Viento Sur, nº 119, noviembre 2011

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    w w w . v i e n t o s u r . i n f o

    SUR

    N 1 1 9 A O X X 8 e N O V I E M B R E 2 0 1 1

    VIENTOlQu hacer con el

    euro? El debate de la

    izquierda europea.

    Daniel Albarracn, Nacho

    lvarez, Sandra Ezquerra,Manolo Gar y BibianaMedialdea (eds.) AlejandroRamrez, Costas Lapavitsas,Ozlem Onaran, Pedro Montes,

    Comisin de Economa deIzquierda Anticapitalista. lSobre revolucin, arte

    de vanguardia y

    realismo socialista.

    Antonio Crespo Massieu lEnvidiar la suerte de los caballos. ngel GarcaPintado lLa guerra de El Pas. Pepe Gutirrez-lvarezl Nuevas perspectivas para la izquierda

    anticapitalista chilena. Sebastin Farfn lLa luchade la Marea Verde. Colectivo Baltasar GracinlIn memoriam.Jordi Dauder. Ignacio Fernndez de Castro

    Foto: Esther Prez Prez

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    SOME RIGHTS RESERVED Esta obra se puede copiar, distribuir, comunicarpblicamente o hacer obras derivadas de lamisma, bajo las siguientes condiciones:

    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/deed.es

    Debe reconocery citar al autororiginal.

    No puede utilizaresta obra parafines comerciales.

    Si altera o transforma estaobra, se har bajo unalicencia idntica a sta.

    Consejo AsesorLuis Alegre ZahoneroNacho varez-PeraltaIaki BrcenaMart Caussaigo ErrejnSandra EzquerraRamn FernndezDurn

    (in memoriam)Jos Galante

    Pepe Gutirrez-lvarezPedro IbarraPetxo IdoyagaGloria MarnLadislao MartnezBibiana MedialdeaJusta MonteroDaniel PereyraEnric PratBegoa Zabala

    Redaccin

    Josep Mara AntentasAndreu CoIlAntonio CrespoJosu EgireunManolo GarRoberto MontoyaAlberto NadalCarmen OchoaJaime Pastor

    Carlos SevillaPilar SotoMiguel Urbn CrespoEsther Vivas

    EditorMiguel Romero

    Diseo original

    Jerme Oudin & Susanna Shannon

    Maqueta

    [email protected]

    Redaccin

    C./ Limn, 20Bajo ext-dcha.28015 Madrid.Tel. y Fax: 91559 00 91

    Administracin y

    suscripciones

    Josu Egireun.Tel.: 630 546 [email protected]

    Imprime

    Varoprinter.C/ Artesana 17Pol. Ind. de Coslada.28823 Coslada (Madrid).DL: B-7852-92

    ISSN: 1133-5637

    www.vientosur.info

    [email protected] SUR

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    el desordenglobal

    2miradasvoces

    3pluralplural

    4plural2plural2

    5inmemoriam

    6vocesmiradas

    7aqu

    y ahora

    8subrayadossubrayados

    propuesta

    grfica

    Nmero 119 / noviembre 2011 / 8

    Chile

    Nuevas perspectivas para la izquierda anticapitalista chilenaSebastin Farfn Salinas 5

    Al sur del norte. Esther Prez Prez 12

    Qu hacer con el euro? El debate de la izquierda europeaPresentacin. Daniel Albarracn, Nacho lvarez, Sandra Ezquerra, Manolo Gar y

    Bibiana Medialdea 17Respuestas y alternativas a la crisis del euro. Alejandro Ramrez 19Una estrategia de izquierdas para Europa: respuesta a Michael Husson.

    Costas Lapavitsas 29Un programa internacionalista de transicin hacia una Europa anticapitalista:una respuesta a Costas Lapavitsas. zlem Onaran 39

    El euro, clave de la crisis.Pedro Montes 46

    Desobedecer y Caminar: Hacia un modelo de desarrollo supranacional solidarioComisin de Economa de Izquierda Anticapitalista 57

    Caballera roja. Figuras sobre blanco. Fundido en Negro.(Sobre revolucin, arte de vanguardia y realismo socialista)

    Antonio Crespo Massieu 6775 aniversario de la guerra civilLa Guerra de El Pas. Pepe Gutirrez-lvarez 79Destinos rotos

    Envidiar la suerte de los caballos ngel Garca Pintado 89

    Jordi Dauder (1938-2011) Mari de Dels 93Ignacio Fernndez de Castro (1919-2011) Jaime Pastor 99

    Biblia ilustrada para becarios. David Benedicte (Madrid, 1969)Antonio Crespo Massieu 105

    La lucha de la Marea Verde. Todo el sistema de enseanza se encuentra amenazadoColectivo Baltasar Gracin 111

    Donostia 2011. Cine y memorias histricas. Miguel Romero 119El cadver del padre: Artes de vanguardia y revolucin

    ngel Garca Pintado Antonio Crespo Massieu 123Juan Andrade (1897-1981) Vida y voz de un revolucionario

    Pelai Pags, Jaime Pastor y Miguel Romero (eds.) Andy Durgan 124Elega en Portbou

    Antonio Crespo Massieu Alberto Garca-Teresa 125La izquierda radical ante ETA. El ltimo espejismo revolucionario en Occidente

    F. Javier Merino Pacheco Miguel Romero 126

    Esther Prez Prez

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    BarcelonaLa Central del RavalElisabets n6. (08001).

    La CentralMallorca, 237. (08008).

    LaiePau Clans, 85. (08010).

    Llibreria DocumentaCardenal Casaas, n4.(08002).

    BilbaoLibreria CmaraEuskalduna, 6. (48008).

    CrdobaEspacio Social CulturalAl BordeConde de Crdenas, 3(14003).

    Granada

    Libreras PicassoObispo Hurtado, 5(18002).

    HuescaLibrera AnnimaCabestany,19. (22005).

    Las Palmasde Gran CanariaAsociacin Canaria deEconoma Alternativa

    Caf dEspacioCebrin, 54. (35003).

    MadridLibrera AntonoMachadoFernando VI n 17(28004).

    Librera Rafael AlbertiTutor n 57. (28008).

    La LibreArgumosa n 39.(28012).

    La MarabuntaTorrecilla del Real, 32(28012).

    Librera Facultad deCiencas Poltcas SociologaUniversidad ComplutenseCampus de Somosaguas

    Traficantes de sueosEmbajadores n 35(28012).

    KioskoSan Milln / PlazaCascorro. (28012).

    MlagaLibreria ProteoPta Buenaventura n 3(29008).

    Oviedo-UviuConceu AbiertuLa Gascona, 12 baxu A(33001).

    Tienda de ComerciuXustu"L'Arcu la Viea"El Postigu Altu 14, baxu(33009).

    Pamplona-IrueaZabaldi (CasaSolidardad)Navarreria, 23, bajo(31001).

    La Hormiga AtmikaLiburuakCuria 2, bajo. (31001).

    SantanderLa Libre (librera alterna-tiva)Cisneros, 17. (39001).

    SevillaAteneo Tierra LibertadMiguel Cid, 45

    ValenciaLlibrera tres i quatreOctubre Centre de CulturaContemporniaSan Ferrn, 12(46001).

    ValladolidLibrera SandovalPlazuela del Salvador, 6(47002).

    Vitoria-GasteizESKBeethoven, 10, bajo(01012).

    Zaragoza

    Papelera GerminalSepulcro, 21(50001).

    Librera AntgonaPedro Cerbuna, 25(50009).

    Koskos- Plaza San Francisco(50009).- San Juan de la Cruz, 3(50009).

    Puntos de difusin de VIENTO SUR

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    La revista llegar cuando se conozcan ya los resultados electorales del 20-N. Le dedicaremos la atencin necesaria en la web. Probablemente, la nueva situa-cin poltica tendr un espacio en el prximo nmero de la revista. Slo proba-blemente: depender de si hay materia o no para reflexionar sobre las perspecti-vas. La gente de la izquierda alternativa pensamos y decimos siempre, participe-mos o no en elecciones, que lo verdaderamente importante empieza el da despus,y estar no en el Parlamento, sino en la capacidad de la izquierda social y polticapara responder ante un escenario que siempre es, en estos tiempos, ms o menoshostil. Todo indica que el que se va a instaurar el 21-N lo ser ms hostil, en uncontexto europeo dominado por el imperialismo interior del cuarteto, ms quetroika, formado por Merkel, Sarkozy, el FMI, el Banco Central Europeo. Va ahaber que inyectarse en vena el optimismo de la voluntad.

    Por cierto, hay otros resultados electorales que ya se conocen y que son terriblespara quienes recordamos a las revoluciones centroamericanas de los aos 80. EnGuatemala, ha ganado un general, y no hay que aadir ms. En Nicaragua es qui-zs peor: ha ganado alguien que fue un revolucionario y que ahora ha instalado ensu pas una corte de los milagros; uno de esos milagros, festejado como tal porla temible mujer del presidente, es que una nia de doce aos violada haya sidoobligada a tener un nio porque el aborto est prohibido en Nicaragua. Y quienes

    hacen esto pasan por ser revolucionarios, antiimperialistas, en marcha hacia elsocialismo del sigloXXI

    Conocemos poco y mal el mapa poltico del movimiento de los estudianteschilenos: en todo lo que se viene recogiendo bajo el nombre de indignados es unode los ms originales, con una capacidad de organizacin y resistencia impresionan-tes. Da gusto pensar que este movimiento tiene lugar precisamente en Chile.

    Digo que conocemos mal, porque fue una sorpresa leer un informe del diariode referencia chileno (La Tercera, El Pas de all, para entendernos) en el que los

    portavoces ms conocidos aqu, vinculados al PC, eran considerados como el alamoderada del movimiento http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/index.php?x=4432. La entrevista que publicamos con Sebastin Farfn,un miembro de la direccin estudiantl y de su ala anticapitalista, da una perspec-tiva indita sobre el movimiento y sobre los procesos que se estn desarrollandopara construir una izquierda anticapitalista chilena.

    Hay signos de un retorno de lecturas polticas del arte y es una muybuena noticia. Uno de esos signos es la reedicin del libro de nuestro amigo y cola-

    borador ngel Garca Pintado, El cadver del padre, un libro apasionante y msque recomendable. Esta publicacin nos sirve de pretexto para reeditar nosotros

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    alvuelo

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    tambin un texto de ngel, Envidiar la suerte de los caballos, escrito en un cas-tellano envidiable, que es una reflexin inquietante y lcida sobre el lugar del arteen esta poca oscura.

    Antonio Crespo Massieu, que resea el libro de ngel, escribe en la revistaSobre revolucin, arte de vanguardia y realismo socialista, un ensayo que vamucho ms all de las dos exposiciones que estn teniendo lugar estos das enMadrid y que constituyen su punto de partida. Estas exposiciones, que deberanser una visita obligada para la gente de izquierda, son:Aleksandr Deineka (1899-1969) Una vanguardia para el proletariado en la Fundacin Juan March y Lacaballera roja. Creacin y poder en la Rusia sovitica de 1917 a 1945 en La CasaEncendida. Va ms all porque Antonio rene dos calidades, poeta y militanterevolucionario, que crean juntas una mirada que recomiendo llevar de compaa -en el recuerdo, o mejor an con la revista a mano- cuando se visitan las exposicio-nes. Es un texto adems muy emocionante: se nota en l la cercana y el cario deAntonio hacia esos otros formidables poetas y artistas que hace casi cien aos fue-ron revolucionarios en su revolucin, hasta que la barca de la muerte segn laimagen del ms genial de todos ellos, se estrell contra la vida cotidiana o la con-trarrevolucin.

    Nos dejaron Jordi Dauder e Ignacio Fernndez de Castro. Dos rebeldes inso-bornables, cada uno en su campo. Los recuerdan Mari Dels y Jaime Pastor.

    M.R.

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    Brieva

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    [Sebastin Farfn Salinas tiene 23 aos. Es presidente de la Federacin deEstudiantes de la Universidad de Valparaso y miembro del Ejecutivo Nacional delmovimiento estudiantil. Pertenece al ala radical de la Confederacin de EstudiantesChilenos (Confech). Proveniente de una familia popular, de la que es el primero enacceder a la universidad, donde hace estudios de Historia. Ha sido entrevistado porJean Batou y Juan Tortosa para el bimensual SolidaritS].

    Cul es la situacin de la izquierda anticapitalista en Chile hoy?La izquierda anticapitalista chilena de los aos 1960 y 1970 ha desaparecido engran medida, no slo a causa de la represin de la dictadura sino tambin, tras lasluchas de los aos 1980, en particular las del Frente Patritico Manuel Rodrguez[organizacin armada del PC], debido a la brutal represin de los sucesivosgobiernos de la Concertacin [alianza poltica de centro-izquierda]. A esto, hayque aadir que las consecuencias sociales e ideolgicas del neoliberalismo triun-fante de los aos 1990 han beneficiado a la Concertacin, que anunciaba un futu-ro brillante. A partir de los aos 1990, la izquierda revolucionaria se ha manteni-

    do as en una especie de marginacin, animando pequeos colectivos universita-rios. Sin embargo, desde mediados del decenio pasado, la situacin ha cambiadoprogresivamente, con una cierta acumulacin de fuerzas y una reorganizacininterna que le permiti abordar la revolucin pingina de 2006 [movimientonacional de estudiantes de secundaria contra el gobierno de la socialista Michelle

    Bachelet] en una posicin bastante mejor, relanzando la discusin en una perspec-tiva anticapitalista.

    Qu relacin hay entre esta nueva izquierda radical y las organizaciones

    anteriores como el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) o el FrentePatritico Manuel Rodrguez?

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    1eldesordenglobal

    Nuevas perspectivas para la izquierda

    anticapitalista chilena

    Chile

    Sebastin Farfn Salinas

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    Esas organizaciones siguen existiendo, divididasen mltiples corrientes que a menudo estn endisputa entre s. Pero la nueva generacin que

    aparece en 2006 no tiene relacin orgnica conesas organizaciones, aunque intenta recoger y dis-cutir sus experiencias, as como reapropiarse desu bagaje poltico y de sus figuras representativas.La nueva generacin se ha organizado primero deforma dispersa, a nivel nacional, antes de comen-

    zar a converger a lo largo de numerosas experiencias de lucha, particularmentede los trabajadores de la madera y del cobre en 2007 y, sobre, todo de los estu-diantes, este ao. Un cierto nmero de nosotros ha comenzado entonces a ocuparpuestos de responsabilidad en el seno del movimiento, ocupados hasta ahora porlas fuerzas de la Concertacin o del PC chileno. Esto nos ha permitido desarrollarreivindicaciones radicales con una audiencia de masas en el corazn de esas movi-lizaciones, que no interesaban ni a la Concertacin ni al PC, como la educacingratuita en todos los niveles, la renacionalizacin del cobre, o el cambio de laConstitucin. Sobre la base de esta experiencia extremadamente rica, la izquierdaanticapitalista chilena de la nueva generacin est reorganizndose.

    Cules son las referencias polticas de esta nueva izquierda anticapitalista?Los colectivos que se desarrollan actualmente estn marcados por referencias

    polticas diferentes. Globalmente, se puede distinguir un sector autnomo,influenciado por Toni Negri, y un sector marxista, en el que me reconozco.Pero nuestras referencias marxistas, leninistas o guevaristas no nos llevan aconstituir pequeas organizaciones ideolgicas, sino a intentar construir unpartido anticapitalista de masas. Este mismo proceso se ha repetido en variasregiones de Chile de forma independiente; por ejemplo, en Valparaso,hemos descubierto colectivos del mismo tipo que los nuestros en todo elpas, con los que no tenamos ningn lazo orgnico. De aqu al prximo ao,nos gustara unificar a esta izquierda revolucionaria estudiantil a nivel nacio-

    nal en una nica organizacin de carcter marxista: la Unin NacionalEstudiantil. Debatimos activamente entre nosotros, aprendemos a conocer-nos mejor, pero no queremos recuperar los fantasmas del pasado, con susquerellas y sus fracciones reproducidas hasta el infinito, que tienen sus ra-ces en las derrotas de los decenios anteriores, pero que constituyen otros tan-tos obstculos para relanzar un proceso de organizacin. A travs de la expe-riencia de este movimiento estudiantil, hemos seguido un verdadero cursoacelerado sobre el funcionamiento de las instituciones y de la clase domi-nante de nuestro pas, sobre la represin y la forma de enfrentarla, sobre la

    organizacin democrtica de un movimiento de masas, etc. Podemos volarcon nuestras propias alas.

    6 VIENTOSUR Nmero 119/Noviembre 2011

    No queremosrecuperar losfantasmas del pasa-

    do, con sus quere-llas y sus fraccionesreproducidas hastael infinito

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    Qu representa la izquierda anticapitalista en el seno de la direccin actualdel movimiento?Hemos logrado formar un bloque independiente en el seno de la Confech, a

    partir de los colectivos anticapitalistas. Y este ao, en una direccin que esta-ba tradicionalmente dominada por el PC, no queda ms que un solo miembrode la Juventud Comunista entre los ocho representantes del EjecutivoNacional, Camila Vallejo, y un representante de las fuerzas de laConcertacin, Giorgio Jackson. Los otros seis forman parte del bloque inde-pendiente; tres pertenecen a la izquierda revolucionaria y tres estn en contac-to con ella, es decir que intentamos ganarles a nuestro proyecto de UninNacional Estudiantil. Nuestras relaciones son bastante tensas con el PartidoComunista que nos ve como una competencia peligrosa, que no deja de pro-gresar, con una orientacin mucho ms radical que l. Por su parte, sufre eldescrdito de la Concertacin, con que est poltica y electoralmente ligado.Sin embargo, para nosotros, quien marcha con la Concertacin marcha con elenemigo. Ellos se justifican explicando que se trata de una opcin tctica. Parala prensa burguesa el ala moderada y racional del movimiento estudiantil estclaramente identificada con Giorgio Jackson y Camila Vallejo; mientras quelos ultras estn identificados con el representante de la Universidad deConcepcin, Guillermo Petersen, y conmigo mismo y algunos ms, que somosconstantemente estigmatizados por los medios dominantes.(ver http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/index.php?x=4432)

    En qu situacin se encuentra vuestro proceso de organizacin de unaizquierda anticapitalista unificada, hoy, en Chile?Estamos en un proceso de constitucin. Se trata de hacer converger grupos quese refieren globalmente al marxismo. Pueden leer al Che Guevara, como noso-tros en Valparaso, a Miguel Enrquez [dirigente histrico del MIR, asesinado

    por la dictadura en 1974], como los de Concepcin, o a Lenin como los delNorte, etc. En todos los casos, los colectivos implicados son bastante ampliosy numerosos. Y defendemos todos una orientacin anticapitalista y una pers-

    pectiva revolucionaria de transformacin social para hoy. Sin embargo, para irhacia delante, debemos desarrollar un proyecto poltico que se dirija al con-junto del pas, que supere el marco de la juventud estudiantil para llegar a lostrabajadores, las poblaciones de los barrios pobres, etc. Debemos definir unaorientacin, desarrollar un programa y tomar opciones tcticas.

    En el marco del movimiento actual, habis establecido relaciones duraderascon equipos sindicales combativos en los lugares de trabajo? Si as ha sido,de qu naturaleza?

    Hemos entrado en contacto con sindicatos con direcciones combativas, inclu-so revolucionarias. Hemos logrado as ligar la reivindicacin de la gratuidad

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    de la enseanza a todos los niveles con el objeti-vo de la renacionalizacin de las minas de cobre.Retomando el control de nuestros recursos natu-

    rales para satisfacer las necesidades de la pobla-cin y expulsando a las empresas multinaciona-les, podramos financiar una educacin y unasalud gratuitas en Chile. Alrededor de esta rei-vindicacin, hemos organizado una moviliza-cin con el sindicato SITECO de El Teniente,una de las principales minas de cobre del pas[en Rancagua, a 129 Km. al sur de Santiago],cuyo dirigente es un joven sindicalista muy com-

    bativo, Jorge Pea. El 15 de junio hemos marchado codo con codo trabajado-res del cobre y estudiantes, en Santiago. Esta unin es muy importante paranosotros porque Chile es un pas econmicamente dominado, exportador dematerias primas y porque cuando los trabajadores del cobre se ponen en huel-ga, la economa chilena se detiene. Sindicatos como el SITECO y no es elnico- ponen en cuestin la orientacin burocrtica de los dirigentes de laCUT (Central Unitaria de los Trabajadores), ligados a los partidos de laConcertacin.

    Cules son los debates esenciales que vais a tener que hacer para avanzar hacia

    la formacin de una organizacin anticapitalista revolucionaria en Chile?Muy recientemente, Chile ha conocido la experiencia desgraciada del MPT[Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores,fundado en 2009], que ha rea-grupado a numerosas corrientes de la izquierda anticapitalista y de los secto-res asociativos ms diversos. El problema es que ha importado en su seno lasviejas disputas salidas de esas formaciones. Pensamos pues que hay que reto-mar el proyecto de constitucin de una organizacin de la izquierda anticapi-talista a nivel nacional, a partir de la juventud que se ha puesto en movimien-to, incluso si eso toma un poco ms de tiempo. Esta nueva generacin polti-

    ca debe formarse tericamente, elaborar un programa coherente y desarrollarlos lazos de confianza necesarios entre los numerosos equipos que la compo-nen. Nuestra tarea se parece a la de Luis Emilio Recabarren, que fue el primerorganizador del movimiento obrero chileno socialista, luego comunista, acomienzos del siglo XX. Las discusiones que realizamos son comparables alas que se desarrollan a escala internacional, alrededor de la crisis actual delcapitalismo, del socialismo del siglo XXI, del lugar de las elecciones porquesomos solicitados por fuerzas electorales, de la Concertacin al PC.

    Lo que queremos, es posicionar nuestra organizacin en la construccin, el

    desarrollo y la animacin de verdaderos movimientos de masas. Ligamos losclsicos del marxismo, debatimos y reflexionamos, pero queremos tambin

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    La ranizacinanticapitalista qeqerems cnstrir

    deber cmplir essds papeles, defrmacin terica ytica de ss miem-brs, per tambinde interencinscial

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    disputar todos los espacios de direccin del movimiento a los partidarios delcompromiso con el orden capitalista. Para ello, la organizacin anticapitalistaque queremos construir deber cumplir esos dos papeles, de formacin teri-

    ca y tica de sus miembros, pero tambin de intervencin social. Queremossuperar la fase de marginalidad de la izquierda radical de los aos 1990, en laque sus colectivos pasaba lo mejor de su tiempo discutiendo entre ellos.Personalmente, he luchado por reunir a todos los colectivos estudiantiles deValparaso en el seno de nuestra Federacin, y es sobre esta base sobre la querepresento a nuestra ciudad en el seno de la Confech a nivel nacional. Nuestroscolectivos estudiantiles son numerosos: por ejemplo, podemos contar con unossesenta militantes bien organizados slo en la universidad de Valparaso.

    Cules son vuestras relaciones con los activistas del pueblo mapuche?Son muy importantes. Una Federacin de Estudiantes Mapuches ha sidoadmitida en el seno de la Confech aunque no haya universidad mapuchecomo tal, los y las estudiantes mapuches luchan por el reconocimiento de susderechos, particularmente los culturales. A pesar de la oposicin de laConcertacin y del PC, esta integracin de la Federacin de EstudiantesMapuches se traduce institucionalmente por la atribucin de oficio de unaplaza de las ocho a esta federacin en el seno del ejecutivo nacional de laConfech.

    Cul es el papel de las mujeres en el seno de vuestro movimiento y de susdirecciones?Chile es un pas tradicional muy conservador en lo que concierne al lugar delas mujeres en la sociedad. Como en otros pases latinoamericanos, el hombreconserva una posicin dominante en todos los aspectos de la vida social.Cuando Michelle Bachelet lleg al poder, se habl mucho de igualdad, peropocas cosas cambiaron para la gran mayora de las mujeres: segn ciertos estu-dios, en Chile, las mujeres ganan menos de la mitad que los hombres. Dichoesto, en el seno del movimiento estudiantil, hemos conocido un proceso de

    transformacin muy importante: las mujeres asumen un papel equivalente alde los hombres. En mi universidad, varios dirigentes son mujeres, incluso si lacuestin de la paridad no est discutida formalmente. Antes que yo, JimenaMuoz diriga la Federacin de la Universidad de Valparaso (actualmentedirige el desarrollo de la Universidad Popular en nuestra regin); en laUniversidad Catlica de Valparaso, es tambin una mujer, Carla Amtmann,quien est a la cabeza del movimiento.

    Qu lugar dais en vuestras reflexiones y vuestras luchas a los temas ecolgi-

    cos, particularmente en relacin a la Patagonia?En Chile, es el proyecto hidroelctrico de Aysen, en el sur de Chile, el que ha

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    polarizado el debate desde hace un cierto tiempo. Se trata de un gigantescoproyecto de pantanos, financiado totalmente por capitales espaoles, quedebera proporcionar electricidad para todo el pas. Es un desastre ecolgico

    importante, pero tambin un asunto econmico y social de primer orden. Enefecto, estos pantanos no estn dimensionados para producir electricidad paralas necesidades bsicas del pueblo chileno, sino para las grandes empresasmineras transnacionales, que roban nuestros recursos y destruyen nuestromedio ambiente en beneficio de los grandes accionistas de los pases dominan-tes. Hay que decir que esta movilizacin ha contribuido en gran medida a pre-parar polticamente a la emergencia del movimiento estudiantil actual. Msall de Hydro Aysen, el proyecto de Isla Riesco, a ms de cien kilmetros aloeste de Punta Arenas, que intenta relanzar la explotacin del carbn parareducir los costes de la energa y por tanto los costes de produccin- a cual-quier precio para el medio ambiente, suscita tambin fuertes oposiciones.

    Qu relaciones hay entre vuestro movimiento en Chile y las dems fuerzas decontestacin en Amrica Latina?Sobre la base de nuestra lucha, hemos logrado establecer contactos con otrasorganizaciones en Amrica Latina. Recientemente con el Frente Popular DaroSantilln en Argentina [movimiento anticapitalista y antimperialista, fundado en2004, y que cuenta ya con varios miles de miembros]. De forma ms amplia, conlos sectores polticos y sociales ms radicalizados, alrededor del ALBA [Alianza

    Bolivariana para las Amricas], particularmente en Venezuela. Tienen el pro-yecto de formar un movimiento capaz de reagrupar una nueva generacin derevolucionarios a escala continental: Amrica en pie, que debera reunirse enPorto Alegre en noviembre prximo. Es importante para nosotros reflexionar enlos xitos institucionales, de carcter reformista, que han podido ser obtenidosen Venezuela, Bolivia, en Ecuador, etc., que constituyen sin embargo avancesimportantes, a pesar de sus contradicciones. A nivel internacional, nuestro movi-miento ha estado muy atento a las revoluciones de la primavera rabe, al movi-miento de los indignados espaoles, y ms recientemente al movimiento de las

    ocupaciones, que comenz en Wall Street, en Estados Unidos. En Chile, hemoscomprendido que la batalla de la educacin pone en cuestin las lgicas esen-ciales del capitalismo y que no podemos enfrentarnos verdaderamente con ellasms que a escala internacional. La cuestin de la revolucin se plantea de nuevopara las nuevas generaciones que han dado la espalda a los debates de los aos1990 sobre el fin de la historia, aunque el camino hacia la victoria sea largo yest sembrado de emboscadas.

    Entrevista realizada el 13 de octubre. Traducida de la versin en francs.

    http://www.solidarites.chTraduccin: Alberto Nadal para VIENTO SUR

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    miradasvoces

    Esther Prez Prez

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    Al sur del norteEsther Prez Prez

    Recorrer un paisaje, un Estado, vivir en l, aprehenderlo: mirarlo. Cadadetalle de cada una de estas fotografas de Esther nos conducen a las tierrasde Alabama, del Mississippi, de la esclavitud, pero tambin de Tom Sawyer, del jazz. Ha vivido all largo tiempo y durante su estancia all dej refle-

    jada su personal visin y todo cay bajo su objetivo: las casas, los muebles,los peinados de las mujeres negras, los grandes espacios abiertos, el reflejode la msica. Incluso alguna de Alcatraz.

    Son tantos los aos dedicados a la fotografa no profesional, tantas las

    tomas realizadas con seriedad, archivadas con precisin mostrando elempeo de guardarlas con rigor, que tenemos que tomar en serio el trabajode esta fotgrafa. El resultado no es accidental, es producto de una volun-tad , de un trabajo y de una evolucin encontrada mediante imagino-muchas pruebas y muchos errores. Como avanzan todas las artes y la vida.Y aqu nos encontramos mucho de las dos cosas: de arte y de vida.

    Si miris en su coleccin de fotos (ya atrasada me informa, con muchasfotos sin colgar) encontraris una ordenacin particular y propia. Os larecomiendo: http://www.pbase.com/artenea

    Carmen Ochoa Bravo

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    Qu hacer con el euro? El debate de laizquierda europea

    3pluralplural

    1/El artculo original en su versin inglesa (A European strategy for the left) est disponible en http://socialis-tresistance.org/1165/a-european-strategy-for-the-left y en su versin francesa (Une stratgie europenne pour lagauche) est disponible en http://hussonet.free.fr/srmh10f.pdf El artculo fue traducido al espaol y publicado enRebelin, aunque errneamente atribuido al economista norteamericano Michel Hudson.

    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=1201752/Weisbrot, M. Why Greece Should Reject the Euro. The New York Times, 09/05/2011.

    En diciembre de 2010 Socialist Resistancepublic un artculo de

    Michel Husson titulado Una estrategia europea para la izquierda/1 El textoabordaba la cuestin de qu estrategia debera seguir la izquierda europea con rela-cin a la crisis del euro. En el artculo, Husson afirma que la izquierda radical nodebe quedarse estancada en el dilema imposible entre una arriesgada aventura

    salir del euro y una armonizacin utpica, y presenta una estrategia interna-cionalista que cuestiona las instituciones de Bruselas a partir de una serie de obje-tivos intermedios.

    El artculo fue el ms ledo del ao 2010 en la web de Socialist Resistance,dando lugar adems a un interesante e intenso debate internacional. Ese es el deba-te que reproducimos en este plural. Debe la izquierda europea apostar por la sali-da del euro? El texto de Michel Husson, crtico con la idea de que la izquierda radi-

    cal reivindique una salida unilateral del euro, fue inicialmente contestado enFrancia por el conocido economista Jacques Sapir y en el Reino Unido por CostasLapavitsas. Posteriormente, la economista turca Ozlem Onaran, afincada enLondres y profesora de la Middlesex University, entrara en el debate contestandoa Lapavitsas en una direccin similar a la de Husson.

    En este plural reproducimos tanto el artculo de Costas Lapavitsas como el deOzlem Onaran. Un nuevo trabajo de Michel Husson (Salir o no salir?), amplian-do y desarrollando su posicin inicial y debatiendo con la de los otros economistas, fuepublicado en el nmero anterior de VIENTO SUR (nmero 118, septiembre de 2011).

    Con posterioridad, este debate ha trascendido incluso los circulos

    de la izquierda alternativa europea, llegando a las columnas de opinin delos grandes medios de comunicacin. As, Mark Weisbrot/2 abogaba en las

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    pginas del diario The New York Times por que Grecia rechazase su pertenen-cia al Euro como va para impulsar una salida de la crisis en beneficio de lamayora social, y el premio Nobel Paul Krugman afirmaba recientemente que

    la amarga verdad es que cada vez da ms la impresin de que el sistema deleuro est condenado. Y la verdad todava ms amarga es que, dado el modoen que ese sistema se ha estado comportando, a Europa le ira mejor si se hun-diese cuanto antes/3.

    Qu posicin tiene la izquierda alternativa del Estado espaol

    respecto a una posible salida del euro? A diferencia del resto deEuropa, en nuestras latitudes este debate ha despertado por ahora un intersmenor. El objetivo de este plural, adems de dar cuenta del debate existente enEuropa, es precisamente impulsar el debate en la izquierda alternativa delEstado espaol. En ese sentido, contamos con un artculo de Pedro Montes,economista que durante dcadas ha defendido los enormes perjuicios que parala clase trabajadora supona la adopcin del euro y que actualmente aboga poruna salida unilateral de dicha moneda. Presentamos tambin otros dos artcu-los, crticos con esta orientacin de salida unilateral del euro (entendida stacomo estrategia prioritaria): un artculo de la Comisin de Economa deIzquierda Anticapitalista y otro del economista Alejandro Ramrez.

    Daniel Albarracn, Nacho lvarez, Sandra Ezquerra,

    Manolo Gar y Bibiana Medialdea

    .

    3/Krugman, P. El agujero en el cubo de Europa. El Pas, 25/10/2011.

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    1. Qu hacer con el euro? El debate de la izquierda europea

    Alejandro Ramrez

    Respuestas y alternativas a lacrisis del euro

    Desde el pasado verano, las clases dirigentes europeas han reaccionado ante laagudizacin de la crisis soberana con una serie de iniciativas de envergadura.El significado fundamental de stas es que los Estados de la zona euro han acep-tado implcitamente (por supuesto no oficialmente) que haga lo que haga Greciano existe otra alternativa que continuar financindola con dinero pblico euro-peo, porque el propio destino de la moneda nica est inexorablemente ligado ala permanencia de Grecia en la zona euro. Es evidente que esta eleccin no tiene

    nada que ver con supuestos principios europestas ni con ningn altruismohacia Grecia, ya que se trata simplemente de garantizar la estabilidad financie-ra de la zona euro en su conjunto y la propia supervivencia del euro de la que asu vez depende la estabilidad del sistema capitalista europeo.

    La aceptacin implcita de que los Estados europeos van a tener que prepa-rarse para pagar y hacer lo que haga falta para mantener a Grecia, Irlanda yPortugal a flote, y evitar que caiga nadie ms, es lo que les ha llevado a acep-tar tambin la necesidad de hacer sostenible la deuda griega. Uno sloempieza a preocuparse por cmo mejorar la sostenibilidad de la deuda grie-

    ga cuando ha aceptado que su ausencia slo puede llevar a aumentar la factu-ra para los erarios pblicos de los Estados europeos acreedores.

    Un plan voluntarioEsto es lo que explica que en la declaracin de jefes de estado y de gobiernode la zona euro del 21 de Julio estos rompieran con uno de sus principalestabes. Oficialmente aprobaron una reestructuracin de la deuda pblica grie-ga con una quita equivalente al 21% de su valor. La quita se realizar a travsde un plan voluntario de canje de deuda griega en manos de la banca priva-

    da en lo que se ha dado en llamar Participacin del Sector Privado (PSI en sussiglas en ingls). Se har con independencia de si las agencias crediticias reac-

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    cionan declarando a Grecia en situacin de impago o no. Es evidente que elfamoso PSI se introdujo para hacer polticamente aceptable ante los electoresnacionales, principalmente en Alemania, el esfuerzo en gasto pblico que

    supondr mantener a Grecia a flote. Pero una vez aceptada la necesidad decompartir el esfuerzo de las arcas pblicas europeas con la banca privada esinevitable que ante cada previsible aumento de las necesidades de financia-cin de Grecia, causadas por el deterioro progresivo de sus perspectivas decrecimiento, se vuelva a poner sobre la mesa la necesidad de aumentar las qui-tas de deuda. Esto es precisamente lo que ha sucedido en Octubre ya que,segn la prensa, el gobierno alemn est de nuevo presionando para elevar elporcentaje de quita sobre la deuda griega en manos de la banca privada hastaniveles en torno al 40-50%.

    En la declaracin del 21 de Julio [sobre los acuerdos de la Cumbre de los das26 y 27 de octubre, ver http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=4495]los gobiernos de la zona euro tambin aprobaron un segundo programa de finan-ciacin para Grecia, equivalente a 109.000 millones de euros, que a diferenciadel primero se llevar a cabo a traves del Fondo Europeo de EstabilidadFinanciera (FEEF). Para mejorar la famosa sostenibilidad de la deuda de lostres paises bajo programas de ayuda, los tipos de inters de los prstamos delFEEF han sido reducidos hasta niveles entorno al 3,5% (o el nivel de financia-cin del propio FEEF) y se ha introducido la posibilidad de alargar significa-tivamente (de 7,5 aos a 15-30 aos) los plazos para devolver los futuros prs-

    tamos y las actuales ayudas a Grecia. Otra de las novedades de la declaracindel 21 de Julio es que autoriza al FEEF a intervenir en el mercado secundariopara realizar compras de deuda pblica de la zona euro y as defender su pre-cio cada vez que se desestabilice el mercado. Este es un papel que desde Mayodel 2010 lleva desempeando el BCE a travs de su programa de compras (elSMP), con el que lleva ya acumulados ttulos por valor de 163.000 millonesde euros. La idea es que el FEEF pueda llegar a reemplazar eventualmente alBCE en esta funcin. Aunque los analistas son escpticos dada la capacidadlimitada del FEEF para financiar sus compras en comparacin al BCE. Todo

    esto evidencia que los Estados europeos se estn preparando para tener quepagar y para largo.Pero si stos se han comprometido a pagar lo que sea para mantener a

    Grecia a flote, sta a su vez va a tener que devolverles el esfuerzo con creces.A cambio de su financiacin, Grecia est siendo obligada a aplicar uno de losprogramas de ajuste neoliberales ms ambiciosos de la historia de la humani-dad en un tiempo record. Despidos de hasta 100.000 funcionarios pblicos deaqu al 2015, privatizaciones por valor de 50.000 millones de euros en cuatroaos, recortes de pensiones y de salarios pblicos, medidas radicales para fle-

    xibilizar el mercado laboral y deshacer el marco existente de negociacincolectiva y liberalizacin de los sectores profesionales y de los mercados

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    internos son slo algunas de las medidas que los socios europeos de Greciapretenden imponerle a sta.

    El problema para los socios que financian a Grecia es que sta sabe tan

    bien como ellos que, haga lo que haga, el futuro del euro depende de mante-nerla a flote. Esto le da una baza negociadora importante a Grecia y explica lacontinua frustacin de sus socios con la lentitud con la que sta aplicamuchas de las medidas de ajuste. El drama para la sociedad griega es que estgobernada por un partido socialdemocrta ideolgicamente convencido de lanecesidad de aplicar medidas de ajuste neoliberales y que slo pretende distri-buirlas mejor y moderar su aplicacin en el tiempo para limitar lo ms posiblesu inevitable descalabro electoral.

    Pero a pesar de lo que pueda parecer, los problemas del euro y de la crisissoberana ni empiezan ni acaban con Grecia ya que lo nico que ha hecho staes sacar a relucir problemas mucho ms amplios y fundamentales relaciona-dos con los pilares sobre los que se ha construido la propia zona euro. La liteeuropea por supuesto tiene sus teoras para explicarse qu es lo que ha anda-do mal y ha llevado a la crisis actual de la moneda nica. Independientementede lo certeras que nos parezcan stas, ms vale empezar por conocerlas y com-prender de donde vienen. En base a ellas estn diseando su plan de salvamen-to del euro que incluye el famoso Pacto por el Euro o el Six Pack de refor-mas de la gobernanza econmica.

    Una moneda y diecisiete gobiernos. Un problemade gobernanza?Jean Claude Trichet, en su ltima conferencia de prensa como Presidente delBCE el pasado 6 de Octubre, deca que mientras que el Banco Central siem-pre ha sabido actuar correctamente a lo largo de esta crisis ha sido nuestro sis-tema de gobernanzael que no ha estado a la alturade las circunstancias.

    Tambin deca que la propia naturaleza del BCE como institucin suprana-cional europea le da a sta la formidable ventaja de poder gozar de una visinde conjunto a la hora de entender los problemas por los que atraviesa la zona

    euro y de disear soluciones.Segn el presidente del BCE sta es claramente una ventaja de la que no dis-ponen los 17 gobiernos de la zona euro ya que la visin que tienen estos de losproblemas del euro, como se ha podido comprobar durante esta crisis, estabademasiadas veces influida por los estrechos intereses nacionales y marcoselectorales ante los que estos responden. Segn Trichet, el deberdel BCEpor lo tanto ha sido siempre el de trasladarle a estos gobiernos la visin de con-

    junto de la situacin.Todos los problemas fundamentales de la zona euro, de acuerdo a esta visin

    del mundo, provienen siempre de la tensin que produce la coexistencia deuna moneda nica gobernada por una nica institucin supranacional e inde-

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    pendiente (el BCE) con 17 distintas autoridades fiscales autnomas conforma-das por gobiernos nacionales. ste es un problema que no tienen las otras poten-cias capitalistas como EE UU, Japn o el Reino Unido donde convive una nica

    autoridad monetaria con la autoridad fiscal de un nico gobierno central.Para superar este problema el sistema de gobernanza del euro se erigi sobreacuerdos intergubernamentales como el famoso Pacto de Estabilidad yCrecimiento (PEC) cuyo objetivo era limitar, a travs de posibles medidas decastigo para los incumplidores, la capacidad de actuacin fiscal de los 17gobiernos que comparten la moneda nica.

    El problema del PEC, siempre segn esta visin, fue precisamente que sucarcter intergubernamental permita a los propios gobiernos que lo habandiseado cambiarlo e interpretarlo de manera flexible cuando a estos les con-vena. Cada gobierno entenda que le podra llegar a l el da en el que le con-vendra tambin saltarse los lmites impuestos por el PEC y por ello le intere-saba ser flexible tambin con los otros gobiernos. Esto fue claramente lo quesucedi en noviembre del 2003 cuando los ministros europeos llegaron a unacuerdo dentro de ECOFIN para suspender el proceso sancionador, por infri-gir los lmites de dficit, a Francia y Alemania, las dos principales potenciasnacionales del euro de cuya alianza y convergencia de intereses depende la exis-tencia misma de la moneda nica. Esta experiencia llevo a la reforma del PECen el 2005 para hacerlo ms flexible y evitar tener que situar de nuevo a las dosgrandes potencias europeas en la embarazosa situacin de tener que justificar

    por qu no podan ser sancionadas por infringir las reglas sobre dficit.El objetivo principal del proyecto de reforma de gobernanza europea y del

    PEC, el famoso Six Pack propuesto por el grupo de trabajo del presidente VanRompuy, consiste precisamente en limitar todava ms la capacidad de losgobiernos de escaparse de los lmites de actuacin fiscal impuestos a nivel supra-nacional. El sueo del BCE hubiese sido disear un sistema de sanciones deaplicacin automtica, es decir independientes de las negociaciones inter-gubernamentales coyunturales, para los gobiernos que incumplieran el PEC. Elacuerdo final de reforma del PEC, aprobado recientemente por la mayora con-

    servadora del parlamento europeo, aunque mucho ms intervencionista y estric-to que el marco anterior, queda todava lejos de esta utopa neoliberal del BCE.

    La indisciplina fiscal como causante de la crisissoberanaSi algo est claro es que las causas fundamentales de la crisis econmica porlas que atraviesa la zona euro no estn relacionadas con la indisciplina fiscalde sus gobiernos sino que sta forma parte de una crisis global capitalista. Peroes que ni siquiera la mal llamada crisis soberana en la que degener la crisis

    financiera de la zona euro a partir del 2010 tiene fundamentalmente que vercon la indisciplina fiscal.

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    Incluso aceptando que en Grecia exista un problema de ocultacin masiva delas cuentas pblicas y endeudamiento del sector pblico causado por unEstado totalmente corrupto, pases como Irlanda o Espaa que hoy tambin se

    encuentran en el ojo del huracn de la crisis soberana eran aupados por lospropios neoliberales como ejemplos de rigor y disciplina fiscal antes de la cri-sis. Ninguno de estos dos pases puede ser acusado de irresponsabilidad fiscalcon anterioridad a la crisis. En Irlanda fue el rescate de un sector bancariosobredimensionado lo que dispar la deuda pblica durante la crisis. EnEspaa el deterioro de las cuentas pblicas durante la crisis fue causado prin-cipalmente por la cada en picado de la recaudacin fiscal provocada por ladesaceleracin econmica ligada al pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

    Italia siempre fue conocida por su enorme carga de deuda pblica acumuladay por su bajo crecimiento econmico. Pero el estancamiento econmico deItalia, que precede a la actual crisis, fue precisamente lo que le ha permitidomantener un dficit fiscal primario (antes de incluir el pago de intereses sobre sudeuda) relativamente contenido incluso en los peores momentos de la recesin.

    A pesar de las enormes diferencias en el comportamiento fiscal y en laestructura econmica de estos distintos pases la crisis soberana se ha idoextendiendo como un reguero de plvora desde Grecia a partir del 2010, aIrlanda y despus a Portugal y, desde mediados del 2011, a Italia y Espaa. Esprecisamente la naturaleza impredecible y contagiosa de esta crisis finan-ciera y soberana la que ha empujado a las instituciones y gobiernos de la zona

    euro, a menudo presas del pnico, a adoptar medidas a un ritmo y velocidadimpensables antes de la crisis.

    Es importante recordar que al inicio de la crisis soberana cuando los mer-cados se cebaban slo con Grecia corra la ilusin entre las lites europeas deque quizs le vendra hasta bien dejar que Grecia fuese castigada por los mer-cados por sus pecados. La idea era que esta presin impulsara finalmente aGrecia a enderezar sus irresponsables polticas fiscales y econmicas y ser-vira de ejemplo de lo que poda sucederle a los otros Estados si se resistan agestionar sus economas con parmetros neoliberales. El problema vino cuan-

    do vieron que los problemas de Grecia eran contagiosos y desestabilizaban atoda la zona euro, no por la importancia minscula de la economa griega enrelacin al PIB de la zona euro y ni siquiera por la importancia que pudiesetener la deuda griega en posesin de los bancos europeos, sino por las debili-dades sistmicas de la zona euro y que lo que estaba sucediendo en Greciasacaba a la luz.

    Quin garantiza el pago de la deuda de los Estadosdel euro?

    Oficialmente aunque la deuda emitida por cada uno de los 17 gobiernos quecomponen la zona euro est denominada en una misma moneda emitida por un

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    mismo banco central, las garantas de pago deesta deuda no estn compartidas sino que depen-den de la voluntad y capacidad de pago de 17

    autoridades fiscales distintas e independientes.Ninguno de los 17 gobiernos ni siquiera puedeya contar con que su propio banco central mone-tice sus deudas, aunque quisieran y pudiesen, yaque con la unin monetaria han cedido la auto-ridad sobre la poltica monetaria al BCE.

    Contrariamente a lo que parecen pensar algu-nos analistas de izquierda, la capacidad demonetizacin, en teora ilimitada, de la deudade un gobierno por parte de su banco central

    nacional en ltima instancia tampoco sirve para que el gobierno pueda garan-tizarse la financiacin.Monetizarla deuda de un gobierno de manera descon-trolada lo nico que hace es convertir la desconfianza en la capacidad de pagodel gobierno en un problema de credibilidad en la moneda nacional que utili-za ese gobierno para pagar sus deudas. Si una economa depende de la finan-ciacin exterior para mantener un dficit por cuenta corriente, la desconfianzaen la moneda nacional presionar constantemente el valor cambiario de estamoneda a la baja y podra llegar a obligar al gobierno a tener que emitir sudeuda en moneda extranjera para poder atraer a los inversores extranjeros y no

    tener que pagar tipos de inters elevados. Pero es que, aunque una economaestuviese en situacin de autarqua, la emisin sin lmite de moneda nacionalpara financiar la expansin del gasto y de deuda del gobierno provocara unaumento descontrolado de la inflacin que llevara a la perdida del poderadquisitivo de la moneda y la progresiva sustitucin de sta por monedaextranjera o por simple trueque en las transacciones domsticas. Es precisa-mente por esta razn por la que en Cuba, por ejemplo, la obligacin oficial delbanco central de monetizar la deuda del gobierno viene acompaada por leyesque limitan cunto puede el gobierno gastar en exceso de lo que recauda.

    A pesar de que el tratado de la UE dice claramente que ningn gobierno den-tro de la unin monetaria puede hacerse responsable de la deuda de otrogobierno dentro de la misma unin, los mercados financieros haban asumidodurante aos que las garantas de pago sobre la deuda de cada uno de estosgobiernos haban sido de alguna manera colectivizadas con el advenimientodel euro. Esta creencia de los mercados se vea reflejada en la persistencia deuna prima de riesgo insignificante entre el tipo de inters sobre la deuda de lospases del euro y el tipo de inters de la deuda alemana, pas tradicionalmenteconsiderado como bastin de la disciplina fiscal.

    Al fin y al cabo a nivel agregado el dficit fiscal y el nivel de deuda pblica dela zona euro en su conjunto (-6% y 85% del PIB) se hallan o muy por debajo,

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    nacinalizacinesse disearan cncarcter permanentey s bjeti serapner la ferta decrdit bancari alserici del interspblic en ez delcapital priad

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    en el caso del dficit, o en lnea, en el de la deuda, con el de las otras tres prin-cipales potencias capitalistas, EE UU (-11% y 78% del PIB), Japon (-9% y108% del PIB) y el Reino Unido (-10% y 80% del PIB). Adems, casi la mitad

    de esta deuda pblica est compuesta de deuda AAA alemana y francesa que aplazos de diez aos se financia a tipos entorno al 2-3%. Por lo tanto, en teora,si el conjunto de los pases de la zona euro garantizaran las deudas de los pasesperifricos, esto debera de ser asumible para el conjunto de la zona euro.

    Fue precisamente la asuncin por parte de los mercados de que poda noexistir voluntad poltica por parte de las lites europeas de colectivizar lasgarantas de pago de los distintos gobiernos nacionales del euro lo que crea elfamoso efecto contagio. Esto es tambin lo que explica porque han sido pre-cisamente medidas como los prstamos del FEEF, con garantas del resto delos gobiernos de la zona euro, a Irlanda y Portugal y los crditos de la UE aGrecia los que han servido para calmar temporalmente a los mercados.

    Pero estaban realmente tan equivocados los mercados en haber asumidoque las deudas de los pases miembros del euro acabaran siendo colectiviza-das si algn da llegase a haber problemas? Al fin y al cabo no es precisa-mente en esa direccin en la que se encaminan los estados del euro con la crea-cin del FEEF y las continuas reformas de sus estatutos?

    La incertidumbre permanente sobre hasta dnde estn dispuestos a llegar losestados del euro para colectivizar la deuda y as garantizar la estabilidadfinanciera del euro es la causante de que el efecto contagio retorne periodi-

    camente como un tsunami y amaine slo temporalmente con cada nueva ini-ciativa garantista que se toma a nivel europeo.

    La calma ha sido siempre temporal precisamente porque las garantas depago y apoyo siempre se concedan de manera limitada y titubeante y su con-tinuidad siempre quedaba en entredicho. Cmo iba el mercado a confiar ensu continuidad si estos crditos siempre se concedan a condicin de que elpas receptor profundizase las medidas de ajuste neoliberal dictadas por laTroika compuesta por el FMI el BCE y la Comisin Europea? Cmo ibanadie a confiar en su continuidad si cada mes se amenazaba a Grecia con cor-

    tarle los prestamos si no aplicaba los ajustes X o Y o cuando se hablaba de unaquita cada vez mayor de deuda griega para reducir el monto de crdito quenecesitaran aportar los gobiernos europeos?

    La quita de deuda pblica como solucinContrariamente a lo que se suele pensar, los principales afectados por unaquita de deuda griega no seran los bancos franceses o los alemanes, sino lospropios bancos griegos. Aunque un 60% de la deuda pblica griega se halla enmanos extranjeras, la deuda griega en los balances de los bancos y fondos no-

    griegos representa una cantidad relativamente pequea en relacin a su carte-ra global de activos. Entre los bancos extranjeros (como Dexia, BNP, Societe

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    General, Commerzbank, Deutsche Bank) que son los mayores tenedores dedeuda griega, en ningn caso esta deuda llega a representar ni tan siquiera el1% de sus balances. Las prdidas ocasionadas por una quita griega sin duda

    reduciran sus beneficios, ya que estas entidades tendran que realizar provi-siones para cubrir las perdidas. En el peor de los casos, sus Estados acabaranteniendo que contribuir a recapitalizarlas con fondos pblicos. En cambio, elpeso que tiene la deuda griega en manos de los bancos griegos, en relacin ala cartera global de stos es enormemente ms importante (representa entre un10-13% de sus balances) y una quita llevara a la mayor parte de stos a la ban-carrota a menos que el Estado griego los recapitalizase. De dnde iba a sacarel gobierno griego estos fondos pblicos? Precisamente de los prstamos con-cedidos por la UE y el FMI.

    Por ello, no es tanto la quita sobre la deuda griega lo que representa un riesgosistmico para el sistema financiero europeo, ms all de la banca griega, sino laposibilidad de que esta quita siente un precedente y lleve al mercado a descon-tar posibles quitas sobre otros mercados de ttulos de deuda mucho ms impor-tantes, como son el mercado de deuda italiano o el espaol. Las prdidas ocasio-nadas por quitas sobre la deuda italiana y espaola tendran un efecto devasta-dor sobre la banca francesa y, en menor medida, tambin en la alemana.

    Una recapitalizacin significativa con fondos pblicos de la banca europeaprovocada por las prdidas ocasionadas por quitas de deuda pblica europeaen la prctica conducira a la nacionalizacin de numerosas entidades banca-

    rias. Estas nacionalizaciones no saldran gratis, como a veces parecen pensarciertos sectores de la izquierda, sino que correran a costa del erario pblico.Desde el inicio de la crisis financiera ya se han nacionalizado gran cantidad debancos en Europa, pero estas nacionalizaciones siempre han estado diseadascomo medidas temporales cuyo objetivo era siempre facilitar la reestructura-cin y el saneamiento de las entidades intervenidas para facilitar su posteriorprivatizacin. Bajo un programa alternativo de izquierdas estas nacionalizacio-nes se disearan con carcter permanente y su objetivo sera poner la ofertade crdito bancario al servicio del inters pblico en vez del capital privado.

    Est claro que el control efectivo democrtico de la ciudadana sobre la gober-nanza de estas entidades sera fundamental para evitar que redes de interesesprivados y polticos acabasen por hacerse con su control, como ha sucedidocon las cajas de ahorro en Espaa.

    Cules son las alternativas?Est claro que tanto con quitas o sin quitas de deuda, como con nacionaliza-ciones de bancos insolventes, los costes de asegurar la financiacin de la deudapblica en la periferia europea se van a tener que sufragar con gasto pblico.

    Lo importante para un programa de izquierdas est en determinar en beneficiode quin se va a realizar este esfuerzo. Un programa de izquierdas tambin

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    buscara garantizar de manera colectiva la deuda de los pases de la periferia,pero no lo hara a cambio de condiciones de ajuste neoliberal o de reformasliberalizadoras o de la flexibilizacin del mercado laboral como lo estn

    haciendo los programas de la Troika.Bajo el esquema actual, los Estados de la zona euro estn sufragando a tra-vs de crditos los gastos de pases como Irlanda, Portugal y Grecia para ase-gurar que stos puedan continuar pagando sus deudas y evitar el contagio alresto de la zona euro.

    Salir del euro, como proponen algunos sectores de izquierda para Grecia, esproponer un remedio peor que la enfermedad. Grecia depende de la financia-cin exterior para pagar un dficit por cuenta corriente equivalente al 10-11%de su PIB y para financiar su dficit fiscal. Aunque abandonara el euro y adop-tara su propia moneda, incluso si renegara de toda su deuda (equivalente al143% de su PIB), tendra todava que financiar estos dos dficit. Esto sera as,a menos que estuviese dispuesta a reducir el gasto interno de manera brutal enun plazo de tiempo muy reducido para reequilibrar su balanza de pagos ycuenta fiscal, algo difcilmente defendible desde un programa de izquierdas.Aumentar la recaudacin fiscal a travs de un sistema impositivo ms justoque gravase las rentas ms altas y el impuesto de sociedades (en lugar de cen-trarse como la Troika en aumentar el IVA y en hacerle pagar el IRPF a seg-mentos de rentas cada vez ms bajos) sera sin duda una medida justa y nece-saria pero dificilmente sera suficiente para cerrar una diferencia entre gasto y

    recaudacin fiscal equivalente a ms de diez puntos porcentuales del PIB.Las condiciones de mercado a las que Grecia tendra que hacer frente para

    obtener financiacin exterior seran mucho ms complicadas si sta adoptasede nuevo su propia moneda ya que los mercados le exigiran tipos de intersmucho ms elevados para compensarles por el riesgo de devaluacin de sumoneda y el riesgo de impago. Estos intereses con toda seguridad seranmucho ms elevados que el 3,5% al que la UE y el FMI se han comprometidoa concederle su linea de crdito. Irnicamente aunque Grecia adoptara su pro-pia moneda, podra verse obligada a emitir su deuda en euros de nuevo como

    nica forma de poder acceder a los mercados internacionales.Hay sectores que piensan que una devaluacin brutal de la nueva moneda grie-ga evitara precisamente la necesidad de realizar el ajuste competitivo a travsde reducciones de salarios y precios internos. Segn esta visin una devaluacinde la moneda griega automticamente hara ms competitiva a Grecia y por artede magia hara crecer las exportaciones lo suficiente como para reequilibrar elenorme dficit por cuenta corriente del pas. El aumento milagroso de lademanda exterior para exportaciones griegas por s solo sera capaz de evitar lanecesidad de disminuir el gasto interno y de reducir salarios y precios.

    Se basan para ello en el ejemplo de Argentina. Pero Argentina se beneficide un sector exportador dominado por el petrleo, mercancas agrcolas alta-

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    mente globalizadas (como los cereales, la soja y la carne) y las materias pri-mas. Sectores que se beneficiaron de un boom internacional de sus precios alpoco tiempo de la crisis argentina. Grecia no dispone de nada comparable y si

    sus exportaciones no fueron capaces ni siquiera de recuperarse cuando la recu-peracin del comercio internacional tiraba del crecimiento de las exportacio-nes de los dems pases europeos, difcilmente lo podra conseguir ahora.

    Lo peor de esta visin de algunos sectores de izquierda es que parece acep-tar indirectamente el dogma liberal de que los niveles salariales de los griegosson realmente un problema y que han contribuido a la perdida de competitivi-dad externa del pas. Aunque la solucin que proponen para recuperar la sacro-santa competitividad se basa en la devaluacin de la moneda y no el ajustesalarial la premisa de la que parten es la misma que la de los analistas neoli-berales.

    Contrariamente a las predicciones apocalpticas de turno, argumentadas amenudo de manera idntica tanto por sectores de derechas como de izquier-das, la zona euro no se desintegrar. Hay demasiado en juego para la liteeuropea como para permitir que esto pase. A fin de cuentas la supervivenciadel euro es una cuestin de voluntad poltica, principalmente de las clases diri-gentes alemanas y francesas, no un problema econmico.

    El camino que va a tomar el proyecto del euro para salir de la crisis sobera-na no es tampoco ningn misterio. Tanto las presiones de la situacin econ-mica-financiera como la propia lgica de la evolucin de los acontecimientos

    empujan irremediablemente hacia un proceso progresivo de colectivizacinde la deuda de los Estados del euro y hacia una mayor integracin de sus pol-ticas econmicas, fiscales y financieras. Para que esto sea polticamente acep-table dentro de Estados, como Alemania, a cuyo cargo corrern la mayor partede los gastos, se aceptarn quitas de deuda y otras concesiones en aquellospaises donde de lo contrario sera imposible garantizar la sostenibilidad de ladeuda. A cambio de esto los dems Estados del euro se vern obligados a cedercada vez ms autonoma en el diseo de sus polticas fiscales y econmicas enfavor de un modelo de gestin neoliberal cada vez ms homogneo.

    Las principales incgnitas en torno a este proceso se refieren al ritmo y lostiempos que va a tomar y no en su direccin. Por supuesto que nada en la his-toria es inevitable. Pero para evitar que las clases dirigentes europeas aprove-chen el momento histrico y avancen en el proceso de integracin europeapara construir su paraiso neoliberal, es imprescindible que la izquierda tomepronto conciencia de la situacin, deje de lado las perspectivas apocalpticasque preven la disolucin del euro, y contraponga un modelo alternativo deintegracin europea basado en los intereses de los trabajadores.

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    Alejandro Ramrez es economista.

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    Las causas del huracn europeo yacen en la crisis mundial iniciada en 2007.En pocas palabras, la bancarrota de Lehman Brothers en septiembre del2008 condujo a una crisis bancaria que desemboc a su vez en una recesinglobal. Las economas europeas fueron golpeadas por las vertiginosas cadasde las exportaciones y la contraccin del crdito. Inicialmente, la interven-cin estatal aminor el impacto: en parte para apoyar a los bancos y en partepara mantener la demanda agregada. Sin embargo, la intervencin de los

    Estados condujo al siguiente perodo de la crisis, el de la deuda pblica, queresult ser tambin el ms grave, ya que a medida que la crisis de la deudapblica se fue profundizando amenaz a su vez con encender de nuevo la cri-sis bancaria.

    Dicho esto, es imprescindible enfatizar que el carcter y la ferocidad espec-ficos de la barahnda europea yacen en la unin monetaria. El euro ha jugadoun papel de mediador en la crisis mundial en Europa y, desde una perspectivamarxista, esto no debera sorprendernos, ya que el euro constituye una formade dinero mundial y no simplemente una moneda comn. El euro est dise-

    ado para funcionar como medio de pago y atesoramiento o, en la jerga de loseconomistas convencionales, como moneda de reserva. El euro sirve los inte-reses de los grandes Estados que lo dirigen y de las empresas industriales quelo despliegan a nivel internacional. Sin embargo, el euro ha cristalizado a suvez las tensiones y los desequilibrios del capitalismo europeo, actuando comoel epicentro de la crisis. ste ha sido un rasgo comn de las divisas mundialesdesde que el oro empez a jugar dicho papel y dict el ritmo de las crisismediante su atesoramiento y sus flujos de compra y venta.

    El euro es una forma de divisa mundial poco comn creada por una alianza

    de Estados liderada por Alemania. En este sentido presenta diferencias impor-tantes respecto a la forma dominante de dinero mundial, el dlar, ya que ste

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    2. Qu hacer con el euro? El debate de la izquierda europea

    Costas Lapavitsas

    Una estrategia de izquierdas paraEuropa: respuesta a Michael Husson

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    ha sido una divisa nacional catapultada a su rol mundial como resultado delpoder imperial de un estado y una economa unificados. Sin embargo, paraque el euro pudiera actuar de dinero mundial fue necesario crear una

    maquinaria institucional adecuada para una alianza liderada por Alemania,la cual es un estado-nacin considerablemente ms dbil que EstadosUnidos. Tuvieron que darse para ello tres factores fundamentales: en primerlugar, un banco central independiente con pleno control sobre la polticamonetaria y que preside un mercado monetario homogneo para los bancos;en segundo lugar, una rigurosidad fiscal impuesta mediante el Pacto deCrecimiento y Estabilidad y; en tercer lugar, una presin implacable sobresalarios y condiciones laborales con el objetivo de garantizar la competitivi-dad del capital europeo.

    La maquinaria institucional del euro ha catalizado la crisis en Europa. Lapresin ms implacable sobre el trabajo se ha producido en el centro de laeurozona y ha buscado, sobre todo en Alemania, una creciente competitivi-dad. El resultado ha sido la consolidacin de una brecha entre el centro y laperiferia, la cual se ha visto reflejada en los supervit por cuenta corrientedel primero y los dficit de la segunda. La brecha fue cubierta por enormesflujos de capital del centro a la periferia, principalmente en forma de prs-tamos bancarios/1. Adems, los bancos en la periferia iniciaron una rpidaexpansin contribuyendo de esta manera a la deuda. Al final de la primeradcada del siglo XXI la periferia se encontraba profundamente endeudada

    a nivel domstico y exterior por un lado y a nivel privado y pblico por elotro.

    Cuando la crisis mundial golpe en Europa, derivando en recesin e interven-cin estatal, se convirti inevitablemente en una crisis de la periferia en todas susdimensiones. A su vez, la crisis de la deuda amenaz con devenir una crisis ban-caria que potencialmente poda destruir al euro. La respuesta a la crisis por partede las clases dominantes europeas- tanto del centro como de la periferia- haresultado muy sintomtica de los rasgos del proyecto europeo, ya que su prin-cipal preocupacin ha sido rescatar al Euro. Es por ello que las polticas se han

    centrado en salvar a los bancos expuestos a la deuda de la periferia. De estamanera, el BCE ha avanzado a los bancos abundante liquidez a precio reducidoy, en claro contraste, ha puesto a disposicin de los Estados escasa liquidez a ele-vadas tasas de inters. De forma paralela, se ha impuesto una austeridad sin pre-cedentes en los pases de la periferia a la vez que su estado del bienestar ha sidorecortado y sus condiciones laborales empeoradas. Los costes de la crisis, de estemodo, han sido descargados sobre las espaldas de la gente trabajadora. Ya a prin-cipios del 2011 los contenidos de clase de las polticas de rescate del Euro esta-

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    1/Tal y como se explica con detalle en Lapavitsas et al. (2010).

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    ban bastante claros: primero, defender los intereses del capital financiero prote-giendo a los tenedores de bonos y otros prestamistas; segundo, promover losintereses del capital industrial exprimiendo costes laborales.

    Estas polticas han sido dictadas por la principal beneficiaria del Euro, Alemania.La ascendencia alemana es en estos momentos ms fuerte de lo que lo haba sidoen cualquier otro momento de la historia de la Unin Europea. Los intereses impe-riales del corazn de la eurozona tambin se han manifestado claramente. Si laspolticas actuales de rescate del Euro tienen xito- y existen serias dudas de quesea as- Alemania emerger como el indiscutible amo de la eurozona y la fuerzadominante de toda Europa. Mientras tanto, la periferia seguir estancndose conaltos ndices de desempleo y un empeoramiento de la distribucin de los ingresos,aunque existe un reducido sector del capital financiero e industrial de la periferiaal que seguramente le continuarn yendo bien las cosas.

    La crisis ha marcado sin duda un antes y un despus en Europa, ya que haimpuesto un rpido proceso de cambio social a favor del capital y en contra delos trabajadores y trabajadoras. Tambin ha promovido cambios geopolticosmediante la conversin de la eurozona en el patio trasero de Alemania. A suvez, ha dado al traste con las ya desgastadas ideas de alianza estable y federa-lismo europeos que haban servido de coartada ideolgica para la creacin dela eurozona. As, la crisis debera haber constituido una gran oportunidad paraque la Izquierda recuperara la compostura y avanzara propuestas anticapitalis-tas que colocaran a Europa en un rumbo socialista. Desafortunadamente esto

    no ha pasado an. Una parte importante de la izquierda continental todava seencuentra paralizada por el europeismo y preocupada por desarrollar estrate-gias con carcter europeo ms que socialista. Teme, ante todo, trastocar launin monetaria. El resultado de todo ello ha sido la ausencia de una oposi-cin de Izquierdas a la transformacin social e imperial que en la actualidadest teniendo lugar en Europa.

    Un buen euro?La izquierda europesta se aferra a la idea de que la eurozona podra ser

    reformada a favor de las clases trabajadoras mediante la creacin de unbuen euro. Se puede clasificar a los defensores del buen euro en doscorrientes: las dos son prominentes en el seno del recientemente creadoPartido de la Izquierda Europea pero tambin de manera ms amplia en todaEuropa/2. Una corriente est formada por europestas que en general mini-mizan los intereses imperiales y de clase motores de la unin monetaria. Laotra corriente est compuesta por europestas reticentes quienes, a pesar de

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    2/Ambas tuvieron una presencia importante en la conferencia Deuda pblica y polticas de austeridad en Europa:

    la respuesta de la izquierda europea, celebrada en Atenas en Marzo del 2011 http://athensdebtconference.word-press.com/about/

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    que enfatizan los intereses de clase, no acaban de comprender las implica-ciones de crear un nuevo dinero mundial. A ambas corrientes les aterrori-zan los peligros del nacionalismo y el aislacionismo que podran resultar del

    colapso de la eurozona. En definitiva, quizs la unin monetaria ha sido malconcebida pero ahora mismo es una realidad y en ningn caso sera reco-mendable salirse de ella/3.

    Para los europestas reticentes esta posicin tambin deriva en lo que podradenominarse europeismo revolucionario o, en otras palabras, derrocar alcapitalismo en el supuestamente privilegiado terreno de la integracin euro-pea. Lgicamente esto tambin conllevara la creacin de un estado europeounitario (y revolucionario), aunque esta ltima demanda no suele ser expuestade manera explcita. Ya sean entusiastas o reticentes, las propuestas en torno albuen euro muestran una convergencia considerable. Existe, por ejemplo, unamplio acuerdo en torno a la necesidad de ofrecer resistencia a la austeridad yla liberalizacin, as como en que Europa necesita una mayor redistribucin delos ingresos y la riqueza. Hay tambin acuerdo en que una coordinacin de laspolticas de inversin podra incrementar la productividad en la periferia yreestructurar la economa europea.

    Son estas ideas encomiables y una parte importante de la izquierda- ya seaeuropesta o no- seguramente coincidira con ellas. El problema, es que no seenfrentan a la verdadera naturaleza de la crisis y al hecho de que su aspectoms preocupante es la deuda de la periferia. En la izquierda hay un acuerdo

    generalizado en que los pases de la periferia necesitan deshacerse del lastrede la deuda para que sus economas puedan recuperarse. Ms all de esta pre-misa, no obstante, resulta difcil encontrar otros acuerdos. Los europestas fer-vientes, como por ejemplo los que se encuentran en el Partido de la IzquierdaEuropea, tienden a favorecer una reestructuracin consensuada de la deuda (aefectos prcticos, un impago dirigido por los acreedores), lo cual reducira elnivel de deuda de la periferia sin alterar en exceso los mecanismos de la euro-zona. Un impago dirigido por los acreedores, sin embargo, no cuenta condemasiadas posibilidades de reducir la deuda de la periferia, ya que a los pres-

    tamistas no les suele agradar incurrir en prdidas. As, los reticentes tienden afavorecer una reestructuracin radical de la deuda a menudo a iniciativa delprestatario. Proponen, no obstante, eliminar la deuda de manera unilateral per-maneciendo en el marco de la eurozona, y los principales poderes de sta ten-drn que soportar las prdidas. No han sido capaces de explicar an los euro-pestas entusiastas de qu modo conseguir llevarse a cabo.

    Ante este escenario, los europestas han avanzado una variedad de propues-tas especficas en relacin con la deuda. En este punto el terreno se vuelve res-

    3/Ejemplos de ello son, entre otros, ATTAC-Alemania (2011) y Husson (2010).

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    baladizo, ya que conduce a los alcances externos de las polticas de los gobier-nos de Europa. Las propuestas habitualmente se han centrado en prstamosdel BCE y en la emisin de eurobonos, los cuales se encuentran presentes ya

    en las polticas actuales de la eurozona.En resumen, la idea general parece ser que el BCE debera expandir suactual prctica de comprar deuda pblica en mercados secundarios (y hacerprstamos tomando como garanta la deuda pblica de la periferia). El BCEdebera adquirir una parte importante de la deuda existente en los pases de laperiferia as como financiar futuros prstamos de los Estados de la eurozona.Tambin se sugiere que la emisin de eurobonos- que ya es efectuada por elFondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para obtener fondos y pres-tar a pases que se encuentren en dificultades- se vea incrementada para satis-facer as las necesidades de crdito de los Estados de la eurozona/4.

    Una homogeneidad fiscal y monetaria en la euro-zona?Nada impide una combinacin de estas sugerencias, incluyendo la propuesta deque el BCE se autofinancie mediante la emisin de eurobonos. Estas propuestasse presentan como anlogas a las operaciones de la Reserva Federal en EstadosUnidos y, as, como un importante paso hacia la creacin de una homogeneidadfiscal y monetaria en el seno de la eurozona. Desafortunadamente, contienentambin grandes problemas, lo cual explica que hayan recibido escasa atencin

    de la clase dirigente de la eurozona. Uno de los problemas reside en las prdi-das resultantes de la deuda perifrica de mala calidad. Si, por ejemplo, el BCEadquiriera deuda ya existente de la periferia con un gran descuento, el capitalde los bancos debera ser repuesto para evitar prdidas; si la deuda fueraadquirida por su valor nominal, seguramente el BCE acabara teniendo prdi-das importantes que deberan ser saneadas. Existe una confusin muy difun-dida entre gran parte de la izquierda en torno a lo que un banco central puedey no puede hacer. El BCE en realidad tiene gran capacidad para actuar de pres-tamista de ltimo recurso avanzando, por ejemplo, liquidez a bancos y

    Estados. Pero ser un acreedor prestamista de ltima instancia nada tiene quever con manejar deuda mala, es decir con la solvencia. Garantizar la solvenciaes responsabilidad del Ministerio de Finanzas, el cual debe generar ingresosmediante impuestos que compensen las prdidas ocasionadas por las malasdeudas. En el contexto europeo esto significa recurrir a los impuestos sobre losingresos de los pases del centro, imponiendo la carga de esta manera a las cla-ses trabajadoras. El BCE no tiene ningn poder para convertir en buenos los

    4/La idea de emitir eurobonos de forma sistemtica ha incrementado considerablemente su influencia al ser pro-

    puesta por las voces oficiales de Juncker y Tremonti (2010). Sin embargo, ya haba circulado antes durante algntiempo entre las corrientes de izquierda.

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    irresponsables crditos que los bancos europeoshan realizado durante toda la dcada del 2000.Recapitalizar los bancos, a su vez, comporta

    garantizar ingresos tributarios, un paso que poseeprofundas implicaciones de clase y de poder.Es ms, la sugerencia de que el BCE debera

    adquirir deuda perifrica de manera sistemtica yque incluso debera comprometerse de maneraexplcita a financiar los futuros prstamos de lospases de la eurozona, supondra una amenazapara el euro como dinero mundial. Si el BCE,por ejemplo, empezara a financiar los prstamoshabituales de todos los pases de la eurozona, seincrementara el riesgo de inflacin, lo que a su

    vez reducira la credibilidad del euro en los mercados mundiales. En este senti-do el euro no se puede comparar con el dlar. El dlar es la principal forma dedinero mundial cuya aceptabilidad proviene de mecanismos institucionaleshabituales y establecidos. El euro es un competidor que an no ha desarrolladoun marco slido de aceptabilidad en el mercado mundial. No es nada probableque la clase dominante alemana acepte que el BCE otorgue prstamos a Estados,dado que ello podra hacer peligrar la aceptabilidad global del euro.

    Se pueden hacer consideraciones anlogas en torno a la emisin de eurobonos

    con el objetivo de reponer la deuda de la periferia. Las dificultades de los Estadosperifricos a la hora de acceder a prstamos pueden ser sin duda remediadasmediante la emisin de eurobonos, aunque este mecanismo sera mucho ms lentoque si el BCE inyectase liquidez directamente. Pero enfrentarse a las ms que pro-bables prdidas resultantes de las malas deudas es un asunto completamente dis-tinto que requiere garantizar el capital proveniente de los ingresos tributarios. Yello es as sin ni siquiera tomar en consideracin el coste adicional que supondrapara los pases del centro pedir prstamos a altas tasas de inters si tuvieran queemitir eurobonos de manera conjunta con los pases de la periferia.

    Finalmente, existe otro problema que no suele tenerse en cuenta. Las pro-puestas en relacin al buen euro tienen como objetivo fundamental acabarcon la contradiccin existente entre heterogeneidad fiscal y homogeneidadmonetaria en el seno de la maquinaria institucional de la eurozona. Es de supo-ner que la creacin de un espacio fiscal comn en la eurozona, bien medianteprstamos o por el BCE, podra mejorar el funcionamiento del euro y eliminarlas crisis. Pero el problema yace en que la esfera financiera de la eurozona noes ni mucho menos tan homognea como se suele imaginar. Efectivamente,existe un mercado monetario homogneo que regula los trminos de los prs-

    tamos de los bancos en toda la eurozona, pero la propiedad de los bancos con-tina siendo resueltamente nacional. De manera similar, no existe homogenei-

    Cm resltad, sila slencia bancariadeiniera

    prblemtica, lsbancs nicamentepdran recrrir ass prpis Estads,tal y cm scedien Irlanda en el2009 y el 2010 y enBlica en el 2008 yel 2009

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    dad alguna a la hora de supervisar y regular las actividades de los bancos sinoque stas son efectuadas por los respectivos Estados-nacin. Como resultado,si la solvencia bancaria deviniera problemtica, los bancos nicamente podr-

    an recurrir a sus propios Estados, tal y como sucedi en Irlanda en el 2009 yel 2010 y en Blgica en el 2008 y el 2009. No existen mecanismos europeospara lidiar con las prdidas en las que los bancos europeos inevitablementeincurriran si se cancelara la deuda de la periferia. Y tampoco existe ningunafrmula aparente mediante la cual se podra convencer a los trabajadores fran-ceses y alemanes de que aceptaran tasas ms altas para rescatar, pongamos porcaso, a bancos italianos. En esto sentido el euro contina siendo una creacinde Estados-nacin y sus implicaciones para los trabajadores contienen a su vezuna clara dimensin nacional.

    Una estrategia de la izquierda radicalUna estrategia alternativa a las polticas actualmente adoptadas en el conjuntode la eurozona debera ofrecer una solucin a la crisis que consiguiera cam-biar el equilibrio de las fuerzas sociales hacia el trabajo y empujara a Europaen una direccin socialista. Para poder desarrollar una posicin propia y dis-tintiva, la izquierda debera poner en cuestin las decisiones estratgicas de losdirigentes europeos en lugar de centrarse en meros y defectuosos apaos ins-titucionales. Un primer paso sera reconocer las relaciones imperiales y de claseexistentes en el espritu de la eurozona. Las gentes trabajadoras tanto del centro

    como de la periferia no tienen nada que ganar del xito de la Unin MonetariaEuropea. Todo lo contrario, el intento de crear un dinero mundial al serviciode los intereses del capital europeo ha comportado un empeoramiento de lascondiciones laborales en el centro y una grave crisis en la periferia.

    Una alternativa radical debera reconocer a su vez que la actual poltica deimposicin de austeridad y la promocin de la ascendencia alemana tienenmuchos nmeros de fracasar. La principal razn es que la austeridad producerecesin y sta empeora el problema de la deuda. Es ms, el pronstico a largoplazo para la periferia es de reducido crecimiento. Grecia, Irlanda y Portugal

    se enfrentarn a crecientes dificultades para pagar su deuda pblica y proba-blemente tendrn que reestructurar, e incluso incumplir, los pagos. Las prdi-das resultantes tendrn un impacto en los pases del centro, y las sumas sernseguramente de gran tamao. Tan solo Grecia, en caso de ser rescatada demanera decisiva, necesitara una reduccin de la deuda pblica de aproxima-damente el 50% o el 60%, cerca de 200 billones de euros. Si esto se materia-lizara se pondra en duda la propia pertenencia a la eurozona, en parte por lospases del centro y en parte por los mismos pases perifricos que incurriesenen impagos. Las ya tambaleantes estructuras de la eurozona pasaran a estar

    bajo mayor presin an. En lugar de retroceder horrorizada, la izquierda debe-ra estar preparada para este giro de los acontecimientos.

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    La divisin entre Centro y Periferia conlleva que una alternativa radical deizquierdas necesariamente difiera en diferentes lugares de la eurozona. Para lostrabajadores y trabajadoras del centro, particularmente de Alemania, sera vital

    deshacerse de la implacable presin que la unin monetaria ejerce sobre los sala-rios. Sera una falacia, no obstante, ver el incremento salarial como va de res-cate del euro mediante el reequilibrio de la competitividad a lo largo de la euro-zona y el impulso del consumo domstico en el centro. Ninguna clase capitalis-ta promovera de manera sistemtica el aumento de los salarios de sus propiostrabajadores y trabajadoras, ya que esto acabara con su competitividad. Si serompiera la moderacin salarial en Alemania la unin monetaria se hara muchomenos atractiva para su propia clase dominante, y ello planteara el debate de supropia continuidad como socia del euro. Al fin y al cabo, Alemania tiene unalarga trayectoria a la hora de gestionar el marco alemn de manera estratgicacon el objetivo de mejorar presencia en la produccin y el comercio mundiales.Una estrategia radical en los pases del centro debera ir ms all y adoptar medi-das que, adems de revertir la moderacin salarial, la preparara para el fracasode la unin europea. Un elemento importante sera el control del sistema finan-ciero. La izquierda debera resistir la tentacin de utilizar tributos y otrosimpuestos para rescatar a los bancos de su excesiva e imprudente exposicin ala periferia de la eurozona. De hecho, la izquierda debera estar exigiendo unanacionalizacin de la banca que pudiera hacer de palanca para reequilibrar laseconomas del centro, partiendo de la premisa que los mecanismos de control

    sobre los bancos tambin cambiaran para reflejar intereses sociales ms ampliosy diversos. Ante todo, debera desplazarse el peso de la economa alemana de lasexportaciones hacia una mejora del consumo domstico, aprovisionamientopblico e infraestructura. Para ello sera necesario recuperar el control sobre lapoltica monetaria que en estos momentos detenta el BCE, as como imponercontroles sobre los flujos de capital.

    La cuestin de la pertenencia a la eurozonaEn contraposicin, la prioridad inmediata de una alternativa radical en la perife-

    ria debe ser enfrentarse a la carga de la deuda pblica y privada. Particularmentela deuda pblica debe ser renegociada con el objetivo de cancelar ms de lamitad. Para hacerlo posible debera darse un impago dirigido por los acreedoresimpulsado desde la base. Ciertamente existen contrapartidas al impago y a can-celar la deuda de manera unilateral, como por ejemplo ser excluido de los mer-cados financieros o tener que pagar mayores tasas de inters en el futuro. Sinembargo, incluso la literatura econmica convencional seala que- sorprenden-temente- dichos costes no parecen ser muy sustanciales/5.

    5/Como han sealado de manera reiterada, por ejemplo, Sturzenegger & Zettelmeyer (2007).

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    Un impago dirigido por los acreedores se vera fortalecido inconmensurable-mente por la creacin de Comisiones Auditoras de la deuda pblica indepen-dientes en todos los pases de la periferia. stas facilitaran la participacin de

    los trabajadores y las trabajadoras en la confrontacin con el problema de ladeuda e incentivaran una comprensin independiente de las causas y condi-ciones del endeudamiento. Las comisiones haran recomendaciones apropia-das para lidiar con la deuda, incluyendo la deuda considerada ilegal, ilegtima,odiosa o, simplemente, insostenible.

    Un impago dirigido por los acreedores en la periferia planteara inmediata-mente la cuestin de la pertenencia a la eurozona, ya que los prestamistas sonlos pases del centro. La salida constituye un importante componente de unaestrategia radical de izquierdas radical que podra acabar con la austeridad yreestructurar las economas en inters de los trabajadores y trabajadoras. Perocambiar la moneda constituira un shock importante y requerira un extensoprograma de cambio social y econmico. La primera prioridad sera evitar queel shockmonetario se convirtiera en una crisis bancaria, ya que en ese caso lasrepercusiones sobre la economa seran severas. De ello se deriva que los ban-cos deberan ser colocados bajo control y propiedad pblicos, protegiendo alos ahorradores, evitando hudas de capitales y creando un marco para rees-tructurar la economa. Por supuesto tambin se hara necesario imponer con-troles del capital de manera inmediata.

    La nueva moneda se depreciara ejerciendo, de esta manera, una presin adi-

    cional sobre los prstamos bancarios en el extranjero, pero tambin liberandoal sector productivo de sus cadenas y estimulando las exportaciones. Una recu-peracin del control sobre la poltica monetaria simultnea a un impago de ladeuda tambin eliminara la austeridad dominante en el sector productivo. Porotro lado, un incremento en los precios de las importaciones ejercera presinsobre los ingresos de los trabajadores y trabajadoras, lo qu