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Versiones de cuentos populares 2.HI Versiones de cuentos populares La Borde Durmiente La Borde Durmiente La Borde Durmiente La Borde Durmiente Érase una vez una princesa que nació en un palacio. Pasaban los años y conforme la princesa iba creciendo, iba haciéndose cada vez más insoportable. No había quien la aguantase, ni siquiera sus propios padres, porque siempre contestaba mal e insultaba a todo el mundo. Como la gente ya no podía soportarla más, un hada la hechizó por el bien de todos los demás. Hizo que cuando cumpliese dieciocho años, se pinchara con una espina de una rosa, y se quedase dormida para siempre. El hechizo se rompería cuando un príncipe regalase una rosa a la princesa. -¡¡Qué quieres!!-gritó la princesa cuando el príncipe llamó a la puerta. -Te traigo esta bonita rosa- le respondió educadamente el príncipe. -¡¡Yo no quiero esta estúpida rosa!!- volvió a gritar. Pero al apartar la rosa de las manos del príncipe, sin querer, ella se pinchó y se quedó dormida para siempre porque era tan borde que nadie la quería despertar. Amaia Arregi (2.H) Cenicienta Cenicienta Cenicienta Cenicienta Había una vez una bella Cenicienta que vivía con sus siete enanitos. Cenicienta un día fue a dar una vuelta por el bosque. Iba contando y recogiendo flores alegremente hasta que de pronto se cruzó con la malvada bruja Caperucita. Cenicienta se puso muy nerviosa porque había oído hablar mucho de ella y decían que convertía personas en animales. Caperucita le miró de arriba abajo a los ojos sin decir ni una sola palabra y le dijo que era muy fea por fuera, pero muy guapa por dentro. Como si pudiera leer los pensamientos,

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Versiones de cuentos populares 2.HI

Versiones de cuentos populares

La Borde DurmienteLa Borde DurmienteLa Borde DurmienteLa Borde Durmiente

Érase una vez una princesa que nació en un palacio. Pasaban los años y conforme la princesa iba creciendo, iba haciéndose cada vez más insoportable.

No había quien la aguantase, ni siquiera sus propios padres, porque siempre contestaba mal e insultaba a todo el mundo. Como la gente ya no podía soportarla más, un hada la hechizó por el bien de todos los demás. Hizo que cuando cumpliese dieciocho años, se pinchara con una espina de una rosa, y se quedase dormida para siempre. El hechizo se rompería cuando un príncipe regalase una rosa a la princesa.

-¡¡Qué quieres!!-gritó la princesa cuando el príncipe llamó a la puerta.

-Te traigo esta bonita rosa- le respondió educadamente el príncipe.

-¡¡Yo no quiero esta estúpida rosa!!- volvió a gritar.

Pero al apartar la rosa de las manos del príncipe, sin querer, ella se pinchó y se quedó dormida para siempre porque era tan borde que nadie la quería despertar.

Amaia Arregi (2.H)

CenicientaCenicientaCenicientaCenicienta

Había una vez una bella Cenicienta que vivía con sus siete enanitos. Cenicienta un día fue a dar una vuelta por el bosque. Iba contando y recogiendo flores alegremente hasta que de pronto se cruzó con la malvada bruja Caperucita. Cenicienta se puso muy nerviosa porque había oído hablar mucho de ella y decían que convertía personas en animales. Caperucita le miró de arriba abajo a los ojos sin decir ni una sola palabra y le dijo que era muy fea por fuera, pero muy guapa por dentro. Como si pudiera leer los pensamientos,

Versiones de cuentos populares 2.HI

Caperucita cogió su varita roja y hechizó a Cenicienta. El hechizo no era desagradable, más bien muy agradable. Le puso un bello vestido hecho de flores y un peinado espectacular. Cenicienta se quedó impresionada al verse tan bella. Le preguntó por qué lo había hecho, y le contestó porque ella no era mala. Decía que ella solo era mala con los que eran malas personas por dentro. A esas personas les convertía en algo repugnante pero a los buenos por dentro les daba lo que uno siempre había deseado. Cenicienta le dio las gracias y se marchó porque era muy tarde. Al volver a casa, los siete enanitos abrieron lo boca y dijeron todos a la vez "uooo".

Haizea Txibite (2.I)

PinochoPinochoPinochoPinocho

Pinocho era un muñeco de madera, que estaba encerrado en una jaula. El dueño era un solitario carpintero. Quería darle vida al muñeco y empezó a pensar en alguien conocido que tuviese muchos poderes. Pensó en un banquero pero pedía mucho dinero. Pensó en mucha gente pero no le convencía nadie.

Un día, paseando por la calle ,vio a un mendigo, y le preguntó: -Tú, señor, ¿me podrías ayudar? -¿En qué quieres que te ayude?-respondió el mendigo. -Tengo un muñeco de madera y le quiero dar vida, que pueda cantar, hablar, jugar...-añadió el dueño. -Bueno-contestó el mendigo. -Yo conozco a alguien que te puede ayudar, le llaman el Rey de la Magia-dijo el mendigo. -Vale, llámale y quedamos mañana en mi casa-respondió el dueño. Al día siguiente el mendigo apareció con su amigo el Rey de la Magia. Le explicó lo que quería y se puso a pensar. El Rey de la Magia dijo: -Bueno, y si le hago hablar, jugar, andar...¿qué me das a cambio? -Te dejaré que tu amigo el mendigo y tú viváis aquí. -Vale, estoy de acuerdo. Mañana empezamos. Al día siguiente trajo animales muertos, hojas secas y ramas. Encendió un fuego, coció todos los ingredientes y le metió a Pinocho dentro de una perola. El Rey de la Magia empezó a decir cosas extrañas en voz alta y cuando Pinocho empezó a cantar, lo sacaron del fuego. A la noche Pinocho sabía hacer de todo. Su dueño era feliz, porque Pinocho era como su hijo y tenía dos amigos más

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en casa.

Izaskun Santesteban (2.H)

Los tres cerditos rebeldesLos tres cerditos rebeldesLos tres cerditos rebeldesLos tres cerditos rebeldes

Había una vez tres cerditos

que eran hermanos. Cuando iban paseando muy tranquilos se juntaron con un lobo, y el lobo cuando los vio quiso ir para otro sitio menos por ese. Cuando el lobo se dio la vuelta para empezar a correr, el hermano mayor de los cerditos le grito:

-¡Ey, lobo ven un momento, que te quiero contar una cosa!

El lobo se volvió muy asustado porque pensaba que le iban a hacer

algo. Al llegar a donde los cerditos el lobo les preguntó: -¿Qué queréis amigos míos? -Pues en realidad queremos muchas cosas, pero te queríamos decir que

te damos tres segundos para que empieces a correr, si no quieres que te comamos- dijo el mediano.

El lobo se puso a cuatro patas y empezó a correr hasta que, al cabo de

un rato, se metió en una casa de paja. -Vamos a soplar- susurró el mayor. Los cerditos soplaron y derrumbaron la casa. El lobo siguió corriendo

hasta llegar a una casa de madera. -Vamos a quemarla- susurró el mediano. El cerdito pequeño sacó un mechero y prendió fuego a la casa. El lobo

salió corriendo y llegó a otra casa que era de ladrillo. El pequeño empezó a reírse y gritó:

-¡Qué tonto es el lobo! ¡Se ha metido en nuestra casa! ¡Me parece que vamos a tener lobo para cenar!

Los cerditos entraron a casa y mataron al lobo. Y así los tres cerditos vivieron rebeldes y cenaron lobo.

Itsaso Ahechu (2.I)

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Alicia en el País de las MAlicia en el País de las MAlicia en el País de las MAlicia en el País de las Maravillasaravillasaravillasaravillas

En un lejano país, al que viajas cuando sueñas, todos los magníficos animales mágicos eran esclavos de una pequeña y loca niña llamada Alicia.

Alicia fue enviada al País de las Maravillas para ayudar a matar a una reina, la Reina Roja. Al derrotar a la Reina Roja en vez de devolverle el trono a la buena Reina Blanca se lo quedó ella. Alicia era mala y más loca que el Sombrerero Loco.

El pobre Sombrerero se cogió una depresión al ver que él ya no era el más loco de todos, ya no podía ni tomarse su té en paz, porque se lo tomaba todo Alicia. Al gato volador lo usaba de camarero, el pobrecito ya ni desaparecía de lo triste que estaba.

Desde que Alicia cada vez fastidiaba más a la gente, nadie en el País de las Maravillas volvió a tomar té, porque estaba prohibido, por lo tanto, les obligaban a tomar Redbull.

Como todos los habitantes estaban hartos de las maldades que hacía Alicia, planearon atacarle. Alicia, al darse cuenta, tramó un plan.

Mientras todos dormían, Alicia cogió el pastel para encoger e hizo empequeñecer a todo el País de las Maravillas.

Cuando todos medían menos de 3 cm. , Alicia metió a toda la población en el Redbull y se los bebió.

Como ya solo quedaba Alicia en el País de las Maravillas, decidió volver a su casa, porque en ese país se aburría y ya no tenía diversión.

Versiones de cuentos populares 2.HI

Robin HoodRobin HoodRobin HoodRobin Hood

Una noche nublada en New York, sobre la antorcha de la estatua de la Libertad, cayó un rayo. En la calle 45 esquina con la 32 apareció un hombre vestido de verde oscuro. Era un borracho, fumador y pendenciero pero con buen corazón. Él decía que vivía en el siglo XII, y que era un enemigo de Juan Sin Tierra. Para colmo, aseguraba que era de Inglaterra y que se hacía llamar Robin Hood.

Era un ladrón muy escurridizo. La policía no lograba cazarlo pero él tenía

algo bueno, que robaba a los ricos y se lo daba a los pobres, aunque se guardaba una parte para los cigarrillos y el alcohol. Fue capaz de robar al mismísimo Obama y salir ileso y con todos los miembros de su chiflado equipo.

Un día como otro cualquiera, Robin iba a dar un golpe en la casa de un millonario político muy importante .Dejaron inconsciente al vigilante de la puerta y entraron. Entonces se dieron de morros con la peluquera del político. Robin le dijo estas palabras mientras todo su equipo se marchaba asustado por el montón de guardias que había en el hall.

-¡¡¡Ohhh!!! ¿Qué hacéis vos, bella princesa en un castillo como este? Venid,

venid conmigo y dejaréis de sufrir, amadme como yo os amo a vosssssssss. -¿Quéee? ¿Qué hace este canijo aquí? Bueno, es bastante guapo y parece bastante majillo. Además, así me jubilaré antes. Me voy con él.

Y así se unió la peluquera al grupo. Robin la cogió de la mano y se la llevó

al bar de su amigo a tomarse unos potes y a fumarse unos cigarrillos.

Mikel Mayora (2.H)