"Vi la muerte en la policía judicial

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Obra de la vida real , acontecimiento que sucedió en la parroquia de Tabacundo, en la Ciudad de Quito- Ecuador; el 25 de marzo del 2008. Esta historia real relata las torturas a las que fue sometido el Joven Miguel Alexander Cadena Polanco, por parte de algunos miembros de policía judicial; poe el supuesto robo de una Joyería Terranova, en el C.C. El Bosque de la ciudad de Quito.

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VI LA MUERTE

EN LA POLICÍA JUDICIAL

Caso del Asalto a la Joyería Terranova

Miguel Cadena Tapia y

Miguel Alexander Cadena Polanco

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Vi la muerte en la Policía Judicial

Caso del asalto a la Joyería Terranova

Crónica de una tortura

Autores:

Miguel Cadena Tapia y

Miguel Alexander Cadena Polanco

Edición y revisión:

Oswaldo Mantilla

Mario F. Cadena Tapia

Derechos de autor:

ISBN: 978-9942-20-807-1

Primera Edición

500 Ejemplares

E- mail: [email protected]

Telfs.: 0985613835 / 0980418280

Impresión:

Compugraf

2015

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PROLOGO

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Crónica de una tortura

La finalidad que nos motiva a escribir,

por el momento esta pequeña obra, es para

dar a conocer al pueblo ecuatoriano, al Go-

bierno Nacional y demás estamentos que

tienen relación con el desarrollo de la vida

nacional, la forma inmoral, antijurídica, in-

constitucional, inhumana y sin profesiona-

lismo con la que llevaron las investigaciones

y el proceso legal del asalto a la joyería Te-

rranova del Centro Comercial el Bosque

ciertos representantes de la Policía Nacional

y del hoy Consejo de la Judicatura tratando

a como dé lugar, de inculparle como delin-

cuente a pesar de haber demostrado docu-

mentada y contundentemente las evidencias

de su total inocencia y de las torturas del que

fue objeto mi hijo Miguel Alexander. Joven

ejemplar que culminaba con su carrera uni-

versitaria, y jamás tuvo problemas de orden

legal.

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

Han pasado años y nuestra lucha inque-

brantable continúa, para que casos emble-

máticos como el nuestro no permanezcan en

la impunidad y los operadores de justicia

hagan eco de esta gran realidad y actúen con

transparencia y probidad.

Con el propósito de que esta obra sea real

y objetivo narramos junto a Miguel Alexan-

der una síntesis de los hechos suscitados en

la vulneración de sus derechos humanos,

constitucionales y jurídicos cometidos por

quienes debieron ser garantistas del respeto

y cumplimiento de las leyes. También

damos a conocer de manera sucinta los re-

sultados obtenidos de las investigaciones re-

alizadas por la Defensoría del Pueblo,

Fiscalía, Asuntos Internos de la Policía, Co-

misión de la Verdad y la Audiencia de Juz-

gamiento del Tercer Tribunal de Pichincha.

Es importante destacar la influencia de

los medios de comunicación que dieron

como “primicia informativa” a nivel nacio-

nal e internacional sobre la captura de los

“delincuentes” del asalto a la joyería Terra-

nova con imágenes y titulares impactantes,

sin considerar el tremendo daño que hicie-

ron no solo a Miguel Alexander sino a toda

su familia, en lo moral, social y psicológico,

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Vi la muerte en la Policía Judicial

al no investigar de manera veraz, objetiva y

exhaustiva la información proporcionada en

la rueda de prensa policial; atentando a la

honra y dignidad del ser humano, actuando

sin valores ni principios éticos y morales,

actuando sin profesionalismo periodístico y

convirtiéndose en jueces sin causa.

Alteración del entorno familiar

Corría el año 2008 en la ciudad de Taba-

cundo, cantón Pedro Moncayo, provincia de

Pichincha; lugar tranquilo y paradisíaco

donde sus habitantes son amables, genero-

sos y solidarios. En aquel rincón andino se

desarrollaba con normalidad la vida de la fa-

milia Cadena Polanco, quienes habitan en el

centro de esta hermosa ciudad. Hogar con-

formado por Miguel Cadena Tapia y Cle-

mencia Polanco De la Torre, docentes de

profesión, y sus hijos Cyntia Dayanara y

Miguel Alexander, cada uno con su forma-

ción profesional.

Miguel Alexander, joven con mentalidad

liberal, como es la juventud de nuestra so-

ciedad ecuatoriana, comprometido con sus

sueños y objetivos, amigos, relaciones so-

ciales propias de su edad, revestida su per-

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

sonalidad de valores importantes como las

de ser honesto, respetuoso, atento, cortés,

cariñoso, responsable y con visión empren-

dedora para su futuro. Se distinguió en sus

estudios, alcanzando las mejores distincio-

nes en la escuela: Abanderado del Pabellón

Nacional y mejor estudiante de su promo-

ción; Segundo Portaestandarte del Pabellón

Nacional y presidente del Consejo Estudian-

til en el colegio y, egresado en Comunica-

ción Social.

A partir del mes de marzo del 2008 se al-

teró la paz y tranquilidad de la familia Ca-

dena Polanco, que por circunstancias de la

vida se presentó un hecho emblemático en

el Ecuador en el que se involucraron miem-

bros de la Policía, representantes del Minis-

terio Público y del Consejo de la Judicatura

conforme lo establecen las conclusiones y

resoluciones de investigaciones serias y ob-

jetivas realizadas por el Tercer Tribunal

Penal de Pichincha, la Defensoría del Pue-

blo, la Comisión de la Verdad y la CEDHU

(Comisión Ecuménica de los Derechos Hu-

manos).

El día martes 25 de marzo del 2008, una

llamada telefónica marcaría el inicio de una

nueva forma de vida socio-económica fami-

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Vi la muerte en la Policía Judicial

liar y el partir sin rumbo fijo hacia un futuro

espeluznante e incierto; la llamada era de un

Abogado quién poniéndose a las órdenes me

comunica que Miguel Alexander se encuen-

tra detenido en la Policía Judicial de Pichin-

cha. La noticia me dejó muy preocupado y

sin saber qué hacer; sin embargo, solicité

permiso en el trabajo y salí con dirección a

la Policía Judicial para saber el porqué es-

taba detenido y sobretodo qué hacer para al-

canzar su libertad. En calidad de padre tenía

que ponerme al frente y buscar la ayuda ne-

cesaria para solucionar esta experiencia in-

esperada.

Creía en la honestidad y eficiencia poli-

cial al ser una institución que tiene como fi-

nalidad brindarnos seguridad ciudadanía.

Jamás se cruzó por mi mente que los ciuda-

danos debíamos cuidarnos primero de cier-

tos miembros de la policía, antes que de los

mismos delincuentes; pensé que la Justicia

ecuatoriana estaba revestida con personas

honestas, transparentes y capaces de actuar

en calidad de garantistas y representantes de

la ley al desempeñar honrosos cargos dentro

de la Función Judicial.

¡Qué lejos estuvieron mis conceptos! al

comprobar todo lo contrario y decir que

ciertos representantes de la Ley son una

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amenaza y peligro para asegurar la aplica-

ción de la justicia en la sociedad ecuato-

riana.

A inicios de año 2008 los asaltos, robos,

crímenes, secuestros exprés, violaciones,

etc. eran el pan del día, cada vez se presen-

taba con más fuerza en el país, a esta crisis

de inseguridad nacional se sumó la incursión

de las fuerzas militares de Colombia a nues-

tro territorio en el sector de Angostura

(Oriente Ecuatoriano), muriendo guerrille-

ros colombianos y ciudadanos civiles.

La sociedad ecuatoriana exigía al Go-

bierno Nacional dar prioridad a la seguridad

ciudadana, por lo que el señor Presidente de

la República les exige resultados a los

miembros de la Policía Nacional que reci-

bieron un mejor presupuesto para la dota-

ción de equipos, armas, vehículos, etc., que

permitan reducir los índices delincuenciales.

Paradójicamente los hechos delictivos au-

mentaron, razón ésta para que obligados por

la circunstancias busquen con urgencia un

chivo expiatorio, logrando conseguir sus

propósitos al transformar en asaltantes a ciu-

dadanos inocentes. Días después, la Policía

armó un show mediático para mentir al

pueblo ecuatoriano, engañar al Presidente

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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de la República y burlarse de los medios de

comunicación.

El asalto a la joyería Terranova se produjo

el 16 de marzo del 2008 en la ciudad de

Quito, hecho que motivó una gran conmo-

ción social dentro y fuera del país, en este

acto delictivo pretendieron implicarles a

Miguel Alexander y 5 ciudadanos más.

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Viacrusis de un inocente Narración de Miguel Alexander

Estaba por terminarse mis vacaciones y

tenía que reintegrarme a cumplir con mi res-

ponsabilidad en la institución donde labo-

raba, pero necesitaba que me extiendan unos

días más; razón por la que en la mañana del

día martes 25 de marzo del 2008 salí de mi

residencia, ubicado en la ciudad de Taba-

cundo, hacia el lugar de mi trabajo en la ciu-

dad de Cayambe para solicitar al dueño de

la empresa me extienda mis vacaciones y

cumplir con compromisos familiares. Me

encontré con ex compañeros de trabajo,

hasta que llegue mi jefe nos pusimos a tomar

unas cervezas en una tienda.

Luego de acceder el dueño de la empresa

al pedido, salí y continuamos tomando hasta

que Camilo, compañero de la empresa que

se integró, me pidió que le llevara en mi ve-

hículo a Carapungo porque había la posibi-

lidad de un excelente trabajo en aquel lugar

y de paso retirar unas piezas de motos para

su taller. Pensando en esta gran oportunidad

laboral y económica viajamos a Carapungo:

Camilo, Luis y Asdrúbal. En una transversal

de la calle J, cerca de una tienda esquinera

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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me estacioné y con unas cervezas le espera-

mos a Camilo hasta que hiciera la gestión.

Aproximadamente a las 16H30 les pedí

regresar a Tabacundo, porque debía meter a

mis gallos de pelea en sus jaulas, afición que

tengo de criar estas aves para salir a los con-

cursos. Al iniciar el retorno me encontré con

obstáculos, en la vía principal se encontraba

estacionado un vehículo grande y en el cen-

tro de la calle unos conos; esperé un mo-

mento, pité la bocina del vehículo para

pasar, como no rodaba el bus, opté por reti-

rar uno de los conos y rebasar.

Al realizar esta acción un policía de trán-

sito, desde una tienda había observado la

INFRACCIÓN DE TRÁNSITO, me hizo

estacionar y procedió a pedirme los docu-

mentos, al entregarle se dio cuenta que me

encontraba con aliento a licor, por lo que

llamó por teléfono a un policía motorizado

quien me llevó en la moto a las instalaciones

de la policía de Tránsito de Carapungo.

Más de 30 minutos estuve esperando

para que me hagan la prueba de alcohole-

mia, cuando observé que ingresa mi vehí-

culo conducido por un policía y al

estacionarse, les baja de una manera impo-

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sitiva a Asdrúbal Granada y Luis Bastidas.

Se acercan los policías molestos y proceden

a revisar mí cuerpo. Al preguntarles el por

qué ingresan mi vehículo a las instalaciones

policiales, la respuesta que me dieron me

dejó desconcertado: “En su auto encontra-

ron dos revólveres calibre 22”.

Esta situación fue el inicio del gran via-

crucis, la pesadilla más horrenda de mi vida

y que un ser humano pueda soportar. Nos

trasladaron al edificio de la Policía Judicial

de Pichincha donde se dio la Audiencia Oral

de Formulación de Cargos por el delito de

Tenencia Ilegal de Armas, donde narramos

con mi Abogado Defensor lo sucedido y so-

licitamos se realice la prueba de parafina

para deslindar mi responsabilidad de lo que

me estaban acusando. El Juez de turno, Gui-

llermo Solís, no consideró el pedido y nues-

tras versiones por lo que dio inicio a la

Instrucción Fiscal, ordenando la prisión pre-

ventiva.

Mi abogado defensor me tranquilizó al

decir que no me preocupara porque el artí-

culo enunciado está sujeto a fianza y en los

próximos días estaría en libertad. Ese mismo

día nos trasladaron al Departamento Médico

Legal para hacernos una valoración médica

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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y el Dr. Juan Carlos Pérez determinó que es-

tábamos sin novedad y con buen estado de

salud.

De la misma manera en el parte de de-

tención con fecha 25 de marzo del 2008 ma-

nifiesta: “…los hoy detenidos quedan

ingresados en los calabozos de la Policía

Judicial de Pichincha sin presentar golpes

ni hematomas visibles en sus cuerpos,...”;

también consta: “…que en un vehículo

marca Volkswagen color azul, de placas

PRD-997,…”, el señor Juez de turno Dr.

Guillermo Solís “entregó el automotor

mencionado a su propietario el señor Mi-

guel Cadena Tapia”.

Hago referencia a este Parte Policial para

demostrar posteriormente la burda mentira

que montó la Policía en la rueda de prensa.

Al término del examen médico legal nos

llevaron a los calabozos ubicados en el sub-

terráneo del edificio de la Policía Judicial,

ubicándonos en celdas distintas, creo me

tocó la peor, porque estuve rodeado de per-

sonas que me producían miedo, la mayoría

eran gente de color. Primera vez que expe-

rimentaba esta situación en mi vida, el cala-

bozo estaba estructurado por una especie de

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jaulas con barrotes de hierro que separaban

las celdas unas de otras, muy parecido a las

jaulas de los animales.

Pasé la noche acostado sobre una esponja

muy delgada, analizando y reflexionando en

el problema que estaba comprometido, no

pegué los ojos en toda la noche por temor a

que me suceda algo. Al día siguiente, 26 de

marzo, me cambiaron de “jaula”, logrando

ubicarme en una colchoneta; mi familia en-

viaba con el pasador los alimentos y ropa

para cambiarme, nos mantenían incomuni-

cados. Los segundos y minutos transcurrían

tan lentamente que aumentaba mi desespe-

ración, deseaba reunirme con mi familia y

disfrutar de la tan anhelada libertad.

Torturado

y convertido en delincuente

El 27 de marzo del 2008, en la mañana

nos sacaron de los calabozos hacia las ofi-

cinas del mismo edificio de la PJ para trá-

mites de rutina policial. Aproximadamente

a las 15H00 llegaron a los calabozos tres

personas vestidas de civil, y en voz alta nos

nombraron:

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-¡Granada, Bastidas y Cadena!, ¡Acér-

quense a la puerta!, y nos sacaron.

Nuestras salidas del calabozo eran regis-

tradas en un libro: con los nombres, firmas,

y hora de quién nos sacaba, a dónde nos lle-

vaban, la hora de regreso con el nombre y la

firma de quien lo hacía.

Me imaginé que había recobrado mi li-

bertad, por lo que me puse feliz. De pronto

estos policías vestidos de civil nos hicieron

subir algunos pisos del mismo edificio, co-

nocido como PJ, abrieron la puerta y observé

una habitación grande, alfombrada y desha-

bitada donde me esposaron con las manos

para atrás del cuerpo, cubriéndome con papel

los ojos y sujetando el papel con cinta adhe-

siva. Una de las personas que se encontraba

en la habitación me cogió del brazo y de ma-

nera brusca me llevó a otro lugar donde ini-

ciaron con su degradante y criminal proceso

de torturas, a la vez que me golpeaban por

todo el cuerpo de manera brutal, me hacían

peguntas incoherentes y absurdas.

¿Dónde están las armas?,

-¿A qué armas se refieren?, les contes-

taba.

-No te hagas el tonto, ¡Sabes a qué armas

nos referimos!,

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-Las dos armas que dicen, desconozco,

no sé quién les puso en mi vehículo, estoy

detenido solo por conducir en estado etílico.

Me hicieron extender horizontalmente

los brazos, golpeándome en los pabellones

de las orejas con las palmas de las manos.

-¡Cuidado los bajes hijueputa!, ¡Habla!,

¿dónde están las armas?,

-Les respondí que no sabía de las armas

que hablaban.

Inmediatamente los golpes iban dirigidos

a las costillas; me dijeron que si colaboraba

no me pasaba nada, caso contrario la pasaría

muy mal.

Estos policías me insinuaron:

-Te vamos a dar una pista, van a cantar:

Juguemos en el bosque, hasta que el lobo

esté…¡Ahora!, canten maricones!.

Luis, Asdrúbal y yo nos pusimos a cantar

con voz temblorosa y destemplada: “Jugue-

mos en el bosque hasta que el lobo este, si

el lobo aparece entero nos comerá……”, al

terminar de cantar nos dijeron:

-Ahora si ¡canten!: ustedes asaltaron la

joyería del Centro Comercial El Bosque.

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Al escuchar me quedé desconcertado, no

sabía de qué asalto me hablaban, respon-

diéndoles que estaba detenido por conducir

en estado etílico y porque han encontrado

dos armas en mi vehículo.

-Habla hijueputa o pasarás lo peor de tu

vida,

- Desconozco totalmente de lo que ha-

blan; les respondí.

Al mismo tiempo que me golpeaban en

el estómago y el cuerpo, psicológicamente

me torturaban con amenazas e insultos.

Cada vez que bajaba los brazos de igual ma-

nera me golpeaban en los costados del

cuerpo para que los alzara y les mantuviera

en sentido horizontal.

Por el tono de su voz me di cuenta que

ingresó otra persona al lugar dónde me tor-

turaban y nos dijo:

-Si no colaboran con nosotros les viene

lo peor, así es que habla Angelito, ¿tú eres

colombiano, no?,

-Soy ecuatoriano, les dije y les di mis re-

ferencias personales.

Los golpes por el cuerpo no cesaban.

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-Di la verdad, ustedes asaltaron la joye-

ría,

-Nada tengo que ver, dejen de golpearme,

por favor, ¡Soy inocente!;

Me dejaron por un momento de maltratar

y todo quedó en silencio, cuando escuché

gritos desgarradores de dolor, por su tono de

voz me di cuenta que se trataba de Luis a

quien le habían llevado a torturarle.

Uno de los policías se acercó y me dijo

al oído:

-¿Escuchaste? si no colaboras, te matare-

mos hijueputa; le insistí que no tenía nada

que ver con el asalto que ellos hablaban.

Después escuché los gritos desesperados

de dolor de Asdrúbal, instante que me puse

a pensar, que les estarán haciendo para que

griten de esa manera; me llevarán a hacer lo

mismo que a Luis y Asdrúbal o me harán

algo peor; se erizó mi piel, corría sangre he-

lada por mi cuerpo y me encomendé a Dios

porque nada malo me pasara y termine lo

antes posible esta pesadilla eterna y terrorí-

fica que estaba viviendo.

Así fue…, llegó la hora que estaba te-

miendo, uno de los torturadores me llevó del

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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brazo a otra habitación; no veía nada por

estar tapado los ojos, y me dijeron:

-¡Hijueputa, ponte en el suelo boca

arriba!,

Lo hice, me encontraba muy incómodo

por estar esposado y con los brazos para

atrás; colocaron una silla sobre mi pecho y

sentí que una persona se sentó, procedieron

a cubrirme la nariz y mi boca con una fra-

nela húmeda, dificultándome la respiración

porque se pegaba a las fosas nasales y la

boca al respirar.

Por intervalos me retiraban la franela di-

ciéndome:

-Colabora, y evita que te pase lo peor;

-Qué quieren que les diga, nada tengo

que ver con el asalto que dicen, soy ino-

cente, soy honrado, jamás he cogido nada

que no sea mío.

Ví de cerca la muerte

Desde este momento comenzó lo peor,

algo muy difícil de soportar, me echaron

agua por la boca y la nariz produciéndome

asfixia y ahogos, no podía respirar…, era

irresistible..., vi de cerca la muerte…., de la

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desesperación que tenía por la forma en la

que me torturaban, no sé de dónde saqué una

fuerza sobre natural que por dos ocasiones

logré retirarle de la silla a la persona que se

encontraba sentada, pidió ayuda a sus com-

pañeros que estaban presentes, uno me su-

jetó con fuerza la cabeza y el otro me pisó

en los tobillos:

-Habla hijueputa, si no dices que tú eres

el asaltante de la joyería ¡te matamos!.

Tuve mucho miedo, y para que no me

sigan criminalmente torturando, preferí no

contestarles; pero al ver que no les decía

nada, se complicó mi situación; llegó una

mujer y comenzó a insultarme, sentí que me

pisaron los testículos.

-Colabora, tú asaltaste la joyería del Bos-

que, habla hijueputa, tú eres uno de ellos.

-Grité del dolor…. y alzando la voz les

grite: ¡Soy INOCENTE!

¡Jamás estuve en ese lugar!, ¡investiguen

mi vida y el de mi familia!.

Mientras más gritaba, me introducían

agua por la boca y por la nariz, causándome

ahogos, al perder el conocimiento me des-

pertaron lanzándome agua.

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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Al ver que no lograban cumplir con sus

malévolas y criminales intenciones, vino lo

peor, cambiaron el agua por gaseosa; es in-

descriptible, es increíble el sentir como in-

gresan las burbujas de gas con el agua por

la nariz, tenía la sensación de que llegaban

al cerebro, parecía que iba a explotar, es un

dolor espeluznante e insoportable, nada fácil

de describirlo, realmente vi la muerte, sentí

que había llegado el fin de mi vida; perdí

otra vez el conocimiento, igual me desper-

taron lanzándome agua para continuar con

las criminales e inhumanas torturas.

-Colabora angelito hijueputa, di que eres

uno de ellos y te dejamos en paz;

Me quedé en silencio, sin ánimo y ex-

hausto de la indescriptible y terrible tortura;

creo que estaba funcionando únicamente mi

sub-consciente, no sabía si era una pesadilla

lo que me pasaba o vivía una realidad, es-

taba perdido en el tiempo y en el espacio, en

verdad, ya no resistía, no deseaba la muerte

y les dije:

-No sigan torturándome..., no me maten

por favor, voy a hacer todo lo que ustedes

me digan, si quieren ponerme como respon-

sable del asalto lo hago…, pero…no me

maten.

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

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En ese instante dejaron de torturarme y

me hicieron levantar.

A este tipo de torturas en la Comisión

Ecuménica de los Derechos Humanos

(CEDHU) nos informaron que le llaman

submarino, actúan profesionalmente porque

no dejan ninguna huella.

Uno de los “interrogadores” presentes

me cogió del brazo y me llevó a un baño que

había en esa habitación, me quitaron las es-

posas y las vendas de los ojos; sentí un ali-

vio muy grande, y observé que las muñecas

se encontraban totalmente hinchadas, in-

cluso lastimadas por la desesperación y la

fuerza que hacía al pretender soltarme y de-

fenderme de las torturas. Me pidió que me

frote y lave las manos, que en ese momento

no les sentía.

Estaban dos personas a mi lado, instante

en el que pude verlos con temor, posterior-

mente supe sus nombres, el uno tenía bigote

y se trataba de Héctor Díaz; el otro era de

patillas algo gruesas y trigueño, se trataba

de Manuel Pinto, quién le pasó a Díaz una

libreta; me trasladaron nuevamente a una

habitación y observé a un grupo de personas

que se encontraban en este lugar: sentado en

la silla, que seguramente era la que me pu-

sieron sobre mí pecho, estaba un hombre

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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fornido, blanco, alto (Cap. Hitler Martí-

nez); una mujer (Sbte. Ana Erazo); un

hombre con una cicatriz en la cara (Elmer

Ordoñez) y otro muchacho que llevaba una

mochila y le decían “Sixto”, se trataba de

Jorge Muñoz. Después me enteré que

pertenecían al grupo de policías del DIAD

(Departamento de Inteligencia Antidelin-

cuencial).

Fácilmente los identifiqué a los policías

“interrogadores” porque relacioné las voces

que escuche los momentos en que me tortu-

raban, cuando me sacaron la venda de los ojos

les observé sus características físicas, y eran

los mismos policías que participaron desde el

27 de marzo del 2008 en todas las diligencias

del supuesto proceso investigativo;

El Capitán Martínez mirando en un or-

denador portátil el video relacionado con el

asalto me dijo:

-Tú eres el de chaqueta negra,

-Le contesté: no soy esa persona, jamás

estuve en ese lugar.

Nuevamente sentí los golpes por la es-

palda y las costillas, me amenazaron con

volver a torturarme con la gaseosa y por

temor a que me maten, no me quedó otra

opción y decidí mentir y seguirles el juego;

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me pidieron que les diga dónde están las

armas y las joyas. Con el fin de que pase el

tiempo y llegue el siguiente día para que mi

familia se dé cuenta de lo que estaba pasando

y me ayuden, les di referencia de dos puntos

extremos de Quito: las armas están en Cara-

pungo y las joyas en el sector de Solanda.

Desde este momento dejaron de pegarme

y torturarme física y psicológicamente. El

Cap. Martínez dirigiéndose a todos quienes

estaban en la habitación les dijo: “Este mo-

mento salimos al reconocimiento, vamos a

Solanda y Carapungo”.

Bajamos las gradas de los pisos del edi-

ficio de la Policía Judicial y salimos. Me di

cuenta que eran altas horas de la noche por-

que no había una sola persona en la calle,

todo estaba desolado.

Me hicieron subir a una camioneta doble

cabina la misma que fue conducida por el

policía Héctor Díaz, a su lado iba el capitán

Martínez. Me hicieron sentar en la mitad

del asiento posterior, a los costados estuvie-

ron los policías Manuel Pinto y Jorge

Muñoz Chiles. En un automóvil estuvieron

la Sbte. Ana Erazo y en el otro asiento es-

taba Elmer Ordoñez.

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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En Solanda, sector que desconocía, me

inventé y les dije que era por una cancha de

fútbol, no sé cuál es la casa, más o menos

les vi entrar cerca de una tienda. Después hi-

cieron una llamada telefónica y al poco rato

llegaron en un carro dos personas y conver-

saron con el Capitán Martínez.

Los dos hombres se acercaron misterio-

samente a la camioneta, me quedaron

viendo por unos segundos y se retiraron con

dirección al Capitán moviendo la cabeza,

haciendo un gesto negativo; una de las per-

sonas se acercó nuevamente a la camioneta

y en tono ofensivo me dijo que me baje, al

mismo tiempo que me daba la orden, veía

que rastrillaba la pistola que tenía en sus

manos. Al momento en que me bajé me dijo:

-Tienes tres minutos para escapar ¡Hijue-

puta!,

Sentí un escalofrío de ultratumba que

cruzaba por mi cuerpo, segundos en que es-

tuve muy confundido sin saber qué hacer,

decidí subirme inmediatamente a la camio-

neta, sin darle tiempo a nada, para que en el

caso de que me matara quede por lo menos

las huellas de mi sangre en su interior como

prueba de que ellos me asesinaron. Al salir

del sector, más o menos por la ciudadela

Atahualpa se quedó la Sbte. Ana Erazo.

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

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En Carapungo opté por llevarles al lugar

donde estuvimos tomando el 25 de marzo,

sucediendo lo mismo que en Solanda, sin

dar ningún sitio preciso porque en realidad

no existía y lo que quería era ganar tiempo.

Regresamos al edificio de la Policía Ju-

dicial en horas de la madrugada del 28 de

marzo; por órdenes del Capitán Martínez los

policías Manuel Pinto y Héctor Díaz me

subieron a uno de los pisos superiores cu-

bierto con una venda mis ojos y amarrado

las manos con unos cordones, le pidieron a

un policía de apellido Oña que me custo-

diara, pero él no aceptó; me dejaron sentado

en una habitación donde habían estado Luis

y Asdrúbal.

Se me vinieron varios interrogantes:

¿Cuál será mi futuro? ¿Me matarán al ama-

necer si no hago lo que ellos quieren?...., me

acordé de Dios y de mí Virgencita de Nati-

vidad, a quienes les pedí con toda devoción

que me ayuden a salir de esta cruel e inter-

minable pesadilla.

Parecía que el tiempo se detuvo, no se es-

cuchaba nada…, hasta cuando ingresaron al-

gunas personas, nos hicieron levantar y con

gritos:

Page 31: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

29

-¡Viva el GAO!,…. ¡Están en el

GAO!,…. ¡Contesten maricones¡

-¡Dónde estamos?!

-Granada, Bastidas y yo obedecimos: ¡En

el GAO!

Nos hacían gritar cada vez con más

fuerza; esta práctica se repitió por varias

ocasiones, de pronto sentí golpes con las

manos abiertas en los pabellones de mis ore-

jas, golpes de puño y patadas en mi cuerpo,

alguien me patio tan fuerte que me lanzó al

suelo, otro me levantaba para continuar gol-

peándome, me obligaron a que abriera las

piernas para golpearme en los testículos; no

se inmutaban ante el pedido y súplicas para

que dejaran de golpearme, creí que llegaba

el fin de mi vida.

De tantos golpes que recibí mi cuerpo es-

taba amortiguado que ya no les sentía. Los

golpes eran acompañados de insultos fuertes

y amenazadores de muerte si no aceptába-

mos ser los asaltantes de la joyería. Hubo un

momento en que recibí tremendo golpe con

un objeto duro que me levantó el cuerpo, en-

viándome al suelo; me levantaron para con-

tinuar golpeándome con el mismo objeto

hasta cansarse o porque alguien les ordenó

dejaran de hacerlo.

Page 32: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

30

Me quitaron la venda que cubrían mis

ojos y miré que en aquella oficina se encon-

traban algunos policías vestidos de civil,

entre ellos uno de tez negra, de contextura

gruesa que le llamaban SUSUKI, luego

supe que se llamaba Armando Espinoza,

quien tenía en sus manos un palo con las ca-

racterísticas de un bate de béisbol (ratifica el

Capitán Odín Martínez en su versión ren-

dida el 18 de marzo del 2008 en la Defen-

soría del Pueblo, pág. 19), a su lado estaba

un muchacho de contextura delgada que le

apodaban “Platanito”, después supe su nom-

bre, Camilo Jácome, al resto de personas

no les identifiqué, eran policías diferentes a

los del día anterior.

Nos indicaron 3 fotografías de personas

desconocidas que habían estado detenidas

en la PJ y con amenazas de muerte nos or-

denaron que les involucráramos y dijéramos

que también participaron en el asalto a la jo-

yería.

Cuando les hicieron entrar a las personas

de las fotos, los policías provocaron un fin-

gido “careo”, obligados por las circunstan-

cias y el temor, Luis y Asdrúbal dijeron que

estos ciudadanos participaron en el asalto,

(El Capitán Martínez dice algo en relación

Page 33: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

31

al careo en su versión rendida el 18 de no-

viembre del 2008 en la Defensoría del Pue-

blo, pág. 19); de esta manera los

“investigadores de la Policía” FORMA-

RON LA BANDA de los supuestos asaltan-

tes de la joyería Terranova para presentarnos

posteriormente en una rueda de prensa.

Entrada la noche los “interrogadores” del

DIAD, excepto la Sbte. Ana Erazo, quien no

se encontraba en ese momento, me pidieron

firme un documento que habían redactado,

les pedí que me permitan leer, a lo que se

molestaron.

-Si no firmas este documento, sabes lo

que te pasará,

Les pedí que mi Abogado esté presente,

y al pronunciar la palabra Abogado…, sentí

que uno de ellos me golpeó tan fuerte que

me viró el cuerpo al suelo, se rieron de lo

que me hicieron y se burlaron:

-¿Tienes Abogado? , ja, ja, ja… ¡firma

rápido, hijueputa.

-¿Te es conocido el nombre de Cyntia

Dayanara Cadena Polanco…, vive en la

Villa Flora, en la calle Pedro Jiménez Oe

P11- O136 y Antonio Barrionuevo y trabaja

en una agencia bancaria?; me quedé sin res-

piración, sin palabras, mi cuerpo se quedó

Page 34: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

32

helado y tembloroso; estaban informados de

todos los datos de mi hermana, les pedí de

favor que no le hagan ningún daño porque

nada tiene que ver.

-¡Entonces, firma inmediatamente o le

traemos a tu hermana!, ya sabes qué le

puede pasar.

-¡Decide ya!.

Su amenaza fue contundente y decidora

para que firmara ese documento sin saber su contenido, era un hecho que se trataba de

mi autoinculpación como asaltante, con-

virtiéndome de esta manera, de la noche a la mañana, en un contumaz delincuente.

Una vez que firmé, le llamaron vía telefó- nica a una persona que en pocos minutos llegó, era el Abogado de apellido Lozada quien firmó ese documento como mi Abo- gado de Oficio, sin considerar que contaba

con mi propio Abogado; cumplido su obje- tivo, en la noche del 28 de marzo nos baja- ron a los calabozos; en este lugar pasé otro calvario por las condiciones físicas en que me encontraba, solicité me permitan utilizar la ducha y al momento de querer abrir la llave para que baje el agua, los dedos de mis manos no me respondían, no podía mover los brazos, comencé a sentir tremendo dolor por todo el cuerpo.

Page 35: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

33

Como no había privacidad en las duchas Luis y Asdrúbal se sorprendieron y dijeron:

-¡Qué bestialidad Alex!, cómo se encuen- tra todo su cuerpo, tiene unos tremendos moretones, ¡estos chapas mal paridos casi nos matan!.

Cuando Luis y Asdrúbal utilizaron las duchas observé en sus cuerpos huellas de haber sido muy golpeados. No pude acos- tarme, no solo por el dolor intenso que sen- tía, sino porque las personas de las otras celdas querían pegarnos y nos decían:

-¡Sapos hijueputas!, ¡maricones! ¡En cuanto lleguen al CDP les matamos por sapos!

Estaba viviendo un verdadero infierno: mi dignidad y honorabilidad tirada al suelo, ahora las amenazas de muerte no solo eran de los policías.

Nos llamaron “sapos” porque fueron in- volucrados en el asalto a la joyería las per- sonas desconocidas de las fotografías.

Logré conseguir un celular que tenía un detenido y me comuniqué con Leyli, amiga íntima, y le conté la brutal golpiza recibida que casi me matan, que tenía muy hinchadas

las manos y las muñecas, los dolores eran muy fuertes en todo el cuerpo, le pedí que

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

34

compre pastillas desinflamantes y para el dolor; además le dije que, para que no me sigan torturando y no le hagan daño a mi hermana y obligado por las circunstancias firmé un documento auto inculpándome como asaltante.

Leyli lamentó lo sucedido e intentó darme moral. El dolor físico me fue pasando pero el dolor espiritual y moral iba acrecen- tándose al pensar que firmé aceptando haber participado en el asalto de la joyería y ahora era un delincuente. Cuántos años privados de mí libertad tendré que pasar, la sociedad qué dirá de mí y mi familia, no llegaré a la casa durante mucho tiempo...; en fin, mu- chas ideas desagradables y funestas se me cruzaban por mi mente.

El 31 de marzo del 2008 a las 10H30 me sacaron de los calabozos los policías Díaz, Pinto y Muñoz llevándome fuera del edifi- cio de la Policía Judicial, donde estaban es- perándonos el Cap. Martínez, la Sbte. Erazo y Ordoñez, junto a una camioneta doble ca- bina de color negro a la que me hicieron subir, lo hice con mucho temor porque no sabía a dónde ni a qué me llevaban; de pronto vi que se acercaron a la camioneta mi padre y mi tío y se enfrentaron a los policías.

Salimos del lugar y recorreríamos unas pocas cuadras cuando retornamos al mismo

Page 37: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

35

sitio de donde partimos, llevándome nueva- mente a los calabozos.

El mismo día 31 de marzo a las 11H45 los policías del DIAD me sacaron por se- gunda vez de los calabozos para que el mé- dico proceda a realizarme el Examen

Médico Legal, en el que se comprueba que fui brutalmente golpeado.

En las conclusiones emitidas por el Dr. Fabián Polit Macías, Perito Médico Legista refiere: “Dichas lesiones son provenientes

de la acción traumática de un cuerpo con-

tundente y duro y le determina una inca-

pacidad Física y/o enfermedad de cuatro

a ocho días contados a partir de la fecha

de su producción.”

Los “investigadores del DIAD” al ente- rarse del resultado de este examen médico, bajaron a los calabozos para decirnos que debemos reconocer por las voces a quienes nos pegaron, que ellos no fueron; pero al saber que mi familia había denunciado a la Defensoría del Pueblo y a la CEDHU baja- ban a los calabozos durante el día y la noche a torturarnos psicológicamente:

-Hijueputas, si se retractan “les mata- mos”; uno de ellos juró hacerme podrir en

la cárcel.

Page 38: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

36

Cierta noche, desde los barrotes de la en- trada a los calabozos nos gritaron:

¡Cadena, Bastidas y Granada! ¡Leván- tense, se van con nosotros!,

Al acercarnos a la entrada de la prisión con mucho miedo, pensando en que nueva- mente nos iban a torturar…….., se rieron

burlándose de nosotros, para luego decirnos: -“Mañana mejor venimos por ustedes”,

Ja….ja….ja.

Estuve presionado e incomunicado du- rante UN MES OCHO DIAS en los calabo- zos de la Policía Judicial.

Page 39: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

37

Odisea familiar Relato de Miguel (padre)

El principal objetivo que tenía como

padre era verle inmediatamente en libertad,

para esto debía pagar una fianza en el banco

con la cantidad de dinero establecida por el

Juez Solís, razón para que visitara constan-

temente el juzgado y me proporcionara el

documento con el monto de la fianza, pero

la respuesta era “venga más tarde” dando

largas al trámite. En el transcurso de ir y

venir del juzgado observaba las “ágiles” en-

tradas y salidas de policías “investigadores”

del DIAD, generalmente era Manuel Pinto,

quien hablaba con el Juez Solís. Poco

tiempo después nos dimos cuenta que deli-

beradamente no me entregaban el docu-

mento para el pago de la fianza para que

Miguel Alexander no alcanzará su libertad

hasta involucrarle en el asalto de la joyería.

Con gran sorpresa, después que el Juez Solís

ordenó su detención por el asalto y robo a la

joyería me entregaron el documento para el

pago de fianza. Aún más sorprendente es el

hecho de que este proceso por el asalto y

robo también recayó en el juzgado del Dr.

Guillermo Solís.

Page 40: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

38

El 27 de marzo del 2008 por la mañana

estuve en el juzgado tratando de conseguir

el documento y pagar la fianza por el caso

de tenencia ilegal de armas, sin ningún re-

sultado. Cada vez aumentaba mi desespera-

ción porque quería verle junto a la familia.

Por la noche Leyli me comunica que el pa-

sador le había devuelto los alimentos, e in-

formado que no se encontraba en los

calabozos; situación que le comenté a mi

hermano Mario.

Inmediatamente asistimos a la Policía Ju-

dicial, nadie quería darnos razón de su pa-

radero, un amigo policía de Mario que había

estado de guardia nos informó que le tenían

en los pisos superiores del edificio a órdenes

“de mi mayor”, particular que nos tranqui-

lizó.

Al día siguiente, viernes 28, tampoco le

regresaban a los calabozos, la respuesta era

la misma: “le llevaron a una diligencia, más

tarde le han de traer”. Con Mario estuvimos

nuevamente en la Policía Judicial, subimos

de piso en piso burlando la vigilancia de los

policías, quienes nos decían que era pro-

hibido subir a los pisos superiores; pasamos

hasta el octavo piso pero esas oficinas esta-

Page 41: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

39

ban desocupadas, en el sexto piso observa-

mos logotipos de policías camuflados acom-

pañados de una leyenda que decía “GAO”…

, “AQUÍ SE PRACTICA LA DISCIPLINA

DEL SILENCIO”…, y las puertas de las ofi-

cinas estaban cerradas, muy desilusionados

nos bajamos.

Por la noche Leyli recibió una llamada

de Miguel Alexander contándole que le ha-

bían torturado, que se encontraba muy mal

física y sicológicamente, y que había sido

obligado a firmar un documento en el que se

culpaba de un asalto.

Este hecho le conversé a Mario, quien se

molestó y me dijo que debíamos denunciar

a algún organismo, esto no puede quedar así

e intentó tranquilizarme pero…., se me fue-

ron las lágrimas de desesperación, tenía

mucho dolor y rabia, como padre me sentía

con mucha impotencia al no poderle ayudar

a mi hijo, me pareció que el cielo se vino

sobre mí cuerpo, no sabía qué y cómo hacer,

me descontrolé totalmente y mi único refu-

gio fue pedir a Dios y a la Virgencita de Na-

tividad me ayuden, me iluminen y me

orienten el camino a seguir en esta dura

lucha.

Page 42: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

40

Me sobrepuse del gran dolor y me hice

un firme propósito de luchar hasta demostrar

su inocencia y que este hecho no quede en

la impunidad.

El domingo 30 de marzo me comuniqué

vía celular con Miguel Alexander, quien me

comentó lo sucedido; sobreponiéndome del

sufrimiento que sentía, le pedí que tenga

mucho valor, le dije: “Alexito no estás solo,

tienes a tu padre que te va a ayudar”, “Lu-

charemos juntos hasta demostrar que tú no

eres delincuente”.

El 31 de marzo, aproximadamente a las

10H30, con mi hermano Mario estuvimos

frente al edificio de la Policía Judicial y ob-

servamos que a Miguel Alexander le saca-

ban del edificio de la PJ algunas personas,

entre ellos una mujer, y le embarcaron en

una camioneta de doble cabina color negro

de placas HBN988.

Inmediatamente le llamé a nuestro Abo-

gado y le comenté lo que estaba sucediendo,

me dijo:

-Sr. Cadena, no permita que le lleven a

su hijo, le pueden llevar a matar;

-Mario vamos, evitemos que le lleven a

Alexito.

Page 43: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

41

¡Le llevan a matar!...., nos acercamos a

la camioneta y con firmeza les preguntamos

a los policías:

-¿A dónde le llevan al detenido?, al inicio

nos recibieron agresivos, pero al saber que

éramos su padre y su tío, en seguida algo

confundidos y sorprendidos cambiaron ra-

dicalmente de actitud y con amabilidad nos

dijeron que si gustamos comprar alguna

cosa para que se sirviera el Sr. Cadena, lo

hiciéramos, “le llevamos a un reconoci-

miento, no se preocupen”; les dijimos que

vamos a estar muy pendientes de su regreso.

La camioneta salió al “reconocimiento”,

y no pasarían ni tres minutos cuando sorpre-

sivamente regresaron y le ingresaron a los

calabozos.

Después de haber gestionado y presio-

nado por más de tres semanas con la Dra.

Nahir De la Torre, integrante del equipo de

abogados para la defensa de Miguel Alexan-

der, ordenaron su traslado al CDP el 2 de

mayo del 2008. Cuando le vi a mi hijo que

le subían al bus esposado, de manera agre-

siva como un vulgar delincuente, me sentí

muy triste con un dolor muy intenso dentro

de mi ser, sentí tanta impotencia al no poder

ayudarle para que salga directamente con su

libertad a la casa.

Page 44: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

42

Actos de violación de los

derechos del ciudadano

Los policías del DIAD violaron la Cons-

titución en el Art. 66, numeral 3 literal

c:”La prohibición de la tortura, la desapari-

ción forzada y los tratos y penas crueles, in-

humanos o degradantes”.

La Declaración de los Derechos Huma-

nos: Art. 3. “Todo individuo tiene derecho a

la vida, a la libertad y a la seguridad de su

persona”.

Art. 5 “Nadie será sometido a torturas, ni

a penas o tratos crueles, inhumanos o degra-

dantes”.

Art. 9 “Nadie podrá ser arbitrariamente

detenido, preso, ni desterrado”.

El Código de Procedimiento Penal:

Art. 71.- Necesidad del defensor.- “Nin-

guna persona podrá ser interrogada ni aún

con fines de investigación, sin la presencia de

un abogado defensor de su confianza…”.

Art. 72.- Incomunicación.- “En ningún

caso y bajo ninguna circunstancia, nadie

podrá ser incomunicado, ni aun con fines de

investigación.”

Art. 73.- Comunicación del fiscal con el

Page 45: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

43

imputado.- “Ni el fiscal, ni los investigado-

res policiales podrán tomar contacto con el

imputado, sin la presencia de su defensor.”

No hay crimen perfecto

El Dr. Navarrete era el Fiscal asignado al

GAO y tenía la obligación de actuar en

todos los procesos investigativos de la Poli-

cía Judicial en coordinación única y exclu-

sivamente con los policías del Grupo de

Apoyo Operacional (GAO); sin embargo, el

Fiscal no procedió conforme lo establecido,

más bien validó todas las investigaciones y

acciones realizadas por los policías del

DIAD en el caso del asalto a la joyería Te-

rranova.

El Fiscal Navarrete y el abogado de Ofi-

cio Lozada abalizan con sus firmas los do-

cumentos que les obligaron a firmar bajo

tortura el día viernes 28 de marzo del 2008

su autoinculpación como asaltantes, insóli-

tamente estos documentos aparecen como

VERSIONES rendidas el día lunes 31 de

marzo del 2008. Este hecho es ratificado

por la Secretaria del Fiscal Patricia Jaya y el

Abogado de Oficio Wilson Lozada en sus

versiones rendidas en la Fiscalía el 10 y 21

Page 46: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

44

de septiembre del 2009 respectivamente (en

la Instrucción Fiscal Nº 08-04-22019).

Complementando en sus versiones: que en

este hecho “estuvieron tipiando” (P. Jaya) y

“colaboraron” (W. Lozada) los policías del

DIAD.

El libro de Registro de los calabozos de

la Policía Judicial les “quita las máscaras”

y les deja sin coartada a sus actores porque

las supuestas versiones que les tomó el Fis-

cal Navarrete a partir de las 09H00 a Luis, a

las 09H30 a Asdrúbal y a partir de las

10H00 a Miguel Alexander nunca rindieron,

por los siguientes peritajes y evidencias in-

cuestionables:

El Parte Informativo Nº 2008-4602 del

Mayor de Policía Hugo Torres Luna, el In-

forme Pericial del Mayor Pacífico de los

Reyes dirigido al Tercer Tribunal Penal de

Pichincha el 18 de marzo del 2008 y el Ofi-

cio Nº. 2009-383-AP-PJP enviado por el

Sgto. Emilio Cevallos al Jefe Provincial de

la Policía Judicial de Pichincha dan a cono-

cer dos hechos importantes:

1.- A Miguel Alexander, Luis y Asdrúbal les

sacan agentes del DIAD de los calabozos

de la Policía Judicial el 27 de marzo del

Page 47: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

45

2008 a las 15h03 y le regresan el 28 de

marzo del 2008 a las 19h10;

2.- Miguel Alexander sale dos veces el día

lunes 31 de marzo del 2008:

a) Le sacan de los calabozos a las 10h30

y le regresan a las 10h51 (a un “re-

conocimiento”, ahí estuvimos con

mi hermano y nos confrontamos con

los policías del DIAD);

b) Sale a las 11h45 y le regresan a las

12h05 (examen médico legal). De

esta manera se confirma que jamás

rindieron versión alguna el 31 de

marzo del 2008. Supuestamente le

tomaron la versión a Miguel Ale-

xander a las 10H00.

En las investigaciones realizadas por

Asuntos Internos de la Policía consta el ofi-

cio Nº 2008-090-GAO-PJ-P del 28 de marzo

del 2008 dirigido al Fiscal Navarrete por

parte del Mayor Diego Erazo solicitando la

Delegación Fiscal al GAO para proceder

con las investigaciones del asalto y robo a la

joyería Terranova, recibe el Secretario de la

Fiscalía la misma fecha a las 15H35, cu-

riosamente el Fiscal Patricio emite la Inda-

Page 48: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

46

gación Previa a las 10h50 del mismo 28 de

marzo del 2008, adelantándose increíble-

mente a los hechos con 4 horas con 45 mi-

nutos de que llegue a su despacho el oficio

del Mayor Erazo, (esta irregularidad tam-

bién consta en la hoja 25, en el Dictamen de

la Defensoría del Pueblo).

Petición a varias

Instituciones del Estado

Desesperados y con el fin de evitar que

lo maten a Miguel Alexander y la verdad

salga a relucir, con Mario comenzamos a

tocar las puertas de la Presidencia de la Re-

pública, instituciones del Estado, Comisión

de la Verdad, Asambleístas, Defensoría del

Pueblo y los Derechos Humanos para dar a

conocer los hechos suscitados, las violacio-

nes jurídicas en el proceso; a la vez, les so-

licitamos la vigilancia al debido proceso y

que nos ayuden a resolver la tremenda tela-

raña que iban tejiendo estos malos elemen-

tos de la Policía; responsabilizamos a los

garantistas del cumplimiento de la ley y a

los miembros de la Policía Nacional por lo

que nos pueda ocurrir, fundamentalmente

garanticen las vidas no solo de Miguel Ale-

Page 49: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

47

xander sino también las nuestras, corríamos

este riesgo por el único delito de haberles

denunciado y luchar frontalmente para que

salga a la luz la veracidad de los hechos; que

se investigue y se sancione enérgicamente

a los autores, cómplices y encubridores de

las torturas del cual fueron objeto Miguel

Alexander, Luis y Asdrúbal.

Nuestra acción de lucha se extendió de-

nunciando al pueblo ecuatoriano en los me-

dios de comunicación colectiva a la prensa

escrita, televisiva y radial; los periodistas del

diario El UNIVERSO y diario el COMER-

CIO, el METRO hicieron eco de nuestras

denuncias, y una vez realizadas las investi-

gaciones periodísticas procedieron a redac-

tar y publicarlos.

La ayuda de la CEDHU fue valiosa, con

la intervención de la Dra. Consuelo Cano y

la Hna. Elsie Monge, el 4 de abril del 2008

solicitan al Jefe de la Policía Judicial de Pi-

chincha les permitan el ingreso a los médi-

cos de la Cruz Roja para que los detenidos

reciban asistencia médica por encontrarse

mal de salud por efectos de las torturas. No

hubo ninguna respuesta a lo solicitado.

Page 50: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

48

El 10 de abril del 2008 con oficio N°

0161, la CEDHU solicita al Comandante

General de la Policía ordene a la Unidad de

Asuntos Internos de la Inspectoría General

realicen la investigación de los hechos de-

nunciados. Como resultado de este oficio la

Policía inicia con un proceso de investiga-

ciones a los policías del GAO y el DIAD; la

Fiscalía en la Unidad de Delitos Contra la

Vida procede con la Indagación Previa N°

08- 04-22019, iniciándose el proceso legal

por torturas, que les seguimos, en contra de

los policías presuntos responsables del GAO

y DIAD.

El 24 de Abril del 2008 la CEDHU emite

un Boletín de Prensa con el Título. “LA PO-

LICÍA TORTURÓ A JÓVENES PARA IN-

CULPARLOS EN EL ROBO A LA

JOYERÍA TERRANOVA EN QUITO”

También denunció mediante oficio al

Fiscal Patricio Navarrete el acto de tortura

cometido a los tres jóvenes solicitando que

investigue este delito de lesa humanidad.

Permanentemente estuvieron presentes

en todas las diligencias, hacían constante-

mente un seguimiento al desarrollo de los

acontecimientos y estaban vigilantes para

Page 51: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

49

que no les vuelvan a torturar en los calabo-

zos de la PJ.

La intervención acertada del Dr. Hernán

Solórzano y el Dr. Jaime Hernández, funcio-

narios de la Defensoría del Pueblo, que pro-

cedieron legal y jurídicamente a realizar

exhaustivamente las investigaciones de este

caso, al final determinaron la responsabili-

dad de cada uno de sus actores; solicitaron

a las instancias legales respectivas procedan

como corresponde. El proceso no prosperó

porque los policías del GAO y DIAD im-

plicados, salieron libres de culpa.

Los Asambleístas Lic. Luis Escala y la

Dra. María Paula Romo, una vez que cono-

cieron el caso se interesaron y gestionaron a

los diferentes estamentos legales y de Policía

para que procedan con transparencia, justicia

y el hecho no quede en la impunidad.

El respaldo, la solidaridad y el apoyo per-

manente de las instituciones públicas y ciu-

dadanía de Pedro Moncayo, Cayambe, Quito

y del país, nos motivó para continuar con la

lucha titánica en contra de las estruc- turas

importantes del Estado: la Policía Na-

cional, el Ministerio Público y el Consejo de

la Judicatura, lucha totalmente desigual que

Page 52: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

50

se puede comparar con el pasaje bíblico:

“Una lucha entre David y Goliat”; es así

como el 5 de abril del 2008 en las puertas

del edificio de la Policía Judicial nos encon-

tramos con los “investigadores” Pinto y

Díaz ( muy nerviosos), reunión que se dio

como que nos hubiesen estado esperando,

nos dijeron:

-“El Sr. Cadena si participó en el asalto.”,

“Nosotros no le hicimos nada”, negaron

todo.

Nuestra respuesta fue tajante:

-“Es totalmente inocente, ustedes saben

perfectamente eso, el 16 de marzo día del

asalto, mi hijo estuvo con nosotros en una

reunión familiar, esto no va a quedar así, lu-

charemos hasta las últimas consecuencias

para que la verdad salga a la luz y ustedes

paguen por todo lo que le hicieron a mi hijo.

El show mediático

y sus errores

El Sr. Presidente de la República preocu-

pado porque los hechos delictivos en el país

tomaban, cada vez más características alar-

Page 53: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

51

mantes, solicitó a los miembros de la Policía

más efectividad y resultados en su partici-

pación. Para quedar bien y cumplir con el

pedido presidencial buscaron urgentemente

un chivo expiatorio y armaron el show ME-

DIÁTICO.

Los investigadores del DIAD iniciaron

su participación:

a) Con la supuesta “Información Reser-

vada” de Manuel Pinto, en la que se su-

pone le “informaron” de quiénes

asaltaron la joyería. (¿¿Quién le dio la

información reservada??)

b) El oficio al Fiscal Patricio Navarrete de-

legando al Grupo de Apoyo Operacional

de la Policía Judicial GAO para que rea-

licen las investigaciones,

c) Los miembros del DIAD actúan sin auto-

rización o Delegación Fiscal y les sacan

el 27 y 28 de marzo a torturarles hasta

que firmen el documento redactado por

los policías auto inculpándose de haber

actuado como campanas en el asalto,

d) Estos documentos aparecen como versio-

nes rendidas ante el Fiscal Navarrete el

31 de marzo del 2008,

Page 54: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

52

e) Le sacan a Miguel Alexander por la noche

del edificio de la PJ llevándole a Cara-

pungo y Solanda, sin delegación fiscal,

ni la presencia de su Abogado defensor y

mucho menos del Fiscal.

f) Le mantienen 38 días en los calabozos de

la Policía Judicial incomunicado,

g) La identificación de los sospechosos re-

alizado con los testigos del DIAD, lo

hacen sin la presencia de los abogados

defensores y lo que establece la ley.

h) El 2 de abril del 2008, el “investigador”

Pinto al salir del Juzgado conversando

con el Juez Solís fue abordado por nues-

tro abogado para reclamar la forma cri-

minal de cómo le habían golpeado a su

defendido quién fue realizado un examen

médico legal. Esta información le preo-

cupó a Pinto y es dada a conocer inme-

diatamente, mediante partes, el mismo

día en orden jerárquico: Sbte. Erazo,

Cap. Martínez y Gral. Juan Sosa.

Los policías del DIAD al enterarse que

Miguel Alexander fue examinado por el Mé-

dico Legista, de manera insólita hacen apa-

Page 55: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

53

recer un documento firmado por el policía

del DIAD Jorge Muñoz acusándole al

Mayor Diego Erazo, Jefe del GAO, de haber

procedido “….a darles contra el piso a los

detenidos , posterior tomó un bate y con el

mismo los golpeó…” a las 11H45 del 28 de

marzo del 2008; hecho que conocieron el

mismo día, en orden jerárquico, los oficiales

del DIAD; aparentemente ingresan el último

parte firmado por el Cap. Martínez a la re-

cepción de documentos de la Dirección Na-

cional de la Policía Judicial a las 18H00 del

28 de marzo del 2008.

Este documento abre un gran dilema e in-

cógnita que permitió se realice la investiga-

ción por parte de la Fiscalía; los resultados

del peritaje informático realizado por el Ing.

Rafael Melgarejo el 11 de septiembre del

2009, determina que los partes fueron ingre-

sados a Secretaría de la DNPJ el 28 de

marzo del 2008 a las 11h 16m y 32 s; es

decir, 28 minutos y 28 segundos antes de

que se produzca la paliza y golpiza a los de-

tenidos por parte del Mayor Erazo que está

a las 11:45. De las investigaciones realiza-

das por Asuntos Internos de la Policía se

desprende que estos “partes”ingresaron re-

almente a la secretaria de la DNPJ el día 4

de abril del 2008 a las 18H44. Consta en la

Page 56: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

54

Base de Control de Documentación de la

Policía ID 6086.

El equipo investigador del DIAD al ver

que se les estaba complicando su plan, cam-

bian de estrategia sobre la supuesta partici-

pación de Miguel Alexander en el asalto

como campana ubicándole como uno de los

principales asaltantes de la joyería, para lo

cual buscan sus testigos en los guardias de

seguridad de la empresa SEPRONAC y en

personas que laboran en el centro comercial

el Bosque: Silvia Verónica Pico, Ángel Mo-

rales Boada, Wilmer Zambrano Cedeño,

Danilo Coronel que testifican, de manera in-

consistente y contradictoria, en contra de

Miguel Alexander como uno de los princi-

pales asaltantes de la joyería.

Llamó mucho la atención la versión de

Verónica Pico, quién manifestó: que mien-

tras la pegaban, le apuntaban con una arma,

le insultaban y le amenazaban los asaltantes

de la joyería al momento de la huida, pudo

identificar en segundos varios vehículos,

marcas, colores, números de ocupantes y

logra reconocer a sus ocupantes. Versión

claramente falsa y temeraria, imposible re-

cordar en esas circunstancias muchos aspec-

tos y en segundos.

Page 57: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

55

En las versiones rendidas ante la Sbte.

Erazo y en la Fiscalía, narran los supuestos

hechos con características novelescas y re-

fieren abismales contradicciones en relación

a la supuesta participación en el asalto de

Miguel Alexander, como es en su estatura,

cómo estaba vestido, color del cabello y de

su cara, tipo de arma que supuestamente

tenía en el momento del asalto. Es increíble

pero cierto que se olvidaron a propósito, los

policías del DIAD, de investigar la prueba

contundente con la que contaban: ¿A quién

(es) de los verdaderos asaltantes de la jo-

yería les correspondió las huellas digitales

obtenidas por los peritos de criminalística

de la misma Policía en el lugar de los he-

chos el mismo día del asalto?. Obviamente

que no pertenecían a Miguel Alexander,

Luis y Asdrúbal.

Participación del Juez

El Juez Solís acogiendo el pedido del

Fiscal, dispone el 7 de abril del 2008 a las

09h00 que la diligencia se lleve a efecto el

mismo día lunes a las 11h00 y “se proceda

al reconocimiento e identificación de los

sospechosos”. En calidad de garantista de la

Page 58: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

56

Ley y la Constitución viola el Debido Pro-

ceso al disponer que el mismo día, a escasas

dos horas, se dé la diligencia: ¿A qué hora

notifica a los Abogados, al Fiscal, a la Poli-

cía, etc., para que estén presentes?.

En la identificación también violan del

Debido Proceso porque los testigos Verónica

Pico, Wilmer Zambrano y Ángel Morales

fácilmente identifican a los detenidos de

acuerdo a los colores de las camisetas que

les habían hecho poner: Mendoza Carlos

con el VVD de color rojo; Alexander Ca-

dena, VVD color amarillo; José Mora VVD

color anaranjado, contrariando el precepto

legal del Código de Procedimiento Penal en

los literales a y b del numeral 7 del Art. 216,

que dice: “que los declarantes no deben co-

nocer el nombre y apellido de la persona

considerada incriminada, contar con la pre-

sencia del abogado defensor, el sospechoso

debe ser colocado entre 10 o más individuos

lo más análogamente vestidos”.

Tuvo conocimiento de que Miguel Ale-

xander y los otros detenidos fueron cruel-

mente torturados y obligados a firmar

documentos auto incriminatorios y no hizo

absolutamente nada para que se investiguen

esos hechos

Page 59: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

57

La famosa rueda de prensa

Los policías del DIAD al haber formado

la banda, contar con las “versiones” e iden-

tificación de los sospechosos por sus “testi-

gos” y desesperados porque fueron

denunciadas sus torturas y de alguna manera

debían cerrar el caso, arman una RUEDA

DE PRENSA el 14 de abril del 2008 en la

que la Policía Nacional engaña al señor Pre-

sidente de la República, se burlan de los me-

dios de comunicación y mienten al pueblo

ecuatoriano cuando los máximos represen-

tantes de la Policía Nacional: el Gral. Jaime

Hurtado Vaca, Comandante General de la

Policía Nacional, y el Gral. Juan Francisco

Sosa, Director Nacional de la Policía Judi-

cial y creador del DIAD, manifiestan a los

medios de comunicación colectiva del país

sobre su “eficiencia policial”:

El Gral. Sosa dice: “….el video principal

de las cámaras de seguridad las que mos-

traron ese accionar de los delincuentes lo

que nos permitió poder conocer quiénes

eran….” “…miembros policiales procedie-

ron a la aprehensión a ocupantes de un au-

tomóvil color azul de marca Volkswagen, sin

placas…”.

Page 60: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

58

El Gral. Jaime Hurtado manifiesta: “…

..La Policía Judicial ha descubierto a los

autores del asalto al Centro Comercial el

Bosque…”“…. quienes están identificados

gracias a los videos de seguridad del centro

comercial… ”. Acto seguido presentan a la

supuesta banda de uno en uno, por sus

nombres y apellidos.

Las noticias se difundieron por la noche

en los medio televisivos y al día siguiente

en los medios impresos, en las radios, etc.,

causando gran satisfacción en la mayor parte

de la sociedad y provocando una gran con-

moción familiar y social al verle a Miguel

Alexander en las fotografías como asaltante,

puesto una camiseta con rayas horizontales

blancas y anaranjadas circulando a nivel na-

cional e internacional.

Las afirmaciones expresadas por estos

representantes de la Policía, fácilmente se

comprueba que es la orquestación de un

gran show mediático policial, dejando sin

piso la rueda de prensa dada por los dos

altos oficiales:

a) Lo dicen sin ningún fundamento investi-

gativo y científico,

Page 61: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

59

b) El parte de detención del 25 de marzo del

2008 firmado por el policía Telmo Mori-

llo quien los detuvo en Carapungo ex-

presa la marca del vehículo y las placas

PRD-997 y que el señor Juez me entregó

el automóvil,

c) Qué pasó con las huellas digitales deja-

dos por los propios asaltantes de la jo-

yería, que fueron recogidos por los

peritos de la Policía y no fueron investi-

gados; tampoco cotejadas con las huellas

digitales de Miguel Alexander, Luis y

Asdrúbal.

d) Las versiones llenas de contradicciones,

y la supuesta identificación de los dete-

nidos, por parte de los “testigos” del

DIAD.

e) Como banda de delincuentes presentan a

ciudadanos inocentes que bajo tortura del

27 y el 28 de marzo les obligaron a fir-

mar su autoinculpación e involucrar a 3

ciudadanos desconocidos que estaban de-

tenidos en la PJ,

f) Con oficio Nº 3878-DCP del 02 de junio

del 2008 los Peritos Tnte. Fernando Pa-

Page 62: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

60

checo y el Sbte. Christian Ponce en el in-

forme pericial de Identidad Humana di-

rigido al Fiscal, dicen que por deficiencia

en los pixeles del video de las cámaras de

seguridad del Centro Comercial no fue

posible la identificación, aspecto que

fue corroborado por los ingenieros en

Sistemas de la Escuela Politécnica Na-

cional.

Días después fueron felicitados por el Sr.

Presidente en los medios televisivos por la

“eficiencia de la policía” en el caso Terra-

nova.

Los dos altos funcionarios de la Policía

violaron la Constitución:

Art. 3 numeral 8 que dice: Son deberes

primordiales del Estado: “Garantizar a sus

habitantes el derecho a una cultura de paz,

a la seguridad integral y a vivir en una so-

ciedad democrática y libre de corrupción,

Art. 66 Numeral 18.- “El derecho al

honor al buen nombre. La ley protegerá la

imagen y la voz de la persona.”.

Art. 76.- En todo proceso en el que se de-

terminen derechos y obligaciones de cual-

quier orden, se asegura el derecho al debido

proceso se incluirá las siguientes garantías

Page 63: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

61

básicas: numeral 2 “Se presumirá la inocen-

cia de toda persona, será tratada como tal,

mientras no se declare su responsabilidad

mediante resolución firme o sentencia eje-

cutoriada”.

Desde el momento en el que fue presen-

tado como delincuente mi hijo, hice el jura-

mento de luchar con más fuerza en contra de

la injusticia de la justicia, si era necesario

ofrendando mi vida, hasta dar a conocer al

mundo: su INOCENCIA, que la Policía

montó un gran show para METIRLE al pue-

blo ecuatoriano.

Los garantistas de la Ley

Para emitir su Dictamen acusatorio

como responsables del asalto, el Fiscal Na-

varrete toma como base:

a) Las “supuestas versiones” rendidas por

Miguel Alexander, Asdrúbal y Luis que

fueron abalizados por el mismo Fiscal el

31 de marzo del 2008, en el que firman

bajo tortura auto inculpándose, sin la pre-

sencia de sus Abogados defensores y sin

delegación fiscal el 28 de marzo del

2008.

Page 64: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

62

b) El informe de las supuestas investigacio-

nes realizadas y firmado por los “inves-

tigadores” del DIAD,

c) La Identificación de los Sospechosos por

parte de los testigos del DIAD (realizada

dolosamente el 7 de abril del 2008),

d) Las versiones totalmente contradictorias

de los guardias de seguridad en el que su-

puestamente identifican como el princi-

pal actor del asalto a Miguel Alexander.

Las características que dijeron de Mi-

guel Alexander en las versiones amplia-

das ante el Fiscal Navarrete el 1 de julio

del 2008:

Danilo Coronel.- (trabajador en una isla

de Fossil): “…que el sujeto medía 1,70

aproximadamente, es una persona acuer-

pada, estaba con buzo plomo y capuchas,

es colorado, llevaba un revólver…”.

Ángel Morales Boada: (Guardia de Se-

guridad) “…1,75 metros, era blanco, ca-

bello medio rojizo, estaba con pantalón

negro y saco negro grande, se encon-

traba con un fusil….”.

Silvia Verónica Pico Zambrano: (Guar-

dia de Seguridad) “… es de 1,75 aproxi-

madamente, vestía un pantalón negro y

Page 65: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

63

camisa beige, cabello color castaño, era

trigueño, le apuntó con una arma larga

de color negro….”.

e) El Fiscal emite su Dictamen con pleno co-

nocimiento de que no investigaron los

policías del GAO, sino del DIAD y fir-

maron el “informe investigativo”.

No considera que:

1) No hubo la Audiencia para la Formula-

ción de Cargos por el asalto a la joyería

Terranova

2) Los policías del DIAD actuaron sin dele-

gación fiscal el 27 y 28 de marzo,

3) En las investigaciones o diligencias rea-

lizadas, no estuvieron presentes los abo-

gados defensores,

4) El Certificado Médico Legal que deter-

mina que Miguel Alexander fue brutal-

mente golpeado,

5) Las versiones rendidas por las testigos que

le vieron a Miguel Alexander en Taba-

cundo el 16 de marzo del 2008, fecha en

el que se había dado el asalto a la joyería.

Page 66: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

64

6.- El parte firmado por el Policía Jorge

Muñoz Chiles en el que informa que el

Mayor Diego Erazo procedió a golpear-

les a los detenidos el 28 de marzo del

2008, etc.

Este Dictamen Fiscal recibe el Juzgado

Primero de lo Penal el 30 de julio del 2008.

De la misma forma el Juez Guillermo

Solís, el 1 de abril del 2008 actúa de manera

ágil, violando el Debido Proceso, la Consti-

tución y Leyes que rigen en el país, al emitir

la boleta de encarcelamiento por robo agra-

vado en contra de Miguel Alexander, Luis y

Asdrúbal como asaltantes de la Joyería Te-

rranova, sin haber procedido primero con la

Audiencia de Formulación de cargos por el

delito del asalto a la joyería Terranova.

El 30 de julio del 2008 asistimos, con

nuestro Abogado defensor, a conversar con

el Juez Solís. De manera exhaustiva y docu-

mentada le dimos a conocer las irregulari-

dades existentes en el Proceso, solicitándole

que actúe con total honestidad y transparen-

cia ya que el futuro de una persona inocente

estaba en sus manos, señalando que el día

en que se produjo el asalto a la joyería Mi-

Page 67: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

65

guel Alexander se encontraba en Tabacundo

en una reunión familiar.

El Juez Solís dijo que no nos preocupá- ramos, que actuará con forme lo establecen las leyes, que roguemos a Dios para que “le ilumine al momento de dar su veredicto”. Lamentablemente, el Juez al igual que el Fiscal Navarrete, sin observar las irregula- ridades procesales y jurídicas, el 15 de sep- tiembre del 2008 dicta el Auto de

llamamiento a juicio. Nuestro Abogado in- terpuso el Recurso de Apelación la misma que fue aceptada, pero los miembros del Se- gunda Sala Especializada de lo Penal de la

H. Corte de Justicia Superior de Justicia de Quito, desecharon la apelación presentada y confirmaron el llamamiento a Juicio.

Versiones de los policías

del “GAO” y “DIAD”

Los policías del GAO y el DIAD se pre- sentaron a rendir sus versiones en la Fisca- lía, Defensoría del Pueblo, Asuntos Internos de la Policía, Juzgado de la Policía, Comi- sión de la Verdad y en la Audiencia de Juz-

gamiento en el Tercer Tribunal Penal confirmando lo narrado en este documento.

Page 68: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

66

Citaré solo las declaraciones manifesta-

das en la Audiencia del Tribunal bajo jura-

mento por los policías del GAO:

a) El Mayor Diego Erazo, Jefe del GAO, el

Suboficial Oña, el Sargento Franklin

Córdova y el Sgto. Jorge Espinoza en

sus versiones dijeron: que las investiga-

ciones del caso Terranova hicieron los po-

licías del DIAD.

Complementando su versión el Suboficial

Oña que el 28 de marzo del 2008 a las

03h10 dice: “que los Sargentos Días y

Pinto, han llegado con el detenido Ca-

dena, estaba vendado los ojos y amarra-

das las manos con un cordón, le pidieron

se haga cargo del detenido, negándose a

lo solicitado”;

b) Los “investigadores” del DIAD policías:

Cap. Hitler Odín Martínez Lupera, Sbte.

Ana Erazo Bermeo, Sgto. Manuel Aníbal

Pinto, Sgto. Héctor Bolívar Días García,

Cabo Elmer Antonio Ordóñez Calero y

Policía Jorge Armando Muñoz Chiles de-

clararon que prestaban sus servicios en el

Departamento de Inteligencia Antidelin-

cuencial (DIAD), para las verificaciones

han salido con el detenido Cadena a So-

Page 69: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

67

landa y Carapungo sin el Abogado defen-

sor ni Fiscal”. Ana Erazo no participó en

las verificaciones de Carapungo.

Complementa su versión el policía Or-

doñez: “que los Sgtos. Días y Pinto les sa-

caron de los calabozos a los detenidos el 27

de marzo del 2008”.

El policía Pinto señala: “que actuaron

con la Delegación Fiscal del Dr. Santiago

Trujillo”;

El policía Ordoñez: “que luego de las

verificaciones ha llegado la Delegación del

Fiscal Navarrete y que los guardias de se-

guridad Silvia Pico, Wilmer Zambrano y

Ángel Morales han sido los testigos claves

para la investigación”.

El policía Muñoz: “que a la 11h45 del

28 de marzo del 2008 el Mayor Diego Erazo

ha entrado con un grupo de policías y les ha

golpeado a Miguel Alexander, Luis y Asdrú-

bal, después golpea con un bate, el que le

llaman el “Psicólogo” y realizan un careo

con otros tres detenidos, que no estuvo ni el

Fiscal y ni Abogados defensores”.

La Sbte. Ana Erazo dice: “que el 31 de

marzo le han entregado la Delegación Fis-

cal del Dr. Navarrete para las investigacio-

nes.”

Page 70: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

68

El cap. Martínez: “que fue Jefe del

DIAD y coordinador del equipo de investi-

gaciones del caso Terranova y que han ini-

ciado las investigaciones sin delegación de

nadie.”

El policía Días: “que le han sacado a los

detenidos el 27 de marzo y les han egresado

el 28 de marzo a los calabozos de la PJ.”

Resoluciones de Instituciones

A.- El Dpto. de Asuntos Internos de la

Policía, terminada las investigacio-

nes a los policías del GAO y del

DIAD elaboraron el informe investi-

gativo Nº 20088-153-IGPN-DAI en

el que determinan presunciones de

responsabilidades que tienen cada

uno de los policías; sin embargo, el

proceso administrativo seguido en la

Policía Nacional por el Consejo de

Generales y de Clases en contra de

los policías y oficiales involucrados

no pasó nada, sucedió todo lo contra-

rio obtuvieron asensos de grado. Este

proceso lo llevó la Dra. Inés Quishpe,

funcionaria del Departamento de los

Derechos Humanos del Ministerio

Page 71: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

69

del Interior.

B.- En la Defensoría del Pueblo los doc-

tores Jaime Hernández y Hernán So-

lórzano una vez terminado el proceso

legal con el expediente CPP- Nº

36942-2008H, por existir elementos

y evidencias de actos de tortura y

violación al Debido Proceso, emitie-

ron la Resolución Nº 05-2009; en-

viando copias certificadas de la

Resolución al:

1.- Sr. Ministro de Gobierno y Policía para

que disponga el inicio inmediato del pro-

ceso administrativo para observar y san-

cionar conforme a su grado de

responsabilidad al Gral. Juan Francisco

Sosa Barreno, Cap. Hitler Marthínez;

Sbte. Ana Erazo, Sgtos. Manuel Pinto,

Elmer Ordóñez, Héctor Díaz, Jorge Es-

pinoza; y Cabo Jorge Muñoz Chiles.

2.- Al Doctor Washington Pesantez Muñoz,

Ministro Fiscal General de la Nación, a

fin de que disponga el inicio de la Inda-

gación Previa de conformidad a lo dis-

puesto en el Art. 215 del Código de

Procedimiento Penal, en contra de los po-

licías ya mencionados en el numeral 1,

Page 72: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

70

por cuanto existe la presunción del come-

timiento del delito tipificado en el Art.

187 del Código Penal en concordancia

con el Art. 204 inc. 2do ibídem.

3.- Al Pleno del Consejo de la Judicatura de

conformidad al numeral 19 del Art. 264

del Código Orgánico de la Función Judi-

cial por la actuación de los tres miembros

de la Segunda Sala Especializada Penal

de la Corte Provincial de Justicia de Pi-

chincha

4.- A la Comisión de Administración de Re-

cursos Humanos del Consejo de la Judi-

catura conforme a lo previsto en el

numeral 7 del Art. 274 del Código Orgá-

nico de la Función Judicial haciendo co-

nocer la actuación del Dr. Guillermo

Solís Tacan, Juez Suplente del Juzgado

Primero de lo Penal de Pichincha.

5. A la Comisión de Administración de Re-

cursos Humanos del Consejo de la Judi-

catura y amparado en el numeral 7 del

Art. 274 del Código Orgánico de la Fun-

ción Judicial hacen conocer la actuación

del Dr. Patricio Navarrete Sotomayor

Agente Fiscal de Pichincha Delegado al

GAO, por el sinnúmero de violaciones al

Debido Proceso.

Page 73: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

71

Posteriormente la Defensoría del Pueblo

lo incluyó al Mayor Diego Erazo.

C.- El 2 de abril del 2009 el Tribunal Ter-

cero de lo Penal de Pichincha, una

vez terminada la Audiencia de Juzga-

miento emitió la SENTENCIA AB-

SOLUTORIA, demostrando la

INOCENCIA de Miguel Alexander

Cadena Polanco y los demás involu-

crados. Además solicitan al Sr. Fiscal

Distrital de Pichincha dé inicio a la

investigación por el presunto delito

de perjurio de la Sbte. Ana Erazo y la

investigación por las violaciones a

los derechos humanos y garantías

constitucionales por miembros poli-

ciales que hayan intervenido en las

investigaciones pertenecientes al

DIAD y al GAO por los delitos esta-

blecidos en los Arts. 187, 205 y 208

del Código Penal.

D.- La Comisión de la Verdad, una vez

presentada la denuncia, procedieron

a realizar una investigación profunda

llegando a la conclusión que en el

Caso Terranova existieron violacio-

nes a los derechos humanos, razón

ésta para incluirle en el Informe de

Page 74: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

72

la Comisión de la Verdad con el

caso N° 116. Esperando al momento

se proceda con la judicialización

para determinar a los responsables de

la policía, fiscales y jueces que inter-

vinieron en los actos de tortura y do-

losamente en el proceso; hemos

esperado algunos años con desespe-

ración y angustia. Aspiremos a que

haya agilización por parte de la Fis-

calía de la Unidad de la Comisión de

la Verdad para que en este año se cris-

talice y se dé inicio al proceso para

que sean sancionados enérgicamente

todos los responsables actores de este

abominable hecho y no se vuelva a

repetir más en nuestro país.

E.-Por el delito de Tenencia Ilegal de

Armas a Miguel Alexander Cadena

Polanco, el Tribunal Segundo de lo

Penal de Pichincha en la Audiencia

de juzgamiento CONFIRMA su

INOCENCIA, el 6 de septiembre del

2011, ratificándose una vez, más que

nada tuvo que ver en los supuestos

delitos que fue involucrado.

El proceso jurídico establecido por tortu-

ras a los miembros de la Policía del GAO y

Page 75: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

73

el DIAD lamentablemente no dio sus frutos

esperados, a pesar de contar con todas las

evidencias y que parte de las mismas están

descritas en este documento. El fiscal José

Luis Jaramillo, en su dictamen, se abstiene

de acusar a los policías Diego Erazo, Ana

Erazo, Jorge Espinoza y Hitler Martínez, y

acusa a los policías Elmer Ordóñez, Manuel

Pinto. Dictamen que subió a consulta a la

Fiscalía Provincial y el Dr. Marco Freire ra-

tificó el dictamen mixto.

El 28 de enero del 2011, en el juicio Nº

17257-2009-0514 el Juez Marco Terán, Juez

Séptimo de Garantías Penales de Pichincha

dicta el Auto de Sobreseimiento Provisional

a los policías Diego Erazo, Ana Erazo, Jorge

Espinoza, Hitler Martínez, Manuel Pinto y

Héctor Díaz, dictando el auto de llama-

miento a juicio a los policías Elmer Ordóñez

y Jorge Muñoz.

Se procedió con la apelación solicitada

por nuestro Abogado, pero se complementó

la impunidad en su totalidad porque la Ter-

cera Sala de Garantías Penales de la Corte

Provincial de Justicia el 3 de junio del 2011

dictó el auto de Sobreseimiento de los Poli-

cías Elmer Ordoñez y Jorge Muñoz en el jui-

cio Nº 113-211 V.C; obteniendo todos los

Page 76: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

74

policías del GAO y DIAD el Sobresei-

miento Provisional.

Con los pronunciamientos emitidos por

los diferentes garantistas de la ley nos per-

miten decir que en el Caso Terranova actua-

ron e investigaron POLICÍAS FANTASMAS.

Sin embargo nuestros Abogados llevaron la

causa N° 1753-11-EP a la Corte Constitu-

cional e INADMITE el trámite de Acción de

Protección el 17 de enero del 2012.

Justicia divina y terrenal

Al año ocho días de permanecer privado

de su libertad, y después de una larga, dura

y compleja lucha afrontada y enfrentada con

Mario Fernando a las estructuras de la Poli-

cía, Ministerio Público (fiscales) y Consejo

de la Judicatura (jueces), y con el apoyo de

la CEDHU, la Defensoría del Pueblo, la De-

fensoría Pública, la Dra. Gabriela Espinosa

funcionaria del Ministerio de Justicia y el

Ministerio del Interior, los Asambleístas Lic.

Jorge Escala y Dra. María Paula Romo, lo-

gramos demostrar su inocencia y alcanza-

mos la libertad de Miguel Alexander.

Page 77: "Vi la muerte en la policía judicial

Vi la muerte en la Policía Judicial

75

Gracias a mi hermano Mario que fue el

gran puntal y fundamental soporte anímico,

psicológico y de apoyo permanente, me per-

mitió mantenerme siempre en pie de lucha

y con la moral siempre muy en alto.

No solo Miguel Alexander estuvo pri-

vado de su libertad, también la familia Ca-

dena Polanco permanecimos privados de

nuestra libertad NOVENTA Y SEIS días en

el recinto carcelario en el que pasamos los

días sábados y domingos, desde las 08H00

hasta las 17H00, acompañándole, dándonos

moral y fuerza hasta demostrar su inocencia.

Ahora que el Gobierno Nacional dictó la

Ley para la Reparación de Víctimas y la Ju-

dicialización de Graves Violaciones de De-

rechos Humanos y Delitos de Lesa

Humanidad, y al estar considerado el caso

Terranova con el N° 116 en el Informe de

los casos investigados por la Comisión de la

Verdad, tenemos la oportunidad de creer en

la justicia ecuatoriana y continuar en la

lucha contra la “injusticia de la justicia” a

fin de que nuestro caso no quede en la im-

punidad y sentar un precedente en el país

para que no vuelva a repetirse estos hechos

que denigran la institucionalidad policial y

al Consejo de la Judicatura.

Page 78: "Vi la muerte en la policía judicial

Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

76

Esperamos que pronto se judicialice este

caso y se sanciones a los autores, cómplices

y encubridores, no solo de los miembros po-

liciales sino también a los representantes del

Consejo de la Judicatura (Fiscales y Jueces);

además vamos a acogernos a la reparación

integral material e inmaterial que establece

la Ley de Víctimas, de manera especial, que

en una rueda de prensa el Sr. Presidente de

la República, el Sr. Comandante General de

la Policía y el Sr. Director Nacional de la Po-

licía Judicial, pidan las Disculpas Públicas

a Miguel Alexander y toda la familia.

Ciudadanos del país no tengan temor, no

duden en denunciar las vulneraciones de los

derechos humanos del que fueran objeto.

Existen instituciones y colectivos que lu-

chan por la defensa de los derechos huma-

nos que no dudan en ayudar y apoyar las

gestiones necesarias para que sean sancio-

nados los responsables. Recuerden el viejo

adagio: “Dios tarda pero no olvida”

Además cuentan con la Defensoría Pú-

blica que apoya con sus abogados para la de-

fensa de sus intereses de orden legal, de esta

manera evitar la participación corrupta de un

sinnúmero de abogados que están a la caza

para explotar y saquear los bolsillos de los

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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pobres y desesperados ciudadanos que están

en dificultades jurídicas. Respeto a los hones-

tos profesionales del Derecho, que si los hay.

No más corrupción e impunidad

en el Ecuador

Anécdotas que se tejieron

en torno al caso

FUERA DEL CDP

Para trasladarnos con mi esposa y mi cu-

ñada al Centro de Detención Provisional

(CDP), ubicado en el ex–Penal García Mo-

reno, saliamos a las tres de la mañana de la

ciudad de Tabacundo con destino a la ciudad

de Quito. Al llegar al CDP teníamos que

hacer columna con la finalidad de coger los

turnos respectivos y poder ingresar lo más

temprano posible. Las primeras madrugadas

enfrentamos varias dificultades al observar

y tratar con personas de diferentes estratos

sociales, de distintas provincias y países, de

un sin número de problemas en el que esta-

ban involucrados los familiares: asaltos,

robos, traficantes de droga, violaciones, se-

cuestros, etc.

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

78

Poco a poco fuimos adaptándonos a la re-

alidad y ser parte de este mundo increíble en

el que convivimos. Las personas que dor-

mían en las aceras frente al CDP o madru-

gaban les hacían ingresar a sus “amistades”

que llegaban pasadas las 06h00; situación

que incomodaba a las personas que también

estaban muy temprano y protestaban. Las

respuestas eran inmediatas con epítetos fuer-

tes o trataban de hacer problema para de-

mostrar que eran intocables y más fuertes.

Llegábamos a las 4 de la mañana al CDP

y aparentemente estábamos en los primeros

lugares pero al pasar las horas nos iban ubi-

cando cada vez más atrás. Poco a poco nos

fuimos identificando con las diferentes fa-

milias que llegábamos de madrugada y con-

versábamos sobre los problemas que

veníamos enfrenando cada familia; me iden-

tifiqué como profesor y les comenté sobre

mi hijo que había sido torturado por los

miembros del DIAD y el GAO y las vicisi-

tudes que estábamos pasando.

Conforme transcurría el tiempo el res-

peto se iba fortaleciendo entre todos a tal

punto que me solicitaban que les organice

hasta que los miembros de la Policía Nacio-

nal nos escribieran el número del turno en la

muñeca.

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Vi la muerte en la Policía Judicial

79

Tuve que dialogar con los miembros de

la policía, que resguardaban el recinto car-

celario, para que me permitan ayudarles y

haya una mejor organización, a la vez, pro-

cedieran a dar los turnos conforme íbamos

llegando, aceptaron mi pedido. Había oca-

siones que los mismos miembros de la poli-

cía solicitaban mi colaboración.

Las 4 horas que esperábamos en la calle

hasta que nos permitan ingresar, teníamos

que soportar el frío intenso de la madrugada

o la lluvia; los minutos pasaban muy lenta-

mente, y para entretenernos de alguna ma-

nera, nos poníamos a conversar los

problemas que teníamos en cada caso, y na-

rrábamos nuestras situaciones con tristeza y

desanimo.

Un ejemplo patético era que los afecta-

dos habían cambiado de abogado porque de-

cían que eran unos ladrones, cogen el dinero

y no hacen nada. Esta triste y amarga reali-

dad que comentaban, me hizo pensar y

comparar la cruda realidad que pasaba, dán-

doles en parte razón, porque era verdad lo

que comentaban.

Así mismo, los comentarios se relaciona-

ban a los problemas duros que cada vez ex-

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

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perimentábamos al ver la falta de transpa-

rencia, probidad y honestidad de los fiscales

y los jueces que llevaban los casos.

Con el Presidente

de la República

Cierto día, en la institución educativa

donde laboraba por la mañana, un compa-

ñero profesor solicitó a un padre de familia

que trabajaba en la Presidencia de la Repú-

blica le ayude a conseguir una fecha para

que los estudiantes visiten y conozcan la

Casa Presidencial. Días después, me in-

formó que tenemos la autorización y debe-

mos asistir con los niños de los dos grados

a visitar las instalaciones de la Presidencia.

Por la situación que estaba atravesando, no

tenía ninguna intención de salir con los es-

tudiantes a realizar actividades extracurricu-

lares, circunstancia que me incomodó

muchísimo.

Pasaron los días y el momento llegó. En

el trayecto, se me vino la idea: ¡si le encuen-

tro al Sr. Presidente!, sería formidable para

poder denunciarlo personalmente los pro-

blemas que estaba atravesando.

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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A las 11h00, nos hicieron ingresar; los

niños tomaban fotos de todo lo que obser-

vaban; aproximadamente a las 12h00, el

momento en el que llamaba a los niños para

salir, observo la silueta de una persona que

apareció por el fondo del pasillo y caminaba

con dirección a nosotros; cuando estuvo a

pocos metros me di cuenta que se trataba de

la persona con la que deseaba denunciar mi

problema. Muy amable y cortésmente se

acercó y saludamos, les quedó mirando a los

niños muy sonreído; me dirigí a los estu-

diantes por dos ocasiones:

-¡niños! miren, ¡es el Sr. Presidente de la

República!, no les llamó la atención mis re-

querimientos. Pero cuando les dije: ¡Niños,

es el Economista Rafael Correa!,

Inmediatamente los niños dejaron de re-

alizar sus actividades y desesperaditos se

empujaban para abrazarle al Sr. Presidente,

respondiéndoles con una sonrisa y palma-

das en las cabecitas, a los niños les saludó.

Mientras se presentaba estas escenas, mi

desesperación se acrecentaba porque no se

daba el momento oportuno para cumplir con

mi objetivo. El Sr. presidente se despide de

los niños y me dice: ¡Gusto de conocerle

maestro!, le conteste: ¡Igual Sr. presidente!.

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

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Pasarían segundos y le solicité que me

permitiera dos minutos, manifestándome

que le disculpe porque estaba atrasado a la

sesión de Gabinete; insistí y le seguí, ingre-

sando al Salón Amarillo donde le dije: ¡Sr.

Presidente, mi hijo fue torturado y le trans-

formaron en asaltante de la joyería del cen-

tro comercial el Bosque!; le llamó mucho la

atención de lo que le manifesté e inmedia-

tamente se preocupó y solicitó la presencia

de un asesor, y le dijo: ¡Por favor, escúchelo

al maestro y me comunica inmediatamente!,

¡Maestro, hable con mi asesor! ¡Vaya tran-

quilo!,

¡Gracias Sr. Presidente!.

Al siguiente día, al Asesor del Sr. Presi-

dente de la República, le di a conocer todos

los hechos suscitados, partiendo de las tor-

turas hasta las violaciones a la Constitución,

al Código de Procedimiento Penal, al Có-

digo Penal, a los Derechos Humanos come-

tidos por parte de los garantistas de la

aplicación de la ley y de quienes debían

brindarnos seguridad ciudadana; además, le

dejé un anillado con todos los documentos

que demostraban fehacientemente lo aseve-

rado. Manifestó que va a analizar, le dará a

conocer al Sr. Presidente y me llamará tele-

fónicamente.

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Vi la muerte en la Policía Judicial

83

Consecuencias ingratas

Esta lamentable realidad que se nos pre-

sentó en el normal desenvolvimiento de la

vida familiar dejó muchas secuelas psicoló-

gicas, sociales, económicas, fundamental-

mente en Miguel Alexander, quien no pudo

conseguir una institución donde pueda labo-

rar debido a que en su Record Policial

consta con antecedentes penales, a pesar de

que los dos tribunales penales dictaron la

sentencia absolutoria y su estado de inocen-

cia; procesos legales que fue involucrado

gratuitamente por ciertos miembros de la

Policía y que fue demostrado totalmente su

inocencia, y nada tuvo que ver en el asalto

y la tenencia de armas.

Miguel Alexander se encuentra afectado

psicológicamente por las criminales e in-

mundas torturas que le propinaron durante

los dos días y las vicisitudes que tuvo que

pasar por más de un año que le mantuvieron

privado de su libertad; el informe psicoló-

gico firmado por el Dr. Juan Carlos Bolaños,

a pedido de la Defensoría del Pueblo con

oficio 01070 CPP-N°.36942-2008-HSG, en

la Apreciación Diagnóstica refiere que Mi-

guel Alexander tiene “Trastorno de estrés

post-traumático”.

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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco

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Para enfrentar los procesos judiciales: en

la defensa y demostración de la inocencia de

Miguel Alexander de los dos delitos que le

acusaban, el proceso que les seguí a los po-

licías involucrados por los actos de tortura,

gastos para las visitas durante el tiempo que

estuvo privado de su libertad, gastos que ge-

neran las diferente diligencias judiciales,

etc. etc., nos demandó ingentes gastos por

lo que tuve que pedir prestado dinero para

poder afrontarlos. Para pagar las deudas y

continuar luchando inquebrantablemente

para que los autores, cómplices y encubri-

dores en este hecho sean juzgados enérgica-

mente, tuve que vender la casa que teníamos

en el sector sur de la ciudad de Quito.

Desde el inicio de esta crisis familiar

hemos venido recibiendo muestras de

afecto, respaldo, solidaridad y ánimos mo-

rales por parte de la ciudadanía para que

continuemos en este duro transitar del des-

tino; pero en el camino se presentó un hecho

aislado, fui obligado verbalmente a renun-

ciar en la Institución que laboraba en la ma-

ñana por parte de la Jefa de Recursos

Humanos el 9 de febrero del 2009; en la

parte pertinente del oficio de renuncia dice:

“Considerando el pedido verbal de la Ing.…

……, Jefa de Recursos Humanos de la Uni-

dad Educativa que usted dirige, de que es-

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Vi la muerte en la Policía Judicial

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coja: la situación delicada en la que estoy

atravesando con mi señor hijo ( que fue tor-

turado brutalmente por malos elementos de

la policía hasta que firme un documento

preparado por los “investigadores” auto in-

culpándose de algo que no cometió……) y

el prestigio de la institución, me veo obli-

gado a tomar la inesperada y obligada de-

cisión de renunciar a las labores de docente

de la Unidad “Rincón del Saber”.

Para efectivizar esta decisión [….]. […]

me place de manera especial haber sido uno

de los maestros que trabajó con abnegación,

responsabilidad y mística profesional para

alcanzar el bien ganado prestigio institucio-

nal; porque el prestigio se logra con el ver-

dadero maestro de la educación y no por los

problemas familiares personales. “.

El Sr. Vicerrector, compañeros maestros

y padres de familia demostraron su malestar

al enterarse de esta situación, se solidariza-

ron y me pidieron que no renuncie porque

es totalmente ilógico, que no tiene ni pies ni

cabeza lo que están haciendo conmigo. Sin

pensar dos veces renuncié, porque primero

estaba mi hijo, él me necesitaba más que el

trabajo poco remunerado y nada reconocido.

El disponer de toda la mañana me ayudó

muchísimo porque me permitió dedicarme

con tranquilidad a realizar las diligencias y

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gestiones necesarias en la fiscalía, el juz-

gado y en todas las instituciones donde de-

jamos los oficios denunciando el caso y

procedan a dar el trámite respectivo. Con

Mario hicimos el seguimiento respectivo y

después de vencer dificultades lográbamos

conseguir importantes apoyos solicitados,

de esta manera comenzamos a divisar una

pequeña luz al final del túnel; después de

vencer a grandes y consolidadas institucio-

nes a las que representaban sus paupérrimos

funcionarios, gritamos al mundo que mi hijo

SIEMPRE FUE INOCENTE, la policía

mintió al pueblo ecuatoriano y engañó al Sr.

Presidente de la República.

Es importante tomar en cuenta que, para

vencer cualesquier obstáculo que se presen-

tara en la vida, trabajemos siempre con la

verdad y la constancia; no dejarse vencer por

las adversidades y ser perseverantes en la

lucha hasta lograr los objetivos propuestos.

TARDE O TEMPRANO LA VERDAD

Y LA JUSTICIA VENCERÁ.

¡NO MÁS VULNERACIÓN

A LOS DERECHOS HUMANOS

EN NUESTRO QUERIDO ECUADOR!

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