Valores aduaneros

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1Delineando Estrategias ¿Está mi mercancía bien valuada?

Valores aduaneros: desafío para importadores

¿Está mi mercancía bien valuada?

Por: Luis Ricardo Rodríguez

Cumplimiento Regulatorio

3 Estructura Financiera,Fiscal y Legal

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3Delineando Estrategias ¿Está mi mercancía bien valuada?

A raíz de la crisis económica mundial, la correcta valoración de las mercancías ha estado en la mira de las autoridades hacendarias y aduaneras de México y otros países. Por eso, y para evitar el riesgo de contingencias que deriven en multas y penalizaciones, el reto es aplicar las mejores prácticas disponibles y valuar las operaciones de comercio exterior con precisión.

México ha celebrado múltiples acuerdos comerciales que le permiten realizar importaciones y exportaciones con condiciones arancelarias preferenciales. Estas ventajas han impulsado el comercio exterior, y varias empresas nacionales, incluso pequeñas y medianas, han podido incursionar en mercados extranjeros. Sin embargo, en este afán por obtener acceso a nuevos negocios, en ocasiones se pasa por alto la correcta valoración de las mercancías para los efectos aduaneros.

En fechas recientes, sobre todo después de la crisis económica mundial, este tema está siendo revisado rigurosamente por las autoridades aduaneras y fiscales de los diversos países, por lo que resulta crucial tener debidamente sustentado el valor asignado a las mercancías.

Se trata de una problemática eminentemente fiscal, a raíz de la cual el exportador y el importador están expuestos a contingencias y sanciones que podrían afectar seriamente sus finanzas, e incluso su credibilidad comercial. Además, en el caso de una auditoría, las autoridades pueden remontar la pesquisa a los últimos cinco años de actividades, lo que multiplica los riesgos y las consecuencias. Por estas razones, el tema debe ser considerado con la mayor seriedad por la Alta Dirección y debe involucrar no sólo al área fiscal sino también a los responsables de los departamentos contables, de ventas, de mercadotecnia y de comercio exterior.

Como reglas generales se debe asumir que en el caso de operaciones entre partes relacionadas, como en el de

una casa matriz y una subsidiaria en el extranjero, el valor preferido es el de mercado, y este hecho debe estar sustentado con un estudio de precios de transferencia. En las operaciones entre partes no relacionadas (empresas independientes) se utilizan otros métodos que apuntan al mismo objeto. En todas las situaciones es importante saber que existen algunos conceptos que no suelen tenerse en cuenta, pero que a posteriori puede afectar al vendedor, como es el caso de las regalías o las variaciones en los tipos de cambio. El reto consiste en adjudicar un valor más preciso a las mercancías objeto de comercio exterior.

La valoración aduanera está siendo revisada con creciente atención por las autoridades aduaneras y fiscales de los diversos países

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Valores aduaneros: precisos y bien calculadosEstos ejemplos ayudarán a describir algunos posibles escenarios en esta materia. Una empresa se dedica a importar artículos de metal con los que manufactura piezas que se instalan en un refrigerador, mismo que luego se exporta a Estados Unidos. El metal es adquirido a través de diversos proveedores en el extranjero, pero como es previsible, el precio de este commodity puede variar de manera considerable. Cuando la empresa adquiere futuros o puede asegurar un precio para su materia prima, por ejemplo de 10 dólares por kilo, esto se reflejará en los gravámenes que causen sus importaciones. Pero si en un momento determinado el precio del metal sube a 20 dólares por kilo, resultará que el valor declarado (y pagado) será menor al del valor

que verdaderamente corresponde en el mercado general, que es el doble. En sentido estricto, esto implicaría una omisión en el pago de contribuciones al territorio nacional, porque aunque la empresa paga 10 dólares y con ese importe declara el Impuesto General de Importación, el valor verdadero de la mercancía es de 20 dólares. Por el contrario, y respecto del Impuesto sobre la Renta (ISR), esta empresa sólo tiene el derecho de acreditar el valor de 10 dólares por kilo (como debiera constar en las facturas), mientras otras empresas similares estarían haciéndolo por 20 dólares.

En el caso contrario, si el precio de los metales bajó a la mitad, es decir a 5 dólares el kilo, el exportador estaría pagando contribuciones sobre

un valor mayor, de 10 dólares, puesto que ese fue el precio pagado. Tendrá una afectación en su patrimonio porque está obligado a pagar más aranceles de los que le hubieran correspondido. Otros escenarios similares, con sus matices como se verá más adelante, aplican según se trate de operaciones entre partes relacionadas y no relacionadas, y cuando la variación en la valuación altera el porcentaje de contenido nacional o integración regional –como en el caso de los tratados comerciales bilaterales y el TLC--. En ocasiones, esto puede determinar la pérdida de las transferencias arancelarias otorgadas por el país de destino, en cuyo caso el importador o comprador deberá cubrir los aranceles que correspondan.

Un reto para importadoresLa complejidad del comercio exterior hace de esta una materia compleja, puesto que en ocasiones la valuación correcta no es sencilla debido a la fluctuación en materias primas y tipos de cambio, pero también a modalidades de los contratos, como en el caso de las consignaciones o el pago de regalías por el uso de una marca o franquicia. Ocurre con frecuencia que los valores calculados de las mercancías estén distorsionados o no se hayan considerado todos los rubros incrementables. Se puede pensar en la concesionaria de una determinada marca de automóviles o equipos, que importa un vehículo o máquina de su proveedor en Estados Unidos y los revende en el mercado nacional. Si no hay un acuerdo en sentido contrario, lo más seguro es que la concesionaria o distribuidora deba repercutir el pago de regalías por el uso de la marca.

Para los efectos del comercio exterior, el pago de esa licencia o regalía forma parte del valor aduanero de esa mercancía. En México, sin embargo, lo usual es que los importadores no consideren este costo, lo que puede representar una contingencia fiscal en el futuro.

Un supuesto adicional, y sobre el que las autoridades aduaneras han puesto mucha atención en fechas recientes, se refiere a operaciones entre partes relacionadas. En estos casos se puede utilizar como base gravable el valor de la transacción, siempre y cuando la relación de negocios o la vinculación no afecte el precio. Es decir que la mercancía debe documentarse con un valor de mercado. Para efectos fiscales, muchas empresas elaboran un estudio de precios de transferencia, que no es otra cosa que un estudio

económico para determinar un valor “estándar”. En el caso de que la autoridad aduanera objete esta determinación, puede ocurrir que las diferencias sean hacia arriba o hacia abajo, en cuyo caso corresponderá el ajuste correspondiente. Este cálculo ya es común en países de destino de productos mexicanos como Perú, Colombia y Venezuela.

También en México se analiza con mucho detalle que los valores de importación coincidan con los que se han determinado para efectos fiscales. No es un caso menor, porque en ocasiones las diferencias entre un valor y otro pueden ser de hasta cuarenta por ciento.

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Del GATT y otros acuerdos internacionales

En México, la valoración aduanera es un reflejo de la práctica y la normatividad internacional, lo que incluye disposiciones del Acuerdo General de Aranceles y Comercio, el Acuerdo sobre Valoración en Aduana y el Código de Valoración Aduanera (Rondas de Tokio y Uruguay) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), así como otras contenidas en acuerdos de la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y la Organización

El papel de la Organización Mundial del Comercio

La Organización Mundial del Comercio (OMC o World Trade Organization, WTO por sus siglas en inglés) fue establecida en 1995, tiene 153 miembros, y es el foro donde se administran unos 60 acuerdos internacionales sobre el comercio de bienes, servicios y propiedad intelectual. Los acuerdos se negocian en las llamadas “rondas”, como la de Uruguay, Doha y Cancún. Entre otras cosas, esos acuerdos establecen principios de liberalización comercial y

compromisos contraídos por los países para reducir los aranceles aduaneros. Establecen procedimientos para la solución de diferencias y prescriben un trato especial para los países en desarrollo. Los documentos básicos de la OMC son el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, referido a mercancías) y el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS). El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) se refiere a los derechos de propiedad intelectual.

para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Para la mayoría de los casos, la primera transferencia es el valor de transacción, que se puede complementar con un recibo, contrato o factura. Hay que incorporar todos los costos incrementables, como seguros, fletes, almacenamiento, regalías, etc., en la medida en que corran por cuenta del importador y que no sean parte del precio pagado.

La importancia de tener un buen método de cálculo

En los casos en que no exista o no se pueda determinar el valor de la mercancía, la normatividad establece una serie de métodos alternativos, como el valor de transacción de mercancías idénticas o similares. Es decir que a falta de un dato más preciso, el importador, por ejemplo, puede ofrecer el valor conocido de un contenedor con el mismo tipo de cereal pero de diferente origen, o un

contenedor con un cereal similar proveniente de un país que está a la misma distancia o que ofrece condiciones parecidas. Hay otros métodos que, como en estos casos, ayudan a flexibilizar los cálculos. Los importadores, sin embargo, deben estar avisados que el valor debe quedar documentado, y que siempre podría ser objetado por la autoridad.

Una responsabilidad compartida

Una vez que se ha comprendido la complejidad del tema de valoración aduanera, resulta evidente que no puede delegarse solamente en los especialistas del área fiscal, que por lo general carecen de la información completa. Los valores de referencia los conocen o negocian las áreas de ventas y departamentos comerciales de las empresas, por lo que es importante que también sean involucrados. Esto aplicaría especialmente en el caso

de la operación con saldos, mercancía fuera de línea o descontinuada, descuentos, consignaciones y otras modalidades del comercio, que son relevantes para determinar el valor. Estas advertencias son válidas para todas las organizaciones que realizan operaciones de comercio exterior, en especial aquellas que comercializan bienes amparados por una marca por la que deban pagarse regalías.

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Implicaciones fiscales de la valoración de mercancías

Una incorrecta valoración puede acarrear problemas en el cálculo de la base gravable para la importación, y sus consecuencias fiscales y financieras son considerables. Si el valor de la mercancía está por encima del declarado para efectos aduaneros, la discrepancia provoca automáticamente una liquidación por diferencias en materia de contribuciones pagadas. De igual manera, si el pedimento de importación y el documento con el que se ingresa una mercancía refleja un valor mayor al de la factura, la autoridad puede

autorizar la deducción de esa diferencia hasta el monto que ha sido declarado en exceso. En general, una mala operación en las actividades de valuación aduanera puede determinar que la empresa pague más impuestos a la importación o que deduzca menos de lo que le corresponde en materia de Impuesto Sobre la Renta. En otros casos se expone a multas, recargos y sanciones por parte de las autoridades aduaneras y fiscales, lo que igualmente puede resultar gravoso para sus finanzas.

Principios aplicables a la valoración de mercancías

Una consideración importante en materia de comercio exterior es que las reglas aplicables en México y otros países suelen tener marcadas diferencias, y así como existen reglas y normativas comúnmente aceptadas, como la de la OMC, existen diferentes visiones e interpretaciones que pueden afectar los procedimientos. Para el caso de los efectos impositivos del comercio exterior, la OCDE ha elaborado una serie de lineamientos para las operaciones entre partes relacionadas, incorporadas como propios por las autoridades recaudadoras de varios países.

En México, además, la determinación de la base gravable se realiza siguiendo las normas establecidas para el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Al momento que se trata de empatar los intereses es posible que surjan dudas o preguntas poco claras. Esto añade una complejidad adicional al sistema, lo que hace más útil contar con personal capacitado y consultores externos con experiencia en la materia.

Comercio en un mundo volátil

De particular importancia son las operaciones con productos que están sujetos a variaciones en sus precios, como commodities y divisas, y donde ocasionalmente se realizan ajustes. Por ejemplo, en el caso de que no sea posible determinar de manera oportuna el precio de mercado o cuando no haya posibilidad material de hacerlo en el tiempo requerido, los interesados pueden anticipar los gravámenes en base a un precio estimado o costos estándar, y al final del ciclo comercial, considerando los indicadores económicos y otras variables, determinar si las desviaciones deben ser incorporadas a los efectos impositivos. En el caso de una venta por un estimado de un millón de dólares, si los datos de inflación o tipo de cambio concluyen que las transacciones realmente sumaron $950,000 dólares, el importador podrá

hacer el ajuste correspondiente; lo mismo en caso que resulte una cifra mayor. Estos ajustes son relevantes y, en determinadas circunstancias, podrían impedir que la operación se beneficie con las preferencias aduaneras de los tratados de libre comercio para los productos con un porcentaje determinado de integración (contenido) nacional o regional. Así, podría ocurrir que un artículo estuviera cerca del límite mínimo exigido, por ejemplo 50 por ciento, y que con motivo del ajuste en la valoración cayera por debajo de esa cifra. En ese caso ya no podría beneficiarse de las exenciones y el importador tendría que pagar en su país los aranceles ajustados. En el caso de una empresa del ramo automotriz que exporta a Colombia, por ejemplo, podría suceder que derivado de las fluctuaciones el contenido nacional descendiera del mínimo establecido.

El exportador tendría que reportar que la mercancía ya no puede invocar esas preferencias aduaneras. Sería una situación comercial incómoda revelarle al comprador (importador) que tiene que pagar un arancel adicional porque la mercancía embarcada no cumple con las reglas de contenido nacional. El buen nombre y la reputación del exportador pueden cuestionarse.

Es importante conocer e integrar todos los conceptos que deben sumarse al valor, como las variaciones en los commodities y las divisas, o las regalías por el uso de marcas y licencias

Mejores prácticas en materia de valoración

Aunque no existe una herramienta única para determinar la correcta valoración de los productos, la estrategia es incorporar las mejores prácticas de cada industria y adoptar la forma en que las empresas más experimentadas suelen tratar estos asuntos. Sobre todo, considerar conceptos poco frecuentes como la fluctuación de valores, commodities, regalías, entre otros. Por la relevancia de las consecuencias fiscales y aduaneras y la relativa novedad del tema, es importante validar estas prácticas con un asesor externo. No hay que olvidar que la autoridad tiene el derecho de investigar operaciones de hasta cinco años de antigüedad. Si una empresa hubiera estado calculando de manera incorrecta los valores aduaneros de las mercancías, el impacto sería importante.

La valoración aduanera está regulada por numerosos acuerdos internacionales y disposiciones locales, incluyendo las elaboradas por la OMC, la OCDE y el SAT

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El tema de la valoración de las mercancías para efectos de comercio exterior es muy relevante por las dificultades intrínsecas del tema y por las graves consecuencias que puede tener si la autoridad fiscalizadora (aduanas, Hacienda, SAT) identifica prácticas inadecuadas o incompletas. La pesquisa, entonces, puede abarcar los últimos cinco años de operaciones y desencadenar importantes multas y penalidades. Por lo mismo, los precios de las mercancías importadas y exportadas deben estar debidamente documentados y validados por las áreas fiscal, comercial, financiera y de comercio exterior, incluyendo todos los conceptos incrementables.

Una política inapropiada puede tener otras consecuencias indeseables, como vender mercancías por debajo del valor de producción o quedar fuera de los beneficios de las preferencias fiscales, cuando el producto importado ya no cumple con el porcentaje necesario de contenido nacional o regional. Ahora, cuando las organizaciones internacionales han definido las normas aplicables a la mayoría de los escenarios, es mandatorio que las empresas consideren este tema con la mayor seriedad para no comprometer el futuro del negocio.

Conclusiones

Historia de Éxito

Un caso de la práctica comercial permite ilustrar los complejos procesos que se ponen en juego para una adecuada valuación aduanera y fiscal, y sobre la necesidad de informar a todas las áreas involucradas en el negocio.

Ocurrió en una empresa del sector metal-mecánico, que durante varios años exportó maquinaria y equipo a países con los que México tiene tratados de libre comercio. En el caso de Chile, invocó el trato aduanero preferencial porque asumió que los productos tenían un contenido nacional de al menos 50 por ciento, que es el mínimo exigido. Esta consideración resultó de sumar el costo de la mano de obra, partes y componentes nacionales, gastos indirectos y otros conceptos. Sin embargo, en determinado momento, la empresa debió ajustar esos cálculos y para su sorpresa resultó que con los nuevos valores ya no cumplía el requisito porque el contenido nacional era menor al mínimo. La situación era grave porque si no se podía sostener la procedencia regional, el fabricante debía

revelarlo a la autoridad chilena y por lo mismo asumir el pago de aranceles y cargos, un costo que podía recaer sobre el importador local.

La empresa utilizó los servicios de un asesor externo, el cual se centró en revisar a fondo la política de precios de este fabricante para determinar si era correcta y si se habían considerado todos los conceptos y costos autorizados. Para beneficio del cliente se identificaron varios errores de consideración. En el caso de unas estructuras provistas por una parte relacionada, se equivocó la forma de cargar las utilidades, lo que hacía que las piezas tuvieran un valor más bajo. En otro nivel se advirtió que no se estaban considerando las mermas y desperdicios como costo de la producción, algo que el tratado de libre comercio reconoce.

También se reveló que para eficientar costos, el área de Compras adquirió fuera de la región componentes que desequilibraron el porcentaje de contenido nacional: un beneficio menor que pudo haberse traducido en el pago

de más aranceles. Todos esos errores en el costeo le hubieran impedido beneficiarse de la exención aduanera y, en última instancia, pudieron tener un efecto devastador para su reputación comercial.

La reflexión a partir de este caso es que no debe desestimarse la comunicación entre los diferentes departamentos de la empresa. Si el cálculo del contenido regional corre sólo por cuenta del área Comercial o de Logística, significa que Compras y Producción, por ejemplo, no están enterados ni aportan información. Ocurrió en el caso que se comenta, donde las personas que hacían los cálculos no tenían manera de interpretar los costos de producción; nadie consideró el aspecto de las mermas, atendido como un mero tema de intendencia. Una adecuada comunicación y compartir la información relevante, puede ser clave para evitar situaciones de riesgo o que comprometan el futuro del negocio.

Previniendo errores con la ayuda de un tercero

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Socio a Cargo del área de Comercio Internacional y Aduanas y de Servicios de Ubicación y Expansión de Negocios en América Latina, dentro de la Práctica de Impuestos y Legal de KPMG en México. Cuenta con más de 10 años de experiencia en los que ha fungido como Consultor Jurídico para el National Law Center for Inter-American Free Trade en diversos proyectos relacionados con el comercio internacional. Es miembro activo de la Barra Mexicana de Abogados, así como miembro honorario de la Comisión Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de Baja California y del Colegio de Contadores Públicos de Nuevo León. Luis Ricardo ha participado en el Congressional Fellowship Program y es Consultor Jurídico Internacional especializado en las Leyes de México, conferido por la Barra de Abogados del Estado de California.

Luis RicardoRodríguez