese mismo tiempo, necesitamos dividir estos setenta aos en fases. A falta de un solo estudio que haya periodizado la historia de la sociologa de las profesiones en Espaa, tenemos que tomar decisiones; despejada desde Foucault la ilusin del origen, adoptamos una convencin, tan arbitraria como otras: dividir nuestra historia de la Sociologa de las profesiones en dos fases, antes de y 20

Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin despus de ... la Sociologa de las profesiones de J. Martn-Moreno y Amando de Miguel. Y ello por varias razones: I. en primer lugar, nos permite organizar la informacin antes de que estos dos reconocidos socilogos espaoles dieran a la imprenta la primera obra que con el expresivo ttulo de Sociologa de las Profesiones se publica en nuestro pas. Ello fue en el ao 1982. Evidentemente no hay intenciones laudatorias en nuestra eleccin ni nimo de convertirla en un hito de la sociologa de las profesiones en Espaa. La finalidad es ms elemental: es el nico texto que con tal ttulo se ha publicado en nuestra geografa y el nico, tambin, que trata de dar cuenta de la estructura de la sociologa de las profesiones. Es, pues, ante todo, un criterio convencional que responde a intereses metodolgicos. II. en segundo lugar, toda vez que se ha escogido este momento y este texto como frontera de separacin, se tratara de ver el despus: cul ha sido y es actualmente el estado de la sociologa de las profesiones, desde que los citados autores dieran su propia versin de la cuestin. Para llevar a cabo esta tarea de analizar el antes y el despus de... qu unidad de anlisis se puede utilizar? Esta reflexin conecta con el segundo y el tercer criterio que utilizaremos para desarrollar nuestro trabajo. Para aproximarnos a la sociologa de las profesiones antes y despus de 1982, cabe analizar lo que se ha publicado en Espaa, en estas dos etapas, bajo la estructura que configura la sociologa de las profesiones en otros pases (historia, modelos, conceptos y teoras e investigaciones). De esta manera, la emisin de nuestros juicios ser realizada sobre criterios ms objetivos. No sorprender al avisado lector que los resultados de nuestra aproximacin arrojan un balance ms bien pobre en este antes de 1982 lo extrao es que, dadas las condiciones polticas, sociales, culturales y acadmicas que determinaban la estructura social de nuestro pas, se pudieran alcanzar metas ms emergentes--, y algo ms esperanzador en el despus de esa fecha. Globalmente las carencias son muchas y nos confirman que todava nos resta mucho para atravesar similar camino al recorrido por los socilogos anglo-norteamericanos y, en la ltima etapa, por los socilogos de la Europa del norte y la continental. Junto a este segundo criterio organizador de la informacin es posible utilizar un tercero que nos ayude a fortalecer este balance y dotarlo de ms rigurosidad. De seguro, nos ayudar a tener una imagen ms amplia, nunca completa por cierto, si acudimos a lo realizado en otras latitudes. Aunque con carcter muy sinttico, es factible reconstruir una historia de la sociologa de las profesiones de modo tal que acte como espejo y acente los contrastes entre lo indagado y publicado ac y en esos otros territorios.

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez Para tal reconstruccin nos parece oportuno seguir la periodizacin propuesta por algn autor reconocido y llenarla de contenido. Dndonos una idea de lo que han hecho otros podemos apreciar con ms precisin lo que nos falta. Qu periodizacin podramos escoger que nos sirva de gua y orientacin?; y qu criterios adoptar para desarrollar cada uno de los perodos propuestos? Cada una de estas preguntas necesita algunas clarificaciones que nos ayudarn a precisar nuestros objetivos y la organizacin adoptada: Primera clarificacin: Uno de los estudiosos ms severos de las profesiones ha sido Randall Collins, quien en 1990 trata de dar una visin global, en pocas pginas, de la evolucin seguida por los socilogos en torno a las profesiones. Reconoce la dificultad de establecer fechas puntuales como tambin los riesgos de generalizacin, que l atena al circunscribir su anlisis al mundo anglosajn, el que claramente, en las primeras etapas de la sociologa de las profesiones, enarbola la antorcha de esta lnea de investigacin. De esta manera Collins (1990a: 11-23) periodiza en cuatro etapas la preocupacin seguida por los estudiosos de las profesiones. Estas fases, o perodos son, a su juicio, las siguientes:

I. Perodo de iniciacin, de los aos 30 hasta principios de los aos 50. II. Perodo clsico, desde los primeros aos 50 hasta 1965. III. Perodo revisionista, que ira desde la mitad de los aos 60 a finales de los 70. IV. Etapa de permanencia, en la dcada de los aos 80.

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Segunda clarificacin: Para reconstruir esta historia y llenarla de contenido entendemos que es plausible aplicar, a su vez, un triple criterio por el que podamos dotar de conocimiento al campo de la sociologa de las profesiones: obras y autores ms relevantes, autor/es inexcusables, balance y aportacin al campo... en cada uno de los perodos en los que se divide esta historia. A este respecto, deseamos hacer las siguientes matizaciones. Primera, que slo adoptamos de la periodizacin de Collins la temporalizacin de cada fase y su caracterizacin fundamental, el resto corre de nuestra cuenta. Respecto al cuarto perodo (de los 80 a los 90) haremos alguna consideracin en su momento. La segunda matizacin es que cada fase o perodo presenta una serie de rasgos o notas que permiten identificarlo y caracterizarlo diferenciadamente. En lo esencial esta clasificacin no ha sido cuestionada por los socilogos de las profesiones durante los aos 90, en gran medida por la

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin elementalidad y generalidad de la periodizacin, que no encuentra excesiva dificultad para ser adoptada por diferentes contextos y geografas, siempre que se abra un gran espacio a la formulacin de las peculiaridades que se manifiestan en unos y otras. En tercer lugar, si la llenamos de contenido, como hemos argumentado, esta periodizacin puede ser un buen instrumento de contraste para emitir un juicio sobre la sociologa de las profesiones en Espaa y, tambin, sobre la propia obra de Martn-Moreno y Amando de Miguel, es decir, si contribuimos con otras aportaciones a reforzar el planteamiento de Collins y auspiciamos la comparacin con lo realizado en los mismos aos en el territorio espaol, podremos alcanzar una visin de lo realizado en este ltimo, mientras al mismo tiempo nos permite emitir un juicio sobre lo aportado por la obra de los socilogos espaoles, en tanto que se presenta tanto como una revisin de la literatura de y sobre las profesiones desde una perspectiva crtica [que tiene como objetivo adicional servir de guin para un plan de estudios que es necesario realizar si deseamos conocer por todas sus caras al complicado prisma de la sociedad espaola y sus recursos humanos, (Martn Moreno y De Miguel, 1982: 13-14)], como un manual de sociologa de las profesiones que tenga presente la realidad espaola.1

PRIMERA PARTE. ANTES DE 1982: DE LO QUE TENEMOS Y CARECEMOS 3. La estructura de la sociologa de las profesiones como campo de conocimiento terico3.1. Los elementos de la estructura Excelentes trabajos sobre qu son las disciplinas han permitido traducirlas como enseanzas de una ciencia, de un cuerpo terico de conocimiento1

No nos olvidemos, en este punto, de sealar la siguiente distincin: no hay que confundir la historia de las profesiones (y stas son cada vez ms numerosas), en la que los autores procuran recrear el perodo que transcurre desde su surgimiento como oficios y ocupaciones hasta convertirse en profesiones (clave, en este sentido, el concepto de profesionalizacin), con la evolucin seguida por la sociologa de las profesiones, cuya periodizacin va asociada al criterio organizador que utilice el socilogo que las estudia. Evidentemente esta segunda rea de conocimiento se sirve de la primera para aumentar los lmites de su territorio y tratar de dar razn de s misma. Tanto las investigaciones histricas como las sociolgicas acerca de una o varias profesiones estn auspiciando el crecimiento de la sociologa de las profesiones. De ah que unas y otras sean parte fundamental de la estructura de esta ltima.

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez que se va obteniendo por investigacin (Boisot, 1973; Heckhausen, 1973; Gonzlez, Sez y Lpez, 1986), de tal manera que esta disciplina o materia de enseanza va creciendo y construyendo su estatus terico a medida que aumenta el nivel y la calidad de los conocimientos adquiridos con los que va dando razn de s misma. De acuerdo con la estrategia sealada en el apartado anterior iremos presentando los elementos que mejor definen el estatuto de la sociologa de las profesiones, segn la estructura propuesta por algunos de sus representantes ms reconocidos: Dubar y Tripier (1998), en Francia; Freidson (1970) Klegon (1978), Abel (1985), McDonald (1995) y Dinwall y Lewis (1983), en el mundo anglosajn; Tousijn (1979), Paolo (1980), Speranza (1999), en Italia..., y otros autores preocupados por este campo intelectual (Maurice, 1972; McDonald y Ritzer, 1988; Luna Arroyo, 1989; Speranza, 1991; Carricato, 1997...). Todos ellos han sistematizado en una trama meterica una serie de elementos o variables que se articulan, se interaccionan y se entrecruzan, conformando la estructura que hoy configura la sociologa de las profesiones. Tales elementos estructurales son, a juicio de sus autores, y ms all o ms ac de las particularidades propias de cada contexto y autor, los siguientes: Primero. Un rea de conocimiento que va construyndose como tal, a medida que va dando razn de s misma, tiene como uno de sus requisitos fundamentales el reconocer e identificar su propia historia, las aportaciones que, a lo largo del tiempo y desde diferentes espacios, se van haciendo al campo. Un planteamiento histrico del recorrido seguido por la sociologa de las profesiones es, pues, un supuesto inexcusable y necesario en su estructura. Segundo. El abordaje histrico de la sociologa de las profesiones promueve y facilita una seria reconstruccin de los modelos (en tanto que sistemas de creencias y de valores, de categoras y formas sociales, de instituciones y organizaciones que estn en la raz de las diferentes definiciones y posiciones precedentes) profesionales (el catlico, el colegial, el liberal...) que han imperado en las diferentes sociedades que, de alguna forma, ms o menos latente, han seguido operando en sus respectivos imaginarios colectivos. Los diferentes manuales de sociologa de las profesiones (McDonald, 1995; Elliot, 1975; Dubar y Tripier, 1998) procuran atender este requerimiento como una cuestin fundamental, ms que de cortesa con el pasado, que clarifica percepciones, actitudes y visiones del presente acerca de las dinmicas profesionales. Y es que el estudio de las profesiones, como formas histricas en las que ciertos actores se alan para asegurar sus intereses (mantener una clientela asegurada para sus servicios, monopolizar un mercado de trabajo que legitime sus respectivas actividades por las que se demanda reconocimiento a la pericia que como tales profesionales deben mostrar), no se orienta unilateralmente a desvelar las

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin creencias y justificaciones (religiosas, teolgicas, corporativas, burocrticas...) que anidan en los modelos profesionales sino tambin a poner de manifiesto las formas de organizacin econmica, poltica y social que los alentaron. Cuando se ha planteado (Abbott, 1988; Larson, 1980) que la sociologa de las profesiones tiene entre sus objetivos la organizacin social del trabajo tanto como la significacin subjetiva que sta tiene en la poblacin, as como los modos de actuacin de los profesionales en los mercados de trabajo que se estructuran y reestructuran de acuerdo con diferentes variables..., este planteamiento no puede ocultar que alrededor del estudio de las profesiones y sus modos de concretarse en las organizaciones donde materializan sus actividades (una profesin sera una abstraccin si se obviara el lugar del trabajo donde los profesionales operan -Larson, 1980; Schn, 1992, 1998--), se expresan pasiones e intereses, convicciones y sentimientos, deseos y principios que aparecen en el escenario social recreados en distintas frmulas de poder (Bourdieu, 1983). No en vano, como ha afirmado Prest (1984), es fundamental la aportacin histrica en el estudio de las profesiones, como tambin ha sufrido un fuerte impulso la metodologa comparativa para el estudio de las profesiones. A ello, debemos unir las importantes contribuciones de las teoras de Foucault, para un estudio genealgico de las profesiones (Goldstein, 1984), como en muy contados casos se ha llevado a cabo. Tercero. Un cuerpo de conceptos que lo estructuran y dan razn de las realidades que se muestran alrededor de las dinmicas profesionales... es fundamental para la comprensin de este campo. El estudio de esos conceptos, llevado a cabo desde diferentes enfoques, bajo los imperativos del espacio y el tiempo, confirma la variedad de acepciones e interpretaciones existentes y la imposibilidad de definiciones universales. Justamente es esta imposibilidad de lograr definiciones universalmente aceptadas lo que demuestra la dificultad de formular una teora general de las profesiones, aunque algunos intentos se hayan hecho en este sentido: tanto la historia como la sociologa de las profesiones, con sus aportaciones empricas, dan fe de la legitimidad del intento y del esfuerzo realizado as como del relativo fracaso del mismo. Relativo en tanto que, si bien en el camino recorrido no se logra/lograba alcanzar la meta, otros objetivos ms prximos y menos lejanos estn siendo alcanzados, lo que redunda en la salud y fortaleza tanto de la historia como de la sociologa de las profesiones (Gonzlez, 1999; Burrage y Torstendahl, 1990). El papel de las

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez teoras sociolgicas, en tanto que constituyen puntos de vista especficos (condicionados, en alguna medida, por el anclaje espacio-temporal en el que vivieron sus creadores) capaces de crear conceptos coherentes ms o menos precisos y operativos que se explican en ellas son fundamentales en la sociologa de las profesiones. Un cuerpo de teoras slidas, ms o menos congruentes, precedentes de los padres fundadores de la sociologa o, por el contrario, fundamentadas en teoras actuales, con autores de referencia cuya preocupacin directa es el estudio de las profesiones y su objetivo tratar de comprender el modo en que las profesiones y los profesionales intervienen en la estructura social mientras resignifican las realidades en las que actan. Las obras de Weber, Simmel, Mannheim, Durkheim... han sido revisadas bajo esta plataforma de conocimiento, aunque en algunos casos nos falten an estudios ms detenidos relacionados con las concepciones que defendieron en el corpus global de sus respectivas obras. Si bien estos autores no tuvieron como objeto de estudio las profesiones (Collins, 1990a; Dubar y Tripier, 1998) su influencia se ha dejado sentir posteriormente en autores y corrientes [funcionalismo y neofuncionalismo, estructuralismo y neoestructuralismo, estudios neoweberianos...] que se han ocupado de las profesiones bajo los supuestos tericos de los considerados padres de la sociologa contempornea (Abbott, 1988). Hasta la obra de Carlos Marx, autor poco atrado por estos actores sociales -curioso descuido, sealado intermitentemente por quien se adentra en los dominios de la sociologa de las profesiones--, ha pesado fuertemente en los aos 70, a partir de la revisin de su obra, en la deconstruccin de las concepciones clsicas sobre las profesiones y en la construccin de un nuevo punto de vista crtico (con frecuencia denominado neomarxismo) para estudiarlas en los contextos donde actan (Martn Serrano, 1977, 2 edicin 1982). Las teoras sociolgicas, sean las de los padres espirituales de la sociologa o lo sean de socilogos y corrientes surgidas posteriormente a las de los padres fundadores, como muy bien ha puesto de manifiesto Luna Arroyo en De la sociologa general a la sociologa de las profesiones (1989), son el eje axial, articulador, de una sociologa de las profesiones contempornea. Cuarto. En este punto coincidirn socilogos asociados a las corrientes citadas con otros investigadores que aparecen en la sociologa de su tiempo con nuevos enfoques y teoras. Pero unos y otros tienen un objetivo comn: el estudio directo, no la interpretacin derivada, de las profesiones. Nos encontramos, pues, en una de las partes fundamentales que estructuran el campo: el de las investigaciones de cuestiones relevantes que se plantean

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin alrededor de las profesiones; investigaciones cuyos resultados remitirn favorablemente a los procesos de construccin y enriquecimiento, en general, de la sociologa de las profesiones, y a los otros elementos (historia, conceptos, modelos, teoras...), en particular, de su estructura. Las profesiones son consideradas objeto de estudio y, as, va adquiriendo sentido y significado la elaboracin de un cuerpo terico de conocimiento denominado sociologa de las profesiones. No es producto del azar que la gran primera obra, la considerada como la fundadora de este campo intelectual, que dira Bourdieu, fue publicada en 1933, y reeditada varias veces convirtindose en un texto clsico en la materia, tanto en el Reino Unido como en EE.UU., y conjuga inteligentemente estudio histrico y teorizacin sociolgica. Detrs de ella, evidentemente, estaban un socilogo, Carr-Saunders, y el historiador Wilson. The Professions, el texto de Saunders y Wilson, forma parte ineludible de aquellos programas de la disciplina que trata de ensear esta ciencia. Por lo dems este es el elemento, como puede colegirse, del cual dependen los otros de la estructura comentada. Las investigaciones puntuales fecundan tanto la historia como propician la emergencia de conceptos y teoras que elevan su estatuto metaterico. Desde entonces ahora, toda una serie de autores inscritos en las ms diversas corrientes y doctrinas son identificados como los tericos sociales que han contribuido y estn contribuyendo a fortalecer la sociologa de las profesiones. Y no hay sociologa de las profesiones que se precie que no incluya en sus proyectos de enseanza, al menos, toda la serie de autores que desde las diferentes geografas e instituciones, as como desde los diferentes enfoques sociolgicos, sean reconocidos como fundamentales y relevantes en la construccin del campo de conocimiento: Wilensky en la lnea funcionalista de Parsons, como Millerson y Caplow; los socilogos de Chicago como Everett Hughes, Howard Becker y Alsem Strauss, empeados en estudiar las profesiones desde supuestos interaccionistas porque entienden que el oficio de una persona es uno de los componentes ms importantes de su identidad social, de s misma e, incluso, de su destino; los planteamientos neoweberianos que surgen de la confrontacin entre (neo)funcionalistas e interaccionistas que dan lugar a nuevas teoras sobre las profesiones y acaban ampliando las fronteras de la sociologa de las profesiones (McDonald, 1995) debido a los trabajos de Freidson, Sacks, McDonald, y la propia Magali Larson, situada entre M. Weber y C. Marx, y decidida como el propio Freidson, quien pretende construir un modelo terico del profesionalismo as como un lenguaje comn compartido con conceptos heursticos que lo expliquen, a elaborar una teora

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez general de la constitucin de las profesiones fundamentada en una slida arquitectura de conceptos articulados y refrendados por anlisis empricos, tal y como se propone en su renovadora The rise of professionalism (1977); los trabajos de T. Johnson (1972), el intento ms conseguido por articular el marxismo en la sociologa de las profesiones con anlisis sobre stas como formas corporativas que ayudan a apuntalar el poder del Estado.... En relacin con este punto, se entiende que la sociologa de las profesiones, en cada tiempo y lugar, abunde en asuntos/temticas relacionadas con las preocupaciones que surgen en torno a las profesiones y a los profesionales en sus actividades cotidianas. Al fin y al cabo, la estructura de toda la matriz de conocimiento, an cuando manifiesta un evidente dinamismo fruto de las interacciones de sus elementos, sujetos a coordenadas y variables externas, manifiesta cierta estabilidad en el tiempo de la misma manera que son las columnas de un edificio, de una casa, las que posibilitan que el edificio exista independientemente de los cambios que se auspicien en su interior. As, una buena parte de la sociologa de las profesiones no slo se despliega en recrear las esquirlas y asperezas, las virtualidades y limitaciones que comporta el materializar esa aspiracin de las ocupaciones en convertirse en profesiones o la de las profesiones en profesionalizarse continuamente, buscando el reconocimiento social y el dominio exclusivo de una parcela del mercado (Collins, 1990b; Larson, 1977, 1980), sino que tambin se ocupa de profundizar sobre temas como las profesiones y los sistemas polticos; las actividades profesionales y la economa poltica: esferas, sectores y mercados; los profesionales en las sociedades postindustriales; la clase media profesional y el futuro de los intelectuales; las sociedades profesionales y los peligros del corporativismo; las profesiones y la movilidad social; el profesionalismo y la pobreza; la cuestin de las identidades y la socializacin profesional; autonoma y competencia en el empleo... Las lneas de investigacin son numerosas y cada vez ms emergentes.

3.2. Un ejemplo: la obra de Dubar y Tripier La sociologa de las profesiones francesa presenta algunas concomitancias con la trayectoria espaola. Llega tarde al estudio de las profesiones y lo hace a partir de la sociologa del trabajo y de las ocupaciones: la diferencia entre sta y la nuestra es que la versin francesa lo hace con fuerza y capacidad de anlisis. El retraso se ve compensado, a partir de los aos ochenta, por los estudios que, en estos ltimos veinte aos, se llevan a cabo sobre profesiones concretas desde plataformas sociolgicas. Quizs merezca la pena, antes de entrar en una obra concreta para ejemplificar la

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin estructura de la sociologa de las profesiones, contextualizar algo ms con un par de consideraciones.

Primera. Los estudiosos franceses redescubren, a partir de los trabajos precursores de J. Treanton (1961), Jean-Michel Chapoulie (1972) e Isabelle Benguigui (1972) las investigaciones que sobre los grupos profesionales se han realizado siguiendo el enfoque de la Escuela de Chicago (Hughes, Becker, Strauss... ). As, aparte del monogrfico dedicado a las profesiones en la Revue Franaise de Sociologie (1986), coordinado por Raimonde Moulin, van a ir apareciendo, durante los aos ochenta y noventa, obras como la de Trepos, Sociologie de lexpertise (1996), la de Denis Segrestin, Le Phenomene corporatiste (1984), Ch. Dubar y Y. Lucas, Gense et dynamique des groupes professionnels (1994), y otros muchos (Kramarz, 1991; Thoenig, 1987; Paradeise, 1998...), que manifiestan su inters por las profesiones y los grupos profesionales trabajando en las organizaciones (Segrestin, 1992; Paradeise, 1998). Segunda. El encuentro entre investigadores francfonos y anglfonos se refleja en un nmero especial de la revista quebequesa Sociologie et socits (1988), dedicado a la sociologa de las profesiones, y que, auspiciando una etapa fecunda en la geografa francesa, va a promover, aparte de las aproximaciones diversas que se hacen en torno a las profesiones, puntos de vista comunes y la necesidad de poner al da las reas de conocimiento que se ocupan de ellas; aun con todo cabe sealar que todava se est lejos de que la investigacin de las profesiones por parte de los cientficos sociales en Francia, consiga poseer un vocabulario unificado que facilite clarificar el uso de las nociones esenciales con las que trabajan (Dubar y Lucas, 1994). La sociologa de las profesiones de Dubar y Tripier (1998) es un intento de responder a esta demanda de armonizar leguaje y conceptos con los que poder trabajar al mismo tiempo que crear sus propios modos de enfocar los asuntos relacionados con las profesiones ya que, si bien las aportaciones anglosajonas son muy relevantes, conviene no hacer transferencias, sin ms, muy reductoras: el mismo concepto de profesin, a ttulo de ejemplo, no puede traducirse en el caso francs de la misma forma que en el ingls, cuyas referencias reales son diferentes. Los autores estructuran su trabajo en tres partes: (i) Modelos, (ii)Teoras e (iii) Investigaciones. En la primera parte (pp. 21-64), con un importante soporte histrico, Dubar y Tripier presentan los tres modelos ms dominantes en la historia de la cultura y las sociedades: a) El modelo catlico de los cuerpos de estado. La profesin-cuerpo (Cap. I).

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez b) El modelo colegial en el derecho germnico y la tica puritana. La profesin cofrada (Cap. II). c) El modelo liberal en A. Smith y Marx. La profesin ilegtima (Cap. III).

Captulo fundamental para entender la evolucin de las profesiones segn contextos y pocas. Imprescindible para entender los siguientes. Sobre todo porque los modelos citados constituyen el preavance de la teora de las profesiones. La segunda parte (pp. 67-139) est dedicada a las teoras. Todas ellas quedan sintetizadas en tres grandes captulos: Cap. IV. De Durkheim a la teora funcionalista de las profesiones: Comienzo de la teora de las profesiones: las profesiones no slo existen sino que ahora se reflexiona sobre ellas. Para nuestros autores es el socilogo alsaciano el que inicia esta tarea al analizar el lugar de los grupos profesionales en la sociedad y en la divisin social del trabajo (pp. 69 y ss.), convirtindose en el paradigma de la socializacin moral y profesional (p. 71), influyendo en autores posteriores que no aceptaban la idea de que los conflictos sociales pudieran constituir elementos constatables y positivos de la dinmica social (pg. 73). Breve atencin a Carr-Saunders y Wilson, tambin a Parsons, sin aportaciones nuevas a lo ya dicho por numerosos intrpretes. Cap. V. La sociologa interaccionista. Tambin en esta lectura francesa de las profesiones se acude a los trabajos angloamericanos y a sus representantes ms reconocidos: Hughes, Becker, Sutherland... Punto de partida? La conjuncin de un doble punto de vista: biografa e interaccin. Para todos ellos la profesin de una persona, su trabajo o su oficio en semntica francesa, constituye uno de los componentes ms importantes de su identidad social (pg. 94) compartida con otras personas que han hecho la misma eleccin (pg. 95). Este enfoque ha dado lugar a un buen nmero de investigaciones en el campo de las profesiones, permitiendo afrontar el territorio con buenas preguntas y agudas miradas (pg. 109. Los subrayados son de los autores). Cap. VI. De Weber a las nuevas teoras de las profesiones. No poda faltar la figura del socilogo alemn aportando la base terica de otros tipos de enfoques en la investigacin sobre profesiones: la racionalizacin general de la vida social da lugar a organizaciones cada vez ms poderosas que adoptan la legitimidad legal/racional como principio dominante de funcionamiento. La interpenetracin creciente de las esferas econmicas, polticas y sociales favorece la difusin de un mismo modelo de racionalidad y de organizacin en

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin donde acaba imponindose la figura del experto profesional, quien obtiene su competencia de las credenciales obtenidas en las instituciones legitimadas para ello. Autores posteriores, los llamados neoweberianos, sern receptivos a muchas de las tesis, conceptos y desarrollos de Weber, dando lugar a trabajos histricos en la teora de las profesiones: tal es el caso de Johnson, Freidson o Larson, quienes estudiarn el hecho profesional, cruzando las aportaciones weberianas con las marxistas, interaccionistas, fenomenolgicas, etnometodolgicas..., segn autores, escuelas y subescuelas. Por lo dems, esta segunda parte, como la primera, es dependiente de la bibliografa anglosajona. La tercera parte (pp. 141-245) es la ms francesa de las tres. Se ocupa de las investigaciones realizadas con determinadas profesiones y los temas centrales que las dirigen. Partiendo de una categorizacin, por lo dems problemtica, que recoge diferentes tipos de profesionales (funcionarios, corporatistas, independientes... ), Dubar y Tripier revisan los estudios sobre socilogos, enseantes, policas, religiosos, abogados, mdicos, aviadores... realizadas en el pas francs. En tales estudios aparecen cuestiones que siguen siendo objeto de investigacin en la sociologa de las profesiones en Francia: el papel del Estado, los cuerpos de la funcin pblica, las profesiones independientes, las dinmicas del mercado de trabajo, las profesiones y las empresas, el rol de los expertos, la socializacin escolar y profesional, la crisis de las identidades... (Dubar, 1995; Trepos, 1989; Thoenig, 1987... ). Ideas que recoger para nuestra aproximacin al campo? An cuando ya hemos ido formulando algunas de las ms importantes, no es tiempo perdido sistematizar algunas de ellas, con el fin de aportar una visin globalizadora de las conclusiones encontradas por los socilogos franceses (Dubar y Tripier, 1998: 242-256):

1) No existe un modelo universal de lo que debe ser una profesin; 2) Tampoco, una definicin cientfico-objetiva de lo que es un grupo profesional; 3) Cada corriente terica, ms o menos explcitamente anclada en un modelo contingente, desarrolla un punto de vista privilegiado sobre las profesiones: su estructura, dinmica, funciones y efectos; 4) La diversidad de aproximaciones constata la pluralidad metodolgica a la hora de abordar el estudio de las profesiones: aunque los puntos de partida puedan ser similares, los

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez investigadores no delimitan sus objetos de la misma manera, ni recogen el mismo tipo de datos; 5) Las profesiones estn inscritas en trayectorias histricas y representan posturas: son formas de accin colectiva al mismo tiempo que carreras individuales, reconocindose la posicin eminente que ocupa el campo profesional en la vida social y cultural como en la actividad econmica de un pas o de una comunidad.

4. La sociologa de las profesiones en Espaa antes de 1982La revisin de la sociologa de las profesiones en Espaa, desde sus primeros pasos hasta 1982, responde a la estructura del campo (punto 3.1), tal y como ha sido planteada por los socilogos duchos en la materia? Se ha apuntado de alguna manera los resultados de la tarea pero es preciso argumentar los pasos que han conducido a estas conclusiones. La labor es relativamente fcil, por dos razones. En primer lugar, porque ya MartnMoreno y De Miguel realizaron esa revisin en 1982 y el chequeo puso de manifiesto el estado endmico del campo. En este sentido, la gran virtualidad de esta, a nuestro juicio, primera obra de la sociologa de las profesiones espaola -desde la estructura del campo-- es el haber llevado a cabo un trabajo de archivo, de bsqueda de documentacin, que facilita la tarea previa a la necesaria profundizacin en este rea de conocimiento. En segundo lugar, la citada labor es fcil porque nuestra personal revisin coincide, a cierto nivel, con el diagnstico certificado por los socilogos espaoles, pero existe una sensible diferencia respecto a los procesos utilizados en la labor: el criterio utilizado por Martn Moreno y De Miguel es el de apelar a la crtica -no es casual que la investigacin desplegada coincida con el perodo crtico/revisionista de la historia de la sociologa de las profesiones y que en su escaso soporte terico aparezcan referenciadas un artculo de Larson, la obra de Johnson o Freidson--, mientras el nuestro es el de hacerlas pasar por el tamiz de esa unidad de anlisis que constituye la estructura del campo (su evolucin, modelos, conceptos y teoras, e investigaciones). Una y otra razn nos conducen, casi de modo inexcusable, a ocuparnos de la sociologa de las profesiones de los socilogos espaoles, en primer lugar, para, posteriormente, llevar a cabo la misma labor de revisin utilizando el criterio de anlisis comentado.

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin 4.1. La sociologa de las profesiones de Martn-Moreno y Amando de Miguel La reflexin con la que iniciamos nuestro apartado cuarto vuelve a abrir este subapartado: se ajusta la obra de nuestros autores a la estructura comentada? La respuesta no es, en ningn caso, ni afirmativa ni negativa, en trminos absolutos. Hacerlo as supondra simplificar el balance. Ms veraz es afirmar que slo cumple parcialmente tales requisitos, como se explica a continuacin. Primero: Se encuentra en la obra de nuestros socilogos un planteamiento histrico de la sociologa de las profesiones para dar razn y cuenta del camino recorrido? A este primer elemento de la estructura el texto no responde adecuadamente. En l se halla descartado cualquier intento de dar la palabra a trabajos e investigaciones referidas a otros pases (1982: 13). Pero es en estos pases, fundamentalmente en los anglo-norteamericanos, donde surgi y se desarroll la sociologa de las profesiones y una puesta al da en algunos textos inexcusables (ver punto 5 de este captulo), les hubiera permitido conocer la evolucin seguida por el campo y los conceptos, modelos y teoras, que han ido formulndose a lo largo del tiempo para fecundarlo. La adopcin de una perspectiva crtica no excusa de esta labor histrica, ms bien al contrario. En esta misma plataforma se sitan textos clsicos de la llamada por Collins etapa revisionista (1990a) y sus puntos de partida han sido similares: periodizar en diferentes etapas y bajo distintos criterios la historia recorrida. Aunque no lo parezca, la falta de este elemento hipoteca el resto de la estructura y su relacin con los otros elementos de la misma. Es esta carencia reflejo de una falta de concepcin sobre el campo o de una falta de criterios para elaborar una divisin que permita entenderlo en la sociologa espaola? La lectura de algunas obras referenciadas en su bibliografa (la de CarrSaunders 1933- o la de Marshall 1939-) les hubiera permitido comprender el cambio en las profesiones y la evolucin de algunas categoras para estudiarlas. Por lo dems, a mano tenan La sociologa de las profesiones de Elliot (1975), la primera obra traducida al castellano, que comienza con un expresivo ttulo: el desarrollo de las profesiones en Gran Bretaa (pp. 25-63). Segundo: Qu decir respecto a los modelos? El captulo 2 (pp. 21-50) y el captulo 3 (pp. 53-73) remiten directamente al modelo de profesionalidad liberal, sus principios y sus deficiencias, y a la ideologa del profesionalismo, la meritocratizacin y la elitizacin en la que caen los grupos profesionales, atravesados por intenciones y necesidades corporativas. Pero el modelo es cuestionado apelando a textos de la literatura especializada espaola caracterizada no por apoyarse en investigaciones empricas ms o menos slidas ni en un cuerpo terico que pusiera en juego la contundencia de sus supuestos y premisas, sino por la seleccin de citas que se extrae de ellos, en donde se muestra una ideologa autolaudatoria, reproductora en verdad

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez de controles y privilegios, dimensiones propias de una cultura profesional que oculta bajo una jerga superficial lograr sus objetivos de clase. El apoyo emprico es prcticamente nulo, y el contraste con otros modelos tambin, dando la impresin de que la plataforma crtica no necesita de ninguna vulgar fecundacin emprica para ratificar conclusiones que son de todos conocidas: Nuestro anlisis crtico no pretende pasar revista a la entera produccin bibliogrfica sobre las profesiones. Selecciona tan slo algunas de las obras sociolgicas espaolas ms actuales que puedan servir de referencia y ejemplo al discutido planteamiento terico sobre el modelo de profesionalidad. Aporta tambin algunos materiales de la literatura que emiten los propios profesionales (fundamentalmente mdicos y abogados) sobre su papel en la sociedad... (1982: 10-11) La metodologa utilizada para obtener informacin es, pues, cuanto menos bastante problemtica. La produccin bibliogrfica que se niegan a revisar, ofertaba la posibilidad de contrastar modelos apoyados sobre categoras histricas y sociolgicas que promueven el contraste y la comparacin y, por ende, conclusiones menos facilonas. Tercero: Y respecto a conceptos y teoras, tan necesarias para explicar el campo? Los conceptos de carrera y prestigio (pp. 76-101) y los de cuerpo y clase (pp. 103-123) y asalariados y burcratas (pp. 125-152) dan nombre a los tres siguientes captulos (el 4, el 5 y el 6) de la sociologa de las profesiones de Martin-Moreno y A. de Miguel. Pero esos significantes no van precedidos de un cuerpo de teoras en el que adquieran significado (el funcionalismo, el interaccionismo, el estructuralismo, la sociologa del conflicto...) sino que son abordados como temas en torno a los cuales se aglutinan una serie de trabajos estadsticos respecto a determinadas profesiones. Ahora bien, estos captulos, la mdula central del libro, constituyen o conforman el elemento ltimo, la variable investigadora de la estructura de la sociologa de las profesiones. Esa exploracin propia de los asuntos profesionales que mejor caracterizan la sociologa de las profesiones de un pas. Identificados los objetivos, y tambin el proceso inductivo que conduce a encerrar la informacin en torno a los temas que surgen de la revisin de la literatura existente en nuestra geografa, extraa que las conclusiones de estos trabajos no se articulen estructuralmente en la sociologa de las profesiones que tratan de conformar construyendo categoras, ni sirvan de gua para orientar la futura elaboracin de los planes de estudio, o de otro tipo de propuesta terica investigadora que auspicie la exploracin de nuestras realidades sociales. Sorprende que el libro carezca no slo de conclusiones y de sugerencias sino ni siquiera de algn a modo de programa para colaborar en la fertilizacin del campo. El intento inicialmente planteado, pues, no se materializa y el balance se queda a 34

Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin mitad de camino, siendo generosos, del proyecto que convoca la estructura de una sociologa de las profesiones. Un balance cuyos resultados adelantaban nuestros propios socilogos, consciente o inconscientemente, cuando en el primer captulo de su trabajo tratan de justificar objetivos y metodologa a seguir. Los supuestos de partida determinan la llegada. De modo muy breve y a modo de resumen:

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No reconocer ningn punto de partida que no sea la adopcin de una posicin crtica frente al modelo de profesionalidad (cmo si no existiera ms que un nico modelo!) para condenarlo antes, durante y despus de la revisin realizada: nuestra crtica se basa en contrastarlo con la realidad. Vale si nos ayuda a entender mejor esa realidad (o.c. pg. 12). Pero esa posicin crtica, en qu supuestos se apoya?; en los que nos ofrece la obra de Larson (1977)?; quizs la de Johnson (1972)?; en torno a qu supuestos de referencia?; Nuestros autores no encuentran necesario construir una sociologa de las profesiones sobre la base de investigaciones referidas a otros pases aunque creen que esta tarea es relativamente fcil (o.c. pg. 13). Este equvoco, el de evitar referentes extranjeros, extraa cuando apela, en sociologa de las profesiones, al anlisis comparado de dos o ms profesiones de un mismo mbito, o de una misma profesin en diferentes territorios y geografas (Klegon, 1978; Dsrosires y Thvnot, 1988). De cualquier forma, sorprende que no se haya utilizado a autores clsicos o contemporneos de la obra en la que nuestros socilogos realizan su anlisis, para extraer guas, orientaciones, esquemas de referencia... que auspiciaran el conocimiento del camino seguido en el campo en otros contextos, ya que en nuestra geografa se parta, prcticamente, desde cero; No asumir puntos de partida tambin supone negarse la llegada. Qu esperar de una revisin que, a priori (o.c. pg. 10), indica que sobresalen los escritos especulativos sin ninguna referencia a la estructura ocupacional en concreto, menudeando las monografas sobre profesiones especficas con escaso apoyo emprico y referencias contrastadas? Si esta carencia en la salida desea evitar la confrontacin con las diferentes concepciones de profesin (el carcter crtico de este anlisis nos permite sortear sin dificultad el primer escollo de la sociologa de las profesiones: la definicin de

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez las mismas o.c. pg. 12-) que se planteaban en numerosos y fecundos estudios publicados en esos 50 aos de sociologa de las profesiones [recurdese que estamos abarcando el perodo que va de los aos 30 -principio/surgimiento de la sociologa de las profesiones-- a los 80 en sus inicios, poca en que nuestros socilogos espaoles dan a conocer su obra], tambin es imposible formular una serie de conclusiones que contribuyan a la elaboracin de ese plan de estudios, objetivo fundamental del trabajo de nuestros profesionales de la sociologa. Sospechamos que tal pretensin era ms bien una propuesta retrica que una intencin real: tal interpretacin abusiva de intenciones puede que tenga ciertos visos de verosimilitud cuando se observa que la Sociologa de las profesiones de Jaime Martn Moreno y Amando de Miguel finalizada bruscamente y no contempla, aunque fuera a modo de convencin o artificio al que se suele acudir con frecuencia, una sola pgina o apartado que plantee una serie de estrategias para potenciar la emergencia del campo tanto como asegurar su desarrollo y consolidacin.

4.2. Nuestra propia revisin del material identificado: apuntes para un estudio ms sistemtico Es cierto que hasta 1982, y salvo determinadas excepciones de las que vamos a dar cuenta, el elemento o la variable que ms se cultiva en la sociologa de las profesiones en Espaa es el de las investigaciones concretas relacionadas con una determinada profesin -apenas se dan casos de anlisis comparados entre diferentes profesiones-- y, en varios de estos ejemplos, destacando cuestiones relacionadas con el lugar de los profesionales en su entorno social, posibilidades de empleo, funciones que desarrolla la profesin, su estatus social, motivos por los que se ha elegido esta o aquella profesin... no hay desacuerdo, pues, con el reconocimiento que Martn-Moreno y De Miguel dan a este apartado, independientemente del tratamiento, de la utilizacin que hicieron del material identificado y de las conclusiones a que llegaron. Respecto a dicho material caben algunas consideraciones introductorias. Por un lado, por qu lo que predomina son los trabajos realizados por los propios profesionales, o las instituciones que les dan cobertura, sobre su respectiva profesin? Tales trabajos son excesivamente autoencomisticos, suelen estar dominados por el descriptivismo, algunos de ellos carecen de un enfoque terico en el que justificar el proceso desarrollado -por lo que lo que predomina es el lenguaje idealizado del debe--, estn cargados de subjetividad, la tcnica con la que se obtiene informacin acerca de ellos mismos y sus actividades suele ser la encuesta, mtodo por excelencia de la sociologa de entonces (y puede que de ahora) lejos como se estaba de una sociologa ms cualitativa, emergente a otros procedimientos de

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin bsqueda del conocimiento, y condicionndose los resultados a las interpretaciones interesadas que, las ms de las veces, se hacan pasar como espejos veraces de la realidad. Una cierta retrica idealista, junto al manejo de algunos tpicos magnificando la necesaria actividad de los profesionales, refleja la posicin de los autores que elaboraron este tipo de documentacin. Por otro lado, no hay que olvidar que otra gran parte de este material procede de las asociaciones profesionales, de entidades que las apoyan, de boletines y cdigos deontolgicos, de revistas muy particulares relacionadas directamente con la profesin, de documentacin emitida por los colegios profesionales... Nuestros propios autores reconocen que como testimonio puede pasar; como contribucin al avance del conocimiento resulta la ms de la veces deleznable (o.c. pg. 16). Sin embargo, una relectura detenida de ese material, realizada con previos epistemolgicos, apoyada en una estructura o modelo organizador, puede resultar interesante para reconstruir la sociologa de las profesiones de aquellos aos. Si seguimos adoptando la estructura de la sociologa de las profesiones como unidad de anlisis y medida (remitimos al punto 3.1), los resultados podran ser ms elocuentes de lo que en una mirada sin direccin permitira concluir. Como siempre, a modo de esbozo y con escritura impresionista, he a continuacin nuestra reconstruccin, siendo conscientes de que no todas las posibilidades del esquema con el que organizamos la informacin sern agotadas: i. Historia de la sociologa de las profesiones en Espaa. El anlisis de las obras ms rigurosas lanza un evidente reto, al socilogo actual, para que periodice aquellos aos, atenindose a criterios poltico-sociales. En la gramtica y en la semntica de los textos se detecta un sensible cambio en la literatura especializada, entre finales de los sesenta y mediados de los setenta. La produccin especfica de aquellos aos tiene conciencia de estar trabajando para el campo, an cuando la teorizacin sobre l se haga con intenciones contextualizadoras: enmarcar el estudio de una profesin bajo premisas ofrecidas por la sociologa de las profesiones. La obra que, quizs, mejor defina esta situacin sea Sociologa de una profesin. Los asistentes sociales, de J. Estruch y A. Gell (1976), cuya estructura es por s sola expresiva de lo que decimos: Las primeras 40 pginas se dedican a los Elementos para una sociologa de la profesin de asistente social, con varios apartados dedicados a las profesiones desde una perspectiva histrica y sociolgica, al trabajo social como una profesin y a caracterizar las profesiones de aquellos aos;

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Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez Estas primeras pginas van a preparar los dos captulos siguientes, Apuntes para una historia del trabajo social (pp. 45-55) y Sociologa de los asistentes sociales de Catalua (pp- 55-105), lugar donde se lleva a cabo el trabajo de campo.

A estas alturas de siglo, si bien no hay facultades de sociologa sta se prctica ampliamente, como muestra la emergente publicacin de textos relacionados en la ciencia de los hechos sociales -vese, por ejemplo, la rica bibliografa del Centro de Investigaciones Sociolgicas--, tratando de introducir rigor, por va de mtodos menos metafsicos, al estudio de su objeto. Esta actitud se ajusta con aqulla que va observndose en el anlisis del contenido de los textos: el amplio margen con el que se expresan algunas investigaciones, trascendiendo o sobrepasando autocensuras previas, ya convertidas en hbitos. Este trnsito de un lenguaje esencializante y retrico, propio de obras como las de lvarez Sierra (1955) o F. Zubiri (1966), que se adentran en la historia de las profesiones de enfermera o medicina, respectivamente, a un lenguaje ms objetivo y veraz, observado en investigaciones sociolgicas como las de Jess M. de Miguel (1976, 1979), por hacer referencia a un socilogo que estudia esas mismas profesiones, permite hacer una doble periodizacin en este antes de 1982: de esta manera habra que ubicar la primera sociologa de las profesiones en Espaa entre 1940 y mediados de los 60, sin necesidad de poner fechas definitivas, y la segunda, a continuacin. Sin lugar a dudas, las profesiones ms frecuentadas son las de mdico, enfermero, abogado, farmacutico..., pero la investigacin de Marcos Alonso (1974), Los ingenieros entre el pasado y el futuro y la de Martn-Moreno y De Miguel (1976), Los arquitectos en Espaa, ponen al da profesiones planteadas en otros momentos bajo las caractersticas de la primera fase (ausentes de sociologa), que son exploradas con instrumentos ms convincentes. Puede que en la distancia no se acabe de valorar del todo el riguroso esfuerzo que presentan estas exploraciones pero una pertinente contextualizacin podra ayudarnos a reparar en este hecho. En cualquier caso, es bastante plausible interpretar que, en aquellas fechas de tardofranquismo y transicin, algunas aventuras arriesgadas promovieran trabajos en donde la profesin como objeto de estudio de la sociologa era una estrategia significativa para cuestionar la estructura social existente. Algunos tpicos clsicos en la sociologa de las profesiones, tienen cabida en este apartado como en los siguientes. En la bibliografa final se encuentran referencias para hacerlo, pero para seguir apuntalando estas interpretaciones se sugiere una relectura, por ejemplo, de los

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesidad de consolidacin textos de Daniel Lacalle (1976a, 1976b) si se desea entender la evolucin de los profesionales en el Estado espaol;

ii.

El anlisis de la situacin social, las transformaciones que se iban a producir lentamente, predispona a revisar modelos sociales, ms teorizados en la lnea histrica grandilocuente o en la especulacin sin soporte, hasta entonces incuestionables, de forma y fondo. El modelo profesional era, justamente, uno de ellos. El artculo de Gonzlez Seara (1960) sobre la independencia de las profesiones liberales, sin radicalismos al uso, abre una lnea de reflexin que se convertir en un lugar comn de los investigadores partidarios del revisionismo en las profesiones. De alguna manera, el modelo religioso y el corporativo, sucedneos claros de la sociedad medieval que los alumbr, han estado presentes hasta hace muy pocos aos en la sociedad espaola. Sus respectivas interacciones con el modelo profesional hacen difcil la tarea de deslindar rasgos y notas, connotativas a uno y otro. En la literatura de entonces esta labor es ms factible porque la finalidad que conduce los textos tambin era menos proclive al disimulo. Con todo, en tanto que el modelo liberal sintetiza caractersticas de estos otros diferentes modelos, es el que ms se expone a la crtica en esta segunda fase de la sociologa de las profesiones. El cambio es notable. De obras como las de Belda Calatayud (1957) acerca del Comportamiento del mdico, o la de Royo-Villanova (1958), con antecedentes firmados por el propio Maran (1952, 1962), dedicados a la medicina y su ejercicio, donde prima la visin cuasi beatfica y religioso-vocacional del mdico, se va a pasar a otras investigaciones que suponen una nueva mirada a la profesin mdica, ya apuntada en estudios sociolgicos de los sesenta (Del Campo, 1964), orientada a la corporacin potente o a la medicina social (Aumente, 1975), reclamada por la sociedad espaola (IESSS, 1979). Como teln de fondo, para comprender estos cambios, merece la pena releer La sociedad corporativa, de S. Giner y M. Prez (1979) y La lite burocrtica espaola, de M. Beltrn (1977), si se pretende ubicar las profesiones en su verdadero escenario. En cuanto a otras profesiones, puede adoptarse el mismo recurso que hasta ahora. Entre el alma y figura de la toga que es el abogado (Martnez Val, 1955), y la imagen de la abogaca presentada a mediados de los setenta (Balcells, 1974), se recrea una crisis del modelo liberal que no siempre comporta, tras la crtica, una alternativa (IICE, 1975). Quizs otra de las profesiones donde ms se pone de manifiesto el cambio de modelo imperante es la de maestro, mirando hacia adentro (Manjn, 1945), y posteriormente 39

Juan Sez, Mariano Snchez y Elena Snchez convertido en un profesor profesional, dominado por los procesos de burocratizacin (hoy derivados, a su vez y, en gran medida, en dinmicas proletarizadoras) que el escenario social comenzaba a manifestar. La revisin de la literatura es amplia y da la palabra a otras ocupaciones que presentan similares semblanzas;

iii.

Ms detenido an tendra que ser el anlisis en el cuerpo de conceptos y teoras que van apuntalando la evolucin de la sociologa de las profesiones en Espaa. Este apartado llevara an mucho ms tiempo, si la revisin se hace atenindonos a enfoques y criterios y si el espacio para retratar las profesiones lo permitiera. Las investigaciones, por lo dems, han contribuido a fertilizar este elemento de la sociologa de las profesiones y aunque, en nuestro pas, el retraso es evidente con respecto a otros, se puede constatar el inters por aclarar algunos conceptos y utilizar ciertas teoras en el estudio de las profesiones. A ttulo de ejemplo, se observa atencin centrada en: i. el concepto de profesin como categora sociolgica (Marcos Alonso, 1974; Martn y De Miguel, 1976; Estruch y Gell, 1976); ii. identificar los rasgos y notas (vocacin, servicio a la comunidad, prestigio, formacin especializada...) caractersticas de una profesin: mejor habra que matizar de una determinada concepcin de profesin de corte sobre todo funcionalista (Lacalle, 1976a; Laguna, 1977); iii. la circulacin de las profesiones antiguas (las consideradas como tales) y el surgimiento de las nuevas, cuyo proceso de profesionalizacin suele ser ms corto porque se institucionalizan con ms rapidez al hilo de las transformaciones sociales (Lacalle, 1976a; Busquets, 1971; IICE, 1975; Subirats, 1981); iv. la dialctica entre la profesionalizacin y la desprofesionalizacin de las profesiones, dos conceptos hoy potentes en la sociologa de las profesiones, apenas profundizados en aquellos tiempos y, por tanto, sujeto a las versiones lineales del modelo de Wilensky (Estruch y Gell, 1976; Marcos, 1970); v. las profesiones y las posibilidades de empleo en las empresas, auspiciando la distribucin de los (mal) llamados recursos humanos distribuidos por estas y aquellas organizaciones (Balcells, 1974; Gonzlez Rodrguez, 1979; IESSS, 1979);

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Monogrfic: Sociologa de las profesiones en Espaa? Entre la carencia y la necesid