Viaje Lingüístico

2
Viaje lingüístico Un español, que ha pasado muchos años en los Estados Unidos lidiando infructuosamente con el inglés, decide irse a México porque allá se habla español, que es, como todo el mundo lo sabe, lo cómodo y lo natural. En seguida se lleva sus sorpresas. En el desayuno le ofrecen bolillos. ¿Será una especialidad mexicana? Son humildes panecillos, que no hay que confundir con las teleras, y aun debe uno saber que en Guadalajara los llaman virotes y en Veracruz conijillos. Al salir a la calle tiene que decidir si toma un camión (el camión es el ómnibus, la guagua de Puerto Rico y Cuba) o si llama a un ruletero (es el taxista, que en verdad suele dar más vueltas que una ruleta), a no ser que le ofrezcan amistosamente un aventoncito (un empujoncito), que es una manera cordial de acercarlo al punto de destino (una colita en Venezuela, un pon en Puerto Rico). Si quiere limpiarse los zapatos, debe recurrir a un bolero, que se los va abolear en un santiamén. Llama por teléfono, y apenas descuelga el auricular oye: “¡Bueno!”, lo cual parece una aprobación algo prematura. Pasea por la ciudad, y le llaman la atención letreros diversos: “Se renta”, por todas partes (le recuerda el inglés to rent y comprende que son locales o casas que se alquilan); “Ventas al mayoreo y menudeo” (lo del mayoreo lo entiende, pero le resulta extraño), “Ricas botanas todos los días” (lo que en España llaman tapas, en la Argentina ingredientes y en Venezuela pasapalos). Ve establecimientos llamados loncherías, tlapalerías (especie de ferreterías), misceláneas (pequeñas tiendas o quincallerías) y atractivas rosticerías (conocía las rotiserías del francés, pero no las rosticerías del italiano). Y un cartel muy enigmático: “Prohibido a los materialistas estacionar en lo absoluto” (los materialistas, a los que se les prohíbe de manera tan absoluta estacionar allí, son en este caso los camiones, o sus conductores, que acarrean materiales de construcción). Lo invitan a ver el Zócalo, y se encuentra inesperadamente con una plaza, que es una de las más imponentes del mundo. Pregunta por un amigo, y le dicen: “Le va muy mal. Se ha llenado de drogas”. Las drogas son las deudas y, efectivamente, ayudan a vivir, siempre que no se abuse. Le dice al chofer que lo lleve al hotel, y le contesta: –Luego, señor. –¡Cómo luego! Ahora mismo. –Sí, luego luego. Está a punto de estallar, pero le han recomendado prudencia. Después comprenderá que luego significa “al instante”. Le han ponderado la exquisita cortesía mexicana, y tiene ocasión de comprobarlo: –¿Le gusta la paella? –¡Claro que sí! La duda ofende. –Pos, si no tiene inconveniente, comeremos una en la casa de usted. No podía tener inconveniente, pero le sorprendía que los demás se convidaran tan sueltos de cuerpo. Encargó en su hotel una soberbia paella y se sentó a esperar, pero en vano porque los amigos lo esperaban en la casa de usted, que era la casa de ellos. La gente lo despide: “Nos estamos viendo”, lo cual parecería una afirmación obvia, pero quieren decirle: “Nos volveremos a ver”. Va a visitar a una persona, para la que lleva una carta, y le dicen: “Hoy se levanta hasta las once”. Es decir, no se levanta hasta las once. Aspira a entrar en el Museo a las nueve de la mañana, y el guardián le cierra el paso, inflexible: “Se abre hasta las diez” (de cómo en la vida se puede prescindir del antipático no ). Oye con sorpresa: “Me gusta el chabacano” ( el chabacano, aunque no parezca, es el albaricoque). Abre un periódico y encuentra títulos de tres y cuatro columnas que lo dejan atónito: “Sedicente actuario que comete un atraco” (el actuario es el funcionario público), “Para embargar a una señora actuó como un goriloide” (como un

Transcript of Viaje Lingüístico

Viaje lingstico

Un espaol, que ha pasado muchos aos en los Estados Unidos lidiando infructuosamente con el ingls, decide irse a Mxico porque all se habla espaol, que es, como todo el mundo lo sabe, lo cmodo y lo natural. En seguida se lleva sus sorpresas.En el desayuno le ofrecen bolillos.Ser una especialidad mexicana? Son humildes panecillos, que no hay que confundir con las teleras,y aun debe uno saber que en Guadalajara los llaman virotesy en Veracruz conijillos.Al salir a la calle tiene que decidir si toma un camin (el camin es el mnibus, la guagua de Puerto Rico y Cuba) o si llama a un ruletero(es el taxista, que en verdad suele dar ms vueltas que una ruleta), a no ser que le ofrezcan amistosamente un aventoncito(un empujoncito),que es una manera cordial de acercarlo al punto de destino (una colitaen Venezuela, un ponen Puerto Rico).Si quiere limpiarse los zapatos, debe recurrir a un bolero,que se los va abolearen un santiamn. Llama por telfono, y apenas descuelga el auricular oye: Bueno!, lo cual parece una aprobacin algo prematura. Pasea por la ciudad, y le llaman la atencin letreros diversos: Se renta, por todas partes (le recuerda el ingls to renty comprende que son locales o casas que se alquilan); Ventas al mayoreo y menudeo (lo del mayoreolo entiende, pero le resulta extrao), Ricas botanas todos los das (lo que en Espaa llaman tapas,en la Argentina ingredientesy en Venezuela pasapalos).Ve establecimientos llamados loncheras, tlapaleras(especie de ferreteras), miscelneas(pequeas tiendas o quincalleras) y atractivas rosticeras(conoca las rotiserasdel francs, pero no las rosticeras del italiano). Y un cartel muy enigmtico: Prohibido a los materialistas estacionar en lo absoluto (los materialistas,a los que se les prohbe de manera tan absoluta estacionar all, son en este caso los camiones, o sus conductores, que acarrean materialesde construccin).Lo invitan a ver el Zcalo,y se encuentra inesperadamente con una plaza, que es una de las ms imponentes del mundo. Pregunta por un amigo, y le dicen: Le va muy mal. Se ha llenado de drogas. Las drogas son las deudas y, efectivamente, ayudan a vivir, siempre que no se abuse. Le dice al chofer que lo lleve al hotel, y le contesta:Luego, seor.Cmo luego! Ahora mismo.S, luego luego.Est a punto de estallar, pero le han recomendado prudencia. Despus comprender que luegosignifica al instante.Le han ponderado la exquisita cortesa mexicana, y tiene ocasin de comprobarlo:Le gusta la paella?Claro que s! La duda ofende.Pos, si no tiene inconveniente, comeremos una en la casa de usted.No poda tener inconveniente, pero le sorprenda que los dems se convidaran tan sueltos de cuerpo. Encarg en su hotel una soberbia paella y se sent a esperar, pero en vano porque los amigos lo esperaban en la casa de usted,que era la casa de ellos.

La gente lo despide: Nos estamos viendo, lo cual parecera una afirmacin obvia, pero quieren decirle: Nos volveremos a ver. Va a visitar a una persona, para la que lleva una carta, y le dicen: Hoy se levanta hasta las once. Es decir, nose levanta hasta las once. Aspira a entrar en el Museo a las nueve de la maana, y el guardin le cierra el paso, inflexible: Se abre hasta las diez (de cmo en la vida se puede prescindir del antiptico no).Oye con sorpresa: Me gusta el chabacano (el chabacano,aunque no parezca, es el albaricoque).Abre un peridico y encuentra ttulos de tres y cuatro columnas que lo dejan atnito: Sedicente actuario que comete un atraco (el actuarioes el funcionario pblico), Para embargar a una seora actu como un goriloide(como un bruto), Devolvern a la nia Patricia. Parecen estar de acuerdo los padres y los plagiarios (los plagiariosson los secuestradores), Boquetearon a un comercio y se llevaron 10.000 pesillos (boqueteares abrir un boquete), Despus de balaceados los llevaron presos (la balaceraes el tiroteo), Se ha establecido que entre los occisos exista amasiato (es decir, concubinato).Pero el colmo, y adems una afrenta a su sentimiento nacional, le pareci el siguiente: Diez mil litros de pulque decomisados a unos toreros. El toreoes la destilera clandestina o la venta clandestina, y torero,como es natural, el que vive del toreo.Nuestro turista se vea en unos apuros tremendos para pronunciar los nombres mexicanos: Netzahualcyolt, Popocatpetl, Iztacchuatl, Tlalnepantlay muchos ms, que le parecan trabalenguas. Sobre todo tuvo conflictos mortales con la x.Se burlaron de l cuando pronunci Mxico,respetando la escritura, y aprendi la leccin:El domingo pienso ir a Jochimilco.No, seor, a Sochimilco.Se desconcert de nuevo, y, como quera ver la tan ponderada representacin del Edipo Rey,le dijo al ruletero:Al teatro Sola.Qu? No ser Shola?Al diablo con la x!Tiene que ir a Necaxa, donde hay una presa de agua y, ya desconfiado, dice:A Necaja, Necasa o Necasha, como quiera que ustedes digan.No ser a Necaxa, seor?Oh, s, la xtambin se pronuncia x!No pudo soportar ms y decidi marcharse. Los amigos le dieron una comida de despedida, y sentaron a su lado, como homenaje, a la ms agraciada de las jvenes. Quiso hacerse simptico y le dijo, con sana intencin:Seorita, tiene usted cara de vasca.Mejor se hubiera callado! Ella se puso de pie y se march ofendida. La bascaes el vmito, y tener cara de bascaes lo peor que le puede suceder a una mujer, y hasta a un hombre.Nuestro espaol ya no se atreva a abrir la boca, y eso que no le pas lo que, segn cuentan, sucede a todo turista que llega a tierra mexicana, que le advierten en seguida:Abusado, joven, no deje los velices en la banqueta porque se los vuelan (abusado,sin duda, es un cruce entre avisadoy aguzado, equivale aojo!,cuidado!; los velicesson las maletas; la banquetaes la acera, y se los vuelan,bien se adivina). Nuestro espaol lio los petates y busc refugio en tierra venezolana.