Vivencias de Un Bibliotecario

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8/18/2019 Vivencias de Un Bibliotecario http://slidepdf.com/reader/full/vivencias-de-un-bibliotecario 1/168  CONTENIDO PREÁMBULO 2 CAPÍTULO I EL DESPERTAR DE UNA VOCACIÓN LA INFANCIA 3 ADRIANO 14 LA ADOLESCENCIA 23 CAPÍTULO II LA JUVENTUD EL BARRIO 36 LA RELIGIÓN 65 INTERNET 75 CAPÍTULO III LA BIBLIOTECOLOGÍA y CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN BASE 2003 85 DANTE 129 LA MADUREZ 154  APUNTES FINALES 168

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CONTENIDO

PREÁMBULO 2CAPÍTULO I

EL DESPERTAR DE UNA VOCACIÓN

LA INFANCIA 3

ADRIANO 14

LA ADOLESCENCIA 23CAPÍTULO II

LA JUVENTUD 

EL BARRIO 36

LA RELIGIÓN 65

INTERNET 75

CAPÍTULO III

LA BIBLIOTECOLOGÍA y CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN

BASE 2003 85

DANTE 129

LA MADUREZ 154

 APUNTES FINALES 168

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PREÁMBULO

Esta es la historia de Gabriel Linares, una persona comocualquier otra, con defectos y virtudes, limeño, bien limeño,

mazamorrero, como se dice por ahí. Alto, flaco, de lentes, a quienmuchas veces se le ve pensativo, meditabundo, como si algo lepreocupara; otras veces se le ve leyendo, leyendo cualquier cosa.Muchos dirían al verlo por primera vez que es una personaintrovertida, callada, tímida, pero al conocerlo bien se dan cuenta quees todo lo contrario: conversador, bromista,sociable y, además,bibliotecario. Sí bibliotecario o bibliotecólogo o bibliotecónomo que alfin y al cabo es lo mismo. Aquella profesión que es tantas veces tan

incomprendida para algunos, tan desconocida para otros, que muchasveces se piensa que se trata tan solo de un viejito renegón de lentesmedio doblado que usa guardapolvos y que cuando no está sentadoleyendo, está jalando un carrito lleno de libros. Esa imagen que seencuentra en el imaginario de la mayoría de las personas esobviamente un prejuicio que no valora la preparación académica ni laimportancia que tiene, sobretodo hoy en día, una disciplina encargadade administrar la información en la era del conocimiento que estamos

viviendo. Además Gabriel es un amante de la lectura y todo aquel quesea amante de la lectura, sabe que ella te lleva a desarrollar laimaginación, visitando lugares y tiempos lejanos donde uno nuncaestará,aconocer a personajes célebres, y no tan célebres, y a compartirsus experiencias hasta el punto de identificarte con ellos o llegar a serparte de la trama.

Se invita, pues, al amable lector a hacerse partícipe de las

vivencias de Gabriel mediante el recorrido de las siguientes líneas.

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CAPÍTULO I

EL DESPERTAR DE UNA VOCACIÓN

Era una calurosa tarde de verano, en pleno febrero,Gabrielseencontraba sentado en una sala de espera junto a otros cuatropostulantes a un trabajo para Gerente de Archivo, debido a laprolongada demora que le hacía pasar por mucha tensión y tedio a lavez, se puso a pensar sobre los exámenes de selección que acababa dedar hace unos días, se preguntaba si el dibujo de una persona sola bajola lluvia estaba bien o si había completado correctamente las seriesnuméricas, bueno creo que sí, se contestaba, pues en un principio

éramos treinta postulantes y ahora solo veo a cuatro delante de mí asíque solo una prueba más y estaré adentro. Me preguntarán por misantiguos trabajos de seguro, que por qué me retiro del anterior, quepor qué he estudiado esta disciplina. Esto último lo llevó a reflexionardel cómo había llegado hasta acá, qué había acontecido en su agitadavida hasta ese momento, cómo había llegado a tener aquella vocaciónde ser bibliotecario y sus pensamientos lo llevaron hasta los primerosaños de su vida… 

LA INFANCIA

La llovizna era incesante aquella mañana, tanto así que bancas,pistas y veredas ya estaban todas mojadas, la personas huían a suscasas a guarecerse y los automóviles andaban muy despacio para queno se les vacíen los frenos. En medio de la tarde gris, se divisaban dospersonas solitarias en el paradero que ya llevaban media horaesperando.

-  Adriano, ya no puedo más con estos dolores, siento que elbebé ya se viene.

-  Ten paciencia Carmensita ya parara un taxi, lo que pasa es quecon este bendito toque de queda la gente ya no quiere estar enla calle.

Cuando parecía que ningún auto se estacionaría y Carmencomenzaba a sollozar apareció, de repente, doblando la cuadra, unacamioneta del ejército. No era raro ver vehículos militares por esos

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convulsionados días y Adriano pensó que era su última alternativa porlo que comenzó a gritarles.

-  Ey Jefe, pare por favor, mi señora está a punto de dar a luz.

La camioneta disminuyó la velocidad y se detuvo. Al lado delchofer había un oficial y en el asiento trasero tres soldados, con rostronervioso y fusiles en ristre.

-  Señores no ven que hay toque de queda. Los podemos detenersi no se van a sus casas.

-  Oficial mire como está mi señora, se lo ruego llévennos a unhospital.

Los soldados se miraban a las caras como preguntándose quéhacer. Entonces el oficial habló.

-  Yo me quedo acá soldado Juancho, dijo bajándose del auto.Lleve a estos señores al hospital más cercano y se asegura quelos atiendan antes que se vayan ¿está bien?

Sí Jefe, lo que ordene.

Adriano y Carmen se acomodaron como pudieron en el asientoque había quedado libre y el auto marchó a toda velocidad. Cómo elchofer solo manejaba y nadie decía nada Adriano intervino.

-  Vamos a la Maternidad de Lima señor.-  Ya lo sé ciudadano, cree que no conozco Lima, hacia allá voy.

Aunque tenga cara de serrano no tengo un pelo de sonso,contestó algo ofendido el chofer.

Adriano y Carmen se miraron y no dijeron nada. Sin embargo, lossoldaditos de atrás estallaron a carcajadas. El auto subió por la AvenidaBolivia que estaba desierta, al llegar a Uruguay hizo un quiebre porCarabaya. Las pistas estaban en muy mal estado lo que hacía empeorarlos dolores de Carmen. A Adriano no le distraía nada, ni la llovizna queya amainaba algo, ni las casas que atípicamente estaban embanderadasaquel día, ni la radito del carro que anunciaba muy seriamente que elGeneral Morales Bermúdez haya formado ahora una Junta Militar que

restablecería la democracia en el país. Solo pensaba en su hijo, que

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naciera sanito, se lo pedía a Dios, él que de joven fue comunista, ahora,en sus cuarenta, había vuelto a sus creencias de niño, se acordaba delPadre urraca y de María Auxiliadora (de quien era devoto de niñocuando estaba en el Oratorio de los Salesianos)les pedía que todo

saliera bien. Al mismo tiempo daba ánimos a Carmen.

Después de diez minutos, que le parecieron a él una eternidad, alfin divisaron la fachada color crema de la Maternidad de Lima. La vidaes irónica, se decía, él que tanto apoyo al Chino Velasco y su ReformaAgraria y le parecía terrible que el derechista Bermúdez asumiera elpoder., ahora esos mismos soldados leales a éste le estaban salvando lavida a su hijo y a su esposa.

Cuando Carmen entró a la sala de parto Adriano, ya en el salónde espera, encendió un cigarrillo, fumaba poco pero la tensión loembargaba. Era verdad, ya tenía otros diez hijos, había pasado por estoen otras ocasiones, pero igual se puso tenso, como cualquier padreprimerizo.

Pasadas tres largas horas, le anunciaron que podía ingresar a lasala de parto. Ahí, en brazos de una agotada madre lloraba

desconsoladamente su vástago.

-  Se llamará Adriano ¿no Carmensita?- 

Esta vez no te saldrás con la tuya, todos los chicos ya llevan tunombre, él será Gabriel, porque es un angelito del cielo, miúltimo suspiro.

-  No hay problema mi amor será Gabriel Adriano… 

A Gabriel y sus hermanos siempre les gustaba escuchar esta

historia que su papá les contaba por las noches cuando estaban todosreunidos, sentados en el suelo con las piernas cruzadas haciendocírculo alrededor de la sala. Ya habían transcurrido cinco años desdeentonces. La Asamblea Constituyente convocó a elecciones generales,las primeras en quince años de dictadura, donde salió elegido BelaúndeTerry. Se respiraban nuevos aires en el país. Había expectativa decambios, de mejoras, de poder salir de la crisis económica que se habíaapoderado de los bolsillos de las clases menos pudientes. Se iniciabaasí la década de los ochenta.

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En casa de los Linares a veces se pasaban las de Caín. No era fácilpara Adriano y Carmen dirigir a una familia tan grande. El dinero nosiempre alcanzaba pero Carmen hacía maravillas con él. Gabriel, que yatenía cuatro añitos, solía acompañar a su mamá al mercado por las

mañanas.

-  Mamá cómprame el álbum de la Biblia, por fa’.

-  Después hijito, después, contestó ella mientras la daba la listaal bodeguero.

Éste la tomó, separó varias cosas y se puso a envolveringeniosamente el azúcar rubia con papel Kraft, como se solía hacer enesos tiempos. Después, separó tres cojines de champú clinic y uno deselsun blue además de un jabón Marsella para la ropa.

¿Algo más doña Carmen?-  Uy sí, me olvidaba, cuatro cajitas de té Sabú también.-  Muy bien¿La situación no mejora no? Todos los días nos

suben los precios los mayoristas y el Gobierno controla quenosotros no subamos las cosas.

-  Pero las suben Don Marcelo, ayer nomás el kilo de pollo

costaba 5 soles y hoy está a 7 en todos lados.- 

Son los especuladores, pero si las cosas tuvieran su precio realtodo costaría mucho más créame… 

Ya en casa, por la tarde Carmen solía cocinar algún dulce caseromientras sus hijos menores veían a Yola Polastri en canal 4 y a eso delas 6 el imperdible Marco. El cuál era el dibujo preferido de Gabriel. Apropósito, de pequeño, era él de cabello negro, cachetón, más alto que

los chicos de su edad, gordito, peinado con raya al costado, muyparecido a ese dibujo que tanto le gustaba. Sus hermanos se llamaban:Amalia, Gladys, Juan, Adriano, Mauro, Susana, Rosaura, Anabel, Mirthay Camilo.

De más grandecito Gabriel comenzó a salir a la calle, su barrioera Mironesubicado a la espalda de la tradicional fábrica D’onofrio. LaUnidad Vecinal de Mirones se construyó durante el primer mandato deBelaunde y fue una de sus obras más representativas, pero ahoraestaba venida a menos. En medio de los edificios de cinco pisos sin

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pintar, que se distribuían sin ningún orden aparente formandoverdaderos laberintos que eran un dolor de cabeza para losmensajeros, Gabriel y sus amigos correteaban por jardines y banquitasde cemento jugando a las Chapadas, a Inmóvil Desimovil, Siete Pecados

o Bata. Juegos todos que hoy ya nadie recuerda.

Ya desde pequeño Gabriel sintió gran atracción por la lectura,pensaba que lo había aprendido del ejemplo de Adriano a quiensiempre lo veía leyendo algún diario como el Comercio (especialmentehaciendo los geniogramas), la Prensa (diario de formato grande comoel anterior pero que quebrara a inicios de los ochenta), o La Repúblicade Mohme. Otras veces lo veía con la Caretas en el cuarto o con algún

nuevo libro en su escritorio. En otras ocasiones, cuando lo acompañabaal Centro de Lima en la paquidérmica línea 20 (hoy desaparecida),también iba leyendo así fuera parado.

Respecto a sus hermanos, al que más le gustaba leer era a Mauro(el sexto) pero él solo tenía ojos para todo lo que tenía que ver con lasciencias puras y las matemáticas por eso su libro de cabecera era elvoluminoso Baldor, tema que a Gabriel le parecía en demasía aburrido

aunque a veces también veía a Mauro leyendo Selecciones delReader´sDigest, especialmente los artículos sobre “El cuerpo de Juan”. 

En su caso, Gabriel comenzó con la revista de espectáculos Genteque en aquella época era de un formato mucho más pequeño que elactual y tenía la programación de los canales nacionales (4 en aquellostiempos) a media página. Obviamente, apenas podía entender lo quetrataba de leer, pero se entretenía echándose en su cama viendo lasletras, el orden de las palabras y las imágenes, las fotos de

RulitoPinasco y sus programas de concurso, de Pablo deMandalengoytia y la Rueda de la Fortuna, de Augusto Ferrando y sutrampolín a la Fama y de los personajes de Risas y Salsa que gozabande gran audiencia. A veces compraban en la casa las historietas deCondorito de però, quien era el mil oficios de Pelotillehue, eternoenamorado de Yayita pero siempre llevándose mal con sus suegros,enemigo de Pepe Cortisona, pataza de su Cumpa y tío deltraviesísimoConé. Otra historieta que le divertía mucho era la del PatoDonald y sus sobrinos Hugo, Paco y Luis con el gracioso Tío Rico y su

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consorte: Daisy; de Mickey Mouse y sus amigos como Pluto, Tribilín(antes nadie lo conocía como Goofy), Pluto, Minie, Clarabella, entreotros.

Adriano era archivero, ya llevaba treinta años dedicándose a elloen CITECO, una empresa alemana ubicada en la Avenida Argentina.Cómo vio que Gabriel era muy curioso para las lecturas y le gustabajugar ordenando papeles y revistas decidió llevarlo a su oficina paraenseñarle algunas cosas básicas como escribir a máquina, a usar elteléfono y, sobretodo, a archivar, claro de manera elemental. AllíGabriel, al verse rodeado de documentos de todo tipo, pronto se sintióa gusto y comenzó a husmear en todo lo que se le presentaba delante:

archivadores rotulados con diferentes códigos que él no entendía, cajasde cartón, rotuladas también, colocadas en diferentes estantes demetal y papeles con sellos extraños dentro de fólderes manila sujetospor clips.

Adriano trabajaba solo, nunca había necesitado ayudantes ygozaba de una gran confianza de sus jefes.

-Señor Linares veo que su hijo vino a ayudarlo. Qué bien, seguro

que aprende muy rápido.

- Es mi Benjamín señor Eléspuru y quiero irle enseñando esascositas de oficina.

- ¿Cómo estás hijito?, dijo el señor Eléspuru extendiéndole sumano.

Gabriel solo le dio la mano pero no le contestó nada.

Se ve que es un chico tranquilo, mejor así, hoy en día los niñosson bien malcriados ya no hay valores.

-  Eso es muy cierto.-  Bueno Linares, hablemos ahora de trabajo ¿quiere?, para

mañana necesito que estén listas para ser despachadas a laCentral las 200 planillas que estaban archivadas con susantecedentes… 

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A pesar que Gabriel era muy curioso o quizá sea por eso, tambiénera tímido, demasiado para un niño de su edad. En las matinés a que sumamá lo llevaba no salía a bailar, ni a recoger los juguetes que caían dela piñata, se quedaba sentado pensando y mirando a los demás.

Aquellas matinés donde sí se escuchaba música infantil, la Gallinaturuleca, Pinpón, los Pollitos dicen y el infaltable Queremos que partanla torta.

-  Carmensita, hija ¿Por qué Gabrielito no sale a bailar con losdemás niños, mira que el payaso no le va a dar caramelos?

-  Déjalo Hortencia, él es así. Y eso que los demás sí me salieronbien traviesos. Será porque es el menor y se engríe.

¡Ay no sé! Yo te puedo recomendar un sicólogo amigo deAndrés.

-  No comadre, gracias pero no exageres. Si vieras que conAdriano si habla. Siempre andan “debatiendo” de todo. 

-  O quizá es muy agrandado y estás cosas le aburren. ¡Juanito,deja eso, muchacho del demonio! (dijo la comadre al ver a suhijo jalándole la cola al hombre disfrazado de MickeyMouse)… 

Cierto día, cuando Gabriel y Mirtha se encontraban en el pisojugando a Matar soldados, llegó su papá cargando un televisor. Todosen la casa se alegraron pero él pensaba cuál sería el motivo, ya teníanun televisor, a tubos, con antenas y patas y de 21 pulgadas ¿para quénecesitarían otro?

-  Adriano, ¿ya lo probaste?-  Sí Carmensita, es a colores y a Amalia le encantará como

regalo de bodas.

El televisor a colores era una novedad en aquellos tiempos, hastaentonces la mayoría de hogares solo tenían blanco y negro y Adrianohabía aprovechado su gratificación de julio para comprar a Amalia, unade sus hijas mayores, un Toshiba full color como regalo de bodas puesen un mes se casaría con Joshua, su novio quien era muy querido en lafamilia. Gabriel no olvidaría aquella fiesta, él fue el Paje encargado de

llevar los anillos en la ceremonia que tuvo lugar en la Parroquia San

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Pío X de Mirones. Luego de la Misa la pareja fue recibida en el barriocon el tradicional arroz y en la casa una gran campana blanca daba labienvenida a todos. Después del Danubio Azúl el longplay comenzó atocar Brujería del Gran Combo que fue seguida de Remolino, Fuma el

Barco y Caballo Viejo. Todos los vecinos iban llegando y entre brindis ysaludes Gabriel aprovechaba para esconderse en el cuarto de sushermanas y, como ya había aprendido a leer, se puso a revisar lasrevistas Cosmopolitan que sus hermanas dejaban regadas por la camahaciendo un gran esfuerzo ya que ahora la música y el bullicio eranmás altos y se escuchaba música criolla de guitarra y cajón que sus tíos,ya algo mareados, cantaban a capela como Toro mata ahí, Guitarra,Mechita, entre otros, pero él estaba más interesado en enterarse deciertas curiosidades de las realezas europeas, de los Hannover, losHabsburgo y los Borbones que leía en las revistas que tenía… 

El siguiente año Gabriel comenzó a ir al Jardín de la Infancia deMirones donde la angelical señorita Mirna de la sección violeta lesenseñaba a leer con el infaltable Coquito. Una de las lecturasobligatorias era la canción de la rana que él y todos sus compañeritosde mandil plomo cantaban al unísono:

Cucú, cantaba la rana, cucú debajo del agua.Cucú pasó un marinero, cucú de capa y sombrero… 

Sus hermanas Rosaura y Anabel, en uniforme escolar iban arecogerlo a la salida. Ellas ya eran adolescentes y Gabriel no entendíamucho sus conversaciones de grandes.

-  Ayer José me invitó a la Maquina del Sabor No. 3 de laVenezuela, dice que irá con su primo y su prima, yo le dije quesolo iría si vas tú también Rosaura.

-  Ese Salsódromo no me gusta siempre hay peleas, además nocreo que mamá nos deje ir.

Sí, José es muy aventado, va muy rápido, a veces me damiedo… 

Los años que siguieron fueron muy convulsionadospolíticamente, la inflación comenzaba a imperar y las amas de casa a

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sufrir; el terrorismo iniciaba su accionar ante la inacción de lasautoridades. Justamente, a Gabriel le gustaba leer la sección cómica deLa República que su papá traía a la casa llamada El país de lasmaravillas donde se le dibujaba a Belaunde siempre en una nube para

dar a entender su falta de visión política frente a los problemasnacionales. El pueblo, para olvidar estos problemas, solía ir a las playasdel sur durante el verano o a la Feria del Hogar durante el invierno.

En aquel contexto Gabriel ingresó al colegio. Cursó toda laprimaria y secundaria en el Colegio Nacional de Varones HipólitoUnanue, cuyo lema era: “Siempre la H, siempre la U, nadie le gana al

HU” que les hacía repetir, sobretodo en las actuaciones, el respetado

director Castañeda.

Al llegar a la primaria ya sabía leer fluidamente aunque aún nosabía escribir muy bien. Cuando no había alguna huelga indefinida delSUTEP y se podía estudiar aprendió la educación básica con los librosde Santillana, Bruño, Zigma y Pons Muso. Éste último les enseñó aquerer a los héroes de la Guerra con Chile como Grau, Bolognesi oUgarte.

Como toda escuela nacional de su tiempo existían serias falenciasen infraestructura y su biblioteca no se salvaba de ello. Si su memoriano le fallaba ésta se llamaba “Abraham Valdelomar” y se ubicaba en el

segundo piso del patio principal de secundaria, era un salón grandecon mesas redondas de cuatro sillas, a un extremo de la sala seencontraba un mostrador de atención y detrás de éste los anaquelescon los libros que tenían una clasificación por colores de acuerdo a losgrados de enseñanza. Los alumnos de primaria prácticamente no

tenían acceso y, sin embargo, debido a su ya mencionada curiosidadinnata, se las arregló para ir a visitarla varias veces sentado en unasillita de madera verde. Ahí atendía una linda y amable señorita que setomaba el trabajo de atender a los chicos en medio del bulliciogeneralizado.

Linares, deja de leer eso, en el comedor han prendido eltelevisor y están pasando el partido de Perú con Polonia,

vamos a ver, dijo un niño todo sudoroso y con cara deapurado.

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-  ¿Cuánto va?-  Polonia 5 Perú 0, respondió otro, igual de azorado.-  Entonces para qué quiero ver, Perú ya está eliminado.

En eso se escuchó un tremendo ruido que estremeció a todo elcolegio: ¡Gooolll de La Rosa! Y todos salieron corriendo a ver el únicogol de nuestra selección en ese partido.Lo que ninguno imaginó en esemomento era que después de 30 años el Perú seguiría sin volver a ir unMundial.

Llegado a los 8 o 9 años más o menos se puede decir que leyó suprimera obra literaria completa, a impulsos nuevamente del autor de

su vida, se dispuso a leer el Ingenioso Hidalgo don Quijote de laMancha de Miguel de Cervantes Saavedra, este libro formaba parte deuna colección de veintitantos volúmenes de diferentes obras de laliteratura española de la revista Gente que su papá había coleccionadopacientemente semana tras semana. El “Manco de Lepanto” no por

gusto es llamado el padre de las letras castellanas pues en esta obramonumental presenta un reflejo de la sociedad y costumbres de sutiempo como en las Bodas de Camacho, la lucha contra los molinos de

viento, la manteada, la península Barataria (donde fue un sabiogobernador nada menos que Sancho Panza). Pero, obviamente, es elpersonaje principal -el Quijote- quien termina cautivándolo porque, enmedio de su locura, da muestras de valentía, heroísmo y desinteresadoamor lo que lo convierte en un verdadero caballero igual al de lashistorias que leía y que lo terminaron haciendo perder el sano juicio. Eleterno enamorado de Doña Dulcinea del Toboso definitivamente dejóuna huella imborrable en él.

Luego de disfrutar más que leer esta obra clásica se dispuso ahusmear más en el librero que había en el pasillo de la casa y loprimero que tuvo a mano fue Los Tres Mosqueteros de AlejandroDumas de una colección de clásicos de la editorial Oveja Negra. Elgenio Dumas presenta aquí a la Francia monárquica y de hechogobernada por el intrigante cardenal Richelieu. En esta ocasión loshéroes son tres valientes mosqueteros del Señor de Treville

acompañados del osado D’artagnan quien era aprendiz de mosquetero.

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A pesar que el Hatari ya estaba de moda al igual que el Pin Ballque todos jugaban en las esquinas, Gabriel no se interesaría por esopues cada día los libros le gustaban más y más. De vez encuandosusamiguitos lo buscaban para salir, y si no tenía nada que leer se ponía a

jugar con ellos al trompoo a las bolitas, o a fastidiar a las niñas quepreferían el jazz y saltar a la cuerda.

Cómo la moda no incomoda,se volvió usual el coleccionarálbumesentre los niños del colegio, a la salida se intercambiabanfiguritas. Gabriel llegó a tener una colección respetable: El álbum delQuijote, del Planeta de los simios, de los Transformers, de Topo Gigio,de los Thundercats, El más y el menos, los Reinos de la naturaleza,

España 82, México 86, La Santa Biblia, La vida de Jesús y los viajes delPapa.

De más grande también coleccionaría algunas revistas, entreellas una que le traía gratos recuerdos llamada TheTransformers, perono los de Hasbro de la Televisión (que dicho sea de paso era fanáticocomo tantos otros niños de su época) sino una revista chilenacoleccionable compuesta de 25 fascículos, la que compraba todas las

semanas en los kioskos pero que completó comprando los númerosatrasados en Quilca y Colmena cuando todavía se vendían libros en lasaceras de aquellas calles. Lamentablemente, en un momento laeditorial dijo que dejaban de salir por falta de suscriptores.

Se puede decir pues que fue, en definitiva, una niñez llena deilusiones y descubrimientos, desbordante de fantasía y la etapa en quehizo los primeros contactos con aquel que sería su amigo a lo largo detoda la vida: el libro.

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 ADRIANO

Adriano Linares quien fuera guía y estímulo intelectual en la vidade Gabriel estaba siempre en su memoria. Lo recordaba como un padrenoble, incapaz de castigar a él o a sus hermanos (solo los amonestabacon argumentos bien sustentados), era alguien que poseía una granpersonalidad, con sus convicciones muy claras y una moral ejemplar.Siempre le hablaba a Gabriel de sus orígenes catalanes por la víapaterna, le decía que por su abuelita descendían de las entrañas deÁfrica pero por el abuelo venían de la respetable familia Linares de

Cataluña. “Quien no tiene de Inga tiene de mandinga hijo”. Sería poreso que el primer poema que le enseñó a recitar fue uno de Chocanoque hablaba justo del mestizaje:

Soy el cantor de América autóctono y salvaje:mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.

Mi verso no se mece colgado de un ramajecon vaivén pausado de hamaca tropical...

Cuando me siento inca, le rindo vasallajeal Sol, que me da el cetro de su poder real;cuando me siento hispano y evoco el coloniaje

parecen mis estrofas trompetas de cristal… 

También lo recordaba como simpatizante de la izquierda, aquellainspirada en Mariátegui que estaba unida y que lideraba Barrantes elpopular “Frejolito”. En ocasiones lo llevaba a la Plaza San Martín a

escuchar los mítines donde, como gran orador, Frejolito alentaba a sus

simpatizantes.

A él le debía también sus primeros conocimientos sobre lahistoria universal, la filosofía, la política, en fin, sobre todas aquellasmaterias que llenan el espíritu del hombre. Así, desde muy tempranaedad supo de las hazañas de Aníbal al cruzar los pirineos, de losdebates de Sócrates con los sofistas, de la historia del rey Midas quienpor su avaricia todo lo que tocaba se transformaba en oro, de la

paciencia de Job para con las duras pruebas de Dios, de la doctrina depaz de SiddhartaGautama (Buda), de la invasión europea de los Hunos

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liderados por el temible Atila y como éste no atacó Roma porintercesión del Papa, del honisoitqui mal y pense que pronunció el reyEduardo III, del “No pasarán” de la España republicana y de tantas ytantas frases en latín como del Cogito ergo sum de Descartes, del Vade

retro Sataná s  de Jesucristo, del homo homini lupus estdel griegoPazlutoAsinaria, del venividivincide Julio César cuando relató suvictoria sobre el rey del Ponto, del delendaestCarthago de Catón elViejo para advertir del peligro latente de la eterna rival de Roma, etc.,etc., etc.… 

A pesar de los reproches de su querida madre quien siempre lerecriminaba a Adriano el no haber utilizado sus conocimientos para

tener una carrera más rentable, él le respondía que si algo dejó dehacer por meterse en cosas de la política cualquiera de su numerosaprole lo haría.

Nunca olvidará los eternos debates que tuvocon sus hermanos yél mismo y,a pesar que habían leído en ocasiones el mismo texto, supadre lo podía comprender mejor pues era un gran polemista, y sepodría decir que desde que partió a mejor vida ya no tuvo con quien

hablar de religión.- Pa’, el Chino se quiere reelegir, eso no es democrático, le dijocierto día su hijo Mauro.

- Lo es desde que la Nueva Constitución lo permite, replicó elautor de sus días.

- Pero esa Constitución se elaboró a la medida de sus ambicionespor una mayoría parcializada con su causa, le replicó su otro hijo

Adriano.

- Esa mayoría fue elegida en comicios democráticos Adrianito,supervisados por la OEA y la Constitución del 93 porreferéndum. Vox populi, vox Dei.

- Pero es riesgoso que se perpetúe en el poder y si él o su entornoquiere robar ¿quién los va a controlar?, contestó algo acaloradoMauro.

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- Su reelección es necesaria pues aún no ha terminado de realizarlas reformas que el país requiere; aún hay terrorismo, lasituación económica todavía es difícil y las obras eninfraestructura no pueden parar. El riesgo de que un presidente

robe no depende del tiempo que este en el poder, mira a Alan,estuvo solo 5 años y se robó medio país. Ustedes son jóvenes yles falta mucho por aprender de la vida aún.

- Sin embargo, Fujimori cerró el parlamento legítimamenteelegido por un medio no contemplado en la Constitución vigentede ese momento, la del 79, sin tratar primero de dialogar con lascámaras, eso demostró su deseo autoritario, dijo Gabriel quien

hasta entonces solo había estado escuchando.

Los demás se sorprendieron de su atrevimiento y le dijeron queno le hablara a sí a papá.

- Déjenlo, porque es menor no va a dejar de opinar, además loque dice tiene mucho sentido. Mira Gabrielito, dijo Adrianodirigiéndose al muchachito que de repente ya se había sonrojado,cuando un país está en crisis, como el Perú en ese entonces y

además está en riesgo la seguridad nacional es necesario tomarmedidas radicales y el Parlamento no estuvo a la altura albloquear importantísimos proyectos de ley. Políticostradicionales más preocupados en subirse el sueldo que servir ala patria. Al Ejecutivo le tocaba entonces tomar las riendas plenasdel poder hasta solucionar dicha crisis ya que es un poder queemana del pueblo también. Lo mismo hacían los romanos alnombrar un dictador en caso que su nación esté en peligro grave

y algo parecido se contempla también en muchos sistemas degobierno europeos y de la misma manera Estados Unidos envistede poderes especiales a un presidente en estos casos.

Aunque Gabriel, se quedó conforme con esta explicación sushermanos no se daban por vencidos y siguieron discutiendo.

- Pucha, tienes una respuesta para todo pero aun así… 

Su padre era también una persona ordenada, pues era archivero,además de ser un gran memorista y siempre que había alguna reunión

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importante en la familia solía recitarles algo. Sobre todo, sentíapredilección por los poemas de Vallejo que los recitaba con su potentevoz y clara dicción que encandilaba a la familia. De ellos recordaba:

España, aparte de mí este cálizNiños del mundo,

si cae España -digo, es un decir-si cae

del cielo abajo su antebrazo que asen,en cabestro, dos láminas terrestres;

niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!¡qué temprano en el sol lo que os decía!

¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

¡Niños del mundo, estála madre España con su vientre a cuestas;

está nuestra maestra con sus férulas,está madre y maestra,

cruz y madera, porque os dio la altura,vértigo y división y suma, niños;está con ella, padres procesales!...

En otras ocasiones él mismo les recitaba otra de Vallejo, de quienera un ferviente admirador:

Espergesia

Yo nací un día que Dios estuvo enfermo

Todos saben que vivo,que soy malo; y no saben

del diciembre de ese enero.Pues yo nací un día

que Dios estuvo enfermo. Hay un vacíoen mi aire metafísico

que nadie ha de palpar:

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el claustro de un silencioque habló a flor de fuego.

Yo nací un día

que Dios estuvo enfermo… 

Otras veces Adriano les recordaba a Neruda como todo unromántico que era en:

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.Parece que los ojos se te hubieran voladoy parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma,emerges de las cosas llena del alma mía.Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía.Me gustas cuando callas y estás como distante.Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza.

Déjame que me calle con el silencio tuyo.Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.Eres como la noche, callada y constelada.Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo… 

Pero, a decir verdad, las más de las veces les recitaba poemashechos de su puño y letra, para lo cual se inspiraba principalmente enlos miembros más queridos de su familia como cuando le recitó a unade sus hijas:

Para mi hija Rosaura en el Día de la MadreYo estuve preso en la fría celda de los desengaños:

lugar tenebroso, sin sueños ni encantos,sin gratos recuerdos y eternos olvidos.

Cuando sucumbía perdida la fe,la ventana abierta de mis ilusiones

se abrió nuevamente y regresé al ayer,a un día domingo de amor y de luz,de rojos claveles y rosas fragantes.

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… He visto a mi madre la amiga morena

color de la miel, con olor a limpioa ropa planchada e inmensa ternura… 

Adriano – preguntaba – ¿hiciste los versos para la abuelita?

La increíble abuela, del ABC y los palotesel Ave María y el Padre Nuestro,del gesto adusto y el alma tierna,

de mágicos guisos con sabor a gloria… 

Éramos felices como soy ahora,bebiendo del pasado envuelto en el tiempo.

Este hermoso día en homenaje a ti,y a todas las madres,

te ofrezco mis versos que logré bajarde la nube hermana de mi fantasía,para que recuerdes hijita querida

que he sido y seré solo un soñador.

Lima, mayo de 2001

Algunas veces su inspiración se dirigía a alguna de las mascotasde la casa, como cuando falleció uno de los más engreídos:

Responso al gato Negro

Hasta siempre gato amigose acabaron tus larguísimos maullidos

que era el llanto con que a vecesnos decías angustiado que muy pronto morirías.

Hasta siempre gato bueno,permanente compañero de mis penas.

en mis tristes soledadeshe buscado en el azul de tu miradaun mensaje cariñoso de los cielos.

Hasta siempre gato negrose apagaron los destellos

luminosos de tus lomos,

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quedó quieto el serpenteode tu cola interminable

que ahora duerme acurrucada con tus sueños.Hasta siempre gato flaco,

ya no temas,ya no sufras,que a tu lado está Joroba

que es tu amigoy más lejos yace Terruco en la paz de los jardines.

Lima, 4 de abril de 1992

De otro lado, su papá siempre llevaba a Gabriel a visitar los másimportantes museos de Lima, las Catacumbas y La Inquisición. Élrecordaba que cuando pasaban por el Jirón de la Unión solían entrar alTemplo de Las Mercedes a visitar la tumba del Padre Urraca quienllevara una vida de santidad pero que inexplicablemente habíanpasado tres siglos ya sin que la Iglesia se acordara de su causa. Y esto apesar que era una persona muy milagrosa. Según su papá varias vecessus favores lo habían sacado de verdaderos apuros por lo que él era un

ferviente devoto suyo y deseaba que su hijo le siguiera los pasos.Cuando Gabriel entraba a ese templo y entre los retablos dorados, lasvelitas encendidas y las caritas de los devotos, veía la enorme cruz demetal de color verde unida a la pared se sentía realmente reconfortado,ahí fue naciendo la que creería iba a ser su vocación de grande: elsacerdocio… 

Adriano siempre decía que como buen Catalán debía seguir alBarcelona pero su corazón era del Municipal aquel equipo de la franja

roja que tuvo sus años dorados en los sesenta.Entre Los Linares, porsupuesto, todos eran de este equipo y hasta lo seguían en los estadiossemana tras semana. Pero, Gabriel, siempre rebelde, si alguna cosatenía que reprocharse fue el dejar de seguir al club de sus amores y detoda la familia lo que evidentemente no le gustó pues de adolescentecambió el ¡Arriba, Abajo, Echa Muni Carajo! por el del equipo del Rímac¡Fuerza Cristal!

¿Adónde vas hijito?

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-  Al estadio a ver a Cristal mamá, si hoy gana o empata serátricampeón.

-  Pero Gabriel el Cristal es un equipo sin historia ni identidad, ledijo su hermano Camilo quien estaba sentado viendo

televisión.-  Pero a mí me gusta, además la otra vez casi pasa a semifinales

de La Libertadores, lo merecía más que el Cali.- 

Así que ya no quieres ser del Muni, le dijo su papá que reciénllegaba.

-  No es eso, le dijo Gabriel medio avergonzado pues sentía ungran respeto por él, pero me gusta como juegan El Chorri, LaPepa y Solano.

El Muni es una tradición, Cristal solo es un equipo que con sudinero hace lo que quiere, pero anda nomás, además juegacontra las gallinas y nada me daría más gusto que les ganaránen el mismo Lolo… 

Gabriel no olvidará tampoco que su padre también fuera autor,en los años cincuenta, del “Diablito Gráfico”, un diario vecinal dedicado

a mencionar las vivencias del club Deportivo Diablos Rojos deBarraganes del Rímac (distrito donde se criara) que el fundara con susamigos del barrio y eran tan unidos, a pesar del tiempo, que hasta lesdedicó una canción:

La polka de los Diablos Rojos

El equipo de los Diablos Rojos,un elenco de gran corazón,

son muchachos del barrio de Barraganesmás unidos que una hermandad.

Juegan a la pelota con solturaarmando juego de gran emoción

y si hay bronca tambiénahí los diablos están

porque son unidos hasta el fin.

Éste es el Patico, Lecca y Lalo,

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Chato, Chino Rojas, Julio NolizRonco, Zambo Cossio, Viejo Tino,Adriano, Dorival, Neyra, Huaral

y Gómez… 

Por eso cuando van al camposacan la pelota

fijo que es un gol.Lima, febrero de 1953

Su padre, un hombre abnegado, de principios, quien nuncaestuvo de acuerdo con el aborto pues trajo al mundo a todos los hijosque Dios buenamente le quiso dar, él que se había forjado una gran

familia en base a esfuerzo y sacrificio y que al lado de Carmen habíansalido adelante hasta llegar a tener su ansiada casa propia en Mirones.A ese gran hombre Gabriel más lo recordaba echado sobre su sofá,descansando, corriéndose el bigote que era el término de su narizaguileña, con la cabeza de frente amplia y pardos ojos mientras eltocadiscos sonaba su canción favorita, EL Quijote de Julio Iglesias y concuya letra se sentía identificado.

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LA ADOLESCENCIA

Eran mediados de los ochenta, el pueblo peruano, equivocándosepor enésima vez, terminaba de elegir a Alan García de quien las chicas

decían era muy guapo y por eso merecía portar la banda presidencial.El hecho es que nuevamente se respiraban aires de cambio por todaspartes. Los ochenta también fueron la década dorada de la salsa conNiche, el Gran Combo, Los Titanes, del pop de Michael Jackson,Madonna, asimismo, de las series cómicas y policiales que nadie seperdía, de los Años Maravillosos protagonizado por Kevin de quienGabriel, como los demás chicos de su edad, se sentía identificado.

Para ese entonces él ya estaba entrando en la pubertad, esaetapa de la vida en que uno se siente más confundido e insegurorespecto a la vida. Es una transición en que uno va dejando de ser niñopara convertirse en adulto. Es cuando llega el primer amor (aunqueplatónico), la primera fiesta, el primer beso, la rebeldía ante los padres,el primer bigote, los primeros barritos y el armar collera en el barrio.

Por esos tiempos pues, como todo muchacho, Gabriel seenamoró, tuvo frustraciones, vio y leyó cosas prohibidas, fue rebelde y,

sobretodo, se inició en lecturas más grandes y apasionantes quizá paratratar de escapar a la dura realidad de la vida, de los problemas en lacasa, de sus continuas crisis existenciales y así poder enfrascarse en unmundo de fantasía donde podía alcanzar sus sueños más anhelados.

Fue en ese entonces que su querido hermano Mauro decidióviajar a la Argentina en busca de un mejor futuro. El Gobierno lo habíabecado con los famosos dólares MUC para que pudiera estudiar en la

prestigiosa Universidad de Buenos Aires. Su partida entristeció aGabriel mucho pues Mauro era su hermano más cercano y siempre loayudaba con sus tareas de matemáticas y ciencias. Sus padres seresignaron a su partida pues sabían que era para su bien. Lo que si lesdolió en el alma fue que los mayores Gladys y Juan, en diferentesmomentos, decidieran irse de la casa, no toleraban la autoridadpaterna. Gabriel nunca comprendió bien el por qué lo hacían pero alver a sus padres tan tristes él se contagió de ello.

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Una vez, se encerró en su cuarto a pensar sobre esto echadosobre su cama, pero más bien recordaba, no sabía por qué, a la señoritade la biblioteca de su colegio, siempre rodeada de libros ¿no seaburrirá? Si yo fuera ella me ponía a leer todo para no morirme del

aburrimiento, pensaba. De repente, al mirar a su alrededor se sintiótambién rodeado de libros pues en cada extremo de su habitaciónestaban colocados dos libreros. Se incorporó y cogió una novela de laeditorial Oveja Negra, medio gastada, que estaba en el primer anaquel,siempre había estado ahí pero él ni la había mirado nunca. La comenzóa leer con curiosidad y emoción, poco a poco le pareció más y másapasionanteal sentirse un polizonte del Nautilus, tener de capitán almisterioso Nemo, cuyo nombre en latín quiere decir Nadie, y con élviajar por las profundidades del ancho mar a donde nadie más habíallegado, salir en traje de buzo a explorar estas mismas profundidades ydescubrir las ruinas de la mítica Atlántida, en fin, naufragar a causa delMaelstrong. Se enganchó tanto con la historia que solo al final reparóen que había terminado de leer, en una sola tarde, Veinte mil Leguas deViaje Submarino de Julio Verne.

Desde entonces se volvió costumbre encerrarse en el cuarto a

leer por las tardes, cuando volvía del colegio. Halló otra obra delmismo autor, pero esta vez no era un viaje futurista, sino una novela deaventuras donde el personaje principal, Daniel Strogoff, correo del Zarde Rusia, debe pasar duras pruebas para entregar un mensajeimportantísimo que salvará al imperio de una inminente invasióntártara.

Por las noches no era fácil encontrar un espacio libre y tranquilo

donde poder concentrase en casa, sus hermanos veían cualquierprograma nocturno como Camotillo el Tinterillo, los Detectilocos, y sushermanas alguna novela como Carmín, la Quinceañera, o sus papásalgo político como el Panamericano o Frente a Frente, cuando noalguna serie como Los Magníficos o Starky y Hush. Por eso Gabriel,solía meterse a un cuartito adyacente a la cocina donde llevaba loslibros que cogía de los libreros.En una ocasión pudo leer la coleccióncompleta de “Las Mil y Una Noches”, cuentos árabes (aunque ahora se

dice que son persas) donde la bella Cherezada tenía que contar uncuento cada noche por mil noches al sultán para no perder la cabeza

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como le sucedió a las anteriores concubinas de éste. Gracias aCherezada conoció a Aladino y su lámpara maravillosa, a los genios, alas alfombras voladoras, a Simbad el marino, a Alibabá y los cuarentaladrones y cuantas historias divertidas y pícaras se pueda uno

imaginar.

Cuando en el colegio lo cambiaron al turno tarde muchas vecestuvo que leer de noche y con vela ya que los terroristas solían volaruna que otra torre de alta tensión casi a diario dejando a Lima entinieblas. Pero esto no lo amedrentó pues la lectura ya era parte de suvida.

En otra ocasión se adentró en los clásicos de la literaturaespañola al leer la gran colección que Gente puso a la venta. Como sedijo líneas arriba había ya gozado las aventuras del Quijote pero luegose dejó seducir por los inspirados versos dedicados a la bella Galateadel mismo autor.

Más adelante, se dejó llevar por el impacto de Fuenteovejuna deLope de Vega donde el pueblo hace justicia por sus propias manos. Deahí pasó a Gustavo Adolfo Bécquer y sus famosos poemas de amor, del

cual memorizó uno que de joven le recitaría a una fémina:

Volverán las oscuras golondrinasen tu balcón sus nidos a colgar,

y, otra vez, con el ala a sus cristalesjugando llamarán;

pero aquéllas que el vuelo refrenabantu hermosura y mi dicha al contemplar,

aquéllas que aprendieron nuestros nombres...

ésas... ¡no volverán!Volverán las tupidas madreselvasde tu jardín las tapias a escalar,

y otra vez a la tarde, aún más hermosas,sus flores se abrirán;

pero aquellas, cuajadas de rocío,cuyas gotas mirábamos temblary caer, como lágrimas del día...

ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos

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las palabras ardientes a sonar;tu corazón, de su profundo sueño

tal vez despertará;pero mudo y absorto y de rodillas,

como se adora a Dios ante su altar,como yo te he querido..., desengáñate:¡así no te querrán!

Debido a sus asiduas lecturas Gabriel comenzó a debilitar suvista, lo que notó en el salón de clases pues siempre tenía que sentarseadelante para poder ver la pizarra. Cuando su mamá lo llevó aloftalmólogo, éste le recomendaría usar lentes, pero esos con lunas depoto de botella, aunque Gabriel temía el bullying entre sus amigos no lequedó otra alternativa que usarlos. “Será temporal, si cuidas tu vista y

comes mucha zanahoria tu visión mejorará progresivamente”, le dijo el

Doctor. Pero él no haría caso y continuo leyendo los libros de la edadde oro de la literatra española que le faltaban a riesgo de tener queusar los lentes toda su vida, lo que ocurriría finalmente.

Otra historia que le llamó poderosamente la atención fue elLazarillo de Tormes, libro anónimo que relata la vida de Lázaro de

Tormes, un joven de origen muy humilde que muy pronto se vuelve unexperto pícaro debido a la malicia e indiferencia que encuentra en laspersonas.

También aprendió con Calderón de la Barca en la Vida es Sueñoquien pone en boca de Segismundo estas sabias palabras: “Que toda lavida es sueño y los sueños, sueños son”. Conoció las costumbresconservadoras de la España decimonónica gracias al Sí de las Niñas de

Fernando de Moratín. Y como olvidar Bodas de Sangre de FedericoGarcía Lorca, obra teatral donde todo gira en torno a una boda quelleva a dos familias a odiarse hasta la muerte.

Y porque no mencionar a El Burlador de Sevilla o Don JuanTenorio de Tirso de Molina que narra la historia de un seductorempedernido cuya frase más característica es “¿tan largo me lo fiais?” para dar a entender que no tenía miedo ni de la muerte ni de la justiciadivina. Y qué decir de la alcahueta Celestina de Fernando de Rojas

cuyas argucias logran la unión entre Calisto y Melibea, sin embargo,

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esta obra como tantas otras de amor, acaba en tragedia con la muertede los personajes principales.

Tampoco podrá olvidar a Santa Teresa de Jesús o de Ávila y sus

Poemas que expresan un ardiente amor a lo divino. Ni olvidará lasCoplas a la Muerte de mi Padre de Jorge Manrique donde éste ensalzala figura paterna presentándola como un ejemplo de vida.

Ya su mamá andaba preocupada que Gabriel solo estuvieraleyendo descuidando los juegos y los amigos, pero su papá más bien loalentaba pues sabía que todo lo que aprendía le ayudaría más adelante.Por eso un día llegó a la casa con la colección completa (conseguida enel emporio de la piratería Amazonas) de La Historia Universal de CarlGrimberg, historiador sueco que poseía la virtud de ser totalmenteimparcial en sus relatos, cosa que no es usual, para que Gabriel laleyera. Con él aprendió sobre el Hombre de Neanderthal quien fueradesplazado por el más evolucionado Hombre de Cromagnon. Sobre elsurgimiento de Egipto, sus pirámides, esfinges y faraones de unnúmero asombroso de dinastías. Sobre los babilonios, caldeos y asirios.Sobre los minoicos, helenos, etruscos y latinos. Acerca de fenicios,

filisteos, hebreos y árabes. Conoció a las milenarias culturas de China yde India. Las invasiones bárbaras al imperio romano de godos,visigodos, francos, ostrogodos y tantos otros. De las invasionesvikingas a Europa. Del surgimiento y desarrollo del cristianismo,islamismo, hinduismo, budismo, confucionismo. De la Alta y Baja EdadMedia.

De las culturas precolombinas de América: incas, mayas, aztecasy chibchas. Del Renacimiento: Miguel Ángel, Da Vinci. De Lutero,

Zwinglo, Calvino. De la Enciclopedia, la Bastilla, de Directorios, deConvenciones, la guillotina, de girondinos, jacobinos, de las 5Repúblicas francesas, del imperio napoleónico, de Austerlitz yWaterloo. De la Albión Inglaterra, de la conquistadora España, de losreinos de Italia, de la catoliquísima Austria. De los EEE.UU., deWashington, Jefferson, Lincoln, de guerras de independencia ysecesión. De la independencia de Hispanoamérica, de gritos de dolores,de Maipú, Junín y Ayacucho. De las guerras mundiales, de trincheras,de aliados, de ideologías, revoluciones, exterminios, bombas atómicas y

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de la Naciones Unidas que es donde culmina, lamentablemente, esteextenso relato.

A pesar que muchas veces Gabriel juntaba sus propinas para ir a

las librerías a comprar más libros siempre se llevaba la desilusión deser carísimos por lo que adquirió la misma costumbre de la mayoría: ira Amazonas o a Quilca donde se hallaba todo a mitad de precio.Amazonas, es aun hoy una calle donde en las primeras tres cuadrasestán instalados precarios módulos de venta de libros viejos y usados,al contrario del jirónQuilca donde hay libros originales ingresados alpaís por contrabando y, por ende, a precios más económicos.

En Amazonas, entre textos de medicina desactualizados y librosde páginas amarillentas de las más diversas temáticas, pudo conseguiren muy buen estado la revista chilena Hechos Mundiales que tenía lacaracterística de que cada número estaba dedicado completamente aun solo tema. Comenzó por una llamada Historia del cristianismodonde se hacía un recuento histórico desde los orígenes de la religiónhebrea pasando por la vida y predica de Jesús y finalizando con laevolución, a lo largo de los siglos, de la Iglesia Católica hasta nuestros

días. En la segunda parte se hace un análisis imparcial y sicológico de lapersonalidad de Jesús de Nazareth y cómo pudo llegar a convertirse enel fundador de la religión más importante del mundo. Posteriormente,enfoca sociológicamente el rol que ha cumplido la Iglesia así como suinfluencia en la cultura y en la vida del mundo occidental. Era unarevista imparcial pues se daba cabida a opiniones tanto deespecialistas racionalistas como de importantes teólogos.

El segundo número que leyó se titulaba La Revolución Francesa

que se inicia con una narración sobre sus antecedentes, de los abusosde la nobleza, del feudalismo, del estado de opresión permanente delpueblo francés. La segunda parte relata la revolución misma, es decir latoma de la Bastilla, la detención y ejecución de los reyes de Francia y lalucha del pueblo contra sus antiguos opresores. Finalmente, cuenta laimplantación de un nuevo orden en la sociedad, el cambio delcalendario, el laicismo y también de los excesos y abusos cometidosdurante este periodo. Todo analizado luego desde diversasperspectivas.

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El tercer número que cayó entre sus manos fue La RevoluciónChina, donde conoció la interesante historia de este país milenario,heredero de una gran tradición y en época reciente dominado por elcomunismo que se inició con el levantamiento popular liderado por

Mao TseTung o Mao Tse Do que culminó con la derrota de losnacionalistas y la llegada al poder de una doctrina que cambiaría porcompleto la posición de China en el escenario mundial como unapotencia militar entonces y ahora también como potencia económica.

Entre otros números interesantes le venían a la mente: LaHistoria del Fascismo, los dos números dedicados a la Segunda GuerraMundial, La Bomba Atómica, Los Fabulosos Años Veinte, La Revolución

Cubana y La Historia de los Presidentes de los EEUU… 

Cuando Gabriel entró a la secundaria tuvo la oportunidad deestudiar con chicos de diferentes distritos de la capital ya que poraquellos tiempos no existían colegios estatales en los conos de Lima.En el Hipólito había que ser bien despierto para no ser tomado como“lorna”  y si uno no quería ser visto como el punto del salón a veceshabía hasta que “mecharse” o juntarse con un grupito respetado. Fue

ahí donde Gabriel, muy a su pesar, comenzó a perder su naturaltimidez y a volverse más despierto y sociable, quizá sus mismaslecturas lo ayudarán a eso inconscientemente.

Hasta el quinto año estudiaría en el Hipólito, la Gran UnidadEscolar, ubicada en Mirones, y que tenía una eterna rivalidad con elotro popular colegio nacional el Sebastián Lorente, rivalidad queterminaría en numerosas peleas campales que traía comoconsecuencia alumnos expulsados, destrucción de infraestructura y

hasta agresiones a directores, lo que provocó que el Ministerio deEducación cerrara al Lorente y lo fusionará con el de mujeres el JuanaInfantes Vera. Gabriel asistió alguna vez a una de estas peleaspero solocomo espectador.

En su salón conoció Gabriel lo que era la chacota, el ponerapodos, los plagios. Un día, cuando cursaba los primeros años de lasecundaria, reunido con sus compañeros, la conversación giró en torno

a qué cosas prohibidas habían hecho hasta ahora.

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-  A ver cuenta pe` Rodríguez, todos queremos saber.-  La otra vez, cuando yo pensé que no había nadie en mi casa,

me fui a mi cuarto y escuché que de la ducha caía agua,pensando que se habían olvidado de cerrarla, entré al baño y

vi a mi hermana bañándose, no pude ni moverme de laimpresión y ella no sabía cómo taparse pues sus dos manos nole bastaban a cubrir sus pechos y su ya saben qué.

Todos se rieron morbosamente.

-  Yo la otra vez, me tomé el vino que mi papá guardaba para lasfiestas, sin saber me emborraché y comencé a vomitar frente atodos a la hora de la cena. Después que me pasó mi papá mesacó la mela, contó de manera muy colorida Pomajambo.

-  Eso no es nada, yo estuve con mi prima que vino de Chiclayo,una vez que nos quedamos solos, les contó Sánchez.

Cierto o no todo ello Gabriel solo tuvo para contar el día enque limpiando su cuarto encontró debajo de un mueble, en una cajabien cerrada, una colección de revistas pornográficas. Quizá sean de

alguno de sus hermanos, pensó en ese momento, de quien más podríanser, el hecho es que su curiosidad pudo más que su temor inicial y asífue como conoció la anatomía de bellas señoritas al revisar Playboy,Penthouse y otra llamada simplemente Z, revista triple x peruana, quedicho sea de paso, era bastante vulgar. Lo que no contó fue laconsiguiente masturbación a que todo ello lo llevó, para luego sentirseculpable y pedir perdón a Dios pues él ya sabía por sus lecturasreligiosas que los actos impuros eran repudiables ante la divinidad. Sus

amigos lo oían con atención y solo uno atinó a decirle: “Cuando veasesas cosas no leas las historias, pues te malograrán la mente, solo ve lasfotos nomás”. Gabriel t omó esto con agrado ya que un consejo hasta deun conejo… 

En lo que respecta a los libros que Gabriel tuvo al alcance cuandocursaba esos agitados años de la secundaria recordaba el interesantelibrito de referencia Obras Literarias de Puccinelli(en cuya portadaaparecía el gran filósofo del “Conócete a ti mismo”) que hace unrecuento de las más importantes obras de la literatura universal

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incluyendo un pequeño pero preciso resumen de cada una de ellas.También le agradaron los textos para secundaria de la historiauniversal y uno que otro de literatura.

La biblioteca escolar de su colegio, como se dijo líneas másarriba, solo contenía libros usados y anticuados; sin embargo, fue allídonde consiguió Paco Yunque de César Vallejo que cuenta lossufrimientos de un ingenuo niño en su escuela provocados por suscompañeros de aula, lo que en su tiempo se diría lorna y ahora se leconoce con el término inglés de bullying.

Sus amigos lo molestaban cuando lo veían entrar a laBiblioteca, le decían que estaba enamorado de la bibliotecaria (quedicho sea de paso no era cierto pues Gabriel nunca la vio como mujersino como la facilitadora de los libros que tanto le gustaban) peroGabriel no hacía caso, su curiosidad por leer podía más.

Cuando era vacaciones, Gabriel asistía a los Boyscouts –  delfamoso lema ¡Siempre listos! ¡Siempre listos! - de Mirones cuyo grupose llamaba Lima 79 y era dirigido por el Párroco de la San pío X, elbueno del Padre Hugo. Recordaba que su papá insistió para que

entrara ya que sus hermanos mayores y él mismo también lo habíansido. Además cuando no había clases era un lugar ideal paramantenerse ocupado. Ahí aprendió a poner en práctica los valores y ladisciplina., los primeros auxilios y hasta a dirigir el tránsito pues eso eslo que hacen los Scouts cada 30 de agosto para cubrir a los policías detránsito que descansan por tener de Patrona a Santa Rosa de Lima.

Esta asociación se asemeja en algo a la organización militar ya

que uno va escalando galardones de acuerdo a su mérito y antigüedad;así uno pasa de ser Lobato o Ardilla a Scout, y luego a Scout 1º clase, 2ºclase, 3º clase, Guía de Patrulla, Rover, Jefe, etc. Para subir algúnescalón es preciso pasar algunas pruebas de resistencia física o deconocimientos. Gabriel aprendió de los manuales de escultismo quetuvo a la mano la vida y obra de su fundador Baden Powell, elescultismo a nivel mundial, la razón de ser de los Jamborees(encuentros entre grupos a nivel local o internacional), el significado

de las medallas por especialidades y la misión y visión del MuchachoExplorador.

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Algo que no olvidaría jamás fue la noche en que juramentó comoScout de 3º clase en la Patrulla Águilas, cuyo estandarte era negro converde simulando al de aquel animal y cuyo grito de guerra era ¡ruá!¡ruá! ¡ruá! Esa noche ante la presencia de la Tropa y de sus padres se

pronunció el juramento que debía ser guardado de por vida:

Por mi honor prometo hacer cuanto de mí depende para cumplirmis deberes para con Dios y la Patria, ayudar a mi prójimo en toda

circunstancia y cumplir fielmente la Ley Scout.

Otra de las cosas que hizo Gabriel de adolescente fue elaborar unperiódico familiar titulado nada más y nada menos que Los Linares.Con la ayuda de Mirtha, su hermana, quien lo ayudó con el diseño y susdos sobrinos: Guillermo y Marián, quienes colaboraron con larecopilación de noticias, Los Linares salió a la luz. Éste diario tratabade ser el vocero de la familia y estaba diseñado en la portada condibujos, fotos a colores y titulares rimbombantes como: “Fiebre deCóndor invade la casa” (para referirse a que esa nueva cerveza se había

convertido en la favorita de los paladares de sus tíos, primos yhermanos) o “Televisión restringida” (que era una protesta contra los

horarios para ver televisión que se le imponían a los más pequeños enel hogar). También contaba con una sección editorial, con la opinión delos directores en la columna de la derecha y un poema de Adriano en laotra columna, en la siguiente página venía la sección local (noticiascaseras), luego la sección exterior (noticias de las otras casas de susparientes más lejanos), después la sección novedades (con los últimoschismes del barrio), seguidamente la sección humor (donde“agarraban”de punto a algún miembro de la familia que se hubiera

portado mal) y, finalmente, la sección amenidades (con entrevistas yjuegos). Lamentablemente, Los Linares tuvo una vida efímera y sus 7números semanales que fueron publicados daban la impresión dehaber sido más un semanario antes que un diario.

De esta etapa de su vida Gabriel no olvidaba tampoco suinclinación de coleccionista pues llegó a tener un álbum de estampillas,otro de Billetes, una latita con monedas de varias partes del mundo y lacolección completa de los discos de Niche (que admiraba mucho) de

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Jairo Varela y Tito Gómez, entre los que destacaban los álbumesTapando el Hueco y Me Sabe a Perú.

Por esa época también, pasó por una experiencia que no podría

olvidar jamás. Una noche, cuando sus demás hermanos dormían, él seencontraba solo con Camilo en su habitación a la medianoche viendo elExorcista echados en la cama.

Camilo ¿y las posesiones demoniacas son verdaderas?-  Son mentiras, no te sugestiones, es una película nomás o

¿quieres que cambie de canal?-  No, déjala nomás, era curiosidad, manya, mira como tuerce su

cuello.-  Si pe’ y esa lengua ¡qué asco! Carajo, ya me dio miedo, mejor

apago.-  Déjala pues, ¿no decías que todo es mentira? ¡Ah su! hasta el

pobre padre Lancaster parece estar asustado.-  Si pues, si es el diablo esa chica cualquiera se caga de miedo.-  No hables lisuras Camilo Dios te va a castigar, ¡mamita! mira

como samaquea la cama. Camilo, haz caso pues ¿qué estás

mirando?Su hermano no le contestó pues ahora estaba mirando absorto

hacia la puerta.

-  ¿Gabriel, quién es ella?, dijo trémulamente Camilo al notar lasilueta de una mujer cubierta toda de negro que estabaparada en el dintel de la puerta del cuarto pero a quien no sele podía ver la cara.

No sé hermanito, Gladys ¿eres tú?, ¿Amalia?Ambos estaban muertos de miedo, aterrados, esa aparición los

miraba pero no se dejaba ver el rostro y dejaron de pensar que era unade sus hermanas cuando notaron que flotaba en el aire.

-  ¡Mamá! ¡Papá! vengan rápido por favor.-  ¡Mamá! ¡Mamá!

Pero nadie vino y la aparición seguía ahí cada vez másamenazante.

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-  Gabriel hay que taparnos la cara con la colcha y rezar, rezatodo lo que te acuerdes.

-  Padre nuestro que estás en los cielos… 

Así rezaban, al unísono con el Padre Lancaster quien ya estaba apunto de arrojar al demonio del cuerpo de la desdichada Linda Blair,hasta que el sueño los venció y no se despertaron sino hasta el díasiguiente. Por supuesto nadie les creyó, Amalia les dijo que porportarse mal soñaban esas tonterías y encima los castigaron pordormir con el televisor encendido… 

Llegado al 3° año Gabriel, debido a que era alto y ademásestudioso, llegó a formar parte de la Escolta y así participó de todos losdesfiles que hubo desde el de fiestas patrias en la avenida Salaverryhasta la coronación de la Reina de la Primavera en el aniversario delHipólito. Ya en 4º de secundaria, su salón comenzó a recibir la visita delas Academias para alentar a los alumnos a escoger su vocaciónprofesional. Cuando leyó esas revistas de orientación vocacionalGabriel comenzó a preocuparse seriamente en qué podría ser deadulto, pero el futuro se le nublaba, en ocasiones se veía de sacerdote

en otras de administrador, una vez se vio como bibliotecario perosintió vergüenza pues estaba convencido que esa disciplina era solopara mujeres. En los test vocacionales que llenabasiempre le salía quesería administrador pero eso no terminaba de convencerlo… 

En los últimos años de estudio había ya cierto hastío de lasclases, de las actuaciones, exámenes y esas cosas y Gabriel solíaescaparse antes de la salida (lo que se llamaba tirarse la pera o la vaca),con sus amigos;una vez afuera nadie quería ir directamente a su casa y

se iban, a veces al taco, a veces a jugar fulbito de mano y otras al cine.En Mirones existía uno de los últimos cines de barrio de Lima, era unlocal vetusto, con las paredes llenas de grafitis ininteligibles, de un solobaño mal oliente y la entrada solo costaba 5 soles. Hace diez años losestrenos de películas como StarWar o ET eran la sensación y se hacíalargas filas para que las familias pudieran ingresar a la moderna salade sillones de forros rojos donde, desde un balcón ubicado en la partetrasera se proyectaba la película que siempre comenzaba tarde puesun motorizado era el que la traía sorteando el terrible tráfico de la

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ciudad.Pero en ese entonces ya estaba venido a menos. Con la difusióndel VHS, todas las salas de cine pasarían por muchos años de crisishasta el momento en que llegaron las modernas salas como Cinemark oCineplanet. Debido al abandono en que se encontraba el cine Mirones

en ese entonces, las películas que daban eran siempre de acción, terroro porno (esas de bajo presupuesto) y nunca se fijaban si el que entraraera menor de edad y estaba con uniforme e insignia además. Lo máscómico es que la comisaría Mirones quedaba justo a la vuelta de dicholocal… 

En otra ocasión, ya en 5° año, un compañero de clases tenía querepresentar cualquier obra teatral griega para aprobar el curso de Arte

y pidió ayuda a Gabriel ofreciéndose a pagarle por el trabajo. Él lecontestó que encantado lo ayudaría a preparar su representación si acambio le obsequiaba el librito que les serviría de guía llamadoTragedias Griegas, así quedaron y el compañero aprobó con 17 y él seinició con lecturas como Edipo rey, Electra, Los siete contra Tebas, Lospersas, Prometeo encadenado, Andrómaca, todas con finales más omenos desgraciados pero con un mensaje muy profundo.

En el año de la captura de Abimael Guzmán y del famoso“Disolver” el Congreso de Fujimori Gabriel terminó la secundaria y supromoción se llamó César Vallejo, lamentablemente no hubo viaje depromoción sino solo una fiesta modesta en el mismo local del colegio.Recuerda que todas las actividades que realizaron no fueron muyexitosas que digamos además que el profesor encargado de recolectarlos fondos fue más cutrero que tesorero así que a fin de año el dinerono alcanzaba ni para viajar a Cañete. Aún con todo fue una etapa bonita

de su vida y nunca podrá olvidar a la gente de su “promo”, en especial aLLactahuamán, Pomajambo, Morales, Rodríguez, Sánchez, Morón,Jiménez, Heras, Quillay y Villavicencio. Lo curioso es que a la mayoríade ellos solo los recordaría por su apellido pues en ese entonces todoseran llamados así. Del colegio solo conservaba en un cajón de sucuarto, medio amarillenta, su camisa pintada por todos suscompañeros con mensajes de despedida, un diploma, un cuadro con lafoto de todos y, además, una insignia con el HU granate con blanco, los

colores de su alma mater.De esta manera transcurrió su adolescenciala cual le dejó la sensación de que todo tiempo pasado fue mejor.

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CAPÍTULO II

LA JUVENTUD

Puede decirse que esta etapa es como la primavera de la vida,donde uno está lleno de proyectos y con las ganas para llevarlos a cabo.También en esta etapa uno se va encontrando cara a cara con larealidad que le pone límites a todo lo que se quiera lograr. De la mismamanera, los fracasos van dando la experiencia necesaria para alcanzarla prudencia debida que se alcanzará al volverse una persona madura.

Estamos casi a mediados de los noventa y el pueblo aun noterminaba de recuperarse del tremendo “shock” ejecutado por

Fujimori donde un asustado Hurtado Miller – Ministro de Economía yFinanzas - dijo “qué Dios nos ayude” y cuya causa principal fue la tristeherencia dejada por su predecesor (el del valium). Aunque a decirverdad, la situación ya comenzaba a mejorar, se habían terminado lasinterminables colas para conseguir alimentos básicos y gasolina ynuestra moneda (ahora el Nuevo Sol) empezaba a estabilizarse. Fue eneste contexto que Gabriel finalizó su etapa escolar.

EL BARRIO

Luego de terminar uno el colegio se encuentra algo desorientadorespecto a su destino, sin saber qué hacer, en el caso de Gabriel,mientras decidía a que dedicar el ahora gran tiempo libre del quedisponía, comenzó a frecuentar más su reputado barrio, Mirones.Hoyhabrá algún tono, algún plansito saldrá por ahí o todo quedará entomar un par de chelitas con la gentita, con los patas del barrunto, solíapensar, sobre todo los sábados por la noche antes de salir. De su barriorecordaba a Chitis(Gerald) quien era muy sociable y físicamente erapelucón y bajito pero de un carácter muy fuerte (que hacía recordar alos pekineses según decían sus amigos), y a quien siempre se le veía ensu moto, él tenía una extraordinaria capacidad para poner chapas a losdemás; a Kikin (Elías) que era como un chico que parecía que sedescarriaba pero en el fondo era buena persona, él siempre paraba consu chompa de Alianza Lima; a los hermanos Chinin (Willy) y

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Chinón(Fabi), éste último tenía una rara mala suerte para todo lo quese proponía, ambos eran medio chinitos y flaquitos, uno bien pilas y elotro todo lo contrario y tampoco olvidaba al recordado Jorgito, unchico tranquilo pero en demasía de contextura gruesa, trigueño y de

estatura media y como no recordar a la Chata Yaneth, estudiante demedicina en la Ricardo Palma, compañera de tantas juergas. Se sentía agusto al salir con ellos, todos eran chéveres, aparte que podía hablar ensu querida jerga limeña sin que nadie le criticara.

Con ellos y otros más solía frecuentar algunas discotecas los finesde semana. Como El Carolina, discoteca que existía en la AvenidaBolívar de Pueblo Libre y que de día era una tienda de ropas con el

mismo nombre. La tienda aún existe pero la disco ahora solo queda enel recuerdo de los que tuvieron la oportunidad de bailar sus primerasfiestas de techno y reggae en ese lugar. Lo gracioso era que para que lagente que saliera a comprar trago fuera de ella pudiera volver a entrarlos guachimanes le ponían a uno un sellito en el brazo, pero comohecha la ley hecha la trampa, uno salía con cualquier pretexto de ladisco, dejaba que le pongan su sellito en el brazo y luego,discretamente (caleta nomás como decían sus amigos), ponía éste

mismo brazo encima del de su amigo para copiarle el sello y éstepudiera entrar sin pagar.

Otra discoteca conocida era la Corbeta que se encontraba medioescondida en el parque América, de Pueblo Libre también, y que delejos daba la impresión de ser solo una casona de dos pisos. El hecho esque los sábados se llenaba a reventar con gente de todo Lima y elambiente era propicio para “caerle a alguna germita” cómo se decía en

ese tiempo. También Gabriel y susamigos solían ingresar“clandestinamente” el Puchitrago que era una bebida fortísima creadapor varias combinaciones de diferentes licores, y era algo así entre elron y el racumín que inventara un tal Puchi que trabajaba en elMercado de Mirones cargando papas. El hecho es que su trago sepopularizó y con solo dos vasos ya uno se sentía como el personaje dela canción de Arena Hash: La Cabeza me da Vueltas.Otra discorecordada era el Viejo Almacén de la Marina el cual dejó de funcionar

luego del triste incendio que sufriera su local. En esa época también aGabriel le ofrecieron probar la marihuana y otras drogas pero siempre

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las rechazó pues como decía su hermano Camilo: “si las pruebas una

vez y te gustan ya te fregaste por el resto de tu vida”.

Pero no todo era relajo en el barrio. Gabriel y los muchachos,

empujados por sus respectivos padres y apoderados, decidieronbuscar trabajo y salían casi todos los lunes con el voluminoso ElComercio del domingo a caminar sin cesar yendo de una empresa aotra haciendo largascolasy esquivando a las seudo agencias de empleosdel Centro de Lima que siempre estaban cobrando 10 soles porpostulación pero que cuando algún ingenuo pagaba nunca más volvía asaber de dicha agencia.

Por estos tiempos, cuando ya se iniciaba en la búsqueda de unoficio para valerse por sí mismo y pagarse sus estudios se inició enGabriel, a su vez, un afán por visitar las distintas bibliotecas que seencontraban regadas por la capital pues ya se había leído todos loslibros de su librero, algunos más de una vez.

Gabriel comenzó a ser “un ratón de biblioteca” o “gusano de

biblioteca” (como se dice en otras partes) cuando, por primera vez,visitó la Biblioteca Central Pedro Zulen de la Universidad San Marcos la

cual le dio acceso a obras monumentales. En aquellos tiempos laBiblioteca era gratuita para los visitantes y solo era necesariopresentar el DNI. Cabe señalar que dicho local era un edificio amplio ymoderno construido con el apoyo del Gobierno Central. Los catálogosestaban totalmente automatizados y había desaparecido el clásicofichero manual para consultar las existencias bibliográficas así como elcatálogo impreso. Estaba dividida en tres grandes salas o niveles: nivel1, obras de humanidades y ciencias sociales y políticas, nivel 2, obras

de ciencias puras y tesis y nivel 3, salas de cómputo y áreasadministrativas. También existía una Sala de Hemeroteca y otra deReferencia, ambas de regular tamaño. Una de sus características eraque no existía el préstamo a domicilio sino solo consulta en sala, ellodebido a que, cuando prestaban los libros a casa, éstos se perdían, losdevolvían rotos o pintarrajeados y era difícil llevar un control de losmismos.

Como ya habrá notado el lector, la inclinación de Gabriel por lasobras de humanidades era manifiesta, así que desde el primer

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momento que pisó el hall de dicho edificio se dispuso a ser uncaseritodel nivel 1. La primera obra que leyó formaba parte de unadonación de la Universidad Nacional Autónoma de México y era LaGuerra y la Paz del ruso León Tolstoi. Aquí se narra la historia

relacionada de cuatro familias en el contexto de la guerra entre Rusia yFrancia que conlleva a la invasión de Rusia y a la posterior expulsiónde los invasores con la consiguiente llegada de la paz. En todo esetiempo aparecen un sinnúmero de personajes de todas las esferassociales y donde se discuten temas de la más diversa índole, comoreligión, política e historia. A su entender, los personajes principalesson el millonario Pedro (Pierre) y la hermosa Natalia (Natasha) queluego de una apasionante historia de amor terminan felizmentecasados.

No quedándose contento con las largas horas que transcurrió enla Biblioteca para terminar esta lectura, solicitó Historia de DosCiudades o A Tale of TwoCities de Charles Dickens cuya historia sedesarrolla tanto en Londres como en París teniendo como escenario ala Revolución Francesa. Esta novela narra muy vivamente el fanatismorevolucionario del pueblo parisino que lleva a la guillotina a miles de

aristócratas. Lo que más le impresionó fue el sacrificio voluntario de unhombre que había sido rechazado por la mujer que amaba pero queaun así se hace pasar por el novio de ésta (acusado de alta traición a laRepública Francesa) a fin de salvarle la vida, sinceramente derramóalgunas lágrimas pues ese era amor de verdad.

Terminada está grata novela tuvo tiempo de leer Redoble porRancas de Scorza que narra las luchas y padecimientos de un humilde

pueblo pasqueño ante el abuso de una minera internacional muypoderosa. Luego de ello, leyó algunos clásicos ingleses como TomSawyer, Movy Dick, Los Viajes de Gulliver y otros más que se leescapaban a la memoria.

San Marcos fue también el lugar donde comenzó a estudiaringlés. Recordaba que usaban los famosos Headway 1 Basic, Headway2 LowerIntermediate, Headway 3 Upperintermediate y el Headway 4Advance. No era fácil estudiar para él pues no poseía un trabajoestable, de todos modos se las ingenió para llegar lo más lejos que

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pudo en el conocimiento de la lengua de Shakespeare y lo que noaprendió en el Centro de Idiomas de San Marcos primero y enEuroidiomas después lo completó de manera autodidáctica. A suspadres no les gustó mucho que dejara de estudiar pero era su decisión.

Había en el librero de la casa unos libros de inglés básico delICPNA bastante antiguos pero que le sirvieron para reforzar susconocimientos de gramática. También había unos libros de laUniversidad de Oxford que eran como manuales de preparación paraexámenes de suficiencia del inglés así que los tomó y se tomó todas laspruebas que encontró ahí.

Dominando ya un poco el inglés pasó a leer TheUlyses delirlandés James Joyce, obra de técnica innovadora que se desarrolla enel transcurso de un solo día y en monólogo interior. Más adelante leyóDaddy Long Legs, las historias de misterio de Agatha Christie, las obrascompletas de Edgard Allan Poe (entre ellas el enigmático Gato Negro),a Whitman (en prosa), The Time Machine y TheWar of TheWorlds,ambas del gran H.G. Wells y a Flavio Josefo y sus historias de los judíos.

Pero San Marcos no fue solo el lugar donde aprendió inglés sino

también donde conoció al primer amor, Janet, una chica estudiante deeconomía de rostro redondeado, cabello castaño y sonrisa contagiosa.Llevaron juntos desde el primer ciclo en el Centro de Idiomas. Un buendía se fueron charlando hasta el paradero y tuvieron una largaconversación.

-  ¿Qué música te gusta?

-  ¿A mí? baladas en inglés, en especial TheEagles y ¿a ti?

-  Igual, pero prefiero a Air Supply.

-  Sabes, hay una canción Cutslike a knife, me encanta pero no lapuedo encontrar.

-  No te preocupes yo te la consigo y también la letra, ok.

-  Ay, gracias qué amable.

Sabes, tu sonrisa es muy bonita.

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-  ¿Tú crees?

-  Por supuesto, y tus ojitos tan tiernos además.

-  Eso le dirás a todas, dijo Janet sonriendo.

-  Para nada ya que es la primera vez que tengo la suerte dehablar con una chica tan linda.

-  Se agradece…

Siempre hacían trabajo de grupo juntos y seguían yéndose alparadero a esperar la 32 (ella vivía por la Avenida Perú) charlando detodo un poco pues ese ómnibus demoraba bastante en pasar; hasta que

un día Gabriel decidió invitarla a salir. Acordaron ir al cine a verTitanic. El lugar elegido fue el Cine Real de la Torre Real en CaminoReal, cine que hoy es solo un recuerdo ya que actualmente se haconvertido en oficinas pero que en su tiempo fue uno de los más carosde la ciudad (Gabriel no se atrevió a llevarla al Cine Mirones). Él fue arecogerla a su casa y la pasaron todo el rato conversando en el bus. Yaen el cine, entre risas y comentarios, empezaron a ver la película.

¡Qué tierno! mira como la ama.-  Sí, se ve que está bien templado.

-  ¡Ay! yo quisiera que un chico me llegue a querer así.

-  Quizá así sea, dijo Gabriel y le tomó la mano.

-  ¿Por qué me agarras la mano?

-  Y ¿por qué no?

-  Ahora me abrazas. Bien confianzudo eres ¿no?

-  Es que tengo frío ¿Tú no?

-  Un poquito.

Y así abrazados llegaron al final de la película. Salieron tomadosde la mano y no se soltaron si no fue para comprar un helado y luego, al

llegar a unas banquitas y sentarse, Gabriel le comenzó a acariciar suscastaños cabellos suavemente.

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-  Janet, estás más linda que nunca ¿lo sabías?

-  Gracias, tú también.

-  Sabes, creo que me estoy enamorando de ti.

-  No digas eso.

-  Es la verdad, te quiero flaquita… 

Y acercándose lentamente beso sus labios y fue correspondido yse dieron un beso muy apasionado. Desde ese día fueron enamoradosdurante un largo año, días más días menos. Nadie supo exactamentepor qué terminaron. Pero existía el rumor, sin confirmar, que ella había

comenzado a salir con un chico de su carrera. Todo sucedió una nocheen que él, a la luz de su lámpara, se encontraba leyendo La Tía Julia y elEscribidor (del único Premio Nobel de Literatura del Perú) y recibió unmensaje de texto que decía: “Cojudo, te están poniendo los cuernos

ahorita en el Parque Bolívar de Pueblo Libre con un pata de Medicina,si no crees anda y velo tú mismo”. 

Un frio intenso recorrió todo su cuerpo, una y otra vez ese

terrible mensaje le pasaba por la cabeza. ¿Será cierto? ¿Podía algo asísucederle ahora? ¿A él, justo a él? Mil veces se lo preguntaba y otrastantas se respondía. No pudiendo más con esta tensión se levantósúbitamente, encendió la luz de su habitación y buscódesesperadamente la llave de la casa. La llave de la casa, pero ¿dóndepodía estar ahora? la buscó por todos los sitios posibles para al finalencontrarla en sus propios bolsillos. Es que eso suele suceder cuandouno tiene la cabeza en otro lado. ¡Cálmate, cálmate Gabriel! Así no

llegarás muy lejos, se decía. Ahora solo quedaba salir a resolver eseasunto, pero ¿debería ir, no será una imprudencia que empeoraría lascosas?, no, no sí debo ir, se dijo y al fin lo decidió. Salió raudamente dela casa, cerró la puerta tras de sí pero luego volvió pues había olvidadocerrar la puerta con llave, ¡ay! la puerta cuya llave con tantadesesperación había buscado. Mientras bajaba las gradas de la escaleraexterior del edificio sentía que el aire le faltaba, no es nada, pensó, hacemucho que no hago ejercicio, ya me lo había dicho Jorgito cuando me

ofreció ir a correr con él la otra vez. Qué largas que están las gradasesta vez, ¿es qué nunca terminaré de bajar?, y es que a veces parece

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que cualquier acontecimiento se hace un mundo cuando uno tieneprisa. Cuando al fin logró llegar al patio del primer piso se sentíaexhausto aunque en realidad solo había tardado un minuto en bajar.

Una vez afuera comenzó a andar compulsivamente por la calleque llevaba al paradero, en eso, sintió su mente nublada y luego lasdudas otra vez, las preguntas y las repreguntas: ¿Debo ir? ¿No serámejor quedarme en casa? Hoy juega el Cristal, quizá me llame la gentedel barrio, si ponen unas chelitas todo se me pasaría muy pronto yterminaría olvidando este asunto. Estuvo a punto de volver, es más, sedetuvo por un momento, miró alrededor suyo y no vio nada que localmara, entonces continúo caminando como un autómata y luego

tomó una combi que iba por Tingo María. Gabriel estaba absorto en suspensamientos, era indiferente a todo, incluso a un “mendigo” que habíasubido a pedir dinero porque su abuelita estaba enferma y su hijitasufría una rara enfermedad para lo cual enseñaba las radiografías.Cuando bajó del carro fue caminando directamente hacia la PlazaBolívar, pero al llegar no encontró a Janet. ¿Me habrán jugado unabroma? Gabriel nunca lo pudo comprobar pero la actitud de ella paracon él cambió tanto desde entonces que él prefirió alejarse.

Si uno no sufre en la vida, nunca aprende, y así la vida le daba aGabriel una dura lección. Se podría decir que este fue un amor másplatónico que real, pero que al final no se concretó; Janet, la de un bellolunarcito cerca de su boca, fue por muchos años recordada como lacielito lindo de su vida. Luego de la decepción, al saber que no sequedaría con ella, su amigo de toda la vida,Chitis, le decía: “olvídala

chochera la firme ya llegará”. Y así, mientras esperaba a la firme pasó

por una que otra aventura por ahí, pero nunca metiendo la pata nitratando de burlarse de nadie.

Más adelante, y como para olvidar esos momentos, Gabriel seatrevió a visitar la Biblioteca Nacional del Perú que en ese entoncesatendía solo en el local de la Avenida Abancay. Para ser atendido sedebía sacar un Carné de Lector a precio muy cómodo y presentandouna fotografía. La lectura en sus salas era de estantería abierta. Ahímuy pronto se sintió reconfortando, nada le agradaba más que estar enuna biblioteca. Inmediatamente comenzó a “devorar” diversas obras.

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Habiendo él simpatizado con el comunismo de niño debido a lasinterminables charlas con su padre, se propuso leer El Capital, críticade la economía política del judío-alemán Karl Marx, se podría decir queen esta obra se condensa el aporte económico-político de Marx como

superación crítica de la economía clásica pues parte del estudio de lasrelaciones económicas de la producción donde el trabajo es de capitalimportancia y la plusvalía viene a ser la base de la acumulacióncapitalista.

Acabada esta imponente lectura, comenzó a leer al inglés CharlesDarwin y su Origen de las Especies. Este naturalista, padre de la teoríade la evolución, lo encandiló con su descripción de la flora y fauna de

su tiempo para después concluir que todas las especies provienen deantepasados menos desarrollados y complejos mostrando unasagacidad única para demostrar sus enunciados. Gracias al préstamode un libro de un amigo suyo pudo complementar esta obra con ElOrigen del Hombre del mismo autor donde quedó poco más queconvencido que descendemos de la familia de los primates cosa que lagenética moderna ha demostrado ya.

No hay que olvidar que eran los años noventa y aunque elGobierno había derrotado ya a la inflación y al terrorismo, una terriblerecesión campeaba por todas partes con el consiguiente desempleo einestabilidad laboral. Hasta este momento había solo estudiado inglésy computación desde que acabara el colegio y para subsistir y ayudaren la casa había tenido diversos empleos, desde mensajero hastaayudante de oficina, pasando por operario de producción y auxiliar dealmacén. Como mensajero conoció Lima pero no la Lima de distritos

tradicionales sino a la Lima formada por los inmigrantes y susdescendientes. Visitó conos, barriadas y cerros, vio los contrastes conlas zonas residenciales, atravesó barriadas, a pie y en Taxi Cholo. Leparecía que la ciudad no tenía fin y se prolongaba eternamente. Peroalgo le decía que eso no era lo suyo y en verdad no se sentía cómodocon lo que hacía por eso se salió del trabajo, en realidad parabacambiándose de trabajo, lo que causaba el enojo de su madre quien ledecía qué era lo que esperaba de la vida si siempre estaba tirado

leyendo y viviendo en un mundo de fantasía lo que era refutado por

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Adriano, uno de sus hermanos mayores, quien le respondía: “déjalo

ma’, peor hubiera sido si fuera fumón, borracho o marica”.

Un poco herido en su amor propio decidió estudiar francés en la

Alianza Francesa a fin de ser traductor y poder vivir de eso. Perobueno, las cosas no resultaron ser como había pensado. Desde quecomenzó tuvo problemas con la pronunciación. Su profesor, unsenegalés, lo presionaba mucho con lo de la dicción, para el profesorera muy fácil pronunciar correctamente un idioma cuyo 99% depalabras son agudas. Pero antes de terminar el nivel Básico ya conocíala gramática, claro no todas las conjugaciones pero se defendíabastante, así que una vez más decidió dejar sus estudios y

perfeccionarse de manera autodidacta para, como lo habrá ya supuestoel amigo lector, poder leer obras en la lengua de Dumas por lo quecomenzó con una obra de este mismo autor: Veinte Años Después oVingtAnnesAprès que es como la continuación de Los TresMosqueteros. Luego continúo con Les Miserables donde sobresalen elgran Jean Valjean, el revolucionario Marius y la preciosísimaCossetteyNotre Dame de Paris del Cuasimodo y la Gitanilla, obrasambas del inmortal Víctor Hugo. Después Nana, La Damesaux Camelias

de Dumas hijo, Candide de Voltaire, El Contrato Social de Jean JacquesRousseau, La Vie de Jesùs y muchos otros que no recordaba ya.

Otra bonita etapa de su vida fue cuando se sumergió en las obrassicológicas y filosóficas que pudo. Freud le abrió la mente con suInterpretación de los Sueños y su Sexualidad Infantil, Jung le llevó auna complicada introspección sicológica del mundo para entender elorigen de las religiones en su Psicología y Religión y Kant lo convenció

de ser un idealista en su La Religión dentro de los Límites de la MeraRazón que era la antítesis de Nietzsche y su Anticristo y su clásico AsíHabló Zaratustra.

Los fines de semana, cuando Gabriel no tenía nada interesanteque leer, salía al barrio a dar una vuelta. El punto de encuentro erasiempre el Chasqui, licorería que quedaba justo en la esquina delparque Elio en Mirones, ahí, una vez reunida toda la “mancha”, a partede piropear a las “flaquitas” que transitaban por el lugar, se planeabanlos “tonos” y si nada salía o no había ni para la “chancha”, quedaba la

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Tía Chelera, otra tienda, donde una señora bastante renegona vendía eltrago al crédito. Uno de esos sábados por la noche, entre anécdotas ychistes, y cuando ya la “chela” comenzaba a subirse la cabeza, Jorgitoles contó a todos la historia del patito amarillito. Gabriel no podía

evitar una sonrisa maliciosa cada vez que recordaba dicha historia.

Sucede que un día, por el Día de San Valentín, Yaneth decidióobsequiar a Jorge un patito amarillito con tarjetita de dedicatoria ytodo. Pasado un tiempo y como Jorgito estuviera muy necesitado defichas (dinero) le vendió el patito a Willy para que se lo de a unachibola la cual no se mostraba nada interesada en él, sin embargo Willylo lavó y perfumó convenientemente y se lo envió a Cinthya que era el

nombre de la jovensita. Ella, para demostrarle su nulo interés, y siendodesagradecida, se lo dio a su hermanito para que jugara con él en elpatio y todos lo vieran, especialmente el desdichado de Willy quedesde entonces se ganó el apodo de chibolero y termo. Pero sucede queun día, mientras el niño jugaba con el patito que ya estaba bien rotito,lo ve Fabi y “misio” y avaro como era, le pide que se lo venda. El chibolose lo regaló pues ya se había aburrido de ese tonto juguete. Así queFabi recicló una vez más al patito sin saber nada de su procedencia y se

lo obsequió por su cumpleaños a Yaneth ya que así pensaba ganarpuntos con ella. Ya se imaginarán la cara de la pobre al ver a su patitovolver a sus manos luego de un año y todo reciclado y parchadoademás. Obviamente todo lo tomó por una broma de muy mal gusto ycomenzaron los reproches, sobretodo a Jorgito quien nunca imaginóque vender a ese patito le traería tan malas consecuencias… 

Otro día, Fabi convocó al barrio. Todos se buscaban parándose

en la puerta del amigo y silbando un silbido especial que solo ellosdominaban. Una vez reunidos todos frente al Chasqui Fabi les dijo queestaba por comenzar una campaña en la Motta (fábrica de panetonesque por entonces quedaba en la Avenida Venezuela al lado de la archi-conocida D’onofrio), pagaban el sueldo mínimo y duraba cuatro meseshasta antes de navidad. Algunos no se interesaron, otros dijeron voy aver, pero Gabriel sí se animó y postuló junto con Fabi. Al primero lopusieron en turno tarde y al segundo en la mañana.

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Trabajar como obrero de producción era una nueva experienciapara Gabriel. Todo el día estaba uno haciendo cajas o envolviendopanetones, esa monotonía lo aburría y empezó a extrañar sus libros. Lopositivo era que la pasaba conversando con los compañeros de al lado.

Así conoció a Erika, a la china Mirna, a Oswaldo, a Henry y a Jimmy. Losvarones se encargaban de encajar y embalar los panetones. En el casode las chicas, ellas eran las encargadas de ponerle lacitos rojos yembolsarlos. No pasaron muchos días hasta que por ahí alguien invitóa una pollada bailable. Una pollada, decía para sí Gabriel, nunca heestado en una, ¿Cómo serán? Al fin se decidió a ir además que eraorganizada por Erika, prima de Mirna de quien Gabriel se sentíainteresado ya que siempre sintió atracción por las chinitas. El siguientesábado por la noche, luego de cobrar (los pagos eran semanales) sefueron todos juntos a la pollada.

El local quedaba bastante lejos, era más allá del km 22 enCarabayllo y los chicos no sabían cuando llegar con la combi. Luego depasar por varios arenales al fin llegaron. Erika y Mirna los guiaron porun terral que tenía solo algunas casas de cemento, las demás eranesteras. A lo lejos, vieron algunas luces y se oía un ruido extraño. “Ahí

es”, dijo Mirna. Al entrar al local Gabriel vio a varios hombres tomando,sentados en banquitas de madera y hablando en voz alta con un dejoandino, más allá había un equipo de sonido a todo volumen del cualsalía la música de los Ronnies, Amigos de la Cerveza, pero Gabrielnunca vio ningún pollo, ni crudo ni preparado. “Esperen”, dijeron las

chicas al unísono, “vamos a llamar a los tíos para presentárselos”. Los

muchachos se miraban como perdidos, cuando en eso, aparecieron lostíos quienes eran dos hombres panzones y una señora de pelo pintado.

-  ¿Cómo están jóvenes?, dijo uno de ellos, ¿así que ustedes sonenamorados de nuestras sobrinas? cuidado ah, que aquísomos bien celosos y no nos gusta la falta de respeto.

-  No señor, todos somos amigos nomás, dijo Oswaldo.

-  Ya pues tío no fastidies déjalos que queremos que nos saquena bailar, replicó Erika.

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Al fin los muchachos se sentaron, les pasaron chicha de jora parabrindar y después de un rato la música cambió por una de Chacalón.“Vamos, vamos salgan a bailar no sean tímidos”, dijo una de las chicas.Jimmy tomó la iniciativa, sacó a Erika, después Oswaldo a Mirna.

Gabriel se quedó sentado, además no sabía bailar chicha, él estaba másacostumbrado a la salsa y el rock y, cuando leía, a la música clásica. Eneso, una mano lo invitó a salir a la pista. Miró hacia arriba y era unachica, de unos 17 añitos, con una minifalda roja, blusa blanca y bienmaquillada.

-  ¿Podemos bailar amigo?

-  Ah, por supuesto, pero yo no sé bailar este ritmo.

-  No te preocupes, yo te enseño.

Gabriel estaba más preocupado por Mirna pero al voltear la viobesándose con Oswaldo. Esta perruncha, pensó, pucha o sea que vinepor las puras caiguas. Así que decidió concentrase en la chica con laque estaba bailando.

-  Y ¿cómo te llamas?

-  Pilar, soy hermana de Erika.

Al oírle estas palabras notó por el tufo que salía de su boca queestaba bien mareadita.

-  Ah mira no sabía, bien escondidita te tenía.

-  No me digas que te gusto, replicó ella riéndose.

La verdad sí, eres bien simpática.

Y sin querer queriendo comenzó a bailar más pegadito. Cómo eltrago ya se le había subido hasta la cabeza comenzó a bailar la chichacomo todo un experto dando saltos como todos los demás. De unmomento a otro, sin saber cómo, ya la estaba abrazando y secomenzaron a besar con la canción Colegiala linda colegiala de fondo.Cuando acabó esta pieza Erika se acercó al sitio de ellos asustada.

- ¿Qué pasa?, le preguntaron los muchachos.

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- Mis primos están recontra asados, dicen qué quienes se hancreído esos atorrantes para venir a faltarle el respeto a nuestrasprimas, mejor váyanse chicos no queremos problemas.

- ¡Qué!, dijo Oswaldo, yo no soy ningún cabro para huir.- No se trata de eso, le hicieron ver, están mareados y además ensu casa, vámonos.

- Pero no por la puerta porque ellos están ahí, dijo Erika, salganpor atrás por la cocina, discretamente nomás, yo los guio.

Así lo hicieron y mientras salían la tía, algo nerviosa, les dijo:“chicos si los llaman no volteen, corran sin parar hasta la avenida”.

Estas últimas palabras los animaron a salir bien apurados, caminaroncasi a oscuras entre piedras, arena y ladridos de perros que se oían alos lejos. La avenida parecía nunca llegar.

- ¿Nos habremos perdido?,dijo Jimmy.

- No, camina de frente nomás, contestó Gabriel.

En eso, vieron a un hombre echado en el piso, de capucha, con la

cabeza apoyada en una pared.

- ¿Amigo sabes si falta pa’ la avenida?

El hombre los miró y respondió:

- ¡Conchasumadre, carajo! no me dejan dormir ahorita losdestripo a todos.

Con ello, ya no les quedó otra alternativa que salir corriendohasta la bendita avenida donde tomaron la primera combi que pasó.Ahí ya se sintieron valientes de nuevo y se reían de su “hazaña”, el

único picón era Jimmy quien no pudo agarrarse a Erika por falta detiempo. Desde ese entonces Gabriel dejó las polladas y en un mes másla campaña navideña llegó a su término y los muchachos sedespidieron entre lágrimas y abrazos prometiendo llamarseconstantemente, cosa que nunca ocurrió.

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El último día de trabajo, al finalizar la jornada y terminar dedespedirse de sus amigos de la Motta, Gabriel ve a Fabi que se ibaraudamente a su casa.

¡EyFabi!, estás sobrado, ya no saludas.-  Ah, hola Gabriel no te había visto, disculpa, contestó Fabi

deteniéndose de súbito en medio de la acera.

-  ¿Qué te sucede? te veo medio acalorado.

-  Hoy estuve por el Centro buscando otra chamba, como yaacabó la campaña y me pasó algo en el carro, en la 94 que vapor Abancay.

-  Cuenta Fabi, soy todo oídos.

“Era temprano, como las 7, yo estaba de pie en camisa y corbata,

mi terno lo llevaba en una maleta asida de la mano para que no searrugara. El carro iba repleto. Cuando noté que la mano que sostenía lamaleta también estaba chocando con la cadera de una joven que estabaparada a mi lado. Qué roche, pensé, qué habrá pensado de mí. Ahora

mismo retiraré mi mano solapa nomás, me dije. Mejor no hubieraintentado hacer eso pues al estar el carro tan lleno mi mano quedóatrapada literalmente al querer moverla pues la gente la apachurrabacon su cuerpo sin querer, así que solo logré hundirla más en la nalgaizquierda de la joven. Yo cerré los ojos asustado, ya me fregué me va ameter una cachetada ahorita, y la gente me va a apanar y bajar a lafuerza y ya no podré presentarme al trabajo, pensaba yo. Pero nadasucedió, todos seguían viajando como si nada, entonces, yo de

curiosidad miro de reojo a la chica en cuestión y en verdad estaba mybonita, usaba falda de vestir, tacos y un saquito. Estudia para aeromozao en algún Banco seguro, pensé. Por lo que pude notar también eramuy bien proporcionada. Vaya así que no se da cuenta, me dije. Bueno,yo también haré como que no me doy cuenta de nada y decidí dejar mimano ahí lo que no duró mucho tiempo pues una señora gorda mepidió permiso para bajar y al pasar por su lado hizo que ahora toda mimanazo estuviera en plena nalga, solo el dedo meñique sostenía a la

maleta ahora. ¡Wow! que durita que está quizá si arrimo mi mano másal medio, aluciné; en eso, la flaca se movió. Ahora sí me denuncian, me

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dije temblando de miedo. Pero no era eso, solo que la llamaban porcelular y ya estaba contestando y así, mientras ella parloteabaalegremente con quien sabe quien, yo disfrutaba los minutos másintensos de mi vida sin acordarme siquiera de la bendita chamba.

Ahora sí moveré mi mano al medio, no me queda duda, ella también escómplice y me decidí a hacerlo. Lamentablemente para mí alguien separó y le cedió asiento a la chica, ella, al sentarse, miró hacia arribadirectamente a mis ojos y me dijo amablemente:

-  ¿Le llevo su maleta joven?

-  Ah claro, por supuesto qué amable que es usted, le respondísorprendido”.

Al oír esto, Gabriel estalló en carcajadas.

-  Está sí que es verídica, pata, ¿no me mientes?

-  Espera aun no acabo, replicó Fabi.

“Cuando bajé, busqué mi celular y no estaba y en mi otro bolsillohabía desaparecido mi billetera también. Un choro maldito me había

robado mientras yo como cojudo andaba súper distraído”.-  ¿Ya lo ves?, por meterte en cosas de grandes, para mí que esa

tía gorda también era una compinche y quien sabe hasta laflaca, le replicó Gabriel muriéndose de risa.

-  No digas eso me siento mal. Me robaron toda mi liquidación.

-  Bueno, bueno amigo ces’t la vie!, lo consoló Gabriel al verlotan desanimado… 

Este trabajo, aunque le permitió saldar sus deudas, no lo hizo aGabriel sentirse realizado antes bien se sentía vacío por dentro. Así quedecidió no volver a participar de otra campaña. Pero el tiempo pasabay él no se decidía a estudiar nada, todas las opciones que veía delantesuyo le parecía que no encajaban con su personalidad. A veces se poníaa orar pues era en esa época muy religioso y le pedía a Dios que loiluminara, mas, parecía que Él no lo escuchaba.

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Pasados algunos meses a Gabriel le salió otro trabajo que le dejógratos recuerdos, fue en la Oficina Nacional de Procesos Electorales(ONPE). Este ente electoral fue creado durante el gobierno del Chinoigual que el Registro Nacional de Identidad y Estadio Civil (Reniec)

para que ambos realicen diversas funciones que antes erancompetencia exclusiva del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).

En esta ocasión fue Willy el que le pasó la voz a él y a Jorgito.Mientras que ellos fueron designados para el turno tarde Gabrieltrabajaría por las mañanas. El local era un gran almacén de la ex-Feriadel Hogar donde debía prepararse el material electoral para laselecciones Municipales y Regionales que estaban cerca. La paga no

estaba nada mal y la jornada laboral era de lunes a domingo pues setrabajaría contra el tiempo. Los trabajadores fueron separados engrupos de 8 cada uno con un coordinador. Gabriel conocería ahí aElizabeth, al tío Huamán, a Susana (a la que le decían la hígado porqueparaba renegando), a Valiente, a Ricardo (llamado doblete porquetenía otra chamba a parte de esta, asolapadamente) al loco Mario y aMariana. El coordinador se llamaba Israel y era un chico que parecíaque se salía del closet por eso pronto se le conoció como la Isra.

El trabajo no era tan monótono como el anterior ya que unasveces se dedicaban a hacer control de calidad a las cédulas de sufragio,otras a encriptar las actas electorales y otras, a encajar el kit electoral.Eran bien exigentes sí, y la Isra siempre les paraba apurando con suvoz chillona parecida a la de la Chola Chabuca (aquel travesti de latelevisión), por eso se ganó la antipatía de todos: “¿Qué  se ha creídoese maricueco?”, “Es un resentido”, “seguro su zambo ya no le da bola”,

eran algunos de los comentarios que se escuchaban a soto voce. Elúnico que lo defendía era Doblete: “Tranquilos chicos no sean

homofóbicos” pero cuando alguien insinuaba que lo defendía por otra

cosa decía: “Nada, están locos, prefiero que me coman los gusanos a

que me coman los humanos”. 

Gabriel en general se llevaba bien con sus compañeros pero leparecía curioso que todos hubieran ya estudiado una profesión y aunasí trabajaran como operarios de producción. En verdad la situaciónestá difícil, faltan inversiones en el país, pensaba. Por ejemplo, un

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díacuando él con Ricardo contaban las etiquetas para pegar en lasactas, éste le dice: “Amigo, yo soy bachiller en Contabilidad y con

Diplomado en Negocios Internacionalesy ya lo ves, un Contador que sededica a contar etiquetas”…

Con quien más le gustaba parar a Gabriel era con Mariana aquien siempre la hacía reír. Ella no era muy alta como la mayoría de lasmujeres peruanas, pero era clara, tenía grandes ojos, cachetesredondeados y labios finos, se podría decir que era bonita, lo que sí nole gustaba a Gabriel era que su cabello era pintado, de castaño claro.Entonces, en medio de la tensión del trabajo, comenzó a maquinarcomo sacarle plan. Lo malo era que, se dio cuenta, Valiente ya la estaba

cortejando y por lo que se veía, ella le correspondía. Lejos deamilanarse, Gabriel decidió luchar, pues no hay peor batalla que la quenunca se emprende. Un buen día que estaban en la cola para recibir elcheque de pago se le acerca a Mariana y le dice:

- Hola Mary, al fin pagan, no.

- Sííí, estaba misia me tengo que comprar ropa.

- Si pues, y dime ¿qué vas a hacer hoy?- ¿Hoy? No lo sé, unos amigos me dijeron para ir a bailar pero notengo ganas, quiero dormir temprano, mañana hay que trabajar.

- Es cierto pero estaba pensando en que podíamos salir, mira teacompaño a comprar ropa y luego al cine ¿Qué te parece?

- Ummm, ¿lo dices en serio, no me estas cochineando?

- Claro.

- Ya, y luego vamos a comer algo también.

- Bueno, por qué no.

A eso de las 6 de la tarde Gabriel ya se encontraba en casa deMariana quien vivía en el tercer piso de un modesto departamento deJesús María por Mariscal Miller.

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- Hola, dijo Mariana quien se encontraba más bonita que nuncapues estaba maquillada y con ropa de calle y Gabriel nunca lahabía visto así en el trabajo.

- Hola, vaya no te reconocí pareces otra.- ¿Por?

- Pues estás más bella que de costumbre.

- Jijiji tú siempre con tus bromas, no cambias.

- Pues nunca hablé tan en serio como ahora. ¿A dónde vamos?

- A Garzón, quiero ver los vestidos.- Ok.

Después de dar varias vueltas por las galerías (las chicas nuncase cansan de ver ropa) descansaron en el parque ubicado frente a laIglesia San José.

- Ay, tengo hambre, ¿no me vas a invitar nada de comer?

Gabriel se sorprendió de tan extraño pedido.- Sí, vamos a ver si hay enchiladas, propuso Gabriel refiriéndose a

su comida favorita.

- No, me gustan más las salchipapas, yo sé donde venden.

Así comieron ambos, ella muy contenta y Gabriel un tantopreocupado pues terminó pagando todo.

- No te has olvidado del cine, ¿no?

- ¿Cine? no, no como crees vamos para eso te invité, pero a ¿cuálsería?

- Yo conozco uno, fui con Valiente la semana pasada.

Al oír eso Gabriel cambió de humor, ya no se sentía a gusto perodisimuló lo mejor que pudo.

- Hay que ver una de acción, dijo algo resignado.

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- No, mejor vemos una cómica sino nos dormimos, le contestóMariana quien se estaba saliendo con su gusto en todo.

Se fueron al recientemente inaugurado Cine Metro de la avenida

Garzón. Ya en la sala, decidieron sentarse atrás, fue lo único en quehabían coincidido hasta ese entonces. La película (Big Mama) erasuperentreteniday hacía a todos reírse a más no poder pero Gabriel noentró precisamente para verla.

- Mary, qué manos tan suavecitas.

- Suéltame Gabriel. Concéntrate, te vas a perder lo mejor.

Un rato después volvió a intentarlo.

- Tus ojos tan penetrantes me subyugan.

- ¡Ay Gabrielito! hasta acá vienes con tus bromas, sí que eresúnico, dijo ella riéndose.

Y al fin acabó la película, que todos gozaron menos Gabriel.

- Estuvo chévere, llévame a mi casa, serás caballero ¿no?

- Eso pensaba hacer, respondió Gabriel, ahora sí totalmenteresignado.

Cuando hubieron bajado del taxi Gabriel quiso darle un beso dedespedida en la boca como última opción pero ella movió el rostrorápidamente y solo pudo tocar su mejilla.

En los días que siguieron Gabriel estaba un poco resentido conMariana, se sentía estafado. En eso, uno de esosdías,se le acercaValiente.

- Gabriel, pucha tú eres mi pata, no.

- Sí, supongo que sí ¿qué sucede?

- Te cuento algo pero solo para ti.

- A ver dime.

- Es Mariana, sabes, ya hemos salido varias veces.

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- Ah, mira que novedad.

- Sí, aunque no me creas, le gusta mucho el cine.

- Claro que te creo, como no.

- Ok mira, hasta ahora solo hemos chapado, pero ella me parecemuy interesada, además mi ex de la universidad me dejó entrever quepodíamos volver, ¿qué me aconsejas?

- No puedo aconsejarte porque no sé lo que sientes por Mariana.

- Nada serio, me gusta nomás pero creo que ya fue, no quierocompromisos.

- Sí es así lo más correcto es serle sincero.

- ¿Y que piense que soy un pendejo?, no seas malo, las chicas secuentan todo, me va hacer mala fama.

- Entonces ¿qué vas a hacer?

- Voy a hacerme el loco, el que para ocupado, hasta que se aburray ella misma me deje tranquilo.

- Bien pensado pero ¿cómo harás eso?

- Tú me puedes ayudar.

- ¿Yo?

- Sí, mira ya he notado que a ti también te gusta, entonces invítalaa salir tienes el camino libre a ella le gusta que le inviten por ahí

ganarás puntos, aprovecha quizá por ahí te atraque algo más.- Pues en realidad eres bien valiente para proponerme algo asísin pensar en mi reacción.

- No lo tomes a mal, si no quieres, no hay problema, lo dejamosahí.

- Sí mejor, ya me retiro tengo que chambear.

Gabriel se quedó pensando en lo que le había confesado Valiente.Otro día en el comedor, se le acercó a Mariana.

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- Hola, así que ya se te pasó la luna.

- ¿A mí?, ¿Por qué?

- No te hagas, crees que no me di cuenta, estabas resentido, bienmalo eres con tu amiguita, yo que no te he hecho nada.

Las mujeres son especialistas en victimizarse,pensaba Gabriel.

- Nada Mary, mira disculpa sí, tenía problemas.

- Ya para que veas lo buena que soy, a propo’, la otra vez te vi

charlando con Valiente, ¿qué te dijo?, no le creas nada a esemaricón.

- Uff ya le dices así, pensé que se llevaban bien.

- Mira te cuento algo, pero para ti nomás ah, si alguien se enterasabré quien le contó.

- Claro, cuenta nomás puedes confiar en mí.

- Ese patán de Valiente me cortó, a mí, solo quería aprovecharse,pero yo le metí una buena cachetada.

- Qué sí pero ¿acaso ustedes estaban?

- Hay claro pues todos lo sabían por más que quisimos que seaalgo discreto.

- Pero ¿por qué hizo eso si tú eres bonita?

- ¿No es cierto? pero hay hombres que no saben apreciar pues, en

fin, te pido una cosa, no pares con él por fa’, claro si quieresseguir siendo mi amiguito.

- Me pones en un aprieto pero no quiero perder tu amistad Mary.

En los días que siguieron Gabriel y Mariana profundizaron suamistad, y se seguían riendo de todo. Él se dio cuenta que hay chicas alas que uno no le gusta para enamorado pero que le cae bien comoamigo. En ocasiones salían pero está vez pagaban a medias a lo que

Marianaprotestaba:

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- ¡Ay Gabrielito! te has vuelto un tacaño tanto parar con el talValiente pues.

- Jajaja quizá Mary, quizá… 

Hasta ese entonces él se había convencido que, a parte de notener una profesión, tampoco tenía suerte con las mujeres, lo que lohacía sentirse algo amargado cuando pensaba en eso.

Después de 3 meses, terminaría el trabajo en ONPE y aunqueluego llamarían a Gabriel para otros procesos electorales, esta primeraexperiencia nunca la olvidaría. Al despedirse de sus amigos otra vezhubo lágrimas y adioses y promesas de llamarse. Gabriel solo volvería

a comunicarse con Ricardo, quien resultó ser un amigo sincero y, porsu puesto, con la loquita de Mariana.

Una vez más Gabriel se encontraba sin chamba, y como siemprese refugiaba en sus lecturas tirado en la cama o iba al barrio a ver quénueva había ocurrido. Una tarde de aquellas encontró a sus amigosanimados.

- ¿De qué hablan muchachos? Cuenten, los interrumpió Gabriel

uniéndose a la conversación.

- De las pupús pues, dijo Chitis, haciendo un gesto muy sugerentecon los ojos.

- Sí, de las niñas malas que están buenas, añadió Liam quien eraprimo de Fabi.

Todos rieron a un mismo tiempo.

- La otra vez Joel se fue al Hueco y se terminó tirando a una por50 lucas, contó Jorgito.

- Muy caro ¿no les parece?, dijo Gabriel.

- Claro pues pa’ eso está Quilca ahí consigues a 20 lucrecias, elShow de la Barra es para mirar nomás, acotó Chitisrisueñamente, pero si hablas con ella pueden llegar a un arreglo.

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- Yo prefiero el Scarlet, añadió Willy quien siempre alardeaba detener más dinero y saber más que los demás.

- Anda nomás florero ¿cuándo habrás ido?, allá es caro.

- Hace dos semanas pero como no es pa’ misios ustedes nuncairán.

- Yo he ido al 3040 de la Marina, la sangría está 25 pero laflaquita se deja hacer de todo menos lo que ustedes ya sabenclaro, dijo el agrandado de Liam a quien nadie le creía porque eramás joven que todos.

-Entonces por qué no vamos y nos dejamos de tanto bla, bla, bla,sentencióKikín.

Todos asintieron y comenzaron a debatir a dónde ir aunqueJorgito tenía sus dudas.

- Vamos maricón pa’ que salgas de pito de una vez., dijo Kikín yaalgo impaciente.

- Sí Jorgito anímate o ¿te gustan los hombres?, lo trató de

convencer Chitis.

- Ya, ya vamos pero yo los acompañó nomás, terminó aceptandoJorge para que no lo sigan molestando.

- Éste es más duro que es capaz de morir piticlín por no gastar enla flaca, opinó alguien más del pobre Jorgito que por sertranquilo lo agarraban siempre de piñata.

Aunque en el fondo Gabriel tampoco estaba muy animado por irya que la lujuria y los placeres desordenados estaban claramentecondenados en la Biblia, (Gabriel aun era un creyente convencido)prefirió no decir nada y es que a veces la presión del grupo nos lleva ahacer cosas que no queremos o que no debemos.

Al final se decidieron por el Show de la Barra. El mencionadolugar se situaba en las esquinas de Wilson y Quilca. El espectáculo

comenzaba a las 10 de la noche y éste consistía en un baile destriptease al rojo vivo. Cuando los muchachos llegaron vieron en la

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puerta a dos hombres musculosos con cara de malos que invitaban a lagente a entrar al grito de: “A un sol la barra”. Como ya lo suponían, sellenó rápido. Los hombres se sentaban, en sillas de diferentes tamañosy formas, alrededor del estrado que era circular.

Después de un momento y entre silbidos impacientes del público,que era en su totalidad masculino, comenzó a sonar una músicasensual y salió a bailar una mujer de unos 25 años con vestido y botas.Poco a poco iba desnudándose y a hacer contorsiones en la barra queestaba en el centro del estrado. Los hombres aplaudían a más no poder.Los muchachos procuraron sentarse juntos y también se contagiarondel entusiasmo general además, las luces rojas, que cambiaban verde a

rojo y de rojo a verde cada minuto, ayudaban a ello. En eso, cuando yaestaba totalmente en cueros, se fue acercado por cada asiento para quelos caballeros se ganaran alguito. Ahora la canción que se escuchabaera I’mtoo sexy formylove. Gabriel estaba nervioso, muy pronto seríasu turno también. Pensaba en si esto sería correcto, como podré llegara ser sacerdote así, ya me había dicho el Padre Huguito que de latentación hay que huir si no uno, pecador, caerá irremediablemente enella.

Unos viejos libidinosos o mañosones(como dicen las señorascelosas de sus maridos) agarraban los pechos, otros, algo “choborras”,el trasero; cuando llegó al lado de los muchachos Willy,sin amilanarse,cogió la punta de uno de sus pechos, Chitis le acarició la entrepiernacon mucho cariño, Kikín todo lo que pudo y Gabriel, cediendo ante latentación de la carne y no queriéndose quedar atrás, los muslos porunos segundos, en eso, llegó donde Jorgito el cual no se mostró

interesado y seguía con los brazos cruzados por más que la flaca semeneaba frente a él, en ese momento, de pura cólera que le dio esaactitud se metió la mano a sus partes íntimas y se la refregó aldesdichado de Jorgito por toda su boca, el pobre se limpió como pudo,escupió y escupió al piso y exclamó: “¡Putamadre! me va a dar sida”.

Todos lo miraban matándose de la risa. Los muchachos decidieronabandonar el recinto ya que todas las miradas recaían sobre ellosahora. Una vez en la calle, unos dijeron que se querían ir al barrio a

tomar, otros que eso hacían siempre. Pero Chitis dijo que todo esto lohabía dejado “angurri”, que se iría a Quilca a buscar a una pupú.

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- Yo te acompaño Chitis, le dijo Gabriel sin saber por qué.

- Ya pues vamos.

Mientras ambos caminaban por las sucias y solitarias calles delCentro (en esos tiempos aun no existían los patrullajes del serenazgo)unas mujeres que estaban paradas en la acera de enfrente les gritabancosas como: “Ven mi amor yo te voy a hacer feliz” o “Papasito te

cobraré barato nomás”. Las flacas parecían estar en algo pero Chitis ledijo a Gabriel: “No te confíes, son travestis ¿no les has visto las

piernas?”

Bueno si eso no bastó para convencer a Gabriel el ver a una de

ellas orinando parada no le dejó dudas que era un hombre o mejordicho una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre como dicen ellos.Aceleraron el paso y en la siguiente calle ya aparecían recostadas envetustas puertas de estilo republicano verdaderas meretricesofreciendo sus servicios.

- Pata ¿qué hacemos ahora? te confieso que es la primera vez quevengo, dijo Gabriel medio arrepintiéndose de haber llegado hasta

aquí.Hasta ese momento el nunca se había acostado con una mujer,

con Janet no pasó de besos y abrazos. Esperaba sí, que un día, (si nollegaba a ser sacerdote) casado ante Dios con la mujer ideal, puedaentregarle todo su amor. Pero el deseo interior, la curiosidad, elsentirse macho como sus amigos, el querer olvidar la molestia de notener una profesión y una enamorada estable pudieron más en él.

- No atraques a la primera, hay que regatear, contestó Chitiscomo si fuera todo un experto en estas lides.

- Amiga ¿Cuánto?, Pregunto a una de ellas,que parecía la de másbonita figura, el mismo Chitis.

- Para ti 20 mi amor, incluido el ponchito.

- 15 pues y luego entra mi amigo.

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- Les voy a cobrar 18 pero entra uno por uno, no me gusta el pancon pescado.

- Gabriel, entra tú primero.

- Está bien, dijo casi mecánicamente Gabriel dejándose llevar porlas circunstancias.

- Pasa por aquí corazón.

Al entrar a la casona subieron unas escalinatas de madera queparecían que se venían abajo con cada paso. Al llegar a la segundaplanta, atravesaron un lúgubre pasillo iluminado solo por un foco deluz de 50 watts. Gabriel y la chica entraron a un cuartito bien angostodonde había divisiones con cortinas oscuras mientras Chitis esperóafuera sentado en un ridículo banquito de madera colocado al lado dela puerta.

- Quítate la ropa de una vez¿Sí? y hazlo un poco rápido, no quieroperder potenciales clientes, le dijo a Gabriel la meretriz una vezadentro.

Cuando Gabriel se desvestía ella ya estaba en cueros tirada en lacama y con las piernas abiertas medio levantadas. Lo decepcionó el verque había estado usando faja y ahora se le notaban los mofletes,además de algo de celulitis en la parte trasera de sus muslos. Eso no eslo que yo esperaba, se decía él, además falta el cariño.

- ¿Vas a comenzar papá?

- Si ya voy amiga pero ¿te puedo acariciar primero?, digo, para

motivarme.

- Ya agarra nomás serán 5 soles más.

Pasados un par de minutos en que Gabriel comenzó a acariciarla,ella misma lo agarró y se lo introdujo.

- Ahora muévete, le dijo.

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Gabriel siguió estas “órdenes” en forma mecánica pero al pasar

los minutos no podía concluir lo que había empezado algo no lo dejabaconcentrase. ¿Será mi conciencia? Se preguntaba.

- ¡Ay! estás nervioso, es que eres chibolo todavía, ni modo vuelvecuando seas más grande.

- Ey, espera amiga voy a terminar dame más tiempo.

- Está bien, serán 5 soles más.

Pasado el nuevo plazo Gabriel tampoco pudo terminar.

- Si quieres nos quedamos un rato pero serán 10 soles más.

- Ya no tengo amiga.

- Entonces lo siento, dijo ella y se vistió tan rápido como se habíadesvestido.

Gabriel no volvió a insistir, en el fondo se sentía aliviado quetodo esto haya terminado, se fue a lavar y al salir ya no encontró aChitis y pensó: Éste falla, tanto hablaba y ya arrancó, mejor así cuando

cuente en el barrio lo que pasó lo diré a mi manera.Gabriel decidió irse caminando hasta su casa, a pesar de la hora,

solo quería caminar y reflexionar sin importarle nada más, aparte queno tenía ni para el pasaje, la pupú lo había dejado misio. Mientrasandaba pensaba si aún seguía siendo casto: Si ya no lo soy nunca podréser sacerdote (desde pequeño pensaba que su vocación era esa), Diosdebe estar muy enojado conmigo, mejor me confieso hoy por la tarde.Bajó hasta Alfonso Ugarte y dobló hacia la izquierda en dirección a laVenezuela. Una vez allí, cuando ya amanecía, se sorprendió ver que unambulante ya hubiera puesto su plástico en el suelo y comenzado aordenar sus libros.

- Señor, ¿recién van a ser las 6 y ya va a vender?

- Para difundir la cultura no hay hora amigo.

- Tiene razón y ¿qué libros hay?

- Todos los que ves ahí.

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- Ese que dice obras completas de Borges ¿cuánto está?

- 15 soles.

Gabriel recordó que ya no tenía plata cuando en eso mete lamano a su bolsillo trasero y justo salen 10 soles dobladitos.

- Le doy 10 tío.

- El libro está gruesito sobrino.

- Si pero ya está gastado, bueno si quiere, si no lo dejamos ahí.

- A ver pasa pues. Eres mi primer cliente y está venta me tiene

que traer suerte, le contesto el ambulante haciendo la señal de lacruz con el billete que Gabriel acababa de entregarle.

- Ok, Gracias.

Después de dormir un par de horas al llegar a casa, cogió el libroy empezó a leerlo. Borges, ganador del premio Cervantes, lo cautivócon su prosa enigmática al leer El Jardín de Senderos que se Bifurcan,El Aleph y el Libro de Arena. Sin embargo, el que más le gustó fue La

Biblioteca de Babilonia donde un hombre sueña que despierta en unainmensa biblioteca de pisos infinitos y tiene que resolver un enigmamuy complicado pero no le preocupa ya que en cada piso hay unbibliotecario que le guía por los más diversos libros que le abren todoun mundo de conocimientos. ¡Qué bonito!, se dijo, si muero y voy alparaíso quisiera que sea una inmensa biblioteca y estar en contactosiempre con los libros y los conocimientos que contienen.

Así transcurría el vagar de Gabriel por este mundo cuando jovensin saber lo que el destino le deparaba para más adelante peroacercándose cada vez más a ello.

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LA RELIGIÓN

Ya se ha relatado los conflictos de conciencia y el deseo de hallarla verdad más allá de lo material que tenía de en vez en cuando Gabriel.

Si hubo una vocación que rivalizaba con aquella que él llevaba innatade ser bibliotecario era la vocación religiosa. Desde pequeño seinteresó por estos temas y ello a pesar que en su familia (de creenciacatólica) ninguno era practicante. Quería servir a Dios pero a vecestambién se preguntaba que si Él de verdad existe, dónde está, por quéno lo vemos y oímos y cosas así. Para averiguar ello indagó en loslibros que tenía a la mano como el Catecismo y la Santa Biblia.Aprendió sobre la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen María, los

santos, la Comunión, el Paraíso, el diablo, los ángeles y el pecado yestos nuevos conocimientos, aunque no lo convencieron del todo, leparecieron aceptables y además le sirvieron para hacer su PrimeraComunión a los 12 años.

De más grandecito leyó algo sobre los Testigos de Jehová, los quesiempre están tocando las puertas obsequiando Atalayas yDespertares.

- Hermanito muy buenos días, le invitamos a leer la Biblia, le dijoun día en su puerta un viejecita muy bien vestidaacompañada deotras dos.

-Gracias señora siempre que puedo la leo, respondiócortésmente Gabriel.

- Está muy bien, Jehová siempre bendice a quien escucha supalabra, le dejo estas revistas para que las estudie.

- Muy bien eso haré.

Él leyó de cabo a rabo no solo estas revistas sino varios librosque encontró en casa ya que la enamorada de uno de sus hermanos,Adriano, también era Testigo. Luego de lo cual, a pesar de estar a puntode convencerse, decidió no seguir estas creencias. Un día unos jóvenestocaron a su puerta y Gabriel ya se sintió seguro de iniciar un debate.

- Hermanito lo saludo en nombre de Jehová.

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- Buenas tardes, ¿qué se les ofrece?

- Le venimos a explicar la palabra.

- Lo siento pero su doctrina es falsa no puedo creer en ustedes.

- ¿Por qué dice eso?

- Primero, su secta fue fundada hace solo más de un siglo enEEUU por Russell quien predicó que el mundo se acabaría en1914 y eso nunca sucedió, segundo, sus enseñanzas no sonevangélicas han trastocado el Mensaje y tercero, están en contrade las transfusiones de sangre.

- Y ¿en qué parte hemos adulterado el Evangelio según usted?

- No aceptan la doctrina de la Trinidad, por ejemplo.

- Es que Dios es uno, creer otra cosa es politeísmo, Jesús solo esun hombre perfecto que Jehová ensalzó.

- Sí es así ¿por qué Juan llama al Verbo hecho carne Dios, losapóstoles lo llaman Señor y según Isaías, el Mesías prometido

llevaría por nombre Emmanuel que significa Dios está entrenosotros?, además, la Biblia da la misma dignidad y atributostanto al Padre, como al Hijo y al Espíritu Santo por lo que sededuce que hay tres personas distintas en un mismo y únicoDios.

- Cómo es posible ¿dónde dice eso?

- Jesús mismo al mandar a sus apóstoles a evangelizar les dio

como último mandato que a los que creyeren en su palabra losbauticen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Al verse acorralados así, fueron más agresivos.

- Ustedes católicos son fornicarios y su Vaticano es Babilonia laGrande.

- Eso es solo un insulto sin base teológica pues la Babilonia del

Apocalipsis se refiere al Imperio Romano que perseguía a los

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primeros cristianos pero que luego cayó y su pueblo se convirtióa la fe cristiana.

No pudiendo resistir más un debate así se batieron en retirada

diciendo que la ignorancia del que no es Testigo es grande ante Dios ysolo quedaba limpiarse el polvo de sus zapatos y partir.

Siendo tan jovencito Gabriel sentía que era su deber combatir alas sectas, algo le decía que podía llegar a ser sacerdote, a veces librabaen su interior una lucha contra esto pues también sentía apego a lascosas mundanas. Para fortalecer su fe pensó que era el turno de poneren su sitio a los cristianos evangélicos y para aprender más sobre ellosacudió a la Casa de la Biblia en el Centro de Lima, y compró algunoslibritos con el punto de vista de los protestantes. Luego, consiguió unDiccionario de Religión bastante completo donde aprendió un poco deLutero y sus noventa y tantas tesis, la Reforma, los cuaqueros oqwakers, los puritanos, los calvinistas, los adventistas del séptimo día,los pentecostales y un largo etcétera. En cierta ocasión le presentaron aun joven Pentecostal que estudiaba Teología en la Universidad SanJuan Bautista en Chosica y Gabriel se llenó de emoción ya que tendría

ocasión de poner a prueba sus conocimientos en la materia. Luego delas presentaciones debidas el joven en cuestión inició el debate con unataque directo.

- Los católicos son idólatras, ponen imágenes delante de ellospara adorarlas y Dios condena eso en diferentes pasajes bíblicosdesde Moisés a los apóstoles.

- La idolatría por definición es adoración de ídolos que son

dioses falsos. La Iglesia nunca ha enseñado tal cosa en sudoctrina. Las imágenes son solo representación de personassantas cuyas vidas de entrega a Dios son ejemplo a seguir entrelos cristianos es por ello que son venerados (dulia) pues están enel cielo junto al Señor pero nunca adorados (latria) ese homenajesolo lo merece Dios mismo.

- Sin embargo, esa supuesta veneración alcanza verdaderosniveles de adoración en la Virgen María a quien la consideran

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Madre de Dios quien por ser infinito no puede tener madre ninada que se la parezca.

- Una vez más te equivocas. María, siendo mortal, engendró en su

vientre a la segunda persona de la Santísima Trinidad, el Hijo deDios, por ello su prima Isabel la llamó madre del Señor. Loscristianos al considerar a Jesucristo Dios encarnado y a María sumadre como exponen los evangelios consideramos a Maríamadre del Hijo, esposa del Espíritu Santo e hija del Padre Eterno.Ella es modelo de perfecta cristiana al hacer siempre la voluntadde Dios, es por eso que el homenaje tributado a ella debe sermayor (hiperdulia) pero nunca será adoración pues ese honor

solo le es debido a Dios y eso hasta un niñito de PrimeraComunión lo sabe muy bien.

- Y la Iglesia católica ¿qué autoridad tiene para decidir estascosas? si el papado es un invento de Constantino y el sacerdociotambién.

- Otra vez te equivocas y hablas imprudentemente. El papado fueinstituido por Jesucristo al nombrar a Pedro como la piedra

sobre la que edificaría su Iglesia además de nombrarlo comopastor de sus ovejas para cuando él ya no esté en la tierra.Mientras que el sacerdocio también es otro legado del Señorpues en la última cena instituyó el misterio divino de lacomunión (la misa) ordenando a sus apóstoles a repetirlo hastael fin de los tiempos.

- Y ¿qué explicación podrías darme sobre el bautizo en los niños

y la confesión ante unCura, pues ésta debe ser solo ante Dios?- Se debe bautizar a una persona desde niño pues el alma nacemuerta a la gracia divina y es deber de los padres procurarle estesacramento para la salud espiritual del infante. Lo mismo pasaríasi un bebé nace con alguna enfermedad, los padres leadministrarían la medicina inmediatamente sin esperar a quesea adulto para consultárselo. Respecto al sacramento de laConfesión, Jesús, al resucitar, sopló el Espíritu Santo sobre susapóstoles ordenándoles a perdonar los pecados a quienes se

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arrepientan y a retenérselos a quienes no lo hagan, esta facultadla heredó la Iglesia, además es mucho más oneroso confesar lospecados ante un hombre y esa vergüenza te ha de frenar elvolver a cometer la misma falta… 

Como era de esperarse la discusión no llegó a su fin pues fueinterrumpida abruptamente por el evangélico en cuestión quienprometió consultar con sus profesores sobres estas cuestiones y ahí yaverían quien era él. Gabriel solo sentía que había hecho su deber comocualquier católico debería hacerlo en circunstancias parecidas. Por eso,no le importaba polemizar en la puerta de su casa o en cualquier lugardonde se diera la oportunidad.

Más adelante y, por pura curiosidad, tomó el Libro de Mormón yse lo leyó todo haciendo un supremo esfuerzo pues llegó a laconclusión que solo es un texto que trata de copiar el estilo de la Bibliasin lograrlo.

Gabriel solía ir a Misa los domingos sin faltar y rezar el Rosariolos días que correspondían. En Semana Santa ayunaba. Siempre quepodía a la gente le hablaba de Jesús y su Evangelio. Tanto así que su

papá estaba a punto de recomendarlo con el gerente de su trabajoquien tenía conocidos en el Seminario Santo Toribio para que seabecado y pueda llevar sin inconvenientes sus estudios de teología a finde ser sacerdote.Todos se imaginaban ya a un pariente como Padre.Pero a pesar de todo ello, las dudas respecto a su fe aumentaban día adía.

Se cuestionaba las injusticias, las guerras, a veces hasta su misma

vida, pensaba que nada tenía razón de ser, lo que Rimbaud llamaba elnihilismo, la nada. A veces cuando oraba creía sentir a Dios, pero otras,sentía que hablaba solo a las paredes. En cierta ocasión se dirigió a laParroquia de su barrio, la San pío X, se sentó frente al Cristo de maderaque coronaba el altar, le gustaba hablarle cuando no había nadie. Lepidió que lo ayudara a hallar su vocación, que si lo quería para servirlele dé fuerzas, que sentía temor de la vida, que si, por el contrario, Élesperaba otra cosa de él se lo dijera de alguna manera, qué no siga así

mudo solo observando, qué le hablara a su corazón,él lo tenía abierto y

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quería oírlo. “Ya no quiero sentirme vacío Señor, ayúdame y deja de

probarme, te lo ruego”. 

Para sentirse mejor, a los 24 años Gabriel decidió confirmarse y

lo hizo, cómo no, en la San Pío X, la mayoría sus compañeros eran másjóvenes que él, pero eso no lo amilanó. Pensaba que si en el retiroespiritual,el cual era parte de su preparación, tenía un contacto másdirecto con Dios, a quien no podía sentir por más que trataba,terminaría por decidirse a entrar al fin al Seminario. Dicho retiro serealizó en un convento de Hermanas Carmelitas en Chaclacayo. Loschicos fueron separados de las chicas por tres días consecutivos. Lasegunda noche los catequistas, junto con el Padre, llamaron a los chicos

a una fogata en el patio del convento para que cada uno haga unaconfesión de sus pecados frente al grupo. Los relatos fueronverdaderamente emotivos para ser de jovencitos que apenas estabandejando la adolescencia. Unos lloraban por haber consumido drogas,otros pedían perdón por no haber obedecido a sus padres, algunosotros simplemente contaban cosas más veniales pero igual dearrepentidos. Cuando fue el turno de Gabriel éste dijo:

“Hermanos, en una semana más recibiremos al Espíritu Santo ennuestros corazones. Hoy nos toca cambiar nuestra vida pasada ypurificar nuestras almas pues desde ahora nuestros cuerpos serántemplo de Dios. En mi caso, mi pecado ha sido la duda. A pesar que hetenido la oportunidad de instruirme en la fe, quizá más que ustedes,siempre he cuestionado a Dios. Como si Él tuviera que darnos cuentade sus actos. Le preguntaba que por qué permite las guerras, lasinjusticias, los abusos, que por qué no se deja ver y tapa la boca de los

incrédulos. Hermanos, hoy al oír al padre Hugo, al verlos compungidos,he sentido una paz interior en mi alma y por primera vez estoyverdaderamente convencido que Dios existe y está entre nosotros.Como le dijo Él una vez a Job: ¿Quién es el hombre para pedirlecuentas? Al revés, Él nos la pedirá un día…”

Mientras hablaba, no pudo evitar derramar lágrimas dearrepentimiento abrazado con su amigo Omar a quien estimaba decorazón pues siempre fueron muy unidos en todo el año que duró larealización de este sacramento.

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Cuando el retiro llegó a su fin el Padre Hugo se le acercó y le dijo:

-  Gabriel (los Padres siempre tutean), veo que estás muy bienpreparado ¿por qué no te haces catequista? Yo te

recomendaré.-  En realidad pensé que podía llegar a ser colega suyo Padre.

-  Es algo que debes reflexionarlo mucho hijo. Mira, tendrás querenunciar al mundo y estar dispuesto a ir a cualquier lado que elEspíritu quiera llevarte incluso contra tu voluntad. Piénsalo bien,tal vez Dios te quiera para otra cosa: ser padre de familia yesposo, por ejemplo. Pero si es lo tuyo tendrás todo mi apoyo.

- Muchas gracias Padre, lo tomaré en cuenta.

Gabriel estimaba mucho al Padre Hugo, él era colombiano yhabía llegado a la San Pío X hace ya 10 años y desde entonces fuesiempre visto como un ejemplo de humildad y caridad para todos susfeligreses, además solo él conocía los pecados más íntimos de Gabrielpues sólo ante él se atrevía a confesarlos.

Luego de la Confirmación, Gabriel quiso conocer más a la iglesiay se dirigió a la librería San Pablo del jirón Callao y a la LibreríaSalesiana de la Iglesia María Auxiliadora para comprarse algunasencíclicas papales como la RerumNovarum, Mater et Magister yGaudium et spes, pero la que más le agradó fue una de Juan Pablo II (elPapa viajero y cantor), Evangelium Vitae donde Su Santidad hace unacerrada pero bien argumentada defensa de la vida rechazando deplano el aborto y la eutanasia por ser intrínsecamente perversas al

quitar la vida a personas inocentes. Todavía recordaba la venida alPerú de aquel Papa, él era aun un niño, y la expectativa en toda laciudad era inmensa, banderitas amarillas y blancas por todos sitios,calles limpias y sin vagos ni locos (se dice que el Gobierno mandóencerrarlos temporalmente en cuanto albergue existía) y unaseguridad extrema. El día que arribó, su itinerario tenía que pasar porla avenida Colonial y ahí su familia, él y otras mil personas loesperaban con palmas en la mano, al pasar en su papamóvil saludando

a todos pudo ver su rostro que irradiaba verdadera santidad, su padre

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le dijo en ese momento que ya podía morirse tranquilo pues sus ojoshabían visto al fin a un Papa.

Descubrió pues en el catolicismo una rica y vastísima fuente de

conocimientos con una literatura de más de dos mil años que comienzacon los apóstoles, la continúan los padres de la iglesia y lacomplementan, santos, teólogos y papas. Una de las obras que más lesubyugaron es La Historia del Cristianismo de Eusebio Pánfilo, quien,pareciendo más bibliotecario que historiador, realiza una recopilaciónde numerosas fuentes cristianas con el objeto de armar una historiaque demuestre la sucesión apostólica de obispo a obispo desde losprimeros apóstoles hasta el obispado a finales del siglo II que es

cuando él escribe.

Otra historia que lo tuvo embelesado fue Confesiones de SanAgustín, obispo de Hipona, la cual es una bonita historia de laconversión de este santo al cristianismo donde cuenta graciosasanécdotas de su vida desde que era un infante hasta su edad adulta ydonde siempre resalta la figura de su madre como ejemplo de piedad yperseverancia, el lector se ve embargado de emoción cuando, luego de

una vida de confusión y de errar por el camino equivocado, finalmenteJesús se le aparece en forma de niño y lo invita a leer un pasaje de SanPablo del Nuevo Testamento lo que conmueve el corazón de Agustínhasta cambiarlo totalmente.

Sin embargo, solamente hasta los 25 años más o menos Gabrielsería un católico convencido y practicante. Sus nuevos conocimientos yla experiencia de la vida lo llevaron a nuevas conclusiones. Como decíaun gran poeta: “El hombre ha hecho a Dios a su imagen y semejanza” y

poco a poco él llegaría a esa misma conclusión.En su casa seentristecieron cuando les dijo que olviden eso del Seminario y ya sumamá estaba realmente preocupada qué sería de su hijo sin tener másvisión del futuro que los libros que siempre tenía frente a sus narices.

Para él ahora la Iglesia era solo una institución tan humana comolas demás religiones y creencias fundada por un hombre sabio, Jesús,quien enseñó una doctrina de paz, amor y caridad y que en este

aspecto era insuperable, pero que en otras cosas como el pecadooriginal o la concupiscencia todo era muy debatible. Muchas de las

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creencias de la iglesia, si bien pudieran ser aceptables hace 2000 años,en esta época ya eran caducas como la prohibición del divorcio, laprohibición de los anticonceptivos, la condena a los homosexuales, yotras más. Gabriel reconocía sí que Dios existía y que en cada creencia

que ayudara a la gran familia humana a vivir en armonía había unainspiración suya. Quizá había más un reproche inconsciente a Dios queconvicción en estas nuevas ideas que él ahora iba pregonando a todoaquel que le preguntara por sus creencias.

Con todo, seguiría considerándose católico pues era la religión desus padres y las tradiciones nunca se dejan pues eso da una identidad aun país, a una cultura, a un individuo. Así, con los años se dio cuenta

que la vocación religiosa no era lo suyo y la única visita que hiciera alSeminario de Santo Toribio en Pueblo Libre no fue precisamente paraprepararse como seminarista sino para visitar su hermosa bibliotecabuscando información para una monografía llamada Origen históricode los Evangelios que debía presentar como parte del curso Técnicasde Estudio en la Universidad.

Pasados algunos años, de pura curiosidad, leyó el BaghabadGhita

de la religión Hindú y algunos libros del Hare Krishna que lo ilustraronbastante y encontraron un devoto en él del vegetarianismo, buenoaunque haya sido solo por un tiempo. Entre otros títulos que recordabay que podía recomendar a algún lector interesado en estos temasestaban las Obras Completas de Orígenes, los evangelios apócrifos, LosMisterios Paganos y el Misterio Cristiano” de Loisy y “La Mística

Terrestre como Tentación de América Latina” del S.I. Interdonato

quien es partidario de la Teología de la Liberación.

También tuvo la oportunidad de leer el Corán de Mahoma en unlibro bilingüe (inglés-árabe) de tapa gruesa y letras doradas en suportada obsequio de un estimado amigo egipcio que conoció por elchat llamado Abderrahman pero que él lo trataba solo como Abdo.Lamentablemente para él no se hizo musulmán pero tuvieron unaamistad muy enriquecedora dándose a conocer mutuamente suspropias culturas de manera muy tolerante. Claro, tenían que charlar eninglés para entenderse.

-  Good morning Abdo, how are you?

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-  Gabriel, Allahblessesyou.

-  God bless you too my friend.

-  Have you received the Quran that I sent you last time?

-  Yes, I have. Thanks a lot.

-  ¡Mashallah! I beg you a favor man. When you read the Quranyou must wash your hands, it´s a sacred book, you know. Allahwants us clean inside and outside.

-  Ok, that’s no problem I loved books. 

You must be a librarian Gabriel.-  Ummm I don’t know. How is Librarian in Arabic?

-  Amin Al-Mactabah.

-  Cool. Someday, perhaps, I will bean Amin Al-Mactabah.

-  Well I got to go, Salam man!

-  Salammydearfriend!

Hasta hoy Gabriel sigue interesándose mucho por los temasteológicos y no puede ocultar su emoción al pensar que al fin haya unpapa latinoamericano y que lleva nada menos el nombre de Francisco.El Santo Padre resultó ser un ejemplo de sencillez y humildad lo quecrea la expectativa que ahora sí la Iglesia vuelva a su caridad primitiva.No cabe duda que en su corazoncito había algo de fe en ella todavía.

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INTERNET

Con los noventa también llegó la Internet a nuestras vidas y conella cambiaron muchas cosas. Poder bajar música a montones, subir y

compartir fotos, tener un correo personal, acceder a las redes socialesy otras muchas ventajas vuelven al mundo virtual Internet algosubyugante e irresistible de rechazar.

Al principio, la mayoría de gente iba a las cabinas de la calle -loscibercafé- como se les conoce en otros países. Eran algo caras, S/. 3.00soles la hora, pero la novedad lo valía no importando si la conexiónfuese lenta o lentísima. Con el tiempo los costos se abarataron y

muchas personas ya se conectaban desde casa.Habiéndose Gabriel vuelto caserito de las cabinas que estaban

frente a San Marcos tuvo su primer correo en Latinmail y entró a loschats de Terra.com, luego el primero sería desplazado por el Hotmail yel segundo por el Messenger donde llegó a conocer a más personas queen todos los años de su adolescencia, bueno sin exagerar el MSN lepermitió conocer a varias amistades que aun conserva. La novedadvino después con el HI5 donde todos querían poner sus fotos más

llamativas y como siempre las chicas lucir su figura, con el tiempo lagente lo fue dejando pues al subir muchos videos se ponía lenta lapágina. La gran mayoría terminaría migrando al Facebook o al Twitterque dicho sea de paso, resultaron ser más seguros.

Algo que estuvo muy de moda en aquellos días era encontrarsecon algún desconocido con quien uno ya había chateado previamente.Lógicamente, esto se exponía a desengaños, secuestros, robos y, en

raros casos, al matrimonio. Tampoco sonaba ya extraño el tener unenamorado/a virtual no importando de qué parte del mundo sea uno.Aunque Gabriel era muy crítico de ese tipo de cosas finalmenteterminó cayendo en lo mismo y es que la vida te enseña que uno nuncadebe decir de esta agua no beberé.

Todo comenzó con el Messenger. Muy pronto, luego de crear sucuenta, se contagió de la fiebre de agregar contactos a diestra y

siniestra, entre ellos hubo una tal Nathaly. Desde la noche en quechatearon por primera vez ya se veía una gran empatía entre ambos. Él

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le preguntó su edad y ella dijo que 18 a lo que él replicó: ah, yo tengo20 (su verdadera edad era 24). Y es que a veces uno miente por quedarbien o tener más chance sin imaginarse que la otra parte también lopuede estar a uno engañando.

- ¿Dónde vives?

- En Cercado.

- ¡Oh! que coincidencia, yo también.

- Y dime ¿cómo eres?

- ¿De personalidad o físicamente?

- Ummm de todo pero primero en lo físico.

- Ah ya, bueno yo soy tamaño normal, morena, algo caderonajajaja, así me dicen mis amigos.

- ¿En serio? ah su ya me imagino entonces supongo que dedelantera serás igual.

- Ah eso si no sé, supongo que sí, tú sabes, a veces los chicos la

miran a una por la calle de una manera bien enfermita.

- Sí eso pasa, pero tú normal nomás o te palteas, le escribióGabriel incluyendo carcajadas.

- Me llega con tal que no toquen y miren solamente, le respondióella con carcajadas también.

- Entiendo y ¿tienes enamorado?

- No, tenía pero lo dejé, era muy celoso ¿y tú?

- Yo no tampoco, busco a la persona ideal… 

A veces uno piensa que ya es una persona madura y se jacta deello, pero luego vienen situaciones en la vida que lo ponen a prueba yhay que reconocer humildemente que aún falta mucho por aprender.Los chats continuaron noche tras noche, luego los mensajitos de texto,

las llamadas por celular y el Blah que era el chat del celular Tim en esemomento. Más adelante, la cámara web ya te daba una idea de con

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quién estabas hablando aunque no era tan nítida la imagen como elmoderno Skype. Pasado un mes las pláticas ya eran más íntimas.

- Te extrañé Gabriel.

- Y yo a ti Nathy. Pucha como estuvieras aquí acompañándome enmi camita.

- ¿Ah sí? y ¿para qué?

- Para abrazarte y no estar tan frío en esta noche de invierno.

- Sí, yo también quisiera eso.

- ¡Qué lindo! me gustaría besarte ahora.- Ay no me digas eso, creo que me estoy calentando…

Con el tiempo la primera cita caería por su propio peso.

- ¿Dónde nos encontramos?

- No sé.

- ¿Qué pasa? ¿Ya no quieres conocerme? ¿No decías que meamabas?

- Es que no sé, tengo miedo o vergüenza, no sabría cómoexplicarlo.

- Vamos anímate.

- Está bien.

- Sabes, TQM.- Yo también creo que no puedo vivir sin ti.

- Entonces ¿nos veremos?

- Sí, tú di donde.

- En Wilson, por el centro Cívico ¿qué dices?

- ¿Dónde queda eso?

- Tú vives en el Centro deberías saberlo.

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- Espera, yo vivo en Cercado de Trujillo por siaca’.

- Pero me lo hubieras dicho, yo soy de Lima limón.

- ¡Ay! que confusión y ahora qué haremos, tú nunca vendráshasta aquí a buscarme. Te buscarás a otra.

- ¡Qué! nunca digas eso, hasta el fin del mundo iría y a Trujillo novoy a llegar.

- ¿En serio? entonces te daré mi dirección y vienes porque memuero por conocerte…

Ya todo estaba dicho entre ambos y no hacía falta agregar más,

Gabriel se fue a Fiori, compró su pasaje, empacó unas chucherías quetenía por ahí y se despidió de todo el mundo que no sabía por quémotivo partía a la ciudad de la eterna primavera de la noche a lamañana, solo lo sabía Fabi que por entonces era su confidente. Viajótodo el día, al terminar de pasar los precipicios de Pasamayo, que ledaban vértigo, se sintió más aliviado, el conocer la costa no le parecióuna experiencia muy reconfortante que digamos, desierto trasdesierto, casuchas y covachas desperdigadas por todo el camino y al

pasar por el Puerto de Chimbote el olor permanente a pescado podridole dio dolor de cabeza. Para distraerse un poco saco de su maleta lanovela María de Jorge Isaac, se identificó con Efraín y el amor platónicoque se prodigaba con María, como él, quiso casarse con ella, curarla desu enfermedad y vivir recordándola una vez estuvo muerta. Alterminar de leer, el intenso calor le decía que ya era mediodía, como elbus se había detenido miró por la ventana jalando la cortina y lo quevio fue una ciudad moderna, limpia y ordenada, había llegado a su

destino.

Al bajar del autobús interprovincial le dolía la cadera de tantoestar sentado, fueron 8 horas ininterrumpidas de viaje, caminó un pocoy tomó un taxi que le condujo a la Plaza La Libertad donde lo primeroque le llamó la atención fue la figura blanca de mármol, que se alzabaen medio de la plaza, de una mujer vestida a la usanza de la antiguaRoma y que hacía sonar una trompeta que anunciaba la independencia

de la ciudad y de todo un país.Una vez ahí, buscó la dirección de lachica en cuestión. Al hallar el número indicado en la nomenclatura de

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una casona colonial que funcionaba como hospedaje de turistas, seextrañó un tanto pero igual llamó a la puerta y, al salir un hombrevestido de mozo, le preguntó por NathalyArrascue.

- Ah sí, la señorita, le dijo, acaba de llegar del colegio, ¿Usted laconoce?

Qué raro, del cole’ me dijeron, ummm, se preguntaba Gabriel.

- Sí, sí claro es mi amiga.

- Correcto lo voy a anunciar.

Y después de transcurrido un minuto.

- Joven, puede pasar está en el patio de al fondo.

Cuando llegó al patio Gabriel no podía creer lo que veía. Nathalyestaba sentada en una silla reclinable y era solo una niña, bueno unaadolescente para ser exactos, se le notaba entre 13 a 15 años y suuniforme escolar lo corroboraba. Y ahora ¿Qué hacer? ¿Cómo actuar?todo era tan confuso.

- Hola Gabriel, viniste, y se paró a abrazarlo.- Sí, sí soy Gabriel y tu Nathaly ¿cierto?, dijo Gabriel dejandonotar su sorpresa.

- Claro quien más iba a ser payaso, contestó ella riéndose. Ybueno ¿qué me dices?, ¿por qué estas así mirándome?, ¿qué tal tuviaje?, ¿te hospedarás aquí verdad?, mi papá es el dueño peroestá de viaje, no te cobraremos.

- Ah claro, claro, contestó Gabriel un poco más calmado,sentémonos ¿sí?, mira en realidad también vine de viaje denegocios, tengo que hacer varias cosas por eso no me quedarémucho, tú sabes.

Nathaly pidió que les sirvieran algo de comer y mientras lohacían conversaban de todo, pero ¡oh ironía! menos de amor. Ya dabanlas 8 de la noche y Gabriel dijo que deseaba descansar, entonces

Nathaly llamó a la sirvienta quien lo alojó en una habitación bastante

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espaciosa para su gusto, pues solo quedaba disponible esa que era uncuarto matrimonial. Una vez solo se puso a pensar: ¿Qué hago?, ¿Quéhago?, se preguntaba y no podía responderse. Yo estaba enamorado deuna chica mayor no de una chibola, en verdad es bonita, pero no, no

pasa nada, el que con niños se acuesta mojado se levanta, así no,además me mintió con su edad, aunque claro yo también hice lomismo. En eso, decidió enviarle un mensaje de texto diciéndole que porqué no se encontraban mañana en un parque a conversar sobre losuyo, sobre los besos, las declaraciones de amor que se habían hecho yesas cosas. Después de tres minutos, el mensaje fue respondido y decíalo siguiente: “Así que besos  ¿no?, y abrazos además, joven usted nosabe con quién se ha metido, soy el padre de Nathaly y rastrearé estenúmero hasta dar con Ud.”.

Gabriel saltó de la cama bastante asustado, pero no qué el papáestaba de viaje, quizá ya volvió, quizá se llevó el celular, recordó quesegún la ley quien se metía con una menor de edad podía ir preso. Asíque decidió partir apenas amaneciera. Esa noche no pudo dormir.Apenas se levantó todo lo hizo rápido, ni se despidió de Nathaly que aesa hora de la mañana debía estar haciéndose las colitas para ir a su

colegio. No es prudente, se dijo, si hubiera tenido más años me fugabacon ella, pero debido a las circunstancias solo me queda fugar solo. Así,creyéndose ya un fugitivo de la justicia tomó su bus de regreso a Lima.Jurando y re-jurando que no volvería a encontrarse más condesconocidas. No se sintió seguro hasta estar en su habitación yecharse a dormir un largo sueño. Nathaly nunca más le habló, peropasados algunos años, en el HI5, vio fotos suyas en Alemania y ademáscon su enamorado, lo que le daba ciertos celos a Gabriel y no sabía por

qué.

Otra anécdota jocosa que recordaba de aquellos años Gabriel fueel día en que Cristiam, otro amigo del barrio, invitó a Fabi, a Gerald, aLiam y a Gabriel a su casa a ver una página web que recién habíadescubierto y que, prometía, ser de mucho interés para todos. En lacasa solo estaban ellos y Cristiam los llevó a su cuarto, encendió lacomputadora y digitó la dirección web que los llevó directamente a un

sitio de pornografía infantil, todos se“paltearon”menos,obviamente,Cristiam que se mataba de la risa. Fabi,

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siempre queriéndosela dar del más moralista, dijo que lo disculparanque no podía ver esas cochinadas y se fue a la sala, el resto estuvo apunto de hacer lo mismo cuando abrieron la puerta de la calle, lospapás habían llegado, Cristiam se apuró en apagar la máquina pero

antes cogió, sin interesarse de quien era, el USB que Fabi había dejadoolvidado sin darse cuenta en el escritorio y grabó varias fotosprohibidas que pensó valían la pena. En eso, todos se despidieronamablemente de los señores, dijeron que habían estado viendo cosasculturales y se retiraron. Por la tarde,Fabi fue a buscar su USB pues yahabía recordado donde lo dejó. Como Cristiam no estaba su papá se loentregó. En su casa todos esperaban a Fabi impacientemente pues en elUSB había fotos de la abuela que toda la familia reunida quería ver yaque era su cumpleaños. Cuando lo colocó en el CPU lo primero que sevio fueron las fotos bajadas por Cristiam lo que, evidentemente,escandalizó a toda la familia, las criticas le llovieron a Fabi, que “qué

vergüenza sobrino”, “qué decepción primito”, “no esperábamos eso deti hijito”, dijo por fin la abuela y él no atinaba a dar una explicación

convincente a todo esto. Obviamente, al enterarse el barrio de estanueva, por medio de su primo Liam, las risas no pararon en unasemana.

Pero el internet también permitió a Gabriel conocer a gente deotras partes del mundo y para eso le fueron muy útiles susconocimientos de inglés que ha llegado a ser la lingua franca de lastelecomunicaciones. En cierta ocasión ingresó al ICQ-chat y conoció auna chica holandesa llamada Angelica.

-  Hi, your LSA, please.

¿MyWhat?

-  Lol, I mean your Location, Sex and Age.

-  Ah,Perú, Male and 26. Yours?

-  Netherlands, female, 23.

-  Cool. I’m Gabriel glad to meet you. 

Angelica, glad to meet you too.

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Desde ese entonces fueron grandes amigos virtuales y muypronto comprendió Gabriel lo liberales que son las personas nórdicas.

-  Do you like go to the beach Angelica?

Of course. I usually go on summer.

-  And you?

-  Yes, me too. Specially to get a tan down the sun.

-  Great. I enjoy tanning my body, above all, my breast.

-  You mean naked?

Of course, Why?

-  Well, here in Perú girls don’t go to the beach naked. They’reashamed about it.

-  What foolishness! When you want to tan you must do it inyour whole body not only by parts.

El otro extremo fue su queridísima amiga Samah, una jovencita

egipcia que estaba aprendiendo español, pero como le parecía difícilprefería el inglés.

-  Salam Gabriel, how do you do?

-  I’m fine and happy to talk to you 

-  Thanks. Allah blesses you for all your life.

-  When could I watch your face by cam?

-  It could be now but you have to wait someminutes,Inshallah.

-  Why? Is there an important reason for it?

-  Yes, I’m without my veil now. 

-  Oh, I see, I can’t see your hair. 

-  Right, our Prophet said it’s not correct. 

I understand, don´t worry my friend I will wait ;)

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Pero la Internet no solo era el chat que dicho sea de paso estabadestruyendo a la gramática española con términos como: xq, tb, tqm,ctm y que poco a poco todos ya estaban usando. Internet también lepermitió a Gabriel acceder a diferentes tipos de información, como el

leer diarios de diferentes partes del mundo como Le Monde, The NewYork Times, O’Globo, El Mercurio o La Reppublica, buscar datos

puntuales en Google Académico, Wikipedia u otra fuente similar y, lomás importante, al menos para él, fue el poder tener acceso a lasBibliotecas Virtuales y así tener a la mano infinidad de libros que deotro modo nunca hubiera podido leer. Aunque todos sabemos que noes fácil encontrar contenido de calidad en la web pues muchas veceshay que sortear páginas como monografias.com o elrincondelvago.com.

El Internet, entonces, le permitiría visitar las más importantesbibliotecas virtuales y digitales del mundo entero. Siempre quiso, porejemplo, leer a Vicuña Mackenna, historiador chileno muy denostadopor estos lares y cuyas obras necesitaba él revisar para saberjustamente por qué era tan denostado. Encontró al fin una coleccióncompleta de sus obras en la Digital Library of New York que pudodescargarla a texto completo en formato pdf. Por él aprendió detalles

muy interesantes de la Guerra del Pacífico como cuando relata lashazañas de Grau quien es considerado por él como un todo un “bravo”

y aunque si Mackenna era algo parcial con los suyos no dejaba por ellode ser un hombre bastante culto e informado.

Entre otras fuentes de información gratuita encontró The ProjectGutenberg, La Biblioteca Virtual Cervantes y La Biblioteca Bolivarianade Venezuela. Son tantos los libros virtuales colgados en la web en

distintos idiomas que ahora se arrepentía no haber terminado deaprender la dificilísima lengua alemana para leer las obras de Goetheen su idioma original, aunque dicen que nunca es tarde para aprender.Lo que sí se dio el gusto de leer en su idioma original fueUmensaiopara a Cegueira y El Evangelio Según Jesucristo, ambas deSaramago, O Alquimista de Coelho, la Divina Comedia del Dante yEnrico IV del Pirandello.

En fin, quizá debía dedicarle unas líneas también a los libroselectrónicos o e-books, disponibles en IpadsyKindles, debía confesar

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que aun no había tenido uno a la mano hasta ese momento, pero por loque sabía cada vez los elaboraban más flexibles, con la proyección deestar pasando página por página y con una pantalla de luz muy tenue afin de no cansar la vista del lector. Todo esto con el fin que el lector no

extrañe al libro tradicional cosa que tardará aún muchos años sinodécadas en suceder (para pena de los árboles), pues para el verdaderolector el echarse en la cama con su libro en la mano y sentir su olorparticular así como la textura de sus páginas dan a la práctica lectoraun gusto muy especial que la fría máquina aun no puede sustituir. Nocabe duda que desde Gutenberg no se ha inventado nada mejor paratransmitir el conocimiento humano.

Finalizando la década delos noventa Gabriel llegaría a apagar sus27 velitas y fue la primera vez que lo celebró haciendo una fiesta en sucasa con sus amigos.Luego de cantarles el HappyBirthday, losmuchachos le pidieron que pida un deseo, él cerró losojoscontentoesperando verse en una imagen del futuro en queestuviera felizpero no pudo pensar en nada, solo vio unas lucecitasresplandecer en la oscuridad, al abrirlos nuevamente todos loabrazaron y felicitaron.No sabía que muy pronto su vida daría un

vuelco radical.

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CAPÍTULO III

LA BIBLIOTECOLOGÍA Y CIENCIAS DE LAINFORMACIÓN 

El año 2000 llegó y, a pesar de lo que decían brujitas y agoreros,el mundo no se terminó. Éste, sin embargo, comenzó a experimentardiversos cambios en lo político, económico y hasta en lo ideológico quetuvo un punto de quiebre con el atentado en las Torres Gemelas. Ennuestro medio hubo un agitado cambio de gobierno que llevaría a la

fuga a Fujimori y, a la larga, después de la Marcha de los 4 Suyos, aToledo al poder.

BASE 2003

La situación económica había comenzado a mejorar y hubo másempleo, lo que llevó a Gabriel a pasar por diversas empresas en buscade algo en que pudiera sentirse realizado. Para la época en que terminósu trabajo en la ONPE como auxiliar de almacén, en el proceso electoralque llevó al poder al Cholo “sano y sagrado”, se sentía ya algo hastiadode no hacer lo que le gustaba realmente, así que decidió estudiar en launiversidad sí o sí a pesar de su edad (Gabriel se acercabaaceleradamente a base 3). Hay que resaltar que todo loverdaderamente importante en su vida lo había hecho más tarde que elcomún de la gente, por ejemplo, lo bautizaron a los 5 años, su primera

enamorada fue a los 19, se confirmó a los 24, se casaría a los 35 y suprimer hijito lo engendraría a los 36.

No es de extrañar pues que se decidiera a postular un poco tarde.Para ello comenzó a revisar los distintos prospectos de lasuniversidades de Lima como La Católica, la del Callao, la Villarreal o laSan Marcos. Pensó en ser abogado, luego lingüista, después literato,más adelante periodista, historiador o sociólogo pero nada encajabacon su personalidad hasta que vio la profesión de Bibliotecólogo, era la

primera vez en su vida que leía esa palabra y eso que había leído ya

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bastante hasta ese entonces, todavía hoy cuando le cuenta a alguien loque ha estudiado éste se queda algo perplejo hasta que le explica enqué consiste. Algunos le auguraban que con esa profesión se moriría dehambre y otros, que se busque algo más rentable.

Según el Prospecto de San Marcos, el Bibliotecólogo es unprofesional capaz de administrar la información a fin de hacérsela másaccesible a los usuarios finales, para lo cual utiliza diversasherramientas tecnológicas y además posee una capacidad analítica quele permite crear fuentes de acceso informativas, etc., etc., etc.… todo

ese “floro”le encantó, encajaba con él muy bien, al ir leyendo se ibadecidiendo, así que solo quedaba hacer el papeleo, postular y comenzar

a estudiar.

En su hogar nadie comprendía cabalmente el por qué quisieraestudiar algo así. “Tú eres inteligente Gabriel, puedes dar más”, le decíaa manera de consejo su hermana Anabel. “Quizás lo haga para después

cambiarse a Derecho”, comentaba Camilo. Su papá era el único que lo

comprendía, le daba gusto en el fondo aunque hubiera preferido que sematriculara en la ENA (Escuela Nacional de Archiveros) donde él había

llevado algunos cursos de joven. Le parecía genial que al fin su hijo sedecidiera a estar en la universidad. Cuando Gabriel lo contó en subarrio comenzó la “joda”: “¿Bibliotecólogo? ¿Qué chu… es eso?” “Pata,

no seas loco, es una chamba de germitas” “En la San Marcos hay puro

terruco nomás no te vayan a convencer” “La San Narcos dirás”. 

Gabriel no se amilanó, pensó que era perder el tiempo discutirnecedades, ya estaba decidido. Afortunadamente, había guardado suúltimo sueldo casi integro para este fin, cuando uno es soltero se puede

dar esos lujos. Por lo que se informó luego no era tan fácil ingresar aSan Marcos, 15 mil postulantes al año para 5 mil plazas, exámenes conpuntos en contra y de preguntas rebuscadas eran algunos de losobstáculos que debía superar pero terminó aceptando el reto debido aque su otra opción era la Católica cuyas mensualidades le parecieronastronómicas. Le aconsejaron academias, profesores particulares ycosas por el estilo pero él ya tenía un plan que le daría buenosresultados, se prepararía de manera autodidacta encerrándose 3meses en casa leyendo todas las materias posibles y tomándose

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exámenes a si mismo, solo tendría una profesora y era su sobrinaegresada de la UNI quien le enseñaría álgebra, aritmética y afines.

El examen de admisión fue una mañana dominical de febrero,

luego de tres largas horas de responder y tratar de responder lasdecenas de preguntas de diferentes materias al fin éste finalizódejándole una molestosajaqueca, al salir, había afuera de laUniversidad un sinnúmero de academias haciendo barra y muchospadres que habían venido a ver a sus hijos, le sorprendió mucho verentre ellos a sus padres quienes, a pesar del caluroso sol y de lacantidad de gente reunida, estaban ahí dándole aliento.

Ya por la noche salieron publicados los resultados que locolocaban en el cuarto lugar de ingresantes lo que, por supuesto,alegró mucho a sus parientes y se ganó una rapada de cabello con unmerecido brindis con sus amigos del barrio que para entonces yahabían dejado de molestarlo. La única que no parecía estar muycontenta era Marián, su sobrina de la UNI, puesto que él le confesó quesolo había respondido las preguntas de humanidades descartando lasde ciencias por hacérsele muy tedioso.

En los siguientes días debió presentarse para el examen médico(incluida la dolorosa vacuna contra el tétanos), la toma de fotografías,la entrevista sicológica, las charlas a ingresantes, y otros detalles más.En la fila para el examen médico conoció a Cristiano, quien seconvertiría en uno de sus mejores amigos, lo más curioso era que alcharlar por primera vez ninguno de los dos quería decir a que carrerahabía ingresado por vergüenza. Cuando hizo la cola para la fotografíadel carnet conoció a Dina de la carrera de Literatura, una jovencita de

Bagua muy ingenua y que resultó siendo después su primera amiga enSan Marcos, aunque hoy lamentablemente estén irremediablementealejados. Lo bueno es que él sabe que se encuentra bien y, además deejercer la profesión más antigua (ser mamá), es una de las integrantesde la Juventud Bagüina la cual defiende los derechos de los indígenasde esa parte del país.

El primer día de clases fue en el integrado, donde estaban

mezclados alumnos de 6 Escuelas: Arte, Comunica (Comunicación),Filo (Filosofía), Lingüística, Lite (Literatura) y Biblio (Bibliotecología),

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bueno con esos nombres era como las nombrarían por los próximoscinco años. Su salón, el 2A, era variopinto, había chibolos chanconesque recién habían terminado el colegio, unos cuantos comunistasdeclarados y alguno que otro que se creía pituquitosoloporque venía

del San Agustín pero la mayoría eran jóvenes sencillos de condiciónhumilde cuyos padres habían hecho un gran esfuerzo para que éstosestudien.

Con el transcurrir de los días se hizo amigo de Conzaquien eramuy memorista y se sabía poemas enteros de los Poetas Malditos ycomo vivía cerca al río Rímac le pusieron el Poeta de la ribera, Víctor(que luego se pasaría a la Villarreal a estudiar Derecho), Edgar

(simplemente conocido como El Chino), Anderson (el que siempreandaba con una ropa que le quedaba grande y por eso le pusieron elapelativo de “Pijama”) y Paola (su bella amiga de ojitos dormilones),todos de Comunicación. Con esta primera “manchita”  que tuvo visitóalgunos lugares emblemáticos que todo ingresante debía conocer comoel Comedor, la Huaca o el Bosque de Letras.

El Comedor constaba de 2 pisos muy amplios, en el primero, al

lado de al fondo, estaba la cocina donde varios cocineros vestidos deblanco preparaban las diversas viandas en verdaderos ollones detropa; en el comedor propiamente dicho había una “tele”en un rackpero que nunca la vio encendida. Para ingresar había que hacer unalarguísima cola desde temprano (por donde siempre se veía a un jovenflaquito vendiendo cubiertos de plástico a 10 céntimos) y no era paramenos cuando toda la comida era gratuita y bien despachada. Alentrar, uno se topaba con carteles y anuncios hechos por el Comité de

Lucha de Estudiantes exigiendo más raciones. Ya dentro del Comedorhabía que hacer otra cola con una fuente de metal en la mano donde loscocineros iban echando la comida, al puro estilo de las prisiones.Después de terminar la comida uno mismo debía devolver la fuente yechar los restos en un balde, restos que luego terminarían en losestómagos de las decenas de perros chuscos que vagaban sin cesar portodos los ambientes de la Ciudad Universitaria. Claro, si uno era glotónpodía quedarse esperando a recibir la “carroña”que no era otra cosa

que lo que había sobrado en los ollones.

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De otro lado, La Huaca San Marcos forma parte de un conjunto dehuacas que constituye un complejo arqueológico de la cultura Marangade más de 600 años de antigüedad. Ésta Huaca ésta recortada en ellado que va a San Miguel ya que por ahí debía pasar la actual Avenida

Venezuela. Las únicas visitas que recibe son de arqueólogos queeventualmente realizan ahí una que otra excavación.Desafortunadamente, la Huaca ha sufrido otros recortes como cuandose construyó el Estadio o las Facultades aledañas. El hecho es que laHuaca es el lugar favorito de los sanmarquinos para ir a vagar debido asu lejanía con los demás ambientes y a su escasa custodia. Unos van atocar guitarra, otros a tomarse unos tragos o “prenderse”, algunos a

jugar cartas, las parejitas van a “hacer cosas” y hasta hay quienes van a

estudiar.

Respecto al Bosque de Letras (aunque por sus dimensiones soloes un bosquecillo adyacente a la Facultad del mismo nombre) es ellugar ideal para hacer trabajos en grupo, charlar o hacer hora cuandono hay clases o la Facultad está tomada por los estudiantes en suseternos reclamos contra las autoridades. Ahí, recuerda, tuvo variastertulias con sus mejores amigos, entre ellos, Marleni (de lingüística)

con quien siempre se sentaba en unos de esos bancos hechos con untronco de árbol a charlar de los más diversos temas como las creenciasde los hindúes, del Sankhara y la Rueda de la vida, por ejemplo. Fueuna amistad que perduraría a lo largo de los años.

Otro amigo que hizo por aquel tiempo fue Marcelo quien siemprelo sorprendía con sus atinados comentarios sobre política y otrostemas. Él era de Arte y llevaba con mucho orgullo su carrera. Hoy en

día,que ya es un verdadero historiador del Arte, es además un amigode la familia y lo visita ocasionalmente. Pero también hubo otroscompañeros no tan amistosos como Joselito, proveniente de aquelpueblo de Puno donde una vez ahorcaron a un alcalde , llamado “el

loco” por sus excentricidades y las cosas que decía que a él

personalmente lo hacían reír más que enojarse por ellas. Por ejemplo,cuando mencionaba: “…el desodorante y el perfume solo se debenutilizar para las fiestas” o cuando apuntaba: “yo no me baño porque el

agua en Lima se acabará el 2015 y hay que cuidarla”; pero su frase más

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conocida era: “todo es relativo” cuando alguien lo quería convencer de

algo y él no lo quería creer solo por llevar la contraria.

A sus compañeros de Biblio los veía solo los sábados que es

cuando todos los de la especialidad llevaban un curso introductoriocon el profesor Perales. Quien le dio la bienvenida fue Alberto(conocido como Cuti y Gabriel nunca supo por qué) quien era un chicomuy sociable que le introdujo a Cristiano (a quien ya había conocidopreviamente), a Jaime (el de la sempiterna gorrita), a la chanconaLeticia (su futura testigo de boda), a Maricielo, a Lucia, a Olenka (futuramadrina de su hijito Dante), a Oscar (su otro testigo de boda), a Lady, aDayana, a Marysol, a Carmela y a Beatriz, con todos ellos creció en un

principio una bonita amistad, duradera en la mayoría de casos perodecepcionante en unos cuantos. Gracias a que Cuti lo había relacionadocon su gente ya no tendría que preocuparse en hacer grupo cuando elprofe’ dejara una tarea colectiva.

Las clases con Perales eran más amenas que enriquecedoras.Como el salón era un semi-auditorio y a él le encantaba lanzar susdiscursos ante el alumnado el ambiente se le hacía propicio. Con él

leyeron La Misión del Bibliotecario de Ortega y Gasset, estudiaron las 5Leyes de Ranghanatan y trataron de comprender que diantres era laSerindipia. En resumen, se puede decir que fue un curso que le sirviópara valorar más la profesión.

En el verano siguiente tuvo la oportunidad de iniciar susprácticas en la Bolsa de Trabajo de la Universidad. Le asignaron elCEDOC que era el Centro de Documentación de la Escuela deComunicación. La Biblioteca en cuestión no era más que una ruma de

libros apiñados en dos ambientes muy mal cuidados, ahí trabajabaScarlet, una estudiante de los últimos ciclos, la cual se estabaencargando de clasificar la colección. Ella le enseñó a clasificar con elSistema Decimal Dewey pero al mes siguiente lo dejó solo pues partió aun mejor trabajo. En verdad la tarea que tenía por delante le resultabatitánica ya que él no tenía aún los conocimientos para organizar todauna biblioteca, cuando, en eso, se presentó un buen día Olenka quientambién había postulado para el mismo puesto y sería su compañeradesde entonces.

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-  Olenka, qué sorpresa verte por acá, la biblioteca aún noatiende, estará cerrada por el resto de las vacaciones puedesir a la de Letras.

-  Hola Luis, también me contrataron para la Bolsa de Trabajo,

parece que trabajaremos juntos.-  Vaya, entonces espero que nos llevemos de la mejor manera,

pero eso sí ah, no te deberás enamorar de mi de ningunamanera, soy un chico muy exigente sabes, dijo él guiñándole elojo.

-  Jajaja, no te preocupes amigo, ten la seguridad que me cuidarémuy bien de no hacerlo jamás.

Olenka era una chica muy hábil y paciente, fue una excelentecompañera de trabajo yambos se cayeron muy bien desde el principio,Gabriel la admiraba, era bonita sí, pero algo lo impulsaba a noenamorarla. Ni bien evaluaron la situación pusieron manos a la obra.Lo primero que se les ocurrió para solucionar en el algo el caosexistente fue ordenar los libros por materias para que luego fuera másfácil clasificarlos, luego los forraron y de ahí los catalogaron, poco apoco los iban clasificando y Scarlet, que venía de vez en cuando a

visitarlos, corregía su avance, asimismo, gestionaron con el área delimpieza para que viniera regularmente a hacer su labor, sedeshicieron de los periódicos viejos y repetidos, restauraron lo mejorque pudieron las revistas antiguas y maltratadas, en fin, hicieron todolo que estuvo a su alcance antes que comenzarán las clases y losalumnos fueran a consultar la biblioteca. Con cada día de labor se ibancompenetrando más y más, se hicieron grandes amigos, se contabansus cosas, iban a comer a juntos, además, fue ella hasta ese momento la

persona más honesta que Gabriel hubiera conocido.

Una vez, cuando estaban sentados en la mesa trabajo, mientrasOlenkaredactaba unas fichas catalográficascuidadosamente teniendoen cuenta los espacios, los puntos y las comas, Gabriel, quien siemprese sentaba frente a ella a elaborar el Tesauro de materias, se quedómirándoladetenidamente.

-  EyOlenka, a ver mírame.

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-  ¿Para qué Gabrielito? ¿tienes algo en la cara?, dijo ellalevantando la mirada.

-  Tu rostro tiene algo que me recuerda a alguien.-  Ah sí ¿a quién?, si se puede saber.- 

No lo sé, quizá al personaje de una película, a una estrella deHollywood o a una cantante, no estoy seguro pero era muybella por cierto, dijo él acercándosele cada vez más.

Olenka lo miraba atentamente y con su melodiosa voz le dijo demanera directa:

-  Ni te atrevas Gabrielito, ni te atrevas.

Gabriel se hizo el desentendido y volvió a su labor. Desde esemomento, con su franqueza, se ganó su respeto y valoró más suamistad.

En esta su primera experiencia como bibliotecario tuvo laoportunidad de leer algunas obras clásicas como El Libro Rojo de Maoy 7 Ensayos de la Realidad Peruana de Mariátegui, a parte de variascrónicas periodísticas y algunos textos teóricos de las ciencias de la

comunicación. Del mismo modo, se entretuvo mucho leyendo EtiquetaNegra y Caretas que las había desde sus primeros números.

Lo malo es que demoraban mucho el pago, Olenka y Gabrielhartos de esperar más decidieron renunciar, pero los chicos del CECOS(Centro de Estudiantes de Comunicación Social) protestaron ante elDirector de la Escuela a nombre de ellos y, además hicieron unachancha para pagarles su sueldo todo con tal que no se retiraran puesestaban contentos con el trabajo que estaban realizando. Así que ellos

decidieron seguir en el CEDOC por un tiempo más.

Pero el CEDOC no solo era el lugar donde Gabriel hacía susprimeras prácticas. Con la venia de los chicos del CECOS, quienesestaban encargados de esta biblioteca, fue invitando sucesivamente asus compañeros del salón para que lo ayudaran a clasificar, a forrar y apegar etiquetas. Con el tiempo, ellos también venían a estudiar, acharlar, a comer, en fin, el CEDOC era, a parte de una biblioteca, como

un centro de reunión social. Hasta hoy cuando los ve, en tono debroma, le reclaman sus certificados de prácticas pre-profesionales.

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Al llegar marzo, se reiniciaron las clases en la Facultad. El CEDOCya debía comenzar a atender a sus usuarios. Éste constaba de doshabitaciones medianas separadas por una pared de triplay que secomunicaban por una ventanita abierta en medio de dicha pared. La

primera era el cuarto donde se encontraba la colección (en 4 estantesde metal colocados uno detrás de otro) y donde Gabriel y Olenkatrabajaban en una mesa cuadrada que siempre paraba llena de útilesde escritorio: lapiceros, goma, tijeras, etc. y pilas de libros;se podríadecir que era el área de procesos técnicos. La otra era la sala de lecturacompuesta de 10 modestas mesas de 4 sillas cada una. Esta sala másera usada por los alumnos cuando querían hacer trabajo de grupo.Cadasala tenía una puerta independiente. Al lado del CEDOC se ubicaba elCECOS. Ambas dependencias se encontraban al final del pasilloizquierdo en el tercer piso de la Facultad justo al otro extremo de laDirección de la escuela de Comunicación Social.

Desde el primer día de atención, el CEDOC se llenó de alumnos detodos los ciclos. Quienes usaban la sala no solo para hacer trabajos degrupo sino también para charlar, comer, dormir, jugar cartas, y hastapara besarse. Los muchachos al ver esta situación, decidieron colocar

un letrerito que se ve en la mayoría de bibliotecas: PROHIBIDO HACERRUIDO, en los días sucesivos pegaron otros más: PROHIBIDO HABLARPOR CELULAR, PROHIBIDO FUMAR Y COMER, PROHIBIDO RAYAR LASMESAS. Pero ninguno sirvió, la bulla era algo normal en ellos. “Seráprecisamente porque son de comunicación que no pueden estarcallados”, pensabaOlenka. El shhh, shhh, tampoco servía de nada. Hastaque un día llegó una profesora, de saquito, pantalón oscuro y bienmaquillada, se paró en la ventanita de atención con unos fólderes en la

mano.

-  Buenas tardes jóvenes, ¿me podrían decirquién es el jefe deesta biblioteca? Tengo una queja.

Gabriel y Olenka se miraron mutuamente como diciéndose: hablatú primero.

-  Bueno profesora, ambos somos los encargados, habló Olenka.

Pues déjenme decirles que es una vergüenza que permitaneste escándalo, yo sé que solo son estudiantes pero si hubiera

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bibliotecólogos acá ya hace rato hubieran puesto orden, ellossí saben cómo hacerlo, sentenció la docente.

Los muchachos, se sintieron ofendidos en lo más hondo ante

estas insolentes palabras. Olenka le iba a contestar, pero Gabriel le hizoun gesto como para que esperara. Entonces se levantó de su asiento separó en medio de la sala de lectura y dijo: “A ver señores, les digo asíporque ya no están en el colegio ¿no es así?, desde ahora quien venga ala biblioteca será exclusivamente para estudiar en silencio, el quedesee hacer otra cosa tiene las puertas abiertas para salir al patio o alparque. Es una falta de respeto hacia sus compañeros que sí deseanutilizar estos ambientes para la lectura”. 

Los alumnos volteaban a verlo, algunos confundidos, otrossonriendo. Pero el silencio se había apoderado ahora de la sala, una vozal fin dijo “tiene razón”, otra les respondió “pero es el CEDOC”, otros

dijeron “vámonos chicos”. En la sala solo permaneció una chica de

lentes, delgadita, que era la única que sí estaba leyendo y ahora mirabacon cara de contento a Gabriel (se llamaba Anita y los días quesiguieron se convertiría en una de sus mejores amigas). La docente

felicitó a los muchachos y manifestó que estaría viniendoperiódicamente a estudiar ahí pues veía ahora que había verdaderosbibliotecarios como encargados ya que en los años anteriores chicosque eran de otras carreras se habían hecho cargo y no habían hechomucho por mejorar la biblioteca.

En los siguientes días, muchos chicos que antes no iban por labulla, se comenzaron a acercar para leer, buscaban sus libros en uncatálogo manual que se hallaba al lado de la ventanita de atención.,

llenaban unas fichas de préstamo con los datos del mismo ypresentando su carné los encargados les facilitaban los préstamos. Porese entonces también Olenka comenzó a salir con Manuel, un chicoque, para sorpresa de todos había dejado sus estudios de derecho parallevar bibliotecología. Cómo Gabriel siempre los veía discutiendo leaconsejaba a Olenka, pero ella le respondía que no se metiera puescuando él se enamore no querrá oír los consejos suyos tampoco pues elamor es así: ciego.

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Lamentablemente para él, su amiga tuvo razón pues fue ahídonde se enamoró por segunda vez, una compañera del salón quevenía a que le enseñara inglés y la ayudara con sus tareas, lo fueencandilando con su dulce conversación, sus lindas maneras,

superfumeVanilla y sus bellos ojos. Cierta vez, cuando Gabriel estabasolo, se presentó en la puerta.

-  Hola Gabrielito, me han contado que los chicos vienen a hacerprácticas y a mí no me invitaste, te pasas, yo también quieroaprender.

-  Hola Lucía, sí, le dije a Cuti, a Cris y a Óscar que vinieran, másque todo a ayudarme con el forrado.

-  Pero yo quiero que me enseñes a clasificar. ¿Tú le entiendes ala profesora Miriam cuando explica el Dewey?

-  Creo que ya está muy viejita, no se da cuenta donde deben irlos ceros, dijo Gabriel en tono sarcástico.

-  ¿Quién habla?, le replicó Lucía riendo a su vez.

¿What?, no te pases, viejos los cerros Lucita.-  Entonces, ¿me vas a hacer pasar?, ya se fue Olenka ¿no?

-  Claro, pasa, faltaba más, en mi CEDOC todos son bienvenidos.

-  ¡Wow!, ¿tú has clasificado todo?, exclamó Lucía mirandoalrededor suyo.

-  Bueno fuera, aun falta más de la mitad. Además Olenka ha

hecho su parte también.

-  Ah sí, mi amiguita linda. No la explotes ah. No te aprovechesque sea buena gente.

-  Cómo crees. ¿Y ese libro?

-  Es de inglés. Estoy en el Británico. A propósito, tú debes saberlas prepositions. ¿Me ayudas?

Of course Darling, no faltaba más.

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Las visitas al CEDOC se repitieron casi a diario. Esto fue

favorecido porque ahora Gabriel estaba en el turno de la tarde y

Olenka en la mañana.Pero los largos momentos que estaban solos

charlando despertó los comentarios de algunos en el salón. Un buen

día llegaron las amigas de Gabriel al CEDOC.

-  Ah sí que este es el famoso CEDOC, dijo Dayana.

-  Le falta una buena pintada, dijo a su vez Marysol.

-  Holas Gabriel, ¿Se puede?,preguntó finalmente Leticia, aunquelas chicas ya estaban dentro.

-  Chicas qué gusto verlas, no me digan que quieren pasar aestudiar. Verdad que el examen de Cabreras es mañana y yo nihe sacado la fotocopia.

-  No es eso, ¿puedes cerrar la puerta? tenemos que hablarte dealgo muy serio Gabriel.

-  Bueno lo haré, a esta hora no hay muchos usuarios que

digamos. ¿Qué ha pasado?, ¿Cuti no te da bola y quierespedirme consejo Leticia?

-  Qué broma tan tonta, te queremos hablar de ti y Lucía. Yatodos lo saben.

Gabriel, aunque no tenía motivos para ello, se quedó helado.

-  ¿Todos saben qué?, si también yo puedo saberlo.

-  No te hagas, le respondió Marysol, ten cuidado ya sabes quetiene enamorado y además él es nuestro amigo también.

-  Sí, Daniel nos cae bien es buena gente no le hagan eso,intervino Dayana.

-  Esperen, esperen muchachas, primero me hablan claro,porque no estoy entendiendo nada.

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-  Ya mira, dijo Leticia más calmada,han comenzado a oírserumores en el salón que Lucía en vez de irse a otro lado seviene para acá en las tardes y ustedes se encierran. La otra vezDaniel la estuvo buscando por todos lados, nos consta porque

lo ayudamos a buscarla.

-  No se pasen bien mal pensadas son, dijo Gabriel tratando dereirse,yo siempre veo a Osquítar conversando con la chataLady y nadie piensa mal.

-  Ya pero es diferente, tú le gustas, se nota, siempre habla de ti.

-  Miren chicas esta conversación no tiene sentido. Yo les diría

que no pasa nada pero no me van a creer, aparte que no me hagustado la manera como me han abordado. Se pasaron unpoco de la raya.

-  No lo tomes a mal Gabrielito solo te hemos avisado para queestés prevenido y evites estos “encuentros clandestinos”. Tú

eres nuestro amigo.

-  Entonces muchas gracias por ese detalle. Disculpen, en verdad

tengo que atender hay varios alumnos esperando.

Gabriel estaba un poco enojado. Esas chibolas atorrantes que sehabrán creído. Pero tienen algo de razón, Lucita siempre viene, lamujer del César no solo debe ser decente sino parecerlo, razonabaGabriel.Él no podía dejar de aceptar que le gustaba mucho ver a Lucía.¿Será verdad que le gusto? ¿Pero qué estás hablando Gabriel, estásloco? Hoy no ha venido. Será lo mejor.

Efectivamente aquella tarde no vino, pero al día siguiente estabaahí desde temprano.

-  Lucía, dichosos los ojos.

-  Ni que hubiera llegado de viaje, dijo Lucía después de lanzaruna carcajada espontáneamente.Sabes, te extrañé,recuerdasque me estabas contando la historia de la Hija del Emperador,

¿cómo terminó?...

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Y el siguiente día.

-  Así que hoy viniste toda de verde.

-  Será que soy una chica ecológica, contestó Lucía quien estabamuy sonriente ese día.Te cuento, Daniel me dijo que mequiere llevar a visitar a su tía. Qué aburrido. No quiero ir.

-  Debes ir, es tu flaquito y quiere que lo acompañes, a mi no megustaría que mi flaca me chotée.

-  Es que todavía no me enseñas a clasificar vivazo solo me estáspaseando ¿no? y yo quería que sea justo hoy… 

Mientras tanto, en el salón, llegó la época de los parciales. Comosiempre Beatriz durante los exámenes se estaba fijando de quienplagiar y su antítesis Leticia se sentaba adelante solita para luegosacarse 19 o 18. Un día, antes del examen de Estadística, losmuchachos le dijeron a Gabriel para ir a estudiar al CEDOC y él aceptó.

-  Gabriel, tú sabes números, te escuchamos, dijo Cuti.

-  Nada, los números no son mi fuerte. Pero hay que memorizar

las fórmulas nomás pues.

-  Bien egoísta eres ¿no?, mencionó Cris, seguro si una flaca tedice al toque le enseñas.

-  A la franca tú siempre sacas más nota que nosotros, dijoÓscar.

-  Ya estudien nomás haraganes, dijo una voz que recién llegaba.

-  Armando, ¿cómo estás?, dijeron todos dirigiéndose a un señorbajito y gordito con cara de buena gente.

-  Aquí muchachos vengo de cerrar mi biblioteca, van a fumigar.

-  ¿Dónde trabajas?

-  Acá pues, en el segundo piso, en Posgrado de Educación.Tengo como 15 años ahí. ¿Ustedes llevan Estadística con

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Marcos? Pucha yo llevé con él el ciclo pasado pero pasé a lasjustas con sustitutorio y todo.

-  Sí, en eso estamos pero acá el hombre no nos quiere enseñar,

dice que solo le enseñará a Lucía, dijo Cristiano de manerabastante burlona.

-  ¿Qué dices Cris?,le contestó Gabriel.

-  Carajo, déjenlo al muchacho en paz, Lucía ¿no? la germa estábuena por mi madre, provecho flaco, intervino Armando.

-  Pero tiene mariachi, dijo Cuti.

¿Y? quítasela pues, replicó Armando mirando a Gabriel,además las mujeres son tentadas. Tú tienes más pinta que elJason ese de su flaco. (Había consenso en el salón que Danieltenía un extraordinario parecido al asesino de Martes 13).

“Armandito te pasas”, dijeron los demás riendo al unísono.

-  Compadre no he vivido 50 añitos por las puras. ¿Qué dicen?,después de los parciales unas helenas en el Sky. Yo pongo la

primera.

-  Chevere, y así Cuti se deschava y nos cuenta lo de Fiorella yCris que anda detrás de Dayana, dijo Gabriel todo picón.

-  Qué buena, yo también me apunto, acotó Óscar pero hay quepasarle la voz a las chicas también.

-  ¿Qué, tú vas a ir? pero si tienes señora y dos hijos.

-  Compare’, a  las mujeres hay que demostrarles quien tienepuesto los pantalones en la casa.

-  Dices, le replicó alguien por ahí de manera cachacienta,cuando llegas a tu casa seguro que te pones a limpiar el bañopara que no te griten… 

Un día después, cuando Gabriel estaba cambiando unas etiquetas

en el CEDOC apareció de repente Anita de Comunicación.

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-  Señor Gabriel Linares, qué seriedad.

-  Ah, hola Anita, que gusto me da verte, ¿cómo has estado?, ¿yaacabaste tus parciales?

Sí, los de nosotros fueron la semana antepasada. Estoyexhausta, ¿te imaginas?, hemos estado en clase de Taller deEdición por 3 horas. No quiero oír nada académico por elresto del día.

-  Entiendo, pero relájate pues, por qué no me esperas a quecierre y te invito un cafecito como en los viejos tiempos.

-  No, café no, siempre es lo mismo. Hay que salir, vamos al cine,a medias claro. Cierra el CEDOC de una vez.

-  ¡Qué cierre! ¿y los usuarios? (Al ver a Anita tan coqueta ysonriente Gabriel pensó sin embargo que sí valía la pena).Bueno les diré que terminó la atención porque van a fumigar.

Al día siguiente, de nuevo en el CEDOC, cuando Olenka sepreparaba a marcharse. Llegó Manuela buscarla y preguntó por ella.

¿Está Olenka?

-  Olenka, te buscan.

-  ¿Quién?

-  Tu Brad Pitt.

-  Baboso, le dijo Olenka después de reírse por la ocurrencia, levoy a decir, ah.

-  ¿Por qué sigues saliendo con él? no ves que es un malcriado nime saludó.

-  No digas eso, Manuelito es lindo en el fondo.

-  Será bien en el fondo amiguita.

-  Shhh habla despacio, te puede escuchar.

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Cuando Olenka abrió la puerta del Cedoc para salir se topó nadamenos que con Lucía.

-  Gabriel, te buscan.

¿A mí? ¿Quién es?

-  Tu Lucia Galán,le dijo Olenka de manera socarrona.

-  ¿Ah? ¿Quién?

En eso la susodicha entró sin pedir permiso.

-  Lucía, ¿qué tal? no te esperaba.

Bueno los dejo chicos tendrán mucho que hablar, dijo Olenka.

-  Chau Olenka, chau Manuelito, se despidió Lucía.

-  Cuídense muchachos, ah Olenka, le dijo Gabriel casi al oído,me debes una, ah.

-  Estamos a mano amigo, bye.

Una vez solos, la conversación transcurrió de la siguientemanera.

-  Tengo que contarte la últimita.

-  ¿Cuál?

-  Cristiano y Dayana ya están.

-  ¿Estás segura?, pero si él no me ha dicho nada.

Qué mal ah, pensé que eran amigos. De todos modos no sé sidurarán, ella no está segura si aún ama a Rony, su ex.

-  Ojalá no haga sufrir a mi pata, no sé pero ella me parece bieninmadura. En todo caso es asunto de los dos nomás.

-  Sí y ¿tú?

-  ¿Yo qué Lucita?

Cuando pues te enamoras, mira que ya tienes tus años.

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-  Otra vez con lo de la edad que pre juiciosa eres. Lo que pasa esque tengo tantas fans que no sé a cual elegir.

-  Sí claro, muy coqueto el hombre ¿no? Todos son iguales.

¿De qué hablas?

-  ¿Crees que no me he enterado?

-  ¿De qué?

-  Ayer te vine a buscar como a las 6 y me encontré con uncartelito en la puerta que decía algo de fumigación. Después tevi tomando la 87 en la Venezuela con una chica de lentes y

flaquita, a ver niégalo.

-  No niego nada, ayer salí con mi amiga Anita, hace mucho no laveía y bueno pues se dio la oportunidad.

-  Se ve que la extrañabas mucho ¿no? hasta cerraste tu trabajo.Ten cuidado te pueden sancionar.

-  No creo, en todo caso ya veré en ese supuesto, no me pagan

tanto como para que me rompa el lomo acá.-  Entonces estás con la tal Anita.

-  ¿Estoy? No, como crees, es mi amiga, mi chochera, una vez fuia su casa a clasificar sus libros.

-  Ah su, qué tal confiancita.

-  No es para tanto Lucita.

-  Bueno amigo ya me voy, mi enamorado está abajoesperándome.

-  ¿Sólo subiste para decirme eso?

-  ¿Qué? no para nada solo pasé para saludarte. Harían muybuena pareja ah, tú y la tal Anita.

Al salir dejó el aroma de su perfume Vanilla que tanto le

agradaba a Gabriel. Éste se quedó con la sensación que Lucita estaba

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celosa, lo que le daba cierto gusto pero a la vez le molestaba que sehubiera ido tan pronto con su enamorado y es que él mismo tambiénestaba celoso.

El tercer ciclo se pasó más rápido que volando y los muchachosestaban concentrados en los exámenes finales que se avecinaban. Unode esos días se encontró con su amigo Aarón quien siempre usaba unaprolongada barba negra al puro estilo de los patriarcas ortodoxos.

-  Hola Aarón ¿Cuándo te vas a afeitar pareces el hijo deAtaucusi?

-  Esto me da sex-apeal, que desilusión sería para mis

admiradoras ¿Y ya estudiaste para Descripción?

-  Una parte nomás, es un montón. ¿No entiendo por quétenemos que aprender a elaborar fichas manuales si elFormato MARC y otros ya están parametrados para ladescripción?

-  No lo sé, seguro la profesora piensa que algún día podemostrabajar en una biblioteca que no tiene recursos, ni internet,

ni nada como tu CEDOC, por ejemplo. A propo’ Eliseo me dijopara estudiar juntos. ¿Por qué no estudiamos todos ahí? o ¿tevas a encontrar con Cuti, Cris y compañía?, solo paras conellos, parecen tus maridos.

-  No creas, Cris ahora está todo el tiempo con Dayana y Cuti enla Biblio de Armando. Vayan a eso de las 5 yo siempre estoyahí.

A eso de las 4 y 30 mientras Gabriel ayudaba a un usuario abuscar información en el catálogo se apareció nuevamente Lucía.

- ¿Podemos estudiar juntos?

- Sí, más tardecito vendrán Aarón y Eliseo también, le contestóGabriel luego de “deshacerse” de dicho usuario. 

- Entiendo, prefieres estar con ellos. Entonces me retiro a

estudiar con Carmela y Olenka.

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- Espera Lucía. No te vayas. Quizá los muchachos no vengan ¿Hasrecogido tus copias de René?

- Aquí están.

A las 5 en punto aparecieron los amigos de Gabriel y al verlo tanconcentrado por la ventana, decidieron retirarse discretamente.

- Sabes, hace tiempo conocí a alguien muy parecido a ti. Tenía tumisma edad y comenzamos a salir. Justo por esa época habíaterminado con Daniel. Lo malo es que aquél chico me engañó,tenía esposa y dos hijos. Fue una basura.

- ¿Por qué dices que se parecía a mí?

- Tu sonrisa, esa chispa que me hace reír. Y sabes conversartambién.

- Se agradece, pero ahora amas a Daniel y eres feliz ¿cierto?

- Yo pienso que sí pero últimamente peleamos mucho. Yatenemos 4 años esto no debería pasar.

- Quizá sea por eso mismo, la rutina mata. Deben salir a otroslugares, cambiar hábitos.

Pasaron dos largas horas de estudio y conversación.

-  Tengo sueño, ¿puedo recostar mi cabeza en la mesa?

-  Sí Lucita, ponla encima de mi mochila.

-  Gracias, estoy cansada, ayer me acosté tarde.

Gabriel, más que mirarla, la contemplaba. Que bella qué es, sedecía. Lucía media dormida, sacó su walkman y le puso un audífono enla oreja a Gabriel y el otro en el suyo para que ambos escucharanMakingloveout of nothing de un grupo ochentero.Gabriel no podíadejar de mirarla, y en eso, la abrazó respirando profundamente superfume. Ella no dijo nada. Luego intentó tomarle de la mano ytampoco dijo nada. Gabriel se sentía verdaderamente a gusto y no

quería que ese momento sublime terminara jamás. Sin embargo, todotiene su final y nada dura para siempre como diría un salsero famoso.

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-  Hola Gabriel. ¿Qué están haciendo?

-  Hola Daniel, aquí estudiando. Lucía, Lucía, despierta tevinieron a recoger.

Mi amor, ¿cómo supiste que estaba acá estudiando? Gabrieltuvo la cortesía de enseñarme.

-  Las chicas me dijeron que acá te encontraba sin duda, ¿Nosvamos?

-  Sí chicos ya tengo que cerrar el quiosco también, dijo Gabriel,sintiéndose culpable y no sabía de qué.

En los días siguientes Lucía no vendría pero después de unasemana se volvió a aparecer.

-  Gabriel, tenemos que hablar.

-  Dime ¿Qué te sucede?

-  Es Daniel, está amargo conmigo. Le dije que vendría a visitartey se molestó, que no tengo porque venir, que no hay ningún

motivo para ello.-  Tal vez tenga razón.

-  Es que yo quiero verte, él no me lo puede prohibir ¿Verdadque no?

-  Bueno, tú eres libre de hacer lo que mejor te parezca, perorecuerda que lo elegiste como a tu enamorado y eso conllevaciertos compromisos. Lucía no se ve bien que sigas viniendo.He escuchado muchos rumores en el salón, muy feítosalgunos. No quiero que hablen de ti la gente es mal pensada.

-  ¿Me estás diciendo que no quieres que venga ya?

-  Por mi normal, eres una gran compañía pero no es correctoque por nuestra amistad tu relación sentimental se deteriore,me sentiría mal si algo así sucede. Mejor no vengas amiguita,

créeme a mí me duele más que a ti el decirte esto.

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-  Si eso es lo que piensas. No sé en donde tenía la cabeza, tienesrazón, pero puedo venir aunque sea una vez a la semana¿no?

-  No Lucía, no vuelvas más, por favor.

¡Ay Gabrielito!

En eso se abrazaron fuertemente. Y Lucía comenzó a llorardesconsoladamente. Gabriel apenas podía contenerse.

-  No lo hagas más difícil Lucita, te extrañaré mucho también.

Él acercó sus labios para besarla y ella, que en un principio semostró esquiva, luego puso los suyos para recibir los de él también y se

dieron un gran beso de despedida. Afortunadamente el CEDOC seencontraba sin usuarios en ese momento. Cuando terminaron Lucíasalió casi corriendo. Gabriel solo trabajó media hora más. Cerró todo ysalió de la Facultad, al bajar las escalinatas que dan al camino de laUniversitaria y pasar por el busto a Vallejo miró a las estrellas y lepareció ver un rostro de mujer. Estaba enamorado sin remedio.

-  Cris, aconséjame, yo nunca pido consejo pero esta vez es

diferente, le dijo Gabriel al día siguiente mientrasconversaban en el patio del segundo piso de la Facultad.

-  Qué te voy a decir, Dayana me acaba de terminar y encimamediante un e-mail todavía, soy el menos indicado.

-  Lo sé, lo siento mucho por ti amigo.

-  En fin así es la vida ¿no? Sabes, eres afortunado se ve queLucita dejará a Daniel por ti.

-  Estás loco nosotros nos despedimos.

-  Sí pero con un chape, no te pases pues, crees que me chupo eldedo.

-  Fue un beso de despedida, romántico, no hubo malicia nosdejamos llevar.

Habla con ella debe estar confundida, desconfúndela.

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-  No sería correcto… 

En los días que pasaron Gabriel apenas le dirigía la palabra aLucía. No quería levantar más rumores. Otro día, Carmela fue a hablar

con él.-  Gabriel yo soy tu promo’, de tu generación, no me vengas con

rodeos ¿ok?, dijo Carmela quien también bordeaba la base 3igual que Gabriel.

-  Qué quieres que te diga, Lucía me gusta sí, pero no haré nadapor conquistarla.

-  Ella es una de mis mejores amigas, no quiero que la veas comoun vacilón.

-  No sé qué te ha dicho pero no tengo nada parecido en mente.

-  Eso espero Gabrielito si no tendrás que vértelas conmigo eh.

-  So, so Carmelita. Con razón te dicen la Señora Ley… 

Un día Lucía volvió al CEDOC.

Se puede saber qué te sucede. Ya ni casi ni me hablas. ¿Tegolpeaste la cabeza?

-  Eso mismo te digo yo, prometiste no volver más.

-  O sea que primero no me hablas y ahora me botas. Pensé queeras mi amigo.

-  Ya no puedo ser nada tuyo entiende.

-  Pero ¿por qué?, me asustas Gabriel, ¿qué te sucede? hascambiado, quiero que seas el chico lindo de siempre.

-  No te lo puedo decir, no me fuerces a ello.

-  Dilo, no me iré de aquí hasta que me digas.

-  Estoy enamorado Lucita, enamorado de ti, que más quieresque te diga, si ya te habías dado cuenta. (Todo esto lo dijo con

el corazón en la mano).

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-  Eso me temía. Lo siento Gabriel, Daniel y yo charlamos la otravez, decidimos darnos otra oportunidad en nuestra relación,en el fondo lo quiero pobrecito si lo dejara se podría hastacortar las venas, no te pido que lo comprendas, pero tampoco

quiero que te pelees conmigo por eso, te quiero un montónseamos amigos como siempre ¿sí?

-  Sí ya terminaste puedes retirarte, adiós Lucía y está vez habloen serio.

-  Te vas a arrepentir de tratarme así eres un inmaduro.

Como Gabriel ya no la miraba más y se había puesto a ordenar

unos libros Lucía se retiró y ahora sí para siempre. Nadie se dio cuentaque por la mejilla derecha de Gabriel una lágrima se deslizó y al caermojó una página de un libro de Platón.

-  Te lo dije amiguito enamoradizo.-  Son cosas mías, no te pedí consejo que recuerde.-  Jajaja, ya vez cuando tú querías dármelos a mí y yo te dije lo

mismo, todo da vueltas.- 

No hagas leña del árbol caído amiguita.-  Nada, tú me caes bien, no quiero verte así te invito a comer

para que se te pase.-  Acepto pero tú pagas ah.-  Claro, yo pago cuando me des el dinero.-  Te daré el dinero cuando lo saque de tu cartera.-  Jajaja.-  Jajaja.

Gabriel y Olenka pasaron una bonita tarde en el Megaplazariéndose de todo, de ahí la llevo a su casa en taxi, donde también ibanbromeando de todo. Cuando bajaron y Gabriel pagó, el taxista le dijo“Suerte con la germita, se ve que es difícil”. Gabriel quiso explicarle queno piense mal, que es solo mi mejor amiga, ella tiene enamorado, yosiempre la he respetado, somos polos iguales y los polos iguales serepelen y cosas así, pero el chofer ya se había ido y no le pudo decir

nada. Olenka le dijo: déjalo, tú y yo sabemos que no es cierto.

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Cuando Gabriel estuvo solo de nuevo volvió a sentirse mal alrecordar la experiencia del CEDOC, sentía el alma vacía y era porque lavida le había vuelto a jugar una mala pasada. Pero la vida es dura paratodos y no había que amilanarse. Sobre todo cuando uno es joven y

está lleno de energía. Así que decidió distraerse en otras cosas comopasar más tiempo con su familia aprovechando las vacaciones demedio año. Claro, haciendo un esfuerzo por fingir su mal ánimo. Y esque en la vida uno siempre está usando caretas, pues si uno se muestratal cómo es quizá ya no sea tan agradable para los demás.

-  Sobrino ¿qué estás mirando?, le dijo Gabriel unamañana aAdrianito, su sobrino más querido, mientras se encontraba

frente al televisor de su sala.

-  DragonBall Z tío, hoy es la pelea entre Gokú y Vegeta, vamos aver, acompáñame.

-  Ya pues Adrianito pero dile a Ken que se arrime de su sitio.(DragonBall también era su serie de dibujos favorita).

-  Sal Ken,arrecochinate, mi tío va a sentarse, le dijo a su

mascota (quien era un boxer americano de regular tamaño,color caramelo con blanco y con la cola recortada y que poraños los había compañado).

-  Ese Gokú así que ahora tiene un poder de 20,000.

-  Sí y Vegeta de 18,000, no le va a ganar. Aunque le faltatransformarse en mono gigante.

-  Gabriel al fin te veo en la casa, ahora paras en la universidadnomás te has vuelto un ingrato, espero que te quedes aalmorzar he hecho lomo saltado, ya debes dejar de comer enla universidad un día te van a dar perro de menú, dijo sumamá que recién llegaba de comprar.

-  Hola ma’, estaba en exámenes ¿y papá? 

-  Se fue a su barrio de Barraganes, tú sabes los sábados se pasa

después de cobrar la jubilación, esos viejitos seguro quierentomar y buscar chicas.

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“Viva la Lucha, San Marcos está de pie de lucha por su dignidad”.Avanzaron un poco más y en la Rotonda que se ubica frente a la playade estacionamiento ya habían más alumnos, gritando, arengando,dando discursos en voz muy alta, como para que se escuche hasta el

mar. En la garita de seguridad que custodiaba el ingreso por laentonces llamada Puerta 3 una gigantografía con los rostros deMariátegui y El Che Guevara resaltaba sobre unas palabras en letrasrojas que decían: “El pueblo unido jamás será vencido, el proletariadose levanta para aplastar a la oligarquía corrupta”. Los muchachos seacercaron hacia uno que gritaba más alto que los demás y que, porende, tenía más audiencia.

“Compañeros y compañeras, necesitamos su apoyo para evitarque se sigan cometiendo abusos contra la comunidad estudiantil.Burga ha cometido la desfachatez de ordenar cerrar la ResidenciaUniversitaria para crear un supuesto Centro de Informática, nocontento con eso ha aumentado las pensiones, me pregunto:¿quéhacen con el dinero?, ¿acaso hay mejores laboratorios, bibliotecasmodernas?, no señor Burga, se equivoca, la educación nacional esgratuita por ley, usted no conoce nuestra realidad si para viajando por

Europa y encima se atreve a cambiar el tradicional lema de esta casa deestudios por: San Marcos, Universidad que mira al futuro. Yaestamoshartos, si no renuncia ahora nadie nos mueve de acá”. Y estasadvertencias parecían ciertas ya que los alumnos habían tomado todaslas puertas de entrada. En la Puerta 1 un grupo de aproximadamente25 alumnos y alumnas controlaban el ingreso y salida de vehículos, enla puerta 2 eran ya 50 y seguían llegando de todas la Facultades,inclusive de Medicina que estaba en la avenida Grau. En la puerta 4,

entrada a Odontología, un piquete de 40 restringía el acceso solo aalumnos, pero no a profesores ni a administrativos. Mientras tanto, losmuchachos eran espectadores como, amedida que avanzaba la tarde,los obstáculos de las entradas se iban convirtiendo en verdaderastrincheras, traían carpetas de los salones, sillas de las oficinas, hastatroncos de árboles y los iban apilando.

-  Amigo y ¿hasta cuando durará esta toma? Preguntó Óscar a

uno que se iba llenando los bolsillos de piedras de todos lostamaños y formas.

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-  Tienen que ceder, no nos moveremos de acá por nada delmundo.

-  A propósito ¿dónde están los guardias de seguridad?-  Esos cobardes comechados quisieron impedir la toma, pero al

vernos tan decididos corrieron a esconderse al Rectorado consu Jefe la rata Burga.

-  Acabo de oír que están llegando periodistas, intervino Gabriel.-  Sí compañero, toda la sociedad tiene que saberlo. Mañana

también iran llegando delegaciones de otra universidades deLima y del interior.

Gabriel no estaba de acuerdo con este tipo de medidas radicales,

pero sus amigos sí, incluso vio por ahí preparando la defensaentusiastamente al loco Joselito quien siempre se vestía de oscuro,quizá para disimular lo sucio de su vestuario, a Jaime con suinseparable gorrita colgando más pancartas y a Mily y a otros másrepartiendo volantes. Mientras tanto, parecía que las autoridades sehubieran hecho humo y los alumnos iban llegando más y más, muchosno sabían de que se trataba y solo estaban ahí de mirones, otrosquerían luchar ya aunque no sabían el motivo de la protesta. Al

anochecer, se dieron cuenta que no había luz eléctrica, uno que traíaradio a pilas oyó por Radioprogramas que a la Comisaría de la UnidadVecinal estaban llegando refuerzos e igual en la de Mirones y Palomino.Pero a los alumnos esto los alentó más, levantaron más alto lasbarricadas, cantaban con fervor y encendieron una fogata usandopapeles, cartones y hasta carpetas. Decían que no se atreverían a violarla sagrada autonomía universitaria y si se atrevieran saldríanderrotados.

Algunos pocos se retiraban y Gabriel pensó que era el momentode irse también. Al salir, cruzó la avenida universitaria y entró por elpasaje que daba al parque de Los Cipreses, cual sería su sorpresa al verdesplegados varios contingentes de tropas de asalto de la PolicíaNacional en un gran número. Más de 200 calculó, todos con casco yportaban escudos y palos de goma. Formaban filas como de a 20 y cadauno tenía un jefe que los arengaba, detrás de ellos estaban

estacionados dos Pinochitos rochabús, un camión porta tropa, cuatropatrulleros y cinco autos del Serenazgo de Lima. Lo curioso era que

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ninguna tenía la sirena encendida. Algo tramaban sin duda, Gabrielpasó en medio de ellos y no le dieron la más mínima importancia apesar que con su inseparable mochila al hombro cualquiera se dabacuenta que era sanmarquino. Al avanzar algunascuadrasnotó que nadie

más que él estaba en la calle ahoracuando, de repente, oyó unestruendo terrible, parecía una explosión, volteó a mirar y en elhorizonte se veía una gran columna de humo, la recuperación de lasinstalaciones universitarias había comenzado. Gabriel apuró el paso asu casa estando convencido que hubiera sido en vano volver a avisarlesa los muchachos, al llegar todos estaban viendo el Noticiero, su mamálo abrazó “Gracias a Dios hijito”. En las escenas en vivo se veía lo fácil

que los rochabúsdestruían las precarias trincheras, como los policíasde asalto perseguían a los revoltosos que se batían luchando conpiedras y bombas molotov pero siempre en retirada. Vio a un chico degorrita ser detenido y subido a empellones al camión porta tropa yotros que se escabullían por los parques aledaños llorando por losgases lacrimógenos y algunos hasta ensangrentados y le llamó laatención también un tal Joselo que pedía clemencia de rodillas a lospolicías jurando y re jurando que el no tenía nada que ver sino quehabía sido engañado por los comunistas vilmente, que más bien elsentía un profundo respeto por las autoridades y cosas por el estilo. Aldía siguiente todo había terminado y no hubo clases por tres días más,solo se veía agentes de seguridad retirando las pancartas y borrandolas pintas de las paredes con pintura amarilla fosforescente. Lo únicoque habían conseguido los alumnos era que se volvería a poner el lemaantiguo a la Universidad: San Marcos, La Decana de América. Lo quealegró a todos.

Ya en el cuarto ciclo de la carrera no ocurrieron muchasanécdotas. Olenka decidió renunciar al CEDOC a instancias deManuelito quien de repente se puso celoso de Gabriel sin motivoalguno, en otra ocasión, Anita le pidió a éste un día el CEDOC paragrabar un comercial como tarea de un curso de audiovisuales (lo quedejó las instalaciones hechas un verdadero desastre) y Gabriel y losmuchachos decidieron colocar el armazón de una computadora vieja ymalograda en el mostrador de atención para hacer la finta que la

biblioteca estaba automatizada.

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De esta manera salieron de vacaciones por dos cortos meses.Cuando regresaron a clases, al tercer año de la carrera, ya se dieroncuenta que existían dos tendencias en la enseñanza de laBibliotecología. Una era, por así decirlo, la guardia vieja cuyos

representantes eran los profesores más antiguos y por lo tanto los mástradicionalistas que ponderaban las descripción, la catalogación, eletiquetado y el desarrollo de colecciones. La otra tendencia era la másprogresista y moderna que ponderaba a la gestión, a la tecnología y aluso de las bases de datos, el diseño de páginas web y los catálogos enlínea como el mejor medio para el desarrollo de una biblioteca, susrepresentantes, obviamente, eran los profesores más jóvenes. Pero enlo que todos coincidían era que el fin primordial de toda biblioteca erala satisfacción de las necesidades de sus usuarios.

Mientras tanto, sus prácticas en San Marcos llegaban a su fin ypensando ya en que comenzaría nuevamente a patear latas mientrasestudiaba,Dayana le pasó la voz a Cristiano, a Óscar, a Leticia, a Cuti y aél para trabajar en la Biblioteca Nacional del Perú, para ser másprecisos en la Hemeroteca Nacional. Sucede que Dayana era la hija dela Bibliotecóloga Mirtha Hernández quien era Directora de dicha

dependencia, es así que con esta recomendación comenzó sussegundas prácticas.

Obviamente, estaba él muy ilusionado de poder laborar en laBNP, el sueño de todo bibliotecario. En su primer día de labores laDirectora les dijo: …”en este lugar verán ustedes  colecciones que enningún otro lugar verán así que deben ser muy responsables puesserán custodios del Patrimonio Bibliográfico de la Nación”… Luego de

estas alentadoras palabras les hicieron conocer la Hemeroteca.La Sala de Lectura constaba de mesas amplias y en la esquina

había una fotocopiadora de oficina. Dicha sala tenía dos puertas, unapara los usuarios y otra más pequeña para el personal encargado,pasando esta última uno ya podía ver la colección, la cual eraimponente, nunca antes había visto hileras e hileras de estantesconteniendo las más diversas revistas procedentes de todos los paísesconocidos. Pero ese era solo el primer piso, el cuarto piso contenía losdiarios y semanarios de todas las provincias del Perú y finalmente el

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séptimo, que era donde trabajarían, contenía los diarios y revistas deLima. El resto de pisos lo ocupaban otras dependencias.

Su labor consistía básicamente en reordenar los diarios de Lima

haciendo un listado de los mismos para su posterior embalaje en cajasetiquetadas que serían llevadas a la nueva sede de San Borja que a lasazón se estaba construyendo en dicho lugar. Nelly, la coordinadora,los distribuyó por parejas y así pusieron manos a la obra. Muy prontose fueron familiarizando con el trabajo y cada día que pasaba losmuchachos y él se iban compenetrando más y más. Cristiano solíallevar su radito y les ponía música saya pero ante las continuas quejasde los demás también comenzó a llevar algunos cd’s de salsa y rock y,

claro, de baladas románticas para Leticia.

En ocasiones subía algún bibliotecario antiguo y les contabahistorias de la hemeroteca como la de la bibliotecaria fantasma quemuriera precisamente ahí donde estaban por un estante que le cayeraencima. Ella se aparecía de continuo a cualquier ingenuo que osaraquedarse solo por ahí. Personalmente nunca pudo ver nada excepto losrepentinos cortes de luz por la noche y la misteriosa desaparición de la

radito de Cristiano que luego apareciera en el lugar menos pensado sinsaber nunca quien la pusiera ahí.

En el transcurso del año y medio que estuvo allí, aparte detoparse de vez en cuando con las huellas del terrible incendio queconsumiera la Biblioteca hace bastantes años, pudo revisar diarioscuriosos como uno de 1825 llamado La Voz de Guayaquil que era undiario peruano de la época en que este puerto pertenecía al Perú. Otrofue El Tarapaqueño, diario chileno de 1885, año en que ya estaprovincia nos había sido arrebatada por Chile pero cuando la guerraaun no había concluido por lo que él mismo descarga una serie deimproperios contra nuestros connacionales que todavía residían ahí.También pudo leer El Mercurio Peruano, especialmente uno de 1816(época del Virreinato) donde un editorialista Hipólito Unanue llamamontoneros y alborotadores del orden establecido a los patriotasindependentistas. Pudo también leer El Comercio del siglo 18, ElCorreo en quechua de la época de Velasco y muchos otros que seríalargo enumerar.

Entretanto, la amistad entre los muchachos se fortalecería aunmás durante este periodo, aunque con una excepción.

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En eso, Nelly venía con la Jefa.

-  Guarda, ahí vienen, hagan como que trabajan.

-  ¿Cómo están chicos, alguna novedad?

-  Pues que se malogró el ventilador de pie nuevamente, dijoCuti.

-  Ya lo vamos a mandar a revisar y¿quéotrasnovedades chicos?

-  Ya terminé mi informe, si gusta mañana le puedo ayudar conlas revistas también, dijo Cuti nuevamente adelantándose atodos.

En eso se oyó una voz.

-  Cuti, pásame la franela.

Y todos, incluido las jefas, estallaron en carcajadas. Cuando sefueron,Cuti se encontraba verdaderamente enojado.

-  Se pasaron de la raya. Me han dejado en ridículo.

-  Tómalo con calma Cuti además tú también fastidias a veces.

-  Desde ahora yo no los voy a molestar y ustedes tampoco loharán conmigo ¿entendido?

-  Entendido jefe y todos se miraron sonrientes.

Lo que no sabían era que desde ese momento Cuti se alejaría deellos y ya casi ni les hablaría más.

Cuando las prácticas llegaron a su fin los muchachos se irían adiferentes bibliotecas aunque seguían haciendo trabajo de grupojuntos. En ese entonces, podían ya notar las fortalezas y debilidades en

la enseñanza en Bibliotecología. Para nadie era un secreto laslimitaciones de algunos profesores, que sin ser catedráticos nilicenciados impartían los cursos y hasta hubo dos acusados de plagio loque alborotó por un buen tiempo el ambiente bibliotecológico condenuncia judicial y reportaje en la televisión incluidos. Pero tambiénhubo muy buenos docentes como Miriam y su estricto método para ladescripción bibliográfica, Mariño y sus tablas de lenguaje deprogramación, Marcos y sus modelos estadísticos o Rober, quien apesar de su innata parsimonia, los iba introduciendo a la catalogación,

indización y a la elaboración de tesauros y no se puede olvidar

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tampoco al famoso Mamani con sus fórmulas bibliométricas y La ley deBradfor.

Ese año terminó más pronto de lo que esperaban. Todos estaban

más relajados luego de pasar los cursos, entonces decidieron ir al Sky acelebrar como era debido.

-  Pucha, a las justas me aprobó la Quino, esa profe’ es bravaza,nos mandó a casi todos al susti’, dijo Armando.

-  Si no presentábamos esa monografía de grupo creo que nosjalaba a todos, dijo Cristiano, y encima se fija al detalle sihabíamos plagiado el texto.

Lo importante es que ya pasamos. Ahora prepárense chicosque el otro año viene Legislación 2 con la misma Quinotambién, señaló Carmela.

-  ¡Qué!, nooo, yo me cuelgo, replicó Óscar.

-  Bueno basta ya de hablar de clases. ¡Salud puesCalacho!,mencionó Jaime.

¿Qué pasa Gabrielito?, sírvete más, o eres pollito, dijoArmando.

-  No, es que he estado medio resfriado y no quiero recaer, sedefendió Gabriel.

-  Seguro es porque no quiere recordar al cuero, incidióCristiano.

Y siguen con eso, ya olvídense, ahora sí¡Salud!, y Gabriel sesirvió lleno.

-  Ay chicos ustedes solo saben tomar, cuando iremos a bailar,en la Marina hay buenas discos salseras, insistió Carmela.

-  Sí hay que ir un día, y cambiando un poco el tema alguien sabealgo de la Cuti, preguntó Jaime.

-  Ese resentido ya no quiere parar con nosotros. Dicen queahora está detrás de Fiorella, acotó Óscar.

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-  Ah, la amiga de Marielena, pero a esa flaca le gusta Martino,un chico de Lingüística que está saliendo con Lurdes, de sucarrera también, indicó Gabriel.

O sea es amor imposible. Tan grandazo y haciendo esas“coyudeses” de chibolo inmaduro.

-  Déjenlo, que levante la mano quien no lloró por amor, ademásel pata es chancón, me ayuda bastante en Posgrado.

-  Es franelero, no cambia, así está hecho.

Al oírse esas palabras rieron todos.

Chicos qué rajones que son, como le arderán las orejas alpobre, dijo Carmela… 

Pasado el verano, como era ya costumbre, los muchachoshicieron su cola desde la 6 de la mañana para matricularse y comosiempre las chicas llegaron tarde.

-  ¡Ay! no sean malitos, guárdenle cola a Dayana y Marysol, dijoLeticia a Gabriel quien estaba primero en la fila y esperaba a

que sean las ocho para que atiendan.

-  Normal con tal que no hagan mucho roche, contestó éste.

-  Y ¿qué será de Jaime y Óscar?

-  Los vi en el Comedor haciendo cola para el desayuno. ¿Y conquien vas a llevar Administración?

-  Con Karina y ¿tú?

-  No, yo con la profesora Heras. Dicen que es más buena, laKarina es bien detallosa cuando deja trabajos. Ya pues,pásense todos con ella para hacer grupo juntos.

-  Puede ser, que vengan los demás para deliberar al respecto.

Y así, “craneando”  en que grupo se metía uno o se salía otrofinalizaron las matriculas.Al entrar al cuarto año, para los que seguían

en la carrera (de 80 ingresantes quedaba poco más de la mitad), ya

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eran capaces de clasificar las colecciones con los sistemas Dewey, LC yDecimal o CDU; sabían también utilizar la base de datos WinIsis ydiseñar una página web con el HTML, además, conocían todo elproceso documental desde el desarrollo de colecciones, pasando por

los procesos técnicos y culminando en el servicio de atención alusuario. Asimismo, ya la mayoría de ellos estaba trabajando en algunaUnidad de Información y obtenían más experiencia laboral día a día.

También por esa época se reabrió el debate de sí era pertinentemantener a la Bibliotecología como una carrera profesional o volverlaa hacer una carrera técnica como había sido anteriormente, ello debidoa cierto convenio que el Decanato quería firmar con la Biblioteca

Nacional y que ponía en riesgo a la profesión misma. El debate fueintenso en la comunidad bibliotecológica sobre las conveniencias einconveniencias de una y otra posición, claro, como siempre más seescuchaban críticas a la Escuela, a los docentes, a las instalaciones yhasta a los alumnos. En ocasiones Gabriel recordaba las palabras de sucolega Johan quien le dijo cierto día: “Identificar los problemas de

nuestra profesión está bien y es fácil, pero mejor sería proponermejoras”. Un día, el CEBCI (Centro de Estudiantes de Bibliotecología)

convocó a una reunión de exposición de ideas en el Patio de Letras.

-  Compañeros, dijo Rossana (la presidenta del CEBCI), loshemos convocado acá para definir los conceptos básicos sobrela pertinencia de nuestra carrera como una ciencia. Quieroescuchar su opinión al respecto.

-  Yo pienso que somos una carrera técnica como lo es tambiénla contabilidad o la administración misma, pues venimos a

aprender ciertas habilidades para ejecutar una determinadalabor en una Unidad de Información, expuso una alumna de la2003 llamada Paula.

-  Te equivocas compañera, es una ciencia, ya que su campo deinvestigación descansa en las ciencias de la información lascuales intentan explicar el fenómeno de la adquisición deconocimientos en un individuo o sociedad, replicó un alumno

de la 2001 llamado Alejandro.

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-  Lo que pasa es que la Escuela no nos representa, solo sigueciegamente lo que dispone el Decanato, habló un tal Julián.

-  Pero los alumnos tampoco tenemos espíritu de lucha para

exigir mejoras en la biblioteca y en el centro de cómputo, sihubiera una toma hace rato nos hubieran hecho caso,dijoJaime quien por lo visto no había escarmentado.

-  Las cosas no se resuelven así verán que el Decanato damarcha atrás, la corriente actual es a valorar más la carrera.Además es rentable para la misma Facultad soloComunicación tiene más ingresantes que nosotros, dijo a suvez Rossana.

-  El tener un título te da cierto prestigio, no es lo mismopresentarte a un trabajo siendo un licenciado de la UNMSM,hay que defender nuestros derechos ¿qué sería del mundo sinbibliotecas y bibliotecólogos?¿quien organizaría lainformación? todo sería un caos, señaló José de la 2004.

-  Compañeros y hermanos, no discutan más, al final la carrera

va a desaparecer cuando ya no haya libros impresos y todossean digitales, entonces nos meterán una patada en el traseroy solicitarán solo a informáticos ¿ya ven que todo es relativo?,razonó el loco Joselito.

Por supuesto, le llovieron críticas y abucheos de todas partes,otros se reían y algunos no lo tomaron en serio. Luego de una hora dedebates se aprobó una moción dirigida al Decano con la posición delalumnado. Con todo, la sangre no llegó al río y la profesión siguió

viento en popa.

Por aquel tiempo también tuvo Gabriel la oportunidad de aplicarsus más recientes conocimientos en las dos próximas bibliotecasuniversitarias –Psicología y Economía- donde le tocó esta vez practicar.En la primera de ellas, una inconforme licenciada Mery le enseñaba loscampos pertinentes por materias en LC para clasificar los libros de labiblioteca; era inconforme porque ella siempre protestaba ante losabusos que se cometen contra los profesionales del rubro donde las

autoridades ponen sobre sus cabezas a personal que no es de laprofesión para que sean sus jefes. En esa biblioteca tuvo la

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oportunidad de leer a Rotrou y su Memoria en Plena Forma donde unopuede hallar interesantes ejercicios mentales para desarrollar lamemoria.

En la segunda de éstas, Economía, además de leer a Chiavenato ysu Teoría de la Economía, conoció a Viviana, otra licenciada muy hábilque siempre estaba proponiendo ideas para mejorar el servicio y aOsmar, un alumno que cursaba el último año y llevaba sus prácticaspre-profesionales, él era muy ameno y colaborador y solía verloleyendo El Lobo Estepario, libro que aún él no había leído. Con eltiempo se retiraría de ambas Bibliotecas por el mismo motivo: lademora en el pago de sus haberes y la falta de tiempo para estudiarpues en los últimos años los cursos se volvían más y más exigentes.

El problema en el pago era realmente escandaloso. Los alumnos,por un derecho adquirido, tenían la oportunidad de trabajar en la Bolsade Trabajo de la Universidad por un periodo de 6 horas diarias por 10Nuevos Soles. Pero el primer pago solía demorar hasta tres meses y lassiguientes mensualidades un mes en el mejor de los casos, ante lasjustificadas protestas de los estudiantes, se les explicaba que el jefeinmediato tiene que pasar la orden, luego el Decanato dar su vistobueno y de ahí el Rectorado aprobarla, lo que hace de la Universidadmás antigua de América también la más burocrática.

Cierto día, cerca al fin de ciclo, cuando Gabriel llegó a la Facultad,notó en el ambiente algo diferente, las personas subían por la rampaque dan al tercer piso apresuradamente.

-  Ey compañero ¿Adónde vas tan apurado?-  Ya está jugando Perú ¿no sabías?

¿Perú?, se dijo Gabriel, es verdad hoy define con Ecuador su paseal mundial, cómo lo olvidé, vale la pena verlo. Y entonces subió

rápidamente como todos los demás. Al llegar,vio que el patio del tercerpiso estaba totalmente lleno y la gente estaba dando vivas al Perú,parecía un pequeño Estadio nacional, había chicos con camisetasrojiblancas y hasta alumnas con la cara pintada con los colores patrios.Todos miraban al LCD de 30 pulgadas que estaba en un rack de laCafetería de Letras la cual se ubicaba al extremo del patio. Gabrielcomo pudo se acomodó, le ayudaba el ser alto, cuando, en eso, vio a suamigo Cristiano entre los demás.

-  Cris, ¿cuánto va?

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-  Hola, cero a cero recién comienza, Perú está atacando contodo.

-  Esos ecuatorianos son bien rápidos, juegan bien, recuerda queallá nos golearon.

Se confiaron nuestros muchachos, hoy comemos mono frito,vas a ver.

El partido se tornópoco a poco más reñido y cada vez que laSelección se perdía un gol la gente saltaba y se lamentaba. Pero sucediólo inesperado.

-  Goooooool de Ecuador, Aguinaga, Aguinaga, Aguinaga pone ladiferencia, dijo el narrador del partido para desventura detodo un pueblo.

Maldita sea y faltando 15 minutos pa’l final. -  Calma Cris, sí se puede, el Perú es más grande que sus

problemas recuerda.-  ¿A qué juega ese aniñado de Pizarro?-  Pa’ mi el error fue del arquero. -  Esos simios del carajo, tienen más físico que nosotros.-  Calacho, mela, ya faltan solo dos minutos, nos jodimos de

nuevo.-  Quisiera irme ahorita al Parque de las Leyendas y matar con

una metralla a todos los monos que encuentre.Y de repente, al último minuto, el negro Mendoza se escapa entre

dos defensas y se pone cara a cara con el arquero ecuatoriano.

-  Ya, ya negrito lindo tú mismo eres.-  Go…,go… -  Arriba Chincha, tú puedes.

Pero no pudo, y luego de dejar al arquero en el suelo remata al

arco o mejor dicho a la tribuna, sepultando a la selección una vez más.De nuevo El Perú jugó como nunca y perdió como siempre. Al finalizarel encuentro, nadie perdonó al pobre Mendoza quien había pasado dehéroe a villano en unos instantes y más de uno le recordó a sumamacita tanto en las tribunas como en el Patio de Letras, como sidesde ahí también pudiera oírlos.

-  Negro malnacido, hijo de esclavos.-  Chinchano con ch… -  Burga argollero, cutrero, anda a tu casayllévate a tu macaco… 

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Llegado ya al quinto año de la carrera,Gabriely sus compañerosse habían habituado a viajar en el “Burrito”, a comer donde la

famosísima Tía Veneno y sus no menos famosas “hamburratas”, a

piratear libros enteros en la “Rampa” o donde “René”, a almorzar en

Química (cuando uno estaba misio) o en Derecho (cuando uno habíacobrado), a jugar unas pichanguitas en el patio de Biología, a comprarlibros en las ocasionales ferias de “Amazonas” en el patio de Derecho, a

escuchar ponencias por la noche en la misma facultad, a saborear losricos “panchos” que algunas promociones hacían para financiarse, a

bailar en alguna Verbena por aniversario de una Facultad, en fin, adivertirse en la muy reputada Tripa o en el Sky, discos que estaban a laespalda de la Universidad y que se quedaban abiertas de 5 a 10 de lanoche ya que los alumnos debían volver a casa temprano a “estudiar”. 

Ese mismo año, afortunadamente para él, volvió a trabajar en laBiblioteca Nacional, esta vez en la nueva sede de San Borja. Ésteedificio es considerado una de las construcciones más modernas deAmérica Latina, tanto por su infraestructura como por lo adecuado desus ambientes interiores. Sabido es que, el edificio antiguo había sidouna casona acondicionada de la mejor manera para albergar a lascolecciones, sin embargo con el pasar del tiempo, dos terremotos y unincendio, además de la humedad y aglomeración excesiva dedocumentos en espacios reducidos habían hecho urgente el cambio de

sede. En San Borja ahora había espacio para albergar a las coleccionespara más de treinta años, cada depósito contaba con la iluminaciónadecuada y con un deshumedecedor. Las colecciones más valiosas sehallaban en habitaciones protegidas por cámaras y otros sofisticadossistemas de seguridad como puertas que solo se abrían al identificar lahuella digital del responsable. La única desventaja es que toda estamaravilla había sido diseñada solo para investigadores acreditados y,por tanto, los servicios habían pasado a ser de estantería cerrada. Porello, la ahora remodelada sede de Abancay continuaría funcionando

como Biblioteca Pública de Lima donde seguiría prestándose elservicio de estantería abierta.

A Gabriel lo contrataron para el Depósito Legal, específicamenteen el Área de Donaciones. Su labor era recepcionar todo el materialbibliográfico que ingresara por donación, clasificarlo y entregar unaconstancia de agradecimiento al donador. Hizo allí buenos amigos ahícomo Wylls, Julio, Miguel y la Licenciada Norma Arnao.

Ahí obtuvo más roce con diferentes tipos de público, así comohabía personas bastante educadas también había algunas irascibles e

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intolerantes. Cierto día llegó una señora, muy pituca ella, en una 4 x 4manejada por su chofer, quería dejar de “donativo” numerosas cajas

conteniendo libros viejos y rotos que habían sido usados por sus hijosen el colegio, al no aceptarle los libros hizo un escándalo de señor mío

y hasta llamó con su celular al mismo Director de la BNP, todo sesolucionó aceptando las cajas y teniendo él que enviarlas a diferentesbibliotecas de provincias (al Sistema de Bibliotecas) ya que todos esoslibros, además, eran repetidos.

En cierta ocasión la esposa del fallecido Dr. Pease, ex – Directorde la BNP, donó toda la colección bibliográfica de éste. El Dr. Peasetenía su casa llena de libros, había estantes hasta en las escaleras. Elamigo lector se imaginará ya la cantidad de cajas que llegaron alDepósito Legal. Su misión era valorizar toda esa cuantiosa colección,para ello Wylls y él diseñaron una tabla calculadora en Excel paravalorizar los libros por los criterios de antigüedad, tamaño, relevancia,etc.

Nunca olvidará Gabriel el día en que,sentado en su módulo detrabajo, teniendo entre sus manos el libro Los Dueños del Perú deMalpica para valorizarlo se deslizó nada menos que un bolloconteniendo billetes de 100 dólares, él se asustó antes de emocionarse,por lo que se fue al baño a contarlos y eran 10 billetes, esto es, 1000

dólares. Según sus cálculos el dinero debía ser del finado Pease puesnadie los reclamó jamás, así que tomó posesión de ellos y los considerócomo un “regalito del cielo” que le sirvió para comprar varias cositascomo su primera PC. Desde entonces cada libro de aquella colecciónera revisado por él minuciosamente a ver si le caían “más regalitos del

cielo” pero lo único que encontró fueron unas entradas para ver a los

Beatles en Michigan de 1970, 100 pesos chilenos y unas fotos antiguasde niños. Sus compañeros pensaron, en ese entonces, que se habíavuelto un trabajador muy concienzudo.

Terminada esta experiencia realizó su última práctica pre-profesional en CONASEV. El Convenio de Prácticas decía que apoyaríaen labores de archivos. Hasta ese momento solo había laborado enBibliotecas por lo que trabajar en lo mismo en que se desempeñó supapá por más de veinte años tenía un significado especial para él.Lamentablemente, su paso por esta institución fue más bien fugazporque, a pesar de ser solo un practicante, la jefatura pretendía quetrabajara a horario completo y que haga labores de un contratado porlo que decidió retirarse sin pena ni gloria.

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En este último año de su carrera Gabriel pensaba que los cursosdel noveno y décimo ciclo fueron más que todo un repaso de todo loestudiado anteriormente excepto por Tecnología 4 y Seminario deTesis que si resultaron ser interesantes. Por esa época también

organizaron conferencias para el Seminario de la RealidadBibliotecológica en el Auditorio de Letras, curso que, aparte demantenerlos muy estresados buscando ponentes y otros detalles másbanales en la organización como los bocaditos y manteles, les dejaba lasensación de existir solo por cumplir con la cantidad de créditosrequeridos. Casi al finalizar el año, el CEBCI designó a la Base 2003para organizar la tradicional “Bibliochocolatada2007”. En este evento

navideño se suele departir panetones y chocolate con toda lacomunidad Biblio, además de realizar sorteos y bailes. Modestia

aparte, pensó, la suya fue una de las más bonitas y fue halagada hastapor los profesores y autoridades participantes.

Así, sorteando las tomas de la Facultad y, a veces, de toda laCiudad, las huelgas de docentes y administrativos, los feriados largos,los retiros de curso y otros obstáculos, Gabriel terminó la carrera y seconvirtió en un egresado más de la nunca olvidada Base 2003. Claro,algunos no terminaron, por haber repetido cursos o haberlospostergado. Desde ese entonces se comenzó a planear la ceremonia degraduación para lo cual se nombró de padrino al profesor Mamani y se

eligió al Profesor Perales para que dictara la Clase Magistral. Pasadosalgunos ensayos de rigor todo quedó listo para esa inolvidable grannoche. Habían esperado un año para este momento pues queríanesperar a los que se habían retrasado. Tenían que agradecer a sudelegada Soraya quien movió cielo y tierra para que todo saliera bienpara lo cual hasta tuvo que exigir a la empresa contratada (la cualestaba muy atrasada en el cumplimiento del contrato) para quecumpliera totalmente con todo lo acordado.

El día central solo llegaron a ponerse la toga y el birrete treinta ytres(de un número inicial de ochenta ingresantes)y lo hicieron en unaceremonia muy lucida en el flamante Auditorio del recientementeinaugurado nuevo Rectorado. Aquella memorable noche, después deunas palabras del anfitrión y de la compañera Victoria (quien por ser laprimera en ponderado del salón se le cedió ese honor), llegó elmomento en que cada uno era llamado al estrado para recibir sudiploma entregado por la docente Miriam. Uno a uno iban saliendo losgraduandos ante el aplauso de compañeros y conocidos, entre flashes y

vivas fueron llamados:

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-  Leticia Grados

-  Rosaura Albarracín

-  Sofía Salinas

-  Esther Urbina

-  Olenka Lara

-  Óscar Fernández

-  Aarón Quintana

-  Victoria Lazo

Eliseo Rivera-  Maricielo García

-  Marysol Felices

-  Pamela Cadillo

-  Cindy Chacón

-  Lisseth Guzmán

Saulo Tucto

-  Johan Vicharra

-  Jaime Hurtado

-  Cristiano Cangallo

-  Carmela García

-  Armando Gutiérrez

-  Dayana Hernández

-  Paula Padilla

-  Lucía Lecaros

-  Jair Castro

-  Lady Jara

Soraya Torrejón

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-  Luis Araujo

-  Carola Velarde

-  JoseloInofuente

-  Paulo Fuertes

-  Lady Delgado

-  Elvira Iparraguirre

-  Darío León y

-  Gabriel Linares… 

Cuando fue el turno de Gabriel, frente a familiares y compañerosagradeció a Dios y a sus padres, especialmente a su padre quien seencontraba en sus postreros días, por haber finalizado esta noblecarrera (al fin sentía realizada una de sus metas, el descubrir suvocación). En eso oyó una voz que decía: ¡Qué viva mi hijito lindo! Erasu madre quien siempre estaba ahí en los momentos más importantesde su vida.

Terminada la ceremonia, ya afuera, en la gran explanada JorgeBasadre, todos se tomaban fotos a diestra y siniestra prometiendo

buscarse, llamarse, visitarse y cosas por el estilo, algunos irían a bailary seguir celebrando hasta altas horas de la noche como era lo másjusto. Luego del brindis y de los bocaditos repartidos por los mozos,quienes vestían trajes impecables, todos gritaron lanzando sus birretesal aire, lo que se encuentra grabado en una modesta placa recordatoriaen el histórico Patio de Letras de esa gran Universidad: ¡Viva laPromoción ApakunanLlullay! Pues ya eran los mensajeros delconocimiento.

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DANTE

La navidad posterior a la graduación de Gabriel encontró a lafamilia Linares con una gran preocupación. El patriarca de la casa,

Adriano, sufría por ese entonces de una enfermedad incurable quehabía minado su salud día tras día.

-  Qué pena que no vayan a venir todos tus hermanos Gabrielito.No sabemos si esta será la última Navidad con tu papá, le dijosu mamá cuando se hallaban en la sala de la casa mientrasterminaba de colocar los últimos animalitos al Nacimiento.

-  No digas eso mamá seguro que se recuperará pronto. Juan y

Gladys se pasan, tanto tiempo resentidos, le respondió él almismo tiempo que colocaba la estrella de Belén encima delÁrbol.

-  Y nosotros que los criamos con tanto amor, si no vienen averlo se van a arrepentir toda su vida, continuo ella al mismomomento que colocaba al Niño Dios en una cajita forrada deplateado para ser llevada a la Parroquia para ser bendecida

por el Padre Hugo.-  Bueno ma’ olvídalo hoy es Navidad y hay que tratar de pasarla

bonito, ¿qué te parece si nosvamos a la Misa de Gallo ya conMirtha, antes de que vengan los demás?, Rosaura cuidará depapá… 

Pasadas las fiestas navideñas y estando ya en el nuevo año,encontrándose un día Gabriel camino a su trabajo, recibió una llamada

a su celular. Era su hermana Mirtha quien le urgía a que volvería a casapues la salud de su papá había empeorado. Al llegar Gabriel, su perroKent como siempre le saltó hasta la cintura en señal de saludo y su gatoAramis se le refregó por las piernas. Luego de apartarlosviolentamente pues estaba algo nervioso pudo ver sentados en la sala asus hermanos y a su mamá. Ahí estaban Mirtha, Rosaura, Anabel,Adriano, Camilo, Susana, Amalia y Juan. Se extrañó de ver a éste últimoya que había estado resentido con la familia por muchos años.

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-  Gabriel, papá está mal, el Padre Hugo ya le dio laExtremaunción. Ahorita está Gladys con él y de ahí solo faltaque lo veas tú, le dijo Mirtha.

¿Y Mauro?, dijo refiriéndose a su hermano que estaba en laArgentina.

-  Llega mañana en el primer vuelo.

En eso, Gladys bajo las escaleras sollozando y dirigiéndose a él ledijo:

-  Me ha perdonado Gabrielito, me ha perdonado, pobrecito mipapito.

Gabriel no respondió nada y subió apresuradamente al cuarto desu padre.

-  ¿Quién es? ¿Eres tu Mauro? Hijito viniste, no podía morirmesin volverte a ver, dijo Adriano con la voz apagada.

-  Soy yo papá, tu hijo Gabriel, contestó este a quien le dolía en elalma ver así postrado a su padre.

-  Ah sí mi Benjamín. Todos han venido hoy ya saben que memuero.

-  No digas eso papá, te vas curar muy pronto ya lo verás.

-  A mí no me puedes engañar hijito, no soy un niño. Anochesoñé con tu abuelita Mirla, estaba con tu tía Juanita y tu tíoVictorio. Los vi en el cielo, me llamaban, yo quise ir pero no

pude. ¿Por qué Maurito? (su padre últimamente habíacomenzado a delirar), ¿por qué Dios no me recoge de unabuena vez?, se lo he pedido tanto, ya no quiero vivir. Mírameen qué condiciones estoy yo que otrora era tan orgulloso demi salud, nunca me enfermaba.

-  Dios sabe por qué suceden las cosas, nos está probando, dijoGabriel aunque en el fondo se sentía muy impotente de no

poderlo ayudar, además que no estaba tan convencido de sufe como antes.

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-  Vienes de la calle,¿no es cierto? Hace mucho no salgo, ¿cómoestá todo afuera? Lima sigue siendo un caos ¿no?, me acuerdocuando era chico y nos íbamos con mis amigos a losnaranjales de Comas, uno iba y cogía lo que quería. Había

muchas huertas en la periferia de la ciudad, acá mismo fuechacra de chinos. Ahora todo ha cambiado, todo es cemento,las migraciones nos fundieron. Hace 40 años te podías ir entranvía hasta Chorrillos, era todo un viaje de placer.

-  Papá no te levantes te va a hacer daño, dijo Gabriel a su papáquien se estaba incorporando.

-  Déjame, bueno está vez te haré caso, dijo Adriano resignado,yasí que Alan le ganó a Ollanta (Las elecciones habían sido hacedos años pero Gabriel le siguió la corriente).

-  Sí menos mal que perdió ese radical.

-  ¿Radical? Si Ollanta es del pueblo, por eso en provincia arrasó.Ese ladrón de Alan ahora se ha pasado a la derechacavernaria. ¿Cómo es posible que la gente lo haya elegido de

nuevo? Ya será el turno de Humala se necesita a alguien quelleve la voz de los más necesitados al poder, que frene elabuso de los poderosos.

Gabriel notó que su papá había vuelto a pensar como todo unizquierdista, como en los años de su juventud y esta vez no se atrevió acontradecirlo.

-  Tienes razón papá, ya vuelvo en un ratito veo que la

enfermera está en la puerta.

-  ¿Para qué me curan si ya me quiero ir?, ey, espera Gabriel,sabes, nunca te dije que te quiero, no soy tan cariñoso como tumamá, déjame decírtelo ahora. Te amo hijito, algún díatendrás tus hijos y verás cómo se les ama aunque nunca se losllegues a decir. Cuiden mucho a su mamá ¿sí?

Gabriel se acercó a él, le dio un beso en la frente y salió del

cuarto. Solo una semana más Adriano estaría con ellos, el último día ya

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no pudo hablar más. Durante esa última noche Gabriel se había ido adormir pues su turno de velarlo ya había acabado. Cuando en esoMirtha lo despertó.

Gabriel ven pronto, papá ha fallecido.En el cuarto todos lloraban ante su cuerpo, Gabriel se quedó a la

puerta sin atreverse a entrar, vio el rostro de su padre como dormido ycomprendió que ya descansaba en paz como tanto lo había querido. Derepente recordó que la última vez que lo vio feliz fue cuando leenseñaron las fotos de su graduación, se habrá sentido orgulloso de mí,pensaba, pero él siempre me superó no me lo merezco, se reprochabaGabriel tontamente.Detodos sus hermanos fue el único que esa nocheno lloró, no era que no quisiera, sino simplemente no podía hacerlo, laslágrimas no le salían, solo una angustia apretaba su pecho.

Al día siguiente, durante el velorio, se sorprendió de la cantidadde gente que iba llegando: familiares que nunca conoció, personas delbarrio, amigos suyos de su infancia e incluso los amigos de Gabriel sehicieron presentes con un arreglo floral. El día del entierro, su cuerpovestía la chompa de su querido Municipal y en el pecho llevaba un

escapulario de María Auxiliadora de quien fuera devoto, primerollevaron su féretro por su querido callejón del Rímac, luego, cuandollegaron al cementerio el Ángel, a Gabriel le pareció que más gentehabía llegado, vio a nietos, sobrinos, biznietos, hermanos, primos,compadres y más. Sus hermanas lucían un luto blanco en señal de paz.Cuando llegaron al cuartel su amigo Federico dio el siguiente discurso:“Adriano, todo un caballero, amado por su familia, admirado por sus

amigos y respetado por sus enemigos, el patriarca de los Linares por

ser el más viejo y el más sabio, toda una enciclopedia viviente, Dios lopremiará por sus buenas obras y le perdonará sus errores. Después deestas palabras fue enterrado ceremoniosamente aunque Gabrieltampoco lloró en esta ocasión.

Ya por la noche cuando volvieron, sus hermanos en la salaconversando se decían que no había que estar tristes pues su papá leshabía pedido que lo recordarán con alegría; desde hace mucho tiempo

no los veía a todos juntos. Sin embargo, Gabriel no tenía ánimos de

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nada, subió a su cuarto, encendió su computadora y buscó en Youtubela canción del Quijote:

Soy de aquellos que sueñan con la libertad

Capitán de un velero que no tiene marSoy de aquellos que viven buscando un lugarSoy quijote de un tiempo que no tiene edad

Y me gustan las gentes que son de verdadSer bohemio, poeta y ser golfo me va

Soy cantor de silencios que no vive en pazQue presume de ser español donde va

Y mi Dulcinea ¿dónde estarás?Que tu amor no es fácil de encontrar

Quise ver tu cara en cada mujerTantas veces yo soñé que soñaba tu querer

Soy feliz con un vino y un trozo de panY también ¿cómo no? Con caviar y champán

Soy aquel vagabundo que no vive en paz

Me conformo con nada, con todo y con más

Tengo miedo del tiempo que fácil se vaDe las gentes que hablan, que opinan de más

Y es que vengo de un mundo que está más alláSoy quijote de un tiempo que no tiene edad

Y mi Dulcinea ¿dónde estarás?...

Esas palabras le recordaron a su papá tan vivamente que ya nopudo soportarlo más y dio un grito; su mamá entró al cuarto asustadadiciendo:

-  Gabrielito, hijo ¿qué te pasa?

Él se lanzó a sus brazos llorando desconsoladamente comocuando era un niñito:

¿Por qué mamá? ¿Por qué?...

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La pérdida de su papá había causado una profunda impresión enla familia. Sobretodo en su mamá quien no podía comprender quequien había sido su compañero por toda la vida ahora ya no esté más asu lado. En el caso de Gabriel desde entonces sintió un gran vacío, ya

no tendría con quien debatir de religión o de política, ya no irían juntosal parque a pasear a Ken (que había muerto pocos meses después depura pena al igual que el gato Aramis que se había ido de la casa parano volver más), ni lo volvería a oír hablando de sus relatos sobre laSegunda Guerra Mundial que había escuchado de sus amigos alemanesy judíos de Citeco, ni de sus historias de la guerra con Chile que oyó deniño a su bisabuela quien vivió de niña la ocupación chilena. Todas lasnoches lo soñó durante un largo mes y, por primera vez en su vida, sesintió realmente solo. Pero en un futuro no muy lejano eso iba cambiar.

Un sábado que pasaba por la casa de Fabi vio a toda la gentitareunida frente a la puerta de éste tomando unas cervezas.

-  Habla Gabriel, salud pues, tú pones la chilindrina que sigue, losaludó Chitis.

-  Estoy de luto muchachos ya lo saben, los acompaño nomás.

-  El luto se lleva por dentro flaquito, dijo un señor desconocidoque estaba con ellos, de bigotes y medio calvo (con un aire a

Óscar de León), vestido de chaqueta marrón, pantalón devestir y zapatos nuevos muy brillantes.

-  ¿Qué tal señor?

-  No me digas señor flaquito, aun puedo, dijo riéndose, soy elnuevo vecino, me mudé ayer, me llamo Cristóbal.

-  Sí, es el nuevo vecino de Fabi, pero ya le dijimos que tengacuidado que lo monsee, señaló Kikín.

Píntameeee…, cantó el señor Cristóbal, quien sentía una gran

predilección por la canción de Elvis Crespo.

-  A propo’ ¿dónde estaFabi?, preguntó Gabriel. 

-  Salió con una germa, una chibola de 19 añitos y nos choteó,pero estamos esperándolo acá para emborracharlo y obligarloa que nos cuente todo, mencionó Chitis, es una charapa que lepresenté la semana pasada. Ese Chinón es un atrasador, le dije

bien claro que yo quería con ella y ni bien me descuidé la

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invitó al Parque de las Aguas. Pero no va a pasar nada porqueel hombre no funciona.

-  ¿Ah sí?, seguro le falta viagra, ni yo que ya estoy viejo,píntameee… 

El señor Cristóbal solo cantaba siempre esa parte de la cancióncuando estaba embriagado y desde entonces se ganó el apodo del TíoPintamé.

-  Pero esto no se queda así, acaso creían que me iba quedar conlos brazos cruzados, yo también la invité a salir solapa nomásy la flaca aceptó para vernos mañana pero irá con su amiga asíque necesito que alguien me acompañe, dijo Chitis.

Yo no voy sobrino, podrían ser mis nietas, hasta de 30 teatraco, dijo el tío Pintamé.

-  Yo tampoco Chitis, tengo campeonato mañana en la Ninred,acotó Kikín.

-  ¿Y tú Gabriel, te apuntas? vamos para que te despejes un poco.

-  Qué más da Chitis, aunque siempre que te hago caso algo malopasa, tú me salas.

Esta vez no hay pierde, vamos a cagar a Chinón, dijo Chitismuy contento.

Esa noche, Fabi llegó más tarde, pero por más que indagaron nodijo nada.

-  Habla pe’ Chinón. -  Cuenta pata o será que te chotearon por enésima vez.-  No hablo con borrachos, disculpen, contestó a todo esto

Fabisin mirarlos y mientras habría la puerta de su casa(últimamente se estaba volviendo demasiado petulante,pensaban los muchachos).

-  Jajaja pata tranquilo nomás, no le has ganado a nadie todavía.

El tío Pintamé les dijo que lo dejaran en paz y que más bienvoltearan a mirar a una chica de licra blanca y blusa amarilla que iba apasar delante de ellos.

Mamacita, ¿por qué tan solita? yo te acompaño, le dijo Kikín.

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-  Tus labios se ven resecos mi amor, yo te los remojo, añadióChitis.

-  No escuches a estos chibolos degenerados amiga, yo sí soytranquilo, te llevo en mi carro, dijo a su vez Pintamé.

La chica en cuestión ni los miraba y se pasó de largo, por lo quelos muchachos, despechados, descargaron toda su batería contra lapobre.

-  Así que te botas como el agua sucia ¿no?-  Pucha de espaldas me decepcionaste amiga, pensé que eras

simpática y resultaste siendo simpótica.-  Calla mierda, viejos aguantados, les contestó ella de lejos lo

que los dejó perplejos por unos segundos, pero luegoestallaron en carcajadas.-  Jajaja boquita de caramelo.-  Pa’ mí que es lesbiana. 

Gabriel no pronunciaba palabra alguna, solo miraba, en realidadno tenía ganas de nada, pensó que salir con Chitis a conocer a esasfamosas charapas quizá lo ayudaría a olvidar su mal estado de ánimo.Al día siguiente por la tarde recogió éste en su moto a Gabriel y sefueron al Parque de los Cipreses a esperar a las chicas.

-  Mira, pata, son puntuales ni bien son las 4 y ya están llegando,dijo Chitis.

-  ¿Ellas son? Preguntó Gabriel.

-  Cirilo.

-  Holas Katia y ¿tú amiga? perdón ¿cómo te llamas?, preguntóChitis.

La chica en cuestión era en extremo callada y no atinó aresponder nada.

-  Les presento a mi amiga Eloísa. Recién ha llegado de Bagua(Gabriel notó una entonación característica de la selva en suhablar), dijo Katia.

-  Mucho gusto yo soy Gabriel amigo de Gerald.

-  ¿Y dónde está Fabi?, preguntó Katia.

-  ¿Fabi?, balbuceóChitis.

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-  Sí, le conté que íbamos a vernos todos hoy y me dijo quevendría.

En eso, a lo lejos, divisaron la silueta delgada de Fabi que seaproximaba cada vez más vestido en ropa deportiva. Ni bien llegósaludó a todos confianzudamente, especialmente a Katia a quien le dioun beso directo en la boca.

-  Hola mi amor, así que ella es tu amiga Eloísa que me contaste,dijo Fabi abrazándola.

-  Sí yo soy, dijo Eloísa, que al fin pronunciaba algunas palabras.

-  Bueno ya todos nos hemos presentado busquemos unasbanquitas donde sentarnos y conversar ¿qué les parece?, dijo

Gabriel.

Todos asintieron y mientras iban caminando, Chitis, que llevabasu moto apagada con las dos manos, le dijo a Gabriel en voz baja que nopodía seguir ahí, que Chinón le había ganado esta partida pero quealgún día tomaría venganza, mientras tanto se marcharía en la primeraocasión, las razones de Gabriel no lo convencieron de lo contrario. Unavez sentados todos en unas bancas que estaban frente a la Facultad deDerecho de la UNSM se dio la siguiente charla.

¿Y cuantos años tienes? Se ve que eres muy tímida.

-  ¿Yo?, 17, el año pasado acabé el colegio.

-  Tú tienes 19 ¿no Katia?, Gerald me dijo. ¿Y tienen enamoradochicas?

-  Bien chismoso eres ¿no Gabriel?,dijoFabi interrumpiéndole yluego continuó soberbiamente, estoy saliendo con Katia desdehace unos días.

En eso, Chitis hace como que ve a alguien a la distancia, enciendesu moto y se marcha.

-  ¿Pero qué le pasa, quiere ir al baño? Cualquiera se despide,dijo Katia.

-  Seguro se acordó que tenía algo importante que hacer.Déjenlo, mejor si se va, dijo Fabi.

-  Creo que vio a su mamá con unas bolsas de Metro y fue aayudarla, mencionó Gabriel.

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Después de eso, cuando ya todos habían agarrado confianza,Katia les contó que la otra semana era el santo de Eloísa y que seríalindo si iban a bailar, a lo que Fabi aceptó gustosamente y Gabrieltambién, pues pensó que la cumpleañera estaba en algo (además el

luto había que llevarlo por dentro, se decía, aunque no recordabadonde había oído eso antes). Así quedaron y luego de tomar unasgaseosas se despidieron.

Gabriel y Fabi no dijeron nada a Gerald de esto. El siguientesábado ya ellos estaban recogiendo en el Paradero Santa Rosa de laUniversitaria a las dos chicas para tomar un taxi hacia el Weekend delBoulevard de Los Olivos. Una vez adentro se sentaron en una mesita ypidieron una sangría para las chicas y una jarra de cerveza para ellos.Entre la cortadora, la música y la gente, todos se animaron a bailar.Fabi sacó a Katia y Gabriel a Eloísa. La pista estaba llena pero se lasarreglaron para hacerse un espacito. Las chicas bailaban muy bien lasalsa, pareciera que lo hubieran hecho toda su vida. Fabi y Gabrieltenían problemas para seguirlas y hacían lo mejor que podían. Gabrielpensaba: “cuando sea mi oportunidad la aprovecharé y le caeré aEloísa”. La música era larga, un popurrí, Gabriel estaba a punto depegarse a la oreja de Eloísa cuando vio que una mano la jaló. Era unchico que se la llevaba para su lado y ahora bailaba con elladespreocupadamente sin que ella hiciera nada para oponerse. Él se

quedó tirando cintura y sin atinar a reaccionar, volteó para pedirconsejo a Fabi y descubrió que ya no estaba a su lado, miró a sualrededor y lo vio chapando con Katia cerca de la puerta del baño.

Pensó que no valía la pena hacer nada,sobretodo cuando vio aEloísa tan contenta: “Es una chibola nomás, así hay un montón”, se

consolaba Gabriel quien ya volvía para su sitio a sentarse nuevamente.Para él el tono había terminado antes de tiempo. En eso, escucha unavoz detrás de él.

Pata, así que no me avisaron ¿no? Seguro fue cosa de Chinón,pero cómo te dije lo voy a cagar, dónde se ha metido ese malamigo.

-  Chitis, estás mareado amigo ¿de dónde vienes, como sabíasque estábamos aquí?

-  He tomado unas agüitas nomás, justo llegué con unos amigos,estamos en la otra mesa y recién te veo. Qué coincidencia ¿no

te parece?

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-  Sí, de hecho. Qué chico es el mundo. O’e te cuento, a mitambién me atrasaron. Un sonso se jaló a Eloísa y ahora estáque baila con ella.

-  ¿Qué?, está huevón ese imbécil, ahorita mismo lo desahuevo,con mis patas nadie se mete.

-  Tranquilo Chitis no hagas problemas, no te he pedido ayuda,te estoy contando nomás.

Pero estás ultimas palabras fueron dichas muy tarde por Gabrielporque cuando terminaba de pronunciarlas ya Chitis estabareclamándole a dicho sujeto en plena pista de baile. El hombre loempujó y el pobre de Chitis cayó al suelo de espaldas, Gabriel corrió y

le dijo: “abusivo¿no ves que está mareado?”, el pata le lanzó un puñetecomo respuesta y Gabriel se arrojó encima suyo y ya se estabanrevolcando en el suelo, en eso, los amigos del pata se acercaron y ledaban a Chitis en el suelo, pero también llegaron los amigos de éste yemparejaron la cosa, de un momento a otro todo era un loquerío, laschicas gritaban, la música paró y llovían botellas, mesas y sillas pordoquier hasta que llegaron los gorilas de seguridad y los botaron atodos de la discoteca a empellones.

Una vez afuera, entre amenazas y más gritos, la cosa no llegó a

mayores pues se escuchó la sirena de la policía que llegaba. Losmuchachos llevaron a las asustadas chicas a su casa y volvieron a subarrio. Chitis tenía un diente roto, Gabriel el ojo morado y Fabi estabaintacto pues según contó después Katia él se escondió en el baño yespero a que todo terminara para recién salir.

Pasadas dos semanas de estos terribles acontecimientos. Gabrielrecibió una llamada de Katia quien le dijo para encontrarse. Elencuentro tuvo lugar en una de las tantas banquitas de Mirones.

Hola Katia, pensé que ya no nos querían hablar después delchongazo de la otra vez.

-  Ustedes no tuvieron la culpa, pero Chitis no debería tomartanto. Gabriel, te quiero decir algo importante, es sobre Fabi,luego de ese día seguimos saliendo pero él no es lo que yoesperaba, al principio me pareció bien entretenido, perodespués se volvió bien cargoso, pedante, en fin, lo tuve queterminar, ya sé que es tu amigo, pero ahora me sigue

buscando, insistiendo.

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-  Así que terminaron, bueno, qué puedo hacer, lo que pasa esque ya está viejo y no quiere que se le pase el tren. Tú sabes,soltero maduro, maricón seguro.

-  ¿Acaso no son amigos?, cómo hablas, dijo Katia medioriéndose. En fin, ayer me esperó en mi trabajo, fue muypersistente, cuando le dije que me dejara tranquila searrodilló en plena calle y me dijo llorando que no me fuera. Yono sabía que hacer solo vi mi carro y lo tomé apurada.

-  Pero qué mala le hubieras dado otra oportunidad al pobre.¿Tan monse es que ya no quieres nada?

-  Mira, para serte sincera cuando me besa no siento nada, solo

ganas de que me suelte, no lo hace bien, pero no le vayas acontar eso ¿está bien?

-  Está bien no lo haré, ¿pero solo para eso me llamaste?

-  Hay algo más. Tengo una hermana, estuvo en Jaén visitando amis papás, ahora que ha venido le hablé de ustedes y como ledije que sabías inglés me pidió que los presentara pues estábuscando a alguien con quien practicar.

-  Ummm, y ¿qué edad tiene?

-  24 pero es totalmente diferente a Eloísa por si acaso, ella sí esuna persona madura te lo garantizo.

-  No se diga más entonces, pásame su número.

-  Bueno en realidad como sabía que dirías que sí le dije queviniera ahora y está en camino.

-  ¡Ay! te pasas Katita, pero bueno como diría Susy Díaz, a lo

hecho, pecho.Media hora después llego Lorena, que era como se llamaba la

hermana. Gabriel con solo verla sintió por dentro algo extraño, algoque no había sentido hasta ese entonces con ninguna otra chica.

-  Hola, amiga ¿cómo estás?, soy Gabriel.

-  Hola, amigo yo soy Lorena Hernández., dijo ella extendiéndolela mano.

Es un gusto conocerte, te pareces a Katia, si no fuera por loslentes serían igualitas. Las dos chinitas.

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-  Él es el chico del que te hablé hermanita. Es bien bromista nolo temes tan en serio.

-  Así que sabes inglés. Quería saber si podemos practicarconversación y cuánto me cobrarías.

-  Por supuesteishiondarling, pero como cobrarte, Katita es miamiga y sería un insulto pedirles dinero, además yo tambiénquiero practicar pues un experto no soy, no hablo comoClinton.

-  Gracias eres muy amable Gabriel… 

Gabriel y Lorena quedaron en encontrarse en el Parque Kennedyde Miraflores para el día siguiente. Ambos fueron puntuales pues

ambos se cayeron bien y ¡oh coincidencia! ambos estaban nerviosos yemocionados a la vez.

-  Hola, vaya sin lentes no te pareces a tu hermana tanto comoyo pensaba.

-  ¿Ah no?

-  No, eres más bonita, tus ojos son chinitos pero muy vivaces.No lo tomes a mal no pienses que soy confianzudo, recién te

conozco, solo quería ser sincero.-  No te preocupes, más bien gracias por tus palabras eres el

primero que me las dice. Gabriel es bonito nombre, ¿quésignifica?

-  Mensajero de Dios ¿y Lorena?

-  No lo sé, quizá tenga algún significado pero no sé.

-  Yo sé que significa. Lorena es germano y quiere decir bonita,inteligente y sagaz (Gabriel estaba inventando impunemente),y en ti encaja muy bien.

-  Ah mira, gracias por ayudarme a descifrar el significado de minombre.

-  Y ¿qué estudias?

-  Soy profesora de inglés en el Jordán de Jesús, un ColegioInicial que está por Faucett, y ¿tú?

-  Soy bibliotecólogo.

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-  ¿Bibliote… qué? 

-  …cólogo. 

-  Bueno me imagino que debes leer bastante, dijo ella después

de lanzar una carcajada.-  No creas el trabajo en biblioteca es tan intenso que ni tiempo

tienes de leer.

-  ¿Y qué hace un bibliotecólogo?

-  Bueno, depende, si estás en el área de Procesos Técnicos, teencargarás de procesar el material bibliográfico, asignar uncódigo topográfico, código de autoridad y código de

inventario.-  Ah su, cuantos códigos. Suena interesante.

-  Sí, si no te quedas dormido en el trabajo o te distraes en elFacebook está bien. Más bien si estás en el área de circulacióntendrás definitivamente más acción. Interactúas con tususuarios. Eres un referencista, desde que les buscas sus libros,los llamas y absuelves sus interrogantes sobre cómo hallarinformación. La relación bibliotecario-usuario es única. Somos

el puente hacia los conocimientos que necesitan.-  ¡Qué bonito!…

Charlaron de todo ese día, pero se olvidaron de practicar elinglés. Desde ese entonces sus salidas se hicieron cada vez máshabituales, en sus largas conversaciones descubrirían que teníanmucho en común, entre lo que destacaba su gusto por la literatura, asíque un buen día, cuando se encontraban en unas bancas de laResidencial San Felipe, Gabriel decidió declararle su amor.

-  Lorena quiero leerte estas modestas líneas que me inspiré lanoche anterior.

-  Qué lindo de tu parte, te escucho Gabriel.

El poema era el siguiente:

Little Lorena, since the day I first saw youI was thinking of your eyes

And in spite that I know you fewI consider myself lucky among other guys

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Little Lorena, listen to meI just want you to accept now

To be my girlfriend and you can see

That I can make you happy for I know how

Little Lorena if you say yes in this momentWe can live like two doves

And fly so close around the world in silentJust looking each other fall in love.

Gabriel no perdió más tiempo y la besó, sus besos fueron tanintensos que hasta sus lenguas se entrelazaron. Él estaba seguro que

había llegado el amor de su vida ya que a la tercera va la vencida. Esatarde Gabriel no desaprovecharía la oportunidad para llevarla a otrolugar, a lo que ella se opuso en un inicio.

-  ¿Y a dónde vamos?

-  ¿Cómo a dónde? a mi casa pues, ya es tarde.

-  Es sábado, vamos a un lugar más íntimo donde podamosbeber algo y ver televisión.

Sí es solo para eso iré contigo pero si te quieres propasar memarcharé inmediatamente.

-  Confía en mi no haré nada que no desees.

Tomaron un taxi que los llevó hasta el Hostal Las Galarzas dePueblo Libre en el Parque San Martín. Una vez adentro se sentaron enla cama a ver cualquier programa en el televisor. Mientras que Gabrielcomenzó a acariciar sus hombros y ella le dijo que gracias puesnecesitaba unos masajes hace tiempo. Poco a poco se comenzaron a

acariciar entre ambos y luego a besar hasta estar muy pegados. Al pocorato ya estaban desnudos prodigándose mutuo amor.

-  Sabes, es la primera vez que lo hago con alguien Lorenita. Sepaciente conmigo sí.

-  ¿En serio?, no te creo, debes tener amplia experiencia en estascosas.

-  En serio, bueno técnicamente es la primera vez (Gabriel no

quería recordar la triste experiencia con la meretriz). Te amopero tengo algo de temor.

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-  Gracias por tu sinceridad, muy pocos hombres te dicen algoasí. Ven, vamos poquito a poquito ¿sí?

Esa noche Gabriel entró en el ser de Lorena y fueron una solacarne. Se juraron amarse de por vida y no dejarse jamás. Desde aquéldía vivirían momentos inolvidables viajando y compartiendo muchasvivencias hasta el día en que decidieron vivir juntos para estar cerca eluno del otro todo el tiempo. Gracias a la generosidad de su madre sealojaron en su casa para lo cual les proporcionó dos ambientespequeños a los cuales se adaptaron con mucho entusiasmo pues asíson todas las parejitas nuevas llenas de ilusiones. Pero pasado algúntiempo Lorena se comenzó a incomodar.

-  Gabriel, busquémonos un cuarto, tus hermanos son fregados,

no llego a tener confianza con ellos.-  Pero es mi casa también, además mi mamá es buena contigo,

mira todo lo que nos ahorramos viviendo aquí.

-  Sí, tu mamá es muy buena pero, en serio, yo quiero estar solocontigo en otro lado, lejos de tu barrio también, por ahí te dala tentación y te vas a bailar con el tal Gerald y el Fabi.

-  No digas tonterías, me gusta estar contigo, no te cambiaría por

un simple baile.-  Aun así me quiero ir, la vez pasada tu hermano Adriano me

dijo algo solo porque corregí a su hijo pues estaba escupiendoencima de los platos que iba a lavar.

-  No sabia eso, ahora mismo lo pondré en su lugar. Qué se hacreído yo nunca me meto con su mujer.

-  No digas nada, me sentiría más incomoda todavía. Por favorosito hay que irnos.

-  Trataré de no decirle nada, el fin de semana buscamos undepartamento ¿sí?… 

Gabriel decía estas palabras sin estar muy convencido puespensaba en que el dinero ya no le alcanzaba como antes además quedesde que acabó sus estudios su mira fue puesta en tramitar elBachillerato. Como siempre pagos y más pagos de constancias, dederechos, de publicaciones, etc. lo que obviamente lo dejó sin plata.

Cuando, después de seis meses, le entregaron el Diploma de Bachiller

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supo que ya no sería lo mismo, ya no vería regularmente a sus amigos(ahora colegas), ni habría tiempo de ir a las Bibliochocolatadas endiciembre, ni a los Bibliopaseos en el Día del Bibliotecólogo y tampocoa las Biblioconferencias de Letras. Claro, quedaba el consuelo de

reunirse por ahí de vez en cuando o de encontrarse en el chat un fin desemana o quizá confluir en el mismo trabajo, pero definitivamente yano sería lo mismo lo que le daba cierta nostalgia.

El primer trabajo que tuvo al egresar fue en el Hospital deEmergencias Pediátricas de la Avenida Grau donde estuvo a cargo delas historias clínicas. Desde el primer día se tuvo que enfrentar con loque la mayoría de sus colegas también pasaba, encontrar una ruma de

documentos empolvados y mal archivados. La paga aun no era la idealpero, luego de ser practicante por 4 largos años, al fin podía cobraralgo más del sueldo mínimo. Nunca terminó de adaptarse a aquelarchivo, pues a diario tenía que lidiar con el personal nombradoquienes por lo mismo de serlo eran bastante engreídos y altaneros loque, sin embargo, no fue obstáculo para lograr clasificar losexpedientes por su número de historia, separando las historias de losniños y bebés de los infantes fallecidos a los cuales solo les dibujaba un

cruz en el lado superior derecho para diferenciarlos de los primeros.

Cierto día, cuando se sentía verdaderamente aburrido de estarahí, recibió una llamada a medianoche del profesor Rober para que seintegre al archivo que estaba dirigiendo nada menos que en el InstitutoNacional de Cultura. No tomando en cuenta lo extraño de la hora le dijoque se presentaría lo más pronto posible. Las condiciones no estabannada mal, ganaría casi el doble de lo que estaba percibiendo además de

tener un trabajo indefinido por lo que terminó aceptando sin hacermás preguntas. En ese momento supo que ya era hora de partir decasa, de su barrio y de su vida pasada y de iniciar una nueva conLorena.

Desarrollaría sus labores en el Archivo de la Dirección deArqueología del INC. Esta vez el archivo era más grande y complejo, losexpedientes se contaban por miles y su antigüedad por decenas deaños. De todos modos no estaría solo, aparte de Rober estaba Dionisio,otro bibliotecólogo muy trabajador por cierto aunque demasiado

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callado para el gusto de Gabriel, sin exagerar a penas cruzabanpalabras durante el día lo que lo llevó a pensar que o tenía una especiede autismo moderado o él le caía mal por alguna extraña razón que noalcanzaba a comprender. Mas adelante, Dionisio se retiró dejándolo

solo con Rober.

Entre otros documentos arqueológicos curiosos que halló en eldepósito había uno de los años cuarenta donde el reputado arqueólogoJulio Cesar Tello autoriza la demolición de varias huacas en Lima paradar paso a la “modernidad” construyendo edificios en algunos casos o

ampliando avenidas en otros. También leyó con tristeza decenas deexpedientes denunciando la invasión y destrucción de zonas

arqueológicas, de huaqueos impunes y de salida ilegal de nuestropatrimonio hacia el extranjero. Lo que lo hacía pensar si en realidad elperuano de cultura media amaba a su patria.

Para el tiempo en que el INC se transformó en el flamanteMinisterio de Cultura durante el segundo mandato de Alan García(quien no sabía qué hacer para que la gente olvidara su desastrosoprimer gobierno) ya el archivo estaba en un 90% clasificado. Siempre

que Gabriel mira hacia atrás le parece imposible haber organizado esoscientos y cientos de voluminosos expedientes lo que, aparte de costarleinnumerables arañones y dolores de espalda, lo hizo gastar ingentesguantes y mascarillas.

Para ese entonces ya Gabriel y Lorena vivían en un modestodepartamento en San Martín de Porres. Todo marchaba muy bien y notenían mayores preocupaciones y precisamente ello los llevó aencontrarse cara a cara con el enemigo más peligroso de toda pareja: la

rutina.-  Mañana iré donde mi mamá Osita. No me cocines.

-  Pensé que me ibas a sacar, ya no salimos a ningún lado, noeras así cuando éramos enamorados.

-  Mi mamá está un poco enferma, además no podemos salirmucho, recuerda que estamos ahorrando para la lavadora, noquiero que te sigas malogrando las manos.

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-  Solo quiero que compartamos más tiempo juntos, toda lasemana trabajando y casi ni no nos vemos. Hoy te olvidaste dedarme un beso por la mañana.

-  ¿Segura, quizá se me pasó?, últimamente estás muy sensible… 

Estos pequeños reproches pronto se convirtieron en peleas.Gabriel comenzó a frecuentar su barrio nuevamente pues ya no sesentía a gusto en casa. A ello se sumó una anécdota que él vivió en elMinisterio. Fue tan amarga está última que Gabriel hizo lo posible porborrarla de su mente una vez superado el incidente y no quisorecordarlo más. Un buen día decidió hablar con Lorena sobre lo que lesucedía.

Lorena, desde que era un muchacho sentía periódicamenteuna crisis existencial. Ya te había platicado al respecto. Estavez esa sensación que creía ya superada ha vuelto a mi vida yno tengo las ideas claras.

-  Si lo he notado, estás raro amorcito, yo te ayudaré a superarlo.

-  Es que no me entiendes lo que trato de decirte es que necesitoestar solo y pensar. Me iré un tiempo de la casa, no esconveniente que me sigas viendo así, no quiero lastimarte.

¿Estás diciendo que te irás?, ¿acaso te hice algo malo?, ¿porqué actúas así, o tienes a otra mujer en el trabajo y no mequieres decir? (las mujeres tienes un sexto sentido y muydesarrollado).

-  No es eso, no lo puedo explicar pero necesito pensar, aclararmi mente, iré a casa de mi mamá, cuando esté bien de nuevovolveré si descubro que te sigo amando.

-  Si cruzas esa puerta, no te molestes en volver, quizá noencuentres a la misma persona que hoy te ama tanto y que leestás rompiendo el corazón con esa aptitud.

Gabriel dudó de su decisión un instante pero luego abrió lapuerta y se marchó con el corazón lleno de dudas mientras Lorena sequedó en su cuarto llorando. Con el correr de los días Gabriel no sabíaqué hacer, siempre se le veía pensativo, ya no rendía igual en el trabajoy no le fue fácil volverse a adaptar al hogar materno.

¿Cómo se te ocurre haberte alejado de Lorena? pobrecita¿dónde vas a encontrar a una chica tan decente y buena como

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ella? Los hombres son unos tontos. Y ni me presentes a otrachica o vuelves con Lorena o estaré resentida para siempre.

-  Son mis asuntos mamá, no te metas… 

Gabriel decidió entonces distraerse con aquello que siempre loayudaba. Encontró unos libros de Lorena que había dejado en la casa,la mayoría era de gramática, didáctica, morfología, sintaxis, fonética,fonología, semántica y semiótica tanto del inglés como del español loque lo llevó a reforzar mucho sus conocimientos en la materia pero noa olvidar a Lorena, esta vez la lectura no lo ayudaría. Entonces se fue albarrio, seguro tomar unos tragos con los muchachos y escuchar sushistorias le quitaría ese estado de ánimo. Salió un viernes por la nochepero solo vio a Gerald tomando solo en el Chasqui.

Amigo ya tomas solo, eso no es bueno.

-  Es solo uno pata, y ¿qué haces? ¡qué milagro!, al fin tesoltaron, me han dicho que estas pisado, mal ah.

-  Volví con mi mamá.

-  ¿Terminaste con Lorena?, pucha a esa flaca se le veía tranqui ’,me caía bien, ¿qué dirá Katia?

No dije que terminé solo me alejé un tiempo para pensar.-  No será que ella te dejó por que no funcionabas, Chinón dice

que eres impotente, dijo Chitis riendo a carcajadas.

Gabriel recordó que una de sus quejas silenciosas con Lorena eraque a pesar de los dos años viviendo juntos a un no le daba un hijo.

-  No, claro que no, el doctor dice que sí podemos tener solo hayque seguir intentándolo.

Gabriel quería olvidarse de todo ese día y, como nunca, se mareó,los tragos iban y venían.

-  Chitis, ¿qué dice la Fabi, sigue resentido conmigo pensandoque le hablé mal a Katia de él y que por eso lo choteó?

-  No sé, la otra vez le hablé de la flaca y se amargó, no lo supera,ese Chinón se templó de verdad.

-  Pero ella lo dejó porque el no sabía besarla, sus besos le daban

asco, ella me lo contó.

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-  Qué sí, dijo Chitis riéndose a más no poder, bien hecho pormal amigo, eso le pasa por querer atrasarme y meterse encosa de hombres. Todo da vueltas en la vida, y no paraba dereírse.

Pata no puedo olvidar a Lorena. Creo que cometí un error.

-  Uy, eso si está feo si vas a estar sufriendo mejor reconcíliate.

-  No me va a querer hablar más, soy un estúpido, perdí a laúnica persona que me amó de verdad.

-  Escríbele, toma mi RPC, hay bastante saldo, pon todo lo quequieras es de mi chamba y yo no gasto.

Gabriel le escribió solo esto: I miss youtoomuch. Pasado un ratose encendió la luz del celular: I miss youtoo.

-  Ya ves pata yo te dije, ahora búscala y llévatela a un telo, por28 de julio están baratos la otra vez me fui con una pupú porallá, dijo Chitis.

Gabriel lo pensó, no podía vivir sin Lorena, verdaderamente erael amor de su vida, había estado confundido por un tiempo pero ya nolo estaba. En el Ministerio conoció a una chica que hacía la limpieza, se

hicieron amigos, mientras Gabriel realizaba la descripción de losexpedientes en el WinIsis para luego exportarlos a una tabla de Excel yella venía a limpiar su oficina intercambiaron sus experiencias, ella eramadre soltera y había sufrido mucho, Gabriel le fue tomando cariño,una vez hasta casi se besan entre aquellos estantes siempreatiborrados de expedientes que olían a papel periódico viejo. Fue ahícuando decidió irse de la casa para poder salir con ella sin sentirremordimientos. Pero las cosas no sucedieron como pensó, Edith, queera como se llamaba no era lo que esperaba. Por sus compañeros de

trabajo se enteró que ella era así con todos los chicos que le gustaban yluego, por tener un affaire, con el jefe del Área de Mantenimiento,terminaron despidiéndola. La decepción fue grande en Gabriel peromás su estupidez pues no podía creer que hubiese querido dejar aLorena por una mujer así. El solo pensar que pudo ser infiel lo llevó asentirse mal y se arrepintió en lo más hondo de su corazón, ahora soloquería volver con Lorena pero: ¿Lo perdonaría?

Gabriel así borracho como estaba se despidió de Gerald, tomó untaxi y a las 2 de la mañana tocó la puerta de Lorena, pero para sorpresasuya salió una señora.

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-  ¿Quién es usted? ¿Qué quiere a esta hora?

-  Perdón me equivoqué, buscaba a una joven llamada Lorena.

-  Es mi hija, ¿qué desea? (La mamá de Lorena había llegado de

Jaén a estar con ella al enterarse de lo ocurrido).-  ¡Ah suegrita! mil perdones, soy Gabriel, su humilde servidor.

-  Mamá ¿quién es?

-  Hijita ¿no me digas que éste es el tal Gabriel que te dejó porotra?, ahora mismo llamo a la policía para que se lleve a esteborracho.

-  No, déjalo que me diga qué quiere.

-  No se enojen, Lorenita te amo, sí, te amo que lo escuche todoel mundo perdóname volvamos a empezar.

-  Está borracho joven ¡cállese!

-  Mañana hablamos Gabriel mi mamá tiene razón anda a tu casaa dormir.

-  ¡No! (y de repente se sintió lúcido) estoy hablando en serio,

tenemos que hablar Lorenita.-  ¿Ahora?, ¿a esta hora?, ¿estás loco?

-  Sí, loco de amor porque no te pude olvidar, eres todo para mí.

-  Mamá déjanos solos en la sala, por favor… 

Después de una larga charla, esa noche se reconciliaron, Lorenadecidió darle una segunda oportunidad y Gabriel durmió en el mueblede la sala. Al día siguiente se disculpó con la suegra también. Aunque

habían estado a punto de terminar el estar lejos el uno del otro hizoque se extrañaran mutuamente y comprender cuanto se querían enrealidad. Fue Gabriel quien hubo de tomar la iniciativa pidiéndoleperdón ya que la crisis había comenzado de su parte, afortunadamentevolvieron a juntarse ahora en un nuevo nidito de amor cerca a LosOlivos donde volvieron a comenzar, Gabriel nunca más volvería adejarla. Un buen día, al llegar del trabajo, la encontró más feliz que decostumbre y al interrogarla sobre lo que sucedía le dijo mira y lee,recién ahí notó que tenía entre las manos un papel que era más bien

una ecografía la cual confirmaba lo que tanto habían estado buscando.

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Sí, no cabía duda alguna, iba a ser padre por primera vez. Lleno dejustificado gozo la abrazó fuertemente.

Gabriel estuvo tan contento ese día que, sin pensarlo dos veces,salió de su casa hacia el Mercado Central, compró el primer anillo quevio y llamó a Lorena para que le dé el alcance en el Parque de laMuralla, ahíle propuso formalizar su relación casándose. Ella lecontestó en tono de broma que primero debía pedir su mano, lo queGabriel tomó muy seriamente y la semana siguiente los padres deLorena visitaban el hogar paterno de Gabriel para entregar la mano desu querida hija. Un mes después se realizó la boda en el registro Civilde la Municipalidad de Lima para lo cual fueron testigos su amigos dela Universidad Óscar y Leticia.

Dos meses después, cuando Gabriel tramitaba unos documentospara un nuevo trabajo que estaba por comenzar, Lorena llamó a sucelular para confirmarle el sexo del bebé. Sería varón, lo que lo volvió aemocionar mucho. No pudo menos que pasar por la Iglesia de LasMercedes en el Jirón de la Unión y agradecerle a Diosito y al PadreUrraca por estas buenas nuevas. La ilusión de ser padre lo llevó acomprar ese mismo día en Amazonas alguna literatura sobreestimulación y esas cosas. Sinceramente no sabía que existieran tantostratados sobre el tema como la estimulación: pre y post natal, la

lactancia, el parto y el aprendizaje.La segunda preocupación de ambos fue ponerle un nombre. En la

familia de él eran partidarios de ponerle nada menos que Adriano.Después de todo Adriano fue su padre, Adriano Abel su hermano,Adriana Karin una de sus hijas, Adriano Pietro, su único hijo varón yAdriano Hugo Fabian, el hijo de éste, esto es, su sobrino nieto. De otrolado, el hijo de su hermana Anabel es Jaime Adriano y también tenía unprimo llamado Adriano Romero (a quien su papá criara como a unhijo) y cuyo hijo es Christian Adriano, el hijo de la hermana de éstetambién es Adriano y la nieta de otra prima se llama Adriana. Entre susotros hermanos, uno se llama Camilo Adriano y él mismo era GabrielAdriano. Además que Adriano fue un gran emperador romano quehasta un mar lleva su nombre: el Adriático. Finalmente, una de susmejores amigas del barrio se llamaba Adriana.

Más, a pesar de todos estos argumentos, por contundentes queparezcan, él siguió un camino muy distinto y decidió que su hijo sellamaría Dante. Lo que lo motivó a ello fue la simpatía que sentía por

Dante Alighieri, escritor italiano autor de la gran obra La DivinaComedia que lo llevara a un recorrido por el Infierno, el Purgatorio y el

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Cielo. A esto hay que añadir que Dante es un nombre en italiano,idioma por el que sentía un particular apego. Para acallar las protestasde Lorena, Dante llevaría como segundo nombre César, por su abuelomaterno, nombre que también le agradó pues el vanguardista César

Vallejo era uno de sus poetas favoritos.Pasadas la nauseas y mareos de rigor organizaron el

BabyShower. Parientes y amigos se hicieron presentes para elacontecimiento donde sus hermanas fueron muy generosas con suayuda para los preparativos. Al dar sus palabras de agradecimiento alos convidados les leyó unos pensamientos que se había inspirado en lanoche anterior:

Hijito Dante, hoy que nos reunimos todos en este hogar

Quería decirte lo mucho que has iluminado nuestras vidasEres una bendición que Dios nos ha enviado

Tu abuelita Carmen siempre reza por tiTu mamita Lorena te canta mirando a su vientre todas las noches

Tu abuelito Adriano vela por ti desde el cieloY yo, Dantito, solo espero poder enseñarte todo lo que sé a fin de

que llegues a ser un gran hombre en la vida.Nunca olvides que todos tenemos una misión en este mundo y

cuando la descubras lucha con todas tus fuerzas por lograr tus metas.

Todos, pues, esperan por ti y cuando nazcas diremos:¡Bienvenido seas Hijito!

Mayo 2,011

El día que Lorena comenzó con sus primeras contracciones y losnervios estaban a flor de piel, Gabriel tuvo que pedir permiso en eltrabajo. Cuando llegó el momento la tuvo que internar. Esa noche, un17 de setiembre (Dante, Lorena y él son virgo) y cuando en el gran

reloj de pared de la Sala de Espera del Hospital Municipal de Los Olivoseran las 8 y 45, Gabriel fue llamado por la enfermera a la Sala de Partopara ayudar a la mamá con el proceso de expulsión. Se sentía muytenso en ese momento pero a la vez expectante hasta que, luego demuchos intentos, al fin vio la luz de este mundo su vástago llorandodesconsoladamente. Cuando las enfermeras lo pusieron en sus brazossintió una dicha tan intensa que llenó el vacío que había dejado en él lapartida de su padre cuando lo vio morir. Ya podía decir que había vistoa la muerte y a la vida de cerca.

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La llegada de Dante Linares colmó sus vidas de alegría, en verdadDiosito siempre había sido muy generoso con sus dones. La maneracomo un padre llega a querer a su hijo no tiene parangón con otro tipode amor, como decía su papá: “uno llega a querer más a sus hijos que a

sus mismos padres”. Y eso mismo les sucedió con el osito Dante, pues apesar de las amanecidas, los repetidos cambios de pañales, los gastosexorbitantes y los llantos desbordantes uno solo lo quiere más y máscada día. Es el verdadero amor cristiano: dar todo por aquel que seama sin esperar nada a cambio.

Gabriel y Lorena decidieron bautizar a Dante para el siguienteaño para lo cual eligieron como padrino al flamante esposo de Katia,Albert, y de madrina escogieron a la amiga de Gabriel, Olenka que para

esas fechas ya había terminado con Manuelito y con su nueva parejaejercía el duro oficio de la maternidad con dos lindos vástagos. Unanoche (cuando Dante tenía 6 meses) Gabriel estaba en la computadoray escuchó a Lorena quien le dijo que viniera al cuarto de inmediato. Loprimero que Gabriel vio o más bien oyó fue a su primogénito diciendo:“papá, papá…” el gozo de su padre fue tan grande que inmediatamente

lo cargó y llenó de besos. Era el mayor placer que experimentara hastaese momento en su vida cuando, de repente, del departamentocontiguo se oyó una música de Niche:

Juntos, caminemos juntosotra oportunidad que me da la vida

saber que tú eres mi obra consentidael hijo que pidiera cuando a tu madre conociera.

Luz, dale luz a tus sentidosúngelos con sabia fresca de aquel árbol

imaginación acude en el peligro

sobrio cuando tomes decisiones.Sabio, preparando el caminoamigo, saber cuál es el amigo

no hagas caso al que es mezquinotoca la puerta al buen vecino.

Anota en tu memoria las traicionesconsidera injustas las razones

renuncia por siempre a las pasionesúnete a mí, así más fuerte y adelante… 

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Y busca una mujer como la míaque de frutos como tú.

Que llora de alegría al saberque su primer hijo fuiste tú.

Y que ser buena es su mejor virtud.Hijo mío, hiiijo mío.

En esta ocasión, las lágrimas que rodaron de los ojos de Gabrielfueron de felicidad, ya había logrado otra de sus metas en la vida.

LA MADUREZ

Gabriel estuvo cerca de 3 años en la Dirección de Arqueología,para ese entonces había hecho grandes amigos con los que se sentíaidentificado ya que la mayoría de arqueólogos eran sanmarquinos.Rober, por su parte, le tenía una gran confianza aunque le costó trabajoacostumbrarse a no decirle profesor. De otro lado, había apoyado enotras áreas aprendiendo mucho sobre labores administrativas. Pero yasentía que no podía aprender más y que si se quedaba más tiempo

sería limitar su desarrollo profesional. Así que decidió buscar nuevosrumbos y, cuando halló uno nuevo, renunció al Ministerio teniendo ungran pesar por dejar de ver a sus compañeros. Cuando le contó ello auna amiga, ésta le dijo: “No te preocupes Gabriel, la mejor manera de

no extrañar a tus amigos es haciéndote nuevos en tu nuevo trabajo…” 

En ese entonces, antes de iniciar un nuevo trabajo se puso a leeralgunos libros de bibliotecología que tenía en casa pero que jamáshabía tocado. Entre ellos había que destacar “Clasificación e

indización” de la recordada Erlinda Chávez Barriga, libro muy

ilustrativo el suyo, donde de manera teórica enseña qué es laclasificación y los más difundidos sistemas de clasificación que existenen el mundo para más adelante hacer otro tanto con la indización y loslenguajes de indización. Otro libro que le llamó mucho la atención fue“Legislación archivística” del Archivo general de la Nación que señalatodas las normas que deben seguirse para el correcto procesodocumental en todas las entidades del Estado, esto es, el Sistema

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Nacional de Archivos. Éste último lo ayudaría mucho en la elaboraciónde su Informe Profesional.

A propósito, el Informe Profesional consiste en una evaluación de

cualquier Unidad de Información a fin de proponer una mejora osolución al problema o los problemas hallados. El hecho de que lamayoría de bachilleres opte por está opción para la titulación se debeno tanto al hecho de que su elaboración sea menos compleja que unatesis sino a que la Escuela lo “propone” como la única modalidad viable

ya que si uno opta por la tesis encuentra un sinnúmero de piedras en elcamino. El Informe se elabora en el marco de un Seminario conducentea la Titulación el cual requiere de una inversión bastante onerosa que

hizo endeudarse a Gabriel hasta con la ropa que llevaba puesta.

Después de un largo año de correcciones y de corretear al asesoral fin logró que su proyecto sea aprobado y se le llamó para sustentaren el salón de Grados y Títulos de la Facultad al día siguiente por latarde. Gabriel estuvo esperando dicha llamada por mucho tiempo yahora que la recibía pensó que mejor no le hubiera llegado, se pusonervioso, estaba preparado, había estudiado, pero aun con todo hay

emociones que no son fáciles de controlar en determinadascircunstancias. De todos modos, el día esperado llegó, Gabriel estaba ensu cama cuando el televisor lo despertó y lo primero que oyó fue lanoticia de que había paro de micros. No puede ser y justo hoy día se lesocurre hacer paro, qué abusivos, así no juega Perú. Pensó que por latarde el tráfico se regularizaría como siempre. Salió de casa a eso de las2, quería llegar temprano, además podía tomar taxi como últimaopción. Al llegar a la avenida estaba desierta de micros pero los

paraderos llenos de gente, taxis sí había pero todos llenos. Qué lata,pensaba y ya le dolían las piernas. Por una hora estuvo esperandoalguna combi pirata que parara porque las pocas que había pasabanrepletas, ¿cuándo resolverá el problema del tráfico la Tía Regia? yluego no quiere que la revoquen, meditaba en silencio. Al fin una sedetuvo, toda la gente corrió a subirse, pero él tenía claro que debíasubir sea como sea. Así que entre empujones y empellones se abriópaso, primero colgado en la puerta junto al cobrador, pero luego

acomodándose un poco más al medio de la custer.

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Luego de media hora de viaje, el cobrador gritó “¿Quién baja

Puerta 3?” a lo que Gabriel aprovechó para bajarse sin pagar pasaje. Alfin había llegado a su Alma Mater, era una tarde tristona como es lamayoría de veces en Lima, a pesar que era primavera. Al entrar a la

vieja Facultad de Letras y Ciencias Humanas otra vez se llenó depensamientos respecto a la sustentación. Al subir las polvorientasgradas que llevaban a la Sala de Grados y Títulos, vio de lejos a sumamá que había llegado a verlo y darle ánimos (Su esposa se habíaquedado con Dante pues aun era muy pequeñito para estas cosas). Québuena es mi mamá, pensó, siempre está a mi lado en estos momentosdifíciles, así que se llenó de valor y se sintió seguro de salir airoso deesta prueba. Luego de una larga espera, fue anunciado su nombre ysubió al podio a defender su Informe Profesional.

Ante el Jurado, su mamá y otros familiares que habían idollegando sustentó por media hora luego de la cual fue bombardeado depreguntas de todo tipo por los Informantes y el Presidente del Jurado.Aunque estaba algo nervioso, lo que se notaba en su hablar rápido,salió airoso de todas las “trampitas” que le quisieron poner. Una tensa

espera tuvo que pasar aun mientras el Jurado deliberaba. Terminada

su deliberación se leyó el Acta de Sustentación donde se le otorgaba elTítulo de Licenciado en Bibliotecología y Ciencias de Información porel Informe “Organización documental del Archivo Especializado de la

Dirección de Arqueología del Ministerio de Cultura”. Luego del brindis

y las felicitaciones de rigor, se le acercó el maestro Carmona, su asesor,quien le dijo estas sabias palabras: “No te duermas en tus laureles,

Gabriel, esta no es la meta, es solo un paso más en tu desarrolloprofesional, así que nunca dejes de prepararte y superarte en este

mundo tan competitivo…” 

Volviendo al tema anterior, una de las razones por las que seretiró del Ministerio fue porque lo habían llamado de la UniversidadTecnológica del Perú para apoyar en su Biblioteca Central atendiendo alos usuarios, actualizando la base de datos y clasificando lascolecciones, en su mayoría libros de mecatrónica, programas decomputación y robótica. Pero la experiencia que viviera allí es

ilustrativa de lo que los bibliotecólogos tienen que afrontar en lamayoría de los centros laborales que aun no valoran esta profesión.

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Cuando le presentaron al personal notó que el jefe de la biblioteca noera de la especialidad sino abogado (se preguntaba que diantres sabeun abogado de administración de bibliotecas), luego notó muchoprotagonismo en la secretaria, lo que no está mal si ese entusiasmo lo

utilizara para cumplir adecuadamente con las funciones que le sonpropias y no para querer dar órdenes a los mismos bibliotecólogos decómo deben hacer su trabajo, esto solo revela un menosprecio de loque hacemos y aceptarlo es no hacernos respetar, pensaba Gabriel.

En todo trabajo también hay intrigas, envidias y “maleteos”y ésteno era la excepción, incluso entre colegas suyos notó eso, lo que ledolió mucho, pues, sabido es que hay muy pocos especialistas para este

enorme campo laboral que aun no comprende la importancia de lasbibliotecas y de los archivos y que por la misma razón ellos deben sersiempre unidos para hacerse escuchar ya que, a decir verdad, la voz delCBP y de la Escuela, no se deja oír por ningún lado si no es paraanunciar la creación de un nuevo curso o la realización de algún eventoo seminario y de la BNP ni hablar ya que ni siquiera ahí el Directorsuele ser bibliotecólogo pues se argumenta que es un cargo deconfianza. Nunca pudo entender porque los cargos más importantes y

que son de toma de decisiones sean de “confianza” y no confiados apersonal especializado en el área y que esté preparado y seacompetente.

Pero la gota que derramó el vaso en la UTP fue que al final decuentas su sueldo no sería el que le dijeron en un principio sino lamitad de aquél y el resto un “bono de productividad”. Como es obvio

renunció por dignidad ya que según les dijo: “no somos simples

obreros que trabajamos al destajo”. La única persona sincera queencontró en ese lugar fue a un colega llamado Aquiles Amado quien sedesempeñaba en la Biblioteca de Contabilidad de dicha universidad.

Finalmente, llegó a la Universidad San Martín de Porres, para suBiblioteca Central también. Pudo ver con agrado que ahí sí existía unSistema de Bibliotecas y bibliotecólogos en el área que lescorrespondía. Claro, aun había muchas cosas por hacer y errores quecorregir pero, en general, se podía decir que andaba bien encaminada.Ahí se encontró con sus compañeras de base Lisseth (quien no quiso

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hablarle sin ningún motivo aparente lo que lo llevó a pensar que lasmujeres son incomprensibles y tratar de entenderlas era perder eltiempo, consejo que había leído nada menos que en el Kamasutra),Carola (que seguía siendo tan buena persona como siempre), ella se

encargaba de ingresar los registros en el Sistema Sabini y Celinda (queera coordinadora del área de Gestión de Procesos), además de otrosbiblios como Ruber (un gran polemista, pues tuvieron variasdiscusiones de política y filosofía en la cafetería del Campus), al seriode Jesús (quien le caía bien porque de joven quiso ser sacerdote aligual que él) quien se encargaba de hacer las puntuaciones enCybertesis y a Miguel (ingeniero de sistemas siempre dispuesto aayudar a todos y que tenía una contagiosa sonrisa en los labios en todomomento). Luego de pasar año y medio como referencista fueascendido, por la jefatura encabezada por la Licenciada Kornelia, alcargo de coordinador lo que representaba una nueva experiencia paraél que esperaba realizar de la mejor manera, en su gestión tuvo laoportunidad de organizar el 3ª Expolibros, repontenciar el Sistema deBibliotecas (SIBUS), programar charlas de capacitación para losusuarios y proponer la implementación de dos bases de datosespecializadas en comercio exterior para los alumnos de esaespecialidad: Datatrade y Veritrade. Definitivamente la gestión era loque más le gustó hacer. Lo negativo de este trabajo era que máximo auna persona la contrataban por cuatro años y medio (sin importar elmérito que haya hecho) pues la SMP quiere evitar nombrar a supersonal para “ahorrar costos” como si el reconocer los derechos

fundamentales de cualquier trabajador se deba medir en costos comosi fueran bienes y servicios… 

Una pequeña oficina, rodeada de galerías (que ofrecían los másdiversos productos desde ropa a computadoras) ubicada en el segundopiso de un moderno edificio, albergaba al Colegio de Bibliotecólogosdel Perú conocido simplemente como el CBP o el Colegio. Olenka habíallegado a eso de las 6 de la tarde, al ingresar a dicha oficina la esperabaun señor de saco y corbata, ambos azules; era bajo, un poco trigueño yde hablar pausado y cómo de unos cincuenta años.

¿Cómo está licenciada Lara? Me da gusto que viniera, tomeasiento por favor.

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-  Para mí es un gusto también Señor Decano, quería saber si minúmero de colegiada ya ha sido generado.

-  Así es, su número de colegiatura es 425. Ayer vino un joven,déjeme ver, ah sí el licenciado Linares, él es el 424.

Él ha sido mi compañero de clase, y también de trabajo en laSMP, es muy buen profesional.

-  Le dije que nos ayudara a hacer un informe sobre la cantidadde egresados que están laborando actualmente en archivospara ver la posibilidad de crear una especialidad en esta áreay así los egresados de ENA se podrían colegiar también.

-  Me parece excelente idea, sé que él ha trabajado en archivospor muchos años de seguro le hará una propuesta interesante.

Justamente quería saber si usted también nos puede dar unamanito, claro de manera Ad Honorem, mire he visto su CV yveo que tiene la capacidad, si los colegiados no apoyan esto seva al agua, cada vez hay menos participación, ni las cuotaspagan al día.

Olenka recordó a su viejo amigo y el trabajar en un proyectojuntos le daba cierta emoción, le dijo al Decano que esa misma noche

llamaría a Gabriel para iniciar las coordinaciones… 

Mientras tanto, la nueva preocupación de Gabriel era encontrarun trabajo estable pues ya tenía sus años y peinaba algunas canas,además, por qué no, vivir la experiencia de llegar a dirigir algún día auna Unidad de Información. En tanto, se entretenía con nuevas lecturascomo El Día de la Cuenta de Jesús López Sáez, El nombre de la Rosa deUmberto Eco, La Carta Magna y El Código Justiniano (éstos últimos,

libros de leyes tan aburridos como todos los de su género).Un 17 de mayo, al levantarse, recordó que era santo de su papá y

que además por el aniversario de la SMP habían dado día libre por loque decidió salir a dar una vuelta. Lorena le dijo que no demorara yque lo esperaría con el almuerzo listo. Tomó el Alimentador delMetropolitano hacia la Estación Central y de ahí se embarcó en la RutaB hacia Alfonso Ugarte. Mientras viajaba y veía el intenso tráfico decombis, colectivos, y taxis alrededor de la vía troncal, los ambulantesque llenaban las pistas, las casas mal pintadas, los postes llenos de

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volantes, gente orinando por la calle, se preguntaba del por qué suscompatriotas (y se incluía) eran tan desordenados, tan informales, tanimprovisados. Nos falta disciplina, cultura, pensaba, leer más, desdepequeño había vivido esta realidad que no iba a cambiar solo porque el

país ahora exporte más o algunos deportistas ganen medallas.

Al llegar a la Plaza Dos de Mayo decidió bajarse y tomar unacombi hasta Mirones. La combi lo dejó en El Paso de La Colonial. Loprimero que vio al cruzar fue la Panadería Deli, qué ricos budines hacíala chinita Meche ahí cuando yo era chibolo, recordaba. Al seguiravanzando se topó con el quiosco de periódicos de su amigo de colegioLlactahuamán. Al preguntarle al jovencito que vendía ahí éste le

contestó que era su hijo y que su papá ahora tenía otro puesto en Ate.Gabriel, luego de repasar los titulares de algunos diarios chicha quehablaban de muertes, asaltos y escándalos en Chollywood, continuo sucamino y vio al frente suyo a su querido colegio el Hipólito Unanue elcual estaba todo remodelado, recordó que el gobierno estabaarreglando a los colegios emblemáticos. Cuantos recuerdos le trajo alpasar por las ventanas exteriores de los salones. ¿Qué será del estrictoprofesor Sáenz, ya habrá fallecido?, de la bella profesora de inglés

Liliana ¿se habrá casado? Sobretodo, recordaba a la señorita de labiblioteca, ahora sí la comprendía, sabía que había sido alguienimportante, ojalá siga de bibliotecaria, se dijo, aunque ya debe estarmuy viejecita.

Gabriel no se detuvo, siguió caminando hasta la altura del Parquede la Bandera en Elio donde tantas veces se reuniera con losmuchachos, esas charlas infinitas las añoraba. Se quedó un rato

pensando frente a una caseta nueva del Serenazgo que había en una delas esquinas del parque cuando, en eso, una moto le pasa muy pegadaque casi lo tira al piso, cuando reaccionó vio a un hombre pequeño decasaca verde y con un casco puesto subido a una Yamaha ahoraestacionada.

-  Chitis, pensé que me iban a robar.

-  Habla Gabriel, hasta te dejas ver, ahora sí que estás pisado,

¿qué te cuentas?

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-  Me dieron día libre y ¿qué me dices de la gente, tiempo que nolos veo?

-  Uyyy ya la gente no se reúne como antes a las justas veo al Tío

Pintamé, ya se jubiló pero sigue igual de choborra y lisuriento,ahora le dicen La flor de la canela.

-  ¿Por qué?

-  Porque derrama lisuras pues. Ah, te cuento, Jorgito entró a laUniversidad, para que veas. Quien iba a pensar ¿no? por esodicen que nunca es tarde, lo que sí no tiene mujer, creo quemorirá piticlín.

-  Y los demás, ¿Chinón?, dijo Gabriel después de reírse de lasocurrencias de Chitis.

-  Bueno, Willy se fue a Chiclayo, ahora es supervisor en elTottus de allá, dicen que tiene un hijo pero la verdad no lo sé,mientras que Kikín se mudó a Santa Anita, trabaja con su tíoen un taller. De Chinón ni me preguntes, sale con una tía queconoció por Internet, ella está templada y él se aprovecha y le

sangra, ya ni se le ve, se desaparece todos los fines de semana.

-  Ese Fabi, y ¿tú amigo, qué estás haciendo por la vida?

-  Estoy trabajando como tramitador en mi motito, mi chambaestá en Salamanca. Saco más o menos porque me ponen lagasolina.

-  ¿Y las mujeres qué dicen?

Cuando te lo cuente te vas a reír, estoy saliendo con unachibola, pero bien chibola, recién cumplió 18 y ya la estoymetiendo a mi casa. Creo que esta vez va en serio pata… 

Luego de tomarse una par de inkakolas en la fuente de soda delgrifo que está frente a Palomino, Gabriel se despidió y siguió sucamino. Pasó por los parques de Cipreses, cruzó calles, anduvo porpasajes, en fin hizo toda la ruta que hacía cuando se iba a pie de su casa

a San Marcos. Cómo ha cambiado el barrio, se decía, siguen

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construyendo departamentos nuevos por doquier. Al cruzar la avenidaAmezaga ya se encontraba en la Puerta 3. El guachimán no lo dejabaentrar pues ya no tenía carné a lo que Gabriel le respondió que era mássanmarquino que el comedor universitario lo que ablandó un poco al

guardián y lo dejó pasar.

Pasó a lo largo del Bosque de Letras, había cambiado, ahorahabía menos árboles, parecía solo un jardín grande. Al llegar a lapuerta de la Facultad de Letras se topó con el busto pensante deVallejo. Quizá piense en cómo solucionar los problemas de laUniversidad, reflexionó Gabriel. Siguió de frente y vio a lo lejos laBiblioteca, se acercó y miró por la ventana, estaba igual, incluso

estaban los mismos encargados, solo que más viejitos. Se preguntaba siera correcto que Marcelito sea ahora el jefe de biblioteca habiendo sidosolo jardinero en un principio y asistente en la biblioteca después. Ypensar que antes para ser Director de una biblioteca había que tener lasapiencia de Palma o la capacidad de Basadre, se dijo. Pasó por lacopiadora de René y vio a su hermana Renata que lo saludó al verlo.Vaya al fin alguien me saluda, cuando uno egresa parece que nadie loconoce, pensó. Subió por las escaleras hasta la Biblioteca de Posgrado

pero solo vio salones. Es cierto, recordó, Educación se mudó hacetiempo, ¿cómo lo pude olvidar? Salió de la Facultad tan rápidamenteque al pasar por la Escuela de Bibliotecología no se detuvo a mirar laúnica placa de graduación que tenía un título en la lengua del IncaGarcilaso llamada ApakunanLlullay y al salir tomó el Burrito hastaEducación, una vez ahí preguntó por la Biblioteca de Posgrado. “Siga de

frente”, le respondieron, “hasta el fondo, ahí la encontrará”. Al entrar

vio a Armando que atendía a un docente.

-  Armandito ayúdeme con este tema, es psicología delaprendizaje.

-  Muy bien profesor, tengo algunas tesis de maestría que lepueden servir.

-  Y ¿cómo las busco? el catálogo parece complicado.

-  Yo lo voy a guiar paso a paso no se preocupe.

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Gabriel pensaba en lo buen referencista que era Armando. Sitodos los biblios fueran así, se decía. En eso, Armando lo ve y lo llama aque entre por el mostrador. Hablaron bajito pues varios usuariosestaban leyendo.

-  Flaco ¿qué tal?, que gusto verte, pasa.

-  El gusto es mío Armandito. No quería interrumpirte. Y ¿cómoestás? Así que sigues acá, no sabía si te encontraría.

-  Ya me jubilé, ahora solo trabajo con Recibo por Honorarios,me gusta esta chamba, por eso quiero sacar mi título noimporta cuánto me tarde.

-  Así será, piano piano si va lontano, como dicen los italianos.¿Qué sabes de los muchachos?

-  En primer lugar, Jaime y Óscar están ahora en la UniversidadPeruana de Ciencias Aplicadas, me parece que Cristiano sigueen Cibertec. De la Cuti supe que se casó con Fiorella, teimaginas, al final le terminó haciendo caso. A Leticia si no lahe visto.

-  Está en una Minera. Se ha asegurado ahí. Ha hecho unamaestría en administración.

-  Yo sabía que ustedes estaban para cosas grandes.

Gabriel recordó a sus antiguos compañeros, las pocas veces quelos había vuelto a ver se vestían más formalmente, habían dejado deusar los clásicos jeanesazulescon zapatillas y polos con capucha que

caracterizaba a los alumnos sanmarquinos. En las veces que se habíaencontrado con Leticia y Olenka ambas lucían un laceado muy bonito yhabían ya abandonado sus clásicos moñitos en la cabeza. Incluso Jaimeera ahora coordinador en el Centro de Información de UPC, quien loviera con su traje de etiqueta, peinado con raya al costado y hablandopulidamente no pensaría que una vez fue el chico rebelde que queríacambiar el sistema con métodos no convencionales.

¿Y tú dónde estás ahora Gabriel?

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-  En la SMP, con Carola, Celinda y Jesús.

-  Sí, sí lo recuerdo a él, un calvito bien serio. Parece cura, tienela pinta.

Pero es buena persona.

-  Oye, no sabes, Carmela va a ser mamá. Su BabyShower será enunas semanas, las chicas le están organizando, lo vi en el Face.

-  ¿Qué sí?, no me digas, que buena noticia ojalá pueda ir.

-  No creo, tú estás pisado.

Tanto me lo dicen que ya me lo estoy creyendo, dijo Gabrielriéndose.

-  Te cuento, el profesor Loyola sigue enseñando a pesar de lodel plagio, es una huevada solo porque es nombrado… 

La charla se prolongaría por una hora más, Gabriel se acordó quetenía que ir donde su mamá, se despidió y se dirigió hacia allá.

-  Gabrielito, estás todo desabrigado, mira que ya está haciendo

frío. Estoy triste, Mirtha me ha confirmado que se irá de viajea Italia con Gianluca. Tengo miedo, él parece buena gente perose conocieron por Internet, no sabemos cómo será en elfondo.

-  Bueno madre si se quieren no podemos hacer nada ella yaestá grandecita, además así es mejor, te vienes a vivirconmigo.

-  Quizá, pero no quiero ni pensar cuando tu hermanita se vaya.Y ¿cómo te va en el trabajo hijito, ya te ascendieron a jefe?, tútienes la capacidad, ya deberías tener tu oportunidad. Tequedas a almorzar ah.

-  No puedo mamá tengo que irme en un momento ya… 

Gabriel no se quedó mucho, subió por el camino de palmeras que

da a la gruta de San Martín, y salió del parque, cruzó la calle y anduvohasta llegar a la Comisaría Mirones, la ladeó y pasó por el Salón

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Comunal para luego dar vuelta por la Posta Médica. Su destino era laParroquia San Pío X y ya había llegado, estaba abierta, entró, no habíanadie más, luego notó que estaba toda remodelada, más bonita. En esolevantó la mirada y vio al Cristo de madera colgado de la cruz, estaba

igual, era lo único que no había cambiado. Gabriel recordó que haceexactamente 20 años, con el espíritu lleno de fe, le pidiera a ese mismoCristo que lo ilumine para encontrar su vocación, quiso agradecerle,decirle que le disculpe por su alejamiento de la Iglesia, pedirle por elalma de su padre, por la salud de su madre, pero él ya habíacomprendido, a Dios no hay que hablarle así, Él lo sabe todo, solo hayque abrirle su corazón y escuchar y eso hizo Gabriel. Lo quedó mirandoabsorto, parecía que lo miraba a su vez, cerró sus ojos y se sintióreconfortado, lleno de paz, al fin había terminado su inseguridadpasada. Cuando, en eso, una voz algo chillona, le dice:

-  Joven, ¿No desea confesarse? el Padre está en el confesionarioahora.

Gabriel volteó y vio que era una viejecita, bajita, de moño, cientosde arrugas y más canas que Matusalén con un Rosario que cargaba en

sus pequeñas manos huesudas, había estado tan concentrado que no laoyó venir. Sin tomar en cuenta su pregunta le respondió lo siguiente:

-  ¿Está el Padre Hugo ahí?

-  No, él viajó hace un año a su pueblo, en Colombia, y de ahí leencomendaron una misión en África, así son los Combonianos,una orden misionera muy activa.

Gabriel pensó que ese hubiera sido su destino si se hubiera

vuelto sacerdote, entonces se dio media vuelta y procedió a marcharse.

-  Espere joven, ¿seguro qué no quiere confesarse? está el PadreCarlos, él es muy comprometido también.

-  Será en otra ocasión señora, que tenga buen día.

Gabriel tomó un taxi hacia su casa pues Lorena lo esperaba acomer. Durante el trayecto el taxista le conversaba muy a su pesar pues

él quería ir meditando como siempre.

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-  Hermano yo creo que Nadine debería postular es biensimpática.

-  No debería fijarse solo en eso, ¿qué hay de su capacidad?

Además sería una práctica chavista, dijo Gabriel a quien esaspalabras lo animaron a debatir.

-  Pero si es más popular que su esposo. Además todos votamospor él para que no gane la corrupción.

-  Corrupción hay en todos lados. Sin embargo, Humala estáaplicando el plan de Gobierno de la derecha que tanto decíacombatir. Daba lo mismo si ganaba PPK o Keiko.

-  No sé, pero sería raro que un presidente cumpla sus promesaselectorales.

-  No solo raro, rarísimo, siempre gana el candidato que lemiente mejor al pueblo, es atípico en nuestro medio quealguien sincero y leal llegué al poder. El pueblo lo rechazaría,recuerde a Vargas Llosa. Mientras no haya una cultura políticanos seguirán estafando.

-  Calacho sí, a mí ni me gusta ir a votar, debería ser voluntario.

-  Por supuesto, y ahí solo irían los que verdaderamentetomaran en serio a la política… 

Una vez en casa, antes de sentarse a la mesa, se puso a jugar conDante quien lo reclamaba insistentemente para que lo pasee en sucarrito y luego ponerse a dibujar patitos en una cartulina. Gabriel había

tomado muy en serio todo lo que respecta a la educación de su vástagoy le ayudaba mucho el hecho que él haya sido bien despierto desde sumás tierna edad. No sabía si de grande quisiera seguir sus pasos comobibliotecario, pensaba, por lo menos se veía que le gustaba leer ya quea su año y medio de vida ya podía identificar las 5 vocales y donde lasveía las estaba repitiendo. Sin embargo, estaría satisfecho de habervivido lo suficiente para enseñarle todo lo que sabía y lo pueda versuperándolo y ser una persona de bien.

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Lorena le dijo durante el almuerzo, mientras comían unadeliciosa lasaña preparada por sus propias manos, que por qué noescribía un libro: “…tienes  todo para ser un escritor, que ganasacumulando conocimientos sin compartirlos con nadie, cuando mueras

todos te recordarán y tus ideas no se perderán, mira que no es hombreen la vida quien no ha engendrado un hijo, construido una casa,sembrado un árbol y escrito un libro”. Gabriel se quedó pensando en

eso. Por la tarde se sentó en su escritorio y comenzó a escribir unboceto de algo así como las vivencias de un bibliotecario.

Mientras escribía esas líneas, Lorena lo llamó para decirle:“Gabriel, si escribes algo de nosotros también debes escribir algo de

éste otro (señalando su panza)…” Noticia que lo sorprendió muchopues no sabía que había otro bebé en camino, a lo que él aunsorprendido le contestó otra cosa: “no te preocupes Osita que si es

varón lo llamaremos Adriano y si es mujer Natalia y lo querremostanto como a Dante…” 

En eso, estando él sumido en estas ideas, una voz femeninainterrumpe sus pensamientos: “Señor Linares, Señor Linares, ¿Está Ud.

ahí?, pase por favor a la oficina, ya es su turno”. En ese momento se dio

cuenta por su reloj que ya habían transcurrido cuarenta y dos minutosdesde que estuvo esperando para su entrevista personal ¿Seríacontratado para la mejor oferta de su vida? ¿Estaría todo arreglado?¿Le dirían: no nos llame nosotros lo llamaremos? Con estas nuevasreflexiones cruzó el umbral de la puerta que lo llevaría a su destino… 

Fin

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8/18/2019 Vivencias de Un Bibliotecario

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 Apuntes Finales

“Vivencias de un Bibliotecario” se terminó de redactar en el

verano de 2013 y se mandó a imprimir a mediados del mismo año. Los

personajes que son mencionados ocasionalmente a lo largo del relatono necesariamente llevan su nombre original. Los acontecimientos quese detallan en el texto, especialmente los referidos a la Carrera deBibliotecología, son todos reales y pueden ser fácilmente comprobadospues el “Mundo Biblio” es pequeño y todo lo que sucede en él se llega a

saber tarde o temprano.