ESCUELA DE ARTES MARIO ANDRES GONZALEZ SANDOVALPiedecuesta - Santander

Colectivo de Teatro Kussi-Huayra

En el mes de marzo de 2003, se puso en marcha la Escuela de Artes y Desarrollo Humano Mario González Sandoval en el Municipio de Piedecuesta, Sder.

La escuela recibe ese nombre en memoria de Mario, un joven amante de la vida, apasionado por la libertad humana y desbordado de ternura . La utopía de Mario, su servicio y entrega, su amor desmedido hacia los campesinos de la región se quiso materializar mediante la puesta en marcha de un espacio que ha permitido a lo largo de ocho años brindar formación artística a jóvenes, niños y niñas del casco urbano y rural de Piedecuesta y el área metropolitana de Bucaramanga como forma de recuperar y preservar las raíces, la identidad y la memoria, desde la práctica creativa.

La escuela ha asumido la formación, creación y divulgación teatral en el Departamento a través de su colectivo de teatro Kussi-Huayra y su sede es hoy sala concertada con el Ministerio de Cultura. El colectivo de teatro ha recorrido caminos acompañando procesos de construcción de paz desde el arte teatral en zonas como el Magdalena Medio, Cesar, Provincias de Santander, Área Metropolitana de Bucaramanga, entre otras.

La Escuela se halla en una búsqueda permanente para lograr avanzar en el arte teatral, nutriéndose de conocimientos y experiencias de otras agrupaciones y maestros (Teatro Tierra, La Loca Compaña de Armenia, El Guiño del Guiñol, Teatro Rodante de México, entre otros ); que han aportado de manera significativa al teatro colombiano: permitiéndole al Colectivo Kussi-Huayra proponer hoy un teatro esencial, de calidad profesional resultado de un trabajo con persistencia, disciplina y rigor

1. Mario fallece en una actividad artística de solidaridad con campesinos y pescadores del Magdalena Medio (Puerto Matilde). El Magdalena Medio es una región azotada por la guerra, el abandono estatal y la pobreza.

SINOPSISDE VOCES, TIEMPO Y SOLEDADES

“De voces, tiempo y soledades” es una propuesta de creación teatral que evoca y encarna momentos trascendentales en la historia de la mujer santandereana, y que halló en la magistral y universal obra de Arístides Vargas “la edad de la ciruela” la oportunidad y la inspiración para hacer resonar su voz, para reinventar la vida a partir de cuatro paredes derrumbadas….oportunidad para emprender el viaje de retorno a aquellos entrañables lugares, preñados de nostalgia y de soledades.El director de la puesta en escena es Juan Carlos Moyano, un hombre de teatro con larga trayectoria que ha desarrollado un laboratorio de actuación y montaje con Magda y Rosio González, dos actrices santandereanas que se han forjado a partir del trabajo y la persistencia creativa.

En esta obra, tres generaciones de mujeres conviven en una casa habitada por los fantasmas de la doble moral y por la crisis que generan los deseos no realizados. La pieza es un espejo que se atreve a mostrar aquello que normalmente se oculta. La poesía escénica emerge como una propuesta que nos habla de la condición humana y del universo femenino.

Con esta producción, beca departamental de creación teatral 2011, la Escuela Mario González se arriesga a proponer un teatro esencial, de calidad profesional, que se atreve a romper esquemas sugiriendo una lectura contemporánea del quehacer escénico.

“De voces, tiempo y soledades” es una historia que va tejiendo un hilo de recuerdos a partir de la memoria de dos hermanas que se reencuentran en la soledad y en medio de los desórdenes que ha causado el tiempo, reconstruyen una serie de momentos vividos en aquella casa donde habitaron nueve mujeres, todas hijas de una sociedad conservadora y patriarcal.

Todas mujeres con sueños, con deseos de libertad, pero con ataduras enormes que no les permiten volar, mujeres “solas, tristes y ridículas” que están buscando el momento para volar, para hacerse grandes, mujeres que comparten sus días y sus noches, sus angustias, sus rencores, sus dolores, sus deseos. Todas mujeres, viviendo en una misma casa asistiendo al encuentro con el desencuentro.

ESTRUCTURA NARRATIVA

“De voces, tiempos y memoria”, desentraña la historia de las mujeres de una familia a partir del recuerdo, jugando con los planos de tiempo, las evocaciones, la reconstrucción de una memoria fragmentaria que adquiere organicidad y coherencia. Celina y Eleonora son las nietas de una progenie de mujeres diversas e idénticas, cada una con su propio mundo y todas involucradas con el vacío que dejan las ausencias y los desamores. Cada uno de los nueve personajes (María, Gumersinda, Eleonora, Celina, Victoria, Jacinta, Francisca, Adriática y Blanquita) aporta una mirada del mosaico dramático que, escena tras escena, va delatando aquellas cosas que se ocultaron entre las paredes de la casa y en la hipócrita reserva que se construye en las relaciones de familia. Es, como si los cuartos de la casa, pertenecieran a un sueño donde cada espacio muestra un aspecto de los años acumulados en la convivencia con recuerdos y fantasmas.

El tiempo es un espejismo que se desdobla entre mujeres que van urdiendo una trama que denota un manejo eficiente de las tensiones, el suspenso y la penetración en las almas de los personajes, que son densos, elaborados de una manera tan particular que por su profundidad resultan universales.

Es posible que esta crónica de acontecimientos pueda hallarse en cualquier ciudad o pueblo donde algunas cosas siguen siendo revelación del polvo de los años, de la ceniza de lo inexistente, de las anécdotas con aire de lo que no ha pasado y se sigue dando de manera frecuente, como si viviéramos en un medio donde a veces los siglos y los años se inmovilizan, se momifican, se vuelven un contraste demasiado preponderante en el desarrollo irregular de una sociedad que sigue siendo decimonónica y clerical