VII Congreso de Patrimonio Histórico.Manifestaciones rupestres y poblamiento.

Manifestaciones rupestres de los maxies de Lanzarote1.

Arrecife de Lanzarote 7 de octubre 2010

La coexistencia de un único gentilicio para nominar a la antigua población nativa de Fuerteventura y Lanzarote y la proximidad física entre ambas, ha sido un recurrente para establecer similitudes entre ellas. A estas dos realidades se suma la convivencia de la escritura líbio – canaria que por ahora se muestra distintiva y representativa de ambas. Es probable que exista un único grupo humano que vive en un medio físico fragmentado, preservando estrategias económicas diferentes, como resultado del proceso diacrónico derivado de la explotación física de cada isla en base a los recursos que existen, conocen y explotan.

Fuerteventura triplica el territorio de Lanzarote, con extensas llanuras, árida, suelos carbonatados no aptos para la agricultura que resultan valiosos para la explotación ganadera. La ganadería de suelta está presente en Lanzarote, aunque probablemente con una explotación en menor cuantía a juzgar por las evidencias territoriales y prácticas tradicionales.

Ambas islas participan de la escritura líbico – bereber simultáneamente con todas las islas que conforman este archipiélago, pero a su vez comparten el alfabeto líbico – canario, cuyo registro se descubre cuantitativamente muy pródigo frente a la contabilidad de las formas del alfabeto líbico – bereber, que se anotan en mucha menor cuantía. Sin embargo, la arqueología muestra diferencias en la forma en que ambos grupos humanos plasman en cada territorio insular esta grafía. Se constatan peculiaridades cuando se recurre a los signos de uno u otro

1 Esta comunicación marco comparte texto de algunos apartados y reflexiones con la comunicación de las manifestaciones rupestres de Lanzarote.

Advertimos la ausencia de un yacimiento tipo Tindaya, Barranco del Cabadero, Cuchillete de Buenavista o Morro Pinacho, en Lanzarote. Del mismo modo indicamos que en Fuerteventura por ahora no existen yacimientos rupestres en peñas basálticas que sobresalen en llanuras, aunque existen algunos casos que albergan intervenciones geométricas rectilíneas y características que conllevan una impronta etnográfica. Por el contrario, la falta de yacimientos rupestres con canales en las laderas de las montañas y márgenes de barrancos y la escasez de almogarenes de Fuerteventura establecen esa diferencia. Si bien advertimos la omisión en Lanzarote de grandes yacimientos rupestres alfabetiformes, en Fuerteventura se constatan los enclaves conformados por escaso número de sectores y paneles como sucede en la Montaña de Enmedio o de Jaifa, Tierras Malas, Jacomar, La Fortaleza, etc.

Las dos Islas manifiestan predilección de tomar como referencia orientativa para las siluetas podomorfas, el Teide y Tindaya. Ello se demuestra en los motivos de Tindaya y Cueva Palomas en Lanzarote.

Es cierto, en el sentido manifestado anteriormente de las divergencias rupestres entre estas dos islas, que el papel desarrollado por cada yacimiento rupestre en la construcción del paisaje varía dependiendo del significado del código empleado. No tendrá el mismo significado un yacimiento de canales asentado en las laderas de la montaña de Guatisea en Lanzarote, por ejemplo, que el sitio rupestre de Morretes de Tierras Malas, en Pájara, Fuerteventura, o dentro de la misma isla, con la Peña de Luís Cabrera en Guatiza de Lanzarote. A ello nos referimos al considerar que tanto el emplazamiento elegido para grabar o intervenir en el paisaje, eligiendo éste y otro lugar, resulta determinante en la construcción de la territorialidad de cada una de las dos realidades insulares.

Independientemente de la propia intervención humana en un elemento natural, como puede ser en un resalte, en una peña que despunta en el llano, la propia orografía, la roca o el barranco

ejerce un papel en la simbología, que cambia cuando se interviene en ella a través de una expresión rupestre. Investigar el valor de los yacimientos rupestres presenta riesgos calculados en tanto éste puede residir más en su carácter simbólico que en una utilidad material. Lo que hace la cultura aborigen es elegir un componente de la naturaleza para transformarlo en imagen o representación usándolo como personificación o como realidad que define y establece una estipulada territorialidad, precisada por el carácter representacional del yacimiento rupestre.

La dificultad estriba al existir escasas vías para establecer la relación entre el significado y el objeto, al no tratarse de una vinculación convencional sino icónica. Por ello, el yacimiento rupestre es un instrumento con el que cuenta la población para comunicar y crear sentido o territorio atendiendo a los códigos que funcionan perfectamente en esa sociedad ya que responde a su propio conocimiento surgido o establecido por la comunidad, quien los descifra sin dificultad. En este aspecto sabemos que estos yacimientos construyen paisaje pero ignoramos qué comunican y qué representan.

Un medio al alcance para contestar a estos interrogantes que sustentan la construcción del paisaje es trabajar con el mapa de distribución de los yacimientos rupestres, valorando aspectos físicos de cada uno y atendiendo a su composición y naturaleza, la relación espacial con los asentamientos, con los espacios domésticos, las áreas funerarias, y con otros sitios rupestres. Asimismo se ha de estudiar la formación de los yacimientos, los aspectos estéticos de cada panel, su composición, ordenamiento de motivos, relación con el paisaje, acercarnos a la distribución, técnicas de ejecución, procedimientos para construir el panel, temática, relación entre los diferentes contenidos, etc. Con todos estos contenidos nos acercan a reflexionar si en algún caso o en todos se trata de santuarios al aire libre por lo que tenemos que establecer su posible vinculación territorial con las estructuras de piedras hincadas, las circulares empedradas, áreas funerarias, etc. Estos aspectos entre otros son los que nos ayudan a plantear una hipótesis interpretativa sobre el protagonismo de los yacimientos

rupestres en su contexto sociocultural de la población maxie. Ésta recurre a la acción técnica de la incisión, del piqueteado continuo o de la abrasión para escribir, dibujar siluetas, realizar cazoletas, canales o almogarenes, etc. para alterar el estado físico del medio y establecer otro significado al espacio, incluso de contenido o naturaleza metafísica, comunicando. Este último aspecto es importante porque en las manifestaciones rupestres, como citamos anteriormente, su carácter simbólico, de comunicación y de representación puede tener mayor peso significativo que su parte funcional, que en este caso sería el uso desarrollado cuando se ejecuta la intervención rupestre.

En la llanura noroeste de Zonzamas existen diversas peñas que resaltan en el paisaje arenoso. Algunas de ellas se muestran intervenidas con grabados, pequeñas cazoletas y áreas pulidas de su superficie pétrea, mientras que otras han permanecido al margen de esta actividad antrópica. Asimismo se confirma la tradición, vinculada a la actividad pastoril de grabar en ellas, toda vez que hemos conocido algunas personas autoras de trazos geométricos incisos. Así existen figuras geométricas rectilíneas, inscripciones líbica – bereber, líbica – canaria, figurativas podomorfas, cazoletas, cazoletas y canalillos, etc. Ello significa que, independientemente del valor de comunicación que adquiere por si mismo un resalte o protuberancia en el paisaje de superficie llana, en tanto facilita su localización, constituye una referencia espacial, concede la posibilidad de convertirse en un lenguaje si se interviene desde una acción antrópica. Como resultado de ello adquiere otro significado, se singulariza el papel que tiene ese resalte frente al resto al poseer otro valor proporcionado por la intervención humana, al preferirse ese relieve frente al resto, elegirse ese y no otro, tal y como hemos adelantado.

Sin embargo podemos pensar que, si una determinada peña, además de su significado como hito en el espacio, adquiere otro papel si se interviene, puede que no resulte igual grabar signos escriturarios que si se reproduce una figura podomorfa, por ejemplo. Ello lo planteamos porque la escritura, como lenguaje, responde a un código ya establecido, con un significado

convencional que no posibilita que se convierta o sea un signo icónico, al contrario que el valor o significado que puede tener una figura podomorfa, en tanto es icónica. El significado del grabado de una silueta de pie no es un pie, sino se trata de la representación iconográfica con un resultado de un valor diferente. El pie representado no tiene el alcance o valor de un pie en si mismo, sino que ese objeto –el pie– pasa a tener otro significado, icónico, representando otra equivalencia, acepción, sentido, expresión en el paisaje, que a su vez cambia su estructuración. El objeto representado –el pie– simboliza, representa, revela otro contenido, transmite un valor que fácilmente descifra la persona o comunidad destinataria. Igualmente construye el paisaje desde la dimensión icónica y crea sentido en tanto desempeña un papel encadenado con otros recursos utilizados por la población de maxies. Una peña con grabados comunica, representa o estructura. Distinto es que sepamos qué comunican y qué representan.

Para acercarnos a estos extremos nos adentrarnos en cuestiones generales que nos aproximan a un óptimo entendimiento del protagonismo que libran los yacimientos rupestres en la construcción del paisaje, y en concreto, los de naturaleza alfabética, por si ello responde a un código espacial en consonancia y derivado de la cultura aborigen que lo crea, tal y como ya hemos recogido.

Las variantes que barajamos para establecer diferencias entre ambas islas en materia rupestre las planteamos partiendo de nuestro conocimiento presente y teniendo en cuenta la potencia que existe de localizar yacimientos rupestres, desconocidos hasta hoy, que conlleve el cambio del entorno cultural de los enclaves ya documentados, al entender mejor la construcción de la territoriedad y la imbricación entre si de los otros yacimientos arqueológicos que convergen en ese territorio, sin olvidarnos que el protagonismo de los yacimientos rupestres pudiera ser más simbólico que utilitario tal y como venimos reiterando.

Ahora bien ¿cual es la diferencia entre un yacimiento rupestre con motivos geométricos rectilíneos, figurativos podomorfos o con signos escriturarios?, ¿El carácter simbólico de un paisaje es el mismo si en él se contabilizan yacimientos rupestres alfabetiformes que imágenes podomorfas?, ¿Y su significado cambia?

El espacio es un elemento a ordenar, parcelar y proporcionar sentido para interrelacionar con él y posibilitar el desarrollo de las relaciones sociales. Cuando la comunidad se apropia de un espacio lo organiza, lo hace suyo al incorporarlo a su ámbito social, se apropia no para adueñarse de él en el estricto sentido del término sino para agregarlo a su ámbito social, para socializarlo, componiéndole y dándole un significado.

El paisaje empieza a ser creado cuando es pensado y percibido, antes de actuar en su transformación material, proceso que requiere del consenso social ya sea impuesto por el grupo dominante y permitido por el sector dominado o conjuntamente establecido.

Ciertos elementos naturales singulares por su emplazamiento, morfología, altitud, coloración, forma, vinculación con hechos míticos, sirven para construir espacios con sentido, ordenarlo. etc. pero a su vez la intervención rupestre constituye igualmente un recurso simbólico o de lenguaje para reglamentar el espacio. Es una herramienta social que tiene un grupo concreto, con autoridad, para introducir cambios o para mantener las formas existentes.

En general, los yacimientos rupestres de grabados de las dos islas muestran escasa variabilidad temática2, si bien actualmente Lanzarote dispone de una gama más elevada al incorporarse3 hace 2 Nos ceñimos estrictamente a los grabados, por entender que responden a un preciso lenguaje y función en cuanto símbolo y representación en el territorio. 3 Perera Betancort, M.A. Arqueología de Montañas en Lanzarote: Una herencia aborigen”. Actas del VIII Simposio sobre Centros Históricos y Patrimonio Cultural de Canarias. CICOP España. Santa Cruz de Tenerife 2004: 42-53; Perera Betancort, M.A. “Otro lenguaje arqueológico de las montañas y barrancos de Lanzarote. Nueva visión para adaptarla a su correcta lectura e interpretación”. Actas del VII Congreso Internacional de Rehabilitación del Patrimonio y Edificación, Yaiza, Lanzarote. 2004: 174-176; Perera

seis años un número trascendental de sitios rupestres con canales, almogarenes, cazoletas, pilones, etc.

Independientemente de este hecho y centrándonos en la materia de los grabados, converge un limitado número de intervenciones que se ajustan, a nuestro entender, además de los dos alfabetos documentados en estas islas, a elementos figurativos podomorfos y a los exclusivamente geométricos. Éstos últimos incluyen subtipos como son los trazos rectos, curvos, reticulados, cuadrados, rectángulos, etc.

Situamos con otro grado de consideración los motivos de Juegos, que aunque pensamos en una clara procedencia y vinculación aborigen, no los incluimos en este estudio, así como a las inspiraciones barquiforme que cuentan con un prolongado periodo en el que se reproducen.

1. Yacimientos rupestres con signos alfabéticos:

Para esta isla conocemos quince yacimientos4 de los que siete albergan ambas escrituras; cinco poseen sólo grafía líbico – bereber y dos líbico – canario:

- Líbico – bereber: Juan del Hierro, Soo; Peña de Luis Cabrera, Guatiza; Barranco Mulión, Guatiza; Peña de los Ancones, Guatiza; Peña del Cuenquito, San Bartolomé y Montaña de Guatisea, San Bartolomé.

- Líbico – canario: Peña del Letrero, San Bartolomé y Montaña Cardona, Masdache.

- Líbico – bereber y Líbico - canario: Barranco del Mojón, El Mojón; Barranco Piletas, El Mojón – Teseguite; Montaña

Betancort, M. A, et al. “Yacimientos rupestres de los majos en montañas y barrancos de Lanzarote: Nuevo lenguaje arqueológico moldeado en el territorio. Tabona. Revista de Prehistoria y de Arqueología. Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna, La Laguna, Tenerife, 2004: 215-247. 4 Nos encontramos desarrollando en esta isla un trabajo con Renata Springer Bunk que aportará variaciones a la presente comunicación marco de este Congreso.

Tenésara, Tinajo; Montaña Ortiz, Tinajo; Cueva Palomas, Femés; El Castillejo, Femés y Cejo Romero, Maciot.

2. Yacimientos rupestres figurativos podomorfos:

- Figurativos podomorfos: Vía pública de Teguise; Casa de Herrera y Rojas o de Los Marqueses, Teguise; Piedra del Majo, Arrecife.

- Figurativos podomorfos y geométricos rectilíneos: Peña del Conchero, San Bartolomé; Peña de María Herrera, Haría.

- Figurativos podomorfos, barquiformes, alfabetiformes y geométricos rectilíneos: Cueva Palomas.

- Figurativos podomorfos, antropomorfo y geométricos: Pozo de la Cruz, San Marcial del Rubicón, Yaiza.

3. Yacimientos rupestres figurativos barquiformes:

- Figurativos barquiformes y geométricos: Pico Naos, Yaiza

- Figurativos barquiformes, geométricos y cruciformes: Barranco del Quíquere, Tías.

- Figurativos barquiformes, alfabetiformes, geométricos: Cueva Palomas, Yaiza; Castillejo 1, Yaiza y Cejo Romero, Yaiza.

4. Yacimientos rupestres geométricos:

- Geométricos rectilíneos, curvilíneos, cuadrados, rectángulos, espiciformes, arboriformes, etc.: Peña Tonico, Órzola, Teguise; Peña del Capitán, Haría; Peña de María Herrera, Haría; La Mesa, haría; Caldera Trasera, Soo, Teguise; Buenavista, Teguise; Piedra del Cabildo, Tinajo; Piedra Vieja en la cima de la Montaña de Timbaiba, Tinajo; Camino de la Peña, Tiagua, Teguise; Las Cruces, Tiagua, Teguise; Barranco de las Piletas, Teguise; Barranco del Mojón, Teguise; Peñas de la Fecundidad, El Mojón,

Teguise; Peñas de Blas o de Juana Gutiérrez, El Mojón, Teguise; Maleza de Tahiche, Teguise; Peñas del Santo, Mozaza, Teguise; Valle del Pozo, Los Ajaches, Yaiza; Llanos de Zonzamas, San Bartolomé y Teguise; Peñas de Argana, Arrecife; Zonzamas, Teguise; Peñas de Maneje, Arrecife; Peña Aguda, Güíme, San Bartolomé; Peñas de los Ancones, Teguise; Playa Quemada, Yaiza; Pico Naos, Las Casitas, Yaiza; Vega de temuime, Capitas, Yaiza; Los Roques, Las Breñas, Yaiza; Caldera de Masión, Yaiza, etc.

5. Canales, almogarenes, cazoletas y canalillos verticales, cazoletas y canalillos horizontales, hileras de cazoletas pareadas, cazoletas, cazoletas perforadas, cúpulas, canalillos, alfabetiformes con carácter simbólico, hornacinas; Geométricos piqueteados, cruciformes piqueteados, luniformes, asientos, veredas esculpidas, etc.: Montaña de los Helechos, Haría; Montaña Saga, Teguise; La Cantera, Teguise; Montaña Tahiche, Teguise; Montaña Maneje, Teguise; Caldera de Zonzamas, Teguise; Caldera de las Rosas, San Bartolomé; Montaña Zonzamas, Teguise; Montaña Mina, San Bartolomé; Montaña Guatisea, San Bartolomé; Montaña Blanca, San Bartolomé; Montaña Tesa, Tías; Caldera Medinilla, Tías; Montaña la Asomada, Tías; Montaña Guardilama, Yaiza; Montaña Tinasoria, Yaiza; Montaña Casa, Yaiza; Caldera Riscada, Yaiza; Montañeta las Casitas, Yaiza; Las Toscas, Yaiza; Castillejo, Yaiza; Pico Redondo, Yaiza; Montaña Roja, Yaiza; Montaña Tisalaya, Tinajo; Montaña Tamia, Tinajo; Montaña Coruja, Tinajo; Caldera Güígüan, Tinajo; Montaña Tinache, Tinajo; Montaña Timbaiba, Tinajo y Teguise; Montaña Tenésara, Tinajo; Caldera Mosta, Tinajo; Montaña Cavera, Teguise; Barranco del Hurón, Teguise; Barranco Güestajay, Teguise; Barranco Labial, Tías; Barranco Varichuelo, Tías; Camino Gabriel D., Tías; Barranco Roferos, Tías; Caldera Toscas, Tías; Las Vistas, Tías; Valle Cortijo, Tías; Barranco de los Pozos, Yaiza, etc.

Remitiéndonos a las unidades alfabéticas y como aspecto general cuantitativo contrastamos los quince enclaves arqueológicos con inscripciones de esta isla, frente a diez para Fuerteventura5.

En cuento a peculiaridades de la adscripción de las formas escriturarias destacamos para Fuerteventura la ausencia de inscripciones líbico – bereber que se documenten de manera exclusiva en un yacimiento, siendo por otra parte la circunstancia más numerosa en los registros de Lanzarote. En Fuerteventura el alfabeto líbico – bereber se graba en los mismos sitios que el líbico – canario, apareciendo siempre de manera conjunta. Así, una realidad que es muy numerosa en Lanzarote permanece ausente en Fuerteventura.

Con respecto a los yacimientos que acogen exclusivamente la escritura líbico – canario conocemos cuatro para Fuerteventura y dos para Lanzarote. Finalmente en Fuerteventura reconocemos seis enclaves con signos de ambas grafías y siete para Lanzarote. Del mismo modo en Fuerteventura se constata mayor cantidad de líneas escriturarias y yacimientos conformados por un número mayor de paneles.

En ambas islas se eligen soportes basálticos fijos para grabar los signos de las escrituras, existiendo un caso de soporte móvil6 en Montaña Blanca de Arriba.

La distribución espacial no resulta homogénea, llamando la atención la ausencia de enclaves de esta tipología en el área norte insular. Los situados más al Note son la Peña de Luís Cabrera en la parte Este y la Peña de Juan del Hierro al Oeste. Los yacimientos que exclusivamente poseen signos líbicos – bereber se encajonan en la parte Este del centro insular, siendo la Peña de Juan del Hierro la que se sitúa más al oeste. A su vez los enclaves con signos líbico – bereber y líbico – canario se alargan por el sur 5 Destacamos este contraste dada las dimensiones de cada una de las dos isla y teniendo en cuenta la mutilación que experimenta el suelo de Lanzarote afectado por catástrofes naturales, de naturaleza volcánica y eólica.6 Cuando el soporte está exento de la superficie terrestre pero su peso imposibilita el fácil manejo, no lo contabilizamos como móvil, como sucede en el yacimiento del Barranco Mulión Lanzarote

alcanzando Cejo Romero, pared basáltica de Los Ajaches, y por el oeste hasta la Montaña de Tenésara.

Subrayamos el hecho de que los dos únicos yacimientos que documentan exclusivamente el alfabeto líbico – canario se enfrentan espacialmente entre sí, no existiendo otro yacimiento rupestre en el espacio que los separa y documentándose en cada uno de los enclaves solo una línea escrituraria. Sin embargo muestran diferencias con respecto a la cantidad de paneles que posee cada uno. La Peña del Letrero alberga treinta y dos paneles, frente a un único panel de Montaña Cardona7. Los signos alfabéticos grabados en la Peña del Letrero, muy próxima al núcleo central del complejo arqueológico de Zonzamas conviven con motivos reticulados y geométricos rectilíneos básicamente. El soporte que acoge la línea escrituraria en este yacimiento presenta en su parte derecha una reiteración de golpeos, similares a los que se constata en Cueva Palomas o en la Peña de los Ancones. Sin embargo, el pequeño panel de la Montaña de Cardona, solo y próximo al yacimiento de la Montaña Ortiz, igualmente afectada por el proceso eruptivo del siglo XVIII, consta de una hilera de signos líbicos – canario dispuesto de forma vertical, aunque el sentido de las formas es horizontal.

Los yacimientos alfabetiformes rupestres lo conforman un bajo número de paneles, que oscilando entre uno y los de mediana cantidad, entre seis y diecinueve soportes. No obstante de esta generalidad obviamos los enclaves de Tinasoria y Guatisea, que rompen con la regla en varios sentidos8. También se da el caso de yacimientos compuestos por muchos paneles donde sólo uno contiene escritura. Así con un panel sólo y que sea alfabetiforme se hallan los yacimientos de Montaña Cardona, Montaña Ortiz, Peña del Cuenquito y Barranco Mulión. Los enclaves del Barranco del Mojón, Barranco Piletas, Peña de los Ancones, 7 No obstante este yacimiento localizado recientemente don Julián Rodríguez Rodríguez, Antonio Montelongo Franquiz, Jose Farray Barreto y Marcial Medina Medina, destaca por haber sido destapado por el huracán Delta, por lo que es posible que en el subsuelo permanezcan más paneles cubiertos por capas de ceniza de las erupciones volcánicas de Timanfaya, Tao y Tinguatón.8 Se encuentran insertados en yacimientos con un relevante número de canales, almogarenes, cazoletas, etc. Igualmente la técnica constructiva es el piqueteado continuo y su tamaño es muy superior a las formas alfabéticas incisas.

Montaña Tenésara, Peña de Juan del Hierro, Peña Luís Cabrera, Castillejo y Cejo Romero albergan sumas medias de soportes, conteniendo desde una línea de signos líbicos – canario como ocurre en la Peña del Letrero hasta Tenésara con 15 filas líbica – canaria y tres líneas de signos líbicos – bereber, así como también consta de y signos sueltos. Fuera de esta norma se sitúa la Montaña Guatisea con más de cien paneles de los que solo uno da cabida a signos líbicos de significativo tamaño, como ya hemos indicado y Cueva Palomas con ciento un panel de los que veinte son alfabetiformes, nueve líbico – bereber y veinte y dos líbicos – canarios.

Con respecto a la técnica de ejecución, generalmente para los signos del líbico – beréber se ha empleado la incisión en ambas islas y sólo puntualmente el rayado como en el Morro de la Galera, o Montaña Blanca de Arriba (ambos en Fuerteventura). La única excepción a ambas técnicas son los signos líbico – beréber que se localizan en la Montaña de Guatisea en Lanzarote. Sin embargo este yacimiento presenta igualmente otras peculiaridades a tener en cuenta como ya hemos reseñado. Además el panel, emplazado en un ambiente de canales, almogarenes y cazoletas y canalillos, destaca el tamaño grande de los signos,

La repartición de los yacimientos rupestres de Lanzarote se manifiesta irregular, destacando la ausencia de estos enclaves en el norte insular, ya que son los enclaves de la Peña de Juan del Hierro y la de Luís Cabrera las que se estacionan más al norte. Por el contrario, en el sur se sitúan tres encaves muy unidos entre si, Castillejo, Peña Palomas y Cejo Romero, en los Ajaches y en su entorno, por lo que podemos concluir que preferentemente se distribuyen en la parte central de la Isla.

De constatarse una segmentación política separándose ésta por la Punta de la Pared - Ermita de las Nieves la fracción norte estaría exenta de registro rupestre. No obstante la concentración más importante de esta isla se manifiesta al sur y este de Guatiza donde se distribuyen los yacimientos del Barranco del Mojón,

Barranco Piletas, Peña Luís Cabrera, Barranco Mulión y Peña de los Ancones.

Con respecto a las unidades geográficas de acogida y a sus características espaciales, concurren divergencias entre ambas islas. Lanzarote elige predominantemente las montañas en siete9

ocasiones de los quince yacimientos, seguida por las peñas10

elegidas en cinco ocasiones y que no se constatan para Fuerteventura y tres yacimientos en barrancos11.

Cuatro de los seis yacimientos con alfabeto líbico – bereber, presentes únicamente en Lanzarote se sitúan en peñas12, uno en barranco13 y otro en la ladera de montaña, siendo éste último el yacimiento de la Montaña de Guatisea14.

En el interior del territorio delimitado por las cuatro peñas que albergas formas líbico – bereber se los asentamientos de Las Laderas, Manguia, la Gran Aldea, Nazaret, Peña Humar, Téjida, Las Honduras, Guestahay, todos de significativa entidad. Además se incluyen los yacimientos rupestres de los barrancos del Mojón, Piletas y Mulión.

Los dos yacimientos con caracteres líbico – canario eligen unidades geográficas diferentes, que son la Peña del Letrero y las cima de Montaña Cardona, que en realidad es una loma15. Ambos, territorialmente presentan una relación más ceñida con otros yacimientos con signos líbicos – bereber, si los comparamos con 9 Montaña Tenésara, Ortiz, Cueva Palomas, Castillejo, Cejo Romero, Montaña Cardona y Guatisea. Advertimos que tanto en la Montaña Ortiz como Castillejo, Cejo Romero y Guatisea no se emplazan en las cimas de estas elevaciones.10 Peña Juan del Hierro, Peña Luís Cabrera, Peña de los Ancones (esta denominación es propia al ignorar la designación que le dan las personas que frecuentan el lugar), Peña del Cuenquito y Peña del Letrero.11 Barranco Mulión, Barranco del Mojón y Barranco Piletas. No obstante sólo en una ocasión, en el Barranco del Mojón, el yacimiento se localiza en sus paredes. En los otros dos casos se emplazan en afloramientos rocosos o piedras de significativo tamaño localizadas en el curso del propio barranco.12 Peña Juan del Hierro, Soo; Peña de Luís Cabrera, Guatiza; Peña de los Ancones, Guatiza y Peña del Cuenquito, Zonzamas.13 En el Barranco Mulión.14 Para el que hemos reiterado singularidades facilitadas por el tamaño de sus signos, formalidades técnicas de confección y asociación de los caracteres representados con los canales que se documentan en este yacimiento de montaña, tal y como hemos adelantado15Recordamos que la Peña del Letrero permanece a escasos metros de la Peña del Cuenquito, con grafía líbica – bereber, así como la Montaña Cardona se eleva próxima a la de Ortiz que en su único panel comparte grafía líbica – bereber con líbica – canaria.

Fuerteventura. Es esta isla los yacimientos de la Montaña de Enmedio, Morro Pinacho y Jacomar se mantienen aislados del resto de los enclaves.

Podemos reflexionar si para Fuerteventura lo determinante es la altitud, dada la tendencia que manifiesta en elegir cordilleras y montañas para grabar. Con respecto a Lanzarote los yacimientos con formas alfabéticas se establecen en montañas. Sin embargo, si lo que se quiere estructurar es un paisaje llano, los lugares más altos, las peñas son las elegidas para trabajarlas. Sólo en el área de la Peña de Luís Cabrera (Guatiza) se podría haber optado por elegir soportes en la cima de Guenia o de la Montaña de la Cruz, ya que para el resto de los enclaves las montañas permanecen ausentes.

En Lanzarote las representaciones de pies16 comparten panel con las inscripciones en el yacimiento de Cueva Palomas que contiene ambas escrituras, y se muestran muy próximas a las tres peñas de Zonzamas que contienen inscripciones líbicas – bereber (Peña del Cuenquito), líbica – canaria (Peña del Letrero) y siluetas de pies (Peña del Conchero). Sin embargo tanto los motivos podomorfos de Teguise como del Pozo de la Cruz, en las playas del sur insular permanecen aislados. No obstante es preciso realizar ciertas salvedades para éste último yacimiento.

El yacimiento de La Piedra del Majo, colocado en la Quesera de Zonzamas, no contiene otra tipología de intervención rupestre si exceptuamos algunos trazos rectilíneos incisos. Por el contrario la Peña de María Herrera, en Haría es más peculiar al mostrar una mayor cantidad de formas, algunas laberínticas y figuras ejecutadas con la práctica del piqueteado continuo.

1. Yacimientos rupestres con formas líbicas – beréber:

- Peña Juan del Hierro

16 Dos de las figuras de pies no las podemos ambientar toda vez que permanecen ajenas a su lugar de origen como es el caso de las piezas localizadas en la Villa de Teguise.

En un paisaje de jable y próximo al pueblo de Soo, en la parte sureste de Montaña Colorada se levanta esta peña compuesta por un conjunto de siete paneles, que acoge a motivos geométricos de distinta forma y diversas líneas reticuladas. Destacan dos líneas de signos líbicos, así como diversas formas sueltas.

En la parte baja de la peña se dispersa material arqueológico, así como en Peña Humar, que además constituye un yacimiento arqueológico al albergar una estación de cazoletas y canalillos y un motivo cruciforme con calvario y en una hornacina.

- Peña Luís CabreraFormando parte de la concentración rupestres alfabética más numerosa de la isla se encuentra este yacimiento emplazado entre la Montaña de Guenia y la de La Cruz. Destaca por constituir un litófono y por albergar la línea formada por un total de veintiuna formas. Se estructura en dos sectores con dieciocho paneles y un total de doce líneas líbicas – bereber, así como diversos signos sueltos.

Es probable que en el sector 2 y muy próximo al panel con mayor registro líbico – bereber, se encuentre una hilera de signos líbicos – canarios.

- Barranco MuliónLlama la atención la ubicación y porque el soporte, móvil de considerable tamaño se encaja en el curso del barranco Mulión. La cara orientada al sur – sureste es la elegida para grabar con la incisión dos líneas verticales de signos líbico – beréber de seis y dos recurrencias, así como otra línea horizontal con dos recurrencias y un signo aislado. En yacimientos consta de un solo panel en el que se han grabado exclusivamente las once recurrencias líbico – beréber. Igualmente de este enclave destacamos que no se registra ningún motivo geométrico – rectilíneo, constituyendo por ello una excepción junto con el yacimiento de la Peña del Cuenquito en Zonzamas, aunque es verdad que éste último enclave se sitúa muy próximo a la Peña del Letrero, con motivos geométricos – rectilíneos, reticulados y

alfabetiformes líbico – canario y a la Peña del Conchero con motivos figurativos podomorfos y geométricos rectilíneos.

El yacimiento rupestre de Barranco Mulión se estaciona muy cercano a otro de carácter habitacional que hemos denominado Los Ancones caracterizado por un registro de material arqueológico en superficies y paredes muy abundante y por módulos arquitectónicos habitacionales de planta elipsoidal adosadas unas a otros de manera tremolada, que conservan, aunque en diferente grado de modificación, techumbres de piedra por aproximación de hiladas. Las unidades conservadas se asemejan a las estructuras habitacionales del Zonzamas.

- Peña de los AnconesEn la llanura de Los Ancones, poblada de multitud de peñas, muchas de ellas conforman yacimientos rupestres, destaca ésta por albergar dos estructuras ganaderas destinadas a estabular el ganado y para proteger a los baifos del ataque de los cuervos. Casi la totalidad de los paneles se orientan al sureste, siendo uno de ellos (P8 del S1) móvil. Posee catorce paneles que se distribuyen en tres sectores conteniendo fundamentalmente temática geométrica rectilínea, curvilínea, reticulados, escareliformes, espigiforme, así como zonas punteadas y pulidas e intervenciones recientes además de un panel (P2 del S1) con grafía líbico – beréber. Éstos poseen una distribución un tanto irregular aunque se pueden distinguir tres líneas de tendencia oblicua, conservando la parte derecha más alta. Estas tres formaciones escriturarias poseen cuatro, tres y dos recurrencias respectivamente, existiendo dos signos, de las once recurrencias que posee que se han grabado fuera de esta formación.

- Peña del CuenquitoEn el entorno de Zonzamas, en su parte noroeste se encuentra tres peñas que conforman otros tantos yacimientos arqueológicos rupestres. La Peña del Cuenquito se sitúa en medio de las otras dos, aunque todas ellas se han formado muy próximas entre si. En ocasiones poseen estructuras arquitectónicas, a modo de corrales,

en sus bases y se contabiliza la presencia de material arqueológico de factura aborigen, entre el de otra procedencia.

La peña que nos ocupa contiene un solo panel caracterizado por su pequeño tamaño que alberga un conjunto de cuatro signos organizados en una línea vertical. Destacamos el signo compuesto por tres puntiformes de desarrollo horizontal.

- Montaña de GuatiseaSe trata de una montaña de significativa elevación de 544 m.s.n.m. que acoge a una cantidad significativa de canales, cazoletas, canalillos, peldaños, almogarenes, etc. Entre estas manifestaciones destaca una línea de tres signos líbico – bereber más otros dos sueltos que se han ejecutado con la técnica del piqueteado continuo alcanzando surcos profundos de un ancho de 2 cm.

Probablemente responda a una representación simbólica de los signos, más que una línea con función de escritura.

En cotas más altas al panel se conservan diversas estructuras tumulares que no han sido estudiadas.

2. Yacimientos rupestres con formas líbica – canaria:

Peña del LetreroConstituye una de las tres peñas que hemos citado para el Llano de Zonzamas y que forman parte de él. Posee diecinueve soportes concentrados en un solo sector con motivos geométricos rectilíneos, reticulado y una línea horizontal con nueve formas o recurrencias del tipo líbico – canario. Algunos paneles son peculiares porque se han sobado resultando superficies pulidas, probablemente por su uso. Algunos paneles han sido golpeados al evidenciar una reiteración de puntos de percusión.

En la parte inferior de la peña y en el espacio que la separa de las otras dos elevaciones –que igualmente poseen grabados- se puede documentar material arqueológico en superficie.

- Montaña Cardona Suave loma a escasos metros de la Montaña Ortiz, citada en este trabajo por contener líneas escriturarias de ambas grafías.Si bien las erupciones volcánicas de Timanfaya le afectaron, recientemente ha sido descubierto un pequeño soporte por el efecto del huracán Delta

Muestra una línea de escritura líbico – canaria de desarrollo vertical, aunque el sentido de sus letras es horizontal formada por siete formas obtenidas con técnica incisa.

3. Yacimientos con grafía líbica – bereber y líbica – canaria:

- Barranco del MojónSe desarrolla al sureste del núcleo poblacional de El Mojón, término municipal de Teguise. El yacimiento se sitúa en la margen izquierda del barranco en un acentuado chupadero o eres.

Los soportes ser caracterizan por su formación columnar y la concentración física ya que el yacimiento se organiza en escasos metros, ya que los seis paneles se distribuyen cuatro líneas líbico – canario y cinco líbicas – beréber conjuntamente con trazos geométricos rectilíneos, algunos en paralelo.

Con trazo inciso de ancho medio destacan formas de ambos alfabetos, sobresaliendo la presencia de líneas líbica – canaria de desarrollo vertical y sentido horizontal. Igualmente en un mismo panel y en un corto espacio fisico se aglutinan ambas grafías que no responde a una falta de espacio, ya que los soportes son de largo desarrollo. En la parte superior existe una línea líbica bereber que nos recuerda a la que se documenta en Castillejo.

No conocemos asentamiento alguno próximo a éste, siendo el más cercano el de Manguia y Teseguise de excepcional registro. - Barranco Piletas

Contiguo del anterior, en la margen izquierda del mismo barranco, aunque en su parte más alta aprovechando dos afloramientos rocosos se organiza en tres núcleos que acogen a tres, uno y dos paneles. En él se han grabado motivos geométricos rectilíneos y curvilíneos, reticulados, una línea líbica – canaria de seis formas y dos líneas líbicas de tres signos cada una, así como otras letras sueltas. Destaca la homogeneidad de las líneas líbicas canarias que nos recuerda a las de la Peña del Letrero, así como a las de Morro Pinacho en Fuerteventura.

- Montaña TenésaraConstituye una elevación significativa surgida próxima a la costa oeste de Lanzarote. En realidad se trata de una caldera en cuyo borde oeste se encuentra el afloramiento basáltico que da cobijo al yacimiento.

En la ladera oeste de esta montaña, en superficie de toba, existe un conjunto de significativos canales excavados, junto peldaños, cazoletas y canalillos. Estas intervenciones se localizan en dos sectores, albergando el primero de ellos los canales más largos –en torno a los 16 metros- que conocemos en la isla. De ellos destacamos la fuerte pendiente en la que se insertan y la dificulta de acceder a la parte alta dada la inclinación de la superficie y las características de toba muy desmenuzada.

En la parte Oeste de la base de Tenésara existe un frecuente registro de material arqueológico en la superficie de tierras agrícolas. Las intervenciones rupestres se organizan en dos sectores de ocho y seis paneles, aunque los signos alfabéticos se agrupan en el sector 1, distribuyéndose en cinco paneles quince líneas líbicas – canarias y tres líbicas – bereber, más signos sueltos de esta último sistema de escritura. Algunos de ellos destacan por su excelente factura.

- Montaña OrtizEl yacimiento se emplaza en la parte media superior de la cara Este de la elevación, afectada por las erupciones de Timanfaya. En esta fracción Este de la ladera sobresalen unos salientes

basálticos que acogen a la estación compuesta por un solo panel en que se ha grabados dos líneas verticales líbicas – bereber de tres signos cada una17, manufacturados con la incisión, así como otra hilera igualmente incisa de grafía líbica – canaria probablemente compuesta por cuatro signos. La superficie pétrea se halla muy erosionada posiblemente debido a las altas temperaturas que soportó en pleno proceso volcánico. Al pie de esta montaña y en la parte baja del yacimiento se encuentra la Fuente de Ortiz y en su mismo entorno, por la vertiente noreste se asienta el yacimiento rupestre de Montaña Cardona.

- Cueva PalomasForma el yacimiento rupestre más complejo de la isla, dada la cantidad de soportes que alberga, ciento uno, así como su distribución en dos vertientes que corresponde a los dos sectores que documenta, así como por su temática y técnicas de intervención.

Se extiende por la cima de la cordillera que surge en Pico Naos y bordea a la vez que constituye Los Ajaches hasta alcanzar los Morros de Hacha Chica. Comparte unidad con otros muchos yacimientos que se documentan en el tramo que comprende Pico Naos hasta Cueva Palomas, pues a pesar de que éste se emplaza en la misma formación que el yacimiento de Cejo Romero, éste último se suspende en una de las paredes basálticas mientras que Cueva Palomas permanece en la cima. Así, desde Pico Naos se encuentran cinco yacimientos rupestres que jalonan la cima, formados preferentemente por motivos geométricos rectilíneos de diferentes anchos y largos.

De él resaltamos ciertas circunstancias además de la convivencia de las dos grafías en un mismo panel. Así, sobresale el panel 5 del sector 1 por albergar la agrupación más significativa de signos líbicos – bereber; el tamaño y el gesto escriturario de las líneas líbico – canarias del sector 2 que nos recuerda a los textos de Fuerteventura de Morro Pinacho, Cuchillete de Buenavista y Jacomar; la existencia de una línea de formas líbico – canario en 17 Es posible que una tenga cuatro.

el interior de una silueta de pie; la superposición del piqueteado continuo de este pie sobre la línea incisa que conforman las letras líbicas – canarias; las figuras podomorfas se han fabricado pirueteando la superficie de manera continuada, evidenciándose esta imágenes en ambos sectores del yacimiento; en ocasiones el piqueteado se ha bruñido mimetizándose la acción antrópica con la superficie del panel; la existencia de una sandalia, única que conocemos en el Archipiélago; la dilatada vigencia de este yacimiento al existir diversos barcos y un camión; la existencia de estructuras arquitectónicas en el propio yacimiento y el registro de materiales arqueológicos.

Actualmente estudiamos este yacimiento de nuevo18 hemos contabilizado un total de treinta y dos paneles con grafía líbico – canaria y quince con líbico – bereber.

- El CastillejoEn la ladera sureste de La Atalaya, en Femés, a una altura media se establece este yacimiento en unos resaltes basálticos de significativo desarrollo. Desde él se divisa Cueva Palomas, así como el entorno de Cejo Romero. Diversos bloques de basalto sobresalen en la ladera a modo de espigones, sistematizándose en dos sectores con cinco paneles orientados al sureste excepto el P1 del S1 que se coloca al norte. En él documentamos ocho motivos barquiformes, uno figurativo con forma de óvalo, diversos trazos geométricos rectilíneos que se muestran muy abundantes en el P1 del S1 conviviendo con las intervenciones escriturarias. De ellas se contabilizan nueve líneas líbico – canario con cuarenta formas y una hilera líbica – bereber con cinco signos, más diversas letras aisladas. Esta fila líbica – bereber es la que nos recuerda por su posición en el soporte y su grafía a la línea del Barranco del Mojón.

Destacamos lo resguardado que resultan los paneles frente a los rigores del tiempo, al posicionarse delante de ellos otros bloques pétreos que restan visibilidad al conjunto y lo resguarda.18 Junto con Renata Springer Punk, revisando y prospectando nuevas áreas a las ya estudiadas con esta misma investigadora y a Antonio Tejera Gaspar.

Desde él se puede observar en la parte baja la estructura circular de piedras hincadas de Maciot, que responde al topónimo similar de Piedras Hincadas. En dirección noreste siguiendo la ladera de esta Atalaya y en otro afloramiento basáltico se halla otro yacimiento muy peculiar para el contenido insular que hemos localizado recientemente y que hemos denominado Castillejo 219. Acoge a un conjunto de grabados formados por círculos –que en algún caso alcanzan los treinta centímetros diámetro– en cuyo interior se han ejecutado dos trazos que se entrecruzan (x ó +). Lo distintivo de este enclave, además de la tipología de los motivos, novedosa para la Isla, es que se han realizado con la técnica del micropiqueteado, igualmente no constatada. Esta misma montaña, La Atalaya, alberga una estación de cazoletas y canalillos en su falda norte.

- Cejo Romero Farallón basáltico de largo desarrollo vertical y horizontal acoplado en la pared suroeste de Los Ajaches. A lo largo de la pared se documentan tres sectores que contienen dieciséis soportes orientados en su totalidad en la banda sureste y suroeste. La intervención más numerosa son las representaciones de barcos, existiendo veintidós, que probablemente respondan a diversa cronología. Asimismo existen cinco líneas escriturarias líbico – canario con veintitrés formas y un signo suelto. Por último se han grabado tres hileras líbico – bereber con trece formas o recurrencias.

19 Si bien ya fue observado por Julián Rodríguez Rodríguez, Marcial Medina Medina, José de León Hernández, Jose Farray Barreto y Antonio Montelongo Franquiz.