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Siglo nuevo 12 12 S Sn n ¿ Su hija(o) de 15 años le dice que va a tener un bebé? No se asus- te, quizá sea por el programa ‘Bebé piénsalo bien’, que la A- gencia de Desarrollo de Géne- ro del DIF Torreón ha imple- mentado en algunas escuelas de nuestra entidad desde fe- brero pasado, como parte de una campaña de prevención del embarazo en adolescentes. En México, este tipo de casos conforma más del 17 por cien- to, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geo- grafía e Informática (INEGI), siendo Coahuila uno de los es- tados con mayor incidencia. El concepto de utilizar be- bés virtuales proviene de Es- tados Unidos, y fue Manzani- llo, Colima, la ciudad pionera en aplicar este programa ha- ce seis años. Ahora, Torreón cuenta con 18 bebés virtuales -cuyo valor individual es de once mil pesos- para realizar esta trascendente labor. PIÉNSALO BIEN ‘Bebé piénsalo bien’ es un ta- ller de seis horas de duración repartidas en dos sesiones, que se imparte de manera gra- tuita. “Va dirigido a estudian- tes de secundarias y prepara- torias públicas y privadas que llevan materias de educación sexual, pero igualmente pue- de ser ofrecido en organizacio- nes, universidades, e incluso en otras entidades cercanas”, agrega la Psicóloga Carolina Ramírez, Coordinadora de la Agencia de Desarrollo de Gé- nero del DIF Torreón. Durante la primera sesión, una pareja de especialistas de dicha Agencia dicta una char- la sobre la importancia de to- mar decisiones, sobre las rela- ciones afectivas, así como de algunos aspectos relaciona- dos con la sexualidad y el de- sarrollo de género. Al final del día, se hace una rifa entre los miembros del grupo –de apro- ximadamente 40 alumnos de los distintos grados escolares- para saber quién tendrá la po- sibilidad de vivir la experien- cia de ser padre. PRÁCTICAMENTE REALES A los jóvenes que han sido se- leccionados al azar, se les en- trega un muñeco programado a través de un chip que, al i- gual que un bebé real, pesa 3.3 kilos y mide alrededor de 50 centímetros; que llora cuando tiene hambre, cuando siente incomodidad por la comida, cuando requiere ser cambia- do de pañal o cuando necesita sentir cariño. “La programa- ción es al azar y es casi infinita, por lo que puede ser que un bebé llore muy seguido o que no lo haga. Esto hace la expe- riencia mucho más apegada a la realidad”, dice la Psicóloga Ramírez. El bebé virtual funciona con baterías recargables, co- mo las de un teléfono celular y se puede programar desde u- nos minutos y hasta por siete días. Sin embargo, en el caso de este programa, al joven o jovencita se le asigna el muñe- co por un día. El bebé está equipado con varios censores (en el pecho, la boca y el pañal) y es capaz de registrar los buenos y ma- los cuidados que su padre o madre adoptivos le otorguen. Por ejemplo, registra como maltrato que no se le alimen- te lo suficiente, cuando se le carga de manera incorrecta -no se toma su cabeza con de- licadeza- y cuando percibe un golpe o un zarandeo. Estos re- sultados se almacenan en el dispositivo electrónico que servirá a los responsables del taller para hacer una evalua- ción posterior. UNA ‘PEQUEÑA’ PRUEBA En la segunda sesión, los mu- chachos regresan al taller a devolver su bebé virtual. Ahí se les otorga el certificado de nacimiento de su hijo, mien- tras relatan a sus compañeros las peripecias que tuvieron que pasar al cuidar a sus pe- queños: preocuparse por no saber por qué llora el niño, te- ner que quedarse en casa sin salir con sus amigos, o quie- nes trabajan deciden no ha- cerlo porque nadie les puede cuidar al niño; muchos llegan cansados y ojerosos porque ca- si no durmieron. Con esta ex- periencia, la mayoría de los chi- cos concluye que no es el mo- mento apropiado para llevar la responsabilidad de un hijo a cuestas. Y es que según Carolina Ramírez, no se trata de promo- ver que no tengan hijos, sino que los adolescentes tomen conciencia de que deben pos- poner la paternidad a un futu- ro donde sus condiciones eco- nómicas, físicas, emocionales, sociales y mentales sean idó- neas para que puedan hacerse cargo de un hijo sin que esto interfiera en su desarrollo. I- Tener un bebé virtual en los brazos logra que los jóvenes tomen conciencia de lo que implica ser padres. Curiosamente, las jovencitas no son quienes muestran los mejores resultados en la prueba de ser madre por un día.

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¿Su hija(o) de 15 años le dice que va a tener un bebé? No se asus-

te, quizá sea por el programa ‘Bebé piénsalo bien’, que la A-gencia de Desarrollo de Géne-ro del DIF Torreón ha imple-mentado en algunas escuelas de nuestra entidad desde fe-brero pasado, como parte de una campaña de prevención del embarazo en adolescentes. En México, este tipo de casos conforma más del 17 por cien-to, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geo-grafía e Informática (INEGI), siendo Coahuila uno de los es-tados con mayor incidencia.

El concepto de utilizar be-bés virtuales proviene de Es-tados Unidos, y fue Manzani-llo, Colima, la ciudad pionera en aplicar este programa ha-ce seis años. Ahora, Torreón cuenta con 18 bebés virtuales

-cuyo valor individual es de once mil pesos- para realizar esta trascendente labor.

PIÉNSALO BIEN‘Bebé piénsalo bien’ es un ta-ller de seis horas de duración repartidas en dos sesiones, que se imparte de manera gra-tuita. “Va dirigido a estudian-tes de secundarias y prepara-torias públicas y privadas que llevan materias de educación sexual, pero igualmente pue-de ser ofrecido en organizacio-nes, universidades, e incluso en otras entidades cercanas”, agrega la Psicóloga Carolina Ramírez, Coordinadora de la Agencia de Desarrollo de Gé-nero del DIF Torreón.

Durante la primera sesión, una pareja de especialistas de dicha Agencia dicta una char-la sobre la importancia de to-mar decisiones, sobre las rela-ciones afectivas, así como de

algunos aspectos relaciona-dos con la sexualidad y el de-sarrollo de género. Al fi nal deldía, se hace una rifa entre los miembros del grupo –de apro-ximadamente 40 alumnos de los distintos grados escolares- para saber quién tendrá la po-sibilidad de vivir la experien-cia de ser padre.

PRÁCTICAMENTE REALESA los jóvenes que han sido se-leccionados al azar, se les en-trega un muñeco programado a través de un chip que, al i-gual que un bebé real, pesa 3.3 kilos y mide alrededor de 50 centímetros; que llora cuando tiene hambre, cuando siente

incomodidad por la comida, cuando requiere ser cambia-do de pañal o cuando necesita sentir cariño. “La programa-ción es al azar y es casi infi nita, por lo que puede ser que un bebé llore muy seguido o que no lo haga. Esto hace la expe-riencia mucho más apegada a la realidad”, dice la Psicóloga Ramírez.

El bebé virtual funciona con baterías recargables, co-mo las de un teléfono celular y se puede programar desde u-nos minutos y hasta por siete días. Sin embargo, en el caso de este programa, al joven o jovencita se le asigna el muñe-co por un día.

El bebé está equipado con

varios censores (en el pecho, la boca y el pañal) y es capaz de registrar los buenos y ma-los cuidados que su padre o madre adoptivos le otorguen. Por ejemplo, registra como maltrato que no se le alimen-te lo suficiente, cuando se le carga de manera incorrecta

-no se toma su cabeza con de-licadeza- y cuando percibe un golpe o un zarandeo. Estos re- sultados se almacenan en el dispositivo electrónico que servirá a los responsables del taller para hacer una evalua-ción posterior.

UNA ‘PEQUEÑA’ PRUEBAEn la segunda sesión, los mu-chachos regresan al taller a devolver su bebé virtual. Ahí se les otorga el certifi cado de nacimiento de su hijo, mien-tras relatan a sus compañeros las peripecias que tuvieron que pasar al cuidar a sus pe-queños: preocuparse por no saber por qué llora el niño, te-ner que quedarse en casa sin salir con sus amigos, o quie-nes trabajan deciden no ha-cerlo porque nadie les puede cuidar al niño; muchos llegan cansados y ojerosos porque ca-si no durmieron. Con esta ex-periencia, la mayoría de los chi-cos concluye que no es el mo-mento apropiado para llevar la responsabilidad de un hijo a cuestas.

Y es que según Carolina Ramírez, no se trata de promo-ver que no tengan hijos, sino que los adolescentes tomen conciencia de que deben pos-poner la paternidad a un futu-ro donde sus condiciones eco-nómicas, físicas, emocionales, sociales y mentales sean idó-neas para que puedan hacerse cargo de un hijo sin que esto interfi era en su desarrollo. I-

Tener un bebé virtual en los brazos logra que los jóvenes tomen conciencia de lo que implica ser padres.

Curiosamente, las jovencitas no son quienes muestran los mejores resultados en la prueba de ser madre por un día.