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ORACION FUNEBRE,QUE EN LAS SOLEMNES EXEQUIAS/

C E L E B R A D A S

POR LA M.N. Y F i d e l í s i m a C iu d a d d e X ix o n a ,

EN SUFkAGIO DE EL SEÑOR

DON CARLOS HI.D E B O R B O N ,

R e y CATOLICO d e l a s E spaiI as:

; Eífí el dia z i de Pebfero de

D I X O

EL M .K P . M r o . F r , A N D R E A M A R T I N E Z ^Predicador y y Lector de Sagrada Teología Jubilado de

el Sagrado Orden de Carmelitas Calzados de el Con­vento extramuros de la Ciudad de Murcia,

D A L A A L U Z

EL A y u n t a m ie n t o y C o r r e g id o r d e d ich a C iu ­

d a d , QUIEN LA DEDICA A SU ACTUAL M o n ARCA

EL Sr, D. Carlos IV. DE Borbon.

En Murcia : E a la Imprenta de Manuel M uñiz , y 'de Antonio Santa Maria j viven en la T rapem .

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, J e s ú s , M a r í a , y J o s e f ., . ==*.

Mortuus est Moyses Servus Domink Dilectus D e o, Hominibus.

Murió Moyses Siervo de el Señor: Amado de Dios, y de ios Hombres.

D e el Cap. 34* de el Dsuteronomio: y de el E ccl. Cap, 45 . f . 1.

^ i= = = - ^ U E B L O de Israel, porqué lloras? ¿Q ué

P j pena es la que contrista los ánimos ,de tus habitadores , para vertir arroyos tan

_ __ copiosos de amargas lagrim as? ¿T anquantio.sa es la pérdida que sientes, qu$

sin dár treguas a el dolor , lloras yá treinta;dias hac^ continuos ? D e este modo huviera yo preguntado dos Israelitas para informarme de la causa de su 4o«*

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al verles vertir iírgrímas sin consuelo por €sp«c§j' (k treinta diasj si hubiera hallado presente à aqu*I Teatro de amargura, y sentiíniento : Fkveruñtqüe éi¡^ '^iUjJsTftél in famp^stribus Moab triginta diffbus; . ( f }Y quién duda hubiera yo quedado instruido en u a punto , y acompañadoles en su quebranto , luego que hubiera-llegado à rais oídos aquella voz'lu^vbre^ y penetrante , ‘que repetían' sin cesar -, a s'aber Í-* \ Q oBlor! ' A muerto M oyses Siervo de el Sefior. M otíM s est Moyses Servus Domini..{'z) • . ' V

¿ M as quién era éste M o yse s, para que su muerfe fuese causa dé tanto sentimifento à los Israelitas-?-Ah!, amados oyentes : F u á M oyses el objeto de las cari­cias de Dios y y de las delicias de los Hombres I El'^S- ñor le dió parte en la gloria de, los mayores Santos: L e confió el govierno de su Pueblo : L e hizo fórmi- dable à sus Enemigos , y terrible à los monstruos de’ fa tierra ; L e glorificó à vista de los R e y e s , y Monáí-: cas 5 que se esforzaron en vano para resistirla E l Se« f].pr le rebeló sus M andam ientos, y Leyes j y puso su cuidado el instruir a Israel en sus ju ic io s , y el ser entre la Divina M agestad, y su Pueblo el Mediadori de la Alianza: F u é Gefe, C on d u ctor, y Legislador de! el Pueblo de D ios , y como tal ( á pesar de rebeldíás,! 'y contradicciones,) conduxo à los hijos d eIsraei has-A’ ta la entrada de la tierra , que les estaba prometida:- D igno hijo de Abrahán por la imitación d e suj.fé':. Semejante à Isaac en la generosidad de sus sacriíi-» cios ; Igual k Jacob en la constancia de los trabajo^:)Y mas grande que Josef en la prudencia sant^ de sü' política : Mereció tener lugar entre los Heroes. de el» _____________

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'Eegislador de iitik *Nàelon èsciogiiia ; L a Alfahza de q u e fu é mediadorV ñib'ífebiü durar para siempre ; pero era figura , y Vernò iinr b o sq ife ^ diè el Testam ento, que el Mesías -fcábía'.de-sellar can su sangre, para perpetuarlo haá<¿-

consumación d é lo s siglos, ( i ) ¿Q u é-os pare-; 'ce mis oyentes ? ¿ Eran poderosos los motivos y que ^¿bligában à las Israelitas á vertir arroyos de ámar- -gas lacrimas por tan dilatado tiempo en la muerte 'de éste grande hombre M oyses?

¿ Mas para que he de ocupar tiempo en persuadi- ’ ros el m otivo justo de la pena de los Israelitas, quan- ‘ do me está robando las atenciones otro objeto mas ■poderoso', qu« en este santo Tem plo tenemos à la «vista ? i A h f ¿ Pueblo Am ado, que es lo que registran -nuestros sentidos? ¿P ueblo L e a l: Pueblo F i e l , .y "siempre apasionado à la R eal Casa de Borbón ; dis- ^tinguido -en todos tiempos por este carácter entre todos los Pueblos de esta Com arca , y por tanto en- <hoblecidó con el glorioso , perpetuo , è inmortal■ T itu lo de Fidelísima Ciudad de Xixona; ¿porqué Uor-■ ras ? ¿Q uesignifica este Teatro triste , esta pompa fui- ' n éral, y funesta Pira ? ¿ Q ué luces son esta« , en lu-‘ tada T u m b a , que quando tremulamente arden , .pa«.

vorosamente alumbran ? ¿ Funebre repetido clam or>; ■por¿iué pretendes turbar la suspensión de nuestíoa ' aniñios ? Ilustrisimo , quanto fidelisim o-Senada ¿■ Venerable Coro de Ministros de el Señor : Esclarecida-

N ob leza t-LealeáEspañoles: Amados hermanos mios« to d o s, ¿iqúe buscáis? ¿ Porqué lloráis? Pero noj $us jjendéd vitestra Voz triste : N o contristéis;

. tros

fíceles. Cap. 43. . . C- '

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iros -corazones, fòritmntiacofiqeptQS lü gií^ rés^ art .rt|- ^nifestar la pei)^, ;que os ha conducido t^n seníido5r|i ves.te santo ¡Teinplp. Y o leo e« vvuestix)s perhblant(|S pristes > en yiipsiros vestidos., y adornos fu aeb res,./ &\in p vuestras ámaígas lí^gri^as, que con i^ual

,lor à el d e le s Israelitas, decís mudamente : Murijó M oyses de nuestra España : ¡O dolori M&r$^us

M oyses , Servas Domini, ( i ) Lloram os difLipto en es^ d ia , no cómo quiera , à un R ey a sino à un R e y , que era el Máximo entre los Reyes de el Ò rbe : A un Rey^

^ u e era el Querubín ; que con su Espada defendía à . el Paraíso de la Iglesia : A un R e y , que era 6r;nisi- ma Colum na de la Christiandad : A un R e y , cuyp 2elo en defender la P é C a tó lica , y extirpar las herp- g ía s , y errores fue inexplicable : M urió aquel Herop, vque con la animosidad de su p ech o , magestad.de ^ aspecto, afabilidad de su trato , compostura de sus acciones > acierto de su prudencia , coíapijehensLqn

-de su entendimiento , integridad de .sus costumbre^, sanidad de su intención; y sobre todo , con. el .amori «amisión , religión, y respeto à la suprema M agea- ■tad de Dios Nuestro S eñ o r, à su Santísima M ad rera 4 a cabeza visible de la Iglesia, y al mismo tiempo ,09» el;aiecto Paternal à sus Vasallos ; h izo un sin som^>

ja n te E pílogo de quantas perfecciones pueden ad<^- nar à un P/incipe Christiano > para que con las .cadi-

.H4s de el amor cautiveigustosam ente, como otro,Mo,y- ,.$es > el coraston de el D ios de las M agestades, y ánimos de sus V asallos: E n sum aiM urió> ¡ O dol^r? el dia catorce de Diciembre de el proxím o-pasado .^e ochenta y .;pqbo. ;Nuestro Católico Monarp^ el:SeAor

Don■Mi

( O D .iit. 34.

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Bòri C A R L O S B ó tM n '; Màxìhrò R e y de las%í^&ñasy.y Arribos Mimdos^ Pàdrede Reyes: Nuestro

Cohdlíotor , y Legí^ador. i A h ! ¿Y p o d rém o s no sentir ésta muerte ? ijFidelisim os Españoles , sabe-

jnos acaso lo quantioso de nuestra perdida? ¡ Vos> ■c-Dre« m ió i 5 Señor de los D om inantes, vos solo sa»- bfeis pésat «ñ las balanzas de vuestros juicios la ju sii- ticia de nuestro llanto , por haver perdido un Sobera­n o , en quién; el C ielo nos dió , co m oá Israël en M oÿ- íes y un D efen sor, un R e y , y un Padre,' Por tanto , liustrisimo > y fidclisimo Senado, no

m i inculto razonamiento ; sí la grandeza de la causa que tenemos presente, es la que por sí misma nos ege cuta à estas demonsíraciones, y sentimientos de huma­nidad Christiana., y C atólica : E l Ínteres de la Patria, y- gloria d é la Nación exigen o y la satisfacción<ie una deuda tan liquida, tan cierta , y tan legitima la piev <dftdVÁ la JüstiGia , y à la Religion. Llorem os todos; f>úes si en la muerte de Priscilla dixo S. Gregorio lie ■Nacianzo y que à todos obligaba el lla n to , porqué •en esta Hëroina habia faltado una Colum na de la fé ■y el A ra de la Religión ; Periitfidei cultus , altarhim -wwúf/w.^i) ¿Os p arece, si deberémos llorar la muer^ 'te de Nuestro A u gusto M onarca en el siglo presènti; quando admiramos ha faltado una de las mas firmes

C olu m n as , que mantenía el Tem plo de la F é , d e él - ■culto , y R eligion C a tó lica ? j A h ! Cúm planse estos •debéres con el mas ardiente zelo E sp añ o l, è ingenira ^fidelidad, ínterin Y o para aim plir las partes de inter­prete de vuestros sentimientos , vo y a pronunciar el ifilogio funebre digno de Nuestro difunto M onarca.

Ai. I n . i - i- i ' i r - - i ‘ . ------------ - -n— 11^ I t t t a g » ~ r i T i T w a

S» Greg. Decíofíi, ad Príscü,

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■ «; ' A la vèfdad ► íoilidad fídensíirtia','tieàelHÌdò ccr err,p^rte vuqst^as'.esperanzas j'expiicac sin liso iy^ indigna de esta Cátpdra , mis sentimientos , y haceii justicia à el, merito incomparable de nuestro difuntfX R e y 5, me he propuesto apropiarle el mismo elogi<?n

t i Espíritu Santo dió à M oyses, à sabeí : Dihc-^' tus Dso y bominibus-Moyses, ( i ) JEn efecto , est^ ■elogio, más , qué ningiiñ o tro , conviene k mi v è r ,■el merito de Nuestro Católico Monarca el Señor jD C A R L O S III de B o rb ó n , de gloriosa memoria. Dtir^ ■pues, y será la unica proposicioh de esta funebre O ra­ción , aunque dividida en. dos p,artes : Nuestro Cató.r Jico Monarca Don C A R L O S 111 ; fu é amado de.Dios^ y de los Españoles. F u é amado de estos , porque Jo governò siempre con afecto Paternal. Primera. Part^ áf fité amado de Dios ; porque con el mas fino Amor^ amé siempre à la Magestad Divina, Segunda Parte. ;. >

Christianos oyentes , sabed : Que. quanto os úir ga en elogio de nuestro difunto Monajrcá > nQ^s .cy animo prevenir el ju icio de Nuestra Santa Madre .Igle­s ia , á quien precisa, y unicamente pertenecc;estavfier claracion. Por tan to , à quanto os dixere de.ia .^rr^ giada conducta de nuestro difunto Soberaij©> no prej* tendo le deis mas credito , que el que se m er^ e unp fé humana para vuestra édificacion > y consuelo. Y para que mi oracion produzca los efectos j -que desep en vuestros co razon es, clamemos á el Juez,de v.iyos y muertos Jesu-Christo mí Señor j nos dé.a todo? 1a g ra c ia , que para ello necesitamos. Purísima.Máriíb vuestra es la causa tratándose de elogiar » un Re>j> que siempi^e os tuvo por M adre., è hizo empe4ÍO;pü

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v(i) Eccles, C sip. J .u

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qftè' tòdOS' siis ^Vasallos ‘ 6S tàvieseinòi'. pot Nuestra Patrona. Interponed Vuestra intercesión poderosisi* nia pára facilitar el ío gro 'd e la g ra c ia ,q u e necesita­mos ; oíd voces con que para obligaros^ os deci­m as jcon el A ngel : A V E M A R IA ,

JlLuStrisim o Sen ad o, agradar h D ios Nuestro Se­ñor , y á los hom bres, es empresa tan ardua , que el A póstol San Pablo decía de sí mismo: Q ue dexaría de ser Siervo de Jesu-Christo > siempre que su conducta fiiese de la aprobación de el mundo : S i adhuc homini-- hi^ placerem Cbristi servus non essem. ( i ) Porque ó bien el mundo nos alaba y agradeciendo la servidum­bre vil 5 que le profesam os; y en este caso nos reprue­ba D ios nuestro Señor , arrojándonos de s í, como rc beld es; 6 bien su D ivina Magestad nos A m a , tratán­donos como A m igo s, y en este c a s o , nos aborrece el m undo, persiguiéndonos como á sus mas crueles ene­migos : Asi nos lo asegura el Espíritu Santo por San- T iago , diciendo : Quicimque ergo voluerit Amicus essip hujus síectili , inimicus D ei constituitur. (2) N o obs­ta n te , aunque esta empresa sea dificultosa , no es im­posible observar una conducta tan prudente, que s« .gane la estimación de los hom bres, y de Dios nues­tro Señor. Puede alguno sin conformarse con las ma- ximas de el mundo , ser tan beneficioso a los hom­bres , que k un mismo tiempo se gane la atención de D ios , y la de.los H om bre..

B Tal' •- — ---------------------- ■■

( j ) A dQ aJ.Cap. jo...' (.2). JaC ‘ Cap ■ t

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T a l foé lavirttìosa 9 y sabía cóntiiicta d e*M o^ ■scs 3 à quién el Espiriíu Santo dió el grande elogio tje -6cr amado de D io s , y de los Hombres ; y tal preter»- d o persuadiros,-fué la de nuestro A u gusto Monarcp d ifunto: Dilecttis Deo.y 6? bominibus Moyses^

; P A R T E P R I M E R A . ■

SI Católicos E spañoles, Nuestro am gdo^ ijfunto^ Señor D on C A R L O S III ; fué amado de lois

• Españoles y. porque siempre nos amó con im ^mo|: .Paternal., ¿ Y quién podrá dudarlo ? ¿Nobilísimíi Ciudad de Xixona ; Ilustres Senadores : Rectos Ma-

.gistrados : Celosos Administradores de el Patrim o­nio R eal : Fieles Ministros de el R e y : Honrados

.-Criados suyos , quien podrá dudarlo ? Si el dolor es -una pasión tan regulada por las dirècciones de el a m o r, que este le acrecienta, ó le d ism inuye, según el aviva sus llamas , ò las apaga : Maxima tan inco»~ .testable para con los H ebreos, que en ella se funda­ron para inferir de los gemidos y lagrim as, que virtió -nuestro M aestro Soberano Jesu-Christo sobre el se pulcro de L azaro , el cordial amor que à este profíi- -6aba : JLacrimatus est Jesus : ecce qt4omodo amabat enm, •(a) ¿A vista de las demonstraciones de sentimiento, q u e dais en sus exequias j quién dudará de el cordial amor que profesabais k vuestro A ugusto Monarca -Don C A R L O S I I I , ( qm de D iosgozeì ) N o obstante para certificarme mas de vuestro amor a vista de es-- te d o lo r , que tanto oprime vuestros corazones: ¿ D e­cidme , porqué amabais tanto à este vuesíro Rejr

______________ ___________ que

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^|ne lloráis Difunto? Nô'pregvm to solo k vosotros, que Sois «nos vivos simulacros > animados testimonios'de ta bôneficencia de el Gran C A R L O S III % de cuya liberal mano habéis recibido el pan , con que os ali­mentais ; el honor con que vivís ; el respeto j y vene­ración con que se os trata : H ablo con todos los que se honran con el nombre de Vasallos de nuestro C A R L O S Difunto. Decidm e: ¿ P o rq u é le amabais tanto? ¡Ah! Y á leo en vuestros semblantes la respues­ta : P or el grande empeño me decís, que tuvo siempre én beneficiar a sus L e a le s , y Fieles Vasallos Españo­les , como à sus mas Am ados hijos ; igual à el que siempre tuvo M oyses para con los Israëlitas.

E n efecto Señores : E sta conducta le ha ganado en España k nuestro difunto R e y tantos parciales, que no temo se atribuya à un afecto mas apasiona­do , que sincero ; dárle k conocer à las Naciones es- trañas con el carácter de ser : E l Am ado de los Espa­ñoles. Para rebatir desde luego el ó b ic e , que algu­nos poco instruidos piensen presentar contra este elo­gio > yo no os negaré , que algunos de nuestra Espa^ fia poco prudentes , habrán estado mal contentos de el Ministerio , habiéndose servido tal vez del nombre A u gusto de Nuestro Gran C A R L O S para desahogo de sus iras ; pero decidme : ¿Ha habido Monarca en el mundo^ de tal conducta, para con sus Vasallos, q u e ja - más entre estos se oyese una palabria de murínii'ra- eion contra su Soberano ? Si no temiesei abusar de vuestro sufrim iento, os formaría un prolongado’ cá- talogo circunstanciado de. Pontífices , Em peradores, R eyes , Obispos Generales , y otros superiores, cu­

yos

. . . . . . . . ........... í- )

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iï oyo s goviernoá eXemplares > meíecieron ’ ïa umversaj aprobación; y no por esto pudieron librarse d.e.las quexas, y detracciones de aquellos inferiores de cona-t piexíon 5 Ò genio cab ilo so , ò que no lograron saciar todos los deseos de su ambición ; pero a. lo menos para convenceros de esta verdad , permitidme os diga, con el Espíritu Santo : Q ué un Moyses fue murmu­rado a cerca, de su conducta y govierno , no solo de su Pueblo ;• ( i ) sí también de sus hermanos Aaron , y Maria , (2) con tan poca modestia , que su inalte-; rabie mansedumbre 5 no se pudo contener contra un golpe tan cruel de rebeldes murmuradores , y pos­trándose à los pies de su Dios y Señor, le decía : Y á no puedo sufrir mas esta pesada carg a , si es preciso, que yo no la d exe , sino es con la vida , concededme luego la muerte, que yo os la pido como gracia ; secroy ut interficias me. (3) A hora pues , si aquel M oyses de Israël no pudo librarse de la murmura­ción: ¿ Q ué mucho no se librase nuestro Moyses de España C A R L O S III? ¿Y asi como las lenguas male­dicientes no fueron bastantes para privar à Moyses de aquel elogio, que le dá el Espíritu Santo, de ser ama-í- do de D ios, y de los Hombres : ¿ Cóm o serán suficien­tes para no hacer participante k nuestro M onarca de iguai alabanza ? ¿Ssrá acaso, porque en el lleno de su conducta no imitó à aquel famoso Monarca del Pue­blo de Israël? j A h , Leales Españoles ! Bien notoria es su semejanza , pues à la verdad ; parece que el Se-,

____ ñor '

, {1 ) N iim .C ap.ii. "^.6., Ani\najíostra,arida est)aliud respiciunt ócitli nostri nisi Man. (2) Ñutn. Cap. 1 2 .^ . 1. Locata est M aria, & Aaron contra Moysen. (3) Nam, Cap. 11 . is»

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4í>t ftabia Criado a nuestro M áximo ’C A R L O S para .Que-fiiese verdadero siiccesor de Moyses. ¡O si ,me /uese ■ posible dem onstrar, lo que concibo.de su acertada conducta !

Bien conoce vuestra discreción el dilatadísimo .cam po, que para mostraros esta semejanza , se nos ofrece à la vista. Por ta n to , quando en otros asuntos ¡debería empeñarme en ámpliar la materia para dig- niticarla ; en €sta O ración , à manera de Geografico, me hallo obligado à reducir à breve espacio dos Mun­dos llenos de hechos maravillosos , notando solo los principales, que à mi ver , tienen razón de verdades solidas ; y aun asi temo abusar de vuestro sufri­miento. Demos pues una ojeada sim ple, y ligera so­bre los cincuenta y quatro años de su Reynado ; E xa­minemos sin prolijidad su conducta, y à el punto ad­miraremos la dichosa felicidad incom parable, que su Paternal benefìciencia ha traído à nuestra Monarquía; N o me deíendré à ponderar, como pudiera con ex­tensión, todas las virtudes heroicas, con que le ador­nó el C ielo en el tiempo de.su Reynado , básteos sa­ber en suma : Q ue su m ansedum bre,y clemencia fué semejante à la de D avid : Sn inteligencia, y prudencia à la de Salomón : Su perfección à la de Samuél : Su continencia, y castidad à la de Josef: Su sabiduría à la de Daniel : Su zelo en defender la fé C a tó lic a , à el de,m i Gran Padre y Profeta de p io s E lia s; Su ampr à D ios cómo el de un San Pablo 5 y en ima pala-r b ra , en todas las virtudes un vivo retrato de M oyses.

N i quiero aprovecharme de vuestra paciencia, jpara haceros vér las dotes> con que aun Infante se ha-

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Haba enriquecido ; principalmente por los'ánoá^ ác 1.734: Pues me basta saber,; no; se os oculta > que eti j^quella tierna eda(J, -aun no de veint« a ñ o s , vaieroi- SQ como otro M o yses , por la gloria de su Señor; eoft su R eal presencia animó aquel Egercito florido de su A ugusto Padre el Señor Felipe V , el Grande ; y apói dorándose de las Ciudades de Ñapóles > G a e ta , y Ca- pua , atacó las trincheras , y forzólas con tan in­creíble valor , que derrotó enteramente á los Imperia­les ) siendo m uy contados j los que por la fuga se saWaron. Sí Señores, hizo nuestro Infante C A R L O S admirables prodigios de valor en esta gloriosa accionj pues derramándose con su Egercito,com o un torrente> por los Reynos de Ñ ap óles, y S ic ilia ; en menos de un año, se apoderó de todas las Plazas, qu^ ocnpaban los Im periales: Mereciendo que el D ios de los Egeí»- citos le constituyese , y nombrase R e y de Napoletf^ y de Sicilia. : >

Q u é os parece Señores : ¿ N o es éste un preliÍ m in ar, ó un ensayo , que daría señales las mas evi-f dentes para la d ich a, y felicidad de los Españoles ea io subcesivo En efecto, Nuestro R e y Difunto ile n ¿ «uperhabundantemente las esperanzas , que desde SH Infancia habia concebido de él nuestra Espajña : Pet ro como no habia de suceder a s i, quarido luego que la píoyidencia de nuestro gran Dios le destinó pará R e y de esta basta M onarquía Española ; me per?ua-* do diría sin duda 5 lo que M oyses a su Dios, ( i ) A mí Señor, me escojeis para iin Ministerio tan grande! ¿ Y quién soy Y o ? Pero quién dudará le respondería c i Señor x o n dulzura > lo que a su Siervo M o y ^ ^

' _________

( i ) Exod. Cap.

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‘R A E L O S nada temas i '!^'de-stotifias íit iüs'fuerzasp i4.ebes contar con las mias: \fó mismo estaré contigo : t(h ^ a s tus operaciones serán señaladas con algún prodigio^ ■>y con los esfuer%os extraordinarios de mi poder ; conoee- ■rás mas >. y mas còda .dia , que yo soy , quien te ba em-

tbiado. :. Ego ■ ero tecitm. ( i ) -- í . E n efecto Amantes E spañoles, desde que nucs- -tro Maxinno C A R L O S desenabarcando en Barcelona > -^dignificó nuestra tierra con sus p lan tas, à el mismo instante se dexaron vér los maravillosos fines de la providencia del Señ or, con el Paternal am o r, que ^principió à monstrár a sus Vasallos : Pues desde està Ciudad hasta Madrid-, por toda la carrera de su viaje fu é derramando beneficios , y liberalidades sobre sus I*rovincias , P u eb lo s, y Vasallos , como verdadero •Padre de la Patria. ¡A h ! Es dificil acomodar coa lanta propiedad k algún otro, que no sea nuestro R e y difunto, aquel e lo g io , que k el amor divino dió T er­tuliano 5 k áaber : Tan Pater nemo. Bien lo sabéis ■niis oyentes. ¿N o es cierto podemos decir , que e l •gran corazon de nuestro A ugusto M onarca ha obra- •do prodigios de misericordia k favor de los Españo-' Jes , desde la hora que tom ó posesion de nuestra E s­paña ? A la verdad , no temo el excederme , antes liien estoy persuadido > no caben en mi oracíon las pruebas evidentes, è inconstrastables, que nos ofrece ia noticia común de sus misericordias. Porque atended;

Persuadido nuestro Máximo C A R L O S , que la -providencia de el Señor de los Dominantes le desti- -liabá) no solo para que arrancase las malezas deeis- te florido R eyno de España j si también para que

. plah-

41.) Exod, Cap. z. i z .

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f>lántase, y edifííaáse m a s'u tíiy (»ónveniétoíé íy ju s to , cóm oái le h«viese hablado el corazón, cíendole , lo que á el Profeta k 's a b e i* €wisíitHi-1« bodie super Gentes , super Regna y ut evelas & def- truas , Íí? disperdfis y ^ disipes, 6?' edifices, ^ pian- tes. ( i ) E l primer paso fue proveher , com o otro M oyses k sus Tribunales de los Ministros rttas tos , y mas justificados : Para crédito de esta verdad> me basta haceros presente, entre todos los o tro s, ún Conde de Flóridablahca , como el mas' amádo dé nuestro M onarca difunto : Pero aun con m ayor vigi­lancia , respeto de los Prelados de las D iócesis, eli>- giendo para tan recomendable Ministerio , según lá doctrina del A p ó s to l: (2) Los sujetos mas zelososf, mas prudentes , mas sabios , y mas san tos; persua^« dido con San Isidoro , que de la buena conducta dt estos Pastores, depende la mayor parte del bien^ y sa­lud de las Monarquías : Puso en su debida observaii- cía la Justicia : Reparó la autoridad de los Jueces , y T rib u n ales; haciendo que los temiesen , y respeta­sen hasta los grandes de el R eyno : Desterró con re­petidas Prácmatícas los ro b o s, y latrocinios ; Auyen- tó , y casi puede decirse , aniquiló a los Salteadores, y Vandidos , ofreciendo para este fin a sus Justicias-^ (e n c a so n ecesario ,) sus Reales tesoros: Reprimió la insolente libertad de los Gitanos , reduciéndolos & vida c iv i l , con el rigo r, que es notorio ; pero k el. mia- nio tiem po, por un efecto de su m isericordia, hon­rando, y habilitando a los leales a S.M. con el glorio- -so nombre de Castellanos nuevos ; Restauró con D e­cretos los mas severos , y rigorosos el respeto debido

{ i ) Jercm .C üp. i {1) E pisí.i.náTrtnothíím .Q ^Z*

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tàlas Ig lesias, pFohíbieñdd aun la mas leve descnvoil- .tura en las puertas de los 'Templos : Se aplicó con z»- i o incomparable à exterminar à aquellos Vasallos*, •que con ignominia de el carácter de C hristianos, se entregaban à el vicio de la lu ju ria , ordenando à sus •Minis.tros velasen incesantemente para castigar este tan execrable d e lito , hasta desterrarle de sus D om i­n o s ; tal horror habia concebido de los que man­chaban la castidad, que quando la compasion de los delinqüentes, à el informarle de los delitos ágenos, le hacia conm overse, como à A ntioco los p rop ios, cau­sando en su corazon turbaciones de muerte el confir­mar una sentencia adversa à el R eo ; estos mismos sentimientos de piedad, y conm iseración, se conver- ti^n en resoluciones las mas severas, y rijidas de Jus, ticia , quando la pena caía sobre un deshonesto j ha­b ía aprendido en la doctrina de San Pablo , y en la conducta de su exemplar Moyses ; que un R e y C a ­tólico dexaría de serlo , y pasaría à ser peor que uiji in fie l, sino reformase estos desordenes tan repugnan­tes à el Christianismo. ( i ) D e esta ciencia nacían aquellas providencias las mas vigilantes, y execiitivas para reunir a los Esposos separados ; para desterrar adulterios , amancebamientos , y otros desordenes, que sabéis m uy bien , y que ofendería à vuestros oí­dos piadosos con acordaros su nombre ; estrañando de la C o r te , y castigando à los delinqüentes, sin per­donar , ni hacer diferencia de condicion , ò clase de personas.

Permitidme aquí fidelísimos Españoles , permi- íidme itna digresión, momentanea ;..p€ro indispcnsa-

________________ C ble

( i ) E s t ifífideli deterior, Epist, i . ad Timot,Cap.$.il^*S^

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. b l e , p6rq«e atendèd; d ecir, que nuestro Mònatxfe

. difunto ha preservado.5u corazon de esta coiúua infe«- .cion, no es un solo elogio ; antes si es asegurar los sobornos de la carne no tubicron parte en la; pri^

-dencia de sus determinaciones ; es afirm ar, que su¡jus- :iicia no balanzeó por la pasión mas vio len ta , qixfc -tantas veces es advitra en las resoluciones mas, impojs- -tantes ; es d ecir, que su virtud desterró.aquella? tris#- :tes consecuencias , que han llorado los Pueblos , que ‘tuvieron la desgracia de ser dominados por pasión tan -desenfrenada ; en sum a, es decir , que faltó en nuestra España el motivo à las injusticias vergonzosas , à las baxezas , à los rencores, y z e lo s , ruina de el estado^ -de el solio , y de la Religión.; y por él que tantas ve­ces 3 yá en la ley escrita , yá en la ley de gracia lofi Soberanos , dexando de ser Padres para con sus Vasa^ lío s , pasaron à ser verdugos los mas crueles ; comò testifican con su conducta escandalosa , entre otros muchos de u n a , y otra l e y , un Salom ón, y un Enr- rique VIH .

Mas nuestro Am ado C A R L O S III ; ( gracias à à el Dios de las misericordias) libre de este contagio, asistido siempre de él Dios de la santidad, y pureza; como verdadero Padre , no solo velaba sobre nuestro bien esp iritu al, sí también temporal : Con la institu­ción 5 y aumento de las Reales Sociedades Económ i­cas, cuidó del cultivo de la tierra, de el plantío de ar­boles , y de la crianza de ganados ; Venció el que se juzgaba imposible, de limpiar, y hermosear las calles» nO solo de la Corte de M adrid, sí de la m ayor parte de las Ciudades d e la M onarquía: ¿ Y qiúén podrá'

ha-

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% accr íinaTela^oR bircunstanctacta de las nuevas Fá- t ó c a s con que ha echo útiles muchos Pueblos?' B i ^ -lo publica M adrid , A ra n ju éz, C o rd o va , S ev illa , Va- ciencia,.Murcia, C artagen a, y otras muchas Ciudades. ¿ Y qué dirémos de las nuevas Poblaciones de Sierra-

íinorena, que componen una Provincia con el termi- ‘ttO de más de doze leguas ? Empresa a la verdad d i^ na de la m ayor adm iración; no solo por la suma de millones, que se han consumido para su construcción, y magnificencia sin sem ejante; sí principalmente por sus utilidades ; pues lo que antes era un bosque in­transitable, habitación de fieras , refugio de ladrones, y sepulcro de pasageros ; se admira oy un Paraíso lle­no de Ciudades , Villas , y Pueblos deliciosos á la vis­

ita , U tiles a D ios , á la Ig lesia , h. el Monarca , y a 'tíus Vasallos.¿ g Y quién podrá elogiar dignamente aquellas grandes , y sabias providencias , que dió para los

"Correos de las dos Am ericas? ¿ Para el aumento de la Marina , de la Tropa viva , y de las Milicias ? ¿ P»-

Ta fortificar las P la za s , y los Paértos ; erijiendo Cas- 't il lo s , y fábricando Murallas incontrastables ? ¿Qt.ié m ás ? Despues de obras tan llenas de misericordia, Jy que parecían ser suficientes para robar toda la aten­ción de nuestro R e y ; ¿O s parece ha limitado á ellas ■»u 'amor Paternal ? N o hermanos mios , no ha des-i cansado su Zelo hasta traernos todas las felicidades á ■nuestra M onarquia: Para evitar la ociosidad de sus 'Vasallos ■> y de que se aprovechaban los Estrange- fo s i forma Leyes-favorables á el Comercio ; firma •privilegios pára losCAmerciantes-, y Artesanos : C ^

ce-

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inmunidades y autoriza las Cómpania» >r Gremios j para redimir, nuestra esclavitud á otras. Na* c ien es, y protejer los intereses públicos de la nues­tra ; construye nuevas Fábricas ; ofrece, y dá preniHJf á ios Fabricantes ; Adelanta egercicios honestos;: ÍJonra a los A rtesan os; y lejos de privarles por su exercicio de el goze de la N obleza , que heredaron de sus Padres; priba de ella , a los que asociándose a el numero de los ociosos , abandonan sus oficios^ O bliga a todos al trabajo j reparte obras j dá crédito a, los gcneros con el uso ; y recibe como lisonja de su gusto 5 que todo Español coma , y vista de las pro­ducciones de sus Dominios. Y en suma : Para que todos sus Vasallos habiles para el trabajo eviten la ociosidad , y pobreza ; principios fecundos de la ruina ele una M onarquía j honra, no solo los artes mecaniri e o s , reputados por baxos j sí hasta á los menestrales>. que con fidelidad sirven á el Publico. . ■ ;)

N o es el todo de su amor P atern al, lo que aca-»' bo de deciros: Para manifestarnos su a fecto , tiató; de libertarnos de el oprobio, y deshonor, que sufrían» m o s , .con las demás Naciones , en la O ratoria., .Ma­temática , Medicina , A nátom ía, P in tu ra , y A rq u irj lectura; y para reparar este oprobio , que. sufrían, nuestras ciencias ;,elije Maestros de todo ingenio: Em- plea pumas considerables en lib ros, les dá instruccio-^» n^s, paga instrumentos exquisitos : E sta b lece , y ) renuevaJos estudios ; asi en el R eal Seminario de N o - . b l^ ,,con?o en San Isidro de Madrid : D á m étodo de - estudios a las Universidades ; aumenta iijcorapaia- : blemente su .B .e^ £il)lioteca y jvarias Academias,

i A

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^ A la verdad no éon estas Hitas'pruebas Hadá équi* vocas de un A m or verdaderamente Paternal ? '

Despues de todo lo dicho , no juzguéis haber oído sino muy poco de lo mucho > que nos amó co­m o P a d re : Entrad -ea aquel corazon lleno de ternu­ra 3 y de piedad para con nosotros ; y admirareis lo sublihie de SU! misericordia ; él hacía común con n o­sotros los tristes sentimientos de nuestros males. Ah? Quantas veces le impedia el reposo, la consideración de las necesidades de sus V asallo s! N o solo en el tiem­po de las Guerras , que justamente se v io obligado á sufrir de ios Enemigos de nuestra Nación ; sí también en el tiempo de las inundaciones, con que el C ielo Castigó á algunos Pueblos de nuestra España: ¿ Q uan­tas veces , deponiendo la Soberanía , se inclinaba á re­cibir los memoriales de los desvalidos; y humanán­dose con los pobrecitos, les preguntaba sobre sus trabajos, arrebatando los corazones de los miserables, y dejando estos , á el cuidado dé este común Padre, el socorro de su infelicidad , se despedían de S.M. lle< nos de satisfacciones?

¿ M a s , que os persuadís , acaso quedaba satiff-' fecho su corazon Paternal solo con informarse de las necesidades de sus Vasallos jA h ! Leales Españoles:¿ Qiiantos millones franqueó su liberalidad para so­corro dé sus V asallos? Publiquenío los H ospitales,' Cpsas de Misericordia, y Caridad : L os Pueblos, que padecieron inundaciones: L os Montes Pios , ftm dá' dos por Nuestro Monarca Difunto para el socorro de Jas pobres Viudas 3 y Huérfanos : Y en suma , digart- Jio ■ todos k># Estados de ‘Nuestro A ugusto Padi*é,

C A K -

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C A R L O S i n , ‘ ^Pero. quién dudará j socornó t i l ­das las necesidades siempre que pudo ; :quando ai^ nò pudiendo proyectaba medios su exquisita Caridad para aiibiar à sus Vasallos ? N o , no lo dudareis, poiv

. que sabéis m uy b ien , que los Tributos,- <justo rts- conocimiento d$ la dependencia de el Soberano, ) nD estaban en nuestra E spaña, en el tiempo de la G u er­ra , sobre tm punto tan insoportable, como o y sa bemos están en el Imperio 9 y en Constantínopla, tíí aun que desdixesen de la justicia , ni de los fines pa^ ra que se exígian ; con todo , nuestro R ey difuntos consulta Consejeros, les pregunta, y propone indus­trias , para encontrar el alivio deseado a sus Vasallos': L eed con reflexión atenta el Decreto , que expidió

-S.M. en el Pardo dia 5 de Abril de i 780 j y hechareis de vér k el punto , hasta donde rayaba la compasion de N uestro Difunto R e y para con sus fieles Vasallos; a pesar de una situación de necesidades tan lamcmas- bies , en que se hallaba nuestra España con las Guer­r a , que sufría en aquellos dias con la Gran Bretañaí'»

¡A h ! al nombraros esta Nación , ño puedo"d$- Jar de haceros cargo de el beneficio mas digno de agradecimiento , que recibimos de el corazon Pater> nal de Nuestro C A R L jO S Difunto. fA h ! 'íEspafiaií -j España ! ¡E n que triste situación te hallabas en lo | d ia s , que acabo de notar! En ellos vimos a las m ilias, sin Padres ; k estos sin sus hijos ; abañdoríál- nados los Campos ; menos cabada la industria ; tilíf- bado el Comercio ; apurados lo advitrios, y et jjario R eal notablemente disminuido cori los gastòi ífldispénsables y* que o«asioftó la Guerra-,- y . '/ .j mos

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h.in o s contra P o rtu gd !, M am iecos , A rg e l', y la gran 3 retaña. jO l qiiaijta sangre se derramó de los Lea- ■les Españoles en los Cam pos , y en los Mares ! ¿ Y quién disipó aquellos obj<2tos tristes , que afligían k toda nuestra M onatquia ? Bien lo sab éis, la P a z , Hermanos raíos. L a paz ha puesto honroso fin a la G uerra., y -a todas las calamidades , que esta traía consigo, g Y quién si no es Nuestro R e y Difunto dis­puso los. Animos de los demás Soberanos , para llegar a los tratados de la P a z , que gozamos ? ¿P ero qué P a z ? jO Hermanos mios ! N o es una P az iniqua, concertada por una desmedida ambición , no es una P az ignominiosa admitida por la dura ley de necesi­dad antes si una P az justísima , en cayos preelimi- nares resplandece aquella heroica equidad, y mode­ración 5 que formaron el carácter de nuestro M áximo C A R L O S D ifiin to ; es una P az gloriosa , qual no la ha celebrado en siglos nuestra Nación ; en su m a, es una P a z tan universal , que parece ha renacido en nuestros dias el feliz siglo de A ugusto ; porque si en íiempo de este , se ju zgó P az universal, la que go za­ba el Imperio R o m an o , por admirarse congregados en P a z , el Judío , y el Gentil , el Barbaro , y el Rom ano. ¿ Cómo podrá ocultarse a vuestra discre- cionr, que estas circunstancias son m uy semejantes k ,ias que admiramos oy en nuestra España? ¿ Y k sil nista se me podrá n egar, tengo justa razón para en­carecer este admirable beneficio , que estamos disfru­tando de el Paternal corazon de nuestro A u gusto ;yá difunto? Porque atended. Hermanos mios ; po- ,seííÍ3 «sta; Paz j tau suspirada de N uestro M onarca ,

nía-

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e lhirtgiina cosa k podido tuí-barlá ; consiguió segup la extensión de sus deseos, que J a 'P az, que reynaba éri su corazon , reynase en sus Vasallos ; à el mismii tiempo 3 que casi todas las Potencias de Europa man;* tieiien las Armas en’ las manos } España goza del re­p o so , y de la quietud : Todas miran con embidia à nuestra Nación admirando con zelos los frutos, que produce la P az de los Españoles. ¿ Y entre tanto i Hermanos m íos, nosotros no los admiramos^ ¿E n lÜ esterilidad de cosechas de granos, que sufrimos en és­tos Países , que sería de nosotros, si no gozaramos es? tos tiempos de P a z ? ¿ Por ventura, desembarcariári en nuestros Puertos tantas Naves cargadas de granos para conservar nuestras vidas? ¿Q uantos Pobres se­rian tristes despojos de la ham bre, y necesidad, si 1 P a z no huviera reconciliado k estas Potencias, ene­migas antes de nuestra N ació n , para que aora nos socorriesen con liberalidad ? A un no lo é dicho to­do : ¿Preguntad à los Comerciantes Españoles, que beneñcio hizo Nuestro M onarca à la Nación Espa­ñola con la P az ? Y os dirán llenos de satisfacciones: Q ue esta P az les ha asegurado por los mares sus ge^ ñ ero s, sus Personas, su libertad, y aun sus vidas, j O benefìcio imponderable ! Pero él mas digno de gratitud , que nos k echo este Monarca , y con el que , à mi vèr , manifestó el resto de su ternura para con sus Am ados H ijo s , los Españoles, fue sacar de él Cautiverio de los Mahometanos á todos los pobres Christianos de nuestra España ; como M oyses à los Israelitas de el poder de las Naciones Enemigas : pu­liendo decif à lana raultitud^inaumerable de Chris^

tía-

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Españoles con Jesu-Xîhristô , rní Señor : Y á no 'mas os ilam'aré Esí^^avos, s in o Am igos : Jam wn ^dicdm vos íervos , sed Amicos. ( i )

Traed aora à la memoria , quantos Monarcas -éé hicieron recomendables por la beneficiencia , con L q u é miraron k sus subditos ; y cotejando su conducta con la de nuestro A ugusto C A R L O S d ifunto; ad­mirareis k primera v ista , que excediendo à todos , se h izo Semejante k un M oyses benefico para con Israël su Pueblo , renobandose en él la misericordia de el S a lv a d o r, de S a n 'P a b lo ? de los Chrisostomos , de los Ciprianos , de los Noláscos : Mereciendo por ep-

-ta conducta, ■sér conocido por el M oyses de Espa­ñ a ', amado de los Españoles : Dilectus hominibus Moyses. Pasemos aora brevemente k expecular si fué amado de D ios nuestro Señor, que es la segun­da parte > que os prom etí demonstrar.

P A R T E S E G U N D A .I

ES indubitable, que si amamos k D ios nuestro Se­ñor , nos anía su D ivina M agestad ; y si no le

amamos , perdemos su amor ; por lo qual el A ngéli­co D octor Santo Tomás nos enseña : Q ue la caridad 'es amor de Dios para con el hom bre, y de el honí- bre para con Dios ; porque k el paso , que le ama­mos , nos ama : Convertios k m í, y yo me convertiré à vosotros , nos dice nuestro D io s , y Señor ; porque s im e m iráis, os miraré ; y si me bolveis las espal­das , me será forzoso , que también os las buelva Y o. D e esta doctrina so lida, dictada por el Espiritu San-

_____ D to,

( i ) Joann. Cap 15. 12. )

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to , ( i ) mferii y o , que siempre que os persuadrcsc, que miestro R e y difunto amó a Dios miestro Señoit; os veríais precisados a confesar : Q ué nuestro CAR ^ L O S I I I , filé amado de D ios ; Dilectus Deo : (2) ¿Y quién podrá dudarlo , á vista de las noticias , que te­nemos de su conducta ? E l amor de D ios verdadero^ dice S. Juan 5 consiste en guardar sus Mandamiento». (3.) g Y dudarémos nosotros amó á D ios nuestro Di- ¿intQ , sabiendo, fué puntual observante de la divina L e y ? Bastaría para significaros la perfección , con que cumplió los divinos Preceptos, os dixese. Q ue jam ás se notó ofendiese a la divina M agestad , con xulpa grave : Y por otra p a rte , supo alejar de s í, to­dos los afectos de la tierra ; de modo , que amaba h D ios con toda la fuerza de su corazon ; y con toda Iji

.vehemencia de su Espíritu : Am aba las virtudes, co» jjio medios para agradar h él Señor; y por tanto e» ía oracion, como en escuela de perfección , 6 univer­sidad dond^.se enseñan las v irtu d es, aprehendió es­te exemplar Siervo de el Señor la práctica de todas ¿Has : A q u i se enardecía su bien dispuesto corazoni y se acrecentaba en é l , la llam a de el amor de D io s, que interiormente le abrasaba : Por e sto , sin dudft todos los dias indispensablemente tenia oracion rnenj- t a l , antes de entregarse á los negocios gravísimos, de que estulto rodeado casi toda su vida.

Pudiera aqui haceros una relación circunstancia­da de la práctica de sus exemplares virtudes 5 pero sería dilatarme con deraásiado exceso , si os hubiersi (de hablar de todas. N o obstante, siendo m uy notable,

y--------------

<_i) Cant, C a p .z. 16. (2) Ecc/eJ. Cap. (3) Joan. Ep. i . Cnp> S- .

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y de el c a s o , la singular doctrina de San Buenaven­tu ra , en que enseña : Q ue quién aspira k la perfeiS- cion de las virtudes , elija por su especial Protector á alguno de los Santos', que yá rcynan con Dios en «1 C ielo. ( I ) N o puedo dexar de deciros: Q ue nues­tro M onarca difunto tuvo la acertadísima elección en la R eyn a de todos los Santos Maria Santísima nues­tra Madre y Señora ; señaladamente en el singularísi­mo Misterio de su Concepción Inmaculada: Para ase­mejarse k M o yses, sin d u d a, quando caminaba k la tierra de Promision , que siempre le sirvió de guia, y de defensa una Colum na de nube , que figuraba k M aria Santísima , como afirma San Buenaventura: M aria est Columna nubis. Si amados hermanos mios , tu v o siempre nuestro D ifunto k esta Soberana Em pe­ratriz de C ie lo s, y tierra una tierna , cordial, y afec­tuosísim a devocion : Am abala como k M adre, y prcr- curaba servirla , como hijo verdadero: Gloriábase mu­cho 5 y le era m otivo de un ju b ilo excesivo j él que D ios le huviese traído k governar un R eyno tan de el todo suyo , y que le veneraba por su especialisimá Patrona : Respiraba su corazon , y se convertían en ¿legria sus pesares , quando en las tribulaciones , y fa tigas, que el Señor le embió en su dilatado Reyna- d o , yá no concediendole todo el buen efecto , que de­seab a, y podia prometerse de sus Armas ; yá también con los sensibilísimos golpes de las rtiuertes de su es­timadísima Consorte mí Señora D oña Maria Am alia de Saxonia : D e sus Hijos los Serenísimos Infantes D on X aviér j y D on G a b ríé l: D e sus Nietos tie'rna-

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( i ) *5 . Bttenav. V el quisquís Author est mistbica TbeoL Cap. partictfla.

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riiente Amados D on G a rlo s, y D on Felipe : D e í u i H erm anos, el Señor Infante D on Luis , el Señor D u­que de Parma D on Felipe , y la Fidelísima R eyna de P ortu gal; y no menos de su Nuera la Serenísima In­fanta D oña M aría A na V ictoria; golpes tan grandes^ tan repetidos, y tan inm ediatos, que casi se tocaban los unos con los o tro s ; a vísta de estos sentimientos tan lugubres, se desahogaba su corazon, luego que se acprdaba, que como consuelo de afligidos , no le p o ­día faltar la protección de Maria Santísima ; saliá de sí con la exorbitancia de el g o z o , en que se bañaría su benditísima A lm a con la m em oria, de que á 1 h o ra d e su m uerte, havia de lograr su especíalisima asistencia: ¿ Y a la verdad, no podemos persuadirnos^ con bastante fundamento , le hizo digno de este espe- cialisimo favor , y de o tr o s , que congeturamos , lo dispensaría en su v id a , el grande esmero , que siem­pre tuvo en obsequiarla; y acreditar con sus obras » que le am aba, y que despues de Dios , era el m otivo de su esperanza , y la causa principal de quantos bie­nes havia recib id o , y esperaba recibir de Ja divina bondad ? Asi lo declaró varias veces en sus Decretos.; pero especialmente quando impetró de el Sumo Pon- tiííce las Bulas , no solo para constituir , y nombrar á Maria Saníisima Patrona de España j y de las In­dias , señaladamente en el Misterio de su Concepción Purísima ; ' quando trató de la M isa , y O ñcio propio de este Misterio para todos los Eclesiásticos ; sí tam­b ié n , guando suplicóse añadiese en la Letanía Laure- tana aquel elogio singular de esta Señ ora, publican-

M ater Immaculataf U ltim a m e n ié ¿ Q u é no hi- . ' ■ z a

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xo para perpetuar los obsequios de esta su amada Mar­cire de Misericordias ? Fundó la nueva R eal j y dis* tinguida Orden de Carlos I I I , para premio de el va- lor^ y merito^ en el año 17 7 1 5 baxo de el Patrocinio de Maria Santísima en su Purisima Concepcion : N o habia festividad s u y a , que no celebrase con la m ayor ternura , ni obsequio a lgu n o , que le hiciese , en que no se liquidase su corazon con devotísimos afectos.

O m ito el hablaros de otras sus particulares de­vociones , por no apurar vuestra paciencia j pero no puedo dejar de deciros, lo que excede à toda ponde- lacion y à saber : Su ardentisimo amor à el Divinisim o Sacramento de el A ltar. Permanecia por largo tiem­po arrodillado 5 è inmoble en su presencia, no solo iodo el tiempo que duraba el Santo Sacrificio de la M isa 5 sí también 5 quando su Magestad estaba m a- ;iifiesto , Ò colocado en su Deposito para el Jueves Santo j notándose en tales dias, gastaba mucho mas tiem po , como si estubiese extático , y fuera de sus .sentidos 5 y para dejarnos una prueba real de el A m or grande, que tenia à nuestro D ios , y Señor Sacramen­tado , después de haverle fabricado muchas Iglesias, h izo como otro M oyses el A rca de el Testamento > lina n^agnifica Custodia grande , para ,1a Capilla R ea l de P a la c io , la mas preciosa de el mundo., asi en lo primoroso de su echitra , como en su valor : baluada «n veinte y quatro millones de reales , y otra mas reducida, pero no por esto menos estimada. \ 0 qué ;imor de Dips tan fino ! Mas es innegable , que k donde « t á el am oí de D io s , no puede faltar la fé>

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porque esta tiene cón a q u e l^ i exercicio : F id e s , qu2á per caritatem operatur. ( i ) N i tampoco la esperanza^ porque la caridad todo lo espera : Caritas omnia spe rat, (2) En e fecto , lo sublime de la fé de nuestro M onarca , semejante a la de M oyses, se nos hace de monstrable; yá en el odio im placable, que tuvo siem­pre a los enemigos de la fé , yá en el respeto , y ve­neración a la Sania Iglesia y yá en la devocion , con que promovió el divino culto en su Monarquía. ¿Quan- tós actos heroicos de su fé, expondría yo aqui á vues­tra consideración, si no temiese apurar vuestro su­frimiento?

Su principal empeño fué siempre defender ios de* rechos de nuestra Santa F é Católica. ¿ Con qué con­suelo de su corazon celebraba las providencias dadas por el Tribunal de la F é , aunque fuesen contra ios sujetos mas aptos para el govierno de sus Dominios I Despreció gran suma de m illones, que le ofrecían ios Ju d íos, por establecerse en algunos Puertos de núes* ira E sp añ a; no permitiendo jamás en su M onarquía contrarío alguno de nuestra Santa F é Católica.TO k el mismo tiempo > que amor tan respetuoso k los Eclesiásticos, asi Seculares, como R egulares! Bien lo manifestó su justificada conducta en varios casos ard u o s, que se le presentaron , no queriendo firmar sentencia alguna para castigar a los delínqüentes, re** mitiendolos k sus respectivos superiores Eclesiásticos^ para que les juzgasen. Pero la prueba k mi ver, mas coavinqente de este amor Católico, y respetuoso , que k los Mínistrps de el Santuario profesaba 5 conside-

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Galat. Cap, 5. 6. (2).Epíst» 1. ad Coritit,Cap. 13. 7. : . , , „ \ , ,>

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spftiláolos ñecesaríos para Dispensadores de tos divinos -Misterios en su Monarquia'> fué el dedicarse a fundat ¡en A ranjuéz un Convento de Religiosos Descalzos de fían Pedro Alcántara , á el mismo tiem po, que otros -Principes Católicos de la Europa trataban de subpri- jnir Monasterios en sus E stad os, para reducir a me- flor numero ios Eclesiásticos. ¡ A h ! tenia m uy pre- jente Nuestro C ató lico M onarca el exemplo de su Í)uen Padre , el Señor Felipe V , ( que de Dios goze ) ^uién en semejantes circunstancias obró según el dic­tam en de San A m brosio , y otros Padres ; persuadido de las razones , y fundamentos solidos , con que estos ■defendieron el Celibato , contra los Gentiles : ( i ) . P e ro sobre to d o , en lo que manifestó lo heroico de 6U F é C atólica , fué en la veneración á los O rácu­los de el V atican o ; y amor respetuoso á el Supremo Pastor de la Santa Iglesia : ¿ Q u é bien pudiera, para ■prueba de esta verdad haceros presentes algunas de ias Em baxadas , cartas., y expresiones de-su afecto, ^presentadas por este R eligioso M onarca á el Sumo Pontífice, las mas expresivas de un corazon el mas fiel C atólico Am ante de la Santa Iglesia? Pero me basta para convenceros , exponer a’ vuestra vista el ultim o « cío heroico de su f é , que hizo publico en estos últi­mos dias de su vida ; á saber;

Haviendose descubierto nuevamente en la Ame^ íica , por los E spañoles, un extraordinario metal, ilam ado P látin a; mandó S.M . Católica -fabricar im preciosisimo C áliz con patena, y cu ch arita , todo tra­bajado con hermosos baxos reliebes , y primorosa- jneirte Sincelado , lo remitió k R om a par¡j que su Mi-

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( i ) S> Atnh. lib, de Virginis^

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nistro lo ‘ présenta^e en nombre suyo à el Papa ; k ña •de que su Santidad percibiese las primicias de este ex­traordinario m eta l, descubierto en sus Dominios: En

.efecto, él dia de la Concepcion Purisima de Maria .-Santísima, Nuestra Madre y Seílora , Patrona de Es- -paña y de el ano pasado de 88 ; quando yá Nuestro •Rey C A R L O S se sentía gravemente enfermo , reci- b j6 Su Beatitud,este presente con las mayores , y mas vivas demonstraciones de gratitud á Nuestro C atóli-

-co Monarca; haciendo inexplicables elogios de la bon- »dad, con que nuestro Soberano habia querido distin­guirle con tan apreciable regalo : Ofreciendo su San­tidad ?que el dia de Navidad celebraría con dicho C á­liz el Santo Sacrificio de la Misa ; rogando k Diós •Nuestro Señor por las mayores prosperidades de nues­tro M onarca y y R eal Fam ilia ; y asi lo executó efec­tivamente en la Misa , que cantó con m otivo de esta solemnidad en la Vasilica Vaticana , quando yá llo ­rábamos D ifunto k nuestro amado Soberano. A la

> verdad Católicos E spañoles, expresiones tan circuns- •• lanciadas > como Católicas , no dexan lugar a ponde- . ración alguna ; dán sí materia suficiente a una atenta meditación. Estas son, Congreso devotísimo, las prue­bas reales , que omitidas otras., manifiestan k núes-

. tro M onarca difunto el mas amante de D ios , y •de siis Vasallos Españoles. A ora decidme : ¿ Si tales heroicidades de caridad se representaron publicamen-

íte vqualesi, y quantas serían, las que quedarían ocul- 'tas k nuestra, vista , por estár cubiertas con el v e lo , ‘de aquella modestia incomparable , que observó por >espacio de 72 años? Hasta que en catorce dias de el

raes

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■mes de Diciembre del proxímo pasado año de s s ; quiso llamarle para otro mejor R eyno ol A u tor d e

'la vida ?Sí Christianos oyentes : Anim oso , como otro

M oyses , Nuestro C A R L O S I I I , el M áximo ; coa ‘tranquilidad igual à la entereza , resignación, y reli­giosa piedad, que mostró en toda sw enfermedad , y

~en que se habia exercitado toda su vida ; el dia trece, sabado infraoctavo de la Concepción Purísima de M a­ria Santísim a, à las once de la m añana, recibió el Sa­grado Viatico con las disposiciones mas religiosas ; à las cinco de la tarde del mismo dia pidió expresamen­te se le administrase el Sacramento de la Extrem a­unción , él que efectivamente recibió en su cabal co­nocimiento : formalizó despues el Testamento cerra­do , que tenia dispuesto ; y haviendo dejado por maa- da especial à su m uy Am ado H ijo , Heredero de la Corona ; cuidase de defender los derechos de la San­ta Iglesia 5 y que amase tiernamente à el Pastor 4® ella : Recibió la bendición Papal de el Señor Nuncio de su Santidad. Y siguiendo la Parca sus extragos , le cortó la vida à las doze , y quarenta minutos de la noche de el Sabado a el Dom ingo ; día en que cele­bra nuestra España la Festividad solemnísima de los

V D esa^ abios de Jesús Sacramentado; instituida por su Religiosísimo Padre el Señor D on Felipe V ; ( de glo­riosa memoria. ) ¡ A h ! Hermanos mios : ¿ Y à vista de una muerte tan religiosa, y circunstanciada de m&- xavillas, dudarémos , que acom pañado, y favorecido de Jesús, y de M aria Santísima murió como Moysee, en el osculo de el Señor ? Moruíus ést. Moyses ■Uomini. E Es-

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Este fué nuestro Católico M onarca D o n C A R - L O S III : E ste el R e y Máximo^ que ha perdido nues­tra España. Leales Españoles, k vista del amor pater­nal y que siempre nos tuvo ; inferid, quanto deberá ser nuestro dolor , y sentimiento en tanta perdida. E n

-efecto. Am ada Nación m ia, mucho mas de lo que Y o puedo ponderar, has perdido; s í , bien lo conoces:

.Pero aliéntate, respira, suspende algún tanto tus sen­timientos le a l , afligido R e y n o ; pues para alivio de

-éste tu justo , é incomparable quebranto, tienes un lenitivo , el mas especiflco , que nos lo ha dexado «1

rmismo R e y , k quién lloramos difunto. Sí afortunados Españoles ; Nuestro Católico M onarca el Señor Don

-C A R L O S IV3 ( que D ios guarde ) es el lenitivo que os ofrezco, j O-afortunado R eyno de España ! O ygam os con docilidad k elEspiritu Santo, que sin violencia al­

g u n a podemos persuadirnos, previó las circunstancias presentes,. para dexar impresas k el C apitulo treinta del Eclesiástico, A quellas palabras capaces de enju­gar nuestras lagrimas , y llenar nuestros corazones de consolacion; estadme atentos: ; Mortuus est Pater ejtiSy ■{ nos dice: ) 6? quasi non est mortuus : Simikm enim re- ¡iquit sibipostse. In vita sua vidit) ^ la ta tu s est in Uh: In obitu suo non est contristatus , nec confussus est co- ram inimicis. Reliquit enim Defensorem Domus contra Inimicos, 6? amicis reàdentem gratiam. ¿ A la verdad, sabios instruidos en las Historias ; se podrá dár caso tan circunstanciado como el presente , k quien con ;nas propiedad se puedan acomodar estas palabras del Espiritu Santo? ¿N o podemos,decir , en cierto mo­d o : ¿ Qué-las dexó escritas el Espiritu Consolador ;

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'para consuelo de los Españoles en ia liiiierte de su buen Padre 5 y R ey Máximo , el Señor D on C A R ­L O S III ; ( que de Dios goze. ) ? En efecto, Herma­nos míos , yo asi lo pienso ; porque atended su inie-

. ligencia , como la concibo.M urió Nuestro P ad re, y de Nuestro R ey C A R -

-L O S IV. i O que dolor! Pero como si no huviera muerto ; porque á la verdad , despues de sus dias al

-ausentarse de nosotros , nos ha dexado un Sucesor semejante á S.M. ¡Q u é consuelo! Interin v iv ió , ad­miró su conducta , y en é l tuvo sus complacencias:

-En su muerte no se contristó, ni conturbó sn espirita -a el considerar los d añ o s, que en adelante pudieran . ocasionar k su Am ada España los Enemigos de la N ación : Porque dexó un Defensor de el R eyno , ca- -páz de reprimir el orgullo de los Enem igos mas pon d ero so s; y que a l mismo tiempo dispensase gracias :a -los A m ig o s, y leales Vasallos. ¿ Y podremos dudar de algunas de estas circunstancias para no llenarnos de una alegría espiritual ; dando gracias k el Dios de las misericordias? ¿P or ven tu ra, no admiramos en Nuestro Católico Monarca C A R L O S IV , un Moi- narca tan semejante a su amado Padre en la conduc­t a , que se nos representa un R ey práctico de muchos años en el Govierno? ¿Q u é M onarca, cómo el-que oy gozam os, a el mismo tiem po, que derramaba la­grimas sobre el Cadaver de su A ugusto Padre , para

.enjugar las d esú s Vasallos , expedía Decretos , des­cargándoles de los T rib u to s; y ofreciendoles pagar> quanto se les debía , por sus Predecesores legitim a- naente? ¿ Y al mi^mo tiempo ; que perdonaba á los

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que no habían podido pagar k el Herarío R e a l , por las desgracias de los tiem pos, les dispensaba gracias innumerables a sus leales Vasallos ? ¿ Q uién si no es Nuestro R ey C A R L O S IV ? En efect©, bien lo ad­miramos , Amados E spañoles: Nuestro Principe A u ­gusto ha llenado en el mismo acto de tomar posesion de su Corona las esperanzas , que teníamos conce­bidas de su corazon , siempre inclinado á los Espa­ñoles ; y podemos prometernos con seguridad, defen­derá , aun k costa de su sangre , los derechos de nues­tra Nación.

Pero entre ta n to , que nuestros corazones se de­sahogan , mitigándose su pena con estas consolacio­nes : Acompañemos en sus sentimientos á Nuestro Am able R e y , que llora justam ente la muerte de su buen Padre : Y por si acaso , la Santidad, y R ecti­tud de las intenciones de Nuestro M onarca IDifunto, no han suplido en I5 presencia de D ios Nuestro Se­ñor , lo que durante el curso de un Reynado tan di­latado j pudo en parte , faltar a el mérito de sus o b ra s, y á la integridad dé sus ju sticias; cuidemos cómo Católicos Vasallos sUyos de rogar á Dios Nuestro Señor , en el Santo y tremendo Sacrificio de la Misa , y Santa Oración ; para que libre de las pe­na« de el Purgatorio los Angeles Tutelares de nues­tra España lleven en Triunfo a su A lm a á tomar po­sesion de aquel R e y n o , en donde acompañado de los Santos Reyes , sus Progenitores por una eter­nidad , de eternidades: Requiescat in pace* Amen.

O.S.C.S.R.E.^Imprimase,

Motitalvo.

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