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V LÍPIDOS (Nuria Virgili Casas)

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VLÍPIDOS

(Nuria Virgili Casas)

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INTRODUCCIÓN

Los hábitos alimentarios de los países occidentalesestán íntimamente ligados al desarrollo de enferme-dades crónicas prevalentes como son las enferme-dades cardiovasculares o ciertos tipos de cáncer. Enel caso concreto de las hiperlipemias, la alimenta-ción es responsable del 90-95% de los niveles delípidos plasmáticos, ocupando la genética un lugarmenos relevante como responsable directo de laaparición de una hiperlipemia y su asociación con laarteriosclerosis.

Aunque existen factores genéticos que predispo-nen a la aparición precoz de una arteriosclerosis encualquiera de sus manifestaciones clínicas (enferme-dad coronaria, accidente cerebrovascular o enferme-dad arterial periférica), pueden estar presentes otraserie de factores de riesgo cardiovasculares, amplia-mente reconocidos, que pueden acelerar el desarro-llo de las placas de ateroma y por consiguiente,expresarse con mayor precocidad. Nos referimos a lapresencia de diabetes, hipertensión arterial, obesi-dad, tabaquismo, sedentarismo, etc., que contribu-yen de manera combinada a una rápida progresiónde la arteriosclerosis.

Diversos estudios epidemiológicos desarrolladosa partir de la década de los sesenta, entre los quefigura como más representativo el estudio de sietepaíses, dejaron constancia de la estrecha relaciónentre el consumo de grasa y de ciertos tipos de áci-

dos grasos con la enfermedad cardiovascular(ECV)(1-4). Se implicó por vez primera a las grasassaturadas y al colesterol como los elementos nutri-cionales directamente más relacionados en el des-arrollo de la ECV, mientras que las grasas insatura-das, ejercían un efecto opuesto. Estas excelentesaportaciones epidemiológicas pusieron sobre lamesa la relevancia que supondría modificar la inges-tión de ciertos tipos de ácidos grasos desde el puntode vista de la salud pública. El estudio de la influen-cia de los diferentes ácidos grasos sobre los lípidosplasmáticos y el desarrollo de la arteriosclerosis, esun proceso relativamente reciente. Aunque dispone-mos de estudios preliminares con ácidos grasos, rea-lizados experimentalmente en el laboratorio a partirde la década de los cincuenta, la mayor parte deensayos clínicos y estudios epidemiológicos queanalizan con más detalle este tema se han plasmadoen los últimos 15 o 20 años(5).

El tipo de dieta de cada población es el principaldeterminante de las manifestaciones clínicas de laECV(6). La ingestión de diferentes cantidades de áci-dos grasos y colesterol sigue siendo la referencia delas pautas nutricionales indicadas en la prevención ytratamiento de las dislipemias. Pero, convienenresaltar que existen otros elementos de la dieta(vitaminas, minerales, fitoquímicos…) que sondeterminantes en esta relación dieta y riesgo cardio-vascular (Tabla 16.1) y no solo desde el punto devista de la teoría lipídica de la arteriosclerosis sino a

Aspectos nutricionales en la hiperlipemia y riesgo

cardiovascular

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Miguel Á. Rubio Herrera, Carmen Moreno Lopera

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través de la influencia que la dieta ejerce sobre otroselementos copartícipes del riesgo cardiovascular(Tabla 16.2). Existen revisiones extensas sobre estostemas(7,8), pero aquí vamos a resaltar aquellos aspec-tos más relevantes que debemos tener presente a lahora de prevenir el riesgo cardiovascular o la aproxi-mación dietoterápica ante una dislipemia.

INFLUENCIA DE LOS ÁCIDOS GRASOSSOBRE EL RIESGO CARDIOVASCULAR

Grasa saturada

La grasa saturada se encuentra formando parte detodos los alimentos de origen animal (terrestre omarinos) y de los aceites tropicales (coco, palma,palmiste, nuez de karité) y es el principal elementode la dieta que se correlaciona íntimamente con lasconcentraciones de colesterol ligado a las lipoprote-ínas de alta densidad (cLDL) y por extensión con lamortalidad por ECV(5). Las cantidades de grasa satu-rada dependen lógicamente de la procedencia delalimento que se consume (Tabla 16.3), Sin embar-

go, hoy sabemos que no todos los ácidos grasossaturados son igualmente de aterogénicos y trom-bogénicos (Tabla 16.4), de tal manera que podemosestablecer una graduación de mayor a menor poten-cial para estos tipos de ácidos grasos: mirístico >palmítico > láurico > esteárico(9,10). En este contexto,podemos decir que son los ácidos grasos saturadosde cadena larga, los principales implicados en laetiopatogenia de la arterioclerosis, no viéndose afec-tada por los ácidos grasos de cadena corta o decadena media(11).

A nivel práctico, debemos conocer dónde seencuentran estos ácidos grasos saturados con lafinalidad de evitarlos en la elaboración de una dietasaludable tanto para la población general como paralos sujetos con dislipemia. Podemos encontrar quelos aceites tropicales, con muy alto porcentaje engrasa saturada, se utilizan como aceites para frituras,elaboración de numerosos bollos, postres, helados,sucedáneos de chocolate para rellenos o coberturas,aperitivos, etc. La mayor parte de las grasas proce-dentes de las carnes contienen palmítico y esteárico.Este último ácido graso es el que menor efecto ejer-ce sobre el riesgo cardiovascular, debido a que unavez ingerido es transformado en ácido oleico.

Ácidos grasos trans

Los ácidos grasos trans son isómeros derivados fun-damentalmente de los ácidos grasos monoinsatura-dos. Se encuentran de manera natural en losrumiantes (carne, leche y derivados), en forma deácido linoleico conjugado (CLA) [(ej: ácido transvaccénico (C18:1 n11)] sin apenas efecto sobre elriesgo cardiovascular. Mientras que la mayor partede los isómeros trans se producen durante la elabo-ración de las margarinas, como resultado del proce-so químico de la hidrogenación. El principal repre-sentante de este tipo de ácido graso es el ácidoelaídico (n-9 trans C18:1) que se encuentra entodos los productos elaborados con aceites o grasashidrogenadas parcial o totalmente: pan de molde,pan tostado, panecillos para salchichas o hambur-guesas, «medias noches», galletas, pastelería indus-trial, cremas de untar, aperitivos, cereales de des-ayuno y multitud de alimentos precocinados oprefritos congelados(12).

Los ácidos grasos trans elevan las concentracio-nes de cLDL en una proporción similar a como lohace las grasas saturadas, pero también, con la par-ticularidad de que disminuye las concentraciones de

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Nutrientes Nutrientesdesfavorables favorables

Tabla 16.1. Nutrientes de la dieta relacionados con el riesgo cardiovascular.

Ácidos grasos saturadosde cadena larga.

Ácidos grasos conconfiguración trans.

Colesterol dietético

Algunos minerales(metales pesados)

Ácidos grasosmonoinsaturados

Ácidos grasospoliinsaturados

Fitoesteroles

Fibra soluble

Flavonoides

Vitaminas antioxidantes

Alcohol

Niveles de lípidos

Presión arterial

Tendencia trombótica

Ritmo cardiaco

Función endotelial

Inflamación sistémica

Sensibilidad a la insulina

Estrés oxidativo

Niveles homocisteína

Tabla 16.2. Influencia de la dieta sobre factores relacionados con la enfermedad cardiovascular.

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GRASA AGSAT AGMI AGPI Colesterol

Aceite girasol rico en oleico 6,2 74,6 14,3 0

Aceite colza 6,6 57,2 61,5 0

Aceite cánola 7,1 58,9 29,6 0

Aceite maíz 12,7 24,2 58,7 0

Aceite girasol 13,1 31,8 50 0

Aceite oliva 13,5 73,7 8,4 0

Aceite soja 14,4 23,3 57,9 0

Aceite cacahuete 16,9 46,2 32 0

Margarina 18 48 29 0

Aceite salmón 19,8 29 40,3 485

Aceite hígado bacalao 22,6 46,7 22,5 570

Grasa pavo 29,4 42,9 23,1 98

Grasa pollo 29,8 44,7 20,9 99

Tocino 39,2 45,1 11,2 93

Grasa cordero 47,3 40,6 7,8 100

Grasa vacuno 49,8 41,8 4,2 94

Aceite palma 49,3 37 9,3 0

Mantequilla 50,5 23,4 3,1 250

Manteca cacao 59,7 32,9 3,0 0

Aceite palmiste 81,5 11,4 1,6 0

Aceite coco 86,5 5,8 1,8 0

ASPECTOS NUTR IC IONALES EN LA H IPERL I PEM IA Y R I ESGO CARDIOVASCULAR 207

cHDL. De igual modo existe evidencia de que losácidos grasos trans incrementan las concentracio-nes de triglicéridos (3 mg/dl por cada 2% de las calo-rías) y las concentraciones de Lp(a) (0,5 mg/dl porcada 2% de las calorías en forma de trans)(13-16). Enotros estudios se ha observado que la ingestiónexcesiva de trans se asocia con un incremento demarcadores inflamatorios, como la proteína C reacti-va, interleucina-6 o receptores solubles del factor denecrosis tumoral, lo que le confiere un efecto adi-cional de incremento de riesgo cardiovascular(17).

Las alteraciones en las lipoproteínas producidaspor la ingestión de los ácidos grasos trans determinanen última instancia un mayor incremento en el riesgode presentar una ECV. Varios estudios epidemiológi-cos observacionales de casos-controles, analizandola ingesta de alimentos o utilizando marcadores bio-lógicos (como el tejido adiposo), han encontrado unaasociación positiva entre el elevado consumo de áci-dos grasos trans y el riesgo de infarto de miocardiopor encima del riesgo que implica consumir grasasaturada(18,24). Así, se ha podido constatar que la sus-titución del 2% de la ingesta energética a partir de áci-

dos grasos trans por ácidos grasos con configuracióncis, comporta una disminución del 53% del riesgo deenfermedad coronaria(23).

Más allá del efecto que la ingestión de ácidos gra-sos trans tiene sobre el RCV, también se ha publica-do que este tipo de ácidos grasos puede incrementaren casi un 40% el riesgo de padecer diabetes melli-tus tipo 2 entre aquellos sujetos más proclives a pre-sentar resistencia a la insulina(25).

ÁCIDO GRASO Aterogénesis Trombogénesis

Ácidos grasos 0 0de cadena corta

Triglicéridos 0/+ 0de cadena media

Ácido láurico + +

Ácido mirístico +++ +++

Ácido palmítico ++ ++

Ácido esteárico 0/+ +

Ácidos grasos trans +++ +++

Tabla 16.4. Efectos de diferentes ácidos grasos sobre la aterogénesis y trombogénesis.

Tabla 16.3. Contenido porcentual en ácidos grasos y colesterol (mg/100 g) de diferentes grasas.

AGSAT: ácidos grasos saturados; AGMI: ácidos grasos monoinsaturados; AGPI: ácidos grasos poliinsaturados.

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Desde un punto de vista preventivo, la poblacióndebe conocer dónde se pueden encontrar este tipode ácidos grasos tan nocivos, puesto que la legisla-ción de la Unión Europea no obliga a su inclusión enel etiquetado nutricional, más allá de la expresión«aceites o grasas vegetales parcialmente hidrogena-das», a diferencia de lo que sucede en EE UU, dondese ha regulado la necesidad de incorporarlo en lainformación al consumidor. Margarinas, galletas,repostería, bollería, productos de panadería, cerea-les, cremas de untar, precocinados, son algunos delos productos que presentan este tipo de ácidos gra-sos (Tabla 16.5). La ingestión de ácidos grasos transes muy diferente de unos países a otros y de ahítambién su diferente proporción de ECV(26), pero nocabe duda que se puede y se debe reducir el conte-nido de este tipo de ácidos grasos de los alimentos

porque se ha objetivado que, paralelamente, dismi-nuye también su efecto sobre el perfil lipídico, sinafectar a las cualidades del alimento(16).

Ácidos grasos monoinsaturados

Aceite de oliva y ácido oleico, a nivel alimentario,con frecuencia se identifican como sinónimos.Aunque el aceite de oliva contiene ácido oleico,como el principal ácido graso monoinsaturado(AGMI) con configuración espacial cis, no debemosolvidar que otros alimentos también contienen ácidooleico en una mayor o menor proporción: frutossecos, aguacate, aceite de girasol rico en oleico ytambién en las carnes.

Desde el punto de vista de las concentraciones delos lípidos del plasma, el ácido oleico no ejerce, ensentido estricto, ningún efecto sobre los lípidos plas-máticos(5,9,10), salvo claro está que sustituya a unadieta rica en grasa saturada; en este caso, se puedenapreciar reducciones del cLDL en una proporción del10-14%(27). Si la comparación se realiza con dietasbajas en grasa y ricas en carbohidratos podremosobservar que las concentraciones de cHDL perma-necen inalterables en las dietas que contienenAGMI, mientras que estas disminuyen en los indivi-duos que consumen dietas ricas en carbohidratos ybajas en grasas(28,30).

Sin embargo, unas de las propiedades más intere-santes del consumo de AGMI es su resistencia a laoxidación, un aspecto más ligado a otros compo-nentes contenidos en el propio alimento que alácido oleico en sí. Así, se han identificado un núme-ro importante de moléculas con alta capacidadantioxidante en los aceites de oliva virgen y virgenextra, pero no en los aceites refinados. Nos estamosrefiriendo a diferentes polifenoles (oleuropeína,ácido cafeico, tirosol…) que proporcionan a estosaceites vírgenes (y a las personas que los consumen)una marcada resistencia a la oxidación(31). Estoexplicaría, la diferente respuesta oxidativa de las par-tículas de LDL frente al consumo de carbohidratos ograsa poliinsaturada(32-34).

El consumo de aceite de oliva virgen también se harelacionado con otras acciones interesantes que guar-dan una íntima relación con el riesgo cardiovascular:disminución de la agregación plaquetaria(35) aumentode la fibrinolisis al disminuir la actividad del inhibidordel activador del plasminógeno (PAI-1)(36), reduce lacapacidad endotelial de promover la adhesión demonocitos(37), aspectos que, en suma, mejoran la fun-

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ALIMENTO Contenido en trans

Margarinas 13-25

Donuts 8-10,5

Otros bollos 5,5-11,0

Pastelería en general 2,2

Patatas prefritas congeladas 3,3-5,5

Patatas chips 0-2,1

Palomitas maíz (con margarina) 6-12,3

Barritas de chocolate y caramelo 1,5-6,9

Galletas tipo «María» 0-1,2

Galletas con chocolate 2,0-5,5

Bollos rellenos o cubiertos chocolate 4,3-9,1

Crema untar chocolate 3,7

Pan de molde 0,5-0,9

Helados 0-4,0

Quesos <1,0

Leche 0,09

Yogur 0,03

Carne vacuno 0,8-1,4

Carne cerdo, jamón 0-0,03

Pollo 0,3-0,7

Salchichas 1,1-1,5

Sopas y cremas preparadas 0,3-3,2

Cereales desayuno 0-1,2

Pizza 0,1-0,7

Aceite oliva 0,1

Aceite girasol 0,2

Tabla 16.5. Contenido aproximado (g/100) de ácidosgrasos trans de algunos alimentos.

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ción endotelial, tanto en sujetos normolipémicoscomo hiperlipémicos(38); se asocia con menor resis-tencia a la insulina(36,39), es capaz de estimular la expre-sión de las proteínas desacoplantes mitocondriales(UCP-1, UCP-2 y UCP-3) en el tejido adiposo marrón,lo que aporta una nueva visión a los mecanismos de laregulación del peso corporal a través de la ingestión denutrientes(40). Últimamente se ha descrito que el acei-te de oliva virgen evita la activación del factor nuclearkB, (asociado con citoquinas inflamatorias y agrega-ción plaquetaria implicadas en el desarrollo de la arte-riosclerosis), pudiendo explicar, en parte, el efecto car-dioprotector de este tipo de aceite(41).

Ácidos grasos poliinsaturados (AGPI)

Los dos tipos principales de AGPI son los de la seriew-6 y w-3. El ácido graso predominante de la seriew-6, es el ácido linoleico (C18:2) que proviene prin-cipalmente de los aceites de semillas, aunque tam-bién las grasas animales contienen pequeñas canti-dades de linoleico. El ácido graso procedente delreino vegetal y representativo de la serie w-3, es elácido linolénico (C18:3). Los aceites de soja, borra-ja, colza y linaza, las nueces y la verdolaga son fuen-tes importantes de ácido linolénico [ALA]. Ambostipos de AGPI se consideran que son ácidos grasosesenciales porque no se sintetizan en el organismo ydeben ingerirse con los alimentos. Los principalesácidos grasos w-3 procedentes de la grasa de pesca-do son el ácido eicosapentanoico (C20:5) [EPA] y elácido docosahexanoico (C22:6) [DHA].

Los AGPI son precursores de eicosanoides, comolos tromboxanos, leucotrienos y las prostaglandinas. Elácido linoleico es precursor del ácido araquidónico,mientras que el ALA lo es del EPA. Los ácidos grasosw-6 y w-3 compiten por los mismos sistemas enzimá-ticos (D5 y D6 desaturasas) con una mayor competi-ción a nivel del ácido araquinódico (AA) y del EPA.Sus propiedades biológicas son diferentes, por ejemplolas derivadas del EPA y DHA presentan acciones anti-trombóticas, vasodilatadoras, antiquimiotáctica yantiinflamatoria, prácticamente todo lo contrario de loque sucede con los metabolitos derivados del AA.

Ácido linoleico (AL)

Cuando la ingestión de AL es inferior al 10% de laenergía, reduce en torno a un 15% las concentracio-nes de cLDL, cuando sustituye a la grasa saturada de

la dieta, pero a elevadas concentraciones tambiénpuede reducir las concentraciones de cHDL, (en unaproporción de un 1% por cada 2% del total de calo-rías) siempre que el AL sustituya a la grasa saturadao a los AGMI(5,9,10,42). Aunque los efectos sobre loslípidos plasmáticos son muy similares a los obteni-dos con los AGMI, sin embargo por su facilidad a laoxidación, no es conveniente incrementar su consu-mo por encima del 7% de las calorías totales diarias.

Ácido α-linolénico (ALA)

Se ha objetivado que la alta ingesta de ALA se corre-laciona con tasas más bajas de enfermedad corona-ria, como sucede en las poblaciones de Creta yJapón(43). En la ruta metabólica del ALA, una peque-ña proporción (5-10%) se transforma en EPA yDHA, por lo que algunos autores han indicado queposee acciones similares a estos ácidos grasos pre-sentes en el pescado(44).

Diferentes estudios de intervención con ALA ensujetos con enfermedad coronaria (como el LyonHeart Study) han demostrado una reducción de lamortalidad a 5 a años del 70% en el grupo experi-mental, posiblemente debido a propiedades antia-rrítmicas atribuidas a la ingestión de ALA(45,46). Esteefecto cardioprotector podría tener un papel en pre-vención primaria (como el observado en el estudioMargarin) en el que disminuía las concentracionesde fibrinógeno(47).

Otra cuestión diferente son los efectos que tienela ingestión de alimentos ricos en ALA, como sonlos frutos secos, sobre el riesgo cardiovascular. Losfrutos secos pueden proteger de la enfermedad coro-naria a través de otros mecanismos ya que contienenuna alta proporción de grasa insaturada, vitaminasantioxidantes (vitamina E), fibra, magnesio, arginina(precursor del óxido nítrico), cobre y ácido fólico,entre otros, que les confieren propiedades hipolipe-miantes, antiagregantes, vasodilatadoras (mejoran-do la función endotelial) y antiarrítmicas, aspectosciertamente protectores frente a la enfermedad coro-naria(48-52).

En general, podemos advertir que la mayoría delos estudios que emplean alimentos de diferentesfuentes, con elevado contenido en ALA, bien sea apartir del consumo de frutos secos, de aceite de sojao mostaza ponen de manifiesto que existe una aso-ciación inversa entre el consumo de ALA y el riesgode enfermedad coronaria en un porcentaje próximoal 50%.

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A pesar de estos beneficios que parecen bien pro-bados, sin embargo ha suscitado cierta inquietud lapublicación de algunos artículos que encuentranuna relación entre el consumo elevado de ALA y eldesarrollo de cáncer avanzado de próstata(53,54). Nose conoce con exactitud cuál podría ser el mecanis-mo patogénico, pero parece que quizás se relacionemás con el consumo frecuentes de carnes rojas,como fuente principal de ALA y no tanto con la pro-cedente del reino vegetal.

Ácidos grasos EPA Y DHA

Los ácidos EPA y DHA proceden del fitoplancton,base de la cadena alimentaria de océanos, lagos yríos, los cuales se incorporan subsiguientemente alos peces, crustáceos y mamíferos marinos. Dentrodel organismo humano, los ácidos grasos ω-3 soncomponentes estructurales de los fosfolípidos demembrana de tejidos, en especial de la retina, cere-bro y espermatozoides(55).

A pesar de que diferentes estudios poblacionalesde carácter observacional, mostraban una asocia-ción entre el elevado consumo de pescados con unamenor tasa de ECV(56,57), otros no encontraron esarelación(56,57), de tal manera que, parece que la inges-tión de pescado, en prevención primaria tiene unescaso efecto protector marginal (en torno al 10%)sobre la enfermedad coronaria(59,60).

Curiosamente, los datos procedentes tanto deamplios estudios de observación como de interven-ción en sujetos con enfermedad coronaria, señalanque el consumo de ácidos grasos ω-3, procedentesdel pescado, confiere un efecto protector entre el 20-30% frente a la posibilidad de sufrir un episodio demuerte súbita o de un reinfarto fatal, pero no frenteal infarto no fatal(62-65). Además, si se disminuye lacantidad aportada de ω-3, este efecto protector sepierde(66) o incluso se ha apreciado un efecto opues-to en sujetos que han recibido cápsulas de ω-3, enlugar de pescado(67). Por tanto, siempre que sea posi-ble, es mejor utilizar pescados que cápsulas de ω-3,ya que al consumir pescado, se ingiere por ejemploselenio (antioxidantes), vitamina D, calcio y se evitatambién comer otras fuentes de grasa en lugar delpescado(68,69).

La actuación de los ácidos grasos ω-3 proceden-tes del pescado se establece a diferentes niveles: enel metabolismo de las lipoproteínas, en la formaciónde eicosanoides y en los mecanismos de regulaciónde la trombogénesis y la función endotelial(70).

Varios estudios han demostrado que la ingestión deácidos grasos ω-3 reduce las concentraciones de tri-glicéridos de una manera dosis dependiente, básica-mente disminuyendo la síntesis de las lipoproteínasde muy baja densidad (VLDL)(71,72). Las acciones dela ingestión de ácidos grasos ω-3 sobre la pared vas-cular y la regulación de la hemostasia son muyextensas. Se ha descrito que los ácidos grasos ω-3actúan como antiagregantes plaquetarios, producenalteraciones en el metabolismo de los eicosanoides,disminuyen la expresión de móleculas de adhesiónvascular y regulan diferentes factores de crecimientoendoteliales o plaquetarios(73,74). El papel que se leatribuye como antiarrítmico guarda relación con laestabilidad de la actividad eléctrica del miocito car-diaco, mediante la modulación de los canales delcalcio, sodio y postasio(75). Este efecto antiarrítmico(fundamentalmente ventricular) se ha observadoque también se asocia con el riesgo de padecer fibri-lación auricular(76), aunque no todos los estudioshan demostrado esta acción en ensayos de inter-vención con ω-3(77), posiblemente porque la meto-dología empleada no es homogénea y el número departicipantes ha sido escaso.

A la vista de las experiencias anteriormente refe-ridas, recientemente se han propuesto una serie derecomendaciones acerca del consumo de ácidos gra-sos ω-3 en la población(78):

a) Población general: consumo de pescado dosveces a la semana, complementando el apor-te de ácidos ω-3 de otra naturaleza: soja, fru-tos secos (especialmente nueces), verdolaga,borraja, semillas de lino, etc.

b) Población en prevención secundaria: inges-tión de 1 g de EPA y DHA, procedentes delconsumo de pescados (predominantementegrasos) o de cápsulas de ω-3.

c) Pacientes con hipertrigliceridemia: de 2-4 g deEPA+DHA en forma de cápsulas de ω-3, bajovigilancia médica.

d) Debe evitarse el consumo de pescados muygrasos en embarazadas, lactantes y niñospequeños, debido a la posible ingestión demercurio y sus repercusiones sobre el desarro-llo cerebral.

Quedan algunas cuestiones pendientes de resol-ver como es conocer la dosis realmente efectiva deω-3, las diferencias entre consumo de pescado oingesta de cápsulas de ω-3, los efectos sobre otrosprocesos cardiovasculares y en especial la implica-

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ción de los posibles contaminantes ambientales,como el metil-mercurio y otros metales pesados(79,80)

o por sustancias organocloradas(81) sobre los efectospositivos de los ácidos grasos ω-3 o en la salud engeneral.

EFECTOS DE LOS ESTEROLESSOBRE EL RIESGO CARDIOVASCULAR

Bajo este epígrafe se analiza la influencia que ejercesobre los lípidos plasmáticos y el riesgo cardiovasculardel colesterol dietético procedente del consumo de ali-mentos animales y de los esteroles vegetales (ß-sitos-terol, campesterol y estigmasterol) y sus derivadossaturados los estanoles (sitostanol y campestanol).

Colesterol

El equilibrio del contenido de colesterol en el orga-nismo se mantiene gracias al balance entre los ingre-sos (absorción intestinal del colesterol procedentede la dieta y de la síntesis endógena del colesterol) ylas salidas (excreción de ácidos biliares y colesterol).El colesterol disponible en el intestino procede de ladieta (200-500 mg/día) o de la bilis (600-1.000mg/día). Del colesterol intestinal sólo se absorbe unpromedio del 50% y la cantidad restante se eliminapor las heces en forma de esteroides neutros. En estacapacidad limitante en la absorción intestinal delcolesterol intervienen multitud de factores genéti-cos, fisiológicos y también de la interacción conotros nutrientes de la dieta (fibra, fitoesteroles, este-roles marinos, cantidad de grasa de la dieta, etc.)(82).En conjunto, podemos decir que la absorción delcolesterol libre es mucho menor que la absorciónintestinal de triglicéridos. Por ello, diferentes estu-dios metabólicos han demostrado que la ingestiónde colesterol produce un incremento moderado en lacolesterolemia en comparación a la que produce laingestión de ácidos grasos saturados o de ácidosgrasos trans. Del análisis de varios estudios se des-prende que aproximadamente por cada 100 mg decolesterol que se incluye o se extrae de una dieta, elcolesterol total se incrementa de 2 a 6 mg/dL y elcociente colesterol total /c-HDL aumenta en 0,02unidades, lo que se traduce en un incremento delriesgo de enfermedad coronaria aproximadamentede un 1%(83,84). Tampoco se ha conseguido demos-trar una relación clara y definitiva entre el colesterolde la dieta y el riesgo cardiovascular(85,86).

Esteroles y estanoles vegetales

Los fitoesteroles de la dieta (200-400 mg/día) proce-den del consumo de maíz, legumbres, frutos secos,frutas y verduras, aceites… pero su absorción intes-tinal es muy baja, en torno al 5-10%(87). Debido a susemejanza estructural con el colesterol, desplazan aeste de las micelas intestinales produciendo una dis-minución de la absorción del colesterol procedentede la dieta. Como consecuencia de esta acción dis-minuyen las concentraciones de cLDL. Asumiendoque la absorción intestinal eficiente de colesterol seencuentra alrededor del 50%, la administración deesteroles o estanoles reduce la absorción del coles-terol entre un 26-36%(88). En un reciente metaanáli-sis de todos los estudios aleatorizados, doble ciego,se concluye que una ingestión diaria de 2 g de fito-esteroles, ingeridos habitualmente en forma de mar-garinas, contribuye a reducir las concentraciones decLDL entre el 9-14%(89). Debido a su escasa absor-ción, los fitoesteroles se pueden administrar tanto aadultos como a niños con hipercolesterolemia, biensea incorporado en un alimento graso (margarina opreparado lácteo) o en forma de fitoesteroles libres(en cápsulas). Debe tenerse la precaución de moni-torear las concentraciones de vitaminas liposolublessi el sujeto no ingiere suficientes alimentos que lasaporten, por la posibilidad de deficiencia a largoplazo(90).

RECOMENDACIONES PARA REDUCIREL IMPACTO DE UNA DIETAATEROGÉNICA

En Mayo de 2001, el comité de expertos americanospara el control de la hipercolesterolemia (NationalCholesterol Education Program —NCEP—), bajo elepígrafe de ATP-III (Adult Treatment Panel III guide-lines)(91), introdujo algunas modificaciones en lasdirectrices de en los pacientes con hipercolesterole-mia, estableciendo como prioritarios los cambios enla alimentación y en los hábitos de vida. Sobre estasrecomendaciones, que se recogen en la Tabla 16.6,es conveniente realizar algunas matizaciones.

a) La reducción del consumo de grasa saturada a<7% implica generalizar el consumo de produc-tos desnatados, seleccionar carnes muy magras(pavo, pollo, conejo, carnes magras de vacunoy cerdo) y pescados blancos. Obviamente, seexcluyen el consumo de carnes semigrasas y

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grasas, derivados lácteos semidesnatados oenteros, derivados cárnicos (embutidos, patés)y todos aquellos productos que puedan estarconfeccionados con grasas tropicales. Este tipode restricción alimentaria, lógicamente seacompaña de una reducción del aporte decolesterol que contienen estos mismos alimen-tos, en los límites expuestos por el consenso,por lo que no es estrictamente necesario, recu-rrir además a restringir el consumo de yemas dehuevo (4 unidades a la semana puede ser unacantidad razonable) ya que hemos visto que elefecto aislado del colesterol tiene un impactopequeño sobre la colesterolemia.

b) Se hace especial énfasis en la limitación delconsumo de ácidos grasos trans a <2% de laenergía, difíciles de identificar si no se indicasu presencia en el etiquetado de los alimen-tos. En general, todos los aceites o grasas par-cial o totalmente hidrogenados son una fuen-te de ácidos grasos trans. Es altamenterecomendable rechazar cualquier alimentoprocesado que no especifique claramente eltipo de grasa utilizada.

c) Este tipo de restricción cualitativa de la grasase compensa con un incremento en el aportede AGMI, que pueden tener diferente origen(aguacates, frutos secos, aceitunas, aceites deoliva, cánola o girasol rico en oleico), perodada las cualidades de los componentesminoritarios del aceite de oliva virgen, seríarecomendable que este aceite formase partede la grasa culinaria básica empleada en lacocina, tanto para su empleo en crudo comopara frituras, siempre manteniendo la lógicareserva de la cantidad a utilizar en función delpeso del sujeto.

d) Respecto al consumo de grasa poliinsaturada,el consenso ATP-III, no indica qué tipo degrasa es preferible. Desde el punto de vista delos argumentos esgrimidos más arriba, parecelógico pensar que un predominio de los áci-dos grasos w-3 sobre los w-6 es mucho másbeneficioso desde el punto de vista cardiovas-cular. Por tanto, es recomendable el consumode nueces, aceite de soja, verdolaga, borraja,semillas de lino y por supuesto pescado«azul», por su elevado contenido en ácidosgrasos ω-3. El consumo de aceites de girasol,maíz o soja, no debe penalizarse, si bien espreferible que se utilice en crudo y menoscomo aceite para freír, ya que no permite rea-lizar una adecuada fritura de los alimentoscon estos aceites. Además, en nuestro país,donde los aceites forman parte importante dela grasa de adición, la utilización exclusiva delos mismos, comportaría superar el 10% reco-mendable del aporte de AGPI.

e) Por vez primera, se recomienda el consumodiario de hasta 2 g de fitoesteroles al día,cuando con las medidas anteriores no sealcanzan los objetivos previstos de cLDL yantes de recurrir al tratamiento farmacológico.Hoy en día, disponemos en las grandes super-ficies comerciales, productos lácteos y marga-rinas que aportan cantidades variables de fito-esteroles, para que los pacientes que lonecesiten lo consuman como un elementomás de la dieta.

f) También se hace una mención especial al con-sumo de fibra soluble, en una proporción de10 a 25 g día procedente de alimentos comolas legumbres, salvado de avena, frutas conelevado contenido en pectina (manzanas,agrios), calabaza, zanahorias, etc., con la fina-lidad de contribuir a disminuir las concentra-

212 MANUAL DE NUTR IC IÓN Y METABOLI SMO

Nutrientes Ingesta recomendada

Tabla 16.6. Recomendaciones nutricionales y cambiosen el estilo de vida según el consenso ATP-III(91).

a La ingestión de ácidos grasos trans es otra grasa que eleva lasconcentraciones de cLDL y que debería controlarse.b Los carbohidratos deben proceder principalmente de hidratosde carbono de tipo complejo, incluyendo cereales integrales,frutas y vegetales.c La fibra viscosa debe representar 10-25 g/díad El gasto energético, realizado mediante el incremento de laactividad física, debe contribuir aproximadamente en 200kcal/día. La ingesta de calorías debe adecuarse para reducir pesoen caso de que el sujeto presente sobrepeso u obesidad.

Grasa saturadaa

Grasa poliinsaturada

Grasa monoinsaturada

Grasa total

Carbohidratosb

Fibrac

Proteínas

Colesterol

Esteroles y estanolesvegetales

Total calorías (energía)

<7% del total de calorías

Hasta 10% del total de calorías

Hasta 20% del total de calorías

25-35% del total de calorías

50-60% del total de calorías

20-30 g/día

Aproximadamente 15%calorías

<200 mg/día

Hasta 2 g/día

Ingesta energética enequilibrio con el gastocalóricod para mantener unpeso deseable o prevenir laganancia de peso

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ciones de colesterol. El empleo de gomas ymucílagos, como la goma guar, glucomanano,semillas de plantago ovata (Ispaghul), endosis de 5-15 g/día, también es otra forma desuministrar fibra soluble con una capacidadpotencial para disminuir las concentracionesde cLDL aproximadamente en un 10%(92).

Todas estas acciones deben enmarcarse dentrodel necesario control de la ingestión total de energíapara permitir que el paciente se encuentre dentro deun peso deseable, de tal manera que actuando sobrediferentes nutrientes se alcance una reducción delcLDL significativa (Tabla 16.7), lo suficiente para noiniciar precipitadamente un tratamiento farmacoló-gico. Conviene recordar que por cada 10% de reduc-ción de cLDL, el riesgo cardiovascular se reduce enun 25% aproximadamente.

OTRAS RECOMENDACIONESNUTRICIONALES QUE PUEDEN TENERUN IMPACTO ADICIONAL SOBRE EL RIESGO CARDIOVASCULAR

Hasta ahora hemos visto los factores principales queclásicamente se relacionan con el RCV, pero existentoda una serie de nutrientes que son capaces demodular la diferente respuesta de la dieta sobre eldesarrollo de la arteriosclerosis y que merece la penadejar constancia en este capítulo.

a) Síndrome metabólico: a partir de este consen-so del ATP-III se interpretó que los sujetos consíndrome metabólico comportaban un grupoespecial de riesgo cardiovascular, debido a laacción que la resistencia a la insulina teníasobre citocinas inflamatorias y el desencade-namiento de moléculas quimioatractivas, alte-

raciones de la coagulación, agregación pla-quetaria y disfunción endotelial que acompa-ñan a las alteraciones lipídicas propias de estaentidad(93). Las características de la dieta enestas circunstancias, no van a diferir sustan-cialmente de las aquí recomendadas, salvo lanecesidad de combatir eficazmente el excesode peso de los sujetos y quizás prestar unaatención especial al contenido de carbohidra-tos con alta carga glucémica, por su efectonegativo sobre el perfil lipídico y el RCV(93,94).En este sentido, seleccionar alimentos conmenor carga glucémica (frutas, verduras, algu-nas legumbres y productos integrales) y dis-minuir el aporte de pan refinado, arroz, pata-ta, pasta, cereales(95,96).

b) Fibra integral: a pesar de que la fibra soluble,viscosa, tiene un papel en la disminución delas concentraciones de cLDL, sin embargo lamayor parte de estudios epidemiológicosseñalan que es el consumo de fibra cereal,contenidos en alimentos «integrales» los quese relacionan de manera inversa con el RCV.Es posible que la presencia de diferentes fito-químicos y magnesio, entre otros, contribuyaa mejorar el estado de antioxidación de lossujetos que los consumen(97,98).

c) Como expresión de los epígrafes anteriores, eleslogan de «5 frutas y verduras al día», es unamanera sencilla de aportar estos y otros ele-mentos importantes(99).

d) Flavonoides: existen más de 4.000 sustanciasen la naturaleza, que se caracterizan por sucapacidad antioxidante y por permitir una fun-ción vascular adecuada. Desde el consumo devino tinto, podríamos repasar otros productoscon propiedades similares: mosto de uva,uvas, arándanos y otros frutos rojos «del bos-que», cebollas, ajos, manzanas, brócoli, tomi-llo, perejil, especias o té verde(100,101).

e) Vitaminas antioxidantes: siempre procedentesde los alimentos que los contienen; vitamina Ede los aceites y frutos secos, carotenos (inclui-do el licopeno) de los tomates, zanahorias,pimientos rojos, calabaza, boniatos, mango,albaricoques, verduras de hoja (espinacas,acelgas, brócoli…) o vitamina C (frutas y ver-duras frescas)(102,103). El consumo de suple-mentos con carotenos o de altas dosis de vita-mina E, no ha demostrado ninguna evidenciade que proteja frente a las ECV, sino incluso seha observado un efecto opuesto(104-107).

ASPECTOS NUTR IC IONALES EN LA H IPERL I PEM IA Y R I ESGO CARDIOVASCULAR 213

Tipo de intervención Porcentaje disminución cLDL

Grasa saturada <7% 10

Colesterol <200 mg/día 5

Fibra soluble 5-10 g 5

Fitoesteroles 2 g 10

Proteína de soja 25 g 5

Reducción 5 kg de peso 5

TOTAL 40

Tabla 16.7. Posibilidades de reducción de las concentra-ciones de cLDL según diferentes tipos de intervenciónnutricional.

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f) Vitaminas implicadas en el metabolismo de lahomocisteína: ácido fólico, vitaminas B6 y B12,consiguen dismniuir las concentraciones dehomocisteína, implicadas en el proceso ateroma-toso. Cereales, leches y otros alimentos, se hanreforzado en estas vitaminas, puesto que suobtención a partir de los alimentos naturalessuele ser deficitaria en la población general(108,109).

g) Evitar el consumo excesivo de alcohol. Limitarla cantidad ingerida a una cifra entre 20-30 gde etanol al día en hombres y de 10-20 g deetanol al día en mujeres. No está aún aclaradosi la procedencia del alcohol (vino, cerveza,licores) imprime un factor protector adicional ala ingestión de etanol en sí misma(110).

h) En los pacientes con hipertensión arterial, res-tringir el consumo de sodio a 100 mmol/día (2,4g de sodio ó 6,0 g de cloruro sódico), mante-niendo un consumo de potasio (90 mmol aldía), de calcio y magnesio.

i) El consumo de proteína de soja en altas cantida-des parece mejorar el perfil lipídico(111), al margende que los productos de soja aporten interesan-tes flavonoides. De igual manera el consumo deajo, se ha relacionado con una disminución delRCV, debido a sus propiedades como antiagre-gante plaquetario y antioxidante(112).

No cabe duda de que estas recomendaciones queacabamos de ver, no siempre tienen una constata-ción científica de la misma magnitud que las quehacen referencia a los cambios en las cantidades ytipos de grasas(113). Es más, ni siquiera la respuestade los lípidos plasmáticos es igual en todos los suje-tos para el mismo tipo de dieta, puesto que depen-den de la interacción de ciertos genes bien conoci-

dos (apo B, apo E, lipoproteín-lipasa, receptor betaadrenérgico o el PPAR-γ) con la dieta(114).

No hay duda que muchos de estos elementos inte-grados en los alimentos de consumo cotidiano cons-tituyen entre sí el conjunto de las características de ladieta que, como la mediterránea o la japonesa, se aso-cian con bajas tasas de mortalidad por ECV. Por ello,parece más lógico hablar hoy en día de patrones ali-mentarios más que de nutrientes de forma aislada.Desde el punto de vista de las enfermedades crónicas,como el cáncer y la ECV, se podría describir un patrónalimentario favorable (dieta prudente) consistente enel consumo diario de frutas, verduras y hortalizas,legumbres, aceite de oliva, cereales integrales y pes-cados, mientras que en el campo contrario tendría-mos una dieta tipo occidental con predominio de car-nes rojas y procesadas, mantequilla, productoslácteos enteros y cereales refinados(115-117). De estamanera, no sólo controlamos la ingestión de determi-nados ácidos grasos, sino que damos entrada en eljuego a multitud de nutrientes, unos conocidos yotros aún por determinar que, de manera cumulativa,sean los verdaderos protagonistas frente a la protec-ción de las enfermedades cardiovasculares(118).

Fruto de estas disquisiciones es que la experien-cia nos indica que las personas se adhieren mejora una planificación dietética cuanto más sencillaes. Teniendo en cuenta que se trata de modificarlos hábitos alimentarios previsiblemente para todala vida, es mejor proporcionar un listado de ali-mentos recomendados (Tabla 16.8) junto a indica-ciones acerca de cómo reducir el contenido degrasa de nuestra alimentación (Tabla 16.9) que noproporcionar una dieta cuantificada, de la quesabemos a ciencia cierta que tendrá una aplicaciónlimitada.

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Recomendados Con moderación Limitados(diario) (2-3/semana) (excepcional)

Leche desnatada. Leche entera.

Leche semidesnatada. Yogur entero, cuajada. Nata, crema de leche.

Lácteos Yogures desnatados. Yogur batido. Quesos curados o semicurados,

Huevos Petit suisse desnatados. Flan/natillas. quesos de untar.

Quesos desnatados. Quesos frescos (Burgos). Tartas de queso.

Clara huevo. Requesón, petit suisse entero. Helados.Yema de huevo.

Pan, pasta, arroz, maíz, harinas, Pan de molde, biscotes. Bollería industrial, galletas Cereales sémola, tapioca. Churros o porras. dulces o saladas,

Cereales de desayuno. Bollos o madalenas caseras croissant, ensaimada.confeccionados con aceite.

Fruta fresca.Todas las verduras y ensaladas.

Frutas Patatas cocidas, asadas. Aceitunas. Patatas chips.Verduras Todas las legumbres. Aguacates. Patatas prefritas.Legumbres Dátiles, higos secos, ciruelas Patatas fritas caseras.

secas, pasas.

Frutos Castañas, almendras, nueces, Coco.secos avellanas, piñones, pistachos. Cacahuetes. Mantequilla de cacahuete.

Pepitas girasol.

Pescado blanco. Sardinas lata. Caviar, huevas de pescado, Pescados Pescado azul ,fresco o en lata. Bacalao salado, anguila. mojama.y mariscos Moluscos. Gambas, langostinos, crustáceos. Precocinados con aceites

Marisco concha. hidrogenados.

Pollo, pavo, conejo, ternera Cerdo, cordero, gallina.

magra, venado, caza. Salchichas, bacon, patés.

Jamón serrano magro.Vaca, buey. Carne picada grasa.

CarnesJamón cocido bajo en grasa.

Hamburguesas magras Embutidos en general.

Embutidos de pavo.de vacuno. Vísceras y despojos.

Pato, ganso.

Margarinas animales,mantequilla, manteca, sebo,

Aceites Aceites de oliva (mejor virgen), Margarinas vegetales. tocino.

y grasas girasol, maíz, soja. Aceite de cacahuete. Aceites de palma, coco, palmiste.Aceites hidrogenados.Grasas vegetales, sin especificar origen.

Chocolates y sucedáneos.Cremas untar de cacao.Aperitivos (ganchitos, cortezas,

Postres Mermeladas, jaleas, miel, azúcar. palomitas maíz, fritos).Repostería Frutas en almíbar. Caramelos, turrón, mazapán. Postres que contienen yema

Sorbetes, gelatinas. de huevo y/o mantequilla.Tartas comerciales, hojaldre.Mantecados, polvorones.

Sofritos, todas las hierbas y Cremas y sopas de sobre o lata.Especias especias, limón, vinagre. Mayonesa. Salsas confeccionadas con nata,Salsas Caldos y sopas desgrasadas. Besamel. crema, leche o grasas animales.

Mayonesa ligera.

Agua, gaseosa, soda, infusionesZumos de fruta o tomate.

Bebidas Cacao soluble, malta. Bebidas alcohólicas destiladas.Vino, cerveza y refrescos con moderación.Mosto.

Tabla 16.8. Recomendaciones alimentarias generales para la prevención de la arteriosclerosis en adultos.

En caso de exceso de peso, se deberá restringir también el consumo de alimentos energéticos: frutos secos y frutas desecadas, pan,pasta, arroz, legumbres, patatas, salsas, azúcares, refrescos y zumos azucarados, toda la bollería y repostería (aunque sea casera),conservas en aceite, mayonesas y salsas, así como la cantidad total diaria de aceite (menos de 4 cuch/día).

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216 MANUAL DE NUTR IC IÓN Y METABOLI SMO

• Retire toda la grasa visible de las carnes o la piel delpollo antes de cocinarla. Si lo desea puede marinar lacarne con especias o hierbas aromáticas, dejándolasmacerar unas horas en la nevera (por ejemplo, conzumo de limón, hierbas o mostaza).

• Utilice formas de cocinado sencillo, que no requieranmucho aceite: a la plancha, al grill, al horno,microondas.

• El empleo de ollas a presión ultrarrápidas permitecocinar con poco agua y se preservan todas laspropiedades de los alimentos. Lo mismo sucede siutiliza la cocción al vapor tanto para verduras comopara pescados o carne.

• Utilice papel de aluminio para cocinar carnes ypescados. Esta forma de envolver los alimentos(también denominada en «papillote») permiten quese cocinen en su propio jugo, conservándose tiernos ygustosos, sin necesidad de añadirle grasa. Para añadirmás sabor puede ponerle encima verduras troceadas,especias, hierbas aromáticas o rociarle con un pocode caldo o vino.

• Cuando haga estofados, prepárelos con antelación.Déjelos enfriar en la nevera y retire la capa de grasacon una cuchara o una espátula. De esta maneraconserva todo el sabor sin apenas grasa añadida.

• Cuando elabore vinagretas, invierta la proporciónhabitual (3 partes de aceite por una de vinagre). Para que el sabor no sea tan ácido utilice vinagre desabores (de manzana, de frambuesas, etc.).

• Si necesita utilizar alguna salsa para añadir a unaensalada puede utilizar yogur natural desnatado,rebajado con zumo de limón. Se bate bien y quedauna crema suave y baja en calorías. También puedeprobar con salsa de soja, añadiéndole alguna especiao hierba aromática que le apetezca.

• Para preparar salsas de leche o queso utilice lechedesnatada o queso tipo parmesano, que contienemenos calorías y es más aromático. En la preparaciónde la salsa bechamel emplee aceite de oliva omargarina baja en calorías y leche desnatada.

• En la confección de platos que requieran salsamayonesa, seleccione las que son bajas en calorías.

• No compre salsas comerciales porque suelencontener grasas ocultas. La mejor salsa sigue siendola salsa de tomate natural, que se puede hacer sinaceite a fuego lento y añadiéndole algunas hierbasaromáticas, como orégano, menta o tomillo.

• Utilice con preferencia aceite de oliva virgen tantopara utilizar en crudo como para frituras. En aquelloscasos en los que sea necesario controlar la cantidadde calorías diarias, colocar la cantidad de aceitepara todo el día (3-4 cucharadas) en una taza y servir a partir de ahí.

Tabla 16.9. Consejos generales para reducir las grasas ala hora de cocinar.

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INTRODUCCIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA

La adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma X(X-ALD) es un trastorno hereditario del metabolis-mo peroxisomal con una expresión fenotípica muyvariable, caracterizada por una incapacidad paradegradar los ácidos grasos de cadena muy larga(AGCML). La incidencia estimada es de 1:20.000-1:100.000 nacimientos, sin ninguna preferenciaracial, y el patrón hereditario es recesivo ligado alcromosoma X. El defecto genético tiene como con-secuencia una alteración de la capacidad peroxiso-mal para oxidar los AGCML, por lo que se produceun acúmulo notable de estos ácidos grasos en losésteres de colesterol y en las fracciones gangliosídi-cas de la sustancia blanca cerebral y la corteza adre-nal. La proteína alterada en la mayoría de pacientescon X-ALD es una proteína de transporte pertene-ciente a la familia de las ATP-binding casette, laALDP. La ALDP es una proteína de la membranaperoxisomal, que podría estar implicada en el pro-ceso de translocación de la sintetasa o en la aproxi-mación de los AGCML a la sintetasa. El gen respon-sable de la X-ALD se ha localizado en el brazo largodel cromosoma X (Xq28), del que se han descritodiversas mutaciones sin relación evidente entre lamutación y el fenotipo clínico(1-4).

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Se han descrito al menos 6 fenotipos de la X-ALD,siendo las más frecuentes la forma cerebral infantilrápidamente progresiva (48%) y la adrenomieloneu-ropatía del adulto(2) (25%) (Tabla 17.1).

Los niños afectos de la forma cerebral infantil ini-cian la clínica entre los 3 y los 10 años, siendo lahiperactividad y el pobre rendimiento escolar los pri-meros síntomas. La enfermedad progresa rápida-mente, apareciendo alteraciones del comportamien-to, signos de demencia, epilepsia o alteracionesvisuales, auditivas y motoras en forma de tetraplegiaespástica. En un período de 2-3 años del inicio delos síntomas puede evolucionar a un estado aparen-temente vegetativo y a la muerte(5-6).

La adrenomieloneuropatía se presenta habitual-mente en el adulto joven (3.a-4.a década), en formade paraparesia espástica progresiva y alteracionesesfinterianas como resultado de la afectación de lostractos largos de la médula espinal.

Aproximadamente un 10% de pacientes puedenpresentarse como un síndrome de Addison aisla-do, con insuficiencia adrenocortical sin aparenteafectación neurológica, aunque algunos pacientesdesarrollan una adrenomieloneuropatía en la terce-ra década.

Tratamiento nutricional de la

adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma X

11117777

Rosa Burgos Peláez, Nuria Virgili Casas

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Aparición antes de los 10 años.Desmielinización de tipo inflamatorio.

Forma cerebral infantil Alteración del comportamiento.(Junto con la forma adolescente cerebral, Pérdida de la capacidad intelectual.incluyen el 31-57% de todos los casos de ADL) Progresión rápida.

Insuficiencia adrenal primaria (en la mayoría de casos subclínica).Fallecimiento entre 2 y 4 años desde el inicio de los síntomas.

Adolescente cerebral Inicio en la segunda década.Progresión idéntica a la forma infantil.

Cerebral adulto Inicio en la tercera década.Frecuencia 1-3% Progresión idéntica a la forma infantil.

Aparición en la tercera década.Polineuropatía.Afectación medular de vías largas (cordones laterales y

Adrenomieloneuropatía posteriores).Frecuencia 25-46% Reacción inmune inexistente o leve.

Encéfalo afectado en un 45%.Progresión muy lenta (décadas).Insuficiencia adrenal frecuente.

Addison Insuficiencia adrenal primaria.Frecuencia 8-14% No alteraciones neurológicas.

Presintomáticos Alteraciones bioquímicas sin anomalías neurológicas niFrecuencia 4-10% endocrinas.

La mayoría de pacientes afectos de adrenoleuco-distrofia presentan diversos grados de insuficienciasuprarrenal que debe ser estudiada y tratada. Lasmujeres heterocigotas para la enfermedad puedenpresentar alteraciones neurológicas que semejan laadrenomieloneropatía, pero solo un 1% presentainsuficiencia suprarrenal.

Morfológicamente, en el cerebro se aprecian gran-des zonas bilaterales y simétricas de desmieliniza-ción e infiltrados difusos perivasculares de célulasmononucleares, fundamentalmente linfocitos(7-8). Enmédula espinal el hallazgo fundamental es la pérdi-da de fibras compatible con una axonopatía distal.En la corteza adrenal, las células aparecen baloniza-das con acúmulo de lípidos en las zonas fasciculaday reticular, y, conforme avanza la enfermedad apare-ce una profunda atrofia cortical.

La principal anomalía bioquímica en la adreno-leucodistrofia consiste en el acúmulo de ácidos gra-sos saturados muy largos, fundamentalmente ácidohexacosanoico (C26:0) y tetracosanoico (C24:0), enmenor cantidad pentacosanoico (C25:0) o ácidosgrasos más largos de 30 átomos de carbono(9). Losacúmulos más importantes se producen en la corte-za adrenal, en los ésteres de colesterol de la sustan-cia blanca cerebral y en las fracciones gangliosídicascerebrales(2).

La microviscosidad de las membranas celulares delos hematíes está incrementada en los pacientes con

ALD. En modelos de membrana se ha demostrado queel exceso de C26:0 tiene un efecto disruptivo sobre laestructura de la membrana, y podría ser que las altera-ciones de la membrana jugasen un papel en la pato-genia de la axonopatía y de la degeneración de tractosnerviosos asociado con las formas lentamente progre-sivas de la ALD como la adrenoleucomielopatía(10).

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de ALD se basa en la valoración clíni-ca y en la demostración de niveles elevados deAGCML saturados en plasma o en las membranascelulares de hematíes, leucocitos, fibroblastos encultivo o amniocitos. En plasma, se puede determi-nar los niveles de ácido hexacosanoico (C26:0), o laratio ácido tetracosanoico: ácido docosanoico(C24:0:C22:0), o la ratio ácido hexacosanoico:ácido docosanoico (C26:0:C22:0). Estas determina-ciones se realizan mediante cromatografía de gases.En los fibroblastos en cultivo, se puede determinar latasa de oxidación de los AGCML o realizar el estudioinmunohistoquímico de la ALDP(2).

El estudio de las mutaciones del gen de la ALD esútil para completar el diagnóstico pero no es impres-cindible para el mismo, dado que no se ha detecta-do una mutación prevalente en la enfermedad, y nohay correlación entre el genotipo y el fenotipo(5).

222 MANUAL DE NUTR IC IÓN Y METABOLI SMO

Tabla 17.1. Fenotipos descritos de la adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma X.

Tomado de Girós et al, Ann Esp Pediatria 1998; Suppl 114; 14-19.

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TRATAM IENTO NUTR IC IONAL DE LA ADRENOLEUCODISTROF IA L IGADA AL CROMOSOMA X 223

Hoy en día es posible realizar estudio genéticoprenatal, que puede consistir en valorar los AGCMLo la ALDP en vellosidades coriales o células amnió-ticas cultivadas, o estudiar el ADN de las vellosida-des en el caso de que se conozca la mutación delcaso índice familiar(2).

Una vez diagnosticada la enfermedad, el estudiode la función suprarrenal es esencial para plantear eltratamiento esteroideo adecuado. La función supra-rrenal debe reevaluarse cada 4 meses.

TRATAMIENTO

Bases del tratamiento dietético en la ALD

Los AGCML saturados que se acumulan en la adre-noleucodistrofia derivan tanto de la dieta como dela síntesis endógena por el sistema de elongaciónde los ácidos grasos que se encuentra en la mito-condria y en los microsomas. Los estudios quedemostraron la contribución de los lípidos de ladieta en el acúmulo anómalo de AGCML llevaronal diseño de dietas muy restringidas en AGCMLsaturados(11-12). No obstante, estudios subsiguien-tes pudieron demostrar que la gran mayoría deácido hexacosanoico (C26:0) que se acumula en laALD deriva de la síntesis endógena, ya que el teji-do nervioso posee el sistema de elongación de losácidos grasos, y este sistema es más activo en eltejido nervioso de los pacientes con ALD que enlos controles sanos(13). De hecho, en la ALD, la res-tricción severa de AGCML saturados (menos de 3mg/día de C26:0, en comparación con 12-40mg/día que contiene una dieta normal americana)no consiguió reducir los niveles plasmáticos deestos ácidos grasos ni alterar el curso clínico de laenfermedad(14).

En 1986, Rizzo(15) demostró que añadiendo ácidooleico al medio de cultivo de fibroblastos de la pielde pacientes con ALD conseguía reducir de formanotable los niveles de C26:0. Estos autores conclu-yeron que los ácidos grasos monoinsaturados com-piten con los saturados por el sistema de elongaciónde los ácidos grasos. Este hallazgo llevó al diseño deuna nueva dieta, que combina la administración degliceril trioleato (GTO, contiene un 90% de ácidosgrasos en forma de ácido oleico y sólo trazas de áci-dos grasos poliinsaturados de cadena muy larga)con la restricción dietética de AGCML satura-dos(16,17). Los pacientes recibieron aproximadamente

un 25% del valor calórico total (VCT) de la dieta enforma de GTO (45-90 ml/día). La dieta era factiblepor la mayoría de pacientes, y como efectos secun-darios más frecuentes se encontraron constipación ynáusea tras tomar el aceite, que se solucionaronincrementando el consumo de fibra y utilizando elaceite en forma de emulsión. Esta dieta consiguiódisminuir un 50% los niveles plasmáticos de C26:0a los 4 meses, y en mujeres heterocigotas consiguiósu normalización. No obstante, en estudios pros-pectivos a un año de seguimiento no se ha podidodemostrar una modificación del estado neurológicoy funcional, aunque los estudios neurofisiológicos síque demuestren una discreta mejoría de la funciónnerviosa periférica. Los pacientes con la forma cere-bral rápidamente progresiva progresan la enferme-dad de forma inalterable.

El ácido erúcico (ácido cis-13-docosenoico) sehalla presente en aceites vegetales derivados de lacolza y la mostaza. Los pacientes con ALD no pue-den metabolizar este ácido graso, y por este motivose propuso como base del tratamiento con un pre-parado en forma de aceite que contiene gliceril trio-leato y gliceril trierucato (GTE, contiene un 95% deácido erúcico), en una proporción de 4:1 de GTO yGTE, llamado aceite de Lorenzo(18). Este aceite tieneun poderoso efecto sobre los niveles de ácidos gra-sos saturados AGCML en plasma, normalizando losniveles de C26:0 en cuatro semanas de tratamiento,y con muy pocos efectos secundarios.

El régimen dietético que incluye el aceite deLorenzo representa una modificación de la dietaGTO (Tabla 17.2). En el caso que los requerimientosenergéticos no queden cubiertos con la dieta res-tringida en grasas y el aceite de Lorenzo, se puedeincluir glucosa o polímeros de glucosa.

Dieta aceite de Lorenzo

• Muy bajo contenido en AGCML saturados

• 10% del VCT en forma de grasa

• Aceite de Lorenzo proporciona un 20% del VCT(2-3 ml/kg/día)

• Aceite de girasol para garantizar un aporte de ácidolinoleico (5% VCT)

• Cápsulas de aceite de pescado para proporcionar 240 mg de docosahexaenoico (C22:6) y 360 mg deeicosapentanoico (C22:5)

• Polivitamínico y suplemento de mineralesdependiendo de la edad

Tabla 17.2. Dieta inicialmente descrita que incluye elaceite de Lorenzo como base fundamental del aportelipídico de la dieta.

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La mayoría de los pacientes que siguen la dietadel aceite de Lorenzo consiguen normalizar los nive-les de C26:0 en plasma y en los hematíes(19). Lamicroviscosidad de las membranas celulares de loshematíes también se normaliza. En contraste, losniveles cerebrales de C26:0 de pacientes con ALDfallecidos que habían seguido la dieta entre 3 y 16meses no fueron diferentes que los pacientes no tra-tados. Sin embargo, se detectan niveles elevados deácido erúcico en hígado y tejido adiposo, pero no entejido cerebral, indicando que este ácido graso nopenetra la barrera hemato-encefálica. Este hallazgopodría explicar la ineficacia del tratamiento conácido erúcico para detener la progresión de la enfer-medad neurológica ya establecida(20). Por este moti-vo, los futuros estudios deberían tener en conside-ración que la normalización plasmática de losAGCML no puede ser utilizada como un marcadorválido de eficacia terapéutica.

El efecto secundario más frecuente del aceite deLorenzo es la plaquetopenia, que ocurre en un 40%de pacientes(21). El contenido de plaquetas en sangrees proporcional a los niveles de ácido erúcico en loslípidos plaquetarios, y es reversible al suspender elaceite de Lorenzo. No se han descrito sangrados.Este efecto secundario, relacionado con la ingestade GTE, obliga a monitorizar los niveles de plaque-tas de forma bimensual. En caso de presentarse latrombocitopenia, debería suspenderse el tratamien-to con GTE, pudiendo continuar con GTO. Otroefecto secundario del aceite de Lorenzo es la dismi-nución de los niveles de ácidos grasos esencialespoliinsaturados como el C22:6 o el ácido araquidó-nico (C20:4), que tienen un papel importante en eldesarrollo de la retina y del cerebro. Por este motivo,no se aconseja iniciar el tratamiento con aceite deLorenzo antes de los 2 años, a pesar de que esteefecto secundario se puede reducir añadiendo suple-mentos de aceite de girasol y de pescado.

En pacientes con disfunción adrenal o neurológicapreexistente, el tratamiento con aceite de Lorenzo engeneral no detiene la progresión de la enfermedad enlas formas cerebrales rápidamente progresivas ni en laadrenomieloneuropatía, aunque algunos datos preli-minares apuntasen a discretas mejorías funcionales.

En pacientes asintomáticos, el tratamiento parecereducir la frecuencia y la severidad del deterioro neuro-lógico posterior(19), aunque los estudios adolecen de lafalta de grupo control tratado con placebo debido a losproblemas éticos de diseño de este tipo de estudios.La ausencia de alternativas terapéuticas, la sencillezde su administración, y la posibilidad de detectar los

efectos secundarios con una cuidadosa monitoriza-ción hacen que el tratamiento con aceite de Lorenzose siga utilizando a pesar de la falta de evidencia cien-tífica de su eficacia. De forma científica, hoy en díasolo se debería recomendar para aquellos pacientesque están asintomáticos o solo padecen la enferme-dad de Addison. En los casos de adrenoleucomielopa-tía, solo se aconseja proseguir el tratamiento si elpaciente ya ha iniciado la dieta y esta es bien tolerada.

Otros tratamientos

Transplante de médula ósea

Se ha realizado en algunos casos de ALD transplantede médula ósea, basado en la capacidad de las célu-las normales de la médula ósea tienen para degradarlos AGCML y en la presencia de infiltrados de linfoci-tos y macrófagos en las lesiones cerebrales(22). Parecíaprobable que el transplante de médula ósea podríatransferir el producto génico deficitario en la ALD, aligual que ocurre con otras enfermedades como laslisosomales. Sin embargo, el mecanismo por el cual eltransplante es eficaz no queda claro, ya que la ALDPno es una proteína soluble. Probablemente se trate deuna modificación de las células de la microglía porparte de las células procedentes de la médula ósea deldonante. Los datos clínicos sugieren que el trans-plante sería inapropiado para pacientes con estadosavanzados de la enfermedad, en los que el deterioroneurológico no mejora e incluso podría empeorar. Sinembargo, se están obteniendo resultados prometedo-res en pacientes con afectación neurológica modera-da (sin síntomas neuropsicológicos) y con lesionescerebrales incipientes (las lesiones en la resonanciamagnética preceden a los déficit neurológicos). Enestos casos, la mejoría neurológica puede ser eviden-te a los 6 meses del transplante, y su duración deaños, a pesar del mantenimiento de niveles plasmáti-cos elevados de AGCML. Por ello, hoy en día se reser-va esta opción terapéutica para casos con afectaciónneurológica moderada y que dispongan de un donan-te adecuado. Se aconseja tratamiento dietético conGTE antes, durante y después del transplante.

Tratamientos farmacológicos

Se han ensayado diversos agentes inmunosupreso-res (beta-interferón, ciclofosfamida, ciclosporina,inmunoglobulinas) para reducir la respuesta infla-

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matoria que se observa en las lesiones cerebrales dela ALD. En general, no se ha podido demostrar unamejoría clínica significativa.

La lovastatina, un fármaco inhibidor de la 3-hidroxi-3-metilglutaril coenzima A, puede reducir losniveles de AGCML en un pequeño grupo de pacien-tes con ALD, adrenoleucomielopatía, y pacientesheterocigotos(23). El mecanismo de acción parece sermediado por la inhibición de la sintasa del óxidonítrico y las citoquinas proinflamatorias involucradasen la respuesta inflamatoria cerebral. Se requierenestudios adicionales con mayor número de pacien-tes y con una mayor duración del tratamiento.

No debe olvidarse el tratamiento farmacológicode las complicaciones de la enfermedad, como eltratamiento de la espasticidad (baclofeno, vigabatri-na), el tratamiento de las crisis comiciales (carba-macepina, fenobarbital, benzodiacepinas, etc.

Terapia génica

La terapia génica se halla en fase de investigación, yhay diversas líneas en marcha. Se ha intentado incre-mentar la expresión de un gen funcionalmente rela-cionado con el gen X-ALD(24), transferencia génicamediada por retrovirus, etc.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

La adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma X esun trastorno hereditario del metabolismo peroxiso-mal caracterizado por un acúmulo anómalo de áci-dos grasos saturados de cadena muy larga, sobretodo en mielina y corteza adrenal. Se han descrito almenos 6 fenotipos de la enfermedad. La presenta-ción clínica varía desde la forma severa cerebralinfantil, con un deterioro neurológico y una evolu-ción fatal hasta portadores asintomáticos. El gen res-ponsable de la enfermedad ha sido identificado ycodifica para una proteína de transporte de la mem-brana peroxisomal, de función desconocida, homó-loga de la familia de transportadores ATP-bindingcassete. Diversas mutaciones del gen alteran la capa-cidad de la b-oxidación de los ácidos grasos de cade-na muy larga, aunque no se han descrito relaciónentre el genotipo y el fenotipo de la enfermedad.

El diagnóstico se basa en la presencia de síntomassugestivos y la determinación plasmática de ácidosgrasos de cadena muy larga saturados (ácido hexaco-sanoico, C26:0) o la ratio ácido tetracosanoico: ácido

docosanoico (C24:0:C22:0), o la ratio ácido hexaco-sanoico: ácido docosanoico (C26:0:C22:0). Además,el hallazgo de lesiones en la resonancia magnéticacerebral y la presencia de insuficiencia adrenal confir-man el diagnóstico. En la actualidad se puede realizarel análisis genético de las mutaciones del gen de laALD, y es posible el diagnóstico prenatal.

El tratamiento de la ALD incluye: tratamiento sinto-mático, tratamiento esteroideo sustitutivo, y una seriede tratamientos que incluyen el abordaje dietético.

El tratamiento dietético consiste en la restricciónde la ingesta de ácidos grasos de cadena muy larga,combinado con la suplementacion oral de aceite deLorenzo (mezcla de gliceril trioleato y gliceriltrieru-cato en proporción 4:1), que consigue normalizarlas concentraciones plasmáticas de ácidos grasos decadena muy larga. Los resultados clínicos no apoyanel uso de aceite de Lorenzo en pacientes con sínto-mas neurológicos preexistentes. No obstante, algu-nos estudios sugieren que la combinación GTO-GTEpuede enlentecer el deterioro neurológico de pacien-tes asintomáticos.

Los intentos de modificar la respuesta inflamato-ria cerebral utilizando agentes antiinflamatorios oinmunosupresores no han demostrado eficacia. Seha utilizado el transplante de médula ósea enpacientes con afectación neurológica moderada ydonante compatible, con resultados prometedores.

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TRATAM IENTO NUTR IC IONAL DE LA ADRENOLEUCODISTROF IA L IGADA AL CROMOSOMA X 225

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INTRODUCCIÓN

El quilo es un líquido que contiene en suspensión losproductos de la digestión y absorción de la grasa con-tenida en los alimentos y especialmente los triglicéri-dos de cadena larga (TCL). Es transportado por losconductos linfáticos a la circulación a través del con-ducto torácico. Aproximadamente entre el 70-90% dela grasa ingerida circula a través de este sistema(1).

Los conductos linfáticos actúan como mecanismode drenaje facilitando el retorno de fluidos, lípidos yproteínas desde los tejidos al sistema vascular a travésde la cisterna quilosa y el conducto torácico. La cis-terna quilosa está formada por tres troncos linfáticos:dos troncos lumbares de cada una de las extremida-des inferiores y un tronco intestinal (Figura 18.1). Dela cisterna quilosa deriva el conducto torácico queentra en el tórax a través del hiato aórtico ascen-diendo por el mediastino posterior en el hemitóraxderecho hasta la cuarta o quinta vértebra torácica enque pasa al hemitórax izquierdo, anterior a la arteriasubclavia y desemboca en el sistema venoso en laconfluencia de la vena subclavia y la vena yugularinterna izquierda.

La función del sistema linfático es el transportede la linfa de todo el organismo. De este flujo linfá-tico, el 50-90% deriva del intestino e hígado y con-

tiene la grasa absorbida en forma de quilomicrones,por tanto el flujo de linfa varía dependiendo de laingesta de grasa. El flujo de linfa en el estado deayuno puede ser ser tan bajo como 1 ml/min ypuede incrementarse a 200 ml/min después de unacomida grasa.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

El quilotórax y la ascitis quilosa son las manifesta-ciones más frecuentes de las alteraciones de los con-ductos linfáticos.

Quilotórax

Es una entidad caracterizada por el acúmulo dequilo en la cavidad pleural. Clínicamente se mani-fiesta como un derrame pleural del cual derivan lossíntomas.

La causa más frecuente de quilotórax es el quilotóraxsecundario a cirugía y/o traumatismo(2-5) (Tabla 18.1).Las causas postoperatorias se observan después deesofaguectomía, cirugía de cabeza y cuello u otra queinvolucre el hilio pulmonar derecho. La pérdida dequilo puede ser resultado de lesión directa del con-

Quilotórax y ascitis quilosadietas modificadas

en triglicéridos de cadenalarga y cadena media

11118888

Nuria Virgili Casas, Rosa Burgos Peláez

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Espontáneas– Quilotórax congénito– Neoplasias

• Hematológicas (linfoma)• Metástasis ganglionar mediastínica

– Amiloidosis– Tuberculosis y otros procesos infecciosos– Trombosis vena subclavia izquierda

Postraumáticas– Quirúrgicas

• Post-cirugía de cabeza y cuello• Post-cirugía esofágica• Post-cirugía pulmonar• Post-cirugía cardíaca

– Traumatismos cerrados• Traumatismo torácico• Postresucitación cardiopulmonar

ducto torácico o de fallo de la ligadura de sus ramascolaterales. Estos casos presentan en los primeros diasdel postoperatorio, un material blanquecino, lechoso,por el tubo de drenaje o más raramente manifestarsede forma tardía como un derrame pleural.

También el quilotórax puede originarse de formaespontánea por una alteración u obstrucción del sis-tema linfático. Entre los procesos obstructivos hayque destacar la patología neoplásica, en primer lugarlos linfomas que pueden representar el 20-30% de lasneoplasias, las metástasis ganglionares mediastíni-cas, el sarcoma de Kaposi(6). Las causas más frecuen-tes de quilotórax espontáneo por alteración primariade los conductos linfáticos son los linfangiomas, laslinfangioleiomiomatosis y las linfangiectasias aisla-damente o formando parte de síndromes poco fre-cuentes como la enfermedad de Gorham, el síndro-me de las uñas amarillas(7,8).

Ascitis quilosa

La ascitis quilosa es la acumulación de quilo en lacavidad peritoneal debido a ruptura u obstrucción delos conductos linfáticos abdominales. Clínicamente

se manifiesta por aumento del perímetro abdomi-nal, ascitis, disnea. En los pacientes postoperato-rios se presenta como aumento del perímetro abdo-minal cuando el paciente ha iniciado dieta vía oral,alrededor del 5º día del postoperatorio. El inicio dela dieta especialmente si contiene grasa induce unincremento del flujo linfático y como consecuenciaascitis.

La ascitis quilosa aunque es poco frecuente puedeser consecuencia de múltiples situaciones patológi-cas. En los adultos la causa principal es la obstruc-ción por neoplasias abdominales y en niños las ano-malías linfáticas congénitas. Las neoplasias que semanifiestan con ascitis quilosa son los linfomas y lacarcinomatosis peritoneal de neoplasias ováricas,gástricas o colon. La ascitis quilosa postquirúrgica,cómo consecuencia de un traumatismo operatoriodel conducto torácico, de la cisterna quilosa o desus ramas por cirugía sobre la aorta abdominal(aneurisma aorta, derivación aorto-femoral), shuntmesocava, o resecciones de la vena cava inferior esmucho menos frecuente (Tabla 18.2). También lacirrosis hepática, la sarcoidosis, la peritonitis bacte-riana espontánea o procesos infecciosos como latuberculosis, filariasis, pueden presentarse con asci-tis quilosa(1, 9-13).

DIAGNÓSTICO

Diagnóstico clínico

El diagnóstico se basará en la presentación clínicacon disnea, semiología de derrame pleural en el casodel quilotórax o distensión abdominal, presencia deascitis en el caso de la ascitis quilosa.

228 MANUAL DE NUTR IC IÓN Y METABOLI SMO

Tabla 18.1. Causas de quilotórax.

Figura 18.1. Anatomía del sistema linfático y el conduc-to torácico.

Vena yugularinterna

Conductotorácico

Venasubclavia

Esófago

Cisternaquilosa

Vena cavainferior

Vena cavasuperior

Conductotorácicoderecho

Vena ácigos

T12

T5

T1

Conductotorácico

Aorta

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QUILOTÓRAX Y ASCIT I S QU I LOSA DI ETAS MODI F ICADAS EN TR IGL ICÉR IDOS. . . 229

La práctica de toracocentesis o paracentesis seráconfimatoria con la obtención de un líquido cremo-so, inodoro, estéril, alcalino con alto contenido entriglicéridos y proteínas, bajo en colesterol y las célu-las predominantes linfocitos. (Tabla 18.3).

Técnicas de imagen

Las técnicas de imagen permiten el diagnóstico,extensión y la localización de la lesión linfática.Entre las técnicas disponibles encontramos la tomo-grafia axial computarizada, la linfografia o técnicasde estudio con isótopos(1, 2,9,11).

Congénitas– Ascitis congénita idiomática– Linfangiectasia intestinal– Hipoplasia linfática primaria– Linfangiomatosis

Adquiridas– Neoplasias

• Linfoma• Sarcoma Kaposi• Carcinomatosis peritoneal (ovario, gástrico,

colon)– Postoperatorias

• Cirugía aorta abdominal• Linfadenectomia retroperitoneal• Nefrectomia radical• Duodenopancreatectomia• Trasplante hepático

– Inflamatorias• Radioterapia• Tuberculosis• Pancreatitis• Diálisis peritoneal

– Traumáticas– Obstructivas– Hemodinámicas

• Cirrosis• Síndrome nefrótico

Tabla 18.2. Causas de ascitis quilosa.

Lípidos totales: 0,4-4 g/dl

Triglicéridos: 150-1.100 mg/dl

Colesterol: <220 mg/dl

Linfocitos: 400-7.000 cel × 103/dl

Proteínas totales: >3 g/dl

ph: alcalino

Tabla 18.3. Características del quilo.

AGCM

TCMLUZINTESTINAL

MUCOSAINTESTINAL

LP AGCM

TCLMLP

AGCL

AGCL

QMTCL

CO2

SISTEMALINFÁTICO

Tejidosperiféricos

QM

Lípidos

ÁCIDOSGRASOS

HÍGADO

VENA PORTA

AGCL

AGCL

Figura 18.2. Esquema del metabolismo de las grasas.TCL= triglicéridos de cadena larga; TCM= triglicéridos de cadena media; LP= lipasa pancreática; AGCM= ácidos grasosde cadena media; AGCL= ácidos grasos de cadena larga; QM= quilomicrones.

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REPERCUSIÓN NUTRICIONAL E INMUNOLÓGICA DE LAS LESIONESDEL SISTEMA LINFÁTICO

Habitualmente los efectos sobre el estado nutricio-nal dependen de la cantidad del flujo linfático, de lamagnitud y duración de la lesión así como de larepercusión clínica y del manejo nutricional delpaciente. Muchas veces los pacientes que puedenpresentar lesiones traumáticas o postquirúrgicas delsistema linfático permanecen en dieta absoluta locual retrasa la aparición del quilotórax o la ascitisquilosa. La mayor morbilidad deriva de las alteracio-nes en el metabolismo proteico y lipídico, el com-promiso inmunológico y el deterioro del estadonutricional.

Dado que el flujo linfático en condiciones nor-males puede alcanzar una media de 4 litros al día(10-100 ml/kg/d), una lesión importante del sistemalinfático puede suponer hipovolemia, alteracioneselectrolíticas, las más frecuentes hiponatremia ehipocalcemia, acidosis metabólica e inestabilidadhemodinámica. Las pérdidas pueden alcanzar 2-2,5litros al día.

Las pérdidas de linfa prolongadas pueden darlugar a una depleción proteica y de las reservas degrasa y vitaminas especialmente las vitaminas lipo-solubles, A, D, E y K.

La hipoproteinemia es debida a la pérdida dealbúmina, fibrinógeno e inmunoglobulinas que con-tiene la linfa. Las pérdidas proteicas son superioresen presencia de quilotórax que en la ascitis quilosa ytambién dependeran de su etiología. La depleciónproteica puede dar lugar a trasvase de líquido alespacio intersticial con la aparición de edemas y difi-cultad a para mantener el volumen intravascular.

A toda esta situación de pérdidas hay que sumarun aumento de las necesidades energéticas a conse-cuencia del traumatismo, cirugía o enfermedad sub-yacente.

El efecto adverso sobre el sistema inmunológicoderiva de la pérdida de linfocitos, los cuales repre-sentan el 95% del contenido celular del quilo. El 90%de estos linfocitos son linfocitos T, mediadores de lainmunidad celular la cual quedará afectada, al igualque la inmunidad humoral mediada por linfocitos B.Por otra parte, el complemento y la función de losmacrófagos permanecen normales. Los pacientestienden a presentar anergia, linfopenia, hipoalbumi-nemia y descenso de los niveles séricos de gamma-globulinas, lo cual los sitúa en una situación de ries-go para las infecciones bacterianas y virales(14).

TRATAMIENTO

Diversas modalidades de tratamiento pueden ser exi-tosas para el tratamiento del quilotórax y la ascitisquilosa. En un estudio retrospectivo(1) de 156 casosde ascitis quilosa de diferentes etiologías, el 67% seresolvieron con tratamiento conservador que incluíaparacentesis repetidas, reposición de líquidos, dietahiperproteica, baja en grasa y suplementada conTCM, nutrición parenteral y tratamiento farmacoló-gico con somatostatina y el 33% requirieron trata-miento quirúrgico. La respuesta al tratamientodependerá de la causa subyacente. En la enteropatíaperdedora de proteínas por linfangiectasia intestinalprimaria el tratamiento dietético puede beneficiar al67% de los pacientes. En otras situaciones como enlas neoplasias el beneficio del tratamiento dietéticoes mínimo por la mala tolerancia y difícil adherenciaal mismo.

Tratamiento dietoterápico

Dieta modificada en ácidos grasos de cadena larga y ácidos grasos de cadena media.

La grasa contenida en los alimentos (grasa dietética)es una importante fuente de energía, que representael 30-40% del consumo energético diario. Más del95% de la grasa dietética está compuesta por trigli-céridos de cadena larga (TCL), es decir triglicéridoscompuestos por ácidos grasos de 14 o más carbo-nos. La absorción intestinal de estos TCL comportauna serie de fases: emulsificación, hidrólisis por laslipasas, solubilización e incorporación en micelas,absorción de los quilomicrones por el enterocito ypaso a la linfa.

Contrariamente a estos, los triglicéridos de cade-na media (TCM) tienen una longitud de cadena quecontiene de 6 a 12 átomos de carbono. Las caracte-rísticas fisicoquímicas de los TCM, les confiere unaserie de propiedades metabólicas que los diferenciande los TCL y los hacen especialmente indicados enel tratamiento de determinados trastornos en losque debe restringirse el consumo de TCL. Estascaracterísticas fisicoquímicas se basan en una hidró-lisis intraluminal por parte de la lipasa pancreáticamás completa y rápida que la de los TCL que enausencia de lipasa y debido a su bajo peso molecu-lar, también pueden ser absorbidos en forma de tria-cilgliceroles. A diferencia de los TCL, no precisan

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sales biliares para su absorción y no penetran al sis-tema linfático, sino que son transportados a travésdel sistema venoso portal como ácidos grasos libresunidos a la albúmina. Al no incorporase a los quilo-micrones, su oxidación no requiere la lipoproteinli-pasa(17).

La mayoría de los TCM son retenidos en el híga-do, donde atraviesan a gran velocidad la doblemembrana mitocondrial sin requerir la presenciade carnitina. Una vez en la mitocondria se oxidanrápidamente, por lo que tienen poca tendencia adepositarse en forma de grasa corporal. Esta oxi-dación produce gran cantidad de acetil-CoA, partedel cual deriva a la producción de cuerpos cetóni-cos. Mientras la grasa dietética habitual proveeuna media de 9 kcal/g, los TCM aportan 8,3 kcal/g.

En una dieta controlada en TCL se reduce nota-blemente la cantidad de grasa que es una impor-tante fuente de energía alimentaria, por tanto losTCM, que también poseen una densidad energéti-ca elevada, suponen un suplemento dietético ade-cuado para la mayoría de situaciones fisiopatológi-cas, que justifican una reducción de la grasadietética.

Características de la dieta modificada en ácidosgrasos de cadena larga y media

La dieta baja en grasa y enriquecida en TCM es unadieta en la que debe limitarse la ingestión de grasadietética para reducir el aporte de TCL. Esto conlle-vará desaconsejar el consumo de carnes grasas ysus derivados, lácteos enteros, grasas de adición ytodas las preparaciones y recetas ricas en grasa(17-20)

(Tabla 18.4). Frecuentemente, los lípidos totalesrepresentaran un máximo del 20% de la energíaconsumida, viéndose limitados a una cantidadentre 25 y 50 g en función de la situación y la tole-rancia de cada paciente dado que dicha restricciónpuede limitar la adherencia a la dieta. A consecuen-cia de la restricción lipídica los hidratos de carbonoconstituirán la principal fuente de energía de ladieta. Según la cantidad de quilo secretado y lascaracterísticas individuales, las necesidades proteí-cas pueden estar aumentadas. Cuando así serequiera, una forma de incrementar el aporte protei-co puede ser mediante la incorporación de lácteosdesnatados, clara de huevo, legumbres y cerealesintegrales.

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GRUPOSDE ALIMENTOS Permitidos Desaconsejados

Bebidas Agua, zumos de frutas y verduras; Batidos de cacao, batidos con leche eninfusiones, café, té, refrescos; caldo vegetal. general, horchata, caldo de ave o carne*.

Pan, arroz, pasta italiana sin huevo, sémola, Bollería en general, croisants, ensaimadas,Pan y cereales harina, cereales, galletas integrales sin grasa. madalenas, donuts, galletas en general,

sopas preparadas.

Leche Leche y yogures desnatados, queso 0% MG, Lehe entera, nata, crema, flanes, quesos

y derivados quesos bajos en grasa*. secos, semisecos, duros y cremosos, leche de almendras.

Frutas, verduras Todas excepto las listadas como Aceitunas, coco, aguacate, frutos secosy legumbres desaconsejadas. oleaginosos.

Aceite*, margarina*, aliños libres de grasa, Mantequilla, margarina, manteca de cerdo,Grasas mayonesa (sin huevo)**. aceites vegetales, mayonesa,

bechamel.

Carnes Carnes magras*, pollo o pavo sin piel*, Carnes grasas o cocinadas con grasas, y derivados conejo*. pato, ganso, embutidos, vísceras.

Pescado Pescado blanco* (hervido, al horno, a la plancha, Pescado azul, pescado o marisco enlatadoy marisco ahumado), moluscos y crustáceos*. en aceite, mojama.

Huevos Clara de huevo, huevo entero*, yema de huevo*. Yema de huevo, huevo entero.

Azúcar, miel, mermelada, confitura, dulce de Chocolates, pastelería en general,membrillo, gelatinas, merengues, cualquier postre repostería casera o comercial que

Dulces y postres elaborado a partir de recetas con TCM, sorbetes, contenga entre sus ingredientes algúnhelados de agua, pastelería casera a base de alimento desaconsejado.alimentos aconsejados.

Tabla 18.4. Consejos para la selección de alimentos en una dieta modificada en triglicéridos de cadena larga y decadena media.

* Estos alimentos podrán consumirse solo si el especialista así lo indica, y siempre en la cantidad prescrita.** Preparada con aceite TCM.

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La dieta modificada en TCL y suplementada TCMsola o en combinación con diuréticos y puede serefectiva en los casos leves o moderados de ascitisquilosa pudiendo resolver alrededor del 50% de loscasos(1,7, 8-11, 16).

Suplementación nutricional

Suplementación con TCM

Los TCM se introdujeron en 1950 para el tratamientode las alteraciones de la absorción, metabolismo ytransporte de lípidos como fuente de energía en lassituaciones que requerían una importante reducciónlipídica. La suplementación con TCM permite asegu-rar un aporte adecuado de energía y mejorar las carac-terísticas organolépticas de las dietas bajas en grasa.

Los TCM comercializados se obtienen principal-mente del aceite de coco, y están formados por áci-dos grasos de una longitud de 8 y 10 carbonos.

Se puede disponer de TCM en forma líquida osólida, aislado o en combinación con otras sustan-cias o nutrientes (azúcares, ácidos grasos esenciales,proteínas, vitaminas, minerales). Esto permite apor-tar la cantidad precisa de TCM a todos los grupos deedad tanto en alimentación oral, enteral o parente-ral(16-20).

Dosis repartidas en distintas tomas de entre 15-20ml suelen ser bien toleradas. No es habitual observarintolerancias con un aporte diario de 50 g e incluso dehasta 100 g. Sin embargo, es aconsejable una intro-ducción lenta y progresiva hasta alcanzar el aportedeseado para evitar la intolerancia gastrointestinal connáuseas, vómitos, diarreas o distensión abdominal.

El principal problema relacionado con el cumpli-miento de esta dieta es el sabor de los TCM, muydistinto al habitual de los aceites vegetales lo cualpuede limitar la adherencia al tratamiento. Se pue-den aconsejar sugerencias de uso como añadirlos azumos de fruta y verduras, usar saborizantes, comoaliño, o en elaboración de salsas.

El uso de una dieta con restricción de TCL ysuplementada con TCM a largo plazo puede supo-ner un riesgo de déficit de ácidos grasos esenciales,pero este es poco frecuente pues el tratamiento con-servador en el quilotórax o la ascitis quilosa no sueleprolongarse más de 2-3 semanas.

Limitaciones de uso de los TCM. Por sus propie-dades cetogénicas, existen dos situaciones en lasque el empleo de los TCM puede estar limitado ocontraindicado: en individuos con riesgo de padecercetoacidosis, (diabetes descompensada, pacientesen cetosis o acidosis) y en la cirrosis hepática con osin shunt portocava en la que los niveles de TCM ensangre pueden incrementarse debido a una reduc-ción del aclaración hepático.

Suplementación nutricional con fórmulas definidas

Además de la dieta basada en productos naturales,se dispone de una serie de preparados exentos delípidos que pueden contribuir a alcanzar los objeti-vos nutricionales propuestos(21,22). Su forma de pre-sentación y saborización los hace muy adecuadospara la suplementación nutricional en las situacio-nes en que está indicada una dieta con bajo conte-nido en grasa (Tabla 18.5). Por la ausencia absolutade lípidos en estos preparados no deberían utilizar-se como único aporte nutricional, ya que su usoexclusivo de forma prolongada podría ocasionar undéficit de ácidos grasos esenciales.

Soporte nutricional artificial

Nutrición enteral

La nutrición enteral como tratamiento de las fístulasdel conducto torácico ha sido muy poco utilizada. Unestudio(23) comparando nutrición enteral respecto anutrición parenteral concluyó que el cierre espontáneode las fístulas era más precoz en el grupo de pacientestratados con nutrición parenteral. Basándose en los

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Kcal/ml Fuente Hidratos Presentación(%) de proteínas (%) (%)

Ensini 1.5 11 Lactoalbúmina caseína 89 0 Brick (200 ml)

Enlive Plus 1.5 12.8 Lactosuero 87.2 0 Brick (240ml)

Clinutren fruit 1.25 13 Proteínas séricas hidrolizadas 87 0 Copa (200 ml)

Tabla 18.5. Suplementos nutricionales exentos de lípidos.

Lípidos(%)

Proteínas(%)

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mecanismos fisiopatológicos de producción de la linfaen caso de utilizarse la nutrición enteral, se recomien-da el uso de fórmulas sin grasa o fórmulas elementaleso peptídicas en las que el contenido lipídico sea mayo-ritariamente a expensas de TCM(4).

Nutrición parenteral

La nutrición parenteral (NP) forma parte del trata-miento conservador de las alteraciones del sistemalinfático. El uso de NP habitualmente no se reco-mienda como medida terapéutica inicial. La NP esta-ría indicada en los niños, en aquellos pacientes conmala tolerancia a la dieta restringida en grasas, enlos casos que el tratamiento dietético no consiguereducir el flujo para conseguir el cierre de la fístulaquilosa, o que la patología subyacente requiera unaintervención nutricional más agresiva. Su indicacióntambién se ha recomendado en pacientes conimportantes pérdidas que han sido tratados concirugía reconstructiva abdominal.

El fundamento de la indicación de la NP es quepermitiría el reposo digestivo, la reducción del flujoesplácnico y secundariamente del flujo quiloso. Almismo tiempo la NP permitiría una rápida correc-ción de los desequilibrios electrolíticos.

La NP se debe ajustar a las necesidades energéti-cas y proteicas según la situación clínica del pacien-te. En su formulación puede incorporar lípidos abase de TCL y TCM puesto que la infusión se realizaa través de una vena central o periférica sin necesi-dad de pasar por el sistema linfático.

Cuando se inicia la NP, esta debería mantenersepor un periodo mínimo de 3 semanas para conseguiruna mejora clínica(1,9-11,14,16). La tasa de resolución deascitis quilosa postoperatoria o quilotórax puedeoscilar del 60 al 100% con NP. Los pacientes con NPpueden mantener la ingestión de líquidos sin grasa,con alimentos naturales o fórmulas nutricionales singrasa por vía oral sin que esto suponga un incre-mento del flujo linfático al mismo tiempo que per-mitiría mantener el trofismo intestinal(22).

Otros tratamientos

Tratamiento farmacológico.

En los pacientes en que no hay respuesta con NP, lasomatostatina en combinación con NP o adminis-trada aisladamente reduce de forma importante el

flujo en periodos tan cortos como dos días(24-27). Eloctreótido, análogo de la somatostatina tambiénejerce un efecto beneficioso para el cierre de las fís-tulas quilosas(28-29).

El uso de somatostatina reduce las secrecionesgastrointestinales, la absorción intestinal y el flujoesplácnico, la concentración de triglicéridos en elconducto torácico y el flujo linfático.

Otro tratamiento farmacológico es la etilnefri-na(30), fármaco simpaticomimético que reduce elflujo linfático en el conducto torácico por contrac-ción de la musculatura lisa de su pared.

Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico se recomienda en los casosrefractarios al tratamiento conservador.

El tratamiento quirúrgico primario irá dirigido areparar la lesión del conducto linfático lesionadomediante ligadura. Otros tratamientos quirúrgicoscon carácter paliativo son el talcaje pleural o el shuntpleuroperitoneal en el caso de quilotórax, o el shuntperitoneovenoso en la ascitis quilosa.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

El quilotórax y la ascitis son entidades poco frecuen-tes caracterizadas por el acúmulo de linfa en la cavi-dad pleural o peritoneal. Pueden producirse por lesio-nes primarias o congénitas del sistema linfático oadquiridas secundariamente a traumatismos postqui-rúrgicos, neoplasias primarias del sistema linfático ometastásicas en el mediastino o en el peritoneo.

El tratamiento de estas entidades será inicialmen-te conservador basado en una dieta modificada enTCL, con restricción de la grasa hasta un 20% delcontenido energético de la dieta, suplementada conTCM, dado que estos no precisan para su absorciónel paso a través del intestino y el transporte por elsistema linfático sino que pueden alcanzar directa-mente el hígado a través del sistema portal. Ademásde la suplementación con TCM, se puede incremen-tar el aporte energético con fórmulas nutricionalesexentas de grasa. Este tratamiento puede mantener-se durante 2-3 semanas y en caso de no resoluciónse optará por la NP. La somatostatina en combina-ción con NP o como tratamiento aislado adminis-trada en infusión continua o por vía subcutáneacomo octreótido puede ser una alternativa más en eltratamiento conservador.

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El tratamiento quirúrgico primario de la lesión opaliativo se reservará para los casos refractarios altratamiento conservador y dependerá de la causasubyacente.

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INTRODUCCIÓN

El control de la dieta es una de las formas de trata-miento más antiguas y más comunes que existen. Alo largo de los siglos se han empleado extensamen-te distintas dietas en un intento de controlar las cri-sis epilépticas, algunas de ellas basadas en el ayuno.Ya en tiempos de Hipócrates se detalla el tratamien-to de la epilepsia mediante el ayuno, considerandola epilepsia como una contaminación del cuerpo quedebía ser purificada.

Sin embargo, la primera evaluación científica deluso de la manipulación dietética fue comunicadapor Guelpa en 1911, con una dieta desintoxicantebasada en una dieta vegetariana de bajo contenidocalórico(1). A continuación Geyelin, en 1921, descri-bió el cese de las crisis con el ayuno absoluto. Estemismo año, Wilder describió el uso de una dietacon elevado contenido en grasas y bajo en carbohi-dratos, con efectos similares al ayuno, y atribuyó laspropiedades anticonvulsivantes a la producción decuerpos cetónicos(2).

Hasta 1938, la dieta cetogénica fue una de laspocas alternativas terapéuticas para el tratamiento dela epilepsia, pero el advenimiento de la MAE (medi-cación antiepiléptica) relevó al tratamiento dietético auna segundo plano, pasando a ser un recurso paraaquellos pacientes refractarios a MAE. A medianosde los 90, a raíz del impacto mediático de un casoresistente a múltiples fármacos e incluso a cirugíaque respondió a la dieta quedando libre de crisis, eltratamiento dietético volvió a ganar popularidad(3). Apesar del tiempo que lleva utilizándose esta terapéu-

tica, no se dispone de ensayos clínicos aleatorizadosque contrasten su eficacia. Actualmente hay ensayosclínicos en marcha para valorar esta modalidad detratamiento(2).

LA DIETA CETOGÉNICA

La DC (dieta cetogénica) es una dieta restrictiva conelevado contenido en grasas, relativamente bajocontenido proteico y muy bajo contenido en hidra-tos de carbono. Las comidas deben ser cuidadosa-mente seleccionadas y las raciones pesadas, lo quepuede hacer que comer fuera de casa, en la escuelao restaurantes, sea una tarea difícil. En algunosniños, pequeñas transgresiones, incluso inadverti-das como el azúcar contenido en jarabes, puedenrestar eficacia a la dieta. No todos los centros ofre-cen este tipo de tratamiento, dado que es una dietade difícil realización, engorrosa y requiere un equipode soporte entrenado para su implementación.

Indicaciones de la DC

Actualmente la DC se aplica a pacientes con epilep-sia intratable o con mala respuesta a MAE(3-7),habiéndose aplicado a una gran variedad de cuadrosepilépticos, tanto generalizados como focales(8-9),entre los que se destacan: crisis de ausencia, crisisatónicas, espasmos infantiles, epilepsia mioclónicasevera de la infancia, síndrome de Lennox-Gastaut,crisis parciales y crisis tónico-clónicas generalizadas.

Epilepsia. Dietas cetogénicas

11119999

Pere Leyes i García

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Sin embargo, no hay estudios que diferencien clara-mente que formas responden mejor a la dieta, por loque no pueden establecerse indicaciones en funcióndel tipo de crisis. De hecho, puede ser tributaria detratamiento con DC toda crisis intratable de cualquiertipo y origen que no haya respondido a una variedadde regímenes medicamentosos (Tabla 19.1).

Esta dieta también se ha testado en la deficienciade PDH (piruvato deshidrogenasa) y constituye eltratamiento de elección en defectos del GLUT1(transportador de glucosa 1)(10). El síndrome de ladeficiencia de GLUT1 es un defecto de transporte deglucosa al cerebro a través de la barrera hematoence-fálica y da lugar a hipoglucorraquia; causando epi-lepsia, retraso en el desarrollo y un trastorno motorcomplejo en la primera infancia. En este síndrome, laDC restaura el metabolismo energético cerebral, aun-que no influencia la función de GLUT1, por lo que lahipoglucorraquia continua siendo un dato caracterís-tico de estos pacientes en tratamiento con DC(11).Por otra parte, en el déficit de PDH, la DC proporcio-na un sustrato energético alternativo que sortea la víametabólica bloqueada, permitiendo la entrada de loscuerpos cetónicos en el ciclo de Krebs. En un estudiocon pacientes afectos de trastornos congénitos de laPDH, aquellos que iniciaron la DC más temprana-mente en la vida o aquellos que fueron sometidos amayor restricción de carbohidratos presentaronmayor longevidad y mejor desarrollo mental(12).

Contraindicaciones de la DC

Patologías como la deficiencia de piruvato carboxi-lasa, el déficit de carnitina u otros trastornos de la

oxidación de ácidos grasos son contraindicacionesal uso de la DC, y la administración de una DC enestos casos puede incluso llegar a ser fatal(13). Laprincipal consecuencia de los trastornos de la oxida-ción de ácidos grasos es la incapacidad de los tejidosextrahepáticos de utilizar ácidos grasos como fuen-te energética, junto con una incapacidad del hígadopara generar cuerpos cetónicos. El cuadro clínicoconsiste en la aparición en la infancia de hipoglice-mia hipocetósica, hepatopatía, hiperamoniemia yedema cerebral, usualmente después de un periodode estrés. El tratamiento se basa en comidas ricas encarbohidratos y evitar el ayuno(14). En todos losniños en edad infantil que presenten acidosis láctica,debe descartarse el déficit de piruvato carboxilasaantes de iniciar una DC (Tabla 19.1).

Está también contraindicado el uso simultáneode acetazolamida y la DC, por el riesgo de acidosismetabólica grave. Por ello, el tratamiento con aceta-zolamida debe suspenderse siempre antes de iniciarla dieta(15) (Tabla 19.2).

236 MANUAL DE NUTR IC IÓN Y METABOLI SMO

Indicaciones

Epilepsia refractaria a tratamiento, habiéndoseconstatado:

– Buen cumplimiento de la medicación.– Se han provado al menos 2 ó 3

anticonvulsivantes a las dosis máximas toleradas.– Mal control de las crisis.

Alteraciones metabólicas:– Déficit de GLUT1– Déficit de piruvato deshidrogenasa.

Contraindicaciones

– Déficit de Piruvato carboxilasa.– Déficit de carnitina.– Otros trastornos de la oxidación de ácidos grasos.

Tabla 19.1. Indicaciones y contraindicaciones de la dietacetogénica.

Fármaco Acción Efecto

Mayor penetrancia Fenobarbital en el sistema nervioso. Somnolencia.

Eliminación retardada.

Acetazolamida Inhibición de la Riesgo deanhidrasa carbónica acidosis grave.

Ácido Inhibición ß-oxidación. Déficit devalproico Conjugación con la carnitina.

carnitin acil-transferasa.

Tabla 19.2. Interacciones farmacológicas y dieta cetogénica.

Eficacia de la dieta cetogénica

La mayoría de estudios sobre los efectos de la DCson observacionales. La última revisión Cochrane noencontró ensayos controlados aleatorios sobre eluso de esta dieta(2). Sin embargo, los estudios nocontrolados indican que existe un potencial efectobeneficioso(9,16-17). El nivel de cetosis producido porla incompleta oxidación de grasas cuando se reduceel aporte de carbohidratos, parece jugar un papelclave en la efectividad de esta dieta. Sin embargo, elmecanismo bioquímico anticonvulsivante de la DCes desconocido.

En las series más recientes, alrededor de un 30%de pacientes queda libre de crisis o bien las reduceen más de un 90%. El porcentaje de pacientes quereducen más de un 50% el número de crisis oscilaentre un 40% y un 50%(5-6,8,18). Una buena parte de

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los sujetos tratados son niños entre 5 a 10 años(3).Diversas publicaciones han demostrado que fuerade este margen de edad, también los niños en edadinfantil(16) y los adolescentes(6) pueden beneficiarsede esta dieta.

Los efectos beneficiosos de la dieta persisten en unnúmero significativo de pacientes a pesar de haberseparado la dieta, a la vez que la DC permite a menudodisminuir o parar el uso de MAE en un 64 a 70% depacientes(17,19). En una serie con seguimiento a 3-6años, un 27% de los niños inicialmente tratados conDC tenía un control de las crisis superior al 90%, y lamayoría de ellos ya había parado la dieta. De estegrupo, la mitad (13%) estaba completamente libre decrisis. Por otra parte, 30 (36%) de los 83 niños quesiguieron la dieta durante un año estaban sin medica-ción y 28 (34%) tomaban un solo fármaco. De lospacientes que habían conseguido una reducción delas crisis superior al 90%, el 41% estaban sin medi-cación y otro 29% tomaba sólo un fármaco(19).Teniendo en cuenta que estas dietas se aplican amenudo cuando los pacientes no han respondido a3 o más MAE, su perfil de eficacia es considerable.

Conviene también decir que el cumplimientoestricto de esta dieta es difícil. El número de pacien-tes que consiguen mantenerse con la dieta y com-pletar el tratamiento es bastante bajo: entre 30-40%(5,8). En un estudio prospectivo de 150 niños, elporcentaje de pacientes que seguían con la dieta fuede 83%, 71% y 55%, a los 3, 6 y 12 meses, respec-tivamente. La mayoría de abandonos fueron por efi-cacia insuficiente o por mala tolerancia a una dietatan restrictiva(18).

Por otra parte, la dieta no tiene un efecto sedantey los pacientes están más alerta(13). En un estudioretrospectivo de 58 casos tratados con DC, el 36% depacientes estaba más alerta y un 26% había mejora-do su comportamiento(17). La reducción de la MAE yel control de las crisis en los pacientes que respondena la DC puede contribuir a este efecto. Sin embargo,conviene tener en cuenta que la acidosis metabólicafacilita el paso de fenobarbital a través de la barrerahematoencefálica, a la vez que hace su eliminaciónrenal más lenta, por lo que se recomienda un ajustede dosis al iniciar la DC(20) (Tabla 19.2).

Características de la dieta cetogénica

La dieta en su forma clásica consiste en un aporteaproximado del 85 a 90% de las calorías en forma degrasas, un 5 a 10% en forma de proteínas y un 3 a

5% en forma de carbohidratos. En algunos protoco-los, el aporte calórico acostumbra a estar por deba-jo de las recomendaciones para este grupo de edad(75 kcal/kg/día de promedio), con el objetivo demantener el peso ideal para la talla y unas cetonuriasmáximas. La dieta debe aportar las proteínas nece-sarias para el crecimiento (1 g de proteína/kg/día)(Figura 19.1). Se pueden utilizar productos edulco-rados con sacarina, pero hay que excluir aquellosedulcorantes que contengan alguna cantidad de car-bohidratos en su composición.

La ingesta de líquidos suele limitarse aproximada-mente a un mililitro por caloría (60-70 ml/kg/día),sin embargo no existe ninguna explicación científicaque demuestre el efecto antiepiléptico de la deshi-dratación. Si bien el consumo de líquidos puedediluir la orina, no por ello disminuye la cantidad decuerpos cetónicos en la sangre. De hecho, variosautores no limitan su aporte ya que no ha sidodemostrado un mayor efecto sobre el control de lascrisis y aumentan los efectos colaterales de la DC(20).

Los objetivos de la DC son conseguir la desapari-ción o reducción del número de crisis y asimismodisminuir el uso de MAE. Por otra parte, la dietadebe asegurar un adecuado desarrollo pondoestatu-ral y evitar complicaciones, siendo necesario unestricto control ambulatorio durante su realización.

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Figura 19.1. Cálculo para una dieta cetogénica.

Dieta cetogénica con una razón G/HC+P de 4:1

Grasas HC+P1 unidad dieta 4 g 1 gCalorías 36 kcal 4 kcal = 40 kcal totales% calórico 90% 10%

Cálculo para un niño de 18 kg

18 kg × 75 kcal/kg/día = 1350 kcal/día

90% G = 1.215 kcal → 1.215 kcal/9 kcal/g =1350 kcal

10% HC + P = 135 kcal

P: 1 g/kg/d × 18 kg = 18 g proteínas

→ 18 g × 4 kcal/g = 72 kcal

Reparto en 3 comidas

Grasas Proteínas Carbohidratos– Desayuno 45 6 5– Comida 45 6 5– Cena 45 6 5

= 135 g Grasa

135 – 72 = = 63 kcal

63 kcal/4 kcal/g =15 g de hidratos

de carbono

}

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Relación grasas y carbohidratos más proteínas

Las razón grasas a carbohidratos más proteínas tam-bién se ha modificado en diferentes versiones dedietas, describiéndose razones de 2:1 hasta de 4:1.Las razones más altas serían las más restrictivas y,probablemente, las más efectivas. En las etapas derápido crecimiento, como la infancia y la adolescen-cia, la razón aplicada acostumbra a ser menos res-trictiva (3:1) para permitir un suficiente aporte pro-teico (1-1,5 g/kg/d) para el crecimiento.

Composición lipídica

El tipo de grasas aportadas es un factor que generalógico interés dado su potencial para alterar el perfillipídico. En un estudio aleatorizado hecho con suje-tos sanos, se compararon dos tipos de dietas ceto-génicas (70% de grasa): una dieta rica en grasaspoliinstauradas con otra rica en saturadas. A los 5días, la dieta rica en poliinsaturadas indujo mayornivel de cetosis que la dieta rica en saturadas, mien-tras esta última produjo aumentos significativos enlos niveles de colesterol total y LDL, que no seobservaron en la primera. Sin embargo, la dieta ricaen grasas poliinsaturadas dio lugar a una mayor inci-dencia de náuseas(21).

El principal reto de estas dietas consiste en con-seguir un mejor perfil de aporte lipídico mantenien-do una palatabilidad y tolerancia aceptables.

Suplementación

La dieta es deficitaria en vitaminas y en algunosminerales. Para evitar carencias, se aconseja suple-mentar la dieta con un preparado multivitamínico,calcio, vitamina D, hierro, ácido fólico, magnesio yzinc(3,5). Algunos protocolos incorporan de formarutinaria la suplementación con carnitina (50-100mg/kg/d)(5).

Controles

En la práctica clínica se ha observado que una trans-gresión con carbohidratos puede inducir un aumen-to de las crisis, por lo que es importante el controlhabitual de cetonurias; aunque no son tan fiablescomo la medición de cuerpos cetónicos en sangre

para valorar el nivel de cetonemia conseguido con ladieta. El objetivo principal es mantener unas ceto-nurias máximas (160 mg/dl) y una concentraciónplasmática de beta-hidroxibutirato entre 2-4mmol/L(20).

Durante los primeros días de ayuno son frecuen-tes las hipoglucemias, por lo que es necesario reali-zar control de glucemia cada 4 a 6 horas, aumen-tándose la frecuencia a cada 2 horas si aparecehipoglucemia (inferior a 40 mg/dl). También esimportante valorar diariamente el peso, el estado dehidratación y la tolerancia, estableciendo los ajustesnecesarios en función de estos.

En el seguimiento al alta se controla mensual-mente el peso y la talla. Cada tres meses se hacecontrol analítico con hemograma, perfil lipídico, pro-teínas, albúmina, calcio, fósforo, función renal, per-fil hepático, ionograma, equilibrio ácido-básicovenoso y betahidroxibutirato. Es aconsejable deter-minar los niveles de carnitina cada seis meses, sobretodo si no se suplementa regularmente, y convienehacer un control electrocardiográfico una vez al año.

Es importante también valorar los excipientes delos medicamentos que tome el paciente, ya quemuchos de ellos llevan almidón o lactosa. Estosingredientes inactivos no siempre están bien identi-ficados pero pueden influenciar la efectividad de ladieta, por lo que su contenido debe ser verifica-do(20). Especial atención deben prestarse a los medi-camentos genéricos, en que los cambios de exci-piente son frecuentes. Cualquier medicaciónrecetada debe estar exenta de azúcares y derivadoscomo glucosa, sacarosa, lactosa, galactosa, malto-sa, fructosa, almidones y dextrinas y también sorbi-tol o manitol. Si el aporte total de azúcares o deri-vados excede el 10% de los carbohidratosaportados por la dieta en un día, la cantidad enexceso debería descontarse del cómputo total decarbohidratos de la dieta(22).

Duración del tratamiento con una DC

La dieta se mantiene mientras es beneficiosa. Deforma típica, se prolonga 1 o 2 años si resulta exito-sa. Se interrumpe antes si es inefectiva o bien dema-siado restrictiva para el paciente. La retirada de ladieta también es paulatina, procediéndose a un ajus-te durante meses. Inicialmente se reduce la relacióngrasas a carbohidratos más proteínas y, poco a poco,se van relajando medidas restrictivas de pesada delos alimentos y control de las raciones.

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Tipos y variantes de la DC (Tabla 19.3)

Forma clásica

En su forma clásica la dieta cetogénica tiene un repartocalórico muy enriquecido en lípidos con una relaciónde 4 a 1 entre grasas y hidratos de carbono más prote-ínas. El aporte proteico se sitúa alrededor de 1 g/kg/d yel de carbohidratos entre 5 a 10 g/d. El protocolo des-crito por el Johns Hopkins Hospital requiere un ingresode 5 días e incluye un periodo de 24 a 48 horas deayuno seguido por una introducción paulatina de ali-mentos con alto contenido en grasa(3) (Tabla 19.4).

Supresión del ayuno inicial

Hay evidencias de que el ayuno inicial no es necesa-rio para la eficacia de la dieta a largo plazo. En unestudio reciente se comparó una dieta cetogénica sinayuno (DCSA) con controles históricos que utilizaron

el protocolo del Johns Hopkins Hospital con ayunoprevio. La DCSA se implementó dando 1/3 de loscalorías estimadas el primer día, 2/3 el segundo día yel total de las calorías requeridas al tercer día. No seencontraron diferencias en el tiempo en conseguircetonurias ni en la incidencia de hipoglucemias entrelos dos grupos. El perfil de eficacia fue similar: 34,1%de los pacientes con DCSA estuvieron sin crisis almenos 3 meses, comparado con el 34,9% de contro-les históricos. Sin embargo, la incidencia de deshidra-tación moderada fue significativamente menor en elgrupo DCSA (12,2%) respecto al grupo tratado conayuno (62,7%). Por otra parte, la estancia hospitala-ria del grupo tratado con DCSA fue menor(4).

DC a base de triglicéridos de cadena media

La mayoría de la dietas cetogénicas están basadas enun elevado aporte de grasas saturadas en forma de tri-glicéridos de cadena larga. Como fuente alternativa degrasas, los TCM (triglicéridos de cadena media) tie-nen un mayor potencial cetogénico al no depender dela carnitina para su oxidación. La DC a base de TCM,inicalmente descrita por Huttenlocher(23) en 1971, fueideada en un intento de proporcionar mayor flexibili-dad respecto a los carbohidratos y mejorar la palata-bilidad, con un perfil de eficacia similar. Este mismoautor demostró que la efectividad de la dieta dependíadel nivel de cetosis conseguido(24).

La forma clásica se basa en la mezcla de TCMcon leche desnatada, a ser consumido como bebidaen las comidas. A pesar de ser una dieta de mejorsabor, el perfil de tolerancia digestiva fue peor, sien-do la diarrea y el hinchazón abdominal quejas fre-cuentes. En la forma modificada de la dieta, los TCMaportan menos del 50% del de las grasas(15).

El uso de dietas a base de MCT, al contrario de laforma clásica, se ha relacionado con cambios favo-rables en el perfil lipídico. En un estudio no aleatori-zado comparando la forma clásica de la dieta con ladieta MCT, se observó un aumento del colesteroltotal y LDL a los 4 meses en los pacientes tratadoscon la dieta clásica, mientras que aquellos tratadoscon la dieta MCT mostraron un aumento del coles-terol HDL y disminución del colesterol LDL y de larelación colesterol total a colesterol HDL(30).

Preparados comerciales

Está descrito el uso de leche cetogénica líquidacomo complemento a la dieta o bien de forma exclu-

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Tipos de dietas cetogéncias

– Clásica– Sin ayuno previo– Dieta MCT y dieta MCT modificada– Preparados comerciales– Otros: dieta Atkins

Variaciones introducidas en la dieta

– Razón lípidos/proteínas + carbohidratos– Tipo de grasas– Con o sin ayuno previo

Tabla 19.3. Variantes de dietas cetogénicas.

Día previo Bajo consumo de carbohidratos

al ingreso por 24 horas.Se inicia el ayuno por la noche.

Día 1 Continua el ayuno.Restricción de fluidos a 60-75 ml/kg.

Cena: una tercera parte de la dieta Día 2 calculada en forma de yema de

huevo batida.

Desayuno y comida: una tercera parte de la dieta.

Día 3 Cena: aumenta a 2/3 partes (aún yema de huevo).

Desayuno y comida: dos terceras Día 4 partes del aporte correspondiente.

Cena: aporte completo.

Día 5 Dieta cetogénica completa.

Tabla 19.4. Protocolo dieta cetogénica.

Modificado de Kossoff EH. More fat and fewer seizures: dietarytherapies for epilepsy. The Lancet Neurology 2004; 3: 415-20.

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siva(8). También existe en el mercado una fórmulacomercial en polvo con una relación 4:1 (Ketocal®SHS). Con una solución de 20 gramos de productoen 100 ml de volumen se obtiene una densidad caló-rica de 1,44 kcal/ml, y el aporte de macronutrientesse reparte en 14,4 g de lípidos (72% de monoinsa-turados, 15% de poliinsaturados y 13% de satura-dos), 3 g de proteínas y 0,6 g de carbohidratos.

La dieta Atkins

Para un número importante de pacientes, la DCresulta demasiado restrictiva y de difícil cumplimien-to. Se ha sugerido el uso de la dieta Atkins comoalternativa para aquellos que no toleran una dietacetogénica convencional. La dieta Atkins es una dietarestrictiva en carbohidratos creada originalmente parael tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Las calo-rías quedan repartidas en un 60% de grasas, 30% deproteínas y 10% de carbohidratos, pudiendo darlugar a cetosis si los carbohidratos se reducen lo sufi-ciente. No restringe las calorías ni las proteínas por loque tiene mejor tolerabilidad. Hay descripciones en laliteratura con grupos muy reducidos de pacientesque hablan de efectos beneficiosos, en forma dereducción del número de crisis y del uso de MAE, en50% de pacientes(25), sin embargo no existen aúnestudios contrastados sobre su uso, lo que no per-mite hacer recomendaciones al respecto.

Complicaciones

Aunque la mayoría de complicaciones mejoran contratamiento conservador y no requieren el cese de ladieta, la aparición de complicaciones o intoleranciaa la dieta han sido causa de suspensión de la dieta,durante los primeros 6 meses de la dieta, para un 29a 38% de pacientes según las series(5,8).

Complicaciones metabólicas

La deshidratación descrita como una pérdida depeso superior al 5%, disminución de la turgenciacutánea, sequedad de mucosas y aumento en ladensidad urinaria (superior a 1.020), es la complica-ción aguda más frecuente sobre todo en los proto-colos que usan ayuno inicial, a pesar de recibir sue-roterapia de mantenimiento. Está descrita unaincidencia del 46,5%, de los cuales el 86% había

seguido el protocolo con ayuno inicial(5). Como seha señalado anteriormente, omitiendo el inicialperiodo de ayuno se puede prevenir la deshidrata-ción en la mayoría de pacientes sin diferencias en eltiempo de cetosis ni la eficacia de la dieta(4).

La hipoglucemia transitoria es a menudo unacomplicación de las DC tanto si hay ayuno inicialcomo no. La mayoría no son sintomáticas y se recu-peran espontáneamente. Las sintomáticas (7%) serecuperan con éxito administrando un poco dezumo de naranja (30 ml)(5). Una hipoglucemia gravey prolongada puede ser una complicación de enfer-medades metabólicas que conviene descartar antesde iniciar una DC(13). La hiperuricemia aparece confrecuencia (26,4%). También se han descrito hipo-magnesemia (4,7%) e hiponatremia (4,7%).

Los trastornos en los lípidos plasmáticos son fre-cuentes. Hay descrita la aparición de hipercolestero-lemia e hipertrigliceridemia en un 32% y 36%, res-pectivamente. De éstos, aproximadamente un 70%mejoraba espontáneamente(5). En un estudio pros-pectivo, la incidencia de dislipemia fue muchomayor: 61% presentaron hipercolesterolemia, 53%los niveles de colesterol-LDL elevados (siendo estric-tamente normales solo en un 28%), niveles de coles-terol-HDL bajo o borderline bajo en un 16% y 33%respectivamente, e hipertrigliceridemia en un 65% deniños en edad infantil y en un 27% de niños mayo-res. Los valores medios de colesterol total, LDL y tri-glicéridos superaban el percentil 95 a los 6 meses deiniciada la dieta. A los 12-24 meses los niveles delípidos plasmáticos habían mejorado, aunque conti-nuaban siendo mayores a las cifras basales(7).

Complicaciones nutricionales

En un estudio retrospectivo en 26 niños tratados conDC con una razón 4:1 y un aporte proteico de 1g/kg/día, no se observaron diferencias significativasen las cifras de proteínas y albúmina en plasma a los6 meses de la dieta, encontrándose estas dentro delos rangos de normalidad(26). Sin embargo, está des-crita la aparición de hipoproteinemia en un 5,4% deniños, durante las primeras semanas de seguimiento,mejorando el cuadro al aumentar el aporte proteico a1,5 g/kg/d(5).

La incidencia de déficit secundario de carnitina fuebaja (1,6%), aunque los datos provienen de una serieen que la mayoría de niños había recibido suplemen-tación con carnitina (66 mg/kg/día) de forma rutina-ria(5). En un estudio prospectivo, el 19% de pacientes

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tuvo que ser suplementado por niveles bajos de car-nitina, aunque ninguno de ellos presentó signos clí-nicos de déficit. Los niveles de carnitina al inicio dela dieta se correlacionaron negativamente con elnúmero de fármacos anticonvulsivantes que recibíael paciente(27). Especial atención debe prestarse a lacarnitina si el paciente recibe tratamiento con ácidovalproico, dado que se ha descrito deficiencia de car-nitina asociada a este fármaco(22) (Tabla 19.2).

Probablemente debido a que el uso de preparadosmultivitamínicos es universal, no hay descripcionesde deficiencias de vitaminas con el uso de DC. Sinembargo, los suplementos vitamínicos habitualespueden contener cantidades insuficientes de selenioy otros elementos traza. Un estudio reciente, reali-zado a partir de un caso de miocardiopatía por défi-cit de selenio, describe una incidencia de nivelesbajos de selenio en 20% de pacientes en tratamien-to con DC, aunque ninguno de ellos presentó signosclínicos ni ecocardiográficos de cardiopatía(28).

Efectos sobre el desarrollo

La pérdida de peso aparece de forma frecuente duran-te el seguimiento de una DC(30). Se ha descrito que el64,4% de pacientes está en un percentil bajo depeso. La posibilidad de retraso del crecimiento con eluso prolongado de la dieta en niños genera lógicapreocupación, por lo que debe vigilarse de cerca laevolución pondoestatural de todos los niños tratadoscon DC. En un estudio a 6 meses, los pacientes semantuvieron en su percentil de peso y talla(26). Sinembargo, hacen falta estudios con periodos deseguimiento más largos para valorar si el crecimientolineal se mantiene a mayor duración de la DC.

Complicaciones digestivas

Las alteraciones gastrointestinales son también fre-cuentes. La diarrea es la más común (32,6%). Lasnáuseas y vómitos (27,9%) se han relacionado conun inicio brusco de la dieta y el grado de cetosis. Enmucha menor frecuencia también se ha descrito laconstipación (2,3%), atribuible a una escasa ingestade fibra dietética. Es de destacar que a partir de las 4semanas un 27,9% de los pacientes sigue con moles-tias gastrointestinales. La hepatitis en las primerassemanas de tratamiento es una complicación pocofrecuente (2,3%). Aunque muy infrecuentemente,hay descritos casos aislados de pancreatitis(5).

Complicaciones infecciosas

De entre las complicaciones infecciosas, cabe desta-car la neumonía lipoidea por aspiración, por su gra-vedad. Es de destacar que una dieta rica en grasaslentece el vaciado gástrico y, de producirse una cri-sis comicial, existe un elevado riesgo de broncoaspi-ración(5).

Complicaciones cardíacas

Aunque es una rara complicación, hay descritos enla literatura casos de miocardiopatía en relación condéficit de selenio(28), normalizándose al suplementarcon selenio y parar la dieta. En un estudio recienterealizado en una población de 20 niños con DC, seobservaron trastornos del ritmo en forma de prolon-gación del intervalo QT en 3 de ellos (15%), conuna duración media de la dieta de 13±8,4 meses.Uno de los pacientes presentó además un cuadro demiocardiopatía dilatada con niveles de selenio nor-males. Tanto la prolongación del intervalo QT comola miocardiopatía se resolvieron al pararse la dieta(29).

Otras complicaciones

Dado que los pacientes en DC están en un estadocrónico de acidosis, hay riesgo de desmineralizaciónósea. Por este motivo se aconseja la suplementaciónrutinaria con calcio y vitamina D. La osteopenia apa-rece a más largo plazo en un 14,7% de pacientes.También se ha descrito litiasis renal en un 3,1% depacientes, por lo que se recomienda aumentar deforma preventiva la ingesta de líquidos, dado que nodisminuye la eficacia de la dieta(5).

RESUMEN Y CONCLUSIONES

A pesar de no disponer de estudios controlados quenos indiquen que lugar debe ocupar la DC en la tera-péutica, conviene recordar que la DC lleva utilizán-dose desde hace casi un siglo, por lo que el volumende experiencia acumulado con esta dieta es conside-rable. Probablemente, la DC tiene menos efectossecundarios que algunos fármacos anticonvulsivan-tes, y muchos de ellos son tratables y reversibles.

A pesar de que el uso de la DC no ha sido eva-luado en ensayos clínicos controlados y aleatorios,los abundantes estudios no controlados que existen

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indican un efecto beneficioso sobre el control de lascrisis. De hecho, su eficacia es potencialmentemayor que los anticonvulsivantes convencionales enniños con epilepsia intratable y constituyen unabuena alternativa terapéutica en estos casos. De sereficaz, la DC se prolonga habitualmente duranteuno a dos años, procediéndose después a la retiradapaulatina de la dieta, sin que exista un protocolobien establecido para ello. Por otra parte, en un por-centaje importante de casos, el uso de la DC ha per-mitido la reducción o la supresión de la medicaciónanticonvulsivante.

La restricción calórica y el control de consumo delíquidos no parece aportar ventajas en la DC.Igualmente, la fase de ayuno inicial en la DC no es undeterminante para la eficacia de la dieta y, en cambio,aumenta la frecuencia de efectos secundarios rela-cionados con la deshidratación. El tipo de lípidosaportados en la dieta puede modificar sustancial-mente los efectos sobre el perfil lipídico, aunquetambién puede afectar su palatabilidad y aceptación.

Durante la instauración de la dieta es muy impor-tante una estrecha vigilancia de la glucemia y delestado de hidratación. Durante el seguimiento debecontrolarse la evolución pondoestatural y vigilar laaparición de complicaciones. Es importante ademásla suplementación con vitaminas y minerales paracubrir las RDA de estos.

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