Vistazo a La Industrializacion
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Instituto Politécnico Nacional
Escuela Superior de Física y Matemáticas
Sociedad y Conocimiento
Profesora: Gallegos Méndez Dennys Ingrid
Un Vistazo a la Industrialización Desde el Siglo XVIII
(Ensayo)
Dicente: García Mandujano Fernando Ángel
PE16009388 1MM1
Licenciatura: Ingeniería Matemática
Martes 6 de octubre de 2015
Un Vistazo a la Industrialización Desde el Siglo XVIII 2
Una Revolución Industrial puede ser interpretada como un proceso evolutivo y de
desarrollo muy complejo, de características políticas, económicas, sociales y
culturales, cuya principal consecuencia es la trascendencia de los métodos
artesanales y tradicionales de producción de bienes, a un sistema sistematizado
de producción masiva aplicando técnicas para mecanizar y automatizar tales
procesos. Interviniendo directamente la aplicación creativa de la ciencia y
tecnología para desarrollar artefactos (innovaciones) que potencialicen el proceso
industrial.
Es una de las dos transformaciones fundamentales del ámbito económico de la
civilización (la otra fue el desarrollo de la agricultura)1. La industrialización tomó
forma inicialmente a finales del siglo XVIII en particularmente en Inglaterra.
Durante las primeras décadas del siglo XIX, sus rasgos distintivos se extendieron
rápidamente a lugares como Francia, Alemania, Bélgica y Estados Unidos. En los
primeros años del siglo XX, llega a lugares fuera de Europa y Norteamérica,
especialmente a Japón. A finales del siglo XX, la industrialización o sus efectos
habían alcanzado prácticamente a todos los rincones del mundo.
.
____________
Stearns.P, The Industrial Revolution in World History, 2012. P. 10.
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Durante la inmensa explosión del inicio de ese cambio trascendental en todo
campo cercano del hombre, denominado Revolución Industrial por justas razones,
se ve conjunto sumamente complejo e interesante de artefactos propios de la
mente humana (invento), lo cuales, posteriormente trascendieron a escalas
masivas, con fines de producción y eficacia, con fines lucrativos y de poder.
Cuando el hombre vive tratando de satisfacer sus propias necesidades básicas o
manipuladas, busca fervientemente maneras (creativas) de agilizar y facilitar el
proceso. Con el desarrollo inminente de la Ciencia y, su derivado por su
aprovechamiento, la Tecnología, ambos impulsados por la curiosidad instintiva del
hombre, se observa este hecho, de intentar acrecentar sus dominios, de utilizar los
recursos que roba del entorno natural (posteriormente para intentar sanar lo que
destruyó), y con ello, vivir “cómodamente”.
El primer cambio claro afectó a la naturaleza de la fabricación.
En el siglo XVII en Inglaterra, se denota el caso del hierro, ese metal extraído
desde las entrañas terrestres, utilizado a través de la forja para conseguir
materiales y herramientas que solventan y hacen posible caprichos humanos
(obviamente, no de manera equitativa entre la población), procesado y preparado
a través del fuego producido con carbón vegetal. El consumo sobreexplotado por
fines productivos, llevó a lo obvio, una crisis por deforestación excesiva, que llevó
a Inglaterra a importar recursos, primeramente madera (para producción del
carbón natural) y posteriormente al mismo hierro. Era necesario buscar una
alternativa, y efectivamente la había, el carbón mineral, pero tenía un defecto,
estaba inmerso de impurezas (alquitrán principalmente). Es cuando aparece el
ingenio humano, innovando el sistema de producción, al desarrollar un método
para refinar el carbón, produciendo el “coque”. La utilización del coque llevó a la
modificación del modo de proceso del hierro, puesto a que este al ser forjado (por
la aplicación de fuerzas de compresión) se eliminaba las impurezas (azufre y
carbono), entonces aparece de nuevo la capacidad (impulsada por necesidad) del
hombre, desarrollando la pudelación (fundidos en hornos), impulsando así la
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producción masiva de hierro que tendría un beneficio práctico, industrial y
económico.
Grosso modo, Inglaterra tenía ventaja con respecto a otras naciones, debido a su
estructura social y política, a la posición geográfica, a las innovaciones
mencionadas, y un conjunto de circunstancias interrelacionadas que llevaron un
curso fijo: la industrialización.
Cabe destacar con gran énfasis como la solvencia satisfactoria de un problema
provoca otro. Tal es el caso de la industria del carbón mineral, como es sabido, su
explotación fue en ascenso, teniendo cada vez más que hurgar en las
profundidades, y el problema se encontraba ahí, esas profundidades estaban
inundadas. La invención de la máquina de vapor (perfecta aplicación de la ciencia)
y sus posteriores innovaciones (fabricadas con el hierro de la industria) permitió
bombear fuera el agua y así llegar al preciado carbono y hierro de las
profundidades.
De esta manera, solucionando a través de los años cada situación implicada,
aparece los hiladores eficaces y de producción masiva, cuya sobreproducción
implica la innovación de telares mecánicos para abastecer la utilización del hilo
producido, igualmente conlleva al desarrollo químico para el blanqueamiento de
los productos textiles. El ferrocarril surge por la necesidad del transporte eficaz del
producto de la industria textil.
Es admirable notar la armonía casi casual con que se complementaron cada uno
de ellos, de manera recíproca, logran, como el efecto dominó, el curso de la
Primera Revolución Industrial. Que era solo un inicio de un proceso mundial que
acarrearía otras dos revoluciones similares (teóricamente).
La temprana Revolución Industrial no sólo trastorno la fabricación en su parte
técnica, además introdujo una nueva organización de la industria. Estas
innovaciones derivadas de la nueva maquinaria tuvieron ventajas por sí mismas.
Juntos, estos cambios constituyen su impacto económico.
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La conjunción de la nueva tecnología y la nueva organización arremetió un gran
impacto sobre los antiguos métodos de producción. Los “artesanos”, que se
resguardaban en los métodos y destrezas manuales, podían gozar de alguna
prosperidad antes de que los nuevos métodos llegaran a su sector (en la industria
textil, cuando era posible sustituir a 8 hiladores por un único obrero para operar
una máquina, por ejemplo), así, su economía tradicional estaba condenada.
Algunos de los pasajes más agonizantes de la historia industrial sucedieron
durante la lucha de los artesanos entre resistir o adaptarse al nuevo sistema
económico, discriminatorio y de producción. El ludismo, la destrucción deliberada
de la nueva maquinaria, era un resultado común.
El proceso industrializador (a escala mundial) conllevó un bagaje exhaustivo de
consecuencias, cambiando radicalmente varios factores cotidianos, más que solo
la vida laboral, la vida familiar (cambiando, incluso, la razón del porqué se tenían
hijos) y de alguna manera los momentos de ocio personal. Aumentó
considerablemente el poderío del estado, la industria militar, por ejemplo (que
tomaría cierta responsabilidad por los hechos de la primera guerra mundial). Las
economías industriales adquirieron ventaja sobre las sociedades que seguían
basándose en la agricultura, un desequilibrio que todavía afecta a las relaciones
económicas mundiales. El proceso alteró incluso a comunidades que no estaban
directamente inmersas en la industrialización.
La magnitud de este proceso posee un sinfín de cuestiones. ¿Qué trajo consigo la
denominada Revolución Industrial, en términos no solo científicos, tecnológicos o
productivos, si no, sociales y culturales a toda una serie de generaciones?, ¿qué
impulsó tal circunstancia? ¿A dónde nos llevó? ¿Cuál será el destino del hombre y
sus caprichos industrializadores y tecnológicos en un futuro?
Primordialmente, el concepto “industrializador” hace referencia a la mecanización
de procesos manufactureros y la importancia que tiene estos en una economía
total. Normalmente, suele suceder en economías que han sido previamente
agrícolas y a menudo incluye también importantes cambios en la producción
alimentaria. Precedente a la Revolución Industrial, los bienes eran
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mayoritariamente fabricados de forma manual, utilizando grupos de obreros para
lograr una producción considerable, lo que a menudo requería destrezas
específicas de cada uno de ellos. La producción de bienes estaba descentralizada,
lo que otorgaba a pequeños grupos de trabajadores participación activa y control
sobre su propio trabajo. Los costos de producción, sin embargo, eran elevados, y
la cantidad de producto obtenida era relativamente baja. La industrialización los
elevó notablemente e hizo más accesibles los bienes de consumo.
Como es obvio, el proceso industrializador no sucedió de forma instantánea.
Mientras la Revolución Industrial progresaba, innovadores métodos de producción
coadyuvaban con los tradicionales, creando a menudo una tensión importante
entre los tradicionalistas y los defensores de la mecanización. Consecuentemente,
al final del proceso de industrialización, los nuevos métodos de trabajo y los
nuevos innovadores artefactos habían triunfado excepcionalmente. Una vez
iniciando de los centros industriales, estos nuevos métodos y técnicas se
expandieron vigorosamente a otros campos de la producción, así como al
transporte (expansión de los ferrocarriles, como se había mencionado), la
comunicación (invención del telégrafo) y el comercio (el nacimiento de los grandes
almacenes).
Las circunstancias sumamente complejas que causaron (también, posteriormente
sus consecuencias de) la Revolución Industrial son complicadas de comprender,
pues conlleva etapas, procesos multifacéticos, intenciones sociales e ideológicas,
competencia entre naciones, y filosofías políticas.
El papel que Europa (principalmente Inglaterra) mostraba en la economía mundial
con anterioridad proporciona los primeros indicadores de por qué fue allí donde
primero tuvo lugar. Alrededor del siglo XVI, países como Inglaterra lograban
beneficios del comercio por todo el mundo. Estos beneficios podían convertirse en
capital para inversiones industriales. El comercio mundial creó también la
conciencia de que los mercados mundiales eran capaces de absorber bienes
manufacturados más baratos, además de aumentar los beneficios domésticos aún
más.
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En Europa, los cambios en la necesidad del mercado interior y en la población,
fueron muy importantes para iniciar la Revolución Industrial. En el siglo XVIII, el
consumismo crecía. La población quería novedad en tipos de ropa y materiales de
uso doméstico. Este nuevo mercado incitó a los primeros fabricantes que pronto
encontraron formas de estimular aún más los gustos del público.
Simultáneamente, el crecimiento de la producción de alimentos en la primera
etapa de su transformación agrícola generó un masivo crecimiento de la
población. Aquí estaba un nuevo y masivo mercado de bienes y consumidores,
pero también una fuente de mano de obra.
Los factores políticos y culturales fueron los principales causantes de la
Revolución Industrial. Los valores e ideales definidos por un movimiento
intelectual del siglo XVIII conocido como la Ilustración, especialmente la confianza
en la ciencia y el aprecio por el trabajo duro y el éxito material, indicaron el curso a
los primeros inventores y fabricantes, concluyendo en innovaciones posteriores. El
trabajo histórico reciente ha demostrado que tanto los intelectuales como la gente
de la calle habían cambiado su visión del mundo debido a la influencia de la
ideología comprendida por la ilustración (como intuitivamente lo indica el mismo
nombre con el que se le denomina). La creencia en que la naturaleza (y la
explotación de sus recursos) en conjunto con la sociedad se podían comprender,
relacionar y manipular racionalmente, generaron un contexto totalmente nuevo
para la producción y la tecnología. Los gobiernos, que perseguían el beneficio
económico para mantener su posición diplomática y militar, promovieron también
cambios que facilitaran la innovación. Animaban a que se construyeran carreteras,
canales y vías de ferrocarril. Delimitaron o incluso destruyeron los oficios
gremiales que protegían los métodos de trabajo tradicionales. Atacaban las
protestas de los trabajadores que podrían estorbar a las recién instauradas
fábricas…
Mucho más allá de los trastornos en los oficios y las tradiciones rurales, la
industrialización modificó gradualmente la naturaleza de la vida como era
conocida. La población “marginada” se aventuraba a las zonas industriales, así,
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más de la mitad de la población vivía en las ciudades. Otro punto clave que
afectaba a las familias. Con un trabajo que se realizaba fuera de casa, se
requerían nuevas especializaciones entre los miembros de la familia. En muchas
sociedades industriales, las mujeres casadas eran retiradas a menudo del
mercado laboral para ocuparse del trabajo doméstico. Los niños eran utilizados en
ocasiones en la industria primaria (obtención y transformación de materia prima),
pero con la introducción de maquinaria moderna, su trabajo ya no era necesario.
Al mismo tiempo, los nuevos niveles educativos parecían útiles para crear
trabajadores adultos expertos. Desde este momento, la educación (técnica), más
que el trabajo, definía la infancia en las sociedades industrializadas.
Industrialización como factor que desencadenaría la Gran Guerra.
La Primera Guerra Mundial (o Gran Guerra, como inicialmente se le conocía), fue
un conflicto bélico desarrollado básicamente en Europa, entre 1914 y 1918. Los
contendientes principales eran el Imperio Alemán y el Imperio Austro-Húngaro
contra (en un inicio) Inglaterra, Francia, Rusia y Serbia. Este conflicto marcó el fin
de la Segunda Revolución Industrial (prácticamente), cuyo principal exponente era
Alemania, quien se había convertido en una amenaza para Inglaterra o Rusia.
Los países prosperaban y se expandían territorialmente debido a los inventos y
evoluciones (y sus consecuencias económicas y de poderío) durante la
Revolución Industrial, pero cómo es posible deducir, debido al surgimiento de
nuevas potencias, había una gran competitividad entre las naciones. Denominado
como Paz Armada, el periodo histórico de tensión, surgió primeramente por los
avances en la industria bélica, aplicando las técnicas y los materiales obtenidos en
la Revolución Industrial.
Como es sabido, Estados Unidos había surgido como potencia mundial, y aunque
durante la mayor parte de la guerra había declarado neutralidad, no era así del
todo. “Apoyaba” económicamente, con recursos y armamento a los Aliados
(principalmente Inglaterra). Mientras la hostilidad provocaba bajas y desastres en
Europa, Estados Unidos se colocaba como líder mundial debido a las industrias
(bélicas, de hierro y carbón, en mayor grado) que impulsaban la economía de la
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Nación. Finalmente entró a la guerra del lado de los Aliados (pues estos tenían
grandes deudas con Estados Unidos, que no podrían solventar en caso de que
perdieran) concluyendo con la Gran Guerra y la derrota del Imperio Alemán.
En el tratado de Versalles, firmado por los países por los Aliados, se adjudicaba
toda la culpa de la guerra a Alemania, además imponiendo sanciones por
indemnización, debilitación de los recursos militares entre otros. El entonces
presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, declaró sus “catorce puntos”, una
serie de propuestas, donde se destaca la eliminación de barreras económicas,
para la expansión mercantil justa, y la creación de la Sociedad de las Naciones.
La Gran Guerra, y sus perversos e imparciales acuerdos y tratados, sentarían
bases para una segunda guerra, donde también se vería el progreso científico e
industrial, ejemplificado por el abominable caso de la bomba nuclear.
Alcance mundial.
La industrialización cambió totalmente el mundo. Pocos lugares escaparon a su
impacto (ahora conocidos como “subdesarrollados”).
En primera instancia se encontraba Inglaterra como impulsora (aquí se denomina
Primera Revolución Industrial). Posteriormente surge Alemania, Japón y Estados
Unidos, (Segunda Revolución Industrial) en este periodo se destaca la invención
de la lámpara incandescente, el motor de explosión, la dinamo, y la iniciación de
las telecomunicaciones (teléfono y cinematógrafo), a diferencia del primer periodo
que buscaba mecanizar los medios de producción, en este periodo se intenta
automatizarlo. Finalmente el proceso industrializador logró solaparse a la mayoría
de las naciones provocando mercados a nivel mundial (globalización), necesidad
en nuevas materias primas y fuentes de energía.
Dado el impacto global de la industrialización, es creciente la importancia de que
entendamos su naturaleza y sus consecuencias. Aunque es fácil entender el
impacto de la industrialización desde el nivel personal, es más difícil comprender
su naturaleza a nivel global, especialmente cuando el modelo global es tan
complejo. La historia proporciona un medio para llegar a comprenderlo.
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Comprendiendo las causas, las variaciones y las consecuencias históricas de la
Revolución Industrial, podemos entender mejor nuestras circunstancias actuales y,
con optimismo, diseñar mejor las industrializaciones futuras, evitando destruir este
mundo a través de la sobreexplotación de recursos, como se ha hecho por años.
Referencias y Bibliografía
Mantoux, Paul. La Revolución Industrial en el siglo XVIII. Madrid: Aguilar de Ediciones, 1962.
Cazaderos, Manuel. Las Revoluciones Industriales. México: Fondo de Cultura Económica, 1915.
Hobsbawn, Eric. En Torno a Los Orígenes de la Revolución Industrial. España: Siglo XXI, 2009.
Renouvin, Pierre. La Primera Guerra Mundial. Francia: Oikos-Tau, 1972.
"Revolución Industrial." Microsoft® Encarta® 2009 [DVD]. Microsoft Corporation, 2008.