viaje al corazón de Dios1

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Mensaje del Pastor Charles Price 1

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SERIE: “VIAJE AL CORAZÓN DE DIOS”

1. El Valor Subjetivo de la Oración Mateo 6:5-15

Hoy leeré algunos versos del Evangelio de Mateo, capítulo 6, Mateo 6 el cual es parte del Sermón del Monte, donde Jesús se dirige primeramente a Sus discípulos. Había una multitud escuchando, aunque el Sermón del Monte estaba dirigido a los discípulos de Jesús. Es el registro más compacto que tenemos de Sus enseñanzas, ocupa los capítulos 5, 6 y 7. Y estaremos hablando de la oración en nuestros siguientes estudios y quiero abrir con este verso hoy, porque resalta un asunto importante. Mateo 6, verso 5, Jesús dice: “Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. Ustedes deben orar así: <Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan cotidiano. Perdona nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por los siglos Amén>. Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes Su Padre celestial, pero si no perdonan a otros sus, ofensas tampoco Su Padre les perdonará a ustedes las suyas.”

Quiero hablar acerca de un aspecto que surge en estos primeros versos en Mateo 6 sobre cómo debemos orar porque hay una idea recurrente que aparece varias veces. Éste en el verso 5: “cuando ores”, es todo. Verso 6 “cuando te pongas a orar”. Eso es en verso 5 y verso 6 “cuando ores”, después en Verso 7 dice: “y al orar”. Nota esto, Él no dice si es que oras; Él dice “cuando tú ores”. La asunción de esto, hecha por Jesús, es que el orar siempre será parte regular, normal de la vida Cristiana. “Cuando tú ores…” Mira, orar tiene ambos un valor objetivo y un valor subjetivo.

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Explico lo que quiero decir. Por valor objetivo quiero decir que otras personas son afectadas por nuestra oración. Tu oración en realidad, puede hacer mucha diferencia.

Cuando era adolescente hice un experimento. Comencé a orar por una situación que sabía que yo no podía absolutamente influenciar, y comencé a orar por algo específico. Y en seis meses, esas cosas comenzaron a pasar, y yo estaba más que emocionado. Orar en realidad puede influenciar a personas al otro lado del mundo. Por eso el libro de Santiago dice, Santiago 4 verso 2, “Ustedes no tienen, porque ustedes no piden a Dios”, de eso hablaremos otro día. Pero hay un valor subjetivo al orar del cual hablaremos este día. Y es que, nosotros mismos somos afectados por nuestra oración.

Quiero hablar hoy acerca del beneficio de orar para la persona que hace la oración. En otras palabras, si es que Dios nunca contestara tus oraciones y hablaremos sobre ellas. Normalmente definimos oraciones contestadas cuando Dios hace lo que le sugerimos hacer. A eso lo llamamos contestación. Dios contesta oraciones, claro, y mucho más que eso. Supongamos que Dios nunca contestara tus oraciones, supongamos que la soberanía de Dios es tal, que no hay espacio en lo absoluto para maniobrar y eso es debatible; pero si no obtienes porque no pides, tu oración ciertamente hace la diferencia pero si ese fuera el caso, existe un enorme beneficio en la oración porque una de las primeras cosas que cambia cuando tú y yo oramos eres tú y yo. Permíteme hacer una pregunta fundamental: ¿qué exactamente es una vida Cristiana? O sea ¿Cómo la definimos? Es definida primeramente en la Palabra como una relación. Es una relación. Voy a citar de Juan 17, verso 3. Jesús está hablando. Él dice: “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Ahora dice Jesús, “Esta es la vida eterna, conocer a Dios y conocer a Cristo”. En otras palabras, es una relación. Ahora, si la vida cristiana es una relación, y sencillamente, la oración es, la oración es la parte hablada de una relación. Porque las relaciones maduran con la comunicación. Hoy quiero darles tres puntos. Son muy sencillos. Casi apologético, pero no seré apologético, por la simplicidad de estas cosas que voy a compartirte. Usualmente mientras más simple, es más verdadero en realidad. Mi primer punto: la oración nos lleva a una relación. Es decir, nos lleva a una comunicación. Nos pone en contacto con Dios. Mira, hablar es un ingrediente clave en una relación. Y cada vez que las relaciones humanas se deshacen, es casi siempre por una ruptura en la comunicación, casi siempre. Cuando los gobiernos pierden contacto con su gente, es porque han dejado de escuchar las necesidades de la gente. Cuando industrias entran en

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conflicto, la administración con los sindicatos, el clamor es negociemos, sentémonos en la mesa y hablemos, comuniquémonos, entendámonos unos a otros.

Cuando matrimonios enfrentan problemas, la razón número uno para la ruptura de los matrimonios es una pobre comunicación. Dejamos de hablar y de escucharnos. El dejar de escuchar es más crucial que el dejar de hablar. Cuando la amistad se seca, es porque pasamos menos tiempo juntos. Y permíteme decirte esto. Cuando la vida cristiana es aburrida, cuando Dios está distante, cuando nuestra experiencia cristiana se seca, puedes estar seguro que hay muy poca oración con Dios. He preguntado muchas veces, y me he sentado con personas que dicen: “Sabes, soy cristiano, creo en Dios, amo a Jesucristo, pero mi vida cristiana es seca. Dios parece estar distante de mí”. Una de las preguntas que hago es esta: “¿Cuánto tiempo pasas a solas con Dios?” Y aunque no sea la única razón, casi siempre, casi universalmente, contestan: “ese es mi punto débil”.

Y claro que la vida cristiana es seca. ¿Qué esperas? Si la vida cristiana es una relación y no pasamos tiempo hablando, ni escuchando, cuando venimos en oración, venimos a estar con Él. Entonces somos equipados para salir luego. Tú sabes que cuando pasamos tiempo con Dios en oración, Él habla. ¿Sabes? La oración no es unilateral. En el libro de los Hechos, permíteme mostrarte unos pocos versos. En el libro de los Hechos encuentras una y otra vez que cuando personas y grupos de personas tenían tiempo de oración. Dios les habló a ellos.

Observa en Hechos capítulo 9, versos 11 y 12. Y esto es cuando Saulo de Tarso fue convertido y Dios habla a un hombre llamado Ananías, y le mandó a ir a visitar a Saulo de Tarso en Damasco, y en Hechos 9, verso 11, el Señor le dijo “Anda, ve a la casa de Judas, en la calle llamada Derecha, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Quien está orando, y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que él recobre la vista”. Él está orando y Dios le ha hablado. En Hechos 11 y 12. Hechos capítulo 10 verso 9, permíteme leer este evento. Hechos capítulo 10 verso 9, Pedro en Jopa: “Al medio día, al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar”. Lee el resto de la historia. Mientras oraba, dice, él entró en trance, y tuvo la visión de una sábana que caía del cielo con animales impuros y la instrucción de “mata y come”, y Pedro dijo “No, Señor” Ahora, hay una contradicción de términos para empezar. No. Señor. Pedro lo dice dos veces en la Biblia. Si Él es Señor, no digas no. Si dices no, Él no es

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Señor. Pero Pedro dice “No, Señor” porque ha sido instruido en las reglas del judaísmo y va contra la ley comer esos animales; son impuros. Y la segunda vez, lo mismo, y la tercera vez, Pedro pensó que algo estaba pasando. Dios me está hablando; me está mostrando algo. ¿Qué es? Y golpearon a la puerta.

Y arriba en Cesarea había un hombre llamado Cornelio quien también estuvo orando, y mientras oraba Dios le habló y le dijo: “Llama a Pedro de Jopa” Cornelio, como ves, fue un hombre bueno, pero él no era cristiano. Y le dijeron a Pedro “¿irías a hablar con Cornelio, el centurión? Y Pedro pensó: ¡Él es un gentil y los gentiles son impuros! ¡Ah! Ya entendí el mensaje. Acerca de esto era el sueño. Dios me dijo que lo que considerábamos como impuro ahora Dios no los muestra como puro”. Fue a la casa de Cornelio y Cornelio se convirtió. Y cuando Cornelio dio su testimonio en el capítulo 10 verso 30, capítulo 10, verso 30, dice: Cornelio contestó: “Hace cuatro días a esta misma hora, a las tres de la tarde, estaba yo en casa orando. De repente apareció delante de mí un hombre vestido con ropa brillante, y me dijo: “Cornelio, Dios ha oído tu oración…”. Mientras oraba, Dios le habló. En el Capítulo 13, verso 2, tienes la iglesia de Antioquia, todo el liderazgo de la iglesia de Antioquia. Dice mientras alababan al Señor y ayunaban no menciona orar, pero estaban alabando y ayunando, pero puedes estar seguro que era parte de eso. “Mientras alababan al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo que los he llamado».” Mientras ellos alababan, ayunando, mientras tenían comunión, Dios les habló.

En el capítulo 22 de Hechos, verso 17, Pablo cuenta un evento que le sucedió antes en su vida. Él dice: “yo volví a Jerusalén, mientras oraba en el templo tuve una visión y vi al Señor que me hablaba: ¡Date prisa! Sal inmediatamente de Jerusalén porque no aceptarán tu testimonio acerca de Mí”. Pero el punto es que: “mientras oraba en el templo… vi al Señor que me hablaba diciendo “sal de Jerusalén”.

Estoy mencionando estos versos para mostrarte que mientras la gente oraba Dios habló. Permíteme decir, que si te quejas porque Dios no te habla a ti, con toda probabilidad, rara vez oras. Mira, orar te conecta con Dios, Dios puede hablarte a ti de la misma manera que tú puedes hablarle a Él. La oración nos lleva a una relación. Eso es lo primero. Los otros puntos serán cortos. Lo segundo es que la oración nos lleva a una responsabilidad. Mira, orar en primera instancia es acerca de Dios trabajando en nosotros. Si orar

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es hablar y escuchar a Dios, entonces Él tiene cosas importantes que decirnos, a veces asuntos impactantes para nosotros.

En el Antiguo Testamento, hay muchas historias de gente que trataba con Dios, hablaban con Dios y Dios a veces les hablaba en forma impactante, entregándoles a nuevas responsabilidades. ¿Recuerdas en Génesis 32, la historia de Jacob cuando luchó con Dios en un lugar llamado Peniel? Jacob, como sabes, era un poco engañoso, por así decirlo. Él se encontró con Dios, y luchó con Él y eventualmente clamó a Dios. “¡No te soltaré hasta que me bendigas!” Esto era nuevo para Jacob porque Jacob había sido un engañador, un estafador, tomó su vida a su manera, “¡No te soltaré hasta que me bendigas!” y cuando la lucha terminó, Dios le dijo: “¿Cuál es tu nombre?”. Es muy interesante que Dios haya dicho esto a Jacob, porque Dios sabía exactamente cuál era el nombre. “¿Cuál es tu nombre?” y él contestó “Jacob”. Ahora, el nombre Jacob significa; suplantador. Literalmente Jacob significa “el que agarra el talón” ya que él era gemelo. El segundo de los gemelos Esaú, fue su mayor por sólo minutos. Pero él salió agarrado de su talón, y esta idea de agarrar el talón, fue un patrón de cómo suplantar, engañar y manejar su vida a su manera. Y es así como Jacob fue, el engañó a su hermano. Si recuerdan la historia, el intercambió del derecho a la primogenitura por un guisado. Esaú fue tonto lo sé, pero Jacob preparó el complot y lo engañó para obtener la primogenitura de su hermano.

Luego tuvo que obtener la bendición de su padre para que viniera con la primogenitura. Engañó a su padre quien había perdido la visión, y trajo comida a su padre. Su padre dijo, “Suenas como Jacob, no, no soy Esaú”, y él imitó a Esaú, Esaú era velludo, eso lo describe. Era tan velludo que Jacob tuvo que matar a una cabra para disfrazarse. Usando la piel sobre sus brazos, sobre su cuello. Fue donde su padre y le dijo “puede que suene como Jacob, pero estoy resfriado, pero tócame, mira, soy Esaú”. Y su padre le tocó y dijo “bueno, es la voz de Jacob, pero se siente como Esaú”. Esaú era velludo, pueden estar seguros, porque Jacob uso la piel de una cabra, para pasarse por Esaú. Y se sentía como Esaú, Esaú olía a cabra. O sea, estos gemelos no eran idénticos. Esaú era el velludo, no se bañaba en la mañana, solo se peinaba todo el cuerpo. Mientras que Jacob era rosado, se quedaba en casa con mami, le ayudaba a cocinar mientras Esaú estaba como un hombre aventurero quien iba de cacería, hermanos totalmente opuestos. Y Jacob era el engañador, y él obtuvo la bendición que su padre tenía para su primogénito. Y luego el engañó a su suegro. O mejor dicho fue el primero engañado por su suegro llamado Labán. Un hombre tacaño. Jacob dijo quiero casarme con su segunda hija. Su nombre es Raquel, es hermosa.

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“Bueno, dijo Labán trabaja siete años para mí y tendremos boda”. Y en siete años tuvieron boda. Y le trajeron la novia desde luego cubierta con su velo y fue hasta la noche cuando él le saco su velo que se dio cuenta que no era la muchacha que él quería como esposa. Era su hija mayor Lea, su hermana mayor Lea. Él regreso donde su suegro “me engañó con lo de mi esposa”. “Le dijo bueno, puedes tenerla a ella también, pero trabaja otros siete años para mí” Así Jacob fue engañado por su suegro. Luego se desquitó de su suegro, mejorando la raza de ciertas ovejas, en su rebaño dejándole a Labán las ovejas más débiles. Las más fuertes pertenecían a Jacob, y luego engañó a su suegro quitándole sus esposas, e hijos por la noche. Y dejando que sus esposas tomen cosas de sus padres antes de irse.

Es decir era un sinvergüenza. Lo interesante es que 25% del libro de Génesis, es acerca de la biografía de Jacob. Y Dios le dice “¿cuál es tu nombre?” Con un nombre así, una historia como esa y el significado del nombre Jacob. Era engañador, suplantador, “¿cuál es tu nombre?”. “Jacob, el suplantador, engañador, manipulador, mentiroso”. Y Dios le dice “Tu nombre no será más Jacob sino, Israel” ¿Sabes lo que significa “Israel”? Príncipe con Dios. “Porque has tratado conmigo Jacob, has luchado conmigo Jacob”. Personas ven esto como una forma de oración porque algunas veces hay una lucha con Dios. “Yo sé Jacob que eres un engañador, manipulador, como tu nombre lo dice. Eso eres, lo sé, pero te daré un nuevo nombre, una nueva identidad y un nuevo carácter: Israel”. Y sabes, notoriamente, él es uno de los patriarcas de la Palabra. Dios se presenta a Sí mismo. “Soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”. Sólo acuérdate el desastre que él era, “Yo soy el Dios de Jacob”. Él no dijo el Dios de Israel cuando se presentaba a Sí mismo. Porque toma personas ordinarias. Como ves, es su comunión con Dios. Por eso digo que la oración trae responsabilidad. Si haces tú tarea con Dios, Él podría cambiar tu nombre, lo que significa, cambiaría tu carácter, es decir, cambiaría tu comportamiento, es decir, cambiará toda tu vida.

Y si vamos a ser personas de oración, nos llevaremos a un lugar ante Dios donde Él pueda tomarnos, y cambiarnos y darnos una responsabilidad. Jacob se convirtió en el padre de Israel, la nación. Sus doce hijos fueron los padres de las doce tribus de Israel. Es más, precisamente si ves las noticias, verás su nombre en las noticias de hoy: Israel. Mira, Dios hace preguntas cuando comenzamos a tratar con Él. Adán, si ves, tenía comunión con Dios en el Jardín del Edén. De manera pintoresca dice: “Dios caminaba en la mañana con Adán y Eva”. Un día ellos pecaron. Y cuando Dios vino al jardín Adán se escondió. Y Dios le preguntó: “¿Dónde estás?” No porque no sabía,

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no porque estaban jugando a las escondidas, y Dios se rindió. Él sabía exactamente donde Adán estaba, pero necesitaba que Adán le dijera dónde estaba, así como Él necesitó que Jacob le dijera quién era. Y cuando tú comiences tu comunión con Dios el día vendrá en el que escuches una voz preguntando “¿Dónde estás?” porque te has apartado de la voluntad de Dios. Él vendrá a buscarte. Él le hizo a Adán su ropa con pieles. ¿Has notado el significado de eso? Adán hizo su ropa de hojas. Él estaba avergonzado de su desnudez. Pero Dios le hizo ropa de piel. Ésa es la primera vez en la historia que un animal murió, y Dios hizo ropa con su piel. Sangre fue derramada para que Adán se cubra con la piel de un animal que perdió su vida. Y por supuesto el día vendrá en que alguien dará su vida para que te cubras de Su justicia. No digo que eso fue la verdad para Adán. No sé el estado de la eternidad de Adán, no hay indicaciones de eso, Adán nunca se reconcilió, pero eso fue un simbolismo. El punto que quiero recalcar es: que cuando iniciamos una conversación con Dios, no sólo nos trae una relación con Él, también nos entrega responsabilidad. Él dirá: “¿Cuál es tu nombre?” Habrán algunas preguntas así que lo cambiaré: “¿Dónde estás? Quiero identificar dónde estás, porque cuando respondas, podré hacer algo. El tercer punto que quiero decir es que la oración nos trae también resultados. Nos trae a una relación, nos da responsabilidad. Como ves, pasan cosas cuando oramos. ¿Sabes? el orar trae resultados. Nos trae a la victoria de Dios. Observa, cuando nos enfocamos en lo eterno, lo temporal regresa a su lugar. Cuando nos enfocamos en el cielo, los eventos de la tierra tienen una correcta perspectiva.

Cuando nos enfocamos en el Victorioso, experimentamos la victoria. Y por eso un aspecto de la oración es que cuando intercedemos con Dios, nos trae resultados. Cosas ocurren en nuestras vidas. Cosas pasan en nuestras circunstancias, y son inexplicables aparte del hecho de que Dios estaba haciendo algo. Cuando Moisés fijo su mirada en Dios, sus manos alcanzaron el cielo, los eventos terrenales ya no le atemorizaban, y él confió. Hay una canción vieja que cantábamos. No sé si todavía se canta “vuelve tus ojos a Jesús” ¿la conoces? “Mira completamente Su maravilloso rostro, y las cosas terrenales parecerán sombrías a la luz de Su gloria y gracia”. Si tienes miedo de cosas en la tierra y claro que todos tenemos; estamos bajo presión por diferentes lados. Algunos de ustedes están enfrentando situaciones que realmente no saben cómo manejarlas. Pero cuando tus ojos se fijan en Jesús, las cosas extrañamente cambian. No es que ya no son importantes, pero a la luz de Su gloria y Su gracia, tienen otra perspectiva.

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¿Quieres conocer mejor a Dios? En eso consiste la oración. No apartamos la oración de las otras cosas. Necesitamos leer la Palabra de Dios. Necesitamos la guía del Espíritu Santo en diferentes cosas, pero mientras pasamos tiempo con Dios, mientras conocemos a Dios, mientras hablamos con Dios, profundizamos nuestra relación. Nuestra responsabilidad vendrá, como a Jacob; veremos resultados como con Moisés. Es por eso el dicho, parece ser verdad que “Satanás tiembla cuando ve que el más débil de los santos está de rodillas”. Porque el más débil de los santos está en contacto con el Dios que tiene todos los recursos del cielo, que obran en él, en ella, a través de él, y de ella. Jesús dijo “cuando ores”… no si es que oras, no si es que estás en aprietos y sientes el orar, sino “cuando ores”… como una de las cosas más importantes en tu vida cristiana. Tú vas a descubrir que la vida cristiana es una relación de dependencia y crecimiento, y el mayor beneficio de la oración es que conocerás a Dios mejor y en profundidad.

Bueno oremos juntos, y agradezcamos a Dios por el privilegio de poder conocerlo. “Padre te agradecemos este día porque eres un Dios real, no estamos enamorados de la memoria de alguien que un día vivió, sino que estamos enamorados de alguien que vive. Gracias por el glorioso privilegio de la oración, el poder hablar contigo, escucharte mientras nos hablas a nosotros de la manera en que Tú deseas hablarnos. Pero Tú nos hablas, Tú nos guías, Tú susurras a nuestros corazones. Te agradecemos por ello.

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