VIAJE A ITALIA CON CICERÓN - iessandoval.net leeme/leeme06/5.pdf · Hércules y Portuno, el teatro...

9
45 Léeme 6 IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08 U n viaje a Italia es, cierta- mente, un buen premio para un profesor de latín. Aún mejor para un alum- no de latín. Y si el motivo del premio es un certamen de tra- ducción de textos de Cicerón, entonces la satisfacción es máxima para ambos. Con esta sensación emprendimos, Álvaro y yo, nuestro viaje. Álvaro había ganado la fase regional del Certamen Ciceronianum cele- brada en Valladolid, en la que competían alumnos de 2º de Bachiller del distrito universita- rio. El viaje tuvo dos partes claramente diferenciadas: La primera consistió en una estan- cia de dos días y medio (días 8, 9 y la mitad del 10 de mayo) en Roma para visitar la ciudad. Esto es lo que propiamente podría considerar- se "premio" pues no tenía otra fina- lidad que la recreativa o turística. La segunda parte de nuestro viaje tenía como eje central la participa- ción en la fase final de la XXVII edi- ción del Certamen Ciceronianum, que organiza el municipio de Arpino, villa natal de Cicerón. Este Certamen es un concurso de tra- ducción y comentario de textos de Cicerón entre alumnos del último curso de bachillerato de cualquier país. Era ésta, pues, la parte de tra- bajo, sobre todo para los alumnos, pues la tarea de los profesores- entrenadores, a esas alturas, era ya sólo de acompañamiento y apoyo. Salimos de Aranda a las 3 horas de la madrugada del 8 de mayo. Nos llevaron al aeropuerto de Barajas los padres de Álvaro, a los que tengo que agradecer que con este madrugón nos evitaran tener que hacer escala en Madrid a la ida y también que nos recogieran en Barajas a la vuelta. Teníamos que facturar el equipaje a las 5 para salir a las 7. VIAJE A ITALIA CON CICERÓN por José Santos Fernández José Santos Fernández, profesor del Departamento de Latín.

Transcript of VIAJE A ITALIA CON CICERÓN - iessandoval.net leeme/leeme06/5.pdf · Hércules y Portuno, el teatro...

45Léeme 6IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08

Un viaje a Italia es, cierta-mente, un buen premiopara un profesor de

latín. Aún mejor para un alum-no de latín. Y si el motivo delpremio es un certamen de tra-ducción de textos de Cicerón,entonces la satisfacción esmáxima para ambos. Con estasensación emprendimos, Álvaroy yo, nuestro viaje. Álvaro habíaganado la fase regional delCertamen Ciceronianum cele-brada en Valladolid, en la quecompetían alumnos de 2º deBachiller del distrito universita-rio.

El viaje tuvo dos partes claramentediferenciadas:

La primera consistió en una estan-cia de dos días y medio (días 8, 9 yla mitad del 10 de mayo) en Romapara visitar la ciudad. Esto es loque propiamente podría considerar-se "premio" pues no tenía otra fina-lidad que la recreativa o turística.

La segunda parte de nuestro viajetenía como eje central la participa-ción en la fase final de la XXVII edi-

ción del Certamen Ciceronianum,que organiza el municipio deArpino, villa natal de Cicerón. EsteCertamen es un concurso de tra-ducción y comentario de textos deCicerón entre alumnos del últimocurso de bachillerato de cualquierpaís. Era ésta, pues, la parte de tra-bajo, sobre todo para los alumnos,pues la tarea de los profesores-entrenadores, a esas alturas, eraya sólo de acompañamiento y

apoyo.

Salimos de Aranda a las 3 horasde la madrugada del 8 de mayo.Nos llevaron al aeropuerto deBarajas los padres de Álvaro, a losque tengo que agradecer que coneste madrugón nos evitaran tenerque hacer escala en Madrid a laida y también que nos recogieranen Barajas a la vuelta. Teníamosque facturar el equipaje a las 5para salir a las 7.

VIAJE A ITALIA CON CICERÓN

por José Santos Fernández

José Santos Fernández, profesor delDepartamento de Latín.

46 IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08Léeme 6

En el aeropuerto nos juntamos conlos otros componentes de la expe-dición de Castilla y León: dos chi-cos de Palencia y una chica, gana-dora en el distrito universitario deSalamanca, (con sus respectivosprofesores). Con ellos hicimos todoel viaje, en alegre camaradería.

Despegó el avión hacia las ocho,con una hora de retraso, puescuando estábamos ya enfilando lapista de despegue, del avión quevenía detrás avisaron al comandan-te que teníamos pegado a unarueda un plástico (rosa para másseñas). Tuvimos que volver a losboxes para que los técnicos ruedascumplieran su cometido y ésa fuela causa del retraso.

La temperatura en Roma era casiveraniega, cosa que nos sorprendióporque de la información meteoro-lógica no se deducía tanto.

Nos recogieron en una furgonetade la agencia y nos llevaron alhotel, mejor dicho a las proximida-des del hotel, pues los últimos 100metros tuvimos que hacerlos a pieporque había huelga de taxis ymanifestación precisamente por lacalle de nuestro hotel. El hotel eraestupendo y la calle bastante cén-trica, cerca de la estación Termini.Nos alojaron en habitaciones tri-ples y una doble.

Y ya, después de instalarnos yrefrescarnos, nos lanzamos, como

buenos turistas, al circuito: SanJuan de Letrán, termas deCaracalla, circo Máximo, la boca dela Veritá, donde algunos (sus razo-nes tendrían) rehusaron meter lamano..., los templos más antiguos:Hércules y Portuno, el teatroMarcelo. Subimos por la rampaescalonada de Miguel Ángel hastala plaza del Campidoglio, en cuyocentro hay una copia de la estatuaecuestre de Marco Aurelio, copiaque quedó como una sombra cuan-do vimos la estatua original en losmuseos Capitolinos que están enesa misma plaza. Quizás fue lo quemás nos gustó de ellos: está insta-lada en un espacio nuevo con luznatural, junto con la loba Capitolinay un Hércules imponente de bron-ce. También impresionan los restosde la estatua colosal deConstantino, en uno de los patios.Por lo demás, una infinita sucesiónde estatuas, bustos, inscripciones,tapices, cuadros...

Bajando hacia el Foro entramos enla cárcel Mamertina. Es uno de lossitios en Roma donde se sienteparticularmente el escalofrío de lahistoria. Allí murieron ejecutadospersonajes que hemos conocido enlas clases o en las lecturas:Yugurta, los cómplices de Catilina,Vercingétorix, el caudillo galo; allíestuvieron presos san Pedro y sanPablo...

Sentimientos parecidos experimen-

tamos al recorrer el foro: los arcos,los templos... Al visitar la curia(lugar de reunión del senado) y losrostra (tribuna para los discursos alpueblo) no podemos evitar imagi-nar a Cicerón pronunciando enesos mismos lugares los discursosque hemos traducido.

Finalizado el recorrido por el foro,cansados, nos fuimos al hotel y,después de asearnos y descansarun poco, cenamos en una trattoriacercana y después nos retiramos.Álvaro se queja de un fuerte dolorde cabeza.

Segunda jornada: madrugamospara llegar con tiempo a los muse-os vaticanos. Aún así nos toca unacola de unos veinte minutos. Unavez dentro, los diferentes ritmos ypreferencias nos separan y nos reú-nen en diferentes salas y momen-tos. Álvaro y yo nos entretenemosbastante con las inscripciones: lasantiguas, como la de EscipiónBarbado, que se estudia en los

47Léeme 6IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08

libros de historia de la lengua latinay en la que además de reseñar susconquistas se hace una referenciaa su forma es decir a su belleza, asu apostura, en un rasgo que másparecería griego; y las modernas,es decir, del Renacimiento paraacá, que abundan en cuadros, tapi-ces, lápidas...

Admiramos también, por supuesto,las famosas obras escultóricas: elLaocoonte, el Perseo...; los bustosde emperadores y otros persona-jes, las salas etruscas con susenterramientos; las estancias deRafael y, rematando todo, la capillaSixtina.

No pasamos por alto la bellezamagnífica de las instalaciones: lospatios, las galerías, los ventanales,la disposición de las piezas...

Todo esto lo vivió Álvaro con el per-sistente dolor de cabeza, que final-mente nos obligó a abandonar lavisita y por la tarde, previa conver-sación con sus angustiados padres,acudir al servicio de urgencias.

Fue nuestro particular descensusad inferos. Estuvimos desde las 6de la tarde hasta las 10 de lanoche, pues calificaron la urgenciacomo leve. Y sí, en comparacióncon los ayes lastimeros que salíande algunas camillas por dondepasamos, lo nuestro (lo suyo) eraleve. Bromeábamos recordando lasolución que Hefesto, el dios arte-sano, dio a una divina jaqueca de

Zeus: abrirle la cabeza con elhacha bifaz (de allí salió la diosaAtenea, adulta y vestida con todassus armas). Afortunadamente lamedicina italiana sólo cuenta conmedios humanos. Nos atendió unadoctora joven que había hecho elErasmus en Murcia, así que no tuvi-mos problema de idioma; cuandole dijimos que estábamos en Italiapara un concurso de traducción deCicerón, lo tuvo claro: "Es el latín,que se le ha metido en la cabeza".Allí mismo le hicieron un escáner,le pusieron una inyección y le deja-ron como nuevo. Todo sin másrequisito que el carné de identidad.Salimos encantados.

Tercera jornada. Álvaro ya estárecuperado y tenemos que aprove-char la mañana que nos queda enRoma para ver lo esencial de lomucho que nos falta por ver. Es undía magnífico y elegimos ir enmetro hasta las proximidades de lafontana de Trevi y desde allí seguira pie. Después del recorrido porvarias calles, impacta ver esaexplosión artística de la naturalezaen medio del tejido urbano conven-cional: el agua, las rocas, el diosNeptuno, los tritones, todo ilumina-do por un sol espléndido... No seequivocan los turistas que llenancontinuamente esa plaza. (La ver-dad es que hay muchos turistas portodas partes; se nota poco queestemos en temporada baja.)

Continuamos callejeando hasta elPanteón, otro hito de nuestro viajeque no nos decepciona ni a Álvaro,que lo visitaba por primera vez, ni amí, que ya lo conocía. Según lee-mos en la guía, éste fue el primercaso de templo pagano convertidoen iglesia, en el siglo VII, y eso losalvó de la ruina que sufrieronotros muchos, aunque no delsaqueo de elementos ornamenta-les como el bronce que usó Berninipara el baldaquino de la basílica deSan Pedro.

A esta basílica nos dirigimos a con-

48 IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08Léeme 6

tinuación en un largo paseo.Después de pasar el control depolicía (novedad en este viaje),entramos. Quedamos admirados (yabrumados) por las dimensiones,las calidades, las cantidades. Nopudimos estar mucho tiempo puesteníamos que coger el tren paraFrosinone. (Frosinone es la capitalde la provincia donde se encuentraArpino).

Desde ahora nuestro viaje se apar-ta de los circuitos usuales de turis-tas. Ya el hecho de viajar en trenmarca una diferencia. Otros paisa-jes (la campiña latina, dondevemos lo que parecen restos deantiguos acueductos, los pueblos,las iglesias; más tarde, la zonamontañosa de los antiguos volscosde la que forma parte Arpino), otragente... En el tren tomamos contac-to con otros jóvenes latinistas quese dirigen, como nosotros, a Arpino.Nos entendemos en italiano, inglése incluso, en algún caso, recurri-mos al latín.

Para el viajero que llega por tren elaspecto que ofrece Frosinone es untanto destartalado, como de zonaindustrial que conoció tiemposmejores. Claro que ya caía la tardey en la misma estación montamosen unos autobuses que sin demoranos llevaron a Fiuggi a unos 30 km.

Pero esa distancia, por razonesque entonces no comprendíamos,no nos acercaba a Arpino sino todolo contrario. Parece ser que elcomune (el municipio) de Arpino,en parte porque no tiene infraes-tructura para albergar a las 774personas (573 alumnos y 201 pro-fesores, a los que habría que aña-dir invitados y otro personal) y enparte para implicar a la comarca enel evento, las reparte entre laspoblaciones con mejores instalacio-nes. Fiuggi, que es una estacióntermal, reúne las mejores condicio-nes. Así que todos los días debía-mos recorrer unos 60 km para lle-gar a Arpino para las actividades ypor la noche otros tantos de vuelta

para cenar y dormir.

En el autobús conocimos a losotros españoles participantes: treschicas (una de Castellón, ganadoranacional, otra de Barcelona y otrade Collado Villalba) con sus profe-sores. La integración del grupo fueinstantánea tanto entre los alum-nos como entre los profesores.Mariló, la profesora de Castellón,había estado el año anterior y suexperiencia nos fue muy útil a losdemás, que éramos novatos.

Nos instalamos en el hotel, cena-mos y, después de tomar un caféen una de las terrazas de la plaza,nos recogimos pronto para estarfrescos el día siguiente. Parece quealguno de los chicos aún se quedórepasando hasta tarde.

Llegó el gran día. Madrugamos,pues, como he dicho, estamos a60 km de Arpino, 60 km que engran parte transcurren por un pai-saje muy accidentado. Estamos enlas estribaciones del ApenninoAbruzzense. En el desayuno lamantequilla (burro) que servían sellamaba Virgilio, tal vez en homena-je al gran poeta latino, así que elenvoltorio rezaba: VIRGILIO BURROITALIANO. Pueden imaginarse el jol-gorio de los latinistas.

Llegados a Arpino, los chicos sefueron a hacer el examen y ya novolvimos a verles hasta por latarde. Los profes nos sentamos enuna terraza en la plaza mayor, a la

49Léeme 6IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08

vista del Liceo Tuliano donde secelebraba la prueba y en cuyafachada están los bustos de lospersonajes que nacieron en el pue-blo: Cicerón en el centro y a loslados Mario, general y político,siete veces cónsul, y Agripa, manoderecha de Augusto (cuyo nombrese lee en el friso del Panteón enRoma). Oriundos de este puebloson también el pintor GiuseppeCesari, del siglo XVII, conocido pre-cisamente como el Caballero deArpino, y en nuestros días EnnioMorricone, compositor de músicade películas, Óscar honorífico en2006. Mucha gente importantepara un pueblo tan pequeño: en laactualidad no llega a 8.000 habi-tantes.

Dimos un paseo por el pueblo yasistimos a un acto académicosobre una poetisa sueca y a lainauguración de una placa con unpoema de otro poeta húngaro, conprofusión de discursos de autorida-des y profesores. Nos llamó la aten-ción la calidad de presentación delos discursos. Parece que seesfuerzan en no desmerecer de supaisano Cicerón, "príncipe de losoradores romanos". "Debe ser quelo da el agua de la zona" decía uncolega.

En la comida, solos los profesores,

nuestros colegas italianos, alema-nes, croatas nos dejaron melancóli-cos con sus bachilleratos de 5, 6 yhasta 8 cursos y otros tantos, máso menos, de latín. Nuestros raquíti-cos dos cursos eran mirados concierta conmiseración.

De vuelta a Arpino nos reunimoscon los chicos en la acrópolis demurallas cuasiciclópeas, otra gransorpresa de Arpino. (Este pueblotiene de todo). Nos contaron el exa-men y sus impresiones: todos esta-ban contentos de lo que habíanhecho, pero mantenían una pru-dente reserva sobre los resultados,pues, lo mismo que nosotros, ha-bían tenido ocasión de conversar

con sus compañeros de otros paí-ses y sabían cómo se las gastanallí en estudios latinos.

Pasamos la tarde en aquel parajeidílico charlando, tumbados o sen-tados en la hierba, dentro del recin-to amurallado que en algunas par-tes se abría a un excelente panora-ma de los montes y valles y de lapropia villa de Arpino.

Por la noche, después de cenar,hubo sesión de baile en la discote-ca de un hotel cercano, llamadaprecisamente "Carpe diem".Terminado el trabajo, los chicosquisieron "apurar el día" con unpoco de relax. A la una todos encasa.

Para el día siguiente, mientras elequipo calificador evaluaba laingente cantidad de exámenes, laorganización tenía prevista una jor-nada de turismo por la región: asípor la mañana visitamos un parajejunto al río Liri que anuncian como"los restos de la casa natal deCicerón", que consisten en unaplaca en el muro de la abadíarománica de santo Domingo Abad,edificada al parecer sobre las rui-nas de aquella. La iglesia es intere-sante, pero hay que hacer un granesfuerzo para relacionar aquellocon Cicerón... No importa: los afi-cionados a las cosas antiguas esta-mos muy acostumbrados a esosesfuerzos.

Hicimos también otra corta visita a

50 IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08Léeme 6

la abadía cisterciense de Casamari.Si la de santo Domingo tenía rela-ción con Cicerón, ésta lleva en sunombre el recuerdo de Mario, pueshabía allí un municipio con esenombre en época romana. Se haconservado muy bien a pesar delos avatares históricos, entre ellosel saqueo por los soldados deNapoleón.

Estas abadías están a pocos kiló-metros de Arpino, adonde fuimos acontinuación.

La visita oficial a Arpino fue untanto decepcionante tanto por laelección de los lugares como por laprecariedad de las explicaciones.En la patria de Cicerón no parecelógico pretender que un grupo delatinistas se entusiasme en unmuseo de tecnología textil o delutería (confección de instrumentosde cuerda), muy meritorios por cier-to. Vimos de pasada algunas pintu-ras del citado Caballero de Arpinoen la iglesia y en la plaza un trozodel pavimento romano, que sería lapasarela por la que al día siguientelos ganadores del concurso acce-derían a recoger su premio.

Por la tarde, después de comer enun restaurante del contorno lainevitable (y sabrosa) pasta, nos lle-varon a la abadía de Montecassino,famosa por varias razones: por suantigüedad pues fue fundada en elsiglo VI por san Benito, principal

impulsor del monaquismo enOccidente, que está enterrado allíasí como su hermana santaEscolástica; por ser el lugar de for-mación de santo Tomás de Aquino,máximo representante de la filoso-fía escolástica (con minúscula) queaplicó el sistema de Aristóteles a ladoctrina cristiana; por la riqueza desus fondos documentales y porhaber sido destruida por la artille-ría aliada en la 2ª guerra mundial,en la creencia de que había sidoconvertida en fortín por los alema-nes.

Este siniestro es el último de unaserie, pues ya antes había sido des-

truida por los lombardos (577), porlos sarracenos (883), por un terre-moto (1349) y saqueada (1799)por los soldados de Napoleón. (¿Ossuena)

Al ver el lugar se comprende eltemor de los aliados, pues se tratade una montaña elevada casi envertical sobre la ciudad de Cassino,que se ve desde lo alto como unamaqueta, y sobre el contorno.

A unos dos kilómetros de la abadíahay un cementerio de soldadospolacos muertos en aquella batalla.Los polacos de nuestra expediciónse bajaron fervorosos a rendirhomenaje a sus muertos.

La abadía fue reconstruida por elGobierno italiano y hay que decirque impresiona más el sitio y susresonancias históricas que el edifi-cio en sí. Cierto es que no tuvimosocasión de visitar el interior puesllegamos justo para el acto progra-mado. Tuvimos que contentarnoscon la visión desde lo alto y conuna fugaz escapada a la iglesia.

El acto se desarrolló en un grade-río al aire libre (y al sol de mayo ita-liano) y consistía en discursos delabad (en un buen latín) y del direc-tor del Liceo Tuliano, que saludarona los asistentes y ensalzaron laobra de Cicerón y del latín en gene-

51Léeme 6IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08

ral en la formación de Europa. Acontinuación hubo un pequeñoconcierto a cargo de un coro decámara.

De vuelta a Arpino, nos dieron unpicnic que incluía, además de losconsabidos sandwiches, un platotípico a base de alubias (fagioli),sabrosas aunque un poco secaspara comer de pie. Hubo despuésun festival en el que actuaron gru-pos folclóricos de Hungría y de laCiocciara, que es la comarca deArpino. No estuvimos demasiadotiempo, pues debíamos recorrer los60 km de vuelta al hotel y hacerlas maletas.

Al día siguiente, al alba, dejába-mos definitivamente el hotel. Habíaen el ambiente, además de sueño,cierta pena y, cómo no, la curiosi-dad por los resultados del concur-so.

En la plaza de Arpino comenzaronlos discursos: el alcalde, el director,el obispo, autoridades provinciales,regionales etc. Todos, como yahemos comentado, muy bien"dichos", todos defendiendo el latíncomo fuente de cultura y lazo deunión europeo, pero un tanto exce-sivos para los que, protegiéndonosdel sol como podíamos, esperába-mos sobre todo los nombres de losganadores.

Cuando hasta el último de loscomponentes de la mesa presiden-cial hubo desfilado por el micrófono

para desgranar su discurso, llegó elgran momento. Empezaron por losúltimos premios, cinco menciones:dos alemanes, un italiano, un hún-garo, un belga. Y siguieron con losdiez premios. Cuando quedabansólo siete u ocho, decía, socarrón,el palentino Unai: "Vamos bien, nonos hemos gastado en los premiospequeños." Por desgracia seguimos"yendo bien" hasta el final, hastaque ya no quedaron premios.

Los diez ganadores fueron italia-nos, excepto el segundo y el sexto,que eran alemanes.

Y ya, de golpe, cambió nuestropunto de atención y se centró en elviaje de vuelta, que estaba calcula-do al minuto, como una carrera derelevos, sin margen de error: era launa y a las tres teníamos que fac-

turar el equipaje para coger elavión de las cinco en Roma, a másde 100 km. Afortunadamente todose desarrolló sin sobresaltos, comouna máquina bien engrasada:Arpino-Roma, en autobús; Roma-aeropuerto, en el microbús de laagencia; avión Roma-Madrid; y enMadrid, ya sólo para los de Aranda,nos esperaban puntuales lospadres de Álvaro.

Hacia las nueve estábamos encasa, con tiempo para descansar eincorporarnos, más o menos fres-cos, a las ocho y cuarto del díasiguiente a nuestra rutina escolar,con la mente ocupada en el recuer-do de esos días tan gratos pasadosen Italia.

Soluciones a los comecocos:

1- Hombres (Vasos): 1º (1), 2º (2), 3º (3), 4º (4), 5º(5) y 6º (6) //

2- A XIX quitamos I, queda XX // 3- 9 x 9 + 9 + 9 + 9/9 = 100 //

4- 11 + 1 + 1 + 1 + 1 = 15 //

5- Bizcocho: 2 harina + 1 azúcar; Chocolate: 2 har. + 2 azu. Hizo 5 tartas en total, pero sobran dos tazas deazúcar que las habrá echado a dos tartas de chocolate, luego hizo tres bizcochos y dos tartas de chocolate.

52 IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08Léeme 6

Alas nueve en punto salimosde los jardines de DonDiego, menos dormidos que

habitualmente y con ganas deempezar nuestro viaje.

En el autobús nos portamos muy"bien" y fuimos muy amables conlos profesores y con el conductor.

Después del largo viaje llegamosa nuestro destino: el aula arqueoló-gica del Burgo de Osma. Allí vimosun museo sobre los Celtíberos quehabitaban la región y Osma enaquella época y sobre la vida coti-diana de la civilización romana.También tuvimos la oportunidad devestirnos con ropas de la épocaromana y celtíbera, de ver un vídeoacerca de esto mismo, de hacermonedas de plomo con un martilloy un molde y de mirar en ordena-dores las rutas celtíberas másrepresentativas.

Poco después, al terminar de verel museo, almorzamos en el Burgoy a continuación nos subimos otravez en el autobús para visitar elyacimiento de Numancia.

Viaje a Numancia

Lucía Velasco y María Sancho, alumnasde 4º A de E. S. O.

por Lucía Velasco y María Sancho

53Léeme 6IES Cardenal Sandoval y Rojas 2007-08

Cuando llegamos pudimos ver laestructura de las calles de la ciu-dad (muy bien hecha porque con elentramado de calles lograban queel viento del norte no penetrase enla ciudad) y de la ubicación de lossiete campamentos donde se aloja-ba el ejército de Escipión para cer-car Numancia. Éstos estaban mar-cados por postes blancos quedesde el cerro en el que nos encon-trábamos podíamos ver extendidoslos alrededores de Numancia.

También fuimos al lugar de ubica-ción de uno de los campamentos,el Alto Real, y nos hicimos una fotode grupo.

Más tarde fuimos a Soria. Sobrelas 14:30 comimos en la Alameda ydespués dispusimos de tiempolibre para ir donde quisiéramos.

A las 16:00 teníamos que estar alas puertas del museo Numantino,donde tuvimos que hacer unpequeño trabajo de localización deciertas piezas, aunque alguna deellas no se encontraba expuesta enese momento. Cuando salimos delmuseo tuvimos tiempo libre hasta

las 18:30. Luego nos volvimos aAranda.

El viaje de vuelta fue muy diverti-do. Cuando llegamos a Arandahacía mucho frío y cada uno semarchó a su casa luciendo unagran sonrisa. Fue un viaje genial ylos alumnos de Cultura Clásicaesperamos poder realizar otro viajede las mismas características queéste.