Voces argentinas en la poesía

6

Click here to load reader

description

Trabajo Practico de Lengua Federico y Godoy

Transcript of Voces argentinas en la poesía

Page 1: Voces argentinas en la poesía

Trabajo Practico de

Lengua

Alejandra Pizarnik

Y

Alfonsina Storni

Alumnas: Sofia Federico y Jhoselyn Godoy

Page 2: Voces argentinas en la poesía

• Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista "Cuadernos" y algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a AntoninArtaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé, e Y ves Bonnefoy, y estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. Luego de su retorno a Buenos Aires, Pizarnik publicó tres de sus principales volúmenes, "Los trabajos y las noches", "Extracción de la piedra de locura" y "El infierno musical", así como su trabajo en prosa "La condesa sangrienta".

Page 3: Voces argentinas en la poesía

Poemas de Pizarnik• LA ENAMORADA

esta lúgubre manía de vivir

esta recóndita humorada de vivir

te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo

y te fue triste estabas sola

la luz rugía el aire cantaba

pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás

tremolarás tus manos así volverá

tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó

el barco con barbas de espuma

donde murieron las risas

recuerdas el último abrazo

oh nada de angustias

ríe en el pañuelo llora a carcajadas

pero cierra las puertas de tu rostro

para que no digan luego

que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días

te culpan las noches

te duele la vida tanto tanto

desesperada ¿adónde vas?

desesperada ¡nada más!

SALVACIÓN

Se fuga la isla

Y la muchacha vuelve a escalar el viento

y a descubrir la muerte del pájaro profeta

Ahora

es el fuego sometido

Ahora

es la carne

la hoja

la piedra

perdidos en la fuente del tormento

como el navegante en el horror de la civilación

que purifica la caída de la noche

Ahora

la muchacha halla la máscara del infinito

y rompe el muro de la poesía.

LEJANÍA

Mi ser henchido de barcos

blancos.

Mi ser reventando sentires.

Toda yo bajo las reminiscencias

de tus ojos.

Quiero destruir la picazón de tus

pestañas.

Quiero rehuir la inquietud de tus

labios.

Porqué tu visión fantasmagórica

redondea los cálices de estas

horas?

Page 4: Voces argentinas en la poesía

• En 1911 se mudó a Buenos Aires. En 1912 nació su hijo Alejandro, de padre desconocido. En 1916 comenzó su carrera literaria con “La inquietud del rosal”, continuándose con las siguientes: en 1918 “El dulce daño”; en 1919 “Irremediablemente”; en 1920 “Languidez”, que recibió el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura. En 1925, “Ocre”, consagró casi definitivamente su alejamiento del Modernismo, con un contenido realista. En 1926, publicó “Poemas de amor”; en 1927 y 1932 las siguientes obras de teatro: “El amor del mundo” y “Dos farsas pirotécnicas”, respectivamente. En 1934 “Mundo de siete pozos”, en 1938 “Antología poética ”y en 1968 “Poesías completas.

Page 5: Voces argentinas en la poesía

• ¡Adiós!• Las cosas que mueren jamás resucitan,

las cosas que mueren no tornan jamás.

¡Se quiebran los vasos y el vidrio que

queda

es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama

dos veces seguidas no florecerán...

¡Las flores tronchadas por el viento impío

se agotan por siempre, por siempre

jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,

los días inertes ya no volverán!

¡Qué tristes las horas que se desgranaron

bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras

nefastas,

las sombras creadas por nuestra maldad!

¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,

las cosas celestes que así se nos van!

¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de

llagas!...

-de llagas infectas- ¡cúbrete de mal!...

¡Que todo el que llegue se muera al

tocarte,

corazón maldito que inquietas mi afán!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!

DolorQuisiera esta tarde divina de octubre

pasear por la orilla lejana del mar;

que la arena de oro, y las aguas verdes,

y los cielos puros me vieran pasar.

Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,

como una romana, para concordar

con las grandes olas, y las rocas muertas

y las anchas playas que ciñen el mar.

Con el paso lento, y los ojos fríos

y la boca muda, dejarme llevar;

ver cómo se rompen las olas azules

contra los granitos y no parpadear;

ver cómo las aves rapaces se comen

los peces pequeños y no despertar;

pensar que pudieran las frágiles barcas

hundirse en las aguas y no suspirar;

ver que se adelanta, la garganta al aire,

el hombre más bello, no desear amar...

Perder la mirada, distraídamente,

perderla y que nunca la vuelva a encontrar:

y, figura erguida, entre cielo y playa,

sentirme el olvido perenne del mar.

Un lápiz

Por diez centavos lo compré en

la esquina

y vendiómelo un ángel

desgarbado;

cuando a sacarle punta lo ponía

lo vi como un cañón pequeño y

fuerte.

Saltó la mina que estallaba ideas

y otra vez despuntólo el ángel

triste.

Salí con él y un rostro de alto

bronce

lo arrió de mi memoria. Distraída

lo eché en el bolso entre

pañuelos, cartas,

resecas flores, tubos colorantes,

billetes, papeletas y turrones.

Iba hacia no sé dónde y con

violencia

me alzó cualquier vehículo, y

golpeando

iba mi bolso con su bomba

Page 6: Voces argentinas en la poesía

GaleríaEstas autoras se relacionan por su manera de

Vivir el amor a partir del sufrimiento.