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    Makuyeika: la que anda

    en muchas partes

    Diana Negrn da SilvaCentro de Investigaciones y Estudios Superiores

    en Antropologa Social,CIESAS-

    Occidente

    RESUMEN:A pesar de la creciente poblacin indgena urbana, el imaginario popular y acadmico

    sigue fijando al ser indgena dentro de geografas marginales, ya sea en el campo o en la ciudad.

    Dentro de este marco la presencia de universitarios y profesionistas indgenas en las ciudades

    de Mxico permanece como una realidad poco reconocida por las instancias de gobierno, los

    acadmicos y la sociedad civil. Partiendo de un estudio etnogrfico sobre las experiencias de

    jvenes wixaritari (huicholes) que residen, estudian y trabajan en Tepic y Guadalajara, el presente

    artculo analiza las tensiones entre las expectativas, anticuadas y raciales, que delimitan tanto la

    autenticidad indgena como la creciente heterogeneidad geogrfica y cultural de universitarios yprofesionistas wixaritari.

    PALABRAS CLAVE:pueblo wixrika, universitarios indgenas, pluriculturalismo, derecho a la

    ciudad, activismo.

    ABSTRACT:Despite the growing urban indigenous population, the popular and academic imagi-

    nary still continues to focus on the indigenous within marginalized geographic areas, whether it

    be in the countryside or the city. Within this framework, the presence of indigenous university

    students and indigenous professionals in Mexican cities remains a little recognized fact by the

    governmental agencies, the academic world and civil society. Based on an ethnographic study of

    the experiences of young Wixaritari (Huichols) who live, study and work, in Tepic and Guadala-

    jara, this article analyzes the tensions between the expectations, both outdated and racialist, that

    delimit indigenous authenticity and the increasing geographical heterogeneity, student culture,

    and the Wixaritari professionals.

    KEYWORDS:wixarika people, indigenous students, multiculturalism, right to live in the city,

    activism.

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    INTRODUCCIN

    A travs del espejo

    El sitio web proclama ser una empresa de chocolates dirigida por un cha-mn que apoya a los indios huicholes. La imagen del indgena en elpaquete de la barra de chocolate podra llevar a quien la ve a imaginarque l y su comunidad extica pronto vern estos dlares convertidos enpesos, o quizs en cacao, puesto que estos indios siguen sujetos a sus eco-nomas prehispnicas. El portal de la empresa afirma que el huichol, de-clarado tesoro nacional de Mxico, es una de las pocas tribus americanasque an mantiene sus tradiciones precolombinas. El chocolate ha sido

    una parte rica de su tradicin durante cientos de aos, y el dulce ahoraest siendo utilizado para conservar su cultura y forma de vida.1Segnla lgica de conservacin cultural habilitada por el capitalismo, el consu-mo de estas barras de chocolate puede ayudar a que el wixrika (singular)siga siendo indgena.

    Hasta hace poco Shaman Chocolatesafirmaba que 100% de sus ganan-cias estaban destinadas al apoyo de un grupo cultural y geogrficamenteimpreciso de indios huicholes. El representante de la empresa con quientuve correspondencia en junio del ao 2010 subray que queran utilizarlos fondos para construir una fbrica de chaquira y para apoyar al primeruniversitario wixrika, pero an estaban esperando obtener ganancias delproducto. La correspondencia termin abruptamente cuando mencionque existan centenares de universitarios y profesionistas wixaritari (plu-ral), y que incluso algunos han estudiado fuera de Mxico. Pero el imagi-nario de los consumidores del mundo desarrollado se despedazara antela divulgacin de este hecho. Mientras tanto, las caras empaquetadas denios indgenas felices, y la mirada estoica de un anciano, seguirn con-tribuyendo al imaginario de un pblico global que cree fcilmente que losindgenas no existen en los espacios universitarios, y mucho menos que

    estn presentes como rbitros en los tribunales.Inicio mi artculo con esta ancdota para exponer cmo las personas

    y las cosas son movilizadas para asegurar las ficciones arraigadas que si-guen cercando a los pueblos indgenas. Las caras indgenas que aparecenen esos paquetes de chocolate son vistas a travs del espejo erigido porpersonas occidentales enamoradas de la posibilidad de encontrarse con elotro tnico; aunque la materialidad de una compra est establecida en la

    1 Vase , consultado el 7 de junio de 2010.

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    existencia de personas abstradas, detenidas en el tiempo y en el espacio.Sin embargo, estas personas abstradas son verdaderas y tienen voces quepueden contestar e invertir el espejo. En las siguientes pginas examinar

    cmo los universitarios y jvenes profesionistas wixaritari estn negocian-do su lugar en un mundo que a menudo sostiene expectativas imposiblessobre quines deberan ser sujetos indgenas.

    Utilizo trabajo etnogrfico para demostrar que el paisaje pospluricul-tural ha presentado nuevas problemticas que los pueblos indgenas debenmanejar estratgicamente. Los universitarios y profesionistas wixaritarique viven en Guadalajara y Tepic habitan varios espacios y desempeandiversos papeles para poder cumplir con sus compromisos personales,con sus familias y con sus comunidades tnicas. El concepto wixrika de

    makuyeika aqul o aqulla que anda en muchos lugares articula lasmltiples responsabilidades que asumen los jvenes wixaritari tanto en laciudad como en sus comunidades tradicionales. Propongo que el concep-to de makuyeikapuede ayudarnos a reconocer la heterogeneidad y fluidezgeogrfica y cultural de las experiencias contemporneas de los jveneswixaritari, as como de otros jvenes indgenas. De este modo, makuyeikatrabaja contra la corriente de representaciones raciales y espaciales de loswixaritari representaciones que siguen siendo construidas con base enla legitimidad institucional del archivo y perpetuadas por el imaginariopopular.

    Es particularmente importante escuchar las voces de estos jveneswixaritari en el momento en que sus sitios sagrados estn siendo amena-zados por concesiones mineras, presas hidroelctricas y desarrollos tu-rsticos. Aunque estos territorios sagrados estn siendo derribados por elcapital internacional, la cultura material y espiritual wixrika est siendoconsumida cada vez ms por un pblico global. Mi trabajo etnogrfico conlos universitarios y profesionistas wixaritari y con sus organizaciones ex-pone las variadas respuestas que han germinado durante este momentocrtico en la historia del pueblo wixrika.

    En la secundaria fui discriminado, lo puedo decir as. No me gustaba ir a lasierra, era adolescente, me vesta diferente. Me acuerdo que vesta como cholo,con el cabello largo y el cinto colgando, tenis grandes que llamaban la atenciny que decan el nombre de marca. No me gustaba ir a la sierra, mi mam meobligaba cuando yo estaba en la secundaria, tienes que venir. Y desde esa vezyo dije, voy a aprender a hablar espaol bien, pero jams como ellos, jams.Eso por el maltrato que tuve, por las experiencias, y pas el primer ao as, pormi color de piel, por cmo hablaba, por cmo me vesta.

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    Entonces, en mi graduacin de la preparatoria, ya el tercer ao, ya me em-pezaron a respetar porque haba cambiado mi forma de pensar. Y cambiaronellos, me acuerdo de los compaeros que me decan cosas y ya en tercero eran

    mis amigos, porque era ms bien una falta de educacin por ellos porquellegaban y empezaban a hablar dizque en mi lengua materna, a remedarme, yles dije, ni s lo que estn diciendo. Y en la graduacin fue la primera vez queme puse un traje huichol en la ciudad. Fue importante para m, porque all cambi completamente, me puse mitraje, es ms, ni saba ponrmelo, de hecho mi mam se burl cuando vio lasfotos porque no saba cmo ponrmelo. Y me dijeron los compaeros y los direc-tivos que queran que yo diera el mensaje de graduacin con mi traje. Por esodecid ponerme mi traje. All fue donde cambi en muchas cosas, porque dije,

    yo as soy, y all fue donde mi mam dijo, t cambiaste, porque ella sabecmo pas todo y cmo no quera ir [a Tepic]. All reconocieron todos, me escu-charon todos, el propio gobernador constitucional del estado de Nayarit, Anto-nio Echevarra, l fue nuestro padrino, todos me escucharon. Imagnate! Muchosegresados de este colegio, y all fue donde me empezaron a reconocer, sal en elperidico, por primera vez un estudiante wixrika que sala, porque en ese tiem-po s haba, s se reconoca pblicamente, y le el mensaje al final y mis compae-ros me felicitaron por ser quien soy, algo muy importante para m. Porque puedoser quien soy. En las fotos de graduacin todos andan de negro, en toga, y yo conmi traje wixrika. (Periodista y activista wixrika, 4 de julio de 2010.)

    ELRECONOCIMIENTOMSALLDELAAUTENTICIDAD

    La imposible demanda que se les pone a los pueblos indgenas: principalmente, que

    anhelen y se identifquen con sus tradiciones culturales de una manera que, en una

    convergencia asombrosa de intereses, se acomoden al imaginario nacional y legal del

    multiculturalismo; y que a la vez orienten sus identidades sensuales, emocionales y

    corpreas hacia la imagen nacional y legal de las formas culturales tradicionales,

    y de la reconciliacin nacional, y que al mismo tiempo crean este ser para la nacinpara que sus deseos por alguna certeza econmica en sus vidas no parezca oportunista.

    ELIZABETHPOVINELLI, The Cunning of Recognition.2

    En la primavera del ao 2010 fui invitada a participar en un seminariodedicado a la presencia de pueblos indgenas en Guadalajara. El objeti-vo del grupo era plasmar una serie de conversaciones acerca de la creciente

    2 Traduccin propia.

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    heterogeneidad de residentes indgenas en la ciudad y, adems, poner estapresencia en dilogo con cuestiones vigentes de discriminacin, de las ten-siones existentes entre diferentes etnias indgenas en la ciudad y de cmo

    los espacios urbanos estn siendo utilizados por las 54 etnias indgenas queresiden en Guadalajara. Durante la primera reunin present mi trabajo deinvestigacin sobre estudiantes y profesionistas wixaritari. Intent sealarla diversidad de trayectorias que mostraba cada estudiante y el trabajo de-licado que se tiene que emprender para revelar las semejanzas y diferen-cias entre las experiencias de jvenes wixaritari que viven en Guadalajaray Tepic. Resalt que mientras algunas de las familias de estos estudianteshan vivido en la ciudad durante ms de una generacin, otros estudian-tes llegaron a la ciudad recientemente con la intencin especfica de realizar

    sus estudios superiores. Seal que, a pesar de las diferencias en las histo-rias familiares y en las redes sociales que cada estudiante tiene en la ciudad,la mayora comparten la experiencia de discriminacin racial y el obstculode negociar sus variadas identidades entre el mundo mestizo y el wixrika.

    Durante la sesin de preguntas, un antroplogo que ha estudiado lasactividades religiosas en una comunidad rural wixrika seal la falta deautenticidad cultural que demuestran algunos estudiantes wixaritari, ase-verando que algunos utilizan su identidad tnica como estrategia para ob-tener privilegios de la sociedad mestiza, cuando en realidad ellos mismosse han amestizado. Dicho investigador seal a un joven profesionistawixrika exitoso afirmando que utilizaba su etnicidad, su ser wixrika,para avanzar en su carrera personal. Los comentarios de dicho acadmicome llevaron a plantearme una serie de preguntas sobre los criterios y lasexpectativas respecto de los estudiantes indgenas: Existe otro estndarmoral para los estudiantes indgenas? Ellos deberan ser naturalmente co-munitarios y, por ende, no buscar beneficios personales? Es intrnseca-mente inmoral utilizar la herencia cultural para avanzar en el logro delas metas, ya sean individuales o de ndole comunitaria?

    Como seala Elizabeth Povinelli [2002] en su estudio sobre los lmites

    del reconocimiento de los aborgenes en la Australia contempornea, lospueblos indgenas son sujetos a una carga particular de pureza, una cargaque no se impone a otros miembros de la sociedad. Varios meses despusel lder estudiantil al que el antroplogo acus de oportunista tnico com-parti conmigo su perspectiva. Segn l, slo haba recuperado el orgullopor su herencia cultural a finales de la preparatoria; y que, despus de aosde sentir vergenza por ser wixrika y de esconderse detrs de una identi-dad mestiza, decidi ponerse el traje tradicional de su comunidad para sugraduacin. Este joven relat que comenz a sentirse avergonzado desde

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    que dej su comunidad y su familia para estudiar la secundaria en Tepic,Nayarit. Sus compaeros mestizos lo despreciaban por su acento al hablary su forma de vestir, pero cuando lleg a la preparatoria ya haba adquirido

    la habilidad para camuflarse como mestizo. Evidentemente, los rgidos pa-radigmas culturales sostenidos por algunos antroplogos no les permitenconsiderar esta dolorosa lucha contra la identidad y la pertenencia.

    Lo cierto es que la mayor parte del conocimiento sobre las culturas in-dgenas que se tiene en Mxico sigue emanando del lente de acadmicosno indgenas. El antroplogo Juan Castillo Cocom esclarece este hecho alcriticar lo que denomina la creacin de lo maya por arquelogos, antro-plogos, lingistas e historiadores. Argumenta que los pueblos indge-nas que han sido agrupados bajo la categora tnica maya a menudo sienten

    que, para obtener algn tipo de reconocimiento poltico, econmico o cul-tural, tienen que viajar en un mapa previamente creado para ellos perono por ellos [Castillo 2005]. La comprensin de los estndares que se hanestablecido para el reconocimiento requiere regresar al archivo como elcuerpo de investigaciones acadmicas y gubernamentales que definen latradicin y autenticidad [Povinelli 2002: 230]. Por lo tanto, el archivo haceque el reconocimiento dependa de la internalizacin y la actuacin cuida-dosa basada en la imagen nacional y legal de las formas culturales tradi-cionales, y de la reconciliacin nacional, las que al mismo tiempo crean esteser para la nacin para que sus deseos por alguna certeza econmica en susvidas no parezca oportunista [Povinelli 2002: 8]. Siguiendo esta lgica, sejuzga a un lder estudiantil como oportunista por sobreactuar su identidadindgena y tratar de ser demasiado autntico, demasiado tarde.

    Esta lnea frgil de reconocimiento que enfrentan los pueblos indge-nas va ms all de los problemas que presentan los juicios de los expertosculturales, ya que el reconocimiento tiene importantes implicaciones parala sobrevivencia material esto incluye el acceso a tierras, los programaseconmicos, la representacin poltica y la matriculacin acadmica. Elcriterio para ser reconocido hace que el indgena sea claramente diferencia-

    ble del mestizo, por lo general a travs de su vestimenta, lenguaje y docu-mentos que revalidan su pertenencia tnica. Pero qu hace un juez cuandorecibe un reclamo territorial de personas indgenas que visten, actan ysuenan como los vecinos suburbanos que son? [Povinelli 2002: 13]. Qule sucede a un estudiante ambicioso que ha pasado su vida entera en laciudad y no tiene ninguna conexin directa con autoridades comunalesque puedan certificar su membresa tnica? Y qu le sucede a aquel jo-ven que creci avergonzado de ser diferente pero que ha descubierto quesest orgulloso de su cultura? Es justo acusarlos de oportunismo tnico?

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    Estas preguntas ilustran cmo el estrecho lente utilizado para demarcarla autenticidad fcilmente ignora el legado histrico de inequidad polticaeconmica y de dominacin sociocultural. Esto incluye los bajos nmeros

    de personas indgenas que estudian en institutos de educacin superior.Estos problemas estn ligados de manera distintiva a los cambios pol-

    ticos contemporneos que declaran que los Estados-nacin son confor-mados por sociedades pluriculturales. En Mxico este cambio surgi en1992, cuando la reforma constitucional declar a Mxico nacin pluricultu-ral y, como resultado, estableci que sus instituciones deben actuar confor-me a la ley y facilitar la participacin plena e igual de todos sus ciudadanossin importar la lengua que hablen, la vestimenta que usen o su color depiel. Estos cambios han surgido, en parte, por la necesidad de reconocer y

    contrarrestar el legado de discriminacin que organiz conceptos de ciuda-dana basados en la asimilacin de la cultura dominante. A lo largo del si-glo el pensamiento y la poltica indigenista se bas precisamente en lanocin de asimilar a los pueblos indgenas a la sociedad mestiza a travs delas tecnologas disciplinarias de la escuela, la Reforma agraria y el merca-do. A partir de la dcada de 1980 la lgica clsica del indigenismo se de-rrumb, dando paso a modelos participativos de desarrollo que fueronacompaados por el avance del pluriculturalismo [De la Pea 2002].

    A pesar de esta corriente pluricultural, los estereotipos y las actitudesracistas permanecen a travs de diferentes gamas polticas de la sociedadmexicana. Para entender el desprecio racial que muchos siguen albergan-do contra sus conciudadanos indgenas basta con leer los comentarios queacompaan los videos de grupos de msica regional wixrika en YouTube.Una noticia sobre un asalto en una brecha rural, la cual fue publicada en2010 y en la que no se mencion la etnicidad de los asaltantes, fue segui-da por el siguiente comentario: No s cmo acab, si eran koras (sic) ohuicholes, pero s que muchos de estos cabrones son unos huevones, sloquieren andar echados en la sombra esperando que otros los mantengan.3

    Para el segmento de la poblacin que no tiene acceso a internet, los pro-

    gramas televisivos tambin ayudan a circular imgenes particulares sobre elindgena. La telenovelaMara Isabel(1997) fue protagonizada por la actrizde tez clara, Adela Noriega, que interpretaba a una sirvienta huichol en unhogar de clase alta de Guadalajara. Los smbolos utilizados para darle auten-ticidad a este personaje incluyeron su fuerte acento indio, trenzas y unacombinacin de inocencia e incompatibilidad con el Mxico urbano de losricos. Su ser huichol fue sugerido a travs de su vestuario supuestamente

    3 Vase Nayarit en lnea, 10 de marzo de 2010.

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    autntico y algunas escenas de la casa de sus padres un escenario tambingenrico e incongruente que de alguna forma debe ser visto como indge-na. Irnicamente, aunque la telenovela pretende mandar un mensaje mo-

    ralizador sobre la discriminacin en el Mxico moderno, la actriz que seescogi para representar el papel de Mara Isabel no es ni wixrika ni indge-na, y los smbolos utilizados para hacerla india reproducen viejos estereo-tipos. No obstante, es amada y aceptada por el pblico por su belleza (blanca),su simplicidad, y por la compasin y el amor que le muestra su patrn.

    El desafo inminente aqu presentado es el equilibrio no tan delicado en-tre los estereotipos positivos y negativos del indgena; los primeros repre-sentados como folclor colorido y victimizacin dignificada; y los segundos,como ignorancia y pasividad, e incluso como actitudes secesionistas que al-

    gunos atribuyen al activismo indgena. En trminos burdos, la autenticidadque espera el imaginario popular queda relegada a imgenes de un chamno artesano, o un mendigo ignorante que se aprovecha de la sociedad. Porotro lado, el investigador todava suele basar sus criterios de autenticidaden el archivo, juzgando si las personas son o no indgenas segn el gradode interaccin que tienen con la modernidad occidental. En este sentido,falta mucho para que la sociedad efectivamente trascienda los estereoti-pos raciales que modelan nuestros imaginarios populares y acadmicos atravs de medios de consumo, sean stos programas televisivos, cartelescomerciales o estudios cientficos. Tomando en cuenta estas circunstanciases injusto acusar a un joven lder indgena de utilizar su etnicidad paraascender en la escala educativa y profesional, particularmente porque suactitud responde a los lmites que la sociedad mexicana le ha impuesto y aque la corriente pluricultural ha abierto las puertas para hacerlo.

    ESTRATEGIASDERECONOCIMIENTOENUNMUNDOPLURICULTURAL

    Cada vez que me pongo mi traje o mis pulseras lo primero que me dicen en la calle es

    cunto vale? Ven mi cultura y la quieren adquirir, cunto vale?, cunto vale?.(Miguel ngel,4Congreso Internacional de Estudios Interamericanos,Universidad de Guadalajara, 23 de septiembre de 2012.)

    Los cambios discursivos que han emanado del Estado mexicano, loscrculos acadmicos y la sociedad popular han hecho poco para alterarlas expectativas culturales y espaciales que, a pesar de los avances legales

    4 Todos los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de los participantes.

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    y culturales que trajo la corriente pluricultural, siguen existiendo con res-pecto a los pueblos indgenas. Muchos universitarios wixaritari hablan decmo sus compaeros no indgenas relacionan de inmediato la cultura

    huichol con el cactus alucingeno conocido como peyote, o con las artesa-nas de chaquira que venden muchos miembros de esa comunidad.

    Aunque estas referencias culturales no necesariamente son ofensivasy pueden ser abordadas de forma sincera, es fcil que se conviertan en de-gradantes y cosificantes, en particular cuando se espera que el estudiantewixrika acte de acuerdo con estos marcadores culturales. Como el peyo-te y la artesana se han convertido en los marcadores ms visibles de lo hui-chol, los compaeros de un estudiante huichol suponen que ste tambin esartesano o tiene experiencias con el peyote que puede compartir con ellos, o

    que incluso puede invitarlos a una ceremonia tradicional.El epgrafe de esta seccin ilustra cmo la cosificacin del otro t-nico est ntimamente ligada a la cosificacin de la cultura indgena, con-vocando lo que Diane Nelson llama el efecto fetiche de la indigeneidad[Nelson 1999: 163]. Para los wixaritari es comn que algn desconocido enla calle les pregunte si los trajes y las artesanas que llevan puestos estnen venta. En el caso de Miguel ngel, los desconocidos que se le aproxi-man no consideran el valor simblico que posee una pulsera hecha por unpariente. Como comentar ms adelante, aunque la lucha del pueblo wix-rika para defender los sitios sagrados est siendo divulgada en la prensa ypromovida a nivel internacional, los wixaritari estn siendo cada vez msrequeridos para posar en fotografas o vender artesanas tpicas. No obs-tante, estos momentos son interpelados de formas distintas y no necesaria-mente conducen a la contestacin formal por parte del ser estereotipado.De hecho, con tantas personas interesadas en encontrar el camino hacia unestado de nirvana, algunos wixaritari han aprovechado los beneficios eco-nmicos que conlleva la imagen popular de la cultura espiritual wixrika.

    Castillo Cocom arguye, en lo referente a la esfera poltica, que el legadodel indigenismo y sus reformulaciones pluriculturales bajo el neoindige-

    nismo han permitido que algunos individuos se inserten en el sistema par-tidista (el y el ) utilizando su identidad indgena [Castillo 2005].Esto se transforma en un juego poltico que opera en dos direcciones: elpartido poltico gana puntos culturales al tener la membresa y el apoyo deindividuos o comunidades indgenas, mientras que el candidato o traba-jador partidario indgena obtiene privilegios culturales, econmicos y po-lticos. Algunos profesionistas wixaritari del estado de Nayarit tambinhan debatido la manera en que los partidos polticos acuden a la Univer-sidad Autnoma de Nayarit () para pescar estudiantes wixaritari y

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    ofrecerles puestos con el fin de que acten como intermediarios entre stosy sus comunidades. Ocasionalmente esto puede incluir el reclutamiento deotros estudiantes indgenas para que acudan a un mitin poltico o respal-

    den a un candidato. Es posible que los wixaritari que representan a un par-tido no vean ningn problema en utilizar su herencia tnica comoinstrumento para alcanzar mayor movilidad econmica y poltica, y sinduda tienen derecho a sentirse orgullosos de su trabajo.

    Algunos estudiantes wixaritari rechazan la nocin de que deben de-mostrar su autenticidad ante un pblico mestizo. Xaureme lleva variosaos participando en organizaciones wixaritari, y como profesor universi-tario, o como un joven profesionista wixrika, est consciente de la delicadalnea por la que tiene que caminar en Tepic. Por ejemplo, se sinti molesto

    cuando colegas de la universidad le pidieron que se pusiera su traje wix-rika para la fotografa de docentes a pesar de que en su vida cotidiana seviste con ropa mestiza. La razn de su molestia fue que consider que lademanda de sus colegas se debi a que lo tenan clasificado como un em-pleado diferente. En otra instancia, un profesor de la universidad ofen-di a Xaureme al cuestionarle repetidamente su presencia en las oficinas dela facultad y al mostrar sorpresa cuando ste le explic de manera reiteradasu legtimo derecho a estar en dicho espacio. Pero aunque Xaureme pareceno sentirse tan orgulloso como para vestir su indumentaria huichol ante lascmaras, est profundamente comprometido con sus comunidades wixari-tari en Tepic y en la sierra. Para l lo importante es tener claro cundo y endnde se quiere distinguir como wixrika.

    De forma intencional o no, el clima pluricultural presente ha producidoexpresiones contradictorias que atraviesan el espectro social y poltico.La corriente pluricultural ha expuesto lo que Philip Deloria [2004] llama laparadoja del pensamiento racial, la cual se manifiesta en las respuestas alos deseos de algunos de proteger al indgena de la modernidad impuestaspor quienes consideran que su destino es el de la asimilacin total. Aunqueestas expectativas paradjicas no son novedad, el crecimiento de migracio-

    nes y redes entre el campo y la ciudad, adems del aumento en las tecnolo-gas ligadas a internet, han hecho que el viejo estereotipo del indgena seacada vez ms inconsistente con la realidad. Estas expectativas raciales ex-ponen las fronteras sociales y polticas profundamente estticas que se con-tinan erigiendo sin tomar en cuenta las transformaciones individuales ycolectivas, en este caso una creciente poblacin heterognea indgena en loscentros urbanos de Mxico.

    Charles Hale, en su libro Ms que un indio [2006], explora la ambiva-lencia que sienten los ladinos ante la ascendencia de la imagen maya en la

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    Guatemala de la posguerra. Su investigacin encontr que aunque los la-dinos dicen no ser racistas y ser multiculturalistas, mantienen perspectivasracistas sobre los pueblos indgenas y desean proteger sus privilegios racia-

    les con el argumento de que las instituciones acadmicas, gubernamentalesy no gubernamentales, dan preferencia a todo lo concerniente a la pobla-cin indgena y le otorgan innumerables recursos que los ladinos no tienenoportunidad de obtener. Segn Hale, la ambivalencia racial se refiere a:

    [] las sensibilidades polticas que abarcan el apoyo hacia el principio de laigualdad cultural a la vez que mantienen compromisos profundos con las condi-ciones sociales que preservan las ventajas materiales e ideolgicas de los ladinos.Por extensin, el trmino se puede aplicar a aquellos que expresan solidaridad

    con los indios, pero siempre y cuando stos sean vctimas inocentes en vez deprotagonistas, como actos benvolos propagados desde un alto rango de la jerar-qua social [Hale 2006: 108].

    El concepto de ambivalencia racial nos puede ayudar a comprenderpor qu tantos mestizos que dicen respetar a los pueblos indgenas no con-ciben la idea de que un indgena pueda obtener los mismos puestos profe-sionales que ellos. Finalmente, el estudiante indgena a menudo se enfrentaa las expectativas imposibles que le presenta una sociedad pluriculturalque le cierra las puertas si no parece autntico, pero sospecha de l si semuestra demasiado orgulloso de su herencia tnica.

    DESPERTARESURBANOS

    Hay que comprar libros, hay que comprar cartulina, los tiles escolares y loorganizativo. Hay que ir a estar vinculados con las comunidades [wixaritari],ir a las asambleas Si queramos computadoras, era solicitarle al y ha-cer gestiones como podamos. As, le tenas que buscar por el lado que fuera,

    pero la verdad se necesitaba tiempo para dedicarle a la organizacin. Eran trespaquetes para m. (Ignacio hablando de su experiencia como estudiante dederecho en el y la carga organizativa para mantener la Unin de JvenesEstudiantes Wixrika.)

    La Unin de Jvenes Estudiantes Wixaritari () fue una organizacinapoyada por la rectora del , la universidad jesuita de Guadalajara,que ayudaba a los estudiantes wixaritari a matricularse en esa instituciny les daba apoyo econmico a cambio de que prestaran servicios a sus

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    comunidades. El lema de la , Para el desarrollo del pueblo wixrika,impulsaba la idea de que cada estudiante modela un camino laboral utilita-rio distinto en beneficio de su comunidad: derecho, contabilidad, arquitec-

    tura, ingeniera, etc. Desde su fundacin en el ao 2000, hasta su disolucinen 2005, los miembros de la dividan su tiempo entre el colegio, eltrabajo y las funciones que era necesario desempear para mantener a laorganizacin activa. Esto inclua la venta de artesana wixrika para pagarlos tiles escolares.

    Equilibrar todas estas responsabilidades no era nada fcil, pues comoseala Ignacio en el epgrafe de esta seccin, los estudiantes wixaritari notenan el privilegio de enfocarse en un solo aspecto de sus nuevas vidasuniversitarias. Mientras algunos haban vivido un tiempo significativo en

    Guadalajara antes de entrar a la , otros recin haban llegado a la ciu-dad, por lo que su red de apoyo econmico y social an era muy dbil. Equi-librar estas variadas responsabilidades tena fuertes repercusiones, puestener alguna dificultad en la universidad, en el trabajo o en la organiza-cin implicaba no poder terminar la licenciatura. En otras palabras, paralos estudiantes wixaritari estas responsabilidades eran mutuamente con-tingentes: pues no cumplir un requisito acadmico significaba perder susbecas y privilegios universitarios, mientras que perder sus trabajos respec-tivos en el campus implicaba que no pudieran pagar su alojamiento, ali-mentos y transportacin.

    Uno de los miembros de la seala que la organizacin se disol-vi cuando se combinaron diversos factores, entre los cuales resaltaba lodifcil que era para los miembros equilibrar sus deberes como estudiantes,trabajadores y organizadores (5 de febrero de 2010). Aunque los estudian-tes intentaban trabajar como un grupo unido, algunos tenan ms xitoque otros y, eventualmente, Ignacio advirti que la dej de apoyaral grupo entero para dar su apoyo slo a los estudiantes cuyo xito aca-dmico era continuo (24 de junio de 2010). Adems, los miembros de la no tenan experiencia en administrar una organizacin y no siempre

    contaban con personal universitario que los orientara y monitoreara susactividades. La breve trayectoria de la ilustra las intensas responsa-bilidades que enfrentan los estudiantes wixaritari, en particular los quellevan poco tiempo en la ciudad y que sienten una fuerte obligacin ha-cia sus familias y comunidades. Aunque slo tres de los cinco miembrosiniciales consiguieron sus licenciaturas, la uni a un pequeo peroimportante grupo de estudiantes wixaritari, los cuales se han dedicado acoordinar iniciativas educativas, legales y administrativas en sus respecti-vas comunidades.

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    Roco de Aguinaga, una profesora del , recuerda que la sur-gi por la necesidad que tena la universidad de apoyar la inscripcin yretencin de estudiantes indgenas (31 de mayo de 2010). Adems de las ne-

    cesidades econmicas bsicas, los aspirantes universitarios wixaritari, es-pecialmente los provenientes de escuelas rurales, enfrentaban el reto clarode aprobar el examen de inscripcin. Ante esta realidad algunos profesorescomprometidos ayudaron a preparar a un grupo de estudiantes wixaritaripara que aprobaran el examen. De Aguinaga recuerda que estos jvenestrabajaban da y noche para alcanzar el nivel acadmico de sus competido-res mestizos, la mayora de los cuales haban pasado sus vidas estudiandoen colegios privados en Guadalajara. No obstante, los que aprobaron elexamen de inscripcin continuaron enfrentando las inequidades educati-

    vas del Mxico en el que fueron criados:

    Era pesado, y era pesado porque de todas maneras traan un nivel bajo de for-macin. O sea, una cosa es que el querido Juan fuera brillante y otra cosa esque, como Carlitos mismo, reprob materias. Muy brillantes, pero tenan quetrabajar y les costaba, y les costaba psicolgicamente, socialmente, eran esfuer-zos importantes. (31 de mayo de 2010.)

    Como seala De Aguinaga, los estudiantes de la no slo en-frentaban la dificultad para el ascenso acadmico, sino tambin las dife-rencias sociales, culturales y econmicas que coloreaban sus experienciasen el campus.

    Entre las historias que he escuchado repetidas veces de universitarioswixaritari est la de las dificultades econmicas que experimentan en laciudad, en especial la de Guadalajara, con su desenfrenada expansin ur-bana, en donde los estudiantes a menudo tienen que escoger entre comprarun almuerzo o tomar el transporte pblico para dirigirse a sus hogares,lugares de empleo y la escuela. En una institucin privada como el existen entre los estudiantes agudas diferencias de capital econmico y so-

    cial. Al estar el ubicado a un lado del anillo perifrico de Guadalaja-ra, muchos de los estudiantes llegan en carro particular y tienen el apoyofinanciero de sus padres, por lo que no necesitan tener un empleo. Ignaciorecuerda que sus compaeros mestizos seguido tenan pausas entre susclases para socializar e ir a sus hogares a almorzar o a dormir la siesta. l,en cambio, tena que tomar clases continuas, entre el horario de su trabajo,o utilizar las pausas en su horario para ir a la biblioteca y leer los librosque no poda comprar. Las experiencias de Ignacio en el subrayanlas diferencias:

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    Los estudiantes mestizos nunca me invitaron los fines de semana, era de lunesa viernes. Porque los fines de semana se iban a Vallarta, a Mazatln, a Acapul-co y regresaban bien quemados, y te preguntaban, t qu hiciste?. Y en el

    verano pues se iban a Estados Unidos, que a Europa, Alemania, Venecia, purasde esas. Y t? Yo en la sierra, trabajando. Pues a veces era de platicar quhicieron. Te digo, es otro mundo, pero aun as entabl un buen dilogo. Nuncafui duro con ellos. (24 de junio de 2010.)

    Sin duda, las experiencias de Ignacio en el le dieron una pers-pectiva invaluable para comprender las dinmicas de raza y clase que per-mean las relaciones sociales de Guadalajara.

    Con las llamadas secundarias y preparatorias interculturales, que se

    han establecido en las comunidades wixaritari desde mediados de la d-cada de 1990, ha llegado a la ciudad una nueva generacin de estudianteswixaritari que jams haba estudiado al lado de mestizos. Anita, una estu-diante de administracin de empresas recuerda su primer mes en el :

    En las primeras semanas de clases todo fue muy difcil, jams haba tenidoclases con mestizos, estaba muy nerviosa, pensaba que iba a reprobar materias,no entenda nada en las clases, extraaba a mi comunidad Poco a poco me fuiadaptando y perdiendo los nervios, conoc a ms gente con quien convivir.Aparte, mis compaeros de carrera tienen otra visin, ellos ya tienen empresasy slo quieren dedicarse a eso y a ganar dinero, fui conociendo todo esto enlas primeras semanas. (22 de junio de 2010.)

    Uno de los contrastes ms fuertes que enfrent Anita con sus compae-ros mestizos fue su motivo para estudiar administracin de empresas, puesella quera obtener conocimientos prcticos para regresar a su comunidadrural y trabajar en la administracin de fondos de desarrollo comunitario,los cuales histricamente han sido mal administrados por gente ajena a lacomunidad o por wixaritari con poca capacitacin para ello, en tanto que

    sus compaeros ya tenan acceso a las empresas familiares y su principalobjetivo al estudiar esta carrera era ganar dinero. Anita saba que ir a estu-diar a Guadalajara sera ms difcil que ir a una ciudad ms pequea, comoTepic, que tiene una fuerte red de estudiantes wixaritari. Sin embargo, estedesafo era precisamente lo que la motivaba a salirse de su comunidad,mudarse a una casa ajena y estudiar entre la lite de Guadalajara.

    Pero no todos los estudiantes wixaritari que estudian en Guadalajarason recin llegados a la ciudad, algunos llevan ms tiempo viviendo enella, de manera que ya estn urbanizados y, por lo tanto, su capacidad para

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    sobresalir en el aula o en un empleo es diferente a la de los universitarioswixrika. Esta diferencia tambin se manifiesta en la relacin que mantie-ne el estudiante con la cultura wixrika y en su habilidad para conseguir

    que se le vea como huichol. Esto es particularmente visible en Tepic, don-de hay varios estudiantes wixaritari que han pasado la mayor parte de susvidas viviendo fuera de las comunidades serranas.

    Beatriz proviene de una familia educada y con ascendiente movilidadsocial. Sus padres fueron maestros y en el ao 2010 su padre fue el primerwixrika elegido para el congreso estatal de Nayarit. El hermano mayor deBeatriz estudi derecho en la Universidad Autnoma de Nayarit () yfue el primer defensor pblico bilinge wixrika-espaol, a lo que se de-dic durante dos aos en el estado de Jalisco. Esta familia no slo ha roto

    varias barreras educativas, tambin ha desafiado estereotipos a travs desu vida de clase media, la cual les ha permitido tomar vacaciones dentrodel pas y adquirir productos que muchos wixaritari anhelan. Beatriz hacursado dos licenciaturas, la de Comunicacin en la y la de Cienciasde la Educacin en la Universidad Pedaggica de Nayarit. Hace poco ter-min una especialidad en Tecnologas Pedaggicas en la Universidad deGuadalajara, a travs de la cual espera alcanzar su sueo de disear unsoftware de alfabetizacin que se pueda utilizar en salones rurales indge-nas (entrevista, 4 de julio de 2010).

    A pesar de su formacin excepcional esta joven profesionista sigue en-frentando discriminacin por ser indgena, e indica que ser indgena hasido un mayor obstculo que ser mujer. Para ella fue una sorpresa el he-cho de que, cuando pidi a la autorizacin para usar su traje wixrikael da de su graduacin, varios estudiantes protestaron de forma explcitaaun cuando los profesores apoyaron su solicitud. A pesar de estos ejemplosde discriminacin, Beatriz es optimista en cuanto al futuro de los jveneswixaritari que estn avanzando hacia la educacin superior, incluso afirmaque las mujeres wixaritari que han emigrado a la ciudad en fechas recienteshan encontrado ms oportunidades y seguridad que las de la generacin

    pasada, que con frecuencia eran jaladas hacia los centros de vicio.A pesar de las pequeas diferencias de clase, cultura y geografa regio-

    nal que diferencian a estos jvenes, ellos tienden a unificarse bajo un marcocompartido de identidad tnica y las experiencias positivas y negativas queesto les trae como individuos y como grupo colectivo. Los esfuerzos paraforjar un futuro mejor y la experiencia compartida de la discriminacin loshan impulsado a establecer organizaciones wixaritari en Tepic y Guada-lajara. En la siguiente seccin se relata cmo estos estudiantes se involucra-ron en reclamar sus derechos a participar activamente en sus universidades

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    y en la ciudad, y cmo la prctica del activismo puede reenfocar nocio-nes de pertenencia racial y espacial en el Mxico pospluricultural.

    RECLAMANDOESPACIOEIDENTIDADATRAVSDELACTIVISMO

    Los pueblos indgenas han interactuado dinmicamente con el arraigadoimaginario racial que se ha visto reconstituido bajo nuevos modelos po-ltico-econmicos, ya sean indigenistas, neoindigenistas, asimiladores opluriculturales. Como ya he comentado, estas interacciones son diversas,incluyen a aquellos que encuentran una oportunidad dentro de estos mo-delos, aquellos que se mantienen neutros, y aquellos que son impulsados

    a alzar la voz y movilizarse contra lo que perciben como una continuacinde polticas desposeedoras. A travs de la creacin de distintas organiza-ciones, muchos universitarios y profesionistas wixaritari estn encontran-do, gradualmente, maneras de intervenir en sus comunidades rurales yurbanas, forjando nexos entre espacios que son vistos como antagnicos.

    Es imperativo resaltar que la interaccin de las comunidades wixaritaricon los espacios y las costumbres mestizas no es nueva. La idea de que es-tas comunidades han resistido las imposiciones ajenas, desde las de lostoltecas hasta las del actual sistema de mercado, frecuentemente lleva aque oficiales del gobierno y la sociedad en general vean al pueblo wixrikacomo esttico, cuando en realidad tiene una larga trayectoria de interac-cin y negociacin con pueblos y sistemas fuera de su territorio comunal.Basta con observar que sus territorios sagrados abarcan sitios al occidente,norte, oriente y sur de sus tierras comunales para comprender que la mo-vilidad e interaccin con el llamado mundo exterior forma parte de lahistoria wixrika.

    Estos patrones histricos de movilidad se estn uniendo cada vez msa las migraciones recientes y ms permanentes que resultan de los cam-bios estructurales en el sistema econmico mexicano, en particular desde

    la dcada de 1970. Durante esta dcada se implement en la sierra wix-rika una combinacin de proyectos estatales de desarrollo, como el PlanHuicot, lo cual condujo a que el mercado privado interviniera y fomentaraque muchos indgenas salieran de sus comunidades para buscar empleoen los pueblos y ciudades circundantes, y en las plantaciones de tabaco alo largo de la costa de Nayarit. Algunos de los actuales universitarios yprofesionistas son producto de estas migraciones; entre ellos hay hijos defamilias que trabajaron en las plantaciones de Nayarit e hijos de personasque trabajaron para los programas estatales de educacin rural. Esto dio

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    como resultado que la actual generacin de jvenes wixaritari que estudiay trabaja en Tepic y Guadalajara aprendiera a cohabitar en espacios e iden-tidades mltiples.

    Aunque la lgica del pensamiento racial que enmarca la indigeneidadcontina fijando a los pueblos indgenas en lugares particulares y, por lotanto, interpretando su existencia fuera de esos espacios como una formade desterritorializacin, un nmero creciente de acadmicos est empu-jando una concepcin ms contempornea y compleja de la relacin en-tre identidad y lugar, enfatizando que estos movimientos estn creandouna reterritorializacin de la cultura y la pertenencia. Segn Akhil Guptay James Ferguson, es el espacio reterritorializado el que nos fuerza a re-conceptualizar de manera fundamental las polticas de comunidad, soli-

    daridad, identidad y diferencia cultural [Gupta y Ferguson 1997: 37]. Eneste sentido, mientras que la desterritorializacin connota desplazamientoe implica un punto final de prdida y liminalidad eterna, la reterritoriali-zacin considera las formas en que los pueblos construyen nuevos lugaresy nuevas redes que, entre otras cosas, tienen el potencial de invocar la he-rencia y afirmar su pertenencia a un cuerpo nacional ms amplio. Adems,el concepto de reterritorializacin permite un entendimiento ms dinmicode la migracin, de las pugnas urbanas por el reconocimiento y de los en-cuentros de los pueblos indgenas con la modernidad.

    Las reterritorializaciones culturales y la cuestin de la pertenencia nosdirige a pensar en la identidad como algo igualmente fluido y cambiante.En su artculo Maya Scenarios: Indian Stories In and Out of Contexts,Juan Castillo Cocom teje una serie de meditaciones sobre las mltiplesidentidades que las personas tienen que asumir en el Mxico de hoy, en estecaso, desde la perspectiva de un acadmico indgena consciente de cmo lojuzgan los blancos y mestizos, y sus amigos y parientes de su pueblo natal,Xocenpich, Yucatn [Castillo 2007]. Castillo Cocom expone la inconsisten-cia en la construccin de culturas e identidades mayas, subrayando que la

    identidad es contingente a situaciones y contextos sociales particulares quedefinen la manera en que las personas se autoidentifican y las maneras enlas que otros las identifican. Como seala Stuart Hall, la identidad estalojada en la contingencia, es el resultado de suturar algo, vinculando ymarcando lmites simblicos que producen los efectos de frontera de ladiferencia [Hall y Du Gay 1996: 3]. De esta manera, la identidad no es esen-cial, pero s es estratgica y posicional, y se fragmenta y multiplica a travsde la diferencia entre discursos, prcticas y posiciones. Hall nos incita acomprender el proceso de formacin de identidad como uno que radica

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    en las polticas de poder y representacin que conducen a la actuacin, lanegociacin, la resistencia y la acomodacin [Hall y Du Gay 1996: 4].

    Francisco ha sido miembro y coordinador del grupo Universidad Soli-

    daria, una organizacin establecida por la oficina del rector del paraapoyar a estudiantes indgenas y de barrios populares. La primera activi-dad que esta oficina organiz en el campus fue en febrero del ao 2010,y consisti en celebrar el Da Internacional de las Lenguas Maternas, endonde se represent la riqueza de las lenguas indgenas a travs de breveslecciones en wixrika, mixteco, chol y tzeltal, y se realiz un foro sobre laimportancia de preservarlas, especialmente para aquellos individuos ind-genas que viven en las ciudades y no tienen acceso a la educacin bilingey bicultural. Finalmente, se invit a los mestizos a participar en el evento

    estudiando una lengua indgena como una manera de captar la riqueza ycomplejidad de las culturas indgenas de Mxico.

    Figura 1

    Universitarios mixtecos, wixaritari y tzeltales en el Da Internacional de la Lengua

    Materna celebrado en elITESO

    , Guadalajara, en febrero del ao 2010. (Foto de laautora.)

    Fuera de la universidad, Francisco ha forjado lazos con artesanos ymiembros de la organizacin Wixaritari, Artistas y Artesanos Unidos de laZona Metropolitana de Guadalajara (). Aunque estaba activamenteinvolucrado en el grupo Universidad Solidaria, la oportunidad de trabajarcon un grupo diverso y multigeneracional de residentes wixaritari de la

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    ciudad le ha ofrecido una nueva perspectiva sobre los retos que enfrentanlos habitantes indgenas de Guadalajara, en este caso, un grupo de artesa-nos que han visto la eliminacin de los espacios pblicos visibles en donde

    podan vender su trabajo. La le ha dado a Francisco la oportunidadde pensar crticamente sobre las maneras en que l, como universitario yprofesionista wixrika, puede estimular los nexos ms cercanos entre el de-recho a la ciudad de los pueblos indgenas y las pugnas que enfrenta elpueblo wixrika en sus territorios comunales y sagrados.

    Pero qu significa apoyar a las comunidades indgenas y hasta qupunto las intervenciones propuestas por estos jvenes profesionistas difie-ren de las planteadas por los mestizos? A lo largo de los aos, la ha aco-gido a varios activistas wixaritari, quienes de forma individual y colectiva

    han soado formas de utilizar sus habilidades para el avance econmico,poltico y social de las comunidades indgenas. Entre estos esfuerzos estnlos que realizan organizaciones lideradas por estudiantes a travs de va-rios medios, incluyendo el internet, la radio, los congresos acadmicos y losfestivales culturales con el fin de ganar y reutilizar espacios pblicos. En el5 Encuentro de Estudiantes Indgenas, llevado a cabo el 25 de octubre delao 2009 en Tepic, Nayarit, Tzicuritemai, quien fungi como presidente dela Unin de Profesionistas Indgenas de Nayarit (), resumi esta cues-tin como sigue:

    Pero, por qu nace esa idea de decir: Somos jvenes, somos estudiantes yqueremos hacer algo? O por ejemplo el hecho de que nosotros emigremos denuestras comunidades y tengamos que estar en la ciudad, o que tengamos al-guna carrera, alguna licenciatura, para poder decir que queremos hacer algo enla vida. Pero ms que eso, qu hacer cuando yo pertenezco a un pueblo ind-gena? Cuando yo digo, bueno, es que yo soy de un pueblo indgena, y qu eslo que le tengo que regresar, o cul va a ser mi rol ahora como formado, comoestudiante, como profesionista, qu es lo que voy a hacer? Y por eso la ideade nosotros, del qu hayque hacer.

    En los ltimos aos estudiantes y graduados de la han cumplidoestas metas iniciando proyectos que intentan restaurar el sistema tradicio-nal de justicia wixrika en Nayarit, como talleres sobre la violencia contralas mujeres y el alcoholismo, y como el desarrollo de un sistema curricularque es cultural, lingstica y geogrficamente relevante para las comunida-des rurales indgenas. Estas actividades han llevado a varios estudianteswixaritari de Tepic a diferentes estados de la repblica y a pases extran-jeros para que participen en intercambios culturales, congresos y torneos

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    deportivos. A travs de estos esfuerzos se ha conseguido que espacios queantes se vean como solitarios se transformen cada vez ms en espacios deoportunidad y expresin.

    Las actividades de estas organizaciones tambin buscan abrir lugaresde dilogo en torno a las jerarquas raciales que son reproducidas en las for-mas cotidianas de hablar y en las tomas de decisiones poltico-econmicasque equiparan el ser indgena con la pobreza, la ignorancia y el subdesa-rrollo. Por esta razn, Miguel ngel cree que los pueblos indgenas no pue-den esperar a que la sociedad mexicana transforme su imaginario racial:estos estereotipos slo se podrn romper a travs de la autorrepresentacinindgena y el intercambio cultural (entrevista, 19 de diciembre de 2009).Muestras de cocina, baile, cuentos y artesana son algunas de las activida-

    des que buscan educar al pblico sobre la diversidad de los pueblos ind-genas del pas. Y aunque estas organizaciones presentan una programacinamistosa de intercambio cultural, permanecen atentas ante las injusticiasque viven los pueblos originarios a travs de la organizacin de manifesta-ciones, campaas de cartas y foros. Estas manifestaciones polticas ayudana avanzar en el conocimiento pblico sobre usurpaciones territoriales, pro-yectos de desarrollo disputados y representaciones racistas en los mediosde comunicacin que afectan a los pueblos indgenas.

    Este esbozo de organizaciones juveniles wixaritari, existentes en Tepicy Guadalajara, ilustra los esfuerzos que se estn llevando a cabo en mlti-ples escalas para abordar los retos y las oportunidades que las nuevas gene-raciones de wixaritari estn enfrentando en las ciudades y en sus territoriostradicionales.

    Como la , varias organizaciones urbanas wixaritari se han disueltoa unos cuantos aos de su formacin. La incapacidad para consolidar pro-yectos organizativos se atribuye principalmente a las divisiones discursi-vas y prcticas que brotan entre la membresa. Por ejemplo, en el ao 2012la enfrent una divisin significativa entre aquellos que buscaban unenfoque estricto hacia los derechos de venta de los artesanos y aquellos que

    buscaban crear una plataforma sociopoltica ms amplia sobre los derechosindgenas. Sin embargo, lo que ha hecho surgir mayores divisiones entrelos activistas wixaritari ha sido la defensa de las tierras sagradas en Nayarity San Luis Potos.

    A pesar de estas trabas, los universitarios y profesionistas wixaritarimantienen cierto idealismo sobre lo que les traer el futuro en vista delcrecimiento y la diversificacin de intereses de este grupo. En cualquiercaso, estos movimientos ofrecen un dilogo social que puede esculpir nue-vas formas de reconocimiento tnico, el cual no slo afirma la igualdad de

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    todos los ciudadanos, sino que tambin permite las autonomas culturales,econmicas y polticas que son esenciales para los pueblos indgenas enMxico y en el resto del mundo.

    CONCLUSIN

    A finales del verano del ao 2010, las autoridades wixaritari fueron pues-tas en alerta ante la entrega de 22 concesiones mineras en su sitio sagradode peregrinacin de Wirikuta, ubicado en San Luis Potos. La respuestafue la formacin, en pocas semanas, de una coalicin de organizacionesno gubernamentales bajo el lema de Salvemos Wirikuta, la cual prome-

    ta seguir el liderazgo de las autoridades comunales wixaritari. Organiza-ciones de universitarios y profesionistas wixaritari rpidamente sumaronsus voces a la batalla, organizando foros en sus universidades y emitiendocartas de oposicin. Un puado de estos jvenes ha sido particularmen-te eficaz en llamar la atencin hacia esta causa al articular el conocimientocultural que aprendieron en sus hogares y comunidades con el adquiridoen su formacin universitaria. Una y otra vez estos activistas han citado elreconocimiento constitucional del pluriculturalismo, as como las garantasasociadas con los derechos de los pueblos indgenas, las cuales se basan enla coexistencia de la ciudadana igualitaria y el reconocimiento de la auto-noma y diferencia cultural. Al mismo tiempo, varias organizaciones nacio-nales e internacionales y medios de comunicacin han respondido ante estaalerta reflejando algunos de los beneficios que se han obtenido a partir de lahipervisibilidad de la cultura huichol. En este caso, irnicamente, lo quealgunos llaman oportunismo tnico est dando el beneficio de facilitar unacoalicin extensa en favor de la defensa territorial y cultural del patrimonioindgena en contra de una empresa trasnacional.

    Concluyo este artculo mencionando esta batalla porque ella refleja al-gunos de los dilemas comentados, en especial los retos y las oportunidades

    que enfrentan los wixaritari, adems de las tensas negociaciones a las queson sometidos para responder y trascender las expectativas arraigadas quemantiene el segmento de la sociedad no indgena. Aunque los wixaritarientran y salen de estos espacios de activismo, siguen enfrentando las va-riadas expectativas que estructuran las relaciones interraciales al colocar alindgena como un noble salvaje que est intrnsecamente aliado a la tierray la naturaleza, o bien, como un obstculo, ante la modernidad, que frenael progreso econmico, en este caso la extraccin de recursos minerales.Asimismo, el reconocimiento de los reclamos legtimos en torno a Wirikuta

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    como un lugar sagrado se lograr mediante la creacin de un ser autnticoante la nacin [Povinelli 2002], as como utilizando marcadores particularesque puedan convencer a los legisladores y a los accionistas de la empresa

    de que el proyecto minero es una ofensa a la cultura y el territorio aborigen.Finalmente, esta batalla seala la creciente importancia estratgica de

    los enlaces espaciales que han forjado los wixaritari y que han aprovecha-do los universitarios y profesionistas de manera caracterstica. Regresandoa Gupta y Ferguson, estos esfuerzos demuestran cmo la reterritorializa-cin del espacio y la pertenencia tnica nos fuerza a reconceptualizar demanera fundamental las polticas de comunidad, solidaridad, identidad ydiferencia cultural [Gupta y Ferguson 1997]. Los diferentes papeles queasumen los ciudadanos urbanos wixaritari refutan nociones estticas de la

    pertenencia indgena al demostrar que las identidades son, como nos diceStuart Hall, estratgicas y posicionales, y que se fragmentan y multiplicana travs de la diferencia de discursos, prcticas y posiciones [Hall 1996].Las ancdotas perfiladas en este artculo aclaran la coexistencia entre ml-tiples formas espaciales y culturales de pertenencia, las cuales tienen la ca-pacidad de convertirse en fuerzas productivas para desplazar el duraderoimaginario racial y espacial mexicano, y de reconocer a los indgenas comociudadanos complejos y heterogneos de la nacin.

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    Pea (eds.). Universidad de Guadalajara (Lecturas Antropolgicas, 13 y14). Guadalajara: 95-118. [Nm. especial.]Povinelli, Elizabeth2002 The Cunning of Recognition: Indigenous Alterities and the Making of Austra-

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