verbo divino 96 · el asentamiento en la tierra prometida y finaliza con la deportación a...

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Transcript of verbo divino 96 · el asentamiento en la tierra prometida y finaliza con la deportación a...

  • Editorial........................................................... 2

    Seccin monogrficaEl libro del Deuteronomio: puerta abierta, perno entre dos mundos ................................ 5Emilio Lpez Navas

    Deuteronomio: Narracin o discurso. La forma y la estructura del libro ................. 13Pablo Dez Herrera

    El Deuteronomio: compendio teolgico del Antiguo Testamento ................................. 22Francisco Javier Ruiz Ortiz

    El Deuteronomio y la historia deuteronomista ................................................ 29Jos Antonio Castro Lodeiro

    Un libro de leyes? La centralidad del Cdigo deuteronmico (Dt 1226) ....... 37Fernando Enrique Ramn Casas

    La relectura jonica de Dt 18,15.18: Jesucristo, el profeta semejante a Moiss .............................................................. 45Jos Luis Barriocanal Gmez

    Seccin abiertaLa Biblia en la Nueva Evangelizacin de Amrica ......................................................... 53Jos Cervantes Gabarrn

    Seccin didcticaDebarim: shem, mezuz y tefiln ............. 63Jos Luis Albares Martn

    Seccin informativaBoletn bibliogrfico ........................................ 70Noticias ............................................................... 71Libros ................................................................. 71

    EL LIBRO DEL DEUTERONOMIO

    Coordinador: Jos Luis Barriocanal Gmez

    N 96 2017 / IVverbo divino

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    Hace unos aos me llam la atencin la afirmacin de un clebre estudioso de la Escritura al afirmar que la tradicin deu-teronomista, cuya fuente es el presente libro que nos ocupa, es en gran medida la responsable de la representacin violenta de Dios por parte del Antiguo Testamento. Dejamos al lector la tarea de responder a esta cuestin mediante la lectura del presente nmero de Resea Bblica dedicado al Deuteronomio. Es uno de los libros ms signi-ficativos del Antiguo Testamento. En efecto, es clave para conocer tanto la teologa del Penta-teuco como la de la historia deuteronomista (de Josu a 2 Reyes). Ms an, es fundamental para comprender el conjunto de la teologa vetero-testamentaria, pues en l aparecen los grandes temas bblicos: eleccin, ley, alianza, tierra, culto. Por ello podemos afirmar que el Deuteronomio

    constituye la primera gran sntesis teolgica de Israel. El shem (Escucha, Israel: Dt6,4-5) con-tiene el dogma o norma fundamental de la fe en Yahv. En l se exhorta a amar al Seor como res-puesta a su accin a favor de su pueblo. Este amor es el que es prescrito en la Tor deuteronmica: Israel debe traducir su amor al Seor mediante un ordenamiento social conforme a su Palabra. En orden a su importancia, hay que sealar tam-bin que es uno de los libros veterotestamenta-rios ms citados por el Nuevo Testamento.

    A primera vista, el Deuteronomio se configura como la conclusin de un largo relato que tiene su comienzo con la creacin del mundo (Gn 1,1) y ter-mina con la muerte de Moiss (Dt 34). Si tuvira-mos que dar una definicin del libro diramos que, ms que un discurso de despedida por parte de Moiss, es un testamento, pues, antes de su muer-te, pide insistentemente al pueblo de Israel fide-lidad a la alianza y, en especial, lealtad a la Tor; todo cual explica el carcter jurdico del escrito.

    Este es el trasfondo que el lector va a encontrar en los artculos del presente nmero. Sus respec-tivos autores nos introducen en los temas ms importantes del libro, con el fin de que la lectura

    Editorial

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    del mismo sea comprensible y, de este modo, lo ms edificante posible.

    Emilio Lpez da las razones del porqu se ha de leer el Deuteronomio. Y, especialmente, res-ponde a las preguntas ms bsicas que cualquier lector se puede hacer ante un libro bblico: im-portancia de la obra, ttulo, autor, composicin, trasfondo histrico.

    Pablo Diez afronta la cuestin compleja de la forma literaria y de la estructura del libro. Halla-mos narraciones, discursos, textos legislativos y parenticos. Respecto a la segunda cuestin, el autor presenta distintas propuestas estructura-les, prestando atencin a los diversos indicadores que articulan esa variedad de formas literarias.

    Tras estos dos artculos de carcter ms in-troductorio, el lector es invitado de la mano de Francisco-Javier Ruiz a adentrarse en su conteni-do teolgico. Descubrir que es uno de los libros teolgicamente ms densos y ricos del Antiguo Testamento.

    Los restantes tres captulos afrontan cuestiones ms concretas. Fernando Enrique Ramn aborda la cuestin de la centralidad del Cdigo deute-ronmico (Dt 1226). Su importancia le viene de

    ser la manifestacin de la voluntad de Dios, con el fin de que su pueblo tenga vida. Y aunque bus-ca iluminar las circunstancias concretas en las que se encuentra Israel, su normativa legal es luz permanente para todos los pueblos.

    Jos Antonio Castro profundiza en la perspec-tiva literario-teolgica de la historia deuterono-mista, tan vinculada literaria y teolgicamente al Deuteronomio. Dicha historia muestra que Dios gua la historia de Israel, que comienza con el asentamiento en la tierra prometida y finaliza con la deportacin a Babilonia.

    Y, por ltimo, el que firma la presente edito-rial muestra la trascendencia de la promesa de Dt 18,15.18. Su importancia deriva de que ha sido y sigue siendo sostn de la esperanza de Israel. La profeca aqu contenida tiene su cumplimien-to en Jess, el profeta semejante a Moiss. Tal cumplimiento conlleva una relacin de continui-dad y de discontinuidad entre Jess y Moiss.

    Jos Luis Barriocanal Gmez

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    Seccin monogrfica

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    Leer el Deuteronomio es toda una aventura. Las lneas que siguen tratan de ofrecer la respuesta a las preguntas ms bsicas que cualquier lector se puede hacer

    ante cualquier obra. Tratndose, sin embargo, de un libro bblico, estas respuestas son an ms necesarias. Para no perderse

    en el desierto deuteronmico, he aqu un humilde mapa que seala los hitos ms importantes de la travesa.

    Emilio Lpez Navas

    Moiss subi desde las estepas de Moab al mon-te Nebo, cumbre del Pisg, frente a Jeric, y Yahv le mostr la tierra entera [], y Yahv le dijo: esta es la tierra que bajo juramento promet a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia se la dar. Te dejo verla con tus ojos, pero no pasars a ella (Dt34,1.4).

    El libro del Deuteronomio cierra un perodo en la historia de Israel, pero al mismo tiempo abre otro.

    El quinto libro del Pentateuco sirve para concluir el arco narrativo iniciado con las primeras palabras del Gnesis. La figura de Moiss, central en esta obra, aparece en Ex 2 y sirve como nexo de unin y base de la coherencia interna de los cinco libros de la Tor. Al mismo tiempo, sin embargo, el lector del ltimo captulo del Deuteronomio puede intuir que la historia no finaliza sobre aquel monte. Moi-

    EL LIBRO DEL DEUTERONOMIO: PUERTA ABIERTA, PERNO

    ENTRE DOS MUNDOS

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    ss contempla la tierra prometida (y ansiada) pero no puede entrar en ella. La promesa no acaba de cumplirse, y la tensin narrativa espera ser resuel-ta ms adelante, puesto que la salida de Egipto y la entrada en la tierra prometida son como las dos caras de una misma moneda, dos aspectos insepa-rables de un nico acto divino. As se expresa en el conocido como credo histrico que se recoge en Dt 26,8-9: y el Seor nos sac de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con gran terror, con seales y mi-lagros; y nos ha trado a este lugar y nos ha dado esta tierra, una tierra que mana leche y miel.

    El motivo de la dilacin en-tre los dos aspectos de la ac-tuacin divina se exponen en Dt 1,32: el vagar por el desierto durante cuarenta aos se debe a la falta de confianza del Is-rael. Ninguno de esa generacin, no obstante la inocencia de Moi-ss, es considerado digno de entrar en la tierra prometida. La respuesta bblica a este dilema se resuelve con la designacin de Josu como sucesor del legislador. Ser este quien lleve a trmino el camino, como se conocer por el libro que lleva su nombre.

    Por decirlo de una manera potica, el libro del Deuteronomio es como el dios romano Jano, deidad de las puertas, de los comienzos y finales. Se le sola representar con dos caras, cada una mirando hacia un lado. Valga ese smil para terminar de compren-der la funcin de bisagra o perno que el quinto libro

    de Moiss ejerce en una lectura continua de la Sa-grada Escritura.

    IMPORTANCIA DEL DEUTERONOMIOEsta funcin de eje es ya una seal de la importan-cia del libro del Deuteronomio. Y es que esta obra ha dejado una marca teolgica sobre el contenido

    de la triple divisin del Antiguo Testamen-to (Ley, profetas y los dems escritos).

    Nuestra obra es uno de los tres li-bros con mayor representacin en

    los manuscritos de Qumrn (29 veces, por 36 del libro de los Salmos y 21 de Isaas) y tam-bin uno de los ms citados en el Nuevo Testamento.

    De hecho, las instrucciones del Deuteronomio colorean la vida y la enseanza de Jess

    de Nazaret: es el primer libro del Antiguo Testamento que cita

    (despus del bautismo, durante las tentaciones en el desierto); utiliza

    Dt 6,5 (Amars al Seor, tu Dios, con todo el corazn, con toda el alma, con todas

    las fuerzas) como una de las claves de comporta-miento para sus discpulos, y combina este man-damiento con Lv 19,18 (Amars a tu prjimo como a ti mismo) para resumir toda la ley y los profetas.

    Tambin el libro de los Hechos identifica a Jess con el profeta, como Moiss, que el Seor te-na que suscitar (Dt 18,15; Hch 3,22-23) y modela la comunidad ideal con imgenes tomadas del quinto libro de Moiss (Hch 4,34; cf. Dt 15,4). Y, por lti-mo, es Pablo quien hace un mayor uso del Deutero-

    El libro del Deuteronomio

    concluye el arco narrativo iniciado en el Gnesis y abre

    la lectura continuada de la Sagrada Escritura.

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    nomio en sus cartas, por ejemplo de Dt 30,11-14 en Rom 10,6-10 y del captulo 32 en Rom 10,19.

    Respondamos ahora a diversas preguntas que nos pueden surgir acerca del quinto libro de Moiss. Con estas respuestas, ofrecemos una introduccin sencilla a la obra.

    TTULO: CMO LLAMAR AL DEUTERONOMIO?El ttulo en espaol del quinto libro de la Biblia deriva de su nom-bre en latn Deuteronomium, que a su vez proviene del grie-go (deuteron-mion). Curiosamente, se trata de un error de traduccin: en Dt 17,18 el texto hebreo habla de una copia de la ley (min), pero la versin de los LXX ha-ce referencia a una repeticin de la ley, introduciendo as el trmi-no que da nombre al ltimo libro del Pentateuco. Ya Filn de Alejandra utiliza esta expresin para referirse al li-bro (junto con otras como paraineseis, es decir, exhortaciones; epinomis, alegatos de la ley o logoi protreptikoi, admoniciones), y su empleo en los c-dices Alejandrino (A) y Vaticano (B) as como en la Vulgata, aseguraron su adopcin en las ediciones modernas de la Biblia, como las nuestras.

    En hebreo, como ocurre con los dems libros de la Tor, lleva por ttulo las palabras con las que comienza el texto: llhaDDebrm, estas son las palabras, o a veces simplemente (Debrm), las palabras. De hecho, toda la obra se presenta

    como el relato de las palabras y hechos relativos a la alianza que Yahv estipula con el pueblo de Israel, o como una coleccin de discursos pronunciados por Dios al caudillo de Israel, que Moiss trasmite al pueblo. Es ms, esta coleccin de discursos parece ser la despedida de Moiss, que en su ltimo da de vida quiere dejar como testamento a sus conna-cionales. Solo los discursos de Dt 31 y 34 son pre-

    sentados directamente como provenientes de Yahv.

    Sin embargo, un simple anlisis del texto revela que su contenido

    es fundamentalmente legislati-vo, y que la idea de una se-gunda ley no anda total-mente desencaminada. As, se ha podido comparar la es-tructura de los caps. 528, por ejemplo, con el cdigo de Hammurabi o con los tratados

    de vasallaje de los hititas.

    AUTORA:QUIN ESCRI-BI EL DEUTERONOMIO?

    Los lectores de Resea Bblica estamos acostum-brados a no encontrar, bajo este epgrafe, un nombre concreto. En la literatura bblica resulta casi imposible descubrir el autor concreto de una obra particular. Esta circunstancia, sin embargo, se verifica en los estudios modernos y contempo-rneos, puesto que tradicionalmente los cinco pri-meros libros de la Sagrada Escritura se atribuan sin ningn rubor a Moiss. La exgesis precrtica, fundamentalmente ahistrica, admita de mane-ra pacfica esta atribucin, pero ya desde tiem-

    Su ttulo deriva de su nombre

    en latn Deuteronomium que traduce el nombre que los LXX

    dan al libro hebreo como referencia a una

    repeticin de la Ley.