Viaje Inolvidable

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VIAJE INOLVIDABLE Autora: María José Marín Ramírez Esta historia comienza la mañana del viaje de estudios, el 3 de Marzo de 2010. A las 6:00 de la mañana los cursos de 3º y 4º de la ESO del colegio Montepinar montaron en el autobús para comenzar el trayecto. Iban a ir de acampada a un bosque que había en A Coruña, el Fragas de Eume. Los acompañaban dos profesores, Claudia y Esteban. Los chicos se despedían de sus padres por las ventanas del autobús, mientras que éste arrancaba. Iban desde Murcia capital hasta A Coruña, con lo cual serían varias horas de camino. Esteban dijo que iban a parar para almorzar. Algunos chicos estaban cantando, otros dormían, y así hasta que el autobús paró para almorzar. Unos chicos aprovecharon para ir a los servicios y

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Relato original de una alumna de 3º de E.S.O.

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VIAJE INOLVIDABLE

Autora: María José Marín Ramírez

Esta historia comienza la mañana del viaje de estudios, el 3 de Marzo de 2010. A las 6:00 de la mañana los cursos de 3º y 4º de la ESO del colegio Montepinar montaron en el autobús para comenzar el trayecto. Iban a ir de acampada a un bosque que había en A Coruña, el Fragas de Eume. Los acompañaban dos profesores, Claudia y Esteban. Los chicos se despedían de sus padres por las ventanas del autobús, mientras que éste arrancaba. Iban desde Murcia capital hasta A Coruña, con lo cual serían varias horas de camino.

Esteban dijo que iban a parar para almorzar. Algunos chicos estaban cantando, otros dormían, y así hasta que el autobús paró para almorzar. Unos chicos aprovecharon para ir a los servicios y otros para hacerse fotos. Cuando terminaron, volvieron a montar en el autobús y a seguir con el trayecto.

Lo malo de estas dos clases, es que había un grupo de gente que no se llevaba bien, y aprovecharon que una compañera estaba durmiendo para pintarle la cara con rotuladores permanentes. Cuando Elisa se despertó y se enteró de quien había sido, cogió a Anabel de los pelos y empezaron a pelearse en medio del autobús. Nadie fue a separarlas, al contrario, las animaban para que se hicieran más daño, pero Esteban las separó y las castigó.

Al final llegaron al bosque de A Coruña, y empezaron a bajar sus cosas del autobús. Las amontonaron todas y Claudia los llamó a todos para formar las tiendas. Los alumnos se quejaron porque ya tenían los grupos hechos, pero Claudia les dijo que por el comportamiento y la pelea que se formó, los iba a hacer ella para que aprendieran a respetarse todos. En total eran 40 alumnos, 24 de 3º y 16 de 4º, por lo que iba a formar

grupos de 4 miembros, mezclados entre los dos cursos.

Claudia dijo que conforme iba haciendo los grupos, fueran montando las tiendas y entonces empezó a distribuirlas. Para el 1º grupo nombró a David, Carlos, Manuel y Luis, para el 2º grupo a Marina, María, Ana e Irene, para el 3º grupo a Pedro, Javier, Pascual y Alejandro, para el 4º grupo a Elisa, Anabel, MªJosé y Mirella, para el 5º grupo a Jesús, Sergio, Pablo y Matías, para el 6º grupo a Sandra, Nerea, Alondra y Clara, para el 7º grupo a Héctor, Adrian, Marcelo e Iván, para el 8º grupo a Beatriz, Cristina, Carla y Mónica, para el 9º grupo a Juanjo, Ángel, Miguel y Daniel y en el último grupo a Eva, Miriam, Carmen y Sara. Todos los grupos estaban conformes con los compañeros que les había tocado excepto el grupo de Elisa, Anabel, Mirella y MªJosé. Esteban dijo que los que iban terminando de montar su tienda, podían ir a la piscina. Poco a poco terminaban, hasta que sólo quedaron MªJosé, Anabel, Mirella y Elisa. Lo que les pasaba es que no se ponían de acuerdo para montar la tienda. Anabel y MªJosé eran compañeras de 3º y Elisa y Mirella de 4º y todas estaban enfrentadas. Al final montaron la tienda pero discutían para ver a que dos les tocaba en medio. Anabel y MªJosé lo echaron a suertes y Elisa y Mirella hicieron lo mismo. Les tocó a MªJosé y Mirella, así que se colocaron de la siguiente forma: en la esquina derecha Elisa, al lado Mirella, luego MªJosé y en la otra esquina Anabel. Se pusieron el biquini y fueron a la piscina.

Por la noche Esteban y Claudia prepararon la cena, pero dijeron que también se tenían que sentar juntos los 4 componentes de las tiendas. Al terminar de cenar, todos iban a lavar sus platos y se turnaban para lavar las ollas y sartenes. Cuando fueron a ducharse, a Mirella y Elisa se les ocurrió echarle a MªJosé y Anabel azafrán, pero al final solo se lo echaron a MªJosé. Cuando salió de ducharse, enganchó a Mirella y las dos empezaron a pelearse. Anabel fue a separarlas, pero Elisa se metió por en medio y se engancharon ellas también. David y Pedro las tuvieron que separar porque si no se mataban. Llevaban las cuatro la cara llena de arañazos y el cuerpo con moratones. Esteban las mandó a las cuatro a su tienda a dormir y no las dejó participar en ninguna actividad esa noche. Las chicas condolidas y sin fuerzas durmieron toda la noche sin discusiones ni nada.

Cuando amaneció, MªJosé se despertó y fue al aseo a vestirse y peinarse. Poco a poco se fueron levantando las compañeras. Esteban los llamó a todos para desayunar y dijo que iban a dar una vuelta por el bosque. Se montaron en el autobús y tras media hora de camino llegaron a una pequeña casa de madera donde había 3 monitores: Almudena,

Pilar y Juan. Claudia les dijo que los mismos grupos de las tiendas tenían que ir por

separado para dar una vuelta alrededor del bosque. Era como una especie de competición. Esteban dijo que el primer grupo que terminara el recorrido recibiría un premio, así que repartió un mapa por grupo, donde ponía el camino que debían seguir.

Esteban dio un pistoletazo para la salida, y todos los grupos empezaron a correr. Cada monitor se fue a un sitio del bosque para asegurar que todos los grupos iban por el camino correcto. El mapa lo llevaba MªJosé y las cuatro del grupo se pusieron de acuerdo para ir por el mismo camino. Todos los grupos pasaron por el primer sitio, donde estaba Juan y siguieron hacia delante. También pasaron por el segundo sitio donde estaba Pilar, pero el camino que quedaba era un poco confuso y entonces empezaron los problemas entre las 4 chicas. Llegaron a un punto en el que había dos caminos. Ninguna

se dio cuenta de que en uno de los caminos había un árbol señalado y entonces se fueron por el camino que no era. Al ver que no llegaban al tercer sitio, Mirella empezó a chillarle a Anabel y a MªJosé y éstas hicieron lo mismo. Esta vez Elisa no quería peleas por lo que las calmó. Siguieron caminando, pero seguían sin llegar y entonces Anabel se puso muy nerviosa porque se dio cuenta de que se habían perdido.

Anabel le echó las culpas a Elisa, y otra vez empezaron a discutir todas. Al final de la carrera, donde se encontraba la última monitora, ésta vió que llegaron todos los grupos. Los primeros en llegar fueron David, Carlos, Manuel y Luis, y así fueron llegando todos. Pero la monitora se dio cuenta de que faltaba un grupo por llegar. Los profesores se pusieron muy nerviosos y dijeron que tenían que ir a buscar a las 4 chicas, pero los monitores no los dejaron ir porque estaba a punto de anochecer. De todas formas iban a ir a buscarlas, pero de repente comenzó a llover, y entonces si que no pudieron salir. Las chicas empezaron a correr buscando un sitio para refugiarse. Mientras corrían, Elisa vio como una especie de cueva, a la que todas fueron rápidamente.

Estaban heladas de frío y no se veía casi nada porque estaba anocheciendo. A Mirella se le ocurrió encender un fuego, así que sacó de su mochila una camiseta, Anabel sacó un mechero y entonces encendieron la camiseta e hicieron el fuego. Por suerte había dentro de la cueva palos entre las rocas. MªJosé y Elisa se pusieron a cogerlos, pero uno de los palos estaba entre dos rocas y no salía, por lo que Elisa se puso a estirarle y en uno de esos estirones provocó un derrumbe que bloqueó la entrada de la cueva y además, a Elisa se le quedó una pierna atrapada debajo de las rocas. Elisa estaba muy asustada y llorando. Las demás no sabían como sacarla de allí. MªJosé empezó a mover las piedras, pero con poco resultado. Entonces, lo que hicieron fue ponerse de acuerdo para sacar a Elisa. Por suerte, su pierna sólo estaba debajo de tres rocas y no de todo el montón. Anabel cogió a Elisa por los brazos, mientras que Mirella y MªJosé intentaban levantar una de las rocas. Les costó mucho, pero entre las dos consiguieron quitar una roca y, al quitarla, Anabel tiró de Elisa sacándola de las otras rocas. Tenía la pierna hecha una pena, con una rajada bastante larga y un poco profunda, no paraba de echar sangre, pero MªJosé se quitó su camiseta y la rompió, atándola alrededor de la pierna presionando la herida para que no le saliera más sangre.

Hacía bastante frío por lo que durmieron las 4 juntas y abrazadas para intentar calentarse. Por la mañana se despertaron todas menos Elisa. Mirella se puso a llorar y a darle golpes para que se despertara. De repente abrió los ojos, tenía la cara toda blanca y los labios morados del frío. Les dio un susto de muerte. Sacaron los móviles para llamar, pero no tenían cobertura. No sabían que hacer.

De todas formas, los profesores empezaron a buscarlas por todo el bosque, pero nada. Las chicas estaban muy asustadas, no tenían comida, sólo un botellín de agua que Anabel llevaba en su mochila. A MªJosé se le ocurrió que al final de la cueva podía haber otra salida, pero para averiguarlo tenían que pasar por el interior de la cueva y no sabían qué se podían encontrar. A Mirella no le parecía mala idea. A Anabel le aterrorizaba tener que ir por el interior de la cueva, pero si no había más opciones, mejor eso que nada. El problema era Elisa que estaba bastante mal y no podía andar. Pero llegaron a un acuerdo y es que iban a intentar encontrar la salida, pero si veían algo extraño o no podían pasar, volverían al principio de la cueva.

Se pusieron manos a la obra. Anabel hizo una antorcha, Mirella cogió las mochilas y MªJosé montó a Elisa en sus espaldas y empezaron a caminar. Todo parecía estar bien,

pero de repente llegaron a un sitio donde había dos caminos. Anabel les recordó lo que les pasó en el bosque, que se perdieron por coger el camino que no era, así que se pusieron a pensar. Mirella decía que quería ir por el de la derecha, y Anabel por el de la izquierda, con lo cual empezaron a discutir otra vez, pero MªJosé les dijo que o se ponían de acuerdo o se volvían a esperar a que las encontraran. De repente una bandada de murciélagos salió del camino de la derecha, y las chicas comenzaron a gritar como locas. Y entonces MªJosé pensó: “ Si los murciélagos han salido de allí es porque no hay nada raro así que ese es el camino que debemos coger”. Anabel le dijo que estaba totalmente loca si pensaba que iba a pasar por ahí, pero Mirella la convenció y entraron por el camino de la derecha. Parecía que MªJosé tenía razón, no había nada raro en ese camino, hasta que llegaron a un pequeño barranco que desembocaba en un río subterráneo.

Agotadas de tanto andar se sentaron en el suelo y se pusieron a llorar de ver que no podían seguir. Anabel pensó: “Puede ser que si buceamos por debajo del agua hasta llegar al otro lado podamos seguir”. Pero también estaba la posibilidad de que no hubiera otro lado, o que si lo hubiera, no pudieran aguantar tanto tiempo sin respirar y se ahogaran. Pero de todas formas, Anabel se empeñó en que lo iba a intentar. Empezaron a sacar ropa de sus mochilas para hacer una cuerda. Anabel se ató a un extremo y el otro extremo se lo quedó Mirella. Anabel dijo: “Si no vuelvo es porque me habré ahogado, así que no me esperéis y volved hacia atrás”. MªJosé estaba llorando y no la quería dejar ir, pero no les quedaba otra solución más que dejarla.

Anabel se tiró al agua y empezó a perderse en la oscuridad. Mientras tanto, las demás la esperaban impacientes porque no sabían lo que le podía pasar a su compañera. Pasaron dos minutos y Anabel no aparecía. MªJosé se echó a llorar ya que era la que más la quería, y Mirella intentaba tranquilizarla. De repente, Elisa vio moverse algo en el agua, y salió Anabel. Todas se abrazaron muy contentas. Anabel dio la buena noticia de que había otro lado y que había que bucear unos cincuenta segundos. Anabel se metió otra vez en el agua y les dijo que siguieran la cuerda. El problema era Elisa que no podía nadar. MªJosé se la echó a la espalda y Mirella las ató a las dos juntas con un cinturón para que Elisa no se soltara. Lo malo es que si se metían en el agua ya no iban a tener antorcha, ya que todo se mojaría y no podrían encender otra. MªJosé se agarró a la cuerda y se sumergió con Elisa. Mirella salió la última para vigilarlas. Llegaron al otro lado sin ningún problema. Descansaron unos minutos y empezaron a caminar. Todo estaba muy oscuro y no se veía nada. De repente vieron algo en el techo de la cueva. !Era un agujero de luz!. Encontraron la salida. Lo único que les quedaba por hacer era escalar una pendiente que había para subir hasta el agujero. La primera en subir fue MªJosé, luego ataron a Elisa con una cuerda para ayudarla a subir, y el otro extremo de la cuerda lo llevó Anabel hasta arriba. Entre Anabel y MªJosé subieron a Elisa, y luego subió Mirella. Por fin salieron de la cueva. Lo mejor de todo es que esa cueva las llevó otra vez al principio, donde se perdieron, a los dos caminos del bosque. Cogieron el otro camino y llegaron a una casa. No había nadie, pero llamaron a los profesores y rápidamente fueron a buscarlas. Llevaron a Elisa a un hospital a curarle la pierna y después de eso terminaron de disfrutar los días que les quedaban de viaje. Lo mejor de todo fue que esa aventura unió a las 4 chicas y ahora son inseparables.