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"Vista Septentrional de la ciudad de Tarifa" / Pascual Cucó. [Madrid? : s.n., 1778]. Puede pertenecer a"Atlante español o Descripción General Geográfica, Cronológica e Histórica de España..." / BernardoEspinalt y García. Madrid, 1795. Biblioteca Nacional. Signatura: Mv/14 Tarifa (Cádiz). Vistas de ciudades.1778-1795.

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ALJARANDA

Año XVI. Número 61 - 2º TrimestreJunio 2006

Revista de Estudios TarifeñosEdita:

Servicio de PublicacionesExcmo. Ayuntamiento de Tarifa

Delegación de CulturaDirector:

Jesús Terán GílConsejo de Redacción:Miguel Manella GuerreroJavier Mohedano Ruano

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Manuel Reiné JiménezWenceslao Segura González

Rafael Sánchez RuizJuan Navarro CortecejoPedro Herrera Márquez

Juan A. Patrón SandovalFotografía:

Manuel Rojas PeinadoDiseño y Maquetación:

Media Factoring, S.L.Distribución:

Delegación de CulturaDirección:

ALJARANDACasa de la CulturaAmor de Dios, s/n

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Tipografía La Nueva, S.C.Arapiles, 11. TarifaDepósito Legal:

CA-157/91ISSN:

1130-7986ALJARANDA sólo se hace

responsable de los trabajos sin origenexpresamente indicado.

ALJARANDA no compartenecesariamente las opiniones

expuestas en los artículos por ellapublicados, no manteniendo

correspondencia sobre los trabajosque nos envían.

SUMARIOEl poblamiento histórico en la campiñanorte de Tarifa. Nuevos avances desdela arqueologíaJuan José Álvarez Quintana

Las acuñaciones antiguas de Bailo: lasleyendasEnrique Gozalbes Cravioto

Monografía de Tarifa por DomingoSánchez del ArcoWenceslao Segura González

Mercante noruego "M/S Tarifa"Manuel Quero Oliván

Noticias sobre los trabajos deconsolidación de la Torre de losMaderos de TarifaPedro Gurriarán DazaSalvador García Villalobos

XIII Premio de Poesía Luz' 2006

Tarifeños de ayer y hoy:Antonio María Garrigó y García de laCalle

Quinta del cincuenta y siete (XIV)José Araújo Balongo

Hace doscientos años

Cierros y Balcones de Tarifa:Guzmán el Bueno, nº 13-15

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Nuestra Portada:Detalle del patio del Santuario deNuestra Señora de la Luz.

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ARQUEOLOGÍA ALJARANDA, 61. JUNIO 2006.

Juan José Álvarez Quintana

El poblamiento histórico en lacampiña norte de Tarifa

Nuevos avances desde la arqueología

n este trabajo presentamos un resumen de losresultados obtenidos tras la realización de la

Actividad Arqueológica Preventiva "Sondeos y con-trol de movimientos de tierra en el DesdoblamientoParcial del Ramal al Campo de Gibraltar del gasoduc-to Tarifa-Córdoba", desarrollada entre agosto y noviem-bre de 2004, dada la afección potencial a dos yaci-mientos arqueológicos.

INTRODUCCIÓNEl Desdoblamiento Parcial del Ramal existen-

te atraviesa la campiña noroccidental del términomunicipal de Tarifa. Parte de la Posición K-02 delGasoducto Tarifa-Córdoba, cerca de la Sierra de Retíny tiene su fin tras 17.516 m de recorrido en la posi-ción K-02.01, junto al embalse del río Almodóvar.

Durante la actividad se documentan diez nue-vos yacimientos arqueológicos, abarcando el conjun-to un amplio espectro cronocultural que va desde elpaleolítico inferior al siglo XIX.

La práctica totalidad de la traza discurre bienpor los depósitos aluviales cuaternarios de arcillas,limos, arenas, gravas y conglomerados, bien por lasmargas y arcillas margosas del cretácico superior-Senoniense de la Unidad de Almarchal, donde afloranesporádicamente estratos de caliza silificada. Enmenor medida se desarrolla por la finca El Pedrego-so, sobre las arcillas versicolores con calcarenitas,tobotomaculum, concreciones carbonatadas yferruginosas del cretácico superior-Eoceno o sobrelas arcillas y cuarcitas del Flysch Albo-Aptiense (Cret.inferior), englobadas ambas en la denominada Uni-dad de Facinas (1).

El paisaje es fundamentalmente estepario y secaracteriza por la sucesión de lomas de pequeña al-tura. La mayor parte del trazado discurre por los pas-tos y tierras de secano existentes en los rebordes dela desecada laguna de la Janda, atravesando un buennúmero de pequeñas y grandes propiedades.

La actuación ha consistido en el control direc-

to de los movimientos de tierra realizados durante laapertura de pista, así como durante la apertura,pretapado y tapado de zanja en las zonas de interésarqueológico. A su vez, estas últimas son objeto desondeos comprobatorios de 10 x 2 x 1,8 m cada cin-cuenta metros.

Sólo en una ocasión (una era contemporánea),las obras afectan a una estructura. En el resto de loscasos se documenta material arqueológico dispersa-do de forma natural o por factores antrópicos poste-riores a su deposición.

LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS AFECTA-DOS POR LA CONSTRUCCIÓN(2)

DT-04-03. Yacimiento polifásico* (ver glosariode términos) con abundantes elementos de industrialítica, constituyendo una producción característica delPaleolítico Medio, tecnocomplejo musteriense, aso-ciado al hombre de Neanderthal. La mayor parte delos útiles están confeccionados en soporte silíceo.Destaca la presencia de grandes lascas con retoquesimple, continuo, de escasa amplitud y profundidad.La existencia de núcleos y lascas de pequeño tama-ño evidencian la transformación de materia prima insitu. Si bien no ha sido objeto de estudio, con anterio-ridad se conocía la existencia de este yacimiento.

Las cerámicas halladas, así como una mone-da, nos hablan de una ocupación posteriorhispanorromana de cronología indeterminada. Algúntiempo después, probablemente en la primera mitaddel siglo XIV, queda patente la existencia de pobla-ción en el lugar, perdurando su uso hasta el siglo XX.Esto se evidencia por la aparición de ataifores, ca-zuelas de tradición hispanomusulmana, ejemplaresde loza levantina, canecos*, ...

DT-04-04. El escaso conjunto cerámico recu-perado nos hace encuadrar este yacimiento bien enun momento avanzado de la Edad Moderna, bien enla Edad Contemporánea. Junto a un escaso númerode fragmentos de canecos, se recuperan algunos frag-

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mentos de contenedores de mediano tamaño y deladrillos, que apuntarían la existencia de una ocupa-ción estable en el lugar. Sin embargo, no se observaninguna estructura emergente en el entorno.

DT-04-05. Cronológicamente y dada la esca-sez y mala conservación de los fragmentos cerámicosrecuperados, lo situamos en un momento indetermi-nado del período de dominación romana, sin descar-tar la existencia de una ocupación más reciente du-rante la Edad Moderna o Contemporánea. Para ellotenemos en cuenta la existencia de terra sigillata*,canecos y cerámica vidriada.

DT-04-06. El yacimiento primario se sitúa a laluz de la dispersión del material arqueológico, a esca-sos metros al noroeste de la traza, constatándose lainexistencia de estructuras durante la apertura dezanja. El material cerámico es representativo de unaocupación hispanomusulmana desarrollada en un mo-mento tardío del período de dominio almohade, si noya posterior. Abundan los ataifores con vedrío mela-do interno y externo*, con borde en T y pie alto. Sedocumentan algunos fragmentos de fondos decora-dos al manganeso.

DT-04-07. El núcleo primario se localiza en lacima principal de una pequeña loma. La dispersión dematerial es enorme por la roturación del terreno, es-pecialmente en la ladera sur. Abundan los fragmen-tos de tégulas*, ladrillos y terra sigillata*, observán-dose algunos bloques de opus signinum*.

El material, como el yacimiento en sí, está muyerosionado. En la cima del cerro se han apilado y con-tinúan apilándose las piedras extraídas durante la lim-pieza del terreno cultivado. La loma aparece bastanteerosionada por su vertiente nordeste, donde afloranlas margo calizas. No obstante, se observan en estepunto dos probables muros de mampostería de esca-so alzado. El conjunto, homogéneo, responde a unenclave hispanorromano tipo villae.

La construcción del gasoducto sólo afecta alos fragmentos cerámicos rodados a través de la la-dera suroeste de la loma, en parte debido a laroturación del terreno. La dispersión de material debi-do al empleo de maquinaria en la limpieza y roturacióndel terreno es relativamente amplia.

DT-04-08. El material lítico que aparece es muyescaso. Las piezas presentan entre 2 y 3 cm de lon-gitud, recogiéndose 2 núcleos y varias lascas retoca-das (ret. continuo directo), de tendencia plana. El so-porte es fundamentalmente caliza sílicea, no docu-mentándose restos cerámicos.

En base a un conjunto tan escaso no pode-mos realizar precisiones acerca de su adscripcióncronocultural, si bien podría tratarse de un pequeño

campamento neolítico de corta ocupación.DT-04-09. Durante la apertura de zanja se lo-

caliza una pequeña estructura de mampuestos detamaño variable, sin traba alguna, de 2,35 m de longi-tud y 65 cm de anchura. La información acerca deltopónimo del lugar facilitada por un vecino de Facinas,nos lleva a relacionar dicha estructura con el momen-to de uso más reciente del enclave, donde existíauna era hasta mediados del siglo XX.

Se documenta una ocupación previahispanorromana, destacando la enorme erosión quehan sufrido los materiales arqueológicos correspon-dientes a la misma. En el caso de la terra sigillata*,destaca el hecho de que la mayoría de los fragmen-tos ha perdido casi por completo el engobe rojo*, iden-tificándose dichos productos gracias al grosor de susparedes y características de su pasta. Junto a pro-ductos de mesa se documentan dos monedas, frag-mentos de tégulas y ánforas (Dressel 7-11), respon-diendo el yacimiento a una villae hispanorromana altoimperial.

DT-04-10. El yacimiento se sitúa en la cima

Imagen 1. Bifaz achelense (Paleolítico Inferior), hallado enDT-04-10.

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sur de una loma con eje longitudinal este-oeste. Aescasos metros de la zanja existe un pequeño mon-tículo artificial relacionado con la presencia de ele-mentos constructivos, observándose restos de unnuevo muro ladera abajo. Las obras no afectan sinembargo a estructura alguna.

El escaso material documentado procede dela pista fundamentalmente, así como de la vertientesur del cerro. Se trata de lascas de sílex de pequeñotamaño, un núcleo en el mismo material de aproxima-damente 5 cm de altura, 2 fragmentos de cerámicalisa y uno de cerámica vidriada. Destaca la apariciónde un bifaz de arenisca* compacta de 13 x 10 cm,espeso, sin que se observen más ejemplares relacio-nados con dicha tecnología en el entorno.

Los escasos restos arqueológicos documen-tados apuntan la existencia de un poblamiento me-dieval islámico de cronología indeterminada, quizásun momento temprano de la dominación islámica. Pre-viamente y a partir del pobre conjunto de industrialítica, el lugar estuvo habitado en algún momentoimpreciso de la Edad del Cobre, si bien este puntotambién habrá de ser precisado en el futuro. El bifazconstituye por su parte, un claro ejemplo de la tecno-logía achelense del Paleolítico Inferior.

DT-04-11. Empedrado que cruza el Arroyo deBugones de sur a norte, a unos 250 m al noroeste dela Casa de la Angarilla en la finca El Pedregoso. Con-tinúa observándose a duras penas dirección al Arro-yo de Toriles (3), virando hacia el norte tras pasardicho arroyo rumbo al Cortijo del Lobete, discurriendoluego al este de la loma de la Carrera del Turco (4). Lacomprobación se hacía necesaria ante la posible co-rrespondencia con la vía Heraklea (5), con el camino

de Algeciras a la Laguna recogido en el Mapa itinera-rio postal de España de Iznardi y Curanta e Ichazu de1856 (que pasa por un lugar llamado Cortijo de la Lobaque relacionamos con el Cortijo del Lobete), o conuna vía alternativa para dirigirse desde Tarifa aAlcalá de los Gazules mencionada indirectamenteen 1744 (6).

Si bien a través de la intervención cabía arro-jar alguna luz sobre el origen del empedrado, por des-gracia constatamos que de haber existido en esepunto, las obras de 1996 lo habrían arrasado.

DT-04-12. El material arqueológico pone de ma-nifiesto la existencia de una ocupación desarrolladaal menos durante la segunda mitad del siglo XIX yprincipios del siglo XX. A este respecto resaltar comoindicativos cronológicos la presencia de loza de laCartuja de Sevilla o una moneda de cinco céntimos("perra chica"), acuñada en 1870.

Al discurrir el gasoducto por un antiguo cami-no, no se ha afectado construcción alguna. No obs-tante, a ambos lados de la pista de trabajo se obser-van estructuras emergentes, especialmente al norte,localizándose a escasos metros en dirección sur unprofundo pozo con pilar adosado.

DT-04-13. En la cima del cerrillo en el que sesitúa el yacimiento primario afloran margocalizas (asícomo en el montículo cercano), debido a la erosiónsufrida. La fuerte erosión hace inviable la conserva-ción de estructuras murarias, influyendo a su vez ne-gativamente en la conservación de material arqueo-lógico mueble. Tanto en la loma como en la pista detrabajo se observa un escaso volumen de restoscerámicos y líticos, hecho que incide de manera de-terminante en la adscripción cronológica del conjun-to, temporalmente relacionado con una ocupaciónmedieval islámica indeterminada.

CONCLUSIONESUna vez realizados los trabajos arqueológicos

enmarcados en la Actividad Arqueológica Preventiva

Imagen 2. Piezas musterienses (Paleolítico Medio), deDT-04-03.

Imagen 3. Bordes de ánforas Dressel 7/11 procedentes deDT-04-09.

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"Sondeos y Control de movimientos de tierra en elDesdoblamiento Parcial del Ramal a Campo de Gi-braltar (Tarifa-Cádiz)", se pone de manifiesto la exis-tencia en el entorno de 12 yacimientos arqueológicosde características diferenciadas, 11 de ellos en la zonade influencia del gasoducto.

En el hecho de que buena parte de la traza delgasoducto discurra por tierras llanas arcillosas so-metidas a inundación durante el invierno, encontra-mos las causas por las cuales la afección directa aestructuras murarias o yacimientos de orden primarioen cualquier caso, es nula. En este sentido, la estruc-tura afectada por la apertura de zanja en el yacimien-to de la Era Vieja, asociada a la existencia de una eracuando no una porción de la misma, no está relacio-nada con la ocupación alto imperial desarrollada en ellugar.

Destaca en general la existencia de yacimien-tos monofásicos: 1 prehistórico, 2 hispanorromanos,2 hispanomusulmanes, 2 Modernos/Contemporáneos.

Son cuatro los yacimientos en los cuales sedocumentan materiales prehistóricos. Una primera ocu-pación de la zona, durante el Paleolítico, queda refle-jada por el hallazgo aislado de un bifaz achelense* deprotocuarcita en DT-04-10, así como por el conjuntoindustrial musteriense procedente de DT-04-03. Am-bos constituyen una evidencia más de la existenciade bandas de caza reflejada en el hallazgo aislado deun bifaz achelense de protocuarcita en DT-04-10, asícomo por el conjunto industrial musteriense proce-dente de DT-04-03. Ambos constituyen una evidencia

más de la existencia de bandas de cazadores-recolectores del Paleolítico Inferior y Medio en la co-marca del Campo de Gibraltar. Por el contrario, no seobservan evidencias de poblamiento durante el pa-leolítico superior, momento del cual datan las pintu-ras y grabados rupestres más antiguos del términomunicipal de Tarifa.

En la Prehistoria Reciente, concretamente enla Edad del Cobre, tiene lugar la ocupación de DT-04-10, en cuyo entorno se localizan, no obstante, esca-sos útiles tallados. Discutible es la adscripcióncronocultural de DT-04-08, yacimiento que asociamosgrosso modo al neolítico.

Si bien los trabajos arqueológicos se han reali-zado en una franja muy reducida, circunstancia quelógicamente limita la realización de análisis inclusopara la propia campiña norte tarifeña, se observa quelos yacimientos hispanorromanos se localizan en lapredepresión de la Janda. Este hecho estaría relacio-nado con las potencialidades agrícolas del medio, enel que las cortijadas o villae* debieron ser abundan-tes. Los enclaves hispanorromanos suponen más dela mitad de los yacimientos documentados en las in-mediaciones de la construcción que ha generado laactividad arqueológica, siendo el poblamiento mejorrepresentado.

Se desarrolla, al menos en dos casos, duranteel Alto Imperio (DT-04-07 y DT-04-09), en torno al cam-bio de era, así como probablemente en DT-04-03. Elpoblamiento medieval se documenta en dos peque-ños enclaves islámicos de cronología imprecisa, si-tuados en pequeñas elevaciones (DT-04-10 y DT-04-13). Distinto es el caso de DT-04-06, probablementepostalmohade y situado en llanura. Le sucede en eltiempo, a escasa distancia, una tercera ocupación deDT-04-03 que comienza al menos en la primera mitaddel siglo XIV. En relación al mismo, un aspecto muyinteresante en el que habrá de incidir la investigaciónen el futuro, es el relativo a las dinámicas poblacionalesen la segunda mitad del siglo XIII y primera mitad delsiglo XIV en una zona altamente insegura, expuestaal ataque de cristianos y musulmanes.

Ello puede ofrecer un panorama caracterizadopor la existencia de pequeños y numerosos enclavesabandonados, dado que la población rural más aisla-da optaría por concentrarse en núcleos con mejoresdefensas. Y todo ello en un breve lapso de tiempo.Este fenómeno se acentuaría tras la incursión del reyAlfonso VI en 1082 y puede afectar a la inmediataampliación de la cerca urbana de Tarifa. Así, será enun momento aún impreciso del dominio almorávide oalmohade, cuando se pongan en práctica las grandesreformas de las defensas de Tarifa: barbacana en tor-

Imagen 4. Monedas romanas de DT-04-09 (anverso y rever-so), siglo I.

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no a la fortaleza, coracha y torre albarrana y cercaexterna tal y como se conoce hoy día (8).

La llegada de los cristianos, incluso puede asu vez perpetuar esta nuclearización del poblamiento.Si bien la zona de intervención es muy limitada comodijimos más arriba, el hecho es que sólo encontra-mos indicios en un único yacimiento, de la pervivenciade población tras la llegada de las tropas cristianas(DT-04-03).

En conjunto, la obra ha permitido ampliar, sinejercer un impacto negativo directo sobre yacimien-tos arqueológicos de primer orden, el conocimientosobre el poblamiento histórico en una estrecha franjade la campiña norte del término municipal de Tarifa.Se trata de un entorno caracterizado por la escasezde investigación, constituyendo el panorama genera-do un alentador esbozo del potencial arqueológico dela zona y, por ende, de las posibilidades de analizarla evolución histórica del poblamiento en este marcoespacial.

Finalmente cabe resaltar en relación a la mo-derada densidad de yacimientos documentados en elárea de afección del gasoducto, que este no sólo dis-curre por excelentes tierras agrícolas, sino paralela oincluso exactamente por vías de comunicación tradi-cionales que desde antaño han funcionado como au-ténticas columnas vertebrales que han contribuido ala estructuración del poblamiento en la campiña, pro-

cedan bien del hinterland de Tarifa, bien de la Bahíade Algeciras.

GLOSARIO DE TÉRMINOS-Yacimiento polifásico: lugar en el que existen restosarqueológicos que denotan la existencia de poblaciónen distintos momentos de la Historia.-Ataifor: elemento de la vajilla de mesa musulmana acaballo entre el plato y la fuente.-Caneco: botella de importación de bebida alcohólica.En nuestra comarca fue uno de los principales pro-ductos objeto de contrabando desde Gibraltar, duran-te los siglos XIX y XX. El recipiente se caracterizapor su esbeltez y su pequeña boca, así como porpresentar dos asas cerca del corto cuello.-Terra sigillata: técnica de fabricación de recipientescerámicos en época romana y, por derivación, los pro-ductos realizados mediante dicha técnica. Son carac-terísticas la gran pureza de la pasta, fruto de la decan-tación previa de la arcilla a emplear, así como el acaba-do de sus superficies, recubiertas de pintura o engobede color rojo fundamentalmente. En los recipientessolía estamparse el sello del taller de fabricación.-Vedrío melado interno y externo: el vedrío o vidriadoes una técnica usada desde antiguo como acabadode productos cerámicos, que aún se sigue utilizandoen la cerámica tradicional. Dependiendo de la materiaprima empleada, el resultado presentará un color y

Tabla 1. Adscripción cronocultural y ocupaciones desarrolladas en los distintos yacimientos.

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textura diferente, en el caso concreto que nos ocupa,color miel. Este acabado puede afectar bien a una delas superficies (la interna o la externa), bien a ambas.En la cerámica hispanomusulmana medieval, el vi-driado afecta a ambas superficies en la mayoría delos casos, mientras que en la cerámica medieval cris-tiana el vidriado se emplea frecuentemente sólo en elacabado de la superficie interna del recipiente.-Tégulas: se denomina así a la teja plana romana, deparedes medianamente gruesas y borde en ángulorecto.-Opus signinum: mortero romano en cuya fabricaciónse emplean fragmentos de utensilios cerámicos pre-viamente triturados. Se utiliza en suelos, enenfoscados, en muros que precisen aislamiento o enla elaboración de bloques a modo de ladrillos.-Bifaz achelense: utensilio de piedra comúnmentedenominado hacha de mano. Su elaboración suponela creación de un filo cortante en cada uno de losbordes longitudinales de la pieza. Dichos bordes con-vergen en el extremo distal de la misma, mientras laparte anterior es desbastada para poder asir el instru-mento, pero no apuntada. La creación de los bordesafilados se realiza golpeando alternativamente una yotra cara de la piedra. Es una herramienta cuya apa-rición se asocia al Homo Erectus hace más de unmillón de años. Su técnica de elaboración se exten-dió por toda África y Eurasia, siendo el útil de elabo-ración compleja que durante más tiempo hemos utili-zado los homínidos.-Villae: núcleo rural romano que funciona como célulaprivada de explotación agroganadera, cumpliendo lasveces de residencia permanente o temporal de supropietario. Tanto por su funcionamiento como por supropia morfología, se considera a la villae o villa ro-

mana como la antecesora del cortijo.-Engobe rojo: capa de pintura roja que se diferenciade la aguada por ser más espeso. Puede aplicarsebien a través de un pincel., bien sumergiendo la pie-za en la solución.

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA(1) IBARRA BELLOCH, P.: Naturaleza y hombre al sur del Cam-po de Gibraltar: un análisis paisajístico integrado, Juntade Andalucía, Consejería de Cultura y Medio Ambiente,Agencia de Medio Ambiente, 1993.(2) Si en el Estudio Arqueológico de Detalle se mencionala afección potencial a dos yacimientos, constatamoslo que parece ser un error de ubicación de uno deellos, al no hallar restos en el lugar señalado. A suvez, no incluimos aquí un tercer yacimiento mencio-nado entonces por quedar fuera del Área de AfecciónSecundaria del gasoducto. Por ello comenzamos enDT-04-03, uno de los yacimientos recogidos en el cita-do Estudio. Las siglas DT hacen referencia a Desdo-blamiento Tarifa.(3) CUESTA ESTÉVEZ, G.: "Notas sobre microtoponimia en eltérmino municipal de Tarifa con valor histórico y arqueo-lógico", Actas II Jornadas de Historia del Campo de Gi-braltar, Almoraima 9 (1993). 111-121.(4) ÁLVAREZ QUINTANA, J.J.: "Sobre los orígenes históricos deFacinas", ALJARANDA 48 (2003) 6-10.(5) ARIAS, G.: Repertorios de caminos de la Hispania Ro-mana, edición del autor, Madrid, 1987.(6) JURADO SÁNCHEZ, J.: Caminos y Pueblos de Andalucía,Colección Galaxia, Editoriales Andaluzas Unidas, Sevi-lla, 1989, p. 47.(7) V.V.A.A.: Informe Arqueológico de Detalle, RESHEF,S.A. Madrid, 2001.(8) PÉREZ MALUMBRES-LANDA, A.: Excavaciones Arqueológi-cas en el Castillo de Guzmán El Bueno. Los orígenes deTarifa, inédito.

Para mejor conservación de sus números deALJARANDA, hemos puesto a disposición de

nuestros lectores las tapas para suencuadernación.

Hasta el número 55 se podrán preparar 7volúmenes.

A un precio de 22 euros cada uno de ellos.Para su encuadernación podrán dejar sus

ejemplares en la Delegación Municipalde Cultura.

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Las acuñaciones antiguas de Bailo:las leyendas

Enrique Gozalbes Cravioto

n un número anterior de esta misma revistarecogíamos datos diversos acerca de la ceca

antigua de Bailo, ocasión pretérita en la que se produ-jeron acuñaciones de monedas en el territorio actualde Tarifa (1). Planteamos entonces algunos aspectossobre una ceca que, más allá de su lógica apariciónen las sistematizaciones y en los catálogos de mo-nedas, no había sido objeto de estudio monográfico,abarcando cuestiones tales como la historia de suidentificación, la cronología de la ceca, la identifica-ción de sus emisiones, al igual que la hipótesis (queno compartimos) acerca de una pretendida emisiónfundacional (del municipio por parte de Claudio). Tra-tando de no entrar ahora en reiteraciones, por lo queremitimos a ese trabajo, pretendemos tratar de formaespecífica acerca de las leyendas de las monedas.

SOBRE LAS MONEDAS DE BAILOEn cualquier caso, como entonces ya señala-

mos, el conocimiento acerca de las distintasacuñaciones de Bailo es meramente provisional. Enel mejor y más moderno estudio, el de María PazGarcía-Bellido y Cruces Blázquez Cerrato, se reco-gían cuatro emisiones (2). En el trabajo anterior noso-tros recogíamos cinco, más otra hipotética, y unasexta que pensamos bastante menos verosímil. Porotra parte, las mencionadas autoras dividen en 4ªA y4ªB lo que, de hecho, deben considerarseemisiones diferentes. Hoy podemos apun-tar otra posible variante (del tipo más anti-guo) que, aparentemente, creemos inédita,y que hemos localizado en una página nu-mismática de la Red, de la que tomamos laimagen. Por encima de la espiga del rever-so aparecen caracteres de escritura"libiofenicia" con el nombre de la ciudad (3).(Imagen 1)

Más allá de sus propias característi-cas, las monedas de Bailo, como las de lasotras cecas hispanas, representan una rea-lidad histórica: Roma autorizaba a determi-nadas comunidades para la emisión de mo-

nedas. Es cierto que ello venía a grandes rasgos adar solución a una necesidad, aunque no lo fuera entodos los casos y hubiera acuñaciones que semejanmás motivaciones de carácter político que otra cosa.Y segundo, las leyendas de las monedas represen-tan un cierto elemento para calibrar la evolución lin-güística. Naturalmente, siempre debemos tener encuenta que son las élites urbanas las que ordenan laacuñación, por tanto, la aparición de las leyendas re-flejará a grandes rasgos la cultura de esas clasesdirigentes.

LAS LEYENDAS DE LAS EMISIONES BILINGÜESLa primera etapa de las acuñaciones tarifeñas

vino representada por la emisión en caracteresneopúnicos. La utilización de esta lengua refleja lacontinuidad de una población que formaba parte de laKoiné semita en el entorno del Estrecho de Gibraltar;junto a esa tradición cultural, también está presenteel inicio de la latinización, como muestra la propiaaparición del nombre de la población en los caracte-res latinos: BAILO. Estas monedas de la primeraemisión presentan la lectura en letras neopúnicas:B´L/´BLN.

Esta emisión fue ya identificada por Flórez enel siglo XVIII y aparece en todos los repertoriosnumismáticos. Después de Flórez, Antonio Delgado

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Hernández identificaba en 1848 una pie-za en el Gabinete Numismático de laReal Academia de la Historia: "los em-blemas que acuñó Bailo son análogos alos de Asido y de otros pueblos de ori-gen fenicio de la Bética. La que lleva-mos descrita ya era conocida en estacolección en los tiempos que escribió elPadre Flórez" (4). Hasta el momento nose ha encontrado este tipo de monedasen la propia ciudad, lo que se interpretapor ausencia de investigación en nive-les arqueológicos del siglo II a.C.

Los dos componentes que apare-cen aquí reflejados son "los ciudadanosde", y a continuación el nombre de Bailo. De estaemisión han aparecido escasísimas piezas, comoseñalamos en el trabajo anterior, pero existe una úni-ca pieza (bastante mal conservada) que carece de laescritura latina, mientras la arriba recogida (exceptopérdida por desgaste) parece recoger tan sólo partedel texto. (Imagen 2)

La leyenda incluye esta emisión de Bailo en elgrupo de acuñaciones denominadas "libiofenicias",que fue identificado con este nombre por Zobel deZangroniz en el siglo XIX. La escritura muestra unadegeneración respecto a la cultura púnica, pero cier-tamente la continuidad de la misma. En el mismogrupo de Bailo se integran otras poblaciones: Oba,Asido, Lascuta, Iptuci, Vesci, Turri-Regina y Arsa.En cualquier caso, la utilización de la lengua púnicaen época tardía, bastante después de la caída deCartago, en unos caracteres ya "degenerados", nodebe impedir observar otra realidad: los iconos delas monedas de estas cecas no son enteramentesimilares.

Destaca el hecho de que el nombre que apa-rezca en caracteres latinos sea con la fórmula BAI-LO. Y lo es porque en todas las emisiones posterio-res vuelve a repetirse de forma insistente este mis-mo nombre. Hasta el momento se había especuladoacerca del origen del nombre, a través del Baelo lati-no. La interpretación más tradicional señalaba un ori-gen en el nombre de la diosa romana Belona. Por elcontrario, César Pemán Pemartín había indicado laposibilidad de que la ciudad tuviera un nombre de ori-gen indígena, basándose para ello en el topónimoBesilus aplicado por Avieno al río Barbate (5).

Un repaso a la toponimia en la zona nos ofrecealgunos datos bastante curiosos y significativos, enconcreto la pluralidad que existe al respecto. Haytopónimo de claro origen fenicio-cartaginés, como esel nombre de Carteia (de la raíz púnica Carth=ciudad).

Hay nombres con un muy evidente origen latino,como son los siguientes casos: Cetraria (Getares,donde modernamente se estableció una factoríaballenera), procedente de la pesca de los cetáceos,Mellaria (Tarifa y Valdevaqueros), alusivo a la riquezareferida a abundancia de miel, o Traducta (Algeciras),referida al traslado de los habitantes africanos que lapoblaron.

No obstante, existen otros nombres que apa-rentan ser indígenas, como es el caso del promonto-rio de Calpe (Gibraltar), pero también las otras dosciudades al este del cabo de Trafalgar: Bailo y Baisippo.Ambas aparecen dotadas de la misma raíz, puestoque el nombre de la numismática, el de Bailo, debeser tenido en cuenta con carácter prioritario en rela-ción al latinizado Baelo. Las formas de ese nombreaparecen como Belón, en griego en Estrabon (III, 1,8), Bailón en griego en Ptolomeo (II, 4, 5), y ya enlatín como Baelo tanto en Pomponio Mela (II, 96),como en Plinio (NH. III, 7 y V, 2). También en algunade las inscripciones latinas aparece el nombre deBaelo.

Las monedas acuñadas por la propia ciudadindican que los habitantes conocían su ciudad comoBailo. Y en el caso de Baisippo, para algunos Barbate,para otros más propiamente Vejer de la Frontera(Barbate sería el puerto de la ciudad), el nombreBai se acompaña del sufijo Ippo, de carácter indí-gena, y con significado de "ciudad". Así pues, Bailoy Baisippo, por el nombre común, muy probablemen-te también tuvieron un origen común, siendo dos par-tes de esas comunidades dobles (luegoindependizadas) que en ocasiones aparecen refleja-das en la Hispania Ulterior.

En los que se refiere a la simbología, a juiciode María Paz García y Bellido desde el principio lasmonedas de Bailo, como todas las libiofenicias, asu-men una simbología religiosa. Es cierto que algunos

Imagen 2.

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de los motivos parecen bastante másclaros que otros. Así el toro con laestrella simbolizaría al dios BaalHammon, mientras la espiga seríasimbología de Tanit (6). No obstante,el toro es una motivación religiosa,pero su carácter de mitrado, lo pre-senta como una pieza presta para elsacrificio. Tanit se encontraría repre-sentada realmente por el signo astraly el creciente lunar. Por el contrario,la espiga sería más propiamente unaalusión a la riqueza económica, a loscultivos agrícolas.

Se ha planteado también elhecho de la influencia gaditana en laamonedación de Bailo. El hecho podría ser conse-cuencia de que a partir del 206 a.C., con el foedusfirmado por Gades con Roma, la ciudad integró todala costa, incluida la de Baelo, en su área de influen-cia, dirigiendo la producción económica y las expor-taciones (7). El papel de la urbe gaditana, y de susnegotiatores, es indiscutible. Ahora bien, si en latipología de las monedas se busca un reflejo, las pri-meras emisiones de Bailo aparecen en evidente si-militud con las de Asido, mientras que es en las últi-mas en realidad, con el atún en un caso, con la efigiede Melkart en el otro, donde el influjo de Gades estábien presente.

LAS LEYENDAS EN LAS EMISIONES LATINASEn un segundo momento, las emisiones de

Bailo abandonaron el alfabeto libiofenicio para asu-mir plenamente el romano. No obstante, el tipomonetal se mantiene en esta segunda emisión, conlos iconos del toro en el anverso, con el astro y laluna creciente (iconografía religiosa púnica de Tanit),y la espiga en el reverso. Debajo de la espiga conti-nuaba apareciendo en letras latinas el nombre deBAILO. El cambio se produce en las letras que, tam-bién en caracteres latinos, se ubican por encima dela espiga. Allí aparece el siguiente texto: FALT AID. L.APO. (Imagen 3)

Sobre la primera parte del texto, FALT debe-mos descartar la hipótesis de que se tratara de laparte del nombre de un personaje. Por el contrario,mucho más verosímil es la interpretación apuntadaprimero por Solá Solé, y retomada más recientemen-te por María Paz García Bellido, de que correspondecon el texto púnico P´LT que aparece en lasacuñaciones de Gades, lo que indicaría "acuñaciónde". Este mismo hecho también lo tenemos en Asidoy en Oba, lo que indica la voluntad de los ciudadanos

de la localidad para efectuar la acuñación.Las letras AID es muy verosímil que se refie-

ran a Edil o Ediles, es decir, los magistrados urbanosencargados de la acuñación. A partir de aquí las hi-pótesis se dividen entre los investigadores:

· Para unos la referencia L APOL reflejaría el nom-bre del magistrado tarifeño que dirigió la acuña-ción, es decir, que sería Lucius Apolonius (8).Grant interpretó que sería la referencia a un per-sonaje, Lucius Apolonius, también presente enlas acuñaciones de Lylibaeum en Marsala(Sicilia); esta sería una acuñación efectuada porel partido pompeyano en la guerra civil (9). Se-ría, por tanto, un testimonio de la afección de laguerra civil cesariana en la zona de Tarifa, acer-ca de la que tenemos noticias en las fuentesliterarias (10).

· Por el contrario, para Crawford esta acuñaciónfue anterior, y producto de las actuaciones deun personaje partidario de Sertorio (11). Por elcontrario, Amela Valverde ha analizado las le-yendas de monedas de varias ciudades que sehan puesto en relación, en Hispania Mitilis y Urso,concluyendo que al menos en el caso de Bailono se trata del mismo personaje (12).

· Para otros, por el contrario, la reiteración del nom-bre del magistrado en ciudades tan diversas se-ría impensable. Las letras corresponderían no aun nombre sino a una fórmula administrativa de-rivada del púnico (13).

Así pues, a partir de esta interpretación, lasacuñaciones tarifeñas habían asumido la lengua lati-na, pero continuaban utilizando las fórmulas adminis-trativas de herencia púnica. Así se incorporaba la len-gua del poder, pero se continuaba pensando en laorganización que era tradicional, que no era otra quela púnica. Esta acuñación intermedia sería un claro

Imagen 3.

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símbolo de esta cuestión. Un aspecto que ya des-aparecería, hasta convertirse en imperceptible, en latercera época, con acuñaciones también exclusiva-mente en caracteres latinos. El único nombre queaparece es el de BAILO. A nuestro juicio, la represen-tación del atún marca ya el influjo de las acuñacionesgaditanas, pues hasta ese momento las emisionestarifeñas estaban en evidente relación de dependen-cia de las de Asido.

La última emisión, o más propiamente las últi-mas dos conocidas, presentan como característicaiconográfica el rostro de perfil de Hércules, evidente-mente derivado del de Gades, llevando espiga en lu-gar de clava, y el toro en el reverso. Pero mientras enla emisión conocida aparece un texto latino que ana-lizaremos, en otra todavía no interpretada presentaun texto "libiofenicio". Este curioso caso de "revival"muestra la pujanza de la cultura púnica que, todavíaen el entorno del periodo de Augusto, tenía fuerzasuficiente como para ser utilizada por el poder local.

La lectura del ejemplar con leyenda latina, conmucho el más difundido, presenta en el reverso, en laparte superior del toro el nombre de BAILO, y en laparte inferior Q MANL P. CORN, seguido en algunosejemplares (en los que se ha podido leer) de una A.No hay mayores problemas para la interpretación deltexto, se trata de los magistrados que ordenaron laemisión, Quintus Manlius y Publius Cornelius. Dosnombres que reflejan que Belo había ya asumido ensus élites urbanas la latinización onomástica. La Aque algunos identifican después del nombre corres-pondería al cargo latinizado, A(edilis), puesto que pro-bablemente en su inicio ese cargo sería el de sufetaspúnicos.

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA(1) GOZALBES, E.: "Una ceca antigua de monedas en Tarifa:las acuñaciones de Bailo", ALJARANDA 60 (2006) 4-9.(2) GARCÍA Y BELLIDO, M.P. Y BLÁZQUEZ CERRATO, C.: Diccionariode cecas y pueblos hispánicos II, Consejo Superior de

Investigaciones Científicas, Madrid, 2001, pp. 51-52.(3) Página de la red "Cecas Libiofenicias (I)". En http://ret0057t.eresmas.net/Iberos/paginas/libiofenicias1.htm(4) DELGADO HERNÁNDEZ, A.: "Catálogo descriptivo del Mu-seo Numismático de la Real Academia de la Historia",Manuscrito de la RAH, GN. 1862-07.(5) PEMÁN PEMARTÍN, C.: "Los topónimos antiguos del extre-mo Sur de España", Archivo Español de Arqueología 25(1953) 107-108.(6) GARCÍA Y BELLIDO, M.P.: "Leyendas e imágenes púnicas:las monedas libiofenicias", Veleia 2-3 (1987) 499-519.(7) RODRÍGUEZ FERRER, A.: "El templo de Hércules-Melkart.Un modelo de explotación económica y prestigio políti-co", Actas I Congreso Peninsular de Historia Antigua,Universidad de Santiago de Compostela, Santiago deCompostela, 1988, pp. 101-110.(8) BOST, J.P., CHAVES, F., DEPEYROT, G., HIERNARD, J. Y RICHARD,J.C.: Belo IV. Les monnaies, Casa de Velázquez, Madrid,1987, p. 16.(9) GRANT, M.: From Imperium to Autoritas. A historical studyof Aes coinage in the Roman Empire, 49 BC-14 AD 14,Cambridge, 1969, p. 24.(10) El Bellum Hispaniense, 32, 36 y 37 habla de comoafectaron los acontecimientos en Carteia, donde estabala flota de Pompeyo, y donde éste se refugió, pero los deCarteia mandaron emisarios a César. En la ciudad semanifestó una fuerte división entre partidarios de uno yde otro. Algunas traducciones españolas han incluidolos hechos en Tarifa (al confundir la ubicación de Carteia).Vid. como ejemplo GARCÍA MERCADAL, J.: Viaje de extran-jeros por España y Portugal, Consejería de Cultura deCastilla y León, 2ª edición, Salamanca, 1999, pp. 83-84.(11) CRAWFORD, M.H.: Coinage and Money under theRoman Republic, Metheun, Londres, 1985, p. 211.(12) AMELA VALVERDE, L.: "Sobre Salacia y otras aprecia-ciones acerca de algunas cecas de la Hispania occi-dental", Revista Portuguesa de Arqueología 7 (2004)243-264.(13) GARCÍA Y BELLIDO, M.P. Y BLÁZQUEZ CERRATO, C.: "Formas yusos de las magistraturas en las monedas hispánicas",La moneda hispánica. Ciudad y territorio, editores Ma-ría Paz García Bellido y Rui Manuel Sobral Centeno, En-cuentro Peninsular de Numismática Antigua, Madrid,1995, p. 384.

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A LOS COLABORADORES DE ALJARANDARogamos a aquellas personas que nos envíen trabajos para su inserción en

ALJARANDA, nos manden sus trabajos en Word al correo electrónico:[email protected],

incluyendo las imágenes en blanco y negro con una resolución mínima de 300 K.o bien nos los envíen en Cd-Rom a la siguiente dirección:

ALJARANDAC/ Amor de Dios, 3

11380 Tarifa (Cádiz)

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Monografía de Tarifa porDomingo Sánchez del Arco

Wenceslao Segura González

l gaditano Domingo Sánchez del Arco escribióa final del siglo XIX una monografía sobre Tari-

fa que no llegó a publicarse y que formaba parte deun proyecto más ambicioso consistente en escribirmonografías de todos los municipios de la provincia,que entonces ascendían a cuarenta y uno.

El manuscrito original se encuentra en el Fon-do Documental Sánchez del Arco del Archivo Históri-co Provincial de Cáceres y se encuentra casi listopara su publicación. A continuación analizamos elcontenido de la curiosa obra de Sánchez del Arco ysus aspectos más sobresalientes.

DOMINGO SÁNCHEZ DEL ARCOOriginario de una conocida familia gaditana,

Domingo Sánchez del Arco nació en la capital de laprovincia en el año 1842, destacando especialmenteen su actividad periodística, siendo director de algu-nos de los numerosos periódicos que por entoncesexistían, entre ellos La Libertad o La Legalidad, ycolaborando en muchas otras publicaciones.

Sánchez del Arco ejerció profesionalmentecomo funcionario. Como tal llegó en el año 1880 aFilipinas, para volver cuatro años después a Cádizpara ocuparse en tareas de contabilidad en la Diputa-ción Provincial de Cádiz.

Falleció en el año 1900 tras haber visto publi-cadas cinco monografías de otros tantos pueblos dela provincia: El Bosque, Alcalá del Valle y Bornos queaparecieron en el año 1889; la de Cádiz en 1887 yfinalmente la de Alcalá de los Gazules en 1893, laúnica que ha sido posteriormente reeditada (1).

Sánchez del Arco fue vicepresidente de laComisión de Monumentos de Cádiz y correspondien-te de la Real Academia de la Historia.

El manuscrito original de la monografía de Tari-fa se encuentra en el Archivo Histórico Provincial deCáceres, a donde fue donado por el arquitecto extre-meño Vicente Paredes Guillén. Su redacción estáprácticamente concluida. Tanto es así que hay nume-rosas galeradas o pruebas de imprenta, indicativo queera inminente su edición.

DESCRIPCIÓNLa monografía que comentamos tenía previs-

to que se editara en la colección titulada La Provinciade Cádiz, Colección de Monografías de los pueblosque la forman. Proyecto que surgió de la iniciativa deltambién gaditano Eduardo Bonet, fundador del Insti-tuto Geográfico y Estadístico. Fueron varios los auto-res que acometieron el proyecto, pero fue Sánchezdel Arco el que tuvo cierto éxito en desarrollar tanmonumental tarea.

La obra sobre Tarifa está compuesta de las si-guientes secciones: Capítulo I: Situación geográfica.Extensión y límites; Capítulo II: Orografía. Descrip-ción geológica; Capítulo III: Tarifa benéfica. Hospitalde la Caridad. Hospital de la Concepción y San JuanBautista. Fundación de Baltasar López Moriano; Ca-pítulo IV: Predios centros de población; Capítulo V:Historia, que a su vez está compuesta de los siguien-tes apartados: 1. Fundación; 2. Cédela Mohammad aAbed-Juzeph; 3. Conquista de Tarifa por D. Sancho elBravo; 4. Privilegios que da a Tarifa su conquistador;5. Defensa de Tarifa. A partir de aquí la obra se en-cuentra algo desorganizada encontrándose documen-tos relativos al sitio de los franceses durante la gue-rra de la Independencia, notas sobre aspectos eco-nómicos y otras curiosidades. Posteriormente siguela narración histórica con un capítulo dedicado al pri-vilegio de Alfonso XI, otro capítulo sobre la descrip-ción geográfica que de Tarifa se hace en el Libro de laMontería, para finalizar con un capítulo dedicado a la"invasión del término hecha por la Casa Ducal deMedina Sidonia".

El libro sobre Tarifa de Sánchez del Arco des-taca por las numerosas curiosidades que contiene,fruto de una ardua investigación del autor, que debióacudir en numerosas ocasiones a Tarifa para docu-mentarse. También tuvo a su disposición los archivosde la administración provincial, en especial los de laDiputación.

La parte histórica de la obra está bien docu-mentada, pues el autor tuvo acceso a las principalescrónicas cristianas y árabes y a las historias genera-

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les de España. Aunque tiene el defecto de estar limi-tada a los acontecimientos principales vividos porTarifa. En los dos capítulos dedicados a los privile-gios de Sancho IV y Alfonso XI, aparece sutrascripción íntegra, no sabemos si tuvo acceso alos originales que se encontraban guardados en laiglesia de San Mateo o alguna copia desconocida.

En el libro también se encuentra la trascripcióndel interesante capítulo dedicado a Tarifa en el Librode la Montería de Alfonso XI. También se encuentrala trascripción de la resolución emitida por JuanGonzález de la Plazuela como resultado de la inva-sión de parte del término de Tarifa en 1447 por JuanGuzmán, duque de Medina Sidonia.

La parte de mayor interés es la geográfica ygeológica, ya que las obras de carácter generalsobre estos temas siguen siendo todavía escasas.Citar entre otras curiosidades la exhaustiva des-cripción de la mojonera entre los términos de Tarifay Medina Sidonia y la descripción de la costatarifeña.

También destaca la información que Sánchezdel Arco facilita sobre las instituciones benéficas deTarifa, sin duda obtenida de los archivos de la Diputa-ción, administración donde trabajaba. Citar por últi-mo el capítulo sobre la descripción de los caseríosdel término, información sacada del diccionario deMadoz.

Entre la documentación salteada se encuen-tran numerosas curiosidades. Entre ellas el acta quese levantó en el año 1890 entre los representantes deAlgeciras y Tarifa en relación con las lindes municipa-les. Así como datos sueltos, como que el año 1763comenzó a obrarse el barrio de San Sebastián porLuis Sánchez; o el alquiler en el año 1640 de la Islade las Palomas por Juan Gálvez para cazar conejos,o los efectos producidos por la gigantesca ola queasoló Tarifa el 23 de diciembre de 1786.

Imagen 1. Reproducción de la portada de la Colección quepretendía editar Sánchez del Arco.

En la dirección http://www.tarifaweb.com pueden consultar todos losejemplares hasta ahora publicados de ALJARANDA, además de

encontrar, entre otras, una sección referida a la Delegación de Culturadel Ayuntamiento de Tarifa.

ALJARANDA en Internet

Creemos que tanto por la antigüedad del ma-nuscrito que comentamos, como por el interés queencierra, merecería prepararse una edición crítica delmismo. Teniendo además presente que la informaciónrecopilada por Sánchez del Arco, si bien esfraccionaria, también es esencialmente correcta yválida en la actualidad.

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA(1) Alcalá de los Gazules en el Fondo Documental deSánchez del Arco, introducción, edición y notas de GabrielAlmagro M. de Oca, Ilmo. Ayuntamiento de Alcalá de losGazules, Cádiz, 2001. Hay que indicar que este libro estáfirmado por Eloy hermano de Domingo.

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Mercante noruego "M/S Tarifa"Manuel Quero Oliván

e la lista de buques que han llevado el nombrede nuestra ciudad, quizá sea el mercante no-

ruego "M/S Tarifa" el de mayor porte (más grande entamaño) de todos.

El "M/S Tarifa" se mandó construir por encargode la compañía naviera Wilh. Wilhemsen de Tonsberg(Noruega) (1). Se construyó y botó en los astillerosde Danzig (Alemania) el 20 de agosto de 1936, termi-nándose de pertrechar y pasando a engrosar la flotamercante noruega el 7 de noviembre del mismo año.

Este buque ha pasado a la historia no por susgrandes singladuras u otras particularidades náuticas,las cuales, no fueron otras que las propias de un mer-cante, sino por su aciago final.

Pues bien, desde muy antiguo, los barcos mer-cantes, para más seguridad (no perderse unos deotros) e incluso defenderse ante un posible ataque(piratas), se organizaban en flotas o convoyes.

Posteriormente, durante la II Guerra Mundial,las pequeñas o medianas flotas de transporte de tro-pas y abastecimientos aliadas tenían que navegarmanteniéndose organizados en forma de convoyes,unas veces defendidos por un mayor o menor núme-ro de unidades de guerra navales y aéreas e, incluso,colocándoles artillería a los propios buques mercan-

tes para su autoprotección.Este es el caso del buque "Tarifa" que nos ocu-

pa, pues en la II Guerra Mundial formó parte de va-rios convoyes marítimos organizados por las fuerzasaliadas, entre ellos el SL-124 y el HX-239.

El "M/S Tarifa", en su periplo por aguas delÁfrica oriental tocó puerto en las Islas Mauricio, Islasde la Reunión (Madagascar), Mombasa (Kenia), Tan-ga (Tanzania), Dar es Salaam, Beira, Lorenzo Mar-ques (Mozambique) y, por último, puso rumbo a Aus-tralia, no sin antes tocar en el puerto de El-Quseirdonde cargó fosfato, y en el puerto de Suez donderecogió algunos soldados, oficiales y personal dela armada que volvían para Australia y NuevaZelanda.

Pero he aquí que la fatalidad vino a cruzarseen el camino de este buque. El "M/S Tarifa", junto conel convoy del que formaba parte, continuó viaje haciaAdén donde hizo combustible antes de poner rumboal este; pero, el día 2 de marzo de 1944, cuando teníaque seguir junto al resto del convoy, por razones queno vienen al caso, el "M/S Tarifa" dejó el convoy enRas al Hadd, por lo que tuvo que hacerse a la marcuatro días más tarde (6 de marzo de 1944), conti-nuando su singladura en solitario y dando constantesbordadas (zigzagueando).

Así pues, el "M/S Tarifa", al mando de capitánde la marina mercante noruega Hans Bjonness, seadentró en el Golfo de Adén con una carga (entreotras) de 8.240 toneladas de fosfato, 1.290 toneladasde petróleo crudo y 500 sacos de correo; además,llevando una tripulación de 47 personas, 1 pasajero y101 militares de nacionalidad australiana yneocelandesa.

A eso de las 11.20 de la mañana del 7 de mar-zo de 1944, el "M/S Tarifa" se encontraba en plenoGolfo de Adén, entre el llamado "cuerno de África" yla península Arábica, y a unas 250 millas al este delarchipiélago de las Suqutrá (Socotra), en posicióngeográfica 12º 48 N y 58º44 E.

En ese momento la mayor parte de la gente abordo se encontraba en cubierta, pues debido a lascaracterísticas del mercante (habitabilidad tan sólo

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para 12 pasajeros) y las latitudes por donde navega-ba, no era muy agradable permanecer bajo cubierta.Fue entonces cuando se produjo una terrible explosióna la altura de las bodegas de proa, la cual hizo caer alsuelo a todos cuantos en cubierta se encontraban.La enorme columna de agua producida por la explo-sión cayó sobre ellos. Una siniestra estela dibujadaen la superficie del mar dejó a las claras la identidaddel hecho: habían sido alcanzados por un torpedo.

El "M/S Tarifa" contaba para su defensa tansólo con una ametralladora antiaérea del calibre de12 milímetros instalada a popa, por lo que, inmedia-tamente, el artillero se dispuso a utilizarla. Apenasunos segundos después, otra terrible explosión sa-cudía violentamente todo el buque. El buque habíasido nuevamente alcanzado por otro torpedo, esta veza la altura de la bodega número 5 (a popa), la explo-sión fue tan terrible que muchos de los que allí seencontraban fueron lanzados al agua. Dos personasmurieron en el acto mientras que una tercera (el arti-llero Harry Stiasen) quedaba gravemente herido.

Uno de los botes salvavidas de popa quedótotalmente destruido tras la segunda explosión; noobstante, dada la rapidez con que el barco empezóa hundirse, milagro fue el que se pudieran lanzar alagua con éxito los 5 botes restantes y las balsassalvavidas.

Apenas transcurridos diez angustiosos minu-tos, todos los botes y balsas estaban ya en la marcon toda la gente a bordo, eso sí, rodeados por unaespesa capa de crudo que flotaba alrededor del bar-co. Tan sólo faltaban dos personas: el soldado austra-liano R.R. Gordon (muerto en el bote destruido por lasegunda explosión) y el artillero Erlin Olander, muer-to en su camarote que estaba cercano al lugar de laprimera explosión. En cuanto al artillero Harry Stiasen,

a resulta de las graves heridas recibidas,murió poco después a bordo de uno de losbotes y, previa ceremonia al uso, fue sepul-tado en la mar (2).

Eran las 12.30 de la mañana cuandoel "M/S Tarifa" se hundía definitivamente. Nopudieron enviar ninguna señal de socorrodado que una de las partes más dañadasdel buque fue precisamente la cabina de laradio. Cinco minutos después, el submarinoque había disparado los torpedos emergía auna milla de los botes y balsas del Tarifa,para desaparecer posteriormente con rum-bo norte.

Se trataba del submarino alemán U-510, un U-Boote de la clase IXC (oceánico),el cual era comandado por el teniente de na-

vío Alfred Eick (uno de los denominados "Ases delReich" (3)), quien faltándole 3 días para cumplir 30años, hundía el Tarifa, uno más de los 8 barcos queen total llegó a hundir con aquel submarino. Motivopor el cual le fue concedida una de las cruces queluce en la foto.

A diferencia de lo que mucha gente pueda creery, dado lo que anteriormente se ha expuesto, la gue-rra submarina alemana en la II Guerra Mundial no sólotuvo como escenario las aguas del Atlántico, ya quelos U-boat (o U-boote) actuaron en muchas partesdel mundo, entre ellas el Extremo Oriente, siendo unade sus llamadas "zonas de caza" el Océano Índico,utilizando para repostar las bases de Malasia ySingapur, ocupadas por los japoneses.

En cuanto a los supervivientes del "M/S Tari-fa", desde los botes salvavidas se enviaron mensa-jes de emergencia pero no recibieron respuesta. Amedianoche hicieron un nuevo intento de pedir soco-rro por radio pero tampoco hubo acuse de recibo a suseñal de auxilio. Así pues, los botes pusieron rumboal archipiélago de las Socotra (donde había una baseaérea británica).

Dado que no había respuesta a sus peticionesde auxilio, al día siguiente, decidieron que el bote delcapitán debía de adelantarse para conseguir ayuda lomás rápidamente posible. Así pues, tras hacer tras-bordo de 3 personas de la balsa que era remolcadapor el bote del capitán y distribuir el resto de las per-sonas de ésta balsa a las restantes, partió el capitány 21 personas más rumbo a la isla de Socotra.

El capitán del "M/S Tarifa" arribó con su bote ala base aérea de Socotra a las 19 horas del día 12 demarzo, desde donde preparó el rescate del resto depersonas. Habían transcurrido cinco días desde elfatídico momento del hundimiento.

Imagen 1. El barco mercante "M/S Tarifa".

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El día 13 de marzo llegó un avión a la base deSocotra e inmediatamente se puso a buscar el restode los botes y balsas con los náufragos, los cualesfueron localizados una hora después. Un barco deguerra, la fragata inglesa de la clase River y de nom-bre HMS Avon (K-97) acudió en rescate de los náu-

fragos del "M/S Tarifa". A las 03.00 horas del día 14de marzo todos fueron embarcados a bordo de dichafragata, la cual los desembarcó sin otra novedad enAdén (los botes y balsas salvavidas fueron hundidosen el mismo lugar del rescate).

Así concluye un episodio más de los mu-chos que tuvieron lugar en la mar en aquellos difí-ciles días de la II Guerra Mundial, donde un barco, el"M/S Tarifa", tuvo también su parte de tr isteprotagonismo.

BIBLIOGRAFÍA(1) NIESTE, A.: German U-Boat Losses During World War II,details of destruction, Naval Institute Press, Annapolis, 1998.(2) WYNN, K.: U-Boat Operations of the Second World War,Chatham, London, 1998, volúmenes 1 y 2, 1998.(3) Enciclopedia General del Mar, 9 volúmenes, cuartaedición, Ediciones Garriga, Barcelona, 1988.(4) Navíos y veleros, Editorial Planeta-De Agostini, Bar-celona, 1993, volumen 1, pp. 141-146.(5) Foto del "M/S Tarifa", de la colección de Roger W.Jordan.(6) http://www.warsailors.com/singleships/tarifa.html(7) http://www.warsailors.com/convoys/hx239.htmlx(8) http://uboat.net/

REFERENCIAS(1) En la página web de la actual compañía naviera Wilh.Wilhelmsen, en su Fleet List, en el apartado "Newbuildingprogramme", aparece un nuevo Tarifa, esta vez es el "T/CTarifa", de bandera BAH de 21.000 toneladas (Dwt) ycuya construcción está prevista para el año 2006.(2) En la publicación JORDAN, R.W.: The world's fleets, 1939:the particulars and wartime of 6,000 ships, Naval InstitutePress, Annapolis, 1999, se indica que murieron 6 perso-nas y hubo 146 supervivientes. Después se comprobóque era un error.(3) Tenía la cruz de hierro de 1ª y 2ª clase, la cruz alema-na y el 31 de marzo de 1944 le fue concedida la cruz decaballero.

Imagen 2. Alfred Eick, capitán del submarino alemán U-510que hundió al "M/S Tarifa".

El Consejo de Redacción de ALJARANDA ha acordado la elaboración de unManual de Estilo al que deberán ajustarse los trabajos que se publiquen en

nuestra revista.

Los interesados pueden consultar este Manual en la página web:http://www.tarifaweb.com/aljaranda.phpo bien solicitarlo a nuestra dirección en

C/ Amor de Dios, nº 311380 Tarifa (Cádiz)

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Noticias sobre los trabajos deconsolidación de la Torre de los

Maderos de Tarifa

Pedro Gurriarán Daza (1)

Salvador García Villalobos (2)

ste artículo tiene como objeto dar noticia y des-cripción de las obras de consolidación urgen-

tes acometidas en el tramo meridional de las mura-llas de Tarifa, centradas en la torre de flanqueo delángulo sureste del recinto de la Aljaranda, conocidacomo de los Maderos, de los Saavedra o de las Co-medias (Imagen 1). Las obras fueron encargadaspor la Delegación de Cultura de la Junta de Anda-lucía en Cádiz en diciembre de 2005, siendo finali-zadas en abril de 2006 bajo la dirección principaldel Jefe de Servicio de Bienes Culturales y los arqui-tectos Pedro Gurriarán Daza y Salvador GarcíaVillalobos de la empresa Yamur. Arquitectura y Ar-queología S.L. (3).

INTRODUCCIÓNEl recinto amurallado de Tarifa presenta un ca-

rácter excepcional tanto por su extensióncomo por la calidad de las construccionesque aún conserva. Esta circunstancia sedebe tanto a un urbanismo poco destructi-vo como a su propia funcionalidad históri-ca. Se da la circunstancia de que estapoblación ha tenido un valor fronterizo enuna zona litoral sometida a continuos ata-ques a lo largo de los siglos (sucesivamen-te a cargo de fatimíes, castellanos, portu-gueses, meriníes, piratas berberiscos, ingle-ses, tropas napoleónicas, etc.), que ha obli-gado al necesario cuidado y conservaciónde las fortificaciones para desempeñar supapel estratégico. Y ello a pesar de la habi-tual mala calidad y puesta en obra de susmateriales edilicios* (ver glosario de térmi-nos) originales, como han señalado una yotra vez los ingenieros militares que se hanenfrentado al mantenimiento de las mura-llas tarifeñas.

Atendiendo el caso que nos ocupa,

la Torre de los Maderos ha requerido de continuasatenciones y reformas para cumplir con su funcióndefensiva en una zona tan comprometida para la de-fensa de Tarifa como es el frente oriental, con losimportantes padrastros* que se le enfrentan (Imagen2). Todas estas actuaciones quedaron señaladas ensu particular morfología, que muestra, en definitiva,la progresiva adaptación de una torre de abolengomedieval a las necesidades de la artillería moderna.

Si nos atenemos a los restos edilicios origina-les del recinto de la Aljaranda, al cual pertenece, estatorre debería ser inicialmente una obra de tapia dehormigón. Sin embargo, los reconocimientos efectua-dos no permiten observar ningún vestigio de estematerial, aunque se ven varias secuencias de cons-trucción posteriores, las más importantes acometi-das en la Edad Moderna. De este modo, podemos

E

Imagen 1.- Aspecto general de la Torre de los Maderos desde la costa,antes del comienzo de los trabajos de consolidación. Noviembre de 2005.

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señalar las siguientes etapas:Fase A. Siglos XI-XIII. Asociamos esta fase, no re-conocida in situ, con la construcción del recinto de laAljaranda. Su cronología es anterior a la obra de lacerca del Arrabal, replanteado al norte, y cuya datamás verosímil viene referida en un interesante estu-dio de Ángel Sáez Rodríguez como de periodoalmohade o meriní (4).Fase B. Siglos XIII-XVI. Bajo esta horquilla tempo-ral tan amplia señalamos la reforma de la torre ini-cial, posiblemente forrando la original de tapia yadeteriorada con mampostería careada y enripiada.Los restos de esta torre más pequeña se ven en elfrente occidental con toda claridad (Imagen 3). Deigual modo, los vestigios de su compartimentacióninterior son apreciables en el nivel del terrado.Fase C. Comienzos del siglo XVII. El ingeniero italia-no Tiburcio Spannocchi informa sobre la necesidadde efectuar obras en la torre tras una visita efectuadaen 1603. Andrés de Castillejos parece efectuar lasobras en esta zona de la fortificación apenas ochoaños después, apareciendo la torre que nos ocupacalzada por un poderoso alambor* en el plano dibuja-do por dicho ingeniero (5) (Imagen 4).Fase D. Mediados del siglo XVII. Otro experto,Gerardo Coen, efectúa en 1646 una memoria acer-ca del estado de las defensas tarifeñas. Proponeque la torre que nos ocupa y otras más (SanSebastián, Corchuelo y Jesús) aumenten su su-perficie y se doten de cuatro cañones cada una(6). En el plano de la ciudad que levanta se apreciaesta torre con alambor. Es difícil precisar el volu-men de la obra propuesta, así como la previa deprincipios de ese siglo, pero tal vez es en estemomento cuando la torre toma su fisonomía ac-tual, rematada con dos troneras* y el antepecho* ala barbeta* en el lado del mar.Fase E. Finales del siglo XVIII. La existencia de unalápida en la base de la esquina suroriental de la torrenos da fe de ciertas obras efectuadas en 1772 sien-do "[…] gobernador de esta plaza D. Ysidro de Peralta[…]" (7). Desconocemos el calado de las reformas

acometidas, aunque es posible hacer mención almenos al refuerzo de esta esquina en la cual quedaintegrada dicha placa.

Apenas sí se pueden señalar otras obras deimportancia posteriores que no sean ciertos apañosencaminados a tapar oquedades y rejuntar mampos-terías en fechas más o menos recientes. En cual-quier caso, no cabe duda que la importante situaciónde la torre ha ocasionado un especial cuidado y aten-ción que no vemos en otras zonas de la cerca tarifeña.La cercanía de los padrastros* que configuran las lo-mas elevadas al este, y su carácter esquinero, facilita-ron que la construcción medieval original transformarasus materiales edilicios y su morfología para adaptarsea la evolución de las técnicas militares de asedio.

OBJETIVOS DE LAS OBRAS DE CONSOLIDACIÓNLos principales objetivos que se persiguieron

con esta obra de consolidación fueron a grandes ras-gos (8):

· Fue el propósito perseguido con la intervencióntécnica lograr el adecentamiento parietal y la con-solidación de las estructuras defensivas de laconstrucción que presentaban un alto grado dedeterioro. Se intervino de la forma más respe-tuosa posible con el propio criterio edilicio origi-nal del inmueble, buscando una integración ade-cuada con el marco arquitectónico y urbano don-de se inserta.

· Se realizó previamente un estudio patológicoexhaustivo de las estructuras defensivas a finde obtener un mapa preciso del estado de con-servación y el origen de los daños que puedansufrir. A este respecto, se reflejaron las siguien-tes labores previas:

o Establecer una plataforma adecuada deobservación mediante la colocación de unandamiaje móvil en el perímetro de la for-taleza. Luego sirvió para el posterior de-sarrollo de la obra.

o Reconocimiento de visu de las estructurasy el terreno de cimentación, a fin de proce-

Imagen 2.- Frente oriental del recinto de la Aljaranda. La Torre de los Maderos es la situada a la izquierda (vértice sureste).

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der a su análisis y valoración.o Recuperación de la documentación

historiográfica existente relacionada conesta construcción a fin de secuenciar su evo-lución edilicia.

· Estas labores precederán y complementarán aotras futuras de restauración y puesta en valorde los lienzos orientales de la cerca urbana, pro-movidas por la Delegación de Cultura de la Jun-ta de Andalucía en Cádiz. Además, los datosobtenidos ahora serán muy útiles para estable-cer criterios técnicos en esa fase final.

· De igual modo, y según la información obtenidaen esta intervención y las necesidades que sederiven de ella, se pueden proponer estudiosparietales y del subsuelo desarrollados con me-todología arqueológica. Así, se podría verificarla secuencia de ocupación diacrónica* de usode las estructuras, estableciendo, de este modo,una estratigrafía general para muros y terreno.La realización de una excavación arqueológicasería muy interesante en algún punto del perí-metro de la torre.

IDENTIFICACIÓN DEL INMUEBLEUbicación. Topografía

El edificio se localiza en el núcleo urbano deTarifa. Se trata de la torre esquinera del ángulosuroriental del recinto amurallado de la Aljaranda. Enconcreto se encuentra situada en una zona ajardinadaque discurre paralela a la fortificación en todo el fren-te marítimo. Limita estos jardines la vía ro-dada que comunica el frente amuralladooriental con el puerto.

La topografía del lugar es eminente-mente llana, aunque existe una diferenciade cotas apreciable entre las caras sur ynorte de la torre, al desarrollarse en ese sen-tido una pequeña elevación que sirve comoasiento del tramo oriental del recinto de laAljaranda. Hacia el este el terreno se vuelvemás abrupto y tiende a ascender hasta con-formar una serie de pequeños oteros. Engeneral, el acceso hasta la torre es fácil yse puede acometer con vehículos hasta sumismo pie. De igual forma, existe suficienteespacio libre en torno a la construcción quesirvió para acopiar materiales y colocar elandamio.

Las coordenadas generales son: To-rre de los Maderos (medido en el centro delterrado): U.T.M. X, 265819,82; Y, 3988652,91;Z, 13 m.s.n.m (9).

Protección legalEste edificio se incluye de forma genérica en

la categoría de restos defensivos que en su conjuntoquedan protegidos por el decreto de 22 de abril de1949, expedido por el Ministerio de Educación Nacio-nal (Boletín Oficial del Estado de 5 de mayo de 1949),sobre protección de los castillos españoles. La Dis-posición Adicional 2ª de la Ley 16/1985, de 25 dejunio, del Patrimonio Histórico Español, establece quese consideran de interés cultural, en la categoría demonumentos, y quedan sometidos al régimen previs-to en dicha Ley, todos los bienes a que se refieren losDecretos de 22 de abril de 1949, antes reseñado, 571/1963 y 499/1973.

DESCRIPCIÓN DEL INMUEBLELa Torre de los Maderos, de los Saavedra o de

las Comedias es una construcción de planta rectan-gular, ligeramente trapezoide, de 9,23 m, 16,39 m,19,96 m y 11,99 m de lado respectivamente en lascaras oeste, sur, este, y norte. Consta de un áreaconstruida en su base de 304 metros cuadrados. Laaltura del frente meridional hasta la altura del parape-to es de 11 m aproximadamente.

Se aprecia la existencia de una torre inicial depequeño tamaño en la cara occidental de la construc-ción. Luego se recrece en su perímetro hasta alcan-zar el volumen actual. Como refuerzo de su estructu-ra para adaptarse a los requerimientos de la artilleríase colocó un alambor de considerable envergaduraen las caras sur, este y la mitad de la norte, alcanza-

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Imagen 3.- Detalle de la cara occidental de la Torre de los Maderos. Obsér-vese la torre primitiva forrada por la obra moderna ataludada*.

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do dos tercios del alzado total. Cimienta este refuer-zo sobre una zapata corrida* de escaso saliente.

La torre así ampliada y reforzada serviría comoadecuada plataforma artillera, para lo cual se habilitóconvenientemente el terrado. De acuerdo con los con-ceptos de la fortificación moderna, se prescindió decualquier tipo de parapeto con merlatura* y se coronóel conjunto con sendas troneras de amplia deriva ex-terior en los lados septentrional y oriental, mientrasque los dos frentes restantes se cerraron con bajospretiles a la barbeta. Como refuerzo estructural laesquina suroriental recibió un pequeño espolón* decantería a finales del siglo XVIII.

El acceso a la torre se puede realizar por cual-quiera de los dos adarves que a ella acometen. En laactualidad el que enlaza con la iglesia de Santiagoestá libre de obstáculos, mientras que el proviene delfrente meridional, a través de una escalera, poseeuna puerta metálica de cierre.

En cuanto a la formalización constructiva dela torre, debemos apuntar cómo los principales mate-riales empleados para su erección serán un mam-puesto y sillarejos generalmente de arenisca y gresdel Aljibe. Se aparejan las piezas en una fábrica demampostería careada* y muy poco cuidada, cuyapuesta en obra trata de definir hiladas con escasaatención, sobre todo en las fábricas del alambor. Deeste modo, encontramos piezas de muy diversametrología, con ripios y fragmentos de ladrillo cal-zando a menudo los mampuestos y sillarejos. Sí apa-recen elementos más regulares en el resto de torre

original que vemos en el frente oeste, asícomo en las aristas y las partes situadaspor encima del alambor perimetral, dondeson piezas de mayor tamaño y mejor la-bra. En cualquier caso, las fábricas máscuidadas son las sillerías de buena labraque forman el espolón de la basesuroriental y las que formalizan las deri-vas de las troneras.

El macizado del muro, muy poderosocomo cabe en una obra defensiva, se solu-ciona mediante un simple relleno de calican-to según hemos podido observar en las oque-dades de los muros. La argamasa con laque se tomarán todas las fábricas y estruc-turas será caliza de muy mala calidad, ca-racterizada por la abundante proporción dearena con relación al aglomerante. La ma-yor parte del perímetro presenta sus murosdescarnados, y con la presencia del aparejovisible. La obra conserva restos de un finorevestimiento de cal, aunque las zonas donde

se mejor se mantiene vienen a ser, curiosamente, lostramos bajos del alambor; en concreto, la zona delfrente oriental conserva una serie de elementosgliptográficos* de gran interés, con varios dibujosesgrafiados entre los que destacan varios navíos devela (Imagen 5). Por último, señalar que la misma co-bertura de argamasa parece servir de protección a laparte superior de las troneras.

ESTUDIO PATOLÓGICO Y DE CONSERVACIÓNA la hora de realizar un exhaustivo estudio

patológico de esta construcción hemos de partir delas diferentes causas que motivaron la aparición delesiones y problemas en las mismas. Debemos co-menzar apuntando que, a pesar del profundo gradode deterioro que presentaban los paramentos, no sepodía hablar en general de una amenaza de ruina in-minente. Le ha afectado profundamente su abandonoy el deterioro progresivo a causa de la acción de losagentes de meteorización naturales y, sobre todo, ala acción de la abundante vegetación parasitaria quearraigaba en distintos puntos de los muros. El estadoinicial demandaba una actuación rápida y contunden-te que evitara un mayor daño a través de su consoli-dación, atajando las lesiones detectadas, y evitandoel desarrollo de otras nuevas. Una vez aclarada estacuestión, procederemos a exponer, enumerándolas,las principales patologías que se identificaban en losrestos conservados.

Desde un punto de vista macroscópico, la prin-cipal lesión detectada se relacionaba con la desapa-

Imagen 4. Dibujo de la torre en el plano de Andrés de Castillejos de 1611,donde aparece referida como de los Sayavedra.

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rición generalizada de los revestimientos, dejando aldescubierto las fábricas, y sufriendo éstas la pérdidaparcial de la argamasa de ligazón. El principal daño lorecibían los morteros de cal, que además son de bajacalidad, los cuales se iban deteriorando progresiva-mente mediante su descomposición y disgregación,en principio superficial. Esta circunstancia llevabaimplícita una cierta debilidad de las fábricas a travésde su ligante. No sabemos si la pérdida de la argama-sa de unión o la propia acción de expolio habíaocasionado la desaparición de piezas en algunospuntos de la torre, sobre todo en la base de la carameridional.

No se observaban daños estructurales deriva-dos de asientos diferenciales, pandeos, desplomes ofracturas en las fábricas. Únicamente hemos de ha-cer mención a la rotura parcial de la esquina norestede las troneras superiores, con debilitamiento de lasfábricas debido a la acción de las raíces de un arbus-to o lentisco que había crecido sobre el muro.

Los reconocimientos efectuados en el terradopermitieron comprobar la desaparición o alto deterio-ro de la cobertura de argamasa que cubría las trone-ras y el parapeto, y hacían previsible la existencia dedaños importantes en cualquier tipo de solería, sobretodo como consecuencia de la abundante vegetaciónexistente.

Resumiendo, los principales factoresmeteorizantes que estamos refiriendo vendrían deri-vados, por una parte, de la actuación erosiva ydisgregadora que de forma natural acontece en un

medio marino, así como del agua de lluvia combina-da con la acción eólica, dada la situación expuestadel inmueble. La intensidad de la erosión eólica pue-de explicar incluso la importante pérdida de secciónde algunos sillarejos. También existirá una acción bio-lógica determinante, sobre todo a consecuencia delenraizado de vegetación parasitaria en las fábricas y,en menor medida, a la acción de hongos y líquenesen las zonas de umbría.

DESCRIPCIÓN DE LOS TRABAJOS REALIZADOSA continuación procederemos a definir, de for-

ma breve, las labores técnicas urgentes desarrolla-das en las estructuras defensivas referidas. Consis-tieron éstas en la limpieza parietal, consolidación, yrestitución morfológica parcial según procedimien-tos científicos (10). En cualquier caso, se entende-rá como un primer nivel de restauración a modo defase previa para una futura labor de puesta en valordefinitiva del monumento y el conjunto de la cercatarifeña.

De este modo, y teniendo en cuenta el diag-nóstico patológico realizado con anterioridad, pode-mos describir las actuaciones técnicas desarrolladasde la siguiente manera:

· Los primeros trabajos previstos consistieron, bá-sicamente, en la clasificación y análisis técnicode los elementos existentes en el momento delcomienzo de las actuaciones. Se basaron losmismos en la definición de los restos edilicios yestructuras conservadas del monumento, bus-

cando la completa definición arquitectónica,gráfica y constructiva del edificio (Imágenes6 y 7). Para ello fue fundamental la coloca-ción de un andamio móvil que recorriera lascaras de los lienzos, de modo que se pudie-ra acceder a sus tramos altos.Se incluyeron en esta fase los trabajos derecopilación historiográfica que permitie-ran conocer, grosso modo, la evolucióndiacrónica del inmueble.· Los trabajos técnicos de intervención con-templaron, en primer lugar, la eliminación dela vegetación parásita que arraigaba en laconstrucción y su entorno inmediato, juntocon los hongos y líquenes que crecen sobrelos muros. Se llevó a cabo de forma ma-nual, empleando las herramientas y produc-tos químicos necesarios (como intoxicaciónmasiva por inyección de biocidas), siem-pre de forma poco agresiva con el sustratoconstruido.· Se propuso el saneamiento puntual de las

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Imagen 5.- Detalle de los restos gliptográficos situados en la base orien-tal de la torre.

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Imagen 6.- Plano de intervención 1.

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Imagen 7.- Plano de intervención 2.

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fábricas, eliminando aquellos sustratos superfi-ciales y morteros de ligazón que aparecieran muyalterados. Los medios a emplear fueron pocoagresivos, y en un principio fue suficiente conrascados manuales prescindiendo de chorros deagua a presión. Por otra parte, se eliminaron laspiezas de mampuesto que presentaban proble-mas de trabazón con el resto de las fábricas,además de los elementos rotos o profundamen-te alterados. A continuación se reaprovecharony volvieron a colocar en las estructuras tras laslabores de saneamiento, siempre previa selec-ción de este material de acarreo para que cum-pliera con las mínimas condiciones de conser-vación. Generalmente se ubicaron presentandola cara que tenía mejor estado. Se utilizaronsiempre medios manuales.

· Con posterioridad se procedió al retacado de lasfábricas conservadas con un mortero de carac-terísticas cromáticas y resistentes parecidas alexistente; para ello se propuso el empleo de unaglomerante bastardo de cal y cemento blanco(proporción 1:1:6), creando llagas y tendeles fi-nos, ligeramente rehundidos, que evitaran gran-des rebabas sobre las piezas (Imagen 8).

· Se conservaron los revestimientos de cal origi-nales sobre la mampostería así como losesgrafiados que sobre los mismos se puedanreconocer. Como norma general no se contem-pló la aplicación de un nuevo revestimiento pro-tector en el resto de la construcción, ya que seestima conveniente mantener la imagen actualde la torre.

· Donde existían oquedades y pérdidas de mate-rial, se repusieron los elementos edilicios preci-sos hasta completar las fábricas existentes se-gún sus características métricas y formalesespecíficas; mientras que para el relleno del murono existía un especial criterio formal, para losaparejos recurrimos a un mampuesto de sec-ción más o menos plana que se colocará siguien-do hiladas y cuyas juntas se calzaron con ripiosy lajas de piedra. No se consideró la sustituciónde las piezas de cantería, ni siquiera aquellasmás afectadas por la erosión. En cualquier caso,se respetó lo expresado en el Artículo 39.2. dela Ley del Patrimonio Histórico Español (Ley 16/1985 de 25 de junio).

· Se prestó especial cuidado en la eliminación delarbusto crecido sobre la tronera septentrional dela torre, cuyas raíces ocasionaron la rotura delas fábricas. Una vez intoxicado se procedió asu tala, y se trató de eliminar las partes arrai-

gadas, con cuidado de no dañar las mampos-terías. Luego se saneó el muro, rejuntandotodo, y se descartó coser la grieta que reco-rría la esquina exterior mediante varillas defibra de vidrio, dado que la rotura no era muyprofunda.

· En cualquier caso, fue respetada de manera es-crupulosa la morfología de todos los elementosedilicios según los datos disponibles en la ac-tualidad, de modo que no se acometieron re-construcciones o restituciones que no estuvie-ran avaladas por dicha información. Durante laconsolidación quedó realizada la restitución dela línea de remate de los parapetos cimerosmediante una nueva capa armada de morterobastardo. Se respetó de igual forma la existen-cia de cualquier tipo de mechinal* que se puedaconservar, dada su importancia en la imagen delos muros. Estas labores tratarán de ser suma-mente respetuosas con el carácter original dedichos elementos.

· En una etapa final, se aplicó de nuevo un trata-miento de biocida sobre toda la superficie de laobra una vez finalizadas las labores de sanea-

Imagen 8.- Detalle de la cara meridional de la torre durantela ejecución de los trabajos de consolidación.

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miento parietal. De igual forma, fue desbrozadatoda la superficie del terrado de la torre.

· Por último, cabe hacer mención a una actuaciónno contemplada en el informe técnico inicial, yque se reveló necesaria a lo largo de la evolu-ción de los trabajos. Hacemos referencia a lacompleja integración visual existente entre losmateriales originales y los nuevos que fueronaportados en estos trabajos. El importante con-traste cromático no era el adecuado a los crite-rios de restauración, de ahí que se aplicara unaveladura superficial de la misma coloración quelos antiguos por parte de técnicos restauradoresen aquellas zonas donde se habían aplicadonuevos morteros (Imagen 9).

A MODO DE CONCLUSIÓNA través de estas líneas hemos presentado

las actuaciones técnicas destinadas a la consoli-dación de la Torre de los Maderos de Tarifa. Cree-mos que una forma adecuada de conocer el patri-monio es a través del conocimiento y divulgaciónde todos los trabajos que sobre el mismo se efec-túan, no sólo a través de la investigaciónhistoriográfica o arqueológica, relativamente habi-tual, sino también mediante la difusión de las obrastécnicas de consolidación. Es habitual que los téc-nicos responsables de las restauraciones obvienla publicidad de sus trabajos, de modo que a me-nudo estos caigan en la incomprensión y el desco-nocimiento por parte del ciudadano.

Confiamos en que este breve artícu-lo sirva para aportar algo de luz sobre todoel proceso de actuación en un monumentocomo éste, el cual parte y se desarrolla apartir de un profundo proceso de reflexióntécnico e histórico. Y el arquitecto, en defi-nitiva, no será más que una pieza de unengranaje en el que arqueólogos, historia-dores o restauradores aportaran sus par-ticulares criterios y opiniones con igualvalía.

GLOSARIO DE TÉRMINOS-Mampostería careada y enripiada: Se tratade aquella obra de piedra construida conmampuestos, cuya cara exterior está bienlabrada y nivelada, y que presenta la pecu-liaridad de calzar las piezas mediante ripios(véase la definición de ripio).-Troneras: Según Luis de Mora-Figueroa setrata de un hueco pequeño, conabocinamiento interior y en ocasiones exte-

rior, abierto en los muros y antepechos para dispararcon armas de fuego portátiles o ligeras (11).-Antepecho: Parapeto o pretil bajo que delimita yprotege los pasos de ronda y terrazas de una obradefensiva.-Padrastro: Zona próxima y exterior a una fortifica-ción, generalmente de igual o mayor altura que losmuros de ésta, desde la que es fácil combatirla.-Ocupación diacrónica: Bajo esta denominación re-ferimos todos los periodos históricos en los que laobra arquitectónica ha sufrido algún tipo de inter-vención.-Zapata corrida: Tipo de cimentación consistente enuna zapata de tipo perimetral ligeramente saliente conrespecto a la cara del muro.-Pretiles a la barbeta: Parapeto bajo que protege elperímetro de una plataforma artillera sin necesidadde troneras.-Espolón: Semipirámide que se adosa al pie de torresy murallas, y que la protege contra el impacto de pro-yectiles (12).-Ripios: Pequeña piedra que sirve para rellenar loshuecos dejados por otras más grandes en un muro.-Alambor perimetral: Talud perimetral y exterior a unaconstrucción defensiva que la protege en su base.-Derivas de las troneras: Cara lateral de una troneradispuesta de forma oblicua.-Calicanto: Material constructivo formado por unamezcla desordenada de piedras y argamasa de mor-tero de cal.-Elementos gliptográficos: Recurriendo nuevamente

Imagen 9.- Aspecto general de la Torre de los Maderos desde la costa alfinalizar los trabajos de consolidación. Abril de 2006.

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al profesor De Mora-Figueroa, definimos gliptografíacomo el conjunto de aportes informativos que sobrepiedra, y por extensión sobre toda la superficie de loconstruido, ofrece una fortaleza (13).-Retacado de las fábricas: Aporte de los ripios yargamasas desaparecidos previamente en un murode piedra durante una restauración.-Elementos edilicios: Elementos constructivos o ar-quitectónicos.-Mechinal: Oquedad practicada en un muro, bien comotestimonio del anclaje de una viga desaparecida deandamio o encofrado, bien como desagüe.

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA(1) Instituto de Estudios Campogibraltareños, Yamur. Ar-quitectura y Arqueología S.L.(2) Yamur. Arquitectura y Arqueología S.L.(3) Este trabajo tiene expediente B054083HD11CA, yestá recogido bajo el título Redacción de proyecto y di-rección principal de las obras de consolidación del tramomeridional de las murallas. Tarifa.(4) SÁEZ RODRÍGUEZ, Á.J.: Tarifa, llave y guarda de toda Es-paña. Fortificación y urbanismo, Instituto de Estudios

ALJARANDA está abierta y al mismo tiempo solicitacolaboración a todos cuantos autores e investigadores tienencomo objeto de estudio la Ciudad y Campo de Tarifa, en susmás diversas especialidades (Historia, Geografía, Ciencia,Patrimonio, Arte, Tradiciones), sin olvidarnos de la creación

literaria.

Los artículos pueden ser remitidos al correo electrónico:[email protected] a la dirección postal:Consejo de Redacción.Revista ALJARANDA.

Excmo. Ayuntamiento de Tarifa.Amor de Dios, nº 311380 Tarifa (Cádiz)

Campogibraltareños, Algeciras, 2003, pp. 148 y ss.(5) SÁEZ RODRÍGUEZ, Á.J.: "El ingeniero mayor Spannocchien Tarifa. El reconocimiento de 1603", ALJARANDA 48(2003) 11-18.(6) SÁEZ RODRÍGUEZ, Á.J.: "Tarifa en tiempos de Rocroi",ALJARANDA 39 (2000) 10-18.(7) Esta placa es una réplica de la original que se encon-traba situada en este mismo punto y que ahora formaparte de los fondos del Museo Municipal de Tarifa.(8) Todas esta información está recogida en GURRIARÁN

DAZA, P. Y GARCÍA VILLALOBOS, S.: Informe técnico previo a laconsolidación del tramo meridional de las murallas deTarifa, Tarifa, 2006.(9) Mapa Topográfico de Andalucía, Escala 1:10.000, Hoja(1077) 4-4, edición de 1995.(10) Sobre la metodología empleada, consúltese el tra-bajo publicado por uno de nosotros en GURRIARÁN DAZA, P.Y SALADO ESCAÑO, J.B.: "Metodología, sistemática y criteriosde intervención en el patrimonio arquitectónico: el casodel Fuerte de Santa Bárbara de La Línea (Cádiz)", enActas de las VII Jornadas de Historia del Campo de Gi-braltar, Almoraima 29 (2003) 561-580.(11) DE MORA-FIGUEROA, L. Glosario de Arquitectura Defen-siva Medieval, Universidad de Cádiz, Cádiz, 1996, p. 221.(12) Ibídem, p. 104.(13) Ibídem, p. 116.

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POESÍAALJARANDA, 61. JUNIO 2006.

XIII Premio de PoesíaLUZ' 2006

PALABRAS

Déjame escribirte versos del corazón.Permíteme añorarte a cada instante, en cada rincón de este alma, sola, fría y arruinada.Déjame sufrirte y hasta morirte para llegar después al éxtasis que me da tu mirada.Abrazarte en mi soledad, amarte en la distancia, extrañarte en tu compañíay partirte en dos el alma.Permíteme mi vida adorarte cada mañana, cuando los pájaros ajenos a lo que pasa,posan sus alas en nuestra ventana…Déjame decirte amor, que nunca de mi boca nacieron estos versos.Ni parecidos, ni imaginados ni deseados, ni comprados.Que mi voz se vuelve silencio, noche plata,cuando se trata de decirte mi niña, lo que por mi mente pasa…Enmudecen las palabras, se seca el corazón y pierdo toda esperanza de sentirte enamorada.Déjame decirte amor, que siento perturbarla y alterarla, que nunca fue miintención… Lamento mi decisión de así amarla.Porque das miedo y tu belleza amenaza.Porque tus manos trepan por mi cuerpo y tus ojos se me clavan,porque me haces el amor como bestia encendida dando rienda suelta a la pasión,prendiendo cada llama…Miedo…Miedo de tenerte, de perderte, de encontrarte y de adorarte…Déjame decirte.Amor…

Inmaculada Cuellar López (Tarifa)Primer Premio

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POESÍA ALJARANDA, 61. JUNIO 2006.

OBSTINACIÓN

He sido capaz de maldecir la bondad de viejos labiosde conjugar en subjuntivo el verbo amar

de pisar huellas derretidasde condenarme al pecado de tu almohada

de alisar la tormenta del desengaño.

Soy capaz de rendirle cuentas al pasadode humedecer los besos de tu cama

de encontrarme a solas con la lascivia de una sombrade perderme en el aliento de un susurro

de deslizarme en una arista de tu espalda.

Seré capaz de callar el silencio más ruidosode abrazarme a la profecía del qué será

de descubrir el perfil de la mentirade alumbrar los miedos abandonados

de agitar con suavidad los recuerdos sutiles.

Me elegiste y te elegíte creé y me creaste

y ahoranos estamos viviendo.

Mª Luz Terán Santander (Tarifa)Segundo Premio

IMSOMNIO

Si todos los poemas estuvieran ya escritos,o se me hubieran muerto casi sin darme cuentaaquél poeta triste que yo llevaba dentro.Si es sólo su cadáver el que a veces conmuevela torre de mi cuerpo y humedece sus piedras.Si todos estos versos son surcos donde nuncasembrarán sus canciones los niños ni los maestros.Si tan sólo mis dientes comparten la alegríaturbia de mis amigos. Si mi felicidades breve como un sábado y secreta lo mismoque un diamante enterrado en medio del desierto.Y si todos los pájaros que libero se mueren,si todos los verdugos sobreviven a mi odio,decidme, ¿Qué cojones estoy haciendo aquí?¿Para que éste derroche de papel y de insomnio?

Manuel Liaño Rivera (Tarifa)Tercer Premio

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Antonio María Garrigóy García de la Calle

E

TARIFEÑOS DE AYER Y HOYALJARANDA, 61. JUNIO 2006.

l nuevo personaje que traemos a esta secciónde ALJARANDA es Antonio María José Ma-

nuel Garrigó y García de la Calle, nacido en Tarifa el25 de septiembre de 1799 y bautizado un día des-pués en la parroquia castrense del convento de SanJuan de Prado como hijo de militar. Era su padre el 1er

teniente del regimiento de carabineros de María Lui-sa, José Garrigó y Antolí, natural de Valencia y quese hallaba de guarnición en Tarifa con su esposa,Josefa García de la Calle Fernández de Losada, deMadrid. Nuestro personaje se trasladó muy pronto aExtremadura, donde pasó su infancia y se educó enel colegio de Pestalozzi, hasta 1808 que volvió aBadajoz. Allí, la junta que se formó con motivo delalzamiento contra Napoleón le nombró alférez demenor edad en el mismo regimiento de carabinerosde María Luisa, renombrado entonces como Húsaresde Extremadura y en el cual su padre era ya Sargen-to Mayor.

En 1813 se incorporó al regimiento de Drago-nes de Madrid, desde el que pasó sucesivamente alos de la Reina, Sagunto y al escuadrón Ligero Provi-sional mandado organizar en 1823. Reinstaurado elgobierno absolutista fue desterrado a Valencia, don-de fue preso en 1830 y conducido a Granada hasta laamnistía de 1832. De nuevo en Valencia se le nombróen 1833 jefe de una columna para perseguir a la par-tida carlista de Magranet, a la que destruyó comple-tamente y por lo que Espartero le recomendó al Go-bierno. Tras volver al servicio un año más tarde, fuedestinado al regimiento de caballería del Infante, conel que se halló en las acciones de Cúllar, Torijas yMora en 1834 y un año más tarde en las de Segorbe,Manresa, Mora y la de Ceo de Rosell. En 1835 pasóde ayudante al escuadrón del regimiento del Rey, conel que tomó parte tres años más tarde en el célebresitio de Morella, por cuyo comportamiento se le con-cedió la cruz de 1ª clase de San Fernando. Y así,nuestro paisano de nacimiento se distinguió en otrastantas acciones hasta que terminó la Guerra Carlistaen agosto de 1840.

En 1843 se adhirió al nuevo alzamiento nacio-nal en Utrera, permaneciendo a partir de entonces enSevilla. Desde allí, pasó con su escuadrón al Campode Gibraltar donde contribuyó a sofocar el pronuncia-miento de Algeciras a favor de la junta central, porcuyo mérito Garrigó recibió el agradecimiento del rey.Hasta 1852, año en el que alcanzó el grado de coro-

nel de caballería, pasó por los regimientos deNumancia, Montesa, Lusitania, Constitución, Pavía,Calatrava, Sagunto y Farnesio. Con este último tomóparte en el pronunciamiento de la caballería de 1854,distinguiéndose nuevamente en la batalla de Vicálvaroen 1854, en la que fue herido y hecho prisionero. UnConsejo de Guerra lo condenó a muerte, pero dadosu valor y gran popularidad la reina ordenó que seaplazase su ejecución. Liberado poco después, conel cambio de Gobierno fue ascendido a Brigadier ydos meses después a Mariscal de Campo,concediéndosele con igual fecha la gran cruz de SanHermenegildo. Ese mismo año Garrigó fue elegido paraacompañar a la reina madre María Cristina de Borbónhasta Portugal. Dos años más tarde, la reina Isabel lenombraba gentil hombre de cámara de S.M.

Imagen 1. Litografía con el retrato de Antonio María Garrigóy García de la Calle. Realizada por Rufino Casado entre1852-1880. Biblioteca Nacional.

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CREACIÓN LITERARIA ALJARANDA, 61. JUNIO 2006.

Quinta del cincuenta y siete (XIV)José Araújo Balongo

P oco antes de las siete de la tarde de aquel pri-mer domingo de junio de 1958 pulsé el timbre

del chalet donde vivía el teniente coronel Benedicto.Me abrió la puerta una morita que supuse –y supusebien– debía tratarse de una sirvienta. Me preguntóqué deseaba y le contesté que era portador de unsobre para entregar en mano al señor de la casa.

- Espere un momento, por favor –dijo al tiempo queme cerraba la puerta.

Yo iba, como era lógico y reglamentario, unifor-mado de pies a cabeza de marinero de la Compañíade Mar de Melilla, según podía leerse en la parte frontalde la cinta con letras amarillas sobre fondo negro querodeaba la base del lepanto, por lo que me dolió quecerrara la puerta mientras esperaba. Luego supe quecumplía órdenes de su señor cuando se tratara dedesconocidos; él me lo dijo disculpándose.

Al poco abrió la puerta la misma joven mirán-dome y diciendo:

- Dice el señor que pase usted; por favor, sígame.Me condujo a un patio de estilo andaluz con

macetas de geranios colgadas en las paredes y arria-te alrededor sembrado de rosales de colores rojos,rosas y blancos. Un jazmín trepador se alzaba hastala lona corrediza que cubría en parte el patio, prote-giéndolo del abrasante sol africano.

- Siéntese usted, por favor –dijo la muchacha–.Ahora viene el señor.

Lo hice en una silla de estilo sevillano de lasseis que rodeaban la mesa circular, sobre la que ha-bía tres periódicos que reconocí: el Telegrama deMelilla, el España de Tánger y el ABC de Madrid. Seestaba bien allí, sentado a la sombra perfumada porel aroma de rosas y jazmines. Sostenía entre mismanos la carta y permanecí atento a la llegada deldestinatario, que vino a tardar unos tres minutos.

- Hola –dijo al llegar–, buenas tardes.Ya yo estaba en pie y en posición de firme.

- A sus órdenes, mi teniente coronel. Se presentael marinero José Araújo Balongo, portador de unacarta para usted.

Le alargué el sobre, volví a la posición regla-mentaria y así permanecí apenas unos segundos, el

tiempo que tardó en decirme:- Siéntate, muchacho, por favor. Ponte cómodo y

apea el tratamiento; con que me hables de usted,habida cuenta la diferencia de edad, es más quesuficiente.

El hombre aparentaba unos cincuenta años,era alto, delgado, moreno, de pelo negro y liso quepeinaba con raya al lado izquierdo. No iba de unifor-me; vestía pantalón claro y camisa de un color azulcielo. Calzaba zapatillas de loneta blanca.

- Hombre –dijo mirando el remitente de la carta–;es de mi amigo Pedro Jesús Ramos.

Abrió el sobre y leyó para si, sonriente, el con-tenido de la carta. Cuando terminó, dejó en la mesacarta y sobre diciendo:

- Mi amigo Pedro Jesús escribe bien de ti.- Don Pedro Jesús es siempre muy generoso con-

migo.- Bueno está con el marinero tarifeño. Somos pai-

sanos, ¿sabes? Mi familia tiene todavía casa allíen Tarifa; mis padres van por temporada; yo voymenos. La casa está en la calle San Francisco;es la del portón grande situada algo más arribadel estanco de Pablo Manso según se va desdeLa Calzada a Santísima Trinidad.

La voz de aquel hombre –para mí, un jefazo–transmitía confianza. Me invitó a café y a pastitasdulces de repostería árabe y de sabor parecido al delos "amarguillos" de Medina Sidonia. Tanto el cafécomo las pastas estaban buenísimos. Al terminar meofreció un cigarrillo rubio, que acepté, y me preguntóque tal me encontraba en Melilla y en la Compañía deMar.

- Verá usted, de eso quería hablarle. Melilla es unahermosa ciudad, sin embargo –y perdone que selo diga–, me resulta incómoda con tantos milita-res a los que saludar. Además, mis recursos eco-nómicos son escasos, y si no tengo, por ponerun ejemplo, dinero para el cine o tomar un café,prefiero quedarme en el Cuartel en horas de pa-seo antes que salir a la calle, pendiente de queno se me escape un superior sin saludarlo.

El teniente coronel me miraba esbozando una

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leve sonrisa que me pareció comprensiva.Como permaneció callado cuando me toméun respiro, continué con otra parrafada:

- Por eso me he atrevido a venir, por siusted pudiera hacerme un favor. Resul-ta que preferiría ser destinado a un des-tacamento de los que tiene la Compa-ñía de Mar de Melilla. He intentado soli-citarlo, pero me encuentro con el incon-veniente de haber sido elegido cabo ins-tructor, lo cual me impide lo que preten-do y debo continuar en Melilla.

- Bueno, bueno –dijo el teniente coronel–. Veremos lo que puedo hacer por ti. Dimequé destacamento prefieres.

- Si es posible me gustaría el de la playa deAlhucemas, si no otro cualquiera con tal de salirde aquí.

- Bien –dijo al tiempo que tomaba nota–. Mañanamismo iré a hablar con tu capitán y ya tendrásnoticias mías.

Nos despedimos. Me acompañó hasta la puer-ta, dándome antes de irme un apretón de mano, ungolpecito en la espalda y un paquete de Philip Morris.Regresé al Cuartel ilusionado con la esperanza dever cumplido mi deseo y agradecido por el trato reci-bido del teniente coronel Benedicto.

Al día siguiente, después de comer y acabadoel reparto diario de la correspondencia, un marinerode la oficina vino a buscarme de parte del capitán.

- ¿Pasa algo? –le pregunté con recelo– Por favor,dime lo que sepas.

- Lo único que sé es que ha llegado un tenientecoronel preguntando por el capitán, que entró ensu despacho y que después el capitán me hamandado buscarte.

Suspiré con alivio y seguí al escribiente hastala zona de oficinas. Golpeó suave la puerta del des-pacho, pidió permiso para entrar y comunicarle al ca-pitán que yo estaba localizado y esperando en elantedespacho.

- Dile que pase.- Que pases –dijo.

Allí estaba el teniente coronel Benedicto, deuniforme, sentado a la mesa de cara al capitán y deespaldas a la puerta.

- A sus órdenes, mi capitán. Se presenta el mari-nero José Araújo Balongo que ha sido llamadopor usted.

El teniente coronel, sonriente, se volvió haciamí poniéndose de pie.

- A sus órdenes, mi teniente coronel –dije.El capitán pidió permiso al teniente coronel para

ordenarme "descanse", a lo que éste accedió con afa-ble agrado. Luego, se dirigió a mí diciendo:

- Pues nada, paisano; que tu capitán te concedemuy amablemente lo que me pediste. ¿No es así,capitán?

- Por supuesto, mi teniente coronel.Les di las gracias a ambos y el capitán me

dijo:- Desde ya está usted destinado al destacamento

de la playa de Alhucemas. Le anticipo que el tras-lado a todos los destacamentos, si no hay con-traorden, se efectuará pasado mañana.

Se despidieron los jefes, después de los salu-dos de rigor, con un apretón de manos. El tenientecoronel me dijo que le acompañara, que tenía quedarme algo.

A pocos metros de la entrada a la zona de ofi-cinas había aparcado un automóvil militar con chófer,el cual se cuadró al advertir la presencia del superiorponiéndose a sus órdenes.

- Por favor –le dijo–, dame un paquete y un sobreque hay en los asientos de atrás.

El chófer así lo hizo.- Esto es para ti –me dio un paquete entrelargo

envuelto en papel de periódico y un sobre en elque, antes de dármelo, introdujo una tarjeta devisita con su nombre, dirección y teléfono–. Sinecesitas algo más de mí, ponte en contactoconmigo. Me tengo que ir ya; te deseo que Dios yla suerte vayan contigo.

Le di las gracias por todo saludándole según elreglamento; él hizo un gesto afectivo ofreciéndose ydándome un cordial abrazo, al que con timidez co-rrespondí.

Con el paquete y el sobre entré en el comedora fin de averiguar los contenidos. Desgarrado el en-voltorio del paquete me encuentro con un cartón detabaco rubio de la marca Philip Morris (un cartón, para

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quien no lo sepa, contiene diez paquetes de veintecigarrillos). Mi gran asombro fue al comprobar lo queel sobre contenía. Además de su tarjeta, aparecieronante mis ojos cinco billetes de veinte duros, ¡quinien-tas pesetas! Hasta se me saltaron las lágrimas. Elteniente coronel Benedicto, con su atento y afectuo-so trato, demostraba ser una persona generosa y des-prendida. Guardo de él un inmejorable recuerdo.

Dos días después, en una interminable cara-vana de camiones militares, fuimos trasladados so-bre los mismos y al descubierto, sin baca que nosprotegiera del solazo, los destinados de distintos cuer-pos de ejército a los destacamentos de Alhucemas yPeñón de Vélez de la Gomera. La carretera, sin asfal-tar, era peor que un camino de carretas por dondedaban tumbos los sobrecargados camiones. Habíamás curvas que rectas y más subidas que bajadaspor aquella zona abrupta de las montañas del Rif. Lacaravana emprendió la marcha a las diez de la maña-na y, los destinados a Alhucemas, llegamos pasadaslas cuatro de la tarde sin haber comido nada en elcamino, empapados en sudor nuestros uniformes defaena, los pies ardiendo dentro de las botas y el pelochorreando bajo el lepanto con el que nos protegía-mos del sofocante sol africano. Fueron seis horas deinsufrible traqueteo en un viaje inolvidable en el quetemimos en más de una ocasión que algún camiónvolcara.

Los compañeros veteranos a los que íbamos

a relevar estaban preparados en una explanada terrizaa espaldas del cuartelillo, todos con el armamento, elcorreaje, la munición y los arcones dispuestos, por-que el mismo camión que nos trajo a nosotros habíade llevarles a ellos al Cuartel de Melilla. De maneraque nada más bajarnos subieron al vehículo y comouna media hora después emprendieron el viaje. Unsargento nos indicó que le siguiéramos, con toda laimpedimenta a cuestas, hasta la entrada del dormito-rio asignándonos a cada uno, al buen tuntún, el ca-mastro correspondiente e indicándonos el lugar delarmero donde depositar el mosquetón y las alcayatasen que colgar los correajes con las cartucheras de lamunición. El arcón, al igual que en Melilla, debajo delcamastro.

Yo, en cuanto acabé, le pedí permiso al sar-gento para darme un baño en la mar. Me miró, dudóunos segundos, y dijo que sí. Otros compañeros –notodos– se apuntaron, los demás prefirieron irse di-recto a la ducha. Nada más bajar el escalón deentrada pisamos la arena de la playa. Cerca de laorilla, me desnudé, quedándome en pantaloncillo dedeportes que llevaba puesto. Sin pensarlo dos vecesme zambullí en el agua y aguanté bajo ella el tiempoque me permitieron los pulmones. No nadé; flotando,hice "el Cristo", con los brazos abiertos y los piesjuntos, percibiendo una sensación relajante de mere-cido descanso.(continuará)

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Solicitado aumento de dotación

"En la Ciudad de Tarifa en once días del mes deseptiembre del año de mil ochocientos y seis, elConsejo, Justicia y Regimiento de ella se junta-ron a Cabildo según uso y costumbre a saber,el Sr. Don Pedro Lobo, Caballero de la Real yDistinguida Orden de Carlos Tercero, Coronelde los Reales Ejércitos, y Gobernador Militar yPolítico de ella; Don Sebastián de Prado y Ayllón,Regidor de Preeminencia; Don Diego de Arcos,Regidor; Don Fernando Terán, Regidor; DonAntonio Moreno, Regidor; Don Alonso Dorado,Diputado de Abasto. Y así juntos se trató y acor-dó lo siguiente. Se trató en la Ciudad que se re-curra a la superioridad para que los ocho milreales de Dotación que están concedidos paragastos extraordinarios, se aumenten hasta vein-te mil reales en atención a que aquellos no al-canzan a cubrir ni aún la tercera parte de lo queprecisamente necesitan hacerse pues habién-dose concedido ha muchos años como estoshan variado tomando todas las cosas un incre-mento extraordinario, se ve la Ciudad coartada

y en los mayores apuros sufriendo las vejacio-nes que se dejan comprender de una dotacióntan corta y que de excederse en la más mínimacantidad porque a ello la obliga la necesidad laIntendencia de Renta de esta Provincia reúnasu abono en cuentas en cuyo supuesto parapoder lograr el expresado aumento, acuerda quepor los Diputados de mes se haga representa-ción al Supremo Consejo de Castilla para laampliación de doce mil reales para gastos ex-traordinarios sobre los ocho mil de su dotacióna fin de obtener de aquel Regio Tribunal estagracia y poder subvenir a los gastos indispen-sables que continuamente se están ofreciendoy se omiten con grave perjuicio al publico a cuyofin se saque testimonio de este acuerdo paraque acompañe a la representación".

(Fuente: Libro de Cabildos. Tomo 42. Años 1805/06. Folios 275 Vto. y 276. Archivo Municipal deTarifa. Trascripción de Jesús Terán Gíl, Cronis-ta Oficial de la Ciudad)

Imagen 1. Fachada del Ayuntamiento de Tarifa, en su ubicación actual, durante la visitadel rey Alfonso XIII en 1909. (Foto: Archivo Jesús Terán)

HACE DOSCIENTOS AÑOSALJARANDA, 61. JUNIO 2006.

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Cierros y Balcones de Tarifa

Balconada en calle de Guzmán el Bueno, nº 13-15

(Foto: Juan A. Patrón)