"Vi la muerte en la policía judicial
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VI LA MUERTE
EN LA POLICÍA JUDICIAL
Caso del Asalto a la Joyería Terranova
Miguel Cadena Tapia y
Miguel Alexander Cadena Polanco
Vi la muerte en la Policía Judicial
Caso del asalto a la Joyería Terranova
Crónica de una tortura
Autores:
Miguel Cadena Tapia y
Miguel Alexander Cadena Polanco
Edición y revisión:
Oswaldo Mantilla
Mario F. Cadena Tapia
Derechos de autor:
ISBN: 978-9942-20-807-1
Primera Edición
500 Ejemplares
E- mail: [email protected]
Telfs.: 0985613835 / 0980418280
Impresión:
Compugraf
2015
PROLOGO
5
Crónica de una tortura
La finalidad que nos motiva a escribir,
por el momento esta pequeña obra, es para
dar a conocer al pueblo ecuatoriano, al Go-
bierno Nacional y demás estamentos que
tienen relación con el desarrollo de la vida
nacional, la forma inmoral, antijurídica, in-
constitucional, inhumana y sin profesiona-
lismo con la que llevaron las investigaciones
y el proceso legal del asalto a la joyería Te-
rranova del Centro Comercial el Bosque
ciertos representantes de la Policía Nacional
y del hoy Consejo de la Judicatura tratando
a como dé lugar, de inculparle como delin-
cuente a pesar de haber demostrado docu-
mentada y contundentemente las evidencias
de su total inocencia y de las torturas del que
fue objeto mi hijo Miguel Alexander. Joven
ejemplar que culminaba con su carrera uni-
versitaria, y jamás tuvo problemas de orden
legal.
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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
Han pasado años y nuestra lucha inque-
brantable continúa, para que casos emble-
máticos como el nuestro no permanezcan en
la impunidad y los operadores de justicia
hagan eco de esta gran realidad y actúen con
transparencia y probidad.
Con el propósito de que esta obra sea real
y objetivo narramos junto a Miguel Alexan-
der una síntesis de los hechos suscitados en
la vulneración de sus derechos humanos,
constitucionales y jurídicos cometidos por
quienes debieron ser garantistas del respeto
y cumplimiento de las leyes. También
damos a conocer de manera sucinta los re-
sultados obtenidos de las investigaciones re-
alizadas por la Defensoría del Pueblo,
Fiscalía, Asuntos Internos de la Policía, Co-
misión de la Verdad y la Audiencia de Juz-
gamiento del Tercer Tribunal de Pichincha.
Es importante destacar la influencia de
los medios de comunicación que dieron
como “primicia informativa” a nivel nacio-
nal e internacional sobre la captura de los
“delincuentes” del asalto a la joyería Terra-
nova con imágenes y titulares impactantes,
sin considerar el tremendo daño que hicie-
ron no solo a Miguel Alexander sino a toda
su familia, en lo moral, social y psicológico,
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Vi la muerte en la Policía Judicial
al no investigar de manera veraz, objetiva y
exhaustiva la información proporcionada en
la rueda de prensa policial; atentando a la
honra y dignidad del ser humano, actuando
sin valores ni principios éticos y morales,
actuando sin profesionalismo periodístico y
convirtiéndose en jueces sin causa.
Alteración del entorno familiar
Corría el año 2008 en la ciudad de Taba-
cundo, cantón Pedro Moncayo, provincia de
Pichincha; lugar tranquilo y paradisíaco
donde sus habitantes son amables, genero-
sos y solidarios. En aquel rincón andino se
desarrollaba con normalidad la vida de la fa-
milia Cadena Polanco, quienes habitan en el
centro de esta hermosa ciudad. Hogar con-
formado por Miguel Cadena Tapia y Cle-
mencia Polanco De la Torre, docentes de
profesión, y sus hijos Cyntia Dayanara y
Miguel Alexander, cada uno con su forma-
ción profesional.
Miguel Alexander, joven con mentalidad
liberal, como es la juventud de nuestra so-
ciedad ecuatoriana, comprometido con sus
sueños y objetivos, amigos, relaciones so-
ciales propias de su edad, revestida su per-
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Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
sonalidad de valores importantes como las
de ser honesto, respetuoso, atento, cortés,
cariñoso, responsable y con visión empren-
dedora para su futuro. Se distinguió en sus
estudios, alcanzando las mejores distincio-
nes en la escuela: Abanderado del Pabellón
Nacional y mejor estudiante de su promo-
ción; Segundo Portaestandarte del Pabellón
Nacional y presidente del Consejo Estudian-
til en el colegio y, egresado en Comunica-
ción Social.
A partir del mes de marzo del 2008 se al-
teró la paz y tranquilidad de la familia Ca-
dena Polanco, que por circunstancias de la
vida se presentó un hecho emblemático en
el Ecuador en el que se involucraron miem-
bros de la Policía, representantes del Minis-
terio Público y del Consejo de la Judicatura
conforme lo establecen las conclusiones y
resoluciones de investigaciones serias y ob-
jetivas realizadas por el Tercer Tribunal
Penal de Pichincha, la Defensoría del Pue-
blo, la Comisión de la Verdad y la CEDHU
(Comisión Ecuménica de los Derechos Hu-
manos).
El día martes 25 de marzo del 2008, una
llamada telefónica marcaría el inicio de una
nueva forma de vida socio-económica fami-
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Vi la muerte en la Policía Judicial
liar y el partir sin rumbo fijo hacia un futuro
espeluznante e incierto; la llamada era de un
Abogado quién poniéndose a las órdenes me
comunica que Miguel Alexander se encuen-
tra detenido en la Policía Judicial de Pichin-
cha. La noticia me dejó muy preocupado y
sin saber qué hacer; sin embargo, solicité
permiso en el trabajo y salí con dirección a
la Policía Judicial para saber el porqué es-
taba detenido y sobretodo qué hacer para al-
canzar su libertad. En calidad de padre tenía
que ponerme al frente y buscar la ayuda ne-
cesaria para solucionar esta experiencia in-
esperada.
Creía en la honestidad y eficiencia poli-
cial al ser una institución que tiene como fi-
nalidad brindarnos seguridad ciudadanía.
Jamás se cruzó por mi mente que los ciuda-
danos debíamos cuidarnos primero de cier-
tos miembros de la policía, antes que de los
mismos delincuentes; pensé que la Justicia
ecuatoriana estaba revestida con personas
honestas, transparentes y capaces de actuar
en calidad de garantistas y representantes de
la ley al desempeñar honrosos cargos dentro
de la Función Judicial.
¡Qué lejos estuvieron mis conceptos! al
comprobar todo lo contrario y decir que
ciertos representantes de la Ley son una
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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amenaza y peligro para asegurar la aplica-
ción de la justicia en la sociedad ecuato-
riana.
A inicios de año 2008 los asaltos, robos,
crímenes, secuestros exprés, violaciones,
etc. eran el pan del día, cada vez se presen-
taba con más fuerza en el país, a esta crisis
de inseguridad nacional se sumó la incursión
de las fuerzas militares de Colombia a nues-
tro territorio en el sector de Angostura
(Oriente Ecuatoriano), muriendo guerrille-
ros colombianos y ciudadanos civiles.
La sociedad ecuatoriana exigía al Go-
bierno Nacional dar prioridad a la seguridad
ciudadana, por lo que el señor Presidente de
la República les exige resultados a los
miembros de la Policía Nacional que reci-
bieron un mejor presupuesto para la dota-
ción de equipos, armas, vehículos, etc., que
permitan reducir los índices delincuenciales.
Paradójicamente los hechos delictivos au-
mentaron, razón ésta para que obligados por
la circunstancias busquen con urgencia un
chivo expiatorio, logrando conseguir sus
propósitos al transformar en asaltantes a ciu-
dadanos inocentes. Días después, la Policía
armó un show mediático para mentir al
pueblo ecuatoriano, engañar al Presidente
Vi la muerte en la Policía Judicial
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de la República y burlarse de los medios de
comunicación.
El asalto a la joyería Terranova se produjo
el 16 de marzo del 2008 en la ciudad de
Quito, hecho que motivó una gran conmo-
ción social dentro y fuera del país, en este
acto delictivo pretendieron implicarles a
Miguel Alexander y 5 ciudadanos más.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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Viacrusis de un inocente Narración de Miguel Alexander
Estaba por terminarse mis vacaciones y
tenía que reintegrarme a cumplir con mi res-
ponsabilidad en la institución donde labo-
raba, pero necesitaba que me extiendan unos
días más; razón por la que en la mañana del
día martes 25 de marzo del 2008 salí de mi
residencia, ubicado en la ciudad de Taba-
cundo, hacia el lugar de mi trabajo en la ciu-
dad de Cayambe para solicitar al dueño de
la empresa me extienda mis vacaciones y
cumplir con compromisos familiares. Me
encontré con ex compañeros de trabajo,
hasta que llegue mi jefe nos pusimos a tomar
unas cervezas en una tienda.
Luego de acceder el dueño de la empresa
al pedido, salí y continuamos tomando hasta
que Camilo, compañero de la empresa que
se integró, me pidió que le llevara en mi ve-
hículo a Carapungo porque había la posibi-
lidad de un excelente trabajo en aquel lugar
y de paso retirar unas piezas de motos para
su taller. Pensando en esta gran oportunidad
laboral y económica viajamos a Carapungo:
Camilo, Luis y Asdrúbal. En una transversal
de la calle J, cerca de una tienda esquinera
Vi la muerte en la Policía Judicial
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me estacioné y con unas cervezas le espera-
mos a Camilo hasta que hiciera la gestión.
Aproximadamente a las 16H30 les pedí
regresar a Tabacundo, porque debía meter a
mis gallos de pelea en sus jaulas, afición que
tengo de criar estas aves para salir a los con-
cursos. Al iniciar el retorno me encontré con
obstáculos, en la vía principal se encontraba
estacionado un vehículo grande y en el cen-
tro de la calle unos conos; esperé un mo-
mento, pité la bocina del vehículo para
pasar, como no rodaba el bus, opté por reti-
rar uno de los conos y rebasar.
Al realizar esta acción un policía de trán-
sito, desde una tienda había observado la
INFRACCIÓN DE TRÁNSITO, me hizo
estacionar y procedió a pedirme los docu-
mentos, al entregarle se dio cuenta que me
encontraba con aliento a licor, por lo que
llamó por teléfono a un policía motorizado
quien me llevó en la moto a las instalaciones
de la policía de Tránsito de Carapungo.
Más de 30 minutos estuve esperando
para que me hagan la prueba de alcohole-
mia, cuando observé que ingresa mi vehí-
culo conducido por un policía y al
estacionarse, les baja de una manera impo-
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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sitiva a Asdrúbal Granada y Luis Bastidas.
Se acercan los policías molestos y proceden
a revisar mí cuerpo. Al preguntarles el por
qué ingresan mi vehículo a las instalaciones
policiales, la respuesta que me dieron me
dejó desconcertado: “En su auto encontra-
ron dos revólveres calibre 22”.
Esta situación fue el inicio del gran via-
crucis, la pesadilla más horrenda de mi vida
y que un ser humano pueda soportar. Nos
trasladaron al edificio de la Policía Judicial
de Pichincha donde se dio la Audiencia Oral
de Formulación de Cargos por el delito de
Tenencia Ilegal de Armas, donde narramos
con mi Abogado Defensor lo sucedido y so-
licitamos se realice la prueba de parafina
para deslindar mi responsabilidad de lo que
me estaban acusando. El Juez de turno, Gui-
llermo Solís, no consideró el pedido y nues-
tras versiones por lo que dio inicio a la
Instrucción Fiscal, ordenando la prisión pre-
ventiva.
Mi abogado defensor me tranquilizó al
decir que no me preocupara porque el artí-
culo enunciado está sujeto a fianza y en los
próximos días estaría en libertad. Ese mismo
día nos trasladaron al Departamento Médico
Legal para hacernos una valoración médica
Vi la muerte en la Policía Judicial
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y el Dr. Juan Carlos Pérez determinó que es-
tábamos sin novedad y con buen estado de
salud.
De la misma manera en el parte de de-
tención con fecha 25 de marzo del 2008 ma-
nifiesta: “…los hoy detenidos quedan
ingresados en los calabozos de la Policía
Judicial de Pichincha sin presentar golpes
ni hematomas visibles en sus cuerpos,...”;
también consta: “…que en un vehículo
marca Volkswagen color azul, de placas
PRD-997,…”, el señor Juez de turno Dr.
Guillermo Solís “entregó el automotor
mencionado a su propietario el señor Mi-
guel Cadena Tapia”.
Hago referencia a este Parte Policial para
demostrar posteriormente la burda mentira
que montó la Policía en la rueda de prensa.
Al término del examen médico legal nos
llevaron a los calabozos ubicados en el sub-
terráneo del edificio de la Policía Judicial,
ubicándonos en celdas distintas, creo me
tocó la peor, porque estuve rodeado de per-
sonas que me producían miedo, la mayoría
eran gente de color. Primera vez que expe-
rimentaba esta situación en mi vida, el cala-
bozo estaba estructurado por una especie de
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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jaulas con barrotes de hierro que separaban
las celdas unas de otras, muy parecido a las
jaulas de los animales.
Pasé la noche acostado sobre una esponja
muy delgada, analizando y reflexionando en
el problema que estaba comprometido, no
pegué los ojos en toda la noche por temor a
que me suceda algo. Al día siguiente, 26 de
marzo, me cambiaron de “jaula”, logrando
ubicarme en una colchoneta; mi familia en-
viaba con el pasador los alimentos y ropa
para cambiarme, nos mantenían incomuni-
cados. Los segundos y minutos transcurrían
tan lentamente que aumentaba mi desespe-
ración, deseaba reunirme con mi familia y
disfrutar de la tan anhelada libertad.
Torturado
y convertido en delincuente
El 27 de marzo del 2008, en la mañana
nos sacaron de los calabozos hacia las ofi-
cinas del mismo edificio de la PJ para trá-
mites de rutina policial. Aproximadamente
a las 15H00 llegaron a los calabozos tres
personas vestidas de civil, y en voz alta nos
nombraron:
Vi la muerte en la Policía Judicial
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-¡Granada, Bastidas y Cadena!, ¡Acér-
quense a la puerta!, y nos sacaron.
Nuestras salidas del calabozo eran regis-
tradas en un libro: con los nombres, firmas,
y hora de quién nos sacaba, a dónde nos lle-
vaban, la hora de regreso con el nombre y la
firma de quien lo hacía.
Me imaginé que había recobrado mi li-
bertad, por lo que me puse feliz. De pronto
estos policías vestidos de civil nos hicieron
subir algunos pisos del mismo edificio, co-
nocido como PJ, abrieron la puerta y observé
una habitación grande, alfombrada y desha-
bitada donde me esposaron con las manos
para atrás del cuerpo, cubriéndome con papel
los ojos y sujetando el papel con cinta adhe-
siva. Una de las personas que se encontraba
en la habitación me cogió del brazo y de ma-
nera brusca me llevó a otro lugar donde ini-
ciaron con su degradante y criminal proceso
de torturas, a la vez que me golpeaban por
todo el cuerpo de manera brutal, me hacían
peguntas incoherentes y absurdas.
¿Dónde están las armas?,
-¿A qué armas se refieren?, les contes-
taba.
-No te hagas el tonto, ¡Sabes a qué armas
nos referimos!,
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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-Las dos armas que dicen, desconozco,
no sé quién les puso en mi vehículo, estoy
detenido solo por conducir en estado etílico.
Me hicieron extender horizontalmente
los brazos, golpeándome en los pabellones
de las orejas con las palmas de las manos.
-¡Cuidado los bajes hijueputa!, ¡Habla!,
¿dónde están las armas?,
-Les respondí que no sabía de las armas
que hablaban.
Inmediatamente los golpes iban dirigidos
a las costillas; me dijeron que si colaboraba
no me pasaba nada, caso contrario la pasaría
muy mal.
Estos policías me insinuaron:
-Te vamos a dar una pista, van a cantar:
Juguemos en el bosque, hasta que el lobo
esté…¡Ahora!, canten maricones!.
Luis, Asdrúbal y yo nos pusimos a cantar
con voz temblorosa y destemplada: “Jugue-
mos en el bosque hasta que el lobo este, si
el lobo aparece entero nos comerá……”, al
terminar de cantar nos dijeron:
-Ahora si ¡canten!: ustedes asaltaron la
joyería del Centro Comercial El Bosque.
Vi la muerte en la Policía Judicial
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Al escuchar me quedé desconcertado, no
sabía de qué asalto me hablaban, respon-
diéndoles que estaba detenido por conducir
en estado etílico y porque han encontrado
dos armas en mi vehículo.
-Habla hijueputa o pasarás lo peor de tu
vida,
- Desconozco totalmente de lo que ha-
blan; les respondí.
Al mismo tiempo que me golpeaban en
el estómago y el cuerpo, psicológicamente
me torturaban con amenazas e insultos.
Cada vez que bajaba los brazos de igual ma-
nera me golpeaban en los costados del
cuerpo para que los alzara y les mantuviera
en sentido horizontal.
Por el tono de su voz me di cuenta que
ingresó otra persona al lugar dónde me tor-
turaban y nos dijo:
-Si no colaboran con nosotros les viene
lo peor, así es que habla Angelito, ¿tú eres
colombiano, no?,
-Soy ecuatoriano, les dije y les di mis re-
ferencias personales.
Los golpes por el cuerpo no cesaban.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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-Di la verdad, ustedes asaltaron la joye-
ría,
-Nada tengo que ver, dejen de golpearme,
por favor, ¡Soy inocente!;
Me dejaron por un momento de maltratar
y todo quedó en silencio, cuando escuché
gritos desgarradores de dolor, por su tono de
voz me di cuenta que se trataba de Luis a
quien le habían llevado a torturarle.
Uno de los policías se acercó y me dijo
al oído:
-¿Escuchaste? si no colaboras, te matare-
mos hijueputa; le insistí que no tenía nada
que ver con el asalto que ellos hablaban.
Después escuché los gritos desesperados
de dolor de Asdrúbal, instante que me puse
a pensar, que les estarán haciendo para que
griten de esa manera; me llevarán a hacer lo
mismo que a Luis y Asdrúbal o me harán
algo peor; se erizó mi piel, corría sangre he-
lada por mi cuerpo y me encomendé a Dios
porque nada malo me pasara y termine lo
antes posible esta pesadilla eterna y terrorí-
fica que estaba viviendo.
Así fue…, llegó la hora que estaba te-
miendo, uno de los torturadores me llevó del
Vi la muerte en la Policía Judicial
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brazo a otra habitación; no veía nada por
estar tapado los ojos, y me dijeron:
-¡Hijueputa, ponte en el suelo boca
arriba!,
Lo hice, me encontraba muy incómodo
por estar esposado y con los brazos para
atrás; colocaron una silla sobre mi pecho y
sentí que una persona se sentó, procedieron
a cubrirme la nariz y mi boca con una fra-
nela húmeda, dificultándome la respiración
porque se pegaba a las fosas nasales y la
boca al respirar.
Por intervalos me retiraban la franela di-
ciéndome:
-Colabora, y evita que te pase lo peor;
-Qué quieren que les diga, nada tengo
que ver con el asalto que dicen, soy ino-
cente, soy honrado, jamás he cogido nada
que no sea mío.
Ví de cerca la muerte
Desde este momento comenzó lo peor,
algo muy difícil de soportar, me echaron
agua por la boca y la nariz produciéndome
asfixia y ahogos, no podía respirar…, era
irresistible..., vi de cerca la muerte…., de la
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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desesperación que tenía por la forma en la
que me torturaban, no sé de dónde saqué una
fuerza sobre natural que por dos ocasiones
logré retirarle de la silla a la persona que se
encontraba sentada, pidió ayuda a sus com-
pañeros que estaban presentes, uno me su-
jetó con fuerza la cabeza y el otro me pisó
en los tobillos:
-Habla hijueputa, si no dices que tú eres
el asaltante de la joyería ¡te matamos!.
Tuve mucho miedo, y para que no me
sigan criminalmente torturando, preferí no
contestarles; pero al ver que no les decía
nada, se complicó mi situación; llegó una
mujer y comenzó a insultarme, sentí que me
pisaron los testículos.
-Colabora, tú asaltaste la joyería del Bos-
que, habla hijueputa, tú eres uno de ellos.
-Grité del dolor…. y alzando la voz les
grite: ¡Soy INOCENTE!
¡Jamás estuve en ese lugar!, ¡investiguen
mi vida y el de mi familia!.
Mientras más gritaba, me introducían
agua por la boca y por la nariz, causándome
ahogos, al perder el conocimiento me des-
pertaron lanzándome agua.
Vi la muerte en la Policía Judicial
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Al ver que no lograban cumplir con sus
malévolas y criminales intenciones, vino lo
peor, cambiaron el agua por gaseosa; es in-
descriptible, es increíble el sentir como in-
gresan las burbujas de gas con el agua por
la nariz, tenía la sensación de que llegaban
al cerebro, parecía que iba a explotar, es un
dolor espeluznante e insoportable, nada fácil
de describirlo, realmente vi la muerte, sentí
que había llegado el fin de mi vida; perdí
otra vez el conocimiento, igual me desper-
taron lanzándome agua para continuar con
las criminales e inhumanas torturas.
-Colabora angelito hijueputa, di que eres
uno de ellos y te dejamos en paz;
Me quedé en silencio, sin ánimo y ex-
hausto de la indescriptible y terrible tortura;
creo que estaba funcionando únicamente mi
sub-consciente, no sabía si era una pesadilla
lo que me pasaba o vivía una realidad, es-
taba perdido en el tiempo y en el espacio, en
verdad, ya no resistía, no deseaba la muerte
y les dije:
-No sigan torturándome..., no me maten
por favor, voy a hacer todo lo que ustedes
me digan, si quieren ponerme como respon-
sable del asalto lo hago…, pero…no me
maten.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
24
En ese instante dejaron de torturarme y
me hicieron levantar.
A este tipo de torturas en la Comisión
Ecuménica de los Derechos Humanos
(CEDHU) nos informaron que le llaman
submarino, actúan profesionalmente porque
no dejan ninguna huella.
Uno de los “interrogadores” presentes
me cogió del brazo y me llevó a un baño que
había en esa habitación, me quitaron las es-
posas y las vendas de los ojos; sentí un ali-
vio muy grande, y observé que las muñecas
se encontraban totalmente hinchadas, in-
cluso lastimadas por la desesperación y la
fuerza que hacía al pretender soltarme y de-
fenderme de las torturas. Me pidió que me
frote y lave las manos, que en ese momento
no les sentía.
Estaban dos personas a mi lado, instante
en el que pude verlos con temor, posterior-
mente supe sus nombres, el uno tenía bigote
y se trataba de Héctor Díaz; el otro era de
patillas algo gruesas y trigueño, se trataba
de Manuel Pinto, quién le pasó a Díaz una
libreta; me trasladaron nuevamente a una
habitación y observé a un grupo de personas
que se encontraban en este lugar: sentado en
la silla, que seguramente era la que me pu-
sieron sobre mí pecho, estaba un hombre
Vi la muerte en la Policía Judicial
25
fornido, blanco, alto (Cap. Hitler Martí-
nez); una mujer (Sbte. Ana Erazo); un
hombre con una cicatriz en la cara (Elmer
Ordoñez) y otro muchacho que llevaba una
mochila y le decían “Sixto”, se trataba de
Jorge Muñoz. Después me enteré que
pertenecían al grupo de policías del DIAD
(Departamento de Inteligencia Antidelin-
cuencial).
Fácilmente los identifiqué a los policías
“interrogadores” porque relacioné las voces
que escuche los momentos en que me tortu-
raban, cuando me sacaron la venda de los ojos
les observé sus características físicas, y eran
los mismos policías que participaron desde el
27 de marzo del 2008 en todas las diligencias
del supuesto proceso investigativo;
El Capitán Martínez mirando en un or-
denador portátil el video relacionado con el
asalto me dijo:
-Tú eres el de chaqueta negra,
-Le contesté: no soy esa persona, jamás
estuve en ese lugar.
Nuevamente sentí los golpes por la es-
palda y las costillas, me amenazaron con
volver a torturarme con la gaseosa y por
temor a que me maten, no me quedó otra
opción y decidí mentir y seguirles el juego;
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
26
me pidieron que les diga dónde están las
armas y las joyas. Con el fin de que pase el
tiempo y llegue el siguiente día para que mi
familia se dé cuenta de lo que estaba pasando
y me ayuden, les di referencia de dos puntos
extremos de Quito: las armas están en Cara-
pungo y las joyas en el sector de Solanda.
Desde este momento dejaron de pegarme
y torturarme física y psicológicamente. El
Cap. Martínez dirigiéndose a todos quienes
estaban en la habitación les dijo: “Este mo-
mento salimos al reconocimiento, vamos a
Solanda y Carapungo”.
Bajamos las gradas de los pisos del edi-
ficio de la Policía Judicial y salimos. Me di
cuenta que eran altas horas de la noche por-
que no había una sola persona en la calle,
todo estaba desolado.
Me hicieron subir a una camioneta doble
cabina la misma que fue conducida por el
policía Héctor Díaz, a su lado iba el capitán
Martínez. Me hicieron sentar en la mitad
del asiento posterior, a los costados estuvie-
ron los policías Manuel Pinto y Jorge
Muñoz Chiles. En un automóvil estuvieron
la Sbte. Ana Erazo y en el otro asiento es-
taba Elmer Ordoñez.
Vi la muerte en la Policía Judicial
27
En Solanda, sector que desconocía, me
inventé y les dije que era por una cancha de
fútbol, no sé cuál es la casa, más o menos
les vi entrar cerca de una tienda. Después hi-
cieron una llamada telefónica y al poco rato
llegaron en un carro dos personas y conver-
saron con el Capitán Martínez.
Los dos hombres se acercaron misterio-
samente a la camioneta, me quedaron
viendo por unos segundos y se retiraron con
dirección al Capitán moviendo la cabeza,
haciendo un gesto negativo; una de las per-
sonas se acercó nuevamente a la camioneta
y en tono ofensivo me dijo que me baje, al
mismo tiempo que me daba la orden, veía
que rastrillaba la pistola que tenía en sus
manos. Al momento en que me bajé me dijo:
-Tienes tres minutos para escapar ¡Hijue-
puta!,
Sentí un escalofrío de ultratumba que
cruzaba por mi cuerpo, segundos en que es-
tuve muy confundido sin saber qué hacer,
decidí subirme inmediatamente a la camio-
neta, sin darle tiempo a nada, para que en el
caso de que me matara quede por lo menos
las huellas de mi sangre en su interior como
prueba de que ellos me asesinaron. Al salir
del sector, más o menos por la ciudadela
Atahualpa se quedó la Sbte. Ana Erazo.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
28
En Carapungo opté por llevarles al lugar
donde estuvimos tomando el 25 de marzo,
sucediendo lo mismo que en Solanda, sin
dar ningún sitio preciso porque en realidad
no existía y lo que quería era ganar tiempo.
Regresamos al edificio de la Policía Ju-
dicial en horas de la madrugada del 28 de
marzo; por órdenes del Capitán Martínez los
policías Manuel Pinto y Héctor Díaz me
subieron a uno de los pisos superiores cu-
bierto con una venda mis ojos y amarrado
las manos con unos cordones, le pidieron a
un policía de apellido Oña que me custo-
diara, pero él no aceptó; me dejaron sentado
en una habitación donde habían estado Luis
y Asdrúbal.
Se me vinieron varios interrogantes:
¿Cuál será mi futuro? ¿Me matarán al ama-
necer si no hago lo que ellos quieren?...., me
acordé de Dios y de mí Virgencita de Nati-
vidad, a quienes les pedí con toda devoción
que me ayuden a salir de esta cruel e inter-
minable pesadilla.
Parecía que el tiempo se detuvo, no se es-
cuchaba nada…, hasta cuando ingresaron al-
gunas personas, nos hicieron levantar y con
gritos:
Vi la muerte en la Policía Judicial
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-¡Viva el GAO!,…. ¡Están en el
GAO!,…. ¡Contesten maricones¡
-¡Dónde estamos?!
-Granada, Bastidas y yo obedecimos: ¡En
el GAO!
Nos hacían gritar cada vez con más
fuerza; esta práctica se repitió por varias
ocasiones, de pronto sentí golpes con las
manos abiertas en los pabellones de mis ore-
jas, golpes de puño y patadas en mi cuerpo,
alguien me patio tan fuerte que me lanzó al
suelo, otro me levantaba para continuar gol-
peándome, me obligaron a que abriera las
piernas para golpearme en los testículos; no
se inmutaban ante el pedido y súplicas para
que dejaran de golpearme, creí que llegaba
el fin de mi vida.
De tantos golpes que recibí mi cuerpo es-
taba amortiguado que ya no les sentía. Los
golpes eran acompañados de insultos fuertes
y amenazadores de muerte si no aceptába-
mos ser los asaltantes de la joyería. Hubo un
momento en que recibí tremendo golpe con
un objeto duro que me levantó el cuerpo, en-
viándome al suelo; me levantaron para con-
tinuar golpeándome con el mismo objeto
hasta cansarse o porque alguien les ordenó
dejaran de hacerlo.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
30
Me quitaron la venda que cubrían mis
ojos y miré que en aquella oficina se encon-
traban algunos policías vestidos de civil,
entre ellos uno de tez negra, de contextura
gruesa que le llamaban SUSUKI, luego
supe que se llamaba Armando Espinoza,
quien tenía en sus manos un palo con las ca-
racterísticas de un bate de béisbol (ratifica el
Capitán Odín Martínez en su versión ren-
dida el 18 de marzo del 2008 en la Defen-
soría del Pueblo, pág. 19), a su lado estaba
un muchacho de contextura delgada que le
apodaban “Platanito”, después supe su nom-
bre, Camilo Jácome, al resto de personas
no les identifiqué, eran policías diferentes a
los del día anterior.
Nos indicaron 3 fotografías de personas
desconocidas que habían estado detenidas
en la PJ y con amenazas de muerte nos or-
denaron que les involucráramos y dijéramos
que también participaron en el asalto a la jo-
yería.
Cuando les hicieron entrar a las personas
de las fotos, los policías provocaron un fin-
gido “careo”, obligados por las circunstan-
cias y el temor, Luis y Asdrúbal dijeron que
estos ciudadanos participaron en el asalto,
(El Capitán Martínez dice algo en relación
Vi la muerte en la Policía Judicial
31
al careo en su versión rendida el 18 de no-
viembre del 2008 en la Defensoría del Pue-
blo, pág. 19); de esta manera los
“investigadores de la Policía” FORMA-
RON LA BANDA de los supuestos asaltan-
tes de la joyería Terranova para presentarnos
posteriormente en una rueda de prensa.
Entrada la noche los “interrogadores” del
DIAD, excepto la Sbte. Ana Erazo, quien no
se encontraba en ese momento, me pidieron
firme un documento que habían redactado,
les pedí que me permitan leer, a lo que se
molestaron.
-Si no firmas este documento, sabes lo
que te pasará,
Les pedí que mi Abogado esté presente,
y al pronunciar la palabra Abogado…, sentí
que uno de ellos me golpeó tan fuerte que
me viró el cuerpo al suelo, se rieron de lo
que me hicieron y se burlaron:
-¿Tienes Abogado? , ja, ja, ja… ¡firma
rápido, hijueputa.
-¿Te es conocido el nombre de Cyntia
Dayanara Cadena Polanco…, vive en la
Villa Flora, en la calle Pedro Jiménez Oe
P11- O136 y Antonio Barrionuevo y trabaja
en una agencia bancaria?; me quedé sin res-
piración, sin palabras, mi cuerpo se quedó
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
32
helado y tembloroso; estaban informados de
todos los datos de mi hermana, les pedí de
favor que no le hagan ningún daño porque
nada tiene que ver.
-¡Entonces, firma inmediatamente o le
traemos a tu hermana!, ya sabes qué le
puede pasar.
-¡Decide ya!.
Su amenaza fue contundente y decidora
para que firmara ese documento sin saber su contenido, era un hecho que se trataba de
mi autoinculpación como asaltante, con-
virtiéndome de esta manera, de la noche a la mañana, en un contumaz delincuente.
Una vez que firmé, le llamaron vía telefó- nica a una persona que en pocos minutos llegó, era el Abogado de apellido Lozada quien firmó ese documento como mi Abo- gado de Oficio, sin considerar que contaba
con mi propio Abogado; cumplido su obje- tivo, en la noche del 28 de marzo nos baja- ron a los calabozos; en este lugar pasé otro calvario por las condiciones físicas en que me encontraba, solicité me permitan utilizar la ducha y al momento de querer abrir la llave para que baje el agua, los dedos de mis manos no me respondían, no podía mover los brazos, comencé a sentir tremendo dolor por todo el cuerpo.
Vi la muerte en la Policía Judicial
33
Como no había privacidad en las duchas Luis y Asdrúbal se sorprendieron y dijeron:
-¡Qué bestialidad Alex!, cómo se encuen- tra todo su cuerpo, tiene unos tremendos moretones, ¡estos chapas mal paridos casi nos matan!.
Cuando Luis y Asdrúbal utilizaron las duchas observé en sus cuerpos huellas de haber sido muy golpeados. No pude acos- tarme, no solo por el dolor intenso que sen- tía, sino porque las personas de las otras celdas querían pegarnos y nos decían:
-¡Sapos hijueputas!, ¡maricones! ¡En cuanto lleguen al CDP les matamos por sapos!
Estaba viviendo un verdadero infierno: mi dignidad y honorabilidad tirada al suelo, ahora las amenazas de muerte no solo eran de los policías.
Nos llamaron “sapos” porque fueron in- volucrados en el asalto a la joyería las per- sonas desconocidas de las fotografías.
Logré conseguir un celular que tenía un detenido y me comuniqué con Leyli, amiga íntima, y le conté la brutal golpiza recibida que casi me matan, que tenía muy hinchadas
las manos y las muñecas, los dolores eran muy fuertes en todo el cuerpo, le pedí que
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
34
compre pastillas desinflamantes y para el dolor; además le dije que, para que no me sigan torturando y no le hagan daño a mi hermana y obligado por las circunstancias firmé un documento auto inculpándome como asaltante.
Leyli lamentó lo sucedido e intentó darme moral. El dolor físico me fue pasando pero el dolor espiritual y moral iba acrecen- tándose al pensar que firmé aceptando haber participado en el asalto de la joyería y ahora era un delincuente. Cuántos años privados de mí libertad tendré que pasar, la sociedad qué dirá de mí y mi familia, no llegaré a la casa durante mucho tiempo...; en fin, mu- chas ideas desagradables y funestas se me cruzaban por mi mente.
El 31 de marzo del 2008 a las 10H30 me sacaron de los calabozos los policías Díaz, Pinto y Muñoz llevándome fuera del edifi- cio de la Policía Judicial, donde estaban es- perándonos el Cap. Martínez, la Sbte. Erazo y Ordoñez, junto a una camioneta doble ca- bina de color negro a la que me hicieron subir, lo hice con mucho temor porque no sabía a dónde ni a qué me llevaban; de pronto vi que se acercaron a la camioneta mi padre y mi tío y se enfrentaron a los policías.
Salimos del lugar y recorreríamos unas pocas cuadras cuando retornamos al mismo
Vi la muerte en la Policía Judicial
35
sitio de donde partimos, llevándome nueva- mente a los calabozos.
El mismo día 31 de marzo a las 11H45 los policías del DIAD me sacaron por se- gunda vez de los calabozos para que el mé- dico proceda a realizarme el Examen
Médico Legal, en el que se comprueba que fui brutalmente golpeado.
En las conclusiones emitidas por el Dr. Fabián Polit Macías, Perito Médico Legista refiere: “Dichas lesiones son provenientes
de la acción traumática de un cuerpo con-
tundente y duro y le determina una inca-
pacidad Física y/o enfermedad de cuatro
a ocho días contados a partir de la fecha
de su producción.”
Los “investigadores del DIAD” al ente- rarse del resultado de este examen médico, bajaron a los calabozos para decirnos que debemos reconocer por las voces a quienes nos pegaron, que ellos no fueron; pero al saber que mi familia había denunciado a la Defensoría del Pueblo y a la CEDHU baja- ban a los calabozos durante el día y la noche a torturarnos psicológicamente:
-Hijueputas, si se retractan “les mata- mos”; uno de ellos juró hacerme podrir en
la cárcel.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
36
Cierta noche, desde los barrotes de la en- trada a los calabozos nos gritaron:
¡Cadena, Bastidas y Granada! ¡Leván- tense, se van con nosotros!,
Al acercarnos a la entrada de la prisión con mucho miedo, pensando en que nueva- mente nos iban a torturar…….., se rieron
burlándose de nosotros, para luego decirnos: -“Mañana mejor venimos por ustedes”,
Ja….ja….ja.
Estuve presionado e incomunicado du- rante UN MES OCHO DIAS en los calabo- zos de la Policía Judicial.
Vi la muerte en la Policía Judicial
37
Odisea familiar Relato de Miguel (padre)
El principal objetivo que tenía como
padre era verle inmediatamente en libertad,
para esto debía pagar una fianza en el banco
con la cantidad de dinero establecida por el
Juez Solís, razón para que visitara constan-
temente el juzgado y me proporcionara el
documento con el monto de la fianza, pero
la respuesta era “venga más tarde” dando
largas al trámite. En el transcurso de ir y
venir del juzgado observaba las “ágiles” en-
tradas y salidas de policías “investigadores”
del DIAD, generalmente era Manuel Pinto,
quien hablaba con el Juez Solís. Poco
tiempo después nos dimos cuenta que deli-
beradamente no me entregaban el docu-
mento para el pago de la fianza para que
Miguel Alexander no alcanzará su libertad
hasta involucrarle en el asalto de la joyería.
Con gran sorpresa, después que el Juez Solís
ordenó su detención por el asalto y robo a la
joyería me entregaron el documento para el
pago de fianza. Aún más sorprendente es el
hecho de que este proceso por el asalto y
robo también recayó en el juzgado del Dr.
Guillermo Solís.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
38
El 27 de marzo del 2008 por la mañana
estuve en el juzgado tratando de conseguir
el documento y pagar la fianza por el caso
de tenencia ilegal de armas, sin ningún re-
sultado. Cada vez aumentaba mi desespera-
ción porque quería verle junto a la familia.
Por la noche Leyli me comunica que el pa-
sador le había devuelto los alimentos, e in-
formado que no se encontraba en los
calabozos; situación que le comenté a mi
hermano Mario.
Inmediatamente asistimos a la Policía Ju-
dicial, nadie quería darnos razón de su pa-
radero, un amigo policía de Mario que había
estado de guardia nos informó que le tenían
en los pisos superiores del edificio a órdenes
“de mi mayor”, particular que nos tranqui-
lizó.
Al día siguiente, viernes 28, tampoco le
regresaban a los calabozos, la respuesta era
la misma: “le llevaron a una diligencia, más
tarde le han de traer”. Con Mario estuvimos
nuevamente en la Policía Judicial, subimos
de piso en piso burlando la vigilancia de los
policías, quienes nos decían que era pro-
hibido subir a los pisos superiores; pasamos
hasta el octavo piso pero esas oficinas esta-
Vi la muerte en la Policía Judicial
39
ban desocupadas, en el sexto piso observa-
mos logotipos de policías camuflados acom-
pañados de una leyenda que decía “GAO”…
, “AQUÍ SE PRACTICA LA DISCIPLINA
DEL SILENCIO”…, y las puertas de las ofi-
cinas estaban cerradas, muy desilusionados
nos bajamos.
Por la noche Leyli recibió una llamada
de Miguel Alexander contándole que le ha-
bían torturado, que se encontraba muy mal
física y sicológicamente, y que había sido
obligado a firmar un documento en el que se
culpaba de un asalto.
Este hecho le conversé a Mario, quien se
molestó y me dijo que debíamos denunciar
a algún organismo, esto no puede quedar así
e intentó tranquilizarme pero…., se me fue-
ron las lágrimas de desesperación, tenía
mucho dolor y rabia, como padre me sentía
con mucha impotencia al no poderle ayudar
a mi hijo, me pareció que el cielo se vino
sobre mí cuerpo, no sabía qué y cómo hacer,
me descontrolé totalmente y mi único refu-
gio fue pedir a Dios y a la Virgencita de Na-
tividad me ayuden, me iluminen y me
orienten el camino a seguir en esta dura
lucha.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
40
Me sobrepuse del gran dolor y me hice
un firme propósito de luchar hasta demostrar
su inocencia y que este hecho no quede en
la impunidad.
El domingo 30 de marzo me comuniqué
vía celular con Miguel Alexander, quien me
comentó lo sucedido; sobreponiéndome del
sufrimiento que sentía, le pedí que tenga
mucho valor, le dije: “Alexito no estás solo,
tienes a tu padre que te va a ayudar”, “Lu-
charemos juntos hasta demostrar que tú no
eres delincuente”.
El 31 de marzo, aproximadamente a las
10H30, con mi hermano Mario estuvimos
frente al edificio de la Policía Judicial y ob-
servamos que a Miguel Alexander le saca-
ban del edificio de la PJ algunas personas,
entre ellos una mujer, y le embarcaron en
una camioneta de doble cabina color negro
de placas HBN988.
Inmediatamente le llamé a nuestro Abo-
gado y le comenté lo que estaba sucediendo,
me dijo:
-Sr. Cadena, no permita que le lleven a
su hijo, le pueden llevar a matar;
-Mario vamos, evitemos que le lleven a
Alexito.
Vi la muerte en la Policía Judicial
41
¡Le llevan a matar!...., nos acercamos a
la camioneta y con firmeza les preguntamos
a los policías:
-¿A dónde le llevan al detenido?, al inicio
nos recibieron agresivos, pero al saber que
éramos su padre y su tío, en seguida algo
confundidos y sorprendidos cambiaron ra-
dicalmente de actitud y con amabilidad nos
dijeron que si gustamos comprar alguna
cosa para que se sirviera el Sr. Cadena, lo
hiciéramos, “le llevamos a un reconoci-
miento, no se preocupen”; les dijimos que
vamos a estar muy pendientes de su regreso.
La camioneta salió al “reconocimiento”,
y no pasarían ni tres minutos cuando sorpre-
sivamente regresaron y le ingresaron a los
calabozos.
Después de haber gestionado y presio-
nado por más de tres semanas con la Dra.
Nahir De la Torre, integrante del equipo de
abogados para la defensa de Miguel Alexan-
der, ordenaron su traslado al CDP el 2 de
mayo del 2008. Cuando le vi a mi hijo que
le subían al bus esposado, de manera agre-
siva como un vulgar delincuente, me sentí
muy triste con un dolor muy intenso dentro
de mi ser, sentí tanta impotencia al no poder
ayudarle para que salga directamente con su
libertad a la casa.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
42
Actos de violación de los
derechos del ciudadano
Los policías del DIAD violaron la Cons-
titución en el Art. 66, numeral 3 literal
c:”La prohibición de la tortura, la desapari-
ción forzada y los tratos y penas crueles, in-
humanos o degradantes”.
La Declaración de los Derechos Huma-
nos: Art. 3. “Todo individuo tiene derecho a
la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona”.
Art. 5 “Nadie será sometido a torturas, ni
a penas o tratos crueles, inhumanos o degra-
dantes”.
Art. 9 “Nadie podrá ser arbitrariamente
detenido, preso, ni desterrado”.
El Código de Procedimiento Penal:
Art. 71.- Necesidad del defensor.- “Nin-
guna persona podrá ser interrogada ni aún
con fines de investigación, sin la presencia de
un abogado defensor de su confianza…”.
Art. 72.- Incomunicación.- “En ningún
caso y bajo ninguna circunstancia, nadie
podrá ser incomunicado, ni aun con fines de
investigación.”
Art. 73.- Comunicación del fiscal con el
Vi la muerte en la Policía Judicial
43
imputado.- “Ni el fiscal, ni los investigado-
res policiales podrán tomar contacto con el
imputado, sin la presencia de su defensor.”
No hay crimen perfecto
El Dr. Navarrete era el Fiscal asignado al
GAO y tenía la obligación de actuar en
todos los procesos investigativos de la Poli-
cía Judicial en coordinación única y exclu-
sivamente con los policías del Grupo de
Apoyo Operacional (GAO); sin embargo, el
Fiscal no procedió conforme lo establecido,
más bien validó todas las investigaciones y
acciones realizadas por los policías del
DIAD en el caso del asalto a la joyería Te-
rranova.
El Fiscal Navarrete y el abogado de Ofi-
cio Lozada abalizan con sus firmas los do-
cumentos que les obligaron a firmar bajo
tortura el día viernes 28 de marzo del 2008
su autoinculpación como asaltantes, insóli-
tamente estos documentos aparecen como
VERSIONES rendidas el día lunes 31 de
marzo del 2008. Este hecho es ratificado
por la Secretaria del Fiscal Patricia Jaya y el
Abogado de Oficio Wilson Lozada en sus
versiones rendidas en la Fiscalía el 10 y 21
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
44
de septiembre del 2009 respectivamente (en
la Instrucción Fiscal Nº 08-04-22019).
Complementando en sus versiones: que en
este hecho “estuvieron tipiando” (P. Jaya) y
“colaboraron” (W. Lozada) los policías del
DIAD.
El libro de Registro de los calabozos de
la Policía Judicial les “quita las máscaras”
y les deja sin coartada a sus actores porque
las supuestas versiones que les tomó el Fis-
cal Navarrete a partir de las 09H00 a Luis, a
las 09H30 a Asdrúbal y a partir de las
10H00 a Miguel Alexander nunca rindieron,
por los siguientes peritajes y evidencias in-
cuestionables:
El Parte Informativo Nº 2008-4602 del
Mayor de Policía Hugo Torres Luna, el In-
forme Pericial del Mayor Pacífico de los
Reyes dirigido al Tercer Tribunal Penal de
Pichincha el 18 de marzo del 2008 y el Ofi-
cio Nº. 2009-383-AP-PJP enviado por el
Sgto. Emilio Cevallos al Jefe Provincial de
la Policía Judicial de Pichincha dan a cono-
cer dos hechos importantes:
1.- A Miguel Alexander, Luis y Asdrúbal les
sacan agentes del DIAD de los calabozos
de la Policía Judicial el 27 de marzo del
Vi la muerte en la Policía Judicial
45
2008 a las 15h03 y le regresan el 28 de
marzo del 2008 a las 19h10;
2.- Miguel Alexander sale dos veces el día
lunes 31 de marzo del 2008:
a) Le sacan de los calabozos a las 10h30
y le regresan a las 10h51 (a un “re-
conocimiento”, ahí estuvimos con
mi hermano y nos confrontamos con
los policías del DIAD);
b) Sale a las 11h45 y le regresan a las
12h05 (examen médico legal). De
esta manera se confirma que jamás
rindieron versión alguna el 31 de
marzo del 2008. Supuestamente le
tomaron la versión a Miguel Ale-
xander a las 10H00.
En las investigaciones realizadas por
Asuntos Internos de la Policía consta el ofi-
cio Nº 2008-090-GAO-PJ-P del 28 de marzo
del 2008 dirigido al Fiscal Navarrete por
parte del Mayor Diego Erazo solicitando la
Delegación Fiscal al GAO para proceder
con las investigaciones del asalto y robo a la
joyería Terranova, recibe el Secretario de la
Fiscalía la misma fecha a las 15H35, cu-
riosamente el Fiscal Patricio emite la Inda-
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
46
gación Previa a las 10h50 del mismo 28 de
marzo del 2008, adelantándose increíble-
mente a los hechos con 4 horas con 45 mi-
nutos de que llegue a su despacho el oficio
del Mayor Erazo, (esta irregularidad tam-
bién consta en la hoja 25, en el Dictamen de
la Defensoría del Pueblo).
Petición a varias
Instituciones del Estado
Desesperados y con el fin de evitar que
lo maten a Miguel Alexander y la verdad
salga a relucir, con Mario comenzamos a
tocar las puertas de la Presidencia de la Re-
pública, instituciones del Estado, Comisión
de la Verdad, Asambleístas, Defensoría del
Pueblo y los Derechos Humanos para dar a
conocer los hechos suscitados, las violacio-
nes jurídicas en el proceso; a la vez, les so-
licitamos la vigilancia al debido proceso y
que nos ayuden a resolver la tremenda tela-
raña que iban tejiendo estos malos elemen-
tos de la Policía; responsabilizamos a los
garantistas del cumplimiento de la ley y a
los miembros de la Policía Nacional por lo
que nos pueda ocurrir, fundamentalmente
garanticen las vidas no solo de Miguel Ale-
Vi la muerte en la Policía Judicial
47
xander sino también las nuestras, corríamos
este riesgo por el único delito de haberles
denunciado y luchar frontalmente para que
salga a la luz la veracidad de los hechos; que
se investigue y se sancione enérgicamente
a los autores, cómplices y encubridores de
las torturas del cual fueron objeto Miguel
Alexander, Luis y Asdrúbal.
Nuestra acción de lucha se extendió de-
nunciando al pueblo ecuatoriano en los me-
dios de comunicación colectiva a la prensa
escrita, televisiva y radial; los periodistas del
diario El UNIVERSO y diario el COMER-
CIO, el METRO hicieron eco de nuestras
denuncias, y una vez realizadas las investi-
gaciones periodísticas procedieron a redac-
tar y publicarlos.
La ayuda de la CEDHU fue valiosa, con
la intervención de la Dra. Consuelo Cano y
la Hna. Elsie Monge, el 4 de abril del 2008
solicitan al Jefe de la Policía Judicial de Pi-
chincha les permitan el ingreso a los médi-
cos de la Cruz Roja para que los detenidos
reciban asistencia médica por encontrarse
mal de salud por efectos de las torturas. No
hubo ninguna respuesta a lo solicitado.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
48
El 10 de abril del 2008 con oficio N°
0161, la CEDHU solicita al Comandante
General de la Policía ordene a la Unidad de
Asuntos Internos de la Inspectoría General
realicen la investigación de los hechos de-
nunciados. Como resultado de este oficio la
Policía inicia con un proceso de investiga-
ciones a los policías del GAO y el DIAD; la
Fiscalía en la Unidad de Delitos Contra la
Vida procede con la Indagación Previa N°
08- 04-22019, iniciándose el proceso legal
por torturas, que les seguimos, en contra de
los policías presuntos responsables del GAO
y DIAD.
El 24 de Abril del 2008 la CEDHU emite
un Boletín de Prensa con el Título. “LA PO-
LICÍA TORTURÓ A JÓVENES PARA IN-
CULPARLOS EN EL ROBO A LA
JOYERÍA TERRANOVA EN QUITO”
También denunció mediante oficio al
Fiscal Patricio Navarrete el acto de tortura
cometido a los tres jóvenes solicitando que
investigue este delito de lesa humanidad.
Permanentemente estuvieron presentes
en todas las diligencias, hacían constante-
mente un seguimiento al desarrollo de los
acontecimientos y estaban vigilantes para
Vi la muerte en la Policía Judicial
49
que no les vuelvan a torturar en los calabo-
zos de la PJ.
La intervención acertada del Dr. Hernán
Solórzano y el Dr. Jaime Hernández, funcio-
narios de la Defensoría del Pueblo, que pro-
cedieron legal y jurídicamente a realizar
exhaustivamente las investigaciones de este
caso, al final determinaron la responsabili-
dad de cada uno de sus actores; solicitaron
a las instancias legales respectivas procedan
como corresponde. El proceso no prosperó
porque los policías del GAO y DIAD im-
plicados, salieron libres de culpa.
Los Asambleístas Lic. Luis Escala y la
Dra. María Paula Romo, una vez que cono-
cieron el caso se interesaron y gestionaron a
los diferentes estamentos legales y de Policía
para que procedan con transparencia, justicia
y el hecho no quede en la impunidad.
El respaldo, la solidaridad y el apoyo per-
manente de las instituciones públicas y ciu-
dadanía de Pedro Moncayo, Cayambe, Quito
y del país, nos motivó para continuar con la
lucha titánica en contra de las estruc- turas
importantes del Estado: la Policía Na-
cional, el Ministerio Público y el Consejo de
la Judicatura, lucha totalmente desigual que
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
50
se puede comparar con el pasaje bíblico:
“Una lucha entre David y Goliat”; es así
como el 5 de abril del 2008 en las puertas
del edificio de la Policía Judicial nos encon-
tramos con los “investigadores” Pinto y
Díaz ( muy nerviosos), reunión que se dio
como que nos hubiesen estado esperando,
nos dijeron:
-“El Sr. Cadena si participó en el asalto.”,
“Nosotros no le hicimos nada”, negaron
todo.
Nuestra respuesta fue tajante:
-“Es totalmente inocente, ustedes saben
perfectamente eso, el 16 de marzo día del
asalto, mi hijo estuvo con nosotros en una
reunión familiar, esto no va a quedar así, lu-
charemos hasta las últimas consecuencias
para que la verdad salga a la luz y ustedes
paguen por todo lo que le hicieron a mi hijo.
El show mediático
y sus errores
El Sr. Presidente de la República preocu-
pado porque los hechos delictivos en el país
tomaban, cada vez más características alar-
Vi la muerte en la Policía Judicial
51
mantes, solicitó a los miembros de la Policía
más efectividad y resultados en su partici-
pación. Para quedar bien y cumplir con el
pedido presidencial buscaron urgentemente
un chivo expiatorio y armaron el show ME-
DIÁTICO.
Los investigadores del DIAD iniciaron
su participación:
a) Con la supuesta “Información Reser-
vada” de Manuel Pinto, en la que se su-
pone le “informaron” de quiénes
asaltaron la joyería. (¿¿Quién le dio la
información reservada??)
b) El oficio al Fiscal Patricio Navarrete de-
legando al Grupo de Apoyo Operacional
de la Policía Judicial GAO para que rea-
licen las investigaciones,
c) Los miembros del DIAD actúan sin auto-
rización o Delegación Fiscal y les sacan
el 27 y 28 de marzo a torturarles hasta
que firmen el documento redactado por
los policías auto inculpándose de haber
actuado como campanas en el asalto,
d) Estos documentos aparecen como versio-
nes rendidas ante el Fiscal Navarrete el
31 de marzo del 2008,
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
52
e) Le sacan a Miguel Alexander por la noche
del edificio de la PJ llevándole a Cara-
pungo y Solanda, sin delegación fiscal,
ni la presencia de su Abogado defensor y
mucho menos del Fiscal.
f) Le mantienen 38 días en los calabozos de
la Policía Judicial incomunicado,
g) La identificación de los sospechosos re-
alizado con los testigos del DIAD, lo
hacen sin la presencia de los abogados
defensores y lo que establece la ley.
h) El 2 de abril del 2008, el “investigador”
Pinto al salir del Juzgado conversando
con el Juez Solís fue abordado por nues-
tro abogado para reclamar la forma cri-
minal de cómo le habían golpeado a su
defendido quién fue realizado un examen
médico legal. Esta información le preo-
cupó a Pinto y es dada a conocer inme-
diatamente, mediante partes, el mismo
día en orden jerárquico: Sbte. Erazo,
Cap. Martínez y Gral. Juan Sosa.
Los policías del DIAD al enterarse que
Miguel Alexander fue examinado por el Mé-
dico Legista, de manera insólita hacen apa-
Vi la muerte en la Policía Judicial
53
recer un documento firmado por el policía
del DIAD Jorge Muñoz acusándole al
Mayor Diego Erazo, Jefe del GAO, de haber
procedido “….a darles contra el piso a los
detenidos , posterior tomó un bate y con el
mismo los golpeó…” a las 11H45 del 28 de
marzo del 2008; hecho que conocieron el
mismo día, en orden jerárquico, los oficiales
del DIAD; aparentemente ingresan el último
parte firmado por el Cap. Martínez a la re-
cepción de documentos de la Dirección Na-
cional de la Policía Judicial a las 18H00 del
28 de marzo del 2008.
Este documento abre un gran dilema e in-
cógnita que permitió se realice la investiga-
ción por parte de la Fiscalía; los resultados
del peritaje informático realizado por el Ing.
Rafael Melgarejo el 11 de septiembre del
2009, determina que los partes fueron ingre-
sados a Secretaría de la DNPJ el 28 de
marzo del 2008 a las 11h 16m y 32 s; es
decir, 28 minutos y 28 segundos antes de
que se produzca la paliza y golpiza a los de-
tenidos por parte del Mayor Erazo que está
a las 11:45. De las investigaciones realiza-
das por Asuntos Internos de la Policía se
desprende que estos “partes”ingresaron re-
almente a la secretaria de la DNPJ el día 4
de abril del 2008 a las 18H44. Consta en la
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
54
Base de Control de Documentación de la
Policía ID 6086.
El equipo investigador del DIAD al ver
que se les estaba complicando su plan, cam-
bian de estrategia sobre la supuesta partici-
pación de Miguel Alexander en el asalto
como campana ubicándole como uno de los
principales asaltantes de la joyería, para lo
cual buscan sus testigos en los guardias de
seguridad de la empresa SEPRONAC y en
personas que laboran en el centro comercial
el Bosque: Silvia Verónica Pico, Ángel Mo-
rales Boada, Wilmer Zambrano Cedeño,
Danilo Coronel que testifican, de manera in-
consistente y contradictoria, en contra de
Miguel Alexander como uno de los princi-
pales asaltantes de la joyería.
Llamó mucho la atención la versión de
Verónica Pico, quién manifestó: que mien-
tras la pegaban, le apuntaban con una arma,
le insultaban y le amenazaban los asaltantes
de la joyería al momento de la huida, pudo
identificar en segundos varios vehículos,
marcas, colores, números de ocupantes y
logra reconocer a sus ocupantes. Versión
claramente falsa y temeraria, imposible re-
cordar en esas circunstancias muchos aspec-
tos y en segundos.
Vi la muerte en la Policía Judicial
55
En las versiones rendidas ante la Sbte.
Erazo y en la Fiscalía, narran los supuestos
hechos con características novelescas y re-
fieren abismales contradicciones en relación
a la supuesta participación en el asalto de
Miguel Alexander, como es en su estatura,
cómo estaba vestido, color del cabello y de
su cara, tipo de arma que supuestamente
tenía en el momento del asalto. Es increíble
pero cierto que se olvidaron a propósito, los
policías del DIAD, de investigar la prueba
contundente con la que contaban: ¿A quién
(es) de los verdaderos asaltantes de la jo-
yería les correspondió las huellas digitales
obtenidas por los peritos de criminalística
de la misma Policía en el lugar de los he-
chos el mismo día del asalto?. Obviamente
que no pertenecían a Miguel Alexander,
Luis y Asdrúbal.
Participación del Juez
El Juez Solís acogiendo el pedido del
Fiscal, dispone el 7 de abril del 2008 a las
09h00 que la diligencia se lleve a efecto el
mismo día lunes a las 11h00 y “se proceda
al reconocimiento e identificación de los
sospechosos”. En calidad de garantista de la
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
56
Ley y la Constitución viola el Debido Pro-
ceso al disponer que el mismo día, a escasas
dos horas, se dé la diligencia: ¿A qué hora
notifica a los Abogados, al Fiscal, a la Poli-
cía, etc., para que estén presentes?.
En la identificación también violan del
Debido Proceso porque los testigos Verónica
Pico, Wilmer Zambrano y Ángel Morales
fácilmente identifican a los detenidos de
acuerdo a los colores de las camisetas que
les habían hecho poner: Mendoza Carlos
con el VVD de color rojo; Alexander Ca-
dena, VVD color amarillo; José Mora VVD
color anaranjado, contrariando el precepto
legal del Código de Procedimiento Penal en
los literales a y b del numeral 7 del Art. 216,
que dice: “que los declarantes no deben co-
nocer el nombre y apellido de la persona
considerada incriminada, contar con la pre-
sencia del abogado defensor, el sospechoso
debe ser colocado entre 10 o más individuos
lo más análogamente vestidos”.
Tuvo conocimiento de que Miguel Ale-
xander y los otros detenidos fueron cruel-
mente torturados y obligados a firmar
documentos auto incriminatorios y no hizo
absolutamente nada para que se investiguen
esos hechos
Vi la muerte en la Policía Judicial
57
La famosa rueda de prensa
Los policías del DIAD al haber formado
la banda, contar con las “versiones” e iden-
tificación de los sospechosos por sus “testi-
gos” y desesperados porque fueron
denunciadas sus torturas y de alguna manera
debían cerrar el caso, arman una RUEDA
DE PRENSA el 14 de abril del 2008 en la
que la Policía Nacional engaña al señor Pre-
sidente de la República, se burlan de los me-
dios de comunicación y mienten al pueblo
ecuatoriano cuando los máximos represen-
tantes de la Policía Nacional: el Gral. Jaime
Hurtado Vaca, Comandante General de la
Policía Nacional, y el Gral. Juan Francisco
Sosa, Director Nacional de la Policía Judi-
cial y creador del DIAD, manifiestan a los
medios de comunicación colectiva del país
sobre su “eficiencia policial”:
El Gral. Sosa dice: “….el video principal
de las cámaras de seguridad las que mos-
traron ese accionar de los delincuentes lo
que nos permitió poder conocer quiénes
eran….” “…miembros policiales procedie-
ron a la aprehensión a ocupantes de un au-
tomóvil color azul de marca Volkswagen, sin
placas…”.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
58
El Gral. Jaime Hurtado manifiesta: “…
..La Policía Judicial ha descubierto a los
autores del asalto al Centro Comercial el
Bosque…”“…. quienes están identificados
gracias a los videos de seguridad del centro
comercial… ”. Acto seguido presentan a la
supuesta banda de uno en uno, por sus
nombres y apellidos.
Las noticias se difundieron por la noche
en los medio televisivos y al día siguiente
en los medios impresos, en las radios, etc.,
causando gran satisfacción en la mayor parte
de la sociedad y provocando una gran con-
moción familiar y social al verle a Miguel
Alexander en las fotografías como asaltante,
puesto una camiseta con rayas horizontales
blancas y anaranjadas circulando a nivel na-
cional e internacional.
Las afirmaciones expresadas por estos
representantes de la Policía, fácilmente se
comprueba que es la orquestación de un
gran show mediático policial, dejando sin
piso la rueda de prensa dada por los dos
altos oficiales:
a) Lo dicen sin ningún fundamento investi-
gativo y científico,
Vi la muerte en la Policía Judicial
59
b) El parte de detención del 25 de marzo del
2008 firmado por el policía Telmo Mori-
llo quien los detuvo en Carapungo ex-
presa la marca del vehículo y las placas
PRD-997 y que el señor Juez me entregó
el automóvil,
c) Qué pasó con las huellas digitales deja-
dos por los propios asaltantes de la jo-
yería, que fueron recogidos por los
peritos de la Policía y no fueron investi-
gados; tampoco cotejadas con las huellas
digitales de Miguel Alexander, Luis y
Asdrúbal.
d) Las versiones llenas de contradicciones,
y la supuesta identificación de los dete-
nidos, por parte de los “testigos” del
DIAD.
e) Como banda de delincuentes presentan a
ciudadanos inocentes que bajo tortura del
27 y el 28 de marzo les obligaron a fir-
mar su autoinculpación e involucrar a 3
ciudadanos desconocidos que estaban de-
tenidos en la PJ,
f) Con oficio Nº 3878-DCP del 02 de junio
del 2008 los Peritos Tnte. Fernando Pa-
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
60
checo y el Sbte. Christian Ponce en el in-
forme pericial de Identidad Humana di-
rigido al Fiscal, dicen que por deficiencia
en los pixeles del video de las cámaras de
seguridad del Centro Comercial no fue
posible la identificación, aspecto que
fue corroborado por los ingenieros en
Sistemas de la Escuela Politécnica Na-
cional.
Días después fueron felicitados por el Sr.
Presidente en los medios televisivos por la
“eficiencia de la policía” en el caso Terra-
nova.
Los dos altos funcionarios de la Policía
violaron la Constitución:
Art. 3 numeral 8 que dice: Son deberes
primordiales del Estado: “Garantizar a sus
habitantes el derecho a una cultura de paz,
a la seguridad integral y a vivir en una so-
ciedad democrática y libre de corrupción,
Art. 66 Numeral 18.- “El derecho al
honor al buen nombre. La ley protegerá la
imagen y la voz de la persona.”.
Art. 76.- En todo proceso en el que se de-
terminen derechos y obligaciones de cual-
quier orden, se asegura el derecho al debido
proceso se incluirá las siguientes garantías
Vi la muerte en la Policía Judicial
61
básicas: numeral 2 “Se presumirá la inocen-
cia de toda persona, será tratada como tal,
mientras no se declare su responsabilidad
mediante resolución firme o sentencia eje-
cutoriada”.
Desde el momento en el que fue presen-
tado como delincuente mi hijo, hice el jura-
mento de luchar con más fuerza en contra de
la injusticia de la justicia, si era necesario
ofrendando mi vida, hasta dar a conocer al
mundo: su INOCENCIA, que la Policía
montó un gran show para METIRLE al pue-
blo ecuatoriano.
Los garantistas de la Ley
Para emitir su Dictamen acusatorio
como responsables del asalto, el Fiscal Na-
varrete toma como base:
a) Las “supuestas versiones” rendidas por
Miguel Alexander, Asdrúbal y Luis que
fueron abalizados por el mismo Fiscal el
31 de marzo del 2008, en el que firman
bajo tortura auto inculpándose, sin la pre-
sencia de sus Abogados defensores y sin
delegación fiscal el 28 de marzo del
2008.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
62
b) El informe de las supuestas investigacio-
nes realizadas y firmado por los “inves-
tigadores” del DIAD,
c) La Identificación de los Sospechosos por
parte de los testigos del DIAD (realizada
dolosamente el 7 de abril del 2008),
d) Las versiones totalmente contradictorias
de los guardias de seguridad en el que su-
puestamente identifican como el princi-
pal actor del asalto a Miguel Alexander.
Las características que dijeron de Mi-
guel Alexander en las versiones amplia-
das ante el Fiscal Navarrete el 1 de julio
del 2008:
Danilo Coronel.- (trabajador en una isla
de Fossil): “…que el sujeto medía 1,70
aproximadamente, es una persona acuer-
pada, estaba con buzo plomo y capuchas,
es colorado, llevaba un revólver…”.
Ángel Morales Boada: (Guardia de Se-
guridad) “…1,75 metros, era blanco, ca-
bello medio rojizo, estaba con pantalón
negro y saco negro grande, se encon-
traba con un fusil….”.
Silvia Verónica Pico Zambrano: (Guar-
dia de Seguridad) “… es de 1,75 aproxi-
madamente, vestía un pantalón negro y
Vi la muerte en la Policía Judicial
63
camisa beige, cabello color castaño, era
trigueño, le apuntó con una arma larga
de color negro….”.
e) El Fiscal emite su Dictamen con pleno co-
nocimiento de que no investigaron los
policías del GAO, sino del DIAD y fir-
maron el “informe investigativo”.
No considera que:
1) No hubo la Audiencia para la Formula-
ción de Cargos por el asalto a la joyería
Terranova
2) Los policías del DIAD actuaron sin dele-
gación fiscal el 27 y 28 de marzo,
3) En las investigaciones o diligencias rea-
lizadas, no estuvieron presentes los abo-
gados defensores,
4) El Certificado Médico Legal que deter-
mina que Miguel Alexander fue brutal-
mente golpeado,
5) Las versiones rendidas por las testigos que
le vieron a Miguel Alexander en Taba-
cundo el 16 de marzo del 2008, fecha en
el que se había dado el asalto a la joyería.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
64
6.- El parte firmado por el Policía Jorge
Muñoz Chiles en el que informa que el
Mayor Diego Erazo procedió a golpear-
les a los detenidos el 28 de marzo del
2008, etc.
Este Dictamen Fiscal recibe el Juzgado
Primero de lo Penal el 30 de julio del 2008.
De la misma forma el Juez Guillermo
Solís, el 1 de abril del 2008 actúa de manera
ágil, violando el Debido Proceso, la Consti-
tución y Leyes que rigen en el país, al emitir
la boleta de encarcelamiento por robo agra-
vado en contra de Miguel Alexander, Luis y
Asdrúbal como asaltantes de la Joyería Te-
rranova, sin haber procedido primero con la
Audiencia de Formulación de cargos por el
delito del asalto a la joyería Terranova.
El 30 de julio del 2008 asistimos, con
nuestro Abogado defensor, a conversar con
el Juez Solís. De manera exhaustiva y docu-
mentada le dimos a conocer las irregulari-
dades existentes en el Proceso, solicitándole
que actúe con total honestidad y transparen-
cia ya que el futuro de una persona inocente
estaba en sus manos, señalando que el día
en que se produjo el asalto a la joyería Mi-
Vi la muerte en la Policía Judicial
65
guel Alexander se encontraba en Tabacundo
en una reunión familiar.
El Juez Solís dijo que no nos preocupá- ramos, que actuará con forme lo establecen las leyes, que roguemos a Dios para que “le ilumine al momento de dar su veredicto”. Lamentablemente, el Juez al igual que el Fiscal Navarrete, sin observar las irregula- ridades procesales y jurídicas, el 15 de sep- tiembre del 2008 dicta el Auto de
llamamiento a juicio. Nuestro Abogado in- terpuso el Recurso de Apelación la misma que fue aceptada, pero los miembros del Se- gunda Sala Especializada de lo Penal de la
H. Corte de Justicia Superior de Justicia de Quito, desecharon la apelación presentada y confirmaron el llamamiento a Juicio.
Versiones de los policías
del “GAO” y “DIAD”
Los policías del GAO y el DIAD se pre- sentaron a rendir sus versiones en la Fisca- lía, Defensoría del Pueblo, Asuntos Internos de la Policía, Juzgado de la Policía, Comi- sión de la Verdad y en la Audiencia de Juz-
gamiento en el Tercer Tribunal Penal confirmando lo narrado en este documento.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
66
Citaré solo las declaraciones manifesta-
das en la Audiencia del Tribunal bajo jura-
mento por los policías del GAO:
a) El Mayor Diego Erazo, Jefe del GAO, el
Suboficial Oña, el Sargento Franklin
Córdova y el Sgto. Jorge Espinoza en
sus versiones dijeron: que las investiga-
ciones del caso Terranova hicieron los po-
licías del DIAD.
Complementando su versión el Suboficial
Oña que el 28 de marzo del 2008 a las
03h10 dice: “que los Sargentos Días y
Pinto, han llegado con el detenido Ca-
dena, estaba vendado los ojos y amarra-
das las manos con un cordón, le pidieron
se haga cargo del detenido, negándose a
lo solicitado”;
b) Los “investigadores” del DIAD policías:
Cap. Hitler Odín Martínez Lupera, Sbte.
Ana Erazo Bermeo, Sgto. Manuel Aníbal
Pinto, Sgto. Héctor Bolívar Días García,
Cabo Elmer Antonio Ordóñez Calero y
Policía Jorge Armando Muñoz Chiles de-
clararon que prestaban sus servicios en el
Departamento de Inteligencia Antidelin-
cuencial (DIAD), para las verificaciones
han salido con el detenido Cadena a So-
Vi la muerte en la Policía Judicial
67
landa y Carapungo sin el Abogado defen-
sor ni Fiscal”. Ana Erazo no participó en
las verificaciones de Carapungo.
Complementa su versión el policía Or-
doñez: “que los Sgtos. Días y Pinto les sa-
caron de los calabozos a los detenidos el 27
de marzo del 2008”.
El policía Pinto señala: “que actuaron
con la Delegación Fiscal del Dr. Santiago
Trujillo”;
El policía Ordoñez: “que luego de las
verificaciones ha llegado la Delegación del
Fiscal Navarrete y que los guardias de se-
guridad Silvia Pico, Wilmer Zambrano y
Ángel Morales han sido los testigos claves
para la investigación”.
El policía Muñoz: “que a la 11h45 del
28 de marzo del 2008 el Mayor Diego Erazo
ha entrado con un grupo de policías y les ha
golpeado a Miguel Alexander, Luis y Asdrú-
bal, después golpea con un bate, el que le
llaman el “Psicólogo” y realizan un careo
con otros tres detenidos, que no estuvo ni el
Fiscal y ni Abogados defensores”.
La Sbte. Ana Erazo dice: “que el 31 de
marzo le han entregado la Delegación Fis-
cal del Dr. Navarrete para las investigacio-
nes.”
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
68
El cap. Martínez: “que fue Jefe del
DIAD y coordinador del equipo de investi-
gaciones del caso Terranova y que han ini-
ciado las investigaciones sin delegación de
nadie.”
El policía Días: “que le han sacado a los
detenidos el 27 de marzo y les han egresado
el 28 de marzo a los calabozos de la PJ.”
Resoluciones de Instituciones
A.- El Dpto. de Asuntos Internos de la
Policía, terminada las investigacio-
nes a los policías del GAO y del
DIAD elaboraron el informe investi-
gativo Nº 20088-153-IGPN-DAI en
el que determinan presunciones de
responsabilidades que tienen cada
uno de los policías; sin embargo, el
proceso administrativo seguido en la
Policía Nacional por el Consejo de
Generales y de Clases en contra de
los policías y oficiales involucrados
no pasó nada, sucedió todo lo contra-
rio obtuvieron asensos de grado. Este
proceso lo llevó la Dra. Inés Quishpe,
funcionaria del Departamento de los
Derechos Humanos del Ministerio
Vi la muerte en la Policía Judicial
69
del Interior.
B.- En la Defensoría del Pueblo los doc-
tores Jaime Hernández y Hernán So-
lórzano una vez terminado el proceso
legal con el expediente CPP- Nº
36942-2008H, por existir elementos
y evidencias de actos de tortura y
violación al Debido Proceso, emitie-
ron la Resolución Nº 05-2009; en-
viando copias certificadas de la
Resolución al:
1.- Sr. Ministro de Gobierno y Policía para
que disponga el inicio inmediato del pro-
ceso administrativo para observar y san-
cionar conforme a su grado de
responsabilidad al Gral. Juan Francisco
Sosa Barreno, Cap. Hitler Marthínez;
Sbte. Ana Erazo, Sgtos. Manuel Pinto,
Elmer Ordóñez, Héctor Díaz, Jorge Es-
pinoza; y Cabo Jorge Muñoz Chiles.
2.- Al Doctor Washington Pesantez Muñoz,
Ministro Fiscal General de la Nación, a
fin de que disponga el inicio de la Inda-
gación Previa de conformidad a lo dis-
puesto en el Art. 215 del Código de
Procedimiento Penal, en contra de los po-
licías ya mencionados en el numeral 1,
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
70
por cuanto existe la presunción del come-
timiento del delito tipificado en el Art.
187 del Código Penal en concordancia
con el Art. 204 inc. 2do ibídem.
3.- Al Pleno del Consejo de la Judicatura de
conformidad al numeral 19 del Art. 264
del Código Orgánico de la Función Judi-
cial por la actuación de los tres miembros
de la Segunda Sala Especializada Penal
de la Corte Provincial de Justicia de Pi-
chincha
4.- A la Comisión de Administración de Re-
cursos Humanos del Consejo de la Judi-
catura conforme a lo previsto en el
numeral 7 del Art. 274 del Código Orgá-
nico de la Función Judicial haciendo co-
nocer la actuación del Dr. Guillermo
Solís Tacan, Juez Suplente del Juzgado
Primero de lo Penal de Pichincha.
5. A la Comisión de Administración de Re-
cursos Humanos del Consejo de la Judi-
catura y amparado en el numeral 7 del
Art. 274 del Código Orgánico de la Fun-
ción Judicial hacen conocer la actuación
del Dr. Patricio Navarrete Sotomayor
Agente Fiscal de Pichincha Delegado al
GAO, por el sinnúmero de violaciones al
Debido Proceso.
Vi la muerte en la Policía Judicial
71
Posteriormente la Defensoría del Pueblo
lo incluyó al Mayor Diego Erazo.
C.- El 2 de abril del 2009 el Tribunal Ter-
cero de lo Penal de Pichincha, una
vez terminada la Audiencia de Juzga-
miento emitió la SENTENCIA AB-
SOLUTORIA, demostrando la
INOCENCIA de Miguel Alexander
Cadena Polanco y los demás involu-
crados. Además solicitan al Sr. Fiscal
Distrital de Pichincha dé inicio a la
investigación por el presunto delito
de perjurio de la Sbte. Ana Erazo y la
investigación por las violaciones a
los derechos humanos y garantías
constitucionales por miembros poli-
ciales que hayan intervenido en las
investigaciones pertenecientes al
DIAD y al GAO por los delitos esta-
blecidos en los Arts. 187, 205 y 208
del Código Penal.
D.- La Comisión de la Verdad, una vez
presentada la denuncia, procedieron
a realizar una investigación profunda
llegando a la conclusión que en el
Caso Terranova existieron violacio-
nes a los derechos humanos, razón
ésta para incluirle en el Informe de
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
72
la Comisión de la Verdad con el
caso N° 116. Esperando al momento
se proceda con la judicialización
para determinar a los responsables de
la policía, fiscales y jueces que inter-
vinieron en los actos de tortura y do-
losamente en el proceso; hemos
esperado algunos años con desespe-
ración y angustia. Aspiremos a que
haya agilización por parte de la Fis-
calía de la Unidad de la Comisión de
la Verdad para que en este año se cris-
talice y se dé inicio al proceso para
que sean sancionados enérgicamente
todos los responsables actores de este
abominable hecho y no se vuelva a
repetir más en nuestro país.
E.-Por el delito de Tenencia Ilegal de
Armas a Miguel Alexander Cadena
Polanco, el Tribunal Segundo de lo
Penal de Pichincha en la Audiencia
de juzgamiento CONFIRMA su
INOCENCIA, el 6 de septiembre del
2011, ratificándose una vez, más que
nada tuvo que ver en los supuestos
delitos que fue involucrado.
El proceso jurídico establecido por tortu-
ras a los miembros de la Policía del GAO y
Vi la muerte en la Policía Judicial
73
el DIAD lamentablemente no dio sus frutos
esperados, a pesar de contar con todas las
evidencias y que parte de las mismas están
descritas en este documento. El fiscal José
Luis Jaramillo, en su dictamen, se abstiene
de acusar a los policías Diego Erazo, Ana
Erazo, Jorge Espinoza y Hitler Martínez, y
acusa a los policías Elmer Ordóñez, Manuel
Pinto. Dictamen que subió a consulta a la
Fiscalía Provincial y el Dr. Marco Freire ra-
tificó el dictamen mixto.
El 28 de enero del 2011, en el juicio Nº
17257-2009-0514 el Juez Marco Terán, Juez
Séptimo de Garantías Penales de Pichincha
dicta el Auto de Sobreseimiento Provisional
a los policías Diego Erazo, Ana Erazo, Jorge
Espinoza, Hitler Martínez, Manuel Pinto y
Héctor Díaz, dictando el auto de llama-
miento a juicio a los policías Elmer Ordóñez
y Jorge Muñoz.
Se procedió con la apelación solicitada
por nuestro Abogado, pero se complementó
la impunidad en su totalidad porque la Ter-
cera Sala de Garantías Penales de la Corte
Provincial de Justicia el 3 de junio del 2011
dictó el auto de Sobreseimiento de los Poli-
cías Elmer Ordoñez y Jorge Muñoz en el jui-
cio Nº 113-211 V.C; obteniendo todos los
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
74
policías del GAO y DIAD el Sobresei-
miento Provisional.
Con los pronunciamientos emitidos por
los diferentes garantistas de la ley nos per-
miten decir que en el Caso Terranova actua-
ron e investigaron POLICÍAS FANTASMAS.
Sin embargo nuestros Abogados llevaron la
causa N° 1753-11-EP a la Corte Constitu-
cional e INADMITE el trámite de Acción de
Protección el 17 de enero del 2012.
Justicia divina y terrenal
Al año ocho días de permanecer privado
de su libertad, y después de una larga, dura
y compleja lucha afrontada y enfrentada con
Mario Fernando a las estructuras de la Poli-
cía, Ministerio Público (fiscales) y Consejo
de la Judicatura (jueces), y con el apoyo de
la CEDHU, la Defensoría del Pueblo, la De-
fensoría Pública, la Dra. Gabriela Espinosa
funcionaria del Ministerio de Justicia y el
Ministerio del Interior, los Asambleístas Lic.
Jorge Escala y Dra. María Paula Romo, lo-
gramos demostrar su inocencia y alcanza-
mos la libertad de Miguel Alexander.
Vi la muerte en la Policía Judicial
75
Gracias a mi hermano Mario que fue el
gran puntal y fundamental soporte anímico,
psicológico y de apoyo permanente, me per-
mitió mantenerme siempre en pie de lucha
y con la moral siempre muy en alto.
No solo Miguel Alexander estuvo pri-
vado de su libertad, también la familia Ca-
dena Polanco permanecimos privados de
nuestra libertad NOVENTA Y SEIS días en
el recinto carcelario en el que pasamos los
días sábados y domingos, desde las 08H00
hasta las 17H00, acompañándole, dándonos
moral y fuerza hasta demostrar su inocencia.
Ahora que el Gobierno Nacional dictó la
Ley para la Reparación de Víctimas y la Ju-
dicialización de Graves Violaciones de De-
rechos Humanos y Delitos de Lesa
Humanidad, y al estar considerado el caso
Terranova con el N° 116 en el Informe de
los casos investigados por la Comisión de la
Verdad, tenemos la oportunidad de creer en
la justicia ecuatoriana y continuar en la
lucha contra la “injusticia de la justicia” a
fin de que nuestro caso no quede en la im-
punidad y sentar un precedente en el país
para que no vuelva a repetirse estos hechos
que denigran la institucionalidad policial y
al Consejo de la Judicatura.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
76
Esperamos que pronto se judicialice este
caso y se sanciones a los autores, cómplices
y encubridores, no solo de los miembros po-
liciales sino también a los representantes del
Consejo de la Judicatura (Fiscales y Jueces);
además vamos a acogernos a la reparación
integral material e inmaterial que establece
la Ley de Víctimas, de manera especial, que
en una rueda de prensa el Sr. Presidente de
la República, el Sr. Comandante General de
la Policía y el Sr. Director Nacional de la Po-
licía Judicial, pidan las Disculpas Públicas
a Miguel Alexander y toda la familia.
Ciudadanos del país no tengan temor, no
duden en denunciar las vulneraciones de los
derechos humanos del que fueran objeto.
Existen instituciones y colectivos que lu-
chan por la defensa de los derechos huma-
nos que no dudan en ayudar y apoyar las
gestiones necesarias para que sean sancio-
nados los responsables. Recuerden el viejo
adagio: “Dios tarda pero no olvida”
Además cuentan con la Defensoría Pú-
blica que apoya con sus abogados para la de-
fensa de sus intereses de orden legal, de esta
manera evitar la participación corrupta de un
sinnúmero de abogados que están a la caza
para explotar y saquear los bolsillos de los
Vi la muerte en la Policía Judicial
77
pobres y desesperados ciudadanos que están
en dificultades jurídicas. Respeto a los hones-
tos profesionales del Derecho, que si los hay.
No más corrupción e impunidad
en el Ecuador
Anécdotas que se tejieron
en torno al caso
FUERA DEL CDP
Para trasladarnos con mi esposa y mi cu-
ñada al Centro de Detención Provisional
(CDP), ubicado en el ex–Penal García Mo-
reno, saliamos a las tres de la mañana de la
ciudad de Tabacundo con destino a la ciudad
de Quito. Al llegar al CDP teníamos que
hacer columna con la finalidad de coger los
turnos respectivos y poder ingresar lo más
temprano posible. Las primeras madrugadas
enfrentamos varias dificultades al observar
y tratar con personas de diferentes estratos
sociales, de distintas provincias y países, de
un sin número de problemas en el que esta-
ban involucrados los familiares: asaltos,
robos, traficantes de droga, violaciones, se-
cuestros, etc.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
78
Poco a poco fuimos adaptándonos a la re-
alidad y ser parte de este mundo increíble en
el que convivimos. Las personas que dor-
mían en las aceras frente al CDP o madru-
gaban les hacían ingresar a sus “amistades”
que llegaban pasadas las 06h00; situación
que incomodaba a las personas que también
estaban muy temprano y protestaban. Las
respuestas eran inmediatas con epítetos fuer-
tes o trataban de hacer problema para de-
mostrar que eran intocables y más fuertes.
Llegábamos a las 4 de la mañana al CDP
y aparentemente estábamos en los primeros
lugares pero al pasar las horas nos iban ubi-
cando cada vez más atrás. Poco a poco nos
fuimos identificando con las diferentes fa-
milias que llegábamos de madrugada y con-
versábamos sobre los problemas que
veníamos enfrenando cada familia; me iden-
tifiqué como profesor y les comenté sobre
mi hijo que había sido torturado por los
miembros del DIAD y el GAO y las vicisi-
tudes que estábamos pasando.
Conforme transcurría el tiempo el res-
peto se iba fortaleciendo entre todos a tal
punto que me solicitaban que les organice
hasta que los miembros de la Policía Nacio-
nal nos escribieran el número del turno en la
muñeca.
Vi la muerte en la Policía Judicial
79
Tuve que dialogar con los miembros de
la policía, que resguardaban el recinto car-
celario, para que me permitan ayudarles y
haya una mejor organización, a la vez, pro-
cedieran a dar los turnos conforme íbamos
llegando, aceptaron mi pedido. Había oca-
siones que los mismos miembros de la poli-
cía solicitaban mi colaboración.
Las 4 horas que esperábamos en la calle
hasta que nos permitan ingresar, teníamos
que soportar el frío intenso de la madrugada
o la lluvia; los minutos pasaban muy lenta-
mente, y para entretenernos de alguna ma-
nera, nos poníamos a conversar los
problemas que teníamos en cada caso, y na-
rrábamos nuestras situaciones con tristeza y
desanimo.
Un ejemplo patético era que los afecta-
dos habían cambiado de abogado porque de-
cían que eran unos ladrones, cogen el dinero
y no hacen nada. Esta triste y amarga reali-
dad que comentaban, me hizo pensar y
comparar la cruda realidad que pasaba, dán-
doles en parte razón, porque era verdad lo
que comentaban.
Así mismo, los comentarios se relaciona-
ban a los problemas duros que cada vez ex-
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
80
perimentábamos al ver la falta de transpa-
rencia, probidad y honestidad de los fiscales
y los jueces que llevaban los casos.
Con el Presidente
de la República
Cierto día, en la institución educativa
donde laboraba por la mañana, un compa-
ñero profesor solicitó a un padre de familia
que trabajaba en la Presidencia de la Repú-
blica le ayude a conseguir una fecha para
que los estudiantes visiten y conozcan la
Casa Presidencial. Días después, me in-
formó que tenemos la autorización y debe-
mos asistir con los niños de los dos grados
a visitar las instalaciones de la Presidencia.
Por la situación que estaba atravesando, no
tenía ninguna intención de salir con los es-
tudiantes a realizar actividades extracurricu-
lares, circunstancia que me incomodó
muchísimo.
Pasaron los días y el momento llegó. En
el trayecto, se me vino la idea: ¡si le encuen-
tro al Sr. Presidente!, sería formidable para
poder denunciarlo personalmente los pro-
blemas que estaba atravesando.
Vi la muerte en la Policía Judicial
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A las 11h00, nos hicieron ingresar; los
niños tomaban fotos de todo lo que obser-
vaban; aproximadamente a las 12h00, el
momento en el que llamaba a los niños para
salir, observo la silueta de una persona que
apareció por el fondo del pasillo y caminaba
con dirección a nosotros; cuando estuvo a
pocos metros me di cuenta que se trataba de
la persona con la que deseaba denunciar mi
problema. Muy amable y cortésmente se
acercó y saludamos, les quedó mirando a los
niños muy sonreído; me dirigí a los estu-
diantes por dos ocasiones:
-¡niños! miren, ¡es el Sr. Presidente de la
República!, no les llamó la atención mis re-
querimientos. Pero cuando les dije: ¡Niños,
es el Economista Rafael Correa!,
Inmediatamente los niños dejaron de re-
alizar sus actividades y desesperaditos se
empujaban para abrazarle al Sr. Presidente,
respondiéndoles con una sonrisa y palma-
das en las cabecitas, a los niños les saludó.
Mientras se presentaba estas escenas, mi
desesperación se acrecentaba porque no se
daba el momento oportuno para cumplir con
mi objetivo. El Sr. presidente se despide de
los niños y me dice: ¡Gusto de conocerle
maestro!, le conteste: ¡Igual Sr. presidente!.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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Pasarían segundos y le solicité que me
permitiera dos minutos, manifestándome
que le disculpe porque estaba atrasado a la
sesión de Gabinete; insistí y le seguí, ingre-
sando al Salón Amarillo donde le dije: ¡Sr.
Presidente, mi hijo fue torturado y le trans-
formaron en asaltante de la joyería del cen-
tro comercial el Bosque!; le llamó mucho la
atención de lo que le manifesté e inmedia-
tamente se preocupó y solicitó la presencia
de un asesor, y le dijo: ¡Por favor, escúchelo
al maestro y me comunica inmediatamente!,
¡Maestro, hable con mi asesor! ¡Vaya tran-
quilo!,
¡Gracias Sr. Presidente!.
Al siguiente día, al Asesor del Sr. Presi-
dente de la República, le di a conocer todos
los hechos suscitados, partiendo de las tor-
turas hasta las violaciones a la Constitución,
al Código de Procedimiento Penal, al Có-
digo Penal, a los Derechos Humanos come-
tidos por parte de los garantistas de la
aplicación de la ley y de quienes debían
brindarnos seguridad ciudadana; además, le
dejé un anillado con todos los documentos
que demostraban fehacientemente lo aseve-
rado. Manifestó que va a analizar, le dará a
conocer al Sr. Presidente y me llamará tele-
fónicamente.
Vi la muerte en la Policía Judicial
83
Consecuencias ingratas
Esta lamentable realidad que se nos pre-
sentó en el normal desenvolvimiento de la
vida familiar dejó muchas secuelas psicoló-
gicas, sociales, económicas, fundamental-
mente en Miguel Alexander, quien no pudo
conseguir una institución donde pueda labo-
rar debido a que en su Record Policial
consta con antecedentes penales, a pesar de
que los dos tribunales penales dictaron la
sentencia absolutoria y su estado de inocen-
cia; procesos legales que fue involucrado
gratuitamente por ciertos miembros de la
Policía y que fue demostrado totalmente su
inocencia, y nada tuvo que ver en el asalto
y la tenencia de armas.
Miguel Alexander se encuentra afectado
psicológicamente por las criminales e in-
mundas torturas que le propinaron durante
los dos días y las vicisitudes que tuvo que
pasar por más de un año que le mantuvieron
privado de su libertad; el informe psicoló-
gico firmado por el Dr. Juan Carlos Bolaños,
a pedido de la Defensoría del Pueblo con
oficio 01070 CPP-N°.36942-2008-HSG, en
la Apreciación Diagnóstica refiere que Mi-
guel Alexander tiene “Trastorno de estrés
post-traumático”.
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
84
Para enfrentar los procesos judiciales: en
la defensa y demostración de la inocencia de
Miguel Alexander de los dos delitos que le
acusaban, el proceso que les seguí a los po-
licías involucrados por los actos de tortura,
gastos para las visitas durante el tiempo que
estuvo privado de su libertad, gastos que ge-
neran las diferente diligencias judiciales,
etc. etc., nos demandó ingentes gastos por
lo que tuve que pedir prestado dinero para
poder afrontarlos. Para pagar las deudas y
continuar luchando inquebrantablemente
para que los autores, cómplices y encubri-
dores en este hecho sean juzgados enérgica-
mente, tuve que vender la casa que teníamos
en el sector sur de la ciudad de Quito.
Desde el inicio de esta crisis familiar
hemos venido recibiendo muestras de
afecto, respaldo, solidaridad y ánimos mo-
rales por parte de la ciudadanía para que
continuemos en este duro transitar del des-
tino; pero en el camino se presentó un hecho
aislado, fui obligado verbalmente a renun-
ciar en la Institución que laboraba en la ma-
ñana por parte de la Jefa de Recursos
Humanos el 9 de febrero del 2009; en la
parte pertinente del oficio de renuncia dice:
“Considerando el pedido verbal de la Ing.…
……, Jefa de Recursos Humanos de la Uni-
dad Educativa que usted dirige, de que es-
Vi la muerte en la Policía Judicial
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coja: la situación delicada en la que estoy
atravesando con mi señor hijo ( que fue tor-
turado brutalmente por malos elementos de
la policía hasta que firme un documento
preparado por los “investigadores” auto in-
culpándose de algo que no cometió……) y
el prestigio de la institución, me veo obli-
gado a tomar la inesperada y obligada de-
cisión de renunciar a las labores de docente
de la Unidad “Rincón del Saber”.
Para efectivizar esta decisión [….]. […]
me place de manera especial haber sido uno
de los maestros que trabajó con abnegación,
responsabilidad y mística profesional para
alcanzar el bien ganado prestigio institucio-
nal; porque el prestigio se logra con el ver-
dadero maestro de la educación y no por los
problemas familiares personales. “.
El Sr. Vicerrector, compañeros maestros
y padres de familia demostraron su malestar
al enterarse de esta situación, se solidariza-
ron y me pidieron que no renuncie porque
es totalmente ilógico, que no tiene ni pies ni
cabeza lo que están haciendo conmigo. Sin
pensar dos veces renuncié, porque primero
estaba mi hijo, él me necesitaba más que el
trabajo poco remunerado y nada reconocido.
El disponer de toda la mañana me ayudó
muchísimo porque me permitió dedicarme
con tranquilidad a realizar las diligencias y
Miguel Cadena Tapia / M. Alexander Cadena Polanco
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gestiones necesarias en la fiscalía, el juz-
gado y en todas las instituciones donde de-
jamos los oficios denunciando el caso y
procedan a dar el trámite respectivo. Con
Mario hicimos el seguimiento respectivo y
después de vencer dificultades lográbamos
conseguir importantes apoyos solicitados,
de esta manera comenzamos a divisar una
pequeña luz al final del túnel; después de
vencer a grandes y consolidadas institucio-
nes a las que representaban sus paupérrimos
funcionarios, gritamos al mundo que mi hijo
SIEMPRE FUE INOCENTE, la policía
mintió al pueblo ecuatoriano y engañó al Sr.
Presidente de la República.
Es importante tomar en cuenta que, para
vencer cualesquier obstáculo que se presen-
tara en la vida, trabajemos siempre con la
verdad y la constancia; no dejarse vencer por
las adversidades y ser perseverantes en la
lucha hasta lograr los objetivos propuestos.
TARDE O TEMPRANO LA VERDAD
Y LA JUSTICIA VENCERÁ.
¡NO MÁS VULNERACIÓN
A LOS DERECHOS HUMANOS
EN NUESTRO QUERIDO ECUADOR!
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