Violencia, el fantasma social | Fascículo 6 / Engramados teñidos de sangre

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Trabajo especial de investigación periodística sobre la incidencia de la violencia en Venezuela y particularmente en Portuguesa, realizado con motivo del 41° Aniversario del diario Ultima Hora

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6Trabajo Especial

41º Aniversario

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El presente reportaje periodístico fue realizado por el licenciado Johnny E. Mogollón E., y el

reportero gráfico Luis Marchán, como un trabajo especial en ocasión del

41º Aniversario de

Acarigua – Portuguesa – Venezuela2015 ©

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Engramados teñidos de sangre

lfredo Torres Quiroz, cursante del programa de actualización en Derecho Deportivo, impartido por la Facultad de

Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral con sede en Santa Fe, Argentina, reveló que “al referirnos a la violencia en el fútbol venezolano significamos conductas comprendidas en la noción de violencia física y de otros tipos, cuyos efectos alcanzan a bienes privados o públicos, a personas vinculadas al hecho deportivo como aficionados, jugadores, técnicos, dirigentes, árbitros y policías; y cuyas expresiones suponen el empleo de la fuerza a través de golpes, lanzamiento de piedras y la exposición a gases lacrimógenos”.

Torres indicó que, generalmente, estos hechos de violencia en los engramados nacionales tienen notoriedad social o mediática, a pesar de que desde la óptica de la cultura dominante se consideran ilegítimas, reprochables y punibles.

“Los hechos de violencia ocurridos en los estadios o en su periferia y cuyo origen está en el fanatismo deportivo, comprende conductas antíjurídicas sancionadas por el derecho del fútbol, el derecho administrativo del deporte, por la justicia penal, y pueden dar lugar además a reclamaciones civiles”, puntualizó Torres.

La recurrencia de los fenómenos de violencia es de manera cíclica, es decir, carece de un patrón temporal de retorno. Son recurrentes en algunas

plazas y casi inexistentes en otras, aunque se ha logrado determinar que cuando se desplazan barras o grupos de seguidores del Deportivo Táchira, Caracas FC, Zamora FC y Deportivo Lara, las escaramuzas y otras manifestaciones de la violencia tienden a ser más frecuentes.

Violencia copiada al carbón

El cursante del programa de actualización en Derecho Deportivo indicó que los dos grandes modelos mundiales de la violencia de espectadores en el fútbol son el hooliganismo inglés y las barras bravas latinoamericanas. En Europa, desde mediados de los años ochenta, políticos y juristas han venido elaborado leyes y pol í t icas públ icas para afrontar lo. El hooliganismo aportó la categoría con que suele designarse a los fenómenos y procesos de violencia que, en sus expresiones diversas, irrumpieron en el fútbol del viejo continente en las últimas décadas del siglo XX. Con el término hooligans se hace referencia a los grupos urbanos de af ic ionados al fú tbol de comportamiento agresivo y transgresor de diferentes países del viejo continente. El fenómeno alcanzó su mayor notoriedad con la tragedia de Heysel, en Bélgica del 29 de mayo de 1985 durante el partido de la final de la Copa de Europa entre Juventus y Liverpool en la que murieron nada menos que 39 aficionados y más de 600 resultaron heridos, en una reyerta provocada por la hostilidad de los aficionados

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ingleses en una de las tribunas. Poco antes, el 11 de mayo, un incendio originó una estampida en el Valley Parade Stadium en Bradford, Inglaterra, durante el partido Bradford City – Lincoln City, con un saldo de 56 fallecidos y 265 heridos. Tan sólo cuatro años después, el 15 abril de 1989, en el estadio Hillsborough de Sheffield, un tumulto durante un encuentro entre Liverpool y Notinghan Forest marcó otro hito trágico, asociado a las condiciones inseguras y a la sobreventa de entradas para el evento, 96 aficionados fallecieron.

No muy lejos

Las tragedias ocurridas en otras tierras nos suelen parecer inverosímiles, lejanas en la posibilidad de que nos ocurran, hasta que un día, sin darnos cuenta de cómo, ocurre la misma salvaje escena a la vuelta de la esquina, y entonces nos damos cuenta de que todos en el planeta estamos expuestos a la misma incertidumbre del destino. Quizá eso le ocurrió a Roberto Vidoza el 10 de noviembre de 2014, cuando se convirtió en la primera víctima fatal en un partido de fútbol desde el 24 de abril de 1988, fecha en que durante un Portuguesa - Caracas (1-2), en el mismo estadio General José Antonio Páez, un policía disparó hacia la tribuna popular hiriendo a un aficionado que murió semanas después.

Un hecho tras otro

El 30 de noviembre de 2014, en San Cristóbal, al finalizar el partido entre Deportivo Táchira y Deportivo La Guaira (0-2), de la Jornada 15 del

Torneo Apertura, un grupo de aficionados agredió a los jugadores tachirenses. Posteriormente, el 14 de diciembre de 2014, durante el partido entre Petare FC y Trujillanos (0- 2) en el estadio Olímpico de Caracas, hubo enfrentamientos entre sectores de la barra del Caracas FC y seguidores de Trujillanos, los primeros se acercaron al estadio para evitar que los hinchas visitantes celebraran el título de

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Alfredo Torres: “En Venezuela se menoscaba el derecho al deporte y

a la recreación en condiciones de no-violencia, al estar expuestos a

ser agredidos por hinchas radicales o por fuerzas policiales sin

preparación adecuada

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campeón de su equipo en el Torneo Apertura en el estadio donde usualmente juega el Caracas FC. Ante los hechos de violencia registrados en el año 2014 el gobierno intentó desempolvar las efímeras normas del año anterior y, el 21 de noviembre de 2014, el viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana, el Gral. Gabriel Oviedo, anunció una consulta a las policías “para conocer sus criterios en torno a posibles modificaciones a las Normas que Regulan la Prevención Integral y Convivencia Solidaria en los Estadios. Alternamente, el diputado opositor Miguel Pizarro, de la Comisión de Deportes de la Asamblea Nacional, promovió una respuesta legislativa e inició acuerdos parlamentarios con la Federación Venezolana de Fútbol (FVF). El 22 de abril de 2014, la Comisión Permanente de Política Interior y Desarrollo Social inició la discusión de un anteproyecto de: “Ley Contra la Violencia en el Deporte”, que pasó a denominarse “Proyecto de Ley Especial Sobre Violencia en Eventos Deportivos”, que actualmente está en trámite parlamentario.

El nexo causal entre fenómenos y procesos sociales de violencia en el deporte y las respuestas legislativas locales son un rasgo que también se identifica en la construcción de la “solución europea” al hooliganismo.

Indefensión

Torres indicó que la deficiente preparación de los cuerpos de seguridad del Estado y de los servicios de vigilancia privada en materia de control y prevención de violencia en espectáculos deportivos es otro de los grandes problemas a solucionar en el deporte, debido a que la policía se convierte en factor de violencia y en generador de violaciones de los derechos humanos. En Venezuela se menoscaba el derecho de los aficionados y de los trabajadores del fútbol al deporte y a la recreación en condiciones de no-

violencia al estar expuestos a ser agredidos en los estadios por hinchas radicales o por fuerzas policiales sin preparación adecuada.

“En los casos de las víctimas del fútbol nacional: Alexis Ventura en 1988, Roberto Vidoza el 9 de noviembre de 2014, y en el de Víctor Pullano y Marisela Garzón de Duque, de los fallecidos en San Cristóbal el 30 de mayo de 2008, hay evidencia irrefutable de fallas en los procedimientos de seguridad, Vidoza y Ventura murieron por disparos con armas de fuego realizados por efectivos policiales, mientras que Pullano y Garzón de Duque a consecuencia de una estampida atribuida al uso excesivo e imprudente de la fuerza pública”, reveló Torres.

Muchas veces los integrantes de las barras o los aficionados comunes son objeto de excesos policiales. Es conocido el caso de efectivos policiales que arremetieron contra miembros de la banda de música de la Barra del Caracas FC, al finalizar el partido de la liga local entre Caracas FC y Deportivo Petare el 21 de noviembre de 2010 y que dio lugar a su procesamiento judicial y a la apertura de averiguaciones disciplinarias contra los policías involucrados

Culpables sin sanciones

“La impunidad reproduce la violencia”, advirtió Alfredo Torres. “Delinquir en los estadios venezolanos generalmente no acarrea sanciones aunque se trate de hechos tipificados como delitos o faltas. Simplemente se desaplica la ley, los infractores, aun en flagrancia, rara vez son arrestados y puestos a la orden del Ministerio Público. Existen órdenes no escritas que recomiendan evitar las detenciones, requisito para que sean presentados ante la justicia penal, situación con la que se ha creado una espiral de impunidad.

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La jornada deportiva del 10 de noviembre de 2014, se empañó cuando Roberto Vidoza se convirtió en la primera

víctima fatal en un partido de fútbol desde el año 1988 / FOTO Archivo Ultima Hora

En la contracultura de barra brava, la violación de la ley es fuente de reconocimiento grupal. La impunidad al reproducir el modelo de reconocimiento del “aguante” se convierte en factor de violencia. En igual forma lo es la impunidad federativa, si bien el Consejo de Honor de la FVF, órgano que aplica la disciplina en los torneos locales, parece haber mejorado en cuanto a una mayor uniformidad de sus fallos, en el pasado se pudo hablar de cierta lenidad hacia plazas y hacia algunos clubes. Se percibe actualmente un tratamiento más firme y uniforme en materia de disciplina contra la violencia en los estadios, pero la calificación de las violaciones al régimen disciplinario sobre violencia y seguridad está condicionado, en buena medida, al

contenido de los informes que entreguen los delegados de la FVF y los árbitros.

Bajo perfil federativo

Torres indicó que la FVF luce “sin capacidad de reacción ante la espiral de violencia, un problema que en sus comienzos fue desatendido y subestimado. La estrategia federativa apunta a hablar poco porque la propia viabilidad de las temporadas corre peligro, los equipos dependen de patrocinantes privados y públicos, cuya imagen se puede ver afectada por constantes irrupciones de los violentos. El marketing y el patrocinio surgen entonces cómo una hipótesis atractiva para explicar el sepulcral

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silencio de los voceros de la FVF”.

“Una segunda razón es que en la FVF son conscientes de qué situaciones de mayor gravedad en el pasado reciente fueron tratadas con insólita lenidad por parte del Consejo de Honor de la FVF y que “la Doctrina Pueblo Nuevo” ha condicionado la falta de severidad en el tratamiento de los diversos episodios de violencia que se han venido registrando. Un ejemplo ilustrativo son los casos: Estudiantes –Táchira por la novena fecha y Estudiantes – Real Esppor de la décima fecha, que, pese a su notoriedad comunicacional, no dieron lugar a sanción alguna. Allí el consenso también parece haber prevalecido pero a la inversa. Un consenso para no sancionar. Esa también es la Doctrina Pueblo Nuevo, una vara de justicia que sirvió para medir con ligereza a esos y otros episodios de violencia.

La decisión está en nuestras manos

Finalmente, Torres apuntó que “La violencia es un terrible mal que azota a nuestra sociedad, y que se haya filtrado paulatinamente hasta las instancias deportivas a través de los años es un fuerte indicador de que como sociedad estamos evitando este tema, quizá más por ignorancia que por miedo y, mientras estemos de brazos cruzados, seguirá avanzando como un cáncer, carcomiendo a otros espacios, a otras actividades, hasta que ya no quede país ni sociedad, hasta que los niveles de violencia nos destrocen. Estamos a tiempo de ponerle el freno ¿Qué esperamos?

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En la próxima entrega abordaremos la violencia:

Una mirada desde la calle

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