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Diario de Noticias Domingo, 19 de agosto de 2018 NAVARRA SOCIEDAD 9 8 SOCIEDAD NAVARRA Diario de Noticias Domingo, 19 de agosto de 2018 Su currículum es muy amplio y entre sus expediciones se encuen- tra una travesía de 5.000 km por todo el Himalaya entre 1989 y 1990, dos intentos al Everest (1987 y 1993), la primera ascensión en invierno y en solitario al Cho-Oyu (1988), la norte del Shisha Pangma en 1996... Pero por lo que se hizo famoso fue por haber permanecido en 1985 dos meses en solitario en la cima el Aconcagua (6.959 metros) batiendo todos los récords del momento. Pre- cisamente cuando volvía de superar esa dura experiencia, la vida le había preparado la crudeza del mortal atentado que se llevó por delante a gran parte de su fami- lia y del que él se libró por poco al no subirse a aquel coche. “Quizá poca gente lo sepa pero aquel día precisamente salían de Do- nostia rumbo al Pirineo navarro. Querían disfrutar de los paisajes del DEL FINAL DE ‘GENERAL GARRIDO’ AL RESURGIR DEL ‘ÁNGEL OLORÓN’ 6 DEL FINAL DE ‘GENERAL GARRIDO’ AL RESURGIR DEL ‘ÁNGEL OLORÓN’ “Mi marido y yo dejamos de subir a Belagua porque nos daba mucha pena” 2 Txus Iribarren f Unai Beroiz/cedidas PAMPLONA – Paquita Bretos Andue- za no falla ningún domingo en las salidas al monte. “Hacemos sólo 8 o 10 kilómetros”, apunta. A sus 91 años será posiblemente una de las federa- das de montaña más veteranas de Navarra. Su propia vida daría para el guión de una película. Su padres fue- ron represaliados en la Guerra Civil por sus ideas republicanas. Bibiana Andueza era profesora y acabó en la cárcel. José Brotos, comunista, fue fusilado en Pasajes. Padeció el bom- bardeo de Durango... Luego recaló en Navarra y colaboró con redes de eva- sión y resistencia contra el nazismo y el franquismo además de sobrevi- vir económicamente con el contra- bando. Conocía perfectamente los caminos y los montes de la muga gra- cias a su afición por la montaña. Una montaña que le unió para siempre a Ángel Olorón, uno de los pioneros del alpinismo navarro e impulsor del refugio de Belagua, que acabó llevan- do su nombre. Ángel murió en 2005 con la tristeza de dejar su querido refugio cerrado y abandonado. Según cuenta Paquita, “hacía tiempo que no subía por allá por la pena que le daba”. Ahora, bastantes años después no podrá llevarse la alegría de saber que este emblemático edificio va a ser rehabilitado y reabierto. Paquita, que no oculta su satisfacción, cuenta los días que quedan para ello. “Me han dicho que van a trabajar este verano 60 días y que para el 2020 estará ter- minado. Malo sea que no llegue a ver- lo...”, comenta mientras hojea un álbum de fotos de sus excursiones por el Pirineo sentada en su casa de la calle del Carmen de Iruña, de la que dentro de un mes se trasladará a la Meca. Y es que otra de sus grandes aficiones, además de la lectura y la pintura, es la fotografía. Más de 280 carretes fueron cedidos a Benasque ante la falta de interés de las institu- ciones públicas locales, se lamenta. Paquita Bretos (91 años y viuda de Ángel Olorón) es historia viva del montañismo navarro. Un ejemplo de superación en clave de género que espera poder ver el nuevo refugio Toda una historia del montañismo navarro en blanco y negro que voló fuera de nuestras mugas aunque per- manece en su retina y su memoria. Entre ese tesoro se encuentran unas imágenes publicadas en Gure Men- diak de los primeros trabajos para levantar el refugio de Belagua a fina- les de los años 60. Se reconoce el inconfundible armazón del tejado alpino del centro que fue remozado en 1992, explica mientras añade que los militares les obligaron a dejar unos agujeros en la construcción jun- to a los cimientos por si fuera nece- sario volarlo... También aparecen algunos de los pioneros del Club Deportivo Navarra como Carlos Fer- nández, Fermín Aldaz, Víctor López, Juan Mª Olaechea, Ripa... Y Ángel Olorón. El amor de su vida. “La culpa de todo la tuvo una can- timplora. Yo empecé a salir al mon- te los domingos con mi amiga Fabio- la Velasco. Íbamos con un grupo en el que estaban también Carmelo Are- ta, Pancho Velasco, Fernando Oskoz, Luis Unsáin... Hicimos una travesía y llegamos a Lekunberri. Hacía mucho calor y como las mujeres no podíamos entrar en aquellos tiempos en los bares sacaron porrones de cer- veza y gaseosa. A mí no me ha gusta- do nunca beber y dije que quería agua. Entonces, el que iba a ser mi marido me dijo que no me preocupa- ra y me dio una cantimplora”, recuer- da. Y así comenzó una intensa rela- ción que no ha dejado hijos pero sí centenares de cimas, miles de fotos, recuerdos, amigos, salidas y sende- ros por todo el Pirineo desde Honda- rribia hasta Port Bou. El Pirineo fue la autentica luna de miel de este matrimonio que celebró su boda en el hotel Baztan con la cuadrilla de la montaña y de Urepel, destino de muchas de sus andanzas juveniles como mugalari. “Nos recorrimos todo el Pirineo y los montes de Navarra, aunque si ten- go que quedarme con alguno sería el Midi. Es espectacular. Aún me acuer- do cuando los subimos mi marido, Paquita Bretos Andueza VIUDA DE ÁNGEL OLORÓN (NOMBRE DEL REFUGIO DEPORTIVO) Arriba a la izquierda, Paquita Bretos con sus álbumes de fotos en su domicilio de Pamplona. A la izquierda, el matrimonio Olorón-Bretos. Abajo, el homenaje de 1993. Paco Goñi, Costrón, Aldaz... una mañana de niebla después de mon- tar una tienda de campaña de 20 kilos de peso que nos dejaron los america- nos”, rememora Paquita con unos ojos vivos que bien podrían haber sido los de Rose la anciana protago- nista de la película Titanic cuando contaba su historia de amor a bordo de aquel barco... En aquella época las travesías por la montaña no eran menos compli- cadas que las marítimas. Según cuen- ta, la gente no tenía coche y el club contrataba autobuses de gasógeno que salían de la Plaza del Castillo ante al atónita mirada de los pamplone- ses que veían cómo, por ejemplo, para ir a la Mesa de los Tres Reyes, queda- ban a las 12 de la noche del día ante- rior. Tras viajar de madrugada hasta el puerto, a donde llegaban a las 4 horas, cruzaban todo el valle con faro- les y hacían cumbre para las 9.30 de la mañana. “Eran tiempos complica- dos y me acuerdo que Ángel tenía que ir todos los jueves a comisaría con un listado de los montañeros y monta- ñeras apuntados a la salida domini- cal para que dieran el visto bueno, sobre todo cuando los montes esta- ban en al frontera. Nos costó mucho que nos dejaran ir al Ori...”, apunta. La sombra del “separatismo” pen- día sobre los diferentes clubs de mon- taña. De hecho, el Club Deportivo Navarra no pudo registrarse como tal al principio sino que tuvo que refu- giarse bajo el paraguas del CD Iruña de fútbol, que les protegió a condi- ción de que “los montañeros el lunes, después de limpiar sus botas hicie- ran lo propio con las de los futbolis- tas, todas ellas de Borceguí...”, sonríe al recordarlo. Pero Paquita sigue mirando animosa al futuro por su ventana desde la que “en días claros se ve el Bisaurín”, señala. Atrás ha quedado la fiesta de reinauguración del Refugio de Belagua en 1992 con su marido como protagonista, la tris- teza de ver su cierre, la pena de per- der a su compañero de vida y de cor- dada (cuya tumba siempre tiene un gorosti), los duros recuerdos familia- res y también muchos buenos ratos en este mundillo... Paquita, con la compañía incondicional de Joaquín Salbotx, sigue haciendo mañaneras todos los domingos y sueña con poder ver de nuevo el refugio lleno de vida y mendizales. Ya falta menos... “Ángel y yo hemos recorrido todo el Pirineo pero si tuviera que quedarme con un monte este sería el Midi: es espectacular” “A mis 91 años estoy federada y aún salgo todos los domingos al monte, pero sólo a hacer 8 o 10 kilómetros con Joaquín Salbotx” “En aquellos tiempos para ir a la Mesa de los Tres Reyes quedábamos a las 12 de la noche del día anterior para salir con un bus de gasógeno” “Las obras serán difíciles porque allí arriba las condiciones son duras, pero habrá refugio para otra generación” JOAQUÍN SALBOTX Expresidente del Club Deportivo “No sé qué pasará con el cuartel, pero es una gran noticia que se reabra Belagua” 2 Txus Iribarren PAMPLONA – Fernando Garrido se debate internamente entre una do- ble sensación. Como hijo de Rafael Garrido le ha tocado conocer el cie- rre, y quizá pronto incluso la demo- lición, del refugio militar que lleva el nombre de su padre, general de bri- gada y gran amante de la montaña, asesinado por ETA en 1986. Como re- putado alpinista (trabaja de guía de montaña y tiene en su haber varios ochomiles, así como el récord de per- manencia en la cima el Aconcagua) celebra la previsible reapertura del antiguo refugio del Club Deportivo Navarra situado unos metros más arriba del primero y del que ha sido usuario durante toda su primera etapa. Lo uno no quita a lo otro. Fernando Garrido es una de esas personas que mira para arriba en la montaña y para adelante en la vida, aunque tiene presente su pasado. Unos recuerdos que en estos días se han reabierto no sólo por este juego periodístico entre refugios, sino por- que ha salido de prisión Santi Potros, quien ordenó el atentado que en 1986 costó la vida a su padre –era gober- nador militar en Donostia–, su ma- dre (la sangüesina Daniela Velasco) y su hermano Daniel. Es un tema que Fernando Garrido observa desde la serenidad que le da estar a muchos metros en altitud moral sobre esos años de plomo que sacudieron de lleno a esta familia afincada en Jaca. Prefiere quedarse con el recuerdo cercano de aquel padre: “Militar, pero sobre todo amante de la mon- taña”. Una montaña en la que se zam- bulló en sus años de teniente de la compañía de esquiadores. “Era un fa- nático del monte. Un enamorado de la montaña en sentido amplio y tra- dicional. No era un alpinista técnico o competitivo –como hay mucha gente ahora– sino una persona que le encantaba disfrutar de las vistas, los paisajes, la naturaleza... Vivía la montaña y sus valores con pasión. Y esto nos lo trasmitió a los cinco her- manos. De hecho yo y Javier nos he- mos dedicado profesionalmente a este mundo” explica Fernando, ac- tualmente guía profesional en la em- presa Aragón Aventura. Fernando Garrido mamó de su padre Rafael, el general asesinado por ETA, la pasión por la montaña. Desde ella saluda la futura reapertura del otro refugio Fernando Garrido Velasco GUÍA DE MONTAÑA E HIJO DEL GENERAL GARRIDO (NOMBRE DEL REFUGIO MILITAR) otoño”, recuerda Fernando justo en estos días en los que los medios han puesto el foco en aquel atentado. “No tengo problema en hablar de esto. Si esa persona ha salido de la cárcel es porque tendría que salir. El problema era toda una organización”, comenta al tiempo que desmiente una infor- mación que circula por internet. Se- gún este relato en la red, en otra oca- sión habría coincidido en un hotel de montaña del Pirineo con el autor ma- terial del atentado ordenado por Santi Potros, José Miguel Latasa Gue- taria, y el dueño del establecimiento –que conocía al hijo de la víctima y al miembro de ETA– les puso en con- tacto. “No eso no es cierto. Me mandó una carta desde a cárcel y yo le con- testé, pero no existió ese encuentro”, aclara Garrido que de nuevo se eleva por encima de la violencia y retoma el tema de la montaña. “Los años que coincidieron con el destino de mi pa- dre en Jaca nos ligaron a esta ciudad en la que establecimos nuestra se- gunda residencia. Yo me fue me- tiendo en el mundo de la montaña en el que a mis 59 años aún sigo”, ex- plica. Fernando no ha tenido noticias sobre la posible demolición del refu- gio que lleva el nombre de su padre, denominación que se le puso en un homenaje en 1988. “Esta noticia del cierre no me despierta ningún senti- miento profundo. No sé. Siempre he- mos agradecido el homenaje que se hizo a mi padre y y nos parece un ho- nor que nos invitaran a una carrera clásica del esquí de montaña –orga- nizada por el ejército pero abierta a todos, que se llama general Garrido (también hay un memorial de hípica en Donostia)– y he estado varias ve- ces en el refugio..., pero no sé nada sobre su futuro”, confiesa. De lo que sí le ha llegado información, a través del mundillo de la montaña, es de la próxima reapertura del antiguo refu- gio del Club Deportivo. “Es una muy buena noticia. Es totalmente nece- sario que haya un refugio en esta zona porque sino no es fácil enla- zar travesías desde Linza, Labe- rouat...”, explica, quizá defor- mación profesional, recién llegado de un tour por los Pi- rineos y a punto de volar hacia Isla Reunión. “En sus buenos años fui bastante por allí y tengo buenos recuerdos de aquel refugio y de sus cimas”, apunta. Posiblemente el guarda entonces sería Koldo Aldatz, también guía de montaña y motor de su reapertura desde la Federación. Un nuevo círculo que se cierra con la montaña como guión... Arriba, Fernando Garrido. Abajo, el nombre de su padre en la fachada del refugio y la noticia del atentado.

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Diario de Noticias – Domingo, 19 de agosto de 2018 NAVARRA SOCIEDAD 98 SOCIEDAD NAVARRA Diario de Noticias – Domingo, 19 de agosto de 2018

Su currículum es muy amplio y entre sus expediciones se encuen-tra una travesía de 5.000 km por todo el Himalaya entre 1989 y 1990, dos intentos al Everest (1987 y 1993), la primera ascensión en invierno y en solitario al Cho-Oyu (1988), la norte del Shisha Pangma en 1996... Pero por lo que se hizo famoso fue por haber permanecido en 1985 dos meses en solitario en la cima el Aconcagua (6.959 metros) batiendo todos los récords del momento. Pre-cisamente cuando volvía de superar esa dura experiencia, la vida le había preparado la crudeza del mortal atentado que se llevó por delante a

gran parte de su fami-

lia y del que él se libró por poco al no subirse a aquel coche.

“Quizá poca gente lo sepa pero aquel día precisamente salían de Do-nostia rumbo al Pirineo navarro. Querían disfrutar de los paisajes del

DEL FINAL DE ‘GENERAL GARRIDO’ AL RESURGIR DEL ‘ÁNGEL OLORÓN’ 6 DEL FINAL DE ‘GENERAL GARRIDO’ AL RESURGIR DEL ‘ÁNGEL OLORÓN’

“Mi marido y yo dejamos de subir a Belagua porque nos daba mucha pena”

2 Txus Iribarren f Unai Beroiz/cedidas

PAMPLONA – Paquita Bretos Andue-za no falla ningún domingo en las salidas al monte. “Hacemos sólo 8 o 10 kilómetros”, apunta. A sus 91 años será posiblemente una de las federa-das de montaña más veteranas de Navarra. Su propia vida daría para el guión de una película. Su padres fue-ron represaliados en la Guerra Civil por sus ideas republicanas. Bibiana Andueza era profesora y acabó en la cárcel. José Brotos, comunista, fue fusilado en Pasajes. Padeció el bom-bardeo de Durango... Luego recaló en Navarra y colaboró con redes de eva-sión y resistencia contra el nazismo y el franquismo además de sobrevi-vir económicamente con el contra-bando. Conocía perfectamente los caminos y los montes de la muga gra-cias a su afición por la montaña. Una montaña que le unió para siempre a Ángel Olorón, uno de los pioneros del alpinismo navarro e impulsor del refugio de Belagua, que acabó llevan-do su nombre. Ángel murió en 2005 con la tristeza de dejar su querido refugio cerrado y abandonado. Según cuenta Paquita, “hacía tiempo que no subía por allá por la pena que le daba”. Ahora, bastantes años después no podrá llevarse la alegría de saber que este emblemático edificio va a ser rehabilitado y reabierto. Paquita, que no oculta su satisfacción, cuenta los días que quedan para ello. “Me han dicho que van a trabajar este verano 60 días y que para el 2020 estará ter-minado. Malo sea que no llegue a ver-lo...”, comenta mientras hojea un álbum de fotos de sus excursiones por el Pirineo sentada en su casa de la calle del Carmen de Iruña, de la que dentro de un mes se trasladará a la Meca. Y es que otra de sus grandes aficiones, además de la lectura y la pintura, es la fotografía. Más de 280 carretes fueron cedidos a Benasque ante la falta de interés de las institu-ciones públicas locales, se lamenta.

Paquita Bretos (91 años y viuda de Ángel Olorón) es historia viva del montañismo navarro. Un ejemplo de superación en clave de género que espera poder ver el nuevo refugio

Toda una historia del montañismo navarro en blanco y negro que voló fuera de nuestras mugas aunque per-manece en su retina y su memoria.

Entre ese tesoro se encuentran unas

imágenes publicadas en Gure Men-diak de los primeros trabajos para levantar el refugio de Belagua a fina-les de los años 60. Se reconoce el inconfundible armazón del tejado

alpino del centro que fue remozado en 1992, explica mientras añade que los militares les obligaron a dejar unos agujeros en la construcción jun-to a los cimientos por si fuera nece-

sario volarlo... También aparecen algunos de los pioneros del Club Deportivo Navarra como Carlos Fer-nández, Fermín Aldaz, Víctor López, Juan Mª Olaechea, Ripa... Y Ángel Olorón. El amor de su vida.

“La culpa de todo la tuvo una can-timplora. Yo empecé a salir al mon-te los domingos con mi amiga Fabio-la Velasco. Íbamos con un grupo en el que estaban también Carmelo Are-ta, Pancho Velasco, Fernando Oskoz, Luis Unsáin... Hicimos una travesía y llegamos a Lekunberri. Hacía

mucho calor y como las mujeres no podíamos entrar en aquellos tiempos en los bares sacaron porrones de cer-veza y gaseosa. A mí no me ha gusta-do nunca beber y dije que quería agua. Entonces, el que iba a ser mi marido me dijo que no me preocupa-ra y me dio una cantimplora”, recuer-da. Y así comenzó una intensa rela-ción que no ha dejado hijos pero sí centenares de cimas, miles de fotos, recuerdos, amigos, salidas y sende-ros por todo el Pirineo desde Honda-rribia hasta Port Bou. El Pirineo fue la autentica luna de miel de este matrimonio que celebró su boda en el hotel Baztan con la cuadrilla de la montaña y de Urepel, destino de muchas de sus andanzas juveniles como mugalari.

“Nos recorrimos todo el Pirineo y los montes de Navarra, aunque si ten-go que quedarme con alguno sería el Midi. Es espectacular. Aún me acuer-do cuando los subimos mi marido,

Paquita Bretos AnduezaVIUDA DE ÁNGEL OLORÓN (NOMBRE DEL REFUGIO DEPORTIVO)

Arriba a la izquierda, Paquita Bretos con sus álbumes de fotos en su domicilio de Pamplona. A la izquierda, el matrimonio Olorón-Bretos. Abajo, el homenaje de 1993.

Paco Goñi, Costrón, Aldaz... una mañana de niebla después de mon-tar una tienda de campaña de 20 kilos de peso que nos dejaron los america-nos”, rememora Paquita con unos ojos vivos que bien podrían haber sido los de Rose la anciana protago-nista de la película Titanic cuando contaba su historia de amor a bordo de aquel barco...

En aquella época las travesías por la montaña no eran menos compli-cadas que las marítimas. Según cuen-ta, la gente no tenía coche y el club contrataba autobuses de gasógeno que salían de la Plaza del Castillo ante al atónita mirada de los pamplone-ses que veían cómo, por ejemplo, para ir a la Mesa de los Tres Reyes, queda-ban a las 12 de la noche del día ante-rior. Tras viajar de madrugada hasta el puerto, a donde llegaban a las 4 horas, cruzaban todo el valle con faro-les y hacían cumbre para las 9.30 de la mañana. “Eran tiempos complica-dos y me acuerdo que Ángel tenía que ir todos los jueves a comisaría con un listado de los montañeros y monta-ñeras apuntados a la salida domini-cal para que dieran el visto bueno, sobre todo cuando los montes esta-ban en al frontera. Nos costó mucho que nos dejaran ir al Ori...”, apunta.

La sombra del “separatismo” pen-día sobre los diferentes clubs de mon-taña. De hecho, el Club Deportivo Navarra no pudo registrarse como tal al principio sino que tuvo que refu-giarse bajo el paraguas del CD Iruña de fútbol, que les protegió a condi-ción de que “los montañeros el lunes, después de limpiar sus botas hicie-ran lo propio con las de los futbolis-tas, todas ellas de Borceguí...”, sonríe al recordarlo. Pero Paquita sigue mirando animosa al futuro por su ventana desde la que “en días claros se ve el Bisaurín”, señala. Atrás ha quedado la fiesta de reinauguración del Refugio de Belagua en 1992 con su marido como protagonista, la tris-teza de ver su cierre, la pena de per-der a su compañero de vida y de cor-dada (cuya tumba siempre tiene un gorosti), los duros recuerdos familia-res y también muchos buenos ratos en este mundillo... Paquita, con la compañía incondicional de Joaquín Salbotx, sigue haciendo mañaneras todos los domingos y sueña con poder ver de nuevo el refugio lleno de vida y mendizales. Ya falta menos... ●

“Ángel y yo hemos recorrido todo el Pirineo pero si tuviera que quedarme con un monte este sería el Midi: es espectacular”

“A mis 91 años estoy federada y aún salgo todos los domingos al monte, pero sólo a hacer 8 o 10 kilómetros con Joaquín Salbotx”

“En aquellos tiempos para ir a la Mesa de los Tres Reyes quedábamos a las 12 de la noche del día anterior para salir con un bus de gasógeno”

“Las obras serán difíciles porque allí arriba las condiciones son duras, pero habrá refugio para otra generación” JOAQUÍN SALBOTX Expresidente del Club Deportivo

“No sé qué pasará con el cuartel, pero es una gran noticia que se reabra Belagua”

2 Txus Iribarren

PAMPLONA – Fernando Garrido se debate internamente entre una do-ble sensación. Como hijo de Rafael Garrido le ha tocado conocer el cie-rre, y quizá pronto incluso la demo-lición, del refugio militar que lleva el nombre de su padre, general de bri-gada y gran amante de la montaña, asesinado por ETA en 1986. Como re-putado alpinista (trabaja de guía de montaña y tiene en su haber varios ochomiles, así como el récord de per-manencia en la cima el Aconcagua) celebra la previsible reapertura del antiguo refugio del Club Deportivo Navarra situado unos metros más arriba del primero y del que ha sido usuario durante toda su primera etapa. Lo uno no quita a lo otro.

Fernando Garrido es una de esas personas que mira para arriba en la montaña y para adelante en la vida, aunque tiene presente su pasado. Unos recuerdos que en estos días se han reabierto no sólo por este juego periodístico entre refugios, sino por-que ha salido de prisión Santi Potros, quien ordenó el atentado que en 1986 costó la vida a su padre –era gober-nador militar en Donostia–, su ma-dre (la sangüesina Daniela Velasco) y su hermano Daniel. Es un tema que Fernando Garrido observa desde la serenidad que le da estar a muchos metros en altitud moral sobre esos años de plomo que sacudieron de lleno a esta familia afincada en Jaca.

Prefiere quedarse con el recuerdo cercano de aquel padre: “Militar, pero sobre todo amante de la mon-taña”. Una montaña en la que se zam-bulló en sus años de teniente de la compañía de esquiadores. “Era un fa-nático del monte. Un enamorado de la montaña en sentido amplio y tra-dicional. No era un alpinista técnico o competitivo –como hay mucha gente ahora– sino una persona que le encantaba disfrutar de las vistas, los paisajes, la naturaleza... Vivía la montaña y sus valores con pasión. Y esto nos lo trasmitió a los cinco her-manos. De hecho yo y Javier nos he-mos dedicado profesionalmente a este mundo” explica Fernando, ac-tualmente guía profesional en la em-presa Aragón Aventura.

Fernando Garrido mamó de su padre Rafael, el general asesinado por ETA, la pasión por la montaña. Desde ella saluda la futura reapertura del otro refugio

Fernando Garrido VelascoGUÍA DE MONTAÑA E HIJO DEL GENERAL GARRIDO (NOMBRE DEL REFUGIO MILITAR)

otoño”, recuerda Fernando justo en estos días en los que los medios han puesto el foco en aquel atentado. “No tengo problema en hablar de esto. Si esa persona ha salido de la cárcel es porque tendría que salir. El problema era toda una organización”, comenta al tiempo que desmiente una infor-mación que circula por internet. Se-gún este relato en la red, en otra oca-sión habría coincidido en un hotel de montaña del Pirineo con el autor ma-terial del atentado ordenado por Santi Potros, José Miguel Latasa Gue-taria, y el dueño del establecimiento –que conocía al hijo de la víctima y al miembro de ETA– les puso en con-tacto. “No eso no es cierto. Me mandó una carta desde a cárcel y yo le con-testé, pero no existió ese encuentro”, aclara Garrido que de nuevo se eleva por encima de la violencia y retoma el tema de la montaña. “Los años que coincidieron con el destino de mi pa-dre en Jaca nos ligaron a esta ciudad en la que establecimos nuestra se-gunda residencia. Yo me fue me-tiendo en el mundo de la montaña en el que a mis 59 años aún sigo”, ex-plica. Fernando no ha tenido noticias sobre la posible demolición del refu-gio que lleva el nombre de su padre, denominación que se le puso en un homenaje en 1988. “Esta noticia del cierre no me despierta ningún senti-miento profundo. No sé. Siempre he-mos agradecido el homenaje que se hizo a mi padre y y nos parece un ho-nor que nos invitaran a una carrera clásica del esquí de montaña –orga-nizada por el ejército pero abierta a todos, que se llama general Garrido (también hay un memorial de hípica en Donostia)– y he estado varias ve-ces en el refugio..., pero no sé nada sobre su futuro”, confiesa. De lo que sí le ha llegado información, a través del mundillo de la montaña, es de la próxima reapertura del antiguo refu-gio del Club Deportivo. “Es una muy buena noticia. Es totalmente nece-sario que haya un refugio en esta zona porque sino no es fácil enla-zar travesías desde Linza, Labe-rouat...”, explica, quizá defor-mación profesional, recién llegado de un tour por los Pi-

rineos y a punto de volar hacia Isla Reunión. “En sus buenos años fui bastante por allí y tengo buenos recuerdos de aquel refugio y de sus cimas”, apunta. Posiblemente el guarda entonces sería Koldo Aldatz, también guía de montaña y motor de su reapertura desde la Federación. Un nuevo círculo que se cierra con la montaña como guión... ●

Arriba, Fernando Garrido. Abajo, el

nombre de su padre en la fachada del refugio y

la noticia del atentado.